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EL TOLEDO ARQUITECTURA vida y obra

NUMERO

DEL GRECO MEXICANA DE HOY 0. PABLO GARNICA


101
15
pOR EL DR MARAÑON EL M I S T E R I O DE E L C H E V I GO Y LAS RIAS PFSFTAS
LA MALA REAL INGLESA
Tres tip o s d ife re n te s de tra s a tlá n tic o s con e s p lé n d id a s a c o m o ­
d a cio n e s d e P rim e ra , S e g u n d a y T e rce ra clase, p a ra d a r s a tis ­
fa c c ió n a to d o s los gustos y a l a lca n ce de to d a s las e co n o m ía s.

S a lid a s d e : V ig o , L is b o a y L a s P a lm a s , p a r a R e c ife
(P e rn a m b u c o ), S a lv a d o r (B a h ía ), R ío d e J a n e i r o , S a n ­
to s , M o n t e v id e o y B u e n o s A ir e s .

P R O X IM A S S A L ID A S
VAPOR d e V ig o d e L is b o a d e L a s P a lm a s
ALCANTARA 1 de Sepbre. 2 de Sepbre. 5 de Sepbre.
. H ighland Princess 4 de Sepbre. 5 de Sepbre. 7 de Sepbre.
Highland Monarch 25 de Sepbre. 26 de Sepbre. 28 de Sepbre.
‘ ANDES 3 de O ctubre. 4 de Octubre. ó de O ctubre.
H ighland Brigade 16 de O ctubre. 17 de O ctubre. 19 de O ctubre.
ALCANTARA 21 de O ctubre. 22 de O ctubre. 25 de Octubre.
* Buque e s t a b i l i z a d o - V i a j e sin m a r e o

C o n su lte a su A g e n c ia de V ia je s o a los
AGENTES GENERALES PARA ESPAÑA:
E M IG R A N T E S
ESTANISLAO DURAN E H IJO S, S. A. Se fa c ilita n tríp tic o s
. V I G O : AV. C A N O V A S DEL CASTILLO, 3 - Teléis. 1245 - 1246 g ra tu ita m e n te , a p e ­
M A D R ID . PL. CORTES, 4 - T eléis. 2 2 -4 6 -4 3 -2 2 -4 6 -4 4 -2 2 -4 6 -4 5 tic ió n d e l in te re s a d o .
T e le g ra m a s: "D U R A N "

RETRATOS NA VI ERA A Z N A R
SOCIEDAD ANONIMA
IBAÑEZ DE BILBAO, 2 BILBAO
Dirección telegráfica : AZNAR ES, Bilbao : - : Teléf. 16920
m -
Apartado núm. 13
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Servicio regu lar semanal entre los puertos de Bilbao, Barcelona,


escalas interm edias y regreso.

L IN E A DE C E N T R O A M E R IC A

Con salidas mensuales desde España a los puertos de San Juan de


Puerto Rico, L a Guaira, Curaçao, Barranquilla, L a Habana y Veracruz.

L IN E A DE N O R T E A M E R IC A
W-9
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Con escalas en F ila d è lfia y N u eva York.

L IN E A DE SUD A M E R IC A

Salidas regulares mensuales desde Bilbao, Gijón, V ig o y Lisboa, con


destino a M ontevideo y Buenos A ires.

ESTU D IO DE P IN T U R A DE TODOS LOS BUQUES DESTINADOS A ESTOS SERVICIOS ADMITEN


PASAJEROS Y CARGA GENERAL
JOSE DEL PALACIO
Logramos de un mal retrato fotográfico un buen cuadro,
al óleo, pastel o acuarela.
P ara in f o r m e s sobre pasaje y a d m is ió n de carga,
M IN IA T U R A S SOBRE M ARFIL, PAISAJES, M A R IN A S, DIRIGIRSE A LAS OFICINAS:
BODEGONES, R E S T A U R A C IO N DE C U A D R O S
Y CLASES DE DIBUJO Y P IN T U R A N A V IE R A A ZN A R , S. A .: Ibáñez de Bilbao, 2, BILBAO
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Palace) - Teléf. 21 30 67 - MADRID
PELIGROS, 1 MADRID
FILATELIA Por JOSE MARIA FRANCES

FINAL DE SERIE
El 24 de abril se puso en circulación en España el resto de los sellos de la emisión co­
rriente con ¡<j efig ie del Generalísimo Franco.
Con la aparición de los sellos de 1,40, 1,50, 1,80 y 8 pesetas queda ya com pleta la
referida serie.
También en dicho día se em itió el valor de 2 pesetas, en color d istin to del anterior,
ambos en el mismo dibujo de la serie actualm ente en curso. La razón de este cam bio de
color ha sido la gran semejanza que existía con el sello de 1 peseta de la misma serie.

LOS 20 0 AÑOS DEL C ORRE O EN CUBA


El 27 de marzo pasado la A dm inistración Postal cubana
puso en circulación dos sellos destinados a conmemorar el
11 centenario de la creación del Correo en aquella isla.
Estos sellos son de 4 centavos para correo ordinario y de
12 centavos para el aéreo y ostentan las efigies del m a­
riscal de campo español don Francisco Cagigal de la Vega
y del obispo, tam bién español, don Pedro Agustín Morell de
Santa Cruz.
El establecim iento del correo en la isla de Cuba fué obra
del mariscal de campo don Francisco Cagigal de la Vega,
que, habiendo tom ado posesión del Gobierno y C apitanía
General de Cuba en junio de 1747, en carta d irig ida al rey
Don Fernando V I, en fecha 19 de febrero de 1754 le ex­
ponía lo conveniente que resultaría establecer en aquella
isla un servicio de Correos.
Esta petición fué ra tific a d a en el mes de abril del mismo
año, ndicand'o que, según el resultado que diere el ensayo a cargo de la Hacienda,
debería crearse el cargo de Correo Mayor.
Y es curioso el hecho de que el 2 d’e dicho mes de abril el que era obispo de Cuba,
don Pedro Agustín M orell de Santa Cruz, dirigía una petición al Consejo de Indias so­
licitando el establecim iento del correo en la isla y señalando las ventajas que al mismo
había de proporcionar, como las proporcionaba en Guatemala.
El 26 de agosto siguiente se dictaba en España una real orden por la que se organi­
zaba ya el Correo en Cuba.
Esta orden comenzaba así: «Hice presente al Rey la carta de V. S. de 19 de^febrero
de este año en que representa las razones d'e conveniencia' y u tilid a d para el público y
Real Hacienda, que inducen al estable* ¡miento de Correos en esa Isla ................................. .
se ha servido Su M ajestad conceder a V. S. a ese fin todas las facultades necesarias...»
En 9 de diciem bre de 1755 se dictó el «Reglamento de lo que deverá observarse para
el buen rexim iento y establecim iento de Correos de esta Isla, que se le ha de hacer saber
en conform idad' de Reales Ordenes, ta n to para el orden cuanto para la mejor recauda­
ción de su prosedido.»
C U M A ARTIFICIAL
Como se ve, el títu lo es bastante largo.
Dicho reglam ento disponía que a las doce de la noche del día 1 de cada mes par­
en
tiría un correo desde la cap ital a Santiago, a reserva de que lo hiciera1 con más frecuencia
cuando lo reclamara el volumen de la correspondencia.
Este correo habría de llegar a Santiago el 14 de cada mes o, si era posible, antes,
oero deteniéndose en todo caso en la citad a población hasta el día 16, en que iniciaría
su regreso a la cap ital.
Y el día 1 de marzo de 1756 partía de La Habana el prim er «correo general ordina­
CAFETERIAS
rio», como se le denominó, haciendo parada en Guanabacoa, M atanzas, Santa Clara, Sancti
Spíritus, Puerto del Príncipe, Bayamo y Santiago de Cuba, a donde llegó el 14 d'e marzo,
según se había previsto.
En diciem bre de 1757 el capitán general, don Francisco Cagigal de la Vega, creó el
carao de Correo Mayor, cargo que luego fué otorgado a don José Cipriano de la Luz y
Meireles, rico com erciante de La Habana y hombre muy prestigioso y considerado en Cuba.
Debe, pues. Cuba el establecim iento del Correo en la isla al que fué su gobernador y
caoitán general, mariscal, don Francisco Cagigal de la Vega,
luego nombrado en 1760 virre y de México, y de quien la
Sala C aüitular de Santiago dijo, entre otras cosas alta m ente
elogiosas, que «dejó digna memoria de su Gobierno, por su
acreditada conducta, lealtad' en la observancia de las le­
yes, etc., etc.».
Ahora, al cum plirse los doscientos años, Cuba ha evo­
cado aquella fig u ra española llevando su efig ie a un sello
de Correos, y en su cordial recuerdo ha tenido presente
tam bién, y la ha hecho fig u ra r en otro sello, al obispo de
La Habana, don Pedro A gustín M orell de Santa Cruz, que
sintió la preocupación de llevar a Cuba la gran mejora que
el Correo era y así lo pidió al Rey de España. MADRID S. SEBASTIAN
La A dm inistración Postal cubana, al llevar a sus sellos
conmemorativos del II centenario del Correo en aquella
isla las figuras de los dos españoles citados, ha querido
Doner de m anifiesto su cordialidad hacia España.

desde el desayuno
MATASELLOS CURIOSO a la cena ligera...
En M urcia se ha celebrado una Exposición Filatélica d u ­
rante los días 1 al 5 de a b ril._____ ____________
En el local en que aquélla tuvo lugar se instaló una
en un grato ambiente
oficina de Correos, que, provista de un matasellos especial,
fué concedida por la Dirección General de Correos. cosmopolita...
Dicho matasellos, que reproducimos, resulta curiosísimo
y ostenta un dibujo bien o rig in a l: una pareja de huertanos
de la tie rra de Murcia.

B U Z O N F I L A T E L I C O
Desea correspondencia para intercam bio, de sellos de Correos:
JOAQUIN SORIANO NAVARRO. Calle Tejares, 45. A lbacete (España).
J U A N IT A Z A M A LLO A . EM ILIO C O TILLAS CESAR RAMOS V1GIL.
Barranco. Ventura Agui­ P A L A C I O S . Valdeganga Dorado, 25. 2.° Sama de
rre, 118. Lima (Perú ). De (Cuenca). Y M E L E C I O Langreo ( Asturias). — De­
veinte años de edad, pe­ C AR RIO N DE AGUSTIN. s e a correspondencia con
ruana. — Desea correspon­ Atalaya d e l C a ñ a v a t e jóvenes de cualquier par­
dencia sobre temas cultu­ ( Cuenca ).— Desean corres- te del mundo, de trece a
rales. pondencia con señoritas de dieciséis años
dieciséis a veinte años, en
EDMUNDO GONZALEZ español o francés. MANUEL ORDOÑEZ
FRANCO. Sanatorid Vic­ N AV AR R O . Merced Baja,
toria Eugenia. Tetuán de número 5. J aé n. — Desea
N IL T O N M. DE O L I­
las V ictor ias. M a d r id . — correspondencia con jóve­
V E I R A. Caixa P o s t a l ,
Desea correspondencia pa­ nes, en español, de cual­
número 1327. Salvador-Ba­
ra intercambio cultural. quier parte . del mundo, de
hía (Brasil). — Desea co­
quince a dieciocho años de
LA Z A R O LAR1ZBEAS- rrespondencia con jóvenes
edad.
COA D. La Unión-Piura. de cualquier país, en in­
Perú. — D e s e a correspon­ glés, e s p a ñ o l , francés o
dencia con jóvenes de cual­ portugués. JO A N A M. P A LO U . Si­
quier parte del mundo pa­ glo XX, 13, 3.° Tárrega
ra intercambio de ideas, (L érida).— Solicita corres­
M. M EDINA. Francisco pondencia con jóvenes es­
etcétera. Marcos, 419. Chimbarazo. pañoles, de veinticinco a
INES R. BENACCENI. Guayaquil (Ecuador).— De­ treinta y cinco años de
Berarew, 3848. Buenos A i­ se a correspondencia con edad.
res (R. Argentina).— De­ señoritas de cualquier par­
s e a correspondencia con te del mundo, de dieciocho ANSELM O H O R TA R I­
señoritas m e x i c a n a s , de a treinta años, para in­
BA. Apartado 50. Tortosa
veinticuatro a veintiséis tercambio cultural, etc.
(Tarragona). — D e s e a co­
años, para intercambio de rrespondencia con jóvenes
ideas, costumbres, etc. M. A L D A M I Z . P. O. de dieciséis a veinte años,
Box 521. Manila (Filipi­ de uno y otro sexo, en es­
ERNESTO A L A R CON. nas).— Desea corresponden­ pañol, francés, inglés o
Avila, 4. Salamanca.— De­ cia con españoles de trein­ portugués.
sea correspondencia con ta y cinco años de edad
joven hispanoamericana. en adelante. M IG UEL A. G ARCIA
C A L A B R E SE P IN A . Río Mamba, 1074. Buenos
Via Regina Maria, 7. Le- __ AM OR M O H A M E D . Aires (R. Argentina). De
cee (Ita lia ). Estudiante de Post Restante. Casablanca diecinueve años de edad.
dieciocho años.— Desea co­ (M. Francés).— Desea co­ Desea correspondencia con
rrespondencia con j o v e n rrespondencia con jóvenes señoritas, en español, in­
universitario. de Hispanoamérica. glés o francés.

N O T A IM P O R T A N T E .— A d v e rtim o s a nu estro s lecto res in te resad os en la sección


«E stafeta» que, co m o h a s ta a h o ra , seguirem os d a n d o en n u e stra s co lu m n a s, g r a tu ita ­
m e n te y po r rig u ro so orden de recepción, to d a s las n o ta s q u e se nos re m ita n pa ra
in te rc a m b io de co rre sp o n d e n cia , cu a n d o éstas se lim ite n a f a c ilit a r las re la cione s epis-
to ra le s c u ltu ra le s e n tre los le cto re s de M V N D O H IS P A N IC O . Pero cu a n d o las no tas
a lu d a n a deseos del c o m u n ic a n te p a ra c a m b ia r sellos o c u a lq u ie r o tr a a c tiv id a d que
p u eda te n e r un b e n e fic io co m e rc ia l, la inserción de su a n u n c io se h a rá c o n tra el abono
de 1,50 pesetas po r p a la b ra . Esta misma tarifa será aplicada a las comunicaciones
normales que deseen que su nata salga con urgencia, y se les dará prelación a las
demás, siempre que nos lo adviertan así, a co m p a ñ a n d o el im p o rte en sellos d e correos
españoles o b ie n re m itié n d o lo p o r g iro p o stal a n u e s tra A d m in is tra c ió n , A lc a lá G a-
lia n o , 4. Los le cto re s del e x tra n je ro pueden e n via rn o s sus órdenes, ju n to con un cheque
sobre N u e v a Y o rk , a fa v o r de E diciones M V N D O H IS P A N IC O , re ducien do pesetas a
dólares a l c a m b io a c tu a l.

NOTA.— En las señas de todos los comunicantes do esta sección donde no se Indica
nacionalidad se entenderá que ésta es ESPAÑA.

LA P R O D U C C I O N F E L IP E V I GU E R A
RUIZ. Regimiento Infan­
W A L T E R P IE R A . Calle
San C a r l o s , 1435. Villa
JOSE L U I S CASTRO
DEL AMO. Ezequiel Sola­
m w w-jòín-ujUi, tería Garellano, núm. 25.
Ronda (B ilbao). — D e s e a
Humberto I. San Martín.
Buenos Aires (R. Argenti­
na). De dieciocho años.—
na, 31. Madrid.— Desea co­
rrespondencia en español
para intercambio de pos­
correspondencia con seño­
ritas españolas o extran­ Desea correspondencia con tales, etc,
jeras. j o v e n norteamericano de
la misma edad. S. MOLL. P. O. Box
JU LIO C E S A R GAR­ número 521. Manila (F ili­
CIA. Tucumán Villaguay ALBERTO H O R M I G O pinas) . — Desea correspon -
E. R. (R. A rgen tin a).— C AR R ILLO . Jefatura de d e n c i a con españoles de
Desea correspondencia con Policía. Sidi Ifn i (Africa veinte a veinticinco años
jóvenes de diez a catorce Occidental Española). De de edad.
años de edad, de uno y veintidós años de edad.—
otro sexo y de cualquier Desea mantener correspon­
C A R M E N D EL CID.
parte del mundo, de ha­ dencia con señoritas de
Moneada, 4. Tortosa (T a­
bla española. habla española o francesa,
rragona) .— D e s e a corres­
de quince años en ade­
pondencia en español o
R IC H A R D B U R TO N 1- DUARTE^ JOSE ESTE- lante. francés con jóvenes de to­
VES. Rúa Manoel Ramos do el mundo, mayores de
FREDERIC M A R CH Paiva. 70. S a o P a u l o JE AN DESGANS. Chan-
nel Committee. 35, Che- veinte años.
CLAIRE BLO OM (B rasil). — D e s e a corres­
sham Pl ace. London.
pondencia con lectores de
D A M E LLE DARRIEUX MVNDO H ISPAN IC O pa­ S. I. I. (Inglaterra). De M A R TA V IÑ A S . Rutila,
M A R I S A DE LEZA *j ra intercambio de posta­ veintitrés años de edad.— número 16. G e r o n a . De
Desea correspondencia con diecisiete años. Desea co­
GUSTAVO R O J O les, etc.
jóvenes de uno y otro se­ rrespondencia con jóvenes
E N C A R N IT A B U S T A- xo y de cualquier parte estudiantes de veinte a
M ANTE. Calle Jaime III, del mundo, en inglés, ita­ veinticuatro años de edad.
número 8. Madrid.— Desea liano, francés o portugués.
correspondencia con hispa­ L U C IL A MARCOS. Pla­
noamericanos, aficionados M A N U E L LO PE Z GON­ za de San José, 4, 2.° Ge­
a la música, la literatu­ ZALEZ. Calle L a r g a , 2. rona. De dieciocho años de
ra, etc. Santafé (Granada). Estu­ edad.— Desea corresponden­
TECHNICOLOR “ *H A Y D E E ELENA
diante. — Desea correspon­
dencia con señorita fran­
cia con jóvenes españoles,
a ser posible, estudiantes,
* P L A C C I . Belgrano, 343. cesa, mayor de edad. para intercambio cultural.
Río Cuarto. Córdoba (R e­
pública Argentina). — De­ LOUISE B I G O T A N D .
19. rue Roy. Cap de la Ma­ JO AQ U INA SUÑE. Rut­
se a correspondencia con
deleine. P. Q. (Canadá).— ila, 16. Gerona. De dieci­
jóvenes mayores de vein­
te años, en italiano, in­ Desea correspondencia con siete años.— Desea corres­
glés o español, para inter­ jóvenes de catorce a die­ pondencia con jóvenes es­
cambio cultural y perfec­ ciséis años, aficionados a pañoles para intercambio
cionamiento de idiomas. la música, etc. cultural.
Conmemoración del Congreso de Panamá
18 26 - 1956
N U M E R O 101
A G O S T O 1956
AÑO IX
15 P E S E T A S EL SUEÑO DE SIMON BOLIVAR
M A D R I D
BUENOS AIRES
- U N A AMERICA CONFEDERADA-
CULTURA:
M E X I C O
ES HOY NECESIDAD HISTORICA
Un mundo nuevo supranacional, por M. C. H........................... 16
El Toledo del Greco, por Gregorio Marañón ............................... 23
Las Américas no pueden ser comprendidas
sin España, como España sin ellas
POLITICA:
El sueño de Simón Bolívar, por José María de Areilza ............. 5 Por JOSE MARIA DE AREILZA
Las formas de gobierno, por Otto de Habsburgo ..................... 8
La lección europea, por Eduardo Caballero Calderón ................. 10 El CXXX aniversario del Congreso de Panamá iba a
L celebrarse en dicha ciudad por iniciativa de la O. E. A.
Bonn, capital improvisada, por Oswaldo de Oliveira ................. 15 y con asistencia de todos los Presidentes de los Estados
americanos. Se pensaba en esa reunión suscribir una
declaración conjunta que ratificase la solidaridad inter­
BIOGRAFIAS, SEMBLANZAS americana, identificándola con los ideales del mundo libre,
pero la enfermedad del Presidente de los Estados Unidos
Don Pablo Garnica, por Martí Sancho ....................................... 29 obligó a aplazarla.
Fué entonces cuando el embajador de España en Wásh-
ington, señor Areilza, tuvo la idea de celebrar aquel
LITERATURA, NARRACIONES, POESIA: aniversario— el día 22 de junio—en la Embajada española
con una comida a la que asistieron los jefes de misión
Zoco Grande, por Carmen Nonell .............................................. 20 hispanoamericanos acreditados en Wáshington.
La pujanza del hispanoamericanismo quedó expresada
Seis sonetos, por Noel Estrada ................................................. 42 en el éxito de esta reunión, en la que el señor Areilza
pronunció las brillantes palabras que aquí ofrecemos.
ARTES PLASTICAS, ARQUITECTURA, DECORACION
Arquitectura mexicana de hoy, por Antonio Amado ................. 32 ace exactamente ciento treinta años en que en tal día
Antonio Clavé, por Manuel Vigil ....... ......................................
Labra, premio en la Vienal de Venecia .................................
La casa de 1956 en Madrid, por J. L. Feduchi ............................
La «Asunción» del Greco. Foto color RuizVernacci ................
35
35
44
64
H como hoy llegaban, a las once de la mañana, al histó­
rico convento de San Francisco, de la ciudad de Pa­
namá, convertido en Cabildo municipal, ocho caballeros
de rotundos apellidos españoles, para abrir las sesiones de una
memorable Conferencia. Eran los representantes diplomáticos
GEOGRAFIA, TURISMO, COSTUMBRES: de las recién nacidas Repúblicas de Colombia, México, Perú y
Centroamérica, y venían, venciendo mil dificultades geográficas
Misterio del misterio de Elche, por Juan Orts Román ............. 39 y políticas, para responder al llamamiento que dos años antes,
Siete diablos ante la Virgen ............................................... 48 desde Lima, el genio político de Simón Bolívar había lanzado a
Vigo y las Rías, por Abel Bonnard .......................................... 52 las naciones del continente americano recién emancipadas. So­
lamente acudían cuatro, porque las crisis internas, las revolu­
HISTORIA: ciones y, por encima de todo, la incomprensión, crearon un
Guerra en el desierto, por Carlos Martínez del Campo ............. 17
vacío en torno al llamamiento patético y profético del gran cau­
dillo americano. Abriéronse las sesiones seguidamente. Duraron
CINE Y TEATRO: varias semanas. De ellas salió un tratado de unión entre los
cuatro países interesados, que nunca llegó a ratificarse por los
Pablito Calvo .......................................................................... 30 Gobiernos respectivos. Bolívar mismo se percató de que, como
Teatro español en Norteamérica, por Tomás Borras ................. 47 casi todos los profetas, había atisbado el desarrollo de un pro­
ceso histórico que no estaba maduro todavía. “ Ni esta genera­
CIENCIA Y TECNICA: ción ni la siguiente verá el triunfo de la América que estamos
construyendo’’, repitió más de una vez. Pero la semilla fecunda
Madrid da las horas más antiguas del mundo, por M. F. A. ... 18
de la idea central bolivariana había caído en buena tierra y la
El mundo marcha, por Ignacio Vuig .......................................... 46
solidaridad panamericana estaba en marcha.
Una fortuita circunstancia, que todos lamentamos profun­
COMERCIO: damente, ha impedido que el CXXX aniversario del Congreso
El arte de vender, por José Fernández Rodríguez ..................... 27 de Panamá se celebrase este año solamente en el mismo lugar
en que se desarrolló la primera asamblea. Por ello he querido
MODAS: conmemorar en esta sencilla reunión de familia la efemérides,
sentándonos juntos hoy en esta mesa los que descendemos del
Dibujos para alta costura, por José de Zamora ........................ 54
tronco común de una misma cultura y una misma vida histórica
VARIA: y social, a compartir con alegría los recuerdos y las esperanzas.

Mil atunes por redada, por José María J. C. 50 A N T E LOS PELIGROS COMUNES, SOLIDARIDAD
Hoy, al cabo de casi siglo y medio, la idea central de la
P O R T A D A : Señorita Francisca Salmón. Foto Campúa.
carta de Jamaica de formar y construir las bases de “ una gran
liga, la más extraordinaria que pueda existir sobre la tierra” ;
COLABORACION ARTISTICA DE de un sistema político que articulase a los pueblos de la Amé­
Teodoro Delgado, Liébana, Celia Segovia, Mary-An rica hispan oportuguesa y de la América anglosajona en una
Ribas Morató, Esparza, Capdevila, José Francisco forma tal que, para repetir las ideas del Libertador, “ sirviese
Aguirre, Enrique Ribas y Daniel del Solar. de consejo en los grandes conflictos, de punto de contacto en
los peligros comunes, de fiel intérprete en los tratados inter­
FOTOGRAFIAS DE nacionales y en la superación de nuestras diferencias” , es algo
José M.a Lara, Mirkine, Larena, Sala Gaspar, Sánchez, Kindel, que en cierto modo existe, no tan sólo en la eficaz realidad de
Carlos Giménez, Utrera, Boneta, González, Lieber Guillen, Keyston- la Organización de los Estados Americanos, sino, de un modo
Nemes, Malet, Verdugo, Urech, Ruiz Vernachi. Archivo «M. H.» más vivo y eficaz todavía, en el pensamiento de los estadistas
y políticos de este continente.
DIRECCION, IMPRESORES En estos ciento treinta años, los que no comprendieron en­
REDACCION tonces a Simón Bolívar han ido rectificando sus errores, que
Y ADMINISTRACION T ip o g r a fía y e n c u a d e rn a c ió n :
Editorial Magisterio Español, S. A. el tiempo y la historia han acabado por revelar claramente.
Alcalá Galiano, 4 - Madrid (Madrid). Huecograbado y offset: En primer lugar, nosotros, los españoles, que durante tantos
Heraclío Fournier, S. A. (Vitoria). decenios, en el propio siglo xix, vivimos de espaldas a nuestras
T eléfonos antiguas provincias por un mal entendido espíritu de soberbia
Redacción ...................... 37 32 10 PRECIOS y de desdén, y al fin lo superamos a comienzos del siglo por la
Administración ................ 37 03 12 Ejemplar: 15 pesetas. — Suscripción sabiduría política de nuestro monarca Alfonso X III, el primer
Admón. y Redacción ..... 24 91 23 semestral: 85 pesetas. — Suscripción jefe de Estado español que revivió el hispanoamericanismo
anual: 160 pesetas (5 dólares).—Sus­ práctico, rectificando así un siglo de incomprensión y enemis­
D irección postal para cripción por dos años: 270 pesetas
todos los servicios : (8,50 dólares).
tad, y con el apogeo de entrañable cordialidad americana que
Apartado de Correos 245 - Madrid la España de Franco hoy siente y realiza. Los Estados Unidos
ENTERED AS SECOND CLASS MATTER de Norteamérica iniciaron generosamente una política de bue­
EMPRESA DISTRIBUIDORA AT THE POST OFFICE AT NEW YORK, na vecindad, en rectificación de pasados desvíos, y los propios
E d i c i o n e s Ib e r o a m e r ic a n a s NEW YORK «M VN DO H I S P A N I C O » ,
MONTLY: AGOSTO 1956, N* 101. ROIG pueblos iberoamericanos, que tardaron asimismo casi un siglo
(E. I. S. A.). Bizarro, 17 - Madrid SPANISH BOOKS, 576 6th Av«. N. Y. C (Continúa en loa página» aiguientes.)
ëri superar sus querellas intestinas y sus luchas fratricidas en
aras de un interés superior intercontinental.

E S P A Ñ A Y A M E R IC A , U N A M IS M A H IS T O R IA
i Me preguntaban hace algunos días, con abierta curiosidad,
algunos periodistas norteamericanos, las razones por las cuales
España, que era, por decirlo así, la gran vencida política del
Congreso de Panamá, iba a conmemorar ahora este trascenden­
tal episodio. Y o les contesté que nuestra historia es, a pesar
de las apariencias, una e indivisible, y que no puede entenderse
la Am érica sin España ni España sin Am érica, pues ambos
somos hijos y descendientes de un antepasado común, la España
del siglo XVI, que descubrió y civilizó, juntamente con Portugal
— su hermana entrañable— , este continente. Pocas veces pone­
LA VOZ DE CRISTO
mos atención en lo que esta frase, tantas veces repetida, sig­
nifica en realidad. Esa obra gigantesca que una minoría rela­
tivamente pequeña de unos millares de españoles y portugueses Como homenaje de fidelidad y admiración a S. S. el Papa
llevó a cabo entre 1500 y 1800. Y es aún más interesante que P ío X II en el L X X X aniversario de su nacimiento, M V N D O
el relato épico de las batallas heroicas o de las gestas invero­ H IS P A N IC O tiene el honor de transcribir la siguiente ora­
símiles de nuestros conquistadores, el estudiar la trama íntima ción por la paz. que apareció en la revista «V erita s», ó r­
de la vida social americana desde el comienzo de esa conquista.
gano periodístico de los estudiantes dominicos de España.
Sin entrar a fondo en el análisis de esa vida propia de los ibe­
roamericanos, desde los primeros años posteriores a Colón no
se puede entender nada de la subsiguiente historia política de
América. Eso que Unamuno hubiese llamado la “ intrahistoria” palabra puede dom inar todos
es la quintaesencia de Iberoamérica, y esa realidad viva y sus­ os dirigim os a todos vos-
tancial de su espíritu sigue aún palpitante y caliente, buscando, los rumores de la tierra.
^ ' otros, los que en este m o ­
muchas veces a través de revoluciones violentas, sus formas Henos aquí con v o s o t r o s ,
mento lleváis el peso de tan
políticas definitivas. Estos últimos ciento treinta años trajeron conductores de pueblos, hom ­
una gran deformación de la verdad histórica, poniendo el acen­ gran responsabilidad, para que
bres de la política y de las ar­
to en episodios y luchas muchas veces de carácter local, que escuchéis, a través de la nues­
eran los árboles que impedían ver el bosque. La verdad es que mas, oradores de la radio y de
tra, la voz de Cristo, que dió la tribuna y todos cuantos te­
la vida americana, o m ejor dicho, iberoamericana, empieza al
día siguiente mismo del descubrimiento y de la conquista. Los al mundo su alta enseñanza de néis autoridad sobre el pensa­
españoles y portugueses que vienen en las primeras naves traen vida, y en el cual ponen su m iento y la acción de vuestros
consigo un espíritu que podríamos llamar feudal, que se apega hermanos y responsabilidad so­
confianza millones de almas,
a la tierra nueva con el fe rv o r del que la posee por derecho de
sangre. Este sentido telúrico de los primeros criollos enlaza a en un trance en el que sólo su bre sus destinos.
las mil maravillas con el sentido medieval de los jefes _y caci­
ques indios, y así se va creando la urdimbre fu erte y vigorosa
de la organización social iberoamericana, que dura tres siglos.

L A R A Z O N A B L E E M A N C IP A C IO N
Cuando los primeros movimientos de independencia apare­
cen o estallan en torno al episodio de la invasión napoleónica
de España y al cautiverio de los reyes españoles, es esta clase
directora criolla, educada en las viejas tradiciones feudales es­
pañolas, la que acaudilla los movimientos de emancipación, y
es precisamente en torno a los Municipios y a los Ayuntamien­
tos donde surgen las “ Juntas” , esa palabra tan españolísii/ia,
que es como el reflejo espontáneo de una sociedad que busca
instintivamente el cauce de sus instituciones naturales para
mantener el orden y la ley.
Pero estos criollos descendientes de los conquistadores, au­
tores de la emancipación, padres y fundadores de las Repúbli­
cas iberoamericanas actuales, de las que, como decía Bolívar
en su carta de Jamaica, “ poseían las tierras como descendien­
tes de los conquistadores prim itivos” , llevaban en sus cabezas
el bagaje de las ideas que la propia España les había ido de­
jando a través de las generaciones como legado espiritual. Una
estúpida leyenda negra quiere mostrarnos esta herencia polí­
tica española en Am érica como algo absolutista, dictatorial,
intransigente e inquisitorial, bajo el signo de un fero z catoli­
cismo fanático. La verdad es bien distinta, como todos lo sa­
béis. Las ideas políticas españolas de los siglos x yi y x vn no
eran una dogmática unilateral, sino un conjunto vivo— y a ve­
ces contradictorio— de principios de derecho público, y así, en
nuestra doctrina política está, a un tiempo, el padre Mariana,
que proclama la licitud del tiranicidio para evitar el despotis­
mo, y las maravillosas palabras de Quevedo en su M arco B ru to ,
cuando decía : “ Mal entendió Marco Bruto la materia de la
tiranía cuando tomó por tirano al soldado que, asistido de fo r ­
tunados sucesos, toma para sí en las repúblicas el poder que la
multitud de senadores posee en confusión apasionada. Siendo
así que esto no es introducir tiranía en los pueblos, sino mudai
los de la discordia de muchos a la unidad de príncipe.” Y si
V ito ria disputa a los reyes la propia soberanía sobre los pue­
blos indígenas recién descubiertos, Suárez define al poco tiem ­
po el fundamento moderno del dercho de gentes, mientras que
el padre Las Casas, exagerando el argumento, se levanta en
defensa de los indios en una apasionada polémica, cuyos ecos
no se han extinguido todavía.

N E C E S A R IA U N ID A D DE M A N D O
Y así, la herencia política de lo español y de lo portugués en
Am érica es, junto a una serie de form as de vida sustanciales,
junto a una tabla de valores morales bien definida, junto a una
respuesta concreta a las grandes preguntas que el espíritu del
hombre se ha formulado a sí mismo desde los tiempos de la
Grecia clásica, un manojo de ideas políticas, que si por una
parte exalta la libertad fundamental del hombre y los derechos
imprescriptibles de la persona humana, de la otra reconoce
la necesaria unidad de mando, que en la Am érica de habla es­
pañola y portuguesa era, además de todo, una exigencia impe­
riosa de la geografía y de las circunstancias. Y entre esos dos
polos del caudillaje y de la libertad, herencia de nuestra cultura,
ha oscilado, y oscila todavía, buscando su form a definitiva, la
llama del espíritu de esta América, tan entrañablemente nues­
tra, que heredó nuestras cualidades excelsas y también nuestros
defectos fundamentales. Sin que olvidemos tampoco en la in­
creíble aventura de la conquista, que no fué un relámpago mi­
lagroso de pocos años, sino un proceso largo y difícil de explo­
raciones, descubrimientos y misiones, ese factor decisivo al que
siempre hay que rendir homenaje, quiero decir la abnegada
presencia de los misioneros católicos, verdaderos apóstoles y
Mártires de esta nueva epopeya, a los que el Nuevo Mundo
tanto debe y a quienes todos los caudillos, militares y políticos
rendían pleitesía. Aquel célebre episodio que Bernal Díaz del
Castillo nos cuenta, cuando, a la vuelta de su mayor victoria,
P I DE LA PAZ... Hernán Cortés, con sus capitanes, camino del puerto de Vera-
cruz, encontró a los doce primeros frailes franciscanos envia­
dos a la Nueva España, que en su mísero cortejo venían, a
través del camino, predicando la buena nueva, y en cuyo en­
Armados solamente con la sus manos— indignamente, sí, cuentro el conquistador, apeándose de su caballo, se arrodilló'
ante los llamados “ doce apóstoles” para besar con humildad el
palabra de la verdad, por en­ pero realmente— la persona, la
cordón franciscano de la verdad eterna, ante sus soldados es­
cima de las disputas públicas palabra y la autoridad de Je­ tupefactos, es acaso el mejor símbolo de este sometimiento de
y de las pasiones, Nos os ha­ sucristo, encuentre en las men­ la gloria terrena a la virtud sobrenatural.
tes y en los corazones una aco­
blamos en nombre de Dios, del
gida rápida y decidida. AM ERICA. E SPE R A N ZA DEL MUNDO LIBRE
que toda paternidad recibe en
Escúchennos los fuertes [ta­ Y esta América hermana nuestra, con la que nos sentimos
el cielo y en la tierra ; en nom­
ra no volverse débiles en la in­ tan íntimamente unidos en espíritu portugueses y españoles,
bre de Jesucristo Nuestro Se­ justicia. Escúchennos los pode­ sin que ninguna ambición política ni ridicula presunción de
ñor, que ha querido tener por rosos si quieren que su poten­ primogenitura nos enturbie el afecto de corazón hacia ella, es
hermanos a todos los hombres; cia no sea destrucción, sino so­ hoy justamente, con su poderosa vecina continental, la América
de los Estados Unidos, la gran esperanza del mundo libre. Aquí,
en nombre del Espíritu Santo, corro para los pueblos y tute­ en este continente, 355 millones de seres, herencia directa de
altísimo don de Dios, fuente la de la tranquilidad en el or­ las formas de vida de la civilización occidental, constituyen el
inexhausta de amor en los co­ den y en el trabajo. ejemplo vivo y el bastión invulnerable frente a la gran amenaza
Se lo suplicamos por la san­ de subversión comunista. Nuestro enemigo común sabe bien
razones. que hay en el continente sudamericano extensas zonas donde
... Hoy dirigimos con ánimo gre de Cristo, cuya fuerza ven­
las dificultades políticas, los abismos sociales y los fermentos
paternal un nuevo y más cáli­ cedora del mundo fué la man­ de las distintas razas pueden crear el caldo de cultivo ideal para
sedumbre en la vida y en la que los microbios del odio de clases y de la revolución comunis­
do llamamiento a los gober­
muerte. ta proliferen y se extiendan. La Rusia soviética llama y convo­
nantes y a los pueblos ; a aqué­ ca para la gran revolución mundial que destruya los principios
A l hacer esta súplica sabe­
llos, para que, cesando en las de la civilización cristiana de Occidente a cuantos en el mundo
mos que están con Nos todos
acusaciones, las am en azas y tengan espinas de resentimiento clavadas en su alma. Las pa­
los rectos de corazón, todos los labras de Simón Bolívar de “ hacer frente a los peligros comu­
las causas de la recíproca des­ que tienen hambre y sed de nes” cobran ahora grave actualidad, pues frente a ese llama­
confianza, intenten resolver las justicia, todos los que ya su­ miento subversivo que se dirige a la raíz del malestar sociaQde
divergencias a c tu a le s con el fren toda clase de dolores p o l­ los pueblos, es preciso que el mundo libre haga frente también
con toda estrategia una defensiva tan audaz y directa como el
único medio adecuado, esto es, las desgracias de la vida. ataque. ¡Inmenso error sería caer ahora, por ejemplo, en la
inteligencias recíprocas y lea­ Tenemos con Nos el corazón exaltación de los nacionalismos y erizar de fronteras hostiles
les ; a éstos, para que, en la de las madres, que palpita al el continente americano! El sueño de Simón Bolívar de una
únísono del nuestro ; a los pa­ América confederada es acaso hoy más que nunca, en la era
calma y en la serenidad, fa­
del avión supersónico y de la energía nuclear, no ya meta de­
ciliten las tentativas pacíficas dres, que tendrían que aban­
seada, sino una necesidad histórica imprescindible.
donar sus familias; a los hu­
de quienes los gobiernan.
mildes, que trabajan y no sa­ “ DON QUIJOTE DE A M E R IC A”
La justicia se abre camino
ben ; a los inocentes, sobre los
con la fuerza de la razón, no He dicho el sueño de Simón Bolívar porque era, al fin y al
que pesa la tremenda amena­
con las armas. Los imperios no cabo, como tantos genios políticos, un gran soñador. En esto
za ; a los jóvenes, caballeros era también aquel aristócrata criollo de pura cepa y raíz espa­
fundados sobre la justicia no generosos de los más [>uros y ñola. “ Don Quijote de América” le llamó en cierta ocasión un
son bendecidos por Dios. La nobles ideales. gran poeta de España, y en la hora postrera, cuando ya la
política emancipada de la mo­ Está con Nos el alma de esta muerte le rondaba y la amargura de los desengaños le había he­
cho alejarse de toda actividad política, buscó refugio en Santa
ral traiciona a los mismos que vieja Europa, que fué obra de Marta, en la hacienda de un amigo español, al que le pidió dos
la quieren así. la fe y del genio cristiano. cosas para prepararse para el tránsito supremo: un Cristo y
Nada se ha perdido con la Con Nos está la humanidad un ejemplar de Don Quijote, que también se pasó la vida lu­
entera, que espera justicia, chando por la justicia y por la libertad y soñando aventuras
paz ; todo puede perderse con
paz y libertad, no hierro que imposibles.
la guerra. Vuelvan los hom­ Es sugestiva esta relación con América del quijotismo. Cer­
mata y destruye. vantes, mutilado ya, después de Lepanto, pidió venir a este
bres a comprenderse. Vuelvan
a negociar. Conversando con Está con Nos aquel Cristo continente para trabajar en él y acaso conseguir gloria y di­
que hizo del amor fraterno su nero. El fracaso de su aventura le empujó a escribir su obra
buena voluntad y con respeto maestra, de hombre de acción frustrado. Muchos suponen que
mandamiento fundamental y
a los derechos recíprocos se da­ fué Jiménez de Quesada, el glorioso fundador de Bogotá, quien
solemne, la sustancia de la re­
rán cuenta de que nunca es le inspiró hasta físicamente la imagen del caballero de la Man­
ligión, la jiromesa de la sal­ cha. Lo cierto es que en la misma Colombia existe un lugar
imposible un éxito honorable vación para los individuos y donde la gente del pueblo peregrina para visitar lo que ellos
para las negociaciones sinceras para las naciones. llaman y suponen que es el sepulcro de Don Quijote. Podía aña­
y activas. Finalmente, s a b ed o res de dir a este episodio muchos más, pero termino con uno que me
refirió una gran poetisa brasileña acerca de su país : “ En el
Se sentirán más grandes con que los artificios humanos no norte del Brasil— me dijo— hay una pequeña ciudad en la que
la verdadera grandeza si impo­ valen para nada sin la ayuda existe un curioso monumento al héroe de Cervantes, con esta
nen silencio a las voces de la divina, invitamos a todos a di­ sencilla inscripción : A Don Quijote, cuando quiera venir."
rigir la mirada hacia lo alto y Creo que el tiempo histórico está maduro para esta vuelta de
pasión, tanto colectiva como
Don Quijote al Nuevo Mundo, unido esta vez en haz indestruc­
privada ; dejan a la razón su a pedir al Señor, con fervoro­
tible que defienda la libertad, la justicia y la paz, bajo un or­
imperio y logran ahorrar la sas preces, que su gracia des­ den divino. Creo que los pueblos de América hispanoportugue-
sangre de sus hermanos y las cienda abundante s o b re este ses, juntamente con el gran pueblo de los Estados Unidos, en
mundo revuelto, aplaque las estrecha vinculación con España y Portugal— cuna de nuestro
ruinas de su patria.
iras, reconcilie los ánimos y espíritu común— , pueden y deben ofrecer al mundo soluciones
Quiera el Omnipotente que y ejemplos capaces de vencer las astucias del enemigo.”
haga resplandecer la aurora de
la voz de este Padre de la fa­ Y brindo, señores, por la unidad espiritual y profunda de
un porvenir más sereno. todas las Américas, a las que nosotros, los de la Península
milia cristiana, de este siervo
Ibérica, pertenecemos también por derecho propio y por título
de los siervos, que lleva entre PIO X II histórico, que es, a un tiempo, nuestro mayor honor y nuestra
mejor ejecutoria.
JOSE M A R IA DE A R E IL Z A
DE LUNA A LUNA RífLíXIONfS ,SOBRÍ
Por Edmíindo >MEOUCHI M .
LITERATURA
Por OTTO DE HABSBURGO
Iconoclastas en México
A l te r m in a r n u e s tra n o ta a p ro p ó s ito de la c a m p a ñ a p ro p a g a n d ís tic a q u e
lle v a n a c a b o en A m é ric a los a d m ira d o re s de d o n A lfo n s o R eyes, p a ra o b te n e r En un periódico centro europeo, ei archiduque Otto de
en fa v o r de e s te ú lt im o e l P re m io N o b e l de L it e r a t u r a , re c ib im o s dos e je m ­
Habsburgo ha publicado el artículo « Reflexiones sobre
la cuestión de las formas de gobierno», que hoy ofre­
p la re s de la re v is ta m e x ic a n a « M e tá fo r a » , d ir ig id a — b r illa n te m e n te , por cemos a nuestros lectores por considerarlo de extraordi­
c ie r to — p o r Jesús A v e lla n o , con la c o la b o ra c ió n de E n r iq u e ta O c h o a , S a l­ nario interés. En este trabajo su alteza real trata el
v a d o r de la C r u z , A n t o n io G a lvá n C o ro n a , C a rlo s R am os G u tié r r e z y A . Silva siempre sugestivo tema de la mejor forma de gobierno
referida al mundo actual, abordando el problema con la
V illa lo b o s . Si n o s o tro s le d ijé ra m o s q u e « M e tá fo ra » es u n a p u b lic a c ió n m a g ­
sagacidad y conocimientos que le caracterizan. A l in­
n ífic a , u s te d n o se s o rp re n d e ría , c ie r ta m e n te . Q u ie n pudo le e r « L e tra s de sertar este artículo dejamos de publicar por esta vez la
M é x ic o » , « E l h ijo p ró d ig o » , « C u a d e rn o s a m e ric a n o s » , sabe de so b re q u e los entrega de « E l mes diplomático», sección suscrita por
m e x ic a n o s p u e d e n s o s te n e r re v is ta s lite r a r ia s de g ra n a lie n to . N o le d ire m o s , Otto de Habsburbo, que iniciamos en el número anterior.
pues, que « M e tá fo r a » es in s u p e ra b le , s in o q u e está a la a ltu ra de las m e ­
jo re s . L o q u e im p o r ta a h o ra es q u e en e l n ú m e ro 6 de d ic h a re v is ta Jesús
A r e lla n o y R o sa rio C a s te lla n o s , co n in c r e íb le d e s e n v o ltu ra y buenas artes, T |A ODOaquel que plantee la cuestión de cuál es la m ejor form a de
d e d ic a ro n dos a rtíc u lo s para e n ju ic ia r los p re s tig io s lite r a r io s de don A l­ gobierno, automáticamente suscitará — al menos en nuestro
fo n s o R eyes. mundo de habla alemana — una viva polémica. Este es, en
A r e lla n o , p o r e je m p lo , nos d ic e cosas c o m o ésta s a ! o c u p a rs e d e l « d e s a ju s ­ líneas generales, un fenómeno típico de la Europa Central. En efec­
ta d o caso lit e r a r io de d o n A lfo n s o R e y e s ...» : to, ni en In glaterra ni en Am érica se le ocurre a nadie poner en
« . . . A lf o n s o R eyes, u n á n im e y m o n ó to n a m e n te a c e p ta d o p o r así c o n v e n ir teia de juicio las form as de gobierno— monárquica y republicana,
respectivamente— que allí rigen. En cambio, en otros sectores de la
a l v ie jo c la n de la lit e r a t u r a m e x ic a n a , no re p re s e n ta e l m ás a lt o n o n de la
Europa Occidental es hoy perfectamente posible criticar todo el sis­
prosa de c re a c ió n en A m é ric a , com o v ic ia d a m e n te lo q u ie re p re te n d e r la
tema sin temor a provocar la amenaza de una intervención inme­
b u e n a — y m u c h a s veces la m a la — fe de sus in c o n d ic io n a le s ...» Y m ás a d e ­ diata de la Policía ni a desencadenar destemplados ataques de furia.
la n te : « ...e s ta cam paña d e s m e d id a por im p o n e r la d ic ta d u r a lite r a r ia de Cualquiex-a puede hoy proclamarse monárquico en Francia y repu­
A lfo n s o Reyes ha p e rju d ic a d o y s e g u irá p e rju d ic a n d o el n a tu r a l d e s a rro llo blicano en Bélgica, sin que por eso vayan a acusarle, sin más, de
de las le tra s , im p id ie n d o a i m is m o tie m p o su e s p o n tá n e o y ló g ic o f lo r e c i­ alta traición.
m ie n to . A d e m á s , se le a trib u y e n fa lsa s g ra n d e z a s y no se le o to rg a la q u e Esta curiosa diferencia entre la Europa Central y otras zonas
m e r e c e .. . » de nuestro continente es sign ificativa. Pero también constituye, por
desgracia, una prueba de que, entre nosotros, va desapareciendo de
ciertas esferas el sentido del fa ir -play y el interés por una discusión
Panegiristas fonso Reyes, los panegiristas de política basada en argumentos objetivos. En los países anglosajo­
profesión son, además de tontos, nes estas cualidades se consideran como atributos esenciales de la
y se p u ltu re ro s aburridos. Auténticos sepulture­ verdadera democracia.
ros.. . En toda disputa en torno a la form a de gobierno, tal como se está
¿Se sorprende usted, lector? La obra de don Alfonso Reyes entablando — con demasiada frecuencia, por cierto — en nuestra
¿Por qué? A don Hernán Cortés puede y debe ser discutida, par­ prensa y en nuestros Parlamentos, rara vez encontramos una ar­
y a Cuauhtemoc— heroicos sin me­ ticularmente por los jóvenes, por gumentación serena y fundada en la razón. La discusión se des­
dida, forjadores de naciones, hom­ los que quieren abrirse paso en arrolla en form a de argumentos ad hominem, por decirlo así. Suele
bres-hombres— se les ataca en Mé­ la difícil, terrible vorágine litera- tomarse preferentem ente por base a unas cuantas figuras indignas
xico de mil maneras. Lea usted lo sentadas en el trono para luego iden tificar con ellas a todas las
que ha escrito sobre el conquista­ raria, por los que viven en un
tiempo y en un mundo que en na­ form as monárquicas de gobierno. Pero tampoco los defensores de la
dor de México ese criollo disfra­ Monarquía se comportan mucho m ejor en este aspecto; también
zado de indigenista, charlatán in­ da se parecen a los del ilustre,
domable y general revolucionario, IN C O M P A R A B L E polígrafo me­ éstos señalan a su vez con el dedo a unos cuantos políticos p rofe­
llamado Rubén García. Este ene­ xicano... sionales corrompidos, que tanto abundan, por desgracia, entre nos­
migo personal de don Hernán Cor­ otros, afirmando que este fenómeno es la inevitable consecuencia de
tés, envidioso de su gloria, ha di­ toda form a republicana de gobierno. Tales argumentos no son con­
cho cuanto le ha venido en gana cluyentes en absoluto. Ha habido monarcas buenos y monarcas malos.
contra quien, en último análisis, El «quite» de Azuela De igual modo -conocemos Repúblicas— como Suiza— en las que se
no necesita defensores. P o r q u e cultivan las más hermosas virtudes cívicas, mientras que otras están
Hernán Cortés, como Cuauhtemoc, lejos de haber alcanzado este ideal.
se defienden ellos solos, ofrecien­ Salir a la luz lo de Arellano y
do como testimonio de su grande­ animarse un poco el cotarro, fué Y es que toda institución puramente humana tiene su lado de
za una nación de treinta millones inevitable. luz y su lado de sombra. En tanto existan en el mundo seres hu­
de habitantes, pujante y admira­ Don Salvador Azuela, hombre manos y no ángeles, serán inevitables los pecados y los errores.
ble. Nosotros, los mexicanos, con fantástico y espectacular, inteli­ Además de los aspectos “ demasiado humanos” de las diferentes
« nuestras vidas y nuestras muer­ gente y apasionado, propuesto ha­ form as de gobierno, se suelen aducir argumentos “ históricos” , pero
tes», somos los abogados tácitos ce muchos años por Vasconcelos en una form a tal que, por esgrim irse con intenciones propagandís­
e irremediables de los dos héroes.
como «espejo de juventudes», y ticas, falsean la verdad de los hechos, razón por la cual no pueden
E l ataque, el reproche, la dia­ ahora, simplemente, director de
triba que se dedica en México a tener cabida en una investigación científica y seria.
F i l o s o f í a y L e t r a s de la Los republicanos no se cansan de insistir en la afirm ación de que
la gente que vale tiene por objeto
inconfesado avivar cosas muertas U. N. A. M., no podía permitir que la Monarquía es un régimen nobiliario. Es costumbre en ellos sacar
o resucitar cadáveres, rescatar del Arellano se saliera con la suya y
a relucir el ejemplo de numerosos imperios del siglo pasado y com­
olvido lo que no debe ser olvida­ lanzó al aire palabras encendidas
como saetas. «Basta pasar la mi­ pararlos, sin más, con las Repúblicas del año 1956. P o r su parte,
do, animar a los ídolos y a las es­ los monárquicos suelen tener el prurito de poner especialmente de
finges. Y eso y no otra cosa ha rada por la nómina de sus libros
— declaró Azuela respecto a don relieve las dificultades económicas, las cargas fiscales y la injeren­
logrado Arellano con su embesti­
da contra don Alfonso Reyes, que A l f o n s o Reyes— para que cual­ cia del Estado en la vida de los ciudadanos, que caracterizan a las
ha sido y es— confesémoslo— una quier mexicano ilustrado se incli­ Repúblicas de hoy, a la vez que ensalzan la libertad y prosperidad
especie de Buda ante el cual se ne con respeto...» Y esto— reco­ económica de que gozaban los ciudadanos en las Monarquías ante­
ponen de hinojos, sobre todo, los nozcámoslo— es a b s o l u t a m e n t e riores a 1914. Estos argumentos— los de los unos y los de los otros—
que no lo han leído. Las palabras cierto. Se podría agregar en todo no son convincentes. En la mayoría de los casos no son más que el
de Arellano son duras e injustas, caso que son muy pocos «los que viejo truco propagandístico de comparar la situación del pasado con
pero tienen la virtud de remover pasan la mirada por la nómina la del presente, sin tener en cuenta que las condiciones han.cam ­
el aire de las bibliotecas, de des­ de los libros de Reyes o que sola­ biado por completo. Este sistema de discusión no es serio ni obje­
pertar de su modorra filológica a
muchos pedantes. Los admiradores mente pasan la mirada sobre la tivo en absoluto. En un estudio político honrado sólo cabe, en el
de los hombres grandes como A l- nómina sin leerla como es debido. m ejor de los casos, establecer comparaciones entre Repúblicas ac­
Frente a él, frente a Reyes, la tuales y Monarquías actuales. Siguiendo este método, veremos en
mayor parte de sus críticos enmu­ seguida que, dentro de las Monarquías contemporáneas, hay en los
MVNDO decen respetuosamente o se salen
por peteneras. Son poquísimos los
puestos rectores tan pocos aristócratas de nacimiento como dentro
de las Repúblicas y que los graves problemas económicos plantea­
H ISPA N IC O que pueden (Pasa a la pág. 58.) dos hoy en día afectan por igual a todos los Estados, cualquiera que
sea su form a de gobierno.
LA CUESTION Df LAS FORMAS Di GOBIERNO
A renglón seguido, los republicanos utilizan casi siempre la fór­ permanente e invariable : el derecho natural. El camino que condu­
mula de que la Monarquía es una forma de gobierno del pasado, ce al triunfo de este derecho habrá de ajustarse en todo momento
mientras que la República lo es del porvenir. Basta el más elemental a la realidad de la situación, la cual está cambiando sin cesar.
conocimiento de la Historia para desmentir esta afirmación. Las Hablar de una forma de gobierno de validez permanente, afirmando
dos formas de gobierno han existido siempre desde los tiempos más que es la que mejor se acomoda a todos los tiempos y circunstan­
remotos. Y, por cierto, observamos que, en la evolución cíclica de la cias, revelaría ignorancia y audacia.
Historia, los períodos republicanos han tenido una duración mucho De aquí podemos inferir asimismo que nunca llegaremos a nin­
más breve que aquellos en que han gobernado los reyes. Por lo ge­ gún resultado útil mientras nos empeñemos en enjuiciar— casi siem­
neral, las dos formas de gobierno han venido alternándose sistemá­ pre partiendo de premisas filosóficas falsas— la bondad objetiva de
ticamente. En todo caso sería falsa la afirmación de que una forma una determinada forma de gobierno. La discusión sólo será fructí­
de gobierno determinada es la única válida para el porvenir, cuando fera cuando, por fin, nos percatemos de que no será de provecho
ya la encontramos en la antigua Grecia, en Roma y en Cartago. mientras no esté enfocada hacia el objetivo final : el triunfo prác­
Me permito hacer aquí un inciso para destacar un hecho que se tico del derecho natural. No se trata, pues, de averiguar qué valor
olvida con demasiada frecuencia: ni en la vida política ni en la absoluto ha de designarse a la Monarquía o a la República consi­
vida social y económica se suelen dar muchas innovaciones. Cuanto deradas en sí mismas. No cabe ninguna respuesta a esta pregunta,
más ahondamos en el estudio de la Historia, tanto más pronto lle­ puesto que una y otra no son más que un medio para un fin, un
gamos a la conclusión de que todo ha existido ya. Hoy nos queja­ medio que podrá ser acertado o desacertado, pero que no es objeti­
mos, por ejemplo, del excesivo gravamen que imponen las cargas fis­ vamente bueno ni objetivamente malo. Lo que sí debemos pregun­
cales; estamos convencidos de que los impuestos sobre la renta, tarnos siempre es si es esta o aquella forma de gobierno la que, dadas
sobre la herencia, sobre los salarios, y tantas otras gabelas fiscales las actuales circunstancias, se adapta mejor a la finalidad de ase­
con que nuestro Estado expolia a sus súbditos, son una invención gurar el cumplimiento del derecho natural.
de los tiempos modernos. Pero no es así. La imposición de cargas
tributarias exorbitantes ha sido siempre un síntoma inequívoco de
decadencia. Todo régimen agonizante la ha conocido : desde los egip­
cios—pasando por los asirios y persas— hasta nuestros días. Algo * * *
parecido se observa también en la vida de la sociedad. En el antiguo
Egipto la legislación social no era— mutatis mutandis— mucho me­
nos avanzada que en nuestra época. Recordaremos que muchos in­
vestigadores aseguran que la construcción de las pirámides a lo
largo del Nilo no era más que la fórmula que entonces se aplicaba Una vez que hayamos comprendido bien la verdadera naturaleza
a la consecución de trabajo para los obreros, pues el Egipto de la de la cuestión de las formas de gobierno nos será ya fácil abordar
época decadente sufrió también la plaga del paro, plaga que, a otros dos problemas que tan a menudo, sin razón ni fundamento,
través de los siglos, ha sido siempre un signo infalible de decadencia. se involucran en la discusión, con grave riesgo de envenenarla.
Estos hechos debieran enseñarnos a ser comedidos cuando se Sin cesar se viene hablando día tras día de la relación de com­
trata de cuestiones políticas. No somos nosotros los que hemos des­ patibilidad que las Monarquías o las Repúblicas puedan tener con
cubierto los problemas ni son de ahora los diferentes remedios mi­ el concepto de “ democracia” . Una vez más se refleja aquí, en mil
lagrosos de nuestra generación, sino que han sido ideados en tiem­ facetas, la falta de seriedad y la precipitación de juicio que carac­
pos muy anteriores al nuestro. Por lo mismo debiéramos considerar teriza esta época de los tópicos y de las consignas propagandísticas.
nuestra situación de un modo más objetivo y desapasionado. Es casi Y es que el concepto de democracia se ha tornado infinitamente
un contrasentido el enfurecerse unos contra otros y francamente flexible y acomodaticio. En Rusia, la “ democracia” significa el
ridículo el que un hombre, mirando al mundo desde el ángulo vi­ asesinato en masa, la Policía secreta y los campos de trabajos fo r­
sual del gusano, muestre frente a formas políticas de valor eterno zados. En cambio, en América— y ahora también en Europa— hasta
una intolerancia que la propia Historia, con su serenidad imper­ los escritores políticos son a menudo literalmente incapaces de
turbable, condena. distinguir entre “ democracia” y “ república” , confundiendo escan­
dalosamente ambos conceptos. Por si esto era poco, se están apli­
cando las palabras “ democracia” y “ democrático” a ideas y cuali­
dades que se salen del marco de lo político para entrar en el te­
* * * rreno de lo económico y social. Por esta razón consideramos que es
necesario volver a la auténtica definición de la democracia, la cual
significa, en términos generales, el derecho de codeterminación del
pueblo a estructurar la marcha de su evolución y su porvenir.
Todo examen objetivo de esta cuestión de las formas de gobierno Entendidas así, ninguna de las dos formas clásicas de gobierno
exige asimismo que ésta se encasille correctamente dentro del orden está, por su naturaleza, vinculada a la democracia. Es más : de
jerárquico de los valores. hecho encontramos la democracia en ambas, como también encon­
Estamos hablando de formas de gobierno. Esta expresión tiene tramos Monarquías y Repúblicas autoritarias. En este aspecto los
un significado específico, puesto oue existe una notable diferencia monárqúicos sostienen, en su mayoría, que el sistema democrático
entre “ forma de gobierno” y “ Gobierno” propiamente dicho. Este funciona mejor en las Monarquías que en las Repúblicas. Si exa­
constituye la esencia de todo Estado, casi podríamos decir su “ alma” , minamos el cuadro que hoy ofrece Europa, es indudable que este
mientras oue aquélla — la forma — corresponde al concepto de argumento tiene muchas cosas a su favor; podemos asignarle cierta
“ cuerpo” . Estos dos elementos no pueden existir el uno sin el otro, validez, circunscrita, naturalmente, por las fronteras de espacio y
ciertamente. Pero en el orden de los valores el alma es superior tiempo. Pero frente a este argumento hemos de destacar también
al cuerpo. el hecho de que en los Estados pequeños y sólidamente arraigados
El “ Gobierno” propiamente dicho— el Gobierno en abstracto- en la tradición, como, por ejemplo, en el caso de Suiza, la demo­
arranca del derecho natural. El Estado no es un fin en sí mismo y cracia y la República funcionan juntas maravillosamente.
para sí mismo. La razón de su existencia es servir a los fines de Mucho más viva se torna la discusión cuando se aborda la cuestión
los ciudadanos. Por consiguiente, no es en modo alguno una fuente "Monarquía y socialismo” o “ República y socialismo” . Esto se debe
de derecho ni es tampoco— como con demasiada frecuencia se cree principalmente a que, en los países de habla alemana, la inmensa
hoy día— omnipotente. Sus poderes están limitados por los derechos mayoría de los partidos socialistas oficiales son de ideas republi­
de sus súbditos. Sus funciones le son asignadas en virtud del prin­ canas. De aquí la facilidad con que los espíritus de mediocre in­
cipio de subsidiaridad. El Estado, entendido como debe entenderse, teligencia y cultura caen en el error de suponer incompatibles el
sólo puede intervenir en aquellas esferas de actividad que escapan socialismo y la Monarquía.
a la libre iniciativa de sus súbditos. Así, pues, el Estado es, en todos Hay aquí una confusión elemental y básica. La doctrina socia­
los aspectos, el servidor del derecho natural. Su cometido es ayudar lista— o al menos lo que hoy se considera como tal— es, en su esen­
a éste a abrirse paso y triunfar, Fuera de esto no tiene otras atri­ cia, un programa económico y político-social, y, por consiguiente,
buciones. nada tiene que ver, de suyo, con la cuestión de las formas de go­
Por consiguiente, si la misión del Estado es velar por el cum­ bierno. La conducta republicana de algunos partidos socialistas no
plimiento del derecho natural, la forma de gobierno es el medio del dimana, por tanto, del carácter esencial de su programa, sino del
que se sirve la comunidad para poder alcanzar este objetivo. Es, particular modo de pensar de sus dirigentes.
pues, un medio para lograr un fin : no es una meta, sino el ca­ Que esto es así lo demuestra, en Europa, el hecho de que la
mino que conduce a una meta. mayoría de los partidos socialistas realmente fuertes no son re­
Con esto queda explicada al mismo tiempo la importancia rela­ publicanos, sino monárquicos. Tal ocurre en Gran Bretaña, países
tivamente secundaria que tiene la cuestión de la forma de gobierno. escandinavos y Holanda. En todos estos Estados no sólo existe el
Y no hay duda de que la elección del medio acertado es de una im­ más perfecto acuerdo entre el socialismo y la Corona, sino que es
portancia capital. Del acierto en la elección dependerá el que se logre imposible sustraerse a la impresión de que el clima monárquico es
o no alcanzar la meta final. En la vida pública sólo hay una cosa más favorable al socialismo que el republi- ( Pasa a la pág. 57.)
escritores norteamericanos, entre los cuales podemos ci­
e unos años a esta parte, más concretamente, des­

D de la última postguerra, ha variado sensiblemente


la actitud de los americanos del norte y del sur
tar a Hemingway, Ezra Pound y Henry Miller E los re­
volucionaron, al contagio estimulante de París, a 1 e

LA
ratura norteamericana, que todavía transitaba la ingenua
respecto de los países europeos. No se trata de qüe hayan
etapa del cow-boy. En Inglaterra y en Italia vagabun­
dejado- de venir a Europa, puesto que siguen llegando en
deaba, desde 1910, una tribu nómada de sudamericanos
oleadas por la primavera y permanecen aquí, como los
cultos que sentaban sus reales en París o en Madrid,
oficiales de la ocupación, durante muchos años. Pero sí
como los García Calderón, Rubén Darío, Blanco Fombo-
es un hecho que de la admiración irrestricta por los paí­ na y tantos otros que han muerto ya, pero que Supieron
ses ribereños del mar del Norte, el Cantábrico, el Medi­
fecundar, por rebote de lo que habían recibido en^ bu-
terráneo, el Adriático, hemos pasado sin transición per­ ropa, la literatura hispanoamericana y aun la española.

LECCION
ceptible a un menosprecio piadoso. No hay que olvidar que Darío es uno de los más gran-
Entre las dos guerras, y con mayor razón antes de la
del 14, no sólo los sudamericanos y norteamericanos
Pero no se trataba de imitar, aunque tal fuera la in­
pasaban largas temporadas en Europa, sino que su má­
xima aspiración era vivir en ella y pasar por franceses, tención de quienes viajaban a Europa. Muchas veces,
ingleses y aun españoles de abolengo ilustre. La mayor como en el caso ya citado de los norteamericanos «duros
felicidad de un vaquero de Kansas consistía en que los de pelar», nuestra América inmensa, casi ilimitada, des­
conocida, multiforme, millonaria, virgen, se les revelaba

EUROPEA
conserjes de un buen hotel de París lo tomaran por un
inglés de las . orillas del Támesis. Los argentinos millona­ de contragolpe cuando paseaban en góndola por los ca­
rios, que se habían enriquecido ordeñando la pampa de nales de Venecia o rodaban en fiacre por las callejuelas
las vacas gordas, creían honradamente que todo el mun­ del viejo París.
do (es decir, el chófer, la costurera, la modelo, el depen­ Después de la segunda postguerra, repito, varió radical­
diente, el criado de café) los confundía con los franceses.
mente el concepto que tenían los americanos de Europa,
Los colombianos, más modestos, nos contentábamos con
madre espiritual nutricia desde el estallido en cadena de
ser «une vache espagnole» y con fingir que habíamos
nacido en Valladolid o en Villaconejos, renegando de la independencia americana. Contribuyeron a este cam­
Chipaque o de Fatatativá. bio de cosas y hechos muy importantes: la revolución
rusa, que atrajo violentamente el interés de los intelec­
Este fenómeno de mimetismo nacional traducía nues­ tuales de izquierda; el nazismo y el fascismo, que pu­
tra cándida, nuestra irrestricta, nuestra crédula admira­ sieron a marcar el paso a los intelectuales de derecha ;
ción por los países europeos, que seguían viendo en nos­
la revolución española, que fraccionó la opinión hispa­
otros sólo vaqueros de Kansas y bárbaros más o menos
noamericana; la segunda guerra mundial, que determinó
ricos de la Argentina. El resto de Sudamériea no existía
el auge económico de los Estados Unidos y también el
en el esquema geográfico de los europeos.
derrumbe comercial de los países europeos. Durante
Empero, las razones de nuestra admiración estaban so­ muchos años, a partir de 1939 y por lo menos hasta
bradamente justificadas. Los comerciantes ricos conocían 1943 los nortemaricanos y los hispanoamericanos, con
por una reiterada experiencia la seriedad y honradez de la excepción de los militares para los primeros, dejaron
los comerciantes ingleses, con cuyas casas mantenían re­ de viajar y de recalar en Europa.
laciones.* Las familias que venían a desasnar sus hijos y
Nuestros vecinos del norte, a partir de la postguerra,
a vestir sus hijas en París, comprobaban la perfecta sol­
vencia, la voluntad de servicio y la eficacia de las casas dieron en considerar a Europa por encima del hombro,
internacionales de banca. Y quien acaso venía a España como a narienta pobre, necia, desdentada, a auien por
caridad debían ponérsele inyecciones de penicilina para
para ver toros, o a Italia para ver estatuas, se admiraba
que no se acabara de morir. Europa era una colcha de
de la sencillez y la simpatía de unos pueblos que no
retazos que se rasgaban y perdían los hilos al contacto
están dispuestos a asesinar y desvalijar al extranjero en
con esa tela dura, mercerizada, sanforizada, trubenizada.
los caminos, como ocurría y sigue ocurriendo entre nos­
de la eficacia v la técnica norteamericanas. Nosotros pa­
otros con los naturales.
decimos de golpe una atracción irresistible por América
A estas comprobaciones de los residentes y turistas del Norte, en detrimento de Europa. Desde el importador
habría que agregar el hecho de que, por turbulenta que de corbatas hasta el comprador de libros, desde el indus­
fuera la política interna o internacional, la vida ordina­ trial hasta el poeta, todos nos volvimos de espaldas a
ria no padecía alteraciones. Inglaterra, como toda la vida, Europa para poner los oios en los Estados Unidos. A los
tenía líos y contiendas en alguna colonia o con alguna turistas hispanoamericanos Eurona de golpe les pareció
potencia demasiado impaciente; pero esto apenas revol­ fea, vieja, sucia, y sus mujeres sin «sex-appeal».
vía la superficie de la prensa y el Parlamento, sin alterar
Sin embargo, y con la reserva de que algún día volveré
la corrección del obrero, la seriedad del comerciante, la
sobre este tema. Eurona continúa esencialmente idéntica
solidez del sistema bancario. la libertad que perora en
a como lo fuera hace treinta años, aunque esté empo­
Hyde Park mientras los pajaritos se picotean las plumas
brecida y afronte gravísimos problemas de orden eco­
en un árbol. Francia, como hoy, como en todos los tiem­
nómico. político v social. No ha perdido sus buenas ma­
pos, cuando Briand. o en la época de Napoleón III. o en
neras ni se le ha olvidado cocinar; conserva el gusto
el reino liberal de Luis Felipe, seguía envuelta en la al­
por la literatura y el arte y su capacidad crítica y filosó­
garabía de los partidos y entregada al deporte de tumbar
fica. su ímpetu creador en todos los órdenes del espíritu,
Gobiernos, restaurarlos, volverlos a tumbar, cambiarlos
dista mucho de haberse marchitadq. Devastada por una
por el derecho v el revés, sin que se alterara una coma
guerra atroz, desquiciada al perder la hegemonía política
al programa de estudios universitarias, ni deiaran de
v económica en un mundo aue contempla el espectáculo
cantar los ciegos en Montmartre, ni los profesores aban­
de Rusia y los Estados Unidos, temerosa de una nueva
donaran la Sorbona, ni los teatros cerraran las puertas,
guerra, sin embargo, hay que ver lo que es el resurgi­
ni en la ribera izauierda una partida de bohemios im­
miento industrial de una Alemania partida en dos v el
penitentes (descendientes de François Villon) deiara de
renacimiento literario y cinematográfico de una itaha
transformar la pintura, o la literatura, o la filosofía. Fui
sobrepoblada, v la reconstrucción de Inglaterra a pesar
España e Italia sucedían cosas atroces, pero la alegría
de que ha tenido aue apretar varios bunios al cinturón,
v espontaneidad de las gentes seguían ilesos, como si no
y el movimiento editorial y teatral de una Francia des­
hubiera pasado nada, o como si alguna vez no pudiera
gobernada v enloquecida oficialmente, v el desarrollo
pasar alguna cosa. Y era lo cierto que pasaban las gue­
material de' una España que ha construido sus carrete­
rras, las revoluciones, los cambios de régimen, las crisis;
ras, represas hidroeléctricas, a fuerza de paciencia y con
pero ciertos valores esenciales y las formas y actitudes
las uñas. Ya quisiéramos nosotros, dentro de nuestro sú­
en que éstos se reflejaban permanían intactos. Me refiero
bito complejo de superioridad frente a los europeos,
al respeto por el prójimo, al culto por el arte, al amor
haber hecho en los últimos diez años de paz y de pros­
del trabajo, al gusto por la buena mesa y el vino bueno,
peridad lo que ellos han logrado partiendo de un mundo
al orgullo por la obra bien hecha, así fuera una pintura,
en ruinas y en la desolación. Europa, tal vez hoy con
He aquí otro excelente ar­ un edificio^ una estatua, un libro. La guerra y la revolu­
más veras que nunca,'nos puede enseñar muchas cosas.
tículo del escritor colombiano ción enloquecían a los europeos durante algún tiempo,
E d u a r d o Caballero Calderón. Nos enseña a ahorrar, a no presumir, a vivir con digni­
Hay en él agudeza de observa­ pero después volvía la calma, y con la calma, otra vez
dad y modestia. Nos enseña a trabajar con constancia,
ción, pensamiento hondo y un el goce y el amor de la vida. a pensar con lucidez, a crear en silencio y a esperar que
gran equilibrio mental. Un se­
reno equilibrio en la perfecta Norteamericanos y sudamericanos no sólo admirába­ soplen mejores vientos. El toro de Europa se crece con
forma objetiva en que desarro­ mos sumisamente «las cosas» que tenia Europa para des­ la pica, y su lección ahora, aun suponiendo que estuvie­
lla su tesis. Es posible que
«M . H .» no se hubiese decidi­ lumbrarnos, como sus ruinas, sus monumentos, su lite­ ra al borde de la estocada final que puede propinarle
do a reproducir este artículo ratura y su teatro, sino el comportamiento de las gentes Rusia cualquier día, debe ser atendida y meditada por
si estuviera firmado por un
escritor europeo y hubiera sido más sencillas, la elegancia de las gentes más cultas, el nosotros. Pero somos, ya lo he dicho muchas veces, seres
publicado en un periódico de respeto general por el espíritu, él cual empapa los pala­ inconstantes y versátiles que seguimos no nuestro propio
Europa. Pero ha sido escrito cios de Roma, las plazas de Florencia, las callejuelas de impulso, sino nuestro mezquino y momentáneo interés,
por un americano y ha sido
p u b l i c a d o en un diario de París, los jardines de Granada, aun los gigantes mecáni­ siempre que éste coincida con el interés de los poderosos
Am érica: « El Independiente» , cos que montan guardia a la entrada del Palacio de y triunfadores de la hora. Apostamos siempre al que
de Santa Fe de Bogotá. Las
dos circunstancias a una aven- Buckingham, en Londres. gana, con la particularidad de que lo hacemos después
tan toda reserva por nuestra
Entre las dos guerras acampó a la orilla izquierda del de que ha ganado. Dentro del tremendo orgullo europeo,
parte. En última instancia, aprendamos, pues, humildemente su lección de humildad.
siempre será un original punto Sena, a la sombra de Gertrude Stein, una cohorte de
de vista, sujeto (si alguien en
posesión de argumentos con­
sistentes así lo estima) a otras E D U A R D O C A B A L L E R O C A L D E R O N
consideraciones u l t e r i r o r e s .
COMO VIVE S. S. PIO XII

UN DIA
DE LA

V I D A
DEL

P A P A
• UN CURA ALDEANO.
I
• UN DRAMATICO PONTIFICADO.

• EL «CADILLAC» NEGRO.

• A LAS 6,15 SUENA EL DESPERTA­


DOR (CINCO HORAS DE SUENO).

• EL MENU DEL MEDIODIA.

• «GRETCHEN» (EL JILGUERO) LE


QUITA EL PAN DE LAS MANOS.

I ,ON alborozo recién estrenado, la Cris­


tiandad entera rendirá, en este año de
1956, un homenaje de pleitesía y simpatía
a Pío X II, que ha cumplido ochenta años.
El Papa, al aceptar el homenaje, ha prefe­
rido el dinamismo efectivo, plasmado en
obras sociales duraderas, a toda pirotecnia
jubilosa de entusiasmos pasajeros. ¡Obras
son "amores! Así la ofrenda reverberará en
el corazón de Pío X II, proyectándose otra
vez en provecho de la gran familia cris­
tiana.
Conocer y amar al Papa es conocer y
amar a la Iglesia. Sumándonos a ese ple­
biscito de homenaje común, queremos re­
cordar los valores humanos de Pío X II, su
vida vigilante en la altura de los ochenta
años, su magia “ extraña” , que cautiva con
una fascinación irresistible a los peregri­
nos de todo el mundo y de todas las con­
fesiones.

ASI ES...
Él Papa es un hombre alto; de comple­
xión delgada en extremo, apenas pesa 60
kilogramos; su rostro demacrado, bonda-
rroquiales. Pero su débil com­
plexión física y la solicitud sa­
cerdotal con que se entregó a su
parroquia hizo que su padre,
que ocupaba un alto puesto en
la curia vaticana, pidiese rele­
vo para él. A s í entró en la Se­
cretaría de Estado. También
allí podía servir a la Iglesia. Y
empezó una carrera diplomática
brillante. P o l i g l o t a , afable y
digno sin afectación, perspicaz,
bondadoso, incansable en el tra ­
bajo, fué ascendiendo como un
meteoro luminoso. A siste como
miembro de la delegación pon­
tificia a la coronación de Jor­
ge V ; luego es enviado como
nuncio a Munich y Berlín, don­
de negoció los concordatos con
Baviera y Alemania. E l káiser
Guillermo I I admiró su “ eleva­
da inteligencia y trato exquisi­
to” , y vió en él al “ tipo perfecto
de eminente prelado de la Ig le ­
sia católica” . En 1929 recibe,
en premio de tantos abnegados
servicios, la púrpura cardenali­
cia. Tenía cincuenta y tres años.
Dos meses más tarde es nom­
brado secretario de Estado. V ia ­
jero y diplomático, va al Con­
greso E u c a r í s t i c o de Buenos
A ires como legado, a las fiestas
del Jubileo Mundial de Lourdes,
al Congreso Eucarístico de Bu­
dapest. Es el viento impaciente
de la catolicidad. En cierta oca­
dosamente ascético, irradia una sión, al regresar de un viaje de
dulzura entrañable. Detrás de 13.000 k i l ó m e t r o s , P ío X I le
los cristales de sus gafas de llamó mimosamente “ n u e s t r o
oro, sus ojos oscuros y brillan­ c a r d e n a l transatlántico pan­
tes están siempre encendidos en americano” . El aire de profun­
verdad y en amor. Su porte y do recogim iento místico y la
sus gestos tienen una sencillez belleza apolínea y paulina de su
elegante, dinámica, frá gil. “ Su elocuente palabra dejaban tras
cuerpo, casi traslúcido, parece él una huella de asombro.
hecho apenas para servir de en­ De los anaqueles de mi biblio­
voltura a su alma” , escribió un teca pasa a la mesa de trabajo
agudo observador francés. ahora un grueso volumen. T ie ­
Casi se perciben los latidos ne cerca de mil páginas. Son los
de su gran corazón de Padre de D iscorsi e pa n eg irici que, en
los creyentes. Tiene una expre­ diversas ocasiones y en diversos
sión extática, alerta, dram áti­ idiomas, pronunció el cardenal
camente amorosa y dulce. Cuan­ Pacelli. Los hay en italiano, en
do aparece su figura iluminada español, en francés, en inglés,
en la ventana del palacio apos­ en portugués, en alemán, en la­
tólico para repartir sonrisas y tín, verdaderas joyas de la ora­
bendiciones a los peregrinos que toria sagrada. Me pongo a leer
lo aclaman en la plaza de San uno que desarrolla un tema en­
Pedro, se siente una visión ce­ trañable : el discurso del sépti­
leste ; cuando pasa en la silla mo centenario de la gloriosa
gestatoria, con la mirada des­ canonización de Santo Domingo
pierta y la mano extendida, las de Guzmán. Trein ta y cinco pá­
lágrim as cantan de júbilo en los ginas de antología desbordadas
rostros de los que sienten su de luz y de hermosura. E l car­
augusta cercanía. Quien ha vis­ denal Pacelli canta las glorias
to a P ío X I I guarda ya, en el del atleta de Cristo con ímpetu
cofrecito de sus recuerdos, una exultante de h ijo bien nacido.
imagen imborrable, húmeda y N o en vano, pienso, ingresó en
perfumada para toda la vida. la Orden Tercera de Santo Do­
mingo, b a u t i z á n d o s e con los
evocadores nombres de Tomás-
E L V IA J E HASTA Alberto.
E L TRONO
E U G E N IO P A C E L L I :
Eugenio M aría Giuseppe Gio­ PIO X II
vanni Pacelli nació en Roma, a
orillas del Tíber, en la vía de los El 2 de marzo de 1939, el mis­
Orsini, el 2 de marzo de 1876. mo día que celebraba su L X I I I
Una honda tristeza de anticle­ cumpleaños, fué elegido Papa.
ricalismo empañaba las milena­ Eugenio Pacelli se llamará des­
rias piedras romanas. II R isor- de entonces P ío X II. Se ha di­
gim ento atacaba duramente la cho de él que es el cura aldeano
inmutable firmeza del Vaticano, de Bernanos sobre la silla de
mientras se acuñaba en moldes San Pedro. Su pontificado, cons­
revolucionarios la nación ado­ telado de dramatismo y jubiloso
lescente: Italia. Eugenio Pacel­ de triunfos, bogará por la era
li era un niño tímido, serio, ena­ atómica y más allá de la era
morado de Dios. En edad tem­ a t ó m i c a caracterizado por su
prana inició su carrera eclésiás- m agisterio luminoso e intrépi­
tica. Ordenado sacerdote, su vo­ do, por su modernidad reform a­
cación pastoral se volcó en el dora, por su universalidad sin
cumplimiento de los deberes pa­ fronteras humanas, por el di-
XXX ANIVERSARIO DE LA REVOLUCION PORTUGUESA

OLI VE! R A SALAZAR


VIGIA DE OCCIDENTE

namismo infatigable de sus bra­ ra e l é c t r i ca — regalo también


zos abiertos, crucificados en los del cardenal Spellman — que le
dolores de este mundo sangran­ permite economizar unos minu­
te. Es el “ Pastor Angelicus” , tos para saborear más pausada­
reencarnación de la parábola mente el sacrificio de la misa.
evangélica. La trayectoria ma­ Cuentan que en una ocasión di­
gistral de la carrera eclesiástica jo : “ Gracias al inventor de la
de Eugenio Pacelli perdura en máquina eléctrica de afeitar,
la acción clarividente y amoro­ me es posible dedicar cada día
sa de Pío X II. cinco minutos menos a mi bar­
ba y cinco minutos más al sa­
crificio divino.” Sólo el ayudan­
EL C AD ILLAC NEGRO 1 SCV te oye la misa del Papa. Se lla­
ma Mario Stoppa, camarero
El cardenal viajero ha ancla­ personal de Pío X II.
do en Roma. Pío X II ya no via­ En Castelgandolfo, a las ocho
ja. Unicamente abandona el pa­ treinta, después de su frugal
lacio durante su e s t a n c i a en desayuno, recibe en su estudio
Castelgandolfo, cerca de Roma, a sus ministros Tardini, Dell’
en los montes Albanos. Allí pasa Acqua y Grano. A las once «Este hombre, que forma parte del Gobierno, no que­
los meses del agobiante estío, ría gobernar. Diputado, asistió a una sola sesión del
treinta sale al jardín y, senta­ Parlamento y no volvió jamás. Nombrado ministro, per­
en una residencia frondosa de do en una poltrona de mimbre, maneció cinco días en Lisboa y se marchó sin deseos
arquitectura y jardines que se de volver. Se le ha dado el Gobierno, no lo ha conquis­
lee y estudia. A las trece al­ tado violentamente. No ha intrigado, no ha mandado
aúpa a orillas del lago. Usa muerza. El menú es siempre el a ningún grupo, no ha conspirado, no ha vencido a
ningún adversario por la fuerza organizada o por la
para este desplazamiento— y pa­ mismo : sopa, carne o pescado fuerza revolucionaria. No se apoya, aparentemente, so­
ra los poquísimos que en seña­ en blanco, verdura, fruta y me­ bre nadie, y no se dirige más que a la nación, entidad
demasiado abstracta para ser un apoyo eficaz. Soporta
ladas- c i r c u n s t a n c i a s realiza dio vaso de vino. No le acom­ los trabajos del Gobierno, las injusticias, los insultos de
dentro de la mi sma Ciudad paña nadie en la comida. Escu­ los exaltados, el despecho y la rabia de los impotentes, y
devora de cuando en cuando su dosis de «sapos vivos»,
Eterna— un gran Cadillac ne­ cha la radio. Los pájaros re­ alimento corriente de los políticos. Parece no impor­
gro, un poco viejo de líneas, que volotean y cantan en torno. Son tarle ni quedarse ni marcharse. Y permanece por tan
largo tiempo, que se podría creer que está para siem­
ostenta la matrícula número 1 sus amigos. A las catorce des­ pre ahí.»
del Vaticano. El cardenal Spell- cansa un rato. De las catorce ( Autosemblanza de Oliveira Salazar.)
man le regaló, hace años, un treinta a las quince treinta pa­
magnífico a u t o m ó v i l “ panorá­ sea por el jardín leyendo o pre­ Por JOSE M EDIN A GOMEZ
mico” con carrocería transpa­ parando un discurso. A las
rente. Los fieles que lo aclaman quince treinta continúa su tra­
a lo largo del trayecto podrían bajo en el gabinete. A las die­ e cumple este año el XXX ani­ ne una talla extraordinaria en sus
c on temp lar lo al pasar. Pero
Pío X II no ha subido todavía a
ese coche por juzgarlo de un
cisiete llegan del Vaticano los
cartapacios de los dicasterios.
Pío X II examina los documen­
S versario de la Revolución por­
tuguesa, lo que corresponde a
la presencia en la política lusitana
dos dimensiones, humana y política.
Nacido el 28 de abril de 1889, en la
aldea de Vimieiro, en un ambiente
tos uno por uno antes de dar del doctor Antonio de Oliveira Sa­ de suma modestia, manifiesta des­
excesivo lujo. lazar. Todo cuanto ha conseguido el de muy pequeño sus más espontá­
la respuesta definitiva en la au­
régimen portugués es la obra esfor­ neas cualidades : laboriosidad, sen­
diencia del día siguiente. A las cillez y retraimiento. Allí aprende
zada y silenciosa de Salazar, que
EL HORARIO DEL P A P A veinte veintinueve abandona el desde la vez primera que desempe­ las primeras letras, de un maestro
estudio con matemática puntua­ ñó la cartera de Hacienda en 1926 de escasos conocimientos. Luego, en
En el Vaticano o en Castel­ lidad y entra en el comedor. La —por cinco días—hasta hoy ha es­ la órbita de una arraigada tradición
gandolfo, Pío X II guarda es­ cena es parca. A continuación tado en la brecha política, salvan­ nacional, lo mismo que en España,
crupulosamente la distribución reza el rosario, acompañado do ayer a su patria del caos eco­ piensa en el sacerdocio, solución bri­
del tiempo que ha prefijado. Su ahora de las personas— poquísi­ nómico y político en que vivía la llante para un hijo de familia de
mas— que le atienden. Después democracia portuguesa, que en el pocos posibles en aquella época. Sa­
vida es tan preciosa, que no lazar es seminarista en Viseu. Pero
plazo de tiempo comprendido en­
puede desperdiciar un instante. se retira a trabajar en su de­ tre 1910 y 1926 había padecido 16 no :encuentra allí su sitio y emigra ;
Hace ya muchos años que el partamento hasta que el reloj revoluciones y 43 gobiernos, y colo­ de entonces le atribuyen la siguien­
“ despertador” tiene en un mis­ rompe el silencio de la mediano­ cándola hoy en una situación prós­ te frase: «Serviré mejor a la Igle­
mo punto la aguja de la llama­ che. En ese momento Pío X II pera que le permite afrontar el fu­ sia y a Portugal en el campo laico.»
da. A las seis y qúince se levan­ se pone en pie y entra en la turo con confianza. Viene después Coimbra. Oliveira Sa­
ta. Se afeita con una rasurado- c a p il l a (Pasa a la pág. 58.) 1.a figura de Oliveira Salazar tie­ lazar estudia De- ( Pasa a la pág. 58.)
S in d u d a h a comido
un helado ILSA FRIGO
Exquisitos al paladar, digesti­
vos para el estómago y alta­
mente nutritivos, estos helados
han sido definidos como la
versión, en frío, de lo delicioso.

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¡L S A FR IC O
I A FABRICA M O D ELO
& c £ e ¿ ¿ e ¿ ó a *' Q U E A S E G U R A LA M A X IM A
CALIDAD Y PUREZA
COMO VIVE Y LUCHA EL
PUEBLO ALEMAN DE HOY

AEM APKAUHOL
J T H UHS¡

Engiisch-russi
DemarkaHons-

La fo to g ra fía , en su s e n cille z, no puede ser más expresiva y e m ocionante. Es el cuadro real que sim b o liza el perm a n e nte éxodo de los alemanes que huyen de
la zona com unista en busca de la ansiada lib e rta d que les o frece la otra zona: la de la República Federal A le m a n a , que tie n e en Bonn su im provisada ca p ita l.

BONN, CAPITAL
IM PRO VISA D A

EL GRAN EXODO DE LA HISTORIA:


ONCE MILLONES DE ALEMANES SE HAN PASADO
YA A OCCIDENTE FUGADOS DE LA ZONA RUSA
Por OSWALDO DE OL1VEIRA

os han sido las principales razones por es tan sencilla como la misma ciudad. Cuna síntesis, el contenido de sus declaraciones :

D las que se eligió a la pequeña ciudad


de Bonn (de cerca de 150.000 habitan­
tes) como capital de la República Federal A le­
de Beethoven, cuya casa-museo constituye un
centro de atracción para el forastero, Bonn
cultiva la música, incluso en forma de festi­
«E n los anales de la historia quedará re­
gistrado el día de mañana este hecho: que el
mayor éxito logrado por un pueblo en la his­
mana. La primera se basaba en el hecho de vales musicales. En medio de los antiguos pa­ toria del mundo se ha conseguido en Alemania
que esta ciudad había sufrido poco durante la lacios, los museos y la Universidad, un estilo en los años posteriores a 1945. En esa época,
última guerra mundial. Pese a la verdad de eminentemente moderno contrasta vivamente y como consecuencia del acuerdo de Potsdam,
este hecho, yo he podido oír de labios de nu­ con reminiscencias del barroco. Aunque baña­ en las cuatro zonas de ocupación de Alemania
merosos ciudadanos de Bonn amargas expre­ da por las aguas del Rhin, Bonn no posee fueron metidos, prácticamente a la fuerza,
siones de protesta por las bombas arrojadas ningún embrujo en su paisaje que pueda cons­ 12.500.000 alemanes que antes estaban distri­
sobre la ciudad durante los postreros meses tituir una tentación para los pintores. A l con­ buidos sobre los territorios de Polonia, Che­
de la contienda : Bonn era una ciudad sin trario, todo está acorde con la sencillez de sus coslovaquia y Hungría. Pero hay que tener
objetivos militares ni industrias que ju stifi­ gentes, que muestran un vivo interés por los en cuenta que el total general de estos «ex­
caran tales bombardeos. La segunda razón es complejos problemas que allí se ventilan en pulsados» ascendía a una cifra mucho mayor:
de orden estratégico, ya que ésta es la ciudad torno al porvenir de Alemania. a 18.500.000. En esta inmensa y trágica mi­
que más lejos se encuentra de la Alemania A llí tuve ocasión de oír la autorizada opi­ gración perdieron la vida cerca de tres millo­
Oriental. nión de un alto funcionario del Gobierno : nes de personas, y masas humanas en propor­
E l pulso de la vida de la ciudad aparece J. Joaquín Dunker, del Ministerio alemán de ción parecida fueron deportadas al interior de
perfectamente reflejado en el marco de su pla­ Información. Entre otros temas tocados en la Unión Soviética. Contando sólo los que que­
za del Mercado. A llí se palpa el ambiente po­ esta entrevista, la conversación vino a recaer daron en la República Federal, el total inte­
pular; allí se alzan los pintorescos puestos y sobre uno de los más graves problemas que grado por los «expulsados» y los refugiados
tiendas de abigarrados colores, y allí se yer­ se le plantean al país: el caso de los alema­ huidos de la zona soviética hasta fines de 1955
gue también, recordando en todo momento la nes refugiados y expulsados. Ha sido para mí se eleva a la cifra de 11 millones, más algunos
atmósfera política de la ciudad, uno de los una magnífica ocasión para conocer detalles centenares de miles. Para apreciar en toda su
edificios centrales del Gobierno. La población y novedades sobre este tema. He aquí, en gravedad los problemas (Pasa a la pág. 59.)
a pasado por Madrid un «as­ lo nos resta la tarea de completar
EL SISTEMA H ISPANICO REUNE TODAS
LAS CONDICIONES NECESARIAS PARA SERLO H tro» de .primera magnitud en
la constelación intelectual ibe­
roamericana. Escritor de primera ca­
tegoría, ensayista de fama interna­
la labor ya realizada por un pasado
que es esencialmente el mismo para
los hispanos de América, de Europa,
de Oriente y de Africa : el pasado
cional, sociólogo mundialmente co­ hispánico. España— al igual que Por­
nocido, Gilberto Freyre es uno de tugal— ha sabido, en una forma pe-
los más auténticos prestigios de la culiarísima, hacer a los pueblos de
G I L B E R T O F R E Y R E NO SE E S T I M A R A América contemporánea. Profesor de las tierras por ella colonizadas par­
Sociología en la" Universidad de Río tícipes de su pasado, de su presente
E S C R I T O R C O M P L E T O H A S T A Q U E NO de Janeiro, ha pronunciado también y de su porvenir.. Dondequiera que
cursos y conferencias en las de San se hayan establecido los hispanos,
H A Y A H E C H O EL L I B R O S O B R E E S P A Ñ A Marcos, de Lima, y Coimbra, así co­ lo han hecho para siglos : proyectán­
mo en diversas Universidades norte­ dose sobre un vasto futuro. Los des­
americanas. Miembro honorario y cendientes y continuadores suyos en
perpetuo de la Sociedad Americana América y en otras partes del mun­
de Sociología y de otras institucio­ do comenzamos a ser ese futuro, en
nes, entre otras del Instituto de el que entran también los hispanos
Cultura Hispánica. El presidente del de Europa, renovados por sus expe­
Patronato de este último, don A l­ riencias extraeuropeas. En un futu­
berto Martín Artajo, ministro de ro inseparable del presente y del
Asuntos Exteriores de España , le pasado hispánicos, del mismo modo
ofreció una comida, junto con Enri­ que en el espacio hispánico se con­
que Larreta, durante su reciente es­ funde hoy lo europeo con lo extra­
tancia en España. europeo.
Sus trabajos sobre interpretación
del Brasil y, en general, de Iberoamé­
rica, son conocidos en todo el mun­ EL INTERCAMBIO CULTURAL
do. En sus libros Nordeste, Interpre­
— ¿Cuál es su impresión sobre el
tación del Brasil y otros muchos
intercambio cultural entre nuestras
aborda los más acuciantes proble­
naciones?
mas culturales del mundo hispánico.
— En mi opinión, no existe toda­
Y es precisamente sobre este tema
vía un intercambio cultural suficien­
sobre el que hemos mantenido una
te entre los pueblos hispánicos. En
conversación con el ilustre ensayis­
este sentido casi puede afirmarse que
ta y sociólogo del país hermano.
el Instituto de Cultura Hispánica es­
tá trabajando, desde Madrid, com­
MOMENTO CULTURAL pletamente solo. Lo ideal sería que
BRASILEÑO en los demás países hispánicos sur­
gieran órganos con propósitos y fun­
Le hemos preguntado primeramen­ ciones similares a las del español, y
te por el momento cultural brasi­ puestos, como éste, bajo la dirección
leño : de personas realmente capaces de
— Se caracteriza— nos ha dicho— enfrentarse con los problemas cul­
por una nota dominante : la revela­ turales, pues se da el hecho lamen­
ción definitiva de una capacidad table de que en algunos países las
creadora, que en algunos aspectos actividades de intercambio cultural
de nuestra cultura viene perfilándo­ se encuentran demasiado expuestas
se nítidamente desde hace unos trein­ al intrusismo de perniciosos aventure­
ta años. Esta capacidad de creación ros y oportunistas.
tiene su principal manifestación en
la música y en la arquitectura. Pero
también se refleja en la novela, en BRASIL, LA NACION MAS
la poesía, en el ensayo y en los es­ HISPANICA DEL MUNDO
tudios científicos, así como en la
misma pintura, arte que en el Brasil — ¿Qué le interesa más de la lite­
presenta realizaciones tan pujantes ratura española ?
como en México. Una de las ca­ — Soy, desde antiguo, un estudioso
racterísticas que presenta la moder­ de la literatura española, principal­
na producción brasileña en estos di­ mente de las obras de ensayistas mís­
ferentes ramos de la cultura es la- de ticos. La circunstancia de haber cur­
aparecer como un claro intento de sado mis estudios universitarios en
incorporar motivos y valores no eu­ ambientes anglosajones contribuyó a
ropeos— tropicales, principalmente— que, precisamente en aquella atmós­
a motivos y valores europeos. La fera, me sintiera yo, desde mi adoles­
cultura brasileña, expresada por sus cencia, no sólo brasileño o lusobra-
hombres representativos del momen­ sileño, sino hispano : un hispano que,
to actual, no es ni subeuropea ni an­ para defenderse de la tentación de
tieuropea. Estas posiciones extremis­ sucumbir a la idea de la superiori­
tas han sido superadas ya por los dad anglosajona o nórdica, tuvo ne­
brasileños. cesidad de aferrarse a la tabla de
esta convicción básica : la de ser his­
pano, y entonces me sentí partícipe
PORVENIR DE LA CULTURA — a través de la lengua española tan­
IBEROAMERICANA to como de la portuguesa-—de una
— ¿Qué porvenir ve usted a la cultura rica en valores humanos— li­
cultura iberoamericana? terarios, artísticos, filosóficos, religio­
— Si entre las modernas culturas sos— , que aprendí a considerar como
hay una cultura de gran porvenir, mi verdadera cultura materna. Más
ésa es la iberoamericana. Mientras tarde pasé a sustentar la tesis— basa­
esta cultura siga siendo ibérica o da un poco en esta experiencia per­
hispánica, en vez de fraccionarse en sonal mía— de que todo brasileño cul­
treinta reinos de taifas de la cul­ to posee dos lenguas maternas— la
tura, los pueblos hispánicos de Euro­ portuguesa y la española— y también
pa y los de creación hispánica di­ la de que el Brasil es la nación más
seminados por América y otras par­ hispánica del mundo, por la razón de
tes del mundo formaremos un— por que su formación fué española y no
decirlo así— natural sistema de cul­ exclusivamente portuguesa, y de que
tura con sus condiciones de unidad, su lengua culta es española y no úni­
sin perjuicio de su diversidad. En camente portuguesa. Ninguna o t r a
una época en que pueblos menos afi­ nación hispánica ha sido doblemente
nes entre sí que los nuestros están hispánica en este sentido. En Portu­
intentando por todos los medios ar­ gal se lee poco el español. En Espa­
ticularse en federaciones o uniones ñol y en la América española se lee
— un tanto artificiales algunas de poco el portugués. En cambio, el Bra­
ellas— , a los pueblos hispánicos só­ sil, según me aca- (Pasa a la pág. 61.)
El general de d iv is ió n R o d o lfo G ra zia n i, com an­ El fo rtín de Sebha, en e l m o m e n to de ser izada la bandera ita lia n a / antes de com enzar las operaciones.
dante de las tropas de la C olonia T rip o lita n a . M ás
tarde fu é m ariscal de Ita lia y d irig ió las o p e ra cio ­
nes de Libia d u ra n te la segunda guerra m u n d ia l.

H eu -
cCUvt

if
GUERRA ER EL DESIERTO
LA CAMPAÑA DE FEZZAN
(1929 - 1930)
Por CARLOR M ARTINEZ DE CAMPOS

de firmar la paz de 1912, los el Fezzan quedó completamente sometido.

D
espués Transcurrió el período bélico (1914-18)
turcos abandonaron Tripolitania y Los italianos se adueñaron de sus 300.000 y aun pasaron varios años antes de que
se retiraron hacia el este. El paso kilómetros cuadrados y establecieron sus Italia se decidiera a reafirmar los derechos
quedó libre; pero unos cuantos nú­ puestos más avanzados junto al Tibesti y que tenía desde el año 12. Los cabecillas
cleos de bereberes, dirigidos por El Baruni, al Tassili. En Murzuk— la capital y el cen­ Sef en Nasser y Ben Hag Hassen se ha­
se opusieron al avance de las tropas italia­ tro principal de la región— se instaló la bían apoderado de los oasis principales y
nas. Y éstas, en tales condiciones, tuvieron cabecera. Y todo parecía afirmado y en ple­
que hacer uso de las armas. plantado sus reales en el fortín de Sebha
na calma cuando estalló la guerra mundial.
Durante los primeros meses del año 13, y en Murzuk. Desde Trípoli se dominaba
Los descontentos aprovecharon la con­
el general Lequio pacificó la gran meseta tienda para atacar violentamente el fortín solamente la estrecha faja de la costa y no
septentrional de Libia, en cuyo borde se de Sebha. La columna quedó sin comuni­ era posible— tan siquiera— establecer enla­
hallan Garian y el poblado de Beni Ulid. caciones con su propia retaguardia y la si­ ce con Bengasi. Cirenaica y Tripolitania
Seguidamente se organizó una columna de tuación se vió comprometida. El resultado parecían eternamente separadas por la Sír-
eritreos y de líbicos, que invadió el desier­ fué una retirada a marchas forzadas, que tica. E hizo falta la energía del cuadrun-
to rojo (la Hamada el Homra) y llegó has­ dió lugar a numerosas pérdidas y a la eva­ viro De Bono y la impulsión del Presidente
ta los confines del Sáhara. De este modo cuación de la colonia. Mussolini para orga- (Pasa a la pág. 56.)

En pleno d e sie rto , al p ie de una colum na m o to ri­ El duque D ella P u glie rodeado de su c u a rte l g e n e ra l. Sería después d u que de A o sta y v ic e rre y de A b is in ia .
zada, el m ariscal B a doglio y el duque Della P uglie. B rilla n te soldado, fu é p risio ne ro de los ingleses, y m u rió en K enia v íc tim a de una a fe cció n a n tig u a .
I

O r ig in a l r e lo j de so b re m e sa , d e s p e rta d o r con s o n e ría , d e l s ig lo X V I I , en b ro n c e A u tó m a ta de s o b re m e sa c re a d o en


d o ra d o , c a la d o y g ra b a d o , es o tra de las jo ya s e x p u e s ta s . El n ú m e ro de re lo je s b ro n c e , con p e d re ria ta lla d a de c o ­
de la c o le c c ió n es de 2 1 7 , y la c o m p o n e n m o d e lo s de los s ig lo s X V al X I X . lo res y s o n e ría s de h o ra s y m e d ia s .

M A D R I D DA LAS H O R A S
MAS ANTIGUAS DEL MUNDO
ESPAÑA SE ENRIQUECE CON UN NUEVO MUSEO PERMANENTE
LA COLECCION DE RELOJES EN F U N C I O N A M I E N T O
MAS S E L E C T A , RICA ¥ PERFECTA DESDE 1400 A 1850
Por M A N U E L FERNAND O AREVALO

aseñora— peluquín, porcelana de al interés y riqueza de la España de

L biscuit, en la saleta Luis XV —


hace girar la manivela de una
cajita de música. Se oye una melodía
entonces ; desde los tratados de A l­
fonso el Sabio, en los libros de El
saber de Astronomía, y los de Ze-
mágica. El pajarito que la escucha rella y Del Río, hasta los que salie­
mueve las alas y el pico y la repite. ron de la Real Escuela de Relojería,
Pero no muy bien. La señora mueve fundada en Madrid por el buen Car­
la cabeza de un lado a otro con evi­ los III de España.
dente desaprobación, y torna a re­ Se ven relojes de agua, arena, sol,
petir la melodía. La avecita la vuel­ m e r c u r i o , aceite, luz, magnéticos,
ve a oír con atención, y esta vez flotantes ; de sonería, con autómatas
la reproduce de un modo perfecto. o escenas místicas; horizontales y de
La señora asiente con satisfacción. sobremesa, turriformes, de carroza,
Todo esto, que parece una delicio­ de bolsillo, de repisa, de apliques, de
sa escena de los días de Watteau, carillón, de sierra, de peras, de mil
en la realidad actual no es más que fantasías; para ciegos, con pájaros
un gentil automatismo sobre un reloj que saltan y cantan, de precisión
de los expuestos en el nuevo Museo máxima; de oro, de plata, de esmal­
de Madrid : el permanente del Reloj tes, con piedras preciosas..., hasta el
Antiguo. punto de conseguir el movimiento
* * * continuo...
* * *
Al inicio de la Gran Vía madrile­ En esta reciente y exquisita atrac­
ña, frente y cerca de ese otro museo ción con que Madrid se enriquece
lleno de vida alquitarada que es el — materialmente, en millones de pe­
Universal de las Bebidas, colecciona­ setas— , el visitante puede ver, den­
do por Perico Chicote, el señor Grás- tro de un plan perfecto, los modelos
sy y don Antonio Pérez de Olaguer más bellos y selectos del mundo y
han instalado la riqueza común de de todas las épocas.
217 relojes antiguos, que vienen des­ Aunque es enternecedor compro­
de el cuadrante del siglo xv hasta los bar que la ilusión que siempre tuvo
que hicieron los japoneses a mitad el ser humano por medir el tiempo
del xvill, imitando la técnica occi­ se sigue basando en una fuerza mo­
dental. triz y un regulador, sin más revolu­
v ;£ *
ción mecánica posterior que el des­
En esta nueva exposición madrile­ cubrimiento del muelle, origen de la
ña hay relojes de todos los tiem­ industria actual.
pos y de todos los tipos, desde que Junto al paso constante, inaltera­
se e x t e n d i e r o n por los domicilios ble y siempre nuevo del tiempo eter­
europeos, d e s d e que surgieron los no, esta exposición nos da la más
grandes centros de artífices, en Nu­ exacta medida de lo pequeño e iluso
remberg, Agssburgo y Blois, gracias que es el hombre.

R e lo j de c a ja , con fig u ra s a u t o m á t i­ F a ls ta ff, en e ste a u tó m a ta de s o b re ­


cas y so n e ría de h o ra s y m e d ia s . Es m e sa , a g ita la c a m p a n illa cuando
una b e lla c o n s tru c c ió n d e l s ig lo X V I I . fu n c io n a e l d e s p e rta d o r. S ig lo X I X .
. ï J d fj^ ' V *^v -* w * ' '■
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* jmêêêuh^^M
— Señorita Isabel, el doctor Seddek pregunta
por usted.
— En seguida bajo.
Isabel dejó sobre la cama la revista que estaba
GRANDE
las cosas de esta especial Isabel, cuyos gustos
tenían tan poco que ver con ellos.
Seddek abrió la portezuela del coche para que
La notable escritora catalana Carmen Nonell ha obtenido con
su novela «Zoco Grande» el Premio Fémina correspondiente
al año 1956. MVNDO HISPANICO adelanta a sus lectores
una muestra del brillante y directo estilo de Carmen Nonell
con la primera parte del capítulo V de la obra premiada.

del Fash y el Marshan. Y junto a ellas, sobre


toscas mesas de caballete, barreños llenos de «chu-
baikia», esas rosquillas de masa frita bañadas en
miel.
usted que esas campanas no habían de ser muy
gratas al oído del que esperaba?
El aguador se alejaba y Seddek advirtió:
— Creo que debemos marcharnos. Tiempo ten­
hojeando, y cogiendo el chal y la cartera, después ella subiera. Enfiló el Boulevard Pasteur, hacia la
de arreglarse el pelo ante el espejo, borró una calle del Estatuto. Era la hora de mayor concu­ Ambiente especial, indescriptible, de ese Zoco drá de ir descubriendo el interés y las facetas
mota de polvos imperceptible, esas motas que sólo rrencia y gentes de todas las razas se dirigían Grande, aorta de Tánger, porque supone el riego múltiples de este Zoco Grande, que todos los
las mujeres son capaces de descubrirse. Luego se hacia todos los barrios. El coche desembocó en el continuo de una a otra ciudad, la árabe y la eu­ tanqerinos cruzamos al menos una vez cada día.
miró de cuerpo entero y sonrió a sí misma. Zoco Grande. A las nueve de la noche era un ropea, que en ella se unen y se mezclan. Curioso Volvieron en busca del coche a la calle de Bua­
Ya en la puerta, se detuvo como si recordara hervidero de multitudes. Los coches guardaban espectáculo de los mendigos de chilabas hara­ rrakia, donde se alineaban los tenderetes de ropas
algo, algo que pudiera haber olvidado. fila tras de los asnos y éstos se metían entre las pientas tañendo una derbuka o un tamtam de usadas, detritus sucios y arrugados que hacían
Retrocediendo, abrió el armario y, después de gentes. Parecía imposible que cada diez minutos reminiscencias saharauis, abriéndose paso entre los inverosímil la idea de que pudieran ser adquiridas
prenderse el broche de brillantes, volvió a perfu­ no ocurriera un atropello. coches fabulosos de los últimos modelos y entre por nadie. Isabel sintió la sensación de oue hasta
marse. Los puestos de flores habían vendido ya la los autobuses que se dirigen a los barrios de los ellos lleaaba el hedor de sudor y humanidad sucia
Desde los últimos tramos de la escalera pudo mitad de su mercancía, pero la que quedaba era rascacielos. Sorprendente contraste de los bacali- y miserable de las oentes que las usaron.
ver los hombros rectos y la notable figura del suficiente para llenar el aire con su fragancia. tos y cafetines en los que sólo se sirve el té con Seddek enfiló el Zoco del Trigo hacia el Mars­
doctor Seddek. hierbabuena o el café árabe de garbanzos tosta­ han, de calles amnlias y chalets rodeados de iandi-
Isabel se sintió atraída por aquel enjambre de dos o el pescado frito, a seis metros de las ca­ nes. Lueoo aquéllas se hicieron más estrechas y
— ¿Doctor Seddek? hombres y mujeres con las más exóticas vestidu­
— Hacía días que la esperaba, Isabel. feterías francesas y los clubs ingleses. las casas bajas y cúbicas sustituyeron a los chalets
ras, que difícilmente se abrían paso entre los
Le estrechó la mano sin quitarse el «tarbush». Una campanilla insistente, como en la liturgia modernos.
puestos imorovisados y regateaban los objetos más
Ella no pensó siquiera en la posibilidad de pre­ de la misa, extrañó a Isabel. En la plaza del Tabor. Esoañol, escoltada por
dispares. Era algo muy distinto de los zocos de
sentarlo a sus padres. No sabía si se encontraban — ¿Qué significa esa campanilla? Yo creía... cañones portugueses, Seddek detuvo el coche jun­
Tetuán y así lo expresó a Seddek. Este la instó
en casa; pero, fuera como fuese, estaba acostum­ a dar una vuelta y, después de aparcar el coche Seddek la condujo hasta el otro lado de la plaza. to al blanco arco de herradura, al que daban guar­
brada a la independencia que da una profesión en la calle de Buarrakia, la condujo entre la mul­ — Mire; es algo digno de verse. dia dos palmeras.
ejercida entre compañeros para quienes el sexo titud abigarrada. A la luz de las lámparas de car­ El aguador era como un personaje de leyenda Una cuesta violenta terminaba en otro arco,
es puramente accesorio y el protocolo algo inútil. remota. Colgado a su flanco, el pellejo de cabra, que daba paso a una calle cubierta. De la clave
buro Isabel vió los puestos de esponjas de co­
El indicó: lores luminosos, que invitaban a ser acariciadas; hinchado, rezumante de agua, como un animal que de aquél pend'a un farol, cuva luz oonía sombras
— ¿Tiene algún sitio de su preferencia? de telas, de obietos de plástico, de jabones, gafas, acabara de ahogarse, y en torno a su cuello, una azules en las blancas casas. Una sensación de mis­
— ¿Olvida que soy absolutamente forastera? Le ristra de cuencos de cobre, dorados, relucientes, terio parecía flotar en el ambiente.
dentífricos y alhajas de latón, y vió, sentadas en
dejo la iniciativa. el suelo, en actitud hieràtica de ídolos orientales, como un extraño y ritual collar. En la diestra — Debemos continuar a pie. Es mejor dejar
— Estoy seguro de que acertaré su gusto. cabileñas que extendían sobre una pequeña estela agitaba la camoanilla que Isabel había oído y aquí el coche.
En el momento de salir ella dijo a la doncella sus trozos de caña hueca en los que se vendía Seddek le explicó, contestando tardíamente a su — Lo ce'ebro. Creo que este barrio merece re­
que les franqueaba la puerta: el «kohol» para embellecer los ojos de las mu­ pregunta: correrlo despacio. Diríase una fantástica decora­
— Advierte que no cenaré en casa esta noche. jeres, la «arheña» para teñir las uñas y los talo­ — Un poeta de ustedes dijo que era la única ción oa-a una óoera de Rimsky-Korsakof.
A la hora de la comida lo había anunciado campana grata al oído de los musulmanes. Seddek la miró.
nes, y las especias para condimentar los sabrosos
simplemente. Isabel sonrió. — Veo que no me he equivocado al creer que
guisos árabes.
— He hablado con mi futuro ¡efe. Me ha in­ acertaría su gusto.
En los puestos de flores, las especies más bellas — ¿Y es así, en efecto?
vitado a cenar. Espero que entonces se concre­ Las calles estaban desiertas, pero tras las altas
y exóticas, que en Europa adquirirían precios de Seddek entonces recitó traduciendo:
tará cuándo debo comenzar mi trabajo... . celosías de algunas casas se adivinaba la vida. Otras
joyas, se mostraban entre las más humildes flores — «Viniste a mí cuando comenzaban a tocar
Nadie prestó mucha atención ni le hizo ninguna hubiérase dicho que sólo el silencio las ocupaba.
oregunta. En realidad, no interesaban demasiado silvestres. Lirios malva y jazmines de la medina las campanas de los cristianos...», escribió nuestro
de Uad Ahardan y orquídeas y rosas de pitiminí poeta Ben Hazm, de la corte cordobesa. Y ¿cree La luna tendía sus figuras sobre los muros en-
calados e Isabel pensó que eran dos hermosas f i ­ dida escalera y se encontraron en la terraza, es­ El le ofreció un cigarrillo, al tiem po que el ca­
guras. pléndido m irador sobre el mar y la ciudad. En marero, negro, alto y serio, con un gesto de altivo
Sus altos tacones le hacían d ifíc il el camino por ella, una orquesta de antiguos instrum entos ára­ señorío, que Isabel había empezado a descubrir
las desiguales y puntiagudas arreólas. Seddek le bes acompañaba las canciones de patética caden­ que era peculiar a todos ellos, se acercaba con la
ofreció: cia de un cantor ciego. gran bandeja de cobre en la mano. Seddek la in ­
—-Cójase a mi brazo. — Son «talab el-A ndalusi» — le. e x p l i c ó Sed­ terrogó:
Iban en silencio y ella sentía que hubiera de­ dek— , las antiguas canciones árabe-andaluzas. — ¿Le gusta la comida árabe?
bido hablar, romper aquella especie de m uro de La emoción del espectáculo paralizó a Isabel. •— M e gustará probarla.
encantam iento en el que se hallaban inmersos, — ¿Cómo es posible tanta belleza?...
El doctor habló en árabe con el camarero, m ien­
pero le era imposible imponerse. El se sin tió orgulloso, como siempre que la be­ tras Isabel comparaba a aquellos hombres de cla­
Se sentía desconocida. A oleadas le llegaban lleza de su ciudad se ponía de m anifiesto, y, guián­ ses tan distintas y, si.n embargo, tan parecidos. Al
las emociones. Era como si durante mucho tie m ­ dola por el brazo, la condujo a una de las mesas, alejarse aquél, ella expresó parte de su pensa­
po hubiera permanecido helada, endurecida, y en la parte más avanzada de la terraza, mientras m iento.
ahora, por un misterioso conjuro, toda aquella r i­ le explicaba: — Espléndida figura.
gidez se estuviera fundiendo, sensibilizándola has­ — Es la antigua Alcazaba, edificada sobre las
— Es el sello de los hombres del Senegal.
ta el dolor físico. murallas portuguesas. Fué residencia de los sulta­
nes tanqerinos y hoy está convertida en m useo... — ¿Como usted?
El parecía adivinar sus sentim ientos y no hacía — Yo he nacido aquí y soy marroquí, pero mis
Había poca gente. Dos o tres parejas europeas
nada por sacarla de ellos, tal vez atávicamente antepasados vinieron de allá.
v un grupo de ancianos musulmanes que habla­
orgulloso de la fuerza del embrujo.
ban en voz baja, pausadamente. Todos parecían En aquel momento, un buque de pasajeros do­
Hasta ellos llegaron los sones amortiguados de contagiados del silencio y el encanto de la noche blaba el espolón del puerto con todas las luces
una orquesta árabe. Isabel se detuvo, apoyada en y sus voces de sordina quedaban apagadas ppr la encendidas y suelta la melena de su sirena.
el brazo de él. música y el rum or cercano del mar. Isabel suspiró.
— Escuche. jQué m aravilla! Los violines y las «senistras» tenían un auejido — M e gustaría v iv ir toda mi vida aquí, en esta
Un corto tiem oo permanecieron escuchando. de animal en celo, y el redoble de la «derbuka» terraza, con este panorama a mis pies y esta luna
Raras sombras furtivas se deslizaban de cuando era el contrapunto a la dolorosa canción que se sobre mi cabeza.
en cuando por las callejuelas llenas de luna y eco. enredaba en el canto de la fla u ta . A bde l-la h d ijo :
Seddek soltó a Isabel y cambió un objeto des­ Los cioreses del jardín de la Alcazaba mecían — M i casa está cerca y tiene una terraza como
de el bolsillo del pantalón al de la chaqueta. Ella dulcemente sus lanzas entre los jazmines y [os
captó el gesto y le interrogó con los ojos. ésta.
rosales, cuya fragancia llegaba hasta ellos traída
— Es algo que no debe olvidarse en este barrio. No aclaró que era aquella que se alzaba, para­
por la brisa. lela a ésta y sólo separada de ella por el «riad» de
— Entonces, ¿es cierto? Isabel se cubrió el rostro con las manos y A b d e l- la Kasbah y su esbelto m inarete. Pero sus ojos
— ¿Qué es lo que es cierto? lah Seddek, al m irar su blancura, vió que te m ­ fueron hasta allí, donde acababa de descubrir la
— La fama tenebrosa de esta ciudad llena de blaban. silueta de la pequeña Sheila. Isabel siguió su m i­
misterios, emboscadas y .. . — Isabel, ¿me he equivocado al traerla a este rada y vió la leve figura paseante.
Seddek sonrió con indulgencia, tal vez ta m ­ lugar? .— ¡M ire ! ¿No es preciosa? Parece una b ailari­
bién con ironía. — ¡Oh, no, no! N o sabe cómo se lo agradezco. na de « b a lle t» ...
— No haga demasiado caso de las leyendas. En No podía decirle que le agradecía tam bién que
Pero no supo interpretar la enigm ática sonrisa
cualquier ciudad del mundo, con puerto abierto le hubiera proporcionado esta emoción que la ha­
del doctor Seddek. a orquesta tocaba ahora can­
a todos los puertos y facilidad de divisas, es pe­ cía sentirse más cálida y más humana que nunca.
ciones de ritm o d istin to y Seddek tradujo:
ligroso dejar de ser precavidos. Era la concreción de aquel extraño sentim iento
que la invadía desde que estableció su prim er — «Talah ya kamar f¡ el l i l ». . . («Que salga
Se iban aproximando al lugar de donde proce­
contacto con Marruecos en el aeropuerto de Sa­ mi luna esta noche»). Podría ser un títu lo sim­
día la música, y ante una puerta de arco de he­
nia Ramel. Y ante este sentim iento desconocido, bólico el de esta canción egipcia, ¿no cree?
rradura abierta a una calle sombría, Seddek le
ante este despertar de su vida física, que hasta No pudo contestar, porque el camarero traía
indicó:
— Es aquí. entonces había permanecido dorm ida, ignorada sendos vasos de té con hierbabuena. Pensó que
El zaguán estaba a oscuras y un anciano de dentro de ella misma, Isabel se asustó, porque se para ella aquel deseo había empezado ya a cum ­
luenga barba y jaique blanco fumaba su pipa aga­ adivinaba indefensa ante el em brujo sin diques de plirse. Su luna, su «kam ar», había comenzado a
zapado en un rincón del patio. Subieron una sór­ A frica. manifestársele esta noche.
TOLEDO
DEL
GRECO
Por

GREGOKIO MARAÑON

E l ilustre doctor don Gregorio Marañón ha ingresado en la Real Academia


de Bellas A rtes de San Fernando. E l nuevo académico pertenece también a las
Reales Academias Española de la Lengua, de la Historia, de Ciencias Exactas,
Físicas y Naturales, y de Medicina. Fué el duque de Alba su antecesor en el
sillón que desde ahora ocupa. A su ilustre personalidad se refirió el doctor M a­
rañón en el preámbulo de su discurso, que versó sobre <tEl Toledo del G reco». Fué
recibido el nuevo académico por el profesor Sánchez Cantón, que contestó al
discurso del recipiendario. A continuación publicamos algunos de los trozos más
interesantes del importante trabajo literario y documental del doctor Marañón.

E
mpieza a hacerse enfadosa la literatura sobre el lante de los Santos sin anatomía, representados en
misticismo del Greco. Pero es la realidad fun­ una extraña pintura ascensional.
damental de su creación. El Greco soñaba des­
pierto, desde joven, como nos refiere Clovio, es Los intelectuales de su tiempo admiraron, en efecto,
decir, tenía la tendencia abismal de los iluminados, que al cretense, con el entusiasmo que revelan los conocidos
fueron tantas veces precursores de los místicos, hasta sonetos que le dedicaron Góngora y Paravicino. Pro­
el punto de que a los graves inquisidores les era difícil bablemente fueron más. Pero, como dice Gómez More­
diferenciarlos; y de alumbrados fueron inculpados los no, aunque fueran sólo estos versos, son “ elogiosos
más altos representantes del misticismo español. Y cuales nunca los obtuvo pintor alguno español’’ (1).
por ser místico tenía la facultad eidética, esto es, de Y además, y esto es lo más importante, son justamen­
reproducir, en formas exactas, sus visiones y sus sue­ te los elogios que el Greco debía de tener, y no otros;
ños; por ser místico se expresaba, hasta donde es po­ porque no era un pintor como los demás, sino el crea­
dor de una pintura nueva que, como todas las formas
sible hacerlo con la pintura, en un lenguaje inefable,
revolucionarias del arte, no podía gustar a los más,
a veces infantil y, desde luego, antiacadémico; y por
sino sólo a los que, como Góngora y Paravicino, esta­
ser místico, en fin, se encontraba mal en Italia, inquie­ ban en su misma línea estética.
to y disidente de los más altos maestros de la pintura Don Manuel Bartolomé Cossío hizo un perfecto, me­
de entonces. Y he aquí que el azar, el destino, más o ditado esquema de la valoración alcanzada por Theo-
menos encubierto bajo los pretextos humanos, le con­ tocópuli desde que vivía y pintaba hasta la época en
dujo a España y de España a Toledo, donde su misti­ que el gran crítico publicó su libro (2). Este estudio
cismo encontraría el ambiente propicio a la floración ha sido completado, y en lo sustancial no rectificado,
de su capacidad creadora. por Camón (3) y por Salas (4). Cossío anota cómo la
pintura del maestro griego ganó la admiración de los
que por ley estética natural debían admirarla : los que,
El Greco encontró en aquel Toledo, en el que con­ como él, estaban en desacuerdo con los modelos tenidos
vivían los cristianos viejos más rigurosos con la gran por clásicos; y con esta admiración coincidía, y ello
masa de conversos o cristianos nuevos, el ambiente era tan natural como la adoración de los gongoristas,
adecuado a su espiritualidad: poetas que le compren­ la confusión, el desconcierto y la incomprensión de los
dían y alababan en sonetos tan alambicados como su demás, de los tradicionalistas de espíritu, que eran, no
hay que decirlo, los más numerosos.
pintura; paisajes como los del Lejano Oriente; pesa­
Esta reacción de la crítica, repito que normal, no
das nubes como las que sirvieron de trono a los pro­
puede decirse que fuera hostil. Logró el Greco lo que
fetas, capaces de transportar la mole del Hospital de pocos españoles, en su situación de cumbre discutida,
Afuera a media legua más allá; caballeros asténicos han conseguido: que fuera “ universalmente respetado
y un tanto enajenados; y sobre todo gentes que, a di­ y admirado” ; y si asomó entre la admiración y el res­
ferencia del Rey y de sus cortesanos, eran capaces de peto la envidia, debió de tener mordaza, porque no ha
rezar y de transportarse delante de sus lienzos reli­ llegado hasta nosotros, salvo en la alusión de uno de
giosos, delante de sus Cristos, dormidos en la cruz, los sonetos de Paravicino y en la firma que Dominico
sin una gota de sangre; delante de sus Vírgenes con estampó en el San Mauricio del Escorial, amenazada
las facciones idealizadas de la mujer ausente; y de­ por una víbora.
Más adelante, Palomino y los neoclásicos “ tampoco cedió al divino suplicio; o el tra je anacrónico de los
podrían ser favorables al Greco’’ (5). Sin embargo, acompañantes de la V irg e n de la Caridad de Illescas;
Caimo, el “ vago italiano” que es, con Ceán, la sola au­ es decir, pecados o disparates históricos ajenos al arte
toridad neoclásica citada por Cossío, alaba sin reticen­ mismo. Mas el tasador A le jo de Montoya, en el pleito
cias a nuestro pintor. Dice, por ejemplo, hablando de que con m otivo de esos anacronismos suscitóse entre
E l en tierro del conde de O rgaz: “ Una excelentísima el pintor y el Cabildo, declara que “ esta pintura es de
tela del Greco en la cual, con maravillosa fuerza de las mejores que yo he visto” y que por su valor artís-,
pincel, se representa al conde de Orgaz, don Gonzalo tico “ no habría dinero para pagarla” . Expresa esta
Ruiz de Toledo, llevado al sepulcro...” (6). Claro opinión claramente lo que se pensaba en Toledo del
que es un elogio puramente técnico y no in terpretati­ cretense. Y podían agregarse a ella varios juicios más.
vo, porque entonces no podían ser de otra manera;
pero indica que ni aun en la fase academicista se per­ Y en el transcurso de los tiempos el pueblo católico
dió la admiración de los doctos por la obra de Theoto- que ha acudido o acude a orar delante de las im áge­
cópuli. nes de Theotocópuli, jamás se ha perm itido dudar que
Los románticos, a fu er de antiacadémicos, siguieron los Cristos y las V írgen es y los Santos y los Angeles,
admirándole, y no inventaron esta admiración. Pero sin proporciones de anatomía humana, no fueran una
así como a muchos neoclásicos les parecía “ descompa­ exacta representación plástica de la Divinidad. P re ­
sado” en el dibujo y “ desabrido” en el color, a los guntad — y yo he solido hacerlo — a cualquiera de
románticos les pareció un loco. E ra el signo del tiem ­ las viejecitas enlutadas o cualquiera de los hom­
po. Teófilo Gautier, en su estupendo V ia je por España, bres sencillos que rezan o sueñan mientras nos­
proclama delante del Bautism o de C risto, en el Hospi­ otros contemplamos un cuadro del Greco, en tal o cual
tal de A fu e ra (Toledo), que aquella pintura, “ de una iglesia solitaria, lo que piensan de esos Santos que los
energía depravada, de una energía enferm iza” , tra i­ doctos consideran como “ extravagantes fantasmas” , y
ciona en su autor “ al gran pintor y al loco genial” (7). os dirán que son Dios o la V irgen o la Magdalena, tal
Es exacto el comentario de Cossío a estas palabras : y como deben de ser. En otra parte he referid o que un
* “ ...aquí comienza la rehabilitación del pintor” (8 ); anciano humilde, que rezaba en la soledad de la iglesia
pero no porque descubriese Gautier que, aunque con del Hospital de A fu era, antes de la guerra, me dijo del
ribetes de demencia, Theotocópuli fuera un gran pin­ mismo Cristo bautizándose, que a Gautier le pareció
tor, sino porque en esa fase de la evolución del pensa­ obra desaforada de un loco, estas palabras decisivas :
miento empieza a adm itirse que este pintor no era “ Vea usted qué hermosura; el Señor parece que está
m ejor ni peor, sino distinto de los otros, que no se le hablando.”
podía ju zgar sólo por los cánones técnicos habituales,
sino que había detrás de su pintura otra cosa, la cual
el romántico interpretaba como locura, porque estaba Requiere algunos copientarios más la génesis de las
en el credo de la época que todo esfuerzo de expresión imágenes irreales del pintor de Creta. De las hipótesis
fuera de lo normal era demencia. que se han traído y llevado para explicarla se ha de­
sechado ya la que en otro tiempo tuvo mucha boga, la
P ero aparte de esta sensibilidad para justipreciar del astigmatismo miópico, que crearon, no los médicos,
lo que hasta entonces se creía anormal, los románticos sino los críticos : el primero, Justi. Los médicos
eran los menos adecuados para comprender a Theoto­ — Goldschmidt, García del Mazo y sobre todo Beri-
cópuli, por la sencilla razón de que éste, precisamente tens— acogieron ávidamente la indicación de los c ríti­
por ser un místico, fu é un prototipo antirromántico. cos para explayarse en un cientificismo doctrinal. Es
E l misticismo nó tiene de romántico más que algunas curiosa la sugestión que ejerce la Medicina en los
apariencias de “ razón de la sinrazón” del espíritu y tiempos modernos, sugestión de mito sobre tribus p ri­
de la emotividad. Lo esencial del místico es el ansia marias. Los papeles del doctor Beritens (cierto que
de perdurar en lo más perdurable, que es D ios; y en denunciaban a un hombre inteligente y a un hábil
el romántico toda su expresividad agitada es flor de escritor) tuvieron una resonancia universal, rara de
un día o a lo sumo flor de los años juveniles. L a ascen­ lograr al otro lado de la frontera por los pensadores
sión de los fantasmas espirituales del Greco se adivina españoles. N o hay que decir que la hipótesis del as­
que nunca term inará; y a las mismas figuras huma­ tigm atism o no tiene valor alguno porque, además de
nas, a pesar de su realismo, les sucede otro tanto. Or- otras razones de pura óptica, no se trata, en los santos
tenga lo vió bien cuando dijo: “ En las pupilas de los del Greco, de meras deformaciones morfológicas, sino
hombres del Greco hay una voluntad suprema de per­ de un expresionismo que, por razones rigurosamente
durar sobre toda mudanza” (9). espirituales, tradujo el Greco en una representación di­
námica, en una vibración alargada de las figuras ce­
lestes, en lo que pudiera llamarse una “ pintura ascen­
Después del Romanticismo, exactamente después, es sionista” y no en un simple alargam iento estético de
cuando crece súbitamente la fam a de la pintura del estas figuras.
Greco en el mundo intelectual, aunque todavía fuera Más interés tiene la hipótesis de la locura.^ A la lo­
muy discutido por propios y extraños. H ay en el si­ cura hay que tratarla con mucha consideración y sa­
glo x ix una corriente que era pi-olongación, hasta muy biendo bien lo que vamos a decir. E l hombre medio con­
adelantada la centuria, del espíritu del xvm , con su fe sidera como tipo normal, en la conducta y en el pen­
en la ilustración y en las ciencias aplicadas y con sus samiento, al que se ajusta a unas pautas determ ina­
sentimentalismos llorones y superficiales. Los hom­ das, creadas por un convenio tácito, refrendado por
bres, imbuidos en este espíritu, conocían y aun admi­ las leyes y reglamentos que se fundan en la elemen­
raban la pintura del cretense, pero seguían sin poder tal consideración de que son así la mayoría de los ciu­
comprenderla. Citaremos entre ellos, como muy repre­ dadanos que viven sin alborotos ni rebeldías. Y , en
sentativos, a tres grandes escritores: a Justi, tan doc­ efecto, puede adm itirse que estos seres grises repre­
to como miope— son cualidades con frecuencia compa­ sentan el centro de la normalidad. Pero los lím ites de
tibles— ; a Havellock Ellis (10), inteligente, pero es­ la normalidad no terminan donde terminan ellos, sino
tancado en una psicología prefreudiana, al que se le mucho más allá. P o r de pronto, sin un poco de lo que
escapaba lo que el Greco significó en la expresión del oficialm ente se llama locura, la humanidad se estan­
pensamiento; y, por fin, con harto sentimiento mío, caría en unas pocas generaciones. Hay, por fortuna,
a Galdós, cuyas primeras visitas a Toledo, en plena en todas las épocas y lugares, personalidades humanas
juventud y muy trabajado en sus gustos por un atroz que flanquean el gran ejército, mentalmente uniform a­
academicismo, le hicieron ver un Greco “ en que los do y disciplinado, de los normales. Estas personalida­
terribles efectos de una enajenación mental oscurecie­ des fuera de la rutina se mueven ya en una zona equí­
ron las prendas de un Tiziano o un Rubens” (11). voca porque, como no obedecen a las normas previstas,
insensiblemente se continúan con la humanidad que ya
Las censuras que, a veces, suscitaron en los simples no es oficialm ente normal, esto es, con la tocada de lo­
ciudadanos los lienzos del Greco, se fundaban en que cura o de conducta antisocial. En esta zona equívoca
cometía errores históricos u olvidos de la Sagrada E s­ están los grandes santos y los grandes creadores, y es
critura, como la presencia de un caballero armado al inevitable que, desde la otra acera, se los juzgue como
estilo del siglo X V en E l espolio; o la colocación equí­ grandes extravagantes, inquietos e insensatos.
voca de las Santas M ujeres en ese momento que pre­ Mas, en realidad, sólo los juzgan así los pedantes,
los puritanos de la ciencia o de la moral. El pueblo, dos con ei pergeño y vestidos de ios Apóstoles, como
en cambio, tiene varias y exactas expresiones para se ha hecho repetidamente con los príncipes retratados
designar estos estados que parecen locuras y, estricta­ por Velâzquez o con los chisperos de Goya. Esto es
mente, no lo son. Cuando las gentes dicen que alguien justamente lo que no me interesaba, sino tratar de
“ está fuera de sí” o que “ desatina” o que “ está ena­ encontrar en los enajenados del Toledo actual, vistos
jenado” , no quiere significar que está loco, sino que sin artificio indumentario ni teatral alguno, o quizá
actúa fuera de la normalidad habitual por el impulso con muy leve adobo cosmético, por una parte, jos ras-,
de una pasión. “ Locura” , en todos estos casos, significa gos raciales de las gentes del pueblo que convivieron
sólo un grado extremo de la pasión normal. Santa Te­ con el Greco, y que éste copió, y por otra parte, la ex­
resa, a la que no pocos médicos han pretendido pueril­ presión, no de locura, sino de arrebatado misticismo,
mente diagnosticar de diversas neurosis o psicopatías, de los modelos del gran pintor.
es un ejemplo de la pasión extremada de un alma ex­ Una y otra cosa se comprobaron en este pasatiempo
celsa llevada hasta la apariencia de locura; y ella mis­ antropológico. La población del Nuncio Nuevo, como la
ma lo explica muchas veces, por ejemplo: cuando, ha­ de cualquier otra agrupación toledana, como la de los
blando del tercer grado de la oración, escribe con ine­ seres que circulan por sus estrechas calles, es todavía
fable pluma : “ Yo no sé otros términos como decirlo ni idéntica a la de los siglos XVI y XVII, lo cual se explica
como declararlo, ni entonces sabe el alma qué hacer, por la escasísima aportación de otros tipos peninsula­
porque no sabe si habla ni si calla ni si ríe ni si llora. res a las gentes que siguen viviendo en la arqueológica
Es un glorioso desatino, una celestial locura en donde ciudad, aislada en su peñón desde que fué desposeída
se aprende la verdadera sabiduría y es deleitosísima de la capital del Imperio. La casi totalidad de fami­
manera de gozar el alma.” No cabe definir mejor a lias extrañas que se han sumado a las autóctonas pro­
“ la razón de la sinrazón” del misticismo que con esta ceden de la misma región toledana, por la habitual
fórmula teresiana; “ es una celestial locura en donde fuerza centrípeta que empuja a los pueblos hacia sus
se aprende la verdadera sabiduría” . capitales, y aun en este caso tienen los campesinos
No tenían este sentido superlativo de la locura los toledanos el próximo centro de Madrid, de mucha mayor
comentarios de extravagancia que desde muy el co­ fuerza atractiva. La humanidad militar y burocrática
mienzo inspiró a los academicistas, casi todos cristia­ que viene de fuera suele ser episódica, efímera en la
nos viejos, la personalidad del Greco. Esta extrava­ vida de la ciudad, y la eclesiástica, más permanente,
gancia, de la que Palomino y Jusepe Martínez acusan no tiene, como es natural, trascendencia hereditaria.
al gran pintor, lleva envuelta, en su acento despectivo, De suerte que los hombres y las mujeres de Toledo
una sospecha de locura verdadera. Pero como ya he son, en cierto modo, como una reliquia biológica tan
indicado, y Cossío vió certeramente, fueron los román­ intacta y, por lo tanto, tan interesante, para reconstruir
ticos, a partir de Gautier, los que hicieron el diagnósti­ su pasado vivo, como sus edificios y sus obras de arte.
co explícito de fou de génie de Dominico. En euanto al otro aspecto del sencillo experimento,
Luego vinieron los diagnósticos de los psiquíatras éste evidenció también la agudeza del Greso si, como
con rótulos temerosos de “ psicastenia” (Juarros) (12) el estudio de sus lienzos hace probable, eligió, en efecto,
o de “ paranoia” y además “ inadaptación, extravagan­ como modelo de algunos de sus santos, a los enajena­
cia, excentricidad, egocentrismo, megalomanía y de- dos, quizá dejándoles crecer barbas y cabello, como yo
mandismo” , de un ilustre profesor, Ricardo Jorge (13). también lo hice, pues entonces no sólo estaban los de­
Es curioso el arrebatado alegato antigrequista del psi­ mentes pelados al rape como ahora, sino afeitadas a
quíatra portugués, que parece poseído de un odio de navaja la cabeza y la cara, lo mismo que los galeotes,
ultratumba, poco explicable, hacia el glorioso pintor. según nos cuenta Tirso de Molina (16).
Pero no era locura verdadera, sino pasión inflama­ Las consideraciones más arriba expuestas alejan
da. El ambiente de Toledo era propicio a esta semilo- todo propósito de irreverencia en el pintor, si la hipó­
cura. Corresponde a él el aire de naturalidad con que tesis es cierta, como yo firmemente creo. Un hombre
los caballeros toledanos contemplaban el estupendo mi­ normal a quien un pintor quiera hacer modelo de un
lagro de E l entierro, punto sobre el cual insistió Cos­ Apóstol, puede reunir las circunstancias externas ape­
sío con su habitual penetración. tecidas: la edad, la condición social, el aire de innata
nobleza y apasionada inteligencia. Pero el fuego espi­
Esto se relaciona con otro problema, también plan­ ritual, el temblor del alma exaltada que asoma a la
teado por Cossío : el que deliberadamente buscara expresión, de no fingirlo un actor consumado, lo ten­
Theotocópuli algunos de los modelos de sus santos entre dría que inventar el artista, superponiéndolo a la rea­
los dementes declarados, quizá entre los acogidos a lidad del retratado. Mientras que en la humanidad que
la caridad de la Casa de los Locos, el llamado Nuncio habita en el Nuncio o en cualquier otro manicomio de
Viejo, que tenía su asiento cerca de la catedral. Cossío la tierra, es fácil encontrar la espontánea e inconfun­
se refiere concretamente al San Bartolomé del Museo dible expresión del heroísmo o de la santidad, en los
del Greco (Toledo) y dice : “ El límite máximo de exci­ que por trastornos de la mente se creen héroes o san­
tación, desequilibrio y anormalidad en cuanto a figu­ tos. Así los Apóstoles, encendidos de celo evangélico, y
ras aisladas ha de buscarse en el Apostolado de San así el llamado San Luis, rey de Francia, del Museo del
Pedro Mártir, hoy en el Museo de Toledo. Del obse­ Louvre, que no se sabe bien si es o no San Luis o cual­
sionante y aterrador San Bartolomé, tan extraño cuan­ quier otro monarca, pero que es también, seguramente,
to poéticamente vestido de blanco, no cabe decir sino un demente haciendo de rey; más acentuadamente to­
que es un loco furioso, escapado del antiguo y célebre davía es la versión del Museo Romántico (Madrid).
Hospital del Nuncio, allí vecino, porque es imposible
traducir con más verdad que lo hace aquel alucinado Se ha discutido mucho la influencia que este orien­
Apóstol el completo extravío de sus facultades menta­ talismo y bizantinismo, más que helenismo, tuvo en su
les (14). Sobre este punto he hecho algunas investi­ arte y, desde luego, en la deformación de sus figuras,
gaciones que creo necesario aclarar. cuyas proporciones se ha dicho son las de los iconos
En primer lugar, me interesa repetir que la prima­ y mosaicos bizantinos. Pero más que los elementos pic­
cía de esta sugestión que tanto ha llamado la aten­ tóricos nos interesan los reflejos psicológicos, las dor­
ción ahora, a favor de la gran popularidad actual del midas herencias y los recuerdos vivos del nativo y vago
Greco y al de la hiperestésica publicidad de hoy, per­ Oriente que perduraron en su obra hasta el final de
tenece exclusivamente a Cossío y que éste hizo sólo la vida.
una sugestión delicada y no ninguna afirmación, tan La oscuridad absoluta que a veces sirve de fondo a
contrarià a su habitual prudencia. Y quiero también ciertas figuras del Greco, como las Verónicas o algu­
añadir que yo he sido ajeno a la publicación de las nos retratos, recuerda a la noche de los grandes místi­
fotografías que se hicieron por encargo mío y a los cos, de San Juan de la Cruz, a la “ gran tiniebla del
cotejos, aparecidos en varias revistas del mundo, entre alma” , en la que se hace la conciencia de Dios en el
los locos del Nuncio actual y las pinturas de Dominico. espíritu, sombra del Viejo Testamento. Así son tam­
Cossío se vió obligado a dar excusas semejantes (15), bién las tinieblas del monte Sinaí y las que sirven de
y eso que entonces las extralimitaciones publicitarias fondo a los Cristos en los lienzos del cretense.
eran menores que ahora, y las justificaba el máximo La sombra, doble del cuerpo humano, tiene aún ma­
prestigio del ilustre maestro. yor volumen en su obra. Es el mismo problema porque
Yo, y otro cualquiera, hubiera podido hacer un nú­ las tinieblas son el doble de la luz, “ la penumbra del
mero de “ cuadros vivos” disfrazando a locos y a cuer­ color” (17), como la sombra es el doble del cuerpo
numano. L a idea de que la sombra es el “ otro y o ” tiene nuadores de las bolsas más repletas, le pusieron en
una larga b ibliografía, tan conocida que no sería ex­ situación crítica. Lo cierto es que no pagaba al casero
cusable aludirla aquí si no fu era porque los comen­ puntualmente y que tenía deudas acá y allá.
taristas del Greco la olvidan casi sistemáticamente, p ri­
vando de útiles puntos de vista a la interpretación de su Parece que andaba en sus últimos tiempos apoyado
pintura. en bastones, lo cual no sign ifica nada cuando la ciudad
por donde hay que andar es Toledo. P ero conservó in­
Es verosím il que para el Greco sería natural repre­ tacta, hasta muy tarde, su lucidez y su santa rebeldía.
sentar a los seres celestes como almas figuradas en En 1611, es decir, poco antes de m orir, le visitó P a ­
la sombra. Ahora bien, la sombra, en su plenitud re­ checo, y el Greco le habló de todo, desde la técnica
presentativa, cuando cae la tarde o cuando sale la Luna, de la pintura hasta la filosofía aristotélica, con un
que es también la hora en que el alma se llena de garbo juvenil y revolucionario que desconcertó al co­
trascendencia, tiene el mismo canon alargado de los medido suegro de Velâzquez.
santos del pintor griego, con las piernas tan largas que
a veces esas sombras se tienen que arrodillar para caber E l 26 de agosto de 1612, Jorge Manuel Theotocó­
dentro del lienzo, como el San Juan del Apocalipsis puli fu é a concertar el sepulcro de su padre con las
(colección Zuloaga), y con la cabeza pequeña, peque­ monjas de Santo Domingo el Antiguo, a través de la
ña y radiante, como la clave del descomunal espectro : misma reja por donde todavía comunica el mundo de
tal en el San B ernardino, del Museo del Greco (T o le ­ fuera con la vida misteriosa de la clausura. L a comu­
do). En suma, las figu ra s celestiales de Theotocópuli nidad estaba reunida, con sus abadesas, “ a son de cam­
son sombras, con la proporción de las sombras, porque pana tañida como es uso y costumbre en semejante
son almas; y porque son sombras, que escapan “ como negocio” (19). E l gran pintor, g rie g o de nación, de
un haz de numo, alcanzan su prodigiosa fuerza as- educación italiana, toledano por la madurez de su ge­
censional. nio, tenía la voluntad de reposar para siempre en la
La interpretación de la sombra como secreto del Gre­ ciudad de donde no quiso salir una vez que la conoció;
co ha tenido en Cocteau un defensor de calidad. El en la ciudad de las encrucijadas entre el Oriente y el
poeta que ha traducido el soneto de Góngora a la Occidente, donde alentaba aún la realidad tremenda
tumba de Theotocópuli como lo ha hecho él, está más del A n tiguo Testamento y las esperanzas del N uevo;
cerca del pintor visionario que el más agudo de sus crí­ donde las razas diversas y óptimas se habían resu­
ticos. “ ¿ N o nació— dice— en Creta, lugar de mitos, mido como en un crisol; en la ciudad por donde la ci­
donde el hombre de cabeza de toro golpeaba con la r i­ vilización clásica había ido pasando, como un río manso,
zada fren te las paredes del Laberinto? Y puesto que hacia Europa. Y el día 7 de abril de 1614, cuando flo ­
la m itología del pintor autoriza todas las audacias, ¿no recían ya los lirios de los cigarrales, le llegó a Theoto­
nos gustaría im aginarla naciendo en el Laberinto y cópuli el “ mal de la muerte” , que decía Santa Teresa.
alargándose hasta encarnar su sombra, para huir así “ Fué metido en un ataúd y depositado en una bóveda
de telas que se retuercen y se desgarran, y de rayos?” de la iglesia y monasterio de Santo Domingo el A n ­
tiguo.” E l entierro desde las casas de Villena subió,
Nos queda sólo resumir el fin a l de su vida. ¿Cómo callejas arriba, entre la curiosidad de las gentes y la
era, ante todo físicamente, el Greco? Es fácil saberlo piedad de los amigos. E n tre ellos es seguro que es­
porque él mismo se retrató. taría Lope de Vega, que por aquellos días v ivía en
Y o creo, por razones que aquí no puedo explicar, que Toledo, ya melancólico, pero que “ aun se defendía de
el retrato del v iejo inteligente, melancólico, levemente sus tristezas, como él mismo escribió cínicamente, con
irónico y de atuendo modesto, como, de profesional li­ la am iga del buen nombre” (20). N o eran tan sólo el
beral, de cráneo de punta, como el de San Lucas, de la muerto y el vivo, Theotocópuli y Lope, dos amigos que
catedral de Toledo, un tanto exótico, que ha pasado no se entendieron, sino dos símbolos diversos de la
durante algún tiem po por Theotocópuli (colección de vida y de la muerte que tenían muchas razones v ita ­
Beruete), es, efectivam ente, el gran pintor. E l es, y les para no poderse entender.
no sus otras atribuciones, el “ retrato de mi padre con Los huesos de Dominico no gozaron del reposo m or­
un cuadro guarnecido” , que cita Jorge Manuel The- tal que deseó en vida, porque, a poco, fueron traslada­
tocópuli en el segundo inventario de sus bienes, y San dos al monasterio de San Torcuato y de él salieron y
Román lo cree también así (18). se dispersaron unos años después, perdiéndose su ras­
Se ha repetido la frase de Pacheco de que Theotocó­ tro para siempre. Las causas de esta peregrinación de
puli “ fué un filósofo de agudos dichos y que escribió ultratumba no nos interesan. Lo importante es que
de la pintura, escultura y arquitectura” . E l exacto e quedaron en Toledo y no en una cripta, sino incorpora­
ingenuo suegro de Velâzquez nos da en estas líneas dos a la tierra empapada de siglos ilustres, como si es­
una impresión seguramente verídica del gran pintor. tuvieran ya prestos para la suprema ascensión.
Hombre profundo, porque pensaba mucho y leía va­ _________ _ G. M.
riedad de libros y muy buenos; conciso y fino en sus ( 1) Gómez M oreno, M. : E l entierro del Conde de Orgaz. Barcelona,
sentencias y, por fin , escritor, y escribiendo es como 1943, pág. 8.
(2) Cossío, M. B. : E l Greco. Madrid, 1908, II, 475.
se aprenden bien las cosas. E l contraste de este hom­
(3) Camón A znar , J. : Domenico Greco. Madrid, 1950, II, 1293.
bre lleno de originalidad y de galas intelectuales res­ (4) Salas , J .: Arch. Esp. de A rte y Arqueol., 1931, 7, 178.
pecto a los mediocres pintores toledanos de su tiempo (5) Cossío, loe. cit.. II, 478.
debió de contribuir mucho a su prestigio. (6) Caimo , N. : Lettere d*un vago italiano. P. Hamburgo, 1755.
V iv ió probablemente absorto en su pintura y en la (7) Gautier , T. : Voyage en Espagne.
incesante lección de sus libros, acompañado de sus (8) Cossío, loe. cit., II, 480.
pocos amigos íntimos y de los fam iliares y servidores, (9) Ortega y Gasset, J. : Obras completas, I, 43.
que tenía a su lado, en el estudio o en el hogar, que (10) H avellock E llis : E l alma de España, ed. castellana. Barce­
lona, 1928.
estoy seguro de que estaba vacío de mujer. Nada, fuera (11) P érez Galdós. B. : Toledo, en Obras completas, V I. Madrid,
de suposiciones sin fundamento, ha perm itido encon­ 1942.
tra r huellas de doña Jerónima de las Cuevas en los (12) J uarros , C. : Esculapio, 1914.
largos años de su vida toledana. Y esta temprana' au­ (13) J orge, R. : Nova contribuçao biográfica, critica e medica ao
sencia de lo que más amó explica muchas cosas de la estudo do pin tor Domenico Theotocopuli. Coimbra, 1913.
(14) Cossío, loe. cit., I, 244.
vida y del sino del melancólico artista. (15) «Estas fotografías, lo mismo que otras, han circulado liberal­
Lo probable es que viviera bien, aunque sin lujos, mente, y a esto se debe el que algunas se hayan reproducido ya en re­
sin las músicas que el poco veraz Jusepe M artínez vistas nacionales y extranjeras.» Cossío, loe. cit., II, 280.
( 1(5) En efecto, uno de los tres maridos burlados de la novela con
decía que amenizaban sus comidas y que otro escritor, este título de Tirso, para cerciorarse, cuando despierta de un sueño
ligero y petulante, Sommerset Maugham, añade que producido por polvos somníferos, de su sospecha de que está en el Nun­
hacía ven ir expresamente de Venecia. Todo ello es pura cio de Toledo, dice: «S i fuera esto como imagino, pues que a navaja
quitan los cabellos y barbas a los locos y a los galeotes, la mía me sa­
fantasía. Pero su modestia de misántropo se convirtió cará de este temor.» Debo esta curiosa indicación bibliográfica a mi
al final en pobreza. ¿P o r qué? N o parece que disminu­ erudito amigo A. Rodríguez Moñino. ( Bibl. Aut. Esp., vol. X V III, 488.)
(17) A lberti, R. : A la pintura. Buenos Aires, 1948, 156.
yeron sus encargos. Quizá se resintiera la economía
( 18) San R omán : De la vida del Greco. Tirada aparte del Arch. Esp.
de su casa, como la de tantos hogares toledanos, de la de A rte y Arqueol., 1927, núms. V III- IX .
crisis que ocurrió en la última parte del reinado de (19) San R omán , F. B. : E l Greco, loe. cit., 1800.
Felipe II. Quizá también los pleitos inacabables, exte- (20) A mezúa , A . G. : Lope en sus cartas. Madrid, 1953, I II, 143.
A D IE más indicado que don José Fernández Ro­

^ EL dríguez para expresar en estas páginas su crite­


rio sobre el arte de vender, arte al que su gran talento
y su espíritu eminentemente emprendedor han dotado
de nuevas e insospechadas perspectivas, como bien
puede testimoniarlo Madrid, pues se debe sobre todo a
las audaces iniciativas de este extraordinario hombre de

ARTE
empresa la tan grata como sorprendente transforma­
ción que en sólo unos años se ha operado en la técnica
comercial de la capital española. P o r eso M vndo H is ­
pánico ha recabado la colaboración de don José F e r­
nández Rodríguez— «P e p ín » Fernández, en diminutivo,
que cuadra bien al dinamismo y amabilidad que carac­
terizan su ejecutoria comercial— , en la certidumbre de

DE que nadie eñ nuestro país podría tra ta r tan interesante


y sugestivo tema con mayor conocimiento de causa.
Pero la personalidad del señor Fernández Rodríguez
es ya conocida, en sus rasgos esenciales, por los lectores
de M vndo H ispánico , a través del reportaje que en el
número 98 se le dedicaba en la sección «Españoles de
hoy». Aquel bosquejo biográfico que entonces se hacía

V E N D E R de Pepín Fernández viene a completarse ahora con el


relato que él mismo nos hace de cómo una concepción
tan inteligente como revolucionaria del comercio en
cuanto arte— el arte de vender— puede aumentar en me­
dida inimaginable la actividad comercial de una ciu­
dad, con las consiguientes repercusiones favorables, no
sólo para el vendedor, sino al propio tiempo— y ahí ra­
dica acaso el secreto de los grandes éxitos comerciales
de Pepín Fernández— también para los compradores,
para los innumerables clientes de las empresas que ex­
pertamente conduce.
M vndo H ispánico se siente hoy muy honrado con la
colaboración de este hombre que, de «chico para todo»
Por JOSE FERNANDEZ RODRIGUEZ en los almacenes cubanos « El Encanto», fué escalando
puestos hasta llegar a ocupar ese puesto de excepción
al que ha accedido exclusivamente por sus propios e
incuestionables méritos. El presente artículo es una a
modo de síntesis de la conferencia que, bajo el título
de « Panorámica del comercio de Madrid: 1935-1955»,
pronunció en el Instituto Sallarés y Plá, de Sabadell.

AN TE C E D E N T E S : CUBA E N 1910 sentido ilimitado de la responsabilidad. Importa, sobre


todo, concebir empresas que signifiquen un servicio posi­
Cuando llegué, en 1910, a Cuba, pobre como el más po­
tivo a la comunidad, en las que el beneficio se base es­
bre de los emigrantes, pero con una gran carga de ilu­
trictamente en el tanto por ciento mínimo dentro de un
siones, me hallé en La Habana con una incipiente vida
cálculo de posibilidades económicas, para a la vez buscar
comercial, minada por ciclos estacionales, operaciones de
la multiplicidad de este margen mínimo mediante un
crédito a largo plazo y una total despreocupación por las
sistema de rotación, de evolución, de velocidad en el des­
necesidades del público. Dos prohombres del comercio cu­
arrollo del negocio.
bano, asturianos los dos, dieron una inyección de vitali­
dad a la adormecida actividad económica de La Habana. E L ULTIM O QUINQUENIO
Fueron estos genios del comercio don Aquilino Entrialgo
y don Bernardo Solís, propietarios de “ El Encanto” , los Tras el paréntesis de la guerra civil, la contienda mun­
almacenes que muy pronto ocuparon el más destacado lu­ dial y las circunstancias determinantes de escasez por el
gar de las operaciones mercantiles. bloqueo político y económico internacional, es el año 1951
Gracias al adecuado uso de una eficaz técnica propa­ el que marca el instante en que una nueva coyuntura
gandística fué posible vencer una crisis que comenzó a permitió a los comerciantes desarrollar sin cortapisas sus
apuntar en el mes de octubre de 1920, y a la que derro­ ideas creadoras. Así, una idea sublime, la de la conme­
taron, por partes iguales, la publicidad y el tesón de moración del “ Día de la Madre” , creada por el Frente de
quienes han aprendido a luchar, con voluntad firme y Juventudes, pudo tener su desarrollo social en el regalo
decidida, incluso contra las mismas tendencias naturales. y el recuerdo a las madres españolas. Y asimismo las
Sólo así pudo ser superada aquella grave amenaza de fiestas navideñas, fechas tradicionalmente reservadas a
crisis. los turrones, se convierten en motivo de proyección y
extensión comercial. La propaganda bien encauzada acaba
E L COMERCIO Y L A V ID A SOCIAL logrando algo que antes parecía irrealizable : vender en
todas las épocas y a todas las gentes, y es que, sin duda,
También a “ El Encanto” se debe la proyección del co­
ante las incitaciones verdaderamente sugestivas, el dine­
mercio en la vida social con el fomento de fiestas benéfi­
ro sale y se multiplica como por milagro.
cas y de alto interés nacional, espiritual y humano, y.
sobre todo, por el decisivo impulso que dió al regalo en LAS CU ALID ADES DEL VENDEDOR
cuanto a viva expresión de afecto, agradecimiento, etc.
En el comercio, como en toda otra actividad, la intuición Capítulo muy importante en el comercio es, natural­
es algo fundamental, básico, y sin ella toda iniciativa, mente, la formación del personal. En mis empresas cui­
por generosa y positiva que en principio parezca, corre damos de manera singular de inculcar al personal las cua­
el riesgo de truncarse. Mediante la organización de actos lidades que el vendedor ha de tener, mediante unas “ Nor­
culturales y artísticos, “ El Encanto” realizó, durante los mas” , que todos cumplen escrupulosamente. He aquí al­
años veintes, una extensa labor de difusión de la cultura gunas de estas normas:
española en Cuba, pero, en compensación, aquella labor “ Ese cliente que llega a nuestra casa, o que ya está en
repercutiría muy favorablemente en la marcha del ne­ ella, es nuestro amigo, nuestro benefactor. Veámosle así.
gocio, al que se había dotado de una dimensión social Sepamos apreciar y estimar lo que representa para nos­
que hasta entonces no tuvo y que, a juzgar por sus re­ otros material y moralmente. Aunque no compre nada,
sultados, era muy del agrado del público. nos ha dado el calor y la simpatía de su presencia. Lo
esencial es que venga.” Y respecto a la propina, tenemos
EL COMERCIO M ADRILEÑO E N 1935 establecida esta norma: “ Si el cliente nos da_ dinero u
otra cosa cualquiera, hagámosle saber, muy delicadamen­
Pues bien, aquel incipiente comercio que yo había ha­
te, que nos está prohibido aceptar nada del modo más
llado en Cuba a mi llegada a la isla en 1910 era, aunque
absoluto y terminante. Démosle las gracias y digámosle
un poco más avanzado, el que existía en Madrid cuando, que tenemos el mayor placer en servirle y atenderle, y
en el año 1934, pude adquirir un pequeño establecimiento
que este placer es aún mayor si el cliente se va com­
en la calle de Carretas. Y, claro está, los mismos princi­
pios en los que se había fundado la expansión comercial placido.”
cubana los apliqué en la capital española, donde, de igual E L COMERCIO Y L A SOCIEDAD
modo, rindieron óptimos frutos. Y es que al público hay
que dirigirse con el más profundo respeto y con la lealtad En dos recientes encuestas, realizadas por un periódico
más sincera, como si nos dirigiéramos a un juez: con un madrileño y por Radio Nacional de (Pasa a la pág. 62.)
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de textos, versión crítica, estudios introductorios e ilustra­ para el estudio de las homilías dominicales y festivas, ela­
ciones, por A urelio de Santos. X V I + 761 págs. y 32 lá­ borado por una comisión de autores bajo la dirección de
minas.
M onseñor A ngel H errera Oria , obispo de Málaga.
Y a está completa la serie de homilías dominicales de
Las bellas leyendas evangélicas, el rico venero de la esta obra m agistral y única en el mundo, que ha comen­
tradición cristiana, en una edición católica al alcance de zado a traducirse al italiano y que varios otros países
todos, es lo que pone la B. A. C. en sus manos con este se disponen a hacerlo.
interesantísim o volumen.
Los ocho volúmenes de la serie comprenden :
Los textos originales, incluidos los últimos hallazgos Tomo I : Adviento y Navidad (B . A . C., 97).
de Egipto, con una flúida y matizada versión castellana Tomo I I : E pifan ía a Cuaresma (B. A. C., 119).
y enriquecidos con amplias introducciones y sabrosos co­ Tomo I I I : Cuaresma y T i e m p o de Pasión.
mentarios, satisfacen tanto la necesidad del pueblo sen­ (B . A. C., 123).
cillo, cuya formación piadosa es resultado a veces de Tomo I V : Ciclo pascual (B. A . C., 129).
estas narraciones apócrifas, como la de los estudiosos Tomo V : Pentecostés (l.° ): Dom. de Pentecos­
de la Sagrada Escritura, del arte y de la antigüedad tés a dom. 4.a después de Pentecos­
cristiana. tés (B. A . C., 133).
Tomo V I : Pentecostés (2.°) : Dom. 5.a a 11.a
después de Pentecostés (B . A . C.,
T E O L O G IA D E L A S A L V A C IO N , por el P. A n t o n io R o y o
138).
M a r í n , O. P. Prólogo del E x c m o . y R v d m o . D r . F r . F r a n ­
Tomo V I I : Pentecostés (3.°) : Dom. 12.a a 18.a
c is c o B a r b a d o , O. P., obispo de Salamanca. X X + 658 pá­
después de Pentecostés (B . A . C.,
ginas (B . A. C., 147). 140).
Los mayores problemas del alma en un tratado sub­ Tomo V I I I : Pentecostés (4.°) : Dom. 19.a a 24.a
yugante. La posibilidad de la salvación eterna. Sus me­ después de Pentecostés (B . A. C.,
dios. La perseverancia final. La cuestión del número 107).
de los que se salvan y de las poderosas razones que Y constituye el acervo de ideas más rico, matizado y
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abonan una solución muy esperanzadora. Y en la parte
dedicada a la “ Teología del más allá” , los problemas culto en lengua española.
de la muerte, del juicio, de la naturaleza, de las penas T E O L O G IA DE L A P E R F E C C IO N C R IS T IA N A (B . A. C.,
del infierno, de la psicología de los condenados y de 114), por el P. A ntonio R oyo M arín , O. P. Prólogo del E x ­
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ESPAÑOLES DE HOY

DON P A B L O GARNI CA, HOMB RE DE


EMPRESA CON CAPACIDAD DE MINISTRO
Por MA F

sta es la historia de un hombre de acción que estuvo a punto de Garnica un espejo y una guía útil para cualquiera que note dentro de si

E equivocar su camino. Lejos de hallarnos, como hasta ahora, ante


el ser humano que se alzó desde la nada, Garnica nos da el ejemplo
de cómo, partiendo de una posición de privilegio, se puede originar un
los estímulos y las inquietudes que la actualidad va planteando.

U N A H E R E N C IA PRESTIG IO SA
orden de cosas e ideas totalmente nuevo, prescindiendo de prejuicios res­
petables, aunque contradictorios, con el tiempo que a cada cual le toca E l 28 de diciembre de 1876, día de los Inocentes, nació en el hogar de
vivir. La administración del ímpetu al adquirir una postura revolucio­ don José Garnica su hijo Pablo. E l señor Garnica procedía de tierras
naria, el acoplamiento de los principios teóricos a la práctica, tiene en montañesas, y, a través de una vida laboriosa, re- (Pasa a la pág. 62.)
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Desde R om a ha lle g a d o , para c o m p ro b a r la v e rd a d e ra e x is te n c ia de P a b lito C a l­ El p e q u e ñ o a c to r e sp a ñ o l P a b lito C a lv o s o n ríe en b ra z o s de su d ir e c to r , L a d is la o


v o , la p e q u e ñ a L u c ia F e g n i, q u e , ca riñ o s a y tím id a m e n te , es re c ib id a p o r P a b lito . V a d ja . Su g e s to in g e n u o y su d u lc e so n ris a son la a tra c c ió n d e l f e s tiv a l de c in e .

PABLITO CALVO, EL
NIÑO QUE CONMUEVE
A TODA EUROPA
L A P E Q U E Ñ A V IA J E R A Los dos pequeños personajes se sa­
ludaron efusivamente. Pablito espe­
se pequeño mundo de los niños, raba a la niña con una gran caja

E tan distinto y tan sincero, llega


a veces a emocionar por su au­
téntica ternura y su ingenuidad. La
de bombones y Lucia pudo compro­
bar con entusiasmo la existencia de
su pequeño amigo.
verdad y la ficción cobran en ellos
una dimensión más honda, y un he­ P A B L IT O
cho apenas sin importancia llega a
ser la obsesión y el todo de sus El pequeño actor español, máxima
vidas. figura en los últimos acontecimien­
Una niña italiana, Lucia Fegni, de tos cinematográficos internacionales,
siete años, escribe una carta de Navi­ nació en Madrid el 16 de marzo de
dad. Está triste, desolada. Ha visto 1949. Protagonista de una de las pe­
cuatro veces la película Marcelino lículas españolas de mayor éxito,
Pan y Vino y cree firmemente que saltó a la más creciente popularidad
el pequeño Pablito Calvo ha muerto. casi taumatúrgicamente. El milagro
Una y otra vez ha ido al romano del cine le hizo recorrer el mundo
cine quizá con la esperanza de que entero para alzar con su presencia
el final de la historia hubiera cam­ un bello capítulo lleno de ternura y
biado. Con el deseo de que «Marce­ emotividad.
lino» no muriera. Pero, inexorable­ En agosto de 1954, la prensa ma­
mente, el final ha sido siempre el drileña i n s e r t ó en sus p á g i n a s un
mismo. anuncio. Su título era éste : «El cine
La carta, plena de ternura, fué pu­ b us c a un niño.» El t o t a l de aspi­
blicada por II Tempo de Roma y la rantes sacendió en pocos días a más
coproductora de C h a m a r t í n Falco de cinco mil. Convertido en guión
Film invitó a la pequeña niña para cinematográfico el espléndido cuento
que se trasladara a Madrid a pa­ de José María Sánchez-Silva Marceli­
sar unos días con Pablito Calvo. no Pan y Vino, se tropezó con la
En esta escena de la película « M i tío J a c in to » , P a b lito ensaya, con h a b ilid a d y El «Oso de B e rlín » fu é e l pre m io o torgado en el V F estival C in e m a to g rá fic o de
gesto in te lig e n te , el in fa n til juego de las canicas. El film lo d irig ió L. V a d ja . aquella ciudad a la gran p e lícula española, p ro ta g o n iza d a por P a b lito Calvo.

El nuevo gran a cto r d e l cine español P a b lito Calvo y Juan Calvo en un fo ­


togram a de « M a rc e lin o Pan y V in o » , la p rim e ra p e lícula del a cto r in fa n til.

primera gran dificultad para su ro­ punte de teatro, respectivamente. Sin


daje, que habría de realizar Ladislao embargo, a pesar de la corta edad,
Vadja. Era necesario encontrar un el pequeño «Marcelino» se revela co­
niño capaz de encarnar el difícil y mo un actor maravilloso. Su gesto y
diferenciado papel de protagonista. su expresión dan el tono exacto y
Tras minuciosa selección quedaron preciso. Tiene el cabello moreno, los
tres finalistas, que intervendrían du­ ojos oscuros, la mirada viva e inteli­
rante cuatro días en el rodaje de la
gente; la sonrisa brota en él fácil e
película, que ya había comenzado y
que tenía como escenario el pueblo ingenua y su sinceridad ante la cá­
de San Rafael (Segovia). Y en esta mara es tan absoluta, que él mismo
decisiva prueba fué elegido Pablito cree vivir cuanto representa.
Calvo.
Nacido en un hogar modesto de la VIAJERO INTERNACIONAL
madrileña barriada de Cuatro Cami­
nos, Pablito Calvo Hidalgo cuenta Tras el estreno de Marcelino Tan
como únicos antecedentes artísticos y Vino, Pablito se convierte en un
familiares el hecho de que su abuelo importante viajero internacional. El
y su padre fueron apuntador y tras­ niño, que no co- (Pasa a la pág. 5 9 .)
Po

E
L público de la capital de España ha te­
nido reciente ocasión de contemplar una
interesante muestra sobre la moderna
arquitectura mexicana, cuya presentación en
el Círculo de Bellas Artes fué posible gracias
al patrocinio dispensado por el Instituto de
Cultura Hispánica y la Dirección General de
Arquitectura. A través de más de un cente­
nar de fotografías, se ha expuesto a la consi­
deración de técnicos y profanos una serie de
obras que comprenden diversos tipos de edifi­
cación y una variada gama de motivos de
decoración. Exponentes todos ellos del pecu-
liarísimo estilo dominante en la arquitectura
del país azteca.
Es México hoy— junto con otro país herma­
no: Brasil— uno de los países punteros de la
América toda en cuanto a originalidad en las
artes plásticas, originalidad que resalta sobre­
manera cuando, como ahora (la colección a
que nos estamos refiriendo se presentó ante­
riormente en Holanda), permite la compara­
ción con las formas imperantes en el Viejo
Mundo y nos da pie para que el veredicto de
nuestra opinión lo sea con toda justicia favo­
rable. México ha conseguido plenamente todo
un estilo definidor y personalísimo, en el sec-

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tor de las artes plásticas a que venimos refi­
co'pdc. México, D. F . Año 191+7. Se debe di dv- dregal. México, D. F . Año 1951. Son sus drqui-
riéndonos, en una época cuyas constantes ar­ tectos Rossel y Carrdsco. Colección I. N . B. A.
quitectónicas son principalmente: racionalismo quitecto Jorge Rubio. Colección I. N . B. A .
constructivo, funcionalismo de composición,
imperio del hormigón y búsqueda del realis­
mo a todo trance, para atender las necesida­
des de la vida. México a éstas aporta una ca­
racterística muy importante, que la tendencia
a resolver problemas urbanísticos— impulso
promotor del leviatanismo de las grandes ur­
bes a lo Nueva York— parecía querer ignorar:
lo humano. La arquitectura mexicana— ante
esta muestra podemos comprobarlo— ha aña­
dido esta importante dimensión que impone
construir «a la medida del hombre». ¿Cómo
ha logrado tal cosa?, cabe preguntarnos. El
camino ha sido relativamente fácil. México es
un país «esencial», un país que conserva en
toda su fragancia la tradición y es fiel a ella.
No se ha lanzado a la conquista del futuro sin
contar con base real suficiente. Por otra parte,
y al mismo tiempo, como consecuencia de lo
anterior, vive apegado entrañablemente a su
naturaleza, y de la íntima comunión entre pue­
blo y naturaleza brota esa original estética
expresada en múltiples facetas plásticas: la
obra de los grandes muralistas, el cine reali­
zado por el «Indio» y Figueroa y la obra de
esta brillante pléyade de arquitectos.
En menos de un siglo la arquitectura me­
xicana ha pasado por el vasallaje a las formas
europeas de fines del siglo XIX y comienzos
del XX, la inquietud nacionalista de los tiem­
pos de la Revolución y la enorme presión ejer­
cida por el vertiginoso rumbo que toma el
mundo, una vez superada la crisis del 29, mer­
ced a la expansión de sistemas mecanicistas
que lo invaden todo, para desembocar en ese
estilo de sello inconfundible con que se ha pro­
ducido durante los cuatro últimos lustros.
¿Quiénes son los autores de tal prodigio?
En la actualidad son ya dos, o quizá tres, las
generaciones de arquitectos que han aportado
sus creaciones. Sus nombres: Carlos Obregón
H O S P I T A L D E Z O N A D E L I. M . S. S. C A L Z A D A D E V A L L E J O . M E X I C O , D . F . 19U -1952. I N S T I T U T O M E X I C A N O D E S E G U R ID A D
A rq u ite cto , E n riq u e Yáñez. Colección I. N . B. A . E n el centro del ja rd ín , un grupo escultórico. Social. Paseo de la R eform a . M éxico, D. F .
1.950. A rq u ite c to , Carlos O bregón Santacilia.

Santacilia, Jorge Rubio, Max Cetto, Héctor


Pañi, Enrique Vergara, Enrique Yáñez, A u ­
gusto H. Alvarez, José Villagraín, Enrique de
la Mora, Juan Sordo Magdaleno, Nicolás M a­
riscal, Víctor de la Lama, Luis Barragán, Raúl
Fernández, Manuel Rosén, Enrique Urquiza,
Manuel Ortiz, Carlos Lazos, Kassler, Enrique
del Moral, W o lf Schoenbrun, Rossell y Ca­
rrasco, principalmente. De entre éstos cabría
destacar a un reducido grupo, a cuyos com­
ponentes calificaríamos de más a u t ó c t o n o s :
aquellos sobre los cuales gravita en todo ins­
tante y se pone de manifiesto hasta en ínfimos
detalles de sus obras la presencia de elemen­
tos legados por la tradición hispano-india. T a ­
les manifestaciones las encontramos en la
Unidad Urbana «Presidente Juárez», de Héc­
tor Pañi, modelo de cómo edificar la vivienda
colectiva dejando a una lado la tendencia a
la «colmena» standard y conjugando armonio­
samente espacio, decoración y posibilidades
ofrecidas por el clima en la realización de la
escalera al aire libre, ornamentada con figuras
■ S a -* de corte indígena, que refuerzan el movimien­
§g to ascensional; los interiores, de gran belleza
y sencillez, de Barragán, Jorge Rubio, Vergara
y Del Moral; el barroquismo «bien templado»
de los jardines, porches y miradores de ma­
dera, al estilo del X VI, de Enrique de la Mora;
■T la incorporación de elementos rurales— forma
y materiales— de edificación de Kassler, etc.
Lo señalado, junto con la eficacia y armonio­
sas soluciones de Sordo Magdaleno en los edi­
ficios comerciales y chalets, elementos capita­
les de estructura urbanística de nuestro tiem­
E S T A B L E C I M I E N T O C O M E R C IA L D E O P T IC A . A V E N I D A M A D E R O , 13. M E X IC O , D . F . po; las grandes construcciones de Yáñez y el
1950. A rq u ite cto , R a fa el M ija re s. Colección I. N . B . A . Destaca el b rilla n te colorido del m ural. juego geométrico de grandes planos de Max
Cetto, que en todas sus creaciones logra re­
vitalizar plenamente la forma de la vivienda
colonial, resume la clave del peculiar estilo
mexicano.
La contemplación de tales manifestaciones
trae a nuestra memoria, a la hora de la re­
capitulación final, las palabras que el arqui­
tecto italiano Alberto Sartoris dedica en su
obra «Ordre et climats américains», al con­
siderar el urbanismo y planificación de las
ciudades hispanoamericanas: «Cada día se
hace más evidente la potencia civilizadora de
España en América, cada día se acusa más la
mala fe universal en los juicios acerca de la
caída del imperio español. En los tratados
anglosajones se elude el nombre de España al
hablar de urbanismo en América latina; una
propaganda sistemática, capciosa, irritante,
científicamente escandalosa, desconoce volun­
tariamente lo que ha formado la base de toda
la arquitectura americana.» Opinión que esta
muestra fotográfica de la moderna arquitec­
tura mexicana nos ha permitido corroborar
sin envanecimiento. Con la más serena refle­
xión lógica.

C A S A H A B IT A C IO N . C A L Z A D A C O S T E R A .
A capulco, G ro. A ñ o 1917. E s su arquitecto
W o lf Schoenborn. D e la colección I . N . B . A .
ANTONIO CLAVE,
PINTOR ESPAÑOL
Por MANUEL VIGIL Y VAZQUEZ

L pintor Antonio Clavé, nacido las que han acudido por tercera y

E en Barcelona hace cuarenta y


tres años, ha expuesto recien­
temente por vez primera en su ciu­
cuarta vez. Una verdadera marca en
exposiciones individuales.
Nada tiene que ver con la sensa­
dad natal— y en España— , cuando ción que Clavé ha causado a sus pai­
su poderosa pintura, de cuyo croma­ sanos el que viniera ya consagrado
tismo _tumultuoso emergen monigo­ internacionalmente como pintor, co­
tes imponentes y fantásticos rezu­ mo escenógrafo y como ilustrador.
mando realidad, ya era conocida has­ Un año antes, por ejemplo, se pre­
ta en Tokio. La exposición se ha ce­ sentó en Barcelona una considerable
lebrado en la Sala Gaspar, y en los exposición de las últimas tendencias
veinte días que ha estado abierta han de la pintura francesa. En ella había
desfilado por ella quince mil perso­ tres característicos cuadros de Ber­
nas, muchas de las cuales han re­ nard Buffet, número 1 de los diez
petido la visita, y no han sido pocas ( Continúa en la página siguiente.)

La p in to ra M aría S anm artí, madre del a rtis ta , an te un lie n zo de su h ijo .

LABRA, PREMIO EN LA
BIENAL DE VENECIA
El pintor español José Maña de Labra (nacido en La Coruña en 192S), co­
laborador de M vndo H ispánico , ha merecido en la XXV1I1 Bienal de Venecia.
recientemente celebrada, el Premio Francesco Perotti, a la mejor pintura reli­
giosa. Este « San Francisco de Asís», que precisamente fué publicado a todo
color no hace mucho en nuestra revista (véase la pág. 15 del núm. 96), fué
el cuadro que mereció tal galardón en este tradicional y famoso certamen.
pintores elegidos como los más im ­
portantes de la joven escuela con­
temporánea de París en una encues­
ta entre un centenar de calificados
expertos en arte realizada por la re­
vista «Connaissance des A rts». La
áspera obra de B u ffe t, expresión per-
sonalísima de un tremendismo social
de posguerra, con toda su vigorosa
acritud, apenas si dejó huella en la
sensibilidad artística de Barcelona.
Por el contrario, tampoco se trata
de complacencias de paisanaje. En- (
tre B u ffe t y Clavé está la presenta­
ción del ecuatoriano Guayasamín en
la Bienal, con su implacable desgarro
indigenista. El im pacto causado en
Barcelona por el ecuatoriano es an­
terior a que se le concediera el Gran
Premio ya al final del certamen.

D ES PA R PAJO H IS P A N IC O
Lo que ocurre ahora con la p in tu ­
ra de Clavé es que nos enfrentamos
de repente con una pin tu ra actual,
actualísima, pero con una vigorosa
im pronta del más irreductible des­
parpajo hispánico. Y , lo que resulta
prodigioso, tal pintura ha salido ade­
lante en un medio extraño, tras lar­
go y accidentado curso, en el que
pudo quedar para siempre en cual­
quiera de sus meandros, perdida para
siempre para el arte nacional, deses­
pañolizada bajo cualquiera de las
tendencias exclusivamente parisien­
ses. Recordemos, sin embargo, an­
tes de continuar, que el segundo
en la clasificación de los nuevos diez
grandes de la escuela de París, y el
único no francés, es A n to n io Clavé.
De héroe de fo lle tín se le c a lifi­
caba en uno de los muchos trabajos
sobre el arte y la personalidad de
este p in to r barcelonés publicados en
los últim os tiempos en la prensa de
la capital francesa. Pero vamos a lo
que im porta, que es cómo habiéndo­
se ausentado de España m uy joven,
a raíz de la guerra c iv il, y sin cono­
cer la gran pintura nacional más que
por alguna que otra reproducción, al '
cabo de varios años de v iv ir en París,
y tras haber sufrido diversas in flu e n ­
cias pictóricas e incluso haber adop­
tado como propia la manera « i n t i -
m ista», entra en contacto con otro
pin to r español residente de antiguo
en Francia, y de resultas de la im ­
presión que le causa la obra de este
p in to r nacido como él a este lado de
los Pirineos, descubre su verdadera
personalidad artística.
SU S O L D A D O DE P L O M O
El m ejor soldado de plomo para
A ntonio Clavé es de siempre, desde
su infancia, un lápiz. Así, con se­
mejantes palabras, se ha referido él
a su niñez. Tenía poco más de doce
años cuando, haciendo trampa con la
edad, puesto que no podía ingresar
hasta los catorce, consiguió ser ad­
m itid o en la Escuela de Bellas Artes
de Barcelona. Concurrió a ella siete
años y aprendió, pues, lo que se
aprende en una Escuela de Bellas
A rtes, y que no es in ú til ni mucho
menos, como él mismo confiesa, aun­
que uno no se dedique luego al aca­
demicism o; no sólo no la considera
in ú til, en contra de los desdenes de
otros presuntuosos artistas, sino que
Clavé estima muy necesaria la fo r­
mación que da una Escuela de Bellas
Artes.
Siendo como era de fam ilia mo­
desta, no podía sin más dedicarse a
la pintura que él quería, a la que
sentía dentro desde pequeñito. Pero
antes de dejar de p in ta r, se puso has­
ta pin ta r paredes. Fué, por tanto,
p in to r, pero del ramo de la cons­
trucción. Y pintó tam bién cartelones
de películas para las fachadas de los
cines e hizo «monos» para los «te­
beos», historietas para las revistas
infantiles.
Cuando cayó en París, sin saber
francés ni tener más fuerza para ba- '
tallar que su «soldado de plomo», lps
«tebeos» parisienses fueron también
su recurso para salir adelante; y te­
niendo que sostener, además, a su
madre, medio (Pasa a la pág. 6'-)
i,. g ■
W I
En poco tiempo el nombre de este jo ­

LIEBANA ven pintor español ha cobrado una clara


magnitud y un seguro reconocimiento
en los medios artísticos europeos. Re­
ciente todavía su presentación en París, ha vuelto a Madrid con este «coro»
de ángeles, una de las especialidades de su pincel de más limpia entidad y de
más original concepción. A l maestro Eugenio d’Ors le hubieran encantado
estas sutiles y poéticas representaciones de la «angeología» de Liébana. La línea,
que cobra en este pintor una lírica y sorprendente personalidad, y el toque de
color, apenas insinuado a veces, otras tratado con verdadera audacia expre­
siva, hacen de estas muestras de Liébana una de las más seguras conquistas
del joven arte español, que tiene en él una magnífica y esperanzada apoyatura.
El « A ra c e li» , donde cu a tro ángeles escoltan a su d ivin a Señora, al compás de arpas y g u ita rra s , m ie n ­
tras la tram oya sube le n ta m e n te y el m ila g ro encarnado parece repetirse y v iv ir con cada nuevo agosto.

MI S T E R I O DEL
"MISTERIO DE ELCHE" Por JUAN ORTS ROMAN

esde hace unos años, en cuanto llega estío, cuatro truenos que se deslizan sobre
D el apogeo del calor, brillan en la pren-
sa como relámpagos veraniegos unos
elogios superficiales de la belleza sin par
los campos de la adormecida cultura espa­
ñola sin dejar más rastro de recuerdo que
la persistencia del nombre, ya por sí atra-
de la “ Festa d’E lig” : nubes fugaces de yente en su incomprensión y tras el cual
ilp i

fe

;
m

La V irg e n ha m uerto y asciende, en tre expectante las gentes siempre se trazan una interro­ Años antes ha habido una discusión bi­ Sobre el tablado o «cadafal», los apóstoles se
El « T e rn a ri» , uno de los más em ocionantes pasajes La «mangrana» o granada es el tron o donde la
gante, un “ ¿Qué será?...” agrupan alrededor de la «M aredeu» y lloran su
del drama sacro, cantado, desde siglos, por estas silencio, a las alturas. Santo Tomás, el ú ltim o en Virgen y los ángeles rem ontan su canción hasta zantina en el Diario de Barcelona entre un
dulce trá n s ito , ante la emoción de to d o un pueblo.
artesanas gentes de Levante, de coral vocación. acudir a la cita , colma con su vox este instante. Y la confusión sube cuando se dice que los altos techos de esta iglesia de Santa M aría. catedrático de Literatura— el señor Vidal y
se trata de una fiesta popular a la que se Valenciano— y un escritor alicantino sobre
ha dado el carácter de “ Monumento nacio­ los motivos de ciertos pasajes de la obra;
nal” , distinción honorable, pero extraña, artística, cuya plástica sólo se puede apre­ pero todo son cosas esporádicas y superfi­
aplicada a algo que significa recreo^ o ex­ ciar, en mérito, de visu, ha permanecido ciales, que pasan y no vuelven a aparecer.
pansión y cuyas lí neas arquitectónicas, ignorada y oculta durante siglos y siglos, Y sólo le da c a t e g o r í a al espectáculo
aunque las tiene, no parecen verse, siendo bajo el palmeral de nuestra ciudad, como Milá y Fontanals, y iñás tarde el hispanista
como es perfectamente adecuada su apli­ simple nota de costumbrismo, no haciéndo­ Fitzmaurice-Kelly, que lo llevan a sus obras
cación. se referencia a él más que en relatos par­ como algo firme y seguro, aunque no con la
Por fortuna, ya es cosa sabida para al­ ticulares y sin que trascendiera más que a extensión que el caso merece. Posterior­
gunos que, en esencia, se trata de una ópe­ un trozo cercano y distante de nosotros : mente, con timidez, va entrando en las his­
ra litúrgica, cuya representación tiene lu­ el Africa francesa. Se dió el caso de que torias de la literatura, pero le falta la asis­
gar dentro de la iglesia arciprestal ilicita­ se desconociera en sitios tan próximos tencia de las multitudes, que algún día ha
na, y cuyo argumento se basa en los últi­ como en la propia capital de la provincia de llegar.
mos momentos de vida terrena de la Virgen y de que no se tuviera referencia alguna Porque el Misterio, obra española rancia,
María. La obra escénica, en dos actos, viene de su existencia en Valencia y en Murcia, y levantina, no es para hacer de él un re­
celebrándose los días 14 y 15 de agosto— un y que, en cambio, se multiplicasen los elo­ portaje curioso de más o menos color. No
acto cada día—-, en los que centra la reli­ gios de la “ Festa” en Argel y en Orán, en es una nube de verano en las letras patrias.
gión la Asunción a los cielos de la Madre donde las gentes anualmente fletaban em­ Alguien que nos lea se asustará, pero la
del Señor, lo que constituye un testimonio barcaciones por esta época con el exclusivo “ Festa” es algo de tanta trascendencia en
vivo y palpitante en sus menores detalles objeto de transportar el gentío para venir la literatura dramática como la propia
de aquellos espectáculos medievales que a Elche y “ verla coronar” ..., con aquella Dama de Elche en la escultura ibérica, de
tanto conmovían a las gentes, los célebres indumentaria algo estrafalaria, los bigotes la que es cabeza bellísima.
Misterios de la literatura universal y que y el pay-pay, chorreando sudor, la piel ce­ El tiempo y los críticos y los tempera­
se mencionan en las historias literarias de trina y el habla casi lemosina. mentos artísticos nos han de dar la razón,
todos los países cultos del siglo XIII, aque­ Es Pierre Paris, el comprador de la confirmando que es uno de los espectáculos
llos cuya presencia estimulaban los Pontí­ Dama de Elche, el que la conoce, porque ha más bellos de la vieja Europa.
fices por lo mucho que edificaban a las venido los días de agosto enviado por un
gentes. periódico parisiense a presenciar el Miste­
Esta singular manifestación religioso- rio en el año 1897.
^6 SONETOS
NOEL ESTRADA ROLDAN
( C O L O M B I A ) SANTIAGO
DE COMPOSTELA
La r u t ila n t e e s tre lla ja co b e a
— p e rla in c ru s ta d a en e l c e le s te lag'
d e rra m a e n e l s e p u lc ro de S a n tia g o
su p r o v id e n te y c e n ita l m are a .

La la n z a d e l A p ó s to l c e n te lle a
so b re e l m o ro fa tíd ic o y a c ia g o ,
y en d ila ta d o a fá n crece e l h a la g o
de p e re g rin a y m ís tic a o d ise a .

U n v ie n to p re c u rs o r de ju g la ría
a g ita b ra v a m e n te los c a m in o s
en to rn o a la d e v o ta ro m e ría .

Y en e l s a n tu a rio d iá fa n o y fe c u n d o
c o lo c a n los ig n o to s p e re g rin o s
la c ris tia n a d a lm á tic a del m undo.

Esta im p e r ia l c iu d a d , s ie m p re ris u e ñ a
a l c u rs o de la g lo ria y los a n a le s,
d e l T a jo t a c it u r n o en los ca u d a le s
e n d u re c ió su p la n ta b e rro q u e ñ a .

¡ D e l c u ñ o m e d ie v a l c ó m o se e m p e ñ a
e n c o n s e rv a r v e s tig io s y s e ñ a le s !
¡Q u é tim b r e e l de sus ra n c io s h is to ria le s
p a ra e l q u e ,e n tie m p o s e x tin g u id o s sueña

El r o to c in tu r ó n de tu s m u ra lla s
co n d en sa e s te m u tis m o c o n q u e a ca lla s
d e l tie m p o tr a s h u m a n te fu g a y paso.

Para q u e ir ra d ie en t i con p le n a lu m b re
a q u e lla ilu s tr e y c la ra p e s a d u m b re
q u e c a n ta ra e l d o lie n te G a rc ila s o .

EL ENTIERRO DEL
CONDE DE ORGAZ
R o ta s a l f in las ín tim a s cadenas
q u e a ta n e l a lm a a l c o rp o ra l re c in to ,
s u c u m b e la re d o m a d e l in s t in t o
e n tr e e l h o n d o s a rg a z o de las venas

El a lm a va a c e ñ ir fo rm a s serenas
en e l rep o so d e l c e le s te p lin t o ,
y u n c la u s u ra d o a ro m a de ja c in to
sa cu d e de la c a rn e las a lm e n a s .

Y a to d o es in ta n g ib le le ja n ía
d o n d e e l tie m p o m u d a b le se a p re s u ra
a b o rr a r e l c la m o r de la a g o n ía .

Q u e da d is u e lta la s a n g u ín e a lla m a
en lin fa h o r iz o n ta l q u e se d e p u ra
y en h á lit o a s c e n d e n te que se in fla m a

COMPOSTELA: S A N T IA G O DEL C O L E G IO DE S A N JE R O N IM O
EL ALCAZAR
DE S E G Ò V I A
Este b a je l de pétrea arboladura,
anclado e n tre el Eresma y e l Clamores,
avistó los bizarros resplandores
de la g e n til C astilla y su bravura.

A ltiv o nos recuerda y asegura


que en ese d o c trin a l de pundonores
la gesta ve n d im ió lauros m ejores
b a jo épico p e rip lo de ave n tu ra .

Cuando la piedra tu v o paraíso


no le fa ltó lo que la piedra quiso:
m em oria, v o lu n ta d , e n te n d im ie n to . A JORGE MANRIQUE
A u n desde su c ru z puede la rosa
Entonces cada to rre y cada alm ena
esclarecer su arcana profecía,
h a lló la g lo ria p rístin a y serena
y es líc ito esperar que acierte el día
de te n e r por c é n it e l firm a m e n to .
a d ila ta r su esfera lum inosa.

Sólo tu amarga lin fa m elodiosa,


en cauce fie l de eterna poesía,
llega plena a la m ar de la armonía
donde tu vida líric a reposa.

A l e sculpir el ascua de tu fie b re


la m uerte vaciló porque sabía
que vulneraba su m ejor o rfe b re .

M as ya cu m p lido su vo lu b le empeño
vió in ta c ta , p a lp ita n d o en tu elegía,
la v ig ila n te lu m b re de tu sueño.

O*.

vr

C astilla, a flo r de estepa, en duerm evela


de encinas, de m olinos y de alm iares,
a mi nómade planta le revela
un m u tila d o torso de hontanares.

r:-~ ^ n ^Ío's^ u '¡d o alíen tor7 e gacep


prostérnase la lu í , soñando m a te */—
y el b e lfo de los campos se consuela'
* rum iando en lontananza sus pesares.
fl#** ' 'e%
'
La vasta soledad vibra en rehenes
del cálido c ilic io que fu s tig a
eí lento* afán dessus m enguados bien€S,>;^

Y en e l logrado in d u lto de la espiga


compensa la llanura hoscos desdenes
de m illo n a ria y señorial fa tig a . m¿ Æ S& i f.
LA CASA DE
19 5 6
EN M A D R I D
Por L. M.-FEDUCHI

n estas mismas p á g i n a s El pi'oyecto de m obiliario pa­


E hemos expuesto el grado
de modernidad (dentro de una
ra una vivienda de clase media
está ejecutado por una empresa
gran sensibilidad artística) a particular con idea de lanzar al
que han llegado países como mercado una serie de modelos.
Dinamarca, Italia y Suecia en Aunque el estudio es conven­
el ambiente de interiores. cional, responde a una realidad

Después de las aportaciones en las construcciones que ac­


tualmente se levantan en Ma­
anuales de Francia con sus ex­
drid. Consta de una terracita
posiciones de artistas decorado­
— hoy día normal en los bloques
res y artes de la casa (muebles,
de casas de cualquier tipo— , un
utillaje, material de cocina, de
cuarto de estar, un c o m e d o r ,
limpieza, telas, etc.), es ahora
despacho, oficio (no se ha estu­
Alemania la que prepara una
diado la cocina) y un único tipo
gran exposición internacional
de dormitorio.
sobre este mismo tema, de la
Algunos muebles están con­
que en su día daremos cuenta,
cebidos en módulos, de manera
pues sin duda estará llena de que, agregando varios de d ife­
C o m e d o r co n a p a ra d o r de e le m e n to s L ib re r ía -e s ta n te ría m e tá lic a con los sugerencias y notas de interés. rentes formas, puedan compo­
m o d u la re s s u p e rp u e s to s . S illa s m e t á li- e n tre p a ñ o s m ó v ile s de 8 0 c e n tím e tr o s ,
cas con re s p a ld o y a s ie n to de p lá s tic o . q u e p e rm ite n v a ria r su e s tru c tu r a .
En Barcelona y Madrid, si­ nerse distintas clases de mue­
multáneamente con los proyec­ bles; así, por ejemplo, el apa­
tos normales de nuestras artes rador está realizado por seis
decorativas— muebles, h i e r r o s , módulos abiertos, y en el cuar­
cerámicas, telas— , se ha inten­ to de estar se ha compuesto un
tado también abordar el tema, mueble bajo para tocadiscos y
tan sugestivo, de la vivienda en bar con cuatro elementos, tres
serie para las clases humilde y de ellos abiertos y uno vertical
m edia , habiéndose conseguido cerrado.
en este último campo algunas El sistema de estanterías col­
soluciones interesantes y bien gadas de una retícula metálica
realizadas. es fácil y cómodo para muebles
En cuanto a las de tipo eco­ de oficio, y gracioso, con un em­
nómico, se están construyendo pleo racional del color, sin mar­
en distintos puntos de España cadas e s t r i d e n c i a s , difíciles
grupos experimentales term ina­ siempre de perdurar.
dos y amueblados totalmente, E l despacho está resuelto con
que han de servir de base para muebles metálicos, así como la
un gran plan nacional de v i­ mesa está inspirada en un mo­
viendas protegidas. delo italiano, compuesta por dos

O fic io co n e le m e n to s en s e rie , p in ta d o s u n o s a l d u c o y o tro s con la ch a p a de


m a d e ra a la v is ta en los d e la n te ro s . Los e s ta n te s , e x e n to s , c u e lg a n de u na re ­
tíc u la m e tá lic a , y los tir a d o r e s e s tá n s u s titu id o s p o r los c u a d rito s en va cío .
El áng ulo de la chim enea del cu a rto de estar. A p a rte la o rig in a lid a d de la c h i­ O tro ángulo del cu a rto de estar, en que aparece cerrado el m ueble b a r-to c a d is ­
menea, es de te n e r en cuenta el m ueble bar-to ca discos, las e stiliza d a s sillas y cos, con elem entos en serie superpuestos; un diván con respaldos desm ontables
el sofá de línea clásica con asiento de te rcio p e lo gris y respaldo en negro. y mesa a u x ilia r de madera po licrom a d a , con tapa de luna y pies m etálicos.

cuerpos de cajones con un table­ mada con tapa de luna y un sofá


ro de luna; la estantería, muy de línea más clásica, con asiento
bien resuelta, es un modelo del en terciopelo gris y la armadu­
ingeniero Fernández de Castro. ra y el respaldo de fieltro negro
La l i b r e r í a es siempre un humo; las patas son metálicas.
mueble generalmente insuficien­ Los muebles de la terraza es­
te, y al cabo de un cierto tiem­ tán compuestos de sillas y me­
po ha de ampliarse de algún sas de la serie “ parábola” del
modo. grupo “ forma estética indus­
La estan tería-lib rería que trial” . El respaldo y asiento son
presentamos aquí está compues­ de cordón plástico y la armadu­
ta con elementos sueltos de 0,80 ra de acero calibrado y pintado.
de ancho por dos metros de Esta silla está inspirada en una
alto; la sujeción de los entre­ de cuerdas, original del decora­
paños es muy sencilla y permite dor danés P. Kjaerholm. La
una gran movilidad en la altura mesa p o r t a r r e v i s t a s y sillón
de los estantes, evitando, ade­ pertenecen a la misma serie.
más, la monotonía y las dificul­ Una variación de las sillas,
tades de las librerías fijas. con el empleo de planchas de es­
En el dormitorio hacemos no­ puma de goma en asientos y
tar la posibilidad de desliza­ respaldos, aumenta su comodi­ Un rincón de la te rra za , en que vemos un silló n y una mesa para revistas, con
mientos de todos los muebles dad y calidad. luna, de la serie «parábola». El respaldo y el asiento del s illó n , como el p o rta ­
rrevistas de la mesa, son de cordón p lá stico , y las arm aduras, de acero pin ta do .
— camas, mesitas, t oc a do r y Así son las que se ven en el
aplique de luz— a lo largo del águlo del cuarto de estar y pró­
cabecero, prolongado en ángulo. ximas a una chimenea de forma
Todos estos muebles están rea­ piramidal y que está realizada
lizados en madera de fresno en en chapa de hierro.
su color blanco natural. Complemento para el ambien­
En el cuarto de estar, además te de la casa son las acuarelas
del mueble bar-tocadiscos, se ha del comedor y dormitorio, de
proyectado una mesita auxiliar E. Santonja, y las cerámicas,
de retícula de madera policro- de A. Blasco.

F O T O G R A F I A S : C A R L O S J I M E N E Z
• DESCUBRIMIENTO DE QUE LAS PLANTAS TAMBIEN TIENEN FIEBRE
• M A Q U IN A QUE CREA COLORES ENTERAMENTE NUEVOS
EL M U N D O •

LA BOMBA PACIFICA DE COBALTO
NUEVO METODO DE REVESTIMIENTOS METALICOS

M A R C H A •

LA LENTE PRISMATICA MAYOR DEL M U N D O
NUEVA GRASA LUBRICANTE PARA TODOS LOS CLIMAS
POR • O R G A N O E L E C T R O N I C O " S I L E N C I O S O " COM PUESTO DE 24 TECLADOS

I G N A C I O PUIG, S. I.
DIRECTOR DE LA REVISTA «IBERICA»
LA CIENCIA Y LA VIDA
D E S C U B R I M I E N T O DE Q U E LAS M A Q U I N A QU E CREA C O L OR E S
PLANTAS TAMBIEN TIEN EN FIEBRE E N T E R A M E N T E N U E V O S
E l fitopatólogo de la U niversidad de El profesor José Cohen, de la Uni­
C aliforn ia p rofesor C. E. Y a rw o o d ha versidad de Illinois (Estados Unidos),
descubierto que a las plantas, al igual ha ideado una máquina que produce dia­
que a los seres humanos, tam bién les riamente colores completamente nuevos.
da fiebre. En efecto, al estudiar las Le sugirió la idea del artefacto el ob­
p l a n t a s infecciosas con enferm edades servar que los rayos de luz se refleja­
causadas por el virus u hongos, Y a r ­ ban con matices extraños en el espejo
wood encontró que la tem peratura de esférico que usaba mientras se afeita­
las hojas era de 0,1 a 2o más a lta que ba. Entonces Cohen construyó un arte­
la de las plantas sanas. Tam bién des­ facto en forma de bola, cuyo interior
cubrió que las enferm edades causadas puede ser observado mirando a través
por hongos suben la tem peratura de las de un visor similar a unos binoculares.
plantas más que las causadas por virus. Los colores aparecen dentro de un dis­
co del tamaño de un cuadrante de telé­
fono, con objeto de que cada mitad
muestre colores diferentes.
En realidad, la máquina trabaja como
sigue: una luz blanca se enfoca sobre
N U E V O M E T O D O DE una rejilla de difracción, que la divide
REVESTIMIENTOS METALICOS en los colores del espectro. Provisto de
una máscara, el operador selecciona el
Recientemente se ha dado a conocer color o aquellos colores que desea y per­
un nuevo y curioso método de revesti­ mite que se proyecten sobre el espejo
mientos metálicos, sumamente práctico esférico, que los combina nuevamente.
para dar una capa metálica a los más
diversos o b j e t o s . Esencialmente, este LA BOMBA PACIFICA DE COBALTO
método consiste en inyectar diminutas Hasta hace poco, con el nombre de
gotas de metal fundido en una corrien­ «bomba de cobalto», se designaba un ar­
te de gas, que se proyecta sobre la su­ tefacto bélico, de enorme poder destruc­
perficie que se trata de metalizar, fría NUEVA GRASA LUBRICANTE tor y aniquilador de vidas, consistente
y en movimiento. Las gotas se repar­ PARA TODOS LOS CLIMAS en una bomba atómica de hidrógeno
ten muy uniformemente por la superficie El Cuerpo de Artillería del Ejército esta­ revestida de cobalto, metal parecido al
(método de pistola) y se solidifican con dounidense ha desarrollado una nueva gra­ níquel. El cobalto corriente, de peso ató­
gran rapidez por hallarse frío el objeto. sa que lubrica exactamente igual en los mico 59, al absorber un neutrón proce­
calores del trópico que en las.heladas tem­ dente de la explosión de la bomba «H»,
peraturas del Artico. El nuevo producto ac­ se convierte en cobalto de peso 60, que
túa eficientemente a temperaturas que osci­ es centenares de veces más radiactivo
lan entre los 54° bajo cero y los 51,5o sobre que el propio radio, y este cobalto radi-
LA LENTE P R I S M A T I C A cero. activado, al esparcirse atomizado por el
M A Y O R D E L M U N D O Este lubricante para todos los climas ha aire, llevaría la muerte a los más apar­
sido producido después de tres años de es­ tados rincones de la tierra.
Los talleres de la Perkins-Elmer Corp., de tudios destinados a simplificar los proble­ Pero actualmente se llama también
Glenbrook, en los Estados Unidos, han fa­ mas de aprovisionamiento de las fuerzas ar­ «bomba de cobalto» a una pequeña por­
bricado para el Observatorio Astrofísico Na­ madas horteamericanas. Durante ese perío­ ción de cobalto-60, dispuesto dentro de
cional de Tonanzintla, en el Estado m exi­ do, camiones de 2,5 toneladas hicieron un una envoltura protectora, que sirve, no
cano de Puebla, una enorme lente prismá­ recorrido de 32.000 kilómetros en los más para la destrucción, sino para bien de
tica, que resulta ser la de mayores dimen­ diversos climas para someter a prueba los la humanidad, como para aplicaciones
siones de todas cuantas hasta ahora se han lubricantes. médicas, en lugar de los rayos X, y tam­
hecho de este tipo. Pesa unos 140 kg. y El Ejército había comprobado que los lu­ bién para la industria; por ejemplo, para
tiene un espesor de 69 cm. bricantes comunes, adaptables para altas medir los efectos de las radiaciones de
El destino que se va a adjudicar a este temperaturas, se solidificaban o espesaban alta potencia sobre diversos metales uti­
producto de la industria del vidrio de gran demasiado en las temperaturas excesiva­ lizados en los reactores para propulsión
precisión es el de servir de auxiliar del te­ mente bajas. En consecuencia, era necesario submarina, l'n a muestra del material
lescopio tipo Schmidt más grande del mun­ limpiar de ellos los vehículos y otros equi­ que se d e s e a ensayar se introduce
do, con el fin de obtener fotografías es­ pos que debían ser enviados a climas dis­ en un tubo hasta un tanque, en que
telares de débilísima intensidad luminosa. tintos. La nueva grasa elemina este trabajo. actúan trozos de cobalto radiactivo.

ORGANO ELECTRONICO " S IL E N C IO S O " COM PUESTO DE 24 TECLADOS

El profesor de la M id Essex Technical School, quiera corregir los defectos tocando la pieza
de Chelmsford (Inglaterra), N. D. N. Belham, correctamente en su propio teclado; en este
ha creado un curioso órgano electrónico, que caso los auriculares del estudiante están conec­
no deja oír un solo sonido a menos que el tados al teclado del profesor. Todos los veinti­
oyente use auriculares, a pesar de que lo estén cuatro teclados están conectados a una sola
tocando veinticuatro personas simultáneamen­ unidad de tono y amplificación.
te. La gran ventaja de este órgano es que per­ Una gran ventaja de este aparato reside en
mite a un grupo de veinticuatro estudiantes de la facultad de poder reproducir los pasajes de
música practicar a un mismo tiempo, sin inter­ música en que se haya cometido algún error.
ferir los unos con los otros. El profesor puede también conectar a los alum­
El profesor puede escuchar a cualquiera de nos para hacer dúos, tríos y cuartetos, pues los
sus discípulos con sólo conectar los auriculares diversos teclados, dirigidos desde el pupitre del
al teclado deseado. El estudiante escucha sola­ profesor, están automáticamente sincroniza­
mente lo que él toca, a menos que el profesor dos. Puede estar orgulloso el profesor Belham.
José Ferrer y A le ja n d ro U lloa d u ra n te la jira te a ­
aÉISr»
tr a l de este ú ltim o en tie rra s de los Estados Unidos.
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El a c to r A le ja n d ro U lloa contem pla el ca rte l
anunciador de su tem perada te a tra l en Broadway. I v, ' V A*'í j .
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TEATRO
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ESPAÑOL
EN
NORTE­
AMERICA
La compañía del a c to r A le ja n d ro U lloa d u ra n te la
ALEJANDRO ULLOA, Charles Boyer, el d o cto r p a k is ta n i G. P. Krishnayya
y el actor español A le ja n d ro U llo a , en Nueva Y o rk . visita que e fe ctua ro n al alcalde de Nueva Y o rk .

EMBAJADOR ARTISTICO
EN EL NUEVO MUNDO
Po r TOMAS B OR R A S

uba,Santo Domingo, Puerto Rico, Colombia,

C Ecuador, Costa Rica, Venezuela y luego


Nueva York y Los Angeles, recorrido de!
embajador a ese mundo de la familia hispana.
El embajador se llama Alejandro Ulloa. A tan es­
pléndido, anchuroso, inmeso mundo, fué Alejan­
dro Ulloa a llevar el teatro de España.
Sólo cuatro países pueden presentar un teatro
creador, característico y sin superación posible:
Grecia, Italia, España e Inglaterra. Tan sólo Es­
paña añade a su teatro verbal ese otro increíble
y deslumbrador de la música y la danza. Suman­
do, nosotros poseemos dos guarismos definitivos
en el arte de las artes, en el arte que reúne pa­
labra, acción, plástica, filosofía (Paso o la pág. 59.)

El Presidente de Costa Rica entrega al insigne El Presidente de la República del Ecuador saluda al La alcaldesa de Puerto Rico entrega a A le ja n d ro
actor un pequeño saco con tie rra costarricense. gran a cto r en uno de los in te rm e d io s de « H a m le t» . U lloa un e sta nd a rte con el escudo de la ciudad.
SOBERBIA
AVARICIA

G U LA

En u n fo rm id a b le s a lto de « b a lle t» , e l A rc á n g e l San M ig u e l, p o rta d o r de las a rm a s La boca de una m in a s irv e de e s c e n a rio para la re p re s e n ta c ió n d e l « M is te r io » . De
c e le s te s , se la n ia r á so b re los pe ca do s c a p ita le s , a los c u a le s aca b ará v e n c ie n d o . cada u na de las s ie te a b e rtu ra s sa le n los pe ca do s c a p ita le s para in ic ia r su d a n z a .

SIETE DIABLOS
ANTE LA VIRGEN
Bolivia, tierra bravia monta­ ejecuta hoy en todo el ámbito
da a lomos de los Andes y ca­ de Bolivia. Antiguamente era
racterizada por sus desiertos de un rito pagano, pero ahora tie­
piedra, sus feraces valles y sus ne un carácter religioso cató­
indios mascadores de coca, tie­ lico : la “ diablada” se baila en
ne sus típicas danzas, cuyas ca­ honor de la Virgen, sobre todo
racterísticas reflejan el carác­ delante de la imagen de la Vir-
ter de sus habitantes. E s t a s gencita del Socavón.
danzas folklóricas se diferencian Los bailarines llevan másca­
en alto grado de las que se eje­ ras de origen netamente indí­
cutan en otros países sudame­ gena, que p r e s e n t a n formas
ricanos. fantásticas copiadas de las ca­
En la zona minera de Oruro, racterísticas de ciertos anima­
los mineros y otros trabajado­ les, como sapos, serpientes y
res ejecutan una danza del dia­ dragones. Los trajes con que
blo llamada la “ diablada” . Esta actúan son de vivos colores y
danza, que antes se celebraba van adornados de pedrería y
e x c l u s i v a m e n t e en Oruro, se monedas de plata. Los danzan-
tes principales son “ Satanás” y Los orígenes rem otos de la «diablada» han hecho que to d o lo que rodea a esta m ágica representación esté cargado de
fe ra z im a gina ció n y de riqueza expresiva. Vem os aquí la fig u ra de L u c ife r, al lado del vengador A rc á n g e l San M ig u e l.
“ Lucifer” , que dirigen la dan­
za acompañados del “ Arcángel
San Miguel” y de la única mu­
jer que actúa en esta escena
— la “ india Supay”— , que sim­
boliza la Tentación.
Se cuentan por centenares los
“ diablos” que toman parte ac­
tiva en la danza, la cual se eje­
cuta con movimientos rítmicos.
La procesión danzante se detie­
ne finalmente en la plaza del
Socavón, que está situada a la
entrada de la mina y en la cual
se desarrolla la escena princi­
pal de este espectáculo. El A r­
cángel San Miguel llama a los
principales demonios : a los sie­
te diablos, que simbolizan los
siete pecados capitales. Una vez
terminada la representación se
procede ya a la elección del mi­
nero que ha de representar el
papel principal en la fiesta co­
reográfica del próximo año, para
que pueda hacer ensayos duran­
te un año entero para la gran
fiesta de la b r a v i a B o l i v i a .

U no de los más in te re sa n te s personajes que in te rvie n e n en la El A rc á n g e l San M ig u e l p ro te g e contra e l d e m onio a la


FOTOGRAFIAS: KEYSTONE NEMES m ítica danza es la « in d ia Supay», sím bolo de la T e n ta ció n . « in d ia Supay», única m u je r que in te rv ie n e en la escena.
i 3 . 2 3 7
TONELADAS
POR AÑO, CON
UN VALOR DE
68 MILLONES
DE P E S E T A S

RA
EN
Es un espectáculo único. Los alm adraberos se dan prisa M om ento en que el a tú n, forzado por el gancho del ú lt i­
Nada existe en la pesca tan e m o tivo como una «levantada» de atunes. Ya cortan el mar pequeño del copo las aletas mo m ontador, es in tro d u cid o en la barca de recogida.
a hincar sus bicheros en el lomo de las víctim as, que
negras de los atunes, enloquecidos, que buscan por algún sitio la salida. El mar se vuelve rabiosamente blanco de Los que tardan en m orir organizan un escándalo in fe rn a l
cruje a la entrada del hierro. Hay primas por cada atún
espuma y como si h irvie ra , y se escuchan claram ente los palm etazos de los bichos, que se atropellan en su loca y con sus frailan te s coletazos, que hacen c ru jir la madera.
cobrado y las d istin ta s barcas riva liza n en el rendim iento.
enfurecida carrera. Es la «rebotada». Los atunes comprenden ya que no tienen escape y arman la marim orena.

on las emigraciones periódicas El conjunto de estos cercos de red Nada hay en el conjunto de la pes­
S del atún las que han permitido
el establecimiento de la almadra­
ba para su pesca y de la fábrica de
se llama almadraba, que puede ser
de paso o de retorno, según se utili­
ce en el paso del atún del Atlántico
ca tan lleno de emoción como la le­
vantada de atunes.
Una lancha se dirige hacia las
salazón para su explotación indus­ al Mediterráneo o en el de regreso. puertas del «copo», las iza, y los atu­
trial, base de la industria conservera Cuando el arte o red es fijo, des­ nes pasan del cuadro de la almadra­
de España. cansa en el fondo, manteniéndose ba donde estaban cercados al copo.
El atún, de peso variable—desde vertical por medio de corchos, y está Una vez dentro de éste, las embar­
los seis kilos las cachorretas y con dispuesto de manera tan sólida que caciones de la almadraba forman cua­
más de 120 kilos y longitud superior resista durante varios meses consecu­ dro alrededor del copo ; el capitán
a tres metros el atún arroaz—, hace tivos las acometidas del mar, viento manda entonces izar la red de fondo,
su vida en el Atlántico y penetra a y corrientes, así como las violentas operación que realizan los marineros
través del estrecho de Gibraltar, en reacciones del atún para escapar a situados en las embarcaciones de tres
el Mediterráneo, para desovar. su encierro. lados del cuadro, mientras en el cuar­
Estas emigraciones periódicas tie- La almadraba se cala de forma que to los montadores esperan en sus em­
'nen lugar, siguiendo las aguas tem­ no perjudique a la demás pesca, y su barcaciones a que aflore el atún a sus
pladas cercanas a la costa, todos los situación es comunicada a todos los costados. Otras veces las lanchas la­
años, del Atlántico al Mediterráneo, buques. El conjunto total se leva terales ayudan también a la recogida
en los meses de marzo a jimio, y su cuando concluye la temporada de de la pesca. Lentamente, a medida
regreso, de jimio a octubre. Esta cir­ paso o retorno del atún, volviéndose que se va izando la red de fondo, el
cunstancia permite situar en lugares a calar al principio de cada tempo­ cuadro va cerrándose. Este espectácu­
estratégicos, a lo largo de las costas rada. lo está lleno de fuerte colorido y sin­
que bordean la boca del estrecho de Efectuado el paso de los atunes y gular belleza. Los atunes, obligados
Gibraltar y en las del Mediterráneo, observada la abundancia de éstos en por la red de fondo a salir a la su­
cercos fijos de red que interceptan la zona que cerca la almadraba, se perficie, se debaten, colean, quieren
las rutas de los atunes. procede a la «levantada». escapar, y sus (Pasa a la pág. 60 ■)

Las barcas se van llenando. Las barcas se llam an «Carm en», «M ar Á n tá rtic o » o «San Juan», para ajustarse una vez más
a la costum bre no escrita de que los barcos de pesca lleven nombres de santos— a poder ser de apóstol— , de acci­
dente geográfico o de m ujer. Las barcas se van llenando y hay que trasladar el pescado a las m otoras y a otras bar­
cas auxiliares. Más de 3 0 0 kilos pesan algunos atunes, y hasta de 5 00 suelen aparecer en las suculentas redadas.
e tenido últimamente el placer davía limitada por el conocimiento ; viajero solitario está mas libre que En V ig o todas las m ujeres se parecen y todas tie n e n un po sitivo in flu jo en la
V ista de la ría hacia el in te rio r. La resonancia de V ig o ,
En V ig o in icia n su cam ino ios ambiciosos de España, tos
irresignados, los que nacieron posesos por la «saudade»
y son «saudade» ellos mismos en su v iv ir, que es su soñar.
p u e rto y puerta m ayor, se debe ta n to al propio esfuerzo
creador como al largo im pulso recibido de A m érica.
H de volver a ver Galicia para
conocerla aún mejor. Nunca
había estado en Vigo. Apenas llega­
su imaginación la agranda sin nin­
guna traba, y por ello es por lo que
puede apoderarse del país, al que
ellos, porque nada personal le im­
pide comulgar con el mundo y por­
que ya no tiene la edad en que se
sociedad. Los m atices de su parecido y de su in flu jo con stituye n la riqueza de
su psicolcgía. La m u je r gallega in te rvie n e en lo hondo de la vida de su país.

do, subí al Castro, desde donde se llega para poseerlo con más plenitud sueña con el porvenir.
domina la ciudad, hacia el final de que quienes han usado sus años en Al día siguiente tuve del mar una
un día lluvioso, hecho de chubascos él. No conozco la bahía de Sidney, visión más sencilla, pero bella toda­
y claras. Gocé allí una de las más que, según parece, es muy bella. vía, siguiendo en auto la carretera
soberbias vistas que he contempla­ Conozco la de Río de Janeiro, aná­ que va de Vigo a la desembocadura
do. Tras de mí, el cielo estaba car­ loga, en relación con la naturaleza, del Miño. El día era claro, el mar
gado de nubes de un azul casi negro, a lo que son en el arte las más sor­ estaba bastante agitado para precipi­
que oprimían blandamente la falda prendentes salas de teatro que haya tarse con violencia sobre las rom­
de las montañas y toda la parte te­ construido la arquitectura barroca. pientes que bordean la costa, mien­
rrestre del paisaje. Ante mí, bajo Pero encuentro aquí, con contornos tras que, frente a él, la pendiente
nubes menos pesadas y menos bajas, menos imprevistos y efectos menos de las colinas estaba cubierta de re­
la tierra y el mar se entrelazaban; chocantes, una amplitud igualmente tamas en flor, y es la corresponden­
tres islas, hacia alta mar, aparecían grandiosa. La presencia y la activi­ cia entre ese mar inquieto y esta
en silueta, como en una pintura chi­ dad del hombre se anuncian por to­ tierra florida lo que constituyó la
nesca; el sol se dejaba ver a inter­ das partes; casas y aldeas disemi­ trama de mi placer. Contemplaba
valos, y una estría de oro sobre el nadas por las pendientes, barcas po­ esos bruscos estallidos de espuma
agua gris subrayaba su reaparición sadas en el agua, un navio que se en las rocas, semejantes a fantasmas
incierta; todo era espacioso, diver­ aleja con su humareda ; pero lo que en pleno día, a criaturas instantá­
so y cambiante, con un fasto de ex­ lo domina todo es el carácter univer­ neas que parecían surgir de repente, Ju n to a sus lindas playas, V ig o erige Todo este hermoso y diferenciado
tensión y una variedad de aspectos sal de ese gran espectáculo, en el que abrir los brazos, saludar, morir. A las fábricas que tra e n , ccn el aceite m ar de las rías está surcado por m a­
que exaltaban mi complacencia. No me parece oír cantar la tierra y el esas explosiones de blancura, la tie­ y la h o ja la ta , el trá fic o de la conserva. rineros callados, alegres y fantásticos.
es éste uno de esos paisajes locales mar, mientras que las nubes des­ rra, más serena, respondía con mue­
estrechamente circunscritos, que no pliegan o retiran sus grandes corti­ lles y soberbias aspersiones de ama­
nos anuncian sino el carácter par­ nas sobre este encuentro. En torno rillo, que eran las retamas floridas.
ticular de cierto país; es uno de a mí, la sombra extingue dulcemen­ Tras de haber llegado hasta Túy,
esos espectáculos de una inmensidad te las flores del jardín, dos enamo­ me detuve al volver para subir al
general, donde nos parece que se rados se han sentado en un banco monte de Santa Tecla, que domina
desvela para nosotros la faz del mun­ y se sienten lo bastante acordes para la embocadura del Miño, donde dis­
do. Entonces palpita en mí una sen­ no tener necesidad de decirse nada. fruté de una vista de otra especie y
sación fabulosa. No sé todavía el Ellos también, en razón del senti­ muy bella también. Se ve desde allí
nombre de los pueblecitos que per­ miento que experimentan y que los el río, que parece deslizarse en el
cibo en la otra ribera, ni el de esas aparta de las condiciones particu­ mar, y la costa de Portugal, que
islas lejanas, ni cómo se designa en lares de su existencia, están unidos huye hasta perderse de vista, y ese
el mapa este abrazo de la tierra y a la vida universal, pero mezclan a mar, que este día estaba como agrie­
del mar que tengo ante mis ojos. su emoción la preocupación de su tado, erizado por el viento, inmen­
La sensación del viajero no está to- porvenir y la idea de su ventura. El samente extenso (Pasa a la pág. 56.)
ESPARZA

EUGENIA DE MONTIJO
CREO LA AL T A
COSTURA DE PARIS
IDEAS EN TORNO AL IV SALON DE DIBUJOS
PARA M O D A S C E L E B R A D O EN M A D R ID

Por JOSE DE ZAMORA

uchos modistos españoles creen que, para

M pertenecer a esto que la gente llama «alta


costura», es bastante con inscribirse en el
sindicato, tomar un piso en un sitio más o menos
elegante, amueblarlo con más o menos lujo y pre­
sentar una colección de vestidos. Me parece una
C ELIA SEGÒVIA fórmula demasiado fácil para una profesión tan
difícil. Y conste que esto lo aplico lo mismo a
la costura española que a la parisiense.
Ahora bien, mientras en España pensamos qüe
puede haber alta costura lo mismo en Barceloha
que en Bilbao o en Pontevedra, en cambio, en
Francia, la alta costura radica únicamente en
París, y, si me apuran mucho, en ciertos barrios
de París. Esto no quiere decir que no haya bue­
nos modistos en Marsella o en Burdeos o en Biar­
ritz, pero sus creaciones— ¿por qué no han de
serlo también?— no tienen la fuerza de ley de las
de París.
He traído como por la mano la segunda cuali­
dad que define la alta costura : que sus creacio­
nes sean adoptadas y discutidas por el mundo en­
tero. No hay modisto digno de este nombre que
no haya dicho alguna vez, viendo una colección
parisiense : «T od o esto lo he hecho yo hace años.»
Es muy posible, pero nadie se había enterado.
Decía Oscar W ilde que una mentira que se
cuenta tiene más vida que una verdad que se
oculta. Pues igualmente una creación divulgada
es más nueva que otra que nadie haya visto.
Cualquiera puede hacer una creación absoluta­
mente original, pero las colecciones del extranje­
ro suelen estar influidas por la moda francesa ;
y creación es precisamente hacer lo contrario de
lo que otros hacen, sea mejor o peor, porque, a
fin de cuentas, sohre gustos no hay nada escrito,
y tampoco basta con que la idea venga de París
para que sea un absoluto acierto. Los modelistas
parisienses también encuentran sus ideas donde
pueden, pero, eso sí, tienen la seguridad de que
el mundo entero ha de darles su voto de con­
fianza, jjues sus ideas son de París...
Y , sin embargo, la alta costura parisiense tiene
poco más o menos un siglo de existencia, es decir,
que coincide con la subida al trono imperial de
una bella española : la condesa Eugenia de Mon-
tijo.
M ARY-AN RIBAS RAFAEL MORATO GUAL Y ella fué la primera en ordenar que sus ves-
tidos se los hicieran a la medida, y siguiendo sus
propias instrucciones, en vez de comprarlos o en­
cargarlos en lo que entonces eran casas de con­
fección, que vestían a las damas como si fueran
muebles, con la sola preocupación de amontonar
bordados, tafetanes, flecos y terciopelos con un
estilo que podríamos llamar «de tapicero».
En los' tiempos en que para el modisto (enton­
ces bien llamado «modista») el cuerpo femenino
era una entelequia, como lo es abora para los
modernos dibujantes, que encuentran más cómo­
do dibujar un vestido sin nadie dentro, y en que
los maniquíes eran al cuerpo femenino como la
■cabeza de toro de mimbres del aprendiz de novi­
llero es al toro de veras, la emperatriz tuvo la
idea genial de elegir para sus toilettes a un inglés
que estaba trabajando en no sé qué casa de mo­
das y le dio la alternativa de gran modisto, crean­
do así la dinastía, aun no extinguida, de los
Worth.
Cuando yo no pensaba aún en nada referente
a modas, es decir, en 1915, conocí al viejo Worth,
hijo del que vistió a la emperatriz. Tenía todo
el empaque de un gran señor, a fuerza de vestir
a todas las reinas de Europa, que entonces eran
reinas de verdad y se vestían con ese mal gusto
extraordinariamente elegante que era sinónimo de
la verdadera majestad. Porque no hay ninguna
mujer que se atreva a llevar aquellos vestidos en
forma de saco de brocado con manto colgado de
los hombros y aquellos sombreros en forma de
tarta que llevaban las emperatrices y las reinas
hasta la muerte de la queen Mary. La reina María
Cristina era, naturalmente, cliente de Worth, y
aun vive su première, madame Bellier, en un
viejo palacio del Quai de Bourbon. Cuando voy
a cenar con ella algunas veces, me cuenta episo­
dios de entre bastidores de la corte de España
que bien podrían hacer un libro extraordinaria­
mente interesante, algo así como la continuación
de los Episodios Nacionales.
Un año después de conocer al famoso modisto,
no sé qué mosca me picó, pero el caso es que
inauguré mi casa de modas nada menos que en
la calle de Núñez de Balboa, que entonces era
algo así como un descampado, lejísimo de todo.
En aquella época, los modistos y modistas a la
moda eran el famoso Antoine, valenciano, a pesar
del nombre afrancesado, que vestía a todas las
actrices del momento : María Guerrero, Rosario
Pino, Mercedes Pérez de Vargas, Julia Fons, y
además a toda la aristocracia. Lo mismo él que
la Fontan, madame Grippa y otras solían com­
prar sus modelos en Worth, en Paquin o en Red-
fern, y los copiaban lo más fielmente que podían,
es decir, bastante mal. Pero durante la primera
guerra mundial no podían ir a París a sus com­
pras, ni siquiera llegaban revistas de modas, que
eran entonces Femina y Vogue. Esto a mí no me
preocupaba, porque tenía mi moda en la cabeza,
de modo que aproveché para hacer mis modelos
a mi manera, que, por lo visto, no era tan mala,
puesto que de mi casa de modas y del cuartel de
la Montaña salté a París nada menos que como
modelista del más famoso modisto del momento
y el más fastuoso que hubo nunca. Con esto he no regatea, y digo casi, porque no hay una cliente la haría triunfar en el mundo entero tiene la
nombrado a Paul Poiret. Desde luego, fui el pri­ española que renuncie a este delicado placer. desgracia de sostener una lucha heroica contra la
mero en tener maniquíes vivientes, como los ha­ Una preocupación típicamente española es la de desconfianza de la clientela, que no admite que
bía en París. En España seguían con los de ma­ la seda natural. Mientras la alta costura mundial le presenten otra cosa que lo que París decide.
dera forrados de tela cruda y con descote de pe- emplea toda clase de fibras nuevas, que dan lugar La mujer española no tiene nada que ver con
luche gris topo, montados en un pie de madera a tejidos bellísimos, en España siguen decretando la silueta que cada año nos preconizan los dicta­
barnizada, como el famoso frasco del «Shocking» la muerte de miles de gusanos de seda, que con­ dores de la moda. Felizmente para ellas, no tie­
de Schiaparelli. Mis maniquíes, y no modelos, tinúan dando los mismos tejidos blandengues, nen que renovarse para llamar la atención. Pero
como las llaman en España, eran chicas que ha­ informes o rígidos que hacían las delicias de nues­ a mí me causa asombro, cada vez que de París
bían venido huyendo de la guerra al mismo tiem­ tras abuelas. Todo esto tiene por consecuencia llego a España a ver a los amigos, la docilidad
po que los profesores de tango y los vendedores que mientras en Francia la alta costura hace vivir con que se usa todo lo que en París muchas ve­
de cocaína y de armas. a miles de artistas, de artífices y de artesanos, ya ces cae en la indiferencia. Este año me las he en­
Mis modelos no tenían nada que ver con la sean dibujantes, tejedores, tintoreros, bordadores contrado a todas con absurdos sombreros blancos
moda pasada y ya es un buen punto para mí. Por o encajeros, en España la moda hace vivir, y eso en forma de cazuela de angulas, de tiestos o de
otra parte, como tampoco había gran cantidad de difícilmente, al modisto y a su taller, y pare usted aparatos higiénicos ; con el pelo cortado con los
tela, mis trajes no podían ser copiados, lo que de contar, puesto que, para satisfacer a la clien­ dientes, como ya no lo lleva en Saint-Germain-
daba a la cliente la garantía de que llevaba real­ tela, todos los elementos del vestido tienen que des-Prés la más desastrosa existencialista ; meti­
mente un modelo. venir de París. das en un saco, como las mujeres adúlteras que
Esto me hace pensar que la mayor parte de las Y, sin embargo, España tiene todo lo necesario en la Edad Media paseaban en burro, y tan con­
señoras creen de buena fe que, cuando compran para poder crear su moda sin ir a gastar su dinero tentas. Si un modisto español les propusiese, fir­
un vestido en París, es un modelo. Al contrario, en. el extranjero. Tiene fábricas de tejidos de lana madas por él, todas esas incongruencias, lo que­
es una copia, porque el éxito de un vestido es la o de seda en toda Cataluña, que rivalizan en buen marían vivo.
cantidad de veces que se reproduce. gusto con los de Roubaix o Lyon. Lo mismo digo con este frenesí de pantalones
Dejemos mi lejana casa de modas, con sus sa­ Cuenta con encajeras maravillosas, que nada de picapedrero yanqui que usan las chicas con
lones decorados al estilo persa y con sus camas tienen que envidiar a las de Chantilly o de Alen­ cualquier motivo deportivo, ya sea montar en
turcas agobiadas de almohadones de oro y plata. çon ; bordadoras habilísimas, que, si son capaces moto detrás de su novio o para pasear por la
También boy día los modistos van a París a de bordar un manto suntuoso para la Virgen de calle de Serrano. Yo no he visto, lo juro, a nin­
ver las colecciones. De todo lo que ven sacan, la Esperanza, bien podrán diseñar y cubrir de guna muchacha elegante ponérselo en París.
naturalmente, buenas enseñanzas, a pesar de que oro o de perlas los arabescos de un vestido de De todos modos, de este desfile realmente in­
generalmente encuentran que la moda no lia va­ cock-tail, que han sustituido a los de visita que teresante de la alta costura española, be sacado
riado nada y que todo aquello ya están hartos de usaban nuestras antepasadas para ir a tomar cho­ en limpio que, con un poco menos de complejo
hacerlo. Y una vez en Madrid, con sus croquis colate al Suizo o a Novelty. Tiene dibujantes de de timidez y un esfuerzo hacia la personalidad,
trazados y sus recuerdos confusos, empiezan a ambos sexos, que lo liarán estupendamente el día España llegará a tener su alta costura propia,
hacer sus modelos, con el consiguiente retraso de que empiecen por dibujar una mujer y no estar que, sin querer desbancar a nadie, puede tener
un mes. Y entonces empieza la lucha para encon­ pendientes de lo que hace Balenciaga. Y mani­ su sitio al sol y poner su nombre tan alto como
trar tejidos que recuerden a los que han visto. quíes que empiezan por ser bonitas y acaban por los demás acreditados países, por lo menos.
Felizmente, la cliente, en general, no está tam­ saber andar como Vicky, ese maravilloso pavo real No quiero terminar estos apuntes sobre la alta
poco muy al cabo de la calle, y con que el mo­ blanco que, con un desdén olímpico, condescien­ costura sin hablar de los dibujantes y de su di­
disto le asegure que aquella trabilla es el indicio de a enseñar un modelo y al lado de la que las ferencia ron los modelistas.
de que el modelo es de Dior y que tal plegado otras aparecen como monísimas y bien cebadas Hablando de ellos con un gran modisto de los
es sinónimo de Fatli, se queda tan contenta -y casi ¡rallinitas. Pero todo esto que España posee y que que formaron conmigo parte del jurado, me dijo

5S
éste, con muchísima razón, que eran fa Egeria de Dior, como Geneviève yó a los hombres que efectuaron rivaba casi siempre de un posible
todos muy interesantes como ilustra­ lo fué de Fath. la conquista. fallo en la ejecución de los convo­
dores o como dibujantes de estam­ Después de la guerra última, el En 1925 y 28 fué dominada Sir­ yes o en los cálculos realizados al
pas de modas, pero que en todos oficio de maniquí ha subido de ca­ te y ocupado Giofra. Pero hasta prepararlos.
ellos se notaba, primero, una pro­ tegoría, lo mismo en España que en el invierno de 1929-30 no se rea­ Junto a la columna— hacia Ser-
funda indiferencia por el cuerpo fe ­ París o en Nueva York. Pero las es­ lizó la operación fundamental. deles o hacia Cufra— se mante­
menino, casi siempre ausente de sus pañolas todavía no han adquirido el Durante cuatro meses los valles nían siempre varios centenares de
dibujos, y una total inexperiencia de prestigio y la estimación de las que paralelos del desierto fueron reco­ dromedarios, en cuyas a l f o r j a s
todo lo que concierne a la creación en París se llaman maniquíes vo­ rridos por los grupos a camello que iban las cargas o sobre cuya al-
de un modelo, que es precisamente lantes. dirigía en persona el duque de barda iban los e q u i p a j e s y los
lo más interesante en un dibujante Una maniquí volante es un pro­ Aosta. La concentración partió de grandes bidones de gasolina. Mu­
de alta costura. ducto de exportación, como los per­ Sebha, a más de 1.000 kilómetros de chos animales marchaban sueltos ;
Y o creo que si cualquiera de los fumes o la Coca-Cola. Lejos de en­ Trípoli. De cada oasis despegaba otros iban en fila, con un ronzal
dibujantes que han expuesto en este mohecerse dando vueltas sonámbulas una escuadrilla de aviones de co­ que unía la cola de uno a la anilla
salón quiere llegar «realmente» a en los salones, se pasa la vida en operación, para asegurarse de que del ollar del que seguía. La carga
una posición envidiable, aquí o en barco o en avión, seguida de una el siguiente no se hallaba ocupado se calculaba en función de las ca­
el extranjero, debe meditar mis pa­ pequeña corte de camareras, pelu­ o para comunicar informaciones bezas de ganado. Se partía de un
labras, y en vez de esbozar un ves­ queros, manicuras y de innúmera- sobre la importancia de su guarni­ camello por cada cien raciones o
tido con mucha elegancia, pero in ­ quêtas de los hoteles más elegantes ción. Y luego, cuando los meharis- por cada par de horas de vuelo
comprensible las más de las veces, bles maletas decoradas con las eti- tas descubrían las palmeras que de un avión monomotor. Durante
debe pensar en el tejido empleado, de los dos hemisferios. Como casi surgían en lontananza, aun com­ los varios días de marcha que se­
en el movimiento de la maniquí que siempre proceden de una excelente pletaban su obra los aviones con­ paraban entre sí cada par de oasis
ha de llevarlo y en el efecto que a familia venida a menos, están segu­ firmando las noticias anteriores o inmediatos, el convoy de la colum­
él mismo le hará una vez realizado. ras de ser recibidas en todas las Em­ bombardeando a los felagas pre­ na no se tocaba. Cada combatiente
También es muy importante la co­ bajadas e invitadas en los salones parados a la defensa. llevaba siempre lo preciso para el
laboración, tácita o no, de la ma­ más aristocráticos. Su influjo se ex­ Una vez en el oasis, los solda­ viaje. Sólo al llegar a cada meta
niquí. Porque ellas saben instintiva­ tiende a las otras maniquíes, que dos líbicos ponían en corro sus se vaciaban los bidones y se des­
mente lo que les va bien, y no sue­ imitan su natural distinción y aban­ camellos y reconocían el futuro cargaban los equipajes.
len equivocarse. Se nota a veces una donan por fin ese absurdo modo de campo de aterrizaje. Se asegura­ En el Fezzan los camiones fue­
repulsión hacia un color o hacia una andar ondulante y desvaído que an­ ban de la suficiente consistencia ron útiles. Las fuerzas de Grazia­
forma, que es preciso tomar muy en tes era la suprema aspiración de una de su arena, señalaban sus cuatro ni fueron abastecidas de cuando
cuenta, porque una buena maniquí maniquí digna de ese nombre. Na­ esquinas, encendían una hoguera en cuando con auxilio de un con­
tiene— con todo respeto— el mismo turalmente, una muchacha acostum­ y daban paso a la escuadrilla. voy motorizado. Cada quince o
instinto de un buen caballo de ca­ brada desde pequeña a llevar sus veinte días— o cada 500 kilóme­
rreras ante un obstáculo, y no hay vestidos sin concederles importancia, * * * tros aproximadamente— , una uni­
que obligarle a afrontarlo si no se no encuentra dificultad en presentar dad logística se acercaba al sitio
tiene una gran seguridad de vencer. una colección. Porque anda bien A veces la entrada era vio­ elegido para establecer la base
desde siempre... lenta. Pero entonces la operación avanzada. Llevaba entonces lo in­
Otro elemento reaccionario son las
Estas m a n i q u í e s volantes ganan se realizaba muy temprano. dispensable para otro medio mes
vendedoras. Y las directoras de sa­ de vida u otro centenar de leguas.
lón. Una buena vendedora es un re­ verdaderas fortunas y además son El agua había sido calculada
conocidas del mundo entero, gracias exactamente, y más de un día de Pero, al descargar, muchos vehícu­
galo yle los dioses y merece todos los estaban ya vacíos. (H a de te­
a la prensa gráfica y a los documen­ combate podía originar una heca­
los porcentajes, porque, gracias a nerse en cuenta que un camión
tales del cine. Y sería preciso que tombe.
ellos, los modistos ganan millones. ligero consume en 5.000 kilóme­
las españolas tuviesen el deseo de Sin agua no se resiste en el de­
Por nada del mundo se separaría aprender su oficio de modo que un tros toda la gasolina que es capaz
Dior de su madame Bricard, una ru­ sierto. Pocas horas bastan para
buen día pudiesen llevar por el mun­ deshidratar el cuerpo humano y de transportar. Mil kilómetros, por
mana entrada en años, y todos de do el pabellón victorioso de la ele­ tanto, exigen un vehículo cargado
alta costura, que tiene una experien­ causar una grán pérdida de fuer­
gante mujer española. zas, que pronto se traduce en ab­ exclusivamente de carburante por
cia inconfundible. Madame Biano, cada cuatro que llevan víveres y
como se llamaba en 1930, es la nin- Jo sé DE ZA M O R A soluta inutilidad. Es indispensa­
ble, pues, aprovechar intensamen­ otros repuestos indispensables.)
te la reserva líquida que la gente A la sazón, la auto-oruga esta­
lleva con sí misma, y a ese efecto ba en auge. Pero los italianos pre­
es necesario disponer de las horas firieron los camiones. Estos exi­

VI G O Y L A S RIAS de sol indispensables para asegu­


rar el éxito. Hay que vencer de
día. Hay que operar con mucha
gían un reconocimiento más com­
pleto y la elección de una red de
pistas suficientemente firmes. Te­
(V ien e de la pág. 53.) bajo la luz. sidad, no habiendo dejado en lon­ calma. No hay que abusar de los nían, en cambio, la ventaja de ro­
Sin embargo,, el gran espectáculo no tananza, para ocupar las estancias camellos, y para eso, en el com­ dar más velozmente. E l recorrido
era a mis ojos más que una especie que le son ofrecidas por la tierra, bate, el meharista no se empeña era mayor; mas sorteando las zo­
de carta geográfica viviente, donde más que su violencia y su furor. No nunca a fondo. Guarda contacto nas pedregosas, el desgaste dismi­
veía animarse en las cosas lo que se cansa el viajero de este paisaje con su reserva, siempre cercana. nuía, y huyendo de los suelos re­
leemos con los ojos en los atlas. Pero sin cesar renovado ; de esos juegos Procura no ser envuelto y jamás lativamente blandos se evitaba el
lo que verdaderamente constituyó mi siempre renacientes, parecidos a las retroceder. Emplea las armas li­ gran consumo inherente a las «ve­
mayor placer durante este viaje, con figuras de una danza. Encantado por geras cautelosamente y deja que locidades» reducidas y los hundi­
la vista magnífica de la bahía de el espectáculo, recordaba débilmen­ otros se preocupen de amenazar mientos en la arena.
Vigo al caer de la tarde, fué haber te que se trata del país donde la His­ el flanco al a d v e r s a r i o , que él En estas condiciones, un cente­
visitado, recorrido, rebuscado, me­ toria tiene más antigüedad, donde se -— previamente— ha inmovilizado. nar de carruajes era suficiente
jor que lo había hecho en otras oca­ une a la Prehistoria ; pero ahuyen­ para los 3.500 meharistas del nú­
siones, todas las rías bajas de Gali­ taba los recuerdos librescos y me M
í M
í M
« cleo de combate y los seis aviones
cia : las de V igo, Pontevedra, Arosa, entregaba enteramente a la ventura de la patrulla.
Muros, Noya. Los ríos de Bretaña de mis sensaciones : dejaba a la na­
turaleza borrar la Historia. Los saú­ En los dos primeros meses de M
í * ❖
se parecen a éstos, pero con aspec­
tos mucho menos desenvueltos y pe­ cos aparecían sobrecargados de una campaña fueron ocupadas las va­
netraciones del mar menos profun­ magnífica espuma de flores ; un pa- rias poblaciones predesérticas del Pues bien, el interés mayor de
das. Añadiré que no he visto los jarillo, muy satisfecho de la canción Aberdiusc: Um el Araneb, Ga- la campaña que en poquísimas pa­
fiords noruegos; pero dicho eso, no con la que proclamaba su presencia trún, Uau-el-Kebir... Hubo poca labras he descrito, radica en el
conozco nada en las costas de toda en el mundo, la repetía complacido, resistencia. No obstante, los com­ hecho de que el propio general
Europa que tenga un encanto tan como esos niños que no se cansan bates se desarrollaron c'on arreglo Graziani, que llevó su dirección,
singular, tan cautivador como esta de escribir su nombre en una hoja a lo previsto y los abastecimien­ se halló más tarde al frente de
intriga perpetua de la tierra y del de papel; la línea de las colinas on­ tos f u n c i o n a r o n perfectamente. las tropas que en la segunda gue­
mar, que parecen no poder llegar a dulaba bajo el cielo; las de las ri­ Nunca faltó el agua necesaria rra mundial (1939-45) se hallaron
separarse ; unas veces se diría que beras, no menos sinuosas, rodeaban para las marchas ni dejaron de ante los ingleses y fueron derrota­
en su abrazo la tierra ha logrado la superficie de las aguas; todo era realizarse los bombardeos indis­ das por Montgomery. La vieja ex­
encerrar la extensión de las aguas, gracia y facilidad en los aspectos pensables para evitar todo retra­ periencia de los año 1924 a 29 no
a hacer al mar prisionero ; otras es iguales de los dos elementos unidos, so en la entrada a cada meta. permitió ganar la nueva lucha. El
el mar quien aparta dulcemente las la tierra y el mar tenían el aire de Luego se tomó otro rumbo. La problema logístico había cambia­
riberas, quien revela de nuevo su amarse. columna principal marchó hacia do de aspecto. Las pistas habían
faz chispeante, no inmensa sin duda, A bel BONNARD Ubari, para después seguir en sido abandonadas, porque el de­
pero bastante vasta para recordar en dirección a Argelia. Los últimos sierto constituía una gran plani­
el corazón de la campiña su inmen- (D el diario Madrid.) avances fueron durísimos. Veinti­ cie, en que los carros de combate
trés horas seguidas duró el más se deslizaban— en grandes fren­
importante. Y en las dunas pró­ tes— sin peligro, y los oasis no ori­
ximas a la frontera, los saharia- ginaban p r e oc upa c i o ne s serias,,
nos del incansable duque de Aosta porque las tuberías de cemento cu­
GUERRA EN EL DESIERTO dieron pruebas de una resistencia
extraordinaria y de una excelente
preparación para operar en el de­
brían la arena y llevaban agua y
carburante a todos lados.
( V i e n e de la p á g . 1 7 .) nizar una mogénito del que fué nuestro mo­ Y a los aviones y los camellos no-
nueva serie de operaciones que narca, Amadeo I, e hijo del solo sierto. alternaban. Es más, los segundos,
dieran lugar a la ocupación defi­ jefe de ejército cuyo prestigio no M
í * M
í habían cedido su misión a fuerzas
nitiva. menguó en los días siguientes a la nuevas y más rápidas y cuya tác­
Dos soldados excelentes— el ge­ derrota de Caporetto)— realizaron En resumen, 4.000 kilómetros tica exigía menos cálculos y más
neral Graziani (más tarde maris­ los preparativos y condujeron bri­ de recorrido y dos o tres comba­ intensa precisión. La superficie de
cal y vicerrey de Abisinia y luego llantemente la campaña. E l pri­ tes de e s c a s a monta. No hubo la tierra se había convertido en
víctima propiciatoria de la reac­ mero tuvo a su cargo la dirección grandes dificultades. Mas durante algo así como un inmenso lago,
ción habida contra el Duce) y el de la contienda y la ejecución de los cinco meses— en total— de mar­ y las naves— los carros ya citados
futuro duque de Aosta (nieto pri- los servicios, y el segundo instru­ chas y descansos, la amenaza de­ y los cañones sobre oruga— que se-
podrían sintetizarse en las a fir­
movían sobre el mismo recurrían,
para sus temibles encontronazos,
combate más potentes que los su­
yos y por los métodos impuestos maciones siguientes: DE LUNA A LUNA
a una ciencia semejante a la ci­ por técnica moderna. Ante todo es preciso tener en
nemática naval. No obstante, su ejemplo y su cuenta que la República no es una
forma de gobierno de carácter sa­ (V iene de la pág. 8.) avanzar
Graziani— el vencedor en tanta recuerdo quedarán.
grado. Ella no necesita invocar a con seguridad en el mundo li­
lucha— quedó vencido por la fuer­ terario, tan refinado y exclusi­
za arrolladora de unos carros de Carlos M z . de Campos Dios para legitim ar su autoridad,
ya que su sistema está basado en vo, tan noble y aristocrático,
el principio de que la autoridad, de Alfonso Reyes. Se necesitan,
la fuente del poder, la soberanía, en verdad, muy largas y serias
emanan del pueblo. En esta edad, disciplinas para alcanzar al
REFLEXIONES SOBRE LAS FORMAS DE GOBIERNO que cada día se va apartando más
de la noción de Dios, o por lo me­
maestro hasta las mismas pro­
fundidades en donde se nutre
{ Viene de la pág. 9.) cano. Por signar que en las Repúblicas de nos la está relegando al puro do­ y se desenvuelve su espíritu.
lo menos es una verdad corrobo­ la Europa continental hay entre minio de la filosofía, resulta más Por eso quizá tantos jóvenes
rada por la experiencia que el so­ los defensores de la idea monár­ aceptable un concepto laico del escritores se resisten a seguir­
cialismo se mantiene más tiempo quica muy pocos legitimis tas. El Estado y una forma laica de go­ lo alegremente. La problemá­
bajo el cetro de un rey que bajo rey español Alfonso X I I I acuñó bierno que aquellos que, en últi­ tica intelectual de don A lfo n ­
un régimen republicano. Uno de en cierta ocasión esta frase lapi­ mo análisis, estén basados en una so, sus sesudas consideraciones
los más destacados dirigentes del daria: «E l legitimismo no sobre­ doctrina teocrática. Por esta mis­ estéticas, su mismo saber enci­
partido laborista inglés ha decla­ vive a una generación.» E l legi­ ma razón a la República le resul­ clopédico, su humanismo greco-
rado que este fenómeno se debía, timismo es una fuerza valiosa allí ta mucho más fácil mostrarse tam­ latino, esas confianzas que él
en su opinión, a la influencia mo­ donde existe una estable forma bién partidaria de un concepto sólo puede permitirse con los
deradora e igualadora de la Co­ de gobierno tradicional, consolida­ laico de los derechos del hombre. héroes griegos, lo hacen tan
rona, influencia que permitió al da por la Historia e impugnada La República tiene la ventaja de irresistible como digno de toda
socialismo llevar a la práctica su sólo por unos pocos. Visto desde amoldarse mejor al espíritu de la pleitesía, pero no despiertan el
programa de un modo más lento este ángulo, el legitimismo es apli­ época y, por tanto, de gozar de entusiasmo de los temperamen­
y sensato y, por consiguiente, con cable lo mismo a las Repúblicas mayor prestigio e influencia entre tales, de los insatisfechos, de
mayor éxito, añadiendo que un ■que a las Monarquías. En Suiza las masas. los escritores «comprometidos»,
soberano, puesto a la cabeza del y en los Estados Unidos se puede Los monárquicos, a su vez, sa­ de los iconoclastas como Are-
Estado y limpio de todo partidis­ hablar de un legitimismo republi­ len al paso de estas afirmaciones llano y otros más, menos sin­
mo, da una garantía tal a la opo­ cano, tal como en Inglaterra se con otros alegatos: ceros que Arellano.
sición, que ésta no se ve precisada puede hablar de un legitimismo Los hechos demuestran que, ha­
a realizar esfuerzos agotadores monárquico. En la mayoría de los blando en términos generales, los
para reconquistar el Poder ni Estados de la Europa continental reyes no son peores, sino mejores Contragolpe
aun en las más difíciles _ coyuntu­ palpamos con mucha menos fre ­ que los presidentes. Esto se debe
ras; puede mirar tranquila el des­ cuencia este fenómeno del legiti­ a una razón de orden práctico. En
antiacadémico
arrollo de los acontecimientos. mismo, a causa de las profundas efecto : el soberano ha n a c i d o Sabemos, claro está, que en es­
Sea de ello lo que fuere, los he­ conmociones que en ellos se han para su elevada misión. H a es­ ta saludable polémica usted, a
chos se encargan de enseñarnos producido en lo que va de siglo. tado viviéndola desde niño. El ciegas, toma partido por don A l­
que en esta cuestión de las formas Debido a estas circunstancias re­ es, en el sentido más genuino de fonso. Creemos, no obstante, que
de gobierno no hay nada que jus­ sulta peligrosísimo utilizar argu­ la palabra, un «profesional», es usted usarí a una terminología
tifique la creación artificial de una mentos de orden sentimental y decir, un experto en el arte de más académica que la de Salva­
antinomia entre la Monarquía y afectivos, pues éstos producen efec­ gobernar. En todos los órdenes de dor Azuela para responder a los
el socialismo o entre la Monar­ tos explosivos en vez de constituir la vida el experto profesional es imprudentes detractores de Me­
quía y la democracia clásica. Lo un elemento de fuerza construc­ siempre preferido al aficionado ge­ táfora. Usted, por ejemplo, se
mismo puede decirse en lo que a tiva. nial, aun en el caso de que éste
* * * guardaría muy bien de llamarlos
las Repúblicas se refiere. supere a aquél en pura inteligen­ « comadres de vecindad que' todo
❖ * * De acuerdo con lo que acabamos cia. Porque en un terreno técnico lo reducen a chismorreo e intri­
de exponer, en todo debate en erizado de dificultades— ¿y qué hay ga..., enanos del tapanca de nues­
Considero necesario llamar to­ torno a la cuestión de las formas de más complicado que el Estado tra crítica..., chaparros intelectua­
davía la atención sobre un punto de gobierno tendríamos forzosa­ moderno?— la experiencia y el sa­ les..., etc.y>. Pues todo eso dijo
en el que la discusión toma, con mente que recomendar el siguien­ ber valen más que la inteligencia a Azuela. Y eso—puede jurarlo us­
demasiada facilidad, un r u m b o te modo de plantearla: En esta secas. Verdad es que existe el pe­ ted—no lo debe decir ni siquiera
equivocado. Me refiero a este error, era de la energía atómica y del ligro de que los mejores derechos un director de la Facultad de F i­
tan frecuente, sobre todo entre automatismo, ¿cuál de las dos fo r­ de legítima sucesión en el trono losofía de una de las Universida­
hombres poco duchos en materia mas de gobierno— la republicana recaigan sobre una persona polí­ des más importantes del mundo.
política, de confundir la Monar­ o la monárquica— es la más ade­ ticamente incompetente (aunque Mucho menos un « espejo de ju ­
quía en cuanto forma de gobier­ cuada para garantizar la protec­ de paso hemos de recordar tam­ ventudes...»
no con una determinada dinastía. ción dél derecho natural y del bién que el sufragio popular co­ Lo hecho, hecho está. Don A l­
En otras palabras, a la confusión bienestar de los ciudadanos? locó, respectivamente, en los pues­ fonso demuestra que su obra pue­
de los conceptos «monarquía» y Aclaremos que aquí entendemos tos de «F ü h rer» y de Presidente de provocar pasiones y controver­
«leg'itimismo». por Monarquía aquella forma de a personas como H itler y Le­ sias, el amor y el odio de quienes
El legitimismo— la vinculación gobierno en la que está al frente brun). Pero en las Monarquías él ha querido siempre instruir y
concreta a una persona, a una del Estado una persona no sujeta clásicas de la Edad Media se ha ennoblecer con su trabajo y con
fórmula constitucional o a una di­ a elecciones de ninguna clase y dado casi siempre la posibilidad su ejemplo. Los que, diciéndose
nastía determinada— casi nunca se que cumple su función invocando de sustituir a un príncipe herede­ admiradores de don Alfonso, tra­
aviene a una discusión política ra­ un derecho más elevado, basado ro manifiestamente i n c a p a z por tan de impedir que los jóvenes
zonable, serena y objetiva. Des­ en el principio de que todo poder otro mejor. Sólo en plena época escritores de América digan su
cansa sobre bases sentimentales y emana de una autoridad que tras­ de decadencia, con la aparición palabra sobre la obra del insig­
por eso mismo sólo puede defen­ ciende a toda humana autoridad. del concepto versallesco de los mo­ ne humanista mexicano, cometen
derse o impugnarse con argumen­ En las Repúblicas, en cambio, el narcas, desapareció del sistema un error lamentable. P o r q u e ,
tos ad hominem. A sí pues, para funcionario investido de la más aquel método correctivo. Por eso créanos, lector, solamente los ar­
poder zanjar de modo razonable alta magistratura es designado creemos que, en una Monarquía queólogos y los imbéciles pueden
y lógico las cuestiones actualmen­ por sufragio y, por tanto, deriva que se amolde a los tiempos mo­ enamorarse de una esfinge. Y a
te planteadas es indispensable ha­ su autoridad de sus mandantes, es dernos, nada sería más lógico que don Alfonso sus admiradores no
cer una clara distinción entre decir, del grupo que lo ha elegido el disponer de un sistema que per­ quieren permitirle que sea un
Monarquía y legitimismo monár­ o designado. mitiera a un tribunal especial in­ hombre de letras simpático, cor­
quico. Porque siendo la forma de Si en nuestro planteamiento de tervenir en la sucesión con medi­ dial, atractivo para los escritores
gobierno un problema político, ha­ la cuestión hemos mencionado la das correctivas siempre que fuera que vienen y para los que ven­
brá de discutirse independiente­ era atómica y de la automatiza­ necesario. drán. Sus admiradores se confor­
mente de la persona o fam ilia que ción, no lo hemos hecho a la lige­ Más i m p o r t a n t e aún que la man con darle « sobresalientes» y
en ella han encarnado o encarnan ra, sino tras serena reflexión. Y, competencia profesional del sobe­ «.matrículas de honor», sabiendo
el Poder. Esta medida la justifi­ u efecto, casi todas las Constitu­ rano es su independencia de todo que a un verdadero maestro co­
ca ya de suyo el hecho de que la ciones europeas de hoy están ci­ partidismo. El rey no debe su au­ mo Alfonso Reyes no se le cali­
Historia nos ha ofrecido en todos mentadas sobre el espíritu del si­ toridad a unas elecciones ni al ficarse le comprende y se le ama,
los tiempos el espectáculo de cam­ glo xix. Su lenguaje y sus fórmu­ apoyo de fuerzas influyentes. Ha se le discute o se le odia. Eso
bios de dinastías de las diferentes las están hoy anticuados y supe­ llegado al Poder con entera inde­ creemos...
Monarquías. En todo caso, la ins­ rados. Y a se trate de Monarquías pendencia de éstas. En cambio, el
titución es siempre superior al ti­ o de Repúblicas, las Constitucio­ presidente siempre queda obligado
nes escritas actualmente en vigor a alguien. Las elecciones son cos­
tular que la representa, tanto más
son a todas luces inadecuadas pa­ tosas y complicadas. Su resultado
«Metáfora» responde:
cuanto que éste es mortal, mien­
tras que aquélla,, vista desde el ra hacer frente a los grandes pro­ lo decide casi siempre el poder del Para termi nar , transcribimos
■ángulo histórico, es inmortal. blemas económicos y sociales del dinero o el de las grandes organi­ unas palabras suscritas por A. Sil­
É l enjuiciar una forma de. go­ futuro. Ahora bien, si en una zaciones de masas. Sin el concurso va Villalobos en respuesta a las
bierno tan sólo a la luz del supre­ cuestión tan importante como es de estos factores es casi imposible que publicara Salvador Azuela en
mo gobernante de turno rayaría esta de las formas de gobierno he­ llegar a ser jefe de Estado en una el diario mexicano El Universal.
-ya con lo grotesco, pues en tal mos de formarnos una idea ver­ República. Pero ese apoyo no se « Y si nosotros—dice Silva V i­
•caso habría también que juzgar a daderamente objetiva, es absolu­ lo prestan en balde. Para la per­ llalobos en el número 7 de M e­
las Repúblicas, no por su legiti­ tamente necesario que la situemos sona electa significa un futuro táfora—somos "criticastros” que
midad política, sino por el Presi­ dentro de la perspectiva de la pró­ vasallaje. Por eso la mayoría de "escriben versillos alambicados”
dente que esté en el Poder. En Eu­ xima generación, sin dejarnos in­ las veces esta persona no es el
ropa, hoy más que nunca, esto se fluenciar por los «clisés» del pa­ presidente de la totalidad del pue­
sado. blo, sino del c o n g l o m e r a d o de
consideraría como una injusticia
Los más importantes argumen­ fuerzas influyentes que lo han
M VNDO
manifiesta.
Por otra parte hemos de con­ tos aducidos por los republicanos ayudado a subir al Poder. Por HISPANICO
este sistema los partidos políticos
o los grandes t r u s t s se apoderan
quía da a la vida política aquella
estabilidad que es absolutamente
«aclimatada», en el sentido que
Guglielmo Ferrero da a esta ex­ OLIVEIRA SALAZAR
de los más altos resortes del Go­ indispensable para poder resolver presión.
La discusión de esta cuestión, (V iene de la pág. 1Z.) recho en la
bierno, y así la dirección del Es­ los grandes problemas. En una famosa Universidad, y se gradúa, y
tado no es ya patrimonio de to­ República falta el polo fijo que im­ discusión que es necesaria y que
— quiérase o no— está flotando en de alumno pasa a profesor, a catedrá­
dos, sino que se convierte, tempo­ pide la acción precipitada. Los
el ambiente, habrá de proceder tico, y quién sabe si en esta discipli­
ral o permanentemente, en un éxitos de la gestión tienen que
por argumentos basados en la fría na estaba su verdadera vocación. Son
privilegio de un determinado gru­ verse en él plazo más breve posi­
razón. En ella no pueden tener años difíciles. La anarquía domina
po de ciudadanos. De aquí surge ble, pues de lo contrario el gober­
cabida ni los s l o g a n s propagan­ Portugal, se suceden los motines, las.
el peligro de que la República deje nante no podrá ser reelegido. De
dísticos, ni las cargas sentimen­ asonadas y las revoluciones estériles..
de ser la protectora de los dere­ este modo la dirección de la cosa
tales, ni las falsas reminiscencias Todo está amenazado ; las institucio­
chos de todos los súbditos. Y esto pública queda condenada a la polí­
históricas. Ambas partes conten­ nes vacilan, la Hacienda quiebra, lai
— subrayan los mo n á r q u i c o s — tica del breve plazo, la cual no es,
dientes tendrán que mirar la cues­ Iglesia es perseguida. Salazar hace:
constituye una especial amenaza ni mucho menos, el camino indica­
do para hacer frente a los acon­ tión sólo desde el ángulo del in­ sus primeras armas políticas atacan­
en los tiempos actuales precisa­ do la situación desde un periodi-
mente. Porque hoy más que nun­ tecimientos de alcance mundial. terés público y del bien de la na­
Finalmente existe el peligro de ción. quillo perteneciente al grupo del
ca se están poniendo en peligro C. A. D. C. (Centro Académico de
los derechos de los individuos y de que nuevas posibilidades de orden Pero esto equivale a decir que
económico v e n g a n a concentrar los centroeuropeos t e ne mos que la Democracia Cristiana), al que per­
las minorías. Concentraciones _ fi­
aún más el Poder en manos de romper de una vez con ese hábito tenece. El 29 de mayo de 1926 par­
nancieras y poderosas organiza­ te de Braga una sublevación militar,
ciones están amenazando en todas unos pocos. Y a sólo por este mo­ de p e r d e r la c a b e z a apenas se
tivo necesitamos en el Estado una plantea la cuestión de la mejor que pone fin, sin derramar una sola
partes la existencia de los más dé­ gota de sangre, al estado caótico de
biles. Y es precisamente en un ré­ autoridad exenta de todo partidis­ forma de gobierno. T e n d r e mo s
mo, que cuide de que los benefi­ que prestar oídos lo mismo a las la nación. Y Salazar hace ?u entrada
gimen democrático donde a éstos
cios sociales se repartan con un opiniones de los republicanos que en la vida política al ser llamado a
les resulta especialmente d i f í c i l
mínimo de equidad. a las de los monárquicos. Tenemos Lisboa para regentar la cartera de
hacer oír su voz, por no estar ape­
que comprender que en los dos Hacienda. Aquí se pone de mani­
nas organizados ni tener peso pro­
* * * campos hay hombres honrados y fiesto su carácter entero y rígido en
pio en la balanza económica. Y es
que, por regla general, los parti­ sinceros. Y que arrojar piedras esta primera salida pública, que du­
dos se ven precisados a escuchar Evidentemente, no es posible, al tejado ajeno ha sido siempre ra cinco días. Parafraseando a Cé­
la voz de los más fuertes o la de dentro de los límites de un estu­ muy mala política. sar, «llega, ve y se retira». Pero el
los más numerosos. Y si encima dio tan breve como este, tratar Una discusión objetiva y serena ancla está echada y Portugal nece­
se deja en manos de los partidos exhaustivamente un problema tan nos llevará a la conclusión de que, sita de su genio para salvarse. Cuan­
la jefatura del Estado, ya no les vasto como éste de las formas de en los dos campos, la inmensa ma­ do de nuevo es llamado, no puede
queda a los débiles ningún refugio gobierno. Aquí únicamente hemos yoría sostiene opiniones que di­ evitar el requerimiento, y desde en­
donde buscar protección. En cam­ intentado poner de relieve una fieren en cuanto a los medios, pero tonces Salazar, sea ministro de Fi­
bio, en una Monarquía, el sobera­ verdad básica de capital impor­ que coinciden en lo esencial. Por­ nanzas, de Colonias, de la Guerra,
no no depende de nadie y, en con­ tancia: que no podemos hacernos que el objetivo final de unos y de Asuntos Exteriores o primer mi­
secuencia, es soberano de todos en tranquilamente los sordos ante la otros deberá ser sólo el bien común nistro, es el hombre de Portugal, y
la misma medida. Por lo tanto, pregunta que nos plantea este y la protección de los derechos con su presencia se realiza la revo­
actuará con muchísima más inde­ problema. Tenemos que dar una naturales de los hombres. Sobre lución trascendental. Es el jefe in­
pendencia frente a los poderosos respuesta. Y tenemos que darla, esta base todos pueden colocar la discutible.
y protegerá más bien los derechos sobre todo, en los numerosos paí­ primera piedra. «Portugal, Portugal, Portugal : Sa­
de los débiles. Y precisamente en ses europeos en los que no puede lazar, Salazar, Salazar», gritan las ju­
esta época, llamada a ser testigo decirse que exista una legitimidad OTTO DE HABSBURGO ventudes lusitanas, y en este bino­
de transformaciones radicales de mio— patria y jefe— descansa todo
la vida económica y social, nece­ un curso de teoría política. En una
sitamos más que nunca una jefa­ ocasión dijo Oliveira Salazar : «Son
tura de Estado imparcial y situa­ las ideas las que gobiernan y dirigen
da por encima de todos los par­
tidos.
En este punto queremos llamar
UN DIA DE LA VI DA DEL PAPA a los. pueblos. Son solamente los
hombres los que tienen ideas.» En
política, los sucesos provienen de la
la atención sobre un hecho par­ ( V i e n e d e la p á g . 1 3 . ) a dialo­ dilectos. Les abre las portezuelas coincidencia en el tiempo de un
ticular que se está dando en nues­ gar con Dios en la oración. El de las jaulas, y saltan y cantan hombre, de un pueblo y de una idea;
tros días. A partir de la segunda castillo está en paz silenciosa. La alborozados. «Dom pfaff», como su cuando falta alguno de estos ele­
guerra mundial se han venido na­ capilla, a media luz. El Papa per­ nombre alemán indica, es un can­ mentos todo el tinglado político se
cionalizando empresas y servicios tor casi litúrgico de la sagrada derrumba. Salazar salvó a su patria
manece largo rato sumido en ex­
en numerosos Estados de la Eu­ tática contemplación. A la una, el mansión papal. «Gretchen» es una porque demostró que junto a sus al­
ropa Occidental. En d i f e r e n t e s jilguera vivaracha y graciosa. La tas cualidades de hombre poseía una
reposo bien ganado.
puntos estas empresas están fun­ encontró un jardinero herida, jun­ doctrina justa, y el pueblo le res­
En el Vaticano, la vida del Pa­
cionando, si no bien del todo, al to al nido; la curó y se la regaló pondió. Es éste el secreto de la po­
pa es también una vida vigilante,
menos tolerablemente; pero en laboriosa tarea cotidiana de las al Papa. Cerca de la una de la lítica portuguea.
otras zonas han terminado por audiencias, que él se ha echado tar de, « G r e t c h e n » e s p e r a a La magnitud política de Salazar es­
convertirse en una calamidad po­ voluntariamente s o b r e los h o m ­ Pío X II apoyando levemente sus capa del ámbito de su país. Un es­
lítica y social y están poniendo en bros. Son las audiencias diálogos patitas en la jamba de la puerta critor— Jacques Ploncard-D’Assac— le
grave peligro los derechos de los espirituales que Pío X II tiene con del comedor, y cuando su dulce ha llamado «la conciencia de Occi­
ciudadanos, especialmente los de los peregrinos de todo el mundo. dueño entra, se posa cariñosamen­ dente». Su personalidad adquiere ca­
los trabajadores. Y es interesante Por la tarde, el Vaticano está en­ te en sus espaldas; y cuando está da día en el mundo contemporáneo
observar que, en las Monarquías, vuelto en la bruma soleada del comiendo, se atreve, con inocente un puesto más importante. Su pre­
las empresas estatales han dado silencio. En el Cadillac negro, el impertinencia, a quitarle el pan ocupación es el sentimiento angus­
mejores resultados que en las Re­ Papa sale a pasear un rato a los de la mano. tiado de que todas las soluciones po­
públicas. La razón de este fenó­ jardines. Protegido por la ama­ Las anécdotas de esta candoro­ líticas que puedan elaborar los paí­
meno parece ser que la corona, bilidad de un soldado de la guar­ sa amistad del Papa con los pá­ ses occidentales están supeditadas a
libre de todo partidismo, ha im­ dia suiza— con su policromo traje jaros son infinitas. La actividad la evolución política mundial. Su dis­
pedido que estas empresas se con­ renacentista, diseñado por Miguel asombrosamente r esponsabl e de curso del 30 de mayo de este año,
virtieran en satrapías de los par­ Pío X II adquiere así, ante nues­ con motivo de la apertura del IV
Angel— , he visto pasar el Cadi­
tidos políticos. E l Gobierno mo­ tro incontenido asombro, una de­ Congreso de Unión Nacional, es una
llac algunas tai’des, cuando iba a
nárquico ha cuidado de que la licadeza humana insuperable. llamada a Occidente para prevenir­
la Escuela de Archivística, Paleo­
economía nacionalizada fuera ad­ Pío X II va a cumplir ochenta le de los peligros que sobre él se
ministrada en interés de toda la grafía y Diplomática del Vatica­
no a hacer los trabajos de semi­ años. Diecisiete años de Pontífice. ciernen. Evitó premeditadamente el
comunidad. Y esta sabia dirección, En marzo saldrá a la luz el vo­ tema de la política interior para en­
neutral y objetiva, ha salvadç a nario. Me conquisté la amistad de­
pacífico guardia y me dejaba go­ lumen X V II de sus discursos. Una tregarse a un estudio detallado de la
los obreros de las empresas nacio­ obra monumental, en la que va situación exterior. Esta preponderan­
nalizadas del grave riesgo de que zar a su lado aquel fugitivo ins­
tante de ver pasar al Papa. Des­ quedando impreso su magisterio cia parece justificada «por la grave
el sindicato obrero y la empresa firme, normativo, en unos moldes perturbación en que vive el mundo»
caigan juntos en la garra de un pués seguíamos charlando y co­
mentando. Mi amigo me contaba literarios de una belleza soberana. — palabras textuales— y al convenci­
mismo partido. Porque si esto lle­ Esos discursos son la clave de la miento de que la solución de los
ga a ocurrir, existe el peligro de la difícil tarea de contener a los
clérigos en las a u d i e n c i a s que solución de los problemas que an­ problemas internos de orden político
que los sindicatos obreros dejen a gustian al mundo, la luz confor­ depende de las coyunturas interna­
la larga de representar los inte­ Pío XII concedía en el Año San­
to dos veces por semana en la ba­ tante que calienta y guía a los cionales. «¿Cóm o podemos pensar en
reses de los trabajadores^ para cristianos, la expresión consuma­ un régimen en concordancia con
convertirse en una organización sílica de San Pedro. «Los sacer­
dotes— decía— se creen que están da de la honda cultura humana y nuestra manera de pensar occidental
al servicio del empresario estatal. divina de un Papa que pasará a y cristiana si el comunismo impone
Por otra parte, la dirección no en su casa propia— la Iglesia— ,
y yo los comprendo, pero nos ha­ los anales de la Historia como su módulo? ¿Serán las democracias
partidista de las empresas nacio­ capaces de defenderse ?», se ha pre­
cen pasar un mal rato...» una piedra miliar erguida, radian­
nalizadas ampara al mismo tiempo te, en los caminos de la verdad ca­ guntado Oliveira Salazar, y en el ca­
a las organizaciones políticas. En tólica. Sí, Pío X II es un místico rácter de la respuesta descansa su
efecto, un partido que ya no se confianza o desconfianza en- el fu­
consagra a su auténtica misión— la «D O M F A F F » Y «G R E T CH EN », del siglo XX, un santo moderno;
no hay duda que si la Iglesia es­ turo. Por eso su discurso, que es el
educación política de las masas— , exponente de su inquietud política,
AM IGOS D E L P A P A cribe algún día su nombre en el
sino que aspira a conquistar posi­ ha tomado la forma de una llamada
catálogo de los santos, lo escribi­
ciones de fuerza dentro de la es­ a Occidente más que de un mensaje
La vida íntima de Pío X II está rá también en el libro de oro de
fera económica, a la larga termi­ a Portugal, cuya seguridad interna
nará, f a t a l m e n t e , por corrom­ siempre acompañada por los pája­ los doctores.
ros. En el Vaticano y en Castel- A L V A R O -H U E R G A está garantizada.
perse. Salazar es uno de los pocos hom-
Aparte de lo dicho, la Monar­ gandolfo, ellos son los amigos pre- De «Veritas».)
ran pocos los múltiples problemas
bres de Estado occidentales que tie­
nes una visión clara del momento en
que Ibérico en defensa de una civili­
zación común—avanzada y ejemplo políticos planteados, los aspectos DE LUNA A LUNA
del bloque occidental, vínculo que particularmente humanos de esta
que vivimos. Este político solitario,
estrecha la comunidad hispánica con cuestión superan a todo lo previ­ y somos ” los enanos del tapanco
amante de los niños— «Mientras ha­
el mundo luso-brasileño—, llega hoy sible. Otro drama que corre para­ de nuestra crítica” (comillas por
ya una mujer con hambre, un niño
en su madurez política a situarse lelamente a éste es el de los que Azuela), somos también los que
con frío, la revolución continuará»— ,
junto a los grandes estadistas, eu­ han de vivir a costa de los pre­ durante varios años hemos trata­
que definió al poder como «la re­
ropeos. Si para Portugal es la salva­ supuestos del Gobierno. La cifra do de dar a conocer la obra de
nuncia a la avidez ambiciosa, a las
guardia de los postulados de la Re­ de estas personas— i n v á lid o s de nuestros literatos sin distinción
importunidades que estorban, a las
volución, que ha llegado a la ma­ guerra y otros con derecho a per­ de grupo o escuela. Hemos sos­
peligrosas revoluciones», sabe el al­ cibir pensión— se eleva a 4.500.000.
cance de la hora presente y cómo en yoría de edad sin recurrir a la tira­ tenido una postura digna, fuera
nía, respetando en su más alta ex­ A juzgar por la legislación vigen­ de los convencionalismos acostum­
ella se juega Occidente la propia vi­ te relativa a este problema, cabe
vencia. El hombre que durante la presión todas las libertades esencia­ brados, y no pensamos quebran­
les, y el faro que señala la senda deducir que en el año 1980 habrá, tarla; sabremos reconocer lo bue­
segunda guerra mundial previó el por lo menos, cerca de dos millones
Pacto del Atlántico—en 1944 dijo del mañana, para el mundo persona­ no y lo malo cuando haya razo­
liza la concepción cristiana y occi­ de seres acogidos a las mismas nes para ello y de nuestra obra
que los países ribereños del Atlánti­ condiciones de protección estata.1.
co serían llamados a representar un dental de la vida, esa serie de valo­ personal responderemos con sin­
res por cuya defensa estamos em­ » A pesar de todos estos dramá­ ceridad ... La grandeza de espíri­
importante papel junto a los Esta­ ticos problemas y las continuas
dos Unidos y que América ayudaría peñados en la más tremenda pugna tu se revela en el reconocimiento
insidias preparadas por los comu­ de la obra ajena, afirma usted
a Europa a levantarse de sus rui­ que recuerda la Historia.
nistas, la recuperación de Alema­ (señor Azuela) en su artículo;
nas—, que con España creó el Blo- José MEDINA GOMEZ
nia es exponente de un esfuerzo usted nada más lo dice ; nosotros,
verdaderamente sobrehumano. A afortunadamente, lo estamos ha­
la vista de la situación en que se
ciendo...»
encontraba Alemania después de Después de leer esto, muchos
P A B L IT O C A L V O la guerra, Stalin, por tener en su
poder parte del territorio alemán
y conociendo la miseria y el ham­
dirán que los de Metáfora son
presa de la soberbia o el resen­
timiento. No pensamos así. Prue­
( Viene de la pág. 31.) nocía más autógrafos», en la que se cotizan a bre que reinaban en todo el país, ba de ello es que inmediatamente
horizonte que el de Madrid, adquiere distintos precios, según la importan­ creyó que la otra zona sería una después del artículo de Arellano
un gran aire de viajero cosmopolita. cia de los artistas. Pablito Calvo, con­ presa fácil, como luego lo fue­ «versus» Reyes, Rosario Castella­
Primero asiste al Festival Cinemato­ vertido en la gran figura, va a la ca­ ron Polonia, C h e c o s l o v a q u i a , nos, poetisa excepcional y culta
gráfico de Cannes, en el que su pre­ beza, y sus autógrafos—sólo el nom­ Hungría, etc. Pero los hechos v i­ escritora, nos dice estas nobles
sencia llena de admiración a cuantos bre, Pablito, sin apellidos, porque el nieron a demostrar precisamente palabras en defensa de don A l­
le tratan. Al terminar este certamen pequeño actor no sabía aún escri­ lo contrario. Como los rusos no
fonso :
regresa a España, para salir nueva­ bir—llegan a cotizarse a 500 liras, tuvieran posibilidad de emplear la
mente hacia París, donde asistirá al mientras los restantes no llegaron a fuerza en la zona occidental, de­
estreno de su película en los cines valer 300. bido a la presencia de las tropas
Biarritz y Madelein, dispensándole el aliadas, lo que ocurrió fué que la La «Obra Poémica»
público y la prensa franceses una Alemania Occidental, con todas de A lfo n so Reyes
acogida apoteòsica. Vuelto otra vez «M I TIO J A C IN T O » las dificultades que hemos mencio­
a España, hace otro viaje a París, nado, se fué haciendo más fuerte « ...p o d e m o s a c e p ta r , s in r e ­
Tras Marcelino Tan y Vino, el pe­ moral y materialmente. Lo grave
ya como astro conocido, para con­ p u g n a n c ia , la p o s ib ilid a d de q u e
queño gran actor español ha termi­ del problema alemán está en que
tribuir al esplendor de la famosa A lf o n s o R e y e s e r u d it o p u e d a
nado otra magnífica película : Mi tío los comunistas se niegan a per­
«Kermesse o Etoil», donde conocerá ser t a m b ié n A lf o n s o R e y e s
Jacinto. Un relato novelesco de An­ mitir la reunificación de Alema­
personalmente a M. Coty, Presidente c r e a d o r ... A l l í te n e m o s la p o e ­
drés Laszlo, dirigido también por La­ nia mediante elecciones libres y
de la República francesa, que habla­ s ía e s c r ita desde 1906 h a s ta
rá con él en español. Por último, un dislao Vajda. En este film se ofrece se sirven del sector que ocupan 1952 y q u e e l F o n d o de C u lt u r a
nuevo viaje, esta vez a Berlín, con una nueva visión de la actual pica­ en el este de Berlín para realizar E c o n ó m ic a h a r e c o g id o e n u n
motivo del V Festival Internacional resca española, no sólo por la inter­ represalias de un modo permanen­ p u lc r o v o lu m e n d e s u c o le c c ió n
Cinematográfico, en el que Pablito vención de sus personajes centrales, te: casi no pasa una semana sin « L e t r a s de M é x i c o c a n a s » ... H a y
Calvo será otra vez la gran sensación sino por todos cuantos se mueven que la prensa mundial registre e n e ste v a s to p a n o r a m a de la
y en el que Marcelino Tan y Vino alrededor de éstos. El pequeño Pa­ los más desagradables incidentes. Obra Poética de A lf o n s o R e y e s
obtendrá el segundo premio por vo­ blito es un nuevo Lazarillo de Tor­ Y si las consecuencias no han sido — c o n tin ú a R o s a r io C a s t e lla ­
tación de los espectadores (no alcan­ mes, y como aquél en la famosa no­ más graves, se debe a la guardia n o s — v a r ie d a d y h o n d u r a ; es
zando el primero, concedido a una vela, éste sabe de la vida difícil y es permanente que allí han venido e l i t i n e r a r i o de u n a in t e l i g e n ­
película alemana, por una sola milé ducho en las modernas artes de tra­ montando las tropas aliadas.» c ia q u e h a c e d id o a tod a s las
sima de diferencia) y quedando por pacería. OSW ALD O DE O L IV E IR A c u rio s id a d e s , q u e se ha e j e r c i ­
delante de películas como Carmen Pablito Calvo, famoso ya en el ta d o e n la d if i c u lt a d y q u e n o
Jones, y Tan, amor y celos. mundo del cine, se ha convertido en h a te m id o a s o m a rs e a lo s a b is ­

n imflot ei mimiti
una figura capaz de eclipsar, con su m o s .'.. A lf o n s o R e y e s , c o m o s o r
A U TO G RAFO S gesto ingenuo y su dulce sonrisa, a J u a n a , n o d es d e ñ a n in g ú n te m a ,
las más deslumbrantes «estrellas» de n in g ú n o b je t o , y su p o e s ía es,
En los festivales cinematográficos
la cinematografía internacional. {Viene de la pág. 47), música, decla­ ” e n c ie r t o m o d o , to d a s la s c o ­
se organiza una verdadera «bolsa de
mación, todas las musas. Y en segui­ sa s” . S o le m n e c o m o los h é ro e s
da hay que decir que tal patrimo­ c lá s ic o s a lo s q u e r e s u c it a ;
nio, soberanamente egregio, es pa­ s e n s u a l, de u n a s e n s u a lid a d j o ­
trimonio común nuestro, precisamen­ c u n d a , c o m o S a la m b o n a ; g r a ­

Bonn, capital i m p r o v i s a d a te, con el orbe hispánico, con los


países a los cuales ha ido Alejandro
v e e n la e v o c a c ió n de lo s a m i­
g o s m u e r t o s ; c o r té s e n la c o r ­
te s ía , esa c u a lid a d ta n m e x i c a ­
se les facilita la compra a crédito Ulloa de embajador.
( V i e n e de la p á g . 1 5 .) planteados Piénsese además que la riqueza n a ; t r a v ie s a c o m o lo s á n g e le s
por este éxodo, será preciso sumar de tierras para su cultivo. Sólo
inextinguible del teatro de España, c o n j o r o b a ; n o s t á lg ic a e n las
las poblaciones enteras de varios por este concepto ha gastado el
añadida a la de tantas Repúblicas s o le d a d e s ; d e s e n g a ñ a d a m e d i­
países. Si se hubieran trasladado Gobierno federal 914 millones de t a c ió n s o b re e l m u n d o ; p a t é t i ­
marcos. Pese a haberse apelado a (acervo comunal), ha dado al Occi­
a Alemania los habitantes de Sui­ dente, y en esto le acompañan el c a i n t u i c i ó n d e la m u e r te . ¿ Q u é
za y Dinamarca juntas, la cifra este y otros recursos, el 27 por 100 m á s se le p u e d e p e d ir s i a d e ­
le los parados existentes en A le ­ griego y el inglés, los símbolos per­
de esta población (nueve millones) fectos de lo humano : Don Juan, la m á s tie n e u n a m u s ic a lid a d i r r e ­
todavía hubiera quedado muy por mania está constituido por olea­ p r o c h a b le y c a u tiv a d o r a y n u n ­
das sucesivas de r e f u g i a d o s y Celestina, Don Alvaro, Segismundo,
debajo del movimiento migratorio Pedro Crespo y tantos otros en los c a se o lv id a de s e r s a b ia y s í
registrado en Alemania. El dere­ «expulsados». Lo mínimo que un
que se comprende el total análisis s ie m p r e g e n e r o s a . . . ? »
cho de estos alemanes a la vida y obrero sin trabajo puede costarle
al G o b i e r n o son 1.000 marcos de la psicología. Y que inventó mo­ E s t o es lo q u e d ic e R o s a r io
a la libertad ha quedado ampara­ delos como el auto sacramental, la C a s te lla n o s s o b re la o b r a p o é ­
do por un decreto que garantiza anuales. A l mismo tiempo va au­
mentando cada vez más la densi­ zarzuela o el sainete. Y que nacio­ t ic a de d o n A lf o n s o R e y e s en
a los «expulsados» y refugiados nalizó la Historia—permítase la vio­ la m is m a r e v is t a q u e se a tr e v e
los mismos derechos de que gozan dad de población, que actualmente
lencia de la metáfora—lanzando la a p u b lic a r t a m b ié n u n a r t í c u lo
los demás ciudadanos alemanes. es ya de 205 habitantes por kiló­
Historia teatralizada al pueblo para r e v is io n is t a e in d u d a b le m e n te
El problema de dar alojamiento y metro cuadrado. Baste con recor­
que el pueblo se acendrase como a r r ie s g a d o c o n t r a p a r t e d e ' la
empleo a tanta gente ha llegado dar que la densidad de población
histórico. Y, colofón, que ha creado in c a lc u la b le p r o s a d e l m a e s tr o
a constituir un drama dantesco, a de Francia es de 78 por kilómetro
cuadrado; la de los Estados Uni­ una fórmula en verso y en prosa m e x ic a n o .
fuer de interminable. Sólo en el N o se le p u e d e p e d ir m á s
dos, 21; la de la Unión Soviética, que se define indefiniblemente como
curso del año 1955, las estadísti­ e q u id a d n i m á s b u e n a f e a es­
nueve... Sólo Gran Bretaña y Bél­ «lo español». (Y sólo hablamos del
cas oficiales registran una m igra­ c r it o r e s q u e , v e n c ie n d o m u c h o s
gica tienen en su territorio me­ teatro-palabra, dejando fuera el tea­
ción de 250.000 alemanes que han o b s tá c u lo s , s in g r a n d e s r e c u r ­
tropolitano una densidad más ele­ tro-música-danza.)
huido de la zona oriental a la oc­ sos, s o s t i e n e n v a lie n t e m e n t e
cidental. E l sobrehumano esfuerzo vada, pero ambas naciones poseen Este ha sido el bagaje que un jo­
ven madrileño—Alejandro Ulloa—lle­ u n a p u lc r a y g e n e r o s a p u b lic a ­
realizado en busca de una solución territorios en ultramar. Esta sín­
vó sobre mares a las tierras que por c ió n l i t e r a r ia .
a este problema puede apreciarse tesis de los problemas más acu­
primera vez un español saludó, ro­ U n a de c a l y o t r a de a re n a ,
desde numerosos ángulos. En el ciantes no llega a reflejar la gra­
dilla rendida. No sólo veintisiete co­ o, c o m o a d v ie r te R o s a r io C a s ­
terreno de la construcción, la Ale­ vedad de la situación. Se ha crea­
mediantes y catorce toneladas de t e lla n o s : « E n g u s to s n o h a y
mania federal presenta un pro­ do al efecto un gran servicio fe­
equipaje, considerable aventura de n a d a e s c r i t o . . . » E s to d o .
medio superior al de todos los de­ deral, para el que se han movili­
más países de Europa, a pesar del zado todos los recursos, engloban­ quien se embarca con tal impedi­
menta fiado sólo en que su compa­
enorme número de expulsados y do en él a las provincias, la ley
del seguro inmediato y la ayuda ñía, y sobre todo él mismo, eje señe­
M VNDO
refugiados que han sido distribui­
dos por las zonas rurales, donde del plan Marshall. Como si fue­ ro de ésta, logre esa dificilísima jus- HISPANICO
televisión mostrenca, el cine de Hol­ apreciada en todos los países y SU anzuelos. En los Estados Unidos,
tificación que es «gustar al público» ; casas armadoras utilizan hasta heli­
lywood, la competencia dura y abun­ exportación produce indudables be­
pues si falla tal imponderable— im­ cópteros para la exploración y fija­
previsible— , si no «se gusta al públi­ dante de Londres y París, que lan­ neficios económicos.
zan con sagacidad compañía tras El promedio anual de pesca captu­ ción de los bancos de atunes, cuya
co», ¿qué hace un actor con sus presencia y situación comunican a los
compañía a esas tierras para ganar rada por las almadrabas durante los
veintisiete compañeros y sus cator­
y mantener prestigio ; ése es el mun­ diez últimos años oscila desde las buques.
ce toneladas de decorado y másca­
do familiar que recibe con júbilo al 5.000 a las 14.000 toneladas. También la pesca del atún es uno
ras?, ¿cómo vuelve a España por sus Los residuos obtenidos en el trata­
medios?, ¿de dónde saca para pagar genio que ilumina y centra el con­ de los deportes que más emoción y
junto, reconociéndose en él. Este el miento industrial del atún se utilizan entusiasmo despiertan entre los dedi­
y pagar y pagar a tantas bocas, ofi­ como abono para la agricultura y sus
cinas, aduanas, Bancos, aviones, ho­ regazo que conserva la impronta es­ cados al de la pesca con anzuelo,
pañola, y que tan sólo de vez en aceites son muy cotizados para la ob­ existiendo en diversos países actual­
teles? Es aventura, sí, audacia y nue­ tención de vitaminas.
va gesta, el salirse de un puerto de cuando, y por sus propios medios, mente numerosos clubs dedicados a
capitanes como Alejandro Ulloa re­ Existe otra modalidad de la pesca
acá fiados en que allá, en cualquier dicha actividad.
siembran de amor, de alto ideal y del atún, practicada desde buques
punto de las casi infinitas Américas, pesqueros en alta mar, por medio de José M .a J. C.
ha de darse esa coincidencia entre de acentos. Embajada desinteresada,
la sensibilidad del público respon­ y por ello, sin sospecha de ambicio­
diendo a la sensibilidad que el actor nes. Tan sólo ambición de diálogo
le aporta. Es un bravo lanzarse al con quienes hablan como habló, más
azar. que el propio Cervantes, Don Qui-
Lo sería en otro caso. Pues ese
azar le recibe en sus brazos, es nor­
malidad, se realiza el grande _ y po­
deroso milagro de la identificación
jote.
(Alejandro Ulloa procede de la lí­
nea pura de nuestro estilo de decla­
mar. El mejor actor de este siglo
1111011» ( l i l i , PIIIIO» ESPOflI
cuando el actor presenta su bagaje se llamó José Tallaví. El que repre­ ticular, cuyos destellos la crítica ras­
senta con valores exactos la sinfo­ (V ie n e de la p á g . 3 6 .) paralítica.
inmaterial en la feria sin venta ni trea en la nueva y auténtica pintura
nía del verso, Ricardo Calvo. Ale­ Su madre, María Sanmartí, que en el
compra. Allá, en cualquiera de esas de A ntonio Clavé. Como rastrea ta m ­
jandro Ulloa tiene la rica cadencia extranjero, y sin poderse valer más
ciudades de las Américas infinitas, bién lo de Picasso; es natural esto,
exacta que avalora la palabra de que de tres dedos de la mano iz ­
los corazones dan el mismo pulso y ya que la pintura del malagueño es
los Calvo: Rafael, Ricardo y Ricar­ quierda, se compenetró de tal ma­
sus latidos son acordes con los lati­ la que le hizo conocerse a sí mismo.
do, el felizmente con nosotros; la ro­ nera con la pasión por la pintura del
dos de la inmarcesible y ancestral Y como se observan aún algunas
bustez, a r m o n í a , gloria sonora del hijo, que insospechadamente se m a­
llamada. Es cuestión que la persona­ huellas de los «intim istas» de su p ri­
idioma, puestas en acento y torna­ nifestó e ella la misma vocación y
lidad hispánica existe. Y si Marqui­ mera manera y foques de Rouault.
soles que arrebatan al éxtasis. Y la rompió a p in ta r con sus únicos tres
na o Benavente, entre los modernos, Por otra parte, Clavé ha llegado a
severidad sobria, el garbo, la honda dedos inútiles, y de la mano iz ­
les hablan con su épica o su agudeza, su mejor momento de escenógrafo
allá el acorde suena perfecto porque intensidad dramática— o el grace­ q u ie rd a ...
Los primeros cuadros que Clavé desde que en 1946 la alta autoridad
el diapasón moral de unos y otros jo— , la silueta estéticamente bella, de Christian Bérard le confiase los
la garganta sin límite en su flexibi­ puso a la venta, unos «gouaches», a
es el mismo e idéntico su sentido decorados de «Los caprichos». A f i ­
lidad varonil, el corazón en la pala­ 300 francos la pieza, nadie los quiso.
■de la vida. Milagro que en Venezue­ Fué, en su continuo aprendizaje, de­ nes de 1953, tras éxitos como el de
la, en Puerto Rico, Colombia, Santo bra, el vivir en escena con carácter los decorados y vestuario de «Car­
trascendente de personaje— eliminán­ jándose absorber por algo grato a su
Domingo, Cuba, Ecuador, Costa Ri­ inclinación, por un sentim iento de men» para el Covent Garden, de Lon­
ca, adonde va el joven cómico ma­ dose a sí mismo el actor— , la reali­ dres, y el de Hollywood con unos de­
dad en la idealidad; todo ello, for­ ternura, como era la p intura de los
drileño, encuentre el mismo eco que « in tim ista s» . Bonnard y V u illa rd fu e ­ corados c in e m a to g rá fic o s para los
en Madrid para sus versos, figuras ma natural de Tallaví. Un Tallaví- cuentos de Andersen, «Le Figaro»
Ricardo Calvo sintetizador, acrecen­ ron sus modelos primeros. Los asi­
y declamaciones. m iló y llegó a adquirir una cierta anuncia que Clavé abandona la es­
Y otra circunstancia feliz. En Nor­ tado: el actor Alejandro Ulloa, pri­ cenografía. Y añade el periódico pa­
personalidad dentro de esta manera
teamérica, de nervio anglosajón, pro­ mero en jerarquía.) risiense que la pintura se beneficiará
pictórica. S im u ltá n e a m e n te había
cedente de otro clima espiritual, el T omás BORRAS avanzado en su carrera de ilustrador. de lo que acaba de perder el teatro.
teatro, erguido Alejandro Ulloa en Los aguafuertes y litografías empe­ Esta pintura de 1953 hacia acá
las tablas y diciéndole en su propia zaron a atraer la atención pública es la que A ntonio Clavé ha presen­
habla nativa, asimismo, por su fuer­ tado en Barcelona. En 1954 se pro­
hacia él. En 1941 logró el prim er
za, arrastra al espectador. No tan só­ duce otro momento crítico en la vida
lo por la natural curiosidad de con­
templar un arte extranjero, síntoma
LA P E S C A libro para ilustrar. Luego vendría su
especialización y triu n fo en la p in ­
tura de decorados teatrales, hasta
del pintor. Tras quince años de au­
sencia, Clavé vuelve a España. Y esta
de fuerte cultura, ni siquiera por la vez viene a conocer M adrid. Y el
gran aleación española que ha liga­
do muchos territorios de los Estados
D E L ATUN hacerse el más famoso escenógrafo
de París.
Prado. Si Picasso le produjo la sa­
cudida que le llevó a encontrar su
Unidos : es porque la América his­ propia personalidad pictórica, el en­
(V ien e de la pág. 50.) esfuerzos cuentro con las telas del Greco y de
pánica se proyecta sobre Norteamé­ producen fantásticos hervideros de P IC A S S O Y EL PRADO
rica con sus millones de habitantes, Zurbarán, así como las del Ticiano,
agua. Vencidos los atunes en su le abruma.
que no reniegan de su lengua, y con inútil forcejeo, los marineros apro­ Pero ni la ilustración ni la esceno­
la necesidad para el orbe norteame­ — Quedé mudo ante el Greco y
vechan los saltos del atún para cap­ grafía llenaban la vocación pictórica
ricano de entenderse con el otro or­ Zurbarán— diría en unas declaracio­
turarlos e introducirlos en las em­ de Clavé. Tanto más cuanto, según
be paralelo y vecino, el américo-es- nes a su regreso a París— . Zurbarán
barcaciones, para lo cual utilizan apuntamos antes, el encuentro con
pañol. De ello su afán de ponerse me pareció tan moderno como el más
ganchos especiales. Esta operación un p in to r nacido en España como él,
en contacto con su literatura. De avanzado de los contemporáneos.
requiere por parte de los marineros .el encuentro con Picasso, pues de él Y en otras declaraciones acerca
modo que Alejandro Ulloa, en Broad­ un esfuerzo considerable y señalada se trata, en 1943, fué para el a rtis­
way, triunfa y hace triunfar lo his­ del impacto causado por el Prado en
experiencia. ta barcelonés una verdadera conmo­
panoamericano igual que en la mis­ su sensibilidad, le manifestó a otro
La captura se hace con tal destreza ción, una fuerte sacudida, que le
mísima Caracas o Bogotá. Y así ha colega francés:
f rapidez, que en el espacio de una ayudó a desprenderse del « in tim is-
sucedido. Y Alejandro Ulloa, que fué — He visto por vez primera el
a dos horas se rellenan las barcas mo» adquirido y a encontrar su pro­
com o ensayo a las dos Américas, de- Museo del Prado y regreso con una
hasta con un millar de atunes en al­ pia intim idad. Su íntim a vocación, profunda turbación. La obra de T i­
jja su firma en contratos para repe­ gunos casos. que sintoniza con la gran tradición
ciano es tan abrumadora, tan gigan­
tir, pues ya se ha hecho habitual y Los atunes son trasladados poste­ pictórica española, aunque no había tesca, que me ha descorazonado. Me
favorito de aquellas multitudes tea­ riormente a la factoría almadrabera, llegado a conocer suficientem ente to ­ pregunto cómo podemos pintar toda­
trales, fervorosas, de alma caliente, donde, después de sucesivas manipu­ davía, puesto que aun no había es­ vía y esperar hacer algo. No me a tre­
como corresponde a pueblos mu­ laciones, son envasados y conserva­ tado en el Prado, a los grandes maes­ vo a coger el pincel y me contento
chachos. dos en aceite. Esta conserva es muy tros, a Zurbarán y a Goya en par- con ir trabajando una serie de lito ­
Los Presidentes de todas las Re­
grafías que tengo encargadas desde
públicas recorridas por Alejandro
hace mucho tiempo para ilustrar una
Ulloa han sido los primeros en auto­
edición de «Gargantúa».
rizar, con su presencia, la transfu­
sión de arte y entusiasmo. Política
grande se llama esa figura. Que quien
no reniega de lo suyo al afirmar su
fe fortalece su propia razón de vivir
QUI MI CO ESPAÑOL IN T E R M E D IO L IT O G R A F IC O

La turbación que produjo en su


y convivir. Alejandro Ulloa cuenta con muchos años de estudios y prácticas en Francia y Alem ania ánimo el Prado, y que posteriorm en­
que muchas gentes de apartadas po­ te beneficiaría su pintura, causó tam ­
blaciones, a las que hay que llegar bién otro espléndido beneficio, como
en barcos por ríos de fábula o^ a
través de bosques macizos, se sabían OFRECE FORMULAS el de llevarle por el abandono mo­
mentáneo del pincel a la realización
de memoria trozos de nuestros clá­ de las ilustraciones de una edición
sicos y románticos. Y que la reac­ para la explotación de cosméticos, jabones, lejías, colo­ m onum ental de la obra de Rabelais.
ción unánime, emociones y aplausos Trabajo bastante ciclópeo por cierto,
de los públicos a los cuales llevó nias, champúes, brillantinas, permanentes y productos pues Clavé ha tenido que preparar
el saludo de la comedia española fortalecedores del cabello. Dirigirse al Sr. Pelleport casi quinientas piedras para la rea­
se producen en los mismos pasajes lización del casi centenar de ilustra­
y con idéntica intensidad que en Za­ ciones que lleva tan extraordinaria
ragoza o Sevilla. ¡Bendito sea Dios,
«que ante tantos intentos fallidos
LABORATORIOS D'ARIEL edición. El resultado, a tono con la
obra literaria que ilustra, es una obra
— uno de ellos de España— para unifi­ maestra de la litografía moderna.
car el unlversalizado mundo, España Calle Aguirre, 3 - Teléf. 26 27 82 Como dice el crítico Juan Cortés co­
y la América hermana de España ya mentando e s t a s ilustraciones, «la
lo consiguieron: unlversalizar su ín­ MADRID (España)
frondosa inspiración de Clavé se ha
dole unánime sin desfigurarla. enlazado con la prosa pululante y
Este es el mundo atacado por la

ÓO
desorbitada de Rabelais en una com­ jarse de prestar atención por extra- ño en España). Pero, por desgracia, condiciones necesarias para conver­
penetración admirable». ñeza y desagrado incluso que, en una las circunstancias adversas me impi­ tirse en ese mundo nuevo, poniendo
primera ojeada, puedan causar estas dieron reunir todo el material nece­ su gran fuerza creadora de valores
telas. Es un mundo pictórico a ca­ sario para el libro que había pensa­ al servicio de la personalidad huma­
A N T E EL C AB A LLE T E ballo entre lo irreal y lo real. Y lo do escribir bajo el nuevo ángulo de na, amenazada por excesos de colec­
que impresiona es la tremenda y su­ las relaciones del Brasil con España. tivización y mecanización de la vida.
Después vuelve ante el caballete. gestiva realidad de estas visiones. Su Había conocido a España en 1922, A través de este sistema, la tradición
El estremecimiento del Prado, como humanidad y hasta su ternura. Y la cuando yo todavía era muy joven; hispánica podrá, en respuesta a nue­
el de Picasso antes, como el recuer­ magnificencia cromática de que es­ no me fué posible en 1937 ampliar vos estímulos—o desafíos, como di­
do de los murales románicos que con­ tán revestidas. mis conocimientos del tema debido ría cualquier discípulo de Toynbee—,
templara de muchacho en la sin par •— Ha habido que llegar al análi­ a la guerra civil, que tantos sufri­ prodigarse en la creación de valores
colección del Museo de Arte de Ca­ sis— declara en una ocasión Clavé— . mientos costó entonces a España. No de sentido a la vez regional y uni­
taluña, no hacía sino desarrollar y v i­ El color deforma la superficie, los obstante, tuve a la sazón la oportu­ versal, personal y social. Creo que
gorizar su auténtica personalidad pic­ objetos. nidad de ver en Burgos, Salamanca, será uno de los sentidos el que con­
tórica, castizamente hispánica, con el Esta declaración casi autoriza a Simancas y Galicia al hombre espa­ ciliarà definitivamente la civilización
logro, además, de transformar las in­ hablar en cierto aspecto de las pin­ ñol haciendo frente a una crisis que europea con los medios tropicales,
fluencias aprehendidas en su tenaz turas de Clavé, al menos en su ú lti­ tan a prueba puso la reciedumbre de muchos de los cuales llevan la mar­
búsqueda en París, en eficaces y f i ­ ma fase, en la que ha dominado en su carácter. Hoy el proyectado libro ca de la presencia hispánica no co­
nos instrumentos al servicio de su la exposición de Barcelona, como de sobre España sigue siendo una de mis mo expresión de un dominio violen­
arriscada pintura. «Clavé no puede unas sugestivas radiografías a todo ilusiones de escritor. Sin ese libro no to o exclusivamente económico del
renegar de su origen español», escri­ color... me considero completo. Ahora, al europeo cristiano sobre pueblos no
birá el crítico de «L'Illustration». Ya puede imaginarse que en estas ponerme de nuevo en contacto con europeos, sino como una compene­
Ante el caballete, Clavé se aísla condiciones, trabajando con la abso­ España, sigue estando muy viva en trada unión de elementos extremos,
de todo lo que no sea pintar. Sin luta seriedad con que trabaja Clavé, mí la idea de añadir nuevas impre­ que otros colonizadores europeos ha­
modelo. El modelo lo tiene dentro de son pocos los cuadros que se pintan siones a las que conservo de mis via­ brán considerado como inconciliables
él. O se lo va inspirando la tela. Va al año, pues, todo lo más, pinta dos jes anteriores por un país de cuya o incompatibles. Esta compenetra­
aplicando color. Vagamente, ha pen­ telas al mes, aunque pinta siempre, cultura, población y sangre nó me ción, realizada mediante relaciones
sado en algo en tonos claros. Lo que pinta cada día: es posible separar al Brasil, teniendo personales, afectivas, de amor, se de­
al final resultará es una sorpresa para — T r a b a j o cada día— dirá tam­ en cuenta, además, que yo desciendo be, en gran parte, al cristiano modo
él mismo. El cuadro va evolucionan­ bién— para subrayar mi forma de es­ de españoles tanto como de portu­ de ser de los hombres hispanos.
do. Los tonos y hasta el tema ha,n tética. Quisiera librarme de ciertas gueses.
ido sufriendo una transformación len­ influencias. Soutine y Picasso, por —-¿Qué le ha impresionado más de
ta, segura, bajo los mismos ojos de ejemplo. la cultura española contemporánea? TAREAS CULTURALES
su creador, porque éste va respon­
—La cultura española me da la EN EUROPA
diendo a la sugestión del momento.
impresión de estar animada en este
Desemboca al final en una elaborada NUEVOS D ES C U BR IM IEN TO S El profesor Gilberto Freyre se en­
momento de un sentido de respon­
y densa orquestación de tonos oscu­ cuentra en Europa para trabajar. Ha
sabilidad para con el mundo hispá­
ros y agudos, fastuosos, alucinantes... Una noche, clausurada ya la expo­ nico por parte de España, cosa que visitado en Inglaterra y Escocia las
Otras veces, sí, se propone un sición, con los cuadros descolgados principales Universidades, para ob­
acaso le ha faltado a ésta en ciertas
tema concreto de representación, me­ para enviarlos a Bilbao, desde donde servar el estado en que actualmente
épocas anteriores, caracterizadas por
jor diríamos de sugestión. De su v i­ los reclaman— como de tantos sitios, una excesiva concentración de Espa­ se encuentran allí los estudios de
sita a Holanda, por ejemplo, vuelve pero los bilbaínos han tenido más ña en sí misma como país exclusi­ Antropología e Historia sociales y
con la retina impresionada de los suerte— , hablo con Antonio Clavé. vamente europeo. Yo siento una gran los estudios hispánicos. Después de
magníficos caballeros de la opulenta Si en su viaje de hace dos años, tras curiosidad por conocer las tenden­ su estancia entre nosotros, asistirá
pintura flamenca. Y surge ese cua­ quinquenios de ausencia de España, cias y preocupaciones de sus inte­ en Francia a un Seminario sobre. Fi­
dro irónico, divertido, pero sin acri­ había descubierto Madrid y el Prado, lectuales y artistas más jóvenes. losofía y sistematización de sus tra­
tud, sin saña, de un esperpento to ­ ahora, aprovechando la exposición en bajos, patrocinado por intelectuales
cado de chambergo, que pinta y tie ­ Barcelona, Clavé se ha ido a descu­ como André Siegfried, Marcel Ar-
ne por modelo un extraño pez. ¿Au­ brir Andalucía. Ha sido un viaje re­ UN SISTEMA SUPRANACIONAL land, Georges Gurvich, André Mal­
torretrato enmascarado? Clavé no t i ­ lámpago y relampagueante. Itinera­ raux, Gabriel Marcel, François Mau­
tula sus lienzos. Su anécdota, por rio largo y marcha apresurada. Y las DE CULTURA riac y otros.
singular que sea, es, como debe ser, sensaciones— los blancos restallantes, En Alemania visitará las Universi­
secundaria. Su estructura, su colorido deslumbradores— , captadas ansiosa­ — ¿Qué papel asigna usted al futu­ dades de Heidelberg y Colonia, y en
y su aún más desconcertante toque mente por esta receptividad tan ¡m -’ ro del mundo iberoamericano? Holanda será uno de los cuatro con­
de pincel, son los que se imponen, presionable y de tan fino cernido del —Teniendo en cuenta las ideas ge­ ferenciantes principales de la R e ­
sin embargo, en el ánimo del espec­ pintor barcelonés. Por eso, sabedores nerales que acabo de esbozar sobre unión Mundial de Sociólogos. Ade­
tador para el que la pintura sea algo de lo que ya sabemos, de lo que a la necesidad de que los pueblos his­ más, asistirá en París al principio de
más que anécdota o, en el extremo la vista está, no es cumplido, sino pánicos nos unamos cada vez más la tirada de su ensayo Nordeste, edi­
opuesto, algo más que extravagancia. sincero sentimiento esto que le deci­ para formar un sistema supranacio- tado por Gallimart, que ya anterior­
mos a Clavé: nal de cultura, que concilie la uni­ mente había editado su libro Casa-
dad con la diversidad, ni que decir Grande o Senzala, que va ya por su
VIS IO N ES CO M O REALIDADES
— Ya estoy deseando ver su pró­
tiene que yo asigno una enorme im­ octava edición francesa.
xima exposición. Lo que ésta incita
portancia a este sistema dentro del —Yo desearía—termina diciéndo-
Insisto. Objetivamente, si se quie­ hace confiar en la siguiente. Habrá
mundo que se está organizando. Es nos el ilustre intelectual brasileño—
re, el caballero que con tanta inso­ nuevos d e s c u b rim ie n to s — decimos,
este un mundo en el que no parecen que aparecieran también en España
lencia sugiere el pincel de Clavé es pensando en el viaje que acaba de estos dos libros míos, que ya se han
tener cabida las naciones encerradas
un mamarracho. Como es notorio, lo realizar. publicado en español bajo el título
dentro de sus culturas exclusivamen­
de pintar mamarrachos está al alcan­ Pero sabemos también que habrá te nacionales. Todo indica que una de Interpretación del Brasil, editado
ce de cualquiera, según sabe, a ex­ de pasar tiempo, que habrán de pa­ de las cosas que caracterizarán al en Argentina y México, y Nordeste,
pensas de su paciencia, el frecuen­ sar varios años, hasta que Clavé re- mundo de mañana serán los siste­ editado por Espasa-Calpe en Buenos.
tador de exposiciones. Pero también una un conjunto como el actual. Y mas de cultura supranacionales. El Aires.
hay clases entre los mamarrachos. Y que él, cuando retorne a la soledad sistema hispánico reúne todas las M. C. H.
los estupendos monigotes de Clavé de su estudio, sólo sabe que habrá
lo son estupendos, están animados de darse a ese excitante pintar y
de algo que al pronto impone respe­ pintar que guarda al mismo pintor,
to y que termina causando admira­ hasta la última pincelada, el secreto
ción. Bajo el aparente desorden, tras
su arbitrariedad superficial, hay todo
un sistema, hay una decantada in­
del germen de la primera que dió en
el lienzo. EL A R T E DE V E NDE R
tencionalidad, a la que no puede de- Manuel VIG IL Y VAZQUEZ (V iene de la pág. 27.) España, signo creador. Yo he impulsado
respectivamente, ha quedado pa­ lo que llamo «practicar la elegan­
tente el gran auge experimentado cia social del regalo», probando
por el comercio durante los últi­ que si antes era delicado regalar
mos años gracias a la aplicación una caja de bombones, hoy lo es
de las nuevas técnicas de venta, igualmente regalar un pijama, un
UN MUND O N U E V O de la reducción al mínimo de los
márgenes comerciales y de la ne­
cesidad de incrementar las ventas.
paraguas o una cocina eléctrica.
Esto, si de una parte favorece al
comercio, de la otra contribuye a
Y no necesito insistir en cómo este
( Viene de la pág. 16.) ban de infor­ ñas notas sobre la literatura y la cul­ crear un clima espiritual de afec­
auge beneficia a todos: a los co­
mar, es hoy el país que más libros tura españolas. tividad en las relaciones fam ilia­
merciantes y al público, toda vez
» importa de España. res y sociales, con lo que se de­
que, al venderse más, también es
Y añade el p r o f e s o r Gilberto muestra cómo en todas las empre­
más lo que se produce y, por con­
Freyre : EL LIBRO SOBRE ESPAÑA sas, junto al beneficio propio, exis­
siguiente, se trabaja más y ganan
—Ninguna nación español a de más dinero todos los elementos de te la posibilidad de una proyección
— ¿Es cierto, como se ha dicho, hacia los más nobles sentimientos
América ha sufrido hasta hoy la in­ la producción, con lo que lógica­
fluencia española que sufrió el Brasil que va usted a escribir un libro so­ y las cosas más altas del espíritu.
mente aumenta el poder adquisi­
en los días, todavía plásticos, de su bre España? Y sólo cuando esta doble finalidad
tivo del salario, es decir, el nivel
formación, cuando fué gobernado —En 1937 vine a España con el de vida. del comercio es alcanzada, puede
por un monarca español conforme propósito de escribir un libro sobre Idealismo y acción son dos con­ decirse que el arte de vender ha
al Derecho y a las leyes españolas. su paisaje y sus gentes. Mi editor ceptos que se funden en uno solo: llegado a su grado máximo de per­
Desde el ángulo de esta idea—la idea había ya llegado a anunciar la apa­ en una profunda fe en la eficacia fección.
de que el Brasil es una nación do­ rición de este libro bajo el título de de la acción; del escepticismo y
blemente hispánica—he escrito algu- Un brasileiro a Espanha {Un brasile­ del pesimismo nunca sale nada de J. F E R N A N D E Z RODRIGUEZ
cienda se desangraba con las gue­ necesarias las prolongadas cavi­

DON PABLO GARNICA rras de Africa, y las empresas,


embarcadas en un tenaz esfuerzo
colectivo, se desenvolvían con apu­
laciones. Domina por completo el
panorama donde actúa e incluso
adivina con rápida intuición lo
Contencioso del Estado. Cuando ros. Añádase la efervescencia par­ que hay detrás del horizonte.
( V i e n e d e la p á g . í ' 9 . ) partida a En su persona vemos al varón
cesa en el puesto es para ocupar tidista que conturbaba al pueblo
lo largo de una cf rrera muy fir­ vigoroso que a los ochenta años
la Subsecretaría de Hacienda, de español, fruto de una inestabili­
me, conseguía ocupar un sillón de se atreve a lanzarse mar adentro
la que pasa a ministro de Abas­ dad crecientemente acusada, y se
magistrado en el Tribunal Supre­ sabiéndose con fuerzas para el re­
tecimientos. Mayor relieve tiene tendrá un cuadro aproximado de
mo de Madrid. Los diarios se ocu­ greso. En su carácter, además de
el de Gracia y Justicia, que re­ lo que ofrecía la actualidad en
paron del natalicio y don José re­ advertir idénticos signos de for­
cibía, coincidiendo con la buena genta a continuación. Y si bien aquellos instantes.
es cierto que bajo el mando de Entre otras, se planteó agria­ taleza y confianza en sí, encon­
nueva, una nutrida colección de traremos la campechanía y la
Montero Ríos o Romanones difí­ mente la huelga de la Banca. Ini­
cartas y tarjetas, entre las que ciada en Barcelona, se extendió el bondad. Es curiosa la paradoja
no faltaba la de Montero Ríos, cilmente podía llegarse a la Pre­
sidencia del Gobierno, Garnica se mismo día a Zaragoza y a Madrid, que para sus conocidos e íntimos
abogado como él y gran político constituye. Saben lo amigo que es
acercaba a ella por seguro camino. donde fué planeada al detalle. Al
en ciernes. dar las once de la mañana, los de chistes y bromas y no acaban
E l círculo de relaciones de Pa­ Pero la nueva orientación que ha­
bía decidido dar a su vida cambió empleados del Banco Español de de explicarse su cambio de acti­
blo aparecía escogido, por lo tan­ Crédito abandonaron sus puestos. tud, ciertamente radical, cuando
to, desde bastante antes de nacer. su signo y le puso en trance de
hallar su auténtica carrera. Sobre las mesas de trabajo y ante de su vida oficial se trata. Enton­
Sus relaciones de juventud se pa­ las ventanillas quedaron el dine­
Nos encontramos en plena gue­ ces Garnica se vuelve serio, aco­
recen como una a otra gota de
rra mundial. El país a t r a v i e s a ro, los cupones, las letras de cam­ raza bien su mundo interior y no
agua a las de cualquier muchacho
muy severas dificultades en tanto bio... deja traslucir sus emociones a
de la alta sociedad decimonónica La noticia sorprendió a la Di­
española, si bien con el distingo se abren nuevas vías de negocio. nadie. E l campo de la conversa­
Hay muchos prejuicios, y muy im­ rección. Tomáronse medidas de ción es dominado con su pre­
de no caer en inclinaciones de fal­ emergencia. Los apoderados de la
sa bohemia, pecado del tiempo. portantes, que se op o ne n a un sencia.
cambio, como si también los erro­ casa reemplazaron a los huelguis­ Se trata, pues, de un buen hom­
E s t u d i ó asiduamente, empezó a
res debieran formar t r adi ci ón. tas, y a los cinco minutos el esta­ bre serio que vive intensamente
evidenciar una tenacidad de ca­ blecimiento volvía a moverse.
rácter poco ordinaria y, por des­ Garnica se enfrenta con ellos. todas las facetas de su existencia.
El marqués de Cortina convocó Disciplinado consigo mismo, recla­
contado, pronto se dejó ver que al Consejo de A d m i n i s t r a c i ó n
aspiraba a lo mejor en todo, aun­ ma disciplina en los demás, aun­
EL AHORRO ESPAÑOL aquella misma tarde. que esté siempre dispuesto a acu­
que bajo la condición de conse­ — Hace falta un hombre de ca­
guirlo por su propio esfuerzo. Lle­ dir donde la necesidad lo deman­
SE L IB E R A DE LA USURA rácter para hacer frente a la
vaba, pues, dentro de sí, una in­ de. Nunca ha cerrado sus puertas
mensa carga de independencia, de crisis. a ningún e mp l e a d o e incluso,
Volvamos unos años atrás. Co­ — El señor Garnica. cuando oficialmente no ha podido
amor propio, de severa valoración, noceremos a don Isaac Pereire,
de propia estima, y ya en la Uni­ Por unanimidad se admitió la remediar una penosa situación, la
judío portugués bien situado. Gran idea; fué nombrado consejero de­ ha aliviado personalmente. Así se
versidad, donde acabó de curtirse técnico del ahorro, como todos los
su carácter humano y viril, por legado y desde aquel mismo ins­ explica que el Banco Español de
de su raza, fundó en Madrid la tante entró en funciones. Crédito haya sido declarado bajo
estas condiciones descolló entre Sociedad General del Crédito Mo­
todos. Su expediente está cuajado La postura de los Bancos flo­ su mando «empresa modelo».
biliario, bien dotada de capital jeaba, presintiéndose el triunfo de
de notas máximas. A la hora de Su sensibilidad para el dolor
suyo, francés y español, aunque los huelguistas, mientras el plante
investir la toga de abogado, lo ajeno, ¿podía ser menor cuando
este último estuviera presente en acusaba cada vez más su matiz
hacía con el Premio Extraordina­ llamó a su propia casa? De doña
proporciones minoritarias. No era pol í ti co. Enrevesábase la situa­
rio de su promoción, compartido ésta la única entidad financiera Rosario Mansi había tenido va­
con. un gran amigo de entonces y ción, notándose correr bajo su su­ rios hijos. El mayor se le fué vo­
que Pereire fundara y, por des­ perficie un torrente de intereses
de siempre: Eugenio López de Sá. contado, administrara. Pero sin luntario durante la Cruzada y
creados, en que los grandes capi­ murió en el frente de Madrid. Una
duda constituía el más eficaz ins­ tales no destacaban precisamente
trumento para conseguir una ab­ hija fué asesinada, en circunstan­
CUBA SE P IE R D E ; LLEG A
por su ausencia. Garnica entendió cias lamentables, a lo largo de la
sorción rigurosa de la riqueza na­ que era preciso, mantenerse firme
cional. No importaba que las ac­ Cruzada también. Se sintió enfer­
LA H O R A DE L A P O L IT IC A y fué capaz dé afincarse en tal mo. La fotografía de su primogé­
ciones de una sociedad anónima actitud contra viento y marea.
no estuvieran inscritas a nombre nito descansa sobre su mesa de
Si Pablo Garnica fuera escritor, Tán acusada se hizo, que acabó despacho, en permanente compa­
entraría de lleno en la «genera­ del Crédito Mobiliario, puesto que por llamar la atención. Capitula­
existían f ó r m u l a s para e v i t a r ñía. Pero ni un solo día dejó de
ción del 98». Es el año de su sa­ ban algunos Bancos, recobrando trabajar.
lida de la Universidad. Se pierde cualquier aspecto escandaloso e
impopular del problema. De hecho su voTumen normal de operacio­
Cuba. Se va Filipinas, y Montero nes. Pero de esa normalidad ex­
Ríos, al que don José Garnica el señor Pereire y los suyos mo­
ceptuaban todo cuanto tuviera que LO QUE REPRESENTA
acompaña como agregado técnico, vían gran parte de la trama del
gran guiñol financiero nacional. ver con el Español de Crédito, al
firma en París la paz con los Es­ EN NUESTRA E C O N O M IA
Pero en 1902 aparece el Banco que se intentaba rendir por blo­
tados Unidos. queo. A l efecto, se negaron a tra­
España está i n d i g n a d a . Los Español de Crédito y la Sociedad De la misma suerte que la fun­
General se liquida. ¿Por qué ra­ mitar toda operación con él, aun­
equipos ministeriales se suceden dación del Banco Español de Cré­
zón? La más poderosa se tendrá que entrañara perjuicios graves dito y el consiguiente arraigo en
con vertiginosa rapidez. Todos pa­ y la ley la amparara. Garnica de­
gan lo que no fué culpa de todos que buscar en la escasa rentabi­ el mundo español de las finanzas
lidad de las acciones, congruente cidió entonces cobrar con protes­
y se abre una era política llena significó una liberación económica
con el decreciente volumen del ne­ tos y el Banco se volvió a salvar.
de promesas a las nuevas gene­ nacional, el hecho de que Garnica
gocio. Entraron en turno las amena­
raciones. zas personales. Desafiándolas, el quedara mandando en el paquete
Cuando esto ocurre, ha pasado de acciones de Minas del Rif su­
El periodismo sacude la calle. marqués de Cortina, presidente
cierto tiempo y Garnica forma ya puso que esta riqueza fuese libe­
Cambian las opiniones de norte, del Consejo de Administración, se
parte del Consejo de Administra­ rada de manos extrañas.
caen nombres, los sustituyen otros : hacía ostensible ante la puerta de
ción del Español de Crédito. Ha No queremos decir que de ma­
por cada derrotado surge una do­ su Banco, en el edificio recién es­
llegado el punto de abandonar la nera radical se oponga a la parti­
cena de presuntos vencedores. Se trenado de la calle de Alcalá. N a ­
política. Y se lanza a la actividad cipación de capitales extranjeros
juega sucio para triunfar. La po­ die atentó contra su persona y
financiera con el ímpetu de un le­ en nuestra economí a, y buena
litiquilla se impone a la política. gionario que encuentra al fin un supo evidenciar, en cambio, hasta
Los horizontes del país se obturan dónde estaba dispuesto a resistir prueba de ello es el hecho de que se
campo por completo acorde con su aliara con una empresa italiana en
más todavía, si cabe una restric­ toda clase de presiones.
desbordante vitalidad. Se trata de la fundación dé la S. N. I. A. C. E.
ción de esperanzas más honda que nacionalizar el crédito en lo posi­ Y así es como se venció. Don
la de los derrotados injustamente. ble. Sus actuaciones financieras, Pablo Garnica quedó afirmado en Lo que sí le repugna es que esos
Pablo Garnica, ya don Pablo, capitales extraños m a r q u e n la
iniciadas tímidamente antes de su su puesto, desde el que pasaría al
se planta ante la nueva disyun­ inmediato superior con la muerte pauta o impongan restricciones en
acceso a los ministerios, cobran
tiva cuando sus primeras—-y úni­ los intereses nacionales. Lo paten­
ahora un volumen y una cadencia del marqués. Su prestigio en los
cas— oposiciones le enzarzan. Ven­ plenos. Y menos mal que su vigor medios financieros españoles e_ in­ tiza el hecho de que, con el tiem­
ce. Ya es abogado del Estado. físico es un banco de pruebas que ternacionales alcanza un altísimo po, ha sustituido al presidente ita­
Tiene veinticinco años, edad mí­ ha resistido bien los embates de su límite. liano de aquella sociedad.
nima. Consigue el número 10. entusiasmo sin un atisbo de debi­ Sobre las presidencias de Minas
Sin perder tiempo, causa alta lidad. del Rif y S. N. I. A. C. E. hay que
en el Partido Liberal. Sin esperar UN BUEN H O M B R E SE R IO añadir su capital participación en
siquiera a tomar posesión de su la Electra del Viesgo, en la Hidro­
destino, solicita la e x c e de nc i a , UN HOM BRE DE A U T O R ID A D Los hechos relatados constitu­ eléctrica Española y en la Com­
presenta su candidatura por Ca- yen una buena muestra del carác­ pañía I nt er na ci onal de Coches
buérniga, distrito montañés, y con­ EN UN M OMENTO CLAVE Camas.
ter de Garnica, decidido a mante­
sigue así su primera acta de dipu­ ner su razón por encima de todo. Don Pablo Garnica Echevarría
tado. A la hora de reunirse el La posguerra fué muy difícil va cubriendo así muy delicados
para España. A l país le alcanzaba El fundamento de tan decisiva ac­
nuevo Parlamento, la casi inci- titud debe buscarse en un dominio objetivos de d i f í c i l consecución.
piencia de su edad— ve i nt i oc ho la famosa depresión de los años Merced al claro sentido nacional
veinte, que a punto estuvo de dar sobre sí mismo sólo comparable
años— llama la atención. con la preparación que es preciso de sus empresas, ha conseguido
al traste con naciones tan podero­ frutos que acaso en su actuación
sas como Francia y los Estados tener a punto para que el empe­
cinamiento lleve a buen puerto. política, pese a demostrar en ella
CARRERA FU LG U R AN TE Unidos. Entre los españoles, co­ cumplidamente su capacidad de
rrespondiendo bien a la mecánica Don Pablo no suele pasar mu­
política y económica de las naciones chos minutos cavilando sobre un ministro, hubieran quedado fuera
Acabábamos de asentarnos en el problema; pero el hecho de que de su alcance.
siglo xx cuando don Pablo Gar­ pobres, se dejó sentir con excep­
cional crudeza en todos los medios nunca tenga que volverse atrás
nica consigue su primer cargo mi­ demuestra que tampoco se hacen M A R T I SANCH O
nisterial: director general de lo sociales. Por otra parte, la H a­
D I A 2 8 DE A B R I L DE 1 9 5 8

UN MILLON DE
RUEDAN EN EL MUNDO
TRIUNFO DF LA TECNICA Y DEL TRABAJO
Diplomáticos de EE. UU., Francia, Inglaterra, Alemania, Bélgica y España y representaciones de
todos los países europeos, de las dos Américas, del Oriente Medio, de la India y del Japón, han asis­
tido en las Factorías Piaggio y Cía., de PONTEDERA (Pisa), al gran acontecimiento industrial.

por qué 1 .0 0 0 .0 0 0 de personas de


clases sociales han preferido la f

VESPA es más ECONOMICA


Rodar en Vespa es más barato. Econó
mica en su adquisición (16.500 Ptas
f. f. V., crédito hasta 18 mensualidades)
De consumo (2 1. cada 100 Kms.) y gas
to de sostenimiento ínfimo, la Vespa
entre los vehículos de iguales caracte­
rísticas, tiene el precio del Km. más
bajo.
YESPA es más RESISTENTE
Una mecánica perfecta simple y sólida
(ni árbol de transmisión ni cadena, sis­
temas propensos a las averías), la trans­
misión es directa del motor a la rueda.
VESPA es CONFORTABLE
La técnica de la Vespa se inspira en el
automóvil moderno. Una suspensión
delantera y trasera de flexibilidad va­
riable, con amortiguadores hidráulicos,
aseguran un confort insuperable a su
conductor y pasajero.
VESPA es más SEGURA
La situación del motor al lado de la
rueda, lejos de ser una molestia, es una
gran ventaja, pues permite reducir las
distancias entre los ejes de las ruedas
del scooter, reducir su peso y obtener
una manejabilidad superior.
UN EQUILIBRIO CIENTIFICAMENTE
ESTUDIADO ASEGURA UNA ESTABI­
LIDAD PERFECTA DE LA MAQUINA.
Vespa se adhiere a la carretera y allí se
mantiene perfectamente. Estabilidad y
frenaje absolutamente seguros dan so­
bre todos los terrenos y en todas las
circunstancias una seguridad que per­
mite marchar despreocupado.

La VESPA es la más elegante

el scooter más popular y difundido en el mundo


« L A AS U N C IO N » (El
Greco). M useo de San
V icente ( T o l e d o ).

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