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AYUDA MEMORIA.

TEORÍA GENERAL DEL CONTRATO.

Prof. Tutor. Cristóbal Soto R.

1. Doctrinariamente, y de manera sintética, se puede conceptualizar el contrato,


como, “aquel acto jurídico bilateral generador de derechos y obligaciones”.

La teoría general del contrato parte de la base de que esta manifestación jurídica
palpable –el contrato- es la consecuencia de una premisa mayor, que vendría siendo
Autonomía de la voluntad, y como corolario o consecuencia de ella, la libertad
contractual. Las personas son libres para vincularse de la forma que ella deseen,
siempre que sus pactos o acuerdos respeten los imperativos del derecho, o dicho de
otra forma, se conformen con él.

De este principio base, - el de la libertad contractual- se desprenden otros, que a su


vez forman parte esencial de la contratación, en cuanto aspectos que la posibilitan.

Concepto de contrato

Aparece definido en el art. 1438 del C.C.

“contrato o convención es un acto por el cual una parte se obliga para con otra a dar,
hacer o no hacer alguna cosa. Cada parte puede ser una o muchas personas”

Esta definición de contrato es criticada en dos sentidos. Primero, confunde los


términos contrato y convención, cuando ambos términos no son sinónimos. En
segundo lugar, coloca a la prestación como objeto de contrato, cuando la prestación
es el objeto de la obligación, siendo esta – la obligación- el objeto inmediato del
contrato. El código se salta un escalón, dicho en términos coloquiales.

Elementos de los contratos

Aparecen señalados en el art. 1444 del C.C. unos son esenciales, es decir, no pueden
faltar; otros corresponden a elementos de la naturaleza del contrato, de forma que
pueden ser obviados, aunque el legislador los incorpore, y por último, los elementos
accidentales, que corresponden básicamente a cláusulas que libremente pueden
pactar los contratantes, y que no corresponden a elementos esenciales ni naturales.

Un ejemplo de elemento esencial es el objeto del acto jurídico. Un ejemplo de


elemento de la naturaleza, es la obligación de saneamiento de la cosa que pesa
sobre el vendedor, y en cuanto a los accidentales, imaginemos todas las normas de
autonomía privada que las partes puedan incluir en un contrato. Ej. Se contrata un
artista, y se establece en el contrato que en su camarín la temperatura será de 20°
grados.
El contrato, por otra parte, es la vía principal por donde se encausa el mundo de las
relaciones de intercambio, y en consecuencia, de satisfacción de necesidades. A
través de él, las personas transan bienes, y se produce de paso lo que quiso siempre
el legislador, que es la circulación –libre- de la riqueza. Veremos en su oportunidad
que uno de los principios de la contratación, el consensualismo, es un buen promotor
de las relaciones contractuales fluidas, desprovistas de limitaciones que entorpezcan
la vida negocial de las personas.

Clasificación legal de los contratos.

1. Contratos unilaterales y bilaterales. Art. 1439.

“El contrato es unilateral, cuando una de las partes se obliga para con otra que no
contrae obligación alguna; y bilateral, cuando las partes contratantes se obligan
recíprocamente”

No se debe confundir el contrato unilateral con el acto jurídico unilateral. En el acto


jurídico unilateral, se puede dar una manifestación de voluntad autónoma, que de
cierta manera pueda subsistir por sí sola. Así, la oferta, como acto jurídico existirá,
aunque no exista nadie interesado en aceptarla. Pero no se puede concebir un
contrato, aun unilateral, sin que exista un concierto de voluntades, más allá de que
una sola de ellas asuma obligaciones, y la otra, en principio, no.

Aspectos relevantes de este tipo de contratos.

Es interesante apreciar la serie de instituciones de no poca importancia, que tienen


cabida o aplicación tratándose de contratos bilaterales. Solamente las señalaremos
enumerándolas, y señalando los artículos pertinentes.

a) Condición resolutoria tácita. Art. 1489.

b) Excepción de contrato no cumplido. Art. 1552.

c) Teoría de los riesgos. Art´s. 1550 y 1820.

d) Teoría de la imprevisión. (Revisión eventual y consecuente resolución del


contrato por excesiva onerosidad sobreviniente).

e) Cesión del contrato.

Los contratos sinalagmáticos imperfectos

Se trata de contratos que imponen obligaciones a una sola parte – y en ese sentido
son unilaterales- mientras que la otra, que no las asumió, ante determinados
eventos, resulta igualmente obligada.

Por ejemplo, el depositante que a consecuencia de un desperfecto de la cosa dada


en depósito ocasiona un daño al depositario, o el comodatario en el mismo caso,
cuando por un vicio de la cosa sufre un perjuicio. Lo mismo se puede decir de la
prenda.

De debe dejar en claro, que el contrato llamado “sinalagmático imperfecto” sigue


siendo unilateral, aunque engendre obligaciones para la parte que no resulto
obligada en un principio. En consecuencia, no se le aplican las instituciones que
recién enumeramos a propósito de los contratos bilaterales. Por ej. La teoría de los
riesgos o la condición resolutoria tácita.

2. Contratos plurilaterales o de asociación. (Terminología doctrinaria que escapa a la


clasificación legal)

Son aquellos producto de un acuerdo donde no intervienen dos partes, lo sería


normal, si no que una pluralidad de ellas. Toda ellas quedan obligadas en miras a
un objetivo común, que escapa al esquema tradicional de la contratación entre dos
personas con intereses contrapuestos.

Se pueden citar como ejemplos el contrato de sociedad.

Lo interesante de estos contratos, es que rompen, por su naturaleza, con algunas


consecuencias de la contratación normal. Por ejemplo, en cuanto a los vicios del
consentimiento como el error o el dolo, concurriendo ellos, no producen el efecto
normal de, eventualmente, rescindir el contrato, y por consiguiente no alcanza a
este, si no solo a una de las partes que padeció el error, o actuó de manera
fraudulenta, subsistiendo el contrato de manera íntegra, entre las demás partes.

3. Contratos gratuitos y onerosos. (Ver art. 1440)

“El contrato es gratuito o de beneficencia cuando solo tiene por objeto la utilidad de
una de las partes, sufriendo la otra el gravamen; y oneroso cuando tiene por objeto la
utilidad de ambos contratantes, gravándose cada uno a beneficio del otro”

La regla general es que los contratos unilaterales sean gratuitos, y los bilaterales
onerosos. Se da aquí la misma lógica de la asociación de las cosas fungibles con las
genéricas, y las no fungibles con las especies o cuerpos ciertos.

Pero esto no es cierto pues existen contratos:

Contratos unilaterales y onerosos.

a) En el mutuo de dinero, u operaciones de crédito de dinero, donde el único


obligado es el mutuario, quien debe restituir la suma prestada. Pero de este contrato
también resulta provecho para el acreedor, es decir el prestamista, pues será
acreedor de los intereses que produzca el capital prestado. (Por regla general)

b) En el contrato depósito, cuado se da la facultad al depositario para usar y servise


de la cosa, conforme a los términos de la convención.
c) En el comodato en pro de ambas partes, como cuando presto mi perro a un
comodatario que acuerda amaestrarlo.

Contratos bilaterales gratuitos.

a). Mandato no remunerado.

b). Donación con cargas

Ahora estudiemos cuales son las consecuencias de distinguir un contrato gratuito de


uno oneroso.

1. El grado de culpa del cual responderá el deudor. Art. 1547.

2. En los contratos onerosos, como señala parte de la doctrina, se genera para una de
las partes la obligación de sanear la cosa. Ej. Compraventa y arrendamiento.

3. En los contratos gratuitos es importante la consideración de las cualidades de las


personas con quien se contrata. Los contratos gratuitos por lo general son intuito
personae. Ej. Comodato, depósito.

4. En cuanto a la Acción Pauliana o Revocatoria. Cuando el contrato se concluye a


título gratuito, basta la mala fé del deudor. Pero si el contrato es oneroso, ambas
partes deben estar de mala fé

5. Adquirientes respecto del arrendamiento. Dependiendo de algunas circunstancias,


los adquirentes de la cosa dada en arriendo, deberán respetar el contrato en curso,
lo que va a depender de si el arrendador transfirió el dominio de la cosa a título
gratuito u oneroso. Ver art. 1962 “están obligados a respetar el arriendo…”

6. Necesidad de insinuación en las donaciones.

4. Contratos onerosos conmutativos y aleatorios. Art. 1441.

“El contrato oneroso es conmutativo, cuando una de las partes se obliga a dar o
hacer una cosa que se mira como equivalente a lo que la otra parte debe dar o hacer
a su vez; y si el equivalente consiste en una contingencia incierta de ganancia o
pérdida, se llama aleatorio”

Se debe decir que la conmutatividad está dada por la voluntad de las partes. En ese
sentido no se exige un parámetro objetivo, totalmente conmutativo. Esto se extrae de
la lectura del art. Cuando señala que las prestaciones “se miran como equivalentes”

5. Contratos principales y accesorios. Art. 1442.

“El contrato es principal cuando subsiste por sí mismo sin necesidad de otra
convención, y accesorio, cuando tiene por objeto asegurar el cumplimiento de una
obligación principal, de manera que no pueda subsistir sin ella”
No se deben confundir los contratos accesorios, como la prenda, fianza y la
hipoteca, con aquellos llamados dependientes, que no pueden producir los efectos
sino acaecido determinado acontecimiento. Los actos jurídicos dependientes no
aseguran nada, sino que, como se dijo, cobraran valor dado un supuesto que
generalmente acontecerá después. Ej. Las capitulaciones matrimoniales, que no
surtirán efectos mientras no se celebre el matrimonio.

Los contratos accesorios generalmente corresponderán a cauciones (art 46), como la


prenda que señalamos, que no puede subsistir sin el contrato que cauciona o
garantiza. En ese sentido se debe tener en cuenta el aforismo que dice que “lo
accesorio sigue la suerte de lo principal”. Así, si la obligación principal se anula o
prescribe, igual suerte seguirá la obligación accesoria, el contrato que cauciona el
cumplimiento de una obligación principal se extinguirá por vía consecuencial.

6. Contratos consensuales, solemnes y reales. 1443.

“El contrato es real cuando, para que sea perfecto, es necesaria la tradición de la
cosa a que se refiere; es solemne cuando está sujeto a la observancia de ciertas
formalidades especiales, de manera que sin ellas no produce efecto civil alguno; y es
consensual cuando se perfecciona por el solo consentimiento”

La regla general en nuestra legislación es que los actos jurídicos sean consensuales.
Según el principio del Consensualismo que inspira a la legislación civil, aún cuando
la exigencias de formalidades sea abundante a lo largo del Código. Por otro lado, el
código se equivoca al hablar de la tradición como forma de perfeccionamiento de los
contratos reales. En efecto, el contrato de comodato es real, pero lo que se realiza es
una simple entrega, en ningún caso traslaticia. A su véz, el contrato de mutuo es
real, pero en el sí que se efectúa la tradición de la cosa, ya que el mutuario se hace
dueño de las cosas dadas en mutuo. Ganaría en precisión el artículo si dijera
“entrega o tradición”.

Clasificaciones doctrinarias de los contratos

a) Contratos nominados o típicos e innominados o atípicos.

Lo que permite la creación de formulas jurídicas no reconocidas por legislador,


debemos hallarla en el principio de la autonomía de la voluntad. Además, igual que
los contratos regulados por el legislador, los contratos atípicos constituyen una ley
para las partes. Art. 1545. También se debe hacer la concordancia con la definición
de los derechos personales. Art. 578.

b) Contratos de ejecución instantánea, de ejecución diferida y de tracto sucesivo.

c) contratos individuales y contratos colectivos.


Ejemplos de contratos colectivos: contrato colectivo de trabajo, convenios judiciales
en los procesos de liquidación y acuerdos acordados por asambleas de
copropietarios

d). Contratos libremente discutidos y contratos por adhesión.

El primero es aquel que es fruto de negociaciones privadas, donde las partes


generalmente se encuentran en una situación de cooperación y en un plano de
igualdad en cuanto a la negociación.

En el contrato de adhesión, las cláusulas son dictadas o redactadas por una de las
partes, y la otra las debe aceptar, adhiriendo a ellas, o aceptándolas en bloque, lo
que es lo mismo.

Las soluciones que se dan ante un probable abuso del contratante que fija las reglas
de la contratación, están dadas por el establecimiento por el contrato dirigido,
donde el legislador establece cláusulas mínimas e irrenunciables, con el fin de
equilibrar el desequilibrio que puede generar la adhesión.

También el legislador establece la obligación de homologar estos contratos, en el


sentido de que ciertas autoridades aprueben los modelos de contratos y tengan a su
vez registros de estos. Los contratos que no estén registrados no tendrán validez.

e). Contratos preparatorios y definitivos (ver contrato de opción y contrato de


promesa de celebrar un contrato. El último establecido en el art. 1554 del C.C.).

f) Contratos impersonales y contratos intuito personae.

g) Contratos de familia y patrimoniales.

Resumiendo, para mayor retención: 1. Contratos típicos y atípicos. 2. Contratos de


ejecución instantánea, de ejecución diferida y de tracto sucesivo. 3. Contratos
individuales y contratos colectivos. 4. Contratos libremente discutidos y contratos de
adhesión. 5. Contratos preparatorios y definitivos. 6. Contratos impersonales e
intuito personae, 7. Contratos de familia y patrimoniales.

Las categorías contractuales

las categorías contractuales, consisten en ciertas figuras que pueden presentarse en


toda clase de contratos, sin importar su clase. Son por ende figuras que tienen
carácter genérico. Poseen sin embargo un rasgo común: Estas categorías afectan o
alteran algunos de los principios generales de la contratación o inciden en ellos. En
efecto. El contrato dirigido, el contrato forzoso y el contrato tipo, afectan el
principio de la libertad contractual: la del contrato-ley refuerza el principio de la
fuerza obligatoria del contrato y el auto contrato extiende este principio; la del
subcontrato, la del contrato por persona a nombrar y la del contrato por cuenta de
quien corresponda alteran o extienden el principio del efecto relativo del contrato.

a) Contrato dirigido.

Vimos que es uno de los paliativos para solucionas posibles iniquidades en la


celebración de contratos por adhesión. Ej. Contrato de trabajo, contrato de
matrimonio y contrato de arrendamiento de predios urbanos.

b) Contrato Forzoso.

Se trata de aquel contrato que el legislador obliga a concluir. Se dividen básicamente


en dos:

1. Ortodoxo. En esta clase las partes en primer lugar se encuentran obligadas a


contratar, pero se les otorga la libertad para elegir a la contraparte en el contrato,
además de poder discutir – lo que no es común- las cláusulas del contrato.

2. Heterodoxo. En este caso se suprime totalmente la libertad contractual, pues


además de la obligatoriedad de contratar, se suprime la facultad de elegir a la
persona del otro contratante, y la estipulación de las cláusulas del contrato.

c) Contrato Tipo.

Es aquel acuerdo de voluntades en cuya virtud las partes predisponen las cláusulas
de futuros contratos, que se celebran masivamente. Consiste en un acuerdo por el
cual se fijan las reglas generales de la contratación. Generalmente los contratos tipo,
además participan de los caracteres de los contratos por adhesión.

d) Contrato ley.

Para fomentar el desarrollo de determinadas actividades productivas, recaudar


fondos para el sector privado, o en general alcanzar metas económicas o sociales, el
estado otorga franquicias o regalías, como por ejemplo, y lo que es más común, el
compromiso por parte del legislador de no cambiar el régimen tributario imperante
al tiempo de la contratación

e) Subcontrato.

Se trata de un nuevo contrato derivado y dependiente de otro contrato previo de la


misma naturaleza. Ej. Subarrendamiento, delegación en el mandato, subfianza.

f). El auto contrato.

Es aquel acto jurídico que una persona celebra consigo misma, sin que sea menester
la concurrencia de otra, y en el cual ella actúa a le vez como parte directa y a la vez
como representante de la otra parte, o como contratante de ambas partes, ya sea
como titular de dos patrimonios sometidos a regímenes jurídicos diferentes.

8). contrato por persona a nombrar y contrato por cuenta de quien corresponda.

Resumiendo, para mayor retención: 1. Contrato dirigido, 2. Contrato forzoso. 3.


Contrato tipo. 4. Contrato ley. 5. Subcontrato. 6. Autocontrato. 7. Contrato por
persona a nombrar y contrato por cuenta de quien corresponda.

PRINCIPIOS GENERALES DE LA CONTRATACIÓN.

Los principios que enunciaremos se derivan de uno mayor, que es la autonomía de la


voluntad.

1. Consensualismo.

Se trata de que los contratantes, por el solo consentimiento, y sin mayores


exigencias, pueden concluir actos jurídicos o contratos en general.

Los contratos que en chile se llaman consensuales – no solemnes ni reales- muchas


veces son formales, en cuanto al cumplimiento de alguna formalidad habilitante, de
prueba, de publicidad o convencional.

1.1. Como excepciones al Consensualismo se dan los contratos reales y solemnes.

1.2 Como atenuantes se dan las formalidades ya sean habilitantes, de publicidad,


de prueba y convencionales.

2. Libertad contractual.

Se puede apreciar en dos etapas. En primer lugar en lo que se refiere a la libertad de


conclusión, es decir de celebrar contratos y por otro lado la libertad de
configuración interna, que dice relación con la fijación de su contenido, esto es, lo
que lo perfila.

Se ve un debilitamiento de la libertad contractual en los contratos de adhesión,


principalmente, y en los contratos forzosos, y en el último caso, mayormente, en los
contratos forzosos heterodoxos.

3. Principio de la fuerza obligatoria del contrato.

Significa que una vez concluido el contrato, no se puede dejar sin efecto por la
voluntad de alguna de las partes. Ambos quedaron desde ya obligados, y no se
pueden desentender de lo acordado. Lo que si pueden hacer las partes es, por
ejemplo, resciliar el contrato.

Pero existe no obstante algunos contratos que escapan a este princio, en el sentido de
que si pueden dejarse sin efecto por la sola querencia de uno de los contratantes. Ej.
Desahucio en el contrato de arrendamiento, y revocación del mandato – desde la
perspectiva del mandante- y renuncia del mismo contrato – desde la perspectiva del
mandatario-.

Tener en cuenta la teoría de la imprevisión.

4. Efecto relativo del contrato.

Se trata de que los contratos solo generen derechos y obligaciones para las partes, no
afectando a terceros, ya que no han sido parte en el contrato, y en consecuencia a
ellos no les empece.

Lo que se debe hacer es analizar la situación de los terceros.

Los terceros pueden ser:

Absolutos, es decir aquellos que no están ni estarán en relaciones con las partes.

Relativos, o interesados, que son aquellos que si bien no han sido partes en la
convención, están o estarán en relaciones jurídicas con las partes, sea por su propia
voluntad o por disposición de la ley. La doctrina incluye en esta categoría a los
causahabientes a título singular y a los terceros acreedores de las partes.

Además, como excepción al efecto relativo de los contratos, se cita la estipulación a


favor de otro, y la promesa de hecho ajeno. Solo la primera situación constituye una
verdadera excepción, y el tercero ha adquirido un derecho del que quizás ni siquiera
tenga conocimiento, sin embargo en su patrimonio ya existe, y en consecuencia, lo
puede ejercer o hacer valer.

LA INOPONIBILIDAD.

Se trata de aquella sanción civil que impide que se haga valer ante terceros un
derecho, nacido de la celebración de un acto jurídico, de la nulidad de este o de otra
causa de terminación anormal de un acto jurídico.

Causales de inoponibilidad.

1. Incumplimiento de formalidades de publicidad. (Contraescrituras. Art. 1707/2°;


prescripción adquisitiva. Art. 2513; cesión de créditos. Arts. 1901 y 1902; art. 1464.
Enajenación de cosas embargas sin que la prohibición se haya inscrito.

2. Por falta de fecha cierta. Los instrumentos privados no tienen la virtud, a


diferencia de las escrituras públicas, de hacer fe en cuanto a su fecha. En
consecuencia, tal circunstancia – la fecha de la escritura- no se podría hacer valer
contra terceros. La excepción sin embargo está dada en el art. 1703.

3. Falta de concurrencia o consentimiento. Venta, arrendamiento, hipoteca y prenda


sobre cosa ajena.

4. Nulidad y otras causales de ineficacia.

4.1. La nulidad que da acción reivindicatoria contra terceros, no se podrá hacer


valer contra estos, si adquirieron el dominio de la cosa por prescripción.

4. 2. Matrimonio putativo que a diferencia del simplemente nulo, no altera la


filiación ya determinada de los hijos.

4. 3. Resolución del contrato, que es inoponible contra terceros poseedores de


buena fe. Art.s 1490 y 1491.

5. Ciertas causales en procesos de liquidación de empresas y personas.

6. Simulación. Las partes no pueden oponer o hacer valer ante terceros los actos
jurídicos que han disimulado. Los terceros pueden prevalerse de acto ostensible o
simulado, o del oculto, o disimulado.

7. Por fraude. Básicamente la acción pauliana o Revocatoria.

La inoponibilidad se puede hacer valer como acción o como excepción. Como


acción, reclamando del acto inoponible, cuál sería el caso del ejercicio de la acción
pauliana, o la acción reivindicatoria que intenta el verdadero dueño respecto de la
venta de cosa ajena

Se interpondrá la inoponibilidad como excepción cuando se invoque en su contra el


acto afecto a ésta sanción; por ej. En la inobservancia de las medidas o formalidad
de publicidad.

LA BUENA FE.

La buena fe, o más bien dicho, la protección de la buena fe, y la sanción a la mala fe,
poseen tal importancia, que, más que un principio de la contratación, se han erigido
– la buena fe, y su protección- en un principio rector o general del derecho civil,
junto con la responsabilidad y la reparación del enriquecimiento si causa o injusto.

La buena fe, su puede apreciar desde dos puntos de vista. Por una parte, tenemos a la
buena fe como conciencia de un actuar lícito, lo que vendría a ser la buena fe
subjetiva, y por otro lado, tenemos los comportamientos rectos o no dolosivos ni
fraudulentos, que conforman la buena fe objetivaa o el actuar correcto, en el iter
contractual.
Ejemplos de buena fé en su aspecto subjetivo. Arts. 706/1°. Matrimonio putativo art
50 ley de matrimonio civil, y art 2300, dentro del pago de lo no debido.

INTERPRETACIÓN DE LOS CONTRATOS.

Ver arts. 1560 a 1566.

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