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PRACTICA III

CONVOCATORIA I

SER MAESTRA, MI IDEAL QUE SE HA VUELTO REALIDAD

PRESENTADO POR: LEIDI VANESSA GIL MURILLO

COD. 085101872020

PRESENTADO A: BLANCA LIGIA QUINTERO RAMIREZ

UNIVERSIDAD DEL TOLIMA IDEAD

CREAD PEREIRA

LICENCIATURA EN LITERATURA Y LENGUA CASTELLANA

III SEMESTRE

2021-A
SER MAESTRA, MI IDEAL QUE SE HA VUELTO REALIDAD

Tengo muy presente el día en el cual decidí ser docente y las razones que me condujeron a ello. Era yo muy
pequeña cuando la maestra en tercer grado de primaria formulo la gran pregunta ¿Qué quieren ser cuándo
sean grandes? Una pregunta que a muchos puede intimidar, a otros los invita a imaginar, otros lo ven muy
claro y otros por el contrario se les muestra un panorama muy confuso. Yo, fui de aquellos que se permitieron
imaginar, pues en realidad admiraba mucho a mi maestra, así que mi respuesta fue, yo quiero ser como usted,
una profesora. Recuerdo que sus palabras, cuando todos terminaron de expresar sus aspiraciones; fueron:
- Ustedes pueden ser lo que quieran, pero para todo en la vida primero se debe desear, después debemos poner
todo nuestro esfuerzo y talento para poder realizarlos.

Un maestro hace parte de la vida del ser humano desde sus primeros años, ya que desde que tiene memoria
recuerda ese primer agente educativo que le abrió las puertas para que iniciara su camino en la educación
formal. En este orden de ideas, lo primero que quiero ser es una maestra que inspira y motiva a continuar,
puesto que a mi mente llegan esos estudiantes con necesidades educativas especiales que requieren un
personal acompañamiento, metodologías y didácticas adaptativas, unas adecuaciones curriculares y una
comprensión absoluta de sus condiciones para que su proceso de enseñanza y aprendizaje pueda ser
significativo.

De igual forma, me maravilla diariamente la capacidad de asombro que posee la niñez, su particular mirada
del mundo y las expectativas que tienen de él. Es esta una de las razones por las cuales soy maestra y continuo
formándome para enriquecer mis prácticas, puesto que tengo muy presente que en mis manos está el hacer del
proceso adquisitivo de conocimiento un placer que despierte curiosidad y goce por el aprendizaje, o por el
contrario, un hecho tedioso y cansino que se hace por una obligación más que por un deseo intrínseco de
conocimiento y aprendizaje. Es por esto, que considero que como maestra el diseño de proyectos de aula es
un vector fundamental para potenciar las competencias fundamentales del estudiante, ya que estos proyectos
tienen su génesis en los intereses expresados, de las dudas inquietantes y de las necesidades contextuales de
cada uno de ellos, en resumen es el abordaje pedagógicamente asertivo que tiene el docente para orientar la
enseñanza y aprendizaje conceptual.

Así mismo, en mi formación y qué hacer docente he visto la imperiosa necesidad de observar lo que en las
clases sucede, las actitudes y manifestaciones por parte de los estudiantes, sus reacciones y expresiones, sus
preguntas, hipótesis e inferencias sobre algún suceso, también el hecho de registrar sin juicios de valor las
prácticas, me otorgan insumos de conocimiento de cada uno de mis estudiantes que luego analizo a la luz de
teóricos y dan como resultado el diseño de proyectos que son ejecutados por ellos, con involucración directa
de las familias, pues un proyecto eficaz debe contar con la participación directa de la comunidad educativa y
sus representantes (familias, docentes, estudiantes).

Es de este modo, que el ser maestra ha sido un proceso que inició con muchas incertidumbres y temores,
porque en mis manos estaba la responsabilidad de cada uno de esos niños. El hecho de planear mis clases
pensando en cada uno de ellos, el flexibilizar las metodologías y el hacer adecuaciones determina que mi gran
pasión es el ser maestra, porque la experiencia aunque aún es poca, me ha enseñado a observar y conocer que
cada estudiante es un mundo, una historia, un contexto, una cultura…y que correspondiente a todos estos
aspectos deben ser mis prácticas, porque son los estudiantes el objeto de estudio que determina el qué hacer y
cómo hacerlo, son quienes marcan la pauta del proceso no lineal de la enseñanza.

De igual manera, tengo presente que la maestra que quiero ser es un constructo diario, una concepción que se
forma a partir de aciertos y desaciertos. Los desafíos que plantea la educación en nuestro país son un motivo
para innovar, crear y diseñar planes de estudio consecuentes con el contexto, implementar estrategias que
favorezcan el proceso formativo y el compartir experiencias como diálogos pedagógicos buscando que la
educación sea correspondiente con las necesidades de nuestros estudiantes, puesto que debe ser la respuesta a
las falencias sociales, a las carencias económicas y a las mentalidades menesterosas que opinan que la
formación educativa está sobrevalorada y nula es su necesidad en el individuo. Igualmente, soy una
convencida que a los maestros se les delegó la importante tarea de formar a la sociedad, de hacer competente
al ser humano en su acción y de practicar la ética y la moral en cada una de sus acciones como individuo y
como sujeto que forma parte de una sociedad.

Por lo tanto, quiero ser la maestra que en cada una de sus clases les muestre a sus estudiantes las
oportunidades de ser, hacer y saber hacer, que en donde se les indique imposibilidad yo pueda orientarlos
hacia el bagaje de posibilidades, que exista el posible y se anule el imposible; Sé que suena muy idealista al
leerlo, pero sé por experiencia propia que la realización y satisfacción de un maestro se da cuando un
estudiante con todo en contra o con muchas limitantes obtiene aunque sea un logro o se observa un avance en
su proceso. El hecho de que un estudiante con necesidades educativas especiales logre la lectoescritura, el
reconocimiento numérico, la realización de operaciones aritméticas básicas, exponer sus ideas y/o
pensamientos de forma clara, entre otros; determina que el ser maestro es más que una profesión, se vuelve
una pasión y una realización personal satisfactoria.

A modo de conclusión, considero que el ser maestra me otorga la oportunidad de reinventarme, cuestionarme
y actuar en función de mi labor. El ser maestra ha sido una decisión desde niña y mi realidad actual, en la que
puedo retroalimentarme de manera constante para profundizar en mis prácticas, en donde puedo compartir y
escuchar las experiencias de mis colegas, implementar recursos didácticos y considerar los saberes previos
que tienen y de allí partir para desarrollar la orientación eficaz de los procesos educativos formativos. Una
maestra, que haga uso de metodologías que inviten a la reflexión y el aprendizaje con sentido, que le permita
a cada estudiante ser motivado y descubrir para así construir su propio conocimiento. Deseo ser la maestra
que invita y orienta el camino menos transitado, ya que entiende que el estudiante no es un sistema de
imitación de patrones, por el contrario, que desde la singularidad que posee son más observables y apreciadas,
sus competencias y destrezas. Por último, aseguro que seré la maestra capaz de transformar al individuo
cuando propongo, gestiono, registro, observo y medio mis clases para cada uno de mis estudiantes, pensando
en el más introvertido al igual que en el más extrovertido, en aquel que sobresale por sus destrezas y
habilidades, como en aquel que su aprendizaje es más paulatino, en aquel de etnia, religión o costumbres
diferentes, como en el que su contexto es propio de sí.

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