Caso

En 2018, un compañero de clase de raza negra nos comentó que unos días atrás andaba por el
distrito de Miraflores, ya que estaba yendo a visitar a un familiar. En la misma calle donde las
personas transitaban, apareció una señora mayor con un bolso en su brazo derecho, distintas
personas de piel clara pasaron a su lado sin ningún inconveniente, pero cuando mi compañero
camino por su lado la señora rápidamente traslado su bolso a su lado izquierdo agarrándolo
fuertemente, al mismo tiempo le dio una mirada despectiva, como si de un delincuente se tratara, y
revisándolo de pies a cabeza. Mi compañero se sintió muy incómodo, debido a que él no había
cometido ningún acto para justificar el trato injusto y discriminatorio que se le estaba dando. Al final,
paso por su lado intento ignorar las acciones racistas de la señora, pero quedando aún, como especie
de trauma, la mirada y trato que la señora le proporciono.

Medidas a tomar
A corto plazo para evitar la incomodidad de la persona afectada y aclarar la perspectiva de la persona
discriminadora, hablarle pacientemente que su actitud, de la persona racista en este caso, es
injustificada e irrespetuosa dando a entender que él al igual que muchos otros es una persona civil
con los mismo derechos y capacidades que los demás, no es menos que nadie por su color de pies
y ascendencia racial. A largo plazo, incitar la elaboración de campañas que difundan la
interculturalidad entre las razas, además de servir como medio difusor de las distintas culturas del
país, en el caso mencionado la raza negra, dando los beneficios que trae las diversas cultural que
coexisten en el Perú y dar entender que apreciarlos y conservarlos construirá una mejor sociedad
donde el racismo y discriminación ya no imperen. Con ello, se podrá vivir en paz armonía sin la
preocupación constante de ser marginado por el estilo de hablar, de vestir, del color de piel, etc.

“Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, o su origen, o su religión”.
Nelson Mandela