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Basílica Nuestra Señora de Luján - Enc.

13- 2º año - Padres - Página - 1 - de 3

ENC UENTRO Nº13 - 2º año P a d r es


Cic lo A - 202 3

1- Oración:

Ven Espíritu Santo,


llena los corazones de tus fieles
y enciende en ellos el fuego de tu Amor.
Envía, Señor, tu Espíritu
y renovarás la faz de la tierra.
Dios, que iluminas los corazones de tus fieles
con las luces del espíritu Santo,
danos gustar de todo lo recto
según el mismo espíritu,
y gozar para siempre de sus consuelos.
Por Cristo, nuestro Señor,
Amén.
2- Tema:

“Dios e s familia”

3- Objetivo:

“Descubrir en la Santísima Trinidad


la unidad familiar”

Palabras claves: TRINIDAD - UNIDAD - FAMILIA

4- Compartir, dinámica, experiencia...


 ¿Qué sabemos de la Santísima Trinidad?
 ¿Por qué en el Credo decimos creo en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo?
 ¿Por qué nos hacemos la señal de la cruz cuando queremos ponernos en presencia del Señor, o
cuando entramos al templo, o cuando vamos a empezar a orar?
 ¿Qué coincidencias o similitudes podemos encontrar entre una familia y la Santísima Trinidad?
 ¿Qué es para nosotros la unidad? ¿Damos testimonio de una comunidad unida? ¿Por qué?

5- Iluminación bíblica:

 Jn 3, 16-18

Sumergidos en el misterio de la Trinidad desde el día de nuestro bautismo, estamos


llamados a ser hijos como lo fue Jesús, y movidos por su Espíritu, atrevernos a ver
en Dios a un Padre. Sólo así podremos construir un mundo de hermanos, donde
nuestras relaciones estén fundadas en el Amor.
Y desde este amor poder fundar bases bien firmes para el sostén de nuestras
familias.
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Si la familia participa en la fuente que es Dios-Trino, comunidad de vida y de amor, de allí se deducen
unos elementos para calificar la familia, pudiendo decir que ella es comunidad de amor y vida.
Dios queriendo ser uno sólo, se convierte en tres, lo mismo sucede con la pareja, formando la
familia. Dios es amor y por amor se hace familia: Padre, Hijo y Espíritu Santo y la familia humana es la
imagen de la Trinidad; por tanto toda familia es imagen de la Trinidad, toda familia es sagrada y debe
reproducir las mismas relaciones de la Trinidad: unidad, armonía, diálogo, solidaridad, reciprocidad,
cooperación y respeto mutuo.
Cuando la familia reproduce los rostros del amor humano (conyugalidad, paternidad-maternidad,
filiación) está reproduciendo una encarnación histórica y sensible de la infinita riqueza del amor de Dios
que es comunidad de personas.
Cuando el Papa Juan Pablo II, afirmó:
Familia sé lo que eres, es el reto que hace a la familia, un reto lleno de esperanza, un reto que parte de
la fuente y modelo, que es la misma Trinidad y que se proyecta en la historia como una prolongación de
la presencia viva y activa de Dios, que es Comunidad de amor y vida en el mundo y entre los hombres.
A la palabra misterio la debemos asociar con “algo por descubrir”, es decir que Dios nos va dando a
conocer, nos va revelando, algo y nosotros con nuestra fe debemos ir descubriendo.
La más profunda de las verdades de fe o misterio a descubrir, es ésta: que habiendo un solo Dios,
existen en Él, tres Personas distintas -Padre, Hijo y Espíritu Santo-. Hay una sola naturaleza divina, pero
tres Personas divinas. Aunque esta verdad no quepa dentro de lo limitado de nuestras facultades, no
por eso dejan de ser verdades y realidades. Las creemos no porque las descubra la razón, sino porque
Dios nos las ha manifestado, y Él es infinitamente sabio y veraz. Para captarlas mejor tenemos que
esperar a que Él se nos manifieste del todo en el cielo.
"El modelo originario de la familia, hay que buscarlo en Dios mismo, en el misterio trinitario de su vida",
entonces la familia es también el lugar que mejor nos puede ayudar a comprender la Trinidad. Si "el
"Nosotros" divino constituye el modelo eterno del "nosotros" humano", entonces el "nosotros" humano
familiar es icono de la Trinidad. Según esto, la familia es la realidad humana en la que se refleja con más
limpidez el Amor Intratrinitario, el mejor ejemplo humano para poder entender a Dios. Y Dios es, de
algún modo un "nosotros" familiar. (Juan Pablo II)
La familia hace que, así como en la Trinidad cada persona ama con un mismo dinamismo a las otras dos,
el amor del padre a la madre incluya el amor del hijo, el amor de la madre al esposo incluya el amor del
hijo y el amor del hijo por el padre o la madre incluya el amor por el otro progenitor. El amor a uno
incluye el amor hacia el otro.
La Santísima Trinidad nos enseña que nuestro Dios es comunidad y familia. Padre, Hijo y Espíritu Santo
forman la familia de Dios, el Dios que nos acompaña, que está a nuestro lado, que nos ofrece un
proyecto, que nos señala un camino y que nos brinda la fuerza para llevarlo adelante.
La Trinidad de Dios es modelo para toda comunidad humana (desde la familia a la Iglesia) porque
muestra cómo el amor crea la unidad en la diversidad, si leemos con atención el Nuevo Testamento,
observamos una especie de regla. Cada una de las tres personas divinas no habla de sí, sino de la otra;
no atrae la atención sobre sí, sino sobre la otra. Cada vez que el Padre habla en el Evangelio lo hace
siempre para revelar algo del Hijo. Jesús, a su vez, no hace sino hablar del Padre. El Espíritu Santo,
cuando llega al corazón de un creyente, no enseña a decir su nombre, que en hebreo es «Rûah», sino
que enseña a decir «Abbà», que es el nombre del Padre. Intentemos pensar qué produciría este estilo si
se transfiriera a la vida de una familia. El padre, que no se preocupa tanto de afirmar su autoridad como
la de la madre; la madre, que antes de enseñar al niño a decir «mamá» le enseña a decir «papá». Si este
estilo fuera imitado en nuestras familias y comunidades, se convertirían verdaderamente en un reflejo
de la Trinidad en la Tierra, lugares donde la ley que rige todo es el amor. (Padre Cantalamessa homilía
20-05-05).
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Al misterio de la Trinidad, lo debemos ir introduciendo en el seno de nuestras familias, de nuestros


hogares para descubrir que Dios es familia y que en comunidad nos salvaremos.
Debemos formar y cultivar la conciencia de “nosotros” como familia, compartir experiencias y
proyectos. Conversar, animarnos mutuamente, vivir en paz y con alegría a pesar de las dificultades.
Dios, en su misterio más íntimo, no es una soledad, sino una familia, puesto que lleva en sí mismo
paternidad, filiación y la esencia de la familia que es el amor. (Juan Pablo II Homilía Puebla nº 2).
Sin duda que el misterio de la Santísima Trinidad es uno de los más difíciles de asimilar por nuestra
razón. Sin embargo, sería bueno que como familia, iglesia, etc., aprovechemos esta celebración no sólo
para intentar esclarecer desde lo racional lo profundo de este misterio de comunión trinitaria, sino
también para analizar si estamos viviendo en y la unidad, y para agradecer al Buen Padre creador que
nos ha regalado la vida; a Jesús, Hermano nuestro que nos ha salvado, y al Santo Espíritu consolador,
que continúa animando nuestra fe y fortaleciéndonos. (Jorge A. Blanco- Editorial San Pablo),

6- Poner en práctica en la vida:

 ¿Siento que la familia a la que pertenezco es una verdadera familia que imita a Dios Familia?
 ¿Enfrentamos unidos las alegrías y los dolores de nuestras familias?
 ¿Siento a este Dios uno y trino en el seno de nuestras familias?

7- Compromiso:
 Nos comprometemos a participar de otras actividades de la Parroquia para formar de la
comunidad una verdadera familia.

 Nos comprometemos a participar en familia de las celebraciones que nos propone la Catequesis
Familiar para acompañar a nuestros guiados.

 Nos comprometemos a construir la paz y la unidad en nuestras familias.

8- Oración:

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.


Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén

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