Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Teoría de la personalidad
TEMA:
Tarea V – Teoría De La Disposiciones
FACILITADOR:
ANNERY M.HIRALDO GRULLON
PARTICIPANTES (@):
Henrry Antigua González.
MATRICULA:
17- 4424.
FECHA:
Estos elementos constitutivos fueron reportados durante un estudio sobre las descripciones
que hacían unos individuos sobre la personalidad de otros (Goldberg, 1993), y es uno de los
modelos sobre los rasgos de personalidad humanos más reconocidos.
Los cinco grandes rasgos de personalidad, también llamados factores principales, suelen
recibir los siguientes nombres: factor O (apertura a las nuevas experiencias), factor C
(responsabilidad), factor E (extroversión), factor A (amabilidad) y factor N (neuroticismo o
inestabilidad emocional), formando así el acrónimo “OCEAN”.
Cada uno de los rasgos está constituido por un conjunto de rasgos de personalidad más
específicos. Por ejemplo, el factor E (extroversión) incluye cualidades concretas como la
búsqueda de emociones, la sociabilidad o el optimismo.
El modelo de los cinco grandes que desarrolló Raymond Cattell (en la fotografía), pretende
describir la personalidad, y los profesionales de la psicología han ido aportando nuevas
evidencias y enfoques a través de los años diferentes metodologías para analizar estos
rasgos de personalidad de cada individuo.
1. Investiga y elabora una línea de tiempo donde determines cómo ha sido el estudio
de los rasgos de la personalidad a través de los años.
El estudio de la personalidad se puede remontar alrededor de un siglo antes de Cristo; desde
entonces los Griegos se interesaron por personificar diferentes papeles en el drama de dicha
cultura, para lo que las personas utilizaban máscaras que cubrían sus rostros; de esta
manera les era posible representar distintos estilos de vida diferentes a los propios, sin dejar
de ser ellos mismos.
Es decir, asumir diferentes personalidades dentro de una misma persona, por lo cual el
concepto personalidad se origina del término teorías de la persona.
Años más tarde, Cicerón (106-43, citado por Cerdá, 1985) definió el término personalidad,
enfocándose desde cuatro diferentes significados:
La teoría que conforma el “Modelo de los cinco grandes” nace a raíz de diversos estudios
que trataban de averiguar cuáles son los factores y desencadenantes para explicar la
personalidad de las personas.
Este modelo nace en el año 1933 pero no se consolidará como teoría hasta el año 1993, de
hecho, es esta teoría la que ha desembocado en distintos tests que sirven para evaluar y
medir los rasgos y características de la personalidad.
Según Goldberg, los cinco grandes rasgos de personalidad, también llamados factores
principales, reciben los siguientes nombres: factor O (apertura a las nuevas experiencias),
factor C (responsabilidad), factor E (extroversión), factor A (amabilidad) y factor N
(neuroticismo o inestabilidad emocional), formando así el acrónimo “OCEAN”.
O: Apertura a la experiencia
El primer rasgo que identificamos en este modelo es la apertura a la experiencia, acuñado
como el Factor O. Este rasgo está totalmente relacionado con la capacidad humana de
buscar nuevas experiencias en nuestra vida, así mismo también tiene que ver con la
habilidad de visualizar un futuro de forma creativa.
Las personas con un nivel elevado de apertura a la experiencia son perfiles imaginativos, que
aprecian la cultura y que consiguen establecer relaciones de equipo con los demás. Este tipo
de personas persiguen el cambio continuo ya que están seguras de que si se aferran a ideas
fijas significa aferrarse al inmovilismo y a la quietud.
C: La responsabilidad
El rasgo de la responsabilidad tiene que ver con la habilidad del autocontrol y la capacidad
de diseñar métodos de acción eficaces. Las personas que tiene un alto grado de
responsabilidad son grandes planificadores y organizadores además de tener un fuerte
compromiso con los objetivos y metas.
A su vez, este tipo de perfiles son vistos por los demás como personas confiables y
escrupulosas. En el caso de encontrar individuos con un puntuación extrema en este rasgo
de personalidad podemos observar comportamientos demasiados perfeccionistas e incluso
obsesivos, por ese motivo las personas de factor C requieren un cierto equilibrio para no caer
en el extremo.
E: Extraversión
La extraversión tiene que ver con el grado en el que el sujeto esta abierto con los demás, es
decir, el factor E analiza cuánto le agrada a un sujeto estar rodeado de los demás.
Lógicamente el perfil opuesto es el individuo introvertido, estas personas de caracterizan por
tener una personalidad reservada, lo que los lleva a que en muchas ocasiones puedan ser
juzgados como antipáticos.
Los perfiles introvertidos son más reflexivos que los extrovertidos y les gusta menos formar
parte de de grupos elevados de personas, prefieren establecerse en una rutina y pasar
tiempo con la familia.
A: Amabilidad
La amabilidad es el rasgo que muestra el grado de tolerancia y respeto de una persona. Una
persona amable será auqella que confía en la honestidad de la palabra, su vocación es
prestar la ayuda a aquellos que lo necesiten. La humildad, la sencillez y la empatía son los
atributos básicos de las personas amables.
N: Estabilidad emocional
La estabilidad emocional es la resiliencia con la que una persona afronta las situaciones
problemáticas en la vida, los individuos tranquilos no suelen sentir rabia y huyen del enfado,
su estado es animado y saben gestionar correctamente las crisis personales. En el polo
opuesto nos encontramos a las personas que se caracterizan por tener un comportamiento
impredecible, ya que sus reacciones varían sin que sea muy claro por qué.
Freud, médico neurólogo, austriaco y padre del psicoanálisis, expuso cinco modelos para
conceptualizar la personalidad: topográfico, dinámico, económico, genético y estructural.
Estos cinco modelos pretendían dar forma a un completo esquema en el que se pudiera
articular la personalidad de cada uno de nosotros.
Modelos de la teoría de la personalidad de Sigmund Freud
La teoría de la personalidad de Freud se caracteriza por ser estructural. Los modelos que
explicamos a continuación no han de tomarse como una de una verdad absoluta. Sin
embargo, son herramientas de gran utilidad para poder comprender la dinámica de la psique
humana. Aunque se explicarán por separado, todos están relacionados entre sí.
1- Modelo topográfico
Freud utilizó la metáfora de las partes del iceberg para facilitar la comprensión de las tres
regiones de la mente. La punta del iceberg, que es lo visible, equivale a la región consciente.
Tendría que ver con todo aquello que se puede percibir en un momento particular:
percepciones, recuerdos, pensamientos, fantasías y sentimientos.
La parte del iceberg que se sumerge, pero que aún puede ser visible, equivale a la región
preconsciente de la mente. Tiene que ver con todo aquello que se es capaz de recordar:
momentos que ya no están disponibles en el presente pero que pueden ser traídos a la
consciencia.
El grueso del iceberg que queda oculto debajo el agua, equivale a la región inconsciente. En
esta área quedarían guardados todos los recuerdos, sentimientos y pensamientos
inaccesibles para la conciencia. Guarda contenidos que pueden ser inaceptables,
desagradables, dolorosos, conflictivos y sobre todo angustiantes para la persona.
2- Modelo dinámico
Este modelo posiblemente sea uno de los más difíciles de comprender en la teoría de la
personalidad de Sigmund Freud. Tiene que ver con la dinámica psíquica que se produce en
la mente del sujeto, entre los impulsos que buscan la gratificación sin medida y los
mecanismos de defensa que procuran inhibirlos.
La dinámica psíquica reguladora tiene como fin primordial procurar que cada persona pueda
desenvolverse y adaptarse en el medio social. Los mecanismos de defensa que se derivan
de este modelo son: represión, formación reactiva, desplazamiento, fijación, regresión,
proyección, introyección y sublimación; son pilar importante de la teoría de la personalidad de
Sigmund Freud.
3- Modelo económico
Tiene que ver con la forma de funcionamiento de aquello que Freud denominó «pulsión», la
cual puede ser entendida, a grosso modo, como la energía que nos impulsa a buscar un fin
determinado.
La pulsión es el motor y la energía que nos mueve. En este sentido, Freud consideraba que
todo comportamiento estaba motivado por las pulsiones, a las que dividió en pulsión de vida
(eros) y pulsión de muerte (tánatos).
4- Modelo genético
Este modelo sigue las cinco etapas del desarrollo psicosexual. Caracterizado por la
búsqueda de gratificación en las zonas erógenas del cuerpo, cuya importancia depende de la
edad. Freud descubrió que no solo el adulto encuentra satisfacción en las zonas erógenas,
sino que el niño también lo hace.
En 1936, el psicólogo Gordon Allport descubrió que un solo diccionario de inglés contenía
más de 4.000 palabras que describían diferentes rasgos de personalidad. La teoría de los
rasgos de la personalidad de Allport categorizó estos en tres niveles.
Rasgos cardinales
Algunas figuras históricas que habrían demostrado tener marcado un fuerte rasgo cardinal
habrían sido Abraham Lincoln por su honestidad, Marqués de Sade por el sadismo y Juana
de Arco por su heroico autoservicio.
Las personas con tales personalidades pueden llegar a ser tan conocidas por estos rasgos
que sus nombres a menudo están muy asociados a estas cualidades. Allport sugirió que los
rasgos cardinales son raros y tienden a desarrollarse con el paso de los años.
Cuando están presentes, los rasgos cardinales dan forma a la persona, al sentido que tiene
de sí misma, a su composición emocional, a sus actitudes y a su comportamiento. Esto tan
así, que podemos llegar a identificarlas históricamente por ellos.
Rasgos centrales
Los rasgos centrales son las características generales que forman los fundamentos básicos
de la personalidad.
Estos rasgos centrales, aunque no son tan dominantes como los rasgos cardinales, serían
las principales características que se pueden utilizar para describir a otra persona.
Hablamos de rasgos presentes e importantes, pero no absolutamente dominantes.
Según la teoría de los rasgos de la personalidad de Allport, cada persona tiene entre 5 y 10
rasgos centrales, y están presentes en diversos grados en cada persona. Estos incluyen
rasgos comunes. tales como inteligente, tímido, honesto y serían condicionantes principales
en la mayoría de nuestros comportamientos.
Rasgos secundarios
Los rasgos secundarios son los rasgos que a veces se relacionan con actitudes o
preferencias, es decir, las disposiciones que son significativamente menos generalizadas y
menos relevantes. A menudo aparecen solo en ciertas situaciones o bajo circunstancias
específicas.
Por ejemplo, una persona cuyo rasgo cardinal es la asertividad, puede mostrar signos de
sumisión cuando la policía lo detiene de exceso de velocidad. Este es solo un rasgo
situacional que puede o no mostrarse para otros encuentros interpersonales.
Según Allport, estos rasgos secundarios son difíciles de detectar porque son estimulados por
un rango más estrecho de estímulos equivalentes y emiten en un rango más estrecho de
respuestas equivalentes.
Cada persona tiene una manera propia y única de captar la realidad, de pensar y
procesar lo que nos sucede y de actuar conforme nuestras percepciones, vivencias previas,
creencias y valores. Dicho de otra forma, cada ser humano tiene su propia personalidad.
Este constructo ha sido estudiado desde muy diversas teorías y puntos de vista, así como
aquellos problemas y trastornos que se derivan de una falta de coordinación y adecuación
entre las características personalidad y los sucesos de la vida cotidiana. Una de ellas es la
teoría fenomenológica de Carl Rogers, centrada en la formación del Yo y la personalidad y la
adecuación de éstas, orientada hacia la práctica clínica.
La teoría fenomenológica de Rogers
Así, el profesional que pretende entender y tratar a otro ser humano ha de partir de la idea de
que para comprenderle va a tener que tener en cuenta no solo lo que hace de manera
objetiva, sino la visión subjetiva del mundo que posee y que le ha llevado a ella, trabajando
con ambos elementos a un mismo tiempo a partir de la vinculación entre profesional y
paciente.
La teoría fenomenológica de Rogers está basada pues en la idea de que la conducta está
mediada por elementos internos, como la tendencia a la actualización y la evaluación de
experiencias. El ser humano trata de encontrar su lugar en el mundo, sintiendo
autorrealización con ello y basándose la concepción de éste en el crecimiento personal.
Estos rasgos pueden dividirse en temperamentales (los elementos que nos indican cómo se
actúa), dinámicos (la motivación de la conducta o actitud) o aptitudinales (las habilidades del
sujeto para llevar a cabo la conducta).
Los más relevantes son los temperamentales, de los cuales Cattell extraería los dieciséis
factores primarios de la personalidad que se miden en el 16 PF (que harían referencia a
afectividad, inteligencia, estabilidad del yo, dominancia, impulsividad, atrevimiento,
sensibilidad, suspicacia, convencionalismo, imaginación, astucia, rebeldía, autosuficiencia,
aprehensión, autocontrol y tensión).
La dinámica de la personalidad también depende de la motivación, encontrando
diferentes componentes en forma de rasgos dinámicos o actitudes entre los que se
encuentran los ergios (forma de actuar ante estimulaciones concretas como el sexo o
la agresión) y los sentimientos.
Tipos de Rasgos.
Por ejemplo, Carl Jung proponía que la personalidad estaba configurada por la persona o
parte de nuestra personalidad que sirve para adaptarse al medio y que se relaciona con lo
que los demás pueden observar y la sombra o la parte en que se incluyen aquellas partes del
Yo que no resultan admisibles para el propio sujeto.
1. Pensamiento-introvertido
. Las personas pertenecientes a la categoría reflexivo-introvertido están mucho más
centradas en sus propios pensamientos que por lo que ocurre más allá de ellas. Se
muestran interesadas, concretamente, por los pensamientos de tipo abstracto, las reflexiones
y las batallas teóricas entre distintas filosofías y modos de ver la vida. Así, para Jung este
tipo de personalidad es el que en la cultura popular podríamos relacionar con la tendencia a
filosofar, la inquietud por las relaciones entre las ideas
2. Sentimental-introvertido
Las personas pertenecientes al tipo de personalidad sentimiento-introvertido son poco
habladoras, pero simpáticas, empáticas y sin especiales dificultades para crear
vínculos afectivos con un círculo de personas pequeño. Tienden a no demostrar su apego,
entre otras cosas por la falta de espontaneidad a la hora de expresar cómo se sienten.
3.Sensación-introvertido
Como ocurre en el resto de personalidades definidas por la introversión, la personalidad
sensible-introvertida se caracteriza por estar enfocada a los fenómenos subjetivos. En este caso,
sin embargo, estos fenómenos están más relacionados con los estímulos recibidos a través
de los sentidos que con los sentimientos o las ideas abstractas. Según la definición de Carl
Jung, este tipo de personalidad suele describir a las personas que se dedican al arte o la
artesanía.
4. Intuitivo-introvertido
En este tipo de personalidad intuitiva-introvertida, aquello en lo que centra el interés de la
persona son fantasías acerca del futuro y lo que está por venir... a costa de dejar de
prestarle atención al presente. Estas personas serían de carácter más bien soñador, que
muestran desapego por la realidad inmediata y prefieren dar espacio a la imaginación.
5. Pensamiento-extravertido
Este tipo de personalidad reflexiva-extravertida se define por la tendencia a crear
explicaciones acerca de todas las cosas a partir de lo que el individuo ve a su
alrededor. Esto hace que se entiendan estas reglas como principios inamovibles sobre cómo
se estructura la realidad objetiva, por lo cual este tipo de personas tendrían una manera de
ver las cosas muy característica y que cambia muy poco con el tiempo. Además, según Carl
Jung, intentan imponer esta visión del mundo al resto de personas.
6. Sentimental-extravertido
Esta categoría sentimental-extravertida estaría compuesta por personas altamente
empáticas, con facilidad para conectar con los demás y que disfrutan mucho de la compañía.
Según Jung, este tipo de personalidad se define por el hecho de estar relacionado con unas
habilidades sociales muy buenas y una baja propensión a la reflexión y el pensamiento
abstracto.
7. Sensación-extravertido
En este tipo de personalidad sensible-extravertida se mezcla la búsqueda de las
sensaciones nuevas con la experimentación con el entorno y con los demás. Las
personas descritas por este tipo de personalidad son muy dadas a la búsqueda del placer en
la interacción con personas y entornos reales. Estos individuos son descritos como personas
muy abiertas a las experiencias que nunca han vivido antes, de manera que muestran una
disposición opuesta a quienes se oponen a lo que no les resulta familiar.
8. Intuición-extraversión
El último tipo de personalidad de Carl Jung, el tipo intuitivo-extravertido, se caracteriza por la
tendencia a emprender todo tipo de proyectos y aventuras de duración media o larga,
de modo que cuando termina una fase se quiere empezar otra de inmediato. Viajes, creación
de empresas, planes de transformación... las perspectivas de futuro relacionadas con la
interacción con el entorno son el centro de las preocupaciones de estas personas, e intentan
hacer que el resto de miembros de su comunidad las ayuden en sus empeños
(independientemente de si los demás salen tan beneficiados como uno mismo o no).
Conclusión
Desde la perspectiva psicológica se ha venido definiendo el concepto de personalidad; por
ejemplo, Leal, Vidales y Vidales (1997) plantean la personalidad desde tres miradas
diferentes, las cuales son: a) organización total de las tendencias reactivas, patrones de
hábitos y cualidades físicas que determinan la efectividad social del individuo; b) como un
modo habitual de ajustes que el organismo efectúa entre sus impulsos internos y las
demandas del ambiente; y c) como un sistema integrado de actitudes y tendencias de
conductas habituales en el individuo que se ajustan a las características del ambiente.
Éstas se relacionan con algunos términos que son primordiales en lo que al estudio de la
personalidad se refiere, por lo cual se describirán dos términos que darán sustento al
concepto de personalidad: el temperamento y el carácter. Según Allport (1975, citado por
Cerdá, 1985) el temperamento es un fenómeno naturalmente emocional, es decir, que se
puede presentar a causa de factores genéticos o hereditarios, pues los individuos reaccionan
de manera rápida e intensa ante la estimulación ambiental y por tanto su estado puede
fluctuar de acuerdo a las exigencias del medio.
Desde la primera etapa de la evolución humana, las necesidades de adaptación del hombre
primitivo y de los animales superiores impulsaron el desarrollo de los instintos básicos –
huida, defensa y reproducción–. De acuerdo con estos tres instintos se constituyen los tres
tipos de temperamento, y que hoy es posible representar a través de tres dimensiones –
ansiedad, hostilidad y extraversión–. Cada una de estas dimensiones o temperamentos están
relacionados con el desarrollo de estrategias cognitivas propias (Lluís, 2002).