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Se puede decir que estos delitos son de carácter especial, en tanto requieren que
el autor reúna ciertas condiciones; véase que tales delitos se cometen en su
mayoría no todos cuando el autor o sujeto activo es un funcionario público, v.g.
el delito de prevaricato, mismo que solo puede ser cometido por un juez. Sin
embargo hay otros que pueden ser cometidos por los ciudadanos comunes o
particulares, v.g. el delito de resistencia contra la autoridad, el cual no requiere
como elemento fundamental que el sujeto activo sea un funcionario público.
El artículo 237 que refiere al atentado contra la autoridad, prevé una pena de un
mes a un año, a quien empleare intimidación o fuerza contra un funcionario
público o contra la persona que le prestare asistencia a requerimiento de aquél o
en virtud de un deber legal, para exigirle la ejecución u omisión de un acto propio
de sus funciones.
Es un delito doloso, por lo tanto el autor de dicho delito debe conocer que está
ejerciendo fuerza o intimidación contra un funcionario público en ejercicio
funcional, no hay tentativa. Se exige incluso un elemento subjetivo especial, esta
es la intención de exigirle al funcionario la ejecución u omisión de un acto
propio de sus funciones, así lo determina el artículo 237 en su última parte, por lo
tanto el acto que despliega el funcionario debe ser un acto de ejercicio de
autoridad, ejemplo funciones que normalmente sean ejercidas por policías o por
jueces; por lo tanto, el delito no se comete cuando una persona ejerce violencia o
intimidación contra cualquier funcionario público para exigirle cualquier acto
relativo a su funciones.
Por su parte el artículo 238 bis refiere al atentado contra autoridad militar, se
trata de poner manos en el superior militar. Dicho artículo establece en su
primera parte que el militar que pusiere manos en el superior, sin lesionarlo o
causándole lesiones leves, será penado con prisión de uno (1) a tres (3) años. Ya
en su segunda parte establece un agravante estableciendo que si el hecho tuviere
lugar frente al enemigo o a tropa formada con armas, o si se cometiere en
número de seis (6) o más, el máximo de la pena será de seis (6) años.
El artículo 239 establece que será reprimido con prisión de quince días a un año,
el que resistiere o desobedeciere a un funcionario público en el ejercicio
legítimo de sus funciones o a la persona que le prestare asistencia a
requerimiento de aquél o en virtud de una obligación legal.
En este caso se necesita una orden o un acto del funcionario público que ya esté
en plena ejecución y es contra ese acto que se va a resistir el autor de este delito,
por lo tanto la resistencia comprende una oposición activa contra ese acto de la
autoridad. Entonces, no se puede ejercer este delito durante la ejecución del acto
de un funcionario público que pretende efectuar una conducta determinada dentro
de su competencia o funciones.
Se requiere por parte del sujeto activo la fuerza física u amenaza contra el
sujeto pasivo a modo de no cumplir esa orden, esto es incluso lo que distingue la
resistencia de la desobediencia, ya que en esta última también hay una orden
emanada de una autoridad que obliga a la persona a realizar u omitir una
determinada conducta pero la diferencia está en que en la simple desobediencia
no se ejecuta fuerza física u amenaza sobre el sujeto pasivo, elementos que si
están presentes en la resistencia.
La resistencia es un delito de carácter doloso, por lo tanto el autor debe saber que
se está resistiendo mediante violencia u amenaza a un acto o una orden legítima
emanada de un funcionario público, acá no se exige un elemento subjetivo
especial como el caso del atentado contra autoridad pública.
Dicho delito está previsto en el artículo 240 bis, el cual establece que el que
violare las normas instrucciones a la población emitidas por la autoridad militar
competente en tiempo de conflicto armado para las zonas de combate, será
penado con prisión de uno (1) a cuatro (4) años si no resultare un delito más
severamente penado.
Atentados leves
El artículo 241 bis, establece que se impondrá prisión de tres (3) a diez (10) años
a los militares que:
4. Será penado con prisión de uno (1) a cinco (5) años la conspiración para
cometer los delitos de este artículo. No será penado por conspiración quien la
denunciare en tiempo para evitar la comisión del hecho.
El artículo 242 establece que será reprimido con multa de pesos setecientos
cincuenta a pesos diez mil e inhabilitación especial de uno a cinco años, el
funcionario público que, en el arresto o formación de causa contra un miembro
de los poderes públicos nacionales o provinciales, de una convención
constituyente o de un colegio electoral, no guardare la forma prescripta en las
constituciones o leyes respectivas.
Es un delito doloso, por lo tanto el funcionario debe saber que está deteniendo a
una persona que tiene fueros y que por lo tanto no puede detener o bien procede a
formar causa sin seguir con el procedimiento previsto.
El artículo 243 prevé, que será reprimido con prisión de quince días a un mes, el
que siendo legalmente citado como testigo, perito o intérprete, se abstuviere de
comparecer o de prestar la declaración o exposición respectiva. En el caso del
perito o intérprete, se impondrá, además, al reo, inhabilitación especial de un
mes a un año.
En este caso los sujetos activos solo pueden ser los testigos, peritos o interpretes
cuando son citados legalmente como tales en algún expediente o procedimiento
judicial y se abstienen de prestar la declaración u exposición respectiva, en este
primer supuesto se lo cita y ni siquiera concurre, o bien se abstienen a
comparecer, ya en este segundo supuesto se presente pero se niega a prestar
declaración estando obligado a hacerlo, aunque pueden haber excepciones en
cuanto a la obligación de comparecer.