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Diagnóstico y seguimiento del desarrollo de aptitudes, habilidades y comportamientos

favorables para la vida.

1- Habilidades para la vida


Habilidades emocionales: empatía, manejo de emociones, manejo de tensiones y estrés.
Habilidades sociales: comunicación asertiva, relaciones interpersonales, manejo de
problemas y conflictos.
Habilidades cognitivas: Autoconocimiento, toma de decisiones, pensamiento creativo,
pensamiento crítico.
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2- La asertividad
Introducción
Adiestrarse a la asertividad ayuda a expresar los propios sentimientos, pensamientos y
deseos, y a defender los propios legítimos derechos sin violar los de los demás.
La asertividad es una habilidad que puede ser adquirida, no un rasgo de personalidad que
se tiene o no se tiene desde el nacimiento. En modo similar, a la agresividad y a la
pasividad, se trata de un comportamiento que puede ser aprendido.
No hay nadie que sea siempre y a pesar de todo asertivo.
Con los hijos, por ejemplo, se puede ser asertivos en una situación, agresivos en otra y
pasivos en otra.
Podemos no tener dificultad en ser asertivos con nuestros familiares y quizá no lo
logremos con los desconocidos.
Practicar la asertividad puede ayudar a ensanchar la cantidad de situaciones sociales en
las cuales poder reaccionar en modo asertivo en lugar que con pasividad o agresividad.
Aprender a ser asertivos no significa comportarse siempre así.
Hay situaciones en las cuales es perfectamente legítimo ser agresivos como por ejemplo
en presencia de una amenaza a la propia vida o a los propios bienes.
Hay momentos en los cuales es justo ser pasivos, como cuando un juez está leyendo una
sentencia que tiene que ver con nosotros.
Aprender a ser asertivos significa poder elegir cuando y donde afirmarse a sí mismo.
2- Nuestros legítimos derechos
Muy temprano en nuestra vida hemos adquirido un conjunto de convicciones que nos
ayudan a movernos en el ámbito social.
Se trata en sustancia de un conjunto de reglas acerca de los comportamientos “justos” o
“equivocados” que se adquirieron como herencia de nuestros padres y encontrados luego
en una serie de modelos que han caracterizado la imagen de los distintos roles.
Si es verdad que tales reglas nos han ayudado a relacionarnos con las personas con las
cuales hemos crecido, es también verdad que no constituyen leyes absolutas y que nada
nos impide alejarnos de ellas.

Actividades
Lee esta lista de típicas certezas a priori.
¿Hay alguna que les recuerda a reglas que han adquirido desde chicos?
Al lado de cada una de ellas hemos insertado una afirmación del propio legítimo derecho
en cuanto adultos. Tales derechos sirven para recordarnos que podemos elegir qué cosa
creer ahora que somos adultos con varias alternativas.
¿Eres del parecer que se aplican a ustedes también como adultos?

Típicas certezas erróneas Nuestros legítimos derechos


1- Es de egoístas poner las propias A veces tenemos el derecho de ponernos a
necesidades delante a aquellas de los nosotros mismos antes de cualquier otra
demás. cosa.
2- Cometer errores es humillante. Siempre Tenemos el derecho de cometer errores.
debemos tener una reacción apropiada a
cada situación.
3- Si no logramos convencer a los demás Tenemos el derecho de ser nosotros
de lo razonable de nuestras sensaciones, mismos los jueces de nuestras sensaciones
entonces éstas deben estar equivocadas. y de aceptarlas en cuanto legítimas.
4- Si no logramos convencer a los demás Tenemos el derecho de tener nuestras
de lo razonable de nuestras sensaciones, opiniones y convicciones.
entonces éstas deben estar equivocadas.
5- Debemos siempre intentar ser lógicos y
Tenemos el derecho de cambiar idea o
coherentes. decidir actuar en modo diferente a la
inicial.
6- Debemos ser flexibles y adaptarnos a Tenemos el derecho de protestar contra
los demás. Los otros tienen sus buenas cualquier trato o crítica que nos parece
razones para comportarse como lo hacen, equivocado en relación a nosotros.
y no es educado ponerlos en discusión.
7- Nunca debemos interrumpir a los Tenemos el derecho de interrumpir a
demás. Hacer preguntas revela solo alguien para pedir clarificaciones.
nuestra estupidez.
8- Las cosas podrían empeorar, entonces Tenemos el derecho de negociar una
es mejor dejarlas como están. posibilidad de cambio.
9- El tiempo de los otros es precioso, no Tenemos el derecho de pedir ayuda y
debemos malgastarlo a causa de nuestros apoyo moral.
problemas.
10- A la gente no le gusta escuchar que Tenemos el derecho de sentir y expresar
estamos mal, entonces es mejor no dolor.
manifestar nuestros sufrimientos.
11- Cuando alguien se preocupa por Tenemos el derecho de ignorar los
darnos consejos, tenemos que tomarlos consejos de los demás.
muy sinceramente. Muchas veces son
acertados.
12- Saber de haber hecho bien algo es ya Tenemos el derecho de ver reconocidos
una recompensa. A la gente no le gusta nuestro trabajo y los resultados de lo que
que se ponga demasiado a la vista lo hemos logrado conseguir.
logrado. Las personas de éxito no agradan
y sufren la envidia de los demás. Cuando
recibimos un halago, debemos ser
modestos.
13- Debemos siempre esforzarnos para Tenemos el derecho de decir que no.
encontrar un acuerdo con los demás. Si no
lo hacemos, estaremos solos cuando
tendremos necesidad de ellos.
14- No se debe ser antisociales. Si decimos Tenemos el derecho de quedarnos solos,
que preferimos quedarnos solos, los otros aunque los otros prefieran estar en
pensarán que no nos gustan. nuestra compañía.
15- Tenemos que tener siempre una Tenemos el derecho de no tener que
buena razón para aquello que sentimos y justificarnos frente a los demás.
hacemos.
16- Cuando alguien tiene un problema, Tenemos el derecho de no asumir la
siempre debemos ayudarlo. responsabilidad de los problemas de los
demás.
17- Debemos ser sensibles a las Tenemos el derecho de no tener que
necesidades y deseos de los demás, conocer anticipadamente las necesidades
también si ellos no están en grado de y los deseos de los demás.
expresar lo que quieren.
18- No es educado, deshacerse de los Tenemos el derecho de elegir no
demás ignorándolos. Si se nos pide algo, reaccionar a una situación determinada.
tenemos que responder.

2- Identificar los tres fundamentales estilos comunicativos


El primer paso para practicar con la asertividad consiste en aprender a distinguir entre
comportamientos:
- Asertivos
- Agresivos
- Pasivos

a) El estilo pasivo

- Cuando comunicamos en modo pasivo, no expresamos directamente nuestras sensaciones,


nuestros pensamientos y nuestros deseos.

- Quizá queremos comunicarlos en modo indirecto, frunciendo la frente, llorando o murmurando


algo en voz baja.

- O, lo escondemos completamente.

- En el estilo pasivo, tendemos a sonreír mucho y a subordinar nuestras necesidades a aquella de


los demás. Además, probablemente escuchamos en mayor medida que la media de las personas.
Si hablamos abiertamente, nos servimos de expresiones que parecen desmentirnos, como “no soy
experto, No estoy completamente segura, Quizá no tendría que decirlo pero…”

- Nos cuesta mucho hacer peticiones.

- Cuando alguien nos pide algo que no queremos, estamos más inclinados a consentir o encontrar
una excusa antes que resistirnos.

- En el hablar, un estilo pasivo, implica una voz baja, débil, hasta temblorosa. Pausas y titubeos son
muy comunes. Muchas veces no encuentran palabras. Se divaga, se es vago, se usan muchas
veces interjecciones como “no ve” …. ¿qué otras?

- Se hace mucha referencia a los otros para que adivinen aquello que se pretende decir. La postura
es probablemente encorvada, y la persona muchas veces se apoya a algo para sostenerse.

- Las manos son frías, sudadas y nerviosas. Mirarse a los ojos es muy difícil: se prefiere mirar hacia
abajo o mirar a otra parte. Desde el momento que no se dice lo que se espera decir, se tiene la
impresión de no ser sincero cuando se habla.

b) El estilo agresivo

- En el estilo agresivo, estamos en grado de decir cómo nos sentimos, qué pensamos y qué
queremos, pero muchas veces a expensas de los derechos y de los sentimientos de los demás.

- Tenemos la tendencia de humillar a los demás con el sarcasmo y palabritas que lastiman.

- Se comienza muchas veces por el ataque cuando no se obtiene lo que se quiere y suscitamos en
los demás sentido de culpa y resentimiento apuntando el dedo acusatorio.
- Nuestras frases inician siempre con un “TU” seguido de un ataque o de una etiqueta negativa.

- Nos servimos muchas veces de términos absolutos, como “siempre” y “nunca”, y cuando
describimos las cosas en un modo que implica nuestro ser superiores y estar en lo correcto.

- Cuando nos comportamos en modo agresivo, se tiene tendencia a moverse con un aire de
superioridad y de fuerza.

- La gama es muy amplia: de una actitud fría y silenciosa a una insolente y sarcástica, hasta llegar a
gritos y violencias verbales.

- Los ojos son estrechos y privados de expresión.

- La postura es de quien quiere dar la idea de una sólida roca, pies bien plantados y abiertos,
manos en la cintura, mandíbula apretada y salida, gestos rígidos, bruscos e intimidantes.

- A veces se apuntan los dedos contra los otros o se cierra el puño.

- Se está tan concentrado sobre el estar en lo correcto que no se escucha aquello que los otros
dicen, ni cuando dirigen una pregunta directa.

3- El estilo asertivo

- Cuando comunicamos en modo asertivo, hacemos afirmaciones directas respecto a nuestras


sensaciones, a nuestros pensamientos y necesidades.

- Defendemos nuestros derechos, y tenemos en cuenta también el de los demás.

- Escuchamos con atención y hacemos entender a los demás que les hemos escuchado.

- Somos abiertos a la negociación y al acuerdo, pero no a cuesta de nuestros derechos y de nuestra


dignidad.

- Somos capaces de pedir directamente o de decir no también directamente.

- Sabemos hacer y recibir halagos, dar inicio y poner fin a una conversación, saber gestionar las
críticas en modo eficaz, sin ser hostil o ponernos a la defensiva.

- Cuando nos comportamos en modo asertivo, emanamos una fuerza que da seguridad y la
capacidad de comprender a los demás.

- La voz es relajada, bien modulada, firme.

- Podemos mirar a los demás en los ojos, pero no fijamente.

- Nuestros ojos comunican apertura y honestidad.

- La postura es erguida y bien equilibrada.

Después de haber leído, anota lo que te gustaría conversar, lo que te parece importante, lo que
te inquieta o te cuestiona.

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