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Escultura Victoria de Samotracia por Andrea Imaginario

La Victoria de Samotracia, Niké de Samotracia o Victoria alada de Samotracia, es una escultura del período helenístico
elaborada hacia el año 190 a.C. Aunque no se sabe a ciencia cierta quién fue su autor, se cree que pertenece a la escuela
de Rodas. Desde su descubrimiento, ocurrido en el siglo XIX, la escultura forma parte de la colección de antigüedades del
Museo del Louvre, en Francia, y se ha convertido en un auténtico símbolo de fama internacional.

Los más recientes trabajos de restauración, que tuvieron lugar en 2014, volvieron a poner a la Victoria de Samotracia en
el ojo del mundo. Es así como aparecieron nuevos dolientes de la pieza. Una campaña en las redes sociales,
aparentemente espontánea, reclama la devolución de la escultura a Grecia.

Conozcamos cuáles son los valores estéticos e históricos de la Victoria de Samotracia que despiertan la fascinación del
mundo.

Características

La Victoria de Samotracia es una escultura de bulto redondo que representa a la diosa mensajera de la victoria, llamada
por los griegos Niké. La figura de la diosa, tallada en mármol blanco de Paros, tiene una altura de 2,75 metros, y se erige
sobre una base de mármol gris con vetas blancas, proveniente de las canteras de Lartos, de la isla de Rodas. Esta base
representa la proa de un barco. Con ella, la pieza adquiere una altura total de 5,57 metros.

La actitud corporal que ha elegido el escultor es la posición de contraposto. Se trata de una postura que ofrece mayor
naturalidad, al hacer reposar el cuerpo sobre una pierna, liberando a la otra de tensión. Así, la verticalidad y la
frontalidad se rompen y la figura adquiere la sinuosidad de una “s”, acentuando el naturalismo.

Los ropajes son los que dan a la pieza el carácter dramático: en las piernas, vemos el inmenso dinamismo de tejidos
gruesos que las envuelven, lo que recibe el nombre de drapeado. Sobre el torso y el vientre de la diosa, destaca el efecto
escultórico de "paños húmedos" o "paños mojados", al mejor estilo de la escuela de Fidias, lo que permite percibir el
ombligo bajo la textura del tejido.

La imagen gana así una gran sensualidad, pero también dinamismo y fuerza expresiva, que se completa con el
despliegue y alzado de las alas de abundantes plumas, y un pecho erguido que enfrenta al viento con valor y convicción.
Es la actitud corporal de una ganadora al comando de su nave. Además, el hombro y pecho van erguidos, dejando en
evidencia que su mano iba alzada en el aire.

Estos elementos expresivos son, por sí mismos, vivo testimonio del estilo del arte helenístico. La pose equilibrada del
período clásico griego sede a la tensión de las actitudes corporales dinámicas, al patetismo manifiesto en los detalles
prolíficos y expresivos y al instante dramático de la experiencia concreta y vital.

Significado y función

Asociada con la velocidad y la destreza en el manejo de los carros, a la diosa Niké se le solían asignar los atributos de las
alas y una rama o corona de laureles. Por ser mensajera de la victoria, Niké presidía las competiciones atléticas y batallas
militares.

La diosa Niké era frecuentemente representada en el mundo grecorromano a pequeña escala, soportada en la mano de
una figura emblemática, como el dios Zeus o la diosa Atenea.

Normalmente, su representación aludía a la victoria como un valor universal. Pero de acuerdo a lo que nos informan
Hugh Honour y John Fleming, esta escultura en particular respondió a un evento histórico concreto, es decir, fue una
escultura conmemorativa. Para ello, señalan la diferencia representativa entre la Niké de Olimpia del siglo V, que aletea
sobre una columna alta, y la de Samotracia, que aletea sobre una nave.
Para los investigadores, la primera evoca una victoria que desciende sobre cualquiera a quien Niké determine beneficiar.
No así la Victoria de Samotracia. Esta alude a una victoria concreta que tuvo lugar en la costa de la isla griega, en una
batalla naval. Hoy en día se piensa que esa batalla naval sería la que le dio el triunfo a Samotracia sobre Antioco III, rey
de Siria. Así, la función de la Victoria de Samotracia sería conmemorativa y no solo alegórica.

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