Está en la página 1de 8

Universidad 

del Valle de Mexico ­­
Access Provided by:

Práctica de la Geriatría, 3e

Capítulo 4: Inmunosenescencia

Elena Soto-Vega; Luis Llorente

Introducción
El envejecimiento se caracteriza por la disminución gradual de la capacidad del individuo para adaptarse o reaccionar a los estímulos externos
circundantes. En términos fisiológicos, el envejecimiento representa la dificultad para mantener la homeostasis y en él intervienen innumerables
factores, algunos inherentes al propio proceso de envejecimiento, como los que provienen de su medio ambiente, razón por la cual no todos los
individuos envejecen de manera homogénea.

Durante el envejecimiento, el sistema inmunitario experimenta sucesos complejos de reorganización y aparecen mecanismos homeostáticos de
compensación, así como alteraciones funcionales, lo que constituye un continuo en el proceso de desarrollo del sujeto. Al conjunto de dichos cambios
se lo conoce como inmunosenescencia.

La integridad del organismo se conserva en buena medida por las respuestas innata (o natural) y adquirida (o adaptativa) del sistema inmunitario. La
reacción inmunitaria innata posee una estructura altamente conservada a través de la evolución y confiere una rápida, aunque incompleta, defensa
contra agentes extraños hasta que la respuesta adquirida se desarrolla. En esta última, los linfocitos T y B son las célulalas principales y proveen una
gran variabilidad y versatilidad orientadas a activar respuestas efectivas y específicas. Aunque ambas se alteran con el envejecimiento, la inmunidad
adquirida es más susceptible a los efectos deletéreos de la edad, puesto que al nacer es inmadura, alcanza su máximo funcionamiento durante la
pubertad y declina de forma progresiva en la etapa adulta. Por el contrario, la inmunidad innata varía muy poco en el transcurso de la vida.

El espectro de las modificaciones del sistema inmunitario en la vejez abarca desde las células pluripotenciales hematopoyéticas y los progenitores
linfoides en el timo y la médula ósea hasta los linfocitos maduros en órganos linfoides secundarios.

En este capítulo se describen las alteraciones más importantes del sistema inmunitario en el proceso del envejecimiento.

Linfocitos T
Los cambios en el sistema inmunitario inherentes a la edad comienzan en la pubertad o en el momento de alcanzar la madurez sexual al iniciarse la
involución del timo, un suceso fisiológico que se manifiesta por la disminución del tamaño del órgano (15% de su tamaño) y el reemplazo del tejido
linfoide por grasa y tejido fibrótico. Este proceso ocurre de manera distinta entre un género y otro, es decir, en el varón la involución del timo es
progresiva, mientras que en la mujer se interrumpe en el periodo premenopáusico alrededor de los 42 años y continúa con posterioridad su
reducción de manera uniforme. Hacia la sexta década de la vida, la diferencia entre géneros es ya muy pequeña. Como resultado, se observa una
pérdida de la función endocrina, entre los 20 y 40 años de edad, puesto que decrecen de manera notoria las concentraciones séricas de las hormonas
tímicas hasta ser indetectables en sujetos mayores de 60 años. Sin embargo, en algunos casos el timo conserva la capacidad de producir pequeñas
cantidades de hormonas que favorecen la diferenciación de las células T vírgenes o, por otra parte, los órganos linfoides periféricos sustituyen la
función del timo, lo que podría ser un factor que contribuya a la longevidad.

El paradigma actual de la inmunosenescencia asume que los linfocitos T y sus interacciones con otras células precipitan el deterioro del sistema
inmunitario en el envejecimiento. Los cambios funcionales más notorios en los linfocitos T incluyen respuestas de inmunidad retardada de baja
intensidad, disminución de las reacciones proliferativas ante mitógenos, alteraciones de su capacidad inmunorreguladora y citotóxica y diferencias
numéricas en ciertas subpoblaciones celulares.

La pérdida de la capacidad proliferativa de los linfocitos T puede relacionarse con los bajos niveles de algunas citocinas, como la interleucina 2 (IL-2), y
la disminución de la expresión de algunos genes (c-myc, c-myb) que intervienen en la progresión del ciclo celular, por lo que el proceso de expansión
clonal en estas células se ve limitado.
Downloaded 2021­9­10 10:49 A  Your IP is 187.135.163.239
Durante el proceso de envejecimiento, la proporción y el número total de linfocitos T CD4+ y CD8+ no se modifican en grado significativo; noPage
Capítulo 4: Inmunosenescencia, Elena Soto­Vega; Luis Llorente 1/8
obstante,
©2021 McGraw Hill. All Rights Reserved.   Terms of Use • Privacy Policy • Notice • Accessibility
predominan las células de memoria (CD45Ro+ CD29+) y decrece el número de linfocitos T vírgenes (CD45Ra+). El fenotipo de algunas subpoblaciones
de linfocitos T cambia y se ve reflejado en la pérdida o disminución de la expresión de ciertas moléculas de superficie como consecuencia de cambios
intensidad, disminución de las reacciones proliferativas ante mitógenos, alteraciones de su capacidad inmunorreguladora y citotóxica y diferencias
Universidad del Valle de Mexico ­­
numéricas en ciertas subpoblaciones celulares.
Access Provided by:

La pérdida de la capacidad proliferativa de los linfocitos T puede relacionarse con los bajos niveles de algunas citocinas, como la interleucina 2 (IL-2), y
la disminución de la expresión de algunos genes (c-myc, c-myb) que intervienen en la progresión del ciclo celular, por lo que el proceso de expansión
clonal en estas células se ve limitado.

Durante el proceso de envejecimiento, la proporción y el número total de linfocitos T CD4+ y CD8+ no se modifican en grado significativo; no obstante,
predominan las células de memoria (CD45Ro+ CD29+) y decrece el número de linfocitos T vírgenes (CD45Ra+). El fenotipo de algunas subpoblaciones
de linfocitos T cambia y se ve reflejado en la pérdida o disminución de la expresión de ciertas moléculas de superficie como consecuencia de cambios
en la estructura del citoesqueleto que impiden el movimiento de las vesículas que transportan dichos receptores hacia la membrana celular. Uno de
los ejemplos más claros es la presencia de un grupo de linfocitos T caracterizados por la pérdida del CD28. Ésta es una de las principales moléculas de
coestimulación. Los linfocitos T CD4+ (cooperadores) con fenotipo CD28− (reaccionan con autoantígenos in vitro) y se detectan con frecuencia en
ancianos. Por otra parte, la ausencia del CD28 se relaciona a su vez con la falta de expresión de otra molécula coestimuladora, el CD40, que interviene
en la activación de células presentadoras de antígeno y la diferenciación de linfocitos B hacia células plasmáticas productoras de anticuerpos de alta
afinidad. En consecuencia, la incapacidad de los linfocitos T CD4+CD28−CD40− para interactuar con otras células puede explicar en parte algunas de
las alteraciones inmunológicas que se presentan con la edad. Por otra parte, el fenotipo celular CD28− en linfocitos T CD8+ se ha vinculado con una
mayor función supresora.

Aunado a lo anterior, la hiporreactividad de las células T de los ancianos se relaciona con modificaciones en las vías de transducción. Se han
observado defectos tanto en la movilización de calcio intracelular como en la fosforilación de proteínas de señalización intracelular. Una de las vías
que se encuentran alteradas durante el envejecimiento es la vía de la familia de las proteínas cinasas activadas por mitógenos. Por otra parte, algunas
isoformas de la proteína cinasa C (α, γ, ξ) pierden su capacidad para translocarse hacia el núcleo celular. El estudio de los factores de transcripción en
las células T de ancianos ha permitido demostrar que los factores como AP-1, NF-AT y NF-kB presentan una menor actividad. Estas moléculas
participan en la proliferación, diferenciación y activación de las células T, por lo que su ineficiencia afecta una gama muy diversa de procesos
celulares.

Como consecuencia de los defectos en la activación, proliferación, diferenciación, capacidad coestimuladora y señalización intracelular de los
linfocitos T, el perfil de citocinas en el anciano es predominantemente promotor de reacciones inmunitarias humorales inespecíficas, esto es,
deficiencia de IL-2 y aumento de IL-1, IL-6, IL-10 y TNF-α, aunque la suma algebraica de los efectos de estas citocinas tiene un resultado netamente
proinflamatorio que, en apariencia, es el causante de la afectación relacionada con la edad avanzada, como ateroesclerosis, diabetes o sarcopenia.

Linfocitos B
En el sujeto anciano, la inmunidad humoral se encuentra alterada desde los puntos de vista cualitativo y cuantitativo. En general, los niveles séricos de
IgM e IgD disminuyen, en tanto que los de IgG e IgA aumentan, lo que sugiere un incremento de la producción de anticuerpos en respuesta a los
antígenos propios o una activación policlonal de linfocitos B por endotoxinas bacterianas. Más aún, cerca de 15% de los ancianos sanos mayores de 85
años, presenta gammapatía monoclonal benigna.

La producción de anticuerpos dirigidos contra antígenos exógenos conocidos (antígenos con los que ya se ha tenido contacto previo) se encuentra
disminuida, un claro ejemplo de lo cual es la baja efectividad de los anticuerpos producidos como respuesta a la vacunación. A pesar de que el número
de linfocitos B que responden a los antígenos exógenos disminuye con la edad, la cantidad de anticuerpos producidos por cada célula no se modifica.
Al parecer, la mayor parte de las deficiencias observadas en estas células es el resultado de la incapacidad de las células T de proveer una activación
adecuada a través de moléculas coestimuladoras, como CD154 o algunas citocinas.

Las células B de memoria se mantienen durante largos periodos; un ejemplo de éstos son los hallazgos realizados en los individuos que sobrevivieron
a la gripe española, los cuales aún producían 90 años después anticuerpos específicos contra el virus H1N1 causante de la epidemia.

En contraste, en el envejecimiento existe un aumento de la producción de anticuerpos dirigidos contra antígenos propios, tanto específicos de órgano
(antitiroperoxidasa y antitiroglobulina) como inespecíficos (anti-DNA, antihistonas, factor reumatoide, antifosfolípidos). Estos autoanticuerpos son en
general de baja afinidad y pueden producirse en respuesta a la alteración que sufren los autoantígenos por oxidación o glucosilación, o bien por
reactividad cruzada con antígenos exógenos, como las proteínas de choque térmico.

La deficiencia en la producción de anticuerpos específicos de alta afinidad puede deberse, en parte, a que los centros germinales se encuentran en
menor número y tamaño, ya que es en ellos donde los antígenos se presentan a las células B y donde ocurre el cambio de isotipo de las
inmunoglobulinas. De manera adicional, la capacidad para llevar a cabo la hipermutación somática se encuentra, en general, disminuida en sujetos de
edad avanzada. A diferencia de lo que ocurre con las células T, los resultados sobre la acumulación de células B de memoria en los ancianos son
controversiales; algunos autores sugieren un cambio de células B (CD27−) vírgenes a células (CD27+) de memoria, pero sin un aumento de la
Downloaded 2021­9­10 10:49 A  Your IP is 187.135.163.239
Capítulo 4: Inmunosenescencia, Elena Soto­Vega; Luis Llorente
proporción de linfocitos B-1 (CD5+), encargados de la producción de autoanticuerpos naturales. Page 2 / 8
©2021 McGraw Hill. All Rights Reserved.   Terms of Use • Privacy Policy • Notice • Accessibility

Células accesorias
reactividad cruzada con antígenos exógenos, como las proteínas de choque térmico.
Universidad del Valle de Mexico ­­
La deficiencia en la producción de anticuerpos específicos de alta afinidad puede deberse, en parte, a que los centros germinales se encuentran en
Access Provided by:
menor número y tamaño, ya que es en ellos donde los antígenos se presentan a las células B y donde ocurre el cambio de isotipo de las
inmunoglobulinas. De manera adicional, la capacidad para llevar a cabo la hipermutación somática se encuentra, en general, disminuida en sujetos de
edad avanzada. A diferencia de lo que ocurre con las células T, los resultados sobre la acumulación de células B de memoria en los ancianos son
controversiales; algunos autores sugieren un cambio de células B (CD27−) vírgenes a células (CD27+) de memoria, pero sin un aumento de la
proporción de linfocitos B-1 (CD5+), encargados de la producción de autoanticuerpos naturales.

Células accesorias
Las células presentadoras de antígeno (células dendríticas y macrófagos) son esenciales para la inducción de una reacción inmunitaria dependiente
de células T. En apariencia, el número total de células dendríticas en el anciano es menor, si bien la capacidad funcional in vitro de estas células es
igual o incluso más efectiva que en personas jóvenes, lo que indica que al menos una subpoblación de células dendríticas conserva su función en
óptimas condiciones. A su vez, los monocitos experimentan una menor producción de citocinas, quimiocinas y factores de crecimiento (IL-1, G-CSF,
GM-CSF, IL-8, TNF-α, MIP-1a) en respuesta a lipopolisacáridos in vitro. Aunque la expresión de moléculas de superficie en los monocitos no se
modifica, la velocidad de depuración de antígenos y la respuesta antitumoral por estas células disminuye de manera notable.

Inmunidad innata
La primera línea de defensa para mantener al organismo libre de patógenos, células neoplásicas y otros agentes dañinos es la reacción inmunitaria
innata. Los elementos de esta respuesta incluyen proteínas del complemento, los granulocitos y en particular los linfocitos citolíticos o células
asesinas naturales (NK, natural killers) y los linfocitos T citotóxicos y sus funciones efectoras, tales como quimiotaxis, fagocitosis, citotoxicidad natural
y producción de mediadores solubles, como citocinas y quimiocinas. Estos mecanismos primarios de defensa inmunológica se han conservado a
través de la evolución y son los que muestran mayor estabilidad a lo largo de la vida del individuo. Sin embargo, en ancianos sanos se han observado
ciertas alteraciones en varios de estos mecanismos. Por ejemplo, en las bacteriemias agudas del anciano las proteínas del complemento se
encuentran ligeramente diminuidas, al contrario de lo que ocurre en sujetos jóvenes. Se han descrito deficiencias en las respuestas quimiotácticas, así
como en la fagocitosis, que se correlacionan con una baja producción del anión superóxido por los monocitos. A su vez, en los neutrófilos sólo se han
reconocido ciertos defectos en la activación, proliferación y desgranulación durante las infecciones crónicas. Los neutrófilos están reducidos en
número, aunque esta disminución no implica en todos los casos una deficiencia funcional. Pese a ello, la incorporación de los neutrófilos hacia sitios
de infección ocurre por la acción de varias moléculas, entre ellas las proteínas del complemento, quimiocinas, productos derivados de bacterias y la
interacción con moléculas de adhesión. Éstas son proteínas que se expresan en las membranas endoteliales y promueven, a través de la interacción
con sus respectivos ligandos expresados en los leucocitos, la extravasación de las células hacia el sitio de infección o daño hístico. En el
envejecimiento, la expresión de moléculas de adhesión no se ve casi nunca alterada, aunque puede haber una mayor expresión de CD11a/CD18,
CD11b/CD18, CD15, LFA-1, entre otras. Este aumento puede atribuirse a una mayor producción de citocinas proinflamatorias como mecanismo de
compensación para la resolución de infecciones.

Uno de los procesos de inmunidad innata mejor conservados en el anciano es la citotoxicidad mediada por células NK. En realidad, se ha observado
que las células NK provenientes de ancianos pueden destruir células blanco con eficacia y responder a estímulos quimiotácticos con la misma
eficiencia respecto de los individuos jóvenes. En algunos estudios se ha notificado un incremento del número absoluto de la población NK en el
envejecimiento.

En fecha reciente se ha descrito un grupo de moléculas altamente conservadas en la evolución llamadas receptores tipo toll (toll like receptors [TLR])
que se expresan sobre todo en células presentadoras de antígeno. A través de estos receptores se inicia la reacción inmunitaria innata. La función de
los TLR es reconocer patrones moleculares en los patógenos. La interacción entre estos receptores y sus ligandos tiene como resultado la síntesis de
péptidos antibacterianos, como defensinas, y la producción de citocinas, como TNF-α y IL-6, con las que se desencadena la respuesta inflamatoria.
Algunos estudios en ancianos han mostrado menor expresión y función de varios TLR, en relación con una mayor susceptibilidad de estos individuos
a infecciones por levaduras y bacterias.

Las alteraciones del sistema inmunitario descritas en este capítulo contribuyen ciertamente a la morbilidad y mortalidad en la vejez al incrementar la
susceptibilidad a enfermedades infecciosas y también a otras anomalías vinculadas con la edad avanzada, como la ateroesclerosis y el cáncer. Por lo
demás, todas ellas tienen un componente inmunológico importante en su fisiopatogenia.

Reorganización del sistema inmunitario como causa de longevidad


A escala mundial se ha modificado la expectativa de vida, en relación sobre todo con los cambios en los sistemas de salud. Este cambio en la sobrevida
de los individuos no se ha sometido a una presión evolutiva, por lo que un sistema inmunitario que estaba diseñado para funcionar alrededor de 40
Downloaded 2021­9­10 10:49 A  Your IP is 187.135.163.239
años tiene que continuar ahora activo durante otras cuatro décadas, de tal modo que se incrementa la incidencia de cáncer e infecciones relacionadas
Capítulo 4: Inmunosenescencia, Elena Soto­Vega; Luis Llorente Page 3 / 8
con las deficiencias acumuladas en el sistema inmunitario.
©2021 McGraw Hill. All Rights Reserved.   Terms of Use • Privacy Policy • Notice • Accessibility

Un aspecto que suele pasar inadvertido en el estudio de la inmunosenescencia es el caso de los individuos centenarios, es decir, el de todas aquellas
demás, todas ellas tienen un componente inmunológico importante en su fisiopatogenia.
Universidad del Valle de Mexico ­­
Reorganización del sistema inmunitario como causa de longevidad Access Provided by:

A escala mundial se ha modificado la expectativa de vida, en relación sobre todo con los cambios en los sistemas de salud. Este cambio en la sobrevida
de los individuos no se ha sometido a una presión evolutiva, por lo que un sistema inmunitario que estaba diseñado para funcionar alrededor de 40
años tiene que continuar ahora activo durante otras cuatro décadas, de tal modo que se incrementa la incidencia de cáncer e infecciones relacionadas
con las deficiencias acumuladas en el sistema inmunitario.

Un aspecto que suele pasar inadvertido en el estudio de la inmunosenescencia es el caso de los individuos centenarios, es decir, el de todas aquellas
personas que han alcanzado los 100 o más años de edad en condiciones óptimas de salud física y mental. Hasta hace poco tiempo se consideraba a
este grupo de individuos como una mera curiosidad biológica, pero hoy día esto ya no es del todo cierto, sobre todo en países económicamente
desarrollados. En realidad, el número de centenarios se ha incrementado en grado notable y, de acuerdo con las predicciones recientes, la población
de longevos de 95 a 100 años de edad representará en poco tiempo a un grupo etario a considerar en todos los aspectos, incluidos los biológicos y
sociales e incluso los políticos. Más aún, los centenarios son el más claro ejemplo del envejecimiento exitoso, ya que han logrado superar las
enfermedades comunes del “anciano joven” y han alcanzado el límite superior de la duración de la vida humana (100 a 120 años). Por lo regular, el
historial clínico de estos individuos (hasta hoy excepcionales) muestra una clara ausencia de enfermedades como el cáncer, demencia, diabetes,
vasculopatías e incluso cataratas. En consecuencia, se puede deducir que en los centenarios el remodelamiento del sistema inmunitario es óptimo y
muchos de los mecanismos de defensa se encuentran extraordinariamente conservados. Los estudios más recientes han demostrado que, en efecto,
éste es el caso. Por consiguiente, en relación con la hematopoyesis, se ha observado que los centenarios presentan números absolutos normales de
eritrocitos y contenido de hemoglobina, así como de granulocitos, monocitos y plaquetas. En cuanto a la inmunidad celular, la diversidad de
receptores de linfocitos TVβ es completamente funcional, es decir, sus células T proliferan de manera adecuada ante estímulos policlonales y tras el
contacto con superantígenos. En el aspecto de la inmunidad humoral no producen autoanticuerpos específicos de órgano como los ancianos
menores de 85 años, pero sí autoanticuerpos inespecíficos de órgano, como anti-DNA y factor reumatoide. Se cree que estos autoanticuerpos no
tienen ningún nexo con fenómenos autoinmunitarios; más bien podrían ser la consecuencia de la exposición a antígenos por un extenso lapso de
años, o bien actuar como moléculas fisiológicas de regulación al transportar productos metabólicos o catabólicos, funcionar como opsoninas o
formar parte de la red de idiotipos.

Las personas centenarias tienen de manera característica una eficiente actividad citotóxica y se ha postulado que una función citotóxica bien
conservada por parte de las células NK y los linfocitos T citotóxicos (no restringidos por el complejo principal de histocompatibilidad) es acaso la
mejor predictora de longevidad.

Por último, los leucocitos de estos individuos tienen una locomoción normal ante estímulos quimiotácticos y sobreexpresan moléculas de adhesión,
como CD11a, CD18 y algunas isoformas de CD49. Sus linfocitos circulantes son resistentes al estrés oxidativo y presentan una gran estabilidad
genómica; por ejemplo, escasos rompimientos espontáneos de cromátides.

Todos estos hallazgos sugieren que, además del remodelamiento inmunológico adecuado, el fondo genético y el estilo de vida son sin duda factores
determinantes para un envejecimiento exitoso y, más aún, una vida longeva. En el cuadro 4-1 se muestran los principales cambios del sistema
inmunitario en la vejez y sus diferencias con los del envejecimiento exitoso.

Cuadro 4-1.

Cambios principales del sistema inmunitario relacionados con el envejecimiento

Compartimiento
Inmunosenescencia Envejecimiento
inmunitario

Hematopoyesis Número reducido de células progenitoras Números absolutos normales de eritrocitos circulantes, contenido de
hematopoyéticas. hemoglobina, granulocitos, monocitos y plaquetas.
Disminución de la capacidad proliferativa de las
células pluripotenciales.
Baja producción de factores estimuladores de
colonias.

Timo Involución del timo; pérdida total de la capacidad de Involución del timo; producción de pequeñas cantidades de hormonas
producción de hormonas tímicas. tímicas.

Downloaded 2021­9­10 10:49 A  Your IP is 187.135.163.239
Linfocitos T Disminución de la capacidad proliferativa ante Capacidad proliferativa conservada ante estímulos policlonales o
Capítulo 4: Inmunosenescencia, Elena Soto­Vega; Luis Llorente
mitógenos. superantígenos.
Page 4 / 8
©2021 McGraw Hill. All Rights Reserved.   Terms of Use • Privacy Policy • Notice • Accessibility
Defectos en las respuestas de hipersensibilidad Proporción normal de linfocitos T de memoria y vírgenes.
retardada. Repertorio de TVβ conservado.
genómica; por ejemplo, escasos rompimientos espontáneos de cromátides.
Universidad del Valle de Mexico ­­
Todos estos hallazgos sugieren que, además del remodelamiento inmunológico adecuado, el fondo genético y el estilo de vida son sin duda factores
Access Provided by:
determinantes para un envejecimiento exitoso y, más aún, una vida longeva. En el cuadro 4-1 se muestran los principales cambios del sistema
inmunitario en la vejez y sus diferencias con los del envejecimiento exitoso.

Cuadro 4-1.

Cambios principales del sistema inmunitario relacionados con el envejecimiento

Compartimiento
Inmunosenescencia Envejecimiento
inmunitario

Hematopoyesis Número reducido de células progenitoras Números absolutos normales de eritrocitos circulantes, contenido de
hematopoyéticas. hemoglobina, granulocitos, monocitos y plaquetas.
Disminución de la capacidad proliferativa de las
células pluripotenciales.
Baja producción de factores estimuladores de
colonias.

Timo Involución del timo; pérdida total de la capacidad de Involución del timo; producción de pequeñas cantidades de hormonas
producción de hormonas tímicas. tímicas.

Linfocitos T Disminución de la capacidad proliferativa ante Capacidad proliferativa conservada ante estímulos policlonales o
mitógenos. superantígenos.
Defectos en las respuestas de hipersensibilidad Proporción normal de linfocitos T de memoria y vírgenes.
retardada. Repertorio de TVβ conservado.
Baja producción de IL-2.
Mayor proporción de linfocitos T de memoria respecto
de linfocitos T vírgenes.
Disminución de la expresión de moléculas de
superficie coestimuladoras.

Linfocitos B Aumento de la producción de IgA e IgG, disminución Aumento de la producción de IgA e IgG, disminución de los niveles
de los niveles circulantes de IgM. circulantes de IgM.
Número reducido de linfocitos B que responden a Ausencia de autoanticuerpos específicos de órgano y producción de
antígenos exógenos. autoanticuerpos inespecíficos de órgano.
Producción de autoanticuerpos, específicos e
inespecíficos de órgano.

Células Menor número de células dendríticas, pero Menor número de células dendríticas, pero funcionalmente normales.
accesorias funcionalmente normales. Respuestas quimiotácticas normales.
Depuración de antígenos y capacidad antitumoral
deficiente por parte de los monocitos.

Células NK Incremento del número de células circulantes; Incremento del número de células circulantes; capacidad funcional
capacidad funcional conservada. conservada.

Citocinas Aumento de la producción de IL-1, IL-6, IL-10 y TNF-α, Aumento de la producción de IL-1, IL-6, IL-10 y TNF-α, disminución de la
disminución de la producción de IL-2. producción de IL-2.

Conclusiones
Los hallazgos más importantes sobre el sistema inmunitario en la vejez se podrían resumir como sigue: a) la reacción inmunitaria en el ser humano
experimenta una compleja reorganización o remodelamiento en la cual la inmunidad adquirida muestra un claro deterioro, en tanto que la inmunidad
Downloaded 2021­9­10 10:49 A  Your IP is 187.135.163.239
innata prácticamente no se altera; b) la exposición constante y continua a lo largo de la vida representa un estrés crónico que se encarga, junto con la
Capítulo 4: Inmunosenescencia, Elena Soto­Vega; Luis Llorente Page 5 / 8
involución del timo, de la acumulación de linfocitos T de memoria y el agotamiento de los linfocitos T vírgenes, y c) el envejecimiento se caracteriza por
©2021 McGraw Hill. All Rights Reserved.   Terms of Use • Privacy Policy • Notice • Accessibility
un estado inflamatorio crónico (acaso bajo control genético), que opera en detrimento de la longevidad.

En consecuencia, para contrarrestar los efectos deletéreos de la inmunosenescencia y del estado inflamatorio característico de ella, pueden sugerirse
Universidad del Valle de Mexico ­­
Conclusiones Access Provided by:

Los hallazgos más importantes sobre el sistema inmunitario en la vejez se podrían resumir como sigue: a) la reacción inmunitaria en el ser humano
experimenta una compleja reorganización o remodelamiento en la cual la inmunidad adquirida muestra un claro deterioro, en tanto que la inmunidad
innata prácticamente no se altera; b) la exposición constante y continua a lo largo de la vida representa un estrés crónico que se encarga, junto con la
involución del timo, de la acumulación de linfocitos T de memoria y el agotamiento de los linfocitos T vírgenes, y c) el envejecimiento se caracteriza por
un estado inflamatorio crónico (acaso bajo control genético), que opera en detrimento de la longevidad.

En consecuencia, para contrarrestar los efectos deletéreos de la inmunosenescencia y del estado inflamatorio característico de ella, pueden sugerirse
medidas ambientales, sociales y terapéuticas encaminadas a reducir la carga antigénica, las infecciones crónicas, el rejuvenecimiento del timo
(mediante hormonoterapia) y el tratamiento profiláctico con fármacos antiinflamatorios ad hoc, no tanto para alcanzar la longevidad, si bien
deseable, sino para lograr un envejecimiento exitoso, con todo lo que este término implica.

Bibliografía

Banerjee M, Mehr R, Belelovsky A, et al Age and tissue specific differences in human germinal center B cell selection revealed by analysis of IgVH gene
hypermutation and lineage trees. Eur J Immunol 2002;32:1947–1957. [PubMed: 12115615]

Bruunsgaard H, Pedersen M, Pedersen BK. Aging and proinflammatory cytokines. Curr Opin Hematol 2001;8:3:131–136. [PubMed: 11303144]

Campisi J. From cells to organisms: can we learn about aging from cells in culture? Exp Gerontol 2001;36:607–618. [PubMed: 11295503]

Colonna-Romano G, Bulati M, Aquino A, et al B cell immunosenescence in the elderly and in centenarians. Rejuvenation 2008;1:413–418.

Cooper EL, Zhang Z, Raftos DA, et al When did communication in the immune system begin? Int J Immunopathol Pharmacol 1994;7:203–217.

Engwerda CR, Handwerger BS, Fox BS. Aged T cells are hyporesponsive to co-stimulation mediated by CD28. J Immunol 1994;52:3740–3747.

Eun SY, Vogel LA. T cell-dependent immune responses: Impact of aging on B lymphocytes and antigen-presenting cells. Mod Asp Immunobiol
2002;2:232–235.

Fillit H. Clinical immunology of aging. Rev Clin Gerontol 1994;4:187–197.

Franceschi C, Bonafe M. Centenarians as a model for healthy aging. Biochem Soc Trans 2003;31:457–461. [PubMed: 12653662]

Franceschi C, Monti D, Sansoni P, et al The immunology of exceptional individals: the lesson of centenarians. Immunol Today 1995;16:12–16.
[PubMed: 7880382]

Franceschi C, Valensin S, Bonafe M, et al The network and the remodeling theories of aging: historical background and new perspectives. Exp
Gerontol 2000;35:879–896. [PubMed: 11053678]

Frasca D, Blomberg BB. Effects of aging on B cell function. Curr Opin Immunol 2009;21:425–430. [PubMed: 19608393]

Ginaldi L, Martinis M, D’Ostilo A, et al The immune system in the elderly: III. Innate immunity. Immunol Res 1999;20:117–126. [PubMed: 10580637]

Gomez CR, Nomellini V, Faunce DE, Kovacs EJ. Innate immunity and aging. Exp Gerontol 2008;43:718–728. [PubMed: 18586079]

Hayakawa K, Hardy RR. Normal, autoimmune, and malignant CD5+ B cells: the Ly-1 B lineage? Ann Rev Immunol 1988;6:197–218.

Haynes L, Eaton SM, Swain SL. The defects in effector generation associated with aging can be reversed by addition of IL-2 but not other related
gamma (c) receptor binding cytokines. Vaccine 2000;18:1649–1653. [PubMed: 10689143]

Haynes L, Maue AC. Effects of aging on T cell function. Curr Opin Immunol 2009;31:414–417.

Hodes RJ. Aging and the immune system. Immunol Rev 1997; 160:5–8. [PubMed: 9476660]
Downloaded 2021­9­10 10:49 A  Your IP is 187.135.163.239
Capítulo 4: Inmunosenescencia, Elena Soto­Vega; Luis Llorente Page 6 / 8
Kaszubowska L, Dettlaff-Pokora A, Hak L, et al Successful ageing of nonagenarians is related to the sensitivity of NK cells activation. J Physiol
©2021 McGraw Hill. All Rights Reserved.   Terms of Use • Privacy Policy • Notice • Accessibility
Pharmacol 2008;59(suppl 9):187–199. [PubMed: 19261980]
Haynes L, Eaton SM, Swain SL. The defects in effector generation associated with aging can be reversed by addition of IL-2 but not other related
Universidad del Valle de Mexico ­­
gamma (c) receptor binding cytokines. Vaccine 2000;18:1649–1653. [PubMed: 10689143]
Access Provided by:

Haynes L, Maue AC. Effects of aging on T cell function. Curr Opin Immunol 2009;31:414–417.

Hodes RJ. Aging and the immune system. Immunol Rev 1997; 160:5–8. [PubMed: 9476660]

Kaszubowska L, Dettlaff-Pokora A, Hak L, et al Successful ageing of nonagenarians is related to the sensitivity of NK cells activation. J Physiol
Pharmacol 2008;59(suppl 9):187–199. [PubMed: 19261980]

Larbi A, Fulop T, Pawelec G. Immune receptor signaling, aging and autoimmunity. Adv Exp Med Biol 2008;640:312–324. [PubMed: 19065799]

Lewis VM, Twomey JJ, Bealmear P, et al Age, thymic involution, and circulating thymic hormone activity. J Clin Endocrinol Metab 1978;47:145–150.
[PubMed: 263654]

Linton PJ, Dorshkind K. Age-related changes in lymphocyte development and function. Nat Immunol 2004;5:133–139. [PubMed: 14749784]

Liubuncic P, Reznick AZ. The evolutionary theories of aging revisited-a mini review. Gerontology 2009;55:205–216. [PubMed: 19202326]

Lord JM, Butcher S, Killampali V, et al Neutrophil ageing and immunosenescence. Mech Ageing Dev 2001;122:1521–1535. [PubMed: 11511394]

Malaguarnera L, Ferlito L, Imbes RM, et al Immunosenescence: a review. Arch Gerontol Geriat 2001;32:1–14.

Mariani L, Turchetti G, Franceschi C. Chronic anigenic stress, immunosenescence and human survivorship over the 3 last centuries: heuristic value of
a mathematical model. Mech Ageing Dev 2003;124:453–458. [PubMed: 12714253]

Miller RA, Garcia GC, Kirk CJ, et al Early activation defects in T lymphocytes from aged mice. Immunol Rev 1997;160:79–90. [PubMed: 9476667]

Mollinedo F, Borregaard N, Boxer LA. Novel trends in neutrophil structure, function and development. Immunol Today 1999;20:535–537. [PubMed:
10636641]

Pawelec G, Adibzadeh M, Pohla H, et al Immunosenescence: ageing of the immune system. Immunol Today 1995;16:420–422. [PubMed: 7546204]

Pawelec G, Barnett Y, Forsey R, et al T cell and aging. Front Biosci 2002;1:7:D1056–1183.

Renshaw M, Rockwell J, Engleman C, et al Cutting edge: impaired Toll-like receptor expression and function in aging. J Immunol 2002;169:4697–
4701. [PubMed: 12391175]

Richaud-Patin Y, Cabiedes J, Jakez-Ocampo J, et al High prevalence of protein-dependent and protein-independent antiphospholipid and other
autoantibodies in healthy elders. Thrombosis Res 2000;99:129–133.

Sansoni P, Cossarizza A, Brianti V, et al Lymphocyte subsets and natural killer cell activity in healthy old people and centenarians. Blood
1993;80:2767–2773.

Sansoni P, Vescovini R, Fagnoni F, et al The immune system in extreme longevity. Exp Gerontology 2008;43:61–65.

Solana R, Mariani E. NK and NK/T cells in human senescence. Vaccine 2000;25:1613–1620.

Stacy S, Krolick KA, Infante AJ, et al Immunological memory and late onset autoimmunity. Mech Ageing and Dev 2002;123:975–985

Stephan RP, Sanders YM, Witte PL. Stage specific alterations in murine B-lymphopoiesis with age. Int Immunol 1996;8:509–518 [PubMed: 8671637]

Tortorella C, Pisconti A, Piazzolla G, et al APC-dependent impairment of T cell proliferation in aging: role of CD28- and IL-12/IL-15 mediated signaling.
Mech Ageing Dev 2002; 123:1389–1402.

Weiskopf D, Weinberger B, Grubeck-Loebenstein B. The aging of the immune system. Transpl Int 2009;22:1041–1050. [PubMed: 19624493]

Yu X, Tsibuke T, McGraw PA, et al Neutralizing antibodies derived from the B cells of 1918 influenza pandemic survivors. Nature 2008;25:532–536.
Downloaded 2021­9­10 10:49 A  Your IP is 187.135.163.239
Capítulo 4: Inmunosenescencia, Elena Soto­Vega; Luis Llorente Page 7 / 8
Yung RL. Changes in immune function with age. Rheum Dis Clin North Am 2000;26:1–14. [PubMed: 10680190]
©2021 McGraw Hill. All Rights Reserved.   Terms of Use • Privacy Policy • Notice • Accessibility
Tortorella C, Pisconti A, Piazzolla G, et al APC-dependent impairment of T cell proliferation in aging: role of CD28- and IL-12/IL-15 mediated signaling.
Universidad del Valle de Mexico ­­
Mech Ageing Dev 2002; 123:1389–1402.
Access Provided by:

Weiskopf D, Weinberger B, Grubeck-Loebenstein B. The aging of the immune system. Transpl Int 2009;22:1041–1050. [PubMed: 19624493]

Yu X, Tsibuke T, McGraw PA, et al Neutralizing antibodies derived from the B cells of 1918 influenza pandemic survivors. Nature 2008;25:532–536.

Yung RL. Changes in immune function with age. Rheum Dis Clin North Am 2000;26:1–14. [PubMed: 10680190]

Downloaded 2021­9­10 10:49 A  Your IP is 187.135.163.239
Capítulo 4: Inmunosenescencia, Elena Soto­Vega; Luis Llorente Page 8 / 8
©2021 McGraw Hill. All Rights Reserved.   Terms of Use • Privacy Policy • Notice • Accessibility

También podría gustarte