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FICHA DE LECTURA PARA EL CURSO DE ÉTICA

Nombre del alumno: Alfonso Eduardo Porras Olivas


Matrícula: 341704

Ficha de lectura. Fecha:


Tema: La vida practica y la vida teórica. 29/03/2021
Autor: Aristóteles.
Título: Ética a Nicómaco.
Objetivo de la lectura: Desarrollas mis reflexiones e impresiones respecto a la vida
practica y la vida teórica planteadas por Aristóteles.

Tesis principal del autor. Principales argumentos del autor:


De los tres modos de vida I. Si todas las cosas, acciones y
(voluptuosa/sensible, política/practica y disciplinas tienen un propósito,
contemplativa/teórica) la mas elevada de finalidad y/o objetivo, entonces la
todas, y la que posee y permite la felicidad vida humana también.
más suprema, es esta última; y aunque es mas II. Si tanto los sabios como los no
propia de los dioses que de los seres humanos sabios, con los diversos modos de
por nuestra condición moral y corpórea, está vida planteados, concuerdan en
en nosotros practicarla tanto como no sea que le fin ultimo es la felicidad,
posible. entonces la felicidad más suprema
la poseerá el modo de vida más
elevado.

Interrogantes que surgen de la lectura:


¿Por qué poseemos una afinidad hacia lo divino?
¿Por qué sentimos una atracción hacia lo bueno/bello/verdadero?
¿Cómo Aristóteles puede argumentar sobre la felicidad sin dar una descripción aterrizada
del qué es?
¿De los tres modos de vida, solo puede/debe llevarse uno?
¿Qué es mejor, elegir un modo de vida hacia el cual dirigirnos, o encontrar un equilibrio
sano entre los tres posibles?

Citas importantes (con comentario, por lo menos cinco):

“La prudencia es un modo de ser racional verdadero y practico, respecto de lo que es


bueno y malo para el hombre”.
(Libro VI. Pág. 273. Parágrafo 1140b)

Este fragmento me hace recordar ciertos momentos de mi vida en los que tuve que tomar
una decisión, y tras hablar a posteriori sobre la elección que elegí, ciertas personas me
dijeron “que prudente fuiste” o “fue la decisión más prudente” y entendí que hay ciertas
elecciones que poseen “prudencia” mientras cuenten con estos elementos:
Deben deliberarse racionalmente, ser prácticas, y contemplar el bien y el mal que
causaran.
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“Por esa razón, también algunos sin saber, pero con experiencia en otras cosas, son más
prácticos que otros que saben; así, no quien sabe que las carnes ligeras son digestivas y
sanas, pero no sabe cuáles son ligeras, producirá lo salud, sino, más bien, el que sepa qué
carnes de ave son ligeras y sanas. La prudencia es práctica, de modo que se deben poseer
ambos conocimientos o preferentemente el de las cosas particulares”.
(Libro VI. Pág. 277. Parágrafo 10)

Considero clave el énfasis que hace Aristóteles en distinguir la importancia del papel de
la practica en el acto de la prudencia, pues efectivamente, en la toma de decisiones
prácticas, la experiencia juega un papel más importante que el saber.

“Una señal de lo que se ha dicho es que los jóvenes pueden ser geómetras y matemáticos,
y sabios, en tales campos, pero, en cambio, no parecen poder ser prudentes. La causa de
ello es que la prudencia tiene también por objeto lo particular, que llega a ser familiar por
la experiencia, y el joven no tiene experiencia, pues la experiencia requiere mucho
tiempo. Y si uno investiga por qué un muchacho puede llegar a ser matemático, pero no
sabio, ni físico, la respuesta es ésta: los objetos matemáticos existen por abstracción,
mientras que los principios de las otras ciencias proceden de la experiencia”.
(Libro VI. Pág. 278. Parágrafo 10)

Por irónico que parezca, respecto a la relación entre universal y particular, creo que la
aseveración anterior peca de corresponder al ámbito universal ignorando el particular,
porque, aunque es verdad que en la mayoría de los casos los jóvenes carecen de
experiencia, para afirmar que son incapaces de ser prudentes, se debe de examinar cada
caso particular; pues he conocido numerosas personas, en promedio de mi edad, con una
prudencia muy superior a otros individuos que nos superan en edad y vivencias.
Claro, esto no significa que contradiga lo dicho por Aristóteles, la verdad es que en su
inmensa mayoría, los jóvenes no poseen prudencia derivada de la experiencia, pero esto
no significa que debemos desacreditar cualquier decisión de cualquier joven, solo por
tomar cierta ciegamente la generalización en cuestión.

“Ciertamente, se considera que la filosofía posee placeres admirables en pureza y en


firmeza, y es razonable que los hombres que saben, pasen su tiempo más agradablemente
que los que investigan. Además, la dicha autarquía se aplicará, sobre todo, a la actividad
contemplativa, aunque el sabio y el justo necesiten, como los demás, de las cosas
necesarias para la vida; pero, a pesar de estar suficientemente , provistos de ellas, el justo
necesita de otras personas hacia las cuales y con las cuales practica la justicia, y lo
mismo el hombre moderado, el valiente y todos los demás; en cambio, el sabio, aun
estando sólo, puede teorizar, y cuanto más sabio, más; quizá sea mejor para él tener
colegas, pero, con todo, es el que más se basta a sí mismo”.
(Libro X. Pág. 396. Parágrafo 25)

No solo estoy de acuerdo con que el sabio que vive de forma contemplativa es el que mas
se basta de si mismo para obtener plenamente su felicidad, sino también sé que todos los
que practicamos la reflexión y el pensamiento como estilo de vida, podemos asegurar que
hay pocos placeres mas elevados que el aprendizaje y entendimiento.
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“Que la felicidad perfecta es una actividad contemplativa será evidente también por lo
siguiente. Consideramos que los dioses son en grado sumo bienaventurados y felices,
pero ¿Qué género de acciones hemos de atribuirles? ¿Acaso las acciones justas? ¿No
parecerá ridículo ver a los dioses haciendo contratos, devolviendo depósitos y otras cosas
semejantes? ¿O deben ser contemplados afrontando peligros, arriesgando su vida para
algo noble? (…) Aunque recurriéramos a todas estas virtudes, todas las alabanzas
relativas a las acciones nos parecerían pequeñas e indignas de los dioses. Sin embargo,
todos creemos que los dioses viven y que ejercen alguna actividad, no que duermen,
como Endimión. Pues bien, si a un ser vivo se le quita la acción y, aún más, la
producción, ¿Qué le queda, sino la contemplación? De suerte que la actividad divina que
sobrepasa a todas las actividades en beatitud, será contemplativa, y, en consecuencia, la
actividad humana que está más íntimamente unida a esta actividad, será la más feliz”.
(Libro X. Pág. 399-400. Parágrafo 5)

Me parece magnifica la lucidez y eficacia con la que aquí se argumenta no solo por qué
la felicidad que trae la vida contemplativa es la más suprema, sino también la relación
entre los dioses y este modo de vida. Una clarísima muestra de los dotes lógicos de
Aristóteles.

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