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Análisis sentencia 0030-03-2019-SSEN-00211, Segunda Sala,

Tribunal Superior Administrativo

Juan Elías Colomé Reynoso - 10139236

La sociedad comercial Asset Wealth Management (en lo adelante, la parte recurrente), el 12 de


enero de 2018, interpuso un recurso Contencioso-Tributario por ante la Segunda Sala del
Tribunal Superior Administrativo en contra de la Resolución ALMG.CEF2-0669-2017,
emitida por la Dirección General de Impuestos Internos (en lo adelante, DGII o la parte
recurrida). De igual manera, comparece el Procurador General Administrativo, el Dr. César Ruiz,
fungiendo como Ministerio Público en la presente causa.

La parte recurrente pide al Tribunal la nulidad de la resolución emitida por la DGII, en razón
de que violenta el derecho a la debida motivación de ese tipo de actos y el derecho a la
defensa de la recurrente. De igual forma, que se acojan sus argumentos debido a la
prescripción del plazo en el cual la DGII tenía la facultad, tal y como dice el artículo 21, letra a,
del Código Tributario, “para exigir las declaraciones juradas, impugnar las efectuadas,
requerir el pago del impuesto y practicar la estimación de oficio”. La parte recurrente alegó que
la DII terminó un ejercicio fiscal el 31 de diciembre del 2013, y que la acción para determinar,
exigir e impugnar impuestos a la sociedad comercial prescribió el 30 de marzo del 2017. El
plazo no puede ser de 5 años supuestamente si el contribuyente declara mal, primero, porque
contradice la ley, y segundo, porque le es imposible a la DGII saber si una declaración está mal
hasta que culmina, y culminó fuera de plazo. De igual forma, la parte recurrida atribuyó
anticipadamente el título de apócrifos a los documentos solicitados, asumió transacciones
falsas a priori, e inclusive, no incluyó en su resolución la declaratoria de prescripción del
ejercicio fiscal del 2013. Los alegatos de la parte recurrida fueron que su resolución no
adolece de vicio ni falta de motivación. Que el plazo establecido en el artículo 21 y 22 del
Código Tributario se cuenta a partir del día siguiente al vencimiento del plazo, luego de 120 días
contados a partir del cierre fiscal, por lo que, con la comunicación No. ALMG.CFSDI 000774-
2017 del 9 de octubre del 2014, se interrumpió el plazo de prescripción, y nunca fue respondido
por la recurrente.

El tribunal estableció que la parte recurrente tiene razón en cuanto al hecho de que la fecha en
que prescribía el ejercicio fiscal era el 30 de marzo de 2017, por lo que el 9 de octubre de 2017,
ya estaba prescrito; también, el tribunal explicó que puede haber un plazo de paralización o
suspensión del plazo que no podrá pasar de dos años si el contribuyente no cumplió con su
obligación o la presento con falsedades. La acción u omisión que produzca disminución de
ingresos tributarios, exenciones indebidas, es evasión y es sancionable administrativamente.
Ante una declaración falsa o inexacta, la solución es rectificación, no causal de suspensión de la
prescripción. Las declaraciones juradas falseadas, es decir, comprobantes fiscales no
fehacientes, constituyen un delito penal de falsedad y alteración de escrituras, no sancionable
administrativamente, sino por la vía penal. Por ende, no puede suspenderse el plazo por falsedad
sin antes haber una sentencia judicial condenatoria por perjurio con fuerza irrevocable.
En razón de esto, se acogió el recurso contencioso tributario presentado por la parte recurrente
y revocó la resolución de la DGII.

Luego de que se cierra el año, había una exigibilidad de 120 días del ISR.

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