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“Forjen espadas con los azadones y hagan lanzas con las hoces. Que diga el cobarde: “¡Soy
valiente!”
A los filisteos no les convenía que los israelitas tuvieran herreros porque sabían que
construirían armas con las cuales después les atacarían y destruirían. Entonces el
pueblo sin armas sólo tenía que dedicarse al cultivo de la tierra para no morir de
hambre, pero no podían atacar y defenderse de sus enemigos. Así ellos tenían el
control.
Esta es la razón por la cual las tinieblas cada día ataca a los herreros del Reino de
Dios, porque de esta manera, nosotros no podemos defendernos de él y nos
dedicamos “simplemente a trabajar para no morirnos de hambre” ¿qué es lo que
Dios demanda de nosotros hoy? ¿Acaso Dios está conforme con nuestra actitud?
tenemos azadones y hoces, lo cual no está mal pero es necesario tener lanzas y
espadas. ¡Hoy es día de convertir nuestros minutos de oración en tiempos
gloriosos en la presencia de Dios para recibir sus diseños! No podemos
conformarnos con lo que estamos haciendo, es preciso levantarnos en el
Nombre del Señor Jesús, despertar y avivar el fuego del Espíritu.
Es día de cambiar nuestros lamentos y quejas por la Palabra de Dios, el Señor nos
anima y dice: “si entresacaras lo precioso de lo vil, serás como mi boca” es día de
hablar el lenguaje del Reino. ¿A quién estás pidiendo ayuda? ¿Quién es tu herrero?
Los herreros del Reino no te aconsejan según su propia opinión sino por la Palabra
de Dios; los herreros del Reino te ayudan a forjar espadas y lanzas de tus azadones y
hoces para que puedas destruir las fortalezas del mal, sin embargo al igual que el
pueblo de Israel muchas veces dependemos de los herreros de los filisteos, y ¿sabes
que hacen los herreros de nuestro enemigo? Ellos nos aconsejan según las tinieblas,
con la sabiduría diabólica porque el enemigo no va a permitir que tú recibas espadas
y lanzas para que le destruyas. Pero el Señor hoy nos dice que es necesario que
nos levantemos y hagamos espadas de nuestros azadones y lanzas de nuestras
hoces, es decir prepárate para la victoria, porque cuando el Señor nos da ese tipo de
instrucción es porque él ya ha preparado su ejército para que pelee a favor de
nosotros y la victoria es nuestra.
Hoy debemos decirle al Señor: Déjame verte en cada una de mis pruebas para que
yo pueda cooperar contigo y ver la victoria, guíame en cada una de las áreas de mi
vida incluyendo las situaciones difíciles con las personas que amamos. Señor yo
confío en que tu sabes cómo manejarlas… me falta el poder, no sé qué hacer pero
mis ojos están fijados en ti. Porque él conoce nuestra debilidad, pero nos dice
¡esfuérzate y se valiente! Somos el Ejército de Dios, no los granjeros de Dios,
nuestras armas no pueden ser para el “cultivo de la tierra”, son armas para
destrucción de fortalezas.
Las pruebas no son experiencias anormales como quiera que Dios las envíe o
permita que pasen, ellas son parte del plan para remover las cosas feas en nuestro
carácter y forjar las hermosas. Esto es lo que Job pudo decir en medio de la prueba
devastadora, “cuando él me haya probado seré refulgente como el oro” Job 23:10 y
Santiago dice el Señor está lleno de compasión y misericordia.
¿Qué hace un soldado sin espada? ¿Cómo un guerrero puede vencer sin lanza? Que
no se nombre así en CCI porque hoy el Señor pregunta ¿dónde está tu espada? La
que te fue entregada el día de tu rendición, ¿por qué has dejado a un lado mis
consejos y has tomado los consejos de las tinieblas?
Pero en este momento quiero hacer énfasis cuando la Escritura dice excepto Saúl y
Jonatán.
En 1º Sa. 14 leemos que Jonatán le ordenó a su escudero “ven acá vamos a cruzar
al otro lado, donde está el destacamento de los filisteos” a diferencia de los soldados
que no tenían armas y sólo estaban atemorizados y escondidos en cueva, Jonatán
quien tenía una espada determinó enfrentar al enemigo. Un soldado que posee la
espada, invade el terreno de las tinieblas para destruirlo, no tiene miedo, no se
esconde en cavernas, no tiene excusas sólo ataca porque tiene la espada del
Espíritu y el poder sobrenatural de Dios el Todopoderoso.
1º Sa. 14:6 Un soldado que posee la espada sabe que para su Dios, no es difícil
salvar con muchos o con pocos. Aleluya! Sólo una espada y un escudero son
suficientes, cuando la gloria de Dios va delante de nosotros. Quiero recordarte que
el Señor, honra a los que le honran, que él es el Hacedor y está presto para pelear
por nosotros.
La pregunta es, si Saúl tenía una espada, porqué siendo el rey no fue a pelear?
Porque se había apartado del propósito de Dios. Tal vez el Señor te ha entregado
una espada, pero no la puedes usar porque estás lejos de sus propósitos. Dios nunca
acompaña a la guerra a quienes no le van a entregar la gloria a Él. El poder no está
en la espada, está en Dios.
3. Un soldado con la espada influye sobre los demás y aun los que se han ido
vuelven
Cuando el rey Saúl se dio cuenta que Dios estaba entregando la victoria a su hijo
Jonatán, proclamó la guerra contra los filisteos, no hubo necesidad que el ejército
los matara, ellos se mataban así mismo. ¡Aleluya! No hay poder que pueda contra
nuestro Dios, él hará aun confundir a quienes procuran dañarte. ¡Sólo tienes que
creer!
Con tu mover, los que están escondidos en las cuevas saldrán, por eso levántate
y resplandece que el Señor te entregó una espada, no una hoz, tampoco un
azadón… eres un soldado…. No un granjero.
Los escuderos responden: “¡adelante! Haga usted lo que tenga pensado hacer, que
cuenta con todo mi apoyo” un escudero es leal, alguien con quien se puede contar,
es una persona íntegra, obediente, que se identifica con la visión de aquel a quien
cuida. El escudero está siempre pegado al que tiene la espada, de esta manera
también protege su vida.
Puede Dios contar contigo hoy… que los soldados del Señor que tienen la espada
necesitan escuderos… ¿será que podemos responder cuente con mi apoyo?
Los escuderos, no tienen temor del enemigo, un escudero marcha al frente, pelea
hasta lograr vencer a las tinieblas pero siempre guardando la espalda de su señor.
Hoy es el día en que debemos convertir los azadones en espada y las hoces en
lanzas… hoy debemos atacar a las tinieblas, salir de nuestras cuevas y proteger a
quienes lo necesitan, sólo así veremos la gloria de Dios.