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¡Complemento circunstancial de negación? ¿Todavía con esas?

octubre 29, 2014


Uno de los errores conceptuales con el que habitualmente me encuentro en mi trabajo con alumnos que

necesitan refuerzo en Lengua es que analizan sintácticamente el adverbio de negación no como

«complemento circunstancial de negación». Lo hacen así porque así se lo han enseñado. ¿Puede haber

mayor contradicción en este análisis?

Cuando llegan a clase con este plantemiento mi postura es la siguiente: primero, les advierto que ese

análisis no es correcto; segundo, les justifico por qué no lo es; tercero, me cercioro de que de verdad,

una vez razonado el por qué no es así, están de acuerdo conmigo; cuarto, les aviso de que en los análisis

que hagan en clase pueden optar por dos alternativas —o siguen analizando como su profesor les ha

enseñado y de acuerdo a ese criterio erróneo, pero siendo conscientes de ello o analizan como han

aprendido conmigo y, si les corrigen, deben justificar su respuesta y mostrarle al profesor que está

equivocado—.

La primera reacción de los alumnos cuando les digo que no no es un «complemento circunstancial de

negación» tal y como les han enseñado, que es una barbaridad y una contradicción y que se lo voy a

demostrar es de sorpresa, de incredulidad o simplemente piensan que les voy a despachar una de esas

ocurrencias de profesor de Lengua. Cuando concluyo la sencilla explicación y les insisto en que ese es un

concepto erróneo que me sorprende que aún se enseñe, consigo al menos tres cosas: una, enmendar un

error conceptual de manera argumentada; dos, mostrarles que la sintaxis se debe estudiar de manera

razonada y así entenderla mejor; tres, que se planteen las cosas que les enseñen con un espíritu

crítico.
¿Por qué no no es un «complemento circunstancial de negación»? 

Por la sencilla razón de que si expresase una circunstancia de la acción denotada por el verbo, podría

suprimirse de la oración sin que esta perdiese sentido, aunque sí información.

(a) Anoche no fuimos al cine.

(b) Anoche fuimos al cine.

Obsérvese el contraste entre las oraciones de (a) y (b). En (a) aparece el adverbio no. En (b) hemos

suprimido la negación; si fuera un complemento circunstancial, se podría eliminar sin que cambiase el

significado de la oración. Es evidente que (b) significa todo lo contrario de (a), por tanto la aparición

de no no es algo circunstancial: no se trata de un complemento circunstancial.

(a') No fuimos al cine.

(b') Fuimos al cine.

En (a') hemos suprimido el adverbio de tiempo anoche que aparece en (a). La oración (a') ha perdido

información que contenía (a) pero no cambia su sentido. En (b') sucede lo mismo respecto a (b) pero

significa lo contrario de (a'). La elisión del adverbio de tiempo resta solo información en (a') y en (b'), sin

embargo la del adverbio de negación cambia completamente el significado de la oración, invierte su

valor de verdad. Los adverbios de negación son semánticamente operadores lógicos que inciden

sobre un ámbito, sintácticamente su función no es circunstancial. Para la gramática generativa estos

elementos de negación constituyen el núcleo de un sintagma de negación. A nuestros alumnos no les

vamos a abrumar con esto (aunque creo que muchos estudiantes de bachillerato podrían, y deberían,

acceder a análisis más complejos).

Basta con que les pidamos que analicen estos adverbios como neg., de momento. Más adelante les

plantearemos si al cine es complemento circunstancial de lugar...

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