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ECLESIATES CAPITULO 3

Todo a su debido tiempo

En los versículos de (Eclesiastés 3:1-8), Dios me revela que hay un propósito de


Dios en cada etapa de nuestras vidas. Que Dios quiere cumplir con ese propósito,
pero muchas veces nosotros entorpecemos esos propósitos a causa que nos
envolvemos en los afanes, diarios y prestamos más atención a estos que a los
planes que Dios tiene con nosotros y muchas veces, nos olvidamos de orar, leer la
palabra y de disfrutar del banquete más grande que es la intimidad con Dios. No
reconociendo que sin Dios no podríamos hacer nada.

En realidad todas las experiencias que narra el autor ocurren el momento preciso.
En este sentido, el señor me revela que debemos de valorar el tiempo, y que
debemos hacer las cosas en el momento que corresponde hacerla ya que, “el
tiempo que se va no vuelve” y ya habremos perdido la gran oportunidad, tampoco
no debemos resentirnos con Dios, porque no recibimos algo en el tiempo que
queremos porque esto ocasionara que nos desesperemos y tengamos rebeldía
con él.

Sin embargo la actitud que debemos asumir es mantenernos en paz de la espera,


confiando que su debido tiempo el hará si nos conviene y está en su voluntad. Lo
que le pedimos, cabe señalar que cuando el autor dice “tiempo para matar y
tiempo para sanar Eclesiastés. 3:3.

“Tiempo para odiar y tiempo para amar” el Eclesiastés 3:8 señor me reveló que
solo él se siente muy triste cuando un ser humano se priva de lo más preciado que
es la vida, no considerando que a pesar de los problemas que tenga en está es el
regalo más preciado que él nos ha dado en esta vida y el solo tiene derecho a
quitarnos la misma. Cabe señalar también en Eclesiastés 3:8 que el odio es un
pecado que debemos evitar por varias razones: 1) El señor nos dio un mandato
principal ama a tu prójimo como a ti mismo, 2) El que práctica el pecado Dios lo
aborrece (aunque el ama al pecador pero no el pecado que práctica.

Así mismo cuando el autor habla del trabajo el señor me reveló que muchas veces
tenemos el regalo del trabajo, pero no lo apreciamos, criticamos a nuestros jefes y
trabajamos de mala gana; cabe señalar aquí que el padre lo que quiere es que
seamos agradecidos por el hecho de tener un trabajo y que tratemos de hacer
todo como para Dios () ya que nuestro trabajo lo podemos ver como una
oportunidad para servirle (Eclesiastés 3:9). Por otro lado cuando el autor señala en
(Eclesiastés 3:11) que “Dios sembró la eternidad en el corazón humanos”. El
Espíritu Santo me revela que nosotros somos hechos a imagen y semejanza de él
y este es el motivo de que cuando no lo conocemos a él somos muertos
espirituales, ya que solo él puede llenar el vacío que hay en nuestro corazón
cuando no lo conocemos, Por esos podemos tener toda la gloria humana: fama,
dinero, etc. y siempre nos sentimos vacíos a causa que no tenemos en el corazón
a Dios. En el versículo 3:10 de Eclesiastés El Espíritu Santo me reveló que lo más
hermoso que nosotros tenemos es la siembra de la eternidad que hizo Jesús en
nuestro Corazón, aunque el ser humano no ha comprendido la magnitud de esto
por lo tanto Salomón concluye diciendo en (Eclesiastés 3:11-13). “De que no hay
nada mejor, que alegrarse y disfrutar de la vida mientras podamos, aprovechado
con esto el fruto de su trabajo”. En este sentido el Espíritu Santo me reveló que
hay personas que se dedican acumular dinero y nunca disfrutan de las obras de
sus manos y cuando le llega la muerte tiene riquezas pero murieron como pobres
siendo rico, porque no disfrutaron lo que Dios le había dado.

También en el verso 3:14 la revelación que me dio el Espíritu Santo debemos de


tener objetivo principal el temor a Jehová y honrarlo siempre dándole el 1er. Lugar
en todo lo que hacemos.

La injusticia de la vida

En este aspecto el Espíritu Santo me reveló que Dios es el dueño del universo y
de todo lo que hay en el por lo tanto él tiene el control del mismo. Y aunque en
este mundo se ha incrementado la maldad y e injusticia a causa de las señales de
los últimos tiempo. Dios vendrá a Imponer juicio sobre los seres humanos que
practican tales cosas (Eclesiastés 3:16-17) y que el papel de nosotros como
creyentes en estos tiempo es mantener una “Fe firme” y no juzgar a Dios porque
hay mucha maldad, muchos crímenes, mucha hambre entre otros, cuidando con
temor y temblor los valores eternos ya que nosotros los creyente tenemos la
esperanza de ir a disfrutar con nuestro señor en la vida eterna por lo tanto no
debemos preocuparnos, porque vendrá un juicio en la vida venidera de buenos y
malos por cada cosas que hayamos hecho. Este es el motivo por el cual no
debemos tomar en cuenta cuando nos hacen una maldad, o injusticia con nosotros
porque Dios es nuestro juez justo y el pelea por nosotros.

También en el capítulo 3 18-19 el autor hace una compara de los animales con los
seres humanos diciendo: “También reflexione acerca de la condición humana
sobre como Dios le hace ver a los seres humanos que son como los animales,
pues tanto las personas como los animales tienen el mismo destino ambos
respirar y ambos mueren”.

Señalando que las personas no tiene una verdadera ventaja sobre los animales, y
que sí nosotros somos superiores a ellos por las siguientes razones:

a) Fuimos creados a imagen y semejanza de Dios.


b) Fuimos redimidos a precio de sangre.
c) Somos la justicia de Dios en Cristo.

Aunque Salomón cuestiona el que nosotros vayamos a morar con el padre en el


cielo y los animales en el fondo de la tierra (Eclesiastés 3:21 enfatizando) que
nadie puede demostrar esto. En este sentido llegue a la conclusión revelada por el
Espíritu Santo que debemos disfrutar y ser felices con lo que Dios nos regale, ya
que la vida es un regalo de Dios y debemos vivirla y disfrutarla según su voluntad
un día a la vez.

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