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durante tres a seis meses, se demostró que, después del tratamiento, 62 pacientes no necesitaron
IBP y 55% tuvieron reducción importante de la pHmetría, con aumento de la tensión y presión del
esfínter esofágico inferior.
En otro estudio se observó que, en el largo plazo, entre 4300 pacientes tratados, a los 24 meses sólo
25% de los pacientes dejaron de necesitar IBP.
Otra técnica, de la casa Wilson Cook,consiste en colocar una especie de tubo en el extremo del
endoscopio, con la diferencia de que no necesita dos endoscopios, como la técnica anterior. Un
tubo exterior corre paralelo al endoscopio. Es un poco más fácil que la técnica de Bard, con mejor
control de la sutura; incluso la fijación del hilo se efectúa en el mismo tubo exterior.
Radiofrecuencia
También se utiliza la radiofrecuencia, que produce termocoagulación del esfínter esofágico inferior
(Figura 2). El balón tiene unas espículas metálicas que penetran con profundidad en la pared
esofágica. Se acciona la corriente de la radiofrecuencia y se causa la vibración de las moléculas, con
producción de calor, que provoca la coagulación. Se trata de obtener fibrosis que oponga
resistencia a la distensión gástrica postprandial. Se puede obtener un efecto vagal, con disminución
del tiempo de relajación transitorio.
CONGRESOS
Resumen
Este texto completo es la transcripción editada y revisada de la conferencia dictada
en el XXX Congreso Chileno de Gastroenterología, realizado en Viña del Mar entre los
días 27 al 29 de noviembre de 2003.
Existen dos métodos clásicos de tratamiento para la enfermedad por reflujo
gastroesofágico (ERGE): farmacológico y quirúrgico. Entre ambos métodos se encuentra
una tercera opción, que es el tratamiento endoscópico, mediante diversas técnicas como la
plicatura, la cauterización del esfínter y la inyección o implante en el esfínter esofágico
inferior.
Lo que comparten todas estas técnicas son los criterios de inclusión. Los pacientes deben
tener:
En la literatura hay sólo un estudio en que se compara con placebo, lo que es importante cuando
se realiza un tratamiento endoscópico, para descartar el efecto placebo que puede traer este
tratamiento. En el grupo se observó que, pasado un año, se presenta una diferencia significativa en
la mejoría del grupo que recibió el tratamiento versus el grupo que recibió un tratamiento ficticio.
Inyección de polímero
El inconveniente de esta técnica es que, a los seis meses, 25% de los hilos de hidrogel son
expulsados espontáneamente por una reacción contra cuerpo extraño, ya que están inyectados en
la submucosa. No obstante, los resultados del grupo de Fockens, sobre los síntomas, son muy
buenos, con 75% de mejoría.
En febrero de 2003 se realizó esta técnica. Se observa que el diámetro del cardias está un poco
aumentado; se tracciona con el retractor; luego se cierra; se liberan los brazos y el cardias se cierra
muy bien.
El grupo de Pleskow presentó un estudio multicéntrico reciente, pero con un equipo de primera
generación, cuyos resultados fueron buenos: entre 64 pacientes, a los seis meses, 41 no
necesitaban IBP.
Ésta es la técnica endoscópica más próxima a la quirúrgica, pero todavía es un prototipo, aún no se
ha realizado en seres humanos. Está desarrollándola el grupo de DeMeester, junto con el grupo de
Alemania, la operación de Nissen, pero aún se debe esperar algunos años antes de introducir su
uso.
Las razones que apoyan el tratamiento endoscópico del reflujo son las siguientes: es tan seguro
como los IBP contra la pirosis; es menos invasivo que la fundoplicatura laparoscópica; y es eficaz en
el control del reflujo por tiempo prolongado.
Conclusiones
Se trata de un tratamiento prometedor, pero que todavía está en una fase
inicial de desarrollo.
Las complicaciones no son frecuentes, pero las hay. La ventaja que tiene es
que no invalida la complementación con tratamiento quirúrgico o
laparoscópico.
ISSN 0717-6384