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Dios les bendiga amados hermanos gloria a Jesús a mi me tocó desglosar el

tema 2 de Como Vivir una Vida Santa

el acapite A lo que los cristianos deben hacer para tener una vida Santa.

y el acapite B que dice haced Morir lo terrenal en vosotros

vamos a leer el capítulo 3 de colosenses del 1 al 2 .... en el nombre del padre


del hijo, del hijo, y del espíritu Santo ... amén

hemos visto en esta carta del apóstol Pablo como él tiene la


costumbre de presentar primero en sus cartas lo que el señor ha
hecho por nosotros, todo lo que tenemos en Cristo y todo lo que
somos en Cristo y nunca nos da instrucciones antes de
enseñarnos primero qué es lo que Dios ha hecho por nosotros.

El mensaje que tienen esta epístola como muchos han dicho


algunos eruditos bíblicos la consideran la mejor carta del apóstol
Pablo.

Él nos dice que si nosotros habemos muerto, hemos muerto a los


principios elementales del mundo Entonces debemos vivir
conforme a la voluntad del señor no podemos someternos a
tantos preceptos o a ningún legalismo por eso es que el apóstol
Pablo dice que tales cosas, ⁰ aquellas cosas que nos quieren
imponer simplemente se refieren a a dinámicas y qué hacer
supuestamente para alcanzar salvación, pero dice que el señor
verdaderamente es quien en el cual tenemos salvación cualquier
cosa que nosotros hagamos no tiene ningún valor para que
nosotros alcancemos salvación y por esta razón el apóstol Pablo
hace algo inesperado Por así decirlo hace un cambio de enfoque
Porque los primeros dos capítulos de esta carta él se centra en
Cristo lo que ha hecho Cristo Quién es Cristo qué es lo que son
estos falsos maestros estas falsas sectas, falsas filosofías de todo
esto está enfocado en eso y amonesta a la iglesia a que tengan
cuidado a que no se dejen engañar.
1- Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba,
donde está Cristo sentado a la diestra de Dios”.
El apóstol Pablo hace una exhortación a buscar las cosas de arriba y no en las de
la tierra., donde Jesús está sentado a la diestra de su Padre: buscad las cosas de
arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Si nos damos cuenta
estas cosas que vienen de arriba son de gran valor porque vienen del mismo
trono de Dios, donde Cristo está sentado a su diestra.

A veces creemos que las mejores cosas las encontraremos fuera de la voluntad
de Dios y que este mundo puede ofrecérnoslas, pero no es asi ya que todo lo
bueno proviene de Dios: “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de
lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de
variación”, (Santiago 1:17).

2- “Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra”.

Cuando el apóstol dice: Poned la mira en las cosas de arriba, significa que
debemos enfocarnos en las cosas espirituales. Entendemos que aquellas cosas
que son de la tierra se refieren a todo aquello que es material o de origen
pecaminoso y esto es un total error y en la Biblia podemos encontrar algunas
razones por las cuales no debemos hacerlo.

La primera razón por la cual no debemos poner la mira en las cosas de este
mundo es porque nos alejan de Dios ya que solo nos impulsan a pecar, por
ello en 1 de Juan 2.-15-16 decía: “No améis al mundo, ni las cosas que están
en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque
todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la
vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo”

Cada dia vemos amados como El pecado destruye la vida del hombre y
cualquier cosa que nos ofrece solo provoca un deleite temporal de la carne, y
eso es, es algo temporal que con el tiempo nos condenara ya que nos convierte
en enemigos de Dios: “¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del
mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del
mundo, se constituye enemigo de Dios”, (Santiago 4:4).

Nadie que viva para satisfacer los deseos de su naturaleza pecaminosa terminara
bien, por ello debemos esforzarnos por no poner la mira en las cosas de este
mundo porque a lo mejor nos impulsen a pecar.
Otra razón por la cual no debemos poner la mira en las cosas de este mundo es
porque todo lo que ofrece es temporal, no permanece para siempre: “Y el
mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece
para siempre”, (1 Juan 2:17). Todo lo que hacemos para el mundo no
transciende eternamente, aquí podemos hacernos de muchos tesoros,
propiedades, títulos y reconocimientos, y que bueno si lo podemos hacer, pero
todo esto quedara atrás después de nuestra muerte. Es muy triste ver como los
hombres nos afanamos y esforzamos en este mundo por alcanzar logros
materiales y riquezas descuidando la parte espiritual, no se le da valor a aquello
que nos asegurara una eternidad con Dios, al contrario el hombre vive como si
este mundo lo fuera todo, pero lo cierto es que un día moriremos y partiremos
sin nada.

Hay personas que viven enfocadas en lo que este mundo ofrece, creen que las
riquezas o las ofertas de este mundo son suficientes para asegurar su futuro. En
la Biblia se encuentra la parábola del rico insensato que pensó que enfocarse en
ser rico le daría la garantía de su existencia, pero se equivocó: “También les
refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido
mucho. Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo
dónde guardar mis frutos? Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los
edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi
alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate,
come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte
tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí
tesoro, y no es rico para con Dios”, (Lucas 12:16-21). Qué triste es enfocarse
en ser rico o triunfar en cualquier área en la vida y ser un pobre y fracasado para
Dios, al final nuestra alma se condenará y ningún esfuerzo habrá valido la pena.

Continuamos con el Acapite B yque dice haced Morir lo terrenal en vosotros


Leemos en Colosenses del 5 al 9 en el nombre de Jesús

5- Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación,


impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia,
que es idolatría;
6 cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de
desobediencia,
7- en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo
cuando vivíais en ellas.
8- Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira,
enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra
boca.
9- No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del
viejo hombre con sus hechos,

Continuemos leyendo el versículo 5 de este quinto capítulo de


Colosenses:
5- "Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: inmoralidad
sexual, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y
avaricia, que es idolatría."
Y el apóstol iba a incluir una lista no muy numerosa pero sí muy
representativa de la naturaleza humana. En primer lugar
mencionó la inmoralidad sexual. Hay muchísimas personas que
encubren los pecados de esta categoría y aun se consideran
cristianos dedicados. Pablo expuso abiertamente estos pecados y
nos dijo que debíamos colocar a la parte física de nuestro cuerpo
en el lugar de la muerte. ¿Le causan a usted problemas sus ojos?
¿Es la suya una mirada de codicia, o una mirada de lujuria?
Coloque esos ojos, esa manera de mirar en un lugar o condición
de muerte, y después úselos como los ojos de Cristo, para que
puedan contemplarle a Él. Estimado oyente, ese acto cambiará
su perspectiva.
Después tenemos en este versículo la referencia a la impureza.
Este término incluye pensamientos, palabras, miradas, gestos,
actitudes, y los chistes, es decir, la forma en que expresamos
nuestro sentido del humor.
Siguen en la lista las pasiones desordenadas. A veces los
cristianos confiesan a algún consejero espiritual un pecado
determinado en sus vidas. Algunos suelen decir entonces:
"Bueno, es que no he podido evitarlo". Habría que decirles a esas
personas que, para empezar, no tendrían que haber estado en
ese lugar o en esa situación. A veces una persona se expone
conscientemente a ciertas situaciones en las que sabe que va a
tener que luchar contra la tentación, porque conoce sus puntos
débiles.
Continúa la lista con los malos deseos, que incluyen los
elementos anteriores pero es un término más general. También
deben ser hechos morir.
Y el apóstol finalizó la lista con la avaricia, que es idolatría. Aquel
que está dominado por la avaricia, siempre siente que debe tener
más. Y es una forma de idolatría porque implica buscar la
satisfacción en las cosas terrenales, en vez de buscarla en las
celestiales. ¿Es posible que un cristiano esté dominado por el
dinero de tal manera que haya perdido el interés por su relación
con el Cristo viviente? Muchas personas resultan vencidas por la
codicia, impulsadas por ansias que nunca podrán satisfacer
porque nunca estarán satisfechas. Siempre querrán tener más.
Estas cuestiones pueden resultar dolorosas. Porque nuestros
cuerpos son moradas o habitación del Espíritu Santo, y han de
ser usados para Dios.
Podríamos incluso decir que la codicia es la raíz de la mayor
parte de los problemas en todas las naciones. Como vemos, la
Biblia tiene palabras muy directas para describir los males de
todos los tiempos. Es evidente que la palabra "corrupción" se ha
convertido en un término demasiado repetido en los medios de
comunicación. En este sentido, el apóstol Pablo escribió en su
primera carta a Timoteo 6:10, una conclusión de gran actualidad:
la raíz de todos los males es el amor al dinero. El dinero no es el
problema, porque puede ser usado para la honra y gloria de Dios.
Muchas personas, incluso muchas que profesan ser cristianas
están cayendo en la idolatría al adorar a este ídolo. Estimado
oyente, recuerde que si usted está en Cristo, si su vida está
unida a la de Cristo, El siempre tendrá prioridad; a Él le
corresponde el primer lugar. Y entonces usted buscará las cosas
de arriba, las cosas celestiales, aquellas que tienen que
pertenecer al reino de Dios.

Luego, en el versículo dice Por estas cosas la ira de Dios viene


sobre los hijos de desobediencia"
En la frase por estas cosas vemos una referencia a las cosas que
acababa de mencionar como realizadas por aquellos que están en
el sistema mundano.
Y después dijo: la ira de Dios viene sobre los hijos de
desobediencia. Los hombres no están perdidos simplemente
porque hacen estas cosas, ni tampoco están perdidos por no
haber oído acerca de Cristo. Están perdidos porque son
pecadores, pecadores en sus corazones. Y porque son pecadores,
cometen estos pecados.
Y continúa diciendo el versículo 7:
"En las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo
cuando vivíais en ellas."
Aquellos que ahora conocen al Señor practicaron estos pecados
en algún momento de su vida. Y se espera que no continúen
cometiéndolos.
Estimado oyente, ¿le estamos dando usted y yo a Él, el primer
lugar?
¿O estamos ocupados hoy en las mismas cosas en las que se
ocupa el mundo, y por las cuales Dios los va a juzgar? Bueno,
entonces ¿cómo podemos esperar que vayamos a escapar
nosotros del juicio de Dios? Si usted está en Cristo, entonces,
busque las cosas que están arriba, y así, no estará implicado en
las cosas que pertenecen al sistema de este mundo.
8- "Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas:
ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de
vuestra boca."
Aquí el apóstol nos habló de los hábitos que nosotros tenemos
que quitarnos como si fuera un traje o un vestido, y, después de
todo, un vestido se transforma en una costumbre, ¿no es cierto?
Hay muchas personas que tienen hábitos de practicar algún
deporte, y acostumbran a llevar la ropa adecuada para ello. Y hay
diferentes personas que manifiestan diferentes hábitos y de eso
es que Pablo nos estaba hablando aquí. Estaba pidiendo que los
creyentes se despojaran de estas antiguas prácticas, de la misma
manera que se deshacían de la ropa vieja y sucia. Esa ropa no se
lava, sino que se tira, va a parar al cubo de la basura.
En la lista tenemos la ira, que es una pasión del alma, que causa
indignación y enojo. Puede dar lugar a deseos de venganza. Y
luego tenemos el enojo, que es un movimiento del ánimo que
suscita ira contra alguien. Hay un momento justificado para la
ira. Recordemos que el Señor se llenó de ira con los fariseos, a
causa de la dureza de sus corazones. Esta no fue una ira
pecaminosa. El problema es que nos llenemos de ira
equivocadamente, ante situaciones que no la requieran.
Luego, lo tercero que se menciona es malicia. Alguien ha dicho
que la "malicia" es "enojo congelado". Es un enojo que ha sido
alimentado, que trata de buscar venganza y de ajustar las
cuentas. El apóstol Pablo dijo que un cristiano debía quitarse esa
vieja ropa sucia. Porque esa clase de conducta no representa a
Cristo.
Aquí también se menciona la palabra blasfemia. Y, opinamos que
la blasfemia puede ser de dos clases. Hay una blasfemia contra
Dios, y una blasfemia contra las personas. El primer tipo de
blasfemia es difamar el nombre de Dios. No es simplemente
tomar Su nombre en vano, sino dar una imagen falsa de Él,
implica odiarle. En cierta ocasión una señora escribió acerca de
la muerte de su hijo pequeño de tres años, y de cómo ella odiaba
a Dios por eso. Es que odiar a Dios por algo que ha sucedido es
realmente una blasfemia.
Y usted blasfemia c cuando hace alguna declaración falsa sobre
alguien, que no es cierta. Cuando usted pronuncia alguna
acusación falsa de una manera u otra contra algún creyente,
entonces, usted está blasfemando. Así es que tenemos diferentes
clases de blasfemias.
Luego nos dice este versículo: Palabras deshonestas de vuestra
boca. Significa hablar cosas ordinarias, groserías, e incluye
palabras ofensivas y obscenas. No podemos creer que haya
creyentes que disfruten con ese vocabulario y que se
permitan ese tipo de conversación y no podemos entender
como alguien pueda profesar ser un hijo de Dios y comportarse
de esa manera. Realmente, son elementos que deben ser quitados
de la vida.
9: No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del
viejo hombre con sus hechos"
Pablo está hablando Pablo A los creyentes, porque dijo después Y
habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos. Aquí se
habla de despojarse del ropaje de la vieja naturaleza. Ahora, ¿es
posible que un creyente mienta? Seguro que lo es. Esto no quiere
decir que usted pierde su salvación cuando lo hace. Si así fuera,
muchos ya la habrían perdido hace ya mucho tiempo. Esto
también nos revela que uno no puede alcanzar aquí en la tierra
un estado de perfección, y que tampoco se libra uno
completamente de la vieja naturaleza cuando se convierte en un
hijo de Dios.
No se mientan unos a otros, porque ustedes ya se han quitado la
vieja naturaleza pecaminosa y todos sus actos perversos.
Vístanse con la nueva naturaleza y se renovarán a medida que
aprendan a conocer a su Creador y se parezcan más a él.

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