Está en la página 1de 8

Diplomatura instrumental en corrección de textos (ortográfica y de estilo)

Módulo II: Morfología y Sintaxis del Español (en relación con la normativa)
Prof. Lic. M. CARBONARI - Prof. S. NEGRI
Cuarta cohorte – 2021

CONSIDERACIONES PRELIMINARES SOBRE GRAMÁTICA NORMATIVA

Comenzamos el módulo Morfología y Sintaxis del Español (en relación con la normativa) de la
Diplomatura instrumental en corrección de textos haciendo referencia al nombre del módulo y
a cada uno de los componentes del mismo. En este breve documento introductorio, nos
enfocamos en el sustantivo que compone el título: normativa.

Le presentamos, en primer lugar, una síntesis con precisiones acerca del concepto de norma
lingüística; luego, analizamos un capítulo de un libro que distingue la gramática descriptiva de
la gramática normativa y, finalmente, nos dedicamos a analizar un problema actual de
gramática española. Este itinerario nos permite conocer qué abordaje le daremos al estudio de
la gramática en este curso y, a su vez, es el punto de partida para entrar en el apasionante
mundo del análisis de las estructuras y funciones morfológicas y gramaticales de nuestra
lengua.

1. Acercamiento al concepto de norma

Si bien no es el objetivo de este módulo profundizar en las discusiones teóricas acerca del
término “norma”, creemos pertinente hacer mención de las distintas formas de concebirla, ya
que cada una de ellas responde a distintos modos de considerar la lengua en cuanto objeto de
estudio y medio de comunicación.

Acerca del concepto de norma, el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia


Española ofrece estas definiciones:

Como podemos observar en las cuatro primeras definiciones, la palabra norma está asociada
con la regulación, los preceptos, la aplicación de criterios correctos. Respecto de la última
acepción, que hace referencia a la variedad de lengua que es considerada preferible sobre otras
Diplomatura instrumental en corrección de textos (ortográfica y de estilo)
Módulo II: Morfología y Sintaxis del Español (en relación con la normativa)
Prof. Lic. M. CARBONARI - Prof. S. NEGRI
Cuarta cohorte – 2021

por utilizar recursos lingüísticos diversos y elaborados, esta se inscribe en una larga tradición
que interpreta la norma como modelo ejemplar, un modelo de corrección, un uso más
adecuado y más prestigioso que otro/s. Si nos ubicamos en esta perspectiva, hablamos de
normas prescriptivas y estas aparecen frecuentemente en estudios de gramáticas que,
basándose en una autoridad de la lengua (por ejemplo, la Real Academia Española), dictan
normas de lo que es correcto o incorrecto.

Existe en la Lingüística, por otra parte, una concepción de normas como el conjunto de reglas
restrictivas que definen lo que puede ser objeto de elección entre los usos de una lengua. Fue
Coseriu (1982) quien explicó y estudió este concepto al criticar la dicotomía lengua/habla de
Saussure por ser demasiado rígida y propuso en su lugar una concepción tripartita, compuesta
por los conceptos de sistema, norma y habla. De esta manera, Coseriu introdujo en la conocida
dicotomía saussureana un nivel intermedio, llamado “norma”, que es definido como la mediana
de las realizaciones aceptadas en una comunidad de habla, constituida por las estructuras
fijadas social o tradicionalmente en la técnica del habla y que son de uso general dentro de una
comunidad lingüística.

Una mirada actual de la norma lingüística afirma que la norma del uso correcto de la lengua la
imponen los hablantes y no las Academias de la Lengua u otras instituciones, que solo la
registran, a veces la estudian o la analizan. En este sentido, se concibe la norma lingüística como
“el conjunto de preferencias lingüísticas vigentes en una comunidad de hablantes, adoptadas
por consenso implícito entre sus miembros y convertidas en modelos de buen uso” (Garrido y
otros, 2017). La importancia de este consenso reside en que si este no existiera y cada hablante
seleccionara opciones particulares en su comunicación, esta sería imposible.

2. Gramática descriptiva, normativa o prescriptiva, mental. Gramaticalidad y


agramaticalidad

Después de habernos introducido brevemente en el concepto de norma y sus distintas


acepciones, lo invitamos a leer algunas páginas del capítulo 3, “La corrección gramatical” de un
libro de la reconocida filóloga, profesora universitaria e investigadora Graciela Reyes: Cómo
escribir bien en español. Manual de redacción. A partir de esa lectura, les solicitamos que
resuelvan esta guía que les permitirá focalizar en los aspectos fundamentales en función de los
contenidos de este curso:

1. ¿Cuál es el objetivo que creen que tiene el libro de Graciela Reyes y por qué incluye el
capítulo sobre corrección gramatical?
2. Complete el cuadro comparativo entre: gramática descriptiva y gramática prescriptiva
y escriban, luego un párrafo que compare ambas gramáticas.
Diplomatura instrumental en corrección de textos (ortográfica y de estilo)
Módulo II: Morfología y Sintaxis del Español (en relación con la normativa)
Prof. Lic. M. CARBONARI - Prof. S. NEGRI
Cuarta cohorte – 2021

Gramática Normativa Gramática Descriptiva

Objetivo

Objeto de
estudio

Ejemplo

3. Señale a qué nos referimos cuando hablamos de expresión incorrecta y de expresión


agramatical.
4. ¿Qué es la aceptabilidad? Señale un factor determinante para la aceptabilidad de una expresión
y justifique la respuesta.
5. ¿Quién establece la norma lingüística?
6. Defina gramática mental y señale en qué se diferencia de la Gramática Normativa y la Gramática
Descriptiva.
7. ¿Cuál es la importancia de saber los términos específicos de gramática?
8. Describan la relación existente entre “conocimiento de gramática” y “habilidad para escribir”.
¿Puede establecer esta conexión en alguna experiencia personal? En caso de responder
afirmativamente, especifique cuál.

3. Dos casos de análisis

Le proponemos dos textos en los que se pone en tensión el concepto de norma y uso de la
lengua en distintos contextos. Le pedimos que elija uno de los textos, lo lea en profundidad y
resuelva estas consignas:

- ¿En qué radica el conflicto lingüístico presentado en ese caso? Descríbalo brevemente,
retomando las distintas concepciones de norma vistas anteriormente.
- ¿Qué opinión tienen los/las autores acerca de ese problema?
- Si se le presentara el problema anunciado anteriormente a ustedes, en su rol de
correctores, ¿qué decisiones tomarían?
Diplomatura instrumental en corrección de textos (ortográfica y de estilo)
Módulo II: Morfología y Sintaxis del Español (en relación con la normativa)
Prof. Lic. M. CARBONARI - Prof. S. NEGRI
Cuarta cohorte – 2021

Texto 1

Cortázar, J. (2013) Clases de Literatura. Alfaguara (pp. 151-152)


En determinados momentos de la narración no me basta lo que me dan las posibilidades sintácticas
de la prosa y del idioma; no me basta explicar y decir: tengo que decirlo de una cierta manera que
viene ya un poco dicha no en mi pensamiento sino en mi intuición, muchas veces de una manera
imperfecta e incorrecta desde el punto de vista de la sintaxis, de una manera que por ejemplo me lleva
a no poner una coma donde cualquiera que conozca bien la sintaxis y la prosodia la pondría porque es
necesaria. Yo no la pongo porque en ese momento estoy diciendo algo que funciona dentro de un
ritmo que se comunica a la continuación de la frase y que la coma mataría. Ni se me ocurre la idea de
la coma, no la pongo.

Eso me ha llevado a situaciones un poco penosas pero al mismo tiempo sumamente cómicas: cada vez
que recibo pruebas de imprenta de un libro de cuentos mío hay siempre en la editorial ese señor que
se llama “el corrector de estilo” que lo primero que hace es ponerme comas por todos lados.

Me acuerdo que en el último libro de cuentos que se imprimió en Madrid (y en otro que me había
llegado de Buenos Aires, pero el de Madrid batió el récord) en una de las páginas me habían agregado
treinta y siete comas, ¡en una sola página!, lo cual mostraba que el corrector de estilo tenía perfecta
razón desde un punto de vista gramatical y sintáctico: las comas separaban, modulaban las frases para
que lo que se estaba diciendo pasara sin ningún inconveniente; pero yo no quería que pasara así,
necesitaba que pasara de otra manera, que con otro ritmo y otra cadencia se convirtiera en otra cosa
que, siendo la misma, viniera con esa atmósfera, con esa especie de luces exterior o interior que puede
dar lo musical tal como lo entiendo dentro de la prosa.

Tuve que devolver esa página de pruebas sacando flechas para todos lados y suprimiendo treinta y
siete comas, lo que convirtió la prueba en algo que se parecía a esos pictogramas donde los indios
describen una batalla y hay flechas por todos lados. Eso sin duda produce sorpresa en los profesionales
que saben perfectamente dónde colocar una coma y dónde es todavía mejor un punto y coma que una
coma. Sucede que mi manera de colocarlas es diferente, no porque ignore dónde deberían ir en cierto
tipo de prosa sino porque la supresión de esa coma, como muchos otros cambios internos, son —y
esto es lo difícil de transmitir— mi obediencia a una especie de pulsación, a una especie de latido que
hay mientras escribo y que hace que las frases me lleguen como dentro de un balanceo, dentro de un
movimiento absolutamente implacable contra el cual no puedo hacer nada: tengo que dejarlo salir así
porque justamente es así que estoy acercándome a lo que quería decir y es la única manera en que
puedo decirlo.
Diplomatura instrumental en corrección de textos (ortográfica y de estilo)
Módulo II: Morfología y Sintaxis del Español (en relación con la normativa)
Prof. Lic. M. CARBONARI - Prof. S. NEGRI
Cuarta cohorte – 2021

Texto 2

El liberal (agosto, 2020) Lenguaje inclusivo sí o no, en la opinión de los expertos.


https://www.elliberal.com.ar/noticia/536864/lenguaje-inclusivo-si-o-no-opinion-
expertos?utm_campaign=ScrollInfinitoDesktop&utm_medium=scroll&utm_source=nota

02/08/2020 - 01:20 Santiago


OCHO PREGUNTAS
1_ Desde su perspectiva, ¿por qué cree que nació el lenguaje inclusivo?
2_ El reemplazo de las vocales O, A por E ¿tiene explicación, según la lingüística? ¿Por qué no
reemplazarlas por la I o la U?
3_ ¿La lengua castellana tenía ya de antemano formas, en sus vocablos, inclusivas de los géneros
humanos?
4_ ¿Está de acuerdo con el uso del lenguaje inclusivo? ¿Por qué?
5_ Teniendo en cuenta el proceso iniciado en estos años, ¿cuál cree que puede ser el avance del
lenguaje inclusivo en nuestra forma de hablar y escribir? ¿Se reducirá al reemplazo de vocales o puede
ir por más aspectos del habla?
6_Puede convivir el lenguaje inclusivo con el tradicional?
7_ Aconsejaría su incorporación a la enseñanza formal?
8_ ¿A su juicio, qué rol deberían sostener los medios de comunicación frente a la aparición del lenguaje
inclusivo?

Dr. José Andrés Rivas. Miembro correspondiente de la Academia Argentina de Letras por Santiago
del Estero. Profesor y Doctor en Letras por la UBA

1_ Surgió por la confusión de la gramática con las ideas -muy respetables, por cierto- de los derechos
de género, en especial los de las mujeres. O sea, la idea surgió de una mezcla de la gramática con una
línea de la sociología con connotaciones ideológicas o políticas.
2_ No tiene ninguna explicación. Por eso se puede emplear tanto la E, la J, la X adentro de la O, la W y
hasta el signo @, que pertenece al correo electrónico. O sea, se puede poner cualquier cosa que se le
ocurra.
3_ Por supuesto. Todas las lenguas son fascinantes creaciones humanas, en cuyo proceso forman parte
circunstancias históricas, geográficas, sociales, culturales, antropológicas, raciales, etc., que INCLUYEN
todas las posibilidades. Hasta esta exótica idea de un lenguaje “inclusivo”. Y no hay que olvidar que a
las lenguas las hace la gente común. Querer modificarlas desde arriba no pertenece ni a la lengua, ni a
la gramática, ni a las leyes elementales de la cultura, sino a otros campos.
Diplomatura instrumental en corrección de textos (ortográfica y de estilo)
Módulo II: Morfología y Sintaxis del Español (en relación con la normativa)
Prof. Lic. M. CARBONARI - Prof. S. NEGRI
Cuarta cohorte – 2021

4_ Para nada. En este sentido comparto la indignación del novelista español Arturo Pérez Reverte por
esta idea (¿con qué derecho alguien se mete a cambiarme mi instrumento de trabajo?, bramó en una
entrevista). Y con la de los lingüistas mexicanos, que califican esta “idea” como un disparate. ¿Se
imaginan que El Quijote comenzara “En un luguer de le Menche…”. O que en el comienzo de la
encendida acusación de Sor Juana dijera “Hombres necies que acus@is a le mujer sin razén…”. O que
Domingo Faustino Sarmiento, uno de los mayores feministas del siglo XIX, que había escrito que “el
grado de civilización de un pueblo se demuestra en el nivel social que ocupa la mujer”, hubiera
comenzado su fascinante libro diciendo “Sombre terrible de Facund@...”
5_ Cuando se quiere imponer algo como esto, todos los avances son posibles. En este caso, sugiero
hacer lo que aconsejaba Borges sobre ciertos libros: tener la precaución de NO leerlos. Yo
modestamente sugiero: tener la precaución de no usar esta jerga. Ya atentamos contra la lengua, que
es de todos, como para agregarle este galimatías. Por ese camino sólo se llega al silencio. A la
inespresabile nulla, como advertía el poeta vanguardista Giuseppe Ungaretti.
6_ Recuerdo que Rubén Darío en Los raros incorporaba al conde de Lautreamont (seudónimo del
escritor uruguayo demasiado Isidore Ducasse), porque señalaba irónicamente la unión en una mesa
de disección de un paraguas con una máquina de coser. Acá sería lo mismo. O como dice el tango
Cambalache, es querer poner “la Biblia junto a un calefón”.
7_ Para nada. A quienes quieren incorporar algo como esto, les sugeriría releer, o al menos leer, el
capítulo de la tercera versión de SHUNKO en la que el maestro intenta prohibir hablar quichua en la
escuela. Reléanlo y verán cómo fracasa. Y de paso gozarán de la lectura de la más famosa novela de
Santiago del Estero.
8_ En lo posible, ignorarlo. No escribir acose, discriminaci@n, violencie de génere u otros inventos
similares, que pertenecen más a un feminismo de cotillón que a la verdadera solución de los problemas
que acechan a las minorías y a las mujeres.

Dra. Cecilia Canevari. Doctora en Género de la Universidad Nacional de Buenos Aires. INDES-FHCSyS-
Unse
1_ El lenguaje es performativo y ordena no solo nuestra manera de comunicarnos entre las personas
sino también nuestra mirada sobre el mundo y el contexto. El lenguaje tiene una historia política de
dominación, no podemos soslayar que ha sido la intrusión colonial del Reino de Castilla y Aragón -luego
España- quien ha impuesto su lengua. El primer paso para el sometimiento de un pueblo es la
imposición de la lengua, y este objetivo ha tenido mucho éxito en toda Abya Yala con la pérdida de la
memoria de los pueblos y sus idiomas, aunque también como contrapartida la sobrevivencia en
distintos territorios de nuestra América. Recuerdo el diálogo con una señora del departamento
Figueroa que me decía: “A mí la quichua me duele”. ¿Por qué? le pregunto. “Porque la maestra me
pegaba con el puntero al hablar como mis padres”. Podemos deducir sin temor a equivocarnos que la
imposición fue violenta.
Pero además de la arcaica raíz colonial que tiene el castellano (mal llamado español), también es
patriarcal. Y en este sentido los grupos subalternizados por el lenguaje han expresado y expresan
maneras de resistencia a las exclusiones e invisibilizaciones que provocan malestares.
Y es en este contexto con una nueva emergencia de los movimientos feministas y de las diversidades/
disidencias, en donde surge con bastante contundencia el reclamo por hacer notar que el uso de un
masculino que se supone incluyente con el uso de la “o” resulta que hoy se denuncia que no es así. El
Diplomatura instrumental en corrección de textos (ortográfica y de estilo)
Módulo II: Morfología y Sintaxis del Español (en relación con la normativa)
Prof. Lic. M. CARBONARI - Prof. S. NEGRI
Cuarta cohorte – 2021

lenguaje androcéntrico borra en un solo gesto a las mujeres, lo femenino y las personas de la
diversidad. Además, el binarismo de organizar el imaginario en femenino y masculino como únicas
alternativas, obtura a quienes quedan fuera de este ordenamiento.
2_ Las lenguas son dinámicas y tienen una transformación permanente. Basta leer un texto de hace
unas décadas o en castellano antiguo para darnos cuenta de sus enormes cambios. La creatividad
puesta en la renovación de nuestras maneras de hablar tiene también una larga historia, y en Santiago
del Estero hemos incorporado muchas palabras (con sus significados) que vienen de los pueblos
originarios o africanos. En estos últimos años hemos incorporado palabras anglosajonas que inundan
nuestro léxico cotidiano y esto se agudizó con la necesidad de ampliar nuestras comunicaciones por
medios tecnológicos. Entonces ahora sabemos qué es un podcast, o un webinar y qué es el youtube o
el whatsapp. Aunque parece que incorporar estos términos provoca menos conflicto que la propuesta
de revisar el uso de los géneros.
Ahora el desafío es que si la letra “o” no es representativa de todo un colectivo social, ¿cómo logramos
modos de hablar más respetuosos e inclusivos? Hace un tiempo se comenzó a usar el “@” o la “x”,
pero con el inconveniente de que no tienen maneras de oralidad, no pueden ser dichas. Entonces
recientemente surge el uso de la “e”. ¿Es la “e” incluyente en sí misma de lo femenino, lo masculino y
lo diverso? No parece tan sencillo, porque estaríamos subsumiendo nuevamente y ahora en un
supuesto neutro. Entonces podría ser que el camino sea decir como ya se escucha: “todos, todas,
todes”. Bien. ¿Esto vuelve un poco más engorrosa la comunicación? Y sí, posiblemente, pero tiene
como efecto reparador que se logra la inclusión. Solamente en el andar de los tiempos y la creatividad
colectiva, podremos confirmar mejores maneras de comunicarnos que sean más respetuosas.
3_ La lengua castellana en su formato más tradicional nos permite una búsqueda de caminos
alternativos para esquivar en la medida de lo posible el uso de palabras generizadas. Así podemos decir
en lugar de todos, las personas presentes. Hay muchos manuales con buenas propuestas para
aprender a hablar sin sexo.
La lengua castellana como lengua impuesta por el invasor, tiene un curioso custodio del cumplimiento
de las reglas: la Real Academia Española. Esta institución bien antigua conformada históricamente por
varones, vela por la moral de la lengua, lo correcto e incorrecto y emite resoluciones para tal fin. Que
la realeza española sea quien dictamine -luego de más de doscientos años de nuestra independencia-
, es al menos sorprendente. Por no decir patético.
Si alguien tuviera dudas sobre el sexismo del diccionario de la RAE, les invito a leer las definiciones de
varón y mujer. Allí encontrarán con bastante elocuencia cómo subyace un androcentrismo que vincula
en muchas acepciones, a las mujeres con su vida sexual puesta en sospecha moral por un lado y el
heroísmo del varón por el otro.
4_ Acordamos que el lenguaje no son solamente palabras, sino también conceptos que organizan las
representaciones y el mundo simbólico, y que además se subjetivan. Si la lengua es una herramienta
del poder, adquiere gran relevancia el revisar críticamente sus efectos en nuestras vidas y en nuestra
convivencia. Reconocer el carácter ideológico y político nos invita al desafío de imaginar nuevas formas
de diálogos, en donde nadie sienta que ha quedado afuera o violentado/a/e. Porque estaríamos así
trabajando en la construcción de una comunidad más respetuosa, más igualitaria, libre de
discriminaciones y violencias. En estas transformaciones, que son en definitiva conquistas de derechos,
y visibilizaciones de aquello que se obtura, subyace una promesa de un futuro más justo.
Diplomatura instrumental en corrección de textos (ortográfica y de estilo)
Módulo II: Morfología y Sintaxis del Español (en relación con la normativa)
Prof. Lic. M. CARBONARI - Prof. S. NEGRI
Cuarta cohorte – 2021

7_ La revisión de nuestro lenguaje desde una perspectiva crítica debería formar parte de la educación
en todos los niveles del sistema. Porque apunta a señalar los mecanismos de discriminación que
contiene, porque busca construir sociedades menos desiguales, más respetuosas de la convivencia con
todas las personas en todas las diversidades.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Coseriu, E. (1982) Teoría del lenguaje y Lingüística General. Cinco estudios. Gredos, 3° ed.
Garrido, F. y otros (2017) ¿Qué es una norma lingüística y quién controla el buen uso de la
lengua? Disponible en: http://www.academia.org.mx/espin/respuestas/item/norma-
lingueistica
Reyes, G. (2008) Cómo escribir bien en español. Manual de redacción. Arco Libros, 6°ed.

También podría gustarte