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Ensayo diagnóstico
Los cachorros – Mario Vargas Llosa
Corrientes literarias
Agosto 2021
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Masculinidad a prueba en Los cachorros de Mario Vargas Llosa
Introducción
Mario Vargas Llosa, escritor galardonado con múltiples premios literarios, entre los que destacan el
movimiento denominado Boom Latinoamericano. Gracias a su estilo narrativo y sus escritos que
denuncian los problemas que aquejan a las instituciones sociales, principalmente de su nación, se ha
contemporánea.
Uno de los temas recurrentes en la obra del autor peruano es la masculinidad en la juventud.
Así, es posible recordar en La ciudad y los perros al grupo de cadetes del Colegio Militar Leoncio
pugna por convertirlos en “hombres”. Este tema también forma parte del relato Los cachorros,
donde la virilidad de un joven prometedor se pone a prueba después un accidente que lo marcará de
personaje principal de Los cachorros, esto a través del análisis de su conducta, comportamientos y
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Estructura y recursos estilísticos
Los cachorros relata la historia de un grupo de jóvenes miraflorinos —Cuéllar, Choto, Chingolo,
Mañuco, Lalo y nuestro narrador— que se convierten en amigos desde que cursan los primeros
grados de estudio en el Colegio Champagnat. La vida parece transcurrir con normalidad para los
estudiantes, quienes gustan de jugar, bailar, estudiar y relacionarse con mujeres; sin embargo, un
suceso inesperado cambia por completo la vida de Cuéllar, quien tras un aparatoso accidente pasa a
Como se mencionó anteriormente, el narrador de la historia forma parte del grupo de amigos,
sin embargo, el peso de la voz narrativa está depositado en todos los personajes. El autor logra este
recurso mediante una serie de saltos abruptos e intermitentes entre la primera, segunda y tercera
persona, y entre plurales y singulares, esta estructura puede ser observada desde el inicio de la
novela.
Todavía llevaban pantalón corto ese año, aún no fumábamos, entre todos los deportes preferían
el fútbol y estábamos aprendiendo a correr olas, a zambullirnos desde el segundo trampolín del
Terrazas, y eran traviesos, lampiños, curiosos, muy ágiles, voraces. Ese año, cuando Cuéllar
entró al Colegio Champagnat. Hermano Leoncio, ¿cierto que viene uno nuevo?, ¿para el
“Tercero A”, Hermano? Sí, el Hermano Leoncio apartaba de un manotón el moño que le cubría
Por otro lado, el autor no utiliza los esquemas sintácticos normativos tradicionales, asimismo, ciertos
elementos ortográficos —como los guiones largos de diálogo— son elididos de manera intencional,
lo que genera mayor intensidad y le exige al lector estar atento a cada uno de estos cambios, que,
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aclarar que la linealidad y temporalidad de los capítulos se construyen conforme a las etapas de
Sí, ha mejorado mucho, le decía Choto al Hermano Lucio, de veras, y Lalo es un delantero
ágil y trabajador, y Chingolo qué bien organizaba el ataque y, sobre todo, no perdía la moral, y
Mañuco ¿vio cómo baja hasta el arco a buscar pelota cuando el enemigo va dominando,
Con respecto a los recursos léxicos, el texto está permeado de jergas utilizadas en el español de Perú,
que, si bien en ciertos momentos dificultan la lectura, sin duda son funcionales para que el lector
comprenda con mayor facilidad el contexto en el que se desarrolla la narración. Además, el uso de
algunas onomatopeyas le da realismo a la historia y permite entender que son jóvenes quienes
Lo que pasa es que no te gustan las chicas decentes, decían ellas, y él como amigas claro que
sí, y ellas sólo las cholas, lasmedio pelo, las bandidas y, de pronto, Pichulita, sssí le
Gamio nnno, ellas ya te muñequeaste y él addddemás no habbbía tiempo por los exámmmenes
La masculinidad empañada
apreciado por muchos. Sin embargo, el fatídico incidente que cambia su vida se plantea desde el
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inicio de la narración: “Era chanconcito1 [...] la primera semana salió quinto y la siguiente tercero y
¿Cuál es el accidente que da giro a la vida del protagonista? Mientras Cuéllar se duchaba,
posterior a la práctica de futbol, fue atacado por el perro del colegio, suceso que se convirtió en tema
de conversación de los alumnos por varios días. Como consecuencia del ataque, los testículos del
muchacho fueron gravemente dañados, representando así la ruina del ahora “Pichulita 2”, pues en la
la masculinidad en nuestra sociedad podemos señalar que la identidad del hombre se configura
metaforización social como referente sobre el que se edifica la virilidad. (p. 154)
Entonces, podemos considerar que el ataque a Cuéllar traspasó las fronteras de lo físico y pasó a
ingesta desmedida de alcohol, las peleas y las muestras de valentía y temeridad pasan a ser
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Según la definición de la RAE, alumno que estudia mucho y se distingue por su aplicación en las tareas
escolares.
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En Perú, la palabra “pichula” significa pene. No olvidemos que el morfema diminutivo -ita, como en este caso
puede conceder a la palabra un valor despreciativo o irónico.
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De bailes y enamoradas
física y emocionalmente; con el paso del tiempo, su identidad como hombres se refleja en su
comportamiento frente a las muchachas. En el capítulo dos, los juegos de futbol dejan de ser
prioritarios en su vida y los temas sobre mujeres pasan a ser parte importantes en la misma: “...ayer
lo vi, a Pirulo Martínez con su enamorada, [...] se paseaban de la mano por el Malecón y de repente
¡pum, un chupete! ,y a las salidas, ¿en la boca?, sí y se habían demorado un rato besándose. “
cerrada- y deciden aprender a bailar entre ellos, con la intención de parecer expertos en la materia
frente a las mujeres. Además del baile, comienzan a beber y a fumar, dos distintivos que indican que
una persona joven ha crecido “... se metían en la bodega de la esquina y le pedíamos al chino,
golpeando el mostrador con el puño: ¡cinco capitanes 3! Seco y volteado, decía Pichulita, así, glu,
Es en el capítulo tres, los jóvenes ya no sólo hablan de la ilusión frente al sexo opuesto, la
viven día con día con sus enamoradas; éste no parece ser el caso de Cuéllar, a pesar de haber sido
dotado de una fuerte estructura corporal que le valió comparaciones con un fuerte modelo masculino
“Te has vuelto un Tarzan, Pichulita, le decíamos, qué cuerpazo te echas al diario.” (Vargas, 2010, p.
4). Aunque se había convertido en el más alto y fuerte del grupo, su endeble masculinidad no le
permitía tener contacto emocional con las muchachas de la comunidad, situación que se ve reflejada
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Bebida preparada con pisco peruano.
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en frases y comportamientos machistas de su parte “...ya nunca te veríamos Lalo. Se pasaría los
domingos con Chabuca y nunca más nos buscarás, maricón.” (Vargas, 2010, p. 17)
El abandono de sus amigos por pasar tiempo con sus novias, así como la imposibilidad de
Cuéllar por tener una enamorada, fomentan en él una fuerte necesidad de llamar la atención, pero no
mediante actos meritorios, sino por medio del atrevimiento y de acciones ilegales como tomar el
auto de su padre sin permiso y correrlo por el malecón a velocidades peligrosas, comer en algún
establecimiento sin pagar la cuenta, volar los vidrios de una casa con una escopeta y nadar entre las
olas más peligrosas frente a sus amigos. Cuéllar necesitaba probar a los demás que tenía valor,
Después de conocer a Teresita Arrarte, parece que la vida por fin sonreirá a Cuéllar, quien había
atravesado por un golpe duro tras saber que era imposible realizarle una cirugía que corrigiera su
situación física. Su enamoramiento lo hizo cambiar de actitud, ya no era el mismo Cuéllar, ahora era
galante y cordial, “El amor hace milagros, decía Pusy, qué formalito se ha puesto, qué caballerito.”
(Vargas, 2010, p. 17) A pesar de saber que esa muchacha estaba enamorada de él, nuestro personaje
nunca se atrevió a hacerle saber lo que él sentía. Ante la inseguridad del personaje, Cachito Arnilla,
quien aparece al finalizar el capítulo cuatro, decidió declarar a Tere su amor y fue correspondido por
ella.
La tragedia de Cuéllar lo condujo a los mismos comportamientos hostiles que había tenido
antes, parecía que todos avanzaban, maduraban, tenían cambios en su vida menos él; en medio de
borracheras, pleitos y una muerte en la carretera tan trágica como su vida, Cuéllar había reflejado
todas las inseguridades que tenía como consecuencia de la fatídica tarde en la que para él le fue
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arrancada su masculinidad.
Eran hombres hechos y derechos ya y teníamos todos mujer, carros, hijos [...] y
comenzábamos a engordad y tener canas, barriguitas, cuerpos blandos, a usar anteojos para
leer, a sentir malestares después de comer y de beber y aparecían ya en sus pieles algunas
Conclusión
A través del personaje de Cuéllar, el autor retrata la necesidad de los jóvenes de establecerse frente a
la sociedad y frente a ellos mismos como modelos de masculinidad, misma que se ve reflejada en
comportamientos y actitudes -que rayan en el machismo- que los hacen parecer cada vez más o
menos hombres. En el caso de nuestro personaje principal, se trata de una masculinidad que para él
nunca regresó, debido a que no se definía a partir de su fortaleza y sus continuos actos de valentía
sino que claramente estaba marcada en buena parte por la falta de sus genitales y la virilidad que
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Referencias bibliográficas:
“La ciudad y los perros”, Estudios Públicos 122: 78-95. Recuperado de:
https://www.cepchile.cl/cep/site/artic/20160622/asocfile/20160622122333/revista_estudios_
publicos_122.pdf
Otegui, R. (1999) “La construcción social de las masculinidades”. Política y Sociedad 32:
http://revistas.ucm.es/index.php/POSO/article/view/POSO9999330151A/24698
http://libroselectronicos.cervantes.es/opac/#fichaResultados