Está en la página 1de 2

La Polar: la

responsabilidad de los
auditores externos.
/ http://www2.latercera.com/noticia/la-polar-la-responsabilidad-de-los-auditores-externos

SE HA CUESTIONADO en el escándalo de La Polar la actuación de los


auditores externos que, en palabras del superintendente de Valores y
Seguros, emitieron informes “limpios”, otorgando credibilidad a los
estados financieros, no obstante que la cartera de colocaciones y la
contabilidad escondían una realidad absolutamente diversa. En defensa
de la función que cumplieron en este caso, se ha argumentado que los
auditores -al igual que el directorio- habrían sido engañados y que, por lo
demás, su función no sería detectar fraudes. 

La legislación aplicable, que a partir de una reforma legal en 2009


consagró por primera vez una regulación completa sobre las empresas de
auditoría, establece con claridad la función que cumplen, la forma de
realizar su tarea y la responsabilidad que les corresponde asumir. Deben
examinar y verificar que la contabilidad, el inventario, balances y demás
estados financieros se preparen conforme a principios de
CONTABILIDAD generalmente aceptados y las instrucciones que haya
impartido la superintendencia; y emitir una opinión profesional sobre los
mismos, indicando, con un razonable grado de seguridad, si ellos reflejan
con fidelidad la situación de la empresa y si están exentos de errores
significativos.

Estas tareas son realizadas por las auditoras a través del examen
selectivo de las operaciones de las empresas, sus montos y respaldos, que
conforman la contabilidad y los estados financieros, para que ellos
representen la situación real. Respecto de la responsabilidad que asumen,
las empresas de auditoría y los profesionales que intervienen deben
realizar su labor con la diligencia que las personas emplean
ordinariamente en sus negocios propios y, de no observar este cuidado,
deben indemnizar los perjuicios que causen por su negligencia, además
de enfrentar sanciones administrativas y eventualmente penales, si fuera
el caso.

Si bien la información existente apunta a que ciertos niveles de la


administración de La Polar habrían ocultado antecedentes, tanto que de
acuerdo a una ex empleada se daba la orden formal de ocultar los papeles
ante visitas externas, y desfigurado la realidad contable al realizarse
“normalizaciones de deudores” mediante anotaciones sin base, los
auditores tenían una especial responsabilidad en develar tales prácticas.
Precisamente, porque la ley ordena que en su examen se adentren en la
revisión de los antecedentes y respaldos de las operaciones, tanto de
hecho como de derecho. Es evidente que no cuentan con facultades
investigativas, pero su tarea consiste en hacer comprobaciones en una
muestra representativa del universo, y si resulta que en la misma no
existen los respaldos mínimos -como habría sido el caso-, ello debe ser
acusado, se deba a un error o a un fraude. Si no es su cometido detectar
tales situaciones, no se entiende cuál es la labor del auditor externo y la
razón que justifica el servicio que presta.

La única manera de eximirse de responsabilidad es que demuestren que


se realizó a fondo la labor de comprobación y que, conforme a los
estándares de la profesión, en la situación concreta era imposible
percatarse de las falsedades que se les hayan exhibido o de las omisiones
existentes. Ello es algo que habrá de determinarse en los tribunales y no
cabe negar, exigiendo condenas apresuradas, el derecho amplio a la
defensa y la oportunidad de ejercerlo. Es esperable que de este caso
surjan lecciones sobre la importancia del rol que juegan los auditores en
la gestión moderna y transparente de las empresas y del mercado de
valores.

También podría gustarte