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El proyecto tutorial»
Autores: Giuliano, Yanina, Pastorini Laura, Rosales, Sacha, Rosalez, Paola, Silva, Natalia, Tanus,
Belén, Trejo, Lisa, Trejo, Marina, Vergara, Valentín.
demanda recorrer una trayectoria dinámica e irregular que se enmarca en escenarios de diversa
naturaleza temporal y espacial. Así, en la actualidad, el modo de construir quiénes somos —o bien
nuestras subjetividades y cómo éstas se manifiestan en escenarios como la escuela— son inquietudes
Ahora bien, tal como sostiene la cita que inicia este documento, en muchas ocasiones, la mirada
retrospectiva y nostálgica parece situarnos en escenarios ideales o, al menos, más confortables. Sin
embargo, para poder realizar un análisis constructivo sobre la situación actual, es necesario desarrollar
Los espacios de aula se han ido transformando, dinamizándose y liberándose de estructuras caducas
frente a las características de las sociedades actuales. Como consecuencia, los actores sociales
intervinientes en los procesos de enseñanza debemos, como adultos, ser capaces de asumir el inmenso
desafío de aprender originando experiencia. Elegir la docencia actualmente implica tener el valor de
enfrentarse a la autocrítica continua y en ese recorrido poder, además, descubrir cuáles son los
obstáculos que atraviesan los procesos de enseñanza y de aprendizaje hodiernos y, con éstos, los
consecuentes desafíos institucionales aparejados para llevar adelante nuevas estrategias pedagógicas
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que contemplen el acompañamiento a los estudiantes desde el inicio y hasta la finalización de su
trayectoria escolar.
A continuación, nos proponemos compartir el trabajo de tutoría que hemos venido realizando desde
el año 2013 en el Instituto Juan Manuel de Rosas, escuela pública de gestión privada, ubicada en la
Ciudad de Villa Madero, Partido de La Matanza. Es una institución que cuenta con dos orientaciones
económicamente heterogénea.
Nuestro espacio tutorial tiene una historia particular que recorre diferentes instancias o momentos.
Primeramente, se pensó al tutor como un docente referente para el alumno; alguien a quien el joven
podía recurrir frente a una dificultad, generalmente de índole académica o administrativa (como, por
ejemplo, en lo tocante a las inasistencias). El profesor tutor era elegido por los alumnos a través de
elecciones democráticas —que cumplían con los requisitos de una votación ciudadana— permitiendo
Luego de varios años, se presentaron algunas falencias en este modo de trabajo. El tutor era un
docente que, por su buena predisposición y voluntad, ejercía el rol de acompañante del alumno. Su
figura se fue desgastando, en tanto se limitaba a escuchar a los alumnos, pero sin posibilidades más
que para conversar con algún otro docente o con la dirección de la escuela en el mejor de los casos. En
algún caso extremo, no se habilitaba la escucha y los estudiantes recurrían a otros docentes
significativos para poder canalizar las dificultades. Observamos que la demanda era otra y estábamos
compromiso por parte del docente tutor. Los interesados fueron convocados a participar de la tutoría
con objetivos claros y una sistematización de la tarea. En tanto la tutoría supone un encuentro y
acompañamiento entre adultos y adolescentes, consideramos que ambos actores tenían que estar
conformes con el lugar, por lo que se realizaron algunos encuentros entre alumnos y docentes con el
fin de conversar sobre la función tutorial. La complejidad de la tarea exigía la inclusión y relación
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permanente de todos los actores educativos, por lo que fue necesaria la institucionalización del Equipo
para generar espacios de trabajo interno de reflexión, seguimiento, evaluación y difusión de la tarea,
así como para generar acuerdos y mutua contención. Comenzamos una organización de la función de
la tutoría que implicaba un mayor compromiso con el alumno. Organizamos reuniones para la lectura
Año tras año, se dio lugar a distintas intervenciones y modos de abordaje de las problemáticas. Se
incluyó la tutoría dentro del Acuerdo Institucional de Convivencia y comenzó a tener injerencia en las
Directivo, la Orientación Escolar, el CIC, las Asambleas de Curso y las Mediaciones Escolares, es
decir, entre todos los dispositivos institucionales que aportan al acompañamiento y a la función
tutorial. La tutoría está constituida como un espacio de intervención compartido y solo es posible en
tanto la institución educativa se ofrece como marco que configura y condiciona su accionar.
Pensamos que los adultos tenemos la responsabilidad de acompañar las trayectorias de nuestros
estudiantes, detectando situaciones que puedan obstaculizar el desarrollo saludable. Por eso, no solo la
tarea de acompañamiento, sino también la preventiva de la tutoría son fundamentales: trabajamos con
los emergentes grupales así como también con lo que aparece silenciado. Visibilizamos necesidades a
partir de involucrarnos con el otro, analizar situaciones, transformar la pregunta en problema a fin de
pensar estrategias de intervención, construyendo entre todos acciones que permitan favorecer el
pensamos como una acción preventiva en salud, contribuyendo al desarrollo y bienestar de nuestros
estudiantes, planificando acciones que apunten a generar alternativas de acción frente a las
problemáticas que surjan de lo que acontece en la escuela, sin descuidar el fin que nos compete como
institución educativa.
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Escuchar a los jóvenes, dar paso a la palabra, es el puntapié inicial de la función orientadora del
tutor: una mirada sensible sobre sus problemáticas y necesidades y el espacio habilitado por la
La tutoría se plantea este año poner énfasis en el trabajo grupal como motor para fortalecer los
vínculos saludables entre los alumnos y también hacia los docentes. Consideramos que acompañar a
los alumnos, haciendo de esto un proceso sistemático1, con la convicción de que es la palabra la que
nos facilita un camino preventivo frente a ciertas situaciones conflictivas que se pueden generar en el
ámbito escolar. Con la intención de promover la pertenencia del joven a la escuela, nuestras
actividades deben favorecer esa pertenencia, aunque no siempre lograda, e intervenir ahí donde algo
Para comenzar a trabajar, partimos desde la tutoría con la idea de acercarnos a las expectativas de
los jóvenes, sus preconceptos, ideas previas, se establecieron ejes de trabajo de acuerdo con el nivel o
curso. Se diseñaron dinámicas grupales en torno a las siguientes temáticas: rol del estudiante
secundario, características de una escuela secundaria y vínculos entre los actores sociales en la escuela
secundaria.2 La intención que subyace es llenar las aulas y la escuela de la mirada que ellos traen sobre
Así, se llevaron adelante en los distintos cursos y siempre con la orientación del profesor tutor,
actividades enfocadas a reflexionar las propuestas, junto con los jóvenes. Finalmente, el análisis de las
pedagógicas y de convivencia.
Esta actividad fue diseñada para trabajar junto a los estudiantes de 3. ° del Ciclo Básico. La
propuesta consistía, en primer lugar, en diversificar los grupos tradicionales de trabajo y, de este modo,
generar miradas enriquecidas por la novedad y heterogeneidad de los integrantes. Así, por diversos
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Jungman Eva plantea, en La tutoría como espacio escolar, que el programa de tutorías es un Proceso Sistemático en la
medida que es una práctica cotidiana de la escuela, generando el cuidado y la promoción del desarrollo saludable de los
alumnos.
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Las dinámicas fueron diseñadas con el aporte de Satulovsky y Theuler, "Tutorias: un modelo para armar y desarmar"
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mecanismos, se construyeron grupos de trabajo de 5 o 6 estudiantes. En segundo lugar, se dividió a la
totalidad de los grupos en dos mitades y a cada grupo, se le entregó un afiche en el que debían volcar
1er. conjunto de grupos de trabajo: ¿Qué características presenta para ellos/as una buena escuela?
2do. conjunto de grupos de trabajo: ¿Qué características presenta para ellos/as una mala escuela?
Durante la primera mitad de la hora de clase, los estudiantes constituyeron un debate y tomaron
nota de lo que consensuaban compartir en el afiche. Algunos de ellos/as consultaron si, en lugar de
escribir, podían dibujar lo que consideraban. En la segunda mitad de la hora, cada grupo se dedicó a
Con la misma modalidad de la actividad anterior, pero aquí la idea era que puedan plasmar en un
dibujo lo que se imaginaban de “buen estudiante y un mal estudiante”, la consigna pedía que en el
Luego, en una puesta en común se reflexionó sobre los prejuicios y los ideales.
Este tipo de dinámicas nos convierten en facilitadores para la participación y la reflexión donde la
tarea del tutor es reflexionar con el grupo acerca de la relación que los integrantes del mismo
establecen entre si y con la escuela. Ponemos en marcha la capacidad de escucha y de mirada sobre la
Las actividades nos permitieron pensar una nueva estrategia de intervención, pudimos identificar
dificultades en la convivencia escolar que se desplegaban de diferentes formas en cada curso. Es así
Las diferentes manifestaciones de la violencia son signos de una convivencia con dificultades y el
aprendizaje debe poder desplegarse en un ambiente saludable, donde nos ayudemos a relacionarnos,
entre estudiantes, entre docentes y estudiantes, en relaciones continuas e igualitarias, sabiendo el lugar
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Satulovsky S. y Teuler S., La integración del sujeto al grupo y la escuela. Tutorías: un modelo para armar y desarmar.
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Entonces, ¿por qué trabajar la violencia? La violencia como expresión social muchas veces es
naturalizada. Si bien no es privativa del escenario escolar, en este se dan múltiples violencias que son
reflejo de contextos también violentos donde la institución está inserta. Trabajar los vínculos es
apuntar al entramado de relaciones que se desarrollan en la escuela y los tutores debemos estar alertas
a estas situaciones vinculares, entre alumnos y con docentes para, al identificar situaciones
particulares, tomar la decisión de intervenir de forma preventiva y crear espacios para pensar los
vínculos.
Es por eso que, en el mes de julio, se realizó la jornada institucional «Vivir los vínculos en la
escuela, previniendo situaciones de violencia». Cada tutor identificó aquellas dificultades particulares
de sus cursos y, si bien la temática fundante es la misma, la singularidad de cada grupo de alumnos
hace que la jornada tome un rumbo distinto en cada curso. A partir de este planteo, se trabajaron
diferentes problemáticas relacionadas con la convivencia escolar, por ejemplo: el uso de las redes
Se pensaron estrategias para trabajar las dificultades grupales detectadas, realizando previamente
particulares.
La jornada tuvo una duración de 4,5 horas, en un día definido por el Equipo Directivo y la
Orientadora Escolar (en adelante O. E.) junto a cada tutor. Se organizó de manera que el tutor estuviera
acompañado por algunos docentes del equipo de preceptores y por otros docentes a cargo de los
estudiantes ese día. La parte más reflexiva de la jornada se llevó a cabo por el docente tutor o la O. E.
El espacio físico fueron las aulas, las salas de informática, patios, playón de educación física y la torre
lectura interpretativa y reflexiva de textos para trabajar distintas clases de violencia o una en particular
que se encuentre relacionada con las problemáticas específicas de cada grupo. Luego se realizaron
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diversas consignas, juegos, espacios de reflexión, dibujos grupales y se concluyó con una puesta en
finalizó la jornada con una recreación o desayuno/merienda para compartir entre los alumnos y los
docentes. Posterior a la jornada, los tutores redactaron una nota a las familias contando lo trabajado y
el acuerdo establecido, también quedó plasmado en los cuadernos de asambleas de cada curso.
La jornada apuntó a aprender a conocerse, aprender a vivir juntos, comprendiendo al otro y a tolerar
las diferencias y vivirlas como algo que nos fortalece. Es el acuerdo construido entre todos el que
manifiesta en la superficie los cambios que deben asumir en la profundidad de sus vínculos.
El eje que nos planteamos, tanto en las jornadas como en el trabajo individual con los alumnos, es
una escuela para todos, tal como lo plantea Pilar Arnaiz Sánchez: la educación inclusiva persigue que
la diversidad existente entre los miembros de una clase no sea obstáculo, sino que estos reciban una
La participación de los alumnos en una jornada en donde puedan pensarse en sus propios actos y en
los de los demás en relación a la violencia circulante los incluye y pone en relieve una situación de
Entonces, cabe preguntarnos para qué hacemos el trabajo de tutorías que hacemos, cuál es el
sentido de la tutoría. Nosotros pensamos: para que los chic@s estén en la escuela, y estén mejor en la
escuela. Para que la escuela tenga sentido para ellos, para que no la sientan como un tránsito obligado
por una frustración aplastante. Para que la disfruten, para que la aprovechen. Pero para que eso pase,
es necesario alojarlos, en sus complejidades, en sus diversidades. Hay que trabajar para ello. Este
"alojamiento" no viene dado. Y de eso, en buena medida, se encarga a nuestro entender, el espacio de
las tutorías.
Finalmente, en esta continua construcción y en el devenir de las transformaciones que plantea cada
nuevo año, otras preguntas emergen desafiantes, constituyéndose como horizonte de nuestro trabajo:
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Arnaiz Sánchez, P. Hacia una educación eficaz para todos: la educación inclusiva. Educar en el 2000.
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Ídem
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¿Qué estrategias debemos construir/priorizar durante este ciclo lectivo? ¿Qué nuevos interrogantes nos
propondremos resolver? Sin lugar a dudas, el “camino” de las tutorías en la escuela se re-construye
cada día, cada hora de clase y con cada uno de nuestros estudiantes.
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