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Josué

En estas líneas abordaremos a Josué, el personaje bíblico que algunos historiadores


y exégetas ubican hacia el 1200 a.C., fecha en que se dio la entrada a la tierra
prometida por vía de conquista.

1. La experiencia de Dios que le caracteriza a Josué.


De manera general, Josué es un hombre dotado de espíritu, porque ha recibido el
espíritu por mandato de Yahvé y por imposición de manos de Moisés, tal como se
nos relata en Nm 27, 18: «Toma a Josué, hijo de Nun, hombre en quien está el
espíritu e imponle tu mano».
a. Josué es un hombre de Dios
Es un hombre que ha conocido a Dios, no es Yahvé para él ningún extraño ni la Ley
es extraña para él, porque estos dos aspectos los ha aprendido muy bien de Moisés,
con todo esto, ¿qué tiene que ver Moisés con Josué? Nos afirma el libro del Éxodo:
«Yahvé hablaba con Moisés cara a cara, como habla un hombre con su amigo.
Luego Moisés volvía al campamento, pero su ayudante, el joven Josué, hijo de
Nun, no se apartaba del interior de la tienda» (33, 11).

Al ser, pues, en su juventud, Josué, el ayudante de Moisés, tuvo que haber


escuchado y aprendido tantas cosas de la relación de Dios con Moisés, podemos
decir, que era un testigo privilegiado y, si Moisés era amigo de Dios, seguramente el
querría también ser amigo de Dios.

b. Josué sucesor de Moisés


El libro de Números en el capítulo 27, 12-23 nos relata cómo fue Josué elegido por
Dios y puesto en frente como jefe de la comunidad. Esto nos hace pensar que Josué
ya ha asimilado los preceptos de Dios y que ahora es capaz de hacer la voluntad de
Dios y guiar a su pueblo.
De esto podemos afirmar que Josué sabe y ha tenido la experiencia de la fidelidad de
Dios, por eso, exhortará al pueblo a vivir en la fidelidad, a corresponder al amor de
Dios: «reconoced con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma que, de todas las
promesas que Yahvé vuestro Dios había hecho en vuestro favor, no ha fallado ni una
sola: todas se os han cumplido» (Jos 23, 14).

c. Muere en Timná Séraj

El Siervo de Yahvé (Jos 24, 29), muere habiendo cumplido la voluntad del Señor. Es
el hombre que aprendió y transmitió la Ley que Dios le dio a Moisés. Vivió amando
a Dios y a los suyos (cf. Jos 24, 30). Supo ser un buen líder y comandar las 12 tribus
de Israel, tarea nada fácil, pero que desempeñó con valentía, con fuerza y sin miedo,
porque sabía que el Dios de Israel es un Dios fuerte y poderoso, que cumple todo lo
que Él dice.

2. Enseñanza Espiritual de Josué

3. Mensaje de Josué a los jóvenes

Sin lugar a dudas la figura de Josué está notablemente cargada de un mensaje de


salvación y esperanza para los jóvenes. Su fidelidad a Dios, a su pueblo y a sí mismo
serán clave para encaminarse al proyecto que el Señor promete. Josué asiente la
Historia no como una serie de sucesos sin causa, sino como Historia de Salvación,
como acción continua de Dios.

Y es por ello que, pese a la adversidad, Josué se lanza al cumplimiento de la misión


que el Señor le encomienda, todo sin perder de vista al protagonista de la Historia:
Dios. Es él quien plasma los lienzos de su plan salvífico, y es Josué quien en
obediencia se vuelve protagonista de transmitir la esperanza que gestada en la
fidelidad de Dios.

Dios siempre es fiel a su promesa, y aunque él sabe que el hombre no siempre será
fiel, el Señor no doblega su fidelidad. Por más faltas que se tengan, por más débil
que sean nuestras capacidades, aún más será el amor de Dios y su propósito para
quien decide ser parte de la misión a la cual él llama a todos los hombres: ser santos.
Josué es consciente de que nada es imposible para Dios, así pues, todo joven debe
tener convicción de que Dios es capaz de fortalecer toda debilidad, liberarnos de
todo problema, auxiliarnos en los momentos más oscuros de nuestra vida, como
también, impulsarnos hacia la meta que queremos conquistar. Es momento que,
como Josué, nos adhiramos confiadamente a él, pues estando con él ningún mal será
capaz de vencernos.

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