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Ensayo de Tok.

Carlos Calle

Tema:

“El objetivo del conocimiento es dar tanto significado como propósito a nuestras
vidas personales.” ¿En qué medida está de acuerdo con esta afirmación?

“La buena vida es una vida inspirada por el amor y guiada por el conocimiento”,
(Bertrand Rosell 1872-1970).

La presente frase refleja el pensamiento profundo del filósofo británico Bertrand,


quien trata de esgrimir su posición subjetiva al mismo tiempo que propone
profundizar un enfoque objetivo al dar una definición, muy acertada en mi opinión,
de la “buena vida”, dos palabras que en muchos casos son muy difíciles de dilucidar
ya que de manera nada paradójica amplían nuestra visión sobre el objetivo que
tiene el conocimiento sobre nuestras vidas personales, y esta es la razón por la que
llego a plantear la siguiente afirmación: el objetivo del conocimiento en gran
medida es dar tanto significado como propósito a nuestras vidas personales; a su
vez dicha afirmación me lleva a hacer mención del siguiente problema: si bien se
sabe que el conocimiento intenta dar un significado claro así como un propósito a
nuestras vidas, este a su vez: ¿se guía de nuestra subjetividad

o de nuestra objetividad como medios para aprehender el conocimiento mismo?

Partiré de la incógnita: ¿cómo puedo saber el significado que mi vida tiene en


función de lo que conozco? La evolución misma de las cosas hace que nuestro
conocimiento sea parte de una evolución intelectual dando como resultado la idea
de que no existe una realidad absoluta de los entes inteligibles de nuestro mundo,
tal como lo afirma Platón. El conocimiento tiene tanta significancia como el agua
para los peces; la importancia de lo que queremos conocer y lo poco que interesa
lo que conocemos, ya que sin duda representa una ínfima parte de lo que es la
realidad misma, en mi opinión representa el excelso encauce para la aprehensión
del conocimiento, siendo así como afirmo que el hombre se define por lo que
quiere conocer mas no por lo conoce, o dicha de otra manera el hombre se
distingue por lo quiere llegar a ser mas no por lo que es, el infinito universo de
ideales de un hombre se convierte el motor de inspiraciones que mueven el pensar
del hombre intelectual hacia el éxito.

Aristóteles, 384 a. C, gran pensante reconocido en la historia de la filosofía por su


enorme influencia en el campo de la ética da las primeras definiciones de una rama
filosófica que se basa en el estudio detallado de la felicidad y el buen vivir, tal como
lo detalla Savater en su libro “Ética para Amador”. Pero en verdad ¿sabemos qué es
la ética?, una pregunta demasiado abierta sin duda, muchos aseveran que la ética
comprende el análisis de lo que nos hace bien y de lo que no, pero ¿qué nos hace
bien y cómo saberlo? He ahí la treta filosófica en la que me he sumergido. Bueno,
malo, ¿qué significan y cuál es la manera de identificarlos? Se dice que lo bueno
trata de entender la justicia, la ecuanimidad, y ¿a qué se llega con esto? A la
felicidad para algunos, entonces prosigo ¿qué es la felicidad? Hemos caído de
nuevo en la trampa, aquel es el problema de la ética, no es posible definir con
claridad temas de la metafísica filosófica en la cual sin darnos cuenta todos
estamos inmersos y de la cual todos somos unos “animales metafísicos” como lo
definió Arthur Schopenhauer.

Tolomeo (100 d. C – 170 d. C), matemático, químico, astrólogo greco-egipcio, como


astrónomo ideó una de las teorías más famosas sobre la posición de la Tierra en el
universo conocida como la teoría Geocéntrica, la misma que afirma que la Tierra es
el centro del universo conocido como tal, en oposición a esta teoría aparece un
joven polaco astrónomo quien en 1543 propone una nueva teoría la cual afirma
que la Tierra gira alrededor del sol conjuntamente con otros planetas que
conforman nuestro sistema solar, dicha parte de la historia universal muestra la no
compatibilidad de conocimientos desde una fecha o época a otra, con esto quiero
demostrar la importancia del conocimiento haciendo referencia al mismo como un
conocer compartido el cual se basa de manera empírica en el campo filosófico
cognitivo, con dicho ejemplo me acerco más a una realidad mancomunada por el
deseo de encontrar el verdadero conocimiento, hecho por el cual el hombre desde
sus inicios ha sentido la necesidad de saber dónde está, de dónde viene y hacia
dónde va, sin dejar a lado la pericia innata intelectual de avanzar y evolucionar en
dicho proceso cognoscible.

En torno a los ejemplos mencionados tanto de Aristóteles como de Tolomeo y


Copérnico quienes además de haber tenido gran influencia en campos de la
filosofía, astronomía, etc., han mostrado un aporte a la evolución del conocimiento
humano, cada adelanto, basado o no en un método científico deja testimonio del
brillante progreso preponderante e inherente en el camino del saber, en el océano
de la ignorancia en el cual estamos sumergidos, sin excepción, y es aquí donde cada
ser, cada persona tiene un ideal, su objetivo de vida, aquel propósito que debe ser
alcanzado. Todos y cada uno de nosotros no estamos en nuestro mundo de una
forma vaga, cada uno es designado a llevar a cabo un papel importante, imperante
el cual por más minúsculo e insignificante que parezca tiene gran importancia en el
adelanto, tanto social como cognitivo, de nuestro mundo.

Ahora analizaré la posición de la religión en cuanto a su valor moral haciendo


referencia al conjunto de estatutos que rigen activamente en el actuar y pensar de
los creyentes, aquellos ínfimos seres limitados a la expansión intelectual debido a
plebiscitos que constituyen un código, un código religioso, bienvenidos al mundo
del ser retrógrado desarticulado de la plausibilidad humanística que poseemos
cada uno de nosotros como personas pensantes y como actores del conocimiento.
Es posible que una doctrina basada, fundamentada en pensamientos y falacias que
han tenido un auge vertiginosos en épocas donde la ingenuidad y la credibilidad
eran mucho más fáciles de apreciar que la razón o la lógica, y puedo hacer énfasis
en la frase del científico más popular del siglo XX, Albert Einstein: creer es mucho
más fácil que pensar, he ahí la razón que existen más creyentes que pensantes, fuera
de considerar al genio que pronunció esta frase, la idea central del pensamiento, el
meollo de esta situación se refiere a la inhabilidad existente por parte de creyentes
para expandirse a un mundo voraz con hambre de gente pensante, que no esté
ofuscada en su nicho ideológico por iglesias que exasperan ideales propios y
característicos de la especie humana.

Al otro extremo de la balanza tenemos la ciencia definida como un sistema o vía de


conocimiento el cual se fundamenta en el empirismo y la racionalidad para crear
hipótesis las cuales se comprueban siguiendo un método científico, al no caer
ciegamente en una fantasía creada, la ciencia a diferencia de la teología manifiesta
que todo es comprobable de acuerdo a su filosofía empirista y racional, esta busca
entender lo que nos rodea y su objetivo en el mundo o quizá en el universo, es de
aquí de donde parto a responder una incógnita: ¿cómo puedo saber el significado
que mi vida tiene en función de lo que conozco?, meramente dilucidar la verdad en
su sentido más racional no es fácil, esto va más allá de la simple comprensión de
nuestro entorno, comprender la verdad establece y marca una gran diferencia
entre creer y cavilar, dos puntos opuestos tomando la forma de un alfa y un omega
pero ambas con un único objetivo, algo paradójico, conocer la realidad, ¿para qué
hacerlo? Sin duda con esta pregunta me refiero al propósito que tiene conocer la
realidad el hombre se define por lo que quiere conocer mas no por lo que conoce,
quizá sea que necesitamos esa sabiduría que nos permitirá saber dónde estamos,
entonces pienso que es muy razonable saber dónde estoy para saber qué hacer,
sólo así, conociendo y discerniendo qué hago en este mundo me será muy posible
saber quién soy y por qué estoy aquí y saber qué sentido le estoy dando a mi vida.

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