Está en la página 1de 6

TEMA EBAU: LA GENERACIÓN POÉTICA DE LOS CINCUENTA o DEL MEDIO SIGLO.

CARACTERÍSTICAS, AUTORES, OBRAS. ÁNGEL GONZÁLEZ.

Aunque la poesía social se prolonga en los años sesenta, en la misma década de los
cincuenta van apareciendo algunos poetas que superan esa tendencia, pese a que
algunos de ellos comienzan su andadura con acentos sociales. Son los conocidos como
Generación de los 50.
Son poetas que nacieron entre 1925 y la guerra civil. Comienzan a escribir en los
años cincuenta. Los más destacados son: Carlos Barral, José Manuel Caballero Bonald,
Ángel González, José Agustín Goytisolo, Jaime Gil de Biedma, José Ángel Valente,
Francisco Brines, Claudio Rodríguez.
Aunque se conocen como Generación de los 50, tal denominación parece poco
acertada puesto que, si bien comienzan a escribir en los cincuenta, su poesía marcará,
sobre todo, la década siguiente (caracterizada por el agotamiento del realismo social).

Rasgos generacionales:

a) Es un grupo, más que una generación:

«Sí, es un grupo, no se puede hablar de generación de los 50, que es un término mucho más extenso. Fuimos un
grupo que nos unimos en parte de forma espontánea, en parte de forma voluntaria, imagino como le sucede a
todos los grupos», explica Ángel González.

Como grupo, presentan rasgos comunes, que figuran a continuación.

b) Los unió la lucha contra la dictadura de Franco: Caballero Bonald señala, en este
sentido, que fueron un grupo de poetas unidos por la amistad, pero también por la lucha
clandestina contra el franquismo. Brines también indica que la lucha contra la dictadura fue
lo que más unió al grupo y Ángel González corrobora que se cruzó con ellos la lucha
antifranquista clandestina y cree que eso fue lo que más los unió.

c) Son «poetas de la experiencia». Es decir, es la suya una poesía que refleja su


propia experiencia personal, por eso es habitual la presencia de lo íntimo, el gusto por el
recuerdo, la expresión de la subjetividad: poetizan su vivencia (experiencia) personal.
Evocan su infancia y la adolescencia como paraíso roto —a causa de la guerra— o
perdido. Además, el fluir del tiempo, la conciencia de la transitoriedad humana —que
carga algunos poemas de una vaga tristeza, de nostalgia— el amor y el erotismo, la
amistad, el marco cotidiano… reaparecen con fuerza. [Estos son los temas]
d) Son inconformistas e irónicos:

Su inconformismo con respecto al mundo en que viven no se manifiesta nunca de forma


desgarrada sino con actitud distanciada e irónica. Esta ironía y el humor son también
utilizados para alejarse en actitud desapasionada de las propias emociones personales,
con lo que la burla y la sátira alcanzan con frecuencia al propio escritor.

e) Su estilo es riguroso, pero comunicativo:

Ángel González señala que hacían una poesía comunicativa, que llegaba a mucha gente
por lo que decía. Se alejan voluntaria y conscientemente de las tendencias anteriores. Se
rechaza por igual el patetismo de la poesía desarraigada (pese al evidente sentimiento de
desarraigo de estos poetas) y el prosaísmo de los poetas sociales. Si muchos siguen fieles
a un estilo conversacional, «hablado», antirretórico, ello no exime de una exigente labor
de depuración y de concentración de la palabra. Es evidente que ha aparecido un
mayor rigor en el trabajo poético. Renace, por tanto, el interés por los valores estéticos y
las posibilidades del lenguaje.
Como elemento fundamental, de creciente empleo: la ironía.
En cuanto a la métrica, predomina el verso libre, aunque no falta el uso esporádico de
estrofas clásicas.
f) Influencias diversas:

Les influyen la (1) lírica latina; la (2) poesía inglesa contemporánea; el (3) Barroco español;
los (4) poetas del 27; (5) Antonio Machado o Miguel Hernández.
No obstante, debe subrayarse que la presencia más importante en la mayoría de estos
poetas es la de (y 6) Luis Cernuda, cuya poesía se revalorizó.

g) En una primera etapa predomina lo histórico y social, y después un intimismo


que no renuncia al componente ético.

h) La poesía es entendida como conocimiento (frente a la poesía como comunicación),


lo cual suponía un rechazo de cualquier visión puramente instrumental de la poesía.

Temas y características principales:

a) Vivencias de la guerra:
Evocación de los años infantiles vividos durante la guerra civil o la primera posguerra. La
distinta edad de los poetas condiciona la índole de sus recuerdos. Para unos (Á. González) la
guerra supuso la ruptura con el paraíso de la infancia; para otros es la infancia ligada a la
miseria. También la diferente clase social de los poetas se refleja en el carácter de esos
recuerdos, aunque posteriormente casi todos coincidan en una actitud progresista y
antiburguesa.
b) La poesía social:
Se caracteriza por su realismo e historicidad, por ser testimonial y de denuncia.
A diferencia de la poesía social propiamente dicha, se hace hincapié en el segundo elemento
del binomio «sociedad-individuo» (ahora no se habla en nombre de nadie, son juicios que un
individuo muy concreto realiza sobre la situación histórica). Y, desde luego, no hay descuido
estilístico.
c) Aparición del tema amoroso íntimo y erótico sin las obligadas transcendencias. Así, la
inmediatez de lo físico en Gil de Biedma o el deseo de recuperar la juventud en Brines. .
d) El tema del tiempo visto de tres maneras:
-Poetas que expresan el paso del tiempo a través de sus propias existencias personales
(Brines).
-Meditación con un valor más objetivo y universal (Valente)
-Los que se ocupan ante todo de las concretas realizaciones histórico-sociales de su tiempo
(Á. González).
e) Énfasis en el poema como un acto de conocimiento y en otorgar a un vocabulario de
apariencia cotidiana y a una realidad aparentemente anecdótica significados y dimensiones
nuevos.
f) La metapoesía: abundancia de poemas convertidos en temas de sí mismos, escepticismo
sobre las posibilidades del lenguaje o inutilidad de la palabra poética.
g) Son también características de esta generación: la ironía, el humor, el distanciamiento
con el personaje poético, la preocupación por la palabra, la memoria, la elegía y la creencia
de que el conocimiento del interior personal es la mejor manera de acercarse a la realidad.

En conclusión: son «poetas de la experiencia», dado que su trayectoria los llevará al


intimismo y a la expresión de la experiencia individual. La amistad, el amor, el trabajo, la
infancia o adolescencia, es decir, los aspectos cotidianos de la vida personal, constituyen
los temas de sus poesías; aunque muy a menudo están tratados con escepticismo e ironía.
Se separan también de la poesía social en el tratamiento del lenguaje: se busca un
estilo personal, donde el humor y la ironía (las citas de lecturas y canciones también) generen
una sensación de conversación con el lector.
NÓMINA DE AUTORES:
JOSÉ AGUSTÍN GOYTISOLO.
Destacamos a José Agustín que se inicia con El retorno, elegía dedicada a su madre
muerta durante un bombardeo en Barcelona; en ella se expresan el dolor y el odio contra
quienes la causaron, tema que repite treinta años después con Final de un adiós. Inició su
poesía satírica con lenguaje sarcástico con Salmos al viento, Algo sucede y Bajo
tolerancia. En los años 80 publica tres nuevas recopilaciones de poemas: Palabras para
Julia y otras canciones donde agrupa sus “letras para cantar”, A veces gran amor,
antología de tema más o menos amoroso y Sobre las circunstancias, donde recoge poemas
de “circunstancias” con un tono irónico o sarcástico.

JAIME GIL DE BIEDMA (Barcelona, 1929-1990)

El tema central de su poesía es el paso del


tiempo y el cómo salvarse del tiempo se convierte en
una obsesión: él mismo declara que los dos temas
esenciales de su poesía son “el tiempo y yo”. Entre sus
obras: Compañeros de viaje, Moralidades (en ambas
aparece una actitud repulsa a la situación política y social)
y Poemas póstumos se halla recogida en un breve
volumen titulado Las personas del verbo.
Un aspecto importante de la poesía de Gil de Biedma es el escenario urbano en el
que se sitúan la mayoría de sus poemas. Asimismo, es frecuente en su poesía el empleo de
un tono conversacional que acerca la expresión al plano oral y le da una impresión de viveza.

JOSÉ ÁNGEL VALENTE (Orense 1929-Ginebra 2000)


La escritura de Valente ha sido una constante indagación
en el lenguaje en busca del conocimiento poético y de la propia
salvación a través de la palabra. Su poesía evoluciona desde una
concepción ascética hasta un planteamiento místico.
Valente divide su obra poética en dos grandes bloques o ciclos: el
primero lleva el título global de Punto cero (1953-1976) y abarca
desde A modo de esperanza hasta Interior con figuras; el
segundo, el más completo y unitario, es el fundamental y lo titula Material memoria (1977-
1992) y comprende desde el libro así titulado hasta No amanece el cantor; su último poemario
Nadie (1996) quedaría fuera de este segundo ciclo.

FRANCISCO BRINES (Valencia, 1932)

Es el autor más homogéneo de su promoción, ya


que su visión poética ha cambiado muy poco desde su primer
libro. Su poesía se caracteriza por estar dominada por una
gran preocupación metafísica y tono meditativo y
elegíaco, con el tiempo, el amor y la muerte serán sus ejes
temáticos.
Como recursos expresivos: la implicación continua
del lector y la abundancia de escenas cotidianas. También en este autor el núcleo principal de
la poesía es el paso del tiempo y las consecuencias que ello provoca:
Entre sus libros destacan Las brasas, Palabras a la oscuridad, Aún no y El otoño
de las rosas.

CLAUDIO RODRÍGUEZ (Zamora 1934-Madrid 1999)

La breve pero singularísima obra de Claudio


Rodríguez se caracteriza por dotar de un enorme valor
simbólico y expresivo los elementos más corrientes de la
vida rural.
En su obra poética se distinguen distintas fases, una por cada libro publicado, que se
corresponden con la trayectoria vital e intelectual del poeta. En su primer libro Don de la
ebriedad, el poeta canta la esencia de la poesía y utiliza un léxico rural y natural.
Tiene otros como Conjuros donde domina es la indagación en las cosas, en los
elementos más comunes, naturales y sencillos. El vuelo de la celebración. O su último libro
publicado, Casi una leyenda.

ÁNGEL GONZÁLEZ (Oviedo, 1925-2008)


De entre todos estos autores, especial mención ha de recibir el ovetense Ángel
González.
Su obra presenta dos etapas, aunque, vistos
en su conjunto, sus versos constituyen un único libro
en continuo desarrollo. El primer ciclo comienza con Áspero mundo (1956) y se alarga hasta
Tratado de urbanismo (1967). Su poesía refleja una amarga decepción y un pesimismo de
corte existencial, que conjuga con una dura crítica del mundo que le rodea. El aspecto
fundamental de Áspero mundo es el paso del tiempo planteado con gran dramatismo, y el
dolor y la decepción son las notas predominantes. Otros libros: Grado elemental (1962),
Palabra sobre palabra (1965) y Tratado de urbanismo (1967).
En esta primera etapa predomina el tratamiento de las obsesiones, desde las
personales (yo íntimo) del primer libro, Áspero mundo, hasta las colectivas (yo histórico) del
último, Tratado de urbanismo. Por el medio, va creciendo la ironía y la convicción de si la
poesía es algo más que un desahogo personal, y hay un paréntesis con la poesía amorosa de
Palabra sobre palabra.
La segunda etapa comienza con Breves acotaciones para una biografía (1971) y
Prosemas o menos (1985), entre otros. Esta segunda etapa se caracteriza por una mayor
libertad expresiva que se traduce en distorsiones semánticas, rupturas de frases hechas,
juegos de palabras, deformaciones y violaciones sintácticas; también la ironía y el humor que,
en ocasiones, lleva al chiste; y el uso de un léxico muy poco poético (los “antipoemas”).
En la tercera etapa se acentúa el tono elegiaco y la presencia del paso del tiempo y la
proximidad de la muerte, que el poeta siente cercana. Destacan Otoños y otras luces y
Nada grave, libro póstumo con 27 poemas inéditos en los que el ovetense dice adiós a la
vida.
No existe entre estas tres etapas una separación tajante: los rasgos mencionados se
insinuaban con claridad al principio de su obra y se mantienen a lo largo de ella en un mismo
tono moderado. En toda su obra ha procurado el distanciamiento objetivo respecto de las
emociones y las expresiones comunicadas: evita el sentimiento explícito, elude cualquier
sensiblería con el mejor antídoto: el humor, la ironía y el sarcasmo.

También podría gustarte