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el acapite A lo que los cristianos deben hacer para tener una vida Santa.
A veces creemos que las mejores cosas las encontraremos fuera de la voluntad
de Dios y que este mundo puede ofrecérnoslas, pero no es asi ya que todo lo
bueno proviene de Dios: “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de
lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de
variación”, (Santiago 1:17).
Cuando el apóstol dice: Poned la mira en las cosas de arriba, significa que
debemos enfocarnos en las cosas espirituales. Entendemos que aquellas cosas
que son de la tierra se refieren a todo aquello que es material o de origen
pecaminoso y esto es un total error y en la Biblia podemos encontrar algunas
razones por las cuales no debemos hacerlo.
La primera razón por la cual no debemos poner la mira en las cosas de este
mundo es porque nos alejan de Dios ya que solo nos impulsan a pecar, por
ello en 1 de Juan 2.-15-16 decía: “No améis al mundo, ni las cosas que están
en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque
todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la
vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo”
Cada dia vemos amados como El pecado destruye la vida del hombre y
cualquier cosa que nos ofrece solo provoca un deleite temporal de la carne, y
eso es, es algo temporal que con el tiempo nos condenara ya que nos convierte
en enemigos de Dios: “¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del
mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del
mundo, se constituye enemigo de Dios”, (Santiago 4:4).
Nadie que viva para satisfacer los deseos de su naturaleza pecaminosa terminara
bien, por ello debemos esforzarnos por no poner la mira en las cosas de este
mundo porque a lo mejor nos impulsen a pecar.
Otra razón por la cual no debemos poner la mira en las cosas de este mundo es
porque todo lo que ofrece es temporal, no permanece para siempre: “Y el
mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece
para siempre”, (1 Juan 2:17). Todo lo que hacemos para el mundo no
transciende eternamente, aquí podemos hacernos de muchos tesoros,
propiedades, títulos y reconocimientos, y que bueno si lo podemos hacer, pero
todo esto quedara atrás después de nuestra muerte. Es muy triste ver como los
hombres nos afanamos y esforzamos en este mundo por alcanzar logros
materiales y riquezas descuidando la parte espiritual, no se le da valor a aquello
que nos asegurara una eternidad con Dios, al contrario el hombre vive como si
este mundo lo fuera todo, pero lo cierto es que un día moriremos y partiremos
sin nada.
Hay personas que viven enfocadas en lo que este mundo ofrece, creen que las
riquezas o las ofertas de este mundo son suficientes para asegurar su futuro. En
la Biblia se encuentra la parábola del rico insensato que pensó que enfocarse en
ser rico le daría la garantía de su existencia, pero se equivocó: “También les
refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido
mucho. Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo
dónde guardar mis frutos? Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los
edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi
alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate,
come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte
tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí
tesoro, y no es rico para con Dios”, (Lucas 12:16-21). Qué triste es enfocarse
en ser rico o triunfar en cualquier área en la vida y ser un pobre y fracasado para
Dios, al final nuestra alma se condenará y ningún esfuerzo habrá valido la pena.