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Asambleas

Según definición brindada por Ricardo Nissen, puede definirse a la asamblea como la
reunión de los accionistas convocada y celebrada de acuerdo con la ley y los estatutos,
para considerar y resolver sobre los asuntos indicados en la convocatoria. Características a
tener en cuenta:
-Es el órgano de gobierno de la sociedad, esto implica que no es asamblea cualquier
reunión de accionistas, sino aquella que es convocada y celebrada conforme a la ley y los
estatutos con todas las formalidades legales. Las decisiones, obtenidas por el régimen de
mayorías, son obligatorias para todos los integrantes de la sociedad, es decir que se
atribuye a esta, las consecuencias y efectos que se deriven de tales acuerdos.

-Es un órgano no permanente de la sociedad, funciona cuando es convocada por el órgano


de administración de la compañía, quien deberá hacerlo una vez por año, dentro de los
cuatro meses del cierre del ejercicio, a fin de considerar los balances y estados contables, la
política de ganancias, la gestión de los directores y síndicos y su remuneración. En el
supuesto de incumplimiento de esta expresa directiva es suficiente causal de remoción de
los integrantes de los órganos de administración y fiscalización de la sociedad.

-Sus facultades son indelegables, su competencia es exclusiva y no puede ser suplida por
decisiones de otros órganos de la sociedad. Asimismo, la asamblea de accionistas no
puede invadir esferas reservadas a otros órganos sociales, habiéndose sostenido que los
vicios de competencia generan nulidades absolutas, inconfirmables e imprescriptibles.

-La validez de sus decisiones implica el respeto de la legalidad en todas y cada una de las
etapas formativas de la voluntad social. La asamblea de accionistas es un acto formal ad
solemnitatem, regulado por el legislador en forma muy minuciosa, para permitir la
participación de todos los accionistas y evitar el abuso por parte del grupo de control.

-Sus decisiones son obligatorias para todos los accionistas, en tanto respeten el estatuto y
el ordenamiento legal y se deben acatar la decisión de la mayoría, y deben ser cumplidas
por el directorio.

En cuanto a las clasificaciones de las asambleas de accionistas estas pueden ser:


● Según los accionistas que participan:
1- Asambleas generales o universales, a las cuales deben asistir, deliberar y votar todos los
accionistas de la sociedad.
2- Asambleas especiales, en las cuales solo participan los integrantes de determinada clase
de accionistas, cuando tales "clases" o "categorías" fueron creadas en el estatuto.
3- Asambleas unánimes, son aquellas no convocadas por medio de edictos y a las cuales
deben comparecer todos los accionistas, resolviendo por unanimidad cada uno de los
puntos del orden del día. cuando se reúnan accionistas que representen la totalidad del
capital social y no solo los titulares de acciones con derecho a un voto, sino también
aquellos que pueden asistir sin voto pero con voz.
Se encuentran previstas en el último párrafo del art. 237 de la ley 19.550, son muy frecuente
en la celebración en las sociedades anónimas cerradas o de familia, aunque la exigencia de
la unanimidad en la adopción de la correspondiente decisión asamblearia parece requisito
innecesario; basta a nuestro juicio la presencia de todos los accionistas para evitar la
publicidad legal prevista por el art. 237 de la ley 19.550 y a partir de allí nada justifica
apartarse del régimen ordinario de mayorías previsto por los arts. 243 y 244 del citado
ordenamiento legal.
● Por otro lado, según los asuntos tratados en las asambleas, estas pueden ser:
1- Asambleas ordinarias, su competencia está determinada por el art. 234 de la ley 19.550:
consideración de los balances y estados contables del ejercicio, así como sus resultados,
designación, remoción, remuneración y gestión de los administradores y síndico. Asimismo,
la asamblea ordinaria puede resolver sobre el aumento del capital dentro del quíntuplo de
su valor, si así estuviere autorizado en el estatuto, y cualquier otra medida relativa a la
gestión de la sociedad que le competa resolver conforme a la ley y al estatuto o que
sometan a su decisión el directorio u órgano de control.
2- Asambleas extraordinarias, cuya competencia se establece en el art. 235 de la LGS,
estas se convoca a los efectos de modificar el estatuto o reglamento de la sociedad o
decidir ciertos actos de trascendencia económica o financiera para la sociedad (emisión de
debentures y su conversión en acciones, emisión de bonos, rescate, reembolso y
amortización de acciones, etc.), o actos que implican la reorganización empresarial de la
compañía (fusión, transformación, escisión) o finalmente decidir sobre los actos
encaminados a su extinción (disolución, nombramiento, remoción y retribución de los
liquidadores, etc.)

Etapas para la adopción de decisiones asamblearias. La doctrina nacional las resume en


tres:
a) requisitos de convocatoria;
b) requisitos de reunión,
y c) requisitos de deliberación y de voto.
En cuanto a los requisitos de la convocatoria, ésta debe ser efectuada por parte del órgano
competente de la sociedad que, por regla general, es el directorio. También se encuentra
legitimado para proceder a la convocatoria el órgano de fiscalización — sindicatura o
consejo de vigilancia, autorizando el art. 294, inc. 7º, de la ley 19.550 para hacerlo,
tratándose de asambleas extraordinarias cuando lo juzgue conveniente, y en omisión del
directorio, tratándose de asambleas ordinarias y especiales—. Así como cualquier
accionista se encuentra habilitado para requerir al directorio la convocatoria a asamblea de
accionistas, siempre y cuando el peticionante tuviera una participación accionaria de cuanto
menos el 5% del capital social, si los estatutos no fijarán una representación menor.
Dicho accionista que solicita la convocatoria a asamblea debe indicar al directorio los temas
que considera necesario tratar. El directorio (o el síndico) deberán proceder a la
convocatoria, que debe celebrarse el acto asambleario dentro de los cuarenta días de
recibida la solicitud. Si el directorio o la sindicatura omiten proceder a la convocatoria
solicitada, el accionista tiene derecho para solicitarlo judicial o administrativamente, a través
de la autoridad de control, además de que puede configurar causal suficiente de remoción
de los integrantes de aquellos órganos. La jurisprudencia ha sido pacífica en establecer que
ante el cumplimiento de los recaudos sustanciales y formales establecidos por la ley, el juez
en lo comercial interviniente en el asunto deberá proceder a convocar directamente, sin dar
traslado de la pretensión a la sociedad, haciendo solo conocer al directorio la fecha de la
asamblea, así como la designación del funcionario que presidirá el acto.
¿Puede la asamblea de accionistas autoconvocarse? La ley 19.550 no contempla la
posibilidad de que la asamblea de accionistas pueda autoconvocarse, y la jurisprudencia
cerró esa posibilidad, basándose en los términos del art. 236 de la ley 19.550, que no la
admite. Pero sí lo hace el art. 158 del CCyC para todas las personas jurídicas; "Los
miembros que deban participar en una asamblea, o los integrantes del consejo, pueden
autoconvocarse para deliberar, sin necesidad de citación previa. Las decisiones que se
tomen son válidas, si concurren todos y el temario a tratar es aprobado por unanimidad",
siendo esta norma aplicable a las sociedades comerciales, por simple aplicación de lo
dispuesto por el art. 150 inc a) del CCyC en cuanto, ante el carácter imperativo de dicha
norma, está predomina sobre el silencio de la ley 19.550, que no establece solución
contraria.

Una vez efectuada la convocatoria por el directorio, se debe seguir lo establecido por el art
237 de la ley 19.550, requisito del cual no están exentas las asambleas unánimes, el
directorio u órgano convocante debe proceder a publicar edictos en el Boletín Oficial y de
tratarse de sociedades anónimas establecidas en el art. 299 de LGS deben publicarse en un
diario de amplia circulación en la República. La publicación del orden del día debe
efectuarse por cinco días, con diez de anticipación a la celebración de la asamblea y
cuando se trate de una asamblea en segunda convocatoria estas deben celebrarse dentro
de los treinta días ss, con publicaciones durante tres días, con ocho de anticipación como
mínimo. Debe tenerse presente que, siempre con el ánimo de facilitar la celebración de las
asambleas, el legislador autoriza la convocatoria simultánea de asambleas en primera y
segunda convocatoria, siempre y cuando el estatuto lo autorice expresamente, y si la
asamblea fuere citada para el mismo día, la celebración del acto en segunda convocatoria
deberá hacerse con un intervalo no inferior a una hora de la fijada para la primera. Esta
posibilidad se encuentra limitada para las sociedades que hacen oferta pública de sus
acciones, la convocatoria simultánea queda reservada para las asambleas ordinarias.

Ahora, si nos referimos a los requisitos de reunión, la ley 19550 en su art. 238 establece
que los accionistas que pretenden participar en asamblea de accionistas deben comunicar
su voluntad de asistencia de manera fehaciente con al menos de tres días de anticipación a
la fecha en la que se celebrará de la asamblea, para su inscripción en el libro de Registro de
Accionistas y Asistencia a Asambleas. Como consecuencia de la sanción de la ley 24.587,
que convirtió de pleno derecho a todas las acciones en títulos nominativos no endosables,
no rige más la obligación que tenían los propietarios de acciones al portador de presentar y
depositar sus títulos a la sociedad, con tres días de anticipación.
Antes de comenzar el acto asambleario, los accionistas o sus representantes que concurran
a ella deben firmar el libro de asistencia en el que se dejará constancia de sus domicilios,
documentos de identidad y número de votos que corresponda. Este registro es de libre
consulta por todos los accionistas, y tienen derecho a solicitar copia.
La asamblea solo puede válidamente sesionar si se reúne el quórum (número mínimo de
accionistas requerido para sesionar) previsto por la ley 19.550 y los estatutos sociales. Este
varía de acuerdo con la clase de asamblea o naturaleza del asunto a considerar.
Por un lado, las asambleas ordinarias que requieren la presencia de accionistas que
representen la mayoría de las acciones con derecho a voto en primera convocatoria,
pueden celebrarse en segunda convocatoria cualquiera que sea el número de acciones
presentes.
En asambleas extraordinarias, el quórum es más riguroso: en primera convocatoria se exige
la presencia de accionistas que representen el 60% de las acciones con derecho a voto, si
el estatuto no exige quórum mayor, y en segunda convocatoria se requiere la concurrencia
de accionistas que representen el 30% de las acciones con derecho a voto, salvo que el
estatuto fije quórum mayor o menor. Las asambleas deben realizarse en la sede social o en
cualquier lugar que corresponda a la jurisdicción del domicilio social.
Ahora, haciendo referencia a los requisitos de deliberación y voto. Primeramente,
corresponde aclarar que, salvo disposición en contrario del estatuto, los accionistas pueden
hacerse representar en las asambleas siendo suficiente el otorgamiento de mandato en
instrumento privado con la firma certificada en forma judicial, notarial o bancaria. Asimismo,
resulta válido el poder otorgado por el accionista en presencia del síndico o del directorio de
la sociedad, aun cuando la firma de éste no contuviera ninguna certificación o cuando
existiere certeza absoluta de que la firma inserta en el poder pertenece de puño y letra al
accionista otorgante. No pueden ser mandatarios los directores, síndicos, integrantes del
consejo de vigilancia, los gerentes y demás empleados de la sociedad (art. 239, ley 19.550).
Las deliberaciones deben estar dirigidas por el presidente de la asamblea, cargo que en
principio está a cargo del presidente de la sociedad. De tratarse de una asamblea
convocada judicialmente o por la autoridad de control, será presidida por el funcionario que
estos designen.
La asamblea puede pasar a cuarto intermedio por una sola vez, salvo acuerdo unánime de
todos los accionistas, y debe continuar necesariamente dentro de los treinta días siguientes.
Solo pueden participar en la segunda reunión los accionistas que habían asistido a la
primera parte del acto asambleario. Las decisiones adoptadas antes de pasar a cuarto
intermedio son obligatorias y ejecutables por el directorio.
Durante la celebración del acto asambleario, todos los accionistas gozan del derecho de
voz, incluso los titulares de acciones preferidas sin derecho a voto, como también los
directores no accionistas, los síndicos o miembros del consejo de vigilancia y los gerentes
generales, quienes, no obstante, no pueden emitir su voto en todas las decisiones
vinculadas con la aprobación de los actos de su gestión o en las resoluciones atinentes a su
responsabilidad o remoción con causa. Los accionistas o sus representantes, que en una
operación determinada tenga por cuenta propia o ajena un interés contrario al de la
sociedad participan en la deliberación del tema, pero deben abstenerse de votar en los
acuerdos relativos a aquella (art. 248, ley 19.550).
La asamblea de accionistas no puede decidir sobre materias no incluidas en el orden del
día, salvo que:
a) si estuviere presente la totalidad del capital y la decisión se adopte por unanimidad de las
acciones con derecho a voto;
b) la promoción de acciones de responsabilidad contra los directores o síndicos, cuando ella
es consecuencia directa de una resolución incluida en el orden del día;
c) la elección de los encargados de firmar el acta (art. 246, ley 19.550).
Las decisiones o acuerdos asamblearios, para ser válidos, deben reunir las mayorías
previstas legalmente: el régimen de mayorías es idéntico para la celebración de asambleas,
tanto ordinarias como extraordinarias, en primera y en segunda convocatoria.
a) Asambleas ordinarias: ellos podrán ser tomados por mayoría absoluta de votos presentes
que pueden emitirse en la respectiva decisión, salvo exigencia mayor del estatuto.
b) Asambleas extraordinarias, las resoluciones deben ser adoptadas por mayoría absoluta
de los votos presentes que puedan emitirse en la respectiva decisión, salvo cuando el
estatuto exija mayor número.
La ley 19.550 en el art. 244, in fine, determina "supuestos especiales", en los que la mayoría
se adopta de una manera diferente, requiriéndose el voto favorable de la mayoría de
acciones con derecho a voto, sin aplicarse la pluralidad de votos, computándose asimismo
el de los titulares de acciones preferidas sin derecho a él. (casos en que deba resolverse la
transformación, prórroga, reconducción, disolución anticipada de la sociedad, transferencia
del domicilio al extranjero, cambio fundamental del objeto, reintegración total o parcial del
capital social, fusión y escisión, salvo para la sociedad incorporante, elección y remoción de
los síndicos y formación de cualquier reserva que supere el monto del capital social y de la
reserva legal)
En principio, la ley excluye la unanimidad para la adopción de acuerdos asamblearios. Esta
solo se requiere para el caso de reconducción de la sociedad si es decidida luego de
inscripta la designación del liquidador en el Registro Público.
Una vez clausurado el acto asambleario, el directorio debe labrar acta de lo allí acontecido,
la cual debe resumir las manifestaciones hechas en la deliberación, las formas de las
votaciones y sus resultados con expresión completa de las decisiones. El acta debe estar
confeccionada y firmada dentro de los cinco días por el presidente y los socios designados
al efecto. Cualquier accionista puede solicitar a su costa copia firmada del acta, que incluye
las constancias respectivas del libro de Asistencia a Asambleas, que la integra (arts. 73 y
249, ley 19.550).

Efectos de las decisiones asamblearias


El principio general es que, las decisiones asamblearias adoptadas conforme a la ley y al
estatuto son obligatorias para todos los accionistas y deben ser cumplidas por el directorio.
No obstante tiene excepciones:
a) Si un accionista ejerciera el derecho de receso previsto por el art. 245 de la ley 19.550,
(derecho de carácter excepcional)
b) Cuando las decisiones asamblearias fueran contrarias a la ley, estatuto, reglamento o
cuando fueron adoptadas para perjudicar a un grupo de accionistas, en clara manifestación
de abuso de mayorías.
Impugnación de acuerdos sociales (art. 251, ley 19.550)
Debe ser promovida dentro de los tres meses de clausurada la asamblea, a fin preservar la
estabilidad de las relaciones societarias. Y 2 años, por falsa causa en la decisión
asamblearia, previsto para todo pedido de declaración de nulidad relativa (art. 2562 del
CCyC) o nulidad absoluta del referido acuerdo.
Es un derecho inderogable de que gozan todos los accionistas, tendientes a controlar el
funcionamiento legal de la sociedad que integran y cuyo ejercicio no está subordinado a la
tenencia de determinados porcentajes accionarios.
La nulidad de los acuerdos asamblearios puede ser consecuencia de irregularidades en la
convocación, formación o celebración de la asamblea, así como por ilegitimidad de la
decisión adoptada por los accionistas. Por criterio jurisprudencial se ha concluido que todas
las etapas que confluyen a la regularidad del acto asambleario deben ser cumplidas
estrictamente, porque todas ellas son formativas y conducen a la resolución final y a su
ejecución por el directorio.

Legitimación
Son sujetos legitimados para interponer la acción de nulidad de la asamblea o de ciertas
decisiones asamblearias, no solo los accionistas que no han contribuido para adoptar dicho
acuerdo (accionistas que votaron en contra, abstenidos o ausentes que acrediten haber sido
accionistas a la fecha de la asamblea), sino también los directores, los integrantes del
consejo de vigilancia o sindicatura y la autoridad de control.
La promoción de dicha acción, que siempre reviste el carácter de social, pues es iniciada en
beneficio de la sociedad y no del impugnante.
Los accionistas que votaron de manera favorable una decisión asamblearia no pueden
luego atacarla de nulidad, salvo vicio de la voluntad, supuesto que se plantea cuando los
directores presentan a la asamblea balances falsos cuyas irregularidades solo pudieron ser
advertidas con posterioridad a la aprobación asamblearia de tales instrumentos. La acción
de nulidad de asambleas o decisiones asamblearias debe promoverse contra la sociedad
por ante el juez de su domicilio social.
Cuando la acción es intentada por la mayoría de los directores o miembros del consejo de
vigilancia, los accionistas que votaron favorablemente deben designar por mayoría un
representante ad hoc en asamblea especial convocada al efecto, según el procedimiento
previsto por el art. 250 de la ley 19.550. Si no se alcanzare esa mayoría, el representante
será designado de entre ellos por el juez (art. 253, ley 19.550).

Suspensión provisoria de la ejecución de la decisión asamblearia


La ley 19.550, en su art. 252 prevé esta medida cautelar, consistente en la suspensión de la
ejecución de la resolución impugnada, destinada a evitar perjuicios derivados de una
resolución contraria a la ley, estatuto o reglamento. Exige los siguientes requisitos:
a) Que sea pedida por la parte impugnante.
b) Que no medie perjuicio para los terceros, concepto dentro del cual no pueden ser
considerados ninguno de los integrantes de la sociedad.
c) Otorgamiento por el actor de garantía suficiente para responder por los daños que dicha
medida pudiere causar a la sociedad.
Asimismo, y por tratarse de una medida precautoria, son exigibles los requisitos de
verosimilitud del derecho y peligro en la demora, propia de todas las medidas de esta
naturaleza.

Derecho de receso
Derecho que tiene todo accionista de retirarse de la sociedad, tiene por objetivo
compatibilizar dos intereses igualmente legítimos: el de la sociedad para modificar sus
estatutos y el derecho individual del accionista de no aceptar tales modificaciones cuando
con estas se altera sustancialmente la sociedad de la cual forma parte. Además, el
accionista podrá exigirle a la sociedad una suma que represente el valor de su participación
social actualizada.

Supuestos para ejercer el derecho de receso


El art. 245 de la ley 19.550 menciona los siguientes casos: a la transformación, prórroga,
reconducción, excepto de las sociedades que hacen oferta pública o cotización de sus
acciones, la transferencia del domicilio al extranjero, el cambio fundamental del objeto, la
fusión por incorporación para los accionistas de la sociedad fusionada, la escisión, el
aumento del capital social siempre y cuando su decisión competa a la asamblea
extraordinaria e implique efectivos desembolsos para los socios, el retiro voluntario de la
oferta pública o de cotización de las acciones y la continuidad de la actividad de la sociedad
anónima sancionada con la cancelación firme de la oferta pública o cotización.
Sin embargo, los supuestos descriptos por la norma ley 19.550 no son taxativos, pues el
estatuto puede prever otros supuestos no contemplados en la ley (art. 89, ley 19.550), ya
que hay casos donde una decisión asamblearia afecta sustancialmente la posición que el
socio tenía en la sociedad, como, por ejemplo, la suspensión o limitación del derecho de
preferencia previsto por el art. 197 de la ley 19.550.

Legitimacion para ejercer dicho derecho


El derecho de receso sólo puede ser ejercido por los accionistas presentes que votaron en
contra de la decisión, dentro del quinto día de clausurada la asamblea y por los ausentes
que acrediten la calidad de accionistas al tiempo de la celebración del acto asambleario,
dentro de los quince días de su clausura. La voluntad de receder puede notificarse de
cualquier forma fehaciente, y se perfecciona mediante el conocimiento que la sociedad
tenga de su declaración.

Como el ejercicio del derecho de receso implica para la sociedad fuertes desembolsos
dinerarios, la ley permite que una nueva asamblea de accionistas pueda revocar la decisión
asamblearia que originó el derecho de receso.
Por cuanto el art. 245, párr. 3º, de la ley 19.550 establece que el derecho de receso y las
acciones emergentes caducan si la resolución que los origina es revocada por asamblea
celebrada dentro de los sesenta días de expirado el plazo para su ejercicio por los
ausentes. Los recedentes readquieren sin más el ejercicio de sus derechos, retrotrayéndose
los de naturaleza patrimonial al momento en que notificaron el receso.
El valor de la participación social de quien ejerce el derecho de receso, debe calcularse en
base al último balance realizado, y su importe deberá pagarse en el plazo de 1 año, contado
desde que finaliza la asamblea que originó el receso.

Comité ejecutivo
El Estatuto puede prever la organización de un Comité Ejecutivo, el cual será integrado
exclusivamente por directores, que tenga a su cargo únicamente la gestión de los negocios
ordinarios (la creación de este Comité no modifica las obligaciones ni las responsabilidades
de los directores).
Su constitución requiere cláusula estatutaria permisiva y su fundamento lo constituye la
necesidad de agilizar la toma de decisiones, no solo en las operaciones cotidianas con
terceros, sino en las relaciones internas, ya sea el gobierno del personal, contabilidad de la
empresa, situación impositiva, relaciones con las entidades bancarias o crediticias o
autoridades administrativas, etcétera. El directorio de la sociedad, que es el órgano que
designa de entre ellos a los integrantes del comité ejecutivo, debe vigilar y controlar su
actuación, sin perjuicio de ejercer las demás atribuciones legales y estatutarias que le
correspondan. La organización del comité ejecutivo no modifica las obligaciones y
responsabilidades de los directores.
Por disposicopEl estatuto debe reglamentar la constitución y funcionamiento del directorio.
El quórum no podrá ser inferior a la mayoría absoluta de sus integrantes (art. 260, ley
19.550).
Hemos dicho que hace a la esencia del directorio su carácter colegiado — salvo el directorio
unipersonal—, por lo que no es de extrañar que el art. 267 de la ley 19.550 exija su reunión
por lo menos cada tres meses, salvo que el estatuto obligase a un mayor número de
reuniones y sin perjuicio de las que se pudieran celebrar a pedido de cualquier director, en
cuyo caso la convocatoria será hecha por el presidente del directorio para unirse dentro del
quinto día de recibido el pedido. En su defecto, podrá convocarla cualquiera de los
directores y la convocatoria deberá indicar los temas a tratar. El directorio es quien debe
determinar el contenido de la voluntad de la sociedad. El presidente solo tiene facultades
para declarar y ejecutar las decisiones de ese órgano, y si bien frente a terceros la
deliberación del directorio y la aprobación de determinada operación es cuestión
intrascendente (art. 58, ley 19.550), quedando obligada la sociedad por la actuación de su
representante legal, la falta de decisión del directorio sobre tal operación es suficiente
argumento para apartarlo de tal cargo y proceder a su remoción del órgano de
administración. La ley 19.550 no define cuáles son las cuestiones que deben
necesariamente ser objeto de resolución por parte del directorio, aunque parece de toda
evidencia excluir a las operaciones cotidianas de naturaleza mercantil o de organización
interna de la sociedad. Por el contrario, deben ser objeto de consideración por parte del
directorio la delegación de funciones (otorgamiento de poderes), venta de bienes
registrables, operaciones que exceden el giro habitual de los negocios, convocatoria a
asambleas de accionistas, designación de gerentes e integrantes del comité ejecutivo,
otorgamiento de licencias a los directores, contrataciones de profesionales, etcétera. El
estatuto debe reglamentar la constitución y funcionamiento del directorio. El quorum no
podrá ser inferior a la mayoría absoluta de sus integrantes (art. 260, ley 19.550). Los
directores deben actuar con la lealtad exigida por el art. 59 de la ley 19.550, y por ello,
cuando tuviere interés contrario al de la sociedad, deberá

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