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Diana L.

Solano Villarreal

La contención de la voluntad, la libertad, el juicio


y el método en Renato Descartes

[…] viure sans philosopher; & le plaisir de voir 1. Introducción1


toutes les choses que noftre veuë
découure n’eft point comparable à
En este artículo respecto del tema el control
la satisfaction que donne la connoissance
hacia el ser humano en Renato Descartes (1596-
de celles qu’on trouue par la Philosophie;
1650), expondremos los últimos argumentos y
& enfin cet eftude est plus necessaire
pour régler nos moeurs, & nous
las conclusiones del ya mencionado tema. Sabe-
conduire en cette vie [...]. mos que Descartes reflexionó sobre formas de
(A.T. IX-2, 3, 25-31) control de la voluntad, para el ser humano. Es
R. Descartes. Carta Prefacio, decir, las formas por las cuales la contención
Principios de la filosofía. de la voluntad es utilizada por los individuos
para contenerse a sí mismos. Desde el control
Resumen: Este artículo versa sobre la de los pensamientos o mejor dicho, de la forma
de pensar o razonar, el individuo puede hacer
relación entre la contención de voluntad, la
el intento de llegar a un punto de autocontrol
libertad, el juicio y el método. Responde a la
importante. Pero más allá de la mera contención
pregunta respecto de los verdaderos destinatarios
de la voluntad parece haber algo más, algo que
del método cartesiano y las características
no se dice abiertamente. Como ya indicamos en
morales que deben presentar estos individuos.
la introducción de un artículo previo, las formas
de control de pensamientos y pasiones postula-
Palabras claves: Filosofía moral. das no son para todos. Entonces, ¿qué pasa con
Contención. Voluntad. Juicio. Método. el resto de personas que no son aptas para con-
trolar su voluntad y con ella su razón?
Summary: This paper focuses on the
relationship between the containment of will,
freedom, trial and Method. It answers the question 2. La libertad y la voluntad
about the true recipients of the Cartesian method
and the moral quality requirements of these El concepto “libertad” en Descartes no es
individuals. un concepto unívoco y general. Por lo anterior y
por ser influenciado por el voluntarismo de Juan
Key words: Moral philosophy. Contention, Duns Escoto (1266-1308) y por Guillermo de
Will. Judgement. Method. Ockham (1296 [¿?]-1346 [¿?]), “voluntad” es uno

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de los conceptos más espinosos de la filosofía claramente como verdadera, entiende lo que está
cartesiana. El filósofo francés piensa que aunque valorando por cuanto tiene una gran inclinación
Dios preordenó todas las cosas, el ser humano de la voluntad. No obstante, la voluntad también
posee una libertad tan clara y natural que es actúa en la ignorancia.
imposible dudar de ella. Las posibilidades de elección del ser humano
La libertad como realidad interna del indi- pueden estar mediadas por una gama de viabili-
viduo, no depende de ninguna fuente externa y, dades de conocimiento que van desde las ideas
por ende, el ser humano es libre para tomar las más claras y distintas, hasta la completa ignoran-
decisiones que necesite tomar, es decir, el poder cia. Es oportuno señalar que cuando Descartes
negar o asentir, según la voluntad. La libertad es nos dice que de una gran claridad del entendi-
una idea básica e inherente al ser humano, quien miento se sigue una gran inclinación de la volun-
hará buen o mal uso de ella mediante el ejercicio tad, no significa que la voluntad esté prescrita a
de la voluntad. la claridad de conocimiento.
La voluntad no precisa del conocimiento ni
Quôd autem fit in noftrâ voluntate libertas, de la razón para inclinarse hacia un lado o hacia
& multis ad arbitrium vel affentiri vel non otro. Lo único que necesita es querer hacerlo. La
affentiri poffimus, adeo manifeftum eft, ut voluntad es tan fuerte, que puede fallar en contra
inter primas & maxime communes notiones, de lo que le indican la razón y el conocimiento de
quae nobis funt innatae, fit recenfendum. forma muy clara y evidente, dejándose (la volun-
(A.T. VIII, 19, 25-29). tad) llevar simplemente por su capricho, siendo
indiferente ante el criterio de verdad cartesiano.
La voluntad es la fuerza interna que nos per- Desde luego, si la voluntad no actúa según la guía
mite hacer o no hacer una cosa. Podemos afirmar de la razón y el conocimiento, es decir sin un jui-
o negar las cosas que el entendimiento nos propo- cio claro, muy seguramente incurrirá en un error.
ne. El ser humano debe saber que ninguna fuerza Siguiendo con el tema, nos encontramos con
exterior puede constreñir su voluntad. Es decir, un concepto muy interesante en el ejercicio de la
al individuo se le puede obligar a actuar contra libertad, la indiferencia:
su voluntad, pero no por ello la pueden cambiar.
Una persona que ha decido no tomar cierta acción […] cette indifférence que ie sens, lorsque ie
y pese a ello se la obliga por el medio que sea a ne suis point emporté vers vn costé pluftoft
tomarla, la hará, pero no por ello su voluntad ha que vers vn autre par le poids d’aucune rai-
cambiado. Se la ha obligado a actuar en contra de son, est le plus bas degré de la liberté, & fait
su voluntad. plutost: paroistre vn défaut dans la connois-
sance, qu’vne perfection dans la volonté; car
También es verdad que las circunstancias de
si ie connoissois tousiours clairement ce qui
la vida nos pueden forzar a tomar decisiones que est vray & ce qui est: bon, ie ne serois iamais
no queremos, a transitar caminos que no elegimos en peine de délibérer quel iugement & quel
o a afrontar acontecimientos que ni queríamos choix ie deurois faire; & ainsi ie serois entiè-
ni esperábamos, de eso no se sigue que nuestra rement libre, sans iamais estre indiffèrent
voluntad haya cambiado. […] (A.T. IX-1, 46; 67-68).
Descartes nos insiste en que aunque el diario
vivir nos enfrente a los peores escenarios, noso- Descartes considera que la indiferencia es
tros podemos a fuerza de voluntad, llevarlos de el grado más bajo de la libertad, porque es una
manera calma y serena, en lugar de dejarnos lle- suerte de punto neutro en la elección. Según
var por nuestras pasiones y quebrarnos. Nosotros la cita anterior, la indiferencia aparece cuando
podemos mantener la voluntad de aceptar lo que mi conocimiento acerca de la elección que se
venga con tranquilidad, o dejarnos destruir por lo debe realizar es prácticamente nulo. De esta
que sea que la vida nos presente. manera, escoger la opción A o la B, resulta indi-
El filósofo francés considera que cuando el ferente pues no se tiene ninguna noción sobre
hombre juzga a partir de una noción concebida las consecuencias de escoger una u otra opción.

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En palabras del filósofo francés, la indiferencia (si las condiciones se lo permiten) o valorar la
constituye más un defecto en el conocimiento, opinión de aquellos que considere más sabios
que una perfección de la voluntad. para tomarla.
La libertad indiferente se da cuando el cono- En Les passions de l’âme (1649), se nos dice
cimiento respecto de la elección por hacer es que los humanos actuamos gracias a tres causas:
confuso o nulo. Este tipo de libertad nos mantiene por impulsos externos que excitan los sentidos,
en un limbo en el que la elección de una arista o por los espíritus animales que viajan en la sangre
de otra es a nuestro parecer indiferente. No nos y pasan al alma mediante la glándula pineal y
hemos tomado ni el tiempo ni el esfuerzo para por voluntad. La voluntad es la única que puede
recabar el conocimiento necesario para juzgar modificar las acciones provocadas por las pasio-
adecuadamente, o adoptar el juicio de quienes nes y apetitos, las otras dos causas no pueden.
tienen más información y experiencia al respecto. El filósofo de Touraine nos dice que el alma
De esta forma, ante la ignorancia parcial o puede actuar voluntariamente sobre la glándula
total de la materia que compete al juicio, optar pineal y provocar un movimiento de los espíritus
por A o por B, es lo mismo. Los espíritus que animales por medio de los músculos y nervios
suelen adscribirse a la indiferencia a la hora de para provocar los resultados que se desea: Par
tomar decisiones, también es muy posible que exemple, si la colère fait lever la main pour fra-
convivan con el error. Recordemos que de una per, la volonté peut ordinairement la retenir […]
gran claridad del entendimiento se deriva una (A.T. XI, 364, 9-11).
fuerte inclinación de la voluntad; y No obstante, si el movimiento de la voluntad
es bloqueado por otro movimiento contrario y
[...] ie ne pouuois pas m’empescher de iuger más fuerte de los espíritus animales, inicia la con-
qu’vne chose que ie conceuois si clairement tienda entre el alma y el cuerpo, entre la voluntad
estoit vraye, non que ie m’y trouasse forcé y las pasiones:
par aucune cause extérieure, mais seulement,
parce que d’vne grande clarté qui estoit en Et ce n’est qu’en la répugnance, qui est
mon entendement, a fuiuy vne grande incli- entre les mouvemens que le corps par ses
nation en ma volonté; & ie me suis porté à esprits, & l’ame par fa volonté, tendent à
croire auec d’autant plus de liberté, que ie exciter en mesme temps dans la glande, que
me suis trouué auec moins d’indifférence consisent tous les combats qu’on a coustu-
(A.T. IX-1, 46). me d’imaginer entre la partie inférieure de
l’ame, qu’on nomme sensitive, & la supe-
En síntesis, la indiferencia es consecuencia rieure qui est raisonnable, ou bien entre les
de la ignorancia y en ningún sentido nos vuelve appétits naturels & la volonté (artículo 47)
libres, sino todo lo contrario. Si no podemos (A.T. XI, 364, 16-23).
juzgar siguiendo a la razón y al conocimiento, en
realidad seremos, por lo menos en cuanto a esa En algunas ocasiones las acciones que son
decisión, monigotes del destino. causadas por los apetitos, las pasiones y los
Según Descartes, ningún ser humano capaz “espíritus animales” no son mediadas en absoluto
de distinguir lo bueno y lo verdadero de lo malo por la voluntad. Ejemplo de lo anterior son las
y lo falso podría ser indiferente ante una elec- sensaciones de hambre o de frío, las cuales son
ción (A.T. IX-1, 233-234). Si las personas están completamente involuntarias.
adecuadamente informadas y analizan por medio Las acciones que se derivan de los apetitos y
de la razón los datos que poseen, nunca podrán pasiones pueden producir en el ser humano, dolor
ser indiferentes ante el juicio por realizar, pues o placer. Estos apetitos y pasiones son calificados
tienen una noción lo suficientemente clara de las por Descartes como absolutamente naturales, así
consecuencias de tomar esta o aquella decisión. como la tendencia de las personas a buscar el pla-
Por otro lado, si la persona considera que no tiene cer y evitar el dolor. Es aquí donde se va haciendo
suficiente conocimiento, puede aplazar su juicio evidente la concepción cartesiana de la libertad.

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Utilizar la libertad para conocer los apetitos estant souvent contraires les unes aux
naturales, las pasiones del alma y para activar la autres, la tirent tour à tour à | leur parti, &
voluntad en la elección del bien o del mal, del pla- l’employant à combattre contre elle mesme,
cer o del dolor, es común en los humanos. Todo mettent l’ame au plus déplorable estat
ser humano que se encuentre en un estado acep- qu’elle puisse estre (A.T. XI, 367, 5-16).
table de salud emocional, diríamos hoy, buscará
el placer y evitará el dolor. Al controlar nuestra voluntad nos volve-
Al utilizar la razón para evitar el dolor y la mos dueños y señores de nosotros mismos,
pena y procurarse el bien y el placer, el individuo y tendremos libre acceso a la felicidad y a la
utiliza su libertad. Ahora bien, como hemos generosidad. Podremos decidir cómo afrontar
venido señalando, la libertad en el ser humano las vicisitudes del diario vivir y lograr la beati-
está incompleta si no se acompaña de la voluntad. tud, es decir podremos ser felices y calmos sin
Descartes nos dice que la voluntad significa que importar el exterior.
podemos hacer o no hacer una cosa: Cuando controlamos nuestra voluntad,
podremos hacer buen uso de la libertad. En la
[…] vel potius in eo tantùm, quôd ad id quod filosofía moral cartesiana la libertad de arbitrio
nobis ab intellectu proponitur affirman- o voluntad constituye el principio de la acción
dum vel negandum, five profequendum vel moral. Se trata de la facultad que posee el ser
fugiendum, ita feramur, ut a nullâ vi externâ humano para escoger. Esta libertad supone de
nos ad id determinari fentiamus (A.T. VII, previo el control de la voluntad y la capacidad del
57, 23- 27). individuo de utilizar la razón sin interferencia de
sus pasiones. Cuanto más controlada esté nuestra
En otras palabras, en cuanto a las acciones la voluntad, tanto más libres seremos.
voluntad da su beneplácito o no desde ella misma Empero, el libre arbitrio no supone la liber-
sin estar sujeta a ninguna fuerza externa. Si algún tad de la persona de hacer lo que la satisfaga para
impulso externo la obliga, entonces es coacción. su autocomplacencia. Muy al contrario, el libre
La única fuerza que puede lograr que la voluntad arbitrio supone la competencia de juzgar que
se incline hacia un lado u otro de la balanza, sin tiene el sujeto para servirse de su propia razón
ser coacción, proviene del interior de cada ser y autodeterminarse para actuar lo mejor posible,
humano. Si el individuo logra controlar su volun- aun cuando esto signifique dejar de lado su propia
tad para que se incline hacia donde la razón le satisfacción.
ordena, será libre y dueño de sí mismo.
Ser dueños de nosotros mismos y poder
llamarnos libres, implican controlar (mediante 3. El juicio
la razón) nuestra voluntad para que esta encauce
las pasiones. En Les passions de l’âme (artículo Cuando Descartes publicó las Meditationes
XLVIII), se dice que nuestras acciones y conduc- de prima philosophia, en 1641, resultó clara su
tas atenderán a los dictados de la razón, sin que preocupación epistemológica por la verdad. A
ninguna pasión o espíritu o entidad externa, ni partir de esa inquietud, el filósofo de Touraine
siquiera el cuerpo, interfiera: trata las cuestiones sobre la voluntad y la libertad
mediante la introducción del concepto de facultad
Ce que je nomme ses propres armes, sont de juzgar, al cual Descartes engarza una novedad:
des jugemens fermes & déterminez tou-
la capacidad de juicio. Todos las personas pode-
chant la connoissance du bien et du mal,
suivant lesquels elle a resolu de conduire les
mos juzgar. Es natural en los humanos. La volun-
actions de sa vie. Et les ames les plus foibles tad debe estar acompañada del entendimiento
de toutes sont celles dont la volonté ne les para que se otorgue, se niegue o se retenga el
détermine point ainsi à fuivre certains asentimiento adecuadamente.
jugemens, mais se laisse continuellement En otras palabras, la teoría del juicio en Des-
emporter aux passions presentes, lesquelles cartes no abarca solamente el ámbito epistémico,2

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sino también el moral, y lo abarca en tanto se circumfcriptam, in Deo immenfam, effe


pone de manifiesto que el juicio es una decisión intelligam. Sola eft voluntas, five arbitrii
de la voluntad y el espacio epistemológico de la libertas, quam tantam in me experior, ut
voluntad se inclina hacia un lado u otro, a partir nullius majoris ideam apprehendam; adeo
de la información que le ofrecen el razonamiento ut illa praecipue fit, ratione cujus imaginem
quandam & fimilitudinem Dei me referre
y las facultades innatas de las personas. Descar-
intelligo (A.T. VII, 57, 2-15).
tes nos dice en los Principia philosophiae (1644),
artículo 34:
El ser humano debe entender, que en cuanto
I’auoûe que nous ne fçaurions juger de rien,
criatura imperfecta y limitada, su entendimien-
fi noftre entendement n’y interuient, pource to también es limitado. Al momento de juzgar
qu’il n’y a pas d᾿apparence que noftre volonté muchas cosas pasan por la mente, de las cuales por
fe détermine fur ce que noftre entendement lo general se tiene solo una idea vaga, incorrecta o
n’apperçoit en aucune façon; mais comme la ambas, y eso puede detener el juicio momentánea-
volonté eft abfolument neceffaire, afin que mente. Empero, como la voluntad es tan fuerte, si
nous donnions noftre confentement à ce que no se controla es muy fácil incurrir en conclusiones
| nous auons aucunement apperceu, & qu’il precipitadas y hacer aserciones erradas.
n’eft pas neceffaire, pour faire vn jugement Por lo anterior, sabemos que aunque el enten-
tel quel, que nous ayons vne connoiffance
dimiento es limitado, por él mismo no es respon-
entière & parfaite, de là vient que bien
fouuent nous donnons noftre confentement sable del error, su limitación solamente explica la
à des chofes dont nous n᾿auons jamais eu ignorancia. El individuo consciente de los límites
qu’vne connoiffance [...] fort confufe (A.T. del entendimiento, tiene la obligación de procu-
IX-2, 39, 24). rarse todo el conocimiento que le sea posible para
juzgar bien. El permanecer o no en la ignorancia
La facultad de juzgar deriva de la mezcla es su prerrogativa.
justa del intelecto, para distinguir lo verdadero Los juicios de los individuos pueden ser
de lo falso, y del asentimiento de la voluntad, erróneos solo porque la voluntad tiene una mayor
para llegar a la acción. Empero, poder juzgar no capacidad que el entendimiento. Así las cosas,
significa necesariamente poder hacerlo de modo Descartes considera que es la incontinencia de la
correcto. Las personas podemos juzgar bien o voluntad la que determina el error en el juicio. La
errar. Juzgar correctamente depende del buen voluntad sin control o mal controlada se mani-
o mal uso que se dé del entendimiento y de la fiesta en la forma precipitada en la que un indi-
voluntad al interactuar. viduo toma una decisión, en cómo no se puede
Para evitar caer en el error (tema fundamen- retener el asentimiento el tiempo suficiente para
tal en la filosofía cartesiana), es muy importante valorar adecuadamente las opciones.
saber en qué consiste el error. El error nace de la El error no es consecuencia de la voluntad
relación que se da entre la voluntad y la razón, misma, sino de la falta de control de la voluntad
que nunca se equivoca. Por otra parte, la voluntad para detener el juicio mientras se inquiere más
según Descartes es absolutamente poderosa: información. El error es en cuanto a su contenido,
una privación o una carencia de un conocimiento
Nam fi, exempli caufà, facultatem intelli- que se debería poseer, pero en cuanto a su ope-
gendi confidero, ftatim agnofco perexiguam ración, es una carencia de control de la voluntad.
illam & valde finitam in me effe, fimulque El error es la prueba de que la capacidad
alterius cujufdam multo majoris, imô maxi-
de juicio del ser humano es limitada. El error
mae atque infinitae, ideam formo, illamque
ex hoc ipfo quôd ejus ideam formare poffim,
no es más que una imperfección en el modo en
ad Dei naturam pertinere percipio. Eàdem que se maneja la voluntad. Es decir, el error se
ratione, fi facultatem recordandi vel imagi- da por la falta de control para no asentir o negar
nandi, vel quaflibet alias examinem, nullam precipitadamente sin razones suficientes, sin con-
plane invenio, quam non in me tenuem & tar con un conocimiento claro y distinto. En las

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Meditationes de prima philosophia, Descartes En la carta a la princesa Isabel, del 15 de


nos dice lo siguiente: septiembre de 1645, el filósofo francés le indica
que el hábito es una virtud:
Nam fane nulla imperfectio in Deo eft, quod
mihi libertatem dederit affentiendi vel non […] L’habitude est aussy requise, pour estre
affentiendi quibufdam, quorum claram & tousiours disposé a bien iuger. Car, d’autant
distinctam perceptionem in intellectu meo que nous ne pouuons estre continuellement
non pofuit; fed proculdubio in me imperfec- attentifs a mesme chofe, quelque claires &
tio eft, quod iftâ libertate non bene utar, & de euidentes qu’ayent esté les raisons qui nous
iis, quae non rede intelligo, judicium feram ont perfuadé cy deuant quelque verité, nous
(A.T. VII, 61, 4-9). pouuons, par apres, estre detournez de la cro-
yre par de fausses apparence, si ce n’ est que,
par vne longue & frequente meditation, nous
Queda claro entonces que el individuo no
l’ayons tellement imprimée en nostre esprit,
está condenado a juzgar mal. No se puede hacer qu’elle soit tournée en habitude. Et en ce sens
responsable a Dios por habernos dado un juicio on a raison, dans l’Eschole, de dire que les
y un entendimiento limitado e imperfecto. La vertus sont des habitudes; car, en effet, on
responsabilidad recae completamente sobre noso- ne manque gueres, faute d’auoir, en theorie,
tros, pues aunque imperfectos por naturaleza, la connoissance de ce qu’on doit faire, mais
también somos perfectibles y alcanzar los más feulement fautte de l’auoir en practique,
c’est-à-dire faute d’auoir vne ferme habitude
altos niveles de perfección es única y exclusiva-
de la croyre (A.T. IV, 295, 23-29; 296, 1-8).
mente deber nuestro.
En las Meditationes, Descartes nos dice que
De esta manera, cuando el individuo se
el ser humano tiene la habilidad de desechar la habitúa a no cometer errores, cuando los juicios
falsedad y el error mediante el hábito: comulgan con el criterio de verdad cartesiano
(basarse en ideas claras y distintas), este indivi-
[…] ut non poffim femper uni & eidem
duo según Descartes, estaría en la ruta correcta
cognitioni defixus inhaerere. poffum tamen
para encontrar la verdad.
attenta &. foepius iteratà meditatione effice-
Al parecer, la práctica de juzgar se interesa
re, ut ejufdem, quoties ufus exiget, recorder,
tanto por la noción de lo verdadero como de lo
atque ita habitum quemdam non errandi
acquiram (A.T. VII, 62, 3-7).
bueno. No es suficiente contar con el conocimiento
suficiente para juzgar, es necesario también contar
con la noción de lo correcto para juzgar bien.
Si el ser humano se habitúa a retener el
No basta con manejar todas las razones
asentimiento en un juicio hasta encontrar las
objetivas para tomar una decisión, también es
suficientes razones para afirmar o negar, tendría
importante tener en cuenta no perjudicar al próji-
buenas posibilidades de sortear el error engen-
mo. Recordemos que Descartes era católico y la
drado por la ignorancia y la incontinencia de la
religión católica siempre (aunque fuera solo como
voluntad. Por medio de la constancia y la tenaci- discurso) aboga por actuar teniendo en cuenta al
dad se puede combatir la ignorancia y controlar otro. Por otra parte, hay que tener en cuenta el
la voluntad. concepto de la generosidad. La persona genero-
No es una tarea fácil, pero el ser humano sa se preocupa y ocupa de las otras personas y
está perfectamente capacitado para conseguirlo. siempre está dispuesta a ayudar.
Por otra parte, como veremos más adelante, hay La libertad, la voluntad y el juicio son tres
quienes tienen mucho más inclinación o facilidad de las aristas más importantes en la moral carte-
para lograr este cometido, que otras personas, siana. Ciertamente, Descartes es más conocido
pero aún en los casos más difíciles con la guía por su epistemología que por su filosofía moral,
adecuada, se puede lograr un buen avance y la cual aparece como un muy importante instru-
comenzar a cosechar buenos frutos. mento en el Discours de la méthode (1637), mas

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no como un tema muy desarrollado. La filosofía en que el ser humano abrace la superduda para
moral en el Discours se encuentra allí por una encontrar la verdad. Existe una columna para la
razón, y es que la epistemología y la filosofía vida moral y se encuentra en los Principia philo-
moral cartesiana están más relacionadas de lo que sophiae, artículos 205 y 206:
parece a primera vista.
Sed tamen, ne qua hîc veritati fraus fiât, con-
fiderandum eft quaedam effe quae habentur
4. El método y la filosofía moral certa moraliter, hoc eft, quantum fufficit ad
ufum vitae, quamvis fi ad abfolutam Dei
Tradicionalmente en la filosofía cartesiana potentiam referantur, fint incerta (A.T. VIII,
se considera muy importante separar los aspectos 327; 24-27). Praeterea quaedam funt, etiam
teóricos, de los aspectos prácticos, separar la in rébus naturalibus, quia absolute ac plus-
epistemología, la especulación y la metafísica, quam moraliter certa exiftimamus, hoc fci-
de la moral vivida cotidianamente. En cuanto al licet innixi Metaphyfico fundamento, quôd
método como instrumento, Descartes tenía muy Deus fit fummè bonus & minime fallax,
claro que lo que se enuncia como funcional en el atque ideô facultas quam nobis dédit ad
nivel teórico (sea epistémico o cualquier otro), no verum à falfo dijudicandum, quoties eâ rectè
necesariamente funcionará en el nivel práctico. utimur, & quid ejus ope distincte percipimus,
En el ámbito epistémico, la duda hiperbólica errare non […] (A.T. VIII, 328, 17-23).
es planteada como el instrumento por excelencia,
como el primer paso en el camino para llegar a En la vida moral, la única certeza con la que
la verdad. No obstante, en la esfera moral la duda cuenta el ser humano para poder actuar, es pensar
metódica no tiene cabida, porque arrastraría al que está en lo correcto, aun cuando es consciente
ser humano a un mundo de confusión tal, que de que puede encontrarse en un absoluto error.
acabaría con las bases mismas de la moral en Empero, si por un lado el ser humano no posee
cualquier parte del mundo. El mismo Descartes en sí mismo un juicio perfecto, sí cuenta con la
nos dice en carta a X***,3 de agosto de 1641: facultad de distinguir lo verdadero de lo falso,
siempre que se encuentre guiado por la razón y
Optanda quidem effet tanta certitudo in ijs el conocimiento.
quae pertinent ad vitam regendam, quanta
ad fcientiam acquirendam defideratur; fed
Finalmente, si aún así piensa que no puede
tantam tamen non effe ibi quaerendam nec emitir un juicio y el momento le exige decidir,
expedandam, perfacile démonftratur (A.T. puede optar por la guía de las opiniones de los
III, 422, 7-11). individuos más prudentes, con las que puede
contentarse hasta encontrar una respuesta a sus
En el mismo escrito, el filósofo francés nos interrogantes.
ilustra con un ejemplo: A sabiendas de las premuras que se presen-
tan muy comúnmente en la toma de decisiones en
[…] esse mortem expectare abftinendo quàm la vida diaria, Descartes es consciente de que en
fe occidere comedendo, profecto tanquam
infanus & fui ipfius interfector effet culpan-
cuanto al accionar moral, la máxima aspiración
dus. Quin, si ponamus ipsum nullos plane del ser humano es tomar decisiones, esperando
cibos fibi poffe comparare, nifi venenatos, que sean las mejores:
qui tamen ei non venenati, fed contra valde
salubres, appareant […] (A.T. III, 422, 19-20; Sed quia rerum agendarum neceffitas non
423, 1-4). femper tam accurati examinis moram con-
cedit, fatendum eft humanam vitam circa res
Desde luego, lo anterior no significa que no particulares faepe erroribus effe obnoxiam,
exista algún pilar del cual asirse para manejarnos & naturae noftrae infirmitas eft agnofcenda
en la vida cotidiana, incluso durante el tiempo (A.T. VII, 90, 12-16).

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En una carta a la princesa Isabel, fechada el como el poder que tienen los seres pensantes de
4 de agosto de 1645, el filósofo francés le expone autodeterminar sus acciones:
a la princesa una serie de reglas con las cuales
se puede guiar la vida moral en los momentos de Ce qui fait que nous auons bien assez
incertidumbre y premura: d’intelligence pour connoiftre clairement
& diftinctement que cette puiffance est en
La première est, qu’il tasche tousiours de se Dieu, mais que nous n’en auons pas assez
seruir, le mieux qu’il luy est possible, de son pour comprendre tellement son estenduë
esprit, pour connoistre ce qu’il doit faire ou que nous puissions sçauoir comment elle
ne pas faire en toutes les occurrences de la laisse les actions des hommes entierement
vie (A.T. IV, 265, 12-15). libres & indéterminées; & que, d’autre costé,
nous sommes aussi tellement assurez de la
liberté & de l’indifférence qui eft en nous,
El uso del juicio racional es indispensable
qu’il n’y a rien que nous connoissions plus
para decidir cuáles acciones debemos o no reali- clairement...: de façon que la toute-puissance
zar. Incluso y especialmente, la voluntad, con su de Dieu ne nous doit point empescher de la
gran fuerza y su poder de dotar de motivación a croire (A.T, IX-2, 42).
las decisiones y a las acciones de los seres pen-
santes, debe guiarse con los juicios de la razón y Renato Descartes creía firmemente en el
el entendimiento para obrar bien. La razón es el libre albedrío y por ello sabía que la existencia
único recurso para controlar la voluntad y para de Dios en nada coartaría nuestra libertad. No le
actuar de la mejor manera posible. El filósofo de es legítimo a ningún individuo invocar a Dios o a
Touraine nos explica: su voluntad como causante de sus errores. El ser
humano tiene el deber de responsabilizarse de sus
D’autant que, nostre volonté ne se portant a
acciones, decisiones y de las consecuencias que
suiure ny a fuir aucune chose, que selon que
se desprendan de ellas.
nostre entendement luy represente bonne
ou mauuaises, il suffit de bien iuger, pour El humano debe encontrar la manera de
bien faire, & de iuger le mieux qu’on puisse, guiarse lo mejor posible en el día a día contan-
pour faire aussy tout son mieux, c’est-à-dire, do siempre con la incertidumbre de esta vida.
pour acquerir toutes les vertus, & ensemble Por ello, el método no es funcional en el
tous les autres biens, qu’on puisse acquerir; ámbito puramente práctico, sólo lo es en el
& lorsqu’on est certain que cela est, on ne plano epistémico y especulativo. Queda claro
scauroi manquer d’estre content […] (A.T. entonces que el método no es para utilizarse
VI, 28, 6-14). en las complejidades de la vida cotidiana, no
es para aplicarse a la moral. No obstante, para
Para Descartes la voluntad es poderosa, utilizar el método es necesario poseer ciertas
pero también ambivalente y caprichosa, carac- características morales. En otras palabras,
terísticas que hacen necesario su control. La distinto de lo que se ha creído durante mucho
voluntad debe ser guiada por la razón, no por tiempo, el método cartesiano no es para todos.
medio de la guía de la duda metódica. Si el indi-
viduo toma la firme resolución de usar bien del
libre albedrío, es decir, pensar de forma racional 5. ¿Para quién es el método?
las decisiones por tomar aunque sea rápidamente
o guiarse por las opiniones de los más pruden- La primera parte del Discours de la méthode
tes, estará controlando su voluntad. inicia de la siguiente manera:
En la filosofía moral cartesiana, el buen uso
del libre arbitrio (controlado por la razón) es fun- Le bon sens est la chose du monde la mieux
damental. De hecho todas las recomendaciones partagée: car chascun pense en estre si bien
anteriores del filósofo francés desembocan en el pouruû, que ceux mesme qui sont les plus
uso correcto del libre albedrío, el cual se entiende difficiles a contenter en toute autre chose,

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LA CONTENCIÓN DE LA VOLUNTAD, LA LIBERTAD, EL JUICIO Y EL MÉTODO... 89

n’ont point coustume d’en desirer plus qu’ils esgarez toute leur vie. Puis, de ceux qui,
en ont. En quoy il n’est pas vrayfemblable ayant assez de raison, ou de modestie, pour
que tous se trompent; mais plutost cela iuger qu’ils font moins capables de distin-
tesmoigne que la puissance de bien iuger, guer le vray d’auec le faux, que quelques
& distinguer le vray d’auec le faux, qui est autres par lesquels ils peuuent estre instruits,
proprement ce qu’on nomme le bon sens ou doiuent bien plutost se contenter de fuiure les
la raison, est naturellement esgale en tous opinions de ces autres, qu’en chercher eux
les hommes ; et ainsi que la diuersité de nos mesme de meilleures (A.T. VI, 15, 12-31).
opinions ne vient pas de ce que les vns sont
plus raisonnables que les autres, mais seule- Esos dos tipos de personas a los que se
ment de ce que nous conduisons nos pensées refiere Descartes, sin asignarles nombres, son,
par diuerses voyes, & ne considerons pas les
tal como él lo ha indicado, la mayor parte de
mesmes choses (A.T. VI, 1, 18-19; 2, 1-12).
los hombres, es decir, solo una parte de los
ingenios, pues a lo largo del Discours de la
Como es evidente en el párrafo anterior,
méthode, Les passions de l’âme, los Principia
Descartes deja claro ad portas que al escribir el
philosophiae y las Meditationes de prima phi-
Discours de la méthode parte del entendido de
losophia, el filósofo de Touraine menciona un
que le bon sens, la razón, es una característica
tipo más (aunque no sistematizadamente) del
común en la especie humana. Por ello, el tema
cual hablaremos más adelante.
por tratar en el Discours no es la posesión o no de
Los tres tipos de ingenios que a nuestro
razón en las personas, ni siquiera el concepto de
juicio presenta Descartes, son mencionados de
razón. El tema de la obra más famosa del filósofo
la siguiente manera: los dos primeros de manera
de Touraine es cómo utilizar la razón.
abierta y el último de manera solapada. A estos
Ahora bien, Descartes destina algunos
tres tipos les hemos asignado nombres para facili-
párrafos a lo largo del Discours de la méthode
tar su proceso de análisis. Estos nombres han sur-
para dejar absolutamente clara su intención de
gido de las mismas características con las cuales
dar a conocer el método que a él le ha funciona-
Descartes los distingue. Estos ingenios son: los
do para, mediante la razón, encontrar la verdad.
precipitados, los modestos y los prudentes.
Es muy interesante que aunque Descartes es
Antes de iniciar el análisis de los tipos de
insistente en cuanto a su intención de no querer
espíritus, es importante acotar que existe una
imponer su método a nadie, también destina
suerte de gran categoría en que se contienen a los
algún espacio para explicar para quién no es el
espíritus precipitados y los modestos. Esta gran
método y por qué no.
categoría o categoría madre corresponde a la de
En la segunda parte del Discours de la
los espíritus vulgares, a los cuales Descartes no
méthode, el filósofo francés nos dice que
se refiere en la división realizada en la segunda
[l]a feule resolution de se désfaire de toutes parte del Discours de la méthode. Empero, con-
les opinions qu’on a receuës auparauant en sideramos importante destacar a estos espíritus,
sa creance, n’est pas vn exemple que chascun en la medida en que las referencias a los espíritus
doiue suiure; et le monde n’est quasi compo- vulgares (también llamados débiles y rastreros)
sé que | de deux fortes d’espris ausquels il son tantas en toda la obra cartesiana analizadas
ne conuient aucunement. A scauoir, de ceux en este artículo, que sería irresponsable no anali-
qui, se croyans plus habiles qu’ils ne sont, zar estas almas.
ne se peuuent empescher de precipiter leurs
iugemens, ny auoir assez de patience pour
conduire par order toutes leurs pensées: d’oú
6. Los espíritus vulgares o débiles
vient que, s’ils auoient vne fois pris la liberté
de douter des principes qu’ils ont receus, &
de s’escarter du chemin commun, iamais ils Los espíritus vulgares no son tales en tanto
ne pourroient tenir le sentier qu’il faut pren- que sus integrantes pertenezcan a una clase social
dre pour aller plus droit, & demeureroient determinada, sino en cuanto al control de su

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90 DIANA L. SOLANO VILLARREAL

voluntad y su fortaleza mental. Pertenecen a las leur volonté avec ses propes armes, mais
mayorías, a las masas, a lo corriente, a lo que abun- seulement avec celles que luy fournissent
da. Descartes sabía que la cantidad de posesiones quelques passions pour resister á quelque
materiales no determina la naturaleza del alma, autres. Ce que je nomme ses propres armes,
pero también sabía que una educación adecuada sont des jugemens fermes & determinez
podría cambiar la naturaleza de las almas. En vir- touchant la connoissance du bien & du mal,
tud de todo lo anterior, entendemos a los espíritus suivant lesquels elle a resolu de conduire les
que no tienen naturalmente, ni por educación, un actions de sa vie (A.T. XI, 367, 1-9).
espíritu fuerte que pueda controlar su voluntad
para emitir juicios guiados por la razón. La incapacidad de las almas débiles para
Los tipos precipitados y modestos, son parte controlar su voluntad y utilizar sus armas para
de los espíritus vulgares por ostentar muchas de contener sus pasiones y guiar los actos de la vida
las características, que connotan incontinencia lo mejor posible, las convierte en títeres de las
pero principalmente por poseer un espíritu o circunstancias que excitan sus pasiones. Si los
alma débil. Antes de continuar, es importante sucesos de la vida son favorables, las almas débi-
saber cómo se distingue un espíritu fuerte de uno les experimentan tranquilidad y hasta euforia,
débil. En el artículo XLIX de Les passions de pero si son desfavorables, estas almas se pueden
l’âme se lee lo siguiente: sumir en la más profunda melancolía, la desespe-
ración o ambas.
Il est vray qu’il y a fort peu d’ hommes si foi- Respecto de los espíritus vulgares o comu-
bles & irresolus, qu’ils ne vueillent rien que nes, Descartes no parece tenerles en mayor
ce que leur passion leur dicte. La pluspart ont estima, no solo en lo concerniente a los aspectos
des jugemens determinez, suivant lesquels puramente cotidianos, sino también en lo que se
ils reglent une partie de leurs actions. Et
refiere a sus sistemas de conocimientos. De ellos
bien que souvent ces jugemens soient faux,
& mesme fondez sur quelques passions, par
nos dice:
les quelles la volonté s’est auparavant laissé
vaincre ou seduyire: toutefois, à cause qu’elle Toutefois ces neuf s’escoulerent auant que
continuë de les siuvre, lors que la passion i’eusse encore pris aucun parti, touchant les
qui les a causez est absente, on les peut con- difficultés qui ont coustume d’ estre dispu-
siderer comme ses propres armes, & penser tées entre les doctes ny comencé a chercher
que les ames sont plus ou moins suivre ces les fondemens d’aucune Philosophie plus
jugemens, & resister aux passions presentes certaine que la vulgaire (A.T. VI, 30, 10-14).
qui leur sont contraires (A.T. XI, 367, 27-28;
368, 1-18). Los espíritus endebles manejan una concep-
ción de verdad que Descartes ha denominado vul-
Cuanto más puede resistir una persona sus gar, y lo hace en virtud de que no está basada en
pasiones, manteniéndose firme en los juicios ideas claras y distintas, sino en impresiones de los
que le dictó la razón, controlando su voluntad e cuerpos del mundo sensible, de prejuicios o las
impidiendo que se pliegue hacia la pasión que supersticiones. Por esto, la concepción de verdad
la impulsa inicialmente, tanto más fuerte será su común u ordinaria, no le parece al autor de las
alma. Estas personas de almas débiles, parecen Meditationes de prima philosophia, de ningún
ser incapaces de optar por un juicio y seguirlo valor. Al momento de la génesis que nos llevará al
hasta el final, no poseen la continencia necesaria, conocimiento verdadero, los supuestos del vulgo
y a la primera variación de las circunstancias, sus no servirán de nada. Y no solo eso, Descartes
pasiones los envuelven y se dejan arrastrar por quería garantizarse que los espíritus vulgares y
ellas. Así, en el artículo XLVIII de Les passions débiles se mantuvieran ignorantes de su obra, o
de l’âme dice lo siguiente: por lo menos de cierta parte de esta:

Mais il y en a qui ne peuvent esprouver leur Tanti enim momenti mihi vitae funt, ut
force, peorce qu’ils ne font jamais combattre plus unà vice de ipfis agendum effe judi-

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LA CONTENCIÓN DE LA VOLUNTAD, LA LIBERTAD, EL JUICIO Y EL MÉTODO... 91

carem; viamque fequor ad eas explicandas ludibria, longé magis compendiofum iter
tamparum tritam, atque ab ufu communi aperire, quàm poffit folida veri cognitio
tam remotam, ut non utile putarim ipfam in (Reglas para la dirección del espíritu, regla
gallico & paffim ab omnibus legendo fcripto I [A.T. X, 360, 28-29; 361, 1]).
fufiùs docere, ne debiliora etiam ingénia
credere poffent eam fibi effe ingrediendam Por todas las razones anteriormente expues-
[…] (A.T. VII, 7, 7-13).
tas Descartes no pretende ni desea la aprobación
del común de los espíritus. ¿Para qué iba a desear
Es clara la intención de Descartes de alejar el genio francés la aprobación del vulgo, cuando
parte de su obra, las Meditationes de prima ni siquiera podría comprender lo postulado, o si
philosophia y los Principia philosophiae, de lograra entender no podría seguir la ruta hacia la
las manos del vulgo por considerarla no apta verdad? Al escribir algunas de sus obras en latín,
para los espíritus débiles. Al publicar los libros Descartes pretendía evitar la tentación de leerlas
anteriormente citados en latín y no en francés
a los espíritus débiles.
se excluye a una enorme cantidad de personas.
Estas almas lánguidas además de no ser
Simplemente parece que la debilidad de mente
aptas para transitar el camino cartesiano hacia
es para Descartes, un obstáculo insalvable al
la verdad, no son almas felices. No pueden serlo
momento de ascender por los ramales del método.
si su felicidad depende de causas externas. En la
Los espíritus vulgares son débiles, por tanto no
segunda parte del ya citado artículo XLVIII de
tienen lo necesario para buscar la verdad según
Les passions de l’âme, se lee:
el método cartesiano. En la carta prefacio de las
Meditationes de prima philosophia, Descartes Et les ames les plus foibles de toutes sont
nos dice que celles dont la volonté ne se determine point
ainsi á suivre certains jugemens, mais se
[…] fimulque totius primae Philofophiae ini- laisse continuellement emporter aux pas-
tia tradare; fed ita ut nullum vulgi plaufum, sions presentes, lesquelles estant souvent
nullamque Lectorum frequentiam expedem: contraires les unes aux a utres, la tirent tour
quin etiam nullis author fum ut haec legant, á tour á leur parti, & l’employant á combatre
nifi tantùm iis qui feriô mecum meditari, contre elle mesme, mettent l’ame au plus
mentemque a fenfibus, fimulque ab omnibus deplorable estat qu’elle puisse estre. Ainsi
praejudiciis, abducere poterunt ac volent, lors que la peur represente la mort comme
quales non nifi admodum paucos reperiri un mal extreme, & qui ne peut estre evité
fatis fcio (A.T. VII, 9, 21-26). que par la fuite, si l’ambition, d’autre costé,
represente l’infamie de cette fuite, comme
Meditar seriamente sin la intervención de un mal pire que la mort: ces deux passions
los sentidos y sin la neblina enceguecedora de agitent diversemment la volonté, laquelle
los prejuicios es una tarea ardua para cualquier obeïssant tantost á l’une, tantost á l’autre,
ser humano. Practicar la espinosa disciplina del s’ppose continuellement á soy mesme, &
método requiere una especial inclinación, un ainsi rend l’ame esclave & malheureuse (A.T.
laborioso proceso educativo o ambas, pero en XI, 366, 24-29; 367, 1-24).
todo caso quien no sea capaz de prescindir de los
sentidos y los prejuicios es mejor que no se inicie Las almas vulgares son esclavas de sus
en la práctica del método, tal y como ya se les pasiones y de los conflictos entre sus pasiones,
había indicado a los espíritus precipitados. que al estar halando de ella hacia un lado y hacia
Los espíritus débiles constituyen un grupo el otro, generan una lucha interna que lacera el
preso de la información de los sentidos, pero tam- alma débil por naturaleza; se debilita aún más,
bién de los prejuicios y las supersticiones: se desvanece. Como consecuencia la persona
se encuentra infeliz, desgraciada y presa de una
[…] ad hos enim perfpicuum eft fucatas ira considerada por Descartes inconveniente,
rationes, & vulgi ingenijs accommodata que es una de las marcas de la flaqueza de estos

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espíritus. En los artículos CCI y CCII de Les máxime si no es controlada, se las verá en gran-
passion de l’âme, Descartes nos dice: des aprietos para superar esta ira y todas sus
consecuencias.
Cecy nous avertit qu’on peut distinguer deux Las almas lánguidas también padecen del
especes de Colère: l’une qui est fort prompte, mal del orgullo, que a primera vista es común
& se manifeste fort à l᾿extérieur, mais neant- confundir con la estima que los individuos pudie-
moins qui a peu d’effect & peut facilement ran tenerse a sí mismos por causa del control
estre appaifée ; l’autre qui ne paroist pas tant sobre sus pasiones. Empero, la estima de estas
à l᾿abord, mais qui ronge davantage le coeur
almas deficientes proviene del orgullo y de los
& qui a des effets plus dangereux (A.T. XI,
bienes que poseen, es decir, no se estiman por lo
479, 14-19).
que son, o por cómo actúan, sienten orgullo por
las cosas que poseen. Si a estos tipos de almas
Esta segunda ira es por las que más se dejan
les son arrebatados sus bienes, montan en la ira
arrastrar las almas débiles y rastreras:
inconveniente sin poder contenerla. Las almas
L’autre espece de Colere, en laquelle pre-
débiles son entonces no solo orgullosas, son tam-
domine la Haine & la Tristesse, n’est pas bién iracundas y rastreras.
si apparente d’abord, sinon peut estre en ce No obstante, hasta las almas débiles tienen
qu’elle sait palir le visage. Mais sa force est alguna esperanza de controlar un poco su volun-
augmentée peu á peu par l’agitation qu’un tad y a partir de ello ver un poco la luz. En el ya
ardent desir de se vanger excite dans le sang, citado artículo XLIX de Les passions de l’ame
lequel, estant meslé avec la bile qui est pous- se lee:
sée vers le cœur, de la partie inferieure du
foye & de la rate, y excite une chaleur sort Il est qu’il y a fort peu d’hommes si foibles
aspre & sort piquante. Et comme ce sont les & irresolus, qu’ils ne vueillent rien que ce
ames les plus genereuses qui ont le plus de que leur passion leur dicte. La plus part ont
reconnoissance ainsi ce sont celles qui ont des jugemens determinez, suivant lesquels
la plus d’orgueil, & qui sont les plus basses ils reglent une partie de leurs actions. Et
& les plus infirmes, qui se laissent le plus bien que souvent ces jugemens soient faux,
emporter á cette espece de Colere; car les & mesme fondez sur quelques passions, par
injures paroissent d’autant plus grandes, que lesquelles la volonté s’est auparavant laissé
l’orgueil fait qu’on estime davantage; & aussi vaincre ou seduire: toutefois, à cause qu’elle
d’autant qu’on estime davantage les biens continuë de les suivre, lors que la passion qui
qu’elles ostent, lesquels on estime d’autant les a causez est absente, on les peut conside-
plus qu’on a l’ame plus foible & plus foible & rer comme ses propres armes […] (A.T. XI,
plus basse, à cause qu’ils dependent d’autruy 367, 27-28; 368, 1-8).
(A.T. XI, 480, 16-27; 481, 1-6).
Según se muestra en el párrafo anterior, con
Este tipo de ira es inconveniente porque lo excepción de las almas absolutamente débiles,
que predomina es el odio y la tristeza, las cuales incluso las almas débiles tienen “armas” para
generan en el alma el deseo de venganza. Como controlar su voluntad y esas armas son los juicios
es bien sabido la venganza no es una pasión con- determinados con los que regulan parte de sus
veniente en ningún contexto. Cuando alguien se actos, aunque esos juicios puedan ser erróneos o
ha dejado vencer por el deseo de la venganza, basados en pasiones.
verá su entendimiento nublado y su voluntad ple- Empero, lo anterior no significa que las
gada únicamente a conseguir ese fin. almas débiles o vulgares dejen de serlo, pues
El segundo tipo de ira es muy fuerte, riñe tal y como se indica al final del artículo XLIX,
de forma aplastante con otras pasiones y con si las resoluciones procedentes de los juicios se
la voluntad, por esto hay que evitarla a toda basaron en una opinión falsa y no en el cono-
costa, pues una vez que se le cede un poco de cimiento de la verdad, siempre surgen los arre-
espacio, nos abarcará a todos y nuestra voluntad, pentimientos. Ahora vamos a explicar en detalle

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LA CONTENCIÓN DE LA VOLUNTAD, LA LIBERTAD, EL JUICIO Y EL MÉTODO... 93

las características de los tres tipos de ingenios, Estos espíritus (los atolondrados) piensan
para terminar de determinar para quién es el que el camino hacia el verdadero conocimiento,
método cartesiano. se puede transitar en un día y son proclives a
construir alguna filosofía extravagante, casi de
la nada. Son como la hiedra:
7. El primer tipo:
Ils sont comme le lierre, qui ne tend point
los precipitados
a monter plus haut que les arbres qui le
soutienent, & mesme souuent qui redescend,
Este primer tipo de ingenio es claramente après qu’il est paruenu iusques a leur faiste;
descrito por Descartes en la segunda parte del car il me semble aussy que ceux la redes-
Discours de la méthode. De estos que hemos lla- cendent, c’est-a-dire, se rendent en quelque
mados precipitados se dice lo siguiente: façon moins sçauans que s’ils s’abstenoient
d᾿estudier, lesquels, non contens de sçauoir
tout ce qui est intelligiblement expliqué dans
[…] A sçauoir, de ceux qui, se croyans plus
leur autheur, veulent, outre cela, y trouuer la
habiles qu’ils ne sont, ne se peuuent empes-
solution de plusieurs difficultez, dont il ne
cher de precipiter leurs iugemens, ny auoir
dit rien & ausquelles il n’a peutestre iamais
assez de patience pour conduire par order pensé. Toutefois, leur façon de philosopher
toutes leurs pensées: d’où vient que, s’ils est fort commode, pour ceux qui n’ont que
auoient vne fois pris la liberté de douter des des esprits fort médiocres; car l’obscurité
principes qu’ils ont receus, & de s’escarter des distinctions & des principes dont ils se
du chemin commun, iamais ils ne pourroient seruent, est cause qu’ils peuuent parler de
tenir le sentier qu’il faut prendre pour aller toutes choses aussy hardiment que s’ils les
plus droit, & demeureroient esgarez toute sçauoient, & fouftenir tout ce qu’ils en disent
leur vie […] (AT. VI, 15, 17-25). contre les plus subtils & les plus habiles,
sans qu’on ait moyen de les conuaincre. En
A juicio de Descartes, las personas “preci- quoy ils me semblent pareils a vn aueugle,
pitadas” presentan varios inconvenientes para qui, pour se battre sans desauantage contre
vn qui voit, l’auroit fait venir dans le fonds
seguir los caminos del método. La principal
de quelque caue fort obscure (A.T. VI, 70,
objeción esta enunciada en la cita anterior, donde 16-31; 71, 1-5).
se nos alerta sobre los peligros de una mente
desordenada, incontinente e impaciente. Si un Los espíritus “precipitados” no son solo tal
individuo precipitado decidiera dudar aunque cosa. También incurren en el vicio de la fatuidad,
sea un momento de alguno de los principios que pues al saberse en el fondo mediocres y siendo
tiene por verdadero, su mundo se destrozaría en incapaces de controlar su voluntad y guiar sus
tantas partes que jamás lo podría reconstruir. Al pasiones para llegar a la verdad, arremeten contra
precipitado le conviene mantenerse en la senda quienes poseen grandes cerebros tratando de con-
común sin apartarse de ella por su propio bien. fundirlos y enredándolos con discursos plagados
Descartes nos dice también que estos de falacias y sofismas.
La incontinencia y falta de control de la
[…] esprits, qui s’imaginent qu’ils scauent voluntad de estas personas es tal que al verse
en vn iour tout ce qu’vn autre a pensé en hundidas en un abismo de pretextos del cual no
vingt années, si tost qu’il leur en a feulement pueden salir, intentan a toda costa arrastrar con-
dit deux ou trois mots, & qui sont d’autant sigo a quienes puedan, dejando al descubierto que
plus suites a faillir, & moins capable de la su vanidad es
verité qu’ils sont plus penetrans & plus vifs,
ne puissent de la prendre occasion de bastir […] plus de vanité qu’elles seront plus esloig-
quelque Philosophie extrauagante […] (A.T. nées du sens commun, a cause qu’il aura deu
VI, 76, 26-31; 77, 1-2). employer d’autant plus d’esprit & d’artifice

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a tascher de les rendre vraysemblables (A.T. estre instruits, doiuent bien plutost se con-
VI, 10, 5-8). tenter de fuiure les opinions de ces autres,
qu’en chercher eux mesmes de meilleures
Estas personas poseen una vanidad cons- […] (A.T. VI, 15, 25-31).
truida sobre las fútiles bases del conocimiento
aparente. Cuando este es puesto a prueba frente a El párrafo anterior es una de las pocas
quienes poseen conocimiento verdadero, aquellas alusiones que Descartes destina expresamente a
comienzan a esgrimir argumentos contradicto- los espíritus “modestos”. Quizás por su misma
rios y a enredarse en sus propios hilos. Como si naturaleza, el filósofo francés considera que este
lo anterior no fuera suficiente, al verse sin salida tipo de espíritu puede encontrar sin mayor orien-
intentan confundir a las mentes fuertes y disci- tación, su propio camino hacia la verdad:
plinadas. Todo antes de admitir y admitirse a sí
mismos la realidad de su situación. [Q]uelques autres par lesquels ils peuuent
La ira, la tristeza, la tendencia a la vengan- estre instruits, doiuent bien plutost se con-
za, el apego a los bienes materiales, la impa- tenter de fuiure les opinions de ces autres,
ciencia y el orgullo derivado de sus supuestos qu’en chercher eux mesmes de meilleures
conocimientos, son comunes en estas ánimas (A.T. VI, 15, 28-31).
quebradizas y constituyen la prueba de que el
control de la voluntad de estos espíritus “preci- Secundar a otros cuyas almas controlen
pitados”, está muy lejos de ser el necesario para mejor su voluntad y puedan seguir el método
la disciplinar la mente. Esto evidencia la ínfima cartesiano, es una salida mucho más prudente
capacidad de emprender la laboriosa escalada que la de las personas precipitadas. El no tener
que supone el método. confianza en sus propios juicios es ciertamente
Estos incontinentes, víctimas de sus propias problemático. Empero, estas personas se encuen-
pasiones y consumidos diariamente por la vani- tran en mayor disposición de ser guiadas.
dad, la envidia y la irascibilidad, jamás (a menos Es muy interesante que el filósofo francés
de que se entreguen a un arduo proceso educativo no guste de los extremos para los espíritus que
[artículo L de Les passions de l’âme]) podrán han de seguir su camino hacia la verdad. Ni los
contar con la constancia necesaria para buscar la precipitados quienes no parecen (por lo menos
verdad según la propuesta cartesiana. Descartes no lo dice) escuchar a nadie excep-
Empero, se impone la pregunta: si estas per- to a ellos mismos, ni los modestos quienes no
sonas no pueden utilizar el método, ¿qué será de
parecen tener ninguna confianza en sus juicios
ellos? ¿Qué deben hacer? La recomendación del
y prefieren mantenerse seguros siguiendo los
filósofo francés es que deben tratar de seguir la
juicios de sus maestros.
guía de los mejores espíritus.
Aparentemente, para adoptar el método, los
espíritus deben encontrarse en un “justo medio”
8. Segundo tipo: que los caracterice como un individuo que sabrá
cuándo escucharse a sí mismo y cuándo es el
los modestos
momento de escuchar a las demás personas de
buen juicio.
Los modestos son el segundo grupo a quie-
La debilidad de las almas vulgares ante sus
nes Descartes abiertamente recomienda: […] no
pasiones, su incontinencia, su incapacidad casi
tomar el ejemplo de mi obra. Respecto de los
total de controlar su voluntad frente a la seducción
modestos el filósofo de Touraine nos dice:
de sus pasiones, las vuelve completamente no
Puis, de ceux qui, ayant assez de raison, ou aptas para transitar los caminos del método
de modeftie, pour iuger qu’ils font moins cartesiano. ¿Cómo se supone que una persona
capables de distinguer le vray d’auec le faux, pueda seguir un sendero tan exigente como el
que quelques autres par lesquels ils peuuent de la búsqueda de la verdad, si ni siquiera puede

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LA CONTENCIÓN DE LA VOLUNTAD, LA LIBERTAD, EL JUICIO Y EL MÉTODO... 95

controlar su propia voluntad? ¿Si ni siquiera En los artículos XLVII y XLVIII de Les pas-
puede confiar en sus propios juicios? sions de l’âme se nos habla de la voluntad en los
El desequilibrio de los dos tipos de ingenios espíritus fuertes y prudentes:
antes descritos, el exceso de confianza por un
lado y la completa falta de confianza por el otro, […] en ce que souvent la mesme cause, qui
es una de las razones que lleva a Descartes a excite en l’ame quelque passion, excite aussi
decirles: certains mouvemens dans le corps, ausquels
l’ame ne contribuë point & lesquels elle
[E]t le monde n’est quasi composé que de areste ou tasche d’arester sitost qu’elle les
deux sortes d’espris ausquels il ne conuient apercoit: comme on esprouve, lors que ce
aucunement (A.T. VI, 15, 16-18). qui excite la peur, fait aussi que les esprits
entrent dans les muscles qui servent à remuër
les jambes pour fuïr, & que la volonté qu’on a
d’estre hardy les arreste (A.T. XI, 366, 12-20).
9. El tercer tipo:
los prudentes En el artículo XLVIII continúa:

Or c’est par le succes de ces combats que


El tercer tipo de espíritu, último en la clasi-
chacun peut connoitre la force ou la foiblesse
ficación que hicimos para efectos de análisis en
de son ame. Car ceux en qui na|turellement la
este artículo, es el prudente, único espíritu con
volonté peut le plus aysement vaincre les pas-
el control de la voluntad necesario para seguir el
sions & arrester les mouvemens du corps qui
método cartesiano. les accompagnent, ont fans doute les ames les
Tal como hemos venido demostrando a lo plus fortes (A.T. XI, 366, 24-28; 367, 1).
largo de esta investigación, el control de la volun-
tad desempeña un papel decisivo para mantener- Las personas prudentes poseen almas fuertes
nos calmos. Mediante el control de la voluntad es
y un muy buen control de su voluntad. Sus pasio-
posible alcanzar la conducta moral para iniciar
nes no las dominan, ellas dominan a sus pasiones.
el camino hacia la búsqueda de la verdad. Las
Su voluntad no se mueve según su capricho, se
características preexistentes del alma prudente le
controla y guía según el dictado de la razón. El
permitirán enfrentarse a la duda metódica y no
perderse en ella. prudente también cuenta entre sus virtudes con un
La preexistencia de las condiciones necesa- razonamiento vigoroso, el cual no descubre sino
rias en un espíritu, no garantizan en sí mismas
la llegada a un buen puerto. Es preciso utilizar […] les meilleures de leurs pensées[;]
algún tipo de estrategia para dirigir la voluntad
hacia donde es requerida, puesto que como ya se y
ha indicado en varias ocasiones, la voluntad sola
no puede controlar los deseos y las pasiones pues [...] que l’Eloquence a des forces & des
su dominio tampoco es absoluto. beautez imcomparables; que la Poësie a des
Descartes sabe que la capacidad de la volun- delicatesses & des douceurs tres rauissantes
tad para dominar las pasiones no es absoluta (A.T. VI, 5, 26; 6, 1).
ni rauda. Son necesarios la guía de la razón y
el ejercicio de la virtud. Y para ello el hábito El buen razonamiento o razonamiento vigo-
es imprescindible. Su ejercicio permite que las roso, como lo ha llamado Descartes, es una
almas fuertes logren el control de su voluntad, característica muy importante en la persona pru-
y con ella de sus pasiones y como consecuencia dente, pues el vigor de su razón facilita el control
alcanzar el gobierno de sí. Incluso las almas de la voluntad, haciendo más fácil el camino
débiles se pueden beneficiar con el ejercicio de la hacia la verdad y alejándose del error inducido
virtud, siempre que sean guiadas adecuadamente. por las pasiones.

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El razonamiento vigoroso también ayuda a la Vbi notandum eft, intellectum à nullo


persona que lo posee a ser libre, pues la presión vnquam experimento decipi poffe, fi prae-
que ejercen las pasiones sobre su voluntad, puede cifè tantùm intueatur rem fibi objedam,
ser anulada con juicios basados en un razonamien- prout illam habet vel in fe ipfo vel in phan-
tafmate, neque praeterea judicet imagina-
to fuerte y robusto. Por ello Descartes nos dice:
tionem fideliter referre fenfuum objecta,
nec fenfus veras rerum figuras induere,
Et, particulierement, ie mettois entre les nec denique res externas tales femper effe
excés toutes les promesses par lesquelles on quales apparent; in his enim omnibus errori
retranche quelque chose de sa liberté. Non fumus obnoxij: vt fi quis fabulam nobis
que ie desaprouuasse les lois qui, pour reme- narraverit, & rem geftam effe credamus; fi
dier a l’inconstance des esprits foibles […] icterico morbo laborans flava omnia effe
(A.T. VI, 23, 31; 24, 1-3). judicet, quia oculum habet flavo colore
tinctum; fi denique laefà imaginatione, vt
La libertad es algo que Descartes no está melancholicis accidit, turbata ejus phan-
dispuesto a sacrificar ante nada. Poder hacer tafmata res veras repraefentare arbitremur
buen uso del libre arbitrio es una habilidad muy (regla XII) (A.T. X, 423, 1- 13)
difícil de cultivar. Forjada en el fuego de la con-
tinencia y pulida con la constante meditación, la La melancolía, hoy podríamos llamarla
libertad se vuelve una preciada posesión. Para el depresión, ciertamente puede hacer que un alma
filósofo de Touraine, ser libre significa ser dueño frágil se encuentre convencida de que no hay nin-
de sí mismo. guna salida ante algún problema, aunque la salida
Poder vivir y actuar sin la presión (o con la esté ante sus ojos. La inteligencia del prudente no
mínima) de las pasiones que se tienden a excitar se dejará envolver por la melancolía. Tal vez en
con el vaivén de las circunstancias, es la defi- principio decaiga. No obstante, rápidamente su
nición de libertad. No importa cuán trágicos o mente le hará ver que en realidad existen salidas.
maravillosos sean los momentos de la vida, si se Aunado a todo lo demás, las personas pru-
tiene control sobre la voluntad se logrará perma- dentes también son almas generosas (en el sentido
necer en esa ataraxia estoica que tanto deseamos cartesiano), o lo pueden llegar a ser con poco
los seres humanos. esfuerzo. La generosidad es una actitud fruto de
Puede parecer que Descartes recomienda un controlar las pasiones.
remedio muy amargo o casi inalcanzable para la En el artículo CLVI de Les passions de
especie humana, pero no es así. Él no nos está l’âme, Descartes nos indica la importancia de la
generosidad para los espíritus:
recomendando un antídoto que él mismo no haya
utilizado en algunos duros momentos de su vida,
Ceux qui sont Généreux en cette façon, sont
ejemplo: el fallecimiento de su hija Francine naturellement portez à faire de grandes cho-
(1635-1640) con tan sólo cinco años. Sabemos por ses, & toutefois à ne rien entreprendre dont
sus biógrafos que para Descartes, ese fue, quizás, ils ne se sentent capables. Et pource qu’ils
el momento más duro de su existencia. n’estiment rien de plus grand que de faire du
El individuo de inteligencia prudente es bien aux autres hommes, & de mespriser son
libre también porque no confía en sus sentidos, propre interest pour ce sujet, ils font tous-
pues sabe que el ser humano puede errar en jours parfaitement courtois, affables & offi-
cualquier momento, y que su imaginación está cieux envers un chacun. Et avec cela ils sont
entièrement maistres de leurs Passions: par-
también sujeta a equivocarse y a presentarle
ticulièrement des Desirs, de la lalousie, de
espejismos. Así sucede cuando, por ejemplo, l’Envie, à cause qu’il n’y a aucune chose dont
embriagado por el vino, un individuo puede l’acquisition ne dépende pas d’eux, qu’ils
sentir mucho calor cuando en realidad hace frío, pensent valoir assez pour mériter d’estre
o cuando la preocupación nos hace ver sombras beaucoup souhaitée; & de la Haine envers
donde en realidad hay luz: les hommes, à cause qu’ils les estiment tous;

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LA CONTENCIÓN DE LA VOLUNTAD, LA LIBERTAD, EL JUICIO Y EL MÉTODO... 97

& de la Peur, à cause que la confiance qu’ils Para Descartes la unidad del conocimiento
ont en leur vertu, les assure; & en fin de la es una cuestión básica y necesaria en cualquier
Colère, à cause que, n’estimant que fort peu proceso de búsqueda de la verdad. En las Reglas
toutes les choses qui dépendent d’autruy, dice que Nam cùm fcientiae omnes nihil aliud
jamais ils ne donnent tant d’avantage à leurs
fint quàm humana fapientia, quae femper vna &
ennemis […] (A.T. XI, 447, 22-25; 448, 1-14).
eadem manet, quantumvis differentibus fubjectis
applicata, nec majorem ab illis diftinctionem
Los espíritus generosos son altamente esti-
mutuatur (Reglas, I [A.T. X, 360, 6-10]).
mados por el filósofo de Touraine, quien de sobra
Por todo lo anterior, y dado que la moral para
sabe que estas almas son continentes, desapega-
el filósofo francés no solo es una ciencia, sino la
das de los bienes materiales y con un control de
cúspide del árbol de conocimiento, el individuo
su voluntad tal, que sus pasiones jamás nublan
que se adentra en la búsqueda de la verdad debe
su juicio racional. No son presa de la envidia, el
tener no solo cualidades puramente intelectuales,
odio o el miedo, en cuanto se sienten confiados
sino también morales.
por su virtud.
La moral, cuyo fin es dar las pautas del com-
Estas almas generosas poseen la inclinación
portamiento a los seres humanos para la vida,
natural a ayudar a los demás, no importa si tienen
que hacer a un lado sus propios intereses. Y no con ayuda de un intelecto fortalecido discernirá
temen ayudar a nadie, pues no sienten envidia por mejor sobre el bien y decoro de los actos. Dice
sus posibles bienes materiales, ni de cualquier Descartes en las Reglas:
otro tipo y saben también que nada de lo que los
Si quis igitur feriô rerum veritatem invef-
demás puedan hacer, les arrebatará la tranquili-
tigare vult, non fingularem aliquam débet
dad que su virtud les garantiza. optare fcientiam: funt enim omnes inter fe
Estas personas generosas, quienes con su conjunctae & à fe invicem dependentes; fed
control de la voluntad demuestran también un cogitet tantùm de naturali rationis lumine
entendimiento fuerte y robusto, son invitadas por augendo, non vt hanc aut illam fcholae diffi-
Descartes a seguir sus pasos: cultatem refolvat, fed vt in fingulis vitae cafi-
bus intellectus voluntati praemonftret quid fit
[…] & de conuier les bons esprits a tascher eligendum (Reglas, I [A.T. X, 361, 14-21]).
de passer plus outre, en contribuant, chascun
selon son inclination & son pouuoir, aux Las exigencias del método cartesiano van
experiences qu’il faudroit faire, & communi- mucho más allá de los dones puramente intelec-
quant aussy au public toutes les choses qu’ils
tuales. Es verdad que para encontrar la verdad,
apprendoient, affin que les derniers com-
el individuo no debe adscribirse a una única
mençant où les precedens auroient acheué, &
ainsi ioignant les vies & les trauaux de plu- disciplina, debe explorarlas todas, lo cual es una
sieurs, nous allassions tous ensemble beau- gran labor porque el genio francés no se refiere
coup plus loin, que chascun en particulier ne solamente a las disciplinas físicas, naturales o
sçaroit faire (A.T. VI, 63, 9-17). matemáticas, es imperativo también el cultivo
de la virtud.
Las almas equilibradas con toda su liber- Si el estudioso, por más brillante que sea, no
tad, su generosidad y su pujante inteligencia son conduce su vida adecuadamente y su voluntad se
invitadas por Descartes a profesar su método, a mueve a capricho, será esclavo de sus pasiones
contribuir con su trabajo a crear conocimiento. y en cualquier momento estas nublarán su juicio
Esta invitación es un privilegio en toda regla. Se y no le permitirán continuar en la búsqueda de
necesitan muchas actitudes morales y mentales la verdad, sea porque se pierda en el camino, o
para no perderse en los intrincados caminos de la porque lo abandone en cuanto su contexto varíe.
disciplina cartesiana. Solo un reducido grupo de La filosofía moral cartesiana, al igual que el resto
ingenios, los que pueden controlar su voluntad, de su obra, se nutre del espíritu racional. Según la
podrá buscar la verdad al lado del genio francés. epístola dedicatoria de los Principios, la filosofía

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moral de los Principios entendida como sabiduría hace mucho tiempo, pero de esto no se sigue, y
demanda dos condiciones necesarias: la luz del es absolutamente palpable para cualquiera, que
conocimiento y la voluntad para seguirlo y hacer- el control de unos seres humanos sobre otros
lo efectivo (A.T. IX-2, 22). continúa.
Sin una voluntad controlada, la luz del cono- El control del ser humano hacia el ser huma-
cimiento se puede perder. Es importante que la no permanece, lo que ha cambiado en la Moder-
voluntad sea firme y controlada, para que fun- nidad son las justificaciones de este hecho. Ya no
cione como un contenedor de los conocimientos es la ascendencia ni la posesión de riquezas lo que
que se van sumando día con día. El individuo que necesariamente justifica el control.
quiera aventurarse en los caminos del método, El discurso de la Modernidad se ha basado
deberá controlar muy bien su voluntad o inde- en tres ejes fundamentales: la libertad, la episte-
fectiblemente se perderá en sus largos pasillos y me y el dominio. Tal como nos lo explica el Dr.
jamás podrá ayudar a otros a encontrar aunque Bernal Herrera Montero en su teoría de la Moder-
sea un poco de luz. nidad bipolar, los dos primeros son agentes de
Es sencillamente fascinante cómo Renato emancipación, no así el tercero. Desde luego el
Descartes puedo llegar a tales niveles de clari- dominio no se aplica, por lo menos teóricamente
dad. Descubrir que el intelecto por el intelecto a los seres humanos, sino a la naturaleza. Empe-
mismo no es suficiente para encontrar la verdad. ro, el Dr. Herrera por medio de su teoría de la
Conducirse bien en la vida es fundamental para Modernidad bipolar, nos hace ver que incluso
emprender una buena pesquisa. Si la voluntad no en las acciones más liberadoras, la liberación es
se controla y se deja a su inconstancia, veremos solamente parcial.
constantemente cercenado o inacabado nuestro Nosotros hemos tomado de la teoría de la
Modernidad bipolar, únicamente la parte que se
camino a la verdad.
refiere al polo metropolitano, es decir, a las for-
¿Cuántas investigaciones de gran importan-
mas de dominio hacia el ser humano en la metró-
cia nunca se terminaron porque quien estaba a
poli, no en el polo colonial. Por otra parte, no
cargo no pudo controlar sus pasiones y se dejó
utilizamos la palabra ‘dominio’, pues nos pareció
doblegar por las eventualidades? Muchas. Una
excesiva para el polo metropolitano. En cambio,
sola es demasiado. ¿Y cuántas otras jamás debie-
el término ‘control’ nos pareció más adecuado al
ron siquiera iniciarse porque quién las formuló
contexto de la obra cartesiana.
no poseía el espíritu adecuado y nadie lo guió?
Renato Descartes como uno de los padres
Igualmente, muchas.
de la Modernidad, ha sido considerado uno de
los grandes precursores de la liberación y la
democratización del conocimiento y, por esto,
10. Conclusiones generales tradicionalmente se ha entendido el método car-
tesiano como el instrumento por excelencia de
La Modernidad ha sido el sistema de pen- popularización del conocimiento.
samiento que ha guiado a millones de personas Resulta interesante que luego de tantos siglos
en el mundo durante los últimos cuatrocientos de lectura y análisis, se hayan pasado por alto
años. Durante este tiempo hemos convivido con tantos argumentos con los cuales Descartes deja-
un discurso que nos habla de la libertad y de su ba clara su intención de no hacer partícipes de su
carácter imprescindible. Se nos ha dicho que un método a todas las personas por igual. Tal vez las
ser humano solamente por el hecho de serlo, debe lentes con las que se ha leído la obra cartesiana
ser libre. invisibilizaron este aspecto tan importante de la
El caso es que si bien es cierto que durante filosofía cartesiana.
la Modernidad se han extinguido ciertos tipos de El filósofo de La Haye de Touraine, cierta-
esclavitud, servidumbre y control, por otro lado mente nunca escribió un tratado sobre el control
han aparecido otros. Es verdad que la esclavitud hacia los seres humanos, pero de su epistemología
y la servidumbre fueron políticamente abolidas excluyente emana una insinuación de control. Al

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LA CONTENCIÓN DE LA VOLUNTAD, LA LIBERTAD, EL JUICIO Y EL MÉTODO... 99

principio de este trabajo considerábamos que si Nos dice el filósofo francés que para que
en la obra cartesiana había alguna intención de la voluntad nos conduzca verdaderamente a la
control hacia el ser humano, no sería consciente. libertad, esta debe estar aferrada a la realidad
Al concluir nuestro artículo, estamos seguras de y a su conocimiento. En este sentido, los juicios
que así fue. correctos y firmes derivados del conocimiento
Descartes en ningún momento propone y la razón que las personas realicen en su vida
abiertamente que un grupo de individuos contro- diaria, darán más fuerza a la voluntad y esta, a su
le a otros. Tampoco faculta a nadie, bajo ningún vez, a la libertad.
estandarte, a buscar el control sobre ninguna Ahora bien, para controlar la voluntad el
persona. Empero, Cartesius sabía que no todos filósofo debe recurrir a la virtud, al hábito y a la
los seres humanos están en la misma capacidad meditación. La virtud es la determinación irrevo-
de controlarse a sí mismos, y esto tiene grandes cable del individuo de actuar lo mejor que le sea
repercusiones en varios niveles. posible en cada acontecimiento de su vida, ayu-
En muchas de sus obras, Descartes reflexio- dándose incesantemente de los acertados juicios
nó sobre las maneras que tiene el sujeto para del raciocinio y de los conocimientos que posea.
conocerse y controlarse a sí mismo, y el proceso El hábito (que a su vez fue alcanzado por la
mediante el cual se va disciplinando la mente práctica de la virtud), por su parte, hará que se
para que transite por los caminos de la razón. recuerde fácilmente el conocimiento necesario
Una vez que el ser humano aprende a escuchar para juzgar de la mejor forma posible, y así hacer
su razón, debe conseguir la contención de su las cosas buenas que dependen de nosotros. Por
voluntad y, con ella, la de sus pasiones y su propia su parte, la meditación que es la práctica de diri-
mente. El método por el cual Descartes nos dice gir la mente, poco a poco aquietará la voluntad. Si
que se llega a conducir la razón, no es para todos, se logra contener la voluntad se vivirá feliz, pues
solo servirá para las personas que tengan cierta se actuará correctamente y, por ello, la conciencia
disposición a la contención de su voluntad. nunca nos reprochará que hemos dejado de hacer
La reflexión que Descartes hace sobre for- lo que creíamos era lo mejor.
mas de control de la voluntad y las pasiones, es La fuerza del hábito y la asociación son las
decir, las formas por las cuales las personas con- técnicas que se requieren para controlar la volun-
teniendo su voluntad, se contienen a sí mismas, tad. El hábito proporciona al individuo la posibili-
tiene desenlaces impresionantes. Desde el control dad de reforzar o cambiar conductas y creencias,
de los pensamientos o mejor dicho, de la forma pero también de desarrollar nuevas actitudes.
de pensar o razonar, el individuo puede hacer Descartes está convencido de que con la instruc-
el intento de llegar a un punto de autocontrol ción y la constancia adecuadas el sujeto puede
importante. Empero, si no se controla la voluntad, alcanzar un excelente control de su voluntad, el
si no se la obliga a seguir el dictado de la razón, máximo, según las circunstancias de cada quien.
nunca se logrará el autocontrol y tampoco se será Sin embargo, más allá de la mera contención
realmente libre. de la voluntad parece haber algo más, algo que
En los Principia Descartes nos habla de la no se dice abiertamente. Como indicamos ante-
importancia que tiene el conocimiento de la filo- riormente, las formas de control de pensamientos,
sofía (la cual consiste en un análisis crítico de los pasiones y voluntad postuladas no son para todos.
principios) para la vida. Esta crítica se dirigió a Entonces, ¿qué pasa con el resto de personas que
todas las ideas, opiniones y creencias de su época nunca lograrán controlar su voluntad del todo?
y su contexto. Ejerciendo este análisis crítico, las En el Discours de la méthode, Descartes
personas podrán controlar sus actos por medio de insiste en su intención de no querer imponer su
juicios ciertos, racionalmente fundamentados y método a nadie, y también destina algún espacio
así autodeterminar su conducta. De esta manera, para explicar para quién no es el método y por
el individuo podrá posesionarse de sus actos y qué no. Tal y como hemos visto, según Descartes
poco a poco lograr el conocimiento de sí mismo en el mundo existen dos tipos de ingenios a los
y la autoconducción de su vida. que se refiere sin asignarles nombres, y son tal

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como él lo ha indicado: la mayor parte de los El espíritu prudente posee todas las inclina-
hombres, no la totalidad de ellos, es decir, solo ciones, no solamente intelectuales sino también
una parte de los ingenios. morales, que Descartes considera indispensables
Estos dos tipos de mentes a las cuales se hace para alcanzar la verdad y guiar a otros. Entre
alusión por una parte, tienen en común un pobre o las virtudes que debe poseer el prudente está la
nulo control de su voluntad, lo cual complica todo virtud de la generosidad, la cual es a la vez una
en sus vidas. Por otra parte, se van a diferenciar pasión que nos conduce a la sabiduría, que sinteti-
fundamentalmente en cuanto uno de los tipos za todas las virtudes, entre ellas la buena voluntad
conoce sus limitaciones y decide dejarse guiar hacia los demás.
por otros, mientras el otro tipo es un incontinente El individuo generoso siente compasión ante
precipitado que piensa que no necesita ninguna las debilidades de los otros. También es paciente
guía de persona alguna, aunque en realidad la con las quejas de los otros, a quienes apoya y
necesite desesperadamente. respalda. La persona generosa no solo controla
Ahora bien, falta el tercer tipo de persona, la su voluntad y sus pasiones, también es compren-
que completa la totalidad del mundo y a quien es siva y atenta con las otras personas de espíritus
dirigido el método. Esta tercera clase de persona débiles que aún son esclavas de los “vaivenes”
posee una disposición natural para el control de del destino. El individuo generoso apoya y guía
su voluntad y para el entrenamiento de la mente, al individuo de espíritu débil.
lo cual le será de gran ayuda al atravesar las difí- Esta guía no es para que los otros tipos de
ciles galerías del método. ingenios, es decir, los precipitados y los modes-
tos, alcancen la verdad (no por lo menos con el
Empero, llama poderosamente la atención
método cartesiano), pues ya en el Discours de
que en ninguna parte de las obras revisadas se
la méthode, el filósofo francés nos ha explicado
mencione a este tercer arquetipo de ingenio, ni se
el porqué de que estos dos tipos de ingenios no
lo caracterice sistemáticamente. Sus cualidades
deben seguir el método: los precipitados perma-
se encuentran desperdigadas por todos los libros
necerían extraviados por el resto de su vida y los
que se han analizado para efectos de esta investi-
modestos ni siquiera podrían dar los primeros
gación y se pueden resumir en una persona libre,
pasos, pues no confían suficientemente en ellos
dueña de sí misma y generosa quien se profesa
mismos como para aventurarse a tratar de cami-
una gran estima por el motivo correcto, es decir, nar solos.
por guiar sus acciones según la razón. Descartes no inviste a las personas poseedo-
Reparamos en la tercera categoría de inge- ras de espíritus prudentes con el privilegio y el
nio por cuanto es la única clase de intelecto que deber de guiar a quienes no pueden controlarse a
podrá, si se aviene al método, llegar a la verdad. sí mismos. Empero, llevar a cabo esta guía, este
Así las cosas se inicia un proceso de reflexión control hacia otros, se yergue tácitamente como
que nos lleva a unir cabos sueltos que el filósofo un deber moral, como un benévolo deber moral.
francés ha dejado aquí y allá a lo largo de la obra El poseer la luz verdad faculta al generoso car-
revisada, llevándonos a interesantes concusiones. tesiano para guiar a quienes permanecen el las
En la primera sección de este trabajo nos tinieblas de la ignorancia.
preguntábamos sobre la suerte de las personas El vulgo no puede controlarse a sí mismo. Por
a las cuales Descartes no les recomienda seguir ende, precisa que otro u otros lo ayuden a contro-
su método. Luego de conocer más a fondo las larse. Estos individuos requieren de una mano que
características del ingenio prudente y de la filo- los guíe para no caer, así como el alumno precisa
sofía moral cartesiana, la cual da pie al control de la mano de su maestro para que lo guíe, lo
de unos seres humanos sobre otros, resolvemos ayude y en ocasiones tome alguna decisión por él,
que las personas para quienes no va dirigido el siempre buscándole el mayor beneficio.
método, deben ser guiadas por los individuos de Las almas ecuánimes, libres y de gran inte-
ingenio prudente que hayan visitado los claustros ligencia son invitadas por Descartes a seguir
del método. su método, a crear conocimiento. Se necesitan

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LA CONTENCIÓN DE LA VOLUNTAD, LA LIBERTAD, EL JUICIO Y EL MÉTODO... 101

muchas cualidades morales y mentales para ser Modernidad, el poseer o creer que se posee la
invitados a seguir los intrincados caminos del verdad se ha convertido en instrumento y justifi-
método cartesiano junto con su inventor. Solo cación del control de unos seres humanos sobre
unos cuantos, aquellos que pueden controlar su otros.
voluntad, podrán buscar la verdad al lado del Esta forma de control hacia los seres huma-
genio francés y ayudar con la guía y, en ocasio- nos sufrió un proceso de corrupción con el tiem-
nes, control del vulgo. Este control es comple- po, llegando a ser casi irreconocible. El poseer la
tamente bien intencionado y benevolente, casi verdad se convirtió en un estandarte deforme y
un acto de misericordia, pero control al fin. Por bizarro. La verdad lo sería siempre que se con-
supuesto, las consecuencias ulteriores que pudie- siguiera mediante el método científico, del cual
ran derivar, directa o indirectamente, de este Descartes es precursor. Todos los demás tipos
control, están completamente fuera de cualquier de conocimiento ni siquiera se consideran tales.
campo de acción del filósofo francés, quien sin Por ello el que tenga un saber derivado de la pura
ningún mal propósito lo pensó así. experiencia, se considera ignorante.
Ahora bien, en virtud de todo lo dicho, no El que posee el conocimiento de la verdad
debemos pensar que Descartes no haya esgrimido manda, el que la ignora cede ante sus designios.
una propuesta liberadora. Desde luego que la for- En los sistemas productivos de nuestra era, los que
muló. El conocimiento y el control de sí mismo poseen los conocimientos y, presumiblemente, la
por medio del control de la voluntad son una pro- verdad, controlan. Los altos puestos en las indus-
puesta liberadora en toda regla. Solamente cuan- trias les son dados a quienes “saben”. Los que no,
do obtengamos las condiciones necesarias para son delegados a puestos menos importantes. Los
utilizar bien nuestro libre albedrío, seremos libres. ignorantes se limitan a las labores manuales que no
Por otra parte, a primera vista esta proposi- precisan de mayor conocimiento intelectual.
ción puede parecer egoísta en tanto cada quien La parte moral de la propuesta cartesiana
debe velar y trabajar por su propia liberación, fue arrancada desde su raíz. Ya no es necesario
sin esperar ayuda de nadie, y a la vez sin preo- gozar de ciertas calidades morales para llegar a la
cuparse por nadie. La realidad es que Descartes verdad. Ya no es requisito controlar la voluntad,
espera que una vez que alguna persona consiga bien se puede vivir guiado por los caprichos de
tal control sobre su voluntad, siga adelante hasta la voluntad, o como esclavos de las pasiones, las
la generosidad y, ya en este punto, se consagre a cuales se mueven al compás de las circunstancias
ayudar a los demás. de la vida.
Una vez que el individuo ha logrado hacer Basta con contar con una inteligencia prome-
uso correcto de su libre albedrío, está listo para dio para ingresar en universidades e institutos, y
enlistarse en la búsqueda de la verdad, y una vez en algunas ocasiones además de eso dinero para
que la ha logrado, se convertirá en el maestro, en estudiar en los más prestigiosos centros educati-
la guía para aquellos que no la tienen. La relación vos del mundo. Los exámenes de admisión de las
maestro-alumno se entendía entonces, y aún hoy universidades miden (si tal cosa es posible) apti-
muchos la asumen así, como aquella en la que el tudes y habilidades intelectuales, no se molestan
que enseña controla al que es enseñado. El maes- en tratar de valorar calidades morales.
tro le muestra al estudiante el camino que debe El disfrute de conocimientos se convirtió
seguir si quiere aprender, y el discípulo obedece en el único requisito para controlar a otros, no
sin cuestionar. El que posee la verdad manda y el importando sus convicciones y accionar moral.
que carece de ella se somete. El que tiene el conocimiento automáticamente
Como ya hemos indicado, Descartes nunca tiene la verdad y, por ello, guiará o ejercerá el
pretendió que su filosofía moral y su epistemo- mando sobre los que no saben, pese a que cuenten
logía, sirvieran de plataforma para que algún con una vida guiada por los preceptos morales
o algunos seres humanos controlaran a otros. cartesianos.
No obstante, en el fondo, donde es casi imper- No obstante, lo anterior no perturbará a
ceptible, en este periodo que conocemos como quienes vivan su vida libremente. Las personas

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libres saben que lo que suceda en su exterior no Más aún cuando la presencia de ideas y faculta-
las afectará en su interior, pues siendo dueños de des innatas permite (por lo menos en potencia) a
su voluntad y por ello de sí mismas, nunca serán cualquier ser humano realizar, si piensa un poco,
títeres de las circunstancias y conservarán la paz buenos juicios. De esta forma René Descartes
justifica que los seres humanos pueden conocer
pase lo que pase.
las esencias verdaderas de los objetos.
Al parecer la teoría del Dr. Herrera de la
3. Así aparece en el tomo III de OEuvres de Descar-
Modernidad bipolar está en lo cierto, por lo tes, editadas por Charles Adam y Paul Tannery.
menos respecto del discurso liberador cartesiano,
el cual se ha demostrado que es solo parcial en
cuanto es excluyente, dirigido solo a unos cuantos Referencias
y dejando a una gran cantidad de personas fuera
de la posibilidad de conocer la verdad. Adam, C. y Tannery, P. (1996). OEuvres de
Descartes. Paris: Libraire philosophique J.
Vrin. Once tomos.
Notas Cajigas-Rotundo, J. (2007). La biocolonialidad del
poder. Amazonía, biodiversidad y ecocapitalismo.
1. Abreviaturas empleadas en nuestro artículo: En Santiago Castro-Gómez y Ramón Grosfoguel
Adam, Ch.; Tannery, P., OEuvres de Des- (Comp.s): El giro decolonial. Reflexiones para una
cartes, Vrin, Prís, 1964-1986, once tomos. diversidad epistémica más allá del capitalismo
Las citas las representamos con las siglas global. Bogotá: Universidad Javeriana-Instituto
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