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SERG10 BAGU

(¡oll - 1...02)
OllUAS OF.L AUTOR

n ..cOpUU.c.t.}11 dR la o/lro fi'llprOSa de AlmaJuerte. con es-


tudios pt'\!vlos y notas:

VQl,UMT...... J. "Discunl(is ('(Hn.plptos". EdItori al ClarI-

VQf ;UM!J.; n.
dad. Buenos Aires. 1033.
UEvnngélirtls cMilJ}leUls, otros e.tr.rito.t
HWrurioll 11 ca'rf,rs". E tlitodal Claridad.
ESTR UCTURA SOCIAL
DuellOs A i,'e." 1~:f!.

" I'idu IIjernplar de JO #J (Jto,mieros". Editorial C¡.,ridad.


UuénOs Alr('s. urJú,
DE LA COLONIA
" MII /,imlu l"'Orl'11O, /'O$1Iin !I t''Írln ~/rl }¡ofn/jI'C (/.e il! nljv",
J::di to1'lp j c.:IMkllld. H\Jel1fm Airl.!ll. 1939. ¡WSAYQ m! I/l S1"OR LA COMPAiVIDA
"[,n. 1/(ltol/(1 por Iv 1)re,~¡d(mtla de 1JJst¡¡d a~ Pnidos", 'Folle- D i : AMÉRICA ¡ ,ATiNA
LO. T alle r es GrMk:(l~ ComlncntÓl l. liU\C flOS Aires . ]948.
"S .."tidJ) J¡j.dJrico eJe Ttna re/VTma GdUcacir;nat en Esta-
llos Uni(foR. lJ(w/lilit'rat.u y Jonnarió1f juvenil" . Folle-
to. Tal ler el:l Gráficos Continental. DllenOl> Aires. lQ<l9.
"EcOIIOnd./1 de lel ¡¡{lrlt!d~d coJ,Ollial. E,wullo de his~orl a
cU1Jl.pMnd« de A'1ru1rica. ""tina". E(l.Iwrlal y úihreria
"El Ateneo". Due.nos AJrt!$. J 949. -
·'I ..a cfa;'j/J media en. ra ArUC"lItj1l(t". "En volumen J. de la
colecci4n "Materiules ]Jara el ('studlo de la. clase me·
di:;. en ItI Amérka .ltltlna" . Publlml'il)Dt!); dI' lu Oflci·
na <le Ciencias Soc.lales lle la Unión :ean:americana.
\V:II<h ing-lon. IOtiU. .'

A ,
\.IlI RF;lLi¡\ "EL ATENEO" IWITORt¡\L
r U >Il1Hi\ .l U - eU r Ntl5 "'! II.I!.~

PRó LO GO

E st e t-rabajo ha sido e...crito de aCf/-crdo a las mis·


mas líneas mel.odo1úgicas ((ue Economfa de la socie-
dad colonia l. U110 1/ otro pertenecen ~ '1UI.a serie de
en.sa,yos sobre histo1"ia eomp(¡rarla de los pueblo.'> de
América latina, que est'(..'ní:n t'inwl¡Idos por sus ideas
f unclamentales y su CO'nt'apción metodol6{}ica, aunque
conservando cada uno cnlcramtmlc su autonomfa co-
mo libro.
Rl estmlio d.e nuestros pueblos desde el á_n gula
de la hist.oria COm1JUTllri." urrnja 1mil luz reveladora
sobre sus problc?i/lIs Ilcttwle8, todo.'> los cual.es t,icnen
alguna leja1]fJ. _rafz prclérillf. Es por ello que la 'mejor
comp,.efl~viún de 1m proceso 1lTst(írico jamás (leja de
t ener cierta proyec('Íón ccmf.empo-rúnca, Por otra par.
te, el método cO'ln]Jart'llivo, uuf!qne a veces p_tl.ntualice
diferencias m ás que SenH!j(l'fjZ(lS, 'pig oriza siempre el
sentim'i ento de pro.1:imidod ent're l.os pueblos, en par- \
i'icular entre Tos IjutJ existe 1m obvio paralelismo hisw
tórico, corno e,s el caso de los de América latina.

Cv.ando en este trabajo I/(¡olamos de clase social


aludimos a 1m conjunto di.! il/dividuos que desem1Je·
fum, dentr o del pTOceso econúm,ieo, una f1Ln c·i6n seme·
ja1ite y que, a c01/.<;ec1/.t;ndo de ello, ocupan dimtro (le

9
1(, t(odet,lnd 1ma Ithicación pa'Tccida, Hl hecho de Que cil hacerlo si fu.éramos a respetar todos los escrúpulos
f'Mli> i1Hli-v id'/ws sean propiet,arios f) 11$Uarios de los históricos ti lin(liiisticos- utilizar un término 'Único
me(iios de prodllcción, (J l'itulares (le capital fiduciario. para referimos a la clase social (J1~e era. -eco-nómica,
o mflno de (Jbra s'i n la pnrpledad de los medios de social y políticamente- la más poderosa de la colonia.
pr mlII4'I'f,j'l l r¡llP. utiliza es 1m Ifldar /14ltdflmen l nl para La llh~dimOs llanuí1l.dola ciase de los grandes poseedo-¡
iletrnlJinllr {/ r¡u(j clase sodal pertenecen. res, c1ase domimtntc, clase priv ileg iada o de los privl. "l
No queremos con esto ofrecer una defi1lici611 del Jegiados. Estas d~momitlaciotles no aspiran a tener pre- I
cow;r:pto. ni ayo/m· su. com.pleM~l sino fijar un punto cisi6n técnica en estet:rabttjo.
de par1 id(/, pau/, el t!st.ndio que Of}1¡'¡ hacemOs. Para Dentro de 1t1HJ clase socia.l existen lo que denomi-
nosol,ros, las clq}.t:s sociales son, en prímer término, na.mos &~U~~ caJ.!B~!'~ o e~trato~ :';lOCi~s, cuyos
¡11.?Ja. r,~fJ.l.i~ _ccC!!!..~?!!it~o c iC!!... Pero eso no im1)Uca mIembros t·lenen entre si cierta afimdad de intereses
que re&lIz(!unlOS lI,1lestro esfll eno a seguir el rastro o de ocupución, o semejanza en su f1~-nci61l- eccm6mica,
de fas clases sorinles tan 5610 elt 10 ecollQm ico V en lo social o polftica.
$ociul. La hisf(lT'i.U. --:!i ul'dr, In vida hmnfllla- es un Los estratos sociales son muy numerosos en la
lado y 1I.(1(/(, hl/Y en PoU" , nadl1 IIbsol'l(lam ente, qtu: nO historia hüpanolusCl 11 'tu intentamos estudiarlos mi-
se i ntcgre dtmfro ,ld conjwI,r.o. que 110 g'uard e TP/ación nuciosamente a todos, ni siquiera enumerarlos en for-
('m~ lu dCHllis. ma completa. Muchas veces, la detlomínaci6n especf·.
Lo que creemos es. q1/C In pllrUcipociún de ese tka se refiere a In o('f.iviclad econ6m:ica Que los carac~
agregado h111fW11U, q'ue rl-isUn(Juiu/lJS C(.Im,o ehlse social., teriza 11 de la cual derivun St~ 7Joder politico y social:
el1. el poder poWito --o su 110 port.icipaci6n-- esta mineros, ganaderos, senhorC's de cngenho, fazendeiros
siem1JTc snt>ordinada a su fllo1¡ción eco1'l6mica y a. S'I de gado, comerciantes monOpOlistas, negreros, etc,
p(J.'iición social. Creemos asimismo que los individuos Otras, a la propiedad ' crritoriaJ, en la c'ual pueden lle·
de esas cl(J.~ es social es tienen Tnodalidades, ideas, pre- varse a. cabo diversas IIct'ividades productivas: ten'a-
ferencias nl.éticas. 16!Ji(' fL - n ('1/,YO est1Ulio dedicaremos tenienles, latifundi stas. rancheros, estancieros. Otras,
11uestro próximo 1-rauajo sobre el ]Jp.rfod9 coloniul- de al. no-mbre tradicional: lo~ Gran Cacao, de Venezuela,'
la s c.'l/ules puecie huulnrse en terminos generales y cuya los cargadores, co-mo en algunas partes se llamaba a los
gé.nesis y evolm:i6n se e'llcu,t'ulrun fll.e-rl.NlHmte condi- que pa1't.icipaban deL tráfico uUramarino.
cionadas p(; r el hec1l o de que es()s indiv i(hws 1JI1Tt.ene- Llanwmos 11)I!loviUdad O inmutabilidad. a la ten-
ce11 « tales t;llzses sIJdd.'es. den,cia de ulgu1JUs cUJ.'>es y grupos $()dale~ a cerrarse
ClIC/'IJrlo 'Im nyrr(Jwlo ll1/.mel1lo dc- ese tipo pre$enta, el! d, a parecerse a la8 cllstas en cuanto a la rnarc,a.da
('oml) wracterísfic:a 'llL1~y bien c'lefinida, la de con.·;r.i· d.ifiC11Uad que otros e/e'ntentos ujenos u cllos encuen-
i I.u.ir 1m{tJ.1·1tP!!~Lcl{r-rqtJ·tJ. pr(j!!tj~.!L~qntc i!!.l1J~lI. et'f'a.­ tran para ingresar en esas clases o orupo,!,' y ~ la casi
J¡ blgl.. lo <lcno mm ~ mo.~. ~~(i!) Pero, a 11.1lestra entender,
,
imposible cont ingencia de que uno de sus miembros
n.o 1111110 .~!}..sy!'~ lJTOpmmenfe tales en llJ sociedad colo· deje de serlo. Al hablar de mutabilidad íL mQ.vilidad
"i(llll it::pa1toport./t!llfesll y asE fo sostenemOs Clt el texto. nos referimos a la tendencia de clases-y estrat.os a
No creemos nectsario - por lo menos, no .~cri,a tú· muda.r su estTuctll.ra, su asiento econ6mico JI su ubi-

''1 11
haya, 1Jen .mrlo sino en ella r::1W1J.do p1lS0 en boca del
crxlwUeTQ de In Munl'lm. el consejo (lue hemos respet.ado
rf"'II~J/ ." /WiflJ: (lsi: romo Q perder miembros que can-v , eSJ'TuprtlCJ.wfI!('llf e: " S!i l,f(;ve en 111.,<; ruzQ'twmientus, quo
hi(tII (/¡- dllse y /l g(l11(¡r af'ros n1/,eL'os, que provienen
,/,1 o/m rf(l.'lC .
ninguno hay gustoso si es la'rgo".
t,','...:pyt'u-mo.., el 'tlO rn /'Te de eslratUicación ~ocia.1 a s. B.
1I 1 jl'Hlr'jI/'izaci6n de los distinf.o"s(¡rupos- o e.<;t'~ut.os so-
1' lft/f '.1: f'n h '(' sí, n la T/bicaci611 qut! tienen éstos en la Altamar. Noviem.bre de 1951.
!,IJ/"II·/! IICI.

Sfifo dos ,m/abras queremos agTegar uJbre la es-


¡HwlltT(¡. Ile eMe libro. Cada C(l1,ítulo Ira .~irlo conr.ebÍ-
11o 1'¡¡'IIJ(l .dntesis 'Y en él se enu.ncian las conclu.siones
111' U1Ilt investigación. T,(J.'l acolal'ione!f que siguen. a
/'fIIlo !'1I1JíI1Ilo amplían a 'menwlo los COilceptO$, o mul-
111"/1"1/11 IQ.~ ejc7II'plo.'i, o e.7:llliCl11l l»1ís del e1/idamente por
I{l/f I"ÍflS ha corrido el pcns(mLient o pora llf!gar n las
f,t)//f'/7Isio/lf'S fJ'1Le exponemos en el tC:tfo de! ('apUnto.
$e observord además que, en pOs de esa brevedad
11 ('fn¡,f'isi6n que perseguimos, qW3da el texto poco me-
71'1.( que de,·n/.'u do de referencias lJif,liográ/1cas, en 'tna
requiere con ton sillgu,laT abundancia.
III/Ifrf'to que lu.<:
I'or esu mism.a causa, al prCll1'1·TOr lu BibliQgratia. que
(J/"upn la u[JU?/.da pffrt.e de este v olurnen, hemOS '11-
dl/irio 1m ín dice temático de la m isma, con el cua.l, ,
f/t/r1ll(/ S de fnrilitnr el. cam.ino n otros invc.<:tifladores,
1',"/lImemos ante el lect or la rula {Jue hn ido sigtdend.(I
I/1f1''\" l r a ifluc.(figaci6n en el complejo ltw§J1ico d,e pro-
Illcm a ,~ hwhanQs. que es t odo-e11so.yo dc hisl.oria.
- L o. l"ol/ris!Qn ftS, sin d'uda, el trUJo de u.n largo es-
ff(.("·zo i;itéiútua"Z y uno de los legad.os mds preciosos
'Ine el áutor puede trasm.itir al l ector, Es signo de
probidac! 1ll'ofesional en el Clscritor buscarla. con ahin-
e$])eciolmen t.e en e!dos nu.estros tie.mpos (111.0 en tan
( 'IJ ,
di .<:y¡er.wfs y apTemilI'rltes direcciones -reclaman la atcn-
dón riel hnrnúre , (.'/)11 $€ T en ,'if( .~ d1(/S mucho mós lento
1" r il i " o de la eXi slelLt' ia, 1/.0 c"ccmas q1¿e ('crvantes
13
12
CA PÍTULO PREVIO

(,As'rAS y PU¡;mI¡O EN LAS SOC1EDADES


I NlJICE NAS PHECOLOMBl NAS

Cuando los conquiotadores estabJccen su dominio


en eslas partes de AmérIca, les pUl'bloB indígena., clue
tienen organización slK'iaJ m(¡:;; eslable y signos ue más
avanzada civiliz'H' ion conscrv¡m aún, como célula eco-
nÓ,01i~~~~_~cial dI;' su orgnnismo, ~ comunidad agraria
prrnutlva, :
Nuelt'o éfite dI.' econom.Í;:1 ag l'a ri3 cerrada, con pro.
piedad colet' tinl Ut' la tierra , CQn ITIl--Jio::: ele producción
muy 1locO rte";<l rrolla dos y ruyus productos están casi
todos de¡.;tinmlos a l t!onsumo pl'opiO, no ha sido aún
disuelto pOI' la apropiación lndi"ir\ual de los medios de
producción, la' prouucción par... l'l mer~ado y e l inter-
cambio comercial, co mo ya había ocurrido cOn tantas
otra!' Gomunidade.':I semeja ntes en V<lrios continentes,
Es posible qu e e n a lg unas rcs i on~s hayan comen -
zado a asonllu cierL.'lli muda nza¡:¡ en la estructura cO-
munal qu~, a la lUl'ga, purJicru n ]wbel' dauo lugar a
la formacjón t1e clases social{'s. Pero en los. más de
los casos, según c.omprueban Y.:l entonces los cronJst3s
españoles más sagaces, la comunidao aig1..le en pie co-
mo en s us tiempos primitivos -el .oyUu. q ue era an-

15
Ipl'in!' n los incas; el _ca1millj.. que eXlsUa a ntes de que nas pr ecolomb ina s, hay varios capitulos que. aunque
hlS ;1:r.t.~"S llegara n al valle de 1léxico. para nosotros lleno!) de lagunas, reproducen este pro-
J~tl la gran mélyor!;), al meDos, de estas cornunida- Ceso, Así, la llegarla de los aztecas al va lle de México
"I 'S, pers iste el sentido igualitario en las relaciones so- es una t'mpr e<'iíl dt' cOllqu :sta militar e n perjuicio de
"1011('$ e ntre !';lIS miembros y no hay grupos plivilegia- fas tribus q ue lo pueblan de antiguo, 10 que da lugar a
11f~ ni clases que se beneficien con el esfuerzo de los I Que se forme la confederación azteca. Quienes la go-
biernan ya no son elegidos indiscriminadamente entre
,!t'má:;;, Algunos pocos cargos administrativos son pro-
-vi::;tos por medio del s ufragio periódicamente, reunidos
, I, la masa de la población, s ino entre ciertos grupos que
( '1\ asa mblea las mujeres y los hombres adultos de la
se reservan el ejercic:o del poder como propio de su
nueva condición social. El jefe militar de la conrede ra~
c'urntlOldad, Institución éstH de tan puro acento demo- ! ción a la Jiegada de Hernán Cortés --el cargo que des~
('l':ltico y que aún conservan a lgunas comunidades que-
dHla" de la sierra peruana, como Cim Alegria ha na- empeñaba Moctezuma- tiene todav[a carácter electi-
ITado en Sil admirable novela. vo, pero quienes 10 eligen son sólo unos pocos dirigen_
Como en la yen':1 iroquesa estudiada por Margan y tes y el jefe elegirl o debe pertenecel', según todos los
PI) otr<'l5 org¡H'liza~~inncs prhnitivas dOnde aún no ha
indkios, R un grupn !'ioda] dado, Hay, lncuestionable~ I
:lp:,¡,rccid o un" sllpC'resl ruc'lUl'íl c!'itadun l bien definida, men te, .lJ_n_ ~i st('ma.J!~ casta~ en pleno funcionamiento )
1'1 ,~itl('hi, jeJe bl\lerl'el'o del u'y}@, e~ elegido por un l,)lazo gobernando la C;Q!lli!der!ción az.t.eca cuan do se le en~ !
trenlan los invasores bls-ñCos, • J
I ¡mlt~do rle tiempo y su p ouer no <leja nunca de ser
cnmpartido por un consejo, No habiendo cOntinuidad Entre los mRyas ete Yucatán, en los últimos tiem-
en la (unción, ni tln sistema l1eredHal'io que la trans- pos del denominado Nuevo Imperio, el poder político
fiera obligatoriamente dentro de ciertas íamilias, no se encuentra en manos úe castas y Morley seña la va-
<lpal'ec/;'n Jo~ sfntoJuas Cfll'acteIlsticos de la formaci ón rios indicios aceptables que hilcen pe.nsar Que esas cas-
de cla ses o castas. tas son de origen azteca, es decir, emparentadas con
los invasores aztecas que domi naron la región,
En la historia polit:ca del Imperio IncaicQ, que
1. ORlG8N DE I ,AS CAST AS ARISTOCRATICAS \
nos es mejor conocida que la de otras sóé'ie'd'ades in-
Además de la comu nidad agra rin -que exisUa, dígenas y que a h:;anzó estad ios de evolución s uperio-
no sólo entre aztel'a!'i. maytls e incas. sino entre otros res, hay un hecho inicial revelador: una tr:bu , la de
pueblos de América - los conquis tador es hallarOn un los Incas, conquista a otras y eSlabJece sobre elJas su
li ptl de organización mucho más complejo y por cierto predominio militar y político. Poco a poco, esa tribu
q ue rué éste el que primero les llenó de asombro. ~o~inante :a levantando una compleja estructura po-
Em unél orgtmización eSladual , originada , no en el huco-admlOlstrativa, un ERlHdo que le permita prolon-
seno del calpulli o eJ oyllu, ¡:¡ ino en fa ctores ex6genos, gilr indefinid amente $\lS derechos de domJnadora , Los
En las sociedades primiUvas, la conquista rla orl o conquistadores se transforman en casta aristocrática.
gen a la s castas, pOI' superposición de vencedorp.s s~ En el dominio incaico, la estructura po}(t'c~admi­
hre vencidos, En la historia de las sociedades inelige-- nistrativa llega a ser un verdadero y admirable estado

16 17
,
•I

Imperial. En el valle de México, la confederación azte- perfodos agitados. P ero lo qu e no sufre alteraei6n
ca nunca alcanzó ese grado de cohesión ni tuvo empe- sustanciéll es aquella expresi6n básiCa de la estructura
rmlures propiamente tales. En la vasta zona maya, econ6mi ca y soc ial: el calpn1l.i en el norte, el ayUu en
jmná¡;; exis tió una sola autoridad poJft:ica , sino varias. . el sur. Ayllu$ y cal.p;;llis hubo qu e se expandieroñ ;
G::sas fu eron las principales, mejor organizadas y más ótfóS.-que se eXl ingu !eron; otros, que cambiaron de
l:x.t.endidlls organizaciones pOJ(ticas. Pero además, en índole. Pero los más perduraron, en una suerte de his-
la larga y enmarañada historia , precolombina ha habl~ toria sin historia .
(h) multitud L1e organizacion es políticas menores, esta- La superposici6n de una estru ctura polftica con·
dos enihl'ionarios en los cuales parece repetirse, federal o imperial sobre esa multitud de comunidades
una y ot ra V (>Z, el mismo proceso de su perposic:ón de prim:tivas nO altera, bás icamente, los modos de pro-
vencedores sobre vencidos, dando origen a la [orma- ducciÓn de esto~ pueblos. La agricultura continúa sien-
cion de cast·as. Es posible que algunas de las llamadas do su actividad más importante, sin que h aya ganado
aristocracias regionales en tre los aztecas, los mayas y mayor, ni manufactura que no sea la doméstica. El
los incoa s hayan nacido en esas circunstan ci as. Uno c<tmpesino produce para !'lU consumo y pi'lga un tri-
de lOs principios de la inteligente política imperial in- buto a la CQnfedcrad ón o al estado imperial; en cier-
caica fué la de r espetar las castas aristocráticas de los tos casos excepcionales, destina todo su esfuerzo a
puehlos domi nados a la s cu ales, en <:I('1'ta época, se las obras planeadas por la autoridad pOlitica central . No
ntra[a hacia la deslumbrante sede imperial d el Cuzco, ha perdjdo la posesión ni el usu fru cto de la Herra, ni
donde los descendientes L-ec1bían una instrucción es- el dominio de sus primitivos medios de producción.
pecial. Hay apenas un escaso interC<lmbio de product.os, más
intenso al parecer bajo los locas, cuya pOlítica econ6-
il . ARISTOCRACIAS Y COMUNiDADES AGRARIAS mica les llevó fl orgnni~;rr el envio regular de ali-
mentos y otros prooudos de una zona, en la que
Los Incas fueron, originariamente, una trIbu de abundaban , a olra en que escasea ban . No b9_I!I_o-.;!~a
ngticullores y, después de transformados en casta
dominante, re~ etaron la integridad del ªylZ-u. El caz.. 1. prop:ame.nle tal, ni esclavitud, ni serVIilumbre corno
instituciones económico-sociales .
11tdli fué también re.spetad·ó 'por iOS dominadores azle-- I I La conquista, las guerras, los renómenos de la na-
(·a!~. Tanto el ayllu como el calpulli pasaron a ser el ¡, I I turaleza pueden le.sionar la entraña de la comunidad,
cimiento de la nuevaJ.~~.li.d3ct. ,poUtica y econ6mica. r¡ t. pero casi nunca tienen la .e ficacia de esos fadores di-
1'ranscurren añOs y siglOS. - La t ribu, prjmeroj la solventes que, e n otros mundos, hablan rel egado ya a
confederación y el imperio, después, se embarcan en las comunidades agrarias primitivas a un simple ca-
arriesgadas aventuras guerreras. El territorio domina·
uo se dilata. Una cultura con personalidad 3uténUca
se va manifestando. Loo mayas, los aztecas, los jncas
pitulo de historia escrita. El campesino indígena se!
aferra a la tierra por el amor 'lúe le profesa, por un
sentido de lo r eligioso que le otorga catesor[a mfsti-
I
cuentan ya por decenas sus héroes nacionales y sus ca, por el auténtic.o plac'e r que le ocasiona tribajarla
jefes, a cuya memoria se ligan hechos grandiosos y .y por la elemental raz6n de ser ella la fuente úni.
18
. 19
-- t'O tlt.' su economía. F.I estado im pe rial y 1:'1 confe-
IIl'I':1I,1(,n precolombi.nas comprende-n esa realidad, por- b. En (>8;:1 organ izaci ón escalonada no· es dificil
lila' la ('ompnrten y, además del rE'speto que les me- llb:rt\r las rastaR y los Dutores que han hecho una enu-
" 'Yot ',nl 1\1 m s f:Je tar es, 110 destruyen la comunidad pri- meraci6n de el lns no difierell en nada sus tancial. LoS
11 1111\' <1 porqu e sus propias hases p-con 6micas se derrum- rn cas y su farnil! a imperial, que tambi én eran d e nomi~
hUt'Í'lO . Su estrategia {'stA dirigida a asegurarse el tri- natlas in<:<ls; la IlQuleza de lo:; ' 'orejones''; la aristocra·
hUI!) y a sobreponer una estructura de castas que cia secundaria rle Ins "ruracas" y de ntros jefes regio.-
1IJ1I.mtaJe convenientemente e¡" orden político. ,
<
nales; la enorme m asa de los tributarios, No es pro-
babl e que hubi era grupos considerables de pObladoru
111 JE'RARQutA DE CASTAS Y ETICA SOCIAL que escaparan a esta clasificación ,
P9drta argüirse que los sacerdotes constltu fan POI"
a. En el lncarlo, la historia de la ca ~a imperial
IIOH l'S relativflmente bien conocida y es posible, en
• si una casla, rumo también Jos amautas, que eran los ·
sabios del impl~rio y los hi1Ta1;ec~una. sus cantores.
~ t1 .'; lincas. Fl:enerales, que sea semeja nte a la historia Pero en eJ Incario, lo mismo que en la confederación ."
di' lafl ('(jstaH dominantes de los aztecas y de los dos aztCCfl y (' 11 1:15 cilHl:1df!s·cstado de los Jnayas, los sa·
j.!1':llltl!.!s lJcríouos m etyas . cerdOles p(>l'lc-nccían a la casta gobernante, Morley,
Los un'as se t ransforma ron t'n grupo político y refiriéndose a los mayas, adelanta la hipótesJs de que
¡:;Ot:,inl cer¡:,á7.{o, con privilegios het'~itélrios y....mont'ypu- esa lué la causa que impidió que se presentara n entre
Jio dc la cullura. Tomaron sobr e s( la enorme tarea la casta de los sacerdotes y la cast<l dominante confl'ic.
dc orgnn j7.Jlr el est.ado y la llevaron a cabo con aSom· tos políticos graves, como en otras sociedades priml·
bl"Osa inlUki6n de estadistas. En el rígido eSCalOJla- Uvas,
rnien.Lo polftic.o -administratlvo que establecieron, los g,~stas decim os y no clases, porque la mente qU.e
rnrgos superiores, fueron reservados a los miembros pres:de- esfe ordenamiento socia l reposa en la idea de
de 1.1 casta dominante. que cada uno de estos grupus desarrollará pOl· siempre
Hubo también una nobleza incaica, tal vez cons· las mismas tareas y que sus obllgaci oñ cs~ y' prerroga-
titliída pUl' fam ilias lejana~l~nte emparentadas con el tivas se heredan de generatlón en generación. E sta
emperarlor, a cuyos miembros, (1ue los español,e s Ua· concepción .fStática\no resulta' invalidada p or la cir-
mab;m "ot'C'.jones", se encomendaron otras funciones cunstancia de que el acceso a la casta aris tocrática
me.nos importantes en la esca la im periaL f nunca estuvo defi nitivamen te eerr;'ldo il quien, sin per-
Las castas aris!ocrátic;us de las tribus dominadas, tenecer por nacimiento a ella , demostra ra sobrellevar
cuando las había, ingresaban igualmente en esta or- cualidades relevant('s, como lo anota Va lcárcel.
gani7..ación jerárquica y ejercian funciones de caráctel'
regional. c , Aquellas L'astns aI'1stocr~ticas- no aparecen, sin
Los funcJona rjru¡ de menor importancia eran ele-- ,embargo, en la historia precolombina como minorfas
gidos, según \parios autores, por el sufragio de la m<1S0
de los tributarios de una regi6n,
" parasitarias, cuyos ocios se alimenten del dolor dErñH·
Irares y cuJa: belicosidad resulle un fin en sI misma.
• Sobre sus miembro~, por lo contrario, gravitan serias
20
21
s

=.
1't!IjIlOtIRa lJiliclades. En el caso de los Incas, la. comple- , humano, si lo hace con el corar.6.n conmovido por el
1ft plulllfkíl.ci6n econ6~ca!)fl conquista de nuevas""tíe: I I ~r que le inspim lo sobrenatural y pensando que
II tll l phl'O! d cultivo cuando las ya poseidas resultan J' tIa víctima tien e el privil egio de o[r el llamado de los
11I'1IIr ll'll 'lltC's. la orientación del rito religioso, que en ¡ ¡dioses en su i1llnoJación, como crehm los aztecas, es
!t lj.j hll lll-:l'nas es entonces tan obsesionan te y sincero I lun ser éticamente más sano que el familiar del Santo
11111'(1 ,'1 aristócrata como para el plebeyo. " \Q!!~ que, por aquellos mismos años, encendia Jaño-
St~ E'x plica así que el aprendizaje a que eran so- guera para arrojar en ella pensadores, poetas, ene~
nlfltldus los mjembros de la realeza Incaica h aya caos. migos poJ1ticos y c.omerciales, im'ocalldo el nombre de
III,u((l o una verdadera escuela de carácter, tan en vio-. Cristo para aumentar s u bol<;a y saciar instintos pato..
\¡'III" contraste eon el cUma de perversión moral que lógi cos.
jll'(,¡j 'llninaba en muchas dinastiíls, aristocracias y bu r . E l mayn y el quechu a qu e creen honestamente que
ItlH'¡dns de Europa en la época de la conquista. Aque- la montaña pa lpita y gime, que canta en las noches
IIn nud:lZ y gigantesca construcción imperial descansa~ tranquilas. y se estremeCe bl'flm3nclo en sus raptos de
hu L/ullre una economía de limitadas posibilidades, de ira; pata quienes un d. ios puede ser ·e l aire, o acaso el
('Il'lnl'n ln les recursos, dicho esto sin cometer la injus~ sonido melan cólico de Su flau ta de cañas es, en 6U in-
Ih~ i/l d(' olvi dar los prodigios de lOs Ingenieros agróno- timidad psfquica, mucho más sano que el monotefsta
11\0::1 del viejo Perú. Sin esa wsciplina ascética de los recitador de cánones sagrados que justifica en laUn
<lU l' manuab:m, s in. un fi ero sentido soclaien-'las cas~ una matanza colectiva de inCieles.
tnn dirigentes, se hubiera resqu ebrajado con rapidez. Al lln y al cabo, hay pruebas para sostener que
~ N~n inel udible tensión por mantener un edificio enor- entre los incas de principios del siglo 16 casi no había
1111(' sobre drnientos débiles concede extraño acento de ~crj(i~iOJ> l~.~man05 y J13rcce que hacía' argú·n- fíem.
. /{rllnilrna y osadfa a la faeb a política de los Incas. sin po que la masa de los mdias mayas tenia en muy baja
dudu 1;) más origi nal y vasta de todas las emprendidas considerilci6n al n QCD?Jl, que era el sacerdote elegido
('n (,J continente en la era precolombina. de por vida para arrancar el corazón palpitante de la
Una mentalidad europea superficial, al comprobar vfctima en el ritual propiciatorio, lo cual podría fndt~
lo presencia. en las sociedades indígenas más evolucio- ·car un principio de reacción popular contra esa prác~
nnclns, de sacrificios humanos, de castas y de una obse- tica búrbara.
..:Jonante idolatrfa ponteísta, puede cerrarse a toda otra Hay oficlos que envI!rcen, porqu e su ejercicio des-
l'Onsideraci6n y afirmar qu e lo existente basta para cansa Sobre la mentira a sabiendas o sobre la perse~
nsignarles una baja categorla, ética. As1 procedieron cución de lo ostensiblemente nob le y justo. En la Eu·
nlgunos de los cron istas de los siglos 16 y 17, muchos ropa del siglo 16 h abía mullitud t.le ellos y, n o pocos,
::;"H:erdotes y la enorme mayoría de los funcionarios de en las más altali esferas polítiC<lS y re ligiosas. No pue-
la corona española. Pero la altitud ético-social de un de demostrarse q ue fuera ofi ci o vil ninguno de los ,
('onglomerado humano nunca se puede juzgar median-
le procedim :entos tan mecánicos.
El sacerdote indígena que consuma un sacrificio

,
ejercidos por las C.lstas a ristocrática s n1 por los sa~
cerdotes de las ·sociedades indígenas precolombinas,
por más que debamos ubicar sus modalidades, desde
¡
23
~
:1
t;;
"
1111!ingulo técnico.-histórico, en un estadio de la bar- ocurrió en la sociedad ind1gena, cuyos sabios ronna-
Ilude. ban parte de la ;Ir : ~tocracia y adiestraban a los mlt::m-
bros de ést<l ell el conocimiento. En el Tmperio IncaI-
cl. La circunstanc!a de que las etapas de la ga- co, tos ~H/~aWflS, infegr<lntes de la casta ari:~.toc.ráti~a,l
1I11,]1'1'la, el comercio, la moneda y la acumulación de ~~sto?:~~~~n el se<;reto ;d~]a sabi~":rla y .lleval?~n .~ºQr~1
11tltwzas e n gran escala no hub:eran aún aparecido en s~ la 8ra~n .resp~m.s nbi l!dod. d~ inlc;ar en ese secreto í!;
lu hisloria de la comunidad agraria indígena, permi- fas que gobernarían el lmp.E'.rio.
/lií que ésta no cesara de ser escuela de trabajo, de - La sabldurfa y la religi6n -fntimamenle unidas
11It~nl' por la tierra y el esfuerzo Hs:co, de dJgnidad como se encontraban- sirviel'on para alimentar el pri-
IlI'l'sonal, de sobriedad y espontaneidad. L a codicia por vilegio político y socia l y en ningún momento parecen
IOfl bienes materiales se manüest6 en escala lan ínfima I haber enll'ado en <:on nicto con ese privIlegio. Para los
qll~' no emponzoñ6 el conjunto social. El fraude no integrantes de la romunidad agrada, el conocimiento
h'lIla razón de ser, ni parece haberse ejercitado siste- de los hechos complejos no en necesario porque, aún
máticam ente. ~9__h,l.l1;lo explQ.4ciqn sin límites del tra- , \ sin él, podfan ~('g uir (>xifrtiendo en esa existencia ele-
1llljO ajeno, ni desprecIo del trabajo manual. ni _dlvor~ .l ment., t y sin grtlves alternativas que rué la del ayllu
1'11) .lel hombre con la naturaleza. ~o ~Jfist ieron la es- o el cn!p'uUi. .A l no presentárseles ese conocimiento
duvitud_nJ la ser vidumbre como institudolles'ecOnO- como. indi spensable para sostener sus posiciones eco·
lU 'c'ns, la p~-:imera ci~'las cüales h~~~~2- el más .(or~ nómicas, los miembros dp- la comunidad no pugnaron
llllble _~~~eDto de -t9rrupción SPCialJen tOdas ~l­ PQf adquirirlo. Pero télmpoc·o la casta dQminante usó
glos. Esto que-aeclIños"(tel-t:5no-éIT~rarpredomi­ la religi{in y la snbidur(a como instrumentos opresivos.
l¡tUlle en la sociedad agraria puede ser repetido, con El Jnca t iene <lIgo <.le sagrado - .ltmque Do sea dios
nlgunas salvedades, de las superestructuras polittcas él mlsmo, como se ha ~o~tenido durante mucho tiem-
Illfi ~ complejas y , por cierto, del h fiper io Incaico, la po-- y eso le vale notablemente para consolidar el
In!lS avanzada de todas, en la cual fueron desconocí- respeto de sus subordinmlos y 'él disciplina interna de
dns la desocupación y el hambre, \ su imperio, pero no hay documento alguno valedero
Cúmulo éste de circu n!rtancias históricas que ex- que induzca a creer que ese hálito extrahumano de
plica que las castas arlstocrática's permanecieran en la inviolabilidad que le rodea sirve, por ejemplo, para
América lndfgena más en contacto con la masa del consumar el despojo de las comunidades agrarias, arre-
l)ueblo y tuvieran una tendencia mucho menOS' mar- batar la tierra a las familia s. doblegar hasta la exte~
f~;¡da u la in justicia que las aristocracias europeas dp nuacl6n en el trabajo j:;in recompensa al campesino
la época . humild e. _
Lo que haresultó Dctivirlad exclusIva de minorías
iV" . ARISTOCRACIA Y ARTE • fué el ar~. Muy por el contrario;todo -':'modo -dé vi-
\ da, apetencias, necesidades material es- tendía, a hacer
Cuando una sociedad está dividida en castas, la
, del arte una actividad rle grandes masas y parte mis-
cultura es casi siempre privilegio de una de ellas. Eso

24
- - ---
ma de las neces idades diadas del hombre anónimo.
-------
25
D ·

"(Ir esa ancha puerta penetramos en el más in-'\ numental de las pirámides y del Templo fué planeada
IlIno y, sin duda, más grandioso recinto del alma de ! •, y dirigida por hombres de la más sorprendente cap~­
.ljlll'IIJI,s ¡('janas sociedades indígenas. La admiración { cidad mental. P ero. también , cuántos escultores de
111111 l'lll 1!a producirnos la arquitectura administrativa épocas anteriore.<¡ al "Caballero Aguila" fueron no me-
V I'l'ullónüca delIneado, la sabiduría sencilla que pre- nos capaces e Indispensables para que el autor
.Idl' la asamblea del ca P1¿lli se desvanecen un poco de esta obra pudiera re;¡lizarla. Y cuántos s iglos de
Illumllo entramos ell contacto ' ~y aqu1 el cOntacto si > arquitectura monumental se nec~¡ taron para alcanzar
"M dlt'cclo-- con aquella otra arquitectura de las pl- la síntesis que se manifi esta en las pirámides y en el
!'Amldes, Jos templos, las ciudades muertas; las esta- Templo. E l arte ind(~ena es una obra de masas, unl
f,IlIllIlH, las cerámicas, l os frescos, largo e intenso c~pí1ulo de historia.
Quiénes eran los artistas. Cuántos y de dónde ve- Hay varios factores efe índole diversa que contrI-
111/111, Cuá l fué m\ categorfa social. Es lógico pensar, buyen a crea r esa a tmós rcra tlrtfstica en la cual el in-
(,I'nlt-ndo en cuenta la vastedad de esa producción ar- dio nace, vive y crea con. la misma espontaneidad con
II lIll('ll, que hullo en una época dada c~ntenares y acaso ,\
que siembra su tV1J1l,:
mlHllfi.'s ue art.istas dedicados totalmente- a su ofiéjo. 1) la proximidad Hstca y espiritual de la natura-
PUl' más admirable que haya sido la Intuición estética leza, en la que s_e siente el ind ividu_o integrado y a la
Ilpl Indígena - lo es hoy mismo-- hOy multitud de que concibe en parte como ser humano, en parte como
III. 'zas precolombinas que requlel'en además un amplio dios. La naturaleza c.e; aún para él el asombro de todas
111)11l1nlo técnko y un concepto Jrtistico que no se ad- las horas pero no menos, por ,eso, la madre grandiOsa
Illth'l 'cn runo en virtud de una absorbente decUcación de de todos Jos instantes;
llIul'llos años. Debla exis tir, pues, una ver<;!!~~I!l .ca. 2) la religión, tan fntimamente Ilgada a la natu-
lTt'I'-:1 de axtist.a y Jo má s verosfmil es que el acceso a raleza y a los acontecimientos humanos, que le impul-
111 misma 110 haya sido difícil. sa a bl)!'l('ar la expli('adón de los fenómenos n aturales ;
Por lo dC'más, señalemos algo que posee una con- en el ritmo. en la periodicidad, en el movimiento, can
IIhlt'rabIe importancia social, a la vez que estética. De- \ lo cual el alma se familiariza COn una suerte de danza ,¡"
\1'~s del "Caballero Aguila", que se guarda en el Mu- de 10 incomprensible, de armonfa perenne que envuel-
/1(1) Nacional de la Ciudad de :México; de las pirámides
li"
ve tocio 10 imaginable ;
Ih' Teoühuacán;, del Templo del Sol de la ciudad del 3) la forma prImitiva de concebir la propia his- 1:,
CU7.CO, hay una realidad Invisible, pero indudable. Hay toria . casi tan imrorhmte como el tipo de r eligi6n,
una l argl.l¡~ ima' experie.!lci~. u~ ..In~~te madur!l~ historia en In q1l e 1m; hechos verdaneros se entrela- "
(IIIC recorre la historia toda de aquellos pueblos y que zan inextrknhlempnte ron lo!; mitos. crcand() un amo
viene a desembocar en lo que abora vemos - en esa b'enll;' Pflétlc-o v (le mi!:tprio, ni que la imagin ación de
f~l l\tes ~ s de lineas, en esa depuración del sentido arUs- cada individuo"!'le traslada a diario;
' ko, en esa casi inconcebible perfección de la té.c nica.
Qué duda cabe que el escujtor del "Caballero Aguila"
" 4) el tipo de eronom(a agr<lria cerra.da que, al no
admitir el intercambio de produ ctos. ohhlota a cada ra-
rué un artista maravilloso. Y que la arquitectura m o- milla a fabr!car ~I S jm~trllmen tQS d_e trabajo, sus uten-
1
1
26
• ctlT1sta ncius t!eh i6 Rtll'g it' e~e rutilante d ('satío a lo im.1¡
NIIIII~ de uso diario y su vestimenta, adiestrando las l}{:,sihle quo es la dlldoci de Monte _A}1"!~11 , ~onstruída )
1II,II ¡n¡.¡ (>1\ las artesanías, lo, m ismo que los músculos p or los za ))otecas en e l actu-aT -e~;[ad o de Oaxaca. en
1'11 1'1 {,tlltivo de la tierra , Cada hogar es un pequeilo México. Cumplien do un plan predeterrnin odo, cuarenta \
IlIlIi'r', tada indigena un peq1.J.ei10 escu ltor que modela \ kilómetroE!. úe mont<lña fu eron Ul-bc1,ni7..ados. con la mi ~
111111 pl'upios adornos. E sa intensa y con t," nua actividad nucia de l escu l.tor qu e va dejando su huella en cada
111'1I ~ I it'a - en cada hpgar, en cada comunidad, en cOlda centímetro cuadrado de arcilla, La montaña rué po-
I't',:rnll- agudizOl e l talento _natura l y le estim ula a seída... dominadí.l, labrada , tra ns fonmula en una_ciU(~ad
IllItl l i rf~~ larse ; orgullosa y ma gnífica, con S\l~ templos, plazas, pirámi-
::,1 otra consecue ncia mu y importonte de esta des, telTa7..ns, exp lanadas_ Para que naciera Monte AJ-
rU!'Iua elemen tal de organización económic(\ _ Labra- bán, debla n tene r l o~ 7..apOle.cas, no sólo gen io audaz,
tln su parcela, labrada la par cela a qlle le (lbl"gan las f. ino tambi('11 una economía hIen organi zada, un engra.
I.' vl's de su eS lado, satisfe('has las neces idalles uomésti- najc polllico flu e m<lI'c ha ra l'On admirable L-egularidad _
j 'I'" nada complejas, el indigena ha de haber quedado- y es10 que dCG im o!o; ¡le Mont e J\lbán y los zapntecas
nlt'llIpr(' Con muchos días libres al afta, No podía ser / se ¡Jl1cde apliGar a muchc*, otros monumentos y civili-
",d i";ldo su csfufrzo, sr.:; -c mb8I'go, a acum u);;¡T rique- zaciones de la cr;;¡ pn.'Colombina_
1'.11:, de te n :e.rQs, ni le hubiera 1'IO'sul tndo ~at: ¡::fac t ol'io Es e l oprovcch a mlento integra l de la energía y el
, '1"11'1- 1'11 el oc io, que aquellas socicdodes condenaban ta n ta lento huma nos lo que pel'nüte la existe ncia de una
1i,'\'t'I-am e nte. Habla siempre, puel", un exceden le de cultU I"ü semejante . Pero e,so aprov@,charniento no ocu-
11'UIJ,lj U social. U n enOl"me exceden te, que las m <i::; de rre u fu erza de látigo, sino porque todos -los que
lu,o.¡ \'('('('S no pudo ser absorbido por la!; gucl'I'as o las conc:ben e l pl<l n y lo d irigen, así como los que lo eje-
t'lt mp;:¡ ñas mil itares y que era d(;'Stinado al arte mon u~ ,
"
cu ta n; Jos que lll;;¡ndan así cornO Jos que obedccen-
II1l'nl <1 1 en forma sistemática. Dc allí, de esa invisi ble se e ncue ntran villl"ulauos por un sentido de Jntegra-
( JH'llle de la e.conomía ind ígena, s urgen los veintE' mil ción y tl e unidad que identif ica estrechamente lo na~
ohr'('ros y artesanas que, durante cincuenta años, tl'a- turul con lo estético, lo económico con lo pollUco y
11IIj;lI-un en 1" construcción dc1 T emplo de l Sol de l Cuz- \ lo religioso_
I'H y flue llenar on de asomlJl'O <1 PI'CSl'ott, En aquell as so·cicdudf's, las castas aristocritic.as no \
posef.m los refi nados y poderosos medios de opresión
l'. S EN TIDO DE I NTE<':RAt..: ltlb! qu e en ot ros pueh lüs y en otros siglos han permitido
_ y slguen pL'l'IuiÜendo- scm ural' la infelicidad ent re
Nos faltan aún informac iones que nos perm itan la ~ masas e n orme~_ Pud i(!l'on é~t.as segu ir ·su ex.isten-
Intima r más con Jo.. ment.alidad, los modos de prod uc~ cia na tura l y ~imp l e , bn jn el ~ m JlDro de la comunidad
t'i{~n y hH3 in s tituciones de aquellas soc:edmJes. de la agra ria -antcl'ioL- a '.ique Il 3~ ca e:tas aristocrát icas y
PI""tuhi stol'i;;¡ a mericana , Pero ex;stcD hue llas, (eliz- (
qu e les¡ soh,-ev ivi6_ PJ'o pietaria de l sucio, es decir, de
lUenlC, r uyo s ignlficíldo es menester a prec ia!' en toda lo q'ltC e l hombre nec esitaba más pel'entoriamente para
RlI m<l¡..tnitud _ subs:stir_
P e nsemos \111 mom~ntQ, por ejemplu, en qu é ci r-
29
28
¡
1
¡,JI historiador que duda de que pudiera encontrar~
.,. NI lllHI sociedad primitiva tan asombrosa posibiUw
!lftd di' l11nnificaci 60 y ese sentido ético de la poHtica
I
1111/\)'11 adv irtiera el Padre Calancha, demue.."ltra la mis· I ACOTACIONES
1111\ hH'nll<.lCidad de comprensión que el escritor romáD-
111"1 tllI(' , en el extl'cmo opues to, propone un retorno
RrSGUAADOS
-~"'- .. llIlIhRU(llo de la his toria como únka salida de nuestros
IIInll'H presentes, I En el re-sguardo Indfgena colombiano hay huc.Ua tam-
I blfn de la comunidad ..grarla prirnltlva. H e rná nde.t ROdrt·
guez ha hecho un es tudio de ex¡;epcJonal valor titulado DII
JO$ chibclul$ o- llJ COl O1l1n 11 11. la República (Del don G

t la eJ'l,comíenda 1I _ál ¡<ltilu'/l d.io en Colom bia ). en el cual estu-


dia cómo loda la estructura de la encomienda h ispana se
levant6 sol!re ~a~ .ba~es dellw¡:; roif.icas y econ6m lcus de 1':;5 .
í
antiguas organt?:a¡·loncs Inrlfgerl 3s y l{lmQ dura nte la repu.j
\ bllcü suhsif!te u n fnl,ímcl1 o se.m p j;lt1le. E s as l cómo el res-
~u_a!.do. ..resultll ~ er una r.(~!! nun clón de l':l. cprnunlctad. indi-

I @!!.!!. .Rr9_~ni~.l!i1"I l' rr. en ef cual la propiedad colectlva de la


tiefrá sigue siendo una realltlad 0, pOr 10 menoS, un derecho
reclamado .por sus mlemuros.
l, As[ lo explIca el al!tof (278): "ElI resguardo consIste ftn
UDa parcialidad inrlfg('lUl, $egUl'amcnl e una antigua tribu o
clan, que tiene o nlcgn un derecho colectivo de propleclar1
sobre la tielTa en q ue vive con !:l1j oclón a yuxtnpu estas nor-
mas de pr&.eul'.ncl a ab o rl ~e n , colonial y repu blicana.
"Los ri>sguar(]o¡; no se e," plic:m ¡:;¡no sobr e la preexis-

I ten cia de unCt propi.edad c":olcet!vn del clan o de la trIbu


fl obrE' la tIerra" .

I La superposjdón de una tribu vencp.dora sobre una ma·


sa de veocldos epmo origen de un s.istema de caSlas Be ob-
serva con n itidez en la In(lia. J a waharJa l Nehru Tecuerda
L
~mo 108 artos, tribu de agricu ltores, después de conquistar
una vasta reglón de antigua cultura, organizaron el s istema
I de castas, creando cuatro de éstas: los Brahmanes, s ac.erdotes·
I
y pensadores: los K s hal 1'1.YOs, gobt>rnantes y guerreros; los
.l. Vats-h1l6l, agrLculto·res , artesanos y m ercaderes y los Shudra8,
trabajadores de categerla inferior a los anterIores.
Lile semejan7..as que pueden ellcont ra rse con el Imperio
Incaico oon muy interesantes, Como ocurrIó con la palabra

tI
31
I

)
PO 1
{?IC'n , Ario f.le rtlió su ~ lg nlficMo I~"r.l al oriE ina rlo
dl~ 110Me. No 'Sólo dh'idit:ron los
IIl(l!{'ilf In ca lltl.a.u
y pasó a
arios a la
I 1do108, para que más ac('ptación tc.>nga su petición, toman
muchas nlft,aH y !li ftos, y- aun hombres y mujeres de más
"'I('led'nd e n r;uall'o casta¡¡, S1I10 qu e lombién cilvldl:'t'on ¡1' lo ~ de mayor erlad , y ell presencia de or¡uellos ¡dolos los abren
lud!\'lrl u{,s e l\ (!1I;llrO grupos, de aC'urrdo a RUS edades (Neh· vivos por los pet'hOf; y kg s(¡can ei cor azón y laa entrañas,
1'11. 7~ L il) I t U~ I'eeuerda 1.. divisiÓn slmil¡¡r Pl!l' g ru!>os esla· y queman las d ichas e nlrafl as y corazones dc lante de los ído-
hlH'idtl pOI' los Incas, los, orr eciéndoles en sacr:i ficio aque l h umo. Esto habemos
Hay una dlf.l·enda Importante: ~n aquella soclt!dad de visto algunos de 110S0U'Os, y los que lo han visto dicen que
l:l ¡IHlia nntigua ya ha apai(!cido el comerl'io y hay más es la más terrible y espantosa cosa de ver que jamás han
Ul'oflmdtls mlitandas sol'lulcs enu'e los grup'os, Hay ciudades visto". As! escribía Hcrnán Cortés (I, 3), desde Veracr\J.t,
¡H,_!luJosas habitadas por comert'iantea y villas d ~ artellan08 ellO de julio de 1510, a la Reina Doña Juana y a Carlos Y,
~lue producen para el in terca mbio. Los shvdras quid hayan monarcas de un pals donde e l sacrificio de vlctlmas huma·
sido campesinos dt>spojados de !'=tL'l tie rra!;, q ue Quedaban, nas con I>ro~si tos religiosos Ueguba a adquidr, en aquella
por eso, sin ocu pación fi ja. Este tipo social 110 c xlstfa entre época, caracteres de re nnada y t emible arma d!! persecución
lns ]l1eas. polltlca e Ideológica,
Que sepamos, nunca lós may.as ni Jos a2tccas llevaron
URIGr.N DE LOS INC.\S. AUSENCIA DE UN ~.eRiopO PA STORIL al sacrlrlcio ritua l a s us B5\rónomos. ni a sus pensadores, ni
a s u. a tlis tas. Pllrece (IUe entre los Inras Jos s<lcritic!os r l '
V.. lcá rcel at ribuye lmport<tnci a ,l· ch'lva, para explicar e l lua l'!8 estaban en vlas de l:xtiución tota l. Pero mIentras
tipo <l e organización ilW~i ka y el st'tlt lrh.l élioo <le J¡¡ pollüca ex istieron en plena fuerza, no se Uene noticIa de ningún
di'! impI'I'io, ~I hecho d~ que los Tncaf; constituyeran f,lrigina · amauta. ni huravec·cun;a -los sabios y los poetas del impeo
riall1l11te \lna tribu de agl"icultol'ef>: "La (,"i a,'e est,¡ en que ' rIo- que hayan tenIdo ese trágico destino. :Meno.s .a fortu ·
l'l grullO l ll c<l lco eJ.om\natlor no fuf, OOnl() todn5 los domina· nados que ellos Cueron algunos de s us colegas en los pafse!J
fl ol'l':'; del Viejo Mundo, una ugregadón de p:,s lorcs nQmades, ,- cristianos de Europa.
fl esvi n('ulados (I-e 'la tierra, sin candenCia t ¡úrica, carentes
,1(' sentido filial. con la Madre 'ficrra. Eran. los l.nCa8 __por el tTICA, PQÚTTCA Y J:CONOMi A
('nnl rarI Q, rVJel?S y constan tes agriCuhore!!, labrlugos in~~'
mm-jall;!S,. "on un tronClo y' religioso arraigo del suelo, para
t'l qtl :> con F.-er vnron siempre un scntlmh;nto .reverencial" l . F ray Ant.onlo de la enlancha, que escrlbIa en el siglo
(Cult, 011/ ., l . 1, 192). 16, tiene páginas elocuentes --y s.inceros cuando se refiere al
Agrega más adela nle: "Con!iecuencla tamblé¡\ ésta de sentido é Uco de la polltlca incaic.... En su clásica B Utona me-
nlli~dCl del orden de San ADusl{n. en el, Perú, cuya primera

I
no halJcrsl'! r<.o m¡;:u.lo la su pn' m'l entidad poUtica por sobre-
posición tle lln<J ~a]Ja (j (! pa!>torl's IIJJma(les a Olra c;.¡P¡¡ más parte apareció en Barcelona en 1638, dice asI de los In cas:
gruesa ue s", nt ~Íl ca mpesina!,;. La flu ¡;e nC;ia del drr.u lO eJ.e cul· "SU!!! leyes [ueron de las más conformes a la ra?6n natural,
tura pastoril determ ina el carácter llrop1o del Estado ame· que Gentiles han tenido. ni oh'os preceptos, fuera de los de
ric~lI1o y perua no en particular y, romo lógko reS,u ltado, un
género de relaciones muy eSpecia l eutre pOlluca y e-cO[lo-
\ n uestra fe cat6l1ca, les han igualadQ. Eran Inviolables en
ejecutar las penas, y cuidadosos en destruir los excesos. Las
mla" (Cult. ant., J, 1. 192). penas eran , o casUgo afrentoso, o muerte cruel : morla el

SAC:R1FIC IOS HUM .... NOJl; t



que hurtaba, ahogaban al q ue ment!a, despefiabnn a l adúl ·
tero, dcspeda?..aban al homicida, afrentaban a l sensual, y
moría con toda Sil raml1il~ el Iral(IOI"; y por set'1 tan castigado
el h urto. y de lanto terror el homIcidio, ni guat"daban SU!!
•. \' lIt'l'len Olra cosa hOI'rible y abomi nable y digna de bienes e n cajas (3\111 dura aqul csto) nl aseguraban la vIda
ser plml du , que hasla h(ly (he?) visto en ninguna parte, y con pa~e9 nI llaves" (84).
4/S qu~ todas las veces que alguna cosa quieren pedir a sus J SI d'e-SC<lntamos al homicida, al sensual -¿qué pauta ha·
32 t 33
,
,
¡,
\JI'f" para nlC'dir lo, s(' nli llnlld ;'l~j~- y :;. 1 tl'aldor, pt' rsoIl1'l jc!:i lo!:!
11 f'lo! fu.m ea hit'll vi~ t.m:;, ¿/¡u<! fl ll cdHr la en m uchos i\mbicntes
.I#' la dv!lh..1<:.16n (¡..Id · nlol Si se oplkaran hoy, y efm IglJal
Irup !M';llljlht:HJ, I¡¡:c; l{' y(1'I ¡nc"iea;.;? .:Qué manos· no Si' fatiga ·
I'f:')l I\t' l ilI'lt(1 ajusti~' ia l', :1hOK¡,r y di's pt'r.ar?
I.:i civilización Im:aJcll, seg'Ún I ~, r:lasillclJ Morgan, se e n-
,'(¡lIt n¡ha (I(!n tro de la clapa merlla I.le J~ i)ar!)¡¡r je, Ya hacIa
I I'Ilngullo ('1'1 ex('1l1{I !1'I r'!(l
Ul lc s. 1 '~'n ), lo ~ I II ' l·~
la a~I !'I(,t'neia del Estado en casos
aÍln m ¡is U!ltt m::lh k'; n i n g ún h llmbro,
por allo f Jl lt ' ¡·" tú ' 11 la j ¡'r :'I I'(!ufil , ¡kIlI' ¡j¡' l'e('!lo de de:;pn ja r
<l l m (,s hll!l li ll lu , pr l v:,t ldn' l,), d ~ 1 ,)~ I'N~ 1.I1 'I; O!> vi tales. N:l¡Jie.
CI< (1m ¡ lt ItlC¡¡:¡';(l - ni • I llllw l uls ln{J- fl ,Ut! acumu!e en t;US
m QllO~ !,h' n, 's l:.o lltll.:! !J u ~' a l ~ lIno e.n e l pueblo 1)sdeZC3 por
I1llwlw qlJe hablan saiillo ne e~ perrodo InferIor y abando- eHo (le nPf ·".~ ¡ ",;'lt ¡ ill ... ¡llisrc.,'ll n.
lHulu (' 1 polltefsmo idl)látrleo, Jos 'mon:m;as a qldenes el mis· "No huy 11 11111),1'0, IllUjL' I', Il lrlu o allcl;:lllo, enfentlO o In-
1111) severo y minudoto F'ray Antonio de la en lancha se re, v~ lI do que sufra In ;)IigU ¡¡U ¡1 ti I ~flla.n dQno, la miser ia o el
{Je're' en otras páginas de su obra: "". v eráse en la historia h ambre, 1'\.I(IOs, "In eXC~ I)Cló r:;, tienen el <JUmento. el vestido
tic España escrita por e l Rey don Alonso el Sabio; en la y la casa, la ayufla y el consu elo, la metlicin a o la diver-
cUQrt.l parle, capít.ulo di r-z dice: e l Rey don Alon1!O IX de, sión; el esposo y el padrl' pued n morir tranquilos.
LL~n hizo gu, rra contra su hijo don F e rn ando el Santo, y
el hIjo viendo los gr"mlE'S dofios, env,ir'i u $a-hp.r a s,u pndre.
cual era l:l causa de ta n sangri enta gut' l'r a , q ue se Jo avi·
fi¡\Se, y 108 en ml'ntlarfa, y le Tespondió por csento, (¡tle hacia
In gUf'TTll, porque n.o le pagaba diez nli ! mO T\lVcdis que le
,¡ ehln; pagó!>f!I\Js y cf'.s6 la gu ~rl'a: mnnlnn t l'clnta y seis
I,
,
" N<idie red iJe lo~ bienes como una lilllOSlla: n o e:s por
caridad t:ci no por ClNech(¡ qul' el necesitado pal'tlclpa en el
r p<'l rto. No !'ün Pfll'ú,,!lQS socialcs -sino produ ctores equlta.
Li"mc no hay ciego, {'6J" , manco, cIlC.' rmo o anciano Que no
pueda n¡'1IlIza r a lg una (' J a~e di:> t r;¡b ajo. que esté pul' com -
I)l e l,) Il1hn lJil illlllo ¡ml':\ cun cuLTlr (!ún su cuota a ¡lA produc-
P"SO!l y seis I1'ales y cuatro m nravedf.s, Un pndl'e contra dón ~od¡) l . E l nhi,' de clnco aiil)S y la vieja de ocl1enta ha.
un hijo. y un Rey Oatólico (:o nLra otro Sil " eci no, t r atan ccn su pal1e, En relr;<,Uin con SUR ru t:Za!l. y eso basla; por-
do mfl Ulrle por tn~lnta y l:iels p~!SOs y f;e.I ~ r'Cah's , que hoy
los gasta un palanqufn en dar un almuerzo" (17n. J que la ética del t.rabajO a nadic exige, m5:'1 de lo que pl.llolde
dar".

2. Sobre econotnla y moral en el <1nligoo P er ú, dice as[


TRIBUTO
Valcárc-el (Cult. 411t ., r, ll , 13):
" Pocas \'eCCS se presentan CQn mayor nltidf>z las estre-
f:has rel<lclones existentes ent re e s.tos dos órdenes de acllvl' Recurra mos a Ga r<'ila!'.O. Es .... '~ rdnd que exageró en mu-
dud cultllr<ll, como aparoccn cu ando se exumina la vida del chos ¡J8S;¡j 1'1. P ero S ll h Sl lmon io s igue siendo, en la mayo.
Per ú an tig uo . La al ta tónit'a de la mor;¡l!dad de los lnkas rla de loB ca~(!;.;, uj U!il;ldo a Jil vCl'flad. Aparle de que su p lu ·
no CN sino un fr u to de la organ iz<lCIÓn de s u ('C(momIa. Prt'- ma alcrclopeJaLla y m ElancóUca - " lIo.... 17.n8 de recuerdos"
cisaba quc los h ombres fueran d Isciplinados en un régimen llanta P icón Salas a los C011te1l.tarlQs_ liene una s ingular
ne traba jo y justida para r¡ue ¡:;u~ costmnbl'es se ~ rrl'glarBri capacidad de evocación y deja d lslizar, at¡u! y allá, Juicios
dent ro d e un marco de re~ pcto mutuo. Desde e l instanle en de saludabL.! hEterodoxia, que pudiel'on h:lbt'r-se tnlllsfOl'ma'
que e l in d ividuo es ('QusideradQ (:omo "pc rsona" y nunca du e n 1l l.oelccldO hocado d\! los ranlllJal'es del Santo Oficio,
como "cosa " , y cuan do el E5lado a precia en enda uno un }-{efiriún dose a la m;)llCra cómo el I nca requ('rla el tri-
productor , un guari;o;mo pO!i1Uvo en la matemática de prQduc. buto y cómo lo satl;.;fucfan sus vnsa llos, Garcilaso descarga
ción, establécese cn forma cJ3ra el "va lo r bumano", no en ¡¡obre el pad're ACQ..,la la respónsabJJldad d~ la cita: "Por
el SE'ntido abstracto sino en BU prác.tiCil )' realista interpre- ('Sta suavidad (W ~' (:11 1>11" kYl r. h~ hla , ¡'\t'\h,U¡¡n los vasa llos
tación de or eador de riquc7.a . El hombre el'l fin y medio ,d e a servir al l'nt'u "ul, l:mtu ])rontiltl u y contl'nto, qut' hahlan-
su prqlds fe licidad . entcraffi{'nte Hg~cta a la l1e los otros seres dO en el mlslIlo I m' I"J~illl dice lln fumoso hi~tol'i auor €spai\ol
d e su rop~cie, h asta hacerso inconcehible un bienestar egols- estas pa labras: p r l'o 1<1 mHyor I'lr¡ucz<l d ~ aquellos bá rbaros
tamente Imll\'l,dual. La buena o ath'er sa fortun<l es común. reyes eríl sr r sus "lid ••vo s toJos !;.\L<; ya'iullos, d~ cuyo tr<l·
Nad1e e¡¡rapa a Jos dafios qUe imIJorta una mala cosecha: bajo gozaban El S\ I t'O nlento y lo que pone' adm!l·adón sel"
vlanse tlellos pOI' ta l orden y pol' ta l gobierno que no se Irs
34
35

V· [ ! it a ;;
\.
hada sen·i(l um lJrc, ~illCI \·¡tla m u y rlic:hmw: hasta ar¡lll (:~ y de CoXplo{üCl6n l' ro Jl(jm lcll. Su mayor importanCia, fi nall za
.ll~PIl(). y hol ¡; u~ lJO U('I'"IO a quf. (:(JI110 po mire e n sus lug,ltf>S diriend o, r:.llil·aha e n qu O ofrec!a npal'cel'as sE'x uales a los
"I ra!'; co[;as tiesta m\ty '·encrado auJor, que es f' l P . .Jo~é de ¡ SC:!lores,
1\1"09;101., 01" la C-omp:;¡nía de .Ic~(¡s; de cuya autor idail, y de
I ,¡~ dvmás histori<l\lorcs español es me quif'ro valer en Sl.'mc.. 2. La monogra fí a más completa que conocemos sobre
JUIlWS IXl$OS contra los maldldenles, porque no dig',in que el tema es la Jl) BO¡.;ch Gnl'cta, cuyas fuentes de información
(¡lijo fií.!¡ula s en fav ol" (JI" la patria y de lO!! parientes. ÉSle SI' encuentl'::r u. IltoCl' .',n l"iamenle, rt.'cluc.ldas a las obras de la
' ·rll el tributo que entone!'s pagaba n a los r(Oyes idólau'as" conQui!';ta Y la colmü<1 . El tlU\(I r advierte, en la p r imera pá'
ti 1, .6 9), . ~ina d ~ su tl'ubaJtI, IflS limitaciones qUé esa circunstancia

~LA.\rl"rlJD
1 impone a l hjf'toriador . "Sie mpre nos q uedarA la dllda ea-
pital -expres:l- qu e hasta ahora no pc>demos resolvcr:
¡':::stas obrus (le la COD(lulst." ¿no.o¡ presentan la esclavitud
1. Landa c ree q ue, ent l'C I fI~ l\luy <l.S, la cscla\'itnd fu é !.RI c ual era cOIl¡;I(fr.taLla 1m!' hlS indios, o nos la dan desIl·
IrHrod utida en JOr; últimos años fi el Nuevo Impe.rl(" el> d e· gllrüda y<l [t{l.' 1;1 j' len te' l'Ur"Opl'3 de los cronistas que las
dr, cuando ('ome n¡o.[.ban a p l'"(lduclr!':~ en ella ~odcu ad dire- escrlur n? F;stc PI"UJI I(,ln v ·sólo p :Jlida ser solucionado por
!"C'nf:'l ac!onf' s de cJa$!s que> podía n p reludiar la sociedad 10.9 escrit.os lJI'(,{'OI' LL.' t: i:.mns. pCI·O dE'l':gracJ!I.(1amente no nos
moderna. Morlcy (2{l1) prefIere p etl!;ar quo ya en el Viejo han dado nirlg ttl1:' 11111" I.TI).
IIII¡JCrio de!)en h::rhe r existido los p-pentocQo/J, n fJ \lienes a l, J1j")Sdl Gar(·f.. "U ~~ilal a llll o, el) el C\lr so de su obra, las
,(HilOS autorell n lpQtlCn e~(.'\I:l. \· o 5 y. se ha¡:;a, para cUo , en. que serias JJ m itRc!(JnCI'l !le {'on("E'pto <rue los autores espai101es
\'H los m onumento!'; d e la éJlOca :lp:)J:E't~en n g llnlg d e C3UtlVO$, pOll cn de m a l1in ('.~lo a l tr<:ltar el tema. En muchos casos,
V;¡illant (lHI) describe un lipa elc csdavit nd , 'oIUlltarln ¡..'n csclnvo signifiCtl pnra ellos toda persona que Se encuentr:-a
l'i territo rio azte(,a. a l sl'rvlclo de otl"ll e2:!J . TQl'c,¡UaJrada llama escla vos a los
El padl'e Ca lanchn (.t9 ) observa qu e 110 hal,ía f!gi,'lél."vi.uld que trihuta bil n Rl dU{!llo tle la t\{'rr a y ntll'más al r ey (26) ,
(' n e l Incario y Valcáreel ( Cult, ant" 1, J, (77) !;I..lstte ne ter· asi como Cla\" I{:t<l'o sos t.lel1e que la esclavitud no era más
Ininantemente l a m ism a tesis, con <lhllnd~nr-i.¡¡ 0(' BnlCCe· que m IO ohltgal'ión de sl!t'v ic:lo pt'r¡;onal, l!mltat1n a ciertos
dente s, agregando Que los y:ll1aconas i m'o.kus - -Cl1Yo ori' términos (2G).
~cn IlOCla l y función económica no r esulta n m'm claros paca ~ sco nl a nd O ';J los C: ;Jut1vo.~ de gUl,rra- de quienes Bosch
1'1 .... l'i lu dioso dc n.uestros dfas- no pue.den l:iel' considerados Carda sostiene {Jl1f! ItO pw'<.l.en cOnfundirse con los esclavos
f·omo eSt'lnvos. (27)~, el au tor c¡.¡twlla lU('tódlcamente las tarcas que cum·
Hernfmrlp?:>; Rotll'fgue'l.. que ha ex .. minado tan mlnucio· pllan los denol1lh1t\dos CSdaVL!6 e.ntI'i! los aztecas y s u con·
!-:amente tOflos I{"ISo dOC\lmenlos es('ritos que quedan sobre diclón SOcial, muy fl uperlor- ésla a la de los esclavos de la 1
1:1 c! vilizad ón ch¡bch a, llega a la l'onclusi{'1I rl~ que, aunfjue colonia. Tenfan , expllr'a , IJlclll·s y derechos propios y sus \
1C1!~ cronistas de la Mlonta "¡; ug1el"t:~ n Ulla pl'e;;ull ta existencia señor es !:lolo los ult lJ za!mn en f;'l l"cm;: y épocas delermI1l3(\¡m.
de es(·lavltlld I)rejlmeu lana entre !{"Is chihr: ha,>", n •., se d es-
('ubre en, ('/Jos " ningun o in ronno1;"i Ón qlH~ perl.nita establecer
I·uáles era n 10:0. or¡gelle~ 11e e:<a escl~v llurl , ni su configura·
I I
No es ocinso a~rC'gl.lr aquí qu u en el üpo d Q esclaviturt
voluntaria ('n trI' l o~ a'ltccllS del'crito [lor Vai!l a nt (119) , el
esc1u" o ("'oIlS{·rV<1 lo \l(ltes(¡HI '<¡Ilhrc s u fnmilla y el derecho \
dÓJ1 y moda lid:.Hles y s u importRncla t'Co l1"!lmlca" (2GOL I de poseer hien('"s. p t'(, p l(J.<; )' hm;lu ('sc-1l\\'os a su servlciQ. ..
Es :iln\omf¡l,icl) que jo'lorelltán Fe l'na fJ(l e~. en ~u amplio
v .documentado estu(llo ¡:,obre In orgn nlza('\ón ¡¡ocl al de los 3. A nu .."t l"O c l\ll·IlLI~~ I·, ('S mellel'; Wr adopta.r un a actI·
i upinambáeJ:! (120 y sig. l , ('on fiese qu{' P{ICO tlt'nc q lll' ¡'Mc;r tud ¡le extremll caull' la ante lo>! a utores espa ñoles que, en
/lohre la C!lt'lav!l llll. la cllol n o JI\'gó (1 ('fl'ar mH~\'a S ca pa!; la colonia, describieron lus in¡,;litucione:;; lndIgenus protohls·
~oc¡i.ll(1!1. basadas en la es peclali zliti::lll eco nótnic~ . n en la tóricas. 'rienen los más de ellos una i ncoeJ'('ihle tendencia
s~t:l'(>gaclón Hnica . L;-¡ csdél\' ltuli - 11II~·l! oota l"- no Cfm~'
titula \ma fu el1te impol'tante de c;;pCC'inilznción ocll!¡aci<l nal
1 a. r ed ucldo lodo o los Il101(j{)¡; y al léxico de su época en
Espaiía. Por esa e¡r c.u ns tanc!a., no nos impresi ona de manera

:11; 37
p;u·lkulnr su te.stlmonio en cuanto a la ~xlstencla y la amautas. Levantó OlJ'Os edificios con Igual destino que el
1111)1' !"Iancla de la esd,a'itud precolombina. ¡, primit ivo Yachahuasl y atrcljo a esos recin~os, no sólo a la
Por In im\o le tic 1::1 (.'l'trtK'lura econ6mlca y social de 10B juvC'n~ud de lti e.\sla de los Incas, sino lambLén a los jóvenes
p IIPI¡\(IS lndlK<' IIIlS , [Jor !lll U'<ÍY\!elorla histórica y por la com- de las f<nnilills· (le los CUTQCaS, jefes locales y de los )efes
1".racl:Jn C]\l (' JlUed e eSlablc.cerfe con otras civilizacione, en~ o n: ymm¡,.lú,~ ri!! lus tdbu.'l cunqulstadas,
.'I ;' I I:I~ ficm r j:ulles, ll ega mos. nO..§9g:oa -<lo l.7. c::nclusl6n de que, Garcilaso, citando al P ad.rt! .BIas Va leral atribuye al lnca
1I lu I;¡r~o de casi tOda,Ja.... hi!toria pr:~c(pl§n~·bi~a,..r~ ··escl~­ Roca csl.a norma : "Que cunvenía que los hijos de la gente)
\lII IHI [10 cxj~tió en algUnos pucQlos o exlstf6, en otrQ.s....s61 com~n no apnnclljfot;cn las ciencias, las cuajes penenecfan
Hit fOI'rua é!;>"porád!ca, pero no l~Orn l) !llstlluclÓn p~rman~nte solamente a 10$ nohles, porque DO se ensoberbeciesen y aroen·
Es muy pOsible, !dn emba rgo, que en los últ1mo.s perfocloB guasen la r epüblica" (Ir, 42).
I'It In vida de algunas tle estas liociedadcs --cuando el co-
ol •.'rdo Intertribal romien7.a a e.xp~ndil'se y se amplta el
Itiuuem de agricU ltor, r,. a q uienes se ha despoj ado de la oUI'I'E. ARn:SANIAS
tl" l ru- se h aYil maultlrllcado UII tlpo de ü abiljactcr sin
It ~' rr ... Que IJres lflse su fu crz..'l. de trabajo 8 ca mbio de una Vallln nt, !>t>ño ln, como lml)Ortnnte característica, que la
n·rnum'\"óld un. Pero tO(los los tcstimonlos ('olon1¡l]cs parecen artesanla y el ~rt.r! no conRtltul.m dos es(>ecialitlades scpar'i"-
c·,'i m·l.!ir e n illlC ese trabajauor -3 (IUien los escritores es- das enlre los a7.tec::¡s, sino que eslab¡m unidas, vinculada!:!
p ó. i"\I )IC5 ll aman est'lava o ¡:1l."rvQ_ goza de un stattu econó- In(llso)ul)l(>!Ucntt'. ,Il.os aztecas- expres:J- no tenían un tér-
mlnH,O('ial muy liupt~I' iúr 11\ del r'scla\'u cul: nH1I, Jlorque con· 'mfno para las " bellas artes", ni ~specu laron sobre estéti('a,
",·n' a !'tI IIhertad rlul"<u'ite lal'I:: IIS periodos. (IJTma una ramUla, ni hIcieron objetos para contcmpluJ" s610 tlU beHezB. No adop-
1l1"l1lnuia clprt os blelH'S y hastn puede, en ocm~jr¡.Il(·s cxcepcln .
tar on ninguna dc esas actitudes socialmente estériles respec-
lI a1l'5, tomar ti su JoIcr vlolo a ot ros t!'ahaja(lores, a quienes
, to dr-I artc" !]\lC aLloptaruos nosutros en nuc::Mn cullura'" (155).
1<I!oI <tUlore!; col:: n iales _para colmo ue confu sión- t ambi én "
1I.\ lIl iln (>sClavos. Moto llnfa de Benáventc , que l 'l<Cril)fa l'n eL mismo siglo
de1~CO-ñliuh;"i;j d':;- Muxit·o, I!llc<>oll· .. ha en toda:; pnrtel; hile·
Qplm1rnos, (mes, que no fueton esclavos t<Jdoo los es·
{'Iavos que 10$ cronistas creyeron descu brir ·en la efa. pre- llas de aquclla ullLvt.n :al ca jJaci¡Jad crcadora de los Il1dIgQ-
(."<llombln3. Que sí los; hubo, pero que nI pc r s u número. nas_ "BI que enSt'fl<l ;41 hombre la ¡;icncl:t, (!se mismo proveyó
JI! 1101' f'i ll contribucl6n al prO('eso de la producción, ni por y dl6 n er;los Indios )"lat.U1·alt's grande ingenio y habilidad
HU cond1dón sOcial, puede creerse que la esclavitud ll.eg;\r8 para aprentlt>Y lodas los ciencias, artes y oficios que les hall
a $('r una lnsUtución cconómlco-oo<.'lal f'n las tiOciedades 11'1-- en;;eliado, POl'QUC con todos ban salido en tan breve tiempo,
{¡¡senas au tNl or~s (J la llegada de los colonizadores europeos. que <:1\ viend.o 105 oficios que en CasUJla están muchos an08
en los deprender, acá en 8t110 mirarlos y verlDS haCN' hBD
SI:¡"'"TIDO AIIIS1'QCRÁT1CQ DE LA Cl)I.TURA.. Queda(.\() murho!-; lJH.ll'slms" (f11, Ca '\; 12, p. 213),
('(111 r e fer encia a l;1'.l!mpID 11(') So..!.'fOnstfuídO por los In '
Fu6 el fnea noca (1250-1311",). ijl'XIO e n la discutible t U- cns, escl·¡t¡fa Prc¡::cutt : '·Nng·1f('1'ia.¡"j16~!ic asomhl'o cuando con-
{'f'sióll cl·onoJóglca de los gol;ern:mte"S lnt::licas, quien prime,¡ 6' dl'r;)mo~ flu e ~stas enormes mS.<;;H, fueron ilrranC<ldas ele Sil
ro rHó ,rrnn i mrul ~ ::1 la l)artici ¡lacIÓn de los amauta&" en la; lugar ,.".igin:¡ 1 .Y mrf4 I¡>lndas pO I' \lIl [)Ul.'blo tlue Ignor:\ba el
fornmclóu ewlritua ! de In {':.fst .. gobernante.. Cerca de Corat ~ u ~·1J lid, bi (>rl".O; q Ul' fueron conducida!; desde las canteras,
Cora , el paluclo qu ~ bizo levan tar para su resldl'ncln y la de CU<lIro a q uhwc mil!tls de distanda. sin la ayuda de
rle RU ('()rte. milndó construir la casa de los maestres _Vacha-
donde prufesaro n los Omalltas. Pachacutec (1400- I b€st!as <le carga; tnlOspOTlnLlas n Lr.\Vi;):s de rió:,! y barranc:as,

¡
hUll Sl-
lesan tudas has ta s uposición e levada e n la tierra, y flnalmen·
144¡'¡). cuya ex.IS1encia pune en duda. Imhellonl (pachaku.- te ajuStal!3S allf con la. más Uellcnda prech'¡\ón, sin el conoci-
te x IX (8l }f1kario crHíco ). es, ~n la t.radición, quien di6 mh'nto de Instrumento!; y m3r¡uillarlas famHiares a los eu·
un nuev·u y [>oderoso Impulw a ('sa tarea que cumplian los ropcos. Veinte mU homhres se dice que fu eron utilizados en

,18 39
t
1'11111 11"011 es.tructura, Y cincu(mta aftas empleados en e l 001- Indfgenas más avanzadas hablan dejado de ser primItivas
~.i: 111'1 11" ICfln!¡ucst Di Peru, 740) . muchos ¡¡Iglos Q.llLc.s de la llegada de los conqulstaoores eu-
. . . . .H

~ ropeos. Sólo admlllendo esta premisa, podrla aceptarse la


p,~.,
tesis de Kroeber sobre In prOfesionalidad en el arte.
n ""ITI:: COMO PROF&SJ,ÓN

SENTiDO Df; INTt:GHACJ6N


¡\JgllllOS anll'Opólogos no creen posible que en las socle-
,hlll" 1I prdlistórlcas haya ulstitIG nada semejante a ulla pro-
r.,"1611 llrllstica. Nadie en la sociedad primitiva, afirma • E l proff'r;ol' Northrop ha ('sc.rlto páginAs de gran fuerza
1\lw'II.' ,', g~na su vida exclusivamente en la práctica del arte.
la 10.111 la historia III'ecolomuin¡t cae .dentro ete. la vastfslrna I liugesliva SODre el sentido de. integ".1d6n en las culturas in·
dfgenas precOlombinas m F.x\cana s (19' y siguientes).
Valcá rcel wmblén concede Importancia a estR caracterfs-
,1111 prlmhIva, sel'á necesa do anotar muchas excepciones a
"11111 ~'K{'t'Sjva generallzacl6n.
tica tan propia ele la t:ulLura indígena precolombina (Cult,
'¡ hlquémonos, por ejemplo, en (>_se periodo dEl inusitado tJ71t., J, 11, W).
tll'llIt. 'lile la cultura maya, de acuerdo a la cronologfa de
I1lIlIult'n, alcanza entre 471 d, e, Y "629, Pe r~necen a esos
4111uII multltud de plez~8 escult6ricBs y cent.enarel:l de monu-
IUC'ulo,<I arQultectónlc()s en los cuales el asombroso genio ma-t
~II fl.! 1l\t'llIlIiesta auténticamente creador, Para llegar a PrO-;
1111r'lr Ilw t'has, dI! esas obras se necei-;it,:¡ poseer InClleStlOnablj
11111 11 111'('7, tic senlldo an,(stico y admirable domln\o de la téC'
" t.'u, Es diHcil fmagina r -'lue " quie n~s las ' ieaUZarnn~-rue:ran
l i 41,..tl'¡jo~ Que debieran dedicar sus mejores ar.mes a las tao
11'11." ugrlcoJas, La pl'OduccJ 6n art!stica -como la fllo só!lca ,
In Investigaci6n clcntIflca y el gobierno---, cllando llega a
t'It'rlo ~rado de COmplejjdad y grandeza, exige una dedicación
1,lvllllutr., ~ casi absoluta, del creador. El al'te maya ya había
Llh 'allZa(lo CS~ c.!ltadio y lo mismo ¡lUede decirse del arte de
ol n m poel)\os Indlgcnas, ,
En polillca, la ·siluaclón es s imilar, Mientras las ,prcocu- \
p~ll ' lonc:;; de la tribu ('on .íil~t(' n ('11 un elemental orde namiento
!'('onúmico y e n la preparación, de la Jl:uc rra, los miembros
'!l'j C9n~jo de la tribu y s us jcres ci\iil y milllar pued~n no
".HU I' totalmente absOl'bldos por sus funciones. Cuando -se
Ikgn a eSll grandiosa concepción pOlítica que es el Imperio
)lIcai¡;:o, entonces el esl,adisla y el funcionario pÚblico tienen I
/tllte s! problemas diarios que reclaman todo su tiempo. La
vn$tn prnniflcOlcl6n incaica requIere la existen cia de la pro·
rc¡¡lón de funcionalio pÚblico y de estacfu;ta_
Pero volv ie ndo a Kroeber, ¿es fIue aún puede clasifi-
r :.trse tomo primitlvo un nrle que florece con la origlnOlJidad
y la profundidad del maya? Si fijamos como puerta de en-
¡rada il la civilización una clrcunstanéla menos arbHra.rla
que la escrilura , habrá que recooocer que las SOcledadeB \

41


----_ .. _---~~~=

---

CAI,huLO 1

EL PROCESO FORMATIVO DE LAS CLASES

i. tNDOLE DE LA EMPRESA COLONlAL HISPANO·


.\ PORT UGU I~SA

Determina r la filiación h lsL6rica de la colo.nia his-


puno-Iusa es el, pas.o pXL'v io necesario para el estudio
• de sus clases sociales.
lLa colon ~c\ón se ini d a cuando se operan en ~'
Europa transformaciones profundas en la ecónomia y
en la eslructura socia l, cuando d proJongado ciclo feu- .
daJ se encuentr a en el ocaso y el capitalismo comer-¡
cial inicia su C';,¡rrt'ra deslumbrünte:.!
\ Lo que s urge en la América española -y portuguesa
no es feudall smo, sinO~1) it'!-iiS.!O' q_. ~plon;ai1 Lejos de
r evjvir el ciclo feudal, A.mérit.:a ingresó con sorprenden-
te celer idad den ll'o del clc1Q del capitalismo comercial,
inaugurado ya en Europa, al cual con tribuyó a dar un
.' vigor asombros.o, hacIendo con ello posible la inicia-
ción del periodo del capi t<l Jis mo industrial , siglos más
tarde. El c~p.ifal1l'i¡-I1o cú!ú!úil ~mericano es. sin em -
bargo, un regullcn de! perfIl equI voco, c'On algunas ma-
j
., nifestaciones de inspir~ J
La' econ omía de la América hispano-Iusa , incues-
tionablemente colonia!, nnc:ó y vivió en funci ón del

43
"IPrendo del centrO-occidente europeo. En E spaña y i1 LOS ELEMlO:N1'()S Df';'fEfThHNANTES m l;L pno·
PPrll.1gQ.l, mient ras t.anto, así a la hora de consolidar C I,;s n FOH M A1' 1V O
111 unidad nacion al como en los a flos posteriores de la
IIIIJIlnrguía :;:¡bsoluta, el proceso capitalista se mani- 1 , E n 1a (;on qui ~ ta y colonización de un pueblo
fl':..;l ó en formn ostensjble en. ciertas zonas, y activida.- por otro pueb lo, hay un proceso que se repite a tra-
lks, pero el resto del organismo ibérico siguió arras- vés de los siglos y cualquiera sea- el escenario geográ-
~ "Hnuo una producción de fut::rte reminiscencia feudal, '.: fico, Es eJ de la formac ión , en la ZOlla conquistada, de
Amé.'ica enriqueció a algunos grupos sociales de grupos reduCidos de conquistarlores y colonizadores,
Ilmuas metrópolis ibéricas, pero no salvó a éstas de en éuyo beneficio trabajan -y a menudo ,mueren-
la d€'Cndencia. No consUtuyó' tampoco la causa que la grandes masas de conquistados y colonizados, Una con-
lJt'íls lonó, Enquistado el mecanismo de la producción en quista ,o colonización pu'c de habel' sido mucho más
un molde anacrónico en ambas metrópolis, las enor- benigna , menOs <:1"11('( qu e oLI't). I Pe r~, gen~:alme~lte,
llIes riquezas coloniaJes no pudieron ser asimiladas por esa diferen cia (le grmh"l l10 obet:l<.'t'c a la m tenClQn dehbe-)
:Itluéllas y se filtraron a trav és de la pen(nsu la para ir rad.a del cnnqui¡;ta<! or o el colonizador, sino a otras cir-
:1 desemboctlr, en úl tima inst;:¡ nda, en los pai ses cuyas cunsta ncias que exult.an s u codicia 0, por 10 contrario.
t'::ill'llctmas económ icas nacionales más mor:ler nas -no adormecen su impetu agresivo,)
su genio innato, ni s u l'HZi:l.- las absorbieron con aVl- 'Es to mismo ocut"rió en las tierras de América
df'1. y a lto provecho. conquistadas y colohizadns por espaflOles y portugue-
ltubustec ido. el enemigo europeo -Gran Uretafla, 1>CS, La estratificación !;ocial 110 se operó , claro está,
fOn primer término-- gnlló la biltallfl imperial, librada ~n forma mecá nica y s iempre igua l. La vastedad del
en todos los m a res y bajo todos los soles, porque us6 escenario, la divenli dad d ~ su geografía, la densa po-
en r lln Ul'mas económicas más eficaces y modernas, blación nativa ~y luego, el gl<an número de africa-
La hi5loriá económ ica de IriS colonias americanas Iué nos impoJ'tad os-, el difeJ'ente grado de civili~ci6n
qucdanllo }Jl'ogl'csi VOlmente más vi nculada -y I}lts que tenían los diversos pu eblos indígen~ s determmar~n "
.\
sometida- a la acción de' ef>e enemigo triunfante,' La la formaci6n de múltiples grupos SOCiales, que serta
historia de las clases coloniales depende, coruo vere- muy diffcil - y a'caso vano--- enumerar, Mucho más
mos, de una mullitud de fa ctores fuert emente ameri- simple ruó la eSlratificación !i;ocia! ocurrida 'en las ~
canos, pero se encuentra t am bién condicionadu por la lonias británicas del n orte y simplísima la de las islas
incesante lu<.: ha económica trabada cntr(> las metrópo,. antillanas colonizadas por británicos, franceses, holan-
IL<>; y otn.'}$ países europeos; pCIl' la parábola descenden- d C$es y daneses,
" te que .aqué llsf'I descrihen El lo lar~o (lel período colo- El cpisorHo militor de la conquista introdujo una '
nial y por la gravitación cada vez mayor qUE! ejercen diferenciación en grupos y gener6, de por si, elprjmer
fu era de Em'opa oLTas JlotencJa~ europeas, prime,'", en- l contraste social entre conquistadores y conquistados. ,
tre ellas Gran Bretnña 'J
I
"Pet:o es cuando comienza a erigirse la sociedad nueva
-superpuesta a la antigua sociedad de 105 dominados

43
44
,
\' I .1 1,. ....('7.. C'n.trf'mc7.clada ello ella- qUE' apol'ecen genho ~e Bahía, pero mucho m cnos pobl adas y sólo
1.IIIIpO;; sud.,. l cs de p erfil t1efínido y permanente. pI'Odul'J.:ln para el recluc:ido mercado local. E n cuanto
(,P"lId ('. c6mo, y por qué Re opera elJ.ll'Ol:oso for. ' t a l.ca~it él l Jin<1ndcl'o, su origen siempre aparece, directa
'.. }
1111111\ Ot di' las c1:Js~~s soriales? Lns dos elementos' más o ~ d l rectamente; v in.l:ulado c(ln Icl e:<porladón de cier.
hUIII II·i":IIiLCS que determ inan la difere-nciac'ón de la .' los prouuctos ?cstinodIJS. ill mercado centco.europeo,
IlI lhl,lI' un colo n ial en clases SOCÜlles son la eXIstencia 1 por lo c u ~l su ¡mpOrl<lnrl~1 depende de la !rnportancia
1I I n('xi~tl'nc¡a de ~~!\Q .d.e ó'QI:ó\. ilPl:Inqante} discipli- que adqUIera ese Comercio de exportación.
y
IljII 11\ borata y la posibilidad deroroduclr attículos
Mt IIIHk rnt'ntt; apetecjdqs1en el mercaao~i70--Océr¿ren: 2. En Mexico y Perú, los mineros fOl'man los I
'ni jllll'ópeo. -~', - --- gcuP'_OS socia les más poderosos q~i¡tsllr~rin (>n el" sigl~-!
('liando esos faclores concurren , !'urR"en en la co- 16. Su (tJrluna ( $ (,'onM'Cl1 f'IlI' i;'l (/{.'I (~xagel'tldo valor eco--
111111 :1 jos grupos súeJalcs más püucrosos. Cuando no n,órnico que EU I'opa ·a signa eutonces a· los metüles pr e-
"11114'111')\'11, los gr'upos socia les ,d e colo\l "zad.ol'cs tienen C,IOSO$, ~n !o~ clH~j(>S Y(!. la E'l1l'f'Il'naciÓn de. la riqueza
1I1'\lI "s podt'r QConómico y sO('ial y, él menudo, sus U- ) el poder, La~ (lIfel"cn c l ~ entre el alto p]"('('j o pagado
111 '11" d i d~n ri R s esl,án m enos acentuadas, Hay otros por la m erca nrm ('O el mercado europeo y el bajo pre-
1'!tIII Il'II L<IS que lJuwe.n actuar, en ciertos ('aoo:::, como r.lo de In mano de obro indígena permitió una vertigi-
d l'll'I IJli nR ntt~ -el poder político, el mercado loca l- nosa ! colosa l Dcumulación de riquezas, que hizo de
111'1'0 lus grupos sociales que engendran no alcanzan, los ~:neros ame-rlcDn os un grupo ~oc· ial m ás poderoso.
1I lo ¡;:lI'go de la historia colonial, la gravi tación ele aqué- economlcamente, que Jos más poderosos de muchos
!Ion, países de Europa,
i.a p~Qpiedad._«? _ l~<?~sió~" .~~.,~a t~~rr3)'Y el capi. E l asiento geográfico d c esos estratos sociales no -
Illl fln<lnCl~rO son otros lactores Importantes qu e deter·
ItI lnflll la utú:ación socia l del individuo, Pero la tie--
1rn , por inmensa qu e Sea la sU11erficie sobre la cual
¡ está detelntinado sólo por J;:!S m inas, sino también por ,
la Cir?unstan c¡~ de quc' exIstan.. nl1f indios que puedan,:
tnlbaJar las minas con alto provecho para aquéUos, al
"" 1'j('Tza uomin io, sólo concede al propietario el más
I¡flI nde poder econ ómico y social cuand() la 1rabajan
I de qu e se puedan trasladar indios o negros a esos lu-
gares con igual d~iin o, Es lo que oCtlrr~ en el centro
tlltldl ()S seres humanos, d isci plinnu ol' y de escaso con-
IUlmo personal. Supieron esto muy b:en. -¡iUllqu e no
lo I'nundar on con claridad- lOS plantadores de Vir·
IIllIi,a , <jue tcn1an qu e· traer de Europa "indentured ser·
V1 1I11 ~" b l a l~cos con la obligación de lrabajar en sus vas·
I
i
de México, en la sierra del P erú v. sobre todo en
Potosí, para sumergit las en cuyo c~~ro fLl ~ron ll~va­
das poblaciones ind ígen as íntegras de lo qu e boyes
el noroeste argentino.
E l 5ic1o inicial del pa lo brasf1 -eon los portugue:.
lll~ y despobladas posesiones Ull número rnfnJmo de
nl'itl~, durante los · cuales les < I ses aranando la costa, sin atreverse a violar la selva

¡
quedaba terminant.emente que allí mismo se abl'fa- no formó , al par ecer, nin-
v~'cltldo abandonar la heredad y los fazendeiros de gado guna cla ~e social; ni Uene bases es tables la que surge
df'! noreste brasileño. cuyas fazendas eran, en algun os de la pl'lmera explotación de la caña de azúcar, que
l'USVS, mas ex lend~das qu e las de los senhores de en· los portugueses hici eron con indios huidizos, dispues.

46 47


1111) /I!t'l\lllre a escuchar el pt'imer llamado de la selva,
ru ," IIr-ne, en cambio, cuando llega el negro en gran~
11t"1 ('ltlllit.lades. promediando el siglo 16,
r res que les dan gnlida en el exterior (ibídem, 171). Y
si en Nueva Tn~ lat('r ra purHana no n~g6 a surgir una
aristoct'acia de este t ipo no rué tanto, dice Beard (Rise,
I.us scnhorcs de engenho --a la inversa de sus 55), porque alguna concC'!lc:-ión teórica lo impidiese,
I Ilh'J{:'S, los mineros mexicanos y peruanos- no en~ sino porque ülH, m,lnqu e había tierra abundante, no
\11111 '011 a Europa de inmediato, muy a su pesar, un había mano de oht:l en gran número. Además, agre·
produ cto ya codiciado. Para l,os paladares refinados del guemos. pOl'que los únicO$ productos que la Iría 'sede
1'lIllllnente viejo, ~(Ué un hallazgo, una no. de los puritanos- de Amél'ic<l podía colocar en el mer·
\1(1111111 y las compañasqueía vendieron all.á ~uvieron ca.do mundial encontraban un competjdor demasiado
!jUl' crear el mercado mediante un proce~lmlento t1~ temible: la propia madre pi1.trla. La verdad es que, a
IllrnlOcnle capitalista - creando la necesIdad en el pesar de todo, hubo en Nueva Inglaterra una aristo-
t'un ~ umidor_ Todo lo cual llevó cierto tiempo durante cracia más o menos impregnable en los últimos tiem-
tll (lile los senltores no llegaron a constituir la clase p os de la colonia, pero mlXlesta rué en poderío econó-
11111 poderosa que serían después, mico y social si se la compal'a con la de Virginia o
A la vez el comercio directa o indirecta'mente Carolina del SUI', af.¡í, como éstas pooían parecer indi~
vinculado a l; exportación de esos productos básicos gentes a los señores del 01'0 y la plata de México y
('~ ~l que da lugar a las mayores conc~trac1ones de
Perú.
(,'III/ita l comercial y determina la formaCl6~ de los gru~ LaS' islas del azúcar en las Antillas británi cas re-
l'I OS sociales mercantiles más I!oderos03: ~~_-'~egrerQS produ cen estos fenóm enos, pero magnifi cados y, a la
t'lI Brasil; los c.om~r.si!l..Q.te~U:~~.Di>.!'.tad...!?res e Importado- vez. simplificados. Para colocar un producto ú[lico en
res eñM"éx ico y Perú, que intervienen-~n la ,expor- el me['('ado europeo, se org;;m iza a Uí un tipo de socie-
l:Ición de metales preciosos o en la importacIón de dad elementaJ, con una multitud de esclavos y un
múlt.iples artículos, muchos de el10s de lujo, para los núcleo harto reducido de b lancos. Al comenzar el siglo
!'leos cons um idores locales, 19, B-e calculahan en Bal'bados 15,800 blancos y 64.200
Los términos no varfan fundamentalmente cuando esclavos; en Jamaica, 18,300 blancos y 226,000 escla-
dirigimos la mirada hacia el norte o hacia las Anti- vos; en Dominica, 1.600 blancos y 22.000 esclavos; en
llas, aunque sea otra la bandera que flamee en esas Monserrat, 144 blancos y 6. 700 esc-lavos; e:n 1J'0bago,
latitudes. Las "primeras familias de Virginia", arlst~ 439 blancos y 17,000 esclavos (Ragatz, Old plant ., 21
erada anglizante impenetrable, descansan también so~ y slg. ).
bre la multitud de trabajadores negros y el éxito que
el tabaco virginiano obtiene en el mercado británico 3, Pero si a lOS mineros mexicanos y peruanos
(Morioon y Commager, J, 167 Y slg,). En Carolina del y a los scnhore.<¡ de t!lIgenlto hrasilefios pertenece la
Bu!, las condiciones se repiten: el número de esc lavos
negros es supt'rior al del total de pobladores blancos ·1 gloria del enriquecimiento más sensacional, ~ay tarn-
hién .Qtros gr~p'?s cuyo poderío se deriva del domin io
y la aristocracia de Charleston está integrada por cul- sobre multitud de trabajadores y de la producción de
tivadores de productos tropicales y por los mercade- \ articulos para el conb"Umo local o para la exportación,
48 1 49

t
Muy cerca, pues, de aquéllQs, en wanto a 'Poderío eco- decena¡.; tle mUell y cuyos prcxluctos, y artesanías se
116mlco y social , hay que enumerar a 10s"~cm!~E der...~_ vendfan en el m ercado colonial cnn gran aceptación ;
11(' México y Perú en cuyos ]atlfundios se hacíanals- los comerciantes de I3uenas Aires, especialmente en
IIt' l(l:>, cultivos para el con,Sum9 local; a los ~<l<:!ros los últimOS tit'mpos ud virreina to; los accioneros de
d •• México, que controlaban UD renglón de la produe· vaquerías. en Bu enos J\ i r e~ y el Litoral argentino, que
\"[6n s 610 superado en importa.neia 'pQI' la mlnería y en. los sigl os 17 y 18 movieron capitales y mano de
qll C, a mediados del s iglo 16, extendían sus dominios obra l:'onsirlel'3b les, prCCUt'snres de los estancieros que,
por los valles más fértUes d.e la zona centra l; a los ex tin g uid o el ganado CimrlnÓll , COJnenza ron a criar
¡'om crcianles de las ciudades de México y Lima; a los ganado doméstico dentro de limites más o menos pre·
Ii! u/ares de los capitales invertidos E'n 1;'-1 tráfico -por fijados: los t:riíldorcs rJe glll1aclo mular en Buenos Al·
~por as muy int.enso-- de esclavos n eg l'(~ que entraban res y el L il ol'~ 1 y todos los capi talistas, pequeños y
por Vcracruz y asiá ticos y n egros, por Acapul co, en graneles, que intel'vcnfrtn en el \ r~fico de mulas, desde
~1 (''( ko ; a los .llrppietul'iOs de ingenios de verac~ z, Buenos Aires has la. el Al to F'el'ú ; la burguesía de Córdo·
movidos por bl'azos negros; a los plantadores de 'tld, ba y del noroeste dc In ql1 e hoyes la Argentina, que
l'<lfta de azuear y algodón, en la costa peruana. señor es invertía su s (li neros indi stintamente en muchos ra·
I;un hién eJe esclavOs negl'os; <l. los ('-.-ra ll Cactlo, la aris~ mas, como el tráfico de gan ados y de esclavos, la com -
1"(.'l'3c:a venezolana que (tlOto gravila a partir del si~ praventa de ar tJc uI o~ de consumo y aun el préstamO
glo 17 y cuya principal fu ente de E'nriquecimiento está a Interés; y de la Banda Oricntal. los estancieros y sa-
('n el cacao que envia a España y México; a los hacen- laderistas en el sigh) 18, que vendfan tasajo en MOnte-
deros y comerciantes -monopolistas de Cuba, isla cuyo video y exporl<ihnn tasajo y·cu eros, y 10$ comerciantes
:-;iglo 19 presenciará , aún bajo la bandera colonial, la que prosperal,kl ll con f!l trtífico legal y el Ilegal en
acumulación de grande's fortuna s surgidas en el trá{!co Montevideo y Colmü3.
n e~rcro y la fOrmación de una poderosa oli garquia
del azúcar; y en Bras il , a los !aundei.Yos de gado, a 4, Hemos mencionado numerosos grupos socia-
Jos m ercaderes lUsJtanos, a los mineirodqres del siglo les. Má.s poderQSOs a lgunos y menos otros, más exten- ,
lS, dispersos y al'ruinno os anles de finalizar la era didos o más limitad os, l1000s ellos tienen de común '
('olon ial y hasta a los f azendeiros d-e café que adqui- que están integrados por quielleStcOntrolan la mano d el
rirían, bajo el Imperio, tan fashlOsa consagración social. '1 obra y son los propietaI'io~ o po~dóres de li1' \tiertai'
Más modestos, si se les ubica dentro de.! panorama y ·oe los meri ioo de producción y, en algunos casos\
mncricano, pero- de influencia decisiva en s u suelo de también, del cap:tal fin", ncier9.: JEsas caractelÍsticas les;
origen, fueron ~~ e~eru:lel'~ <;hi)enos,. para quie- unen a los ojos del h isloriador, au nque los intereses
!tes trabajaba soja Un numero esctlso de Indígenas y de unos y otros entren tallta s veC es 'e n C01, fIictO. A
que. según Amunátegui, llegaron a fund ar no más de ellos nos r eferim os, en conjunto, cuando hablamos de
14 mayorazgos (Hisr. social, 23m; Los encomenderos de la clase social d e los poseedoTf's.
('uyo, Córdoba y el noroeste de lo que hoyes la Al'· Los funcion arios de la corona de mayor jerarquía,
gcn t ill ll. cuyos indígenas somet idos se contaban po}' que desde ·temprano abúndflO en México y Limn , pero

50 5/

____________--L-
IlltII 111'/.11111 tardíamente a Brasil, pueden ser conside-
IHllulI ¡J('nlrO de e.">3. clase, s i se tiene e n cuenta su ubi-
I'H! 11111 :-;nda l, aunque ello,,>, de por si, forman un es-
11 11 1.0 qll l' tiene sus in tereses propios y que a veces se
Vl\l'I ll'nll'a en conflicto con algunos de los grupos cita-
I gaban o se improvisaban en América, }¡)R muchos aho-
gados y tintel'illas, Todos estos grupos forman uJl¡&. JI
clase medi a colonia l, débil sin duda, pero no inexi stiJ,.-I/
te como -s.e""Iiii' cre1do.
Hay, ademas, un a considerable parte de los pobla-
/
111111 Ta mbién pertenece a esa clase el aJ1Q.. d~ro. aun- dores que vive a l m¡;¡rgen de la producción, que hemos
11111' I'n este caso el factor económico adquiere mayor clasificado en p o b ~ación 110 incorporada a la econom.ía
flll'I')I,II , porque muchos de sus miembros eran titulares colonial -los .indfgenas qu e conServaron su organiza-
1111 ('Iwomiendas, latifundios y cuantiosos capitales ca- ción precolombina y que no fueron s umados a la es·
Illl'r'dales y fiduci¡:¡.rios. tructura social- y población improductiva" que vive
en los núcleos urbanos y r urttles hispano-lusos, La
ti, La enorm e multitud que constituye la base gran mayol'fa de los individuos que integran esta úl·
tll' I'sla pirámide colonial está integrada por lOS escla- tima y todOs los que integran la primera no pueden
~(lfl /1(' cualqu ier raza o color, -los que Jo son ante la ser conslderndos como formand o parle de clases so-
h'y y los que 10 ~o n de hecho--; pOr aquellos indiOS ciales toloninlcs, pero vol veremos a encontrados en
I'U)'!) rl'glmen de tl'abajo adqu ie['e otras formas y por nuestro estudio porque, de una u otra manera, su pre-
14111 osalariad05, Es la ~se de las desJlose,id9ª¡ lde los sencia gravita sobre la estructura social de )a colonia,
(llI e' liD son propietarios deJos medios de producci6n
(IU l' usan y que participan con su fuerza d e trabajo li1 LOS EL EMF:NTm; CONDICIONA NTES DEL
l' ll ('1 proceso produ ctivo. , PROCESO FOHMATJVQ
ITIntre uno y otro ext remos, se encuentran quienes
11.'JH,'n una propiedad pequeña; o están empleados pOr 1. Los CRU/"OS ÉTNICOS
10)01 grand es propietarios en tareas que atañen a la 3d- ,
mlnif;trad6n o al control de la mano de obra; o son Es un hecho qu e, desde muy temprano. se P['Q· ,
profesionales liberalea, o funcionarios públi cos o aacer- duce en toda lfl América colonial una ctifereJlciacJ,ón.;
d01es de jerarquía menot', AlU se incluyen los oomer- ~n, clases ,sociales y una división del trabajo estrecba~ !
dnnles minoris las y los artesanos, abunda ntes en la8 mente relacionadas COn las difere_nciaciones étnicas,
,{ran des- concentraciones urlJsmrs, como las ciudades de Los individuos ql.le integran los grupos 'so'cia les más
M(>x.ico y Lima; muchos propietari.OS de obra jes, ca...i poderosos son de piel blanca, aunque muchos hay tan
nunca amparados por el fav or oficial y, a menudo, blancos como ellos que no 1:i1canzan a ingresar en e§>os
:lI'l'uinados por la competencia de las manufacturas d rcwm privicglados. Los de p iel más oscura y los
metropolitanas; los pequeños agricultores y ganaderos, indios purO!-! qu edan, por regla. relegndos a la catego-
l)rCsentcs en todas las colon ias: los calpixtles, los m a· ría social (¡lUma , Ent re los elos ex tremos, fluctúan los
yordomos y los qu e desempeñan tareas algo semejanr que Son prOducto de 1m:; mezclas. éfnicas, si bien mu·
les a los administradores de fincas o de ingen ios en la chos de ellos se incorporan ,3 los grupos inferiores,
actualidad; los profesores, los pocos médicos que He- Este proceso se repite con insistencia en las so-

53

,
1
,
.
~'
,.
l'Il'llades coloniales de todos los tiempos, peTo, aunque
¡lUrezca lo contrario, se trata de una C!?,traUíic,acJón
«{ lIi en que es..consecuencia -:-y.no ,o rjgen- de .la_dJfe.
¡'l'uciaci6n ~n .~Iases soc ial~s.
I mudar su condición . Andando el tiempo, van apare-
ciendo en esa socJedtl d nuevos elementos que no per_
tenece n nJ a uno ni a alfo gl'Upo: blancos europeos
HegadQs más hll'de y que no tienen ni los privilegios
En otro trabajo hemos estudiado cOn mayor de. de la a liga l'quin originaria, ni deseos de ingresar en la
tl'nimiento este proceso. Resumiremos aqui lo ya dicho, gran mas¡,\ (le 1<:\ momo tle obra sin derech os; mestizos,
['üpitl endo que e.n las soci"dactes coloniales se super- mulatos y toda In gUnla de los cruces étnicos, muchos
pone un grupo pequefto de conquistadores o colonJ- de quienes tampoco se incorporan a la multitud de los
zadoces, que pasan a ser los poseedores y sefiores de desposeidos. s ino que quedan fluctuando entre los de
la m ~mo de obra y un grupo mucho más numeroso de más arriba y los de más ahajo, s in ubicación en la .
mano de obra desposeida. sociedad colonial.
Los muy pocos que son conquistadores y coloniza- Son, pues, mot.lvos económicos, socia les y polit1~
dores se constituyen -inevitablemente, did amos, si \ cos los q\Je prom ueven esta estraUfkaciót) étnica. E n
no fuera que la historia 'ofrece siempre sorpresas que la sociedad colonifll, es ella una proyeción de la divi~
mmpen las generalizac iones- en QUgaLQ!llaS cerradas, si6n en clases sociales.
que deilcnden sus privilegiOs con ~ er Vigor-que les f'l..ejos está, como se ve, el elemento étnico de ser
propprciona el pode l' !Jolítico.1Cu,a ndo conquistadoreB determinan te en la formación de las clases sociales
y conquistados, rJosceUurcs y desposeldos pertenecen a coloniales, pero la condiciona, al agregarle un matiz
distintos grupos étnicos, tralan los primeros de orga- ostensible. que viene a acenluar la distancia existente
nizar un sistema. de diferenciación étnica n Oloria, corno en tre las clases,
for ma de expresar la diferenci aci6n social, Igualmente
nNoria, que con tanta veh em encia deJiendell . ~!:_ 2. EL PODER r od,.,co
vil_egi Q...social . (!~!:.I~Cl~ I!-.I p~~jllicio rac.ial, como justi-
fi cativo y. a la vez. como aCirmaci6n de poderío o, di- E l poder politico no engendra clases sociales, pero
cllO en otra forma , como a firmación del decidido em- en algunos casos condiciona fuertemente su nacH
peñO de defender el privilegio por todos los medIos nuento.
• •
posibl es. El poder iruperia l gravitA a menudo abrumadora·
La segregación étnica, el uso de la s diferencias de mente sobr.e los ind ividuos. los grupos y las in.,stituclO-
pigmentación como paut<l ostensible para acentuar las Des de las colonias; pero tanto la historia económIca i
líneas divisorias de las clases SOCiaJes, ha s ido por 6i- como la social de América están lejos de ser exacta- J
glos -y s igue siéndolo, en algu nos países- uno de lOs mente lo qu ~ deSNn los hombres del imperio.
IIllitru mentos más efiCAces para la defenSa de los privi- Qu izá el caso más típi co de partklpación del po-
legi os econ óm.icos, soc iales y polfticos. der politico en la formación de estratos sociales está
Los much os qu~ son los conquistados y coloniza ~ dado por la distribución de privilegios d~ encomiendas
dos quedan en la sociedad colonla) bajo el yugo de todo en las colonias españolas. El poder poUtico sefiala, me-
un vasto organismo estadua l que les h ace imposible diante ese procedimiento, quiénes son los individuos
54 55
'lile ingt'esa rán en la naciente clase de los po~eedores. apenas dentro del esquema económico y social de la
1'('1'0 -con se r eso mucho-- no puede ir más allá. Hu~ colóñia,
\
hiera legislado sobre el aire --como ta ntas veces- de
110 hnber exist.ido los elementos determinantes que
Ibu vido I'eal a la nueva clase, Con pod,e r polltico im-· '
perla l o sin él, los conquistadores ya señores del te- :
J
Magnífica ocasión fué América pa ra que los despo-
1'1'(' 110 y de los indios, hubiéran constituido aquí una / seídos de EUl'Opa encontraran , al nn, la calidad social
d<Js~ dom inante, CO~lO Jos senhores .de engenho de , que allá se les negaba . Tierra de aventuras, borJzonte
Hah la la formaron sm esperar la bendición imperial indeciso, atrajO' en todas las é pocas a miUa res de indi-
de Lisboa, Carvajal en Perú y el Marqués del Valle viduos de Jnderto origen social. Lo dijO' Cervantes,
(le Oaxaca no tuvieron de eGto la menor duda. que en vano trató de probar el sino americano, en un
Estahlecido el régimen del monopolio comercial, momento de su vida en que tan adverso le era el
ru é al amparo que les dispensaba el poder político quE' europeo,
11I 1: 1'~lrOn Jos comerciantes monopolistas hü::¡panos y lu- Los autores espailoles e hispanoamerkanos coin-
~I)S JI.ls.talados en las colonias. AlU también, el imperio ciden en atrihllir oTig~.n_ popular a l.a gran mayoría de
nmdlclOna fu ertemente su formación y su prosperidad l~s e~, pañgles que ~r(nf~a AiñerlciC eñ-todas ias-épo~
,'omo grupo social. caso Los menos, fueron miembros de la baja nobleza
-=:'y ya veremos la misión que la polfticálmpeml ·1es
reservó en las nuevas tierras-; los más, individuos
de ubicación social media o sin ub icación dentro "del
En esta materia, la mayor gravitación ejercida y panorama social de la metr(¡poli. l-:ti~~aJgos han de ha-
P?(' la Iglesi~ tuvo sentido negativo, porque entorpE'- ~er sirio algunos, pero casi todos los que afirmaban
l ' ¡Ó la form aCión de grupos de clase media , f serlo estando ya en Amé:l'il..a no tenían de tales más
Acl.Uó asI la Ig lesia como pro'p~gta(ia que era de que lo que su iin~ginaci6n les concedía. A ser h idalgoS
inm(>nsos dominios territorialesy señora de enormes vertía n muchos, como ha ocurrido - y sigue ocurrlen-
multitudes de Indfgenas y de cantidades. no pequeñas do-- en t~a s las colonias donde hay una numerosa
tle esclavos negros; mediante la Inquisici6t1, cuyas vfc~ masa nativa, que puede servi rles de pedestal econó-
mico y social.
limas se en contraban a menudo entre el elemento de
Mayor importancia atribuyen los autores brasiJe-
la dase media urbana y absorbiendo grañ número dE" J100 a los elementos auténticamente aristocráticos de
('nel'gfa~ jóvenes en s us ,propias filas, que, con ello,
la metrópoli en la obra colonizad ora, Lo cierto es que
con el andar del tiempo, se fué formando, 4l11tO en~
dejaban de participar de manera más direct,a en el. pro-
cesO de la prod ucción. Brasil como en la América española, una aristocracia
Pero son éstos, tan sólo, factores condicionantes. nativa muy poderosa, la mayor parte-'de cuyos miem-
Las clases medias se desarrollaron poco, no a conse- bros 'er~ de as_<;:~rul.e.nciB.. _plcb eya. y así fué cómo la
cuencia prin cipul de la lnquisición, sitio porque cab[an filiación aristocrática metropolitana perdió en Améri.
56
57
j'n , ell aJto g rado, la fuer:r.a {je convicción que lenla en
I!:uropa.
Muchos autores latinoamericanos del siglo 19, pre- I
l'I('upados por descubrir la causa del progreso más rá- Aco'rACIONES
I':dn f('gi Sl.rado en las colollias anglosajonas del n()rte,
('I'€'y eron que el oJ'igen socia l de los colonizadores del nUACIÓN H tSf()la CA !lE lA COLONIA HI SI'ANQ-LU Il A
1J1}I'le -que supusieron más popular que el de Jos del
~ lIr- podfa explicar la diIeren:cia. El argumento ha Hemos t r,,1 3llo el terna. con 1I lgUll<'l amplitud e n el capí-
perd;do fuerza en nuestros días. Es probable que la tulo V (le n ur Rtl'il \)1)1'(\ F,co"(lomfa de la socif'?(lnd colonial,
(Edito rial 8l Alt'neo. Buenos Aires. HI~9). don de sostene-
proporción qe aristócratas que se trasladaron al Ilorte, mo~ que rué un C'o1uita,! ismo eolunia! el tIpo de econonlIa que
I'o n ser re<l.ucido el número, no haya sido jnf~rior a , SE orgalli7"ó en l'st~ f'lllltlncute. Algu nas de las ideas que se
la de los que llegaron al sur. Lo que OCUITía exa que ''¡' eJCponen en eSI C ptlt';,\¡,;TarO 1;" eIlClH.'ntran más dC$a rrol1adas
en la América del Sur -sobre todo, en la colonia es- en ese volumen,
pañola- resultaba más fácil cons tituirse en arist6cra-

I
f'OBLAf'I(lN' Al , MAJlC!lN OD LA PRODU CCIÓN COLONIAL
tu, aunque sin blasones, porque había aqui grandes
mulLHudes de nati vos, solu'e quienes podía sustentarse Este tem" ha sido tnlt3do ('Il el capítulo IX del lIbro ci '
('1 privilegio. tado :mte.r1onnenlc.
El origen sociH I de Jos peninsu lares no ha te nido

I
importancia decisiva en la estructuración y en la his- JJ1VISIQN tu::r. 'l'IIAJlAJ O, ' ;IlU l'OS ~rN I ("os y CLASU SOCIALES
toria de la s clases roda jes de la Amé rica hi;;pano-lusa,
pero es posible que le haya agregado matices que hoy PuC(i{! verse 1<1 ohrn dtad:l , pp. 205 Y s iguientes,

no percibimos bien . Quizá en el futuro lleguemos a LA CAN .... OERU. EN MixlCO


tener un conocimiento más cabal de los detalles que
se ne<:esitarían para Uegar a un juicio de esta índole. Sohre el temo, VI!T el u'abaJo de José Minmda men.clo-
nado e n la ni LJllograrta.

C'O~fEKCI~ EN l.A. n UDAO 1I r. MÉXICO

En el DIá logo SegUlHI(> d e.- Cel' vantel; Salazsr, uno de 108


tre.s personajc!; que !'ccn l'\'I'!l t;n lti!!4 las caller.¡ de la ciudad
dI' Méxkn -7::111101':1- ~lil'l': " Oh. (' n'" "l1ol'a ade.m ás qué mul -
lih!!.! de llf'l\c1:J:-¡ y (! ll~ M(Il'n;HIt1~, t'u6 n pl'ovi¡¡tlls de valiosas
m(:ITallcl'lul'l, IIU'\ '>OIlcurso 11(: r" r;)ste ros, ¡le compradores y
vl:!mlc(\f}l'('$. Y hlf'~o, cu5ntn ¡.!~'nle ;¡ caballo, y qué munnu·
Uo de la muchethnn hl'e de Ir'atanles, Con 'razón se puede
afirmar haberse jtuHRUO aquí cuanto hay de notable en el
nnmdo entero" ¡tOl),

58 59
" La entrada de escl a vos P<lr Aca pult!o 3dqulrló imlJulSo
lIesde la u llima d L-e ¡¡I~a d el !'lIgIo XVI, po r lbS ml¡:;ffias r azon es
1 ,a CIlf'omicnda l'S el pri vllcSlo que la co ro na espafio la que hiCieron tomn¡' vidu al u'Mlco de Il c~ros , eslO es, la de-
"I urg-a, e n vl¡'l\IO (\~l (' u al d el'ta cantid¡¡d de indio;; treo manda del mercm lo novoespaiio l, Uu ran lCl todo el s iglo XVII
la Introducción dc e¡¡lO¡;: e$<:lavos conti n uó :\ fa vor d e la i n
hllja ::t I,:¡s ,;r denes d el l'nl'QJnend('r (I, o le paga un tributo,
tiI'¡.:ü n l a ~ (' pOC'I~ y 10 R luga r es, Encomienda y propiedad
t{,r1'upclón de la (:o llccsió n ele Imi asienlos, y la dl'Clllencia
" "'I' llOrlal ¡;;on co.sas lH ~t in w s «.>n la legit¡la ción , porq ue la
11.l!1 come rcio d l~ (,'>ld.C:IVO¡; pOI' e¡.¡la vfa !lO l U\'O dec tu s ino
hasta el primer 1<'I'cio l1el :>ig lo XVIII".
111'l lIIl'1"'<,I n o ('('I n « 'de tl l' I'f:lS <1 1 éll('onwlldero, En la práctica,
,'olncJde n m uchas , ' ect'R í el e ncomende ro es un la tirundlsta Los esclavos tle ul'il,m te, q ue ImJ\'lcnen !le M,m ila, era n
('\1),0 t ítulo lega l a las tierras es muy ollJetable, pero que,
destinados, en parte, .. los o l' I,.. j('s 'll' Mé-xico, Puebla y ot.ra s
no ohs lante, las uBtl(ruct(li'I , d udades (Za vala, CQntact o d e c,'1t lt tlTas, 184) .

" mn¡;NTu n¡;o SUlVAN TS" Y.N t A::: AN'rI Ll ..... s DANESAS y ¡;;N EL
NQRTI:
COllcolOl'COl'VO, que h allla vh'ldo en Nueva Espafla, decIa
d ~ Jos negros: "gsta nJc16n so lamt"nte se conoce en poco lJna de Ins d ificult<.tllcs 1?,1'<1\'es q ue clllorpeció, dura nte
IllI mer o tJc Ver¡¡Cl'UZ a México, lJorq ue es muy raro el que algún tlempo, el rtesa t'l'Qllo de las t:.uJon \¡I" brllán il:a.'l de Amé -
1I_1sa a 10::<; pro"lIl('i(\s inl('l'l ore;:, (lll donde no los necesitan rica del Norte fué que el tra bajador blnneo q1J ~ llt'gaba a
,y );on ln(1t il ~ s tlllrn ,el (:\¡] U\'o de los campos y obraje.!), por elJQs stn haber vend.ldo antes IHI Iuerl!<l de trabajo, dlif·
J:¡ ¡¡ llllnrl,111 (1 la du imlin !j I: ('yo t ~¡,; y rn f's lizo"'l , y algunos espa. cUm«.>nte permanecfa m uc'ho tiempo e n condición de a!:la'
ííIJlcs que 1<1 n Cc('sid a ll obll ¡.p ti nVlle JI'Sl' a ('stas ejercicios" lal'tado, Era aquella una tierra sin Hm!les , menos e,scarpllda
(205') . que muchas partes de Améric:J, dl'J Sur y con pOblacl6n mil·
Agul!'l'(! BclLrán, en fi U l'xcel enle E'studio Enbre la pobla. cha menos densa t <lmbiéll. SI en é l bullia el ansia de la
ción negr,l en México, el m Al;. completo liobre .la ma teria que aventura _y ya ve nir a Am éri¡;:a era u na aventura- alli, a
('(mocemos, hace ampli a r efer encia a l tráfico de esclavos de su alcance, se ahrín 1.:'1 hori zon te Ignorado Que podfa condu·
oriente, "Dt: Man il a comenzó a sa l1r, a fines del siglo 16 -ex. cirle quién sabe a Qué di!sti nol'J, Los colonos bla ncos com·
pllr.a (42)- tln galeón ca l'gado con esclavos y mer canc1as p.rendleron que esta. 1\13 1lQ (le ohra blanca europea sólo que·
rum bo a la Nue....a Espali.a; c1eselntl'tltcaba s us productos en daría su jeta a la Ill'1'1'a. POI' lo menos durante al gunos afios,
AC8])uko 'Y' r~t o t:Ua ba con plata de las mInas mexicanas me- si venia cOn su s uerte ya predettlrminada por un conlr.ato,
ta l ••preciado 1>01' los ¡:;'allgleyf's, Posteriorme nte, el 2'6 de que le impidipra moverse de la heredad, Do al U, los " Inden·
ago¡;tII (le 1(;;'13, e l nfun e ro tle ga l{'Unes fu é aumcntado a cua- tured servants", firman tes d ~ con trfl tos que 3 veces ni ha-
tro, y lucgo reducido nu: vamellte a uno de g:POan tonelaje, blan leido, pero que al llega r a A tn ~rica té nia n, por fu erza.
GOO a 800; hasta que Mé XICO lI'1:'CJ ü L'Ó la independencia la re' que tra bajar una cant idad deter minada de a ños dónde. y Có'
I{'.ll¡¡ridad de (>5(e lrMico nn hilo ja má s In t~ rJllmpida , mo se les Indicara. Venciuo e l plazo fijadu, e l " indentured
tiA N m 'v a Es pañn com enzaron a enl l'Ür esclavos de servant" quedaba en Ubertad y, a v~e!l, l't~ci b¡H en compen·
Or iente, redé n conr¡u lRlada Manila, El general Ló ~ de Le· sación un. lote <le tlprra (IUe portia cul tiva r como pro pletarlo.
gaspt rem1l\ó algu nos, ( I\lC todavia poswan IillS heredero! en Tamb¡~ n a (!I $e le abrio entonC(1S t'1 hori.2\m tC'. de lo ignor::Hlo
lal; haciendas de CQy uca, ('ntrnflo ya el siglo XVII, 'Estos es.· y de él dependía la <ll't'emetidól , \):11';). l)uSCllr la for tuna que
c1a \'o!J adquIrIer on 110SlE'rlol'mente. s u Jlnert¡¡d y fundaron un la Vieja Europa lE" negaba,
t)al' l'io en el fleq uC'ño puerto, 8 e ded an indios de Filipinas , Las Anttllas dan e¡;as, en ('amblo, era,n u n lC!r ritorlo mu-
pf'rn l!ntre ell os hl¡bla muchos mulatos, lo que hace suponer
que no eran exc luEilvu mcnl e lndrg en a~ del arch\plélago, sino
j cho más limitado y no s.erla d ifícil que SlIS " Indenlured ser·
vanta", las más de las vect!s, continuar an, des pués de ven-
de Otl'05 muchos )ug[¡I'CS c.J e Oriente, cido el plazo, tan someUdos al sei\ot' como an les, A veces, la

60 6,
1l 1leraci6n lesa l no cambia la suerte real del trabajador , sino Ibél'!CO, se prupuso pl'OcJilllHll' una monarqufa Indel)(>ndl ente
f¡Ue la empeora, como ocurrió e n el sig lo 19 con los esclavos y se otorg6 (1 sí mismo e l títlllo bien derlnidor de "Gene ral
II<'Jtros en a lgunas Islas de las Antillas, hecho éste al cual d t>1 felixci ss.i mo e:<él'cHo de 13 lIbl'I'Utd del f'erG"( Mean l:,
n{¡lO referimos en el Capftu lo JI, i, 4. Fall, !)2: Out lélTcz, QUFrnls civiles, r, V il ),

I.AS vAQUJ;;nIAS E N nv¡:t:Ol> AIRtS ~ RL Ul'OllAL. JlOY ARG ENTI NO INQlJ lSI CION y CI.ASE M mM

CiJIÜ h a e¡;;tudiarJo en varios mopograffas lo hIstoria de La olm 6sfe-ra d e te rror crt'ada pOI' la Inqu isición en la
las vaquedas rioplatenses y de W1 per~on ¡¡je vlnculado a hilja Edad MNla y Jo,,:! J>r ¡1l1{,ro~ til'm ¡X)!t de la Moderna so·
('llas esl n.>(Jlamenle: e l gaucho (ver Jos tres trabajos de este fOCó, en pane, (>11 (/1 contine nte v i¡,jo, la cX (l<l nsJón de las
aU lor mencionados en la Hibllog¡'afí<l ), Sohre las V8q ullrlu cI<lses m :'d las, aJm[lclgQ dc r ebddts, h e réH{.'o~, escépticos y
C'n Santa Fe, €xpresn : " La casi lotall llail ue esTas conceslo· diside ntes,
nes en gran esca la -se l'erlel'c a la'i .~U lorizqclulles para va'
'Iucar, 'I ue oto rgawn los cabi ldos- li.:!nen iug;)r l' nlre 1700 ORlGl:N SOC llt l, DE l.os J'OIII.AOURES EUROI' lms
y 17JO, E n €'$tos ailo's se rollcedcn llc<,uchls d ~ v.HJuear con
destino a exportación, cn~i t.odas al Para'g uay y a CQrl'ienLes, 1, Fw5 prc>oCll pa ci ón de los hi s~orl<l d01'e9 latlnt'lam el'l-
que están l'SC'<lSOS de ganado, Las Ilc(ondas van de 2 a 20,000 canos qel siglo ni -y de 110 pocos 3utores que han segu.\do
ca l)~'zas Existen e n {'stos '1I10S en Santa Fe verdaderos em- sus h uellas co t'l ~ i A l u 20- lu de. ~n Cflmrar las causas de
p rl'sltrios lIe vaqucriru; {I Ue. Ci l'm¡1 n contra l.o~, sea con el Ca· la nota l l l~ d il .. renda (le d e~al'ro n{) {'(;onómií'o r egistrado en
¡,ilrlo, Il!?a con loS J esu!t"s del l'al'agulIY, los mayores com- las j:Qlonlas britániNHi (Id n o n e respecto de ¡<lS colo nIas hJs
p radores, pallolusas. En eSle lIhl'O. asi com o e n n uestra Econ(im(a de
"Una vaqueria recj ulere un fuerte ca pll.allsWl, que c uente la sociedad co lon ial , re.'ordamQfl a menudo las tesis suslen-
con docenas de carretas, miles de calmHos y tc.·nga cómo !adas p<:lr aquellos en esa IlIHt{'rül, .-ssl s iempre pa¡-.. refu·
paga r anticipadamente los vfv i?res de la expE,>dici6n y los tarlu,
salarlos de numer osos peones durante seis meses que, COntO Una de las ('ltpllcar:iolles f¡lIe Ofr('Cle.ron y l¡UC guzó de
ml nl mo, dura una vaquerfa. POI' esto es que una vaquerla pa n iCUlar aceptaci6n - ;Iún se la ~11:Lle n \l'a en algunos es-
r<!Q ule l't' un capita l de 10 a 30,000 pesos,. , Entre los más c rito rcl>' (.'(m(~m ~'lO!·áll eos- ru ~ 1;1 de {¡ u e 13s colonias brltá·
fu erte-¡; captUlllsta 9 empres'H'ios de Santa Fe se destacan nicas del norte eSW v ¡¡'wll pobl¡lrlus pp r honestos ll'ob¡¡ jadores
Antonio Má t'(lllC,Z, 'Mont!t'l, And ré1! L6pez Pintado y Fran- europ{'ús, progrl'slSlHS, mod ::radOB en sus b~bltos, demócra·
cisCQ dc Vrra Mujlca" (G~ulc1IOS de S!lhta Fe , 64). tas en sus convicciones y neno~ de iniciativa,,: loables; mien-
tras que a la Amér ica hi sl)ano]usa vinieran , cílsi exclusiva-
CARVAJAl. Y P:L MARQUÉs DEL \"M_I_E lll: OllXACA m ente, hol8a z~ ne s y tl'al amunclos, hida lgo\; pretens !oSQs e
Ignora ntes, f' xplotador rs ¡¡in U11)111. E st.:! tesIs e>lló completa-
E l Marqués del Vall(> de Qaxaca y Francisco de Carva- mente desmentida por mullltud de hC'chos que conoccmos
hoy,
jal son -en México y Perú, respectivamcnte- Jefes de le-
vant...1mientos de encomenderos producidOS a consecu(>Dc!a de
la promulgaclón de las ~~ye s Nuevas_ las cuales organizan 2. En cu:m1.o ;1 ] ol'igt'n soc¡" l y a la actitud psicológIca
fI mediados del siglo 10 un lluevo ri-gjmen de dls lrih ul'ión y de: los io mlgl'üntl's ihél'ko$, los ubsl'rvodor es más sago«,s
explotación de las e ncomi ~ndns , La>: g Ul!rras civi les Que pro' de la época colonial, espaÍlo les y portugu<:s0s , coinciden en
\,o<'(l n las Leyes Nuevas en varias parle:;; de América SOll lo fundamental.
e~t ¡¡lli do s !'le la prépotencia sd'iol'ial y sUs dirigentes se mu es· Jorge Juan y Anlonld de UlJoa, cosmógrafos Que dlrig[an
tran Oi f>pu~!itos ,r todos los exTremos_ Carvaja l, t t'mernno y la expedición cientlflca q ue la corona hispana e nvió a varias
b hl,,:rc mo, que se sentia en Perú más podcrOilo q ue el monarca de s us colonias del Pacifico en 1135, eltprcsan ~n sus extraor·
,.,
,,- 63
l'

,linarias Notlcia.s secretas (42Q): "Lo~ Europeos y Chape~ hace el historiador de ll;¡rbados de los orfgenes de la mall O
t.ones que llegan a aquellos payst's son por lo general de t¡ de obra que llegaba a lu Isla (lIarlo\~-, W2 y sig.) coincide
IIn nacimiento baXo en E!!pafia, 6 de llnHj", poco conocidQ, con la que Jo;; UuIOl'\$ e,;t.odounJ denlles y británicos hocen
:,;\1 e<!uC<lclón ni otro mé rito al,guno que los haSan muy p'a ra las colonlll~ bl'ltán lc:1 3 d~ tierra firme.
n'l'<lOlen(lahlcs". Y agregan: "COmo las famili3 S legiti ma-
mc nle bla ncas son raras all:'i, porque en lo gene ral sólo las 4, Es muy dificil ('s;lab lccer proporciones, ¿Con qué
,tt~ Ungulthjj gozan de este privilegio, la blancura ucdden- base. se podrlH smaen('r ,?ut' Jo!'! elementos sanos eran, pro-
lal se h;¡ce allá el lugal' qué .deberia corresponuer a la po~clOna l m e nll" má.~ !lunu.' r01,;os aqul o allá? WaJker, el hls-
mayor jerarqula en la calldad, y por eslo en siendo Europeo, tOTlador del impel'~O b¡'Il<inico, de:;pué¡¡ de mencionar toda
¡.;ln otra mlis circunstancIa, se juzgan merecedores del mis- esa ga,ma de cI'jalurag (Ic lUn divcrs a extraccl6n y vocación
mo obsequio y respeto q\le se hace á lus otros más dlstin· que vmlerol1 a la América britáJ.llca, conCluye sosteniendQ
guidos Que van allá con su~ empJcos, cuyo honor Jos deberla que el grueso de los emigrantes estaba formado por ambi-
distinguir del común de los demás" (421). Un fen6meno Closo.s que deseaban probar fortuna, por Tos Que ventan a "
f:emejante es el que se trasluce de la ohservac16n heCha reufllrse con sus amigos y por (os que cardan detrás de 11
por Luiz Vahla M(mtelro, gol>ernlldQr (te. nto de Jtmelro una aventura (15), Es decir, gente nada extraordinaria ni 11
(citarla por Vianna, PDpula.cDe.~ , J, 70), que observaba que en lo hueno ni en lo malo. ' l'
Ill.9 portugueses blancos, a unque hubiesen s Ido criados I'on Un factor que DO ha sido t.enldo en cuenta con fre-
cuencia y Que, sin embargo, ha condicionado fuertemente "
In azada <>11 la mano, "em pondo 08 pés no Brasil Jlenhum
1111l' r tl'nbalhu". t el o~lgen socia l e Ideológico de los emigrantes ha sIdo la

¡
~I polfUca de los gotllcrno¡.; metropolitaMs. La E spafia de Car-
3. Jo:. l:'ls colonias brháni.cas del norte llegó un mos:üco los V y Felipe 1I, subyugadora de los Comuneros y cuya
.Je t,1I)t<l variedad como a las hbpanolusas del sur. Sim- polftlca económiCa &<lfoeél a la hurguesfa ártt!sanal y mero
1\le5 y p lebeyos eran, en decto, - según el agudo pro· cantil naUva en muchos lugare!; del país, no es la más Indl.-
logui sl a de la edicl6n más reclen\e del histórico diario ead.~ para se leccionar los emigrantes que debfan Ir a las
personal de W llliam Bradford, WlO de los prindpalcs hél'<le5 Indias, digan Jo que dijeran algunas Re-a les Cédulas donde se
del May(lower (WUlison, viiI) - los p,e regrino!l que Inlcta-
mo la colonización ue Massachusetts, de cUy<l pSlcologia
b abia de la COnveniencia de enviar nrtcsanos y titulares de
otros oficios manuales.
•;.
JIO Sil'mpl'C bihlica hahlaremos en un trabajo próximo. PeTO
al lado de cllos, agr ega, peregrinos viajeros del Jl.layUower
De Gran Bretaña, lél calidad de los que emigran depen-
de del vaivén de la polHka interna. A veces, son puritanos
¡
wmbién y que eStaban en mayor número, venfan hombres d~ !"E'ntalldad republicana -1G29 a 1G4~ sometidos a con. i
slodie nlos de aventuras fácl lel'l (xxii). Los puritanos que dlClones opresivas después de la RestauraCión_ Otras, aris-
Ilf'gan después a la Bahla de Massachúsetts, con más can· tócratas monarquistas que huyen de la Guerra Civil y de la
tidad de sans!'e azul (¡ue los peregrinos, asplrahan, seglÍn República de CromweJt (Walker, 15),
l'arrington (1, 24), a ser mirados í\qui como hidalgos y a
vivir: en América "ele UTlIl manera selnlleudal, rodeados de 5. No es en e¡¡e Intrincado laberinto del origen social
".'an número de sirvie ntes y satélites", Lord Baltln\Ore y
fl uie)1('s le acompañaban traian el propósito de estllblecer
(>11 In!; tierra,'! nuevas un gran dominio feudal, segÚn Mo-
de los europeos, ni (On e l terreno de s us Intencione s persa-
nale~, donde ha! que hurgar p<,ra explicarse por qué la
A.mer Ica angI09ól:]Ona jlfOSplll'Ó tanto y la hispanoa mericana
..
rison y ComOlagcr (1, 47). menos, o nocla en rcgI01H:S. Otras clt'cuns tancias llISt6rlcas
Pi:!ro no eran ~sos totlos. A la :América británica Ile- ofreCi:m una rCSptHlsta mejor, COmo 10 ir emos viendo en esta
gaTOn ogricultores y pe(,lueños capit9.lislils empr~ndedore' obra y, en parte, lo hunos estudiado en nuestro volumen
y tenaces; conden ados por deudas y por deUtos comunt,': anterior sobre economfa colonial
preoos politicos y prisioneros de guerra; aduH08 y niños
raptados en los puertos del continente. l,a enumeración Que

64
I 65

j
comerciantel!, enlrE' unos ganAdel"09 y o tros, e ntrc minero!>
y mlnf'rós suelen alcanzar not.Ol'la estridencia y confundir
al estudioso, que ,pUf'd l' "1'C_í'r q ue sO 'trata (le rencillas per·
La proCesión es un elemento muy importante para es, sontl les o de odio;; n3"lon;lJ~s o raciales, cuanrto lo que cn
tablecer el estrato sodal a que pertenecen los Individuos, realidad ('s talin ~on Inlcrese!l económ icos contrapuestos,
pel"Q los Ihnlles deJ eatr:Jlo no s iempre coinciden con 101
de la profesi6n. E sto se observa gCDl'ralm ente con los rnlem "
broa de las burgueslas comercIales, 'que Í1wicrten sus ga- SIG'NU-1CADO llE IILGl I NO S 'l"ÉRM J){os
nancias en la adquisición . de latifundios y en el prés ta mo
a 1nlel'és, Con frecuencia, un mis mo individu'o ('S comer- .AcciOllero de 1;(lqlwrfns. lo:lL el R ÚJ dI.! la Plata , la v a·
ciante, hacendado y prestamista, qU l!'rfa Cfl l a ('8Z<\ ,t)rg¡m izarla ti t l g~fL U rlO cimarrón, especial·
UIUi ffiÍ!;ma Dl"oft'si(¡n, ade m<'i~, pu ede tener distintas m ente parn dc~ p(JJu/'le ·del cuer o y el sebo, con propósito
jct'arQufas social..:;, según el l ugar y las conctíchlOCS en Que comercia l. Con el correr del ticmpo, la vaquerla espont<1nea
¡;e ejerce. E n totlo momento, IHlY mineros, e l} las t:olonl¡¡s cede e-I ]lfl flO a la ,'eRI.1DH'n tafia, Los Cabildos otorgan ~ n'
hlsvanas '1 en l::Iras.iI , (jUl! apenas pueden ser considerados cesIones pan llevar\ n .~ a calm y a esa::; co nc~onc!> se les
corno Integrando un a clase media indigent e, .:.'I quienes ayu· llama a_l~ciones d e ItJO'lll CO. ,E l acr:i(}lIt)TO ~~ el titll 1ar de
d:ln en su faena dos o tres esclavos y que utlJlzan tOSC08 accjones de vaq ueo. l'u('t!e ~el'lo un part icular o una cor-
Instrumentos de trabajo; m lenu'as 'Jue, no leJo8 de e llos. poración, En este úl timo t':n.o están las misiones jesu Iticas,
prospe ran otros mIneros que liemm a su sel'vicio mUes Cal1>ixtlc u Cfl ll¡i:J:(fUe es el C¡IP<ll;)7, mayDrdomo que el
de !rHlIos o nI::gl'(ls, qu e clispO!1 (!n (l.el in "t r'um ~n tal más coso propietario blan('o 'tlcne en .", U f! haciendas en México, para
toso (je la i:poca :r que Ilertenecen a IJ¡'; aris,l.OC rucias má.s vigilar la fae na tie los lndígwJ\as. Negros muchos de eU(ls,
pO((~rosa8 ud continente, los cal1)ixtles se hlcie rnn h'l mosc"l¡:; por su crue ldad.
La jcrarqula ooeial de unn profesión suele vari ar tam, Ciclo del 1)f1lo br asil. En la hist<lI'lll ff:o n(ÍmlcíI del Bra·
blé n con el tiempo. Ei.ito se observa fár.tlmentr \)1) una his' "n, denomfn asc as! a l pc:l'lodo rnlcia] Lll.) I'xpl oradón, en los
torla económica y social tan movida como la del Brasil primeros afio!: d (>1 SiRIo Hl. ('n {'l cU;ll 101'1 n:weg:;mtes lusi·
y f'n el texto ~ ita mos a meU\ldo grupos sociales integros tanos 1mcen d($f'mhafC'O!,< .... n la c(l~la '1 rt'l'n¡;l'n palo hrasil ,
q ue desclcndcn o asclel'ld'en m pidamente. que luego vend.cll en guropn .
Con frecuencia" estrato y 20na geo~ránca JlO coinciden, Fazc'7ldeiro de ('uU ell, ~n l:!l'ó),sll , el hacendado Que ex'
En una misma zona l)uede h aber profesiones cuyos mlem' plota un enCeLa !. Fo.undeírQ de {jlulo, 1'·1 que explota una
uros no pertencC\'n al mi~mo estrato_ Al lado d~ terrate- estancia , halO o hacIenda de ganado_
nie ntes esclav6cratas q ue crian sanado y <tue forma n parte Imt ent'ured servant os el trabajndor que, prove ni ente: de
del grupo aristocr ático , hay ('o el nfo de- la Plata Oll'O8 puertoS del v1r:jo contln(' l1 le y especIalmente de I nglaterra,
terr aten ientes esctavúc l'atas ganaderos -«In tierras más pe' fIrma un contrato por e] rua ] ¡;c ('ompl'onwle ól trauaja,. cier,
QueÍl8s, menos esclavQS, sólo algunos gauchos libres y es- ta. cantidad de año!; e n la finca de un colo no en América
CólSO gan ad~ que no pasan de una mE'cU~cre clase medIa , del norte o de la$; AIlt.i lJas, Al cabo de cs()s años, recobra su
A la Inversa , los Indiv iduos de un mismo estrato pueden libertad de accl9n. E,1l la pn1clicól, .su condic-ióo es seme-
residir en lugares muy distantes unos de otros, como los Jante " lú de L e~cla"o . F;¡ L..... ntrato ~s a m (,'ouuo firmado en
comercian les minor ista¡ en las urbes coloniales, romph>ta Ignoranl' la de S il contenido. A v e('e~ , e l indiv id uo
EsloSanteeed('ntes son Ilnporl.ame!4 para estudiar los es F.tl,tado en 1u;; pucrws ingleses,. después de haber sido
conflictos de clases porq ue en la colonIa hlsp:=molllsa sue' embrlagªdo, por ng<\i1l('¡¡ d() la compílfi.la propietari a del
len complicarse Sobremanera, debld·o ;;J la existencia de huque que le tras lada a Amé.ric.a. El capItán del buque, al
mú ltiples estratos cuya delim ltaclon pUede resultar dificil liega r a óe!itlno, pone a r emate el ~ar¡:::amento de " Indenlu·
h aCi!r, Los conflictos entre un g rullO Y otl'O grupo de red s~van ts" blsn<:os que trae a bordo.
En las Antillas {r¡¡nctsas, los en[lrl!Jés a t renl.e-s ix mou
66
67
l'¡'I'I'cspontlen n los üw.c1ltlu'ed scrvant.$ de Amérir,a del norte
1
y (Ji' otrag AntHlns.
!lulnderistlt es e l propietario del saladero, primer esta '
IIkl'lm lf'nlll desti narlo en el Rfo d lt la plata a preparar lo
,',' t'nl' ('011 destino al consumo local y }¡u envio a otras colo-
HI : IS,
Sc11 l/01' de e7lger¡ho es e l [lropll'tario de tierras, instala'
,·'"neE;. esc1o\'os y vid3s humanas (>n el Ingenio de aZÍlcar,
1.'11 UI'asll.

CAPiTuLO U

EL PROCESO TRANSFORMATIVO
DE LAS CLASES

Si la 'sociedad organizada aquí hubiera sido feu-


da l, el proceso de tl'all!3forruación de sus djstintos gru-
po·s" se hubiera bperado :con gran lentitud histórica Y1 '
casi impE"rceptiblemente, Estaríamos en presencia de
castas sociales, su perpuestas y anquilosadas, Impene-
trables --en cuanto pu.c de ser impenetrable una agru-
pación humana, cuya entraña , sJn embargo, jamás per-
rrHmece idéntica a .través de las edades,
Los españole_'!, es verdarl, usaron la palabra~asta
para clasificar lega l y socialmente a ciertos grupos ét-
nicos y sociales. Idéntica inspiración tuvo la ley en
la colonia británic.3, que intent6 regir el ordenamiento
social de .a cuerdo con la pigmentaci6n del individuo,
y e n la colonia Iu.sltana, a pes., r del irresistible im·
pulso sex ual del portugués blanco, que redujo casi a
la n<lda Ja pureza de la sangre. se encuentra también
un Int ento de ordenamiento similar .
Pero ni la- tel'mi nologia aceptada en la época, n i
la letra de la ley, ni el rostro de una sociedad son
argumentos decisivos para convencer al historiador,
A! hacer la afirmación de que rué un capitalismo co-
!Qrtial lo que brotó en estas tierras nueváe' -=-éipn:a:
..
68 69
lisrno con inlen so colorido feudal, p~rp no feudalis- pañolas y lusitana.s como en las británicas, holandesas,
mo- r e<:h¡nmnos la idea de las.. f~tas y a ceptamos, \ fran cesas y danesas" salvo muy escasas excepciones.
en cambio, la presen cia de clas!.~_~.~a!esJ " sul~.~~ a t>ero esa ten(lencia no llega a imped i.r que se operen
u_nyroceso lra ns(ormati.vo que, nO por I~nto l a~ mas lransformacjones dentro de una clase y un grupO;
de Jás' 'v eces, escapa a los ojos del estudioso ni deja que se amplíe nntabl em ente, a veces, el número de
d~ pre6cñ~r, en (X'asiones, ep Isodios de rapidez y mo- s us miembros y di sminl1y:::J olra s; que una clase o un
viUdad tales que recuerdan a los de la época actual. grupo se t'>ncucntrcn, en ocasiones, sujetos a cambios
prorundos. que altel'en ¡;; U risollomla y modifiquen su
l. MOV-ILlDAU B INMOVILIDAD sta.t1(S social; que., en ciertos períodos, una clase o un
grupo sean poderosos y pudientes. para ser, más ade-.
l. Af.cAI'lCE nr. LOS CONCEPTOS lanle, Hva sallado~ y. aniquilados e~. el terreno ~?n6- \
mico. Eso es lo qu(' lf ~m<I m os movIlidad o mtLtabthdad \
La posibitidad de que Ocurran mutaciones en la y que aquí estudiamns simultáneamente con la illmO- ¡
entraña de una cla se o la tendencia que ésta demues- vilidad. porque nos p<lrp.cc que son dos aspectos fn- L
tre a esclerosarse SOl1. a la vez, efecto y síntoma de Ornamente Telacióllados de un mismo proceso.
(miL mulLitullll c fenómenos de: la más alta importahcia. lnmovilitlad absoluta -conviene aclarar- no ha
E l t('ma eR al>fi:>ionuntc. rOmo sielllpre lo es acercar existido nunca, y el vocablo lo US1.lmos aq.uí con un
el oído ti. las pnlpilacl ones de un organismo viviente, alcance relativo. Es a la trndencia a inmovilizarse a
porque en el cambio está la vida y de' esos cambios que lo que ,nos refel"imos al hahlnr eJ e la inmovilidad social.
son la vida depende siempre el destino de la criatura
humana.
Para nosotros, el planteo de este proceso, aunque
formulad o en términOs técnicos y objetivos, está siem- En )p inmovilidad lle los grupos sociales, el[pJj~' t
pre en la más intima relacIón COn la 'suerte del indi- vilegio tiene siempre inmportancia decisiva, CUando ¡
viduo y con factores de naturaleza tan subjetiva, como -éñ1asoc iedau colonial encontramos una clase o un
son su sentido de seguridad y su bienestar espir itual grupo inmovilizados, con manifiesta t endencia a ce-
y físicu. con la ¡tle" que se forja del mundo en Que rrarse en si y prolongar su identidad a través de gene-
vive y aún con la lógk.a que gobierna su mecanismO raciones, descubrimo~ también que esa actllud se en-
mental . cuentra inexlricablementc vincuJada con la defensa de
Se ha advertido en la sociedad colonial una ten- un privilegio - económico y social, siempre; a menudo,
dencia. predominante a que las clases y los grupos también politico y racial. a veces, profes ional-o Hay
continl¡e n tsiempre s iendo lo que son:¡Ha sido esa una en la inmovilidad un r econocimiento de la existencia
de lns cílr~terh:ticas más insistentemente ob!iervadas de una de~igua Idad socia l y un <tct!") de voluntad ten-
por nucsJros h:stor indores y estudiosos y no cabe du- diente a prolongar esa de ~ igualdad y a ahondarla,
dil que. fué el ideal de los jefes políticos y de los t e6- Una clase () un grupo de poscooores, con tendencia
ricos de la época eolouial, lanto en las posesioñes ea- manifiesta a ]¡i inmovilid<1d -que llamaremos ol¡gar~

70
I
r
qufa-, surge 5610 cuando existe cferto número de in· thistoria, porque el colonizador viene a buscar privile·
dividuos que tienen algún prlviteg;o que deíe.n der. i
I \glosY:- cuanto mús ampllos, mejor. Pero el verdallel'o
Más se cierra y más impenetrable se hace cuanto más I proceso de inmovil idad no se Dgudíza más que cuan-
¡¡menazados siente s us privilegios. do se presenta la posibilidad de que el privilegio sea
En ciertos casos, no es tanto la magnitud del grande o, aunque m odesto, de rendim ienLo seguro.
privilegio como su inesta bilidad 10 que determina el Por eso se desc.ubre muy tempranamente en algunas
grado de inmovilidad de! grupo sociaL As! se explica zonas la presen cia de (lligal'qqÍ<.l s de perfil nrtido y
que se descubran~P.9~ de 9-..!.~.es~.nQi]que tratan fé-- marcada esclerOSi s socla.l, 'm ientra s que en otras ' Stll'.
¡-feamente de(PTI?JQngB.!. su inmoviUdad;>en defensa de genmucno después o árrastran siempre una existen-
privilegios mOdestos, pero ·vacilantes, cuya vigencia (, cia desdibujada.
puede cesar con el capricho de un gobierno o con Cualesquiera .fuesen la s ventajas que se ofre·
transformaciones económicas de corto alcance. desen a los· europeos en muchas regiones, en ninguna
Otro factor de prImera importancia en este pro· como en el valle tle México y en la sierra peruana
~eso es el sistema de relaciones existentes enlTe po.- encontraron l'éüú·idas con mayor fortuña~ Jas- condi·
seedores y mano de obra. Cuando ese sistema está ciones de la prosper idad colonial: abundante ~na..J;lo~ de
basado en la violencia, cuando más ostensible se hace obra disc iplinada, con hábito de trabajo sistemáHco
la injusticia. más cerrada tiende a hacerse la oligar- y abundantes metales ;PTeciosps -que era entonces ~
quía, más agudizada y agresiva. su conciencia de cla- la m ercadería de exportac:ón más codiciada en el
se, Es 10 que ocurre con , l~ ...min~r~A.e P otosi. se~ mercado centro--occidental europeo. Nada de miste-
ñores despiadados tuyo privilegIo colosaf" ·e quiere rioso tiene que ambos lugares fueran asiento de las
que una multitud de indígenas desaparezca peri6di. más tempranas y "Igresivas oligarqulas, en las que
camente en la entrafia del cerro y, en general, con primero se manHicsta cún radicDl agudeza la tenden·
todos los mineros de la époc¡.\ colOnial. En el caso cia a la inmovilidad.
inverso,' l~ . pligarQufa, cuando la defensa de su pri· Ya despierta el proceso con los conquistadores
vilegio exige menos vio lenci~, menos injust.icia, tien~ mismos, muy pronto divid idOS en be1icosos grupos an·
de a hacerse patriarcal, a buscar también en el méw tagónicos, cuyos privilegios - los reales y los poten·
rito individual una base de apoyo. ASí, en los grupos, c1ales- no tenían más límite que la ilimitada ambi·
indudablemente olIgárquicos, de ganaderos del Rfo ción . Estalla sangl'ienta, espectacularmente, a media·
de la Plata, del noreste y del sur del Brasil y aún dos del siglo 16. cuando el poder imperial intenta,
en el caso de algunos de los senhores de engenho con las Leyes Nuevas, esta b l ~ce r una norma econtJ.
brasilefios. mica y política, en América que no supdme, sino que
, pone el primer v¡)ll~dal' al privilegio.
3. L os SILLARES DE "LA l NMOVlI,lDAll IJ b . Actitud del imperio. E l poder il}lperial espa.
a. Génesis. La tendencia a la inmovilidad apa· ' ñol tuvo siempre una actitud de desconnanza hacia
rece en la América colonial desde el primcl' día de BU , el. sursl!"Iento de gl'UpOS socia les privlfegiados·- muy
72 73

$ a
poderosos en América, actitud que también tuvieron un. misterioso y eficaz antldolo en las instrucciones
secretas envlao<Js fI las autoridades peruanas, orde-
nando que aquellas leyes no se aplícaran si la pro-
ducción pudiera COn ello sufl'jr menoscabo, porque la
voluntad del monarca no era que ésta cesase (107-9) .
Las leyes de lndl as c:ontenían, es verdad, muchas
disposiciones que hubl(>ran obstaculizado el proceso
de inmutabilidad de las oligarquías mineras de Mé-
xico y Perú, pero hay una multitud de instrucciones
a los virreyes de ambas colonias que cumplían la fi-
naHdad exac.t amente opuesta.
e, El latifu lIdi,o. Otro fa ctor que actuó desde la
prirnl!ra hora y estuvo presente en tlxla la historia
C?Jonial. de Améxk'a rué (fa cQnccJ~traCl6~ 9~ lª-RJ'O-
,Pl~<!a~d ..!.nm~~p}_e. ¡En MéxlYoy Petíf,=iug-ares de densa
'poblaclón indígena , el latifundio cl'eció a expensas de
la propiedad dE.' los nati vos. El blanco no s610 !>e apro-
pió de la tierra dd indio, s ino que redujo 8 éste a su
servicio, r~n ] ( 1:'; lugUl'éS t.Ionde la tierra estaba jnba·
bitada -en la pampa rir)platcme, en el sertao brasi.
leño-- el la.tHundio, élI expandirse, no proporcionó al l'
europeo un beneficio económico inmediato, pero le
agregó. un ~rito....soc.¡a1. Españoles, portugueses bri-
tánicos, lram::éSe·s,- lioJandeses y daneses sabían q~e en
EUl'Opa la propiedad de la tierra acrecentaba el mérito
social y los colonizadores .de todas las nacionalidades
buscaron en América o--sin una sola excepc:i6n- el
lat,üundio que les enriqueciera o que, por )0 menos,
diera lustre al nombre de su familia.
Fu é I\.b.aQ Q.u...eipo, quizá, el escritor colonial que

I
"
con mayor lucidez señaló en México los m<lles eco-
!19tp.icos del J.atifunctio. Funcionarios y economísfas
hubo en otras colonias hispanas que, bacia Unes del
Siglo 18 y en los comienzos del 19, dejaron páginas
muy impOI'tímtc-s en igual sentido, entre elloS' eJ Qi·

74 7S
dar-Visitador Juan 1\nt~nio Mon, cuyo informe pee·
sentado en 1786 a la Aüdleiida: ae Sauta Fe, en' Nue-
r I
¡,
lici ~t~ !,i hu biera n pod ido Jos latHundistas, aunque
la {uvier'an, exLruer de ellos los producLOs que e l me t',
va Granada, es considerado por Ots Capdequi -que cado Internac.ional paguba mejor y que otras pa rles
Acaba de exhumarlo (/nst , de gobierno, 101)_ "pieza,l de Amer lca le proporcionaban -metales, diamantes,
documental de un valor histórico poco frecuente", " <lZÚC8r, tabnco, cacao, algodón-, Hasta Jos últimos de~

,,t
,En Mé.?Cico, Perú, Venez~cla, BI'asB -aquf. el ne- cenios del siglo i9 tendrnn que esperar los laLifund js-
gro lmportado vino 'a valorizar la tierra- el latifundio fa s rioplatenses para poder lanzar en las corrientes
rué asiento de poderosos grupos sociales; la incesante del mercadQ internacional el producto que dará lugar
conce,ntración de la propiedad rural en pocas manos a la formación de una poderosa oligarquía: la carne
~ntTlbuyó notablemente a la inmutabilidad de las vacuna.
ollgarqufas de Jatifund islas y encomenderos, senhores ~ 1'; '¡":' l{-"-
de engenho y !azendeirQs, Es Jo que habia ocurridQ d , La expansi6n del pri vilegio. Lo cierto es que •• w' '''' L
en las islas británicas de la s Antillas -donde, en el si- en la soe~(;.'dfl d colonial cas i tocios losyri vilesios lien-
glo 18. ,no qued!lba prácticamente pequeño propietario den a ahondarse y perpctua n:¡e Y;~p5r ende, a estimu-
de 1[1 tl.erra, con excepci6n de Barbados (Ragatz, Old l1\t la inmovi) idad ~e los grupos sociales que íOs \lsü 8

pt~nta~tO'n, 1 y nota al pi e) - y en todas las colonias frú Cfiíán, Sin ser reudulismo, el régimen económico y
tlflt.ámc.él s ~el norte, aunqu e aquí la inmemidad del social que se estructura en América tiene fuerte colo.
territOrIO siempre ofreció una pl.lerta de escape a la ,at:.i§!1'1<;~1 y bien poden1os decir que cada'-grupo
esperanza de lOs que no querfan aceptar la dura rcaJi- de poseedores que se estructura aquí y cuyos miem-
d?d y, que ,f~rmaron una ret¡¡guardia de pequeños pro- bros reconocen en tre si cierta comunidad d e intereses,
pietariOS, leJos de las tIerras más valorizadas. "aspira 3 __ser una casta, sin que ello signifique que
También estuvo el JatJfundio presente en las dos - . lo "logre. 7 ,· '

márge[le.s del P~ata. Algunos aulores del siglo pasado ./ Cuando el privilegio adqu jere "status" lega l, es-
-FrancIsco Ramos Mejia, entre ellos (Federalismo tamos ya en presencia de un signo de inmutabllidad
191 y s ig.) _ sostenían ql.le esta parte de AD1érlc~ social incipiente, Pero lo que resulta de más fácil com 8

ha~fa Si?O refugio !.le pequcflos propietarios y que el probación en la historia colonial es que el "status"
Jat¡fundJO no había proliferado. Pero ya Manu el Bel8 lega l que se otorga a U11 priviJegio se transforma' en
grano decía todo lo contrario en 1819 (Gondra. Bel- un instrumento político oa multiplicaci ón y e:.x<l, cer-
gral'l.o, 258 y sig.) Mendoza ha explicado COn claridad : bación de privilegios - y de ac,e lerada inmovilidad
no hace mucho, c6mo se fiJé desarrollando el proce~ social- que no encuentra, generalmente, más límItes
de acaparamiento de tierras (97 y sig.). en s u funcionamiento qu e la reacción que provoque en
Lo que ocurrió en el Río de la Plata fué otra cosa . otros grup<.-'S p oderosos qu e se s ie.ntan dañados.
No se formaron oligarqufas pod.e rosas e influyen les La implantaci6n de la Mesta en el valle de Mé-
como en otras colonias, pero no por lo que supuso xico, por ejemplo, ocurrida en 1529, ya nOS permite
Ramos Mejía, sino porque, para Iléllorizal1 es~ enor- tiuponer que los ganaderos de eS.3 región de Nueva
J)o
m e!> latifundios, habja en el Plata mano de obra stJ- , Espufia, ~l¡)jO (,J estímulo de un mercaao local no des-

76 77
- - -- - -i
,
l'rI'\ 'iuble para la adquisición de carne, tenfan de sus pre!ulcio que n o sustente, no hay privilegio que nó 1,
Ilrlvi legios como tules una conciencia característica- ?erl e~da con el nfá:; extremado celo, no hay intento :1
IHc 'llle oligál'quica, que implicaba el menosprecio de ~gualttario --como el levantamiento de Guai y Espa- I
IIIH derechos de los agricu ltores de la zona y de los na, en 1797- que no desa te Sus iras, ,1
111 11' 1>105 de indios. La Mesla fué , seg ún todas laspo-\ e, El pOder político local. E l poder pollUca 10: I
-/


¡,U.ilidades, un lactor de in movilidad social en Nueva
1 ' ~J.; paña, como 10 habí3 s ido durante siglos en la me· ! cal no (ué en América , salvo excepciones, sf'ñOIñ"Stru- : :¡
tr6poli, aunq ue no tuviera aqui la misma proyección I mento de c.on solidación oligárqUica y de inmo'VilioaCJ ;
c¡uC' a lJ ~ . Ya en la segl.Jnda JDltad del siglo 16 el CÓ- socl,al. Casi s iempre, re.preseñtá ~ñ-ra'cOronla -espa. 1 I
.Ilcc Mendi.e ta enumel'a. entre "las cosas que han sido ño1a, portuguesa, bri tánica, hoJandesa, franc esa, dan~ I
t': mS3 de de~truir a los indios, y lo son ", " los daños SIl- los grupos soeia les más poderosos. Cuando entra
qu e Hacen los ganados, que ya en algunas pa¡:ies n-o en conflicto con e l poder imperial, cuando defiende
'¡Sol n sembrar""''¡ a piinciplos del 19, el sagaz Abad una li ber tad, es porque el poder iruperial quiere res-
Qucipo nó- olvida recordar en su "Representación" el tringir su s prjvilegins o porque es} libertad que d e-
ht'('ho de que "prul ec(' también la agricultura por los (iende es necesaria para que prosperen los intereses
(,XOI'hjtunl{'s pr'ivilegiQs tlc la m esta, in.troducidos en de un grupo social r~ucido, En las polémicas que
! '~te reino por la p,'cpotencia de cuatro ganaderos ri- se entablan entre el poder imperi¡:¡ l y el poder local,
t'OS de esa cOl'te" '(80), . entre los representantes colonia les del imperio y los
Pocos ejemp los tan incuestionables podr[an en- representantes de la oligarqufa loea l, a menudo los in-
contrarse en la era colon ial de cuanto llevamos dicho, tereses de Jos desposefdos -indios, negros, "¡ndentu-
e_omo el de Jos Gran Cacao, la oligarquJ.a \l1..le dom:na red servants", "engagés"_ están mejor defendidos
1.. vida económica y socia l de Venezuela d.e sde el si- por los primeros,
glo 17, Todo confluye en ella para hacerla típica en De todos los instrumentos de índole política, ni n-
un análisis de esta índole y apenas si el estudioso pue- guno quizá como el gobi.erno local resul ta tan eficaz
de apartarla ltn in stante de su memorin cuando trata I - para apresurar y ahonda!' el proceso de inmutabiHda.d
del tema, Un producto de exportación le proporciona,. oJig~·rQ.~ica, La historia puede narrarse en t érminos '
el tal:smán de la fortuna y una mullituu (l e ind ios y semejantes para toda América, a unqu e las tintas va~
negros, el motor que le perm itirá acumularla sin If- ~ rían de intensidad :;egún los luga res y las épocas.
mites, Cuando ya no es sólo el cacao, sjno otros rubroS' , Después que F eJipe Il generalizó la moda lidad de
de la prOOucción colonial los que se suman para ma- poner en venta los cargos de miembros de los cabil-
yor opulenria d e sus miembro; la oligarquía caraque- d.os. éstos cayeTOn, como lo dice Ots Cclpdequi (R.lg.
ña entra ('n un proces.o d e Iférrea inmu~bilid.ad" y tt.erra, 1:37 y s ig.), en manos de ollgarqufas privile-
desarro1!n una ('ondencia de Clase -que no es superada gIadas, A pesar de que la corona no renunció nunca
por ninguna otra en América - ni por la de Pennsyl- a su propósito de aplicar en su s colonias lIn¡¡, polftic;t
vania. que t.an. desmesul'élda explicélción religiosa ha- económica dictada por ella, el Cabildo no dejó jamás
bía encontrado de sus privilegios terrenales, No- hay de ser un factor de primera jmportancia en la deter-

78 79
minaci6n del destino econ6mico de la zona sobre la
cual gobernaba, Las oligarquías se perpetuaron en sus La hi!'l'toria es la mis.ma en l~s colonias pritánica::;
asienn,s y los utilbmron sistemáticamente para am- d.el norte, de~,de ~~eva Jnglaterra -cuya "aristucra~
{l.lial" sus privilegios y restringir el acceso de otros Cla de S<lntos cedlo el gob~erno local a la "a 'st
gn.lpns socia les a la condición ue poseedores, Ots Cap- da d ' " n ,ocra-
. e comcrc:antC'.s sólo cuando la corona británica
dNp,1i nal'r'a cómo los cabildos, a pesar de lo. que es- lmpuso el .C~,biO-- hasta Carolina del Sur, sobre cu-
tablecían Ja s leyes y de las enérgicas y reiteradas ins- yp gobierno eJercfJ un rígidt,J 'control la aristocracia
trucciones en contrario de la corona, distribuyeron de. plantad?res Jo' meread('res de' Charleston, liberal
las t,ierrCls, incluyendo las <lel ejido, los bienes de pro- e, independIente en cuestiones de política imperial,
pio's y 18S re,a lengas o baldías (Rég. tierra, 148), con per? ultra~onsen"ador<1 en materia de gobierno local.
10 cual Re transfonnaron en eficaces agentes de mul- segun. Monson y COlill"ilager (I, 171). Sin menoionar
tiplicación del latifundio, _ l~s ollgarqufas de latffundlsta s, plantadores y comer_
Fueron Jos grandes propietarios rurales efl . Brasil cla~tes de Nueva York, Penn"ylvan ia, Virginia o Ca-
los que dominaron' en-tas Cámaras Municipa~~$ y eran rolma del ,Norte, qLle invariablemente ejercieron el
::;us intereses los que defendián ' en Lisbóa los repre~ pode.r polítICO. local pCl l'él cOPj:;olidar el privilegio eco-
senlant~ de esas Cámaras. L Qs hO'1Hens bo1l,.'i de San n6~lCo y socIa} de que gozaban. y en las islas bri-
Pablo - recuetda Taunay, S. Pirulo, 21- ,e ran los úni- t~n:cas del azúcar en 'la B Antillas, ,el panorama resultó
cOs que gozahan 'del derer.ho de ser miembrO§> d_e la aun m~s monótono y siml)lificado porque las legisla-
Cámilra Munidpal y de la categorja de homens b.ons turas l~l es.' ausentes en Lon.clres o Bristol lOs gran-
eSfaban excluídos, según la terminología de la época, d.es l~t l(undlstag, .estaban en man os de sus man(!ata-
IQfi operarios, los mecánic9s, los degradados, los ju- rlOS m eptos, Con l~ única excepción de Antigua se-
díos y los e,xiranjeros. g(m afirma Ragatz (VZcl. pla nt., 1D ), cuya Oljga~uía
Fué menester que mudaran algunas condiciones era más, pobre, menos d:spemllosa y más preocupaua
económicas y sociales de la colonia ' para que las Cá- del progreso de la isla,
maras Municipale-$ cesarar'! de ser un instrumento
ulilizado exclu'~lvamente por los grandes plantadores, 4, Los J'A CTORE¡> ,DI; l\lO\'JLIDAD
Es así cómo en la segunda mitad del siglo 18 ---ese
agjtado siglo 18 de la colonia lusilana- la burguesía Pero si en la sociedad calonlal la tendencia pre-
comercial portuguesa va desalojando de las Cámaras d.?~jnant~ es la q),tE;!" .c onduce a la inmovilidad, .t am-
a los antiguos senhores de la tierra (Prado, Evol, poI., bien es Cle~to que \la .¿nOv iHOad'\:{ue experimentan. los
67 y sig.), rero claro está que est~ otro grupo oligár- grupos SOC¡~le~ es nH~ ch(l miís hon da y fr('cueilte de
qqico -más asido aún al privilegio que deriva del lo que ~li(hera . ~e~sarse . s i insistimos en creer que
patler político, pOrque s.u fortuna descansa en el ré- aquélla tlCme ~m- unl CO e m alter able. perfil feudal.
gime'u de monopolio comercial implantado por la co- Nos retenIDOS a la h istoriél in t erna de cada clase
rona lusitana- tampoco hace más que utili.zar las ~I ca?a grupo, entes que aumentan o disminuyen en
Cámaras en su propio b€:neficio, n.umero de sus integrantes, ·que a veces alcanzan
la CIma 'd e su pOderlo o quedan sometidos a la impo-
80

¡ •
81
menderos de toda la América hispana. Es ciert o que
tencia. No hubo colon ia donde no se registraran acon-
l~ tradJci6n de respeta r la ley, pero no cumplirla,
tecimientos económicos. poHticos y militares capaces
slempre lUV~ en estas ] atiludc~ una excepcional gra-
de alterar fu ndamentalmente ta estructura de ciertos
vitación y Cler to es también que no pocos encomende·
grupos social es y hubo regiones y épocas particular-
r~ solfan curarse en salud y. antes de que la revoca-
mente propicias para esas transformaciones. CIón alcanzara a S1)S fam ilias, ya habían extendida
a. Anverso y reverso de la encomienda. El régi- sus latifundios y sus bienes en forma lal que sus des-
men de las encomiendas constituyó en la América his- cendientes s iguieron u sufnu.:tuando en la colonia
pana una de las más Iirmes bases de sustentació9-!lel al1l1~U e s in enc~miendas, los más altas p rivilegios cce:.
.. pr.iy~o y, por tanto. de_)run..t!..tabili.~.?d social. Las n6m !cos .v SOCiales, P ero es también incuestionable
cifras que ofr ece la estad1stica de enconiIeñi::íaS que el que, manejando ese puderoso instrumento de la revo-
virrey Toledo hizo levantar en l as Audiencias de Li- cabilidad y la redi stribución de las encomiendas, la
ma, Quito y Charcas - mediados del siglo 16-- tra- coron a hizo m \ldo r 1a figonoTtlfa de no pocas oligar-
ducen el hondo desequilibrio social ya enraizado y qufas loca les, llevando a la decadencia a algun as de
cuya continuid<.ld exig(a, precisamente, la exacerba- su s familias consp icua s y elevanuo a otras a la cate-
ción del sentido de clase de sus beneficiarios. garfa ? e los grandes encomenderos. ~ s que la España
Sin embargo, aún eSe:! factor de inmovilidad so- lmperml nunca se dCSprCl)Qió de la prerrogativa' del
cial na dejó de arrastrar consigo sleropre ciertos gér- introducir cnrubios sustanc.ia les en la eslructura so- ;-.. ,
,t
menes de cambios su sta nciales, La corona st: , .n~ eial y (>conómica de Améri ca y, cua nd o no 10 pizo, na '
desde muy temprano, a otorgar fa'" perpetuidad de 1~ rué porque' le 'faltaran gan as, sino porque no pudo. )
encol?-üend a~, sI algunas ' vl~ces"'ñlzo "lá promesá,no Idéntica afirmación es válida para tcxlos los poderes
ftie' más que por exigencias de una táctica polftica imperIales que acluaron en America.
de aplicación circunstancial. Cree Riva Agüero que Cuando, a pr incipios del siglo 18, la corona gene-
los encomenderos peruanos n o obtuvieron la perpetui- raHza en Perú la extinción d e las encomiendas -cu-
dad porque no lograron reunir el dinero necesario para yo u sufructo habia venido lim it ando empcñosamen-
conqui starse la voluntad de la corona (LXV II) TPero te-, ~n I?rofUlldas las consecuencias que esta polltica
I resulta hoy evidente que el de la re"y~bilidad ~~ qn
enérgica tiene en el orden sociaL El Marqués de Cas-
,
, c(iterio uniforme que el imperio aplicó en todas sus i
tellfuerte, virrey de la época, la consideraba causa de
' colonias. destinado a impedir que las aristocracias
americanas adquirIeran UD grado excesivo de inde-
la decadencla de la nobleza colon ia l (Tones Salda- I
m~n d,o ,_ n , 121) Y m u chos l1istoriadores peruan os h an
pendencia económica y poderlo socia~.J CO inCidido con su 0lúnión. El no¿able ascenso s~ial l 1,
I nsistiendo sin cesar en la revocabilidad de 1a8
de otros grupos nuevos -bu rguesets~ comerciante.$--
encomiendas después de una, dos o tres vidas y en
q~e Ba~dre ubica en los déCeñí&.i s ig\lietltes de este
la prohibición de reunir dos enc_omiendas en una ca-
rrusmo slglo 18 (Multitud, 87 J, dehe h aberse encon- :
beza, la corona logró introducir y manlener vivo un trado favorecido por la decadencia de la antigua atis-
prIncipio de mutabllldad en las oligarquías de enco-
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82
,
"

11I1Il1)()CO hubiera sido posible sin esta migración en 5. LA MO"L1DAD DI': LA <:LASE MI?J>' .... COLONI .... L
IHUM de man o de obra, así como sin el a porte deJ
I)(I /Ulcirante cazador de indios y es, también. sobre -+- Es muy probable. que hayan sido los grupos de
(1m.' liubsuelo demográfico y económico de reciente (Of* la clase media colonial los que estuvIeran sometidos
IlUlción que surge en el centrosu r una agricultura, a una movilidad más intensa y {recuente. Donde hubo
IIlIn ganaderfa y -por consiguiente- grupos sociales cornerciOlocaJ impoi·tunte. prosperaron múltiples pro-
lIuevos de Jazeruleiros, fesiones y la ubicación socia l de los individuos que las
Los emboabas mismos nos ofte<:en diez caras dJ- ejercían dependía, las más de las veces, del giro de
rerentes, según la época y las circunstancias. Hab1an su negocio o de su habilid ad profesional, mucho mAs
uldo mascates, cJue s,e Internaban en los engenhos y que del privilegio gue emana de la ley o del favor po-
1'11 las Jazendas para vender' sus mercaderias, hasta lltico. Esto mismo abrió las puertas a la ambición
que el oro encendió su fantas[a siempre despierta y personal y a la aventura comercia l y los individuos
los mascmes se transformaron en mlneiradores. CUan- lograron ascender en la escala del 1?oderio económico
(lo los minas se agotan -moría el siglo 18- , los de. o perdieron el que habfan alcanzado, sin que de su
('('ndientes de aquellos emboabas aventureros vuelven episodio quede mucha huella en la historia colonial.
n cambiar de profesión y muchos de ellos se hacen Este. anonimato de Jos SD,lPQS de la clas,e media no
!llze7Jdeiro.') (Vianna, Popula¡;oes, 1, 124 Y sig,), aun- s)gfiifiCa, . sÍn ejñ'barg-¿, -que no llayan' existid.o,· Si los
que es pos:ble que olros inviertan en el comercio los hubo Y' más ampli(]S (u'éron de lo que pudiera creer
ruerles capitales acumulados. el que conciba a la colonia americana nada m<is que
La oligarqufa de más' antigua tradición en el cen- como somnoliento señorfo feudal.
j rosur - la vieja nobleza v1centina de propietarios
I1lrales, que Olivelra Vianna ha estudiado tan minu- a. Cuyo, por ejemplo. fué una zona activa de
ciosamente (ibidem, 1, 118)- tiene, igualmente, su produ cción de arlfC1.110s para el mel'cado colonial. El
Intensa histori a interna. r-.as bandei'ros del siglo 17 valle donde se .levantó la ciudad de McndoUl era asien-
In habían ampliado y enriquecido. Se había expandido to de 20.000 indios de civilización más avanzada que
hada el sur y hada el norte. Se habla hecho minera los del Litoral y el Rio de la Plata. Encomenqados
en los comienzos del s iglo 18 y , derrotada por los em- todos ellos muy pronto, no pasaron muchos afias an*
boa,has, habfa sufrido un proceso de dispersión par- tes de que esa zona se lransformara en proveedora de
cial y de readaptación a las nuevas condiciones. Pero otras provincias de la colonia.
volverá. pronto al primer plano de la v ida económica MOl'ales Guiñazú ha seguido la hu ~l1a de aquellas
y RociaJ y,. cuando la monarquia lusitana se instala en caravanas que s<JJían ,irl \'alle y, en u na dirección.
Rto, la veremOs arrastl'ando sus aristocráticos enseres Cl'uzaban los Andes rara 1Jegar a Chile y, en otra,
para establecer en la corte su residencia permanente. alcanzaban basta Córuolm, Santiago del Estero, Tucu·
Aristocracia caminadora. cuyos cuadros se ampUan, mán, el Litoral y Bu enos Aires. Es muy extensa la
se reducen y se modifican al unIsono con las transfor- nóm ina de pl'oductos ¡jgt ¡colas de la industrl" domé.,>*
maciones que va sufriendo la economía de la colonia.
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86

2
Ikil qu e Il evahan la s carretas cuya nas y que h~ce el Valle de Ler ma (lul'ítllte lo!'; meses de feria; los capi-
'HlIOI' citado ( 129 y sig.). Ademti s del encomrnclexo talistas, cuyo ,lin cl'o ¡;C debía oplicar a múJti ples op~
V !Id indio econmendado, ese- tráfico"Iiítenso y prós~ ! raciones -auelantos a los hatcndados platenses, prés-
¡H'rn n~~(,E'~nÓ de una verdadera mulftud de6:n~erme;:; ., tamos a los ]Jeqllciios comercia ntes, ete.-; (os arte-
III.H· i ()~: \:1 comerciante mi norista y mayorista --eñ el I sanos, de cuyas ma nvs debían sa lir mu chos de los
1111110 d e part ida, en (>1 ('.arni n Q y en el punto de des- objetos e in strumenlos qne hacian pos:ble el manejo
1III(~ ' -: el fl e tero de ca rretas ; el propietario do barra- de tantos mil es de nn imales y la m ovilizaci ón de tan-
¡'i lH: ('] fraccionado!' de bebidas "a1cohó1"cas, poI'que era tos centenares de llHlivlduOs y, claro está , los mis-
~ ' I I!' uno de los rubros más importantes de ese tráfl. m os cercos y troni.:OS I.:on¡;truídos r n el Va lle ele Lerroa.
I 'j ', t·te. ete.
,;~s Igua lmente in teresante recons truir la línea b. Las ciud mles de Limtl y Méxko, como se sabe,
W'II¡':TMi ca que corresponde al tráfico de ganado en- fueron laR dos más ri{'as y pOrJu¡'Q;aa metrópoll s colo-
rn' pi Río de la Plat.a y la ('.~ta del Pacífico. Mulas, niales de Améri c<t, s in n:ula que pudiera comparár-
l'llhllllos, ovejas y vaca::¡ se crIaban en las llanuras de s.eles en la S. colonia:=: hritánicas o en la portuguesa .
1I1I1'nos A irp¡:;, Rant~ Fe, Corrientes y Córdoba; mver- En ambéls ciudades, los olicios y las profes iones CB-
Iwloan en Córdoba y Tu cnmán y de al lI p<lsaban a las racterfsticas de la clase media se multiplicaron nota-
(" .. ¡<:IR peri6r1 icas de Jujuy y Salta. D~de éstas, par- blemente - no sólo para satisfacer las necesidades de
1I1111 las trnpos en di ~l.i n t¡:¡í'i direcciones: algunas hacia la pobladón numero:=:Q, ¡:;i no porque tenfan ollí sus
('Illle. otras hacia el Al tn y el Bajo P erú . asientos () lig¡lt'(l\¡í ;:¡~ de g ra n j.lOd~l' adquisitivo y de
Mendoza, que ha e5tudiado esas etapas jniciales los más refinados gustos.
( ' 1\ In his toria de la ganadería argentina, asegura que E L Pad l'e Bcrnabe Cobo, que es(, ribe a prinei¡:jos
lit ff'ria del vaUe de Lerma fué, (>ll la época, la más del siglo 17, no <1ban dnna un inRta nte la sorpresa ante
J(l'élnrle del mundo, con máR de. 60 .000 mulas y 4.000 I~ hallazgoS' que hace ('tl' L ima: "Es cosa que admira
l'ul1<\1\os, ovejüs y vaCélS distribuidos en sus corrales ver el gran n'(¡me.1· O de t iendas y oficinas que hay por
y ('011 v¡;¡r ios mJ('s de individuos venidos de tantas par- toda la d udad , rrmyormcnte en las ca lles vecinas a
It's de Amér;ca del Sur para pm'ticJpar, en una con- ]a plaza principal, pues sólo las tiendas de los Mercade-
(I¡rión ti otra, en ese mercado continental, que se res pasan de cicnto cincuenta , sin ruUl;~.hos almacenes
prolongaba dur~n t c más tle un mes todos los años. que h ay en casas pélrtir.:\lIare,s; y los plateros sólo, OCu-
MUChOS gre,mios, expresa el mismo autor, inte- pan una calle de las más principales de la ciudad;
¡!'J'ahan el comercio ganadero y enumera, entre eUos, apenas hay una esquin3 en que no haya u na t!enda
los propieta rios de ganado, los Jnvernadores, los tro- o taberna de vino o de ('o!';a 4e comer, que acá Itama-
peros, I OR il.rreadores, los compradores y los recibido- mas pulperla lie manera qu~ pasan tle doscientas se-
res. N os ser fa fácil agregar otros' más: un gran nú- tenta las que se cuentan por toda la ciudad" (Cap. '
mero de pequeños com erciantes, desde las pnmpas
platenses ha sta el últ ~ mo lugar de destino de la tropa,
, 'XV, 72). De los "tres diál ogos latlnQs" tr.sc.ritos en 1554
por Cervª,ntes Samár y -el poe-ma de ValQuena, -que
concentradas pri ncipalmente, s in duda, en el mismo data de los inicios del s ig lo 17 (ver BibliograHa ), se

88 89

tt
r desprende la existenda de gran número de ~de~ que no pueden abandonar el lugar y tienen, gl:aves
res en la ciudad de Méx:ico.
Esos ~r~pos de clase ~ledia; deben h~~er estado
oblJgaclones hacia Su señor. E n otros, son mas mde-
pendientes y, a la vez, más indefensos. Las más de las .~
t;ometid os a un proceso contmuo de mutabllldad y sus veces, su s uerte es tuvo determ inada por la actitud
integrantes haber oscilado sin cesar en tre la fortuna del senor y un gesto de éste podía arr ojarles, en cual-
y la mi seri a, sin olro respaldo qu e su esfuerzo n1 otra ,:"
quier instaIlte, a la multit ud de los desocupados o de

•~
esperanza que la de su buena estrella. Quizá fueron , lOs esclavos.
los artesanos los qu.e lpgraron dar mayor njeza a su La IDqu tsi.~J.ón actuó, en ocasiones, con dura ma- l
destino; Jos que, como grupo de clase media, lleg~ron no para dispersar por .comple to un grup? de clase :
1

a inmovilizarse más firmem ente. Chávcz Orozco afIrma media o para r educi r sus integrantes a la miSeria, obll- j
que en Nueva España se organizaron térreamente (39). gándoles a hu ir del Jugar y abandonar sus bienes. El .
En Nueva Granada, en cambio, no lograron nunca la Caso más brutal fu é, probablemente, el proceso lla-
autonomla que en España, según Antonio Garc1a (Sa· m ado de los portugueses de Lima, iniciado en 1636,
trInado, 259). que llevó a la hob'Uel'<l a numerosos comerci antes
En Brasil, la versatilidad vocacional y la movili- limeños sospechados de judaismo (Medina, ll , ~7 ). A l-
dad de la población fueron caracterfs ticas que advir- go semeja nte ocurri ó en Brasil a principi os del siglo
tieron varios viajeros ilustr es. Habia numerosos oíi~ 18, donde la Inquisición proct"s6 a más de 500 per-
eios de menor cuantía y acti vidades económicas rura- sonas, comerciantcs y requerios agr icultores los más,
les, ninguna de las cua les orrecía una espera nza grande por el mismo delito que en L ima (Le.ite FiJho, 53) .
de liberación, que se tom aban y se abandonaban con
sorprendente rapidez. B_uarque de Hollanda h ace una Ji . ?-.lI SOlB IL IpAD
observación que tiene gran Importancia para determi-
nar el grado de mutab ilidad de los grupos de clase 1. En la socieLiad cuJonial<iúi"hay grupo que jJer~
media : el oficio, dice, no se heredaba (64). manezca enteramente em;~ado en 31 a través de las
generaciones, -por mucho que se lo propongan los más
c . En las zonas rurales de la América hispano- soberb:qs representantes del orguUo aristocrático, La
lusa se desarrolló otro tipo de clase media, cuya in- tradición famlli ar, el propósil0 individua l de sus i nt~
eslabilidad económica debe haber sido también m otivo legrantes casi nada c ucntan para fi jar la pureza d el
permanente de cambio social Lo f onnilron h ombres grupo. Antes b ien, su 1:{Tndo rlc m isdbilidatl dcgende
que tomaban a su cargo una parcela de tierra, para siempre de otros factores m enos per~ona les.
t rabajarla con su famiÜa o con el concurso de escla- Ocioso sería casi volv('r a illshttir en fIue la ten-
vos o indjos y que pagaban alguna compensación al dCLlda a la estagnación de las clases y l ú~ estratos so-
propietario de la heredad. Se les llamó d e las maneras , ciales es muy granue r n la sociedad colonial pero,
más distintas : arrendatarios, medieros, foretros, colo- J a.ú n 3si, no hay grupo que escape a la conmixtión con ¡
nos, sitiantes. En algunos lugares, su inmovilid.ad física otr os grupos y no de acuerdo con los deseos íntimos 1
no se diferencia casi de la del siervo medieval, por- \ de sus mit>.mbroo, s ino a consecuencia de las trans-

90 91
1": '
l'
rorrnacione,'i económiras y sociales que se operan a su
nlrededor, I
familia s dl' más psc)"upu losa y Llnl'igu8 preOCupación
aristocrá tica un elemento deleznuble, per'o extraordi- !
E$ muy probable que el m ayor grado de misci bi ~ nariamente pocl eroso: el tratante de esclavos. \1
lidad se haya encoutrado en los grupos de ra~éfas~_ E l orgullo DfistO<T~llk() y hasta la m¡í !'! estrecha y !
fnecia, .u ehi~10 a su mayor inestabilidad, Pero'·' es en antigua tradición ramili;:\f ceden a n te el empuje del ' :'"
la erase de los STandes poseedores y altos funcionarlos dinero y un grupo socbl nuevo o r ecién ll ega"do al : \.. ,,
pOOf'r(o l'conóm ieo tra e siwlfire 'consigo 'la m/.-~efjt'nz 1
dond e m ás fáclt -nos resulta hoy, percibir ciert.as leyes
de -uXla:s las' ct'N1en~ Ia:i~, p6t óas(,a:<; que s"ean sus ma~ ~ '\'
que rigen la ml scibilidad de los grupos, porque es más
abundante y clara la documentación exis tente que se
se r efier e a ellos,
neras-y' óseo'roS s us apellidos. Qui z¿. tenga que esperar
una generación, per o su enu'oncamiento con la ar1510-.
L
~ I
cr acia antisua se produ('irá inevitablemente. \ ¡i
A m~licla qUE' se. div érsifica la cco!l()mía cOloni.a l, \
2. En general, el aSC(!I1SO económ ico de u n grupo 1.. base económ ica de [I lgllllas filmiJias de gr:mdes po-
d e poseedores le conduce a ingresar en otras 3ctlvida· seedores se amplía, p('ro eSlv ocurre no sólo porque r
des p rodu ctivas y a entroncar con otrOs grupos tle ~,...hayan itlo ndquiriendo propicqades de distinto tipo,
pos~dur('.s, He,mos habl,ado hasta, ahora de varias de " ' , (h ;$". 4.'I~')u
estas rapas SOCiales -mmeros, agn c.uI,LQ.res. ga nadet.os,
sino porque" a lo [argo de generaciones, han ido en-
trom:ándose, por m atrinl onios, nliemuros de distintos 1
;lZl1carer,ps, algodoneniS;'Ct11fivadores de cacao, cnco- ' grupos, de distintos orígenes sodales, La fnumeraclón
mcnclcros, alio~ funciona rios, ncgl',e ¡'Qs-- pCI'O su dire- de los bienes del padl'e de- S im ón Bolfvar (Gil For.
l'endación c:Ial'a ,suele hacerse difícil, porque hay épo- toul, I , 280 ) no sólu nos demuestr" que la aristocracia
cas y lugares e n los cuales esos grupos .. parecen muy muntuana abarcaba ya muy diversas actividades eco-
mczclados entre sí. nómicas, s ino que nos hace sospechar, con justificado
Cuando un_individuo ha a cu mulado capitél.l en la m otivo, que el exclusivismo (lc los Gran Cacao h abía
práct[ca de u na actividarl se siente siempre tentado a s ulr:do múltipl es quet>rantamientos y que, detrás del
jnvertirlo en otras actividades. No existe coJo.nia en la nombre brillante de un 31'istÓCl'ata caraqueño, danzaba
cual los mineros, después de l'eu n ir cuantlosai) sumas a legre, au nque s ilenciosamente, el espectro dE' un os-
de d inero o de metales, no hayan adquirido latifun- cul'o comerciante bilbafno y hasta de algún capitán de ..

l
dios, Ni donde algu nos comel'cinntes ----especja lmente buque negrero del más inenarrable origen sucial.
los monopo:Ustas vinculados a las metrópolis, de dqmie "La, riquez~ de 103 fI?ás -observa el Padre Cobo '
derivab;:¡n sus privilegios-- no hayan adquirido, con en la Lima· de principios <.lel siglo 17- con siste en ¡.
el COrl'CJ' de los aftas, las tierras de nobles arruinados tllnero y bienes raíces. como son : htred<:t.ges, hu_e rtas, !
o ineptos. Ni donde la 19lesía y los comerciantes mayo. v~~as! . ingenJQs de azúcar, obrages de pafios, estancias ' '
ri ~tas no hayan invertido capitales ~n hipotecas, pasan- de gana90$, posesiones y ren tas de m"yorazg-os 'y en- 1
llo años después a tomar posesión de los bienes hipo- comiéildas d ~ i..ndi.~' , Ese complejo subsuelo econ6-
tecados. cuyos propietarios no potlían levanlar la deu- 1, mico de la aristocr acia limefla -que no er a ta n s610
da, Ni tampoco donde no haya irrumpido en las encornendera, corno pudiera Cl'eerse- implica una es-

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.',

trucluraci6n compleja del grupo socIal y habla de po- antiguas aristocracias territoriales decaen o sulren se- i\¡¡
IJIIJlcs y fTt'Cuenle~ casamientos de propietarios de ", veros golpes de fortuna.
IItu'ajes con hijas de encomenderos y de herederos de "El
Los emboabas lusitanos, enriquecidOS en las minas ¡,
! IIIHl'nios de azúcar con herederas de es.tancias de ga- y fl amantes fazend.eiras, llegan a mezc larse intensa.
Ilut.lo. mente con la nobleza terrilodal paulista, en parte de-
E l entronque de familias de altos funcionarios de rrotada, en parte dispersa .
lo corona con !amUias de encomenderos, mineros y En Perú, mientras los encomenderos se empobre- ¡
wandes hacendados, que ya se "advierte desde media· cen por la supresión de las en('omiendas en el sjglo .
•Ios del siglo 16, debe haber sido de la más alta pel!· 18, hay una "tu~~}~ª'<L~OJ!1..~·c.~arqu é 'ascjende .y. mu- ti
/{rosidad para los desposeídos - los indios encomenda- chas de cuyos miembros se apte'suran- ·a - adquITIl" tI- ~I
.
dos Jos mitayos, los esclavos- a quienes siempre al·
¡nma luz de esperanza les ll egaro del siemI2re renovado
tulas de nobleza para ingresar en los c1rculos más ~
privilegiados. .i
,"onflicto en tre los representantes del imperio y los En Chile, el proceso ha sido sintetizado en pocas
~;l'fíores locales. La corona trató insistentemente de im- palabras por Edwards (9 y sig.): "Desde mucho antes
pedirlo, con múltiples ,d isposiciones legales, porque de 1810, las anti.guas familias de conquistadores y
tmnbién ella veía peligrar en esos matrimonios la fi- encomenderos, arruinadas por el lujo y el ocio, o ex-
delidad absoluta que r eclamaba de sus funCionariOS .. tinguidas en la guerra o el claustro, se encontraban
Algo semejante puede decirse del ingreso de hljos en plena decadencia. ~Tuevas estirpes de mercade~es
de familias aristocrátic3s en la Iglesia, donde solían y hombres de trabajo, con s6lo tres o cuatro generacIO-
alcanzar las más elevadas dignidades. De los vástagos nes de opulencia y figuración social. las h ablan lenta-
del senhor de engenho, el mayor -dice Calmón frist. mente absorbido y desplazado. Uegó ast a dominar
social 1 80 Y 85- heredaba la tarea del padre; el económica y socialmente en ~1 pa{s una aristocracia
Regun'do: iba a estudiar a Coimbra; el tercero, era des- mixta, burguesa por su formaci6n, debido al triunfo
tinado a la carrera S8'cerdotal. del din~ro, por su espíritu mercantilista y de empresa,
Ocurre a m enudo que la conmixti6n de la burgue- sensata, parsimoniosa, de hábltos regulares y ordena-
s~a comercial con la al'istocracia rUl:al en una colonia dos, pero por cuyas venas corrla también la sangre
Re intensifica después de un proceso de enriquecimien- de algunas de las viejas familias fe udales".
to de la primera y empobrecimiento de la segunda. Aún en las Antillas brilfinicas, donde tan simpli-
En realidad, es una consecuencia de ese proceso. Para ficado era el esquema colonial, con sus seiíores em-
los comerciantes, esa es una manera de adquirir pres- ,. pleando sus ocios en los círculos soci,ales de IngJate~
tigio social; para los viejos aristócratas arrumados, de rra, se registra un proceso muy semejante. Muchos
adquirir dinero, plantadores hablan hipolecad() sus propiedades a ban-
queros y empresas británkas y se advierte, hacia fines
3. Este capítulo en el proceso de la . miscih.U.i~ad del siglo 18 y principios del 19, un proceso de em-
de los estratos coloniales se hace más intenso y evi- pobrecimIento y dispersión de las ollgarquias de azu-
dente en..-el ...siglo
A..- _
N
18 y principios del 19, cuando varias
, .. ...
\ careros, proceso en el cual actúan también olras causas
95

(
¡ T
"11)'0 ".'>ludio no corresponde hacer aqui. Simultánea-
1111'111(" !,,!lúa medntdo en r.tl.s uoas islas una bUl'guesfa
,11 1 1'lIlrH'I 'l:iantes de origen pri:'ferr.;ntemcn te escocés y
IlIth", I:uyos ingl'esos principales se del'i vaban de ]a
ACOTACIONES
WII I. , ;t los ingcojos <le ci~r t ;)s
mer caderias que trafan
,t" IlIgl¡ltel'ra y ,d e la vent.a en Inglaterra del producto
,In ¡os Ingenios. Algunas fa miJias de e~ te origen He-
l'lI.IVIlEGIO-Y 1"1U"..JUIC10
:i
M,u'on :1 acumular cuantiosa riqueza y sus miembros Cuanto más de8aroll¡:¡das Se! encuentran las diferencias
IIIHI'I'¡:mroh, por casa miento, en la aristocracia local de sodales -enseña Landunan, estudiando las civilizaciones i
1,lunl"dores (Ragatz, Old plant., ]1). primitivas (84)- más sC agudJwn los prejuicios Que reeaen ,.
·1
sobre los miem.bros ele las clases humildes. Uno de los más
Importantes prt'juido::¡ de e~:;a ¡¡¡r\(lle es el racial, cuyo ori. II
gen y alc¡lnc(! hl f; lóric(~s ~m la (:olo n¡" hls pano·lusa e.<¡tudla. '1
remos en otra obra. l.
l.A Mr.S1'A EN NIJf:VA ESPAÑA

José Mirando, en una docump.ntactR monograffa refuta l'


la tesis de Kleln, que restA. importancia a esta organizacI6n
en Nueva ESililih (ver Bibliografia,f ii.,,
, OLlGARQl'!As COMUNALt:!I . LOs OOMUNEROS "~RA G UAyOl'l Ji
i
Uno de los conillctos más apasionantes e Intensos sus.
citados entre las oligarquías com unales y el poder Imperial .,E

I es el que se conoce en la hlr,¡toria del Par;¡guay con el nomo l'


bre de levantamfento de Jos comuneros, en el siglo 18. Los
com.uneros paraguayml, Que comprend1an con claridad cutí.
¡el! eran las graYes limitaciones r¡ue les Imponfa n la corona.
y, más adu, la Compañfa de Jesús ron sus ruisJonl"s guarRo
!i
I, nf~, se. Insurreccionaron vanas veces en el sIglo 18 y sostu.
vieron, con ahinco y altivez admirables, el derecnoa-tons.
tltuir su propio gobir,rno local y a orga nizar el comercio I"
.1 de lo. provincia del Paraguay de ac ueluO él sus conveniencias.
Tan audaz fu é la formulaci ón polftl c:a h~hn por Jose:
de AnteQ\lera y Castro -a quien Jos comuneros recono. t
cleron como su conductor y su teórico- que alcanzó a tener
un verdudero sentido 1"t!voll1clonarlo, como Que IntrOdujo en
IlU programa de lucha un elemento -el "Común"_ c:uya
L
, '
tuerza de sugest16n e importancia IlolHica adqUirirla propor.
dones de aluvl6n, decenIos más tarde, en la Revoluci6n Fran.
eesa.

97 jI
6, f .
¡¡
Los h¡~t Qr ! Rflorf'S' ,le I;¡ Compañia (le Jesús y de las IlII
¡¡lone¡:; jE'suiticas pn el Paraguay han tratado de ridiculizar
frnómeno, ta n fl'e('u en te (>n la h¡ r:; wl'la colonial de Nueva " ,,
York, Fe en('lI('llVa <lsl mi:<-mo Amplia mente documentado e n
las ifleas de Antequera, pero 51 la oligarqubl comuna] fl e el lib ro de M.ark (\'el' Ri IJlloRr:'frtl ), '.
A¡;unri6n d l'fe nrii6 sus pORidones con tanto v.n'Ujo en v tlrll\s "
ocasiones en aquel slgle ]8 no fué únicamente porque obe-
dt'(:ia los dl¡;:tados de :;;U,ll Inter~es comerciales, sino tambié n
porque pelrnha movJda por un sentido de justicia y el "Co-
mún" l10 era para ella menos r ea l y. dIgno de respeto que . el
"pueblo" Que aparece rn la pr[!OCllp.u'¡ón dt:; los grupos eno·
H ernández florlrfgul?z flf!finJII con agmleza uno los oe
procc!;Os que condujrl',.n ~n NUf'\l3 Gran<lda fl flumentl:lr el
1109 que inician la revolución de la !ll(lepend ... ncia, en varla¡; número de los arren(lalal'iQS y IJI:' los pl'Oneg (270): "La
colonias hispanas, a comhmws del siglo 19. mita agraria enseiía .tI Inulo a alquila!'se medi¡'lflle salarlo
y con Jos desplazam ientos ¡le una regic'¡¡l a ou'a va ,>lcndo
n!.NTA DI: c.Ul.COS PÚBUCOS cortados sus vln('u los con 6U as;lelll,o territorial Los indios
destrlba1l7.ados comlf'1l7..an a presentarse romo satélites hu-
F.n la ~poca de Felipe JI y después. la venta de los caro maDus, al lado de las J;ran lles P" o plcnades de los terra te'
gas públicos fué una práctl<:8 uni versal en E uropa. K. W. nientes de la (':oh:in ia Sl' alflu ilml a veces POj' salarlo y
SWilrl (;'SaJe of offices in lhe 9f'Vetlleenlh century". La _HIl - suelen también j·(,tornar a la t1el'l'a en CQnrlldonl:'$ muy dis-
"
i,
ya . Mnrtinu s Nijhofí. 194(9) hn ('I>t udlado este procedImIento , tintas a 1"5 Que tuviere n UIl 5 US Clilne13. El indjo recibe del
que p;.lrcce haber alcanzado !lU culmlnllci6n dur.a_n te el siglo terratenlellle pa]'cela¡;¡ cuyo C¡¡llon (le arriendo debe pagar
17, pn Franela, Or:m Bret:'lfla. los P¡:¡i!:ies B~\Jos, ll!Olia, A le· en d Inero. y con. m<lyiJr frecuencIa en trabajo. Con este pro.
mania, el Imperio Otomano y Ch ina. eedimlenlo, eJ ha('.('n(!a(lo t Cn(\I'R mano de obra üsentada
Sohre prc:H-lslón ae ofh'los ¡Júbl,icOs por v C'nta O recom- sobre su ti ph'a y de fácil reclutamiento. La destrlball2ólCiól.l
pensa, véase Ols Capdequi, J'nst., de gobierno, :-m4. y sig_ Lo de los indios forma ¡¡Sr, al través d tl prOcesos (.'{:mt!"lldlctorios,
/lue el autor expresa en esólS páginas, a pesar de r .:fe-rlrse a l proletarlndo agrícola o !león y al url"(!l1datario o ten-as-
a Nu eva GrllDada , se aplica a todas las colonias espaflolas, gut'ro, que suhs iste hasla nUl!tllros ¡Has",
Mcdianle e~e sislema fueron a veeea provJslQS cargos tan
Ir
importantes como los de Presidentes . Gohernadores y Capi-
1,
tanes O e n era l~ . "como T{'rompensa. {le servicios de carácter
pecuniario" (fbidem, 3&1.).

LA OLlCARQtlÍA !lE 'J'ERRATENrENTF;s 'EN ~UEVA YORK


Lohmann Vi1IenB, Que ha hec ho un estudio minucioso de
los americanos Que ingr~.sarOn a ¡!:lS órdenes nohillarlas his. li
,1
panas, explica cómo los <"Qmt r c1 ames fueron admitldOt; en 1I
,!í
ellas, "El ejercicio del cumercio - d ice, en la dQcum ~ ntada
En su estudio sobre los confJk tos agril.rios en Nueva, T?o~osraffa que sirve de prólngo a 1;U obra (ÓrdenBs tlabi,
York en e l siglo 18. lrvlng Mnrk Qlrece abundante material huna.t, 1, pp. LVI Y sIg.)_ nI) ~c c.lt: s(leilsba ni se reputó ['
par:! obse)'val' cómo se va fc rmanlio en esa coloni.a una rcf'lldo con la ca lhhld nOhl J!a r ia, !; tf mlJr ~' Que e,se oficio no
peqU<>f'lR oHgarqufa nI" propie tarios de la tierra , Que domina "
se hubiera df>f>( lnlw!\aI Jo Pl" ':,:u lltll ml'l'llc por el pcS U! Jil nte
hu; rtJ nrlonp~ J)llhlic¡¡s, IncluyendO el Jloder Judicial. cuyo
t>jt>r cii'io "'Rt f¡ mlosl Invari"hh'mCtlle ol 'l('nt mlo a ('n n ~lId.ar
lo s prh' i1egios de dasl', Ji;L us ufructo rll'1 pO(i{'t e!,l en !;f mis-
J
l'omo Tl um \lln l·¡(J o " :l m l,j¡ur" r . _. )';11 l·.. l~ :wfltid(l. 1.3 JUI 'h~I,I'u ­
.lcnela s~ n tada l)()l" ,'1 Ct1nSC,'jo dú l<l!:l órdenes ya hahla .am. ,¡J
mo. rnn frecuenda, C(I)'1.mt.\1rl-l (IIH' permite el enrlqueci -
mi~n l(l rl ... runcionarios qu(>, al ¡¡jlodenlrsc Hl'g¡¡lmentc de
p liado el criterio. un la n ~o rcst.rhlJ,1 r1o y ('on reminiscencias
ml.'die\'ales, en beDEfic.lo d~ IOI! comercian tes andaluces y 'i,¡ l'
"
vascon~ a rlos _ CUyBs acU,' I&J ues n(l se tuvieron por desdoro'
las ti er ras públicas, ingn's¡m en 13 dflSe de los grandes te-
sas ni refildas COD el us_o de 103 distintivos nobiliarIos. A !
rratenientes o consolidan suS posiCiones dentro de ella. Este !'
este respecto, Importa subrayar que en las Indias, por la
9R 1";
00
I!
i: I
....................................J~'.T?. ._____________________________________ __
'UIlI'1Jl 1:11'1 ambi ente, p¡'evaledl!con nonnas de mayor lllx.llud
I¡III' lH~ v,igentes en el Viejo solar anccslral".

"

( 'umenta' Ots Cap(1equl (frut. de gobierno. 101 y slg,) el ,I


Illllo(u'lante Informe sobre tierras r ealengas que el Oidor·VI·
.11IUI(II' JlI(ln AntonIo Mon presentó'a la Audiencia- de Snnta

J"II, Nuevo Granada, en 1786: .:' t'
" l.i:l abuso con q ue ha!;ta entonces se había procedIdo en
111 rOllcesUin de tierras J-eulcng(l$, sin m edida, desHnde, ni CAPiTULO' nI
"Vlt ll1o, sin tener en cuenta lJ.s posibilidades económicas del J
¡jnlk llun.te y SI11 qué unos su pieran lo qUe pe<tlan nI los ORGANIZACIÓN SOCIAL Y CLASES SOCIALES ,1
1l1l'Of1 lo Q \lfi, otorgaban, era la principal dJ1lcultarl "para q1,l e 1,
IIHldL(. p·a rtc, que se halla inculta, se lludiera hacer ci vil, y
huhI!3hlc"; muchos, ,ni ampólro ~e Wl HtuIo de merced de 1. JERAHQUlZACION ECONOMlCO·SQCIAL
n••,.';''', hablan h echo reventas muy lucrativa!;>; otros, hahlan
lll1Jlldo e¡;l<.\blcccr en 5US tierr'as familiJ. S de pobres I!u)th·a·
,\rI1 ~ ' H y cuando éstos~ con lit! esfll(!rzo, hablan hech o fructi · No 5610 su~structura íntim<; C$ 10 que concede
tll'lLr los campos, exhihfan aqut!llos S1,IS titulas y los conml· a la clase y al grupO su importancia y su personali~
I1l1lmn, con el desahucio si no Si! converlfa n en verdadc ro~ dad, sino también su (uncionalidad social, esto es, las
' tl\ICJóltarios SUY08" , ../~ ~c1ones de jerárqu1a que guarda con las otras cla- .~

ses ygrupos sociales. Lo uno y lo otro están relacio-


8IGN1ElCAoo DI'! ALGUNOS TÉRM(NOS

IJandeiras se llaman, en la historia colonial del Bra~U,


I nados fu ertemente, La existencia de las clases ya im-
plica la jerargula, la ubicación dentro de un complejo,
'!

Ji In~ l.'Olumnas que se Internan en el ,8er~ao para cazar ln· social en el cual hay niveles superiores y otros infe-
¡JIU!;, que so(\ despUés vendldon a lo...· f auflCleiTos y mmeir(l· riore!.
tl j/f(..~ del litoral. Balldeiranteli, a quienes las Integran,
t-.."'mboaba es el portugués que , parUcijXl de la explotación
J Una vez más digamos que la jerarquízación de
1\1111t:ra en e l siglo 18, las clases sociales no es sinónimo de inm,oviUdad so-
Mascatear;1U) e's el comcl'clo (¡Ue hace el mercader por' cial, de parálisis histórica. La socieUad capitalista mo-
tU H'U~S llevando 8US ,articulas a J<ls .fllzenda8. Ma~'cate es el derna está sujeta -<1 fr ecuentes e importantes cambios
IK)I'lugués comerciante y tambléñ el minero,
sociales, pero hay en eUa, sin asomo de duda , una
I
jersTqufa de eslratos socia les. La sociedad colonial
pano-Iusa n o durmió esa larga si 5t
WIT
o 'cal qué su-
¡ ponran loshl storiadql'es del giglO,\ t ;~la qu e 'a ún "
li '
siguen hablando algunos escritoJ'.es y, aunque' el tiem-
"
po se deslizó entre_sus manas a la' sordina, tuvo, obSer~ "
vada en su conjunto, un grado considerable· de movi~
lidad social. La orRanizaci ón jerar'qu lca de Sus c.lases

filO 101

J

¡

NoCiales nunca podría representarse, por lo tanto, con riales trataron de imponer en América se quebranta-
t'll(~uemas d('ma-s iado generales e inmutables, en los ron muchíl.s veces y el qu e, e n definitiva, resultó, no ,
que UI10S grupos aparezcan siempre aquf y otros siem·
In'c allá. Algu rl-os hubo que des lumbraron con su as-
I,' ('nsión vertiginosa y que luego se hundieron en el
I había sido previsto por nad ie. Cambiaba según los lu-
gares y lus épocas, por más que los juristas de Feli·
pe Il y los ü.'61ogos ue :Mass<lchusetts hicieran mara-
:1"

olv,do histórico. Otros, que sufrieron mutaciones de i villas para gobcl'1lürl0. Ya cincuent" años después de
l':-;lructur a ~aIi1bios en su intimidad de grupo-- de iniciéldo el experimento de Nueva Inglaterra -recuer-
tal magnitud que lo úni co que CODservarQn igual, a da,. Wertenbaker, 76-- los teólogos clam a ban CQntra la
lra vés de las generaciones, rué el nombre genér:co con perversión de las costumbres de las nuevas genera- .,
"'1
que los historiadores les conocen, ciones y el abandono de la comunidad biblica ideal,
No vam os a escribir aqui la cronologfa de los gru· cuyos primeros ~ignos de decadencia descubrían, Pero :1
II
pos sociales, ni a intentar rehacer en detalle el es· el mismo autor advierte que su desintegración habla .,.,.
Quema de su jerarquización colonial, sino a hablar de comenzado apenas Ja comunidad ideal se había esla· ,.
las !fneas generales de acuerdo con las que los grupos y blecido bajo el cielo neblinoso de la Bahia de Massa- "
rlases se fu eron escalonando. chusetts.
Los factores que del.erminaron la jerarquía de las
..
1. CONcr.I'ClÓN DE CASTAS 'Y REALIDAD DE CI.ASE9 clases !uen1n los mismos, que actuaron en el proceso ' .,.,"
El mundo leudal, agonizante en Europa, pr9Yectó
formal!vo y en el proceso transformativo, que hemos ~
estudiado, Es, así, posible trazar un es uema 'crár u i- p.~ ~
.
sobre América su concepción de los iDdividuo:i orga- .co qu e 'iDcluya, entre Jos grupos ete otentados, a lOS] \ .
nizados _~n cas!af2 En castas vinieron pensando ·tiñtO' encomenderos, l,?~ mineros, los haceñaMOs , lOs planta-
los peregTinos ~ "Mayflower" como los colonizadores dores, 1118 SMllrorr$ ele enoenho, Jos negreros, los co-
portugueses y e.$paflOles, En Europa, la feudalidad ha- ~erci ~lües ma YQr.i st.~s , lOS . a ltos runcionarios de lOs
cia siglos que se resquebrajaba, pero su mente, su 16- ImperJQ!), los altos u lg'naLarJos de la iglesia católica,
(
gica, su terminología iban a sobrevivir durante varios Entre los grupos ,de ~Jase medi~, los artesanos, mu] Vu'-""'1
siglos más. AméricR, fué, desde el principio, tierra de
agramante. zona donde la ldea {eudal pretendió rever-
chos comerciantes mmot'lstas, funCionarios y proCesio- 4,
nales menores, pequ eJ"ios agricultores y explotadores
",
¡,
decer frente a W1 capitalismo que la hacia imposibl~ de ganado,
I en la práctica, rConcepción de castas sobre una reali- Entre los asalari ados y trabajadores no esclavos, ~-.or:>
dad de clases: ése fué el hecho~'l Fué también el slm- que r ecibían algu na forma ele compen!>aei6n por su es· -; \
• bolo del confJicto entre el querer y el poder, entre el fuerzo y gOZ<"Ibnn de crCJ't.ll gmdo de libertad !ndivi.
debe ser y el es, que palpitó a lo largo de toda la
colonia, desde la comunidad puritana hasta la tierra
1 dual, algunos de ,los que trabajaban en Ires minas, o
en los tallet'es de los artesanos, o en Jos obrajes, los ,I
de los araucanos.
El diagrama, confuso aunque fuere, que traian
los colonizadores y el que los poderes políticos impe·
j indios cuyas comunidades pagaban tributos en espe·
de, la mano de obra de las lazenelas de gado y de las
vaquerías y estancias plat.enses. Y Juego, la gran masa
:I i
102 103 I

.I
¡
1
1111 'Ii'~ros esclavos y de inillos, lambién esclavos. aun- denuncia de que honraba el sábado podía signjficar
Illll1 la ley 10$ diera otro nombre. que su taller o su tienda fueran confiscados por la In-
PlTO las salvedades y excepciones. las condicio- • quisición y su cu erpo dado a J<lS llamas.
111'11 y dl'~ un s tancias que hay que agregar para' que En el mejor de. los casos, au n<lue una generación
"ull' I ' ....CJ uema adquiera Ja flexibilidad necesaria que le lograra manlen er su rango, de la otra, cas.i siempre,
JlI'! rll ita reflejar una realidad y n o una preconcepción apenas hay noticia y sus miembros parecen e.xtravJarse
tl!'l lIu tm:, SOI1 tan numerosas que escapan a la índole en la penumbra de 10 incierto, No exist(a la conlinui-
Iln Ilues tro libro. No todos los entomenderos ni mine- ) dad del privilegio, como en las casas señoriales; ni la
lilA rueron ricos ni poderosos y muchos de ellos pasa-
HJlI por ,t odos los azares, perdieron bienes y rango so-
I de la opresión, como en la multitud esclava. Esa ines-
tabilidad y discontinuidad dé la clase media la encuen-
1'1111 y fin a lizaron en una oscura clase media. Hacen- tra también Sylvia Thruppentre los mercaderes en la
Ill\tl os y plantadores hubo - y quizá en gran cantldad- ciudad de Londres, en los últimos añOs del medioevo.
IIUl' II pcnas s i pudieron haberse clasificado entre los
MI'UllOH de la clase media. Los negreros sí que deben 2. IDEA y POSIII II,lD 4Ll DE PIlQl;nESO
IlIIhl 'l' sirlo siempre y en todas partes muy prósperos
In)nlllt.' ~ descartando aJgún funcionario que se metía a
Si no en los precursores de la independencia, ex-
IUlv,l'cro ocasional, lOs más necesitaban disponer de cepcional es en contrar alguien en la colonia que con-
rll <'t't.C'S capitales ,p ara invertir en un negocio en el ciba e~~ogreso en la forma en que .se lnal1ii1esta en
l 'l lUI -para utilizar t érminOs modernos-- el capital la Europa ocCldenl<11 del s igo 18. La idea de progl'eso,
.' I1'('ulante 10 era casi todo y el fijo ,c asi nada, lo cual como concepción teórica de un cam bio olaterial en la
Iwrl.'t.'fa el riesgo. y las ganancias. form a de ,,¡da y de un cambio en las ins tituciones que
El trato dado al negro y al indio, pOr lo demás. permita al ,hombre ,a umentar su dosis de feli cidad te- ..-c . . "'~
~Orill ba según los Jugares y las épocas, aunque la re- rrenalÍera a jena a Ja mente feud&,y a la lógica cató-
}jc9~ qtle seguían gober fÜiiloó-eYrazon amieñ"fó del hom-
,
"In fll ~ siempre -yen todas partes- que ocuparan el
Ultimo rango en la jeral'ql.Úa. Bre colonial.
Un a pa1abra especial merece ~clase media \en 1a1 . Pero la po~~gres o, como simple ex- .,
¡lOI.;mia. Como la de todos los paíSes y epocas, su des- I periencia individual, como alteñlat'i va de la vida dia-
Tlll owé inciert o; su característica, la inestabilldad. ~ . ria, éso. no estuvo ausente en la colonia, sino que, al
~ U ('ome,rc¡ante, un naufragio o un atraco de los pira- i contra rio, debe haber gravitado fuertemente en ci,e r-
LIIIl podIan llevarJe a la quiebra; si artesano, una orde~ tas épocas y lugares.
IIIrnza del Cabildo o de la Cámata Municipal podia I Aqui venía n en tropel los que encontraban en Eu-
ropa los caminos cel'rauos y que en América los bus~
n'tlucir a ceniza su es.fuerzo de veinte años, Sí joreiro
PIl Brasil o inquilino de un hacendado en los alrede- ('aban afanosam ente: los que soñaban, enfermos de es-
Ihm.'S de Buenos Aires, un capricho del .señor podía , peranza, con et cambio más sensacional, con la mu-
IU'rojarlc en cualquier momento de su tierra. S i judlo 1 I danza más invel'o8Ílrul ya -rue'.=e·"cl·
secreto de la
qu e labrara la plata o vendiera alguna' mercancía, la \¡eterna juventud o la veta de la riqueza inagotable. Y

101 105

.
muchos lo cnCOnlr;;¡fOn , Se hicieron señores de más es- sus esperanzas, se re\'ela ron airados y desconocieron
clm'os que el s eilor más poderoso de sus ti~rras y a la autol'idad , así fIH'r<l el arzobif'po comO el vifl'ey.
algunos. que apenas sauían fu'mar 8.US nombres, casa- L os q u e nJnguna po!':ihil'dad tenían de mejorar su
ron con princesas m orenas y se adormecfan rodea· suerte dentro de la org-aniz::lci6n {,'Qlor.la l fueron lOs
dos d(! una ,cQlte improvisada, como ellos suponían que Indios y los negros, Para eUros, el incentivo der-pi'OiTe-
e-ra costumbre de los magnates de oriente. so está au sente. En los .eS('!<lvos de los inA'enios CUba-¡
En las ciudades más _gr¡¡nd~s existía la , ~t?.~i- nos se prndurfan eriurmi8 s ele su;cid iQR, 20rque ent re
I dad - qué acepc ión tan fu e.rtemente capitalista tiene ellos se corrfa la vOi de que volvía n, en la sef{Unda
esta palabra- (l ~mb iar la suerte en poco tiempo, vIda, a su terruño tHllnl, en Afric;], L os negl'os hrasi-
' como podfa ocurrI r asoo:átlao!;ccn:i1áIgUn negrero , in- l efi os hu ía n a I(ls Pa 'mare ~ y los indi os oe las colonias
tervinIendo coh los r espet able" miembros de algún ca- espa ñol¡¡s no cJcJa l'fln r<lE<l I' velnto afins sin produ cir
hi ldo en una especu lación sobre a lime~lt os , o h aciendo una 'rebeli6n r;:flnp- ricnl.:¡. Es s in t0mAt ico que sobre
el tráfico honesto de algún rubro muy apetecido por eUos - ne¡:rros t" iOfli n~ fl'Ca yera (' 0 11 más insisten-
los pudien tes. Este cambio era menos espectacular que cia la 3f'1I1"1H"l ón de alnlli o, de inercia, de desinterés
el ot.ro, pero n Q menos codiciado para el que ha apren- por el trabajo.
elido a Oled lr lol'=. va lores de la v ida en cantidades de
dinero y no en títu los honoríficns. 3. LA JJ:RM1QufA Of'l rr' ACION"r.
TJ()S e!'ipañ oles y los portugueses ---"Y todos los co-
lonizadores en Amér ica- tuvieron , además, que con s- 1 El feudali !lnv) rleió ('n lwrr nc' a RU des oredo por C-h f o.A~"'· l'..
truir la s ba sf's materi;¡IeEi indi spensables de la colon ia: 11el trabflio !!:la.n.lJJ!t;LC9r p) c,I]!M.!!lo, En I~ ;f'l'arouía de
viviendas, templos. casas para el gnbierno, talleres. bu- Ilas prore~ ion e", C'n .1\ 11lp.r ¡('éI, de ar.llf'r(]n al I'angt) 50-
ques, Los ojos que en Europa sólo habfan conocido ciéll qu e se le ~ ~fl ; trNL j<lln l1s C'"t:í all~C'ntf' eSe 111'f'iuicio
c:urlnd('s seculares, inm óv t1es en su trazado, casi sín de tfln antlmlO ahole nJ!o. E l sf' ñor de indios o de ne-
industria de la constr\I('<'ión, presenciaron en América tITos, el éllto funrionarlo y (>1 alto rlignat ar'o de la Te'l e-
comc), sobre una dud;u.l ind ia. se levantaba una m e- sla eran los oue tenían las nrofcshmes más venerab l ~
trópoli eRpañola. Era el co mbio material ostensible. r~ y no cabe duda (Iue el a rtesano tuvo que arrastrar
e.ra~progresoJ .Aunque la pa!abra no existiera en
\'OC'a bulano corriente,
el! .
sJemNe el f;ambe" lto del menosprecIo,
Pero en América se alteró toml)jé n el patró~...!!:a­
Ef:! .. s ~o[Jd l c ion eR. c.aracterfstlc;rs del mundo nu e- diclonaJ de los vt11 oTC':; profesion<llC's, E l cnme rJ~t'L.e~
v O, y eRa experiencia que a nadie se ocultaba p(1rf1l1 €' aQuí ún á" ~ iiO<lc 'nri~rfe 'bnlO "'é xito e,conómico Que no
lod os Ins oj os la velan , deben h aber introducido un hay -Cñloñia donde, en lI n íl énO(':'I o en otra, n o aparez.-
fact l)r {le ."erfllrh~c.i 6n, (le in;;;at isfocci6n dentro del es~ can 1m! ,c OmprriílTlIf'f; (W lll';1nr]() ¡ni'; r an.(os públicos lo-
(jU'PID3 ele In jen'l rquf.:l de lol'=. grupo" sociales en la co-- cales de mayol' im pcwt .. nc;H o infl t1yend o sobre las
lonia. No sólo era pos: ble el e.amhio, el salto de un de(i ~iones ñe lO$> r c prPRcntiJll tes de ¡ ~ rorona, ~1'er~f\­
estrato tl otro, sino que. a eso :venían los más de los der fué el fund arl o}" d~l nrimer mayorazgo de Chile y
peninsula res y a menudo, cua ndo la realIdad traicionó la historiase re pite en los .C\l atro puntos card in ales,

106 107
Los accioneros de vaquer1as y. después, Jos prl- de encomendero;:; de Cuzro, Charcas y Lima, en el si-
. • I~I'!~I l'f)tanciefos en el Plata, co¡:no los fazendeiros de
, litIo, eran a menudo hombres de campo y de tra-
.... In duro, jlneLes infatigables que arreaban, carneaban
•,! glo 18, des pu es de la <l.bollción de las encomiendas .
Los casos de dicotomfa econ6mico-social no se
prolongan, pues, mucho tiempo, porque el privilegio
r !)Iun'aban al ktdo de sus esclavos negros y de sus social descansa normalmen te sohre el poderlo econó-
JlHllI'ht)S mestizos. EllOs mismos, cuando descendfan a mico. El poderío político. en cambio, puede escapar
1M I,'!udades, eran los que imponían det:lsiones impor- duran te más tiempo de manar;; de grupos sociales que
¡,IIlWI en los Cabildos y en las Cámaras Municipales. sigan conservando HU predominio económico y social.
1...1 jerarqufa ocupacional en la colonia refleja tam- ¡.
IMn (~t/i!ánsito de l~~euda lidad al capitalismo que va~
¡11I)fJ descubriendo en otros capítulos.
l lI. LOS DESCLASADOS

Hay en la América hispano-lusa 1m número muy


grande de indivjduo~ que se encuentran a l margen
del esquema colonial de las dases sociales. Se trala de
Cuando una familia, un grupo o una clase pierden una multitud heterogén ea. integrada por sectores cu-
• 11 811stentadón económica, su ubicaci 6n social está yos orígenes y características son muy diStintos .
IHllldmente condenada al descensQ. Ocurre, a menudo,
1111(' In ubicación social se conserva algún tiempo - aca* l. FILIACIÓN E(,'úNÓM.ICO·SO\.."IAL
111) una genern.ci6n- pero la caída es inexorable si
tille divorcio de lo económico y 10 social se prolonga, a. Panorama, En nuestra "Economía de la so-
IN (Iue suele suceder es qu e, en manos de otras fami - ciedad colonial" lJ.emos distinguido dos tipos de ele-
lino () de otros grupos sociales la misma actividad mentos que se encuentran DI margen de la producción
!1fonómica, la clase SOcial sufre una reestructuración colonial: los que viven dentro de una economía cerra-
II Ill'rna. Así, en el Clli30 de la oligarqufa cubana del da, sin intercambio regular con el sistema colonlal y
IU',(u.'ólr y del grupo de los vegueros que, jugados el que denominamos poblaci6n no incorporada a. la eco- •
IIId.o por el todo en la Guerra de los Diez Años (1868- nomía qolontal y los que, sin embargo de habitar en los f
1878) en procura de la independencia, perdieron la lugares de producci6n y de inmiscuirse de diverso mO'-
11Il!'t¡da y fueron l'eemplazados, en la industria, por do en el engranaje de ésta, no le hacen aporte electivo
ntl'Os propietarios y por compañías de capital cubano, alguno y que distinguimos como población im.produc-
II Ispano y estadounidense Y. en lo soda l, por una 011- Uva (247 y sig.).
gnrquia azucarera nueva, En otros casos, hay ollgar- Dentro de la primera decnominación incluimos a
lIul88 decad ent~ o vacilantes, por reveses econ6mi- los indígenas que sigui eron vivi.endo en ~us prppias
f'U!', que se ven infiltradas por elementos llegados de organizaciones, sin contacto con lo.o:; colonizadores o
IC'It:I grupOs de comerciantes prósperos. Asr, la nob leza con contactos esporádicos, así como los negros fugiti-
vlcentina en el siglo 18 brasileño; la antigua oligarquia vos. que muchas veces buscaban la selva como refugio
tic lerratenientes y encomenderos chilenos; los grupos y que en Brasil llegaron a tener cierta organización

108 109
prol,ia, hasta que fueron e1ftcl"m.in ados por las armas. otros no. El funcionario, el en'C9mendero que se redu-
"'arman parte de la población i::!!!:.pro.ductiva qule- J ce a cobrar el tributo d(" sus indios, el abogado perte-
,/ IU'K no }Jl'cxlulJp.n bienes.. ñl participan dp. m.anera ncU- necen a clases y e"tratos IKx,'in les. como lo hem:>E! vli:to.
" VII pn su producción. Categorías muy diversas se en- El delincuente y la prostituta, que hacen un mod() de
j'lII'oLran en esas condicionP.S: Jos funcionar~. tos vida del delito y la pros litu ción. son desclasados.
- JII ·lIfl..~.l'i i onales liberales, los ~os que no ejercen Mayor dificultad !':c nos presont;) en el cas!) (te
r ufkio!': ni dirigen centros de producción, los propfeta- los desocup<ldos. Cuando se t,.flta de desocupad os tem-
r'los inactivos, lOS pensionistas, los encomenderos que porarios. entendemos que s iguen perteneciendo al mis-
( flp reducen a recibir la renta de sus encomiendas, los mo grupo social del cual forman parle cuando ejercen
fl"~QC upa dos, los det:ncuenles, las prostitutas. La una activid.ad productiva. P erno al lado de ellos, abun-
fol1umerad6n que hacemos tiene. desde luego, carác- dan en la época colon ial los desocupados permanentes.
'pr estrictamente técnico-econ6mico y no prejuzga so- ,Algunos jamás han trabnjado, n 1. tienen ingreso.s fijos
IIr" la función social ni el valor ético de estos grupos. ¡lpcl'O -('omo el p(caro e!:!pañol del siglo de OTO-- des-
A !l.U función social nos referimos en diversos lugares ltinan su ingenio y su inE"scrupulosidad a obtener in-
ti" psle libro. A su valor ético haremos alusión en otro
I nlh:1jo.
La po1Jlari6n no incorpMada a 7,a eccm.om{a colonial
I gresos esporád icos Que les permitan seguir viviendo
sin trabajar, No son indios, ni negros, pero quizá ten-
gan algunas gotas de sangre ¡ndi;) o negra, aunque
111' en('uentra, no sólo aJ margen de la producción crr ellos sigan considerándose espafiolf.>s o portugueses y
IMiaJ. sino tambié n fuera de la organización sedal ocultando su origpn mesttzo, Pueden ser blancos recién.
d,' la colonia. Tiene s u propia historia social, su pro- n e~a dos de las metrópolis. El ind ividuo que pertene<:e
plil organización. El grado de autonom{a que los nú- a este núcleo vive "y <lrn1a estrechamente ligado al es-
l,'l ('oS que la integran conservan respecto de. la socie- qu.t:ma ('(}!on:ol de las dmics, ya !lea recibiendo el favor
dad colonial varIa. En algunos casos, nI siquiera se de un seÍlor poderoso, ya. sea interviniendo en especu-
Ill '~a a establecer el contacto físico más elemental laciones ilegales con aJguna autoridad, ya sea· cubrien-
('nI re aquéllos y ésta -es l o que ocurre con tantas do sus gastos con el producido de las artesania¡:; de al-
(.'nmunidades indfgeoas que quedaron aisladas en la gunos esclavos que le han s ido obsequiados. A veces,
ullipla nície o en las tierras jncógnitas del sur-, mien- un casamiento afortun ado le t ransforma en comercian-
ll'as que, en otros, el contacto esporádico con la te: o el favor de una autoridad le h ace latlfund:sta . Es,
C'lll nr..in introduce un f!:ermen de transformación vaan en srntes..is, un desocupado pem1anente que no se di-
tle rj ~nluc1ón. en el elemental esquem<l sorial ;'~l nú- vorcia de la estructura socia l colQnjal, que existe den~
deo. Pero el hecho básico es que esas agrupadones tl'O de ella y que., en o(':J siones, tcrnuna siendo miem-
l1L1manas no participan de la existencia social de la bro de un a clase: ron tantos títuJos como cualquiera. ,I
l'olonia hispano-portuguesa, Pero hay otros desoc:uJXldos permanentes - más
Dentro de la población improd'll,c tiva hay .,11~ ha. numerosos- que nada esperan de la organización so-
('«1' un distingo fundamental : algunos de sus elemen- cial. colonial, como no sea alguna m igaja, alguna opor-
tos (orman parte de las cl~ses sociales coloniajes y \ turudad para delinquir. .:€sos sí tienen una dosis mayor

110 111

5
j
11(, sangre negra o india y son, en no pocos casos, n e- dos, ni eran funci onarios, ni ejercían oficios, porque,
III'OS o indios fugitivos, pero Que no se han alejado s i los tenfan, se olvidaron de ellos al ll egar a Am~rica.
!Ir lo::; f'.~ritros urbanos, o indio!'! cuya comuninad rura l L~ gran masa de los desocupados estuvo formada
h:1 Ri(jfl destruida por el aluvión colonia l y que se han por ml embro~ ele gru po.'; éln icos intermedios, pero no
II'm:ladado a la urbe para sobr:elle\"ar alH una exla- porque arrastraran taraR r.u'iélle-s insaJv¡Jblcs, sino por~
Il'llt'in de 1)ombra humána. Estos desocupados penna- que el esquema econ6mico y social colonial no tenía
ll('ntes, en casi todos los casos, no ingresan jamás a para ell os ubi cación algulla y porque COIllO consecuen-
una clase social, no aceptan la única alternativa Que cia de lo m ismo y de, una herenc ia ~¡al de siglos, los
In Eiociedad colonia l les ofrece: la de ~er mano de obra grupos étnicos Que eJercian los trabajos m<lnuales que- ~
('Relava o semi esclava. Algunos se hacen vagabundos : daban envilecidos por ese solo hecho. ~'y..- ~
otros, delincuentes accidentales o h abituales. De al11 ~l mestizo, sin ubicacIón en el esquema eeonÓ. ~ .
fl llrgen muchas de las prostJtutas. mi~o, se e~tra también si n destino en el esquema
SOCIal p~rque, no s iendo inuio ni net:ro, a:::pira a ser
h. Cau.sas. Las causas son, esencialmente, eco- blanco Sin poder serlo. La societlad colonia l le coloca
n6mlc3R y Jas hemos examina,d o en la obra citada (254). en un I>í¡.l igros? lug<u' intcl'medio, le crea una ps i c9--~
Llej:!ados los conquistadores, se produjo, en los logra c1e;resent.¡do a quien, para colmo. no le da tra-¡
lugares de Am érica donde existia unij vasl<! organiza- bajo··'nl caUcacl,on. - I
t::i6n económica indfgena, el quebrantamiento parcial Indios de las ciudaues, indios y negros que fugan
de ésta. Los indios, en masa, fueron violentamente in- de las minas y laR plant<lciones, mestizos y mulatos,
corporados a un sistema de producción por completo algunos blancos ti quienes no interesan o no se les pre-
distinto del que conocían y al cual estaban h abituados. sentan l a~ pocas oportunidades que h:.y de trabajo
A19unos continuaron en él por el resto de sus vidas; asalariado, van engrosando el número de Jos desocu-
otroll huyeron a la montaña o la selva, con lQ que pa- pados --;-mD.yor cada año en Jos tres siglos ele la colo-
Raron a formal" parte de la poblaci6n no incorporada nIa- y la línea divisoria en tre desocupación perma-
a la producción colonIal; otros, fina li za.d() su trabajo o nente, delito y prostitución va a ser entonces muy
rlesertados de él, quedaron sln ocupación fija en los difícil de t razar.
centros coloniales,
Deooe el principio hasta el fjn de la era cOloniaI'l
,
2. ALGunos c"'oos l'AR1'IC U LARES
....
el mecanismo e<!on6mico dejó sin ubicaci6n a la gran
mayor:fa de los indlvlduos Qu e na fueran ni grandes Dentro de esa vasta J11ultiWd de desclasados , es
propietarios, ni mano de obra esclava o semi eSclava 'l m en e:'ter enunciar la:::: CO f:1 cter(sUcaK especificas que
En medio de Ambos extremos, se rué ubicando una po- asumteron a lgunos núcleos.
blación cada año más numerosa, formada espec i aImen~
le por los frutos de la miscegen8ción en t odas las co- a, Los gauchos. En el siglo 17 comienza a usar~
lonias y por los blancos- llega(]os de 'Europa pero que se, en el .Rfo de la Plata, la denom inación genérica
no perlenecian a los círculos pequeños de prjvilegia~ de gaudenos para los individuos Que llevan en la cam-
'; ,' "f" ,¡.A., f""' " 1 .... ~../f",N. ,~ ....
112 113
,0 J-:~ ,(.d VVV' .1" •
I •
J
paña una e},:istencia nómade, jinetes infatigables que entonces su ingreso a la economfa y a la estructura
se aHmentan pri.nc1palmenle del ganado cImarrón que social colonial uo ofrece ninguna duda. Es la mano
t.:omienza a abundar en esas zonas. Hasta ellos no lle- de obra de la gan<ldcría platense, aunque no sea la
ga el brnzo de la autoridad, ni hay ley que respeten . única, porque todavfa hay negros esclavos que t ,r abn-
A. veccs son mansos; otras, despojan a alg(m hacen.- jan a su lado.
dado. Estas etapas son sucesivas en términOs generales
Ocasionalmente, el yauderiQ rJoplatense carnea pa- pero, durante algCtn tiempo, coexisten. Ya lJevaban las
ra extraer el cuero, que -vende al pulpero de la región, repúblicas var ios decenios de existencia y a~n había
~1 cual Jo entrega a un acopiador, quien, a su vez, gauchos trotamundos y otros que lo eran a ratos, como
lo vende a un exportador que está en tratos con alg(m I para alternar el ocio del lr<lbajo fijo con el horiZOnte

¡
buque inglé"s. Cuando las vaqucrfas se hacen más fre- sin Jimitaciones. ¿Es que Martfn Fierro no es, acaso,
cu entes, algunos de éSOS ga'uderíos ion'nan parte de un gaucho errante -muy a su pesar, es cierto-- y Se-
ellas y rt'cibCn una compensación. Desapal'ccirlo casi por gundo Sombra , decenios des pués, un asalariado en
completo el ganado cimarrón y creadas las primer~s l toda la Jinea, aunque tod¡wia h iena en él esa neresi-
estancias -~iglo 18 y principios del 19-, el gattdc1'1o • . I dad de andar y andar, tan gauchesca? Es., necesidad
a quien se le comienza a Jlamaf gancho, ingresa en¡ que !e hace decir, como si fuera un lema de su vida
ellas e-omo man o de obra experta y de espíritu tradi- n6m<lde, que apenas llega ya está qu eriendo irse.
cionalmente libre. 'Claro está que seguirá habi endo
gauchos err¡mtes, que C<:'1rnean ajeno y viven guiándose jf 1 b. Los negros f1lgitiUOS . Esclavos y semi escla~
por las estrellas. El~p l e_n:.~Qllmento IolkI6ricq.q~e vos !ugitivp"s_ h~b~_ en . ~9das las..colóniasj' desde el nor-
es el "MarHn Fierro" revela que el personaje contUlua te hasta el extremo sur y en todas las épocas. Inüios,
en vigencia aún en la segunda mitad del siglo 19. negrcF, "indentu red S€rvJnts" blancos de tierra nrm~
Existen, pues, distintas etapas que tienen impor- o de la s Antillas. I!~.fan del inVerno de la.....elantaci6n,
tancia para la historia f:;ocial de este Upico personaje o de las. jornadas e.xieQLladoraa del obraje;- tras una
rioplatense. El que Coni llama gaucho cien por ciento quimera de libertad. Muchos engrosaban la multitud
(GaucMs de Santa. ¡" é), es dedl', el jinete vagabundo de desocupados permanentes y de olros quién sabe
que vive al azar, es un d~cJa sado Hpico. Está por cuál fué su desUno. Son demasiado humildes para que
completo al margen del esquema social de la e<»onia , las cr6nicas coloniales se ocupen de eUos.
Cuando el gauderio o el gaucho participan de las va· Pero hubo además, en Brasil, negros que se fue-
querfas, entonces San mano de obra q1.le' percibe utla ron al sertao y allí se organ izaron. Algunqs autores
compensación en especie o un salarlo en ,dinero. Son sostienen que llegaron a constituir repúblicas incipien-
asalariados libres, de los pocos que hay en la colonia, tes. Esos desertores de la colonia escribieron su pro-
aunque no pasen en tal condición un tiempo largo pia historia social en la selva, pero dejaron de perte~
y vuelvan a errar por la pampa bonaerense o la cu· necer, para ello, a la historia social de la colonia.
chilla oriental. Cuando se organiza la estancia y el S! el negro fugitiv o se queda en la colonia y se
gaucho reside en ella y am trabaja por una paga, agrega a los desocupados, es un desclasado, Si se suma
JU 115
11 ln:"l rle¡:;ertures ele la ¡:;elva, se pone al margen de la columna mO.melll.ca que se interna en el sertao para
/ll>f.'iedad colonial.
buscar metales preciosos e indios.
:r~ra asimil:Jr <11 de ~ la811d() hubiera sido menester '\
~. Los UF.S\LASAOOS y su CItAVI1'AaÓN SOCIAL
modlflcar ]Xlr entero la e§1r\!~tura ~jaJ de la colonIa,
"La multitud de Bagaml.lndos, forajidos, gentes com enzando por cambiar la natura leza misma d e su I
of'itJsa s o araganas de que tanto abundan en la cam- economfa. No fué, pues, pecado de pocos, sino enfer- I
1mna SQn el origen de muchas mu ertes, robos y des- mcdad Inevitable de un sis t("ma - y tanto, que tam-
Ón]l'nes ... la ca usa de. todo esto es la multitud de bJén la paoeciE'rón J:..s colon ias britá nicas del norte
Ilraganes, ociosos y V<igos que hay en la Campañ<J em- (A. E . SmiUl, 7).
Illl'ados en jugar, rooor y hacer muchos excesos por Una vez ~an7..ado aJa vida pOr una sociedad que lo
t' l ul)rigo que hallan en cualquier parle, donde no se engendraba sin saber por qué nI cómo, el desclasado
les niega un pedazo de Carne y. no les faJía un Caballo r~nu fa !>Obre ella en 1" form •.\ más gravosa. Improduc-
('n qne vagar". Así se expresa el Cabildo de Buenos tivo -como también lo eran muchos otros miembros
AirE's en 1788. Antes y de~pués, en términos seme- de los estralOs prh)i\egiados_, vivía y se vestía, sin
J/llltcs, funcionarios, observadores e instituciones se emb~go, de algo que no era su esCuerzo personal. En
h:lIl relet'ido, lanto en 1a's colonias e!.>pañolqs como en el .cas.o del g(luderio vagabundo" la res mostrenca que

,I
,
In portuguesa, a esle problema al que jamás se le en-
('ontró paliativo.
La corona intervino varias veces, ideando 801u-
(,'Iones que tuvJeron muy poca efjcacia. En 1558, ya el
monarca enviaba 31 virrey de Nueva España instruc-
anlqUllaba en el siglo 17 quizá no hubiera servido
para alimentar a n<!die; pero el mozo alzado que carnea
ajeno en el ¡S ya se e¡:;tá apoderando de un hien que
pmtenece al patrimonio social. La prolit¡tut~, el del in-
c.\1-ente habitual o el oCé}sion;¡l, el poi'( liosero -y'qué
dones "para que los español~s, mestizos e yndios va- ejército formaban en la colonia- , e.!Jl!caro --elegan te
Hnmundos se junten y pueblen" (Puga, II, 319). Pero o desarrapado--, el vrutio brasileño consumen bienes
('se procedimiento de cazar, casi a lazo, la mano de obra que producen otros y, cuanto más numerosos son esos
rlotencial que andaba disper:;;a y concentrarla en Juga- personajes, mayor es el esfuerzo que deben hacer los
res donde pudiera ser aprovechada - intentado mu- productores para aumentar la riqueza socia l.
('has veces y al cual también nos re feriremos en el Este proceso no se mirle sólo en términos eco-
capítulo siguiente-- no podía, en forma alguna, cu- nómicos, ni de esfuerzo HS1cO. El principio que acaba-
rar un mal de raices tan hondas. m os de enunciar tiene un tercer términ o, que es el
En ocasiones, se Uevó al desocupado a formar en más doloroso: cuanto ma.)'I)r es el esfuerzo que deben
o:.'xpedi.ciones mililares de conquista dE'l interior des- ha~er los p rodudQrcR,mayor es 1<1 dosis de injusticia 1
{·onoci.do, c'o mo lo hizo el Marqués de Cañete, virrey SOCIal que recae sobre ellos. de vin lenc ia, oe despre-
del Perú, en 1560 (Machado Ribas, 62); o en los clanes cio, de i~n Omjnia, de dol0r. Cuando sobre la espalda ¡
fazendeiTos, verdaderos ejércitos privados de la artsto- del trabajador reposa una Ipgi6n de seres improducti-
cracia territorial brasileño.; o para integrar la ucmdeira, vos, el trabajador no es considerado sino una bestia de
carga, un instrument.o para produclr algo que siem-
115
'117

J
pre ('s in!'>uficiente, La multiplicación de la produc- ti]' su presencia de tal. Pero es necesario advertir que,
('i(Jn colonial, además, no depende, sino en minima para el colono británico, el sen tido de la comunidad
p:u'te, del p ~'ogreso técnico y, p'Or ende, es al esCuerzo no es sinónimo de sentido social, porque el primero
fh;ÍCo al que es mcne~'tel' exigir todo, estti lim itado a un g-rupo -reli~ioso, social o racial-,
La presenCia de esa multitud fantasma de des- mjentras que el Regundo se extiende a toda la socie-
rlasados es, pues, un (actor poderoso de inmoralidad dad , dentro de la cual se incluyen g rupos e individuos
social, de corrupción , de injustioia, de disgregación . que el colOno briltin Jco combate, subyuga o menos-
precia por razones políticas, e,con6mjeas, religiosas o
raciales, Tawney observa que el sentido de solidaridad
liL ESTRATIFICACION y COHESION SOCIAL
socinl se encontraba poco desarrol1ado en el puritano
La soci~dad colonial muy poco. apta resulta para (229) e igual cosa podrla decirse de muchos- de los
estimular a cohesión socia!) En un agregado humano protestantes no puritanos en la América colonial.
Lps que tenia n sentido de 10 social admirable- l·
donde hay co on za )' colonizados, .señores y es-
C'iavoR, don de el privilegio o la exacción determinan mente desarrollado eran laR indios CJeli"s comunidades
agrarias primitivas. El In.éado jo respetó Y~iWu16, {
II
CO!l harta frecuencia el destino individual, donde los
,unns se creen, por natura, con derechos sobre los otros, ero la ~oI9..!!iª-J~dc¡nruyó hast.C! donde pudo, Se man-
los más conspicuos f.1ctorcs son los que tienden a la tuvo en la s ce u as 1Il 1genas flue quedaron Intactas,
desintegración, a la exacerhación del más extremo in- sin incorporarse a la economfa colonial.
dividualismo. Ya veremos en otro trabajo qué suerte corrieron,
~!l la colonia hJspano-lllsa, el sentido de lo social en la nueva sociedad coloni.:;l surgida en América, ej
1n.? _exlSie.'Salvo en casos excepcionales, ~jste, sí. la ~risco jndi~iduaü~mo oel cQrlf)ui!'taclor y el individua-
sUDordlnaci6n al poder polftico -que lleJ;9-ª estar mu'y hsmo crónICo df:'1 cülono. Lo que en éste tenemos que
des"!.~E.oIlaaa, a tal punto <)~~ebe sorprendernos cóm.o agregar es que también fué muy limitada la solidari-
España p!-'_40J~wa~...Q..u.e la unldad de~!l-Sto ~te­ dad de eJase o de. gmpo social. Es posible que se haya
rogénro -imperio americano perdurara más de ~_..§i- desarrollado. en derto grado, entre los indios y los
g~o~:-<!Üiclala-'l ~sia _o Jlª~ia díos; el sentido ~eJ negros esclavos. Las sediciones (recuentes asf lo hacen
d~ber haC!a el grupo proCesional, en ciertos casos espe- creer, aunque debe advertirse que se trata de una so-.-
clales, c_QI1!0- ~n lOs gremios de artesan~, - -- lidaridad elemental de defen sa. Ninguna debe haber
En las colonIas- británicas del norte -no en las habido en esos grupos densos de desc1asados y desocu-
Antillas- , el sentido del deber hacia la comunidad pados -más numerosas a m¡:¡:lioa que corre el perlo-
I cstuvo más des<lrrollado que en las hispano-IuSilS, de-
do--, entre quie!lCS los J11c!'> tizos y Jos mulatos for-
bido a su ori~en reli gioso protestante, con la pequeña
man en alto porcentaje. Alguna, enU'e los que tenían
l'omunidnd reli giosa como ractor omnipotente de co-
intereses profesionales o económicos semejantes y que
hesi ón socinl y moral, sin iglesia centralizada y po-
derosa, lejos de Un poder imperial débil que sólo en unfañ' sus esfuerzos, aunque fuere accitlentalmente,
\ los últimos decenios de la hi storia colonial deja sen- para defenderlos; como en los gremios de artesanos,

118 119
en lQs comel'c,iantes locales que pugn aban contra los /~ abri r una brecha por dllll(le se manifieste un tipo di·
comercia ntes monopolistas de la met1'6poH, elc. '. ferente de asocial'i(m que e~cLlpc a su control. El ~-
_. _~
1
I
Ln independencia -Jarga y cruenta lucha en la -" ( i tro tuvo que VCnl.'í'I· s u veto p8rtl existir.
Am':; liCa1l~l) mo no lo rué en la portuguesa ni ' )rJ'- Donde la "fnqu isit.'ión se h izo presente -en MéxJco
en la brilánir3- resultó un estupendo proceso de ~ y Perú mucho más qu e en Cl") il e y el R!o de la Plata-
aglut lr,l?el6n d,e clases sociales y grupos étnicos; q,e in- 1 ej., t.e¡:.mr fué otro fador que I'e.d uj o la asociación a los
'l leK!:a~l~n naCJODal; de aPr2surado JiesalTollo d~las casos en los cuales 1<1 Jg le.s,ia ejercía un control direc-
\ fuer~~e-cohesíón social..:.. Pero' eI sig lo 19 hi spano-lu- • to, porque era la ma nera más segura , aunque no infa-
\ so destruyo'mucho ue-Io que hizo la revolución de la libl e. de que n o recayera sobre el prop6sito de Ja aso-
' independencia y no dejó un aport~, en esta mate ria, ciac ión la sospech a de herejía.
que sobrepasara el de la colonia. • EIL Brll$iJ. la Igles ia tuvo menQs paderio, menos
gravitación que en algunas colonias espafiolas. La
iv. LA rt:LESfA COMO FACTOR SOCIAL gran unid ad econ ómi ca - fazendfl, engenho- desarro-
lló un alto grado de autOsuficiencia produ ctiva, con 10
En lo sodn.l -como en lo politico y lo eco nómi- cual entor peció el desarrollo de grandes concentracio-
co--, la gravit ación ej ercida por la 19lesia católica sólo nes urbanas y, al mismo tiempo, fué una célula social
puerle cl»m))ar<'ll'i>e, t om;:mrlo en s u conjunto el perlodo gobernada, no por el virrey ni por el comendador, sino
colonl ,\1 , ü la del JloQel' polftico. l.Jt1. Jglc,>ia está omni- por el senhor o el fazcndeiro . La Jglesla presente en)
presente en la villa colonia l, si n o determinando, sí
condkiona ndo fu ertemen te las (oonas de la or ganiza-
<'ióri .~lX!iaJ ;ios Mbitos personales, las Ideas, la psico-
V la fazenda y el engenlw rué, 110 la centralizada y tod()o
poderosa de otras parles, .sino la casi privada, sometida
al propietario del lugar muchf> m-as que a'la jerarqu1a
J logía. Como la más grande propieta ria que es de bie-
n.es innw ebles, mueh les y dinero, su acción es decisiva
sobre cen tenares de m iles d e destinos individuales, en
I lejana.
La carrera ecl esiás tica, en Brasil como en las c()..i
lonlas españolas, cumplió una misión social que no \
todos 103 liempos. tiene similar en los. tiempos modernos. Aunqu e redu- i
No s610 ofr ece ell a la sede de la asociación --el clda en muchos lugares y durante mucho tiempo a los
templo, el con \'ento, la cOfradía- , sino t nmbién el mo- indivldu.os de piel bla nca, rué la gran canalizadora de (
ti vo y la rntlole de esa asociación, qu e eHa preside in- las en erglas individu<1 Jcs que, por otro camino, iban \
variablemente, dictando su s normas y su estilo. No a dese m~a r en el frflr3so. Ofl'ecfa, a unos, la opor-
h ay fi esta públi ta, que no esté vinculada a ella, ni ce- tunldad. c ~~ "ex(' lu s iva , de la cul tura;)a muchos otros,
lebración pl· iv.ad a que no le t enga cOmo partícipe en la seg.u idad económica, la vida fácil, la avent ura del
illgu na fnrma. Con su tendencia a hacer obligatorio predominio sociaJ y hasw la ])osibUidad tentadora d e
lo que <1(' 1'('('(' s u }..lotlel'íó, no perm ite que participar o una carrera polh,ica completa , Ésta es UIlO de las cau-
no en la asociación sea materia del fu ero fntimo e im-
pone., ha jo severas sanc.ion es. la presencia en la misa
1:~ sas fundamentaLes de que el dero fuera ta.n numer9$o
y mundano, tan afecto a los bienes de la tierra y tan
y en .la fi esta. Ni tolera sin h ostilidad lo qu e puede descuidado de los de1 cielo.

120 121

a
de mortalIdad Introd:ucen en las familias de ,mercaderes un
r, factor de inestabili(lad a través de las generaclolles. La autO'
ra advierte Que en toda Europa se produce el mismo fenÓ·
meno en ia's clases urbana¡; acomodadas (222 y sig.).
ACOTACIONES Con Jluestros conocimientos actuales, sería muy dificil
estudiar cómo este fLictor de la mortalidad ha Incidido sobre
la continuidad de la cla¡:;e media urbana en la sOciedad colo-
nial hlspano·portuguesa. Es muy posible, sin embargo, que
"F.n las Indi~ Occidelltales lie disUngufan siete castas, a
pú-eda llegarse él una conclusión' semejante a la de la autora
citada, -
"l~ los ('spañoles nacidos en Europa;
"2' Jos españoles nacidos en América;
"3~ los mestizos, descendientes de blanco e ind1o; ESPECULACIONES
"1' les mulatos , descendientes de blanco y negro;
"~ los zambos, descendientes de lncilo y negro; Las esprculaciones fueron frecuentes en la cOlonia. Eml·
"6' los indios; Uo Romero narra un(l ,d e ellas en Perú. "Dcsdeel terremoto
"7' los negros, con la s subdlvlslones de zambos ,p riet9s, del 20 de ocLubre de 16B7 luS trigos (le lOs alrededores de
[lroduc1o de n('gro y zamba: (!UOlrterones, de blanco y, mulata; Lhna hablan sufrido un grave quebranto, reduciéndose "a
quinterutlcs, de bl<!nco y 'cuarterona; y saJto,atrás, la me~cla un Inútil y nociv<l polvo color de taba~o". Los precios ¡¡uble·
1'11 que el color es ¡mis oscuro (lue el de la madre" (Gil ron hasta 30 pesos la fanega y por tal causa se acordó .reba-
I;'ortoul, 68). . jar los réditos de los 'censos. Fué entonces cuando comenzó
En las colonIas británicas se 11izo tambJfu1 1m3 dasifi- a intensificarse la compra de trigo en Chile. El trigo peruano
c.'lc16n minuclosa de este tipo, con terminología propia. pudo p-rosperar, pero fué conibatida la; idea de su fomento
Las Leyes de, Indias hablan t"On mucha ft'l'Cuencia de posterior por los e!'peculadorE's y los pa:nad~riJ-S, quienes,
las- castas, pero la termlnologfa y los conceptos son vacilan- so pretexto de qUfl el trigo chileno costaba menos, des-
t.es y contradictorios, preciaron el trigo nacional, a pl!l:;ar de qUE! 'antes n(l hablan
usado otra harhla (iUf' la perunna para hacer _p an. Hay que
advertir que esos comerciantes tamtl1én especulaban abusan-
IDEA ~E PROGRESO
,do de los productorE's chilenos. Pagaban precios m.lserables
en Chile y cobraban ele;vados precios en el Perú. Los navle·
Beard, que ha estudiac\o, entre otros autores', e l o-rigen,
r08, por su parte, querfan el monopolio del romerclo del
histórico de la Mea de progreso, sei'lala en (.arma expresa
trigo chUeno" (119).
su carácter moderno y su indoJe no rellgiosa_ (Prefacio de
"The idea 'of progres.s". Ver Bibllografía." Este epiS9dio se repite_en todas las colonias, en 'grande
o pequ.ena escala. La-s más lle las veces, se complicaban en
él las autoridades loc<ile~ -los Cabildos y: algunos miembros
INESTABILIDAD llE LA Cf.AS_E MEDIA de las Audiencias-- y solfa or.urrit que los Virreyes y la
Corona inLentaban actuar para poner;l!! coto. A menudo
Sylvia, Thrupp ha escrito una de las monograflas rn.48 también, la 'trama era tan sutil, los luten'f;I"S creados tan
completas sobre' una clase ¡>ocial ea un lugar y una época cuanUoso.!i que CS<.18 tenlall\"all fracasaban o, cuando ¡>urtfan
determinados. Comprueba la autora que los mercaderes Ion· algún efe_cto, ya la oli gllrq\ lf<i local de comerclantes;y terra-
dinenses en los úllJmos siglos de la edad media se yan rena' tenientea se habla hC!lH'fit::iado con v(lrlos años de especu-
vando, generación tras generación, lw.lvo un grupo reducido lación.
de familias. En algunos casos, los Wjos abandon'an la prof!!' Means (Fal}., 181) menciona un documento existente en
slón de ló~ paorps y adoptan otro. Además, .los altos [nctlces el Museo Británico, que descrlb(~ , SE-gúlI el auto\', la serpren·

122 123
d"nte Inc.apoclrlad y venalidad Que prevalecia en los gobler' dé orlge,n a la formación dq clases sociale6, enc8J"gadas unas
del gobierno y de Ja guerra y otras de la producción.
Il,)$ munklpalf'S en torla la reg!6n andina, Los funcionarios,
Hllrf'ga, se compliC'<.iban en esprcu laclones sobre la venta de
J Cuando decimos en el texto que e l feudalismo dejó en
jlUI\ y olrof.: articules d e COl lsumo, A m{!lIuc!o, se prov~ba un herencia su desprecio por f'l trabajo manual (lIt, 1, 3), no
v".fJ.:orl'wso aumento de pr{'(:!oll: --sigue diciendo 1"1 autor queremos con ello significo\r que esa actitud fuera exclu·
IUt'lIt"i(tnar!o_ del qlW se beneficiaban los alcaldes y otros sIva del feudalismo,
lUII("iona rios munic ipales.
J:L PR IMER MAyOR ..... • -' EN CHlI.E

IW.SMtttIO POR 1':1, TRAbAJO MANU .....


" E l pl'ime.r mayorazgo fue fundado e n Chile con fecha
29 de octubre de 1693 por el r ico comerchmte don Pedro
"'Entre lo!; e normes moles que esta raza inreliz -sos· de Torres, tcsorli!ro general de ]a Sanla Cruzada, en lavor
tlo:ne Saco en 1830, re fi riéndose a Jo!> nEgrOs (vagan.ci4, 1, de su bija Maria y de un descendiente," (Amunátli!gui Solar ,
, 1)("1)- ha u'allJo a nut,sLro s uelo, uno de ellos e~ el haber Ulst. sot:ial, 23<1,)
ult!Jado de las artes a nUf2s lra pOhlaci6n blanca, Destinada
ltln s6.10 al o'abaJo nll.'Cánioo, exclusivamente se le encomen'
duron todos los oJ[(:/oo, como pr<lplos de su condlci6n" .
'flSl fu é que tudas (1as artp.!l) vin Ieron a ser el patrimonio Landtrnan , en su notal)1e in ....<'stigacl6n sobre el origen
I'xc lusivo ve la gentl' dc- color, Quedan do reservadas para de la desigu:aldad' de las clases sociales, observa que, en 109
lo.., blam:os ln~ carreras liLeraria,'; o (Íos o tres más que pueblo!l primitivos" nobleza y rlQ.ueza Be encuentran casI.
¡;~ t pnilln ¡lOr hOllol'Íflcas."
~Jempre conjuntamente, J1;n muchOll cesos, la liqueta es la
Un es{"ritor m;gro pOdrfn cl1mend~r la r edacción del condici6n de la ,nobleza y a vece.!! se le atrllmye mayo)'
Ilu stre sociólogo culJano en cFltn forma : "Entre IQs enormes Vlllor, E l rlcQ asciende en la: Jerarqula social, es[ como el
maJes que loS blancos han O(,OSIOllado al traer a esta raza pobre desciende (76) .
Infeliz a nues tro suelo ,. ", Pero aun ..sí no se ajustarla a Una copla popula r que f'e tantah~ en las ciudades que
la verdad histórica si no se preocup3ra de llmpíar el texto d espu~ fueron argentin;ls, reco8irJa ))or FrIa!:! (vol. 4, 153),
.le tona IJ"cnoción racia l, La misma Influencia que los ne- dlce p1carei>Camenle de cs¡J impostl<rga ble necesidad d~ ble·
gros en Cu bu, tuvieron lOS Indios en casi todas las colo, nes materiales que tcnf,ln las famiURs arlstoCrátlcas para
nias f'l'.ll;,lmlns )' la mil no de ohr<l m<Ulca en 10.13 británicas, conservar su rango social:
fl 'a llceo;as y ,lanf2!;;!'s, No es una l'aZ3 la que engendra el
fell6mc-no flue prenc."Ulluha a Sa(..~, sino una forma de orga' "Nue!'tM Don. Set'or Hidalgo,
niZ<ir el trahajo, la economra y la sodedatl, es como e l 41el algOf16n,
}o'ué CQmún en Jos histúri<ldores lalinoamcricanos del si-
que para lener e l DOH,
g lo 19 la creencia de que nue:<\"lras pueblos heredaron de neCeSita te(l('r ulgo",
España y POI'l\l~ 1 el desprecio por el trabajo manual. Es
exacto, pero a medias, La vel'dad completa es que lo mismo
pudieron h aheda heredado de Gran Bretaña, Francia, Ho,
landa o cua lquier otro ¡mfs de Buropa, Existía en Jos grie- Exi sten d o('umenlos filie pru{'ba n la existencia de ver'
gos antiguos y - según \Vef' tcnnarck y Landtman (Landl' daderas mulútude~ de desocupados, del incuentes y prostitu,
man, 84 )_ aparece en las clvlilzaciones primitivas, en c!er!Q tas en todas las I,:Qlonia$ t'spnñoJas y en Brasil, as! como en
grado de su dcsarrollo. todas las: épocas. a partir de los comienzos riel siglo J6, aun.
que se recOge de ellos la Impr('sión de que el mlmero rué en
Es seguro que se encuentm en toctos los pueblos en
los cuales ya se ha prOducido una división del 'trabajo que 1 aumento a medid:1 (jue corda el tiempo,
I
124
¡ 125

J
SaC(l hiZO en l ROO un estudio especial del problema Concolort'.orvo deda mA'! (l menos lo mismo de la Ban-
~n ,;u m ~mt')rla sobre la vaganc.la en Cub3 (ver BlbliograHn) , da Orienta l (37), q ue él vis itó en In s('gunda mitad del
donde habla de una densa mlJEa de desocupados y que con · sigJo 18.
tie ne un e ritr-rlo más moderno que e l de casi todos los docu · Además de los 111()rf1r.IOTCS das en genJlos y de otros des-
m(>ntos coloniales en el tratamiento de la materia. ocupados que vQgan l}Or los se l-l oes, hubo siempre en los: cen-
En ln !( lnstrnccione!l del mOll ar'ca espafiol enviadas al tr03 urbanos (le Brasil una población estable de vaaws y
,-jrrey d~ Nueva España e l 3 de octubre de 1558 -menciona- prOfilitutas (Prndo, Rr. cQnt _, 353).
das en el texto- se lee: "Somos InfoH"'lados q ue son muchos
los qua ansl ay vagamundos, esp(!Clo lmentc mestizos" (Pu- PRoceDIMIENTOS" COMPUI,s]l'(lS EN MA'I'~'RTA I!ELICiOSA
sa, 11, 319).
En el siglo 17 era el del virreInato novohlspano "un No pUede atribuirse a los españoles ni o los cat6licos el
pueb lo numeroso mal v¡>stldo, hambri ento, y que t¡>nlB pOr monopolio cl:e este método de venerar a dios por la fu erza,
habitaciones miserables chozas e infectos e uartos l>n IQs su Se Jo e.ncuentra en argu nas colonias bri.tánicos del norte, esta'
1)urbiOs de ¡;¡s ci udades", según Rlva Palacio (Virreina,o, bl!:'ddó en I.Ienefid o Ile iglcsws protest.: mtes y (!n 1672 se
676) . La m i¡;:ma observa.ción la hace un economis.la colonial a plicaba n m ult.ns e n 1M An lrllas lI:mesas a quiene:¡ no a ten -
del talen lo (]f'l obispo de Michoacán, Manuel Abad Queipo, dlan los servIcios relig iosos (KcUel', 1!)!l ),
al finalizar la e ra virreina!, "El pu~blo -expresa- vive s in
casa, sin domlclHo y casi errante" (Estado 7Ilof1Il, 58). LA JG1.ESI4. CA'r6I.1CA EN BRASrt..
En In sola provincia de Antloqula, Nueva Granada, el
O1d()r-V\ sltlldol' Juan Antonio Mon, en uno de sus Informes "CrlsUanlsffio domé¡:;tico, lIrico y fesUvo, de santos como
a la Audl ~ n<:l:¡ de Santa Fe reclent emenlc exhumados por padres, de santas comadres de tos hOnlbl'es, de Nuestr as Se·
Ol.s Capdeq ul ({?I st . de {lolJiemo, 103) y que hemos menclo, fl oros mRdrlníls de los niílos", llama F'reyre al tipo de cato·
nado en el texto, dcspués de declr que encontr6 alli mucha licismo que predontin6 en la colonia portug uesa (Casa-Grart o

desocupación y miseria, calculaba (IUe haMa 50_000 indivi- de, n , 586) .


duos 0<:108011, Este informe data del 23 de noviembre de 1786.
De Chile. e n la "\'fspera de la Independencia, el. padre OH· srGNlnC-'bO 1)& .... LGUNOS ri."'JIM'~OS
,-ares ofrecia en s u "Historia de Chile" este panorama : "En
la gent.e de uaja esrera, acostumbrada al libe rtinaje, que no Jfmnelvco, En BrasU, hijo lIe por t.ugués e India. Al de·
t"s cOJl(}cltla de lO!; jueces de los partidos. oculta en s u m1sma clr en e.l tex to l'Jue la b/l'l'ldeiT/J es una columna mamehtcO
¡:o~u(' f'i ez , es \¡¡meIlUlblp el ocio y más los "lelos que nacen hacemos referencia al gran número de· mf?stlws que la fonna.
de él. De esla gent.e no ser{¡ eXilgeración afirmar Que la ma- Sertao (plural, sertoes) , En Bra¡:;il, interior del pars, In-
yor parte se mantiene del hurt.o, y flu e habrá. en todo el r eino culto o deshabitado,
más de 12,000 que no tiene otl'O oficio ni eje1'clcio, con IIn·
ponderable perjuicio ue los que tI(!nen hactendél¡6 en el
campo; y en este mallgno oficio han cobrado, con el hábito
que fa cilita los actos de su especie, t anta destre.za y osadla
que se llegan a robar rebafios enleros de ganado de lana,
las engordas de vacas y lag ma nadas de cabras y caballos"
(cit, por SUva Cota p06, 172), 11
A " Ia rnutltud de Bagam und06, fo rajidos, gentes ociosas •
o araganes que tanto abundan en la campaña", mencionada t
en un docllmento del c..,bi!(Jo de B\lenes Aires de 1788 n os
J,
hemos referido en el texto. I
J2fi 127
, '1
"
'j
I
;1
~
1
~I
t~
[;

CAPiTULO IV ~
CONFLICTOS DE CLASES

1. T~A VJOLF.NCJA OM N I PRESENTE

1. En las relaciones entre las clases y los grupos,


en todos los días y las horas de la existencia colonial,
,La violencia late CO~l fur ia o ' e ~al~., tOTf'cllcialmente. \
Mas que ra:-s-elva, mas---que el safvaje, es la violencia
social la que a cada rato amenaza la integridad fí sica
y la vida mism a del indjviduo.
Es que las relaciones de clases en la colonia re- ,~
posan sobre la violencia. La esclavitud -=-legal- o di- li
simulada- requiere indispensabl emente que la masa
de los sometidos sienta el pufio del dominador ante, sus
ojos para hacer el esfuerzo que se le exige. T~ \\\
cie;!~~L~~clav6cratc\. OJJ.~Im~ .. .K9b.r_e_.y.~cán. Mucho 1\
menos violentas deben haber sido la s re!éldones entre
siervos y señores, porque la pcrsonaJid<ld de aquellos
era más res petada por éstos. r . ~
En vano se nOs dirá I"]ue hubo esclavistas paUiar- r ~ J
caJes y esclavos que amaban a s us amos. Si los hubo, Iv'
pero lo com ún fué lo .c ontrario y lo que marcó la pauta
de los tiempos,
No sólo la relación escla\, jsta-esclavo fu€! la ~arac­
t erlzada por la violencia, si no toda la relación entre

129
,

ti
grupos sociales o entre individuos que se disputaran les pai'ece, y los lraf.lq11ilan, que .e s vn género de pena 11
, un privilegio o una ventaja. América fu~ suelo de vio- que se suele dar a los ynd ~ OR, lo qua) ellos sienten
1I
lendas desatadas y lo excepcional rué en ella Ja me&il~ mucho" (Puga , J I, :H8L Esos indios y e1:ias indias eran
fa. Viúlentns son las relaciones habituales entre cO- la mano de obra forz.'l(in qu e esos religiosos utilizaban
merciantes y labradares; enlTe comerciantes y planta- para diversas tareas. :¡
dores; entre eslancirros e inquilinos; entre los poten-
tados locales y 10$ representan les del poder imperial;'
Los indios que no trabajaban como mitayos, ya-
naconas o asa1ariados y que ¡::;eguían viviendo en sus
li
.1
entre los jerarc3s de la iglesia y el clero Hano; entre comunjdades, aunque no rea li iaran trabajo obligato- ¡I
el cura y los indios, sus feligreses; entre el cacique y rio para nadie, estaban ~ometidos a l pago de tributos,
trus Indios; entre el mestizo o el mulato y los indios cobrados compulsivamente y que les arreb¿:ataban la
o negros. mayor parte de sus cosechas, de sus artesanías o de
Episodios de la. lu cha de clases, preñados de vio- 1 sus salaríos. El indio lenía que triblUar al rey y al !
lenda, son el de los ei})ii'fio1E$ del'uerto }"tICO rooandtt cacique -intcrnlE:'di~r¡o éste que prosperó y adquirió ,1
esclav6Sñegi:OSu~-tns~"l1t1lra"S' diiñesm; "para bautizar- ~ 1'3U perfil de temiblf" explotadol' bajo la administración
los" (Keller, 501): el de los b011deirant,es robando in- 1 oolonial- y. si estaba encomendado, también al enco- ~
,i
dios guaran[es a las misiones jesuiticas para venderlos mendero, aparte de las contribuciones personales para :{"
a los fazendciros y a los m.ineiradores; el de los cha- el cura del lugar y de las num erosas fiestas religiosas. !I
rrúas robando ganado de las e:Hancias jesuiticas del Más tarde, olra {jg'!lra ~~e agregó a este panorama de .
norte de Santa Fe y de Paraguay para venderlc;J a los exacc1011e~ ---el curl'égid;;?) tan slnlcstro en la histo- :1
hacendados, santafecinos. Era la lucha por la mano r¡a de Am~~~.,?- -énmá ct éornf"ndadorlo 'fue'eñla del !I
de obra O por la mercancía llevada al terreno del des- Esp~nl'tr--p'or cierlo que, como en España, aunque sin l',1
pojo violento, del robo, un Lope de Vega qU E' Jo narrara, huuo muchos de ellos 1
ajusticiadOs a manos de sus v[cUm as, 1
a. A menudo, una !fnea en un documento, una Cuando el Marqués de Castel Fuerte, Virrey del

I
advertencia en una r eal cédula le recuerdan al investi- Perú y gobernante que se caracterizÓpor SU mano
gador toda una larga bjstorla de violencias, que ~ste dura -a ~I se debe el aplastamiento de la rebelión de
conIirma sin es fu erzo en multitud de fuentes. los comuneros, en Parag uay~ dice, en la m emoria de
El Rey e nvfa a la Audiencia de México, el 4 de su gobierno (cit. por~:-ROmero, HisL. ecOt~. Perú, 136)
setiembre de 1560, I.nstrucciones " para que los religio- que por el sistema de trabajo libre era casi imposible ,.
"
sos na se entremetan a hecl1ar prisiones a ningunos
yndios ni yndias ni los a~.oten·'. porque, expresa, "á.
hallar ind ios voluntarios, "por el gen io de esta nación,
en quien entregarse al ocio es un vicio de naturaleza",
"¡l
nos se ha becho relacion que los re-ligiosos de las ór-
denes de Sant Franci1'lco y Sancto Domingo y Sant
no hace más que enculJrir, COn la cantinela de la indo-
lencia del indio, la reaUdad de un sistema de relacio-
~
P
Agustln que en essa tierra residen tienen en sus mo- nes de clases baf;ado en la más extrema y permanente ¡¡
nasterios cepos para poner en ellos á los ynt:l.ios é yn- violencia. 1I
,1
dias que quieren l y los aprisionan y a\otan por Jo que El indio, como todo esclavo, fué un mal trabaja- l',¡
no 131 !t
I
.1
!;
1
dar. El brutal trasplante que sufre de su comunidad m inas, la antigua IH)bllna paulis la contra los em· 1.1
ftJ{raria primitiva al s istema de capitalismo colonial le boabas que I ~ desplm~an _ L os bandei"rantes contra los
indios - mano de obra potcneial- y los senhores con-
I
flllila a su esfuerzo personal todo .sentido y a 'su exis*
1 ~'llcla todo a lici ente. Por 10 demt'ís, la conquista y los tra los negros fugiLi\'Q!) de los P~ lnmres -mano de
pdmel"os tiempos de 1<1 colonia significaron para las obra desertora-o Ln s olignrqufas comunales, que ex-
l1adonE's inriígenas la destrnc.ción de ('uantiosas rique* cluyen dt> las Cdm (lrw: fl todos los otros gl:UpOS socia-
~,m> natul'ales y el hambre y la desorgauización cun* les, enlre elJos a las burguesías comerciaJes en em- "'1I
1dlf'l'on entre ellos. El consumo de la coca en. el Perú, bd6n . L~ nobl eza Iu sltana, la burguesfa comercial y
muy IlmUóldo bajo los Incas pero estlmulado por los la oligarquía t.erritori<11 brasileña, arremolinadas las :1
'1
,·oloni7,,·l(lores. vino n. completar el panorama de la de- ¡
\'ó.dencia nac'lonal, orhránica Y psí(IUi ca, DetráJ'; ('jel ocio
Indfgenn que d('SC1Ihrf<l el virrey en todas partes -n.o ~
tres en la corte por·luguesa de Río, en el perIodo final
de l<l colonia, comb3tiCl1l10 e intrigando por ganar el
Cavor real, hasta qUf', finalmenle, un grupo bien defi*
i
4\1 ocio ¡tUlico, en Ir, m ontaña silenciosa, como podrla nido -la anliglltl ari ~ lOl: ruci a t erritorial paulJsta-
Imponer un poeta románUcO-- habla, no ya una sola acaba por predOniin al' y seguirá ej erciendo su decisiva L,
N':I'·C1l8 de violencia en la historia de las relacione¡=; eJe inUuenc!a sobre el gnbi.C'I'nO bajo el ImperIo. Un pa- ,1
c'lases, sino toda ~1.!llLcattjstrore nacional, como !)I'efie- norama s imHar de in ces antes confUctos de clases y de
1'(> llamarla el profesor Guli érrez NOl~ga (Coca ísf)l() estratos sodalefi puede trazarse en todas las colonias. :1
11 aUmel1taciótt) , ..
"

2 . La vioJenci,1 sodal es inseparable de una so!" ' · : j.


b . A1gunos autOI'e;s brasileños han supuesto que ciedad que descansa sobre el trabajo esclavo o semi) I
durante el período col onial no ha habido en su pafs

¡ esclavo y donde el privilegio decide la s uerte de mu- , I

hll'ha {le clases, E s precisamente Brasil una de las ea-- chos jnclivlduo~ y d e mu c ho ~ g rupos, Es ersa violencia 1,
hlnias americanas donde los conflictos de clases y es- social In que palI)ita amei'laZéldora a la calda de la tar-
lmlos soc iales se van sucediendo, sin solución de con-
tinuidad , s ~u s a ~ desde que puede hablarse de
de, en cualqu ier ciudad colonial. Ca lmón dice que los
viajeros coinciden en observar que, en todas panes,
,"
IIn:1 sociedad colonial or.gánlca h¡:¡stCl que llega la, hora las gentes andan con rosarios en las manos y otras I
d(> la independencia - sin perjuici o de que continua-
rnn después. La lucha es, a veces, a I;¡ ¡;:.ordh'l3, pero
amuletos visibles pet·o <Iu~, dl's pu és del Angclu s, nadie !
sale a la calJe sin puli.al , pistola () e.c::pada (ÍIist . social, I
nunca deja de presentar caracteres bien delineados de I, 96) , El <lIto númer o de desocupados, vagos, delin-
1111.
Senhores de engenhu CQntra esclavos, que desde el
cuentes, prostitutas y ekmcntos s in ubJcaci6n ei;onó--
mica ni socitll, f'R (.J df'l1fJmin;¡dor común de todas las
:',1,\
Hl~Jo 16 aprenden eJ camino de la selva para buscar su
IIheración . Sen hore$ y fazen deiros brasileños contra
colonias de l\1n(~rka .-...E 1 hl)mbre l1.ue vIve en na so-
ciedad que pr()(l u{'e<ese vasto !'('s id uo demográfic sabe ¡ji
¡.
11\ burguesí·a comercia l portuguesa -pugna ésla que que su suerte pen~oñ'á1"Pende a ca a r as cir-

,.il,
flC prolonga durante toda la colonia y el' la cua l se cunstancias más Inesperadas.
vierte en alta uosis el argwnento nacionalista . En las A menuoo, el temol' a la violencia latente, al es.ta-
l'
132 133
"

.¡,,,
11Ijlo posible del conílirto engendr a un miedo parali· aulas (U¡;trreda Laus, 279) - ; pero s f lo rué lograr que
¡O,unte. El fantasma inhibe y la anhelada solució n de Jos disti ntos grupos rie la mano de obra esclava y semJ
1111 JlI·(,J.¡lcma se T)rol,onga ind efinidamente , por eludir esclava se manlu\'if'l'<1tl HpRl'tadús entre si. Las dispo-
nll " pn1b lcma que se supone más grave. No fué sino siclOJl e~, originada:» <l1,gl Jn<ls en l a nl('trópoH y otras en
Ihll.\a la víS))era de lo Guerra de Jos Diez Años en Cu· las colonias, para ev itar el con tacto de negros con in·
1m ll'orlell Vilá, I1 , 202) Que el fanta sma de la gue- djos o de mulat()S y m estizos cl)n aquellos dos grupOS,
11 ,1 de razas - los esclavos e n armas contra S1.I S amos-- fu eron numerosas y, aunqIJC i.l veces parecen tener una
,II-jú de paralizar el bl'azo de los rcvolucionario.s blan- finalidad de protección de uno de los g ru pos, otras
,'Ir.. que buscaban la independencia . presenta n a l desnu(lo el propó~ito de impedir una coa-
No es más que ese mi smo temor el que llena de lición de oprim:dos C'uyaH consecuencias políticas hi.
IlI'vhlbitiones la legi slación impel'ial y local de la co- cieron Icmhlar en todas -'as épocas a los blancos be-
IOllín hispano-Iusa. "Oluenamos y mandamos --<:Jire, nefi ciarios del traba jo colonial.
pOI' ejemplo, una ley de Fernando e Isabel, !,!n 1501, Fué m enester f'n tcOo Jnstante de la vida colon ial
I'linfirmad a por Carlos V y Felipe JI (R.ecopilación, TI, usar de mimo d uru p:lrél manten er dentro de ciertos
IIJH)-, que ningu no ven(ia, ni rescate armas ofensivas, limites f.'C,on6m i!'t)~, ~QI.~ia l es y poliUcos a la mayoría
Id !I! ' ft-'n ~ivm; ñ ln¡:; l nd¡f1~, ni á alguno de ellos" y Fe· r,ubyugad<1 d~ la pohlaci Ón . El bando ue la Audiencia
IIIK' 1r (I~t i(' ncle e n 1!)G81n medida pt'e cautoria: "PrO- rle Lima del ]7 de julio de 1706, "mandando que nin-
hibim os -ol'dena- qu e los Ind ios ande_n ti c;:ívallo, y gún neJlI'Q, 7.ambo, mulato ni Indio neto pudiera co-
mandamos ti IGS Justicias, que así lo hagan guardar, y merciar , traficar, t!'ner tienda . ni aun. vender géneros
Pxc(~ut a r s in reruJs.ión alguna" ,(!l;idem, 197). por la!l ca lles" (Juom y Ulloa . nota de la pág. 423)
En todas las colonias español.)s se aplicaron nu- estaba dirigido, evident",mente, a poner fin a una com-
merosa s órden es reales -complementadas a menudo petencia que mol¡;>~tabn a los ('úmercian tes minoristas
\'on disposiciones de los 6rg;:\J1os locales--- eliminando blancos.
de la s fun ciones públicas, del servicio de las armas
y de los centros de estudios a los indios, Jos negras y
fos descendien tes de la miscegenación.
Pero las expresiones más dramáticas del terror dé
los poseedores se manifiestan cuando estalla una insy-
~n o cü~pecha q~l.!~~ .eA'!.!lar. 'rfr
l
Era la "gente vil", ante cuya presencia temblaba do casUgo parece poco para qu e sirva de alerta a las
la .... I'istocracia m a ntuana y cuya s umisión por la fuer- multi tudes que p u eden sufrir el contag io de la rebel-
lO.a se pasó rogando al Rey hasta la hora de la in- día; todo r efinamien to sádico resulta aceptable a aque-
dependencia, mientras a legaba que los representantes llos esprritus poseídos del terrOr ante el posible triun-
de la cOrona la protegian. Impedir que la "gente vil" fo del enemigo de cl ase. " Ahorca ron ocho indios por
ingresara en la Universidad no era difícil --en.ef.Perú 1 alzamiento por tenían in tentano -narra muy escueta-
se prohjbió el ingres'o de Jos ¡ndlvidu9$: de color, "por mente el Diario de Mu gablll'u (84.1. situando el h echo
la infamia de hecho con que estaban manchados" y I en el 21 de enero de 1667- .. . y después de ahorca-
en 17G8 la l'mona ,o rdenó qu.e se rindi'éa· prueba de dos les , quitaron las cabezas y fueron pllestas en la
"legitimidad y liml'ie~ de sa ngre" para entrar en las puente; y fueron hechos cu.artos y puestos en los Cél-

134 135
I
minos", El casUgo que se impone a los negros escla- te local abusivo es el otro personaje jamás ausente de
vos que se levantan en Vene'l.uela en 1719 -semanas esta crón ica roja ue los tres siglOS coloniale_s.
después de la revolución de Francisco de León pero. Basta recorrer los escu etos y monO(~)rdes "Anales"
al parecer, sin conexión con ella- es minuciosamente de Martfnez y Vela para comprobar que la exiBtencia
decretado y ejecutado en la vía pública, con un escri· en Potosí, en el siglo 10, estuvo siempre matizada de
bano que certifica los detalles y un cirujano que cura incident.es de ~ ta índole. "1569. Este afta -refieren
8. lOs negros a quIenes, despu és de Jos azotes, les cor- los "Anal es'-', por ejemplo- oprimidos los moradores
tan "las orejas izquierdas, por 'la parte supérlor del
oído" (Gareia Chuecos), I de Potosí con las molest ias del Gral. Abendaño o Avi-
ñón, COmo lo nombraron algu nos autores, entraran
En ] 537 ocurrió en la ciudad de México "la pri·
mera m3rañza de esclavos provocada por la pusilan!-
midadae los pobladores que, asustados por la actitud ' .
r ocho hombres dIsfrazados en su caS<). ; y ocultándose en
un pozo dicho Correg idor, escapó la vida; pero le roa·
taron a un sobrino y dos criados". En cualquier año i
rebelde y la cuan Ha de los africanos, descuartizaron a 1: -1582, 1583- hubo "crueles bandos entre las naclo- ;
unas cuantas docenas que supusjeron pensaban alzar- # t nes", lo que signHica que extremeños y vascongados
"
![
se con la tJerr~1t (Agllirr~ Beltrán, PO,b lación negra, A ' :;/t\ .. se trenzaron en riña y quedaron decenas de muertos
11) , La €'jecucl6n de Jac.mto Canek y sus compañe- ' en las calles. - j'
ros, los indios rebeldes ~6 de sangre la Más adelante, el confli cto tomó otro carácter. Fué .1:
plaza pública en una interminable ceremonia de con. entonces el de espa ñol.es contra crio Uos, detrás del cual I

tornos tan bruta les qu e pueden parangonarse a los I palpitaba, en algunas colonias, pi de una naciente bur- ~
autos de fe de la Inquisición . El funcionario que or~ guesfa local conll·a los comerciantes monopolistas o el ~ ~, ¡
den6 y presenci6 la carnicerfa (u ~ más tarde censu· de una antigua oHgarquia colonial contra los represen· lJ;. y..r-
rado por el gobierno de México por su exceso de cruel-
dad, pero los señores hlancos yucateeas, cuyos bienes
í tantea de la corona. Narran Juan y Ulloa: "Basta ser ~l . . r;;...~
Europeo o ChapHón, (~omo le llaman en el Perú, para ( ~ .
,
e integridad física eran 108 que más directamente pe- decJaratse inmediatamente contrarIo a tos Criollos: y I _u-.~Jv
ligraban en el e.a so de que Ja cinto Canek hubiera triun_ es sufkiente el haber nacido en }ns Indlaspora abo-- ; ~ .")\..
fado, deben haber aprobado con alborozo el sanguinario rrecer a los europeos" (41 5). I

procedimiento.
H EI.. ESl'ALl ,lDO DEL CONFLICTO
3. La violencia social no caracterizaba s610 la
relación dominador·domlnado, sino también la rela·
, l . No s6lo no hay en América coloni" donde no
I,
1,
ci6n de grupos sociales o nacionales de pareja con- se h ayan registrado levanta mientos, motines y revolu·
dición social. L~jOs reglonaI~ por ejemplo, pa_{ ciones de fndole di.l ~ i s t a. sino flu e es rlifí cil que tram.:¡· i
recian eX8cerb¡lfse en ~rica y los peninsulares so-- curra un decenio sin que se produzca uno de esos es·
,
Han agruparse por sUs lagares ue origen, entrando en tallldos. A veces, S("In lo" dominados los gue se rebe-
riñaR armadas a menudo para dirimir u na supremacía lan contra los dominadores; otras, ,g rupos sociales de I¡
en algún pueblo O ciudad de la colonia. El gobernan· poseedores u oligarquias locales que toman las annas

137
I,
136
j
, I
_1-

J
contra el poder pallUco; otras, en fin, el proceso se diencia, Manuel Barros de Sa n Mmán, "cuya dulzura
hace más complejo, porque entran en escena una oU- con.los indios le había llevado a imponer con dureza
,l!"<lrquín. loc.al, el poder polftico y una companta de co* a los encomenderos, dueñ os de obrajes y frailes la pro-
mercio. En ocasiones, la rebelión cuesta pocas víctj- hibición de explotarlos" (fbidem).
mas y finallza con una transacción; pero las represlo- Las rebellones de 109 comuneros en Asunción y
nes sangrientas son frecuenles y dejan una estela pro- Bogotá, que se t ransforman en cruentas guerras civi-
funda y duradera en el Jugar. les. con ejércitos, batanas y gobiernos revolucionariOS',
La bist0l2!.<\ de esos conmctos se inicIa casi con la J I'iUJ"gen de antiguos COllfUctos en los que participan
historia de la ciffi401sta. SIn allttllr a las riñ.'l!'l de con- grupos sociales antagónicos y el poder imperial. En la
quistadores, no pequeña sería la lista que pudiera ha- historia colonial ~el Paraguay, los comunerOR y las
cerse de los, ('onflicto.<:: que sur~en í'lpfm3s. esbozado el bq.ndeiras guardan cierta relación. El primer episodio
esquema inicia l de las clases. LOs setenta colonos pe- es el levantamiento de la o\j~arqufa asuncefía que
ninsu lares de la Espaf\o la que, ya en 1498. 'se alzaron disputa a las misiones jesufticas el control de la va-
en annas, al mando del alca lde mayor Francisco RoJ- liosa mano de obra guara ní y el comercio intercolo-
clán , contr<l el gobierl'lo loca l (le Bartolomé ColÓn, re- nial. El segundo --capitu lo también de la h istoria de
clamahan la supres:ión de In~ impuestos que ,gravaban Brasil- es la tentativa de los bandeirantes, muchas
a los ¡nrIios -no por picrlad de é..::tos. sino para que el veces feliz, de arrebatar a tos jesuftas esa misma mano
esfuerzo de la mano de ohra esclava no se distrajera de obrn para entrcgársf!1a al mineiradoT y al fazendei-
en el pago de tributos al poner polític:o y puoiera con- ro lusos. Poder imperial español , oligarquía colonial
centrarse en beneficio de los propietarios individuales- y misiones jesuíticas, son tos personajes del primer
y acusaban al gobernador .de que "con él no podfa drama. Oligarqufa lu so-brasiJeña y 8US mandatarios
a lguno medrar" (Azoar). -los bandeírantes- y misiones jesuíticas, Jos del se-
Los levantamientos y las cruentas guerras civiles gundo, Pero en unn y en otr o, como en los d-ramae
que siguen, en varias colonias, Q la fl.plicac i6n de lae de la ausencia de Jean Jacques Bernard, el persona-
Leyes Nuevas ~s iglo 16-- 's on el testimonio inequívo- je a cuyo alrededor gira el conílicto no entra en la
co de la existencia de o1igarrtvía~ locales ,p oderosas, escena. Es el indio guaraní, obrero admirable, sin VO'll
cuyos jnlereses económicos les llevan a exigir la más ni voto en la historia.
extrema autonomfa polftica. Las compañías de comercio y colonización que ac*
Lo que en la historia de Ecuador se conoce con el tuarpn con li cencia imperial en Brasil y en algunas co-
nombre de revoluci6n de las alca.balas -1 592-3-- tiene lonias espaftolas, dieron lugar a varios levantamientos
un perfil clasista ' iridüaable. Est'a' i'1 '~a lH presentes dos de plimtadores y t'omerciantes loca,les. El movimiento
elementos -explica Benites-: el rico encpmendero 1 revolucional'io de J uan F'l',l'Jncisco León, en ] 749, en
descendiente de. conquistadores y el mestizo m~~g~nal Venezuela, estuvo di rigido contra la Compañra ~­
que e:'fplota al mdlo. La lucha armada está dlrl~lda , . ~5S'~na . En Brasil. IR revu elta de Marañón , en 2,
aparente-mente, contra un nuevo Impuesto, pero su ob- obtuvo transitoriamente los tres objetivos que perse-
jetivo verdadero es eliminar al Presidente de l ~ Au- guia en la reglón: depuso al gobernad or, expulsó a los·

138 139
r
jesuitas y declaró extinguida la Companhia Geral do Ell la extensa serie de movim ientos que integran
Comercio de Grao-Pará e Maranhao tPerdigao Malhei- el proceso de la independ encia de las colonias hispa-
ro, " 253l. no-lusas, se encuentran -m~s nítidos allá o apenas
La hurda en masa de esclavos hacia la selva con- manifiestos acá- dos conflictos que coexisten y se
mueve a la colonia portuguesa a lo largo de los siglos entrelazan, hasta ha cer inexpllcabtes muchos episo-
17 y 18. En el serlcw, como hemos dicho anles (IB, dios: para quien no los descubre y s igue su ras· .D-o 1. L t.\"""'"
Ü, 2, b). formaron comunidades¡ algunas de larga vida, lro. P o~ y.~ar~ ¡ el choque entre el poder im"pe-
Las más importantes son las que se conocen con el rial y los gi""UPOS s ocial eg-ñativ os....g,.Q~_bu$c an la jvde-
nombre de Palmares, cuyo régimen social y político ha pendencia poJitica y ' qu e están (armados l!0r m:.QQ!..eta-
sido ca Iificadi:1"'pGt - álgu!l..~ . -ª.1J-J.QI:e.LJ;trJ~si!eñmi. ,. con r~ o clas~gt~ta de:Ol"Dfffu;. . . pl~tizOS -o mulatos. ~
exceso de imagiñacioñ, - ~ t; soci.?1.~S,l~O Rrim~t~vg. No otra, el choqqe entre 10-s ill:Qp,il;!tat:.ios..y. los i:Qd.los y n~
hubo· uno sino muchos Palmares y pal'a aplastarles fue- 'g ros ~-º-I1J:!!tidos. ~~rá . 9..uie,!E'~ el primer paso en_el ca-
ron menester numerosas exped iciones armadas y bata-
llas. ~ Rogrjgue~s distingue tres periodOS en su
histor ia, aún oscura y envuelta en la leyenda : Palma-
I m ino ~e s~".I!berac.iÓn es rchelm'se cant.ra su señor, Q.U~)
a. WléfiuOo pertcn e(~e a figuelJ..0 urruPQa. El doble con-
f.ITcfe)··surge en todas partes -y a veces simultánea-
res holandeses. destruidos en ]044 ; Pa Jrn~ res de la res- mente- con la consecuencia, incomprensible para
taura ción pernarnbucana y P<llmares t erminal es, anI- nue.<>tros historiadores Uberales del siglo 19, de que
quilados definitivamente en 1607 (Afd crl.nos ... 116) , (,- hubiera gran parte de la. población indígena y negra,
P ero, sin que el gusto de sentirse Iibt'e5 les resul- en algunos lugares, que t uv iera más simpatía por el
tara tan duradero ni la organización revolucionaria poder imperíal que por 138 juntas de revolucionariOs
fuera tan eficaz, los n egros se levantaron contra sus integradas por propietarios blanco~, mest izOs y mula..J
opresores multitud de veces y en multitud de lugares. tos.
Apenas son las más important.es, la insurrec16n de Rl0 A la invel'~a, ocurre tambi(:n que estos últImos,
de Janeiro, en 1050; la de Minas Gerais, en 1756; la en vísperas revoluciona riaS", hayan preferido abando-
de Santo Tomé; la del Maraf'i6n, en 1772, en la cual nar su programa emancipador y apoyar el régimen co-
negros e indios a parecen en transitor ia alianza; la de lonial en presencia de una rebelión de esclavos, que
Matto Gr08so, en 1770 (ibídem). hacía temblar su ánimo de poseedores. ESO~~ _):!<L~ / __
La serie de levantamientos lndígenas mencionados ) Cuba, en 1812, cuando estalló la conspiraci~ !!e A:l!On~ «.......:
por los historiadores es muy extensa, pero es seguro
que los levanta'm ientos desconocidos por éstos y de
¡ té. y en venezuela , la oligarqufa <le ph:m tadores y ca'
pitaUs tas, que tan pronta estaba s iempre para ponerse
los cuales debe haber constancia en los documentos en ¡'ebeli ón contra el poder imperial, condenó muchos
coloniales aún no estudiados fueron igualmente nume- levantamientus de colorido soci,ll, como el de Gual y
rosos. T~c Amaro y Jacinto Canek --cuyas rebe- l España, en 1797, " infame y detestable" porque aspi.
Han es, las mas lmpol lantes cte~Odas, aCÍquirieron noto- / raba .a dest.ruir la jerarquía de las clases (Parra Pérez,
rio sentido de clase- tuvieron múltiples predecesores Primera Repúb 'ica, 52).
y conUnuadnres.

140 141
I
1
2 . E stos enunciados de cará cter general se pue:- dos revoluciones al mismo tiempo; la J'evuelta fieccio.
den formul ar, con igual v alidez, para las colonia' nal de las tres colonias contra la centralización im-
americanas de otras pOlenC'ias europeas. En las tTec(!' perial y un levantamiento d e clases contra los Int~r e-­
bri tánica.s elel norle, los conflictos de clases, la tentes ses creados y las clases gobernanles IOCDles.
o sang rientos, nunca estuvieron ausentes y a veces
adquirieron contornos de guerra civil, como en Mary-
land , en 1654, cuando chocan . Jos pequeños plantado-
res protestantes contra los terratenientes católicos
(MorIson y Commager), r, 47).
A Irving Mark se debe un estudio muy comp.leto
y revelador sobre los conflictos agrarios en la co ronia
de Nuevo York durante el siglo 18 (ver B ihliografia) ,
El autor examina allí, con amplia documentación, có-
mo se fué formando en la cOlonia neoyorquina una
pequeña y despótica oligarquía de grandes terratenien-
tes, que jamás dejó de apelar a la violencia y al frau.
de pam acrecentar sus, bienes y su poderío político.
Estando el gobierno tocal )' cl poder judJcial casi siem-
pre en m anos de ese gl'upo de poderQ8os, .los pequeños
agricult.or es. propi etarios o arrendatarios, tuvieron que
recurrir a la vi olencia en varias ocasiones para defen-
derse d e los d espoj o~ de que eran vfctimas.
Aptheker ha h echo una larga y minuciosa enu-
meración de l'evuelta s de es.c lavos negros, de las cua-
les 66 ocurrieron entre 1644 y 1776, año de la inde-
pendencia (71 ), 10 que da un pl'Omedio de una cada
dos años en la era colonia l. En aJgunOs casOS. los ne-
gros se aliaba n con olros grtlpos_ Así, en 166.3, hubo
un importante conato, fracasado por delación, de escla-
vos negros e "indentured servants" blancos, en el con-
dado de Gloucester, Virginia y en 1709, en los conda.
dos de Surry y de I sIe of Wigbt, Virginia, fué descubIer-
ta y sofocada una conspiración de negros e indios (18).
En la hora de la revolución, el COIúlicto de clases
estalla si multáneo.mente con el conflicto poJitico. Hay.
en realidad -explican MorIson y Commager, J, i63-,

142.
143
I
obIlga a éstos a llevar ciertas cargas en sus mulas, cuyo.
fletes cobra el oorrt'gidol' para su provecho, Las pérdidas su-
1 frida s. en el transporte ---muerte de algunas mulas, etc.- co-
rren a cargo d . llndio. "A vista d'e esto -(:omentan .los auto-
res- no se podrá negar qu.e lOS lndlos están en una situa-
ACOTACIONES tlón más cruel que los esclavos, porque lo mas que se pueoe
hacer con éstos, es darJt!s una tarea í:n a lgún exerclcio pata
\"lOI.E/'ft:lA Que trabajen a beneficio del amo, quedando éste expuesto asI
a la pérdida como a las ganancias: mas no sucede as! con los
" Claro eE'i que la socle<Ja d ('oJOlllal , tanto en e l sig lo XVI { Indios, pues ellos han de sufrir las pérdidas de las mulas
C{)n1O en e l XV II, FoQ earacte l'i7.Ó por ~1,l exlrpmada violE'nd a. que Be les mueren d~de el instante que se las entregan, y
E s el reinado de las pas iones indiv idua les, desencadenadas el Corregidor percibe por entero las ganancias de todas, de·
"n el amlJic lllt.' vil'gen d e Amél'lro. y n' bel d c~ a todo lo que Já.ndole s de¡¡;pués que hall pagado trcs veces más de 10 que
pugna por ol'gan h:arla!'l en u n dlS<': iplina socia l. Ambicione. valen, una propiedad ltUJUJ, puesto que no son duefi09 para
de man do que se desenl :lZilll en crímenes snngrlcntos; ron - usar de ellas, que 13010 les pueden servil" para ayudar el pago
<, upi sc.:cllcin!\ IJUI:c' a !>alt¿.l) hasta la vl rt ml OC' ló s rnr¡:;m os t'lé-- dI! las otras que el corrí!gidor léS dé en el reparto siguh:n ·
rigo¡;: JX'ligros uel ImUo veng¡).(ltw o d L' la li('r1'a Ignob -por te" (215).
:'!l'lom tl 1:, ,v !cla 1,]'l m(l,dlu l de los i1f!';t intni;1, ;'lme'
w (1., ¡; P;l1't '·p-
llil'1.alHl0 " /)11 ~ u rl ' n C'll ~ In ohra' Ile' l a ('o!tlnl'1.udón" 1Rl c~r d o 'VI01.ENClA EN EL TRATO D.t.DO " LOs INDIOS
TIú jas, Uf , (rrg., l. J24).
"Cuanlo por una parte se debe reprochar cualq\ller mal·
}:NRIQUECI1I.U E NT() 1)1!) CA CIQUF. S ·tratamlento que se les hlcl ,. re, por otra considerada bien BU
LOrpe Inclinación y ciega costumbre. no parece ron repren ·
No pocos cncJques, actu;,odo como inlel'me(llario~ en la .¡ble en las que con al~una aspereza los tralen", dictamina,
colonia, I:'ncontl'<\I'OI1 la posibilidad de multiplicar fácilmente con caracterlstica hlpoeres1n, Lape de Atlenza en el siglo
sus bienes y se erigieron Cll tiranuekl's despiadadofl. "COmo 16 (67). No tietll~ objeto reswnir gran número de opiniones
ejl'rn¡lIo tlel e nrlquecl mlento de algu.n·os jefes Indios que en de tratadistas, escritor..s y t ..610809 coloniales que se incli-
Ot:i.l f;.iol1t~ UC({:l ron D tene r haciendas y hatos importantes, naban por la violencia para eúmbatir la "ciega costumbr e"
Imclle citnn,e el caso del Cacique de Santa t[ue en 1I:iOO olo.r· del Indfgena. Llevarla un grueso volumen,
gó le/>I ame nlo con r elac1un de cuan tiosos bienes" , expresa
H.el"llánde'1. Rorh'ig uez (2&1) , fU..IIll!MO DI l..I. REPP.E:SIÓN lIE LOS LEV""TAMreNTOS f'OPUUltU

I NDOLENCI " DEL INDIO


A consecuencia de una de las muchas rebeliones indJ·
gen as, e l 17 de noviembre de 1780 fu ~ ejecutado en el Cuzco
Tratamo!:! este tema con más dete nimiento en el capl' el cacique de Plsac, Bernardo PuhlayalJl Tambohuacso, "a
tulo VI.
presencia de un crecido eancursa de caballel"os distinguidos
y eclesiásticos", según un documento de la época.
"El cadáver del Cacique lué bajado y descuartizado, su
UlS COflflE(; I DOR.F.8
cabeza llevada [11 pueblo de prsac , mientras el cuerpo y el
corazÓn recibían cristian a sepu ltura en la Jgle-sla del Triun·
Una de la !'! Indus u'ias Que los cort't'gidor.:s explotaban fo" (D, V<Jlrárcel , R ebelion es, 110 ).
con mejor éxito era el fra urle sisl('mútico que hadan a los El método del descuartizamIento y de la exhibición de
Indios. As! lo dicen Juan y Ulloa. Citan un caso, como ejem· los restos en lugares públicos era uno de los que mAs se'
plo, El t'Jfl' €,gldo r ctlmpl1l v<lria s mulas, las, paga a 14 6 lB guros pareclel'on en la época pal'a llenar de terrOr a los oprl·
pe.~os catln \lna y las vende a lo:; indios a 40 6 44. Dl.'spués,

145
144
"
mldos. Ejecutados en la Pla7.3 Mayor de Lima 108 jetes de
la conspiración de Huarochlr{, Penl, en 1783 -Felipe VelaBCO
PRORIBJ(,'ION ES DE PORt ... H ARMAS
Túpac Inca Yupanqui y Clrlaco Flores-, "siendo las tres
de la tarde, Be mandó balar los cadáveres y descuartlzarlos.
La cabeza de VeJasco la coloca["Qn en una "Jau la de Meno", La leglslaci6n 10Cill tle la!:! colonias está Jlena de estas
en la puerta de las Maravlllas. y los demás cuarlos en todaa Ilfohibldones, casi siempre diri gilJas a negrrul, indios y pro.
las porLadas" (Ibídem., 1:\8) . El corazón y las entrafias récl· duetos del mestizaje. El 5 de selj~mbre de 16fj3, dice el
bieran, claro está, crisUana sepultura. DIario Iimel'to de Mug;l.huru (.19), "se edló hando que nIngún
mulato, negro 1'11 z¡lmho pudIese traQr espada daga ni cuchl'
Ii:L T'EIIROR ~AC1A LOS E$CUVOS EN ARMAS. LI, CONSI'IRACl6~
110:.. nI otra arma ninguna, do d[a ni de noch~, all1lque aeoffi'
pane a IIUS amos". y el JO de diciembre tle 1S67 otro bando
112 A.PONTE
reitera que "ningún Indio, mulato ni zambo tr~88 espada.
p1 daga, ni c uchlllQ. ni marhete" (OO). La prohibición se apli'
En ] 812, cuando los grupos conservadof\>s de b1<lnC(ls es-
clav6cratas de Cuba gestIonaban actlvame'nte la separación ca, después de las siete dE! la noche, a todos los pobladores.
de la isla de España y, su anexión a los Estados UnIdOS, esta·
lló un nlJ)vlmiento que se co noce con e l nombro:! de "conspt· Sl':GUC"'CIÓN DE mt UPOS rnlcos
radón de Aponte." Portell Vllá, en su notable Hi~tQ1ia dI!
Cuba cn sus relaciones con los Estados Unidas lf Espafla, En Real Cédula del 2:í de n<wl('mhre de 1578, dirigida a
l . 176. dedica este pasaje esclarecedor al cpisodlo: la Audiencia de Quito (C&leccir1n de Cédulas Reates, 336),
" A principiOs de 1812 se desrubr16 en La Habana la 11a· dIce el monarca:
mada cOl"lsJJ traci6n. de Apont", dirigida por el negro tlbre -"Nos somos informados qU!! es de mucho inconvenIente
José Antonio Aponte y lendlenle, según todavia se admite, para el bien y aprovechamiento de toe Indios naturales de
a provocar una r:evoluc!ón ,racista que apoyarlan los escla- esas provincias, que anclen en su compai'tfa, mulatos, mesti-
vos. Parece que no eran ajenoo al movimiento alguno. zos y llE'g ros. porque demás de que los tratan ma l y se sir-
agentes haitianos que se encontraban en Cuba; y la conspira - \'('n de ellt)s, les ensefi<ln sus malas cos~umhres y ocIosidad y
ci6n se eJo:tend1ó desde La Habana hasta 13ayamo, más de la también algunos errores y victo!': que podrian estragar y es·
mltan del len·ltorio de la Il\Ila, en muchos de cuyos parajes torbar el fructo que f;~ desea para la salv(lclón de las alma's
hubo lt>vantamlen{os que fuel'on reprhntdos con una cruel- de I~ dlcholol in~o " y que vlvu n en poHcia, y porque de
dad demostrativa del miedo de la .p oblaci6n blanca. Aponte semejante COffi]1anIa no puooe pegárselps cosa que les aproo
y ocho de sus seguidores fueron ejecutados en La Habana veche, siendo unlver-sahne nte tan mal Inclinados los dichos
y el terror domln6 a los negros y los hizo someterse, mu latos, negros y mestlZOR. Os mandamos que tengá is muo
"La reacclón de los cubanos adinerados fué la de aban- cho cuidado de probilJlr y derender de aquf adelante, que
donar todo proyecto de rc.forma y del más ligero cnmbio no anden nI E'Stén en compañfa de los dichos Indios, , . ' . caso
pallUca, y mucho menos emanciparse de Espaf'ia para una tlgando a 108 que hallárenes en compafífa de los dichOs Indios
problemática nnexlón a los Estados UnIdos, mutación que. ni en sus lugótres ni poblaclone-s _.. ..
Indudablemente, haboa perturbado la tranquüldad de la Expresa Barreda Laoa (279) , aJudlendo a la polftlca se·
poblaci6n negra, libre o esclava, y quizá si lanzádola a guJ~ en la materIa por 'os virreyes peruanos:
una revolución formidable. Asr. puel¡:, el temor engendrado Don Juan de ~.tendOza y LIma deda al rey, en 1615,
por la conspiración de Aponte sirvi6 para que los cubanos que era Indlspensa111 ~ 'apart:<T a IOf¡ mulatos de los mestt-
adinerados se retrajesen y prefiriesen seguIr la suerte de lItlS y a éstos de los Indios. porq\ll' como e' núm"ro de ellos
Espafla." p.xcedt~ en mucho al de los Pspafioles. y IlOCO caso hacían de
las obllpacJones de religión y fld Hdad. era fáci l Que Intenta·
~n 'peli~roSOs ]evanl amle nto gen!'rales. "Lo más substan.
<:141 es traer a la vista sus flestas y bailes, y que todo sea
/46
147

,
d
én partes Ilúblk:Ols; y c(mservar la sepélración de naciones"
(Memoria de Don J \l3.n de Mendoza y Luntl)".

LEVANrAMllHn'o DF. JUAN rn.AN CISCO LEÓN'


¡ 'estad CatÓlica. Esta disposIción, adoptada en perjuicio de
108 colonos de las AntJJl.:l.s danesas, francesas, británicas )'
holandesas, estuvo (!n vigcnCla durante sjglos, aun.que igno-
ramos con qué grado de escrupulosidad se aplicaba. Et 7'
de mayo de 1801, por ejemplo, otra real cédula anulaba el
OCllrrid'Q en 1749, en Venezuela, estuvo dIrigido contra remate, habido en Pueno Rico, (le sjete negros prófugo~
la Cnmpallía Guipuzcoana. El movimiento, que tuvo el n-poyo provenientes de la 181a dan'esa de Santa Cruz., disponiendo
active de la aristo!:racia local, contó, al parecer, con sim· que fuera devuelto ti. sus compradores el importe que por
patlas populares (Arcila Farfas,2'2.s" y sig.). GH Fortoul opio ellos hubieran ,pagado y que los negros quedaran én lIbert;ld
na que ~61l fué un instrumento de la ollgarquia crIolla, pro· (Gutiérrez de Arce, notas dG las páginas 397 -y >147).
pietaria de la tierra y de loa esclavos, que pretendia man° En las Antillas no E'spail0Ias, en cambio, los negros fugl·
tener intactos sus privU{'gios. amenazados POI' la Compafiía Uvas priginarloli de la:; Islas hl$pánicas eran red ucloos a
(1, 25). Un ,g rupo de. personas de fortuna habla ¡:;rea(]o un esclavitud. Segun el .mlsmo a\!,tor, en las Islas danesas de
fondo para costear el viaje 'a España de AlvarC'z de Avila, Santo Tomás y San Juan era frecuentQ' dar asilo a 109 es·
yerno de Juan Fra.n~lsco León, con el propósito de- sQlkitar clavos que Iluran 'dé las Antillas (,'spa:ñolal; (ibide'fn, 4.13).
I~ 1!bolición ele la Compañia (ArcHa Farlas, 235). Una (luda slH·ge. Cuando Jos documentos de la- época'
hablan de escM.vos fugiti .... os de una i¡;la que llegan a otra,
ESCLAVOS FUGITIVOS de d1sHnta bandera, ¿no se tratar.á, m~s l}1en, de esclavos
que. han sido rohados pOI' colonos británicos, en perjuicio
Los Palmares, escribe (;arnelro (11), pl?rduraron durante de los franceses, o por colono!l (laneses, o por espafioles? En
65 aflOS (1(',30·1095), a pesar de las continuas expedlc1on'es algunas ocasiones, por lo menos, es muy posible que esto
que lo!'; blancos enviaron p3rfl reducirlos, a partir de ]644- último baya sido la realidad. Keller (5OJ) menciona caoos
Fué aquH, élgrega, "un estado negm semejante a los nu· de esclávo!:O' robados por cspuñOles en las islas 'danesas.
merosos qu~ exi!':tierQn en Afril;:'a en el siglo XVII, Estado
que tenía RU fundamento en el carácter electivo del jefe, LA RJ.;VOLUC¡Ú¡,¡ (H~ 1'!lPAC "MARI.!
"más hábil o más sagaz", "de 'mayor prestigio y estrella en
la guerra o en el mando", según afirmaba Nlna Roill"igues". Tres ,jmportantes ohrás, publicad,!,!: en ,l os últimos años,
No parece que en ninguna otra colonia de América' al· stuttian el It!vantapüent.o ,{le Tupac Amaru, que detie C<Jn·
canwran los esclavos fugitivos tal grado ue organización siderarsí tanto el e~ta llld o clasista más ·vasto y profundo
ni que tan nfortlJnada fuer<l. su aventura libertarla. Pero, en
magnitud más modesta, huhó comunidades de fugitivos en { :de la era colonial' romo el ante<:eclente más importante de la ,
n'volución de la independencia. Sus autores son Jorge Coro
todas partes. MaroQtl. camps se les.. llamaba en las, coloniag
llritánlcaf; y Pltts, el historiador df! Trinidad. expresa Que nejo 13ouroncle, Boléslao Lelvin y Daniel Valcarcel (Ver Bi·
IJliografj~) .
la pr(ictica 1tsuál era, después de rt.'dudr a tos rebeldes a
mano arlTI;:¡(la 'Y dejar (lO el campo muertos y. heridos, pren· Daniel Valcút.:el dice Cjue;< TllrJa~ Amarü s~ llropqnia
der [u.l'ga a la aldea (22, 24). e1!minar los maros ftmc iQn¡¡rjos ct>lnnialese implantar el
En las AntUla~, los esclavos fugitivos buscaban ~ me· Vt'rtl'H'l el'O jm¡wrio de 1<1 Ir 'y C's-ptuiola. que conslderaba justa ,
nutlo un refugio más seguro en otra .isla 'de i11RtinJa. h¡¡ndera. pero <:OtlM'!'va li tl<l ('1 l¡j ;; !~lll<l de' goJ.¡lenl() (>:d~tente. y la re
a donde llegaban en alguna precari~ embarcación y después ligión católica (1'lIpnr. Am(¡1;tt, 179 y lOO). Sin embargo, la
de peligrosa fravesla . La corona española, por real cédula (lel masa que le sigue y lo,s l'a ud ilk~ inúlos 110 piensan ,como
3 9.{' setiembre de lG80, ón~eii6 a la Aus:lieúcia de Santo Do- ,el jefe, agrega. "S.urge cntollCl!S -sintetiza Yalcárce1- la
mlngo que se otorgara la lihertad a los eSdavos que alll anllnom!a existencial de aquel ¡nOmento histól'ico: una rebe·
Uegaran y curo~ propietarios nO fueren v;:¡sallo.s de Su Mil: lión encabezada por un jefe fictc1i:>lét y l·cstaurador dl}l au·

148 149
ténlko Imperio de la ley y la religión oficiales, y unas
I(ente¡:¡ impnci'e ntes por sacudh' el yugo extraño, superlatl- C'O MPANHI A GFoilA l. !)Q CO MmI_CIO DE GRAO PARA E MARANlIAO
VU I1\~\ nte intolera ble" (ibidem, IS1 ).
Cornejo Bour oncle cree que Tupac Amaru buscaba la Dedicada a l lrftf!co negrero y nI comerclo de varios pro·
Indepenuencln d?1 Pe¡'u (l34) . En su importante obra, este ductos coloniales, lU vo e l monopolio del comercio en la zona
rlulor hactl un extenso y sagaz análisIs de la t-á!!Uca poH· de Mlll'añón (ibidclJl., 121), ] 30 Y 154),
l1ca del griJ:n caudillo Ind io, usando numerosos documen tos
In€aitofl. que se deben a su pluma,.
Para Boleslao Lewin, cuya l.'Ontrihución a la hist.orla del
movimiento es asimismo de! im portancia excepcional, "está)
fu era de duda Que Tupac Amaru declaró una guerra sin
cuartel a los españolcs euro{!eo!:l, proponléndo:re su total ex·
Jlulsión de Am{il'ica", au nque r espeta ra el sacerdocio y t.ole·
rara a a lgunos peninsulares en casos determinados (194).
La de Tupac Amaru, sostiene L!!wln, "es, sin duda, la' r ebe-
lión sotlsl más grande en la historia de lae tres AméI1·
C¡IS" (lOS).
LY qué opinaban de este levantamiento de esclavos del
altiplano, que hizO temblar los Andes, los usufructuaI10s del
u'abnjo Intilg('n a ? Lewln re produce un fr ¡¡gmento de un
)Jorma colonia l, que d lco ;I,<:l (1(9):

"Nos hicieran trabajar


d~ 1 modo que ellos trabajan
y quanl O aora los rebaja, nOs hicieran r ebajar:
nallie pudit'ra esperar
Casa, Hacienda n~ esplendores
ninguno a lcan zara honores,
todos, fueran Plevefos
fuéramos los Indios de e llos
y ellos fueran lag Señores."

Ma la poesía, pero tremenda elocuencia histórica,

COMPAÑiA GUll'UZCOANA

AclJ.l6 en Venezu ela eü cl Rlglo l~, lnt.ervinlenOO en gran


escala en ia agricultura y en la comercialización de SU!!
productos (ver Duestra obra "Econornia de la socledad ca·
lonlal", 120 y 233) .

150 151

_ ______
---_._........._ __ -,!- i
~
' C__
cipios del s iglo 19, se f;!ncuentra n en la historia impe· menos tiempo y circuns tancias más adversas que ven~
tlal de España. A la inversa, hay problemas que pre· cero
sentaron su más alto grado de complejidad en las co- Cuanto decimos no encierra ningún pronuncia-
lonias españolas y episooios de h istoria imperial que miento sobre el mérito de una polftic3'. N i sobre su
se regislra n en España con mayor inLensidad que en éxito. El hecho de que Espafia haya llegado a tener
las otras potencias. una teorra imperial antes que Gran Bretaña no signi-
Por otra pilt1-e, los prineipiqs fundamentales sobr e fica que s u éxito imperial estu viera por ello asegura·
los cuales se va estructurando la política imperial hls- 1 do. Por el contra rio, su derrota en la lucha económica
pana se han de encontrar, siglos más tarde, ins,pirando
la politica ,i mperial de las otras potencias europeas, no
s6lo en América sino en todos los con tinentes donde
I mundia l --cuyas causas y características hemos estu-
diado en un trabaj o previo-- le I.mpidió obtener de su
politica en América todo el provecho, que pudo. De
se aplique, sin que ello signifique que estas 'potencias igual manera , P ortuga l, dominada por Gran Bretaña
europeas no agr eguen otros prillcipios propios o fu er· diplomática y econ(nnicamentc durante huena parte de
tes matices a Jos que fueron adoptados por los cspa· I su historia imperial , no pudo obtener del BrasH cuanto--=-
ñoles. de é l pretendla. .lt
No ha ocurrido asi porque E spaña estuviera do-
tada de un genio pecu lia r qu e le baya permitido Rer l. Los PRI NClPIOS m: LA f'OL1TICA rMPitlUAl.. .....:- \J\.L~ .. ..l.o
fund adora e inspi radora de imperios. La hi-" toria, sue· Pecado profesional de no pequefia magnitud es en
le ser menos poética que la magia y meDOS misteriosa el hi storiador dar como h ec ho cierto del pasado lo que
que las misteriosas teorías raciales que aún siguen no es más que frut o ue su im aginaci6n. Pero también
cultivándose en el mundo. Ha ocurrido porque Espa- es indudable que un deber le ca be -o un privilegio,
fia tuvo que ideal" tempranamente soluciones para va- \ si se qulere- : el de enconuar el común denominador
rios probl~mas que son los que están en la médula de que vincula a los hech os ciertos, el d e coo!.flinar el
todo imperio: dominar v organizar pueblos de distin· pen~miwto disperso qu e preside los doCumentos y
las cu1tur~s y orígenes; estructurar una economfa co- los acontecJmJe~tos. Cuando el investigador se ha im-
lonial subordinada a la eConomía metropoHtana ; presl. pregnado de una época van apareciendo ante él cier~
dlr el proceso de estratificación socia l colonial, man· tos Wincipios generales que son como la columna ver·
tenJ.endo un eguUibriO dé luerzas qu e permita el pre. tebral de 106 sucesos y las ideas de esa época. Quizá
no estén escri tos en ningún documento, ni hay an sido \
dom inio del imperio por tiempo indefinido.
De la~imperio hispano en Amérlea sur- , enunciados por Din~ún gobern ante. Pero el investiga- r.-t \'
dar pu ede adquirir Ja convicción de que son tan cier-
ge una t~l'ial , una pauta política s~stenida ,8
través de "los tiempos -aunque se contradlga a ve-
I tos e incues tionables como los h echos mejor conocidos. __
La h istoria escrita es una opinión. Bien está que ~­
ces- , que ru é la misma que Gran Bretaña y Portugal
aspira ron a aplicar en sus colonias americanas, pero
J el historiador trate de ser lo más objetivo, lo m ás sere- \
no posible. pero en_ la compleja tarea de reorganizar
que sólo en parte pUdieron hacerlo, porque tuvieron los acontcdmientos y explica rlos, jamás podrá alcanzar

154 155
~
1
,
,
condiciones de aplicar en América una política econ6 ~
la seguridad p len a de la veracidad de su narracióflU'
y de I'U teoría . Lo que hace es verter una opinión que "
otros ----c laro cstá- corregirán o superarán -e n lo por- \
¡ mica orgánica más temprano. Ya puede hablarse de
tal en sus colonias a mediados del siglo 16. De Portu-
ve.nfr. gal, nO antes de mediados del siglo 17, .De Gran Bre-
Los principios de la política 'imperial de España y taña, en s us colonias del noreste americano, sólo en
de las otras potencias europeas aplicadOs en América los últimos lustros del siglo 17.
Que enunciamos a continuación. no están tomados de A todas las monaTquia~ de comienzos de la Edad
ningún documento, sino que. a nuestro entender, sur- Moderna ~on sus gobiernos centralizados y sus vas-
gen del conocimiento de la época y de la necesidad de tos planes universalistas- afligi6 el mismo problema:
explicar Jos hechos con criierio histórico, el dinero. Dinero. o bienes, para equipar sus volu-
En gran proporción, esos principios son hijos de minosos ejérc itos, para asegurar su estabilidad palitica
la experiencia adquirida por las monarquías occiden- en el orden nacional, para mantener un complejo y
tales en el período de transi.ci6n entre el feUdalismO) ampJfsimo mecanismo administrativo en muchas par.
medieval y el capitalismo, cuando los palses p'!§n de . tes del mundo, De allí, su hambre de Impu estos, del
la anarqufa feuda l a 1::1 mon¡:ar ula unificadora. Lo son contrib~ciones {o~z os.?S, su manfa de emitir moneda,
tañibjen de ese arte de gobernar a os los que tu- su crón:ca angustla fmanclera, su endeudamiento con
vo por esos siglog en el continente viejo expertos inte- los banqueros de la época. España , quizá, fué a la
ligentes y e.xpositol'es sutiles, cuyas ideas básicas han que más perentoriamente se le presentó ese problema.
venido aplicándose hasta .nuestros dias. y. finalmente, ¡Tanto era lo que t enía que hacer en el mundo y tan
es?S principios son también la consecuencia de la po- ma la fué su política económica!
JftJea económica. imperial :'lplicada en las colonias de Esa urgencia por obtener dinero, esa sed Jiscal
América y de otros continentes, politiea económica que explican muchos epü;od i w~ qu e pueden parecer oscuros
obedece al propósIto, omnipresente en l~ época, de acu- en la hJstol'1a colonia l y constituyen u no de los factores
mular el mayor lucro posible, aunque se le disfrace de subyacentes que grav:tan para orientar la politlca Im~
citas twl6gicas y argumentQs raciales. perial en todos los tiempos.
La orientación de la poUtica económica de Espafia
y Portugal coincide a menudo, como también ocurre a . Preponderancia del Estado imperia'. La mo-
con la de ot.ras metrópolis coloniales de la época. En narqufa centralizada y el imperio moderno no surgen,
en aquella época de transición de que hablamos con
lo fundamental, esa polftica económtca consistió en es- ~ . '
el propósito de atenuar el rigor politic9 con que aCR
t~r la 'produci~!:l_ de mercancías de mejor ~
cación en el merc:ldo LnternacionaTOde m etaleS"Pi=e- tuaba el sefior leudal, sino de exac~rbarlo cuando fuera
ci~ a los que se atriEafa própreifadesmarav¡][osas, necesario para cumplir sus finalidades, mucho más
Á la inversa. todo pro(h!tlD que pudiera' comlleUr....l'1>n complejas que las del feudaUsmo, Antes de Luis XIV,
los metropolitan~1 mercado ~ol~ careció de} otros moharca s europeos estaban en cOlldicione9 de
esUmul~y a menudo fué pl'Oscripto.
pronunciar la frase célebre COn igual convicción que
~fia rué la potencia europea que estuvo en aquél.

1.56 157
En América, si alguna caracterfstica común ofre- ligiosos distintos, de la tolerancia de las creencias, ha-
cen los tres imperios mayores -España, Portugal, bfa tenido algunos devotos y cierto Comienzo de apli-
Gran Bretañ'a- es incuest!ooablemente s,u devoción caci6n práctica en la Europa del medioevo, como tuvo
por la omnjpolencia poHtica , su sostenido propósito de asimismo abogados nobles en las colon ias de América,
reglar desde la me.tr6poH todo lo que era menester pero no es la que marca la pauta de la realidad colo-
reglar en la colonia. Que uno haya aplicado el princi- nial ni de ella Sj! impregna el tono de la existencia en
pio con menos energia que el otro no significa más las comunidades. Muy por el contrario, aunque un
que la imposibilidad de superar' ciertos obstáculos en grupo se oponga gaJlardamente a lOs desmanes del ab-
su ambición colonial.
E l imperio todo Jo puede y está en todas partes.
Es capaz de resolver todos los problemas, grandes y
j solutismo imperial -los p lantadores de las colonias
británicas, o Jos encomenderos de las españolas, o los
fazendeiros brasileños--, cuando es su propia volun~
menudos; de regular en detalle hasta la existencia de tad la que pueden imponer en la colonia o en el mu-
comunas minúsculas y la expresión de los sentimien- nicipio, lo hacen con un impulso tanto o más absolu-
tos religiosos de los súbditos. En, este afán universa- tista que el que llega de la metrópoli. Por eso suele
lista, Carlos V de Esp<,ña no difiere de Jacobo n de ocurrir que, en presencia de un choque de esa fndole,
Inglaterra , n] de Juan V de Portugal. El primero la masa absolutamente desposeída, como pueden ser
hizo en el siglo 16 lo que el segundo intent6 hacer en los indios. ve con mayor simpatía a los representantes.
el 17 y el tercero hizo a medias a comienzos del 18. del poder Jmperial.
Los tres creían que e l poder politico imperial debia No deja de ser paradoJal -y, sin duda, sorpren-
ser lo más absolutista que las circunstancias permitiE!.M dería a los historiadore.s liberales latinoam.erlcanos del
ran y que Jos pueblos coloniales debían estar subor M
siglo 19, que interpretaron erróneamente el proceso
dinados a su dictado. histórIco de las colonias británicas de América- que
Menéndez Pidal ha sostenIdo -en contra de la fuera una comisión especial enviada por el gobierno
tests de varios autores alemanes-- que el universalis- de Carlos n, el Estuardo despótico que disuelve el ....
mo de Carlos V se explica mejor mediante la teoría Parlamento y gobierna autocrátlcamente, la que ¡m- \
del imperio cristiano, con la cual el autor simpatiza, pone por la fuerza a los puritanos de Nueva Inglaterra
que de la monarquía universal, que supone de finali- un principio de tolerancja religiosa, al ohligarles a no
dades éticas más estrechas. (Idea. 'i mperial de Caf'-
los V . Ver Bibliograffal. La primera. sin embargo, no
penar a los miembros de la Ig lesia Anglicana que
conCUrrieran a los servkios de la Iglefolia Congregado-
nOl
dejaba de infundir al monarca la convicción de qUf! nalista (Werlenbaker, 310 y 323).
el imperio podía estar presente en todos los rincOnes E l absolutismo es el oxigeno que se respira en la
del Qrbe y orrerer una saludón para todos los proble· epoca y con él seTlutren monarcas y ministros, carde-
mas humanos. Esa misma euforia imperial fué la que nales y curas, pioneros y brmdeirantes. Muerto y en~
asaltó a los monarcas de Gran Bretaña y Portugal terrado eSltaba Alfonso el Sabio, que creía en la tole~
apenas se creyeron con poder semejante al de Carlos V. rancia sustentada por la sabidurfa. América nace en
La idea de la convivencia de grupos sociales y re- lo historia del mundo occidental cuando el absolutis-

158 159
mo es la meta y la ¡.n tol~ro:nc i a el m étodo en la existen- para aceptar si n reheldía sus Imposiciones, a menudo
cia di aria. \Vertcnbuker, en un r~cie nte y notable estu- muy distantes de 1a realidad.
dio (T lIc 'p uri/rm oligan;lIY, :1 2 y s;g,), ha. demostra-
do qU E' 10$ fu ndadores de M¡)E:sachu ~;:ets no vinie- b, Oreación de ~.t.na aristocracia subordinada. Al
ron a América huyendo de la persecución política ni, participar má 8 temprana y dIrectamente en la orga-
muc:h o men os, con la int.en ción de defender el prin- nización col,finja l, E s paila l.:onoci6, más qu e las otras
cipio de la t olerai, cia religiosa - "ellos no creían en la poten.i ... la posihilidad de poner Óertos límites en~ )
t.olerancia'· (32)- sino pf!ncip:llmente porque tenian formación de aristocracias locales y penSó en el tipo
un sagrado horror a la idea de per{lcf sus almas e.:'- de _re~clones polfticas que debla eXlSUf""enfre- éstary
unn. Inglaterra que obligaba a sus habitantes a segUlf la corona,
otro culto relif!ioso, Huyeron del error má.s que de la ~ "U"OS corrientes d e pensamiento parecen h aber re-
perspcucíón. afirma, conaf'i"lTlUnada ~'X pr§!6nJLau­ clamado la atenci ón del rey hispano desde c9mlenzos
tor cÚatfo. NopoTque p ell gridilOSüS cuerpos, sino sus del siglo 16, Milita, en un extremo, la qu e aconseja
almas (208), Causa ésta a la cual Be agregaba la grave que se ~mule__ la c r~ó n de una ari.stocracia d'c
cr'sis e('nnóm;ca que sacudín en aquellos años su pa1s sólidas ba ses econ 6micas. "'QUIzá SU más autotlzado
de ori~en (3~n, expositor (ué el virrey Toledo, de cuya condici6n de
Esta preponderancia riel estado Imperia l se pro- eficaz y en~rgico agente -d-;j¡ corona en P erú no pue- ,-\:.
yecta !;ol)rc la estl'lIc;tura social de las colonias y gra- de caber nmguna duda , "Toledo, como hijo de casa ) p..;Y
vita sobre el dest.i no de los gru pos sociales, Aunque feudal y partidario del r égimen de mayorazgo -ex.pre- ~
la corona no tenga idea precisá de lo que es una clase 5a su bi ógrafo Levl llie~ JToled(}, 25'])- era de opinión ¡..¡
social, sf sahe con certeZa que bay partes de la pobla- que hubiese encom iendas per~tll<Hj, En sus curt8'S
ción con derechos y poder económico y otras con de- escribió a l rey en dl rerentes oportun idades sobre este
arduo tem a, y en una de ellas pr e:cisaba su parecer,
rechos y poder muy d ·stint os. 1.. 0 que el imperio se
recordando que la experiencia habfa demostrado en
propon e ('s marca r con nitidez los lím~ t es de unas y. otros paises la utilidad de "cabezal'< con asiento y per·
otra::¡; determ ina r qué indi vid uos deben estar aquf y petuidad de mayorazgQS o rcudOS unidos y dependien-
quienes allá: indicar, hasta en detalle, en qué forma tes del Rey y de ot rll,5 pel',sona s obligarlas a su Rey
y en qué circunstancias debe m anife¡;tarse la subordi- por m ercedes y ~rivilegioll y gaje~ , loa cl.1ales todos.
nación que todos l os grupos deben a la corona. Espáfia cuando se oCreciere alguna a lteraf'i6n , t engan por pro-
rué, tamhién e n esto, m ás lejos que los otros imperios, pia la causa de dereJl sa y conservación d el reino en
que se quedaron por hacer lo que hubieran querido.
A lo que aspi ra el imperio es a que la aristocracia
y la Iglesia -cuyo podel'í,o a menudo estimula- sean
sus instrumen tos dóc:les. Lo cier to es q ue la realidad
obedien cia de su Rey".
El principio enunciado por Toledo recogía, en
efecto, una experiencia de !os siglos anteriores y re-
vela hastá qué punto t enían algunos consejeros del
-
se burló a menudo de ese propósito, porque América monarca español ideas claras sobre Ja organización
no era Europa, ni estaba tan cerca del monarca como pallUca del r égimen colonial. Era necesario, en su pa-

160 161

"
recer, crear intereses 1~le8, estimular la apetencia \ formación de gl' upos oligárquicos ricos e influyentes,
de una nu eva aristocracia, para q\.1e~{Ol'­ tomhié>n lo es que ambos impe.r ios s~ pl'opu s~eron man-
mara en gU¡.lrdiana celosa de la nueva frontera en nom· tener esOs gr upof'; ;::ul.o nlina dos o su voluntad y utili·
bTe de Su M<ajestad. Lo repite t¡n sacerdote de la épOCa, za rJas como ingtrun1.l'n1 0~ lloJíiicos. ERJ)aña, s ín extir-
el Paore Bivero, citado por el mi smo autor (ibídem): parlos, comenzó a pun Cl'I(ll:1 en vereda en el siglo 16;
"Ef:l necesario que Vuest.ra Magcstad dé orden con bre- P ortu ga l, no ant.es del l R. ""Pero ninguna de laS" dos
vedad para qu e en cada puebl~ de españoles de este potenc:as logró alcanzar. Sll dominio l'ompleto.
reino haya por 10 menos una docena de hombres que
tenganJeudo ~tl~. Y...~ftl;i~!lte. en la caja de Vues- c . La Ig'e,<;ia ccnno instrum.ento imperial, Los
tra Magestad o dOMe- mejor pareciere, para que sean Reyes cat6t:cos asignaron a la Iglesi a una tar ea en
nervIos de la República y puedan en paz y en guerra América que sus suc ~ores hicieron cumplir con celo,
sustentarla, porque de aLTa manerá se va acabando a Esto mismo pru eba qué temprano los monarcas es-
más andar". pañol€'s concib ieron una pallUca aut.énticamente im-
En el otro extremo, se reitera a cortos intervalos ") .Qerial y con qué firmeza y contimtiilad la a l:car on a
la advertencia de-qu;ptieden engendrarse en Aménca 12....1argo de"sig ~... g eSlá vino a América como
grupos demasiado pOOeros2s, Bol'fre lo,: cu~les. el mo· eJ.e.culora de la voluntad_de 13 corona, d.,9>Cndiendo de
narca no logre ejercer vigilancia ni fLSCahzaI".J6n, En ella en primer tél'min() X pClro. illmn!ir...aJlUi..llnaJ..?rea
España se sostiene esto a menudo y en AU'lér.ic~ se lo 31aqmnos monarcas C1s~naron exc~jonal imp.ru:tan- \
oye deci r, especialmente, a corporaciones rehglOS3S ~ cia·Ilo~~.~a~ _c~nt.ro l ara los señore..o; americanos y a \
sacerdotes. Zavala menciona el parecer de IOn p~l~ las enormes multitudc¡.¡ serviles.
cadores.-Ae-Carlos''y, que ya en 1519 le adver an que --"ES in dudable qu e la rglt'liia cumplió esa doble
r¡encomienda era inacept-ªble, porque resultaba 1mp~ misión , aunque con suerte y akance muy diversos.
sible controlar al encomendero (Encom.. . 32). Además, (ué ella en la culonia, de par si, una entidad
La histori a colonial vino muy pronto a señalar a económica y polít.ica ue vasto poderfo y, 'como tal,
los monarcas españoles la existencia del más grave se encontró a ' veces en confllcto con las oligarqufas
peligro. L os levantam!entos armados, los intentos de locales o con el mismo poder imperial, complicando
separatismo, las guerras civiles se sucedieron a partir así el panorama colonial.
de los (:!,fas de la conquista y es indiscutible que los Pero. en términos generales, puede afirmarse que
monarcas miraron s:empre con profunda deSCOn f.!Nt-j en la colonia csp:.tfiola la alianza polftita del~y
za~as ol:garqufas ameri~s levanttscas~Ce­ de la Islesia rué un hecho y qllf' ésta cumplió con fíde-
sivamente pOderosas, q1J.e ~e burlaban de su represen- TIaad la mls i6n que había ¡-lCpptado. Muchos m Omentos
ulnle cuando pocllan y combatían a mano armada con- 11Ubo en que el poder imperial hubiera tambaleado de
tra las 6t-denes reh'giosas cuando llegaba la ocasIón. haber carecido de ese formidable apoyo y. fuera de
Si es indudable que la poliUca económica y las
medidas de gobierno adoptadas por España y Portu-
gal en América tuvieron el propósito de permitir la

¡62
I
I
duda, ni' España ni ninguna otl'i.l polencia europea
estaban en condiciones, sin contar con el concurso
activo de una entidad tan poderosa COmo la fglesia

163

Ij
católica, de incorporar a gran parte de la pOblaCión/" rial que tarda en hacer sentir su presencia con energia.
indígena al régimen colonial 'Y mantener después su El clero estuvo much o más cerca físicamente y mucho
fide lidad a la COl'ona. más. subordinado al UIl}¡or y al fazencleiro que a la
Regiones extensas e jmpartar1¡tes jhabSa en las corona portuguesa y la 19lesia careci6 en la colonia
cua les el desequilibrio social creaba constantemente lusa de la un ificación y de! poderío que tuvo en la
la posibilidad de un estaUido de graves proporciones. hispana. Esta característica de la iglesia braSileña co-
"El abismo que sepa raba a la .clase rica de la pobre lonial ha sido bien est udiada pOI' va.rios autores bra-
era jnmenso, -explica Riva Pa lacio, Virreínato, 676_ sileños,
el equilibrio social inestable, y necesariamente cual-
quier acontecim iento, como la pérdida de una cosecha ~ . Conservación de las bases demográficas yeco-
o la falt a accidenta l de algu nos de los efectos de pri- n6mtcas del pOderío im1Jerial. A los grupos sociales
mera necesidad, debla producir y producía terribles más .1nd~fens~s se rericre uno de los principlos de la
trastornos, cuyas manifestaciones eran siempre peli- polftIca lrnpenaJ. Portuga l y Gran Bretaña no formu-
grosas para el gobierno y para Jos ricos. Asi se E".x- laron ni obsE"rvaron una conducta tan clara y siste~
pllcan todos esos tumultos que estallaron en México mátlca cOmo España en e~ta materja porque ni una
y en las provincias con tanta facilidad durante el si- ni otra tuvieron en sus posesiones u~a población na-
glo XVIl". tiva tan densa.
Lo ratifica el sagaz Abad Queipo" en cuyas páginas Desde los inidos del siglo 16, la COl'ona española
surge con nitidez la misión cumplida por la Ig lesia. se siente preocupada por la forma ción de oligarquIas
En América, dice, "el pueblo vive sin casa, sin domi- pre;potent.es, asf como por la rápida disminución de
emo y casi errante, Vengan, pues, los legisladores m (}- la poblaci6n indígena. Es sabido que esto último dl6
d ernos y señalen, si lo encuentran, otros medios que origen a un;:!. pQlémicn históri('{). Lo¡ prütecci6n al indi-
puedan conservar estas clases en la subordinación a gena se transformó muy pronto en polftica orgánica
las leyes y ol gobIerno que el de la religión, conser- que fué aplicada con bastante perseverancia y sent1d~
vada en el fondo d e sus corazones por la pred icación de continuidad durante todo el periodo colonial.
y el consejo en el púlpito y en el confesionario de los Desde un comienzo quiso la corona que la enorme
ministros de la Iglesia . Ellos son, pues, los verdade- masa ind lgena n o fuera tram polin para que se cr ea-
ros custodios de las leyes. Ellos gon también los Que ~n en A.mérlca seijorfos tan poderosos que pudieran
deben tener y tienen en erecto más influjo sobre el JDdependLZarse de E spaña y que la codicia de los co-
corazón del pueblo, y los que más trabajan en mante- lonos no destruyera esa población nativa, que consti-
nerlo obediente y sumiso a la soberanía de V. M," tufa el c,imiento demogrMko y económico del poder
(EstadQ moral, 58). mOnárqUICO en este conUnE"nte. Ambas preocupacIOnes
En Brasil, la historia es diferente. El engenho y la surgen de rnultitud de documentos y de la lógica de
faunda, gnndf$ unidades econ6micas, son también, los sucesOs americanos cuando se les estudia paralela-
hasta comienzos del sig lo 18, vastos núcleos demográ~ mente COn los de la península.
ficos y sedes de poder local, frente a un poder lmpe- La conservación de una vasta poblaci6n lndigena

104 165
I a éste que la encomienda "le quita (al rey) 10 que }p
cumplfa, en efecto, para la cor ona una doble finalida4 : I
demográOco.po lfCca, por una parte, porque el mayor hace gran señor, Que es la muchedumbre del puebjo"
núm ero de los vasallos dependientes djrectamente del \ (Zavala, Encom. indiana, 32) y Lizánaga, cuando
m ona rca -----<como fu é la in tención de éste- seria Jo se quejaba de las tremendas bajas que la minerfa pr~
q ue pre~tara mayor solidez a l poder in:tperial en Amé- ducía en el Perú -en otras partes de su obra dirá
rica; económica, por otra, porque el indio pagaba tri- que son "las borracheras" las causantes-- r ecordaba
butos a la corona y ésta jamás dejó de tener m.uy es- aquel axioma inconmovible de que "el r ey sin vasallos
pecial interés en que el tributario nativo no desapa~ es corno cabeza sin mi embros, sin pies, sin manos,
redera y t uviera capacidad económica para pagar. sin ojos, etc." (l, cap. LXXVI, 179). "Pues Ja tierra
Ya en ] 52R, Carlos V dirige instruciúnes al obispO sin habitadores y el reino si n vasallos, ¿qué valen?",
de Tenochtit lán , en las que. dice que se ha inrOnnadO) agregaba, como argumento decisivo (1 , Cap. CXIV,
que los cristianos dan malos tratos a los indios , lo 285)
cual "es en muchD disminución de los dichos indios
é causa oe despoblarse la dicha tierra" (Puga, 1, 227 ',
Y sig,). De¡;:dc entonceS, los documentos de ori gen real
en los (lue se manifiesta la m isma pre,ocupac~ó'n con-
1 Absolutismo no significa dila pidación de r ecursos
humanos y el absolu tista intelig~nte debe comenzar
por dcfenoer su riqueza escncial, que es la multitud
sobre la cual se ejerce su poderío. Lu is XIV, el de
tinúan llegando a la colonia con periodictdad y per~ Fran c,ia, lo entend ió con m e,l'idiana claridad y en las
se:veranria . "Nos som os informados -expresa Felipe Memorias qu e escribió para sn descendiente, al Tefe~
n , en una nea i C6d ula del 27 de may o de ] 582, diri - ri l'se a la intensa acc ión desplegada por él para dís-
gi da a ID A udiencia de Q1.litO (Colecc!.6 n de Cédulas
tribu ir a sistencIa entre Jos men esterosos, a causa del
Reale$, 391)- que en esa provincia se van acabando
hambre de 1662. h .. re. esta anotación cuyo valor sigue
los in dios natüTates de ella por los malos tratamien-
en pie, a través d e los sig los: "Jamás h e h allado gasto
tos qUé sus e-ncomendetos les hacen". Y su sucesor ,
m ejor empleado que éSt e. Pues nuestros súbditos, hijo
Felire ID, en la memorable Rea l Cédula que r eorga-
mio, son nuestras verdader as riquezas" (62 ).
n izó el régimen del trabajo Indígena, del 24 de n~
Pero no era Luis XlV de Francia el que pudiera
viembre de 1601, después de expresar que se ha com-
probado que las disposiciOlles reales sobr e in4ios nO enseñar teoría politica a los grand es monarcas abso-
se cump len y que el número de éstos disminuye, Insis- lutos de España. De economía, d e cómo reglar sus
te en que los servicios personales "son caussa de que propias finanzas., sab.(an poco -menos, sin duda, que
I otros monarcas. Pero de pólftica --cómo tratar a este
se vayan cons umiendo y acauando con Ja~ opresiones I
y m alos tratamientos que recluen ". grupo social, qué atribuciones en tregar a este obispo,
El exterm inio de la malla indjgena no era, para {
los monar cas espafioles, tema d e disqui¡:¡ icl6n f'van·
gélica , si no cuestión de alcances ~ácticos bien defini-_
I qué libertades concecler a e-stos indios, qué restric·
ciones imponer a eRtos sc ñ orc~, c6mo provocar la rJi'¡a
entre dos poderosos e intrigar en el Vaticano-, de
dos, Muchos de su s consejeroShaOlan lnsistíao en eso, maestros fu eron y tanto comO los m ejores de ]a
ello. Ya los predicadores de carlos V habian advertido época. Por Jo menas, h asta que la polftica amplía

166
1 167
su horizont.e y adquiere un cariz social y ét1co más forma notoria, él ciertos grupos sociales -mineros, por
<l:uténtico, dcsc.onocido en los s iglos que estudiamos. r ejemplo-- a quienes estaba confiado el tipo de pro-
Para esos hombres de gobierno de la Espafia im- • ducclón que esperaban como talismán mágico, no hay
perial, el informe de un jesuita sobre las maldades en ellas un favoritismo inalterable en u n sentido o
de 106 encomenderos tenía siempre interés enorme, en otro.
aunque el los bien supieran que detrás de ese iolorme Los monarcas españoles, más que JOS portugueses,
podIa urdirse una maniobra de jndole personal o bus- - y: en esto se ase.mejan notablemente a los británi-
carse tan sólo un propósito de venganza, como fué a
veces la realidad. En cambio, cuando Concolorcorvo
cos- cuidaron mucho de que no surgIeran en la ca-
lonia grupos demasiado poderosos y pensaron en man·
f
sostiene la tesis de que el número de indiOS disminuye,
no por exterminio. sino por mestizaje o cuando el
t,.
,1
tener alU un equilibrio de fuerzas, con la Iglesia vigi-
lando a la aristocracia y con los funcionarios reales
Arzobispo Llfián y Cisneros inventa la peregrina expli- • controlando a la Jg(e~ia y a la aristocracia. Así se ex-
cación de que los indios muertos: no están muerLos, I plica que, en los confUclos inlermiuables que surgen,
sino qu e "se ocultan para no pagar tributos" (E. Ro- su influencia se vuelca alternativamente. hacia un lado
mem, Hist. ec, Perú, 97), no están hablando para el y hacia otro.
monarca. E stán hablando para Jos encomenderos, para La ley concedla, a unos, privilegiOS muy grandes.
los min eros, para los usufructuarios de la mita, para pero a Jos indios los .protegfa contra las malas condi.
las oligarquías locales. ciones de trabajo, contra los salarios muy bajos, Con-
Una pugna semejante, aunque nunca de la misma tra las jamadas prolongadas. Los fun cionarios de la
magn itud y una política imperial también semejante, corona en América eran los encargados de aplicar la..
aunque 00 tan bien deline-.ada ni de igual perseveran· voluntad imperia l, pero a ellos alcanzó también esta
cia, tuvo por escenario a .,Bra..sll. política con si.ngular fuerza.. Del vasto cuerpo que
El clero católico -muy especialmente, I O~./ (onnan las leyes de Indias podrfa extrDerse todo un
~ cumpHó slll la tarea importante de impOner UD estatuto de:l funcionario imperial, incluyendo al Vi·

-0
valladar al desborde del señOr y proteger al indlgena. 1 rrey y, bien coordinadas sus disposiciones, observa~
Detrás de la legislación de la corona portuguesa en riamos la [n¡;Jsteole preocupación de la metrópoli para
materia indígena se lldvierte con mucha frecuencia evitar que los altos funcionarios entroncaran con famj ..
la presencia del consejero jesuita, aunque a veces tri un. lias de la aristocracia local, lo que hubiera creado
(a, con a lglma excepción elocuente. el lnnujo de la& en la práctica cre6, a pesar de la ley_ las oligarquías
poderosas oli garquías locales. Perdigao Malheiro, en más temibles e incontrolables O echaran vinculas de
su obra clásica, ha analizado esa legislación y los con· am istad e intereses econ6micos que hicieran peligrar
flictos sociales que la van soslayando (ver la acotación la fidelidad absoluta que el monarca exigía de ellos.
respectiva). Además, la legislación de Indias se esmeró por
crear un complicadO sistema de equilibriO y cont rol
e. EquilibTio poUtico-social colonial. Por mAs que recíproco de poderes locales e imperiales, cuya finali·
las coronas hispana y lusa protegieron, por épocas y en dad fué la de asegurar la aplicación más amplia posl~

¡68 169
ble de es_a legislación y evitar que se crearan grupos Pero. en su conj unto. Gran Bretaña no parece haber
burocráticos impenet.rables, que burlaran la voluntad dejado, ni con mucho, una legislación imperial apll·
del monarca. •• cable a Améric:a del vol umen ni el detallismo de la
espaeíola.
Claro está que la r ealidad se apartaba a menudo
t Ic la ley, pero aquí estamos hablando del propósito de Lo que, con los ,.;iglos, adquiere fuerza de mito.
una polít.i ca, no de lo que ocurría en la vida diaria. perfil legendario en F;"paña es la COnvicción de que
Ningún gnlpo (lemnsiado poderoso :1 todos ellos todo problema puede st==1' resuelto mN :<"Jnte la ley y
s ubot'(l i nad Q~ al poder imperial. 'Esa fué la norma de de que bO'lsta PfOnl lllg¡¡rla IJa rn que sus efectos ope.
las m etrópolis. ren en todos s us alcanc.es. Pnrti. la monarquía hiS:-'(
pánica, la leyes un instrumento po1ftico formidable,
2. J..A Ltv roMO fN STRUMSN'IO Il~ LA l'OLh1CA IMPElllAL en el cual deposittl una conHanza c."lsl sin límites. Aun-
que, por supuesto, no el único.
é:l. Se aplica en América. en la época que estudia- ) En mu c'ho~ aspecto.":, lo tlUe el monarca se pr~
mos, l1ll3 ley que llega de las metrópolis y otra que t pone htlcer en América se encuentra, explícito o im·
se gesta aqur. La primera es la expresión de. la polftica , plícito, en el te.xto de In ley y ¡;j a m enud o surgen con·
Imperia l, .la reglamenta ción del deseo del m onarca. La , tradicclones en s u!'; cláusulas es porque flan ellas inhe-
l'egund~ es, él menudo. algo muy d istinto. Surgida de
Jas lcp;l¡;la turm¡ colon iales. los c:abildos o las .cámaras
muni ci¡mJt>s. tiende él satisfacer los Interes~ de grupos ¡
I rentes a 18 política imperial misma .
La estructura lega l que tiende a r egular el pro.
ceso de estratlfi Cllción social y el equil ibr io de los gru-
loca les y, a veces. en tra en conflicto con la ley impe- pas sociales qued a ya definido por E sp<l ña ('n el siglo
rial. algunas de cuyas cláusulas viola ostensibl € m~llt e. 16 y lo que se agrega posteriormente no contiene e.aro-
Portw~a l y España parecen haber ten ido una con~ bias de prIncipios. Aquí también, P ortugal y Gran
fianz a sem eja nte en In omnipoten cia ,de la ley , pero Bretaña fueron más tal'dfas e in completas. La roo-
el cuerno le,2'a l que dejó la segu nd~ rué. IfI,g"'camente. narqufa portugu esa sustentó una opini,ó n semejante
má s volum inoso T10rouc se a p.li ~6 a una poblaci ón más en cuanto a la omnipotencia de la ley. pero no la con-
va~a. a un territorio más exten!lo. a m ayor número cretó en un cuerpo jurídico tan vasto. En Cl.la nto a
de materias y durante un período más prolongado. La Gran Bretaña, parece indudable que atribuyó siempre
ley imperial portuguesa es, con frecuencia. tan ca- a la ley una tarea más reducida y s_e preocupó me-
SU(StlCH y se encuentra tan recargada de preocupacio- noa de enunciar por escrito Jos principios generales
nes menudas como la ley española. de su poUtica Imperial.
En la legisl ación de Gran Bretaña .para las colo-
nilj.s a mer'canas está también presente, especialmente b . La institución de. ltl l.~ncorlliQ.lldi fu é la llave 7
cuando el imperio se siente ya fuerte para imoon er ~~~ peri i!:!.QJa fo~c~ón tle una aristo¡;zaCfa )
su voTuntad all ende los mares, e.<;a euforia reglamen. amerIcana, pero a monarqma pront~ _~lJ~ de I
tacionista que es capaz de abarcarlo todo, ya sea pe-
queño o grande, ya sea de indole objetiva o subjetiva.

170
p6fi erle-·I1m1f~c'VcTOS. R~újó su- usurructo a varias

, --
generaciones, obliK.ó" al encomen.!!eJ.2...A....[fijdir....juera

171
1
..... 1
,
¡'de la encomlc.J:J,.ck1, transformó la encomienda. de ser~
vicios e~lf'n~.~.__de tritn~.!~LJ¡-~s:6 sisterña(íca~
¡
J
sentatlvo de oJ.igarqufas locales- quitó la ley impe-
I mente~comeñ'Oer~dc jurls(]!C-C1OnTVer rial muy t.emprano el derecho, de distribuir tlerra.s y
nuestril b'conomía de la sociedad co onicrl, 83). Fi \ encomienda", a~f como la corona lusa redujo poste-
naJmcnte, dejó de renovar las concesi.ones y las enco- rior~e~te las atribucjones de la!': c.ámaras muojcjpales
m¡end~s fueron revirtiendo a la corona, con lo cual brasl)enas, donde Jos senhores hahlemos y la nobleza
produjo importantes transformacJones en la estructura paulista dominaban sin disputa.
social en los siglos 18 y 19. A la Iglesi a le alcan?.aron también no pocas res-
La mayorpreocu paci6n estuvo ortentada a esti- tricciones. El diezmo era suyo, sr. pero 10 percib(a
mular la mine..rfa. Después que la experiencia ~ la corona y la Tglesia lo reclbfa de manos de los re.
primeros decenios le demostró que la explotación de p:resentantes del rey, COn lo cual se ponia de m ani.
minas por adminjstración se prestaba a numerosos {¡esto BU dependencia del poder imperial. A las cor-
fraud es --una experiencia semejante sufrió el imperiO poraciones religlosns les estaba ved¡:¡do adquirir tie-
portugués_ en nra ~i1, en el siglo 18---, prefirió estimu- rras y, aunqu e podino tener cs.c lavos, e indios, con
lar la explotación privada de los metales, imponiendo cjerta frecuencia los nlQnarr:as ('nviaban in!\trucc1 ones
a sus beneficiarios fuert es contribuciones, procedi~ severas imponiendo a aquellas re8trit'C'lones importan.
miento éste seguido tambié n en la colonia portuguesa. tes en el trato da la mano de obra servil.
NI) c.rlbc du ll<l que el prop(,sito de la corona española . . La defensa de la pl'opil'd ad indrgena, en la cual
rué asegurar \1n nito y sostenidp grado de producción inSiste la ley, debió, asimismo, g l'av itAr en contra de
metalífera y, por eso, otorgó a. los olineros múltiples e la expansión de lo!; latifundi os y restringir el poderfo
importantes privilegios lega les, cón lo cual 'estimul6 económico de las olig{lrquía." de terratenientes, asf co-
la rá.BJ!ia-!ru:maci6n .Q~~rqufa rica e influyen- mo de las corporaciones religiosas que eran las m ayo-
te, que gravita onerosamenle sobre la.... vH1a COlOnial fes propietarías terrüor j<lles (ots Capdequ i. Rég. tic-
durante más de tres siglos. Pero también im.puso Ji- ') rra, 99). en violación de la legislación dictada p or la
~s, que revelan un propósito semejar...¿e al que metr6pofl .
la corona tuvo con respecto a la encomienda. El sub- Es indudable, ademá s, que, en ciertas épocas, la
~u,elo. _ qued6 reservado ~~~o de m:o'pi~dª~Je.a""l'Y1! carona tuvo 'la intención de ('atimular el traslado a
mm" t'ü~ orargatlif en (!.or~~esión pr¡;c~ ria. y _r~"y'QCa1:)le. América de artesanos y técnjcos, con lo cua l hubiera
mí manO ae obralúé·entregada al minero por los re- contribuido a ampliilT, Indirectamente, la clase media
presentantes de la corona y aquel debra abonar a los urbana colonial. Pero esa intención nunca llegó a gra·
indios salarios especificadOs por éstos. Las condiciones vitar fuertemente en la estratificación social de las co-
de trabajo en las minas fueron reglamentadas --como Jonias amerkan as, porque la política económica de la
todo- con gran minucia en la ley que llegaba de la
corona ~asj s iempre, fue rtE'lnwte proteccionista, en
corte y alli se o[recIa una protección amplia a los tra-
bajadores, inrlios o negros.
favor de la producción manufacturera hisp:ma_ y la
A Jos Cabildos -poder polftico a menudo repre- presenda de la Inqui sición, perseguidora de pequef\os
comerciantes y artesanos, pus ieron un vaUadar a la
172
173 ,

_ _ __ J .,¡
I
- ---- _.- - -- - - - -
r
expan~i6n de los grupos de clase media urbana en vantiscas y peligrosas de- la ('oJonia hispana está n ya
Amérir,a, , '6 dobl egad<ls, Sin emb<lrgo, aunque si n fi na lidades de
No r.. Han tampoco en la mOllumen tal I ~g l s lac~ n ¡.;eces:ó'n , los Jev<.I nl<tmicntos hall de seguir produ-
de lnd 'as disposiciones tendientes a la eqluparacI6n ciéndose, romo lo p rueban la revolu ción de las alcaba-
lega l de los grupos fioc iales más in,defensas. Ya d~sde las en Quito, los rOllluneros asun(~ejjos en pleno s iglo
Fernando el Católico estaban autonzados los matrimo- 18 y las tropas de "volunta rios" cubanos d espu és de
nios' de indios y blan'cos (.A rboleda Llorente, 37) . y 1868, instrum ent.os de una cerl'ada y temible oHgar-
una real cédu la de 1783, que cita ElmiHo Ro~ero (H 1St. qura negrera qu e Jlcga a imponer su voluntad sobre
ee. Pe·r,ú, 141 ), d eclaró h onrados todos laR,OfIciOS y au· el gob ierno de la colonia. Las ol!garqujas, cuando p ue-
torJzó a los artesanos 3. ejercer cargos publlcos en el den, toman por la fu erza lo qu e les niega la ley.
orden municipal y adquirir títulos. En Brasil, los c/(l1Ies fazendeiro$ siguen sembran-
La ley imperial, pues, en sus Hne~s generales, n o do la anal'qu fa bfls la el s iglo 18 y Vianna jncluye a
entra en conflicto con la poHtica impen?1 y , en el caso "Jos potentados" e n la lie;ta qu e hace d~ los enemigos
de Espafia __fue es ~l que t,lene mayor lm~ort ancla en de.! orden público cuh.lI1 ial (POlJUlar;oes, r, 224).
la hiator:a ju rldica- la ley tiende, como 1nst~ume~to Por ot ra parte, Jo qu c ia corona esta tula, después
que es de la pollti ca im~erja l , a p,o ner en eJecuCIón de madura reflex ión y s ig uie ndo una coherente Unea
108 principios sustanciales de ésta,. ev.t ando que se creen política, quedaba no pClC-8 S veces desvirtuado por nece-
g rupos f'o ciales colonial<$ d.;>maSJado pode:osOs ! que sidades inmed iatas - más económicas y fisca les, que
todos ell os queden subordinados al poder lmperlal. poHticas y mil ita res, La crónica a ngustia económica
11 , LA DlNAMrcA POLiTrcA COLONIAL
de la monarquía hj;;panu dejó siempre;! ab icrta una ren-
y I.A VIDA DE LA LEY d ija en la severa e¡.;lr llc lura jurfdica, pata que se filo
O'aran por aHí todas las exceI!('íoll~~W5<ln nece-
a. Hemos tratado de una concepc:ón política y sadas para salvar a la cor ona del apremio, LaVenta
cOTI'esponde ahora hablar de una realidad política,
Oc los ~=pc'e@!§!!r~_iÚ Nueva España. y la COn-
Las coronas hispana y lu sa y las leyes que amba,s
f:scación de lOs haberes de los religiosos plqneadas en
dieron admitía n la existencia de ari stocra(':I ~~ amerI-
l 804, pOI' ejemplo, con el propó~ito de ofrecer un res-
can as, pero den tro de ciertos lfmites , Esos lImltes fue-
paldo metá l.ico ~ una emisión de va les reales hecha en
ron quebrantados a menudo y , por mome ntos, apenas
si el poder imperial parece tener la' fu erza sufI ciente
J;Jspai'ia, pu do ha ber producido eu la cOlonia, no 5610
para dominar los estallidos más graves, EL J~va-?t a­ un g ravís imo tra storno econórnko inmediato, sino toda
miento de Roldán, en la E spañola, antes de fm ~liza r una r eest ructuración soc¡~I , en cuyos a lcances jamfls
el s iglo 15, (ué un preludio, Los que se ~rod ~J eron pensaron lOs autores oc esa operación,
e n el s'glo 16, como ('.ons{'Cuencia de la a plIcaCión de Más: pe rman cnte, como {<.!c:Lor de perturbación del
l.. s Le-yes Nuevas, tuv ieron carácter de verdaderas r e- esqu ema teÓ¡'.((o concebido p OI' el imperi o español en
voluciones separatistas. América, fu(~enta de los cargos públiC~ que per-
Al finalizar el siglo 16, los oligarquías más le· seguía un propóSito fiscal y que aceleró rápidamente
,
I,"
174 175

l
I
I
el proceso de concenlración del poder poHtico local en
manos de las oligarqu{as coloniales.
Con todo, el h echo de quc: España y Portugal ha"
yan podjdo conservar la unidad de sus imperios ame-
I lles secretas que llegaban a los virreyes o a las Au~
diencias detrás de la le,y flam ante y en las qu e se ad-
vertía que .no se pu ::;ies(" en ejecución la ley, o qu e
se r estringiera not;¡blemente su vigencia ..
rica nos, a pesar de las fuerzas internas dJs~regadoras, Más fáci l es explicar la fi cción legal que se prac-
de las acechanzas de sus en emigos internaclonales, de ticó en vasta escala y en todas las épocas en la coto-
los ataques a rmados y de sus propias ur~enci~s fi5.ca- nla, porque aquí había grupos sociales m uy poderosos
les adquiere una extraordinaria proyeCCIón hIstórIca, y funcipnarios muy intel'c&ldOs en que no se aplica~
m~cho mayor en el caso de Espana, porqu e sus C?I(? r an ciertos preceptos que lesionaban sus intereses,
nlas eran más extensas, más pobladas y de más ansca aunque, a )a vez, no deseaban tampoco mostrarse en
geografía . abierto uesafío del monarca, a cuya' sombra meur¡,lban
Esto mismo debe servir para reconocer que la ~o. y cuya protección neccE:itaba n .
lítica imperial hispana logró un éxito no pequeno. Como la violación de la ley se hizo crónica - sin
SI la corte egpañola no tuvo en los siglOs 16 y 17 con- que en España d ecayera un instante la pasión por se-
sejeros que pu dieran compre nd er lo. índole de ese c0r.?- guir dictánd6la- rué nccesario encontrar fórmulas so-
piejo proceso económico que estaba lle.vando ~ ~spana lemn es que permitieran salvar la apariencia, La fic-
a la decadencia, st. tuvo, en cjertos anos. pohtlCOS sa- ción ju rfdica llegó, así, a concretarse en fórmulas ri-
gaces que sabian cómo lratar a los poderosos y ~ ~os tuales. "Si es orden del Monar ca -explican Juan y
d esposeídos para que se mant uviere entre ellos un DUoa, h ablando del tema (445)-la d istinguen con la
equilibrio que permitier a al imperiO prolongar en Amé- circunsta ncia de besada, pon erla sobre las cabeza!'!, y
rica su predominio. añadir d espués la fórmu la: "Ohedezco, p(!ro no lo exe-
cuto, pOl'que tengo q ue reprc!';Cntar sobre ello". No
b. La que tuvo en América tl ~a vl~a extJ'a~rdi. importaba que la "representación" ante el poder im-
nariamen te accidentada (ué la ley lroperml espanola. perial no se hiciera jamás, como a menudo ocurría.
Tantas veces rué violada y olvidada, tantas desvirtua- La conciencia del funcionario quedaba tranquila con
da, que no puede uno menos que nclmit~ar8e de I~ per- esta reserva de tan fácil mQ nejo~
severanda con que los m onarcas segtllO o empellados Es que la ley misma llegó a aceptar c1 procedi-
en mul tiplicar sus provisiont's ~in modlficar su índole, miento y le concedió c:erta jerarquía jurídica. Lo re-
ni garaotizar mejor su aplicación . cuerda Alej¡:mdr o Korn: "La J~gis¡ación se arma d e
La verdad es que la misma cor ona había lnaugu- .1 las cau telas más minu ciosas: s in f'esar in cul ca el deber
r ado _y lu~go sostenido- la tradición de en,!nciar de respetarla, amenaza ('on las penalidades cons iguien-
por escrito un prIncipio solemne con el propósito de tes y llega hasta disponer -rasgo genuinamente es·
vjolarlo de inmediato, Leyes hubo que n unca se I?u- pafiol- que en determin adas C.jrcunstancin.s las mis-
'blicaron en América, sin hablar ya de aplicarlas. Mllla mas órdenes reales se obedezcan, p~ro no se cumplan,
(11, 218), F inat ( 107) Y muchos otros h istoriadores comp lo establece en especial un a ley de la Recopi-
latinoamericanos citan numeroSOS casos de iostruccio- lación para los casos de obrepción o s ubrepción " (29).

176 177
"
EUI'Opa. Digo hiflVll fl hmr ¡Xl I·'lUe él quLcl'e tl':ms[unulr en
Europa el sentido de un jJue\;lto cruzado que E.o;paña mante-
nfa ilbnt gadamentl' ul'.ulc hada ocho !ligios, y que acababa
de coronar hada porOll años ))111' la gue l'ltl de Granada, mten,
ACO'l' AClONES tras EUI'I)pa hahf;¡ ul\-'Idado el iueill cle crllz:)da desde hacf;r
sIglos, d8SP\,H~!l (h: un frac;:rliO l(ll o l. ro:!'!e a hlwgado sentimlent<l
de crUZl'l.da cOlllra ¡11{h'leos y herí'jes es el q\.l!~ Ins piró el alto
quijotismo <fe la politit'll di' (.:1,.,<1..... (Meu(int!e?; Pillol, [(len
Hemos trat.'do con l:Ilgt1n detenimiento este tema en im,Ve.rifll, 2l1) , Tarnhién inflpiró ese ~hn('garl() Ideal el aplas-
nuestra obra E con.omía de la, sociedad colonial, 73 y 229. tamiento de loS' comun('¡·o~ y tle BUS {uero~; el s_obot'no
de quh'nc~ dehlan proclamarlo emptrlHlor; la pel'¡.;ccuclól1
LA ror/\. lMPP.RIAL sangrienta de los cristianos disidentes y el funcion8lnhmW
pu.nlual de la JnqUl!'lld6n,
"La idea imperi al no se inventa por CarloH ni por su
cunc-i!ler; es una noción viejfshna, Que elIDa sólo c.slllan Y OMNIf'RESEN(" I j\, b f,l , J.:STAOO J7'>fT'tRU1,
adOJptan a las circunllt,ancias; noción rica en conte nido poli
tlco y moral, extrafio por completo a nuestro pensamiento "El eslado nQ reeonoce, en erecto, lfmlte's a su ¡bterven
moderno. ción e Intenta prever y prevenir {odas la!'l contingencIas de
"La palabra emperador no nos s ugiere hoy, nada de lo la vIda, asl se trate de ados públicos o pl'lvados, El vasallo
que !;ugerla a los hom brps de antes. Modernamente. puede de la col'Ona saMa por imr¡erlo tle la ley Qu6 d1as habla de
haber un empl,!rac)Qr en Alemania, on'o en AUIOtrio, otro en ofr misa, qué libro le e l'a licito ker, qué truje debla usar,
Méjico o en el Drasll. A.ntes esto crZl un absurdo. El empe- cutil era su asIento ~ n IQS actos ni1hllc.o~, a qué prC('!Q podfa
radOr era algo más Importante: era un ¡;cr únicQ, un supremo comprar f) vendl'I', l/ué jornal o cstlflenrllo mere('!a su tr"d.
jerarCéI del mundo todo, en derecho al menos, ya que no de bajo . " Hasta el Ie<:ho dl'l moritll1nrlo llega l'8ta !ntromlsión
hecho. Tal concepción Te\'est(a una grandeza verdod'e ramen constante y le mandA conff'R.' r y colllulgar; so pena d ~ penler
te romana, Hace" de LOdos los hombres una familia , unido¡; la mltad de 'lo s bienes" (Korn, 30).
por los dioses, por la cultura, por el com<.>rcio, por los ma
trimonios y la sangre. rué la gran misión del Imperio ro·
mano. ell!ialzada por los pa:ganos desde Plinto hasla Galo
Namaclano y- por los cristianos a partir de los espafioles
Prudencia y Oraslo -y del africano San AgustIn. El Imperio
I ABSOLUTISMO Y DY.SPO'tlSMQ R/iI' ESPAÑ A

Véase en Ots Capdequl, In.';t , de gobierno, II y sig., la


Importante sfntesl~ que este a ulol' hace. del desarrollo del
era la forma más perfecta de la I)ocledad humana: por eso absolutismo y el d espotismo en España, en relación COn 10
Dios perpetuaba sobre la tlelTa el Imperio, desde los tlent· historia del derecho peninsular.
PO$ más remotos de la Historia, transfiriéndolo ,tP. Bablklnla
a Macedonia, a Carl~o y a Roma", CONSOLJOACIÓN DEL fOPE;R I I\1PEIlI AJ. EN BRASil.
Después de la abdlcad6n d e Carlos V, "el imperl(t no ru ~
en adel.mte sino un título supremo, que pudieron Uevar
más de uno a la VI'Z: careció clesde entonces de todo valor
universal" '(Menéndez Pidal, idea imperial,. 13). I Vianful (POPHfrlfoPS, I. 26!:lJ enumel'U las s iglliel\les m E!'
dldas adopt.ad as por !n corona pOl'tugllL'Sa e n el siglo lB
para dol)legllr al ("3urUIJismo y c()ll~ridu r s u polít.lcn en 111
colonia ; fortalecimi ento de laR aulorldades 1t)(:~ I~'s; tnulllpli·
UNlv-r,RSALlRMO PE CAJU.. Qs y cación de loo cent.ros munkipales, vi1!as, dudades, términos,

178
"Carlos V se ha hl!:lpaniz~do ya y q uiere hIspanizar a

I
1
comarcas; disminu.ción de los poderes del s<:>nado y de las
cámaras, ri?ciucidos a tareas de policla fi scal y servicio dI:'

179

JiJ
J
puente!;, caminos y canales; rest l'icdón de la jurisdicción de José dos Santos, en "1Jv Congreso Internacional de HlstoMa
de América", ITI, 325. También Fr('yre, Casa-Gronde, I, 113
los capitanl'8 mayores.
e I ntf!t¡Iretaci6n., 43.
AJ\IS1'OCilACU. E IMPtlllO
RF.AL CÉDlILA IIF.I. 2~ 1'Jr: NOVIEMaKE PE. 1601
Opinan asi los dominlro~ d e Méx ico, en 1544: ';En la ~.
pública bien ordenada , es necesa r io que haya 11ombre" rl ' En la edición de Servidumbres personales; de índios,
COS, para que puedan resistir ti lo~ enemigos y los pobres de Fray Miguel dt! Agia, d t:"la en la Blbllogn¡C\a, aparece el
de la ti erra puedan vivir debajo de su amparo, como lo hay texto complNo de esta Re .. 1 Cédula.
en todos los rcinos llonde hay polttlca y bUÍ"n on.len y esta-
bilidad, ,,51 como lo hay en E spaño y otros rei nos, _, y en L~GISLACI ÓN DE LA COftO:SA MRTUCUESA SOllllE n,DIOS
esta li~ra no puede h aber homhrcs I'icos ni poderosos, no
teniendo IlU E'hlo~ C'lIcomendndos." fUl'ra de éslos (se refie- PercHgao Mallll'lro, en ~ u obra clásica, a,naUza la legis.
ren a los ¡mIios C!nroIl'Hmdatlos) no hey manerd para olra laclón dictada por 1.. COl"Ona 1>(lI'lugu~a refC~nte 3 la con·
gr:mjeria ¡¡Iguna" (Cil, por Z,:"l.Va la, Col. esp" 120) , dición lega l de los indio!;, asf como los con fllr::tm; sociale!)
que fueron , a vi:'c~s, !;U ('IHI!>;:I o su conS('cuenela (1, 231 Y &Ig.) ,
LA lCLES1A y LA roLÍTICA lMPI:IUAL ES I' Atl'OLA E l 5 de junio de 100:;, la ('[)f(lna dicta una h'y, prohibien-
do que se hagan cautivos a loo Indios, en ninJ::{m caso, E l
HC'tl'lOS tratado con mayor amplilud la misión que de!, 30 de julio de Hi09, Ol ra le>y declara que los indios son libres
empei\6 la Ig lesiél en la pOlftlca Imperial n~spana en nuestr o y que no c!cben !=?r (.'on,~lreii¡do~ a se rvido ¡¡lg¡.lho COnl.ról fU
trabajo ECi':lYIomta dr. la $or-!.r.dad rQlo'ltI.(I1, .8 y slg. voluntad, dchléndoseles pagar el lrabajo que realicen. (En
M<.'chnm ha C'sLuillado la materIa en (orma eX!1Uclla en este s('ntldo, Jil If'y portuguesa tie 1600 rol'1"e¡:;pollde a I~ meno
lo que se refiere a la América eS!1afiola (ver BibllograCia). cionada. Real C~ ula espaflOla de ]fiOl.) Adl"mits, conno a los
Rom (31) advertia que "cuando se interrumpie~on las jesuitas 111 tlltQ{Juef'ls de los ¡ ndio~ J' su "rot~'{:lorlldo,
r t.> lacioncs entre 13S colonias y la metrópoli -se refiere al La ley del 10 de setlcmhre de 10n re ite.ra, en princJplo,
proceso tic la In dependencia- , el clero argtmUno.. mAs habl-
tua(lo a diri¡;irse ¡í la corona que a la curia, se smtló. en ,los
, la libertad de los indios, PCl"O admite el ca utivt>rio en gu erri1
justa, conC'Cpto é¡:;le que se aplica en ca~o de guerra, levan ta·
primeros afios ('.,si Il)(leplmdlente. Durante la dOI1unaClón miento o rehellón de los m ismos ¡mUas, Una dispmilc16n
<,sp:ulOliJ, la <tl1lurif\ad del pontific3lío fué muy r everenciada, semejnnte h,sbia dado el monarCa españOl en 108 primeros
pero c.,sl nominal, y !;¡ílo después de la Independencia sobre- tiempos de 1.1 colonizaciÓn y sos consecuen('ias prncllcas pa.
vino la ..eardÓn q ue le tlió u n poder HecUvo y n>lactones recen haber sido igualmente. fun estas en la colonia espaflola
Inmedlatas"_ y en la 'pMluguesa. Perdlgao Mal}¡"it'<l opina que, con e5<1
El celo y la minuciosidad con que los monarcas espa' excepción insertada e n el cuerpo <le lo ley. los rokmos
fioles ejerderon su potestad reb"allsLa se traduce en mul~­ hablan 10gr.. W la vleloria, r'Mque :'te rf's t";¡!)lec{a la esclavl'
tud de casos. Hasta para proveer curatos de\llan las autor l' tud legal rle IOfl indlofl, hl1rlándo~p. los p.rincJplO!l de la ley
dades de la Iglesia consultar con la metr6poli (Ot8 CopdeQul, de ]ru.J (23G) . En efecto, 1011 port tlguesE'!;, rnmo omes los
111$1. de go!lierflO, 45), españoll!s, no enco ntraron ningún Inccnvpnlenle e n demos·
t ra r que eran siempre los Indios los Que h"blan iniciado la
EL CURO C'A'l'ÓLlCO,¡a¡ BRASIL lucha ,
El 19 de allr11 de 11180, otra ley restablece Ja vigencia de
Para ob8C' rvar las dlCerencias y semejanzas entre el clero la del 30 de julio de 1600. rol'a, expresa el aulor, el resultado
luso.amerie;an o y el .hispano·a mC'r(cano, puede verse L a '-elt- dI! la int.enninable cuestión entre jesuitas y colonos, por
Q16n en M¡Itas Geraes duraonie el vcr!-odo CO~t)fI.ial. por L udo causa o a pretexto óe los indios (253), La ley de 1680, la

180 l 8!

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·i
. :;'. '
crcacilin dI! la Companhla G·er31 do Comercio de Grao·par! q ue está prenenle en la hi storia de las leyes de lndias· no
e Ma ranhu o cn 1(;8:'. y otros hechos dilrrOTI motivo 9. revuel' obedece a la estratagmllíl de un ,monarca, ni es recurso
tas, romo la ocurrida' en ?lIaraf\6n, en ~6S4, en la que se de- de ha}a polfllca ut!lii . noo En un periOdo determinado única '
puso nI !,"Obcmador, se expulsó fl los jesuitas y se declaró men te. Está Inl'Orpurada a la hi31011a loda de la colonIa his .
e X1ing uida la Comp(rtlhia. pana, CQmo lo está a la de E s p¿¡ña, La ley no se cumple,
r';1 ro <!u junio d e 17áf), una nucva ley or dena la oh!)ervan- {'Omo el precl'pt.o mornl (l rl'llgio::1o no se ejecll ta, pero basta
da del breve de Benedlcf,Q XIV del 20 d'e diclemhre de 1741 el hé/::ho ño que la lf'y exis ta y de que el precepto sea leído
y de otras leyes del Helno, entre ellas 1a del 19 de abril en voz a lta por el pecador Impen iterllt' para que la concien-
de ]680, {'onl onne a la c ual lo~ Indios eran con sideraoos cia d~n~(' , para q ue se c ree un mé rito Que permita olvl '
libl'es e n e l m ás amplio sen tido, La misma ley hace exCi'p' daT el delito () e l pe{'a.~. A4Ul la forma ha quedado vade,
t'it'ln; expr cso de los E'sclavol'i m' gros. pero ¡;;u b,ellt'Zíl será saempre motivo de exaltado elogio, En
con clu.~16 n, e l respe tu de la for ma basta para perdonar la
L\S I .r.YE~ DE INNA S \'Ioluclón de l contenido.
Cuando f>f enéndez Pldal, por ejemplo, evoca la forma ju .
l!.:1 abismo que exl'stfa entre la letra de la ley de IndIas
y su aplicación en 'América ha sido mot ivo del -más grandl' rídlca .u sada por el im perio hl~pán iC'o su entu siasmo no re.
conoce lfmite (Ilguno. "ALlml rahlci:l leyes de In dias - las Ila·
número de Interpretaciones.
D¡¡vld Barry, el prologuista ele la edicl~n de Londres dI:! ma_, bastante a amni5t1ar an te la Histo ria toda¡¡ las fallas
las Nofíri" .~ ,~r.l;r('l(l!I de Juan y UHoa , hace una irnpor\..Qnte que la ac('ión de Espa ií!\ h nya tenido en A mér lca, romo las
obsen 'adón !'lIbr e ~.stc: probkm:.l. Dice asi: " NI la d1st<lncia tienE' toda ilcción polItlca y conq uis tadora" (ldoo imperlar,
de n/lue llu." paises puede: CX('II;;;U· al R¡ry de España o ¡;US ml- 35) .
ni ~ ll"Os C()II pre textos d é ignorancia, sabido que el Consejo Dlffcllmente otro nutor hayo llegado tan lejos en su
Su premo ele las lndlas /le cOinponla en gran parte de los a dmiración por el texto de la ley - no por la r ealidad de la
empleados Que hablan servido en Amérlc~ , los Qm' precisa- Jey- . Porque las ra ltas de Espa ña en Am érica -com o con
mente halJian presenciado, si no p~cticado el lOs mis moo, tan err6nea termlnologln las llama el polfgra(o hispano-
lodos los OClOS de tnjustici<l a que se refieren estas Noticias son faltas Que han gravItado sobre la carne huma na, no so.
Secreta s. Véase el C.alendarlO de Madrid en c.u alquler año bre el pe,gamlno de la ley, So l)re m ultitudes gigantescas,
de los I)asados y se hallaní que la m'(yor parte de los mi· sobre puehlos enteros, para quienes la conquista rué una
ni stro~ de aquel Consejo habla sido previamente Virreyes, J>3.vorosa tragedia nacional.
Presidentes o Rt-sentes de las Audiencias de Ultramar; sin j Un autor de fines (fel siglo 17 -~tartrnez de QUixano-

I
crnhal'go, P.:'i lns m ismos consejeros proponlan aquellas leyes a l hacer un estudio sobre "el .miserable estado en que oy está
equitativo !! r¡ue ellos mIsmos sabfan por experiencia q ue no la Is la de Santo Domingo de la Espafiola", 8!lvlerte que la
se haMan dE" obsen'ar. Is la tiene "gr andes minerales t1e plata y .oro; estos no se
"No pare~ sino q ue 10$ n t>ye" de E spaña y su Con sejo
benefician, pOrque al tiempo que se L'O nqllist6 perecieron a
11(' TnoiaJol promu lgaban leyes ben ignas a ruvor de los pobres
,Indio" CQn pI ~oIo objeto de que apareciesen en 'el C6cligo,
I manos de los Espllñ'Oles conquj's tacJorc-s un nlllJ 6n y ocho-
pU(>glO que ordenahnn privadamente a los Virreyes que pu ' dentos mil Indios, y nvl undo quedado sin naturales, fa1t6
sieran en ejecución medidas contrarias al eií p{rllu y a la letTa la aplicacl6n y genle qu e los pudiera beneficia r" (ver Biblia.
<le ('qucllas mi smas h'yes" (página Iv), grana> .
Tratamos en e l texl(), asi t.'(J mo en nuestra obra Econo, /!t. esta traged ia nos refer1amos. Verdod c!s que el número
mí'l ne la .~o('ir;)(lurl collln1(11., de ofrecer una ex:pllcaclón a ¡.1e las v[ctimas no puede prcdsar s~, ni puede creerse que
este eompleJo problema. Queremos ahora agregar pocus pa- todus ellas hayan muertO " a manos de l(¡s Españoles". Pero
labr,as. en e l reSlo del continenle ocurrió, en m ayor o menor escala,
La fi cción jurldlca - quiÚ¡ mfOjor , la hlpocresia luri<lica- un elll sodio semejante y , pas,alla la conquista, tampoco la

182 183
colonia trajo la paz, Sloo la esclavitud IJara muchos mIJlarea
de lndfgem¡s y la corrupción para otros más.
Esta es la historIa qUe tiene ¡)(Ir personajes- a las crla·
l.lll'<lS humDnas, <fue l)ufren y mueren. La p,i1>lOria de p"apd \
es lo Qtra, l.a que llene como personajes a los tipos de 1m·
prenta y los textos Juridicos.
Agreguemos que Mt:'néndez Pldal es profundamente lZ'1 '
justo cuando supone q\H~ Esp<Il'ia es CU]Ij¡l,ble de "falta,ll"
cometidas en Améli ea. Faltas Cuerpn las ef)nleddas por 101:'
conguistadores, por las rompañl:as intel'nacionales que finan ·
ciaban sus empresAS, por la c.orona, por las ol1garqu1as de CAPiTULO VI
¡a:;¡ colonias, por los funclf)n¡.¡nos re;¡,lcól y por el clero, que
buscaban el enriQuCCimiento o el poder con lt.,sesperada ur-
gencia. No se ccmpllttlron con e.'i(J~ faltas la España qUé , DESI1<"TEGRACION DE GRUPOS SOCJALES
segula vIviendo S\1 E!xistenciu. lladonal, ni ¡)'lueJlos funcio-
narios y sa('cnlotl's (llIe cumpllc>ron honestamente _y a ve-
e·cs, herok am entc- ¡,:u l.area en América. Hemos dicho que la colonia presenció no pocos
POI' Jo d('mils, l'l'l tU. fO'rm!! ele peCiJl· l'n las colonl<ls no
la lnvf'nt(j España IJi la monopolIzó. La cultivaron todo!; casos de estratos sociales que perdieron su personali-
los imp<>rios y á lR llllO~ con caracterlslicas más graves aún. dad de tales en deterrnin~da s regiones y cuyos miem-
bros pasaron ü integrar otros estratos o desaparecie-
1I1Thl1'A Y CON¡'-'T~CAC1ÓN Di: BTBNE S 0"1: LA tCl,ESI.A ron, para nosotros al menos , en el silencio de las cróni-
EN NUF.\'A ESI'A:ÑA cas de la época. Grupos numerrn;os de familias empo.
brecidas cuando una zona minera se <UtQ.U!.P-ª.o.~ngQ:­
La corona española decretó el 26 de dicIembre de 1804
menderos venidos n menos cuando la voluntad real
la vcnta de los bienes nikI!!! de la IglesIa y la conf.iscacl6n
de l o~ haheres en metáILco ..te las corporaclones reUg10&38 en
Nueva EspAfia. El prO('lutido towl (le esa' colo.~al o¡roraci6n
I ponía fin ----..'
- ~" -- _ -_ ---
---- - nÚ cleo.~deIil'eTcaderes
a sus privilegios; .. - .- .. - ..--,
mU_t:nvs,-rug1tivO!i o "l~~ÜJ-.9Jk.. PQ..t.!-!.l!._ .z~º. deJa
debla ¡ngl'c~'nr en la cajél d(' consolidación de lo!! vales Iñqtrist~ón_ No son clases 8ockl~es fntegra s que deS-:-
r('aJes, en F.:fi paiia. para crear un respaldo metálico a una aparecen; son grupos, bastante bien delineados a veces
emisión de "aIE$ reale" que Fe h<\bJa hecho en la penínsul:a.
En nueslro lll)ro Er.onomfa dI! la sociedlld colonia L, 239. por S1.1S intereses comunes y su sede geográfica, que
estudiamos esta operadón y sus L'O nsecuencias. se desintegran.
En Jos capítu los pr~ecientes hemos mencionado
no pocos casos de este tipo, enunciando lo que supo-
nemos que fueron las ca lisas actuantes. P ero nos pare-
ce necesa rio hacer \1 11, estudio especial de la desinte-
gración de grande'!. grupos de mano de obra colonial,
debido a la e:ctrdordi naria proyección. social e histó-
!1 rica que ege proceso cobró, .Por el número de los in-
1 dividuos que se yj eron Ct1VUf'ltos en ella y por sus
consecuencias, fué la desintegración de la mano de
184 185

_.:;
"
obra indfgE'na la ~.\teJ como que, en realidad. con un puñado de familias sumergidas en el más inde~
se lraTa de i tnlesftllegl'ación de pueblos nativos. Inte- ciblé paup-erI<;mo. L,,:]lHa-enOrrferat!lon que Llzárraga.
gros, pero también adquirió importancia la de lo.'i)llt i hace de los lugflres donde va observando este fenó-
~s--y no dejó de tenerla, E'n algunos lugares, la de , meno -desde Perú has ta el Río de la Plata- hacia
a mano de obra blanca. El estudio comparado del fines del siglo lB, tien e toda la elocuencia de un tes-
proceso en todos e$-tos grupos nos permjtirá , como timonio, pero hay centenares de t estimonios tan elf?
s iempre, comprenderlo mejor y advertir con mayor cuentes como ése en la era colonial. Minas hubo que
nitidez BUS consecuen,cias actualeS. cesaron de trabajar porque se había agotado loda la
mano de obra disponible en una vasta zona. Planta~
l' INDOLE y LIMITE S DEL PROCESO dores -y muchos-- que tenían que renovar periódi-
camente su "stock" de negros., porque su número dig..
Nos referimos aqul a la desintegracl6n de ciertos minuTa a pesar del cu idado que aqul'lIos ponfan para
gru pos de mano de ,Obra y no a la suerte corrida por que se reprodujeran sin limitaciones.
el conjunto de la población nativa o negra . NO' alcanza
A veces, la mano de obra se desintegra en un
nllestl'O estudio a los indígenas que pennanecieron al
lugar por migro.ción hacia otra. Es el caso de los
margen de la producción y la sociedad coloniales, ni
negros reclutados en las plantaciones bahianas para
a los p ueblos africanos de donde proveDian los escla-
trabajar en las minas del sur br,,!slleño; ,d e los indios
vos, ni a las comunirlades blancas europeas que dejaron
tras sí los blancOS europeos que trabajaron en Amé- arrancados de las encomiendas del actual noroeste
rica como mano de obra. Sin cmbargo, el conocimiento argentino por agentes de la corona y de los mineros
de esas comunidades origInarias es siempre! importante para marchar a P otosí a labrar el cerro. Migración de-
para el historiador porque' ellas delerminan, en alto cimos, por dar id ea de un movimiento de masa ; pero,
grado, la capaeidad de organización social y la posi- por 10 que tu vo d e involuntario ese movimiento, p()..
bilidad que sus miembros tienen en las tierra~ ameri- drIamos decir ~ . Se trata, evidentemente, de una
canas oe sobrelleva r un lrabajo disclpl inado. Conocemos ~, involuntaria. Migraciones es-
bastante bien. ese antecedente en lo que se refiere
al incUo y al blanco y en los últimos decenios Jos au-
tores brasil eños han realizado importantes investiga-
! pontáneas que tuvieran --en lo sociaI- consecuencjas
semejantes, hubo algunas, pero no tantas. Asi , los gau ..
chos rioplatenses son, en cIerta épocll, mozos alzados,
ciones sobre las comunidades africanas de donde sa- J es decir, muchachos de los centros urbanos o de la
lieron los esclavos de la economía colonial americana. c.intura suburbana que abandonan voluntariam ente sus
Fuer on n~sos los gr~pos de trabajad'ores es-
clavos, semi esclavos(}-aS<'lrai'iMos que Ilcgaron a des-
integrarse por completo o · casi por completo. Zonas
I
,
hogares, dejan de ayudal' a su s pfldres en la chácara
y se lanzan a la aventura en la campafia sin lfmites.
Asf también, destruida en la costa peruana la antigua
enteras donde había miles de indigenas dedicados a agricultura incaica, en el proceso que veremos roá,
las faenas agricolas se transformaban, .después de quin- adelante, hubo cierto número, quizá no pequefto, de
ce o veinte años, en valles abandonadOs o en caseríos 1 indígenas cosleros que se trasladaron, por sus medios,

.186 1 187

---------_ . .. - . __ .. 1
a la sierra. en procur a de un sustento que la nueva no hay tal mortandad, sjno que indios y negros se
economía colonial les negaba. cruzan con los blancos)' cada vez 'se ven más mesti-
A V('ce!), por dfsp el'sión o deserción. Es el negro zos y meno.o:; individuos de sangre pura. E l Padre Li-
que huye de la !f1zclI(la, el indio qu e deserta de la zárraga ('oncibiú una bipütc:-¡i!> aun más retorcida.
cf¡(ícuro, fenómeno tAn 'común en la colunla como el El indio , explicaba. C.'4 ;)1.I'1 i.lccstumbrndo al castigo que
amanecer y el poniente de t~os los días del año. La le infügía n sus jefef: indígcmis. Vino luego el señor
d.ispersión o deserción s,e present.a en masa en casos, .mise.ri{'orrfiosn que es Su 1\{aje~tad y los trató con
excepcionales, como cuando se'ha registrado un levan- bondad. EntonC'P'5 se e-charoll a penlel' , se hicieron ha-
tamiento indígena o negro y ha sido aplastado. Dece- raganes y se dieron él !as I.w rrachcras. Y se fueron mu-
nas, centenares o milla res de indios y negros desapa- riendo. Eso es le) qlle ha cnnscgllido' Su }tajestad "sólo
recen y el prppietario hlanco ya no volverá a saber con gobernarlos como a noo(}tI'O~" (Cap. CXTV, 285). '
nad" de 10$ desertores. ~ remedi n inrJlible :... ~~Jgy (Cap. LIX, J4R). !:i0 esJ"~<\.t,,,
A veces, por extinci6n. Son los indios y negros que s610 un ho.i!i1lrc--:e:r:q~sLbabla. Es una lógica, una \
mueren en el trabajo, página la más cruel de un cruel nwnera de pen¡:;ar. 1~.I~_..!<:;isl er:n<l _d~_ ái-san.izaCftn---soclill
sistema de ol'ganizaci6n ${lcia l. l:"~~n1a1.. _cuyo jIU:'iliSl5. ..bDrCll}n~ en _otl'Q trab~\.iQ •.
Pero, (In una u otra forma, la desintegración de Pero nO puede decirse, en ca mbio, que (uera una
la mano de obra colonial se inicia con la colonia y época, pol'que hubo autores y funcion arios coloniales
sigue produe.iémlose cuando la colonia llega a su oca- que 'Opinaron de d iMi nto modo y at isba r on , Con in teli-
.so. La ucolllp~ña en toda IiU existencia. gencia, algu nas q,e lul't causas verdad eraR de eRe gran
descal<lhro socia l qu e presenc iaban. Así, Fray Jerónimo
ti ORIGENES de Mendicta, en la "egu lld~ m :t:ld t.l el siglo 16. autpr
del C6dice qtle lleva f.:U lloIl1Gi'c; Gil González Dávila,
Un hecho de tnl alcance e Importancia práctica contador re_al de la I!':la F.;spañola, e.n 1518. Y otros
inmediala tu vo que preocupar intensamente a los go- más qu e. aunque dejaran u n pal' ele páginas en algún
hernantes y poseedores de la era colonial. Ya en los qscuro expediC'nte, demostraron p0BCCI' más ta lento o
primeros é,r onistas de la colonia se encuentran alu- más honestidad que un ce ntenar rlC" cronista$ cuyos
s iones a él y ensayos de explicación, que algunos nombres han quedado en la hi ¡:;toria.
logran presenta!." en forma, coherente y no desacertada. Como quiera que fuese, es incuestionable la com-
Más numerosag fueron. s_in embargo, las explicaciones plejidad del proceso y aún la investigación histórica
car,11lst-i<'as y peregrinas,· concebidas con el propósito nO ha finali.zado como pari'l cerrar el capítu lo de sus
de lavnr' ¡Je ('ulpa a los poseedores, sobre quIenes ya orfgent's. Con todo. ya esl.amos en condiciones de in-
pesaba la grave ácu sación de ser los alltores materia- lentar '\111 cuadro s iSll'mí¡ ' ico de Cél URaS, entre las cua-
[es ele la catástrofe. Es qu e, se embor~cha,D y mueren, les debemos distinguir las que se n05 aparecen cOmo
dicen de los trabajadores ausentes algunos cronistas_ derivadas directamen te d<>! hecho de la colonización
y .otros: no mueren. se esconden pare no pagar el tri- --que aquí llamamoS' primaTias_ y las que son efec-
buto_ Ni 10 uno ni lo otro ---se argumenta también-; lo de causas primarias y, a su vez, causa de desinte-

188 189
gración de la nlano de obra -qu e denominamOs se· po!ítica , r¡sra! o e(~o1l6mica que, en poco tiempo, ter-
ctmdarias. minaba por l'orrOmpel' la comunidad, desorganizada
y arrojar s us miembros a los cuatro v ientos de la in·
1. CAUSÁfiPRIM.\lllAS certidumbre. Con el C'OI'rer del tiempo, las cond iciones

a. Dis'ocación social. Una organización socia l


olorga a l individuo ciel'to sentido de la e.xistencia, eJer-
ruerOIl eln l>eoranl1o. Pueblos en teros de indiOS desapa-
recen. Los hijos ya no recogen la herencia de trabajo
rd llegan en ningú n momen to a ~aber que la existencia
1
ta jerarq uía de -va lores, cierta ~(. i c.:'\. El trabajo llena puede tener un sentido comunal o social. Todo les re-
u na necesidad determinada en la vida individual en sulta preñado de inccttidumhre e injusticia. Los valo-
relación estre('ha con el tipo de sociedad en qu e se vive. res tr¡l(r cionales -el sentid o Hocia l del esfuerzo indi-
También del tipo de suciedad depende el sentido de 10 vid ual. la intimidad con la nat.uraleza, la fusión de !o
social. Cua ndo el sujeto es trasplantado de una orga-
nización sooal a otra puede ocurrir en él una con-
m oción tan profunda que le haga un desadaptado en
su nuevo medio. Cuando el t.rasplant.e se opera por la
violencia y se presenta como una verdadera tragedia
I arlfstico cOn lo ético-- rl es;lJlilreCen y a su alrededor
observa hombres deS('5p el'<I(1os p(lr élcumular metales
preclosos o mercancia!'l con finalid ades totalmente aje·
nas a las suyas. El trabajo, en la nueva sociedad, es
una maldición y el ind io es s iempr e. como quiera que
naciona l, racia l, familiar o individual. las consecuen- actúe y cualquier a se;:¡ la circlUlstancia, el culpable, el
clas psi co-soci;lles son ele magnit ud enorme. vi l, el despreciab le.
La suerte que el elemento indígena de América Este -proceso d e @:;!ocación social 10 padecen to--
corrió en la conquista y la colonia estuvo, en tér- dos los ind tos incorporados a la producción colonial
minos generales, relac:onada con el grado de civiljza- en los prim~ ros tiempos. Des.pues, va s iendo mayor
ción que había alcanzado en la era precolombina. Los el número de los que yil nacen dentro del régimen colo-
pueblos que fuer on dominados más rápidamente, que nial y nu nca han conocido otros y de quienes no pue-
mejor sirvieron los propósitos del nuevo régimen y de decjrse que sean víctimas de aquel proceso. Pero
,f;obre IOf1 cuales se levantó éste fueron Jos de cultura s iempre, a lo largo d e toda la colonia , fueron siendo
superior. los mejor or~anizados, ~os que tenian hábitos incorporadas a la vorágine de la producción colon ial.
ele trabajo mas sistemáticos. Los más salvajes comba· nuevas r.omu nidades cn n c.uyos miembros se r epetía
tieron hasta el exterminio o quedaron fuera del alcance el mismo renómeno.
de los colonizadores. La capacidad de producir, el sentido de solidari-
Paro aqu~IIQS. la eoloma sign ificó una operación dad hacia otr O!) individuos, la étiC¡1 personal no son va-
de las más brutales proporciones. El indio fué arre- lores absolntos. Son el resu ltado de un equilibrió de
batado por la fuerza de su comunldad , su familia y su valores individua les y social es. Roto ese equilibrio,
lu gar. Se le impuso un trabajo que carecia para él todo aquello se desm orona . E l indio de la comunidad
de sentido y en cond iciones agotadora s. Cuando se agraria primitiva y de l fnctlrio -por colocar un ejem-
· le dejal,a donde estaba --aun CU<lndo se respetaba plo concr eto- fu é un U'(l b[ljíldor metódico, responsable
su comunidad- , se le superpon!;'!. una organización e jnteHgente. Cuando se fe azota, se le desprecia y se

790 191

le obliga a ll'abajnr para otrOs fines, es un obrero inefi- una trasmutación tan violentn d_e valores como para el
caz, il'l'espo.nsnble y torpe, EIl'obo fué un delito contra africano y, sobre todo, para el Indígena de las socie-
la comun ida.d a ntes de que llegara el colonizador; des- dades precolombinas más avanzadas.
pués, fué u n acto de la vida diaria, como el trabajo
y una forina ll e adquirir bien e:;, que todos practlcaban b. Dislocación. c('on6mica·. La organjzación de
t!n la colonia -bl¡:mcos~ me!'¡ t jzos e indios; esclavos, una economia colonia l --cuyas etapas y característi-
señores, funcion~ios y re1ig¡o~os . cas hemos estudiado en nuestra Ee0710mw de l(l so-
Este proc e~o de lHslocación social afectó también ciedad colonial.:- significó la desorganización de la
al africano, hijo de sociedades p.rimitivas, en cuyo seno economia indigena ya eXI stente. Fué la estructura eCo-
la existencia tiene un sentido, el trabnjo un destino, la nómica de los pueblos más avanzados la que sufrió
ética una razón de ser, cualesquiera (ueren. Se dirá el choque más violento y las consecuencias más gra-
que el élfJ'iéanO, cuando es entregado a la compañia ho- vosas; no la economJa {le los indígenas más primiti-
landesa, portuguesa, lral1cesa o británica que lo com- vos y nómades.
pra en su factoría de la cOSta atlántica, ya h a sido es- En vastas reglones, la agricultura indígena se des-
clavizado por su propio rey o por el jefe de una tribu organizó casi por completo y, como quiera que ésta
que hizo la guerra a la suya con ese exchls~"O propó- se destinaba al consumo inmediato de los pueblos de
sito. SI, pero es que el drama de la colomzaclón se esas r:egiones, la consecuencia fué que el volumen y
inicia, precisamente, alH. Se inicia cuando llegan a l la calidad de la aUmenlación descendió alll en, (oJ'ma
Alrica los agentes de la sociedad an(lflhna c\~ Bristol aguda. La ganadería indígena en la sierra peruana pa-
o de Amsterdam y convencen al rey salvaje o al je re deció también verdaderos estragos,
de la tribu de- que venda' sus :súbditos o haga la guerra La nueva agricu ltura que se organizó en América
al vecino para esc}.avizar individuos que hasta entonces tUYO una predominante orientación colonial, con lo
hablan gozado de la relativa libertad que les otorgaba cual las necesidades de la población local sólo fueron
su sociedad primitiva. También los caciques y curacas satlsfcchas en fo rma incompleta, mientras que los me-
de América se transformaron en tiranuelos miserables, Jor:es esfuerzos y terrenos se dedicaban a cu1th~Os de
muchas veces. al calor de tina sociedad colonial que les exportación. Hubt> zonas donde gran parte de la po-
instigaba y les ofl'erfa rec-ompensas inmediatas por. blación nativa emigró debido al brusco descenso en la
ese proceder. Ni el reye7.1,lelo a(ricano ni el cacique prodUCCión alimenticia.
americano fueron bu enos o malos, hónestos O des- Estos fenómenos fueron denunciados temp rana~
honestos por fatalidad racial, sino por gravitación del mente por algunos cron istas y funcionar ios, pero no
tipo de sociedad en que se vieron envueltQ:S. se encontró remedio para ello. !\o se podía organizar
En ('ambio, na envolvió el mismo proceso al tra- una economía colonial sin pagar el gravoso precio que
bajador blan co, tnn poco numeroso en la colonia es- ella tenia, especialmente en aqueltos s iglos. Valles otro-
pañola y en la portuguesa. Si bien es cierto que Amé- ra fértiles quedaron convertidos en desiertos; tierras
rica n O era Europa, también 'e s incuestional,le que el donde se habia hecho una agricultura altamente dife-
paso \le un continente a otro no significaba para él rencjada, como la incaica, pasaron a ser predios de

192 j 193
"
ingenios azucareros o de plantaciones de añil o c.acao. economfa regiona l o nacional - que las condiciones
En algunos lugares, dispersa la población de cultiva- alimentarii.ls de los grupos sociales de g randes posee-
dore!'> indígenas, fueron introducidos negros para que dores sea buena. mientras que la de Jos trabajadores
sirvieran ele mano de obra colonk\ l, sometiila a con- sea ma la o pésima. Ca.o::i todos los alimentos son impor-
diciones de vida inferiores. lado..q, aún los que pnrlrian obtenel"SC en pequeñas
La ganadería trashumante, en las r egiones donde h uertas fami liares y e llo les pone fu er a del rtleance
se desarrolló, como en el valle de México, fu,é du- del obr ero colonial . Asf, la imposic ión de una estruc.
rante toda la colonia causa de la destrucción de semen- tura económica colonia] trae consigo, inevitablemente.
teras. El latirundio, ese monstruo que n.o cesó de desa- la Imposición de un r égim en de injusticia social que
rrollarse, impuso el abandono de Uerra s, labrantías y ofrece la s manifestacioneR más primarias e indignantes.
su tran sformación en tierras incultas. A ambos males como la notoria desigualdad de la alimentación.
se refiere la octava de las "cosas que han sido causa
de destruir a j os indios y lo son", en la importante enu- c. Condic;'(ltIes de t.ra ba jo y de v ida. El r égi-
meración que hace el Códice Mendiela -"los daños men colonial hispano-portu.qués impuso a la mano de
que haeen los ganados, que ya en algunas partes no ob ra indfgenll y :.l fr¡ (,~lna p~ s ima s cond.iciones de tra·
os",n !'>embrar, y huberles tomado sus t ierras" (Men- bajo y de v ida . E l lrahajaclor b lanco tllVO una suerte
di E't.a. Documento XLIV, t. l , 2"12). más ctl"lnb:a nte, por qu e la posibilidad de mejorar el
La abflorción de la m ano de obra indígena con salario o de ascender en la escala socia l Be mantuvo
destino a la mineria, a la m ita. -que tuvo múltiples pata él siempre abierta . Para el indio o el negro,
aplicac iones--- y a. los servicios personales, a pesar de el d e!')tíno fué trágil'o. Hablamos e n los términos ge-
las repetidos esfuerzos de la corona espa110la por intro. nerales indispensahles pa ra caracterizar a todo un s ls~
ducir un régim en de orden y aprovechamiento inteJl- tema, dentro el el eunl se producen excepciones qu e
gente de ella, se realizó en todo momento con el único no alteran la verdad enunciada . La mano de obra colo-
propósito de satisfacer las neces idades inmediatas de nia l pad eció un proce~o de incesante desintegración,
Ja producción y ocas ionó las consecu encias más gra- a consecuencia de las pésimas condiciones de t rabajo
ves en el orden económico, porque introdujo el ger- y de v ida tl que estuvo somet ida.
m en de la decadencia en regiones vastas y d e la des· Fueron muy pocos los cronistas 'a dictos a las olio
composición social y demográfica en densas y antiguas garqu ias regionales que negaron. el hecho evidente de
pob laciones indfgenas. En gran parte, la decadencia fa desintegración de la mano de obra, pero mu chos de
profunda y extendida que se obser va en mu e.has r e- ellos encontraron explicnciones descabt:!IJadas que per#
giones de Nueva Granada y del Perú en el siglo 18
tiene su origen en este fenómeno.
Debemos hacer Ilnalmente una observación. Es
I ruiUa n hacel' d e~a n sar la conciencia de los usufru c.
tuarios del trabojo esclavo. " No negamos -expresn
Concolorc'o rvo (206) - que las m inas consumen nÚ·
común en las zonas donde se organiza una economía
de fuertes matices coloniales --especiaüzación no com-
pensada can un sistema de integración dentro de una
j mero considerable de ind ios, pero esto no procede del
trabajo qu e tien en en 100 s minas de plat;] y de azogue,
sino del libertinaje eJl que viven". Es la teoría de la

J.94
I
I
195

ss •
1•
í ñoles por engañadores y no cre~n cosa de las que les
culpabilidad de la víctima -prima hermana de la 1
teoría racial- que jamás ha dejado de aparecer en ensenan, y asi todo lo que hocen es por fuerza, y que
la historia de la humanidad cada vez que el hombre estos daños son mayores a los indios que están en
ha usufru c:tuado inhumanNmente el esfuerzo del hom- nuestra Heal Cunm¡l. por estar en administración; y
bre. porqul" t'vmo v(,¡¡.;, tic l'8 tu..~ y otros malos tratamien-
No hemos visto aparecer esa teoría, en cuanto se tos que a los dichos indios se hacen, viene el irse
refiere a los indios. en la multitud de reales cédulas, acabando tan a priesa y conviene rem.ediarlo COIl gran
instrucciones y otros documentos emitidos por la co- cuidado" (Colección de- C8lula¡; RC(lles, 391) .
ron8 española que hemos consultado. Despunta a ve- A la jornada e."(tenuadora, las condiciones insa-
ces, sin embargo, cuando esos documentos hacen u'fe- lubres del trabajo y la escasa remuneración, debe agre-
rencia a los negros, los mulatos y los mestizos. garse la mala alimentación , la nésima vivienda y el n~
No conocemos documento colonial de más dramá- madismo impuesto;] indios ::;edenlarios que eran trans-
tica entonación - 8 pesar de la sobriedad de su estilo- portados a gra ndes distancias del lugar de su resi-
de más terminante evidencia en esta materia, que la denc:a y que, I:lcspués de cumpJldo su tllmo ---el CtLQ,
real cédula del 27 de mayo de 1582, que F elipe 11 ru- tequll en México, 1<1 17/-itn en }:'erú-, si sobrevivían, no
ri,gi6 a la Audiencia de Quito. "Nos somos informados eran devueltos a sus hogares.
que en esa provincia -expr esa el monarca, refirién- "CUAndo vi enen a edad de tl'einta afios --observa
dose a la de Quito- se van acabando los Indios natu- Lope de AUenza, en la segunda mitad del siglo 1.6---
rales de eUa por los malos tnl.1.amlentos gue su$' enco- las mujeres parecen de cincuenla, mnyormente s i h an
menderos les hacen, y que habiéndose disminuido tan- parido, y los varones por consiguiente, por el mal tra-
to los dichos indios, que en algunas partes faltan más tnmiento y v id ~1 peno.sa que los miscrablf'...8 padecen y
de la t ercia parte, les llevan las tasas por entero que también pnr las comidas tan sin virtud como usan,
es de tres partes, las dos más de 10 que son obli - aunque para ellos, por la costumbre en que ya están,
gados a pagar, y los tratan peor que esclavos y que como no les falte el ají, su principal especia y la sal
como tajes se hallan muchos vendidos y comprados con que templan SU calor y alguna chicha que beben,
de unos encomenderos en otros, y hay algunos muer- todo lo demás por muy Rccesorio y v il que sea, jun-
t06 a azotes y mujeres que mueren y revientan con tándolo, con estos manjares, lo tienen por principal
las pesadas cargaS. y a otras y ti sus hij os les hacen y no procuran otros potajes, ni aún los estiman en
servir en s us granjerías y duermen en los campos nado. r e::;IW<:lo del g usto que con la sal y ají reciben y
y alH paren y crian mordidos de sabandijas ponzo- asi mueren los má s, sin llegar a edad de cuarenta
ñosas, y muchos se ahorcan y otros se de.xan morir añps" (67).
sin comer y otros toman hierbas venenosas, y que hay Esas condici ones de existencIa ,conducen en todas
madres que matan a sus hijos en pariéndolos, cticlen· las épocas - yen nuestros días también, por supues-
do que lo hacen por librarlos de los trabajo>i que ellos to-- a la desorganización de la familia. Para que ésta
·padecen, y que han concebido los dichos jndios muy exista como entid<1d permanente, es menester un ml-
grande QClio al nombre cristiano y tienen a los espa- nimo de estabilidad económica y social, de la cual ca -

196 197
rec1el"On el iodio y el esclavo. Este último, aunque desea que huya, nI que se muera, ni que enferme
su cuerpo fuera mejor tratado por el amo, tenhi aún de gravedad antes de vencer el plazo.
menos posibilidad de constituir una familia porque
el amo 10 usaba como reproductor de la mis ma ma~
nera en que usaba el ganado. Por ot ra parte, caído el a, ToxiccnnfJn{fl; 'y alcoholismo. La toxicomanía
individuo -Indio, negro, blanco, amarillo-- en el sub- y el alcoholismo se encuentran vinculados a las con-
suelo de la miseria y de la desorganización, lo normal diciolles de existencin. Una y otro constituyen, en nu~
es que no surja de él ningím impulso por organizar un merosos casos, un intento del individuo --es térll a la
núcleo famiHar. La esclavitud ha sido, en la historia 1arga- de huir momentfineamente de una realidad duo
de la humanidad, uno de los factores más fonnidables ra. La miseria y Ja8 circunstancias deprimentes, mo-.
de corrupción social. La sociedad esclavista ha sido rales y material es, traen consigo, las más de las veces,
siempre de hábitos corronlpidos y de pésima moralidad, el consumo excesivo de a lcohol y de drogas estimu-
tanto entre los señores como entre los oprimidos. lantes.
Las condiciones de trabajo y de vid .... del indio y As! como algunos estudios que se reallzan en nues-
del negro -así. como las de otros gn¡pos, incluldo el tros pafses sobre alimentación contribuirán a que se
blanco-- se encuentran en relación con SU número, comprenda mejor l~ l)sLcologfa del indígena y del ne-
sin que esto sea causa determinante de aquéllas. Pue- gro colnniolcs. tambi('n otros estudios de los últ1mos
de comprobarse en la colonia que cuando el,indio es- lus tros permiten uhicar la toxicomanfa y el alcoholis-
caseaba en una zona. el minero y el encomendero le mo del trahajarlor ('oloni<11. dentro del panorama hist6--
daban mejor trato. En los lugares en que la mano de rico en qu e ocurren.
obra es casi enteramente Africana, estQ se observa con El cocafsmo, por ejemplo, era casi desconocido en
mucha frecuencia porque, como el negl'o fué menor en el Incario, donde se ('asligaba con severidad . El pro-
nll.mero que el indio, el señor esclav6crata debía tener fesor Gutiér.rC'Z Noriega, que ha r ealizado en el Perú
en cuenta la posibilidad que habla de adquirirlo en el investigaciones reveladoras sobre la .materia, ha lle-
gado a comprobar que "la difusión del coca[smo se
mercado y los prl'cios a que se cotizaba, Hubo épocas
originó en la misma é poca en que, debido a la gue-
y lugares en que los cscJ avo~ se vendían 3 precios ele- rra de conqulsta y ca mbio de organización del país,
vados y esa circunstancia hizo que el sefior cuidara de hubo una merma considerable de la agricultura y su
esa máquitw de trabajo. De allf der iva. a m¡;>nudo, el producción , y llráctJca mente una destrucción c'o mple-
supuestopaternaüsmo del fazendeiro o del estancierO ta de la primitiva industria ganadera de la región an-
rioplatense para con sus negros esclavos, a quienes a dina", Jo que oCólsionó un catastrófico empObrecimien-
veces no destinabiln ;l, los tJ'abajos .más peligrosos, to nacional (Cocn lS11'IO y alimentación). La coca "fué
r:cservados JXl r3 indios O gauchos bl<incos o mestizos en estas circunstancias un factor Indispem;able para
contrntados a destajo. El mismo motivo obliga al plan- adaptar el organismo ¡:¡ tan dericientes y anómalas con-
tador británico a cuidar de su "indcntured serva nt", diciones de vida. Esta droga h a actuado como un extra-
n qu.ien ha comprado por cuat-ro o seis años y que no ordinario auxiliar del pueblo andlno durante cuatro sl-

198 199
,
glas para sobrellevar la miseria más extremada" (lbi · quet'ia escala, casi siempre fu eron seguidas de una
dem), Las actuales investigaciones, agrega, " también deserclón en mas;:\. Bulan los indios o negrbs inculpa-
demuestran la estrecha vincij.lación entre el cocafsmo dos y, corno ellos, los que quedaban en la zona y so-
y la miseria, en especial entre el cocalsmo y la alimen~ bre quienes podían r('caer las represal:as. Muchas - la
lación insuficiente", El fenómeno tiene "una especta- rnayorfa, sin duda- de esas vfctimas del terror social
cular comprobación anlropogeográflca: a menOr dieta, se refugiaban ~n la selva o la montaña'. o se sumaban
mayor intensidad del cocaIsmo; a mayor dieta, al con- a la masa de los vag~bu ndos en las ciudades. Eran de-
trario, reducción de la intensidad del cocaísmo" (Ibi- sertores que perdra la m,lDo de obra y que no volvían
Mm). a sumarse a ella.
El consumo habitual d.e cocaína actúa como com·
pensación de la alimentación ins uliclente y de las c. La rnlsceqennci6n. El mulato y el mestizo, co-
pésimas condiciones de vida, porque aumenta la re. mo ya hemos vis to, no seguran .generalmente la suerte
wjatencia a la fatiga y engendra en el individuo una de sus padres. NI mAno rlt! ohra esclava o S('mi esclava,
sensación de euforia que los toxicólogos denominan ni blanco esc!a,,~rnt.(l, qued:.¡.b.·m flu ctuondo entre am-
"alegría cocainica" (Gutiérrez Noriega y Zapata Or· bOS extremos s in ubi ('~ <:ión determinada. La intensa
tiz, Coca y cocaf1w,. 58 y sig.). Una funcjón semejante m!scegenaci6n que caracterizó a la colonia hispano-
de falsa compens."tcl6n cu mple el alcoholismo. En Perú, lusa produjrJ constantt"mente legiones de elementos de
en las regiones ele intenso cocalsmo hay también un esa rndole. Esto contr ibuyó a que el número de traba-
exagerado consumo de alcohQl, según Gutiérrez No- jadores tendiera a dism inuir con el correr de las gene-
riega . .cocaismo y alcoholismo n~ ofrecen, por cierto, raciones en una zona determinada.
al indio o al negro en la colonia, corno na lo ofrecen
hoy, una soludón permanente de s us problemas. Por d. Epidemias. t:SI.<1 eR otra causa importante de
Jo contrario, los agravan, porque SOn agentes activos desintegración de la ma no de obra. Hubo durante todo
de inferioridad mental y física y r estan, por ello mis- el período colonia l numerosas epidemias que arrebata-
mo, al individuo toda posibilidad de rebelión y de ron cantidades asombrosos dE-' "Idas humanas. Algunas
defensa. de ellas --como las que se sUJX:me fueron de viruela-
Las toxicomanfas y el alcoholismo 60n, pues, de- causaban estragos entre los inoios. quizá ñebido al
rivados ele las condiciones de erislencia y de trabajo. terreno "jr~en d onde prendían, porque la enfermedad
pero se transI9rman, a su vez, en factores que aceleran habra sido desconocida en América y también por las
la d esintegración de la mano de obra, porque acortan malas condiciones de vida y la rl('Snutrición.
la vida del trabajador y debilitan su organismo. r Zona!;. entE'ms Quoo::tron tol::¡lmente desor,qanizadas
después de epid emi a~ que duraba n años. Las hacien-
b. De.s erciones a constc-uC1lcia de 'rebeliones. He- das perdfan !';u.o:; f'sclavos y sus animales. porque éstos
mos dicho que en la historia colonial de América las hurao 8 causa .del abandono en que se les dejaba: "Mu-
rebeliones de la mano de obra fueron un episodio, no rió toda la gente de servicio, esclavos, y na había in-
sólo frecuente! SUtO sistemático. En grande O en pe- dios, a DO ser pampas, incapaces de domesticar -se lee

200 201
en un informe presentado al Cabildo de Buenos Airea teza de los oprimidos -y la ignominia de los opresores,
por los capitanes Juan Bautista Fernández y Fernando mientrDs algunos cspirltus nobles, aqlÚ y en las me·
de Rivera Mondragón. sobre una epidemia que estalló trópolis, escriben páginas admirables o dedican sus vi·
en esa zona en 1652- y se a lzó toda Ja hacienda, yen· das a r emediar lo irremediable.
do a dar h.asta el Carcfl rañá por el Norte y el Saladillo
por el Sud" (Cjt. por Coni, Gauchos de Santa Fe, '66). Iv . DOS OBSERVACION8S FINALES

liI EL PROCESO DE REFL'lrJO Tal es el cuadro del proceso permanente de diso-


lución de la mano de obra colonia l. Queremos aún agre-
El Individuo sobre quien recaen las consecuencias gar dos observaciones relacionadas con ese proceso.
de la dislocación social y {'t'onómka y de las malas con-
diciones de vida y de trabajo que hemos enumerado 1 UN" SEf.II:ccr6N AL llEVEs
es, a la vez, agente activo de dislocación socia l y econó- E l profesor Pérez, en su importante estudio sobre
mica y de desintegración de su clase social. el régimen de la mita en Qu.ito (ver Bibliografia), ex·
Desnutrido, toxicómano, a lcohoJ ista, desarraigado plica qu e, hacia fines del siglo 10, ya ex.istian en Quito,
por la violencin de su nÍl c]eo social. desorganizada bien delineadas, dos multitud es indígenas distintasi
su familia -~ i es que alf:,"una vez la tuvo--, toda la una, de trabajadores; otra, de desocupados) vagos, ~~
i1r.quitt"ctllr8 de va lores éticos y sociales sobre los cua- rrompic1os, emigrados de otros lugar.es sin destino fIJO
les debe reposar el esfuel'zo constructivo se resque· y que, mientras aumentaba la descendencia de los in-
braja, se puh'e.riza. El trabajo, la vida social, el amor, tegrantes de esta segunda multitud, disminuia la de
el tespeto, la dignidad caree.en ge sentido y sólo la Jos integrantes de la primera. Llega, así, a la coneJu·
violencia puede actuar como estímulo. sión de que lil población índjgcna y mestiza del aIti.
El indio y el negro, sumergidos en la vorágine cO· plano ecuatoriano de nuestros dfas desciende de los
lonl al. se ven arrastrados sin cesar por una fuerza vagos y no de Jos mejores trabajadores del siglo 16
centrifuga que les aparta de la sociedad colonial. Tra· (229).
bajan 10 menos y lo p['Qr posible, huyen cuando pue· El proCesor Gutiérrez Noriega, al estudiar las con·
den, tomon sobre ~¡ el men or número dE" obligaciones secuencias de la práctica del cf)Caismo en la multitud
éticas y socin les. indígena, ha escrito estos párrafos: "En la historia de
El circuito se cierra y la corri ente de disolución la humanidad~ ofrece el pueblo andina un ejemplo muy
circula por él cada vez con mayor intensidad. La dls· peculiar, porque ha sOJ)Ortado Y sobrevivido a tantas
locación 50ciD I y económica se extiende y se hace eró· privaciones dur:ante cuatro siglos. Tal capacidad de
nlca. Las condiciones de existencia y de trabajo em· resistencia, a firm an persona~ de cierta autoridad, se
peoran, e n genera l, au nque se r egistren mejorías par· debe a la coca. Seria más lógko arirmar que t31 re-
ciales. El coeafsmo y el alcoholismo se expanden. La s istencia ha existido no ol'sl.ante la coca y que el actual
mano de obra colonial se desintegra sin cesar. La Str pueblo andinQ no es ex preSión de la b'1"an capacIdad
cledad colonial vi1..'e muriendo, empañada por la tris M
de adaptación del jndio a tan anómalas condiciones de

202 203
vida , sino que está formado por los sobrevivientes de sidad credcnte, el mejor elemento humano y aumen.
una gran catástrofe" (Cocatsmo 'JI alimentación),
Es interesante observar que entre la h ipótesis del
1 ttlnc.l.o e.I núm err) de los improductivos, 108 anlisociales
y los eMel'lnos.
historiador y la del médico hay una coincidencia bá.
sica. La de que se ha ido produciendo una selecc[ón al 2 LA }tOLGAZANJ:lÚA DEL I NDIO y DJ:L ~ACkO
revés en el sene> de la masa indígena. En efecto, te.. )
nemos antecedentes que comprueban esa creencIa y ;{ Como una nota mon 6tona y desc.olorida. la acusa-
muchos de ellos han sido enunciados a lo largo de este
libro.
I ción de indolencia que reca~ sobre el indio y el negro
nos persigue a través de' tres siglos y continúa repi-
Fué la mejor mano de obra de las sociedades jodf. cando sin pausa hasta nuestros días actuales. Casi no
genas la que utilizó y malgastó la colonia, mientras bay acta de cabildo, ni informe de oidor en la que no
quedaban al margen .ge eUa, casi in tocados. los elemen- l'eaparezca, t enaz e inexpresiva, como la voz hu eca e
tos nómadoo ~l1á~ ~rimitjvos. Más adelante, mientras el \. irreal de los pajarjl\os que anun cian Ins horas en los
buen obrero mdlO lba desapareciendo por extinción in- 1 relojes antiguos. Para e l investigador cuyo espíritu
cesante, e l número de indios desocupados, alcoholis- ;, sig ue recibiendo la fres('ura del dfa - porque muerto
las y delincuentes se iba multiplicand o sin cesar. l está el infolio que hojea , pel'O no su alma~ este repi-
. Tal .rué. la herencil:} que reclbiercm las repúblicas que termina siendo una obsesión.
ru spanO-Uld: as en el siglo 19 y que ellas-- COn las ex. Esa es la 16gica elemental, periférica, inhumana,
cepciones de nlgunOs perí.oúos luminosos-- no Jlicieron con qUe algunos hom bres han f.'nredado en todas las
más que arrastra~ como una fatalldad.~, seleccIGn é pocas sus pensamientO!'! para encontrar explicaciones
~! revésJtan propIa de la colonia y del siglo 19, no es fáciI("s de pr occ~os complejos o justi fi car ('on falsas evi-
exclusiva- d e ellos, sino que caracteriza muchos t Ipos dencüls' las más de:;truttoras y fl o.gra ntcs injustioias
de orgnnizaci6n SOCial, en todas lafl épocas. socialt-'t:>. Hoy, el argumento no tien e más valor que el
Por otra parte, no queremos con esto significar, documental.
de motlo a lguno. que lU1D generación d e jndigenas re- La actitud del individuo frente al trabajo no es
ciba de oh'a taras qe orlgen. Sa lvo en casos individua. más que la consecuenc.ia de un equilibri o de fa ctores
les, de tra scendencia. coll!c:t h'a casi nula. son los fa c- socIa les y psi cológicos. Roto ese equ:librio, el trabajo.
tores ambient ales los que operan sobre. el sujeto para Carece de sentido y, sin sentido, el hombre no rea liza
njn~ún esfuerzo. El alma humana no es una máquina.
hacer de él un elemento improdu cti vo y antisocial El
hijo del indio desocupado o del coquero es toxIcómano La mdolencia d el indio y del negro en la época colo-
o antisocial porque sobre él actúan lOS mismos factores nial no es el fr uto de una maldición racial. Es la con-
sociales qu e sobre su padre, no porque fio hre él pese secuencia de un intenso y ,prolongado prOCese) de dls-
ntnguna fat a lidad famili ar. Lo que' h()y podemos afir. locación social y económ ica, de desol'ganización del
ma: es. que el tipo de producción j' de organización núcl~ familiar, de pésimas condic.iones de vida y d e
SOCIal Impuesto a las masas indlgcnas <le la Amé. t ra baJO, de la desnutrición, de la mJla vivienda , del
rica hispano-portuguesa (u é malgastando, con Inten- alcoholismo, d e la toxicomanía y otros sustitutos de
2U4
205
algo que el indio y el negro no tuvieron y sin lo cual
la criatura humá na cae en el escepticismo, la indolen ~
da o la inmoralidad,
Una sociedad como la colonial hlspano-Iusa que ACOTA ClONES
es incapaz de dotar a la mayor parte de su población
de un sentido d e vída, ni inyecta rle entusiasmo por e l
esfuer'Zo creador, lleva en si misma una condena de
muerte y, aunque prolongue su existencia por siglos, Fray -~gina.ldo d-e LI:i:(¡rr;\ga, dominico que a fines del
es siempre la muerte la que tiembJa en su entraña, siglo lGvlajó por pern, Bolh'ia, Chile y el Río de la Plata ,
escribi6, con sus memol'las de ese viaje, la Dtscripci6n breo
Por eso, su naufragio abre con frecuencia una era grá- lIe de toda-la Uerra del Perú, 'f·uctm.ón, Rf.o de la Plata fY
vida de anuncios optimistas y propósjtos constructivos; Chile, tftulo que en ediciones modernas ha quedado redu-
cido a Desc.ripd6n calonial (ver BlbJiogcaCfa).
Del Va lle de Ch incha díee- : "Se s usteutaban en ~ I valle
tanta cantldad d~ Indios varoncs como SWi casas, que por lo
menos, chicos é g randes. twbhm dl! ser más de 100:000; el dll,l
de. hoy no ¡.;e hallan en é l 600 indi-os casados, 10 cual causa
mucha compasión; la di smlnu elon han traJdo las borrache-
ras" (Cap. LIX, 146).
Del Valle del Pisco: "F'ué poblttcl6n de muChos Indios;
hanse consumido como los demíl¡'; d~ los Uanos y por las
mismas r'1lwnes" (Cap, LX, 149) .
Del Valle de [c'a: "Era,. valle dI!' muchos Indios; agora
no hay sino dós O tres puehlQi; dl"lIos; vai~ se consumiendo:
como los demás dcstos Lla nos y por las mismas razones"
(Cap, LXl, 151) .
Del Valle de Acari: "Habia en él muchos indios; hanse
oonsumldo, como Jos de 10H otros valles y por las mismas
causas" (Cap. LXIV, 153).
Del Valle de Clgu a: " Ya casi no hay indios, por se haber
consumido, como hab~mol'l de los demás rerel'ldo" (cap, LXV,
154).
De Santiago del Estero : "Esta cioclad es la cabeza de
la gobernación y del obIspado; es pueblo grande y de muo
chos IndlCls; al tiempo de su conqu\~ta poblados á la ribera
del rfo, como los dernés (le la cilJdad del E~tero; ya se van
consurn¡~ndo por sus oon'tlchet:as" (Cap. LXV, 217) .
Es sabIdo que sobre el lema de la extinción de la pobla·
ción Indlgena en el conLinente ümcrlcano se ha escrito en
casi todas las épocas y CM! siempre con llgereza, El estudio
más autorizado y completo, de fecha reciente, ha s ido hecho
por Angel Rose:nblElt (n'r Dlbtiografla), E l autor ofrece las

206 207
!llg\li~nl('ll d fras -ele \-aIOl' "relaLlvo' e hipnético", según Antillas), y aun na dos 11<:mos; pel'O los más murieron acá
sus palabras- l)(~ra la púlJluCión In(jlgena to tal en Amérl,ca, en 1<1¡;; minas de oro ,Y Jllal a.
en diftTcnLciO épou.¡:o; "2t E l ~e rvi ... jo 1 ll'1'~{Jll~11 que todo!; los demás 11;)1\n-a.
J492 : 13. 385,000 les hadan . " morla iufhtita ge nte; y ledo e:;tc :;ervido lo,
15';'0: 1U .S27. 150 (- 2 :;;57_850) hadan sin niuijuna pnS,I,
IG50: 10 . 0.15 . 000 (- 7t12 150) "3i1 Los exC('!<i\'os O'j!Julor; que a los !)rlnC1 Illos tUeron,
lB 2r.i : B. t~H.301 ( - 1 400 009) y los crueles castigos que I(:s hicie ron a algunos para qu e
19-10: JG . 211 .670 (+ j 577,36!J) los diesen, ..
"4' Los edificios muy excesivos, como la ciudad de
LA PEDAGOCi.A DEL t.ÁT1GO
México y la de 10& Ángeles y otras villas que se han po-
blado . . . Pues Dios sabe m han trabaj<ldo y su¡;tent¡¡do tanto
nefiriéndose a 1;) de¡;población observada po,. él en el Va - los R lJgiosos CQmo estos conQul staúor ps y pobladores u
lle de Chincha, el P . Llz."Ú'raga opIna que se debe n "las bo- quienes se les han hecho la n s uperbas casas y sin paga algu.
rracheras" (Cap. LIX, H6J. S~n emburgQ, agrega. los indios no, que aun a los rle la ciudad de 10$ Ángej()J;, sJn ser con'
de e)';te valle han teni uo r'eli¡;iosos "muy escudales que les qulSladores, les sirvieron 10$ Indlo_s de In comarca más de-
doctrinasen", Lo cual le muevoJ a ('st a reUe:oón: "Pal'éceme diez afias, con más de tres mil Indios ca.d~ t:1Ia, sin nasa
se pu C:' de argüir diciendo: si estos IndioR tuvieron religiosos alguna .. .
lan esencla.1es, ¿cómo se hizo tan poco [ruto en ellos? a "5i1 Los trabajos intolerables que llaman coh'uCltequitl.
eslo responderé {los cosas: la primera, Que estos ind.lO$ y "6~ Las arlnada!". y (]l'8e ubrlmiE'n los f)Ue se han hecho
todoa los (!tmás reciben muy mal Jas cosas de la fe, y CSlO desta tierra para otras. El Marqués fué a conquisWr a Pá.
por (¡US p I cados y por los nue!:ilrOS, y C(lll\O ('s gente que nuco y llevó gran número d e gente, y "olvló muy ,poca . ..
se ha de gobe l'llar con m u(:ho castigo. f:¡ltá mlulcs el gobier- "7' De prrsente es el COhuGtf"quitl de los españOles en
no del lnga. que por muy leH's t.osas matnha a Jos delin- sus se,:"enter.ls ~ otro s obras, (Jue aunque se lo paran no
c uentes é tnocentes, gobernándoloS oomo á hombres de ra, es lo }w:lto, y vienen de mlly lejos, que ~H os dari¡m otro
zón y polIlIcos. no viendo el castigo, no acudl'an sino cual tantO Como la palla para no vl'nlt. y por log mulos trata-
ó cual cosa de virtud; .. . Lo otro es lo que ncabé de decir, mientos Que <lJll r4 'ci~H.-n, y asi !I~ lt's huyen 111 C:loo de la
(Iue como les fa lló el rigor y castigo del lng a, raclllslma· Sem:lDa, dejando la pag-.l y :1 110 !:iUS mantas_
menle se \'uélvt>n a sus mulas co~l\"llbrt!S y indi nacio n~s, y "8' l.Qs danos qlle hacen ¡os ganados, Que ya en algu-
borracheros, y no hay otro Dlos sino su vientre, y mientras nas partes no osan sembrar. y haberles tomado sus tierra!':
no 1'(' les c41Sl ig!lre con mucho rigor, no !le csp(!re enmienda. y las granjerfas y agr¡n'¡os de los corregIdores, y pl ?lt03 ,;
sino su lOtal disminución y desLruición, y lo mismo, aun- ex~sos de derramas que para esto echan entre s i y robos
que no tanto, en Jos. Indios de la Sierra" {Cap- LIX, 148) . qU& les hacen 105 meRtJzos y neb'TO!I . .... '

CAUSAS DE LA EX'nNCI6N DE LOs UlDlOS. OPINt()loU:S De ~ Pacheco, Cárc!!"n.as y Torres de Medlna. en su Co.
M ENlIlltTA 'i QOt,"ZÁLEZ oÁVIt<A '~cc:¡61J. de d.ocume'l'llo$ médlto!, J, 3~2 (ver TIibliograffa)
IJeron a conocer la Rlrlad6n de Gil GQ'YIZftlcz Dávjla conta:
1. En el Códice Que lleva su nombre (ver Blbliogtal1a). 40T del ReJ!. de fu desJ10IJfariá n de la ] pla Es·p afiola, de don--
escrito en la ségunda, mitad del :;lIgio Ir.. Fray J erónimo Oto de es vczinp. escrita , ;ll pan·CeT. en ] [,18. Se trata de un
Mcndlt'ta enuncia as' "las ('Osas quC' ll ~ln s ido causa de des· documento Importante QuC' atalle a la materia que est udi<l'
truir a l{ls Ind ios, y Jo son" en Nueva España : mas y en el cual se lee lo sIguiente;
"Cuau-o cosas prl n C'ipal~~ han aeydo causa de 13 dlsm l-
"P Los esclavo::; que 82' hicieron s in número, asf de gue- nucion que digo en aqu(!l1¡¡ Isla.
rra como de re~ate, que daban a IOIi encomenderos de tri· "La primera, la lnurlan z:I el!.! Jos gobernadores, Que como
bulO; lIestos llevaron mucho! a las Islas (se refiEre a lat1 naturalmente en los homlJres more paSi6n é envidio (sit!!.

208 209

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II IH'!,' \ ' '1 \ 1!" :' (' 1'1 \)11'(":, (', ¡I[¡ l ', ' {' I ¡" '" .' (.) 1¡uy lI1 tl('I I '!'~ 1':\<:.1-
11' ,'; , 1" 1" In,\ d !'l,.; 11111," /·l ' II ~:"; .. ti "11 ' 1~~ T.u p r il!l1'l'a ~'l': ( jUt'
('01] 111 1.IJrHII.·,' ", ('UI " '" rll¡"I), {JI' n l' (: t-.~jd:;.d lrH Ind ino.: 1111111,'111 ~\J'"
rl o:i l' l ltt)~ I.! "U \"1\ 1('l,d:I , t l (''<1110 (,JkIS "l',-In genl !? deli c ;¡{\a, pl:' 1, Existe una hlbliog rtl fía <lutori1.ada y abundnnt e sobre
t¡\iI' li~ I11W!;'!nW l\ ; K~' li1tH h,l 1t111'1'¡'!"I< .n VII d\lJ'-I, 1:: la ol l'a el CAcafsn:1O e n el Perú , (lue cons tilll ~e un maWrial preciosa
n l ll)' pI'indl ';1! ' 1\\(' l '/l/l la i\ll·l'l" lI.·nl d :,\\1 ( t-III!~ lld~l:>e ' 1H'(rr i . pa ra el hlslodarior y ·el sociólogo. ,M,c ndonamos 1llg Ullas de
'¡Wm/j"') (\Ui' 10:;' \"l'ZIIlI'''- J¡¡tn lenlnn ~i ('ll)pre de ~u s: in d lo '-l, esas obra¡;; en la Rlhliografla (ver Cocof,s7i!o en el fndice
\ IplHl" (· ... 'n. 110 1 i' 1II1 n hedw «1 tntt(l nüpn\(, r¡ w--, )1'.<'; hirh~, temátl('() de la BiblJograCí:'l), A tosas ob¡'as ha venkló a su -
r n n , ~,l ,I""¡II r,"' I" \'! t'I'an ¡o,<'j';lll'O:3_ marSe muy ree;entemente d notith!c [n.for11le de la. Oomi.$i~n
'" 1 ..'1 I f'I . ·(' )'" "" ... j n, (1'1 \' 11:1 ;lyu":'HI" (1 .. ~t, ;l. (il l'U , C~ 101> de E:;:/1.¡di,o de IIlS Jl o';f¡s Ile Caf u, j)f€sentodo a l Consejo
pl (> il\H ,1 1' ( 1111 " 1(,,; \ ' l · ...il !tl';: q ll (' 1101' \'\.'1111" los \ ·I'7. h )\1'< ti ).;'1": Económico y Socia l de 1:18 Nac ¡on e~ ll n !d(1s v puhllco.do en
l.u " I,I •• ,. .'í !'tll/'l1 d' 1" l itl ,' ;¡! i'l ¡'\(' Hu," . h "¡]1,,\l! \ h:>"(" I¡j\Ltd ,) 11., 1 1>11 (' 11 volumen (ve r Flihliogr;¡r1a , haJo el l'J)ig1.'Me· Nadotlt's Uni,
11"111'1111 1\'1.1'1 . 1,· ''' 11< jlul ll',: " li,l lI i'-'!III'\1';. E l'OJU<1 I'};.l a ,.. d o" / ' 1' das) ,
' ,a" "": 111 1,1 {·')~'1 dll 1lI 11lltl" '1LH' Ill.H I'¡un l1t(' 1I1.':4I' l' 1;1 prt:'- Este J-nfOT-me incl uye, C'omn "E'~ un do ::mex<,>, Ul1 a B l blio'
!"!" nt'l,l /1.' ,' , lO !"! ti W' ¡'Ii)>-, ... ,.;;l\ldl'l p or l 'l' t i.' (, l\ll ,~a r, P O!' otl ':) ; grnjflt a'latatlll .$ f)fn"e If)~ (lJrf.' ! f),~ (le la l/l.u.~lie(/('j(Ín de 1(1 }¡, nja
tpl\' "('1110 1" , n 1" " \lU f.hl'll' ':. ' l,rl'< 'd: llI , "\11 VI: lli!l1 1 11;\ r(, ~\l l!"drl cocn , por Pl.l hlo Oswaltlu W ril Ir, (I I)I! Cs un tt'a hOljo de
(1('
.I.,¡'". fl "\" 111 ' lio,¡ ,', Iwzil' tU!.. ): ¡"iel. excepcional valor práctico para el e~tudiow,
" L : , l' tlHl'l \! (" I ~'I I I. .: 111:1-: 1'I·ill>"l l'.1I 11,1 sl~:"Ii, .•. qllt' !'C 11:'1
Il'llirlll ~i l 'H11lt' (' fin a ' )1'" (Ji' ,: q{l l,nil 1 ,In \C t H~a " ¡" lll fH'(' 1'1 2. A pesar de los datos t.'Ontr:\lii(;tOl·irm que ~e eneuen'
Ill<l:; 0 1'(1 /j UI' .... pl,..< I: ~. !' 1111 "".' h,1 trl,hlü i'ln :'1 J,!;<I--:I ¡l)' nlngu- u'an (>n los cronistas colo n iaJes:, se acepta hoy que el consumo
nn 1'., <{.'1 1' 11 la <'O!l'-.l')·\';lI'i {m Id (11·rf'...·f·1I \: lI llit~ !I10 u\.!Ua, n i rl ' d~ )a CQCtl lué lfmitat1Q d Ul"an l(' e l ]¡l Ctlrlo, c,omo lo dijo el
«1 '¡ ('~ " : III '" .1 (> lQ ~ inril.)."" , Y~r r ey Tol~ en 15íO (JnforlJwl'io1U:., del Vi-rre y 7'oledo.
Lima. 1570, Clt. por G utlén'ez Nol'iegn y Zapata O"tiz. Coca
y cocaf.w, 1:1) . Ln (!Ol;'" e ra planta !:ag l'<l dfl lJllIiI lo~ Inrllos
de ltl er~ }1l'otohl:; l¿ I'lcu y GuUén'cz Noriega y Zapa~ Orti z
1"" ,\ ('t>!w'liot' ell 1\1<IIl' I'I<I ,¡jjmc nLa ria ' 11Il' :-:,p est.:Jn reali' CI"een JJUlS ve rosfmll que las res trlcr,JrlOE'S del coqueo fueran
~alld" e n \t .,: P :!lhl'fl \a tl " '.1 ;l¡)]l.'rk<lllflll l'n In;,; ÚIIl1110 :S I I1 !';tn)~ de orlgen religic so, ya que les resulta dlflel l aceptar que
¡JC1 'n li ll¡'DII NI\ ll pt'\!"IWj¡'j" 1I111rJ¡t) mejor 110 p oros lJrO¡;('s~ hll!' los inca s t u v ieran conocimiento de la to:<icirlud dr la hoja
tóri(w". I ~s {,¡;HI lW:t ! uta Il l!C \-a, dé hl m<lyor ¡m port 'll1c!.:t, (lbidem, 24) ,
q ue /.' 1 hl!i\vl"i:"\III' \' d :-..wl.' lllgu tle)¡el'¡' 11 /"f;" (11'\1,)1' ~ n !!H ill\"':>;' F'ué e n la colonia c u.:tnrlo el ,c u lfivo de la coca s e exten.
11~<1d"lI , • d ló enorrnemt'llle y su consumo se tra ns fo rmó ron n\Jlidez
El ,[(\l'lc,I' 1.1Ii.~ N. Sat'IlZ 1m )¡I'('h ll ":H' h~~ (';;:1\.1<11"1> F.n J¡ rl" e n ~1l0 de , los más Sra ves nH¡l(if¡ endémlc,:os (i" Ju I'egión
C'Ot"¡[·,1111) , n)IJIJI'nWc itll"l y o\l'f!::¡ (I.:<l lt'l'I'I ~ del III'u1J lenll1 111(,¡'Jjf'l1 andma, " S610 (In el ao;ie nto m lne rQ d e I'f)too;í se f'onsumif!-
1-111');'11 1'1·\' urJ n ll 1¡1Ie! til'lI::n C' X(I':Jf, rt!l n ,tl'jf¡ iJ\{t:l'¡;,"l pa ra .,1 I1ls ro n , segú n ('1 tef;t!rnon !o nt' l \I 'QslU , loo,{)nO C E ~ lQ;; <le f'Ot." 1 t'n
1',II";'I¡j,'1' ¡ I'! ,' n l\llh '':::-I' ;,JII :II, ,-;" , t "'1 1" I, .,tl· oI u l '-'I', l:11 1f,~ l , t r, ll~ el! :lfí~ J 5a3", rifr(l ('nol'me " i-ll se tiene ('n r.ut'nt,) q ue ~ólo
l'l'''; '''. ¡ Pp' 1" ddil'j " \l, t i "U 1.1 :dlt o t 'nt¡lI'i "ll ( spl i/!" II11 H li ~I .~ Sf' t é f¡ete 11 u n a " ogI6n, ¡lUl'f': rn rl'espund¡' casi ¿¡ lu tr. rce-ro.
d(' J: t ~ :ll! r r ;w!,,¡w., oI t' (¡ I' d . ,)) lJI' j.." i ll k" Y m N 1WI 1[1 11' ~' I p.ihl n· pa rte Ó a la mitad <lel <lrtual l'OI1¡;umo del P erú" ( [b1dcm, 22,)
I\P l'llt. 111 ,,;('1'111 jH' j'W\ II;1 " .• ftlh .,·_ \,..; l)¡'\'il', l~ mi-:e1'l., n '<blclgi(":¡, L ¡,u; co n st.~l1enrj¡j ll n Slológk-H:-,; <le! coqu('o f\l('roll :ld ver-
1;1 (" ( ' ;'~':I r ... " l,.;t! ·nr-!: I :¡lH iinl'~ "" j'I' 'iJ, Il'~ t'\il!'lp >; Inl li rl <; (It' tl¡]a¡; lempl'aname me por 101> e~a Jiol(>!:I. Ya l'n lf.3{j. Oviedo
l'jl'.-]mi' lit ... 11' 1:1 I~ l ,lad·;n ,1 p·' a l' ,1<' J,I l" ll 1ll1\lttl:¡.1 m ó!1I'I'Il:1 y Vaklez l'b~e rv<1n que el h;ibito (\1.' 1<1 {'OCa " ('(lnf!C l'1.' extr a ,
.-\,.\ " ti \ ni Iw l')HI rlt' ' J" (' "f\ (vI" \r,' 1l~1 ,1 ¡jI mund o ,-"Ol! urdh\a l'iu resistencia COntra e l h amhre y lA faUga" (lbideM ,

:nIJ 211

1
1
21) . Es;) cualidad de ia coca _agreguemos nosotfQS--- la
tranRformó en ImpQrtante auxilil.1t del régimen económlCD
y soci.. 1 (le la colonia, permitió Que e l intli~ Intensificara, s,u
rend imiento f(sico en plazas más (ctlucnlos, ('onsunu{'Ja
men os al\ menlos y vestidos, se h k iera m enos rehelde y en '
contral'a en su toxicomanía un sustituto de todas las cosas,
I 3· Los erectos f]gi01 6g i r.~ y psicológicos del eonsumo
de la hoja de coca son hhm conocidos por 10B estudIosos y
todOs ello:; 1.Ienen tma proyección histÓrico·soclal de la mayor
lmporiancia.
"Desdr¿o la época preinca.ica _ e:xpresan Gutlérrez. Norte·
materl¡tles y espirituales, que In CQlon ia le n e g~. Por otra ga y Zapata Ortlz, COI'(! y CQca(nu, 53- se 11a reconocido
parW, el cultivo de eoea en gr<m escala permitió acumular que la COC'afna es un" de las orugas más eficaces pal's au·
euantlosa~ fortuna" entre Jos colonos. mentar la re,l;jste ncla a la fatiga. F.s InclurlabJe que tal actión
Se dictaron, durante la colonia, ciertas medidas resu·le· ¡;e debe a la conrurre ncla de. sus efectos ne uro·estimulantes
Ovas y algunas escasas opiniones se alzaron contra su con· ('entroles y periféricos y también, ('omo veremos d ~p u és,
sumo, pero no tuvIeron jam;is alcance práctico. Garcilaso de 11 su "celón f'.~t1m\1 1ant c l'ohre ('1 m etabolismo, que permIte
la Vega rI ~fa que la coca cra uno de los artfc uloB com ercla· movilizar 'con r arldez las r('~rvfl s de ma teria les energét-icos,
les m ás importanteR del Perú (l bidem, 25) y pronto se e-scu· rle g lu co~ en particular". Continúa n los mlsm6s autores:
charon o pinlon c~ de médicos y :;aeCI"d(Jt.c.. que so¡.¡tuv leron "Con frecuenda ~ ObJ;t>f\'Rll plteracl()nes afcc.tivas, en espe-
que la hoja de coca era beneLiciosa Ilara el indIo y [Iue a,e cI"1 euforia y diversas emociones J>la~c literas, (Jue el s ujeto
debfa ~stimular su consumo en gran .....se.ala. Hajo lA Repu' {"xamlnado por 10 regular expresa afirmando q ue se s iente
bllctl, el problema continuó t'n pie y In telara ña de 10$ inte- muy fe l1 z; só lo en ('asas f<l r 05 se experimenta angustia o
rese" cr eados s.lguiÓ impidiendo e l menor Intento de solución. depresi6n melancólica" (58)'.
"Durante muchfsimos años _ la historia del coqueo "Más Importante es, emre 109 cambIos afectIvos pro-
cuenta más de cuatro sIglos sin C()nstdrrar su prehIstorIa ducldos por la <,ocalna que condicionan la habituación
_ el hábito a la coca rué cue!\ÜÓn Intocable. C:\da vez. que -obser van los mis mos autQres--- el sentimien to de superlh·
Se hizo públtca algunn opinión contra: e l cpqueo, y se pre· r idad, que sc ohserva tanto en los coqueros como en kla
sentó un proyecto para suprimirlo, se inte rpusieron gl";lnt'les sujtHOS no ha1¡ltuarlos bajo la acción de la cllcalna . Esta
Iníluenc.\as anu)an<Jo tales , Iniciativas. Durante la é poca droga co nl ra rrest..1 los e$tados deprelllvos, inducien do sI·
oolon ial merecen destacarse 18s sugerencias de SantiHán y multáneamente Ideas Qptl1111:;las y de superioridad personal"
de Falcón para reducir los eoca les y extir par el hábllo a (Ibidem).
la coca en forma pro~reslva . En c'lkha fpoca se ignoraba Sá e nz alrilJ\1ye a la 00(' ,1 - pOr lo menos, en gran parte
la exislencla de la cocafna y de l(ls toxieomanfae, pCro aqueo - la psléologlil del ind io ete la sierra. "En lugar de la nor·
Ilos nrecur!';ores en la lucha contr a es te mal público tp.ntan mal reacción f]U~ el sentimIento de Inferioridad debía engen'
Yage~ pre!:cm lm lenlOs de los perjulclO~ causado!¡ por la drar en el sern:lnO, se apreda en él, e l "alma <1e! esdavo"
droga. Durante la éllOl:a republicana, la coca luvo má¡; apo· y una pasividad que l1eV::1 nI sorvlllsmo. Su r el'1 lgnoción
logistas que de.tracto,res", con alguna)) honrosas excepciones frent e a las injusticias que con él lie t.'Ometen HOn trarJiclo·
(l bidem, 126). 11111e8 en el Perú. Sus reacell1n.es !>610 son explos iones
StíI?nz, en su Ubro sohre la caen (Vf' l' Blh!l()~:r3ffal, llega momen t{¡neal'1, zoomór fkllS, produclda's lmlca me nLe, cuando
a est.") conclusión en lo que se refit."re a IEl h lalo"ia de I ~ la opresión y el abusn, lo lIe¡;¡;nn a le¡;j()nar fl slcamente y le
toxh.'omn n!a pi!wana: "L a Historia revela flUC la COCIl fue .!Imenazan la exIstencia y en e¡;!as l"(':l'ccIOn cs rlemucstra, una
I.Itlll1.arl a en e l Incallato por :lUS pronlednrles m e dl (' lnalc~ vez más, su inefl ex ii)\Ii¡jad, poi" lo que le resultan siempre
y Q11e Sil acMbn estupefae il!nte Y s u (lrCión e n el coqueo se Ineficaces.
usó sólo rlNiiie una época que coind<lc con la Conqlllsta del " E Stas alter<tclon('s espirltu[lles -con1.lnÍl3 el autor-
Peró por España, a parUr de la cual k¡; .ronq\.ll~ta(lOres dan lugar a que todavfa hoy, en m uchos lugar es de la sierra,
fav orl'Cieron su consumo, tanto pclr los voluminosos Ingresos el elemento pl'oletarlo eo:t6 sometIdo a un ser . . . llisnlo escla·
Que el Fts(:o EspM,ol obte.llfa, cuanto por la ayuda que el vizaJltc, que se originó en el Coloniaje y del que -por la
coqueo nevaba a la dominación del pueblo Incaico" (235) . (¡bulia qu~ la toxicoman [¡¡ le genera- no llene g r ~n In terés

212 213
por Hl}f!rl,t\t·se". Y agrega : ;'!f,¡¡te mlSn19 IndIo o m~li2o. . '·WI>I\I I,\;' 101 \,m, ·I I.\
l'n Ol ros lug;¡l"P>I del I'f' rú. ('n que !lO s~ p<1dt."(~ la toxico·
milnfil . \.t.''1 a. y t"lIta de amfJll:-¡f las l eye~ qu e le g3runtiza n \ ,ltI.<,.,- 1"' II ' j: l, ¡0I i h l-'1I ,. I dgi " IIÍ ~~ ;¡ :u '¡':" n lÍllo , /11 -,;0 W 10 .1, .
Ji.! liucl tRrl. nn llt'l·mitie ' H.h . fIU~ so le explote pc;r el haccntlatlo Jo~ I' ri nlf'l'(IS (·n ¡l.I_~ , "; .... i·1I 1l 1;11i(·,I-: , le 11Ii;tol 'j¡¡ d l' la \, h 'lIpltl
o se le ,," je pOI' la a uto ridad , como e8 la regla cn la s ierra" l'1l "1 " ojl li n/'l d n 11 .. 1' ¡ : ihL l:.~,.:,f ¡:' J.
(Co ca . J GB). " ]": 11 ',·\,(; '] " ,' 11 1r ' :¡ 11 111''' ,II '! " \1-1 10 :;\' ,¡tiC' dln bizo .:j¡
El m ismo 3utor . al refuta r la tt'sls racial que a tribuye I'n !nl'r;1 in'I1 I" 'lOrl ,.:,.pl'( .....;¡ - . •'lI n' Jllf· lit rt'rh ::¡ in::l5 n'mOI;'
;11 Indio clert3 ra~lidad m lf)tel·io.sa que le empuja al consumo :.,. " n" II('" I I';1 '·"W·.' lrk .I.I,¡ " 11 1.. 1 ¡" 'iH'(' I' q u into cleI s igw!?llU'
de l a hoja , observa lo Hig ulentc: ·'t. a carencia eJe ambicione, ''' I g l n , p:1I 1I :1\1'11'1111 "lrld" n l \; 1 1¡i ' '! 1 l ll c IH " I 'altl¡ ' p<JI' 1.1 Jl1ü l'W '
y s f;: ph'ncione!i que e l t!oqlle ro demuestra. Iu padecen en la ¡id a d ¡l lI/' s(>' nll" llIj ,' ;'11 1:, [ ..1:. d o! :-;\:111 1(. D om Ingo ( litl7 1, a tri !
~ ie r r:.' . e n idé n tll'O grado, e l inrilo puro y el mestizo (cholo ). IJU11l() I tU" 1" " , ." .) "¡¡~i d ~'r¡'" ~a . 1';$ l'l lwinwr h bw t'hldol'
cu alq uil'l'a yue sea la dnsls de san gl~ dt' otras' razas que rli,' ¡f':-. r ¡:lj¡' i< d I' ( '¡'iO' !i',bJI I {', ,)( ' ll (' 1 'I\J ~ h;11)1n t k t 'sta cpidc
lIe\'e en sus "P-lltlR, a condición d e que sea hahltuado a la m ia ( 1'C"lJ II ) (j·.!\n;::h lt ";1). Sil1 <'m l),'r~ 'l , .l') D r. ),10111('1111 e n
{'()('a y este hilhit,o es la reg la en la da!!.'e pl'oh.!UlI·ia dt:! la ~' ll lI isl.Qi l'(' fle 111, Vm.:,ill '· h:w" i'iuhl r :1 2U ~ fios a ll "l~s' la
l;iierra, C'\Hll!]uiel'a Que Rea la raza que 1;1' oi,)¡::erve. Elemen· I fcdw (1(, " \\ ir1'l1" 1) · till·I' ~ 1\ ,1 ,\III, ' I·\¡·;. Y. -.Ul1l.I'¡ tl l~ no inulca 1"011
tos rilclalmenw idén tico~ a los de la s ierf¡¡', quP. v iven en ¡ (·x¿¡ \: t i. u c! lli d 11I!~a r ul ~;l (-¡"'C'a ti " " ",I ~ p"jm"!'::,, inmigl':1
otrtts regi<'lncs d('1 P~rú . s in toxlcom:l ni.. , se comportan lIor· cit.n m'Jrl,j.l.1. 1110 I1n·, ,·s ;, 1, ,1 \'1/ 1'1 .lf'(·"I ¡,rla . ¡;j se- n~~\u ' l'd :J
malmenll!" Ubidem.• 173). qu\' prt'cb:lnl f' IlL,· " \1 , . l (i( 'III I'o 1;1 \ i !'II (¡!,1 tI (t \' a~ t D ha lo r:u
Cb('¡¡I~mo y h:lmbre hun eS(ado (ntimamente unIdos a rvp,,- y (¡tl l' las , ·ll:,I'I·Il Lc: n a ~ .... IOtla ... 1;11; uf·m5s meuid;):> prc·
l ravé~ de los s ig los y s lguell está ndolo_ 'Cua n to m(¡s come 1';l IIC'! ,}nillc/, , 'oUI 1';1 /·t f1.1J::(' ]( ' " , an, ~. il .() (l l'g(,'On Q(¡ldH!;, I.: tHUlc! Co
~I in(ligf'lIrt . ml'llOS mastica h<Jjll.<; de cot:a·' . compruebA el 11l t-l1f.'¡'; [1~ ll\l I{).<: tI" 1.... "· :1 Iml" iT(;JIl l'l " p:.u·a l,i1'< !jl' Q';tl ul·t'H1S ,ivl-
flnl'tor C. A_ Rlck etts. de At'(·(¡UI¡)a. Pt:rü, en ~ 1I monogl'~ fla d u ... lit· !'i l) IIO:.:.-.: ' ILIt' j (1 il h:llh h ri,·J\ t.. r; h u it r cI" 1;(' echaron .!lO
PU1)1I'·' lda e n l a ~ Acta.'! cI('1 Segu ndo Congreso Méd ico S ud· h l"~ la;;; hu!?Il .• :-, d ,~ (·n l.. n. "" 11
I" l lo!l /'lIS \-Iclm¡, y tod..¡s :W~
am c>ri(',mo, <:e.let'lrarlo en 1943 (Clt. en e l Tttfur me del men · ,el1 f f! rm ~" 1:\( lt· ¡;.
cionado or¡.::m ismo de Jo!:! N<.tcion es Unirlas, 29) . -El problema " 1<1 1,: loI l'e F r:,}' ']', 11'11'>1. , ~ k ]\,·u,!\', nu· (, J\lüln!Jn!a al f:~ "
prlnd pal. contin úa 1:'1 m ismo autor. ('s (' 1 del 'hambr e y .se Iu/ U;". la;o. ,·:' u ....,;·. , 1\' 1;1 'l l..... p"I ,I... 1" 1' ,1\'1 ¡ UI\ /N' IO lie: 1.... ~ I nc us,
lo del)e C\"lmbatlr con métodos sociales. irl !~ 'fll'rt! :1 .\ \1'7: P!.J¡'!;I"', 1111\'" l a" ':Il;d r,to; 1:\ v ll' u elü 'fi,:nu'u eH
El r epre};enta nte de Bolivia en la Conferencia suhre d 1'1'111H'1' ,,' I"u íl),I. .v .I;:t·q~¡) : ' o: ~ l a I"nr~rn¡(',jad HHí ' Ilev"da
N u t ri ci ón . convocada por la Organ i zaci ón de la!; N aciones IJO" ll,·inwl'.:t , -('z u N UC'"l'll r:",pa f1:, .-.n ~I il fl o ];'i20, por un es·
Unidas para la Agricultura y la Allm~nta.cl6n (FAOl, en 1,'\<1 \(1 d e I; L t:9 mlt iva ¡j " I'" nflln N<trv.ocz" . Fril.Y Torihio il.~ t'
1948, s'ostuvo q tle la alimen tación insuficIente ('('Jn que -v Ive Aut·Oi h 1.\IJ(;'I' mur-rr .. la miWd (le la potIJad" \l (le las PI'I) Vill'
La J)ublaclón nat iva del pa l$ I:rea un estado crónico fle ham- ¡I.J!!. en (1Il{' H't i ntr".l l1_!f/' ,XI.
bre qUe 5e alh'ia o d istmula mediallte e l u ~o de la coca "~ ;I :,hate }< 'l1 i pp() SII I \·u d o! ',· \;i]1j. 1,'11 " 11 J': !l .~r( !/O 1/" n ho·
(lbidem. 29). t l) r ! a , 1'1111 r if'lllIi! - ~ '1.1Il¡ ¡'11 !:l [ " ' ntr¡l- í!j e (' ' 11j(' H ldos los JI .
}'ero si bien la coca l:.er mlte a l obr(\I'O l'e.3I!z31· un 'In).... (jUf' 11,1 1" 1\ 10 . CII ' O'. ' , ·110" In .. ,~:-;. ' rilo ... ¡Kl r l:ónl¡¡ra. 0 vh.·-
trabajo dete rminado bajo su estimu lo inmediato. ~u Ol'sa- 00 y nl l'''/' ni "" ;,rl ' ''d i¡';\lll ¡¡ '1\10' pi Ji! vÍI' l1t' l;l. n i la rQs eol:t
nl smo !;.c I'bi ellt e ¡¡el'i¿¡mcnte con el Uempo y h aCe q u e su (rt1r,lI i 'l) h ' ll'l;l!I !ooi ()¡', , (, n· ,ddil-: t' \1 A I'I(·rin.L lll)t e;:: d ~ la ('on ·
c,,"p ,witl¡ul tota l de traJXljo sea relativamente pequena t.1I}'itl~m, (} uht". :1~(·~lIl';l" d(.o l,jIUb¡ <'1 1 ' 1IJl' J u i· 11.w:ld a por u n s o ld a do
28 y ::;i g.). Ocurre esto, preci same nte, a 11es a r (le L:ls eood i- (11 ¡ ';ll lfl !n ;\';\ I' ~ ¡I ('.~ ••V /1 \1" ",. "x( " !1(Ii (o in c o n tin e n ti en l,a. ¡!;la
d O lle~ que el IndIo tiene, en ci rcunstancial; fíJ vol'alJles; para de ::;:1)110) 1h,I ¡li llj.!; ('I, I ,~'~,i lll¡ü ll\(''t'' [1 p 11'3'<; J,;la:; (le las Anti·
la I" bor continuada y su habilidad tPcnici!.. La mencionflda 11:1<:: .V. ('11 fi n . a t¡,olio ,'1 r ,¡IlIiI",'lI l·. ,10n do: hiy,Q e sl l'íl go~ " (lU).
Comisi(¡n de las Na ~ ione!) Unidas ro mproM en e) terreno Jt ,'I'Í1II!!l(l'bl' ;1 ;\1 /" \ .1 1':"p,III<!, ' 1" '¡\1' 1('t 1ll<llli' habla el",
esh "n owhle aptitud del in rlio para el trabajo in(luslrial" 1..,..: " Cn fl:I' II)(>II:\fI,·,; ('1 ,1,\ 01 \": " )" .1': q n" 110'1 !'H lCd f it': 1 y Ql1l'
(/ /J id"m. 33 ).
:!J 5
214
reint!l'úJl prlnci ll;¡lmentc en 1515 y 1576, muriendo 800.000 De la obra DescrillCiOn de la PataoonJc, por el Padre
Indiv iduos en la pr i lll~ ra y más de 2.000,tJOO (dos millones ) Tomás Falkncr, qu~ era m édico (lncl ufda en la Colección. de
en la seg,m{\a, según {'álcuJo exacto t.om<ldo de orden de 101' Ob1'a3 'JJ dOCUIIIC11I(, •.,. Tr!u(iv us a la. M.stoTia de la Prov¿n.cia
Vir rp.\'es", del Rio dI,' la Plala, de Pedro d'e Angelis. tomo 1, p , 36,
"l-'<!I'H lila qu ':.' no estén fanllllariZÓLdos con la historia de 1836) , transcribe Pe nn a este párrafo: " Las, vIruelas Introdu'
laR epidE!mlas de- América ~mcnta Penns-, tal ve?, ('stas cidas e n el pars de los Arttuca nos IJar lag Europeos, causan
dfl'as nlllrmCD y h agan naccr en su esplritu la duda , Sin mayor s estragos e n ellos que In peste, deso lando villas en.
f'mh:u go SC!1l mlwl10s lOS hls!Orladorf's Que hflblan de ellas te ras con SUs mali g no!; cIí'ctos, EMe mal es mu('ho más fata l
y hn ~ t il huho un m~d!co figu rólndo m t':se luctuoso f'scenarlo
Jev:lntlulo un dr.1 en ¡;uc ln mejicano, para mostrar al mundo
j a estas gentes q ue ti los eSp¡¡ñoh\!l o ncgros\ ¡lOr r:;¡zón del
grosero vestido , m:;¡la comida , falla de c.obertura, medicin a
que 1.1$ 1)l::st ~s (le Amérlca en n~da ocbla n ceder a las más y cuidado nfet'sa l'lo. SW;¡ Jlilrlpnt¡>s má s cercanos huyen de
m orlífcl';)S y f.'~pllnto~a¡; que C\lE:"nta la hurnrlt1idad, Esta pes- ellos para evltil r él mal, dejá ndolO,: perecer aun en medio
h~ ('onodda con e l n omt'll'e de AIntlazalllllltl (¿no será lit mis· de un de¡:ierto" {25) ,
nI:'! llUP r\!"F t' rjh ~' ('1 Ahate OlliJ, es decir el II¡tü~(nwtl, que fué El Paúre Falkner m encion.. una epidemia s imilar ocu'
una vl.' rd.ul· ni viruplll?) ¡;e vló E'n Méjico al decir de Malte:· rrlda en Bur nos Aires en el sig lo 17, que ¡;e ex tendió a nu.
BrufI (' n rCIX'tldu.<; ocasiones -J 545, 1576, 1736 Y 17G4- pero mel'OSas tribus de la Pam pa (23), En 1761, agrega Penna,
las tluti nrillll'r;ll'i rupton, a no duda r, las mas terrIbles" ( 1.1), hubo una gran epidem ia de viruela en ambas márgenes del
La cpit!cml;\ de 1576, f11.1l! tantas vidas segó, tllvo "la CiT' Rlo Uruguay, a cons(X"Ilencla de la cual murieron 7414 In ·
('Ul1slanci.<'t esppdal de no ata¡:3r roáfl que a los Indlgmas" dios de .21 r !'ducciones (27),
(J31. "SUI',Ift' :Jqul linTlUt'vo dOlto y es Que el Matiazohuatl En Brasil se "cepta que la vIruela fué Introducida en
('1':\ Ul ;í~ gr¡¡w' y ("o n!;¡ ~ ioSQ cnU'c los indiOIl. Ahora bien , ¡(IDO, proveniente de' la ('{) s t/l O~ África, aunque parece cler .
la oh"l'n ';')cltin .Y 1¡, c>q>crlcnI'lil n os han <If'mos(rado sl?mpri' (o que habia rel_llallo epldémi caml"nte el! Ba.hfa ha cía 1563
¡¡u e la vl n 1t'la Cl'i en los Indíg{:nos t!'I j)t!or azote, que mata y en Marañ6n en 1621 , dOllde igualm ente la Introduje ron
u CU3ntcs jn vOld c, QUe. r cvi.o;; te t'n cll(l¡; la fOl'nla h e morrfiglca, los buques n egreros. " F.I orl~pn africano de la .... Iruola trans'
y J'lu alml·n!.t>, qUe los rnodal i dlld ~s anormales de la 'VIruela portada al Erml.!l no ['lll n .le \;(' 1' oisc.utldo h oy dla" (n.,
('s Igllal llll'TIle ('.ntre ellos la nogla comón" (17) , lAI vac una a n r!v:'!rifílicn fué fll lroduc!cla ro Brasil en
Opina- d hl¡.:J.:.ni sta :1rgC'nlinu que "la Introducción de la lsn4, En Molllevilleo, Hueno." Air es, Pc.>rú y Chile en 1805
vinwlu, enkl1lu!dad Ign onuJD h"sta (~ nt onces en América, y «1), '
¡:um:Jmcule ¡¡('Jigro Ño"l en este clima, contribuy6 tanto al ex·
termln io y ¡:¡ la des [lólJl ~cl6n del Pt>rú, que pocos aftos des-
pu~s rlf! su r onfJuls tí\, pareela aIJoolut.amente increfble lo que
se d ... rf~ de su llI114;uu y florecIente estado" (7) ,
De Chll.r, lo más probabll.'- es que la aparicIón de la vi·
ruela. cm forma epidémica, ,~c h;¡y<l I'eglstrado E'n 1555. Hu·
bo una ~E'~tnn!tl ('p!{\('ml a que atacó n los araucanos de 1590
a l t:l92 (I !tl. EIJidllm[ils muy Kl'Rves fueron en ese país las
de 1654, i.UnO y Hir,-I. "l!:S[;\ ep!demla mostr6 un hecho c u-
rioso - ag l'pgn P~nnél, refiriéndose, al parecer, n la de 1664
-¡al cual no t'stab;lll aco¡;tum bro.dos los n amantes domlna·
!lm'cs de Amtil'ka, y es que 1'1 viruela, más que en los In-
dfgenas, se t-m:¡¡lió C'n ('1 e jérc ilo español" (23). A fines del
siglo 17, en 17.m y en i17R7 se recuel'dan otras epidemias de
virucla en Ch ile (23 y 29).

216
217

.
I,

j
I NI)JC~~ A lFi\ BtTH;:U DE.:
I\ IATERIAS y NOMBRES

I ,() .~ tlO1nU1'CS en. n egrita co·


r7l'¡! I'0nde1¡ u aulo-reil

- A- .'\ nu!rkl\ porLugu esa _ uri ~ll de


lus p<lbllldores <!urop~ o.s, 6a.
Abad QUl!ipu, 75, 78, 126, J 64. Amunat.,gui, 50.
Ab\!lp.du"" e.a. Amunálegui Solar. 125.
Absol uli limo l' lIuritUnismQ, uiO. AII¡(diri. 21 7.
:1 Al;doll~ro!l dO! vm¡uerÍlIIS - en Ang-hicu, 2 1,S. ,
~utm()ij Airtlll, fil • en ,,1 Lit,,·
1 nl.l argeuynu, ó l • en el Jtio
de la P lata, lU8.
Al1lequera y Ca" tro, 97.
Antillas - !uglt ole. esdavos,
14.'1 _ .... iruda, 216.
AC(tIj(p, afio A ll üll:\s brHliniC8S - lI,l'istocra-
Agia. HIt. da y pode1· poHUcó loca l, 51 -
Agrku llol'cs (pequ cil~'~). 52. latifundio. 7(l - 111//)"001/ caULps,
Agr icultura y si!ltc!llIa dI; CIIII- H 8 - miscibilidad SuciaJ , 96 .
tas en f!1 Incarto, 82. fHJbladón blanca y negra, 49.
Aguirre Beltrán, 6,0. Antil1M1 danesas _ inaentu1'ed
A!ooho1i1l1ll0, ]9'). líervtlnt~. 6 1.
Alfonso el Sabio, 8.4. Alltioquía , uesclasacios, 126.
Alimentación . 197, 2H) , 211. Aplie:ldón de la ley imp(!rial
Alollsv l X d p- J.,e'. n, M . ('~ ¡¡H.ilnla, 176.
Alto Perú - Ol:'SpoblnciÓI1, 8fi, Apunte (t'uns ,liradón de ), 141,
A ma n¡ (Topad , 1.40. 146.
Am autaN, 21, 25, 3B. Apt I1l');;e r , 1·18.
Amé r ica española _ aristtlCr&- Arbolf:'C.la l.I ureltlc, 174.
da '1 pa lIer im J)eril\l, \ 6 1, !i;:.! ArdJa FlUill/:!, 148.
- Tglcsia y poder i mper͡, I, IfI~ .J\ ri. 'lI ~' II la (ndia, :t2.
- oli¡:en tle los pobladores (o u- !\ ri st,wraciOl • ole Carolina del
'ropeo!!, 63 - venta de t:a l"g ()~ ·Su r. 48 - de LJlna, 93 - de
publicos, 175. ~ UC.V:l TnKl nlerra, 4.9 • regio-
América hi$pllnl.1-lu ~a - das e n al CYI I!l l " cario, 20 _ t'l:<l!;iQ-
media 1ural, ~O. 11;11 entre ]lIS suecas, ma yas

219
Capitta l finllncieroeomo factor {lictos de clases en la rev'Ilu-
El tt1cae, 18 - te rritoriAl e n Dra· Bosdl Card., 37. eu In estnlti.f icación social , 4ü. ción 1/e la independencia, 142
sil , SO - y arte, 2 4 ~ y C(lmu~ Br:ahtrl~ne8, In. Cnllihllj¡;ffl o colonial, 43. _ latifundio, 76 - m 4 r o f) n
nldade~ IIp;rarlaa, 18 - Y poder. Brasil ~ aristocracia tenito rlal, Cal,litl\listas del t ráfico de mu_ Cd/JIl).~, 148 - origen de 101 po-
imperia l en 13 Amérita es:pa· ~ . bur~uesí9. clJlI1ercial, 80 - ltas e n el Rio lit') la rlatB, IJ t. blador~ europeos, 6-4, 65.
ñ(,la. 161, 1(;2. ~ Cá.ma.J'88 Municipales, SO - C4rdellas (Ver Pa eh~o) . Colono! , 90.
Armas (prohihiciún de portar- clGues faze'ndelru$, 176 - cia- Cartos publicas (venta de), 98. Comerciantes ~ de BuenO'B A i-
1M , t'1I P erú), 147. se media, 90 - Comp01l h:ill GarlOtl n (Gran Dt"f;llD.ña), 11;9. res, lil _ de Cuba. 50 - de la
ArrendaLo,rios. 90 - en Nueva Ocral 110 comercIo de Grao Carlo8 V (E" paña), 33, 65, 134, B:l.nda Oriental, 61 - de la!
Granl.lda, 99. Fard e Marar/hao, 140, 161, 158, 162, 1&;, 167. 178. ciudlldea de Méxlcl'J y Lima,
Arte indigena, 25, 27. 182 -.. dese!llsaflOll. 128, - fa - Camelro. 148. 60 - e n Isa órdenes nobllia-
A:rtesanos. 52. ze'ndeiro.' de en/é, 50 - fa- Caroli na de l Su r - aristocracia rias, 99 _ expor tadores e jm_
A!"alariados, 51. 103. ze'/uifirml rfe gado, .aG, 50 - y eSCla\'08 negros, 48 • mer- portad...,res en México y Pel'Ú,
AljsmbleRs en las comunidades Iglesia, 128 _ I glesia y podu caderes, 48 • plantadoN'B, 48. 48 ~ minoristas, 62.
indigenas precolombinas, 16. PQlftleo, 16-1 - latifundio, 75, Carvajal, 62. Comercio en México, 69.
Atieo:r.a, 145, 197. 76 " levantamiento de. planta· Castaa _ NI América española, Comm/ll{t<r (Ver Mori1!.on) .
Ayllu, 15, lE!, 11'- dores y comerciantes, 139 - 12Z - en la India, a l - e n la¡¡ (..'ompa}lIlia a eTal do COllLer-
Azoar. 13S. mercaderes., t1U ~ "líncirado- colonlaij británicas. 123 - en do de arao PaTd e MaTO.-
Aztet.l1s - Rrte y artea8nia, 39 res, 50 _ miscibl1iilnd socia.l, las colonltlll ell].lañolas, 611 - ?lil ao, 140, 161, 18Z.
_ t'SC lavitud, 37. 95 _ negreroll, 48 - nooleza vi- entre l(ts incas, 17, UI, 20, 21 COlll pañíM de Jesús - en P ara·
A;¡;ú car (islw; de\), 49. ~ntin., 108 ~ Pa lmares, 1010 _ entre 1m'! mx.yas, 17 - su ori- g uay, 9'7.
A1.tlC Flrerol5 (propjet.srl()~ de in- • revolución de MaTa ñ6n, 139 gen Í"n lail sociedades indlge- Compañ iA Cuipu~oana, 1 39,
J(cniQs) - en Cuba, &0 - "'TI _ revu~lti\s de lHa, Mina~ Ge- nal'! prec(llombinas, 17 - IIU 148, 150.
VerAUUl., 50. ra.P'/I, S a nto TomAs, Mnr/lilÚll, migcn en las sociedades pri- Comuneros (levantamiento de
Ml!.tto Gl'OlUlO, 140 - senl,()Tcs m itil'a!, 16. 10$) ~ en As unci6n, 97, 139 -
-B- (fa OTlgetlllO. Ml. ,la. ~ '<'ime- Cailtellfuerte (Virroy), 83, I IU. en Bogota. 139.
la, 217. Ct<r".nles, 1;7. Comun hlan agraria primiUva
Bahí:l. - viroda, 217. Buarque de HolI/lnda, oo. C"ullnl"" Sala 2.ar. 59. 89. en Amó!icn, ] 6.
Bonoa Oriental ~ cOlllerdanws, Buellos Ai res - 3teloneros de Clanes ¡a:u:ndeiros, 117, 176. CoOf:Olorcon'o. 60, 127, 168, 195.
51 _ dese/asados, 127 - estan- vaquer.fall, 51 - comerciantea, Cla.se medi/t, 63, 87. (03, 104 Condic:ioni!s de trahaju y de: vi_
deroe, ál - saladerista!l, I;J. . 51 _ e riarl(lt"es <I~ ganAdo mu- - e I,glesia. 56 ~ e l n11Uisicií,n. da, 195_
llandeira.~, 117, 139. lar, 51 _ d elldat>af!Q!t, .1Z6 - es· 56. 68 ~ en r.lmA, 89 - en Méxi- Confederación IUteca - s u ori-
Bandci r anles. SD", 86. tancieros, 151 _ viruela, 217. co, 89' - movilidDd , 87 - rural, gen,17.
Bnrll:ldos _ origen de los pobla- .BurgueBía " come rcia l de Perú, OO. Conflictos _ agrarios en Nueva
dOTe! enrnpeos, (;5 - peQueñ~ 95 - de C6nloba y no roe!rt;e Clase I!ocial de 101 despose!dol!, Yo rk, 142 _ de clas~ en la re-
propietnrios de la tierra. 76 - de Arge ntina, 51 • mjnera de '62 - de 1011 poseedores. ~l. 103. volución de IR hl(1ependencla
población blanca y negra, 49. "Brasil, 85_ Clavlgno, 37. en 181 colonias bri uí nl /'as de
&ned. , r;ll.Oll, 135, 14'7. Clert), 51, 52. Ameriea del norte, 143 - de
Bf:lrro~ de San Milláll. 139. -c- Cilho, 89, 9:1. Oliltamufall (;on el poder impe-
H /l fT " 182. Cocaf.llmo, J 99, 203, 211 _ Y riat 159.
U.e ndr~. 8:1- Cabildos, 79, 172. hambre, 214. Con i, 61, Il4, 202.
Benrd, 49. 122. Caciques (enriq uecim iento de), Colomb¡~ ~ comtmidadplI ind ¡¡e- CO/1 Jluista - en las sociedades
De lgra !10, 76. 144. n Ml pr(ltohilllllrl('as. :B. ind lJl:enall pn"C¡J!ombin8.lI, 16 _
~enl!dh:to XIV. 182. Cu lanchA, SO, 133, 34.. Colón (Cris tóbal) , 216. en ¡all lJodedades primitivas,
Benítu., 13R. Calm11n. 9.4.. 133. C...,lón (&rtolome), 138. 1ij.
Bivero. 162_ Orllpí:r:ius. 52. Colon¡a _ com"rcia ntes, 61. C"n¡::piraó¡;ll de Aponte, 141,
Blanco~ en In estratificación la. Cal.puLLi. 16, lS, 19. Colonias británkM de Ambiea 146. ..
tial. 53. Cáma ra Municipal, 80. del norte, ñl - It ri" to~' ra dllEi y Córdoba ~ burguesla, 61 - enco-
"Boli ... ia - eocaÍl;mo , hambre, Danek, j36 ,Hit. poder poIltico local, 81 - co n~ menderos, 60.
2 14. C.afl.ete (MarquÉ-.s de ), 116.
221
220
('orllf'ju r~un¡n"II', 150. U(':'l(r~l{a" ltad6n de la t,a milia, (;0 - """1'" 111>;,' ~ t~ ·!;~I. 5 1 _ 111_ ( ;a .. dl" ~ . IJ :t
Cor l é~ (jfrrm1.J1) , 33. I!)7 • lo:ill\·, .,I.1411, H Io! . 1"\"IIHI1,I" < ,aud ,','í ..",. 1·1:1.
Cj..l rr eg i ,lor~tI ~ f rau des a los in_ !1(spol,lal'i, n de! Alt('l J'orú. 86. U;il'l,If}_~ f·JI r ~" ,·,.I" II;:t,. ; l il:.- ' ; ilij, tl f,.
!iiull, Hi. n"'I' I)~ItI ... >;, 5_1, 159. lI in!,:; ,ilo '\' 11 1'; ";" 1\ ,1,1 ''' '1'1' ', (;ml l.;'I,·;>; lJ¡íl'ila. 2U9.
t: ri llri.rr('~ II e I!;anado mular e n Ditot om ia er.omimico-~ o c i a J, 14:1. _ .,ri e" tal...,. " u M¡·xif,'/,. t;~ u l ' V>l f.lukol'l, r;¡¡ .
B lJtno~ Aires y Litoral }IOY LUSo 1:0, 1:1.
ar~<!ntiI\O. 61. Difr,r'e llc.iació n élnr...tI. como r('n- K-;J'II II U - tI"LtI ,I,'" d:¡ , 11 _ ,._ -1-1-
Cun(l'QuJl, 197. secuenciu d~ la dilc renciaci.;n I l'udu,':;¡' ~r,~m,)m i "1;1 \' 11!1i.lad
Cuha - azucarero", 50 _ cnmer- \o1 odal, 54. mll:i ~ 1Il8 1 , 44, . II cl'l1iindo, H.wlrlgu('z, au, U4.
el.ntes, DO _ conspiración de Oj¡;loeacjón ecollómlea, 193. E~J!aill\ (h"'¡ln tam; " n l f> ,r{· G ual
Apontc, 141, 146 - '¡es~lasa~ Dislcxllci,' o BociRl, 190. t I. 79. - '1_
dos, 127 _ Guerra d e 108 Die?: Didll ir)11 del trabajol 69. E$pañ" la (IJ>ltt), 2 1!\ . h:\'tII11;\.
Aii u~. 108 - hneenda rlos. 50 _ Dominica - poblaci6n bhionca J u: kntll (j q J{Ol¡lÚlI , 13-'. 1.14. 1¡;lr"ja - (' ''lIlO indor SUdlll , 120
las tropas de lIolufll(111US des- m-gra, 49. E Sl'c{·u J.wl<\ll r ,.. I:!~. - "jl IIr m. n . 121. 127 - Y el
pués de HH,8, 175 - negTer'O!I, E~ I :"l' l i"(';I;"" _ ""i":-"Il y fn n_ 1" 01" 1' imp:' I'ial ('IIIIf\iln l, JU3 -
!iD _ oliKarlluia aZ\lI'1\n~ra, 1M - li:- ,.¡ •.or¡ südu l, 17. , , 1 p,,,r" r lu,I; l k" e n Rr:. ....i!,
_ \'('gul'rulI, HiK. "; ,.¡t~nd~I''' ~ - t·!) lI,wll tJI: A ir ,·" f ,; 1.
t 'uro - I!'tc,mtl'mh'ro~, 50 - pro- ~~¡'on ('1 Il¡ll de la América hia- X ¡. H",.al hoy (H·I~, ·nl ¡" h. r,l _ Il\1lw l' .... i. : : ~.
dun' iün, K7. l'anQ _lusu, 4:1 - y a r le ("1 las rn el r:lo d,' la l'lf.I H. l "~ _ 1/ .' 1";" - l)ri~ t ' \"' IH' ill InÍ';lir ll,
.~ tlde dad(' ij iudígen311, 27, 28 - "l' I~ R.'In.I., 111·¡"nl l. l. :, 1. ::11 - ,·,,,,:o ljlOlI'''. ~ :!! ', ~'1. 'il:~ _
-CH - Y mo!':!1 en el l 11cario, 34. ~ :~I. j'allr ¡ rtlC i.j11 $ ~,I'iI, 1 - ¡¡'I 1.1 "\J1\<lllb· t... 17 _ l'cunum ia ).
FA.:uauol' - !'1!\'oJucl'\n ,le las al· .'\m,é ri..,1 l , i ¡'¡ll:1n,, _ !u~f\, Ir, - .\' ,nu ml, :;., - ('Uw ~ odill, :1;.1 -
Churles'on - an!;tocrdda, 48 - ealonla,,<, 1 31~, " oll<':; i,' 1I ,,, .. la l, !11o! _ \; porkl' .'¡w la"i t ml. !ffi _ 1ri butu, :J5,
arLO!tnr.rada )' poder Jlolftico Ed",·ardlj. 95. po][li<:" I(,~ ¡il. 7!'. . J 11.(/1' 1',/ 'Ir¡ r'M'II · (IIII.~ . >l1j, 61 .
luc91, 8 1. EllIbOll.has. fIf>. !J5. I!'}.:
Ch¡bdHI~ _ ('oU1unidades, :n - Empleado;;, !'i2. -- F· Int.lj,, ~ (tu, ,;, (lo· ¡;u iuf"ri\,ril'jau
eltc1avltud, 36, Engenho c Igl esia en Rrasil, Falkn"r, :!.17. r:oci:ul , :.!14.
Chile ~ de sclaSildos , 126 - CIICO- -,6>1. F'R ?pnda. (" Tr-I .. ~ht "lO nr,,~ d , II 'U,\/,-¡\I,lw l, 7(\1 71 , 'i~.
lTl<i!n.-l('rol', 50 - inr¡uili noa, 84 E ncomenderos - de C6rduha, 1(\oJ. 1, 'q lli li!¡(·:<. ... l1 (' ¡ ile, 84.
- miscihi¡¡tI",d 8(.>('ia!. 9!i _ (llj- CUYQ y noroeste d e lo que hoy FSl1f.('n,Jl'i r<, ,. • ,¡, \,: , 1"', rJ11 " dr 111f¡lI bw i';ll. &0, 63.
garf¡uia d n trrrnw ni cntes y el! Argentina, 50 - de Cuzco, g:ulfl, 4 1\, litl, 1lI~ _ ~'1'll ¡,(u< :;' /. I"ia!' u;> 1 ad-ClH' lu;stoct;3cia
encom('l)(lrro~. l O!) - jlrhner Char C3!!1 y Lima, 100 _ de Chi - < ¡UJ~,i fH1(>VO.s . ¡-¡S. r Iwd"r Jl(,)líti co l(oc:.\. 51.
mny¡¡l'a;>;~o , 1(.17. 126 - virue- JI", 50 - di!. México '1 P eni. 50. t\~lipc JI, 1m, 79, !lS, 1:H, 16fi,
la, 216. Encomielldas - e inmovilidad 1~(j. -J-
CMve:r. Orozco, PO. !IOcia!, 82 - en \a l"nna eión t\'r'13ndcs (F h)r~¡.¡ I¡Ín). !I(;.
de estrato!! so~il,l.!es, 56 - el' }'crn;:¡mlo ,,1 Cr,to·'licII. I ;'~I. 17<\. 4",1'1-1;,·'1 _ I)(>hlad(m bt&nca l'
- D- Linla . Quiv. y Chareas, 82 . Fc rn>tlltlo ('j !-\ltulv, :J,I. ' w,~"r!'! . 40.
('x!.i.nriún. 83 • y. latiIundjoB, ¡.'in(,)4 H. 1.7(;. .J \·lr" ·':tl ·;\ (l\'u ,l~ rivl1 ul, 10 7 .
Dl'cnnpn cil'l de ¡'~lIpa ñn y 1'o1'll.l*
KtI.!,44.
"".
E pid em ial'. 201.
}<'I"I'{'S . l4r¡.
Fore.iros, 90.
.¡f' r:¡ /'!!\I ;y,(I"li"l ".'.-rn,'imico-s 0_
,·jal. 101.
lJ t'S<' la ~a, lo~. 11)f1, 116. 117 _ ~II Epoca )\ estrato sf)(,'ial, 66. l~ r~yt~. J27, 1S1. Jmll1 r L:llo.ll. I\"l, 136.. 1:l7. 14>1.
fWasl!, 126, 127 - el1 ' BU(>1109 F",clD.\'itud, 104, lQ7 _ como I"rin$. l:!fi. J 77, 1"::'
Aire~. 127 - erl Cuba. 127 * fae{r, r de cornl¡K'ié¡n soci al, lO!:! FtUJri(O!'IlI'r¡"". fil, [;,2. ,11Iall:' J Itfoill'l nnf\:. ), :Ji!.
en Cl1i1e, 127 _ éll lli Banda - en CUTolina del Sur, 4R - en F Ul1cione,:; l ,ü lo li~:J '" 1'11 b~ ,~I_
O riE"n ta l, 127 - en Nue\'a E l>- e l Jncari (l, :IG - (' ntre 106 a%te- ~1l111li~adc~ illd : g~II:I ~ [".,.\., .... - 1{ -
pafia, 12J - en Nueva GflUla- ca.-, 37 • entre los cfL.ibcnu, 3S Jombinm.;. lG.
n:l., 127. - ('ntri' toll Illayas. 3& • entre ¡. ... lIó·r. 127, 1S(j, J.l9.
~ (; .
Dello{'uva d ú~. 11 , 116, 117 (Ver 1M tUJlillambáes. 36. 1\ lrin . 07.
lanlbic\u Desclasados). Esdavos - nfr.icanos en MéJl.ic.o, ( :lII\;ul"r:a 1.: 11 ,\l,"l<i,:,'t, 5!I, ~17. l{orn. 117, t'ifl, loO_

222 223
Kroe~r, 40. J/m"Orm. cam.p S, US. M'ilrclbiUdad, 9J. Nue vn York - conflictos I\gra·
Ksfwtrlllll S, 3L Mart.lm''Z dl' Quijllno, 183. "'lita, J97. rim¡.J HZ • leve.ntamientoB de
Marlilln )" Vela,. 137. Mocu:%wna, 17. ek]avoB, 142.
- L- "J',hrlín Fierro" , 114, 115. Mon, 76, 100, 126.
MW")'lami _ lucha de pC\luel\f\!I Monarquía uni\'el"'!llll, l!i8. -0-
I..nda, 3G. l!hlllli>¡l O~ l'olltra terrate- Monse.rr&t - pobladóu blan~ )'
Lundllllun, n, 124,126. nientes, 142. negTR, 49. OaxaeB tMarqlJ~¡¡ del VaUe de) ,
Latifundios, 75, 76, 100. Mulluzuhldlll 216. MonteTideo - cOInet'eia.ntes, 61. 62.
Lcite' ¡"ilho, 53. Mayas· esclavitud, 36 _ Nuevo Monteils,. 216. OlH'a jes (pr<JpietanOll de), 52.
León (levantamiento dJ!). 139, Im-periCt, .1'1 - p!!riodo de gJ:81\ Moral y economía en el Inco- OHgarqu[a - azucaren. en Cu-
"S. florecimiento artlstico, 40 • . rio, 34- ba, J08 - eoneepto, 1)'1 • con-
I..cvantamientos ~ conflecuen- Mayora"Zgo~ ('n Chile, 60, 101, Monlea GulfluÍl, 8'7. f lictos C(lT1 el poder im:peria.l,
cias,. 200 _ de comerciantes y ,,6. Margan, 16, 34.
!forillOft y eoamlacr, 48. e,.
159 - de Córdoba, Jujuy y
SaltA, 84 _ de encomenderos y
pl3ntadnrelJ en Brasil, 139. - Mayordomoll, fí2.
de esclavos en la!! colnlUas Means, 63, 123. 81, 142. tetratl'llientes en Chile. 109
britAnicas cl(' América del nor- Mer.ham. 180. Morl .., . 21. - de teTr'8tenientes .e n Nueva.
te, 142 - de l.eón, 139, 14,a. - M¡;¡fico ~, Ti2.
Motolinia, 39, 2Uí, 216. York, 98.
de IQS f'.{)T)lunm·(Ii'1 en Ai'luncJuTl, Medier-os, OO. Movilidad, '10, 81. Olivar.-,., 126.
9'1 139 ~ tl(' los comun~l'O~ en j\I('o.Iina, 9J. MozolI alzados, 187. (,n!fmes flobi ll llrills, 99,
B~gnlñ , 1:\9 _ d e Marn i'ii>r't, 140 Mendieta, 78, \89, 194, 208. Mugaburu, 136, 147. Orej07¡es, 20.
- de MaU.o Gr05so, 140 - de M.endota, 87. Origen socia.l de los colollOS
Minas Ce raes, 140 - de R¡o - de la América española, 57
M I'ndo.za, 76. 8S. -N- • de la Amériea inglell8, 58
de JUlldro, 140 - de RoltJáll, Mc ndota y LUl1a, 14'7.
t38, 174 _ de Slwtu '.t'01nr, HO ~1('néno.lf'1.
¡'ida.l, lbS, 178, 1'79, -del Brasil, 51.
- ¡le 'raru bohuao.::¡;o, HG, Nac.ionel Unida!, 211, 214, 215- Of. Cal)dequi, 76, 79, 80, 9S,
18:1. 184. Nacom, 23.
Lnillier, 161. MeITade rE'lI ... lit! llmeil. 50 - 100, 126, 173, 179, 180.
l.ewin. 1M. Nfl:rváe~ 216. Ovi ..d l.> y Va/du, 211.
do Ca rolina del Sur, 68. Naturaleza. y arte en las 8CJ--
J:.,¡.y iml~rial espafiola (s u apli · Mercado l<Tea! como fa ctor en
cacFIl), 176. ciedadee iDdfgellaa, 27. -p-
la estratificación social, 46. Negreros _ en Brallil, 48 _ en
l.eyes NuevM, ~2. Mesta _ e n México, 77 - en
Linl:!. - comer'('ja ntes, 60. Cuba, 60 - en ltIérico. SO. Paeha.clltec, 38,
r\lleVfl E!ipaña, 117. Pachet.o, Cárdena!! y Torree de
LiñAn y Chmeros, 1li8. J,{e5 ti~M - on 1<1 estrati"ficadón
Negros. 126 - en la ClItratifica._
Utoral hoy argentino - accio- ,clón social, 63 - en Nueva Es. Medina. 209.
nes de \'3quer¡3~, 51 _ eriad(J-. sodal; 53 - su ublcacl6n 110- pafia, 60 _ íugitivos, 116. Palmares. 140, 148.
CiR !, 113. . Nehru. 3L PAlo brasil {ciclo deO , 47,
res Je gnando, 51 - cl'Itaucie- Méxko • comt>rdo y CComerClan·
ros , 6l. Nobleu.. - paull!!ta, 8S, 96 _ Paraguay - ba'Jdciras, 139
te~. 48. ¡¡O, 119 _ encomenderos, comU'leru~ , 97. 139.
J.iZArrUR"a, 85. 167, 1S!), 201, 5{1 - esclt\vQ8 orielltalp.R. fiD - vicentina, 86", 108. Parra Péru .. 141 .
"'R.
Lohmln "illenR, 99.
Kll.Jmderus, óO - b.tüund!09, Noroeste a~nUno • bUTgue- Parringhln. 64.
75 , 76 - Mesta. . 76, .
77 - mi_ sla, 61 - encomenderoll, 60. JI!'nna, 215, 216, 217.
f.l.u·ha de dafl~s e n Brasil, 132. NOt'tbrop, 41.
neros, 47 • nlisena f 1"Iqueza, PequeñO'!! plantadorea en Ma-ry.
Luis XIV, llí7, 167. NlIev. España . de3tJasedol!, 127
164 • negrero6, 60 - neiros, land, 142.
60. - venta de bienes ec\ell.ilÍ.sticos Pe,dir.:40 Malh.etro, 140, 168,
- M- 1't1i11L )76. en 1804, 175 - vlctimas de en- 181.
MlchAdo Riba!l, 116. lI1inciradores, 60. íennedades, 2l6. Nru. 203.
Mnlte· (lrun. 216. M¡lleros ~ dI:! Brasil, SO - da Nueva Granada - deadaaadO'/l, Pcrú - conspiración de Huaro-
Manu ,le (lhra - eom(l (Ild(lr en M<,xico, 47, 74, 75 • de Perú, 126. ch iri, 146 • come.rclantes ex'
ItI <.':<tra1ificl\cí6n s ocial, 46. 47, 7fi. Nueva lna'laterra • ari,t.ocra... portadores e importadores, 48
Marañ. n - \' iJ:'Uela, 217. Mirandll, liD, 97. eia, 49. encomenderos 'd e Cuuo¡
Milrk, 98, 142, Misct'genacíC, n, 201.

224 225
I
Charc~~ y ümA, 109 • ~mco' Puritanismo y ®solutismo,
nlenrlerO!l, 50 . latifundio, 75, lGO. Segregad6n élllit:a .147 Vald.n:el (O.) , 145, H!l,
tioo 8o~in.l, 6~, '
76 - le vlllltamionto de Tambo- Valearr.el 0 _ >,32, 34, 36, 4] ,
hua.·~o, 145 • mine MI, 47 -
Sei'ontlo Sombra, 1 J 6. \ '. Ide:¡: (Ve r O vl ~,, ).
-R- ~'~ldlras, <J L, 32.
mlsdbilidotl ¡QCia.l, 9S • plan- V~fluerlas • capitlllilltM en
ladorell, 50 • viruela, 216. 81.ln COlapoll, 126. Salita F~, 62 _ ton Bueno!! Ai-
Ragatz, 76, 96. SlllChi, 16.
Pie6n ~al .., 86. n.mWl ~l l1'ji., 76. res y Li toral, 62.
PHt .., 148.
Planhulurea - en Carolina del
ltfoAl Cédula tle 27 de ma10 de
1&82, 196:
i
I
S itian les , OO.
BmíU. (Á. E.), 117.
Senhore.s de fmgenha 48, 66,
Vllteh" 3:>,
Vcaa (CarólallO de la) 36 39
212, ' , ,
Sur, 48 • en Pern, 60. Renglón y acte en la sociedad 8pjnd~n, 40. '
Pobl.c iun • al margen de la indlgen8., 27. Veguerl!8 en Cuba. 108.
S .... I, 98.
poblaci6n colonial, 63, 69 - bn.. Resguardos indig':lnQS en Co- Yen.tuel• • Ccllllpañfa Guipuz,.
productiva, 63, 109, 110 - no
incorpornda a la economta co-
lonial, 68, 109, 110,
Pobladore.l1 e\ll'opeoe (origen
lombia, al.
Re"oludén • tle las alcabalu,
138 • de Tup8.~ Afnaru, 149.
Revue lta de Marnf¡{tn, 139.
I -T_
lJ'ambohl.laeso, 14fi.
T-.un.,., 80,
coan_ , 150 _ Gran Cacao 50
- latifundio, 76 - levantamien_
to de Cual 7 Elpai\t. 141 •
Jevantamillnto de LeV~ 139
"orial), 63. ~yes Cató!ieOll, 163. Ta"~lly, H9. 148. ' ,
POOl't mJltico • entre 108 ma- RickeUs, 214, Templo del Sol, 39. Yent,a de Cl'lrSl'oa 'l16.bllc09, 175.
YR!, 17 _ Cl)mo betol" en la. Río de la Plata _ capitaIi9~. J TerrA.sgueros en Nueva Gra- VeraCTU1. - R1.Ueareros, !SO.
eatcRti(jend6n lIodal, 46. 79. del tráfico de mula!!, 51 . nada, 99. Vinllna. fl4, afi, 175, 179.
Portl!!lI "H" 184. 146.
POI"tllR"al . estructura @cen6,mi-
latiCundin, 75, '76,
Rfovruguay (márgenes) • vt_
~ TerratenJentes - en Maryland
142 - en Nueva York 98 '
Virginia _ levantamiento de ea.
clavos, indet'! t'urr.d serVQ7Jts
ea y unidlld nacional, 44 . ruela, 217. ThnJPP, 105, 122. ,. e lndios, 142 • Prime-rQs fa-
44 - deeadencin, 44. Ri .... Aguero, 82. j Tobago _ población blanca lo' ntillas, 48.
PortuglJeses - BU proceio en Riv-a Palacio, 126. 16.4. negra, ~9. Viruela, 215,
Lima, 91-

I
Roca (l1)ca), 38, 39, Toledo (Vil'TI'Y) 74 82 ]61 Vuhmtaril;l9 cubanOI despuéi'! de
Poseedores, 51. Rodrigaez (Nin,,), 140, 211, "" l868, 175.
Pradfl, SO, 85, 12lt Rlljll8 (R.), 144. Tolerancia religiosa en Nueva
Prejuicio !"Beial, 97. Roldán (levantamiento de), Ing-lalel'Ta, 169. -w_
rrellcott, 28, 39. 174 . Torquemada, 87, 215,

!
Primera" famiUas de Vlrgi. Rold!n (Fnnd~o), 138. Torreta de ~hdJna (Ver Pacbe-
nia~ 48, Walbr, 65.
Romero (F... ). 123, taJ , IGR, 174, "'),
Privilegio _ e Inmo"ilMad, '1'1 Torres Sald.mando. 83 Wf'8tp.rmarrk, 124.
Rosenbl.l, 207. l\'er!t"nbalu~r, 103 159 160.
_ elIPllnllión, 77 - y prejuido, Th:ri~ om.nJ., 199. .
97, Willill()D. &4. ' ,
-8- TrinIdad • maro01\. Catn'", Wolfr, 211.
P~so de los portuguelles en 14S. " ,
Lima, 9l,
Sacerdotes - /ln el lJ1~ario, 21 Tu~e Amaru, H9_
Produecl.-ín rle artkul08 expor· TupiMmbies . eadavil:nd, 36. -y-
tables como (ador en la ~­ - entre 109 maya!!, 21.
Saco, 124, 126.
trntiflrae!ón aocla!, 46.
Profe!lión y "trato IJ4ldal, 66. Sacrificioll humanos en las 10- -u- YachahuasJ, 38.
ciedades indi~n38, 22, 23, 32- U1Io&. Ver Juan,. UUoa, Yupa nqui (Tupac tnca), 146.
-Profe$iannlell liberales, 52.
ProfuoTe9, 62. Sáenz, 210, 213, 214.
P'r'tJpif'd:¡d rl~ la tierra como Saladeristas - en la Banda -v_
t:!l(' tnr fin la e!otratifieaeión so- Orlent.al, 51.
Yacuna an ti vari6liea 217

I
dal, .4.6. Santa Fe • vaquería!, 62. Vadio, 117. , .
Zapata Qrtill, Ver Gat iérrec
Propietari os • de 9b raje~, 52 Santiago- dd Estero, 207, No ri eH8.
Vaillanl, 37, 39,
- pequeñol, 62, Santo Domingo, 215. 21&. lavaJII, 61, 16'2, 167 180.
Vai.'ih~as, 81.
Puga, 116,127, l S1, l6G. Sll.nto~, 180. Valbu.na, 89. Zona geogd.tica lo' ~8trat.o 10-
c.ial, 66,
226
227
La vastedad del tema (jue se estudia en estas págillas
e~lge el manejo de una bibliografía extensa. Hemos hecho un
esCuerzo JXlr consullar, en cad;:t pals y cada nlaterla, las obras
de mayur autoridad t) flue a¡x¡ rtan hechos o criterios 1m-
port.an~s. sin que l'¡::; to :;¡lgnlrlque que hayamos logrado (nte-
gr3mente nuestro propÓSilO. por lo cual esta Bibllograf1a
no e¡;tá exenta del Incómo{)o pecado de omlsi6n.
No ha sido ¡ntendón nuestra, por ende, compilar una
bJbllograHa completa de 109 Jlcrlodos precolonIaI y colonial.
por (o demás, el lector encontrará en la bibliografía ele
nues tra E con omfa (le la sociedad coZuni ol algunos Ululos
no incluidos aqu(,

I
Se menciona enlre par~nte¡;ls, en los casos en que la
obra ha sido c itorla e n el texto, la abreviatura especial usa·
da en la cita. t;uo.nOo Incluimos ·varias obra!! de un mismo
I autor, las enumcramo:;¡ ent.re pa rént.csl.s pnra poder dlstln-
gulrlas con facilidad al menclo narlaa en el lndlce temático
de la Blbllograflii•

.Abad Queipo. Manuel (Obispo de Mlchoacán). "Estado moral


en que se hallaba la ¡)Oblación del virreina to de Nueva
Espaíia en 1799". Eln "Obras suelt as", de José Mana Luis
Mora. Paris, 1837. Vol. 1. 54. (Abaci ,Queipo. E~ tado
,naTal) .
- "Representación a nombre de 105 labradores y comer-
ciantes de Valladolid de Mlchoac.5.n en ~ue se demuestran
con claridad los gravlslmos incoD\'eriJ entes de qu e se
ejecute en la!! Américas 10. real cédula de 26 de Diclem·
bre de 1804, sobre enajenación de bIenes ra1ces y cobro
de capitales de capellunlos y obras plaa pata la consoli-
dación de vales". En "Obras sueltas", de José Marta Luis
,I Mo:-a. Parls, 1837. Vol. 1, 70 (Abad Queipo, ReprestrrV-
taClón) .
'0

I
I,
231
Abreu., Joao Capi.st1'U'nO de. "capitulos de hIstoria colonial Ingleses y de otros pueblo! lie Europa en In Ammca Es·
(l50IH800)". EdiC<10 da Sociedade Capislrano ue Abreu, pañola, de fl(h~ !él siglo XVI al XVIII, dcducid"rul de las obras
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-"Qolecclón de documentos inéditos rel::.Uvos al descubr!o
ml!'nto, conquista y organización de 13S antiguas pose'
slones ('sjJanolas de ultramol'''. Segunda serie. Madrid.
1! por Don . .. , del nntural I l~ los Jn/1I011 tle Potosi, sus ves'
tlmento,fl, las horas q Ul' lrabajan y el importe tle la plata
Sol_c ada dI! aquel C('rro 1:011 Iros quintos que han uado a
S. M. y trlhuto nto 10.__ indios". En "La Reovi!lta de Duenos
EsllllJler.¡ml~ntos tipográficos "Sucesores de Rivadaney· !
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-Historia: Clul.vez Suárez. Beltrán (2). 11'11.) . rea de en&:enho, luendeiroe.
Municipio -ker.ta : llirtutda. -Alimentación: G u tI é n-ez ete.)
- en Amérlca espaf'lola : Ots - Población negra: Aguine I Noriega. --eJl Bl'8.ril: Anónimo, DiAlo-
{;apdequi (2, 8). Beltrán. (1, J). -Afllu: Castro Pozo. go, Freyre, (1, 3).
-Propiedad: CosJlio (1, 2, S). -Cocaíllmo: Gutiérrez No- -en 1&8 Antillas británieu:
Naho.. -Propiedade! de. la I,lma: riega, Mortirqer, Nadon't!s Ragntr; (1, 2, Bl.
Chive:. Orou:o (4). Mora. Unidas, Sáen1l (2) , Zapata f'lateroa
Nangat'ión -T¡tlltos nobiliario8: Maril- Ortit... -en Buenos Air es: M!rquez
Baring (1). nez Cosio. -GoJndídones económicas '7 Miraooft (2).
Negros Nueva Grs'. ,.da (Ver tambib. aoclales : üúrraga. -en 111s Indias Occidentales:
---en América: Tannenbaum. Colombia) . -Conquista: Presco". Tone Re.vello (l).
----t'In Bra.sil : Rodr lgue5 (N. ) . ---Comuner08: Arciniegall (2) . -Cívilludones in dlg e n as: PIYJllouth
--en Nueva España : Agui~ -Encomiendu: Hel'ná n d 8 11 Me.lIs (1, 2), TelJo (1, 2, -Hilltoria: Brad!ord.
Beltr6.n (1, In. Rod:dgU8%. 8). Valdmel (L) (1). Pobl.dól\
----.n Uruguay: Pereda VaJu~s, -Gohinmo : Juan 1 Ullo!!., Ota -Cultura: Barred" LAI18. -AntilltUl ! GuerTa y Sinehez.
Petit Mufloz y otros. Capdequi (6, 6) . - Encomienda: BeJaúnc1e Gui- - Buenos Aires: ne!!io More-
Nirat"agua -Historia: Croot. 088111, Torres Saldamando n~

-Historia: Colección de docu· _Historia eeonómiea.: Garda (l) . POt"tuguese8


ment06, e te. A.} (1, 2). -Gobierno: Juan ,y UH(nl, --en Buenos Aires.: Laluente
N ueva Eapaña (Ver tambil!n - Indios : Arboleda Llorenle, MatleJl1h. Macbain (8).
Múieo ~. Friede, Juan y UlJO&.. -Historia: Basadre (l, 2, 8), Potosi (hoy Bolivia) .
--Clasef! 80C'iales: c}¡ /i vez -Propiedad inmueble: Her- Ciella de Le6n. Cobl). Erui. -General : Cañete y Domfn~
Orozco (l) . nández de Alba, Salazar. g UJ'en, Fuentes (l, 2), Gu- gue:>:, Martine.'Z y Ve....
- Condiciooe5 económiclIs y Nutva Yorle (Ver tambi6n ti~J'TeZ de Santa Clara, Le- -Innios: Álvarez Reyero.
sOOales: Abad Quelpo (1 , Ami t"ka dl':l Norte, Estados villler (4), Loo.iza¡ Lor:ente -Minas: Alvarez Reyero, Ro~
2), Valbuens. Unidos). (1, 2, 3, . , 6). M:arlá l.egui, jal.
-Culturas: Zavals (3). -Conflictos agrarioa: Mulc:. Odnozola. 'Polo de OndegaT- -Mita: Viilaha.
-Em~omienda : Simpson . do (1), Prado, Riva Aguero. Progreso
-Feudali8m~ y eapitalhilfl!l: Or,aniuciób ~al Voleé.rcel (L.). Wiesse. --Coneepto: Bes:rd.
Baz.ant. -de los Tupll1ambAea: Fer- -Historia econ6mjc::a: Rome· Propiedad . inn.obiJIllria (Ver
-Francieeanoa: Mendieta. nandes. ro, Ugarte. tambJé.n Régimen de la tie-
- Historia : Aguilar, Castro Palmarell (Esdavo/j fUgitivolI -[gle tio CaUllic::a: Juan y na).
Santa Anna, Cervantes Sa. eu Brasil) . Ulloa. -de la Igh:sJa en NIIi!va Es-
lazar. Dlávez Orouo (l),
Carda Cuban, Garda lea1:·
bal«ta (1, 2) , Humboldt
....
Cllrneiro, EnJle8,
~

Paraguay (Ver también Rlo da


N. Rodri~ - Indios: ,At.lenu. (Lo\lil), Ro-
yo,. Juan y UIlI7a, Lool1::I,
Pa:l\ SolitAn y otro, Sáen:r
pafill: Mora.
- en Améri~ e!!pafiola : 0tI
Capdequ.i (4).
( 1), Mendíeta, Riva Palado, l a Plata). (1). ~-enBuenos Airefl: Marfany.
OroJ:eo- y Berra (1, 2), Puo -----C<>ndlcionee eeonómlcas y _lnquiaici6n: Medin$. (1), -en Cundinamarca (hoy Co-
y Tt"oneoeo, Sahagún.
-Historia de la Iglesia: Cue-
vas, Mora.
social": Aura (1).
- Expulsi6n de los je.suit .. ~
Brabo.
Palma.
-Jesuitas: PaateUs.
-Judlos: I.ewin (2)'.
....
lombia): HeTlllindez. de A}..

--en MéxIco: C08eto (1, 2, S) .


-Historia del trabajo: Zava- _Franci3ctlno&: Có:rdoba (2). - Minas; Lohmann .Vmena --en NueYa Cr.nada: Her~
la (7). - l:Ii ~ lf!l'"ia : Báu. A;ara (1) (1) , Polo de OndeglU'do (3). nánde~ Rodríguez, Sainar.

....
-Inquisición: Mariel de Yhli·
-Legia¡adón : P uga.
-Jeaultas: Paatells.
-Mieíonea jeSuitica.:
Bernilndez. Lozano.
G." -Tierra!: Torrea Saldamando
(')
Pirateda
.
-en Saha (hoy A r.ent.ina) :
Cornejo (1).
-en Uroguay: MirquH.
-Levantamientos de indios: -Revolucl6n de los Comu" -en Amérlc::a ~spafio ¡ .: Alae- Puritanllnao, Puritanol (Ver
Caga.n ubia.. ros : "Estrada, Rai n.. do y Herl'f!ra, Ruing (2). tambifn Relí¡ión).

274 2fS
Bartan Pel'l'y, Bradlord, Wer. -Judíos; Le""ln (1, 2). ~n Nue\'a EBpafia: Martlne:ll -NegT08: Pel'\lda Valdés, Pe-
tenba.ker, WilIi80n. -Títulos nobiliarios; Calvo. C09sio! Montoto (1, 2). tlt Muiíoz y otros.
-Vaqueríu: Con¡ (4). Toledo (Fr1Inclsc:o) - Pmpiedad lnmUi!ble : Má.r-
Quito (Ver tamblful F..culldor ). Itwarío (h01 Argentina). LeviJlier (4). Urteap (1). q¡¡ez.
-GGbierno: Juan y Ullo •• - lliRtona: Fernandez Dfu. Tributo VaA'anda
-Historia: Velusco, Archivo Salariado, Salarío --en la Amhlca española: ---en Cuba : Saco (5).
N.acion.l (Ecuador) . --en A.lnérlca latina : Bagú, OtB Ca.pdeQui (S). Vaquerías
-JndiO$! luan y UnOA, Af'Chl- Garcja (A.) (2). Trinidad - e n el Río de la Plata: Coni
vo Nacional (Ecuador). -en Nueva fupaña: ChÁwz Guer ra y Sánche!: (1), Pitla. (4).
-Mita : Fére;¡;. Orou:o (1). Trujillo ( Perú). ValparAÍBO
':""'Problemafl econ6mlcos y 80- SaUa (huy Argentina). Feyjóo de Sousa. -Hi::,;toria: VIcuña Maekell-
CiBlC8: Santa eruTo y E8pejO. - Historia: Cornejo (1). na (2),
Tuc¡¡man (hoy Argentina). Vene:cuela
-Propiedlld Inruobiliarill: Cor- -Condidonea econ6n1lcu .,
Raull nejo (2, 3) . - Eeonomfa: Arcila Farra.,
_n América: Sarmiento. liociales: LitárraA'L Dlaz Sánehez.
Sah <ador (El) TupfIC Amaro
-..GrupO!! radftleB en Efltndoll - H¡!Storin: Batberena. - Encomiendas : Dbila.
Unidos: Warn",r y ulro. Cornejo B ourQncle, L I!! w in -Hll1 toria: Baralt, B I • r. c o
San Pablo (Vell tanlbiétl Dra- (3), Valc4'l'cel (D.) (1) .
Real cedula (Efl \mi'in). sil) . Gil Fortoul. Parra Pérez (,'
-del 26 de diciembre de 1804: Tupinambie. 2). '
- Historia: Taunay (2 ). Fernándes. -Jglesia católica : Wattel'll.
Abad Queipo (2).
Religión (Ver laml)l(ln Fran- Sanla Fe (hoy Argent ina) Ur¡¡guay (Ver te.mbién Rro de -JeHuíta;s : Aguirre Elorrla.glI.
clscanl>8; 19le:!lia Católica. In- -Caucho3il: Coni (2). la Plata). -Levantamientos de negros:
quilrici6n, Jesuitas, Misipnea -Histor ia: Álva:rez (1), Cer- -Eaclavitud : Pereda ValdéB. Gal'da Ohuecos.
VeTa.
jesuftiue) . -FmneiaunOa: Cónloba (1).
-ArAUCanOS : l.alchllffl. S.ntiago (Chile) . --Gaucbos: ConJ (1, 8). VírreM!J (f.d..).
...... en Brasil : Rodrf~ell (J. C.). - Hisloria : Amunátet:ul SolaT -Gobierno: Blaneo Acev.edo . --G utiérrez de Arce.
-IIlC8a: JijÍln y Caamaño, (3), Vicufia Maekenna (1). -Historia: Acevedo D r a z, Vlruer_
Polo de 'Ondcltardo. Santo Oomi ngo BauzA, Bibliotec;a. Pintos, --en Anlénea del Sur: Penna.
-Indios : Ff(¡yo. -Historia: Bellég",rde, Blet, Zum li'elde. Yueatlin (México).
- Reforma: Thwney. Cabon, Chllrlevoix, OasUne, -.Jesuitas: Paatella. Landa.
Régimen de la tinta Madiou, Martine:r.: de Qui-
---en América t'lIpañola: OtR xllnO, .Monte y Tejllda, Va-
Capdequl (4). nmel y otro.
Revoluciones (Ver L e v 8 n t Il- -Jesuita!: Valle Llano.
miento!!) . Senhorrs de en gen h o (Ver
Rto de la P lala (Ver tuRl')i~1t Plantadores) .
Argoentlna, PllrIlguay, Uru- Servidum bre
guay). - perRonal de indios : A.giL
-Encomiendas: Fellu Cru7. y
otro. 'flerru
-Estado rural; AurA (2). -Reparto e.n la Banda Orien-
_Est ructura aoda l: AstesaAo. tal: An6nimo, 11lf()NfLe.
-Gauchos : Rnr;sl . TltulOs Il6blliarioll
- HiRtoria : Azarn (1), Lee- ~n Amé"rica española:
villler (3), Parish. Atienza (Julio), Lohmann
~H istoria ecorulmica : Levene ViUen. (2).
(4). Pulggros. - en Chile: Amunategui Solaz
-Inquis ición: Torre Revello (U. .
(2). -en el Rlo de la plata: Calvo.

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