se nos proporcionan categorías como hipernarcisisización primaria, hipernarcisización secundaria compensatoria, o déficit primario de narcisización no compensado (Bleichmar, 1997). Estas categorías hacen referencia a distintas posibilidades en el desarrollo del narcisismo, de enorme valor clínico, puesto que nos proporcionan un sistema a través del cual reconstruir una historia respecto a tal desarrollo narcisista, al tiempo que orientar el tratamiento y nuestras intervenciones. Bajo mi opinión, constituye un modelo genético del desarrollo narcisista al modo que Freud presentaba las fases del desarrollo de la libido a través del período oral, anal y fálico-edípico en la constitución del carácter (Freud, 1905). Véase detalladamente en Bleichmar (1997, págs 246-259). Por tanto, tales perturbaciones en el desarrollo del narcisismo pueden derivarse en numerosas disposiciones patológicas en el adulto, constituyéndose personalidades que continúan ancladas en la satisfacción de dichas necesidades y en conflicto por tales frustraciones, lo cual se manifiesta a través de disposiciones personales, frente a los demás y frente al entorno. Disposiciones marcadas por la envidia, la rivalidad, la omnipotencia, el exhibicionismo, en ocasiones la seducción, el control y uso del otro como objeto de la actividad narcisista, esto es, exhibiendo al objeto idealizado bajo el deseo de despertar la envidia en los demás, como objeto del self que proporciona la especularización anhelada; como objeto de la regulación psicobiológica a través de proveer de estados narcisísticamente agradables y mitigar las distintas angustias, escapando, por tanto, de estados emocionales displacenteros (Kernberg, 1976; Gabbard, 2002; Kohut, 1971; Bleichmar, 1997)