¿Qué es un fluido no newtoniano?

Tras este nombre se esconden una

gran cantidad de líquidos comunes que no se comportan como líquidos

en ciertas circunstancias.

Las cosas son como son. Un líquido, por tanto, siempre es un líquido.

¿Verdad? Pero, ¿qué ocurre si de pronto comienza a comportarse de

una manera extraña, como si no fuese lo que es? Esto es precisamente

lo que ocurre con los llamados fluidos no newtonianos. Un fluido no

newtoniano es aquél cuya viscosidad varía con la temperatura o la

tensión cortante que se le aplica. Como resultado, estos fluidos tan

especiales no tiene un valor de viscosidad definido y constante. Y todo

esto se traduce en un fluido que se vuelve duro como una piedra cuando

el aplicamos la más mínima presión. Pero no hablamos de sofisticados

líquidos creados en un laboratorio, no. Los fluidos no newtonianos son

mucho más comunes de lo que nos imaginamos.

Empezando por el principio

Para comprender los fluidos no newtonianos primero hay que entender

qué es un fluido. Que no es otra cosa que una sustancia entre cuyas

moléculas sólo existe una fuerza de atracción muy débil. La estructura

que forma la unión de sus moléculas resulta poco consistente. Por eso

los fluidos pueden cambiar de forma sin que aparezcan fuerzas que

tiendan a devolverlo a su forma original. Esto es muy importante ya

que es la principal diferencia entre un fluido y un sólido deformable, el

cual no vuelve a su forma primera. Por tanto, no importa la naturaleza

química sino el estado físico, que es lo que define un fluido en realidad.

Los gases y líquidos, por ejemplo, son fluidos. Por su naturaleza poseen

ciertas características únicas entre las sustancias. Por ejemplo, todos los

fluidos son compresibles, se pueden comprimir. También son

infinitamente deformables ya que las fuerzas que cohesionan sus

moléculas son muy débiles; y no “recuerdan” la forma. Pero existe una

propiedad única, que es la verdadera protagonista en este tipo de fluidos:

la viscosidad.

¿Y qué es la viscosidad? Ésta es una propiedad de los fluidos que se

opone a que sean deformados tangencialmente, es decir, por fuerzas

tangenciales a la posición del fluido. Las viscosidad se debe

principalmente a la fuerza de cohesión de las moléculas, que ya hemos

dicho que era floja. La viscosidad sólo se pone de manifiesto en los

fluidos en movimiento y se puede imaginar como si el fluido estuviera

hecho de infinitas capas, una encima de otra. Es la resistencia que

ejercen estas capas a moverse lo que conocemos como viscosidad. Y

gracias a la viscosidad los fluidos poseen características distintivas y

únicas. Si la viscosidad fuera 0, estaríamos ante un fluido “ideal”, un

súper-fluido que no generaría fricción. Pero en este caso no nos

encontramos ante un súper-fluido, ni mucho menos.

 

Fluido no newtoniano (Fuente: Fluidos y Termodinámica)

Qué son los fluidos no newtonianos

Como hemos explicado, un fluido no newtoniano es aquél cuya

viscosidad varía con la temperatura y la tensión cortante que se le aplica.

Por tanto, no tiene un valor de viscosidad definido y constante, y no se

comportan como fluidos (normalmente líquidos) comunes. Su nombre

proviene del hecho de que no cumplen con la ley de Newton sobre la

viscosidad debido, precisamente, a que esta ley considera al líquido con

una viscosidad constante. Al contrario, al ejercer presión o cambiar la

temperatura, estos fluidos se parecen más a sólidos que a los líquidos.

Así, un fluido no newtoniano puede ser recogido con los dedos como si

de un objeto sólido se tratase. Sin embargo, al dejar de ejercer esta

presión se convierte, de nuevo, en un fluido líquido, escurriéndose en las

manos.

Lo que ocurre es que la mezcla del fluido, lo que contiene, sea

homogéneo o no, cambia la interacción que ejerce con otras sustancias

del líquido en el momento en el que aplicamos presión. Así, con la harina

de maíz de casa, por ejemplo, lo que tenemos es una mezcla de almidón

y fibras vegetales que interactúan entre sí, desplazando al agua y

creando una "malla" dura. Pero al dejar de ejercer la presión, las

moléculas de agua vuelven a su sitio y el fluido alcanza de nuevo su

textura líquida. Además de la harina de maíz, entre los líquidos no

newtonianos comunes encontramos la pintura, el ketchup, las soluciones

saturadas en azucar la gelatina o el barro, entre muchos otros.

 
 Piscina de fluido no newtoniano (Fuente: El Confidencial)

La utilidad de los líquidos que no son líquidos

A día de hoy se investigan este tipo de fluidos para todo tipo de

aplicaciones. Por ejemplo, los fluidos no newtonianos pueden usarse

para fabricar chalecos antibalas. Estos fluidos son capaces de absorber

la energía del impacto de un proyectil a alta velocidad; pero permanecen

flexibles si no hay impacto. Otro uso interesante es el de este fluido

para reparar los baches mediante un fluido que cambiaría su

viscosidad y se volvería duro con la temperatura o con la tensión que

ejercen los coches sobre el agujero. Otra variante útil de estos fluidos no

newtonianos consistiría en utilizar las propiedades especiales de estos

fluidos en prendas de vestir protectoras: cascos, rodilleras, codos, por

ejemplo. Estos protectores serían capaces de moverse dinámicamente y

ser muy livianos al tiempo que se endurecen en caso de recibir un golpe.

Las aplicaciones o la investigación de estos fluidos está limitada solo por

el ingenio de los científicos que trabajan con ellos.

Más sobre este tema:

Fluidos newtonianos

Leyes de Newton