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Nombre: Natali Illapa

Fecha: 02/12/2020

LA MENTE ABSORVENTE

“Cualquier ayuda innecesaria es un obstáculo para el desarrollo”

La educación es el más grande logro que puede conseguir un ser humano, y a lo largo
de la historia se han implementado varias pedagogías que tienen como objetivo
principal el poder alcanzar esa máxima en cada uno de sus estudiantes, una de dichas
pedagogías es el método de enseñanza Montessori, aparecido en el año 1907 gracias a
estudios de la doctora María Montessori quien en base a sus observaciones expone
postulados que todos los educadores deberían conocer para poder llevar a cabo un mejor
desarrollo en su labor educativa; siendo una de aquellos la mente absorbente, con la
comprensión de estas concepciones se busca un conocimiento más profundo sobre lo
que es realmente necesario y óptimo para el desarrollo de los menores.

La mente absorbente es uno de los postulados que expone Montessori dentro de sus
observaciones y publicaciones, la describe como una etapa en la vida del ser humano en
la que durante los primeros 6 años de vida el cerebro del niño absorbe toda aquella
información que provenga de su contexto, al principio de una manera inconsciente y a
medida que van pasando los años y la mente del menor va recopilando información e
incorporándola a su esquema el aprendizaje de vuelve consciente.

Las mentes de los niños son como esponjas, es una de las frases que suelen aparecer
para tratar de explicar y comprender lo que es realmente la mente absorbente, dentro de
los primeros 6 años de vida el niño aprende y desarrolla muchas habilidades
indispensables como hablar, caminar, sentir, etc. donde las personas no tenemos que
utilizar procesos de memoria para ejecutar lo que hemos aprendido en base a la
experiencia, todos atravesamos por esta etapa de aprendizaje experimental y duradero
que a diferencia del aprendizaje que tenemos en la adultez, durante la etapa de la mente
absorbente se aprende de manera involuntaria, natural y progresiva sin la necesidad de
la práctica o el estudio, sin la necesidad de estudio el niño va creando sus propias
concepciones y vivencias de acuerdo a la información que absorbe de su contexto y va
formando un sentido de pertenencia.
Para que un niño pueda sacar el mayor provecho de su etapa de mente absorbente
tanto consciente como inconsciente es necesario que pueda acceder a la mayoría de
experiencias posibles a través de la exploración de su entorno y de acuerdo a sus
intereses y curiosidades, es por ello que dentro de la mente inconsciente se exponen
fases o periodos sensibles que son facetas de un determinado periodo de un determinado
periodo de tiempo en el que los niños sienten mayor inquietud por explorar diferentes
temáticas y están con una mayor sensibilidad a aprender una determinada habilidad con
facilidad, la duración de los periodos sensibles puede variar al igual que su intensidad,
Montessori los dividió en periodo sensible del: orden, movimiento, lenguaje,
sensaciones, objetos pequeños y el periodo sensible de la vida social donde los objetos
de interés varían y que el adulto puede evidenciar en base a la observación del menor.

La mente es absorbente, pero no absorbe lo mismo a lo largo de las distintas edades,


todo va dependiendo de las necesidades, por lo que los periodos sensibles antes
mencionados pueden cambiar en torno a la individualidad del niño y de acuerdo a esta
organizar su estructura mental para su maduración psíquica.

En función del enriquecimiento del ambiente en el que el niño se vaya a desenvolver


su mente absorberá información o habilidades que le procuren o no un mejor desarrollo
para el niño, volviendo al ejemplo de la esponja, el niño no escoge que aprende y que no
del ambiente si no que todo lo va integrando sea bueno o malo para él e inclusive si un
ambiente no tiene que absorber esto impactará en el menor pues como toda esponja solo
puede impregnarse el agua turbia o cristalina que tenga a su alcance. El niño se
convierte en un espectador sensorial que todo lo observa e incluye en sus sentidos y en
su personalidad.

Sin embargo, más allá de interesarse por cada uno de los periodos sensibles que
pueden presentarse dentro de la etapa de la mente absorbente es importante atender cada
una de las señales que envía cada niño para informarnos sobre los intereses que se le
vayan presentando en las distintas etapas y aprovechar las ventanas de oportunidad para
fortalecer su aprendizaje y desarrollo.
Por medio de la capacidad de la mente absorbente que tiene cada persona se van
desarrollando infinidad de habilidades físicas, cognitivas, motrices y sociales, sentido de
pertenencia entre otros. Por medio de las conexiones cerebrales que se forman a través
de las experiencias sensoriales se pueden ir desarrollando las habilidades y mejorando a
través de la puesta en práctica, es por ello que un ambiente adecuado y en el que se
respete, estimule y se dé el tiempo adecuado podrá propiciar una más certera
reconstrucción del mundo del que forma parte haciéndolo capaz de interpretarlo y poder
responder adecuadamente antes las demandas que este le vaya pidiendo a través del
tiempo.

En ninguna otra faceta del desarrollo humano se puede adquirir tanta información de
manera natural y sin la necesidad de estudiarla para poderla dominar, es por ello que es
una responsabilidad del adulto ofrecer todos los medios y recursos necesarios para que
el menor puedan desarrollar su curiosidad y generar su propio desarrollo holístico con
una adecuada interpretación del medio y en busca de unas habilidades para la vida que
le puedan ser útiles a lo largo de su vida.

Es entonces que la mente absorbente es un periodo determinado de tiempo


comprendido entre los 0 a los 6 años en los que el niño aprende de forma natural, rápida
y espontánea habilidades que le serán útiles a lo largo de toda su vida, dichas
habilidades van a pareciendo a medida que se presenten los distintos periodos sensibles
o etapas en los que los menores presenten mayor interés o curiosidad por aprender algo
determinado, es importante que el adulto pueda visibilizar el potencial que los menores
tienen a esta edad y generen un contexto adecuado y respondiente a las necesidades y
potencialidades de los niños pues por medio de ello se lograrán niños y adultos con
adecuadas habilidades para la vida.

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