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~~ TELEVIs~!)
COMO ~ROLONGACTÓN DE LA PERSONA

Los medios y el desarrollo de las capacidades

El título de una de las obras más conocidas de Me-


Luhan (1969), La comprensión de los medios como exten-
siones del hombre, permite aproximarse a la televisión des-
de una de sus dimensiones más sugerentes. Cualquier ·
invencíón técnica puede ser considerada como i.{;¡ exten-
sión o prolongación de alguna facultad humana. La pala
mecánica sería una prolongación de la mano; el automóvil
lo sería del pie; la radio, del oído; la televisión, de la vista y
del oído . .'.
Perc/J.os medios no modifican sólo una facultad. Al mo-
dificar esta facultad, a través del masaje al que la someten, \
acab_an modificªndQ.JQd..Q. _el complejo físj_co Y.J?.2guico_de (
la per~o!!_~: modi · can su ~an~ra _de pensar~e IJ~cibi~ _ _J
rñ=)!e.?~ act ... El~Gr-e.jemplo.,.es-una..pr.o-
,!gngación deLR,ie. ero no sólo transforma al conductor en~
~~~ªJ2.t?f~ª más veluz.,_s.ino...taml:;>ién más impaciente, más
nervi_osa,,,_:rn,ás agi:e.sb/:a~.ul.§iYª'- más intolerante ...
-:.V 1 ~a que los medios pro_Y.ogue~ estas trans0°rgia..ciones
~ es preciso que sean asumidos p_e!J><;?.!1~-1 y2oc)aj.IIJ.ente. Es
decif," es imprescindible que la persona los integre, los asu-
ma, los convierta en extensión. Difícilmente se convertirá
en un conductor impaciente y agresivo la persona que con-
duce con miedo, con inseguridad, la persona para la que el
automóvil es un instrumento extraño, no asumido, no U!:
tegrado.
-, __.. . ..:.. . so-
....... ~ Pero es imprescindible también la integración
cial. Sólo habrá transformación personal si el medio se uti-
liza en un entorno transformado por el propio medio, en

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conexión con otros medios de similares características. El trar en una habitación para darse cuenta de que la mirada
automóvil producirá transformaciones personales si el tiende a posarse de manera preferente en los objetos o su-
ecosistema ha sido transformado por él: conversión de los jetos que están en movimiento.
caminos en carreteras y autopistas, transformación del El movimiento es, pues, uno de los grandes alicientes
paisaje, aparición de las gasolineras, problemas de tráfico, de la teleyisión como recurso para la cqpt;.adón de la aten-
de polución y de ruidos ... 3ón y como elemento gratificado.:. para m.~nerla. Y al
La consideración puede aplicarse también a los diver- hablar de movimiento hay que re~ tanto al movi-
sos medios de comunicación, desde el texto escrito hasta la mientode lQ§, ,tl~ruent.9.§ dentrodel.encuadre como al rno-
radio, el cine, la televisi~n o la _informática/os div~rsos vimiento de la cámara o al proveniente del cambio cons-
medios han provocado diferencias culturales sustanciales tante depl;nos a t;~vis del montaje.
;,:-; ·pirtir de aquí, dif~.r.e.ncias· en la percepción dela reali- .. una de las manifestaciones más evidentes de la modifi-
dad. Son distintos támbién los proces..2LID~J!!9-le_§ que hay cación de las experiencias perceptivas por parte de la tele- , 1
que a¡::tiva¡-·R?ra extraer la significación de cada uno de ~sión es prec~s~mente la m-ult\plicació?- _de los es!!Pul~s ·///
ellos. \ta persona que se ejercita de manera preferente en el Y-!suales Ul!..9-itiy_Qs. Los ~ªJ~ tele':!_s_2~o_s __ s_e__~ª:~cten- ; t:.J
uso de un medio tenderá a desarrollar las habilidades re- ~p cada vez más por un ritmo trepida12!e, por un<'l.. ascie- !'\ /
queridas para su descodificación. ~~i2!L~ª ve~!11~Y.ºr';r1:1J~~úé:esióñ de lo~y_lanos\fara el I
En las diversas fases de la historia de la humanidad el ~§..pJ;~.ctad_gr, que se va habitl!.e.I,ldo a este rit,ruo, la posibili- ¡.
predominio de unos medios de comunicación ha llevado al dad de movimiento se acaba convirtiendo~p necesida_g._d_e /'
desarrollo de unas habilidades perceptivas y mentales, y al 1!!.<l\dmi..ento. §i no ha,y cambio, e.~_3tb.ur:.:r:ido,,' ._---'
olvido de otras. En las culturas orales, por ejemplo, se de- Investigaciones realizadas sobre unos· 300 filmes co-
sarrollaba mucho más 1.tmemoria que en las culturas es- merciales de los años 40 y 50 situaban la duración media
critas. y en las culturas escritas se desarrollaba mucho de cada plano entre los doce y los quince segundos (E.
más la habilidad para la abstracción y el análisis que en las García Matilla, 1990, pág. 100). Actualmente en los dibujos
culturas orales o en las icónicas. -·ª:o.inl~ja oneses la duración media_c;le uñ.P.hinQ'es-~.ª
Es desde esta perspectiva como hay que acercarse a la .de.3.,5 segupdos. ~ · · ,,.
·· televisión. Podría decirse que la televisión tiene éxito por- Es significativo al respecto el fenómeno de la~~
que se dirige a unos esquemas ID~Qtal~~,_j"unas capaciaa:: MTV. Tiene 231 millones de abonados en 75 países, de ma-
des cognitivas, a unas estructuras perceptivas y a unas sen- ; _era· que casi ha llegado a doblar a la CNN. Con un públi-
: sibilidades existentes previamente en el individuo. Pero al co mayoritariamente joven (de 19 a 30 años), se define por
, mismo tiempo la televisión potencia y modifica. estos es-': su tratamiento juvenil de la imagen: ningy11_plano .ili:!f.a
quemasLestru.ctu:r:as-, eapacidades-y·se-Bsi.bil..i.dades_ En este: .:rnj~ge_.llegundQs.
capítulo se analizan algunas de estas transformaciones. . - La aceleración del ritmo en las imágenes televisivas ·
quedó refrendada por una investigación realizada por el
autor sobre la densidad de planos (unidades de toma) en la
Hiperestimulación sensorial publicidad televisiva (J. Ferrés, 1989). Se analizaron los
115 espots que emitió la primera cadena de Televisión
La televisión transforma los hábitos perceptivos de los Española a lo largo de un sábado. 1 La duración media era
especiaélor~s il cr.e.ªr_la_ necesidad de una hiperestjmula- de 1,54 segundos por plano. Ciñéndose exclusivamente a la
~dóu...s~nsorial. En los ~stuclios sobre las especies animales publicidad infantil, la duración media era de 1, 11 segun-
se ha podido constatar la i,!_!1p_ortªns:;i~_g~J_moyip;Jj~ntQ.gp. dos per plano. Cada plano supone un cambio de la reali-
la captación de la atención. El movimiento tiene también
/.·::,.,. - . -
°i:ina granJue;za para atrapariamfraélafiumária. Basta en-
_;,;;.;...____.,.--~ ·--. 1. Fue el sábado 12 de marzo de 1988Í./f;0~:"~':;j '\

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. \ ·, ------~·
Jii::,UOlfC~ ! ·
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"~-J:,%\;~~-" ?' 25
y

dad-representada o, cuanto menos, un cambio del punto frecuencia ~ con mucha frecuencia. ~~.t-~ es..ft:au=-.
de vista desde el que se presenta una realidad. La acelera- ceses cambian de cag.aJ.....p.o.c.~ino..me.dia...cada.once wi-
ción en la sucesión de planos supone, pues, que, como te- ~- L~ norteamedcanos.,...~uatrn.,_Jnvestigaciones.
lespectadores, las nuevas generaciones están cambiando ~lizadas en F.:!ln~i;:~l~_q_~e hay un 20% de hogares
de realidad representada, o por lo 1nenos de punto de vis- co~1.ostra~s~~~~Jlamw...~eurs 'fóus (practicantes·
ta, cada pocos segundos. Es cierto que no-toda la televisión --cteI zappt!!f locÓSJ, q_:1e 5:~_rpJ}ja,_11 d;:cagenaeñ_úii prom~i;
es publicidad, pero es igualmente cierto que todos los pro- "q~.,t1el!l.P2._ e entre tres y cinco_I!!inutos.(J. L. Chabrol y f>.
.Perin,1991Y:--------·--= · · ··
gramas tienden a configurarse cada vez más siguiendo los
parámetros expresivos de la publicidad. En Estados Unidos se distinguen diversas modalidades
El fenómeno de los clips puede interpretarse también de comportamiento fragmentado en el uso de la televisión
desde esta perspectiva. Aunque hay un tipo de clip que si- y el vídeo:
gue la tradición narrativa de la estética cinematográfica,
buscando su interés en la sugestión de una anécdota, de un • !,apping. Cambio de canal durante una emisión, so-
relato, abundá'n los clips basados en el puro juego formal, bre todo durante las interrupciones publicitarias.
en la simple estimulación sensorial, en la magia de los • Zipl!ÉJ;g. Aceleración de la lectura de las imágenes de
efectos visuales, conseguidos mediante los más sofistica- un magnetoscopio para evitar las interrupciones publicita-
dos procedimientos electrónicos, e interaccionados con las rias o para saltar un fragmento poco gratificante.
músicas.
Por otra parte, a lo largo de la historia ninguna gene-
ración antes que las actuales había vivido, ya desde el
útero materno.r envuelta en un ambiente sonoro tan in-
• 0::_azzing. Salto constante de canal con la intención
de seguirdiversos programas a la vez.
• f!jpJ2.i1'!.~· Cambio de cadena durante una emisión sin
º:ra intención que el simple placer del cambio (ídem,
pag. 80). -
J
tenso y estimulante. También en este caso el hábito crea
· , necesidad. _EJ hombre contemporáneo es incapaz de vivir
Los estudios realizados en Francia y en Estados Unidos
sin estimulación sonora. Necesita utiTízar la mÍísica"."o la'-,
'feievisión, comO fo~ sgporQpara cualquier activ~ aCf.
Jnves~~J1_~$-~_ izg.das_e..rLÉ'.~adosUñi os- ré{¡ela!_l
ji prueban qu~ sólo en una proporción que oscila entre el 19
y el 33 % el zapping está asociado a la publicidad (ídem,
pág. 141). Es, pues, cada vez más, una práctica tendente a
..que <i.1 _85 ~- de los adolescentes son incapaces de leer sin ""'''
fondo, II!U,$j.f:-ªJ..:S:ín.estimulación sonora~ XTatel~-Y. . , incrementar la estimulación sensorial, no a evitar los men-
sajes publicitarios.
_a l~~~jq lo único gue s,e les pid_s a veces 1::s _gue lle~ .~J
~ -- ......1
El_zp.ppjng _np se da prácticamente entre personas ma-
yores de 65 años, }o que prueba que las nuevas tecnologías
-la t~levisión en· estecaso- P!.2_c:luc:;eP,IP.ooT:fic:i~ n~~ 19
El fenómeno del zapping s~ns.onal~s-~n._1ª,§_l}g~~-g~r:ieracion~s. Lo prueba también
el hecho de que el zapp,i_71g fou se dé de manera prioritaria
La práctica del YlJ!.P.,ing es una prueba más dela necesi- º casi exclusiv¡1 ~ el público1ov~egú~t.m estudio
dad psicológica de un ritmo trepidante enlos 12r,2gr~p:1.as realizado en Cataluña ~f99[2eíus-;; del mando a distan-
televisivos, como consecuencia de la modificación. de los cia para la práctica del zapping se-da-fundamentalmente en
Jüí.bitos perceptivos de las nuevas generaciones. Em:,_siJa ~rs_onas de entre 18 y 30 años; lo utilizan sensiblemente
~tirp.ulación sensorial ue ofrece la televiggn no fuera su- rrtenos"las personasque~stánentre los 31 y los 44.años; y
fíciente, _el esps!G.tasJ.or E_~ede incregientarla mediante el mucho menos los mayores de 44 años.
s:;.ambio de canal, En Estados Unidos y en Francia uno de
2. Revista Set dies, Barcelona, 26 de abril de 1991, págs. 8-17.
cada dos espectadores confiesa que cambia de cadena con

26 27
Visión fragmentada de la realidad La cultura mosaico

Montaje trepidante, cortes, elipsis, falta de continuidad ~eley¡sim1-..e~una...-manifesta:eión- de lo.que Abraham


narrativa, zig-zags imprevistos ... Una de las consecuencias
más evidentes de la hiperestimulación sensorial es la vi-
-~.-----
Moles denominó la cultura mosaico. Mientras la cultura
tradicional era Iimitada en conocimientos, pero organiza-
.

~
sensorial ·-. ,_
sión de la realidad que comporta. J.,a JÉ ere§!illl.l!lación
lleva a ofrecer una visión fr~meñfad~u'. cómj:iar-
.,.

fimentadaae la realidád.T'omoIndicá ú. Wolton, lo único


~- •· -
da, coherente, estructurada, Iacultura mosaico se caracte-
r:\.~.~.J~o..r,s.J d~sorden, la dispersión, el caos ~le~totjo.. Tái'ito
si se considera la televisión como institución, atendiendo
q~~]~port~-~~ este ·co~~e~}º es la sorpresa, ~el z.a~~i¡Jg_s al conjunto de la programación, como si se consideran al-
~lins!!:!!.mm~,o_de.Jaso esa. Lo que ~} es ectadg ptd.e a gunos programas aislados (los informativos, por ejemplo),
J~L !eley!§!?!l E:S~~~o!P.,rénda.112~,..J?,?..:_ · .avor'.'». L.!_._&~!Jfica- las informaciones son aparentemente inconexas, disper-
ción producida, _por }9- estimulación sens'9rial se convierte sas, difícilmente integrables, contradictorias a veces. Basta
en uñ.firien sí misma. El zapping fou sería la manifesta- pensar, por ejemplo, en informaciones sobre la crisis eco-
ción extremá: de esta tendencia a la simple gratificación nómica interrumpidas por anuncios que incitan al consu-
sensorial y, en consecuencia, al sinsentido. mo. O en anuncios en los que se insiste sobre lo fácil que es
El hecho de que este tratamiento fragmentado se apli- ser feliz interrumpiendo informaciones sobre las mayores
que indistintamente a todos los programas, desde los es- tragedias de la humanidad. -
pots publicitarios a las noticias de los informativos, lleva a _La televisión fav<2!:,~C~.!..p_w::?, u_g _g o Ae¿_q_ber disper-
un cierto igualamiento valorativo entre ellos. El medio se :5:.9,., co~12.at!irrien~qg,,__ descontextualizado, incoherente.
convierte en fin. No importa el sentido. Los significantes No existen unas normas de referencia válidas para todos. No
tienen valor en sí mismos. Utilizando palabras de P. A. hay un saber jerarquizado y estructurado en el que insertar
Mercier, si el zapping pone de manifiesto una infidelidad a las informaciones nuevas. La única coherencia hay que
los programas o a las cadenas, es porque la fidelidad se buscarla en el seno del propio medio, en su propia lógica
vuelca globalmente en el medio. interna. ·
Por otra parte, fenómenos de la prensa escrita como el
éxito del USA Today en Estados Unidos o de El Periódico de
Cataluña en España ponen de manifiesto que se va impo- Modificación de los procesos mentales
niendo la reproducción sobre el papel de la estética televi-
siva: mucha imagen, mucho titular y escaso contenido. No Uno de los efectos más relevantes de la exposición sis-
puede extrañar entonces que el comportamiento fragmen- temática a la televisión es, pues, l_a_:i;nJ?..ili:fic;.ació.Jl~de las @:x-
tado se extienda a Otros ámbitos de la vida. Podría decirse, pj;.r}ei;ici~~Qgf~I?Jivas. Pero esta modificación c;;_gm12Q.rta
por ejemplo, que se practica el zapping cuando se escucha ~mbi.éJLlJJJ.qJUo_difü;:asjpn. de los_procesos Ill~l.es.
la radio (cambiando con frecuencia de emisora), cuando se Lo demuestran experiencias realizadas en los Estados
lee el periódico (se hace de manera cada vez más fragmen- Unidos y en México con la serie estadounidense .Sesamo
taria y con unos periódicos que están cada vez más frag- Street (en España Barrio Sésamo). En las pruebas previas al
mentados), mediante el coche o la moto (cambiando de estreno de cada programa, realizadas en los Estados
ambiente cada vez que uno se aburre), cuando se conversa Unidos, los creadores de la serie, trabajando con grupos de
(cambiando de tema con frecuencia o manifestando una ~c_o-qtrol, utilizaban un aparato llamado distractor para me-
evidente incapacidad de concentración) ... Incluso la moda dír el.grado de atención que-el.programa suscitaba en ·cada
podría considerarse ~na modalidad de zapping, por lo que momento en los niños estadounidenses. Los autores cons-
supone de cambio frenético y más o menos compulsivo de tataron que · rá ido facilitaba la ca tación la re-
indumentaria.
-
tención de l~"'iteñción··ae - os espectadores. Si durante un
-
28 29
fragmento deLp.r:ograma la ª!,ención decrec~, csabí~? que_ ""':
aebían incrementar el interés medí ~L ta de la experiencia. Si e_l libro privilegia el_fQnocer, la ima-
nt'mü"';' rrieaian~~- o ro re.,9urso. ,El ritmo trepidante g"eu" privilegia el reconocen~Si el t~t5? oral ~s especial-
fue una de las bazas que justificó la popularidad de la se-
rie. Pero tenía sus riesgos. Se pusieron de manifiesto en las :par~sj_~r.: :
-
mente indicado para explicar, lo audiovisual es indicado
,... ---·-,
.
experiencias realizadas en México. Se estrenó allí una ve~- Las diferencias se hacen patentes en las expresiones-
sión de la serie en español. Tuvo éxito cuando se experi- leer un texto y ver la televisión. ~l l~<;_tor se enfrenta a un
mentó con niños de México capital, pero no funcionó en mundo ab_~rn~tq de conceptos e ideas. Jil!~levidente se en-
zonas rurales. El cambio rápido ds;_plªnos, pensado para frenta a- ~n universo concreto de objetos y realidades. La
retener la atención de niños estadounidenses pertenecien- desc~~e laj_JJU!g~n ~"i:"cisi ;-..Y-t~!!lática!Jñs-~nt~-
tes al medio urbano, no funcionaba con niños habituados ~, mientras que la descodificación d~ los ~]&_nos escritos
a una cadencia de vida mucho más lenta. Aquellos niños exige complejas operaciones analíticag Y: racionales, ,
eran incapaces de establecer conexiones entre los planos a ---r:a iñfóññación-conceptual ha de pasar múltiples con-
un ritmo tan trepidante (P. M. Greenfield, 1985, pags. 102- troles de análisis y comprensión antes de formar parte del
103). HaY,..S..o_grlª-ción, pues, e_~tre la modific_:~ción g_e_)~!? acervo mental. El lector ha de identificar signos abstractos
experiencias pe_!"ce_etivas y la 9-~l9s proce~~n::>:~ntale~. y convencionales, los ha de interpretar en su contexto gra-
· Gavriel Salomon experimentó con la misma sene en matical y ha de memorizar su significado. La información
Israel. Niños de entre siete y nueve años que habían con- icónica, en cambio, se cuela sin apenas mediaciones. ~.e.
templadola serie media hora cada día durante varios ~ños -~ctura potencia la capacidad de en~ien~~Mg_i~o, l~ne_al,
desarrollaron una serie de habilidades, ~ol::!r~)odo relativas secuencial. La imi:gen otencia el J?!;ESam~p.to vis_ual Jn-
a capacidad visua ya-pe_~sall}_iento asociativo, qu~ no ge~. ~t~g;lobal. ~~ le_c:1qr.1!..fa,Y_q_rece la c,epaciga? de _dist~?-
ciarse de los signos. La imagen favorece la imphcacion
sarrollaron niños de similares características pero qqe
emotivaen los _signos. ·-- . '-<""' -
nunca habían visto televisión.
- Enlá lectÜra es el sujeto e) 9.V~-~ontrola !a experiencia,
c_o:qt.r_g •LiliÍ!rno el.1;i.r,0,ceso. En la_teJevisión es el me~~o
el que cqgtrq@ lª_e:,¡:.perjencfª, el ritmo del proceso, la ca-
Procesos de cognición: texto verbal e imagen
-
dencia
rienda.
- ___
~ ....,... de las imág~nes,_ la d_uracjón de lq _ex.11~-
..... de ..12aso

La lectura :y la televi~__.u..o de~erían cons~d_erar~e


.prácticas ~uestas sin.9_s,2_rg_ple1:1-entanas. Son actividade~ · ·· ·La !~!~§.!Q!LSe ÍJJ!p~e d~sde fuer.a. :f.:a letra escrita, ~n
culturales-y re<2:_~at}vas _comp~tible3. No obsg_I_!~e_,--:--obegs..- cambio, exige un..s:.sfue_qo Qe-::Penetracjór:i. :e_<1,:i;:a_que la ima-
cen a parámetros comunicativos radic~II;.~tf: distwt.2~Y _gfn..§~_gratificadora basta su contempJación )'.,.ªlo sumo,
su reconocimiento. Para ql:1-e la_ lectura sea grati:ficador;;i., es
-ªc.ti:Y:añ'..pr:.<:>.C:~~9-~_rn_entales);fivs:rse>s,. En consecuencia, una
excesiva ex_posición a una de ellas puede desarronar unas --
precis~
signos.
-- ~ii
- ...,. __ ..... esfuerzo . ...... de comprenstóll e interpretación de l.Q..s
capaddades y unas actitudes que no son las jnás adecua-
das para la práctica de la otra. · La lectura su2-one, pues, una actit!:@ de co~_s:_eJ}trac~ón.:
.- ~~ una dif~n¡nci,a radical ente.~ l~s l~tras Y..}~áge- Para los medios electrónicos, en cambio, basta una ac:tltud
nes. El.universo del televidente es dinámico, mientras que éie apertura:·Es-prob;bie q~e una actitud concentrada difi-
el deilecto°r es e-;tático. La -folevisióñ privilegia la_gratifü::~: cúltel~escodificación de los estímulos electrónicos, pero
_éiói'"sensori;l, ;isuar y auditiva; ~ientr-as-que-;~rQ.p_s.i- es aún más probable que la apertura aprendida durante la
vilegia la reflexión. exposición a los medios de masas audiovisuales dificulte
' ~l ler:$.uaje verbal _es una abstracción.. de 1~, e.x_p_e.ri~n- la concentración exigida por la lectura (M. Winn, 1979,
cia, mientras 9-ue la imagen es una representación concre- pág. 79). Parece lógico, pues, que al telespectador asiduo le
·resulte difícil la lectura. O la escuela en general.
30
/31
.~.·

Algunos fenómenos culturales recientes podrían expli- Respuestas afectivas


carse desde la perspectiva de las distintas habilidades men-
.?i la televisión desarrolla sistemas perceptivos distin-
tales que desarrollan la televisión y el libro, y como conse-
tos que la lectura y activa procesos mentales diferentes, es
cuencia de la invasión de la cultura icónica sobre la galaxia
Gutenberg. En primer lugar, la proliferación del no-libro, lógico que movilice __ otro tipo d~ .respuestas. Si privilegia la
es decir, de publicaciones en soporte libro pero que obede- percepción sobre la abstracción, lo sensitivo sobre lo con-
cen a planteamientos distintos, porque siguen los paráme- <;ep!uá.l, .es riatural que tienda a ,Erovocar respu_estas de ca-
tros expresivos de otros medios ( como es el caso del Libro rácter emotivo más gue de carác:;ter racionaI to que signi-
de los Récords Guinness) o porque son casi exclusivamen- fica que las respuestas que solicita la tel.evi'síón van más en
te icónicos. En segundo lugar, la aparición de un nuevo la líne~<_pe gusta-no me gusta» que en la lín~a «estoy de
tipo de lector, conocido como lector perezoso, capaz de des- acuerdo-no est-oy de acuerdo». Lo intuitivo y lo emocional
cifrar pero no de leer. La incapacidad de concentrarse le tenderá a primar sobre lo intelectual y racionaÍ.
dificulta o hasta le impide la comprensión de lo leído. · Tanto la imprenta como el arte renacentista privilegia-
Finalmente, el declive en el rendimiento relativo a las apti- ban la perspectiva y, por lo tanto, el observador separado
tudes verbales. En Estados Unidos este declive comenzó a de la experiencia, el punto de vista fijo y objetivo. La tec-
detectarse, en estudiantes de secundaria, en 1964, y ha ido nología electrónica rompe con esta situación. Rompe con
incrementándose posteriormente. Marie Winn constata la perspectiva, la separación y el marco. Implica a todos en
que a partir de 1950 puede considerarse que la televisión una misma experiencia. Es envolvente, como la música. El
está presente ya en la mayoría de los hogares norteameri- cambio constante, casi instantáneo, de punto de vista y el
canos, de manera que 1964 es el año en el que la primera carácter dinámico de los movimientos de cámara fascinan
generación televisiva finaliza sus estudios secundarios. Es e implican. Buñuel hablaba incluso del carácter adormece-
dor de los movimientos de cámara, que bloquean la capa-
difícil que mediante un solo factor se pueda explicar un fe-
nómeno tan complejo como éste, pero no cabe duda de que cidad reflexiva y crítica ante las realidades representadas.
esta explicación resulta coherente (ídem, págs. 88-129). Se habla de una actitud táctil, de tacto visual, para referir-
se a una aproximación afectiva a los objetos y sujetos, has-
También el fenómeno del analfabetismo funcional po-
ta tocarlos con los ojos, como si el tacto se adelantara a la
dría considerarse desde esta perspectiva. En España casi la
vista. Como diría Raymond Bellour, «todo sucede como si
mitad de la población no lee ni un libro al año. En Estados
Unidos, según revela un estudio del Ministerio de Edu- nuestra mirada no fuese más que una prolongación de
cación divulgado en septiembre de 1993, casi la mitad de nuestros dedos, una antena en nuestra frente» (citado por
los adultos son analfabetos funcionales. Unos 90 millones J. Aumont, 1992, pág. 116).
de adultos, entre 191 millones, tienen serias dificultades En~blicidad se pueck constatar gue la televisión
para leer, escribir o hacer cuentas, lo que en muchos casos PEviTeg,ia las resRuestas emotivas. Basta verbalizar los
les imposibilita para rellenar un formulario o para compa- contenidos implícitos en un espot publicitario para que de-
rar los precios de los productos. Unos 40 millones no son saparezca su magia y el espot resulte tosco, grosero, falso y
capaces de saber cuándo y dónde se celebra una reunión a hasta ridículo. ~pequeña pantalla es la seducción, la _..
partir de un anuncio, o de entender una información pe- ~ción a la emotividad, lo que consigue enmascarar lo
riodística. Según este informe, el nivel educativo de los jó- torpe del discurso_~1:12 - Y.ª~ent~. · --- -----
venes entre 21 y 25 años descendió entre un 11 y un 14% Así pues, el carácter fascinante del lenguaje y el ritmo
en relación con un estudio similar realizado en 1985. rápido de los programas no dejan tiempo para la reflexión.
«Estas cualidades han dado lugar a creer que la td~'i~ión,
..?..ca~l.911-a, :!,In ~stil<? i~r.ulsivo de pensamiento, en lugar de
• un estilo reflexivo, así como una falta de persistencia en ta-
/

32 33
'.
reas intelectuales» (P. M. Greenfield, 1985, pág. 128). Re- ~..P!.1:1~1.iz~c:i_Qg y_~l?.~tr~Sf!2.Il· El imperio de \a imagen res-
sulta lógico en este contexto que, según un informe publi- tituye a la cultura el sentido de la inmediatez. La potencian
cado en Estados Unidos en 1981 sobre Evaluación Nacio- Ú¡nt¿·é1 ritmo trepidante del disc{ir~o t~le;isivo como el ca-
nal del Progreso Educativo, el razonamiento deductivo de rácter concreto de los significantes. En la experiencia tele-
los niños de trece años bajara sensiblemente durante la dé- visiva el carácter analógico de los significantes visuales, el
cada de los setenta. hecho de que coincidan fisionómicamente con la realidad,
les otorga un plus de atracción, ya que su descodificación
exige un esfuerzo muy mferior al de la descodificación de
Multiplicación y mediatización de las experiencias unos signos abstractos y arbitrarios como los que compo-
nen el lenguaje verbal.
Como consecuencia de la exposición a los medios de Este sentido de inmediatez es potenciado por la narrati-
masas, y de manera particular a la televisión, hoy un niño va televisiva. Cuando en la novela un autor quiere hacer una
ha tenido acceso a una cantidad de informaciones expe- y descripción, tanto del entorno como de un personaje, debe
rieñci:is~~~y ~lipe;i~-;_ ~de uñ anciano hace varias ge- suspender momentáneamente la narración. Lo mismo ocu-
neraciones. La televisió; multiplica las . experiencias. rre en la narración oral de un cuento. En la narración au-
McLuhan decíaqueÜnnifío qÜe ve la· tel~s":iónse lia he- diovisual, en cambio, la simple aparición de un entorno o de
cho viejo a los tres años, y es casi Matusalén cuando-éñ i;· un personaje comporta la presentación de múltiples carac-
'escÜela quieren émpezar a enseñarle cosas sencillas. terísticas que los definen. Por otra parte, cualquier gesto
El problema es que este acceso a las experiencias vica- que haga avanzar la acción sirve al mismo tiempo para de-
rias o mediatizadas es con frecuencia en detrimento de las finir al personaje en su ideología o en sus sentimientos.
experiencias directas. Las representaciones sustituyen el La !!ª1Ifil !Y~L.§Udiovisual. otenf_i~, pues, el_~_~gti.flo _dt:;.
contacto directo con la realidad. . . ~ inmediatez y de g.Qi~misw~.ri el,,,9u~e vive sumergid.o. el.es-
Los :e.sJsó~j~en U~..lliLl!Q.$_limitam~.!!~ ~ ped:ádor en, su vi9-~ s.Q!ic,!ia~ ;La dinámica de l~. lectui:a,.,
:e_~iencias, sino qu~ se:~os !l_U_es_!:ras ~p~rienc@S:.--&n. este encam ío, es una actividad gue funciona contra corriente.
sentido, la televisión tiende a producir un efecto de iguala- -· "I'>orotra'parte, la ex¡:,erie~~.1!le'1~iv~_ti~9:~ a incre-
miento entrelas personas. «La cultura ind~riali~-;da a"u- ~-~tar~sentido de l31Jrri.2~k11ciq.. L~g;:a)~~<:;sa obli-
menta a la ~z lamádurez e~ los nifíos y el infa.ntilismo ~n ga a .,.........,_-·
ejercitarse en --
- . la- postergación
. -~·,~
del .._......_,_.,..-
lacer, en... _19- satisfac-
los adultos» (L. Pignotti, 1976). Neil Postman (1990a, pág. cióñ retardada Y., por tanto, en la Qaciencia; .sólo después
21) va más lejos al considerar que la.sociedad postindus- d_er~ali~~iE.s ,.s:~myl~;:;-;p~raci~n~s del análisis lógico y
trial, debido sobre todo a la incidencia de la televisión, está gramatical se comprende el sentido, y sólo entonces puede
Úevando a la desaparición de la .infancia .. Al ofrecer a·to~. prod4<;:irs~ ~tP.Jac~r. El goc~ del texto escritoproviene del
dos, de manera indiscriminada, la información que antes si~!fi$.q.Q..9., no del significante. L;1.sj.II1ág~es, en cambio,
estaba reservada al adulto, la televisión tiende a borrar los ofrecen una gratificación inmediata derivada del propio
signos distintivos de la infancia. «Teniendo acceso al fruto ~gajficg.iite. Satisfacc_ión instant!nea, no retardada. JL~sto
p,reyiamente escondido de la informacióñ de los adultos, a hay que añadir la hiperestimulación sensorial, que incre-
los niños s~_~ós_ expulsa del jardín de la infancia.» menta aún inás la'gratificación instantánea. y cuando' la
experiencia-~o es gmtificánfb .. cabe siem_I?_n,la posibilidad
de caiiifüirJ;le canal. El personaje interpretado por Peter
El sentido de la inmediatez y de la impaciencia Sellers en el film Bienvenido, mister Chance sería un para-
digma de esta postura, siempre con el mando a distancia
La imprenta había liberado a los hombres del dominio en la mano, dispuesto a cambiar de canal ante aquellas
de !ascosas inmediatas, al desarrollar la capacidad d~ con- realidades qüe le resultan desagradables .

34 • 35

Las frustraciones se producen CU1!!19.P _§e advierte que 2
en la vida no se puede cambiar tan fácilmente de canal, ni LA TELEVISIÓN
se puede acelerar el ritmó de los acontecimientos. No se COMO AGENTE DE CONSUMO
puede vivir con la impaciencia del zapping en los ojos' y en"
el corazón. El mando a distancia; símbolo dél podery de la
libertad absolutos, puede convertirse en el instrumento de
la propia aniquilación como personas. La paciencia y la
asunción de los propios límites es fundamental para el co-
nocimiento y para el crecimiento· personal. Querer estar
-gracias al zapping- en todas partes al mismo tiempo sig-
nifica no estar en ninguna· parte. Pretender verlo todo signi-'
fica rio verñad~. ·ouérer saberlo todo comporta acabar sin
saber nada. - - . .
_ ..... - La dimensión publicitaria del medio
Algunos teóricos no dudan en afirmar que lo específico
televisivo, la esencia de_la televisión, lo que la define como
-· ~---
medio, es la publicidad, Y ello por diversos motivos:
~.,.~ ~
• Ante todo porque lo propio de la televisión es vender.
Todos los programas venden alguna cosa: ideas, valores o
productos. •
• También porque, como consecuencia, la televisión de-
be venderse constantemente a sí misma. Para poder vender
ideas, productos y valores, los programas necesitan conse-
guir el máximo de audiencia. Para incrementar el consumo,
el propio medio debe convertirse en objeto de consumo.
• Porque, para conseguir estos objetivos, todos los pro-
gramas incorporan, cada vez más, los parámetros expresi-
vos propios del discurso publicitario.
• Porque la publicidad está presente en todos los pro-
gramas, al principio, en medio y al final. La presencia de la
publicidad es el elemento unificador de las programacio-
nes, lo único que confiere apariencia de unidad y coheren-
cia a una programación dispersa y aleatoria.
No puede hacerse, pues, una aproximación al medio
sin analizar a fondo esta dimensión.

La incitación al consumo
. La.. televisión incita al consumo. En las cadenas esta-
• dounidenses la programación se interrumpe, como prome-

36 37
. .. .
.,.__........_ :1 -
dio, cada diez minutos para intercalar publicidad. Es una contribuyan a la fijación de comportamientos consumistas
manera de legitimar el consumo. Pero no es sólo por la en los telespectadores.
omnipresencia de los mensajes publicitarios. Todo en la te- Latelevis ióri, p~es, incita al consumo, Pero, además, se
levisión incita al consumo, porque la televisi¿n es reflejo y vive como consumo, .
soporte de una sociedad que vivepara' el consumo.
En Estados Unidos las series televisivas son conocidas
como soap operas (óperas de jabón). ¿Por qué? A menudo La televisión como objeto de consumo
las agencias de publicidad se convierten en responsables
de la producción de series o de otros programas de ficción, Suele decirse que la televisión puede producir pro-
con la intención de asociar el nombre de sus productos al gramas gracias a los ingresos que genera la publicidad.
éxito de la serie o de poder insertar en ella publicidad. En Algunos autores prefieren decir que la televisión obtiene
los años cuarenta la multinacional norteamericana Procter ingresos publicitarios sirviéndose de los programas. En
& Gamble fue pionera de esta estrategia, mediante la pro- cualquier caso, las cadenas de televisión, tanto las públi-
ducción de radionovelas en las que se promocionaba su ja- cas como las privadas, se sustentan gracias a la publici-
bón. Desde entonces muchas de las series más populares dad. Por esto una de las finalidades primordiales de los
de la radio y la televisión han sido diseñadas como vehícu- programas es conseguir que los espectadores vean anun-
lo para una publicidad directa o indirecta. cios; es decir, atraer y retener la atención de los especta-
Además de los anuncios, en la incitación al consumo dores hasta el momento de la publicidad.
que practica la televisión hay que mencionar la práctica de De esta premisa nace la dictadura de los tfE.l1:;g1. Los ra-
los patrocinios. Instaurados con el objetivo de hacer frente tings indican el porcentaje de receptores que permanecen
a los estragos del zapping, l~§-P-ªtn:>c.inios consiguen hacer encendidos y de canales sintonizados durante un tiempo
omnipresente el nombre de las marcas, convirtiendo cual- dado. Los audímetros, aparatos destinados a medir la au-
quier programa en un ~ercado publicitario. Lo misino ha- diencia, se han convertido en el eje o motor del funciona-
bría que decir respecto a la presencia de vallas y carteles miento del medio. Entre los profesionales suele decirse
publicitarios en los acontecimientos deportivos, sociales y que los diez mandamientos de la televisión se resumen en
hasta culturales retransmitidos por la televisión. Como de- uno: «Amarás a tu rating de audiencia sobre todas las co-
cía Roland Barthes, resulta evidente el origen comercial de sas, y tanto como a ti mismo». Sobre este mandamiento se
nuestro imaginario colectivo. levanta a menudo la gran liturgia de la vulgaridad inmola-
Las restricciones que los Estados imponen a la publici- da al dios catódico. Jean Collet lo expresa con estas pala-
dad del alcohol y del tabaco han llevado a la búsqueda de bras: «Hay que conservar el contacto a cualquier precio, es
publicidad indirecta, que afecta a todos los ámbitos de la absolutamente preciso que la gente permanezca ahí. La te-
programación televisiva. Se prohíbe la propaganda direc- levisión es eso: "Mantenga encendido el aparato, mantenga
ta, pero no puede controlarse el efecto que tiene sobre el encendido el aparato"» (citado por A. Le Diberder y N.
comportamiento de la audiencia la presencia del tabaco y Coste-Cerdan, 1990, pág. 56).
del alcohol en los géneros de ficción y en otros discursos ~l verdadero cliente de Jaj~J~visión no es, pues, el es-
no publicitarios. Es el viejo tema de los comportamientos pectador--sim) ·;i_ anunciante. La tel;visióñ debe servir al
inducidos por imitación. Se podría discutir, por ejemplo, si ánunciante:-porqÜe-éstenace posible la televisión. y el úni-
hizo más por la introducción del whisky en Europa la pu- co sistema para servir aiañünéiarÍ.te es proporcionarle Ja
blicidad directa o el mimetismo del comportamiento mayor audienciaposible. · ·
consumista de los protagonistas de películas y series esta- .. El despotis~o dé-la audiencia se pone de manifiesto en
dounidenses. Es más que probable que los modelos consu- el hecho de que los ratings pueden hundir un programa,
mistas presentados por el medio en todos sus ·discursos aunque tenga una buena acogida, si a la misma hora el de

38 39
.
la cadena rival tiene una aceptación superior. Es la ley del
mercado. la cultura del usar y tirar, de la moda que se desea, se con-
En esta lucha a muerte por conseguir la fidelidad del sume y rápidamente se reemplaza.
telespectador, uno de los ·grandes enemigos a vencer es el En los informativos no se pretende sumergirse en la
zapping. Los anunciantes se casan preferentemente con complejidad de la realidad, sino aprovechar las anécdotas
aquellos programas que generan fidelidad. Para conseguir- capaces de movilizar el universo emocional del espectador.
la se recurre al sistema de darle al público lo que desea. Se La información se convierte en simulacro.
produce así un círculo vicioso sin salida aparente. En pala-
bras de Carlo Freccero, responsable de programas de la te-
levisión de Berlusconi: «Una programación construida en La televisión como mercancía
base a sondeos de audiencia no puede hacer otra cosa que
proponer indefinidamente los programas que ya han sido Según McLuhan, las noticias verdaderas son malas no-
seleccionados por el público» (ídem, pág. 46). Programan- ~cias. mientras. que~~ a;;:~¿iqs publicitarios son las bue-
do conforme a los índices de audiencia, se relegan los pro- nas noticias. .En la televisión, para equilibrar el efecto y
gran::i~s minoritarios a los peores momentos de la progra- para poder vender buenas noticias es necesario contar con
macion, con lo que seguirán teniendo malos índices de malas noticias. Ésta es la lógica interna del medio.
audiencia ... Para garantizar la audiencia roda la televisión acaba
.9?.P.Y~r,tié_ndo~~ ~n- l1}_er,c::~c;.í~ quier programa,--cual-
quier serie pierden rápidamente su interés. En cuanto han
La información como mercancía sido consumidos, necesitan ser reemplazados inmediata-
mente por otros. Las cadenas.de televisión se ven obligadas
Cuando fue asesinado el presidente estadounidense _a publicitar co_nstantemente sus programas como publici-
Abraham Lincoln, la noticia tardó doce días en llegar a - tan cualquier otroobjeto de~g.rrio. La estrategia de este
Londres. El telégrafo y la radio aceleraron la velocidad a la tipo de publicidad es similar a la de la publicidad conven-
que el mundo podía tener acceso a las informaciones. cional: s..:_!:!!~~ convertir los programas en objetos de de-
Gracias a la televisión, se puede llegar á alcanzar la instan- ..~eo, en mercc112,cí~s atractivas y asequibles.
i
taneidad en el acceso sonoro- visual alas'"iñforÍriaciones El espectador medio acaba interiorizando la actitud
de todo el mundo. consumista a la que se le incita. No tiende a contemplar la
Pero la instantaneidad en la información audiovisual televisión, sino a consumirla; es decir, no tiende a ver sólo
que comienza siendo una posibilidad tecnológica, se acaba aquello que le interesa; a seleccionar lo que le gusta y a
convirtiendo en una exigencia del medio y en una necesi- apagar el televisor cuando no le gusta, sino a mantener
dad del espectador ..Las noticias se convierten en mercan- siempre el aparato en marcha, haciendo zapping si hace
~iª'-._Lo .que importa es su valor de cambio. Más allá de su falta, con la esperanza de que se producirá el milagro, de
valor intrínseco, el interés de las informaciones se acaba que llegarán las imágenes fascinantes que el medio prome-
cifrando en la novedad y la instantaneidad. No importa la te siempre en su autopromoción.
realidad que da origen a la información, no importa el re- El hecho de que la publicidad sea el hilo conductor de
ferente, sino el partido informativo que se puede extraer de la programación, el hecho de que cohesione programas tan
él. Las noticias se convierten en un bien de consumo. La diversos como un informativo y un concurso, un concierto
novedad y la instantaneidad, en un valor absoluto. y un programa de deportes contribuye a convertirlo todo
Las noticias se compran y Je venden., se emiten y se en mercancía. Las fronteras se diluyen. Todo forma parte
consumen con la misma rapidez y frivolidad que. cualquier · , del gran ritual consumista. Las ideologías se convierten en
otra mercancía. ?s un reflejo más de la sociedad.kleenex, de espectáculo, la realidad en ficción, el consumo en religión. ,
La única coherencia del medio es su lógica comercial. .
40 .. 41
Caídas las viejas ideologías, nace la religión del consumo, l.~.m~!1º Je faptay~a y la realidad, lo informativo y 19 imagi-
con sus nuevos rituales. La televisión es su gran apóstol. nativo. Una información en directo se convertía en el es-
. pectáculomás fascinante" que el hombr~ hubiera podido
pensar Jamás. Las posibilidades técnicas venían a dar res-
El espectáculo en casa a
puesta las necesidades económicas de la industria y a las
necesidades psicológicas de los espectadores. El espec-
La búsqueda televisiva de audiencia se traduce en una t~5~l°-_garantizaQ.;3.Ja. audiencia. -· · -
obsesión por el espectáculo. Durante muchossiglos el es- ~'.:.!ele'isió~s ~s ectáculo, 12..or una pa_~e, porque se-
pectáculo fue un ritual limitado a unos espacios y tiempos lecciona aquella porción de la realidad que responde me-
definidos. Además, los espectáculos estaban perfectamen- jor a las exigencias espectaculares; pgr otra, pg_rqtie impo-
te clasificados en función de una serie de variables temáti- ne uri tratamiento espectacular a cualquier realidad a la
cas y estilísticas: circo, deportes, teatro, ópera, magia, con- que se aproxima .. Incluso la política se ha convertido en
ciertos ... La televisión ha supuesto una revolución radical. espectáculo. «Én otros tiempos los políticos eran las ideas.
Por una parte, elespectáculo se convierte en _una p~ibili- Hoysó;;:·1a; personas. o más bien los personajes, ya que
dad cotidiana. Ng_haE~.falta desplazarse ni esperar afiíém- cada dirigente -parece elegir un empleo y desempeñar un
l?º asignado para el ritual. La ttl.s;yisión sirve, a través ct~ papel. Como en el espectáculo. A partir de ahora, la políti-
las diversas cadenas, e_~p_ecJ~_s::uJo constante y gratuito. ca se inclina a la puesta en escena. En lo sucesivo, cada
Espectáculo en casa. Espectáculo a todas horas. Por otra dirigente se exhibe y juega el papel de vedette. Así se reali-
parte, la televisión se convierte en u;;·medio devorador Lo za la personalización del poder. Fiel a su etimología. ¿Aca-
y
fagocita todo·: Lo incorpora todo, en este sentido se ~on- so la palabra persona no viene del latín persona, que signi-
vierte en un espectáculo de espectáculos: cine, teatro, ópe- fica máscara de teatro?» (R. G. Schwartzenberg, 1978,
ra, deportes, circo, magia, conciertos ... Todo cabe, _y_1Qd9 pág. 9).
Por otra parte, basta echar una mirada a la estructura
e~ t¡;:~~sf~DE~d?_ 12.º~-~! Il]-e~io, p~r~ se~i!"l<?_~_un especta-
dor avi~o:_que pide siempre 1Jlás de lo mismo. · de los telediarios. Tanto en España como en el resto del
mundo tienen una estructura equiparable a la de cualquier
. L?-_J_elevisión es ~_spectáC;Ü1~~o~~Üe~-ádemás de fago-
citar todos los demás espectáculos, itjic:,o_rporae·ij: · stij)rq- espectáculo del show-business. El espectáculo comienza
gramacióñ' uria multiplicidad de discursos· con carácter es- con las noticias más duras: muertes, atentados, accidentes,
pectacular:serÍes y telefilmes, programas· cie variedades, enfrentamientos ... Para el final se reservan informaciones
que garanticen un happy end: deportes y demás noticias
rriagazines.Iconcursos ... Pero también porque convierte en
espectáculo la realidad. amables. Las músicas contribuyen a la fiesta mediante una
adecuada ritualización del discurso.
El periodismo televisivo representa el triunfo de la
La realidad como espectáculo puesta en escena, de la escenificación, el triunfo de la for-
m'a sobre el contenido. Es la servidumbre que debe pagar
El día 21 de julio de 1969 millones de telespectadores un medio que, por icónico, rivilegia la magia so l '-
del mundo entero seguían atónitos, vía satélite, los prime- ,,gis:a, la e 'ón sobre a razon. A finales e a écada d
ros pasos por la luna del astronauta norteamericano Neil setena, agotadas las noticias sobre á. guerra de Vietnam y
Armstrong. En aquel instante se rompían muchas fronte- el escándalo Watergate, los telediarios experimentaron en
ras. El mundo se convertía en lo que McLuhan denominó Estados Unidos un importante declive de audiencia. Las
una aldea global, una aldea electrónica. Se recuperaba el grandes cadenas tomaron dos medidas: una, priorizar
sentido tribal de la existencia. Pero además se hacía paten- las noticias sensacionalistas sobre las políticas, de manera
te la mezcla de géneros que impone la televisión: se daban que éstas llegaron a constituir sólo entre un quinto y un

43
42
séptimo del total de las noticias del informativo (según do la capacidad intelectual del público» (G. Michel, 1990,
Carl Berstein, el auge del periodismo de cotilleo es el más pág.145).
importante cambio en el periodismo de los Estados Unidos Ignacio Ramonet habla de la televisión como la golosi-
desde el Watergate); la otra medida consistió en potenciar na visual, o el chicle en los ojos, d~s"me.iáforas sugerentes
la aplicación del star system a los informativos; la ABC, por sobre la trivialización de un medio que alienta el consumo
ejemplo, contrató como conductora a Joan Lunden una frívolo de imágenes de todo tipo, co11: el úni.co- requisito de
rubia muy atractiva, pero que confesó que apenas leía la que seán gustosas. Se puede aplicar a la televisión lo que
prensa y estaba poco informada de lo· que ocurría en el · Milan· ·kundera dijo del periódico: «Se lee el periódico
mundo (R. Gubern, 1987, pág. 373). Las dos fórmulas si- como se fuma un cigarrillo». No hay implicación, no hay
guen presentes en la actualidad en la mayor parte de los in- compromiso.
formativos de todo el mundo. La trivialización del medio se pone de manifiesto en el
eslogan de la cadena de radio WINS, de Nueva York:
«Dénos 22 minutos y le daremos el mundo». Todo sobre
Trivialización y descon:textualización todo y al instante. Nunca tanta promesa para ofrecer tan
poco.
«Las imágenes son a menudo un problema, porque el La transformación que ha sufrido la vida política esta-
aspecto visible de los acontecimientos no explica su esen- dounidense, convertida en un espectáculo de masas, es
cia o su complejidad; los hechos realmente serios parecen una de las ejemplificaciones más significativas del carác-
difícilmente representables en imágenes (¿cómo ilustrar la ter mercantil y trivial de la información. En la campaña
inflación si no es mediante los eternos planos de las eti- presidencial de 1956 se enfrentaban el general Eisenhower
quetas de los precios de los supermercados?). Inevitable- y Adlai Stevenson. El general, que se sometió a una políti-
mente el telediario da prioridad a las imágenes especta- ca de venta de imagen, arrasó. Stevenson justificó su derro-
culares (desórdenes en las calles, catástrofes, guerras) y, ta: «La idea de que se puedan vender candidatos para las
debido a esta selección realizada en nombre de la calidad altas investiduras como si fueran cereales para el desayu-
visual, se ve condenado a favorecer la anécdota y lo super- no ... es la última indignidad del proceso democrático» (V.
fluo, a especular con lo emocional insistiendo en la drama- Packard, 1964, pág. 21 7). Hoy esta indignidad parece ple-
tización» (I. Ramonet, 1983, págs. 41-42). namente asumida. Y no sólo en la política estadounidense.
Una consecuencia ineludible de la dictadura de las au- También en la política española se ha pasado de la propa-
diencias y de la obsesión por la lógica del espectáculo es la ganda ideológica a la publicidad.
trivialización de la realidad y su descontextualización. Años más tarde, los tejemanejes de una nueva campa-
_La exigencia de llegar al mayor número posible de es- ña electoral estadounidense quedarían reflejados en un li-
pectadores obliga a la televisión a rebajar eí'nivel. En la bro de Joe McGuinnis, significativamente titulado Cómo se
prógramación televisiva está prohibido todo - aquello q~~- vende un presidente. «La política, en cierto sentido, ha sido
sobrepase la inteligencia media de los telespectadores. Ya siempre un fraude. La publicidad, en muchos sentidos, es
Hitler escribía en su Mein Kampf «Toda propaganda ha de asimismo un fraude. No debe sorprendernos, pues, quepo-
ser popular y situar su nivel espiritual en el límite de las fa- líticos y publicitarios se descubrieran mutuamente» (J.
cultades de asimilación del más limitado entre aquellos a McGuinnis, 1972, pág. 25).
los que se dirige». En palabras de Gianni Vattimo, el filó~ El británico Michael Bland expresa de manera ingenio-
sofo del pensamiento débil, «la exigencia de los medios sa el carácter fragmentario, descontextualizado y trivial de
hace que el mensaje nazca ya banalizado». Un célebre em- la televisión, al indicar cómo se daría hoy una noticia de
presario de espectáculos neoyorquino afirmaba al respecto interés como la entrega de los diez mandamientos a
que «nadie ha perdido dinero en este negocio subestiman- Moisés en el Monte Sinaí. Para Bland seguramente la noti-

44 45
cía se formularía así: «Buenas tardes. Hoy Moisés ha re- No hace falta decir que~ ~ól9_lQ.§_informativos.son tri-
gresado del Monte Sinaí. Con él ha traído unas tablas que viales. La telev:isión es_elreino de la risa fácil (a menudo ri-
recogen lo que él llama los diez mandamientos. ¡Éstos son sas-preg~a~da~-),-Jel_ a l~l!,S~.gen~r¿;s,g, incondicional, del
los tres más importantes ... !». La realidad se ha de amoldar «todo vale» ... Como decía Huxley, lo más grave no es que
a la televisión. Moisés se hubíerá visto obligado ·a pactar riamos en lugar de pensar, sino que ya no sabemos ni de
con Dios una ~educción (citado por J. M. Contreras, 1990, qué reímos ni porqué hemos dejado de pensar. Es el triun-
~ág. 131). La televisión no tolera la complejidad. Lo proli- fo de la cultura light, ligera, adelgazada, resultado del pre-
JO y complejo debe convertirse en elemental. El medio no dominio del medio sobre el contenido (R. Massó, 1993). Es
da para más. · ' el imperio de lo efímero, una cultura que acaba vaciando
· Igualmente significativos al respecto son los consejos nuestro interior (G. Lipovetsky, 1990).
que daba Robert MacNeil a partir de su éxito como editor
ejecutivo y como presentador de La hora de las noticias
MacNeil-Lehrer: «Q.!:1e todo sea breve, que no se fuerce la La supernada
atención de nadie, sino que-;e -dé-~timula¿ión ~o~~-t~;t~
(oi(varied~d, novedad, acción y mo"vim.ierÍto. No det~n- La expresión es de Lamberto Pignotti (1976), escritor,
gáis la atención en ningún concepto, personaje ni proble- artista y profesor universitario italiano. ~trv~p_ara definir
ma durante más de unos cuantos segundos. Pequeño es a 1~ Eublici5!~.d~ pero también a la sociedad occidental en
__!2_lejor. H~y_g.1!.e~ evitar la complejidad. Los matices no i9ñ. general y al papel _q~e juegan en ella los med_ios de masas.
ps:c_esarios. Los adjetivos estorban el - mensaje simple. La La p~.!:_~fernalf~ ex12E_es~~a, _ el desbordamiento de efec-
estimulación visual es sustituto del pensamiento, y la pre- tos -~?.~~iales, el_d~S!l:l!_I!q,i::~mie~t,o d~ lo~ recurso5,t~cnico_s
cisión verbal es un anacronisrrio » (N. Postman, 1 991 b, visuales y sonoros, la prohferac1on de figuras retoncas vi-
p~gs. 133-134)._ ¡E:xcelente programa! E~~ctácu_lo por_:_~n- suales y verbales ... S.!CT~g p~ra esconder un enorme va~í-?
de contenidos. Es la sociedad de la supernada, del supertst-
cima de__co~oc1m1ento. Peor a~~~P...~_l_á~!:ll<?__ que impide
~l conocírníento. Desinformación por trivialización y ·des- 'mo, es··aecir: dei~ti:p~rlativo sin sustantivo, del_yªcjo, µ.e la
contextualización. · -· · forma sin contenido,.del accidente sin sustancia.
En la televisión las imágenes aparecen desprovistas del E_s ~ás importante el embalaje que 1_0 embalado, por-
contexto político, económico, social o cultural que las con- que _p.,2JW,Y.,.J1ad.i1-~que embalar. C?._nsecuern;ia: el empob~eci-
vertiría en significantes. Desde un punto de vista estricta- miento persgnal y colectivo al alimentarse sólo de artificio,
mente formal no hay apenas diferencia entre las imágenes de formas·-~in contenidos, de sensaciones sin reflexiones.
de la ceremonia de la unificación alemana, la noche del 2 · Ad~~á;,-·cl~cío interior y el sinsentido tienden a per-
al 3 de octubre de 1990, con sus banderas, sus eslogans, ví- petuarse- y a pótenciarse. porque la fascinación generada
tores y canciones, las imágenes de la celebración de la con- por lós·'a:rtificios formales impide tomar conciencia de
quista de una liga de fútbol en la plaza de Sant Jaume de ellos. ·
Barcelona o las del inicio de un nuevo año en la Puerta del
Sol de Madrid. Y, como la televisión privilegia lo formal, la
unificación visual supone la trivialización de lo que es
esencial. La realidad queda reducida a sus aspectos más
superficiales.
La música contribuye a potenciar este efecto trivializa-
dor. La música aproxima los informativos a otras fórmulas
del espectáculo audiovisual: reconforta, emociona, entre-
tiene ...
47
46
3
LA TELEVISIÓN COMO GRATIFICACIÓN
SENSORIAL, MENTAL Y PSÍQUICA

La gratificación del espectáculo

Una buena parte del poder de fascinación de la televi-


sión proviene del hecho de que cumple todas las funciones
/ propias del espectáculo:

• La gratificación sensorial, proveniente de un bom-


bardeo de estímulos visuales y sonoros. Las luces, las for-
mas y los colores resultan gratificadores por sí mismos,
como lo son las músicas y sonidos. Ya a finales de los años
20 la realizadora francesa Germaine Dulac ~ ue
«ciñe ymúsícaneneñes10-en-común;-erra:rrrl5os el solo m-;.
.......... __,. r-·-7'- ----r- -
vimienfo pueae crearemoció;:~mediarrt;~~tmoysude-
saqgll~-. Pero a gratmcac1ón sensorial se incrementa por
ra-aparición constante de personajes seductores (hombres
atractivos y dinámicos, bellas mujeres), de escenarios fas-
cinantes (paisajes exóticos, ambientes de lujo), de objetos
atractivos (vestidos lujosos, joyas, automóviles ostentosos,
comidas y bebidas abundantes) ...
• La gratificación mental, derivada de la fabulación y la
fantasía, que satisfacen una necesidad básica. «El mundo
de la fantasía, de los sueños, de la poesía y de las fábulas es
tan necesario para la salud mental como el alimento para el
cuerpo» (J. Lorenzo González, 1988, pág. 86). La persona
necesita mitos para vivir como necesita aire para respirar.
Se dice que ya en los albores de la humanidad los hombres
se reunían alrededor de los primeros fuegos para jugar y
para contar historias. Las narraciones como evasión, como
tregua en el combate de la vida, pero también como opor-

49
tunidad para darle un sentido. La persona necesita símbo- Todos los espectáculos de masas (no sólo el cine o la te-
los. «El hombre necesita complementar la realidad con un levisión) juegan con estos mecanismos psicológicos. Creo
mundo ideal» (citado por B. Bettelheim, 1991, pág. 98). que era Orson Welles el que decía: «Imagino una obra de
• La gratificación psíquica, proveniente de la libe- teatro para perros: se levanta el telón y aparece un hue-
ración catártica que provocan los procesos de identifica- so ... ». El interés del espectáculo se basa en la capacidad de
ción y proyección, al permitir al telespectador elaborar sus movilizar los sentimientos íntimos del espectador, de im-
conflictos internos. De la gratificación psíquica se habla plicarlo emotivamente en la historia. Para Edgar Morin el
a continuación. atractivo de la imagen cinematográfica radica en que a su
r""Jl""Jrilj
¡ I I •~ realidad práctica desvalorizada corresponde una realidad
afectiva eventualmente acrecentada (E. Morin, 1972).
Sistemas de transferencia Pero en el espectáculo audiovisual el placer se incre-
menta porque la intensa participación psíquica y afectiva
La identificación y la proyección son los dos mecanis- se produce sin necesidad de compromisos ni riesgos. El es-
mos psicológicos mediante los que el espectador se integra pectador puede participar de manera vicaría en situacio-
emocionalmente en el espectáculo. Son procesos o meca- nes peligrosas, sufrir graves pérdidas, superar obstáculos y
nismos que se dan incluso en la vida cotidiana, tanto per- disfrutar de un final feliz sin correr el más mínimo riesgo.
sonal como social, pero que se hacen particularmente ma- A la pasividad motriz le corresponde como contrapartida
nifiestos e intensos cuando se es espectador. una intensa actividad emocional. Y viceversa.
La identificación se produce cuando el espectador asu- Que estos mecanismos funcionan de manera incons-
me emotivamente el punto de vista de un personaje, al con- ciente, independientemente de la voluntad consciente del
siderarlo un reflejo de su propia situación vital o de sus sue- receptor, lo prueban diversas experiencias de la vida coti-
ños e ideales. La proyección, en cambio, se produce cuando diana. Por ejemplo, el hecho de que, al contemplar en la te-
el espectador vierte una serie de sentimientos propios (am?r, levisión un partido de tenis entre jugadores desconocidos,
odio, compasión, deseo sexual, etc.) sobre unos personajes al cabo de unos minutos el espectador haya tomado parti-
de la fabulación. En este caso, el enemigo es odiado, la mu- do emotivamente por uno de ellos, a veces por motivos que
jer es deseada, el personaje desgraciado es compadecido ... él mismo desconoce. ¿Por qué se identifica con uno de los
Hugo Münsterberg cita como ejemplo de proyección jugadores? ¿Por qué vierte sobre el otro sentimientos de
de sentimientos no sincrónicos los que suscita un niño hostilidad o de agresividad? Igualmente significativo es el
riendo y jugando junto a un precipicio. El espectador no se hecho de que en ocasiones el espectador de un filme o de
identifica con su alegría, sino que proyecta sentimientos una serie se implique emotivamente en la historia, e inclu-
de miedo por un riesgo del que el niño es inconsciente (R. so no pueda dejar de sufrir con los personajes, pese a con-
Gubem y J. Prat, 1979, págs. 24-25). siderar que la historia no tiene la menor calidad fílmica.
Estos mecanismos se activan de manera espontánea en 4
la vida cotidiana. Se ha comprobado, por ejemplo, que las
guerras son capaces de unir a personas de clases soc~a~es o Ejemplos de transferencias
culturales diversas, porque los sentimientos de agresividad
y odio que antes las separaban se proyectan entonces hacia Los espectáculos de humor ejemplifican a la perfección
el enemigo exterior. También la identificación con los co- los mecanismos de transferencia. A menudo se pasa de reír
lores de un equipo deportivo suele conllevar la existencia con (cómicos cuya astucia compartimos) a reír de (cómi-
de un equipo de máxima rivalidad hacía el que se proyec- cos de cuyas humillaciones nos burlamos). De la identifi-
tan los sentimientos hostiles, convirtiéndole en chivo ex- cación a la proyección. En ambos casos, transferencia.
piatorio de las iras personales y colectivas. Estos procesos de transferencia se dan también en los

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concursos televisivos. Los concursantes son seleccionados El inconsciente colectivo
cuidadosamente en función de diversos criterios. Se tienen
en cuenta sus habilidades o conocimientos, pero también El fenómeno de los medios de masas . audiovisuales
su apasionamiento y su tolerancia a la humillación. De como gran espectáculo de la industria cultural se explica,
este modo se pueden excitar en el espectador toda clase de no obstante, por mecanismos que van más allá de la iden-
transferencias, desde la identificación con el vencedor o el tificación y la proyección del inconsciente personal. Hay
apasionamiento con el ambicioso hasta el sadismo con el que recurrir al concepto de inconsciente colectivo.
humillado. En algunos casos todas las dimensiones coinci- La existencia de este inconsciente colectivo y su aflora-
den en unos mismos personajes. miento a través de los medios de masas audiovisuales se
El éxito de los concursos y de los juegos en las televi- pone de manifiesto, por ejemplo, en la existencia de las es-
siones se explica también por las implicaciones emotivas trellas (las stars) o en el éxito de algunos géneros. El hecho
que generan como consecuencia de su carácter simbólico. de que, en unas épocas de la historia, surjan unas determi-
Los concursos y juegos tienen, como la propia vida, un ca- nadas estrellas o triunfen unos géneros demuestra que los
rácter fronterizo, paradójico, contradictorio, siempre a mecanismos de identificación y proyección funcionan a
medio camino entre la razón y la sinrazón, entre la lógica menudo socialmente y no sólo individualmente, son el re-
y la imaginación, entre el azar y la habilidad, entre la ca- flejo de un inconsciente colectivo y no sólo del individual.
pacidad y la suerte, entre la libertad y la regla, entre el La estrella es, en efecto, un hecho sociológico. « Una es-
triunfo y el fracaso, entre el esfuerzo y el destino. El espec- trella no es cine. Una estrella que triunfa es la encarnación
tador los vive, de manera inconsciente, como expresión de un instinto colectivo», decía André Malraux. A lo largo de
metafórica de la propia vida. En proporciones diversas, en la historia el hombre ha admirado a personajes enriqueci-
los concursos y en los juegos cuentan los conocimientos, la dos imaginativamente por dones a los que aspira y de los
habilidad o la táctica y la suerte. «Todo juego es la repre- que se ve privado: belleza, fortuna, fama, amor ... Dioses
sentación más o menos lejana de la pérdida de sí mismo del Olimpo, héroes del estadio, caballeros, aventureros o
para ganar más, para ser-más» (P. Babin, 1993, pág. 123). cortesanos ... Hoy los héroes son los mitos del cine, de la te-
Tal vez desde estas consideraciones se puede comprender levisión, de la música, -del deporte o de las revistas del co-
la profusión de concursos en todas las televisiones del razón. El análisis de los mitos o de los héroes privilegiados
mundo. En España se ha llegado a emitir hasta 21 concur- en una época permite descubrir los valores cotizados en
sos semanales entre las diversas cadenas. esta época. Sería interesante comparar, por ejemplo, los
Las transferencias emotivas se producen también en valores subyacentes en un mitocomo el del Cid y los que se
los programas informativos. En algunas ocasiones parece esconden tras los mitos actuales.
incluso como si los personajes sobre los que se informa La mística de la estrella se vive a veces con un carácter
fueran presentados por los periodistas como carnaza, trágico para las propias estrellas. Rayrnond De Becker es-
como blanco para un linchamiento mental por parte de los cribió que a los actores y a las vedettes les corresponde imi-
espectadores. . tar, y hasta: encamar, a menudo al precio de su propia feli-
En estos juegos de transferencias, la identificación del cidad, todo aquello que el público medio no tiene el valor
espectador no se produce a veces con el personaje sino con para vivir y asumir. Estrellas como Marilyn Monroe, con-
el intérprete. Es d caso de los mitos sociales: actores yac- denadas a representar en vida el papel mítico que la socie-
trices, cantantes, deportistas, personalidades de la jet set ... dad les asignó, ejemplifican esta aseveración.
En todos estos casos los procesos proyectivos se producen El éxito social del cine de terror pone de manifiesto
sobre la mitología creada por la sociedad de masas en tor- también los mecanismos de proyección colectiva. Basta fi-
no a personas a la~ que se inviste con atributos míticos de jarse en los cuatro épocas históricas de gran éxito del gé-
belleza, seducción, fuerza o poder. nero: el cine expresionista alemán durante la República de

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Weimar, después de la Primera Guerra Mundial (del año tación (mímesis) de una acción y, mediante la compasión
1919 al 1926); la aparición de los grandes mitos del género (éleos) y el temor (Jobos), se produce en él la purificación
(Frankenstein, Drácula, Dr. Jeckyll y Mr. Hyde) durante la (catarsis) de sus emociones.
época de la Gran Depresión en Estados Unidos, después La compasión ha de entenderse en su sentido literal de
del crack económico del 29; los monstruos apocalípticos coro-pasión o, si se prefiere, de sim-patía, que viene a ser lo
japoneses y el resurgimiento inglés de los monstruos tradi- mismo, es decir, de identificación con el pathos del héroe.
cionales después de la Segunda Guerra Mundial; y la apa- El fobos, en cambio, se produce frente a la amenaza, fren-
rición del cine catastrofista en el marco de la crisis capita- te a lo hostil. La catarsis es el resultado del proceso. Puede
lista del petróleo, a partir de 1974 (R. Gubern y J. Prat, op. entenderse como purificación o purga, como evacuación de
cit., págs. 11-12). sentimientos hostiles, de emociones perturbadoras, como
En todos estos casos se sufre en el cine para encontrar una descarga o transferencia de la propia culpa. Una higie-
luego más gratificadora la realidad. La visión del malestar ne, en definitiva, tendente a recuperar la armonía psíquica.
ajeno como fuente del propio bienestar. Es una especie de La terapia consistiría en provocar en el espectador-pacien-
exorcismo. Pero al mismo tiempo el espectador proyecta te un desequilibrio emocional pasajero, un transtorno con-
sobre los monstruos de la pantalla fantasías y angustias trolado, para liberarlo luego de sus excesos emocionales
porque de alguna manera los monstruos le recuerdan sus (E. Trías, 1984;págs. 126-132 y 150). El displacer produci-
propios monstruos interiores (sentimientos de odio, envi- do por la compasión y el temor se sublima en placer.
dia, destrucción ... ). Resulta tranquilizador que los mons- Los espectáculos audiovisuales cumplen, pues, de cara
truos de la pantalla sean destruidos por un héroe en el que al espectador un papel similar al que cumplían los cuentos
el espectador proyecta las dimensiones mágicas o positivas infantiles. Un relato puede entenderse como un universo
de su propia personalidad. en el que entran en juego una serie de deseos en conflicto.
El carácter compensatorio de la experiencia de ser es- El espectador se reconoce inconscientemente en esta tra-
pectador se pone de manifiesto en el hecho de que, tanto ma de deseos antagónicos. El suspense, con el que se de-
individual como colectivamente, cuanto más frustrante o mora la resolución de los conflictos, permite al incons-
dura es la realidad, más necesidad hay de sueños. Tal vez ciente del espectador poner en marcha los mecanismos de
así se explique el éxito extraordinario de los culebrones su- identificación y proyección. El espectador vive estos con-
damericanos en la ya desaparecida Unión Soviética. En la flictos como expresión metafórica o simbólica de sus pro-
fase de apertura, y pese a tratarse de un país de gran nivel pios conflictos y tensiones internas (J. González Requena,
cultural, hubo que interrumpir su emisión en horario de 1989, pág. 31). De este modo los va elaborando, con la in-
tarde, y trasladarla a la franja horaria nocturna, a causa tención consciente o inconsciente de liberarse de ellos.
del absentismo laboral que provocaba. Este proceso de purificación se produce a través de una
El hecho de que los programas televisivos de éxito sean serie de recursos narrativos o formales:
un reflejo del inconsciente individual y colectivo permite al
educador analizarlos desde una perspectiva psicológica y
sociológica, con las implicaciones estéticas y éticas que de El triunfo del orden y la armonía
ello se derivan.
Según Bettelheim, a los niños les encantan los cuentos
de hadas porque les enseñan que siempre hay una solu- 11,,
Catarsis o liberación ción, por graves que sean los problemas y los horrores.
También los adultos buscarían en los espectáculos audio-
El espectáculo audiovisual cumple una función similar visuales reforzar su convicción de que, mediante la inteli-
a la de la tragedia griega. Se ofrece al espectador una imi- gencia y el esfuerzo, pueden salir airosos de cualquier si-
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- La intimidad (voyeurismo). La transgresión se pro-
tuación, y de que, en definitiva, el orden y la arrno~ía aca- duce también desde el punto de vista de la satisfacción de
ban siempre restablecidos, por mucho que se los viole. una especie de curiosidad malsana, de una necesidad mor-
bosa de introducirse en la vida de los demás. El espectácu-
lo audiovisual satisface la pulsión escópica, el componente
El placer de la transgresión de voyeurismo que se da en todo espectador. La cámara
sustituye los ojos del espectador en la exploración impúdi-
Miguel de Unamuno escribió que «nunca es un espíritu ca de unos dramas y conflictos privados a los que no se tie-
más libre que cuando sueña, porque_ es cuando m~s se ne acceso en la vida cotidiana. En este sentido, como indi-
emancipa de nuestros tres más_ fieros ~iranos: el ~spacio, el ca Román Gubern, la experiencia audiovisual se aproxima
tiempo y la lógica». Las narraciones cmematografic~s Y te- al espectáculo del strip-tease. Esta dimensión resulta espe-
levisivas reproducen esta liberación, provocando diversos cialmente evidente en los docudramas televisivos, pero es
tipos de transgresión: un componente de cualquier tipo de programa, desde las
teleseries y filmes hasta las noticias de los informativos.
_ Las leyes del espacio y el tiempo. La dis_continuidad "/ - Los principios sociales y éticos. La superación de la
las elipsis, conseguidas mediante el mo.1:taJe Y los ,m~vi- censura que la moral y las convenciones sociales ejercen
mientos de cámara, permiten la liberacion de los limites sobre nuestras pulsiones es también fuente de placer. El
del espacio y del tiempo, con~riendo al_ e~pectador un sen- éxito, a lo largo de los años, del fenómeno que representan
tido de ubicuidad y de dinamismo vertiginoso- los hermanos Marx se explica en buena parte por su carác-
_ La lógica y la verosimilitud. Como el niño ante u~ ter transgresor y por la liberación psíquica que con ello
cuento de hadas, el espectador se ve transportado a un um- provocan. El placer del espectador procede, entre otros
verso mágico, en el que no rigen tampoco las leyes de la ra- factores, de la identificación con unos personajes icono-
zón. Freud habló de la economía de esfuerzo como fu~nte de clastas, que introducen la ruptura en ambientes social-
placer. La burla de la tarea de control y cens~ra que ejerce la mente tan intocables como la ópera, la universidad, la alta
razón sobre las actividades humanas conscientes es_ fuente sociedad, la política o el ejército.
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de placer mental. En el espectáculo televisivo la lógica Y la .,eº
verosimilitud sólo son exigidas dentro del marco de las con-
venciones de los géneros: no se aceptaría, por ejemplo, que Dialéctica entre lo conocido y lo desconocido
Humphrey Bogart resbalara con una piel de plátan?, ~ero se
admite que le ocurra a Charlot. Fuera de estos h:1"1ites, se Entre los mecanismos para incrementar la participa-
acepta como verosímil que aparezcan en la pequena panta- ción emotiva del espectador televisivo hay que citar la ade-
lla fenómenos como King-Kong o el hombre lobo, o que cuada dosificación de lo conocido-previsible y lo descono-
unas personas se pongan a cantar y a bailar en plena ~alle. cido-imprevisible. El juego dialéctico entre la repetición y
Basta la mínima dosis de lógica que exigen las convenciones la novedad satisface, por una parte, la necesidad de seguri-
de cada género para que el espectador goce d~l placer d~ la dad y, por otra, la necesidad de sorpresa. Tal vez por esto
liberación del yugo de la razón. Basta es~e mm;1mo sentido los grandes -de la televisión, cuando conciben nuevos pro-
para gozar del placer de la sinr_azó~ y el sinsentido. gramas, buscan ideas que parezcan innovadoras pero que
_ La monotonía y la mediocridad. El placer d~l espec- no lo sean en absoluto (L. Rico, 1992, pág. 11).
táculo proviene en parte del hecho d~ que permite al es- En la televisión lo previsible viene determinado por las
pectador vivir una experiencia más estimulan~e ~ue las que estructuras genéricas de los diversos modelos comunicati-
le ofrece la vida cotidiana, concediéndole parti~ipa~ de ma- vos. Se sabe, en general, qué hay que esperar de un western,
nera vicaria en situaciones heroicas o extraordmanas, que de un thriller, de un musical o de una comedia. Se conoce
adquieren un carácter compensatorio.
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la estructura básica de un telediario o de un culebrón. Lo pues, como realidad para que pueda cumplir su función
imprevisible, por su parte, viene determinado en cada caso liberadora.
por la anécdota. Dialéctica también entre saber y credibilidad. El espec-
Lo imprevisible-desconocido produce el placer de la tador se implica emotivamente, pero una parte de su men-
novedad, de la sorpresa, del descubrimiento. Pero en una te permanece al margen. Se encuentra sumergido en una
dosis excesiva puede producir desconcierto, inseguridad. situación como de esquizofrenia, escindido entre el cono-
Lo previsible-conocido actúa entorices como contrapunto. cimiento (sabe que aquello es una fantasía) y la credibili-
Se produce en el espectador un jueg~ dialéctico: lo previsi- dad (necesita vivirlo como si fuera real, porque sólo así se
ble permite mantener el control sobre el relato o sobre 1~ puede implicar emotivamente). Según el tipo de especta-
situación, pero la novedad de la anécdota evita el aburri- dor y según la situación, puede predominar en él el polo
miento. del saber o el de la credibilidad.
También en la literatura el lector busca a un tiempo no- Es un mecanismo psíquico que se denomina suspen-
vedad y seguridad. Para Freud, por ejemplo, en el lenguaje sión de la incredulidad. Pese a saber, por ejemplo, que los
poético la rima, la aliteración, el estribillo y otr:=1-s formas monstruos de las historias de terror no existen en la reali-
de repetición explotan la fuente de placer consistente en dad ni podrán existir nunca, se acepta como real su presen-
enfrentarse a lo ya conocido. cia en la pantalla, hasta el punto de que provocan emocio-
Se comprende también por qué los telediarios ~ncio- nes profundas; en realidad, se aceptan porque se necesita
nan siempre con una misma estructura, con unos mismos que provoquen emociones profundas.
parámetros: la estructura básica inalterable ofrece la ga-
rantía de que, a pesar de las tragedias y amenazas d:l or-
den mundial, todo está bajo control. Novedad y segundad. La televisión como espejo

Es desde el punto de vista de la implicación emotiva del


La esquizofrenia del espectador espectador como puede analizarse el placer o displacer que
producen los filmes, las series o, en general, cualquier pro-
Dialéctica en los mensajes por el juego entre lo conoci- grama televisivo. Para que un programa guste al especta-
do y lo novedoso. Y dialéctica también en el espect~dor de dor debe halagar suficientemente sus fantasmas conscien-
obras de ficción por el juego que se produce en el entre tes e inconscientes, de manera que le permita saciar sus
consciencia e inconsciencia. El espectador es consciente pulsiones; y, al mismo tiempo, es preciso que esta saciedad
de que lo que está viendo es una ficción, pero lo vive_ com? se mantenga contenida dentro de unos límites, es decir,
si no lo fuera. Y es que necesita ser engañado. Necesita ah- que no rebase el punto movilizador de sus angustias y re-
mentar su fantasía, su imaginación. Necesita aceptar las chazos. ·
mentiras como si fueran verdades porque, implicándose En contrapartida, cuando un programa no gusta, pue-
emo_tivamente, puede elaborar y liberar sus propios con- de ser que la historia o la manera de narrarla no satisfagan
flictos internos. de modo suficiente el ello del espectador, es decir, sus pul-
Es una dinámica similar a la que se produce durante siones; entonces el espectador la considerará una obra vul-
el sueño; También los sueños se viven como realidades. gar o aburrida. O puede ser que el programa satisfaga tan
La prueba es que las pesadillas provocan terror. Vie~e a~ vivamente el ello que el superyó se vea obligado a interve-
caso la famosa leyenda del poeta chino que no sabia si nir; el espectador hablará entonces de una obra grosera, de
era un hombre que la noche anterior había soñado que mal gusto, sentimentaloide o pornográfica.
era una mariposa, o era una mariposa que ahora estaba En definitiva, la televisión actúa como espejo. Las pre-
soñando que era un hombre. También el sueño se vive, ferencias dilos espectadores provienen tanto de un ejerci-

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cio de su inteligencia como de sus sentimientos. Cuando el
espectador elige a sus héroes o heroínas, está poniendo de
manifiesto sus ideas, intereses, pulsiones, esperanzas y
problemas. Cuando valora un programa, se está valorando
a sí mismo. Se produce incluso la paradoja de que el es-
pectador acude a la pequeña pantalla para huir de sí mis-
mo y enrealidad se encuentra, aunque sea de manera in-
consciente.
El cineasta francés Jean-Luc Godard se preguntaba có-
mo podía odiar a John Wayne cuando apoyaba al político
ultraconservador Goldwater y amarlo tiernamente cuan-
do tomaba en brazos a Natalie Wood en el último rollo de
Centauros del desierto. Una contradicción aparente que se
explica por los mecanismos ideológicos y emotivos que
se activan a partir de la mitogenia de Hollywood.

La televisión y el mito de Narciso


Estas últimas consideraciones llevan a pensar en las
conexiones entre la experiencia televisiva y el mito de
Narciso. En el mito griego, Narciso veía su rostro reflejado
en las aguas y quedaba hipnotizado por su propia belleza y
perfección.
La televisión es espejo porque proyecta al espectador
una imagen idealizada de sí mismo y del mundo. Para ser
comercialmente eficaz, la televisión ofrece al espectador lo
que éste quiere ver y oír, tanto consciente como incons-
cientemente, hasta el punto de que, de alguna manera, éste
no hace más que autoalimentarse constantemente con su
propia imagen.
El problema de Narciso es que desconocía lo que le
ocurría. Si murió ante el agua fue porque no era conscien-
te ~ que era suyo el rostro del que estaba enamorado. El
e~ctador que se está reflejando a sí m_isrn-e--cuando crée
. . . ~---· ----··-- .
huir de sr trásTás imagenes de la pequeña pantalla corre el
riesgo de ser tan inconsciente como Narciso de lo que está
pasando por su mente. Se empobrece como persona al no
alimentarse más que con sus propias ideas y gustos, es de-
cir, al faltarle una auténtica relación-confrontación.

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