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BIENESTAR EMOCIONAL Y REGRESO A CLASES

EN NIÑOS MENORES A 5 AÑOS

La actual pandemia COVID 19 ha significado al confinamiento como una respuesta a la

prevención de contagio. Sin embargo, esta medida ha tenido efectos adversos secundarios que
se han ido evidenciando a lo largo de los meses. La actividad de diversos servicios de protección
infantil y adolescente han sido aplazados o interrumpidos, los tiempos de ocio y juego han sido
limitados; las relaciones sociales han sido restringidas a los familiares más cercanos. El contacto
con los amigos o amigas ha sido también limitado; el cierre de las escuelas ha disminuido tiempo
de educación. Las familias tienen que reorganizarse y lidiar con el estrés diario y el miedo al
contagio, además de la incertidumbre en diversas áreas. La pérdida económica puede llevar a
sentimientos de frustración y conflictos maritales, además que el confinamiento implica una
reducción de libertad y privacidad entre los miembros de la familia (Fegert, Vitiello, PLener, &
Clemens, 2020). Todo este panorama ha modificado el comportamiento de los padres hacia sus
hijos, afectando un elemento fundamental que en este breve artículo hemos de repasar.

La distancia social y reducción del contacto físico durante la pandemia han generado altos
niveles de soledad durante la pandemia en diferentes grupos de edad (Wickens et al., 2021).
¿Cómo se genera soledad en niños menores de 5 años? En grupos menores de 5 años la
percepción del vínculo se construye a través del contacto con el rostro de otras personas.
Observarlos, gesticular, hablar directamente y reaccionar a sus gestos es fundamental. Como
se ha mencionado, la actual pandemia ha incrementado los niveles de estrés y ocupación de los
padres en casa quienes, además de la crianza, han de ocuparse de la atención del niño; sin
embargo, esta atención puede ser deficiente de acorde a esta necesidad de contacto que los
niños menores de 5 años necesitan y no están recibiendo.

El experimento del rostro inexpresivo es un bastión en la psicología del desarrollo y la teoría del
apego. Pueden encontrarse diversos videos en internet sobre sobre experimento, pero
básicamente está compuesto por tres momentos. Un primero momento donde se le pide a la
madre que juegue con el bebé respondiendo, sobre todo gestualmente, a las demandas de su
hijo; en un segundo momento se le pide a la madre que sostenga un rostro inexpresivo para
observar la reacción del bebé al no obtener respuesta de la madre; en un último momento se le
pide a la madre que retome la interacción normalmente con el niño.

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Como el lector se imagina, cuando el bebé no recibe retroalimentación desde el rostro de su

madre, comienza a estresarse e intentar hacer que su madre responda, cuando no lo logra tiene
a romper en llanto y desesperación. Cuando la madre retoma la interacción, el niño usualmente
se calma. Este experimento demuestra la importancia de la interacción gestual de la madre con
el niño, y la importancia del enfoque para que el niño pueda sentir que tiene agencia. Lo que
significa la capacidad de hacer que las cosas, con cierto, límite sucedan. Lo que más tarde se
constituirá en la base de la autonomía y la autoeficacia.

Diversos investigadores han sostenido que, durante el experimento del rostro inexpresivo, los
bebés y niños pequeños realizan implícitas y explicitas explicaciones del porqué su madre no
responde. Por ejemplo, los bebés pueden pensar que la madre no los oye; los más grandes
pueden comenzar a atribuir a esta actitud ciertos estados psicológicos de la madre (Cansancio,
molestia etc.) Y finalmente la teoría analítica señala que puede forzar a los niños a creer que la
actitud de la madre es causada por su culpa. ¿Qué hice para causar esto? (Emde, 1983;
Winnicott, 1964)

Esto va a construir la base de la soledad emocional. A decir la asociación o refuerzo entre

preocupación y relaciones sociales; y la culpa en las relaciones sociales. En La primera el niño
aprenderá que es normal que toda relación social conlleve preocupación; cuando las relaciones
sociales están hechas precisamente para todo lo contrario, brindar seguridad y calma. En la
segunda el niño aprenderá que, de alguna manera, las personas son responsable de las
emociones de otras, cuando las únicas responsables de la regulación emocional es uno mismo,
en un concepto denominado autorregulación emocional

Este hábito de preocupación y culpa innecesaria construye las bases para la soledad lo que en
años posteriores puede llevar a incapacidad de adquirir autonomía e identidad (Chango, et al,
2015).

Resumen de los panoramas de desarrollo emocional desde el vínculo de apego con el cuidador

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Entonces, ¿Qué hacer?

El consejo principal es incrementar la capacidad de mindfulness. Que es la capacidad consciente

de orientar la atención al aquí y ahora; sin juzgar los pensamientos y emociones que aparecen;
sino nombrarlos como lo que son: “experiencias mentales” (Kabat-Zinn, 1992)

Mindfulness es un entrenamiento que permite “accesar al laboratorio de nuestra propia mente”

el cual tiene sus propias características o facultades cuya percepción y regulación no son dadas
de forma innata. (Davidson, 2008) Las implicancias de este entrenamiento han sido
empíricamente demostradas en diversos estudios (Brewera, y otros, 2011) (Davidson,
y otros, 2003) que han relacionado el entrenamiento a cambios enzimáticos (Jacobs,
2011) y densidad cortical (Hotzel, y otros, 2011) (Vestergaard-Poulsen, Van Beek, Skewes, &
Roepstorff, 2009) los cuales se relacionan al fortalecimiento del sistema inmunológico y la
prevención de enfermedades neurodegenerativas.

La investigación de sus efectos ha sido dirigida también al campo de la psiconeuroinmunología

(Moscoso, 2010) donde se señala al lóbulo frontal como el encargado de identificar lo
“estresante” y, desde ahí interactuar con el sistema nervioso, el sistema endocrino y el
sistema inmune. Esta interacción tiene una función paradójica, pues si bien se encarga de
regular y preservar la salud del organismo, ante una larga exposición al estrés (crónico)
puede funcionar de forma irregular provocando muchos malestares neurológicos
(fibromialgia, por ejemplo), endocrinos (diabetes tipo II por ejemplo) y debilidad del
organismo para las inflamaciones (afecciones respiratorias). La terapia cognitiva conductual
basada en mindfulness aparece como una alternativa para devolver conciencia al
individuo de su experiencia y respuesta al estrés

En la capacitación que usted ha asistido ha podido experimentar dos prácticas la cual se une a
una recomendación principal y que constituyen, los consejos que se brindan a continuación:

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CONSEJOS PARA ESTAR PRESENTES AL MOMENTO DE INTERACTUAR CON NUESTROS HIJOS

(Menores de 5 años)

1) La práctica de Body Scan: No necesitas un lugar calmado, tampoco ponerte en una

postura forma de meditación, mucho menos necesitas cerrar los ojos. Solo necesitas
detener lo que sea que estés haciendo para poder sentir cada parte de tu cuerpo
mientras respiras profundamente. El solo hecho de ser consciente de tu postura te
regulará emocionalmente
2) Identifica al narrador: Fíjate que tienes una voz que constantemente te está lanzando al
futuro con planes de como serás feliz, alejándote de la experiencia que segundo a
segundo sucede en el momento presente. En donde está incluida la experiencia junto
con tu menor hijo.
3) Cuando estés con tu menor hijo, y te encuentras en estado mindful, te recomiendo
hacerte estas tres preguntas:

1 ) ¿Qué intenta que yo haga?

2) ¿Puedo hacerlo enfocadamente?
3) ¿Dónde está el límite?

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