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Dimensión: empatía

Habilidades asociadas a las dimensiones socioemocionales


Sensibilidad hacia personas y grupos que sufren exclusión o discriminación

Indicadores de logro:
Evalúa su propia actitud e integración en prácticas de inclusión, de respeto y
colaboración, tanto dentro como fuera de la escuela. Planea acciones
preventivas frente a la exclusión y la discriminación.

Debate por la inclusión Tiempo: 60 min.


– Pida a los alumnos que se sienten en postura de “cuerpo de montaña”.
Posteriormente, toque alguno de los instrumentos durante dos minutos y
pídales que, cuando el sonido cese, levanten la mano.

Compartir. Pida a varios alumnos que completen la frase siguiente: “Yo me


comprometo a luchar contra la discriminación haciendo…”.

– Lea en voz alta para los alumnos la nota de


Conapred “Exclusión e intolerancia en la escuela”:
“Discriminar es dar un trato desfavorable, de desprecio e inmerecido, ya sea
intencional o no, a una persona o a un grupo, por atribuirles características
devaluadas; asimismo, tiene como efecto imponerles obligaciones o
desventajas e impedirle el acceso a la igualdad real de oportunidades y
derechos”.
– Después de haber leído la nota, elija usted a uno de los grupos que suelen
ser excluidos en el salón de clases e invítelo para que cada uno de los que
integran dicho grupo exprese si les gustaría tener como compañero a alguien
del grupo social que se cita en la lectura.
– Explique a los alumnos que la nota invita a asumir diversas posturas al
respecto; la idea es conocer las de los alumnos mediante la organización de un
debate.
– Solicite a los alumnos que preparen un debate. Pídales que levanten la mano
los que están de
acuerdo en convivir dentro del salón de clases con un grupo de jóvenes
presumidos, un grupo de jóvenes que se expresan con groserías, un grupo de
jóvenes a quienes no les gusta estudiar, un grupo de jóvenes mal portados, un
grupo de jóvenes tímidos, un grupo de jóvenes con discapacidad.
– Invite a tres alumnos voluntarios para que representen a los que SÍ están de
acuerdo en convivir con uno u otro grupo, y a otros tres voluntarios que
representen a los que NO están de acuerdo. Explíqueles que dichos
“representantes” tendrán cinco minutos para escribir en una hoja tres
argumentos que sustenten su postura. Pídales que acomoden seis sillas al
frente del salón, el resto del grupo se queda en sus lugares y serán el público
del debate.

• Primera ronda del debate: los representantes toman asiento y se turnan para
leer sus argumentos. El resto de los representantes prestará atención, ya que
elegirá a uno de los representantes del equipo contrario para responderle,
comentar o preguntar algo con el fin de refutar su argumento.
• Segunda ronda del debate: Cada representante ya ha elegido a alguien de la
postura contraria para responder o preguntar algo que permita refutar sus
argumentos. Inicie la ronda de preguntas y respuestas; cada uno pregunta al
“representante” elegido y espera su respuesta. Así, hasta que cada uno de los
seis haya comentado o preguntado y recibido una respuesta. El público
permanece atenta a las participaciones tanto de la primera como de la segunda
ronda del debate.

– Al finalizar, pídales que de nuevo levanten la mano para saber quiénes están
de acuerdo en compartir un salón de clases con un alumno que represente al
grupo social elegido.

Comunidad de diálogo. Promueva que el grupo comparta sus experiencias a


partir de las preguntas:
¿qué prácticas de exclusión, aunque sean sutiles, identifican en la escuela? ¿Y
en la organización de algún partido de su deporte favorito? ¿Al formar equipos
de trabajo?
– Pida al grupo que identifiquen cinco actitudes discriminatorias o excluyentes
que ejerzan los propios alumnos y cinco maneras en que ellos pueden ayudar a
contrarrestar dichas prácticas.
Pistas
Organice un debate con algún otro tema cercano al contexto de los jóvenes y
su comunidad, como algún caso de discriminación laboral, de atención médica
o de impedimento para ingresar a alguna institución.
Es de suma importancia que logren reconocer en sí mismos su participación en
prácticas discriminatorias, las cuales a veces parecen justificarse por ser
habituales o legitimadas por su grupo social. En este sentido, ponga el énfasis
en el rechazo a considerar “normal” o “aceptable” cualquier actitud y práctica de
exclusión y discriminación.

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