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Salmo 90: 1- 12
La vida es corta, pero pareciera que no estamos cayendo en
cuenta de esta realidad y contrario a esto estamos dejando que
pase el tiempo sin tener en cuenta las oportunidades que Dios nos
da y mas aun pasando por alto lo que realmente tiene valor en
nuestras vidas.
Reflexionemos un poco sobre este tema y como primer punto
tengamos en cuenta lo siguiente:
Valoremos mas el tiempo que Dios nos regala. Efesios 5:15-16
Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino
como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días
son malos.
Valoremos las oportunidades que nos da Dios. Eclesiastés 9:10
Todo lo que te venga a mano para hacer, hazlo según tus
fuerzas, porque en el seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo
ni ciencia ni sabiduría.
Cuantas veces hemos dejado para después oportunidades que
Dios nos da aquí en esta tierra y que quizá no las vamos a volver
obtener.
Es posible que actualmente recordemos alguna de esas
oportunidades que tuvimos y no supimos aprovechar y nos
lamentemos, PERO no es correcto que permanezcamos todo el
tiempo lamentándonos, recordemos que no se puede llorar sobre
la leche derramada.
Lo que debemos hacer es de aquí en adelante estar muy
pendientes de lo que Dios nos pone en el camino y ser muy
cuidadosos de no ir a dejar pasar estas oportunidades.
Por ejemplo, la oportunidad de servirle aquí en su obra, es una
oportunidad que Dios nos da y estamos aprovechándola?
Y lo que hagamos hagámoslo con alegría con la mejor actitud dice
la Palabra de Dios, porque tampoco es provechoso hacer las cosas
con una actitud negativa, quejándonos, buscándole a todo un pero.
Valoremos mas a las personas que Dios pone a nuestro alrededor.
Filipenses 2: 3-4
Nada hagáis por rivalidad o por vanidad; antes bien, con
humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a
él mismo. No busquéis vuestro propio provecho, sino el de los
demás.
Las personas como nuestros familiares, los hermanos de aquí de
la congregación, las personas que están a nuestro lado en el
trabajo o estudio creo que no están por casualidad, creo que
también hacen parte del propósito de Dios en nuestras vidas, si
miramos detenidamente, si analizamos en detalle nos daremos
cuenta que si es así.
Incluso a las que vemos de forma negativa porque quizá nos han
hecho daño o no simpatizamos mucho con ellas, a través de ellas
Dios también obra en nuestras vidas para bendición y por lo tanto
debemos darle gracias a Dios por ellas.