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Qué Es Educación Infantil
Qué Es Educación Infantil
La palabra educación viene del latín educare que significa formar, instruir. La
infancia es la primera etapa del ser humano que va des-de la gestación hasta
los seis años, y comprende el proceso de socialización de todo individuo,
siendo para ello la escuela, después de la familia, el segundo factor en
importancia. La escuela debe pro-pender por el desarrollo de actividades para
favorecer la relación del niño y la niña con los demás, para potenciar sus
capacidades y la adquisición de valores y patrones de conducta que beneficien
su autonomía y su integración en la sociedad.
Por ello, todos los adultos y principalmente aquellos que hemos es-cogido la
profesión de educador infantil debemos asegurar que las experiencias vividapor
los niños y las niñas en los primeros años de la vida sean relevantes y
significativas para su desarrollo posterior. Resultados de investigaciones en el
área del neurodesarrollo muestran que en los primeros momentos de la vida de un
ser humano se forman las estructuras neuronales que influyen en posteriores
experiencias, como la formación de la personalidad o las bases de las
interacciones que en el futuro se tendrán; de ahí el impacto del trabajo que se
realice con los niños desde muy temprana edad.
Si bien es importante tener claridad de cuáles son los ejes de trabajo con los
niños, es aún más transcendental para el niño, que el adulto tenga una postura
clara sobre la concepción de él o ella como un ser con plenas capacidades y
potencialidades, lo cual permitirá una mejor relación y desarrollo de éstos. Se tiene
claro que un niño hoy en día tiene características y necesidades propias, que no
es un adulto en miniatura como se le consideraba tradicionalmente.
Filósofo suizo. Su herencia de pensador nos deja la frase “el hombre es bueno
por naturaleza” con-tenida en su obra El Emilio, clásico de la educación.
Rousseau, al proponer en su frase célebre la naturaleza buena del hombre,
cobija al niño también. El niño se educa desde la perspectiva del re-
conocimiento de su capacidad y de su interés para aprender por sí mismo al
ritmo de la naturaleza y no al tiempo de la sociedad.
Otro aporte importante está dado en términos del docente; para Pestalozzi
satisfacer las necesidades de los maestros significa satisfacer las necesidades de
aprendizaje de los niños, asegurar que se les brinde lo mejor a los niños.
Friedrich Fröbel (1782 -1852)
jugando que nunca harían de forma impuesta y autoritaria. Fröbel sentó las bases
de la educación infantil y en 1840 acuñó el término kindergarten o jardín de
infancia para este sistema de enseñanza fundado en el juego. Los planes de
estudio deben basarse en actividades e intereses de cada etapa de vida del niño,
juegos al aire libre en contacto permanente con la naturaleza
Médica italiana. Sus aportes pedagógicos para el trabajo con la infancia están
basados en la necesi-dad imperiosa del niño de aprender haciendo. De-fiende un
profundo respeto por la personalidad del niño y le quita la influencia preponderante
del adulto, para así poder desarrollar una independen-cia, en términos de
permitirle al niño un amplio margen de libertad (no licencia para el libertinaje) con
miras a adquirir las bases de la disciplina real. Montessori promulga el respeto por
los ritmos de aprendizaje de cada niño, que a cada momento ofrece oportunidades
para una ayuda mutua.
Como médica trabajó con niños con dificultades en el aprendizaje y con pro-
blemas más serios, diseñando actividades sensoriales como remediación de su
problemática. Es así como crea trabajos de investigación con materiales para el
desarrollo sensorial y tras su éxito con este tipo de población empieza a
experimentar con niños sin dificultades de aprendizaje, logrando un aporte
significa-tivo a la educación infantil. Fundó la Casa dei Bambini o Casa de los
Niños en 1907, que se convirtió en un centro experimental de donde surgiría el
método que la hizo mundialmente famosa.
En el proceso de enseñanza
aprendizaje se debe destacar que en
estas edades los conocimientos no
constituyen un fin en sí mismos, sino
en un medio que contribuye al
desarrollo y crecimiento personal de
los niños y las niñas. Todo momento
de su vida constituye un momento educativo. Cuando el niño juega, cuando realiza
cualquier otro tipo de actividad cognitiva-constructiva, productiva, cuando se asea,
cuando se alimenta y aun cuando duerme, todo se convierte en momento para
influir en su desarrollo y formación, en el que son una unidad inseparable lo
instructivo y lo educativo.
El enfoque lúdico de todo el proceso educativo. El juego constituye la actividad
fundamental en la edad preescolar y, mediante sus distintas variantes, contribuye
a la formación de sus actitudes, de sus cualidades, en fin, a todo su desarrollo y
crecimiento personal. Por todo ello, el juego constituye una forma organizativa
crucial del proceso educativo, pero a su vez, se convierte en un principio
fundamental presente en cualquier tipo de actividad.
El proceso, además, debe considerarse como participativo en la concepción y
planificación de las actividades que el adulto-educador, familiar o cualquier otro
agente educativo realiza. Se tiene que tener en cuenta que el niño ha de participar
y cómo debe hacerlo para que realmente ejerzan las influencias que de ellas se
esperan.
La concepción que se debe manejar del adulto y/o educador en el proceso del
desarrollo infantil es el de guía y conductor del proceso de enseñanza-aprendizaje,
que por dominar la cultura y sus formas de transmisión adquirida como profesional
educativo, se convierte en un potenciador del desarrollo del niño, en un mediador
entre el niño y la cultura que debe asimilar activamente. Además, por su posición y
experiencia como tal, tomando en cuenta la necesaria preparación pedagógica, es
quien ha de organizar, orientar y dirigir el proceso educativo de los niños, debe
tener opciones sobre los logros como propósitos y sobre los procedimientos para
alcanzarlos.
El niño debe ocupar el lugar central, protagónico, lo que significa que todo lo que
se organiza y planifica debe estar en función de él y tener como fin esencial su
formación. Deben concebirse las acciones educativas en respuesta a sus
necesidades e intereses, para lograr una participación activa y cooperadora, no
como algo que el educador da y el niño se limita a recibir, sino como acciones que
él desea realizar y que le proporcionan satisfacción y alegría.
Debe tener su carácter colectivo y cooperativo; cada niño o niña al interactuar con
otro le brinda ayuda, cooperación, le ofrece sugerencias, contribuye a sus
reflexiones y toma de decisiones. Así, el proceso se considera en acción grupal,
sin dejar de tener presente, que en última instancia se traduce en un resultado
personal ya que cada sujeto está mediado por su subjetividad, por lo interno
individual y por sus propias vivencias, producto de las condiciones de vida
concretas y personales
El clima socio-afectivo en el que tiene lugar el proceso educativo es otra de sus
características insoslayables. La interrelación social de todos los participantes y el
grado de afectividad, como elemento esencial del desarrollo, ha sido demostrada
en múltiples investigaciones de los estudiosos de estas edades. Mientras más
pequeños son los niños y niñas mayor efecto tiene sobre ellos la satisfacción de
las necesidades afectivas. Sentir esta afectividad expresada en las sonrisas, en
los ges-tos, en el nivel de aceptación, constituye fuente de implicación personal,
de comprometimiento, de motivación para un hacer mejor.
La educación es un proceso humanizador y como tal debe sentar las bases para el
ejercicio de la autonomía y la práctica de la libertad; desde esta perspectiva, la
educación infantil tiene una importante relevancia por ser la etapa inicial del ser
humano y es cuando se sientan las bases para su desarrollo integral.
La educación infantil prepara mejor a los niños para la escuela y para la vida;
en tal sentido se ha encontrado que los niños que participan en programas
preescolares demuestran una mejor preparación física y mental para la
escuela; ello se refleja en menor ausentismo, menos deserción y repetición,
más rendimiento y mejores calificaciones. (p. 74)