Está en la página 1de 12

MANGUITO ROTADOR

PRESENTADO POR

LUISA FERNANDA ZABALETA PATIÑO – 01170141003


DAIANNA TORRES GÁFARO – 01160141051
ANDRÉS VERA FUENTES - 01170142002

TUTOR
FT. MG ERIKA PAREDES

SEMINARIO DE MIEMBRO SUPERIOR


UNIVERSIDAD DE SANTANDER
FISIOTERAPIA
BUCARAMANGA, 2021 B
TABLA DE CONTENIDO
1. Definición
2. Fisiopatología
3. Incidencia y prevalencia
4. Manifestaciones clínicas
5. Etiología
6. Métodos diagnósticos
7. Tratamiento Farmacológico
8. Tratamiento Quirúrgico
9. Tratamiento Fisioterapéutico
10. Evidencia Científica
11. Bibliografías
MANGUITO ROTADOR
1. DEFINICIÓN
El manguito rotador del hombro está formado por los músculos supraespinoso,
infraespinoso, redondo menor y subescapular y sus tendones; todas estas estructuras
rodean a la cabeza del húmero. Su acción es muy importante para la correcta función,
estabilidad y movilidad indolora del hombro. Con frecuencia estos músculos y tendones se
irritan, inflaman, desgastan o desgarran por diferentes causas, tales como traumatismos,
trabajos que requieren el uso excesivo del hombro y formación de calcificaciones, entre
otras. A veces, a las lesiones del manguito rotador se le asocia también pérdida de
movilidad y debilidad en el hombro. (1)
*Músculo supraespinoso: El músculo supraespinoso se origina en la fosa del
supraespinoso de la escápula y la superficie superior de la espina de la escápula y se
inserta en la tuberosidad mayor del húmero. El tendón del supraespinoso está compuesto
por dos porciones: una anterior larga y gruesa, otra posterior corta y fina . En su superficie
profunda cubre la cápsula de la articulación del hombro. La inervación se efectúa por el
nervio supraescapular, ramo colateral del plexo braquial procedente de la raíz C5. Su
función principal es mantener centrada la cabeza del húmero, además de abductor y
elevador del brazo. (1)
*Músculo infraespinoso: Se origina en los dos tercios mediales de la fosa infraespinosa y
se inserta en la carilla articular media de la superficie posterior del tubérculo mayor del
húmero. El tendón del infraespinoso también se divide en dos porciones: una porción
anterior larga y gruesa, otra posterior corta y fina. La inervación es por el nervio
supraescapular, ramo colateral del plexo braquial. La principal función que realiza es la de
rotación externa del húmero. (1)
*Músculo subescapular: El músculo subescapular es el músculo más potente del
manguito rotador y se origina en la fosa subescapular, La inserción muscular cubre los
dos tercios superiores de la superficie anterior de la escápula. Es inervado por los nervios
subescapulares superior e inferior, ramas colaterales del plexo braquial procedente de las
raíces C5, C6 y, parcialmente de C7. Funciona como potente rotador interno del hombro y
aductor del húmero. (1)
*Músculo redondo menor: Tiene aspecto cilíndrico, su origen es en el borde lateral de la
superficie posterior de la escapular y su inserción es en la carilla articular inferior de la
superficie posterior del tubérculo mayor del húmero La inervación es por un ramo del
nervio circunflejo que procede de la raíz C5 del plexo braquial. La función principal es la
rotación externa del húmero (1)
La rotura de los componentes del manguito de los rotadores es una de las causas más
frecuentes de dolor Musculoesquelético y discapacidad. Asimismo, se la considera la
patología de tejidos blandos más prevalente en el hombro. La patología del manguito de
los rotadores está asociada con la edad y este proceso degenerativo se inicia a partir de
la cuarta década de la vida. (1)
2. FISIOPATOLOGÍA
El agente traumático puede actuar directamente sobre las fibras musculares causando
una destrucción total o parcial del tejido, y una pérdida funcional proporcional a la
severidad del traumatismo. Estas lesiones se atribuyen al daño del sarcolema, lo que
ocasiona la entrada descontrolada de calcio y produce la activación de proteasas e
hidrolasa ocasionando un proceso de autodigestión. Se pueden producir traumatismos
directos que ocasionan una hemorragia intersticial acompañada de un componente
inflamatorio y en traumatismos indirectos el musculo no es capaz de soportar una fuerza
en su eje mayor produciendo un daño mecánico a las miofibrillas La fisiopatología de las
roturas del manguito rotador se describe como defectos intrínsecos de los tendones,
incluida la mayor muerte de las células del tendón, una mayor proporción de composición
de grasa, microestructura aberrante de fibras estructurales y vasos de nutrientes
anormales. Esto sugiere que estas roturas no son puramente debido a microtraumatismos
repetitivos o uso excesivo, por lo que factores genéticos también están involucrados (4)
(1)
3. INCIDENCIA Y PREVALENCIA
La incidencia de lesiones en el manguito varía del 5% al 39 %. Aumenta en la población
de edad avanzada, siendo aproximadamente 6 y 30 % en los menores y mayores de 60
años, respectivamente; se plantea que afecta al 30-50 % de la población mayor de 50
años, siendo un problema de salud común en las poblaciones trabajadoras. Afecta más
frecuentemente al brazo dominante (bilateralidad en el 36%), mujeres y raza blanca. Su
incidencia es mayor en el entorno laboral y predominantemente se da en trabajadores
manuales (oficios que impliquen levantar y mantener cargas pesadas) y que requieran
esfuerzos repetitivos. Se ha descrito una mayor incidencia en actividades que exijan
posiciones sostenidas en abducción del hombro o con levantamiento de peso por encima
de la cabeza. También los trabajos que impliquen vibraciones repetidas pueden
desencadenar este tipo de patología (1)
En Colombia, de 2003 a 2005, el síndrome del manguito rotador ocupó el quinto puesto
de enfermedades laborales y el segundo puesto de patologías osteomusculares, según el
informe del Ministerio de la Protección Social [5], coincidiendo este último dato con los
reportados por las entidades promotoras de salud, durante el año 2004, según la Guía de
Atención Integral basada en la evidencia de hombro doloroso (GATISO). (2)
4. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
El cuadro clínico de la patología del manguito rotador va asociada, fundamentalmente, a
tres síntomas: dolor, debilidad y limitación de la movilidad. Los síntomas iniciales pueden
ser leves pero pueden evolucionar conforme la cronicidad de la lesión. Comúnmente se
encontrará inflamación local a la presión en la parte frontal del hombro, el dolor se localiza
en la región anterolateral y superior del hombro, y puede irradiarse a la región superior y
externa del brazo, es típicamente nocturno y despierta al paciente. Durante el día es más
tolerable, se desencadena con las actividades que requieren el uso del brazo por encima
del nivel del hombro. La debilidad se manifiesta como fatiga o incapacidad para elevar el
brazo por encima del nivel del hombro, lo cual limita las actividades de la vida diaria como
el aseo, vestido, levantar objetos, entre otras. (3)
5. ETIOLOGÍA
La lesión del manguito rotador es una lesión frecuente en las personas que realizan
actividades laborales pesadas o repetitivas, así como deportes agotadores que sufren un
traumatismo violento, por lo general una caída. Sin embargo, actividades cotidianas o
movimientos sencillos que causen una tensión menor, pueden llegar a causar con
facilidad una rotura parcial o completa de un tejido ya debilitado por cambios
degenerativos.

Síndrome subacromial: Los movimientos de elevación del MMSS tienden a comprimir


los tendones del bíceps y el supraespinoso contra el borde del acromion y el ligamento
coracoacromial. Cuando existe una irritación debido a la compresión de la región del
supraespinoso se produce una respuesta inflamatoria conocida como tendinitis. Este
proceso inflamatorio suele extenderse a la región subacromial y se asocia con desgastes
y migro desgarros o roturas del manguito.
Las roturas por tracción son el resultado de sobrecargas repetitivas de tensión
intrínseca, produciendo una lesión tendinosa que puede progresar a roturas del manguito
por una sobrecarga continua de tracción. Los deportes de raqueta y lanzamientos son de
alto riesgo para este tipo de lesiones del manguito por las grandes fuerzas repetitivas
generadas por la musculatura posterior del manguito durante las fases de aceleración y
desaceleración.
Las insuficiencias tendinosas macro traumáticas son el resultado de un único episodio
traumático, estas fuerzas presentes en el episodio traumático son superiores a lo que el
tendón normal puede soportar, provocando una debilidad e insuficiencia.

Las roturas se clasifican como parciales o incompletas, completas y masivas. Las roturas
incompletas no abarcan toda la sección transversal del tendón. Se reconocen tres tipos:
superficie superficial, superficie profunda e intratendinosa. Las roturas completas abarcan
toda la sección transversal del tendón o músculo. Una rotura masiva comprende la rotura
de más de un tendón o músculo del manguito de los rotadores.
Criterios Clínicos: Tipo de ruptura, retracción del tendón, atrofia muscular,
infiltración de grasa, ascenso de la cabeza humeral.

6. MÉTODOS DIAGNÓSTICOS

 Las radiografías simples también pueden mostrar trastornos degenerativos o un


colapso óseo compatible con una artropatía por desgarro del manguito; en estos
casos, contribuyen a los síntomas del paciente tanto las alteraciones del manguito
como la artritis.

 La RM del hombro sirve para confirmar el desgarro del manguito de los rotadores y
valorar su tamaño y grado de retracción, además, la RM también es útil para
valorar la musculatura del manguito. Así, los signos de infiltración grasa o fibrosa
de los músculos del manguito son compatibles con un diagnóstico de desgarro de
largo tiempo de evolución, pronostico y recuperación de la funcionalidad.
 La ecografía y la artrografía del hombro con doble contraste son otros estudios
utilizados ocasionalmente en el diagnóstico de los desgarros del manguito de los
rotadores. Sin embargo, estas exploraciones son menos útiles para determinar
cuánto tiempo hace que existe desgarro.

 La artroscopia se emplea para inspeccionar el manguito de los rotadores y


documentar la localización y extensión de los cambios patológicos que no se
aprecian con las técnicas diagnósticas por la imagen.

 La diferenciación de una rotura incompleta de una completa requiere una prueba


radiológica, como una artrografía, una bursografía, una ecografía o una resonancia
magnética. Ninguna de estas pruebas radiológicas se considera un método
diagnóstico infalible de las roturas incompletas, pero son fiables para el
diagnóstico de las roturas completas

NOTA: El análisis de los métodos diagnósticos permitirá entender el tipo de abordaje que
se va a realizar, con el fin de evitar alteraciones o afectaciones como la hipomovilidad,
luxaciones o rigidez articular. En caso de tener un abordaje quirúrgico y presenta
problemas de movilidad, dolor crónico, desprendimiento de implantes, ausencia de
progresión en la recuperación y de fuerza, se debe repetir la cirugía.

PRUEBAS DE SEMIOLOGIA: Patte, Drop Arm, Prueba de Yergason, Gerber, Jobe y


Speed.

7. TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO
La mayoría de las lesiones del manguito rotador pueden ser tratadas de forma
conservadora mediante el uso de:

 Antiinflamatorios no esteroideos (AINES)


 Inyecciones de corticosteroides
 Terapia de rehabilitación funcional.
Se indicarán analgésicos antiinflamatorios no esteroideos como primera alternativa de
tratamiento, por periodos cortos. Se recomienda conocer la dosis, periodo de uso,
presentación, interacciones y efectos adversos de los aines (5).
La aplicación intraarticular de un antiinflamatorio esteroideo de depósito con lidocaína
como analgésico local, favorece la compresión del sitio de la lesión y con ello facilita la
movilidad temprana (5).
Si después de dos infiltraciones con cortico-esteroide en la articulación no hay
disminución del dolor, no se deberán aplicar más infiltraciones y se debe valorar el
tratamiento quirúrgico, también se indican analgésicos en el periodo postoperatorio,
siguiendo las guías de dolor (5).
8. TRATAMIENTO QUIRÚRGICO
Es de gran importancia, el vendaje inmovilizador se retira a partir del primer día post
operatorio en un ambiente seguro y controlado, se inicia con movimientos de mano,
muñeca y codo, no con movimientos de hombro. La terapia física formal inicia al tercer día
post operatorio y consiste en modalidades para el manejo del dolor y del edema,
movimientos pasivos para fortalecimiento. Dependiendo del tamaño y la seguridad de la
reparación, se procede con movimientos activos hasta las 6 semanas post operatorio. Se
pueden añadir movimientos de baja resistencia a partir de las 10 semanas, con un
incremento gradual de la intensidad hasta la máxima mejoría, cercano a los 6 meses post
operatorio (6).
9. TRATAMIENTO FISIOTERAPÉUTICO

La intervención con ejercicio terapéutico debe basarse en la patología subyacente, en los


deterioros de presentación y en las limitaciones funcionales.
Objetivos: Disminuir dolor y edema, manejo de cicatriz, evitar hombro congelado, mejorar
movilidad articular, fortalecimiento muscular, mejorar propiocepción
Aplicación de medios físicos: Para la fase aguda, crioterapia.
Termoterapia superficial: Provocar un efecto vasodilatador, permitiendo la activación de
los músculos, disminuyendo el dolor y mejorando su extensibilidad, la aplicación se realiza
a través de paquetes calientes o lampara infrarroja con una longitud de onda de 770-
1400nm
Ultrasonido terapéutico: Se utiliza con el fin de reducir el dolor y espasmos musculares,
los parámetros son; Frecuencia 3Mhz, onda continua con un ciclo de trabajo del 100%,
frecuencia de 0,5 w/cm2 con una duración de 5-10 en áreas de tamaño no superior de la
ERA.
Corriente eléctrica: Producir un efecto iónico para el tratamiento y facilitar la curación de
tejidos y para reducir la formación del edema. Corriente pulsada de alto voltaje, frecuencia
de pulso de 60-125pps, duración del pulso 40-100us, amplitud a tolerancia del paciente,
tiempo 20-30 minutos.

La fase de rehabilitación se hará en base al tiempo de evolución


1 FASE (Protección) 0-6 semanas: Proteger la integridad de la reparación con un
cabestrillo durante 2 a 3 días y hasta la 6 semana, por la noche.
Ejercicios pendulares iniciados durante las primeras 48 horas.
Aumentar gradualmente la movilidad articular con ejercicios pasivos, evitando
movimientos súbitos o por detrás de la espalda
Ejercicios isométricos submáximos y estiramientos controlados (4-6 semana)
2. FASE (Movilidad) 6 semanas – 3 meses: Ejercicios auto asistidos de amplitud de
movimiento
Estiramientos pasivos suaves
Mejorar arco de movilidad hasta arco completo
Ejercicios activos libres y trabajo de movilidad en cadena cinética frenada

3. FASE (Fortalecimiento) 3 meses – 4 meses: Ejercicios isométricos con actividad


dinámica o ejercicios pilométricos
Ejercicios en cadena cinética abierta con la aplicación de peso
Seguir mejorando arcos de movilidad, estiramiento y ejercicios de amplitud articular

4. Fase (Fortalecimiento avanzado) 4 meses – 5 meses: Fortalecimiento isotónico


resistidos con bandas elásticas
Seguir con actividad de ejercicios pilométricos, estiramiento y estiramiento
Trabajo de propiocepción y equilibrio en bases inestables.

TRATAMIENTO CON TECNICAS DE FACILITACION NEUROMUSCULAR


PROPIOCEPTIVA
La recuperación también puede incrementarse mediante ejercicios de facilitación
neuromuscular propioceptiva (FNP). En estos casos, el fisioterapeuta aplica unos
impulsos sensoriales específicos para facilitar un patrón de movimiento o una actividad
específicos. Un ejemplo es el patrón de flexión-extensión D2 para la extremidad superior.
Durante esta maniobra el fisioterapeuta realiza una estabilización rítmica a diferentes
posiciones de elevación del brazo (p. ej., a 30, 60, 90 y 120°). De este modo, mediante el
reforzamiento isométrico de los estabilizadores dinámicos se consigue una mejora de la
estabilidad de la articulación GH.
Cuando se utiliza la FNP se busca aprovechar la actividad refleja: un músculo que es
estirado pasivamente al inicio del movimiento facilitará una contracción muscular más
potente, realizando un patrón de movimiento en los tres planos anatómicos: plano sagital,
plano coronal y plano transversal. El movimiento es realizado en forma de espiral y
diagonal
Además de aumentar la conciencia del movimiento, los patrones de FNP pueden
aumentar la movilidad y el rendimiento muscular. Estos patrones aseguran el adecuado
reclutamiento muscular durante los patrones de movimiento
10. EVIDENCIA CIENTÍFICA
Comparación de dolor, movimiento y función de dos protocolos de ejercicio para el
manguito rotador y estabilizadores escapulares en pacientes con síndrome
subacromial
Objetivo: El objetivo principal es determinar si existen diferencias en términos de dolor y
rango de movimiento activo del hombro (AROM), tras la implementación de un programa
de EE con y sin dolor en pacientes con ES. El objetivo secundario es determinar si existen
diferencias en la función del hombro entre los 2 grupos después de la intervención.
Además, el objetivo es establecer la efectividad a corto plazo del protocolo para orientar la
práctica clínica en pacientes con ES.
Introducción: El dolor de hombro, con una prevalencia del 47%, es la tercera causa más
común de búsqueda de atención médica en los trastornos musculoesqueléticos.
Representa un impacto considerable en la salud, siendo recurrente y con bajas tasas de
recuperación. El síndrome subacromial (SS), que comprende el pinzamiento de los
tendones del manguito rotador, la bolsa o las alteraciones de los ligamentos en el espacio
subacromial y es responsable del 45% -65% de los casos de dolor de hombro, tiene una
incidencia de aproximadamente el 2,8% en sujetos mayores de 30 años y el 15% en
sujetos mayores de 70 años. Los síntomas y disfunciones se presentan mayoritariamente
en posiciones de elevación y movimientos del miembro superior (UL), que pueden afectar
la calidad de vida y aspectos socioeconómicos, con frecuentes bajas médicas. Existen
estudios electromiográficos que evidencian cambios en la amplitud de movimiento y
déficits de sincronía muscular en pacientes con ES, lo que justificaría un protocolo de
ejercicio en su abordaje terapéutico: disminución de la actividad muscular de la porción
media e inferior del serrato anterior y manguito rotador, activación retardada del trapecio
medio e inferior, y activación excesiva del trapecio superior y deltoides medio; y en
muchos casos, el acortamiento del pectoral menor.
Métodos:
Aproximación experimental al problema
Se realizó un ensayo clínico prospectivo, aleatorizado y de grupos paralelos. Este estudio
utilizó un programa de EE de 4 semanas que comprende 5 sesiones de entrenamiento por
semana, cada sesión dura aproximadamente 30 minutos. Después de la línea de base,
los sujetos fueron asignados aleatoriamente al grupo EE no doloroso (0 mm en la escala
analógica visual [EVA]) o al grupo EE doloroso (<40 mm en la EVA). Ambos grupos
completaron las pruebas 1 día después de completar el programa.
Participantes
Los sujetos con SS que acudieron a los centros de salud de Chiva, Cheste y Buñol,
pertenecientes al Hospital de Manises (Valencia, España), entre el 9 de marzo de 2016 y
el 9 de mayo de 2016, fueron reclutados por médicos rehabilitadores y fisioterapeutas del
equipo de investigación. Según criterios de selección. Los criterios de inclusión fueron
pacientes (hombres y mujeres) de entre 25 y 70 años, remitidos a fisiatra y a servicios de
rehabilitación tras acudir al centro médico con diagnóstico de SS y arco doloroso al
levantamiento activo del UL (entre 60 y 120 de secuestro). Los criterios de exclusión
fueron pacientes con desgarro del manguito rotador, pacientes intervenidos de hombro en
los últimos 3 meses, pacientes con hombro congelado, prótesis de hombro, fibromialgia o
neoplasia maligna y antecedentes de enfermedad reumática o inflamatoria crónica.
Medidas de resultado
Los resultados primarios de este estudio fueron dolor de hombro y AROM. La función del
hombro se evaluó como resultado secundario.
Dolor de hombro
La intensidad del dolor de hombro se registró durante las actividades diarias mediante
EVA (0 mm sin dolor; 10 mm con el peor dolor imaginable). Un valor <30 mm se consideró
leve, 31-54 mm moderado y> 55 mm severo. AROM de la articulación glenohumeral. Se
utilizó un goniómetro universal para medir el AROM para evaluar la flexión, se colocó al
paciente en decúbito supino, flexionando caderas y rodillas a 45 ° y el UL para evaluar
apoyado en la camilla. Para la rotación externa e interna, el paciente se colocó en la
misma posición pero con el UL para evaluar en abducción de 45 ° (no comenzando en
abducción de 90 ° porque el AROM infraumbral máximo de algunos sujetos estaba por
debajo de 90 °) y flexión del codo de 90 °; la muñeca en una posición neutral. La
abducción se registró con el paciente en posición sentada erguida, con la columna
apoyada en una silla de respaldo alto para evitar la compensación del tronco. El sujeto,
con el codo extendido, levantó activamente el UL en el plano coronal con el pulgar hacia
el techo para permitir la necesaria rotación externa para evitar el impacto de la
tuberosidad mayor en el proceso acromial. Para la evaluación de la aducción, se colocó al
paciente en la misma posición, pero comenzando con una flexión del hombro de 30 ° y
una extensión completa del codo. Para la extensión, el paciente se colocó en decúbito
prono con la cabeza colocada en el orificio facial de la camilla, el codo extendido y el
antebrazo en pronación.
Función del hombro
La función del hombro se analizó utilizando el ConstantMurley Score (CMS) modificado
que evalúa el dolor (15 puntos), las actividades de la vida diaria (20 puntos) y AROM (40
puntos). No se evaluó la fuerza, considerando que la posición inicial del sujeto puede
influir en la dirección de la acción y alterar la fuerza muscular (encontrando diferencias en
medidas consecutivas del mismo sujeto, incluso utilizando el mismo instrumento), por lo
que la puntuación máxima fue de 75 puntos (cuanto mayor sea la puntuación, mayor será
la función del hombro).
El dolor, el AROM y la función del hombro se evaluaron antes de la intervención y 1 día
después de la última sesión. Todas estas medidas se han utilizado previamente como
medidas de resultado para evaluar la efectividad de una terapia activa en SS.
Aleatorización
Los pacientes que fueron remitidos a rehabilitación y que cumplieron con los criterios de
inclusión y firmaron el consentimiento fueron reclutados para el estudio. Después de la
evaluación inicial, se asignaron al azar al grupo EE no doloroso (G0) y al grupo EE
doloroso (G1). En el proceso de asignación se utilizaron 22 sobres opacos sellados,
mezclados dentro de una caja. Once sobres tenían escrito "G0" en el interior y los otros
11, "G1". Los pacientes fueron diagnosticados y remitidos a rehabilitación por un médico
rehabilitador, tras firmar el consentimiento informado. Un fisioterapeuta que no participó
en el proceso de reclutamiento y tratamiento abrió un sobre al azar y anotó en una lista el
grupo al que pertenecía el paciente. La intervención del paciente comenzó
inmediatamente después de la visita de inclusión. Cada grupo fue tratado por un
fisioterapeuta con experiencia en rehabilitación. Se pidió a todos los participantes que no
revelaran la información a otros posibles miembros del estudio. Intervención: se instruyó
al protocolo de ejercicio G1 para realizar un protocolo de ejercicio (Tabla 1) que incluía EE
del manguito rotador, con una carga que provocaba una implementación dolorosa (no
más de 40 mm en la EVA), ejercicios de estabilidad escapular y estiramiento de la parte
superior trapecio. G0 realizó el mismo protocolo de ejercicio pero con una carga que
permitiría EVA ¼ 0 mm durante la prueba. No existe consenso sobre la frecuencia óptima
de ejercicio o la duración de la intervención, que varían de una vez a la semana a ejercicio
diario y de 3 a 22 semanas, respectivamente.
La frecuencia de intervención en este estudio fue de 5 veces por semana (de lunes a
viernes) y la duración de 4 semanas, bajo la supervisión de fisioterapeutas del equipo de
investigación. El estiramiento del trapecio superior duró 30 segundos y se aplicó 3 veces
en cada sesión, con 30 segundos de descanso entre cada repetición. Se realizaron tres
series de 10 repeticiones para ejercicios de fortalecimiento, descansando entre series
durante el doble de duración de una serie.
Resultados: Se seleccionaron 26 pacientes con SS para que fueran elegibles para
participar en el estudio. Antes de la asignación, se excluyeron 4 pacientes por las razones
indicadas en el diagrama de flujo de pacientes. Un total de 22 pacientes con una mediana
de edad de 59 años (Q1 = 48,50; Q3 = 70), 54,5% mujeres, cumplieron los criterios de
inclusión, firmaron el consentimiento informado y fueron aleatorizados a G0 (n = 11) y G1
(n = 11). Después de 4 semanas de intervención, todos los sujetos completaron el
programa sin sufrir ningún efecto adverso. En la tabla 2 se muestran las características
basales, que fueron similares en ambos grupos (p> 0,05). Las prepruebas de las variables
dependientes no mostraron diferencias significativas entre grupos (p> 0,05) (tabla 3), por
lo que ambas resultaron homogéneas al inicio del estudio. La prueba U de Mann Whitney
no reveló diferencias entre los 2 grupos en las postest de variables (p> 0,05) (tabla 3). La
comparación de los valores del pretest con respecto al postest, considerando a cada
grupo de forma aislada, mostró que existían diferencias estadísticamente significativas
entre estos valores en ambos grupos: tanto para G0 como para G1, la EVA y CMS
mejoraron significativamente (p <0,01), así como el AROM (P <.05) (Tabla 4). Finalmente,
la comparación de las diferencias entre pretest y postest de los 2 grupos mostró que
ambos grupos mejoraron de manera similar en todas las variables dependientes, sin
diferencias significativas entre grupos (p> 0,05). El tamaño del efecto entre grupos reveló
valores pequeños en todos los casos (EVA ¼ 0,09; escala de Constant-Murley [CM] ¼
0,21; AROM ¼ 0,12- 0,43), con pequeñas diferencias entre los 2 grupos a nivel
descriptivo (Tabla 5)
Discusión: Los resultados de este estudio sugieren que nuestro protocolo de ejercicio
aplicado durante 4 semanas en pacientes con ES, con o sin dolor durante el ejercicio
(EVA <5 mm) presenta resultados similares en EVA, AROM y CMS. No se encontraron
diferencias estadísticamente significativas entre los grupos; sin embargo, de forma
aislada, ambos mejoraron significativamente en todas las variables.
El presente estudio investigó los cambios en el AROM del hombro para flexión, abducción
y rotaciones (movimientos más estudiados en la literatura), y además proporciona la
valoración de la extensión y aducción, obteniendo mejoras estadísticamente significativas
en todas las variables.
Conclusión: Los resultados del estudio sugieren que, en los sujetos, el diagnóstico de
SS, un protocolo de EE del manguito rotador, los ejercicios de estabilización escapular y
el estiramiento del trapecio superior son igualmente efectivos para reducir el dolor,
mejorar la función y AROM a corto plazo, ya sea que se realicen con dolor (EVA <50 mm)
o sin dolor (7).
11. BIBLIOGRAFÍAS
1. Riveron Torres J, Cejas LR, Sainz IM; Lesiones más frecuentes en el manguito
rotador, factores de riesgo y tratamientos efectivos; Rev. Didasc@lia; Vol XI.
Número 3, Julio-septiembre, Cuba 2020.
2. Villa Rodríguez M; Caracterización de patologías del hombro relacionadas con el
origen y prestaciones asistenciales y económicas en una EPS, Bogotá, 2012 a
2014; Rev. Nova et vetera; Vol 2; 2016.
3. Castellanos Madrigal S, Magdaleno Navarro E, Herrera Rodrígez V, Dolores García
M, Torres Bugarín O; Lesión del manguito rotador: dianóstico, tratamiento, y efecto
de la facilitación neuromuscular propioceptiva; El residente; Vol 15 N°1 Pag: 19-26;
2020.
4. Ballesteros Massó R; Fisiopatología de tejidos blandos del aparato locomotor:
Músculos, ligamentos, tendones y meniscos; Traumatología y ortopedia
Generalidades Cap 14; Elsevier; 2020.
5. Catálogo maestro de guías de práctica clínica: IMSS-617-13; Diagnóstico y
Tratamiento del Síndrome del Manguito Rotador; Guía de práctica clínica, México.
6. Carlos E. Ugalde, Daniel Z. Monge, Ricardo B. Monge; Actualización del síndrome
De hombro doloroso: lesiones del manguito rotador; Vol. 30 (1), marzo 2013. ISSN
1409-0015; Rev Medicina Legal de Costa Rica, Costa Rica, 2013.
7. Eva Vallés-Carrascosa PTa, Tomás Gallego-Izquierdo PT, PhD a, José Jesús
Jiménez-Rejano PT, PhD b, Gustavo Plaza-Manzano PT, PhD c, Daniel Pecos-
Martín PT, PhD a, Fidel Hita-Contreras MD, PhD d, Alexander Achalandabaso
Ochoa PT, PhD; Pain, motion and function comparison of two exercise protocols for
the rotator cuff and scapular stabilizers in patients with subacromial síndrome;
Journal of Hand Therapy; España, 2017.
8. Diagnóstico y tratamiento del síndrome del manguito rotador. Guía de Práctica
Clínica. MSS-617-13. México: Secretaría de Salud. 2013.
9. Kim JJ, Lee SY, Ha K. The effects of exercise using PNF in patients with a
supraspinatus muscle tear. J Phys Ther Sci. 2015; 27 (8): 2443-2446. doi: 10.1589/
jpts.27.2443.
10. Hall, C., & Brody, L. (2006). Ejercicio terapéutico. Barcelona: Paidotribo.
11. Brotzman, S. (2005). Rehabilitación ortopédica clínica (2nd ed., pp. 125-200). Barcelona,
España.

También podría gustarte