Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
3. COMPETENCIAS EMOCIONALES
En relación a la educación emocional y en como los individuos realizan todo ese
proceso de aprendizaje con el fin de lograr aptitudes propias de la inteligencia
emocional que les ayuden a identificar y controlar sus emociones en pro de actuar a
favor de su bienestar, nos encontramos con el tema de las competencias emocionales.
Veamos púes en qué consisten estas competencias, así como las características de
cada una de ellas.
54
INTELIGENCIA EMOCIONAL
Conciencia emocional
55
INTELIGENCIA EMOCIONAL
Regulación emocional
56
INTELIGENCIA EMOCIONAL
Esto tiene que ver con la compresión del impacto que la expresión emocional y
el comportamiento pueden tener sobre otras personas. Factor este importante
durante la relación con otras personas.
- Regulación de emociones y sentimientos. Esta premisa supone que debemos
aceptar que en ocasiones las emociones y sentimientos deben ser regulados.
Esta regulación incluye aspectos tales como regular la impulsividad, que puede
provocar episodios de ira, violencia o comportamientos de riesgo; la tolerancia
a la frustración, que nos ayudará a prevenir estados emocionales negativos
como la ira o el estrés; la preservación en el logro de los objetivos y metas aun
cuando se presentan situaciones difíciles; y la capacidad para diferir
recompensas inmediatas a favor de otras a largo plazo y de orden superior,
entre otros.
- Habilidades de afrontamiento. Se refiere a las habilidades que cada persona
posee para hacer frente a los retos y situaciones conflictivas que se presentan a
lo largo de la vida. Estas habilidades incluyen estrategias de autorregulación
que nos ayudarán a gestionar la intensidad y duración de los estados
emocionales.
- Competencias para autogenerar emociones positivas. El uso de la inteligencia
emocional busca conseguir el estado óptimo de bienestar, y esto solo se
consigue con la generación de emociones positivas que creen en nosotros
motivaciones y ganas de crecer y seguir aprendiendo. De este modo, debemos
tener la capacidad de autogenerarnos este tipo de emociones además de saber
gestionar el propio bienestar en busca de una mejor calidad de vida.
Autonomía emocional
57
INTELIGENCIA EMOCIONAL
58
INTELIGENCIA EMOCIONAL
Competencia social
Esta competencia se refiere a las relaciones que tenemos que con los demás, que
deben favorecer en todo momento nuestro bienestar.
Desde los tiempos más remotos, el ser humano ha sentido la absoluta necesidad de
relacionarse con los demás, así como de formar parte de un grupo. Estas relaciones y
este sentido de pertinencia, son los que dan sentido a la vida de cada individuo y es
que resulta muy difícil imaginarse una vida sin establecer ninguna relación con nadie.
No obstante, no todas las relaciones con las que topemos a lo largo de nuestra vida
van a ser buenas, y es que debemos evitar todas aquellas personas y todas aquellas
relaciones tóxicas que en lugar de contribuir a nuestro bienestar, lo que hacen es
intoxicarnos y minar nuestra calidad de vida.
59
INTELIGENCIA EMOCIONAL
60
INTELIGENCIA EMOCIONAL
Disponer de estas competencias nos permitirá organizar nuestra vida de manera sana
y equilibrada, con el fin de lograr un equilibrio en nuestro bienestar.
61
INTELIGENCIA EMOCIONAL
Tomar decisiones implica que no siempre se acierte, cosa que incluye además
la capacidad para asumir que la decisión tomada no fue la más acertada y
rectificar. Ya hemos visto que equivocarse no es malo, malo es no aprender de
ese error.
- Buscar ayuda y recursos. Supone la capacidad de cada individuo para
identificar la necesidad de apoyo y asistencia, y saber acceder a los recursos
disponibles que le ayudarán frente a cada situación.
Esta microcompetencia se refiere siempre a saber aprovechar los recursos que
se ofrecen a nivel de ciudadanía para obtener un nivel óptimo de bienestar y
disfrutar de una buena calidad de vida.
Esto implica reconocer los propios derechos y deberes, desarrollar un
sentimiento de pertenencia hacia la comunidad en la cual residimos, participar
de manera efectiva en un sistema democrático, ser solidarios y comprometidos
con nuestro entorno, ejercer los valores cívicos, y respetar los valores
multiculturales y la diversidad.
- Bienestar emocional. Supone ser conscientes de nuestro bienestar, ya sea
emocional, subjetivo, personal o psicológico, y procurar transmitirlo a las
personas con las que interactuamos diariamente.
Si adoptamos una actitud positiva y favorable hacia el bienestar, y aceptamos el
derecho y el deber de buscar el propio bienestar, contribuiremos de manera
activa al bienestar de la comunidad en la que vivimos. No debemos dejar de
lado nunca la actitud positiva y el saber expresar nuestras emociones.
- Fluir. Se refiere a la capacidad para generar experiencias óptimas, tanto en la
vida personal, familiar, profesional y social. Este tipo de experiencias, en
nuestra búsqueda para alcanzar el bienestar, servirán de referente de lo que
queremos lograr.
Finalmente, y para acabar con esta primera parte, hemos visto como las competencias
emocionales suponen todas aquellas capacidades y habilidades de las que disponen los
individuos para hacer frente a la vida diaria y a los retos que esta les plantea. Todas
estas competencias se van desarrollando a lo largo de los años, ya que forman parte
del proceso personal de educación emocional.
62
INTELIGENCIA EMOCIONAL
3.2. EL ESTRÉS
Todas las personas, en mayor o menor medida, sentimos estrés a lo largo de nuestras
vidas. De pequeños, cuando estamos en el colegio, podemos sentir estrés debido a la
gran cantidad de deberes que nos mandan, sumado a los exámenes y a las actividades
extraescolares, que nos dejan poco tiempo para realizarlos. A medida que crecemos, lo
más habitual es que empiecen a surgir problemas de tipo sentimental, provocándonos
también situaciones de estrés. Las relaciones con la familia pueden ser también un
motivo de dichas situaciones, así como la conciliación de la vida laboral y familiar, o el
entorno en el cual vivimos.
Cada persona se estresa de manera diferente y por una causa diferente, ya que el
estrés se define por un sentimiento de tensión física o emocional que proviene de una
situación o pensamiento que nos hace sentir frustrados o nerviosos. Se trata púes de
una alteración puntual procedente de una situación que en ese momento nos hace
sentir incómodos y afecta a nuestro bienestar. Este constituye una reacción del cuerpo
a un desafío o demanda.
Una situación típica de estrés es la que nos encontramos cuando estamos en el coche
en medio de un atasco y tenemos prisa porque no queremos llegar tarde. En una
situación así, nuestro cuerpo reacciona y demanda volver a la normalidad. Lo que
63
INTELIGENCIA EMOCIONAL
quiere es que se aligere el flujo de coches, para así poder llegar puntual al trabajo y no
tener que dar explicaciones.
Esta situación constituye un pequeño episodio de estrés, que en cierto modo puede
resultar positivo ya que el hecho de no querer llegar tarde al trabajo nos señala como
personas responsables. No obstante, cuando estos episodios de estrés se alargan en el
tiempo, pueden ser dañinos para nuestra salud, convirtiéndose en ansiedad.
Antes de ver de qué manera nosotros mismos podemos hacer una buena gestión del
estrés, vamos a ver de qué manera este se manifiesta en nosotros y qué consecuencias
puede acarrear.
Ya hemos comentado que el estrés supone una alteración tanto física como emocional
en nuestro cuerpo. La manera que tiene nuestro cuerpo de reaccionar al estrés es
mediante la liberación de hormonas, que hacen que el cerebro esté alerta, provocando
que los músculos se tensionen y aumente el pulso. A corto plazo, este tipo de reacción
puede ser positiva, ya que nos da información sobre una determinada situación y la
reacción que esta provoca en nuestro cuerpo, tanto física como emocionalmente, y
64
INTELIGENCIA EMOCIONAL
esto nos puede ayudar a controlar la situación. Ya hemos visto que saber identificar
nuestras emociones y reacciones nos ayudará a controlar y a manejar la situación de
manera favorable con el fin de lograr ese bienestar y esa calidad de vida tan deseados.
A nivel emocional, el estrés nos provoca cambios significativos de humor, como puede
ser la ansiedad, depresión, frustración, hostilidad, ira, desánimo, irritabilidad o
inquietud e impaciencia. Además, estos cambios emocionales producto del estrés se
traducen en un cambio o alteración del comportamiento habitual de cada individuo,
afectando por lo tanto a la agresividad, la alteración de las horas de sueño, la falta de
actividad y relación social, o los arrebates emocionales entre otros.
En lo que se refiere a las causas, ya hemos comentado que cada persona siente y
reacciona diferente, por lo cual, una misma situación no afectará de la misma manera
a dos personas. De este modo, podemos afirmar que existen causas de estrés como
personas hay en el mundo, y estas pueden ser muy dispares. Algunos ejemplos podrían
ser casarse o divorciarse, tener problemas en el trabajo o de dinero, un despido, la
jubilación, tener un bebé, una mudanza (ya sea de casa, ciudad o país), una
enfermedad o una sobrecarga de tareas y responsabilidades.
Dejando de lado las causas, lo que aquí nos interesa es cómo las diferentes situaciones
nos afectan, con el fin de determinar si el estrés que provocan es positivo o negativo.
65
INTELIGENCIA EMOCIONAL
Ya hemos comentado que los episodios puntuales de estrés fruto de una situación
determinada nos pueden ayudar a conocernos y a hacer frente a esa situación,
consiguiendo esto gracias al uso de nuestra inteligencia emocional y de la puesta en
marcha de las competencias emocionales de las que disponemos. No obstante, y en
caso de que el estrés sea negativo y se prolongue durante un tiempo largo, si nosotros
mismos somos incapaces de controlar la situación, deberemos acudir a un profesional
con el fin de que nos ayude a superar ese período conflictivo.
Ya hemos visto las diferentes reacciones que provoca nuestro cuerpo, tanto a nivel
físico o emocional, como consecuencia de una situación que le provoca estrés. Esta
situación puntual puede ser gestionada por nosotros mismos, y nos puede ayudar a
hacer frente a futuras situaciones que puedan hacernos sentir de la misma manera.
Aparentemente se trata de una tarea fácil y sencilla, pero tal y como hemos anticipado
cuando hemos presentado algunas de las pautas para mejorar nuestra inteligencia
emocional, no debemos dejarnos llevar por las apariencias, ya que estas pueden
engañarnos.
66
INTELIGENCIA EMOCIONAL
provocará; llegar tarde al trabajo, tener que excusarse con un superior, o atrasarse en
las tareas.
De este modo, y una vez contestadas estas preguntas, habremos logrado las fases de
identificación del motivo, identificación de la emoción que la situación de estrés
provoca en nosotros, e identificación de cómo esta situación nos ha hecho actuar.
Así, lo que debemos hacer es examinar cómo hemos actuado delante de una situación
concreta, y determinar si esta actuación ha sido buena o mala para nosotros y para
nuestro bienestar. Si nuestra valoración de cómo nos sentimos no es positiva y no
fomenta nuestra calidad de vida, debemos determinarnos unos objetivos e intentar
alcanzarlos.
Siguiendo con el ejemplo que hemos planteado, y antes de ver algunas premisas
relacionadas con la gestión de estrés en cada situación, podemos afirmar que la
situación propuesta puede manejarse tanto desde un cambio de situación como de
reacción.
Si sabemos que todas las mañanas nos encontramos con un atasco para llegar a
nuestro lugar de trabajo y esta situación nos provoca estrés, tenemos la opción de:
67
INTELIGENCIA EMOCIONAL
La situación aquí presentada es una de las muchas situaciones que pueden provocar un
episodio de estrés. Algunas pueden ser mucho más complejas y con mayor repercusión
que estas, y otras más sencillas. No obstante, lo que aquí interesa no es la magnitud de
la situación, sino las emociones que hacen sentir en cada individuo, la manera cómo
estos reaccionan, la valoración positiva o negativa de estas reacciones y el posterior
manejo del estrés para contribuir al mejor bienestar. Pasemos ahora a conocer algunas
estrategias que nos servirán para gestionar y manejar correctamente el estrés y evitar
que este nos pueda afectar de manera negativa.
Evitar el estrés
Antes de empezar, es importante señalar que no todas las situaciones de estrés a las
que nos enfrentamos de pueden evitar, no obstante, a lo largo de nuestras vidas se
presentan factores estresantes que si podemos evitar, con el fin de no desembocar en
un episodio de estrés.
68
INTELIGENCIA EMOCIONAL
De este modo, son importantes las siguientes recomendaciones para evitar todo
aquello que no nos hace bien.
- Es importante que cada persona conozca sus límites y no los sobrepase. Esto
significa que debe aprender a decir “no” a determinadas situaciones o
responsabilidades que no es capaz de asumir y que le pueden llevar a sentir
estrés.
- Cada persona tiene su carácter y personalidad, y es por ello que hay personas
que por su forma de ser provocan estrés. De este modo, debemos ser capaces
de analizar y ver cuando una persona nos estresa, y limitar o cortar nuestra
relación con ella. Dependiendo de la relación que tengamos con esa persona
(familiar o laboral) resultará difícil terminar por completo la relación, pero sí
que podemos racionar el tiempo que pasamos con ella. A la larga, es probable
que esta relación acabe terminando.
- Es importante conocer el entorno en el que nos movemos y evitar todas
aquellas cosas que nos pueden provocar estrés. Aquí podríamos incluir evitar el
atasco de cada mañana o evitar ir al supermercado en horas que sabemos que
va mucha gente.
- Que cada persona sea diferente, implica que los valores y creencias de unos y
otros sean también muy dispares. Además, no a todos nos gustan las mismas
cosas, y hay ciertos temas sobre los que nos irrita hablar, como pueden ser la
política o la religión, entre otros. De este modo, si conocemos cuáles son los
temas que nos irritan y que hacen que cada vez que salen acabemos
discutiendo, debemos evitarlos a toda costa, evitando así una futura situación
de estrés.
- Tener una lista de cosas pendientes puede suponer, o bien una motivación para
hacerlas, o bien un estrés si esta lista se demora y somos incapaces de
cumplirla. De este modo es interesante analizar nuestro horario y
responsabilidades, y eliminar de la lista de tareas pendientes aquellas que
vemos que por tiempo o capacidades no vamos a cumplir y aquellas que no son
estrictamente necesarias. No debemos sobrecargarnos de tareas que no
69
INTELIGENCIA EMOCIONAL
Antes ya hemos comentado que a veces resulta imposible evitar una situación de
estrés, pero si hemos hecho bien la tarea de identificar qué nos provoca estrés,
podemos tratar de modificarlo con el fin de paliar y disminuir esa situación estresante.
Es importante remarcar que a menudo esta modificación consiste en cambiar nuestra
manera de comunicar o trabajar.
70
INTELIGENCIA EMOCIONAL
Aceptar el estrés
- El primer paso es adoptar una actitud positiva ante la vida. Así, si vemos el lado
bueno de las cosas, será más fácil hacerles frente. Cuando debemos hacer
frente a situaciones difíciles y a retos complicados de los cuales no podemos
huir, debemos procurar entenderlos como una oportunidad que nos plantea la
vida para crecer personalmente y estar mejor con nosotros mismos. Lo
importante no es evitar esas malas situaciones, sino superarlas y aprender de
ellas. No debemos olvidar lo que venimos recordando a lo largo de todo el
manual; toda situación de crisis es una oportunidad para crecer y mejorar.
- Sumado a la actitud positiva, es muy importante remarcar que, aunque no nos
guste, no podemos controlar todos los aspectos y todas las situaciones que
conforman nuestra vida. Aquí podemos incluir los comportamientos y actitudes
de los demás. De lo que se trata es de aceptar que algunas cosas escapan de
nuestro control, y en vez de centrarnos en lo que no podemos hacer, nuestra
mente debe enfocarse en las cosas que sí podemos controlar. De este modo,
no debemos sentir frustración por lo que no podemos hacer y centrar nuestros
esfuerzos en nuestras capacidades.
- Una vez más, recordamos la importancia y la necesidad de expresar a otra
persona nuestros sentimientos y emociones. Aun sabiendo que no podemos
cambiar la situación que nos produce estrés y que debemos aceptarla, es
bueno que seamos capaces de contarle a alguien como nos hace sentir esta
situación. De hecho, compartir nuestros sentimientos y problemas hará que
71
INTELIGENCIA EMOCIONAL
Adaptarse al estrés
Una vez hayamos aceptado que no podemos evitar ni modificar ese factor que nos
provoca estrés y malestar, debemos adaptarnos a él. Solo así seremos capaces de crear
nuevas expectativas y actitudes frente a tal situación.
- Es importante que seamos capaces de ver el lado bueno de las cosas. Siguiendo
con el ejemplo del atasco, tenemos dos maneras de afrontar y ver el problema.
Uno es ponerse nervioso por los minutos que estamos parados, entendiéndolo
como una pérdida de tiempo, mientras que de otra manera, podemos ver ese
espacio de tiempo como sinónimo de un descanso en nuestra vida, que nos
permita pensar en nosotros mismos. Además, si durante el atasco vamos
acompañados de alguien, como nuestra pareja o nuestros hijos, podemos ver
ese espacio de tiempo en el que estamos parados como una oportunidad para
hablar con ellos y pasar un buen rato antes de volver a la rutina del trabajo.
- Es interesante tomar perspectiva de la situación, valorando aspectos tales
como la importancia de esta situación dentro de un tiempo determinado o si de
verdad esta situación es merecedora de una actitud negativa. Si creemos que la
respuesta a tales cuestiones es no, debemos adaptarnos a la situación y dedicar
nuestras energías a aspectos que tengan más importancia.
- Es importante que cuando se nos presenta una situación a la que nos debemos
adaptar aunque no nos guste, dediquemos nuestras energías en pensar en
aquellas cosas y aquellas situaciones que nos gustan y nos hacen felices. Si
somos capaces de valorar todo lo que nos rodea, seremos capaces de
adaptarnos bien a aquellas malas situaciones con el fin de superarlas de la
mejor manera posible y aprender de ellas. Por lo tanto, debemos evitar todos
72
INTELIGENCIA EMOCIONAL
A parte de estas cuatro premisas que nos ayudarán a manejar las situaciones de estrés,
vamos a señalar dos estrategias más que contribuirán a afrontar positivamente el
estrés y a superarlo con éxito.
Adoptar una actitud positiva frente a la vida y frente a los retos que esta nos presenta
a diario es muy importante para controlar el estrés, aunque también lo es el poder
disponer de tiempo para nosotros mismos para emplearlo de la manera que
queramos. Se trata púes de un tiempo dedicado a la relajación y a la diversión que nos
ayudará a alejar la mente de nuestros problemas y de nuestra actividad diaria.
Tal y como defienden los seguidores del mindfulness, una disciplina que se ha puesto
muy de moda y que estudiaremos en el apartado de la relajación, de lo que se trata es
de tener la capacidad de cuando estamos haciendo algo, pensar realmente en la tarea
que estamos haciendo, y no en las cosas que nos quedan pendientes.
La relajación nos permitirá evadirnos de la realidad y recargar pilas para seguir con
nuestra rutina. De este modo, algunas actividades que nos ayudarán a ello serán salir a
dar un paseo, estar en contacto con la naturaleza, hablar con un amigo, hacer ejercicio,
leer un buen libro, escuchar música o realizar cualquier actividad placentera, como
cocinar, cuidar del jardín, tejer, escribir, hacer fotos, etc.
73
INTELIGENCIA EMOCIONAL
pasar tiempo y que mejoren nuestra calidad de vida. Debemos evitar en todo
momento aquellas personas tóxicas que solo se sienten a gusto cuando los
demás están mal.
- Nuestra rutina se basa en hacer cosas que, seguramente, no haríamos por
placer, sino que debemos hacerlas por obligación. De este modo, es importante
que durante el día, podamos hacer al menos una cosa solamente por placer.
- Reírse constituye un buen ejercicio de relajación, ya que ayuda a disminuir el
estrés. Ligado a esta acción, está la importancia de tener un buen sentido del
humor. Si somos capaces de reírnos de nosotros mismos, seremos capaces de
hacer frente a las situaciones que nos estresan e irritan.
Esta última estrategia para controlar el estrés es defensora de la premisa “mens sana
in corpore sano” ya que defiende la capacidad de las personas de aumentar su
resistencia al estrés gracias a un estilo de vida saludable.
74
INTELIGENCIA EMOCIONAL
- Dormir lo suficiente ayuda a que no nos sintamos tan irritables y esto, por
consecuencia, nos ayudará a afrontar y tolerar con mayor positivismo y
motivación las situaciones de estrés.
De este modo, y después de haber visto diferentes técnicas para afrontar el estrés, es
importante remarcar la actitud positiva, ya que sin ella, es muy probable que ninguna
de estas premisas y estrategias nos ayude a lograr el bienestar. Lo más importante, es
detectar qué nos produce estrés y cómo este estrés nos hace reaccionar. Analizar
entonces si esa reacción nos ha hecho bien o mal, y si creemos que se puede mejorar,
hacer uso de una buena actitud para cambiar nuestros patrones de conducta y lograr
una buena calidad de vida.
3.3. LA FRUSTRACIÓN
Igual que sucede con el estrés, la frustración es un tipo de sentimiento que puede
resolverse con inteligencia emocional y con una actitud positiva y motivadora.
75
INTELIGENCIA EMOCIONAL
Frustración por barrera. La frustración surge cuando existe un obstáculo que impide
alcanzar los objetivos.
A lo largo del manual hemos remarcado la enorme diferencia entre las personalidades
de los individuos, que hace que estos perciban las situaciones y las emociones de una
manera muy dispar, y es que tal y como hemos dicho, un mismo hecho o una misma
situación puede afectar más o menos a unos y a otros, y puede llevar a sentir un tipo u
otro de emociones y sentimientos. No obstante, y a pesar de que cada persona sienta
diferente, vamos a ver algunas de las causas que pueden provocar que un individuo se
sienta frustrado.
76
INTELIGENCIA EMOCIONAL
En lo que se refiere a los efectos físicos y emocionales que la frustración puede tener
en nosotros, podemos detectar la ansiedad, desánimo, depresión, agresividad,
desmotivación, baja autoestima y estrés, entre otros.
Cuando hemos hablado del estrés hemos comentado que este, en pequeñas dosis,
puede ser positivo para los individuos, ya que les permite detectar aquellas situaciones
o aquellos hechos que no contribuyen a su bienestar, les permite conocer qué han
sentido y como han actuado, y les posibilita el análisis de su actuación con el fin de
mejorar esa reacción para futuras ocasiones contribuyendo a una mejora en su
bienestar y salud mental. Lo mismo pasa con los episodios de frustración, y es que
conociendo aquellas situaciones que nos provocan frustración y viendo nuestras
reacciones, podemos evitar esas situaciones o intentar modificar nuestro
comportamiento con la finalidad de que estas situaciones no provoquen en nosotros
malestar.
No debemos olvidar que, una vez más, la actitud positiva y de motivación es clave a la
hora de hacer frente a los problemas y malas situaciones que nos presenta la vida.
Así, el primer paso para superar la frustración es el de identificar aquello que nos hace
sentir mal y analizar cuáles son nuestras emociones y sentimientos frente a esa
situación y cuál ha sido nuestra reacción. Una vez hecho esto, pasemos a ver algunas
premisas que nos ayudarán a evitar este tipo de situaciones.
77
INTELIGENCIA EMOCIONAL
Vistas estas premisas básicas, pasemos a conocer algunos parámetros que nos
ayudarán a tolerar y hacer frente a la frustración.
- El primer paso es aceptar que algunas veces vamos a proponernos metas que
no podemos conseguir. Esto no debe ser un sinónimo de haber fracasado en
nuestros proyectos, porque aunque no hayamos conseguido lo que nos hemos
propuesto, hemos pasado por un importante proceso de aprendizaje que nos
ha hecho crecer.
- No debemos dar más importancia al fracaso de la que se merece. Es importante
ser consciente de que todos nos podemos equivocar, así que debemos
contemplar el error como una parte más de nuestro proceso vital. Es normal
sentirse mal cuando no se consigue lo deseado, pero no debemos permitir que
esta emoción nos torture durante mucho tiempo. El fracaso debe ser una
emoción pasajera, ya que si pensamos en lo que no hemos hecho, difícilmente
podremos dedicar nuestras energías en proponernos nuevas metas y nuevos
retos.
- Cuando las cosas no salen como deberían salir es porque algo hemos hecho
mal. De modo que lo más importante es analizar cómo lo hemos hecho y
buscar soluciones que nos permitan conseguirlo.
- No rendirse a la primera de cambio es de valientes. Algo que de buenas a
primeras parecía fácil, puede que no lo sea, pero eso no significa que no
debamos insistir. Si de verdad queremos conseguir algo debemos ponerle
ganas, tiempo y mucha actitud positiva y motivación. No rendirse y aportar
soluciones creativas a un problema es clave para su superación.
- No debemos dejarnos influir por lo que nos diga nuestro entorno. A lo largo de
nuestra vida nos toparemos con personas que creerán y confiarán en nosotros,
78
INTELIGENCIA EMOCIONAL
y con personas que no lo harán. Es por ello que no debemos hacer caso de
aquellos comentarios negativos que carecen de contenido. Lo que importa aquí
es que cada individuo conozca sus posibilidades y sus límites, y se sirva de ellos
a favor de sus objetivos, metas y bienestar.
- Siempre vamos a topar con contratiempos que van a desbaratar nuestros
planes. Ante estos contratiempos, lo que debemos hacer es buscar un plan B
que nos permita hacerles frente.
- Si algo no sale según lo previsto, debemos analizar de manera racional porqué
ha salido mal. Es muy importante ser capaces de ver los verdaderos motivos, ya
sean de la propia persona, o externos a ella. Tomar responsabilidad y
conciencia de nuestras acciones y errores es el primer paso para adoptar una
actitud positiva y buscar soluciones.
- Fijarse un reto no solo tiene como cometido fijarse la meta a la cual queremos
llegar. Esto implica también que se deben fijar unos objetivos y una ruta que
nos permitirá llegar a la meta. Es muy importante planificar y organizar
aquellos aspectos que si pueden ser controlados, ya que de esta manera,
cuando surjan imprevistos, se les podrá hacer frente de manera más efectiva.
Además, es muy importante, antes de empezar, hacer un listado con los
posibles problemas que puedan surgir y sus posibles soluciones. Ante cualquier
cometido debemos estar preparados. Ya hemos comentado que una persona
emocionalmente inteligente tiene la capacidad de avanzarse a las situaciones. Y
eso es lo que se debe hacer a favor del éxito y el bienestar.
- Debemos aprender a valorar cada logro que consigamos, aunque sea mínimo.
Si pensamos que conseguir algo fácil y sencillo no tiene mérito estamos muy
equivocados. Debemos ser capaces de valorar todos y cada uno de nuestros
logros, ya que es una manera de motivarnos y seguir adelante con nuestros
propósitos. A menudo, la única manera de avanzar es viendo como poco a poco
van surgiendo pequeños resultados.
- Frente a determinadas situaciones, es complicado evitar los pensamientos
negativos y de desánimo, por eso, y en caso que no los podamos eliminar por
completo, es bueno aprender a quitar valor a esas emociones y pensamientos
79
INTELIGENCIA EMOCIONAL
De este modo, y después de haber visto estas premisas que nos ayudarán a hacer
frente a los episodios de frustración, podemos determinar que la clave reside en
nosotros mismos y en nuestra actitud.
Un ejemplo práctico sobre una situación que provoca frustración serían las últimas
semanas de curso en la Universidad. Estas se caracterizan por la enorme carga de
trabajos y exámenes a la que se enfrentan los alumnos, y esta carga, así como el poco
tiempo de realización y lo que supone superarla o no, pueden provocar una situación
de desánimo, desmotivación y frustración si el alumno ve que no llega. Para superar
esta fase, son muy importantes algunas de las premisas que hemos comentado, pero
sobre todo, es muy importante la actitud positiva. Frente a una situación así, el alumno
no tiene más remedio que aceptar que debe hacer todas esas tareas para pasar de
curso, y cambiar su actitud a favor de sus objetivos. Debe creerse capaz, debe
80
INTELIGENCIA EMOCIONAL
organizarse y debe prever cualquier imprevisto que pueda surgir, además de saber
valorar cualquier paso positivo que dé.
De este modo, con una actitud positiva podemos hacer frente al desánimo y a la
frustración, superando así los retos que nos fijemos de manera exitosa para nuestro
bienestar.
3.4. LA RELAJACIÓN
De este modo, podemos establecer los siguientes como los principales beneficios que
la relajación puede tener en nosotros:
81
INTELIGENCIA EMOCIONAL
3.4.1. Respiración
Las técnicas de respiración se caracterizan por hacer que de inmediato notemos los
efectos del bienestar y la relajación que proporcionan. Durante los primeros días, estos
efectos los notaremos solamente durante la práctica del ejercicio, pero con la práctica
diaria, acabaremos notando sus beneficios durante todo el día. Para practicarla no es
necesario dedicarle mucho tiempo, y es que con diez minutos al día es más que
suficiente.
82
INTELIGENCIA EMOCIONAL
Por lo que se refiere a técnicas de respiración, vamos a ver que existen muchas, no
obstante, su principal objetivo es que con ellas logremos, durante su realización,
prestar atención solo a la respiración, ignorando por tanto lo que ocurra a nuestro
alrededor. Tal y como hemos comentado al introducir el concepto de mindfulness, de
lo que se trata es de tener en la mente lo que estamos haciendo, y no pensar en mil
cosas a la vez cuando estamos haciendo algo.
Observar la respiración
La respiración abdominal
La respiración completa
Esta técnica se centra básicamente en el proceso de inspirar aire. Para ello debemos:
83
INTELIGENCIA EMOCIONAL
Respiración y meditación
3.4.2. Visualización
Visualización de un paisaje
84
INTELIGENCIA EMOCIONAL
No debemos tratar de cambiarlas o eliminarlas, sino que lo que este ejercicio propone
es el de asociar emociones y sentimientos a todas estas imágenes que se nos van
apareciendo. Al fin y al cabo, las imágenes que se proyecten en nuestra imaginación no
serán otra cosa que el reflejo de nuestros sentimientos.
Este último ejercicio tiene como objetivo hacernos recordar vivencias pasadas, así
como lo que sentimos y cómo reaccionamos, y valorar si nuestra actuación fue la
mejor para nuestro bienestar.
De este modo, se trata de seleccionar una vivencia pasada negativa, y recordar qué
pasó, cómo nos sentimos y cómo reaccionamos. Si nuestra valoración es negativa, el
ejercicio propone que imaginemos de qué manera esta mala situación podría ser
solucionada.
Se trata entonces de analizar nuestros actos pasados y de aprender de los errores que
cometimos con el fin de actuar mejor y en beneficio propio la próxima vez que la vida
nos depare una mala experiencia.
Otra de las virtudes y habilidades que poseen las personas emocionalmente fuertes es
la capacidad para resolver conflictos de manera coherente y racional, donde no tienen
cabida los comportamientos agresivos e impulsivos.
85
INTELIGENCIA EMOCIONAL
El conflicto es definido como “el conjunto de dos o más hipotéticas situaciones que son
excluyentes la una de la otra”. En otras palabras, supone un enfrentamiento entre dos
ideas, acciones o puntos de vista que no pueden darse de manera simultánea.
Existen dos tipos de conflictos; los conflictos intrapersonales, que son los que ocurren
en el interior de cada individuo; y los conflictos interpersonales, que ocurren entre las
personas, ya sea entre individuos, entre el individuo y un grupo, dentro de un mismo
grupo, o entre grupos diferentes.
Durante un conflicto, cada parte está posicionada hacia una idea u otra, y si lo que se
pretende es que dicho conflicto se resuelva de manera favorable hacia ella, deberá
emplear varias de las pautas de las que hemos hablado. De este modo deberá:
86
INTELIGENCIA EMOCIONAL
- Mostrar siempre una actitud positiva y de motivación, que haga ver a la otra
parte su entusiasmo por conseguir lo que se propone.
- No faltar nunca al respeto. Las personas con inteligencia emocional destacan
por ser tolerantes con todos los puntos de vista posibles.
- Proponer una solución creativa y que favorezca a ambas partes.
87