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Fuente 1

Cadillo y la emergencia educativa


Enrique Chávez
Caretas. 24 de setiembre de 2021

Una audiencia con el ministro de un sector que enfrenta inmensos desafíos.

Ministro de Educación, Juan Cadillo.


Esta semana tuve la oportunidad de estar entre media docena de periodistas que tuvieron una
conversación en el Ministerio de Educación con el titular del sector, Juan Cadillo.
Por supuesto, la mirada se encuentra puesta en el retorno a clases. El jueves 23, su colega del
despacho de Salud, Hernando Cevallos, declaró que recomendó al Minedu “no acelerar el
retorno a las clases presenciales” este año. Cevallos considera que, más allá de los protocolos,
el estado de un buen número de establecimientos educativos hace la tarea especialmente difícil.

Cadillo, por su parte, se encuentra en el proceso de evaluación del estado de esas instalaciones
-las informaciones iniciales dan cuenta de un 71% de locales que requieren de algún tipo de
intervención-, pues la urgencia del retorno a clases es cada vez más clamorosa y el Perú se
encuentra a la zaga regional en la tarea. En lo que respecta a la recuperación y consolidación de
aprendizajes, el ministro advierte que el 60% de estudiantes de primaria y secundaria requieren
refuerzo efectivo de aprendizajes como consecuencia de la pandemia.
Este maestro huaracino que en 2017 fue reconocido como uno de los mejores 50 del mundo por
The Global Teacher Prize se hizo conocido por su aplicación de la tecnología, a pesar de los
recursos modestos de la escuela Jesús de Nazareth, en el salón de clases.
Cadillo nos convocó para dar a conocer el Plan Nacional de Emergencia del Sistema Educativo
Peruano, que costará S/ 2,699 millones de los cuales el 93% ya se encuentra financiado en el
presupuesto, con el monto restante a ser coordinado con el MEF. Y en el centro de su filosofía,
su “visión alocada” como la llama, sigue la tecnología como herramienta central de difusión.
Es interesante la observación que hizo a partir de sus diálogos con maestros, sobre los que le
preocupa cierto resentimiento por discriminación originado en la distribución de recursos. Es una
vieja discusión que tiene su punto álgido en el caso de las escuelas unidocentes. La dispersión
de la población es un desafío de tal magnitud que incluso en el pasado se planteó eliminarlas y
agrupar a los alumnos en mayores cantidades lo que, como ha quedado claro, resulta imposible
en la práctica.
La pandemia ha precipitado la transformación tecnológica y Cadillo resaltó que esta también
ofrece una oportunidad inmejorable para que los maestros se capaciten y poder “igualar hacia
arriba”. De hecho, uno de los ejes del plan es el de innovación tecnológica y competitividad
educativa. Pasa por la necesarísima expansión de la conectividad que coordina con el MTC y el
reparto de casi 320 mil tablets adicionales, para lo cual se está por realizar la nueva licitación.
Cadillo pone especial interés en la “promoción de la innovación educativa, tecnológica y
desarrollo de centros comunitarios digitales”. Estos últimos serán ocho para comenzar, y el
ministro espera que puedan vincularse con negocios productivos. Se refirió, por ejemplo, a uno
que pudiera especializarse en la fabricación de prótesis.
Del mismo modo, impulsará la “intensificación del uso de la tecnología y la ciencia para la
formación integral a lo largo de la vida” con el modelo de educación híbrida a través de 15
institutos de Educación Superior tecnológica con Laboratorios de Fabricación Digital (FABLAB).
De nuevo, la tecnología debería permitirle a alumnos y docentes de las zonas más alejadas
compartir y actualizarse con esos conocimientos. El aprovechamiento de “tambos” y demás
espacios públicos puede ayudar a aterrizar la tarea.
Otro de los puntos que saltan a la vista en el discurso de Cadillo es el énfasis en el bienestar
emocional, tanto del alumno como del docente.
Un 34% de estudiantes de primaria y 45% de secundaria han experimentado síntomas de
depresión y ansiedad durante la pandemia. En el plan de emergencia se contempla una política
de soporte socioemocional que alcance al 90% de instituciones educativas.
“Si no estamos bien socioemocionalmente no se logra nada”, insistió Cadillo.
A favor de Castillo juega no tener formación sindicalizada en un sector desproporcionadamente
ideologizado. Deberá enfrentar el fuego cruzado del Sutep y el Fenate, el sindicato con
integrantes vinculados al Movadef que fue legalizado por el cuestionado ministro de Trabajo, Iber
Maraví, ni bien fuera designado. Pero Cadillo defiende tanto la carrera magisterial meritocrática
como una postura de diálogo abierto y sin distinciones, incluso para la modificación del
currículum que se iniciará el próximo año y debería entrar en plena aplicación el 2024.
En medio de un Consejo de ministros lastrado por graves cuestionamientos, la presencia de
Cadillo transmite buenas perspectivas para continuar y mejorar una política de Estado que debe
tener en el centro al alumno, el futuro ciudadano que construya una sociedad más educada y
menos desigual.
Fuente 2

ENTREVISTA
Jaime Saavedra: “Es vital que los chicos vayan a la escuela más que a cualquier
otro lugar”
Tras 18 meses de haberse educado en casa y virtualmente, el grueso de los escolares en el
Perú volverá a las aulas de forma progresiva y voluntaria a partir de este mes. Sobre lo que no
tiene que perderse de vista en el proceso y la vital necesidad de que este se acelere,
conversamos con el director de Educación del Banco Mundial y ex ministro de Educación, uno de
los expertos en gestión educativa más reconocidos del mundo.

Saavedra es doctor en Economía y ha sido docente universitario. “Estos tiempos no son normales, sino de guerra.
Es momento de hacer cosas extraordinarias”, apunta sobre las políticas públicas que urgen en el sector. (Foto:
Banco Mundial)

Gabriela Machuca Castillo


Somos, El Comercio. 6-9-2021

No son decisiones fáciles las que las madres y padres de familia peruanos deben tomar por
estos tiempos. Desde hace 18 meses, más de ocho millones de escolares vienen estudiando
desde sus hogares ya sea a través de computadoras, la televisión, la radio o celulares. Solo 230
mil, en las zonas rurales, están asistiendo a su colegio desde noviembre pasado. Lo cierto es
que el gran grueso de la población estudiantil no tiene contacto físico con la escuela desde que
comenzó la pandemia del coronavirus, lo cual se está traduciendo en una hecatombe en su
formación.
Ellos esgrimen no exagerar y cuándo uno escucha -o lee- lo que tienen que decir, cae en buena
cuenta que tienen razón. Jaime Saavedra, actual director de Educación Global del Banco
Mundial y ex ministro de Educación (2013-2016) es uno de ellos. Reconocido en el mundo como
experto en gestión educativa, conversa con Somos sobre la vital necesidad de que se acelere el
regreso de los niños, niñas y adolescentes peruanos a los salones. No como en “la vieja
normalidad”, evidentemente, pero sí de una forma segura, voluntaria y muy bien planeada. Esta
tarea, enfatiza, será una en la que deben comprometerse decididamente todos los involucrados:
maestros, directores, padres y los mismos alumnos.
¿Cómo está repercutiendo en el Perú que los escolares no hayan asistido por año y medio al
colegio?
Como en todo el mundo, en el Perú estamos viviendo la crisis más educativa más grave de los
últimos 100 años. A mí me preocupa mucho que no estemos interiorizando la magnitud del shock
que estamos afrontando. Esto es una bomba de neutrones que no está impactando el capital
físico de los países, sino el humano. Interrupciones de clases de uno o dos meses hemos tenido
muchas veces, pero nunca una tan larga como la que vivimos ahora. Y esto va a tener un
impacto muy grande en los aprendizajes de los chicos, en su proceso de socialización, en la
salud mental. Hoy, lamentablemente, no tenemos data dura sobre el Perú que nos permitan
saber con certeza la magnitud de esa perdida.
Se extravió la escuela como gran punto de encuentros.
Así es. Este es un impacto, además, desigual. Con todas las mejoras que hay que hacer en las
escuelas, la escuela es, al fin y al cabo, un espacio de igualación de oportunidades. En cada
escuela habrá chicos que en casa tienen estímulos educativos, libros, padres que los pueden
apoyar. Pero en esa misma habrá quienes no tienen esas condiciones. Cada chico es un mundo.
No obstante, la escuela les ofrece a todos el mismo espacio de aprendizaje y estimulación y ese
espacio ha desaparecido para muchos y por mucho tiempo.

Durante su periodo como ministro de Educación en los gobiernos de Ollanta Humala y Pedro Pablo Kuczynski
impulsó la mejora del sistema educativo, incluyendo la reforma de la carrera docente, la modernización del currículo
nacional, la mejora de infraestructura escolar básica, y la reforma universitaria, entre otras. Aquí con alumnos de un
colegio en Perú. (Foto: Banco Mundial)
Citaba usted en uno de los últimos artículos que escribió sobre este tema al ministro de
Educación de Chile, quien decía que lo se vive es un “terremoto en el sector educativo”. ¿Por
qué aquí es tan difícil de ver eso?

Es cierto, yo veo que hay distintos niveles de sentido de urgencia. Un funcionario del Ministerio
de Educación de Dinamarca nos decía en julio del 2020, con muchísima preocupación, que
había que regresar lo antes posible a las escuelas porque lo que más sufrían eran los chicos
más vulnerables. Dinamarca, ojo, donde la conexión la Internet es del 100%. A pesar de ello
había un sentido de urgencia por resolver ello dado que eso estaba repercutiendo sobre el futuro
de los chicos, repito, especialmente de los más vulnerables. Ya entonces se discutía cómo iban
a volver, cuántos días. En Europa, efectivamente, los escolares volvieron a clases entre la
primera y la segunda ola. Sus procesos también han sido complejos, parciales, difíciles. En
ningún lado está siendo fácil, pero había que hacer algo. Y al mismo tiempo hay países donde se
cerraron las escuelas y se dijo “ya veremos cuando se abren”. Eso en el Perú nunca pasó y ahí
acabó la discusión.
Entonces se pensaba que los colegios eran focos muy infecciosos. Mucha gente lo cree aún.
Ahora se sabe que no.
Lamentablemente al inicio de la pandemia entró en la gente esta lógica de que cerrar la escuela
era un instrumento muy eficaz para combatir la pandemia. No se tenía evidencia científica, pero
eso fue el año pasado y nadie sabía nada, era razonable quizás hacerlo en ese momento. Pero
ya cuando las economías se han empezado a abrir la pregunta ha sido: ¿y por qué abren unas
cosas y no las escuelas? No hay ninguna evidencia de que las escuelas sean más contagiosas
que otros espacios. Veo que hay más discusión al respecto aquí en el Perú, pero esa discusión
tiene que acelerarse.
En Puerto Rico, las clase empezaron este año en marzo. Lo mismo en Chile, Argentina y Ecuador. (Foto: Teresa
Canino Rivera/STAFF/GDA)

El Ministerio de Educación estima que unos 700 mil escolares han desertado del colegio o están
por hacerlo. ¿Cuán complicado será revertir esta situación?
Lo será y mucho. Los chicos de la secundaria que desertan no vuelven a la escuela tan
fácilmente y por lo tanto se requiere de una campaña de orientación y comunicación
extremadamente agresiva para asegurarse a que regresen. La verdad es que es muy difícil
saber si el chico se conecta o no a la modalidad virtual. Algunos profesores han tratado de
comunicarse por WhatsApp, pero es difícil monitorearlos realmente. Unos se engancharon, otros
a medias y otros nada. Tanto en educación secundaria como étnica, incluso universitaria, se ve
que hay una salida del sistema. Las cosas, finalmente, se pueden remontar, pero sí requieren de
una acción muy agresiva.
Empieza a ejecutarse la semipresencialidad en escuelas de Lima y otras ciudades. Tal como se
desarrolla la pandemia en el Perú, ¿debería perdurar solo esta modalidad en el tiempo, es decir,
no volver a la presencialidad absoluta?
Creo que en todos los países del mundo se debe manejar la pandemia. No se trata de “se acabó
la pandemia, entonces regresamos a clases”, no. Hay que gestionar el proceso [...]. Si se toman
todas las precauciones, los chicos pueden estar en la escuela, donde estarán probablemente
más seguros que en un centro comercial. Si llegase una tercera ola, y esta es muy agresiva, los
colegios se cerrarán; luego abrirán. Hay que ir midiendo los pasos.
Como ha pasado en muchos países.
Así es. Abren, cierran, luego abren con aforos reducidos y menos días, y luego se amplía…se
hace lo que se pueda. Pero los chicos tienen que tener, en mayor o menor grado, un estímulo
educativo. Este será dinámico, cambiará por periodos, pero deben tener algo. Lo que no
podemos tener es una solución dicotómica: o no hay nada o regresamos como antes de la
pandemia. Eso no. Ese no va a ser el mundo durante varios meses todavía.
¿Qué experiencias de otros países podríamos adaptar al Perú sobre las modalidades de
retorno?
Algunas medidas de las que tenemos evidencias que funcionan es vacunar a los maestros y al
personal del colegio y ahora en Perú esto es posible. Eso es importantísimo. Otra medida son las
formaciones de las burbujas, es decir, dividir los salones en grupos. Los chicos de cada una solo
interactúan con los de su burbuja de siete personas, por ejemplo. Los recreos son escalonados;
las horas de entrada y salida, también. No todos tienen los mismos horarios, deben ser flexibles
así como los calendarios escolares. Normalmente es de marzo a diciembre; bueno, tendrá que
cambiarse. Las vacaciones tendrán que ser más cortas. Lo que importa es que los chicos
aprendan. A mí me preocupa mucho la sensación de “ya recuperarán el aprendizaje cuando
regresen” y no. No es tan claro eso porque es muy difícil repetir ciertos años de la vida. No es lo
mismo el año 40 de tu vida que el número 7. En los niños pequeños, esos años son aún más
difíciles de recuperar.
¿Qué hacer con el traslado al colegio? Muchos escolares usan el transporte público, importante
foco de contagio.
Muchos países han vinculado ese tema a reflexionar a qué escuela está yendo un escolar.
¿Queda cerca o lejos de casa? Son tiempos complicados y hay que tomar decisiones
complicadas: hay que ir a la escuela que está más cerca para evitar el transporte público. ¿Eso
es ideal? No. No lo es, pero este es un momento de guerra. Estos tiempos no son normales, son
de hacer cosas extraordinarias. No es momento de la escuela ideal, pero sí de hacer lo más que
podamos por darles algún estímulo educativo a los chicos. Va a ser mejor que vayan a una
escuela cerca, aunque no sea a la que iban, a que sigan de forma remota. Eso hay que
internalizarlo.
Una maestra de escuela pública de La Victoria me decía que se sentía contenta por ver otra vez
a sus alumnas, pero que, a la vez, temía porque su salón era pequeño y ellas no tenían recursos
para comprar mascarillas.
Ahí entran las políticas públicas. Esto no es “si tienes plata te compras y si no, no”. La escuela
tiene que darles mascarillas, así como la posibilidad de lavarse constantemente las manos.¿No
hay agua? Se les pone. No vamos a instalar un sistema de agua y desagüe necesariamente,
pero podemos llevar kits portátiles que permiten el saneamiento de los chicos; eso se puede
hacer, no es física nuclear. Y se tiene que prever que haya distanciamiento social, entonces no
pueden ir salones completos. Grupos de ocho que vayan dos días a la semana. Pero eso es
mejor que nada. El Estado y la sociedad tienen que asegurar esas condiciones.
Por otro lado, un profesor de colegio particular me contaba también le alegraba volver, pero que
temía contagiarse. Y que le preocupaba el peso de la responsabilidad que le podían dar al
profesor respecto de un contagiado en el aula. Cuán vital es el rol que cumplen todos en una
comunidad educativa: maestros, directores, padres, incluso los mismos alumnos.
Es correcto lo que tú dices. Es una responsabilidad de toda la sociedad. Sería completamente
injusto decir que el responsable solo es el profesor. La pandemia es complicada… A ver. Es
como si dijéramos, en condiciones normales, que a los niños que van al colegio los pueden
atropellar en el camino, por eso no deberían ir. El riesgo de que esto pase es muchísimo más
alto que volar en avión. Y, sin embargo, hay gente que le teme a los aviones porque se pueden
caer. Ya sabemos que los colegios no son fuentes particulares de contagios y que los niños no
enferman severamente, entonces, no hay nada que no hagamos en la vida que no tenga riesgo.
Si alguien se llega a enfermar en clase, ¿es culpa del maestro automáticamente? No, de ninguna
manera. Es un riesgo que toda la sociedad en conjunto tiene que asumir y hay que pensar cómo
reducir ese riesgo. Por lo tanto hay que ver que si un niño se contagia, bueno tal vez lo contagió
otro que el fin de semana estuvo en el centro comercial abarrotado de gente, una actividad
mucho menos necesaria que ir a la escuela. Cualquier chico que no esté completamente
encerrado en casa tiene un riesgo. La escuela es un espacio de los más seguros si se planea
bien. Sería incorrecto como sociedad achacarle solo al maestro ese riesgo.
¿Qué mensaje compartiría con los padres que dudan de llevar a las aulas a sus hijos?
Hay que asegurar el aprendizaje de los chicos. Ellos tienen que tener algún estímulo educativo
para desarrollarse. Tenerlos desconectados del colegio un par de meses se remonta. Pero 18 es
mucho tiempo y no podemos darnos ese lujo. Es vital que los chicos vayan a la escuela, más
que a cualquier otro lugar. Tienen que volver y con todas las medidas de seguridad, y debe
haber un compromiso por parte de los chicos y de los adultos, de toda la comunidad.
Finalmente, y como peruanos que tienen entre sus gobernantes personas con un vínculo
estrecho al sector Educación, como el presidente de la República que es profesor, ¿qué
deberíamos demandar como sociedad respecto del tema y de otros tantos que históricamente
nunca han sido tratados como prioridad?
Creo que como sociedad necesitamos, y eso incluye a todas las autoridades desde las que
tienen un poder político hasta el profesor, es tener ahora ese sentido de urgencia de que lo que

están perdiendo los chicos es muy grande y cómo se los recuperamos. Hay que atacar
rápidamente por todos los frentes posibles. Por un lado está la semipresencialidad y hay que
seguir con los procesos de formación remota, porque no sabemos que pasará en un futuro
cercano. Pero hay que evitar la lógica de “ya aprenderán en algún momento”. Se tiene que hacer
algo ya. Es urgente esto y requiere de mucha madurez como sociedad. //
Algunos países de la región acaban de iniciar el año escolar. Es el caso de México. Tras más de un año sin clases
presenciales y luego de la vacunación del personal docente, miles de estudiantes de la Ciudad de México retomaron
las lecciones en las aulas, aunque el regreso todavía es voluntario. (Foto: EFE/Carlos Ramírez).
Fuente 3

Minedu: no se han presentado casos de COVID dentro de los 6,873 colegios que
han reabierto
Vocero indicó que continúa el retorno gradual a la semipresencialidad a nivel nacional. Señaló
que en la UGEL Ramón Castilla de Loreto ya reabrió el 97% de las instituciones educativas.

La semana pasada comenzó la jornada semipresencial de clases en la IEI 42 Elizabeth Espejo de Marroquín,
colegio público ubicado en Miraflores. La actividad fue supervisada por el ministro de Educación Juan Cadillo. (Foto:
Britanie Arroyo / GEC)

Gestión. 26-9-2021

Hugo Reynaga, director General de la Dirección General de Educación Básica Alternativa,


Intercultural Bilingüe y de Servicios Educativos en el Ámbito Rural del Minedu, informó que en las
6,873 instituciones que ya han retornado a las clases semipresenciales a nivel nacional, “no
tenemos ningún caso de contagios que se hayan producido dentro de la institución educativa”. Y
agregó que hay un total de 85,653 instituciones que están habilitadas para el retorno a la
semipresencialidad.
El funcionario precisó que además de las condiciones epidemiológicas favorables, estos
planteles cumplen con los otros dos requisitos necesarios, que son la ejecución de los
respectivos protocolos de bioseguridad aprobados por el Minsa y la existencia de un acuerdo
social con la comunidad educativa.
“Es importante señalar que en este proceso sí estamos cuidando mucho que la reapertura de
instituciones educativas pueda contar con las condiciones de bioseguridad centrales para
garantizar que las instituciones educativas sean espacios seguros. A la fecha, con estos
cuidados que estamos teniendo, en estas 6,873 instituciones que ya han reabierto, no tenemos
ningún caso de contagios que se hayan producido dentro de la institución educativa”, aseveró en
RPP.
Hace tres días el ministro de Salud, Hernando Cevallos señaló que su sector ha recomendado al
Ministerio de Educación que no acelere el retorno a clases para este año y que esperen los
resultados de las experiencias piloto. “Para ir viendo cómo va desarrollándose el modelo de
clases semipresenciales, pero de ninguna manera estamos en condiciones de este año reiniciar
las clases de manera global”, señaló.
Consultado al respecto, Reynaga manifestó que en la aplicación de los protocolos siempre tienen
la opinión favorable del Minsa.
Al respecto, precisó que la limpieza de los locales es clave y no se requiere de un desinfectante
en particular y recordó que el kit de higiene incluye la lejía, el detergente, el alcohol etílico para la
desinfección. La limpieza de superficies, enfatizó, debe ser permanente.
Hugo Reynaga agregó que uno de los principios básicos de la reapertura de instituciones
educativas es la gradualidad.
“En las actualizaciones que tenemos, que son semanales, de IES que se reabren, vamos
teniendo procesos de reapertura”, indicó.

El ejemplo de Loreto
El vocero informó que Loreto es la región que más instituciones educativas ha reabierto con
2,818.
Citó el ejemplo de la UGEL Ramón Castilla, donde ha reabierto el 97% de las instituciones
educativas en semipresencialidad, y solo tiene siete centros que no. Es la primera UGEL que ya
tiene casi el 100% de IE reabiertas.
Respecto a la clave de este importante avance en la UGEL Ramón Castilla mencionó el trabajo
coordinado con todas las autoridades de la provincia como es la Dirección Regional de Salud, los
alcaldes distritales y los directores de la comunidad educativa, que mantienen una constante
comunicación con los padres de familia.
“Esto se ha combinado con una demanda social que ha venido de las mismas familias, ha sido
un trabajo estrecho de comunicación”, mencionó.
A esto se sumó la oportuna transferencia de recursos para la adquisición de los kits de higiene
para las instituciones educativas, como las mascarillas y los insumos para la limpieza.
El dato
El funcionario del Minedu informó que hasta el momento en la educación básica solo el 15%
(poco más de 100 mil docentes) está pendiente de recibir la vacuna contra el COVID-19, de un
total de 650 mil que ya han recibido al menos la primera dosis.
La meta, dijo, es vacunar al 100% tanto para el nivel básico como superior.

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