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Como la pandemia por covid19 ha afectado la educación panameña y la educación a nivel

mundial.

La pandemia de COVID-19 ha impactado directamente los sistemas educativos de todos


los países de la región, afectando a estudiantes, hogares, ministerios, secretarías, centros
educativos, docentes y directivos. El cierre de los centros educativos como parte de las
acciones para contener la propagación del virus.
1. tiene a más de 165 millones de estudiantes sin asistir a los centros de enseñanza, desde
preescolar hasta la educación terciaria, en 25 países de la región (UNESCO, 2020)
2. Los costos económicos y sociales de la pandemia aún se desconocen, pero se prevé una
crisis económica sin precedentes en la historia moderna. Se estima que las caídas
generalizadas del PIB a escala mundial afectarán más a los países en desarrollo.
3. El Reporte Macroeconómico del BID “Políticas para combatir la pandemia” estima una
caída en el PIB regional hasta del 5.5%.
4. Se prevé que la crisis impactará los procesos básicos de construcción de capital
humano, por lo que se hacen indispensables políticas para mitigar sus efectos y preservar
las trayectorias educativas en el largo plazo. Este documento tiene como propósito guiar
la implementación de políticas para fortalecer la capacidad de respuesta de los sistemas
educativos de América Latina y Caribe (ALC) durante y después de la emergencia sanitaria.
El cierre prolongado de los centros educativos tendrá repercusiones negativas sobre los
aprendizajes alcanzados, la escolarización a tiempo, la deserción y la promoción. Esto
afectará aún más a aquellos estudiantes pobres y de clase media vulnerable, así como a
los estudiantes indígenas, migrantes y con necesidades especiales.
5. Además, los estudiantes repitentes y en sobreedad, así como aquellos que están en los
grados y en edades críticas corren un mayor riesgo de ser expulsados por el sistema.
6. Esta situación podrá agravarse más aún en sistemas educativos que no cuentan con
mecanismos efectivos de educación a distancia acordes a las características de los
hogares.
7. lo que puede ampliar aún más las brechas que existen entre estudiantes con más o
menos acceso a los mismos. Los países de ALC han lanzado iniciativas de enseñanza
remota de emergencia.
8. para proporcionar soluciones de corto plazo y mantener cierta continuidad en los
procesos de enseñanza aprendizaje. Las soluciones adoptadas han dependido de las
capacidades y modalidades con que cada país contaba, así como de los contenidos.
disponibles para construir un modelo de emergencia de educación a distancia. Por
ejemplo, la mayoría de los ministerios contaban con recursos educativos impresos
digitalizados (ej. libros de texto, bibliotecas, etc.), portales educativos y recursos en línea
para estudiantes y docentes. Pocos países contaban con plataformas de contenidos y
sistemasde gestión de los aprendizajes. Es clave comprender, sin embargo, que dichos
recursos estaban diseñados para una educación que de otro modo se impartiría
presencial o semi presencialmente y no completamente en forma remota. Los ministerios
están enfrentando estos desafíos con una capacidad de respuesta limitada. Dependiendo
de las restricciones impuestas durante la crisis, los propios ministerios están enfrentando
dificultades para seguir operando, especialmente en los momentos de encierro al no
poder hacer el trabajo de oficina. Como demuestran los distintos diagnósticos sobre los
Sistemas de Información Gestión Educativa (SIGED).
9 . la capacidad de muchos ministerios de la región de planificar y de gestionar el
sistema educativo ya era limitada antes de la crisis. Hacerlo remotamente y durante la
crisis está siendo más complejo. A todo esto, debe agregarse que la crisis económica
que se prevé y la consecuente caída en ingresos fiscales, así como las demandas que
continuarán en otros sectores como el sector salud, impondrán mayores restricciones
presupuestarias al sector educación. Se prevé que esto tendrá un efecto sobre los
presupuestos y las proyecciones de gasto de los ministerios de educación. En síntesis,
la situación de reapertura de centros no se dará con las mismas condiciones existentes
antes de la crisis. Con el horizonte de la reapertura de las escuelas, la pandemia
impondrá mayores presiones a los ministerios en cuanto a la calidad de la infraestructura
y transporte escolar. Por un lado, la infraestructura sanitaria básica y el acceso a
agua potable deberán estar funcionando plenamente para el regreso a clases, para
así poder cumplir con los protocolos básicos de lavado de manos y limpieza general que
demandarán los ministerios de salud.
10. La reducción del hacinamiento también deberá ser una prioridad, particularmente en
áreas periurbanas.
11, así como los protocolos para el transporte escolar. Esto será indispensable para
mantener la distancia social mínima recomendada para reducir los contagios.

Además, el ingreso familiar está disminuyendo por las pérdidas de empleo, la baja
actividad en el sector informal y la disminución de ingresos de remesas del extranjero.
12 . Aunque los impactos de una caída de ingresos en la asistencia escolar dependen de
una serie de factores
13. La evidencia sugiere que una crisis prolongada provocaría la disminución de la
matrícula estudiantil en el sector público, especialmente en ciertos grupos poblacionales.
14. Así como en la educación privada en los centros urbanos, tal como sucedió en Bogotá
y Buenos Aires en 2000-2002.
15. En este documento se presentan las acciones tomadas por los países de la región en
cuanto a la continuidad en la prestación del servicio educativo durante la emergencia.
Asimismo, se ofrece un análisis de las condiciones de base sobre las que partieron los
países para impulsar dichas acciones, tanto desde la perspectiva de la oferta de servicios
como de la capacidad de recepción de las familias. Finalmente se presenta una serie de
estrategias, acciones y opciones de política para responder a la crisis en los distintos
temas identificados. Las recomendaciones se organizan en las siguientes áreas: y
estrategias para la continuidad pedagógica; estrategias de respuesta para la gestión
administrativa de los centros escolares; y aseguramiento de condiciones sanitarias para
la reapertura de los centros educativos.

El pasado mes de marzo fue confuso para la educación panameña y lo sigue siendo. El
sector educativo fue el primer afectado, al darse a conocer que el director de un reconocido
colegio había fallecido como consecuencia de la Covid-19. Esto llevó al cierre de los
planteles escolares, tanto públicos como privados, medida que aún se mantiene.

La pandemia ocasionó que los administradores del sector pedagógico se enfrentarán a sus
propias carencias, un sistema educativo obsoleto, en el que se mantiene la memoria y
repetición como método garantizado de aprendizaje.

No encontraban alternativas para salvar el año escolar, su objetivo era evitar, a toda costa,
interrumpir el proceso de enseñanza a los más de 800.000 estudiantes y 50.000 maestros.

Las instituciones formativas no estaban preparadas para abordar la instrucción virtual. Los
sectores más conservadores auguran hasta hoy una catástrofe a nivel de educación, un año
perdido.

La pregunta: ¿cuál será el método adecuado para preparar a los maestros en esta nueva
normalidad? Lo tradicional, el pizarrón y la tiza, quedaban atrás.

Otras de las graves dificultades que afronta la educación lo son los padres de familia,
muchos de ellos poco involucrados en el proceso educativo de sus hijos, en su mayoría, con
niveles de preparación elemental muy baja ¿Cómo podrán convertirse en sus guías? Es el
problema central.

Sin incluir, lo costoso que es el sistema de internet, y el tener en casa un celular de alta
generación que deberán compartir mas de dos estudiantes.

Para el politólogo Ramiro Vásquez Chambonett, “la educación pública sufre de las mismas
falencias que el resto del Estado”, además de “un proceso de retraso de la enseñanza y
aprendizaje fríamente calculado para fortalecer su privatización”.

A los más favorecidos se les imparten clases virtuales. Han cambiado su manera de
aprendizaje, son nativos digitales, poco se les complica sus horas de clase. Desaparece el
antiguo método —memoria y repetición— para dar paso a otra realidad, la investigación y
compresión de lo que se estudia, están conscientes de que la ciencia es importante.

De acuerdo a varios maestros consultados, esta nueva modalidad facilita el intercambio de


conocimiento y la responsabilidad del alumnado en la enseñanza-aprendizaje.

Sin embargo, existe otra verdad paralela, el impacto de la diabólica pobreza, que se agudizó
con la pandemia, producida por la Covid-19, está ocasionando el abandono escolar, el
fracaso, para todos aquellos que son tratados como enfermos de penuria. Para ellos, la
varita mágica se extravió, puesto que para esta carencia todavía no se encuentra una
solución.

En este entorno, los adolescentes se criminalizan en la indigencia del gueto, en la que se


traza una cultura y nuevo lenguaje.

Intentan cambiar sus vidas por una mejor, sustentada en el dinero fácil y que les dará, según
ellos, un status que la educación no les brinda.

Su comunicación se le dificulta al no poder comprender ni analizar las preguntas que le son


formuladas por la parte investigadora. No concluyó sus estudios primarios, desertó de la
escuela, y poco le importó a uno de sus progenitores su futuro.
Con la pandemia cuál es el diagnóstico que arroja el sistema educativo regional y
panameño de educación primaria es decir qué falencias presenta?

En América Latina y el Caribe, cada país al inicio de la pandemia adoptó medidas de cierre
preventivo en los centros educativos y recurrió a alternativas de educación a distancia a
medida que fue transcurriendo el tiempo de cuarentena, dentro de las que se destacan:
clases por radio y/o televisión, uso de materiales digitales en plataformas, entrega de
material físico, entrega de paquetes de alimentos, entre otros.

A la fecha, la mayoría de las escuelas se mantienen cerradas, afectando a más de 141


millones de niños, niñas y adolescentes, lo que representa más de un 80% del total de los
estudiantes matriculados en la región. Esta afectación tiene un mayor impacto en los
niños, niñas y adolescentes que viven en condiciones de pobreza. En el contexto de
Panamá 631 mil niños, niñas y adolescentes de escuelas oficiales y alrededor de 100 mil
de escuelas particulares han sido afectados por la suspensión de clases.

En términos generales los principales retos que han debido afrontar los sistemas
educativos en la región, incluido el de Panamá, en el contexto de la respuesta a la
emergencia se resumen en: la necesidad de construir protocolos de actuación y currículos
priorizados y flexibles en poco tiempo, generar procesos de capacitación al personal en
currículo y uso de herramientas virtuales de aprendizaje, gestionar el acceso a plataformas
y/o recursos físicos de aprendizaje a partir de la adaptación curricular y el levantamiento
de información para la toma de decisiones, con sistemas de información no conectados,
entre otros.

Estos desafíos conllevan a la necesidad de unir esfuerzos y apoyar a los Ministerios de


Educación en el marco de la pandemia por Covid-19, de tal manera que les permita
diseñar y/o fortalecer la política educativa con enfoque de inclusión, para que ningún
niño, niña y adolescente se quedé atrás. Las intervenciones gubernamentales, deben
contemplar acciones claras que permitan la disponibilidad, el acceso y el uso de materiales
y contenidos en diferentes formatos, que involucren a todos los actores del sistema
educativo.
¿Qué soluciones plantea la Unicef y cómo ayudar a que esa brecha y esa desigualdad
social y tecnológica que afecta a los estudiantes pueda subsanarse?

Es importante comprender que la respuesta a la emergencia desde el sector educativo


debe basarse en una estrategia que contemple tres componentes fundamentales para
lograr la inclusión y no solo se basa en el uso o no de una plataforma tecnológica. A
continuación, se detallan los tres aspectos a considerar:

a) Disponibilidad, es decir que el país cuente con la normativa que adopte y valide la
educación en emergencia, que cuente con un currículo priorizado conforme al contexto
del país y que los materiales que se pongan a disposición estén acordes a esta priorización
de competencias por nivel educativo.

b) El acceso, está relacionado con las adecuaciones de infraestructuras que permitan el


retorno seguro a clases, que el cuerpo docente cuente con el entrenamiento o
capacitación que le permita brindar el proceso de enseñanza a través de diferentes
modalidades educativas. Que se disponga de diferentes medios o canales de distribución
de los materiales y que exista una comunicación permanente y abierta entre toda la
comunidad educativa.

c) El uso, implica que se cuente con diferentes metodologías y modalidades de enseñanza


que respondan a las necesidades de cada contexto. Que los materiales estén
contextualizados y respondan al currículo priorizado, que el aprendizaje cuente con el
acompañamiento docente, bien sea virtual o presencial y que el sistema de evaluación
tenga un enfoque integral.

Ahora bien, para erradicar la desigualdad es necesario generar una política educativa a
largo plazo con inversión acorde a los resultados esperados y a las necesidades de los
niños, niñas y adolescentes. En la actual situación, se puede avanzar en este terreno y de
manera paralela, recomendamos que se asegure la continuidad de los aprendizajes
adaptados a las necesidades actuales, con énfasis en garantizar el bienestar y seguridad de
los niños y niñas. Además de las recomendaciones dadas anteriormente, sugerimos:

Ahora bien, como lo hemos dicho anteriormente la educación es responsabilidad de toda


la sociedad, incluidos los gobiernos y el sector privado de manera que se pueda alcanzar el
logro del ODS. En este sentido, las empresas del sector privado pueden y deben hacer su
mayor esfuerzo para contribuir a disminuir la desigualdad en el corto y mediano plazo:

a) Proporcionando empleo digno que apoye a los empleados, hombres y mujeres, en su


papel de padres y cuidadores. Más allá del cumplimiento de la legislación nacional al
respecto, se hace necesario implementar políticas favorables a la familia y condiciones de
bienestar como: salarios adecuados, licencias y permisos parentales, flexibilidad de
horarios y lugar de trabajo, así como ayudas para facilitar el acceso a educación de buena
calidad para sus dependientes.

b) Reforzando los programas de impacto en la comunidad y llevando a cabo programas


estratégicos de inversión social dirigidos a la infancia, en cooperación con el gobierno y la
sociedad civil, enfocados en educación, cierre de brechas tecnológicas, desarrollo de
competencias y oportunidades de formación para el mercado laboral.

c) Finalmente, como se establece en los Derechos del Niño y Principios Empresariales,


todas las empresas deben ayudar a proteger a los niños afectados por situaciones de
emergencia. En este sentido, el compromiso corporativo incluye promover los derechos
de la niñez afectada mediante la concienciación de los trabajadores y miembros de la
comunidad sobre el incremento de los riesgos para los niños durante la pandemia, y que
estos pueden afectar a los diferentes grupos de manera distinta según su vulnerabilidad;
así cómo, cuando sea requerido, apoyar a las autoridades y otras organizaciones en las
respuestas a la emergencia utilizando su experiencia, buenas prácticas y capacidades.

¿Mirando en perspectiva qué riesgos corre la región y el país en cuanto a que todo esto
pueda afectar la capacitación del recurso humano para el trabajo?

Como ha planteado Unicef en su reciente publicación ¿Cómo evitar que la crisis del Covid-
19 se convierta en una crisis de los derechos de los niños, niñas y adolescentes? Un
llamado a la acción por la niñez en Panamá, a pesar de los esfuerzos, uno de los mayores
riesgos para la niñez por el cierre escolar prolongado es que se genere un potencial
aumento de las tasas de abandono escolar una vez que las escuelas vuelvan a abrir.

Se estima que en Panamá, el 17% de los jóvenes entre 15 y 24 años (unas 120 mil
personas) no estudia ni genera ingresos; el 50% de ellos son amas de casa, el 32% está
desempleado y el 15% está inactivo por otras causas. Todas estas cifras podrían
exacerbarse dado que experiencias anteriores a nivel global han mostrado que los niños y
adolescentes que han estado por fuera de la escuela por extensos períodos de tiempo
tienen menores probabilidades de regresar cuando los salones de clase vuelven a abrir.
La exclusión educativa puede incrementar con la crisis por la pandemia, teniendo
consecuencias directas y graves en la sociedad y la economía porque el mercado laboral
no tendría suficiente oferta de los recursos humanos necesarios para el desarrollo del
país, tanto para las empresas como para el servicio público. La capacidad institucional ha
sido el mayor reto de Panamá y la desigualdad en la educación agravaría este problema.
Unicef y el Banco Mundial trabajamos juntos en el Proyecto Capital Humano para
promover la educación, las habilidades y la capacitación de los jóvenes en Panamá. El país
ocupó el puesto 90 entre 157 países en el Índice del Capital Humano de 2018.

¿Con la prevalencia de más automatización de los procesos, cómo abordar la


capacitación del mercado laboral y su educación?

La formación de capital humano comprende no sólo conocimientos técnicos sino también


las habilidades y la salud que las personas requieren acumular a lo largo de su vida para
desarrollar su potencial como miembros productivos de la sociedad. Esto permite cerrar
brechas y crear sociedades más equitativas.

Así, aun cuando exista cada vez mayor automatización, sigue siendo imperativo invertir en
capital humano para contar con una fuerza laboral preparada para los empleos actuales y
futuros.

Esto implica la modernización del sistema educativo, labor en la que el sector empresarial
puede contribuir, especialmente en lo referente a educación técnica y creación de
habilidades blandas. Las empresas pueden tener un rol estratégico en la construcción de
políticas educativas. El ODS 17 plantea la importancia de promover alianzas eficaces en las
esferas público- privadas y de la sociedad civil y la formación de capacidades para el
ingreso futuro al mercado laboral de niños y adolescentes, una vez cumplida la edad
pertinente, es un asunto en el que el sector empresarial puede aportar.

¿En el escenario de que se dure más de dos años en esta situación en la que el
distanciamiento social prevalecerá y la educación virtual será una herramienta, qué
análisis hace la Unicef sobre esa calidad de la educación que se brindará y qué impacto
tendrá en la formación para el trabajo?

El Ministerio de Educación, en conjunto con la AIG, está desarrollando una plataforma


institucional para la enseñanza virtual, la plataforma ESTER. Esto constituye un gran
avance en cuanto a la implementación de la enseñanza virtual, sin embargo, trae sus
desafíos, siendo los más notables la infraestructura tecnológica (conectividad y equipo
tecnológico) con las que cuentan docentes y estudiantes, y la preparación del personal
docente para enseñar en modalidad virtual.  La calidad de la educación que se brinde en
los próximos dos años dependerá de la modalidad que se utilice, de los contenidos que se
aborden y del acompañamiento pedagógico que el docente brinde a sus estudiantes.
Es difícil imaginarse un escenario donde esta situación se prolongue por dos años, y hay
muchas preguntas que no tienen respuesta en este momento. Sin embargo, si esta
situación se prolongara en el tiempo, sería necesario repensar ciertos modelos para lograr
el equilibrio entre los cuidados, el trabajo y la educación; y se requeriría pensar en
impulsar políticas amigables con la familia que estuviesen orientadas a la conciliación de la
vida familiar y laboral.

En cuanto al impacto en la formación para el trabajo, se presentan grandes retos,


especialmente en el área técnica, en las que el estudiante desarrolla sus habilidades a
través del uso de herramientas físicas. La educación virtual permitiría el desarrollo de
conocimientos teóricos y técnicos al igual que el desarrollo de habilidades a través de
simulaciones avanzadas, mas no reemplazaría las habilidades que se desarrollan en la
modalidad presencial. Una alternativa que se podría brindar es implementar la modalidad
semipresencial, en la que el estudiante desarrolle conocimientos teóricos y técnicos a
través de la modalidad virtual, y atienda al centro educativo a desarrollar habilidades
técnicas.

¿Cómo capacitar a los jóvenes en herramientas tecnológicas y para el trabajo del futuro?

La capacitación en el uso de herramientas tecnológicas es fundamental para el presente


en la nueva normalidad y el futuro, y se debe realizar de manera integral a través de
experiencias de aprendizaje auténticas, como el desarrollo de proyectos y resolución de
problemas con tecnología, que modelen las necesidades del entorno laboral
interconectado y globalizado. Para este fin, se requiere de los jóvenes utilicen la
tecnología no sólo como un medio para obtener información, sino para desarrollar la
creatividad, el pensamiento crítico y habilidades para la comunicación y colaboración que
les permitan liderar cambios significativos en su entorno y en el mundo. Lograrlo no solo
depende del acceso a tecnologías sino del apoyo de un tutor o docente que guíe a los
jóvenes en este proceso.

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