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SUPREMO CONSEJO DEL GRADO XXXIII

PARA LA REPÚBLICA DE CHILE

Nombre del Cuerpo Escocés: Integrado MAGALLANES Nº 1

Grado del Cuerpo Escocés: IX-XXX 1N°: Punta Arenas


Ciudad:

Título del Tema: “Dogmatismo, tolerancia y libertad de conciencia”

N° del Tema según el Plan General de Docencia: B-14 (P. Ej.: C-5)

Tipo de - Individual: X Sólo si es Grupal, indique el Tipo de Trabajo:


Trabajo: ¾ Seminario ¾ Simposio
- Grupal: ¾ Mesa Redonda ¾ Foro
¾ Panel ¾ Otro (indicar):
Fecha de ___
Presentación: 15-10-2016

___________________
Nombre del Autor del Trabajo: Firma del Autor:
1: José Omar Velásquez Pérez. Grado XIV

Remitido al Sob\ Trib\ Gr\ XXXI el:

Nombre del Presidente: Manuel Castañeda Paredes Grado: 32


Título del Presidente: T\V\P\G\M\

__________________________________________________
Firma del Presidente
1

ALGDGADU

“Dogmatismo, tolerancia y libertad de conciencia”

T\V\P\G\M\y GGEEPP\SS\MM\

Introducción

El trazado desarrolla en primer lugar, una breve explicación sobre la conciencia, con el

fin de continuar explicando el qué, cómo y por qué se presenta el dogmatismo en la

sociedad y las razones por las cuales la masonería, apoyada en la tolerancia y el

razonamiento lógico, lo combate férreamente.

Luego, se establece la relación con respecto al grado XIV, específicamente sobre los

objetivos exotéricos y esotéricos, con el fin de esbozar como el GEPSMdebe

enfrentar y combatir el dogmatismo, aplicando la tolerancia con el fin de incorporar en

su acervo la verdadera libertad de conciencia.

Finalmente, se expresan algunas conclusiones personales que resaltan la importancia

de la libertad de conciencia en la sociedad.

Desarrollo

Es necesario contar con una breve explicación sobre lo que es la conciencia, para luego

definir qué se entiende por esta libre de dogmas y tolerante. La conciencia proviene del

vocablo conscientia (“con conocimiento”), representa el acto psíquico mediante el cual

una persona se percibe a sí misma en el mundo, luego, es una propiedad del espíritu

humano, que permite reconocerse en los atributos esenciales, se puede decir que se

trata del conocimiento reflexivo de las cosas y de la actividad mental que sólo es

accesible para el propio sujeto; por lo tanto, incluye aquello que el sujeto conoce.
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Desde la filosofía, la conciencia es una facultad humana para decidir acciones y

hacerse responsable de las consecuencias, en función de la concepción que el

individuo tenga del bien y del mal. Luego, bajo esta mirada, la conciencia sería un

concepto moral que pertenece al ámbito de la ética. Para la psicología, conciencia es

un estado cognitivo no-abstracto que permite a una persona interactuar con los

estímulos externos, es lo que conocemos como la realidad. La psicología distingue

entre los niveles de: consciente (establece prioridades), preconsciente (depende del

objetivo a cumplir) e inconsciente (no racionaliza). La estructura de la conciencia está

dada por la relación que establecen estos tres niveles. A través de la conciencia un

individuo consigue tener una noción de sí mismo y de su entorno; es uno de los

elementos que asegura la supervivencia de un ser vivo, pues le permite estar alerta a

los peligros y actuar en consecuencia. Este proceso consiste en percibir el entorno a

través de los sentidos y analizarlo con la información y experiencia que el individuo

tiene según lo vivido, la memoria. Si la conciencia de un individuo funciona

“adecuadamente”, las valoraciones que éste hará sobre su realidad serán claras y le

permitirán llevar una vida estable; si, por el contrario, ha padecido determinadas

situaciones traumáticas, puede que su manera de entender el entorno no sea lúcida y

por ende, tome decisiones que causarán desajustes. En este punto puede decirse que

lucidez y claridad son sinónimos para la psiquiatría y son aspectos que definen una

conciencia sana.

Establecido brevemente lo que es la conciencia, es importante señalar que desde que

el hombre tiene uso de razón, siente la necesidad de decidir sobre sus acciones y

creencias, en función de los límites que él mismo se ha impuesto para poder convivir en

sociedad. Sin embargo, varios de estos límites se han establecido en función de credos
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no compartidos en forma unánime por todos los hombres, los cuales han dado origen al

dogma y han generado una serie de persecuciones. Aparece de esta manera el origen

del dogma, asociado a la intolerancia respecto de aquel que piensa diferente frente a un

sistema cerrado e impuesto, ya sea religioso, político o de cualquier otro orden.

Entonces puede afirmarse, que el dogma existe desde los orígenes de la razón de la

humanidad y aparece, como una forma de enfrentar la dicotomía producida entre poder

y verdad, entre poder y libertad de pensamiento o entre creencia religiosa y verdad

científica, aplicándose una serie de métodos coercitivos para controlar todo atisbo de

ideas que sean contrarias a sus límites establecidos.

Sin embargo, la masonería, que promueve y defiende la libertad del hombre en su más

amplio sentido, plantea, por ejemplo, en la Constitución de Anderson de 1723, lo

siguiente: “Los recipiendarios deben ser buenos y verdaderos, nacidos libres, deben

haber alcanzado la madurez y la edad de la razón; no ser siervo, ni hombre inmoral, ni

escandaloso y tener buena reputación” Luego, la masonería considera la libertad de

conciencia y expresión, como un derecho inherente a la naturaleza humana, lo que

concede al hombre su facultad de obrar en conciencia y lo hace dueño-responsable de

sus actos. Por lo tanto, la libertad en su más amplia expresión debiera ser un fin para

todo masón, aun cuando para la sociedad, es un medio indispensable para la elevación

espiritual y constituye, un elemento básico para la existencia de vida humana feliz.

Para alcanzar lo anterior, es necesario que esa búsqueda sea realizada por cada ser

humano en forma objetiva e individual, usando el razonamiento lógico como pilar

fundamental en su trabajo de elevación espiritual, por lo tanto, la masonería no concibe

que se entregue la Verdad como una naturaleza reservada a un ser divino o a un plan

preconcebido por otros hombres, revelaciones que constituyen la generación de


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dogmas, cuya desobediencia, establece una serie de castigos sobrenaturales y

supersticiosos, siendo su análisis y evaluación circunscrito a una elite de privilegiados,

elegidos siempre por su irrestricta fidelidad y sometimiento.

Teniendo en consideración que los dogmas están presentes en la sociedad y buscan

someter a los hombres bajo ciertos dictámenes superiores, indiscutibles e inviolables,

sin tener en cuenta su pensamiento y menos su opinión, entonces ¿cómo se produce la

convivencia humana? Solo a través de una virtud muy cara para la masonería que es la

tolerancia. Entonces tolerar es una capacidad humana que permite convivir a pesar de

las diferencias entre los hombres. Es algo tan importante como respirar o alimentarse.

La tolerancia entonces, es la Virtud que nos permite asociarnos con los demás, sobre la

base del respeto mutuo, independiente del pensamiento religioso, político o de

cualquier otro orden, por supuesto con algunas salvedades que pudieran ir en contra de

nuestros Principios. Luego, la aplicación de la tolerancia implica considerar la diversidad

de expresiones humanas consensuadas como normas fundamentales en el vivir y el

convivir. Pero, cada individuo tiene derechos inalienables que le incumben y son de su

privilegio, establecidos en pleno uso de su conciencia que le permiten establecer lo que

es tolerable y también lo intolerable. Sin embargo, como ser humano que es parte de

una sociedad, también debe tolerar aquellas normas impuestas según convenciones

racionales, obtenidas a partir del debate, de lo moral y de lo legal, siempre y cuando

vayan en beneficio del bien común y de la sana convivencia, lo cual exige el sano

ejercicio de reconocimiento del prójimo como a uno mismo. Luego, el reconocimiento

del otro es la instancia clave para que la práctica de la tolerancia será real y eficaz.

Relacionado con lo anterior la Ética de Spinoza nos propone buscar desarrollar nuestra

propia potencia, nuestra capacidad de acción. A diferencia de la moral, que sólo busca
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nuestra obediencia, la Ética desea hacernos libres y la libertad, radica en eliminar el

trascendentalismo y estar conscientes de que los objetivos humanos son realizables en

la tierra y no en el más allá. Estar conscientes es ser libres mediante la ciencia intuitiva

que nos permite “comprensión y promoción de la necesidad”. En otras palabras: en la

libertad prevalece el determinismo racional sobre el determinismo de la afección. El

determinismo racional nos permite aceptarnos y reconocer que la naturaleza quiere

nuestra libertad mediante la pertenencia a sociedades donde los seres basen sus

relaciones, entre sí y con la naturaleza, en el conocimiento y el amor.

Particularmente, al recibir el grado de GEPSM el TVPGM pregunta

al PGV ¿Cuál es el deber primordial de un H del grado XIV? La respuesta es:

“Proclamar como derecho inalienable la libertad absoluta de conciencia y de

pensamiento para todos los hombres, luchas por el ejercicio de este derecho y resistir a

todo el que pretenda violentarlo”. Con ello, queda absolutamente claro la importancia

que tiene para el GEPSM, la libertad de conciencia, dado que la masonería no

es una secta religiosa y menos dogmatiza a sus miembros, estableciendo de manera

específica y potente, los sacrificios y obligaciones que, a partir de ese instante, como

Caballeros del Real Arco, se contraen.

Lo anterior, también forma parte del juramento que se realiza y que contiene

obligaciones especiales inseparables del grado, que se manifiestan a partir de la

búsqueda de la bóveda sagrada, en donde debe avanzar por el sendero que lo

conduzca a encontrar las ideas del Bien, de la Belleza y de la Verdad.

De igual manera, en materia de la más absoluta libertad de conciencia y la lucha frente

a los dogmas, sus objetivos exotéricos del grado le exigen que: debe hacer avanzar las

artes y las ciencias, defender como derecho inalienable la libertad de cultos y de


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conciencia, establecer lazos indisolubles de fraternidad entre los hombres de distintas

razas y credos, trabajar por desterrar la intolerancia religiosa y fomentar la unidad entre

los masones. Por otra parte, los objetivos esotéricos del grado lo instan a: establecer

una confraternidad cuya egrégora sea un vínculo iniciático que trascienda lo formal;

buscar la verdadera pronunciación de la palabra; preservar las tradiciones y prácticas

de las logias de perfección; sublimar los metales pobres en el oro filosófico de la

conciencia elevada y alcanzar a vislumbrar y comprender las ideas arquetípicas del

Bien, la Belleza y la Verdad.

Todo lo anterior, es indispensable para que el GEPSMse prepare en la más

amplia libertad de conciencia y elevada condición espiritual, lo cual le permita alcanzar

un progreso real en todos los ámbitos de la vida y de la actividad social, ello implica que

su perfeccionamiento no solo exige un armónico, consciente y voluntario esfuerzo

personal, sino también del entorno que le rodea. Para lograr lo indicado, su dificultad se

basa en su habilidad personal e intelectual para trabajar a cabalidad en el cumplimiento

de los deberes, en función de un plan de vida que reconozca prioridades personales y

del medio en que se desenvuelve, solo así alcanzará el reconocimiento y credibilidad

que facilitarán el logro de los objetivos ya indicados.

Conclusiones

La tarea del GEPSM es compleja, pues debe desprenderse de sus propios

dogmas que durante toda su vida le han acompañado, es decir, debe estar consciente

que nada sabe, que debe desechar todo aquello que cree conocer para estar en

condiciones de incorporar en su conocimiento todo aquello que debe aprender para


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cumplir, primero con su fuero interno y pasar a un nivel de conciencia superior y

después de ello, proceder a luchar contra los dogmas establecidos y que la sociedad

profana concibe como verdades incuestionables lo cual exige de él, un manejo a

cabalidad de la tolerancia y la fraternidad más pura. Sin esas virtudes, es imposible

cumplir con el juramento que además firmó de puño y letra.

Lo antes indicado, exige volver a examinar lo aprendido y replantearse respecto de los

sacrificios que ello implica, dado que, el mundo profano no transa respecto de sus

creencias y, por el contrario, combate con violencia, segrega y discrimina, a aquellos

que promueven la abolición de los dogmas con el fin de permitir que cada individuo

decida en conciencia. En otros términos, debe aplicar aquella sabia enseñanza que

dice: “la ignorancia del sabio, que sabe ignorar lo que otros creen saber con facilidad”

También es un desafío para el GEPSM volver a un estado en que su mente

se encuentre prácticamente en blanco, para adquirir enseñanzas que le permitan

descubrir por sí mismo, aquellas herramientas que le conduzcan por el sendero del

verdadero significado de todas las alegorías del grado y con ello, pueda lograr el

cumplimiento de todas las exigencias que este le impone; sin olvidar que aquí nada se

inculca, todo queda en su conciencia libre y limpia de todo dogma. En el fondo, debe

saber dirigir sus esfuerzos para pasar del nivel de la mente al de ésta integrada con el

cuerpo y así convertirse en un hombre íntegro y útil para la sociedad.

Entonces cabe preguntarse ¿debe dudar y cuestionar todo lo aprendido?, por supuesto

que debe hacerlo, pero no con la mirada del escéptico, sino que, con la incertidumbre

de un filósofo, solo así podrá encontrar respuestas sólidas y consecuentes con las
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prácticas y enseñanzas de la masonería, con el fin de encontrar el justo equilibrio entre

mente y cerebro.

S EP

JOSE OMAR VELASQUEZ PEREZ


GEPSM
Cuerpo Capitular Integrado “Magallanes” N° 1
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ANEXO I
“Estructura del trabajo”
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Estructura del trabajo

Introducción

Desarrollo

Conclusiones
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ANEXO II
“Bibliografía”
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BIBLIOGRAFIA

- FERNANDEZ LELIO y MARGOT JEAN PAUL, Estudio preliminar, traducción y notas


del Tratado de la reforma del entendimiento de Baruch Spinoza, pagina 8, Editorial
TECNOS, Madrid, España, Año 1989.

- SUPREMO CONSEJO DEL GRADO XXXIII, Liturgia, Catecismo y Reglamento del


Grado XIV del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, Santiago, Chile, Año 2002

- SUPREMO CONSEJO DEL GRADO XXXIII, Diferencia entre la masonería y las


religiones, páginas 50 a 52, Revista CITERIOR Nro. 3/4, Vol.57, octubre-diciembre,
Santiago, Chile, Año 2006.

- SUPREMO CONSEJO DEL GRADO XXXIII, Ética socrática, página 43, Revista
CITERIOR Nro. 1, Vol.58, abril, Santiago, Chile, Año 2008.

- TAHA MORETTI LIENTUR, La biología de la conciencia, páginas 44, 49 y 50,


Revista CITERIOR Nro. 1, Vol.58, abril, Santiago, Chile, Año 2008.

- RICUARTE SAN MATEO, Elegido Perfecto y Sublime, Año 2009.

- SUPREMO CONSEJO DEL GRADO XXXIII, Libertad y Masonería, páginas 33 a 35,


Revista CITERIOR Nro. 4, Vol.57, diciembre, Santiago, Chile, Año 2010.

- RODRIGUEZ MUÑOZ ROGELIO, La libertad de conciencia y de pensamiento y la


lucha contra los métodos inquisitoriales, página 41, Revista CITERIOR Nro. 1,
Vol.61, abril, Santiago, Chile, Año 2011.

- SUPREMO CONSEJO DEL GRADO XXXIII, Ritual del grado XIV, Escoces de la
Bóveda Sagrada, Santiago, Chile, año 2012

- IRIBARREN BROWN OSVALDO, La inteligencia y el talento en el desarrollo del ser


humano, páginas 38 y 40, Revista CITERIOR Nro. 4, Vol.64, diciembre, Santiago,
Chile, Año 2013.

- SUPREMO CONSEJO DEL GRADO XXXIII, Caracterización del hombre en función


de su conciencia, página 30, Revista CITERIOR Nro. 2, Vol.64, julio, Santiago, Chile,
Año 2014.

- JANS PEREZ SEBASTIAN, Tolerancia como pilar fundamental de la convivencia


humana, páginas 30 a 33, Revista CITERIOR Nro. 4, Vol.66, diciembre, Santiago,
Chile, Año 2015.
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