Castellano I – Introductorio, Seminario Mayor de Jujuy.
Hector Alfredo Vasquez
Santísima Trinidad La iglesia dedica el domingo después de pentecostés a la solemnidad de la Santísima trinidad. Las solemnidades son las celebraciones litúrgicas de grado más alto (las más importantes), reservadas a los misterios más significativos de nuestra fe: por ejemplo, la Pascua, Pentecostés, la Inmaculada Concepción, los principales títulos de Jesús, como Cristo Rey o el Sagrado Corazón. Además, de celebraciones que honran a algunos santos de especial importancia en la historia de la salvación, como es el caso de las solemnidades de los santos Pedro y Pablo y la del nacimiento de San Juan Bautista. En las solemnidades, la celebración eucarística tiene tres lecturas, el Credo y el Gloria. También tienen oraciones propias (o exclusivas) a lo largo de toda la misa. Al ser las celebraciones importantes, debemos concurrir a la santa misa ese día. Por las enseñanzas de Jesús sabemos que Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Con el término Santísima Trinidad es que señalamos esta realidad de Dios. Nunca podremos entender este misterio de forma plena. Pero, podemos adentrarnos en él. Una buena comparación sería universo infinito. Si miramos al cielo por la noche veremos el sin fin del espacio, muchas estrellas y luces, pero jamás podremos caminar sobre ellas o ir más allá. Así de inmenso es el misterio de la Santísima Trinidad. Santísima Trinidad significa que Dios es uno y trino. Tratemos de entender con otro ejemplo: Para construir una casa debemos tener estos 3 elementos: base, paredes y techo. Para formar la casa es necesario que estén unidos. Así mismo, Dios siendo uno solo está presente en 3 formas distintas: como Padre, Hijo y Espíritu santo. Hay un parecido entre el ejemplo de la casa y Dios. Veamos: Dios como padre, es como la base de la casa. Aunque no se ve sostiene todo Dios como hijo, es como las paredes de la casa. Es lo que se ve y le da forma. Y el espíritu Santo es como el techo, que cubre toda la casa. Escuchemos a Dios: Juan 14, 23-26 Jesús le contestó: si alguien me ama cumplirá mi palabra, mi padre lo amará, vendremos a él y habitaremos en él. Quien no me ama no cumple mis palabras y la palabra que ustedes oyeron no es mía, sino de mi padre que me envió. Les he dicho esto mientras estoy con ustedes. El defensor, el espíritu Santo que enviará el Padre en mi nombre les enseñará todo lo que yo les he dicho. El evangelio de San Juan nos ayuda a ver que Dios no es un ser solitario. Por el contrario, notamos claramente en las palabras de Jesús que Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo, una familia donde reina el amor, un solo Dios en 3 personas distintas. Castellano I – Introductorio, Seminario Mayor de Jujuy. Hector Alfredo Vasquez Dios padre desde el principio no estaba solo. Él siempre ha contado con la compañía de su hijo y el Espíritu santo. Él es uno, presente en 3 personas distintas, muy unidas entre sí, de tal manera que los 3 son uno solo. Esto es lo que llamamos el misterio de la santísima trinidad. Recuerden que, al hablar de misterio hacemos referencia a realidades muy profundas de la vida de Dios que se pueden conocer de forma progresiva. La santísima trinidad constituye un misterio inaccesible a la razón humana. Para entenderla necesitaremos ayuda de la fe. Dios es uno solo, las 3 personas divinas son inseparables. Pero, en su obrar divino cada persona se hace presente según el modo que le es propio en la trinidad. Veamos: Obras del Padre: El padre es el creador y al hacerlo ha iniciado una historia de amor con nosotros. Él todo lo hizo perfecto y todo por amor. Es Él quien preserva todas las cosas. ¡Bendito sea Dios! Obras del hijo: Es el enviado del Padre, el hijo es el salvador, con su muerte en la cruz y su resurrección nos ha demostrado su amor, como también quedándose con nosotros en la eucaristía para salvarnos del pecado. Jesús es muy amoroso, lo dio todo por nuestra salvación. ¡Gracias Señor! Obras del Espíritu Santo: Es enviado por el padre y por el Hijo, Es el consolador, que nos demuestra su amor animando a la iglesia e impulsándonos a hacer obras de amor por todos los seres humanos. Es nuestro santificador. Todo esto Lo vemos claramente en la creación, en la encarnación y en pentecostés. En la creación, Dios padre esta como principio de todo lo que existe. En la encarnación, Dios se encarna por amor a nosotros en Jesús, para liberarnos del pecado y llevarnos a la vida eterna. Y en pentecostés, el padre y el Hijo se hacen presente en la vida del hombre en la persona del Espíritu Santo, cuya misión es santificarnos, iluminándonos y ayudándonos con sus dones a alcanzar la vida eterna. Toda esa misión de vida, de amor y comunión se explica y se comprende porque Dios es una familia. Una unidad que se ve en sus obras de amor realizadas por nosotros. Los católicos, Creemos que la trinidad es una, no creemos en 3 dioses, sino en un solo Dios en 3 personas distintas. No es que Dios esté dividido en 3, pues cada una de las personas es enteramente Dios. Padre, Hijo y Espíritu Santo, tienen la misma naturaleza, la misma divinidad, la misma eternidad, el mismo poder, la misma perfección. Son un solo Dios. Existe una unión perfecta entre ellas. No pueden separarse. Cuando recibes a Jesús Eucaristía, recibes también, al Padre y al Espíritu Santo. Cuando hablas con Jesús hablas con Dios Padre y con el Espíritu Santo. Cuando adoras a Jesús, adoras al Padre Celestial y al Espíritu Santo de Dios. Donde esta el Padre, está el Hijo, donde está el Hijo el Espíritu Santo. Es un gran misterio, que sí se puede conocer cada vez más, en la medida que aceptemos a Dios en nuestro corazón.
Vasquez, Hector Alfredo
Castellano I – Introductorio, Seminario Mayor de Jujuy. Hector Alfredo Vasquez Introductorio, Seminario Mayor de Jujuy