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II.

LA CODIFICACIÓN DEL DERECHO CANÓNICO


1. La idea de una revisión del Derecho canónico40.
No es posible todavía precisar el nacimiento de la idea de revisar el Derecho canónico, pues
han sido tres las opciones que hasta hoy tratan de explicarlo41. Según una primera explicación,
la idea habría surgido en el Papa la misma noche del día de su elección, el 4 de agosto de 1903,
durante unas horas insomnes42. Corrobora esta hipótesis el que fuera su cardenal secretario de
Estado43, quien escribió que "tres día después de su elevación al Pontificado, manifestó su firme
intención de poner mano en tan grandioso trabajo [la codificación], que siempre había deseado
ver coronado". Su intensa vida pastoral le habría llevado a experimentar personalmente la
necesidad de tal empresa; "como párroco y obispo, había tenido ocasión de comprobar la
imposibilidad de regir bien una parroquia o una diócesis con normas complejas esparcidas aquí
y allí en antiguas compilaciones, dificilísimas de encontrar, las cuales, además de no ser tal vez
congruentes consigo mismas, ya no se adaptaban a las nuevas condiciones de su tiempo"44. Hay
quien, sin embargo, entiende que esta hipótesis no podría ser considera verdadera, pues el
mismo Papa, y esta es la segunda explicación, el 11 de enero de 1904 escribe al cardenal
Casimiro Gennari (1839-1914)45, agradeciendo la "santa sugerencia" y haciéndole presente que
sería oportuno dar principio al trabajo "demasiado necesario" del estudio para dar inicio a
compilación del "Código canónico"46. Finalmente, el cardenal Pedro Gasparri (1852-1934)47 ha
escrito que después de su entronización, el Papa Pío X lo recibió en su calidad de secretario de
la Congregación para los asuntos eclesiásticos extraordinarios y le preguntó acerca de las cosas
que debían hacerse en dicho momento, a lo que el cardenal le habría respondido poniendo de
relieve la necesidad de un Código canónico48.
Cual de estas tres explicaciones sea la exacta no es una cuestión que lleve aparejadas
consecuencias importantes para la historia de la codificación. Incluso, como se ha puesto de
relieve49, es posible que todas ellas sean plausibles: el cardenal Gasparri puede haber dicho al
Papa el comentario que se atribuye y el Papa haber considerado la oportunidad de codificar las
leyes de la Iglesia, pero sin que tal pensamiento fuese seguido de una decisión operativa, la que
se habría producido después de la sugerencia del cardenal Gennari.
Hay, sin embargo, algún elemento de juicio que permite dar mayor relieve a la primera de las
hipótesis. En un artículo publicado en 1917 por uno de los consultores, el P. Noval50, cuenta
como, con ocasión de la primera reunión plenario de los consultores, el Papa Pío X se habría
dirigido a él "en estos términos poco más o menos: en los primeros días después de mi elección
al Pontificado, pueden ustedes suponer que pasaba gran parte de la noche en vela. Entre los
muchos pensamientos que con más insistencia me acosaban quitándome el sueño, era uno el de
la dificultad que, dada la incertidumbre en muchas de las leyes, había yo de encontrar para
resolver conforme a justicia y a Derecho tantos y tan graves asuntos como luego comenzaron a
ser propuestos a mi decisión, ya para armonizar el celo con la prudencia al apremiar con la
observancia o al querer reprimir la transgresión de muchas leyes fácilmente desconocidas.
Parecióme que gran remedio sería hacer una codificación general: propuse el proyecto a
personas doctas y prudentes, quienes lo juzgaron bueno y factible a pesar de sus dificultades
innegables y en otros tiempos invencibles, y de aquí provino, después de implorar por varios
meses los auxilios divinos, el decreto de codificación y el llamamiento de ustedes a trabajar en
ella".

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