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Estructura analítica y empírica de la vida humana

Marías plantea que la vida humana tiene una composición que descubro para la investigación de
mi vida. El resultado de aquel estudio tiene una teoría que por esa razón llamamos analítica. La
composición elemental que la teoría analítica encuentra podría por esa razón llamarse
composición analítica de la vida humana.

Marías nos dice: Es decir lo cual se ha escapado a la ideología sobre la vida humana, esta es el
sector de la verdad que llamo composición experimental El descubrimiento de la vida involucra la
radicalización de la filosofía como modo de entender; debido a que, en rigor las etapas de la
filosofía no se caracterizan debido a que en ellas se vayan entendiendo más cosas sino que se
entienden de otra forma; son aprehendidas en una más enorme profundidad de su verdad.

La condición sexuada será analizada por Marías como categoría imprescindible en esta estructura
empírico. Marías se refiere a esta condición sexuada diciendo que introduce algo así como un
campo magnético en la convivencia, La condición amorosa, el amor y el enamoramiento forman
parte además de esta estructura empírico, llevando a cabo del otro el proyecto de mi vida.

Por esto, pensar sobre la probabilidad de vida luego de el deceso, a la que él llama perdurable, es
tener más capacidad de pensar, aun cuando sea problemático. No se debe dejar de adentrarnos
en la meditación de la trascendencia en el ser humano, puesto que el ser humano la vive de esta
forma a partir de dentro, pertenece a sus preguntas y requiere respuesta: “Lo que soy es mortal,
sin embargo, quien yo soy se apoya en pretender ser inmortal, y no puede imaginarse como no
siendo, pues mi vida es la verdad extremista.

6. Yo soy yo y mis circunstancias: síntesis de la estructura empírica

Comenta Soler Planas (1973) en su análisis sobre el raciocinio de Marías que es de sobra conocido
el escrito de las Meditaciones del Quijote en el cual Ortega introduce el término de
“circunstancia”. Es fundamental que aparezca, dada su clave referencial explicativa de la conexión
del ser humano con el cosmos. Ortega dice: El ser humano rinde el máximo de su capacidad una
vez que consigue la plena conciencia de sus situaciones. Por ellas comunica con el cosmos. Marías
tiene presente 3 aspectos, a partir de donde nos coloca y vemos claro qué punto de perspectiva se
tiene de él sobre su concepción de “circunstancia”.

Él fue el primero en utilizar este término con estas referencias; por cierto, continuamente que se
usó luego tiene relación con Ortega como papá de este: El término de situación, por otro lado,
rigurosamente hablando, es único de la llamada Escuela de Madrid, y gracias a su predominación
“incluso se convirtió en uno de los conceptos utilizados en el planeta de habla de España para
comprender la verdad “hay 2 elementos radicales en la vida humana que no son objeto de
elección. Hay que redimir, pues, la “circunstancia” de las generalizaciones a que ha estado sujeta y
reservarla para el ámbito propiamente humano; pero esto no basta, con ser mucho, para explicar
la trascendencia filosófica de la intuición orteguiana.

“En el fondo es una definición de cosa, Ortega entiende por cosa lo mismo que se entiende cuando
se habla del realismo, El sentido real visto de la definición puede parecer algo irrelevante,
hablamos de algo profundo e interesante en clave de la interpretación de Ortega: Deseo
mencionar que situación designa una realidad, ya que, al significar todo lo cual está en alrededor
mío, se constituye en situación, por cuanto es todo lo cual encuentro o puedo descubrir a mi
alrededor. Julián Marías se pregunta por el ser de la situación y responde con estas expresiones –
que sintetizan el sentido que buscamos Situación es frente a todo lo otro que yo, se entiende lo
otro, sin embargo, a la vez referido a mí elemental e inseparablemente. Es, además, el otro
término de la dinámica coexistencia en que radica la vida; sin embargo, solo existe como tal
situación en cuanto me rodea o circunda, en cuanto está determinada por un centro que soy yo.

Es decir, que la identificación de lo en torno con el planeta no es lícita, pues deja fuera probables
realidades que, aun siendo intramundanas, no son mundo y esas otras que tienen la posibilidad de
ser extramundanas.

6.1. Dimensiones de la realidad:

Julián Marías, partiendo de este concepto de Ortega, considera la realidad de diferentes temas,
relacionados con la fórmula que acabamos de presentar, en un mismo problema asociado a varias
dimensiones: a) la existencia del mundo, b) la extensión del mundo c) los componentes de mi lugar
en el mundo. Martínez Vigil Escalera destaca que “Ortega considera las circunstancias como el
mundo, no permitiéndoles ir más allá de la materia, afirmación que hay que tener en cuenta en la
reflexión que realizamos, Parece que la realidad del mundo se relativiza, y ese no es el caso.

Es por eso que Marías cree que el problema de la existencia del mundo se resuelve mágicamente
simplemente poniéndolo en sus propios términos. Este es el mundo y, por lo tanto, es
inimaginable existir fuera de nosotros mismos; Sin mí, habrá cosas que no dependan de mí para su
existencia, lo que no es "el mundo" ni las circunstancias, lo cercano y lo que está lejos, todo,
absolutamente todo lo que está fuera de mí. Pero no es una explicación suficiente de la
exterioridad del mundo o circunstancia. Porque, en primer lugar, mi cuerpo, él mismo, es una
porción de mi circunstancia que tiene un papel peculiar dentro de ella, pero dentro de ella, es
decir, fuera de mí; mi cuerpo, en otros términos, es algo con lo que yo me encuentro y algo con lo
que yo tengo que hacer mi vida forzosamente, es una facilidad a veces, una dificultad otras
muchas.

Aquí expreso el sentido profundo de la dimensión social del hombre, porque no se trata del
hombre que llega por casualidad a vivir en sociedad, ni del hombre, porque tiene una “necesidad
natural” de convivir con sus semejantes: además de un individuo, tener una “vida colectiva es
parte de mi regalo Especialmente para Julián Marías, es la formulación más general de las
intenciones básicas del filósofo español, y gran parte de su filosofía es un gran comentario o
consecuencia de esta formulación: de hecho, Marías manejó este concepto formulista con un
análisis cuidadoso. , descompone cada uno de sus elementos, los coloca en una cuidadosa
interpretación, y luego reconstruye la síntesis poderosa y coherente de la metafísica, encarnada
en esta fórmula, o intento de la tarea en cuestión. Esta tarea intelectual está siempre dentro de la
corriente filosófica que demandas. Lo primero que se nota en la gran frase o pensamiento de
Ortega es la redacción.

Por tanto, se deben distinguir los dos para que se satisfaga la demanda. ¿Cuál es la función de
cada uno de los "yo"?. Esto significa que el concepto del "yo" es en gran parte irregular y
situacional En cada momento, identifica un campo de realidad del que deriva su significado
preciso. Por lo tanto, lo "absoluto" concreto, aunque episódico, es al mismo tiempo relativo. Por
tanto, la cuestión del propio ser debe plantearse en dos niveles muy diferentes: 1) la realidad del
"yo". 2) El hecho de que soy, soy y mi situación tiene otra parte de la frase que dice: Y si no lo
memorizo, no me salvaré; Entonces entendemos que si yo soy “yo” y mi situación, entonces el
segundo yo, desde el punto de vista de su realidad, es esencialmente la negación, es decir, la
circunstancia, de que uno se echa de menos para mí primero.

6.2. Las falacias del pensamiento en cuanto al “yo”

Las circunstancias y yo nos referimos, y este signo los plasma en su realidad concreta, tan
reducidos al mutuo aislamiento, que son realmente incomprensibles. Prueba de ello son los
esfuerzos inútiles que la filosofía ha intentado inventar estos componentes, que de ninguna otra
manera pueden ser "engañados", para usar la expresión de Marías. Los errores de acceso se
pueden reducir a las siguientes tres formas: como una cosa. La situación real cuando preguntamos
"¿qué es el yo?" Afecta la categoría de respuesta. Así, el ego es una cosa adicional a la que se le
atribuye un determinado rasgo, por ejemplo, una razón, que no afecta el carácter de la realidad.
Esto es lo que hace el realismo en todas sus formas, "modifica" al sujeto, transformándolo en una
cosa, como cuando Boecio define al hombre como la sustancia racional natural, la Esencia. el
individuo (o cosa) de naturaleza racional; Es decir, una persona es algo como los demás -
entendido, como los demás como una cosa, según su realidad - aunque tiene una naturaleza
específica, que es la causa. Marías apunta: “Yo, que no soy absolutamente nada, soy al mismo
tiempo una persona que tiene que hacer una determinada cosa, en una situación. Esta es la
localización fenomenológica de Husserl, que no logra calar del alejamiento del espiritualismo
porque, al desarraigar el yo reduciéndolo a pura intencionalidad, excepto de diligenciar el
problema, pequeña el parentesco de la cuestión. Por otra parte, la capital fenomenológica es
ilusoria desde la óptica de la realidad, ya que se ejecuta en una acción que no es, a su vez,
minúsculo, y por un yo ejecutante que no es el mismo, que en una flamante acción puede ser
efecto de capital. Estas tres soluciones son totalmente insuficientes: la primera, decisión del
realismo, garita que deja de ocupación si el mulo es substancia; si lo es, hay que reobrar sobre el
cariz del término.La posición fenomenológica contribuye a lo que hemos dicho sobre la
imposibilidad de un yo pequeño para efectos intencionales, la ilusión real de un yo seguro que no
existe.

Entonces es un momento, un ingrediente, o lo que quieras decir, en definitiva, una realidad


subordinada y secundaria sobre otra primaria que han descubierto y cuál es su deficiencia. Mentir.
Y pobre realidad. Nuestro autor sostiene que es incuestionable. 'Es que el yo necesita la situación,
y su esencia está esencialmente presente en el mundo.

7. El sentido de “existencia” y “persona”

Efectivamente, en cuanto que puedo decir que mi circunstancia es mía, en cuanto la coexistencia
del yo con la circunstancia precede a la existencia de uno y otra, y, consiguientemente, el yo real y
concreto es quien permite afirmar las realidades derivadas que son el yo y la circunstancia; por un
lado, podría decirse que la realidad que soy yo es una coexistencia dinámica del yo y de la
circunstancia. Si examinamos la otra faz de la cuestión, observamos que, además de encontrarme
yo en mi circunstancia, aparece que tengo que hacer algo con ella, algo que no me es dado y por
eso tengo que hacerlo; a ese algo que tiene que hacerse porque no está hecho, en cuanto que es
un algo concreto y determinado, es a lo que llama Julián Marías pretensión o proyecto. En este
sentido, por tanto, cabría decir que la realidad que soy yo es una pretensión, un proyecto, un
programa vital de ser alguien. La realidad que soy yo, en cuanto proyecto vital, significa que lo que
tengo que hacer El momento del inicio del hombre, el segundo yo de la frase orteguiana, no agota
la entidad humana, como se cree un idealismo. Pero ahora somos el primer yo, que son las
circunstancias, lo que no está sujeto a la vida, el centro de una circunstancia, es por eso que es
uno y, al mismo tiempo, las condiciones de cierre. El yo es inseparable de las circunstancias, y no
tiene sentido aparte de ella; Pero viceversa, las circunstancias solo se compilaron a sí mismas, y no
a nadie, un mero tema de los actos y lo hacen, pero para ser un yo, capaz de continuar, lo que es,
no diremos nada, algo, descanso. pero alguien, o una persona.

Tenemos la obligación de demandar al considerar la situación, ya que no podemos definir nuestra


propia realidad. He escuchado ese género en particular y esa diferencia en el sentido de la
definición, así que estoy en una de esas situaciones, la mía. Y podemos pensar en cuán universal es
que esta definición solo da un sentido de realidad que debe satisfacerse con curas individuales. Es
una dura expectativa de mi vida como posibilidad. Por tanto, la vida, además de apelar a las cosas,
es una preocupación más fundamental en sí misma, gracias a la preocupación de que lo que hago,
no la actividad, es un verdadero trabajo para mí. Por tanto, un proyecto o programa importante,
plan o forma de vida que se refleje en la motivación de lo que tengo que hacer por algo y por algo
es un requisito imprescindible para vivir. Repitiendo esto, puedo decir que la realidad en la que me
encuentro se puede definir por ciertas propiedades que hacen que el concepto sea único y
exclusivo. El primer yo de Ortega no solo significa mi realidad, sino que también lo llama un gesto
importante que confirma toda mi persona. Aprobación de la situación. Y finalmente, la realidad en
la que me encuentro se manifiesta en el diálogo dramático o la dualidad esencial de la vida, la
apariencia humana. Jesús de la Llave confirmó que Marías reinterpretó a Ortega y lo superó en
estos conceptos. Esto da lugar a su categoría antropológica de naturaleza animada a partir de
estas ideas. Puede ser glorificado u objetivado. De esa forma, no es él mismo, es una imagen de sí
mismo. Actúo siempre que me ocupe de las cosas, no subjetivamente. Como resultado, la realidad
en la que estoy es una realidad fundamental. Mi vida se compone de viabilidad o trabajo. ¿Cómo
debo hacer mi vida? Con esta pregunta, Marías crea un ensayo que analiza la estructura humana.
Este ensayo se centra en la estructura empírica de la vida humana.

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