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Mi rutina de ejercicios vocales

TUTOR: Jonathan Alvarez Salazar


Aprendiz: Michell Andreina Garcia Melean
Mi rutina de ejercicios vocales
Ejercicios de relajación:
Exhala con conciencia: La voz se genera en la exhalación e incluso
durante una exhalación prolongada. Esta emisión de aire produce una
tendencia de la caja torácica a derrumbarse. Podemos entrenarnos en
la habilidad de mantenerla abierta e incluso de abrirla más durante la
exhalación vocal.

Abre los brazos mientas cantas: La exhalación vocal tiene también


tendencia a hacer que los brazos se cierren en torno al pecho. Intenta lo
contrario: sopla o canta abriendo los brazos, lo que ayuda a las costillas
a mantenerse abiertas.

Si perseguimos únicamente la apertura torácica podemos correr el


riesgo de volvernos rígidos. Para conservar la flexibilidad es
recomendable alternar los dos ejercicios precedentes con ejercicios que
llevan, por el contrario, los brazos hacia delante, es decir, en el sentido
del cierre costal.

Alterna tres vocales: O, I, A: Para la vocal "o" adopta con los labios
la posición de silbar. Luego, en esa posición, abre un poco la
boca como para decir "ooo". Sé preciso para situar la forma de tus labios
y de tus mejillas: estás haciendo trabajar al músculo orbicular de los
labios que da a tu boca un poco la forma de una caja. Siente
ahora cómo se instala la lengua dentro de la boca, retrocediendo un
poco, a fin de pronunciar esta "o".

Busca el molde para la "i": Partiendo con la boca cerrada, separa


lentamente las comisuras de los labios al tiempo que abres un poco la
boca. la lengua se aproxima al paladar y no deja abierta más que una
rendija horizontal para que pase el aire.
Pronunciar la "a": Para hallar la forma de la "a" baja la mandíbula y
siente cómo la lengua se extiende a los lados entre los dientes de abajo.
Si juegas alternando estas tres vocales con precisión, tu "caja de
resonancia" de la boca se verá rápidamente optimizada.

Toca el arco cigomático: Está formado por tres huesos diferentes:


en la parte posterior, por el hueso temporal (el de la oreja); hacia la nariz,
por el hueso maxilar y, entre los dos anteriores, por el hueso malar. haz
el sonido "mmm" y busca sentir que dejas vibrar estos tres huesos.

Posa cuatro dedos bajo el cigomático: Por detrás palpas el


músculo masetero, que se contrae al apretar los dientes. Intenta relajarlo.

Si se relajase del todo, la mandíbula se abriría. Intenta encontrar solo la


contracción necesaria para evitarlo y obtendrás más libertad en la
mandíbula.

Hacer surgir un sonido espontáneo: Tumbado boca arriba,


flexiona el tronco con un impulso y levanta brazos y piernas, todo a la
vez. Deja que salga un sonido espontáneo: es el movimiento el que
lleva al sonido. Percibe cómo la zona abdominal (que puede deformarse,
pero no comprimirse) influye en la voz.

Bosteza: Comienza abriendo la boca, de forma relajada y dejando


venir una gran inspiración con la intención de comenzar un bostezo. Los
maseteros (trabajados en el ejercicio 9) se relajan y se dejan estirar.

Ejercicios de respiración:

Respiración de fuego: Para este ejercicio primero hay


que sonarse los moquitos. Trabajaremos la presión de la
exhalación por la nariz. Vamos a exhalar con la nariz como cuando
te suenas o te limpias la nariz. Lo harás pausadamente, uno por
segundo. Sacando todo tu aire por la nariz. Es importante pensar
sólo en sacar, la inhalación vendrá sola. Hazlo unas 5 veces, con
cuidado de no marearte. Límpiate cada vez que lo necesites.
Sentirás unas contracciones en tu abdomen, ese es el trabajo que
hace tu diafragma. Este ejercicio te ayudará a limpiar tu nariz,
además de activar tu diafragma y exhalar todo tu aire.
Aprenderás donde está tu diafragma y sentirás como se mueve.

Respiración de fuego con brazos: Exactamente


igual que el anterior, pero usaremos también los brazos. Al inhalar
alza los brazos. Extiende bien tus brazos y manos hasta arriba de
tu cabeza. Al exhalar por la nariz, baja con fuerza y velocidad los
brazos hasta doblar tus codos y cerrar tus puños. La acción es
como si te exprimieras. Puedes hacer series de 5, cuidando de no
marearte y que tampoco se cansen tus brazos. Este ejercicio,
además de los beneficios anteriores, te ayudará a tener una
respiración completa (costodiafragmático-lumbar) aún cuando
subas los brazos, re-educando a tu cuerpo en la respiración. La
energía que lleva este ejercicio hará que recircule todo el aire
residual de tus pulmones. Aprenderás a generar suficiente presión
subglótica con el trabajo evidente del diafragma.

Exhalaciones cortas: Pon tus manos en la cintura,


dedos para atrás para que puedas sentir como trabajan tus
músculos. Exactamente como en el ejercicio anterior con la
contracción en el diafragma, exhalaremos con “s”. Serán
exhalaciones cortas con la misma fuerza y energía del ejercicio
anterior. Haremos lo mismo haciendo “sh” como cuando callas a
alguien. Y por último sacando sólo aire con tu boca en forma de
“Fu”.

Exhalaciones largas: Después de hacer 4 exhalaciones


cortas (como en el ejercicio anterior) la quinta será larga y con
mucha presión. Tratarás de sacar todo tu aire con mucha presión.
Te puedes ayudar de las manos para sentir la velocidad de aire.

Respiración coordinada
Usando los dedos pulgar y medio de la mano, taparemos las
narinas (orificios de la nariz), alternando los dedos. Alternaremos
también la inhalación y exhalación.

o Tapa tu narina derecha con el pulgar.


o Inhala con tu narina izquierda.
o Tapa tu narina izquierda con el dedo medio.
o Exhala con tu narina derecha.
o Inhala con tu narina derecha.
o Tapa tu narina derecha
o Exhala con tu narina izquierda.

Ejercicios de apoyo y control:


Ejercicio con la laringe, ya que ella no ayuda a tener un control en los agudos, en
los altos y bajos tonos.
Ejercicios de resonancia:
Golpecitos en la zona de la cara para activar los resonadores paranasales.

NG para activar el resonador nasal.

El hum o humming para activar los resonadores faciales (la máscara).

Pensar que sacas el sonido por los ojos o por la coronilla.

Ponerse la mano en el pecho.

Ejercicios de proyección de sonido:


PROYECCIÓN DE LA VOZ
Una buena proyección de la voz nos permite lograr una resonancia correcta,
lo que le da mayor volumen y limpieza a la emisión y además favorece un
mejor aprovechamiento del aire. Para encontrar el lugar más adecuado en
nuestra boca para rebotar el sonido puedes tocar con la yema del dedo las
arrugas del paladar (al tocar esa parte sentirás un cosquilleo). Es justo
contra esa pared donde el sonido debe chocar. (Educación de la voz,
Escuela de Administración Pública Murcia).

LA POSTURA, ELEMENTO CLAVE: Una buena postura corporal es


fundamental para lograr la proyección de la voz.
Seguramente has notado que tu voz se proyecta mejor cuando estás de pie
que cuando estás sentado; del mismo modo, si estás inclinado, doblado o
sentado de forma incorrecta, la emisión de tu voz se verá afectada. Así que
es muy importante que trabajes en una postura relajada. Mantener la
cabeza erguida te ayudará a dirigir de mejor manera la voz.

CUIDA TU RESPIRACIÓN
Recuerda que para emitir una voz fuerte debes controlar el volumen desde
el diafragma, no en las cuerdas vocales.

1. Realiza una inspiración nasal lenta y profunda. Retén por unos segundos
y a continuación realiza una espiración bucal muy débil.

2. Realiza una inspiración nasal lenta y profunda. Retén por unos segundos
y después espiración bucal débil terminando de manera más fuerte.

3. Realiza una inspiración nasal lenta y profunda. Retén por unos segundos
y después realiza la espiración bucal con soplos discontinuos aumentando
la intensidad.

Repite estos ejercicios de cinco a ocho veces cada uno.

Ejercicios de fonación o emisión de sonido:


Flexione la cabeza acercando la oreja al hombro (no el hombro a la
oreja), primero hacia el hombro derecho y luego hacia el izquierdo
(repítalo varias veces).

Gire la cabeza hacia el lado derecho, después vuelva a la posición


normal y gírela hacia el lado izquierdo (repítalo varias veces).

Haga movimientos de rotación con la cabeza, girándola desde el


hombro derecho al izquierdo, pasando lo más cerca posible del pecho,
y a la inversa (repítalo varias veces).

Coloque las manos en los hombros y dibuje con los codos unos
círculos bien amplios, 10 veces hacia delante y después 10 hacia atrás.
Siempre acabaremos el giro hacia atrás, para mantener una correcta
postura de hombros, evitando la tendencia a dejar caer los hombros
hacia delante .
Baje la cabeza suavemente, acercándola al pecho y dejando todo el
peso sobre ella. Súbala lentamente (para evitar marearse) hasta llegar
a su posición normal y manténgala estirada. Durante el ejercicio
mantenga los hombros relajados.

Baje la cabeza, acercando la barbilla al pecho y mueva la cabeza de


derecha a izquierda con movimientos cortos y rápidos. Después de
unos 10 segundos suba lentamente la cabeza mirando al frente.
Descanse y vuelva a realizarlo

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