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EDUCACIÓN

Habilidades del siglo XXI:


¿Qué? ¿Por qué? ¿Para qué?
26 de Febrero de 2021

En la tercera jornada de debate organizada por la solución educativa Ticmas, Susel


Jacquet y Lucía Burtnik Urueta compartieron experiencias y conocimientos en torno
a las habilidades como creatividad, comunicación, pensamiento crítico

Lucía Burtnik y Susel Jacquet

Mal llamadas, en su momento, “habilidades blandas”, ningún educador puede


soslayar la importancia —la solidez fundamental— de las habilidades del siglo XXI.
Se les dice habilidades, pero hay quienes las llaman competencias, capacidades,
incluso talentos. Pero: ¿qué son las habilidades del siglo XXI?

Sobre este tema habló Lucía Burtnik Urueta en una jornada de diálogos y debates
apuntada para docentes. Burtnik es directora de Eidos Global, una organización
dedicada a crear experiencias de aprendizaje para el desarrollo de habilidades de
siglo XXI y es miembro del Global Forum for Skills de la OECD, un proceso de co-
construcción internacional para una Brújula de Aprendizaje 2030.

El encuentro, organizado por la solución educativa Ticmas, estuvo moderado


por Susel Jacquet, que le propuso a Burtnik avanzar a través de diferentes
dinámicas que persiguen el desarrollo de estas habilidades. Una suerte de
declaración de principios puesta en práctica: “No se puede enseñar qué es ser
creativo, pero se pueden desarrollar estrategias que ayuden a saber hacer y
mejores procesos que naturalmente los seres humanos ya tenemos”, explicó.

Elevator pitch
La primera acción de Burtnik fue resumir en un minuto qué son y para qué sirven
las habilidades del siglo XXI. La dinámica se llama “Elevator pitch” y busca que el
estudiante estructure, organice y resuma su mensaje.“¿Ya pensaron que los
niños que nacieron este año es muy probable que lleguen vivos al año 2100?”

“¿Ya pensaron”, dijo, “que los niños que nacieron hoy, este año y el año pasado, es
muy probable que lleguen vivos al año 2100? La idea da un poco de vértigo: ¿cómo
podemos asegurarnos de que pueden tener todo lo que necesiten para poder
surfear una vida de completa incertidumbre? Una de las posibles respuestas está
en lo que conocemos como las competencias o habilidades del siglo
XXI: creatividad, pensamiento crítico, resolución de problemas. Son todas esas
cosas que nos hacen ser humanos y que son muy difíciles de reemplazar con
máquinas. En un futuro en el que a veces nos imaginamos que Robocop está en
todas partes, una respuesta es pensar estas habilidades”.

Profundizar las habilidades que nos hace ser humanos


Mitos y verdades

Una dinámica que fomenta el pensamiento crítico es analizar una afirmación y


encontrar las sutilezas que la componen. Así, Jacquet le planteó tres ideas a Burtnik
para que definiera si eran verdaderas o falsas. Es una actividad capciosa, porque,
como se ve en las respuestas, no todo es blanco y negro.

Estimular las llamadas del siglo XXI en las y los estudiantes resulta una herramienta
útil para sus futuros laborales: ¿verdad o mito? “Es verdad, pero con algunas cosas
a considerar”, dijo Burtnik. “Sí, son herramientas útiles para los futuros laborales
que nos imaginamos, pero, por un lado, hay un mundo de incertidumbre ahí afuera,
y por el otro no solo nos interesa formar personas para el trabajo sino sobre todo
formar ciudadanos para la vida. Muchas de estas competencias, como la empatía o
el trabajo en equipo o la posibilidad de comunicarnos y el pensamiento crítico,
son esenciales para una vida democrática, social y en conjunto”.

Tres elementos son cruciales para que los aprendices puedan desarrollar al máximo
sus habilidades: hacer, reflexionar y saber hacia dónde se dirige
Siempre en el contexto educativo se ha trabajado para estimular las habilidades del
siglo XXI: ¿verdad o mito? “Estas competencias no tienen un espacio específico en
la grilla horaria. No tengo Matemática y después Empatía y después voy a
Creatividad. Durante mucho no hubo un seguimiento más riguroso de cómo
potenciar el desarrollo de esas habilidades y acompañar el crecimiento de las
personas dentro de esas competencias, mejorarlas y evaluarlas. Soy partidaria de
que lo que no se evalúa no se ve. Y todavía hoy, no están consolidadas las
herramientas para evaluar las habilidades de la misma forma en que sí lo están las
evaluaciones que tenemos para las disciplinas. Por lo tanto, hace que a veces sea
muy difícil decir: Sí, realmente estamos trabajando estas habilidades dentro del
contexto educativo”.

Ofrecer espacios para el desarrollo de habilidades dentro del aula implica ubicar al
estudiante como protagonista del proceso de enseñanza y aprendizaje: ¿verdad o
mito? “¡La gran verdad! Es súper importante que los estudiantes sean protagonistas
de las acciones y pensar en el proceso de enseñanza y aprendizaje como una
experiencia. Que haya un momento para la acción, pero aún más importante, un
momento para la reflexión. Sin esto, es muy difícil trabajar en el progreso de las
competencias. Y una sugerencia que venimos trabajando desde el ámbito de la
evaluación, es que las evaluaciones de las habilidades tienen que ser formativas,
para saber en qué etapa está y cuál es el Norte al que apunta. Esos tres elementos
son cruciales para que los aprendices puedan desarrollar al máximo sus
habilidades. Hacer, reflexionar y saber hacia dónde voy”
La pandemia planteó un gran desafío para la enseñanza de las habilidades del siglo
XXI
Veo, pienso y me pregunto

La tercera dinámica del encuentro tenía como objetivo ver el estado del arte
respecto de las habilidades blandas, y se realizó a través de una actividad que
fomenta la habilidad de aprender a aprender.

“Yo veo”, dijo Burtnik, “indicios muy interesantes y buena predisposición para
incorporar las habilidades. Veo mucha creatividad. También veo que la pandemia
nos trajo desafíos enormes, y uno de los más grandes en el aprendizaje remoto
es fomentar estas competencias —sobre todo las interpersonales— en espacios
donde no podemos estar juntos. Veo muchos desafíos, pero también mucho
potencial y mucho espacio para que las personas que trabajamos en educación
podamos usar al máximo nuestra creatividad para traer cosas nuevas”.

Veo que la pandemia nos trajo desafíos enormes, y uno de los más grandes en el
aprendizaje remoto es fomentar estas competencias —sobre todo las
interpersonales— en espacios donde no podemos estar juntos
“Pienso”, continuó, “que pueden existir espacios proclives al desarrollo de las
competencias. Hay herramientas probadas para fomentar el desarrollo de
habilidades. Una conocida es el aprendizaje por proyectos. En todo lo que sea
experiencial y en donde los estudiantes tomen las riendas es más sencillo de pensar
cómo las personas que aprenden van a estar desarrollando diferentes habilidades”.

“Me pregunto”, cerró, “cómo podemos hacer que sea fácil de incorporar. Hay
realidades muy diferentes: docentes de grupos grandes y pequeños, aprendices con
muy poca conectividad. Cómo podemos hacer para que los problemas que estamos
teniendo ahora no interrumpan la posibilidad de que niños y niñas y adolescentes
continúen desarrollando estas competencias. Porque si las dejamos de lado, vamos
a caer en esa brecha de, no solo mantenernos relevantes en el mundo del mercado
laboral, sino de tener democracias saludables. Una democracia sin pensamiento
crítico está condenada al fracaso”.

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