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-— l a R E V I .ST A DF. V E I N T I T R E S P A I S F.

S *

AGOSTO -1948
CUBA.................... PESOS. 0.35 HONDURAS.... LEMPIRAS. 0,90 PORTUGAL....... ESCUDOS. 15,00
ARGENTINA......... PESOS. 1.50 PUERTO RICO. DOLARES. 0.35
EL ECUADOR.. SUCRES. 5.60 M EJICO ............... PESOS. 1.85
BO LIVIA . . . B O LIV IA N O S . 25,00 R. DOMINICANA. DOLARES. 0.35
EL SALVADOR.. COLONES. 1.00 NICARAGUA. CORDOBAS. 1,50 URUGUAY...............PESOS. 0,80
BRASIL......... CRUCEIROS. 7.S0
ESPAÑA............ PESETAS. 10.00 PANAMA.........BALBOAS. 0.35 VENEZUELA... BOLIVARES. 1.30
CHILE.................. PESOS. 15.00
FILIPINAS.............. PESOS. 1.00 PARAGUAY.. GUARANIES. 1.30 El relio del mundo,
COLOMBIA............PESOS. 0.90
COSTARICA... COLORES. 2.50 GUATEMALA. QUETZALES 0.35 PERU................... SOLES. 2.50 ¿•ulvelencla sobre PESETAS. 10,00 MEXICO - BUENOS AIRES - MADRID
MVNDO HISPANICO

/ i '
Está especialmente organizado para la financiación
de asuntos relacionados con el comercio exterior.

2
LA REVI STA DE 23 PAÍSES.

vI TO DE TURISMO 71 A S O C I A C I O N M E X I C A N A DE TURI SMO


DE G O BERNACIO N M E X I C A N TOURIST A S S O C I A T I O N

REPRODUCCION DEL CARTEL IMPRESO EN LOS TALLERES DE SANTIAGO GALAS, MEXICO, D, F,

3
MVNDO HI SPANI CO

i
LA REVI STA DE 23 P A I S E S

JO S E M A RIA ARECHEDERRA
A M B R O S I O IZU
JA IM E ARECHEDERRA
A N T O N IO ARECHEDERRA
LU C IA N O ARECHEDERRA

COMANDITARIA
M ARIA Z. V D A . D E Q U I N T A N A

F A B R IC A Y O FIC IN A S : ll.A D E Z A R A G O Z A , N.° 2 2 8


E r ic s s o n 26-60-84- - 2 6 -5 4 -6 9 M e x ic a n a Q -1 9 4 6 A p a r t a d o n .° 2 3 5 6 cable "H AG ES”

5
MVNDO HI S P ANI CO

6
P U B L I C A C I ÓN MENS UAL
N.o 7. - AGOSTO 1948
P R E S ID E N T E D E E C O N S E JO E D IT O R IA L :
A L F R E D O SANC H E Z - B E L L A D-I R E C T O R : R O M L E ¥
(M A NU EL M • GOMEZ COMES)

REDACCION Y ADMI NISTRACION

A lc a lá G a lia n o , 4. - M A D R ID
MVNDO HISPANICO Redae. - Jefes M anu el S uAbez -Caso
LA R E V IS T A D E V E IN T IT R E S P A IS E S
A part. 245 - D irec. teleg.: M UNISCO
Secret, de R ed.: R aim undo S usabta
MEXICO - BUENOS AIRES - MADRID

P o rtad a: LOS LLANO S D E V E N E Z U E L A , po r Sáez. - P ág. 7: ’’S IE M P R E D A R ” , por J u a n A paricio, y SUM A RIO. - P ág. 8: ’’LOS TO R O S” , por
A b d B onnard - Pag. 11: SALV A D O R D A L Í U N ESPA Ñ O L D E P R O ”, po r Carlos Sentís, c IL U ST R A C IO N E S D E L ’’Q U IJO T E ” , por D alí. -
"R E C U E R D O 'D E ^ lA N O T F T E ” M o í t CANJ Á B R IC 0 ’ P °r ’’P orrin o” . - Pág. 19: ’’M A N O L E TE ” , poem a del Conde de F ox á - Pág. 20:
« S n A ’ APirr a *1' R o dríSuez de R ,vas’ y ” L 0 S A N A LES D E L E S P E JO D E L H A R D Y ” , por A driano del Valle. - Pág. 22:
pm n ™ ' P ág ' -2 3: D 0 s B R IN D IS A ’’M A N O L E TE ” , por José M.a A lfaro y A. del Valle. - Pág. 24:
PO RTFt ” M T T P ^ p rí o I ^ ' Í ;SPA N A - ‘ P á g - 26: ’’M A D R ID CON FA L D A LA R G A ” . - P ág. 27: E L M O N A STE R IO D E
TVFBT A SARDINA1” F E R IA S R R M A ESTR A S D E B A RCELO N A Y V A LEN C IA . - P ág. 35: GOYA, por V alentín Sam bricio, y ”E L E N T IE R R O
L A . 'O R r ^ p n e G oya- ' P ág - 39: ” E L L E Ó N ESPA Ñ O L A LA IZ Q U IE R D A ” , por F. M uñoz H idalgo, O. P. -
Pag. 4L E L P R IM E R ° B s p O D E -M É X IC O , por A ntonio González y Mz. de O laguibel. - P ág. 43: LA CIU D A D D E ASUNCIÓN, por
H ISPA N O A M E R IC A N O 8' P ^ e n ™ £ RA<> A” ’ po r V íctor de la S erna- ‘ P á S- 47: E L C E R TA M EN CIN EM A TO G R Á FIC O
f la T n ?rt m T IS T R A rm N P S A E A R R E 1 A . E N ESPA Ñ A . - P ág. 52: G E R T R U D IS GÓMEZ D E A V E LL A N E D A , por M ercedes B allesteros
n iR F S p i^ ^ eJÍ>ra1l V TPáC' 5 4 :„S IR A L E X A N D E R F L E M IN G E N ESPA Ñ A y N U E ST R O S CO LABORA­
D O R ES. - Pag. 55. SECCIÓN ECONÓM ICA y B I B L IO G R A F ÍA . - Pág. 58: C A R T A S D E L O S L E C T O R E S y SECC IO N ES VA RIA S

SIEMPRE DAR
. , , „ . , „
Tanto se ha escrito y escribiremos sobre E spaña, que las p a la ­
bras no dejan ver constantemente cuanto a la manera romántica se
ha denominado su genio, su simiente vital, y cuanto al modo cris­
tiano ha de llamarse su alma, mas preferible que, empleando el racionalismo clásico, decir su razón. E l genio de España
la razón de la subsistencia de E spaña, el alma española, por encima y por debajo del Estado y de la Economía, no es
un alma rejractana, impermeable, intransferible y esquiva; sino la más vivaz, plástica, moldeadora, modeladora de
hombres y vocablos del mundo. E spaña, a pesar de su peninsularidad y de los montes Pirineos, no es un mundo aparte,
sino el matraz y la m atriz donde se han revuelto y se han engendrado estirpes, cultos, costumbres y conversiones. Desde
l\u evo M exico a las islas M alvinas hay nombres españoles en cada accidente de la Geografía que perdurarán hasta la
resurrección de la carne, esa carne de cuerpos bautizados españolamente; pero no es sólo la toponim ia americana o la
vida americana las que delatan su origen, más trascendente que su ser aborigen, sino que es el Diccionario europeo— voces
J oiograjias el que cada día se nutre y se renueva con sustancia española, con la influencia cotidiana de España
1 ara el siglo X I X acunamos el nombre sustantivo "guerrilla" y la calificación de "liberal", que traspasando las
Jronteras han trasladado p or doquier el sentimiento trágico de nuestra existencia en la centuria décimonona. L a ancha
tradición renacentista de ser liberal por liberalidad, por m agnanim idad de espíritu y la postura tridentina del libre
albedrío hispánico se habían corrompido en las apariencias o en las fórm ulas liberales. E s exagerado deducir que el
liberalismo es pecado, aunque pudiera definirse como pecado contra la libertad de cada hombre y de cada patria ■ pero
el liberalismo trajo la sustitución de la guerra grande por la guerra civil, por la guerrilla, o sea un descubrimiento pa­
decido y propalado por E spaña. Luego añadimos al léxico internacional la anticipación de que unos trabajadores podían
actuar nacionalmente reventando una huelga. E n Santa M aría de Coreó, pueblecito catalán que es tam bién conocido
comarcalmente como L Esquirol, hubo un conflicto laboral y un paro impuesto por algún Comité clandestino S in
embargo, ciertos obreros se aprestaron a no interrum pir su labor, siendo denominados desde entonces y en adelante "es­
quiroles . E l esquirol rom pía la solidaridad societaria, porque la sociedad de un p a ís o de una época es aleo más de
un rebano de personas unidas por un carnet de cotización y enganche. E l esquirol debió transformarse en el fascista
como despues al crear el concepto y la fra se de "quinta columna” hemos puesto un "robot" peligrosísimo en las ma­
nos de la subversion mas moderna. L as quintas columnas han nutrido los movimientos insurreccionales de la Resisten-
cía Jrente a A lem ania y las quintas columnas han servido a los soviets por delante y por detrás del telón de acero E l
mariscal Sm uts, al posesionarse dé la cancillería de la Universidad de Cambridge, pronunció un discurso contra el
comunismo, en el que sobresalieron los perfiles de este hallazgo: "T hat new technique is what, since the Spanish revo-
lution, has come to be known as the f i f t h column." L a técnica del golpe de Estado presentada a nuestra mocedad por
Lurcio M alaparte como sustitutivo de la tecnica de la guerrilla, había sido sustituida a lo último por otra guerra más
j n a , por la tecnica de la quinta columna propagada po r los españoles. 0
Pero ¿quiénes se han vuelto enfrente de las quintas columnas utilizadas como la carcoma o como la polilla dentro
de los cuerpos nacionales por los agentes de R usia? ¿Quiénes han precedido a Joseph Broz en la rebeldía ante Moscú
sirviendo los intereses militares, espirituales e históricos de sus países de nacimiento y procedencia? Pues antes que
lito y los otros Titos que le je g m r á n en la apostasia, A ndrés M alraux y Alfredo Koestler, quienes como Tito y sus
semejantes vinieron a E spaña en las Brigadas rojas, y fu é en E spaña, al contacto con su matriz genesíaca, con su
im pronta original, con su esencia independiente, donde cada cual encontró su camino de Damasco ¿Cuánto reflexio­
naría a solas el piloto M alraux mientras atravesaba altiplanicies y sierras para acabar enrolándose a las órdenes abso-
lutas del general De Gaulle y sirviéndole como portavoz de la lucha de la Cruz de Lorena contra el partido del Extran-
ín r !7 laSf f udah^ a d e s francesas? M alraux y Koestler se rehicieron en España, a cuyo genio plástico habrá que acha­
car todas las escandalosas rebeliones que surjan frente a Stalin. 1 9
E spaña no es u n p a ís satélite, n i pertenece a la clientela, en la que se cobijen los paniaguados que piden en lugar
del p a n y agua en el hogar del protector, los bienes necesarios en el momento económico. L a Providencia ha dispuesto
que E spaña sea la nación dadivosa de siempre. *
J U N R O

Prohibida la reproducción de textos e ilustraciones siempre que no se señale que proceden de MVNDO H IS P A NI CO

r i <fU IN 0 M B K E S ° CABACTEKES R E PR E SE N T A D O S p o r l o s p e r s o n a j e s q u e a p a r e z c a n e n l o s t r a b a j o s d e c r e a - EN ESTA COLUMNA 0E IO S NOMBRES,


n l it e r a r ia s o n i m a g i n a r i o s ; c u a l q u i e r p a r e c i d o c o n p e r s o n a s r e a l e s SE R Ä m e r a c o i n c i d e n c i a
EN BLANCO, DE LOS "VEINTITRES PAISES"
f o m h ! ? 3i> ^9;so s' C 5 0 • B o liv ia , B o liv ia n o s , 2 5 ,0 0 • B r a s il, C r u c e ir o s , 7 ,5 0 • C h ile , P e so s 15 0 0 ö Co SE S U B R A Y A R A N CON OTRO COLOR LOS
C o lo n e s ? n n ' . ° t 9 ° ® - C ° S ,a R 'C a' £ A °nne¡>í ¿ 5.*0 • C u b a , P « » . . 0 ,3 5 • El Ecu o d o 'r, S a c r e s , 5 ,6 0 . E l S a l v a d o r
1 50 ' í 0 • E,sP an<? ' P e 5®í.®s' lO jO O - F ilip in a s , P e so s, 1,00 » G u a t e m a la , Q u e tz a le s , 0 ,3 5 « H a it í, G o u r d e s QUE EN CADA N U M E R O S E A N RECOR­
ra a n ?J < J T 0 u r a s í L e m p ira s , 0 ,9 0 • M e ico , P e so s, 1,85 * N ic a r a g u a , C ó r d o b a s , 1,50 • P a n a m á , B a lb o a s 0 35 Pa-
g u o r yPe?oür an T n #J ,3v ° * P e 7 ' S*S ' V 2 *’5 ? o Pn0rtUgDa l ' E s c u d o s ' 15' 0 0 * * ' D o m in ic a n a , D o la r e ? , 0 ,3 5 ¿ U r u - DADOS 0 GLOSADOS ESPECIALMENTE
V' P e s o s ' ° / ß 0 • V e n e z u e la , B o lív a r e s , 1,30 • P a r a el resto d e l m u n d o , e q u iv a le n c ia s o b r e P e s e ta s 10.
>
em presa e d it o r a y d is t r ib u id o r a : e d i c i o n e s i b e r o a m e r i c a n a s , s . a . - CALLE d e M EN O R C A , 15 M A D R ID

"OPRESORES: TIPOGRAFIA Y ENCUADERNACION, BLASS, S. A. (MADRID) . HUECOGRABADO, HIJOS DE HERACLIO FOURNIER, S. L. (VITORIA)
OFFSET, INDUSTRIA GRAFICA VALVERDE (SAN SEBASTIAN)
mmmam

LOS TOROS
POR

A B E L B O N N A R D
DE LA ACADEMIA FRANCESA

H e asistido ú ltim a­ Entre estos dos e x ­


m ente a corridas de trem os se despliega
toros y lie v u elto a todo el arte, con sus
encontrar en ellas to ­ invencion es, prestigios
do el placer que había y adornos; arte a v e ­
tenido al verlas, desde ces ta n seductor q u e
hace m ucho tiem p o, el peligro parece en él
cada vez que venía a e sc a m o te a d o por el
España. Quisiera refe­ juego. E ntonces el es­
rirme a este deleite, tratando de esp ecifi­ pectador n ovel se convierte poco a poco en
car sus diferentes elem entos. aficionado, a m edida que su placer aum enta
Lo que ante todo cau tiva al profano, en y se depura por la experiencia. E n un prin­
una corrida de toros, es la presentación del cipio deletrea, para leerlo cada vez mejor,
espectáculo. E n un gran día de verano, el poem a de valor y de hab ilidad que cada
abrasado de sol, cuando en las graderías de m aestro del toreo escribe sobre la arena
la enorme plaza no queda un sitio vacío, del coso. ¡Cuántos m om entos se destacan
¿cómo no sumarse a los sentim ientos de un entonces del conjunto de la corrida por su
público inm enso, m ientras concentra tod a gracia peculiar! ¿Hay algo m ás bello que
su atención en el bello esos lances en que el
grupo de toreros ha­ toro, alucinado por la
ciendo el paseo, que flu ctu a ció n de las ca­
se han v estid o , para p a s , b u r la d o , chas­
arriesgar la vid a, los queado, casi escarne­
trajes más vistosos y cido, parece un zán ­
delicados, y cuya san­ gano rechoncho per­
gre puede a cada ins- dido entre las flores?
r tan te manchar los co­ ¿H ay algo más pasm o­
lores de las flores? Lo que primero seduce so que las banderillas m aravillosam ente
es esa ceremonia a un tiem po grave y rum ­ pu estas, cuando el toro, em bistiend o al hom ­
bosa. Y en seguida conm ueve y suspende el bre que le llam a y le provoca, se refrena sólo
drama m ism o, perfectam ente ordenado, que por las dos punzadas precisas que le infligen
se concreta por grados, desde su am plia ober­ dos m anos hábiles y serenas? N o conozco
tura, llena de capricho y de fantasía, hasta nada que mejor represente la victoria del
el instan te fatal en que un desnudo antago­ espíritu sobre la fuerza bruta.
nism o enfrenta al toro que ha de morir N o incurriré en la fú til com paración de
con el m atador que puede resultar m uerto. las corridas de toros con los espectáculos
ofrecidos por los de­ prem a, v a a clavarle
portes: com bates de el m ortífero estoque?
b o x e o , partidos de ¿Y qué es el toro, en
fútbol, torneos de es­ fin , sombrío y am ena­
grima y de tenis. Cual­ zador c o m o . una to r­
quier deporte nos da m en ta , con sus dos
lecciones de energía, cuernos com o rayos,
y en aquellos mism os sino una personifica­
en que la fuerza física ción de la D ificu ltad ,
parece serlo casi tod o, no se adquiere nunca ta l com o tenem os que vencerla en nuestro
una superioridad em inente más que con terreno, la cual es tam bién brutal, marraja
intervención de la inteligencia. Lo único que y cornuda?
me interesa n otar aquí es que algunos de Si param os de nu evo la atención en el
esos ejercicios, como las carreras de caballos torero, encontrarem os el m ism o valor gene­
o la venación m ontada, tien en más estilo ral en las cualidades que deben adornarle.
que otros, es decir, dan lugar a una presen­ E s a la vez un artífice que cincela su crea­
tación que regula y ennoblece el esfuerzo ción sobre un fondo de peligro, un virtuoso
hum ano. Pues bien, esta cualidad la encuen­ que nos hace olvidar ta l peligro con su arte,
tro y o, en grado superlativo, en las corridas un actor que trabaja en una tragedia v e r ­
de toros, y hace de ellas un espectáculo no dadera, donde la m uerte está realm ente pre­
sólo atrayente, sino sim bólico y ejemplar. sente. H a de ser pura inervación en su duelo
A l emplear estas ú ltim as expresiones, con el toro y su anhelo de gloria; pero, al
quiero decir que de m ism o tie m p o , debe­
tod as la s peripecias rá c o n s e r v a r abso­
de la corrida no bay luto dom inio de sus
ninguna que no sea nervios, perm anecien­
rica de sentido gene­ do im p asib le, im per­
ral; que no com pen­ tu rb able, para oír, sin
die y resum a en sí que su faena se des­
m ism a, para brindarlo luzca, los gritos y las
a nuestra atención, lo in v ectiv a s del público.
que queda disperso y confuso en las lu ­ A sí, pues, no hay ninguna de las cualid a­
chas de nuestra vid a . Cuando un gran t o ­ des que son indispensables al m atador de
rero m uestra tan to valor como arte, se dice toros que no pueda aparecer en cualqu ier
que trabaja entre los cuernos del toro. ¿Y ensayo donde se ponga a prueba la cap aci­
qué h a c e , en circunstancias críticas, el dad hum ana.
hom bre de E stad o sagaz y lleno de sangre E n los más graves m om entos de la lid ia,
fría, sino trabajar entre los cuernos de los cuando, como por ensalm o, el diestro pa­
acontecim ientos? Llegado el últim o acto de rece haber reducido a docilidad a la b estia,
la tragedia, concentra el diestro toda su antes indom able, que gira a placer en torno
atención y su volu n ta d en cuadrar el toro. de su propia inm ovilidad , ceñido y acosado
¿Y qué hace el artista en el m om ento de por un peligro que desdeña risueño, ¿no
emprender un a gran obra, reuniendo todos pone de resalto ante nuestros ojos — y h a ­
los recursos de su ta le n to y las fuerzas de ciéndola espléndida— la cualidad suprem a
su espíritu, sino cuadrar su asunto? ¿Qué del hom bre de acción: la calm a; y no la de
im agen más perfecta un espíritu adorm e­
de la decisión (con la cido, sino la que, por •* ,!í
cual ha de sim ultanear
la clarividencia m ás
el contrario, se co n ­
cierta con una a ten - m
. sv — j
VA-** i

.M
aguda y el denuedo ción v i g i l a n t í s i m a , VV t ,
absoluto), que la que con una energía dili- .>/ ■■- I « ^ . v ' l í
,;Á' nos da el m atador g en te, de m odo que el i0
4 cuando, solo frente al torero es, en aquel
toro, en la suerte su- trance, el m odelo vi-
sible y la esta tu a p o ­ cuando se d e s a t a en
licrom a d e l hom bre clam ores, o y a , en fin , y»-,
que cada un o de n o s­ en los in sta n tes, ta n IVr f c f / y ,!ji
otros debiera ser en la b ellos, en que el on­
bora crítica de su com ­ dear innum erable de
b ate p ú b l i c o o se­ los pañuelos es un rue­
creto? go im p acien te y m udo. /V IP y ' C ' V ,
Que las corridas de D e las corridas que
toro s no tie n e n v e r ­ be v is to , las que re- .
dadero valor m ás que cuando son e x ce le n ­ cuerdo con m ás gu sto no son las m ás solem ­
te s, es cosa que confirm a y acen túa su se ­ nes, donde a los sones de una m úsica ja ca ­
m ejanza con las otras artes. Las m alas c o ­ randosa los m ejores diestros hacían el p a ­
rridas no cuentan ; no h a y m ás rem edio que seo con su cuadrilla, m arcando un poco el
olvidarlas. Son corridas; pero sólo en la m e­ paso, v estid o s con trajes de su aves colores,
dida en que los m alos cuadros son pintura. cubiertos de una capa de oro y de luz. Pre­
Concibo que b aya españoles a quienes fiero recordar otras no ta n m agn íficas, pero
desagraden los toros. E s asunto de gusto popularísim as. Por ejem p lo, las que be pre­
person al al que no h a y nada que oponer. senciado en esos p u eb lecitos de C astilla que
Pero m e dolería saber que hubiera quien interrum pen por un día su v id a austera y
deseara la desaparición de la fiesta . Porque en que b a sta los m ism os v iejo s que no v a n
no h a y duda que las corridas conservan, c i­ a la plaza guardan la fie sta sentándose gra­
fran y defin en el alm a v em en te ante la puer-
y el genio de E spaña. ta de su casa a ver p a ­
y
N o v a a ellas to d o un sar a los espectadores.
p u eb lo sólo por d iver­ Otra im agen que, no
m *• va
t i r s e y apasionarse, sé por qu é, m e gusta dt*
sino por recobrar con­ to d a v ía más: F u é en
ciencia de sí m ism o, Sanlúcar de B arram e­
por v o lv er a en con ­ da, al declinar de un a
trarse y reconocerse espléndida jornada es­
en ese espectáculo elegan te, artístico, p e li­ tival; por el horizonte de un m ar de seda su ­
groso, en esa no fin gid a tragedia, bajo el bían grandes y blandas nubes henchid as de
esplendor del sol. la dulzura del tie m p o . N o había entre el p ú ­
E sta fuerza asocian te no opera solam ente blico otros extranjeros que m is am igos y yo.
entre los españoles. T am bién en M éjico, en U nos novilleros jóven es, de nerviosa y ele­
L im a y aun en otros países geográficam ente gante traza andaluza, se arriesgaban con
lejanos de E sp aña y separados por la h isto ­ increíble tem eridad, para arrancar el aplauso
ria, las corridas hacen sentir a pueblos e n ­ de aqu el público exp erto. Y , en efecto,
teros la perm anencia de su un ión con lo e s­ cuando lo m erecían, la ovación llegab a, y
pañol, por in stin to y cultura. A llí m ism o, ensanchaba aquellos corazones casi in fa n ti­
la gigantesca corola del público form a par­ les co n una ráfaga de gloria...
te de la lid ia , y a cuando la m u ltitu d retiene ( T r a d u c c i ó n de J . L . V á z q u e z D o de r o . )
su alien to con atención ávida y silenciosa, ya ( D i b u j o s por A n t o n i o Ca s er o . )
/

ESPAÑOL DE PRO
la m á s r e m o ta h is to r i a d e l a r te , e m erg e n los n o m b r e s d e ' F i d i a s y P r a x ite le s . D e s d e e sto s d o s

D
e sd e

n o m b re s , la H u m a n i d a d no h a c e s a d o d e lu c h a r p o r u n id e a l d e p e r fe c c ió n . D u r a n t e la E d a d
M e d ia , la h is to r ia d e l a r te se s u m e r g e e n u n o s c u r o a n o n im a to h a s ta q u e , c o n e l R e n a c im ie n to , v u e lv e n
a s a lir n o m b r e s c a s i d iv in o s : R a f a e l, L e o n a r d o , G io r g io n e , etc. L u e g o , los ú ltim o s e fe cto s d e la R e v o lu c ió n
fr a n c e s a v ie n e n c o n el t r iu n fo d e B o u g u e r e a u — lo s t r i u n f o s d e la b u r g u e s ía —, q u e p o r c ie rto r e p r e s e n ta n
lo p eor d e lo p e o r. E l im p r e s io n is m o a p a r e c e com o u n m o v im ie n to c o n tr a e sta m a n e r a b u r g u e s a . M á s
ta rd e M a t i s s e y P ic a s so i n te n ta n épater le bourgeois, m a s la b u r g u e s ía m u y p r o n to se a c o s tu m b r a a ello
y lo a s im ila .
» In g r e s f u é el p r im e r o q u e r e a lm e n te c h o có a la b u r g u e s ía . P ero s u s íd o lo s f u e r o n los p r im itiv o s . E l
e sfu e rzo f i n a l d e C é z a n n e f u é la r e c r e a c ió n d e P o u s s in d'après nature. P o r o tro la d o , el a r te c o n te m p o ­
rá n eo con la d e s in te g r a c ió n d e los a b s tr a c to s ismos, a m e n a z a d e n u e v o s u m e r g ir la h is to r i a d e l a r te e n
u n to ta l y a n ó n im o p s e u d o - d e c o r a tiv is m o . P ero, j u s t a m e n t e e n este m o m e n to , u n n u e v o n o m b r e e m e r g e :
D a lí, q u ie n , e x a c ta m e n te có m o to d o s los o tro s g r a n d e s n o m b r e s , s ig u e la a n t i g u a tr a d ic ió n .
» G u s te o n o g u s te a la s g e n te s, s e a p a r a b ie n , sea p a r a m a l, la h is to r ia d e l a r te e n c u e n tr a e n D a lí
u n n u e v o p u n to d e p a r tid a .
» L a p i n t u r a h a m u e r to . ¡ V i v a la p i n t u r a !
» P e r m íta s e m e r e c a p itu la r d e n u e v o .
» R a f a e l d eseó r e c r e a r P r a x ite le s .
» P o u s s in d eseó r e c r e a r la b e lle z a g r e c o -r o m a n a .
» In g r e s deseó r e c r e a r R a f a e l.
» C é z a n n e d eseó r e c r e a r P o u s s in .
» E l m is m o P ic a s so , c u a n d o n o se s ie n te d e m a s ia d o a n a r q u is ta ib é ric o , d e se a r e c r e a r In g r e s .
» E n to n c e s d e ja d m e d e c ir a m í q u e D a l í d e se a r e c r e a r a R a f a e l p o r q u e la b e lle z a e s u n a e in d iv is ib le
Reproducim os en estas p á g in a s los
y f r í a , e x c e p c ió n h e c h a d e lo s m o m e n to s o s c u r o s d e la b a r b a r ie e n la h is to r ia .
d ie z dib ujo s a todo co lo r con q u e
» ¡ L a e te r n a f u e n t e d e la a n ti g u a b e lle z a ! S a lv a d o r D a lí ilustró una edición del
SALVAD O R D A L I» LA R E V IS T A DE 2 3 P A IS E S «Q uijo te», la n z a d a en N u e va York.
11
I nfocando directamente la persona de Salvador Dalí me apresuraré a de- trio a m uy temprana edad, para vivir en California durante años después
cir que, a pesar de estos elogios de Salvador Dalí firmados por Salvador de una tan larga como brillante etapa parisina, Dalí conserva prístina la
Dalí, el gran pintor español es un sujeto ecuánime, modesto y m uy fríamente huella de su tierra. Los veranos que pasó en la Costa Brava catalana durante
inteligente. Sucede, simplemente, que Dalí está convencido de su huella en sus años de París, m antuvieron en él, viva y fresca, la raíz española. Rivales
la historia del arte y cree que no hay motivo para moverse en los estrechos en casi todo, Dalí (pintura aparte) tiene, sobre Picasso, su edad — cuarenta
límites de una falsa modestia o de una hipocresía emperifollada. y cuatro años —, su falta total de amargura o resentimiento, y su saber vivir
Salvador Dalí, una de las personas más conocidas hoy día en N orte­ entre la sociedad más alta y cosmopolita del mundo — eso, probablemente,
américa, regresa ahora, seguro y parsimoniosamente, hacia los caminos de heredado por vía m uy directa de su paisano José María Sert — y un saber
la pintura clásica — y clásica española — después de haber alumbrado en su administrarse, sin jamás dar la sensación de ello, realmente excepcional.
primera juventud, durante sus años de París, un movimiento que ha llenado Y luego, como si eso fuera poco, su saber escribir, su inteligencia natural
la pintura de entre las dos guerras. De todos los pintores un día surrealistas, extraordinaria. Con fabulosas faltas de ortografía y en una mezcla curiosísima
sólo Dalí, hoy totalmente de regreso, se mantiene en un primer puesto. de castellano, catalán y francés, Dalí describe sensaciones y recuerdos infan­
Dalí... Picasso... Es absolutamente impresionante considerar imparcial- tiles, como sólo sería capaz un gran poeta o un gran escritor introspectivo.
mente que los dos pintores hoy más en boga, más originales, más ensalza­ Su capacidad literaria influye muchísimo a mantenerle constantemente en
dos del mundo, sean, precisamente, dos españoles. Sin estos dos nombres, un primer plano de actualidad. Casi sin quererlo, anda siempre metido Dalí
la pintura actual sería una'm onótona repetición de lo que fué la pintura del en todos los asuntos que atraen a las gentes. Hace unos meses, en las des­
siglo XIX. Así como un día Goya — otro español — abrió el cauce por el cripciones de las habitaciones donde los Príncipes de Edimburgo pasaron
cual habíase de proyectar, muchos años más tarde, el impresionismo de los su luna de miel, se podía leer que un cuadro de Dalí presidía la decoración
franceses, Dalí y Picasso abren nuevos moldes que se utilizarán, probable­ de la habitación que se reservó a la pareja en el palacio campestre de los
mente, durante muchas décadas. M ountbatten. Lo pintó Dalí allí mismo cuando fué huésped de lady Mount-
Picasso... Dalí... Dos nombres de españoles contemporáneos. Dos nom ­ batten para pintarle el retrato. Cuando el escandaloso asunto de la bomba
bres de españoles... Sin embargo, sólo en eso se parecen. Los une solamente atómica y sus secretos comunicados a los rusos, el nombre de Dalí volvió
esta su condición. Todo lo demás les separa. Y más que su orientación por a salir en la gran prensa norteamericana aunque, naturalmente, muy in­
los caminos actualísimos del arte, sus pasos y posiciones por los escollos de directamente. El profesor Hakoon Chevalier, el que habitualmente traduce
la política y de las ideologías. Mientras Picasso, un día comunista, se esta­ sus obras al inglés, fué acusado de haber pasado información al cónsul de
biliza en un confusionismo político, que saliéndose del comunismo está en Rusia en los Angeles. Después Chevalier quedó rehabilitado. Parecía como
los umbrales del anarquismo, Dalí, conservador esencial, ordenado, religioso, si al final, sólo se tratase de dar una vuelta más a la manivela de la propa­
siente con alegría circular por sus venas la sangre tradicional de la vieja ganda del gran pintor del Am purdán. Me contaba Dalí, hace pocas semanas
Cataluña, que es decir tanto como de la vieja España. Salido del hogar pa­ en Nueva York, donde pasa anualmente unos tres meses, abandonando
para esta temporada su casi conventual retiro de California, que su padre, las personalidades mundiales. Desde su «columna» del «New York Post»,
también Salvador Dalí, notario de la ciudad de Figueras, provincia de Ge­ Elsa Maxvell dirige el ambiente que se conoce por «Cafe Society» neoyor­
rona, pegaba en una libreta los recortes de las primeras críticas que se quino e incluso otorga anualmente títulos de «best dressed woman in
publicaron en Barcelona cuando Dalí, todavía un muchacho, exhibió sus America». N e v o u s ap p ro ch ez p a s, m adam e. J e v o u s déteste, le dijo Dalí ante
modestas telas. «¡Cuántas libretas necesitaría ahora mi padre!», comentaba un gran grupo de gente, al salir de la Opera.
Dalí. En efecto, tanto en el año 1946 como en el invierno pasado, he podido Y es que Dalí ha alcanzado aquel dificilísimo punto de gracia en el que
ver cómo todas las noches llega, mandada por una Agencia, a su siempre uno se puede permitir «plantar» a las gentes o, por ejemplo, no hablar ni
igual habitación del Hotel St. Regis, un sobre conteniendo los recortes de a tiros su idioma. No es exactamente cierto que Dalí no sepa inglés. Pero
prensa que, por una u otra cuestión, se ocupan de Dalí. La crítica la mide hace al revés de muchos: hace como que no lo sabe. Algún tiempo atrás
Salvador por peso, por kilos. Le tocó Dalí el trigémino a Norteamérica: Su decía que sólo sabía dos palabras: C on n ecticu t y M a s s a c h u s se ts. Todavía este
padre ahora no necesitaría libretas, sino baúles. Cuando Dalí recibe el sobre invierno, muchas veces, yendo con él, se ha sacado un papelito del bolsillo
diario, aprecia el grueso y el peso y, sin abrirlo, dice, antes de encerrarlo y lo ha enseñado al taxista, para que éste leyera una dirección. U n día me
en un cajón: «Hoy está mejor que ayer, pero peor que anteayer». hizo este numerito sin acordarse de que, poco rato antes, en el camerino de
Su éxito en Norteamérica lo obtuvo ya Dalí cuando su primer viaje, Judith Anderson, le había sorprendido hablando, muy seriamente, busin ess
poco tiempo antes de estallar la última guerra mundial. Entonces se convir­ en suficiente inglés. «Hay dos cosas que por incapacidad total para poder
tió en el eje de una vivísima polémica al romper de un garrotazo una de las aprenderlas, he renunciado a ellas: el inglés y la ortografía.»
grandes lunas que abre, en plena Quinta Avenida, la conocidísima casa A pesar de que sus tres meses neoyorquinos son para Dalí de descanso,
«Bonwit Teller». El había dibujado el montaje del escaparate. Al no ajus­ «sociales» y de «administración» o ventas, durante largos ratos, en su ha­
tarse la realización con su proyecto, consideró que la casa había malbaratado bitación, retoca y trabaja en alguna tela. El año pasado retocaba una y otra
su «obra de arte» y que, por consiguiente, él tenía derecho, en nombre del vez la célebre cesta de pan que en Norteamérica se ha convertido este in­
arte, a demoler la instalación o adulteración artística. Dalí fué detenido — él vierno, en la auténtica bandera para la propaganda del Plan Marshall. Este
cuenta los pormenores en su libro «Mi vida secreta» — e, inmediatamente, último invierno trabajaba en una acuarela que ha regalado a los Príncipes
una enorme polémica se levantó en Nueva York entre los partidarios del de Edimburgo, en ocasión de sus bodas. En esta acuarela, los varios ele­
arte (Dalí) y los defensores de los derechos intangibles de la propiedad in­ mentos que componen el escudo real inglés, cobran vida propia e inde­
dustrial y de la propiedad propiamente dicha (tesis mercantil). Desde aquel pendiente. Los leopardos, el unicornio, el arpa... La corona es una isla
día la fama de Dalí, tan potente ya en París, quedó íntegramente trasplan­ flotando en el mar. En un rincón imaginario se entrevé, como siempre
tada al nuevo mundo. un imaginario paisaje que, como siemDre, es una perspectiva de la Costa
Este último invierno, Dalí rompió «otra luna». A eso equivalió el haber Brava catalana, que constituye, para Salvador, una «marca de fábrica». Yo
«colgado» el saludo a Elsa Max vell, la íntima de la Greta Garbo y de todas enseñé a una muchacha norteamericana, que prácticamente no sabe nada de
España, una postal de la Costa Brava: «¡Qué magnifico! Pero pocas veces he visto volverse tantos ojos y darse
Pero si parece un paisaje de Salvador Dalí...» Dalí per­ la gente tanto con el codo, como yendo al lado del es­
tenece al reducido grupo de los pintores que se han pañol del que se habla y escribe más en Norteamérica.
quedado, que han «robado» un paisaje. Velázquez se En el país dél mundo donde más difícil es emerger de la
apoderó, también para la posteridad, de los encinares y masa, debido precisamente al aluvión de publicidad,
del paisaje que rodea Madrid. Dalí ha logrado la cifra, a mi entender, máxima: apa­
A pesar de sus años viviendo en Norteamérica, Dalí recen chistes o historietas en los periódicos, donde él
continúa fiel a los paisajes de la vieja España. Los otros, o sus relojes «blandos» o sus paisajes del Am purdán
dice él, no impresionan su retina. Puede pasar muchos son reconocidos o identificados por las gentes sin que
años, Dalí, viviendo como el camello — camello espiri­ sea necesario poner su nombre ni dar una- explicación.
tual — de las imágenes registradas en su fletina. Dalí no Este invierno pasado, en el «New York Herald T ri­
ha pintado el paisaje americano. En California siempre bune», Dalí salió incluso de colaborador del general
pinta entre cuatro paredes. Su luz es la de la costa de Marshall — ingresó en el Plan Marshall, diríamos — en
Gerona al atardecer; sus rocas, aquellas del Mediterrá­ un artículo que publicó en defensa de su plan el actual
neo. U na memoria óptica extraordinaria, le permite pin­ Secretario de Estado norteamericano. En el reverso de
tar, en Norteamérica, la luz de Port Lligat a las cinco la portada a todo color, el «New York Herald Tribune»
de la tarde. «Recuerdo perfectamente la luz y el paisaje A TIME TO ACT... by GEORGE C. MARSHALL publicaba este comentario, que queremos reproducir,
de los Monegros — cosa que también pinta m uy a me­ sobre la labor de Dalí: «La mayor parte de nosotros
nudo — por un viaje que hice en coche de Barcelona a hemos asociado siempre a Salvador Dalí con relojes
Portada d e l suplem ento «This W eek», d e l «N ew York
Madrid...», me aseguraba un día, en un bar neoyor­ H e ra ld Trib une», que rep ro duce a todo co lor la fa ­ desmayados y pianos de cola suspendidos en los árbo­
quino. mosa «Cesta de p an » d e l p in to r e sp a ñ o l S a lv a d o r les. Resulta una sorpresa encontrarle pintando un trozo
D a lí, como ilustració n d e un artículo d e l g e n e ra l
Tostado por el sol de Del Monte (California) y con M a rsh a ll en d efensa d e l p la n de a y u d a a Europa de pan vulgar, del pan nuestro de cada día, que es
los únicos grandes bigotes — un poco al estilo del viejo exacto a... un trozo de pan vulgar, a nuestro pan de
guardia civil español — que hay en Norteamérica, Dalí, por las calles de cada día. Hemos elegido el cuadro de la reciente exposición de Dalí como la
Nueva York, representa una estampa romántica de un mundo que se fué. mejor expresión de lo que el mundo piensa, habla y se preocupa en el 1948.»
Pero, por las calles, las gentes se vuelven a su paso no por sus bigotes, sino Este verano, Dalí se dirige a Cadaqués, su pueblo natal, en plena Costa
porque le reconocen y le identifican muy personalmente. Me ha tocado Brava catalana.
andar, siempre guardando la derecha, junto a bastantes personajes famosos. C A R O N T f
-

a r : T i& S te r *

LAS FAMOSAS REGATAS DE TRAINERAS

E
L origen de las regatas de traineras va íntima­
mente ligado a unas faenas de pesca: las de
la sardina. Durante todo el siglo XIX y parte
del XX, los patrones del Cantábrico y la costa
septentrional del Atlántico ignoraban que la
gasolina pudiera cantar su alegre run-run en el mo­
tor para ir a la aventura mar adentro. Entonces, el
motor eran las velas y los brazos de los remeros. El
viento era quien había de guiar a puerto seguro
—o al naufragio— a la embarcación. En la literatu­
ra medieval, en los viejos cancioneros galaico-por-
tugueses, ^gura este verso, que aún hoy se canta
en las aldeas marineras de Galicia:
Nosa señora d’a Barca
Dánolo vento de popa
‘ Que somos os de Mugardo
Traemos a vela rota.
Habían quedado rendidos los marineros sobre
las "tostas"; la vela, rasgada por el viento', de nada
servía. Solo la voluntad de Dios mandaba en la vida
de aquellos argonautas. A Nuestra Señora de la
•Barca —¡que bella advocación!— le piden interce­
da por ellos ante su Hijo.
* * *

Pero la pesca de la sardina era también compe­


tencia. De ahí el origen que deportivamente tuvie­
ron más tarde las regatas de traineras, pues el de­
porte es lucha.
Sucedía a veces que se sabía de un banco de sar­
dinas. Hacia allá salía la trainero, con su dotación
de remeros y el patrón como timonel. Pero, al mis­
mo tiempo, la noticia de la presa había llegado al
pueblo de al lado y, quizás también, a un tercero.
Llegar antes, localizar exactamente el banco, reali­
zar velozmente las faenas de pesca y... regresar, re­
gresar con la mayor celeridad a puerto, para ser los
primeros en vender. He ahí el origen de las regata*
de traineras que tanto apasionan ahora en todo el
litoral cántabro y norte-atlántico.
Fué un origen comercial, como se ve, para pre­
sentar los primeros la venta en el mercado. Lay fe­
nicia que más tarde se desarrollaba en las grandes
competiciones remeras, porque ¡ay de aquella trai-
¡Pero qué magnífico, en
cambio, es el sabor de lo
victorial Llegar al pueble-
cilio marinero, portando la
bandera victoriosa; ser re­
cibidos con música, cohe­
tes, por el vecindario eh
masa en la calle, las auto­
ridades y el pueblo en co­
mitiva; la alegría de las si­
renas de los vaporcitos, la
flotilla anclada en la ense­
nada; los viejos patrones
sonrientes, alegres, mien­
tras el sol declina y en las
aguas de la ría la luz pinta
también el optimismo del
triunfo. Y después, el des­
file de las banderas, de to­
dos los trofeos ganados,
con las autoridades engo­
ladas al frente; los chiqui­
llos detrás, ¡unto a los
"chistularis" y tamborile­
ros en las provincias vas­
congadas, y a la vera del
gaitero y el bombo en las
de Galicia,
Todo esto lo he visto
muchas veces en Orio, en
San Sebastián, en su puer­
to viejo —reducido y tan
pintoresco—, en Pasajes,
en Fuenterrabía y en Zu­
maya, en Guetaria, en On-
dárroa y en Lequeitio, en tfffï i Tj
Bilbao, en Pedreña, en La 1 IJUP1 1 ■í:. p i i
Coruña... Sí, del Cabo H¡-
guer al Finisterre. Porque
las regatas de traineras,
estas competiciones, son
eminentemente cántabras.
* * *

Hay un ejemplo, mara­


villoso y terrible al mismo
tiempo; un hecho rigurosa­
mente histórico, por el cual
el lector puede tener una
idea de lo que era una re
gata de traineras en el
siglo XIX. Fué en di­
ciembre de 1895:
Un desafío, un
terrible desafío entre
los puertos de San Se­
bastián y Ondárroa. Neva
ba copiosamente cuando
las traineras al mando de
Carril (donostiarra) y Beitia
(vizcaíno)iniciaron la rega­
ta de Lequeitio a Gueta­
ria... 10 millas en línea rec­
ta, sobre embarcaciones
de 800 kilos de peso, no
esas frágiles, aerodinámi­
cas, de hoy, que apenas
pesan los 200 kilos. El reto
lo había lanzado Ondá­
rroa, y el pueblo en masa
se había jugado cuanto te­
nía: como vulgarmente se
dice, ''hasta las pestañas".
La regata fué tremenda,
seguida por miles de es­
pectadores situados en los
puntos más estratégicos
del litoral. La nieve no dejó
de caer durante toda la
prueba. Al principio se
adelantó ligeramente la
embarcación de Ondá­
rroa, pero a mitad ya del
recorrido se había coloca­
do primera la tripulación
donostiarra. El público em­
pezó a dudar, pues gene­
ralmente se creía que ha­
bría de vencer Ondárroa.
No obstante, fueron los
muchachos de Carril quie­
nera que llegara tarde cuando el puerto estuviera ya abastecido del vulgar, pero nes alcanzaron primero la altura de Guetaria y se proclamaron vencedores.
sabroso pescado! Yo vi muchas veces en el puerto de La Coruña vaciar en el mar, La desilusión en Ondárroa fué enorme, mientras que la parte vieja de San Se­
de donde habían sido extraídas, miles y miles de sardinas... Regata en balde, es­ bastián festejaba el triunfo de Carril, que aun hoy narran con gran emoción los
fuerzo inútil. Y a esperar. A esperar a que en la nueva competición hubiera más viejos lobos de mar que la presenciaron.
suerte, rindieran más los hombres de babor y estribor. Se cuenta que en Ondárroa los remeros de esta villa fueron recibidos por las
pescadoras con hierros candentes. El patrón, Beitia, tuvo que emigrar y establecer­
* * * se en el puerto santanderino de Castro Urdiales. Hace tres años, cuando iba a p re ­
s e n c i a r las regatas de Santander, me detuve unos momentos en Castro. Pregunté
Pues estas son, ni más ni menos, hoy en día, las regatas de traineras. En lo único por Beitia. Me dijeron que había muerto; pero que aun vivía un hijo suyo, quien no
que se diferencian de aquellas de antaño es que, en vez de pescar sardinas, lo que quería por nada del mundo volver a Ondárroa. Gentes malintencionadas dijeron
se va a pescar es buena cantidad de pesetas, buenos premios que por unos meses por entonces que Beitia padre se había vendido a sus contrarios en aquella famoso
harán las dSIicias de la familia... si es que se gana. Porque, si se pierde, sucede regata entre Lequeitio y Guetaria. Esta es cosa que nadie ha podido confirmar; lo
exactamente igual que en los tiempos de la pesca de la sardina: trabajo inútil, que sí, en cambio, se ha podido demostrar es que Ondárroa se arruinó y que hasta
gratuito; trabajo costosísimo, porque prepararse para unas regatas de traineras 1915 no volvió a salira regatear. Y a partir de ese año, tampoco han vuelto los viz­
ue se celebren en San Sebastián, Bilbao o La Coruña, cuesta muchos miles de caínos de Ondárroa a participaren una regata de traineras. Todavía hoy seso-
3 uros, varios meses de tener abandonado el trabajo profesional y muchas des­ cuerda con tristeza en Ondárroa la derrota de aquel diciembre de 1895.
ilusiones.
Años más tarde, en 1919, la repre­
sentación de San Sebastián, patro­
neada esta vez por Kiriko, alcanzaba
En l os r e g a t a s d e t r a in e r a s se ju e ­ en el Abra bilbaína otra gran victoria.
g a t a m b ié n el p r e s t ig io d e lo s v ie ­ Para este tiempo ya se habían depu­
jos p a t r o n e s d e l C a n t á b r ic o . T o d o s rado técnicamente los estilos de bo­
lo s p u e b lo s d e la co sta , d e s d e el
M iñ o a l B id a s o a , y a ú n m á s a llá d e gar. Pero existían diferencias en las
la fr o n t e r a f r a n c e s a , p o r la m ism a embarcaciones, que unos puertos
r ib e r a d e l g o lf o d e V iz c a y a , c o n o ­
ce n la e x p e r ie n c ia y la s a b i d u r ía d e
construían mejor que otros; imponién­
M iq u e le n a , el d e O r io , o d e B a d ia , dose, én consecuencia, el cambio de
p a tr ó n d e lo s s a n t a n d e r in o s d e Pe- trainera en las competiciones oficia­
d re n a . En la s " f o t o s " s e g u n d a y
c u a rta d e e sta p á g in a , v e m o s a B a ­
les. Para que no hubiera necesidad
d ia a s ie n d o la b a n d e r a d e c a m ­ de ello, el Ayuntamiento de Portuga-
p e ó n — P e d re ñ a c a m p e ó n — y a l lete hizo doce lanchas —para la do­
p a tr ó n d e O r io , s a lu d a n d o c o n la
b o in a en la m a n o , a b o r d o d e u n a
cena de participantes inscritos— de
v a p o r a . La p rim e ra " f o t o " o fre c e las mismas características, y las sor­
u n a m u e stra d e la e x p e c t a c ió n q u e teó entre ellos.
p r o m u e v e n e sta s r e g a t a s . Y en la
te rc e ra se r e c o g e el a g o t a m ie n t o
Esta famosa regata fué por el sis­
fís ic o d e la t r ip u la c ió n d e u n a t r a i­ tema de eliminatorias. Sucesivamente
n e r a - l a d e F u e n t e rr a b ía , en este fueron quedando fuera las tripulacio­
c a s o — a l c o n c lu ir l a s d u r ís im a s nes más flojas, hasta que se formó un
p ru e b a s .
solo cuarteto, del cual resultó vence­
dor San Sebastián.
En esta prueba de 1919 está el
origen de las tres ciabogas —la vira­
da de la trainera, en torno a la bali­
za, para retornar por las mismas
aguas que ha surcado en el viaje de
ida— sistema sostenido hasta hoy en
Santander y Bilbao, en contra del cri­
terio eminentemente clásico de las re­
gatas de San Sebastián, con una sola
ciaboga; es decir, con solo un recorri­
do de ida, hasta la baliza, y otro de
vuelta, hasta la meta de salida, que
también lo es de llegada.
'* * * *
Debe señalarse que quienes mejor
han conservado el espíritu de las re­
gatas de traineras primitivas han sido
los puertos guipuzcoanos. Y ha sido
el Ayuntamiento de San Sebastián
—donde desde hace años funciona un
experto comité organizador—quien
les ha dado forma técnica. Algo pare­
cido a lo que los ingleses han hecho con el fútbol. Las regatas en la Concha de San Sebastián son fa­
mosas internacionalmente. Para el veraneo donostiarra representan lo mismo que las carreras de
caballos, las tiradas de pichón o el viejo circuito automovilista de Lasarte. Ha sido un acierto del
municipio donostiarra conservar el espíritu antiguo- de estas justas que se vienen celebrando anual­
mente en el mes de septiembre en el magnífico escenario de la bahía de San Sebastián.
Estas regatas son, como ya he dicho antes, de ida y vuelta, de una sola ciaboga. Constituyen ver­
daderas regatas en mar libre, de mar abierto, ya que donde se decide la victoria es después de la
barra de la bahía donostiarra una vez que las embarcaciones han traspasado la línea trazada por
los dos mojones que son los montes Igüeldo y Urgull. Para comprender este regateo conviene expli­
car que las salidas de la bahía de la Concha hacia mar abierto están dominadas, a la derecha, por
el Monte Urgull y, a la izquierda, por el Monte Igüeldo, quedando en medio la isla de Santa Clara.
De estas posiciones —que los técnicos regateriles donostiarras llaman "puntas"— hacia adelante,
todo es mar libre. El recorrido es de tres millas —que son 5.556 metros— y para efectuar el viraje
se colocan, con arreglo a una enfilación escrupulosamente estudiada; tres, cuatro o cinco botes, que
delimitan las calles a lo largo de las cuales debe regatear cada trainera según el sorteo que se hace
ej día anterior. En cada bote se coloca una bandera, y es indispensable que la trainera efectúe el
viraje o ciaboga en torno a la que le ha correspondido en el sorteo, lo mismo que la llegada ha de
efectuarla por la misma calle que tuvo a la salida. Si no cumple estos requisitos, la embarcación
queda descalificada.
Las calles o balizas tienen importancia capital en el desarrollo de las regatas en la Concha do­
nostiarra. A quien le toca la última baliza —la que está al lado de la isla de Santa Clara— suele
capsarie bastante desilusión este azar. Y no es para menos, ya que en esta parte las corrientes son
más fuertes, menor el calado y las rocas más próximas. Por eso, la mejor baliza es la que queda en
( C O N T I N U A E N L A P A G I N A 5 6 1
MANOLETE V ie n e el juego de G r e c ia po r el M e d ite rrá n e o .
¡O h , toros e n tre redes de los vaso s de C re ta !
Y a está el toro en el centro; paso a paso; d e sp a c io
te a c e rca s a'l a so m b ro de su em bestida cie g a
P a s ifa é en la p la y a contem pla e n a m o ra d a y d esh ojan su em puje dieciséis n atu rales
a l blanco toro e n tre la espum a fresca. com o pétalos rojos que en el a ir e sé q u ed a n .

¿Fué en la v ie ja T artesos que e x p o rta b a la p lata El te rre n o del toro y a es tuyo. ¡Y qué te rrib le
la p rim e ra v e ró n ic a ? ¿En qué a rc illa a lfa r e r a esa a re n a a r r a n c a d a a su m ar de vio le n c ia !
que h oy es a rq u e o lo g ía citó el p rim er to re ro ¡Q u é tie rra m o ved iza d o n d e pones tu estatua
con pú rp ura fe n icia a la m ortal c a b e z a ? con un seto de m uerte, que e riz a d o te a p rie ta !

Y a es in tan g ib le el to ro , y a es inútil la m alva.


M uchos siglos p ren sa d o s cual d o ra d o s racim os,
La fina flor del ca m p o y el Betis que la rieg a
¡óh, M a n o le te !, hasta lle g a r a tu muleta.
sólo la m uerte p u ed e e te rn iz a r su g iro
¡C u á n ta h e rid a y m ugido hasta tu pase de oro!
cuando, c u a d ra d o , el ra y o fu lm in a d o r la a cech a .
¡Q u é p e d e stal de sa n g re te sustenta!

¡Q u é tem pestad de p la ta en su jard ín de en tra ñ a s!


Bisontes de A lta m ira , a b u lta d o s en ocre,
¡Q u é vid rio en su m ira d a cu a n d o inm óvil se q u e d a
¿s o ñ a ro n tu v e ró n ica que da a la s a la se d a ?
destruido por d en tro y p o r fin se d e rru m b a
N e g ro s toros ibéricos, in c e n d ia d a s las astas
hum illand o a tus p lan tas su a lm e n a d a ca b e z a !
m urieron sin la g lo ria de fu a re n a .
Luego, a m a ra n to y oro, o d e m a n za n a y p la ta ,
D e la p rim era línea de las p la zas le jan as d a s el giro al an illo , el tro fe o en tu d iestra,
a nuestra re ta g u a rd ia se n cilla m en te lleg as. com o b rasa de sang re, y p a re c e la Pla z a
N o v e n ta y tres ciu d a d e s del toro has conqu istad o. un v e le ro a rb o la d o de p añ u e lo s que vu elan .
N o v e n ta y tres re d o n d a s A lh a m b ra s se te e n tre g a n .
Dos mil años de lid ia so b re esta piel d e Esp añ a
Y a están b ajo las noches de las g a n a d e ría s , (¡óh, c rá te re s de luna de su re d o n d a tierra!)
fra g u a n d o los fe ro ce s com bates de la tie rra . hasta tí, M a n o le te , que d as ritm o y m edid a
Ríos de sa n g re b ra v a se en cresp a n en los prados al a n á rq u ic o em puje del instinto y la fuerza.
e instintos m ilenarios, p a ra que tú ios venzas.
Y o salud o a l to re ro m ás v a lie n te del ruedo.
S a lu d o el a b a n ic o difícil de tu izq uierd a,
La pu erta d e la g lo ria y a está a b ie rta ; has e n tra d o
que h a c e al to ro satélite, luna de tu o ro an tig u o
a l te a tro te rrib le con su m uerte de v eras.
con ó rb ita d e estrellas.
¡Q u é p erfum e de d e h e sa s en el to ro c e g a d o
d el toril con su noche a una p la z a sin velas! Y salud o en tí a C ó rd o b a , o liv a re s y erm itas,
surtidor d e o d alisca s, h oy cubierto con tie rra ,
La c o rn a d a en la seca a rm a z ó n del c a b a llo
que te d ió esa e le g a n c ia d e C a lifa sin trono,
ha a b ie rto la so rp resa de unas e n tra ñ a s frescas.
d e A lm a n z o r qu e no vu elve , qu e es d esd én y n o b le z a.
Y en el quite te llevas p re n d id as las herid as,
y en la le ñ a del asta c u a ja d a un a b ril de se d a.

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MANOLETE
LLI mismo, en donde el mármol de la chi­

A menea se calienta en la sombra espesa,


frente por frente de un espejo que, muy
al fondo, copia cosas y seres, estuvo aquel día este
hombre singular.
Este hombre que supo conllevar entonces la más
difícil de las vecindades: la de los escritores.
La cena había sido convocada de etiqueta, y
bajo la luz artificial él recibió una ovación así de
inesperada.
Quedaba como un contrapunto para su gracia
torera aquel largo aplauso traído por aquellos ami­
gos vestidos de «smoking» bajo las lámparas del ya
Manuel Rodríguez, «Manolete», murió en Linares (Jaén) el muy viejo restaurante.
Era difícil entender, desde su punto de vista,
día 2 8 de agosto de 1 9 4 7 , como consecuencia de las heridas
aquello.
que le produjo el loro «Islero», de la ganadería de Miura.
En los demás, en nosotros, junto al deseo de
Dos años y medio antes, en la noche del 11 de diciembre homenaje había también la tentación de la curio­
de 1 9 4 4 , «Manolete» habia sido homenajeado por los escri­ sidad, del deseo de proximidad.
tores y periodistas madrileños en el histórico restaurante «Manolete» tenía misterio. Se ofrecía con ese
«Lhardy», de la capital de España. A esta cena asistieron las hermetismo de hombres de pocas palabras pero en
más destacadas personalidades de la intelectualidad espa­ cuyos ojos expresivos el diálogo se encuentra
colmarlo.
ñola. El diario «Arriba», de Madrid, dijo al día siguiente:
En tanto los demás nos presentamos vestidos de
«De verdadero acontecimiento literario puede calificarse
«smoking» él lo hizo con un traje «corto», traje cam­
el homenaje que los escritores y periodistas rindieron ayer pero de finca andaluza, que él, con una delgadez
al gran torero Manuel Rodríguez, «Manolete». El acto tuvo afinada, lleva con elegancia indudable. En su camisa
lugar en «Lhardy» y la cena fue de etiqueta. Rendían así caía — como en el siglo xvm — el chorro del ri­
las Letras españolas un homenaje solemne y justo a la figura zado. Sólo uno entre nosotros — «K. Hitos, que después habría de escribir sobre la
del gran diestro, siguiendo de esta manera la gran tradición, muerte del maestro— reunió de un golpe esto y aquello: esto, el «smoking»; aquello, esa
que fué ya cumplida en su época por doti. Melchor Gaspar camisa rizada.
de Jovellanos y don Leandro Fernández de Moratín. El Yo ayudé a colocar el orden de los puestos en la mesa.
homenaje de ayer fué un magnífico acto de estilo y tono, Sobre la memoria galopaba el recuerdo de la jerarquía de algunos: éste, éste y éste y
éste y éste, académicos... Aquél, ministro; este otro, ministro también... Aquél, presidente del
en donde el ingenio y la emoción literaria tuvieron expre­
Consejo de Estado. En todos coincidía la nota de escritor.
siones felicísimas».
La mesa presidencial se ordenaba, se instalaba, se reinstalaba, se revisaba a medida que se
presentaba alguien que ponía, con su categoría, el peligro del orden ya establecido. A descolo­
En el primer aniversario de la muerte de «Manolete», MUN­ car con cuidado para con más cuidado volver a colocar.
DO HISPANICO cree oportuno reproducir los poemas que Y en esta estrategia surgió la ofensa personal de un gran personaje que se creía mal
Foxá, Aliare, Marquerie y Adriano del Valle leyeron aque­ sentado.
lla noche, junto con dos artículos -de M Rodríguez de Rivas «Manolete» debiera contemplar todo esto como los elegidos: no estupefacto y si sin enterar­
y del citado Adriano del V alle- que reconstruyen y glosan se. Realmente la vida de quien vive esta vida es no detenerse demasiado en su contemplación.
aquella inolvidable reunión. No se puede ser protagonista y al mismo tiempo testigo —¡qué mediocridad!— o cronista
—|qué deleznable!...
Estaba erguido, silencioso y simpático con poco gesto. Expresivo sin concesiones.
Hablaban y hablaban. El callaba, pero atento. Empezaba ya en su corazón otro diálogo...
Alguien, ese alguien terrible, arañaba ya por alli, tiraba ya desde allí...
Recuerdo que el acto se quiso llevar con línea y evitara! espontáneo. Como en una corrida
de toros. Hablaron: Marquerie ajustado. Foxá enriquecido. José María Alfaro con buen sentido,
¡osé María Pemán tuvo su «gran tarde». Adriano del Valle colocó gravemente su verso, como
llenando un redondel.
Apenas quedaban ya minutos. Se acercaba la hora del matador, la hora, la hora, la hora...
El momento de la palabra en quien todo lo tenia que hacer sin ellas.
«Manolete» se puso en pie y balbuceó gracioso, contando como pudo: «Yo... confiaba... en
unas cuartillas que iba a traerme escritas José Vicente Puente... mi amigo... que yo os habia de
leer como... mias... A José Vicente se le han olvidado y... yo... no sé lo que deciros...»
Y acabó en esto. En esto y enjugándose una lágrima con el puño de la manga.
Hay seres que tienen un ángel vigilante que les salvan en todo momento. Que Nuestra
Señora de la Gracia Ies regala su intercesión.
Una ovación entera caia sobre el torero mientras que las pobres gentes quedábamos confu­
sas y escuchando algo extraño en todo aquello que no sabíamos cómo traducir.
Estaba pasando un trozo muy palpitante de vida que habría que recordar y recordar.

M A R I A N O R O D R I G U E Z D E R I V A S
LO S A N ALES DEL ESPEJO DE LHARDY
/ ¡ J A crónica de M adrid siempre tuvo
/ un fidedigno relator en las imágenes
^ 1 que cotidianamente se reflejaron en
el fondo de eso que ya asume una
auténtica categoría decorativa en la vida so­
cial y que llamamos entrañablemente así: el
espejo de "Lhardy". Mueble o artilugio que
exhibe un alma casi humana en la hondura
de su paisaje.
S i bajo la frondosa copa del árbol de Sa­
gunto se fraguó la restauración alfonsina y a
la sombra del árbol centenario de W ad-Ras
pudo firm arse la p a z de la guerra de Africa,
el espejo de ”Lhardy” acogió en su trasfondo
la fugaz iconografía de una época ya pericli­
tada, de unos hombres que, en la cháchara de
sobremesa, hicieron la historia de las postri­
merías del siglo X I X y, más contemporánea­
mente todavía, la de los episodios políticos que
llegaron hasta un inmediato ayer.
De esta forma, situándonos como especta­
dores ante el espejo de ’’Lhardy”, piélago in­
sondable donde naufragaron tantas imágenes
históricas, no nos sería m uy difícil evocar
ahora, extrayéndola de las nieblas del olvido,
la pimpante fig u ra de ”La Fornarina”, así
un capítulo de la vida galante del M adrid de
antaño, con algo de cuadro de Manet o de
Edgar Degas, mientras la joyante bailarina
se deleitaba en la compañía de unas venerables
barbas decimonónicas, a semejanza del pasaje
bíblico de Susana cuando fu é sorprendida por
los viejos en los pensiles colgantes de Babilo­
nia. Y dándole marcha atrás al tiempo, si ello
nos fuese posible, empleando la técnica retar­
dada que utiliza el cine para el análisis de los
movimientos, nos sería bien fá cil llegar así
a la vieja estampa de "Frascuelo”, o a la de
"Lagartijo el Grande”, o a la de D. Antonio
Cánovas del Castillo, centrando un conciliá­
bulo político de su época. Pero si hemos de
evocar hoy alguna memorable figura de cuan­
tas reflejó ese cronista mayor de M adrid que
fué siempre el espejo de "Lhardy", ha de ser
la de M anuel Rodríguez, "Manolete".
Cronista veraz a su manera, con aparien­
cias de reducido proscenio plateado para re­
flejar los más varios auditorios, los más refi­
nados comensales frente a las más barrocas y
sabrosas viandas, el espejo de "Lhardy”
siempre recogió las luces de las lámparas y
los candelabros, dispersándolas a los cuatro
ángulos de las más discretas penumbras, pro­
yectándolas sobre aquellos rincones que f ueron
propicios al "se dice”, al sucedido erótico del
momento y a la chismografía política. Espejo,
en fin , con tanta posibilidad biográfica como
también la tuvo aquel A gustín Lhardy, p a ­
trón de la casa, pintor casi famoso que militó
en la escuela paisajística de Carlos de Haes,
que trasplantó un exótico Barbizón a la Pe­
driza de Manzanares, tan diestro en la confec­
ción de gustosísimas minutas como en el ma­
nejo inspirado de sus pinceles. Porque si las
cenas de "Lhardy" fueron inolvidables como
las temporadas de ópera del Teatro Real, tu­
vieron, además, el encanto histórico de una
continuidad social largamente sostenida en
el curso del tiempo, contra viento y marea, re­
sistiendo los embates populares de aquella
época, perennemente dividida en público de
sol y sombra; tiempo ingenuo y vociferante
de las asonadas, de los pronunciamientos mi­
litares y las charangas del pan y toros.
¡Qué gran elocuencia sordomuda la del es­
pejo de "Lhardy”! Elocuencia sólo compara­
ble, quizás, a la de las mariposas cuando vue­
lan sobre el campo limitando con sus alas el
contorno de la flo r asediada, situando la rela­
tiva profundidad de las lejanías bucólicas,
apenas si con otra mensura para mantener su
secreto que el estímulo del aire en favor de su
perenne sigilo.
He aquí, pues, al espejo de "Lhardy" vol­
viendo a su noble oficio de antiguo cronista
de M adrid y siendo, a su vez, el decano de los
espejos alfonsinos.
Y aquella noche del u de diciembre de 1 9 4 4 ,
su trasmundo multiplicaba las imágenes de
un fingido tendido de sombra en el que los es­
pectadores ostentasen, quien más, quien me­
nos, una señalada representación en el mundo
de las artes españolas. E l espejo de "Lhardy"
asumía así la significación que en la historia
de nuestras letras tuvo el célebre cuadro de
Antonio M aría Esquivel, porque si fueron
doscientos comensales los que se reunieron
acuella noche en torno a M anuel Rodríguez,
'Manolete”, cada una de las nueve musas hu-
(PASA A LA P A G IN A 23)
SONETO Á MANOLETE
Miércoles de ceniza es tu faena
—yo lo anuncio el mechón sobre la frente
raíz desnuda en el aire del torrente,
tu cuerpo ¡unto al toro y en la arena.

En una grada, la mujer morena


que prepara ei clavel vivo y ardiente,
y el alarido enorme de la gente,
que a tu pase por bajo se encadena.

Junto al cuerno la muerte se ha dormido;


estampa y bronce puro de la raza.
¡Qué gloría ser de Córdoba y torero!

Desgajado del cosmos del tendido,


vuela y cae sobre el centro de ¡a Plaza
un planeta sin órbita: un sombrero.
(VIENE DE LA P A G I N A 21)

biera podido elegir entre ellos un buen


plantel de sus más dilectos corifeos.
E l espejo de "Lhardy", m etamorfosean­ BRINDIS A
do las escenas que reflejaba en su fa n ­
tasmagórica profundidad, parecía enton­
ces la pantalla cinemática de una pro­
"MANOLETE"
yección de películas de paso estrecho y, a E stá la m uerte en pie. Con sus caireles,
veces, simulaba el ascensor ómnibus de desgarrada la lu z, yace en la arena;
un rascacielos neoyorquino que t'anspor- en los palcos del cielo tiem bla el brío
tase los socios de un club nocturno al y h ay un ardor cjue sube de la tierra.
piso 5 4 , mientras que, en la más irreal
de las apariencias, parecía elevar a la D el olivar de Córdoba h a llegado
categoría de personajes plásticos los re­ un viento antiguo que la tarde estrena.
unidos en aquella asamblea de amigos se­ Como un rum or cam pero de cab allos,
veramente vestidos de negro— el traje de com o el río h ech o sangre de torm enta,
etiqueta fu é rigurosamente exigido en la así respira el pecho de la plaza.
convocatoria del banquete— , o bien a la Está M anolo en pie, frente a la fiera,
simbologia de unos personajes del Greco clavado por las m ism as zapatillas,
agrupados en cónclave, a los que aden­ que no han de ver el aire con la suela.
traba en su propio campo visual, extra­ Con el capote abierto
viándolos entre las mentidas nubes del
humo de los cigarros, que fin g ía n cú­ hay que inventar la vida y la belleza,
mulos y cirros toledanos, rompimientos jugando en el albur de la cornada,
de gloria célica y otros fenómenos meteo­ la estatua y la destreza;
rológicos. quedas fijo en el viento;
Somera y fu g a z antología iconográfica ágil, en la pelea,
la de aquellos amigos del gran torero [»ara vencer con la em oción, in m óvil,
cordobés, tan ejemplarmente estoico ante la lunada cabeza.
el peligro como ante los halagos de la ¡Mariposa de sangre, desplegada
fam a. Cada poeta, pues, intervino apres­
tando su arpa, cada orador contribuyen­ con sus alas de gracia, a l riesgo abierta!
do con su elocuente instrumento ditiràm ­ Y así ganar, tarde tras tarde, al toro,
bico, y todos, al unísono, entonando el a la luz, a la arena,
orfeón de las alabanzas ocasionales, m ien­ al clavel reventón que se deshoja,
tras que ’’Manolete”, prodigando el ritmo m uerto por la ansiedad en la barrera,
parsimonioso de su empaque, regía las al relám pago rojo de la espada
pausas, los calderones de silencio y el y al aplauso que ardiente se despeña.
"crescendo” conversacional con ese gesto Porque trajiste— cuando así gan ab as—
sobrio del director de orquesta que se sabe
en tu capa de sol la prim avera,
la partitura de memoria, conduciendo in­
faliblemente la irrupción del prim er violín yo levanto m i copa entre los tuyos,
o del solo de flauta, dándole entrada ai M anolo, por tu estoque y tu m uleta.
violoncelo impaciente o al retrasado oboe
de aquella orquesta verbal bien disci­ José M aría A L F A R O
plinada.
Quizás aquel acto, que resultó memora­
ble en los fastos de la vida intelectual es­ Córdoba al pie de la sierra
pañola sirviera a muchos de sus protago­
nistas para madurar la idea de un poema — la que corona su río
en fárfara, la concepción de un futuro con un altar berroqueño
busto en mármol o la realización de un y un retablo de len tisco s— ,
posible cuadro taurino al estilo de Vázquez tien e, en lo alto, cipreses,
Díaz. Quizás aquel convivio sirviera en­ y abajo, toros y olivos;
tonces de vivero o de jardín de aclimata­ erm itas casi en las nubes
ción para que medrase esa flo r intelectual y, arrodillados, los trigos;
que cada poeta, filósofo, pintor o escultor y en el m árm ol de sus patios
allí congregado habría de cultivar, años
— m irando, un m iram elindo— ,
después, en la obra unánime de los artistas
españoles, cuando honraron la gloria pos­ el surtidor rejonea,
tuma del gran torero cordobés. con lu z, el aire retinto.
• Torero, e n fin , de clásico linaje, bestia­ A llí n aciste torero
rio ilustre, esto es, gladiador con fuertes porque lo quiso tu sino,
alusiones olímpicas que, al nacer, hubie­ con tu tristeza de sauce
se sido marcado por los dioses con el sino y tu em paque de obelisco.
patético de los elegidos, allí estaba "M a­ F acistol, centras el ruedo
nolete”, rodeado del júbilo de sus procón­ com o quien sostien e un libro,
sules, gozando los dones de la amistad en­
tre las rosas habitualmente deshojadas si del Guerra la senten cia,
en todos los banquetes, exornado con el la estam pa de Lagartijo.
laurel de sus victorias cumplidas, es de­ Si el sol gira en tu m uleta,
cir, de su temporada taurina felizmente tú, girasol am arillo,
conclusa, siendo un testimonio invicto de en tu jardín de alam ares,
su propia gloria, no apareciendo revestido que no burlan el peligro
con el oro, la seda y la sangre de la brega, sino con el leve vu elo
ni con la clámide romana, sino con la ro­ de la abeja ju n to a l lirio,
pilla negra de su atavío andaluz, a la
vieja usanza flamenca, según los cáno­ susurrando, esquivas, áureo,
nes de un Petronio de la torería cor­ el m ás berrendo m ugido,
dobesa. Cuando la sangre patricia
Y como quiera que se festejaba allí a un oye su pulso con tigo,
gran torero español, aquel acto tuvo solem­ si evan gelizas los toros
nidad de corrida de Beneficencia, si bien con tu evan gelio taurino,
de corrida nocturna. Hubo sus caballeros Séneca y San R afael
en plaza, sus cortesías a la portuguesa, su te aplauden desde el tendido
cabalgata histórica, con clamores y cha­ y el A rcángel te h ace un quite
rangas unánimes, y un júbilo m ultitudi­
nario siempre ref lejado en el espejo pre­ casi a farolazo lim pio.
sidencial, que fu é el palco regio de aque­ D e la sangre de m il toros
lla noche. otros m il renacen vivos,
Los fuegos de artificio fueron verbales sepulturas de tu estoque
y poétieoí y ardieron en vivas girándulas al descabellar sus m itos.
y metáforas que iban apagándose en las Tu M edina A zahra tiene
aguas fría s del espejo, con algunos tropos baluartes n um antin os,
graciosamente corporeizados, así el Ninot
califatos de ja zm in es,
de las ”fallas” valencianas.
Y todo esto pudo ser posible en la era cam pam entos de esto icism o s...
del tecnicolor, cuando W alt Disney, nuevo Y cuando L ucena apaga
funám bulo del celuloide, cruza sobre los sus v elon es encendidos
abismos de la fantasía tendiendo un puen­ y el Guadalquivir cornea
te de largo metraje y pasando sobre él, lle­ contra p uentes y m olin os,
vando al Pato Donald cogido de la mano. . Córdoba, al velar tu sueño,
vela al m ejor de su s h ijo s...
A D R I A N O D E L V A L L E
A driano del V A L L E
A r g e n t i n o s y e s p a ñ o l e s se d is p u t a n una pelota d oran te el magnífico encuentro juga­ Uno de los tantos del equipo hispano, conseguido en una de sus briosas reacciones, que pusie­
do en Puerta de Hierro, ante la tensa exp e ctació n de la mejor sociedad madrileña. S. E. el Jefe del Estado español yjjdoña Aspecto de la tribuna presidencial durante el Uno de los típicos gauchos llegados expresamente Los caballistas se dirigen al terreno
ron de relieve el entusiasmo del conjunto perseguido por la desgracia en distintas ocasiones. Carmen Polo de Franco, en el encuentro. emocionante partid^ de polo Argentina - España. para cuidar las espléndidas jacas a rg e n t in a s. de juego con sus jacas de reserva.

El equipo piatense ataca la meta española? y las jacas pamperas hacen gala de su ve. El equipo argentino, que mostró una clase excepcional, marca brillantemente uno de sus tantos, en El Jefe del Estado español comenta las La tribuna presidencial y los magníficos trofeos, Los vencedores H orado Castilla, Carlos Mendi- López de Carrizosa, Juan Antonio y
lo c id a d , d i b u j a n d o s o b re el cé sp e d la f i li g r a n a e q u ina de sus f in t a s y g a lo p e s . fulgurante y espectacular jugada, resuelta con arreglo a la más depurada técnica del polo. incidencias del disputado encu en tro. entre ellos la copa donada por el general Perón. teguy, Julio M e n d i t e g u y y E d u a r d o Bulrich. Rafael Echevarrieta, y José I. Domecq.

P O L O EN P U E R T A E l meridiano aristocrático de España pasa sin discusión por ,E n este marco incomparable tuvo lugar recientemente un encuentro de polo
DE H I E R R O Gran parte de la superioridad argentina y que contri­
Puerta de H ierro. E s un pequeño punto sin sitio apenas en el de especiales y emotivas características. Las tribunas del m agnífico campo no buyó no poco a su espléndida victoria, vino a residir en
mapa, pero que ocupa un lugar de privilegio en la geografía de habían presentado nunca un aspecto tan impresionante y admirable como en esta sus jacas, más ágiles, potentes y veloces que las españo­
la elegancia. A llí se practican los deportes más señoriales : el coyuntura social y deportiva, en que jinetes argentinos y españoles se disputaron las. Jacas pam peras de ilustre estirpe, herederas quizá
polo y el golf. E l polo, viril, espectacular y recio, de noble y ran­ ima copa donada por el general Perón. de la sangre ardiente e indomable del gran «Babieca», y
cio abolengo español. E l golf, reposado y tranquilo, y que en su M ás de tres m il personas— en cuya lista se agrupaban los nombres más des­ que conservan en sus venas, también, el fuego equino de las
aparente frivo lid a d encierra lodo un hondo y fin o tratado de ur­ tacados de las guías nobiliarias— presenciaron este partido, que se vió honrado que recorrieron de punta a punta el continente ame­
banidad de gran mundo. con la asiitencia de S. E . el Jefe del Estado español, a quien acompañaba su es­ ricano, con preciosa carga de conquistadores y damas
Y además, alrededor de las canchas de juego y del césped agu­ posa, D .a Carmen Polo. Junto al Generalísimo tomó asiento el embajador argen­ castellanas.
jereado por las pequeñas tram pas para recibir las bolas más afor­ tino, señor Radío, con varios miembros de su Em bajada. Y en el resto de los lu ­ Su Excelencia el Generalísimo Franco entregó a los
tunadas, se congrega la mejor selección de la sociedad madrileña y los más distin ­ gares preferentes, los m inistros españoles de A suntos Exteriores, Ejército, A ire vencedores el trofeo del Presidente argentino, que lo
guidos miembros de la diplomacia extranjera. Todos los nombres que van unidos y Justicia, varios tenientes generales y generales, séquitos respectivos y gran n ú ­ recibieron en medio de incesantes aplausos. E l equipo
a los palacios, los árboles genealógicos, las denominaciones ilustres, los altos mero de autoridades, rodeados de una elegante y gentil representación fem e­ piatense estuvo integrado por Eduardo Bulrich, Julio
puestos del Estado y las cancillerías, se barajan y se cruzan en las mesas de té, en nina. y Carlos M enditeguy y Horacio Castilla. Y el cuadro
los compases de las mejores orquestas y en los momentos de emoción de las p ru e­ Los polistas argentinos, consumados jinetes y en posesión de todos los secre­ español, por López de Carrizosa, J u a n Antonio y R a ­
bas deportivas. tos de tan distinguido y emocionante deporte— colocación en el campo, compene­ fael Echevarrieta y José Ignacio Domecq. E l arbitra­
E l campo del Real G olf Club de Puerta de Hierro es, en resumen, una bri­ tración y ensamblaje de jugadores, e insuperable destreza para el dominio del je estuvo a cargo de H arrington y el marqués de M u ­
llante y escogida página social, que se abre a la salida de M adrid, entre las d efin i­ mazo— , ofrecieron una maravillosa y aleccionadora exhibición, a la q u e los espa­ rrieta.
tivas prolongaciones urbanas de la ciudad y los verdes jardines de E l Pardo, extra­ ñoles respondieron con todo su entusiasmo. Pero la superioridad piatense se im ­ Los polistas de la A rgentina se retiraron del campo
rradio y centro, al mismo tiempo, del orbe político y jerárquico de esta fe liz hora puso al f i n y ante ella se rindieron noblemente sus contrarios. rodeados por la admiración y el entusiasmo de la mejor
hispana. A h í, en ese campo, se lucen bellezas fem en in a s y hallazgos de atrevidos Los argentinos tuvieron períodos fulgurantes que causaron sorpresa y entusiasmo sociedad española y extranjera. Y por tierras hidalgas
modistas, telas y sombreros que evocan esplendores resucitados hoy con mayor entre los espectadores, contrapesados por vibrantes reacciones españolas que no de España han continuado paseando el señorío y la
fuerza, modelos automovilísticos de fa n ta sía , sonrisas de mujeres y fa ld a s que alcanzaron a nivelar la balanza del juego. Con trece tantos a dos, a favor de pureza de sus jacas y la técnica inigualable de su juego.
En el marco aristocrático de Puerta de Hierro, un
marcan con anticipación la moda, con el último secreto de la gentileza de sus vue­ la A rgentina, terminó el espectacular encuentro, cuya diferencia, en opinión de los Ultimamente renovaron sus triunfos frente al Club
grupo de espectadores presencia el partido de
los extraídos del fondo de los siglos más galantes de la historia. Y tolo ello presti­ técnicos, no señaló la distancia real y efectiva entre los dos equipos. Porque si Español de Bilbao, aunque y a por más escasa distancia polo entre argentinos y españoles, que en todos
giado por ese patrim onio español de cielo azul con tintes velaz- bien la superioridad piatense le dió legítimo derecho al triunfo, los en el tanteo. Los bilbaínos ofrecieron una denodada sus momentos llevó hasta las rebosantes tribunas
queños, que si pudiera venderse en parcelas obtendría las más españoles se vieron perseguidos por la desgracia en varios tantos resistencia, y el marcador señaló un cinco a dos fa vo ra ­ el aire de la emoción y provocó encendidas ov a ­
MVNDO H I S P A N I C O ble a la A rgentina. — V. LA REVI STA DE 23 PAI SES
elevadas cotizaciones en los mercados mundiales de paisajes con sol. hechos y que no subieron al marcador por veleidades de la fortuna. ciones en honor de los dos equipos contendientes.

24 25
W f A verdad es .que las cosas no abreviado, lo escueto. E n el trato social, en vez de la
M así. larga parrafada, bastaba con una insinuación; en la
Y han cambiado. prosa, en vez del lingote de plomo de varias columnas,
N o quisimos decir nada de este asunto do se empleaba el párrafo sintético; en las cifras, si eran
la moda de la fa ld a corta, por tratarse de una cosa largas, se las acortaba con un descuento. E sp a ñ a — d iji­
trascendental, y nosotros sentimos predilección por los mos— está en un período de crecimiento y todo se le va
temas triviales. quedando corto. A esto, como es natural, obedece el pre­
Cuando veíamos las calles de M adrid llenas de niñas, dominio de esa ”fa ld a de sello” que convierte las rúas
decíamos a los im pacientes : ”N o tengáis cuidado. m adrileñas en el patio de un colegio de niñas en las
E stas chiquillas de hoy, con sus fa ld ita s cortas, son las horas de recreo.
mujeres del porvenir. Y a crecerán Para combatir la fa ld a corta aparecieron en los loca­
Pero pasaba el tiempo y no crecían. Y hubo quien les de espectáculos los carteles ”N o apta para menores” ;
afirm ó que la paralización del desarrollo de la n atura­ pero hubo que transigir, porque y a no había señoritas
leza fem en in a iba a traer un fu n esto desequilibrio en mayores de edad.
nuestra legislación. De seguir así las cosas, había que Se trató de combatir la fa ld a corta haciendo en los p e­
hacer leyes para niñas de cuarenta, cincuenta y sesenta riódicos el elogio de la fa ld a de ”cola de pato”, que ves­
años. tían antaño las hembras de tronío, y cuya cola alboro­
Y a todo esto, ¡qué lucha, Dios m ío!, porque subía tada seguía a la dama ”como la espum a a la nave” ; se
la fa ld a y bajaba el escote. Para ju stific a r la moda, se habló de que el escueto atavío fem enino producía enfer­
afirm ó que la fa ld a corta respondía a los nuevos tiem ­ medades a la vista, y que el hombre, que es un ser nor­
pos, en los que predom ina la síntesis, el esquema, lo mal, dejaba de serlo cuando daba un paseo por M adrid
de siete a nueve de la noche.
Todo fu e in ú til.

Pero nada hay estable, ni siquiera el p la n M arshall.


Las iiiñas han dado el estirón. De la noche a la m a­
ñana, M adrid se ha vestido de largo. Las fa ld a s han cre­
cido doce centímetros y los talles fem eninos han ganado
en elegancia y hechizo.
M ujeres hermosas, radiantes y espléndidas, visten
ahora la fa ld a larga, de mucho vuelo, que da a la fig u r a
fem en in a señorío y prestancia; otras visten chaquetillas
cortas y fa ld a s largas ajustadas, de ”talle de ánfora”,
abiertas pecam inosam ente por abajo, p a ra poder andar,
aunque a veces, con la p risa, tengan que remangárselas
como si fu e ra n a atravesar un charco; otras llevan f a l ­
das con volantes, que convierten las aceras m adrileñas en
tabladillos escénicos, y algunas pasean sus talles de
avispa recordando la época romántica...
E l encanto de la moda de la Jalda larga coincide con
la invasión de los tonos claros en los escaparates. L a sflo -
recillas de los valles, la orgía de luz y de color del verano,
las grandes rosas, los ja zm ines y alelíes, todo el paisaje
abigarrado y lum inoso de un ja rd ín de E spaña, está en
las telas que se ofrecen a los ojos de las damas. Y todo
es alígero, alado... Cuando una señorita se acerca al mos­
trador y le dice al dependiente : ”¿Quiere usted sacarme
los colores?”, el empleado saca las piezas de tela como
trazados de flo res, convirtiendo el mostrador en flo rid a
canéfora.
Todo lo nuevo excita. E l atractivo y encanto de la moda
es su inestabilidad. L a monotonía y la rutina son sus
enemigos. Nosotros, al hablar de la fa ld a larga, hemos
hecho un pacto con el elogio. Las calles de M adrid se
han enriquecido con estas ”siluetas fem en in a s” tan ele­
gantes, ingrávidas y vaporosas, donde el pelo cae a bra­
zadas sobre la nuca, como áurea gavilla, y donde la
fig u r a esbelta de la dama transeúnte, con su fa ld a larga,
de am plio vuelo, convierte transitoriam ente la acera en
un salón palaciego donde todo nos invita a la reverencia.

(M odelo en silu e ta , de M arb el. In fo rm a c ió n g rá fic a d e V a lh n itja n a .)


dt natili miti dt orarán tn la tolmtna dt Mdet

t a t e t monasterio de
penitencia gg
granja de trigales
g molinas gg
taller de riras
artesanías as
H N el siglo X II Europa entra en España por los caminos del fervor jacobeo. Los
^ peregrinantes cruzan Cataluña, Navarra y Castilla. Caminan por las calzadas de
Augusto y se orientan por las constelaciones. Van hacia Compostela por un doble ca­
mino de piedras romanas y estrellas del cielo. La leyenda carlovingia dirá que fue
Carlomagno el ingeniero de caminos celestes que trazó el itinerario de estrellas que con­
duce a Compostela el turismo devoto de la Edad Media. Pero no, el <camino de Santia­
go» es el antiguo *camino de las vacas » de las leyendas astrológicas de Oriente. Sin
duda que, en memoria de estas lecheras vacas mitológicas, los astrónomos de hoy lo
siguen llamando <la vía láctea ».
Con el gran acontecimiento medieval, la resurrección románica de Santiago en las
tierras occidentales de Iría Flavia, alcanza su plenitud en España un nuevo estilo ar­
quitectónico — el románico— que llegará a nuestros dias. Con piedras de rotas aras
paganas y con ideas estéticas que han venido de Roma y de Bizancio a través de la
Galia carlovingia, se tallan los ángeles románicos, los ángeles ingrávidos —piedra
menos pesada que el aire— del Pórtico de la Gloría.
España intuye entonces la importancia de este turismo espiritual y
procura fomentarlo. Monjes y caballeros se organizan para guardar sus ca­
minos. A lo largo de las rutas se alzan albergues y hospitales para dar ali­
vio a los creyentes europeos que hacían del sepulcro, recién descubierto,
del Apóstol, la meta de su fe.
En el valle tarraconense del Francoli, cerca de la Via Aurelia, Ramón
Berenguer IV, el santo, fundó en 1151 el monasterio de Poblet, sobre las
ruinas de una primitiva ermita que ya llevaba este nombre. Sus primeros
ocupantes fueron doce monjes cistercienses. También éstos procedían de la
Galia, donde hacia poco más de cincuenta años naciera esta nueva rama
del recio tronco benedictino, por obra de Roberto de Molesmes, con el apoyo
del Papa Urbano II. Era una nueva enjambrazón de la colmena del Cister,
que encontraría en España buena tierra y buen cielo para sus actividades
de acción y de oración.
Con gracia de prodigio empieza a crecer la abadía medieval de los cis­
tercienses en la Espluga de Francoli. Pronto será Santa Maria de Poblet una
verdadera obra del arte románico. Es románico el viejo claustro de San Es­
teban y toda la parte primitiva del monasterio. Poblet tiene ya arquitectura
y paisaje, surco y verso, para laborar por esa doble verdad humana de la
tierra y el espíritu. El cenobio progresa. Monjes agricultores plantan viñas
y frutales, injertan albaricoqueros y melocotoneros. Siembran hortalizas, En la p á g in a a n te rio r , a r r ib a : V is t a a é r e a d e l m o n a s t e r io d e P o b le t. A b a j o : P u e rta d o ­
r a d a d e l R e a l M o n a s t e r io (s ig lo X V ) y m o n je s t r a b a j a n d o en la e ra . — En esta p á g in a ,
trigales y linares. Hacen experiencias agrícolas, que luego enseñan a los a r r i b a : C la u s t r o m a y o r d e l a n t ig u o c e n o b io ( s i g l o X II I) . A s p e c t o d e l re fe c t o rio re s ta u ­
campesinos de la región. Pronto los linos fermentados en los remansos del rio r a d o p o r la H e r m a n d a d . A b a j o : S a l a c a p it u la r (s ig lo X III), t a m b ié n r e s t a u ra d a .
Francoli tendrán fama por su blancura. Monjes teólogos y eruditos purifican
la ortodoxia cristiana, limpiándola de errores heréticos que con frecuencia
sufría el pueblo en su larga convivencia con los infieles. Monjes poetas es­ sidad. Además de colmena mistica de oración es granja agrícola y labora­
criben en verso latino y en prosa romance, leyendas y biografías. Vidas de torio de artesanías. Poblet tiene tierras fecundas, lagares y molinos. Tiene
santos y milagros de Nuestra Señora, miniados en primorosas vitelas. Mon­ hornos de pan y trujales de aceite. Hospital para peregrinos de Santiago, ca­
jes arquitectos dibujan las tallas de la madera y la piedra que realizan los pillas y claustros, en los que va floreciendo toda la gracia espiritual de los
artífices para seguir la evolución de los estilos arquitectónicos, que en Po­ más puros estilos arquitectónicos. Y tienen cerrajerías y talleres y silos para
blet van, desde el románico al ojival, del gótico florido al barroco y rena­ los cereales y viviendas y templos. Tales eran las múltiples funciones de
centista, logrados todos con máxima perfección y gracia trabajo y ejemplaridad que habían de cumplir los cenobios
estética. medievales. Verdaderos silos de la cultura y el cristianismo
El cenobio de Poblet tiene pronto el fruto de su laborío- MVNDO HI SPANI CO occidental, perfectas organizaciones en que se llegaba al equi-
oo
luna y en Navarra, en Galicia y en las Asturias. Cada cenobio, un faro
orientador de la cultura y la cristiandad en el oscuro piélago de sombras
medievales.

Siete siglos sin interrupción vivió en Poblet el cenobio de los místicos


agricultores del Cister. Siete siglos de obra constructiva, constructora y ejem-
plarizadora. Asi, hasta que en 1835 se alzaron en España las voces dé la
«Desamortización*. La luna de una noche de julio del citado año alumbra
las siluetas de unos monjes que huyen de Poblet por los senderos del valle
tarraconense. Toda la inmensa fábrica del monasterio se convierte en una
gran mole de grandes claustros sombríos y estancias silentes deshabitadas.
Bajo la luna compasiva, las sombras tristes de las numerosas torres, se
tienden sobre las tranquilas y rumorosas masías. A llí quedaba el esfuerzo
heroico de siete siglos. Los monjes huyen por la orilla del rio, por los sende­
ros más ocultos hacia las sombras de la montaña ■La luna descubre sus far­
dos con reflejos metálicos en los que llevan con gran çsfuerzo los objetos del
culto que han querido sustraer a la profanación. Cuando ya están a salvo
de un ataque de las turbas, descánsan sobre un breve alcor. Todo parece en
paz bajo la alta noche. Y el rio Francoli sigue cantando como hace siete si­
En esta p á g in a , arriba*. El c im b o r r io ( s ig lo X IV ) v isto a l t ra v é s d e un v e n t a n a l d e l p a« glos. Cantando indiferente y repartiendo por el valle la fecundidad de sus
la c io d e l re y M a r t ín el H u m a n o . A s p e c t o d e l m ism o p a la c io d e l re y M a r t ín el H u m a ­ aguas recién ordeñadas a la montaña.
n o , d e s d e un v e n t a n a l d e l c la u s t ro m a y o r . A b a j o : S a q u e a d a la a n t e r io r , v a lio s ís im a
b ib lio t e c a d e l R e a l M o n a s t e r io , la H e r m a n d a d se h a e n c a r g a d o d e r e s ta u ra rla .
Un mal instinto, un furor elemental se alzaba del fondo de las masías
contra los monjes acusados de extrañas cosas por sus calumniadores. Un
aire hostil bajaba también de las montañas sobre Poblet. De la Espluga de
librio entre lo terrenal y lo divino. Los monjes medievales no sólo enseña­ Francoli, del pueblo-dé Vimbodí, de la propia villa de Reus, salieron tur­
ban las verdades de la fe con su palabra sino con el vivo ejemplo de sus bas hacia el monasterio con oscuras intenciones. Era como una fuerza fatal
vidas. Ya no hay duda histórica sobre el hecho de que ol florecimiento de alentada por un secular resentimiento. Una especie de toro negro que embes­
estas colmenas místicas de trabajo y oración se debió el gran renaci­ tía obstinadamente contra los muros y las piedras venerables. Algunos mon­
miento espiritual del siglo XIII, siglo de los santos, verdadero siglo de oro jes que aún quedaban en Poblet después de la desbandada del 25 de julio
de la baja Edad Media. de 1835, vieron tan mal las cosas que acordaron dejar definitivamente el
Pronto siente la colmena de Poblet íntimos impulsos de monasterio, unas semanas después. A si abandonaba la Or­
enjambrazón. Sucesivos enjambres van saliendo del Valle den del Cister una de las más grandes obras, logradas con
LA REVI STA DE 23 PAI SES el esfuerzo material y espiritual de siete siglos.
de Francoli para instalarse en Castilla y Aragón, en Cata-
00
30

Entonces empezó no sólo la expoliación oficial de las tierras y propiedades facilitó el personal para restablecer la vida de la abadía, y la Orden del Cis-
de los monjes, sino el saqueo de los inmensos tesoros artísticos y arqueólo- ter tomó posesión de Poblet el 24 de noviembre de 1940.
gicos que guardaba el monasterio. Entonces ocurrió, en opinión del historió­ La primera obra que se llevó a cabo fué la restauración de los panteo­
grafo Vals y Taberner, un triple sacrilegio: religioso, patriótico y artístico. nes reales cuyas estatuas fueron devueltas a sus antiguos puestos en el mo­
Se talaron los bosques, se vendió en pedazos el bronce de las campanas y nasterio. Los recursos para esta obra y para las restauraciones que se están
para chatarra las historiadas rejas de gran valor artistico. Los códices de la llevando a cabo en el monasterio fueron facilitados en parte por el Estado
maravillosa biblioteca y los documentos del incalculable archivo, fueron y en parte por el antiguo Patronato y por la Junta de Bienhechores.
vendidos en pública subasta a gentes que no tenían la menor idea sobre su A partir de esa fecha, de nuevo han vuelto a oirse las voces de los Mai­
valor. Se abrieron las tumbas reales en busca de tesoros. Como detalle cu­ tines en la soledad de los hondos claustros a las cuatro de la madrugada.
rioso puede citarse el ocurrido en 1846, cuando después de saqueado el mo- Y se han llenado las huertas de actividad y las capillas y refectorios de ru-

nasterio, la Diputación de Tarragona nombró un guardián mores de rezos. Y bajo los arcos de piedras románicas o gó­
que lo vigilase de sol a sol, cuyo sueldo no pasaba de un real A rr ib a : E s ta t u a s y a c e n t e s d e ticas pasa todas las tardes la procesión silenciosa de los
diario. El tal guardián vivía de la venta de cabezas de esta­ D . J a im e I el C o n q u is t a d o r * monjes que cada noche trasladan el Sacramento de la iglesia
tuas y de otros detalles artísticos que eran vendidos a los vi­ D. P e d r o el C e r e m o n io s o , d o n
a un pequeño oratorio. Sobre las piedras en ruinas y los
sitantes. Terminado el saqueo ignorante de los campesinos, A lf o n s o el C a s t o y D.° M a t h o
huertos abandonados de Poblet vuelve a florecer la colmena
de A fm a g n a c. D e b a j ó , d e iz ­
vino el más inteligente de los turistas y chamarileros de toda cisterciense. Vuelven a tener calor de trabajo y rumor de ora­
q u ie r d a a d e r e c h a : P r o c e sió n
Europa. Estos venían a Poblet para obtener verdaderas jo ­ de lo s m o n je s a tra v é s del
ción los muros conventuales de la inmensa abadía. Y otra vez
yas artísticas e históricas a precios irrisorios. Y asi los ciento c la u stro . P u e n te d e 31 c a ñ o s
tienen los otoños de Poblet canciones de actividad, olores de
cinco años que duró el abandono y la incuria oficial. e n la q u e se l a v a b a n lo s m o n ­ lagares, trujales y molinos de cereal. Y los árboles frutales
En 1940 vino a España el Abad General del Cister que, jes a n te s d e p a s a r a l re fe c to ­ de la huerta claustral dan sus aromas y sus dulzuras para
previa visita al ministro de Educación Nacional, estableció rio. El C a r d e n a l d e T a r r a g o n a esa miel elaborada en el interior del cenobio, trabajos,
las condiciones necesarias para la llegada de los monjes, ya p r e s id e la fiesta a n u a l d e la penitencias y oraciones. Miel de sacrificio, que cada dio
autorizados por el Estado español para regresar al monas­ H e rm a n d a d . sube al cielo en ofrenda compensadora de tantas maldades
terio de Poblet. La congregación de San Bernardo de Italia humanas...
LAS FERIAS MUESTRARI O EN ESPAÑA
Una Feria de Muestras es LAS P R I N C I P A L E S N A C I O N E S para ofrecer un año cada
siempre, y por encima de una el marco de su pobla­
todo, un suceso alegre. Tiene ACUDEN ANUALMENTE C O N SUS ción para asiento de una
la alegría externa de las ban­ Feria Nacional, salta después
deras que estallan en el aire PRODUCTOS INDUSTRIALES hacia Zaragoza y se eleva,
en una fiesta de colores, y por fin, hasta los hitos de
del bullicio popular que sal­ A LAS DE BARCELONA Y VALENCIA Valencia y Barcelona, que
ta como un inquieto río de acogen y abarcan toda lo
'stand" en "stand" para lle­ cultura económica y el auge
narse la retina de sensaciones curiosas, amables e importantes. Y tiene también industrial del globo que se exhibe en lujosos palacios de exposiciones de estas
otra alegría más seria, honda y trascendente: el júbilo que nace de contem­ podulosas ciudades españolas.
plar, como en una maqueta accesible a la más simple mirada, el progreso de
la patria y los lazos que la unen al progreso del mundo.
Una Feria de Muestras, también, es como un mapa económico e industrial BARCELONA, EN SU XVI FERIA
en relieve. Máquinas en vez de ríos, instalaciones siderúrgicas en lugar de
montañas, dínamos y tractores sustituyendo mares y costas. Asturias no es La capital de Cataluña cumple ahora sus dieciséis años de Ferias. El cer­
un cuadro verde con vacas y manzanos, sino un pozo minero y una nave de tamen ha ido de año en año ganando en densidad, en concurrencia, en bri­
laminado. Bilbao no es el puente del Arenal ni el chipirón con chacolí, sino llantez y en perfección organizadora. El recinto de la Feria tué creciendo hasta
un alto horno y una marca naviera. Barcelona, un gran telar donde el algo­ alcanzar, en esta fecha, los 150.000 metros cuadrados de superficie, que
dón y la seda entretejen su destino de servir de vestido y adorno a muche­ aumentarán para próximos certámenes. Acudieron 9.042 expositores y pu­
dumbres inmensas. Valencia es el mueble de buen gusto y el brillo de sus dieron montarse 2.972 "stands". El valor de las mercancías expuestas alcanzó
naranjas. Galicia, una gran lata de conservas con atunes de litografía que un valor, en números redondos, de 135.751.000 pesetas y las transacciones
saltan en todas las tiendas del mundo. realizadas llegaron a cerca de los 588 millones de pesetas.
Zurich es un cronómetro que ha batido todas las marcas de precisión. El coste de las instalaciones fué de 25.443.000 pesetas y visitaron la
Detroit un 30 HP. de líneas audaces. Amsterdam, una botella de ginebra. Man­ Feria 1.250.000 personas. Los expositores nacionales ocuparon el 60,868 por
chester, un tractor. Florencia, una cerámica. Milán, ún aparato de radiología. ciento del recinto y los extranjeros el 39,132.
Estocolmo, una bomba centrífuga. Nueva York, máquinas de lavar, refrigera­ La industria española estuvo representada del siguiente modo: Agricul­
doras, aparatos de televisión... tura y ganadería, 60 stands; alimentación, 126; industrias de la madera, 70;
Una Feria de Muestras, en resumen, es un gran espectáculo para todas textiles, 298; confección y vestido, 52; químicas, 56; papel y artes gráficas, 45;
las curiosidades y una lonja gigantesca a la que acuden los valores de mayor industrias del cuero, 29; metalurgia, Ó30; industrias de la construcción, 40;
cotización en el mercado universal. del vidrio y similares, 10; eléctricas, 205; vehículos de transporte, 58; cine­
Resulta el más alto exponente de la potencia económica de un país y matografía y fotografía, 10; juguetes y deportes, 92, e industrias varias, 28.
el acto de mayor dimensión que se puede organizar en beneficio de la paz. Si las estadísticas —en este caso— sirven para tomar el pulso económico a
Una loa al trabajo, un canto a la inventiva humana y al ingenio de los hom­ un país, cualquiera que lea estas cifras puede colegir sin esfuerzo que la vi­
bres, un album vivo y en movimiento de todo cuanto nos puede proporcionar talidad industrial de España es altamente optimista, consoladora y llena de
prosperidad, bienestar y esperanza en el futuro. promesas, y que el sólido edificio de su economía se asienta sobre estos tres
España, todos los años, despliega sobre su vieja piel de toro, el abanico de pilares fundamentales: sector metalúrgico, eléctrico y textil.
las Ferias Muestrario. Las naciones extranjeras que izaron sus pabellones en el aire barcelonés,
La gran película documental de estas manifestaciones económicas, co­ fueron Austria, Bélgica, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Holanda, Italia,
mienza en las Ferias regionales de tipo limitado a lo provincial, continúa por Luxemburgo, Gran Bretaña, Portugal, Suecia y Suiza, además de los gallar­
al noroeste de la península donde Gijón y Vigo se alternan en el calendario detes de Marruecos y Colonias.
nes de pesetas, correspondie­
ron a los vehículos de trans­
porte, y las más bajas, por seis
millones largos de pesetas, a
là relojería. En cuanto a las
divisas concedidas para la im­
portación definitiva de las mer­
cancías expuestas, fueron de
cerca de 10 millones de fran­
cos belgas, otro tanto de liras,
dos millones de francos sui­
zos, 260.000 dólares y otras
importantes cantidades de co­
ronas danesas, libras, coronas
suecas, etc.
Los jornales pagados a los
2.Ó96 empleados eventuales de
los stands alcanzaron la cifra
de 1.303.180 pesetas y el valor
de las muestras gratuitas re­
partidas durante el pasado cer­
tamen fué de 800.000 pesetas.
Se recibieron 13.000 car­
tas y fueron remitidas 26.000,
y el número de permisos de
entrada concedidos para obre­
ros, fotógrafos, «oches y ca­
miones, se redondeó en la ci­
fra 11.340.
En el recinto de la Feria

En la p á g in a a n te rio r : U n in*
m e n so g e n t ío se a g l o m e r a a n te
la f a c h a d a d e l P a la c io d e E x ­
p o s ic io n e s d e B a r c e lo n a , — En
e s t a p á gin a -. T re s a s p e c t o s d e
la F e r ia M u e s t r a r io d e la m is­
m o c iu d a d . D ia r ia m e n t e c ie n ­
tos d e m ile s d e p e rso n a s v i­
s ita n su s m o d e r n a s y a t r a y e n ­
tes in s t a la c io n e s co m e rc ia le s.

Tres banderas que tienen para España una emoción especial, las de Chile, Argentina y Fi­
lipinas, se sumaron por primera vez las dos últimas este año, al gran certamen de Barcelona.
Chile, con sus abonos químicos; la República del Plata, con su progresivo índice agrí­
cola e industrial, y las queridas islas de los mares del sur, con las muestras más lozanas
de sú bella artesanía, sus fábricas y su campiña.
El mundo oficial aportó también su colaboración y formaron parte de la Feria los pa­
bellones del Instituto Nacional de Industria, el Torres Quevedo, el Laboratorio y Taller
de Investigaciones del Estado Mayor de la Armada, el Ministerio de Obras Públicas, el
de la Gobernación, la Obra Sindical de Artesanía, la de Ganadería y la Dirección Ge­
neral de Marruecos y Colonias.

CIFRAS Y PINTORESQUISMO
En el capítulo de transacciones, los datos recogidos y minuciosamente compulsados
nos dan estos dos detalles curiosos: las ventas más altas, por valor de más de 129 millo-
y para facilitar sus actividades
a expositores y visitantes, han
funcionado con entera perfec­
ción servicios de aduanas, te­
légrafos, teléfonos, correos,
banca, turismo y alojamientos.
El pabellón agro-pecuario,
una de las instalaciones más
admiradas de la Feria, contó
este año, por primera vez, con
la aportación francesa, que
presentó magníficos ejempla­
res de ganado vacuno y ca­
ballar.
Los fabricantes de jugue­
tes ¡trajeron a la Feria la ilu-
sióri y la magia de sus inge­
niosas y bellas invenciones y
reunieron en torno a sus stands
el púbjico más grato y delica­
do: los ñiños, verdaderas nubes
de ojos infantiles con el asom­
bro y la alegría retratados en
sus pupilas.
Otra instalación interesan­
te fué la filatélica y la numis­
mática, y en el pabellón de
Marruecos y Colonias se dete­
rjan los espectadores para
contemplar la piel tostada de

O fr e c e m o s e n e sta p á g in a tres
a s p e c t o s d e la F e ria d e M u e s ­
tra s d e V a le n c ia . A r r ib a : F a ­
c h a d a d e l P a la c io d e la F e ria
M u e s t r a r io . A l ce n tro : El G e n e ­
r a lís im o Fran co a c o m p a ñ a d o
d e su e s p o s a e h ija y d e m á s
a u t o r id a d e s , re c o rre la E x p o ­
s ic ió n . A b a j o : Una in s t a la ­
ció n in d u s t r ia l a u to m o v ilis ta .

los nativos y las piruetas de los chimpancés, todo ello enmarcado en el más brillante pinto­
resquismo sahumado por el perfume del café y el cacao.
Y como en nuestro exiguo espacio —en relación con la importancia de la Feria Mues­
trario de Barcelona—, no cabe ni una somera relación de las mercancías expuestas, que­
remos cerrar estas rápidas y superficiales impresiones del gran certamen, dedicando las
últimas líneas a la artesanía española, que presentó una incomparable muestra del grado
de madurez y perfección a que ha llegado, merced al impulso oficial y al aliento recibido
del Estado que quiso elevar al sitio que merece esta tradicional y artística fuente de tra­
bajo y riqueza.

VALENCIA, DECANA DE LAS FERIAS

En el mes de mayo, como todos los años, Valencia tuvo sus flores y su Feria Muestra­
rio. La espléndida ciudad mediterránea va a la cabeza de la nación en dos cosas por lo
También ocupó un lugar de relieve la sugestiva y nutrida exposición de obras
de artesanía.
Las industrias artísticas colaboraron ampliamente y presentaron acabadas
aportaciones de obras en hierro forjado, pieles y sus confecciones, vidrios, cerá­
mica y finísimas porcelanas.
Fueron asimismo notas destacadas del Certamen el Pabellón de industrias
de Castellón y el del Mueble, donde los industriales valencianos de este ramo
hicieron gala, una vez más, del buen gusto tradicional y acabado trabajo de
sus manufacturas, tanto en lo que se refiere a mobiliario como a decoración.
1
Captó el interés del público, como un maravilloso juguete para los ojos y
los sentidos, un montaje completo que comprendía todo el ciclo de obtención
de petróleos y sus derivados.
Y para las personas imaginativas y aficionadas a la aventura geográfica, el
Pabellón de Marruecos y el de la Guinea española constituyeron el regalo de un es­
pectáculo incomparable.
En los primeros se abrieron los típicos "bakalitos", mitad bazar y mitad taller,
donde los artesanos moros iban creando sus bellas labores textiles, de marroqui­
neria, plata, etc.
Y en el colonial se exhibieron las muestras peculiares de aquellos territorios,
como el café, los aceites, los jabones y las ricas y variadas maderas de aplicacio­
nes múltiples.
Por último, y como en años anteriores, el Patronato Científico de Exposición
Industrial organizó y llevó a cabo una labor de divulgación y propaganda con
sus ciclos de conferencias y jornadas industriales desarrolladas en el recinto
de^ Certamen.
Valencia, cuyo nombre se paseó por el mundo saltando de los acordeones
marineros a las salas de fiestos de Broadway, es, efectivamente, la tierra de
las flores y la alegría, del folklore huertano y de los paisajes salpicados de
azahar.
Pero es también un exponente de primer orden de esa otra cara de Es­
paña, que al dorso de las panderetas, los palillos y los alamares taurinos, tra­
baja y construye, exporta y crea riqueza nacional y, al mismo tiempo, abre sus
brazos perfumados por la corriente del Turia y las copos de los naranjos, a
los países del mundo que nos traen la muestra de su progreso industrial y las
últimas realizaciones de la inventiva humana, en un deseo de paz fructífera y
colaboración apasionada con todos los pueblos de buena voluntad.

menos: en paisajes huertanos y en certámenes de la índole


expresada. Es la decana de las Ferias de Muestras y en
1947 cumplió sus bodas de oro.
Ahora, ha celebrado su XXVI Exposición de productos
industriales y agrícolas.
Y, como siempre. Valencia lució una vez más sus me­
jores galas para albergar en el recinto de su Feria envíos
seleccionados de fabricación española, norteamericana, bri­
tánica, chilena, portorriqueña, italiana, belga, suiza, sueca,
danesa, holandesa, francesa y luxemburguesa, repartidos
en 1.800 stands.
En una visión panorámica del Certamen, donde la sín­
tesis y la limitación nos resultan obligadas, destacan ios ca­
miones de todas clases, los automóviles y los "jeeps". El
material agrícola, con tractores, trilladoras, arados y moli­
nería. La maquinaria textil para lana y algodón. El mate­
rial médico, con rayos X, aparatos de óptica, espectofo-
tómetros, tomógrafos, potenciómetros y aparatos de audi­
ción para sordos. Material de oficina, con dictáfonos, má­
quinas de escribir y calcular, ficheros, cajas fuertes, archi­
vadores, etc. Aparatos de uso doméstico, como calentado-
dores de agua de diversos tipos, cocinas económicas y má­
quinas de coser. Maquinaria de todas clases: tornos, rec­
tificadoras, laminadoras, utillaje para obras públicas y mo­
tores marinos. Radioelectricidad: receptores, aparatos de
impresión magnetofónica, radar.

OTRAS NOTAS INTERESANTES

La aportación sindical resultó muy numerosa y de ca A r r ib a , a la iz q u ie r d a : El p a b e l ló n m a r r o q u í, f l a n q u e a d o d e e s b e lta to rre . D e b a j o , a la d e r e c h a : R e c o g e m o s s e is a s p e c t o s de


la F e r ia d e M u e s t r a s d e V a le n c ia : U n a fie sta d e la m o d a d o n d e se e x h ib ie r o n b e llís im o s m o d e lo s . El p a b e lló n c e n tra l d e l Ins­
lidad, destacando los pabellones del arroz, olivo, indus titu to N a c io n a l d e In d u s t ria . U lt im o s m o d e lo s d e a v io n e s . T e j e d o r a s m o r a s c o n f e c c io n a n u n a a lf o m b r a . A s p e c t o d e l p a b e lló n
p o r t u g u é s . El p a b e lló n d e a r t e s a n ía q u e c o n s t itu y ó , c o m o t o d o s lo s a ñ o s , u n a m u e stra d e b u e n g u s t o y se le cc ión
trías químicas y frutos y productos agrícolas.
J ~ * X H A U S j T A , a l p a r e c e r , la p i n t u r a e s p a ñ o la p i n t u r a a c tu a l, e n é l c o e x is te u n a d o b le y v ig o r o s a p e r ­
tra s e l e s p le n d o r q u e a lc a n z a r a e n la E d a d d e s o n a lid a d . E d u c a d o e n la s t e n d e n c ia s a r t ís t ic a s d e s u
O ro , y com o a g o ta d o e l a lie n t o c r e a d o r d e n u e s t r a s ig lo , a la s q u e p e r m a n e c ió f i e l g r a n p a r t e d e s u
raza co n la s p o s t r e r a s c r e a c io n e s d e C la u d i o C o d io y d ila t a d a e x is t e n c ia c o n la n o ta p in t o r e s c a , a g r a d a b le
C a rre ñ o d e M i r a n d a , e n q u ie n e s p a r e c ía e x t in g u ir s e y s u g e s t iv a d e s u s c a r to n e s p a r a t a p ic e s , h a s ta q u e ¿a
la fe c u n d a y g lo r io s a t r a d ic ió n h i s p a n a , tra s e l d e s ­ in t e n s a c r i s i s e s p i r i t u a l q u e e x p e r im e n t a r a a l s o b r e ­
e n fre n a d o b a r r o q u is m o d e L u c c a G io r d a n o y e l e x t r a n ­ v e n i r le , d e s ú b it o , la t e r r ib le y c r u e l e n fe r m e d a d q u e le
je riz a n te a c a d e m ic is m o d e lo s p r i m e r o s m o n a r c a s d e p r i v ó d e l o íd o y le a is ló , p o r e llo , d e l m u n d o e x t e r io r .
la C a s a d e B o r b ó n , a lo s q u e s ig u i e r o n e l a u g e a r r o lla ­ E s t o d e te r m in ó e l c a m b io r a d i c a l y p r o f u n d o d e s u v id a
d o r q u e e n to d a E u r o p a , p o r e n to n c e s , l o g r a r a n la s d o c ­ y d e s u a rte a l v ig o r iz a r s e s u e s p í r i t u p o r e l p e s im is m o ,
tr in a s n e o c lá s ic a s p r e c o n iz a d a s s in g u la r m e n t e p o r W in c - e l s u f r im i e n t o y l a tr is te z a , p o r lo q u e p u d o , c o n ra z ó n ,
k e lm a n n y A n t o n io R a f a e l M e n g s , se o r ig i n ó , p e s e s e ñ a la r s e la e x i s t e n c ia d e u n G o y a d e l s ig lo X V I I I y
a l d e c id id o f a v o r q u e le s d i s p e n s a r a la p r o t e c c ió n o f i ­ u n G o y a d e l s ig lo X I X , e n lo s q u e f u é f u n d a m e n t a l ­
c ia l, la l á n g u i d a e x is t e n c ia d e l a p i n t u r a e s p a ñ o la . m e n te d is t i n t a s u c o n c e p c ió n a r t ís t ic a d e b id o n o ta n sólo
H a sta q u e , p o r o c u lto s d e s ig n i o s d e la P r o v i d e n c i a , d e l a u n c a m b io d e t é c n ic a , d e d e s a r r o llo a r t ís t ic o , ' lo q u e
le tá rg ic o m a r a s m o e n q u e se h a l l a b a s u m id a v in o a s e r ía p e r fe c t a m e n t e e x p lic a b le , s in o m á s b ie n a u n
s a c a r la e l g e n io d é F r a n c i s c o d e G o y a , q u ie n , com o c e r ­ c a m b io r a d i c a l e n la id e a c r e a d o r a d e s u p r o d u c c ió n ,
tera m en te e x p r e s ó M e n é n d e z y P e la y o , c o n s u m a n e r a q u e se t r a n s fo r m a d e m a n e r a b r u s c a y v io le n t a .
d e s g a r r a d a y b r u ta l, c o n s u s fe r o c id a d e s d e c o lo r, co n E x i g u a s s o n , e n v e r d a d , la s f i d e d i g n a s n o t ic ia s q u e
su in t e n s a y tr e m e n d a i r o n í a , c o n s u in c o r r e c c ió n s i s ­ d e s u s j u v e n i l e s a ñ o s l l e g a r o n h a s ta n o s o tro s, p u e s e s ­
te m á tic a , c o n s u s á t ir a c ín ic a y s a lv a je , c o n a q u e lla ca so c ré d ito m e r e c e n la s l e g e n d a r i a s a n é c d o ta s q u e i n ­
m ezcla só lo a é l c o n c e d id a d e r e a lis m o v u l g a r y f a n t a ­ t e g r a n la lla m a d a leyenda goyesca, e n la q u e m á s q u e
s ía c a le n t u r ie n t a , s i n d i s c í p u l o s n i s e c u a c e s , r e b e ld e a la e x a c ta v a lo r a c ió n d e s u o b r a a r t ís t ic a , p e r s i g u e la
todo y u g o e i m p o s ic ió n d o c t r in a l, in s u r r e c t o c o n tu m a z r o m á n t ic a e x a lt a c ió n d e u n a v i d a , q u e la fe c u n d a y
co n tra to d o c la s ic is m o y a u n c o n t ra to d a s a lu d a b le d i s ­ e x u b e r a n t e f a n t a s í a d e s u s p r i m e r o s b ió g r a fo s lo g ró
c ip li n a d e f o r m a ; m a n c h a n d o la ta b la a p r i s a , y a d ifu n d ir .
con la b ro c h a , y a c o n la e s p o n ja , y a c o n lo s m is m o s La fiesta de toros en uno de los aguafuertes N a c i d o d e m o d e s ta , a u n q u e h i d a l g a f a m i l i a e n el
d ed o s, o lle v a n d o a s u s a g u a fu e r t e s to d o s lo s te rro re s y de Goya y uno de sus autorretratos, en el re c ó n d ito y , h a s ta e n to n c e s, o lv id a d o l u g a r d e F u e n ­
p e s a d illa s d e la n o c h e , f u é a u n t ie m p o e l ú lt im o re q^ue aparece el característico perfil del gran
d e to d o s e l 3 0 d e m a rz o d e 1 7 4 6 , r e c ib ió la s a g u a s b a u ­
tono d e l g e n io e s p a ñ o l y l a e n c a r n a c ió n a r r o g a n t e d q l
pintor nacido en Fuendetodos (Zaragoza).
t is m a le s a l d í a s ig u ie n t e e n s u i g l e s i a p a r r o q u i a l d e la
e s p ír it u r e v o lu c io n a r io . A s u n c i ó n . S e tr a s la d ó lu e g o c o n lo s s u y o s a Z a r a g o z a ,
A r t i s t a q u e e n s í m is m o r e s u m e to d a la p i n t u r a LA REVISTA DE 23 PAISES d o n d e e l p a d r e e je r c ie r a e l h u m ild e o fic io d e m a e s tro
a n t ig u a y d e q u ie n e n s u e s e n c ia a r r a n c a , t a m b ié n , la d o r a d o r y e n la q u e , a l p a r e c e r , in g r e s ó , tr a s d e a s i s t i r
r a c ió n g e n ia l, r e p r e s e n t a n t e g e n u in o de
la r e a c c ió n a n t ib a r r o c a y n e o c lá s ic a ,
p r o p ú s o s e d e s t e r r a r d e la p i n t u r a la s v i ­
c io s a s p r á c t ic a s , la s e x a g e r a c io n e s y
e x t r a v ío s d e L u c c a G io r d a n o y C o ­
r r a d o G ia q u in t o , p o r u n p s e u d o c la s i-
c is m o e n e l q u e la c o rr e c c ió n d e l d ib u jo
r e c o r d a r a la p u r e z a d e lí n e a s d e l arte
a n t ig u o . C o n s u je c ió n a esto s p r i n c i ­
p io s y d o c t r in a s , y b a jo la v ig i la n t e
m ir a d a d e F r a n c i s c o B a y e u , p r o s e ­
g u i r í a G o y a s u fo r m a c ió n a r t ís t ic a ,
s ie n d o s u i n f l u e n c i a p u r a m e n t e f o r ­
m a t iv a , m ie n t r a s q iie la d e T i é p o l o f u é
m á s b ie n s u g e r id o r a .
F i n a l i z a d a l a e t a p a m a d r ile ñ a d e
s u a p r e n d iz a je a r t ís t ic o e n e l t a lle r o
e s tu d io d e F r a n c i s c o B a y e u , e m p r e n ­
d ió s u v i a j e a I t a l i a a c o n s e c u e n ­
c ia , p r e t e n d e la le y e n d a , d e g a la n te
a v e n t u r a , d e la q u e s a lió d e s a n ­
g r ie n t a p u ñ a l a d a , abandonando la
C o rte u n i d o , p o r la e s c a s e z d e s u e x i ­
g u a b o ls a , a u n o s to re ro s . H a s t a q u e ,
d e b ilit a d o p o r la s p r i v a c i o n e s , e n f e r ­
m o , d e s fa lle c id o y s i n m á s e q u ip a je
q u e s u z u r r ó n s o b r a d a m e n t e e n ju to ,
lle g ó a R o m a , r e a n u d a n d o lu e g o , con
in a u d i t a s p r o e z a s y a m o r ío s , s e g u id o s
c a s i s ie m p r e d e la s in e v it a b le s r e y e r ­
ta s y d e s a fío s , la b o r r a s c o s a v i d a q u e ,
h a s ta e n to n c e s , lle v a r a e n Z a r a g o z a y
M a d r id , a u n q u e su v ia je , v e r o s ím il­
m e n te , se d e b ie r a a l ló g ic o y n a t u r a l
d eseo d e p e r fe c c io n a r s e e n s u a rte,
co m o r e it e r a d a m e n t e m a n ife s t ó a ñ o s
d e s p u é s , y d e c u y a e s t a n c ia e n R o m a
só lo p u d o c o m p r o b a r s e s u c o n c u r r e n ­
c ia a l c o n c u rs o d e p i n t u r a c o n v o c a d o
p o r ta R e a l A c a d e m i a d e B e l l a s A r te s
d e P a r m a , c o n c u rs o e n e l q u e se c la ­
s i f i c ó e n s e g u n d o lu g a r .
A l r e t o r n a r a E s p a ñ a , e m p r e n d ió en
Z a r a g o z a la p i n t u r a d e lo s fr e s c o s de
la b ó v e d a d e l C o reto d e l te m p lo d e N u e s ­
tra S e ñ o r a d e l P i l a r , q u e s i m u c h o tie ­
n e n d e la s v u lg a r e s y a n o d in a s d e c o ­
r a c io n e s d e lo s fe c u n d o s c u a n to a m a ­
n e r a d o s p in t o r e s d e la d é c im o c ta v a
c e n t u r ia , la c á l i d a t o n a lid a d d e su
b r illa n t e c o lo r id o , e l e s fu e r z o , q u e se
a d i v i n a , p o r l o g r a r la p o r é l t a n a n ­
s i a d a l u m i n o s i d a d d e la c o m p o s ic ió n
— s i n d u d a , i n s p i r a d a e n e l a rte de
G ia m b a t t is t a T i é p o l o —, d e n o t a n la p r e ­
s e n c ia d e u n a r t is t a d o ta d o d e p o s i t i ­
vo ta le n to , a u n q u e d e n o c la r a y d e f i ­
n i d a p e r s o n a l i d a d . A l i g u a l q u e la s
e n o r m e s p i n t u r a s m u r a le s c o n e s c e n a s
d e la V i d a d e l a V i r g e n , c o n f i g u r a s
d e n o b le s y c lá s ic a s a c titu d e s y e s p o n ­
tá n e a e je c u c ió n q u e p o r e n to n c e s r e a ­
liz ó e n l a C a r t u j a d e A u l a D e i , a s í
co m o e n la s d e h u m ild e s i g le s i a s de
c ir c u n v e c in o s p u e b lo s , c u a l R e m o lin o s
y M u e l , y e n la s q u e d e s u m a n o se
c o n s e r v a n p r o c e d e n te s d e l a c a p i l l a d e l
p a la c io q u e f u é d e lo s c o n d e s d e S o -
b r a d ie l. E l l o s c o n s t it u y e n la c a s i t o t a li­
d a d d e la p r o d u c c ió n a r t ís t ic a d e G o y a
e n e l t ie m p o q u e p e r m a n e c ió e n Z a r a ­
goza a su reg reso de I t a lia , e m p re n ­
d ie n d o lu e g o s u r e t o r n o , y a d e f i n i t iv o ,
a la V i l l a y C o rte , d o n d e r e a n u d ó s u s
v i e j a s r e la c io n e s d e a m is t a d c o n la
a la e s c u e la d e p r i m e r a s le t r a s q u e d i r i g í a e l e s c o la p io P . J o a q u í n , e n e l e s ­ f a m i l i a d e l q u e a n t a ñ o f u é s u c o n d is c í p u lo y m a e s tro . - F a m i l i a d e la q u e lleg ó
t u d io d e l p in t o r L u z á n , c u y a s e n s e ñ a n z a s a p e n a s d e ja r o n h u e lla s e n e l a rte a f o r m a r p a r t e e n 25 d e j u l i o d e 1 7 7 3 p o r s u m a t r im o n ió c o n J o s e f a , u n a d e la s
d e G o y a , lim it á n d o s e a in c u l c a r e n e l á n im o d e s u r e b e ld e e i n d i s c i p l i n a d o d o s h e r m a n a s d e F r a n c i s c o B a y e u , a c u y a d e c id i d a p ro t e c c ió n , s i n d u d a , d e b ie r a
d i s c i p ú l o lo s p r i n c i p i o s f u n d a m e n t a le s d e l d i b u j o y la p i n t u r a . G o y a lo s p r i m e r o s e n c a r g o s d e c a rto n e s p a r a t a p ic e s , q u e ta n to c o n t r ib u y e r o n a l
L a le y e n d a r e f ie r e q u e , a c o n s e c u e n c ia d e s a n g r ie n t a a v e n t u r a , c u a n d o d e s a r r o llo d e s u r e c ia p e r s o n a lid a d . P o r q u e d e c u a n t a s o b r a s r e a liz ó e n la p r im e r a
a p e n a s c o n t a b a d ie c is ie t e a ñ o s , y p a r a e l u d i r la i n e v it a b le a c c ió n d e la J u s ­ e t a p a d e s u d ila t a d a e x is t e n c ia , n i n g u n a p r e s e n t a , c o m o lo s lie n z o s q u e in t e g r a n
t i c i a , v ió s e p r e c is a d o a a b a n d o n a r Z a r a g o z a y t r a s la d a r s e a la V i l l a y C o rte , la s s e r ie s d e c a rto n e s q u e , e n e l t r a n s c u r s o c a s i d e d o s d e c e n io s , e je c u t a r a p a r a
d o n d e se h a lla b a in s t a la d o d e s d e l a a n t e r io r p r i m a v e r a s u c o n d is c í p u lo y f u ­ l a R e a l F á b r i c a d e T a p i c e s , e l p r i m o r d i a l in t e r é s d e j q u e p a s o a p a s o p u e ­
tu ro c u ñ á d o F r a n c i s c o B a y e u , a u n q u e m á s v e r o s ím i l p a r e c e q u e e l a n s i a d e d a n s e g u ir s e , c u a l e s la b o n e s q u e f u e r a n d e la m is m a c a d e n a , lo s in in t e r r u m ­
g lo r ia y fo r t u n a e n c a m in a r a n s u s p a s o s , c o n fia d o e n l a a y u d a d e lo s c o m p o ­ p i d o s y s o r p r e n d e n t e s p r o g r e s o s d e s u a rte , p u e s s i n s o s p e c h a r lo s iq u ie r a , y
n e n t e s d e l en to n c e s i n f l u y e n t e p a r t id o a r a g o n é s . a u n q u e p r o t e s t a r a e n o c a s io n e s d e s u t r a b a jo , p o r e llo s d e s a r r o lló s u s p o r t e n ­
E n d o s e s c u e la s r i v a l e s d e a n t a g ó n ic a s t e n d e n c ia s y o p u e s to c re d o esté­ to s a s fa c u lt a d e s y p o r e llo s t a m b ié n , a l a d ie s t r a r s e n e c e s a r ia m e n t e e n lo q u e,
tico d i v i d í a s e e l a m b ie n t e a r t ís t ic o d e la V i l l a y C o rte c u a n d o a e lla lle g a r a c o n c e rte ra fr a s e , B e r u e t e lla m ó ’’ v e lo c id a d p ic t ó r ic a ” , d o m in ó s u a rte e n el
F r a n c i s c o d e G o y a , p e r s o n i f i c a d a s e n d o s a r t is t a s d e s i n g u l a r d e s tre z a y e x ­ s e n tid o m a t e r ia l d e la p a l a b r a , y s u a c ie r to d e s p u é s e s tu v o n o e n d e ja r s e lle v a r
t r a o r d in a r i o t a le n t o : G ia m b a t t is t a T i é p o lo y A n t o n io R a f a e l M e n g s . U lt im o d e la f a c i l i d a d a d q u ir id a , lo q u e ir r e m is ib le m e n t e le h u b ie r a lle v a d o a l a m a n e ­
d e s te llo , e l p r i m e r o , d e la e x u b e r a n t e e x a lt a c ió n b a r r o c a , d e l p a s a d o e s p le n ­ r a m ie n t o , s in o e n t r a b a j a r s ie m p r e c o n i g u a l e s fu e rz o , e s t u d ia n d o a n te e l n a ­
d o ro s o d e la e s c u e la v e n e c i a n a ; p re s to e n c o n c e b ir y e je c u t a r , e n l a g r a n d i o ­ t u r a l y c o r r ig ie n d o s u s m a r a v illo s a s c r e a c io n e s , e n la s q u e la f a c i l i d a d no
s i d a d d e s u : c o m p o s ic io n e s b ris c a b a T i é p o lo la e x p r e s ió n y v i d a d e s u s a n i ­ es s in o u n m e d io p a r a la r e a liz a c ió n d e u n f i n .
m a d a s f i g u r a s d e v io le n t o s y a t r e v id o s esc o rz o s, e n la s q u e l a f a s c i n a d o r a E n s u s p r i m e r o s c a r to n e s , c o m o La caza del jabalí y El cazador y los pe­
a r m o n í a , s ie m p r e v i v a y s ie m p r e n u e v a d e l c o lo r, c o n s t it u ía n rros, se m a n if i e s t a c la r a la i n f l u e n c i a q u e e n G o y a e je r c ie r a
p o é t ic a s v is io n e s d e a g r a d a b le y b e llo c o lo r id o , m ie n t r a s q u e M V N D O H1SP A N I C O F r a n c i s c o B a y e u , s i b ie n y a e n e llo s se a c u s a n la s c a ra c te ­
A n t o n i o R a f a e l M e n g s , p i n t o r c u lt ís im o a u n q u e fa lt o d e i n s p i ­ r ís t ic a s d e l e s tilo d e l g e n i a l p in t o r a r a g o n é s , q u e p a u la t i n a -

36
m en te se f u é i n d e p e n d iz a n d o e n L a caza de la codorniz y E l pescador de caña, d e la Duquesa de Osuna, En la página, anterior reproducimos uno de los
ta n c o n t r a r io co m o e r a a s u p e d i t a r a a je n o s i n f l u j o s lo s i r r e f r e n a b le s i m p u l ­ d e la Marquesa de Pon- más formidables y madrileñísimos cuadros de
sos d e s u in d ó m it o c a r á c te r . Y s i e n u n p r i n c i p i o a c e p t a r a la s s u g e r e n c ia s d e tejos y d e Doña María Goya: E l e n tie r r o de la s a r d in a . —- En esta plana,
F r a n c i s c o B a y e u , s u i n n a t a r e b e ld ía h íz o le p r e s c i n d i r d e la s f a l s a s n o r m a s R i t a de B a r r e n e c h e a L a m a j a v e s tid a y uno de sus famosos C a p ric h o s.
y p r e c e p to s q u e i m p o n í a a s u s s e g u id o r e s e l co rrecto a u n q u e a m a n e r a d o a c a d e ­ Condesa del Carpio, a s í
m ic is m o d e A n t o n i o R a f a e l M e n g s , p a r a b u s c a r e n la N a t u r a le z a , p r i m e r o , y en co m o t a m b ié n e n s u a d m i ­
V e lâ z q u e z , d e s p u é s , lo s p r i n c i p i o s b á s ic o s d e s u p e c u l i a r e s tilo y d e s u a rte, r a b le Autorretrato ante el
a s í co m o e n lo s a p l a u d i d o s s a in e t e s d e D . R a m ó n d e la C r u z lo s te m a s o a s u n to s caballete y e n la s u g e s t iv a
d e lo s c a r to n e s p a r a t a p ic e s , c o n e s c e n a s c o s t u m b r is t a s d e l p u e b lo d e M a d r i d . La Fam ilia de los Duques de
merienda, E l baile a orillas del río Manzanares, L a riña en la Venta Nueva, E l Osuna, h o y c o n s e r v a d o en
paseo de Andalucía o L a m aja y los embozados, E l ciego de la guitarra y e l M u s e o d e l P r a d o . S i b ie n
E l cacharrero, u n o d e lo s m á s b e llo s lie n z o s q u e e n t r e g a r a G o y a e n la F á b r i c a e l p r o c e s o e v o lu t iv o d e s u
d e T a p i c e s , c o n s t it u y e n , s i n d u d a , ju n t a m e n t e c o n E l juego de pelota a pala y fo r m a c ió n a r t ís t ic a c u lm in a
E l resguardo de tabacos, lo m á s c a r a c te r ís tic o d e s u p r o d u c c ió n a r t ís t ic a e n la — s i se p r e s c in d e d e lo s
o ctava d e c e n a d e l s ig lo X V I I I . E n e llo s a b a n d o n a p a u la t in a m e n t e lo s c á lid o s c a rto n e s p a r a t a p ic e s — e n
ton os d e s u s p r i m e r o s c a rto n e s p o r a q u e llo s e n q u e p r e d o m in a la g a m a f r í a , ta l lo s s o r p r e n d e n t e s a u n q u e
vez d e b id o a l i n f l u j o q u e e n s u a rte e je r c ie r a e l e s tu d io d e la s o b r a s d e V e lá z q u e z , s ie m p r e ’’ m a l c it a d o s , m a l
a l q u e , e n g r a n p a r t e , d e b e la m a r a v illo s a t é c n ic a d e s u p i n t u r a , d e e x t r a o r ­ c o m p r e n d id o s y m a l a p r e ­
d i n a r i a f l u i d e z , a c u a r e la d a c a s i, e n a g u d o c o n tra s te c o n la e x c e s iv a m a s a d e c ia d o s ” lie n z o s q u e p o r r e a l
c o lo r q u e u t i l i z a r a e n s u s p r i m e r o s c a rto n e s , d e a le g r e s t o n a lid a d e s , p e r s p e c t i­ m an d ato e je c u t a r a G o y a
v a s d e a r b o le d a e n o to ñ o , c e la je s d e lic a d a m e n t e m a tiz a d o s e n b la n c o r o s a d o p a r a l a i g le s i a d e l c o n v en to
s o b re e l le ja n o h o riz o n te , lie n z o s d e r u t ila n t e b r illa n t e z d e c o lo r id o y u n i f o r m e d e S a n t a A n a , d e V a lla d o -
l u m i n o s i d a d , q u e a p a r t i r d e E l ciego de la guitarra, f u é a b a n d o n a n d o , a l l i d , r e p r e s e n t a n d o E l trán­
d e s ta c a r c la r id a d e s m ie n t r a s q u e e n o s c u r a p e n u m b r a d e j a b a e l resto d e la sito de San José, San B er­
c o m p o s ic ió n , e n la q u e la u n i d a d a c e n t u a b a ta n to e n g r u p o s com o e n e l fo n d 'o , nardo a d m i n i s t r a n d o e l
g r a d u a n d o t é r m in o s y e q u ili b r a n d o m a s a s . M i e n t r a s q u e e n Las floreras, L a b a u t is m o a u n c a b a lle r o y
vendimia y E l albañil herido, e je c u ta d o s y a n o m b r a d o p in t o r d e l R e y , 's e Santa Lutgarda a r r o d illa ­
a d v ie r te , co m o c e rte ra m e n te i n d i c a C a m ó n A z n a r , q u e v u e lv e a s e r c la r a la d a a n te u n c r u c i f i jo , lie n z o s
im p r im a c ió n , c la r a s t a m b ié n la s c o m p o s ic io n e s , a p l e n a lu z , s i n c o n tra s te s , q u e , ju n t a m e n t e c o n L a des­
s e n c illo e l a p a r a t o e s c é n ic o , r e v e lá n d o s e u n a m a y o r c o n c e n tr a c ió n e n lo s a s u n ­ pedida de San Francisco
tos y a v a n c e d e t é c n ic a , c a d a vez m á s f l ù i d a y e fe c tis ta , s i m p li f i c a n d o lo s f o n ­ de Borja de su familia y
dos c o n a l g ú n á r b o l d e s m e d r a d o e n m o n te s y l l a n u r a s d e a p a c ib le t o n a lid a d , San Francisco de B o rja y
en la s q u e se a d v ie r t e la i n f l u e n c i a c o lo ris ta d e G ia m b a t t is t a T i é p o lo y ta m ­ el moribundo impenitente
b ié n la q u e e n e llo s e je r c ie r a n lo s lie n z o s d e V e lá z q u e z . q u e lo s D u q u e s d e O s u n a
I d é n t i c a e v o lu c ió n se a d v ie r t e e n la s r e s ta n te s c o m p o s ic io n e s d e la p r i ­ le e n c o m e n d a r a n p a r a d e c o ­
m e ra e t a p a d e la v id a d e F r a n c i s c o d e G o y a y L u c ie n t e s . P u e s s i lo s re tra to s r a r la c a p i l l a d e q u e e r a n
de Carlos IV y María Luisa de Parm a, s ie n d o p r í n c i p e s , y lo s d e lo s Condes p a tro n o s en la c a te d ra l de
de Miranda, e n tr e o tro s, e s tá n to ta lm e n te in s p i r a d o s e n e l a rte d e A n t o n io V a le n c ia , m a r c a n l a -m a ­
R a f a e l M e n g s , lo m is m o q u e la s p i n t u r a s r e lig io s a s q u e , p o r e n to n c e s , r e a liz ó , d u r e z e q u i l i b r a d a d e G o y a com o p in t o r r e lig io s o , com o in d i c a r a S á n c h e z C a n tó n .
com o la Sagrada Fam ilia y e l Cristo crucificado — q u e le s ir v i ó co m o d is c u r ­ N o m b r a d o a p o c o p in t o r d e C á m a r a , y c u a n d o , a l p a r e c e r , la v i d a e n todo
so d e r e c e p c ió n a l s e r e le g id o A c a d é m ic o d e m é r ito d e la R e a l d e B e l l a s A r t e s le s o n r e ía , s o b r e v ín o le s ú b ita m e n t e la t e r r ib le y c r u e l e n fe r m e d a d , d e la q u e
de S a n F e r n a n d o —, lie n z o to ta lm e n te d e s p r o v is t o d e e s p í r i t u y u n c ió n r e l i ­ só lo se c o n o c ía n la s c o n s e c u e n c ia s : la s o r d e r a , q u e , a l p r i v a r l e d e l o íd o y a i s ­
g io sa , a u n q u e co m o e s tu d io d e l n a t u r a l s o r p r e n d a p o r la ju s t e z a d e s u d i b u j o la r le , p o r e llo , d e l m u n d o e x t e r io r , d e te r m in ó e l c a m b io tr a s c e n d e n ta l d e s u
y e l a c ie r to d e s u m o d e la d o , e n l a p i n t u r a d e la m e d ia n a r a n j a y s u s c u a tro v i d a y d e s u a rte , a l s u m ir le e n s u s id e a s e i m a g in a c io n e s , p r o p o r c io n á n d o le
p e c h in a s d e u n a d e la s b ó v e d a s d e l te m p lo d e N u e s t r a S e ñ o r a d e l P i l a r , d es­ e l fo r z a d o r e p o s o , r e fle x ió n , s u fr im i e n t o , tris te z a y p e s im is m o , m e r c e d a lo s
a r r o lla n d o e l te m a Regina Martirum, q u e ta n to s s in s a b o r e s y a m a r g u r a s le q u e s u f a n t a s í a se e x a ltó , a g ig a n t á n d o s e s u p e r s o n a lid a d a r t ís t ic a c o m o s i la
a c a rreó , m a n if i é s t a s e p a te n te e l b a r r o q u is m o d ie c io c h e s c o . P o r e l c o n t r a r io , ta n to p e r t u r b a c ió n q u e le a r r e b a tó u n s e n tid o le h u b ie s e r e a n im a d o , e n c o m p e n s a -
en lo s c ie r t a m e n t e p o c o a fo r t u n a d o s re tra to s d e l Conde de Floridabianca y c ió fi, s u s p o t e n c ia s o p e r a t o r ia s , c o ri la s q u e e n s u s g r a b a d o s ju z g a r á , c o n d e ­
de La fam ilia del Infante D. Luis, c o m o e n e l San Bernardino de Sena n á n d o lo s , lo s v ic io s y p a s io n e s , la s m is e r ia s y v a n id a d e s d e l a n a t u r a le z a
predicando ante Alfonso V de Aragón, q u e e n c o m p e t ic ió n c o n lo s m á s a f a ­ h u m a n a , d e s p e r t á n d o s e e n é l e l g e n io q u e h a s ta e n to n c e s y a c ie r a a d o r m e c id o .
m a d o s p in t o r e s d e la C o rte e je c u tó p a r a la i g l e s i a c o n v e n t u a l d e S a n F r a n ­ C o n v a le c ie n t e a ú n d e ta n c r u e l e n fe r m e d a d , y s u p e r a d a a p e n a s la in t e n s a
cisco e l G r a n d e , c o n e l q u e lo g r a r a s u p r i m e r y s e ñ a la d o t r i u n f o , p o r a f á n c r i s i s e s p i r i t u a l q u e e x p e r im e n t a r a s u á n im o , ’ ’ p a r a o c u p a r la im a g in a c ió n ,
de o r i g i n a l i d a d , p r o p ú s o s e , a u n q u e s i n lo g r a r lo e n to n c e s , i n d e p e n d i z a r s e d e l m o r t ific a d a — d e c ía G o y a — e n la c o n s id e r a c ió n d e m is m a le s ” , r e a n u d ó s u
fa ls o c o n v e n c io n a lis m o es té tic o im p e r a n t e , b u s c a n d o e n e l t r a ­ la b o r c o n ” la s e r ie d e c u a d r o s d e g a b in e t e ” , e n la a c t u a lid a d
d ic io n a l r e a lis m o d e la p i n t u r a e s p a ñ o la la e s e n c ia m is m a c o n s e r v a d o s e n la R e a l A c a d e m i a d e B e l l a s A r t e s d e S a n
LA REVI STA DE 23 PAI SES
de s u a r te , c o n s i g u i é n d o lo , e n p a r t e , e n lo s d e lic io s o s r e tr a to s F e r n a n d o . C u a d r o s e n lo s q u e p u d o ’’ h a c e r o b s e r v a c io n e s a q u e

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r e g u la r m e n t e n o d a n l u g a r la s o b r a s e n c a r g a d a s y e n q u e el MVNDO HISPANICO f i g u r a d e l in d o m a b le y d e s c a m is a d o c h is p e r o q u e , e n a lto lo s
c a p r ic h o y la im a g i n a c i ó n n o tie n e e n s a n c h e s ” . A e sta s e r ie b ra z o s , d e s a f í a a la m u e r t e —, s u c u m b e a m e t r a lla d o p o r e l p e lo ­
p e r te n e c e n E l entierro de la sardina, L a procesión de flage­ tó n d e in n o m i n a d o s s o ld a d o s d e la s h u e s te s n a p o le ó n ic a s , y y a
lantes, Capea en un pueblo y la e n ig m á t ic a Escena de Inquisición, e m p r e n ­ e n s u tro n o e l M o n a r c a " d e s e a d o ” , tr a s s u p r o lo n g a d o c a u t iv e r io e n V a l e n ç a y ,
d ie n d o s im u lt á n e a m e n t e a la e je c u c ió n d e io s r e tra to s g r ís e o s , q u e d e n o m in a r a c o n f ír m a le s u n o m b r a m ie n t o d e p r i m e r p i n t o r d e C á m a r a , r e a liz a n d o e n to n c es
B e r u e t e — d e e n tre lo s q u e s o b r e s a le n lo s d e L a Tirana, La Duquesa de Alba, lo s r e tra to s d e Fernando V II y d e l Duque de San Carlos, d e l Duque de Osuna
Doña Ladea Arias de Enriquez y e l p o s tu m o d e s u c u ñ a d o Francisco B ayeu —, la y la Duquesa de Abrantes, c o n lo s q u e f i n a l i z a la e x t r a o r d in a r ia y m a r a v illo s a
p i n t u r a d e lo s c a s i ig n o r a d o s lie n z o s d e la S a n t a C u e v a d e C á d iz y la a d m i r a b le s e r ie d e re tra to s d e ’ ’ C o r t e ” , q u e c o n e l d e l Conde de Floridabianca i n i c i a r a e n
s e r ie d e lo s Caprichos, e n q u e ta n a c e r ta d a m e n te f u s t i g a b a la s s u p e r s t ic io n e s , s u y a l e ja n a j u v e n t u d , d a n d o c o m ie n z o s e g u id a m e n t e , c o n s u s a d m i r a b le s A u­
v ic io s y p a s io n e s d e a q u e lla s o c ie d a d f r í v o l a y b a n a l, y q u e ta n to c o n t r ib u y e r o n a torretratos d e l M u s e o d e l P r a d o y d e la R e a l A c a d e m i a d e B e l l a s A r t e s d e
e n a lte c e r la f i g u r a d e l g e n i a l p i n t o r a r a g o n é s , q u e , e n a g u d o y s i n g u l a r c o n ­ S a n F e r n a n d o , c o n e l d e Don José Luis Munárriz, i n s p i r a d o e n lo s d e l G re c o ,
tra ste c o n la tris te a m a r g u r a q u e e m a n a d e s u s Caprichos, e je c u tó u n a d e lo s d e l g r a b a d o r R afael Esteve y e l p i n t o r Asensio Ju liá, la p o rt e n to s a s e r ie
s u s m á s fa m o s a s y p e r s o n a le s c r e a c io n e s , p o r e n to n c e s , a l d e c o r a r a l fr e s c o la e n l a q u e p r e d o m i n a e l c a r á c te r í n t i m o , f a m i l i a r y b u r g u é s , g e n u in a r e p r e s e n ­
p o p u l a r e r m it a d e S a n A n t o n io d e la F l o r i d a , e n c u y a c ú p u la , a b i g a r r a d a ta c ió n d e la s o c ie d a d e s p a ñ o la d e la s p r i m e r a s d é c a d a s d e l p a s a d o s ig lo , ta n
d e m u lt it u d d e m a jo s , m a n ó la s y c h is p e r o s , d e a n d r a jo s o s y h a r a p ie n t o s m e n ­ i n f l u i d a p o r lo s d e m o c rá tic o s p r i n c i p i o s d e la R e v o lu c ió n f r a n c e s a .
d ig o s y c h ic u e lo s , c o n t e m p la n a tó n ito s lo s m ila g r o s d e l s a n to , m ie n t r a s q u e
L a r e p e t id a le c t u r a d e la f a m o s a " C a r t a h is t ó r ic a s o b r e e l o r ig e n y p r o ­
e n e n ju t a s , m u r o s e in t r a d o s e s s u r g e n la s b e llís im a s f i g u r a s d e fe m e n ile s
g reso d e la s c o r r id a s d e to ro s e n E s p a ñ a ” , q u e p u b l i c a r a D . N i c o l á s F e r n á n ­
angelas, q u e l a e x u b e r a n t e f a n t a s í a c r e a d o r a d e l a r t is t a lo g r ó i n m o r t a l i z a r . d ez d e M o r a t í n , s i n d u d a s u g e r i r í a a G o y a , fe r v ie n t e y e n t u s ia s t a a d m i r a d o r
D e i g u a l m a n e r a q u e s u s m á g ic o s p in c e le s in m o r t a liz a r o n t a m b ié n a la Maja d e la f ie s t a n a c io n a l, e l i l u s t r a r l a g r á f ic a m e n t e c o n lo s g r a b a d o s d e L a T au­
vestida y a la M aja desnuda, s ím b o lo p e r e n n e d e la g r a c ia p ic a r e s c a y d e l romaquia, e n lo s q u e , c o n s c ie n t e m e n t e , s a c r ific ó p r o p o r c io n e s y e x a c t itu d e s
g e n t il d o n a ir e d e la m u je r m a d r ile ñ a , a l p a r q u e d e l a rte m is m o d e l p in t o r ,
a l d in a m i s m o d e l m o v im ie n t o , y q u e p u s o a la v e n ta a n te s d e i n i c i a r la
p u e s s i la d e s n u d a e n c a r n a e l e s p í r i t u d e l ro co có , la v e s t id a r e f l e ja p le n a m e n t e
e je c u c ió n d e l lie n z o r e p r e s e n t a n d o a Santas Ju sta y Rufina, q u e le e n c o m e n ­
y a e l im p r e s i o n i s m o d e la p i n t u r a a c tu a l.
d a r a e l C a b i ld o d e la c a t e d r a l s e v i l la n a p o r m e d ia c ió n d e C e á n B e r m ú d e z .
M a r a v i l l o s o s r e tra to s c o m o lo s d e l General LIrrutia, e l e m b a ja d o r f r a n ­ L ie n z o d e c á lid o y v ib r a n t e c o lo r id o , a l q u e , s i n e m b a r g o , e l p r e c e d e n te d e l d e
cés Guillemardet y e l v u lg a r m e n t e c o n o c id o p o r e l Hombre de gris, q u e i d e n ­ M u r i l l o p e r ju d ic ó n o to r ia m e n te y q u e a l p a r c o n e l San Pedro arrepen­
t i f i c a n a lg u n o s c o n s u h ijo X a v i e r , a s í co m o lo s d e Moratín, Meléndez Valdés, tido y e l San Pablo, c o n L a oración del huerto y L a últim a comunión de
Ceán Bermúdez, Saavedra y Jovellanos, y lo s d e la Marquesa de Santiago y San José de Calasanz q u e r e a liz a r a p a r a la s E s c u e l a s P í a s d e S a n A n t ó n ,
la d e Lazán, ju n t a m e n t e c o n e l d e la c é le b re d e M a d r i d , c o n s o b r ia p a le t a d e g r is e s y t ie ­
c a n ta n te Lorenza Correa, p r e c u r s o r e s d e lo s r r a s , lie n z o s e n lo s q u e ” s u s i n c e r i d a d p ic t ó ­
q u e e je c r it a r a a ñ o s d e s p u é s , s e ñ a la n s u a p o ­ r ic a m u e s t r a ■— c o m o d i j e r a L a i n E n tr e d ig o —
geo com o r e tr a tis t a . A p o g e o q u e c u lm in a e n el u n s e n t im ie n t o r e lig io s o , v io le n t o , b r u s c o , c a s i
p o rte n to s o re tra to d e la Condesá de Chinchón fe r o z ..., c o n la t e r r ib le y s in c e r a v e h e m e n c ia d e
y e n lo s d e Carlos IV y María Luisa de Parma, u n d i s c i p l i n a n t e ” , e v id e n c ia r o n la p r o f u n ­
q u e g a la r d o n á n d o le le n o m b r a n s u p r i m e r d a c r i s i s r e l i g i o s a y e s p i r i t u a l q u e , p o r e n to n c e s,
p in t o r d e C á m a r a , e l c u a l, in s p i r á n d o s e , s i n e x p e r im e n t a r a G o y a a c o n s e c u e n c ia , s i n d u d a ,
d u d a , e n Las Meninas, d e V e lâ z q u e z , y p r e ­ d e lo s c o n v u ls iv o s a c o n t e c im ie n t o s d e q u e f u é
v io s bocetos o e s t u d io s d e l n a t u r a l, e je c u t a la te s tig o , r e a v iv á n d o s e e n é l la s d o r m id a s a u n ­
m a r a v illo s a Fam ilia de Carlos IV, s o r p r e n ­ q u e n u n c a o lv id a d a s c r e e n c ia s q u e lo s s u y o s
d e n te ta n to p o r s u in n e g a b l e v a lo r p s ic o ló ­ le in c u lc a r o n e n s u y a r e m o ta j u v e n t u d ; p a ­
g ic o com o p o r e l v ir t u o s is m o d e s u t é c n ic a y le ta d e b la n c o s y n e g r o s , d e g r is e s y t ie r r a s
la r u t ila n t e b r illa n t e z d e l c o lo r id o . c o n la q u e d ec o ró la s v a r i a s e s t a n c ia s d e la
L a ju s t a n o m b r a d la q u e co m o r e t r a t is t a a l ­ r e c ié n a d q u i r i d a ’’ Q u in t a d e l S o r d o " . A l u ­
c a n z a r a , p o r e n to n c e s, F r a n c i s c o d e G o y a , c in a n t e s " p i n t u r a s n e g r a s ” d e e x p r e s i o n i s ­
p r e g ó n a n la lo s lie n z o s e n q u e i n f l u i d o , s in . m o d e s e n fr e n a d o y o b s e s io n a n t e v i s i ó n , q u e ,
d u d a , p o r la p i n t u r a in g le s a , r e p r e s e n tó a l s i n lín e a s , s i n m a s a s , s i n c o lo re s a p e n a s ,
Conde de Fernán-Núñez a n t e u n p a i s a j e to ­ p ro d u c e n in d e le b le im p r e s ió n a l co n tem ­
ta lm e n te v e la z q u e ñ o , y a l Marqués de San p l a r la s , l o g r a n d o co n e l l a s , in d u d a b le ­
Adrián c o n 'd is p lic e n t e y e le g a n t e a p o s t u r a d e m e n te , s u b u r le s c o y d e lib e r a d o p ro p ó s it o d e
s e ñ o r i l d i s t i n c i ó n . A s í com o a la g e n t il Con­ " e p a t e r le s b o u r g e o is ” , e s p í r i t u q u e a s im is m o
desa de Haro, a Doña Antonia Zárate y a la a n i m a la s e r ie d e g r a b a d o s q u e t it u la r a Los
fa s c in a d o r a Doña Isabel Cobos de Porcel. Disparates, t a m b ié n c o n o c id a p o r Los Pro­
R e tr a t o s ésto s, co m o ta n to s o tro s, e n lo s q u e se verbios, d e t a n d u d o s a y e n ig m á t ic a i n t e r ­
s u m e r g ió G o y a e n la s m á s r e c ó n d it a s p r o f u n ­ p r e t a c ió n .
d id a d e s d e l a lm a h u m a n a , e n s u a f a n o s a b ú s ­ A l d e c lin a r d e s u v i d a , a g r a v a d a s s u s d o ­
q u e d a d e lo p s ic o ló g ic o y e s p i r i t u a l q u e g e ­ le n c i a s y , ta l vez , a c o n s e c u e n c ia d e l a ló g ic a
n ia lm e n t e c a p ta e n p r í n c i p e s y r e y e s , e n a r i s ­ r e a c c ió n a b s o lu t is t a q u e , m e r c e d a i a d e c is iv a
tó c ra ta s, to re ro s y a c tr ic e s , e n p o lít ic o s , lit e ­ in t e r v e n c ió n d e lo s ” C i e n m i l h i jo s d e S a n
r a to s e in t e le c t u a le s , q u e ta n n o to r io co m o d e ­ L u i s " , p u s i e r a f i n a lo s ” tres m a l lla m a d o s
c is iv o i n f l u j o e je r c ie r a n , co m o e n l a e v o lu c ió n a ñ o s ” , e n lo s q u e , t r iu n f a n t e e l l ib e r a li s m o ,
d e la s id e a s p o lít ic a s d e la s o c ie d a d e s p a ñ o la se im p la n t ó la M o n a r q u í a c o n s t it u c io n a l, i m ­
y s in g u la r m e n t e e n la s d e F r a n c i s c o d e G o y a . p u l s a r í a n a G o y a , f e r v ie n t e y e x a lt a d o l i b e ­
Q u ie n v ió s u t r iu n f a n t e y g lo r io s a c a r r e r a o f i ­ r a l, co m o a lg u n o s d e s u s d i b u j o s d e m u e s t r a n ,
c ia l t r u n c a d a s ú b it a m e n t e c o n la in v a s i ó n d e a s o lic it a r d e l M o n a r c a s u li c e n c i a p a r a
la s h u e s te s n a p o le ó n ic a s y la g u e r r a d e la t r a s la d a r s e a F r a n c i a y to m a r la s a g u a s de
I n d e p e n d e n c i a , q u e c o n c e rte ra f r a s e e l C o n d e lo s b a ñ o s d e B a g n è r e s y P lo m b i e r s , e m p r e n ­
d e T o r e n o lla m ó ” L e v a n t a m ie n t o , g u e r r a y d ie n d o , a l c o n c e d é r s e la , s u v i a j e a P a r í s y
r e v o lu c ió n d e E s p a ñ a ” , petes c o n e lla d e s a ­ B u r d e o s , d o n d e se h a l l a b a n e m ig r a d o s s u s
p a r e c ía p a r a s ie m p r e e l m u n d o f r ív o lo d e l v ie jo s a m ig o s M o r a t í n , S i l v e l a , M u g u i r o y
a n t ig u o r é g im e n d e la v i e j a - E s p a ñ a , e n el e l M a r q u é s d e S a n A d r i á n . C i u d a d a la q u e
q u e , h a s ta e n to n c e s , v i v i e r a F r a n c i s c o d e r e g r e s a d e f i n i t iv a m e n t e t r a s b r e v e e s t a n c ia
G oya. e n la V i l l a y C o rte , y e n l a q u e el ” jo v e n oc­
S u f e r v ie n t e y s in c e r o p a t r io t is m o , ta n ta s t o g e n a r io ” , s i n d e s c a n s o ; e je c u t a la s lit o g r a ­
v e c e s d is c u t id o y a u n n e g a d o , f u é e x a c e r b a d o L a d u q u e sa de C h in c h ó n , por Goya. f í a s d e lo s lla m a d o s Toros de Burdeos, la s
a n te lo s r e p e t id o s e in c e s a n t e s u lt r a je s , a n te c a s i c u a re n ta m in ia t u r a s so b re m a r fil, " m i ­
la s c r u e ld a d e s i n ú t i l e s d e lo s in v a s o r e s , n o a fr a n c e s á n d o s e p o r e llo , co m o lo n i a t u r a o r i g i n a l q u e y o j a m á s h e v is to ■— d e c ía le G o y a a D . J o a q u í n M a r í a
h i c i e r a n M o r a t í n y M e lé n d e z V a ld é s , s in o q u e , p o r e l c o n t r a r io , id e n t i f ic a d o F e r r e r —, p o rq u e n o e stá h e c h a a p u n t o s y c o sa s q u e m á s se p a r e c e n a lo s p in c e le s
id e o ló g ic a m e n t e c o n lo s p a t r io t a s d e la s C o rte s d e C á d iz , r e n u n c ió j a l c o d ic ia d o d e V e lá z q u e z q u e a lo s d e M e n g s ” , a s í com o lo s a d m i r a b le s re tra to s d e Moratín,
tít u lo d e p r i m e r p in t o r d e C á m a r a y a s u s p i n g ü e s e m o lu m e n to s , a l n o r e c o n o c e r Jacques Galos, Ju an Bautista Muguiro y L a lechera de Burdeos, lie n z o s
la s u p u e s t a l e g i t i m i d a d d e l G o b ie r n o in t r u s o , a a lg u n o s d e c u y o s m in is t r o s y q u e p o r s u im p r e s i o n i s m o d i r í a n s e e je c u ta d o s p o r C é z a n n e o V a n G o g h .
c o r ife o s , co m o Miguel Romero y e l c a n ó n ig o Ju an Antonio Llorente retra tó D e jó s i n a c a b a r l a e x p r e s iv a c a b e z a d e D. José Pío de Molina, a l s o r p r e n ­
m a g is t r a lm e n t e , a s í com o a s u s c o n s u e g r o s D. Martín de Goicoechea y Doña d e r le la m u e r te , e l 1 6 d e a b r i l d e 1 8 2 8 , r o d e a d o d e s u n ie to M a r i a n o y d e f ie le s
Ju an a Galarza, a lo s p e q u e ñ u e lo s Víctor Guye, Pepito Costa y a s u n ie to Ma- y le a le s a m ig o s , d e s a p a r e c ie n d o c o n é l u n a d e la s m á s p r e c la r a s f i g u r a s d e l
rianito Goya. S i b ie n , ló g ic a m e n t e o b s e s io n a d o p o r lo s tr á g ic o s s u c e s o s q u e p e r c i ­ a rte d e to d o s lo s t ie m p o s , d e q u ie n p r o fè t ic a m e n t e p u d o , c o n r a z ó n , d e c ir e l
b í a e n d e r r e d o r , s u c a s i to ta l a c t i v id a d a r t ís t ic a e n e l t r a n s c u r s o d e lo s e x p r e ­ p o e ta D . M a n u e l J o s é Q u i n t a n a :
s a d o s a ñ o s e s tu v o d e d i c a d a , a lt e r n a n d o c o n la e je c u c ió n d e p e q u e ñ o s lie n z o s co n
e p is o d io s d e lu c h a s , v io la c io n e s , f u s i la m ie n t o s y s a q u e o s , a la r e a liz a c ió n d e lo s
d i b u j o s p r e p a r a t o r io s d e Los desastres de la guerra, d e a l g u n a s d e c u y a s e s c e n a s ... Sí, vendrá un día;
f u é te s tig o p r e s e n c ia l, y e n la s q u e c o n g e n i a l a c ie r to in t e r p r e t ó n o s u p u e s t a s c o n ­ vendrá también, oh Goya, en que a tu nombre
d e n a c io n e s d e la ’ ’ g u e r r a ” y d e la fe r o z b e s t ia lid a d d e lo s a d o r m e c id o s i n s t i n ­
el extranjero extático se incline...
tos d e l " h o m b r e ” , s in o la s s a n g r ie n t a s v ic is it u d e s d e la h e r o ic a lu c h a q u e e l
p u e b lo h is p a n o s o s t u v ie r a c o n v i r i l tesó n fr e n t e a la s a g u e r r i d a s t r o p a s d e l
e jé rc it o in v a s o r , c u y o s e x c e s o s y C ru e ld a d e s r e fle jó e n s u s d i b u j o s y g r a b a d o s . Y ese d í a h a c e t ie m p o q u e v in o y a . L o s o c u lto s d e s i g n i o s d e la P r o v i d e n ­
F i n a l i z a d a la g u e r r a , y e n s u d e s e o d e p e r p e t u a r ” la s a c c io n e s m á s h e ­ c ia h ic i e r o n p o s i b l e q u e e l g e n io d e l g r a n a r t is t a s a c a s e a la p i n t u r a e s p a ñ o la
r o ic a s d e n u e s t r a g lo r io s a in s u r r e c c i ó n c o n tra e l tir a n o d e E u r o p a ” , e je c u tó d e l m a r a s m o e n q u e e s ta b a s u m e r g i d a .
p o r o r d e n d e la R e g e n c i a L a carga de los Mamelucos el 2 de Mayo en la
Puerta del Sol y Los fusilamientos del 3 de Mayo en la Montaña del Prín­
cipe Pío, tr á g ic o n o c t u r n o e n q u e e l p u e b lo d e M a d r i d — s im b o liz a d o e n la V Á L E N T I N D E S A M B R I C O
EL LEON ESPAÑOL
A LA IZQUIERDA
L
AS olas se sintiero n in q u ie ta s, preocupadas:
— ¿Qué sal d is tin ta de la n u e stra h a caído en estas playas que saben a Dios?
— ¿Qué árboles h a n crecido en form a de cruz sobre las cabañas y por qué,
al crepúsculo, la b risa suena a cam p an a y a p leg aria nunca oída?
•— ¿Qué grito gozoso de luz h a ro to la v irg in id ad de estas selvas y h a engen­
drado la V erdad?
Por resp u esta, unas naos e x tra ñ a s, cargadas de hom bres vestidos de hierro,
ondearon u n pendón m orado con u n escudo im perial. ¡Y to d o el m ar se llenó
de Castilla!...
E l y an q u i, este ru b io h o m b ro te, G I cargado de cansancio y de guerra,
abrió los ojos, a tó n ito , an te la m aravillosa sorpresa de F ilipinas. Sí, le hab ían
dicho de ellas. E ra n colonia am ericana. De b u en oro, de m ejor azúcar. Pero
Nueva Z elanda, Islas Salom ón, N ueva G uinea, to d o el P acífico, no le hab ían
ofrecido m ás que bosques de m alaria, pueblos oscuros, sin ser, incivilizados, o,
a lo m ás, colonias y fa c to ría s europeas con hom bres como acém ilas y h o rizon­
tes como lib ras esterlin as.
¡Ahora se le ab ría de p ro n to , sola, en m edio del O riente, u n a v e ta , indígena
sí, pero occidental: el alm a, la cu ltu ra filipinas!
— ¿Cómo, p o r qué?— se p re g u n ta b a .
— ¡Ah, es que A m érica e stá aquí! Y h a y hom bres blancos. ¡Pero ta m b ié n
en otras costas, en o tras islas de alrededor, h a y ingleses, holandeses, franceses,
americanos!...
Y el G I, con su lleg ar de ola soplada p o r la guerra; el ingenuo G I, que ta n ­
tas cosas aprendió fuera de su A m érica, oyó la respuesta.
La dulzu ra de la sam p ag u ita, la flexible dureza del b am b ú le co n taron la
historia.
—E ste ren acer n u estro em pezó hace siglos. U nas navecillas, unos m arinos
de hierro y u n a Cruz nos d esp ertaro n . Las naves eran de E sp añ a; los m arinos
se dijeron herm anos n u estros; la Cruz nos tra ía a Dios.
’’N uestros hom bres aprendieron h u m an id ad , y con el gozo de sentirse el
alma, se herm an aro n y se m iraro n unos a otros como hijos del m ism o cielo,
labradores del m ism o surco y com pañeros h acia el m ism o destino: nos había
nacido la P a tria .
’’Luego, otros m arinos, tu s p ad res, cow-boys a la g rupa de cu aren ta y siete
años, nos señalaron p ersp ectiv as libres, logros cercanos, y nos ofrecieron saber,
haber y gobierno.
40
’’H oy. con el corazón b a u tiz a d o de entonces, con el b a ­ MVNDO HISPANICO ron el m u tu o ju ra m e n to y E sp añ a fue en F ilipinas Ley, Id io ­
gaje v u e stro de ah o ra, nos hem os sacado Fe y em peño n o ­ m a y Dios.
ble de la v en a española, lum bre y guía de los días am erica­ Las leyes de u n pueblo son encarnación de su alm a. Y el
nos, y nos hem os lanzado a c am in ar p o r ru ta s duras hacia la H istoria. código filipino es el código español, aclim atado al trópico del A rchipiélago; t a ­
” Si en m edio de ta n ta s razas sin n o rte m e encuentras única, el secreto v a m izado, coloreado por la ecuánim e ju risp ru d en cia yanqui.
en n u e stra alm a crism ad a p o r C astilla. E n tre ta n ta s orientales, ad o ra a Dios, C ayetano A rellano, fig u ra cum bre del foro filipino, precisam ente por saber
cree en la H isto ria y sabe p o r qué los hom bres son h erm anos.” de D erecho español como pocos, escribía en 1910:
* * * ... A l so b re v e n ir la n u e v a so b e ra n ía , los a m e ric a n o s h a lla ro n v ig en tes
u n sis te m a d e g o b iern o m u n ic ip a l y p ro v in c ia l q u e, si b ien c e n tra liz a d o ,
se a d a p ta b a al p ro g re so a d m in is tr a tiv o d el p aís. U n código p e n a l, u n
Y ahí tenem os a esta F ilipinas, jo v en en tre las naciones jóvenes, h a sta fo r­ código civ il y u n código d e co m ercio id é n tic o s a los d e E s p a ñ a . U n a ley
m ando en com isiones de la O .N .U . p a ra arreg lar problem as de otros pueblos. h ip o te c a ria c o m ú n a las o tra s p ro v in c ia s u ltra m a rin a s d e C u b a y P u e rto
Claro que no tod o s se h a n dado cu en ta cabal de la raíz del fenóm eno, ni R ico. C u an d o E s p a ñ a estab leció su so b e ran ía e n e s ta s Isla s , n o sólo reco ­
h an calado h a sta la p u lp a del alm a filip in a. noció el d erech o d e sus n u e v o s sú b d ito s a los b ien es q u e p o se ían , sino que
R ecuerdo la an écd o ta acaecida con m otivo del nuevo escudo de F i­ a ú n les d o n ó m a y o re s e x te n sio n e s d e te r re n o p o r m ed io d e c o n secu tiv as
y p ro g re s iv a s ley es, p o r to d o e x tre m o fa v o ra b le s a los in d íg en as.
lipinas.
E l P resid en te R ojas tom ó el diseño y sonrió com placido. E scudo en tres cu ar­
teles, cortado m edio p a rtid o . E n el prim er cu artel, un sol de ocho rayos y tres E n 1916, el ’’Bill Jo n es” decreta la continuación de las leyes vigentes, salvo
estrellas de oro; en el segundo, u n águila azorante; en el tercero, un león ra m ­ las m odificaciones posteriores que fu eran estableciéndose.
p an te. ¡Toda la h isto ria y to d o el nervio filipinos! E l sol, la república naciente. H o y F ilipinas tien e su stan cialm en te, sobre todo en D erecho p rivado, la
Las estrellas, L uzón, Y isayas y M indanao, las d oradas herm an as tran q u ilas fo r­ m ism a L ey que E spaña.
m ando u n id a constelación. E l águila, A m érica con su técnica, progreso, adm i­ C uando se escriba la h isto ria del D erecho filipino se com probará que los
nistración: ansia m aterial. E l león, H isp an ia, o sea Fe, hidalguía, generosidad, m ejores ju risconsultos, los que m oldearon el ser filipino dándole norm a, fueron
honor: vuelo esp iritu al. Los cam pos del escudo, blanco, azur y gules: la b a n ­ las Leyes de In d ias, las cédulas reales, los decretos de las A udiencias.
dera filip in a. N obleza de ideales, el blanco; cielo de F ilipinas, el azur; el rojo, D isciplina y vuelo ju rídicos que h a n recogido los m ejores forenses insulares
la sangre v e rtid a p o r la In d ep en d en cia. cuando h an querido servir a su P a tria .
E l escudo podía aprobarse. E n él ib a F ilipinas. Ahí están Claro Ma. R ecto, José P . L aurel, dando la suprem a lección a los
M ister Mac N u t, A lto Com isionado, quien co n tem plaba el proyecto ju n to legistas nipones.
al P resid en te, asintió con u n lacónico ’’T h a t’s good” m uy am ericano. Pero a C uando se p ro y ectab a la nueva constitución p ara u n a F ilipinas libre, bajo
los pocos segundos exclam ó: la a lta y m agnánim a (¡!) protección de H irohito, se pretendió con ínfulas germ ano-
— ”V hy th e Spanish lion is on th e rig h t? ” (¿Por qué el león español está a la niponas d o gm atizar leyes y u rd ir e sta tu to s. Pero Ja p ó n hubo de convencerse
derecha?) de que se las h ab ía con gente d istin ta de la indonésica, gente que no se había
E l a rtis ta de la com isión en cargada de d iseñar el escudo contestó, seini- im provisado u n a cu ltu ra . M uy superiores en D erecho co n stitu cio n al, in te rn a ­
zum bón: cional político y priv ad o , los abogados filipinos supieron defender a su pueblo.
— ’’Sir, firs t come, firs t served.” (Señor, el p rim er llegado es el prim er No en vano la prim era c á te d ra civil u n iv ersitaria en F ilipinas fué la de Derecho.
servido.) T o davía hoy se piden autores de D erecho español, y es rarísim o encontrarse
— ” I t should be on te le ft” (D ebería e sta r a la izq u ierd a)— agregó el co­ u n bufete o u n a m esa de tra b a jo cated rático sin el indispensable M edina y Ma-
m isionado.' rañón. ¡Y están a diez m il m illas de E sp añ a, rodeados de pueblos que ni saben,
T odav ía quien me co n tab a la anécdota, testigo presencial y calificado, algunos de ellos, dónde cae la geografía española!
añadía: E s la a c titu d de aquel profesor de D erecho p rivado explicando en castellano.
— ¡Izquierda, derecha! ¡Como si no lo llevásem os dentro! — Señor profesor—le disparó un alum no— , según la ley ta l y ta l del D epar­
Y o, p o r to d o com en tario , av en tu ré: ta m e n to de E ducación, u sted debe explicar en inglés. Y adem ás, en español no
— L a v erd ad es que Mr. Mac N u t no a n d ab a errado: el corazón suele llevarse le com prendem os.
a la izquierda... E l c ated rático , ráp id o , enérgicam ente tra n q u ilo , repuso:
V alga o no el lance, in éd ito h a sta hoy, es to d o un sím bolo. — La suprem a ordenanza del D ep artam en to de E ducación es dar u n a idea
F ilipinas está a m asad a esp iritu alm en te de E sp añ a. Y será grande m ien tras cab al de la asig n atu ra. Y los artículos de hoy son incom prensibles cabalm ente,
no desespiritualice su alm a y sus rum bos. si no se entiende la Legislación española. Y la Legislación española acontece
R alm ori, fin a em isora poética del sen tir filipino, clam aba: que está escrita en castellano.
Luego agregó dulcem ente, prom etedor:
— ¿Y ustedes p re te n d e n ser aprobados en D erecho p riv ad o sin com prender
Si F ilip in a s h o y , r o ta s y a sus cad en a s, castellano, cuando el fondo de n u estras leyes es el Código de E spaña?...
q u isie ra a p a re c e r a n te su h is to ria , sola, ¡Ah, qué bien se encarga luego la v id a de enseñar a estos estu d ian tes que
o lv id a d a d e l p a c to de su viejo V irre y , oficialm ente tien en que cu rsar D erecho en inglés, que sin p e n e tra r por la sana,
se te n d r ía q u e a b r ir n u e v a m e n te las v e n a s ro b u sta Legislación de E sp a ñ a , no lleg arán en su propia P atria a ser m ás que
y a r r a n c a r de sus p u lso s esta sa n g re esp añ o la m edianías!
P o rque E sp a ñ a es tam b ié n idiom a en F ilipinas. A pesar de las dificultades
q u e en su v id a y su alm a es D ios, Id io m a y L ey.
p a ra difundir el español. A pesar de los lustro s am ericanos.
P recisam ente a raíz de la e n tra d a de A m érica floreció el español m ás que
N ingún filipino sincero le d esm en tiría sin exponerse a renegar de su propia nunca. Los últim os años del X IX y los prim eros del X X son los m ás ricos de
sangre. E l C ap itán y el R a ja h se abrieron las ven as u n a b u ena ta rd e , se bebie­ lite ra tu ra y periodism o, en extensión y en perfección.
Al llegar los am ericanos, fieles
a su p rogram a político, sem braron

En la página anterior, arriba: Momento en que es izada,


por vez primera, la nueva bandera de Filipinas, duranti
una de las ceremonias celebradas el 4 de julio de 1946 cm
motivo de la Independencia del Archipiélago. Abajo, a I)
derecha: Escudo de la República Filipina. En esta página:
Momento de la llegada al aeropuerto español de Baraja:
del avión que inaguró la linea aérea Filipinas-Madrid \
La tripulación y pasajeros posan ante nuestro repórten

de escuelas to d o el país. No hubo


barrio , hacienda o b a ra n g a y donde
no ex istiera u n teacher llenando de
inglés las lenguas de los párvulos.
Pero tam b ién dieron lib e rta d de
prensa y dejaro n que los filipinos h a ­
blasen, sobre todo co n tra el régimen
an terio r. Y entonces se encontraron
con que no lo sabían h acer si no era
en español. Se q u ejaro n del pasado,
g ritaro n por el p o rv en ir; pero lo hi­
cieron en castellano, con bríos y re­
beldías nobles ap ren d id as de España.
T o d a v í a e s t á p o r escribirse
— ¡ta n ta s cosas h a y por e stu d ia r so­
bre F ilip in as!— la h isto ria de esta li­
te ra tu ra in su lar. Q uien a ello se lan ­
zare, en co n tra rá sorpresas inéditas
y casi inexplicables.
FRAY JUAN DE ZUMARRAGA
v alle d e la v ie ja T a v ira , el m á s bello d e V izcay a. F ra y
J u a n los v io , com o h o y los v em o s n o so tro s: el O iz, el A m -
b o to , el U d a la ... D esd e su a ltu r a co n tem p ló m u c h a s v e ­
ces con a m o r a su p u eb lo ; a q u e lla v illa, con sus p alacio s
señ o riales y d e re c ia s ’’to r re s ” , e n tre la s cu ales se erg u ía ,

PRIMER OBI SPO- ARZOBI SPO DE ME]ICO en fá tic a , la p a te r n a , a u n lad o del caserío , to d o él de m a ­
d e ra , q u e u n v a s to in cen d io a rra só n u e v a m e n te en 1554,
cu an d o él, en la M éjico le ja n a , h a b ía e n tre g a d o y a su
P o r A N T O N I O G O N Z A L E Z Y M . D E O L A G U I B E I g ra n d e alm a a D io s... A q u el D u ra n g o q u e q u izá v o lv ió a
v er, d e p aso , en 1527, cu a n d o d e tie r r a s d e C astilla, las
q u e le h iciero n religioso fra n c isc a n o y sa b io , v o lv ió al
P a ís V asco com o in q u isid o r d e se c ta s, d e b r u ja s y a q u e ­
la rre s...
— E s te D u ra n g o , ’’¡tris titia re ru m !” — e x c la m a ría el
fraile, si h o y v iv ie ra — ; y a no es aq u él...
Si F r a y J u a n v o lv iera h o y a la v id a , m e g u s ta ría se r­
v irle de ’’cicero n e” en su p ro p io p u eb lo . Y o , q u e a d m iro
to d a su v id a d e ap ó sto l, d e civ ilizad o r, d e p re la d o , d e g o ­
b e rn a n te ; v asco fo rn id o , fo rja d o en C a stilla, V allad o lid ,
A v ila, E l A b ro jo ...; h o m b re p ro v id e n c ia lm e n te p u e s to
p o r el E m p e ra d o r y R e y C arlos d e G a n te al serv icio de
la g ra n em p re sa cató lica y u n iv e rs a l d e E s p a ñ a en el
N u ev o M u n d o , a c o m p a ñ á n d o le p o r la s calles, las p lazas,
las c ercan ías del D u ra n g o de h o y , le d iría con la m a y o r
rev eren cia:
— N o os ap en éis en d e m asía, P a d r e m ío y se ñ o r. V e r­
d a d e ra m e n te , d e v u e s tro s añ o s aq u ello s poco q u e d a . No;
n o q u e d a h u ella d e v u e s tro so la r, ni d e v u e s tra s casas de
G oyencalle; d e ellas sa listeis — ¡y cóm o so n rien d o lo re ­
co rd áis!— u n a a ta rd e c id a , h a c ia la to r re d e L á riz ... Sí;
en ella d e s c a n sa b a la re in a Isa b e l p o r u n o s d ías. T en íais
a u n po co s añ o s. ¿Q u é os im p u lsó a la c á n d id a o c u rre n ­
cia?... R e a l o fin g id a , u n c ro n is ta d e n u e s tro s d ía s la r e ­
fiere así: en el am p lio b alc ó n d e p ie d ra la R e in a , con la
se ñ o ra d e la casa, g o z a b a d el te r r a l q u e b a ja b a d e U r-
q u io la y , al p ie d el m u ro , v o s fu iste is a c a n ta r en la
d u lce le n g u a v e rn á c u la , com o u n jo v e n p rín c ip e e n a m o ­
ra d o a la d a m a d e su s p e n s a m ie n to s. Y a h a b ía a n o c h e ­
cido. D o ñ a Isa b e l, p re n d a d a d e v u e s tra voz ju v e n il, q u e
t a n b ien c a n ta b a en len g u a p a r a ella d esco n o cid a, os
llam ó y m a n d ó su b ir al a p o s e n to . I b a is gozoso y te m ­
b la n d o . Y ella os p re g u n tó q u é d ecíais y q u ié n erais.
C o n te s ta ste is con ap lo m o . O s acarició el pelo sedoso,
ru b io en to n ces y a b u n d a n te ; y m ie n tra s os d a b a a b esar
la m a n o , con la o tr a os e n tre g a b a u n re a l d e p la ta re lu ­
cien te. ¿Q ué h ic iste is d e él?...
P o co h a lla ría h o y f r a y J u a n d e lo q u e dejó en D u ­
ra n g o en 1533, c u a n d o , re g re sa d o d e M éjico y a n te s d e
ser c o n sag ra d o O b isp o , se d esp id ió p a r a sie m p re d e su
villa n a ta l... A ú n alarg ó su p aseo h a s ta el a n tiq u ísim o
te m p lo d e T a v ira . T o d a v ía oró d e v o ta m e n te a n te la im a ­
gen d e N u e s tra S eñ o ra d e U rib a rri, la P a tr o n a de la v illa.
Y m iró , to d o e m p a p a d o en lo s re c u e rd o s d e m u ch a c h o ,
la cru z de p ie d ra gris y m a ra v illo sa s aleg o rías q u e h o y d a
n o m b re a su b a rrio . B u scó , sin h a lla rlo , el m a l llam ad o
’’ídolo d e M iq u eld i” , y to d o llen o d e n o sta lg ia , v olvió los
ojos a la r u ta d e M a ñ a ria , la de las cerezas g a rra fa le s,
a c u rru c a d a al pie d e los v e ric u e to s p o r d o n d e ta n t a s v e ­
ces, p o r ju n io , tre p ó a le g re m e n te h a s ta la e rm ita d e U r-
q u io la, d o n d e el ta u m a tu r g o p a d u a n o p red icó u n a v ez...
[ ^ ’’T ris titia r e r u m ” ... No; a q u e l D u ra n g o y a n o es éste.
L e q u e d a el poso in a lte r a b le m e n te p a c ífic o d e en to n ces;
p ero f ra y J u a n e x tr a ñ a r ía h o y el a m b ie n te m a n u f a c tu ­
re ro q u e ciñe con ru id o s y edificacio n es y a c tiv id a d e s
u tilita ria s a la v illa, ’’N o b le y L eal” ...

O b ra la rg a , y n o d e este lu g a r, se ría seg u ir al em in e n te


fra n c isc a n o p o r los cam in o s q u e le c o n d u je ro n d e D u ra n g o
a C astilla y d e C astilla a M éjico. C am inos d e e s tu d ia n te ,
d e n o v icio en la v illa d el P isu e rg a ; d e su o rd e n a c ió n s a ­
ce rd o ta l, en V allad o lid , el año 1500, c u a n d o to d a v ía ni
h a p e n sa d o siq u ie ra en q u e u n m u n d o n u e v o in c o rp o ra d o
a E s p a ñ a h a c ía ocho añ o s, ib a a ser p a r a él, v e in tisie te
m á s ta r d e , cam p o d e su a p o s to la d o , in te n so , fatig o so y
fecu n d o .
L a O rd en F ra n c isc a n a , q u e h a d e s c u b ie rto en él u n
ta le n to p re c la ro , u n religioso o b se rv a n te y u n a v o lu n ta d
d e h ie rro , Je co n fía carg o s a lto .: D efin id o r, p ro v in c ia l y
g u a rd iá n d e sus m o n a s te rio s ... P re c isa m e n te lo es del
c o n v e n to d e E l A b ro jo , c u a n d o recib e el av iso d e que. el
C ésar C arlos V v ien e a h a c e r u n re tiro e s p iritu a l a la casa
de los h ijo s del P o v erello . Y la n o tic ia lleg a a c o m p a ñ a d a
de u n co n v o y d e v ív e re s p a r a la C o m u n id ad . T o d o se p r e ­
p aró y o rd en ó p a r a re c ib ir d ig n a m e n te a l recio y po d ero so
O R Q U E la s im p a tía , la iniòial al m enos, suele ser irra z o n a d a a u n q u e luego, m o n a rc a , qu e í * u l L a r d ó dos d ía s en lleg ar. F ra y J u a n se hizo p e rso n a lm e n te carg o d el p re se n te
p o r el co n o cim ien to y la a m ista d , llegue a a lc a n z a r la s cu m b re s del am o r regio, y cu an d o el C ésar llegó, y a el g u a rd iá n lo h a b ía g e n e ro sa m e n te d is trib u id o , h a s ta el
v e rd a d e ro , m e in te re s a co m en zar d iciendo a q u í q u e e s ta fig u ra egregia del ú ltim o b o cad o , e n tre los p o b re s d e la co m arca.
p rim e r O b ispo-A rzobispo de M éjico, del fra n c isc a n o f ra y J u a n de Z u m á ­ S o rp re n d id o y ed ificad o el E m p e ra d o r reclam ó , n o b ie n lo su p o , la p re se n c ia d e f ra y J u a n ;
r ra g a , cuyo c u a rto c e n te n a rio celebram os, m e in sp iró , d esd e el p rin cip io , q u iz á p o r m ed io de a q u e l D . L u is Q u ija d a , su se c re ta rio ín tim o , el Q u ija d a q u e ta n b ien y con
especial s im p a tía . L a h e sen tid o sie m p re p o r to d o s los claros v a ro n e s de ta l h ero ica le a lta d a su R e y su p o g u a rd a r, h a s ta q u e D io s q u isie ra , el secreto d el q u e h a b ía de
n u e s tro Siglo de O ro, y a ella se u n ió , en este caso, u n a d o b le c irc u n sta n c ia ser, a n d a n d o el tie m p o , el v e n c e d o r d e L e p a n to .
p erso nal: la de h a b e r nacid o fra y J u a n en la v illa de D u ra n g o en V izcaya, — ¿Y cóm o, v o s — p r e g u n ta ría , e n tre a d u s to y s o n rie n te — , n o s h a b é is d e ja d o a c o n v e n tu a l
la tie r r a de m is m ay o re s, y la de h a b e r v isto yo la p rim e ra luz en D u ­ ració n ?... Y o os hice m a n d a r lo q u e e n te n d í ser ju s to , p u esto q u e conozco y a d m iro v u e s tra fru ­
ran g o , d e M éjico. P o r lo q u e, d e ja n d o a u n lad o el re la to p u n tu a l de a q u e lla fe c u n d a v id a — no g a lid a d , p a r a a te n u a r la siq u ie ra u n o s d ías...
hago de h is to ria d o r, sino d e e n a m o ra d o — , p re fie ro re fle ja r b re v e m e n te m is em ociones a n te la P en sé, señor — re sp o n d e ría el fra ile — , q u e p u es los p o b re s no su elen serlo p o r v o cació n
íig u ra d e aq u e l p rim e r O bispo, q u e m o ría en la ciu d ad de M éjico el d ía 3 de ju n io de 1548, com o n o so tro s ’o som os, b ien se ría q u e d a rn o s n o so tro s h o n ra d o s con sola v u e s tra p resen cia y
u n ién d o las al re c u e rd o d e los dos D u ran g o : el de E s p a ñ a , el de f ra y J u a n , y a q u e l de M éjico, c o m p a ñ ía y h a c e r p a r tic ip a n te s d e ella, p o r el cam in o aleg re d e u n a b u n d a n te y ex celen te y a n ­
po r cu y as tie r ra s , q u e b ra d a s com o la s d e V izcaya, e n tró y a n d u v o con sus so ld a d o s o tro co n ­ t a r , a c u a n to s m á s m a l com en q u e b ien . C u a n to m ás...
q u ista d o r, ta m b ié n c ristia n o y v asco n g ad o , F ra n c isc o de I b a r r a , q u e p u so el n o m b re de D u ­ -C u a n to m á s , y p e rd o n e v u e s tra P a te r n id a d q u e le in te r ru m p a -—co n clu iría el E m p e ra ­
rango, en N u e v a V izcay a , al p o b lad o q u e su lu g a rte n ie n te A lonso P ach eco h a b ía llam ad o d o r ? q u e vos, p u e s yo os lo d i y v u e s tro e ra, h acéis d e ello lo q u e m e jo r c u a d re al servicio de
G u ad ian a, en 1563. p ró jim o , según el e s p íritu de v u e s tro sa n to m o d elo y f u n d a d o r. B ien m e p a re c e , P a d re , lo que
o rd e n a ste is... Y a h o r a ; oídm e: n ecesito h a b la ro s en v u e s tro a p o se n to d e alg u n o s negocios q u e
m u ch o m e im p o rta reso lv er. Me d a ré is consejo. N in g u n o , a m i p a re c e r, m ejo r q u e el d e q u ien
com o v u e s tra P a te r n id a d , tie n e ta n to co razó n d isp u e sto a se rv ir a D ios, sin im p o rta rle m u n ­
Del D u ra n g o d e M éjico sé b ien poco, p u es de m u y niño cam b ié su a ltu r a p o r la de esta s tie ­ d a n a s n i c o rte sa n a s p reo cu p acio n es.
rra s de m is p a d re s. P e ro d el D u ra n g o d e f ra y J u a n sé m ás. C uando él n a c ía , f a lta b a n dieciséis Y de e s ta q u e h o y p o d ría m o s lla m a r ’’p o lític a d e a b a s to s ” re su ltó p rim e ro el In q u isid o r,
anos p a ra la em p re sa m ag n ífic a de los C atólicos R e y es y d e C olón. Y e ra D u ra n g o u n a p e q u e ñ a a u n q u e p o r b re v e tie m p o , y poco d esp u és, la id a d e fra y J u a n d e Z u m á rra g a a la N u e v a E s p a ñ a ,
vd la d e V izcay a . D e ella p o d ría n h a b la rn o s con e x a c titu d los m o n te s qu e cercan el a n c h u ro so tra s los d iálogos e n tre el m á s p o d ero so m o n a rc a d e la h is to r ia y el h u m ild e fra ile fra n c isc a n o v izcaí-

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n o. ¿ P o r q u é no h a b r á n p o d id o
a v e rig u a rs e la s sa b ro sa s p lá tic a s
* q u e en la celd a p re la c ia l del co n ­
v e n to d e E l A b ro jo , y d esp u és
en la C o rte d e V a lla d o lid , tu v ie ­
ro n el fra ile y el m o n a rc a ?
N o d eb ió ser el fra ile a v a ro d e
p r e g u n ta s , n i el R e y p a rc o d e i n ­
fo rm a c io n e s ... P o r aq u ello s d ía s
ib a n a M éjico, y d e M éjico v o lv ía n
g e n te s d e to d a con d ició n y e je rc i­
cio, so ld a d o s de c a r r e ra y d e fo r­
tu n a — ” r o u tie rs e t c a p ita in e s ,
iv res d ’u n seve h é ro ïq u e e t b r u ­
t a l ” , q u e d ijo el p o e ta d e ’’L os t r o ­
feos” — , a ú n e x a lta d o s p o r la f ie ­
b re d e la c o n q u is ta de G ra n a d a ,
e n c a n d ila d o s p o r la p ro m e sa n u n ­
ca c u m p lid a , p e ro in c a n s a b le m e n te
b u sc a d a , de las riq u e z a s in f in ita s
de la in c ie r ta C ipango y del m is­
te rio so E ld o ra d o , del q u e a lg ú n
re c ié n lleg ad o e x h ib ía m u e s tr a s en
la escarcela a r ro g a n te . G en tes d e
to g a , o id o res de en co m ie n d a y d e
negocios. Y ta m b ié n , in fla m a d o s
p o r la c o n q u is ta d e la s alma*, p a r a
el R e in o d e D ios, religiosos f u n ­
d a d o re s, a d e la n ta d o s y m isio n e ­
ro s d e C risto ... E l C ésar sa b ía d e
la a m b ic ió n de los u n o s, d e la v o ­
cació n de los o tro s, d e la b r a v u r a
d e to d o s. Y el te s ta m e n to de la
g ra n re in a Is a b e l era en sus oídos
m á s u n a o rd en im p e r a tiv a e im ­
p e ria l q u e u n leg ad o de g r a n d e ­
zas y d o m in io s... A n te el N u ev o
M u n d o , el C ésar se s e n tía a u n
tie m p o c o n te n to y aflig id o . A m é ­
rica e ra p a r a él no sólo u n a co ­
ro n a q u e a ñ a d ir a la s dos qu e y a
p e s a b a n so b re su cab e z a ag u ileñ a,
sino ta m b ié n u n d é d alo de d ific u l­
ta d e s q u e re so lv e r y de p le ito s q u e
z a n ja r y fa lla r:
— N ece sito , P a d r e m ío, h o m b re s
q u e con sus luces a lu m b re n la o sc u rid a d d e m i v id a d e so ld ad o y te m p le n con p ro c e d e re s f r a t e r ­
n o s la ru d e z a codiciosa d e los h o m b re s d e g u e rra . L a N u e v a E s p a ñ a es u n a te n ta c ió n y q u ie ro t r o ­
c a rla en C ru z a d a . A to d o s, e m p e z a n d o p o r m í m isin o , acu cia la n ecesid ad d e.m ed io s con q u e a te n ­
d e r, en lo m a te ria l, a m is E s ta d o s y d e s b a ra ta r a los en em ig o s d e n u e s tra fe y d e m is d o m in io s.
Calló u n m o m e n to , y a p ro v e c h a n d o el p ro fu n d o silencio d e fra y J u a n , a ñ a d ió :
— E s p e ro q u e m e h a b ré is e n te n d id o . N ece sito d e v o s. L o h e m e d ita d o b ien . L o h a ré , y vos
conm igo. H e re su e lto co n feriro s el O b isp a d o d e N u e v a E s p a ñ a . Lo q u e en R o m a h a g a f a lta p a r a
ello, de R o m a v e n d rá . Y n a d a m á s os digo: lo q u e ac e p té is se rá en serv icio d e D ios y d e m i re in o .
F ra y J u a n se re sistió . F u é n e c e sa rio im p o n e rle la o b ed ien cia p a r a la a c e p ta c ió n d e aq u el
cargo q u e él con sid eró com o p e s a d a c ru z y d u ro m a rtillo . Y n o v ió , a l a c e p ta rlo así, la ele v a d a
je r a r q u ía d e la m itra q u e se le o frecía, sino el serv icio d e D io s y d e E s p a ñ a en la s ti e r r a s recién
c o n q u is ta d a s p o r H e r n á n C ortés. A l fin a l d e 1528 lle g a b a a l p u e r to d e V e ra c ru z , y a sc e n d ía a
la a ltu r a de la ciu d a d a z te c a , el p rim e r p re la d o d e la c a p ita l d e N u e v a E s p a ñ a .
* * *
T e n ía el C ésar so b ra d a ra z ó n . Y lo q u e f r a y J u a n , p o r sí m ism o , sa b ía al sa lir h a c ia su a lto
d e s tin o , c o n firm á b a lo de to d o en to d o a q u e l m a re m à g n u m d e u r g e n te q u e h a c e r. N o le so rp re n ­
d ió q u e , p u e s to d o aq u ello e r a in ic ia lm e n te o b ra d e g u e r ra , el d e s o rd e n q u e sigue a los c o m b a ­
te s r e in a ra allí en la in c ip ie n te p e ro y a a d e la n ta d a v id a civil. A b u n d a b a lo h ero ico y e scase ab a,
t a l vez, lo ap o stó lico . C u an d o lo p rim e ro f u e ra ced ien d o , lo seg u n d o , lo p acífico , r e s u lta r ía in ­
d isp e n sa b le . C ristian as, sin d u d a , se g u ían sien d o la v ic to ria y la c o n q u is ta : p e ro c o rría p r is a e s ta ­
b le c e r la p a z c ris tia n a p a r a to d o s, y p a r a los in d io s p rim e ra m e n te . Y e s ta p a z . o b ra d e la j u s ­
tic ia , h a b ía de d e sc e n d e r, v e n ir, p r á c tic a m e n te , d esd e a r rib a . A lg ú n fo n d o d e ra z ó n h a b ía en
la s d ia tr ib a s a r b itr a r ia s de f r a y B a rto lo m é d e la s C asas, y d esd e su c á te d r a d e S a la m a n c a no
e n s e ñ a b a , no h a b ía d e e n se ñ a r en v a n o el ’’d ere c h o d e g e n te s” f ra y F ra n c isc o d e V ito ria .
Al v ito re a d o r re c ib im ie n to q u e M éjico d ed icó a su p r im e r p re la d o , su c e d ie ro n la in e rc ia ,
c u a n d o no la re c ia oposición y el so la p a d o ’’s a b o ta je ” d e la g e n te d e m a n d o y d e to g a . F r a y J u a n
n o se a rre d ró y com enzó su t a r e a . C u an d o a sus ó rd e n e s se o p uso el a b o g ad esco a rg u m e n to de
q u e sus re a le s céd u la s se r e fe ría n a la p le n itu d ep isco p al y él e ra sólo obisp o p re c o n iz a d o y no
c o n sa g ra d o , lu ch ó con p ró s p e ra y a d v e rs a f o r tu n a en m ed io d e los en red o s c h an cilleresc o s, sin
q u e p o r ello ced iera u n p u n to en su m a rc h a a d e la n te .
E r a ella u n d o b le a p o sto la d o : el d e .lle v a r la fe a lo s in d íg e n a s con h á b il d u lz u ra y el d e r e ­
d u c ir con la p a la b r a , el ejem plo y la acció n d e su s s u b o rd in a d o s eclesiástico s las d em a sía s d e
los esp añ o les. Y e ra , con esto y a u n tie m p o , a tr a e r p o r la fe a la c u ltu r a y a la civ ilizació n a
aq u e lla s g en tes. Si la g u e rra se h a c ía con la c ru z en a lto com o p r im e ra b a n d e r a y la e s p a d a com o
h e r ra m ie n ta de v ic to ria , en los se n d ero s d e la c o n q u is ta la c ru z seg u ía sien d o el g u ió n , p e ro la
e s p ad a h a b ía de e n v a in a rse .
P a s a n c u a tro años; f ra y J u a n es el p a d r e d e los p o b re s, el m a e s tro d e los q u e ig n o ra n , el
m éd ico d e la s alm as y el t u t o r d e cu e rp o s. S us c a r ta s y co m u n icacio n es a la C o rte le ja n a dicen
la v e rd a d y re c la m a n a y u d a . L a co sech a p u e d e se r m u c h a y la sie m b ra es g en ero sa ; p e ro la ci­
z a ñ a , p o r su p a r te , no d escan sa . A l fin , f r a y J u a n es lla m a d o a E s p a ñ a , y en 1533 es co n sag ra d o
O bispo en V allad o lid . Y a n o te n d r á n el ’’g ra n a r g u m e n to ” los leg u ley o s am b icio so s. P e r m a ­
n ece en la p a tr ia u n añ o m ás. C arlos V le re c ib e v a r ia s v eces y le p ro v e e d e n u e v o s p o d e re s.
V isita b re v e m e n te su p u eb lo n a ta l, la s n u m e ro s a s C asas fra n c is c a n a s ; a lista relig io so s d e la
O rd en , d o c to s en ciencia, seg u ro s en celo, d u c h o s en la en se ñ a n z a ; c o n tr a ta o p e ra rio s y a g ric u l­
to re s; g e s tio n a en S evilla el e m b a rq u e d e a rte s a n o s , p e rito s en el a r te d e im p rim ir. R e e m b a rc a
él h a c ia M éjico y o cu p a d e n u e v o su S ede a fin e s d e 1534.
I n s ta la en M éjico la p rim e ra im p re n ta q u e tiró en A m é ric a . D e el1a sa len lib ro s religiosos
esc rito s de su p lu m a ; catecism o s e n len g u a s e sp a ñ o la e in d íg e n a s; c a rtilla s d e a r te s m a n u a le s.
F u n d a escuelas de p rim e ro y se g u n d o g ra d o , ech a los cim ien to s d e la p r im e ra U n iv e rsid a d , le ­
v a n ta y d o ta h o sp ita le s , asilos d e h u é rfa n o s. E x tie n d e p e rs o n a lm e n te la acció n m isio n e ra y la
d ila ta . A b re al c u lto te m p lo s y esta b le c e c o n v e n to s y co m ien za a in s ta la r c e n tro s d e estu d io s
eclesiásticos. L a v id a civil, cam in o s y c u ltiv o s, re c ib e n su im p u lso . P re d ic a y c o n firm a . S u v id a
es s a n ta , ap o stó lic a y c u lta . F r a y J u a n es u n h o m b re d é g o b iern o .
Son c a to rc e añ o s d e a c tiv id a d los d e e s ta se g u n d a e ta p a . M éjico le q u ie re e n tra ñ a b le m e n te .
A E s p a ñ a llegan los ecos d e su s v ir tu d e s , d e su s o b ra s y d e su ta le n to . P a u lo I I I le elev a a la
je r a rq u ía a rz o b isp a l c u a n d o , le n ta m e n te , su fe c u n d a v id a v a lleg an d o a l ocaso. Y al a ñ o sig u ien te,
el 3 d e ju n io de 1548, m u e re en el S eñ o r, y M éjico y E s p a ñ a le llo ra n .
* * *
N o es tie m p o p a r a n o so tro s de llo ra rle , sino d e c o n m e m o ra r su glo rio so c e n te n a rio . C uando
los claro s v a ro n e s se v a n , el vacío q u e d e ja n lo lle n a su o b ra , la p ro p ia y p e rso n a l y la q u e d e ja ­
ro n p r e p a r a d a en la v ía p o r ellos re p la n te a d a . D e en to n c e s acá, esa v ía es u n a v ía tr iu n f a l. N u e v a
E s p a ñ a e s tá a h í... Con ella, los o tro s v e in tid ó s p aíses d e n u e s tro N u ev o M u n d o .
A J e r ó n im o M a r tín e z C a s tillo ,
últim o conquistador del Paraguay.

J y N T R E todas las capitales de América del Sur, es la más antigua. La fundadora, con
su catedral de casi cuatrocientos años. Asunción del Paraguay, se la llama La A sun­
ción. E n el espacio—ya, y con hermosa palabra, alguien lo ha dicho— es una en­
crucijada. cruz, Asunción, donde el Pilcomayo y el Paraguay se encuentran. Descendieron,
los expedicionarios, el río Paraguay hasta un paso más arriba de la confluencia con el
brazo septentrional del Pilcomayo, y habiendo encontrado, a los 250 y minutos de latitud,
una punta que avanzaba hacia el sur y abría magnífica ensenada, agradóles aquel sitio y
levantaron en él una fortaleza que, con el tiempo, fu e la ciudad de Asunción, equidistante
del Perú y del Brasil, a trescientas leguas del cabo de Santa María por la corriente del río.
Eso en el espacio y el año de 1536. E n el tiempo es, entre todas las ciudades sudame­
ricanas, Ja más siglo X V I : la capital del misionero siglo X V I . Pequeñita, al cobijo de
una de las colinas, muchas, que hoy la recortan, asentábase frente a la anchura de las aguas,
lejos del mar, como temerosa de internarse en el océano, con pavor de Atlántico. Asunción
del X V I , la de españolas casas coloniales, bajo cuyos porches han discurrido fundadores
y abadesas, capitanes, clérigos, caciques de la primera hora. Con iglesias como su cate­
dral, la más vieja de las catedrales en el nuevo hemisferio, doblada la línea del Ecuador.
Asunción, la pequeña, capital de misiones, sueño del occidente mundo. La que Juan de
Ayolas ve nacer; la que contempla a Irala, agonizante, entre convulsiones, de los ataques
de un paludismo mortal, y era mismo el siglo en que Cervantes caería, enfebrecido también ,
roto, con el escalofrío de unas tenaces cuartanas, en aguas de Lepanto.
Es, luego, la decaída Asunción del X V I I I , pobre y trisie , viuda de los jesuítas; vacíos
sus edificios esplendorosos: el Oratorio., la Casa de Gobierno, la Casa de Justicia, el Ca­
bildo, el Palacio Nacional.
Asunción, después, que Rodríguez de Francia arrasa y reconstruye, capitana de las
gestas heroicas de su guerra de los cinco años; de corazón forjado para alimentar las haza­
ñas de Corrientes, de Cerro Corá, de Bahía Negra, donde las estrellas copian, en el recato
di la madrugada, todo el sebastianismo alucinado, la trágica gloria fulgurante de Solano
López, el Mariscal La Asunción desolada del 69, náufraga y como capital de un Paraíso
Perdido.
La de hoy, Asunción de ancha plaza, con su monumento, uno entre sus monumentos,
sobre los túmulos de Francisco Solano López, de los Estigarribia, consortes amadores y
desventurados.
Pero, señor..., eu nunca vi e tenho pena'1'1, como de Lisboa el amargo canto de Tomás
Ribeiro. También la Asunción ha sido bien cantada:

.Asunción, la muy noble y muy ilustre,


la ciudad comunera de las Indias,

en versos del poeta nacional Eloy Fariña:

Madre de la segunda Buenos Aires


y cuna de la libertad...

La Asunción, pobladora. De ella saldrían los fundadores de Ciudad Real, de Jerez,


de Santa G u z de la Sierra, Corrientes, Concepción, San Juan, Santafé de la Veracruz,
Buenos Aires...
Entre la diversidad de ciudades, uno se queda con la vista desde el ensueño, ahora.
¿La Asunción de los jesuítas? ¿La del siglo X V I I I , desierta y silenciosa, de soledades de
luto? ¿La de los comuneros, en el Romanticismo? ¿La de Rodríguez de Francia? ¿La del
edén inventado del Mariscal López? ¿La reciente Asunción de hace treinta años, si es que
treinta años, en nuestro siglo, son ya fecha reciente? A ésta la tengo a mano, en una guía
de tapas verdes, aquí, sobre la mesa. Pero no. No es eso.
Podría también hojear un álbum de iluminadas estampas. Son numerosas las vistas
que de la ciudad trae: vista desde las colinas, desde la ensenada, desde el aire. Postales to­
madas desde dentro, desde uno y otro rincón, boca arriba, de frente, abajo: la ciudad, sor­
prendida al amanecer, en el plenilunio; imaginada a través del relato de los viajeros. Aca­
rreada por el recuerdo de quien la visitó... Centenares de perfiles que se suceden, se interpo­
lan, que componen y destruyen la imagen de la ciudad. ¿Nos decidirá lo completo? ¿Nos
quedaremos con lo parcial y más perfecto? Permítaseme... Ya el haber nacido en tierra
extremeña, sintiéndome feliz de mi sangre y mi tierra, es un hecho que determina en mí
y acentúa la vocación de hispanidad. Más, cuando a la esencia nativa han venido a agre­
garse eslabones decisivos: el que a partir del 98 mi padre hubiera tornado de América para
perpetuarse a través de los años en mí, y el que hallase yo una mujer sudamericana— para­
guaya, nacida en Asunción, calle del 25 de diciembre, 420—para hacerlu madre de mis
hijos. En las venas de estos hijos míos palpitan por mitad las raíces conquistadoras cacere-
nas y los ardientes fermentos del guaraní. Intim a razón de amor que, metiéndose en lo
hondo de mis cárcavas, me trae aquí, con nuestra América de las entrañas, y para siem­
pre, entre mis labios.
Preferible, sí, entre la variedad de instantáneas de La Asunción, trasuntar la sola
imagen del ensueño.
Soñada Asunción, deseada y mía, que, ahora, si cierro los ojos, veo así:
Una silueta lejana, recortada sobre fondo de colinas. Lo rojo de los tejados, lo blanco
de las fachadas nítidas, el azul de este río de mar, por donde, viajero imaginario, me aproxi­
mo. Encarnado, blanco, azul, tres colores esenciales, las tres bandas de la enseña nacional.
Enmarcada en anchas márgenes verdes: las suaves montañas cercanas, las quintas, los
jardines que ciñen al caserío; y la selva: la próxima, presentida selva de verde olor, húmedo
y embriagante. ¡Qué prodigio de creación! Lo pasajero en lo eterno, la duplicidad encanta­
dora de la sierra y el agua, de la piedra y el hombre. Flor, la ciudad, suprema flo r de la
naturaleza circundante.
V sobre esta maravilla, la otra: la de un mundo astral, remontado el Ecuador, más allá
de la Imago Mundi, bajo constelaciones de estrellas inmensas en el azul oscuto de sus noches.
Porque se llega de noche, al anochecer, en
verano. Los pájaros trasnochan. Hace nada,
Román Escohotado los ha visto y ha hecho de
esa noticia una de sus deliciosas ” Cartas del De arriba abajo: L a Catedral de Asun­
Paraguay”. Los pájaros trasnochan: juegan ción, la más antigua de Sudamérica.
en torno de la torre de la catedral, saltan E l Palacio Nacional de Gobierno del Pa­
raguay. El Panteón Nacional de los hé­
en los tejados y balcones, cruzan las esquinas, roes y Oratorio de la Virgen de la Asun­
cantan en las ramas floridas del parque, ción y cuatro aspectos de populosas
vuelan por la orilla del río, arriba y abajo; del calles y célebres edificios de la capital.
no que viene de Bolivia y Brasil, que va al
Uruguay y a la Argentina; del río en cuya
inmensa cuerda de lira canta Asunción, mi M V N D O H I S P A N I C O
Asunción, la más bella, la soñada.
LA RE VI ST A DF. 2 3 PAISES
P E DR O DE L O R E N Z O
^ ^ Entre' soto j dehesa: e/U/e maco el yunque en las Asturias de Santillana, le salió de
entre las manos la obra arquitectónica más total, hermosa y
entera del mundo moderno: el Monasterio de San Lorenzo
el Real del Escorial, arca de la alianza entre Dios y el uni­
verso hispánico. E n la Herrería y en su Escorial se alza
” aferrado” a la noble carpetana geografía un conjunto de
arte y naturaleza de una personalidad tremenda.
Todavía en los inviernos los mastines de Robledo, con
neral de hierro con el car­ sus carlancas ferradas y su ladrido sordo, tienen que ahu­
bón de las encinas abuelas yentar a los lobos que bajan del puerto de Malagón para
de las actuales. La escoria de estas forjas se almacenaba robar recentales de rizadas merinas o tiernos añojos de
en grandes montones junto a las cabañas de los mineros y casta brava, que no han tenido tiempo de soñar medias veró­
de los piconeros y de los vizcaínos rudos y grandes, castos nicas para la plaza de Lim a o de Caracas o de Méjico.
e hidalgos, que atizaban la fragua. Ellos modelaban a mar­ Pero llega mayo, y bajo las encinas de la Herrería em­
tillazo limpio, sobre los yunques cantores como campanas, piezan a romper margaritas y nomeolvides. Y en las fu en ­
rejas de arado, clavazón para las carabelas y tal cual fierro tes en que el ”vulnerado ciervo” se retrata, se bañan los
de lanza para acabar la Reconquista y para comenzar la ruiseñores jóvenes que hacen su aprendizaje entre las hojas
sublime aventura de América. tiernas de las pobedas y los fresnedos.
La escoria de las herrerías era tanta, que el poblado se Se pone entonces el aire transparente, azulado, y la
llamó E l Escorial. A sí nació, de la encina y del hierro, el tremenda mole del Monasterio sonríe a la Primavera. Den­
corazón del Imperio espiritual y terreno más grande y no­ tro de la inmensa finca de la Herrería hay, además de la
ble del orbe. E l signo ferrado pesaba ya sobre este naci­ octava maravilla del mundo, otras pequeñas maravillas,
miento. Y un día, a un hombre que se llamaba Herrera y verdaderos estuches de sorpresa para uso de príncipes: son
había sido herrero e hijo de herrero y había batido de cha­ las Casita de Arriba y el pabellón de caza. E n torno a estas
dos joyas. y— una de ellas debida a la escuadra ~y al compás« de Juan*de y a le hacían romería en su erm ita, entre las encinas, los fresnos y los sau ­
Villanueva— hay ja rd in es geométricos de perfum ado m irto, con enormes ces. Las buenas mocitas serranas que suscitaron el bronco verso del A r ­
araucarias traídas de Chile y con robustos cedros traídos de California. cipreste y el itálico verso del M arqués ( no hay en la poética castellana m ás
Cuenta el P . Sigüenza que el rey doti F elipe, que gustaba pasear sobre que un solo A r c i p r e s t e y un solo M arqu és), bailaban entonces las m is­
la proyección de un rayo de sol en su sala de los cien pasos, tenía, en lo que mas ”gallardas ”, los m ismos ”r o n d o n e s ”, las m ism as seguidillas, zara­
es hoy J a rd ín de los F railes, un ja rd ín botánico con todas las flores del bandas, polvillos y menudicos que bailan hoy (ju n ta s las labradoras con
Im p erio : orquídeas del valle del A m azonas e '’'ilang-ilang" de Luzón, p ara las burguesas y las aristócratas) t o d a s las gu apas muchachas que in ­
lo cual había hecho construir estufas perfectas. E l rey sombrío que nos han
vaden el ancho ám bito de la H errería todos los 15 de septiem bre. Sale la
pin tado jun tos la m asonería europea y el ju daism o m undial, era un ale­
Virgen a hombros de los mozos hasta su erm ita, desde la parroquia de San
gre muchacho, deportista en su ju ven tu d y afable y tierno en su grave m a­
Lorenzo, de m adrugada. Y allí está en su bosque, tres días, festejada, p ir o ­
durez. Y acaso entristecido en su ancianidad gloriosa, porque m edia Europa
se le había hecho hereje. peada, cantada y bailada p o r la juven tud. L as muchachas se atavían con
los trajes de las bisabuelas, en los que no es d ifícil, aun p a ra ojos dem a­
Por la H errería paseó mucho el rey en las tardes felices de su m atri­
siado hechos al J la r p e r ’s B a za r”, encontrar los antecedentes del traje de
monio con Isabel de Valois, que am aba la áspera belleza del p a isa je escu-
rialense. la cholita peru an a, de la "china” de Puebla.
M uchas siluetas gentiles de dam as y caballeros de las cortes de Viena, L a rom ería de la Gracia en E l E scorial, es como todas las romerías es­
de P a rís y de Lisboa cabalgaron p o r entre las nobles encinas, eti briosos pañ olas, un profundo espectáculo de fe auténtica. E l hombre, bajo todos
potros cartujanos o en seguras hacaneas serranas, persiguiendo el ja b a lí. los cielos por los que suben oraciones en la lengua de C astilla, gusta p o ­
P a isa je de Velâzquez, verso de L ope... M irador de la R eina. nerle a su fe , a su Virgen M a ría sobre todo, un arco de colores, un ta p iz de
N adie p o dría describir en prosa cómo es la H errería en el otoño, cuando rosas, un chal bordado. A lgo que esmalte y alegre el rostro angélico de la
em piezan a ponerse de color de cobre los castaños de la dehesa y a m adurar del Dulce Nom bre y la haga olvidar entre sus hijos la espada feroz que atra­
los nísperos. Desde lo alto del monte de los A bantos tiene la H errería en­ vesó su corazón por nuestros pecados.
tonces una solem nidad de ara. Colum nillas de un humo de color de ópalo E s linda y alegre la romería de la Virgen de la Gracia, y hasta el férreo
suben rectas p o r la lente del cielo, y brillan con el sol bermejo, que se va de p a isa je m ilitar y teológico se alegra igual que se alegraba antaño con la
Castilla p a ra ser alba en A m érica, las cúpulas de H errera, sobre los mejo­ rosaleda del R ey.
res papeles y los mejores huecos de la C ristiandad hispánica. Y a la vuelta de la H errería, p a isa je p a ra infantas y m eninas, regresan
E s entonces cuando la mocedad serrana celebra una de las más hermo­ a la villa y a los pueblos del P ardillo y de la Solatia pastores y burgue­
sas romerías de E spañ a. D isp u ta a la del Rocío la belleza y la sim bologia ses, nobles y villanos, mozas elegantes como duquesas y duquesas sanas y
del nombre. Se llama la romería de la Gracia. Casi estremece escribir un alegres como lábradoras. Todas y todos unidos, bajo la N orm a y la Gra­
nombre tan hermoso y discurrir sobre él, ju n to a la N orm a imponente de cia de un mundo verdaderamente cristiano y señor, ungido p o r los dones
la obra herreriana. N orm a y Gracia. Sobre estos dos polos puede girar la que en vidian las gentes descoloridas, sin pigm en to ni en la p ie l n i en los
vida perfecta de un pueblo o de una criatura. O puede girar tam bién un ojos ni en el alm a n i en el traje. Un mundo morenucho y elástico, ágil y
mundo de pueblos. De veintidós, p o r ejemplo. alegre, que cree en D ios y no cree en brujerías políticas.
L a Virgen de la Gracia es una dulce im agen que reproduce exactamente Y entre la N orm a y la Gracia, am igos, al regreso de la romería viene
la que d e s t r u y e r o n a hachazos lo s "leales” ( los leales a cantando el Am or.
M oscú) en 1936. Los ferroneros del siglo X V I y a le can ­
taban los sábados una salve a la Virgen de la Gracia y MVNDO HI S P A N I C O V I C T O R D E L A S E R N A
47

No existe, hoy, mejor instrumento de propaganda que el «cine». No


nos referimos, naturalmente, a la propaganda política directa y fulgu­
rante, cuyo desarrollo corresponde, sin competencia, a la prensa y a la
radio, por la rapidez de su comunicación, en tanto que una película ne­
cesita de varios meses para concebirse, varios meses para realizarse to­
talmente y varios meses, y aun años, para llegar al público. Hacemos
alusión, por el contrario, a esa otra propaganda, en el fondo más deci­
siva, que nos va alterando el espíritu y hasta el sistema de vida, nues­
tra forma cultural, nuestra concepción del mundo... El caso es que las
muchachas todas de este planeta, cuando han de responder afirmativa­
mente a una pregunta, ya no dicen «si», «oui» o «yes», como Cristo y
cada idioma nos enseñan, sino que replican con un leve gruñido de dos
notas, como en la película aquella de Ginger Rogers o de Joan Crawford.
En tanto que el «cine - norteamericano, aplicado celosamente a una
función comercial, circula por todo el mundo, sobre el que supo exten­
der un impecable e implacable sistema arterial, las cinematografías de
I los demás países encuentran numerosas dificultades para propagarse
■--- i fuera de sus respectivos territorios. Las gentes del «Commonwealths,
SSÈÊË!Êr.j a pesar de algún que otro Marian, aún responden mejor al «cine» in-
^ÊKÊÊÈP glés que a la política metropolitana, pero Francia no encuentra ya sa­
lida para sus «films», a pesar de los extraordinarios René Clair o Julian Duvivier y
de sus perfectos intérpretes. Le falla el área del idioma; un área que nunca tuvo,
geográficamente.
En cambio, el embotellamiento del «cine» hispanoamericano sólo puede justifi­
carse por la ausencia de un eficaz instrumento de distribución frente a la tupida tela
de araña de la industria cinematográfica de Norteamérica. Quien mejor salva, de
momento, la impenetrabilidad del mercado mundial es el «cine» mejicano, en gracia
a su pintoresquismo, a su clara peculiaridad folklórica, en tanto que los esfuerzos
que realizan España y la Argentina en la producción cinematográfica no encuentran
la oportuna compensación en los mercados del mundo.
Lo más lamentable para el «cine» hispanoamericano es que el amplio mercado
de sus territorios naturales sea como un bloque hermético en poder de un «cine » con
idioma y pensamiento ajenos. Quiérase o no el «cine» tiene un instrumento en la
palabra. En buena teoría cinematográfica no es el verbo el encargado de narrar las
peripecias arguméntales, pero en la realidad del «cine * sonoro la palabra es funda­ 1. Apertura del certantem en la «lotósi señores Galailena, Sana Orrio, García Espina 7 Marqués de
la Valdavia, presidente de la Diputación de Madrid.—2. Un grupo de figuras mejicanas. De derecha
mental. Si las películas argentinas, españolas, mexicanas o cubanas estuvieran a izquierda: Sr. Patino; señora de Bustamante; el director de scine» D. Fernando Fuentes; el produc­
habladas en un idioma eslavo, por ejemplo, se justificaría su escasa difusión en este tor Sr. Grovas; el secretario de los actores mejicanos, señor Soler, y el Sr. Mezquiriz.—ï. Parte de la
representación mexicana en el certamen: señores León, Grovas, Patiño y Riquelme.—4. El dele­
formidable mercado del área hispanoamericana. Veinte pueblos que hablan el es­ gado de la representación mexicana, D. Adolfo Fernández Bustamante, en una de sus intervencio­
pañol, ciento veinte millones de seres en el cabal dominio de la misma lengua mági­ nes.—S. El Sr. Machinandlarena, delegado de la representación argentina, pronunciando un dis­
curso. A su derecha, la señora de Mentasti y los Sres. Mentasti y Lowe, todos de la delegación
ca, ofrecen un campo fantástico para la industria cinematográfica de México, de argentina.—6. Un aspecto de la entrega de premios: D. Adolfo Fernández Bustamante, tras recoger
España; de la Argentina, de cualesquiera de las naciones del mismo idioma que el premio concedido a «Rio escondido», recibe la felicitación del delegado nacional de Sindicatos
de España, D. Fermín Sanz Orrio.—7. El representante argentino, Sr. Machinandiarena —a la iz-
quieran lanzarse a la aventura de transmitir su mensaje a través del «cine».
S uierda de la «foto»— conversa con el jefe nacional del Sindicato del Espectáculo, de España, don
avid Jato —en el centro—, promotor de este certamen.—8. Acto de clausura del primer Congreso
Cinematrográfico Hispanoamericano. En la presidencia, con los delegados de las representaciones
* * * argentina y mexicana, el ministro español de Educación Nacional, Sr. Ibáñez Martín (a la dere-
cha), y el Sr. Sanz Orrio. A la izquierda, ante el micrófono, el Sr Jato, pronunciando un discurso.
Quizás estas razones fueron, con otras ya de acentuado signo mercantil, y tam­
bién estimables, las que jugaron en la idea de convocar el Certamen Cinematográ-
fico Hispanoamericano que se celebró en Madrid a principios del trapropuestas... La noche ofrecía cierta compensación. Por esa época en Madrid se vive deliciosamen­
verano. La época fué buena y bueno el escenario, porque el estío tra­ te de noche. Si no la Embajada Argentina, los actores españoles o cualquier productora ofrecían su
jo cierto retraso, como para sumarse al Certamen con la prolongación fiesta en los parques-restaurantes de los alrededores, con la umbría cuidada y la noche más cuidada
de la primavera. Los delegados de la América hispana llegaron a lo aún, como preparada aposta; jardines de « Villa Rosa» o de « Villa Romana», taconeos y palmadas
largo de unos días. Primero, parte de los mexicanos, con abundan­ de los bailes y cantes flamencos, sones de Cádiz, sambas en la cintura brasileira de Lili Moreno...
cia de trajes blancos, porque por las orillas del lago Texcoco también
era verano. Los argentinos con trajes grises, porque en el Plata co­ CONGRESISTAS Y TEMAS
menzaban los fríos y el invierno. Los cubanos... En Cuba siempre
es verano. En representación del teine ' argentino arribaron a Madrid los señores siguientes, entre otros; don
El Certamen duró quince días. Quince días de visión de pelícu­ Miguel Machinandiarena, presidente de la delegación; D. Oscar Cacici y señora, D. Emilio Daneri
las, de discusiones en mesa redonda —de igual a igual—, de vinos y señora, D. Federico Lowe, D. Jaime Prades, D. Angel Luis Mentasti y D. Roberto Fernández,
españoles, excursiones, fiestas, comidas y cenas de gala. A veces El equipo mejicano estaba compuesto por D. Adolfo Fernández de Bustamante como presidente,
—casi siempre— las jornadas resultaron cargadas de trabajo. Pero y D. Jesús Grovas, D. Antonio Riquelme, D. Julián Soler, D. Rafael Baledón, D. Fernando de
el ánimo de la raza pudo otra vez exhibirse a destajo como cuando Fuentes, D. Alfonso Patino y el Sr. Morales Ortiz.
los hombres de Extremadura resollaban sobre los Andes. Normal­ El cubano por los hermanos D. Benito y D. Antonio Suárez.
mente, el programa de cada día consistió en la visión de dos pelícu­ Y aun Colombia tuvo su oyente con el distribuidor Sr. Domao, dueño de la más potente «cade­
las. de once de la mañana a las primeras horas de la tarde y en las na» de cinematógrafos de su país.
salas de proyección de la Gran Via madrileña, en la que se encuen­ Los temas que se estudiaron y discutieron fueron los siguientes: creación de una asociación entre
tran los mejores y más lujosos *cines» de Europa. Tras el almuerzo, los Sindicatos Cinematográficos Hispanoamericanos; intercambio de películas y supresión de barreras
sesión: cónclave vespertino en el antiguo Palacio del Senado, con entre los países congresistas; doblaje de películas habladas originalmente en idioma no español; liber­
discursos q discusiones —a veces auténticas discusiones, minuciosas, tad de contratación de técnicos y artistas y creación de cinematecas.
interminables discusiones— de las ponencias, con propuestas y con- Del estudio de estos temas salieron los acuerdos siguientes:
v '- í

La creación de la Unión Cinematográfica Hispano-Americana encierra el propósito de realizar


las conclusiones de este Certamen y de los que se celebren en lo sucesivo y se encargará de establecer
una eficaz coordinación como organismo de enlace entre los productores, artistas y trabajadores del
cinema de los países adheridos, En principio formarán parte de la U. C. H. A. el Sindicato Nacio­
nal del Espectáculo de España; la Asociación de Productores de Películas Argentinas; la Asociación
de Productores y Distribuidores de Películas Mexicanas; el Sindicato de Trabajadores de la Pro­
ducción Cinematográfica de la República Mexicana; la Asociación Nacional de Actores, de México;
la Asociación Civil de Periodistas Cinematográficos Mexicanos; el Círculo de Escritores Cinemato­
gráficos, de España, y la Asociación de Cronistas Cinematográficos, de la Argentina, y, en su día,
cuantos sindicatos, entidades o asociaciones deseen ingresar en la U. C. H. A,
Como leona de la U. C. H. A. se utilizará el del Sindicato de Trabajadores de la Producción
Cinematográfica, Similares y Conexos de México: «Igualdad, Derecho, Justicia». Su emblema será
el ya utilizado en este certamen: un pegaso blanco sobre fondo azul.
Entre otros trabajos, la U. C. H. A. habrá de estimular la producción de película virgen en
los países adheridos y fomentar el intercambio comercial libre de publicaciones especializadas en
cinematografía que se editen en los países de habla española.

INTERCAMBIO D E PELICULAS

Se consideró la necesidad imprescindible de suprimir entre los países congresistas «todas las
barreras que detengan el intercambio de películas hispanoamericanas en los distintos países de habla
española», y se acordó que deben derogarse los cánones, permisos previos de importación, graváme­
nes especiales y las trabas que de cualquier manera impidan la libre entrada de las películas roda­
das en castellano. Se afirmó también el «derecho inalienable del productor cinematográfico a dispo­
ner libremente de los fondos provinentes de la explotación de sus películas en los distintos países
de habla española y aconsejar la realización de acuerdos que permitan llegar a ese resultado». La
U. C. H. A. se encargará de hacer las gestiones pertinentes cerca de los respectivos Gobiernos. E
igualmente se acordó discernir que el capital utilizado en la producción o coproducción de películas
habladas en español, siempre que sea hispanoamericano, debe considerarse como nacional a los
efectos del país donde la película se realice.

Ofrecemos en esta página cuatro fotografías que corresponden a otras


tantas películas premiadas en el Certamen Cinematográfico Hispanoame­
ricano. En la plana anterior un fotograma de «Dios se lo pagues, primer
premio de películas argentinas, y debajo, un plano de «La Otra», accésit
de películas mejicanas. En esta página, arriba, un momento de «Locura
de A m o » , primer premio de películas españolas, y debajo una escena de
«Don Quijote de la Mancha», accésit de películas españolas.
destrucción de determinados valores cinematográficos, y concretamente in­
terpretativos, que pueden existir en el «film » original, puesto que, a la hora
de las traducciones, más que a la versión literal de las frases —que expre­
san el «momento» interpretativo del actor— se atiende a buscar aquellas
palabras o frases cuyas silabas se concatenen con los movimientos labiales
de los actores. Y desde el punto de vista industrial, en fin, se afirma que el
«doblaje» es un gran enemigo del «cine» mejicano en México, del *cine»
argentino en la Argentina y del <cine» español en España. Y hagamos la
advertencia, para los suspicaces, de que en Inglaterra y otros países, como
Italia, está prohibido el «doblaje».
Los acuerdos del Certamen, en este punto, se encarrilaron hacia « la
necesidad de tomar medidas proteccionistas que incrementen económica­
mente las industrias locales», y expresó la necesidad capital de que todos
los países de habla española tiendan a la supresión del <doblaje* de las
películas rodadas en otro idioma, «por entender que es la mejor forma de
fomentar el engrandecimiento de la industria cinematográfica de cada país
hispanoamericano*. Igualmente encomendó a la U. C. H. A . que realice las
gestiones necesarias ante los Gobiernos de los países hispanomericanos para
obtener una reducción progresiva en el número de películas «dobladas*.

LIBERTAD D E CONTRATACION' D E TEC­


NICOS Y A R T IS T A S .-C IN E M A T E C A S

El Certamen acordó que, <sin perjuicio de las consideraciones que a


todo trabajador se concede en los respectivos países», actores, autores, mú­
sicos y compositores hispanoamericanos gozarán de libertad de trabajo con
las mismas garantías y condiciones que los nacionales de cada uno de los
respectivos países. En cuanto a los técnicos, la U. C. H. A . habrá de esta­
blecer las normas de contratación. Estos acuerdos sólo tendrán validez una
vez que hayan sido ratificados por los sindicatos y entidades que agrupan a
los distintos actores de la industria cinematográfica hispanoamericana.
Igualmente acordó el Congreso que se solicite de las naciones represen­
tadas — Méjico, la Argentina, España y Cuba— la creación y abaste­
cimiento de cinematecas.
Finalmente se acordó crear el premio honorífico *Miguel de Cervantes
Saavedra», que se otorgará anualmente a la película hispanoamericana
que mejor exalte los valores tradicionalmente espirituales de nuestra raza.

EL FALLO DEL CONCURSO


C I N E M A TO G R A F ICO

Los premios a la producción cinematográfica hispanoamericana fueron


los siguientes:
Primer premio de películas.—Argentinas: <Dios se lo pague*; españo­
las: <Locura de amor», y mexicanas: «Rio escondido*.
Accésit de honor. — Argentinas: • A sangre fría*; españolas: «Don
Quijote de la Mancha», y mexicanas: «La otra».
Premios a los mejores directores.—Argentinos: Luis César Amadori,
por «Dios se lo pague* ; españoles: Juan de Orduña, por <Locura de amor»,
y mexicanos: Emilio Fernández, por «Rio escondido».
Premios a las mejores actrices.—Argentinas: Amelia Bance, por “A
sangre fría»; españolas: Aurora Bautista, por «Locura de amor», y mexica­
nas: Dolores del Rio, por - La otra».
Premios a los mejores actores.—Argentinos: Enrique Muiño, por «Su
mejor alumno»; españoles: Rafael Rivelles, por < Don Quijote de la
Mancha», y mexicanos: Domingo Soler, por «La Barraca».
Premios de actrices en segundos papeles.—Argentinas:
Antonia Herreros, por <A sangre fría» ; españolas: Sarita Mon-
tiel, por «Mariona Rebull», y mexicanas: Lilia Michel, por
De arriba a abajo, en esta columna: la gran actriz Dolo­ «Crepúsculo». De arriba a abajo: Aurora Bautista, la excelente actriz
res del Río, que por su labor en «La Otra» mereció en
Premios de actores en segundos papeles. — Argentinos: procedente de la Compañía titular del Teatro Español,
el certamen el premio de interpretación de primeros
Héctor Calcaño, por *El retrato»; españoles: Jesús Tordesi- de Madrid, a quien se otorgó el premio de interpreta*
papeles femeninos de películas mejicanas. £1 actores- llas, por «Locura de amor», y mexicanos: Víctor Junco, por ción de primeros papeles femeninos en películas espa­
pañol Rafael Rivelles, premio de interpretación de pri- <La otra». ñolas, por su trabajo en «Locura de Amor». El de inter­
meros papeles masculinos de películas españolas, por
Premios a los mejores fotógrafos.—Argentinos: Alberto pretación de primeros papeles masculinos de películas
su trabajo en «Don Quijote de la Mancha». £1 premio Etchebeehe, por *Dios se lo pague»; españoles: Alfredo Fraile, mejicanas se concedió a Domingo Soler, por su trabajo
de decorados de películas mejicanas fué concedido a por <Don Quijote de la Mancha», y mexicanos: Gabriel Figue­ en «La Barraca». A continuación uno de los decorados
Jorge Fernández, por los de «La Otra», película de la roa, por «Rio escondido».
de «Locura de Amor», con los que Burman mereció el
que reproducimos un escenario. Abajo, con Dolores de! Premios a los mejores decoradores. —Argentinos: Gori premio de decoración de películas españolas. Y abajo,
Rio, Víctor Junco, premio de interpretación de segun­ Muñoz, por «Dios se lo pague»; españoles: Sigfredo Burmann,
Sarita Montiel y Jesús Tordesillas, en una escena de la
dos papeles masculinos mejicanos por su labor en «La por «Locura de amor», y mexicanos: Jorge Fernández, por
citada «Locura de Amor». Sarita Montiel ganó el pre­
Otra», a la que corresponde dicho iolograma. (A la «La otra».
mio de segundos papeles femeninos de películas espa­
hora de cerrar este número de MUNDO HISPANICO no Premios a los mejores músicos. —Argentinos: Juan Ehlert,
ñolas por su labor en «Mariona Rebull», y Tordesillas
hemos recibido —a pesar de nuestras gestiones— mate­ por A sangre fría»; españoles: Juan Quintero, por «Locura
de amor», y mexicanos: Raul Lavista, por «La otra». el de segundos papeles masculinos, también de pelí­
rial fotográfico de «Río escondido», primer premio de
culas españolas, por su papel en «Locura de Amor»,
películas mejicanas.) Premios a los mejores argumentos originales.—Argentinos:
donde le vemos.
A. Verlisky y E. Villalba, por <El retrato»; españoles: Carlos
Blanco, por «La princesa de los Ursinos», y mexicanos: Emilio
Fernández, por «Rio escondido»
Premios a los mejores guiones.—Argentinos: Luis Saslavky, por «A
sangre fría»; españoles: Antonio Abad Ojuel, por «Don Quijote de la Man­
cha», y mexicanos: R. Gabaldón y J. Revueltes, por «La otra».

Toda esta labor extraordinaria, e inédita en la comunidad espiritual


hispanoamericana, ha realizado en unos días el Certamen Cinematográfico
Hispanoamericano, certeramente promovido por el jefe nacional del Sindi­
cato del Espectáculo de España, D. D avid Jato, y con la posterior y eficaz
colaboración de las delegaciones mexicana y argentina.—S,
LA REVISTA DE 23 PAISES

LA RRETA / * ON el relieve de_su indiscutible


prestigio y el respeto de tod.os hacia
su gloriosa madurez, la figura de En­
rique Larreta se destaca hoy con rasgos y

EN ESPAÑA perfiles bien definidos en el mapa de la


literatura hispanoamericana, en c u y a
orografía el n o m b r e del escritor ar­
gentino ocupa envidiable y admirada altitud.
En esta coyuntura, Larreta ha vuelto a encontrarse con España, la España tan
sentida y amada por él en las páginas de su libro más famoso. Y España lé ha
recibido con emoción y gratitud al llegar ahora de nuevo después de tantos años de
ausencia. La caballerosa Península no olvida a los que la quieren y la compren­
den. Por eso, sus amigos españoles le rindieron cálidos homenajes, figurando en
primer lugar el del Ministro de Asuntos Exteriores, que culminó en la recepción
celebrada en su honor en el Palacio de Vidna. El Ministro de Educación Nacio­
nal le otorgó la Cruz de Alfonso el Sabio. Y, en fin, el nombre de Larreta llenó
las páginas de la Prensa española, que le prodigó los máximos elogios y los más
emotivos comentarios.
El gran periodista Luis Calvo publicó en ”A B C ” una entrevista con el eximio
escritor píntense, en la que éste hizo los mejores y más sagaces juicios sobre España.
Por eso queremos traer a las páginas de nuestra Revista los puntos esenciales de
aquella conversación que apareció en el citado diario madrileño hace unas semanas.
Habló Larreta de la juventud española actual, para decir que la cree más severa,
más enérgica y más pura, en comparación con la juventud de su tiempo, la cual
le parece hoy un poco romántica y acaso intelectualmente escéptica. ”Era también
una juventud cínica”, afirmó, para agregar que los jóvenes de hoy tienen un sentido
moral más acusado, y son más fervorosos y trabajadores. Dijo después que le ha­
bía admirado la existencia en España de una muchedumbre de jóvenes investiga­
dores de la Historia, a la busca de experiencias humanas para el conocimiento
EN H O N O R DE L AR RE T A
de ella. ”Noto más rigor—fueron sus palabras—en las disciplinas intelectuales,
y me parece como si la juventud se preparara para afrontar una vida más dura.
Es algo así como una defensa orgánica.”
Respecto a los escritores jóvenes, dijo que conocía muy pocos y que había venido
a España con el propósito de saturarse de literatura joven y llevarse los libros
más destacados, afirmando que estaba seguro de que, al leerlos, encontraría confir­
madas sus impresiones sobre la España de hoy. Dedicó grandes elogios a la novela
de Carmen Laforet, ”Nada”, que había leído en el barco durante su travesía.
Añadió a continuación que acaso las personalidades literarias actuales no fuesen
muy vigorosas, pero que se formarían pronto y serían de un tipo nuevo. ” Tam­
bién a España, como a Francia— aseguró Larreta—, le hacía falta alejarse de la
frivolidad. La guerra civil y la victoria han sido, sin duda, muy eficaces para
crear una sensibilidad más fin a y sencilla, más vigorosa.”
Preguntado sobre la impresión general que le había producido España, el
escritor argentino contestó de la siguiente manera: ”El amor inalterable que profeso
a España no interviene en mis juicios sobre su situación presente, se lo aseguro.
Y la situación presente de España me llena de optimismo y júbilo. Aun desde el
punto de vista patriótico, y puramente argentino, siempre he pensado que para
ser un buen argentino había que ser primero un buen español. Vislumbro hoy un
nuevo triunfo de España en el mundo. Por momentos, España se eclipsa. Otras
naciones suelen aventajarla en las frágiles grandezas materiales; pero así que lle­
gan las horas hojidas y trágicas del espíritu, España reaparece apasionada y pro­
videncial y siempre joven, como el Arcángel. En este último viaje, al pulsar, a mi
modo, en las distintas capas sociales lo que pudiera llamarse su latido moral, he
llegado a concebir presentimientos grandiosos respecto a España. No sé precisa­
mente lo que habrá de suceder; pero me parece que, si todo viene como yo lo ima­
gino y espero, no será difícil que España, recién salida del caos, sorprenda de
nuevo al mundo como si el numen de la gran reina Isabel hubiera vuelto a soplar
sobre sus tierras místicas y heroicas. A l verla ahora, después de las recientes vici­
situdes, tan enhiesta, tan vibrante, tan lúcida, se me ocurre preguntarme si España
no estará destinada a ponerse a la cabeza de las naciones de Occidente como defen­
sora de la Cristiandad en estos tiempos oscuros y harto parecidos a los que prece­
dieron a Lepanto.”
Palabras estas, quizá, las más profundas e impresionantes que se han pronunciado
en estos últimos tiempos sobre el espíritu y el destino de la nación hispana. Con
ellas, haciéndolas cobrar el merecido relieve, se asocia M V N D O H I S P A N I C O a D O C U M E N T A I G R A F IC O DE
IO S S R E S. PLA TERO Y LA RA
los homenajes dedicados a Enrique Larreta y le da su bienvenida más cordial, al
mismo tiempo que le desea utia feliz y fecunda estancia en el viejo solar de la raza.
52
’’Había ofrecido usted venir anoche y yo lo
r ‘- i deseaba, no para renovar las escenas del do­
La cèlebre poetisa Gertrudis Gómez de
Avellaneda nació en Puerto Príncipe mingo, porque ellas han despedazado m i cora­
(Cuba) en 1814. Sus primeras poesías zón, y si se repitieran caería muerta a los ojos
las publicó en 1839, en España, con el de usted. Deseaba que usted viniese porque ha­
seudónimo de ” La Peregrina” . Fué bía hallado lo que anteanoche busqué inútil­
muy elogiada en su tiempo y está con­ mente; porque usted me dijo palabras que yo
siderada como una de las más notables puedo probar son injustas y crueles con sólo
poetisas españolas. Publicó también al­ manifestar a usted algo que usted no ha visto,
guna novela— ”Sab” y ’’Guatimo- que yo no debía enseñar, pero que enseñaré, sin
zin”— y estrenó varias tragedias: ” Bal-
tasar” , ’’Saúl” , ’’Alfonso Munio”, etc. embargo. E n fin , deseaba ver a usted porque
Recientemente, el Gobierno de Cuba ha herido de muerte m i corazón y m i orgullo,
ha solicitado del de España el traslado a y esfuerza que yo obligue a usteçl a hacerme ju s ­
la hermosa isla de los restos de esta ticia antes de separarnos para siempre.
ilustre escritora, fallecida en 1873. N o tema usted reproches, no. He compren­
dido perfectamente todo el horror de m i suerte;
ha pesado sobre mi> alma toda la grandeza de
m i desventura... Yo no me quejaré n i volverá
usted a ver correr mis lágrimas; se lo juro a
usted, Tassara. Pero venga usted esta noche;
me precisa hablar con usted; procuraré hacerlo

BRENHILDE con serenidad. Después de esta última conversa­


ción, usted quedará libre para hacer lo que guste
y dentro de seis días estaré yo lejos de Madrid.
Espero a usted esta noche; nos veremos por
última vez acaso; pero es una necesidad abso­
luta que nos veamos hoy. Repito que no tema
usted nada. Reconvenciones mías no las oirá us­
ted, y si usted cree que puede verse comprometido
UN CAPÍTULO A P A SIO N A D O con otro hombre, hace usted una injusticia a mi
talento y a m i corazón. Una mujer como yo
sabe pasar por ligera, por incomprensible, antes
EN LA VIDA DE que comprometer por su causa a nadie.”
Tassara no fu é . Le acobardó seguramente la
escena que, pese a las protestas de la carta, le
hubiese esperado en su entrevista con "T ula”,
GERTRUDIS G. DE AVELLANEDA y no sentía demasiada curiosidad por conocer
esas pruebas de la inocencia de su amante,
porque probablemente las daba por buenas y
tal vez la había acusado de infiel sólo por bus­
TV T’O siempre se ha de hablar de personajes pañar a Gertrudis y de leer una poesía suya, sin decir su autor. Zorrilla car un pretexto para la ruptura. E l debía atra­
j \f relevantes. Bueno es recordar de vez en mismo cuenta lo ocurrido: vesar en aquellos momentos por el estado de espí­
cuando a los seres oscuros, llamas maci­ ’’Subí a la tribuna y leí como mejor supe unas estancias endecasíla­ ritu habitual, después de una gran pasión, que
lentas que un día ardieron, y de los que no se ha bas que arrebataron al auditorio. Rompióse el incógnito y, presentada se casacteriza por un ansia de libertad. E l que
vuelto a hablar. Uno de estos seres fu é Bren- por mí, quedó aceptada en el Liceo y, por consiguiente, en M adrid, como ha estado intensamente enamorado es como el
hilde. la primera poetisa de España, la hermosa cubana Gertrudis Gómez de que ha estado preso, y su solo afán es verse libre
Brenhilde no tuvo ninguna personalidad. N i Avellaneda.” de las cadenas.
siquiera se llamaba Brenhilde, sino M aría, y Zorrilla no sólo fu é sensible a los endecasílabos, sino que también dejó Gertrudis, sin embargo, seguía aún enamo­
vivió sólo siete meses. Pero vivió dramáticamen­ constancia del efecto que le produjo la bella presencia de ’’Tula”. rada, seguía aferrada al deleite de la cautividad,
te, siendo nudo y desenlace de la tragedia de ’’Porque la mujer era hermosa; de grande estatura, de esculturales con­ que suele tener más atractivo para las mujeres
una mujer de genio, Gertrudis Gómez de A ve­ tornos, de bien modelados brazos y de airosa cabeza coronada de abun­ que para los hombres. Su carta airada y vio­
llaneda, su madre. dantes rizos y gallardamente colocada... Su voz era dulce, suave, fem enil; lenta a Tassara lo demuestra. N o hay mujer
La Avellaneda fu é en su tiempo una de las sus movimientos lánguidos y mesurados, y la acción de sus manos delicada que desee una ’’última entrevista” si no es con
figuras más destacadas de las letras españolas. y flexible...” la esperanza de que justamente no sea la última.
Los estrenos de sus obras constituyeron siem­ Tal vez ya entonces, entre el cortejo de sus admiradores, se contara Pero al no recibir contestación, reaccionó como
pre acontecimientos de importancia, con todo el Gabriel García Tassara, el poeta andaluz, y fija ría en ella el ardor de m uy pocas enamoradas habrían reaccionado. No
aparato de lluvia de flores y suelta de palomas su mirada, que contrastaba con el trazo rígido de su boca, esa boca desde­ insistió más, no volvió a rogar ni a humillarse.
con que se solían celebrar entonces los triunfos ñosa e indolente de los hombres que han nacido para inspirar amor y no E s admirable cómo esta mujer que se veía
de esta clase. Desde m uy joven, hasta el día de compartirlo. próxim a a tener un hijo, sola, soltera, expuesta
su muerte, la gran poetisa cubana estuvo ro- La Avellaneda ya había sufrido desastres sentimentales, pero habían al escándalo en un trance en el que cualquier
d ea d a p o r el halago de sus comtemporáneos. sido de una índole más soportable que el drama íntimo de sus amores con m ujer hubiese pedido amparo, se dispone a
E n el ambiente agitado del M adrid romántico Tassara. Ignacio Cepeda la había hecho sufrir ya— y aún la haría sufrir afrontarlo sola. E s m uy probable que de una ma­
— cuando se estrenaba ’’Don Ju a n Tenorio” y todavía— con un desvío torturador ; pero padecer por una pasión vigente nera tan violenta como se había enamorado de
Teodora Lamadrid.o Juliá n Romea arrancaban encierra su encanto, su voluptuosidad espiritual. Lo que se hace insopor­ Tassara sintiese después la decepción, el horror
ovaciones al público— aquella mujer de belleza table es cuando se abre el abismo ácido de la decepción. N o hay tortura de haberse entregado a un hombre que no me­
singular triunfó plenamente. Pero es dolorosa que se pueda comparar a la de descubrir que se ha puesto el corazón allí recía su cariño y que por eso no tratase de ligar
ley de las mujeres que triunfan ante el exterior donde no se debió haber puesto. Esta fu é la tragedia de los amores de la su vida a la de él cuando iba a nacer la hija
que guarden una intim idad fracasada, hecha de Avellaneda con Tassara. de ambos.
sinsabores y desengaños. E l había venido de Sevilla algo antes que Gertrudis y era considerado Marchó fuera de M adrid— como lo anuncia
E l clima del éxito es poco propicio a la fe li­ como un buen poeta lírico. E n cuanto conoció a "T u la ” se enamoró perdi­ en la carta a su amante— , para evitar el escán­
cidad fem enina. E l varón es más dado a perdo­ damente de ella. Debía Tassara considerarse bien insignificante al lado dalo, y, en el mes de abril de 184s, dió a luz
nar en la mujer sus flaquezas que a prem iar de esta mujer que acababa de triunfar ruidosamente con el estreno de su una niña débil y enfermiza a la que se le puso
sus excelencias. Su papel masculino se aviene drama ’’Alfonso M unio”, y cuyo atractivo en todos estilos era unánime­ el nombre de M aría, pero a la que ella lla­
más con una tolerante comprensión de las defi­ mente reconocido. Tal vez por eso dice uno de sus biógrafos que Tassara, maba Brenhilde.
ciencias que con una admiración tierna. Hasta al saberse correspondido, ”se sorprendió mucho”. Pero la sorpresa debió La Avellaneda, esta mujer insatisfecha, an­
diríase que la admiración del hombre nunca de ser bien transitoria, pues, al poco tiempo de iniciadas las relaciones, helosa de entrega y de amor, que desbordaba vi­
puede ser tierna, y que su ternura necesita es­ era él quien suscitaba escenas de celos y quien amargaba con sus desvíos talidad, concentró todo el ímpetu de su alma
tar amparada en sentimientos cuya escala va la existencia de su apasionada amante, obedeciendo al instinto común en en esta criatura enclenque cuya mirada triste
desde la condescendencia al desprecio. N o es los hombres, que rara vez soportan la pesadez de ser intensamente amados. le recordaba la mirada de su amante. Pero
una ley general, como no lo es ley alguna; pero Cuanto más tempestuosa era su vida sentimental, con más ahinco se Brenhilde vivió solamente siete meses, indecisa
suele producirse con frecuencia. Y así la histo­ entregaba la poetisa a las tareas literarias. entre la vida y la muerte. La madre no dejó de
ria de las mujeres egregias, dotadas de una in ­ E l 7 de octubre de 1844 estrenó en el Teatro de la Cruz el drama trá­ consultar constantemente a los mejores médicos,
teligencia superior, es la historia de pobres m u­ gico en verso ”E l príncipe de V iana”, con gran éxito. E n la representa­ de tratar por todos los medios de retener aque­
jeres solas, con el corazón dolorido y árido. ción se destacaron Bárbara Lamadrid y M atilde Diez, y el público solicitó lla vida que quería huir y que constituía el eje
De Gertrudis Gómez de Avellaneda son estas la presencia de la autora y le arrojaron al escenario flores y coronas. y el sentido de la suya propia. Pero fu é una
palabras, tan altivas como llenas de amargura: Tal vez en esta ocasión la Avellaneda no fuese tan sensible al halago lucha agotadora y estéril. Llegó un momento
’’Abrumada por el instinto de m i superioridad, de los aplausos, absorbida por más íntimas preocupaciones. Seis meses en que la madre se dió por vencida.
yo sospeché entonces lo que después he conocido más adelante, alejada ya definitivamente de Gabriel García Tassara, ven­ Y a hacía mucho tiempo que había roto todo
bien: que no he nacido para ser dichosa y que dría al mundo la hija de ambos. Por lo que se desprende de las cartas de trato con Gabriel García Tassara, el cual ni
m i vida sobre la tierra será corta y borrascosa.” la poetisa publicadas por Méndez Bejarano, el promotor de la ruptura siquiera conocía a su hija; pero en este mo­
Cuando en 1840 la Avellaneda llegó a M a ­ fué Tassara, alegando falsas y graves acusaciones contra su amante. Ella mento angustioso acudió a él por última vez y
drid, era el Liceo el centro literario más impor­ trata de defenderse con la impetuosa violencia de su carácter ; pero en el le escribió una de las cartas más desgarradoras
tante. A llí se organizaban veladas musicales, tono de sus palabras se ve cómo, más que justificarse, busca desahogarse qne se hayan escrito. Copio a continuación al­
se leían obras y se recitaban versos. La prim era del desengaño sufrido, quejarse de la injusticia del hombre al que había gunos fragmentos, índice del más crudo mo­
vez que la poetisa cubana entró en el selecto ce­ sacrificado todo. mento de dolor de esta vida de la Avellaneda,
náculo fu é de incógnito. Zorrilla recibió de Copio a continuación algunos párrafos de la carta escrita por ella a tan llena de sinsabores :
D . Ju a n Nicasio Gallego el encargo de acom­ raíz de la ruptura: ’’Tassara: aún vuelvo a escribir a usted, y lo
53
que es más, estoy sesuelta, si usted desatiende a
m i carta, a buscarle por todas partes y a decir
a gritos, donde quiera que le encuentre, lo que
voy a manifestarle por escrito.
M i Brenhilde, m i hija, se está muriendo...
Pero no morirà sin que su padre la bendiga;
sin que vea este rostro, en el cual la naturaleza
ha estampado en una maravillosa semejanza là
más elocuente condenación a su conducta de usted.
Venga usted, Tassar a; de rodillas se lo pediré
si es preciso; para m í no hay nada fuera de
m i niña; ni temo desprecios, ni evito humilla­
ciones: me arrojaré a los pies de usted para
suplicarle que dé una primera y última mirada
a su pobre hija... E n m i desesperación no retro­
cederé por conseguirlo ante ningún género de
escándalo. ¿ Y es tanto lo que pido...? ¿Es sa­
crificio tan grande para usted que no pueda
concederlo? ¿Qué es lo que teme usted? ¿Quiere
usted que no piense nadie que es usted padre
de m i hija? Y bien; yo publicaré que no lo es;
diré que la tuve del verdugo, si es preciso; diré
cuanto usted quiera. Pero véala usted un mo­
mento, bendígala en su corazón; yo no soy como
usted, ateo; yo creo en Dios y en la vida eterna:
no me resigno a que m i hija muera sin su ben­
dición de usted.
Sea esta condescendencia, Tassar a, el último
adiós que reciba de usted la mujer que tanto le
ha amado y le bendecirá al morir.
Por Dios, venga usted; yo espero, y Bren­
hilde se muere... Serás un monstruo de bajeza
si me rehúsas este pequeño y tristísimo favor.
Tassara, te espero. Tula.”
Y, a pesar de todo, Tassara no acudió.
E n este punto es donde la figura de Tassara
se desmorona por completo. Su postura de
amante desdeñoso, abrumado por un amor que
no comparte, es justificable, dado el que pocas
veces las pasiones resisten la prueba de ser co­
rrespondidas. Pero en lo que Tassara no tiene
justificación alguna es en su actitud frente a
Brenhilde. Un hombre puede despreciar a la
mujer que más le ha amado, puede abandonar
y agraviar a la amante más abnegada; pero el
hombre que se niega a su propio hijo es como
si se negase a sí mismo, como si se menospre­
ciase a sí mismo. Tassara, negándose a con­
templar por primera y última vez el rostro de
su hija, donde estaba impresa su herencia, se
convierte en un ser deforme, inhumano, capaz
de desdeñar lo que un hombre no puede nunca
desdeñar, que es la propia sangre que alimenta
su corazón.
La niña murió el 9 de noviembre de 1845.
La partida de defunción dice que la párvula de
siete meses M aría García Gómez de Avellaneda,
hija de D. Gabriel y de D .a Gertrudis, natura­
les el primero de Sevilla y la segunda de la isla
de Cuba, falleció a las tres de la mañana del
día 9 de noviembre de 1845, en la calle de la
Ballesta, número 4, principal, de una afección
cerebral, según certificación del facultativo don
José Roviralta, y que fu é enterrada el mismo día
en el Cementerio de la Puerta de Fuencarral.
Este fu é el fin de la historia de la Avellaneda
y Tassara. Y a ella no le volverá a escribir
nunca más, no lo buscará, ni siquiera pensará
en él. Le había quedado de su dramático amor
un sentimiento menos agrio que el rencor, pero
más desolado: la sensación de que nunca le ha­
bía conocido, de que no había pasado por su
vida. Prueba de ello es que cuando, años más
adelante, lo vuelve a encontrar no hace ninguna
alusión al pasado, estrecha su mano, cambia
palabras triviales con él como si fuese la p ri­
mera vez que lo encontrara.
Semejante desenlace no es habitual en las re­
laciones de amor. Siempre queda un poco de
pasión o un poco de despecho o, en los más de
los casos, porciones equivalentes de ambos sen­
timientos. Pero esta vez no podía ser así. Y no
porque "Tula" fuese una mujer distinta, sino
porque él se había salido del mundo aquella no­
che de noviembre que no fu é a ver a Brenhilde
moribunda; porque se había convertido en un
ser infrahumano, sin calidad vital alguna, y
desde ese punto, para su amante, quedó borrado
todo sentimiento cordial, favorable o adverso, ha­
cia él. N o fu é que dejase de amarle, sino algo más
grave, más difícil :fu é que dejó de haberle amado.
N o ouede darse ningún otro fin a l de un amor
tan desolado y tan árido.

M E R C E D E S B A L L E S T E R O S
D E L A T O R R E
( D i b u j o s de C a r l o s S . de T e j a d a . )
COMO A CO G IÓ
E S P A Ñ A A M ÍSTER
F L E M I N G A la hora de la creación
periodística, nadie suma
tantos éxitos como Juan
Inquieto, nervioso, me­
nudo y agudo, si, como
San Hilario, nacido en
Aparicio (n. 1906), hoy Poitiers (en 1883), por su
director de ’’Pueblo”, de ta u r o f i lia-^-que podría
Madrid, y antes fundador asustar a cualquier te­
y director de ”E1 Espa­ n ie n t e del ”Salvation
ñol”, ”La Estafeta Lite­ A r m y ” — parece de la
raria”, ”As¡ es”, ’’Fanta­ raya de los Pirineos. Este
sía” y ’’Fénix”. Si ”EI Es- gran e s c r ito r francés
pañol” o la variopinta — A b el Bonnard—ganó
’’Estafeta”, que fué un en 1906, en su patria, el
gozo hasta en América, premio nacional de Poe­
bastan para dar fe de sía, y en 1924, el nacional
una potencia fundadora, de Literatura. Desde 1932
Juan Aparicio fué también un eficaz director ge­ pertenece a la Academia Francesa, y publicó, en­
neral de Prensa (1941-1946). Escritor original, tre otros, ’’Les familiers”, "L’Amitié”, ”La Fran­
macizo y cabalístico, ha publicado ”Españoles ce et ses morts”, "Océan et Brésil” y ’’Les Modé­
con clave” e ”Historia de un perro hinchado”. rés”, del que se agotaron más de veinte ediciones.

Cuarenta y cuatro años He aqui un gallego que


hace que Salvador Dalí emigró al revés, puesto
nació en Figueras. Y casi que habiendo nacido en
cuarenta y cuatro años Cuba, en La Habana,
hace que este pintor es­ cruzó el Atlántico y arribó
pañol asusta a los bur­ u Galicia en un viaje a
gueses de todo el mundo contrapelo, para hacerse
con sus genialidades, más bachiller y maestro en
o menos excéntricas. Di­ Orense. Con treinta y tres
cen que por la madrileña años de edad, Manuel
Puerta del Sol andaba ya Vázquez Martín es hoy,
de mozo vestido con unos desde 1938, jefe de la pá­
pantalones con perneras gina deportiva del diario
de distinto color. Inven­ ”La Voz de España”, de
tor del suprarrealismo, en San Sebastián, donde fir­
Madrid, en París, en Nueva York armó, y sigue ma cotidianamente con el seudónimo un tanto
armando, un ruido terrible que bastaría para ha­ galaico de ”Porriño”—con el que rubrica su repor­
cerle famoso si además no fuese famoso como taje.sobre las regatas—, y colaborador de diversos
pintor excepcional. Este es su ’’secret life”. periódicos deportivos de España y del extranjero.

[ La vida de Adriano del Hay varios Alfredo Mar-


Valle habría que contarlu queríe: el que es poeta y
en décimas coruscantes gana con ”Reló” el pre­
y metafóricas, si ’’Ramón” mio nacional de Litera­
no le hubiese ya retra­ tura (1933); el que es­
tado cabalmente. Sevi­ cribe cuentos y novelas
llano, con sangre astur —"Don Laureano y sus
que le va a la zumba y seis aventuras”, ”EI to­
Sir Alexander Fleming, el ilustre sabio inglés, descubridor de la penicilina, ha sido últimamente hués­ rastro italiano que aflora rero y su sombra”, etc.—;
ped de España. Mr. Fleming, acompañado de su esposa, ha vivido durante unas semanas en Barce- en su pinta de empera­ el que viaja y nos da libros
lona—como huésped del Municipio—, Sevilla y Madrid, invitado por las respectivas Universidades, dor, Adriano es hoy, en de v i a j e —"Inglaterra y
en todas las cuales fué nombrado doctor honoris causa. Mr. Fleming recogió en España no sólo el res­ Madrid, director de ’’Pri­ los ingleses”—; el que
peto y la admiración de las autoridades políticas, académicas y universitarias, sino también el aplauso mer Plano”. Su primer penetra con un micró­
de las masas populares. En esta primera fotografía, Mr. Fleming, incorporado a la vida típica sevi- libro lo publicó en París: fono en la jaula de los
’’Primavera portátil”, con leones, en el circo; el que
ilustraciones de D. Eugenio d’Ors. Después: realiza crítica de teatro y hace temblar a los auto­
”Lyra sacra”, ’’Los gozos del río” y ’’Arpa fiel”, res... Tantos, suman un singular Alfredo Mar-
éste ’’Premio Nacional de Literatura José An­ queríe, español isleño—nació en Mahón, 1907—,
tonio” (1941) y ’’Premio Fasthenrath" (1942). gran periodista y autor d<t veinte libros dispares.

José María Alfaro—poeta, Aunque nacido en Ma­


periodista, escritor—for­ drid, en 1913, el R. P. Fio-
mó ya en la redacción de rencio Muñoz Hidalgo,
”EI Sol”, de Madrid, an­ dominico, pasó sus me­
tes de 1936, y en 1933 jores años en el Oriente,
ganó el premio nacional principalmente en Fili­
de Literatura. Su brillante pinas. Si estudió Filosofía
carrera intelectual y po­ en Santo Tomás de Avila, ¡
lítica se resume así: 1939, la Teología la cursó en
director de ”Arriba”, de Hong- Kong (China) y Ma­
Madrid, al que convierte nila, y en Manila se hizo
en diario; 1939, subse­ doctor en Filosofía y pu- __
cretario de Prensa y Pro­ blicó numerosos traba­
paganda; 1943, vicepre­ jos periodísticos y litera­
sidente primero de las rios, sobre todo en la re­
Cortes españolas y presidente de la Asociación de vista "Hispanidad”. Ligado a aquella Univer­
Mr. Fleming, doctor honoris causa de la Universidad Central (Madrid), pronuncia una conferencia la Prensa... Todo sin abandonar la pluma ni el sidad de Santo Tomás, fué nombrado después
en dicho Centro, vestido con la toga y el birrete de la Universidad madrileña. En la foto siguiente, periodismo. Hoy, por los cuarenta y dos años, es profesor y, a poco, secretario general de la mis­
el ministro de Educación Nacional del Gobierno español, D. José Ibáñez Martín, impone a Mr. Fleming ministro plenipotenciario de España en Colombia» ma y director del Departamento de Bellas Artes.
la Gran Cruz de Alfonso X, el Sabio,*con la que el'Estado español distinguió al insigne investigador.

Si fray Juan de Zumá- El—Pedro de Lorenzo—


rraga, el prim.er obispo dice que nació en el kiló­
que tuvo México, nació metro 27 de la carretera
en Durango de España, de Cáceres a Mérida, un
Antonio González Mar­ martes 7 de agosto. Con*
tínez de Olaguíbel nació tanto circunloquio quiere
en Durango de México. decir que nació en Extre­
Después, fray Juan fué a madura, y a Extrema­
México y le hicieron ar­ dura ya le ha dado mu­
zobispo, en tanto que An­ chas v u e l t a s —circunlo­
tonio González vino a Es­ quios—en sus lib r o s .
paña para llegar a conse­ Tiene treinta y un años,
jero delegado del diario cara de niño y algunos
”La Gaceta del Norte”, de hijos, y ha sido director
Bilbao. A. G., antes que de ”EI Diario Vasco”, de
rector de "La Gaceta”, es un excelente periodista San Sebastián, y ”La Voz de Castilla”, de Burgos,
que suma una gran capacidad para mover y y cofundador de la poética "Garcilaso”. Publicó
promover empresas editoriales. Ha publicado ”Lo ’’La quinta soledad”, ”... Y al Oeste, Portugal” ,
que vi en la Trapa”-, ” Un viaje a Roma”, etc. ”La sal perdida”, ”Tu dulce cuerpo pensado”, etc.

E ste g ra n periodista, "No puedo mandarles foto


con ’’ángel” o chispa en porque no la tengo”, dice
su prosa, que parece na­ a ”M. H.” Mercedes Ba­
cido en Santander, nació llesteros de la Torre, in­
en Valparaíso (1896), hijo cursa en una familia que
de la insigne novelista tiene escritores por las
Concha Espina. Víctor de cuatro esquinas. Esposa
la Serna, director de "La de Claudio de la Torre,
Tarde” y presidente de la autor dramático; hija de
Asociación de la Prensa, un matrimonio de ¡lustres
de Madrid, fué en 1920-23 historiadores—Do Anto-
director de la editorial nio Ballesteros y doña
’’Renacimiento”, y en Mercedes Gabrols—, y
1939-1947, de ’’Informa­ hermana de otro escritor
ciones”, también de Ma­ y catedrático — Antonio
drid. Hombre que a los cincuenta años ya dió Ballesteros Gabrois—, ella, nacida en Madrid, ha
bisnietos a doña Concha Espina, con el "ángel” estrenado dos comedias y publicado una novela:
o la chispa ganó en 1938 el premio Mariano de "Todo llega después”. ’’Brenhilde” es una buena
Cavia y mantiene hoy.la vigencia de su pluma. muestra de la capacidad literaria de M. B. de la T.
Rn estas cuatro fotos se recogen diversos aspectos del via.ie de sir Alexander Fleming a España.
En la primera, Mr. Fleming recibe, en las ramblas de Barcelona, el agradecimiento de diversas per­
sonas cuyas vidas fueron salvadas por la penicilina. Las tres siguientes están tomadas en la finca que Las biografías de nuestros colaboradores el conde de Foxá y Mariano Rodríguez de Rivas fueron publicadas
el ¡lustre doctor Marañón posee en Toledo: en una, los dos doctores, Fleming y Marañón; en otra, en el primer número de MVNDO HISPANICO, y las de Carlos Sentís y Fernando Sáez, en el número 3.
Mr. Fleming, el doctor Marañón, Walter Starkie—director del Instituto Británico de Madrid—, y en
la última, el sabio inglés con las hijas y los nietos del doctor Marañón.
L a d e u d a b o liv ia n a se eleva a 1 3 4 m illo n e s de

r ä TEM ^
dólares, in c lu id o s los 7 4 m illo n e s de in tere ses,
que, d e b id o a la s c ir c u n s ta n c ia s , fu e r o n so m e ti­
dos a m o ra to ria .

EL PETRO LEO FILIPINO. E n e s ta s p á g i n a s s e r á n c o m e n ta d o s aqu ello s


l i b r o s , re c ie n te m e n te im p r e s o s , que o fre zc a n u n a

£ CONQMICOS
E l S e c re ta rio del M in is te r io d e A g r ic u l- e s tim a b le a p o rta c ió n a la c u ltu r a h is p á n ic a , y
tu r a del G o b iern o de M a n ila , q u e p r e s id e ta m b ié n a q u ello s o tro s , de c u a lq u ie r p ro c e d e n c ia ,
la C o m is ió n d e P ro sp e c c ió n P e tr o lífe r a , q u e e n tr a ñ e n u n cla ro v a lo r u n iv e r s a l, s ie m p r e
h a decla ra d o q ue la s in v e s tig a c io n e s r e a liz a d a s q u e — e n c u a lq u ie r caso— n o s s e a n r e m itid o s dos
h a sta la fe c h a d e m u e s tr a n q u e 1 7 m illo n e s de .e je m p la r e s .
h ectá rea s d e l a rc h ip ié la g o p a r e c e n esco n d er y a ­
c im ie n to s de ”oro líq u id o ”. C o n v is ta s a a p ro v e ­
c h a r ta l riq u e za , h a hecho u n lla m a m ie n to a los ” O T R O E S P A Ñ O L E N A M E R I C A ”, p o r A N ­
in v e s tig a d o r e s y e x p lo ta d o re s del E x tr a n je r o . T O N IO O R T IZ M U Ñ O Z . E D IT O R IA L

ZONAS MONETARIAS M A G IS T E R IO
1948.
ESPAÑ O L. M A D R ID ,

EL E S F U E R Z O M IN E R A L O G I­ E l p e r io d is ta e s p a ñ o l A n to n io O r tiz M u ñ o z
Z ONA de! dólar... zona de la esterlina” . A m ­
bas expresiones, empleadas corrientemente
desde el fin de la guerra, no revisten aún sentido
rrer nuestra cuenta, sin tener que pagar o recibir,
a intervalos cortos, la cantidad resultante del
balance. Ora debemos, ora se nos debe, pero
CO E S P A Ñ O L . n o s o fre c e e n este breve lib r o r e c ié n s a lid o de la s
p r e n s a s u n m a n o jo de c r ític a s lig e r a s d e s u
M ie n tr a s la d is m in u c ió n d e la s reserva s v ia je p o r a lg u n o s p a ís e s s u d a m e r ic a n o s , y e n
muy preciso para muchos de quienes las oyen siempre en esterlinas. El aumento de nuestra e lla s — com o d ic e e n e l p ró lo g o G a rcía S a n c h iz —
con o cid a s de m a te r ia s p r i m a s in q u ie ta a
o leen. Saben, más o menos aproximadamente, deuda en esta tienda suscita un problema muy ”to d a v ía c o n la in e s ta b ilid a d d e l buq u e e n el
los e s p e c ia lis ta s d e l m u n d o en tero , E s ­
que, gracias a acuerdos entre las potencias po­ distinto, y cuya solución puede ser postergada c u e r p o , se la n z a a p r o d ig a r n o tic ia s y e n s e ñ a n ­
p a ñ a , con u n f i n s o c ia l y n a c io n a l, r e a liz a u n es­
derosas, tal o cual país ha sido enrolado en uno z a s , e l tesoro d e s u s d e s c u b r im ie n to s ” .
durante más largo tiempo, que el de nuestra f u e r z o c o n sid e ra b le de in v e s tig a c io n e s . L a p r o v i n ­
de dichos bloques; tampoco ignoran que si, en C u m p le este lib r o c o n la e x ig e n c ia e m o c io n a l
deuda eventual en la tienda del dólar.” c ia de A lm e r ía h a sid o ob jeto de u n e s tu d io g eo­ d e todo e s p a ñ o l q u e a l vo lv e r d e A m é r ic a s ie n te
el momento en que el mundo se vio repartido La imagen que ha servido al Ministro de Ha­ f í s i c o sis te m á tic o . la n e c e s id a d de
asi en dos sectores principales de influencia mo­ cienda inglés, a propósito de la libra esterlina y L a s re la c io n e s d e los e x p e rto s h a n d a d o com o d e c ir a s u s c o m ­
netaria, alguno de esos países no representaba de la parte del mundo en que ésta sigue consti­ p a tr io ta s p e n ­
p ro b a b le , p a r a 1 9 5 0 , u n a p r o d u c c ió n a n u a l de
una fuerza económica plenamente realizada, tuyendo el patrón de los intercambios comercia­ 2 9 .0 0 0 to n e la d a s de p lo m o , 4 3 to n e la d a s de p la ta A N TO N IO O R T I Z M U N O Z in s u la r e s cóm o
más que escoger, tuvo que soportar el ir a re­ les, vale igualmente para el dólar y la zona en E sp a ñ a tie n e
y 3 0 0 k ilo s de oro, y h a n c a lcu la d o la s reserva s
molque de una de las divisas líderes. u n a d im e n s ió n
Pero el ciudadano no especializado de la na­
que su preponderancia ha sido establecida por
los acuerdos a que ya hemos aludido. Hace re­
de m in e r a l de h ie rro del y a c im ie n to de A lm e r ía OTRO ESIAÑOL u n iv e r s a l e n el
e n 7 2 m illo n e s de to n e la d a s . C o n tin e n te
ción interesada no comprende por completo lo
que, prácticamente, ha resultado de ello para
saltar suficientemente la situación de las na­ L o s tr a b a jo s que se s ig u e n e n o tra s p r o v in ­ EN AMERICA A m e r ic a n o , có­
ciones de "moneda floja” , como se dice, ante c ia s , p a tr o c in a d o s p o r el J e f e del E s ta d o , n o so n m o la p r e s e n ­
él mismo, y todavía menos para la capital fi­ aquellos que dirigen la circulación de la ester­ c ia de E s p a ñ a
m e n o s p ro m e te d o re s , y o fre cen a los c a p ita le s p r i ­
nanciera a la que se encuentra ligado de hecho. lina o del dólar, fuera de la patria de cada una a llá es ta n h o n ­
v a d o s e n o rm e s s a lid a s .
Su semiignorancia en la materia también la de esas dos "divisas fuertes” . S e p u e d e o b se rva r, p o r e je m p lo , q u e, e n la d a , t a n re a l y
comparten los británicos— duchos, sin embargo, Esa pintura aclara perfectamente la idea que ta n v ita l, q u e,
re sp e c tiv a J e f a t u r a de M i n a s se a c a b a n de re ­
en negocios— , a pesar de pertenecer al país tienen los poseedores de las monedas-patrón e n m e d io de la
g is tr a r , com o re c ié n d e sc u b ie rto s, y a c im ie n to s de d i f e r e n e i ada
que encabeza la zona de la libra esterlina. Sir respecto a sus prerrogativas de hecho para con cobre a p o c a d is ta n c ia de H in o jo s a d e l D u q u e , m a d u r e z c u ltu ­
Stafford Cripps ha dedicado parte de una de sus los países que basan sus intercambios exteriores cerca de C órdoba. E n los p r im e r o s a n á lis is , el MADRID r a l y p o lític a
recientes conferencias de prensa a ilustrarles sobre dichas monedas fuertes, y cuya economía m in e r a l a rrojó u n a p r o p o r c ió n de cerca del AÑODEMOtflym de la s n u e v a s
sobre las ventajas que para ellos supone tal pri-» interior, por consiguiente, siempre en función 4 0 p o r 1 0 0 de cobre. n a c io n e s ,lo h is ­
macia. Lo más acertado será reproducir su pen­ de aquéllos, también se halla supeditada a p á n ic o e s f e r -
samiento, que ha concretado en una inagen dichas monedas. Nos ha parecido, pues, opor­ . m e n to in i c i a l y
vulgarizadora: tuno ponerla a la vista de los miembros de los e se n c ia l y c e m e n to de c o n tin u id a d h is tó r ic a y
EL ESTAÑO. de u n id a d s u p r a n a c io n a l.
"Para que el hombre corriente vea la diferen­ países hispánicos. Quizá encuentren así motivo P o r eso m is m o n o p o d e m o s e x ig ir de este lib r o
cia entre nuestra situación para con la zona del de reflexionar sobre las repercusiones, en el L a s d e c is io n e s a d o p ta d a s p o r e l C o m ité u n a c o m p r e n s ió n e x a c ta y to ta l de H is p a n o a m é ­
dólar, por una parte, y, por la otra, para con el desarrollo de sus asuntos propios, de aquella M u n d i a l d e l E s ta ñ o s e r á n s o m e tid a s a r ic a . E s in e x a c ta p o r in c o m p le ta , p o rq u e s u
mundo que no depende de esta última, quizá sea idea y de la aplicación de la misma que se les lo s G o b iern o s in te re sa d o s , c u y a s D e le g a ­ p u n t o d e v is ta , e l del e s p a ñ o lis m o , d a sólo u n a
lo más indicado representar a Gran Bretaña hace cada día. cio n e s d e b e r á n g u a r d a r h a s ta en to n c e s e l m a y o r v is ió n u n ila te r a l. Y , p o r lo d e m á s , esto n o es u n a
como un cliente que dispone de cuenta en dos Entonces se darían cuenta del "handicap” que d e los secretos. f a l l a d e l lib r o , y a q u e e l a u to r n o h a b u sc a d o o tra
tiendas. En la tienda del dólar, para saldar nues­ su moneda depreciada podría presentar, por mu­ c o sa ; p e r o a p ro v e c h a m o s la o c a sió n p a r a d e c ir,
S e c a lc u la que s u n u e v a r e u n ió n p le n a r ia te n ­
tro debe, no nos queda más remedio que descon­ c o n c r ite r io h is p a n o a m e r ic a n o , q u e q u is ié r a m o s
cho tiempo, para el fomento económico de sus d rá lu g a r e n el p r ó x im o oto ñ o , e n L a H a y a p r o ­
q u e e l e s p a ñ o l q u e v a a A m é r ic a n o s v ie r a con
tar de nuestros ahorros. Si no conseguimos así respectivas patrias— de abundantísimos recursos, b a b lem en te. o jo s m á s o b je tiv o s y u n iv e r s a le s y m e n o s s u b je ti-
la balanza, es imprescindible que dejemos de sin embargo— si dejaran siempre, perezosamente, C o m p r u é b a s e y a q ue e l p r e c io d e l esta ñ o h a v o s y p a tr ió tic o s , p o r q u e la a c titu d d e E s p a ñ a
comprar. Con la otra tienda, la de la libra ester­ para el día siguiente el esfuerzo de organización p a s a d o , e n N u e v a Y o r k , d e 5 0 cen ta vo s la lib r a h a c ia A m é r ic a n o d eb e se r u n a m e r a a c titu d
lina y de las divisas flojas, podemos dejar co­ común que les aliviaría de tal peso...—P e r itu s , — hace u n a ñ o — a 9 4 . E n L o n d r e s , p o r o rd e n del n a r c is is ta d e c o n te m p la r se a s í m is m a e n A m é ­
m in is tr o de A b a s te c im ie n to s , h a sid o a u m e n ta d o r ic a , de b u sc a r y a m a r a A m é r ic a e n lo q u e ésta
tie n e d e e s p a ñ o la . P o r el c o n tr a rio , e n A m é r ic a
e n 5 0 lib r a s e s te rlin a s p o r to n e la d a , c o n lo c u a l
y p o r A m é r ic a E s p a ñ a debe tr a s c e n d e r de s í
lle g a ésta a costar 5 7 2 lib r a s con 4 0 ch e lin e s p a r a m is m a h a c ia lo u n iv e r s a l.
el esta ñ o de 9 9 ,7 5 p o r 1 0 0 , y 5 6 9 lib r a s p a r a el E n este s e n tid o , O r tiz M u n o z tra e e n s u lib r o
E N T O R N O A L P L A N ”M A R S ­ e l v o lu m e n de b ille te s del B a n c o de E s p a ñ a e n esta ñ o de 9 9 p o r 1 0 0 . u n a a n é c d o ta e je m p la r , de c u a n d o , c o n s u m a d a
c ir c u la c ió n h a d is m in u id o e n m i l d o sc ien to s m i ­
H A L L ”. la I n d e p e n d e n c ia , se m a r c h a b a de M o n te v id e o
llo n e s de p e s e ta s . e l ú ltim o c a b ild a n te e s p a ñ o l, sie n d o a c o m p a ñ a d o
C o m ie n z a n a conocerse cierto s co ro la rio s T a le s d a to s les p e r m ite n c o n c lu ir q u e, s i p o r LA C U E STIO N DEL COBRE. h a s ta la s a fu e r a s p o r u n sa c erd o te u r u g u a y o .
de a p lic a c ió n d el P la n M a r s h a ll. E l se ñ o r ra zo n e s d e o p o r tu n id a d del m erca d o m o n e ta r io M o n s e ñ o r — d ijo el e s p a ñ o l, n o s tá lg ic o — en
" P a u l H o j j m a n , a d m in is tr a d o r p a r a los in te r n a c io n a l, E s p a ñ a se d e c id ie ra a lg ú n d ía a E l C o m ité d e l S to c k E s tr a té g ic o d e los E s - f,sa c u c h illa h a b ía u n m o lin o , y a h o ra n o e s tá .”
d e s v a lo riz a r s u d iv is a , lo h a r ía d e l m odo m á s co n ­ S e ñ o r c o n testó e l p a tr io ta — e l m o lin o no
E sta d o s U n id o s de la C o o p e ra ció n E c o n ó m ic a , ta d o s U n id o s s ig u e in te n s ific a n d o s u s
e s tá ; p e r o i d tr a n q u ilo , q u e e stá el v ie n to q u e lo
ha in v ita d o a s u s c o m p a tr io ta s p o se ed o res d e ca ­ fo r m e a s u s in te re se s, y n o b a jo la p r e s ió n de u n a c o m p r a s en p r e v is ió n d e u n ”caso de u r ­ i m p u l s a .”
p ita le s líq u id o s a in v e r tir lo s , p r iv a d a m e n te , e n lo s n e c e s id a d u rg e n te . A c tu a lm e n te , el p r e c io elevado g e n c ia ”, y r e c ie n te m e n te h a c o m p r a d o c a n tid a d e s A s i es E s p a ñ a — c o m e n ta a c e r ta d a m e n te O r­
a su n to s e u r o p e o s, h a s ta lle g a r a u n to p e de de la p e s e ta f a c i l i t a , e n c o n d ic io n e s v e n ta jo s a s, c o n sid e ra b le s de cobre e n C h ile y o tros p a ís e s de t i z M u n o z - . N o n e c e s ita lo f í s i c o p a r a a c u s a r
750 m illo n e s de d ó la res. L e s h a h echo sa b e r q u e e n el m erca d o in te r io r , la s m a te r ia s p r i m a s del S u d a m é r ic a . s u p r e s e n c ia .”
la a u to riz a c ió n g u b e r n a m e n ta l de lo s p a ís e s esco­ E x tr a n je r o . L o s E s ta d o s eu ro p e o s te m e n p o r s u s a b a ste c i­ ÑO' p r e o c u p a r s e , p u e s , d e m a s ia d o , d e l rostro
gid o s se ría n e c e s a ria p a r a ta le s in v e r s io n e s . L a s m ie n to s in m e d ia to s . C om o lo s n u e v o s y a c im ie n ­ e s p a ñ o l de A m é r ic a . E l v ie n to , e l im p u ls o e s p ir i­
tu a l e stá a llí, y éste n o tie n e la u n ifo r m id a d y
re n ta s de e sa s im p o s ic io n e s s e r ía n g a ra n tiz a d a s to s q u e la U n ió n M in e r a q u ie re e x p lo ta r e n el
R E STR IC C IO N E S E N LOS l a in m u ta b ilid a d d e la p ie d r a . E s u n a f u e r z a
en dC lares. C o ngo , y lo s d e l O este a fr ic a n o y lo s d e C h ile v iv a q u e a c tú a co n la H is to r ia y e n la H is to r ia
R e s u lta , p o r lo d e m á s , de la s n e g o c ia c io n e s en CREDITOS E N GRAN B R E ­ n o e s tá n e n s itu a c ió n de a p o r ta r s u c o n tr ib u c ió n cre a n d o y ela b o ra n d o n u e v a s y d iv e r s a s f o r m a s
curso con lo s p a ís e s a q u e a lc a n z a rá el b e n e fic io TAÑA. a n te s de a lg u n o s m e se s, se e sp e ra u n a lz a e n los de v id a y de c u ltu r a q u e es n e c e sa rio e n te n d e r y
del P la n de A y u d a a E u r o p a , q u e los fo n d o s p r e c io s . a s im ila r e n tr e s i y e n la u n id a d y c o m u n id a d de
de los c iu d a d a n o s n o rte a m e ric a n o s in v e r tid o s en S i r S ta ffo r d C r ip p s , m in is tr o in g lé s de C ierto s p a ís e s q u e p o s e e n e n s u su e lo , o en ese e s p ír itu c o n s e n tid o u n iv e r s a l .
dichos p a ís e s s e r á n co n sid e ra d o s p r o p ie d a d de ^Bk H a c ie n d a , h a a n u n c ia d o q u e en a d e la n te ”s lo c k ”, m e ta l ro jo , p r e p a r a n e l e s tu d io de u n
los E s ta d o s U n id o s . D ic h o s c iu d a d a n o s p o d r á n la s ”d e m a n d a s e x c e siv a s de d in e r o ” tr o ­ p l a n de in te n s ific a c ió n de e c o n o m ía y de re c u p e ­
in tere sa rse p o r lo s a s u n to s c o lo n ia le s e u ro p eo s p e z a r ía n co n re stric c io n e s. L o s téc n ic o s in te r p r e ­ ra c ió n .
en p l a n de ig u a ld a d co n lo s c a p ita lis ta s de la t a n esta n o tic ia com o u n a lim ita c ió n de lo s c ré d i­ ”V IA J E A TR A V E S DE LA ESPAÑA
re sp ectiva m e tr ó p o li. Q u e d a ig u a lm e n te e s p e c ifi­ to s, e n c a m in a d a a c o n ju r a r la s a m e n a z a s de i n - E C O N O M I C A ”, p o r M A N U E L F U E N ­
T E S IR U R O Z Q U I. E D IC IO N E S M I C
cado q ue lo s E s ta d o s U n id o s p o d r á n d is p o n e r f lu c c ió n q u e a c tu a lm e n te p e s a n so b re la lib r a e s­ R E SE R V A S FOR ESTA LE S DEL ( M O N O G R A F IA S IN D U S T R IA Y CO­
e q u ita tiv a m e n te de los re c u rso s n a tu r a le s de la s te r lin a . BRASIL: M E R C I O ). M A D R ID , 1948.
colo n ia s e u r o p e a s ”te n ie n d o e n c u e n ta la s n e c e si­
dades ra z o n a b le s d e c a d a u n a de la s m e tr ó p o lis ”. y n g E n la c o n fe r e n c ia de la P r o d u c c ió n S ií-
R E S C A T E D E L O S FERRO­ ve stre Ib e r o a m e r ic a n a el d ire c to r de los O bra d e g r a n in te ré s y u tilid a d é s ta d e l eco n o ­
m is ta D . M a n u e l F u e n te s I r u r o z q u i, v ie n e a lle ­
CARRILES URUGUAYOS. S e r v ic io s F o re s ta le s d e l B r a s i l h a f a c i l i ­
n a r u n v a c ío d e in fo r m a c ió n so b re la r e a lid a d
PRECISIONES. ta d o a lg u n a s c ifr a s so b re la in m e n s a riq u e za del ec o n ó m ic a e s p a ñ o la , la c u a l q u e d a b a e n c e rra d a
L o s a c c io n is ta s de la s C o m p a ñ ía s in g le ­ v a lle d e l A m a z o n a s . e n la s se ca s y d is p e r s a s M e m o r ia s de la s C á m a ­
L o s e s p e c ia lis ta s e n f i n a n z a s in te r n a c io - s a s q u e d o m in a b a n lo s fe r r o c a r r ile s del Sólo e n el E s ta d o de E s p í r i t u S a n to e x is te n ra s de C o m e rcio , d e lo s O r g a n is m o s O fic ia le s y
n a le s n o p r e s ta n a te n c ió n a lg u n a a lo s r u ­ U r u g u a y h a n sid o co n vo ca d o s p a r a a p r o ­ 2.200 k iló m e tr o s c u a d r a d o s de se lv a s v ír g e n e s. de la s e m p r e s a s p a r tic u la r e s , y a l a lc a n c e ú n ic a ­
m o re s p r o p a g a d o s , a l p a re c e r, p o r la m a ­ b a r la cesió n de s u a c tiv o a l G obierno u r u g u a y o , S e c a lc u la n e n 6 2 m illo n e s los árbo le s q u e tie n e n m e n te de lo s té c n ic o s e in ic ia d o s e n lo s p r o b le m a s
lic ia , a in te r v a lo s re g u la re s , y s e g ú n lo s cu a le s la m e d ia n te 7 .1 5 0 .0 0 0 lib r a s e s te r lin a s . m á s de 1 5 m etro s de a ltu r a y m á s de 4 0 c e n tím e ­ concretos d e la e c o n o m ía n a c io n a l y d e l com ercio .
p e se ta se h a lla a m e n a z a d a . H a n o b se rva d o e n E s te a m p lio y b ie n p r e s e n ta d o m a n u a l de la
tro s de d iá m e tr o a u n m e tro del su e lo . C in c u e n ta
efecto: e c o n o m ía e s p a ñ o la del S r . F u e n te s I r u r o z q u i,
m illo n e s p e r te n e c e n a ese n c ia s n o e x p o r ta d a s a ú n , a u to r ta m b ié n de u n a ” S ín te s is de la e c o n o m ía
que la in d u s tr ia e s p a ñ o la está e n p le n o a u g e , LA DEUDA E X T E R IO R BOLI- y 8 m illo n e s se d is tr ib u y e n de la m a n e r a s ig u ie n te : e s p a ñ o la . esp e c ie de G e o g r a fía e c o n ó m ica de
y que se e s tá n a b rie n d o fá b r ic a s e n to d a s la s re ­ VIANA. G a ra b u , 2 .0 0 0 .0 0 0 ; je q u itib a , 1 .4 0 0 .0 0 0 ; b ic u ib a , E s p a ñ a , tie n e e l v a lo r de p o n e r a l a lc a n c e del
g iones de E s p a ñ a ; 1 .4 0 0 .0 0 0 ; a ra ç a , 7 6 6 .0 0 0 ; b r a u n a , 7 0 0 .0 0 0 ; g r a n p ú b lic o , p o r s u f o r m a o b je tiv a y a m e n a en
que n u e v a s e m is io n e s h a n a p o rta d o a l e s fu e rzo E l M in is tr o de H a c ie n d a de B o liv ia y los s u c u p ir a , 2 1 1 . 000 ; ja c a r a n d á , 200 . 000 ; oleo que e stá p r e s e n ta d o , e l p a n o r a m a co m p le to de la
técnico e s p a ñ o l, m á s de cin c o m i l m illo n e s en d eleg a d o s de lo s acreedores de e sta R e p ú ­ v e rm e lh o , 1 9 7 .0 0 0 ; ca n e la , 1 8 2 .0 0 0 ; g a r a p a * riq u e za a g ríc o la e i n d u s tr ia l de E s p a ñ a .
1 9 4 6 , y cu a tro m i l m illo n e s y m e d io e n 1 9 4 7 ; b lic a a c a b a n de re d a c ta r u n p ro y e c to de E l lib r o c o n s ta de 2 8 a m p lio s c a p ítu lo s , e n q ue
1 6 0 .0 0 0 ; cedro, 1 4 3 .0 0 0 ; ro x ih n o , 1 6 2 .0 0 0 ; p e -
que desde e l p r im e r o de en ero del p r e s e n te a ñ o a cu erd o , q u e se rá so m e tid o a l C ongreso. tro b a , 1 3 7 .0 0 0 . (PASA A LA PAGINA SIGUIENTE)
in c u r s o s e n él, le e s ta m o s p u l s a n d o el e s p ír itu , re­ y , so b re to d o , c o n s ig u ie n d o u n e n c u a d r e to ta l,
s u lta im p o s ib le la in d ife r e n c ia m e m o r ia lis ta . D e a g o ta n d o , p o r d e c ir a s í, e l te m a e n s u d o b le d i ­
a q u í, e n el caso q u e c o m e n ta m o s , s u r g e u n a h is to ­ m e n s ió n d e b io g r a fía y de c r ític a h is tó r ic a . E s , io s l e c t o r e s
>Bi ELIO G R A FIA r ia in te r p r e ta d a p e r s o n a lm e n te — es d e c ir, p a r c ia l­
m e n te —, m a g n í f i c a de n e r v io y de te o r ía . E l a u to r
s i n d u d a , la d e l P . R e ta n a la o b ra m á s c o m p le ta
so b re I s a b e l la C a tó lic a , y e n esto c o n s is te , a
t a m b i é n e s c r ib e n ’
la c a lific a , d o m é s tic a m e n te , de " g u í a s e n tim e n ta l" ; n u e s tr o j u i c i o , s u m é r ito p r i n c ip a l .
p e r o s i n o s d a la a d v e r te n c ia de q u e " e s ta h is to r ia
e stá lle n a en lo posible d e c a r g a m e n to s u b je tiv o " ,
lo s e n tim e n ta l, p u r a c ir c u n s p e c c ió n d e l a u to r a la I n v i t a m o s c o r d ia lm e n te a n u e s tr o s lecto res d e
VIENE DE LA PAGINA ANTERIOR) h o ra de la a u to c r ític a — o p u r a n o s ta lg ia —, se
L ü i S F . DE K E T A N A to d a s la s la titu d e s a q u e n o s e s c r ib a n c o m u n i­
c o n v ie rte e n p a s ió n . N o e s ta m o s , p u e s , a n te u n a
REOENTOR1STA c á n d o n o s s u s o p in io n e s y o r ie n ta c io n e s ú tile s
se a g r u p a n p o r r e g io n e s to d a s la s 5 0 p r o v in c ia s h is to r ia s e n tim e n ta l, s in o a n te u n a h is to r ia a p a ­ p a r a n u e s tr a R e v is ta so b r e la s re la c io n e s c u ltu ­
e s p a ñ o la s . C a d a c a p ítu lo v a ilu s tr a d o c o n m a p a s s io n a d a , a b s o lu ta m e n te a p a s io n a d a , e n q u e el ra le s, so c ia le s y e c o n ó m ic a s e n tr e lo s 23 p a í s e s
y fo to g r a fía s a u to r , e n a q u e l so n de c o m b a tie n te , lle g a e n a lg u ­ a q u ie n e s v a d ir ig id o M V N D O H I S P A N I C O
c a r a c t e r í s t ic o s n o s ca so s a u tiliz a r el e p íte to com o p o d r ía u tiliz a r o a p r o p ó s ito d e p e r f il e s in g e n io s o s o in te r e s a n te s
d e la re g ió n r e s­ la b o m b a de m a n o . ( V é a s e , v . g r ., el c a p ítu lo d e­ d e la v id a d e e sto s p u e b lo s .
MANUEL FUENTES IRUROZQU1 p e c tiv a y p r e ­ d ic a d o a A b e l G a n c e .) P e ro ta l a ire de lu c h a es el A b r im o s e s ta s c o lu m n a s p a r a r e p r o d u c ir ta le s
c e d id o de n o ti­ q u e d a u n a e s tric ta c a lid a d lite r a r ia a esta h is to r ia , c o m u n ic a c io n e s y ta m b ié n a q u e lla s c a r ta s b re­
VIAJE A TRAVÉS c ia s y d e d a to s
g e n e r a le s so b re
c u y o títu lo y a h a ce r e fe r e n c ia a l a p a s io n a m ie n to , ve s, e n ju n d io s a s u o c u r r e n te s q u e n o s v e n g a n
a lo s u b je tiv o , y no a lo s e n tim e n ta l. A . Z . n o h a p o r la tie r r a , p o r e l m a r o p o r e l a ir e y q u e . a
DE LA la s p r o v in c ia s o q u e r id o e s c r ib ir la h is to r ia , f r í a e im p e r s o n a l, s in o j u i c i o de la R e v is ta , m e r e z c a n s e r r e d im id a s de
te r r ito r io s q u e una h is to r ia : la s u y a . L a q u e é l ve. la o s c u r id a d d e l a n o n im a to o d e la e s te r ilid a d

ESPAÑA a b a r c a . C on­
tie n e a d e m á s
u n p r e l im in a r
E s t a o b r a , q u iz á s i n a n te c e d e n te s e n e l m u n d o ,
p o r s u e m p e ñ o , c o n sta de dos g r a n d e s to m o s , con
m á s de 1 .1 0 0 p á g in a s , 3 3 8 f o to g r a fía s y u n o s í n ­
d e l a is la m ie n to .
L o s a u to r e s d e la s c a r ta s p u b lic a d a s re c i­
b ir á n g r a tu ita m e n te e l e je m p la r d e M V N D O
ECONÓMICA de c a rá c te r g e ­
n e r a l y de g e o ­
d ic e s c o n 3 .2 6 9 n o m b r e s d e a cto res, d ire c to re s,
g u io n is ta s , e tc ., y 5 .6 9 8 títu lo s de p e l íc u la s . —S .
H I S P A N I C O e n q u e a p a r e z c a s u c o m u n ic a c ió n ,
y n u e s tr o c o m e n ta r io .
g r a f í a fís ic a ,
a s í co m o d iv e r ­ í
so s ín d ic e s p a r a
el f á c i l m a n e jo ”H A C I A UNA NU EVA G U E R R A ", por M a d r id , 2 3 de ju lio de 1 948.
de la o b ra . P E D R O G O M E Z A P A R I C I O . E .P .E .S .A .
E l r ig o r c ie n ­ M A D R I D , 1948. Señores de M V N D O H I S P A N I C O . M a d r id .
t í f i c o de lo s d a ­
to s e s ta d ís tic o s P e d r o G ó m ez A p a r ic io , co n o c id o y b r illa n te S e ñ o r D ir e c to r :
y la in fo r m a ­ p e r io d is ta m a d r ile ñ o , d ire c to r de " L a H o ja d e l A p r o v e c h o la in v ita c ió n q u e h a ce M V N D O
MADRJD c ió n c o n c re ta y
p o r m e n o r iz a d a
L u n e s " y d e la A g e n c ia " E f e " , c u y o s c o m e n ta ­
r io s so b re p o lític a in te r n a c io n a l h a n m e r e c id o ISABEL LA CATOLICA H I S P A N I C O a s u s lectores de d ir ig ir s e a la
R e v is ta c o m u n ic a n d o o p in io n e s , etc. M e c o m ­
se u n e n a la e n d iv e r s a s o c a s io n e s la r e p r o d u c c ió n y la g lo sa Tomo I p la z c o e n e s c r ib ir le p a r a r e fe r ir m e a dos a f i r m a ­
l im p ie z a y c la r id a d tip o g r á fic a y a l m a te r ia l e n la P r e n s a m u n d ia l, recoge e n este g ru e so v o ­ c io n e s q u e h a n f i g u r a d o e n d is tin to s n ú m e r o s de
ilu s tr a tiv o p a r a h a c e r de e sta o b ra u n a g u í a l u m e n d e m á s de 4 0 0 p á g i n a s , e d ita d o e le g a n te ­ EDITORIAL F.I. PERPETUO SOCORRO • MADRID
e s a R e v is ta . L a p r im e r a a p a re c e e n e l n ú m e r o de
c o m p le ta y v a lio s a , o la p a r q u e a tr a y e n te , d e la m e n te p o r E . P . E . S . A ., la s c ró n ic a s p u b lic a d a s m a y o , a l h a b la r so b re la a v ia c ió n m u n d i a l ; d ic e
g e o g r a fía ec o n ó m ic a d e E s p a ñ a ; g u í a , a d e m á s , p o r él e n lo s d ia r io s " A r r i b a " , " H o j a d e l L u n e s " , M V N D O H I S P A N I C O q u e el p r i m e r v e n c e ­
in d is p e n s a b le co m o ba se i n fo r m a tiv a p a r a el d e M a d r id , y " E l N o tic ie r o U n iv e r s a l" , de B a r c e ­ L o s e r u d ito s d e la H i s to r ia p o d r á n h a c e r la d o r de la c o r d ille r a d e lo s A n d e s f u é e l te n ie n te
d e sa rro llo d e l c o m ercio e x te r io r co n E s p a ñ a , p u e s lo n a , d esd e e l a ñ o 1 9 4 4 , y e n la s q u e , u n d ía tr a s c r ític a d e ta lla d a de este lib r o y e n c o n tr a r la s f a ­ d e l E jé r c ito a r g e n tin o S r . C a n d e la r ia ; ello es
el r e tr a im ie n to d e ese co m e rc io h a c ia este p a í s o tro , h a id o recogiendo el p u ls o de la p o lític a lla s in e v ita b le s e n to d a o b ra h u m a n a . E n el v e r d a d , p e r o t a n v e r d a d q u e e l S r . C a n d e la r ia es
— so b re to d o e n e l m u n d o h is p á n ic o — se d eb e e n m u n d i a l y e n fo c a n d o lo s a c o n te c im ie n to s co n el breve e s p a c io q u e p o d e m o s d e d ic a r le e n n u e s tr a e l p r i m e r v e n c e d o r de lo s A n d e s co m o lo es ig u a l­
g r a n p a r te a l d e s c o n o c im ie n to de s u r e a lid a d eco­ c r ite r io p o n d e r a d o y o b je tiv o q u e le h a d a d o s u R e v is ta , n o so tro s n o h a c e m o s s in o s e ñ a la r s u i m ­ m e n te q u e C r istó b a l C o ló n n o f u é el p r i m e r e u r o p e a
n ó m ic a y d e s u s p o s ib ilid a d e s d e in te r c a m b io . j u s t a f a m a , de u n o de lo s m e jo r e s c o m e n ta r is ta s p o r ta n c ia y s u v a lo r d e c o n ju n to . q u e a lc a n z ó a la s tie r r a s q u e p o s te r io r m e n te se
p o lític o s a c tu a le s de E u r o p a . L a E d it o r i a l E l P e r p e tu o S o c o rro se h a s u ­ lla m a r o n A m é r ic a s , y a q u e se sa b e p o s itiv a m e n te
E l m ira d o r p e r a d o p r e s e n ta n d o u n lib r o n ítid a m e n te i m ­ q u e o tro s e u r o p e o s h a b ía n lle g a d o a llí a n te s q u e
” U N A H IS T O R IA D E L C I N E " , por e s p a ñ o l es, d e s­ p r e s o , e n c u a d e r n a d o a to d o lu jo a la " h o la n d e s a " , C o ló n ; e l m é r ito d e C o ló n f u é in c o r p o r a r A m é ­
A N G E L Z U Ñ I G A .— E D I T O R I A L D E S T I ­ d e lu e g o , i n m e ­ co n p la n c h a , lo m o y f i l e t e s de oro, ilu s tr a c io n e s r ic a a l m u n d o co n o c id o e n to n c e s . M V N D O
N O .— B A R C E L O N A , 1948. jo r a b le p a r a a b u n d a n te s e n c u a tr o m ía s , fo to g r a b a d o s y d i b u ­ H I S P A N I C O lla m a a lo del te n ie n te C a n d e la ­
d o m in a r e l p a ­ j o s a p l u m a , y m a g n í f i c a s o b r e c u b ie r ta e n c u a - r ia " m a g n í f i c o s a lto " , el q u e h iz o a l a tr a v e s a r
n oram a del tr o m ía c o n el re tra to d e la R e i n a , a tr ib u id o a A n ­ lo s A n d e s . E l acto d e l S r . C a n d e la r ia tu v o en
U n a b u e n a h is to r ia d el " c in e ” h a de b a tir n o s
m u n d o , espe­ to n io d e l R in c ó n . A r g e n t i n a y e n C h ile p o c a r e s o n a n c ia , p u e s la
in tim a m e n te p o r q u e e n el fo n d o es co m o la h is to r ia
c ia lm e n te de tr a v e s ía la h iz o e l S r . C a n d e la r ia p o r u n s itio
de n u e s tr a v id a , s i es q u e c o n ta m o s lo s a ñ o s d el
E u ro p a , du­ r e la tiv a m e n te b a jo , y a q u e la m a y o r a ltu r a q ue
" c i n e " c o m e r c ia l. N u e s tr a p r o p ia v id a , h a c ia
r a n te e sto s a ñ o s
a tr á s , n o es m á s q u e u n a su c e sió n d e re c u erd o s q u e ”E L H I D A L G O Y E L H O N O R " , p o r A L ­ la c o r d ille r a tie n e e n la l a titu d p o r d o n d e la a tr a ­
d e g u e r r a a b ie r ­ vesó a lc a n z a a p e n a s a 3 .4 0 0 m e tro s.
ta n to p u e d e n lig a r s e a la lle g a d a del " P l u s U ltr a " F O N S O G A R C IA V A L D E C A S A S .— R E ­
ta y de p a z f r u s ­
a B u e n o s A ir e s co m o a E d d ie P o lo , M a c is te o el V I S T A D E O C C ID E N T E . M A D R I D , 1948 E l v e rd a d e ro v e n c e d o r de lo s A n d e s f u é e l te ­
tr a d a , y la m i ­ n ie n te c h ile n o D . D o g o b e rto G o d o y , q u e h iz o la
C o n d e H u g o o a l h u n d im ie n to d el " T i t a n i c " . L a
r a d a e s p a ñ o la tr a v e s ía f r e n t e a S a n tia g o , e n C h ile , y M e n d o z a r
p e q u e ñ a p e r ip e c ia c o tid ia n a de n u e s tr a j u v e n t u d E l s ig n o de la " R e v is t a d e O c c id e n te " es y a
h a d e m o s tra d o e n A r g e n t i n a , s i m i m e m o r ia n o m e e n g a ñ a ,
tu v o s u " c l i m a x " s e m a n a l e n la se sió n c in e m a to ­ u n a g a r a n tía de c a lid a d de la o b ra p a r a e l le c to r,
s e r ta m b ié n la y p o r lo m is m o , éste se v u e lv e m á s e x ig e n te re s­ e n e l a ñ o 1 9 2 1 , e n u n m o n o p la n o B r is to l, in g lé s y
g r á fic a , co n " L a m o n e d a r o ta " o " C h a r io t B o m ­
m á s lim p ia y p e c to de e lla . E s te p e q u e ñ o lib r o d e A lfo n s o G a r­ d e 1 1 0 c a b a llo s d e f u e r z a , y q u e e s el cam ino-
b e r o " , de fo r m a q u e q u ie n lleg ó a l m u n d o co n el
c la r a p a r a el c ía V a ld e c a s a s tie n e , s i n d u d a , e s a a ltu r a y c a li­ q u e a c tu a lm e n te s ig u e n to d a s la s r u ta s in te r n a ­
" c i n e " y creció co n el " c i n e " p u e d e e m o c io n a rse
e n f o q u e d e la d a d q u e s a tis fa c e n a lo s e x ig e n te s . c io n a le s . L a a ltu r a d e la c o r d ille r a e n este p u n t a
co n la re c o n stitu c ió n lite r a r ia del n u e v o a rte .
H is to r ia a c tu a l E l a u to r h a r e u n id o e n él v a r io s e n s a y o s so b re a lc a n z a a 7 .0 4 0 m e tr o s e n e l m o n te a r g e n tin a
E l p r o b le m a p r e v io d el a u to r h a c o n s is tid o e n
D o b le e l e s p a ñ o lís im o te m a d e la h id a lg u ía y d e l h o n o r , A concagua.
d is c e r n ir , co n la id e a in ic ia l, lo s p ro p ó s ito s de
m o tiv o p a r a q u e q u e , a p e s a r de la d is p e r s ió n de e s p a c io y tie m p o A n te s d e esto h a b ía e n tr e lo s a v ia d o r e s a r g e n ­
s u lib r o . C in c u e n ta a ñ o s de " c i n e " , p a r tie n d o
e l lib r o d e Gó­ e n s u p u b lic a c ió n , c o n s e r v a n d e n tr o d e l lib r o la ti n o s y c h ile n o s , ta n to m ilita r e s c o m o c iv ile s , u n a
del n á m . 14 d el B o u le v a r d de lo s C a p u c h in o s , de
m ez A p a r i c i o m á s c o m p le ta u n id a d d e p e n s a m ie n to . v e r d a d e r a p e c h a p o r v e r q u ié n a tr a v e s a b a p r i ­
P a r ís , u n 2 8 de d ic ie m b r e y de in o c e n ta d a s , p a r a
te n g a u n in te r é s y u n v a lo r d o c u m e n ta l y c r itic o E l te m a n o q u e d a a g o ta d o , d esd e lu e g o , n i e stá m e ro lo s A n d e s , la q u e te r m in ó , n o d e s p u é s d e l
lle g a r a E li a K a z á n , o m e jo r a l tec n ic o lo r, o fre c e n
r e a lm e n te s e r io e im p o r ta n te . tr a ta d o c o n to d a la p r o f u n d i d a d q u e p u e d e a l ­ v u e lo d e l te n ie n te C a n d e la r ia , s in o d e s p u é s d e l
u n a e x u b e r a n c ia in c a lc u la b le de m o tiv o s m á s o
A u n q u e e l lib r o e s— co m o h e m o s d ic h o y se ­ c a n z a r s e , y q u e e n c ie rto s c a p ítu lo s e l lecto r s o s ­ v u e lo d e l te n ie n te c h ile n o D o g o b e rto G odoy.
m e n o s h is to r ia b le s . L a a n é c d o ta d el " c i n e " — co n
ñ a la e l a u to r e n e l p r ó lo g o — u n a co lecció n y s e ­ p e c h a fá c i l m e n t e y ech a d e m e n o s . P e r o es, s i n Y te r m in ó so lo e n c u a n to la tr a v e s ía se h u b ie r a
m a tic e s i n f i n i to s , c o r rie n te s té c n ic a s y c o m e r c ia ­
le c c ió n de a r tíc u lo s de P r e n s a , g u a r d a , s i n e m ­ d u d a , la de G a r c ía V a ld e c a s a s u n a v is ió n i n te li­ hech o d e sd e C h ile a la A r g e n tin a , m a s n o desde
le s , etc.— es ta n v a r ia y ta n m ú ltip le — y ta n p r ó ­
b a rg o , la u n id a d c r o n o ló g ic a e h is tó r ic a d e los la A r g e n t i n a a C h ile , cosa m u c h o m á s d i f í c i l q u e
x i m a y p o r eso a se q u ib le —, q u e la re se ñ a de la m i ­ g e n te , c o m p r e n s iv a y , so b re to d o , a c tu a l; es d e c ir ,
a c o n te c im ie n to s , q u e se lig a n u n o s c o n o tro s e n q u e tie n e u n a p r o y e c c ió n h a c ia lo m o d e r n o de h o y la p r i m e r a , y a q u e lo s v ie n to s p a m p i n o s d i f i c u l ­
e l d e sa rro llo de u n p ro c e so q u e e l a u to r tr a ta de y d e l f u t u r o , s i n q u e d a r se e n el te r re n o d e lo h i s ­ ta b a n so b re m a n e r a la h a z a ñ a .
in te r p r e ta r e n e l títu lo " H a c i a u n a n u e v a g u e ­ tó rico y a rq u e o ló g ic o . E l h id a lg o n o es, p u e s , T a le s c ir c u n s ta n c ia s f u e r o n p u b lic a d a s , lo que
r r a " , s i n q u e ta l títu lo c o r re s p o n d a — co m o b ie n a q u í p i e z a de m u s e o e s tu d ia d a c o n c u r io s id a d de m o v ió a o tro m ilita r c h ile n o , lla m a d o D . A r m a n d o
e x p lic a — a l p la n te a m ie n to y s o s te n im ie n to d e d e s e n te rr a d o r d e m o m ia s , s in o f i g u r a v iv a y v i ­ C o r tín e z , a a tr a v e s a r p o r s e g u n d a v e z lo s A n d e s t
u n a te s is , s in o a la e x é g e s is s in té tic a , h e c h a a pos­ v ie n te , c u y a s e s e n c ia s e s p ir itu a le s t i e n e n u n v a lo r s i n p e r m is o d e s u s s u p e r io r e s . F u é lle v a d o a u n
teriori p o r e l a u to r , d e s u s p r o p io s a r tíc u lo s y C o n s e jo d e G u e r ra el S r . C o r tín e z , d o n d e le c o n ­
c o m e n ta r io s o d e s u s p r o p i a s " m e m o r ia s " ( q u e d e n a r o n a " v o lv e r p o r la m is m a v í a " , o b lig á n d o le
ta l p a la b r a u s a e n e l p ró lo g o a c e r ta d a m e n te ) y e n e s ta f o r m a a v e n c e r lo s A n d e s d e sd e A r g e n ­
d e lo s m is m o s hech o s p o lític o s c o m e n ta d o s . L a t i n a a C h ile .
r e c a p itu la c ió n d e ta le s h ec h o s e n el lib r o de Gó­ T a m b i é n c o r re s p o n d e a u n o f i c i a l d e l E jé r c ito
m e z A p a r i c i o , a tr a v é s d e l c o m e n ta r io c o tid ia n o AL/ON50 GARCIA VALDECASAS
c h ile n o la tercera tr a v e s ía de lo s A n d e s y la p r i ­
d e la r e a lid a d p o lític a m u n d ia l, es r e a lm e n te m e r a c o n p a s a je r o s , q u e eje c u tó a l g ú n tie m p o
im p r e s io n a n te y lo b a s ta n te c la r a e n s u s e n tid o d e s p u é s e l e n to n c e s te n ie n te R o b e r to H e r r e r a ,
h is tó r ic o p a r a j u s t i f i c a r el títu lo d e la o b ra . a c o m p a ñ a d o del te n ie n te J o r g e G e tn e r ; a m b o s
E l lib r o c o n tie n e u n ín d ic e o n o m á s tic o y u n
ín d ic e d e a c u e r d o s y c o n fe r e n c ia s in te r n a c io n a ­
le s de g r a n u tilid a d p a r a e l lector.
E L H llU » f u e r o n s e p a r a d o s d e l E jé r c ito p a r a e v ita r q ue
to d a la E s c u e la de A v ia c ió n e n C h ile f u e r a
h a s ta M e n d o z a .
El HONOR L a s e g u n d a f i g u r a e n e l n ú m e r o c o r re s p o n ­
d ie n te a l m e s d e j u l i o , e n el a r tíc u lo titu la d o
" C ó m o n o s ll a m a n " , se e x p r e s a a h í q u e e l c a ste­
" IS A B E L LA C A T O L IC A " , por L U IS
F . D E R E T A N A (2 T O M O S ). E D IT O ­ lla n o tie n e 1 4 .0 0 0 voces. E l d ic c io n a r io m á s co­
R IA L E L P E R P E T U O SO C O R R O . M A ­ r r ie n te y e le m e n ta l c o n tie n e , p o r lo m e n o s , 3 0 .0 0 0 ,
D R ID , 1947. y lo s b u e n o s d ic c io n a r io s lle g a n a c o n te n e r h a sta
4 7 .0 0 0 vo ces, e n la s q u e se c a lc u la la r iq u e z a del
E l P . R e ta n a , a u to r d e d o s c o n o c id a s e i n t e ­ c a s te lla n o .
r e s a n te s o b r a s , " F e r n a n d o I I I y s u é p o c a " y T ie n e e l a g ra d o d e s a lu d a r le
" C is n e r o s y s u s ig lo " , n o s ofre ce a h o r a e sta o b ra
m o n u m e n ta l e n dos to m o s so b re I s a b e l la C a tó ­ U n c r it ic ó n .
lic a , a fir m a n d o c o n e lla s u y a b ie n g a n a d o
p r e s tig io d e h is to r ia d o r .
N o se e s c a p a a l a u to r la d i f i c u l t a d de e s c r ib ir
u n lib r o d e p o s itiv o in te r é s so b re u n a f i g u r a
n u c ia h a r ía in te r m in a b le c u a lq u ie r p r o p ó s ito e d i­ co m o la d e la g r a n r e in a d e E s p a ñ a , q u e h a sid o ‘D e v i s i * , d e , O c c id e n te ,

to r ia l. E l a c ie rto in i c i a l de Z ú ñ i g a c o n s iste e n e s tu d ia d a a m p l i a y d i fu s iv a m e n te p o r ta n to s y ‘MADRID S a n S e b a s tiá n , 2 6 de j u l i o de 1 9 4 8 .


a p a r ta r p r e m e d ita d a m e n te la id e a de to d a r a m i f i ­ t a n ilu s tr e s h is to r ia d o r e s , a s í e n s u b io g r a fía
c a ció n y todo lo q u e cree h o ja ra s c a p a r a in te r p r e ­ p e r s o n a l co m o e n la h is to r ia g e n e r a l de s u ép o c a S e ñ o r D ir e c to r de M V N D O H I S P A N I C O .—
t a r , e n fr e n tá n d o s e , el e s p ír itu d e l " c i n e " . H a y a q u í y e n lo s m ú ltip le s a sp e c to s p a r tic u la r e s de la o b ra M a d r id .
y a u n a le a lta d a b so lu ta a la e se n c ia c in e m a to g r á ­ p o lític a d e s u re in a d o .
f i c a , a l m e n s a je in te le c tu a l d el " c i n e " . Y ta m b ié n , E l P . R e ta n a a c u d e a n te to d o a la s f u e n t e s o r i­ so c io ló g ic o im p o r ta n te , q u e es lo q u e se tr a ta de M u y s e ñ o r m ío :
n a tu r a lm e n te , u n a d ific u lta d , d esd e e l m o m e n to en g in a le s y a s í v a d e s c u b r ie n d o co sa s q u e o tros d e s e n tr a ñ a r . E n esto c o n s is te , a n u e s tr o j u i c i o , el Q u ie r o a c la r a r d o s e x tr e m o s de la p u b lic a c ió n ,
q u e el a u to r v a a p r e s c in d ir de la a n é c d o ta y d e la a n te s q u e él " h a b ía n y a sa c a d o a l p ú b lic o " , m é r ito p r i n c i p a l d e l lib r o . e n e l n ú m e r o 6 d e s u R e v is ta , de m i a r tíc u lo " S i ­
m e r a n a r r a c ió n cro n o ló g ic a de su c eso s. c o m o e x p lic a e n el p ró lo g o ; p e r o d e e sta m a n e r a S a tis fa c e e l e s tilo so b r io y s e n c illo , s i n f a l s a s m ó n B o lív a r v is to p o r U n a m u n o " .
P o r este c a m in o d i f í c i l tr a n s ita Z ú ñ i g a e n s o n lo g ra d a rle a s u lib r o e l v a lo r d e lo in m e d ia to c o m p lic a c io n e s id io m á tic a s n i p e d a n te s c o lé x ic o E n p r i m e r lu g a r , el p i e d e la f o t o g r a f í a p u b l i ­
de c o m b a tie n te . S i a u n a rte , f r e n te a él, in m e r s o s , d o c u m e n ta l, sa c a n d o a veces a lg u n a l u z n u e v a c ie n tífic o lite r a r io . c a d a co m o ilu s tr a c ió n d e l m is m o e n la p á g i n a 2 4
57
afirma que el monumento allí reproducido se sanando; pero es preciso un criterio selectivo y
eleva en la ”ciudad de Eibar (Guipúzcoa)”, depurado para robar terreno a la maleza, o a lo
siendo así que dicho monumento se levanta en que menos produce, y cultivarlo en ventaja de
realidad en el barrio de Bolívar, término m uni­ fruto e intereses. S i M V N D O H IS P A N IC O
cipal de Cenarruza (V izcaya), con la particula­ quiere ser—y demos gracias abundantes a Dios EL LEO N ESPA Ñ O L, A LA IZ Q U IE R D A
ridad de que así lo dice el propio texto de mi ar­ porque nos deparó su hora— una cita de vientos
tículo, en un párrafo reproducido en la misma de hispanidad, la palabra clara de esté resurgir
página. Cuando yo remití la fotografía para su de nuestra cultura, la ventana y el beso de nues­
publicación con el artículo, indiqué también el tra cálida sangre, es preciso hacer cada día más (VIENE DE LA PAGINA 40.)
lugar donde se encuentra, que no es el mismo grave a la Revista. Gravedad que es perfectamente
.—como puede verse— que el que su pie declara. compatible con una sutilidad de encaje en su pro­ Porque difícilm ente explicable resulta a veces que un pueblo ro­
En segundo lugar, entre los párrafos de mi sa y una abundancia de bella fotografía en su
original que no han sido publicados, fig u ra uno ilustración. Porque, señor Director, para que yo, deado de tantas lenguas distintas, con misioneros que creyeron conve­
que encierra el nombre de un autor y el título de un murciano, me sienta querido y entrañado a niente atajar por lo vernáculo, baya conservado el español que conserva.
un libro suyo, del que hago dos largas citas. La mis hermanos de España y América por la Más lejos de la metrópoli que los pueblos sudamericanos, no hubo
segunda de ambas, al referirse (por no reiterar Revista, he de ver publicado en ella un estudio
los nombres) a ”este mismo autor”, parece remi­ serio y hondo, que no anula lo amable y cordial,
suficiente población de españoles que absorbiera los dialectos y lengua­
tir al lector al P. Suárez, muerto en el siglo X V I I , de mi tierra y mi pueblo, sus costumbres, usos, jes nativos. Los comercios de Malaya, Indonesia y China no ayudaban,
siendo así que en las líneas que transcribo se ha­ paisajes, gestos y maneras particulares de ser y como es lógico, la difusión del castellano. La nao de Acapulco no era
bla de acontecimientos producidos en el siglo X I X , vivir. Y así, para que yo comprenda mejor y ame suficiente. ¡Gracias que los colegios y Universidad sostenidos por los
con evidente anacronismo y con imperdonable más a un argentino de la Pampa, a un asturiano
omisión del nombre de quien es verdadero autor o a un peruano de los Andes, cito como ejemplo, religiosos conservaron y propagaron la lengua patria entre la gente
de las líneas en cuestión, no otro que el actual necesito un trabajo igualmente preciso y definido. estudiosa!
profesor de la Universidad de Sevilla D. Manuel Y esto con sistema. Siguiendo en cada número un El resultado es una babel, tal vez la más interesante del mundo en
Jiménez Fernández, en su libro ”Influencia de orden determinado, que podría ser— lanzo sólo una
las doctrinas populistas en la independencia opinión personal— una región o comarca espa­ diferencias dialectales. La enseñanza universitaria, oficial y privada, es
hispanoamericana”. Quede, pues, aquí constan­ ñola y otra americana. El estudio de la ”geografía obligatoria en inglés, por la simple razón de que todas las escuelas pri­
cia de la paternidad auténtica del párrafo a que humana”, primero de campos, aldeas y ciudades marias y de segunda enseñanza preparan a los alumnos en inglés. El
me refiero. pequeñitas, luego de grandes urbes, sería más pueblo habla su dialecto, tagalo, visaya, pangasinán, ibanag, etc. La
Esperando que las presentes líneas puedan importante que el de la geografía física o simple-
disipar toda duda y confusión de los lectores de mene urbana. mesticería, parte del mundo intelectual y político y los círculos de se­
su excelente Revista, y agradeciéndole muy sin­ Tras eso ya podían venir las interpretaciones lecta sociedad usan el castellano, entreverado de giros y palabras ingle­
ceramente la magnífica presentación que ha dado filosóficoliterarias de hombres y ciudades, como sas o dialectales.
a mi trabajo, le ruego acepte, señor Director, ese magnífico ”Elogio y nostalgia de Toledo”, de
el testimonio de mi consideración más distin­ G. Marañón, que publicó la Revista en su núme­ Lo admirable, lo maravilloso, es que a tantos miles de leguas, entre
guida. ro 5; la expresión adecuada y compleja de la pro­ tanta confusión, se haya mantenido y se mantenga el castellano como
Suyo affmo. s. s., q. e. s. m., ducción espiritual y material de los países hispá­ al presente.
nicos; la anécdota cotidiana de momento político Y es que el alma filipina, siempre que ha buscado sinceridad, se ha
J o s é M ig u e l de A za o la . o histórico; etc. Pero siempre sin posponer, y
menos olvidar, el completo conocimiento del hom­ encontrado con España. Ahí está la alta paradoja de Rizal. Amores y
* * * bre tipo o cifraviviendo enmarcado en su ”am­ odios, plegarias e imprecaciones, poesía y ciencia, le brotaron en limpio
biente”; ya que, si la pericia es pasajera y une castellano. Y no por falta de lenguas, que tagalo bahía mamado y po­
Sr. Director de la Revista M V N D O H IS P A ­ o desata con lazo fácilmene rompible, lo que hace
referencia a la entraña del hombre es permanente, liglota eximio fué. Al terminar en plena lucha, lloró y rezó, volviendo
N IC O a D ios, en español.
Madrid. y lo permanente marca su sello a fuego.
No sé si habré conseguido aclarar mi preocu­ Cuando poco ha un profesor, el Dr. E. Alip, pedía que se estable­
M uy distinguido señor: pación y si ésta merece o no el honor de significar ciera una ’’cátedra de Rizal”, proclamaba, aunque lo hacía en inglés,
algo; pero, de todas formas, créame siempre, señor
Después de haber visto la luz cinco números, Director, un entusiasta de M V N D O H IS P A ­ la urgencia sentim ental e histórica de la lengua española en el mundo
y no antes, es decir, de estar trazado ya el penta­ N I C O y defensor de lo que él representa: el abra­ estudiantil filipino.
grama de la excelente publicación que es M V N D O zo en letra de molde, más que de pensamiento a Decía Maeztu que el espíritu de un pueblo está constituido de tal
H IS P A N IC O , me atrevo a dirigirme a usted pensamiento, de alma a alma de los españoles e
para exponerle unas breves y modestas sugerencias hispanonoamericanos que vivimos con dolor y modo, que cuando deja de defenderse se desmorona. ¡Ay el día que des­
en relación con la Revista, ahora que, una vez amor la verdad de nuestro común sentido en el aparezcan los paladines mantenedores del castellano y lo que ello sig­
nacida con tal seguridad, va a empezar la melo­ mundo. nifica en el alma de Filipinas! ¡Ay si no dejan bien hincada en el afán
día de su madurez. Siempre de usted afectísimo seguro servidor
de 6US hijos esta herencia vital! Filipinas sentirá que se le enfría algo
En toda obra del hombre sobra y falta. Cuando
la obra es continuada, la falta se puede ir sub­ F. M M í r e t e . que llevaba m uy hondo, y llegaría la horrible, la tristísim a pesadum ­
bre de no entender sus propios archivos, donde duermen su historia y
su alma nacional.
Cuando se oiga en Filipinas (¿se ha oído ya?) que se prefiere el anun­
cio luminoso a los versos de Claro Ma. Recto o la tractora y los botes
REGATAS DE T R A IN E R A S de carne en conserva, el ansia de Rizal, ’’qué bello, Madre, morir por
la luz”, es que su espíritu empieza a estar en quiebra y a derrumbarse.
(VIENE D E LA PAGINA 18)
Si no ha de haber preferencias entre vivencias de distinto plano, que
el extremo derecho, junto a Monte Urgull. Bor esta calle, Pasajes de San Juan todo se ha de abarcar por la Patria, no hay que olvidarse de que el
estableció, haco y a muchos años, el récord absoluto de todas las regatas de trai­ espíritu es lo primero, y que si se gangrena, hasta la unidad política
neras.
* * * corre el riesgo de perderse, deshaciendo la psicología nacional en egoís­
L a s regatas de Bilbao tienen otra fisonomía m uy distinta. Generalmente se mos propios o extraños.
celebran en aguas quietas, en donde se pone menos de manifiesto la pericia mari­ Y Filipinas ha sido, es, espíritu selecto, vanguardia de todo el Orien­
nera de los remeros y , sobre todo, la del patrón. Tienen lugar en la ría, bajo el te, en la ruta de luz hacia Dios.
puente colgante— escenario corto— , o bien en el puerto exterior— aguas algo La Religión Católica es para el Archipiélago no sólo guía, sino vínculo
más movidas, pero sin ser mar abierto— , y siempre con tres ciabogas o virajes; político, pues la Religión fué el primer abrazo que unió a 6us hombres,
es el mismo recorrido de los cinco kilómetros y medio largos, pero divididos en que los juntó en Patria.
cuatro partes.
Exactam ente las mismas características de escenario y recorrido tienen las
H oy existe una tradición familiar sanísima, un concepto de la mujer
regatas de traineras en Santander y L a Coruña. Aguas tranquilas, de interior de excelso, un vibrar religioso profundo. A pesar del blando Oriente. A
bahía, y recorrido corto, que es preciso andar cuatro veces para totalizar las tres pesar del aluvión de Occidente. Quiérase o no, ahí está el fenómeno.
millas, imponiéndose, en consecuencia, las tres ciabogas en torno a las balizas. D istante de España, de Sudamérica, colgado en plena alma de Orien­
te, hay un nido de Hispanidad.
» * «
Si a alguno se le ocurre pensar en el cervantino ’’señores, vámonos
Las condiciones peculiares de cada cancha se reflejan directamente en la téc­
nica que en ella emplean los contendientes. Este, que es un principio fijo en todo
poco a poco, pues en los nidos de antaño no hay pájaros hogaño”, creo
deporte, en el de las regatas de traineras no puede fallar. Para remar en los puer­ que se equivoca. Se equivoca e injuria a Filipinas.
tos de Bilbao, Santander o L a Coruña se emplea un estilo de boga distinto, com­ Pues si el espíritu de la Patria es Ley, Idiom a y, sobre todo, Dios,
pletamente opuesto al usado en la bahía y mar abierto de San Sebastián. Así, en la y estos pájaros se le vuelan, es que Filipinas habrá dejado escapar su
capital de Guipúzcoa precisa una remada larga, profunda, donde juegan principal­ propio espíritu.
mente los riñones, usando una embarcación de más kilos; mientras que en los otros América pasó dejando Packards, minas, dólares, jazz y cocacola.
tres lugares conviene una remada corta, de antebrazo, y con embarcación ligera. España se fué dejando catedrales y universidades y María Claras.
E ste fué el golpe de Pedreña— santanderinos— , los actuales campeones de
Filipinas se ha ganado su libertad y se levanta con ím petu procer
España, que conquistaron el título en aguas muertas, pero que fracasaron siem­
pre cuando disputaron el título nacional con el Cantábrico incomodado. de nación independiente. ¡Dios la guíe para adunar mesurada, jerárqui­
Los de Pedreña fueron los creadores de la trainera que ahora se estila, con camente, estas dos bandas de remos en su bogar por la Historia!
un peso máximo de 200 kilos, muy fina de líneas, aerodinámica, en contraste con Y mientras tanto, el aliento de Hispanidad, de Castilla, que vele
la que se estilaba en Guipúzcoa— de 400 kilos— , de acuerdo con la tradición mari­ fraternalmente su ruta. Y o me sé unos sitios, allá, bajo los calachuche
nera de la pesca en mar abierto. Cuando Pedreña, y antes Peñacastillo— ambas, del que fué cementerio de Paco, entre huesos filipinos y españoles, o
cuadrillas santanderinas— , se enfrentaron en San Sebastián con las cofradías sobre el fuerte de San Antonio, de cara a Mariveles y a Corregidor,
guipuzcoanas, ganaron solamente una vez, con la mar en calma chicha. Poste­ donde todos los atardeceres llega la salmodia de un coro lejano; llega
riormente y repetidas veces fueron batidos, porque el mar no les ayudó, presen­
tando una superficie anormalmente lisa. E n cambio, en Bilbao se impusieron
en una Nao de Acapulco, ideal, plena de voces hermanas que vienen a
siempre— en los últimos años— los remeros montañeses. Y la vez que en Santander, invitar a esta benjamina de la Hispanidad a cantar al Dios ausente
en mar libre, en el Sardinero, se celebró el Campeonato de España— el de 1946—-, del bárbaro mundo internacional, que no ve ni entiende más que los
Orio, con un mar embravecido y contra todos los pronósticos, ganó en punta la egoísmos.
regata, llegando segundo Pedreña, que un cuarto de hora antes de comenzar la Y el ángel de las Islas que ronda sobre las ruinas de intramuros la
prueba aceptaba apuestas con el dinero a su favor en la proporción de 100 a 65. herida torre de San Agustín, clama a todos los espíritus abiertos toda­
Todo esto viene a demostrar que tanto Orio como Fuenterrabía— los dos vía a lo Ideal:
puertos guipuzcoanos con mejores marcas en los últimos años— son superiores
— Ley, Idiom a y D ios me hicieron Filipinas. Tengo ser. Y mis islas,
en mar libre a santanderinos y vizcaínos. E l lector juzgará qué es lo que tiene
más mérito: si remar en mar libre o hacerlo en un estanque. E l que firma estas
verde orfeón fantástico, se han puesto a cantar por estos mares de
líneas se queda, indudablemente, con lo primero, que considera más potente, Oriente, sobre todas las razas, el himno de Fe, de Amor y de Esperanza
más rudo si se quiere...; pero las regatas de traineras son de traineras. Hacer las que un día les enseñó Hispania.
embarcaciones más frágiles, más ligeras..., ¡para eso están las yolas!
F . M U Ñ O Z H I D A L G O , O . P „
(TERMINA EN LA PAGINA SIG UIENTE)

57
58 MV N DO HISPANICO 58
R E G A T A S DE T R A I N E R A S
(VIENE DE LA PÁGINA ANTERIOR). DEL VI AJ E DE
Se ha dicho que una trainera de hoy pesa aproximadamente 200 kilos. V a tri­
pulada por trece remeros y patrón, teniendo un delicado trabajo, por marcar el
ritmo e intervenir eficientemente en el viraje, el popel, al lado del patrón, y el
proel, sobre todo este último. Famoso proel ha sido Ingacio Sarasua, de la ’’cua­
FLEMING A ESPAÑA
drilla” de Orio, que estuvo a punto de conseguir el campeonato del mundo de L· L viaje del profesor Fleming a España se debió fundamentalmente a la
esquife en la Olimpíada de 19 36. ■*—* invitación que, a mediados del año 1947, le fu é hecha por el Hospital
M unicipal de Enfermedades Infecciosas, de Barcelona, con objeto de pronun­ rector A sus tareas de di*
* * * del Hospital
ciar un ciclo de conferencias sobre temas de Bacteriología en la expresada Municipal de Enfer­
Cuando en 19 4 3 se dió estado oficial a las regatas de traineras— y a antes, capital. E s éste un importante detalle que probablemente ignorarán algunos medades Infecciosas
como hemos dicho, tenían su sabor popular y sus reglamentos especiales— , la lectores, para los que el desplazamiento de tan ilustre investigador no fu é más oReal de miembro de la
A cad em ia de
Federación Española de Remo, adherida al Consejo Nacional de Deportes, se que una preconcebida jira turística de singular significación. Medicina, de Barce­
propuso montar los primeros campeonatos nacionales, cuya primera edición N ada de esto. E l desplazamiento de S ir Alexander Flem ing a España se lona, el doctor Trías
cristalizó al año siguiente; pero el interés de los mismos había nacido con el duelo inspiró en una finalidad estrictamente científica y dentro de las normas propias de B e s—adelantado
en España de la apli­
Orio-Pedreña. de una invitación de carácter particular. E s m uy interesante consignar este cación de la penici­
Efectivam ente, Orio ganaba una bandera en San Sebastián, computados los hecho, porque otorga un extraordinario valor a las espontáneas pruebas de afecto lina, para alguno de
tiempos de las dos regatas— en la Concha se celebran dos pruebas en dos domin­ y admiración, en ocasiones verdaderamente impresionantes, con que el pueblo cu y o s tratamientos,
el de la endocarditis,
gos sucesivos— , y los cronistas deportivos titulaban sus informaciones con ” Orio, español significó su entusiasta homenaje a uno de los hombres que de un modo ha presentado una
campeón” . Pero resulta que en el mismo mes, Pedreña, en Santander, realizaba más efectivo ha laborado por el bienestar de la H um anidad en lo que va de siglo. importante y profun­
una marca bastante más baja— el récord de las tres millas hemos dicho que lo La invitación que, como director del Hospital de Enfermedades Infecciosas, en da casuística personal
el II Congreso Es­
ostenta Pasajes de San Ju an con 19 minutos y 1 7 segundos en 19 2 3 — , y los cole­ de Barcelona, hice al profesor Fleming, fu é acogida por éste, desde los pañol de Cardiología
gas montañeses tomaban a broma las afirmaciones de los periodistas guipuzcoa- primeros momentos, con una evidente simpatía. —sumó últimamente
nos. Claro que Orio había realizado la regata en mar abierto, mientras que P e­ E l Ayuntam iento de Barcelona, siempre sensible a las manifestaciones la de cicerone de mis­
ter Fleming al través
dreña lo hacía en la bahía. Y esto fué lo que dió origen, primero, a una regata del de alto sentido cultural, declaró inmediatamente huésped de honor de la ciudad de España. En estas
Cantábrico para la supremacía del mismo, que ganó Orio, y después, en 19 44 , condal al gran bacteriólogo británico, a quien colmó de las máximas atenciones p á g in a s, el doctor
al primer Campeonato de España, oficialmente controlado por la Federación. y delicadezas oficiales durante los diez días de su permanencia en Barcelona. Trías de Bes nos narra
la estancia en Bar­
Se corrió en septiembre, en la ría de Bilbao, una tarde lluviosa. Venció Pedreña, E n el H ospital M unicipal de Infecciosos de dicha capital pronunció tres celona, Sevilla y Ma­
clasificándose a 3 segundos; después, Orio. magníficas lecciones sobre otros tantos temas, en cada uno de los cuales se drid del sabio inglés.
E n 19 45 se celebró el I I Campeonato en San Sebastián. Mes de septiembre y proyecta un momento culminante de la formidable labor bacteriológica reali­
mañana lluviosa, con mar dura. Le tuvieron miedo al Cantábrico Pedreña y Ses- zada por Flem ing en su dilatada vida de investigador.
tao, que juntamente con San Sebastián y Fuenterrabía habían de disputar la L a primera de dichas conferencias versó sobre ’’Algunos aspectos de las heridas sépticas”, mara­
regata. Los delegados de Pedreña y Sestao alegaron ’’que el mar no estaba en villoso estudio sobre el poder terapéutico de diversos antisépticos químicos y sobre su peligrosi­
condiciones y que podían naufragar las traineras” , y se retiraron. E l Jurado dió dad o inutilidad en determinadas circunstancias. Tal estudio se emprendió durante la primera
la salida a las dos embarcaciones guipuzcoanas, que lucharon contra viento y gran guerra europea y fu é continuado tesoneramente en años ulteriores, y ha sido pródigo de
marea. Fué una regata de patrones, hundiéndose las traineras en el mar para enseñanzas para la correcta utilización de los antisépticos en las heridas infectadas. La segunda
salir impulsadas a flote por las olas. Y o seguí embarcado aquella regata, en la conferencia fu é dedicada al "lisozima”, sustancia normalmente contenida en diversos humores
que se marearon todos, incluso el fotógrafo, que había cruzado seis veces el Atlán­ orgánicos, tales como las lágrimas, moco nasal y bronquial, saliva, etc., poseedora de un poder
tico... Ganó San Sebastián, con un tiempo que da idea de cómo estaba el Cantá­ bactericida natural contra numerosos gérmenes, y gracias al cual nuestro organismo se defiende
brico: 25 minutos, 55 segundos, 3/5. (Compárese este tiempo con el obtenido por con éxito, y por modo espontáneo, contra las incontables infecciones que de ordinario nos acechan.
Pasajes de San Ju an , y a mencionado.) E l descubrimiento y la descripción de las propiedades del "lisozima” corresponden integralmente
E l I I I Campeonato de España se celebró en aguas libres del Sardinero (San­ a Fleming. Finalmente, la tercera y última conferencia versó sobre la utilización terapéutica de
tander). Participaron Coruña (modestísima tripulación que se señalaba como víc­ su gran descubrimiento: la penicilina, que tantos millones de vidas ha salvado y continuará
tim a propiciatoria), Sestao, Orio y Pedreña. E sta última era favorita, y en las salvando. La magnífica y precisa exposición de las efectivas propiedades terapéuticas de la peni­
apuestas se daba roo a 50 a que Pedreña les sacaba un minuto a los gallegos, y cilina y de su fructuosa utilización en la práctica, tuvo todas las características de una magistral
100 a 65 a que Pedreña llegaba antes que Orio. Equivocación rotunda, porque lección de cátedra pletòrica de buen sentido.
ni Pedreña estuvo delante de Orio, ni tampoco le sacó el citado tiempo a L a Co­ E n Barcelona inauguró personalmente el Departamento de Investigación que el A yunta­
ruña, que ciertamente fué última, pero con honra, y a que regatearon con una trai­ miento ha construido en el recinto del H ospital de Infecciosos. N o es éste el lugar para glosar
nera que pesaba roo kilos más que las otras, y en la que se daba la nota pinto­ la magnificencia de este Instituto, dedicado a la investigación, con características tan peculiares
resca de que los toletes eran de hierro. que permiten considerarlo como una realización extraordinaria. L a solemnidad del acto inaugu­
Venció Orio (Guipúzcoa) por la sabia dirección de su patrón, el veterano ral se vio prestigiada por el discurso que el profesor Fleming pronunció en esta ocasión. L a Real
Domingo Michelena. E n segundo lugar se clasificó Pedreña, a siete segundos del Academia de M edicina de Barcelona le nombró, a título excepcional, Académico de Honor,
primero; tercero, Sestao, y cuarto, L a Coruña. E ste campeonato, en mar libre, en una brillante sesión, y la Universidad se vió asimismo honrada con una conferencia sobre
fué a una sola ciaboga, igual que el de San Sebastián, y no a tres, como el pri­ ”E l éxito”, de profundo y agudo sentido filosófico.
mero disputado en Bilbao. Tras Barcelona, fu é Sevilla la capital española que tuvo señalado empeño en honrar la relevante
Y en 19 47, esta vez en el abra vizcaína y no en la ría, tuvo lugar la cuarta fig u ra de S ir Alexander Fleming. Esta invitación fu é acogida con gran agrado por dicho profesor,
competición. Pedreña, Sestao, L a Coruña y Peñacastillo se clasificaron por este que no desconocía, por referencias verbales y literarias, los singulares encantos de la bella capital
orden, después de las cinco millas y las tres ciabogas. Fué éste el gran año de Pe­ andaluza. La Real Academia de M edicina de Sevilla organizó un brillantísimo acto, en el que se
dreña, ganando todas las regatas— excepto las de San Sebastián, en las que, por concedió al profesor Fleming el título de Académico de Honor, con imposición de la áurea meda­
una determinación absurda, no se les dejó participar— en que tomó parte. lla de la Corporación. E n dicha ceremonia leyó un interesante discurso sobre la ’’H istoria de la
Resumiendo los cuatro campeonatos, se comprobará que: penicilina”, en el que se señalan las fases por que pasó su trascendental descubrimiento hasta
i .° Pedreña, especialista en ciabogas, es superior a los guipuzcoanos en ba­ alcanzar su definitiva eficacia terapéutica.
hía, en mar quieta. Finalmente, y como remate de su viaje por España, S ir Alexander Flem ing dedicó la última
2.0 Que la supremacía en mar abierta ha quedado demostrada por las victo­ etapa a M adrid. E l Ayuntam iento de M adrid, como lo hicieran antes los de Barcelona y Sevi­
rias de Orio y San Sebastián. lla, declaró huésped de honor de la capital al ilustre visitante. De su estancia en M adrid resalta
3 .0 Que Sestao (Vizcaya) ha tenido gran regularidad en los tres últimos como acto de excepcional importancia y solemnidad la investidura de doctor honoris causa de
campeonatos. la Facultad de Ciencias, impresionante ceremonia de imborrable recuerdo para cuantos la pre­
4.° Que L a Coruña, un puerto nuevo en estas competiciones oficiales, v a a senciamos, y todavía más para su ilustre protagonista. E l soberbio discurso-biografía pronunciado
más. H a y nervio y bravura en sus hombres, pero existe una gran desorientación por el profesor Bustinza en ocasión de dicha solemnidad; el emotivo parlamento del M agnífico
técnica. Rector, D. P ío Zabala, y las sentidas y vibrantes palabras del Excmo. Sr. M inistro de Educa­
* * *
ción Nacional, al conceder a M r. Fleming la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio, dieron a tan bri­
Guipúzcoa quizá sea el país en que más se apuesta. Por quítame o no esta paja llantísima ceremonia universitaria una afectuosa cordialidad que desbordó ampliamente los rígi­
se cruza la traviesa más peregrina: desde una cena, un chiquito, hasta 50 duros. dos cauces del protocolo.
Conviene recordar que Guipúzcoa es el país del frontón. Hasta aquí lo que podríamos llamar significado científico del viaje de Flem ing a E spaña;
Pero no sólo se juega el dinero por Ataño I I I o Jesús Abrego. También, y pero esta breve exposición sería realmente incompleta si silenciáramos aquellos otros aspectos
quizá en mayores proporciones, por el forzudo Echániz o los ’’arrantzales” de de fin o sentido humano con que el pueblo español, con noble y generosa espontaneidad, supo
Orio. Los ’’arrantzales” son los remeros de Pasajes, San Sebastián, Guetaria, adornar dicho viaje hasta impresionar profundamente el espíritu del gran investigador inglés,
Zaraúz, Fuenterrabía... o cualquiera de los pueblecillos costeros. L a noche prece­ saturado ya de honores, recepciones y homenajes universales. Las pruebas de afecto y simpatía
dente a las regatas de la Concha no h ay quien duerma en la parte vieja. E s un recibidas del pueblo español fueron algo insólito para S ir Alexander Fleming, y de ello dió fe,
gran espectáculo. E n las esquinas, en el portalón del muelle, se oyen los prego­ no solamente en sus impresiones privadas, sino también, en form a solemne, en el bello brindis
nes: ’’Sien a sincuenta a favor de Orio” ; ’’ Fuenterrabía sinco a que sí a Pedreña” ; pronunciado en la gran cena de gala ofrecida por el Ayuntam iento de Barcelona en su hermoso
’’Donosty segundo a que sí” ; ’’Dies segundos el primero a que no...” Y toda una Salón de las Crónicas, decorado por Sert, y en las sentidísimas palabras de despedida que pronunció
serie de enunciados a cada cual más complicado... tras los micrófonos de Radio Nacional de España, al abandonar M adrid de regreso a Inglaterra.
Después, a la madrugada, San Sebastián se duerme. Se duerme en la Concha, Fueron constantes y sinceramente afectuosas las manifestaciones de devoto agradecimiento
mientras poco a poco surge la eclosión cándida de la mañana. Entonces empiezan recibidas en las tres capitales de parte de cuantos debieron a la milagrosa penicilina el preciado
a afluir los ’’caseros” , las gentes de la provincia con sus mochilas bien repletas y don de la salud. N o es posible entrar en detalles anecdóticos, de los que hemos sido testigos y cuya
sus botas de vino atosigadas de tinto de la Rioja; los autobuses del Baztán, del fuerza emotiva es sólo capaz de crear el pueblo español, sensible como nadie a la bondad, sencillez
Duranguesado, de N avarra..., de Vizcaya, de A lava, y los veraneantes... Y así, y generosidad que tan sabiamente se funden en la recia personalidad del profesor Fleming.
lentamente, el monte Urgull y el Igueldo, la isla de Santa Clara, la barandilla de Desde un punto de vista turístico, tenemos la convicción de que España ha dejado en el alma
la Concha se cansan de aguantar a doscientos mil espectadores. ¡Ah!, y los vapor- del profesor Fleming una profunda huella, que ha sido labrada por los más variados e intensos
citos, que tienen envidia de no poder competir con las traineras. contrastes: de un lado, el Monasterio de Montserrat, con su impresionante austeridad y severa
Habrá espectáculos deportivos maravillosos; regatas de traineras como las de liturgia benedictina; de otro, la exuberante sensualidad andaluza, plasmada en su ambiente,
la Concha, ninguna. sus bailes, en sus imágenes, en su incomparable Giralda, y, finalm ente, la esplendorosa y su­
Y al mediodía, después que el mástil del Náutico h aya anunciado con los prema manifestación de arte representada por el Museo del Prado, único en el mundo. Y junto
colores de las respectivas tripulaciones la clasificación de la prueba, desfilarán a todo esto, el sol, la alegría, el afecto y estima de todo un pueblo, comprensivo como pocos y sen­
hacia el Ayuntamiento los miles de aficionados que todavía quieren ver ondear sible como ninguno.
la bandera del ganador, distinción máxima del que consigue vencer en las dos Nada refleja mejor la intensidad de las emociones recibidas que las palabras del profesor
regatas. Fleming, al comentar las bellezas de nuestra Patria: nM e apesadumbra pensar que, de todas
Otros miles desfilarán por lo angosto de lo viejo para matar ’’sus penas". estas gratas impresiones que experimento, no será posible conservar en m i recuerdo toda su ple­
Que en las regatas de la Concha se juegan millones de pesetas, caseríos, vacas, nitud, tal como en este momento la siento.”
bueyes, carneros... H ay pueblos que se arruinaron un año. A l siguiente recupera­ De cómo S ir Alexander Flem ing quiere a España, bastan las palabras que extracto de una
ron lo perdido o perdieron más, según las vicisitudes de sus favoritos. Pero se m uy reciente carta, por nosotros recibida, de tan ilustre profesor: ”1 hope m y visit was useful in
juega, se juega, y la vida sigue igual, completamente normal, como si no hubiera Spain. I will try to impress on m y countrymen your friends feelings” (Espero que mi visita haya
pasado nada, y siempre esperando, anhelantes la próxima regata, de la que se sido útil para España. Procuraré infundir en mis compatriotas sus sentimientos amistosos).
habla durante el año y sólo se celebrà en dos días.
P O R R IN O D R L U I S T R I A S D E B E S
58 LA REVISTA DE 23 PAISES

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