Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Esta es una copia digital de un libro que, durante generaciones, se ha conservado en las estanterías de una biblioteca, hasta que Google ha decidido
escanearlo como parte de un proyecto que pretende que sea posible descubrir en línea libros de todo el mundo.
Ha sobrevivido tantos años como para que los derechos de autor hayan expirado y el libro pase a ser de dominio público. El que un libro sea de
dominio público significa que nunca ha estado protegido por derechos de autor, o bien que el período legal de estos derechos ya ha expirado. Es
posible que una misma obra sea de dominio público en unos países y, sin embargo, no lo sea en otros. Los libros de dominio público son nuestras
puertas hacia el pasado, suponen un patrimonio histórico, cultural y de conocimientos que, a menudo, resulta difícil de descubrir.
Todas las anotaciones, marcas y otras señales en los márgenes que estén presentes en el volumen original aparecerán también en este archivo como
testimonio del largo viaje que el libro ha recorrido desde el editor hasta la biblioteca y, finalmente, hasta usted.
Normas de uso
Google se enorgullece de poder colaborar con distintas bibliotecas para digitalizar los materiales de dominio público a fin de hacerlos accesibles
a todo el mundo. Los libros de dominio público son patrimonio de todos, nosotros somos sus humildes guardianes. No obstante, se trata de un
trabajo caro. Por este motivo, y para poder ofrecer este recurso, hemos tomado medidas para evitar que se produzca un abuso por parte de terceros
con fines comerciales, y hemos incluido restricciones técnicas sobre las solicitudes automatizadas.
Asimismo, le pedimos que:
+ Haga un uso exclusivamente no comercial de estos archivos Hemos diseñado la Búsqueda de libros de Google para el uso de particulares;
como tal, le pedimos que utilice estos archivos con fines personales, y no comerciales.
+ No envíe solicitudes automatizadas Por favor, no envíe solicitudes automatizadas de ningún tipo al sistema de Google. Si está llevando a
cabo una investigación sobre traducción automática, reconocimiento óptico de caracteres u otros campos para los que resulte útil disfrutar
de acceso a una gran cantidad de texto, por favor, envíenos un mensaje. Fomentamos el uso de materiales de dominio público con estos
propósitos y seguro que podremos ayudarle.
+ Conserve la atribución La filigrana de Google que verá en todos los archivos es fundamental para informar a los usuarios sobre este proyecto
y ayudarles a encontrar materiales adicionales en la Búsqueda de libros de Google. Por favor, no la elimine.
+ Manténgase siempre dentro de la legalidad Sea cual sea el uso que haga de estos materiales, recuerde que es responsable de asegurarse de
que todo lo que hace es legal. No dé por sentado que, por el hecho de que una obra se considere de dominio público para los usuarios de
los Estados Unidos, lo será también para los usuarios de otros países. La legislación sobre derechos de autor varía de un país a otro, y no
podemos facilitar información sobre si está permitido un uso específico de algún libro. Por favor, no suponga que la aparición de un libro en
nuestro programa significa que se puede utilizar de igual manera en todo el mundo. La responsabilidad ante la infracción de los derechos de
autor puede ser muy grave.
El objetivo de Google consiste en organizar información procedente de todo el mundo y hacerla accesible y útil de forma universal. El programa de
Búsqueda de libros de Google ayuda a los lectores a descubrir los libros de todo el mundo a la vez que ayuda a autores y editores a llegar a nuevas
audiencias. Podrá realizar búsquedas en el texto completo de este libro en la web, en la página http://books.google.com
M. Qe Cervantes
DON QUIJOTE
DE LA
MANCHA
67
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE
C
5 3 2 16 982 33
R.226,494 FA89
EL INGENIOSO HIDALGO
1177
1
1
EL INGENIOSO HIDALGO
DON QUIJOTE
DE LA MANCHA
POR
Ego autem dico robis : diligite ini. dejadme á mí el cargo de poner las
micos vestros. Si trataredes de malos anotaciones y acotaciones, que yo 08
pensamientos, acudid con el Evan voto á tal de llenaros las márgens
gelio : De corde exeunt cogitatio de gastar cuatro pliegos en el fin
nes malce . Si de la instabilidad de los dei libro.
amigos, ahí está Catón que os dará Vengamos ahora á la citación de
su distico : los autores que los otros libros tie
nen , que en el vuestro os faltan . El
Donec eris felix, multos numeru . remedio que esto tiene es muy fácil,
bis amicos, porque no habéis de hacer otra cosa
Tempora si fuerint nubila, solus que buscar un libro que los acote
eris. to los desde la A hasta la Z , como
vos decís. Pues ese mismo abeceda
Y con estos latinicos y otros tales rio pondréis vos en vuestro libro ;
os tendrán siquiera por gramático , que puesto que á la clara se vea la
que el serlo no es de poca honra y, mentira , por la poca necesidad one
provecho el día de hoy. En lo que vos teníades de aprovecharos lellos,
toca al poner anotacion s al fin del no importa nada ; y quizás alguno
libro, seguramente lo podéis hacer habrá tan simple que crea que de
desta manera : si nombráis algún gi todos os habéis aprovechado en la
gante en vuestro libro, hacelde que simple y sencilla historia vuestra .
sea el gigante Golías, y con sólo Y cuando no sirva de otra cosa, por
esto, que os costará casi nada, te lo menos servirá aquel largo catálogo
néis una grande anotación , pues po de autores á dar de improviso auto
déis poner : El gigante Golias ó ridad al libro. Y más, que no habrá
Goliat fué un filisteo á quien el qui n se ponga á averiguar si les
pastor David mató de una gran pe seguistes ó no los seguistes , no vén
drada en el valle de Terebinto, re dole nada en ello . Cuanto más , que
gún se cuenta en el libro de los si bien caigo en la cuenta , este vues
Reyes, en el capítulo que vos ha tro libro no tiene necesidad de nin..
lláredes que se escribe. guna cosa de aquellas que vos decís
Tras esto, para mostraros hombre que le faltan , porque todo él es una
erudito en letras humanas y cosmo invectiva contra los libros de caba
grafo, haced de modo como en vues llerías , de quien nunca se acordo
tra historia se nombre el río Tajo, y Aristóteles , ni dijo nada san Basilio,
veréisos luego con otra famosa ano ni alcanzó Cicerón ; ni caen debajo
tación , poniendo: El río Tajo fue de la cuenta de sus fabulosos lispa
asi dicho por un Rey de las Es rates las puntualidades de la verdad,
pañas : tiene su nacimiento en tal ni las observaciones de la astrologia ;
lugar, y muere en el mar Océa ni le son de importancia las med das
no, besando los muros de la fa geométricas; ni la confutación de los
mosa ciudarl de Lisboa , y es opi argnmentos de quien se sirve a re
nión que tiene las arenas da pro, tórica ; ni tiene para qué predicar
etcétera. Si trataredes de ladrones, á ninguno , mezclando lo humano con
yo os daré la historia de Caco , que lo divino, que es un género de mez
la sé de coro ; si de mujeres ram ras . cla de quien no se ha de vestir nin
ahí está el obispo de Mondoñedo , gún cristiano entendimiento. Sólo
que os prestará á Lamia, Laida y tiene que aprovecharse de la imita
Flora , cuya anotación os dará gran ción en lo que furre escribiendo,
crédito ; si de crueles, Ovidio os en que cuanto ella fuere más perfectil,
tregará á Medea ; si de encantadoras tanto mejor será lo que se escribirre.
y hechiceras , Homero tiene á Calip Y pues esta vuestra escritura no mira
So, y Virgilio á Circe ; si de capi . á más que á deshacer la autoridad y
tanes valerosos, el mismo Julio Cé cabida que en el mundo y en el vulgo
sar os prestará á sí mismo en sus tienen los libros de caballerías, no
comentarios, y Plutarco os dará mil hay para qué andéis mendicando
Alejandros. Si tratárrdes de amores , sentencias de filósofos, consejos de
con dos onzas que sepas de la len la divina Escritura, fábulas de roe
gua toscana, toparéis con León He tas , oraciones de retóricos , milagros
breo, que os hincha las medidas ; y de santos, sino procurar que á la
si no queréis andaros por tierras llana, con palabras significantes, ho
extrafias, en estra casa tenéis á restas y bien colocadas, salga yu‘s.
Fonseca , Del amor de Dios , donde tra oración y período sonoro y fes
se cifra todo lo que vos y el más tivo, pintando en todo lo que alcan .
ingenioso acertare á desear en tal záredes y fuere posible, vuestra in
materia. En resolución , no hay más tención, dando , á entender vuostros
sino que vos procuraréis nombrar concetos, sin intrincarlos y obscure
estos nombres , o tocar estas historias cerlos. Procurad también que le
en la vu“ stra que aquí he dicho, y yendo vuestra historia el melancó.
10 PRÓLOGO
lico se mueva á risa , el risueño la vio tuyo en hallar tan sincera y tan
acreciente, el simple no se enfade, sin revue tas la historia del famoso
el discreto de admire de la invención, DON QUIJOTE DE LA MANCHA , de
el grave no la desprecie, ni el pru quien hay opinión por todos los ha
dente deje de alabarla . En efecto, bitadores del distrito del campo de
llevad la mira puesta á derribar la Montiel, que fue el más casto ena
máquina mal fundada destos caba morado y el más valiente caballero
llerescos libros, aborrecidos de tan que de muchos años á esta parte se
tos y alabados de muchos más , que vió en aquellos contornos. Yo Do
si esto alcanzásed es , no habríades quiero encarecerte el servicio que
alcanzado poco. te hago en darte á conocer tan no
Con silencio grande estuve escu table y tan honrado caballero ; pero
chando lo que mi amigo me decia, quiero que me agradezcas el conoci
y de tal manera se imprimieron en miento que tendrás del famoso San
mi sus razones, que sin ponerlas en cho Panza su escudero , en quien , á
disputa, las aprobé por buenas , y mi parecer , te doy cifradas todas
dellas mismas quise hacer este pró las gracias escuderiles que en la
logo, en el cual verás, lector suave, caterva de los libros vanos de caba
la discreción de mi amigo, la buena llerías están esparcidas. Y con esto ,
ventura mía en hallar en tiempo Dios te dé salud, y á mí no olu
tan necesitado tal consejero, y el ali vide . VALE .
!
PARTE PRIMERA
lu go un gran jarro de agua fría, y había dicho, que fué poner más de
quedaba sano y sosegado, diciendo seo en el licenciado de hacer lo que
que aquella agua era una preciosísi. otro día hizo, que fué llamar á su
ina bebida que le había traído el amigo a barbero maese Nicolás ,
sabio Esquife, un grande encantador con el cual se vino á casa de don
y amigo suyo . Mas yo me tengo la Quijote.
culpa de todo , que no avisé á vues
tras morcedes de los disparates de
mi señor tío, para que lo remediaran
antes de llegar á lo que ha llegado, CAPITULO VI
quemaran todos estos descomulga
dos libros (que tiene muchos ), que
bien merecon ser abrasado como si Del dono80 y grande escrutinio que
fues n de herejes. Esto digo yo tam el cura y el barbero hicieron en la
bién , dijo el cura , y á fe que no se p 183 libreria de nuestro ingenioso hi
el día de mañana sin que d llos no dalgo.
se haga auto público, y sean condena.
dos al fuºgo , porque no den ocasión
á quien los leyere de hacer lo que El cual aun todavía dormía. Pidio
mi buen amigo debe de haber he las llaves á la sobrina del aposento
cho . Todo esto estaban oyendo el la. donde estaban los libros autores del
brador y don Quijote , con que acabó daño, y ella se 'as dió de muy buena
de entender el labrador la enferme gana. Entraron dentro todos y el ama
flad de su vecino, y así comenzó á con ellos, y hallaron más de cien
decir á voces : Abran vuestras mer cuerpos de libros grandes muy bien
cedes al señor Baldovinos y al señor encuadernados y otros pequeños ; y
marqués de Mantua que viene mal así como el ama los vió, volvióse á
ferido, y al señor moro Abindarráez, salir del aposento con gran priesa, y
que tras cautivo el valeroso Rodri tornó luego con una escudilla de agua
go de Narváez, a caide de Anteque bendita y un hisopo , y dijo : Tome
ra. A estas voces salieron todos, y vuestra merced , señor licenciado, ro
como conocieron los unos á su amigo, cie este aposento , no esté aquí ai
las otras á su amo y tío, que aun no gún encantador de los muchos que
se había apeado del jumento porque tienen estos libros , y nos encanton
no podía , corrieron á abrazarle. El en pena de la que les queremos dar ,
dijo : Téngans todos, que vengo echándolos del mundo. Causó risa al
mal ferido por la culpa de mi caba Licenciado la simplicidad del ama , y
llo : llévenme á mi lecho, y llámese mandó al barbero que le fuese dando
si fuera posible á la sabia Urganda de aquellos libros uno á uno para ver
que cure y cate mis feridas . Mira de qué trataban , pues podía ser hallar
enhoramala, dijo a este punto el ama, algunos que no mereciesen castigo de
si me decía á mí bien mi corazón del fuego . No , dijo la sobrina, no hay
pie que cojeaba mi señor. Suba vues . para qué perdonar á ninguno, porque
tra merced en buen hora, que sin todos han sido los dañadores : me
que venga esa Urganda le sabremos jor será arrojarlos por las ventanas
aquí curar . Malditos , digo , sean otra al patio, hacer un rimero dellos y
vez s otras ciento estos libros de ca pegarlos fuego, y si no, llevarlos al
ballerías que ta: han parado á vues . corral, y allí se hará la hoguera v no
tra merced . Lleváronle luego á la ofenderá e humo . Lo mismo dijo el
cama, y catándole las feridas, no le ama : tal era la gana que las dos te
hallaron ninguna, y el dijo que todo nían de la muerte de aquellos ino
era molimiento por haber dado una centes ; mas el cura no vino en elio
gran caída con Rocinante , su caba sin primero lner siquiera los títulos.
llo, combatiéndose con diez jayanes, Y el primero que maese Nicolás le dió
los más desaforados y atrevidos que en las manos , fué los cuatro de Ama
se pudieran fallar en gran parte de dís de Guula , y dijo el cura : Pare
la tierra. Ta, ta, dijo el cura : Ja Ce cosa de misterio esta , porque , so
yanes hay en la danza ? Para mi san gún he oído decir, este libro fué el
tiguada que yo los queme mañana primero de caballerías que se im
antes que llogue la noche. Hicieron .primió en España, v todos los de
le á don Quijote mii praguntas , y á más han tomado principio y origen
ninguna quiso responder otra cosa deste , y así me parece que como á
sino que le diesen de comer y le de dogmatizador de una secta tan mala
jasen dormir, que era lo que más lo le debemos sin excusa alguna con
importaba. Hizose así , y el cura se denar al fuego . No , señor , dijo el
informó muy á la larga del labrador barbero , que también he oído decir
del modo que había hallado á don que f8 el mejor de todos los li .
Quijote . El se lo contó todo con los bros que de este género se han com
disparates que al hallarle y traerle puesto , y así como á único en su ar
28 DON QUIJOTE DE LA VANCUA
te se debe perdonar. Así es verdad , ced , dijo el cura : ahí anda el señor
dijo el cura, y por esa razón se le Reinaldos de Montalbán con sus ami
otorga la vida por ahora . Veamos gos y compañeros, más ladrones que
esotro que está junto á él. Es , dijo Caco , y los docePares con el verda
el barbero, Las Sergas de Esplan dero historiador Turpín ; y en verdad
dián , hijo legítimo de Amadis de que estoy por condenarlos no más que
Gaula . Pues en verdad, dijo el cura, á destierro perpetuo , siquiera porque
que no le ha de varer al hijo la bon tienen parte de la invención del fa
dad del padre : tomad, señora ama , moso Mateq Boyardo, de donde tam
abrid esa ventana y echalde al corral, bién tejió su tola el cristiano poeta
y dé principio al montón de la ho Ludovico Ariosto : al cual si aquí
guera que se ha de hacer. Hizolo así le hallo, y que habla en otra lengua
el ama con mucho contento , y el bue que la suya , no le guardare respeto
no de Esplandián fué volando al co alguno ; pero si habla en su idioma,
rral , esperando con toda paciencia le pondré sobre mi cabeza . Pues yo
el fuego que le amenazaba. Adelante, le tengo en italiano, dijo el barbe
dijo el cura. Este que viene, dijo el ro , mas no lo entiendo . Ni aun fuera
barbero, es Amadis de Grecia , y aun bien que vos le entendiérades, res.
todos los de este lado, á lo que creo, pondió el cura ; y aquí le perdoná
son del mismo linaje de Amadís . ramos al señor capitán que no le hu
Pues vayan todos al corral, dijo el bierz traído á España y hecho cas.
cura , que á trueco de quemar a la tellano, que le quitó mucho de su
reina Pintiquinestra y al pastor Da- , natural valor, y lo mismo harán to
rinel , y á sus églogas y á las endia dos aquellos que los libros de verso
bladas y revueltas razones de su au. quisieren volver en otra lengua, que
tor, quemara con ellos al padre que por mucho cuidado que pongan y
me engendró, si anduviera en figu habilidad que muestren , jamás le
ra de caballero andante . Dese parecor garán al punto que ellos tienen
soy yo, dijo el barbero ; y aun yo, en su primer nacimiento . Digo
añadió .a sob a . Pues así es, dijo en efecto , que este libro y todos los
el ama, vengan, y al corral con ellos. que se hallaren que tratan destas co
Diéronselos, que eran muchos, y ella eus Francia , se echen y depositen
ahorró la escalera , y dió con ellos en un pozo seco , hasta que con más
por la ventana abajo. ¿ Quién es ese acuerdo se vea lo que se ha de ha
tonel ? dijo el cura . Este es , respon cer dellos , escetuando á un Bernardo
dió el barbero , Don Olivante de del Carpio , que anda por ahí, y s
Laura . El autor dese libro , dijo el otro llamado Roncesvalles , que es
cura , fué el mismo que compuso á tos en llegando á mis manos , han
Jardin de flores, y en verdad que no de estar en las del ama, y dellas en
sepa determinar cuál de los dos li las del fuego sin remisión alguna .
bros es más verdadero, ó por decir Todo lo confirmó el barbero , y lo
mejor , menos mentiroso : solo sé de turo por bien y por cosa muy acer
cir que éste irá al corral por dispa tada, por entender que era el cura
ratado y arrogante. Este que sigue tan buen cristiano y tan amigo de
es Florismarte de Hircania , dijo el la verdad que no diría otra cosa por
barbero. Ahí está el señor Floris. todas las del mundo . Y abriendo otro
marte ? replicó el cura ; pues á fe libro vió que era Palmerin de
que ha de parar presto en el corral , á Oliva , y junto a él estaba otro que
pesar de su extraño nacimiento y se llamaba Palmerin de Ingala
soñadas aventuras , que no da lugar terra , lo cual , visto por el licencia
á otra cosa la dureza y sequedad de do , dijo : Esa Oliva se haga luego ra
Bu estilo : al corral con él y con esotro , jas y se queme , que aun no quoden
señora ama . Que me place , se della las cenizas ; y esa Palma de
ñor mío, respondió ella , y con niu Ingalaterra se guarde y se conserve
cha alegría ejecutaba lo que le era como á cosa única , y se haga para
mandado . Este es El caballero Pla. ella otra caja como la que halló Ale
tir, dijo el barbero . Antiguo libro es jandro en los despojos de Darío, que
ese, dijo el cura, y no hallo en el cosa la diputó para guardar en ella las
que merezca venia : acompañe a los obras del poeta Homero. Este libro ,
demás sin réplioa, y así fué hecho. señor compadre , tiene autoridad por
Abrióse otro libro, y vieron que tenía dos cosas : la una , porque él por si
por título El caballero de la Cruz. es muy bueno , y la otra porque es
Por nombre tan santo como este li fama que le compuso un discreto
bro tiene , se podía perdonar su ig rey de Portugal . Todas las aventuras
norancia ; mas también se suele de. del castillo de Miraguarda son bo
cir : tras la cruz está el diablo : va. nísimas y de grande artificio, las ra
ya al fuego. Tomando el barbero zones cortesanas y claras, que guar .
otro libro , dijo : Este es Espejo de dan y miran el d- coro del que habla
caballerías . Ya conozco á su mer con mucha propiedad y entendimien.
PARTE 1 , --CAPÍTULO VI 29
to . Digo pues, salvo vuestro buen na de Jorge de Montemayor, y dijo
parecer, señor maese Nicolás, que ( creyendo que todos los demás tran
éste y Amadís de Gaula queden li del mismo género ) : Estos no mere
bres del fuego, y todos los demás, cen ser quemados como los demás ,
sin hacer más cala v cata, perezcan . porque no hacen ni harán el daño
No, señor compadre, replicó el bar que los de caballerías han hecho ;
bero, que este que aquí tengo es el que son libros de entretenimiento sin
afamado Don Belianis. Pues ese , perjuicio de tercero . ¡ Ay, señor !
replicó el cura, con la segunda, ter dijo la sobrina , bien los puede vues
cera y cuarta parte , tienen necesidad tra merc d mandar quemar como á
de un poco de ruibarbo para pur los demás , porque no sería mucho
gar la demasiada cólera suya, y es que habiendo sanado mi señor tío de
menester quitarles todo aquello del la enfermedad caballeresca , leyendo
castillo de la Fama, y otras imperti éstos se le antojase de hacerse pastor
noncias de más importancia , para lo y andarse por os bosques y prados
cual se les da término ultramarino, cantando y tañendo , y lo que sería
y como se enmendaren , así se usa peor, hacerse poeta , que según dicen
rá con ellos de misericordia ó de es enferm dad incurable y pegadiza.
justicia, y en tanto tenedlos vos, Verdad dic ? esta doncella, dijo el
compadre, en vuestra casa, mas no cura, y será bien quitarle á nuestro
los dejéis leer á ninguno. Que me amigo este tropiezo y ocasión dela.n
place , respondió el barbero, y sin te. Y pues comenzamos por la
querer cansarse más en leer libros Diana de Montemayor , soy de pare
de caballerías, mandó al ama que to cer que no se queme , sino que se lo
mase todos los grandes y diese con quite todo aquello que trata de la
ellos en el corral. No se dijo á ton sabia Felicia y de la agua encanta
ta ni á sorda, sino á quien tenía más da, y casi todos los versos mayores ,
gana de quemallos que de echar una y quédesele enhorabuena la prosa y
tela por grande y delgada que fuera, la honra de ser primero en semejan
y asiendo casi ocho de una vez, los tes libros. Este que sigue, dijo el
arrojó por la ventana. Por tomar barbero, es La Diana, llamada Se
muchos juntos, se le cayó uno á los gunda del Salmantino ; y eštotro,
pies del barbero, que le tomó gana que tiene el mismo nombrº , cuyo
de ver de quién era, y vió que de autor es Gil Polo. Pues : a del Sal
cía : Historia del famoso caballero mantino , respondió el cura, acom
Tirante el Blanco. Válame Dios, pañe v acreciente el número de los
dijo el cura dando una gran voz , ique condenados al corral, y la de Gil
aquí esté Tirante el Blanco ! Dad. Polo se guarde como si fuºra del
mele acá, compadre, que hago cuenta mismo Apolo ; y pase adelante , se
que he hallado en é. un tesoro de for compadre , y démonos priesa ,
contento y una mina de pasatiem que se va haciendo tarde. Este libro
pos. Aquí está don Quirieleison de es, dijo el barbero abriendo otro :
Montalbán , valeroso caballero, y su Los diez libros de Fortuna de amor,
hermano Tomás de Montalbán y el compuestos por Antonio de Lofraso,
caballero Fonseca , con la batalla que poeta sardo. Por las órdones que re
el valiente de Tirante hizo con el ala. cibí, dijo el cura , que desde que
no, y las agudezas de la doncella Pla. Apolo fué Apolo , y las musas musas,
cerdemivida, con los amores y em y los poetas poetas, tan gracioso ni
bastes de la viuda Reposada, y la tan disparatado libro como ese no
señora emperatriz enamorada de Hi se ha compuesto, y que por su ca.
poito su escudero. Digoos verdad , mino es el mejor y el más único de
señor compadre, que por su estilo es cuantos deste gén ro han salido á ia
este el mejor libro del mundo : aquí luz del mundo ; y el que no le ha
comen dos caballeros y duermen y leido puede hacer cuenta que no ha
mueren en sus camas y hacen testa leido jamás cosa de gusto. Dádmele
mento antes de su muerte , con otras acá , compadre, que precio más haber
cosas de que todos los demás libros le hallado que si me dieran uni so
deste género carecen . Con todo os tana de raja de Florencia. Púsole
digo que merecía el que lo compuso , aparte con grandísimo gusto , y el
pues no hizo tantas necedades de in. barbero prosiguió diciendo : Estos
dustria, que le echaran á galeras por que se siguen son El pastor de Ibe
todos los días de su vida. Llevalde á ria, Ninfas de Henares y Desen
casa y leelde, y veréis que es ver gaño de celos. Pues no hay más que
dad cuanto dél os he dicho. Así será , hacer, dijo el cura, sino entregarlog
respondió el barbero ; pero ¿ qué ha al brazo seglar del ama, y no game
remos d -stos pequeños libros que pregunte el por qué , que sería nun
quedan ? Estos , dijo el cura , no deben ca acabar. Este que viene es El pas
de ser de caballería , sino de poesía ; tor de Filida . No es ese pastor , di
y abriendo uno, vió que era La Dia jo el cura , sino muy discreto corte
30 DON QUIJOTE DE LA LANCIA
sano, guardese ' como joya pr: e osa.
Este grande que aquí viene se int.tu
la, dijo el barbero : Tesoro de varias CAPITULO VII
poesias . Como ellas no fueran tan .
tas, dijo el cura , fueran más esti De la segunda salida de nuestro
madas : menester es que este libro re
escarde y limpie de algunas bajezas buen caballero don Quijote de la
Mancha .
que entre sus grandezas tiene : guar.
dese, porque su autor es amigo mío, Estando en esto, comenzó á dar vu.
y por rispeto de otras más heroicas ces don Quijote diciendo : A quí, aquí ,
y levantadas obras que ha escrito. valerosos caballeros , aquí es menes .
Este es , siguió e . barbero , El can ter mostrar la fuerza de vuestros va
cionero de López Maldonado . Tam lerosos brazos , que los cortesanos lle
bién el autor dese libro, replicó el
van lo mejor del torneo. Por acudir á
cura , es grande amigo mío , y sus este ruido y estruendo , no se paso
versos en su boca admiran á quien adelante con el escrutinio de los de.
los oye, y tal es la suavidad de la voz más libros que quedaban , y así re
con que los canta , que encanta : algo cree que fueron al fuego sin ser vistos
largo es en las églogas, pero nunca ni oídos La Carolea y León de Es
lo bueno fué mucho ; guárdese con paña , con los hechos del emperador,
los escogidos . ¿ Pero ané libro es ese compuestos por don Luis de Avila ,
que está junto á él ? La Galatea de que sin duda debían de estar entre
Miguel de Cervantes, dijo el barbero . los que quedaban, y quizá si el cura
Muchos años ha que es grande amigo los viera, no pasaran por tan riguro
mío ese Cervantes, y sé que es más 84 sentencia . Cuando llegaron á don
versado en desdichas que en versos .
Su libro tiene algo de buena inven Quijote, ya él estaba levantado de
ción, propone algo , y no concluye la cama, y proseguía en sus voces y
nada : es menester esperar la se en sus desatinos, dando cuchilladas y
reveses á todas partes, estando tan
gunda parte que promete : quizá con despierto como si nunca hubiera dor
la enmienda a canzará del todo la m.do. Abrazáronse con é!, y por fuer
misericordia que ahora se le niega, y za le volvi ron al lecho ; y después
entretanto que esto se re , tenelde que hubo sosegado un poco , volvién .
recluso en vuestra posada, señor dose á habar con el cura, le dijo :
compadre. Que me place , respondió Por cierto, señor arzobispo Turpin ,
el barbero, y aquí vienen tres , todos que es gran mengua de los que nos
juntos : La Araucana, de don Alou llamamos doce Pares , dejar tan sin
80 de Ercilla, La Austriada, de más ni más llevar la victoria deste
Jnan Rufo , Jurado de Córdoba, y El torneo a los caballeros cortesanos ,
Monserrate, de Cr stóbal de Virués , habiendo nosotros los aventureros
poeta val nciano. Todos estos tres ganado el prez en los tres días ante
libros , dijo il cura, son los mejores cedentes . Calle vuestra morced , se
que en verso heroico en lengua cas ñor compadre , dijo el cura, que Dios
tellana están escritos , y pueden com será servido que la suerte se inude,
petir con los más famosos de Italia ; y que lo que hoy se pierde , se gane
guardense como las más ricas pren mañana ; y atienda vuestra merced
das de poesía que tien España . Can á su salud por ahora, que me parece
sóse el cura de ver más libros, y así que debe de estar demasiadamente
á carga cerrada quiso que todos los cansado , si ya no es que está mal
demás se quemasen ; pero ya tenía ferido. Ferido no , dijo don Quijote ;
abierto uno el barbero , que se llama pero molido y quebrantado no hay
ba Las lágrimas de Angélica. Llo duda en ello , porque aquel bastardo
ráralas yo , dijo el cura en oyendo el de don Roldán me ha molido á palos
nombre , si tal libro hubiera manda con el tronco de una encina, y todo
do quemar , porque su autor fué uno de envidia, porque ve que yo solo soy
de los famosos poetas del mundo, no el opuesto de sus valentías; mas no
sólo de España, y fué felicísimo en me llamaría yo. Reinaldo de Montal.
la traducción de alguinis fábulas de bán , si en levantándome deste lecho
Ouidio. no me , lo pagare á pesar de todos
sus encantamentos : y por ahora trái .
ganme de yantar, que sé que es lo
que más me hará al caso , y quédes9
lo del v ngarme á mi cargo . Hicieron
lo así : diéronle de comer, y quedóse
otra vez dormido , y ellos admirados
de su locura . Aquella noche quemo
y abrasó el ama cuantos libros había
1
blanco en las alforjas . Todo eso fuc cumplió lo que se le dejó ordenado,
ra bien excusado , respondió don Qui. de irse á presentar ante mi señora
joti, si á mí se me acordara de hacer Dulcinea del Toboso , ya habrá cum
una redoma del bálsamo de Fiera plido con lo que debía, y no merece
brás, que con sola una gota se aho otra pena, si no comete nuevo deli
rraran tiempo y medicinas. Qué re to. Has hablado y apuntado muy
doma y qué bálsamo es ese ? dijo bien , respondió don Quijote , y así
Sancho Panza. Es un bálsamo, res anulo el juramento en cuanto lo que
pondió don Quijote , de quien tengo toca á tomar del nueva venganza ;
la receta en la memoria, con el cual pero hágole y confírmole de nuevo
no hay que tener temor á la muerte , de hacer la vida que he dicho , has
ni hay que pönsar morir de ferida ta tanto que quite por fuerza otra
alguna ; y así cuando yo le haga y c lada tal y tan buena como esta á
te le dé , no tienes más que hacer algún caballero. Y no pienses, San
sino que cuando vieres que en al cho, que así á humo de pajas hago
guna batalla me han partido por me esto , que bien tengo á quien imitar
dio del cuerpo, como muchas veces en ello, que esto mismo pasó al pie
suere acontecer , bonitamente la par de la letra sobre el yelmo de Mam
te del cuerpo que hubiere caído en brino , que tan caro e costó á Sa
el suelo, y con mucha sotileza , antes cripante. Que dé al diablo vuestra
que la sangre se hiele, la pondrás merced tales juramentos, señor mío,
sobre la otra mitad que quedare en replicó Sancho, que son muy en daño
la silla , advirtiendo de encajalla de la salud , y muy en perjuicio de
igualmente y al justo : luego me da 13 conciencia: si no , dígame ahora,
rás á beber sólo dos tragos del bál si acaso en muchos días no topamos
samo que he dicho, y verásme que hombre armado con celada , ¿ qué he
dar más sano que una manzana. Si mos de hacer ? ¿ Hase de cumplir
eso hay, dijo Panza, yo renuncio des el juramento á despecho de tantos
de aquí el gobierno de a prometida inconvenient's é incomodidades como
insula , y no quiero otra cosa en pago será el dormir vestido, y el no dor.
de mis muchos y buenos servicios , mir en poblado, y otras mil peniten
sino que vuestra merced me dé la cias que contenía el juramento de
receta dese extremado licor, que para aquel .oco viejo del marqués de Man .
mi tengo que valdrá la onza adonde tua , que vuestra merced quiere re
quiera más de á dos reales, y no he validar ahora ? Mire vuestra merced
menester yo más para pasar esta vida bien, que por todos estos caminos no
honrada y descansadamente ; pero andan hombres armados, sino arrie
es de saber ahora, si tiene mucha ros y carreteros, que no sólo no traen
costa el hacelle . Con menos de tres celadas, pero quizá no las han oído
reales se pueden hacer tres azum nombrar en todos los días de su vida,
bres , respondió don Quijote. Peca Engañaste en eso , dijo don Quijote,
dor'de mi, replicó Sancho, pues á porque no habremos estado dos bo
qué aguarda vuestra merced á ha ras por estas encrucijadas , cuando
cello y á enseñármele ? Calla , amigo, Veamos más armados que los que vi .
respondió do Quijote, que mayores nieron sobre Albraca à la conquista
secretos pienso enseñarte y mayores de Angélica la bella. Alto pues, sea
mercedes hacerte : y por ahora, cu . así, dijo Sancho, y á Dios prazga que
rémonos, que la oreja me duele más nos suceda bien, y que se llegue ya
de lo que yo quisiera. Sacó Sancho el tiempo de ganar esa insula que
de las alforjas hilas y ungüento, mas tan cara me cuesta , y muérame yo
cuando don Quijote llegó á ver rota lu go. Ya te he dicho , Sancho , que
su celada, pensó perder el juicio , v no te dé eso cuidado alguno , que
puesta la mano en la espada. v al cuando fa'tare insula , ahí está el rei
zando los ojos al cielo , dijo : Yo no de Dinamarca ó el de Sobradisa,
hago juramento al Criador de todas que te vendrán como anillo al dedo ,
las cosas y á los santos cuatro evan . y más, que por ser en tierra firme,
golios , donde más largamente están te dobes más alegrar. Pero dejemos
escritos , de hacer la vida que hizo esto para su tiempo, y mira si traes
el grande marqués de Mantua cuan algo en esas alforjas que comamos,
do juró de vengar la muºrte de su porque vamos luego en busca de al
sobrino Baldovinos , que fué de no gún castillo donde alojemos esta
comer pan á manteles, ni con su noche, y hagamos el bálsamo que te
mujer folgar , y otras cosas, que he dicho, porque yo to voto á Dios
aunque dellas nome acuerdo, las doy que me va doliendo mucho la oreja ,
aquí ror expresadas, hasta tomar en Aquí traigo una cebolla y un poco
tera venganza del que tal desaguisa . de queso , dijo Sancho ; pero no son
do me fizo . Oyendo esto Sancho, le manjares que pertenecen á tan va
dijo : Advierta vuestra merced, se liente caballero como vuestra mer
por don Quijote , que si el caballero ced . iQué mal lo entiendes, respon .
40 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
dió don Quijote: hágote saber, San
cho, que es honra de los caballeros
andantes no comer en un mes , y ya
que coman, Bea de aquello que ha CAPITULO XI
llaren más á mano : y esto se te
hiciera cierto, si hubieras leído tan . De lo que sucedió á don Quijoto
tas historias como yo ; que aunque
con unos cabreros
han sido muchas , en todas ellas no
he hallado hecha relación de que los Fué recogido de los cabreros con
caballeros andantes comiesen , si no buen ánimo , y habiendo Sancho lo
era acaso, y en algunos suntuosos mejor que pudo acomodado á Roci
banquetes que les hacían , y los demás nante y á su jumento, 89 fué tras el
días se los pasaban en flores. Y aun olor que despedían de sí ciertos ta
que se deja entender que no podían sajos de cabra que hirviendo al fue.
pasar sin comer y sin hacer todos los go en un caldero estaban . Y aunque
otros menesteres naturales, porque él quisiera en aquel mismo punto
en efecto eran hombres como nos ver si estaban en sazón de trasladar
otros , hase de entender también que los del caldero al estómago , lo dejó
andando lo más del tiempo de su vida de hacer porque los cabreros los
por las florestas y despoblados y sin quitaron del fuego, y tendiendo por
cocinero, que su más ordinaria comi . el suelo unas pieles de oveja, adere
da seria de viandas rústicas, tales zaron con mucha priesa su rústica
como las que tú ahora me ofreces : mesa, y convidaron á los dos con
así que , Sancho amigo, no te acon. muestras de muy buena voluntad
goje lo que á mí me da gusto, ni con lo que tenían . Sentáronse á ia
quieras tú hacer mundo nuevo , ni redonda de las pieles seis dellos , que
Bacar la caballería andante de sus eran los que en la majada había,
quicios. Perdóneme vuestra merced , habiendo primero con groseras ce
dijo Sancho, que como yo no sé leer remonias rogado á don Quijote que
ni escribir , como otra vez he dicho , se sentase sobre un dornajo que vuel.
no sé, ni he caído en las reglas de to del revés le pusieron. Sentóse
la profesión caballeresca, y de aquí don Quijote, y quedábase Sancho en
adelante yo proveeré las alforjas de pie para servirle la copa, que era
todo género de fruta seca para vues hecha de cuerno . Viéndole en pie su
tra merced , que es caballero, y para amo, le dijo : Porque veas, Sancho ,
mí las proveeré , pues no lo soy . de el bien que en sí encierra la an
otras cosas volátiles y de más subs dante caballería , y cuán á pique es
tancia. No digo yo , Sancho , replicó tán los que en cualquiera ministerio
don Quijote, que sea forzoso á los della se ejercitan de venir breve
caballeros andantes no comer otra
mente á ser honrados y estimados
cosa sino esas frutas que dices, sino del mundo, quiero que aquí á mi
que su más ordinario sustento debía
lado y en compañía desta buena gen
de ser dellas y de algunas hierbas te te sientes, y que seas una misma
que hallaban por los campos , que cosa conmigo que soy tu amo y na
ellos conocían y yo también conoz tural soñor, que comas en mi plato
co. Virtud es , respondió Sancho ,
conocer esas hierbas , que según yo y bebas por donde yo bebiere , por
que de la caballería andante se pue.
me voy imaginando, algún día será
conocimie de decir lo mismo que del amor se
menester usar dese nto .
Y sacando en esto lo que dijo que dice , que todas las cosas iguala.
traía, comieron los dos en buena paz ¡ Gran merced ! dijo Sancho, pero sé
decir á vuestra merced , que como
y compaña. Pero deseosos de buscar yo tuviese bien de comer, tan bien
adonde alojar aquella noche , acaba y mejor me lo comería en pie y á
ron con mucha brevedad su pobre y
seca comida : subieron luego á ca mis solas , como sentado á par de un
ballo v diéronse priesa para llogar á fmperador. Y aun si se va á decir
poblado antes que anocheciese ; pero verdad , mucho mejor me sabe lo que
faltóles el sol, y la esperanza de al como en mi rincón sin melindres ni
canzar lo que deseaban , junto á unas respetos , aunque sea pan y cebolla,
chozas de unos cabreros , y así de que los gallipavos de otras mesas
terminaron de pasarla allí ; donde me sea forzoso mascar des
que pacio , beber poco, limpiarme á me
cuanto fué de pesadumbre para San.
cho no llegar á poblado, fué de con nudo , no estornudar ni toser si me
tento para su amo dormirla al cielo viene gana , ni hacer otras cosas que
descubierto , por parecerle que cada la soledad y la libertad traen con
vez que esto le sucedía, era hac r sigo. Así que, señor mío , estas hon
un acto posesivo que facil ras que vuestra merced quiere dar
me por ser ministro y adherente de
prueba de su caballería . la caballería andante, como lo boy
siendo escudero de vuestra merced ,
PARTE 1. - CAPÍTULO XI
conviértalas en otras cosas que me tar, sustentar y deleitar á los hijos
sean de “ más cómodo y provecho ; que entonces la poseían. Entonces si
que estas, aunque las doy por bien que andaban lassimples y hermosas
recibidas, las renuncio para desde zagalejas de valle en valle y de ote
aquí al fin del mundo. Con todo eso, ro en otero, en trenza y en cabello,
te has de sentar, porque á quien se sin más vestido de aquellos que
humilla Dios le ensalza; y asiéndole eran menester para cubrir honesta
por el brazo , le forzó á que junto á mente lo que la honestidad quiere
él se sentase. No entendían los ca.
y ha querido siempre que se cubra :
breros aquella jerigonza de escuderos y no eran sus adornos de los que
y de caballeros andantes , y no hacían ahora se usan , á quien la púrpura
otra cosa que comer y callar y mirar de Tiro y la por tantos modos mar
á sus huéspedes, que con mucho do. tirizada seda encarecen, sino de al
naire v gana embaulaban tasajo como gunas hojas de verdes lampazos y
el puño . Acabado el servicio de car hiedra entretejidas, con lo que qui
ne, tendieron sobre las zaleas gran zás iban tan pomposas y compues .
cantidad de bellotas avellanadas, y tas como van ahora nuestras corte
juntamente pusieron un medio que sanas con las raras y peregrinas in
so más duro que si fuera hecho de venciones que a curiosidad ociosa
argamasa . No estaba en esto ocioso les ha mostrado . Entonces se de
el cuerno, porque andaba a la redon coraban los concetos amorosos del
da tan á menudo, ya lleno, ya va a ma simple y sencillamente del mis
cío , como arcaduz de noria, que con mo modo y manera que ella los con.
facilidad vació un zaqu9 de dos que cebía sin buscar artificioso rodeo
estaban de manifiesto. Después que de palabras para encarecerlos. No
don Quijote hubo bien satisfecho su había la fraude, el engaño, ni la
estómago, tomó un puño de bellotas malicia mezcládose con la verdad y
en la mano , y mirándolas atentamén llaneza . La justicia se estaba en sus
te, soltó la voz á semejantes razones : propios términos, sin que la osasen
Dichosa edad y siglos dichosos aque turbar ni ofender los del favor y los
llos a quienes los antiguos pusieron di interés , que tanto ahora la me
nombre de dorados, y no porque en noscaban, turban y persiguen. La ley
ellos el oro, que en esta nuestra dei encaje aún no se había sentado
edad de hierro tanto se estima , se en el entendimiento del juez, porque
alcanzas en aquella venturosa sin entonces no había que juzgar ni
fatiga alguna, sino porque entonces quien fuose juzgado. Las doncellas y
los que en ella vivian, ignoraban es la honestidad andaban, como tengo
tas dos palabras de tuyo y mio . dicho, por dondequiera solas y señe
Erap en aquella santa edad todas las ras , sin temor que la ajena desen .
cosas comunes : á nadie le era nece. voltura y lascivo intento las menos.
sario para alcanzar su ordinario sus cabasen , y su perdición nacía de su
tento , tomar otro trabajo que alzar gusto y propia voluntad. Y ahora, en
la mano, y alcanzarle de las robustas estos nuestros detestab.es siglos , no
encidas que liberalmente les estaban está segura ninguna, aunque la ocul
convidando con su dulce y sazonado te y cierre otro nuevo laberinto como
fruto. Las claras fuentes y corrien el de Creta ; porque allí por los res
tes rios en magnífica abundancia sa quicios ó por el aire con el celo de
brosas y transparentes aguas les ofre la maldita so icitud se les entra la
cían . En las quiebras de las mañas amorosa pestilencia, y les hace dar
y en los huecos de los árboles forma. con todo su recogimiento al traste .
ban su república las solicitas y dis Para cuya seguridad , andando más
cretas abejas, ofreciendo á cualquie los tiempos y creciendo más la ma
ra mano, sin interés alguno, la fér licia , se instituyó la orden de los
til cosecha de su dulcísimo trabajo. caballeros andantes para defender
Los valientes alcornoques despedían Las doncellas, amparar las viudas , y
de 81, sin otro artificio que el de su socorrer á los huérfanos y á los me
cortesía , sus anchas y livianas cor nesterosos. De esta orden soy yo,
tezas , con que se comenzaron á cu hermanos cabreros, á quien agra
brir las casas sobre rústicas estacas, dezco el agasajo y buen acogimien
sustentadas no más que para defensa to que hacéis á mí y á mi escudero :
de las inclemencias del cielo . Todo que aunque por ley natural están
era paz entonces todo amistad , todos los que viven obligados a favo.
todo concordia : aun no se había recer a los caballeros andantes, toda
atrevido la pesada reja del corvo ara vía por saber que sin saber vosotros
do á abrir ni visitar las as
entrañ esta obligación me acogistes y rega
piadosas de nuestra prim ra ma lastes, es razón que con la voluntad
dre , que ella sin ser forzada ofre á mí posible os agradezca la vuestra .
cía -or todas partes de su fértil y Toda esta larga arenga ( que se pu .
espacioso seno lo que pudiese har. diera muy bien excusar ), dijo nues.
42 DIN QUIJOTE DE LA MANCHA
tro caballero, porque las bellotas que tal vez la esperanza muestra
le dieron le trujeron á la memoria la orilla de su vestido .
la edad dorada ; y antojóse.e hacer Abalanzase al señuelo
aquel inútil razonamiento á los ca. mi fe , que nunca ha podido
breros, que sin respondelle palabra, ni menguar por no llamado
embobados y suspensos le estuvieron ni crecer por escogido .
escuchando. Sancho asimismo, ca Si el amor es cortesía,
Haba y comía bellotas, y visitaba de la que tienes colijo
muy á menudo el segundo zaque , que que el fin de mis esperanzas
porque se enfriase el vino, le tenían ha de sor cual imagino.
co gado de un alcornoque. Más tar Y si son servicios parte
dó en hablar don Quijote que en aca. de hacer un pecho benigno ,
barse la cena, al fin de la cual uno algunos de los que he hecho
de los cabreros dijo : Para que con fortalecen mi partido.
más veras pueda vuestra merced de Porque si has mirado en ello
cir , s ñor caballero andante , que le más de una vez habrás visto
agasajamos con pronta y buena vo que me h9, vestido en los lunes
luntad , queremos darle so az y con lo que me honraba el domingo.
tento con hacer que cante un compa Como el amor y la gala
ñero nuestro que no tardará mucho andan un mismo camino,
en estar aquí , el cual es un zagal en todo tiempo á tus ojos
muy entendido y muy enamorado , y quise mostrarme puido .
que sobre todo sabº leer y escribir , Dejo ei bailar por tu causa ,
y es músico de un rabel, que no hay ni las músicas te pinto,
más que desear. Apenas había acaba. que has escuchado á deshoras
do el cabrero de decir esto, cuando y al canto del gallo primo.
llegó á sus oídos el son del rabel, y No cuento las alabanzas
de alli á poco llegó el que le tañía, que de tu belleza he dicho,
que era un mozo de hasta veintidós que, aunque verdaderas , hacen
años, de muy buena gracia . Pregun ser yo de algunas malquisto.
táronle sus compañeros si había ce Teresa del Berroca ,
nado y respondiendo que sí, el que yo alabándote , me dijo :
·había hecho los ofrecimientos le tal piensa que adora un ángel
dijo : Desa manera, Antonio , bien y viene á adorar á un jimio ;
podrás hacernos placer de cantar un mérced á los muchos dijes
poco, porque vea este señor hués y á los cabellos postizos ,
ped que tenemos, que también nor v á hipócritas hermosuras ,
los montes y se vas hay quien sepa que engañan al amor mismo.
de música . Hémosle dicho tus bie Desmentila , y enojóse ;
nas habilidad is , y deseamos que las volvió por ella su primo :
muestres y nos saques verdaderos ; desafióme, y ya sabes
y así te ruego por tu vida , que te lo que yo hice y él hizo.
sientes y cantes el romance de tus No te quiero yo á montón,
amores, que te compuso el beneficia ni te pratendo y te sirvo
do tu tío, que en el pueblo ha pa por lo de barraganía ,
recido muy bien . Que me place, res que más bueno es midesignio .
pondió el mozo ; y sin hacerse más de Coyundas tiene la Iglesia ,
rogar, se sontó en el tronco de una que son lazadas de sirgo ;
desmochada encina , y templando su pon tu cuello en la gamella,
rabel , de allí á poco , con muy bue verás cómo pongo el mío .
na gracia, comenzó a cantar, dicien. Donde no, desde aquí juro
do desta manera : por el santo más bendito ,
de no salir destas sierras
ANTONIO sino para capuchino .
Yo sé , Olalla, que me adoras , Con esto dió el cabrero fin a sui
puesto que no me lo han dicho canto , y aunque don Quijote e rogó
ni aun con los ojos siquiera , que algo más cantase , no lo consintió
mudas lenguas de amorios. Sancho Panza, porque estaba más
Porque sé que eres sabida , para dormir que para oir canciones.
en que me quieres me afirmo; Y así dijo a su amo : Bien puede
que nunca fué desdichado vuestra merced acomodarse desde
amor que fué conocido. luego adonde ha de posar esta co
Bien es verdad que tal vez , che, que el trabajo que estos buenos
Olalla, me has dado indic'o hombres tienen todo el día , no.per
que tienes de bronce el alma, mite que pasen la noche cantando .
y el blanco pecho de risco . Ya te entiendo, Sancho , le respondió
Mas allá entre tus reproches don Quijote, que bien se me traslice
y honestísimos desvíos, que las visitas del zaque piden más
PARTE 1. - CapiTULO XII 13
riendo á cada paso los vocablos, no muy bueno, y vos, buen Pedro, le
acabaremos en un año . Perdonad , contais con muy buena gracia . La del
amigo , dijo don Quijote, que por ha. Señor no me faite, que es la que hace
ber tanta diferencia de sarna á Sarra al caso. Y en lo demás sabréis que
os lo dije ; pero vos respondisteis aunque el tío proponía á la sobrina,
muy bien, porque vive más sarna que y le decía las calidades de cada uno
Sarra ; y proseguid vuestra historia, en particular, de los muchos que
que no os replicará más en nada . por mujer la p dian , rogándole que
Digo pues , señor mío de mi alma , se casase y escogiese á su gusto , ja
dijo el cabrero, que en nuestra al más ella respondió otra cosa sino
dea hubo un labrador , aun más rico que por entonces no quería casarse,
que el padre de Grisóstomo, el cual y que por ser tan muchacha no se
se llamaba Guillermo, y al cua dió sentía hábil para poder llevar la car
ga d'l matrimonio . Con estas que
Dios, amén de las muchas y grandes odaba, al parecer, justas excusas, de
riquezas, una hija, de cuyo parto mu
rió su madre , que fué la más honrada jaba el tío de importunar.a, y espe
mujer que hubo en todos estos con raba á que entrase algo más en edad,
tornos : no parece sino que ahora la y ella sup :ese escoger compañía á
veo con aquella cara que del un ca. bu gusto. Porque decía él , y decía
muy bien , que no habían de dar los
bo tenía el sol y del otro la 'una , y padres á sus hijos estado contra su
sobre todo hacendosa y amiga de los voluntad . Pero hételo aquí, cuando no
pobres , por lo que creo que debe de
estar su ánima á la hora de ahora me cato , que remanece un día la me
gozando de Dios en el otro mundo. lindrosa Marcela hecha pastora :
De pesar de la muerte de tan buena zin sr parte su tío ni todos los del
mnjer murió su marido Guillermo, pueblo que se lo desaconsejaban , dió
en irse al campo con las demás za
dejando á su hija Marce a muchacha galas del lugar , y dió en guardar su
y rica en poder de un tío suyo, sacer mesmo ganado. Y así como ella salió
dote y beneficiado en nuestro lugar .
Creció la niña con tanta belleza, que en público, y su hermosura se vió
nos hacía acordar de la de su madre ,
al descubierto, no os sabré buena
mente decir cuántos ricos mancebos ,
que la tuvo muy grande ; y con todo hidalgos y labradores, han tomado
esto se juzgaba que le había de pa el traje de Grisóstomo, y la andan
car la de la hija : y así fué , que cuan.
PARTE 1.---Capítulo XI 45
requebrando por esos campos. Uno dición tan terrible , y gozar de her
de los cuales, como ya está dicho, mosura tan extremada. Por ser todo
fué nuestro difunto , del cual decían lo que he contado tan averiguada ver
que la dejaba de querer, y la adoraba. dad, me doy á entender que tam
Y no se piense que porque Marcela bién lo es lo que nuestro zagal dijo
se puso en aquella libertad y vida que sé decía de la causa de la muerte
tan suelta y de tan poco ó ninziin re. de Grisóstomo; y así os aconsejo, se
cogimiento , que por eso ha dado in- ñor, que no dejéis de hallaros ma
dicio ni por semejas , que venga en ñana á su entierro, que será muy de
menoscabo de su honestidad y recato ; Ver, porque Grisóstomo tiene muchos
antes es tanta y tal la vigilancia con amigos, y no está deste lugar, a aquel
que mira por su honra, que de cuan- donde manda enterrarse, media le
tos la sirven y solicitan ninguno se gua. En cuidado me lo tengo, dijo don
ha alabado, ni con verdad se podrá Quijote , y agradezcoos el gusto que
alabar, que le haya dado alguna pe- me habéis dado con la narración de
queña esperanza de alcanzar su de. tan sabroso cuento . ¡ Oh ! replicó el
beo. ue puesto que no huye ni se cabrero , aun no sé yo la mitad de los
esquiva de la compañía y conversa- casos sucedidos á los amantes de
ción de los pastores, y los trata cortés Marceia ; mas podría ser que mana
y amigablemente, en llegando á des . na topásemos en el camino algún pas .
cubrirle su intención cua quiera de- tor que nos lo dijese : y por ahora
llos, aunque sea tan justa y santa bien será que os vais á dormir debajo
como la del matrimonio , los arroja de de techado, porque el sereno os po
sí como con un trabuco . Y con esta dría dañar la herida , puesto que es
manera de condición hace más daño tal la m dicina que se os ha puesto ,
en esta tierra, que si por ella entra que no hay que temer de contrario
ra la pestilencia ; porque su afabili. accidente. Sancho Panza, que ya daba
dad y hermosura atrae los corazones al diablo el tanto hablar del cabrero ,
de los que la tratan á servir.a v á solicitó por su parte que su amo se
amarla ; pero su desdén y desengaño entrase á dormir en la choza de Pe
los conduce á términos de desespe dro. Hizolo así, y todo lo más de la
rarse , y así no saben qué decirle noche se le pasó en memorias de su
sino llamarla á voces cruel y desagra . señora Dulcinea, á imitación de los
decida, con otros títulos á este se amantes de Marcela . Sancho Panza
mejantes que bien la calidad de su se acomodó entre Rocinante y su ju
condición manifiestan : y si aquí es mento , y durmió, no como enamorado
tuviéredes, señor, a gún día , veríades desfavorecido, sino como hombre mo
resonar estas sierras y estos valles lido á coces .
con los lamentos de los desengañados
que la siguen . No está muy lejos de
aquí un sitio donde hay casi dos do
cenas de altas hayas , y no hay nin CAPITULO XIII
guna que en su lisa corteza no tenga
grabado y escrito el nombre de Mar.
cela, y encima de alguno una corona Donde se da fin al cuento de la
grabada en el mesmo árbol, como si pastora Marcela, con otros su
más claramente dijera su amante, cesos .
que Marcela la lleva y la merece de
toda la hormosura humana. Aquí sus
pira un pastor, allí se queja otro, acu Mas apenas comenzó á descubrirse
llá se oyen amorosas canciones, acá el día por los balcones de oriente ,
desesperadas endechas. Cuál hay que cuando los cinco de los seis cabreros
pasa todas las horas de la noche sen se levantaron y fueron á despertar á
tado al pie de alguna encina ó pe don Quijote, y á decille si estaba to.
ñasco, y allí sin piegar los llorosos davía con propósito de ir á ver el fa
ojos , mibebecido y transportado en moso entierro de Grisóstomo , y que
bus pensamientos le halló el sol á la ellos le harían compañía. Don Qui
mañana; y cuál hay que sin dar va jote , que otra cosa no deseaba, se le
do ni tregua á sus suspiros , en mi vantó y mandó á Sancho que ensilla
tad del ardor de la más enfadosa sies . se y enalbardase al momento , lo cual
ta del verano , tendido sobre la ar él hizo con mucha diligencia , con
diente arena , envía sus quojas al pia la misma se pusieron luego todos en
doso cie o : y deste y de aquel , v de camino. Y no hubieron andado un
aquellos y destos, libre y desenfada- cuarto de legua , cuando al cruzar de
damente triunfa la hermosa Marcela . una senda vieron venir hacia ellos
conocemos
los queenla qué esta hasta seis pastor s vestidos con pelli.
mostodos
Y esperando ha de parar cos negros, y coronadas las cabezas
&u altivez , y quién ha de ser el di- con guirnaldas de ciprés y de amar
choso que ha de venir á domeñar con. ga adelfa. Traia cada uno un grueso
46 DON QUIJOTE DE LA MÀNCIA
de los que al muerto trujeron, dijo á queráis dar sus escritos al olvido,
otro : Mira bien , Ambrosio, si es este que si el ordenó como agraviado no
el lugar que Grisóstomo dijo, ya que es bien que vos cumpláis como in
queréis que tan puntualmente se cum discreto , antes haced, dando la vida
pla lo que dejó mandado en su testa . á estos papeles, que la tenga siempre
mento . Este es , respondió Ambrosio , la crueldad de Marcela , para que sir .
que muchas veces en él me contó mi va de ejemplo en los tiempos que es
desdichado amigo la historia de su tan por venir á los vivientes, para
desventura . Allí me dijo el que vió la que se aparten y huyan de caer en
vez primera á aquella enemiga mor semejantes despeñaderos ; que ya sé
tal del linaje humano, y allí fué tam yo y los que aquí venimos, la histo
bién donde la primera vez le decla ria deste vuestro enamorado y deses
ró su pensamiento tan honesto como perado amigo, sabemos la amistad
enamorado, y allí fue la última vez vuestra y la ocasión de su muerte, y
donde Marcela le acabó de desengañar que dejó mandado al acabar de la
y desdeñar, de suerte que puso fin á vida : de la cual lamentable historia
la tragedia de su miserable vida y se puede sacar cuánta haya sido la
aquí , en memoria de tantas desdichas, crueldad de Marcela, el amor de
quiso el que le depositasen en las Grisóstomo, la fe de la amistad vues
entrañas del eterno olvido . Y vo tra, con el paradero que tienen los que
viéndose á don Quijote y á los cami á rienda sualta corren por la senda
nantes, prosiguió diciendo : Ese cuer que el desvariado amor delante de los
po, señores, que con piadosos ojos ojos les pone. Anoche supimos la
estáis mirando, fué depositario de un muerte de Grisóstomo, y que en este
alma en quien el cielo puso infinita lugar había de ser enterrado, y así de
parte de sus riquezas. Ese es el cuer curiosidad y de lástima dejamos nues
po de Grisóstomo, que fué único en tro derecho viaje, y acordamos de ve
el ingenio, solo en la cortesía, extre nir á ver con los ojos lo que tanto
mo en la gentileza , fénix en la amis nos había lastimado en pillo ; y en
tad , magnífico sin tasa , grave sin pago de esta lástima, y del deseo que
presunción, alegre sin bajeza, y final en nosotros nació de remedialla , si
mente primero en todo lo que es ser pudiéramos, te rogamos, oh discreto
bueno, y sin segundo en todo lo que Ambrosio, á lo menos yo te lo supli
fué ser desdichado. Quiso bien, fué co de mi parte, que dejando de abra
aborrec do ; adoró, tué desdeñado . sar estos papeles, me dejes llevar al
rogó á una fiera , importunó á un gunos dellos. Y sin aguardar que el
mármol, corrió tras el viento, dió pastor respondiese, alargó la mano y
voces á la soledad , sirvió á la in tomó algunos de los que más cerca
gratitud, de quien alcanzó por premio estaban ; viendo lo cual Ambrosio,
ser despojo de la muerte en la mi dijo : Por cortesía consentiré que os
tad de la carrera de su vida, á la cual quedéis, señor, con los que ya ha
dió fin una pastora, a quien él procu béis tomado ; pero pensar que dejaré
raba eternizar para que viviera en la de quemar los que quedan, es pensa.
memoria de las gentes ; cual lo pu miento vano . Vivaldo, que deseaba
dieran mostrar bien esos papeles que ver lo que los papeles decían, abrió
estáis mirando, si él no me hubiera luego el uno dellos, y vio que tenía
mandado que los entregara a. fuego por título : Canción desesperada.
en habiendo entregado su cuerpo á Oyólo Ambrosio, y dijo : Ese es el úl.
la tierra. De mayor rigor y crueldad timo papel que escribió el desdicha.
usaréis vos con ellos, dijo Vivaldo , do ; y porque veáis, señor, en a
que su mismo dueño , pues no es jus término que le tenían sus desventu
to ni acertado que se cumpla la vo ras , leerde de modo que seáis oído,
luntad de quien lo que ordena va que bien os dará lugar á ello el que
fuera de todo razonable discurso ; y se tardare en abrir la sepultura. Eso
no le tuviera bueno Augusto César, si haré yo de muy buena gana , dijo Vi.
consintiera que se pusiera en ejecu valdo; y como todos los circunstan
eión lo que el divino Mantuano dejó tes tenían el mismo deseo, se 1+
en su testamento mandado . Así que , pusieron a la redonda, y él , leyendo
señor Ambrosio, ya que deis el cuer en voz clara, vió que así decía :
po de vuestro amigo á la tierra, no
4
50 DON QUIJOTE DE LA MANCIA
CAPITULO XIV
Donde se ponen los ver808 desesperados del difunto pastor, con otros no
esperados sucesos
CANCIÓN DE GRISOSTOMO
Bien les pareció á los que escuchado nos presto á io qus vienes, ó que es
habían la canción de Grisóstomo, aquello de que más gustas, que por
puesto que el que la leyó, dijo que saber yo que los pensamientos de Gri
no le parecía que conformaba con la sóstomo jamás dejaron de obedecerte
relación que él había oído del recato en vida, haré que aun el muerto te
y bondad de Marcela, porque en ella obedezcan los de todos aquellos que
se quejaba Grisóstomo decelos, sos se llamaron sus amigos. No vengo ,
pechas y de ausencia, todo en perjui oh Ambrosio , á ninguna cosa de las
cio del buen crédito y buena fama ile que has dicho, respondió Marcela,
Marcela . A lo cual respondió Am sino á volver por mí misma, y á dar
brosio, como aquel que sabía bien los á entender cuán fuera de razón van
más escondidos pensamientos de su todos aquellos que de sus penas y de
amigo : Para que, señor, os satisfa la muerte de Grisóstomo me culpan ,
gáis desa duda, es bien que sepáis y así ruego a todos los que aquí es.
que cuando esté desdichado escribió táis , me estéis atentos, que no se
esta canción, estaba ausente de Mar rá menester mucho tiempo ni sastar
cela, de quien se había ausentado por muchas palabras para persuadir una
su voluntad , por ver si usaba con el verdad a los discretos . Hizome el cie.
la ausencia de sus ordinarios fueros ; lo , gún vosotros decís , hermosa,
y como al enamorado ausente no hay y de tal manera, que sin ser podero
cosa que no le fatigue ni temor que sos á otra cosa , á que me améis os
no le dé alcance, así le fatigaban í mueve mi hermosura, y por el amor
Grisóstomo los celos imaginados y que me mostráis, decís y aun queréis
las sospechas temidas como si fueran que esté yo obiigada a amaros. Yo
verdaderas ; y con esto queda en su conozco, con el natural entendimiento
punto la verdad que la fama prego que Dios me ha dado , que todo lo
na de la bondad de Marcela, la cual , hermoso es amable ; mas no alcanzo
fuera de ser cruel y un poco arrogan que por razón de ser amado esté obli.
te y un mucho desdeñosa, la misma gado lo que es amado por hermoso,
envidia ni debe ni puede ponerle fal á amar á quien le ama; y más que
ta a guna. Así es la verdad, respon podría acontecer que el amador de lo
dió Vivaldo; y queriendo leer otro hermoso fuese feo, y siendo lo feu
papel de los que había reservado del digno de ser aborrecido, cae muy
fuego , lo estorbó una maravillosa vi. mal el decir : Quiérote por hermosa ,
sión (que tai parecía ella) , que im hasme de amar aunque sea feo . Pero
provisadamente se les ofreció á los puesto caso que corran igualmente las
ojos, y fué que por cima de la peña hermosuras, no por eso han de correr
donde se cavaba la sepultura, pareció iguales los deseos , que no todas las
la pastora Marcela, tan hermosa que hermosuras enamoran , que algunas
pasaba á su fama su hermosura. Los alegran la vista y mo rinden la vo
que hasta entonces no la habían vis luntad ; que si todas las bellezas ena .
to , la miraban con admiración y si morasen y rindiesen, seria un andar
lencio, y los que ya estaban acos las voluntades confusas y descami .
tumbrados á verla, no quedaron me nadas , sin sabor en cuál habrían de
nos suspensos que los que nunca la parar : porque siendo infinitos los
habían visto . Mas apenas la hubo vis sujetos hermosos, infinitos habían de
to Ambrosio , cuando con muestras ser los deseos; y según yo he oído
de ánimo indignado le dijo : ¿ Vienes decir, el verdadero amor no se divi.
á ver por ventura, oh fiero basilisco de , y ha de ser voluntario y no for
destas montañas, si con tu presencia zoso . Siendo esto así, como yo creo
vierten sangre las heridas deste mi que lo es , ¿ por qué queréis que rinda
serable, á quien tu crueldad quitó la mi voluntad por fuerza, obligada no
vida , o vienes á ufanarte en las crue más de que decís que me queréis
les hazañas de tu condición , ó á ver bien ? Si no, decidme : ¿ si como el
desde esa altura , como otro desapia cielo me hizo hermosa, me hiciera
dado Nero , el incendio de su abra fea, fuera justo que me quejara ce
sada Roma, ó á pisar arrogante este vosotros porque no me amábades ?
desdichado cadáver, como la ingra Cuanto más que habéis de considerar,
ta hija el de su padre Tarquino ? Di. que yo no escogí la hermosura que
PARTE 1. - CAPITULO XIV 53
tengo , que tal cual es, el cielo me va á cada uno de los que me solici.
la dió de gracia, sin yo pedilla ni tan, de su particular provecho; y en.
escogella ; y así como la vibora no tiéndase de aquí adelante, que si
merece ser culpada por la ponzoña alguno por mí muriere, no muere de
que tiene, puesto que con ella mata, celoso ni desdichado, porque quien
por habérsela dado naturaleza, tam á nadie quiere, á ninguno debe dar
росо yo merezco ser reprendida celos, que los desengaños no se han
por ser hermosa , que la hermosura de tomar en cuenta de desdenes. Ei
en la mujer honesta es como el fue. que me llama fiera y basilisco, déje.
go apartado ó como la espada aguda, me como cosa perjudicial y mala ; el
que ni él quema ni ella corta á quien que me llame ingrata , no me sirva ;
á ellos no se acerca . La honra y las el que desconocida, no me conozca ;
virtudes son adornos del alma, sin los quien cruel, no me siga : que esta
cuales el cuerpo, aunque lo sea, no fiera, este basilisco, esta ingrata, esta
debe de parec- r hermoso : pues si cruel y esta desconocida, ni los bus
la honestidad es una de las virtudes cara, servirá, conocerá ni seguirá en
que al cuerpo y al alma más adornan ninguna manera. Que si á Grisostomo
y hermosean , ¿ por qué la ha de per mato su impaciencia y arrojado de.
der la que es amada por hermosa , seo, ¿ por qué se ha de culpar mi ho
por corresponder a la intención de nesto proceder y recato ? Si yo con
aquel que por sólo su gusto con todas servo mi limpieza con la compañía de
sus fuerzas é industrias procura que los árboles , ¿ por qué ha de querer
la pierda ? Yo nací libre , y para po. que la pierda el que quiere que la
der vivir libre , escogí la soledad de tenga con los hombres ? Yo, como
los campos : los árboles destas mon sabéis, tengo riquezas propias, y
tañas son mi compañía , las claras no codicio las ajenas ; tengo libre
aguas destos arroyos mis espejos , condición y no gusto de sujetarme:
con los árboles y con las aguas co ni quiero ni aborrezco á nadie : no
munico mis pensamientos y hermosu engaño á éste ni solicito á aquél, ni
ra. Fuego soy apartado, y espada burlo con uno, ni me entretengo con
puesta lejos. A los que he enamorado el otro. La conversación honesta de
con la vista , he desengañado con las las zagalas destas aldeas y el cui
palabras : y si los deseos se sustentan dado de mis cabras me entretiene :
con esperanzas , no habiendo yo dado tienen mis deseos por término estas
alguna á Grisóstomo, ni á otro algu. montañas y si de aquí salen , es á
no el fin de ninguno dellos , bien se contemplar la hermosura del cielo,
puede decir que antes le mató su por pasos con que camina el alma á su
fía que mi crueldad : y si se me hace morada primera . Y en diciendo esto ,
cargo que eran honestos sus pensa . sin querer oir respuesta alguna, vol
mientos, y que por esto estaba obli. vió las espaldas, 'y se entró por lo
gada á corresponder á ellos, digo más cerrado de un monte que allí
cerca estaba, dejando admirados,
que cuando en ese mismo lugar donde tanto de su discreción como de su
ahora se cava su sepultura , me des
cubrió la bondad de su intención , le hermosura, á todos los que allí es
taban . Y algunos dieron muestras
dije yo que la mia era vivir en per ( de aquellos que de la poderosa fle
petua soledad , y de que sola la tierra cha de los rayos de sus bellos ojos
gozase el fruto de mi recogimiento y
los despoios de mi hermosura ; v si estaban heridos) de quererla seguir,
él con todo este desengaño quiso por sin aprovecharse del manifiesto des
fiar contra la esperanza y navegar engaño que habían oído. Lo cual,
contra el viento , ¿ qué mucho que se visto por don Quijote, pareciéndo.e
que allí venía bien usar de su ca
anegase en la mitad del golfo de su ballería, socorriendo á las doncellas
desatino ? Si yo le entretuviera , fuera menesterosas, puesta la mano en el
fa sa ; si le contestara , hiciera con puño de su espada, en altas é inte.
tra mi mejor intención y prosupuesto . ligibles vocos dijo : Ninguna perso
Porfió desengañado, desesperó sin ser na de cualquiera estado y condición
aborrecido : mirad ahora si será ra. que sea, se atreva á seguir å la her
zón que de su pena se me dé á mi la mosa Marcela , so pena de caer en
culpa. Quéjese el engañado, desespé la furiosa indignación mía. Ella ha
rese aquel á quien le faltaron las pro mostrado con claras razones la poca ó
metidas esperanzas , confíese el que ninguna culpa que ha tenido en 13
yo llamare , ufánese el que yo admi . muerte de Grisostomo, y cuán ajena
tiere ; pero no me llame cruel ni ho vive de condescender con los deseos
micida aquel á quien yo no prometo , de ninguno de sus amantes, á cuya
engaño, llamo ni admito. El cielo aun causa es justo que en lugar de ser
hasta ahora no ha querido que yo seguida y perseguida, sea honrada
ame por destino ; y el pensar que y estimada de todos los buenos del
tengo de amar por elección , es ex mundo, pues muestra que en el ella
cusado. Este general desengaño sir
54 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
es sola la qne con tan honesta inten
ción vivę . O ya que fuese por las
amenazas de don Quijote, o porque
Ambrosio les dijo que concluyesen CAPITULO XV
con lo que á su buen amigo debían ,
ninguno de los pastores se movió
ni apartó de allí, hasta que acabada Donde se cuenta la desgraciada
la sepultura , y abrasados los paneles aventura que se topo don Qui
de Grisóstomo, pusieron su cuerpo jote en topar con unos desalma
en ella, no sin muchas lágrimas de dos yangüeses.
los circunstantes. Cerraron la se
pultura con una gruesa peña, en tan Cuenta el sabio Cide Hamete Be
to que se acababa una losa que , se nengeli, que así como don Quijote de
gún Ambrosio dijo , pensaba mandar despidió de sus huéspedes y de to
hacer con un epitafio que debía de dos los que se hallaron al entierro
cir desta manera : del pastor Grisóstomo , él y su es
cudero se entraron por el mismo bos
Yace aquí de un amador que donde vieron que se había en
el mísero cuerpo helado, trado la pastora Marcela, y habiendo
que fué pastor de ganado, andado más de dos horas por él , bus
perdido por desamor . cándola por todas partes sin poder
Murió á manos del rigor hallar a , vinieron á parar á un pra
de una esquiva hermosa ingrata, do lleno de fresca hierba, junto del
con quien su imperio dilata cual corría un arroyo apacible y fres
la tiranía de amor . co , tanto que convido y forzó á par
sar allí las horas de la siesta , que
Luego esparcieron por cima de la se. rigurosamente comenzaba ya á en.
pultura muchas flores y ramos, y trar . Apeáronse don Quijote y San
dando todos el pésame á su amigo cho, y dejando al jumento y á Ro
Ambrosio, se despidieron dél. Lo cinante á sus anchuras pacer de la
mismo hicieron Vivaldo y su compa mucha hierba que allí había , dieron
ñero , y don Quijote se despidió de saco á las alforjas, y sin ceremonia
sus huéspedes y de los caminantes, alguna en buena paz y compañía amo
los cuales le rogaron se viniese con y mozo comieron lo que en ellas ha
ellos á Sevilla , por sor lugar tan llaron. No se había curado Sancho de
acomodado á hallar aventuras, que echar sultas á Rocinante, seguro
en cada calle tras cada esquina se de que le conocía por tan manso y
ofrecen más que en otro alguno . tan poco rijoso, que todas las yeguas
Don Quijote les agradeció el aviso y de las dehesas de Córdoba no le hi .
el ánimo que mostraban de hacerle cieron tomar mal siniestro. Ordenó,
merced, y dijo que por entonces no pues, la suerte y el diablo que no
quería ni debía ir a Sevilla, hasta todas veces duerme , que anduviera
que hubiese despojado todas aque por aquel valle paciendo una ma
llas sierras de ladrones malandrinos, nada de bacas galicianas de unos
de quien era fama que todas estaban arrieros yangüeses, de los cuales es
llenas. Viendo su buena determina costumbre sestear con su recua en
ción, no quisieron los caminantes lugares y sitios de hierba y agua, y
importunarle más , sino tornándose á aquel donde acertó á hallarse don
despedir de nuevo, le dejaron y Quijote , era muy á propósito de los
prosiguieron su camino, en el cual yangüeses . Sucedió , pues, que á Ro.
no les faltó de qué tratar, así de la cinante le vino en deseo de refocilar.
historia de Marcela y Grisóstomo , se con las señoras hacas, y saliendo
como de las locuras de don Quijote , así como las olió , ds su natural
el cual determinó de irá buscar a paso y costumbre, sin pedir licencia
la pastora Marce.a, y ofrecerle todo á su dueño , tomó un trotillo algo pi
lo que él podía en su servicio . Mas cadillo , y se fué á comunicar su ne
no le avino como él pensaba, según cesidad con ellas ; mas ellas , que á
se cuenta en el discurso desta ver lo que pareció debían de tener más
dadera historia, dando aquí fin la ganas de pacer que de é , recibié
segunda parte. ronle con las herraduras y con los
dientes , de tal manera, que á poco
espacio se le rompieron las cinchas
y quedó sin silla en pelota ; pero lo
que él debió más de sentir fué, que
viendo los arrieros la fuerza que a
sus yeguas se les hacía, acudieron
con estacas, y tantos palos le dieron ,
que le derribaron malparado en el
suelo. Ya en esto don Quijote y
PARTE 1.- CAPÍTULO XV 55
Sancho, que la paliza de Rocinante mos mover los pies ? replicó Sancho
habían visto, llegaban jadeando, y Panza . De mi sé decir , dijo el moli
dijo don Quijote á Sancho : A lo que do caballero don Quijote, que no sa
yo veo, amigo Sancho, estos no son bré poner término á esos días ; mas
caballeros, sino gente soez y de baja yo me tengo la culpa de todo, que
relea : dígolo porque bien me pue- no había de poner mano é la espada
des ayudar á tomar la debida ven. contra hombres que no fuesen arma
ganza del agravio que delante de dos caballeros como yo , y así creo
nuestros ojos se le ha hecho á Ro- que en pena de haber pasado las leyes
cinante . ¿ Qué diablos de venganza de la caballería, ha permitido el dios
hemos de tomar, respondió Sancho, de las batallas que se me diese este
si estos son más de veinte, y nos- castigo ; por lo cual, hermano San
otros no más de dos, y aun quizá cho , conviene que estés advertido
nosotros sino uno y medio ? Yo val. en esto que ahora te diré , porque
go por ciento, replicó don Quijote ; y importa mucho á la saud de en
sin hacer más discursos, echó mano trambos ; y es que cuando veas que
á su espada y arremetió á los yan- semejanta canalla nos hace algún
güeses , y lo mismo hizo Sancho agravio, no aguardes á que yo pon
Panza , incitado y movido del ejem. ga mano á la espada para ellos,
plo de su amo ; y á las primeras porque no lo haré en ninguna ma
dió don Quijote una cuchillada á uno, nera, sino pon tú mano á tu espa
que le abrió un sayo de cuero de que da y castígalos muy á tu sabor, que
venia vestido, con gran parte de la si en su ayuda y defensa acudieren
espalda. Los yangüeses, que se vie. caballeros, yo te sabré defender y
ron ma tratar de aquellos dos hom- ofendellos con todo mi poder, que
bres solos, siendo ellos tantos , acu. ya habrás visto por mil señales y
dieron á sus estacas, y cogiendo á experiencias hasta dónde se extien.
los dos en medio , comenzaron á me. de el valor deste mi fuerte brazo :
nudear sobre ellos con grande ahin. ta' quedó de arrogante el pobre se
co y vehemencia. Verdad es que a) ñor con el ' vencimiento del valiente
segundo toque dieron con Sancho en vizcaíno . Mas no le pareció tan bien
el suelo , y lo mismo le avino á don á Sancho Panza el aviso de su amo ,
Quijote , sin que le valiese su des- que dejase de responder diciendo :
treza y buen ánimo ; y quiso su ven . Señor , yo soy hombre pacífico, man .
tura que viniese á caer á los pies de so , sosegado, y sé disimular cualquie.
Rocinante , que aun no se había le- ra injuria, porque tengo mujer y
vantado ; donde se echa de ver la hijos que sustentar y criar : así que
furia con que machacan estacas séale á vuestra merced también aviso,
puestas en manos rústicas eno- pues no puede ser mandato , que en
jadas. Viendo pues, los yangüeses el ninguna manera pondré mano á la
mal recado que habían hecho, con la espada ni contra villano ni contra
mayor presteza que pudieron carga- caballero, y que desde aquí para de
ron su recua y siguieron su camino , lante de Dios, perdono cuantos agra
dejando á los dos aventureros de ma- vios me han hecho y han de hacer,
la traza y peor talante. El primero ora me los haya hecho o haga Ó haya
que se resintió fué Sancho Panza, de cer persona alta baja, rico ó
Sallándose junto a su señor, con pobre, hidalgo ó pechero, sin eceptar
voz enferma y lastimada dijo : Señor estado ni condición alguna. Lo cual ,
don Quijote , iah señor don Quijo. oído por su amo, le respondió : Qui
te ! ¿ Qué quieres , Sancho hermano ? siera tener aliento para poder ha
respondió don Quijote con el mismo blar un poco descansado, y que el do
tono afeminado y doliente que San- lor que tengo en esta costilla se apla
cho. Querría , si fuese posible, res- cara tanto cuanto, para darte á en .
pondió Sancho Panza , que vuestra tender, Panza, er el error en que
merced me diese dos tragos de aque- estás. Ven acá, pecador : si el vien.
lla bebida del feo Blas , si es que la to de la fortuna, hasta ahora tan
tiene vuestra merced ahí á mano ; contrario , en nuestro favor se vuel
quizá será de provecho para los que- ve , llenándonos las velas del de
brantamientos de huesos como lo es seo para que seguramente y sin con
para las feridas . Pues á tenerla yo traste alguno tomemos puerto en al.
aquí, desgraciado yo , & qué nos falta. guna de las Insulas que te tengo pro .
ba ? respondió don Quijote ; mas yo metida, que sería de ti, si ganando
te juro , Sancho Panza, á fe de ca- la yo te hiciese señor della, pues lo
ballero andante , que antes que pa- vendrás á imposibilitar por no ser
sen dos días , si la fortuna no or- caballero , ni quererlo ser, ni tener
dena otra cosa, la tengo de tener en valor ni intención de vengar tus in
mi poder, ó mal me han de andar jurias y defender tu señorío ? Por
las manos. ¿ Pues en cuántos le pa- que has de saber que en los reinos y
rece á vyestra merced que podre- provincias nuevamente conquistados
DON QUIJOTE DE LA MANCHA
nunca están tan quietos los ánimos serias ; porque el valeroso Amadis
de sus naturales, ni tan de parte del de Gaula se vio en poder de su mor
nuevo señor, que no se tenga temor tal enemigo Arcalaus, el encantador
de que han de hacer a guna novedad de quien se tiene por averiguado que
para alterar de nuevo las cosas , y le dió , teniéndole preso, más de dos.
volver , como dicen , á probar ven . cientos azotes con las riendas de su
tura ; y así es menester que el nue caballo , atado á una coluna de un
vo poseedor tenga entendimiento patio ; y aun hay un autor secreto y
para saberse gobernar, y valor para de no poco crédito, que dice que ha
ofender y defenderse en cualquier biendo cogido al caballero del Febo
acontecimiento. En este que ahora con una cierta trampa que se le
nos ha acontecido, respondió Sancho, hundió debajo de los pies en un cier
quisiera yo tener ese entendimiento to castillo, al ca r se halló en una
y esa valor que vuestra merced dice ; honda sinia debajo de tierra, atado
mas yo le juro, á fe de pobre hombre , de pies y manos , y allí le echaron
que más estoy para bizmas que pari una destas que llaman merecidas de
pláticas. Mire vuestra merced si se agua de nieve y arena, de lo que
puede levantar, y ayudaremos á Ro llegó muy al cabo ; y si no fuera so
cinante, aunque no lo merece , porque corrido en aquella gran cuita de un
el fué la causa principal de todo sabio grande amigo suyo , lo pasara
este molimiento : jamás tal creí de muy mal el pobre caballero . Así que ,
Rocinante , que le tenía por persona bien puedo yo pasar entre tanta bue
casta y tan pacífica como yo. En na gente, que mayores afrentas son
fin , bien dicen, que es menester mu .. las que estos pasaron, que no las
cho tiempo para venir á conocer as que ahora nosotros pasamos ; porque
personas, y que no hay cosa segura quiero hacerte sabidor, Sancho, que
en esta vida. ¿ Quién dijera que tras no a'r ntan las heridas que se dan
de aquellas tan grandes cuchilladas con los instrumentos que acaso 80
como vuestra merced dió á quel hallan en las manos, y esto está en
desdichado caballero ' andante, había la ley del duelo escrito por palabras
de venir por la posta y en seguimien expresas : que si el zapatero da á
to suyo esta tan grande tempestad otro con la horma que tiene en la
de palos que ha descargado sobre mano, puesto que verdaderamente
nuestras espaldas ? Aun las tuyas , es do palo , no por eso se dirá que
Sancho , replicó don Quijote, deben queda apaleado aquel á quien dió con
de estar hechas á semejantes nubla Ella . Digo esto, porque no pienses
dos ; pero las mías, criadas catre que puesto que quedamos desta pen ,
sinabafas y holandas, claro está que dencia molidos, quedamos afrentados,
sentirán más el dolor desta desgra porque las armas que aquellos hom
cia : y si no fuese porque imagino, bros traían , con que nos machaca
& qué digo imagino ? sé muy cierto ron , no eran otras que sus estacas, y
que todas estas incomodidades son ninguno dellos, a lo que se me acuer
muy ajenas al ejercicio de las armas , da, tenía estoque , espada ni puñal .
aquí me dejaría mcrir de puro eno No me dieron á mí lugar, respondió
jo. A esto replicó el escudero : Señor, Sancho , á que mirase en tanto , por
ya que estas desgracias son de la co que apenas puse mano á mi tizona,
s cha de la caballería, dígame vues. cuando me santiguaron los hombros
tra merced si suceden muy á menudo con sus pinos, de manera que me
ó si tienen sus tiempos limitados quitaron la vista de los ojos y la
en que acaecen , porque me parece fuerza de los pies, dando conmigo
á mí que á dos cos chas quedaremos donde ahora yago y adonde no me
inútiles para la tercera, si Dios por da pena alguna el pensar si fué afren .
su infinita misericordia no nos SO ta o no lo de los estacazos, como me
corre . Sábete , amigo Sancho , res la da el dolor de los golpes , que me
pondió don Quijote, que la vida de han de quedar tan impresos en la
los caballeros andantes está sujeta memorir como en las espaldas. Con
á mil peligros y desventuras, ni todo eso te hago saber, hermano Pan
más ni menos está en potencia pro za, replicó don Quijote , que no hay
pincua de ser los caballeros andan memoria á quien el tiempo no acabe
tes reyes y emperadores, como lo ni dolor que muerte no le consuma.
ha mostrado la experiencia en mu ¿ Pues qué mayor desdicha puede
chos y diversos caballeros, de cuyas ser , Panza, de aquella que
historias yo tengo entera noticia ; y aguarda al tiempo que la consuma ,
pudiérate contar ahora, si el dolor y á la muerte que la acabe ? Si esta
me diera lugar ,; de algunos que sólo nuestra desgracia fuera de aquellas
por el valor de su brazo han subido que con un par de bizmas se curan ,
á los altos grados que he contado, y aun no tan malo ; pero estoy viendo ,
estos mismos se vieron antes y des que no han de bastar todos los "em
pués en diversas calamidades y mi plastos de un hospital para poneplas
PARTE I. CAPÍTULO XVI 57
en buen término siquiera. Déjate mitad del camino como arco turques.
deso , y saca fuerzas de flaqueza , San co sin poder acabar de enderezarse ;
cho, respondió don Quijote , que así y con todo este trabajo aparejó su
haré yo ; y veamos como está Roci asno, que también había andado algo
nante, que á lo que me parece , no distraído con la demasiada libertad
le ha cabido al pobre la menor par de aqı- 1 día ; levantó luego á Ro
te desta de gracia . No hay de que cinante , el cual si tuviera lengua con
maravillarse deso, respondió Sancho, que quejarse, á buen seguro que San .
siendo él también caballero andan cho ni su amo no le fueran en zaga .
te ; de lo que yo me maravillo es En resolución, Sancho acomodó á
de que mi jumento haya quedado li don Quijote sobre el asno, y puso de
bre y sin costas , donde nosotros sa reata a Rocinante, y llevando al asno
Imos sin costillas. Siempre deja la del cabestro, se encaminó poco más
ventura una puerta abierta en las ó menos hacia donde le pareció que
desdichas para dar remedio á ellas, podía estar el camino real ; y la
dijo don Quijote : digolo porque es i su rte , que sus cosas de bien en me
bestezuela podrá suplir ahora la fal jor iba guiando , aun no hubo anda.
ta de Rocinante, llevándome á mí do una pequeña legua, cuando le
desde aquí á algún castillo donde deparó el camino, en el cual descu
sea curado de mis feridas. Y más que brió una venta, que a pesar suyo y
no tendré á deshonra la tal caballe gusto de don Quijote había de ser
ría, porque me acuerdo haber ' lido castillo . Porfiaba Sancho que era
que aquel buen viejo Sileno , ayo y venta, y su amo que no, sino cast:
pedagogo del alegre dios de la risa, llo, y tanto duró la porfía, que tuvie
cuando entró en la ciudad de las cien ron lugar sin acabarla de llegar á
puertas iba muy á su placer caballe ella, en la cual Sancho se entró sin
ro sobre rin muy hermoso asno . Ver . más averiguación con toda su recus.
dad será que él debía de ir caballero
como vuestra merced dice , respin
dió Sancho ; pero hay gran diferen.
cia del ir caballero al ir atravesado CAPITULO XVI
como costal de basura. A lo cual ris
pondió don Quijote : Las heridas que
se reciben en las batallas antes dan De lo que sucedió al ingenioso hi
honra que la quitan ; así que, Panza dalgo en la venta que él imagi
amigo, no me repliques más , silo nabu ser castillo.
como ya te ne dicho, levántate io r.e.
jor que pudieres, y ponme de la ma
nera quº más te agradare encima de El ventero , que vio á don Quijote
tú jumento, y vamos de aquí ar tes atravesado en el asno , preguntó á
que la noche venga, y nos saltee en Sancho qué mal traía. Sancho le res
este despob ado. Pues yo he oído pondió que no era nada, sino que ha
decir á vu stra merced, dijo Panza , bía dado una caída de una peña aba .
que es muy de caballeros andantes jo , y que tenía algo brumadas ‘ las
el dormir en los páramos y desiertos costillas. Tenía el ventero por mu
lo más del año, y que lo tienen á jer á una no de la condición que sue
mucha ventura. Eso es, dijo don len tener las de semejante trato ,
Quijote, cuando no pueden más ó porque naturalmente era caritativa .
cuando están enamorados ; y es tan v s9 dolía de las calamidades de sus
verdad esto , que ha habido caballe prójimos ; y así acudió luego á curar
ro que se ha estado sobre una peſa á don Quijote, y hizo que una hija
al sol y á la combra y á las inclemen suya doncella, muchacha y de muy
cias del cielo dos años sin que lo buen parecer, la ayudase á curar á
supiese su señora , y uno destos fué su huésped . Servía en la venta asi .
Amadís , cuando llamándose Belte mismo una moza asturiana, archa de
Debros se alojó en la Peña Pobre , no cara , llana de cogote, de nariz roma,
sé si ocho años ó ocho meses, que no del un ojo tuerta y del otro no muy
estoy muy bien en 14 cuenta ; basta sana : verdad es que la gallardia del
que él estuvo allí haciendo peniten. cuerpo suplía las demás faltas : no
cia por no sé qué sinsabor que le tenía siete palmos de los pies a la ca.
hizo la señora Oriana ; pero dejemos beza, y las espaldas , que algún tan
ya esto, Sancho, y acaba antes que to le cargaban , la hacían mirar al
suceda ' otra desgracia al jumento suelo más de lo que ella qu siera.
como á Rocinante . Aun ahí sería el Esta gentil moza pucs, ayudó á a
diablo, dijo Sancho; y despidiendo donc lla , y las dos hicieron una muy
treinta ayes y sesonta sospiros, y mala cama á don Quijote en un cama
. ciento y veinte pésetes y reniegos ranchón , que en otros tiempos daba
de quien allí le había traído, se le manifiestos indicios que había servi
vantó, quedándose agobiado' en la do de pajar muchos años, en el cual
58 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
también alojaba un arriero, que te cómo vos, siéndolo deste tan buen
nía su cama hecha un poco más allá señor , dijo la ventera, no tenéis á lo
de la de nuestro don Quijote, y aun que parece siquiera algún condado ?
que era de las enjalmas y mantas de Aun es temprano, respondió Sancho,
sus machos, hacía mucha ventaja á porque no ha sino un mes que an
la de don Quijote, que sólo contenía damos buscando las aventuras , y has
cuatro mal lisas tablas sobre dos no ta ahora no hemos topado con ningu .
muy iguales bancos, y un colchón , na que o sea, y tal vez hay que se
que en lo sutil parecía colcha, lleno busca una cosa y se halla otra :
de bodoques, que á no mostrar que verdad es que si mi señor don Quijo
eran de lana por alguna rotura , al te sana desta herida ó caída y yo no
tiento en la dureza semejaban de gui . quedo contrahecho della, no troca
jarro , y dos sábanas hechas de cuero ría mis esperanzas con el mejor títu .
de adarga, y una frazada cuyos hi lo de España. Todas estas pláticas
los, si se quisieran contar, no se estaba escuchando muy atento don
perdiera uno solo de la cuenta. En Quijote. y sentándose en el lecho
esta maldita cama se acostó don Qui. como pudo, tomando de la mano á
jote ; y luego la ventera y su hija la ventera le dijo : Creedme, fermo
le emplastaron de arriba abajo, a um. sa señora, que os podéis llamar ven
brándoles Maritornes, que así se turosa por haber alojado en este
llamaba la asturiana ; y como al biz. vuestro castillo á mi persona, que
malle viese la ventera tan acardena es tal, que si yo no la alabo, es por
lado á partes á don Quijote , dijo lo que sucle decirse , que la alabanza
que aquello más parecían golpes quo propia envilece; pero mi escudero
caída. No fueron golpes, dijo San os dirá quién soy : sólo os digo que
tendré eternamente escrito en mai
cho , sino que la peña tenía muchos
picos y tropezones, y que cada uno memoria el servicio que me habedes
había hecho su cardenal; y tam fecho, para agradecéroslo mientras la
bién le dijo : Haga vu stra merced , vida me durare : y pluguiera á los
señora , de manera que queden al altos cielos que el amor no me tu
gunas estopas, que no faltará quien viera tan rendido y tan sujeto a sus
las haya menester, que también me leyes , y los ojos de aquella hermosa
duelen á mí un poco los lomos. ¿ Desa ingrata que digo entre mis dientes,
manera , respondió la ventera , tam que los desta fermosa doncella fue
bién debisteis vos de caer ? No cal, ran señores de mi libertad. Confu
dijo Sancho Panza, sino que del so sas estaban la ventera y su hija y
bresalto de ver caer á mi amo , de la buena de Maritornes oyendo las
tal manera me duele á mí el cueroa razones del andante caballero, que
que me par ce que me han dado mil así las entendían como si hablara en
griego , aunque bien alcanzaron que
palos . Bien podría ser eso , dijo la
doncella , que á mí me ha acontecido todas .se encaminaban á ofrecimien
muchas veces soñar que caía de una tos y requiebros ; y como no usadas
torre abajo, y que nunca acababa á semejante lenguaje, mirábanle y
de llegar al suelo , y cuando desperta admirábanse, y parecíales otro hom
ba del sueño, hallarme tan molida y bre de los que se usaban , y agra
quebrantada, como si verdaderamen deciéndole con venteriles razones sus
te hubiera caído. Ahí está el toque, ofrecimientos , le dejaron, y la astu .
señora, respondió Sancho Panza, que riana Maritornes curó á Sancho, que
yo, sin soñar nada, sino estandó jāás no menos lo había menester que su
amo . Había el arriero concertado con
despierto que ahora estoy, me hallo ella que aquella noche se refocilarían
con pocos menos cardenales que mi
señor don Quijote . ¿ Cómo se llama juntos, y ella le había dado su pala
este caballero ? preguntó la asturiana bra de que en estando sosegados lo
Maritornes . Don Quijote de la Man huéspedes y durmiendo sus amos,
cha, respondió Sancho Panza, y ez le iría á buscar y satisfacere el gus
caballero aventurero, y de los me to en cuanto le mandase . Y cuénta
jores y más fuertes que de luengos se desta buena moza, que jamás dió
tiempos acá se han visto en el mun . seinejantes palabras que no las cum
do . ¿ Qué es caballero aventur ro ? pliese, aunque las diese en un mon
replicó la moza. ¿ Tan nueva sois en te y sin testigo alguno, porque pce.
el mundo que no lo sabéis vos ? sumía muy de hidalga, y no tenía
respondió Sancho Panza : pues sabed , por afrenta estar en aquel ejercicio
hermana mía, que caballero aventu do servir en la venta ; porque decía
rero es una cosa que en dos palabras ella que desgracias y malos sucesos
se ve apaleado y emperador : hoy 14 habían traído á aquel estado . El
está la más desdichada criatura del duro, estrecho, apocado y fementi .
mundo y la más menesterosa, y ma do lecho de don Quijote estaba pri
ñana tendrá dos ó tres coronas de mero en mitad de aquel estrellado
reinos que dar á su escudero . Pues establo, y luego junto á el hizo el
PANTE 1.- CAPÍTULO XVI 59
cuyo Sancho, que solo contenía una corazón de no cometer alevosia & su
estera de enea y una manta que an señora Dulcinea del Toboso, aun
tes mostraba ser de anjeo tundido que la misma reina Ginebra con su
que de lana . Sucedía á estos dos le dueña Quintañona se le pusiesen
chos el del arriero , fabricado, como delante. Pensando, pues , en estog
se ha dicho, de las enjalmas y de disparates , se llegó el tiempo y la
todo el adorno de los dos mejores hora ( que para el fué munguada ) de
mulos que traía , aunque eran doce , la venida de la asturiana , la cual,
lucios, gordos y famosos , porque en
camisa y descalza, cogidos los
era uno de los ricos arrieros de Aré. cabellos en una albanega de fustán,
valo, según lo dice el autor desta con tácitos y atentados pasos entró
historia , que deste arriero hace par en el aposento donde los tres aloja
ticular mención , porque le conocía ban , en busca del arriero ; pero ade
muy bien , y aun quieren decir que nas llegó á la puerta cuando don
era algo pariente suyo : fuera de que Quijote la sintió, y sentándose en
Cide Hamete Benengeli fué historia. la cama , á pesar de sus bizmas y
dor muy curioso, y muy puntual en con dolor de sus costillas , tendió los
todas las cosas, y échase bien de ver , brazos para recibir á su fermosa don
pues las que quedan referidas, con cella la asturiana, que toda recogida
ser tan mínimas y tan raras, no las y callando iba con las manos delan
quiso pasar en silencio, de donde te buscando á su querido. Topó con
podrán tomar ejemplo los historiado . los brazos de don Quijote, el cual la
res graves , que nos cuentan las ac . asió fuertemente de una muñeca , y
ciones tan corta y sucintamente, que tirándola hacia sí, sin que ella osa
apenas nos llegan á los labios, de se hablar palabra, la hizo sentar so
jándose en el tintero, ya por descui bre la cama : tentole luego la cami
do por malicia o ignorancia, lo más sa , y aunque era ella de arpillera,
substancial de la obra. Bien haya él le pareció ser de finísimo y del
mil veces el autor de Tablante de gado cendal. Traſa en las muñecas
Ricamonte, y aquel del otro libro, unas cuentas de vidrio, pero á él
donde se cuentan los hechos del Con. le dieron vislumbres de preciosas
do de Tomillas ; y icon qué pun perlas orientales : los cabellos, que
tualidad lo describen todo ! Digo pues , en alguna manera tiraban á crines,
que después de haber visitado el él los marcó por hebras de lucidisi.
arriero á su recna , y dádole el se mo oro de Arabia , cuyo resplandor
gundo pienso , se tendió en sus 21: al del mismo sol escurecía ; y el
jalmas, y se dió á esperar á su pun . aiento, que sin duda alguna olla á
tualísima Maritornes. Ya estaba ensalada fiambre y trasnochada, á aj
Sancho bizmado y acostado, y aun le pareció que arrojaba de su boca
que procuruba dormir, no lo consen un olor suave y aromático ; - final.
tía el dolor de sus costillas, y don mente él la pintó en su imaginación
Quijote con el dolor de las suyas te . de la misma traza y modo que lo ha
nía los ojos abiertos como liebra. bía leído en sus libros de la otra prin .
Toda la venta estaba en silencio , y cesa que vino á ver al mal ferido ou
en ella no había otra luz que la que ballero, vencida de sus amores, con
daba una lámpara que colgada en todos los adornos que aquí van pues
medio del portal ardía . Esta maravi . tos. Y era tanta la ceguedad d- po.
llosa quietud , y los pensamientos que bre hidalgo, que el tacto, ni el alien
siempre nuestro caballero traía de to, ni otras cosas que traía en sí la
los sucesos que á cada paso se cnen buena doncella , no le desengañaban,
tan en los libros autores de sus des . las cuales pudieran hacer vomitar 4
gracias, le trujo á la imaginación otro que no fuera arriero ; antes le
una de las extrañas locuras que bue parecía que tenía entre sus brazos á
namente imaginarse pueden : y fué la diosa de la hermosura ; y tenién.
que él se imaginó haber llegado á dola bien asida , con voz amorosa y
un famoso castillo (que como se ha baja le comenzó á decir : Quisiera
dicho, castillos eran á su parecer to hallarme en términos, fermosa y alta
das las ventas donde se alojaba), señora , da poder pagar tamaña mer
que la hija del ventero lo era del ced como la que con la vista de
señor del castillo, la cual vencida de vuestra gran fermosura me habedeg
Bu gentileza, se había enamorado cél , fecho ; pero ha querido la fortuna,
prometido que aquella noche á fur que no se cansa de perseguir á los
to de sus padres vendría á yac r buenos , ponerme en este lecho, donde
con él una buena pieza : y teniendo yago tan molido y quebrantado, que
toda esta quimera que él se había aunque de mi voluntad quisiera sa
fabricado , por firme y valedera, 99 tisfacer a la vuestra, fuera imposible,
comenzó á acuitar y a pensar en el pa y más que se añade á esta imposibi
ligroso trance en que su honestidad Lidad otra mayor , que es la prome
se habla de ver, y propuso en su tida fe que tengo dada á la sin par
60 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
Dulcinea del Toboso, única señora á don Quijote acudió á dalle el soco
de mis más escondidos pensamien rro necesario : lo mismo hizo el ven .
tos ; que si esto no hubiera de por tero , pero con intención diferente,
medio, no fuera yo tan sandio caba . porque fué á castigar á la moza, cre
llero que dejara pasar en blanco la yendo sin duda, que ella sola era a
venturosa ocasión en que vuestra ocasión de toda aquella armonía. Y
gran bondad me ha puesto. Maritor así como suele decirse el gato al
nes estaba congojadísima y trasudan rato, el rato á la cuerda, la cuerda
do de verse tan asida de don Quijote, al palo, daba el arriero ' á Sancho ,
y sin entender ni estar atenta á las Sancho à la moza, la moza á él , el
razones que le decía, procuraba sin ventero á la moza, y todos menudea
hablar palabra desasirse. El bueno ban con tanta priesa , que no se daban
del arriero , á quien tenían despierto punto de reposo ; y fué lo bueno que
sus malos d seos , desde el punto que al ventero se le apagó el cardil, y
eritró su coima por la puerta la sin como quedaron á escuras, dábanso
tió y estuvo atentamente escuchando tan sin compasión , todos á bulto,
todo lo que don Quijote decía y ce que á doquiera que ponían la mano,
loso de que la asturiana le hubiese no dejaban cosa sana, Alojaba aca
faltado á la palabra por otro, se fué sy aquella noche en la venta un cua
llegando más al lecho de don Quijote , drillero de los que llaman de la San
y estúvose quedo hasta ver en qué ta Hermandad vieja de Toledo. el
paraban aquellas razones que él no cual oyendo asimismo el extraño es.
podía entender ; pero como vió que truendo de la pelea , asió de su media
la moza forcejaba por desasirse , y vara y de la caja de lata de sus tí
don Quijote trabajaba por tenerla , tulos, y entró á escuras en el apo
pareciéndole mal la burla , enarboló sento diciendo : Ténganse á la justi
el brazo en alto, y descargó tan te cia, ténganse á la Santa Herman
rrible puñada sobre las estrechas qui. dad : y el primero con quien topo,
jadas del enamorado caballero , que le fué con el apuñeado de don Quijote,
baño toda la boca en sangre, y no que fstaba en su derribado lecho,
contento con esto se le subió encima tendido boca arriba sin sentido algu .
de las costillas, y con los pies más no, y echándole á tiento mano á las
que de trote se las paseó todas de barbas, no cesaba de decir : Favor
cabo á cabo. El lecho, que era un á la justicia ; pero viendo que el que
poco endeble y de no firmes funda tenía asido no se bullía ni meneaba,
mentos , no pudiendo sufrir la añadi . se dió a entender que estaba muerto,
dura del arriero , dió consigo en el y que los que allí dentro estaban
suelo, á cuyo gran ruido desportó el eran sus matadores, y con esta sos.
ventero, y luego imaginó que de pecha reforzó la voz, diciendo : Cié .
bían ser pendencias de Maritornes , rrese la puerta de la venta, miren no
porque hab éndola llamado á voces no se vaya nadie, que han muerto aquí
respondía. Con esta sospecha se le á un hombre . Esta sobresaltó
voz á
vantó; y encendiendo un candil be todos, y cada cual dejó la per:dencia
fué hacia donde había sentido la pe en el grado que le tomó la voz. Re
laza. La moza, viendo que su amo tiróse el ventero á su aposento, el
venía y que era de condición terri arriero á sus enjalmas, la moza á su
blº , toda medrosica y alborotada se rancho ; solos los dos desventurados
acogió á la cama de Sancho Panza , don Quijote y Sancho no se pudieron
que aun dormía, y allí se acurrucó mover de donde estaban . Soltó en
y se hizo un ovillo. El ventero entro esto el cuadrillero la barba de don
diciendo : ¿ Adónde estás, puta ? A Quijote, y salió á buscar luz para
buen seguro que son tus cosas estas . buscar y prender los delincuentes,
En esto despertó Sancho , y sintiendo mas no la halló, porque el ventero
aquel bulto casi encima de sí, penso de industria había mu rto la lám
que tenía la pesadilla, y comenzó :( para cuando se retiró a su estancia ,
dar puñadas á una y á otra parte , y fuéle forzoso acudir á a chimenea,
y entre otras alcanzó con no sé cuán donde con mucho trabajo y tiempo
tas á Maritornes , la cual sentida del encendió el cuadrillero otro candil,
dolor , echando á rodar la honestidad ,
dió el retorno á Sancho con tantas ,
que á su despecho de quitó el sueño ;
el cual, viéndose tratar de aquella
manera y sin saber de quién , alzándo
se como pudo , se abrazó con Maritor .
nes , y com nzaron entre los dos la
más reñida y graciosa escaramuza
del mundo. Viendo, pues, el arrie
ro á la alumbre del candil del ven.
tero cuál andaba su dama, dejando
PARTE 1 .--CAPÍTULO XVI 61
tillo, al tiempo que yo estaba con
ella en dulcísimos y amorosisimos
coloquios, sin que yo la viese ni su.
CAPITULO XVII piese por dórde venía, vino una mano
pegada á algún brazo de algún des
Donde se prosiguen los innume comunai gigante , asestóme una pu
rables trabajos que el bravo don ñada en las quijadas, tal que las
Quijote y su buen escudero San tengo todas bañadas en sangre, y des.
cho Panza pasaron en la venta , pués me molió de tal suerte, que es
que por su mal pensó que era toy peor que ayer cuando los arrie
castillo. ros por demasias de Rocinante nos
hicieron el agravio que sabes : por
donde conjeturo que el tesoro de la
fermosura desta doncella le debe de
Había ya vuelto en este tiempo de guardar algún encantado moro , y
su parasismo don Quijote , y con el no debe de ser para mí. Ni para mí
mismo tono de voz con que el día tampoco, respondió Sancho, porque
antes había llamado á su escudero , más de cuatrocientos moros me han
cuando estaba tendido en el val de aporreado, de manera que el moli
las estacas, le comenzó á llamar di . miento de las estacas fué tortas y
ciendo : ¿ Sancho, amigo, duermes ? pan pintado . Pero dígame , señor,
¿ Duermes, amigo Sancho ? ¿ Qué ten ¿ cómo llama á ésta buena y rara
go de dormir , pesia á mí ? respondió aventura, habiendo quedado della
Sancho lleno de pesadumbre y de des . cual quedamos ? Aun vuestra murced
pecho ; que no parece sino que to menos mal , pues tuvo en sus manos
dos los diablos han andado conmigo aquella incomparable fermosura que
esta noche . Puedeslo creer así sin ha dicho ; pero yo ¿ qué tuve sino los
duda, respondió don Quijote, porque mayores porrazos que pienso recibir
ó yo sé poco, ó este castillo es en en toda mi vida ? Desdichado de mí
cantado, porque has de saber ... mas y de la madre que me parió, que ni
esto que ahora quiero decirte, hasme soy caballero andanto ni lo pienso
de jurar que lo tendrás secreto has ser jamás , y de todas las malandan.
ta después de mi muerte. Si juro , zas me cabe la mayor parte! ¿ Lue
respondió Sancho . Digolo, replicó go también estás tú aporreado ? res
dun Quijote, porque soy enemigo de pondió don Quijote, ¿ No le he di
que se quite la honra á nadie. Digo cho que sí, pese á mi linaje ? dijo
que sí juro, torno á decir Sancho, Sancho . No tengas pena, amigo, di
que lo callaré hasta después de cos jo don Quijote, que yo haré ahora el
días de vuestra merced , y plega á bálsamo precioso con que sanaremos
Dios que lo pueda descubrir mana en un abrir y cerrar de ojos. Aca
na . & Tan malas obras te hago , San bó en esto de encender el candil el
cho, respondió don Quijote, que me cuadrillero , y entr5 á ver el que
querrías ver muerto con tanta bre pensaba que era muerto, y así como
vedad ? No es por eso , respondió le vió entrar Sancho, viéndole ve
Sancho, sino porque soy enemigo de nir en camisa y con su paño de cabe
guardar mucho las cosas, ļ no que za y candil en la mano, y con muy
rría que se me pudriesen de guarda mala cara, preguntó á su amo : Se
das. Sea por lo que fuere , respondió ñor, ¿ si será éste á dicha el moro
don Quijote, que más fío de tu amor encantado que nos vuelve á castigar,
y de tu cortesía ; y así has de saber si se dejó algo en el tintero ? No
que esta noche me ha sucedido una puede ser el moro, respondió don
de las más extrañas aventuras que Quijote , porque los encantados no
yo sabré encarecer, y por contártela se dejan ver de nadie. Si no se de
en breve, sabrás que poco ha que á jan ver, déjanse sentir, dijo Sancho :
mi vino la hija del señor deste cas si no díganlo mis espaldas. También
tillo, que es la más apuesta y fer lo podrían decir las mías, respon
mosa doncella que en gran parte de diú don Quijote ; pero no es bastante
la tierra se puede hallar. iQué te indicio ese para creer que este que
podría decir del adorno de su perso se ve sea el encantado moro. Llegó
na ! ¡ Qué de su gallardo entendi el cuadrillero , y como los halló ha
miento ! ¡ Qué de otras cosas ocultas, blando en tan sosegada conversación ,
que por guardar la fe que debo á mi quedó suspenso. Bien es verdad que
señora Dulcinea del Toboso , dejaré aun don Quijote se estaba boca arri .
pasar intactas y en silencio ! $6.0 ba sin poderse n.enear de puro mo
te quiero decir, que envidioso el cie lido y emplastado. L'egóse á él el
lo de tanto bien como la ventura me cuadrillero , y díjole : Pues ¿ cómo
había puesto en las manos, o quizá va , buen hombre ? Hablara yo más
(y esto es lo más cierto ) que como bien criado, respondió don Quijote ,
tengo dicho es encantado este cas si fuera que vos : ¿ úsase en esta tie
62 DON Otijote DE LA MANCHA
rra hablar desa suerte a los caballe. tantas avemarías , salves y credo3,
ros andantes, majadero ? El cuadri. y á cada palabra acompañaba una cruz
llero, que se vio tratar tan mal da á modo de bendición : á todo lo cual
un hombre de tan mal parecer , no se hallaron presentes Sancho, el ven
lo pudo sufrir, y alzando el candil tero y cuadrillero, que ya el arriero
con todo su aceite, dió á don Qui. sosegadamente andaba entendiendo en
jote con él en la cabeza , de suerte el beneficio de sus machos. Hecho
que le dejó muy bien descalabrado; esto, quiso él mismo hacer luego la
y como todo quedó á escuras, salióss experiencia de la virtud de aquel
luego, y Sancho Panza dijo : Sin precioso bálsamo que él se imagina
duda, señor, que éste es el moro an ba, y así se bebió, de lo que no pudo
cantado, y debe de guardar el tesoro caber en la alcuza y qu -daba en la
para otros , y para nosotros sólo guar olla donde se había cocido, casi me.
da las puñadas y los candilazos. Así dia azumbre, y apenas lo acabó de
es , respondió don Quijote, y no hay beber, cuando comenzó á vomitar de
que hacer caso destas cosas de en manera que no le quedó cosa en el
cantamentos, ni hay para qué tomar estómago, y con las ansias y agita
cólera ni enojo con ellas, que como ción del vómito , le dió un sudor co
son invisiblesy fantásticas, no halla piosísimo, por lo cual mandó que le
remos de quién vengarnos aunque arropasen y le dejasen solo. Hicie
más lo procuremos. Levántate, San ronlo así, y quedóse dormido más de
cho, si puedes, y llama al alcaide desta tres horas, al cabo de las cuales des
fortaleza , y procura que se me dé un pertó y se sintió aliviadísimo del
poco de aceite, vino, sal y romero, cuerpo , y en tal manera mejor de su
para hacer el salutífero bálsamo, que quebrantamiento, que se tuvo por
en verdad que creo que lo he bien sano, y verdaderamente creyó que
mºnester ahora, porque se va mucha había acertado con el bálsamo de
sangre de la herida que esta fan Fierabrás, y que con aquel remedio
tasma me ha dado. Levantose San podía acometer desde allí adelante
cho con harto dolor de sus huesos, Bin temor alguno cualesquiera ruinas,
y fué á obscuras donde estaba el ven batallas y pendencias por peligrosas
tero, y encontrándose con el cuadri que fuesen . Sancho Panza, que tam
llero, que estaba escuchando en que bién tuvo á milagro la mejoría de
paraba su enemigo, le dijo : Señor, su amo, le rogó que le diese á el lo
quienquiera que seáis, hacednos que quedaba en la olla, que no era
merced y beneficio de darnos un poca cantidad. Concedióselo don Qui
poco de romero , aceite, sal y vino , jote, y él , tomándola a dos manos,
que es menester para curar uno de con buena fe y mejor talante se la
los mejores caballeros andantes que echó á pechos, y envasó bien poco
hay en la tierra, el cual yace en menos que su amo. Es, pues, el caso,
aquella cama mal ferido por las ma que el estómago del pobre Sancho
nos del encantado moro que está en no debia de ser tan delicado como el
esta venta. Cuando el cuadrillero tal de su amo, y así primero que vomi
oyó, túvole por hombre falto de se tase le dieron tantas ansias y bascas,
80 ; y porque ya comenzaba á ama con tantos trasudores y desmayos,
necer, abrió la puerta de la venta, y que él pensó bien y verdaderamente
llamando al ventero le dijo lo que que era llegada su última hora ; y
aquel buen hombre quería . El vente. viéndose tan afligido y congojado,
ro le proveyó de cuanto quiso, y San maldecía el bálsamo y al ladrón que
cho se lo llevó á don Quijote, que es se lo había dado. Viéndole asi don
taba con las manos en la cabeza que . Quijote, le dijo : Yo creo, Sancho,
jándose del dolor del candilazo, que que todo este mal te viene de no ser
no le había hecho más mal que le armado caballero, porque tengo para
vantarle dos chichones algo cre mí, que este licor no debe de aprove
cidos, y lo que el pensaba que era char á los que no lo son . Si eso sabía
sangre, no era sino sudor que su vuestra merced, replicó Sancho, mal
daba con la congoja de la pasada haya yo y toda mi parentela, é para
tormenta . En resolución, él tomó sus qué consintió que lo gustase ? En
simples, de los cuales hizo un com esto hizo su operación el brebaje, y
puesto, mezclándolos todos y co comenzó el pobre escudero á des
aguarse por entrambas canales con
ciéndolos un buen espacio, hasta que
le pareció que estaban en su pun tanta priesa, que la estera de pnea
to. Pidió luego alguna redoma para sobre quien se había vuelto á echar,
echallo , y como no la hubo en la ni la manta de anjeo con que se cu.
venta , se resolvió de ponello en una bria, fueron más de provecho : su
alcuza ó aceitera de hoja de lata, de daba y trasudaba con tales parasis
quien el ventero le hizo grata dona mos y accidentes , que no solamente
ción ; y luego dijo sobre la alcuza el, sino todos pensaban que se le
acababa la vida. Duróle esta borrasca
mas de ochenta pater-nostres y otras
---
Sancho en mitad de la manta, co- par en par, se salió della muy con
menzaron á levantarle en alto, y á tento de no haber pagado nada y de
holgarse con él como con perro por haber salido con su intención, aun
carnestolendas. Las voces que el mi- que había sido á costa de sus acos
sero manteado daba fueron tantas, tumbrados fiadores, que eran sus es
que llegaron a los oídos de su amo, paldas. Verdad es, que el ventero
el cual , deteniéndose á escuchar aten- se quedó con sus alforjas en pago
tamºnte, creyó que alguna nueva de lo que se le debía, mas Sancho
aventura e venía , hasta que clara- no las echó menos según salió tur
mente conoció que el que gritaba bado. Quiso el ventero atrancar bion
era su escudero ; y volviendo las rien- la puerta así como le vió fuera , mas
das, con un penado galope, llegó á la no lo consintieron los manteadores,
venta, y hallándola cerrada, la co- que era gente que aunque don Quijo.
do por ver si hallaba por dónde en- te fuera verdaderamente de los ca
trar; pero no hubo llegado a las pa- balleros andantes de la Tabla Redon
redes del corral, que no eran muy da, no le estimaran en cos ardites .
altas, cuando vió elmal juego que se
le hacía á su escudero. Vióle bajar
y subir por el aire, con tanta gracia
V presteza, que si la cólera le dejara, CAPITULO XVIII
tengo para mí que se riera. Probó
á subir desde el caballo á las bardas,
Donde se cuentan las razones que
pero estaba tan molido y quebranta
aun apearse
do, queencima no pudo, y así pasó Sancho Panza con su señor
desde del caballo comenzó don Quijote, con otras aventuras
á decir tantos denuestos y baldones dignas de ser contadas.
á los que á Sancho manteaban , que
no es posible acertar á escrebillos ; Llegó Sancho á su amo marchito
mas no por esto cesaban ellos de su y desmayado, tanto que no podía
risa y de su obra, ni el volador San. arrear á su jumento. Cuando así e
cho dejaba sus quejas, mezcladas ya vió don Quijote , le dijo : Ahora aca
con amenazas , ya con ruegos ; mas bo de creer , Sancho bueno , que aquel
todo aprovechaba poco, ni aprove castillo 6 Venta es encantado sin
chó hasta que de puro cansados le duda ; porque aquellos que tan atroz
dejaron . Trujéronle allí su asno, y mente tomaron pasatiempo contigo ,
subiéndole encima le arroparon con ¿ qué podían ser sino fantasmas y
su gabán, y la compasiva de Mari- g‘nte del otro mundo ? Y confirmo
tornes, viéndole tan fatigado, de pa- esto por haber visto que cuando es
reció bien socorrelle con un jarro de taba por las bardas del corral, mi
agua, y así se le trujo del pozo , por rardo los actos de tu triste tragedia,
ser más fría. Tomóle Sancho, y lle- no me fué posible subir por ellas,
vándole á la boca se paró á las voces ni menos pude apearme de Rocinan
que su amo le daba diciendo : Hijo te , porque me debían de tener en
Sancho, no bebas agua, hijo , no la cantado ; que te juro por la fe de
bebas, que te matará : ves, aquí ten- quien soy , que si pudiera subir ó
go el santísimo bálsamo (y enseñá- apearme, que yo te hiciera vengado
baie la alcuza del brebaje) , que con de manera que aquellos follones y
dos gotas que dél bebas sanarás sin malandrines se acordaran de la bur
duda. A estas voces volvió Sancho la para siempre, aunque en ello su
los ojos como de través, y dijo con piera contravenir á las leyes de ca
otras mayores : ¿ Por dicha hásele, ol . ballería, que como ya muchas veces
vidado à vuestra merced como yo te he dicho, no consienten que ca
no soy caballero, ó quiere que ballero ponga mano contra quien no
acabe de vomitar las entrañas que lo sea, si no fuere en defensa de su
me quedaron de anoche ? Guardese propia vida y persona, en caso de
su licor con todos los diablos, y déje- urgente y gran necesidad . También
me á mí : y el acabar de decir esto me vergara yo si pudiera , fu ra o
y el comenzar á beber todo fué uno ; no fuera armado caballero, pero no
mas como al primer trago vió que pude ; aunque tengo para mi que
era agua, no quiso pasar adelante , y aquellos que se holgaron conmigo
rogo á Maritornºs que se lo truiese no eran fantasmas ni hombres en .
de vino, y así lo hizo ella de muy cantados como vuestra merced dice ,
buena voluntad, y lo pagó de su mis. sino hombres de carne y hueso como
mo dinero , porque en efecto se dice nosotros, y todos, según lo oí nom
della, que aunque estaba en aquel brar cuando me vo teaban , tenían
trato , tenía unas sombras y dejos de sus nombres, que el uno se llamaba
cristiana . Así como bebió Sancho, Pedro Martínez, y el otro Tenorio
dió de los carcaños á su asno , y Hernández, y el ventero oſ que se
abriéndole la puerta de la venta de llamaba Juan Palomeque el Zurdo :
PARTE 1. - CAPÍTULO XVIII 65
así que, señor, el no poder saltar las don Quijote y su escudero , cuando
bardas del corral ni apearse del caba vió don Quijote que por el camino
No , en al estuvo que en encantamen que iban, venía hacia elios una gran
tos : y lo que yo saco en limpio de de y espesa polvareda , y en yiéndola
todo esto es , que estas aventuras que se volvió á Sancho , y le dijo : Este
andamos buscando, al cabo al cabo es el día , oh Sancho, en el cual se
nos han de traerá tantas desventu ha de ver el bien que me tiene guar
ras, que no sepamos cuál es nutstro dado mi suerte : este es el día, digo,
pie derecho ; y lo que sería mejor y en que se ha de mostrar tanto como
más acertado , según mi poco enten en otro alguno el valor de mi brazo ,
dimiento , fuera el volvernos á nues . i en el que tengo de hacer obras
tro lugar ahora que es tiempo de la ¡us queden escritas en el libro de
siega, y de entender en la hacienda , la fama por todos los venideros si
djándonos de andar de ceca en me glos, ¿ Ves aquella polvareda que
ca, y de zoca en colodra, como di allí se levanta, Sancho ? Pues toda
cep . i Qué poco sabes, Sancho, res es cuajada de un copiosísimo ejército
pondió don Quijote, de achaque de ca que de diversas é innumerabl s gen
ballería ! Calla y ten paciencia , que día les por allí viene marchando . A esa
vendrá donde veas por vista de ojos cuenta, dos deben de ser , dijo San .
cuán honrosa cosa es andar en este cho , porque desta parte contraria se !
ejercicio : si 20, dime, qué mayor levanta asimesmo otra semejante pol
contento puede haber en el mundo, vareda. Volvió á mirarlo don Quijote,
ó qué gusto puede igualarse al de y vió que así era la verdad , y ale
vencer una batalla, y al de triunfar grándose sobreman ra, pensó sin d12
de su enemigo ? Ninguno, sin duda da alguna que eran dos ejércitos que
alguna. Así, debe de ser, respondió venían á einbestirse y á encontrar.
Sancho, puesto que yo no lo sé ; sólo et en mitad de aquella espaciosa lla
sé que después que somos caballeros nura, porque tenía á todas horas y
andantes, ó vuestra merced lo es momentos llena la fantasía de aque.
que yo no hay para qué me cuente has batallas, encantamentos, sucesus ,
El tan honroso número) , jamás he desatinos , amores, desafíos, que en
anos vencido batalla aiguna, si no
tué la del vizcaino , y aun de aque los libros de caballerías se cuentar ,
lla salió vuestra merced con media y todo cuanto hablaba, ponsaba o
hacia , era encaminado á cosas seme
oreja y media celada menos ; que jantes ; y la polvareda que había vis
después acá todo ha sido palos y más to , la levantaban dos grandes ma
pa.os, puñadas y mas puñadas, ile nadas de ovejas y carneros, que por
vando yo de ventaja el manteamiento , aquel mismo camino de dos diferen
y haberme sucedido por personas en. Ces partes venían , las cuales, con
cantadas de quien no puedo vengar el polvo no se echaron de ver 'hasta
me, para saber hasta dónde llega el que llegaron c rca , y con tanto ahin
gusto del vencimiento del enemigo,
como vuestra merced dice. Esa es co afirmaba don Quijote que eran
ejércitos, que Sancho lo vino á creer
la pena que yo tengo y la que tú dt . y á decirle : Señor, & pues que hemos
bes , tener, Sancho, respondió don de hac r nosotros ? ¿ Qué ? dijo don
Quijote : pero de aquí adelante yo Quijote , favorecer y ayud á los me
procuraré haber á las manos alguna nesterosos y desvalidos : y has de
espada hecha por tal maestría , que saber, Sancho , que este que viene
al que la trujere consigo no le pue. por nuestra frente le conduce y guía
dan hacer ningún género de encan el grande emperador Alifanfarón , se
tamentos, y aun podría ser que me ñor de la grande isla Trapobana; este
depurase la aventura aquella de Ama otro que á mis espaldas marcha , es
dis , cuando se llamaba el caballero de el de su enemigo el rey de los Ga
la Ardiente Espada , que fué una de ramantas, Pentapolín del arreman
las mejores espadas que tuvo caba gado brazo, porque siempre entra en
Vero en el mundo ; porque fuera que las batallas con el brazo derecho des
tenía a virtud dicha, cortaba como nudo. ¿ Pues por qué se quieren tan
una navaja , y no había armadura, mal estos dos señores ? preguntó San.
por fuerte y encantada que fuese ,
cho . Quiérense mal , respondió don
que se le parase delante . Yo soy tan Quijote, porque este Alifanfarón es
Vinturoso, dijo Sancho , que cuando un furibundo pagano , y está enamo
eso fuese , y vuestra merced viniese
á hallar espada semejante, sólo ven rado de la hija de Pentapolín , que es
ária a servir r aprovechar á los ar muy fermosa y además agraciada se
mados caballeros , como el bálsamo, ñora y es cristiana, y su padre no
y á los escuderos que se los papen se la quiere entregar al rey pagano,
duelos. No temas eso. Sancho, dijo si no deja primero la ley de su fal
so profeta Mahoma, v se vuelve á
don Quijote, que mejor lo hará el la suya. Para mis barbas, dijo San
cielo contigo. En estos coloquios iban
cho, si no hace muy bien Pentapolin ,
66 DON QUIJOTE DE LA MANCIJA
del compasivo escudero. ; Santa Ma guna ; mas con todo esto, sube en
ría ! aijo Sancho, ¿ y qué es esto tu jumento, Sancho el bueno, y ven .
que me ha sucedido ? Sin duda este te tras mí, que Dios , que es provee
Bicador está herido de muerte , pues dor de todas las cosas, no nos ha de
vomita sangre por la boca ; pero re faltar, y más andando tan en su ser
Tarando un poco más en ello, echi vicio como andamos, pues no falta
de ver en la color, sabor y olor que á los mosquitos del aire , ni á los gu
ne era sangre, sino el bálsamo de : sanillos de la tierra , ni á los rena
alcuza que él le había visto beber , cuajos del agua , y es tan piadoso,
y fué tanto el asco que tomó, que re que hace salir su sol sobre los buenos
inviéndosele el estómago, vomitó las y malos, y llueve sobre los injustos
iripas sobre su mismo señor, y qile . y justos . Más bueno era vuestra mer
daron como de per 18 .
entrambos ced , dijo Sancho, para predicador que
Acudió Sancho á su asno , para sacar para caballero andante. De todo sa
de las alforjas con que limpiarse, v bían y han de saber los caballeros
con que curar á su amo , y como no andantes, Sancho, dijo don Quijote ;
13 hallo , estuvo á punto de perder porque caballero andante hubo en los
el juicio : maldijos de nuevo, y pasados siglos , que así se paraba á
propuso en su corazón de dejar á su hacer un sermón ó piatica en mitad
amo, y volverse á su tierra, aunque de un campo real, como si fuera
perdiese el salario de lo servido у las graduado por la Universidad de Pa
esperanzas del gobierno de la pro rís ; de donde se infiere, que nunca
I'etida insula . Levantóse en esto dou la lanza emboto la pluma, ni la plu
Cuijote , y puesta la mano izquierda ma la lanza. Ahora bien, sea así co
en la boca , porque no se le acabasen mo vuestra merced dioe, respondió
de salir los dientes, asió con la otra Sancho ; vamos ahora de aquí y pro
las riendas de Rocinante, que nunci curemos donde alojar esta noche , y
69 había movido de junto a su amo quiera Dios que sea en parte donde
( tal era le leal y bien acondiciona l:) ) , rio haya mantas, ni manteadores, ni
y fuese adonde su escudero estaba de fantasmas, ni moros encantados, que
p chos sobre su asno con la mano en si los hay, daré al diablo el hato y
la mejilla en guisa de hombre pensa el garabato. Pídeselo tú á Dios, hijo ,
tiro además. Y viéndole don Quijote dijo don Quijote , y guía tú por don
de aquella manera con muestras de de quisieres, que esta vez quiero de
tanta tristeza , le dijo : Sábete, San . jar a tu elección el alojarnos; pero
cho , que no es un hombre más que dame acá la mano, ' y atiéntame con
otro , si no hace más que otro : to el dedo y mira bien cuántos dientes
das estas borrascas que nos suceden , y muelas me faltan deste lado dere
son señales de que presto ha de se cho de la quijada alta, que allí sien
renar el tiempo , y han de suc dernos to el dolor. Metió Sancho los dedos,
bien las cosas, porque no es posible y estándole atentando, le dijo :
que el mal ni el bien sean durables, ¿ Cuántas muelas solía vuestra mer
y de aquí se sigue, que habiendo ced tener en esta parte ? Cuatro , res.
durado mucho el ma , el bien está ya pondió ilon Quijote, fuera de la
cerca : así que , no debes congojarte cordal todas enteras y muy canas .
por las desgracias que á mí me su Mire vuestra merced bien lo que
ceden , pues á ti no te cabe parte de dice , respondió Sancho . Digo cua
llas . ¿ Cómo no ? respondió Sancho, tro, si no eran cinco, respondió don
¿ por ventura el que ayer mantearon , Quijote , porque en toda mi vida
era otro que el hijo de mi padre ? me han sacado diente ni muela de
¿ Y las alforjas que hoy me faltan la boca, ni se me ha caído, ini co
con todas mis alhajas, son de otro mido de neguijón ni de (reuma al
que del mismo ? ¿ Qué, te faltan las guna. Pues en esta parte de abajo ,
alforjas, Sancho ? dijo don Quijote . dijo Sancho , no tiene vuestra mer
Sí que me faltan , respondió Sancho. ce más de dos muelas y media ;
Dese modo no tenemos que comer y en la de arriba ni media ni
hoy, replicó don Quijote . Eso fuera, ninguna, que toda está rasa como la
respondió Sanch , cuan
o do faltaran pa.ma de la mano . ¡ Sin ventura yo !
por esos prados las mierbas que vues dijo don Quijote oyendo las tristes
tra merced dice que conoce , con que nuevas que su escudero le daba, que
suelen suplir semejantes faitas los más quisiera que me hubieran de
tan mal aventurados caballeros an rribado un brazo , como no fuera el
dantes , como viiestra in rced es . de la espada ; porque te hago saber,
Con todo eso , respondió don Quijote . Sancho , que la boca sin muelas es
tomara yo ahora más aína un cuartel como molino sin piedra , y en mucho
de pan , ó una hogaza y dos cabezas más se ha de estimar un diente que
de sardinas arenques , que cuantas un diamante ; mas á todo esto esta
hierbas describe Dioscorides, aunque mos sujetos los que profesamos la
fu`ra el ilustrado por el doctor La estrecha orden de la caballería : 60
PARTE 1. - CAPÍTULO XIX 69
que bien vieron que no eran caba Los en utados asimismo revueitos y
lleros en el sosiego con que camina envueltos en sus faldamentos y lo
ban : iban los encamisados murmu bas no se podían mover ; así que muy
rando entre sí con una voz baja y á su salvo don Quijote los apaleó a
compasiva. Esta extraña visión á ta todos y les hizo dejar el sitio mal
les horas y en tal despoblado, bien bas de su grado , porque todos pensaron
taba para poner miedo en el corazón que aquél no era hombre , sino lia
de Sancho, y aun en el de su amo, blo del infierno, que les salía á qui
y así fuera en cuanto don Quijote , tar el cuerpo muerto que en la litera
que ya Sancho había dado al través llevaban . Todo lo admirabz Sancho
con todo su esfuerzo : lo contrario admirado de ardimiento de su señor,
le avino á su amo , al cual en aquel y decía entre sí : Sin duda este mi
punto se le representó en su imagi amo es tan iente y esforzado como
el dice . Estaba una hacha ardiendo
nación al vivo que aquella era una
de las aventuras de sus libros. Figu en el suelo junto al primero que de
rósele que la litera eran andas donde rribó la mula , á cuya luz le pudo ver
debía de ir algúu malferido ó muer don Quijote, y llegándose á él le pusa
to caballero, cuya venganza á él sólo la punta del lanzón en el rostro , di
estaba reservada; y sin hacer otro ciéndole que se rindiese , si no, que
discurso , enristró su lanzón , púsose le mataría. A lo cual respondió el
bien ena silla, y con gentil brío y caído : Harto rendido estoy , pues no
continente se puso en la mitad del me puedo mover, que tengo una
camino por donde los encamisados pierna quebrada : suplico á vuestra
forzosamente habían de pasar ; merced, si es caballero cristiano ,
cuando los vió cerca, alzó la voz y que no me mate, que cometerá un
dijo : Deteneos, caballeros, quien gran sacrilegio , que soy licenciado
quiera que seáis, y dadme cuenta de y tengo las primeras órdenes . ¿ Pues
quién sois , de dónde venís , adónde quién diablos os ha traído aqui, dijo
vais , qué es lo que en aquellas andas don Quijote, siendo hombre de igle
lleváis; que según las muestras, ó sia ? ¿ Quién , señor ? replicó el caído ,
vosotros habéis fecho , ó vos han fe mi desventura . Pues otra mayor os
cho algún desaguisado , y conviene amenaza, dijo don Quijote, si no me
y es menester que yo lo sepa, ó bien satisfacéis å todo cuanto primero os
para castigaros del mal que ficisteis , pregunté. Con facilidad será vuestra
ó bien para vengaros del tuerto que merced satisfecho, respondió elli
vos ficieron . Vamos de priesa , res cenciado ; y así sabrá vuestra mer
pondió uno de los encamisados , que ced que aunque denantes dije que yo
está la venta lejos, y no nos pode era licenciado no soy sino bachiller,
mos detener á dar tanta cuenta como y llámome Alonso López , soy natural
pedís ; y picando la mula, pasó de de Alcobendas, vengo de la ciudad
Lante . Sinti
ósedesta respu gran.
esta de Baeza con otros once sacerdotes,
demente don Quijote, y trabando del que son los que huyeron con las ha
freno, dijo : Deteneos y sed más chas, vamos a la ciudad de Segovia
bien criado, y dadme cuenta de lo acompañando un cuerpo muerto, que
que os he preguntado, si no , con va en aquella litera , que es de un
migo sois todos en batalla . Éra la caballero que murió en Baeza, con
mula asombradiza , y al tomarla del de fué depositado, y ahora , como di
freno se espantó de manera , que al go , llevábamos sus huesos á su se
zándose en los pies, dió con su due pultura , que está en Segovia, de don
ño por las ancas en el suelo. Un mozo de es natural. ¿ Quién le mató ? pre
que iba á pie , viendo caer el enca guntó don Quijote. Dios por medio
misado , comenzó á denostar á don de unas calenturas pestilentes que le
Quijote , el cual ya encolerizado, sin dieron , respondió el bachiller. De
esperar más, enristrando su lanzón esa suerte, dijo don Quijote, quitado
arremetió a uno de los en utados y me ha nuestro Señor del trabajo que
malferido dió con él en tierra, y re había de tomar en vengar su muerte ,
volriéndose por los demás , era cosa si otro alguno le hubiera muerto ;
de ver con la presteza que los aco pero habiéndole muºrto quien le ma
metía y desbarataba, que no parecía tó, no hay sino callar y encoger los
sino que en aquel instante le habían hombros, porque lo mismo hiciera ,
nacido alas á Rocinante , según an. si á mí mismo me matara : y quiero
daba de ligero v orgulloso . Todos los que sepa vuestra reverencia , que
encamisados era gente medrosa y sin yo soy un caballero de la Mancha,
armas, y así con facilidad en un mo llamado don Quijote, y es mi oficin
mento dejaron la refriega y comen y ejercicio andar por el mundo en
zaron á correr por aquel campo con derezando tuertos y desfaciendo
las hachas encendidas, que no parë. agravios. No sé cómo puede ser eso
cían sing á los de las máscaras que de enderezar tuertos, dijo el bachi
en noche de regocijo y fiesta corren . ller . pues á mí de derecho me ha
PARTE 1,-CAPITULO XIX
béis vuelto tuerto , dejándome una ya la falta de las muelas y dientes.
pierna quebrada , la cual no se verá No es eso, respondió don Quijote,
derecha en todos los días de su vida ; sino que al sabio á cuyo cargo deb
y el agravio que en mí habéis des de estar el escribir la historia de mis
hecho, ha sido dejarme agraviado de hazañas, e habrá parecido que será
manera que me quedaré agraviado bien que yo tome algún nombre ape
para siempre, y harta desventura ha lativo , como tomaban todos los ca
sido topar con vos que vais buscando balleros pasados ; cuál se llamaba el
aventuras. No todas las cosas , res de la Ardiente Espada, cuál el del
pordió don Quijote, suceden de un Unicornio, aquél el de las Donce .
mismo modo : el daño estuvo , señor llas , aqueste el del Ave Fénix, el
bachiller Alonso López, en venir otro el Caballero del Grifo, estotro
como veníades de noche , . vestidos el de la Muerte, y por estos 1.m
con aquellos sobrepellices , con las bres é insignias eran conocidos por
hachas encendidas, rezando, cubier toda la redondez de la tierra ; vasi
tos de luto que propiamente seme digo, que el sabio ya dicho te habrá
jábades cosa mala y del otro mundo , puesto en la lengua y en el pensa
y así yo no pude dejar de cumplir miento ahora , que me llamases el Ca.
con mi obligación acometiéndoos, y ballero de la Triste Figura , como
03 acometiera , aunque verdadera pienso llamarme desde hoy en ade.
mente supiera que érades los mismos lante : y para que mejor me cuadre
Satanases del infierno, que porta ta: nombre, determino de hacer pin .
les os juzgué y tuve siempre. Ya que tar, cuando haya lugar, en mi escudo
así lo ha querido mi suerte , dijo el una muy triste figura . No hay para
bachiller , suplico á vuestra merced , qué gastar tiempo y dineros en ha .
señor caballero andante , que tan cer esa figura, dijo Sancho , sino lo
mala andanza me ha dado , me ayude que se ha de hacer es , que vuestra
á salir de debajo desta mula , que me merced descubra la suya, y dé rostro
tien- tomada una pierna entre el es . á los que le miraren , que sin más ri
tribo y la silla . Hablara yo para ma más , y sin otra imagen ni escudo, le
ñana , dijo don Quijote, y hasta llamarán el de la Triste Figura : v
cuando aguardábades á decirme vues créame que le digo la verdad , porque
tro afán ? Dió luego voces á Sancho le prometo á vuestra merced , señor
Panza que viniese ; pero él no se (y esto sea dicho en burlas ), que le
curó de venir. porque andaba ocu hace tan mala cara la hambre y la
pado desbalijando una acémila de re falta de las muelas , que como ya
puesto que traían aquell os buenos se. tengo dicho , se podrá muy bien ex
ñores bien bastec idade cosas de cusar la triste pintura. Rióse don
comer. Hizo Sancho costal de su ga Quijote de. donaire de Sancho; pero
bán , y recogiendo todo lo que pudo con todo propuso de llamarse de
y cupo en el talego, cargó su jumen aquel nombre en pudiendo pintar su
to, y luego acudió a las voces de su escudo o rodela, como había imagi
amo, y ayudó á sacar al señor ba nado, y díjole : Yo entiendo, Sancho,
chiller de la opresión de la mula, y que quedo descomulgado por haber
poniéndole encima della , le dió ' la puesto las manos violentamente en
hacha, y don Quijote le dijo que si cosa sagrada iuxta illud : si quis
guiese la derrota de sus compañeros, suadente diabolo , etc. , aunque sé
á quienes de su parte pidiese perdón bien que no puse las manos, sino
del agravio , que no había sido en este lanzón ; cuanto más que yo no
su mano dejar de haberle hecho. Di. pensé que ofendía á sacerdotes ni á
jole también Sancho : Si acaso qui cosas de la Iglesia , á quien respeto
sieran saber esos señores quién ha y adoro como católico y fiel cristia
sido el valeroso que tales los puso , no que soy , sino á fantasmas y á
diráles vuestra merced que es el fa vestiglos del otro mundo. Y cuando
moso don Quijote de la Mancha, que eso así fuese, en memoria tengo lo
por otro nombre se llama el Caba que le pasó al Cid Ruy Díaz, cuan
ilero de la Triste Figura . Con esto do quebró 1 silla del embajador de
se fué el bachiller, y don Quijote aquel rey delante de Su Santidad el
preguntó á Sancho que qué le había Papa , por lo cual le descomulgó, v
movido á llamarle el Caballero de anduvo aquel día el buen Rodrigo de
la Triste Figura , más entonces que Vivar como muy honrado y valiente
nunca . Yo se lo diré , respondió San caballero. En oyendo esto el bachi
cho ; porque le he estado mirando ller, se fué, como queda dicho , sin
uu rato á la luz de aquella hacha que replicar palabra . Quisiera don Qui.
lleva aquel mal undante, y verdade . jote mirar si el cuerpo que venía en
ramente tiene vuestra merced la más ja litera eran huesos ó no, pero no
mala figura de poco acá que jamás lo consintió Sancho , diciéndole : Se .
ho visto : v debelo de haber causado ñor , vuestra merced ha acabado esta
ó ya el cansancio deste combate , o peligrosa av : ntura lo más á su salvo
72 DON QUIJOTE DE LA MANCIJA
jable aventura que le espera. ¿ A qué pues la suerte quiere que no pueda
Hamas apear ó á que dormir ? dijo dejar de escucharte, prosigue. Así
don Quijote. soy yo , por ventura , que, señor mío de mi ánima, prosi
de aquellos caballeros que toman re guió Sancho, que como ya tengo di
poso en los peligros ? Duerme tú cho, este pastor andaba enamorado
que nacisto para dormir , ó haz lo de Torralva la pastora, que era una
que quisieres, que yo haré lo que moza rolliza , zahareña, y tiraba algo
viere que más viene con mi preten á hombruna, porque tenía unos pocos
sión. No se enoje vuestra merced , bigotes, que parece que ahora la veo.
s ñor mío , respondió Sancho, que Luego conocistela tú ? dijo do:
no lo dije por tanto; y llegándose á Quijote . No la conocí yo, respondió
él, puso la una mano en el arzón de Sancho ; pero quien me contó este
lantero , y la otra en el otro , de modo cuento me dijo que era tan cierto
que quedó abrazado con el muslo iz verdadero, que podía bion cuando
quierdo de su amo , sin osarse apar lo contase a otro afirmar y jurar que
tar dél un dedo : tal era ki miedo que lo había visto todo : y así que, yendo
tenía á los golpes que todavía alter días y viviendo días, ei diablo, que
nativamente sonaban. Díjole don Qui no duerme y que todo lo añasca, hizo
jote que contase algún cuento para de manera que el amor que el pastor
entretenerle, como se lo había pio tenía á la pastora se volviese en
metido : á lo que Sancho dijo que sí omecillo y mala voluntad , y la causa
hiciera, si le dejaba el temor de lo fué, según malas lenguas, una cierta
que oía ; pero con todo eso yo me cantidad de celillos que ella le dió,
esforzaré á decir una historia , que si tales que pasaban de la raya y llega
la acierto á contar y no me van á la ban á lo vedado ; y fué tanto lo que
mano , es la mejor de as historias, el pastor la aborreció de allí adelan
y estéme vuestra merced atento , que te , que por no verla se quiso ausen
y : comienzo . Erase que se era , el tar de aquella tierra é irse donde sus
bien nue viniere para todos sea, y ojos no la viesen jamás : la Torral
el mal para quien lo fuere á buscar ; Vb, que se vio desdeñada de Lope ,
y advierta vuestra merced , señor luego le quiso bien, más que nunca
mío , que el principio que los anti le había querido . Esa es natural con
guos dieron á sus consejas no fué dición de mujeres, dijo don Quijo
así como quiera, que fué una sen te , desdeñar á quien las quiere y
tencia de Catón Zonzorino, romano, amar á quien las aborrece : pasa
qiie dice : y el mal para quien le adelante, Sancho . Sucedió, dijo San
cho, que el pastor puso por obra su
fuere á buscar, que viene aquí como
anillo al dedo, para que vuestra mer determinación, y antecogiendo sus
col se esté quedo, y no vaya á bus cabrıs se encaminó por los campos
car el mal á ninguna parte, sino que d . Extremadura , para pasarse á los
nos volvamos por otro camino, pues reinos de Portugal : la Torra va que
nadie nos fuerza á que sigamos éste lo supo, se fué tras él, y seguíale á
donde tantos miedos nos sobresal pie descalza desde lejos con un
tan . Sigue tu cuento , Sancho, dijo bordón en la mano y con unas alfor
don Quijote, y del camino que hemos jas al cuello, donde llevaba según es
de seguir déjame á mí el cuidado. fama, un pedazo de espejo y otro de
Digo , pues , prosiguió Sancho , que en un peine , y no sé qué botecillo de
un lugar de Extremadura había un mudas para la cara ; mas llevase lo
pastor cabrerizo, quiero decir, que que llevase, que yo no me quiero me
ter ahora en averiguallo , sólo diré
guardaba cabras, el cual pastor ó ca que el pastor llegó con su ganado
brerizo, como digo de mi cuento, se
llamaba Lope Ruiz , y este Lope Ruiz á pasar el río Guadiana, y en aque
andaba enamorado de una pastora lla sazón iba crecido y casi fuera de
madre , y por la parte que llegó no
que se llamaba Torralya, la cual pas había barca ni barco , ni quien le
tora llamada Torralva , era hija de pasase á él ni á su ganado de a otra
un ganadero rico, y este ganadero ri parto, de lo que se congojó mucho ,
co ... Si desa manera cuentas tu cuen
to, Sancho , dijo don Quijote , repi porque veía que la Torralva venia
tiendo dos veces lo que vas dicien ya muy cerca, y le había de dar mu
do , no acabarás en dos días : dilo cha pesadumbre con sus ruegos
lágrimas : mas tanto anduvo miran
seguidamonte , y cuéntalo como hom
do , que vió un pescador que tenía
bre de entendimiento ; y si no, no di junto á sí un barco tan pequeño , que
gas nada . De la misma manera que solamente podían cabor en él una
yo lo cuento , respondió Sancho , se persona y una cabra , y con todo esto
cuentan en mi tierra todas las con
sejas , v yo no sé contarlo de otra , le habló y concertó con él , que le pa
sase á el v á trescientas cabras que
ni es bien que vuestra merced.me llevaba. Entró el pescador en el bar.
pida que haga usos nuevos. Di como
co , y pasó una cabra ; volvió y pasó
quisieres, respondió don Quijote, que
PARTE I. - CAPÍTULO XX 75
ena ! tomándole en las manos, dijo : don Quijote , porque nunca olvidag
Por Dios, que la bacia es buena, y la injuria que una vez te han he
que vale un real de á ocho, como un cho ; pues sábete que es de pechos
maravedí; y dándosela á su amo, se nobles y generosos no hacer caso de
la puso luego en la cabeza , rodeandola niñerías. ¿ Qué pie sacaste cojo , qué
á una parte y otra buscándole el costilla : quebrada , qué cabeza rota ,
encaje, y como no se le hallaba, dijo : para que no se te olvide aquella bur
Sin duda que el pagano , á cuya me la ? Que bien apurada la cosa, burla
dida se forjó primero esta famosa fué y pasatiempo, que á no entender .
celada, debía de tener grandísima lo yo así, ya yo hubiera vuelto allá ,
cabeza, y lo peor dello es que le fal y hubiera hecho en tu venganza más
ta la mitad. Cuando Sancho oyó lla . daño que el que hicieron los griegos
mar á la bacia celada, no pudo teler , por la robada Elena, la cual si fuera
la risa, mas vínos le á ias nientes en este tiempo , ó mi Dulcinea fuera
la cólera de su amo, y callo en la mi en aquél , pudiera estar segura que
tad della. ¿ De qué te ríes , Sancho ? no tuviera tanta fama de hermosa
dijo don Quijote. Ríome , respondió como tiene : y aquí dió un suspiro,
él , de considerar la gran cabeza que v le puso en las nubes . Y dijo San
tenía el pagano dueño deste almete cho : Pase por burlas, pues la ven
que no semeja sino una bacia de bar ganza no puede pasar en veras ; pero
bero pintiparada. ¿ Sabes qué imagi yo sé de qué calidad fueron las veras
no , Sanche ? Que esta famosa pieza y las burlas, y sé también que no se
deste encantado yelmo, por algún me caerán de la memoria, como nun
extrafio accidente debió de venir á ca se quitarán de las espaldas. Pero
manos de quien no supo conocer vi dejando esto aparte, digame vuestra
estimar su valor, y sin sabe lo que
merced qué haremos deste caballo
hacía , viéndola de oro purísimo, de rucio rodado, que parece asno pardo,
bió de fuudir la otra mitan para
aprovecharse del precio , y de la otra que dejó aqui desamparado aquel
mitad hizo esta que parece bacía de Martino que vuestra merced derribó,
que según éı puso los pies en polvo.
barbero, como tú dices . Pero sea lo rosa y cogió las de Villadiego ,
que fuere, que para mí que la co no lleva pergenio de volver por el
nozco no hace al caso su transmuta .
jamás, y para mis barbas que si no
c.ón , que yo la aderezaré en el pri es bueno el rucio . Nunca yo acostum .
mer lugar donde haya herrero, y de bro , dijo don Quijote , despojar á los
suerte que no le haga ventaja ni que venzo, ni es uso de caballería
aun le llegue la que hizo y forjó el quitarles los caballos y dejarlos á
dios de las herrerías para el dios de pie : si ya no fuese que el vencedor
las batallas : y en este entretanto
la traeré como pudiere , que más vale
hubiese perdido en la pendencia el
suyo, que en tal caso lícito es to
algo que no nada, cuanto más , que mar el del vencido, como ganado en
bien será bastante para defenderme
de alguna pedrada. Eso será, dijo guerra lícita : así que, Sancho, deja
Sancho, si no se tira con honda, co se caballo ó asno, o lo que tú qui
sieres que sea, que como su dueño nos
mo se tiraron en la pelea de los dos rea alongados de aquí volverá por él .
ejércitos, cuando le santiguaron á
vuestra merced las muelas y le rom Dos sabe si quiere llevarle , replicó
Sancho, ó por lo menos trocalle con
pieron el alcuza donde venía aquel este mío que no me parece tan bue .
benditísimo brebaje que me hizo vo verdaderamente que son estre
mitar las asaduras. No me da mucha no :
de desataros y dejaros ir en paz, que tó que los que iban huyendo hablan
faltarán olios que sirvan al de dar noticia del caso a la Santa
rey en mejores ocasiones, porque me Hermandad , la cual á campana he
parece duro caso hacer esclavos á rida saldría á buscar a los delin
los que Dios y naturaleza hizo !i- cuentes, y así se lo dijo a su amo, y
bres : cuanto más , señores guardas, le rogo que luego de alli' se partiesen
añadió don Quijote, que estos pobres y se lembos casen en la sierra que es
No han cometido nada contra vos- taba cerca . Bien está eso, dijo don
stros ; allá se lo haya cada uno con Quijote, pero yo sé lo que ahora con
su pecado, Dios hay en el cielo que viene que se haga ; y llamando á
no se descuida de castigar al malo todos los galeotes, que ardaban al.
ni de premiar al bueno, y no es bien borotados, y habían despojado al co
que los hombres honrados sean ver- misario hasta dejarle en cueros , se
augos de los otros hombres, no yén- ' le pusieron todos a la redonda para
doles nada en ellos. Pido esto con ver lo que les mandaba, y así les
esta mansedumbre y sosiego, porque dijo : De gente bien nacida es agra
tenga , si lo cumplís, algo que agra- decer los beneficios que reciben ,, y
deceros ; y cuando de agrado Io lo uno de los pecados " que más á Dios
hagáis, esta lanza y esta espada con ofende, es la ingratitud. Digolo, por
el valor de mi brazo harán que lo que ya habéis visto, señores , con
hagáis por fuerza . Donosa majadería, manifiesta experiencia , el que de
respondió el comisario : bueno está iní habéis recibido; en pago del cual
el donaire con que ha salido á cabo querría, y es mi voluntad, que car
de rato : los forzados del rey quiere gados desa cadena que quité de
que le dejemos , como si tuviéramos vuestros cuellos, luego os pongáis en
autoridad para soltarlos, ó él la tu . camino y vais à la ciudad del Tobo.
viere para mandárnoslo. Váyase vues- so, y allí os presentéis ante la seño
tra merced, señor, norabuena su ca- 13 Dulcinea del Toboso, y le digáis
mino adelante, y enderécese ese ba- que su caballero, el de la Triste Fit
cin que trae en la cabeza, y no ande gura, se le envía á encomendar, y le
buscando tres pies al gato. Vos sois
el gato y el rato y el bellaco, contéis punto por punto todos los que
res- ha tenido esta famosa aventura ,
pondió don Quijote; y diciendo y hasta poneros en la deseada liber
haciendo, arremetió con él tan pres- tad ; y hecho esto , os podréis ir don .
to , que sin que tuviese lugar de po- de quisiéredes á la buena ventura .
nerse en defensa, dió con él en el Respondió por todos Ginés de Pasa
suelo mal ferido de una lanzada ; v monte, y dijo : Lo que vuestra mer
avínole bien, que este era el de la ced nos manda, señor y libertador
escopeta . Las demás guardas queda- nuestro, es imposible de toda impo
ron atonitas y suspensas del no es- sibilidad cumplirlo, porque no pode
perado acontecimiento; pero volvien- mos ir juntos por los caminos, sino
elo sobre sí , pusieron mano á sus es- solos y divididos y cada uno por su
padas los de á caballo, y los de á pie parte, procurando meterse en las en
á sus dardos, y arremetieron á don trañas de la tierra, por no ser halla
Quijote , que con mucho sosiego los do de la Santa Hermandad, que sin
aguardaba y sin duda lo pasara mal, duda alguna ha de salir en nuestra
si los galeotes, viendo la ocasión que busca. Lo que vuestra merced puede
se les ofrecía de alcanzar la libertad , hacer, y es justo que haga, es mudar
no la procuraran procurando romper ese servicio y montazgo de la señora
la cadena donde venían ensartados . Dulcinea del Toboso , en alguna can .
Fué la revuelta de manera, que las tidad de avemarías y credos, que nos
guardas, ya por acudir a los galeotes otros diremos por la intención de
que se desataban, ya por acometer vuestra merced , y esta es cosa que
á don Quijote que los acometía, no se podrá cumplir de noche y de día ,
hicieron cosa que fuese de provecho . huyendo ó reposando, en paz ó en
Ayudó Sancho por su parte á la sol. guerra ; pero pensar que hemos de
tura de Ginés de Pasamonte, que volver ahora á las ollas de Egipto,
fué el primero que saltó en la campa- digo, á tomar nuestra cadena y á po
na libre y desembarazado, y arreme nernos en camino del Toboso, es pen
tiendo al comisario caído, le quitó sar que es ahora de noche, que aun
la espada y la escopeta , con la cual no son las diez del día , y es pedir
apuntando al uno y ñalando al otro , á nosotros eso omo perasal
sin disparalla amás, no quedó guar- olmo . Pues voto á tal, dijo don Qui
da en todo el campo , porque fueron jote (ya puesto en cólera ), don ' hijo
huyendo así de la escopeta de Pasa- de la puta , don Ginesillo de Paropi.
monte, como de las muchas pedra- llo , ó como os llaméis, que habéis de
das que los ya sueltos galeotes les ir vos solo, rabo entre piernas, con
tiraban . Entristeciose mucho Sancho toda la cadena á cuestas . Pasamonte ,
deste sueeso , porque se le represen- que no era nada bien sufrido ( es
PARTE ) .- CAPÍTULO XXIII 37
muy buena letra, fué un coneto , que bién lo oyese , vió que decía desta
leyéndole alto, porque Sancho tam- manera :
Por esa trova, dijo Sancho , no se »Lo que levantó tu hermosura , han
puede saber nada, : si ya no es que »derribado tus obras : por ella en
por ese hilo que está ahí se saque otendí que eras ángel, y por ellas co.
el ovillo de todo. ¿ Qué hilo está aquí ? » nozco que eres mujer. Quédate en
dijo don Quijote. Paréceme , dijo »paz , causadora de mi guerra , y ha
Sancho, que vuestra merced nombre aga el cielo que los engaños de tu
ahi hilo. No dije siro l'ili, respon. nesposo estén siempre encubiertos,
dió don Quijote, y este sin duda es »porque tú no quedes arrepentida de
el nombre de la dami de quien se Đla que hiciste , y yo no tome ven
queja el autor deste sonetc ; y á fe ginza de lo que no deseo . )
sie dzbe de ser razonable poeta, ó
yo só poco del arte . ¿ Luego también, Acabando de leer la carta, dijo don
dijo Sancho, se le entiende á vues Quijote : Menos por ésta que por los
tra merced de trovas ? Y más de lo versos puede sacar más de que
que tú piensas , respondió don Quijo quien la escribió es aigún desdeñado
te, y veráslo cuando lleves una carta amante. Y hojeando casi todo el li
escrita en verso de arriba abajo á brillo, halló otros iversos y cartas, que
mi señora Dulcinea del Toboso : por algunos pudo leer , y otros no ; pero
que quiero que sepas, Sancho, que lo que todos contenían eran quejas,
todos ó los más caballeros andan lamentos, desconfianzas, sabores y
tes do ia edad pasada eran grandes sinsabores , favores y desdenes, 80
trovadores y grandes músicos ; que lemn zados los unos y llorados los
estas dos habilidades, ó gracias por otros . En tanto que don Quijote pa
mejor decir , son anejas á los enamo. saba el libro, pasaba Sancho la ma
rados andantes : verdad es que las leta, sin dejar rincón en toda ella
coplas de los pasados caballeros tie ni en el cojín que no buscase , escu
nen más de espíritu que de primor. driñase é inquiriese, ni costura que
Les más vuestra merced, dijo San 10 deshiciese , vedija de lana que
cho, que ya hallará algo que nos sa no escarmenase , porque no se que
tisfaga. Volvió la hoja don Quijote , dase nada por diligencia ni mal re
y dijo : esto es prosa, y parece car cado : tal golosina habían despertado
ta . & Carta misiva, señor ? preguntó en él los hallados escudos , que p3.
Sancho . En el principio no parece saban de ciento, y aunque no halló
sino 'de amores , respondió don Quijo más de lo hallado , dió por bien em
te. Pues lea vuestra merced alto, dijo pleados los vuelos de la manta , el
Sancho, que gusto mucho destas co vomitar del brevaje, las bendiciones
sas de amores . Que me place, dijo de las estacas, las puñadas del arrie
don Quijote , y leyendola alto , como 10, la falta de las alforjas, el robo
Sancho se lo había rogado, vió que del gabán , y toda la hambre, sed y
decía desta manera : cansancio que había pasado en ser
vicio de su buen señor, pareciéndole
« Tu falsa promesa y mi cierta des . que estaba más que rebién pagado
» ventura me llevan á parte , donde con la merced recibida de la entre .
pantes volverán á tus oídos las rue . ga del hallazgo. Con gran deseo que
yas de mi muerte , que las razones dú el caballcro de la Triste Figura de
ode mis quejas . Desechásteme, ioh saber quién fuese el dueño de la
ingrata ! por quien tiene más, no maleta, conjeturando por el soneto y
por quien vale más que yo ; mas carta, por el dinero en oro , y por las
si la virtut fuera riqueza que se tan buenas camisas, que debía de ser
mestimara, no envidiara yo dichas de algún principal enamorado,
» ajens, ni llorara desdichas propias. quien desdoncs y malos tratamientos.
DON QUIJOTE DE LA MANCHA
pie ide seis meses, poco más o me otra que aquella que le ofrecía la sca
nos, que llegó a una majada de pas sión donde le tomaba la noche; y
tores, que estará como tres leguas acabó su plática con un tan tierno
deste lugar, un mancebo de gentil llanto , que bien fuéramos de piedra
talle y apostura, caballero sobre esa los que escuchadole habíamos, si
mesma mula que ahí está muerta, y en él no le acompañáramos, consi
con el mesmo cojín y maleta que derándole cómo le habíamos visto la
decís que hallastes y no tocastes : vez primera, y cuál le veíamos en .
preguntónos que cuál parte desta tonces ; porque, como tengo dicho ,
sierra era la más áspera y escondida : era muy gentil y agraciado man
dijímosle , que era esta donde ahora cebo , y en sus corteses y concerta
estamos ; y es así la verdad , porque das razones mostraba ser bien nacido
si entráis media legua más adentro, y muy cortesana persona. Que pues
quizá no acertaréis á salir, y estoy to que éramos rústicos los que le
maravillado de cómo habéis podido escuchábamos, su gentileza era tan
llegar aquí, porque no hay camino ta , que bastaba i darse conocer á
ni senda que á este lugar encamine. la mesma rusticidad : y estando en
Digo pues , que en oyendo nuestra lo mejor de su plática, paró y en
respuesta el mancebo, volvió las rien. mudecióse, clavó los ojos en el suelo
das, y encamino hacia el lugar don por un buen espacio, en el cual todos
de le señalamos, dejándonos a todos estuvimos quedos y suspensos , es
contentos de su buen talle , y admi. perando en qué había de parar aquel
rados de su demanda y de la priesa embelesamiento , con no poca lástima
con que le víamos caminar y volverse de verlo ; porque por lo que hacía
hacia la sierra : y desde entonces de abrir los ojos, estar fijo mirando
nunca más le vimos , hasta que desde al suelo sin mover pestaña gran rato,
allí á algunos días salió al camino y otras veces cerrarlos apretando los
á uno de nuestros pastores, y sin de labios y enarcando las cejas , fácil
cille se allegó á él, y le dió muchas mente conocimos que algún acciden
puñadas y coces, y luego se fué a te de locura le había sobrevenido.
la borr.ca del hato , y le quitó cuanto Mas éi nos dió á entender presto ser
pan y queso en ella traía, y con ex verdad lo que pensábamos, porque
traña ligereza , hecho esto, se volvió se levantó con gran furia del suelo
á entrar en la sierra . Como esto su donde se había echado , y arrennetió
pimos algunos cabreros, le anduvi. con el primero que halló junto á sí ,
mos á buscar casi dos días por lo con tal denuedo y rabia, que si no
más cerrado desta sierra, al cabo de se le quitáramos, le matara á puñadas
los cuales lo hallamos metido en el á bocados, y todo esto hacía di
hueco de un grueso y valiente alcor ciendo : i Ah fementido Fernando !
noque. ; Salió á nosotros con mucha aquí, aquí me pagarás la sinrazón que
mansedumbre, ya roto el vestido , y me hiciste : estas manos te sacarán
el rostro desfigurado y tostado del sol , el corazón donde albergan y tienen
de tal suerte que apenas le conocimos, manida todas las maldades juntas ,
sino que los vestidos, aunque rotos , principalmente la fraude y el enga
con la noticia que dellos teníamos , ño ; y á estas añadía otras razones,
nos dieron a entender que era el que que todas se encaminaban á decir
buscábamos . Saludonos cortésmente, mal de aquel Fernando , y á tacharle
yen pocas y muy buenas razones nos de traidor y fementido . Quitamosele
dijo que no nos maravillásemos de pues con no poca pesadumbre , y él
verle andar de aquella suerte, porque sin decir más palabra se apartó de
así le convenía para cumplir cierta r.osotros, y se embosco corriendo por
penitencia que por sus muchos pe entre estos jarales y malezas , de
cados le había sido impuesta. Rogá modo que nos imposibilitó el segui
mosle que nos dijese quién era ; mas lle : por esto conjeturamos, que la
nunca lo pudimos acabar con él. Pe. locura le venía á tiempos, y que al
dímosle también , que cuando hubiese guno que se llamaba Fernando le
menester el sustento, sin el cual no debía de haber hecho alguna mala
podía pasar, nos dijese dónde le halla obra, tan pesada, cuanto lo mostraba
ríamos, porque con mucho amor y el término á que le había conducide .
cuidado se lo llevaríamos ; y que si Todo lo cual se ha confirmado des
esto tampoco fuese de su gusto, que pués acá con las veces , que han sido
á lo menos saliese á pedillo y no á muchas, que él ha salido al camino,
quitarlo á los pastores. Agradeció urias á pedir á los pastores le den
nuestros ofrecimientos, pidió perdón de lo que llevan para comer , y otras
de los asaltos pasados, y ofreció de á quitárselo por fuerza ; porque cuan
pedille de allí adelante por amor de do está con el accidente de la locu
Dios , sin dar molestia alguna á nadie . ra , aunque los pastores se lo ofrezcan
En cuanto lo que tocaba a la estancia de buen grado, no lo admite, sine
de su habitación, dijo que no tenía que lo toma á puñadas ; y cuando
DON QUIJOTE DE LA MANCIJA
está en su seso , lo pide por amor de bló después del abrazamiento, fué el
Dios cortés y comedidamente , y rin Roto, y dijo lo que se dirá adelante .
( le por ello muchas gracias , y no con
falta de lágrimas. Y en verdad os
Cigo, señores, prosiguró el cabrero, CAPITULO XXIV
que ayer determinamos yo y cuatro
zagiles, los dos criados y los dos
amigos míos, de buscarle hasta tan Donde se prosigue la aventura de
Sierra Morena
to que le hallemos , y después de ha.
ilado , ya por fuerza, ya por grado,
le hernos de llevar a la villa de Almo. Dice la historia que era grandísima
dóvar , que está de aquí ocho leguas, la atención con que don Quijote es
y allí le curaremos , es que su mal cuchaba al astroso caballero de la
tiene cura , 6 sabremos quién es Sierra , el cual prosiguiendo su plá
cuando esté en su seso, y si tiene tica dijo : Por cierto , señor , quien
parientes á quien dar noticia de su quiera que seáis ( que yo no os conoz
i'esgracia . Esto es , señores, lo que co) , yo os agradezco las muestras y
sabré deciros de lo que me habéis la cortesía que conmigo habéis usa
preguntado ; y entended que , el do, y quisiera yo hallarme en térmi .
dueño de las prendas que hallastes, I OS que con más que la voluntad
es el mesmo quc vistes pasar con pudiera servir la que habéis mostrado
tanta ligereza como desnudez (que tenerine en el buen acogimiento que
y ? le había dicho don Quijote cómo me habéis hecho ; mas no quiere mi
I abía visto pasar aquel hombre sal. suerte darme otra cosa con que co
tendo por la sierra) : el cual quedó rresponda á las buenas obras que me
admirado de lo que el cabrero había hacen , que buenos deseos de satisfa
oído, y quedó con más deseo de sa cerlas. Los que yo tengo, respondió
ber quién era el desdichado loco, ron Quijote, son de serviros, tanto
y propuso en sí lo mismo que ya te que tenía determinado de no salir
nía pensado de buscalle por toda la destas sierras hasta hallaros , y saber
nuontaña , sin dejar rincón ni cueva de vos , si al dolor que en la extrañe .
en ella que no mirase hasta hallarle . za de vuestra vida mostráis tener, se
Tero hizolo mejor ia suerte de lo que polía hallar algún género de reme
é pensaba ni esperaba, porque en dio , y si fuera menester buscarle ,
aquel mismo instanto pareció por Luscarle con la diligencia posible .
entre una quebrada de una sierra, Y cuando vuestra desventura fuera
que salía donde ellos estaban , el min de aquellas que tienen cerradas las .
cebo que buscaba , el cual venía ha puertas á todo género de consuelo,
blando entre sí cosas que no podían pensaba ayudaros á llorarla y á pla
ser entendidas de cerca , cuanto más ñirla como mejor pudiera, que toda
de lejos. Su traje era cual se ha pin. vía es consuelo en las desgracias
tado, sólo que llegando cerca, við hallar quien se duela dellas . Y si es
don Quijote que un coleto hecho pe que mi buen intento merece ser agra
dazos que sobre sí traía era de ám. decido con algún género de cortesía ,
bar, por donde acabó de entender que yo os suplico, señor, por la mucha que
persona que tales hábitos traía no veo que en ros se encierra, y junta
debía de ser de ínfima calidad . En mente os conjuro por la cosa que en
llegando el mancebo á ellos , los sa esta vida más habéis amado o amáis ,
ludo con una VOZ desentonada y que me digáis quién sois, y la causa
bronca, pero con mucha enrtesía , que os ha traído á vivir y á morir
Don Quijote le volvió las saludes con entre estas isoledades como bruto
no menos comedimiento, y apeándose animal, pues morais entre ellos tan
de Rocinante , con gentil continente ajeno de vos mismo cual lo muestra
z donaire le, fué á abrazar, y le tuvo vuestro traje y persona : y juro, aña
un buen cspacio estrechamente entre dió don Quijote , por la orden de ca
sus brazos, como si de luengos tiem wallería que recibí, aunque indigno y
p.os lo hubiera conocido. El otro , á pecador, y por la profesión de caba
quien podemos llamar el Roto de la Ilero andante, si en esto , señor, me
mila figura, como á don Quijote el complacéis, de serviros con las veras
de la Triste , después de haberse á que me obliga el ser quien soy ,
dejado abrazar, le apartó un poco de cra remediando vuestra desgracia si
sí, y puestas sus manos en los hom tiene remedio, ora ayudándoos á
bros de don Quijote, le estuvo mi llorarla, como os lo he prometido . EI
iando como que quería ver si le cono caballero del Bosque, que de tal ma.
cía , no menos admirado quizá de ver nera oyó hablar al de la Triste Figu .
la figura, talle y armas de dion Quijo ra , no hacía sino mirarle y remirarle
te que don Quijote lo estaba de verle y tornarle a mirar de arriba abajo, y
á el. En resolución el prirçro que ha después que le hubo bien mirado , le
Gijo : Si tienen algo que darme á co
PARTE 1.- CAPÍTULO XXIV 93
mer , por amor de Dios que me lo y adoré desde mis tiernos y prime.
den, que después de haber comido, ros años, y ella me quiso á mi con
yo haré todo lo que se me mande, aquella sencillez y buen ánimo que
en agradecimiento de tan buenos de su poca edad permitía. Sabían nues
seos como aquí se me han mostrado. tros padres nuestros intentos, y no
Luego Isacaron Sancho de su costal y les pesaba dello, porque bien veían
el cabrero de su zurrón con que « a que cuando pasaran delante, no
tisfizo el Roto su hambre, comiendo podían tener otro fin que
lo que le dieron como personu aton . de casarnos, cosa que casi la con
tada , tan apriesa , que no daba espa certaba la igualdad de nutstro
cio de un bocado al otro, pues antes livaje y riquezas. Creció la edad , y
ios engullia que tragaba ; y en tanto con ella el amor de entrambos , que
que comía, ni él ni los que le mira el padre de Lusc.nda le pareció que
ban hablaban palabra. Como acaba por buenos respetos está obrigado
de comer, les hizo de señas que le á negarme la entrada en su casa ,casi
siguiesen , como lo hicieron , y él los imitando en esto á los padres de
levo á un verde pradecillo, que a aquella Tisbe tan decantada de los
la vuelta de una peña poco desviadı poetas ; y fué esta negación añadir
de allí estaba. En llegando á él, se Alama á llama y deseo á deseo, por ..
tendo en el suelo encima de la hier que aunque pusieron silencio ' á
ba, y los demás hicieron lo mismo , lenguas, no le pudieron poner á las
y todo esto sin que ninguno hablas , plumas , las cuales, con más libertad
hasta que el Roto , después de haber. que las lenguas, suelen dar á en
se acomodado en pu asiento , dijo : tender á quien quieren , lo que en el
Si gustáis, señores, que os diga en alma está encerrado, que muchas ve
breves razones la inmensidal de 10 : s ces la presencia de la cosa amada
desventuras, habéisme de prometer turba y enmudece la intención más
de que con ninguna pregunta ni ctra determinada y la lengua más atre
cosa no interromperéis el hilo de mi vida. ¡ Ay cielos, y cuantos billetes
triste histor a , porque en el punto la escribí ! ¡ Cuán regaladas y honesa
que lo hagáis, en ese se quedará lo tas respuestas tuve ! ¡ Cuántas car
que fuere contado. Estas razones del ciones compuse , y cuántos enamo
Roto trujeron á la memcria á don rados versos, donde el alma decla
Quijote el cuento que le había conta raba y trasladaba sus sentimientos,
do su escudero, cuando no acerto el pintaba sus encendidos deseos , en
número de las cabras que habían tretenía sus memorias, y recreaba
pasado el río, y se quedó la historia su voluntad ! En efecto , viéndome
pendiente ; pero volvierdo al Roto, apurado, y que mi alma se consu
prosiguió diciendo : Esta prevención mía en el deseo de veria, determiné
que hago , es porque querría pasar poner por obra y acabar en un punto
breveniente por el cuento de mis des. lo que me pareció que más convenia
gracias, que al traerlas a la memoria para salir con mi deseado y mere
1. me sirve de otra cosa que añadir cido premio, y fué el pedirsela á su
otras de nuevo , y mientras menos me padre por legitima esposa , como lo
preguntáredes, más presto acabaré hice : à lo que él me respondió que
yo de decillas puesto que no dejaré me agradecía la voluntad que mos
por contar cosa alguna que sea de traba de honrarle y de querer hon
importancia, para satisfacer del todo rarme con prendas suyas, pero que
á vuestro deseo. Don Quijote se lo siendo mi padre vivo, á él tocaba
prometió en nombre de los demás , y de justo derecho hacer aquella de
él con este seguro comenzó desta manda, porque si no fuese con mu
manera : cha voluntad y gusto suyo, no era
Mi nombre es Cardenio , mi patria Luscinda mujer para tomarse ni
una ciudad de las mejores desta An darse á hurto. Yo le agradeci su
dalucía, mi linaje noble, mis padres buen intento , pareciéndome que lle .
ricos, mi desventura tanta que la vaba razón en lo que decía, y que
deben de haber llorado mis padres, mi padre vendria en ello , como yo
y sentido mi linaje, sin poderla ali se lo dijese : y con este intento, ue
viar con su riqueza ; que para reme go, en aquel mismo instante, fui á
diar desdichas del cielo poco suelen decirle á mi padre lo que deseaba ;
valer los bienes de fortuna . Vivía en y al tiempo que entré en un apo
esta misma tierra un cielo, donde sento donde estaba, le hallé con una
puso el amor toda la gloria que yo carta abierta en la mano , la cual ,
acertara á desearme : tal es la her antes que yo le dijese palabra, me
mosura de Luscinda , doncella tan la dió y me dijo : Por esta carta ve
noble y tan rica como yo . pero de rás, Cardenio , la voluntad que el
más ventura, y de menos firmeza de duque Ricardo tiene de hacerte mer
la que á mis honrados pensamientos ced . Este duque Ricardo, como va
se debía. A esta Luscinda amé, quise vosotros , señores, debéis de saber,
DON QUIJOTE DE LA MANCHA
coces, y aun más de seis tornisco frants que enhilas ? Por tu vida, San
nes . A fe, Sancho , respondió don cho, que calles y de aquí adelante ,
Quijote , que si tú supieras como yo entremétete en espolear á tu asno, y
lo sé, cuán honrada y cuán princi deja de hacello en lo que no te im.
pal señora era la reina Madásima, porta ; y entiende con todos tus cin
yo sé que dijeras que tuve mucha pa co sentidos , que todo cuanto yo he
ciencia , pues no quebré la boca por hecho , hago é hiciere, va muy pues
donde tales blasfemias salieron ; por to en razón , y muy conforme a las
que es muy gran blasfemia decir reglas de caballería, que las sé me.
ni pensar que una reina esté aman jor que cuantos caballeros las pro
cebada con un cirujano. La verdad fesaron en el mundo. Señor, res
del cuento es , que aquel maestro pondió Sancho, é y es buena regla
Elisabad , que el loco dijo, fué un de caballería que andemos perdidos
hombre muy prudente y de muy sa por estas montañas sin senda ni ca
nos consejos, y sirvió de ayo y de mino, buscando á un loco , al cual
médico á la reina ; pero pensar que después de hallado quizá le vendrá
ella era su amiga, es disparate dig. en voluntad de acabar lo que dejó
20 de muy gran castigo : y por comenzado , no de su cuento , sino
que veas que Cardenio no supo lo de la cabeza de vuestra merced y
que dijo, has de advertir que cuan de mis costillas, acabándonoslas de
do lo dijo , ya estaba sin juicio. Eso romper de todo punto ? Calla , te din
digo yo, dijo Sancho, que no había go otra vez , Sancho, dijo don Qui
para qué hacer cuenta de las pala jote , porque te hago saber que no
bras de un loco ; porque si la buena sólo me trae por estas partes el deseo
suerte no ayudara á vuestra mer de hallar al loco , cuanto el que tengo
ced, y encaminara el guijarro á la de hacer en ellas una hazaña con que
cabeza, como le encaminó al pecho , he de ganar perpetuo nombre y fama
buenos quedáramos por haber vuelto en todo lo descubierto de la tierra ,
por aqug mi señora, que Dios y será tal , que he de echar con ella
cohonda ; pues montas, que no se li . el sello á todo aquello que puede
brara Cardenio por loco . Contra cuer hacer perfecto y famoso á un an
dos y contra locos, está obligado cual dante caballero . ¿ Y es de muy gran
quier caballero andante á volver por peligro esa hazaña ? preguntó San
la honra de las mujeres , cualesquiera cho Panza. No, respondió el de la
que sean , cuanto más por las reinas Triste Figura, puesto que de tal ma
de tan alta guisa y pro como fué la nera podía correr el dado, que echá
reina Madásima, á quien yo tengo semos azar en lugar de encuentro ;
particular afición por sus buenas pero todo ha de estar en tu diligen
partes ; porque fuera de haber sido cia. ¿ En mi diligencia ? dijo San
fermosa , además fue muy prudente cho . Ší , dijo don Quijote , porque si
y muy sufrida en sus calamidades, vuelves presto de adonde pienso
que las tuvo muchas , y los consejos enviarte , presto se acabará mi pena,
y compañía del maestro Elisabad le y presto comenzará mi gloria : y por
fué y le fueron de mucho provecho que no es bien que te tenga más sus .
y alivio para poder llevar sus traba penso, esperando en lo que han de
jos cen prudencia y paciencia ; y de parar mis razones, quiero, Sancho,
aquí tomó ocasión el vulgo ignoran que sepas, que el famoso Amadis de
te y mal intoncionado de decir y Gaula, fué uno de los más perfectos
pensar que ella era su manceba ; y caballeros andantes. No he dicho
nienten , digo otra vez , y mentirán bien fué uno , fué el solo, el prime
otras doscientas todos los que tal pen ro, el único , el señor de todos cuan
saren y dijeren . Ni yo lo digo ni tos hubo en su tiempo en el mundo.
lo pienso, respondió Sancho , allá se Mal año y mal mes para don Belia
lo hayan , con su pan se lo coman ; nis y para todos aquellos que dijeren
si fueron amancebados ó no, á Dios que se le igualó en algo, porque se
habrán dado la cuenta : de mis vi engañan, juro y cierto . Digo asimis
ñas vengo, no sé nada : no soy amigo mo, que cuando algún pintor quiere
de saber vidas ajenas, el que com salir famoso en su arte , procura
pra y miente, en su bolsa lo siente : imitar los originalss de los más úri .
cuanto más, que desnudo nací, des . cos pintores que sabe , y esta misma
nudo me hallo, ni pierdo ni gano ; regla corre por todos los más oficios
mas que lo fuesen , ¿ qué me va á ó ejercicios de cuenta , que sirven
mi ? y muchos piensan que hay to para adorno de las repúblicas ;
cinos , y no hay estacas; & mas quién así lo ha de hacer y hace el que qui
pu- de poner puertas al campo , cuanto siere alcanzar nombre de prudente y
nás que de Dios dijeron ? ¡ Válame sufrido, imitando á Ulises, en cuya
Dios , dijo don Quijote, y qué de ne persona y trabajos nos pinta HO
cedades vas , Sancho , ensartando ! mero un retrato vivo de prudencia
¿ Qué va de lo que tratamos á los re y de sufrimiento, como también
7
9S DON QUIJOTE DE LA MANCHA
nos mostró Virgilio en persona de vieron causa para hacer esas nece
Eneas el valor de un hijo pardoso dades y penitencias ; pero vuestra
y la sagacidad de un valiente y merced ¿ qué causa tiene para vol
entendido capitán, no pintándolos y verse loco ? ¿ Qué dama le ha desde
describiéndolos como ellos fueron , ñado, 6 qué señales ha hallado ,que
sino como habían de ser, para dejar le den á entender que la señora Dul
ejemplo á los venideros hombres, de cinea del Toboso ha hecho alguna
sus virtudes. Desta misma suerte , niñeria con moro . ó cristiano ? Ahí
Amadis fué el norte, el lucero , el está el punto, respondió don Quijo
sol de los va ientes y enamorados te , y esa es la fineza de mi negocio :
caballeros, á quien debomos imitar que volverse loco un caballero an
todos aquellos que debajo de la ban. dants con causa, ni grado ni gra
dera de amor y de la caballería mi cias : el toque está en desatinar sin
litamos. Siendo, pues , esto así, como ocasión , y dar á entender á midama,
lo es, hallo yo, Sancho amigo, que que si en seco nago esto, qué hiciera
el caballero andante que más le imi en mojado. Cuanto más, que harta
tare , estará más cerca de alcanzar ocasión tengo en la larga ausencia
la perfección de la caballería; y una que he hecho de la siempre señora
de las cosas en que más este caba mía Dulcinea del Toboso ; que como
llero mostró su prudencia, valor, va ya oiste decir a aquel pastor de ma
lentía, sufrimiento, firmeza y amor, rras, Ambrosio, quien está ausente
fue cuando se retiró, desdeñado de todos los males tiene y teme : asi
la señora Oriana, á hacer peniten que , Sancho amigo, no gastes tiem
cia en la Peña Pobre, mudando su po en aconsejarme que deje tan rara ,
nombre en el de Beltenebros ; nom tan felice y tan no vista imitación .
bre , por cierto, significativo y propio Loco soy, loco he de ser hasta tan
para la vida que él de su voluntad to que tú vuelvas con la respuesta
había escogido : así que, me es á mí de una carta que contigo pienso en
más fácil imitarle en esto, que no viar á mi señora Dulcinea ; y si
en hender gigantes, descabezar ser fuere tal , cual á mi fe se le debe,
pientes, matar endriagos, desba. acabarse ha mi sandez y mi peniten
ratar ejércitos, fracasar armadas y cia ; y si fure al contrario, seré loco
deshacer encantamentos : y pues es de veras, y siéndolo no sentiré sada ,
tos lugares son tan acomodados para Así que, de cualquier manera que
semejantes efectos , no hay para qué responda, saldré del conflicto y tra
se deje pasar la ocasión , que ahora bajo en que me dejares , gozando el
con , tanta comodidad me ofrece sus bien que me trujeres por cuerdo, no
guedejas. En efecto, dijo Sancho, sintiendo el mal que me aportares
¿ qué es lo que vuestra merced quiere por loco. Pero dime , Sancho, & traes
hacer en este tan remoto lugar ? Ya bien guardado el yelmo de Mambri
110 te he dicho, respondió don Quijote, no ? quº ya vi que le alzaste del sue
que quiero imitar á Amadís, hacien lo, cuando aquel desagradecido le
do aquí del desesperado , del sandio quiso hacer nedazos ; pero no pudo ,
y del furioso , por imitar juntamente donde se puede echar de ver la fine
al valiente don Rolạán , cuando ha ! ló za de su tample. A lo cual respondió
en una fuente las señales de que Sancho : Vive Dios, señor caballero
Angélica la Bella había cometido vi . de la Triste Figura, que no puedo
leza con Medoro , de cuya pesadum sufrir ni llevar en paciencia algunas
bre se volvió loco, arrancó los árbo cosas que vuestra merced dice, y
les , enturbió las aguas de las claras que por ellas vengo á imaginar que
fuentes, mató pastores, destruyo ga todo cuanto me dice de caballerías ,
nados , abrasó chozas, derribó casas, y de alcanzar reinos é imperios , de
arrastró yeguas , é hizo otras cien dar insulas, y de hacer otras merce
mil insolencias dignas de eterno des y grandezas, como es uso de ca
nombre y escritura ? Y puesto que balleros andantes, que todo debe de
yo no pienso imitar á Rô dán ó Ör ser cosa de viento y mentira, todo
lando ó Rotolando (que todos estos pastraña ó patraña , ó como lo llama
tres nombres tenía) parte por party, remos ; porque quien oyere decir á
en todas las locuras que hizo , dijo vuestra merced , que una bacia de
y pensó, haré el bosquejo como me. barbero es el yelmo de Mambrino , v
jor pudiere en las que me pareciere que no salga deste error en más de
ser más esenciales ; y podrá ser que cuatro días, ¿qué ha de pensar sino
viniese á contentarme con sola la que quien tal dice y afirma, debe
imitación da Amadís, que sin hacer de tener guiero el juicio? La bacia
locuras de daño , sino de lloros v sen . yo la llevo en el costal toda abollada ,
timientos , alcanzó tanta fama como y llévola para aderezarla en mi casa ,
el que más. Paréceme á mí, dijo y hacerme la barba en ella, si Dios
Sancho, que los caballeros que lo me diere tanta gracia que algún día
tal ficieron fueron provocados y tu ms vea con mi mujer é hijos . Mira,
PARTE 1 .---CAPÍTULO XXV 99
Sancho, por el mismo que denantes una luenga ausencia y unos imagina
juraste te juro, dijo don Quijote, dos celos han traído á lamentarse
que tienes el más corto entendimien- entre estas asperezas, y á quejarse
to que tiene ni tuvo escudero en el de la dura condición de aquella in
mundo : ¡ qué ! es posible que en grata y bella, término y fin de toda
cuanto halqne andas conmigo, no has humana hermosura ! ¡ Oh vosotras,
echado de ver que todas las cosas Napeas y Dríadas, que tenéis por
de los caballeros andantes parecen costumbre de habitar en las espesu
quimeras, necedades y desatinos, y ras de los montes : así los ligeros
que son todas hechas al revés ? Y no y lascivos sátiros, de quien sois ,
porque sea ello así, sino porque an . aunque en vano , amadas, no pertur
dan entre nosotros siempre una ca- ben jamás vuestro dulce sosiego, que
terva de encantadores, que todas me ayudéis á lamentar mi desven
nuestras cosas mudan y truecan, y tura, ó á lo menos no os canséis de
las vuelven según su gusto, y según oilla ! ¡ Oh Dulcinea del Toboso, día
tienen la gana de favorecernos Ó de mi noche, gloria de mi pena, nor
destruirnos ; y así, eso que á ti te to de mis caminos, estrella de ini
parece bacía de barbero , me parece ventura : así el cielo te la dé buena
á mí el yelmo de Mambrino, y á en cuanto acertares á pedirle , que
otro le parecerá otra cosa . Y fué rara consideres el lugar y estado á que
providencia del sabio que es de mi tu ausencia me ha conducido, y que
parte, hacer que parezca bacía á to- con buen término correspondas al
* dos , lo que real y verdaderamente que á mi fe se le debe ! ¡Oh solita
es pelmo de Mambrino, á causa que rios árboles , que desde hoy en ade .
siendo él de tanta estima, todo el lante habéis de hacer compañía á
mundo me perseguiría por quitárme- mi soledad : dad indicio con el blan
le ; pero como ven que no es más do movimiento de vuestras ramas
de un bacin de barbero, no se cu- que no os desagrada mi presencia !
ran de procuralle, como se mostró ¡ Oh tú , escudero mio , agradable com
bien en el que quiso rompelle, y le pañero en mis prósperos y adversos
dejó en el suelo sin llevarle, que á sucesos : toma bien en la memoria
fe que si lo conociera , que nunca él lo que aquí me verás hacer, para
le dejara. Guárdale, amigo, que por que lo cuentes y recites á la causa
ahora no le he de menester, que total de todo ello ! Y diciendo esto
ant - s me tengo de quitar todas estas se apeó de Rocinante , y en un mo
armas, y quedar desnudo como cuan- mento le quitó el freno y la silla ;
do nací, si es que me da en voluntar! y dándole una palmada en las ancas,
de seguir en mi penitencia más á le dijo : Libertad to da e que sin
Roldán que á Amadís. Llegaron en ella queda, oh caballo tan extremado
estas pláticas al pie de una alta mon- por tus obras cuanto desdichado por
taña , que casi como peñón tajado esta- tu suerte ; vete por do quisieres, que
ba sola entre otras muchas que la en la frente llevas escrito que no
rodeaban : corría por su falda un te igualó en ligoreza el hipogrifo de
manso arroyuelo , y hacíase por toda Astolfo , ni el nombrado Frontino,
su redondez un prado tan verde y vi- que tan caro le costó á Bradamante .
cioso , que daba contento los ojos Viendo esto Sancho, dijo : Bien ha
que le miraban : había por allí mu- y? quien nos quitó ahora del traba
chos árboles silvestres , y algunas jo de desalbardar al rucio , que á fe
plantas y flores que hacían el lugar que no faltaran palmadicas que dalle
apacible . Este sitio escogió el caba- ni cosas que decille en su alabanza ;
llero de la Triste Figura para hacer pero si él aquí estuviera, no consin .
512 penitencia, y así, en viéndole , tieru yo que nadie le desalbardara,
comenzó á decir en voz alta, como pues no había para qué , que á el
si estuviera 'sin juicio : Este es el no le tocaban las generales de ena
lugar, oh cielos , que diputo y esco- morado " ni de desesperado ; pu -s no
jo para llorar la desventura en que lo estaba su amo, que era yo , cuan
vosotros mismos me habéis puesto : do Dios quería ; v en verdad, señor
este es el sitio donde el humor de caballero de la Tristo Figura , que si
mis ojos acrecentará las aguus deste es que mi partida y su locura de
pequeño arroyo, y mis continuos y vuestra merced van de veras, que
profundos suspiros moverán á la será bien tornar á ensillar á Roci
continua las hojas destos montara- nante para que supla la falta del
ces árboles, en testimonio y señal rucio, porque será ahorrar el tiem
de la pena que mi asendereado co- po á mi ida y vuelta , que si la bago
razón padece. ¡ Oh vosotros , quien- á pie , no sé cuándo llegaré ni cuán
quiera que seáis , rústicos dioses, do volveré, porque en resolución
que en este inhabitable lugar te. 8.) y mal caminante . Digo , Sancho,
néis vuestra morada : oid as que- respondió don Quijote , que sea como
jas deste desdichado amante, á quien tú quisieres , que no me parece mal
100 DON QUIJOTE DE LA MANCITA
SONETO
como yo sabía muy bien todas sus quia , y tomando a los dos por la
entradas y salidas , y más con el al nano para hacer lo que en tal acto
boroto que de secreto en eila andaba , se requiere, al decir : i Queréis , se
nadie me echó de ver : así que, sin ñora Luscinda, al señor don Fer.
ser visto tuve lugar de ponerme en riando, que está presente, por vues
el hueco que hacía una ventana de tro legítimo esposo , como lo manda
la misma sala, que con las puntas y la santa madre Iglesia ? yo saqué
remates de dos tapices se cubría, toda la cabeza y cuello de entre los
por entre las cuales, podía yo ver sin tapices , y con atentísimos oídos y
ser visto todo cuanto en la sala se alma turbada me puse á escuchar lo
hacía . ¿ Quién pudiera decir ahora que Luscinda respondía , esperando
los sobresaltos que me dió el cora de su respuesta la sentencia de mi
zón mientras allí estuve , los pensa muerte, 6 la confirmación de mi vi
mientos que me ocurrieron , las con da . i Oh , quién se atreviera á salir
sideraciones que hice ? Que fueron entonces, diciendo á voces : Luscin .
tantas y tales que ni se pueden de da , ah Lusuinda , mira lo que haces ,
cir , ni aun es bien que se digan : considera lo queme debes , mira que
basta que sepáis que el desposado eres mía y que no puedes ser de
entró en la sala sin otro adorno que ctro ! Advierte que el decir tú si, y
los mismos vestidos ordinarios que tl acabárseme la vida, ha de ser todo
solía. Traía por padrino á un primo á un punto . iAh traidor don Fer
hermano de Luscinda, y en toda la rando , robador de mi gloria, muer
sala no había persona de fuera sino te de mi vida ! ¿ qué quieres, qué
los criados de casa . De allí un poco pretendes ? Considera que no puedes
salió de una recámara Luscinda , cristianamente llegar al fin de tus
acompañada de su madre y de dos deseos , porque Luscinda es mi espo
doncellas suyas , tan bien aderezada sa, y yo soy su marido. i Ah loco de
y compuesta como su calidad y her mí ! ahora que estoy ausente y lejos
mosura merecían , y como quie era del peligro , digo que había de ha
la perfección de la gala y bizarría cer lo que no hice : ahora que dejé
cortesana . No me dió lugar mi sus robar mi cara prenda , maldigo al ro
pensión y arrobamiento para que mi bador , de quien pudiera vengarme si
rase y notase en particular lo que tuviera corazón para ello como le
traia vestido ; sólo pude advertir á tengo para quejarme : en fin , pues
los colores , que eran encarnado y fuí entonces cobarde y necio , no es
blanco, y en las vislumbres que las mucho que ' muera ahora corrido ,
piedras y joyas del tocado y de todo arrepentido y loco . Estaba esperando
el vestido hacían , á todo lo cual se el cura la respuesta de Luscinda ,
aventajaba la belleza sir gular de sus que se detuvo un buen espacio en
'hermosos y rubios cabellos , tales darla , y cuando yo pensé que sacaba
que , en competencia de las precio la daga para acreditarse , o desataba
sas piedras y de las luces de la lengua para decir alguna verdad 5
cuatro bachas que en la sala es desengaño que en mi provecho re
taban, la suya con más resplandor á dundase , oigo que dijo con voz des
los ojos ofrecían . i Oh memoria , ene . mayada y flaca : Si quiero ; y lo
miga mortal de mi descanso' ¿ De mismo dijo non Fernando, y dándole
que sirve representarme ahora la el anillo , quedaron en indisoluble
incomparable belleza de aquella ado nudo ligados. Llegó el despasado á
rada enemiga mía ? ¿ No será mejor , abrazar a su esposa, y ella ponién
ciue! memoria , que me cuerdas y dose la mano sobre el corazón , cayó
representes lo que entonces hizo desmayada en los brazos de su ma
para que movido de tan manifiesto dre. Resta ahora decir cuál quedé
agravio, procure , ya que 20 lat Ve 1) yo viendo en el sí que había oído,
ganza , á lo menos perder la vida ? burladas mis esperanzas, falsas las
No os canséis, señores, de oir estas palabras y promesas do Luscinda,
digresiones que hago, que no es mi imposibilitado de cobrar en algún
pena de aquellas que puedan .ni de
ban
tiempo el bien que en aquel instan
contarse suscintamente y de te había perdido : quedé falto de con
paso , pues cada circunstancia suya sejo , desamparado a mi parecer de
me parece í mí que es digna de un todo el cielo, hecho enemigo de la
Jargo discurso . A esto le respondió el tierra que me sustentaba, negándo.
cura que se cansaban en oirle ,
no dome el aire aliento para mis suspi .
sino que les daban mucho gusto las ros , y el agua humor para mis ojos :
menudencias que contaba, por ser sólo el fuego se acrecentó de manera ,
tales que merecían no pasarse en que todo ardía de rabia y de celos .
silencio, y la misma atención que lo Alborotáronse todos con el desmayo
principal del cuento. Digo pues, pro de Luscinda, y desabrochándole su
siguió Cardenio , que estando todos madre el pecho para que le diese el
en la sala entró el cura de la parro aire , se descubrió en él un papel
PARTE I.-- CAPÍTULO XXVII 113
cerrado , que don Fernando tomó lue juicio de su buena opinión y fama.
go, y se le puso á leer a la luz de una Luego volvía diciendo, que puesto
de las hachas ; y en acabando de que ella dijera que yo era su esposo ,
leerle , se sentó en una silla y se vieran ellos que no había hecho en
puso la mano en la mejilla con mues escogerme tan mala elección que no
tras de hombre muy pensativo , sin la disculparan , pues antes de ofre.
acudir á los remedios que á sú es cérseles don Fernando, no pudieron
posa se hacían para que del des ellos mismos acertar á desear, si
miayo volviese. Yo, viendo alborotada con razón midiesen su deseo , otro
toda la gente de casa , me aventuré á mejor que yo para esposo de su hija ;
salir, ora fuese visto ó no, con deter V que bien pudiera ella antes de
minición que si me viesen, de hacer ponerse en el trance forzoso y últi .
un desatino tal , que todo el mundo mu de dar la mano , decir que ya yo
viniera á entender la justa indigna le había dado la mia ; que yo viniera
ción de mi pecho en el castigo del y condescendiera con todo cuanto
faiso don Frnando, y aun en el mu ella acertava fingir en este caso . En
dable de la desmayada traidora ; pero fin , me resolvi en que poco amor ,
mi suerte , que para mayores males, poco juicio , mucha ambición y de .
si es posible que los haya , me debe seos de grandezas hicieron que se
tener guardado, ordenó que en aquel olvidase de las palabras con que me
puntc me sobrase el entendimiento había engañado, entretenido y suz .
que después acá me ha faltado ; y tentado en mis firmes esperanzas y
así sin querer tomar venganza de honestos deseos . Con estas voces y
con esta inquietud caminé
mis mayores enemigos (que por es lo que
tar tan sin pensamiento mío , fuera quedaba de la noche, y di al anane
fácil tomarla ), quise tomarla de mi cer en una entrada destas sierras,
mino, y ejecutar en mí la pena que por las cuales caminé otros tres días
elios merecían, y aun quizás con sin senda ni camino alguno, hasta
más rigor del que con ellos se usa que vine á parar á unos prados, que
ra , si entonces les diera muerte, no sé í qué lado destas montañas
pues la que se recibe repentina , caen, y allí pregunté á unos ganade
j resto acaba la pena ; mas la que se ros que hacia dónde era lo más áspe
dilata con tormentos , siempre mata ro destas sierras . Dijéronme que ha
sin acabar la vida. En fin , yo sali de cia esta parte : luego me encaminé
aquella casa, v vine á la de aquél á ella con intención de acabar aquí
donde había dejado la mula ; hice la vida ; y en entrando por estas as
que me la ensillase, sin despedirme perezás, del cansancio y de la ham.
del subí en ella, y salí de la ciudad , bre se cayó mi mula muerta, ó lo que
sin osar como otro Lot volver el ros yo más creo , por desechar de sí tan
tro y miralla ; y cuando me vi, en el inútil carga como en mí llevaba . Yo
campo solo, y que la obscuridad de la quedé á pie , rendido de la naturale.
noche me encubría y su silencio con za, traspasado de hambre, sin tener
vidaba á quejarme, sin respeto ó ni pensar buscar quien me socorrie
miedo de ser escuchado ni conocido , se. De aquella manera estuve no sé
solté la voz y desaté la lengua en qué tiempo tendido en el suelo, al
tantas maldiciones de Luscinda y de cabo del cual me levanté sin hambre,
don Fernando , como si con ellas sa y hallé junto á mí á unos cabreros,
tisficiera el agravio que me habían que sin duda debieron ser los que
hecho . Dile títulos de cruel , de in . mi necesidad remediaron porque ellos
grata, de falsa y desagradecida ; me rijeron de la manera que me ha
pero sobre todo de codiciosa, pues la bían hallado, y cómo estaba diciendo
riqueza de mi enemigo la había ce. tantos disparates y desatinos , que da
rrado los ojos de la voluntad para ba indicios claros de haber perdido el
quitármela á mí, y entregarla á juicio : y yo he sentido en mí, des.
aquél con quien más liberal y franca pués acá, que 2: 0 todas veces le tengo
la fortuna se había mostrado : v en cabal, sino tan desinedrado y flaco,
mitad de la fuga de estas maldicio que hago mil locuras, rasgándome los
nes y vituperios la disculpaba, di vestidos, dando vocés por estas so
ciendo que no era mucho que una ledades, maldiciendo mi ventura y re
doncella recogida en casa de sus pitiendo en vano el nombre amado de
padres, hecha y acostumbrada siem mi enemiga, sin tener otro discurso
pre á obedecerlos, hubiese querido ni intento entonces que procurar
condescender con su gusto , pues le acabar la vida voceando ; cuan
daban por esposo un caballero tan do en mi vuelvo, me hallo tan
principal, tan rico y tan gentilhom . cansado y molido, que apenas pue
üre , que á no querer recibirle, se do moverme. Mi más común habi
podía pensar ó que no tenía juicio , tación es el hueco de un alcornoque,
ó que en otra parte tenía la volun capaz de cubrir este miserable cuer
tad , cosa que redundaba tan en per po . Los vaqueros y cabreros que
S
DON QUIJOTE DE LA MANCIJA
cada una pór sí que pueden echar lagares del vino , el número riel gana
por tierra cualquier honesto crédito, do mayor y menor, el de las cojme
os habré de decir lo que quisiera nas , finalmente , de todo aquello que
callar si pudiera. Todo esto dijo sin un tan rico labrador como mi padre
parar , la que tan hermosa mujer pa puede tener y tiene, tenía yo la cuen .
recía , con tan suelta lengua , con voz ta, y era la mayordoma y señora , con
tan suave, que no menos les admiro tanta solicitud mía y con tanto gusto
sul discreción que su hermosura : y suyo , que buenamente no acertaré á
tornándoles hacer nuevos ofreci encarecerlo . Los ratos wie dei lía me
mientos y nuevos ruegos para que ! o quedaban, después de haber dado lo
prometido cumpliese, ella sin hacer que convenía á los mayorales o ca
se más de rogar , calzándose con toda pataces, y á otros jornaleros, los en
honestidad y recogiendo sus cabe tretenia en ejercicios de son ií las
Nos , se acomodó en el asiento de doncellas tan lícitos como necesarios,
una piedra , y puestos los tres alre como son los que ofrece la aguja y
dedor della , hac éndose fuerza por la almohadilla, y la rueca muchas ve
detener algunas lágrimas que á los ces ; y si alguna por recrear el án
ojos se lo venían, con voz reposada y mo estos ejercicios dejaba, me aco .
clara comenzó la historia de su vida gia al entretenimiento de leer al .
desta manera : gún libro devoto , ó á tocar una arpa ,
En esta Andalucía hay un lugar de porque la experiencia me mostraba
quien toma título un duque , que le que la música compone los ánimos
hace uno de los que llamnan grandes descompuestos, y alivia los trabajos
de España : éste tiene dos hijos : el que nacen del espíritu . Esta pues era
mayor , heredero de su estado y al la vida que tenía yo , en casa de mis
parecer de sus buenas costumbres, y pedres, la cual si tan particularmen
el menor no sé yo de que sea here. te he contido, no ha sido por osten
dero, sino de las traiciones de Beil . toción , ni por dar á entender que
do y de los embustes de Galalón . soy rica, sino porque sc advierta cuán
Deste señor son vasallos mis padres, sin culpa me he venido de aquel buen
humildes en linaje, pero tan ricos , estado que he dicho, al infelice en
que si los bienes de su naturaleza que ahora me hallo . Es pues el caso ,
igualaran á los de su fortuna, ni que pasando mi vida en tantas ocu
ellos tuvieran más que desear, ni so paciones y en un encerramiento tal,
terriera verme en la desdicha en que que al de un monasterio pudiera com
me veo, porque quizá lace mi fica pararse , sin ser vista, á mi parecer,
ventura de la que tuvieron ulos en de otra persona alguna que de los
no haber nacido ilustres : bien CS criados de casa, porque los días que
verdad que no son tan bajos , que iba á misa era tan de mañana, y tan
puedan afrentarse de su estado, ni tan acompañada de mi madre y de otras
altos , que á mí me quiten ia ius agi criadas, y yo tan cubierta y recatada,
nación que tengo de que de su lumil. que apenas veían mis ojos más tierra
dad viene mi desgracia. Filos en de aquella donde yo ponía los pies ;
fin son labradores , gente llana, sin con todo esto , los del amor ó los de
mezcla de alguna raza inalsonante , y la ociosidad por mejor decir, á quien
como suele decirse cristianos viejos los de lince no pueden igualarse, me
rancios , pero tan rancios, que su ri. vieron puestos en la solicitud de don
queza y magnífico trato les va poco á Fernando, que es este el nombre del
poco adquiriendo el nombre de bi hijo menor del duque que os he con
dalgos y aun de caballeros, puesto tado . No hubo bien nombrado á don
que de la mayor riqueza y nobleza Fernando la que el cuento contaba,
que ellos se preciaban , era le tener cuando á Cardenio se le mudó la
me á mí por hija ; y así por ro te color del rostro , y comenzó á trasu .
ner otra ni otro que los heredase, dar con tan grande alteración , que
como por ser padres y aficionados, el cura y el barbero, que miraron en
Vo era una de las más regaladas ello, temieron que le venía aquel ac
hijas que padres jamás regularon. cidente de locura que habían oído de.
Era el espejo en que se miraban , el cir que de cuando en cuando le ve.
báculo de su vejez, y el sujeto a nía : mas Cardenio no hizo otra cosa.
quien encaminaban , midiéndolos con que trasudar y estarse quedo, miran .
el cielo , todos sus deseos ; de los do de hito en hito á la labradora.
cuales, por ser ellos tan buenos, los inaginando quién ella era : la cual ,
míos no salían un punto , y del mis sin advertir en los movimientos de
mo modo que yo era señora de sus Cardenio , prosiguió su historia di
ánimos, así lo era de su hacienda : ciendo : Y no me hubieron bien visto ,
por mí se recibían y despedían los cuando, según el dijo después , quedó
criados ; la razón y cuenta de lo que tan preso de mis amores, cuanto lo
se sembraba y cogía pasaba por mi dieron bien á entender sus demos .
mano ; de los molinos de aceite, los traciones. Mas por acabar presto con
PARTE 1.- CAPÍTULO XXVIII 117
el cuento, que no le tiene, de mis que inis padres andaban para darme
desdichas , quiero pasar en silencio estado, por quitalle á él la esperanza
las diligencias que don Fernando de poseerme , ú á lo menos porque
hizo para declararme su voluntad : yo tuviese más guardas para guar
sobornó toda la gente de mi casa, dió darme ; y esta nueva sospecha fué
y ofreció dádivas y mercedes á mis causa para que hiciese lo que ahoru
parientes, los días eran todos de fies . oiréis, y fué que una noche, estando
ta y do regocijo en mi calle, las no yo en mi aposento con sola la com .
ches no dejaban dormir á nadie las pañía de una doncella que me ser
músicas ; los billetes, que sin saber vía, teniendo bien cerradas las puer
cómo á mis manos venían, eran in tas, por temor que por descuido mi
finitos, llenos de enamoradas razones honestidad no se viese en peligro,
y ofrecimientos, con menos letras que sin saber ni imaginar cómo, en medio
promesas y juramentos. Todo lo cual, destos recatos y prevenciones, y en
Io sólo no me ablandaba, pero me la soledad deste silencio y encierro,
endurecía de manera como si fuera me le halié delante , cuya vista me
mi mortal enemigo, y que todas las turbó de manera que me quitó la de
obras que para reducirme á su vo mis ojos, y me enmudeció la lengua ;
luntad hacía , las hiciera para el efec y así no fuí poderosa de dar voces ,
to contrario : no porque á mí me pi ni aun él creo que me las dejara dar.
reciese mal la gentileza de don Fer porque luego se llegó á mí, y to
nando, ni que tuviese á demasía sus mándome entre sus brazos ( porque
solicitudes, porque me daba un no yo, como digo, no tuve fuerzas para
sé qué de contento verme tan que defenderme según estaba turbada ) ,
rida y estimada de un tan principal comenzó á decirme tales razones , que
caballero, y no me pesaba ver en sus no sé cómo es posible que tenga
papeles mis alabanzas; que en esto , tanta habilidad la mentira, que las
por feas que seamos las mujeres, me sepa componer de modo que parezcan
parece á mí que siempre nos da gus tan verdaderas : hacía el traidor que
to el oir que nos llaman hermosas . sus lágrimas acreditasen sus pala
Pero a todo esto se oponía mi hones bras , y los suspiros su intención ,
tidad y los consejos continuos que Yo pobrecilla, sola entre los míos,
mis padres me daban , que ya muy mal cjercitada en casos semejantes,
al descubierto sabían la voluntad de comencé no sé en qué modo á tener
don Fernando, porque ya á él no se por verdaderas tantas falsedades , pero
le daba nada de que todo el mundo no de suerte que me moviesen á
la supiese . Decíanme mis padres, que compasión menos que buena sus lá.
en sola mi virtud y bondad dejaban grimas y suspiros : y así pasándome
y depositaban su honra y fama, y quei sobresalto primero , torné algún
que considerase la desigualdad que tanto á cobrar mis perdidos espiri
había entre mí y don Fernando, v tus , con más ánimo del que pensé
que por aquí echaría de ver que sus que pudiera tener, le dije : si como
pensamientos, aunque el dijese otra estoy, señor, en tus brazos, estuviera
cosa , más se encaminaban á su gusto . entre los de un león fiero , y el li
que á mi provecho ; " y que si yo brarme dellos se me asegurara con
quisiese poner en alguna manera ai. que hiciera 6 dijera cosa que fuera
gún inconveniente para que él se en perjuicio de mi honestidad , así
dejase de su injusta pretensión, que fuera posible hacella ó dicilla como
ellos me casarían luego con quien yo € S posible dejar de haber sido lo que
más gustase , así de los más princi. fué ; así que, si tú tienes ceñido mi
pales de nuestro lugar, como de cuerpo con tus brazos, yo tengo atada
todos los circunvecinos, pues todo se mi alma con mis buenos deseos, que
podía esperar de su mucha hactenda son tan diferentes de los tuyos como
y de mi buena fama. Con estos cier lo verás si con hacerme fuerza qui .
tos prometimientos, y con la verdad sieres pasar adelante en ellos. Tu
que ellos me decían , fortificaba yo vasalla soy, pero no tu esclava ; ni tie
mi entereza , y jamás quise responder ne ni debe tener imperio la nobleza de
á don Fernando palabra que le pu tu sangre para deshonrar y tener en
diese mostrar, hünque de muy lejos, poco la humildad de la mía , y en tan
esperanza de alcanzar su deseo. To. to me estimo yo willana y labradora,
dos esto9 recatos míos, que él debía como tú señor y caballero. Conmigo
de tener por desdenes , debieron ser no han de ser de ningún efecto tus
cansa de avivar más su lascivo ape fuerzas, ni han de tener valer tus
tito, que este nombre quiero dar á riquezas, ni tus palabras han de po
la voluntad que me mostraba ; la der engañarme, ni tus suspiros y lá
cual si ella fuera como debía , no la grimas enternecerme : si alguna de
scipiérades vosotros ahora, porque todas estas cosas que he dicho, vier)
hubiera faltado la ocasión de decí vo en el que mis padres me 'dieran
rosia . Finalmente don Fernando supo por esposo , á su voluntad se ajustata
118 DON QUIJOTE DE LA MANCIA
la mía, y mi voluntad de la suya parte para que él dejase de seguir
no saliera : de modo que como que su intento , bien ansí como el que no
dara con honra, aunque quedara sin piensa pagar, que al concertar de la
giustu, de grado te entregara lo que barata no repara en inconvenientes .
tú , señor, ahora con tanta fuerza Yo á esta sazón hice un breve discurso
procuras : todo esto he dicho, porque conmigo, y me dije á mí misma :
no es pensar que de mi alcance cosa Sí, que no seré yo la primera que
alguna el que no fuere mi legítimo por vía de matrimonio haya subido
esposo. Si no reparas más que en de humilde á grande estado, ni será
eso, bellísima Dorotea , que este es el don Fernando el primero á quien
nombre desta desdichada, dijo el hermosura , ó ciega afición , que es lo
desleal caballero, ves aquí te doy la más cierto, haya hecho tomar compa
mano de serlo tuyo y sean testigos ñía desigual á su grandeza ; pues si
desta verdad los cielos, a quien nin no hago ni mundo, ni uso nuevo, bien
guna cosa se esconde, y esta imagen es acudir á esta honra que la suerte
de Nuestra Señora que aquí tienes . me ofrece, puesto que en esto no
Cuando Cardenio le oyó decir que se dure más ' la voluntad que me mues
llamaba Dorotea, ' torno de nuevo á ira, de cuanto dure el cumplimiento
sus sobresaltos y acabó de confirmar de su deseo, que en fin para con
por verdadera su primera opinión ; Dios seré su esposa, y si quiero con
desdenes despedille , en término e
pero no quiso interrumpir el cuento, veo que no usando el que debe, usarí
por ver en qué venía á parar lo que
él ya casi sabía ; sólo dijo : ¡ Qué ! el de la fuerza, y vendré á quedar
. Dorotea es tu nombre, señora ? Otra deshonrada у sin disculpa de la culpa
que me podrá dar el que no supiere
hy oído yo decir del mismo, que cuán sin ella he venido a este pun
quizá corre parejas .con tus desd : to : porque ¿ qué razones serán bas
chas : pasa adelante, que tiempo ven. tantes para persuadir á mis padres
drá en que te dig cosas que te y á otros , que este caballero entro
espanten en el mismo grado que te en mi_aposento sin consentimiento
lastimen . Reparó Dorotea en las ra. mío ? Todas estas demandas y res
zches de Cardenio y en su extraño
puestas resolvi en un instante en la
y desastrado traje , y rogóle que si imaginación , y sobre todo me CO
alguna cosa de su hacienda sabía , se menzaron á hacer fuerza y á inclinar
la dijese luego , porque si algo le ha narme á lo que fué, sin yo pensarlo ,
bía dejado bueno la fortuna, era el mi perdición , los juramentos de don
ánimo que tenía para sufrir cualquier
desastre que le sobreviniese , segura Fernando, los testigos que ponía ,
las lágrimas que derramaba, y final .
de que á su parecer ninguno podía
llegar, que el que tenía acrecentase mente su disposición y gentileza, que
acompañada con tantas muestras de
un punto. No le perdiera yo , señora, verdadero amor, pudieran rendir á
respondió Cardenio, en decirte lo que otro tan libre y recatado corazón
pionso , si fuera verdad lo que ima como el mío: Llamé. á mi criada.
gino , y hasta ahora no se pierde co • para que en la tierra acompañase á
vuntura, ni á ti te importa nada el los testigos del cielo : torno doni
saberlo . Sea lo que fuere, respondió Fernando á reiterar y confirmar sus
Dorotea, lo que en mi cuento pasa
fué , que tomando don Fernando una juramentos, añadió a los primeros,
imagen que en aquel aposento es nuevos santos por testigos, echose
mil futuras maldiciones si no cum
taba, la puso por testigo de nuestro
desposorio : con palabras eficacísimas pliese lo que me prometía, volvió a
juramentos extraordinarios me dio humedecer sus ojos y á acrecentar
sus suspiros, apretome más entre
la palabra de ser mi marido, puesto sus brazos, de los cuales jamás me
que antes que acabase de decirlas, le había dejado ; y con esto, y con vol .
dije que mirase bien lo que hacía , y verse á salir del aposento mi don
que considerase el enojo que su padre cella , yo dejé de serlo , y él acabó de
había de recibir de verle casado con
ser traidor y fementido. El día que
una villana vasalla suya ; pues no le sucedió a la noche de mi desgracia ,
cegase mi hermosura tal cual era ,
pues no era bastante para hallar en se venía aún no tan apriesa como yo
pienso que don Fernando deseaba ,
ella disculpa de su yerro, y que si al porque después de cumplido aquello,
gún bien me quería hacer por el
amor que me tenía, fuese dejar correr que el apetito pide, el mayor gusto
mi suerte á lo igual de lo que mi que puede venir es apartarse de don .
calidad pedía, porque nunca los tan de le alcanzaron . Digo esto, porque
desiguales casamientos se gozan ni don Fernando dio priesa por partirse
duran mucho en aquel gusto con que de mí, y por la industria de mi don .
se comienzan . Todas estas razones cella, que era la misma que allí le
había traído , antes que amaneciese
que aquí he dicho le dije , y otras de se vió en la calle , y al despedirse de
que no me acuerdo ; pero no fueron
PARTE 1. - CAPÍTULO XXVIII 119
mí, aunque no con tanto abinco y que se encendió en él , que faltó poco
vehemencia como cuando vino , me para no salirme por las calles dando
dijo que estuviese segura' de su fe , voces, publicando la alevosia y trai.
y reiser firmes y verdaderos sus ju ción que se me había hecho. Mas
ramentos, y para más confirmación templose esta furia por entonces con
de su palabra sacó un rico anillo del pensar de poner aquella misma no
dedo y lo puso en el mío . En efecto, che por obra lo que puse , que fué
él se fué , y yo quedé no sé si triste ponerme en este hábito que me dió
ó alegre : esto sé bien decir, que uno de los que llaman zagales en casa
quedé confusa y pensativa , y casi de los labradores, que era criado de
fuera de mí con el nuevo acaecimien mi padre, al cual descubrí toda mi
to, y no tuve ánimo, o no se me acor desventura , y le rogué me acompa
dó de reñir á mi doncella por la ñase hasta la ciudad , donde
traición cometida de encerrar á don que mi enemigo estaba. El, después
Fernando en mi aposento ; porque que hubo reprendido mi atrevimiento
aun no me determinaba si era bien o y afeado mi determinación , viéndome
mal el que me había sucedido. Dijele resuelta en mi parecer, se ofreció á
al partir á don Fernando , que por tenerme compañía, como el dijo ,
el mismo camino de aquélla podía hasta el cabo del mundo : luego al
verme otras noches, pues ya era suya, momento encerré en una almohadà de
hasta que cuando él quisiese aquel lienzo un vestido de mujer y algunas
hecho se publicase , pero no vino joyas y dineros por lo que podía su
otra alguna, si no fué la siguiente , ceder y en el silencio de aquella no
ni yo pude verle en la calle ni en che , sin dar cuenta á mi traidora
la iglesia en más de un mes , que en doncella, sali de mi casa, acompañada
vano me cansé en solicitallo, pues de mi criado y de muchas imagina
to que supe que estaba en la villa , y ciones , y me puse en camino de la
que los más días iba á caza , ejercicio ciudad a pie , llevada en vuelo del
de que él era muy aficionado. Estos deseo de llegar, ya que no á estorbar
días y estas horas bien sé yo que para lo que tenía por hecho , á lo menos
mí fueron aciagos y menguadas, y á decir á don Fernando me dijese
bien sé que comencé à dudar en ellos . con qué alma lo había hecho. Llegué
y aun á descreer de la fe de don Fer en dos días y medio donde quería ,
rando, y sé también que mi doncella y entrando por la ciudad pregunté
ovó entonces las palabras que en re por la casa de los padres de Luscin
prensión de su atrevimiento antes no da , y el primero á quien hice la pre .
había oído : y sé que me fué forzoso gunta me respondió más de lo que
tener cuenta con mis lágrimas y con yo quisiera oir. Dijome la casa y
la compostura de mi rostro , por no todo lo que había sucedido en el des
dar ocasión á que mis padres me pre posorio de su hija , cosa tan pública
guntasen que de qué andaba descon en la ciudad, que se hacen corillos
tenta , y me obligasen á buscar men para contarla por toda ella : díjome
tiras que decilles. Pero todo esto se que la noche que don Fernando se
acabó en un punto , llegándose uno desposó con Luscinda, después de
donde se atropellaron respetos y se haber ella dado el sí de ser su es
acabaron honrados discursos, y posa , le había tomado un recio des
adonde se perdió la paciencia y sa mayo , y que llegando su esposo á
lieron á plaza mis secretos pensa desabrocharle el pecho para que le
mientos : y esto fué porque de allí diese el aire, le halló un papel es.
á pocos días se dijo en el lugar, como crito de la misma letra de Luscinda
en una ciudad allí cerca se había ca en que decía y declaraba que ella
sado don Fernando con una doncella no podía ser esposa de don Fernando,
hermosísima en todo extremo y de porque lo era de Cardenio, que á lo
muy principales padres, aunque no que el hombre me dijo era un caha
tan rica que por la dote pudiera as llero muy principal de la misma ciu.
pirar á tan noble casamiento : dijose dad, y que si había dado el sí á don
que se llamaba Luscinda, con otras Fernando, fué por no salir de la
cosas que en sus desposorios suce obediencia de sus padres . En reso
dieron , dignas de admiración . Oyo lución, tales razones dijo que con
Cardenio el nombre de Luscinda, y tenía el papel, que daba á entender
no hizo otra cosa que encoger los que ella había tenido intención de
nombros, morderse los labios, enar matarse en acabándose de desposar .
car las cejas, y dejar de allí á poco y daba allí las razones por que se ha
caer por sus ojos dos fuentes de la bía quitado la vida ; todo lo cual dicen
grimas ; mas no por esto dejó Doro que confirmó una daga que le halla
tea de seguir su cuento , diciendo : ron no sé en qué parte de sus vesti
Llegó esta triste nueva á mis oídos , dos . Todo lo cual visto por don Fer
y en lugar de helárseme el corazón nando , pareciéndole que Luscind . La
en oflla, fué tanta la cólera y rabia había burlado y escarnecido y tenido
120 DON QUIJOTE DE LA MANCIJA
en poco, arremetió á ella antes que gracia suele ser principio de otra
de su desmayo volviese , y con la mis mayor, así me sucedió á mí , porque
ma daga que la hallaron le quiso dar mi buen criado , hasta entonces fiel v
de puñaladas, y lo hiciera si sus pa seguro , así como me vió en esta so
dres y los que se hallaron presentes ledad , incitado de su misma bellaque
no se lo estorbaran . Dijeron más, que ría antes que de mi hermosura , qu.so
luego se ausentó don Fernando , y que aprovecharse de la ocasión que á su
Luscinda no había vuelto de su para parecer estos yermos le ofrecían , y
sismo hasta otro día, que conto a sus con poca vergüenza y menos temor
padres como ella era verdadera es de Dios ni respeto mío, me requirió
posa de aquel Cardenio que he dicho. de amores , y viendo que yo con feas
Supe más , que el Cardenio , según de y justas palabras respondía á las
cían, se halló presente á los desposo desvergüenzas de sus propositos, de
rios, y que en viéndola desposada, lo jo aparte los ruegos, de quien pri
cual él jamás pensó, se salió de la mero pensó aprovecharse, y comenzó
ciudad desesperado , dejándole pri á ' usar de la fuerza : pero el justo
mero escrita una carta , donde daba á cielo, que pocas ó ningunas veoes
entender el agravio que Luscinda le deja de mirar y favorecer a las jus
había hecho , y de cómo él se iba tas intenciones, favoreció las mías,
adonde gentes no le viesen. Esto todo de manera que con mis pocas fuerzas
era público y notorio en toda la ciu y con poco trabajo di con él por un
dad, y todos hablaban dello , y más derrumbadero, donde lo dejé , no sé si
hablaron , cuando supieron que Lus muerto ó si vivo ; y luego con más li .
cinda había faltado de en casa de su gereza que mi sobresalto y cansancio
padre y de la ciudad , pues no la ha pedían , me entré por estas montañas,
īlaron en toda ella, de que perdían sin llevar otro pensamiento ni desig
el juicio sus padres , y no sabían qué nio que esconderme en ellas , y huir
medio tomar para hallarla . Esto que de mi padre y de aquellos que de su
supe, puso en bando mis esperanzas, parte me andaban buscando. Con este
y tuve por mejor no haber hallado á deseo ha no sé cuántos meses que
don Fernando , que no hallarle casa entré en ellas , donde hallé un gana
do , pareciéndome que aun no estaba dero que me įlevó por su criado á un
lugar que está en las entrañas desta
del todo cerrada la puerta á mi reme sierra, al cual he servido de zagal
dio , dárdome yo á entender que po. todo este tiempo, procurando estar
dría ser que el cielo hubiese puesto
aque! impedimento en el segundo siempre en el campo para encubrir
matrimonio por atraerle á conocer lo estos cabellos que ahora tan sin pen
que al prim ro debía, y á caer en la sarlo me han descubierto ; pero toda
cuenta de que era cristiano, y que mi industria y toda mi solicitud fué y
estaba más obligado á su alma que ha sido de ningún provecho , pues mi
á los respetos humanos. Todas estas amo vino en conocimiento de que yo
cosas revolvía en mi fantasía , y me no era varón y nació en él el mismo,
ccnsolaba sin tener consuelo , fingien mal pensamiento que en mi criado :
do unas esperanzas largas y desmaya y como no siempre la fortuna con los
das para entretener la vida que ya trabajos da los remedios, no hallé de
aborrezco . Estando pues en la ciudad rrumbadero ni barranco de donde des
sin saber qué hacerme, pues á don peñar y despenar al amo como le
Fernando no hallaba , llegó á mis oi hallé para el criado , y así tuve por
dos un público pregón donde se pro menor inconveniente dejalle y escon
metía grande hallazgo á quien me derme de nuevo entre estas aspere
hallase, dando las señas de la edad y zas , que probar con él mis fuerzas o
del mismo traje que traía, y oſ decir mis acculpas. Digo pues que me tor
que se decía , que me había sacado de né á emboscar, y á buscar donde sin
casa de mis padres el mozo que con impedimento alguno pudiese con sus
migo vino, cosa que me llegó al alma, piros y lágrimas rogar al cielo se
por vier cuán de caída andaba mi cré duela de mi desventura , y me dé in
dito, pues no me bastaba perderle dustria y favor para salir della ; O
con mi venida , sino añadir el con para dejar la vida entre estas soleda
quien , siendo sujeto tan bajo , y tan des, sin que quede memoria desta
indigno de mis buenos pensamientos . triste, que tan sin culpa habrá dado
Al punto que oſ el pregón, me salí de materia para que della se hable y
la ciudad con mi criado , que ya co murmure en la suya y en las ajenas
menzaba a dar muestras de titubear tierras .
en la fe que de fidelidad me tenía
prometida , y aquella noche nos en
tramos por lo espeso desta montaña
con el miedo de no er hallados ;
pero como suele decirse que un mal
llama á otro, y que el fin de una des
PARTE 1. - CAPÍTULO XXIX 121
tea á sus padres, 6 hacer lo que más rica , y una mantellina de otra vistosa
les pareciese conveniente. Cardenio y tela verde, y de una cajita un collar y
Dorotea se lo agradecieron , y acep otras joyas, con que en un instante se
taron la meroed que se les ofrecía. El adornó , de manera que una rica y
barbero, que á todo había estado sus gran señora parecía . Todo aquello y
penso y callado, hizo también su bue. más dijo que había sacado de su casa
na plática, y se ofreció con no menos para lo que se ofreciese, y que hasta
voluntad que el cura á todo aquello entonces no se le había ofrecido oca
que fuese bueno para servirles : conto sión de habello menester . A todos
asimismo con brevedad la causa que contentó en extremo su mucha gracia ,
allí los había traído, con la extrañeza donaire у hermosura, y confirmaron á
de la locur3 de don Quijote, y como don Fernando por de poco conoci
aguardaban á su escudero , que había miento, pues tanta belleza desechaba ;
ido á buscalle. Vinosele á la memoria pero el que más se admiró fué Sancho
á Cardenio como por sueños la pen Panza , por parecerle (como era asi
dencia que con don Quijote había te verdad ) que en todos los días de su
nido, y contóla á los demás ; mas no vida había visto tan hermosa criatu .
supo decir por qué causa fué su cues ra ; y así preguntó al cura con grande
tión . En esto oyeron voces , y cono ahinco le dijese quién era aquella tan
cieron que el que las daba era San. fermosa señora, y qué era lo que bus
cho Panza, que por no haberlos halla caba por aquellos andurriales. Esta
do en el lugar donde los dejó, los lla hermosa señora , respondió el cara,
maba á vooes : salieronle al encuen Sancho hermano, es como quien no
tro , y preguntándole por don Quijote, dioe nada, es la heredera por linea
les dijo como le había hallado desnu recta de varón del gran reino de Mi
do , en camisa, flaco , amarillo y muer comicón , la cual viene en busca de
to de hambre , y suspirando por su se. vuestro amo á pedirle un don , el cual
ñora Dulcinea : y que puesto que la es que le desfaga un tuerto ó agravio
había dicho que ella le mandaba que que un mal gigante le tiene fecho ; y
saliese de aquel lugar, y se fuese á la fama que de buen caballero vues
al del Toboso donde le quedaba es tro amo tiene por todo lo descubierto ,
perando, había respondido que estaba de Guinea ha venido á buscarle esta
determinado de no parecer ante su princesa. Dichosa buscada y dichoso
farmosura fasta que hubiese fecho hallazgo , dijo á esta sazón Sancho
fazañas que le ficiesen digno de Panza, y más si mi amo es tan ventik
su gracia ; y que si aquello pasaba roso que desfaga ese agravio y ende
adelante, corría peligro de no venir rece ese tuerto , matando á ese hide .
á ser emperador como estaba obli puta dese gigante que vuestra merced
gado , ni aun arzobispo, que era dice, que sí matará si él le encuentra ,
lo menos que podía ser : por eso, si ya no fuese fantasma , que contra
que mirasen lo que se había de las fantasmas no tiene mi señor poder
hacer para sacarle de allí. El licen alguno . Pero una cosa quiero supli
ciado le respondió que no tuviese de car à vuestra merced entre otras ,
na , que ellos le sacarían de allí, nial señor licenciado, y es que porque á
que le pesase. Contó luego á Cardenio mi amo no le tome gana de ser arzo
y á Dorotea lo que tenían pensado
bispo, que es lo que yo temo, que
para remedio de don Quijote, á lo me vuestra merced le aconseje que se
nos para llevarle a su casa ; á lo cual case luego con esta princesa, y así
dijo Dorotea, que ella haría la donge quedará imposibilitado de recibir or
Ha menesterosa mejor que el barbero, denes arzobispales, y vendrá con fl
y más que tenía allí vestidos con que cilidad á su imperio , y yo al fin de
hacerlo al natural, y que la dejasen mis deseos , que yo he mirado bien en
el cargo de saber representar todo ello , y hallo por mi cuenta que no me
a quello que fuese menester para lle está bien que mi amo sea arzobispo,
var adelante su intento, porque ella porque yo soy inútil para la Iglesia,
habíz leído muchos libros de caba pues soy casado, y andarme ahora á
ller... y sabía bien el estilo que te traer dispensaciones para poder tener
nían las doncellas cuitadas, cuando renta por la Iglesia , teniendo coino
pedían sus dones á los andantes ca tergo mujer é hijos , sería nunca aca
balleros. Pues no es menester más
bar : así que , señor , todo el toque está
dijo el cura , sino que luego se ponga en que mi amo se case luego con esta
por obra, que sin duda la buena suer , señora que hasta ahora no sé su gra
te se muestra en favor mío, pues tan cia, y así no la llamo por su nombre.
sin pensarlo , á vosotros , sefiores, se Llámase, respondió el cura , la prin
os ha comenzado a abrir puerta para
vuestro remedio , y á nosotros se los
cesa Micomicona, porque llamándose
ha facilitado la que habíamos menes. sul reino Micomicon , claro está que
ella se ha de llamar así. No hay duda
ter . Sacó luego Dorotea de su almo. en eso , respondió Sancho , que yo he
hada una saya ertera de cierta t- lilla visto á muchos tomar el apellido y
PARTE 1.- CAPÍTULO XXIX 123
hace el de maligno, y por poner mie. nen con las de la buena fama que este
do y espanto á los que mira) , digo caballero tiene no sólo en España,
que supo que este gigante, en sabien pero en toda la Mancha ; pues apenas
dc mi orfandad , había de pasar con me hube desembarcado en Osuna ,
gran poderio sobre mi reino, y me lo cuando oſ decir tantas hazañas suyas,
había de quitar todo sin dejarme una que luego me dio el alma que era el
pequeña aldea donde me recogiese ; mismo que venía á buscar. ¿ Pues
pero que podia excusar toda esta rui cómo se desembarcó vuestra merced
na y desgracia si yo me quisiese casar en Osuna, señora mía , preguntó, don
con él : mas á lo que él entendía, ja Quijote , si no es puerto de mar ? Mas
más pensaba que me verdría á mí en antes que Dorotea respor diese, toms
voluntad de hacer tan desigual casa El cura la mano v dijo : Debe de que
miento ; y dijo en esto la pura ver rer decir la señora princesa, que des
dad , porque jamás me ha pasado por pués que desembarcó en Málaga, la
el pensamiento casarme con aquel gi primera parte donde oyó nuevas de
gante, pero ni con otro alguno por vuestra merced fué en Osuna. Eso
grande y desaforado que fuese . Dijo quise decir, dijo Dorotea. Y esto lleva
también mi padre , que después que camino, dijo el cura ; y prosiga Vues
él fuese muerto , viese yo que Pan tra Majestad adelante. No hay que
dafilando comenzaba á pasar sobre proseguir, respondió . Dorotea , SILO
mi reino , que no aguardase á ponerme que finalmente mi suerte ha sido tan
en defensa porque sería destruirme, buena en hallar al señor don Quijote ,
sino que libremente le dejase desem que ya me cuento y tengo por reina
barazado el reino, si quería excusar señora de todo mi reino , pues él
la muerte y total destrucción de nuis por su cortesía y magnifioencia me
buenos y leales vasallos, porque no ha prometido el don de irse conmigo
había de ser posible defenderme de la dondequiera que yo le llevare, que
endiablada fuerza del gigante ; sino no será á otra parte que á ponerle
que luego con algunos de los míos delante de Pandafflardo de la Fosca
me pusiese en cam no de las Españas , Vista, para que le mate, y me resti
donde hallaría el remedio de mis ma tuya lo que tan contra razón me tiene
les , hallando á un caballero andante , usurpado : que todo esto ha de su
cuya fama en este tiempo se exten ceder á pedir de boca, pues así lo
dería por todo este reino, el cual se dejó profetizado Tinacrio el Sabidor,
había de llamar , si mal no me acuer mi buen padre. El cual también dejó
do , don Azote 6 don Jigote. Don Qui . dicho y escrito en letras caldeas 6
jote diría , señora, dijo a esta sazón griegas , que yo ro las sé leer, que si
Sancho Panza, ó por otro nombre el este caballero de la profecía, después
caballero de la Triste Figura . Así - de haber degollado al gigante, qui
la verdad , dijo Dorotea : dijo más , siese casarse conmigo, que yo me
que había de ser alto de cuerpo , seco otorgase luego sin réplica alguna por
de rostro , y que en el lado derecho su legítima esposa , y le diese la po.
debajo del hombro izquierdo ó por sesión de mi reino junto con la de mai
allí junto , había de tener un lunar persona. ¿ Qué te parece, Sancho ami.
rardo con ciertos cabellos á manera go ? dijo á este punto don Quijote,
de cerdas . En oyendo esto don Quijo. no oyes lo que pasa ? & no te lo dije
te , dijo a su escudero : Ten aquí San yo ? mira si tenemos ya reino que
cho hijo , ayúdame á desnudar, que mandar y reina con quien casar . Eso
quiero ver si soy el caballero que juro yo, dijo Sancho ; para el puto
aquel sabio rey Cejó profetizado. que no se casare en abriendo el gaz
1, Pues para qué quiere vuestra mer natico al señor Pandahilado : pues
ced desnudarse ? dijo Dorotea. Para monta que es mala la reina, así se me
Ter si tergo ese lunar que vuestro vuelvan las pulgas de la cama. Ydi . ,
padre dijo, respondió don Quijote . No ciendo esto dio dos zapatetas en el
hay para qué desnudarse, dijo Sancho, aire con muestras de grandísimo con.
que yo sé que tiene vuestra merced tento y luego fué à tomar las riendas
un lunar desas señas en la mitad del de la mula de Dorotea, y haciéndola de
espinazo , que es señal de ser homorn tener, se hinco de rodillas ante ella ,
fuerte. Éso basta, dijo Dorotea, por cuplicándole le diese las manos para
que con los amigos no se ha de mirar besárselas en señal que la recibía por
en pocas cosas , y que esté en el hom . su reina y señora . ¿ Quién no había
hro o que esté en el espirazo , importa de reir de los circunstantes viendo la
poco ; hasta que haya lunar, y esté locura del amo y la simplicidad del
donde estuviere , pues todo es na criado ? En efecto, Dorotea se las dió ,
misina carne , v sin duda acerto mi le prometió de hacerle gran señor
hnen padre en todo, y yo he acertado en su reino , cuando el cielo le hiciese
en encomendarme al señor don Qui tarto bien que se lo dejase cobrar y
jote, que él és por quien mi padre gozar. Agradecióselo Sancho con tales
cijo , pues las señales del rostro rie . palabras , que renoró la risa de todos.
128 DON QUIJOTE DE LA MANCIA
Esta , señores, prosiguió Dorotea, es lle palabra á Sancho y sin decirle esta
mi historia : sólo resta por deciroz, boca es mia, le dió tales palos, que
que de cuanta gente de acompaña dió con él en tierra ; y si ro fuera
miento saqué de mi reino no me ha porque Dorotea le dió voces que no
quedado sino sólo este buen barbado le diera más, sin duda le quitara aili
escudero , porque todos se anegaron la vida . ¿ Pensáis , le dijo á cabo de
en un3 gran borrasca que tuvimos á rato , villano ruin , que ha de haber
vista del puerto ; y él y yo salimos en lugar siempre para ponerme la mano
dos tablas á tierra como por milagro , en la horcajadura, y que todo ha de
y así es todo milagro y misterio el ser errar vos y perdonar yo ? Pues no
discurso de mi vida, como lo habéis lo penséis, bellaco descomulgado, que
notado : y si en alguna cosa he anda sin duda lo estás , pues has puesto
do demasiada 6 no tan acertada como ler gua en la sin par Dulcinea ; y no
debiera, echad la culpa á lo que el sabéis vos, faquín, belitre, que si 10
señor licenciado dijo al principio de fuese por el valor que ella infunde en
mi cuento , que los trabajos continuos mi brazo, que no le tendría yo para
y extraordinarios quitan la memoria matar una pulga ? Dec:d , socarrón de
al que los padece. Esa no me quitarán lengua viperina, ¿ y quién pensais que
á mí, oh alta y valerosa señora, dijo ha ganado este reiro y cortado la ca
don Quijote, cuantos yo pasare en ser beza a este gigante , y héchoos á vos
viros , por grandes y no vistos que marqués ( que todo esto doy ya por
sean : y así, de nu vo confirmo el don hecho y por cosa pasada en cosa juz
que os he prometido, y juro de ir con gada), s.no es el valor de Dulcinea,
vos al cabo del mundo hasta verme tomando á mi brazo por instrumento
con el fiero enemigo vuestro , á quien de sus hazañas ? Ella pelea en mí ,
pienso con el ayuda de Dios y de mi vence en mi , y yo vivo y respiro en
brazo tajar la cabeza soberbia con los ella, y tengo vida y ser. iOh hideputa
tilos desta , no quiero decir buena es bellaco, y cómo sois desagradecido,
pada, merced á Ginés de Pasamonte, que os veis levantado del polvo de la
que me llevó la mía. Esto dijo entre tierra á ser señor de título , y corres
dientes , y prosiguió diciendo : Y des pondéis á tan buena obra con decir
pués de habérsela tajado y puestos mal de quien os la hizo ! No estaba tan
en pacífica posesión de vuestro esta naltrecho Sancho, que no oyese todo
do , quedará á vuestra voluntad hacer cuanto su amo le decía , y levantándose
de vuestra persona lo que más en ta con un poco de presteza, se fué á po
lante os viniere , porque mientras que ner detrás del palafrén de Dorotea , y
yo tuviere ocupada la memoria y cau desde allí dijo a su amo : Digame, se
tiva la voluntad, perdido el entendi. ñor , si vuestra merced tiene deter
miento por aquella....... y no digo minado de no casarse con esta gran
más, no es posible que yo arrostre ni princesa, claro está que no será el
por pienso el casarme, aunque fuese reino suyo, y no siéndolo, ¿ qué mer
con el ve fénix . Parecióle tan mal 4 cedes me priede hacer ? Esto es de lo
Sancho lo que ultimamente su amo que yo me quejo ; cásesa vuestra mer
dijo acerca de no querer casarse , que ced una por una con esta reina, ahora
con grande enojo alzando la voz dijo : que la tenemos aquí como llovida del
Voto á mí, y juro á mí , que no tiene cielo, y después puede volverse con
vuestra merced, señor don Quijote , miñora Dulcinea ; que reyes debe
cabal juicio : purs cómo į es posible de haber habido en el mundo que
que pore vuestra merced en duda el hayan sido amancebados. En lo de la
casarse con tan alta princesa como hermosura no me entremeto, que en
aquesta ? & piensa que le ha de ofrecer verdad , si va á decirla, que entrambas
la fortuna tras cada cantillo semejante me parecen bien, puesto que yo nunca
ventura como la que ahora se le ofre he visto á la señora Dulcinea . ¿ Cómo
ce ? ¿ Es por dicha más hermosa mi que no la has visto, traidor blasfemo ?
señora Dulcinoa ? no por cierto , ni dijo don Quijote ; pues no acabas de
aun con la mitad ; y aun estoy por traerme ahora un recado de su parte ?
decir que no llega á sú zapato de la Digo que no la he visto tan despacio ,
que está delante . Así noramala alcan õijo Sancho, que pueda haber notado
zaré yo el condado que espero, si particularmente su hermosura y sus
vuestra merced se anda á pedir cotu buenas partes punto por punto ; pero
faz en el golfo : casese , cásese luego , así á bulto me parece bien . Ahora te
encomiéndolo yo á Satanás, y tome discnlpo, ijo don Quijote . y perdó
ese reino que se le viene á las manos name el enojo que te he dado, que los
de bobis bobis, y en siendo rey primeros movimientos no son en ma
hágame marqués ó adelantado, y lue nos de los hombres. Ya yo lo veo , res
go siquiera se lo lleve el diablo todo . pordió Sancho, y así en mí la gana de
Don Quijote, que tales blasfemias ogó hablar siempre es primero movimien
decir contra su Dulcinea, no lo pudo to , y no puedo dejar de decir por una
sufrir, y alzando el lanzón , sin habla . vez siquiera lo que me viene á la len.
PARTE 1.-- CAPÍTULO SSS 129
gua . Con todo eso , dijo don Quijote, había puesto en traje de gitano , cuya
mira, Sancho, lo que hablas, porque lengua y otras muchas sabía muy bien
tantas veces va el cantarillo á la hablar como si fueran naturales su
fuente...... y no te digo más . Ahora yas . Vibie Sancho y conocióle , y ape
bien, respondió Sancho, Dios está en nas le hubo visto y conocido, cuando
el cielo, que ve las trampas, y serií á grandes voces le dijo : iAh ladrón
juez de quién hace más mal , yo en ro Ginesillo , deja mi prenda, suelta mi
hablar bien , ó vuestra merced en vida , no te empaches con mi descar
obrallo. No haya más, dijo Dorotea ; so, leja mi asno, deja mi regalo ,
corred , Sancho , y besad la mano á huye, puto , auséntate, ladrón , y des
vuestro señor, y pedidle perdón , y de ampara lo que no és tuyo ! No fueron
aquí adelante andad más atentado en menester tantas palabras ni baldo
vuestras alabanzas y vituperios, y no nes, porque á la primera saltó Ginés ,
digáis mal de aquesa señora Toboso , y tomando un trote que parecía carre
á quien yo no conozco si no es para ra , en un punto se ausentó y al jó de
servilla, y tened confianza en Dios, todos. Sancho llegó a su rucio, y abra
que no os ha de faltar un estado don .
zándole le dijo : ¿ Cómo has estado,
de viváis como un príncipe . Fué San bien mío , rucio de mis ojos , compa
cho cabizbajo y pidió la mano á sil ñero mío ? y con esto le besaba y aca
señor, y él se la dió con reposado con riciaba como si fucra persona : el as 10
tinente, y después que se la hubo callaba, y se dejaba besar y acariciar
besado, le echó la bendición, y dijo á de Sancho sin responderle palabra a!.
Sancho que se adelantasen un poco, guna. Llegaron todos , y diéronle el
que tenía que preguntalle y que de paràbién del hallazgo del rucio, espe .
partir con él cosas de mucha impor cialmºnte don Quijote, el cual le dijo
tancia . Hizolo así Sancho, y apartá que no por eso anulaba la póliza de
ronse los dos algo adelante, y dijole los tres pollinos . Sancho se lo agrade
don Quijote : Después que veniste , no ció . En tanto que los dos iban en
he tenido lugar ni espacio para fre estas pláticas , dijo el cura á Dorotea,
guntarte muchas cosas de particula que había andado muy discreta así en
ridad acerca de la embajada que lle el cuento como en la brevedad dél , y
raste , y de la respuesta que trajiste ; en 12 similitud que tuvo con los libros
y ahora, pues la fortuna nos ha con de caballerías . Ells dijo que muchos
cedido tiempo y lugar, no me niegues ritos se había entretenido en leellos ;
tú la ventura que puedes darme con pero que no sabía ella dónde eran las
tan buenas nuevas. Pregunte vuestra provincias ni puertos de mar, y que
merced lo que quisiere , respondió así había dicho á tiento que se ha
Sancho, que a todo daré tan buena bía desembarcado en Osuna . Yo lo
salida como tuve la entrada ; pero entendí así, dijo el cura, y por eso
suplico á vuestra merced, señor mío , acudí luego á decir lo que dije ,
que no sea de aquí adelante tan ven con que se acomodó todo . ¿ Pero no
gativo . ¿ Por qué lo dices, Sancho ? es cosa extraña ver con cuánta fa
dijo don Quijote. Digolo, respondió , cilidad cree ese desventurado hidal.
porque estos palos de agora más fuc go todas estas invenciones y men
ron por la pendencia que entre los tiras , sólo porque llevan el estilo
dos trabó el diablo la otra noche ,que y modo de las necedades de sus
por lo que dije contra mi señora Dul. libros ? Sí es , dijo Cardenio ; y tan
cinea , á quen amo y reverencio como rara y nunca vista, que yo no sé
á una reliquia, aunque en ella no la si queriendo inventarla y fabricarla
haya , sólo por ser cosa de vuestra mentirosamente, hubiera tan agudo
merced . No torles á esas pláticas , ingenio que pudiera dar en ella. Pues
Sancho , por tu vida, dijo don Quijo otra cosa hay en ello, dijo el cura ,
te , que me dan pesadumbre : ya te que fuera de las simplicidades que
perdoné entonces, y bien sabes tú este buen hidalgo dice tocantes á su
que suele decirse, á pecado nuevo locura, si le tratan de otras cosas,
penitencia rueva . discurre con bonísimas razones , V
Mientras esto pasaba, vieron venir muestra tener un entendimiento claro
por el camino donde ellos iban á un y apacible en todo , de manera que
ñombre, caballero sobre un jumerto, como no le toquen en sus caballerías ,
y cuando llegó cerca les pareció que no habrá nadie que le juzgue sino por
era gitano ; pero Sancho Panza , que de muy buen entend mier to. En tanto
doquiera que veía asnos se le iban los que ellos iban en esta conversación ,
ojos y el alma, apenas hubo visto al prosiguió don Quijote con la suya , y
hombre . cuando conoció que era Gi dijo á Sancho : Echemos , Parza ami
nés de Pasamonte , y por el hilo dol go, pelillos a la mar en esto de nues.
gitano sacó el ovillo de su asro , como tras pendencias, y dime ahora, sin
era la verdad , pues era el rucio sobre tener cuenta con enojo ni rencor al
que Pasamonte venía : el cual por 110 guno , ¿ dónde , como v cuándo hallas .
ser conocido y por vender el asno, se te á Dulcinea ? & qué hacía ? ¿ qué le
130) DON QUIJOTE DE LA JANCIA
dijiste ? & qué te respondió ? ¿ qué ros hizo pan candeal sin duda algun . Pe
tro hizo cuando leía mi carta ? & quién ro pasa adelante : cuando le diste ma
te la trasladó ? y todo aquello que vie carta ¿ besola ? & púsosela sobre la ca
res en este caso es digno de saberse, beza ? ¿ hizo alguna ceremonia digna
de preguntarse y satisfacerse, sin de tal carta ? & 6 qué hizo ? Cuando
que añadas ó mientas por darme gus yo se la iba á dar, respondió Sancho,
to, ni menos te acortes por no quitár ella estaba en la fuga del meneo de
mele. Señor; respondió Sancho, si va una buena parte de trigo que tenía ed
a decir la verdad, la carta no me la la cr.ba, y díjome : Poned, amigo,
trasladó nadie , porque yo no llevé esa carta sobre aquel costal, que no
carta alguna. Así es como tú dices, la puedo leer hasta que acabe de acri
dijo don Quijote, porque el librillo de bar todo lo que aquí está. Discreta se
memoria , donde yo la escribí, le hallé ñora, dijo don Quijote ; eso debió de
en mi poder á cabo de dos días de tu ser por leella despacio y recrearse con
partida, lo cual me causó grandísims ella : adelante , Sancho ; y en tanto
pena, por no saber lo que habías tú que estaba en su menester ¿ qué cn
de hacer, cuando te vieses sin carta ; loquios pasó contigo ? & qué te pre
y creí siempre que te volvieras desde guntó de mí ? ¿ Y tú qué le respon
el lugar donde la echaras menos. Así diste ? Acaba, cuéntamelo todo, no se
fuera, respondió Sancho , si no la hu te quede en el tintero una mínima.
biera yo tomado en la memoria, cuan Ella no me preguntó nada , dijo San
do vuestra merced me la leyó, de cho ; mas yo le dije de la manera que
manera que se la dije á unósacristán , vuestra merced por su servicio queda
que me la traslado del entendimiento ba, haciendo penitencia desnudo de
tan punto por punto, que dijo que en la cintura arriba , metido entre estas
todos los días de su vida, aunque ha sierras como si fuera salvaje, dur.
bía leído muchas cartas de descomu miendo en el suelo, sin comer pan á
nión , no había visto ni leido tan linda manteles, y sin peinarse la barba, llo
carta como aquella . ¿ Y tienesla toda rando y maldiciendo su fortuna. En
vía en la memoria , Sancho ? dijo con decir que maldecía mi fortura dijiste
Quijote . No , señor, respor dió Sancho , mal, dijo don Quijote, porque antes
porque después que la di , como vi la bendigo y bendiciré todos los días
que no había de ser de más provecho , de mi vida, por haberme hecho digno
di en olvidalla : y si algo se me de merecer amar tan alta señora como
acuerda es aquello del Sobajada, digo Dulcinea dei Toboso . Tan alta es ,
del Soberana señora , y lo último : respondió Sancho, que a buena fe qne
Vuestro hasta la muerte, el caba me lleva a mi más de un coto . ¿ Pues
llero de la Triste Figura ; y en como, Sancho ? dijo don Quijote, ¿ has
medio destas dos cosas le puse más te medido tú con ella ? Medime en
de trescientas alınas y vidas y oios esta manera , respondió Sancho, que
mios . llegando a ayudar á poner un costal
de trigo sobre un jumento, llegamos
CAPITULO XXXI tan juntos que eché de ver que me
llevaba más de un gran palmo . Pues .
es verdad, replicó don Quijote, que
no acompaña esa grandeza y la adorna
De los sabrosos razonamientos que con mil millones de gracias del alma.
pasaron entre don Quijote y San. Pero no me negarás, Sancho , una
cho Panza su escudero, con otros cosa : cuando llegaste junto á ella
suce808 . ¿ no sentiste un olor sabeo, una fri
grancia aromática , y un no sé qué de
bueno , que yo 110 acierto á dalle nom
Todo eso no me descontenta, prosi bre , digo un tuho o un tufo como si
gue adelante, dijo don Quijote . Lle estuvieras en la tienda de algún cu
gaste , ¿ y qué hacía aquella reina de rioso guantero ? Lo que sé decir , dijo
la hermosura ? A buen seguro que la Sancho, es que sentí un olorcillo algo
hallaste ensartando perlas, ó bordan hombruno, y debía de ser que ella
do alguna empresa con oro de canut: con el mucho ejercicio estaba sudada
llo para este su cautivo caballero. No y algo correosa. No sería eso , respon
ia hallé, respondió Sancho, sino ae dio don Quijote, sino que tú debías
chando dos hanegas de trigo en un de estar romadizado, o te debiste de
corral de su casa . Pues haz cuenta , oler á ti mismo ; porque yo ié bien á
dijo don Quijote, que los granos de lo que huele aquella rosa entre espi
aquel trigo eran granos de perlas, to nas , aquel lirio del campo , aquel ám
cados de sus manos : y si miraste , har desleído. Todo puedo ser, respon
amigo, el trigo era candeal o tre dio Sancho, que muchas veces sale de
chel ? No era sino rubión , respondió mí aquel olor que entonces me parecio
Sancho. Pues yo te aseguro, dijo don que salía de su merced de la señora
Quijote , que aechado por sus manos Dulcinea ; pero no hay de qué mara
PARTE I. - CAPÍTULO XXXI 131
villarse , que un diablo parece á otro . caballero andante, digo que este tal
Y bien, prosiguió don Quijote, he aqui te debió de ayudar a caminar sin que
que acabó de limpiar su trigo y de tú lo sintieses : que hay sabio destos
enviallo al molino : & qué hizo cuando que coge á un caballero andante dur.
leyó la carta ? La carta, dijo Sancho, miendo en su cama, y sin saber cómo
no la leyo , porque dijo que no sabía ó en qué manera, amanece otro día
leer ni escribir, antes la rasgó y la más de mil leguas de donde anoche
hizo menudas piezas, diciendo que 110 ció . Y si no fuese por esto no se po
la quería dar á leer a nadie , porque drían socorrer en sus peligros los ca.
no se supiese en el lugar sus secre- balleros andantes unos a otros, como
tos : y que bastaba lo que yo le había se socorren á cada paso : que acaece
dicho de palabra acerca del amor que estar uno peleando en las sierras de
vuestra merced le tenía, y de la peni- Armenia con algún endriago, ó con
tencia extraordinaria que por su cau- algún fiero vestiglo, ó con otro caba
sa quedaba haciendo : y finalmente llero, donde lleva lo peor de la bata
me dijo, que dijese á vuestra merced lla y está ya á punto de muerte , y
que le besaba las manos, y que allí cuando no os me cato, asoma por acu
quedaba con más deseo de verle que liá encima de una nube ó sobre un
de escribirle ; y que así le suplicaba y carro de fuego otro caballero amigo
mandaba, que vista la presente salie- suyo, que poco antes se hallaba en
se de aquellos matorrales, y se dejase Ingalaterra , que le favorece y libra de
de hacer disparates, y se pusiese lue- la muerte, y á la noche se halla en
go en camino del Toboso, si otrà cosa su posada cenando muy á su sabor , y
de más importancia no le sucediese, suele haber de la una á la otra parte
porque tenía gran deseo de ver á dos o tres mil leguas, y todo esto se
vuestra merced. Riose inucho cuando hace por industria y sabiduría destos
le dije córno se llamaba vuestra mer- sabios encantadores que tienen cuida
ced el caballero de la Triste Figura : do destos valerosos Caballeros . Así
preguntéle si había ido allá el vizcaí- que, amigo Sancho, no se me hace
no de marras ; díjome que sí , y que dificultoso creer que en tan breve
era un hombre muy de bien ; también tiempo hayas ido y venido desde este
le pregunté por los galeotes; mas di- lugar al del Toboso, pues como tengo
jome que no había visto hasta enton- dicho , algún sabio amigo te debió ite
ces alguno. Todo va bien hasta agora , llevar en yolandillas, sin que tú le
dijo don Quijote ; pero dime, ¿qué sintieses . Así sería, dijo Sancho, por
joya fué la que te dió al despedirte, que á buena fe que andaba Rocinante
por las nuevas que de mi le llevaste ? como si fuera asno de gitano con
Porque es usada y antigua costumbre azogue en los oídos . Y como si llevaba
entre los caballeros y damas andantes azogue, dijo don Quijote , y aun ura
dar a los escuderos, doncellas ó ena- legión de demonios, que es gente qus
ros que les llevan nuevas de sus da- camina y hace caminar sin cansarse
mas á ellos, á ellas de sus andantes, todo aquello que se les antoja . Pero
alguna rica joya en albricias, en agra- dejando esto aparte , é qué te parece
decimiento de su recado. Bien puede á ti que debo yo hacer ahora acerca
eso ser así yo la tengo por buena de lo que mi señora me manda la
usanza ; pero eso debía de ser en los vaya á ver ? Que aunque yo veo que
tiempos pasados , que ahora sólo se estoy obligado á cumplir su manda
debe de acostumbrar á dar un pedazo miento , véome también imposibilitado
de pan y queso, que esto fué lo que del don que he prometido á la prin
me dió mi señora Dulcinea por las cesa que con nosotros viene, y fuér
bardas de un corral, cuando della me zame la ley de caballería á cumplir
despedi, y aun por más señas, era el mi palabra antes que mi gusto . Por
queso ovejuno. Es liberal en extremo, una parte me acosa y fatiga el deseo
dijo don Quijote; y si no te dio jova de ver á mi señora, por otra me in.
de oro, sin duda debió de ser porque cita y llama la prometida fe y la blo
no la tendría allí a la mano para dár- ria que he de alcanzar en esta empre .
tela ; pero buenas son mangas des sa ; pero lo que pienso hacer será
pués de pascua ; yo la veré , y se sa- caminar apriesa y llegar presto donde
tisfará todo . ¿ Sabes de qué estoy ina- está ese gigante, y en llegando le cor
ravillado , Sancho ? De que me parece taré la cabeza, y pondré á la princesa
que fuiste y viniste por los aires , pues pacíficamente en su estado, y al punte
poco más de tres días has tardado en daré la vuelta á ver á la luz que mis
ir y venir desde aquí al Toboso, ha- sentidos alumbra : a la cual daré tales
biendo de aquí allá más de treinta disculpas , que ella venga á tener por
jeguas. Por lo cual me doy a entender buena mi tardanza, pues verá que
que aquel sabio nigromante que tiene todo redunda en aumento de su gloria
euenta con mis cosas, y es mi amigo , v fama, pues cuanta yo he alcanzado,
porque por fuerza le hay y le ha de alcanzo y alcanzaré por las armas en
haber, so pena que yo no sería buen esta vida, toda me viene del favor que
132 DON OLIJOTE DE LA MANCHA
encontrare, aunque vea que me hacen go el libertador de todos. Con esto dio
pedazos, no me socorra ni ayude , sino de buena gana la cola a la ventera ei
déjeme con mi desgracia , que no será barbero, y asimismo le volvieron to
tanta que no sea mayor la que ne dos los adherentes que había pres
vendrá de su ayuda de vuestra mer tado para la libertad de don Quijote.
eed , á quien Dios maldiga y a todos Espantáronse todos los de la venta
euartos caballeros andantes han na de la hermosura de Dorotea, y au !
eido en el mundo. Ibase & levantar del buen talle del zagal Cardenio.
don Quijote para castigalle ; mas él Hizo el cura que les aderezasen de
se puso á correr de modo que ninguno comer de lo que en la venta hubie
se atrevio á seguillo. Quedó corridi se , y el huésped , con esperanza de
simo, don Quijote del cuento de An mejor paga con diligencia les ade
drés , y fué menester que los demás rezó una razonable comida : y á todo
tuviesen mucha cuenta con no reirse, esto dormía don Quijote, y fueron de
por no acaballe de correr del todo. parecer de no despertalle, porque más
provecho le haría por entonces el dor
mir que el comer . Trataron sobre co
mida , estando delante el ventero, su
CAPITULO XXXII mujer y su hija , Maritornes y todos
los pasajeros, de la extraña locura
de don Quijote y del modo que le ha
Que trata de lo que sucedió en la bían hallado : la huéspeda les contó
venta á toda la cuadrilla de don lo que con él y con el arriero les había
Quijote. acontecido, mirando si acaso estaba
allí Sancho : como no lo viese , conto
todo lo de su manteamiento , de que
A cabóse la buena comida , ensilla no poco gusto recibieron : y como el
ron luego, y sin que les sucediese cosa cura dijese que los libros de caballe
digna de contar , llegaron otro día á rias que don Quijote había leído le
la venta , espanto y asombro de San habían vuelto el juicio , dijo el vente
eho Panza, y aunque él quisiera no ro : No sé yo cómo puede ser eso , que
entrar en ella,' no lo pudo huir . La en verdad que a lo que yo entiendo no
ventera, ventero, su hija y Maritor hay mejor lectura en el mundo, y que
ns, que vieron venir á don Quijote y tengo ahí dos o tres dellos con otros
á Sancho, les salieron á recibir con papeles, que verdaderamente me han
muestras de mucha alegría, y él las dado la vida , no sólo á mí, sino á otros
recibió con grave continente y aplau muchos , porque cuando es el tiempo
so, y dijoles que le aderezasen otro de la siega, se recogen aquí las fiestas
mejor lecho que la vez pasada ; á lo muchos segadores, y siempre hay al
cual le respondió la huéspeda que guro que sabe leer, el cual coge uno
como le pagase mejor que la otra vez, destos libros entre las manos , y ro
que ella se lo daría de principes. Don deámcnos dél más de treinta , y esti
Quijote dijo que sí haría , y así le ade mosle escuchando con tanto gusto ,
rezaron uno razonable, en el mismo que nos quita mil canas : á lo menos
eamaranchón de marras, y él se acos de mí sé decir, que cuando oyo decir
to luego , porque venía muy quebran aquellos furibundos golpes que los
tado y falto de sueño. No se hubo caballeros pegan, que me toma gana
bien ercerrado, cuando la huéspeda de hacer otro tanto , y que querría ce
arremet : 6 al barbero, y asiéndole de tar oyéndoles noches y días. Y yo ni
la barba dijo : Para mi santiguada, más ni menos, dijo la ventera, porque
que no se ha aún de aprovechar más nunca tengo buen rato en mi casa , si
de mi rabo para su barba , y que me no aquel que vos estáis escuchando
ha de volver mi cola : que anda lo de leer, que estáis tan embobado , que no
mi marido por esos suelos, que es ver os acordáis de reñir por entonces. Así
güenza : digo el peine, que solía vo es la verdad , dijo Maritornes : y á
colgar de mi buena cola . No se la buena fe que yo también gusto mucho
quería dar el barbero, aunque ella de oir aquellas cosas, que son muy lin.
más tiraba , hasta que el licenciado das , y más cuando cuentan que se
le dijo que se la diese, que ya no era está la otra señora debajo de unog na
menester más usar de aquella indus ranjos abrazada, con su caballero, v
tria, sino que se descubriese y mos que les está una dueña haciéndoles la
trase en su misma forma, y dijese á guarda , muerta de envidia y con mu
don Quijote que cuando le despojaron cho sobresalto : digo que todo esto es
los ladrones galeotes se había veni cosa de mieles. Y á vos que os pare
do á aquella venta huyendo ; y que si ce , señora doncella ? dijo el cura ha
preguntase por el escudero de la prin . blardo con la hija del ventero . No sé ,
cesa , le dirían que ella le había en señor, en mi ánima, respondió ella ;
viado adelante á dar aviso á los de su también yo lo escucho, y en verdad
reino , como ella iba y llevaba congi que aunque no lo entiendo , que recibo
PARTE I.--CAPÍTULO XXXII 135
gusto en oíllo : pero no gusto yo de los el Gran Capitán, renombre famoso y
golpes de que mi padre gusta, sino de claro, y déi sólo merecido : y este Die .
las lamentaciones que los caballeros go García de Paredes tué un princi.
hacen cuando están ausentes de sus pal caballero, natural de la ciudad de
señoras, que en verdad , que algunas Trujillo en Extremadura, vaientísimo
veces me hacen llorar de compasión soldado, y de tantas fuerzas naturales,
que les tengo. Luego bien ias reme que detenía con un dedo una rueda d .
diárades vos , señora doncella , dijo molino en la mitad de su furia : y
Dorotea, si por vos lloraran ? No sé lo puesto con un montante en la entrada
que me hiciera, respondió la moza , de una puente , detuvo á un innume .
sólo sé que hay algunas señoras de rable ejército que no pasase por ella,
aquellas, tan crueles, que las llaman é hizo otras tales cosas, que si como
sus caballeros tigres y leones y otras él las cuenta y las escribe él de si
mil inmundicias : y iJesús ! yo no sé mismo con la modestia de caballero
quá gente es aquella tan desalmada y y de cronista propio, las escribiera
tan sin conciencia, que por no mirar otro libre y desapasionado, pusiera
á un hombre honrado le dejan que en olvido las de los Héctores, Aquiles
se muera o que se vuelva loco : yo no y Roldanes . Tomaos con mi padre ,
sé para que es tanto melindre : si lo dijo el dicho ventero : mirad de qué
hacen de honradas, cásense con ellos , se espanta, de detener una rueda de
que ellos no desean otra cosa . Calla , molino ; por Dios, ahora había vues.
niña, dijo la ventera, parece que sabes tra merced de leer lo que leí yo de
mucho destas cosas, y no está bien á Félix Marte de Hircania , que de un
las doncellas saber ni hablar tanto . revés solo partió cinco gigantes por la
Como me lo preguntaba esta señora , cintura, como si fueran hechos de ha
respondió ella, no pude dejar de res bas como los frailecicos que hacen los
pondelle . Ahora bien, dijo el cura , niños : y otra vez arremetió con un
traedme , señor huésped, aquesos li grandísimo y poderosísimo ejército ,
bros , que los quiero ver. Que me pla donde llevó inas de un millón y seis
ce , respondió él; y entrando en su cientos mil soldados , todos armados
aposento, sacó del una maletilla vieja desde el pie hasta la cabeza , y los
cerrada con una cadenilla , y abrién desbarató a todos como si fueran ma
dola , halló en ella tres libros grandes nadas de ovejas. Pues qué me dirán
y unos papeles de muy buena letra, del bueno de don Cirongilio de Tracia ,
escritos de mano. El primer libro que que fué tan valiente y animoso, como
abrió vió que era Don Cirongilio de se verá en el libro , donde cuenta que
Tracia, y el otro Félix Marte de navegando por un río , le salió de la
Hircania, y el otro la Historia del mitad del agua una serpiente de fue
Gran Capitán Gonzalo Hernández go , y él así como la vió se arrojó
de Córdoba, con la vida de Diego sobre ella y se puso á horcajadas en
Garcia de Paredes . Así como el cura cima de sus escamosas espaldas , y la
leyó los dos títulos primeros, volvió apretó con ambas manos la garganta
el rostro al barbero y dijo : Falta nos con tanta fuerza , que viendo la ser
hacen aquí ahora el ama de mi amigo piente que la iba ahogando, no tuvo
y su sobrina. No hacen , respondió el otro remedio ' sino dejarse ir á le
barbero , que también sé yollevarlos hondo del río , llevándose tras sí al
al corral o á la chimenea, que en ver caballero , que nunca lo quiso soltar ;
dad que hay muy buen fuego en ella . y cuando llegaron allá abajo, se hall3
. Luego quiere vuestra merced que en unos palacios y en uros jardines
mar mis libros ? dijo el ventero. No tan lindos , que era maravilla ; y luego
más , dijo el cura, que estos dos, ol de la sierpe se volvió en un viejo ancia
Don Cirongilio y el de Félix Marte. no , que le dijo tantas cosas , que no
¿ Pues por ventura , dijo el ventero , hay más que oir. Calle , señor , que
mis libros son herejes 6 flemáticos, si oyese esto , se volviera loco de pla
que los quiere quemar ? Cismáticos cer : dos higas para el Gran Capitán y
queréis decir, amigo, dijo el barbero, para ese Diego García que dice. Oyen
que no flemáticos . Así es , replicó el do esto Dorotea ,"dijo callando á Car
ventero ; mas si alguno quiere qut denio : Poco le falta a nuestro hués
mar, sea ese del Gran Capitán y dese ped para hacer la segunda parte de
Diego García, que antes dejaré quemar don Quijote. Así me parece á mí, res
un hijo que dejar quemar ninguno pondió Cardenio , porque según da
desotros . Hermano mío, el cura , irdicio , él tiene por cierto que todo lo
estos dos libros son mentirosos , y es que estos libros cuentan pasó ni más
tán llenos de disparates y devaneos ; ni menos que lo escriben , y no le ha
y este del Gran Capitán es historia rán creer otra cosa frailes descalzos .
verdadera, y tiene los hechos de Gon Mirad , hermano, tornó á decir el cura ,
zalo Hernández de Córdoba, el cual què no hubo en el mundo Félix Marte
por sus muchas y grandes hazañas de Hircania, ni don Cirongilio de Tra
merecio ser llamado de todo el murdo cia , ni otros caballeros semejantes.
136 DON QUIJOTE DE LA MANCITA
cían los dos amigos eran llamados. de hablar se usase entre ellos , que
Eran solteros , mozos de una misma volviese á ser señor de su casa , y se
edail y de unas mismas costumbres ; entrar y salir en ella como de antes,
todo lo cual era bastante causa á que asegurándole que su esposa Camila
los dos con recíproca amistad se co no tenía otro gusto ni otra voluntad
rrespondiesen : bien es verdad que el que la que él quería que tuviese, y
Anseimo era algo más inclinado á los que por haber sabido ella con cuán
pasatiempos amorosos que el Lota tas veras los dos se amaban , estaba
rio, al cual llevaban tras sí los de la confusa de ver en él tanta esquiveza .
caza ; pero cuando se ofrecía , dejaba A todas estas y otras muchas razones
Anselmo de acudir á sus gustos por que Anselmo dijo á Lotario para per
seguir los de Lotario , y Lotario deja suadille volviese como solía á su
ba los suyos por acudir á los de An casa, respondió Lotario con tanta
selmo, y desta manera andaban tan á prudencia, discreción y aviso , que An
unas sus voluntades, que no había scimo quedó satisfecho de la buena
concertado reloj que así lo anduviese. intención de su amigo , y quedaron
Andaba Anselmo perdido de amores de concierto que dos días en la semana
de una doncella principal y hermosa y las fiestas fuese Lotario á comer
de la misma ciudad, hija de tan bue. con él ; y aunque esto quedó así con
ros padres y tan buena ella por sí, certado entre los dos , propuso Lotario
que se determ nó, con el parecer de su de no hacer más de aquello que viese
amigo Lotario , sin el cual ninguna que más convenía á la honra de su
cosa hacía , de pedilla por esposa á amigo, cuyo crédito estimaba en mis
sus padres , y así lo puso en ejecu que el suyo propio . Decía él , y decía
ción ; y el que llevó la embajada fué bien , que el casado á quien el cielo
Lotario, y el que concluyó el ne había concedido mujer hermosa , tan .
gocio tan i gusto de su amigo, que en to cuidado había de tener qué amigos
breve tiempo se vió puesto en la po llevaba a su casa , como en mirar con
s'sión que deseaba , y Camila tan con qué amigas su mujer conversaba ,
tenta de haber alcanzado a Anselmo porque lo que no se hace ni concierta
por esposo , que no cesab3 de dar grd en las plazas , ni en los templos , ni en
cias al cielo y á Lotario, por cuyo me las fiestas públicas , ni estaciones (co
dio tanto bien le había venido. Los sas que no todas veces las han de ne
primeros días , como todos los de la gar los maridos á sus mujeres) , se
boda suelen ser alegres , continuó Lo concierta y facilita en casa de la imi
tario como solía , visitando la casa de ga ó la parienta de quien más satis
su amigo Anselmo, procurando hon facción se tiene . También decía Loty
ralle , festejalle y regocijalle con todo rio , que tenían necesidad los casados
aquello que á él le fué posible ; pero de tener cada uno algún amigo que le
acabadas las bodas, y sosegada ya la advirtiese de los descuidos que en su
frecuercia de las visitas y parabienes , proceder hubiese, porque suele acon
comenzó Lotario á descuidarse con tecer, que con el mucho amor que el
cuidado de las idas á casa de Anse !. marido a la mujer tiene , ó no le ad
mo, por parecerle á él, como es razón vierte o no le dice por no enojalla ,
que parezca á todos los que fueren que haga ó deje de hacer algunas co
discretos, que no se han de visitar ni sas , que el hacellas o no , le sería de
continuar las casas de los amigos ca honra 6 de vituperio ; de lo cual sien
sados de la misma manera que cuando do del amigo advertido , fácilmente
eran solteros ; porque aunque la bue pondría remedio en todo. ¿ Pero dónde
na y verdadera amistad ro puede ni se hallará amigo tan discreto y ten
debe de ser sospechosa en nada, con leal y verdadero como aquí Lotario le
todo esto, es tan delicada la honra di pide ? No lo sé yo por cierto ; sólo L.
casado, que parece que se puede ofen tario era este , que con tanta solicitud
der aún de los mismos hermanos, v advertimiento miraba por la honra
cuanto más de los amigos . Notó An de su amigo , y procuraba dezmar, fri
selmo la remisión de Lotario, y formó sar y acortar los días del concierto del
dél quejas grandes, diciéndole que si ir á su casa , porque ro pareciese mal
él supiera que el casarse había de ser al vulgo ocioso y a los ojos vagabun
parte para no comunicalle, como so dos y maliciosos la entrada de un
lía , que jamás lo hubiera hecho, y que mozo rico , gentilhombre y bien naci
si por la buena correspondencia que do . y de las buenas partes que él pen
los dos tenían mientras el fué solte saba que tenía, en la casa de una mu
ro , habían alcanzado tan dulce nombro jer tan hermosa como Camila : que
como el ser llamados los dos amigos, puesto que su bondad y valor podía
que no permitiese que por querer ha poner freno a tod : maldiciente len .
cer del circunspecto sin otra ocasión gua , todavía no quería poner en duda
alguna, que tan famoso y tan agrada. su crédito ni el de su amigo, y por es
ble nombre se perdiese ; y que así le to los más de los días del concierto los
suplicaba, si era lícito que tal término ocupaba y entretenía en otras cosas
138 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
que él daba a entender ser inexcusam del oro : porque yo tengo para mí, oh
bles : así que, en quejas del uno y amigo, que no es una mujer más bue .
disculpas del otro se pasaban muchos na de cuanto es no es solicitada, y
ratos y partes del día. Suoedió , pues, que aquella sola es fuerte que no se
que uno en que los dos se andaban dobla a las promesas, á las dádivas, á
paseando por un prado fuera de la las lágrimas y á las continuas impor
ciudad , Anselmo dijo á Lotario las se tunidades de los solicitos amantes .
mejantes razones : Porque é qué hay que agradecer, decía
Pensarás, amigo Lotario, que a las él , que una mujer sea buena , si nadie
mercedes que Dios me ha hecho en ie dice que sea mala ? ¿ Qué mucho
hacerme hijo de tales padres como que esté recogida y temerosa la que
fueron los míos, y al darme no con no le dan ocasión para que se suelte ,
mano escasa los bienes, así los que y la que sabe que tiene marido que en
llaman de naturaleza como los de cogiéndola en la primera desenvoltu
fortuna, no puedo yo corresponder ra la ha de quitar la vida ? Ansi que ,
con agradecimiento que llegue al bien la que es buena pur temor ó por falta
recibido, y sobre todo al que me hizo de lugar, yo no la quiero tener en
en darme á ti por amigo y á Camila aquella estima en que tendré á la so
por mujer propia, dos prendas que las licitada y pörseguida, que salió con la
estimo si no en el grado que debo, en corona del vencimiento , de modo, que
el que puedo. Pues con todas estas por estas razones y por otras muchas
partes, que suelen ser el todo con que que te pudiere decir para acreditar y
los hombres suelen y pueden vivir fortalecer la opinión que tengo, deseo
contentos, vivo yo el más despechado que Camila mi esposa pase por estas
y el más desabrido hombre de todo el dificultades, y se acrisole y quilate
universo mundo ; porque no sé de qué en el fuego de verse requerida y soli
días a esta parte me fatiga y aprieta citada, y de quien tenga valor para
ur. deseo tan extraño y tan fuera del poner en ella sus deseos : y si ella sa
uso común de otros, que me mar. le como creo que saldrá, con la pai
villo de mí mismo, y me culpo y me ma desta batalla, tendré yo por sin
riño á solas, y procuro callarlo y en igual mi ventura ; podré yo decir que
cubrillo de mis propios pensamien está colmo el vacío de mis deseos ; di
tos ; y así me ha sido posible salir con ré que me cupo en suerte la mujer
este secreto, como si de industria pro fuerte , de quien el Sabio dice que
curara decillo á todo el mundo. Y ignién la hallara ? Y cuando esto su .
pues que en efecto él ha de salir á ceda al revés de lo que yo pienso, con
plaza, quiero que sea en la del archi el gusto de ver que acerté en mi op:
vo de tu secreto , confiado que con él nión, llevaré sin pena la que de razón
v con la diligencia que pondrás, como podrá causarme mi tan costosa expe
mi amigo verdadero, en remediarme, riencia : y prosupuesto que ninguna
yo me veré presto libre de la angustia cosa ' le cuantas me dijeres en contra
que me causa, y llegará mi alegría de mi desco, ha de ser de algún
por tu solicitud al grado que ha llega provecho para dejar de pon rie por
do mi descontento por mi locura. Sus la obra, quiero, oh amigo Lotario ,
penso tenían á Lotario las razones de que te dispongas á ser el instru
Anselmo , y no sabía en qué había de mento que Jabre aquesta obra de mi
parar tan larga prevención ó preám gusto, que yo te daré lugar para
bulo, y aunque iba revolviendo en su que lo hagas , sin faltarte todo aque
imaginación qué deseo podría ser llo que yo viere ser necesario para
aquel que á su amigo tanto fatigaba, solicitar a una mujer honesta , honra
dió siempre muy lejos del blanco de da , recogida y desinteresada . Y mué
la verdad ; y por salir presto de la veme entre otras cosas á fiar de ti
agonja que le causaba aquella sus esta tan ardua empresa , el ver que si
pensión , le dijo que hacía notorio de ti es vencida Camila , no ha de
agravio á su mucha amistad en andar llegar el vencimiento á todo trance
buscando rodeos para decirle sus más y rigor, sino á sólo tener por hecho
encubiertos pensamientos, pues tenía lo que se ha de hacer por buen res
cierto que se podría prometer dél, ó peto ; y así no quedaré yo ofendido
va consejos para entretenellos , o ya más de con el deseo , mi injuria qu .
remedio para cumplillos. Así es la dará escondida en la virtud de tu si
verdad, respondió Anselmo, y con esa iencio, que bien sé que en lo que me
confianza te go saber , amigo Lota tocare ha de ser eterno como el de la
rio , que el deseo que me fatiga , es muerte. Así que , si quieres que yo
pensar si Camila mi esposa es tan tenga vida que pueda decir que lo es ,
buena y tan perfecta como yo pienso , desde luego has de entrar en esta
no puedo enterarme en esta verdad , amorosa batalla , no tibia ni perezosa
si no es probandola de manera, que la mente , sino con el ahinco y diligencia
prueba manifieste los quilates de siz que mi deseo pide, y con la confianza
bondad como el fuego muestra los que nuestra amistad me asegura. Es
PARTE 1 , -CAPÍTULO XXXIII 139
tas fueron las razones que Anselmo como el que siempre tienen los mo
dijo á Lotario, á todas las cuales es ros, á los cuales no se les puede dar
tuvo tan atento, que si no fueron las á entender el error de su secta con las
que quedan escritas que le dijo, no acotaciones de la Santa Escritura , ni
desplegó sus labios hasta que hubo con razones que consistan en especu .
acabado; y viendo que no decía más, lación del entendimiento, ni que vi
después que le estuvo mirando un yan fundadas en artículos de fe , sino
buen espacio, como si mirara otra co que se les han de traer cjemplos pal
sa que jamás hubiera visto , que le pables, fáciles, inteligibles, demostra
causara admiración y espanto , le dijo : tivos , indubitables, con demostracio .
No me puedo persuadir , oh amigo nes matemáticas que no se pueden
Anselmo, á que no sean burlas las negar como cuando dicen : Si de dos
cosas que me has dicho ; que á pen partes iguales quitamos partes
sar que de veras las decías , no consin. iguales, las que quedan también son
tiera que tan adelante pasaras , porque iguales ; y cuando esto no entiendan
con no escucharte previniera tu larga de palabra, como en efecto no lo en
arenga . Sin duda imagino ó que no tienden, háseles de mostrar con las
me conoces, o que yo no te conozco ; manos, y ponérselo delante de los
pero no, que bien sé que eres Ansel ojos, y aun con todo esto no basta na
mo, y tú sabes que yo soy Lotario : el die con ellos á persuadirles las ver
daño está en que yo pienso que no dades de nuestra sacra religión : y
eres el Anselmo que solías , y tú de este mismo término y modo me cor
bes de haber pensado que tampoco yo vendrá usar contigo, porque el deseo
soy el Lotario que debía ser : porque que en ti ha nacido va tan descami.
las cosas que me has dicho ni son de nado y tan fuera de todo aquello que
aquel Anselmo mi amigo, ni las que tenga sombra de razonable, que me
me pides se han de pedir á aquel Lo parece que ha de ser tiempo malgas
tario que tú conoces : porque los bue tado el que ocupare en darte å enten.
niz . amigos han de probar á sus ami. der tu simplicidad , que por ahora no
gos y valerse delios , como dijo un le quiero dar otro nombre , y aun es
poeta, usque ad haras, que quiso de toy por dejarte en tu desatino en pena
cir, que no se había de valer de su de tu mal deseo ; mas no me deja usar
amistad en cosas que fuesen contra deste rigor la amistad que te tengo ,
Dios. Pues si esto sintió un gentil de la cual no consiente que te deje pues
la amistad , ¿ cuánto mejor es que lo to en tan manifiesto peligro de per
sienta el cristiano, que sabe que por derte. Y porque claro lo veas, dime ,
ringuna humana ha de perder la Anselmo, & tú no me has dicho que
amistad divina ? Y cuando el amigo tengo de solicitar á una retirada ?
tirase tanto la barra, que pusiese & persuadir á una honesta ? 2 ofrecer á
aparte los respetos del cielo por acu una desinteresada ? & servir á una pru
dir á los de su amigo, no ha de ser dente ? Sí que me lo has dicho : pues
por cosas ligeras y de poco momento , si tú sabes que tienes mujer retirada ,
sino por aquellas en que vaya la hon honesta , desinteresada y prudente,
ra y la vida de su amigo. Pues dime i qué buscas ? Y si piensas que de to
tú ahora, Anselmo, & cuál de estas dos dos mis asaltos ha de salir vencedora ,
cosas tienes en peligro, para que yo como saldrá sin duda , ¿ qué mejores
me aventurase ácomplacerte, y á ha títulos piensas darle después , que los
cer una cosa tan detestable como me que ahora tiene ? 6 qué será más de
pides ? Ningura por cierto ; antes me lo que es ahora ? O es que tú ro la
pides, según yo entiendo, que procure tienes por la que dices , ó tú no sabes
y solicite quitarte la honra y la vida lo que pides : si no la tienes por la
y quitármela á mi juntamente ; por que dices, para qué quieres probarla,
que si yo he de procurar quitarte la sino como á mala hacer della lo que
tonra , claro está que te quito la vida , más te viniere en gusto ? Mas si es
puos el hombre sin honra peor es quo tan buena como crees, impertinente
un muerto : y, siendo yo el instru cosa será hacer experiencia de la mis
mento , como tú quieres que lo sea , de ma verdad , pues después de hecha,
tanto mal tuyo, yo vengo á quedar se ha de quedar con la estimación que
deshonrado, y por el mismo consi primero tenía. Así que , es razón con
guiente sin vida . Escucha, amigo An. cluyente que el intentar las cosas, de
selmo, y ten paciencia de no respon las cuales antes nos puede suceder da
derme hasta que cabe de decirte lo ño que provecho , es de juicios sin dis
que se me ofreciero acerca de lo que curso y temerarios, y más cuando
to ha pedido tu deseo, que tiempo quieren intentar aquellas á que no
quedará para que tú me repliques y son forzados ni compelidos, y que
yo te escuche. Que me place . dijo An . de muy lejos traen descubierto que el
Belmo, di lo que quisieres. Y Lotario intentarlas es manifiesta locura . Las
prosiguió diciendo: Paréceme , oh An cosas dificultosas se intentan por Dios
selmo, que tienes tú ahora el ingenio ó por el mundo, 6 por entrambos á
140 DON QUIJOTE DE LA MANCITA
cos : las que se acometen por Dios, son las que suelen intentarse, y es
son las que acometieron los santos, honra , gloria y provecho intentarlas ,
acometiendo á vivir v.da de ángeles aunque tan llenas de inconvenientes
en cacrpos humanos : las que se eco- y peligros ; pero la que tú dices que
meten por respeto del mundo, son las quieres intentar y poner por obra, ni
de aquellos que pasan tanta infinidad te ha de alcanzar gloria de Dios, ni
de agua , tanta diversidad de climas , bi ' nes de la fortuna, ni fama con los
tanta extrañeza de gentes por adqui- liombres, porque puesto que salgas
rir estos que llaman bienes de fortu- con ella como deseas, no has de que.
na ; y las que se intentan por Dios y dar ni más ufano, ni más rico, ni mas
por el mundo juntamente , son aqut- honrado que estás ahora ; y si no sa
ilas de los valerosos soldados, que les , te has de ver en la mayor miseris
apenas ven en el contrario muro abier . que imaginar se pueda, porque no te
to tanto espacio cuanto es el que pudo ha de aprovechar pensar entonces que
hacer una redond : bala de artillería, no sabe nadie la desgracia que te
cuando puesto aparte todo temor, sin ha sucedido ; porque bastará para
hacer discurso ni advertencia al ma- afligirte y deshacerte que la sepas tú
nifiesto peligro que les amenaza , lle- mismo. Y para confirmación desca
vados en vuelo de las alas del deseo verdad , te quiero decir una estancia
de volver por su fe , por su ración y que hizo el famoso poeta Luis Tansilo ,
por su rey, se arrojan intrépidamente en el fin de su primera parte de las
por la mitad de mil contrapuestas Lágrimas de San Pedro, que dice
muertes que los esperan. Estas cosas así :
miembro del cuerpo humano le siente que pondría en aventura el honor que
todo el cuerpo por ser todo de una tú procuras que no pierda ; y cuando
carne misma, y la cabeza siente el el tuyo no esté en el punto que debe.
daño del tobillo, sin que ella se le ha en la intención de Camila en tanto
ya causado, así el marido es partici que la solicitares, importa poco
pante de la deshonra de la mujer por i ada, pues con brevedad , viendo en
ser una misma cosa con ella ; y como ella la entereza que esperamos , le po
las honras y deshonras del mundo drás decir la pura verdad de nuestro
sean todas y nazcan de carne y san artificio, con que volverá tu crédito
gre , y las de la mujer mala sean deste al ser primero. Y pues tan poco aven
género , es forzoso que al marido le turas, y tanto contento me puedes dar
quepa parte dellas , y sea tenido por aventurándote , no lo dejes de hacer
deshonrado sin que él lo sepa. Mira aunque más inconvenientes se te pon
pues , oh Anselmo, al peligro que te gan delante, pues como ya he dicho ,
pones en querer turbar el sosiego en con sólo que comiences daré por con
que tu buena esposa vive : mira por cluida la causa. Viendo Lotario y re
cuán vana é impertinente curiosidad soluta voluntad de Anselmo, y no sa
quieres revolver los humores que biendo qué más ejemplos traerle, ni
ahora están sosegados en el pecho de qué más razones mostrarle para que
tu casta esposa : advierte , que lo que no la siguiese, y viendo que le ame
aventuras á ganar es poco, y que lo razaba que daría á otro cuenta de su
que perderás será tanto, que lo dejaré mal deseo, por evitar mayor mal de
en su punto, porque me faltan pala terminó de contentarle y hacer lo que
bras para encarecerlo. Pero si todo le pedía, con propósito é intención de
cuento he dicho no basta á moverte guiar aquel negocio de modo , que sin
de tu mal propósito, bien puedes bus alterar los pensamientos de Camila
car otro instrumento de tu deshonra quedase Anselmo satisfecho : y así le
y desventura, que yo no pienso serlo , respondió que no comunicase su pen
aunque por ello pierda tu amistad , samiento con otro alguno , que él to
que es la mayor pérdida que imaginar maba a su cargo aquella empresa, la
puedo . Calló en diciendo esto el vir. cual comenzaría cuando á él le diese
tuoso y prudente Lotario, y Anselmo más gusto. Abrazole Anselmo tier
quedó tan confuso y pensativo , que na y amorosamente , y agradecible su
por un buen espacio no le pudo res ofrecimiento como si alguna grarde
ponder palabra ; pero en fin le dijo : merced le hubiera hecho ; y quedaron
Con la atención que has visto he es de acuerdo entre los dos, que desde
cuchado, Lotario amigo, cuanto has otro día siguiente se comenzase la
querido decirme , y en tus razones , obra , que él le daría lugar y tiempo
ejemplos y comparaciones he visto la como á sus solas pudiese hablar á
mucha discreción que tienes y el € X Camila , y asimismo le daría dineros
tremo de verdadera amistad que al y joyas que darla y que ofrecerla.
canzas ; y asimismo veo y confieso, Aconsejóle que le diese músicas, que
que si no sigo tu parecer y me voy escribiese versos en su alabanza, y
tras el mío , voy huyendo del bien y que cuando él no quisiese tomar tra
corriendo tras el mal . Prosupuesto bajo de hacerlos, él mismo los haría .
esto, has de considerar que yo padez A todo se ofreció Lotario , bien eon
co ahora la enfermedad que suelen diferente intención que Anselmo pen
tener algunas mujeres, que se les an . saba ; y con este acuerdo se volvieron
toja comer tierra, yeso , carbón y otras á casa de Anselmo, donde hallaron á
cosas peores, aun asquerosas para Camila con ansia y cuidado esperan
mirarse, cuanto más para comerse : do á su esposo, porque aquel dia tar
así que , es menester usar de algún daba en venir más de lo acostumbra
artificio para que yo sane , y esto se do . Fuése Lotario á su casa, y Angol
podía hacer con facilidad , sólo con mo quedó en la suya tan contento
que comiences , aunque tibia y fingi como Lotario fué pensativo, no sa
damente , á solicitar á Camila , la cual biendo que traza dar para salir bien
no ha de ser tan tierna que á los pri de aquel impertinente negocio ; pero
meros encuentros de con su honesti aquella noche pensó el modo que ten
ad por tierra ; y con sólo este princi . dría para engañar á Anselmo sin ofen
pio quedaré contento , y tú habrás der á Camila : y otro día vino á co
cumplido con lo que debes a nuestra mer con su amigo, y fué bien recibido
amistad , no solamente dándome la de Camila , la cual le recibía y regala
vida , sino persuadiéndome de no ver ba con mucha voluntad , por entender
me sin honra . Y estás cbligado á ha la buena que su esposo le tenía. Aca
cer esto por una razón sola, y es , que baron de comer, levantaron los man
estando yo, como estoy , determinado teles , y Anselmo dijo a Lotario que
de poner en pláticu esta prueba , no se quedase allí con Camila en tanto
has tú de consentir que yo dé cuenta que él iba á un negocio forzoso, que
de mi desatino á otra persona, con dentro de hora y media volvería. Ro
PARTE 1. - CAPÍTULO XXXIII 143
dos paraban en decir que más habia palabra que no hicies mudamiento
sido la locura y col.fianza de Ansel. ue su casa en modo alguno , porque
mo, que su poca fidelidad, y que si él volvería con mucha brevedad . Ad
así ' tuviera disculpa para con Dios, mirada quedó Camila de la respuesta
como con los hombres, de lo que pen de Anselmo, que la puso en más con
saba hacer , que no temiera pena por fusión que primero, porque ni se
gu culpa. En efecto, la hermosura y atrevia á estar en su casa , ni menos
la bondad de Camila, juntamente con irse á la de sus padres, porque en la
la ocasión que el ignorante marido le quedada corría peligro su honestidad .
había puesto en las manos, dieron y en la ida iba contra el mandamien
con la lealtad de Lotario en tierra ; y to de su esposo. En fin , se resolvió
sin mirar a otra cosa que aquella á en lo que estuvo peor , que fué en el
que su gusto le inclinaba , al cabo de quedarse , con determinación de no
tros días de la ausencia de Anselmo , huir la presencia de Lotario por no
en los cuales estuvo en continua ba dar que decir á sus criados; y ya le
talla por resistir á sus deseos , Co pesaba dc haber escrito lo que escri
menzó á requebrar á Camila con tarti bió sí su esposo, tem rosa de que no
turbación y con amorosas razones , pensase que Lotario había visto en
que Camila quedó suspensa, y no
fila alguna desenvoltura que le hu
hizo otra cosa levantarse de
que biese movido á no guardalle el de
donde estaba y entrarse en su apo coro que debía . Pero fiada en su bon
sento , sin respondelle palabra algu dad se fió en Dios y en su buen pen
na : mas no por esta sequedad se des samiento, con que pensaba resistir
mayó en Lotaro la esperanza , 1413 callando á todo aquello que Lotario
siempre nace juntamente con el decirle quisiese, sin dar más cuenta
amor , antes tuvo en más á Camila ; á su marido por no por erle en alguna
la cual , habiendo visto en Lotario lo pendencia y trabajo ; y aun andaba
que jamás pensara, no sabía qué ha buscando manera cómo disculpar á
rse, y pareciéndole no ser cosa se Lotario con Anselmo, cuando le pre
gura ni bien hecha darle ocasión m guntase la ocasión que le había mo
lugar á que otra vez la hablase , de . vido á escribirle aquel papel . Con
terminó de cnviar aquella misma no Estos pensamientos, más honrados
che , como lo hizo, á un criado suyo que acertados ni provechosos, estuvo
*con un billete á Anselmo, donde le otro día escuchando á Lotario , el
escribió estas razones :
cual cargó la mano de manera, que
comenzó á titubear la firmeza de Ca
mila, y su honestidad tuvo harto que
hacer en acudir á los ojos para que
CAPITULO XXXIV no diese muestras de alguna amorosa
compasión que las lágrimas y las ra
zones de Lotario en su pecho habían
Donde se prosigue la novela del despertado . Todo esto rotaba Lotario,
Curioso impertinente y toda le er.cendía . Finalmente á él
ic pareció que era menester en el
espacio y lugar que daba la ausencia
« Así como suele decirse que parece de Anselmo apretar el cerco á aquella
omal el ejército sin su general y el fortaleza ; y así acometió á su pre
Castillo sin su castellano , digo yo sunción con las alabanzas de su her
" que parece muy peor la mujer cast mosura, porque no hay cosa que más
da y mozu sin su marido, cuando presto rinda y allane las ercastilladas
„justísimas ocasiones no lo impiden . torres de la vanidad de las hermosas,
»Yo me hallo tan'mal sin vos , y ta que la misma vanidad puesta en las
vimposibilitada de no poder sufrir lenguas de la adulación . En efecto ,
vesta ausencia, que si presto rove . él con toda diligencia minó la roca de
» nís, me habré de ir á entretener in se entereza con tales partrechos, que
Đcasa de mis padres , aunque deje sir. aunque Camila fuera toda de bronce,
» guarda la vuestra ; porque la que viniera al suelo. Lloro , rogó , ofreció,
»me dejaste, si es que quedó con tal aduló , porfió y fingio Lotario con tan
» título , creo que mira más por su tos sentimientos , con muestras de
rgusto que por lo que á vos os toca : tantas veras , que dió al través con
» y pues sois discreto , no tengo más el recato de Camila , y vino á triun
>que deciros, ni tun es bie que más far de lo que menos se pensaba y
pos diga) . más deseaba . Rindiose Camila, Ca
Esta carta recibió Anselmo , y en mila se rindió ; & pero qué mucho, si
tendió por ella que Lotario había ya la amistad de Lotario no quedó en
comenzado la empresa, y que Camila pie ? Ejemplo claro que nos muestra
debía de haber respondido coino él que sólo se vence la pasión amorosa
deseaba ; y alegre sobremanera de con huilla, y que nadie se ha de poner
tales nuevas, respondió á Camila de á brazos con tan poderoso enemigo ,
10
146 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
porque es menester fuerzas divinas cadas diligencias como hasta enton
para vencer las suyas humanas, Sólo ces ; y que sólo queria que le escri
supo Leonela la flaqueza de su señora, biese algunos versos en su alabanza ,
porque no se la pudieron encubrir debajo del nombre de Clori, porque
los dos malos amigos y nuevos aman él le daría á entender á Camila que
tes . No quiso Lotario decir á Camila andaba enaniorado de una dama 5
la pretensión de Anselmo, ni que él quien la había puesto aquel nombre
le había dado lugar para llegar á por poder celebrarla con el decoro
aquel punto, porque no tuviese en que á su honestidad se le debía ; y
menos su amor, y pensase que así que cuando Lotario no quisiera tomar
acaso , y sin pensar y no de propo trabajo de escribir los versos, que el
sito, la había solicitado. Volvió de los haría. No será menester eso, Jijo
allt á pocos días Anselmo á su casa , Lotario , pues no ma son tan enemi.
y no echó de ver lo que faltaba en gas las musas que algunos ratos del
ella ; que era lo que en menos tenía año no mo visiten : dile tú á Camila
y más estimaba . Fuése luego á ver á lo que has dicho del fingimiento de
Lotario, y hallóle en su casa ; abra mis amores, que los versos yo los
záronse los dos, y el uno preguntó haré , y si no tan buenos como el
por las nuevas de su vida 6 de su sujeto merece, serán por lo menos
muerte. Las nuevas que te podré dar, los mejores que yo pudiere. Quedaron
oh amigo Anselmo, dijo Lotario , son deste acuerdo el impertinente y el
de que tienes una mujer que digua traidor amigo, y vuelto Anselmo s
mente puede ser ejemplo y corona de su casa pregunto á Camila lo que ella
todas las mujeres buenas. Las pala va se maravillaba que no lo hubiese
bras que le he dicho se las ha lle preguntado, que fué que le dijese la
vado el aire , los ofrecimientos se ocasión por qué le había escrito el
han tenido en poco , las dádivas no se papel que le envió. Camila le respon
han admitido, de algunas lágrimas dió, que le había parecido que Lo
fingidas mías se ha hecho burla no tario la miraba un poco más desen
table . En resolución , así como Ca vueltamente que cuando él estaba en
mila es cifra de toda belleza, es ar casa , pero que ya estaba desenga
chivo donde asiste la honestidad , y ñada y creía que había sido imagi
vive el comedimiento y el recato , y nación suya, porque ya Lotario Lula
todas las virtudes que pueden hacer de vella y ne estar con ella á solas .
loable y bien afortunada á una hon Dijole Anselmo que bien podía estar
rada mujer . Vuelve á tomar tus di segura de aquella sospecha, porque
neros, amigo, que aquí los tengo sin él sabía que Lotario andaba enamo
haber tenido necesidad de tocar á rado de una doncella principal de la
ellos , que la entereza de Camila no se ciudad , á quien él celebraba debajo
rinde á cosas tan bajas como son dá del nombre de Clori , y que aunque
divas y promesas . Conténtate, An no lo estuviera, no había que temer
seimo , y no quieras hacer más prue de la verdad de Lotario y de la mu
bas de las hechas; y pues á pie enj17 cha amistad de entrambos; y á no
to has pasado el mar de las dificul. estar avisada Camila de Lotario de
tades y sospechas ique de las mujeres que eran fingidos aquellos amores de
suelen y pueden tenerse, no quieras Clori , y que él se lo había dicho á
entrar de nuevo en el profundo pie Anselmo para poder ocuparse algii
lago de nuevos inconvenientes, ni nos ratos en las mismas alabanzas de
quieras hacer exp.riencia con otro Camila, ella sin duda cayera en la
piloto de la bondad y fortaleza del desesperada red de los celos ; mas por
navío que el cielo te dió en suerte estar ya advertida , pasó aquel sobre
para que en él pasases la mar deste salto sin pesadumbre. Otro día, es
mundo , sino haz cuenta que estás ya tardo los tres sobre la mesa, rogó An
en seguro puerto, y aférrate con las selmo á Lotario dijese alguna cosa de
áncoras de la buena consideración , las que había compuesto á su amada
y déjate estar hasta que te vengan Clori , que pues Camila no la conocía,
á pedir la deuda, que no hay hidal seguramente podía decir lo que qui
guía humana que de pagarla se ex s'ese . Aunque la conociera, respondió
cuse. Contentísimo quedó Anselmo Lotario , no encubriera yo nada , por
de las razones de Lotario , y así se las que cuando algún amante loa á su
creyó como si fueran dichas por al. dama de hermosa y la nota de cruel ,
gún oráculo ; pero con todo eso le ningún oprob : o hace á su buen cré
rogó que no dejase la empresa, aun . dito ; pero sea lo que fuere, lo que sé
que no fuese más de por curiosidad decir , que ayer hice un soneto á la
y entretenimiento, aunque no se apro ingratitud desta Cluri , que dice así :
vechase de allí adelante de tan ahin
PARTE 1.-- CAPITULO XXXIV 147
SONETO
SONETO
hacer della ; y si he tardado en des aquel mismo día la halló sola, y ella
cubrirte esta verdad , ha sido por ver así como vio que le podía hablar, le
si era algún liviano antojo suyo, ó si dijo : Sabed , amigo Lotario, que ten
lo hacía por probarme y ver si eran go una pena en el corazón , que me
con propósito firme tratados los amo le aprieta de suerte que parece que
res que con tu licencia con ella he quiere reventar en el pecho, y ha de
comenzado. Crei ansimismo que ella, ser maravilla si no lo hace, pues ha
si fuera la que debía y la que entram. llegado la desvergüenza de Leonela á
bos pensábamos, ya te hubiera dado tanto, que cada noche encierra á un
cuenta de mi solicitud ; pero habien galan suyo en esta casa y se está con
do visto que se tarda, conozco que son él hasta el día, tan á costa de mi cré
verdaderas las promesas que me La dito , cuanto le quedará campo abierto
dado de que cuando otra vez hagas de juzgarlo al que le viere salir á
ausencia de tu casa , me hablará en horas tan inusitadas de mi casa ; y lo
la recámara donde está el repuesto de que me fatiga es, que no la puedo
tus alhajas (y era la verdad que allí castigar ni reñir, que el ser ella se
le solía hablar Camila ): y no quiero cretaria de nuestros tratos me ha
que precipitosamente corras á hacer puesto un freno en la boca para callar
alguna venganza, pues no está aún los suyos, y temo que de aquí ha de
cometido el pecado sino con pensa nacer algún mal suceso. Al principio
miento, y podría ser, que deste hasta que Camila esto decía, creyó Lotario
el tiempo de ponerle por obra se mu que era artificio para desmentille que
dase el de Camila, y raciese en su el hombre que había visto salir erde
lugar el arrepentimiento: y así ya de Leonela y no suyo ; pero viéndola
que en todo o en parte has seguido llorar y afligirse y pedirle remedio ,
siempre mis consejos, sigue y guarda vino á creer la verdad, y en creyen
uno que ahora te daré, para que sin dola acabo de estar confuso y arre
er gaño y con medroso advertimiento pentido del todo ; pero con todo esto
te satisfagas de aquello que más vie respond: 6 á Camila que no tuviese
res que te convenga. Finge que te pena, que él ordenaría remedio para
ausentas por dos o tres días, como atajar la insolencia de Leonela . Dijole
otras veces sueles , y haz de mane asimismo lo que instigado de la fu
ra que te quedes escondido en tu re riosa rabia de los celos había dicho
cámara, pues los tapices que allí hay á Arselmo, y como estaba concertado
y otras cosas con que te puedes en de esconderse en la recámara para
cubrir te ofrecen mucha comodidad, ver desde allí á las claras la poca
y entonces verás por tus mismos ojos lealtad que ella le guardaba : pidió
y yo por los míos lo que Camila quie le perdón desta locura, y consejo
re ; y si fuere la maldad, que se pue para poder remedialla y salir bien de
de temer antes que esperar, con si tan revuelto laberinto como su mal
lencio, sagacidad y discreción podrás discurso le había puesto. Espantada
ser el verdugo de tu agravio. Absorto, quedó Camila de oir lo que Lotario lo
suspenso y admirado quedó Anselmo decía, y con mucho enojo y muchas
con las razones de Lotario, porque le y discretas razones le riñó y 1feó su
cogieron en tiempo donde menos las mal pensamiento y la simple y mala
esperaba oir, porque ya tenía á Ca determinación que había tenido ; pero
mila por vencedora de los fingidos como naturalmente tiene la mujer
asaltos de Lotario, y comenzaba á ingenio presto para el bien y para
gozar la gloria del vencimiento. Ca el mal más que el varón , puesto quie
llando estuvo por un buen espacio, le va faltando cuando de propósito se
mirando al suelo sin mover prestaña , pone á hacer discursos, luego al ins
y al cabo dijo : Tú lo has hecho, Lo tante halló Camila el modo de reme
tario, como yo esperaba de tu amis . diar tan al parecer irremediable ne
tad ; en todo he de seguir tu consejo, gocio , y dijo á Lotario que procurase
haz lo que quisieres, y guarda aquel que otro día se escondiese Anselmo
secreto que ves que conviene en caso donde decía , porque ella pensaba sa
tan no pensado. Prometióselo Lotario , car de su escondimiento comodidad
y en apartándose dél se arrepintió para que desde allí en adelante los
totalmente de cuanto le había dicho , dos se gozasen sin sobresalto alguno ;
viendo cuán neciamente había anda y sin declararle del todo su pensa
do , pues pudiera él vengarse de Ca miento, le advirtió que tuviese cui
mila y no por camino tan cruel y tan dado, que en estando Anselmo escon .
deshonrado . Maldecía su entendimien . dido, él viniese cuando Leonela le
to, afeaba. su ligera determinación , llamase, y que á cuanto ella le dijese,
y no sabía qué medio tomarse para le respondiese como respondiera aun
deshacer lo hecho ó para dalle alguna que no supiera que Anselmo le escu
razonable salida . Al fin acordo de dar chaba. Porfio Lotario que le acabase
cuenta de todo á Camila ; y como no de declarar su intención , porque con
faltaba lugar para poderlo hacer , más seguridad y aviso guardase todo
150 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
lo que viese ser necesario. Digo, dijo de muerto ? ¿ Qué , amiga ? respond :6
Camila, que no hay más que guardar, Camila : dejarémosle para que An
si lo fuere responderme como yo 03 selmo le entierre, pues será justo
preguntare , no queriendo Camila dar que tenga por descanso el trabajo que
le antes cuenta de lo que pensaba ha tomare en poner debajo de la tierra
cer, temerosa que no quisiese seguir su misma infamia. Llámale , acaba,
el parecer que á ella tan bueno le que todo el tiempo que tardo en to
parecía , y siguiese 6 buscase otros mar la debida venganza de mi agra
que no podían ser tan buenos . Con vio, parece que ofendo á la lealtad
esto se fué Lotario , y Anselmo otro que á mi esposo debo. Todo esto es
día con la excusa de ir a aquella aldea cuchaba Anselmo, y á cada palabra
de su amigo , se partió y volvio á es que Camila decía se le mudaban los
conderse, que lo pudo hacer con co pensamientos; mas cuando entendió
inodidad, porque de industria se la que estaba resuelta en matar á Lo
dieron Camila y Leonela . Escondido tario, quiso salir y descubrirse, por
pues Anselmo con aquel sobresalto que tal cosa no se hiciese ; pero de
que se puede imaginar que tendría el túvole el deseo de ver en qué pa
que esperabı ver por sus ojos hacer raba tan gallarda y honesta resolu
notomía de las entrañas de su honra, ción, con propósito de salir á tiempo
íbase á pique de perder el sumo bien que la estorbase. Tomóle en esto a
que él pensaba que tenía en su queri Camila un fuerte desmayo, y arro
da Camila. Seguras ya y ciertas Ca jándose encima de una cama que allí
mila y Leonela que Anselmo estaba estaba, comenzó Leonela á llorar muy
escondido, entraron en la recámara amargamente, y á decir : iAy desdi
apenas hubo puesto los pies en ella chada de mi, si fuese tan sin ventura
Camila , cuando dando un grande sus que se me muriese aquí entre mis
piro dijo : i Ay Leonela amiga ! ( no brazos la fior de la honestidad del
sería mejor que antes que llegase á mundo, la corona de las buenas mu
poner en ejecución lo que no quiero jeres , el ejemplo de la castidad ! con
que sepas, porque no procures estor otras cosas áestas semejantes, que
barlo, que tomases la daga de Ansel ninguno le escuchara que no la tu
mo que te he pedido y pasases con viera por la más lastimada y leal
ella este infame pecho mío ? Pero no doncella del mundo, y á su señora
hagas tal, que no será razón que yo por otra nueva y perseguida Penélope ,
lleve la pena de la ajena culpa . Fri Poco tardó en volver de su desmayo
mero quiero saber qué es lo que vie. Camila, y al volver en sí, dijo :
ron en mí los atrevidos y deshonestos ¿ Por qué no vas, Leonela, á llamar
ojos de Lotario, que fuese causa de al más desleal amigo de amigo que
darle atrevimiento á descubrirme un vió el sol o cubrió la noche ? Acaba ,
tan mal deseo como es el que me corre, aguija, camina, no se desfogue
ha descubierto en desprecio de su con la tardanza el fuego de la colera
amigo y en deshonra mía. Ponte, Leo . que tengo , y se pase en amenazas y
nela , á esa ventana, y llámale , que maldiciones la justa venganza que es
sin duda alguna él debe de estar en pero. Ya voy a llamarle, señora mía ,
la calle , esperando poner en efecto su dijo Leonela; mas hasme de dar pri
mala intención , pero primero se pon mero esa daga , porque no hagas cosa
drá la cruel cuanto honrada mía. 1 Ay en tanto que falto , que dejes con ella
señora mía ! respondió la sagaz y ad que llorar toda la vida á todos los que
vertida Leonela, é y qué es lo que bien te quieren. Ve segura , Leonela
quieres hacer con esta daga ? ¿ Quie amiga, que no haré, respondió Camila ,
res por ventura quitarte la vida, 6 porque ya que sea atrevida y simple
quitársela á Lotario ? que cualquiera á tu parecer en volver por mi honra,
destas cosas que quieras , ha de re no lo he de ser tanto como aquella
dundar en pérdida de tu crédito y Lucrecia, de quien dicen que se mató
fama. Mejor es que disimules tu agra sin haber cometido crror alguno, y
vio , y no des lugar que este mal hom sin haber muerto primero a quien
bre entre ahora en esta casa y nos tuvo la culpa de su desgracia ; 5o
halle solas ; Inira, señora , que somos moriré , si muero , pero he de ser ven .
flacas mujeres, y él es hombre y de . gada y satisfecha del que me ha dado
terminado, y como viene con aquel ocasión de venir á este lugar á llorar
mai propósito ciego y apasionado, qui sus atrevimientos, nacidos tan sin
zás antes que tú pongas en ejecución culpa mía . Mucho se hizo de rogar
el tuyo , hará el lo que te estaría más Leonela antes que saliese á llamar á
mal que quitarte la vida . Mal haya Lotario pero en fin salió, y entretan
mi señor Anselmo, que tanta mano to que volvía, quedó Camila diciendo ,
ha querido dar á este desuellacaras como que liablaba consigo misma :
en su casa ; y ya, señora, que le ma i Válame Dios ! ¿ no fuera más acerta
tes, como yo pienso que quieres ha do haber despedido á Lotario , como
cer, & qué hemos de hacer del después otras muchas veces lo he becho, qua
PARTE 1. - CAPÍTULO XXXIV 151
que es tamaña como un gran cuero de y la fuente no es otra cosa que estos
vino. Que me maten , dijo á esta sa cueros que aquí están horadados , y
zó i el ventero, si Don Quijote ó don el vino tinto que nada en este aposen
diablo no ha dado alguna cuchillada to, que nadando vea yo el alma en los
en alguno de los cueros de vino tinto infiernos de quien los horado ? No sé
que á su cabecera estaban llenos , y el nada, respondió Sancho, sólo sé qile
vino derramado debe de ser lo que le vendré á ser tan desdichado , que por
parece sangre á este buen hombre; y no hallar esta cabeza se me ha de
con esto entró en el aposento y todos deshacer mi condado como la sal en
tras él, y hallaron á don Quijote en el el agua . Y estaba peor Sancho des
más extraño traje del mundo. Estaba pierto que su amo durmiendo : tal le
en camisa, la cual no era tan cumpli. tenían las promesas que su amo le
da que por delante le acabase de cui había hecho . El ventero se desespe
brir los muslos , y por detrás tenía raba de ver la flema del escudero y el
seis dedos meros : las piernas eran maleficio del señor, y juraba que no
muy largas y flacas, llenas de vello , había de ser como la vez pasada , que
y no nada limpias; tenía en la cabeza se le fueron sin pagar , y que ahora
un bonetillo colorado, grasiento , que no le habían de valer los privilegios
era del ventero ; en el brazo izquierdo de su caballería para dejar de pagar
tenía revuelta la manta de la cama, lo uno y lo otro , aun hasta lo que pu
diesen costar las botanas que se ha
con qu'en tenía ojeriza Sancho , y el
se sabía bien el por qué ; y en la dere bían de echar a los rotos cueros. Te
cha desenvainada la espada, con la nía el cura de las manos á don Qui
cual daba cuchilladas á todas partes, jote, el cual creyendo que ya había
diciendo palabras como si verdadera acabado la aventura, y que se hallaba
mente estuviera peleando con algún delante de la princesa Micomicona,
se hinco de rodillas delante del curs
gigante . Y es lo bueno, que no tenía
los ojos abiertos, porque estaba duir diciendo : Bien puede la vuestra gra :
miendo y soñando que estaba en ba deza, alta y fermosa señora, vivir de
talla con el gigante ; que fué tan in hoy más segura, sin que le pueda ha
cer mal esta mal nacida criatura , y yo
tensa la imag nación de la aventura
que iba á ferecer , que le hizo soñar también de hoy más soy quito de la
que ya había llegado al reino de M. palabra que os di , pues con la ayu
da del alto Dios , y con el favor du
eomicón, y que ya estaba en la pelea aquella por quien yo vivo y respiro ,
con su enemigo ; y había dado tantas
cuchilladas en los cueros, creyendo
tan bien la he cumplido. No lo dije
que las daba en el gigante , que todo
yo ? dijo oyendo esto Sancno : sí, que
no estaba yo borracho ; mirad si tiene
el aposento estaba lleno de vino. Lo puesto ya en sal mi amo al gigante ;
cual visto por el vertero , tomó tanto ciertos son los toros, mi condado esta
enojo que arremetió con don Quijote , de molde . ¿ Quién no había de reir
y á puño cerrado le comenzó a dar
tantos golpes, que si Cardenio y el con los disparates de los dos , amos
cura no se le quitaran , el acabara la mozo ? Todos reían , sino el ventero
que se daba á Satanás ; pero en fin ,
guerra del gigante : y con todo aque tanto hicieron el barbero, Cardenio
llo no despertaba el pobre caballero, y el cura , que cor no poco trabajo
hasta que el barbero trujo un gran dieron con don Quijote en la cama,
caldero de agua fría del pozo, y se le el cual se quedó dormido con mues
echo por todo el cuerpo de golpe , cor tras de grandísimo cansancio . Dejá
lo cual despertó don Quijote, mas no ronle dormir, y saliéronse al portal
eon tanto acuerdo que echase de ver de la venta á consolar á Sancho Pan
de la manera que estaba . Dorotea, za de no haber hallado la cabeza del
que vió cuán corta y sutilmente esta gigante , aunque más tuvieron que
ba vestido, no quiso entrar á ver la hacer en aplacar al ventero , que es
batalla de su ayudador y de su con taba desesperado por la repentina
trario. Andaba Sancho buscando la muerte de sus cueros, y la ventera
cabeza del gigirte por todo el suelo , decía en voz y en grito : En mal pun
y como no la hallaba, dijo : Ya yo sé to y en hora menguada entró en mi
que todo lo de esta casa es encanta casa este caballero andante, que nun
mento , que la otra vez en este mesmo ca mis ojos le hubieran visto, que tan
lugar donde ahora me hallo me die caro me cuesta. La vez pasada se fué
ron muchos mojicones y porrazos, sin con el costo de una noche de cena.
saber quién me los aba, y nunca pu cama , paja y cebada para él y para
de ver á nadie, y ahora no parece por su escudero , y un rocín y un jumento,
aquí esta cabeza que vi cortar por diciendo que era caballero aventure
mis mesmos ojos , y la sangre corría ro, que mala ventura le dé Dios á el
del cuerpo como de una fuente . ¿ Qué y & cuantos aventureros hay en el
sangre ni qué fuente dices , enemigo mundo, y que por esto no estaba obli
de Dios y de sus santos ? dijo el ven gado á pagar nada, y que así estaba
tero : ¿ no ves , ladrón , que la sangre
PARTE 1. - CAPÍTULO XXXV 155
prer que ella los hiciese ; y pues yo jote , y casi no habían tenido lugar
fuí el fabricador de mi deshonra , no para esio, cuando entraron en la vea
əhay para que ... ) ta todos los que el ventero había 1 !
Hasta aquí escribió Anselmo, por cho : y apeándose los cuatro de á ca.
donde se echó de ver, que en aquel ballo, que de muy gentil talle y dis
punto, sin poder acabar la razón, se posición eran, fueron á apear la mu
je acabó la vida. Otro día dió aviso su jer que en el sillón venía; y toman
amigo a los parientes de Anselmo de dola uno de ellos en sus brazos, la
su muerte, los cuales ya sabían su sentó en una silla que estaba á la en
desgracia , y el monasterio donde Ca. trada del aposento, donde Carden.o
mila estaba casi en el término de se había escondido. En todo este
acompañar á su esposo en aquel for tiempo ni ella ni ellos se habían qui.
zoso viaje , no por las nuevas del tado los artifaces ni hablado palabra
muerto esposo , mas por las que supo alguna, sólo que al sentarse la mi
ciel ausente amigo . Dicese, que aun jer en la silla, dió un profundo sus
que su vió viuda , no quiso salir del piro, y dejó caer los brazos como
monasterio , ni menos hacer profesión persona enferma y desmayada : los
de monja, hasta que (no de allí á mu mozos de á pie llevaron los caballos
chos días) le vinieron nuevas que Lo á la caballeriza . Viendo esto el cura ,
tario había muerto en una batalla que deseoso de saber qué gente era aque
en aquel tiempo dió monsieur de Lau lla que con tal traje y tal silencio es
trec al Gran Capitán Gonzalo Fernán taba , se fué donde estaban los mozos,
dez de Córdoba en el reino de Nápo y á uno dellos le preguntó lo que ya
les , donde había ido á parar el tarde deseaba , el cual le respondió : Par
arrepentido amigo : lo cual sabido por diez , señor , yo no sabré deciros qué
Camila, hizo profesión y acabó en gente sea esta, sólo sé que muestra
breves días la vida á las rigurosas ser muy principal, especialmente
manos de tristezas y melancolías. Este aquel que llegó a tomar en sus brazos
fué el fin que tuvieron todos, nacido á aquella señora que habéis visto :
de un tan desatinado principio .» y esto digolo porque todos los demás
Bien, dijo el cura , me parece esta le tienen respeto , y no se hace otra
novela ; pero no me puedo persuadir cosa más de lo que el ordena y man .
que esto sea verdad : y si es fingido, da. ¿ Y la señora quién es ? preguntó
fingio mal el autor, porque no se pue el cura. Tampoco sabré decir eso ,
de imaginar que haya marido tan ne respondió el mozo, porque en todo el
cio, qua quiera hacer tan costosa ex camino no la he visto el rostro : sus
periencia como Anselmo. Si este caso pirar sí la he oído muchas veces , y
se pusiera entre un galán y una da dar unos gemidos que parece que con
ma, pudiérase llevar ; pero entre ma cada uno de ellos quiere dar el alma ;
rido y mujer algo tiene de imposi y no es de maravillar que no sepamos
ble ; y en lo que toca al modo de cor más de lo que habemos dicho, porque
tarle , no me descontenta. mi compañero y yo no ha más de dos
días que los acompañamos, porque
habiér dolos encontrado en el camino,
CAPITULO XXXVI
ros rogaron y persuadieron que vinie
semos con ellos hasta el Andalucía ,
ofreciéndose á pagárnoslo muy bien .
¿ Y habéis oído nombrar á alguno de
Que trata de otros raros sucesos llos ? preguntó el cura. No por cier
que en la venta sucedieron to , respondió el mozo, porque todos
caminan con tanto silencio que es ma
ravilla, porque no se oye entre ellos
Estando en esto, el ventero , que es otra cosa que los suspiros y sollozos
taba á ia puerta de la venta , dijo : de la pobre señora , que nos mueven
Esta que viene es una hermosa tropa á lástima, y sin duda tenemos creído
de huéspedes : si ellos paran aquí, que ella va forzada dondequiera que
gaudeanus tenemos. ¿ Qué gente es ? va : y según se puede colegir por su
dijo Cardenio . Cuatro hombres , res hábito, ella es monja 6 va serlo , que
pondió el ventero, vienen á caballo ** lo más cierto ; y quizá porque no le
à la jineta con lanzas y adargas, y debe de nacer de voluntad el monjíó ,
todos con artifaces negros, y junto va triste como parece. Todo podría
con ellos viene una mujer vestida de ser, dijo el cura ; y dejárdolos , se
hlanco, en un sillón , ansimesmo cu volvió adonde estaba Dorotea, la cual,
bierto el rostro, y otros dos mozos de como había oído suspirar á la embo
á pic . ¿ Vienen muy cerca ? pregunto zada, movida de natural compasión
el cura. Tan cerca, respondió el ven se llegó á ella, y le dijo : ¿ Qué mal
tero , que ya llegan. Oyendo esto Do sentís , señora mía ? Mirad si es alg
rotea, se cubrió el rostro, v Cardenio no de quien las mujeres suelen tener
se entró en el apos ntc de don Qui. uso y exp :riencia de curail ' , que de
158 BON QUIJOTE DE LA MANCHA
mi parte os ofrezco una buena volun era la que procuraba soltarse de sus
tad de serviros. A todo esto callaba la brazos, la cual había conoc:do en el
lastimada señora y aunque Dorotea suspiro á Cardenio, y él la había co
torbó con mayores ofrecimientos, to rocido á ella . Oyó aşımismo Cardenio
davía se estaba en su silencio, hasta el ay que dió Dorotea cuando se cayó
que llegó el caballero embozado, al desmayada, y creyendo que era su
que dijo el mozo que los demás obe Luscinda, salió del aposento, despa
decían , y dijo á Dorotea : No os can . vorido, y lo primero que vió fué á
séis , señora , en ofrecer nada á esa con Fernando, que tenia abrazada á
mujer , porque tiene por costumbre Luscinda. También don Fernando co
no agradecer cosa que por ella se noció luego á Cardenio,y todos tres,
hace, ni procuréis que os responda, Luscinda, Cardenio y Dorotea, que
si no queréis oir alguna mentira de daron mudos y suspensos, casi sin
su boca. Jamás la dije, dijo á esta sa saber lo que les había acontecido .
zón la que hasta allí había estado ca Callaban todos , y mirábanse todos.
Nando, antes por ser tan verdadera Dorotea á don Fernando, don Fernan
y tan sin trazas mentirosas me veo do á Cardenio , Cardenio á Luscinda,
ahora en tanta desventura, y desto y Luscirda á Cardenio . Mas quien
vos mismo quiero que seáis ml tes primero rompió el silencio fué Lus
tigo, pues mi pura verdad os hace á cinda, hablando á don Fernando desta
vos ser falso y mentiroso. Oyó estas manera : Dejadme, señor don Fernan
razones Cardenio bien clara y distip do, por lo que debéis á ser quien sois ,
tamente, como quien estaba tan junto ya que por otro respeto no lo hagáis ;
de quien las decía , que sólo la puer dejadme llegar al muro de quien po
ta del aposento de don Quijote estaba soy hiedra , el arrimo de quien no me
en medio ; y así como las nyo, dando han podido apartar vuestras impor
una gran voz dijo : i Válgame Dios ! tunaciones , vuestras amenazas , vues
¿ Qué es esto que oigo ? ¿Qué voz es tras promesas ni vuestras dádivas ;
esa que ha llegado á mis oídos ? Vol notad como el cielo por desusados y
vió la cabeza á estos gritos aquella á nosotros encubiertos caminos me
señora toda sobresaltada, y no viendo ha puesto á mi verdadero esposo de
quién los daba, se levantó en pie y lante ; y bien sabéis por mil costosas
fuése á entrar en el aposento , lo cual experiencias que solo la muerte fuera
visto por el caballero, la detuvo sin bastante para borrarle de mi memo
dejarla mover un paso. A ella con la . ria. Sean, pues, parte tan claros des
turbación y desasosiego se le cayó el engaños para que volváis (ya que no
tafetán con que traía cubierto el ros podáis hacer otra cosa ) el amor en
tro , y descubrió una hermosura in rabia, la voluntad en despecho, y aca
comparable y un rostro milagroso , badme con él la vida , que como yo la
aunque descolorido y asombrado, por rinda delante de mi buen esposo , la
que con los ojos andaba rodeando to daré por bien empleada : quizá coa
dos los lugares donde alcanzaba con mi muerte quedará satisfecho de la fe
la vista con tanto ahinco , que pare que le mantuve hasta el último trance
cía persona fuera de juicio ; cuyas de la vida. Había en este entretanto
señales, sin saber por qué las hacía , vuelto Dorotea en sí, y había estado
pusieron gran lástima en Dorotea y escuchando todas las razones que
en cuantos la miraban . Teníala el cà . Luscinda dijo , por las cuales vino en
hallero fuertemente asida por las es conocimiento de quién ella era ; y
paldas, y por estar tan ocupado en viendo que don Fernando . aun no la
tenerla, no pudo acudir á alzarse e! dejaba de sus brazos ni respondía á
embozo que se le caía, como en efec. sus razones , esforzándose lo más que
to se le cayó del todo ; alzando los pudo, se levantó y se fué á hincar de
ojos Dorotea, que abrazada con la se rodillas á sus pies, y derramando m'i
ñora estaba, vió que el que abrazada cha cantidad de hermosas y lastime
ansimismo la tenía era su esposo don ras lágrimas, así le comenzó a decir :
Fernando ; v apenas le hubo conoci . Si ya no es, señor mío , que los rayos
do, cuando arrojando de lo intimo de deste sol que eu tus brazos eclipsado
sus entrañas un largo y tristísimo ay , tienes , te quitan y ofuscan los de tus
se dejó caer de espaldas desmayada : ojos, ya habrás echado de ver que la
y á no hallarse allí junto al barbero, que á tus pies está arrodillada és la
que la recogió en los brazos, ella die. sin ventura hasta que tú quieras , y
ra consigo el suelo . Acudió luego la desdichada orotea. Yo soy aquella
el cura á quitarle el embozo para labradora humilde, á quien tú por tu
echarle agua en el rostro , y así como bondad y por tu gusto quisiste levan
la descubrió, la conoció don Fernan . tar á la alteza de poder llamarse
do , que era el que estaba abrazado tuya : soy la que encerrada en los 11
con la otra, y quedó como muerto en mites de la honestidad vivió vida con
verla ; pero ro porque dejase con tenta , hasta que á las voces de tus
todo esto de tener á Luscinda , que importunidades , y al parecer justos y
PARTE 1. - CAPÍTULO XXXVI 159
amorosos sentimientos, abrió las puer cuando todo esto falte , tu misma con
tas de su recato v te entregó las lla ciencia no ha de faltar de dar voces
res de su libertad : dádiva de ti tan callando en mitad de tus alegrias, vol.
mal agradecida, cual lo muestra bisa viendo por esta verdad que te he di
claro haber sido forzoso hallarme en cho, y turbando tus mejores gustos y
el lugar donde me hallas, y verte yo contentos. Estas y otras razones dijo
á ti de la manera que te veo. Pero la lastimada Dorotea , con tanto senti
con todo esto no querría que cayese iniento y lágrimas, que los mismos
en tu imaginación pensar que he ve . que acompañaban á don Fernando y
nido aquí con pasos de mi deshonra , cuantos presentes estaban, la scom
habiéndome traído sólo los del dolor pañaron en ellas. Escuchola don Fer
v sentimiento de verme de ti olvida nando sin replicalle palabra hasta
da. Tú quisiste que yo fuese tuya , y que ella dió fin á las suyas y principio
quisístelo de manera que aunque á tantos sollozos y suspiros, que bien
ahora quieras que no lo sea, no será había de ser corazón de bronce el que
con muestras de tanto dolor no se en
posible que tú dejes de ser mío. Mira,
señor mío , qué puede ser recompensa terneciera . Mirándola estaba Lusein
á la hermosura y nobleza por quien da, no menos lastimada de su senti
me dejas, la incomparable voluntad miento, que admirada de su macha
que te tengo : tú no puedes ser de la discreción y hermosura ; y aunque
hermosa Luscinda, porque eres mío, quisiera llegarse á ella y decirle al
ni ella puede ser tuya, porque es de gunas palabras de consuelo, no la de
Cardenio ; y más fácil será , si en ello jaban , los brazos de don Fernando
miras, reducir tu voluntad á querer que apretada la tenían . El cual , lleno
á quien te adora, que no encaminar de confusión y de espanto , al cabo de
ia que te aborrece á que bien te quie un buen espacio que atentamente es
ra . Tú solicitaste mi descuido , tú ro tuvo mirando á Dorotea, abrió los
gaste mi entereza , tú no ignoraste mi brazos , y dejando libre á ¡Luscinda,
calidad , tú sabes bien de la manera dijo : Venciste, hermosa Durovea, ven .
que me entregué á toda tu voluntad , ciste, porque no es posible tener áni
no te queda lugar ni acogida de lla mo para negar tantas verdaões jun
marte á er gaño ; y si esto es así, tas. Con el desmayo que Luscinda
como lo es , y tú eres tan cristiano había tenido , así como la dejó don
como caballero , por que por tantos Fernando, iba á caer en el suelo , mas
rodeos dilatas de hacerme venturosa hallándose Cardenio allí junto , que á
en los fines como me hiciste en los las espaldas de don Fernando se ha
principios ? Y si no me quieres por bía puesto porque no le conociese,
la que soy , que soy tu verdadera y pospuesto todo temor y venturan
legítima esposa, quiéreme á lo menos dose á todo riesgo, acudió á sostener
y admiteme por tu esclava, que como á Luścinda, y cogiéndola entre sus
vo esté en tu poder , me tendré por brazos dijo : Si el piadoso cielo gusta
dichosa y afortunada . No permitas con y quiere que ya tengas algún descan
dejarme y desampararme que se ha £ o, leal, firme y hermosa señora mía,
gan y junten corrillos en mi deshon. en ninguna parte creo yo que le len
ra : no des mala vejez á mis padres , drás más seguro que en estos brazos
pues no lo merecen los leales servi . que ahora te reciben, y otro tiempo te
cios que como buenos vasallos á los recibieron cuando la fortuna quiso
tuyos siempre han hecho . Y si te pa que pudiese llamarte mía . A estas ra
rece que , has de aniquilar tu sangre zones puso Luscinda en Cardenio lus
por mezclarla con la mía, considera ojos , y habiendo comenzado á coro
que poca o ninguna nobleza hay en cerle primero por la voz, y asegurán
el mundo que no haya corrido por dose que él era con la vista, casi fuera
Este camino, y que la que se toma de sentido y sin tener cuenta á nin
de las mujeres no es la que hace
al caso en las ilustres descendencias :
gún honesto respeto , le echó los bra
cuanto más que la verdadera nobleza
zos al cuello y juntando su rostro
consiste en la virtud , y si ésta á ti te con el de Cardenio, le dija : Vos sí ,
señor mío, sois el verdadero dueño
falta, negándome lo que tan justamen desta vuestra cautiva, aunque más lo
te me debes , yo quedaré con más ven. lo impida la contraria suerte , y aun
tajas de noble que las que tú tienes . que más amenazas le hagan á esta
En fin , señor, lo que últimamente te
digo es, que quieras ó no quieras, yo vida que en la vuestra se sustenta .
Extraño espectáculo éste para don
soy tu esposa ; testigos son tus pala Fernando y para todos los circuns
bras que no han ni deben ser men tantes, admirándose de tan ro visto
tirosas, si ya es que te prec as de suceso. Parecióle á Dorotea que don
aquello por que me desprecias : tes Fernando había perdido la color del
tigo será la firma que hiciste, y tes rostro , y que hacía ademán de querer
tigo el cielo á quien tú llamaste por
testigo de lo que me prometías ; y vengarse de Cardenio, porque le vió
encaminar la mano á ponella en la
160 DON QUIJOTE DE LA MANCRA
espada, y como lo persó , con no vista dían igualar, cuanto más hacerle ven
presteza se abrazo con él por las ro taja , y que juntase á su hermosura
dilias, besándoselas y teniéndole apre . su humildad y el extremo del amor
tado, que no le dejaba mover , y sin que le tenía : y sobre todo advir
cesar un punto de sus lágr.mas le t.ese que si se preciaba de caballero
decía : ¿ Qué es lo que piensas hacer, y de cristiano , no podía hacer otra
único refugio mío, en este tan im cosa que cumplille la palabra dada, y
pensado trance ? Tú tienes á tus pies que cumpliéndosela cumpliría con
á tu esposa , y la que quieres que lo Dios y satisfaría á las gentes discre
sea está en los brazos de su marido : tas , las cuales saben y conocen que
mira si te estará bien , o te será po es prerrogativa de la hermosura , aun
sible deshacer lo que el cielo ha he. que esté en sujeto humilde, como se
cho, ó si te convendrá querer levan acompañe con la honestidad , poder
tar á igualar á ti mismo á la que pos levantarse é igualarse á cualquiera
puesto todo inconveniente, confirma alteza sin nota de menoscabo del que
da en su verdad y firmeza, delante de la levanta é iguala á sí mismo ; y
tus ojos tiene los suyos bañando de cuando se cumplen las leyes fuertes
licor amoroso el rostro y pecho de del gusto, como en ello no intervenga
su verdadero esposo. Por quien Dios pecado, no debe de ser culpado el que
es te ruego, y por quien tú eres te las sigue. En efecto, á estas razones
suplico, que este tan notorio desenga añadieron todos otras tales y tantas ,
ño no sólo no acreciente tu ira , sino que el valeroso pecho de don Fer
que in mengüe en tal manera , que nando, en fin como alimentado con
con quietud y sosiego permitas que ilustre sangre, se ablandó y se dejó
estos dos amantes le tergan sin im vencer de la verdad que él no pudiera
pedim nto tuyo todo el tiempo que negar aunque quisiera ; y la señal
el cielo quisiere concedérselo, y en que dió de haberse rendido y entre .
esto mostrarás la generosidad de tu gado al buen parecer que se le había
ilustre y noble pecho , y verá el mun propuesto , fué abajarse y abrazar á
do que tiene contigo más fuerza la Dorotea , diciéndole : Levantaos, seño.
razón que el apetito . En tanto que ra mía , que no es justo que esté arro
esto decía Dorotea , aunque Cardenio dillada á mis pies la que yo tengo en
tenía abrazada á Luscinda, no qui mi alma ; y si hasta aquí no he dado
taba los ojos de don Fernando , con muestras de lo que digo , quizá ha
determinación de que si le viese hacer sido por orden del cielo, para que
algún movimiento en su perjuicio, viendo yo en vos la fe con que me
procurar defenderse y ofender como amáis , os sepa estimar en lo que me
mejor pudiese á todos aquellos que recéis : lo que os ruego es que no me
en su daño se mostrasen , aunque le reprendáis mi mal término y mi mu
costase la vida. Pero a esta sazón acii cho descuido, pues la misma ocasión
dieron los amigos de don Fernando , y fuerza que me movió para acetaros
y el cura y el barbero, que á todo ha por mía, esta misma me impelió para
bían estado presentes , sin que fal procurar no ser vuestro . Y que esto
tase el bueno de Sancho Panza , y sea verdad , volved y mirad los ojos
todos rodeaban á don Fernando , su de la ya contenta Luscinda, y en ellos
plicárdole tuviese por bien de mirar hallaréis discu!på de todos mis ye
las lágrimas de Dorotea, y que siendo rros : y pues ella halló y alcanzó lo
verdad , como sin duda ellos creían que deseaba, y yo he hallado en vos
que lo era , lo que en sus razones lia. lo que me cumple, viva ella segura y
hía dicho , que no permitiese quedase contenta luengos y felices años con
defraudada de sus tan justas espe su Cardenio , que yo de rodillas rogaré
ranzas : que considerase que no acaso al cielo que me los deje vivir con mi
como parecía , sino con particular pro Dorotea ; y diciendo esto, la tornó á
videncia del cielo se habían todos abrazar y juntar su rostro con el suyo
juntado en lugar donde menos ningu con tan tierno sentimiento, que le fué
no pensaba, y que advirtiese, dijo necesario tener gran cuenta con que
el cura , que sola la muerte podía las lágrimas no acabasen de dar indu
apartará Luscinda de Cardeno, y bitables señales de su amor y arre .
aunque los dividiesen filos de alguna pentimiento . No lo hicieron asi las de
espada , ellos tendrían por felicísima Lusc'nda y Cardenio , y aun las de
su muerte, y que en los casos irre casi todos los que allí presentes esta
mediables era suma cordura, forzán ban , porque comenzaron á derramar
dose y venciéndose á sí mismo , mos tantas , los unos de contento propio y
trar un generoso pecho, permitiendo los otros del ajeno , que no parecía
que por sola su voluntad los dos go sino que algún grave y mal caso á
zasen el bien que el cielo ya les ha todos había sucedido : hasta Sancho
bía concedido ; que pusiese los ojos Panza lloraba , aunque después dijo
ansimismo en la beldad de Dorotea , que no lloraba él sino por ver que Dc
y vería que pocas ó ninguna se le po rotea no era como él pensaba la reina
PARTE 1. - CAPÍTULO XXXVII 161
todas tenían cercada á la que con el ánimos y atraer las voluntarles, luego
venía y que ella á cuanto le decían se rindieron todos al deseo de servir
callaba, dijo : Señoras mías , esta ion y acariciar á la hermosa mora . Pre
cella apenas entiende mi lengua, ni guntó don Fernando al cautivo com )
sabe hablar otra ninguna sino con se llamaba la mora, el cual respondió ,
forme á su tierra , y por esto no debe que Lela Zoraida ; y así como esto oyo
de haber respondido ni responde á lo ella , entendió lo que le habían pre
que se le ha preguntado . No se le guntado al cristiano, y dijo con mu
pregunta otra cosa ninguna, respon. cha priesa, llena de congoja y co
dio Luscinda, sino ofrecelle por esta paire : No , no Zoraida : Maria ,
noche nuestra compañía y parte del María , dando a entender que se ila
lugar donde nos acomodaremos, don maba María , y no Zoraida. Estas pi .
de se le hará el regalo que la como labras y el grande afecto con que la
didad ofreciere, con la voluntad que mora las dijo, hicieron derramar más
obliga a servir a todos los extranjeros de una lágrima á algunos de los que
que dello tuvieren necesidad , espe la escucharon, especialmente á las
cialmente siendo mujer á quien se mujeres , que de su naturaleza son
sirve. Por ella y por mí, respondió el tiernas y compasivas. Abrazóla Lus
cautivo, os beso, señora mía, las ma cinda con mucho amor , diciéndole :
nos, y estimo mucho y en lo que es Sí, sí, María , María ; á lo cual res
razón la merced ofrecida, que en tal pondió la mora : Si, si, Maria : ZO
ocasión, y de tales personas como raida macange, que quiere decir nu .
vuestro parecer muestra , bien se Ya en esto llegaba la noche, y por
echa de ver que ha de ser muy orden de los que venían con don Fer
grande. Decidme, señor , dijo Dorotea, nando había el ventero puesto dili
cesta señora es cristiana, ó mora ? gencia y cuidado en aderezarles de
porque el traje y el silencio nos hace cenar lo mejor que á él le fué posi
pensar que es lo que no querríamos ble. Llegada pues la hora, sentáronse
que fuese . Mora es en el traje y en el todos á una larga mesa como de ti
cuerpo , pero en el alma es muy gran nelo, porque no la había redonda ni
de cristiana, porque tiene grandísi . cuadrada en la venta , y dieron la ca
mos deseos de serlo. Luego no es becera y principalasiento, puesto que
bautizada ? replicó Luscinda. No ha él lo rehusaba, á don Quijote , el cual
habido lugar para ello, respondió el quiso que estuviese á su lado la seño
cautivo, después que salió de Argel , ra Micomicona , pues él era sa guar
su patria y tierra, y hasta agora no se lador. Luego se sentaron Luscinda y
ha visto en peligro de muerte tan Zoraida, y frontero dellas don Fer
cercana que obligase á bautizalla, sin nando y Cardenio, y luego el cautivo
que supiese primero todas las ceremo. y los demás caballeros, y al lado de
nias que nuestra madre la santa Igle las señoras el cura y el barbero ; y as ?
sia manda ; pero Dios será servido cenaron con mucho contento, y acre
que presto se bautice con la decencia centoseles más viendo que dejando de
que la calidad de su persona merece, comer don Quijote, movido de otro
que es más de lo que muestra su há semejante espíritu que el que le mo.
bito y el mío . Con estas razones puso vió a hablar tanto como hablo cuando
ganz en todos los que escuchandole cenó con los cabreros , comenzó a de
cir : Verdaderamente si bien se con
estaban, de saber quién fuese la mora sidera , señores míos, grandes é inau
y el cautivo ; pero nadie se lo quiso ditas cosas ven los que profesan la or
preguntar por entonces , por ver que
aquella sazón era más para procurar den de la andante caballería . Si no,
les descanso que para preguntarles ¿ cuál de los vivientes habrá en el
sus vidas. Dorotea la tomó por la mundo que ahora por la puerta deste
mano, y la llevó á sentar junto á sí , castillo entrara , y de la suerte que
v le rogó que se quitase el embozo . estamos nos viera, que juzgue y crea
Ella miró al cautivo , como si le pre qu nosotros somos quien somos ?
guntara le dijese lo que decían , y lo ¿ Quién podrá decir que esta señora
que está á mi lado, es la gran reina
que ella haría. El en lengua arábiga que todos sabemos, y que yo soy aquel
le dijo que le pedían se quitase el em caballero de la Triste Figura , que
bozo , y que lo hiciese ; y así se lo
quitó, y descubrió un rostro tan her anda por ahí en boca de la fama ?
moso , que Dorotea la tuvo por más Ahora no hay que dudar, sino que
hermosa que Luscinda, y Luscinda esta arte y ejercicio excede á todas
por más hermosa que á Dorotea , y aquellas y aquellos que los hombres
todos los circunstantes conoceron , inventaron, y tanto más se ha de te
ner en estima, cuanto à más peligros
que si alguno se podría igualar al de está sujeto. Quítenseme delante los
las dos era el de la mora, y aun hubo que dijeren que las letras hacen ven.
algunos que la aventajaron en alguna taja á las armas, que les diré , y sean
cosa . Y como la hermosura tenga pre quién se fueren , que no saben lo que
rrogativa y gracia de reconciliar los
PARTE I. - CAPÍTULO XXXVII 165
dicen : porque la razón que los tales guerra, que lo mismo es decir armas
suelen decir, y á lo que ellos más se que guerra. Prosupuesta pues esta
atienen , es que los trabajos del espí verdad , que el fin de la guerra es la
ritu exceden a los del cuerpo, y que paz, y que en esto hace ventaja al fin
las armas sólo con el cuerpo se ejer de las letras, vengamos ahora á los
citan , como si fuese su ejercicio ofi. trabajos del cuerpo del letrado, y á
co de ganapanes , para el cual no es los del profesor de las armas, y véase
menester más de buenas fuerzas ; 6 cuáles son mayores. De tal manera y
como si en esto que llamamos armas por tan buenos términos iba prosi
los que las profesamos , no se ence guiendo en su plática don Quijote,
rrasen los actos de la fortaleza , los que obligó á que por entonces ningu
cuales piden para ejecutallos mucho 10 de los que escuchándole estaban ,
entendimiento ; o como si no traba le tuviesen por loco ; antes como to
jase el ánimo del guerrero, que tiene dos los más eran caballeros , á quien
á su cargo un ejército o la defensa son anejas las armas , le escuchaban
de una ciudad sitiada, así con el es de muy buena gana, y él prosiguió :
píritu como con el cuerpo . Si no, Digo pues , que los trabajos del estu .
véase si se alcanza con las fuerzas Giante son estos : principalmente po
corporales á saber y conjeturar el breza, no porque todos sean pobres ,
intento del eremigo , los designios , las sino por poner este caso en todo el
estratagemas, las dificultades, el pre extremo que pueda ser ; y en haber
venir los daños que se temen , que cicho que padece pobreza, me parece
todas estas cosas son acciones del en que no había que decir más de sul
tendimiento, en quien no tiene parte malaventura, porque quien es pobre
alguna el cuerpo. Siendo pues añsí no tiene cosa buena. Esta pobreza la
que las armas requieren espíritu como padece por sus partes , ya en hamora
las letras, veamos ahora cual de los ya en frío, ya en desnudez, ya en
dos espíritus , el del letrado o el del todo junto ; pero con todo eso no es
guerrero, trabaja más : y esto se ven tanta que o coma aunque sea un
drá á conocer por el fin y paradero poco más tarde de lo que se usa, aun
á que cada uno se encamina , porque que sea de las sobras de los ricos, que
aquella intención se ha de estimar en es la mayor miseria del estudiante
más, que tiene por objeto más noble esto que entre ellos llaman andar si
fin . Es el fin y paradero de las letras la sopa, y no les falta algún ajeno
( y no hablo ahora de las divinas, brasero 6 chimenea , que si no calien
que tienen por blarco llevar y en. ta, á lo mecos entibie su frío, y en
caminar las almas al cielo, que { un fin la noche duermen muy bien debajo
fin tan sin fin como este , ninguno de cubierta . No quiero llegar á otras
otro se le puede igualar) ; hablo de menudencias , conviene á saber, de la
las letras humanas , que es su fin falta de camisas y no sobra de zapa
poner en su punto la justicia distri tos, la raridad y poco pelo del vesti
butiva y dar á cada uno lo que es do , ni aquel ahitarse con tanto gusto ,
suyo , entender y hacer que las bue. cuardo la buena suerte les depara
Las leyes se guarden : fin por cierto algún banquete. Por este camino que
generoso y alto y digno de grande he pintado, áspero y dificultoso, tro
alabanza ; pero no de tanta como me pezando aqut, cayendo allí, leran
rece aquel á que las armas atienden , tándose acullá , tornando á caer acá,
las cuales tienen por objeto y fin la llegan al grado que desean, el cual
paz , que es el mayor bien que los alcanzado, á muchos hemos visto que
hombres pueden desear en esta vida. habiendo pasado por estas Sirtes y
Y así las primeras buenas nuevas que por estas Escilas y Caribdis , como
llevados en vuelo de la favorable fur
tuvo el mundo y tuvieron los hom.
bres, fueron las que dieron los ánge. tuna, digo que los hemos visto man
les la noche que fué nuestro día, dar y gobernar el mundo desde una
cuando cantaron en los aires : Gloria silla, trocada su hambre en hartura,
sea en las alturas, y paz en la tie su frío en refrigerio, su desnudez en
rra á los hombres de buena volun . galas, y su dormir en una estera, en
tad ; y la salutación que el mejor reposar en holandas y damascos, pre
- Maestro de la tierra y del cielo ense mio justamente merecido de su vir.
fió á sus allegados y favorecidos, fué tud ; pero contrapuestos y compara .
decirles, que cuando entrasen en al dos sus trabajos con los del milite
guna casa dijesen : Paz sea en esta guerrero, se quedan muy atrás en
casa : y otras muchas veces les dijo : todo, como ahora diré .
Mi paž os doy , mi paz 08 dejo , paz
sea entre vosotros ; bien como joga
y prenda dada y dejada de tal mano,
joya que sin ella en la tierra ni en
el cielo puede haber bien alguno.
Esta paz es el verdadero fin de la
166 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
so, las cuales enclavijadas y trabadas, brevino nueva lástima de ver que
no le queda al soldado niás espacio hombre que al parecer tenía buen en
del que conceden dos pies de tabla tendimiento y buen discurso en todas
del espolón ; y con todo esto , viendo las cosas que trataba , le hubiese per
que tiene delante de sí tantos minis dido tan rematadamente en tratándo
tros de la muerte que le amenazan , le de su negra y pizmienta caballería .
cuantos cañones de artillería se ases El cura le dijo que tenía mucha ra
tan de la parte contraria, que no dis. zón en todo cuanto había dicho en
tan de su cuerpo una lanza, y viendo favor de las armas, y que él, aunqus
que al primer descuido de los pies letrado y graduado, estaba de su mis
iría á visitar los profundos senos de mo parecer . Acabaron de cenar, le
Nepturo, con todo esto , con intré Vantaron los manteles, y en tanto
pido corazón, llevado la nra que que la ventera, su hija y Maritorne's
le incita, se pone á ser blanco de tan aderezaban el camaranchón de don
t3 arcabucería , y procura pasar por Quijote de la Mancha, donde habían
tan estrecho paso al bajel contrario . determinado que aquella noche las
Y lo que más es de admirar, que mujeres solas en él se recogiesen , don
apenas uno ha caído donde no se po Fernando rogó al cautivo les contase
drá levantar hasta la fin del mundo , el discurso de su vida , porque no po
cuando otro ocupa su mismo lugar , dría ser sino que fuese peregrino y
y si éste tanıbién cae en el mar , que gustoso, según las muestras que ha
como enemigo le aguarda , otro y bía comenzado 1 dar , viniendo en
otro le suceden , sin dar tiempo al compañía de Zoraida : á lo cual res
tiempo de sus muertes , valentía y pondió el cautivo , que de muy buena
atrevimiento el mayor que se puede gana haría lo que se le mandaba, y
ballar en todos los trances de la gue que sólo temía que el cuento no ha
rra . Bien hayan aquellos berditos și bía de ser tal que les diese el gusto
glos que carecieron de la espantable que él deseaba ; pero con todo eso ,
furia de aquestos endemoniados ins por no faltar en obedecelle , le con
trumentos de la artillería, á cuyo taría. El cura y todos los demás se
inventor tengo para mí que en el in lo agradecieron y de nuevo se lo ro .
fierno se le está dando el premio de su garon , y él viéndose rogar de tantos ,
diabólica invención , con la cual dió dijo que no era menester ruegos
causa que un infame y cobarde brazo adonde el mandar tenía tanta fuer
quite la vida á on valeroso caballero , za ; y así estén vuestras mercedes
y que sin saber cómo ó por dónde , en atentos , y oirán un discurso verdade
ia mitad del coraje y brío que encien ro , á quien podría ser que no llegasen
de y anima á los valientes pechos , lle los mentirosos, que con curioso y pen
ga una desmandada bala , disparada sado artificio suelen componerse. Con
de quien quizá huyó y se espantó del esto que dijo , hizo que todos se aco
resplandor que hizo el fuego al dispa modasen y le prestasea un grande
rar de la maldita máquina, y corta y silencio ; y él viendo que ya callaban
acaba en un instante los pensamien y esperaban lo que decir quisiese, con
tos y vida de quien la merecía gozar voz agradable y reposada , comenzó á
decir desta manera :
luengos siglos . Y así, considerando
esto, estoy por decir que en el alma
me pesa de haber tomado este ejerci
cio de caballero andante, en edad tan
det stable como es esta en que ahora CAPITULO XXXIX
vivimos, porque aunque á mí ningún
peligro me pone miedo, todavía me
pone recelo pensar si la pólvora y el Donde el cautiro cuenta su rida
estaño me han de quitar la ocasión de y sucesos
hacerme famoso y conocido por el
valor de mi brazo y filos de mi espada
por todo lo descubierto de la tierra. En un lugar de las mortañas de
Pero haga el cielo lo que fuere servi León tuvo principio mi linaje, con
do, que tanto seré más estimado, si quien fué más agradecida y liberal la
salgo con lo que pretendo , cuanto á naturaleza que la fortuna , aunque en
mayores peligros me he puesto que la estrecheza de aquellos pueblos to
se pusieron los caballeros andantes de davía alcanzaba mi padre fama de
los pasados siglos. Todo este largo rico , y verdaderamente lo fuera , si
preámbulo dijo don Quijote en tanto así se diera mañı á corservar su ha
que los demás conaban , olvidándose cienda , como se la daba en gastaila .
de llevar bocado á la boca , puesto que Y la condición que tenía de ser libe
algunas veces le había dicho Sancho ral y gastador le procedió de haber
Panza que cenyse , que después habría sido soldado los años de su juventud ;
lugar para decir todo lo que quisiese . que es escuela la soldadesca, donde
En los que escuchado le habían, so. el mezquino se hace franco , y el fran
168 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
eo , pródigo, y si algunos soldados se como lo veréis por la obra. Decidme
hallan miserables, son como mons ahora si queréis seguir mi parecer y
truos, que se ven raras veces . Pasaba consejo en lo que os he propuesto :
mi padre los términos de la liberali y mandándome á mí, por ser el ma
dad, y rayaba en los de ser pródigo, yor, que respondiese, después de ha
cosa que no le es de ningún provecho berle dicho que no se deshiciese de
al hombre casado, y que tiene hijos la hacienda, sino que gastase todo lo
que le han de suceder en el nombre que fuese su voluntad, que nosotros
y en el ser. Los que mi padre tenía éramos mozos para saber ganarla,
eran tres, todos varones y todos de vine á concluir en que cumpliría su
edad de poder elegir estado . Viendo gusto , y que el mío era seguir el
pues mi padre que , según él decía, no ejercicio de las armas , sirviendo en el
ía irse a la mano contra su condi . á Dios y á mi rey . El segundo her
ción , quiso privarse del instrumento mano hizo los mismos ofrecimientos y
y causa que le hacía gastador y dadi escogió el irse á las Indias, llevando
voso, que fué privarse de la hacienda, empleada la hacienda que le cupiese .
sin la cual el mismo Alejandro pare El menor, y á lo que creo el más dis
ciera estrecho ; y así, llamándonos un creto, dijo que quería seguir la Igle
día a todos tres á solas en un aposen sia, 6 irse á acabar sus comenzados
to , nos dijo estas razones semejantes estudios á Salamanca . Así como aca
á las que ahora diré: Hijos , para de bamos de concordarnos y escoger
ciros que os quiero bien, basta saber nuestros ejercicios, mi padre ros
y decir que sois mis hijos ; y para en abrazo a todos , y con la brevedad que
tender que os quiero mal, basta saber dijo puso por obra cuanto nos había
que no me voy á la mano en lo quo prometido ; y dando á cada uno su
toca á conservar vuestra hacienda ; parte, que , á lo que se me acuerda,
pues para que entendáis desde aquí fueron tres mil ducados en dineros,
adelante que os quiero como padre , ſorque un nuestro tío compró toda la
y que no os quiero destruir como pa . hacienda y la pagó de contado, por
drastro , quiero hacer ura cosa con que ro saliese del tronco de la casa,
vosotros, que ha muchos días que la en un mismo día nos despedimos to
tengo pensada y con madura conside dos tres de nuestro padre , y en aquel
ración dispuesta. Vosotros estáis va mismo, pareciéndome á mi ser inhu
en edad de tomar estado, ó á lo me manidad que mi padre quedase viejo
nos de elegir ejercicio tal , que cuando y con tan poca hacienda, hice con él
mayores os honre y aproveche; y lo que de mis tres mil tomase dos mil
que he pensado es hacer de mi ha ducados, porque mí me bastaba el
eierda cuatro partes : las tres os daré resto para acomodarme de lo que
à vosotros , á cada uno lo que le toca había menester un soldado . Mis dos
re, sin exceder en cosa alguna, y con hermanos, movidos de mi ejemplo ,
la otra me quedaré yo para vivir y cada uno le dió mil ducados, de modo
sustentarme los días que el cielo fue que á mi padre le quedaron cuatro
re servido de darme de vida ; pero mpil ducados en dineros , y más tres
querría que después que cada uno mil que á lo que parece valía la hacien .
tuviese en su poder la parte que le da que le cupo , que no quiso vender,
toca de su hacienda, siguiese uno de sino quedarse con ella en raíces . Digo
103 caminos que le diré . Hay un re en fin , que nos despedimos dél y de
frán en nuestra España, á miparecer aquel nuestro tío, que he dicho, ro
muy verdadero, como todos lo son , sin mucho sentimiento y lágrimas de
por ser sentencias breves sacadas ue todos, encargándonos que les hicié
la luenga y discreta experiencia, y el semos saber todas las veces que hu
que yo digo , dice : Iglesia 6 mar, o biese comodidad para ello, de nues
casa real, como si más claramente tros sucesos prósperos 6 adversos .
dijera : quien quisiere valer y ser Pnametímaselo , y abrazándonos y
rico , siga o la iglesia , 6 navegue ejer echándonos su bendición, el uno tomo
citando el arte de la mercancía , 6 en el viaje de Salamanca , el otro el de Se
tre á servir á los reyes en sus casas, villa y yo el de Alicante , adonde tuve
porque dicen : Más vale migaja de nuevas que había una nave genovesa
rey, que merced de señor. Digo esto, que cargaba allí lana para Génova.
porque querría y es mi voluntad , que Este hará veintidos años que sali de
uno de vosotros siguiese las letras, casa de mi padre , y en todos ellos ,
el otro la mercancía , y el otro sirvie puesto que he escrito algunas cartas,
se al rey en la guerra , pues es die no he sabido dél , y ni de mis herma
fieultoso a entrar á servirle en su nos, nueva alguna, y lo que en este
casa, que ya que la guerra no dé mu discurso de tiempo he pasado , lo diré
chas riquezas, suele dar mucho va brevemente. Embarqueme en Alican
lor y mucha fama. Dentro de ocho te , llegué con próspero viaje á Géno
días os daré toda vuestra parte en di . va , fui desde allí á Milán , donde me
neros, sin defraudaros en un ardite, acomodé de armas y de algunas galas
PARTE 1.- CAPÍTULO XXXIX 169
CAPITULO XL
SONETO
SONETO
de muchas que hizo , temíamos todos el pecho. De allí á poco sacaron por
que había de ser empalado, y así lo la misma ventana una pequeña cruz
temió élmás de una vez; y si no fuera hecha de cañas , y luego la volvieron
porque el tiempo no da lugar , yo dije á entrar. Esta señal nos confirmó en
ra ahora algo de lo que este soldado que alguna cristiana debía de estar
hizo , que fuera parte para entretene cautiva en aquella casa, y era la que
ros y admiraros harto mejor que con el bien nos hacía ; pero la blancura
el cuento de ini historia . Digo pues, de la mano, y las ajorcas que en ella ,
que encima del patio de nuestra pri vimos , nos deshizo este pensamiento ,
sión caían las ventanas de la casa de puesto que imaginamos que debía de
un moro rico y principal , las cuales, ser cristiana renegada, á quien de
como de ordinario son las de los mo ordinario suelen tomar por legitimas
ros, más eran agujeros que ventanas , mujeres sus mismos amos , y aun lo
y aun éstas se cubrían con celosías tienen á ventura , porque las estiman
muy espesas y apretadas. Acaeció en más que las de su nación . En to
pues que un día, estando en un terra dos nuestros discursos dimos muy
do de nuestra prisión con otros tres lejos de la verdad del caso, y así todo
compañeros, haciendo pruebas de sal nuestro entretenimiento desde allí
tar con las cadenas para entretener el adelante era mirar y tener por norte
tiempo , estando solos (porque todos á la ventana donde nos había apare
los demás cristianos habían salido á cido la estrella de la caſa ; pero
trabajar ), alcé acaso los ojos , y vi que bien se pasaron quince días en que
por aquellas cerradas ventanillas que no la vimos , ni la mano tampoco, ni
he dicho , parecía una caña, y al re otra señal alguna. Y aunque en este
mate della puesto un lienzo atado, y tiempo procuramos con toda solicitud
la caña se estaba blandeando y mo saber quién en aquella casa vivía, y
viéndose casi como si hiciera señas si había en ella alguna cristiana rene.
que llegásemos a tomarla. Miramos gada, jamás hubo quiez nos dijese
en ello, y uno de los que conmigo es otra cosa sino que allí vivia un moro
taba fué à ponerse debajo de la caña principal y rico, llamado Agi Morato ,
por ver si la soltaban , ó lo que ha alcaide que había sido de la Pata, que
cían ; pero así como llegó alzaron la es oficio entre cllos de mucha cali
caña y la movieron a los dos lados dad ; mas cuando más descuidados
como si dijera no con la cabeza . Vol estábamos de que por allí habían de
vióse el cristiano, y torraronla bajar llover más cianiis ; vimos à deshora
y hacer los n.ismos movimientos que parecer la caña y otro lienzo en ella
primero . Fué otro de mis compañe con otro nudo más crecido ; y esto
ros , y sucedióle lo mismo que al fué á tiempo que estaba el baño como
primero. Finalmente fué el tercero, la vez pasada solo y sin gente . Hici
y avinole lo que al primero y al se mos la acostumbrada prueba , yendo
gundo . Viendo yo esto, no quise dejar cada uno primero que yo , de los mis
de probar la suerte , y así como lle mos tres que estábamos, pero a nin
gué á ponerme debajo de la caña, guno se rindió la caña sino á mí, por
la dejaron caer , y dió a mis pies , den. que en llegando yo la dejaron caer.
tro del baño. Acudí luego á desatar Desaté el nudo , y hallé cuarenta es
el lienzo . en el cual vi un nudo , cudos de oro españoles y un papel cs
dentro del renían diez cianiis, que crito en arábigo, y al cabo de lo es.
son unas monedas de oro bajo que crito hecha una grande cruz. Besé la
usan los moros , que cada una vale cruz, tomé los escudos, volvíme al
diez reales de los nuestros . Si me terrado, hicimos todos nuestras zale
holgué con el hallazgo, no hay para mas , torno á parecer la mano, hice
qué decirlo , pues fué tanto el con señas que leería el papel, cerraron la
tento como la admiración de pensar ventana. Quedamos todos confusos y
de dónde podía venirnos aquel bien , alegres con lo sucedido : y como nin
especialmente á mí, pues las mues guno de nosotros no entendía el ará
tras de no haber querido soltar la bigo, era grande el deseo que tenía
caña sino á mí, claro decían que á mí mos de entender lo que el papel con
se hacia la merced . Tomó mi buen tenía, y mayor la dificultad de buscar
dinero, qu : bré la caña, volvime al quien lo leyese. En fin , yo me deter
terradillo, miré la ventana, y vi que miné de fiarme do un renegado ratu
por ella salía una muy blanca mano ral de Murcia, que se había dado por
que la abría y cerraba muy apriesa. grande amigo mío , y puesto prendas
Con eso entendimos 6 imaginamos entre los dos que le obligaban á guar
que alguna mujer que en aquella casa dar el secreto que le encargase , por
vivia , nos debía de haber hecho aquel que suelen algunos renegados , cuan
beneficio , y en señal de que lo agra do tienen intención de volverse á tie
decíamos hicimos zalemas á uso de rra de cristianos , traer consigo algu
moros , inclinando la cabeza, doblando nas firmas de cautivos principales en
el cuerpo y poniendo los brazos sobre que dan fe , en la forma que pueden,
174 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
suceden cosas de grande espanto y de dola 'de que con el primer bajel que
admiración. En efecto, él vino á ile viniese de Valencia pagarían mi res.
cir que lo que se podía y debía hacer cate , porque si luego diera el dinero ,
era, que el dinero que se había de fuera dar sospechas al rey, que ha
dar para resoatar al cristiano, se le bía muchos días que mi rescate estaba
diese á él para comprar allí en Argel en Argel , y que el mercader por sus
una barca con achaquede hacerse granjerías lo había callado. Finalmen
mercader y tratante en Tetuán y en to mi amo era tan caviloso que en
aquella costa , y que siendo el señor ninguna manera me atreví á que lue
de la barca, fácilmente se daría traza go se desembolsase el dinero . El jue
para sacarlos del baño y embarcarlos ves antes del viernes que la hermosa
a todos . Cuanto más , que si la mora, Zoraida se había de ir al jardin , nos
como ella decía, daba dineros para dió otros mil escudos, y nos avisó de
rescatarlos a todos, que estando libres su partida, rogándome que si me res
era facilísima cosa aun embarcarse en catase, supiese luego el jardín de si
la mitad del día , y que la dificultad padre , y que en todo buscase ocasión
que se ofrecía mayor era que los mo de ir allá y verla. Respondile en bre
ros no consienten que renegado al ves palabras, que así lo haría, y que
guno compre ni tenga barca, si no es tuviese cuidado de encomendarnos a
bajel grande para ir en corso, porque Lela Marien con todas aquellas ora
se temen que el que compra barca , ciones que la cautiva la había ense
principalmente si es español, no la ñado. Hecho esto, dieron orden en
quiere sino para irse a tierra de cris que los tres compañeros nuestros se
tianos ; pero que el facilitaria este rescatasen por facilitar la salida del
inconveniente con hacer que un moro baño , y porque viéndome á mí res
tagarino fucse á la parte con él en !3 catado y ellos no, pues habíı dinero .
compañía de la barca y en la ganan no se alborotasen, y les persuadiese
cia de las mercancías , y con esta som el diablo que hiciesen alguna cosa en
. bra él vendría á ser señor de la barca, perjuicio de Zoraida ; que puesto que
eon que daba por acabado todo lo de el ser ellos quien eran me podía ase
más . Y puesto que a mí y á mis ca gurar d - ste temor, con todo eso no
maradas nos había parecido mejor lo quise poner el negocio en aventura, y
de enviar por la barca á Mallorca , así los hice rescatar por la misma
como la mora decía , no osamos con orden que yo me rescaté, entregando
tradecirle, temerosos de que si no todo el dinero al mercader para que
hacíamos lo que él decía, nos había con certeza y seguridad pudiese hacer
de descubrir y poner á peligro de per la fianza : al cual nunca descubrimos
der las vidas, si descubriese el trato nuestro trato y secreto por el peligro
de Zoraida, por cuya vida diéramos que había .
todos las nuestras ; y así determina
mos de ponernos en las manos de
Dios y en las del renegado ; y en
aqnel mismo punto se le respondin á CAPITULO XLI
Zoraida , diciéndole que haríamos todo
cuanto nos aconsejaba , porque lo ha
bía advertido tan bien como si Lela Donde todavia prosigue el cautivo
Marien se lo hubiera dicho, y que en su suceso
ella sola estaba el dilatar aquel nego
cio 6 ponello luego
ser
obra. Ofrecí
poresposo con
mele de nuevo de su , y No se pasaron quince días , cuando
esto , otro día que acaeció á estar solo ya nuestro renegado tenía comprada
el baño , en diversas veces con la caña una muy buena barca, capaz de más
v el paño nos dió dos mil escudos de de treinta personas ; 5 para asegurar
oro , y un papel donde decía que el su hecho y dalle color, quiso hacer,
primer juma, que es el viernes, se como lo hizo, un viaje á un lugar que
iba al jardín de su padre , y que antes se llamaba Sargel , que está veinte
que se fuese nos daría más dinero ; y leguas de Argel hacia la parte de
que si aquello no bastase , que se lo Orán , en el cual hay mucha contrata
avisásemos, que nos daría cuanto le ción de higos pasos . Dos o tres veces
pidiésemos, que su padre tenía tan hizo este viaje en compañía del taga .
tos que no lo echaría menos, cuan rino que había dicho . Tagarinos lla
to más que ella tení: las llaves de man en Berbería á los moros de Ara .
todo. Dimos luego quinientos escu gón, y á los de Granada mudéjares :
dos al renegado para comprar la bar y en el reino de Fez llaman á los mu .
ca : con ochocientos me rescate yo déjares elches, los cuales son la gente
dando el dineró á un mercader valen de quien aquel rey más se sirve en la
ciaro que á la sazón se hallaba en guerra . Digo pues, que cada vez que
Argel , el cual me rescato del res , pasaba con su barca, daba fondo en
tomándome sobre su palabra, dán una caleta que estaba no dos tiros de
L'ARTE 1.-- CAPÍTULO XLI 177
ballesta del jardín donde Zoraida es la ; y con ocasión de coger algunas
peraba, y allí muy de propósito se hierbas, un día, antes de mi partida ,
ponía el renegado con los morillos fuí allá, y la primera persona cosa
que bogaban el remo, 6 ya á hacer la quién encontré fué con su padre, ei
zalá, 6 á como por ensayar de burlas cual me dijo en lengua que en toda la
á lo que pensaba hacer de veras, y Berbería y aun en Constantinopla se
así se iba al jardín de Zoraida y le pe habla entre cautivos y moros, que ni
día fruta , y su padre se la daba sin es morisca ni castellana ni de otra
conocelle. Y aunque él quisiera ha ración alguna, sino una mezcla de
blar á Zoraida, como él después me todas las lenguas , con la cual todos
dijo, y decille que él era el que por nos entendemos ; digo, pues, que en
orden mía la había de llevar á tierra esta manera de ler guaje me pregun
de cristianos, que cstuviese contenta tó que qué buscaba eru aquel su jar
y segura, nunca le fué posible, porque dín, y de quién era . Respondile que
las moras no se dejan ver de ningún era esclavo de Arnaute Mami (y esto
moro ni turco , si no es que su marido porque sabía yo por muy cierto que
o su padre se lo manden : de cristia era un grandísimo amigo suyo ) , y que
nos cautivos se dejan tratar y comu. buscaba de todas hierbas para hacer
nicar aun más de aquello que sería r2 ersalada. Preguntóme por el consi .
zonable ; y á mí me hubiera pesado guiente si era hombre de rescate o no,
que é: la hubicra hablado, que quizá y que cuánto pedía mi amo por mí.
ia alborotara , viendo que su negocio Estando en todas estas preguntas
andaba en boca de renegados. Pero respuestas , salió de la casa del jardín
Dios, que lo ordenaba de otra manera , la bella Zoraida , la cual ya había mu
no dio lugar al buen deseo que nues cho que me había visto, y como las
tro renegado tenía ; el cual viendo moras en ninguna manera hacen me
cuán seguramente iba y venía á Sar. lindre de mostrarse á lo3 cristianos,
gel , y que daba fondo cuándo y cómo ri tampoco se esquivan , como ya lie
y adorde quería , y que el tagarino su dicho , no se le dió nada de venir
compañero no tenía más voluntad dy ador de su padre conmigo estaba, an
lo que la suya ordonaba, y que yo es tes luego cuando su padre vió que ve .
taba ya rescatado , y que sólo faltab3 nía y de espacio, la Lamó y mando
buscar algunos cristianos que bogasen que llegase. Demasiada cosa sería de
el remo, me dijo que mirase yo cuá . cir yo ahora la mucha hermosura, la
Ics quería traer conmigo fuera de los gentileza, el gallardo y rico adorno
rescatados, y que los tuviese hablados con que mi querida Zoraida se mos.
para el primer viernes , donde tenía tró á mis ojos :: sólo diré , que más
determinado que fuese nuestra parti perlas pendían de su hermosísimo
da. Viendo esto hablé á doce españo cuello , orejas y cabellos , que cabellos
les, todos valientes hombres de remo, tenía en la cabeza. En las gargantas
y de aquellos que más libremente de los pies, que descubiertas á su
podían salir de la ciudad ; y no fue usanza traía, traía dos caroajes ( que
poco hallar tantos en aquella coyun así se llaman las manillas 6 ajorcas
tura, porque estaban veinte bajeles de los pies en morisco ) de purísimo
en corso, y se habían llevado toda la cro , con tantos diamantes engasta
gente de remo, y estos no se hallaran, dos, que ella me dijo después que su
si nofuera que su amo se quedó aquel padre los est : maba en diez mil doblas.
verano sin ir en corso , á acabar una y las que traía en las muñecas de las
galeota que tenía en astillero : á los manos valían otro tanto. Las perlas
cuales no les dije otra cosa sino que eran en gran cantidad y muy buenas ,
el primer viernes en la tarde se salie porque la mayor gala y bizarría de
sen uno á uno disimuladamente, y de las moras es adornarse de ricas per
fuesen la vuelta del jardín de Agi Mc las y aljófar ; y así hay más perlas
rato, y que allí me aguardasen hasta y aljófar entre los moros , que entre
que yo fuese . A cada uno di este todas las demás naciones , y el padre
aviso de por sí, con orden que aunque de Zoraida tenía fama de tener nu
allí viesen otros cristianos no les di chas y de las mejores que en Argel
jesen sino que yo les había mandado había , y de tener asimismo más de
esperar en aquel lugar. Hecha esta doscientos mil escudos españoles , de
diligencia, me faltaba hacer otra, que todo lo cual era señora esta que
era la qué más me convenia : era la ahora lo es mia . Si con todo este ador
de avisar á Zoraida en el punto que 10 podía venir entonces hermosa 6
estaban los negocios, para que esti no , por las reliquias que le han que
viese apercibida y sobre aviso, que dado en tantos trabajos, se podrá con
no se sobresaltase si de improviso ia jeturar cuál debía ser en las prospe
asaltásemos antes del tiempo que ella ridades ; porque ya se sabe que la
podía imaginar que la barca de cris hermosura de algunas mujeres tieno
tianos podía volver. Y así determiné días y sazones, y requiere accidentes
de ir al jardín y ver si podía hablar para disminuirse o acrecentarse; y es
12
178 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
natural cosa que las pasiones del áni ella hablaba la bastarda lengua, que
mo la levanten 6 bajen , puesto que como he dicho allí se usa , más decia
las más veces la destruyen , Digo en raba su intención por señas que por
fin , que entonces llegó en todo extre palabras. Estando en estas y otras
mo aderezada, y en todo extremo her inuchas razones, llegó un moro co
mosa , ó á lo menos á mí me pareció rriendo, y dijo á grandes vocas que
serlo la más que hasta entonces ha por las bardas ó paredes del jardín
bid visto ; y con esto viendo las obli. habían saltado cuatro turcos, y anda
gaciones en que me había puesto, me ban cogiendo la fruta, aunque no es
parecía que tenía delante de míuna taba madura . Sobresaltóse el viejo, y
deidad del cielo, venida á la tierra lo mismo hizo Zoraida , porque es co
para mi gusto y para mi remedio . mún y casi natural el miedo que los
moros á los turcos tienen especial
Así como ella llegó, le dijo su padre mente á los soldados, los cuales son
en su lengua como yo era cautivo de
su amigo Arnaute Mamí, y que venía tan insolentes , y tienen tanto imporio
sobre los moros que á ellos están su
a buscar ensalada . Ella tomó la mano .
y en aquella mezcla de lenguas que jetos, que los tratan peor que si fue
tergo dicho, me preguntó si era caba sen esclavos suyos. Digo pues, que
llero , y qué era 13 causa que no me dijo su padre á Zoraida : Hija, retira
rescataba . Yo le respondi que ya es te á la casa , y enciécrate en tanto que
yo voy a hablar á estos canes ; y tú
taba rescatado , y que en el precio po cristiano, busca tus hierbas, y vete en
día echar de ver en lo que mi amo me buen hora, y llévete Alá con bien á
estimaba, pues había dado por mí mil
y quinientos zoltaniz : á lo cual ella tu tierra . Yo me incliré , y él se fué á
respondió : En verdad que si tú fue buscar á los turcos, dejándome solo
ras de mi padre , que yo hiciera que con Zoraida, que comenzó a dar mues.
no te diera él por otros dos tantos, tras de irse donde su padre le había
porque vosotros, cristianos, siempre mandado ; pero apenas él se encubrió
mentis en cuanto decís , y hacéis por los árboles del jardín , cuando ella
pobres por engañar á los moros. Bien volviéndose á mí, llenos los ojos de
podría ser eco, señora , le respondí, lágrimas me dijo : i Tameji, cristia
mas en verdad que yo la he tratado no , tameji ? 'que quiere decir : ¿ vas
con mi amo, y la traté y la trataré con te cristiano, vaste ? Yo la respondi :
cuantas personas hay en el mundo . Señora sí, pero no en ninguna mane
¿ Y cuándo te vas ? dijo Zoraida. Ma ra sin ti : 'el primer jumá me aguarda,
ñana creo yo , dije , porqué está aquí y no te sobresaltes cuando nos veas,
un tajel de Francia , que se hace ma que sin duda alguna iremos á tierra
ñana á la vela, y pienso irme con él . de cristianos . Yo le dije esto de ma
¿ No es mejor, replicó Zoraida , espe rera que ella me entendió muy bien
rar á que vengan bajeles de España á todas las razones que entrambos
pasamos , y echándome un brazo al
yirte con ellos , que no con los de
Francia, que no son vuestros amigos ? cuello , con desmayados pasos comen
No, respondí yo , aunque si como hay zó á caminar hacia la casa ; y quiso
nuevas que viene ya un bajel de Es la suerte , que pudiera ser muy mala
paña, es verdad todavía, yo le aguar. si el cielo no lo ordenara de otra ma
daré , puesto que es más cierto el par nera , que yendo los dos de la manera
tirme mañana, porque el deseo que y postura que os he contado con un
tengo de verme en mi tierra y con las brazo al cuello, su padre , que ya vol.
personas que bien quiero, es tanto, vía de hacer ir í los turcos, nos vió
que no me dejará esperar otra como de la suerte y manera que íbamos, y
didad , si se tarda, por mejor que sea . nosotros vimos que él nos había vis
¿ Debes de ser sin duda, casado en tu to ; pero Zoraida, advertida y discre
tierra, dijo Zoraida, y por eso deseas ta, no quiso quitar el brazo de mi
ir á verte con tu mujer? No soy, res . cuello , antes se llegó más á mí y
pondi yo , casado, mas tengo dada la puso su cabeza sobre mi pecho co
palabra de casarme en llegando allá . blando un poco las rodillas , dando
¿ Y es hermosa la dama á quien se claras señales y muestras que se des
la diste ? dijo Zoraida. Tan hermosa mayaba, y yo ansimismo di á enten
es , respondí yo, que para encarecella der que la sostenía contra mi vo'un
y decirte la verdad se parece á ti tad. Su padre llegó corriendo adonde
mucho. Desto se rió mucho de veras estábamos, y viendo á su hija de
su padre , y dijo : Gualá, cristiano, aquella manera, le preguntó que qué
que debe ser muy hermosa si se pa tenía ; pero como ella no le respon
rece á mi hija , que es la más hermosa diese, dijo su padre : Sin duda algu
na que con el sobresalto de la entrada
de todo este reino ; sino mira'a bien ,
V verás como te digo verdad . Ser destos canes se ha desmayado ; y qui
víanos de intérprete a las más destas tándola del mio la arrimó á su pecho,
palabras y razones el padre de Zo y ella dando un suspiro y aun no en
raida , como más ladino , que aunque jutos los ojos de lágrimas , volvió á
P'ARTE 1 , -CAPÍTULO SLI 179
nosle con nosotros y todo aquello que pusiesen en efecto las muchas amena .
tiene de valor en este hermoso jardin . zas que el renegado le hacía . Vien
No, dijo ella , á mi padre no se ha de dose pues Zoraida ya en la barca , y
tocar en ningún modo, y en esta casa que queríamos dar ios remos al agua,
no hay otra cosa que lo que yo llevo . y viendo allí á su padre y á los demás
que es tanto, que bien habrá para que moros que atados estaban , le dijo al
todos quedéis ricos y contentos ; y es. renegado que me dijese le hiciese
peraos un poco , y lo veréis ; y dicien merced de soltar á aquellos moros, y
do esto, se volvio á entrar diciendo dar libertad á su padre, porque
que muy presto volvería , que nos es antes se arrojaría en el mar que ver
tuviéramos quedos sin hacer ningún delante de sus ojos y por causa suy
ruido. Preguntéle al renegado lo que llevar cautivo á un padre que tanto
con ella había pasado, el cual me lo la había querido . El renegado me lo
contó, á quien yo dije que en ningu dijo, y yo respondí que era muy con
na cosa se había de hacer más de tento , pero el respondió que no le
lo que Zoraida quisiese ; la cual convenía , á causa que si allí los de
ya volvía cargada con un cofrecillo jaban, apellidarían luego la tierra y
lleno de escudos de oro , tantos, que alborotarían la ciudad , y serían cau
apenas lo podía sustentar. Qaiso la sa que saliesen á buscarnos con al
mala suerte que su padre despertase gunas fragatas ligeras, y nos tomasen
en el interin, y sintiese el ruido que ja tierra y la mar, de manera que
andaba en el jardín ; y asomándose no pudiésemos escaparnos ; que lo
á la ventana, luego conoció que todos que se podría hacer era darles liber
los que en él estaban eran cristianos, tad en llegando a la primera tierr3
y dando muchas, grandes y desafo de cristianos . En este parecer veni .
radas voces , comenzó á decir en ará mos todos ; y Zoraida á quien se le
bigo : Cristianos, cristianos , ladrones, dió cuenta, con las causas que nos
ladrones ; por los cuales gritos nos movían á no hacer luego lo que que
vimos todos puestos en grandísima y ría , también se satisfizo ; y luego con
temerosa confusión ; pero el renega regocijado silencio y alegre diligencia
do, viendo el peligro en que estába cada uno de nuestros valientes reme
mos, y lo mucho que le importaba sa ros tomó su remo, y comenzamos, on
lir con aquella empresa antes de ser comendándonos á Dios de todo cora
sentido , con grandísima presteza su zón , á navegar la vuelta de las islas
b.ó donde Agio Moratoestaba, y jun de Mallorca , que es la tierra de cris .
tamente con él fueron algunos de nos tianos más cerca ; pero a causa de so
otros, que yo no osé desamparar á plar un poco el viento tramontana y
Zoraida, que como desmayada se ha estar la mar algo picada, no fué posi
bía dejado caer en mis brazos. En re . ble seguir la derrota de Mallorca, y
solución , los que subieron se dieron fuénos forzoso dejarnos ir tierra á
tan buena maña, que en un momento tierra la vuelta de Orán, no sin mucha
bajaron con Agi Morato trayéndole pesadumbre nuestra, por no ser des
atadas las manos y puesto un pañi cubiertos del lugar de Sargel, que en
zuelo en la boca, que no le dejaba aquella costa cae no más que sesenta
hablar palabra , amenazándole que el millas de Argel ; y asimismo temía
hablarla le había de costar la vida . mos encontrar por aquel paraje algu
Cuando su hija lo vió, se cubrió ios na galeota de las que de ordinario
ojos por no verle, y su padre quedó venían con mercancía de Tetúan, aun
espantado, ignorando cuán de su vo que cada uno por sí y por todos juntos
luntad se había puesto en nuestras presumíamos de que si se encontraba
manos : mas entonces, siendo más galeota de mercancía , como no fuese
necesarios los pies , con diligencia y de las que andan en corso, que no 86.
presteza nos pusimos en la barca, que lo no nos perderíamos, mas que toma
ya los que en ella habían quedado, rfamos bajel donde con más seguri
nos esperaban temerosos de algún dad pudiésemos acabar nuestro viaje.
mal suceso nuestro Apenas serían dos Iba Zoraida, en tanto que se navega
horas pasadas de la noche, cuando ya ta, puesta la cabeza entre mis manos
estábamos todos en la barca, en la por no ver a su padre, y sentía yo que
cual se le quitó al padre de Zoraida iba llamando á Lela Marien que nos
la atadura de las manos y el paño de ayudase. Bien habríamos navegado
la boca ; pero tornóle á decir el re treinta milias , cuando nos amaneció
como tres tiros de arcabuz desviados
negado que no hablase palabra , que
le qu:taríın la vida. El, como vió allí de tierra, toda la cual vimos desierta
á su hija, comenzó á suspirar terni y sin nadie que nos descubriese ; pero
con todo eso nos fuimos á fuerza de
simamente, y más cuando vió que yo brazos entrando un poco en la mar ,
estrechamente la tenía abrazada, y
que ella sin defenderse, ni quejarse, que ya estaba algo más sosegada, y
ni esquivarse se estaba queda ; pero habiendo entrado casi dos eguas,
eon todo esto callaba, porque no se dióse orden que se bogase á cuarteles
PARTE 1.-- CAPÍTULO XLI 181
en tanto que comíamos algo, que iba bía dejado en Argel, y no traídole al
bien proveida la barca, puesto que los jardin, quedó más confuso, y pregun
que bogaban dijeron que no era aquel tóle que como aquel cofre había veni
tiempo de tomar reposo alguno , que do á nuestras manos, y qué era lo que
les diese de comer á los que no bo venía dentro. A lo cual el renegado,
gaban, que ellos no querían soltar los sin aguardar que Zoraida le respon
remos de las manos en manera algu diese, le respondió : No te canses , se
na. Hizoee ansí, y en esto comenzó á ñor, en preguntar á Zoraida tu hija
soplar un viento largo, que nos obligó tantas cosas , porque con una que to
á izar luego rela y á dejar el remo, y te responda te satisfaré á todas ; y
enderezar á Orán, por no ser posible así quiero que sepas que ella es cris
poder hacer otro viaje. Todo se hizo tiana, y es la que ha sido la lima de
con mucha presteza , y así á la vela nuestras cadenas y la libertad de
navegamos por más de ocho millas nuestro cautiverio : ella va aquí ve
por hora, sin llevar otro temor alguno su voluntad tan contenta , a lo que yo
sino el de encontrar con bajel que de imagino, de verse en este estado,
corso fuese. Dimos de comer á los como el que sale de las tinieblas á la
moros tagarinos, y el renegado les luz, de la muerte á la vida , y de la
consoló , diciéndoles como no iban pena à la gloria . Es verdad lo que
cautivos, que en la primera ocasión éste dice, hija ? dijo el moro. Así es ,
les darían libertad . Lo mismo se le respondió Zoraida, iQué ! & en efecto ,
dijo al padre de Zoraida, el cual res replicó el viejo, tú eres cristiana , y
pondió : Cualquiera otra cosa pudiera laque ha puesto a su padre en poder
yo esperar y creer de vuestra libera de sus enemigos ? A lo cual respondió
lidad y buen término , oh cristianos ; Zoraida : La que es cristiana yo soy ;
mas el darme libertad no me tengáis pero no la que te ha puesto en este
por tan simple que lo imagine , que punto , porque nunca mi deseo se
nunca os pusiste vosotros al peligro extendió á dejarte ni hacerte mal,
de quitármela para volverla tan li sino hacerme á mí bien, ¿ Y qué bie ?
heralmente, especialmente sabiendo es el que te has hecho, hija ? Eso ,
quién soy yo y el interese que se os respondió ella, pregúntaselo tú á
puede seguir de darmela ; el cual inte Lela Marien , que ella te lo sabrá de
rese si le queréis poner nombre , des cir mejor que yo . Apenas hubo oído
de aquí os ofrezco todo aquello que esto el moro , cuando con una increi.
quisiérades por mí y por esa desdi ble presteza se arrojó de cabeza en la
chada hija mía, o si no, por ella sola, mar, donde sin ninguna duda se
que es la mayor y la mejor parte de ahogara, si el vestido largo y emba
mi alma. En diciendo esto, comenzó á razoso que traía no le entretuviera
llorar tan amargamente , que á todos un poco sobre el agua . Dió voces 20
nos movió á compasión ; y forzó á raida que le sacasen, y así acudimos
Zoraida que le mirase , la cual vién luego todos, y asiéndole de la alma .
dole llorar, así se enterneció, que se lafa, le sacamos medio ahogado y sin
levanto de mis pies y fué à abrazar á sentido , de que recibió tanta pena
su padre, y juntando su rostro con el Zoraida, que como si fuera ya muerto,
suyo , comenzaron los dos tan tierno hacia sobre él un tierno y doloroso
llanto, que muchos de los que allí llanto. Volvímosle boca abajo, volvió
íbamos le acompañamos en él . Pero mucha agua, torno en sí al cabo de
dos horas , en las cuales habiéndose
cuando su padre la vió adornada de
fiesta y con tantas joyas sobre sí, le trocado el viento nos convino volver
dijo en su lengua : & Qué es esto , hija , hacia tierra, y hacer fuerza de remos
que ayer al anochecer, antes que nos por no embestir en ella ; mas quiso
sucediese esta terrible desgracia en nuestra buena suerte , que llegamos á
que nos vemos , te vi con tus ordina una cala que se hace al lado de un
rios y caseros vestidos , y ahora, sin pequeño promontorio ó cabo , que de
que hayas tenido tiempo de vestirte , los moros es llamado el de la Cava
y sin haberte dado alguna nueva ale rumía , que en nuestra lengua quiere
gre de solemnizarla con adornarte y decir la mala mujer cristiana ; y es
tradición entre los moros , que en
pulirte, te veo compuesta con los me.
jores vestidos que yo supe y pude aquel lugar está enterrada la Cava,
darte cuando nos fué la ventura más pior quien se perdió España, porque
favorable ? Respondeme á esto , que cava en su lengua quiere decir mujer
me tiene más suspenso y admirado mala , y rumia, cristiana ; y aun tie
que la misma desgracia en que me ne mal agüero llegar allí á dar fon
hallo. Todo lo que el moro decía a su do cuando la necesidad les fuerza á
hija nos lo declaraba el renegado, y ello , porque nunca le dan sin ella ,
ella no le respondía palabra. Pero puesto que para nosotros no fue abri
cuando el vio a un lado de la barca el go de mala mujer, sino puerto seguro
cofrecillo donde ella solía tener sus de nuestro remedio , según andaba al
terada la mar . Pusimos nuestras cen
joyas, el cual sabía él bien que lo ha
182 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
tengo cumplidos diez y seis años, que morado. A este punto llegaba enton
para el día de San Miguel que vendrá ces don Quijote en su tan lastimero
dice mi padre que los cumplo. No razonamiento, cuando la hija de la
pudo dejar de reirse Dorotea , oyendo ventera le comenzó á cecear y á decirle :
cuán como niña hablaba doña Clara, Señor mío , lléguese acá la vuestra mer.
á quien dijo : Keposemos, señora , ló . ced , si es servido. A cuyas señas y
poco que creo que queda de la noche, voz volvió don Quijote la cabeza , y
y amanecerá Dios, y medraremos, vió a la luz de ta luna, que cntonces
mal me andarán las manos. Sosega. estaba en toda su claridad , como le
ronse con esto, y en toda la venta se llamaban del agujero que á él le pa
guardaba un grande silencio : sola reció ventana, y aun con rejas dora
mente no dormían la hija de la ven das, como conviene que las tengan
tera y Maritornes su criada, las cua tan ricos castillos como él se imagi
les , como ya sabían el humor de que naba que era aquella venta. Y luego
pecaba don Quijote, y que estaba fue en el instante se le representó en su
ra de la venta armado y á caballo, loca imaginación, que otra vez, como
haciendo la guardia, oeterminaron la pasada, la doncella fermosa , hija
las dos de hacelle alguna burla , ó á * de la señora de aquel castillo , vencida.
lo menos de pasar un poco de tiempo de su amor tornaba á solicitarle ; y
oyéndole sus disparates. con este pensamiento, por no mos
Es pues el caso , que en toda la trarse descortés y desagradecido, vol .
venta no había ventana que saliese al vió las riendas á Rocinante, y se llegó
campo, sino un agujero de un pajar, al agujero, y así como vió á las dos
por donde echaban la paja por de mozas, dijo : Lástima os tengo, fer
fuera . A este agujero se pusieron las mosa señora, de que hayades puesto
dos semidoncellas, y vieron que don vuestras amorosa ; mientes en parte
Quijote estaba á caballo recostado donde no es posible corresponderos
sobre su lanzón, dando de cuando en conforme merece vuestro gran valor y
cuando tan dolientes y profundos sus gentileza ; de lo que no debéis dar
piros que parecía que con cada uno culpa á este miserable andante caba
se le arrancaba el alma. Y asimismo llero, á quien tiene amo : imposibili
overon que decía con voz blanda , re tado de poder entregar su voluntad &
galada y amorosa : i Oh mi señora otra que aquella que en el punto que
Dulcinea del Toboso, extremo de toda sus ojos la vieron la hizo señora al .
hermosura , fin y remate de la discre soluta de su alma. Perdonadme, bue
ción , archivo del mejor donaire , de na señora, y recogeos en vuestro apo
pósito de la honestidad , y última sento , y no queráis con significarme
mente , idea de todo lo provechoso, más vuestros deseos, que yo me mues
honesto y deleitable que hay en el tre más desagradecido; y si del amor
mundo ! ¿ y qué fará agora la tu mr que me tenéis , halláis en mí otra cosa
ced ? Si tendrás por ventura las con que satisfaceros que el mismo
mientes en tu cautivo caballero , que amor no sea , pedídmela , que yo os
á tantos peligros , por sólo servirte , juro por aquella ausente enemiga dui
de su voluntad ha querido ponerse ? ce mía, de dárosla encontinente, si
Dame tú nuevas de ella, ioh lumind bien me pidiésedes una guedeja de
ria de las tres caras ! quizá con envi los cabellos de Medusa , que eran to
gia de la suya la estás ahora mirando , dos culebras, ó ya los mismos rayos
que , o paseándose por alguna galería del sol encerrados en una redoma. No
de sus suntuosos palacios, 6 ya puesta ha menester nada deso mi señora, se
de pechos sobre algún balcón, está ñor caballero , dijo á este punto Mi
considerando cómo, salva su hones ritornes. ¿ Pues qué ha menester , dis
tidad y grandeza, ha le amansar la creta dueña, vuestra señora ? respon
torrenta que por ella este mi cuitado dió don Quijote . Sola una de vuestras
corazón padece, qué gloria ha de dar hermosas manos , dijo Maritornes , por
á mis penas, qué sosiego á mi cuida poder desfogar con ella el gran deseo
do, y finalmente qué vida á mi muer que á este agujero le ha traído, tan á
te , y qué premio á mis servicios . Y peligro de su honor, que si su señor
tú, sol , que ya debes de estar apriesa padre la hubiera sentido, la menor
ensillando tus caballos por madrugır tajada fuera la oreja. Ya quisiera yo
y salir á ver á mi señora , así como la ver eso, respondió don Quijote ; pero
veas, suplícote que de mi parte la sa él se guardará bien deso , si ya no
ludes , pero guardate que al verla y quiere hacer el más desastroso in
saludarla no le des paz en el rostro , que padre hizo en el mundo, por ha
que tendré más celos de ti que tá los ber puesto las manos en los delicados
tuviste de aquella ligera ingrata que miembros de su enamorada hija. Pa
tanto te hizo sudar y correr por los recióle Maritornes que sin duda don
llanos de Tesalia, 6 por las riberas de Quijote daría la mano que le había
Peneo, que no me acuerdo bien por pedido, y proponiendo en su pensa
dónde corriste entonces celoso y na miento lo que había de hacer, se
PARTE 1 , -- CAPÍTULO XLIII 191
el ruido que don Quijote había hecho, los dos pasaban , oyó el mozo de mu
estaban todos despiertos y se levan. las junto á quien don Luis estaba , y
taban , especialmente doña Clara y levantándose de allí, fué á decir lo
Dorotea, que la una con el sobresalto que pasaba á don Fernando y á Car
de tener oerca á su amante, y la otra denio y á los demás , que ya vestido
con el desco de verle,habían pod.do se habían , á los cuales dijo com .
dormir bien mal aquella noche. Don aquel hombre llamaba de don á
Quijote , que vió que nirguno de los aquel muchacho, y las razones que
cuatro caminantes hacía caso dél , ni pasaban, y como ie querían volver a
le respondían á su demanda, moría y casa de su padre, y el mozo no que
rabiaba de despecho y saña ; y si él ría. Y con esto , y con lo que del sa
hallara en las ordenanzas de su caba bían de la buena voz que el cielo le
Hería , que lícitamente podía el caba nabía dado, vinieron todos en gran
lero andante tomar y emprender otra deseo de saber más particularmente
empresa , habiendo dado su palabra y quién era, y aun de ayudarle , si algu
te de no ponerse en ninguna hasta na fuerza le quisiesen hacer ; y así
acabar la que había prometido, él em se fueron hacia la parte donde aun
bistiera con todos , y les hiciera res estaba hablando y porfiando con su
ponder, mal de su grado ; pero por criado . Salió en esto Dorotea de su
parecerle no convenirle ni estarle aposento , y tras ella doña Clara toda
bien comenzar nueva empresa hasta turbada, y llamando Dorotea á Carde
poner á Micomicona en su reino, hubo mio aparte, le contó en breves razones
de callar y estarse quedo, esperando la historia del músico y de doña Ola
á ver en qué paraban las diligencias ra, á quien él también dijo lo que pa
de aquellos caminantes : uno de los saba de la venida á buscarle los cria
cuales hall6 al mancebo que buscaba dos de su padre ; y no se dijo tan cd
durraiendo al lado de un mozo de mu llando que lo dejase de oir doña Cia
las, bien descuidado de que nadie le ra , de lo que quedó tan fuera de sí,
buscase, ni menos de que le hallase. que si Dorotea no llegara á tenerla
El hombre le trabó del brazo , y le diera consigo en el suelo . Cardenio
dijo : Por cierto , señor don Luis , que dijo á Dorotea, que se volviesen al
responde bien á quien vos sois el há. aposento, que él procuraría poner re
bito que tenéis , y que dice bien la medio en todo, y ellas lo hicieron. Ya
cama en que os hallo al regalo con estaban todos los cuatro que venían á
que vuestra madre os crio . Limpiose buscar á don Luis dentro de la venta
el mozo los soñolientos ojos, y miró y rodeados dél , persuadiéndole que
despacio al que le tenía asido, y lue juego, ein detenerse un punto, vol
go conoció que era criado de su padre , viese á consolar á su padre . El res
de que recibió tal sobresalto, que no pondió que en ninguna manera lo po
acerto o no pudo hablarle palabra por día hacer hasti dar fin á un negocio en el
un bu'n espacio ; y el criado prosi que le iba la vida, la honra y el alma.
guió diciendo : Aquí no hay que ha Apretáronle entonces los criados , di
cer otra cosa, señor don Luis , sino ciéndole que en ningún modo volve
prestar paciencia , y dar la vuelta á rian sin él, y que le llevarían qui
casa , si ya vuestra merced po gusta siese 6 no quisiese. Eso no haréis
que su padre y mi señor la dé al otro vosotros, replicó don Luis , si no es
mundo ; porque no se puede esperar llevándome muerto, aunque de cual
otra cosa de la pena con que queda quiera manera que me llevéis, será
por vuestra ausencia . ¿ Pues cómo llevarme sin vida. Ya á esta sazón
supo mi padre, dijo don Luis , que yo habían acudido a la porfía todos los
venía este camino y en este traje ? más que en la venta estaban , espe
Un estudiante, respondió el criado, cialmente Cardenio, don Fernando ,
á quien disteis cuenta de vuestros pen sus camaradas, el oidor, el cura , el
samientos , fué el que lo descubrió , barbero y don Quijote, que ya le pa
movido á lástima de las que vio que reció que no había necesidad de guar
hacía vuestro padre al punto que os dar más el castillo . Cardenio , como ya
echo menos ; y así despachó a cuatro sabía la historia del mozo , preguntó á
de sus criados en vuestra busca, y los que llevarle querían, que que les
todos estamos aquí á vuestro servi movía á querer llevar contra su vo
cio, más contentos de lo que ima luntad aquel muchacho. Muévenos,
ginar se puede , por el buen despacho respondió uno de los cuatro , dar la
con que tornaremos llevándoos á los vida á su padre , que por la ausencia
ojos que tanto os quieren . Eso será deste caballero queda á peligro de
como yo quisiere o como el cielo or perderla. A esto dijo don Luis : N.
denare , respondió don Luis . ¿ Qué hay para qué se dé cuenta aquí de
habéis de querer, o qué ha de ordenar mis cosas ; yo soy libre , y volveré si
el cielo fuera de consentir en volve me diere gusto ; y si no, ninguno de
ros ? porque no ha de ser posible otra vosotros me ha de hacer fuerza. Hara .
cosa . Todas estas razones que entre sela á vuestra merced la razón, res
13
194 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
caballería que profeso , que este yelmo atendía á aquellos donaires , ; Válane
fué el mismo que yo le quité, sin ha Dios ! dijo a esta sazón el barber .
ber añadido en él ni quitado cosa al burlado, ¿ qué es posible que tanta
guna. En eso no hay duda, dijo á esta gente honrada diga que esta no es ba
sazón Sancho, porque desde que mi cía sino yelmo ? Cosa parece esta que
señor le ganó hasta ahora, no ha he puede poner en admiración a toda una
cho con él más de una batalla, cuan universidad , por discreta que sea,
do libró á los sin ventur : encadna Basta , si es que esta bacía es yelmo ,
dos ; y si no fuera por este baci- ' también debe de ser esta albarda jaez
yelmo , no lo pasara entonces muy de caballo, como este señor ha dicho .
bien, porque hubo asaz de pedradas A mi albanda me parece , dijo don
en aquel trance. Quijote, pero ya he dicho que en eso
no me entremeto. De que sea albarda
6 jaez , dijo el cura , no está en más de
decirlo el señor don Quijote , que en
CAPITULO XLV estas cosas de la caballería todos es
tos señores y yo le damos la ventaja .
Por Dios, señores míos, dijo don Qui
Donde se acaba de averiguar la jote, que son tantas y tan extrañas
duda del yelmo de Mambrino y las cosas que en este castillo, en dos
de la albarda , y otras aventuras veces que en él he alojado, me lian
sucedidas con toda verdad . sucedido, que no me atreva á decir
afirmativamente ninguna cosa de lo
que acerca de lo que en él se contiene
¿ Qué les parece a vuestras merce se preguntare, porque imagino que
des , señores , dijo el barbero, de lo que cuanto en él se trata va por vía de en
afirman estos gentileshombres, pues cantamento. La primera vez me fati
aun porfían que esta no es bacia , gó mucho un moro encantado que en
sino yeimo ? Y quien lo contrario dije. él hay, y á Sancho no le fué muy bien
re, dijo don Quijote , le haré yo cono con otros sus secuaces , y anoche es .
oer que miente si fuere caballero, y si tuve colgado deste brazo casi dos ho
escudero , que remiente mil veces . ras, sin saber cómo ni cómo no vine
Nuestro barbero , que á todo estaba á caer en aquella desgracia. Así que ,
presente , como tería tan bien cono ponerme yo ahora en cosa de tanta
cido el humor de don Quijote , quiso confusión á dar mi parecer, será caer
esforzar su desatino, y llevar delante en juicio temerario . En lo que toca á
la burla para que todos riesen , y dijo lo que dicen que esta es bacía y no
hablando con el otro barbero : Señor yelmo, ya yo tengo respondido ; pero
barbero, o quien sois , sabed que yo en lo de declarar si esa es albarda 6
también soy de vuestro oficio , y tengo jaez, no me atrevo á. dar sentencia
más ha de veinte años carta de exa definitiva , sólo lo dejo al buen pare
men y conozco muy bien de todos los cer de vuestras mercedes; quizá por
instrumentos de la barbería , sin que no ser armados caballeros como yo lo
le falte uno, y ni más ni menos fur un soy , no tendrán que ver con vuestras
tiempo en mi mocedad soldado, y sé mercedes los encantamentos deste lu
también qué es yelmo, y qué es mo gar, y tendrán los entendimientos li
rrión y celada de encaje , y otras cosas bres, y podrán juzgar de las cosas
tocantes a la milicia, digo á los géne deste castillo como ellas son real y
ros de armas de los soldados , y digo , verdaderamente, y no como á mí me
salvo mejor parecer, remitiéndome parecían. No hay duda, respondió á
siempre al nejor entendimiento , que esto don Fernando, sino que el señor
esta pieza que está aquí delante , y don Quijote ha dicho muy bien hoy,
que este buen señor tiene en las ma que á nosotros toca la definición deste
nos , no sólo no es bacía de barbero , caso ; y porque vaya con más funda
pero está tan lejos de serlo, como está mento , yo tomaré en secreto los votos
lejos lo blanco de lo negro y la verdad destos señores , y de lo que resultare
de la mentira : también digo que este , daré eatera y clara noticia. Para
aunque es velmo, no es yelmo entero . aquellos que la tenían del humor de
No por cierto , dijo don Quijote, por don Quijote, era todo esto materia de
que le falta la mitad , que es la babe grandísima risa ; pero para los que la
ra. Así es , dijo el cura, que ya había ignoraban , les parecía el mayor dis
entendido la intención de su amigo parate del mundo, especialmente á
el barbero , y lo mismo confirmaron los cuatro criados de don Luis , y á .
Cardenio , don Fernando y sus cama don Liis ni más ni menos , y á otros
radas ; y aun el oidor, si no estuviera tres pasajeros que acaso habían lle
tan pensativo con el negocio de don gado a la venta, que tenían parecer
Luis , ayudara por su parte á la burla ; de ser cuadrilleros , como en efecto lo
pero las veras de lo que pensaba le eran . Pero el que más se desesperaba
tenían tan suspenso , que poco ó nada era el barbero, cuya bacía alli de
PARTE 1.-- CAPÍTULO XLV 197
lante de sus ojos se le había vuelto en á descargar tal golpe sobre la cale.
yelmo de Mambrino, y cuya albarda za , que á no desviarse el cuadrillero,
pensaba sin duda alguna que se le ha se le dejara allí tendido: el lanzón
bía de volver en jaez rico de caballo ; se hizo pedazos en el suelo, y los de.
y los unos y los otros se reían de ver más cuadrilleros , que vieron tratar
como andaba don Fernardo tomando mal á su compañero, alzaron la voz
los votos de unos en otros , hablándo pidiendo favor á la Santa Hermandad .
les al oido para que en secreto decla . El ventero, que era de la cuadrilla ,
rasen si era albarda o jaez aquella jo entró al punto por su varilla y por su
ya sobre quien tanto se había pelea espada, y se puso al lado de sus com .
do ; y después que hubo tomado los rañeros : los criados de don Luis ro
votos de aquellos que á don Quijote dcaron á don Luis , porque con el al
conocían , dijo en alta voz : El caso es, boroto no se les fuese : el barbero,
buen hombre, que ya yo estoy cansado viendo la casa revuelta , tornó á asir
de tomar tantos pareceres , porque de su albarda y lo mismo hizo San
veo que á ninguno pregunto lo que cho : don Quijote puso mano á su es
deseo saber, que no me digan que es pada, y arremetió a los cuadrilleros :
disparate el decir que esta sea albar don Luis daba voces á sus criados
da de jumento, sino jaez de caballo, que le dejasen á él, y acorriesen ú don
y aun de caballo castizo , y así habréis Quijote y á Cardenio y á don Fernan
de tener paciencia, porque a vuestro do , que todos favorecían á don Qui
pesar y al de vuestro asno , este es jote : el cura daba voces, la ventera
jaez y no albarda, y vos habéis ale gritaba, su hija se afligia , Maritornes
gado y probado muy mal de vuestra lloraba, Dorotea estaba confusa , Lus
parte. No la tenga yo en el cielo, dijo cinda suspensa y doña Clara desna
el pobre barbero, si todas vuestras vada. El barbero aporreaba á Sancho ,
mercedes no se engañan , y que así Sancho molía al barbero, don Luis, á
parezca mi ánima ante Dios, como ella quien un criado suyo se atrevió á
me parece á mí albarda, y no jaez ; asirle del brazo porque no se fuese ,
pero allá van leyes ... y no digo más : le dio una puñada que le bañó loe
y en verdad que no estoy borracho , dientes en sangre ; el oidor le defer
que no me he desayunado, si de re día. don Fernando tenía debajo de
car no . No menos causaban risa las sus pies á un cuadrillero, midiéndole
necedades que decía el barbero que el cuerpo con ellos muy á su sabor ;
los disparates de don Quijote, el cual el ventero torno á reforzar la voz pi
á esta sazón dijo : Aquí no hay más diendo favor á la Santa Hermandad :
que hacer sino que cadauno tomelo da modo que toda la venta era lan
que es suyo , y á quien Dios se la dió tos, voces, gritos, confusiones, temo
san Pedro se la bendiga. Uno de los res, sobresaltos, desgracias, cuchi
cuatro dijo : Si ya no es que esto sea lladas, mojicones , palos, coces y efu
burla pensada, no me puedo persua. sión de sangre. Y en la mitad deste
dir que hombres de tan buen enten caos, máquina y laberinto de cosas,
dimiento como son ó parecen todos se le representó en la memoria á dou
los que aquí están , se atrevan á Quijote que se veía metido de hoz y
decir y afirmar que ésta no es bacía , de coz en la discordia del campo de
ni aquélla albarda ; mas como veo Agramante, y así dijo con voz que
que lo afirman y lo dicen me doy a atronaba la venta : Ténganse todos,
entender que no carece de misterio el todos envainen , todos se sosieguen ,
porfiar una cosa tan contraria de lo biganme todos , si todos quieren que
que nos muestra la misma verdad y dar con vida. A cuya gran voz todos
la misma experiencia ; porque voto á se pararon , y él prosiguió diciendo :
tal ( y arrojóle redondo), que no me ¿ No os dije yo, señores , que este cas .
den á mí entender cuantos hoy viven tillo era encantado , y que alguna le
en el mundo al revés de que ésta no gión de demonios debe de habitar en
sea bacía de barbero, y ésta albarda él ? En confirmación de lo cual quiero
de asno. Bien podría ser de borrica , que veáis por vuestros ojos cómo se
dijo el cura. Tanto monta , dijo el ha pasado aquí y trasladado entre
criado, que el caso no consiste en eso , nosotros la discordia del campo de
sino en si es ó no es albarda, como Agramarte . Mirad como allí se pelea
vuestras mercedes dicen . Oyendo esto por la espada, aquí por el caballo,
uno de los cuadrilleros que habían acullá por el águila, acá por el yelmo ,
entrado, que había oído la pendencia y todos peleamos, y todos no nos en.
V cuestión , lleno de cólera y de enfa tendemos : venga pues vuestra mer
do dijo : Tan albarda es como mi pa ced , señor oidor, y vuestra merced
dre, y el que otra cosa ha dicho 6 señor cura, y el uno sirva de rey
dijere debe de estar hecho uva. Men Agramante y el otro de rey Sobrino ,
tis eomo bellaco, villano, respondió pór gannos en paz ; porque por Dios
don Quijote, y alzando el lanzón , que todopoderoso que es gran bellaquería
nunca le dejaba de las manos , le iba que tanta gente principal como aquí
198 DUN OCIJOTE DE LA MANCIIA
estamos se mate por causas tan iivia tre algunos mandamientos que traís
nas . Los cuadrilleros, que no enten para prender algunos delincuentes ,
dían el frasis de don Quijote, y se traía uno contra don Quijote , á quien
veian mal parados de don Fernando, la Sarta Hermandad había mandade
Gardenio y sus camaradas, no querían prender por la libertad que dió á los
sosegarse : el barbero sí, porque en la guleotes, y como Sancho con mucha
pendencia tenía deshechas las barbas y razón había temido. Imaginando pues
el albarda : Sancho, á la más mínima esto , quiso certificarse si las señas
voz de su amo obedeció como buen que de don Quijote traía venían bien ,
criado : los cuatro criados de don y sacando del seno un pergamino,
Luis también se estuvieron quedos, topó con el que buscaba, y poniéndo
viendo cuán poco , les ibi en no estar sele á leer de espacio, porque no era
lo : solo el ventero porfiaba que se ha buen lector, á cada palabra que leía
bían de castigar las insolencias de ponía los ojos en don Qpijote, y iba
aquel loco, que a cada paso le alboro cotejando las señas del mandamiento
taba la venta. Finalmente , el rumor con el rostro de don Quijote, y hallo
se apaciguó por entonces, la albarda que sin duda alguna era el que el
se quedó por jaez hasta el dia del mandamiento rezaba . Y apenas se hu.
juicio, y la bacía por yelmo, y la ven bo certificado, cuando recogiendo su
ta por castillo en la imaginación de pergamino, en la izquierda tomó el
don Quijote . Puestos pues ya en so mar damiento , y con la derecha asio
siego , y hechos amigos todos á per á don Quijote del cuello fuertemente ,
suasión del oidor y del cura, volvie que no le dejaba alentar , y á grandes
ion los criados de don Luis á por voces decía : Favor á la Santa Her
fiarle que al momento se viniese con mandad; y para que se vea que lo
ellos, y en tanto que él con ellos se pido de veras, léase ' este mandamien
avenía, el oidor comunicó con non to, donde se contiene que se prenda á
Fernando, Cardenio y el cura , qué este salteador de caminos , Tomó el
debía hacer en aquel caso, contán mandamiento el cura , y vió como era
doselo con las razones que don Luis verdad cuanto el ' cuadrillero decía, y
le había dicho. En fin , fué acordado como convenía con las señas con don
que don Fernando dijese á los cria Quijote, el cual viéndose tratar mal
dos de don Luis quién él era , y como de aquel villano malandrin , puesta
era su gusto que don Luis se fuese la cólera en su punto , y crujiendole
con él al Andalucía , donde de su los huesos de su cuerpo, como me
hermano el marqués sería estimado jor pudo él asió al cuadrillero con en
como el valor do don Luis merecía , trambas manos de la garganta, que á
porque desta manera se sabía de la no ser socorrido de sus compañeros
intenc ón de don Luis que no volvería allí dejara la vida antes que don Qui
por aquella vez á los ojos de su padre, jote la presa . El ventero, que por
si le hiciesen pedazos. Entendida pues fuerza había de favorecer a los de su
de los cuatro la calidad de don Fer oficio, acudió luego á dalle favor. La
nando y la ir tenc ón de don Luis , de ventera , que vió de nuevo á su mari
terminaron entre ellos , que los tres do en pendencias, de nuevo alzó la
se volviesen á contar lo que pasaba á voz , cuyo tenor le llevaron luego
su padre, y el otro se quedase á ser Maritornes y su hija , pidiendo favor
vir á don Luis y á no dejalle hasta al cielo y a los que allí estaban . San
que ellos volviesen por él ó viese lo cho dijo , viendo lo que pasaba : Vive
que su padre les ordenaba. Desta ma el Señor, que es verdad cuanto mi
nera se apaciguó aquella máquina de amo dice de los encantos deste casti
pendencias por la autoridad de Agra llo , pues no es posible vivir una hora
inante y prudencia del rey Sobrino ; con quietud en él. Don Fernando des .
pero viéndose el enemigo de la con. partió al cuadrillero y á don Quijote,
cordia y el émulo de la paz menos y con gusto de entrambos les desen .
preciado y burlado, y el poco fruto clavijólas manos, que el uno en el
que había granjeado de haberlos pues collar del sayo del uno , y el otro en la
to a todos en tan confuso laberinto , garganta del otro bien asidas tentan ;
acordó de probar otra vez la mano re pero no por esto cesaban los cuadri
sucitando nuevas pendencias y desa lleros de pedir su preso , y que les
sosiegos. Es pues el caso que los cut ayudasen á dársele atado y entrega
drilleros se sosegaron por haber en . do á toda su voluntad , porque asi
treoído la calidad de los que con ellos convenía al servicio del rey y de la
se habían combatido, y se retiraron Santa Hermandau , de cuya parte de
de la pendencia por parecerles que nuevo les pedían socorro y favor para
de cualquiera manera que sucediese , hacer aquella prisión de aquel roba
habían de llevar lo peor de la bata dor y salteador de sendas y de carre
lla : pero á uno dellos , que fué el que ras . Reíase de oir decir estas razones
fué molido y pateado por don Fer don Quijote , y con mucho sosiego di
nando, le viro á la memoria que en jo : Venid aoá , gente toez y mali naei
PARTE 1. - CAPÍTULO XLVI 199
fué tanto, que con voz atropellada y bendición diciendo : Ahora acabacas
tartamuda lengua, lanzando fuego por de conocer , Sancho hijo , ser verdad
los ojos , dijo: iOh bellaco villano, lo que yo otras muchas veces te ke
mal mirado, descompuesto é ignoran . 1 dicho , de que todas las cosas deste
te , infacundo, deslenguado, atrevido, castillo son hechas por vía de encan
murmurador y maldiciente ! & tales pa tamento . Así lo creo yo, dijo Sancho ,
labras has osado decir en mi presen excepto aquello de la manta, que real
cia y en la destas inclitas señoras, y mente sucedió por vía ordinaria. No
tales deshonestidades y atrevimientos lo creas, respondió don Quijote, que
osaste poner en tu confusa imagina si así fuera, yo te vengara entonces
ción ? Vete de mi presencia , monstruo y, aun ahora ; pero ni entonces ni
de naturaleza, depositario de menti ahora pude niwi"en quien tomar ven
ras, almario de embustes , silo de be ganza de tu agravio, Desearon saber
llaquerías, inventor de maldades, pu todos qué era aquello de la manta, y
blicador de sandeces , enemigo del el ventero les contó punto por punto
decoro que se debe a las reales perso la volatería de Sancho Panza, de que
nas ; vete , no parezcas delante de mí , no poco se rieron todos, y de que no
so pena de mi ira ; y diciendo esto menos se corriera Sancho , si de
enarco las cejas, hinchó los carrillos , nuevo no le asegurara su amo que
miro a todas partes, y dió con el pie era encantamento , puesto que jamás
derecho una gran patada en el suelo, llegó la sandez de Sancho á tanto, que
señales todas de la ira que encerraba creyese no ser verdad pura y averi
en sus entrañas. A cuyas palabras y guada, sin mezcla de ergaño alguno,
furibundos ademanes quedo Sancho lo de haber sido manteado por perso
tan encogido y medroso, que se ho !. pas de carne y hueso, y no por fan .
gara que en aquel instante se abriera tasmas soñadas ni imaginadas, como
debajo de sus pies la tierra y le traga su señor lo creía y lo afirmaba. Dos
ra ; y no supo qué hacerse sino volver días eran ya pasados los que había
las espaldas y quitarse de la enoja la que toda aquella ilustre compañía es
presencia de su señor . Pero la ais taba en la venta, y pareciéndoles que
creta Dorotea, que tan entendido le ya era tiempo de partirse , dieron
nía ya el humor de don Quijote , dijo orden para que sin ponerse al trabajo
para templarle la ira : No os despe de volver Dorotea y don Fernando
chéis, señor caballero de la Triste con don Quijote á su aldea con la in
Figura, de las sandeces que vuestro vención de la libertad de la reina Mi
buen escudero ha dicho, porque quizá comocona , pudiesen el cura y el bar
no las debe de decir sin ocasión , ni bero llevárscle, como deseakan , y
de su buen entendimiento y cristiana procurar la cura de su locura in su
conciencia se puede sospechar que le tierra . Y lo que ordenaron fué, que
vante testimonio á nadie ; y así se ha se concertaron con un carretero de
de creer, sin poner duda en ello , que bueyes que acaso acertó á pasar por
como en este castillo , según vos , se allí , para que lo llevase en esta for
ñor caballero, decís , todas las cosas ma : hicieron una como jaula de palos
van y suceden por modo de encanta enrejados, capaz que pudiese en ella
mento, podría ser, digo , que Sancho caber holgadamente don Quijote, y
hubiese visto por esta diabólica vía lo luego den Fernando y sus camaradas,
que él dice que vió tan en ofensa de con los criados de don Luis y los cua
mi honestidad . Por el omnipotente drilleros , juntamente con el ventero ,
Dios juro, dijo á esta sazón don Qui todos por orden y parecer del cura ,
jote , que la vuestra grandeza ha dado se cubrieron los rostros y se disfra
en el punto , y que alguna mala visión zaron , quien de una manera y quien
se le puso delante á este pecador de de otra , de modo que á don Quijote
Sancho , que le hizo ver lo que fuera le pareciese ser otra gente de la que
imposible verse de otro modo que por en aquel castillo había visto . Hecho
el de encantos no fuera, que sé yo esto , con grandísimo silencio se en
bien de la bondad é inocencia deste traron adonde él estaba durmiendo
desdichado , que no sabe levantar tes y descansando de las pasadas refrie
timonios á nadie. Así es y así será , gas . Llegáronse á él , que libre y se
dijo don Fernando , por lo cual debe guro de tal acontecimiento dormía , v
vuestra meroed , señor don Quijote , asiéndole fuertemente, le ataron muy
perdonalle y reducille al gremio de bien las manos y los pies , de modo
gracia, sicut erat in principio, antes que cuando el despertó con sobresal .
que las tales visiones le sacasen de to, no pudo menearse ni hacer otra
juicio. Don Quijote respondió que él cosa más que admirarse y suspender
le perdonaba; y el cura fué por San . se de ver delante de sí tan extraños
cho, el cual vino muy humilde, y hin visajes, y luego dió en la cuenta de lo
cándose de rodillas pidió la mano á su que su continua y desvariada imagi
amo, y él se la dio, y después de nación le representaba, y se creya
habérsela dejado besar, le echó la que todas aquellas figuras eran fan
202 DON , VLIJOTE DE LA MANCIA
nos de tantos y tan desaforados diz. hazañas increíbles, en los amores lae
parates : que el deleite que en el civos, en las cortesías mal mirados ,
alma se concibe , ha de ser de la her larges en las batallas, necios en las
mosura y concordancia que ve ó con razones, disparatados en los viajes, y
templa en las cosas que la vista o la finalmente ajenos de todo discreto ar
imaginación le ponen delante, y toda tificio, y por esto dignos de ser deste
eosa que tiene en sí fealdad y des rrados de la república cristiana come
compostura no nos puede causar con gente inútil. El cura le estuvo escu
tento alguno. Pues & qué hermosura chando con grande atención, y pare
puede haber , ó qué proporción da ciéndole hombre de buen entendi
partes con el todo , y del todo con las miento , y que tenía razón en cuanto
partes , en un libro ó fábula donde un decía ; y así le dijo , que por ser el de
Dozo de diez y seis años da una cu su misina opinión , y tener ojeriza á
chillada á un gigante como una to los libros de caballerías , había que
rre, y le divide en dos mitades como mado todos los de don Quijote, que
si fuera de alfeñique ? Y qué cuan. eran muchos ; y contóle el escrutinio
do nos quieren pintar una batalla des. que dellos había hecho y los que ha
pués de haber dicho que hay de la bía condenado al fu go y dejado con
parte de los enem.gos un mullón de vida ; de que no poco se rió el canó
combatientes ? Como sea contra ellos nigo, y dijo que con todo cuanto mal
el señor del libro , forzosamente , mal había dicho de tales libros , hallaba
que nos pese , habemos de entender en ellos una cosa buena, que era el
que el tal caballero alcanzó la victo sujeto que ofrecían para que un buen
ria por sólo el valor de su fuerte bra entendimiento pudiese mostrarse en
zo . Pues ¿ qué diremos de la facilidad ellos , porque daban largo y espacioso
con que una reina ó emperatriz here campo por donde sin empacho alguno
dera se conduce en los brazos de un pudiese correr la pluma, describ : endo
andante y no conocido caballero ? naufragios, tormentas , reencu ntros
¿ Qué ingeni si 10 es del todo bar y batallas, pintan un capitán vale
baro é inculto, podrá contentarse le roso con todas las partes que para ser
vendo que una gran torre llena de tal se requieren, mostrándose pru .
caballeros va por la mar adelante dente, previniendo las astucias de sus
como navecon próspero viento , y enemigos , y elocuente urador persua
hoy anochece en Lombardía, y ma diendo ó disuadiendo á sus laados.
ñana amanece en tierras del Preste maduro en el consejo , presto en lo
Juan de las Indias, o en otras que ni determinado, tan valiente en el espe
las describió Tolomeo , ni las vió Mar rar como en el acometer ; pintando
co Polo ? Y si á esto se me responílie ora un lamentable y trágico suceso,
se que los que tales libros componen ora un alegre y no pensado aconteci.
los escriben como cosas de mentira, miento ; allí una hermosísima dama
y que así no están obligados á mirar honesta, discreta y recatada ; aqui un
en delicadezas ni verdades, respon caballero cristiano, valiente y come
derles hia yo , que tanto la mentira es dido ; aculla un desaforado bárbaro
mejor , cuanto más parece verdadera ; fanfarrón , acá un príncipe cortés , va
v tanto más agrada , cuanto tiene más leroso y bien mirado; representando
de lo dudoso y posible. Hanse de ca bondad y lealtad de vasallos, grande.
sar ias fábulas mentirosas con el en zas y mercedes de señores ; ya puede
bendimiento de los que las leyeren , mostrarse astrólogo, ya cosmógrafo
escribendose de suerte ,, que facili excelente , ya músico, ya inteligente
tando los imposibles , allanando las en las materias de Estado, y tal vez
grandezas, suspendiendo los ánimos, le vendrá ocasión de mostrarse nigro
admiren , suspendan, alborocen y en. mante si quisiese. Puede mostrar las
tretengan de modo, que anden á un astucias de Ulises, la piedad de Enens,
mismo paso la admiración y la alegría la valentía de Aquiles, las desgracias
juntas ; y todas estas cosas no podrá de Héctor, las traiciones de Sinón, ia
hacer el que huyere de la verisimili. amistad de Eurfalo, la liberalidad de
tud y de la imitación, en quien consis . Alejandro , el valor de César , la cle
te la perfección de lo que se escribe. mencia y verdad de Trajano , la fideli.
No he visto ningún libro de caballe dad de Zépiro, la prudencia de Catón ,
rías que haga un cuerpo de fábala y finalmente todas aquellas acciones
entero con todos sus miembros, de que pueden hacer perfecto á un varón
manera que el medio corresponda al ilustre , ahora poniéndolas en uno 80
principo, y el fin al principio y al lo , ahora dividiéndolas en muchos . Y
medio sino que los componen con siendo esto hecho con apacibilidad
tantos miembros , que más parece que de estilo y con ingeniosa invención ,
Hevan intención á formar una qui. que tire lo más que fuere posible á la
mera é un monstruo , que á hacer verdad, sin duda compondrá una tela
ura figura proporcionada. Fuera des de varios y hermosos lizos tejida, que
en el estilo duros , en las después de acabada , tal perfeeción y
PARTE 1 , -- CAPÍTULO XLVIII 207
hermosura muestre, que consiga el lejos de serlo ; y los autores que las
in nejor que se pretende en los es componen , y los actores que las re
eritos , que es enseñar y deleitar jun presentan dicen que así han de ser ,
tamente, como ya tengo dicho; por porque así las quiere el vulgo, y no
que la escritura desatada destos li de otra manera : y que las que llevad
bros da lugar á que el autor pueda traza y siguen la fábula como el arte
mostrarso épico , lírico , trágico , comi pide, no sirven sino para cuatro dis
to , con todas aquellas partes que en cretos que las entienden , .y todos los
cierran en sí las dulcísimas y agrada demás se quedan ayunos de enten
bles ciencias de la poesía y de la ora der su artificio ; y que á ellos les
teria ; que la épica tan bien puede está mejor ganar de comer con los
escribirse en prosa como en verso. muchos, que no opinión con los po
cos ; deste modo vendrá á ser mi li .
bru al cabo de haberme quemado las
cejas por guardar los preceptos re
CAPITULO XLVIII feridos, y vendré á ser el sastre del
Cantillo. Y aunque algunas veces he
procurado persuadir á los autores,
Donde prosigue el canónigo la mii que se engañan en tener la opinión
teria de los libros de caballeria , que tienen , y que más gente atraerán
con otras cosas dignas de su in y más fama cobrarán representanilo
genio. comedias que sigan el arte que no
con las disparatadas, ya están tar
asidos y encorporados en su parecer ,
Así es como vuestra merced dice, que no hay razón n evidencia que déi
señor canónigo, dijo el cura ; y por los saque. Acuérdome que un día dije
esta causa son más dignos de repren á uno destos pertinaces : decidme,
sión los que hasta aquí ban compu98 ¿ no os acordáis que ha pocos años
semejantes libros , sin tener adver que se representaron en España tres
tencia á ningún buen discurso , ni ai tragedias que compuso un famoso
arte y reglas por donde pudieran poeta destos reinos, las cuales fu ron
guiarse y hacerse famosos en prosa, tales que admiraron , alegraron .
como lo son en verso los dos principes suspendieron a todos cuantos las oye.
de la poesía griega y latina. Yo álo ron , así simples como prudentes , si
menos , replicó el canónigo, he tenido del vulgo como de los escogidos , y
cierta tentación de hacer un libro de dieron más dineros á los represen
caballerías, guardando en él todos los tantes ellas tres solas que treinta de
puntos que he significado : y si he de las mejores que después acá se han
confesar la verdad , tengo escritas hecho ? & Sin duda, respondió el autor
más de cien hojas, y para hacer la que digo, que debe de decir vuestra
experiencia de si corvespondían í mi merced por la Isabela , la Filis y la
estimación las he comunicado con Alejandra ? Por esas digo, le repli
hombres apasionados desta leyenda, qué yo, y mirad si guardaban bien los
doctos y discretos, y con otros igno preceptos del arte, y si por guardar
rantes que sólo atienden al gusto de los dejaron de parecer lo que eran ,
eir disparates, y de todos he hallada . y de agradar a todo el mundo : asi
una agradable aprobación : pero con que no está la falta en el vulgo , que
todo esto no he proseguido adelante, pide disparates, sino en aquellos
así por parecerme que hago cosa aje que no saben representar otra cosa.
na de mi profesión, como por ver que si que no fué disparate La ingrati
es más el número de los simples , que tud vengada, ni le tuvo la Numan
de los prudentes; y que puesto que cia , ni se le halló en la del Merca
es mejor ser loado de los pocos sa der amante, ni menos en La enemi.
bios, que burlado de los muchos ne ga favorable, ni en otras algunas que
cios , no quiero sujetarme al confuso de algunos entendidos poetas har
juicio del desvanecido vulgo , á quien sido compuestas para fama y renom
por la mayor parte toca leer semejan. bre suyo, y para ganancia de los que
tes libros . Pero lo que más me le las han representado ; y otras cosas
quito de las manos y aun del pensa añadí á estas con que á mi parecer
miento de acabarle fué un argumen le dejé aigo confuso, pero no satis
to que hice conmigo mismo, sacado fecho ni convencido para sacarle de
de las comedias que ahora se repre su errado pensamiento. En materia ha
gentan , diciendo : si estas que ahora tocado vuestra merced , señorcinónigo,
Se usan , así las imaginadas como las dijo a esta gazón el cura , que ha des
de historia, todas 6 las más son cono pertado en mí un antiguo rancor que
oidos disparates, y cosas que no lle tengo con las comedias que ahora se
van pies ni cabozz, y con todo eso usan, tal que iguala al que tengo con
el volgo las oye con gusto, y las tiene los libros de caballerías; porque ha
y las aprueba por buenas , estando tan biendo de ser la comedia según le
208 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
parece á Tulio, espejo de la vida hu. cas comedias, es para entretener la
mana, ejemplo de las costumbres , é comunidad con aiguna honesta re
imagen de la verdad, las que ahora creación , y divertirla á veces de los
€ e representan son espejos de dispa malos humores que suelen engendrar
rates , ejemplos de necedades, é imá . la ociosidad ; y que pues éste se con
genes de lasc via . Porque ¿ qué mayor sigue con cualquier comedia buena 6
disparate puede ser en el sujeto que maia, no hay para qué poner leyes ,
tratamos, que salir un nño en manti. ni estrechar a los que las componen
las en la primera escena del primer representan , á que las hagan como
acto, y en la segunda salir ya hecho debían de hacers , pues como he di.
hombre varbado ? Y ¿ qué mayor que cho, con cualquiera se consigue lo
pintarnos un viejo valiente y un mozo que con ellas se pretende. A lo cual
cobarde, un lacayo retórico, un paje respondería yo, que este fin se coase
consejero, un rey ganapán y una prin. guiría mucho mejor sia comparación
cesa fregona ? ¿ Qué diré pues de la alguna con las comedias buenas que
observancia que guardan en los tiem con las no tales, porque de haber
pos en que pueden ó podían suceder oído la comedia artificiosa y bien or
las acciones que representan, sino denada , saldría el oyente alegre con
que he visto comedia que la primera las burlas, enseñado con las veras,
jornada comenzó en Europa , la se admirado de 109 sucesos , discreto
gunda en Asia , la tercera se acabó en con las razones , advertido con los
Africa , y aun si fuera de cuatro jor embustes, sagaz con los ejemplos ,
radas, la cuarta acabara en América. airado contra el vicio y enamorado de
y así se hubiera hecho en todas las la virtud : que todos estos afectos hy
cuatro partes del mundo ? Y si es que de despertar la buena comedia en el
la imitación es io principal que ha de ánimo del que la escuchare, por rús
tener la comedia , ¿ cómo es posible tico y torpe que sea ; y de toda im.
que se satisfaga á ningún mediano posibilidad es imposible dejar de ale
enlendimiento , que fingiendo una ac grar y entretener , satisfacer y con
ción que pasa en tiempo del rey Pe tentar la comedia que todas estas
pino y Carlomagno, al mismo que en partes tuviere, mucho más que aque
ella hace la persona principal le atri Ila qua careciese dellas, como por la
buyan que fué el emperador Heraclio , mayor parte carecen estas que de or
que entró con la cruz en Jerusalén , y dinario ahora se representan . Y no
el que ganó la Casa Santa como Go tienen la culpa desto los poetas que
dofre de Bullón , habiendo infinitos las componen , porque algunos hay
años de lo uno á lo otro ; y fundan dellos que conocen muy bien en lo
dose la comedia sobre cosa fingida , que yerran , v saben extremadamente
atr.buirle verdades de historia , y lo que deben hacer ; pero como las
mezclarle pedazos de otras sucedidas cimedias se han hecho mercadería
á diferentes personas y tiempos , y verd.ble , dicen , y dicen verdad, que
esto no con trazas verisimiles, sino los representantes no se las compra
con patentes errores de todo punto rían si no fuesen de aquel jaez ; v
inexcusables ? Y es lo malo que Lay así el poeta procura acomodarse con
ignorantes que digan que esto es lo lo que el representante que le ha de
perfecto , y que lo demás es buscar pagar su obra le pide. Y que esto sea
gullerías. ¿ Pues qué si venimos a las verdad , véase por muchas é infinitas
comedias divinas ? ¡ Qué de milagros comedias que ha compuesto un felici
fingen en ellas, qué de cosas apócrifas simo ingenio destos reinos, con tanta
mal entendidas, atribuyendo á un gala, con tanto donaire, con tan ele
santo los milagros de otro ! Y aun en gante verso , con tan buenas razones ,
las humanas se atreven á hacer mi con tan graves sentencias, y final.
lagros, sin más respeto ni considera mente tan llenas de elocución y alteza
ción que parecerles que allí estarí de estilo, que tiene lleno el mundo de
bien el tal milagro y apariencia, come su fama ; y por querer acomodarse al
ellos llaman, para que gente ignoran gusto de los representantes, no han
te se admire y venga á la comedia : llegado todas , como han llegado algu
que todo esto es en perjuicio de la nas, al punto de la perfección que re
verdad , y en menoscabo de las histo quieren . Otros las componen tan sin
rias, y aun en aprobio de los ingenins mirar lo que hacen , que después de
españoles ; porque los extranjeros, representadas tienen necesidad los re
que con mucha puntualidad guardan citantes de huirse y ausentarse, teme
las leyes de la comedia , nos tienen rosos de ser castigados , como lo han
por bárbaros é ignorantes, viendo los sido muchas veces, por haber repre .
absurdos y disparates de las que ha sentado cosas en perjuicio de algunas
cemos. Y no sería bastante disculpa reyes y en deshonra de algunos lina
desto decir que el principal intento jes ; y todos estos inconvenientes
que las repúblicas bien ordenadas tie cesarian , y aun otros muchos más que
nen , permitiendo que se hagan públi no digo, con que hubiese en la corte
PARTE 1. - CAPÍTULO XLVIII 209
ura persona inteligente y discreta que tanto que esto pasaba , viendo Sanch.
examinase todas las com dias antes que podía hablar á su amo sin la con
que se representasen ; no sólo aque tinua asistencia del cura y el barbero ,
llas que se hiciesen en la corte, sino que tenía por sospechosos, se llegó á
todas las que se quisiesen represen. la jaula donde iba su amo, y le dijo :
tar en España, sin la cual aprohación , Señor, para descargo de mi concien .
sello y firma, ninguna justicia en su cia le quiero decir lo que pasa acerca
lugar dejase representar comedia al de su encantamento ; y es que aques.
guna , y desta manera los comediantes tos dos que vienen aquí encubiertos
tendrían cuidado de enviar las come los rostros , son el cura de nuestro
cias á la corte , y con seguridad po lugar y el barbero, y imagino han
drían representarlas, y aquellos que dado esta traza de llevarle desta ma
las coinponen mirarían con más cui nera, de pura envidia que tienen,
dado y estudio lo que hacían , teme. como vuestra merced se les adelanta
rosos de haber de pasar sus obras en hacer famosos hechos. Presupues
por el riguroso examen de quien lo ta, pues , esta verdad , síguese que no
entiende . Y desta manera se harian va encantado, sino embaído y tonto,
buenas comedias , y se conseguiría fe Para prueba de lo cual le quiero pre
licísimamente lo que en ellas se pre guntar una cosa, y si me responde ,
tende , así el entretenimiento del pue como creo que me ha de responder,
blo, como la opinión de los ingenios tocará con la mano este engaño , y
de España, el interés y seguridad de verá como no va encantado, sino trus .
los recitantes, y el ahorro del cuidado tornado el juicio . Pregunta lo que
de castigarlos . Y si se diese cargo á quisieres, hijo Sancho , respondió don
otro o á este mismo que examinase Quijote , que yo te satisfaré y respon
los libros de caballerías que de nuevo deré á toda tu voluntad : y en lo que
se compusiesen, sin duda podrían si dices que aquellos que allí van y vie
lir algunos con la perfección que nen con nosotros , son el cura y el
vuestra merced ha dicho, enriquecien barbero nuestros compatriotas y co
do nuestra lengua del agradable y nocidos, bien podrá ser que parezca
precioso tesoro de la elocuencia, din. que son ellos mismos ; pero que lo
do ocasión que los libros viejos se s'an realmente y en efecto , eso no lo
escureciesen á la luz de los nuevos ercas en ninguna manera : lo que has
que saliesen para honesto pasatiem de créer y entender es , que si ellos se
po , no solamente de los ociosos, sino les parecen como dices , debe de ser
de los más ccupados , pues no es po que los que me han encantado habrán
sible que esté continuo el arco arma tomado esa apariencia y semejauza ,
do , ni la condición y flaqueza humana porque es fácil á los encantadores to
se pueda sustentar sin a'guna lícita mar la figura que se les antoja, y ha
recreación . A este punto de su colo brán tomado las destos nuestros ami.
quio llegaban el canónigo y el curi, gos , para darte á ti ocasión de que
cuando adelantándose el barbera, pienses lo que piensas, y ponerte en
llegó á ellos , y dijo al cura : Aquí , un laberinto de imaginaciones , que
señor licenciado, es el lugar que yo no aciertes á salir dél, aunque tuvie
ses la soga de Teseo ; también lo
dije que era bueno para ue sestean
do nosotros tuviesen los bueyes fres habrán hecho para que yo vacile en
co y abundoso pasto . Así me lo pare mi entendimiento, y no sepa atinar de
ce á mí, respondió el cura , y dicien dónde me viene este daño; porque si
dole al canónigo lo que pensaba ha por una parte tú me dices que ine
cer , él también quiso quedarse con acompañan el barbero y el cura de
ellos , convidado del sitio de un her nuestro pueblo , y por otra yo me veo
moyo Valle que a la vista se les ofre . enjaulado , y sé de mí que fuerzas hu
mapas , como no fueran sobrenatu
cía . Y así por gozar del como de la
conversación del cura, de quien ya rales , no fueran bastantes para en
se iba aficionando , y por saber más jaularme, & qué quieres que diga 6
por menqdo las hazañas de don Qui piense, sino que la manera de mi
jote , mandó á algunos de sus criados encantamento excede á cuantas vo
que se fuesen a la venta, que no lejos he leído en todas las historias que
de allí estaba, y trujesen della lo que tratan de caballeros andantes que
hubiese de comer para todos , porque lian sido encantados ? Así que , bien
él determinaba de sestear en aquel puedes darte paz y sosiego en esto de
lugar aquella tarde : á lo cual uno de creer que son los que dices, porque
eus criados respondió , que el acemila así son ellos, como yo soy turco ; y en
del repuesto , que ya debía de estar en lo que toca á querer preguntarme al
la venta , traía recado bastante para go, di, que yo te responderé aunque
no.obligar á tomar de la v nta más ine preguntes de aquí á mañana. i V6
que cebada . Pues así es , dijo el canó lame nuestra Señora ! respondió San
nigo , llévense alla todas las cabalga cho dando una gran voz ; y es posi
ble que sea vuestra merced tan dur.
duras , y haced volver la acemila . En
14
210 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
de celebre y tan falto de meollo , que ni hacen las obras naturales que ve
no eche de ver que es pura verdad digo, estos tales están ercantados ;
la que le digo, y que en esta su pri pero no aquellos que tienen la gang
sión y desgracia tiene más parte la que vuestra merced tiene , y que bebe
malicia que el encanto ? Pero pues así cuando se lo dan, y come cuando le
es , yo le quiero probar evidentemente tiene, y responde à todo aquello que
como no va encantado : si no, dígame, le preguntan. Verdad dices, Sanche,
así Dios le saque desta tormenta, y respondió don Quijote : pero ya te
así se vea en los brazos de mi señora he dicho que hay muchas maneras de
Dulcinea cuando menos piense. Acaba encantamentos, y podría ser que con
de conjurarme , dijo don Quijote, y el tiempo se hubiesen mudado de
pregurta lo que quisieres, que ya te unos en otros , y que ahora se use que
he dicho que te responderé con toda los encantados hagan todo lo que ye
puntualidad . Eso pido, replicó San hago, aunque antes no lo hacían ; de
cho, y lo que quiero saber es , que me manera que contra el uso de los tiem.
diga sin añadir ni quitar cosa ningu Los no hay que argüir ni de qué ha
na, sino con toda verdad , como se cer consecuencias. Yo sé y tengo para
espera que la han de decir y la dicen mí que voy encantado, y esto me bas
todos aquellos que profesan las ar ta para la seguridad de mi conciencia,
mas , como vuestra merced las profe que la formaría muy grande , si yo
sa, debajo de título de caballeros an pensase que no estaba encantado , y
dantes. Digo que no mentiré en cosa me dejase estar en esta jaula perezos
alguna, respondió don Quijote ; acaba y cobarde, defraudando el socorro que
podría dar á muchos menesterosos y
ya de preguntar , que en verdad ya
ine , cansas con tantas salvas , plega necesitados que de mi ayuda y am
paro deben tener a la hora de ahora
rias y prevenciones , Sancho . Digo, precisa y extrema necesidad . Pues
que yo estoy seguro de la bondad y
verdad de mi amo; y así, porque con todo eso , replicó Sancho , dige
hace al caso nuestro cuento , pregunto , que para mayor abundancia y satis
hablando con acatamiento , si acaso facción sería bien que vuestra mer
después que vuestra merced va enjau ced probase á salir desta cárcel, que
lado y á su parecer encantado en esa yo me obligo con todo mi poder
facilitarlo , y aun sacarle dela , v
jaula, le ha venido gana y voluntad probase de nuevo á subir sobre su
de hacer aguas mayores 6 menores,
como suele decirse ? No entiendo eso buen Rocinante , que también parece
que va encantado, según va de me
de hacer aguas , Sancho ; aclárate más lancólico y triste ; y hecho esto , pro
si quieres que te responda derecha. básemos otra vez la suerte de buscar
mente . ¿ Es posible que no entienda más aventuras ; y si no nos sucediese
vuestra merced de hacer aguas meno
bien , tiempo nos queda para volver
res 6 mayores ? pues en la escuela nos á la jaula, en la cual prometo á
destetan á los muchachos con ello .
Pues sepa que quiero decir si le ha la ley de buen y leal escudero de
venido gana de hacer lo que no se ex encerrarme juntamente con vuestra
cusa ? Ya , ya te entiendo, Sancho; y merced, si acaso fuera vuestra mer
muchas veces , y aun ahora la tengo, ced tan desdichado , ó yo tan simple,
sácame deste peligro, que no anda que no acierte á salir con lo que digo.
todo limpio. Yo soy contento de hacer lo que dices,
Sancho hermano , replico don Quijote,
y cuando tú veas coryuntura de poner
CAPITULO XLIX er obra mi libertad , yo te obedeceré
en todo y por todo ; pero tú , Sancho,
verás como te engañas en el conoc -
Donde se trata del discreto coloquio miento de mi desgracia. En estas plá
que Sancho Panza tuvo con su ticas ge entretuvieron el caballero an
señor don Quijote. dante y el mal andante escudero, has
ta que llegaron donde ya apeados los
aguardaban el cura, el canónigo y el
Ah ! dijo Sancho , cogido le tengo : barbero. Desunció luego los bueyes
esto es lo que yo deseaba saber como de la carreta el boyero , y dejólos an
al alma y como a la vida. Venga acá , dar á sus anchuras por aquel verde
señor , ¿ podría negar lo que comun. y apacible sitio , cuya frescura convi
mente suele decirse por ahí cuando daba á quererla gozar , no a las per
una persona está de mala voluntad , sonas tan encantadas como don Qui .
no sé qué tiene fulano , que ni come , jote, sino á los tan advertidos y dis
ni bebe , ni duerme , ni responde á cretos como su escudero, el cual rogs
propósito á lo que le preguntan, que a! cura que permitiese que su señor
no parece sino que está encantado ? saliese por un rato de la jaula, por
De donde se viene a sacar, que los que si no le dejaban salir , no iria
que no comen, ni beben, ni'duermen, tan limpia aquella prisión como re
PARTE I. - CAPITULO XUX 211
questa la decencia de un tal caballero tanto Félixmarte de Hircania , tanto
om. su amo. Entendióle el cura, y palafrén , tanta doncella andante, tan .
dje que de muy buena gana haría lo tas sierpes, tantos endr.agos , tantos
que le pedía, si no temiera que en gigantes, tantas inauditas aventuras
viéndose su señor en libertad , había tanto género de encantamentos, tan
de hacer de las suyas , y irse donde tas batallas, tantos desaforados en
japás gente le viesen . Yo le fío de la cuentros , tanta bizarri de trajes, tar
juga , respondió Sancho. Y yo y todo , tas princesas enamoradas, tantos es
dijo el canónigo, y más si él me da la cuderos condes, tantos enanos gra
palabra como caballero de no apar ciosos, tanto billete, tanto requiebro .
társe de nosotros hasta que sea nues. tantas mujeres valientes, y fina mente
tra voluntad
Quijote, que. Si doy, respondió don
todo lo estaba escu
tantas y tan disparatadas cosas como
los libros de caballerías contienen ?
chando ; cuanto más que el que está De mí sé decir, que cuando los leo,
encantado como yo , no tiene libertad en tanto que no pongo la imaginación
para hacer de su persona lo que qui. en pensar que son todos mentira y
siere, porque el que le encanto le liviandad , me dan algún contento ;
puede hacer que no se mueva de un pero cuando caigo en la cuenta de lo
Lugar en tres siglos, y si hubiere que son , doy con el mejor dellos en
huido, le hará volvir en voland 18 ; v la pared , y aun diera con él en el
que pues esto era así, .bien podían fuego si cerca ó presente le tuviera ,
soltarle, y más siendo tan en prove bien como á merecedores de tal pena,
cho de todos, y del no soltarle les por ser falsos y embusteros, y fuera
protestaba que no podía dejar de fa del trato que pide la común naturale
tigarles el olfato , si de allí no se des
viaban . Tomóle la mano el canónigo, za, y como á inventores de nuevas
aunque las tenía atadas, y debajo de sectas y de nuevo modo de vida, y
como á quien da ocasión que el vulgo
su buena fe y palabra le desenjaula ignorante venga á creer y tener por
rod , de que el se alegró infinito y en verdaderas tantas necedades como
grande manera de verse fuera de la
jaula : y lo primero que hizo fué es contienen . Y aun tienen tanto atrevi.
tirarse todo el cuerpo , y luego se fue miento, que se atreven á turbar los
donde estaba Rocinante , y dándole ingenios de los discretos y bien na
dos palmadas en las ancas , dijo : Aun cidos hidalgos , como se hecha bien
espero en Dios y en su bendita Ma de ver por lo que con vuestra merced
dre, flor y espejo de los caballos, que han hecho, pues le han traído á térmi
presto nos hemos de ver los dos cual nos que sea forzoso encerrarle en una
deseamos, tú con tu señor á cuestas, jaula, y traerle sobre un carro de bue
y yo encima de ti ejercitando el oficio yes, como quien trae o lleva alg'n león
para que Dios me echó al mundo : Y ó algún tigre de lugar en lugar para
diciendo esto don Quijote , se aparto ganar con él , dejando que le vean .
con Sancho on remota parte, de donde Ea, señor don Quijote, duélase de sí
vino más aliviado y con más deseos mismo, y redúzcase al gremio de la
de poner en obra lo que su escudero discreción, y sepa usar de la much
Ordenase . Mirábale el canónigo , y que el cielo fué servido de darle , em
admirábase de ver la extrañeza de pleando el felicísimo talento de su in
su grande locura , y de que en cuanto genio en otra letura que redunde en
hablaba y respondía mostraba tener aprovechamiento de su conciencia y
bonísimo entendimiento ; solamente en aumento de su honra. Y si toda.
venía á perder los estribos, como vía llevado de su natural inclinación
otras veces se ha dicho , en tratándole quisiere leer libros de hazañas y de
de caballerías, Y así movido de com caballerías , lea en la Sacra Escritura
pasión , después de haberse sentado el de los Jueces, que allí hallará ver
todos en la verde hierba para esperar dades grandiosas y hechos tan ver
el repuesto del canónigo, le dijo : daderos como valientes. Un Viriato
¿ Es posible , señor hidalgo, que haya turo Lusitania , un César Roma, un
podido tanto con vuestra merced la Aníbal Cartago, un Alejandro Grecia ,
amarga y ociosa letura de los libros un conde Fernán González Castilla ,
de caballerías, que le hayan vuelto un Cid Valencia , un Gonzalo Fernán
el juicio, de modo que venga á creer dez Andalucía , un Diego García de
que va encantado, con otras cosas de Paredes Extremadura , un Garci Pérez
este jaez, tan lejos de ser verdaderas de Vargas Jerez , un Garcilaso Tole
como lo está la misma mentira de la do, un don Manuel León Sevilla,
verdad ? Y cómo es posible que haya cuya lección de sus valorosos hechos
ortendimiento humano que se dé á puede entretener, enseñar, deleitar
entender que ha habido en el mundo y admirar á los más altos ingenios
aquella infinidad de Amadises , aque que los leyeren . Esta sí sería letura
Ha hurbamulta de tanto famoso cab7 digna del buen entendimiento de
Wero , tanto emperador de Trapisonda , vuestra merced, señor don Quijote
mío , de la cual saldrá erudito en la
212 DON QUIJOTE DE LA MANCIA
zenta que le dan, sin curarse de otra acémila del repuesto, y haciende ne
sosa ; y asi haré yo, y no repararé en sa de una alhombra y de la verde
tanto más cuánto, sino que luego nie hierba del prado, á la sombra de unos
desistiré de todo, y me gozaré mi árboles se sentaron , y comieron allí ,
renta como un duque, y allá se lo porque el boyero no perdiese la como
kayan. Eso, hermano Sancho, dijo el didad de aquel sitio, como queda di
sanónigo, entiéndese en cuanto al cho . Y estando comiendo, á deshora
gozar la renta ; empero al adminis oyeron un recio estruendo y un son
brar justicia, ha de entender el se de esquila, que por entre unas zarzas
ñor del estado, y aquí entra la habi y espesas matas que allí junto esta
lidad y buen juicio , y principalmente oan sonaba, y al mismo instante viè
la buena intención de acertar ; que si ron salir de entre aquellas malezas
ésta falta en los principios, siempre una hermosa cabra, toda la piel man
irán errados los medios y los fines ; chada en negro, blanco y pardo : tras
así suele Dios ayudar al buen deseo ella venía un cabrero dándole voces,
del simple , como desfavorecer al malo y diciéndole palabras á su uso, para
del discreto . No sé esas filosofías, res que se detuviese ó al rebaño volviese .
pondió Sancho Panza, mas sólo sé La fugitiva cabra , temerosa y despa
que tan presto tuviese yo el condado Torida, se vino a la gente como á fa
somo sabría regirle , que tanta alma vorecerse della , y allí se detuvo . Lle
tengo yo como otro , y tanto cuerpo gó el cabrero, y wsiéndola de los
como el que más , y tan rey sería yo cuernos , como si fuera capaz de dis
de mi estado como cada uno del suyo curso y entendimiento, le dijo : Ah
siéndolo haría lo que quisiese , y cerrera, cerrera, manchada, mancha
haciendo lo que quisiese haría mi da , é y cómo andáis vos estos días do
gusto, y haciendo mi gusto estaria pie cojo? ¿ Qué lobos os espantar ,
eontento , y en estando uno contento hija ? ¿ No me diré's que es esto , her
no tiene más que desear, y no tenien mosa ? Mas qué puede ser ? sino que
do que descar acabóşe, y el esta. sois hembra, y no podéis estar sose
do venga, y adiós, y veámonos, como gada ; que mal haya vnestra condi .
dijo un ciego á otro. No son malas ción y la de todas aquelids á quien
filosofías esas , como tú dices , San imitáis. Volved , volved , amiga , que
eho , dijo el canónigo ; pero con todo si no tan contenta, á lo mnos esta
eso hay mucho que decir sobre esta réis segura en vuestro aprisco ó con
materia de condados . A lo cual repli vuestras compañeras ; que si vos que
co don Quijote : Yo no sé que haya las habéis de guardar y encaminar,
más que decir , sólo me guío por mu andáis tan sin guía y tan desencami
chos y diversos ejemplos que podría nada, ¿ en qué podrán parar ellas ?
traér á este propósito , de caballeros Contento dieron las palabras del ca
de mi profesión , que correspondiendo brero á los que las oyeron , especial
á los leales y señalados servicios que mente al canónigo , que le dijo : Por
de sus escuderos habían recibido , les vida vuestra, hermano , que os sose
hicieron notables mercedes, hacién guéis un poco, y no os acuciéis en
doles señores absolutos de ciudades volver tan presto esa cabra á su reba
vínsulas : y cuál hubo que llegaron ño ; que pues ella es hembra, coma
bus merecimientos á tanto grado, que vos decís, ha de seguir su natural
tuvo humos de hacerse rey . Pero instinto por más que vos os opongáis
para qué gasto tiempo en esto , ofre a estorbarlo. Tomad este bocado , y
ciéndome un tan insigne ejemplo el bebed una vez, con que templaréis la
grande y nunca bien alabado Amadis cólera, y en tanto descansará la .ca
de Gaula, que hizo á su escudero con bra ; y el decir esto y el darle con la
de de la insula Firme, y así puedo yo punta del cuchillo los lomos de la
sin escrúpulo de conciencia hacer conejo fiambre, todo fué uno . Tomylo
tonde á Sancho Panza, que es uno de y agradeciólo el cabrero , bebió y so
los mejores escuderos que caballero segóse , y luego dijo : No querría que
andante ha tenido ? Admirado quedó por haber yo hablado con esta alima
el canónigo de los concertados dispa ñi tan en seso , me tuviesen vuestras
rates ( si disparates sufren concierto ) mercedes por hombre simple, que en
que don Quijote había dicho, del mo verdad que no carecen de misterio
do con que había pintado la aventura las palabras que le dije . Rústico soy ,
del caballero del Lago, de la impre pero no tanto que no entienda cónio
sión que en él habían hecho las pen se ha de tratar con los hombres y con
sadas mentiras de los libros que ha las bestias . Eso creo yo muy b'er ,
bía leído , y finalmente le admiraba la dijo el cura , que ya yo sé de expe
necedad de Sancho , que con tanto riencia que los montes crían letrados,
ahinco deseaba alcanzar el condado y las cabañas de los pastores encie .
que su amo le había prometido . Ya rran filósofos. A lo menos, señor , ce
en esto volvían los criados del cano plicó el cabrero , acogen hombres
nigo que á la venta habían ido por la Escarmentados ; y para que eresis
216 DON QUDOTE DE LA MANCIJA
caballero andante, que es todo lo que jer de Sancho Panza, que ya había
decirse puede ! Con las voces y gore sabido que Labía ido con el sirvien
midos de Sancho revivió don Quijo. dole de escudero, y así como vió á
te , y la primera palabra que dijo Sancho , lo primero que le preguntó
fué : El que de vos vive ausente, fué que si venía bueno el asno :
dulcísima Dulcinea, á mayores mi Sancho respondió que venía mejor
seria3 que estas está sujeto . Ayú quc su amo . Gracias sean dadas á
dama , Sancho amigo , á ponerme so Dios , replicó ella , que tanto bien me
bre el carro encantado, que no es ha hecho ; pero contadme ahora , am .
toy para oprimir la sills de Rocinan . go , & qué bien habéis sacado de vues
te , porque tengo todo este hombro tras escuderías ? ¿ Qué saboyana me
hecho pedazos . Eso haré yo de muy traéis á mí ? ¿ Qué zapaticos á vues
Luena gana , señor mío, respondió tros hijos ? No traigo nada deso , dijo
Sancho, y volvamos á mi aldea en Sancho, mujer mía , aunque traigo
compañía destos señores que su bien otras cosas de más momento y consi
iesean , y alii daremos orden de ha deración . Deso recibo yo mucho gus
cer otra salida que nos sea de más to , respondió la mujer : mostradme
provecho y fama. Bien dices, San esas cosas de más consideración y
cho , respondió don Quijote, y será más momento, amigo mío , que las
gran prudencia dejar pasar el mal quiero ver para que se me alegre este
influjo de las estrellas que ahora corazón , que tan triste y descontento
corre. El canónigo y el cura y bar ha estado en todos los siglos de vues
bero le dijeron que haría muy bien tra ausencia . En casa os las mostra
en hacer lo que decía, y así habien ré , mujer , dijo Panza, y por ahora
do recibido grande gusto de las estad contenta, que siendo Dios ser
simplicidades de Sancho Panza, pu rido de que otra vez salgamos en via .
sieron á don Quijote en el carro je á buscar aventuras , vos ine veréis
como antes venía ; la procesión vul . presto conde o gobernador de una in .
Tió á ordenarse y á proseguir sų ce sula, y no de las de por ahí, sino la
mino ; el cabrero se despidió de to. mejor que pueda hallarse. Quiéralo
dos ; los cuadrilleros no quisieron así el cielo , marido mío, que bien lo
pasar adelante , y el cura les pagó habemos menester . Mas decidme,
lo que se les debía ; el canónigo pi ¿ qué es eso de insulas ? que no lo en .
dió al cura le avisase el suceso de tiendo . No es la miel para la boca del
con Quijote , si sanaba de su locura , asno , respondió Sancho : á su tiempo
6 si proseguia en ella, y con esto io verás, mujer, y aun te admirarás
tomó licencia para seguir su viaje. ar Oirte llamar señoría de todos tus
En fiu todos se dividieron y parti vasallos . & Qué es lo que decís , San
ron , quedando solos el cura y el bar cho , de señorías, insulas y vasallos ?
bero , dor. Quijote y Panza , y el bue. respondió Teresa Panza, que así se
no de Rocinante , que á todo lo que llamaba la mujer de Sancho , aunqu ?
había visto estaba con tanta paciencia no eran parientes, sino porque se usa
como su amo . El boyero unció sus en la Mancha tomar las mujeres el
bueyes y acomodó á don Quijote so apellido de sus maridos . No te acu
bre un haz de heno , y con su acos cies , Teresa, por saber todo esto tan
tumbrada iema sig :zió el camino que apriesa, basta que te digo verdad , y
el cura quiso , y á cabo de seis alas ccse la boca : sólo te sabré decir así
llegaron á la aldea de don Quijote , de peso , que no hay cosa más gustosa
adonde entraron en la mitad del dir. en el mundo que ser un hombre hon
que acertó a ser domingo, y la gente rado escudero de un caballero andar
estaba toda en la plaza , por mitad te , buscador de aventuras. Bien es
de la cual atravesó el carro de don verdad que las más que se hallan no
Quijote . Acudieron todos á ver lo salen tan á gusto como el hombre qup
que en el carro venía, y cuando co rría, porque de ciento que se encuen
nocieron á su compatriota, quedaron tran, las noventa y nueve suelen salir
maravillados, y un muchacho acudió aviesas y torcidas . Sélo yo por expe
corriendo á dar nuevas á su ama y riencia , porque de algunas he salido
á su sobrina de que su tío y su señor manteado, y de otras molido ; pero
venía flaco y amarillo , y tendido so. con todo eso , es linda cosa esperar
bre un montón de heno y sobre un los sucesos atravesando montes, es
carro de bueyes . Cosa de lástima filo cudriñando selvas , pisando peñas , vi
or los gritos que las dos buenas se sitando castillos, alojando en ventas
ñoras alzaron , las bofetadas que se á toda discreción , sin pagar ofrecido
dieron, las maldiciones que de nuevo sea al diablo el maravedí. Todas estas
echaron á los malditos libros de ca
pláticas pasaron entre Sancho Panza
ballerías, todo lo cual se renovó cuin y Teresa Panza su mujer, en tanto que
do vieron entrar á don Quijote pur el ama y sobrina de don Quijote le
sus puertas . A las nuevas de ceta recibieron, y le desnudaron en su
venida de don Quijote scudió la inu antiguo lecho. Mirábalas él con ojos
222 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
SONETO
EPITAFIO
AL CONDE DE LEMOS
Enviando á Vuestra Excelencia los días pasados mis comedias, antes impre
sas que rëpresertadas, si bien me acuerdo, dijo , que Don Quijote quedaba
calzadas las esprielas para ir á besar las manos á Vuestra Excelencia ; y ahora
digo, que se las ha calzado y se ha puesto en camino, y si él allá lleg : me pa
rece que habré hecho algún servicio á Vuestra Excelencia, porque es mucha
lí priesa que de infinitas partes me dan á que le envíe , para qu tar el amigo y
la náusea que ha causado otro Don Quijote que con nombre de Segunda Parte
se ha disfrazado y corrido por el orbe ; y el que más ha m.strado desearle ba
sido el grande emperador de la China, pues en ler.gua chinesca habrá un mes
Glume escrib :ó ina carta con un propio, pidiéndome, o por mejor decir,
supiicándome se le enviase, porque quería fundar un colegio donde se leyoso
la lengua castellana, y quería que el libro que se leyese fuese el de la Histo
ria de don Quijote : juntainente con esto me decía que fuese yo á ser el rec
tor de tal colegio . Preguntéle al portador, si Su Majestad le había dado para
mí alguna ayuda de costa . Respondióme que ni por pensamiento . Pues, her
mano, le respondí yo , vos os podéis volver á vuestra China á las diez o las
voinle , 6 á las que venis despachado, porque yo no estoy con salud para po
nerme en tan largo viaje ; además, que sobre estar enfermo, estoy muy sin
dizeros , y emperador por emperador, y monarca por monarca, en Nápolcs
tengo el gran conde de Lemos ,que sin tantos titulillos de colegios ni rectorias
mo sustenta , me ampara y hace más merced que que yo acierto á degear .
Con esto le despedi, y con esto me despido, ofreciendo á Vuestra Excelen
cia Los Trabajos de Persiles y Sigismunda, libro á quien daré fin
dentro de cuatro meses, Deo volente ; el cual ha de ser, o el más malo . Ó
el mejor que en nuestra lengua se haya compuesto : quiero decir, de los de
entretenimiento ; y digo que me arrepiento de haber dicho el más malo ,
porque según la opinión de mis amigos, ha de llegar al extremo de bondand
posible. Venga Vuestra Excelencia con la salud que es deseado, que ya
estará Persiles para besarle las manos , y yo los pies, como criado que soy
de Vuestra Excelencia. De Madrid último de octubre de mil seiscientos y
quince.
Criado de Vuestra Excelencia,
MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA .
15
1
PRÓLOGO
loco habló con él una hora y más, y estaba en otra jaula, frontero de la
en todo aquel tiempo jamás el loco ael furioso, y levantándose de una
dijo razón torcida ni disparatada, an. astera vieja, donde estaba echado y
bes habló tan atentadamente, que el desnudo en cueros, pregunto á gran .
capellán fué forzado á creer que el des voces quién era el que se iba sano
loco estaba cuerdo ; y entre otras co y cuerdo . Ei licenciado respondió :
sas que el loco le dijo, fué que el re Yo soy , hermano; el que me voy, que
tor le tenía ojerizz por no perder los ya no tengo necesidad de estar más
regalos que sus parientes le hacían, aquí, por lo que doy infinitas gracias
porque dijese que aun estaba loco y á los cielos, que tan grande merced
con lúcidos intervalos , y que el ma me han hecho. Mirad lo que decis ,
For contrario que en su desgracia te licenciado, no os engañe el diablo, re
nía era su mucha hacienda, pues por plicó el loco ; sosegad el pie, y estaos
gozar della sus enemigos ponían dolo quedito en vuestra casa , y ahorraréis
y dudaban de la merced que nuestro la vuelta . Yo sé que estoy bueno, re
Señor le había hecho en volverle le plicó el licenciado, y no habrá para
bestia en hombre . Finalmente, él ha qué tornar á andar estaciones. Ğ Vos
bló de manera que hizo sospechoso bueno ? klijo el loco : ahora bien, ello
al retor, codiciosos y desalmados á dirá , andad con Dios ; pero yo os
sus parientes, y á él tan discreto, que voto á Júpiter, cuya majestad yo re
el capellán se determinó á llevársele presento en la tierra, que por solo
consigo á que el arzobispo le viese y este pecado que hoy comete Sevilla
tocase con la mano la verdad de aquel en sacaros desta casa y en teneros
negocio. Con esta buena fe el cape por cuerdo , tengo de hacer un tal
ilán pidió al retor mandase dar los castigo en ella, que quede memoria
vestidos con que allí había entrado dél por todos los siglos de los siglos ,
el licenciado : volvió a decir el retor amén . No sabes tú , licenciadillo
que mirase lo que hacía , porque sin menguado, que lo podré hacer , pues
alguna el licenciado aun se es como digo soy Júpiter tonante , que
taba loco . No sirvieron de nada para tengo en mis manos los rayos abrasa
con el capellán ias prevenciones y ed dores con que puedo y suelo amenazar
vertimientos del retor para que de v destruir el mundo ? Pero con solo
jase de llevarle : obedeció el retor una cosa quiero castigar á este igno
viendo ser orden del arzobispo, pu rante pueblo , y es con no llover en
sieron al licenciado sus vestidos, que él ni en todo su distrito y contorno
eran nuevos y decentes; y como él por tres años enteros, que se han de
se vió vestido de cuerdo y desnudo contar desde el día y punto en que ha
de loco , suplico al capellán que por rido hecha esta amenaza en adelante .
caridad ie diese licencia para ir á ¿ Tú libre , tú sano , tú cuerdo, y yo
despedirse de sus compañeros los lo loco , y yo enfermo , y yo atado ? Así
cos . El capellán dijo que él le quería pienso llover como pensar ahorcarme.
acompañar y ver los locos que en la las voces y á las razones del loco
casa había. Subieron en efecto, y con estuvieron los circunstantes atentos ;
ellos algunos que se hallaron presen pero nuestro licenciado, volviéndose
tes ; y llegado el licenciado á una á nuestro capellán y asiéndole de las
jaula adonde estaba un loco furioso, manos , le dijo : No tenga vuesa mer
aunque entonces sosegado y quietis, ced pena, señor mío, ni haga caso de
le dijo : Hermano mío, mire si me lo que este loco ha dicho, que si él es
manda algo , que me voy á mi casa Júpiter y no quisiere llover , yo , que
que ya Dios ha sido servido, por s'? soy Neptuno, el padre y el dios de las
infinita bondad y misericordia, sin yo aguas, lloveré todas las veces que se
merecerlo, de volverme mi juicio ; me antojare y fuerc menester. A lo
ya estoy sano y cuerdo, que acerca que respondió el caballero : Con todo
del poder de Dios ninguna cosa es eso , señor Neptuno, no será bieri
imposible : tenga grande esperanza enojar al señor Júpiter : vuesa mer .
y confianza en Él , que pues á mí me ced se quede en su casa, que otro día ,
ha vuelto á mi primer estado, tam cuando haya más comodidad y más
bién le volverá á él si en Él confía : espacio, volveremos por vuesa mer
yo tendré cuidado de enviarle algunos ceà . Riose, el retor y los presentes,
regalos que coma, y cómalos en todo por cuya risa se medio corrió el cape
caso, que le hago saber que imagino, Ján : desnudaron al licenciado , que
como quie ha pasado por ello , que dose en casa y acabóse el cuento .
todas nuestras locuras proceden do & Pues este es el cuento , señor barbe.
tener los estómagos vacíos y los ce ro, dijo don Quijote, que por venir
rebros llenos de aire : esfuercese, es aquí como de molde no podía dejar de
Hvércfse, que el descaec'miento en contarle ? i Ah, señor rapista, señor
jos infortunios apoca la salud y aca rapista, y cuán ciego es aquel que ne
rrea la muerte. Todas estas razones ve por tela de cedazo ! ¿ Y es posible
del licenciado escuchó otro loco que que vuesa merced no sabe que las
DON QUIJOTE DE LA MANCIJA
comparaciones que se hacen de inge Esplandián , quién más arrojado que
rio á ingenio, de valor á valor, de don Cirongilio de Tracia, quien más
hermosura á hermosura y de linaje a bravo que Rodamonte, quien más
lınaje son siempre odiosas y mal re prudente que el rey Sobrino, quién
cibidas ? Yo , señor barbero, no soy más atrevido que Reinaldos, quién
Neptuno , el dios de las aguas, ni pro más invencible que Roldán , y quién
(üro que nadie me tenga por discreto más gailardo y más cortés que Ruge
ne lo sierido , solo me tatigo por dar á ro , de quien descienden hoy los du
entender al mundo en el error en que ques de Ferrara, según Turpin en su
está en no renovar en sí el felicísimo Cosmografia ? Todos esos caballeros ,
tiempo donde campeaba la orden oe y otros muchos que pudiera decir,
Ja andante caballería ; pero no es me señor cura , fueron caballeros andan
recedora la depravada edad nuestra tes, luz y gloria de la caballería. Des
de gozar tanto bieil como el que goza tos , ó tales como estos, quisiera yo
run vay edades aonde los andantes ex que fueran los de mi arbitrio , que, á
kalleros tomaron á su cargo y echa serlo, Su Majestad se hallara bien
ron sobre sus espaldas la defensa de servido y ahorrara de mucho gasto , y
los reinos, el amparo de las doncellas , ei turco se quedara pelando las bar
ei socorro de los huérfaros y pupilos, bas ; y con esto me quiero quedar en
el castigo de los soberbios y el premio mi casa, pues no me saca el capellán
de los humildes . Los más de los ca della ; y si Júpiter, como ha dicho el
balleros que ahora se usan antes les barbero, no lioviere, aquí estoy yo ,
crujen ios dainascos, los brocados y que lloveré cuando se me antojare :
otras ricas telas de que se visten , que digo esto porque sepa el señor bacía
la malla con que se arman : ya no hay que le entiendo. En verdad, señor don
caballero que duerma en los campos Quijote , dijo el barbero, que no lo
siljeto al r.gor del cielo , armado de dije por tanto , y así me ayude Dios
todas armas, desde los pies a la cb como fué bueria mi intención, y que
heza , y ya no hay quien sin sacar lo3 no debe vuesa merced sentirse . Si
pies de los estribos , arrimado á su puedo sentirme ó no , respondió do ?
lanza , sólo procure descabezar como Quijote, yo me lo sé , A este dijo el
dicen , el sueño , como lo hacían los cura : Aun bien que yo casi no he ha
caballeros andantes : ya no hay nin biado palabra hasta ahora , y no qui
guno que saliendo deste bosque entre siera quedar con un escrúpulo , que
en aquella montaña , y de allí pise una me roe y escarba la conciencia , naci .
estéri} y desierta playa del mar , las do de lo que aquí el señor don Quijote
más veces proceloso y alterado, y ha dicho . Para otras cosas más, res
hallando en ella y en su orilla un pe: pondió don Quijote, tiene licencia el
queño batel sin remos , vela , mástil ri señor cura, y así puede decir su es
jarcia alguna, con intrépido corazón ci úpulo , porque no es de gusto andar
se arroje en él , entregándose á las con la conciencia escrupulosa. Pues
implacables olas del mar profundo, con ese beneplácito , respondió el cu
que ya le suben al cielo y ya le bajan ra, digo que mi escrúpulo es que no
al abismo, y él , puesto el pecho á la me puedo persuadir en ninguna ma
incontrastable borrasca , cuando me Dera á que toda la caterva de caba
nos se cata se halla tres mil y más lieros aidantes que vuesa merced ,
leguas distante del lugar donde se señor don Quijute, ha referido . hayan
embarco , y saltando en tierra remota sido real y verdaderamente personas.
y no conocida ie suceden cosas dig de carne y hueso en el mundo ; ants
nas de estar escritas , no en pergami imagino que todo es ficción, fábula y
nos sino en bronces ; mas ahora y mentira, y sueños contados por los
triunfa la pereza de la diligencia, la hombres despiertos, ó, por mejor de
ociosidad del trabajo , el vicio de la cir, medio dormidos . Este es otro
virtud , la arrogancia de la valentía y . error , respondió don Quijote, en que
la teórica de la práctica de las armas, han caído muchos que no creen que
que sólo vivieron y resplandecieron haya habido tales caballeros en el
en las edades del oro y en los andan n :undo , y yo muchas veces con diver
tes caballeros. Si no, diganme, & quién sas gentes y ocasiones he procurado
más honesto y más valiente que el cacar la luz de ia verdad de este casi
famoso Amalís de Gaula ? ¿ Quién más común engaño ; pero algunas veces no
discreto que Palmerín de Inglaterra ? ne salido con mi intención, y otras si
¿ Quién más acomodado y manual que sustentándola sobre los hombros de
Tirante el Blanco ? ¿ Quién más galán la verdad : la cual verdad es tan cier
que Lisuarte de Grecia ? ¿ Quién más ta , que estoy por decir que con mis
acuchillade ni acuchillador que don propios ojos vi á Amadis de Gaula ,
Belianis ? ¿ Quién más intrépito que que era un hombre alto de cuerpo,
Perión de Gaula , o quién más acome . blanco de rostro, bien puesto de bar
tedor de peligros que Felixmarte de ba, aunque negra, de vista entre blan .
Hircania , ó quién más sincero que da y rigurosa , corto de razones, tardo .
PARTE 11. - CAPÍTULO II 233
y de vu stros hijos . Advertid que , que ahora que está llamando á nues
Sanchico tiene ya quince años caba tra puerta se la cerremos : dejémo
les , y es razón que vaya a la escue nos llevar deste viento favorable que
la; si es que su tío ei abad le ha de nos sopla . (Por este modo de hablar
dejar hecho de la Iglesia. Mirad tam y por lo que más abajo dice Sancho ,
bién que Marisancha vuestra hija ne dijo el traductor desta historia que
se morirá si la casamos , que me a tenía por apócrifo este capítulo . )
dando barruntos que desea tanto te ¿ No te parece, animalia, prosigaió
ner marido, como vos deseáis reros Sancho , que será bien dar con mi
con gobierno ; y en fin , en fin , mejor cuerpo en algún gobierno provecho
parece la hija mal casada que bien 80 , que nos saque el pie del lodo, y
abarraganada. A buena fe , respondió casase á Marisancha con quien yo
Sancho, que si Dios me llega a tener quisiere, y verás cómo te llaman á
algo qué de gobierno, que tengo de ti doña Teresa Panza, y te sientas en
casar , mujer mía, á Marisancha tar. la iglesia sobre alcatifa, almohadas y
altamente que no la alcancen sino arambeles, á pesar y despecho de las
con llamarla señoría . Eso no, Sancho , hidalgas del pueblo ? No , sino estaos
respondió Teresa, casadla con su siempre en un ser, sin crecer ni men
igual, que es lo más acertado, que guar , como figura de paramento ; y
si de los zuecos a sacáis á chapines, en esto no hablemos más, que San
y de saya parda de catorceno á ver chica na de ser condesa, aunque tú
dugado y saboyanas de seda , y de más me digas. ¿ Veis cuanto decís ,
una Marica y un tú á una doña tal marido ? respondió Teresa ; pues con
y señoría , no se ha de hallar la mu- todo eso temo que este condado de
chacha, y á cada paso ha de caer en mi hija ha de ser su perdición : vos
mil faltas descubriendo la hilaza de haced lo que quisiéredes, ora la ha
fu tela basta y grosera. Calla, boba, gáis duquesa ó princesa ; pero séos
dijo Sancho , que todo será usarlo dos decir que no será ello con voluntad ni
ó tres años , que después le vendrá consentimiento mio . Siempre , her
el señorío y la gravedad como de mol- mano , fuí amiga de la igualdad, v
de ; y cuando no ¿ qué importa ? séa- no puedo ver entonos sin fundamen
se ella señoría , y venga lo que vinie- tos : Teresa me pusieron en el bau
re . Medios , Sancho , con vuestro es- tismo, nombre mondo y escueto , sin
tado , r - spondió Teresa, no os que añadiduras ni cortapisas, ni arrequi.
ráis aizar á mayores , y advertid al ves de dones ni donas : Cascajo se
refrán que dice : A hijo de tu ve- llamó mi nadre , y á mí por ser vues
cino límpiale las narices y métele tra mujer me llaman Teresa Panza,
en tu casa . Por cierto que sería gen- que á buena razón me habían de la
til cosa casar á nuestra María con un mar T resa Cascajo ; pero allá van
condazo ó con un caballerote, nie reyes do quieren leyes, y con este
cuando se le antojase la pusiese como nombre me contento , sin que me le
nueva, llamándola de villana, hija del pongan un don encima que pese an
destripaterrones y de la pelarruecas ; to qua no le pueda llevar, y no one
no en mis días , marido, para eso por ro dar que decir á los que me rir .
cierto ha criado yo á mi hija : traed ren andar vestida á lo condesil ó á
vos dineros, Sancho , y el casarla de lo de gobernadora, que luego dirán :
jadlo á mi cargo, que ahí está Lope Mirad qué entonada va a pazpuer
Tocho , el hijo de Juan Tocho , mozo ca ; aver no se hartaba de estirar un
rollizo y sano, y que le conocemos , y copo do estopa, v iba á misa cubier
sé que no mira de mal ojo á a my- ta la cabeza con la falda de la saya
chacha ; y con éste que es nuestro en lugar de manto, y ya hoy va con
igual estará bien casada, y le tendre- verdugado, con broches y cou ento
mos siempre á nuestros ojos , v se- no, como si no la conociésemos. Si
remos todos unos , padres e hijos , Iios me guarda mis siete ó mis sin
nietos y yernos , y andará la paz v la co sentidos, o los que tengo, no pien .
bendición de Dios entre todos nos- so dar ocasión de verme en tal aprie
otros, y no casármela vos ahora en to : vos , hermano, idos á ser gobier
esas cortes y en esos palacios gran- no ó insulo, y entor:aos á vuestro
des, adonde ni á ella la entiendan ni gusto , que mi hija ni yo , por essi.
ella se entienda. Ven acá, bestia y glo de mi madre, que no nos em
mujer de Barrabás, replicó Sancho , de mudar un paso de nuestra aldea :
¿ por qué quieres tú ahora sin que ni la mujer honrada la pierna quebra
para qué estorbarme que no case á da y en casa, y la doncella honesti
mi hija con quien me dé nietos que ci hacer algo es su fiesta : idos con
se llamen señoría ? Mira , Teresa vuestro don Quijote a vuestras aven .
siempre he oído d cir á mis mavores turas , y dejadnos á nosotras con
que el que no sabe gozar de la ven . nuestras malas venturas , que Dios
tura cuando le viene , que no se debe nos las mejorará como seamos hu- .
quejar si se lº pasa ; y no sería bied cas ; y yo no sé por ciarto quien le
PARTE II, -CAPITULO VI 243
escureció. ¿ Qué, todavía das , San libros, y andar por ese mundo de
mano en mano, no se me da UN
cho, dijo don Quijote, en decir, en
Pnsar , en creer y en porfiar que higo que digan de mi todo lo que
mi señora Dulcinea aechaba trigo , qu.sieren. Eso se parece , Sancho, di
siendo eso un menester y ejerci jo don Quijote, á lo que sucedió á
cio que va desviado de todo lo un famoso poeta destos tiempos, el
que hacen y deben hacer las per cual habiendo hecho una maliciosa
sonas principales que están cons sátira contra todas las damas corte
tituídas y guardadas para otros ejer sanas, no puso ni nombró en ella
cicios y entretenimientos que mues á una dama que se podía dudar si lo
tran a tiro de ballesta su principali era ó no, a cual viendo que no es .
dad ? Mal se te acuerdan á ti , oh taba en la lista de las damas , se que
Sancho, aquellos versos de nuestro jó al poeta diciéndole que qué había
poeta , donde nos pinta las abores visto en ella para no ponerla en el
que hacían allá en sus moradas de número de las otras , y que alargaze
cristal aquellas cuatro ninfas que del la sátira , y la pusiese en el ensan .
che, si no, que mirase para lo que
Tajo amado sacaron las cabezas, y había nacido. Hizolo así el poeta,
se sentaron á labrar en el prado ver y púsola cual no digan dueñas , y ella
de aquellas ricas telas que allí el in quedó satisfecha por verse con fama,
genioso poeta nos describe, que to. aunque infame . También viene con
das eran de oro, sirgo y perlas con
testas y tejidas : y desta manera de esto lo que cuentan de aquel pastor ,
bía de ser lo de mi señora cuando que puso fuºgo y abrasó el templo
tú la viste , sino que la envidia que
famoso de Diana, contado por una
de las siete maravillas del mundo ,
algún mal encantador debe de tener
á mis cosas , todas las que me han
sólo porque quedase vivo su nombre
en los siglos venideros ; y aunque se
de dar gusto trueca y vuelve en di . mandó que nadie le nombrase ni hi
ferentes figuras que ellas tienen : y
así temo que en aquella historia que cies ? por palabra ó por escrito men
ción de su nombre, porque no consi
dicen que anda impresa de mis ha guiese el fin de su deseo, todavía se
zañas, si por ventura ha sido su au supo que se llamaba Eróstrato. Tam
tor algún sabio mi enemigo, habrá bién alude á esto lo que sucedió al
puesto unas cosas por otras , mezclan. grande emprador Carlos V con un
do con una verdad mi mentiras . di
vertiéndose á contar otras acciones caballero en Roma. Quiso ver el Em
fuera de lo que requiere la continua
perador aquel famoso tempo de la
ción de una verdadera historia. ¡ Oh Rotunda , que en la antigüedad se
llamó el templo de Todos los Dio .
envidia , raíz de infinitos males y ses , y ahora con mejor vocación sa
carcoma de las virtudes ! Todos los
llama de Todos los Santos , y es el
vicios , Sancho , traen un no sé qué edificio que más entero ha quedado
de deleite consigo , pero el de la en. de los que aizó la gentilidad en Do
vidia no trae sino disgustos , rencores ma , y es el que más conserva la fama
y rabias. Eso es lo que yo digo tam. de la grandiosidad y magnificencia
bién , respondió Sancho, y pienso que de sus fundadores : él es de hechura
en esa leyenda ó historia que nos de una media naranja, grandísimo en
dijo el bachiller Carrasco que de nos extremo , y está muy claro sin en
otros había visto , debe de andar mi
trarle otra luz que la que le concede
honra á coche acá chinchado , y como una ventana , o por mejor decir , cla
dicen , al estricote , aquí y allí ba. raboya redonda que está en su cima ,
rriendo las calles ; pues á fe de bue desde la cual mirando el Emperador
no , que no he dicho yo mal de ningún el edificio, estaba con él y á su lado
encantador, ni tengo tantos biens un caballero romano declarándole los
que pueda ser envidiado : bien es primores y sutilezas de aquella gran
verdad que soy algo malicioso , y que máquina y m morable arquitectura,
tengo mis ciertos asomos de bellaco ; y habiéndose quitado de la clarabova
pero todo lo cubre y tapa la gran capa
de la simpleza, mía , siempre natural dijo al Emperador : Mil veces, sacra
Majestad , me vino desco de abrazar.
y nunca artificiosa : y cuando otra cosa
no tuviese sino el creer, como siem
mo con Vuestra Majestad , y arrojarme
pre creo, firme y verdaderamente en He aquella c araboya abajo por dejar
de mi fams eterna en el mundo . Yo
Dios y en todo aquello que tiene v os agradezco , r - spondió el Empera
er e la santa Iglesia católica roma dor, el no haber puesto tan mal per
na , el ser enemigo mortal , como lo samiento en efecto, y de aquí adelan .
soy de los judíos , debían los histo te no os pondré yo en ocasión que
riadores tener misericordia de mi, volváis á hacer prueba d ' vuestra
v tratarme bien en sus escritos ; pero lealtad , v así os mando que jamás mue
digan lo que quiseren , que desnudo habléis ni estéis donde yo estuvie
mací, desnudo me hallo , ni pierdo ni re ; y tras estis palabras le hizo una
gano , aunque por rerme puesto en
PARTE II. - EAPÍTULO VIII 251
gran merced. Quiero decir, Sancho, gatorio ó en el cielo. Está bien, dijo
que el d seo de alcanzar fama es ac- Sancho ; pero sepanios ahora : esas
tivo en gran manera. ¿ Quién pien. sepulturas donde están los cuerpos
sas tú que arrojó á Horacio del puen desos señorazos ¿ tienen delante de
te abajo , armado de todas armas , en si lámparas de plata, o están ador
la profundidad del Tiber ? ¿ Quién nadas las paredes de sus capillas ie
abrasó el brazo y la mano Mucio ? muletas, de mortajas, de cabelleras,
¿ Quién impelió á Curcio á lanzarse de piernas y de ojos de cera ? y si
en la profunda sima ardiente que desto no , ¿ de qué están adornadas ?
apareció en la mitad de Roma ? A lo que respondió don Quijote : Los
¿ Quién contra todos los agüeros que sepulcros de los gentiles fueron por
en contra se le habían mostrado, hizo la mayor parte suntuosos templos :
pasar el Rubicón á César ? Y , con las cenizas del cuerpo de Julio Cé.
ejemplos más modernos, ¿ quién ha sar se pusieron sobre una pirámide
rreno los navios y dejó en seco y ais de piedra de desmesurada grandeza,
lados los valerosos españoles guia á quien hoy llaman en Roma la Agu
dos por el cortesísimo Cortés en el ja de San Pedro, Ai emperador Adria
Nuevo Mundo ? Todas estas y otras no le sirvió de sepultura un casti
grandes y diferentes hazañas son , llo tan grande como una buena al
fueron y serán obras de la fama, que dea, á quien llamaron Moles Ha
los mortals desean como premio v driani, que ahora es el castillo de
parte de la inmortalidad que sus fa Santangel en Roma. La reina Arte
mosos hechos merecen ,. puesto que misa sepultó á su marido Mausoleo
Los cristianos católicos y andantes en un sepulcro que se tuvo por una
caballeros más habemos de atender de las siete maravillas del mundo ;
á la gloria de los siglos venideros , pero ninguna destas sepulturas ni
que es eterna en las regiones eté otras muchas que tuvieron los genti
ruas y celestes , que a la vanidad de les se adornaron con mortajas, ni con
la fama que en este presente y aca otras ofrendas y señales que mostra
babie siglo se alcanza ; la cual fama, sen ser santos los que en ellas esta
por mucho que dure, en fin so ha de ban sepultados. A eso voy, replicó
acabar con el mismo mundo , que tie- Sancho ; y dígame ahora, ¿ cuál es
ne su fin señalado : así, oh Sancho, más, resucitar á un muerto, ó matar
que nuestras obras no han de salir á un gigante ? La respuesta está en
del límite que nos tiene puesto 'a re- la mano , respondió don Quijote ; más
ligión cristiana que profesamos. Hº. es resucitar á un muerto. Cogido le
mos de matar en los gigantes á la tengo, dijo Sancho ; luego la fama
soberbia , á la envidia en la genero- del que resucita muertos, da vista á
sidad y buen pecho, á la ira en el los ciegos, endereza los cojos y da
reposado continente y quietud del salud á los enfermos , y delante de
ánimo , á la gula y al sueño en el po- sus sepulturas arden lámparas, y es
co comer que comemos , y en el mu . tán llenas sus capillas de gentes de
cho velar que velamos ; á la "ujuria votas que de rodillas adoran sus re
y lascivia en la lealtad que guarda- liquias, mejor fama será para este y
mos a las que hemos hecho señoras para el otro siglo que la que deja
de nuestros pensamientos ; á la pe- ron y dejaren cuantos emperadores
reza con andar por todas las partes gentiles y caballeros andantes ha ha
del mundo buscando las ocasiones que bido en el mundo . También confieso
nos puedan hacer v hagan , sobre cris. esa verdad , respondió don Quijote.
tianos, famosos caballeros. Ves aquí, Pues esta fama, estas gracias, estas
Sancho , los medios por donde se al- prerrogativas , como llaman á este ,
canzan los extremos de alabanza que . respondió Sancho, tienen los cuerpos
consigo trae la buena fama. Todo lo y las reliquias de los santos, que con
que vuesa merced hasta aquí me ha aprobación y licencia de nuestra san
dicho , dijo Sancho , lo he entendido ta madre Iglesia tienen lámparas ,
muy bien ; pero con todo eso querría velas, mortajas, muletas, pinturas,
que vuesa merced me sorbiese una cabelleras, ojos , piernas, con que au
duda que ahora en este punto me ha mentan la devoción y engrandecen su
venido á 'a memoria. Asolviese quie- cristiana fama. Los cuerpos de los
res decir, Sancho, dijo don Quijote : santos ó sus reliquias llevan los r .
di en buen hora, que yo respondere yes sobre sus hombros , besan los pe .
lo que supiere . Dígame , señor , pro- dazos de sus huesos, adornan v on
siguió Sancho , esos Julios ó Agostos , riquecen con ellos sus oratorios y
y todos esos caballeros hazañosos que sus más preciados altares. ¿ Qué quie .
ha dicho que ya son muertos , ¿ dón- res que infiera, Sancho , de todo lo
de están ahora ? Los gentiles, resnon One has dicho ? dijo don Quijote .
dió don Quijote , sin duda están en Quiero decir, dijo Sancho, que nos
el infierno ; los cristianos , si fueron demos á ser santos , y alcanzaremos
buenos cristianos , ó están en el pur- más brevemente la buena fama que
252
DON QUIJOTE DE LA MANCHA
pretendemos : y advierta , señor, que el Toboso . Estaba el pu blo en un
ayer ó antes de ayer (que según ha sosegado silencio, porque todos sus
poco , se puede decir desta manera) vecinos dormían y reposaban á pier
canonizaron ó beatificaron dos frai na tendida, como suele decirse. Era
lucitos descalzos, cuyas cadenas de la nocne entre clara, puesto que qui
hierro con que ceñían y atormenta siera Sancho que fu ra de todo es
ban sus cuerpos se tiene ahora á cura para nallar en su escuridad dis
gran ventura el besarlas y tocarlas, cuipa de su sandez. No se oía en
y están en más veneración que está , todo el lugar sino ladridos de perrus,
según dije , la espada de Roldán en que atronaban los oídos de don Qui
la armería del Rey nuestro señor, que jote y turbaban el corazón de San
Dios guarde. Así que, señor mío , cho, De cuando en cuando rebuznaba
mas vale ser humilde frailecito de un jumento , gruñían puercos , maya
cualquier orden que sea , que valien ban gatos, cuyas voces de diferen
te y andante caballero ; más alcanzan tes sonidos se aumentaban con el si
con Dios dos docenas de disciplinas lencio de la noche : todo lo cual tuvo
que dos inil lanzadas, ora las den á el enamorado caballero á mal agüc
gigantes, ora á vestiglos ó á endria ro ; pero con todo esto dijo á San
gos. Todo eso es así , respondió don cho : Sancho hijo, guía al palacio de
Quijote ; pero no todos podemos ser Dulcinea , quizá podrá ser que la ha
frailes, y muchos son los caminos por llemos despiertā. ¿ A qué palacio
donde lleva Dios á los suyos al cie tengo de guiar, cuerpo de sol , res
lo ; religión es la caballería, caballe pondió Sancho, que en el que yo vi
ros santos hay en la gloria . Si, res á su grandeza no era sino casa muy
pondió Sanchò; pero yo he oído 'decir pequeña ? Debia de estar r tirada en
que hay más frailes en el cielo, que toices , respondió don Quijote, en
caballeros andantes . Eso €8 , respon algún pequeño apartamiento de su
dió don Quijote , porque es mayor el alcázar solazándose á solas con sus
número de los religiosos que el de doncellas, como es uso y costumbre
los caballeros. Muchos son los an de las altas señoras y princesas . Se
dantes , dijo Sancho. Muchos, res ñor , dijo Sancho, ya que vuesa mer
pondió don Quijote ; pero pocos los ced quiere , á pesar mío, que sea al
que merecon nombre de caballeros . cázar la casa de mi señora Dulci- '
En estas y otras semejantes plá nea , ¿ es hora esta , por ventura, de
ticas se les pasó aquella noche y hallar la puerta abiorta ? ¿ Y será
el día siguiente sin acontecerles cosa bien que demos aldabazos para que
que de contar fuese, de que no poco nos oyan y nos abran , metiendo en
le pesó á don Quijote. En fin , otro alboroto y rumor toda la gente ? ; V4
día al anochecer descubrieron la mos por dicha á llamar á la casa de
gran ciudad del Toboso , con cuya nuestras mancebas, como hacen los
vista se le alegraron los espíritus abarraganados, que llegan , y llaman ,
á don Quijote y se le entristecie y entran á cualquier hora, por tar
ron á Sancho, porque no sabía la de que sea ? Hallemos primero una
casa de Dulcinea, ni en su vida la por una el alcázar, replicó don Qui
había visto, como no la había vis jote, que entonces yo te diré , San
to su señor ; de modo que el uno cho, lo que será bien que hagamos :
por verla, y el otro por no ha y advierte, Sancho, que ó yo veo
berla visto , estaban alborotados y poco , ó aquel bulto grande y sombra
no imaginaba Sancho qué había de que desde aquí se descubre, la debe
hacer cuando su dueño le enviase de hacer el palacio de Dulcinea . Pues
al Toboso. Finalmente, ordenó don guíe vuesa merced , respondió San
Quijote entrar en la ciudad entrada cho , quizá será así , aunque vo lo
la noche, y en tanto que la hora se veré con los ojos, y lo tocaré con las
llegaba, se quedaron entre unas en manos , y así lo creeré yo como crerr
cinas que cerca del Toboso estaban , que es ahora de día . Guió don Qui.
y llegado el determinado punto en jote , y habiendo andado como dos
traron en la ciudad , donde les suce cientos pasos , dió con el buito que
dió cosas que á cosas llegan. hacía la sombra, y vió una gran to
rre, y luego conoció que el tal edi
ficio no era alcázar, sino la iglesia
>
CAPITULO IX principal del pueblo, y dijo : Con la
iglesia hemos dado, Sancho. Ya lo
Donde se cuenta veo , respondió Sancho, y plega á Dios
lo que en él se verá que no demos con nuestra sepultura,
que no es buena señal andar por los
Media noche era por filo poco inás
cimenterios á tales lioras, y más ha
biendo yo dicho á vuesa merced , si
o menos , cuando don Quijote y San mal no me acuerdo, que la casa des
cho dejaron el monte y entraron en ta señora ha de estar en una calle.
PARTE 11. - CAPÍTULO IX 253
juela sin salida . Maldito seas de Dios , que me maten, Sancho , dijo en oyen
mentecato, dijo don Quijote : ; adón dole don Quijote , si nos ha de sucs .
de tú has hallado que los alcázares der cosa buena esta noche. ¿ No oyes
y palacios reales estén edificados en lo que viene cantando ese villano ?
callejuelas sin salida ? Señor, respon Si, oigo, respondió Sancho ; ¿ pero
dió Sancho , en cada tierra su uso ; qué nace á nụestro propósito la caza
quizá se usa aquí en el Toboso edi. de Roncesvalles ? Asi pudiera cantar
ficar en callejuelas los palacios y edi. el romance de Calaínos, que todo fue .
ficios grandes ; y así suplico á vuesa ra uno , para sucedernos bien o mal
m rced me deje buscar por estas ca en nuestro negocio. Llegó en esto el
lles ó callejuelas que se me ofrecen , labrador , á quien don Quijote pre
podría ser que en algún rincón to guntó : ¿ Sabréisme decir, buen ami
pase con ese a' cázar , que le vea yo go , que buena ventura os dé Dios ,
comido de perros, que así nos trae co dónde son por aquí los palacios de
rridos y asendereados. Habla con la sin par princesa doña Dulcinea del
respeto, Sancho, de las cosas de mi Toboso ? Señor , respondió e. mozo ,
señora , dijo don Quijote, y tengamos yo soy forastero, y ha pocos días
la fiesta en paz, y no arrojemos la que estoy en este pueblo sirviendo á
soga tras el caldero. Yo me reporta un labrador rico , en la labranza del
ré, réspondió sancho ; ¿ pero con qué campo ; en esa casa frontera viven
paciencia podré llevar que quiera el cura y el sacristán del lugar , en
vuesa merced que de sola una vez trambos, o cualquier dellos , sabrá dar
que vi la casa de nuestra ama, la á vuesa merced razón desa señora
haya de saber siempre y hallarla á princesa, porque tienen la lista de
media noche , no hallándola vuesa todos los vecinos del Toboso ; aun
mʻrced , que la debe de haber visto que para mí tengo que en todo el
millares de veces ? Tú me harás des no vive princesa alguna, muchas se
esperar, Sancho, dijo don Quijote ; ñoras sí principales, que cada una
ven acá , hereje , ¿ no te he dicho mil en su casa puede ser princesa. Pues
veces que en todos los días de mi vida entre 8ai, dijo don Quijote, debe de
no h ? visto á la sin par Dulcinea , ni estar, amigo, esta por quien te pre
jamás atravesé los umbrales de su gunto . Podría ser, respondió el mozo ,
pa acio, y que sólo estoy enamorado y adiós, que ya viene e alba; v dan
de oídas y de la gran fama que tie do á sus mulas no atendió á más pre
ne de hermosa y discreta ? Ahora lo guntas . Sancho , que vió suspenso á
oigo, respondió Sancho, y digo , que su señor y asaz mal contento , le dijo :
pues vuesa merced no la ha visto, Señor , ya se viene á más andar el
ni yo tampoco. Eso no puºde ser, re día, y no será acertado dejar que
plicó don Quijote, que por lo menos nos halle el sol en la calle ; mejor
ya me has dicho tú que la viste será que nos salgamos fuera de la
aechando trigo cuando me trujiste ciudad, y qu9 vuesa merced se em
la respuesta de la carta que le en bosque en alguna floresta aquí cer
vié contigo . No se atenga á eso, se cana, y yo volveré de días, y no de
ñor, respondió Sancho, porque le hago jaré ostugo en todo el lugar donde
saber que también fué de oídas la no busque la casa , alcázar ó palacio
vista y la respuesta que le truje, de mi señora : y asaz sería de des
porque así sé yo quién es la señora dichado si no le hallase , y hallándo
le hablaré con su merced, y le diré
Dulcinea como dar un puño en el
cielo . Sancho , Sancho , respondió don dónde y cómo queda vuesa merced
Quijote , tiempos hay de burlar , y esperando que le dé orden y traza
timpos donde caen y parecen mi ? para verla sin menoscabo de su hon
las burlas : no porque yo diga que ra y fama . Has dicho , Sancho, dijo
ni he visto ni hablado á la señora de don Quijote, mil sentencias encerra
mi alma , has tú de decir también que das en el círculo de breves palabras :
ni la has hablado ni visto , siendo tan el consejo que ahora me has dado
al revés como sabes . Estando los dos le apetezco y recibo de bonísima
en estas pláticas vieron que venía gana : ven , hijo , y vamos a buscar
á pasar por donde estaban uno con donde me embosque, que tú vo ve
dos mulus, que por el ruido que na rás, como dices , á buscar, á ver y
cía el arado que arrastraba por el hablar á mi s ñora, de cuya discre
suelo, juzgaron que debía de ser la ción y cortesía espero más que mi
brador, que habría madrugado antrs lagrosos favores . Rabiaba Sancho per
del día á ir á su labranza ; y así fue sacar & su amo del pueblo , porque
La verdad . Venía el labrador can no averiguase la mentira de la res
puesta que de parte de Dulcinea
tando aquel romance que dice : le había llevado á Sierra Morena, v
Mali ia hubisteis , franceses , así dió priesa á ' a salida, que fué
la caza de Roncesvalles. luego , y á dos millas del lugar halla .
ron una floresta ó bosque donde don
251 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
Quijote se emboscó en tanto que San rosa , si Levanta la mano al cabello
Cho volvía á la ciudad á hablar á para componerle aunque no esté dis
Dulcinea, en cuya embajada le su ordenado : finalmente, hijo , mira to
cedieron cosas que piden nueva aten das sus acciones y movimientos , por
ción y nuevo crédito . que si tú me los relatares como ellos
fueron , sacaré yo lo que ella tiene
escondido en lo secreto de su corazón
acerca de lo que al fecho de mis amo
CAPITULO X res toca : que has de saber, Sancho,
si no lo sab s , que entre los amantes
las acciones y movimientos exterio
Donde se cuenta la industria que res que muestran cuando de sus amo.
turo Sancho para encantar á la res se trata, son certísimos correos
señora Dulcinea , y de otros su que traen las nuevas de lo que allá
cesos tan ridículos como verda en lo interior del alma pasa. Ve, ami
deros . go, y guíete otra mejor ventura que
la mía , y vuélvate otro mejor suce
so del que yo quedo temiendo y es
Llegando el autor desta grande his perando en esta amarga soledad en
toria á contar lo que en este capítu que me dejas. Yo iré y volveré pres
lo cuenta , dice que quisiera pasarle to , dijo Sancho ; y ensanche vuesa
en silencio , temeroso de que no había merced , señor mío, ese corazoncillo .
de ser creído, porque las locuras de que le debe tener ahora no mayor
don Quijote llegaron aquí al término que una avellana : y considere que
y raya de las mayores que pueden se suele decir, que buen corazón
maginarse, y aun pasaron dos tiros qu branta maia ventura , y que con
de ballesta más allá de as mayores . de no hay tocinos no hay estacas, .y
Finalm nte , aunque con este iniedo también se dice , donde no se piensa
y recelo, las escribió de la misma ma salta la liebre : digolo, porque si esta
nera que él las hizo , sin añadir ni noche no hallamos los palacios ó al
quitar á la historia un átomo de la cázares de mi señora , ahora que es
verdad , sin dársele nada por las ob de día los pienso hallar cuando me .
jeciones que podían ponerle de men. nos lo pirnse , y hallados déjenme á
tiroso : y tuvo razón , porque la ver mí con ella. Por cierto, Sancho , dijo
dad ad igaza y no quiebra , y siempre don Quijote , que siempre traes tus
anda sobre la mentira como el acei refranes tan á pelo de lo que trata
te sobre el agua ; y así , prosiguiendo mos , cuanto me dé Dios mejor ven
su historia dice, que así como don tura en lo que deseo . Esto dicho , vol
Quijote se emboscó en la floresta, vió Sancho las espaldas y varó su
encinar ó selva junto a gran Tobo ruco, v don Quijote se quedo á ca
So , mandó á Sancho volver a la ciu ballo descansando sobre los estribos
dad , y que no volviese á su presen. y sobre el arrimo de su lanza , lleno
eia sin haber primero hablado de su de tristes y confusas imaginaciones,
parte á su señora, pidiéndola fuese donde le dejaremos yéndonos con
servida de dejarse ver de su cautivo Sancho Panza, que no monos confuso
caballero, y se dignase de echarle su y pensativo se apartó de su señor
bendición para que pudiese esperar que él quedaba , v tanto, que apenas
por ella felicísimos sucesos de todos hubo salido del bosque , cuando vol
sus acometimientos y dificultosas em. viendo la cabeza , y viendo que do
presas . Encargóse Sancho de hacerlo Quijote no parecía, se apeó dl ju
asi como se le mandaba, y de traerle mento, y sentándose al pie de un
tan buena respuesta como le trujo la árbol , comenzó a hablar consigo mis
v z primera. Anda , hijo , replicó don mo , y a decirse : Sepamos ahora ,
Quijote , y no te turbes cuando te vie . Sancho hermano , adónde va vuesa
res ante la luz de sol de hermosura merced . Va á buscar algún jumen
que vas á buscar . ¡ Dichoso tú sobre to que se le haya perdido ? No por
todos los escuderos del mundo ! Ten cierto . Pues qué va á buscar ? Voy
memoria , y no se te pas della cómo á buscar, como quien no dice nada ,
te recibe , si muda las colores el tiem. á una princesa, y en ella al sol de
po que la estuvieres dando mi emha la hermosura y á todo el cielo junto .
jada, si se desasosiega y turba ogon . ¿ Y adónde pensáis hallar eso que
do mi nombre , si no cabo en la al decís, Sancho ? ¿ Adónde ? en la gran
mohada si acaso la hallas sentada en ciudad del Toboso . Y bion, de
el estrado rico de su autoridad , y si parte de quién la vais a buscar ? De
está en pie , mírala si se pone ahora parte del famoso caballero don Qui
sobre el uno , ahora sobre el otro pie . jote de la Mancha, que desface los
si te repite la rospuesta que te die tuertos y da de comer al que ha sed ,
re dos o tres veces, si la muda de y de beber al que ha hambre. Tode
blanda en áspera, de aceda en amo eso está muy bien , ¿ Y sabéis su casa ,
PARTE II , - CAPÍTULO X 25
Sancho ? Mi amo dice que han de ser píritu , y turo por bien acabado su
unos reales palacios, ó unos soberbios nt goeio , y detuvose allí hasta la
alcázares . Y habéisla visto algún tarde por dar lugar á que don Qui
día por ventura ? Ni yo mi amo la jote pensase que le había tenido
babemos visto jamás. ¿ Y paréceos para ir y volver del Toboso ; y su
que fuera acertado y bien hecho que cedióle todo tan bien , que cuando
si los del Toboso supiesen que estáis se levanto para subir en el rucio vió
vos aquí con intención de ir á son que dal Toboso hacia donde él es
sacarles sus princesas , y á desasose taba venían tres labradoras sobre tres
garles sus damas , viniesen y os mo pollinos ó pollinas, que el autor no
lies en las costillas á puros palos, y lo d clara, aunque más se puede creer
no os dejasen hueso sano ? En verdad que eran borricas , por ser ordinaria
que tendrían mucha razón cuando no caballería de las aldeanas ; pero
considerasen que soy mandado, o que como no va mucho en esto, no hay
mensajero sois , amigo, no merecéis para qué detenernos en averiguar
culpa, non. No os fiéis en eso, San lo. En resolución, así como Sancho
cho , porque la gente manch - ga es tan vió á las labradoras, á paso tirado
colérica como honrada, y no consien volvió á buscar á su señor don Qui
te cosquillas de nadie. Vive Dios , jote , y hallóle suspirando y dicien
que si os huele , que os mando mala do mil amorosas lamentaciones.
aventura . Oxte, puto, allá darás, Como don Quijote le vió, le dijo :
rayo : no sino ándeme yo buscando ¿ Qué hay , Sancho amigo ? ¿ Podré
tres pies al gato por el gusto ajeno ; señalar este día con piedra blanca ,
v más que así será buscar á Dulcinea ó con negra ? Mejor será, respon
por el Toboso como á Marica por Pá . dió Sancho, que le señale vuesa mor .
vena, ó al bachiller en Salamanca : e . ced con almagre, como rétulos de
diab.o , el diablo me ha metido á mí cátedras , porque le echen bien de
en esto , que otro no . Este soliloquio ver los que le vieren . Dese modo , re
pasó consigo Sancho , y lo que sacó plicó don Quijote, buenas nuevas
dél fué que volvió a decirse : Ahora traes . Tan buenas, respondió San
bien , todas las cosas tienen rem dio cho, que no tiene más que hacer
si no es la muerte , debajo de cuyo vuesa merced que picar á Rocinan
yugo hemos de pasar todos, mal que ta y salir á lo raso á ver a la se
nos pese , al acabar de la vida . Este ñora Dulcinea del Toboso , que con
mi amo por mil señales he visto que otras dos doncellas suyas viene á ver
is un loco de atar , y aun también yo á vuesa merced . i Santo Dios ! ¿ qué
no se quedo en zaga , pues soy más es lo quº dices , Sancho amigo ? dijo
mentecato que el, pues le sigo y le don Quijote. Mira , no me engañes ,
sirvo , si es verdadero el refrán que ni quieras con falsas alegrías alegrar
dice : Dime con quién andas, decirta mis verdaderas tristezas. ¿ Qué sa
he quién eres, y el otro de no con caría yo de engañar á vuesa merced ,
quien naces, sino con quien paces. más estando tan
respondió Sancho, y mi
Siendo pues loco , como lo es , y de cerca de descubrir verdad ? Pi
locura que las más veces toma anas que señor , y venga y verá venir á
cosas por otras, y juzga lo blanco nor la princesa nuestra ama, vestida y
negro y lo n ° gro por blanco, como se adornada, en fin , como quien ella es ,
pareció cuando dijo que los molinos Sus doncellas y ella todas son un
de viento eran gigantes, y las mulas ascua de oro , todas mazurcas de per
de los religiosos dromedarios, y las las , todas son diamantes , todas ru
manadas de carneros ejércitos de ene bíes , todas telas de brocado de más
migos , y otras muchas cosas á este de diez altos ; los cabellos sue tos
tono , no será muy difícil hacorie por las espaldas, que son otros tan
creer que una labradora, la primera tos rayos del sol , que andan jugando
que me topare por aquí es la señora con el viento ; y sobre todo vienen
Dulcinea ; y curando él no lo crea , ju á caballo sobre tres cananeas remen
raré yo; y si él jurare , tornaré vo dadas , que no hay más quº ver . Ha
à jurar ; y si porfiare, porfiaré yo caneas querrás decir, Sancho. Poca
más , y de manera que tengo de to. diferencia hay, respondió Sancho , de
ner la mía siempre sobre el hito , ven cananeas á hacaneas ; pero vengan
ga lo que viniere : quizá con esta por. sobre lo que vinieren, ellas vienen
fía acabaré con él que no me enrie las más galanas señoras quº se pue
otra vez á semejantes mensajerías dan desear , especialmente la prin .
viendo cuán mal recado le traigo de. cesa Dulcinea , mi señora, que pasma
llas ; ó quizá pensará, como yo ima . los sentidos . Vamos , Sancho hijo,
gino , que algún mal encantador des . respondió don Quijote , y en albricias
tos que é: dice que le quieren mal , destas no esperadas como buenas nue
Ja habrá mudado la figura por hacer vas , te mando el mejor despojo que
le mal v daño. Con esto que pensó ganare en la primera aventura que
Sancho Panza quedé sosegido su es tuviere , v si esto no te contenta , te
256 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
mando las crías que este año me tenida, toda desgraciada y mohina .
dieren as tres yeguas mías, que tú dijo : Apártense nora en tal del ca.
sab - s que quedan para parir en el mino, y déjenmos pasar, que vamos
prado concejil de nuestro pueblo . A đe priesa. A lo que respondió San
las crías me atengo, respondió San cho : ivh princesa y señora univer
cho, porque de ser buenos los des sal del Toboso ! ¿ cómo vuestro may
pojos de la primera aventura no está nanimo corazón no se enternece vien
muy cierto . Ya en esto salieron de do arrodillado ante vuestra sublima.
la selva y descubrieron cerca á las da presencia á la coluna y sustento
tres aldeanas. Tendió don Quijote de la andante caballería ? Oyendo lo
los ojos por todo el camino el To cuai otra de las dos dijo : Mas yo
boso , y como no vió sinó á las tres que te estrego, burri de mi suegre ;
labradoras , turbóse todo , y preguntó mirad con qué se vienen los señori.
á Sanclo si las había dejado fuera tos ahora á hacer burla de las al
de la ciudad . Cómo fuera de la ciu deanas, como si aquí no supiésemos
dad ? respondió : ; nor ventura tie echar pullas como ellos : vayan su
ne vuesa merced los ojos en el colo camino, é déjenmos hacer el nueso ,
drillo , que no ve que son estas que y s ? rles ha sano . Levántate, Sancho,
aquí vienen, resplandecientes como dijo a este punto don Quijote, que ya
el mismo sol á mediodía ? Yo no veo , veo que la fortuna, de mi mai no har
Sancho , dijo don Quijote, sino á tres ta, tiene tomados los caminos todos
labradoras sobre tres borricos , Aho . por donde pueda venir algún con
ra me libre Dios del diablo, respon tento á esta ánima mezquina que
dió Sancho, y es posible que tres tengo en las carnes . Y tú , oh extr .
hacan as, ó como se llaman , blancas mo del valor que puede desearse,
como el ampo de la nieve , le apa . término de la humana gentileza, úni
rezcan á vuesa merced borricos ? c ) remedio deste afligido corazón que
Vive el Señor , que me pele estas te adora, ya que el maligno encanta
barbas si ta ' fuese verdad . Pu's yo dor me persigue y ha puesto nubes
te digo, Sancho amigo, que es tan y cataratas en mis ojos , y para sólo
verdad que son borricos ó borricas , ellos y no para otros ha mudado v
como yo soy don Quijote y tú San transformado tu sin igual hermosura
cho Panza ; á lo menos á mí tales me y rostro en el de una labradora po
parecen . Calle , señor, dijo Sancho , bre , si ya también el mío no le ha
no diga la tal palabra, sino despa. cambiado en algún vestiglo para ha
bile esos ojos , v vrnga á hacer re cerle aborrecible á tus ojos, no dejes
verencia á la señora de sus pensa de mirarme blanda y amorosamente ,
mientos, que ya llega cerca : y di echando de ver en esta sumisión y
ciendo esto se adelantó á recibir á arrodillamiento, que á tu contrahecha
las tres aldeanas, y apeándose del ru hermosura hago, la humildad con que
cio tuvo del cabestro al jumento de mi alma te adora. Toma que mi agüe
una de las tres labradoras, é hincan lo , respondió la aldeana, amiguita
do ambas rodillas en el suelo , dijo : soy yo de oir resquebrajos. A párten
Reina y princesa y duquesa de a se y déjenmos ir, y agradecérselo he .
hermosura , vuestra altivez y gran mos . Apartose Sancho y dejó a ir,
deza sea servida de recibir en su gra. contentísimo de haber salido bien de
cia y buen talante al cautivo caba su enredo. Apenas se vió libre la
llero vuestro, que allí está hecho pie aldeana que había hecho la figura
dra mármol, todo turbado y sin pul de Dulcinea, cuando picando á su
so de verse ante vuesa magnífica nre. cananea con un aguijón que en un
senc'a. Yo soy Sancho Panza su es palo traía, dió á correr por el prado
cudero , y él es el asendereado caba adelante ; y como la borrica sentia
llero don Quijote de la Mancha, bla. la punta del aguijón, que le fatiga
mado por otro nombre , el caballero ba más de lo ordinario, comenzó á
de la Triste Figura. A esta sazón va dar corcovos , de manera que dió con
sa había puesto don Quijote de hi la s ñora Dulcinea en tierra ; lo cual
nojos junto á Sancho , y miraba con visto por don Quijote acudió a le.
ojos desencajados y vista turbada á vantarla , v Sancho á componer ein .
la que Sancho llamaba reina y seño. char el albarda , que también vino á
ra ; y como no descubría en ella sino la barriga de la pollina. Acomodada
una moza a deana y no de muy buen pues la albarda, y queriendo don Qui .
rostro, porque era carirredonda v cha jote levantar á su encantada señora
ta , estaba suspenso y admirado, sin en los brazos sobre la jumenta , la se
osar desplegar los labios. Las labra ñora , levantándose del suºlo le qui
doras estaban asimismo atónitas vien . to de aquél trabajo, porque hacién
do aquellos dos hombres tan diferen dose algún tanto atvás tomó una cn .
tes hincados de rodillas , que no de rridica, y puestas ambas manos so
jaban pasar ade ante á su compañe. bre las ancas de a pollina, dió con
ra ; pero rompiendo el silencio la je. su cverno más ligero que un hilcón
PARTE 11. - CAPÍTULO XI 257
sobre la albarda, y quedó á horcaja que tienen entre sí los del rostro con
das como si fuera un hombre , y en los del cuerpo , ha de tener otro Dul.
tonces dijo Sancho : Vive Roque , que cinea en la tabla del muslo que co
es la señora nuestra ama más ligera rresponde al lado de donde tiene el
que un alcotán , y que puede enseñar del rostro ; pero muy luengos para
à subir a la jineta a más diestro Lunares son pelos de la grandeza que
cordobés ó mejicano : el arzón tra has significado. Pues yo sé decir á
sero de la silla pasó de un salto , y vuesa merced, respondió Sancho, que
sin espuelas hace correr la hacanea le parecían ailí como nacidos. Yo lo
como una cebra, y no le van en zaga creo, amigo, replicó don Quijote,
sus doncellas, que todas corren como porque ninguna cosa puso la natura
el viento : y así era la verdad, por leza en Dulcinea que no fuese per
que en viéndose á caballo Du.cinea, fcta v bien acabada ; y así si tuviera
todas picaron tras ella y dispararon cien lunares como el que dices , en
á correr, sin volver la cabeza atrás ella no fueran lunares, sino lunas y
por espacio de más de media legua . estrellas respiandecientes. Pero di
Siguiólas don Quijote con la vista, y , me, Sancho , aquella que á mí me
cuando vio que no parecían , voivién par ció albarda, que tú aderezaste ,
dose á Sancho, le dijo : Sancho, ¿ qué iera silla rasa ; 6 sillón ? No era, res
te parece ? i Cuán malquisto soy de pondió Sancho, sino silla á la jine
encantadores ! Y mira hasta dónde ta , con una cubierta de canipo, que
se extiende su malicia y la ojeriza vale la mitad de un reino según es
que me tienen , pues me han querido de rica. ¡ Y que no viese yo todo eso ,
privar del contento que pudiera dar Sancho ! dijo don Quijote : ahora tor
me ver en su ser á mi señora . En ro á decir y diré mil vecos que soy
efecto, yo nací para ejempio de des el más desdichado de los hombres .
dichados , y para ser bianco y terre. Harto tenía que hacer e . socarrón de
Sancho en disimular la risa , Oven
ro donde tomen la mira y asesten las
flechas de la mala fortuna : y has do las sandeces de su amo, deli
también de advertir , Sancho, que no cadamente engañado. Finalmente ,
se contentaron estos traidores de después de otras muchas razones que
haber vuelto y transformado á mi Dul . entre los dos pasaron , volvieron á
cinza, sino que la transformaron y subir en sus bestias, y siguieron el
volvieron en una figura tan baja camino de Zaragoza, adonde pensa
tan fea como la de aquella aldeana , ban llegar á tiempo que pudiesen
y juntamente le quitaron lo que es hallarse en unas solemnes fiestas que
tan suyo de las principales señoras, en aquella insigna ciudad cada año
que es el buen olor, por andar siem suelen hacerse ; pero antes que allá
pre entre ámbares y entre flores : llegasen les sucedieron cosas , que
porque te hago saber, Sancho, que por muchas, grandes y nuevas , me .
cuando llegué a subir á Dulcinea so recan ser escritas y leídas , como se
bre su hacanea (según tú dices, que verá adelante .
á mí me pareció borrica) me dió un
olor de ajos crudos, que me encala
brinó y atosigó el alma . ¡ Oh cana
lla ! gritó á esta sazón Sancho ; ioh CAPITULO XI
encantadores aciagos y mal inten
cionados, y quién os viera á todos
ensartados por las agallas como sar De la extraña aventura que le sue
dinas en Lercha ! Mucho sabéis , mu cedió al valeroso don Quijote con
cho podéis y mucho mal hacéis . Bas el carro ó carreta de las Cortes
taros debiera, bellacos , haber mudado de la muerte.
las perlas de los ojos de mi señora en
agallas alcornoqueñas , y sus cabe
llos de oro purísimo en cerdas de
cola de buey bermejo , y finalmente Pensativo además iba don Quijote
todas sus facciones de buenas en ma por su camino adelante considerando
las, sin que le tocáredes en el olor, la mala burla que le habían hecho los
que por él siquiera sacáramos lo q119 encantadores voviendo á su señora
estabı encubierto debajo de aquella Dulcinea en la mala figura de la al
fea corteza , aunque , para decir ver deana . y no imaginaba qué remedio
nad , nunca yo vi su fealdad sino su tendría para volverla á su ser prin
hermosura, a la cual subía de punto ro ; y estos pensamientos le llevaban
V quilates un lunar que tenía sobre tan fuera de sí , que sin sentirlo sol .
e labio derecho a manera de bigo tó las riendas á Rocinante , el cual
te , con siete ú ocho cabellos rubios sintiendo la libertad que se le daba ,
como hebras de oro , y largos de más á cada paso se detenía á pacer la ver
de un palmo. A este lunar, dijo don de hierba de que aquellos campos
Quijote, según la correspondencia abundaban. De su embelesamiento
17
253 DON QUIJOTE DE LA MANCITA
juzgando por las palabras la inten muerte : gracias sean dadas al sulu
ción del que las decía , en un instan dable consejo que Sancho Panza dió
te saltó la muerte de la carreta , y á su amo, al cual el día siguiente le
tras ella el emperador, el diablo ca sucedió otra con un enamorado y an
rretero y el ángel , sin quedarse la dante caballero, de no menos susp .
reina ni el dios Cumido ; y todos se sión que la pasada.
cargaron de piedras y se pusieron
en ala esperando récibir á don Qui
jote en las puntas de sus cigarros.
Don Quijote , que los vió puestos en CAPITULO XII
tan gallardo escuadrón, los brazos le
vantados, con ademán de despedir
poderosamente las piedras, d tuvo las De la extraña aventura que le cu
riendas á Rocinante , y púsose á pen cedió al valeroso don Quijote con
sar de qué modo los acometería con el bravo caballero de los Espejos.
menos peligro de su persona. En esto
que se detuvo llegó Sancho, y vién La noche que siguió al día del ren
dolo en talle de acometer al bien for
mado escuadrón , dijo : Asaz de locu cuentro de la muerte la pasaron don
ra sería intentar tal empresa ; con Quijote y su escudere debajo de unos
altos y sombrosos árboles , habiendo ,
sidere vuesa merced , señor mío, que á persuasión de Sancho, comido don
para sopa de arroyo y tente bonete
Quijote de lo que venía en el repues
no hay arma defensiva en el mundo , to dei rucio, y entre la cena dijo San .
si no es embutirse y encerrarse en
una campana de bronce ; y también cho á su señor : Señor, qué tonto
so ha de considerar que es más teme hubiera andado yo si hubiera escogi
do en albricias los despojos de la
ridad que valentía acom ter un hom primera aventura que vuesa merced
bre solo á un ejército donde está la acabara antes que las crías de las tres
muerte, pelean en persona empe yeguas. En efecto, en efecto, más va
radors, y a quien ayudan los buenos le pájaro en mano que buitre volan
y los malos ángeles : y si esta con do. Todavia, respondió don Quijote, si
sid ración no le mueve á estarse que. tú , Sancho, me dejaras acometer como
do , muévale saber de cierto que en. ' yo quería te hubieran cabido en des .
tre todos los que allí están , aunque pojos , por lo menos , la corona de oro
parecen reyes , príncipes y empery .
dores, no hay ningún caballero an de la emperatriz y las pintadas alas
dante. Ahora sí , dijo don Quijote , de Cupido, que yo se las quitara al
has dado. Sancho, en el punto que redropelo , y te las pusiera en las ma
puede y debe mudarme de mi ya de noş ., Nunca los cetros y las coronas
terminado intento . Yo no puedo ni de ' los emperadores farsantes , res
debo sacar la espada, como otras ve pondió Sancho Panza, fueron de oro
ces muchas to he dicho, contra quien puro , sino de oropel ú hoja de lata.
ro fuere armado caballero : á ti , San Así es verdad, replicó don Quijote ,
cho , toca , si quieres , tomar la ven porque no fuera acertado que los ata.
ganza del agravio que á tu rucio se víos de la comedia fueran finos, sino
fingidos y aparentes, como lo la
le ha hecho , que yo desde aquí te
ayudaré con voces y advertimientos naisma comedia, con la cual quiero,
Sancho, que estés bien, teniéndola
saludables. No hay para qué , señor , en tu gracia, y por el mismo consi
respondió Sancho, tomar venganza guiente á los que las representan y
de nadie , pues no es de buenos cris .
á los que as componen , porqu • to .
tianos tomar a de los agravios , cuan dos son instrumentos de hacer un
to más que yo acabaré con mi asno
que ponga su ofensa en las manos de gran bien á la república, poniéndo
nos un espejo á cada paso delante ,
mi voluntad, la cual es de vivir pa donde se ven al vivo las acciones de
cíficamente los días que los cielos mo
dieren de vida. Pues esa es tu deter la vida humana ; y ninguna compa
minación , replicó don Quijote, San ración hay que más al vivo nos re
cho bueno, Sancho discreto, Sancho presenta lo que somos y lo que de
bemos die ser , como la comedia y los
cristiano , y Sancho sincero, dejemos
estas fantasmas y volvamos á buscar comediantes. Si no , dime : ¿ no has
majores y más calificadas aventuras , visto tú representar alguna comedia
que yo veo esta tierra de talle que no adonde se introducen reyes , empera.
han de faltar en ella muchas y muy dores y pontífices, caballeros, lamas
y otros diversos personajes ? Uno
milagrosas. Volvió las riendas luego,
Sancho fué a tomar su rucio , la muer hace el rufián , otro ei embustero,
te con todo su escuadrón volante vol éste el mercader , aquél el soldado ,
otro el simple discreto , otro el ena
vieron a su carreta y prosiguieron si morado simple, y acabada la comedia
viaje , y este fe ice fin tuvo la teme y desnudándose de los vestidos della ,
rosa aventura de la carreta je i
PARTE 11.-- CAPÍTULO XII 261
soledad que han menester mis amo mas . ¿ Pues -n qué halla vu sa mer
rosos pensamientos . El decir esto y ced, dijo Sancho, que esta sea aven
el tenderse en el suelo todo ' fué á un tura ? No quiero yo decir, respondió
mismo tiempo, y al arrojars ? hicieron don Quijote, que esta sea aventura del
ruido las armas de que venía armado : todo , siro principio della, que por
manifiesta señal por donde conoció aquí se comienzan las aventuras. Pe
don Quijote que debía de ser caballe. ro escucha, que a lo que parece tem
ro andante ; v llegándose á Sancho, plando está un laúd o vihuela , y se
que dormía, le trabó del brazo y con gún escupe y se desembaraza el pe
no pequrño trabajo le volvió en su cho, debe prepararse para cantar a..
acuerdo, y con voz baja le dijo : Her. go. A buena fe que es así, respondió
mano Sancho, aventura tenemos . Dios Sancho, y que debe ser caballero ena
nos la dé buena, respondió Sanch ), morado. No hay ninguno de los an
¿ y adónde está , señor mío, su merced dantes que no lo sea, dijo don Qui .
desa señora aventura ? ¿ Adónde, San jote, y escuchémosle, que por el hilo
cho ? rep.icó don Quijote, vuolve los sacaremos el ovillo de sus pensamieu
ojos y mira, y verás allí tendido un tos, si es que canta , que de la abun.
andante caballero, que á lo que í mí dancia del corazón habla la lengua .
se me trasluce no debe de estar je Replicar quería Sancho á su amo ,
masiadamente alegre, porque le vi pero la voz del caballero del Bosqu ,
arrojar del caballo y tenderse en el que no era muy mala ni muy buena,
suelo con algunas muestras de des lo estorbó ; y estando los dos atentos
pecho, y al caer le crujieron las ar oyeron que lo que cantó fué este
SONETO
en verdad que lo yerra vuesa merced , cuando algún caballero da una buena
dijo e . del Bosque, á causa que los lanzada al toro en la plaza, ó cuando
gobiernos insulanos no son todos de alguna persona hace alguna cosa bien
buena data : algunos hay torcidos, hecha , suele decir el vulgo : ¡ Oh hi
algunos pobres , algunos melancoli deputa puto , y qué bien que lo ha
cos , y fina mente el más erguido y hecho ! y aquello que parece vitupe
bien dispuesto trae consigo una pe rio en aquel término, es alabanza no
sada carga de pensamientos y de in table ? y renegad vos , señor, de los
comodidades , que pone sobre SUS hijos ó nijas que no hacen obras que
hombros el dsdichado que le cups merezcan se les den á sus padres
en suerte . Harto mejor sería que los locres semejantes: Sí reniego, res
que profesamos esta maldita servi. pondió Sancho, y dese modo y por esa
Jumbre nos retirásemos á nuestras resma razón podía echar vuesa iner
casas , y allí nos entretuviésemos en ced á mí y á mis hijos y á mi mujer
ejercicios más suaves , como si dijé toda una putería encima, porque todo
semos cazando ó pescando ; que : qué cuanto hacen y dicen son extremos
escudero hay tan pobre en el mundo dignos de semejantes alabanzas, y
a quien le falte un rocín y un par de para volvernos á ver ruego yo a Dios
galgos y una caña de pescar con que me saque de pecado mortal, que lo
entretenerse en su aldea ? A mí no me mesmo será si me saca deste peligro
falta nada de eso , respondió Sancho ; so oficio de escudero, en el cual he
verdad es que no tengo rocín , pero incurrido sègunda vez, cebado y en
tengo un asno que vale dos veces gañado de una bo.sa con cien duca
más que el caballo de mi amo : mala dos que me hallé un día en el cora
pascua me dé Dios, y sea la primera zón de Sierra Morena, y el diablo me
que viniere, si le trocara por él jun . pone ante los ojos aqui, alli, acá
que me diesen cuatro fanegas de ce no, sino acullá, un talego lleno de
bada encima : á burla tendrá vuesa doblones, que me parece que á cada
merced el valor do mi rucio, que rü paso le toco con la mano, y me abra
cio es el color de mi jumento : ques zo con él , y lo llevo á mi casa ,
galgos no me habían de faltar ha echo censos, y fundo rentas, y vivo
biéndolos sobrados en mi pueblo , y como un príncipe , y el rato que en
más que entonces es la caza más gus esto pienso se me hacen fáciles v'le
tosa cuando se hace á costa ajeni. vaderos cuantos trabajos padezco con
Real y verdaderamente , respondió el este mentecato de mi amo, de quien
de Bosque , señor escudero , que ten sé que tiene más de loco que de ca
go propuesto y determinado de dejur ballero. Por eso, respondió el del Bos
estas borracherías destos caballeros, que , dicen qué la codicia rompe el
y retirarma á mi aldea, y criar mis saco, y si va á tratar dellos no hay
hijitos , que tengo tres como tres otro mayor en el mundo que mi amo ,
orientales perlas . Dos tengo yo , dijo porque es de aquellos que dicen : Cui
Sancho, que se pueden presentar al dados ajenos matan al asno, pues
Papa en persona, especialmente una porque cobre otro caballero el juicio
muchacha a quien crío para condesa, que ha perdido se hace él loco y an
si Dios fuere servido, aunque a pesar da buscando lo que no sé si después
de su madre. ¿ Y qué edad tiene esa de hallado le ha de salir á los ho
señora que se cría para condesa ? cicos . ¿ Y es enamorado, por dicha ?
preguntó el del Bosque . Quince años , Sí, dijo el del Bosque, de una tal
dos más o menos, respondió Sancho ; Casildea de Vandalia, la más cruda v
pero es tan grande como una lanza, la más asada señora que en todo el
y tan fresca como una mañana de orbe puede hallarse : pero no cojea
abril , y tiene una fuerza de un gana del pie de la crudeza, que otros ma
pan . Partos son esas , respondió e! yores embustes le gruñen en las en
del Bosque, no sólo para ser condesa , trañas , v ello dirá antes de muchas
sino para ser ninfa del verde bosque . horas. No hay camino tan llano , re
¡ Oh hideputa puta, y qué rejo debe plicó Sancho, que no tenga algún
de tener la bellaca ! A lo que respon . tropezón ó barranco : en otras casas
dió Sancho algo mohino : Ni ella es cuecen habas y en la mia á caldera.
puta , ni lo fué su madre, ni lo será das : más acompañados y paniagudos
ninguna de las dos , Dios queriendo , debe de tener la locura que la dis
mientras yo viviere ; y háblese más creción ; mas si es verdad lo que co
comedidamonte, que para haberse múnmente se dice , el tener compañe
criado vuesa merced entre caballeros ros en los trabajos suele servir de
andantes , que son la mesma cortesía , alivio en ellos , con vuesa merced po
no me parecen muy concertadas esas dré consolarme, pues sirve á otro
palabras. ¡ Oh qué mal se le entiende amo, tan tonto como el mío . Tonto ,
á viiesz morced , replicó el del Bos pero valionte , respondió el del Bos
que , de achaque de alabanzas, señor que , y más bellaco que tonto y que
escudero ! ¡ Cómo ! ¿ y no sabe que valiente. Eso no es el mío , respondia
PARTE II. - CAPÍTULO XIII 265
Sancho : digo que no tiene nada de ó por no, y es tan devota mia, y quié
bellaco ; antes tiene un alma como roia tanto , que pocos ratos se pasan
un cántaro : no sabe hacer mal á na sin que la dé mil besos y mil abra
die, sino bien á todos , ni tiene ma zos ; y diciendo esto se la puso en
licia alguna : un niño le hará enten las manos á Sancho, el cual empi.
der que es de noche en la mitad del nándola puesta á la boca estuvo mi
dia ; y por esta sencillez le quiero rando las estrellas un cuarto de hora,
como á las telas de mi corazón , y no y en acabando de beber dejó caer la
me amaño á dejarle por más dispara cabeza á un lado, y dando un gran
tes que haga. Con todo eso , hermano suspiro dijo : ¡ Oh hideputa bollaco,
y señor, dijo el del Bosque, si el cie y cómo es católico ! ¿ Véis ahí , dijo
go guía al ciego, ambos van á peli el del Bosque, en oyendo el ideputa
gro de caer en el hoyo . Mejor es ie de Sancho, cómo habéis alabado este
tirarnos con buen compás de pies, vino llamándole hideputa? Digo, res.
y volvernos a nuestras querencias , pondió Sancho , que confieso que co
que los que buscan aventuras no nozco que no es d shonra llamar hijo
siempre las hallan buenas . Escupia de puta á nadie cuando cae debajo
Sancho á menudo al parecer un cier del entendimiento de alabarle . Pero
to género de saliva pegajosa y algo dígame , señor , por el siglo de lo que
seca, lo cual visto y notado por el más quiere , ste vino es de Ciu
caritativo bosqueril escudero, dijo : dad Real ? ¡ Bravo mojón ! respondió
Paréc - me que de lo que hemos ha el del Bosque , en verdad que no es .
blado se nos pegan al paladar las len. de otra parte, y que tiene algunos
gus ; pero yo traigo un despegador años de ancianidad. A mí con eso ,
pendiente dei arzón de mi caballo , dijo Sancho , no toméis menos sino
que es tal como bueno : y levantán que se me fuera á mí por alto dar
dose volvió desde allí á un poco con alcance á su conocimiento . ¿ No será
una gran bota de vino y una empa. bueno, señor escudero , tenga yo un
nada de media vara , no es encareci. instinto tan grande y tan natural en
miento, porque era de un conejo al esto de conocer vinos, que en dándo
bar, tan grande, que Sancho al to me á oler cualquiera, acierto la pa
carla entendió ser de algún cabrón , tria, el linaje, el sabor y la dura, y
no que de cabrito , lo cual visto por las vueltas que ha de dar , con todas
Sancho, dijo : ¿ Y esto trae vuesa las circunstancias al vino atañede
merced consigo, señor ? Pues : qué ras ? Pero no hay de qué maravillar
se pensaba, respondió el otro , soy yo se , si tuve en mi linaje , por parte
por ventura algún escudero de agua de mi padre, ios dos más excelentes
y lana ? Mejor repuesto traigo yo en mojones que en luengos años conoció
las ancas de mi caballo , que lleva la Mancha ; para prueba de lo cual
consigo cuando va de camino un ge. les sucedió lo que ahora diré . Dié .
neral . Comió Sancho sin hacerse de ronles á los dos á probar del vino
rogar, v tragaba á escuras bocados de una cuba, pidiéndoles su parecer
de nudos de suºlta , y dijo : Vuesa del estado , cualidad , bondad ó ma
merced sí que es escudero fiel y le licia del vino . El uno lo probó con la
gal, moliente y corriente, magnífico punta de la lengua, el otro no hizo
y grande , como lo muestra este ban más de llegarlo a las narices . El
quete, que si no ha venido aquí por primero dijo que aquel vino sabía á
arte de encantamento, parécelo á lo hierro , el segundo dijo que más sabía
menos , y no como yo, mezquino y á cordobán. El dueño dijo que la cuba
malaventurado que solo traigo en mis estaba limpia , y que el tal vino no
alforjas un poco de queso, tan duro , tenía adobo alguno por donde hubie
que pueden descalabrar con ello á un se tomado sabor de hierro ni de cor
gigantė, á quien hacen compañia cua doban. Con todo eso , los dos famosos
tro docenas de algarrobas y otras mojones se afirmaron en lo que ha
tantas de avellanas y nueces , mer bían dicho. Anduvo el tiempo, ven .
cedes á la estrecheza de mi dueño , v dióse el vino, y al limpiar de la cuba
á la opinión que tiene y orden que hallaron en ella una llave pequeña
guarda de que los caballeros andan pendiente de una correa de cordo
tes no se han de mantener y susten bán : porque vea vuesa emerced si
tar sino con frutas secas y con las quien viene desta ralea podrá dar su
hierbas del campo . Por mi fe , herma parecer en semejantes causas . Por
no , replicó el del Bosque , que yo no eso digo, dijo el del Bosque, que
tengo hecho el estómago á tagarninas nos dejemos de andar buscando aven
ni á piruétanos ni á raícos de los turas, y pu’s tenemos hogazas no
montes : allá se lo hayan con sus opi busquemos tortas, y volvámonos á
niones y leyes caballerescas nuestros nuestras chozas , que allí nos halla
amos , y coman lo que ellos manda rá Dios si él quiere. Hasta que mi
ren : fiambreras traigo, y esta bota amo llegue á Zaragoza le serviré , que
colgando del arzón de la silla por sí después todos nos entenderemos.
266 DON QUIJOTE DE LA MANCUA
Tues3 merced lo que hace , señor don te de la gloria del vencimiento . Todo
Quijoto, que ese que tiene á los pies o confieso, juzgo y siento como vos
s el bachiller Sansón Carrasco su lo creéis, juzgáis y sentis, respondió
amigo, y yo soy su escudero ; y vién . el derrengado caballero : dejadme le
dole Sancho sin aquella fealdad pri vantar, os ruego, si es que lo permi
mera le dijo : ¿ Y las narices ? A lo te el golpe de mi caída, que asaz mal
que él respondió : Aquí as tengo en trecho me tiene . Ayudóle á levantar
19 faltriquera, y echando mano á la don Quijote y su escudero Tomé Ce .
derecha sacó unas narices de pasta cial , del cual no apartaba los ojos
y barniz, de máscara, de la manifa Sancho, preguntándole cosas cuyas
tura que quedan delineadas, y inirán . respuestas le daban manifiestas se
dole más y más Sancho , con voz ad ña.es de que verdaderamente era el
mirativa y grande, dijo : i Santa Ma. Tomé Cecial que decía : mas la apren
ría , y valme ! Este no es Tomé Ce sión que en Sancho había hecho lo
cial, mi vecino y mi compadre ? Y que su amo dijo de que los encanta
cómo si lo soy, respondió el ya des dores nabian mudado la figura de) -
narigado escudero : Tomé Cecial soy , ballero de los Espejos en la del ba
compadre y amigo Sancho Panza, y chiller Carrasco no le dejaba dar cré
luego os diré los arcaduces, embustes dito á la verdad que con los ojos es
enredos por donde soy aquí veni taba mirando . Finalmente, se queda
do , y en tanto pedid y suplicada . ron con este engaño amo y mozo, y
señor vuestro amo que no toque , mal el de los Espejos y su escudero mo
trate , hiera ni mate al caballero de hinos y malandantes se apartaron de
los Espejos, que á sus pies tiene , don Quijote y Sancho , con intención
porque sin duda alguna es el atrevi de buscar algún lugar donde bizmar
do y mal aconsejado bachiller San le y entablarle las costillas. Don Qui
son Carrasco nuestro compatr:ota . En jote y Sancho volvieron a proseguir
esto volvió en sí el de los Espejos, lo su camino de Zaragoza, donde los
cual visto por don Quijote le puso deja la historia por dar cuenta de
la punta desnuda de su espada en quién era el caballero de los Espejos
cima del rostro, y me dijo : Muerto y su narigante escudero.
sois , caballero, si no confesáis que
la sin par Dulcinea del Toboso se
aventaja en bollega á vuestra Casil
dea de Vandalia , y demás de esto CAPITULO XV
habéis de prometer, si desta contien
da y caída quedáredes con vida , de
ir á la ciudad del Toboso , y presen
Donde se cuenta y da noticia de
taros en su presencia de mi parte, quién era el caballero de los Es
para que haga de vos lo que más en pejos y su escudero.
voluntad le viniere ; y si os dejare
en la vuestra, asimismo habéis de
volver á buscarme , que el rastro de
mis hazañas os servirá de guia qua En extremo contento, ufano v va
os traiga donde yo estuviere , vá naglorioso iba don Quijote por haber
zado vitoria de tan valiente ca
decirme lo que con ella hubiéredes
Pasado : condiciones que conforme á ballero como él se imaginaba que
la que pusimos antes de nu stra ba era e . de los Espejos, de cuya caba
talla, no sa en de los términos de lleresca palabra esperaba saber si el
la andante caballería . Confieso, iijo encantamento de su señora pasaba
ei caído caballero, que vale más el adelante, pues era forzoso que el tal
zapato descosido y sucio de la señora vencido caballero volviese , so pena
Dulcinea dol Toboso , que las barbas de no serlo, á darle razón de lo que
mal peinadas aunque limpias de Ca con ella le hubiese sucedido. Pero
sildea, y prometo de ir y volver de uno pensaba don Quijote, y otro el
su presencia á la vuestra , y daros de los Espejos, puesto que por en
entera y particular cuenta de lo que tonces no era otro su pensamiento
me pedís. También habéis de con sino buscar donde bizmarse , como se
fesar y creer, añadió don Quijote, ha dicho. Dice pues la historia, que
que aquel caballero que vencisteis cuando el bachillsr Sansón Carras
no fué ni pudo ser don Quijote de co aconsejó á don Quijote que vol
la Mancha, sino otro que se le nare viese á proseguir sus dejadas caballe
cía, como yo confieso y creo , que vos, rias, fué por haber entrado primero
aunque parecéis el bachiller Sansón en bureo con el cura y el barbero
Carrasco, no lo sois , sino otro que le sobre qué medio se podría tomar
parece , y que en su figura aquí me para reducir á don Quijote á que se
le han puesto mis enemigos , para estuviese en su casa quieto y sose
que d tenga y temple el ímpetu de gado, sin que le alborotasen sus mal
mi cólera, y para que use blandamen buscadas aventuras , de cuyo consejo
PARTE 11. - CAPÍTULO XVI 271
salió por voto común de todos, y pondió Sansón , porquę pensar que
parecer particular de Carrasco , que yo he de volver a la mía hasta haber
dejasen salir á don Quijote , pues el molido á palos á don Quijote , es peri
detenerle parecía imposible, y que sar en lo excusado, y no me llevará
Sansón le saliese al camino como ca
ahoraá buscarle el deseo de que co
ballero andante, y trabass batalla con bre su juicio, sino el de la venganza ;
él , pues no faltaría sobre qué, y le que el do.or grande de mis costillas
venciese , teniéndo.o por cosa fácil , no m3 deja hacer más piadosos dis
y que fuese pacto y concierto que el cursos. En esto fueron razonando los
vencido quedase á merc d del ven dos hasta que llegaron á un pueblo
eedor ; y así vencido don Quijote le donde fué ventura hallar un algebris
había de mandar el bachiller caballe .
ro se volviese á su pueblo y casa , y ta con quien se curó el Sansón des
no saliese della en dos años, ó has graciado. Tomé Cecial se volvió v
ta tanto que por él le fuese mandada
le dejó, y él quedó imaginando su
venganza ; y la historia vuelve á ha
otra cosa , lo cual era claro que don blar dél á su tiempo , por no dejar de
Quijote vencido cumpliría indubita
blemente por no contravenir y fal regocijarse ahora con dorr Quijote .
tar á las Leyes de la caballería , y
podría ser que en el tiempo de su
reclusión se le olvidasen sus vanida CAPITULO XVI
des , ó se diese lugar de buscar á su
locura algún conveniente remedio .
Aceptólo Carrasco, v ofreciósele por De lo que sucedió á don Quijote con
escudero Tomé Cecial, compadre y
vecino de Sancho Panza, hombre a.e un discreto caballero de la Man
cha .
gre y de lucios cascos. Armóse San
són , como queda referido, y Tomé
Cecial acomodó sobre sus naturales
narices las falsas y de máscara ya di
Con la alegría, contento'y ufanidad
que se ha dicho , seguía don Quijote
chas, porque no fuese conocido de su jornada, imaginándose por la pa
su compadre cuando se viesen , y así sada victoria ser el caballero andante
siguieron el mismo viaje que llevaba más valiente que tenía en aquella
don Quijote , y llegaron casi á hallar edad el mundo : daba por acabadas y
se en la aventura del carro de la
á felice fin conducidas cuantas aven
muerte , y finalmente dieron con ellos turas pudiesen sucederle de allí ade
en el bosque , donde les sucedió todo lante : tenía en poco á los encantos y
lo que el prudente ha leído ; y si no á los encantadores, no se acordaba
fuera por los pensamientos extraor de los innumerables palos que en el
dinarios de don Quijote, que se dió discurso de sus caballerías le habían
á entender que el bachiller no era el dado , ni de la pedrada que le derribó
bachiller, el señor bachiller quedara la mitad de los dientes, ni del des
imposibilitado para siempre de gra agradecimiento de los galeotes, ni del
duarse de licènciado, por no haber atrevimiento y lluvia de estacas de
hallado nidos donde pensó hallar pá los yangüeses : finalmente, decía en
jaros. Tomé . Cecial, que vió cuán mal tre sí que si él hallara arte, modo 5
había logrado sus deseos, y el mal man ra como desencantar á su seño
parad ro que había tenido su cami ra Dulcinea, no envidiara á la mayor
no , dijo al bachiller : Por cierto , se ventura que alcanzó ó pudo alcanzar
ñor Sansón Carrasco, que tenemos el más venturoso caballero andante
nuestro merecido : con facilidad se de los pasados siglos . En estas ima
piensa y se acomete una empresa , ginaciones iba todo ocupado , cuando
pero con dificultad las más veces se Sancho le dijo : ¿ No es bueno, señor ,
sale della : don Quijote loco, nosotros que aun todavía traigo entre los ojos
cuerdos, él se va sano y riendo, vue as desaforadas narices y mayoras de
sa merced queda molido y triste . Se. marca de mi compadre Tomé Cecial ?
pamos pues ahora cuál es el más loco , ¿ Y crees tú , Sancho , por ventura , que
ce que lo es nor no poder menos ó el caballero de los Espejos era el ba
el que lo es por su voluntad ? A lo chiller Carrasco, y su escudero Tomé
que respondió Sansón : La diferencia Cecial tu compadre ? No sé qué m
que hay entre esos dos locos es , que diga á eso, respondió Sancho ; sólo sé
el que lo es por fuerza lo s rá siem que las señas que me dió de mi casa ,
pre, y el que lo es de grado lo deja mujer é hijos no me las podría dar
rá de ser cuando quisiere . Pues así otro que él mismo , y la cara , quita
es, dijo Tomé Cecial, yo fuí por mi das las narices , era la misma de Tomé
vo untad loco cuando quise hacerme Cecial, como yo se la he visto mu
r-scudero de vuesa merced , y por la chas veces în mi pueblo y pared en
misma quiero dejar de serlo y vol medio de mi misma casa , y el tono
verme á mi casa. Eso os cumple , res. de .a habla era todo uno . Estemos á
272 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
biezs maravillado ; pero dejará vue balleros anäantes de que estaba lleno
sa merced de estarlo cuando le diga , el mundo, tan en daño de las buenas
como le digo , que soy caballero des costumbres y tan en perjuicio y des
tos que dicen las gentes que á sus crédito de las buenas historias. Hay
aventuras van . Salí de mi patria , mucho que decir, respondió don Qu .
impeñé mi hacienda, dejé mi rega jote , en razón de si son fingidas o no
lo , y entreguéme en : os brazos de las historias de los andantes caballe
la fortuna, que me llevasen donde ros. ¿ Pues hay quien dude, respon .
más fuese servida. Quise resucitar dió el Verde, que no son falsas las
la ya muerta andante caballería , y tales historias ? Yo lo dudo , respon
ha muchos días que tropezando aqui, dió don Quijote , y quédese esto aquí,
cayen despeñándome acá . y que si nuestra jornada dura , espero
levantándome acullá, he cumplido en Dios de dar a entender á vuesa
gran parte de mi deseo, socorriendo merced que ha hecho mal en irse
viudas, amparando doncellas, y fa- . con la corriente de los que tienon
voreciendo casadas, huérfanos y pu por cierto que no son verdaderas.
pilos , propio y natural oficio de ca Desta última razón de don Quijote
balleros andantes ; y así por mis va tomó barruntos el caminante de que
ierosas, muchas y cristianas hazañas don Quijote debía de's r algún men
he merecido andar ya en estampa tecato , y aguardaba que con otras
en casi todas las más naciones del lo confirmase ; " ero antes que se di .
mundo . Treinta mil volúmenes se virtiesen en otros razonamientos , con
han impreso de mi historia, y lleva Quijote le rogó le dijese quién era ,
camino de imprimirse treinta mil pues él le había dado parte de su
veces de millares si el cielo no lo condición y de su vida. A lo que res
remedia. Finalmente , por encerrarlo
todo en breves palabras ó en una
pondió el del Verde Gabán : Yo, ge
ñor caballero de la Triste Figura, soy
sola, digo que yo soy don Quijote un hidalgo natural de un lugar don
de la Mancha , por otro nombre lia de iremos á comer hoy, si Dios fue .
mado el caballero de la Triste Figu re servido ; soy más que mediana
ra . y puesto que las propias alaban mente rico , y es mi nombre don
zas envilecen , esme forzoso decir yo Diego de Miranda : paso la vida con
tal vez las mías , y esto se entiende mi mujer y con mis hijos y con mis
cuando no se halla presente quien amigos : mis ejercicios son el de la
19s diga : así que , señor gantilhom . caza y pesca ; pero no mantengo ni
bre, ni este caballo, ni esta lanza , ni halcón ni galgos, sino algún perdi
este escudo, ni escudero , ni todas gón manso ó algún hurón atrevido :
juntas estas armas , ni la amarillez tengo hasta seis docenas de libros ,
de mi rostro, ni mi atenuada flaqueza cuáles de romance y cuáles de latín ,
os podrá admirar de aquí adelante , de historia algunos, y de devoción
habiendo ya sabido quién soy v la otros : los de caballerias aun no han
prof.sión que hago . Calló en dicierdo entrado por los umbrales de mis
esto don Quijote, y el de lo Verde , puertas : hojeo más los que son pro
según se tardaba en responderle, fanos que los devotos , como sean
parecía que no acertaba á cerlo ; de honesto entretenimiento , que de
pero de allí á buen espacio le dijo : leiten con el lenguaje, y admiren y
A certasteis, señor caballero, á cono suspendan con la invención , puesto
cer por mi suspensión mi deseo ; pero que destos hay muy pocos en Espa
no habés acertado á quitarme la ma ña. Alguna vez como con mis veci
ravilla que en mí causa el haberos nos y amigos, y muchas veces los
visto , que puºsto que como vos , se convido : son mis convites limpios y
ñor, decís que el saber ya quién sois aseados, y no nada escasos : ni gns
me la podría quitar , no ha sido así , to de murmurar, ni consiento que de .
antes ahora que lo sé quedo más sus lante do mí se murmure : no escudri .
penso y maravillado. Como , ¿ y es ño las vidas ajenas , ni soy lince de
posible que hay hoy caballeros an los hechos de los otros : oigo misa
dantes en el mundo, y que hay his cada día , reparto de mis bienes con
torias impresas de verdaderas caba los pobres , sin hacer alarde de las
lleriąs ? No me puedo persuadir que buenas obras por no dar entrada en
haya hoy en la tierra quien favorez mi corazón á La hipocresía y vanaglo
ca vindas, ampare doncellas ni hon ria , enemigos qui blandamente se
re casadas , ni socorra huérfanos , apoderan del corazón más recatado :
no lo creyera si en vuesa merced no procuro poner en paz los que sé que
lo hubiera visto con mis ojos . Ben están desavenidos : soy devoto de
dito sea el cielo , que con esa histo Nuestra Señora , y confío siempre en
ria que vuesa merced dice que está la misericordia infinita de Dios nues
impresa de sus altas y verdaderas ci tro Señor. Atentísimo estuvo San
hallerías se habrán puesto en olvido cho á la relación de la vida y entre .
las innuin rables de los fingidos ca tenimientos del hidalgo ; y parecién
18
274 DON QUIJOTE DE LA MANCIA
dole buena y santa, y que quien la de querer , ó buenos ó malos que
hacía debía hacer milagros, se arrojó sean , como se quieren las almas que
del rucio , y con gran priesa le fué á nos dan vida : á los padres toca el
asir del estribo derecho, y con devoto encaminarlos desde pequeños por los
corazón y casi lágrimas e besó los pasos de la virtud , de la buena crian
pies una y muchas veces. Visto lo za y de las buenas y cristianas cos
cual por el hidalgo le preguntó : ¿ Qué tumbres, para que cuando grandes
hacéis , hermano ? ¿ Qué besos son es- sean báculo de la vejez de sus pa
tos ? Déjenme besar, respondió San- dres y gloria de su posteridad ; y en
cho, porque me parece vuesa merced lo de forzarles que estudien esta o
el primer santo á la jineta que he aquella ciencia, no lo tengo por acer
visto en todos los días de mi vida. tado, aunque el persuadirles no será
No soy santo, respondió el hidalgo, dañoso : y cuando no se ha de estu
sino gran pecador ; vos sí , hermano, diar para pane lucrando , siendo tan
que debéis de ser bueno , como vue Venturoso el estudiante que le dió el
sa simplicidad lo muestra. Voivió cielo padres que se lo dejen, sería
Sancho à cobrar a albarda, habiendo yo de parecer que le dejen seguir
sacado á plaza la risa de la profunda aquella ciencia á que más le viern
malencolia de su amo y causado nue inclinado ; y aunque la de la poesía
va admiración á don Diego . Pregun es menos útil que deleitable, no es
tóle don Quijotequeque de aquellas que suelen deshonrar á
tenía, y dijoie unacuántos hijos
de las cosas quien las posee . La poesía, señor hi
ei que poniin ei sumo bien los anti- dalgo, á mi parecer es como una don
guos filósofos, que carecieron del ver- cella tierna y de poca edad y en
dadero conocimiento de Dios, fué en todo extremo hörmosa, á quien tie
los bienes de la naturaleza, en los nen cuidado de enriquecer, pulir y
de la fortuna , en tener muchos ami. adornar otras muchas doncellas, que
gos, y en tener muchos y buenos hi son todas las otras ciencias, y ella
jos . Yo , señor don Quijote, respon se ha de servir de todas, y todas se
han de autorizar con ella ; pero esta
dió el hidalgo, tengo un hijo , que á
no tenerle, quizá me juzgara por más tal doncella no quiere ser manosea
dichoso de lo que soy, y no por que
da, ni traída por las calles, ni publi
él sea maio , sino porque no es tan cada por las esquinas de las plazus,
bueno como yo quisiera. Será de edad ni por los rincones de los palacios.
de diez - y ocho años : los seis ha es Ella es hecha de una alquimia de tal
tado en Salamanca aprendiendo las virtud , que quien la saba tratar la
lenguas latina y griega, y cuando qui . volverá en oro purísimo de inestima
se que pasase a estudiar otras cien- bie precio : hala de tener el que la
cias halléle tan embebido en la de la tuviere , á raya, no dejándola correr
poesía ( si es que s ? puede llamar en torpes sátiras ni en d salmados
ciencia), que no es posible hacer e sonetos : no ha de ser vendible en
arrostrar la de las leyes que yo qui- ninguna manera , si ya no fuere en
siera que estudiara, ni de la reina poemas heroicos , en lamentables tra
de todas, la teologia . Quisiera yo que gedias, ó en comedias alegres y ar
fuera corona de su linaje, pues vivi- tificiosas : no se ha de dejar tratar
mos en siglo donde nuestros reyes de los truhanes, ni del ignorante
premian altamente las virtuosas y vulgo, incapaz de conocer ni estimar
buenas letras ; porque letras sin vir- los tesoros que en ella se encierran .
tud son perlas en el muladar. Todo Y no penséis, señor, que yo llamo
el día se le pasa en averiguar si dijo aquí vulgo solamente á la gente ple .
bien ó mal Homero en tal verso de la beya y humilde ; que todo aquel que
Iliada , si Marcial anduvo deshonesto no sabe, aunque sea señor y princi
ó no en tal epigrama, si se han de pº, puede y debe entrar en número
entender de una manera ú otra tales de vulgo ; y así el que con los requi
y tales versos de Virgilio : en in, sitos que he dicho tratare y tuviere
todas sus conversaciones son con los á la poesía, será famoso y estimado
libros de los referidos poetas , y con su nombre en todas las naciones po
y T1 líticas del mundo. Y á lo que decís ,
bulode
los ; Horacio Persio
que de , los , Juvenal
modernos roman- señor, que vuestro hijo no estima
cistas no hace mucha cuenta ; y con mucho la poesía de romance, doime
todo el mal cariño que muestra te- á entender que no anda muy acerta
ner á la poesía de romance, le tiene do en ello , y la razón es esta : el
ahora desvanecidos los pensamientos grande Homero no escribió en latín ,
el hacer una glosa á cuatro versos porque era griego ; ni Virgilio no
que le han enviado de Salamanca, y escribió en griego, porque era lati
pienso que son de justa literaria. A no. En resolución todos los poetas
todo lo cual respondió don Quijote : antiguos escribieron en la lengua que
Los hijos, señor, son pedazos de las mamaron en la leche, y no fueron á
entrañas de sus padres , y así se han buscar las extranjeras para decla
PARTE 1. - CAPÍTULO XVII 275
¿ Con qué palabras contaré esta tan vuesa merced ya está bien declara
espantosa hazaña, ó con qué razones da : ningún bravo poleante , según
la haré creible en los siglos venide mí se me alcanza , está obligado si
ros , o que a abanzas habrá que no te más que á desafiar á su enemigo y
convengan y cuadren , aunque sean esperarle en campaña ; y si el con
hiperboles sobre todos los hipérbo trario no acude, en él se queda la in
les ? Tú á pie, tú solo, tú intrépido, famia , el esperante gana la corona
tú magnánimo, con sólo ung espada, del vencimiento. Así es verdad , res
y no de las del Perrillo cortadoras, pondió don Quijote : cierra, amigo,
con un escudo, no de muy luciente la puerta , y dame por testimonio ,
y limpio acero, estás aguardando y en la mejor forma que pudieres , lo
atendiendo los dos más fieros leones que aquí me has visto hacer ; con
que jamás criaron las africanas sel viene saber , cómo tú abriste al león ,
vas . Tus mismos hechos sean los que yo le esperé, él no salió, volvíle á
te a abon , valeroso manchego, que yo esperar, volvió á no salir, y volvióse
los dejo aquí en su punto por faltar á acostar . No debo más , y encantos
me palabras con que encarecerlos . afuera , y Dios ayude á la razón y á
Aquí cesó la referida exclamación la verdad, y á la verdadera caballe
del autor, y pasó adelante anudando ría, y cierra, como he dicho, en tan
el hilo de la historia y diciendo, que to que hago señas á los huídos v au
· habiendo visto el leonero ya puesto sentes para qu ? sepan de tu boca esta
en postura á don Quijote, y que no hazaña . Hízolo así el leonero , y don
podía dejar de soltar el león macho, Quijote , poniendo en la punta de la
so pena de caer en la desgracia del lanza el lienzo con que se había lim
indignado y atrevido caballero, abrió piado el rostro de la lluvia de los re
de par en par la primera jaula , don quesones, comenzó a llamar á los que
de estaba, como se ha dicho, el león , no dejaban de huir ni de volver la
el cual pareció de grandeza extraor cabeza á cada paso , todos en tropa
dinaria y de espantable y fea cata y antecogidos del hidalgo ; pero al
dura . Lo primero que hizo fué revol canzando Sancho á ver la señal del
verse en la jaula donde venía echa blanco paño, dijo : Que me maten si
do, y tender la garra , y desperezar mi señor no ha vencido á las fieras
se todo : abrió luego la boca y bos bestias, pues nos llama. Detuviéron
tezó muy despacio , y con casi dos se todos, y conocieron que el que
palmos de lengua que sacó fuera se hacía las señas era don Quijote ; y
despolvoreó los ojos y se lavó el ros perdiendo alguna parte del miedo,
tro : hecho esto , sacó la cabeza fue poco a poco se vinieron acercando
ra de la jaula, y miró á todas partes hasta donde claramente oyeron las
con los ojos hechos brasas , vista y voces de don Quijote, que los llama
ademán para poner espanto á la mis ba. Finalmente, volvieron al carro,
ma temeridad . $60 don Quijote lo y en llegando dijo don Quijote al ca
miraba atentamente, deseando que rretero : Volved, hermano, á uncir
saitase ya del carro y viniese con él vuestras mulas y á' proseguir vues
á las manos, entre las cuales pensa tro viaje ; y tú , Sancho , dale dos es.
ba hacerle pedazos. cudos de oro para él y para el leo
Hasta aquí llegó el extremo de su nero , en recompensa de lo que por
jamás vista locura ; pero el generoso mi se han detenido. Esos daré yo de
león, más comedido que arrogante, muy buena gana, respondió Sancho ;
no haciendo caso de niñerías ni de pero ¿ qué se han hecho de los len
bravatas, después de haber mirado á pos ? ¿ Son muertos ó vivos ? Enton
una y otra parte, como se ha dicho, ces el leonero menudamente y por
volvió las espaldas y enseñó sus tra sus pausas contó el fin de la contien .
seras partes á don Quijote, y con gran da , exagerando como él mejor pud
flema y remanso se volvió a echar en V supo el valor de don Quijote, de
cuva vista el león acabardado re
la jaji a : viendo lo cual don Quijote
mandó al leonero que le diese de pa quiso ni osó salir de la jaula, puesto
los, y le irritase para echarle fuera. que había tenido un buen espacio
Eso no haré yo, respondió el leone abierta la puerta de la jaula , y que
ro , porque si yo le instigo , el prime por haber él dicho á aquel caballero
que era tentar á Dios irritar al león
ro á quien hará pedazos será á mi para que por fuerza suliese, como
mismo. Vuesa merced, señor caba
llero, se contente con lo hecho , que él quería que se irritase, mal de su
es todo lo que puede decirse en gé . grado y contra toda su voluntad ha .
nero de valentía , y no quiera tentar bía permitido que la puerta se cerra
segunda vez fortuna : el león tiene se. ¿ Qué te parece desto, Sancho , dijo
abierta la puerta , en su mano está don Quijote, hay encantos que va !
gan contra la verdadera valentía ?
salir o no salir ; pero pues no ha sa
lido hasta ahora , no saldrá en todo Bien podrán los encantadores quitar
el día : la grandeza del corazón de me la ventura , pero el esfuerzo y el
PARTE II . - CAPÍTULO XVII 279
Animo será imposibie. Dió los es- buscando peligrosas aventuras coa in
cudos Sancho, unció el carretero , be- tención de darles dichosa y bien aior .
so las manos ei leonero á don Qui- tunada cima, sólo por a canzar L'O
jote por la merced recibida, y pro riosa famı y duradera. Mejor parece,
metióie de contar aquella valerosa digo, un caballero andante socorrieri
hazaña al mismo Rey cuando en a do á una viuda en algún despoblado ,
corte se viese . Pues si acaso Su Ma- que un cortesano caballero requebran
jestad preguntare quién la hizo , di- do á una doncella en las ciudades. To
réisle que el Caballero de los Leo- dos los caballeros tienen sus particu
nes : que de aquí adelante quiero que lares ejercicios : sirva á las damas el
en este se trueque, cambie , vuel- cortesano, autorice ia corte de su rey
va y mude el que hasta aquí he te- con libreas , sustente los caballeros po
nido del caballero de la Triste Figu- bres con el espléndido plato de sul
ra : y en esto sigo la antigua usanza m sa, concierte justas, mantenga tcr
de los andantes caballeros , que se mu- neos, v muéstrese grande, liberal v
daban los nombres cuando querían ó magnífico, y buen cristiano sobre
cuando les venía á cuento . Siguió su todo, y desta manera cumplirá con
camino el carro , y don Quijote , San- sus precisas obligaciones ; pero el ac
cho y el del Verde Gabán prosiguie- dante caballero busque los rincones
ron el suyo . En todo este tiempo no dei mundo, éntrese en Los más intrin .
había hab ado palabra don Diego de cados laberintos , acometa á cada paso
Miranda , todo atento á mirar y á no . lo imposible, résista en los páramos
tar los hechos y palabras de don Qui- despoblados los ardientes rayos del
jote, pareciéndole un cuerdo loco, y sol en la mitad de verano , y en el
un loco que tiraba á cuerdo . No ha-, invierno la dura inclemencia do los
bía aún llegado á su noticia la prime- vientos y de los hielos ; no le asom
ra parte de su historia , que si la bren los leones , ni le espanten los
hubiera leído, cesara la admiración vestigios, ni atemoricen endriagcs ,
en que lo ponían sus hechos y sus que buscar éstos, acometer aquélics,
pa abras, pues ya supiera el género y vencerlos á todos son sus princ!
de su locura ; pero como no la sa- pales y verdaderos ejercicios . Vo
bía , ya le tenía por cuerdo y ya por pues , como me cupo en suerte ser
Joco, porque lo que hablaba era con- uno del número de la andante caba
certado, elegante y bien dicho, v 10 ilería, no puedo dejar de acometer todo
que hacía disparatado, temºrario v aquello que á mí me pareciere que
tonto ; y decía entre sí : ¿ Qué más cae debajo de la jurisdicción de mis
locura puede ser que ponerse la ce . ejercicios ; y así el acometre los eo
cada llena de requesones , y darse a nes que ahora acometí , derechamente
entender que le ablandaban los cas me tocaba, puesto que conocí ser te
cos los encantadores ? ¿ Y qué mayor meridad exorbitante ; porque bien sé
temeridad y disparate que querer pe- lo que es valentía, que es una virtud
lear por fuerza con los leones ? Des que está puesta entre dos estremos
tas imaginaciones y deste soliloquio viciosos , como son la cobardía y la
le sacó don Quijote, diciéndle : to neridad ; pero menos mal s rá tre
¿ Quién duda, señor don Diego de Mi el que es valiente toque y suba al
randa, que vuesa merced no me ten punto de temerario, que no que baje
ga en su opinión por un hombre dis y toque en el punto de cobarde : que
paratado y loco ? Y no sería mucho así como es más fácil venir el pró
que así fuese, porque mis obras no digo á ser liberal , que el avaro , así
pueden dar testimonio de otra cosa : es más fácil dar el temerario en ver
pues con todo esto , quiero que vuesa dadero valiente , qug no el cobarde
merced advierta que no soy tan loco subir a la verdadera valentía ; v en
ni tan menguado como debo de ha- esto de acometer aventuras, créame
berle parecido. Bien parece un gallar- vuesa merced , señor don Diego , nie
do caballero á los ojos de su rey en antes se ha de perder por carta de
la mitad de una gran plaza dar una más que de menos; porque mejor
lanzada con felice suceso á un bravo suena en las orejas de los que lo
toro : bien parece un caballero arma oyen : el tal caballero es tem rario y
ro de resplandecientes armas pasar la atrevido, que no : el tal caballero es
tela en alegres justas delante de las tímido y cobarde . Digo, señor don
damas , y bien parecen todos aquellos Quijote, respondió don Diego , que
caballeros que en ejercicios mi ares, todo lo que vuesa merced ha dicho
6 que lo parezcan , entretienen y ale y hocho, va nivelado con el fiel de la
gran , y si se puede decir, honran las misma razón , y que entiendo que si
cortes de sus principes ; pºro sobre las ordenanzas y leyes de a caba
todos estos parece mejor un caballe- llería andante se perdiesen , se ha
ro andante , que por os desiertos , por llarían en el pecho de vu sa merced
las soledades, por las encrucijadas, como en su mismo depósito y archi
por las selvas y por los montes anda vo ; y démonos priesa, que se nace
280 DON QUIJOTE DE LA VANCIA
tarde, y lleguemos á mialdea y casa ,
donde descansará vuesa merced del
pasado trabajo , que si no ha sido del
cuerpo , ha sido del espíritu , que sue CAPITULO XVIII
le tal vez redundar en cansancio del
euerpo. Tengo el ofrecimiento á gran
favor y merced , señor don Diego, res De lo que sucedió á don Quijote
pondió don Quijote ; y picando más en el castillo ó casa del caballe
de lo que hasta entonces, serían como ro del Verde Gabán, con otras co
las dos de la tarde cuando llegaron á 8as extravagantes.
Ja aldea y á la casa de don Diego , á
quien don Quijote llamaba e . caballe
ro del Verde Gabán . Halló don Quijote ser la casa de
don Diego de Miranda ancha como
de aldea; las armas empero, aunque
de piedra tosca , encima de la puer
ta de la calle, la bodega en el pa
tio, la cueva en el portal , y muchas
tinajas a la redonda , que por ser del
Toboso le renovaron las memorias de
su encantada y transformada Dulci
nea ; y sospirando sin mirar lo que
decía , ni delante de quién estaba ,
dijo :
¡ Oh dulces prendas por mi mal halladas,
dulces y aiegres cuando Dios quería !
SONETO
El muro rompe la doncella hermosa
que de Píramo abrió el gallardo pecho ;
parte el amor de Chipre, y va derecho
á ver la quiebra estrecha y prodigiosa.
Hab a el silencio allí , porque no osa
la voz entrar por tan estrecho estrecho
las almas sí , que amor suele de hecho
facilitar la más difícil cosa .
Salió el deseo de compás, y el paso
de la imprudente virgen solicita
por su gusto su muerte : ved qué historia.
Que á entrambos en un punto , ¡oh extraño caso !
los mata , los encubre y resucita
una espada, un sepulcro, una memoria.
Bendito sea Dios, dijo don Quijote sa merced otra vez, y si lo he dicho
habiendo oído e soneto á don Lo- co vuelvo á decir, que cuando vuesa
renzo , que entre los infinitos poetas merced quisiere ahorrar caminos y
consumidos que hay , he visto un con- trabajos para llegar á la inaccesible
sumado poeta , como lo es vuesa mer- cumbre del templo de la fama, no
ced, señor mío, que así me lo da á tiene qus hacer otra cosa sino dejar
entender el artificio deste soneto . á una parte la senda de la poesía ,
Cuatro días estuvo don Quijote rega- algo estrecha, y tomar la estrechísi
ladísimo en la casa de don Diego, al ma de la andante caballería, bastante
cabo de los cuales le pidió licencia para hacerle emperador en daca las
para irse , diciéndole que le agradecía pajas. Con estas razones acabó don
la merced y buen tratamiento que en Quijote de cerrar el proceso de su
su casa había recibido : pero que por locura, y más con las que añadió di
no parecer bien que los caballeros ciendo : Sabe Dios si quisiera llevar
andantes se den muchas horas al ocio conmigo al señor don Lorenzo para
y al regalo , se quería ir á cump.ir enseñarle cómo se han de perdonar
con su oficio , buscando las aventu los sujetos, y supeditar y acocear los
ras, de quien tenía noticia que aque soberbios, virtudes anejas á la profe
lla tierra abundaba, donde esperaba sión que yo profeso ; pero pues no
entretener el tiempo hasta , que lle
gase el día de las justas de Zarago lo pide su poca edad, ni lo querrán
za, que era el de su derecha derro consentir sus cables ejercicios , sólo
me contento con advertirle á vuesa
ta ; y que primero había de entrar en
la cueva de Montesinos , de quien tan merced, que siendo poeta podrá ser
famoso si se guía más por el parecer
tas y tan admirables cosas en aque
llos contornos se contaban, sabiendo ajeno que por el propio ; porque no
é inquiriendo asimismo el nacimiento hay padre ni madre á quien sus lui
y verdaderos manantiales de las sie. jos le parezcan feos , y en los que lo
te lagunas llamadas comúnmente de son del entendimiento corre más este
Ruidira . Don Diego y su hijo ie engaño. De nuevo 89 admiraron pa
alabaron su honrosa determinación , dre y hijo de las entremetidas razo
y le dijeron que tomase de su casa y nes de don Quijote , ya discretas y ya
de su hacienda todo lo que en grado disparatadas, y del tema y tesón que
llevaba de acudir de todo en todo á
le viniese , que le servirían con la la busca de sus desventuradas aven
voluntad posible, que á ello les obli turas , que las tenía por fin y blanco
gaba el valor de su persona y la hon de sus deseos . Reiteráronse los ofre .
rosa profesión suya. Llegóse en fin cimientos y comedimientos , y con la
el día de su partida, tan alegre para
don Quijots como triste y aciago buena licencia de la señora del cas .
para Sancho Panza , que se hallaba tillo, don Quijote y Sancho sobre Re
muy bien con la abundancia de la cinante y el rucio se partieron .
casa de don Diego, y rehusaba de
vo ver á la hambre que se usa en las
florestas y despoblados, y á la estre
cheza de sus mal proveídas alfor
jas : con todo esto las llenó y colmo
de lo más necesario que le pareció ,
al despedirse dijo don Quijote á
don Lorenzo : No sé si he dicho á vue
ON QUIJOTE DE LA MANCHA
efecto , no parecía sino que por todo de bronce, sin acudir a la tierra con
aquel prado andaba corriendo la ale- el conveniente rocío no afilige al cria
gría y saltando el contento Otros do, sino al señor que ha de susten
muchos andaban ocupados en' levantar tar en la esterilidad y manibre al
andamios, de donde con comodidad que le sirvió en la ferti.idad y abun .
paniesen ver otro día las representa- . dancia . A todo esto no respondió San
ciones y danzas que se habían de han chu, porque dormía , ni despertara tan
eer en aquel lugar, dedicado para so- presto si don Quijote con el cuen :
lemnizar las bodas del rico Cama- to de la lanza no le hiciera volver er
eho v ias exequias de Basi io . No qui. sí. Despertó en fin soñoliente v pe
so entrar en el lugar don Quijote , aun- rezoso, y volviendo el rostro á todas
que se lo pidieron así el labrador como partes , dijo : De la parte desta en
el bachiller ; pero él dió por disculpa, ramada, si no me engaño , sale un tulo
bastantísima á su parecer, ser cos y olor narto mas de torreznos asacos ,
tumbre de los caballeros andantes que de juncos y tomillos : bodas que
dormir por los campos y florestas por tales olores comienzan , para mí
antes que en los poblados, aunque santiguada que deben de ser abuo .
fuese debajo de dorados techos ; y dantes y generosas. Acaba , glotón ,
eon esto se desvió un poco del cami. dijo don Quijote : ven , iremos á ver
no , bien contra la voluntad de San. estos desposorios por ver lo que hace
eho , viniéndosele á la memoria e el desdeñado Basilio . Mas que haga
bu - n alojamiento que había tenido en In que quisiere , respondió Sancho , 116
el castillo ó casa de don Diego . fuera el pobre , y casárase con Quite
ria. ¿ No hay más sino no tener u
cuarto , y querer casarse por las nu
bes ? la fe , señor, yo soy de pare
CAPITULO XX
cer que el pobre debe de contentar
se con lo que hallare y no pedir co- u
fas en el golfo. Yo apostaré un bra .
zo que puede Camacho envolver en
Donde se cuentan las bodas de Ca- reales á Basilio, y si esto es así, como
macho el rico, con el suceso de debe de ser, bien boba fuera Quite
Basilio el pobre. ria en desechar las galas y las joyas
que le debe de haber dado y le pue
de dar Camacho. por escoger el tirar
Apenas la bianca aurora había ca- de la barra y el jugar de la negra de
do lugar á que el luciente Febo , con Basilio . Sobre un buen tiro de barra ,
el ardor de sus calientes rayos, las o sobre una gentil treta de espada ,
líquidas perlas de sus cabellos de oro no dan un cuartillo de vino en la ta
enjugase , cuando don Quijota , sacu berna. Habilidades y gracias que no
diendo la pereza de sus miembros , se son vendibles, mas que las tenga el
puso en pie y llamó á su escudero conde Dirlos ; pero cuando las tales
Sancho, que aun todavía roncaba : 10 gracias caen sobre quien tiene buen
cual visto por don Quijote, antes que dinero , tal sea mi vida como ellas pa
le despertase, la dijo : ¡ Oh tú , bien- recen . Sobre un buen cimiento se pue
aventurado sobre cuantos viven sobre de levantar un buen edificio, y el m-
la haz de la tierra , pues sin tener jor cimiento y zanja del mundo es el
invidia ni ser invidiado duermes con dinero . Por quien Dios es , Sancho ,
sosegado espíritu , ni te persiguon en- dijo á esa sazón don Quijote , que con
cantadores, ni sobresaltan encanta- cluyas con tu arenga , que tengo para
mentos ! Duerme , digo otra vez , y lo mí que si te dejasen seguir en las que
diré otras ciento , sin que te tengan á cada paso comienzas, no te queda
en continu; vigilia celos de tu dama , ría tiempo para comer ni para dor
ni te desvelen pensamientos de pa- mir, que todo lo gastarías en hablar.
gar deudas que debas, ni de lo que Si vuesa merced tuviera buena me
has de hacer para comer otro lia tú moria , replicó Sancho , debiérase
tu pequeña y angustiada familia . acordar de los capítulos de nuestro
Ni la ambición te inquieta , ni la pom- concierto antes que esta última vez
pa vana del mundo te fatiga , pues saliésemos de casa : uno dellos fué ,
los límites de tus deseos no se ex- . que me había do dejar hablar todo
tienden á más que á pensar en tu aquello que quisiese , con que no fue
jumento , que el de tu persona sobre se ntra prójimo ni contra la tu
mis hombros le tienes puesto : con- toridad de vuesa merced , y hasta
trapeso v carga que puso a atura- ahora me parece que no he contrar..
leza y la costumbrs á los señores . nido contra el tal capítulo. Yo no me
Duerme el criado, y está velando acuerdo, Sancho , respondió don Qui .
el señor, pensando cóino le ha de sus . jote , de tal capítulo : y puesto que
tentar, mejorar y hacer mercedes. La sea así, quiero que calles y vengas,
eongoja de ver que el cielo se hle que ya los instrum ntos que anoche
288 HOX OLUOTE DE LA MANCIA
mira en virtuosos fines, y que el de manos y irme por ese mundo adelan
casarse os enamorados era el fin de te predicando lindezas ; y yo digo dé .
más excelencia, advirtiendo que el que cuando comienza á enhilar sen .
mayor contrario qu : el amor tiene tencias y á dar consejos, no sólo pue
ts la hambre y la continua necesi de tomar un púlpito en las manos ,
dad ; porque el amor es todo alegria , sino dos en cada a do , y andarse por
regocijo y contento, y más cuando esas plazas á qué quieres boca. Va
el amante está en posesión de la late el diablo por caballero andante ,
ene que tantas cosas sabes : yo pensaba
cosa amada, contra quien son
m.gos opuestos y declarados la ne en mi ánima que sólo podía saber
cos.dad y la pobreza ; y que todo esto aquello que tocaba á sus caballerías,
d cia con intención de que se dejase pero no hay cosa donde no piqué y
el señor Basilio de ejercitar las ha deje de meter sú cucharada. Murmu.
bilidades que sabía, que aunque le raba esto algo Sancho, y entreoyóle
daban fama no le daban dineros, y su señor, y preguntóle : ¿ Qué mur.
que atendies á granjear hacienda nor muras, Sancho ? No digo nada ni
medios ícitos é industriosos, que murmuro nada, respondió Sancho ;
nunca faltan á los prudentes y apli sólo estaba diciendo entre mí que
cados. El pobre honrado (si es que quisiera haber oído lo que vuesa
puede ser honrado el pobre) tiene merced aqui ha dicho antes que me
prenda en tener mujer nermosa , que casara, que quizá dijera yo ahora el
cuando se la quitan le quitan la hon buey suelto bien se lame. ¿ Tan mala
ra y se la matan . La mujer hermosa es tu Teresa, Sancho ? dijo don Qui
y honrada, cuyomarido es pobre, me jote. No es muy mala , respondió San.
rece ser coronada con laureles y pal cho ; pero 10 es muy buena,
mas de vencimiento y triunfo . La her. Jo menos no es tan buena como yo
mosura por sí soia atrae las volun quisiera. Mal haces, Sancho, dijo don
tades de cuantos la miran y conocen , Quijote , en decir mal de tu mujer ,
y como á señuelo gustoso se le aba que en efecto es madre de tus hijos .
ten as águilas reales y los pájaros No nos debemos nada, respondió Sar
altaneros ; pero si á la tal hermosu cho , que también ella dice mal de mí
ra se le junta la necesidad y estreche cuando se le antoja, espcialmente
za , también la embisten los cuervos, cuando está celosa, que entonces 311 .
los milanos y las otras aves de ra frala el mismo Satanás. Finalmente ,
piña, y la que está á tantos encuen tres días estuvieron con los novios ,
tros firme , bien merece llamarse co donde fueron regalados y servidos
rona de su marido. Mirad, discreto como cuerpos de rey . Pidió don
Basilio, añadió don Quijote , opinión Quijote al diestro licenciado le diese
fué de no sé qué sabio, que no había una guía que le encaminase á la cae
en todo el mundo una sola mujer va de Montesinos, porque tenía gran
buena, y daba por consejo que cada deseo de entrar en ella, y ver á ojos
uno pensase y creyese que aquella vistas si eran verdaderas las maravi.
sola buena era la suya , y así viviría llas que della se decían por todos
contento . Yo no soy casado, ni has aquellos contornos. El licenciado lo
ta ahora me ha venido en pensamien dijo que le daría á un primo suyo .
to serlo, y con todo esto me atreve famoso estudiante y muy aficionado
ría á dar consejo al que me lo pi a leer libros de caballerías, el cual 11.15
diese , del modo que había de buscar mucha voluntad le pondría á la boa
la mujer con quien se quisiese ca de la misma cueva, y le enseñaría
sar . Lo primero le aconsejaría que las Lagunas de Ruidora, famosas asi .
mirase más á la fama que á la ha mismo en toda la Mancha y aun ei
cienda, porque á la buena mujer no toda España : y díjole que llevaría
alcanza la buena fama solamente con con él gustoso entretenimiento, á
ser buena, sino con parecerlo : que causa que era mozo que sabía hany
mucho más dañan a las honras de las libros para imprimir y para dirigir.
mujeres las desenvolturas y liberta . los á príncipes. Finalmente, el primo
des públicas, que las maldades se vino con una pollina preñada, cu
cretas . Si traes buena mujer á tu albarda cubría un gayado tapete o
casa , fácil cosa será conservarla y arpillera. Ensilló Sancho á Rocian.
aun mejorarla en aquella bondad ; te y aderezó al rucio , proveyó sus al .
pero si la traes mala , en trabajo te forjas, á las cuales acompañarons
pondrá el enmendarla, que no es muy dei primo asimismo bien proveidas .
hacedero pasar de un extremo á encomendándose á Dios y despi.
otro . Yo no digo que sea imposible, diéndose de todos , se pusieron en ( a
pero tengolo por dificultoso. Oía todo mino tomando la derrota de la fam za
esto Sancho, y dijo entre sí : F - te cueva de Montesinos . En el cam . 1 )
mi amo , cuando yo hablo cosas de preguntó don Quijote al primo . Te
meollo y de substancia suele decir que qué género y calidad eran sus ejer
podría yo tomar un púlpito en las cicios, su profesión F estudios. Ao
PARTE 11. - CAPÍTULO XXII 295
que él respondió , que su profesión sabré determinar por ahora hasta que
era ser humanista , sus ejercicios y lo estudie ; yo lo estudiaré en vol
estudios componer libros para dar viendo adonde tengo mis libros , y
á la estampa, todos de gran provecho yo os sat.sfaré cuando otra vez nos
y lo menos entretenimiento para la veamos , que no ha d- ser esta la pos
república : que el uno se intitula trera . Pues mire, señor , replicó Sali
ba el de las Libreas , donde pintaba cho , no tome trabajo en esto , que
setecientas y tres libreas con sus ahora ne caído en la cuenta de lo
colores, motes y cifras, de donde po que le he preguntado : s pa que el
dían sacar y tomar las que quisieses primer volteador del mundo fué Lu
en tiempo de fiestas y regocijos los cifer cuando le echaron ó arrojaron
caballeros cortesanos , sin andarlas del cielo , que vino yolteando hasta los
mendigando de nadie , ni ambican abismos . Tenéis razón, amigo, dijo el
do, como dicen, el cerbelo por sa primo ; y dijo don Quijote : Esa pre
carlas conforme á sus deseos é in. gunta y respuesta no es tuya, Sancho;
tenciones : porque doy al celoso , al á alguno jas has oído decir. Calle, se
desdeñado , al olvidado y al ausente ñor, replicó Sancho , que á buena fe
las que les convienen , que les ven que si me doy á preguntar y á res
drán más justas que pecadoras. Otro ponder, que no acabe de aquí á ma
libro tengo también, á quien he de ñana . Si ; que para preguntar nece
llamar Metamorfóseos, o Ovidio es dades y responder disparates no he
pañol , de invención nueva y rara ; de menester yo andar buscando avui.
porque en él , imitando á Ovidio á da de vecinos . Más has dicho, San
lo burlesco, pinto quién fué la Gi cho, de lo que sabes, dijo don Qui
ralda de Sevilla y e: ángel de la Mag jote, que hay algunos que se cansan
dalena, quién el caño de Vecingue en saber y averiguar cosas que dis
rra de Córdoba, quiénes los toros pués de sabidas y averiguadas no im.
de Guisanuo, la Sierra Morena , las portan un ardite al entendimiento
fuentes de Leganitos y Lavapiés en pi á la memoria. En estas y otras
Madrid , no olvidándome de la del gustosas pláticas se les pasó amuel
Piojo , de la del Caño dorado y de día , y á la noche se a bergaron en
la Priora ; y esto con sus alegorías, una pequeña a dea, adonde el primo
metáforas y traslaciones, de modo dijo á don Quijote que desde allí á
que alegran, suspenden y enseñan la cueva de Montesinos no había más
å un mismo punto. Otro libro tengo , de dos leguas, y que si llevaba de
que le llamo Suplemento á Virgilio terminado de entrar en ella, era me.
Polidoro, que trata de la invención nester proveerse de sogas para atar
de as cosas, que es de grande eru se y d scolgarse en su profundidad .
dición y estudio, á ' causa que las Don Quijote dijo, que aunque llega
cosas que se dejó de decir Polidoro se al abismo había de ver dónde pa
de gran substancia , las averiguo yo , raba , y así compraron casi cien bra
y las declaro por gentil estilo . Olvi. zas de soga, y otro día á las dos de
dósele á Virgilio de declararnos quién la tarde llegaron a la cueva , cuya
fué el primero que tuvo catarro en boca es espaciosa ancha, pero lle
el mundo y el primero que tomó las na de cambroneras y cabrahigos , de
unciones para curarse del morbo gá. zarzas y malezas , tan espesas v in
lico, y yo lo decaro al pie de la le trincadas, que de todo en todo la
tra, v lo autorizo con más de veinti . ciegan y encubren. En viéndola , se
cinco autores , porque vea vuesa mer apearon el primo, Sancho y don Qu :
ced si he trabajado bien , y si ha de jote, al cual los dos le ataron luego
ser útil el tal libro á todo el mundo. fortisimamente con las sogas , y en
Sancho, que nabía estado muy aten tanto que le fajaban y ceñían , le dijo
to á ó' narración del primo , le dijo : Sancho : Mire vuese mere: d, señor
Digame, señor , así Dios le dé bue mio lo que hace, no se quiera se pul
na manderecha en la impresión de tar en vida, ni se ponga adonde parez
sus libros , ¿ sabríame decir, que si ca frasco que le ponen á enfriar en
sabrá , pues todo lo sabe, quién fué algún pozo : sí, que á vuesa merced
el primero que se rascó en la cabe no le toca ni atañe ser el escudriña
za ? que yo para mí tengo que de dor desta que debe de ser peor que
bió de ser nuostro padre Adán . Si mazmorra . Ata y calla, respondi
seria, respondió el primo, porque don Quijote, que tal empresa como
Adán no hay duda sino que tuvo aquesta, Sancho amigo, para mí es
cabeza y cabellos ; y siendo esto taba guardada. Y entonces dijo la
así , y siendo el primer hombre del guía : Suplico á vuesa merced , señor
mindo, alguna vez se rascaria . Así don Quijote , que mire bien y espe
lo creo yo , respondió Sancho ; pero cule con cien ojos lo que hay allá
dígame ahora, quién fué el primer dentro, quizá habrá cosas que las
volteador del mundo ? En verdad , ponga yo en el libro de mis transfor
hermano, respondió el primo , no me maciones . En manos está el pande
296 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
ro que le sabrán bien tañer, respun más soga , y ellos se la daban poco
dió Sancho Panza, Dicho esto , y aca . á poco ; y cuando las voces, que ia
bada la ligadura de don Quijote ( que naladas por la cueva salían , dejaron
do fué sobre el arnés , sino sobre el de oirse, ya ellos tenían descolga
jabón de armar ), dijo don Quijote : das las cien brazas de soga . Fueron
Inadvertidos hemos andado en DO de parecer de volver á subir á don
habernos proveido de algún esqui Quijote, pues no ie podíandetuvieron
dar nas
lón pequ ño , que fuera atado junto cuerda : con todo eso se
á mí en esta misma soga, con cuyo como media hora, al cabo del cal
sonido se entendiera que todavía espacio volvieron a recoger la diga
bajaba y estaba vivo ; pero pues ya con mucha facilidad y sin peso algu .
no es posible , á la mano de Dios no, señal que les hizo imaginar que
que me guíe ; y luego se hincó de don Quijote se quedaba dentro, y
rodillas, y hizo una oración en voz creyendolo así Sancho, lloraba amar .
baja al cielo pidiendo á Dios le ayu gamente y tiraba con mucha prieza
dase y le diese buen suceso en aque por desengañarse; pero llegando, á
lla al parecer peligrosa y nueva eu parecer, á poco más de las oche.
aventura , y en voz alta dijo luego : ta brazas, sintieron poso , de que en
iOn señora de mis acciones y movi . extremo se alegraron. Finalmente ,
mientos, clarísima y sin par Dulci . á las diez vieron distintamente árin
nea del Toboso ! si es posible que l'e Quijote, á quien dió voces Sancho di
guen a tus oídos las plegarias y ro ciéndole : Sea vuesa merced Ivy
gaciones deste tu venturoso amante, bien vuelto, señor mío, que ya 141 .
por tu inaudita belleza te ruego las sábamos que se quedaba allá 1918
escuches, que no son otras que ro casta ; pero no respondía palabra con
garte no me niegues tu favor y am Quijote, y sacándole del todo vierin
paro ahora que tanto le he menester 12 traía cerrados los ojos con mu s .
Yo voy a despeñarme, à empozarms tras de estar dormido . Tendiérale
y á hundirme en el abismo que aquí en el suelo y desliáronle, y con todo
se me representa, sólo porque co esto no despertaba. Pero tanto le
nozca el mundo, que si tú me fa volvieron y revolvieron , sacudiron
roreces, no habrá imposible á quien y menearon , que al cabo de un bu .
yo no acometa y acabe ; y en dicien espacio volvió en sí, desperezándose
do esto, se acercó a la cima, vió no bien como si de algún grave y pro
ser posible descolgarse ni hacer lu fundo sueño despertara, y mirando
gar á la entrada si no era á fuerza à una y otra parte como espantaio,
de brazos ó á cuchilladas , y así po dijo : Dios os lo pone, amigos ,
niendo mano á la espada comenzó á que me habéis quiiauo ue la más sa
derribar y á cortar de aquellas ma brosa y agradable vida y vista que
Jezas que á la boca de la cueva Esta ningún humano ha visto ni pasai .
ban , por cuyo ruido y estruendo sa En efecto , ahora acabo de conocer
Jieron por ella una infinidad de gran qur todos los contentos desta vida
dísimos cuervos y grajos, tan espe pasan como sombra y sueño, ó se
sos y con tanta priesa, que dieron marchitan como la flor del campo.
con don Quijote, en el suelo, y si él ¡ Oh desdichado Montesinos ! ¡ Oh mal
fuera tan agorero como católico cris. ferido Durandarte ! ¡ Oh sin ventura
tiano , lo tuviera á mala señal y ex Belerma ! ¡ Oh lloroso Guadiana, y
cusara de encerrarse en lugar seme vosotras sin dicha, hijas de Ruide
jante. Finalmente, se levantó, y vien ra, que mostráis en vuestras aguas
do que no salían más cuervos ni otras las que lloraron vuestros hermosos
aves nocturnas, como fueron murcié ojos ! Con grande atención escucha
lagos, que asimismo entre los cuer ban el primo y Sancho las palabras
vos salieron, dándole soga el crimo de don Quijote, que las decía como
y Sancho, le dejaron calar al fondo si con dolor inmenso las sacara de
de la caverna espantosa : y al en las entrañas. Suplicáronle les diese
trar, echándole Sancho su bendición á entender lo que decía , y les dije.
v haciendo sobre él mil cruces , tjo :
Dios te guíe y la peña de Francia se lo que en aquel infierno había
visto. Infierno le llamáis ? dijo don
junto con la Trinidad de Gaeta, flor, Quijote ; pues no le llaméis ansí, por.
nata y espuma de los caballeros an
dantes . Allá vas , valentón del mun que no lo merece, como luego ve
réis . Pidió que le diesen algo de co
do, corazón de acero , brazos de bron mer , que traía grandísima hambre .
ce : Dios te guíe otra vez, y te vuel. Tendieron la arpillera del primo so
va libre , sano y sin cautela a la luz
desta vida que dejas por enterrarte bre la verde hierba, acudieron á la
en esta escuridad que buscas. Casi despensa de sus alforjas, y sentados
las mismas plegarias y deprecacio todos tres en buen amor y compaña,
nes hizo el primo. Iba don Quijote merendaron y cenaron todo junto.
dando voces que le diesen soga y Levantada la arpillera, dijo don Qui
jote de la Mancha : No se levan
PARTE II. - CAPÍTULO XXIII 297
ser que nosotros fuésemos desencan toria como debe , que ya sabe que
tados, que las grandes hazañas para toda comparación es odiosa, y así
los grandes hombres están guarda no hay para que comparar á nadie
das . Y cuando así no sea , respondió con nadie ; la sin par Dulcinea del
elastimado Durandarte con voz des Toboso es quien es,yaseñora doña
mayada y baja , cuando así no sea, oh Belerma es quien es y quien ha sido ,
primo, digo, paciencia y barajar; y y quédese aquí. A. lo que él me res
volviéndose de lado tornó á su acos pondió : Señor don Quijote, perdóne
tumbrado silencio sin hablar más me vuesa merced , que yo confieso
palabra . Oyéronse en ésto grandes que anduve mal , y no dije bien en de
alaridos y llantos acompañados de cir que apenas igualara la señora Dui .
profundos gemidos y angustiados so cinea á la señora Belerma, pues me
Bozos. Volví la cabeza , y vi por las bastaba á mí haber entendido, por
paredes de cristal , que por otra sala no sé qué barruntos, que vuesa mer .
pasaba una procesión de dos hileras ced es su caballero , para que me mor
de hermosísimas doncellas, todas ves diera la lengua antes de comparar
tidas de luto , con turbantes blancos la sino con el mismo cielo . Con esta
sobre las cabezas al modo turquesco . satisfacción que me dió el gran Mon
Al cabo y al fin de las hileras venía tesinos se quietó mi corazón del 30
una señora, que en la gravedad lo bresalto que recibí en oir que a mi
parecía , asimismo vestida de negro , señora a comparaban con Belerma.
con tocas blancas tan tendidas y Y aun me maravillo yo, dijo Sancho,
largas que besaban la tierra. Su tur de cómo viesa merced no se subió
el
bante era mayor dos veces queera sobre el vejote , y le molio á coces
mayor de algunas de las otras : todos los huesos, le peló las barbas
cejijunta, la nariz algo chata, la boca: sin dejarle pelo en ellas. No, San
grande, pero colorados los labios cho amigo , respondió don Quijote,
los dientes, que tal vez los descubría , no me estaba á mí bien hacer eso,
mostraban ser ralos y no bien pues porque estamos todos obligados á
tos, aunque eran blancos como unas tener respeto a los ancianos, aunque
peladas almendras : traía en las ma 110 sean caballeros, y principalmen
nos un lienzo delgado, y entre él , te a los que lc son y están encanta
á lo que pude divisar, un corazón de dos ; y yo sé bien que no nos que
carne momia, según venía seco y damos á deber nada en otras mu
amojamado. Díjoma Montesinos cómo chas demandas y respuestas que
toda aquella gente de la procesión entre los dos pasamos. A esta sa
erar sirvientes de Durandarte y de zón dijo el primo : Yo no sé , señor
Belerma, que allí con sus dos seño don Quijote, como vuesa merced en
res estaban encantados, y que la úl. tan poco espacio de tiempo como ha
tima, que traía el corazón entre el estado allá abajo haya visto tantas
lierizo, y en las manos, era la seño. cosas y hablado y respondido tanto.
ra Beerma, la cual con sus donce ¿ Cuánto ha que bajé ? preguntó don
llas cuatro días de la semana hacían Quijote . Poco más de una hora , rés
aquella procesión y cantaban , ó por pondió Sancho. Eso no puede ser , re
mejor decir lloraban endechas sobre plicó don Quijote , porque allá me
el cuerpo y sobre el lastimado co anocheció y amaneció , y tornó á ano
razón de su primo : y que si me ha checer y amanecer tres veces , de
bía parecido algo fea, ó no tan her modo que, á mi cuenta, tres días he
mosa como tenía la fama, era la estado en aquellas partes remotas
causa las malas noches y peores días v escondidas a la vista nuestra. Ver
que en aquel encantamento pasaba, dad debe de decir mi señor, dijo San
como lo podía ver en sus grandes cho, que como todas las cosas que
ojeras y en su color quebradiza ; y le han sucedido son por encantamen
no toma ocasión su amarillez y sus to , quizá á lo que á nosotros nos pa
ojoras de estar en el mal mensil, or rece una hora debe de parecer allá
dinario en las mujeres , porque la tres días con sus noches. Así será ,
muchos meses y aun años que no le respondió don Quijote. Y ha comi .
tiene ni asoma por sus puertas, sino do vuesa merced en todo ese tiem .
del dolor que siente su corazón por po , señor mío ? preguntó el primo .
el que de continuo tiene en las ma No me he desayunado de bocado,
nos, que le renueva y trae á la me respondió don Quijote, ni aun he te
moria la desgracia de su mal logrado nido hambre ni por pensamiento . ¿ Y
an.ante: que si esto no fuera, apenas los encantados comen ? dijo el primo.
la igualara en hermosura, donaire y No comen , respondió don Quijote , ni
brío la gran Dulcinea del Toboso, tienen excrementos mayores , aun
tan celebrada en estos, contornos y que es opinión que les crecen las
aun en todo el mundo. Cepos quedos, uñas, las barbas y los cabellos . ¿ Y
dije yo entonces , señor don Monte duermen por ventura los encanta
sinos : cuente vuesa merced su his. dcs , señor ? preguntó Sancho. No
300 DON QUIJOTE DE LA VANCIIA
por cierto, respondió don Quijote, í blemente que su señor estaba fuera
lo menos en estos tres días que yo de juicio y loco de todo punto, y así
he estado con ellos ninguuo ha pe le dijo : En mala coyuntura y en peor
gado el ojo ; ni yo tampoco. Aquí sazón y en aciago día bajó vuesa mer
encaja bien el refrán, dijo Sancho, ced, caro patrón mío, al otro mun
de dime con quién andas, decirte he do , y en mal punto se encontró con
quién eres : ándase vuesa merced el señor Montesinos, que tal nos le
con encantados, ayunos y vigilantes ; ha vuelto . Bien se estaba vuesa mer
mirad si es mucho que ni coma ni ced acá arriba 002 su entero juicio,
duerma mientras con ellos anduvie tal cual Dios se lo había dado, ha
re ; pero perdóneme vuesa merced , blando sentencias y dando consejos
señor mío, si le digo que de todo á cada paso , y no ahora contando los
cuanto aquí ha dicho, lléveme Dios, mayores disparates que pueden ima
que iba a decir el diablo , si le creo ginarse. Como te conozco, Sancho,
cosa alguna. ¿ Cómo no ? dijo el pri respondió don Quijote , no hago caso
mo, ¿ pues habíà de inentir el señor de tus palabras. Ni yo tampoco de
don Quijote, que au que quisiera no las de vuesa merced , replicó Sancho ,
ha tenido lugar para componer é ima siquiera me hiera, siquiera me mate
ginar tagtu millón de mentiras ? Yo por las que le he dicho ó por las
ncc , que mi señor Linte, respon que le pienso decir, si en las suyas
ciu Sancho. Si no , ¿ qué crees ? ! e no se corrige y enmienda. Pero di.
preguntó don Quijote. creo, respon game vuesa merced ahora que esta
dió Sancho, que aquel Mer.i!!, o aque mos en paz , ¿ cómo ó en qué cono
llos ericantadores que encaindaron á ciió á la señora nuestra ama ? y si
toda la chusina que vuesa mere di la conoció y habló, ¿ qué dijo y qué
ce que ha visto y comunicado allá le respondió ? Conocila , respondió don
abajo, le encajaron en el maginoo Quijote, en que trae los mismos ves
memoria toda esa máquina que nos ha tidos que traía cuando tú me la mos
contado, y todo aquello que por con Laste. Habléla , pero no me respon
tar le queda. Todo eso pudiera ser , diu palabra, antes me volvió las es
Sancho, replicó don Quijote, pero no paldas, y se fué huyendo con tanta
es así, porque lo que he contado lo priesa que no la alcanzara una jara .
vi por mis propios ojos y lo toque Quise segnirla , y lo hiciera si no me
con mis mismas manos. Pero que ? 3 senia Montesinos que no me can .
dirás cuando te diga yo ahor . csao sasa en ello, porque sería en ba.de ,
entre otras infinitas cosas y maravi . y más porque se llegaba la hora don .
llas que me mostró Montesinos (las de me convenía volver á salir de la
cuales despacio y á sus tiempos te sima. Díjome asimismo que andando
las iré contando en el discurso de el tiempo se me daría aviso cómo
nuestro viaje, por no ser vodas des habían de ser desencantados él y Be
te lugar) , me mostró tiri , labradoras lerma y Durandarte, con todos los
que por aquellos amer :; imos campos que allí estaban ; pero de lo que más
iban saltando y brid ', ando como ca pena me dio de las que allí vi y no.
bras, y apenas las hube visto cuando té, fué que estándome diciendo Mon
conocí ser la una la sin par Dulci tesinos estas razones se llegó á mi
nea del Toboso , y las otras dos aque por un lado, sin que yo la viese ve.
llas mismas labradoras que venían nir , una de las dos compañeras de
Cu tua, que hallamos á la salida del la sin ventura Dulcinea, y llenos los
Toboso ? Pregunté á Montesinos si ojos de lágrimas, con turbada y baja
las conocía : respondióme que no ; voz me dijo : Mi señora Dulcinea del
pero que él imaginaba que debían Toboso besa á vuesa merced las ma
de ser aigunas señoras principales en . nos y suplica á vuesa merced se la
cantadas, que pocos días había que haga de hacerla saber cómo está , y
en aquellos prados habían parecido ; que por estar en una gran necesidad
y que no me maravillase desto, por asimismo suplica á vuesa merced cuan
que allí estaban otras muchas seño encarecidamente puede, sea servido
ras de los pasados y presentes si de prestarle sobre este faldellín que
gios encantadas y diferentes y ex aquí traigo de cotonía nuevo, media
" trañas figuras, entre las cuales co docena de reales , 6 los que vuesa
nocía él á la reina Jirebra y su dueña merced tuviere, que ella da su pala.
Quintañona escanciando el vino á bra de volvérselos con mucha breve
Lanzarote cuando de Bretaña vino . dad. Suspendióme y admirómo el tal
Cuando Sancho Panza oyó decir esto recado, y volviéndome al señor Mon.
Siisu amo , pensó perder el juicio ó tesinos le pregunté : ¿ Es posible,
morirse de risa ; que como él sabía señor Montesinos, que los encanta
la verdad del fingido encanto de Dul dos principales padecen necesidad ?
cinea, de quien él había sido el en. A lo que él me respondió : Créame
cantador y el levantador de tal tes. vuesa merced , señor don Quijote de
timonio , acabó de conocer induda
la Mancha , que esta que llaman ne
PARTE 1 ).- CAPÍTULO XXIV 301
drá menos sino que el asno nos oya, empleado el trabajo que he tenido
y nos responda si es que está en mi en buscarle , aunque le hé hallado
monte . A lo que respondió el dueño muerto . En baena inano esta, com
dei jumento : Digo, compadre, que padre , respondió el otro , pues si
la traza es excelente y digna de vues bien canta el abad , no le va en zaga
tro gran ingenio ; y dividiéndose los el monacillo . Con esto, desconsolados
dos según el acuerdo, sucedió que y roncos , se volvieron a su aldra ,
casi á un mesmo tiempo rebuznaron , adonde contaron á sus amigos, ve
V cada uno engañado del rebuzno cinos y conocidos cuanto les habia
del otro acudieron á buscarse , pen acontecido en la busca del asno, exa
sando que ya el jumento había pare. gerando el uno la gracia del otro
cido, y en viéndose dijo el perdido. en el rebuznar ; todo lo cual se supo
80 : ¿ Es posible, compadre , que no y se extendió por los ugares circun
fué mi asno el que rebuznó ? No fué vecinos , y el diablo, que no duerme ,
sino yo, respondió el otro. Ahora como es amigo de sembrar y derra
digo , dijo el dueño, que de vos á un mar rencillas y discordia por doquie
asno, compadre, no hay alguna dife ra, levantando caramillos en el viento
rencia en cuanto toca al rebuznar, y grandes quimeras de nonada, orde
porque en mi vida he visto ni oído nó é hizo que las gentes de los otros
cosa más, propia . Esas alabanzas y pueblos en viendo á alguno de nues
encarecimiento , respondió el de la tra aldea rebuznasen , como dándoles
traza , mejor os atañen y tocan a en rostro con el rebuzno de nuestros
vos , que á mí, compadre; que por regidores. Dieron en ello los mucha
el Dios que me crió , que podéis dar chos , que fué dar en manos y en
dos tebuznos de ventaja al mayor bocas de todos los demonios del in
y más perito rebuznador del mun fierno, y fué cundiendo el rebuzno
do ; porque el sonido que tenéis de uno en otro pueblo , de manera
es alto, lo sostenido de la voz á que son conocidos los natura.es del
su tiempo y compás, los dejos mu pueblo del rebuzno como son cono
chos y apresurados, y en resolu cidos y diferenciados los negros da
ción yo me doy por vencido , y os los blancos: y ha llegado á tanto la
rindo la palma, y doy la bandera desgracia desta burla , que muchas
desta rara habilidad . Ahora digo , veces con mano armada y formado
respondió el dueño, que me tendré escuadrón han salido contra los bur.
y estimaré en más de aqui adelante , ladores los burlados á darse la bata.
y pensaré que sé alguna cosa , pues lla , sin poderlo remediar reyni ro
tengo alguna gracia , que puesto que que , ni temor ni vergüenza . Yo creo
pensara que rebuznara bien , nunca que mañana, ó esotro día han rie
entendí que llegaba al extremo que . sa.ir en campaña los de mi pueblo ,
decís . También diré yo ahora, res que son los del rebuzno, contra otro
pondió el segundo, que hay raras lugar que está á dos leguas del nues
habilidades perdidas en el mundo, tro, que es uno de los que más nos
y que son mal empleadas en aque persiguen , y por salir bien aperci
llos que no saben aprovecharse de bidos llevo compradas estas lanzas y
llas. Las nuestras , respondió el due alabardas que habéis visto . Y estas
ño , si no es en casos semejantes son las maravillas que dije que os
coino el que traemos entre manos , había de contar, y si no os lo han
no nos pued « n servir en otros , y aun parecido , no sé otras ; y con esto dió
en este plega á Dios que nos sean de fin á su plática el buen hombre; y
provecho . Esto dicho, se tornaron á en esto entró por la puerta de la
dividir y á volver á sus rebuznos , v venta un hombre todo vestido de ca
á cada paso se engañaban y volvian muza, medias , gregüescos y jubón ,
y con voz levantada dijo : Señor
á juntarse, hasta que se dirron por
contraseña, que para entender que huésped , ¿ hay posada ? que viens
eran ellos y no el asno, rebuznasen aquí el mono adivino y el retablo de
dos veces una tras otra . Con esto , la libertad de Melisendra . Cuerpo de
doblando á cada paso los rebuznos , tal,dijo el ventero, que aquí está el
rodearon todo el monte sin que el senor maese Pedro ; buena noche
perdido jumento respondiese ni aun se nos apareja . Olvidábaseme de de .
por señas. Mas ¿ cómo había de res cir como el tal maese Pedro traís
pondór el pobre y mal logrado, si cubierto el ojo izquierdo y casi me
le hallaron en lo más escondido del dio carrillo con un parche de tafe
bosque comido de lobos ? Y en vién . tán verde, señal que todo aquel lado
dole dijo su dueño : Ya me maravi . debía de estar enfermo ; y el vente .
llaba yo de que él no respondía, pues ro prosiguió diciendo : Sea bien ve
á no estar muerto , él rebuznara si nido vuesa merced , señor maese Pe
nos oyera, ó no fuera asno ; pero á dro : , adónde está el mono y el re
trueco de haberos oído rebuznar con tablo , que no os veo ? Ya llegan
tanta gracia , compadre , doy por bien cerca, respondió el todo camuza ,
20
308 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
sino que yo me he adelantado á sa ha pasado , porque ¿ quién lo pude
ber si hay posada. Al mismo duque saber mejor que yo mesmo ? Y pagar
de Alba so la quitara para: dársela yo porque me digan lo que sé, sería
al señor maese Pedro, respondió el una gran necedad ; pero pues sabe
ventero : llegue el mono y el reta las cosas presentes, he aquí mis dos
blo, que gente hay esta noche en la reales, y dígame el señormonisimo,
venta que pagará el verle y las ha qué hace ahora mi mujer Teresa Pan
bilidades del mono. Sea en buena za, y en qué se entretiene. No quiso
hora, respondió el del parche, quº tomar maese Pedro el dinero, di
yo moderaré el precio, y con sola la ciendo : No quiero recibir adelan
costa me daré por bien pagado, y yo tados los premios sin que hayan pre .
vuelvo á hacer que camine la carre cedido los servicios ; y dando con la
ta donde viene el mono y el retablu ; mano derecha dos golpes sobre el
y luego se volvió a salir de la ven hombro izquierdo, en un brinco se
ta . Preguntó luego don Quijote al le puso el mono en él, y llegando la
ventero qué maese Pedro era aquei, boca al oído daba diente con diente
y qué retablo y qué mono traía . A muy apriesa ; v habiendo hecho este
lo que respondió el ventero : Este ademán por espacio de un credo , de
es un famoso titerero , que ha muchos otro brinco se puso en el suelo, y al
días que anda por esta Mancha de punto con grandísima priesa se fué
Aragón , enseñando un retablo de la maese Pedro á poner de rodillas ants
libertad de Melisendra , dada por el don Quijote, y abrazándole las pier
famoso don Gaiferos , que es una de nas, dijo : Estas piernas abrazo bien
las mejores y más bien representadas así como si abrazara las dos colum
historias que de muchos años á esta nas de Hércules, ¡ oh resucitador in
parte en este reino se han visto ; signe de la ya puesta en olvido an
trae asimismo consigo un mono de dante caballería ! ¡ oh no jamás como
la más rara habilidad que se vió en se debe alabado caballero don Qui
tre monos , ni se imaginó entre hom jote de la Mancha, ánimo de los des
bres ; porque si le preguntan algo , mayados , arrimo de los que van á
está atento á lo que le preguntan , y caer, brazo de los caídos , báculo v
luego salta sobre los hombros de su consuolo de todos los desdichados !
amo, v llegándose al oído le dice la Quedó pasmado don Quijote, absorto
respuesta de lo que le preguntan , y Sancho, suspenso el primo, atónito
maese Pedro la declara luego, y de ei paje, abobado el del rebuzno, co
las cosas pasadas dice mucho más fuso el ventero , y finalmente espan
que de las que están por venir ; y tados todos los que oyeron las ra
aunque no todas veces acierta en
zones del titerero, el cual prosiguió
todas, en las más no y rra, de modo diciendo : Y tú , oh buen Sancho
que nos hace creer que tiene el dia Panza , el mejor escudero y del me
bio en el cuerpo. Dos reales lleva jor caballero del mundo , alégrate ,
por cada pr gunta si es que el mono que tu buena mujer Teresa está bue
responde, quiero decir , si responde na, y esta es la hora en que ella está
el amo por él después de haberle ha rastrillando una libra de lino, y por
blado al oído ; y así se cree que el más señas tiene á su lado izquierdo
tal maese Pedro está riquísimo, y un jarro desbocado, que cabe un buen
es hombre galante, como dicen en porqué de vino , con que se entre
Italia , y boncompaño, y dase la me. tiene en su trabajo . Eso creo yo muy
jor vida del mundo : habla más que bien, respondió Sancho, porque es
seis , y bebe más que doce, todo á ella una bienaventurada, y á no ser
costa de su lengua y de su mono y celosa, no la trocara yo por la giganta
de su retablo. En esto volvió el mae Andandona, que según mi señor, fue
se Pedro, y en una carreta venía el una mujer muy cabal y muy de oro ;
retablo , y el mono grande y sin cola , y es mi Teresa de aquellas que no
con las posaderas de fieltro, pero no se dejan mal pasar, aunque sea á
de mala cara ; V apenas le vió don costa de sus herederos. Ahora digo,
Quijote cuando le preguntó : Dígam dijo á esta sazon don Quijote, que el
vuesa merced , señor adivino , ¿ qué que lee mucho v anda mucho , ve mu
pexe pillamo ? ¿ qué ha de ser de cho y sabe mucho. Digo esto, porque
nosotros ? y vea aquí mis dos rea ¿ qué persuasión fuera bastante para
les ; y mandó á Sancho que se 108 persuadirme que hay monos en c #
di se á maese Pedro , el cual res mundo que adivinen, como lo he vis
' pondió por el mono, y dijo : Señor, to ahora por mis propios ojos ? por
este animal no responde ni da noti que yo soy el mismo don Quijote de
cia de las cosas que están por ve la Mancha que este buen animal ba
nir ; de las pasadas sabe algo, y de dicho , puesto que se ha extendido
las presentes algún tanto . Voto algún tanto en mis alabanzas ; pero
arrús , dijo Sancho, no dé yo un ar como quiera que yo me sea, doy gran
dite porque me digan lo que por mí cias al cielo, que me dotó de un in
PARTE JI. - CAPÍTULO XXV 307
que Melisendra era Melisendra, don dos con pie llano y con intención
Gaiferos don Gaiferos , Marsilio Mar- sana, y prosiga. Maese Pedro, que
silio, y Cariomagno Carlomagno : por vió que don Quijote izquierdeaba, y
eso se me alteró la cólera, y por cum- que volvía á su primer tema, no qui
plir con mi profesión de caballero so que se le escapase, y así le dijo :
audante quise dar ayuda y favor á los . Esta no debe de ser Melisendra, sino
que huían y con este buen propósi. alguna de las doncellas que le ser.
to hice lo que habéis visto : si me ha vian, y así con sesenta maravedís
salido al revés, no es culpa mía, sino que me den por ella quedaré con
de los malos que me persiguen ; y tento y bien pagado. Desta manera
con todo esto deste mi yerro , aunque fué poniendo precio á otras muchas
no ha procedido de malicia, quiero destrozadas figuras, que , después lo
yo mismo condenarme en costas : vea moderaron los dos jueces árbitros
maese Pedro lo que quiere por las con satisfacción de las partes, que
figuras deshechas, que yo me ofrez- llegaron á cuarenta reales y tres
on á pagárselo luego en buena y co- cuartillos, y además desto, que lue
rriente moneda castellana . Inclino- go o desembolsó Sancho, pidió mae.
sele maese Pedro, diciéndole : No se Pedro dos reales por el trabajo
esperaba yo menos de la inaudita de tomar el mono . Dáselos , Sancho,
cristiandad del valeroso don Quijote dijo don Quijote, no para tomar el
de la Mancha, verdadero socorredor morio , sino la mona, y doscientos
V amparo de todos los necesitados diera yo ahora en albricias á quien
y menesterosos vagabundos ; y aquí me dijera con certiduinbre que la
el señor ventero y el gran Sancho señora doña Melisendra y el señor
serán medianeros y apreciadores en- don Gaiferos estaban ya en Francia
tre vuesa merced y mi de lo que vam y entre los suyos . Ninguno nos lo
len ó podían valer las ya deshechas podrá decir mejor que mi mono , dijo
figuras. El ventero y Sancho dijeron waese Pedro ; pero no habrá diablo
que así lo harían , y luego maese Pe. que ahora le tome , aunque imagino
dro alzó del suelo con la cabeza me . que el cariño y la hambre le han de
nos al rey Marsilio de Zaragoza, y forzar á que me busque esta noche,
dijo : Ya se ve cuán imposible es y amanecerá Dios y veremos. En re
volver a este rey á su ser primero, solución, la borrasca del retablo se
y así me parece , salvo mejor juicio , acabo , y todos cenaron en paz y en
que se me dé por su muerte, fin y buena compañía á costa de don Qui
acabamiento cuatro reales y medio . jote, que era liberal en todo extremo.
Adelante, dijo don Quijote . Pues por Antes que amaneciese se fué el que
esta abertura de arriba abajo , pro- llevaba las lanzas y las alabardas ;
siguió maese Pedro , tomando en las y ya después de amanecido se vinie
manos al partido emperador Carlo- ron á despedir de don Quijote el
magno , no sería mucho que pidiese primo y el paje, el uno para volver.
yo cinco reales y un cuartillo. No es se á su tierra y ei otro á proseguir
poco , dijo Sancho . Ni mucho , repli- su camino, para ayuda del cual le
có el ventero, médiese la partida, y dió don Quijote una docena de rea
señálensele cinco reales. Dénsele to . les . Maese Pedro no quiso volver á
dos cinco y cuartillo, dijo don Qui- entrar en más dimes ni diretes con
jote , que no está en un cuartillo mas don Quijote , á quien él conocía muy
o menos la monta desta notable des. bien , y así madrugó antes que el sol,
gracia ; y acabe presto maese Pedro , y cogiendo las reliquias de su reta
que se hace hora de cenar, y yo blo y su mono, se fué también á
tengo ciertos barruntos de hambre. buscar sus aventuras.' El ventero ,
Por esta figura, dijo maese Pedro, que no conocía á don Quijote, tan
que está sin narices y un ojo menos, admirado le tenían sus locuras como
que es de la hermosa Melisendra, su liberalidad. Finalmente , Sancho
quiero , y me pongo en lo justo , dos le pagó muy bien por orden de sa
reales y doce maravedís. Aun ahí se. señor ; y despidiéndose dél casi á ' as
ría el diablo, dijo don Quijote, si ya ocho del día, dejaron la venta y se
no estuviese Melisendra con su es- pusieron en camino , donde los de
poso por lo menos en la raya de jaremos ir, que así conviene para dar
Francia ; porque el caballo en que lugar á contar otras cosas pertene
iban á mí me pareció que antes vo- cientes a la declaración desta famosa
historia .
laba que corría , y así no hay para
qué venderme á mí el gato por liebre ,
presentandome aqui á Melisendra des
marigada, estando la otra , si viene á
mano, ahora holgándose en Francia
con su esposo á pierna tendida :
ayude Dios con lo suyo á cada uno ,
señor maese Pedro , y caminemos to
312 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
que en haciéndole cierta señal se le
subiese en el hombro y le murmura .
se , ó lo pareciese , al oído . Hecho
CAPITULO XXVII esto , antes que entrarse en el lugar
donde entraba con su retablo y mo
.no , se informaba en el lugar más cer
Donde se da cuenta quiénes eran cano, ó de quien el mejor podía, qué
maese Pedro y su mono, con el cosas particulares hubiesen sucedido
mal suceso que don Quijote turo en el tal lugar, y á qué personas ; y
en la aventura del rebuzno, que llevándolas bien en la memoria, lo
no la acabó como él quisiera y primero que hacía era mostrar su
como lo tenía pensado . retablo , el cual unas veces era de una
historia, y otras de otra ; pero todas
alegres, y regocijadas y conocidas.
Entra Cide Hamete , coronista des Acabada la muestra proponía las ha
ta grande historia , con estas pala bilidades de su mono, diciendo al
bras en este capítulo : Juro como pueblo que adivinaba todo lo pasado
católico cristiano : á lo que su tra y lo presente; pero que en lo de
ductor dice, que el jurar Cide Ha por venir no se daba maña . Por la
mete como católico cristiano siendo respuesta de cada pregunta pedía dos
él moro, como sin duda lo era, no reales , y de algunas hacía barato ,
quiso decir otra cosa sino que asi según tomaba el pulso a los pregun .
como el católico cristiano cuando tantes ; y como tal vez llegaba á las
jura, jura ó debe jurar verdad , y de casas de quien él sabía los sucesos
eirla en lo que dijere, así é la de. de los que en ella moraban , aunque
cía como si jurara como cristiano no le preguntasen nada por no pa
católico , en lo que quería escribir garle, él nacía la seña al mono , y
de don Quijote , especialmente en luego decia que le había dicho tal
decir quién era maese Pedro, y quién y tal cosa, que venía de molde con
el mono adivino, que traía admira io sucedido . Con esto cobraba crédi .
dos todos aquellos pueblos con sus to inefable, y andábanse todos tras
adivinanzas. Dice pues, que bien se él : otras veces, como era tan dis
acordará el que hubiere leído la pri creto, respondía de manera que las
mera parte desta historia, de aquel respuestas venían bien con las pre .
Ginés de Pasamonte, á quien entre guntas ; y como nadie le apuraba ni
otros galeotes dió libertad don Qui apretaba á que dijese cómo adivina
jote en Sierra Morena, beneficio que ba su mono , á todos hacía monas , y
después le fué mal agradecido y peor llenaba sus escueros. Así como en
pagado de aquella gente maligna y tró en la venta conoció á don Qui
ma: acostumbrada . Este Ginés de Pa. jote v á Sancho, por cuyo conoci
samonte, á quien don Quijote lla miento le fué fácil poner en admira
maba Ginesillo de Paropillo , fué el ción á don Quijote y á Sancho Pan
que hurtó á Sancho Panza el rucio, za , y á todos los que en ella esta
que por no haberse puesto el cómo ban ; pero hubiérale de costar caro
ni el cuándo en la primera parte por si don Quijote bajara un poco más
culpa de los impresores, ha dado en la ano cuando cortó la cabeza al
qué entender á muchos, que atribuían rey Marsilio y destruyó toda su ca
á poca memoria del autor la falta ballería , como queda dicho en el an
de emprenta . Pero en resolución, Gi . tecedente capítulo. Esto es lo que
nés le hurtó estando sobre él dur hay que decir de maese Pedro y de
miendo Sancho Panza , usando de la su mono. Y volviendo á don Quijo
traza y modo que usó Brunelo cuan te de la Mancha; digo que después
do estando Sacripante sobre Albraca de haber salido de la venta determi.
le sacó el caballo de entre las pier nó de ver primero las riberas del río
nas , y después le cobró Sancho, como Ebro y todos aqu - llos contornos an
se ha contado . Este Ginés pues , te tes de entrar en la ciudad de Zara
meroso de no ser hallado de la jus goza , pues le daba tiempo para todo
ticia, que le buscaba para castigarie el mucho que faltaba desde allí á
de sus infinitas bellaquerías y deli Jas justas. Con esta intención siguió
tos, que fueron tantos y tales , que él su camino , por el cual anduvo dos
mismo compuso un gran volumen días sin acontecerle cosa digna de
contándolos, determinó pasarse al ponerse en escritura , hasta que al
reino de Aragón y cubrirse el ojo iz tercero al subir de una loma oyo
quierdo , acomodándose al oficio de un gran rumor de atambores , de
titerero, que esto y el jugar de ma trompetas y arcabuces. Al principio
nos lo sabía hacer por extremo. Su pensó que algún tercio de soldados
cedió pues , que de unos cristianos pasaba por aquella parte, y por ver
ya libres que venían de Berbería los picó á Rocinante y subió la lo
compró aquel mono á quien enseñó ma arriba, y cuando estuvo en la
PARTE II . - CAPÍTULO XXVII 313
dentes, las repúblicas bien concer que se me antojaba, sin que nadie
tadas por cuatro cosas han de tomar me fuese á la mano , y con tanta gra
las armas y desenvainar las espadas, cia y propiedad , que en rebuznando
poner á riesgo sus personas , vidas yo rebuzaaban todos los asnos del
y hacienda. La primera, por defen pueblo, y no por eso dejaba de ser
der la fe católica ; la segunda, por hijo de mis padres, que eran honra.
defender su vida , que es de ley na dísimos ; y aunque por esta habili
tural y divina ; la tercera , en defen dad era invidiado de más de cuatro
Ba de su honra , de su familia y ha de los estirados de mi pueblo , no se
cienda ; la cuarta , en servicio de su me daba dos ardites ; y porque se
rey en la guerra justa ; y si le qui vea que digo verdad , esperen y es
siéremos añadir la quinta (que se cuchen , que esta ciencia es como la
puede contar por segunda ), es en de del nadar, que una vez aprendida
fensa de su patria . A estas cinco nunca se olvida ; y luego puesta la
causas como capitales se pueden mano en las narices comenzó á re
agregar algunas otras que sean jus buznar tan reciamente , que todos los
tas y razonables, y que obliguen á cercanos valles retumbaron ; pero
tomar las armas ; pero tomarlas por uno de los que estaban junto a él,
niñerías, y por cosas que antes son creyendo que hacía burla dellos, alzó
de risa que de afrenta, parece que un varapalo que en la mano tenía,
quien las toma carece de todo razona y dióle tal golpe con él, que sia
ble discurso : cuanto más que el to ser poderoso á otra cosa dió con
mar venganza injusta (que justa no Sarcho Panza en el suelo . Don Qui
puede haber alguna que lo sea) va jote, que vió tan mal parados
derechamente contra la santa ley que Sancho , arremetió al que le había
profesamos, en la cual se nos manda dado con la lanza sobre mano , pero
que hagamos bien á nuestros enemi fueron tantos los que se pusieron en
gos , y que amemos á los que nos medio , que no fué posible vengarle ;
aborrecen : mandamiento que aunque antes viendo que llovía sobre él un
parece algo dificultoso de cumplir, nublado de piedras, y que le ame
no lo es sino para aquellos que tie nazaban mil encaradas ballestas y no
nen menos de Dios que del mundo , menos cantidad de arcabuces, volvió
y más de carne que de espíritu : por las riendas á Rocinante, y á todo lo
que Jesucristo, Dios y hombre ver que su galope pudo se salió de entra
dadero, que nunca mintió, ni pudo ellos , encomendandose de todo cora
ni puede mentir, siendo legislador zón á Dios , que de aquel peligro le
nuestro, dijo que su yugo era suave librase, temiendo á cada paso no le
y su carga liviana ; y así no nos na entrase alguna bala por las espaldas
bía de mandar cosa que fuese impo. y le saliese al pecho, y á cada punto
sible el cumplirla . Así que, mis se. se recogía el aliento por ver si le
ñores, vuesas mercedes están obli faltaba ; pero los del escuadrón se
gados por las leyes divinas y huma contentaron con verle huir sin tirar
nas á sosegarse . El diablo me lleve, le . A Sancho le pusieron sobre su
dijo á esta sazón Sancho entre sí, jurnento apenas vuelto en sí , y le
si este mi amo no es teólogo, y si no dejaron ir tras su amo , no porque él
lo es , que lo parece como un huevo tuviese sentido para regirle, pero el
á otro . Tomó un poco de aliento non rucio siguió las huellas de Rocinar.
Quijote, y viendo que todavía le pres te , sin el cual no se hallaba un pun
taban silencio quiso pasar adelante to . Alongado pues don Quijote buen
en su plática , como pasara, si no se trecho volvió la cabeza, y vió que
pusiera en medio la agudeza de San Sancho venía, y atendióle viendo que
cho, el cual viendo que su amo se ninguno le seguía . Los del escua
detenía , tomó la mano por él, di drón se estuvieron allí hasta la no
ciendo : Mi señor don Quijote de la che , y por no haber salido á la ba
Mancha, que un tiempo se llamó talla sus. contrarios, se volvieron á
el caballero de la Triste Figura, y su pueblo regocijados y alegres ;
ahora se llama el caballero de los si ellos supieran la costumbre anti
Leones, es un hidalgo muy atentado , gua de los griegos, levantaran en
que sabe latín y romance como un aquel lugar y sitio un trofeo .
tachiller; y en todo cuanto trata y
aconseja procede como muy buen sol
dado, y tiene todas las leyes y orde CAPITULO XXVIII
nanzas de lo que llaman el duelo en
la uña , y así no hay más que hacer De cosas que dice Benengeli que
sino dejarse llevar por lo que él di las sabrá quien le lejere, si las
jere, y sobre mí si lo erraren : cuan . lee con atención .
to más que ello se está dicho que es
necedad correrse por sólo oir un re . Cuando el valiente huye , la super
buzno, que yo me acuerdo cuando mu chería está descubierta , y es de va
chacho que rebuznaba cada y cuando rones prudentes guardarse para me
PARTE II. - CAPITULO XXVIII 315
jor ocasión. Esta verdad se verificó dijo Sancho, que vuesa merced me ha
en don Quijote , el cual dando lugar á sacado de una gran duda, y que me
la furia del pueblo y á las malas in. la ha declarado por lindos términos,
tenciones de aquel indignado escua Cuerpo de mí, ¿ tan encubierta esta
drón, puso pies en polvorosa , y sin ba la causa de mi dolor, que ha sido
acordarse de Sancho ni del peligro en menester decirme que me duele todo
que le dejaba, se apartó tanto cuan aquello que alcanzó el palo ? Si me
to le pareció que bastaba para estar dolieran los tobillos , aun pudiera ser
seguro. Seguíale Sancho atravesado que se anduviera adivinando el por
en su jumento, como queda referido. qué me dolían ; pero dolerme lo que
Llegó en fin ya vuelto en su acuer . me molieron , no es mucho adivinar .
do , y al llegar se dejó caer del ru A la fe , señor nuestro amo , el mal
ció å los pies de Rocinante, todo an ajeno, de pelo cuelga : y cada día voy
sioso, todo molido y todo apaleado. descubriendo tierra de lo poco que
Apeóse don Quijote para catarle las puedo esperar de la compañía que
feridas ; pero como le hallase sano oon vuesa merced tengo ; porque si
de los pies á la cabeza , con asaz có esta vez me ha dejado apalear, otra
lera le dijo : Tan en hora mala su y otras ciento volveremos á los man
pistes vos rebuznar, Sancho ; ¿ y dón teamientos de marras, y á otras mu
de hallastes vos ser bueno el nombrar chacherías , que si ahora me han sa
la soga en casa del ahorcado ? A mú lido á las espaldas , después me sal.
sica de rebuznos ¿ qué contrapunto drán á los ojos . Harto mejor haría
se había de llevar sino de varapalos ? yo (sino que soy un bárbaro y no
Y dad gracias á Dios, Sancho , que ya haré nada que bueno sea en toda mi
que os santiguaron con un palo , no os vida), harto mejor haria yo, vuelve
hicieron el per signum crucis con á decir , en volverme á mi casa v á
un aifanje. No estoy para responder , mi mujer y á mis hijos , y sustentar
respondió Sancho, porque me parece la y criarlos con lo que Dios fuere
que hablo por las espaldas : su nos servido de dar y no andarme as
y apartémonos de aquí, que yo pon vuesa merced por caminos sin ca
dre silencio en mis rebuznos ; pero mino, y por sendas y carreras que
no en dejar de decir que los caballe no las tienen, bebiendo mal y comien .
ros andantes huyen , y dejan á sus do peor. Pues tomadme el dormir :
buenos escuderos molidos como al contad, hermano escudero , siete pies
heña ó como cibera en poder de sus de tierra, y si quisiéredes más to
enemigos. No huye el que se retira, mad otros tantos, que en vuestra ma
respondió don Quijote ; porque has no está escudillar, y tendeos á todo
de saber, Sancho, que la valentía vuestro buen talante, que quemado
que no se funda sobre la base de la vea yo y hecho polvos al primero que
prudencia , se llama temeridad , y las dió puntada en la andante caballería ,
hazañas del temerario más se atri. ó á lo menos al primero que quiso
buyen á la buena fortuna que á su ser escudero de tales tontos , como
ánimo ; y así yo confieso que me he debieron ser todos los caballeros an
retirado, pero no huído, y en esto he dantes pasados : de los presentes no
imitado á muchos valientes que se d go nada, que por ser vuesa merced
han guardado para tiempos mejores , uno dellos, los tengo respeto, y por
y desto están las historias llenas, las que sé que sabe yuesa merced in
cuales por no serte á ti de provecho punto más que el diablo en cuanto
ni á mi de gusto , no te las refiero habla y en cuanto piensa. Haría vo
ahora. En esto ya estaba á caballo una buena apuesta con vos, Sancho,
Sancho, ayudado de don Quijote , el dijo don Quijote, que ahora que vais
cual asimismo subió en Rocinante , y hablando sin que nadie os vaya a la
poco a poco se fueron á emboscar en mano , que no os duele nada en todo
una alameda que hasta un cuarto de vuestro cuerpo. Hablad , hijo mío , todo
legua de allí se parecía . De cuando aquello que os viniere al pensamiento
en cuando daba Sancho unos ayes y á la boca, que a trueco de que a vos
profundísimos y unos gemidos do no os duela nada, tendré yo por gusto
lorosos ; y preguntándole don Quijo el enfado que me dan vuestras imper
te la causa de tan amargo sentimien tinencias ; y si tanto deseáis volve
to, respondió que desde la punta del ros á vuestra casa con vuestra mujer
espinazo hasta la nuca del celebro le y hijos , no permita Dios que yo os
dolía de manera que le sacaba de lo impida : dineros tenéis míos ; mi
sentido. La causa dese dolor debe de rad cuánto ha que esta tercera vez
ser sin duda, dijo don Quijote, que salimos de nuestro pueblo, y mirad
como era el palo con que te dieron lo que podéis v debéis ganar cada
largo y tendido, te cogió todas las mes, v pagaos de vuestra mano. Cuan
espaldas, donde entran todas esas do yo servía, respondió Sancho, á
partes que te duelen , y si más te Tomé Carrasco, el padre del bachi
cogiera, más te doliera . Por Dios, ller Sansón Carrasco, que vuesa mer
316 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
ced bien conoce , dos ducados ganaba buen provecho te haga, que a trueco
cada mes, amén de la comida : con de verme sin tan mal escudero, hol
vuesa merced no sé lo que puedo ga garéme de quedarme pobre y sin
nar, puesto que sé que tiene más tra . blanca . Pero dime, prevaricador de
bajo el escudero del caballero andan las ordenanzas escuderiles de la an
te que el que sirve á un labrador ; dante caballería, ¿ dónde has visto
que en resolución los que servimos tú ó leído que ningún escudero de
á labradores, por mucho que traba caballero andante se haya puesto con
jemos de día, por mal que suceda, á su señor en cuanto más tanto me
la noche cenamos olla y dormimos en habéis de dar cada mes porque os
cama , en la cual no he dormido des sirva ? Entrate, entrate, malandrin ,
pués que ha que sirvo á vuesa mer follón y vestiglo , que todo lo pare
ced , si no ha sido el tiempo breve ces, éntrate, digo , por el maremág
que estuvimos en casa de don Diego num de sus historias, y si hallares
de Miranda, y la jira que hube con que algún escudero haya dicho ni
la espuma que saqué de las ollas de pensado lo que aquí has dicho, quie
Camacho y co que comí y bebí y ro que me le claves en la frente, y
dormi en casa de Basilio ; todo el por añadidura me hagas cuatro ma
otro tiempo he dormido en la dura monas selladas en mi rostro : vuel
tierra al cielo abierto, sujeto á lo que ve las riendas ó el cabestro al rucio ,
dicen inclemencias del cielo, susten y vuélvete á tu casa, porque un solo
tándome con rajas de queso y men paso desde aquí no has de pasar más
drugos de pan , y bebiendo aguas, ya adelante conmigo. ¡ Oh pan mal cono
de arroyos , ya de fuentes de las que cido ! ¡ Oh promesas mal colocadas !
encontramos por esos andurriales ¡ Oh hombre que tiene más de bes
donde andamos. Confieso, dijo con tia que de persona ! ¿ Ahora cuando
Qujote, que todo lo que dices, San yo pensaba ponerte en estado , y tal
cho , sea verdad : ¿ cuánto os parece que a pesar de tu mujer te llamaran
que os debo dar más de lo que os señoría, te despides ? Ahora te vas,
daba Tomé Carrasco ? A mi parecer, cuando yo, venía con intención firme
dijo Sancho , con dos reales más que y valedera de hacerte señor de la
vuesa merced añadiese cada mes me mejor ínsula del mundo ? En fin , co
tendría por bien pagado : esto es mo tú has dicho otras veces , no es
cuanto al salario de mi trabajo ; pero la miel , etc. Asno eres , y asno has
en cuanto a satisfacerme à la paia de ser, y en asno has de parar cuan
bra y promesa que vuesa merced me do se te acabe el curso de la vida,
tiene hecha de darme el gobierno de que para mí tengo que antes llegará
una ínsula , sería justo que se me aña ella á su último término, que tú
diesen otros seis reales, que por todo caigas y des en la cuenta de que
serían treinta. Está muy bien, repli eres bestia . Miraba Sancho á don
có don Quijote, v conforme al sala Quijote de hito en hito en tanto que
rio que vos os habéis señalado, vein . los tales vituperios le decía ; y com
ticinco días ha que salimos de nues . pungióse de manera que le vinieron
tro pueblo ; contad , Sancho, rata por las lágrimas á los ojos, y con voz
cantidad , y mirad lo que os debo. y dolorida y enferma le dijo : Señor
pagaos ,como OS tengo dicho, de mío, yo confieso que para ser del
vuestra mano . ¡ Oh cuerpo de mí ! todo asno no me falta más de la
dijo Sancho , que va vuesa merced cola ; si vuesa merced quiere ponér
muy errado en esta cuenta , porque mela, yo la daré por bien puesta, y
en lo de la promesa de la insula se le serviré como jumento todos los
ha de contar desde el día que vuesa días que me quedan de vida. Vuesa
merced me la prometió hasta la pre merced me perdone y se duela de mi
sente hora en que estamos. Fues mocedad , y advierta que sé poco ,
qué tanto ha, Sancho, que os la que si hablo mucho, más procede de
prometí ? dijo don Quijote. Si yo mal enfermedad que de malicia ; mas
no me acuerdo, respondió Sancho, quien yerra y se enmienda, á Dios
debe de haber más de veinte años , se encomienda. Maravillárame VO ,
tres días más o menos . Dióse don Sancho, si no mezclaras algún re
Quijote una gran palmada en la fren. francico en tu coloquio . Ahora bien ,
te, y comenzó á reir muy de gana , y yo te perdono con que te enmiendes ,
dijo : Pues no anduve yo en Sierra y con que no te muestres de aquí
Morena , ni en todo el discurso de adelante tan amigo de tu interés,
nuestras salidas , sino dos meses ane sino que procures ensanchar el cora
nas , & y dices, Sancho, que ha vein zón y te alientes y animes á esperar
te años que te prometí la insula ? el cumplimiento de mis promesas ,
Ahora digo que quieres que consuma que aunque se tarda, no se imposi
en tus salarios todo el dinero que tie bilita. Sancho respondió que sí ha
nes mío ; y si esto es así, y tú gus ría, aunque sacase fuerzas de flaque
tas dello, desde aquí te lo doy , y za . Con esto se metieron en la ala
PARTE 11.-CAPÍTULO XXIX 317
lentamente como hasta allí. Los mo las ru -das de las aceñas, y viéndole
lineros de las aceñas, que vieron roto acometieron á desnudar á San
venir aquel barco por el río , y que cho ý á pedir a don Quijote se lo
se iba a embocar por el raudal de pagase ; el cual con gran sosiego,
las ruedas, salieron con presteza mu como si no hubiera pasado nada por
• chos dellos con varas largas á de él, dijo á los molineros y pescadores
tenerle ; y como salían enharinados, que él pagaría el barco de bonísima
y cubiertos los rostros y los vestidos gana con condición que le diesen li
del polvo de la harina, representa bre y sin cautela á la persona ó per
ban una mala vista . Daban voces sonas que en aquel su castillo 'esta
grandes diciendo : Demonios de hom ban oprimidas . ¿ Qué personas ó qué
bres , ¿ dónde vais ? ¿ Venís desesp - castillo dice , respondió uno de los
rados ? ¡ Qué ! i queréis abogaros V molineros, hombre sin juicio ? ¿ Quié
haceros pedazos en estas ruedas ? reste llevar por ventura las que vie
¿ No te dije yo, Sancho, dijo á esta nen á moler trigo á estas aceñas ?
sazón don Quijote, que habíamos Basta, dijo entre sí don Quijote :
llegado donde he de mostrar á do aqní será predicar en desierto querer
Hega el valor de mi brazo ? Mira qué reducir á esta canalla á que por rue
de malandrines y follones me salen gos haga virtud alguna : y en esta
al encuentro ; mira cuántos vesti aventura se deben de haber encon
glos se me oponen ; mira. cuantas trado dos valientes encantadores , y
feas cataduras nos hacen cocos : pues el uno estorba lo que el otro intenta :
ahora lo veréis, bellacos ; y puesto el urio me deparó un barco, y el otro
en pie en el barco , con grandes voces dió conmigo al través : Dios lo re
comenzó á amenazar á los moline medie , que todo este mundo es má
ros , diciéndoles : Canalla malvada y quinas y trazas ' contrarias unas de
peor aconsejada, dejad en su liber otras . Yo no puedo más ; y alzando
tad y libre albedrío a la persona que la voz prosiguió diciendo y mirando
en esa vuestra fortaleza ó prisión á las aceñas : Amigos, cualesquiera
tenéis oprimida, alta ó baja, de cual que seáis, que en prisión quedáis
quiera suerte ó calidad que sea , que encerrados, pero nadme, que por mi
yo sov don Quijote de la Mancha , desgracia y por la vuestra, yo no
llamado el caballero de los Leones os puedo sacar de vuestra cuita ; pa
por otro nombre , á quien está reser ra otro caballero debe de estar guar
vado por orden de los altos cielos el dada y reservada esta aventura . En
dar fin felice á esta aventura : y di. diciendo esto se concerto con los pes .
ciendo esto echó mano á su espada, cadores , y pagó por el barco cin
y comenzó á esgrimirla en el aire cuenta reales, que los dió Sancho de
contra los molineros, los cuales oyen muy mala gana, diciendo : A dos bar
do y no entendiendo aquellas sande cadas como esta daremos con todo
ces, se pusieron con sus varas á de el caudal al fondo . Los pescadores
tener el barco , que ya iba entrando y molineros estaban admirados mi
en el raudal y canal de las ruedas. rando aquellas dos figuras tan fuera
Púsose Sancho de rodillas pidiendo de uso , al parecer, de los otros hom
devotamente il cielo le librasa de bres, y no acababan de entender a
tan manifiesto peligro, como lo hizo do se encaminaban las razones y pre
por la industria y presteza de los guntas que don Quijote les decía, y
molineros , que oponiéndose con sus teniéndolos por locos les dejaron, y
palos al barco, le detuvieron , pero la recogieron á sus aceñas, y los
no de manera que dejasen dé tras nesc idores á sus ranchos. Volvieron
tornar el barco , y dar con don Qui á sus bestias y á ser bestias don Qui
jote y con Sancho al través en el jote y Sancho , y este fin tuvo la
agua : pero vínole bien á don Qui aventura del encantado barco.
jote , que sabía nadar como un gan
80, aunque el peso de las armas le
llevó al fondo dos veces ; y si no
fuera nor los molineros, que se arro CAPITULO XXX
jaron al agua, y los sacaron como en
peso á entrambos, allí había sido
Troya para los dos. Puestos en tie De lo que le avino á don Quijote
rra, más mojados que muertos de con una bella cazadora
sed , Sancho, puesto de rodillas, las
manos juntas y los ojos clavados al
cielo, pidió á Dios con una larga v Asaz melancólicos y de mal talan
devota plegaria le librase de allí ta llegaron á sus animales caballero
adelante de los atrevidos deseos y y escudero, especialmente Sancho ,
acometimientos de su señor . Llegaron á quien llegaba al alma llegar al
en esto los nescadores dueños del caudal del dinero, pareciéndole que
barco , á quien habían hecho pedazos todo lo que dél se quitaba era qui
320 DON QCIJOTE DE LA MANCHA
társelo á el de las niñas de sus ojos , i caballero de los Leones, es mi
Finalmente , sin hablarse palabra st amo , y yo soy un escudero suyo, a
pusieron á caballo, y se apartaron quien llaman en su casa Sancho Pan
sitt lamoso río, don Quijote sepuita za ; este tal caballero de los Leones,
do en los pensamientos de sus amo que no ha mucho que se llamaba el
res , y Sancho en los de su acrecen de la Triste Figura, envía por mi á .
tamiento, que por entonces le pare decir á vuestra grandeza sea servis
cia que estaba bien lejos de tenerle, da de darle licencia para que con
porque magüer era tonto, bien se je su propósito y beneplácito y con
alcanzaba que las acciones de su sentimiento , él venga á poner en
amo , todas ó lo más eran dispara obra su deseo, que no es otro, se
tes, y buscaba ocasión de que sin gún él dice y yo pienso, que de ser
entrar en cuentas ni en despedimien vir á vu stra encumbrada altanería y
tos con su señor, un día se desgarra fermosura, que en dársela vuestra se
ñoría hará cosa que redunde en su pro ,
se y se fuese a su casa ; pero la for y él recibirá señaladísima meroed y
tuna ordenó las cosas muy al revés
de lo que él temía . Sucedió pues que contento . Por cierto , buen escudero ,
otro día , al poner del sol y al sa respondió la señora , vos habéis dado
lir de una selva tendo don Quijote la embajada vuestra con todas aque
la vista por un verde prado, y en llas circunstancias que las tales em
lo último del vió gente, y llegándose bajadas piden ; bevantaos del suelo,
que escudero de tan gran caballero
cerca conoció que eran cazadores de como es el de la Triste Figura , de
altanería. Llegóse más, y entre ellos quien ya tenemos acá mucha noti
vió una gallarda señora sobre un pa
lafrén ó hacanea blanquísima, ador cia, no es justo que esté de hino
nada de guarniciones verdes y con jos : levantaos, emigo, y decid a
su sillón de plata . Venía la señora vuestro señor, que venga mucho en
hora buena á servirse de mí y del
asimismo vestida de verde, tan bi Duque mi marido en una casa de
zarra y ricamente, que la misma bi
zarría venía transformada en ella . En placer que aquí tenemos . Levantó
la mano izquierda traía un azor , se se Sancho admirado, así de la her
ñal que dió a entender á don Qui mosura de la buena señora, como
jote ser aquella alguna gran seño de su mucha crianza y cortesía , y
ra que debía serlo de todos aquellos más de lo que le había dicho que te
cazadores, como era la verdad : y así nía noticia de su señor el caballero
dijo á Sancho : corre , hijo Sancho , de la Triste Figura : y que si no le
vdi á aquella señora del palafrén había llamado el de los Leones debía
y del azor, que yo, el caballero de de s’r por habérsele puesto tan nue
los Leones , beso las manos á su gran vamente . Preguntóie la . duquess
fermosura ; y que si su grandeza me (cuyo título aún no se sabe ) : Decirl
da licencia se las iré á besar, v á me , hermano escudero , ¿ este vues
servirla en cuanto mis fuerzas pu tro señor no es uno de quien anda
dieren v su alteza me mandare : y impresa una historia que se llama
mira, . Sancho, cómo hablas, y ten dei Ingenioso hidalgo don Quijn
cuenta de no encajar algún refrán te de la Mancha , que tiene por se
ñora de su alma á una tal Dulci
de los tuyos en tu embajada. Ha nea del Toboso ? El mismo es , se
llado os le habéis el encajador, res
ñora, respondió Sancho ; y aquel
pondió Sancho : á mí con eso , sí, escudero suyo que anda o debe de
que no es esta la vez primera que andar en la tal historia , á quien lla
he llevado embajadas á altas y cre
cidas señoras en esta vida. Si 70 man Sancho Panza , soy yo , si no
fué la que llevaste á la señora Dul es que me trocaron en la cuna, quie
ro decir, que me trocaron en la es.
cinea, replicó don Quijote, yo no sé tampa . De todo eso me huelgo yo
que hayas llevado otra, á lo menos mucho , dijo la duquesa. Id , herma .
en mi poder. Así es verdad , respon no Panza , y decid á viiestro señor,
dió Sancho, pero al buen pagador que él sea el bien llegado y el bien
no le duelen prendas, y en casa lle
na presto se guisa la cena : quiero venido á mis estados , y que ningu
decir, que á mí no hay que decirme na cosa me pudiera venir que más
ni advertirme de nada , que para to contento me diera. Sancho con esta
do tengo v de todo se me alcanza tan agradable respuesta con grandi.
un poco. Yo lo creo, Sancho, dijo don simo gusto volvió á su amo , á quien
Quijote ; ve en bun hora, y Dios contó todo lo que la gran señora le
te guie . Partió Sancho de carrera , había dicho , levantando con sus rús.
ticos términos á los cielos su mucha
sacando de su paso al rucio , v llegó fermosura , su gran donaire y corte.
donde la bella cazadora estaba, y
apeándosa, puesto ante ella de'hi sía . Don Quijote se gallardeó en la
nojos le dijo : Hermosa señora , aquel silla, púsose bien en los estribos , aco
caballero que allí se parece , llamado modóse la visera , arremetió á Ro
PARTE II .- CAPÍTULO XXX 321
tura acoger en su castillo tal caba . llegó á una reverenda dueña que con
Hero andante y tal escudero andado. otras á recibir a la duquesa había
salido, y con voz baja le dijo : Seño
ra González, ó cómo es su gracia de
vuesa merced . Doña Rodríguez de
CAPITULO XXXI Grijalba me llamo, respondió la due
ña, ¿ qué es lo que me mandáis ,
hermano ? A lo que respondió San
Que trata de muchas y grandes cho : Querría que vuesa merced me
CO8018 la higiese de salir á la puerta del
castillo, donde hallará un asno ru
cio mio : vu sa merced sea servida
Suma era la alegría que levaba de mandarie poner ó ponerle en la
consigo Sancho viéndose á su pare caballeriza, porque el pobrecito es
cer en privanza con la duquesa , por un poco medroso , y no se hallará í
que se le figuraba que había de La estar solo en ninguna de las mane
llar en su castillo lo que en la casa ras . Si tan discreto es el amo como
de don Diego y en la de Basilio , el mozo, respondió 1.1 dueña , medra
siempre aficionado á la buena vida , das estamos. Andad , hermano, nu
y así tomaba la ocasión por la melena cho de enhoramala para vos y para
er esto de regalarse cada y cuando quien acá os trujo ; tened cuenta con
que se ofrecía. Cuenta pues la his vuestro jumento, que las dueñas
toria que antes que á la casa de pla desta casa no estamos acostumbra
cer ó castillo llegasen se adelantó das á semejantes haciendas. Pues en
el duque , y dió orden a todos , sus verdad , respondió Sancho , que he
criados del modo que habían de oido decir á mi señor, que es za
tratar á don Quijote , el cual, como horí de las historias, contando aque
llegó con la duquesa á las puertas lla de Lanzarote cuando de Breta
nel castillo , al instante salieron dél ña vino , Que damas curaban dél,
dos lacayos ó palafreneros vestidos y dueñas de su rocino ; y que en
hasta en pies de unas ropas que lla el particular de mi asno , que no le
man de levantar , de finísimo raso trocara yo con el rocín del señor
carmesí, y cogiendo á don Quijote Lanzarote, Hermano, si sois juglar,
en brazos , sin ser oído ni visto, le replicó la dueña, guardad vuestras
dijeron : Vaya la vuestra grandeza gracias para donde lo parezcan y
a apear á mi señora la duquesa. Don se os paguen , que de mí no podréis
Quijote lo hizo, y hubo grandes co llevar sino una higa. Aun bien, res
medimientos entre los dos sobre el pondió Sancho, que será bien ma
caso ; pero en efecto venció la por dura, pues no perderá vuesa mercer
fía de la duquesa , y no quiso des la quínola de sus años por punto
cender ó bajar del palafrén sino en menos . Hijo de puta, dijo la dueña
los brazos del duque , diciendo que toda ya encendida en cólera, si soy
no se hallaba digna de dar á tan vieja ó no , á Dios daré la cuenta,
gran caballero tan inútil carga. En que no á vos , bellaco, harto de ajos ;
fin , salió el duque á apearla , y al y esto dijo en voz tan alta, que lo
entrar en un gran patio llegaron dos oyó la duquesa , y volviendo el ros
hormosas doncellas, ' echaron 80 tro y viendo a la dueña tan alboro
bre los hombros á don Quijote un tada y tan encarnizados los ojos , le
gran mantón de finísima escarlata , preguntó con quién las había . Aqni
en un instante se coronaron todos las he , respondió la dueña, con este
los corredores del patio do criados y buon hombre, que me ha pedido en .
criadas de aquellos señores , dicien carecidamente que vaya á poner en
do á grandes voc- s : Bien sea veni la caballeriza á un asno suyo que
do la flor y la nata de los caballe está á la puerta del castillo, trayén
ros andantes ; y todos ó los más de dome por ejemplo que así lo hicieron
rramaban pomos de aguas olorosas no sé dónde, que unas damas cura
sobre don Quijote v sobre los du ron á un tal Lanzarote , y unas due
ques , de todo lo cual se admiraba ñas á su rocino , v sobre todo por
don Quijote; y aquel fué el primer buen término me ha llamado vieja.
día que de todo en todo conoció y Eso tuviera yo por afrenta , respon
creyó ser caballero andante verdade dió la duquesa , más que cuantas pu
ro , y no fantástico, viéndose tratar dieran decirme ; y hablando con
del mismo modo que él había leitlo Sancho , le dijo : Advertid , Sancho
que se trataban los tales caballeros amigo, que doña Rodríguez es muy
en los pasados siglos. Sancho, des moza , y que aquellas tocas más las
amparando al rucio , se cosió con trae por autoridad y por la usanza,
la duquesa , y se entró en el casti que por los años . Malos sean los que
110, remordiéndole la conciencia me quedan por vivir, respondió San
de que dejaba el jumento solo , se cho , si lo dije por tanto ; sólo lo
PARTE II. - CAPITULO XXXI 323
dije porque es tan grande el cariño ven da criados tan buenos como
que tengo á mi jumento, que me ellos . ¿ No adviertes, angustiado de
pareció que no podía encomendarle ti , y malaventurado de mí , que si
a persona más caritativa que á la ven que tú eres un grosero villano,
señora doña Rodríguez . Don Qui ó un mentecato grac.oso , pensarán
jote, que todo lo oía, le dijo : Plá que soy yo algún echacuervos , ó al
ticas son esas, Sancho, para este gún caballero de mohatra ? No, no ,
lugar ? Señor, respondió Sancho, Sancho amigo : huye, huye destos in
cada uno na de hablar de su menes convenientes , que quien tropieza en
ter dondequiera que estuviere ; aquí hablador y en gracioso , al primer
se me acordó el rucio , y aquí ha puntapié cae y da en truhán desgra
bié dél, y si en la caballeriza se me ciado : enfrena la lengua, considera
acordara, allí hablara. A lo que dijo y rumía las palabras antes que te
el duque : Sancho está muy en lo salgan de la boca , y advierte que
cierto , y no hay que culparle en hemus llegado á parte donde con el
nada : ai rucio se le dará recado á favor de Dios y valor de mi brazo
pedir de boca, y descuide Sancho, hemos de salir mejorados en tercio
que se le tratará como á su misma y quinto en fama y en hacienda. San
persona. Con estos razonamientos
gustosos á todos si no á don Quijo
cho le prometió con muchas veras
coserse la boca 6 morderse la lengua
te , llegaron á lo alto , y entraron á antes de hablar palabra que no fuese
don Quijote en una sala adornada muy á propósito y bien considera
de telas riquísimas de oro y de bro da , como él se lo mandaba, y que
cado : seis doncellas le desarmaron descuidase acerca de lo tal, que nun .
y sirvieron de pajas, todas industria ca por él se descubrirla quiénes ellos
das y advertidas del duque y de la eran . Vistiose don Quijote , púsose
duquesa de lo que habían de hac r, su tahalí con su espada, echóse el
y de cómo habían de tratar á don mantón de escarlata á cuestas, púso
Quijote para que imaginase y viese se una montera de raso verde que
que le trataban como á caballero las doncellas le dieron, y con este
andante. Quedó don Quijote después adorno salió a la gran sala, Conde
de desarmado en sus estrechos gre halló á las doncellas puestas en ala,
güescos y en su jubón de camuza, tantas á una parte como á otra , v
seco , alto , tendido. con las quija todas con adrezo de darle aguama
das que de por dentro se besaba la nos, la cual le dieron con muchas re
una con la otra , figura que á no te verencias y ceremonias. Luego lle
ner cuenta las doncellas que le ser garon doce pajes con el maestresa
vían con disimular la risa (que fué la para llevarle á comer, que ya los
una de las precisas órdenes que sus señores le aguardaban . Cogiéronle
señores les habían dado), reventa en medio , y lleno de pompa y ma
ran riendo. Pidieronle que se dejase jestad le llevaron á otra sala, donde
desnudar para ponerle una camisa ; estaba puesta una rica mesa con 80
pero nunca lo consintió , diciendo que los cuatro servicios. La duquesa y
la honestidad parecía tan bien en los el duque salieron á la puerta de la
caballeros andantes como la valen sala á recibirie , v con ellos un gra
tía. Con todo , dijo que diesen la ca ve eclesiástico , destos que gobiernan
misa á Sancho, y encerrándose con las casas de los ' príncipes ; destos
él en una cuadra donde estaba un que como no nacen príncipes no
rico lecho , se desnudó y vistió la aciertan á enseñar cómo lo han de
camisa ; v viéndose solo con San ser los que lo son ; destos que quie
cho , le dijo : Dime , truhán moderno ren que la grandeza de los grandes
majadero antiguo , & parécete bien se mida con la estrecheza de sus
deshonrar y afrentar á una dueña ánimos ; destos que queriendo mos
tan veneranda y tan digna de res trar á los que ellos gobiernan á ser
peto como aquella ? ¿ Tiempos eran limitados, les hacen ser miserables .
aquellos para acordarte del rucio , Destos tales digo que debía de ser
ó señores son estos para dejar mal el grave religioso , que con los du .
pasar á las bestias, tratando tan ele ques salió á recibirá don Quijote .
gantemente á sus dueños ? Por quien Hiciéronse mil corteses comedimien
Dios es . Sancho , que te reportes y tos , V finalmente cogiendo á don
que no descubras la hilaza, de ma Quijote en medio se fueron á sentar
nera que caigan en la cuenta de que á la mesa. Convidó el duque á don
eres de villana y grosera tela teji Quijote con la cabecera de la mesa ;
do. Mira , pecador de ti , que en tan y aunque él lo rehusó , las importu
to más pe tenido el señor, cuanto naciones del duque fueron tantas,
tiene más honrados y bien nacidos que la hubo de tomar. El eclesiásti.
criados ; y que una de las ventajas co se sentó frontero, y el duque y
mavores que llevan los príncipes á la duquesa á los dos lados . A todo
los demás hombres , es que se sir estaba presente Sancho, embobado
324 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
place al Altísimo: unos van por el Excelencia con ellos, que en tante
uncho campo de la ambición soberbia , que estuvieren en casa me estaré yo
otros por el de la adulación servil en la inía , y me excusaré de repren
y baja, otros por el de la hipocre- der lo que no puedo remediar : y sin
sia engañosa, y algunos por el de decir más ni comer más se fué, sin
la verdadera religión ; pero yo, in- que fuesen parte á detenerle los rue
clinado de mi estrella, voy por la gos. de los duques, aunque el duque
angosta senda de la caballeria an no le dijo mucho, impedido de la
dante , por cuyo ejercicio desprecio risa que su impertinente cólera le
la hacienda , pero no la honra. Yo he había causado. Acabó de reir, y dijo
satisfecho agravios, enderezado tuer- á don Quijote : Vuesa merced , señor
tos , castigado insolencias, vencido gi. caballero de los Leones, ha respon
gantes y atropellado vestiglos : yo dido por sí tan altamente, que no le
soy enamorado, no más de porque queda cosa por satisfacer deste , que
es forzoso que los caballeros andan- aunque parece agravio, no lo es en
tes lo sean ; y siéndolo, no soy de ninguna manera, porque así como
los enamorados viciosos, sino de los no agravian las mujeres, no agravian
platonicos continentes. Mis inten- los eclesiásticos, como vuesa merced
ciones siempre las enderezo á bue- mejor sabe. Así es , respondió don
nos fines, que son de hacer bien á Quijote, y la causa es que el que no
todos , y mal á ninguno : si el que puede ser agraviado no puede agra
esto entiende, si el que esto obra , viar á nadie. Las mujeres, los niños
si el que desto trata merece ser lla- y los eclesiásticos, como no pueden
mado bobo, díganlo vuestras grande defenderse aunque sean ofendidos ,
zas , duque y duquesa excelentes. no pueden ser afrentados, porque en.
Bien por Dios , dijo Sancho, no diga tre el agravio v la afrenta hay esta
más vuesa merced, señor y amo mio, diferencia, como mejor Vuestra Ex
en su abono, porque no hay más que celencia sabe. La afrenta viene de
decir , ni más que pensar, ni más parte de quien la puede hacer , y la
que perseverar en el mundo : v más hace y la sustenta ; el agravio pue
que negando este señor, como ha ne- de venir de cualquier parte sin que
gado, que no ha habido en el mun- afrente. Sea ejemplo : Está uno en
do ni los bay caballeros andantes, la calle descuidado, llegan diez con
¿ qué mucho que no sepa ninguna mano armada , y dándole de palos,
de las cosas que ha dicho ? Por ven. pone mano a la espada, y hace su
tura , dijo el eclesiástico, sois vos, deber ; pero la muchedumbre de los
hermano, aquel Sancho Panza que contrarios se le opone, y no le deja
dicen , á quien vuestro amo tiene salir con su intención , que es de
prometida una insula ? Sí soy, res- vengarse : este tal queda agraviado,
pondió Sancho, y soy quien la me- pero no afrentado ; y lo mismo con
rece tan bien como otro cualquiera : firmará otro ejemplo : está uno vuel
soy quien júntate á los buenos, y to de espaldas, llega otro y dale de
serás uno dellos ; y soy yo de aque- palos, y en dándoselos, huye ne
llos no con quien naces, sino con espera , y el otro le sigue y no le
quien paces ; y de los quien á buen alcanza : este que recibió los palos
árbol se arrima, buena sombra le co- recibió agravio , mas no afrenta ;
bija : yo me he arrimado á buen se- porque la afrenta ha de ser susten .
fior , y ha muchos meses que ando tada . Si el que le dió los palos, aun
en su compañía , y he de ser otro que se los dio á hurta cordel, pasie
como él, Dios queriendo : y viva él ra mano á su espada y se estuviera
y viva yo, que ni á él le faltarán quedo haciendo rostro á su enemigo ,
imperios que mandar, ni á mí insu- quedara el apaleado agraviado
las que gobernar. No por cierto , afrentado juntamente ; agraviado,
Sancho amigo, dijo á esta sazón el porque le dieron á traición ; afronta
duqua , nue yo en nombre del señor do , porque el que le dió sustento lo
don Quijote os mando el gobierno de que había hecho sin volver las espal
una que tengo de nones , de no pe- das y á pie quedo : y así según las le
queña calidad. Híncate de rodillas, yes del maldito duelo, yo puedo estar
Sancho, dijo don Quijote , y bese los agraviado, mas no afrentado, porrue
pies á Su Excelencia por la merced los niños no sienten , ni las mujeres ,
que te ha hecho. Hizolo así Sancho ; ni pueden huir, ni tienen para qué
lo cual visto por el eclesiástico se esperar, y lo mismo los constituidos
levantó de la mesa mohino además , en la sacra religión ; porque estos tres
diciendo : Por el hábito que tengo, géneros de gente carecen de armas
que estoy por decir que es tan san . ofensivas y defensivas ; y así , aunque
dio Vuestra Excelencia como estos naturalmente estén obligados á de
pecadores : mirad si no han de ser fenderse , no lo están para ofender
ellos locos , pues los cuerdos canoni- Á nadie : y aunque poco ha dije que
van sus locuras : quédese Vuestra yo podía estar agraviado, ahora digo
PARTE II.- CAPÍTULO XXXII 327
que no en ninguna manera, porque ra, y más para hac r reir , que se
quien no puede recibir afrenta, me . pudiera imaginar. Mirábanle todos
nos la puede dar : por las cuales ra los que presentes estaban, que eran
zones yo no debo sentir ni siento las muchos ; y como le veían con media
que aquel buen hombre me ha di vara de cuello más que medianamen
cho : sólo quisiera que esperara al te moreno, los ojos cerrados y las
gún poco para darle a entender el barbas llenas de jabón , fué gran ma
error en que está en pensar y decir ravilla у mucha discreción poder di
que no ha habido ni los hay caballe simular la risa : las doncellas de la
ros andantes en el mundo, que si lo burla tenían los ojos bajos sin osar
tal oyera Amadís , ó uno de los infi mirar á sus señores ; á ellos les re
nitos de su linaje, yo sé que no le tozaba la cólera y la risa en el cuer
fuera bien á su merced . Eso juro yo p !, y no sabían á qué acudir : ó á
bien, dijo Sancho, cuchillada le hu castigar el atrevimiento de las mu
bieran dado, que le abrieran de arri chachus, ó darles premio por el gus
ba abajo como una granada ó como to que recibían de ver a don Qui.
á un melón muy maduro ; bonitos jote de aquella suerte . Finalmente,
eran ellos para sufrir semejantes cos la doncella del aguamanil vino, y
quillas. Para mi santiguada, que ten acabaron de lavar á don Quijote, y
go por cierto que, si Reinaldos de luego la que traía las toallas le !im
Montalván hubiera oído estas razo pió y le enjugó muy reposadamen
nes al uombrecito , tapaboca le hubie te ; y haciéndole todas cuatro á la
ra dado que no hablára más en tres par una grande y profunda inclina
años : no sino tomárase con ellos , y ción y reverencia , se querían ir ;
viera cómo escapaba de sus manos. pero el duque , porque don Quijote
Perecía de risa la duquesa en oyendo no cayese en la burla, llamó a la
hablar á Sancho, y en su opinión le doncella de la fuente, diciéndole :
tenía por más gracioso y por más loco Venid y lav arme á mí, y mirad que
que á su amo, y muchos hubo en no se os acabe el agua . La mucha
aquel tiempo que fueron deste mis cha, aguda y diligente, llegó y puso
mo parecer. Finalmente , don Quijote la fuente al duque como á don Qui.
se sosegó y la comida se acabó , y en jote, y dándose priesa le lavaron y
ievantando los manteles llegaron cua jabonaron muy bien, y dejándole en
tro doncellas, la una con una fuente juto y limpio, haciendo reverencias
de plata, y la otra con un aguamanil se fueron. Después se supo que ha
asimismo de plata , y la otra con dos bía jurado el duque que si á él ro
blanquísimas y riquísimas toallas al le lavaran como á don Quijote, había
hombro, y la cuarta descubiertos los de castigar su desenvoltura, la cual
brazos hasta la mitad , y en sus blan habían enmendado discretamente con
cas manos (que sin duda eran blan haberle á él jabonado . Estaba aten
cas ) una redonda pella de jabón na to Sancho á las ceremonias de aquei
politano . Llegó la de la fuente, y lavatorio, y dijo entre sí : Válama
co gentil donaire y desenvoltura Dios , 1 si será también usanza en esta
encajó la fuente debajo de la barba tierra lavar las barbas á los escude
de don Quijote, el cual sin hablar ros como á los caballeros ! porque en
palabra, admirado de semejante ce Dios y en mi ánima que lo he bian
remonia , creyó que debía ser usan menester , y aun que si me las ra
za de aquella tierra, en lugar de las pasen á ravaja lo tendría más á be
manos lavar las barbas ; y así ten neficio . ¿ Qué decis entre vos , in
dio la suya todo cuanto pudo, v eial cho ? preguntó la duquesa. Digo , se
mismo punto comenzó a llover ñora , respondió él , que en las cor.
aguamanil, y la doncella del jabón tes de los otros principes siempre
le manoseó las barbas con mucha he oído decir que en levantando los
priesa, levantando copos de nieve , manteles dan agua a las manos, pero
que no eran menos blancas las jabo. no lejía á las barbas ; y que por eso
naduras, no sólo por las barbas, más es bueno vivir mucho por ver mu
por todo el rostro y por los ojos del cho , aunque también dicen que el
obediente caballero , tanto que se los que larga vida vive , mucho mal ha
hicieron cerrar por fuerza. El duque de pasar, puesto que pasar por un
y la duquesa, que de nada desto eran lavatorio destos, antes es gusto que
sabidores, estaban esperando en qué trabajo . No tengáis pena, amigo
había de parar tan extraordinario la Sancho, dijo la duquesa, que yo haré
vatorio. La doncella barbera, cuando que mis doncellas os laven , yarn
le tuvo con un palmo de jabonadu os metan en colada si fuere menes
ra, fingió que se le había acabado el ter . Con las barbas me contento , its
agua , y mandó á la del aguamanil pondió Sancho, por ahora á lo me .
fues : por ella, que el señor don Qui nos, que andando el tiempo Dios dijo
jote esperaría. Hízolo asi, y quedó lo que será . Mirad , maestresala , dijo
don Quijote con la más extraña figu la duquesa, lo que el buen Sancno
328 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
dijo el duque : pero hame de dar !i de quien se cuenta que no podía ser
cencia el señor don Quijote para que ferido sino por la planta del pie iz
diga lo que ' me fuerza á decir la quierdo, y que esto había de ser
historia que de sus hazañas he leí con la punta de un alfiler gordo, ' v
do , de donde se infiere que puesto no con otra suerte de arma alguna :
que se conceda que hay Dulcinea y así cuando Bernardo del Carpio le
en el Toboso ó fu ra dél, y que sea mató ei honcesvalles, viendo que no
hermosa en el sumo grado que vue le podía lagar con fierro , le levantó
sa merced nos la pinta , en lo de la delsuelo entre los brazos, y le ahogó ,
aiteza del linaje no corre parejas acordándose entonces de la muerte
con las Orianas, con las Alastraja que dió Hércules á Anteón, aquel
reas, con las Madasimas, ni con otras feroz gigante que decían ser hijo de
deste jaez , de quien están llenas las la tierra . Quiero inferir de lo dicho ,
historias que vuesa merced bien sabe . que podría ser que yo tuviese algu
A eso puedo decir , respondió don na gracia destas, no del no poder
Quijote, que Dulcinea es hija de sus ser ferido , porque muchas veces la
obras , y que las virtud s adoban la experiencia me ha mostrado que soy
sangre, y que en más se ha de es de carnes blandas y no nada impe
timar y tener un humilde virtuoso, netrables , ni la de no poder ser en
que un vicioso levantado : cuanto cantado . que ya me he visto mtido
más, que Dulcinea tiene un jirón en una jaula, donde todo el mundo
que la puede llevar á ser reina de no fuera poderoso á encerrarme si
corona y cetro : que el merecimiento no fuera á fuerzas de encantamentos .
de una mujer hermosa y virtuosa á Pero pues de aquel me libré , quiero
hacer mayores milagros se extien creer que no ha de haber otro al
de , y aunque no formalmente, vir guno que me empezca : y así viendo
tualmente tiene en sí encerradas estos encantadores que con m . per
mayores venturas. Digo , señor don sona no pueden usar de sus malas
Quijote , dijo la duquesa , que en mañas, vénganse en las cosas que
todo cuanto vuesa merced dice va más quiero, y quieren quitarme la
con pie de plomo, y como suele de vida maltratando la de Dulcinea
cirse, con la sonda en la mano ; y por quien yo vivo : y así creo que
que yo desde aquí adelante créeré cuando mi escudero le llevó mi em
y haré creer à todos los de mi casa , bajada se la convirtieron en villa
y aun al duque mi señor, si fuere me na, y ocupada en tan bajo ejercicio
nester, que hay Dulcinea en el To como es el de aechar trigo ; pero ya
boso , y que vive hoy día, y es her tengo yo dicho que aquel trigo ni
mosa , y principalmente nacida, y era rubión ni trigo, sino granos de
merecedora que un tal caballero como perlas orientales ; y para prueba des
es el señor don Quijote la sirva, ta verdad quiero decir á vuestras
que es lo más que puedo ni sé en magnitudes, como viniendo poco ha
carecer. Pero no pueuo dejar de for por el Toboso jamás pude hallar los
mar un escrúpulo, y tener algún palacios de Dulcinea ; y que otro día
no sé qué de ojeriza contra Sancho habiéndola visto Sancho mi escude
Panza : el escrúpulo es que dice la ro en su misma figura , que es la
historia referida, que el tal Sancho más bella del orbe , á mí me pareció
Panza halló á la tal señora Dulci una labradora tosca y fea, y no nada
nea, cuando de parte de vueså mer bien razonada, siendo la discreción
ced le llevó una epístola, aechando del mundo : y pues yo no estoy en
un costal de trigo , y por más señas cantado, ni lo puedo estar según
dice que era rubión ; cosa que me buen discurso , ella es la encanta
hace dudar en la alteza de su ling da, la ofendida y la mudada, troca
je. A lo que respondió don Quijote : da y trastocada, y en ella se han
Señora mía, sabrá la vuestra grande vengado de mí mis enemigos, v por
za , que todas ó las más cosas que á ellaviviré yo en perpetuas lágrimas
mí me suceden yan fuera de los tér hasta "verla en su pristino estado .
minos ordinarios de las que a los Todo esto he dicho para que nadie re
otros caballeros andantes acontecen , pare en lo que Sancho dijo del cer
ó ya sean encaminadas por el querer nido ni del aecho de Dulcinea , que
inescrutable de los hados , ó ya vengan pues á mí me la mudaron , no es ma
ancaminadas por la malicia de algún ravilla que á él se la cambiasen .
encantador envidioso , y como es cosa Dulcinea es principal y bien nacida,
ya averiguada que todos ó los más y de los hidalgos linajes que hav
caballeros andantes y famosos, uno en el Toboso , que son muchos, an
tanga gracia de no poder ser en tiguos y muy buenos . A buen segu
cantado, otro de ser de tan impene ro que no le cabe poca parte á la
trables carnes que no pueda ser he sin par Dulcinea , por quien su lu
rido , como lo fué el famosp Roldán, gar será famoso y nombrado en los
uno de los doce Pares de Francia , venideros siglos , como lo ha side
330 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
Troya por Elena , y España por la mucha cólera, pero querría que fuese
Cava, aunque con mejor título y fa con to allas más limpias , con lejía más
ma. Por otra parte , quiero que en clara y con manos no tan sucias , que
tiendan vuestras señorías, que San no hay tanta diferencia de mi á mi
cho Panza es uno de los más gracio amo, que a él le laven con agua de
sos escuderos que jamás sirvió á ca. angeles, y á mí con lejía de diablos :
ballero andante : tiene á veces unas (as usanzas de las tierras y de los pa
simplicidades tan agudas , que el pen lacios de los principes tanto son bue
sar si es simple o agudo causa no nas cuanto no dan pesadumbre ; pero
pequeño contento : tiene malicias la costumbre dei lavatorio que aqui
que le condenan por bellaco, y des se usa, peor es que de disciplinan
cuidos que le confirman por bobo : tes . Yo estoy limpio de barbas, y
duda de todo , v créelo todo : cuan no tengo necesidad de semejantes
do ' pienso que se va á despeñar de refrigerios ; y el que se llegare á la
tonto , sale con unas discreciones varme ni á tocarme un pelo de la
que le levantan al cielo. Finalmente , cabeza , digo de mi barba, hablando
yo no le trocaría con otro escudero , con el debido acatamiento, le daré
aunque me diesen de añadidura una tal puñada que le deje el puño en
ciudad , y así estoy en duda si será gastado en los cascos : que estas ta.
bien enviarle al gobierno de quien les cirimonias y jabonaduras más pa
vuestra grandeza le ha hecho merced , recen burlas que agasajos de hués .
aunque veo en él una cierta capaci pedes . Perecida de risa estaba la
dad para esto de gobernar, que atu duquesa viendo la cólera y oyendo
sándole tantico el entendimiento se las razones de Sancho, pero no dió
saldría con cualquiera gobierno como mucho gusto á don Quijote verle
el rey con sus alcabalas : y más jue tan mal adeliñado con la jaspeada
yu por muchas experiencias sabemos toalla, y tan rodeado de tantos en
que no es menester ni mucha habi
tretenidos de cocina , y así haciendo
lidad ni muchas letras para ser uno una profunda reverencia á los du
gobernador, pues hay por ahí ciento ques, como que les pedía licencia
que apenas saben leer, y gobiernan para hablar, con voz reposada dijo
como unos girifaltes : el toque está á la canalla : Hola, señores caballe
en que tengan buena intención y ros , vuesas mercedes dejen al man
d seen acertar en todo , que nunca les cebo , y vuélvanse por donde vinie
faltará quien les aconseje y encami ren , 6 por otra parte si les antoja
ne en lo que han de hacer, como los ne, que mi escudero es limpio tanto
gobernadores caballeros y no le como otro, y esas artesillas son para
trados , que sentencian con asesor .
Aconsejaríale yo que ni tome cohe él estrechas y penantes búcaros :
tomen mi consejo, y déjenle, porque
cho ni pierda derecho, y otras cosi ni el ni yo sabemos de achaque de
llas que me quedan en el estómago, burlas. Cogióle la razón de la boca
que saldrán á su tiempo para utili Sancho, y prosiguió diciendo : No
dad de Sancho y provecho de la in sino lléguense á hacer burla del mos
cula que gobernare. A este punto lle trenco, que así lo sufriré como aho
gaban de su coloquio el duque, la ra es de noche. Traigan aquí un pej
duquesa y don Quijote , cuando oye ne ó lo que quisieren, y hácen
ron muchas voces y gran rumor de me estas barbas, y si sacaren dellas
gente en el palacio, y á deshora en cosa que ofenda á la limpieza, que
tró, Sancho en la sala, todo asusta me tras quilen á cruces . A esta sa
do, con un cernadero por babador . V zón, sin dejar la risa, dijo le duque
tras él muchos mozos, 6 por mejor sa : Sancho Panza tiene razón en
decir pícaros de cocina y otra gen todo cuanto dijere : él es limpio , y
te menuda, y uno venía con un arte como él dice , no tiene necesidad de
soncillo de agua, que en la color y lavarse ; y si nuestra usanza no le
poca limpieza mostraba ser de fre
gar : seguíale y persegufale el de la
contenta, su alma en su palma : cuan
to más que vosotros , ministros de la
artesa, y procuraba con toda solici limpieza , habéis andado demasiada
tud ponérsela y encajársela debajo mente de remisos y descuidados , v na
de las barbas, y otro pícaro mostra sé si diga atrevidos, á traer á tal
ba querérselas lavar. ¿ Qué es esto personaje y á tales barbas, en lugar
oro
hermanos ? preguntó la duquesa ;
¿ qué es esto? ; qué queréis hacer á de fuentes
puro y anas
y de alem toallas, de
aguamaniles artesi
ese buen hombre ? ¿cómo ? ¿ y no llas y dornajos de palo y rodillas de
considerais que está electo gober aparadores ; pero en fin , sois malos
nador ? A lo que respondió el pica v mal nacidos , y no podéis dejar ,
to barbero : No quiere este señor de como malandrines que sois , de mos
jarge lavar como es usanza , y como se trar la ojeriza que tenéis con los rs
tavó el duque mi señor y el señor su cuderos de los andantes caballeros.
amo . Si quiero , respondió Sancho con Creyeron los apicarados ministros ,
PARTE II. - CAPÍTULO XXXIII 331
aun el maestresala que venía con hizo sentar junto á sí en una '18
ellos , que la duquesa hablaba de ve baja , aunque Sancho de puro bien
ras , y así quitaron el cernadero del criado no quería sentarse ; pero la
pecho de Sancho, y todos confusos duquesa le dijo que se sentase como
y casi corridos sé fueron y le deja gobernador , y hablase como escude
ron, el cual viéndose fuera de aquel ro , puesto que por entrambas cosas
á su parecer sumo peligro, se fué á merecía el mismo escaño del Cid
hincar de rodillas ante la duquesa, Rui Díaz Campeador . Encogió San
y dijo : De grandes señoras grandes cho los hombros , obedeció y sent3
mercedes se esperan : esta que la se, y todas las doncellas y dueñas
vuestra merced hoy me ha fecho , de la duquesa le rodearon atentas
no puede pagarse con menos si no es con grandísimo silencio á escuchar
con desear verme armado caballero lo que dirią ; pero la duquesa fué la
andante para ocuparme todos los días que habló primero diciendo : Ahora
de mi vida en servir á tan alta se que estamos solos , y que aquí no
ñora : labrador soy , Sancho Panza me nos oye nadie , querría yo que el
llamo, casado soy, hijos tengo , v le señor gobernador me asolviese cier
escudero sirve : si con alguna destas tas dudas que tengo , nacidas de la
cosas puedo servir à vuestra gran historia que del gran don Quijote
deza, menos tardaré yo en obedecer anda ya impresa ; una de las cuales
que vuestra señoría en mandar . Bien dudas es , que pues el buen Sancho
parece, Sancho , respondió la duque nunca vió á Dulcinea , digo , á la
ea, que habéis aprendido á ser cor señora Dulcinea del Toboso , ni le
tés en la escuela de la misma cor llevó la carta del señor don Quijo
tesía : bien parece, quiero decir, que te, porque se quedó en el libro de
os habéis criado á los pechos del memoria en Sierra Morena, ¿ cómo
señor don Quijote, que debe de ser se atrevió á fingir la respuesta,
ia nata de los comedimientos y ia aquello de que la halló aechando tri.
fior de las ceremonias, ó cirimonjas go , sien odo burla y mentira , y
como vos decís : bien haya tal señor tan en daño de la buena opinión de
y tal criado , el uno por norte de la la sin par Dulcinea , y todas, que no
andante caballería, y el otro por es vienen bien con la calidad y fideli
trella de la escuderil fidelidad : le dad de los buenos escuderos ? A ES
vantaos, Sancho amigo, que yo sa tas razones, sin responder con algu .
tisfaré vuestras cortesías con hacer na se levantó Sancho de la silla , y
que el duque mi señor, lo más pres con pasos quedos, el cuerpo agobia
to que pudiere, os cumpla la merced do , y el dedo puesto sobre los la
prometida del gobierno. Con esto bios anduvo por toda la sala levan .
ceso la plática, y don Quijote se fué tando los doseles , y luego esto hecho
à reposar la siesta, y la duquesa pi se volvió á sentar, y dijo : Ahora, se
dió á Sancho que si no tenía mucha ñora mía, que he visto que no nos
gana de dormir viniese á pasar la escucha nadie de solapa, fuera de
tarde con ella y con sus doncellas los circunstantes, sin temor ni sobot .
en una muy fresca sala, Sancho ces salto responderé á lo que se me na
pondió , que aunque era verdad que preguntado, y á todo aquello que
tenía por costumbre dormir cuatro se me preguntare : y lo primero
ó cinco horas las siestas del verano, que digo es , que yo tengo á mi señor
que por servir á su bondad él pro don Quijote por loco rematado , pries
curaría con todas sus fuerzas no to que algunas veces dice cosas cue
dormir aquel día ninguna, y vendría á mi parecer, y aun de todos aque
obediente á su mandato , y fuése . El llos que le escuchan , son tan discre
duque dió nuevas órdenes como se tas y por tan buen carril encamina
tratase á don Quijote como á caba das, que el mesmo Satanás no las po
llero andante , sin salir un punto du] dría decir mejores ; pero con todo
estilo , como cuentan que se trataban esto, verdaderamente y sin escrú
los antiguos caballeros. pulo, á mí se me ha asentado que
es in mentecato : pues como yo tor
go esto en el magín , me atrevo á
CAPITULO XXXIII hacerle creer lo que no lleva pies
ni cabeza , como fué aquello de la
De la sabrosa plática que la du respuesta de la carta , y lo de habrí
quesa y sus doncellas pasaron seis ó ocho dín , que aun no está en
con Sancho Panza, digna de que historia , conviene á saber lo del en
se lea y de que se note .
canto de mi señora Dulcinea, que le
Cuenta pues la historia que Sancho he dado á entender que está enc31
no durmió aquella siesta, sino que tada, no siendo más verdad que por
por cumplir su palabra vino , en co los cerros de Ubeda. Rogóle la du
miendo , á ver á la duquesa, la cual quesa que le contase aquel encanta
con el gusto que tenía de oirie le mento ó burla, y Sancho se lo contó
332 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
todo del mismo modo que había pa la insula por tonto, yo sabré no dár
sado, de que no poco gusto recibie seme nada por discreto ; y yo he oído
ron los oyentes ; y prosiguiendo eu decir, que detrás de la cruz está el
su platica dijo la duquesa : De 10 diablo, y que no es oro todo lo que
que el buen Sancho me ha conta lo reluce, y que de entre los bueves,
me anda brincando un escrúpulo en arados y coyundas sacaron al labra .
el alma, y un cierto susurro llega dor Wamba para ser rey de Espa
á mis oídos , que me dice : pues dor ña, y de entre los brocados , pasatiem
Quijote de la Mancha es loco , men pos y riquezas sacaron á Rodrigo
guado y mentecato , y Sancho Panza para ser comido de culebras ( si es
ou escudero lo conoce, y con todo eso que as trovas de los romances anti
le sirve y le sigue, y va atenido guos no mienten ). Y cómo que no
las vanas promesas suyas, sin uda mienten , dijo á esta sazón doña Ro
alguna debe de ser el más oco v dríguez la dueña, que era una de
tonto que su amo : y siendo tot las escuchantes, que un romance hay
así, como lo es, mal contado te será , que dice , que metieron al rey Ro
señora duquesa, si al tal Saporo drigo vivo, vivo, en una tumba ile .
Panza le das ínsula que gobierne, na de sapos, culebras y lagartos, y
porque , el que no sabe gobernarse á que de allí á dos días dijo el rey
sí ¿ cómo sabrá gobernar á otros ? desde dentro de la tumba con voz
Por Dios, señora, dijo Sancho, que doliente y baja :
ese escrúpulo viene con parto dere
cho ; pero digale vuesa merced que Ya me comen , ya me comen
hable claro, ó como quisiere, que po por do más pecado había.
Conozco que dice verdad , que si yo
fuera discreto , días ha que había de Y søgún esto , mucha razón tiene
haber dejado á mi amo ; pero taia este señor en decir que quiere ser
fué mi suerte y esta mi malandan más labrador que rey, si le han de
za : no puedo más , seguirle tengo, comer sabandijas. No pudo la duque
somos de un mismo lugar , he comido sa tener la risa pyendo la simplici .
su pan, quiérole bien , es agradecido, dad de su dueña, ni dejó de admirar
dióme sus pollinos, y sobre todo jo se en oir las razones y refranes de
eoy fiel, y así es imposible que nos Sancho, á quien dijo : Ya sabe el
pueda apartar otro suceso que el de buen Sancho que lo que una vez
la pala y azadón : y si vuestra al promete un caballero, procura cum
tanería no quisiere que se me dé plirlo aunqne le cueste la vida. El
el prometido gobierno, de menos me duque, mi señor y marido , aunque
hizo Dios, y podría ser que el no no es de los andantes, no por eso
dármele redundase en pro de mi deja de ser caballero, y así cumpli
conciencia, que magüera tonto, se rá la palabra de la prometida insu
me entiende aquel refrán de por su la á pesar de la envidia y de la init .
mal le nacieron alas á la hormiga; licia del mundo. Esté Sancho de buen
y aun podría ser que se fuese más ánimo, que cuando menos lo piense
aina Sancho escudero al cielo que se verá sentado en la silla de su in
no Sancho gobernador : tan buen sula y en la de su estado, y empuña
pan hacen aquí como en Francia : rá su gobierno , que con otro de bro
y de noche todos los gatos son par cado de tres altos lo desechº : lo que
dos : y asaz de desdichada es la per yo le encargo es que mire cómo go.
sona que á las dos de la tarde no se bierna á sus vasallos, advirtiendo
ha desayunado : y no hay estómago que todos son leales y bien nacidos .
que sea un palmo mayor que otro, Éso de gobernarlos bien , respondió
el cual se puede llenar, como suele Sancho, no hay para qué encargár
decirse, de paja y de heno : y las melo , porque yo soy caritativo de
avecitas del campo tienen á Dios por mío , y tengo compasión de los po
su proveedor y despensero : y más bres ; y á quien cuece y amasa no
calientan cuatro varas de paño de le hurtes hogaza : y para mi santi
Cuenca que otras cuatro de limiste guada, que no me han de echar dado
de Segovia : y al dejar este mundo y falso : soy perro viejo, y entiendo
meternos la tierra adentro, por tan todos tus tus, y sé despabilarme á
estrecha senda va el príncipe como sus tiempos, y no consiento que me
el jornalero : y no ocupa más pies anden musarañas ante los ojos, por
de tierra el cuerpo del Papa que el que sé donde me aprieta el zapato :
del sacristán , aunque sea más alto digolo porque los buenos tendrán
el uno que el otro ; que al entrar conmigo mano y concavidad , y los
en el hoyo todos nos ajustamos y malos ni pie ni entrada. Y paréceme
encogemos , ó nos hacen ajustar y á mí que en esto de los gobiernos
encoger, mal que nos pese , y á bue todo es comenzar ; y podría ser que
nas noches : v torno á decir, que si á quince días de gobernador me co
vuestra señoría no me quisiere dar miese las manos tras el oficio , y su
PARTE II .-- CAPÍTULO XXXIII 333
piese más dél que de la labor del to lo que queda dicho acerca de la
campo en que me he criado . Vos tal aventura. Oyendo lo cual la du
tenéis razón , Sancho, dijo la duque quesa dijo : Deste suceso se puede
sa , que nadie nace enseñado , y de inferir que pues el gran don Quijo .
los hombres se hacen los obispos, te dice que vió allí á la misma labra.
que no de las piedras. Pero volvien dora que Sancho vió á la salida del
do á la plática que poco ha tratá Toboso , sin duda es Dulcinea, y que
bamos del encanto de la señora Dul andan por aquí los encantadores muy
cinea, tengo por cosa cierta y más listos y demasiadamente curiosos.
que averiguada, que aquella imagi Eso digo yo, dijo Sancho Panza, que
nación que Sancho tuvo de burlar á si mi señora Dulcinea del Toboso
su señor, y darle a entender que la está encantada, su daño será, que
labradora era Dulcinea , y que si su yo no me tengo de tomar con los ene
señor no la conocía debía de ser por migos de mi amo, que deben de ser
estar encantada, toda fué invención muchos y malos : verdad sea que la
de alguno de los encantadores que al que yo vi fué una labradora , y por
señor don Quijote persiguen ; por labradora la tuve, y por tal labradora
que real y verdaderamente yo sé de la juzgué ; " si aquella era Dulci
buena parte que la villana que dió el nea no ha de estar á mi cuenta ni
brinco sobre la pollina era y es Dul ha de correr por mí, ó sobre ello
cinea del Toboso; y que el buen San morena. No sino ándése á cada tri
cho , pensando ser el engañador , es quete conmigo á dime y direte , San
el engañado ; y no hay poner más cho lo dijo , Sancho lo hizo, Sancho
duda en esta verdad que en las co tornó y Sancho volvió , como si Sancho
sas que nunca vimos : y sepa el se fuese algún quienquiera, y no fuese
ñor Sancho Panza que también te el mismo sancho Panza , el que an
nemos acá encantadores que nos quie da ya en libros por ese mundo ade
ren bien , y nos dicen lo que pasa lante , según me dijo Sansón Carras
por el mundo pura y sencillamente co , que por lo menos es persona ba
sin enredos ni máquinas; y créame , chillerada por Salamanca, y los ta
Sancho, que la villana brincadora les no pueden mentir si no es cuan
era y es Dulcinea del Toboso , que do se les antoja 6 les viene muy á
está encantada como la madre que cuento : así que, no hay para que
la parió ; y cuando menos nos pen nadie se tome conmigo ; y pues que
semos la habemos de ver en su pro tengo buena fama, y según oí decir
pia figura, y entonces saldrá San á mi señor, que vale más el buen
cho del engaño en que vive . Bien nombre que las muchas riquezas, en
puede ser todo eso, dijo Sancho Pan cájenme ese gobierno , y verán ma
za , y ahora quiero creer lo que mi ravillas ; que quien ha sido buen
amo cuenta de lo que vio en la cue escudero será buen gobernador. Todo
va de Montesinos, donde dice que cuanto aquí ha dicho el buen San
vió a la señora Dulcinea del Tobo cho, dijo la duquesa, son sentencias
so en el mismo traje y hábito que yo catonianas, ó por lo menos sacadas
dije que la había visto cuando la de las mismas entrañas del mismo
encanté por solo mi gusto ; y todo Micael Verino, florentibus occidit
debió de ser al revés , como vuesa annis. En fin , en fin , hablando á su
merced, señora mía, dice ; porque modo, debajo de mala capa suele ha
de mi ruin ingenio no se puede ni ber buen bebedor. En verdad , seño.
debe presumir que fabricase en un ra, respondió Sancho, que en mi vida
instante tan agudo embuste , ni creo he bebido de malicia ; con sed bien
yo que mi amo es tan loco que con podría ser, porque no tengo nada de
tan flaca y magra persuasión como hipócrita : bebo cuando tengo gana ,
la mía creyese una cosa tan fuera y cuando no la tengo, y cuando me
de todo término ; pero , señora , no lo dan, por no parecer ó melindroso
por esto será bien que vuestra bon ó mal criado, que á un brindis le
dad me tenga por malévolo , pues un amigo, ¿ qué corazón ha de ha
no está obligado un porro como yo ber tan de mármol que no haga la
á taladrar los pensamientos y ma razón ? Pero aunque las calzo no las
licia de los pésimos encantadores : ensucio : cuanto más que los escu
yo fingi aquello por escaparme de deros de los caballeros andantes casi
las riñas de mi señor don Quijote , de ordinario beben agua, porque
y no con intención de ofenderle ; y si siempre andan por florestas, selvas
ha salido al revés , Dios está en el y prados, montañas y riscos , sin
cielo, que juzga los corazones. Así hallar una misericordia de vino si
es la verdad , dijo ia duquesa ; pero dan por ella un ojo . Yo lo creo así ,
digame ahora , Sancho, qué es esto respondió la duquesa ; y por ahora
que dice de la cueva de Montesinos, vávase Sancho á reposar, que des
que gustaría saberlo . Entonces San pués hablaremos más largo, y dare .
eho Panza le contó punto por pun mos orden como vaya presto á en
--
334 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
que no pies á tripas ; qui « co decir, el duque , i quién sois , adónde vais ,
que si Dios me ayuda, y yo hago y qué gente de guerra es la que
lo que debo con buena intención, por este bosque parece que atravie
sin duda que gobernaré mejor que sa ? A lo que respondió el correo
un gerifalte: no sino pónganme el con voz horrisona y desenfadada :
dedo en la boca, y verán si aprieto Yo soy el diablo, y voy á buscar á
ó no. Maldito seas de Dios y de to don Quijote de la Mancha ; la gente
dos sus santos, Sancho maldito, dijo que por aquí viene son seis tropas de
don Quijote ; y cuardo será el día, encantadores, que sobre un carro
como otras muchas veces he dicho, triunfante traen á la sin par Dulci.
donde yo te vea hablar sin refranes nea del Toboso : encantada viene
una razón corriente y concertada . con el gallardo francés Montesinos
Vuestras grandezas dejen á este ton á dar orden á don Quijote de cómo
to , señores míos, que les molerá las . ha de ser desencantada la tal seño
almas, no sólo puestas entre dos, ra . Si vos fuérades diablo como de
sino entre dos mil refranes traídos cís , y como vuestra figura muestre ,
tan á sazón y tan á tiempo cuanto ya hubiérades conocido al tal caba
le dé Dios á él la salud , ó á mí si llero don Quijote de la Mancha, pues
los querría escuchar. Los refranes 19 tenéis delante . En Dios y en mi
de Sancho Panza , dijo la duquesa, conciencia , resrondió 1 diablo , que
puesto que son más que los del Co no miraba en ello, porque traigo en
mendador griego, no por eso son tantas cosas divertidos los pensa
menos de estimar por la brevedad mientos, que de la principal á que
de las sentencias. De mí sé decir venía se me olvidaba . Sin duda ,
que me dan mas gusto que otros , dijo Sancho, que este demonio debe
aunque sean mejor traídos y con más de ser hombre de bien y buen cris
sazón acomodados . Con estos y otros tiano , porque á no serlo no jurara
entretenidos razonamientos salieron en Dios y en mi conciencia : ahora
de la tienda al bosque , y en reque yo tengo para mí que aun en el mis
rir algunas paranzas y puestos se les mo infierno debe de haber buena gen
paso el día , v se les vino la noche, te . Luego el demonio , sin apearse,
y no tan clara ni tan sesga como la encaminando la vista á don Quijote,
sazón del tiempo pedía , que era in dijo : A ti , el caballero de los Leo .
la mitad del verano : pero un ciert ) nes (que entre las garras dellos te
claro obscuro que trujo consigo ayu vea yo ) , my envía el desgraciado
dó mucho a la intención de los du pero valiente caballero Montesinos,
ques , y así como comenzó á anoche mandándome que de su parte te digs
cer, un poco más adelante del cre que le esperes en el mismo lugar
púsculo , á deshora pareció que todo que ta topare , á causa que trae con .
el bosque por todas cuatro partos sigo a la que llaman Dulcinea del
se ardía , y luego se oyeron por aqui Toboso, con orden de darte la que
y por allí, por acá y por acullá in. es menester para desencantarla : v
finitas cornetas y otros instrumentos por no ser para más mi venida , no
de guerra , como de muchas tropas ha de ser más mi estada : los d mo
de caballería que por el bosque pasa nios como yo queden contigo, y los
ban . La luz del fuego , el son de los ángeles buenos con estos señores :
bélicos instrumentos casi cegaron v v en diciendo esto tocó el desafora
atronaron los ojos y los oídos de do cuerno, y volvió las espaldas ,
los circunstantes, y aun de todos fuése sin esperar respuesta de nin
los que en el bosque estaban. Luego guno . Renovóse la admiración en
se overon infinitos lelilíes al uso de todos , especialmente en Sancho v
moros cuando entran en las bata don Quijote : en Sancho, en ver quo
llas : sonaron trompetas y clarines, a despecho de la verdad querían qur
retumbaron tambores, resonaron pi estuviese encantada Dulcinea : en
faros, casi todos á un tiempo , tan don Quijote, por no poder asegurar
contino y tan apriesa, que no tuvie se si era verdad 6 no lo que le había
ra sentido el que no quedara sin él pasado en la cu va de Montesinos,
al son confuso de tantos instrumen v estando elevado en estos pensa
tos. Pasmose el duque, suspendiosa mientos, el duque le dijo : ¿ Piensa
la duquesa, admiróse don Quijote, vuesa merced esperar, señor don
tembló Sancho Panza, y finalmente Quijote ? ¿ Puns no ? respondió él :
hasta los mismos sabidores de la aquí esperaré intrépido y fuerte,
causa se espantaron . Con el temor si me viniese á embestir todo el in.
les cogió el silencio , y un postillón fierno . Pues si yo veo otro diablo y
que en traje de demonio les pasó oigo otro cuerno como el pasado,
por delante tocando en vez de cor así esperaré yo aquí como en Flan .
neta un hueco desmesurado cuer des , dijo Sancho. En esto se cerró
no , quie un ronco y espantoso son más la noche , y comenzaron á dis
despedía . Hola, hermano correo, dijo currir muchas luces por el bosque
PARTE II.--- CAPÍTULO XXXV 337
bien asi como discurren por el cie lanta. Luego por el mismo continan.
lo las exhalaciones secas de la tie te llegó otro carro ; pero el que ve
rra , que parecen á nuestra vista es nía sentado en el trono no era viejo
trellas que corren . Oyóse asimismo como los demás , sinc hombrón ro
un espantoso ruido , al modo de aquel busto y de mala catadura, el cual,
que se causa de las ruedas macizas al llegar, levantándose en pie como
que suelen traer los carros de bue. los otros, dijo con voz más ronca y
yes , de cuyo chirrío áspero y con más endiablada : Yo soy Arcalaus el
tinuado se dice que huyen los lobos encantador, enemigo mortal de Ama
y los osos si los hay por donde pa dís de Gaula y de toda su parente
san. Añadióse á toda esta tempestad la , y pasó adelante. Poco desviados
otra que las aumentó todas, que fut de allí hicieron alto estos tres ca
que parecía verdaderamente que á rros , y cesó el enfadoso ruido de sus
las cuatro partes del bosque se esta ruedas ; y luego no se oyó otro rui
ban dando al mismo tiempo cua do, sino un son de una suave y con
tro reencuentros ó batallas, porqie certada música formado, con le
allí sonaba el duro estruendo desde Sancho se alegro y lo tuvo á buena
pantosa artillería, acullá se dispara señal, y así dijo á la duquesa, de
ban infinitas escopetas, cerca casi quien un punto ni un paso se apar
scnaban las voces de los combatien . taba : Señora, donde hay música no
tes , lejos se reiteraban los lelilies puede haber cosa mala . Tampoco
agarenos. Finalmente, las cornetas, donde hay luces y claridad , respon
los cuernos, las bocinas, los clari . dió la duquesa. A lo que replicó
nes , las trompotas , los tambores , la Sancho : Luz da el fuego , y claridad
artillería, los arcabuces, y sobre todo las hogueras, como lo vemos en las
el temeroso ruido de los carros , fur que nos carcan , y bien podría ser
maban todos juntos un son tan con que nos abrasasen ; pero la música
fuso y tan horrendo , que fué menes siempre es indicio de regocijos y de
ter que don Quijote se valiese de todo fiestas. Ello dirá , dijo don Quijote
su corazón para sufrirle ; pero el i' ? que todo lo escuchaba ; y dijo bien,
Sancho vino á tierra , y dió con é! como se muestra en el capítulo si
desmayado en las faldas de la !u guiente .
quesa, la cual le recibió en ellas, y
á gran priesa mandó que le echasen
agua en el rostro . Hizoso así , y él
volvió en su acuerdo á tiempo qua CAPITULO XXXV
va un carro de las rechinantes rue .
das llegaba á aquel puesto. Tirában. Donde se prosigue la noticia que
le cuatro perezosos bueyes todos ch . tuvo don Quijote del desencan
biertos de paramentos negros : An
cada cuorno traían atada y encen
to de Dulcinea, con otros admi
rables sucesos .
dida una grande hacha de cera , V
encima del carro venía hecho un
asiento alto , sobre el cual venía sien Al compás de la agradable música
tado un venerable viejo con una bar vieron que hacia ellos venía un carro
bi más blanca que la misma nieve, y de los que llaman triunfales, tirado
tan lunga , que le pasaba de la cin de seis mulas pardas, encubertadas
tura :su vestidura era una ropa lar empero de lier.zo blanco, y sobre
ga de negro bocací, que por ven : cada una venía un disciplinante de
el carro lleno de infinitas luces se luz, asimismo vestido de blanco , con
podía bien divisar y discernir todo una hacha de cera grande encendida
lo que en el venía. Guiábanle dos en la mano . Era el carro dos veces
feos demonios vestidos del mismo y aun tres mayor que los pasados ,
bccaci con tan feos rostros, que y los lados y encima dél ocupaban
Sancho, habiéndolos visto una vez, otros doce disciplinantes albos como
cerró los ojos por no verlos otra. la niove, todos con sus hachas en
Llegando pues el carro á igualar al cendidas, vista que admiraba y e3
puesto, se levantó de su alto asien . pantaba juntamente ; y en un le
to el viejo venerable , y puesto + vantado trono venía sentada una
pie , dando una gran voz dijo : Yo ninfa vestida de mil velos de tela de
soy el sabio Lirgandeo , y pasó e ! plata , brillando por todos ellos in
carro adeiante sin hablar más pala finitas hojas de argentería de oro ,
bra. Tras este pasó otro carro de la que la hacían , si no rica, á lo menos
misma man ra, con otro viejo entro vistosamente vestida : traía el ros
nizado, el cual haciendo que el cas tro cubierto con un transparente y
rro se detuviese, con voz no menos delicado cendal, de modo que sin
grava que el otro , dijo : Yo soy el impedirlo sus lizos , por entre ellos
sabio Alquife , el grande amigo de se descubría un hermosísimo rostro
Urganda la desconocida, y pasó ade de doncella, y las muchas luces da
22
338 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
todo eso, replicó Sancho, hay tanto breve capítulo dió fin el autor , y
que trasquilar en las dueñas, según comenzó otro ' siguiendo la misma
mi barbero, cuanto será mejor no aventura, que es una de las más
menear el arroz aunque se pegue . notables desta historia .
Siempre los escuderos, respondió do
ña Rodríguez, son enemigos lenues
tros , que como son duendes las
antesalas, y nos ven á cada paso, los CAPITULO XXXVIII
ratos que no rezan ( que son muchos )
los gastan en murmurar de nosotras,
desenterrándonos los huesos. y en Donde se cuenta la que dió de su
terrándonos la fama. Pues mán lo mala andanza la dueña Dolo
les yo á los leños movibles , que mal rida .
que les pese hemos de vivir en el
mundo y en las casas principales ,
aunque muramos de hambre, y cu Detrás de los tristes músicos CO
bramos con un negro monjil nues menzaron á entrar nor el jardín ade
tras delicadas carnes , como quien lante hasta cantidad de doce due
cubre ó tapa un muladar con un ta ñas r-partidas en dos hieras , todas
piz en día de procesión. A fe que vestidas de unos monjiles anchos,
si me fuera dado, y el tiempo lo pi al parecer de anascote batanado, con
diera, que yo diera á entender, no unas tocas blancas de delgado ca
sólo á los presentes, sino a todo el nequí, tan luengas que sólo el ri
mundo , como no hay virtud que no bete del monjil descubrían. Tras
se encierre en una dueña . Yo creo , ellas venía la condesa Trifaldi,
dijo la duquesa, que mi bu na doña quien traía de la mano el escudero
Rodríguez tiene razón , y muy gran Trifaldín de la blanca barba , vesti
de ; pero conviene que aguarde tiem. da de finísima y negra bayeta por
po para volver por sí y por las de frisar, que á venir frisada descubrie
más dueñas, para confundir la mala ra cada grano del grandor de un
opinión de aquel mal boticario , y garbanzo de los buenos de Martos :
desarraigar la que tiene en su pe 1a cola ó falda , ó como llamarla qui
cho el gran Sancho Panza . A lo sieren , era de tres puntas, las cua
que Sancho respondió : Después que les se sustentaban en las manos de
tengo humos de gobernador se me tres pajes asimismo vestidos de lu
han quitado los vaguidos de escu to , haciendo una vistosa y matemá
dero , y no se me da por cuantas tica figura con aquellos tres ángulos
dueñas hay un cabrahigo . Adelante agudos que las tres puntas forma
pasaran con el coloquio dueñesco , si ban , por lo cual cayeron todos los
no oyeran que el pífaro y los tam que la falda puntiaguda miraron ,
bores volvían á sonar, por donde en . que por ella se debía llamar a con
tendieron que la dueña Dolorida en desa Trifaldi, como si dijésemos la
traba. Preguntó la duquesa al duque condesa de las tres faldas : y así dice
si sería bien ir á recibirla, pues era Benengeli que fué verdad , y que de
condesa y persona principal . Por lo su propio apellido se llamaba la con .
que tiene de condesa, respondió San desa Lobuna, á causa que se criaban
cho antes que el duque respondie en su condado muchos lobos , y que
se, bien estoy en que vuestras gran . si como eran lobos fueran zorras , la
dezas salgan á recibirla ; pero por llamaran la condesa Zorruna, nor
lo de dueña, soy de parec r que no ser costumbre en aquellas partes
PARTE 11. - CAPÍTULO XXXVIII 345
tomar los señores la denominación Quijote de a Manchísima, y su es
de sus nombres de la cosa ó cosas cuderísimo Panza . El Panza , antes
en que más sus estados abundan ; que otro respondiese, dijo Sancho,
empero esta condesa por favorecar aqui está, y el don Quijotísimo asi
la novedad de su falda dejó el Lo mismo, y así podréis , do orís ma due
buna v tomó el Trifaldi . Venían las ñísima, decir lo que quisieredísimis,
doce dueñas y la señora á paso le que todos estamos prontos y aparej- di
procesión , cubiertos los rostros con simos á ser vuestros servidorísimos .
unos velos negros y no transparen . En esto se levantó don Quijote, y en
tes como el de Trifaldin , sino tan caminando sus razones a la Dolorida
apretados, que ninguna cosa se tras dueña , dijo : Si vuestras cuitas , an
lucía. Así como acabó de parecer gustiada señora , se pueden prometer
el dueñesco escuadrón , el duque , la alguna esperanza de remedio por al
duquesa y don Quijote se pusieron gún valor ó fuerzas de algún andante
en pie , y todos aquellos que la es caballero , aquí están las mías , que
paciosa procesión miraban . Pararon aunque flacas y breves, todas se em
ias doce dueñas, y hicieron calle, plearán en vuestro servicio . Yo sov
por medio de la cual la Dolorida don Quijote de la Mancha , cuyo asun
se ade antó sin dejarla de la mano to es acudir á toda suerte de menes
Trifaldín. Viendo lo cual el duque , terosos, y siendo esto así, como lo
la duquesa y don Quijote , se ade es , no habéis menester, señora , cap
lantaron obra do doce pasos á reci tar benevolencias, ni buscar preám
birla. Ella , puestas las rodillas en bulos, sino á a llana y sin rodeos
el suelo , con voz antes basta y ron decir vuestros males, que oídos os
ca que sutil y delicada , dijo : Vues. escuchan , que sabrán, si no remediar
tras grandezas sean servidas de no los , dolerse dellos . Oyendo lo cual
hacer tanta cortesía á este su cria la Dolorida dueña hizo señal de qu'
do, digo á esta su criada, porque rer arrojarse á los pies de don Qui
según soy de Dolorida , no acertaré jote, y aun se arrojó , y pugnando por
á responder á lo que debo, á causa abrazárselos, decia : Ante estos pies
que mi extraña y jamás vista des y piernas me arrojo , oh caballero in
dicha me ha llevado el entendimien victo , por s'r los que son basas y
to no sé adónd , y debe de ser muy colunas de la andante caballería :
Lejos , pues cuanto más le busco , me estos pies quiero besar , de cuyos
noe le hallo . Sin él estaría , respon pasos pende y cuelga todo el remedio
dió el duque , señora condesa , el que de mi desgracia. ¡ Oh valeroso an
no descubriese por vuestra persona dant ,, cuyas verdaderas fazañas de
vuestro valor , el cual sin más ver , jan atrás y obscurecen las fabulosas
es merecedor de toda la nata de la de los Amadises, Esplandianes v Be
cortesía , y de toda la flor de las bien lianises ! Y dejando á don Quijote se
criadas ceremonias : y levantándola volvió á Sancho Panza, y asiéndole
de la mano la llevó á asentar en de las manos le dijo : ¡ Oh tú , el más
una silla junto a la duquesa , la cual leal escudero que jamás sirvió á ca
la recibió asimismo con mucho co ballero andante en los presentes ni
medimiento. Don Quijote callaba , y er los pasados siglos , más luengo en
Sancho andaba muerto por ver el bondad que la barba de Trifaldin
rostro de la Trifaldi y de algunas mi acompañador, que está pr sente !
de sus muchas dueñas ; pero no fué bien puedes preciarte que en servir
posible hasta que ellas de su grado al gran don Quijote sirves en cifra
voluntad sa descubrieron . Sosega á toda a caterva de caballeros que
dos todos y puestos en silencio, es han tratado las armas en el mundo .
taban esperando quién le había de Conjúrote por lo que debes á tu bon
romper , y fué a dueña Dolorida con dad fidelísima me seas buen interce
estas palabras : Confiada estoy , señor sor con tu dueño para que luego fa
poderosísimo , hermosísima señora , y vorezca á esa humildísima y desdi
discretísimos circunstantes, que ha chadísima cordesa . A lo que res.
de hallar mi cuitísima en vuestros pondió Sancho : De que sea mi bon
valerosísimos pechos acogimiento no dad, señora mía , tan larga y grande
menos plácido que generoso y do como la barba de vuestro escudero ,
loroso, porque ella es tal, que es
á mí me hace muy poco al caso : bar
bastante á enternecer los mármoles , bada y con bigotes tenga yo mi alm3
y á ablandar los diamantes, y á mo cuando desta vida vaya , que es lo
lificar los aceros de los más endure q119 importa , que de las barbas de
cidos corazones del mundo ; pero acá poco ó nada me curo ; pero sin
Antes que salga á la plaza de vues esas socaliñas ni plegarias yo roga
tros oídos, por no decir orejas, qui ré á mi amo (que sé que me quiero
siera que me hicieran sabidora si
está en este gremio , corro y compa
bien, y más agora que me ha menes
ter para cierto negocio ) qur favorez.
fía el acendradísimo caballero don ca y ayude á vuesa merced en todo
316 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
no conocido, y entre los dos está un digo, pues, que ¿ adónde podrá ir
padrón asimismo de metal , y en el una dueña con barbas ? ¿ Qué padro
escritas en lengua siriaca unas le ó qué madre se dolerá della ? ¿ Quién
tras, que habiéndose declarado en la la dará ayuda ? pues aun cuando tie
candayesca, y ahora en la castellana, ne la tez lisa, y el rostro martirizado
encierran esta sentencia : « No 00 con mil suertos de menjurjes y mu
»brarán su primera forma estos dos das, apenas halla quien bien le quie
»atrevidos amantes, hasta que el va ra , ¿ qué hará cuando descubra he
» leroso Manchego venga conmigo á cho un bosque su rostro ? ¡ Oh dueñas
plas manos en singular batalla , que y compañeras mías ! en desdichado
» para sólo su gran valor guardan 10 punto nacimos, en hora menguada
hadus esta nunca vista aventura . » nuestros padres nos engendraron ;
Hecho esto sacó de la vaina un an y diciendo esto dió muestras de des .
cho y desmesurado alfanje, y asien mayarse .
dome á mí por los cabellos hizo fin
ta de querer segarme la gola y cor
tarme á cercén la cabeza. Turbéme,
pegóseme la voz á la garganta, quedé CAPITULO XL
mohina en todo extremo ; pero con
todo me esforcé lo más que pude, y
con VOZ tembladora y doliente le De cosas que atañen y tocan á esta
dije tantas y tales cosas que le hicie aventura y á esta memorable his.
ron suspender la ejecución de tan ri toria .
goroso castigo . Finalmente , hizo traer !
ante sí todas las dueñas de palacio ,
que fueron estas que están presentes, Real y verdaderamente todos los
y después de haber exagerado nues que gustan de semejantes historias
tra culpa, y vituperado las condi como esta deben de mostrarse agra
ciones de las dueñas, sus malas ma decidos á Cide Hamete , su autor pri
ñas y peores trazas, y cargando á mero, por la curiosidad que tuvo en
todas laculpa que yo sola tenía , dijo contarnos las semínimas dalla, sin
que no quería con pena capital causn dejar cosa por menuda que fuese
tigarnos, sino con otras penas dita que no la sacase á luz distintamente .
tadas, que nos diesen una muerte ci Pinta los pensamientos, descubre las
vil y continua : y en aquel mismo imaginaciones, responde á las tácitas ,
momento y pinto qu acabó de de. aelara las dudas , resuelve los argu
cir esto , sentimos todas que se nos mentos, finalmente los átomos del
abrían los poros de la cara, y que por más curioso deseo manifiesta . Oh
toda ella nos punzaban como con autor celeberrimo ! ¡ Oh don Quijote
puntas de agujas. Acudimos luego dichoso ! ¡ Oh Dulcinea famosa ! ¡ Ob
con las manos á los rostros, y hallá Sancho Panza gracioso ! todos juntos ,
monos de la manera que ahora ve y cada uno de por sí viváis siglos
réis : y luego la Dolorida y las de. infinitos para gusto y general pasa
más dueñas alzaron los antifacs con tiempo de los vivientes.
que cubiertas venian , I descubriendo Dice, pues, la historia , que así co
los rostros , todos poblados de barbaş, mo Sancho vió desmayada á la Dolo
cuáles rubias, cuáles negras , cuáles rida, dijo : Por la fe de hombre de
blancas, y cuales albarrazadas, de cu bien juro, y por el siglo de todos mis
ya vista mostraron quedar admirados pasados los Panzas, que jamás he oído
el duque y la duquesa, pasmados don ni visto, ni mi amo me ha contado ,
Quijote y Sancho, y atónitos todos ni en su pensamiento ha cabido se
los presentes ; y la Trifaldi prosi mejante aventura como esta. Válga
guió : Desta manera nos castigó aquel te mil Satanas's, por no maldecirte,
follón y mal intencionado de Ma por encantador y gigante Maram
lambruno, cubriendo la blancura y bruno, ¿ y no hallaste otro género ile
morbidez de nuestros rostros con la castigo que dar á estas pecadoras
aspereza destas cerdas, que pluguier3 sino el de barbarlas ? Cómo, iy no
al cie'o que antes con su desmesura fuera mejor , y á ellas les estuviere
do alfanje nos hubiera derribado las más á cuento, quitarles la mitad de
testas , que no que nos asombrara la las narices de medio arriba, aunque
luz de nuestras caras con esta borra hablaran gangoso, que no ponerles
que nos cubre : porque si entramos barbas. Apostaré yo que no tienen
en cuenta , s ñores míos (y esto que hacienda para pagar á quien las rape ,
voy a decir ahora lo quisiera decir Así es la verdad, señor, respondió
hechos mis ojos fuentes ; pero la una de las doce, que no tenemos ha
consideración de nuestra desgracia , cienda para mondarnos, y así hemos
los mares que hasta aquí han llovi tomado algunas de nosotras por re
do, los tienen sin humor y secos como medio ahorrativo de usar de unos
aristas , y así lo diré sin lágrimas ) : pegotes ó parches pegajosos, y apli
PARTE 11. - CAPÍTULO XL 319
cándolos á los rostros , y tirando de lleva un portante por los aire sin
golpe, quedamos rasas y lisas como tener alas, que el que lleva encima
fondo de mortero de piedra : que puede llevar una taza llena de agua
puesto que hay en Candava mujeres en la mano sin quesederrame go
que andan de casa en casa á quitar ta, según camina llano y reposado,
el vello y pulir las cejas , y hacer por lo cual la linda Magalona se hol
otros menjurjes tocantes á muier's , gaba mucho de andar caballera en él ,
nosotras las dueñas de mi señora por A esto dijo Sancho : Para andar re
jamás quisimos admitirlas, porque posado y llano mi rucio, puesto que
las más oliscan á terceras, habiendo no anda por los aires, pero por la
dejado de ser primas, y si por el se tierra yo le cutiré con cuantos por
ñor don Quijote no somos remediadas , tantes hay en el mundo. Riéronse to
con barbas nos llevarán á la sepultu dos , y la Dolorida prosiguió : Y es
ra. Yo me pelaría las mías , dijo don tal caballo, si es que Malambruno
Quijote, en tierra de moros, si no re quiere dar fin a nuestra desgracia ,
mediase las vuestras. A este pun antes que sea media hora entrada
co volvió de su desmayo la Tri la noche estará en nuestra pro
faldi, y dijo : El retintín desa pro sencia, porque él me significó que
mesa , valeroso caballero, en medio la señal que me daría por donde
de mi desmayo llegó á mis oídos , yo entendiese que había hallado et
y ha sido parte para que yo déi vuel caballo que buscaba, sería enviarme
va y cobre todos mis sentidos; y el caballo donde fuese con comodi
así de nuevo os suplico, andante ín dad y presteza . ¿ Y cuántos ca
clito y señor indomablº, vuestra gra ben en este, caballo ? preguntó San
ciosa promesa se convierta en obra . cho . Dolorida respondió : Dos
Por mí no quedará , respondió don p_rsonas , la una en la silla y la
Quijote : ved , señora, qué es lo que otra en las ancas, y por la mayor
tengo de hacer, que el ánimo está parts estas tales dos personas son ca
muy pronto para serviros. Es el caso , ballero y escudero , cuando falta al
respondió la Dolorida , que desde aquí guna robada doncolla . Querría yo sa
al reino de Candaya si se va por tie ber, señora wolorida , dijo Sancho,
rra hay cinco mil leguas, dos más ó qué nombre tiene ese caballo. En
menos ; pero si se va por el aire , y nombre , respondió la Dolorida , no es
por la línea recta, hay tres mil y dos como el caballo de Belerofonte, que
cientas y veintisiete . Es también de se llamaba Pegaso ; ni como el del
saber , que Malambruno me dijo que Magno Alejandro, llamado Bucéfalo ;
cuando la suerte me d'parase al ca ni como el del furioso Orlando , cuyo
ballero nuestro ibertador, que él le nombre fué Brilladoro ; ni menos Ba
enviaría una cabalgadura harto me parte, que fué el de Reinaldos de
jor y con menos malicias que las Montalván ; ni Frontino , como el de
que son de retorno, porque ha de ser Rugero ; ni Bootes , ni Peritoa , como
aquel mismo caballo de madera sobre dicen que se llaman los del sol , ni
quien llevó al valeroso Pierres ro tampoco se llama Orelia, como el ca
bada á la linda Magalona, el cual ballo en que el desdichado Rodrigo,
caballo se rig ? por una clavija que último rey de los godos, entró en a
tiene en la frente, que le sirve de batalla donde perdió la vida y el rei .
freno , y vuela por el aire con tanta no . Yo apostaré , dijo Sancho, que
ligereza , que parece que los mismos pues no le han dado ninguno desos
diablos le llevan. Este tal caballo, se famosos nombres de caballos tan co
gún es tradición antigua, fué com nocidos, que tampoco le habrán dado
puesto por aquel sabio Merlín . Pres al de mi amo , Bocinante , que en ser
tósele á Pierres, que era su amigo, propio excede á todos los que se han
con el cual 'hizo grandes viajes, y nombrado. Así es , respondió la bar
robó , como se ha dicho á la linda bada condesa ; pero todavía le cuadra
Magalona, llevándola á las ancas por mucho , porque se llama Clavileño el
el aire, dejando embobados á cuan Alígero , cuyo nombre conviene con
tos desde la tierra los miraban , y no el ser de leño , y con la cavija que
le prestaba sino á quien él queria ó trae en la frente , y con la ligereza,
mejor se lo pagaba, y desde el gran con que camina , y así en cuanto al
Pierres hasta ahora, no sabemos que nombre bien puede competir con el
haya subido alguno en él . Dallí le famoso Rocinante . No me desconten .
ha sacado Malambrune con sus artes, ta el nombre , replicó Sancho ; pero
le tiene en su poder, y se sirve del ¿ con qué freno ó con qué jáquima se
en sus viajes, que los hace por mo gobierna ? Ya he dicho , respondió la
mentos por diversas partes del mun . Trifaldi, que con la clavija , que vo:
do , y está hoy aquí y mañana en viéndola á una parte ó á otra el ca
Francia, y otro día en Potosí : y es ballero que va encima, le hace cami
lo bueno, que el tal caballo ni come nar como quiere , ó va por los aires ,
ni duerme, ni gasta herraduras, y ó ya rastreando y casi barriendo la
350 DON QUIJOTE DE LA MANCHA ,
1
tierra, ó por el medio , que es el que no ; pues á fe que no tenéis razón ,
se busca y se ha de tener en todas que dueñas hay en mi casa que pue
las acciones bien ordenadas. Ya lo den ser ejemplo de dueñas, que aquí
querría ver, respondió Sancho ; pero está mi doña Rodriguez, que no me
pensar que tengo de subir en ei, ni dejará decir otra cosa . Más que la
en la silla ni en las ancas, es pedir diga Vuestra Excelencia , dijo la Ro
peras al olmo . Bueno es que apenas driguez , que Dios sabe la verdad de
puedo tenerme en mi rucio , y sobre todo, y buenas ó malas, barbadas o
una a barda más blanda que la mes- lampiñas que seamos las dueñas, tam
ma seda, y querrían ahora que me bién nos parieron nuestras madres
tuviese en unas ancas de tabla sin co- como á las otras mujeres ; y pues
jín ni almohada alguna: pardiez, yo Dios nos echó en el mundo , él sabe
Bo me pienso moler por quitar las para qué, y á su misericordia me
barbas á nadie ; cada cual se rape atengo, y no á las barbas de nadie .
como más le viniere á cuento, que Ahora bien , señora Rodríguez, dijo
yo no pienso acompañar á mi se- don Quijote , y señora Trifaldi y com
ñor en tan largo viaje ; cuanto más pañía, yo espero en el cielo que mi
que yo no debo hacer al caso para el rará con buenos ojos vuestras cuitas,
rapamiento destas barbas, como lo que Sancho hará : o que yo le man
soy para el desencanto de mi señora dare, ya viniese Clavileño, y ya me
Dulcinea. Si sois, respondió la Tri- viese con Malambruno, que yo sé que
faldi , y tanto, que sin vuestra pre- no habría navaja que con más faci
sencia entiendo que no haremos nada. lidad rapase á vuestras mercodes,
Aquí del rey, dijo Sancho, ¿ qué tie- como mi espada raparía de los hom
nen que ver los escuderos con las bros la cabeza de Malambruno : que
aventuras de sus señores ? ¿ Hanse Dios sufre á los malos , pero no para
llevar ellos la fama de las que aca- siempre. ¡ Ay! dijo á esta sazón la
ban , y hemos de llevar nosotros el Dolorida, con benignos ojos miren
trabajo ? cuerpo de mil aun si dije- á vuestra grandeza, valeroso caba
sen los historiadores : el tal caballe- llero , todas las estrellas de las re
ro acabó la tal y tal aventura, pero giones celestes, é infundan en vues
con ayuda de fulano su escudero , sin tro ánimo toda prosperidad y valen
el cual fuera imposible el acabarla ; tía, para ser escudo y amparo del
pero i que escriban á secas don Para í . vituperoso y abatido género dueñes
pomenón de las Tres Estrellas acabo co, abominado de boticarios, mur
la aventura de los seis vestiglos , sin murado de escuderos y soca iñado
nonbrar la persona de su escudero, de pajes, que mal haya la bellaca que
que se halló presente á todo, como si en la fior de su edad no se metió
no fuera en el mundo ! Ahora, seño- primero á ser monja que á dueña :
res, vuelvo á decir que mi señor se desdichadas de nosotras las dueñas .
puede ir solo , y buen provecho ie que aunque vengamos por línea rec .
haga, que yo me quedaré aquí en ta de varón en varón del mismo Héc
compañía de la duquesa mi señora, tor el troyano , no dejaran de echar
podría ser que cuando volviese ha nos un vos nuestras señoras si pen
llase mejorada la causa de la señora sasen por ello ser reinas. ¡ Oh gi
Dulcinea en tercio y quinto , porque gante Malambruno, que aunque eres
pienso en los ratos ociosos y des encantador, eres certísimo en tus
ocupados darme una tanda de azo promesas, envíanos ya al sin par
tes, que no me la cubra pelo Con Clavileño, para que nuestra desdi.
todo eso , le habéis de acompañar si cha se acabe, que si entra el calor,
fuere nocesario, buen Sancho, por- y estas nuestras barbas duran , guay
que os lo rogarán buenos , que no de nuestra ventura ! Dijo esto con
han de quedar por vuestro inútil tanto sentimiento la Trifaldi, que sa
temor tan poblados los rostros des có las lágrimas de os ojos de todos
tas señoras , que cierto sería mal los circunstantes, y aun arrasó los
easo. Aquí del rey otra vez, replicó de Sancho ; y propuso en su corazón
Sancho; cuando esta caridad se hi- de acompañará su señor hasta las
eiera por algunas doncellas recogi- últimas partes del mundo, si es que
das , ó por a gunas niñas de la doc en ello consistiese quitar la lana de
trina, pudiera el hombre aventurar aquellos venerables rostros.
se á cualquier trabajo: pero que lo
sufra por quitar las barbas á due
ñas , ¡mal año ! más que las viese
yo á todas con barbas desde la ma
yor hasta la menor, y de la más me
lindrosa hasta la más repulgada. Mal
estáis con las dueñas, Sancho ami
go , dijo la duquesa, mucho og vais
tras la opinión del boticario to eda
PARTE II. - CAPÍTULO XLI 351
legión de diablos que den con noso tamos. No hagas tal, respondió don
tros en Peralvillo ? Cubriéronse , y Quijote, y acuérdate del verdadero
sintiendo don Quijote que estaba cuento del licenciado Torralva, á
como había de estar, tentó la clavija , quien llevaron los diablos fin volan
y apenas hubo puesto los dedos en das por el aire caballero en una caña,
ella cuando todas las dueñas y cuan oʻrrados los ojos , y en doce horas
tos estaban presentes lovantaron las llegó á Roma, y se apeó en Torre
voces diciendo : Dios te guíe, vale de Nona, que es una calle de la ciu
roso caballero , Dios sea contigo, .S dad , y vió todo el fracaso y asalto y
cudero intrépido : ya , ya vais por muerte de Borbón , y por la mañana
esos aires , rompiéndolos con más ya estaba de vue ta en Madrid , don
velocidad que una saeta ; ya CO de dió cuenta de todo lo que había
menzáis á suspender y admirar á visto ; el cual asimismo dijo, que
cuantos desde la tierra os están mi cuando iba por al aire le mandó el
rando. Tente , valeroso Sancho, que diablo que abriese los ojos , v los
te bamboleas, mira no caigas, que abrió , v se vió tan cerca , á su pare
será por tu caída que la del cer, del cuerpo de la luna, que la
atrevido mozo que quiso regir al pudiera asir con la mano, y que no
carro del sol su padre. Oyo Sancho osó mirar á la tierra por no desva
las voces , y apretándose con su amo , necerse : así que , Sancho, no hay
y ciñéndole con los brazos le dijo : para que descubrirnos, que el que nos
Señor, ¿ cómo dicen estos que vamos lleva a cargo él dará cuenta de nos.
tar altos, si alcanzan acá sus voces , otros , y quizá vamos tomando puntas
y no parece sino que están aquí ha y subiendo en a to para dejarnos
blando junto á nosotros ? No repares caer de una sobre el reino de Canda
en eso , Sancho, que como estas cosas ya, como hace el sacre ó nebií sobre
y estas volaterías van fuera de los la garza para cogerla por más que
cursos ordinarios, de mil leguas ve se remonte ; y aunque nos parece
rás y oirás lo que quisieres , y no que no ha media hora que nos parti
me aprietes tanto , que me d'rribas ; mos del jardín , créeme que debemos
y en verdad que no sé de qué te tur de haber hecho gran camino . No sé
625 ni te espantas, que osaré jurar lo que es, respondió Sancho Panza,
que en todos los días de mi vida he sólo sé decir que si la señora Maga
sutido en cabaigadura de paso más llanes ó Magalona se contentó destas
llano : no parece sino que no nos mo ancas, que no debía de ser muy tier
vemos de un lugar. Destierra, Eme na de carnes. Todas estas pláticas
go , el miedo , que en efecto la cosa de los dos valientos oían el duque y
va como ha de ir , y el viento lleva la duquesa y los del jardín, de que
mos en popa. Así es la verdad , res. recibían extraordinario contento ; y
pondió Sancho, que por este lado queriendo dar remate á la extraña y
me da un viento tan recio , que pa bien fabricada aventura , por la cola
reca que con mil fuelles me están de Clavileño le pegaron fuego con
soplando ; y así era Allo, que unos unas estopas, y al punto , por estar
grandes fuelles le estaban haciendo el caballo lleno de cohetes tronado .
aire . Tan bien trazada estaba la tal res , voló por los aires con extraño
aventura por el duque y la duquesa y ruido , y dió con don Quijote y con
su mayordomo, que no le falto e Sancho Panza en el suelo medio cha
quisito que la dejase de hacer per muscados . En este tiempo ya se ha
fecta . Sintiéndose pues soplar don bía desaparecido del jardín todo el
Quijote , dijo : Sin duda alguna, San . barbado escuadrón de las dueñas, y
cho . que ya debemos de llogar á la la Trifaldi y todo ; y los del jardín
segunda región del aire , adonde se quedaron como desmayados tendidos
engendra el granizo y las nieves : los por el suelo. Don Quijote y Sancho
truenos, los relámpagos y los rayos se levantaron maltrochos, y mirando
bíendo , presto daremos en la región á todas partes quedaron atónitos de
y si es quș, desta manera vamos su verse en el mismo jardín de donde
hiendo, presto daremos en la región habían partido , y de ver tendido por :
del fuego, y no sé yo cómo templar tierra tanto número de gente ; V
esta clavija para que no subamos don creció más su admiración cuando a
de nos abrasemos . En esto con unas un lado del jardín vieron hincada
estopas ligeras de encenderse y apa una lanza en el suelo , y pendiente
garse, desde lejos, pendientes de una della y de dos cordones de seda ver
caña, lºs calentaban los rostros. San. do un pergamino liso y blanco , en
cho, que sintió el calor, dijo : Que el cual con etras de oro estaba os
me maten si no estamos ya en el lu crito lo siguiente :
gar del fuego ó bien cerca, porque « El ínclito caballero don Quijote
una gran parte de mi barba se me de la Mancha feneció y acabó 19
ha chamuscado, y estoy, señor , por aventura de la condesa Trifaldi , por
descubrirme y ver en qué parte es potro nombre llamada la dueña Do
23
35+ DON QUIJOTE DE LA MANCHA
plorida, y compañía , con sólo inten tapaba los ojos , y por allí miré la
tarla . tierra y parecióme que toda ella no
Malambruno se da por contento y era mayor que un grano de mostaza .
> satisfecho á toda su voluntad , y las y los nombres que andaban sobre
» barbas de las dueñas ya quedan li ella poco mayores que avellanas, por
» sas y mondas, y los reyes don Cla que se vea cuán altos debíamos de ir
»vijo y Antonomasia en su pristino entonces. A esto dijo la duquesa :
restado ; y cuando se cumpliere el Sancho amigo , mirad lo que decís,
Þescuderil vápulo , 12 blanca paloma que á lo que parece vos no vie
589 verá adre de los pestíferos giri teis la tierra, sino los hombres que
ofaltes que la persiguen , y en bra andaban sobre ella ; y está claro que
» zos de su querido arrullador, que si la tierra os parecið como un grano
masi ordenado por el sabio Mer de mostaza y cada hombre como una
» in , protoencantador de los encan avellana , un hombre solo había de
tadores. ) cubrir toda la tierra. Así es verdad ,
Habiendo pu's don Quijote leído respondió sancho ; pero con todo eso
las letras del pergamino , claro en la descubrí por un ladito, y la vi
tendió que del desencanto de Dulci toda. · Mirad , Sancho , dijo la duque
nea hablaban , y dando muchas gra sa, que por un adito no se ve el todo
cias al cielo de que con tan poco pe de lo que se mira. Yo no sé esas mi
ligro hubiese acabado tan gran fe radas, replicó Sancho, sólo sé que
cho , reduciendo á su pasada tez los será bien que vuesa señoría entien .
rostros de las ven rables dueñas, que da que pues volábamos por encanta
ya no parecían , se fué adonde el du mento , por encantamento podía yo
que y la duquesa aun no habían vuel ver toda la tierra y todos los hom
to en sí , y trabando de la mano al bres por doquiera que los mirara ;
duque le dijo : Ea, buen señor, buen y si esto no se me cres , tampoco
ánimo, buen ánimo, que todo es nada , creerá vuesa merced cómo descu
la aventura es ya acabada sin daño de briéndome por junto á las cejas
barras , como lo muestra claro el es me vi tan junto al cielo, que no
crito que en aquel padrón está puesto . había de mí á él palmo y medio ,
El duque poco a poco , y como quien por lo que pu do jurar, señora mía,
de un pesado sueño recuerda, fué vol que es muy grande además ; y suce
viendo en sí y por el mismo tenor dió que íbamos por parte donde es
la duquesa y todos los que por el tán las siete cabrillas; y en Dios y
jardín estaban caídos, con tales mues. en mi ánima que como yo en mi ni
tras de maravilla y espanto , que casi ñez fuí yn mi tierra cabrerizo, que
89 podían dar á entender haberles así como las ri me dió una gana
acontecido de verás lo que tan bien entretenerme con ellas un rator si
sabían fingir de burlas. Lego el du no* la cumpliera me parece que re
que el cartel con los ojos medio ce ventara. Vengo, pues, y tomo, y qué
rrados , y luego con los brazos abier. hago , sin decir nada a nadie , ni á mi
tos fué à abrazar á don Quijota, di señor tampoco, bonita y pasitamente
ciéndole ser el más buen caballero me apeé de C.avileño, y me entre
que en ningún siglo se hubiese vis. tuve con las cabrillas, que son como
to. Sancho andaba mirando por la unos alhelias y como unas flores, casi
Dolorida, por ver qué rostro tenía tres cuartos de hora, y Clavileño no
sin las barbas, v si era tan hermosa se movió de un lugar ni pasó ade
sin ellas como su gallarda disposición lante . Y en tanto que el buen San
promatía ; pero dijéronle que así cho Se entretenía con las cabras,
como Clavileño bajó ardiendo por los preguntó " l duque, en qué se en
aires y dió en el suelo , todo el escua tretenía el señor don Quijote ? A lo
drón de las dueñas con la Trifa di que don Quijote respondió : Como
había desaparecido, y que ya iban todas estas cosas y estos tales suce .
rapadas y sin cañones. Priguntó la sos wan fuera del orden natural, no
duqnesa á Sancho que cómo le había es mucho qu ^ Sancho diga lo que
ido en aquel largo viaje. A lo cual dice : de raí sé decir que ni me des
Sancho respondió : Yo, señora, senti cubrí por alto ni por bajo , ni vi el
que íbamos, según mi señor me dijo , cielo ni la tierra, ni la mar, ni las
volando por la r'gión del fuego, y arenas . Bien es verdad que sentí que
quise descubrirme un poco los ojos ; pasaba por la r " gión del aire, v aun
pero mi amo, á quien pedí licen que tocaba a la del fuego , pero que
cia para descubrirme, no lo consin pasásemos de allí no lo puedo creer ,
tió ; mas yo , que tengo no sé qué pues estando la región del fuego en
briznas de curioso , y de descar $ tre al cielo de la luna y la ú tima
ber lo que se me estorba é impide , región del aire , no podíamos llegar
bonitamente y sin que nadie lo vie al cielo donde están las siete cabri.
5 ° , por junto a las narices aparté llas que Sancho dice , sin abrasar
tanto cuanto el pañizuelo que me nos : y pues no nos asuramos , ó San.
PARTE IJ. - CAPÍTULO XLII 350
que tiene el padre alcalde... y siendo sabe el necio en su casa , que el cuer
yo gobernador , que es más que ser do en la ajena. Eso , no , Sancho, res
alcalde , llegaos, que la dejan ver, no pondió don Quijote, que el recio en
sino popen y calóñerme, que vendrán su casa ni en la ajena sabe nada , á
por lana y volverán trasquilados , y á causa que sobre el cimento de la ne
quien D'os quiere bien , la casa le sa cedad no asienta niegún discreto edi .
be , y las necedades del rico por sen . ficio ; y dejemos esto aquí , Sancho,
tencias pasan en el mundo , y siéndolo que si mal gobernares, tuya será la
yo, siendo gobernador y juntamente culpa, y mía la vergüenza ; mas con
liberal como lo pienso ser , no habrá suélome que he hecho lo que debía
falta que se me parezca : no sino ha en aconsejarte con las veras y con la
ceos miel , y paparos han moscas ; discreción á mí posible : con esto sal
tanto vales cuanto tienes, decía una go de mi obligación y de mi prome
mi agüela, y del hombre arraigado no sa ; Dios te guie , Sancho, y te gobier
te verás vengado. Toh maldito seas ne en tu gobierno, y á mi saque del
de Dios, Sancho ! dijo á esta sazón escrúpulo que me queda, que has da
don Quijote : sesenta mil Satanases te dar con toda la insula patas arriba,
llevien á ti y á tus refranes : una ho
ra ha que los estás ensartando, y dán * cosa que pudiera yo excusar con des
cubrir al duque quién eres , diciéndo
dome con cada uno tragos de tormer le que toda esa gordura y esa perso
to. Yo te aseguro que estos refranes nilla que tienes no es otra cosa que
te han de llevar an día á la horca ; un costal lleno de refranes y de ma
por ellos te han de quitar el gobierno iicias. Señor , replicó Sancho, si
tus vasallos, o ha de haber entre ellos vuesa merced le parece que no soy de
comunidades. Dime , ¿ dónde los ha pro para este gobierno , desde aquí le
llas, ignorante ? có como los aplicas, suelto , que más quiero un solo negro
mentecato ? que para decir yo uno , y de la uña de mi alma, que á todo mi
aplicarle bien, sudo y trabajo como si cuerpo, y así me sustentaré Sancho á
.cavase. Por Dios , señor nuestro amo, secas con pan y cebolla, como gober
replicó Sarcho, que vuesa merced se nador con perdices y capones ; y más,
queja de bien pocas cosas . A qué dia que mientras se duerme todos son
blos se pudre de que yo me sirva de iguales, los grandes y los menores,
mi hacienda, que ninguna otra tengo , los pobres y los ricos ; y si vues
ni otro caudal alguno, sino refranes y merced mira en ello, verá que sólo
más refranes, y ahora que se me vuesa merced me ha puesto en esto
ofrecen cuatro que venían aquí pinti de gobernar , que yo no sé más de go
parados 6 como peras en tabaque; pe biernos de insulas que un buitre ; y si
al buen callar
ro no los diré, porqueSancho se imagina que por ser gobernador
llaman Sancho . Ese no eres
me ha de llevar el diablo, más me
tú , dijo don Quijote, porque no sólo quiero ir Sancho al cielo que gober
no eres buen callar, siro mal hablar y nador al infierno . Por Dios, Sancho ,
mal porfiar, y con todo eso querría dijo don Quijote, que por solas estas
saber qué cuatro refranes te ocurrian últimas razones que has dicho juzgo
ahora á la memoria que venían aquí que mereces ser gobernador de mil
á proposito , que yo ando recorriendo ínsulas : buen natural tienes, sin el
la mía , que la tengo buena, y nin cual no hay ciencia que valga : enco
guno se me ofrece . Qué mejores , dijo miéndate á Dios , y procura no errar
Sancho , que entre dos muelas corda en la primera intención : quiero decir
les nunca pongas tus pulgares ; y, á que siempre tengas intento y firme
idos de mi casa, y qué quereis con
propósito de acertar en cuantos nego
mi mujer, no hay responder ; y , si cios te ocurrieren , porque siempre fa
da el cántaro en la piedra, ó la piedra vorece el cielo los buenos deseos ; y
en el cántaro , mal para el cantaro : vámonos á comer ; que creo que ya
todos los cuales vienen a pelo. Que estos señores dos aguardan .
nadie se toma con su gobernador ni
con el que le manda, porque saldrá
lastimado , como el que pone el dedo
entre dos muelas cordales, y aunque CAPITULO XLIV
10 sean cordales, crmo sean muelas,
no importa , y á lo que dijere el go
bernador no hay que replicar, como
Cómo Sancho Panza fué llevado il
al salíos de mi casa , y qué queréis
con mi mujer : pues lo de la piedra gobierno y la extraña aventura
que en el castillo sucedió á don
en el cántaro un ciego lo verá. Asi
que , es menester que el que ve la Quijote.
mota en el ojo ajeno , vea la viga en
el suyo , porque no se diga por él : Dicen que en el propio original
desta historia se lee , que llegando Ci
espantóse la muerte de la degollada ; de Hamete á escribir este capítulo no
I vuesa mereed sabe bien, que más le tradujo su intérprete como él le ha
350 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
bía escrito , que fué un modo de que. naire que queda referido ; y con esto ,
ja que tuvo el moro de sí mismo por y con ir industriado de sus señores
haber tomado entre manos una his de cómo se había de haber con San
toria tan seca y tan limitada como cho , salió con su intento maraviilo
esta de don Quijote, por parecerle que samente. Digo pues , que acaeció que
siempre habia de hablar dél y de Sau . así como Sancho vio al tal mayordo
cho, sin osar extenderse á otras digre mo, se le figuró en su rostro el mis
siones y episodios más graves y más mo de la Trifaldi, y volviéndose
entretenidos ; y decía que el ir sien . su señor, le dijo : Señor, o á mí me
pre atenido el entendimiento, la mano ha de llevar el diablo de aquí de
y la piuma á escribir de un solo $11 donde estoy en justo y en creyente ,
jeto, y hablar por las bocas de pocas ó vuesa merced me ha de confesar
personas, era un trabajo incompara que el rostro deste mayordomo del
ble, cuyo fruto no redundaba en el duque, que aquí está, es el mesmo de
de su autor ; y que por huir deste in la Dolorida, Miró don Quijote atenta
conveniente había usado en la prime mente al mayordomo, y habiéndole
ra parte del artificio de algunas noves mirado, dijo a Sancho : No hay para
las , como fueron la del Curioso im. qué te lleve el diablo, Sancho, ni en
pertinente, y la del Capitán cauti. justo ni en creyente (que no sé lo que
to, que están como separadas de la quieres decir) , que el rostro de la Do
1: istoria, puesto que las demás que lorida es el del mayordomo;pero no
aili se cuentan son casos sucedidos al por eso el mayordomo es la Dolorida ,
nismo don Quijote , que no podían que á serlo implicaria contradicción
dejar de escribirse. También penso, muy grande , y no es tiempo ahora de
como él dice, que muchos, llevados de hacer estas averiguaciones , que sería
la atención que piden las hazañas de entrarnos en intrincados laberintos.
don Quijote, no la darían á las nove Créeme , amigo , que es menester ro
tas, y pasarían por ellas 6 con priesa gur á nuestro Señor muy de veras
6 on enfado, sin advertir la gala y que nos libre á los dos de malos
artificio que en sí contienen , el cual hechiceros y de malos encantado
Se mostrara bien al descubierto cuan. res . No es burla , señor , replicó
do por sí solas , sin arrimarse á las lo Sancho, sino que denantes le of ha
curas de don Quijote ni á las sande blar, y no pareció sino que la voz
ces de Sancho , salieran á luz : y así de la Trifaldi me sonaba en los oídos ,
en esta segunda parte no quiso in Ahora bien , yo callaré ; pero no de
gerir novelas sueltas ni pegadizas, si jaré de andar advertido de aquí ade
no algunos episodios que lo parecie lante á ver si descubro otra señal que
sen , nacidos en los mismos sucesos confirme o desfaga mi sospecha. Asi
que la verdad ofrece, y aun estos lo has de hacer, Sancho , dijo don
limitadamente, y con solas las pala . Quijote, y darásme aviso de todo lo
bras que bastan á declararlos : y pues que en este caso descubrieres, y de
se contiene y cierra en los estrechos todo aquello que en el gobierno te so
límites de la narración , teniendo ha cediere. Salió en fin Sancho acompa .
bilidad , suficiencia y entendimiento ñado de mucha gente, vestido á lo
para tratar dil universo todo, pide letrado , y encima un gaban muy an
no se desprecie su trabajo, y se le cho de camelote de aguas leonado , con
den alabanzas, ne por lo que escribe, una montera de lo mismo, sobre un
sino por lo que ha dejado de escri. macho á la jineta, y detrás dél, per
bir ; y luego prosigue la historia 'orden del duque, iba el rocio con
diciendo, que en acabando do comer jaeces y ornamentos jumentiles de se
don Quijote el día que dió los con da y flamantes. Volvía Sancho la ca
sejos á Sancho, aquella tarde se los beza de cuando en cuando á mirar a
dió escritos, para que él buscase su asno, con cuya compañía iba tan
quien se los leyese ; pero apenas se contento, que no se trocara con el em.
los hubo dado, cuando se le cayeron perador de Alemania.
y vinieron á manos del duque , que Al despedirse de los duques les
los comunicó con la duquesa, y los beso las manos , y tomó la bendición
dos se admiraron de nuevo de la de su señor, que se la dió con lágri .
locura y del ingenio de don Qui mas, y Sancho la recibió con pucheri
jote ; y así llevando adelante sus bur. tos . Deja , lector amable, ir en paz .
las, aquella tarde enviaron á Sancho enhorabuena al buen Sáncho , y es.
con mucho acompañamiento al lugar pera dos fanegas de risa que te ha
que para el había de ser insula . de causar el saber cómo se porto en
su cargo ; y en tanto atiende a saber
Acaeció pues , que el que le llevaba lo que le pasó á su amo aquella no
á cargo era un mayordomo del duque , che , que si con ello no rieres , por lo
muy discreto y muy gracioso , que no menos desplegarás los labios con risa
puede haber gracia donde no hay dis de jimia , porque los sucesos de don
creción ; el cual había hecho la perso
na de la condesa Trifaldi con el do Quijote o se han de celebrar con eda
PARTE II. -CAPÍTULO XLIV 361
miración o con risa . Cuéntase pues belleza de tan gran señora. A lo cual
que apenas se hubo partido Sancho, dijo don Quijote : Vuestra altitud ha
don Quijote sintió su soledad, y si le hablado como quien es , que en la boca
fuera posible revocar la comisión y de las buenas señoras no ha de ha
quitarle el gobierno, lo hiciera, Co ber ninguna que sea mala : y más
noció la duquesa su melancolía , y Venturosa y más conocida será en el
preguntóle que de que estaba triste, mundo Dulcinea por haberla alabado
que si era por la ausencia de Sancho vuestra grandeza, que por todas las
que escuderos , dueñas y doncellas ha. alabanzas que puedan darle los más
bía en su casa que le servirían muy elocuentes de ja tierra . Ahora bien ,
á satisfacción de su deseo. Verdad es, señor don Quijote, replicó la duque
señora mía, respondió ' don Quijote, ca, la hora de cenar se llega , y el
que siento la ausencia de Sancho ; duque debe de esperar : venga vucsa
pero no es esa la causa principal que merced, y cenemos, y acostaráse tem
me hace parecer que estoy triste ; y prano, que el viaje que ayer hizo de
de los muchos ofrecimientos que Candaya no fué tan corto que no haya
Vuestra Excelencia me hace, solamen causido algún molimiento. No siento
te acepto y escojo el de la voluntad ninguno , señora, respondió don Qui .
con que se me hacen, y en lo demás jote, porque osaré jurar á Vuestra
suplico á Vuestra Excelencia que den Excelencia que en mi vida he subido
tro de mi aposento consienta y per sobre bestia más reposada ni de me
mita que yo solo sea el que me sirva . jor paso que Clarileño, y no sé yo que
En verdad , dijo la duquesa, señor ion le pudo mover á Malambruno par :
Quijote, que no ha de ser así, que le deshacerse de tan ligera y tan gentil
han de servir cuatro doncellas de las cabalgadura, y abrasarla así sin mis
mías , hermosas como unas flores. ni más. A eso se puede imaginar , res
Para mí, respondió don Quijote, no pondió la duquesa, que arrepentido
serán ellas como flores, sino como del mal que había hecho a la Tri
espinas que me puncen el alma. Así faidi y compañía y á otras personas ,
entrarán ellas en mi aposento , ni y de las maldades que como hechi
cosa que lo parezca , como volar. Si cero , y encantador debía de haber co
es que vuestra grandeza quiere llevar metido, quiso concluir con todos los
adelante el hacerme merced sin yo instrumentos de su oficio , y como á
merecerla , déjeme que yo me las ha principal , y que más le traía desaso
ya conmigo, y que yo me sirva de mis segado vagando de tierra en tierra,
puertas adentro, que yo ponga una abrasó á Clavileño , que con sus abra
muralla en medio de mis deseos y de sadas cenizas y con el trofeo del car
mi honestidad ; y no quiero perder tel queda eterno el valor del gran don
esta costumbre por la liberalidad que Quijote de la Mancha . De nuevo nue
Vuestra Alteza quiere mostrar conmi vas gracias dió don Quijote á la du
go ; y en resolución, antes dormiré quesa, y en cenando, don Quijote se
vestido que consentir que nadie me retiró en su aposento, solo , sin con
desnude. No más , no más , señor don sentir que nadie entrase con él á ser
Quijote , respondió la duquesa : por virle : tanto se temía de encontrar
mi digo que daré orden que ni aun ocasiones que le moviesen 6 forzasen
una mosca entre en su estancia , no á perder el honesto decoro que á su
que una doncella ; no soy yo persona señora Dulcinea guardaba , siempre
que por mí se ha de descabalar la puesta en la imaginación la bondad de
decencia dei señor don Quijote , que Amadís, flor y espejo de los andan
según se me ha traslucido, la que tes caballeros . Cerró tras si la puer
más campea entre sus muchas vir. ta, y á la luz de dos velas de cera se
tudes es la de la honestidad . Desnú desnudó, y al descalzarse, ioh desgra
dese vuesa merced, y vístase a sus cia indigna de tal persona ! se le sol.
solas y á su modo, cómo y cuando taron , no suspiros ni otra cosa que
qnisiere , que no habrá quien lo impi desacreditase la limpieza de su poli
da, pues dentro de su aposento halla cía, sino hasta dos docenas de puntos
rá los vasos necesarios al menester de una media , que quedo hecha celo .
del que duerme á puerta cerrada , sía . Afligiose en extremo el buen se.
porque ninguna natural necesidad le ñor , y diera él por tener allí un adar
obligue á que la abra . Viva mil siglos me de seda verde , una orza de plata :
la gran Dulcinea del Toboso , y sea su digo seda verde porque las medias
nombre extendido por toda la redon eran verdes . Aquí exclamó Benengeli,
dez de la tierra , pues mereció ser y escribiendo dijo : 10h pobreza, po
amada de tan valiente y tan honesto breza ! no sé yo con qué razón se mo
caballero , y los benignos cielos ir vió aquel gran poeta cordobés á 113
fundan en el corazón de Sancho Pan. marte dádiva santa desagradecida :
za, muestro gobernador , un deseo de yo , aunque moro , rien sé por la co
acabar presto sus disciplinas, para municación que he tenido con cristia
ros, que la santidad consiste en la
que ruelva á gozar el mundo de la
362 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
á dar gracias a Dios , y luego con al yo se los presté ; pero, por parecerme
gunas ridículas ceremonias le entrega que se descuidaba en la paga, se los
ron las llaves del pueblo , y le admi. he pedido una y muchas veoes ; y no
tieron por perpetuo gobernador de la solamente no me los vuelve, pero
insula Barataria . El traje , las barbas, me los niega, y dice que nunca tales
la gordura y pequeñez del nuevo go diez escudos le presté ; y que si se
bernador tenían admirada a toda la dos presté, que ya me los ha vuelto.
gente que el busilis del cuento no Yo no tengo testigos ni del prestado
sabía, y aun á todos los que lo sabían , ni de la vuelta , porque no me los
que eran muchos. Finalınente, en sa ha vuelto : querría que vuesa merced
cándole de la iglesia le llevaron á la le tomase juramento ; y si jurare
silla del juzgado , y le sentaron en que me los ha vuelto , yo se los
ella, y el mayordomo del duque le perdono para aquí y para delante de
dijo : Es costumbre antigua en esta Dios . ¿ Qué decís vos á esto , buen
insula, señor gobernador , que el que viejo del báculo ? dijo Sancho . A lo
viene á tomar posesión desta famosa que dijo el viejo : Yo , señor , con
insula está obligado á responder ú fieso que me los presto ( y baje vuesa
ana pregunta que se le hiciere , que merced esa vara ), y pues él lo deja
sea algo intrincada y dificultosa, de en mi juramento , yo juraré cómo se
cuya respuesta el pueblo toma y toca los he vuelto y pagado real y verda
el pulso del ingenio de su nueve go deramente . Bajó el gobernador la
bernador ; y así ó se alegra o se en vara, y en tanto el viejo del báculo
tristece cor su venida. En tanto que
el mayordomo decía esto á Sancho, dió el báculo al otro viejo que se le
estaba é! mirando tinas grandes y mu tuviese en tanto que juraba, como si
chas letras que en la pared frontera le embarazara mucho ; y luego puso
la mano en la cruz de la vara , di
de su silla estaban escritas, y como
el 10 sabía leer, preguntó que qué ciendo que era verdad que se le
eran aquellas pinturas que en aquella habían prestado aquellos diez escudos
pared estaban . Fuéle respondido : Se . que se le pedían ; pero que él se los
ñor , allí está escrito y notado el dia había vuelto de su mano á la guya ,
en que usia tomó posesión desta însu y que , por no caer en ello, se los
la , y dice el epitafio : Hoy , á día tan volvía á pedir por momentos. Viendo
tos de tal mes y de tal año , tomó la do cual el gran gobernador, preguntó
posesión desta insula ci señor don al acreedor qué res pondía á lo que
decía o
su contrari ; y dijo que sin
Sancho Paiza, que muchos años la
goce . Y á quién llaman don Sancho duda alguna su deudor debía de decir
Panza ? pregunto Sancho . A usía, reg. verdad , porque le tenía por hombre
pondió el mayordomo, que en esta de bien y buen cristiano , y quedoá él
ínsula no ha entrado otro Panza sino se le debía de haber olvida el
el que está sentado en esa silla . Pues cómo y cuando se los había vuelto , y
advertid , hermano, dijo Sancho, que que desde allí en adelante jamás le
yo no tengo don, ni en todo mi linaje pediría nada . Tornó á tomar su bácu
lo ha habido : Sar.cho Panza me lia lo el deudor , y bajando la cabeza, se
man á secas , y Sancho se llamó mi salió del juzgado . Visto lo cual por
padre, y Sancho mi agüelo , y todo Sancho, y que sin más ni más se
fueront Panzas sin añadidura de do iba, y viendo también la paciencia
nes ni donas, y yo imagino que esta del demandante , inclinó la cabeza so .
insula debe de haber más dones que bre el pecho, y poniéndose el indice
piedras ; pero basta, Dios me entien . de la mano derecha sobre las cejas y
de, y podrá ser que si el gobierno me las narices, estuvo como pensativo un
dura cuatro días yo escarde estos do pequeño espacio , y luego alzó la ca
nes , que por la muchedumbre deben beza y mando que le llamasen al
de enfadar como los mosquitos. Page viejo del báculo , que ya se había ido.
adelante con su pregunta el señor ma Trujéronsele, y, en viéndole, Sancho
vordomo, que yo responderé lo mejor le dijo : Dadme, buen hombre, se
que supiere , ora se entristezca o no báculo, que le he menester . De muy
se entristezca el pueblo . A este ins buena gana, respondió el viejo : hele
tante entraron en el juzgado dos aquí, señor ; y púsosele en la mano .
hombres ancianos : el uno traía una Tomolo Sancho , y dándoseic al otro
cañaheja por báculo, y el sin báculo viejo , le dijo : Andad con Dios que
dijo : Señor , á este buen hombre le ya vais pagado. ¿ Yo, señor ? respon
presté días ha diez escudos de oro dió el viejo : pues į vale esa ca
en oro, por hacerle placer y buena ñaheja diez escudos de oro ? Sí, dijo
obra , con condición que me los vol . el gobernador , o si no, yo soy el
viese cuando se los pidiese. Pasáronse mayor porro del mundo ; y ahora se
muchos días sin pedirselos, por no verá si tengo yo caletre para gober
ponerle en mayor necesidad de vol . nar todo un reino. Y mandó que allt
vérmelos, que la que él tenía cuando delante de todos se rompi se y abrie .
PARTE II. - CAPÍTULO XLV 365
Be la Hizose así, y en el
caña . paguéle lo suficiente , y ella , mal
corazón della hallaron diez escudos contenta , asió de mí y no me ha
en oro. Quedaron todos admirados, s dejado hasta traerme á este puesto .
tuvieron á su gobernador por un nue Dice que la forcé, y miente , para el
Vo Salomón . Preguntáronle de dónde juramento que hago ó pienso hacer ;
había colegido que en aquella ca y esta es toda la verdad , sin faltar
ñaheja estaban aquellos diez escudos ; meaja. Entonces el gobernador le pre
y respondió que , de haberle visto dar, guntó si traía consigo algún dinero
al viejo que juraba , á su contrario en plata ; el dijo que hasta veinte
aquel báculo en tanto que hacía el ducados tenía en el seno, en una bol .
el juramento, y jurar que Selos sa de cuero . Mandó que la sacase , y
habia dado real y verdaderamente , y se la entregase, así como estaba , á
que en acabando de jurar le tornó á la querellante ; el lo hizo temblando ;
pedir el bácnlo lo vino a la imagina tomola la mujer, y haciendo mil
ción que dentro del estaba la paga zalemas á todos, y rogando á Dios
de lo que el otro pedía ; de donde se por la vida y salud del señor gober
podía colegir que á los que gobier nador que así miraba por las huér
nan , aunque sean unos tontos tal fanas menesterosas y doncellas , con .
vez los encamina Dios en sus juicios ; tenta se salió del juzgado, llevando
y más , que él había oído contar otro la bolsa asida con entrambas manos ...
caso como aquel al cura de su lugar, aunque primero miró si era de plata
que él tenía tan gran memoria , que la moneda que llevaba dentro . Ape
á no olvidársele todo aquello de que nas salió , cuando Sancho dijo al ga
quería acordarse, no hubiera tal me nadero ( que ya se le saltaban las lá
moria en toda la insula. Finalmente, grimas, y los ojos y el corazón se le
el un viejo corrido y el otro pagado iban tras su bolsa) : Buen hombre , id
se fueron , y los presentes quedaron tras aquella mujer, y quitadle la
admirados, y que el que escribía las bolsa, aunque no quiera , y volved
palabras , hechos y movimientos de aquí con ella. Y no lo dijo ni á tonto
Sancho , no acababa de determinarse ni á sordo, porque luego partió como
si le tendría y pondría por tonto ó un rayo , y fué á lo que se le man
por discreto . Luego , acabado este daba . Todos los presentes estaban
pleito, entro en el juzgado una mujer , suspensos, esperando el fin de aquel
asida fuertemente de un hombre, ves pleito ; y de allí á poco volvieron el
tido de ganadero rico, la cual venia hombre y la mujer, más asidos y
dando grandes voces, diciendo : 1Jus aferrados que la vez primera : ella la
ticia , señor gobernador, justicia ! y si saya levantada, y en el regazo puesta
no la hallo en la tierra , la iré á bus la bolsa , y el hombre pugnando por
rar al cielo . Señor gobernador de mi quitársela ; mas no fra posible, se
ánima , este mal hombre me ha cogido gún la mujer la defendía, la cual
en la mitad de ese campo y se ha daba voces , diciendo : ¡ Justicia de
aprovechado de mi cuerpo como si Dios y del mundo ! Mire vuesa mér.
fuera trapo mal lavado, y idesdichada ced, señor gobernador, la poca ver
de mí ! me ha llevado lo que tenía güenza y el poco temor deste desal
guardado más de veintitrés años ha, mado , que en mitad de poblado y en
defendiéndolo de moros y cristianos , mitad de la calle me ha querido qui .
de naturales y extranjeros ; y yo tar la bolsa que vuesa merced mande
siempre dura como un alcornoque, darme . Y ¿ háosla quitado ? preguntó
conservándome entera como la sala
el gobernador . ¿ Cómo quitar ? res
manquesa en el fuego , o como la lana pondió la mujer ; antes me dejara
entre las zarzas, para que este buen yo quitar la vida que me quiten la
hombre llegase con sus manos lim bolsa . ¡ Bonita es la niña ! Otros ga
pios á manosearme. Aun eso está por tos me han de echar á las barbas,
averiguar , si tiene limpias o no las que no este desventurado y asquero
manos este galán , dijo Sancho ; y vol . so. Tenazas y martillos, mazos y esco.
viéndose al hombre, le dijo qué decía plos no serán bastantes á sarármela
y respondía á la querella de aquella de las uñas , ni aún garras de leones :
mujer. El cual todo turbado , respon antes el ánima de en mitad en mital
dio : Señores , yo soy un pobre gana de las carnes . Ella tiene razón , diio
dere de ganado de cerda, y esta ma. el hombre, y yo me doy por rendido
ñana salía deste lugar , de vender (con y sin fuerzas, y confieso que las mías
perdón sea dicho) cuatro puercos ...
que me llevaron de alcabalas y soca no son bastantes para quitársela ;
dejóla. Entonces el gobernador dijo
liñas poro menos de lo que ellos á la mujer : Mostrad , honrada y e
valían. Volvíame a mi aldea, topé en liente , esa bolga . Ella se la dió luego ,
el camino a esta buena dueña ; y el el gobernador se la volvió al hom
diablo que todo lo añasca y todo lo bre , v dijo á la esforzada y no forza
cuece , nizo que yogasemos juntos : da : Hermana mía , si el mismo aliento
366 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
valor que habéis mostrado para y del nuevo pleito . Sancho se puso á
defender esta bolsa, lo mostrárades considerar un poco, y dijo : Paréceme
(y aún la mitad menos) para defen que en este pleito no ha de haber
der vuestro cuerpo , las fuerzas de largas dilaciones, sino juzgar luego á
Hércules no us hicieran fuerza. An juicio de buen varón ; y así, yo doy
dad con Dios y mucho de enhora por sentencia, que el sastre pierda las
mala , y no paréis en toda esta insula hechuras y el labrador el paño y las
ni en seis leguas á la redonda , so caperuzas se lleven á los presos de
pena de doscientos azotes ; andad la cárcel , y no haya más.
luego , dijo , churrillera, desvergon Si la sentencia pasada de la bolsa
zada y embaidora . Espantóse la mu. del ganadero movio á admiración á
jer, y fuése cabizbaja y mal conten los circunstantes, esta les provocó á
ta; y el gobernador dijo al hombre : risa ; pero, en fin, se hizo lo que
Buen hombre , andad con Dios á vues mandó el gobernador. Todo lo cual,
tro lugar con vuestro dinero ; y de notado de su coronista , fué luego es.
aquí adelante, si no le queréis per crito al duque , que con gran deseo le
der, procurad que no OS venga en estaba esperando. Y quéd ese aquí el
con nadie . El buen Sancho, que es mucha la priesa
voluntad de yogar
hombre le dió las gracias lo peo r que que nos da su amo, alborotado con
supo, y fuése , y los circunstantes la música de Altisidora.
quedaron admirados de nuevo de los
juicios y sentencias de su nuevo
gobernador , ante el cual se presen CAPITULO XLVI
.taron dos hombres , el uno vestido de
labrador , y el otro de sastre , porque Del temeroso espanto cencerril y
traía unas tijeras en la mano ; y gatuno que recibió don Quijote en
el discurso de los amores de la
el sastre dijo : Señor gobernador , yo , enamorada Altisidora .
y este honrado labrador venimos ante
vussa merced , en razón que este buen
hombre llegó á mi tienda ayer (que
Dejamos al gran don Quijote en
vuelto en los pensamientos que le ha .
yo, con perdón de los presentes, soy bia causado la música de la enamo
sastre examinado , que Dios sea ben rada doncella Altisidora . Acostose
dito ), y poniéndome un pedazo de con ellos, y como si fueran pulgas no
paño en las manos, me preguntó : le dejaron dormir ni sosegar w punto ,
« Señor, ¿ habría en este paño harto y juntábansele los que se le soltaron
para hacerme una caperuza ? » Yo , de sus medias ; pero como es ligero
tanteando el paño le respondí que sí. el tiempo , y no hay barranco que le
El debiose de imaginar , á lo que yo detenga, corrió caballero en las ho
imaginé é imaginé bien , que sin duda ras, y con mucha presteza llegó la de
yo le quería hurtar alguna parte del la mañana. Lo cual visto por don Qui.
paño, fundándose en su malicia, y en jote, dejó las blandas plumas, y no
la mala opinión de los sastres y repli nada perezoso se vistió su acamuzado
cóme que mirase si habría para dos. vestido , y se calzó sus botas de cami
Adivinéle el pensamiento , y dijele que no por encubrir la desgracia de sus
sí ; y él, caballero en su dañada y pri medias. Arrojóse encima su mantón
mera intención fué añadiendo cape de escariata, púsose en la cabeza
ruzas y yo añadiendo sies, hasta que una montera de terciopelo verde guar
llegamos á cinco caperuzas ; y ahora necida de pasamanos de plata ; colgo
en este punto acaba de venir por el tahall de sus hombros con su bue
ellas. Yo se las doy y no me quiere na y tajadora espada ; asió un gran
pagar la hechura ; antes me pide que rosario que consigo contino traía , y
le pague, ó vuelva su paño . ¿ Es todo con gran prosopop ya y contoneo sa
esto así, hermano ? preguntó Sancho. lió á la antesala , donde el duque y la
Sí , señor , respondió el hombre ; pero duquesa estaban ya vestidos y como
hágale vuesa merced que mues esperándole, y al pasar por una gale
tre las cinco caperuzas que me ha ría estaban aposta esperándole Alti
hecho. De buena gana , respondió el sidora y la otra doncella su amiga ;
sastre. Y sacando encontinente la y así como Altisidora vio á don Quijo
mano debajo del herreruelo , mostró ta fingó desmayarse, y su amiga la
en ella cinco caperuzas, puestas en recogió en sus faldas, y con gran
las cinco cabezas de los dedos de la presteza la iba á desabrochar el pecho.
mano , y dijo : He aquí las cinco ca Don Quijote , que lo vió , llegándose á
peruzas que este buen hombre me ellas dijo : Ya sé yo de que proceden
pide ; y en Dios y en mi conciencia , estos accidentes. No sé yo de qué,
que no me ha quedado nada del paño, respondió la amiga, porque Altisido
y yo daré la obra á vista de veedores ra es la donoella más sana de toda
del oficio . Todos los presentes se rie esta casa , y yo nunca la he sentido
ron de la multitud de las caperuzas un ay en cuanto ha que la conozco :
PARTE II. - CAPÍTULO XLVI 367
mesa, porque lo han presentado unas sala. Dios lo haga, respondió Sancho ;
monjas, y como suele decirse, detrás y en esto entró el labrador, que era
de la cruz está el diablo . No lo niego, de muy buena presencia , y de mil le
respondió Sancho, y por ahora denme guas se le echaba de ver que era bue
un pedazo de pan y obra de cuatro li . no y buena alma. Lo primero que dijo
bras de uvas, que en ellas no podrá fué : ¿ Quién es aquí el señor gober
venir veneno , porque en efecto no nador ? ¿ Quién ha de ser, respondió
es que
corner : y siestas
puedo pasar sinprontos el secretario, sino el que está sentado
hemos de estar para ba en la silla ? Humíilome pues á su pre
tallas que nos amenazan , menester sencia, dijo el labrador ; y poniéndose
será estar bien mantenidos , porque de rodillas le pidió la mano para be .
tripas llevali corazón , que no corazón sársela . Negósela Sancho , y mando
tripas : y vos secretario , responded que se levantara y dijese lo que qui
al duque mi señor , y decidle que se siese. Hizolo así el labrador, y luego
cumplirá lo que manda como lo man . dijo : Yo, señor, soy labrador, natu
da sin faltar punto ; y daréis de mi rai de Miguel Turra, lugar que está
parte un besamanos á mi señora la do3 leguas de Ciudad Real. ¿ Otro Tir
duquesa, y que le supiico no se le ol. teafuera tenemos ? dijo Sancho : de
vide de enviar con un propio mi carta cid , hermano, que lo que yo os sé de
y mi lío á mi mujer Teresa Panza , cir es que sé muy bien á Miguel Tu
que en ello recibiré mucha merced , y rra , y que no está muy lejos de mi
tendré cuidado de servirla con todo pueblo. Es 'pues el caso, señor, prosi.
lo que mis fuerzas alcanzaren : y de guió el labrador, que yo por miseri.
cordia de Dios scy casado en paz y en
camino podéis encajar un besamanos haz de la santa Iglesia católica rom :
á mi señor don Quijote de la Mancha,
porque vea que soy pan agradecido ; y na : tengo dos hijos estudiantes, que
vos como buen secretario y como buen el menor estudia para bachiller , y el
vizcaíno podéis añadir todo lo que mayor para licenciado: Soy viudo,
quisiéredes y más viniere & cuento : porque se murió mi mujer , o por me
y álcense estos manteles, y dénme á jor decir , me la mató un mal médico,
mí de comer, que yo me avendré con que la purgó estando preñada, y si
cuantos espías y matadores y encan . Dios fuera servido que saliera á luz
tadores vinieren sobre mí y sobre mi el parto, y fuera hijo , yo le pusiera á
Insula. En esto entró un paje, y dijo : estudiar para doctor , porque no tu
viera envidia á sus hermanos el ba
Aquí está un labrador negociante que
quiere hablar á vuestra señoría en nn chiller y el licenciado. De modo, dijo
negocio , según el dice, de mucha im Sancho, que si vuestra mujer no se
portancia . Extraño caso es este , dijo hubiera muerto 6 la hubieran muerto ,
Sancho , destos negociantes : ¿ es po · vos no fuérades agora viudo . No , se
sible que sean tan necios que no ñor, en ninguna manera, respondió el
echen de ver que semejantes horas labrador. Medrados estamos, repiico
como estas no son en las que han Sancho : adelante, hermano, que es
de venir á negociar ? ¿ Por ventura los hora de dormir más que de negociar.
que gobernamos , los que somos jue . Digo pues, dijo el labrador, que este
ces , no somos hombres de carre y de mi hijo , que ha de ser bachiller, se
hueso, y que es menester que nos enamoró en el mismo pueblo de una
dejen descansar el tiempo que la ne . doncella llamada Clara Perlerina, hi.
cesidad pide, sino que quieren que ja de Andrés Perlerino , labrador ri
seamos hechos de piedra mármol ? quísimo: y este nombre de Perlerines
Por Dios y en mi conciencia que si no les viene de abolengo ni otra al
me dura el gobierno (que no durará curnia, sino porque todos los deste
según se me trasluce ) que yo ponga linaje son perláticos, y por mejorar
en pretina á más de un negociante . el nombre los llaman Perlerines , aun .
Agora decid á este buen hombre que que si va á decir la verdad , la donce
entre : pero adviertase primero no lla es como una perla oriental, y mi .
sea alguno de los espías ó matador rada por el lado derecho parece una
mío . No, señor , respondió el paje . flor - cle campo ; por el izquierdo no
porque parece una alma de cántaro , y tanto, porque le falta aquel ojo, que
yo sé poco , ó él es tan bueno como el se le saltó de viruelas : y aunque los
buen pan. No hay que temer, dijo el hoyos del rostro son muchos y gran
mayordomo, que aquí estamos todos . des, dicen los que la quieren bien que
¿ Sería posible, dijo Sancho , maestre aquellos no son hoyos, sino sepultu .
sala, que agora que no está el doctor ras donde se sepultan las almas de
Pedro Recio , que comiese yo alguna sus amantes . Es tan limpia , que por
cosa de peso y de substancia , aunque no ensuciar la cara , trae las narices,
fuese un pedazo de pan y una cebolla ? como dicen , arremangadas, que no
Esta noche á la cena se satisfará la parece sino que van huyendo de la
falta de la comida , y quedará usia sa boca , y con todo esto parece bien por
tisfecho y pagado , dijo el maestre extremo, porque tiene la boca grande ,
PARTE 11 .--CAPÍTULO XLVIII 371
y á no faltarle diez o doce dientes y vivir por sí, sin estar sujetos a las
muelas, pudiera pasar y echar raya impertinencias de los suegros . Mirad
entre las más bien formadas. De los si queréeis otra cosa , dijo Sancho, y
labios no tengo que decir, porque son 110 la dejéis de decir por empacho ni
tan sutiles y delicados, que si se usa por vergüenza. No por cierto , respon
ra aspar labios, pudieran hacer dellos dió el labrador, y apenas dijo esto ,
una madeja ; pero como tienen dilu cuando levantándose en pie el gober
rente color de la que en los labios se nador , asió de la silla en que estaba
usa comúnmente ," parecen milagro sentado, y dijo : Voto á tal, don pa
sos, porque son jaspeados de azul y tán , rústico y mal mirado, que si no
verde y aberenjenado : y perdóneme os a partáis y escondéis luego de mi
el señor gobernador si tan por menu presencia, que con esta silla os rompa
do voy pintando las partes de la que y abra la cabeza. Hideputa, bellaco,
al fin al fin ha de ser mi hija, que la pintor del mesmo demonio, y á estas
quiero bien , y no me parece mal. Pin horas te vienes á pedirme seiscientos
tad lo que quisiéredés, dijo Sancho, ducados ? y dónde los tengo yo, he
que yo me voy recreando en la pintu diondo ? ¢ y por qué te los había de
ra, y si hubiera comido no hubiera dar aunque los tuviera, socarrón y
mejor postre para mí que vuestro re ment cato ? ¿ y qué se me da á mí de
trato . Eso tengo yo por servir, res. Miguel Turra , ni de todo el linaje de
pondió el labrador, pero tiempo ven . los Perlerines ? Va de mí, digo , si no
drá en que seamos , si ahora no so por vida del duque mi señor , que
mos ; y digo, señor, que si pudiera hago lo que tengo dicho. Tú no debes
pintar su gentileza y la altura de su de ser de Miguel Turra , sino algiin
cuerpo , fuerà cosa de admiración ; socarrón , que para tentarme te ha en
pero no puede ser á causa de que ella viado aquí el infierno. Dime , desalma
está agobiada y encogida , y tiene las do , aun no ha medio día que tengo
rodillas con la boca, y con todo eso el gobierno, y ya quieres que tenga
se echa bien de ver que si se pudiera seiscientos ducados ? Hizo de señas el
levantar diera con la cabeza en el te maestresala al labrador que se saliese
eho, y ya ella hubiera dado la mano de la sala , el cual lo hizo cabizbajo y su
de esposa á mi bachiller , sino que no parecer temeroso de que el goberna
la puede extender, que está añudada, dor no ejecutase su cólera, que el be .
y con todo, en las uñas largas y acas llacón supo hacer muy bien su oficio .
naladas se muestra su bondad y bue. Pero dejamos con su cólera á Sán
na hechura. Está bien , dijo Sancho, cho , y ándese la paz en el corro ,
y haced cuenta , hermano, que ya la y volvamos á don Quijote, que le de
habéis pintado de los pies a la cabe jamos vendado el rostro y curado de
za : ¿ qué es lo que queréis ahora ? y las gatescas heridas , de las cuales no
venid al punto sin rodeos ni callejue sano en ocho días : en uno de los cua
las , ni retazos ni añadiduras . Querría, les le sucedió lo que Cide Hamete
señor, respondió el labrador, que vue promete de contar con la puntualidad
sa merced me hiciese merced de dar v verdad que suele contar las cosas
me una carta de favor para mi con desta historia, por mínimas que sean .
suegro, suplicándole sea servido de
que este casamiento se haga, pues no
somos desiguales en los bienes de CAPITULO XLVIII
fortuna ni en los de la naturaleza,
porque para decir la verdad , señor De lo que le sucedió á don Quijote
gobernador, mi hijo es endemoniado, con doña Rodriguez, la dueña de
y no hay día que tres o cuatro veces -la duquesa, con otros aconteci,
no le atormenten los malignos espíri mientos dignos de escritura y de
tus ; y de haber' caído una vez en el memoria eterna .
fuego tiene el rostro arrugado como
pergamino , y los ojos algo llorosos y Además estaba mohino y melancó
manantiales ; pero tiene una condi lico el mal ferido don Quijote, venda
ción de un ángel y si no es que se apo do el rostro, y señalado, no por la
rrea y se da de puñadas él mesmo á mano de Dios, sino por las uñas de
sí mesmo, fuera un bendito . ¿ Queréis un gato : desdichas ajenas á la an
otra cosa, buen hombre ? replicó San dante caballería. Ocho días estuvo sin
cho. Otra cosa querría, dijo el labra. salir en público , en una noche de las
dor , sino que no me atrevo á decirlo ; cuales estando despierto y desvelado
pero vaya , que en fin no se me ha de pensando en sus desgracias y en el
pudrir en el pecho, pegue o no pegue. perseguimiento de Altisidora, sintió
Digo, señor, que querría que vuesa que con una llave abrían la puerta de
merced me diese trescientos ó seis su aposento, y luego imaginó que ja
cientos ducados para ayuda del dote enamorada doncella venía para sobre
de mi bachiller , digo para ayuda de saltar su honestidad, y ponerle en con
poner su casa, porque en fin han de dición de faltar á la fe que guardar
372 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
debía á su señora Dulcinea del Tobo profeso, cuyo ejercicio aun hasta á hz
so. No , dijo creyendo á su imagina cer bien á las ánimas del purgatorio
ción (y esto con voz que pudiera ser se extiende . La abrumada dueña, que
oída ), no ha de ser parte la mayor oyó conjurarse, por su temor coligió
hermosura de la tierra para que yo el de don Quijote, y con voz afligida y
deje de adorar la que tengo grabada baja le respondió : Señor don Quijote
y estampada en la mitad de mi cora (si es que acaso vuesa merced es don
zón y en lo más escondido de mis en . Quijote), yo no soy fantasma ni visión ,
trañas, ora estés, señora mía, trans ni alma de purgatorio, como vuesa
formada en cebolluda labradora, ora merced debe de haber pensado, sino
en ninfa del dorado Tajo tejiendo te doña Rodriguez , la dueña de horor de
las de oro y sirgo compuestas, ora mi señora la duquesa , que con una ne
te tengan Merlín ó Montesinos donde cesidad de aquellas que vuesa merced
ellos quisieren , que adondequiera eres suele remediar, a vuesa merced ven
mía , y á doquiera he sido yo y he de go. Dígame, señora doña Rodríguez,
ser tuyo . El acabar estas razones y el dijo don Quijote, por ventura viene
abrir de la puerta fué todo uno. Pu . vuesa merced á hacer alguna terce
s'ose en pie sobre la cama , envuelto de ría ? porque le hago saber que no soy
arriba abajo en una colcha de raso de provecho para nadie , merced á la
amarillo , una galocha en la cabeza, y sin par belleza de mi señora Dulcinea
el rostro y los bigotes vendados, el del Toboso . Digo en fin, señora doña
rostro por los aruños , los bigotes por Rodriguez , que como vuesa merced
que no se le desmayasen y cayesen : salve y deje á una parte todo recado
amoroso, puede volver á encender su
en el cual traje parecía la más extra
ordinaria fantasma . que se pudicra vela, y vuelva y departiremos de todo
pensar. Clavó los ojas en la puerta , lo que más mandare y más en gusto
y cuando esperaba ver entrar por ella le viniere, salvando, como digo, todo
á la rendida y lastimada Altisidora, incitativo ' mensaje.' & Yo recado de
vió entrar á una reverendísima due nadie , señor mío ? respondió la dueña :
ña, con unas tocas blancas repulgadas mal me conoce vuesa merced : sí que
y luengas, tanto que la cubrían y en aun no estoy en edad tan prolongada
mantaban desde ios pies a la cabeza. que me acoja á semejantes niñerías ,
Dios loado, mi alma me tengo
Entre los dedos de la mano izquierda en las carnes, y todos mis dientes y
traía una media vela encendida, y con
la derecha se hacía sombra porque no muelas en la boca , amén de unos po .
le diese la luz en los ojos, á quien cos que me han usurpado unos cata
rros que en esa tierra de Aragón son
cubrían unos muy grandes antojos : tan ordinarios . Pero espéreme vuesa
Tenía pisando quedito, y movía 109 merced un poco , saldré á encender mi
pies hlandamente. Mirola don Quijote vela , y volveré en un instante á con.
desde su atalaya, y cuando v: 6 su tarlé mis cuitas como á remediador de
adeliño y notó su silencio pensó que todas las del mundo : y sin esperar
Ealguna bruja ó maga venta en aquel
traje á hacer en él alguna mala fecho respuesta se salió del aposento, donde
ría, y comenzó á santiguarse con mu quedó don Quijote sosegado y pensa
cha priesa . Fuése llegando la visión , tivo esperándola ; pero luego le so
y cuando llegó á la mitad del aposen . brevinieron mil pensamientos acerca
de aquella nueva aventura ; y pare
to alzó los ojos , y vio la priesa con cible ser mal hecho y peor pensado po.
que se estaba haciendo cruces don
r.erse en peligro de romper á su se
Qu jote ; y si él quedó medroso en ver ñora la fe prometida, y decíase á st
tal figura, ella quedó espantada en mismo : ¿ Quién sabe si el diablo, que
ver la suya, porque así como le vió
tan alto y tan amarillo con la colcha es sutil y mañoso, querrá engañarme
agora con una dueña, lo que no ha
y con las vendas que le desfiguraban, podido con emperatrices, reinas, du.
dió una gran voz diciendo : 1Jesús !
¿ qué es lo que veo ? y con elsobresal. quesas, marquesas, ni condesas ? que
to se le cayó la vela de las manos, y yo he oído decir muchas veces y á
viéndose á obscuras volvió las espal muchos discretos, que si él puede, 2n
das para irse, y con el miedo tropezó tes os la dará roma que aguileña : ¿ y
quién sabe si esta soledad , esta oca
en sus faldas y dió consigo una gran sión y este silencio despertarán mis
caída. Don Quijote, temeroso, comen deseos, que duermen , y harán que al
zó á decir : Conjúrote fantasma, ó lo cabo de mis años venga á caer donde
que eres , que me digas quién eres, y
que me digas qué es lo que de mí nunca he tropezado ? y en casos seme
quieres. Si eres alma en pena, díme jantes mejor es huir que esperar la
lo, que yo haré por ti todo cuanto mis batalla. Pero yo no debo de estar en
fuerzas alcanzaren, porque soy catsii. mi juicio, pues tales disparates digo y
co cristiano, y amigo de hacer bien í pienso, que no es posible que una due .
todo el mundo , que para esto tomé la ña toquiblanca, larga y antojuna pue .
orden de la caballería andante que da mover ni levantar pensamiento
PARTE II . - CAPITULO Xi VIII 373
pues cuando Dios amanece, para to que reñían, los cuales viendo venir
dos amanece ; yo gobernaré esta in. à la justicia se estuvieron quedos, y
sula sin perdonar derecho ni llevar el uno dellos dijo : Aquí de Dios y
cohecho; y todo el mundo traiga el del rey ; cómo y que se ha de sufrir
ojo alerta , y mire por el virote, por que roben en poblado en este pueblo
que les hago saber que el diablo está y que salgan á saltear en él en mitad
en Cantillana, y que si me dan ocasión de las calles ? Sosegaos, hombre de
han de ver maravillas : no sino ha bien , dijo Sancho, y contadme qué es
ceos miel , y comeros han moscas. la causa desta pendencia , que yo soy
Por cierto , señor gobernador, dijo el el gobernador . El otro contrario dijo :
maestresala , que vuesa merced tiene Señor gobernador, yo la diré con
mucha razón en cuanto ha dicho ; toda brevedal : vucsa merced sabrá
y que yo ofrezco en nombre de todos que este gentilhombre acaba de ga
los insulanos desta insula , que han nar ahora en esta casa de juego, que
de servir à vuesa merced con toda está aquí frontera , más de mil reales,
puntualidad , amor y benevolencia , y sabe Dios cómo ; y hallándome yo
porque el suave modo de gobernur presente juzgué más de una suerte
que en estos princ pios vuesa merced dudosa en su favor contra todo aque
ha usado, no les da lugar de hacer ni llo que me dictaba la conciencia . Al
de pensar cora que en deservicio de zose con la ganancia ; y cuando
vuesa merced reduide. Yo lo creo, esperaba que me había de dar al
respondió Sancho, y serían ellos unos gún escudo por lo menos de ba
necios si otra cosa hiciesen ó pen rato, como es uso y costumbre darle
sasen ; y vuelvo á decir que se tenga á los hombres principales como vo,
cuenta con mi sustento, y con el de que estamos asistentes para bien y
mi rucio , que es lo que en este de mal pasar, y para apoyar sinrazones
gocio importa y hace más al caso ; y evitar pendencias, él embolso su
en siendo hora vamos rondar , que dinero, y se salió de la casa : yo vine
es mi intención limpiar esta ínsula de despechado tras él , y con buenas y
todo género de inmundicia y de gen. corteses palabras le he pedido que me
te vagabunda, holgazana y mal entre diese siquiera ocho reales, pues sabe
tenida : porque quiero que sepáis , que yo soy hombre honrado, y que
amigos mios, que la gente baldía y no tengo oficio ni beneficio , porque
perezosa , es en la repúblic : lo mesmo mis padres no me lo enseñaron ni me
que los zánganos en las colmenas, que le dejaron ; y el socarrón, que es más
se comen la miel que las trabajado ladrón que Caco, y más fullero que
ras abejas hacen . Pienso favorecer á Andradilla, no quería darme más de
los labradores, guardar sus preemi. cuatro reales ; porque vea vuesa mer
nencias á los hidalgos, premiar los ced, señor gobernador, qué poca ver
virtuosos, y sobre todo tener respeto güenza y qué poca conciencia ; pero
á la religión y á la honra de los re å fe que si vuesa merced no llegara,
ligiosos . ¿ Qué os parece desto, ami que yo le hiciera vomitar la ganan
gos ? ¿ digo algo , o quiébrome la ca cia, y que había de saber con cuántas
beza ? Dice tanto vuesa merced , se entraba la romana . ¿ Qué decís vos á
ñor gobernador, dijo el mayordomo, esto ? preguntó Sancho. Y el otro
que estoy admirado de ver que un respondió que era verdad todo cuad
hombre tan sin letras como vuesa to su contrario decía, y no había
merced , que á lo que creo no tiene nin . querido darle más de cuatro reales,
guna, diga tales y tantas cosas llenas porque se los daba muchas veces ; v
de sentencias y de avisos tan fuera de los que esperan barato han de ser co
todo aquello que del ingenio de vuesa medidos , y tomar con rostro alegre
merced esperaban los que nos envia lo que les dieren sin poners ? en cu = D
ron y los que aquí venimos : cada día ta con los gananciosos, si ya no su.
se ven cosas nuevas en el mundo ; piesen de cierto que son fulleros, y
las burlas se vuelven en veras , y los que lo que ganan es mal ganado, y
burladores se hallan burlados . Llegó que para señal que él era hombre de
aquella noche, y cenó el gobernador bien , y no ladrón, como decía , nin
con licencia del señor doctor Recio . guna había mayor que el no haberle
Aderezándose de ronda, salió Sancho querido dar nada, que siempre los
con el mayordomo , secretario y maes fulleros son tributarios de los miro
tresala , y el cronista que tenía cuidado nes que los conocen . Así es, dijo el
de poner en memoria sus hechos , y mayordomo ; vea vuesa merced, se
alguaciles y escribanos, tantos que ñor gobernador, qué es lo que se ha
podía formar un mediano escuadrón, de hacer destos hombres. Lo que se
Iba Sancho en medio con su vara , que ha de hacer es esto, respondió San
no había más que ver, y pocas calles cho : vos, ganancioso , bueno o malo ,
ancladas del lugar, sintieron ruido de 6 indiferente, dad luego & este vues
cuchilladas : acudieron allá, y halla tro acuchillador cien reales , y más
ron que eran dos solos hombres los nabéis de desembolsar treinta para
PARTE 11 --CAPÍTULO XLIX 377
dos muchos y muy buenos anillos. d.jo muy paso : Sin duda alguna que
Finalmente, la moza pareció bien á á esta pobre doncella le debe de ha
todos, y ninguno la conoció de cuan ber sucedido algo de importancia ,
tos la vieron , y los naturales del lugar pues en tal traje y á tales horas, y
dijeron que no podían pensar quién siendo tan principal, anda fuera de
fuese, y los consabedores de las bur su casa . No hay dudar en eso , res
tas que se habían de hacer á Sancho pondió el maestresala, y más que esa
fueron los que más se admiraron , sospecha la confirman sus lágrimas.
porque aquel suceso y hallazgo no ve. Sancho la consoló con las mejores
nía ordenado por ellos, y así estaban razones que él supo, y le pidió que
dudosos esperando en qué pararía el sin temor alguno les dijese lo que le
caso. Sancho quedó pasmado de la había sucedido, que todos procurarían
hermosura de la moza, y preguntole remediarlo con muchas veras y por
quién era, adónde iba , y qué ocasión todas las vías posibles . Es el caso,
le había movido para vestirse en señores, respondió ella , que mi pa
aquel hábito. Ella , puestos los ojos dre me ha tenido encerrada diez años,
en tierra , con honestísima vergüenza que son los mismos que a mi ma
respondió : No puedo, señor , decir dre come la tierra : en casa dicen
tan en público lo que tanto me im misa en un rico oratorio , y yo en todo
portaba fuera secreto : una cosa quiero este tiempo ro he visto más que el
que se entienda, que no sov ladrón sol del cielo de día, y la luna y las
ni persona facincrosa, sino una don. estrellas de noche, ni sé qué son ca
cella desdichada, á quien la fuerza de lles, plazas ni templos, ni aún hom .
unos ceios ha hecho romper el decoro bres, fuera de mi padre y de un her .
que á la honestidad se debe. Oyen lo mano mío , y de Pedro Pérez el arren .
esto el mayordomo, dijo á Sancho : dador, que por entrar de ordinario
Haga, señor gobernador, apartar la en mi casa se me antojó decir que
gente, porque esta señora con menos era mi padre , por no declarar el mio .
empacho pueda decir lo que quisiere, Esto encerramiento y este negarme
Mandolo así el gobernador, apartá . salir de casa siquiera á la iglesia , ha
ronse todos , si no fueron el mayor muchos días y meses que me trae muy
domo, el maestresala y el secretario . desconsolada : quisiera yo ver el
Viéndose pues solos, la doncella pro. mundo, ó á lo menos el pueblo donde
siguió diciendo : Yo, señores, soy hija nací, pareciéndome que este deseo no
de Pedro Pérez Mazorca , arrendador iba contra el buen decoro que las don
de las lanas de este lugar, el cual cellas principales deben guardar á sí
suele muchas veces ir á casa de mi mismas. Cuando oía decir que corrían
padre . Eso no lleva camino , dijo el toros y jugaban caſas y se represe!.
mayordomo, señora, porque yo co taban comedias, preguntaba á mi her
nozco muy bien á Pedro Pérez , y sé mano, que es un año menor que yo ,
que no tiene hijo ninguro , ni varón que me dijese qué cosas eran aquellas
ni hembra : y más, que decís que es y otras muchas que yo no he visto :
vuestro padre, y luego añadís que él me las declaraba, por los mejores
suele ir muchas veces a casa de vues modos que sabía ; pero todo era en
tro padre. Ya yo había dado en ello , cenderme más el deseo de verlo. Fi
dijo Sancho. Ahora, señores , yo estoy nalmente , por abreviar el cuento de
turbada, y no sé lo que me digo , res. mi perdición, digó que yo rogué y
pondió la doncella ; pero la verdad pedí á mi hermano , que nunca tal pi
es que yo soy hija de Diego de la diera ni tal rogara ; y torno á reno
Ilana, que todas vuesas mercedes var el llanto . El mayordomo le dijo :
deben de conocer. Ya eso lleva ca
Prosiga vuesa merced, señora, y aca .
mino, respondió el mayordomo, que be de decirnos lo que le ha sucedido,
yo conozco á Diego de la Llana , y sé que nos tienen a todos suspensos sus
que es un hidalgo principal y rico, y palabras y sus lágrimas. Pocas me
que tiene un hijo y una hija , y que quedan por decir, respondió la donce
después que enviudó no ha habido lla , aunque muchas lágrimas sí que
nadie en todo este lugar que pueda llorar, porque los mal colocados de .
decir que ha visto el rostro de su seos no pueden traer consigo otros
hija , que la tiene tan encerrada que descuentos que los semejantes . Ha
no da lugar al sol que la vea, y con bíase sentado en el alma del maestre
todo eso la fama dice que es en ex sala la belleza de la doncella , y llegó
tremo hermosa . Así es la verdad , rrs . otra vez su linterna para verla de
pondió la doncella, y esa hija scy nuevo , y parecible que no eran lágri.
yo : si la fama miente ó no en mi mas las que lloraba, sino aljófar
hermosura , ya os habréis, señores , rocio de los prados , y aun las subía
desengañado , pues me habéis visto; de punto, y las llegaba á perlas
en esto comenzó a llorar tierna . orientales, y estaba deseando que su
mente. Viendo lo cual el secretario se desgracia no fuese tanta como daban
llegó al oído del maestresala , y le a entender los indicios de su llanta
PARTE II . - CAPÍTULO XLIX 379
hierno y aun á quien se le había por la ley misma ' merece que le
dado : pero con su hambre y con ahorquen ? Así es como el senor go
su conserva se puso á juzgar aquel bernador dice , dijo el mensajero ; y
día , y otros , y uno dellos lo primero cuanto a la entereza y entendimiento
que se le ofreció fué una pregunta del caso , no hay más pedir ni qué riu
que un forastero le hizo , estando dar. Digo yo pues agora, replicó San .
presentes á todo el mayordomo y los cho, que deste hombre aquella parte
demás acólitos , que fué : Señor, un que juró verdad la dejen pasar, y la
oaudaloso río dividía dos términos que dijo mentira la ahorquen, y des
de un mismo señorio (y esté vuesa ta manera se cumplirá al pie de la
merced atento , porque el caso es de letra la condición del pasaje. Pues ,
importancia y algo dificultoso ) : digo señor gobernador, replicó el pregun
pues , que sobre este río estaba una tador, será necesario que el tal hom
puente , y al cabo della una horca bre se divida en partes , en mentirosa
y una como casa de audiencia , en v verdadera ; y si se divide , por
la cual de ordinario había cuatro jue fuerza ha de morir : y así no se con
ces que juzgaban la ley que puso el sigue cosa alguna de lo que la ley
dueño del rio, de la puente y del se pide , y es de necesidad expresa que
ñorío , que era en esta forma : Si al se cumpla con ella. Venid acá , buen
guno pasare por esta puente de una hombre, respondió Sancho : este pa
parte á otra, ha de jurar primero sajero que decís , ó yo soy un porro ,
adónde y á qué va , y si jurare ver ó él tiene la misma razón para morir
dad , déjenle pasar, y si dijere men que para vivir y pasar la puente, por.
tira , muera por ello ahorcado en la que si la verdad le salva, la mentira
horca que allí se muestra, sin remi le condena igualmente ; y siendo este
sión alguna . Sabida esta ley y la ri así, como lo es, soy del parecer que
gurosa condición della, pasaban mu digáis á esos señores que á mí os en
chos , que luego en lo que juraban se viaron , que pues está en un fil las
echaba de ver que decían verdad , y razones de condenarle 6 de absolverle
los jueces los dejaban pasar libre que lo dejen pasar libremente , pues
mente. Sucedió pues, que tomando siempre es alabado más el hacer bien ,
juramento í un hombre , juró y dijo que mal ; y esto lo diera firmado de
que para el juramento que hacía, que mi nombre si supiera firmar : y yo en
iba a morir en aquella horca que allí este caso no he hablado de mío , sino
estaba, y no á otra cosa. Repararon que se me vino á la memoria un pre
los jueces en el juramento, y dije cepto, entre otros muchos, que me
ron : si á este hombre le dejamos pa dió mi amo don Quijote la noche an.
sar libremente , mintió en su jura tes que viniese á ser gobernador cies
mento, y conforme á la ley debe mo ta ínsula , que fué , que cuando la jus
rir : y si le ahorcamos , él juró que ticia estuviese en duda, me decantase
iba á morir en aquella horca, y ha y acogiese á la misericordia ; y ha
biendo jurado verdad , por la misma querido Dios que agora se me acorda
ley debe ser libre. Pídese á vuesa se , por venir en este ' caso como de
merced , señor gobernador , ¿ qué ha molde. Así es , respondió el mayordo
rán los jueces de tal hombre, que aun mo ; y tengo para mí que el mismo
hasta agora están tenido noticia Licurgo , que dió leyes á los lacede .
sos ? y habiendo dudosos y suspen
del monios , no pudiera dar mejor senten
agudo y elevado entendimiento de cia que la que el gran Panza ha dado
vuesa merced, me enviaron á mí á y acábase con esto la audiencia desta
que suplicase á vuesa merced de su mañana, y yo daré orden como el se
parte diese su parecer en tan intrin ñor gobernador coma muy á su gns
cado y dudoso caso . A lo que respon to. Eso pido, y barras derechas, dijo
dió Sancho : Por cierto que esos se Sancho , denme de comer y lluevan
ñores jueces que á mi os envían lo casos y dudas sobre mí , que yo los
pudieran haber excusado, porque yo despabilaré en el aire. Cumplió su
soy un hombre que tengo más de palabra el mayordomo , pareciéndole
mostrenco que de agudo , pero con ser cargo de conciencia matar de ham .
todo eso , repetidme otra vez el nego bre á tan discreto gobernador , y más
cio de modo que yo lo entienda, ani que pensaba concluir con él aquella
zá podría ser que diese en el hito . misma noche, haciéndole la burla al
Volvió otra y otra vez el preguntan tima que traía en comisión de hacer.
te á referir lo que primero había di le. Sucedió pues, que habiendo comi .
cho y Sancho dijo : A mi parecer este do aquel día contra las reglas y afo
negocio en dos paletas de declararé rismos del doctor Tirteafuera , al le
yo , y es así : ¿ El tal hombre jura que vantar de los manteles entró un 10
va á morir en la horca , si muere en rreo con una carta de don Quijote
ella juró verdad, y por la ley puesta para el gobernador. Mandó, Sancho al
merece ser libre, y que pase la puen secretario que la leyese para sí, y que
te , y si no le ahorcan juró mentira, y si no viniese en ella alguna cosa dig
PARTE II CAPITULO LI 383
»pienso dejar con la vida, según me mesa con los duques, y comenzando
otrata el doctor Pedro Recio. á poner en obra su intenc.ón y pe
Criado de vuesa merced , dic la licencia, veis aquí á deshora
SANCHO PANZA , el gobernador. » entrar por la puerta de la gran sala
dos mujeres, como después pareció ,
Cerró la carta el secretario , y des cubiertas de luto de los pies a la ca
pacho lego al correo , y juntándose beza, y la ura dellas llegándose á
los burladores de Sancho dieron or don Quijote se le echó á los pies ,
den entre sí como despacharle del tendida de largo á largo, la boca co .
gobierno ; y aquella tarde la pasó sida con los pies de don Quijote , y
Sancho en hacer algunas ordenanzas daba unos gemidos tan tristes, tan
tocantes al buen gobierno de la que profundos y tan dolorosos, que puso
él imaginaba ser " insula, y ordenó en confusión á todos los que la olan
que no hubiese regatones de los bas y miraban ; y aunque los duques pen .
timentos en la república, y que pu saron que sería alguna burla que sus
diesen meter en ella vino de las par criados querían hacer á don Quijote,
tes que quisiesen, con aditamento todavía viendo con el ahinco que la
que declarasen el lugar de dónde era mujer suspiraba, gemía y lloraba, los
para ponerle el precio según su es tuvo dudosos y suspensos, hasta que
timación , bondad y fama, y el que dori Quijotr compasivo la levanto del
lo aguase o le mudase el nombre per : suelo , y hizo que se descubriese y
diese la venta por ello : modero el quitase el manto de sobre la faz llo
precio de todo calzado, principalmen rosa. Ella lo hizo así, y mostró ser
te el de los zapatos, por parecerle que lo que jamás se pudiera pensar, por
corría con exorbitancia : puso tusa que descubrió el rostro de doña Ro.
en los salarios de los criados , que dríguez, la dueña de casa ; y la otra
caminaban á rienda suelta por el ca enlutada era su hija , la burlada del
mino del interés : puso gravísimas hijo del labrador rico . Admiráronse
penas á los 4 cantasen cantares todos aquellos que la conocían , y más
lascivos y descompuestos, ni de no los duques que ninguno, que puesto
che ni de día : ordenó que ningún que la tenían por boba y de buena
ciego cantase milagro en coplas, si pasta, no por tanto que viniese á ha
no trujese testimonio auténtico de ser cer locuras. Finalmente, doña Rodrí
verdadero , por parecerle que los más guez , volviéndose á los señores, les
que los ciegos cantan son fingidos , dijo : Vuesas Excelencias sean servi
en perjuicio de los verdaderos. dos de darme licencia que yo departa
Hizo y creó un alguacil de pobres , un poco con este caballero, porque
no para que los persiguiese , sino para así conviene para salir bien del ne.
que los examinase si lo eran , porque gocio en que me ha puesto el atrevi
à la sombra de la manquedad fingida miento de un mal intencionado vi
de la llaga falsa, andan los brazos Yano . El duque dijo que él se la
ladrones y la salud borracha . En re daba, y que departiese con el señor
solución , el ordenó cosas tan buenas, don Quijote cuanto le viniese en de
que hasta hoy se guardan en aquel seo . Ella enderezando la voz y el
lugar, y se nombran : las constitu rostro á don Quijote , dijo : Días ha,
ciones del gran gobernador Sancho valeroso caballero, que los tengo dada
Panza , cuenta de la sinrazón y alevosía que
un mal labrador tiene fecha á mi miny
querida y amada hija , que es esta des
dichada que aquí está presente, y
CAPITULO LII vos me habedes prometido de volver
por ella enderezándole el tuerto que
le tienen fecho, y agora ha llegado
Donde se cuenta la aventura de la mi noticia que os queredes partir
segunda dueña dolorida ó angus deste castillo en busca de las buenas
tiada, llamada por otro nombre aventuras que Dios os depare ; y así
doña Rodriguez. querría que antes que os escurriéso
des por esos caminos, desafiásedes
á este rústico indómito, y le hiciése.
Cuenta Cide Hamete , que estando des que se casase con mi hija , en
va don Quijote saro de sus aruños, cumplimiento de la palabra que le
le pareció que la vida que en aquel dió de ser su esposo antes y primero
castillo tenía era contr & toda la orden que yogase con ella ; porque pensar
de caballería que profesaba, y así de que el duque mi señor me ha de ha.
terminó de pedir licencia á los duqués cer justicia , es pedir peras al olmo,
para partirse á Zaragoza , cuyas fies por la ocasión que ya á vuesa merced
tas llegaban cerca, adonde pensaba en puridad tengo declarada ; y con
garar el arnés que en las tales fiestas esto nuestro Señor dé à vuesa merced
se conquista. Y estando un día á la mucha salud, y á nosotras no nos
388 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
desampare. A cuyas razones respo?? ticia en manos del señor don Quijo
dió don Quijote con mucha gravedad te , que de otra manera no se hará
y prosopopeya : Buena dueña, tem nada, pi llegará á debida ejecución
plad vuestras lágrimas , o por mejor el tal desafío . Yo sí pongo, respondió
decir , enjugadlas y ahorrad de vues la dueña : y yo también, añadió la
tros suspiros, que yo tomo á mi cargo hija, toda llorosa y toda vergonzosa
el remedio de vuestra hija, á la cual y de mal talante. Tomado pues este
le hubiera estado mejor no haber si apuntamiento, y habiendo imaginado
do tan fácil en creer promesas de el duque lo que había de hacer en el
er.amorados, las cuales , por la mayor caso, las enlutadas se fueron, y.or
parte , son ligeras de prometer y muy denó la duquesa que de alli adelan .
pesadas de cumplir ; y así con licen te no las tratasen como á sus cria
cia del duque mi señor, yo me par das, sino como á señoras aventure
tiré luego en busca dese desalmado ras que venían á pedir justicia á st
mancebo, y le hallaré, y le desafiaré, casa ; y así les dieron cuarto aparte
y le mataré cada y cuando que se ex y las sirvieron como á forasteras, Ilo
cusare de cumplir la prometida pala sin espanto de las demás criadas, que
bra : que el principal asunto de Di no sabían en qué había de parar la
profesión es perdonar á los humil sandez y desenvoltura de doña Ro
des, y castigar á los soberbios : quie dríguez y de su malandante hija.
ro decir, acorrer á los miserables , y Estando en esto, para acabar de re
destruir a los rigurosos. No es ine gocijar la fiesta y dar buen fin à la
nester, respondió el duque, que vuesa comida, veis aqui donde entró por la
merced se ponga en trabajo de bus sala el paje que llevó las cartas y
car al rústico de quien esta buena presentes á Teresa Panza, mujer del
dueña se queja, ni es menester tam gobernador Sancho Panza , de cuya
poco que vuesa merced me pida á mi llegada recibieron gran contento los
ſicencia para desafirle , que yo le doy duques, deseosos de saber lo que le
por desafiado , y tomo á mi cargo de había sucedido en su viaje : y pre
Hacerle saber este desafío , y que le guntándoselo, respondió el paje que
acete, y venga á responder por sí á no lo podía decir tan en público ni
este mi castillo, donde á entrambos con breves palabras, que Sus Esce
daré campo seguro , guardando todas lercias fuesen servidos de dejarlo
las condiciones que en tales actos para á solas, y que entretanto se
suelen y deben guardarse, guardando entretuviesen con aquellas cartas : y
igualmente su justicia á cada uno, sacando dos las puso en manos de
como están obligados á guardarla to . de la duquesa : la una decía en
dos aquellos principes que dan cam . el sobrescrito : Carta para mi se
po franco a los que se combaten en nora la duquesa tal, de no sé
los términos de sus señoríos . Pues dónde ; y la otra : A mi marido
con ese seguro y con buena licencia Sancho Panza , gobernador de la
de vuesa grandeza, replicó don Qui insula Barataria, que Dios pros
jote, desde aquí digo que por esta vez pere más años que á mí. No se
renuncio mi hidalguía, y me allano y le cocía el pan, como suele decirse ,
ajusto con la llaneza del dañador, y á la duquesa hasta leer su carta ; y
me hago igual con él, habilitándole abriéndola , y leída para sí , y viendo
para poder combatir conmigo ; y así, que la podía leer en voz alta para que
aunque ausente, le desafío y repto en el duque y los circunstantes la cye .
razón de que hizo mal en defraudar sen, leyó desta manera :
á esta pobre que fué doncella , y ya por
su culpa no lo es , y que le ha de
cumplir la palabra que le dió de ser CARTA DE TERESA PANZA
su legitimo esposo, o morir en la de. Á LA DUQUESA
manda . Y luego descalzándose un
guante le arrojó en mitad de la sala, «Mucho contento me dió, señora
y el duque le alzó, diciendo que , co »mía , la carta que vuesa grandeza
mo ya había dicho , él acetaba el ome escribió , que en verdad que la
tal desafío en nombre de su vasallo, »tenía bien deseada . La sarta de co
y señalaba el plazo de allí á seis días prales es mny buena, y el vestido de
y el campo en la plaza de aquel cas > caza de mi marido no le va en zaga .
tillo , y las armas las acostumbradas De que vuesa señoría haya hecho
de los caballeros, lanza y escudo y Đgobernador á Sancho mi consorte ,
arnés tranzado , con todas las demás pha recibido mucho gusto todo este
piezas, sin engaño, superchería o su plugar , puesto que no hay quien lo
perstición alguna, examinadas y vis pcrea, principalmente el cura y mae
tas por los jueces del menester
campo ; pero pse Nicolás el barbero, y Sanson Cy
ante todas cosas es que prrasco el bachiller ; pero á mí no
esta buena dueña y esta mala don ose me da nada, que como ello g -a
cella pongan el derecho de su jus pasí, como lo es . diga cada uno lo
PARTE 11. - CAPÍTULO LII 389
toca el serlo, siendo nuestro gober lles con colchones . En fin , él nombra
nador . Armenme norabuena , replicó ba con todo ahinco todas las barati.
Sancho, y al momento le trujeron jas é instrumentos y pertrechos de
dos paveses, que venían proveidos guerra con que suele defenderse el
dellos , y le pusieron encima de la asalto de una ciudad ; y el molido
camisa, sin dejarle tomar otro ves Sancho que lo escuchaba y sufría to
tido, un pavés délante y otro detrás , do, decía entre sí : iOh ! isi mi se
y por unas concavidades que traían ñor fuese servido que se acabase ya
hechas le sacaron los brazos , y le lia de perder esta insula, y me viese yo
ron muy bien con unos cordeles, de 6 muerto 6 fuera desta grande argus
modo que quedó emparedado y erta tia ! Oyó el cielo su petición , y cuan
blado, derecho como un huso, sin po do menos lo esperaba oyó voces que
der doblar las rodillas ni menearse decían : Vitoria , vitoria , los enemi
un solo paso . Pusiéronle en las manos gos van devencida : ea, señor gober
una lanza, á la cual se arrimo para nador, levántese vuesa merced , y
poder tenerse en pie . Cuando así le venga á gozar del vencimierto , y á
tuvieron , le dijeron que caminase y repartir los despojos que se han to
los guiase, y animase á todos, que mado á los enemigos por el valor
biendo él su norte , su lanterna y su dese invencible brazo. Levántenme,
lucero, tendrían huen fin sus nego cijo con voz doliente el dolorido San
cios . Cómo tengo de caminar, des. cho. Ayudáronle á levantar, y pues
venturado yo, respordió Sancho , que to en pie dijo : El enemigo que yo
no puedo jugar las choquezuelas de hubiere vencido, quiero que me le
las rodillas, porque me lo impiden claren en la frente: yo no quiero re
estas tablas que tan cosidas tengo partir despojos de enemigos, sino pe
.con mis carnes ? Lo que han de ha dir y suplicar á algún amigo, si es
.cer es llevarme en brazos , y poner quo le tengo, que me dé in trago
me atravesado o en pie en algún pos de vino, que me seco , y me enju
tigo, que yo le guardaré ó con esta gue este sudor , que me hago, agua,
larza ó con mi cuerpo. Ande , señor Limpiáronle, trujéronle el vino, des
gobernador, dijo otro, que más el liáronle los paveses, sentóse sobre su
miedo que las tablas le impide el lecho , y desmayose del temor, del so
paso : acabe y menéese, que es tarde, bresalto y del trabajo. Ya les pesaba
y los enemigos crecen , y las voces á los de la burla de habérsela hecho
se aumentan , y el peligro carga. Por tan pesada ; pero el habec vuelto en
cuyas persuasiones y vituperios pro si Sancho les templó la pena que les
bó el pobre gobernador á moverse, y había dado su desmayo . Preguntó qué
fué dar consigo en el suelo tan gran hora era : respondiéronle que ya ama
golpe, que pensó que se había hecho necía . Calló, y sin decir otra cosa
pedazos. Quedó como galápago erce comenzó á vestirse, todo sepultado en
rrado y cubierto con sus conchas, 6 silencio , y todos le miraban , y espe.
como medio tocino metido entre dos raban en qué había de parar la prie
artesas, o bien así como barca que da sa con que se vestía. Vistióse en in ,
al través en la arona : y no por verle y, poco a poco, porque estaba molido
caído aquella gente burladora le tu y no podía ir mucho á mucho, se fue
vieron compasión alguna , antes apa á la caballeriza, siguiéndole todos los
gando las antorchas tornaron á refor . que allí se hallaban, y llegándose al
zar las voces, y á reiterar el arma rucio le abrazo y le dió un beso de
con tan gran priesa, pasando por en paz en la frente , y no sin lágrimas en
cima del pobre Sancho, dándole in los ojos le dijo : Venid vos acá, com
finitas cuchilladas sobre los paveses , pañero mío y amigo mío, y conlle
que si él no se recogiera y encogiera vador de mis trabajos y miserias :
metiendo la cabeza entre los paveses , cuando yo me avenía con vos, y no
lo pasara muy mal el pobre goberna: tenía otros pensamientos que los que
dor, el cual en aquella estrecheza me daban los cuidados de remendar
recogido sudaba y trasudaba, y de vuestros aparejos , y de sustentar
todo corazón se encomendaba á Dios vuestro corpezuelo, dichosas eran mis
que de aquel peligro le sacase . Unos horas, mis días y mis años ; pero
tropezaban en él, otros caían , y tal después que os dejé , y me subí sobre
hubo que se puso encima un tuen las torres de la ambición y de la 90
espacio , y desde allí como desde ata berbia se me han entrado por el alma
laya gobernaba los ejércitos , y á adentro mil miserias, mil trabajos y
grandes voces decía : Aquí de los cuatro mil desasosiegos . Y en tanto
Iuestros , que por esta parte cargan que estas razones iba diciendo, iba
más los enemigos: aquel portillo se asimismo enalbardando el asno , sin
guarde, aquella puerta se cierre , que nadie nada le dijese . Enalbardado
aquellas escalas se tranqueen , vengan pues el rucio, con gran pena y pesar
alcancías de pez y resina y calderas de subió sobre él, y er caminando sus pa
aceite ardiendo, trinchéense las ca labras y razones al mayordomo, al se
392 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
ber puesto . Vaya vuesa merced , dijo les puesto de rodilias, dijo : lo , se
bancho, y vuelva presto por un solo ñores , porque lo quiso así - vuestra
Dios, que ya no puedo llevar el estar grandeza, ein ningún merecimiento
aquí sepultado en vida , y me estoy mio fuí á gobernar vuestra insula
muriendo de miedo. Dejole don Qui. Barataria, en la cual entré desnudo,
jote, y fué al castillo á contar a los y desnudo me hallo, ni pierdo ni
duques el suceso de Sancho Panza , gano . Si he gobernado bien o mal,
de que no poco se maravillaron, aun . testigos he tenido delante, que dirán
que bien entendieron que debía de lo que quisieren. He deciarado dudas.
haber caído por la correspondencia sentenciado pleitos , y siempre muer
de aquella gruta que de tiempos in to de hambre, por haberlo querido
memoriales estaba allí hecha ; pero así el doctor Pedro Recio , natural
no podían pensar cómo había dejado de Tirteafuera, médico ir sulano y go
el gobierno sin tener ellos aviso de bernadoresco. Acometiéronnos ene
su venida. Finalmente , llevaron como migos de noche, y habiéndonos pues
dicen , sogas y maromas, y á costa to en grande aprieto, dicen los de la
de inucha gente y de mucho trabajo Insula que salieron libres y con vic
sacaron al rucio y á Sancho Panza toria por el valor de mi brazo : que
de aquellas tiniebias á la luz del sol. tal salud les de Dios como ellos dicen
Vible in estudiante , y dijo : Desta verdad . En resolución, en este tiempo
manera habían de salir de sus gobier yo he tanteado las cargas y las obli.
nos todos los malos gobernadores, gaciones que trae consigo el gobernar
como sale este pecador del profundo y he hallado por mi cuenta que no
del abismo , muerto de hambre , des las podrán llevar mis hombros, ni son
colorido, y sin blanca á lo que yo peso de mis costillas, ni flechas de
creo. Oyolo Sancho , y dijo : Diez mi aljaba : y así , antes que diese con
y seis o diez y siete días ha, hermano migo al través el gobierno, he que .
murmurador, que entré á gobernar rido yo dar con el gobierno al través,
la insula que me dieron , en los
y ayer de mañana dejé la insula como
cuales no me vi harto de pan si la hallé, con las mismas calles, ca
quiera una hora : en ellos me han saz v tejados que tenía cuando entre
perseguido médicos, y enemigos me en ella . No he pedido prestado á na
han brumado los huesos ; ni he tenido die , ni metidome en granjerías : .
lugar de hacer cohechos ni de cobrar aunque pensaba hacer muchas orde .
derechos : y siendo esto así , como lo nanzas provechosas, no hice casi nin
es , no merecía yo , á mi parecer, guna , temeroso que no se habían de
salir desta manera ; pero el hom guardar, que es lo mesmo hacerlas
bre pone, y Dios dispone; que Dios que no hacerlas. Salí, como digo , de
sabe lo mejor y lo que le está bien la însula sin otro acompañamiento que
á cada uno ; y cual el tiempo, tal el de mi rucio : caí en una sima , vi.
el tiento ; y nadie diga desta agủa neme por ella adelante , hasta que esta
no beberé, que adonde se piensa mañana con la luz del sol vi la salida ;
que hay tocinos no hay estacas : y pero no tan fácil, que á no deparar
Dios me entiende, y basta, y no me el cielo á mi señor don Quijote,
digo más, aunque pudiera. No te allí me quedara hasta la fin del mun-
enojes , Sancho , ni recibas pesadum do . Así que , mis señores duque
bre de lo que oyeres, que será nunca duquesa, aquí está vuestro goberna
acabar : ven tú con segura concien dor Sancho Panza, que ha granjeado
cia, y digan lo que dijeren ; y es en solos diez y siete días que ha teni
querer atar las lenguas de los mal do el gobierno, conocer que no se le
dicientes do mesmo que querer poner
ha de dar nada por ser gobernador, no
puertas al campo. Si el gobernador de una insula, sino de todo el mundo :
sale rico de su gobierno, dicen dél y con este presupuesto , besando á
que ha sido un ladrón ; y si sale po vuesas mercedes los pies , imitando
bre , que ha sido un para poco y un al juego de los muchachos, que dicen :
mentecato. A buen seguro , respondió salta tú , y damela tú , doy un salto
Sancho, que por esta vez antes me del gobierno, y me paso al servicio
han de tener por tonto que por la de mi señor don Quijote, que en fin
drón. En estas pláticas llegaron ro en él , aunque como el pan con sobre
deados de muchachos y de otra mucha salto, hártome á lo meros : y para
gente al castillo, donde en unos co mí , como yo esté harto, eso me hace
rredores estaban ya el duque y la que sea de zanahorias, que de per
duquesa esperando á don Quijote y á dices . Con esto dió fin á su amarga
Sancho, el cual no quiso subir á ver plática Sancho , temiendo siempre don
al duque sin que primero no hubiese Quijote que había de decir en ella
acomodado al rucio en caballeriza , millares de disparates ; y cuando le
porque decía que había pasado muy vó acabar con tan pocos dió en su
mala noche en la posada, y luego sü corazón gracias al cielo , y el duque
bió á ver á sus señores, ante los cua abrazo á Sancho, y le dijo que le pe.
PARTE 11 .--CAPÍTULO LVI 399
resolución , todos estos cuentos y suce desnudo dél , y así podré decir con
608 pararon en que Tosilos se reco segura conciencia , que no es poco :
giese hasta ver en qué paraba su desnudo nací , desnudo me hallo, ni
transformación. Aclamaron todos la pierdo ni gano . Esto pasaba entre sí
victoria de don Quijote , y los más Sarcho Panza el día de la partida ;
quedaron tristes y melancólicos de y saliendo don Quijote, habiéndose
ver que no se habían hecho pedazos despedido la roche antes de los du
los tan esperados combatientes : bien ques, á la mañana se presentó arma
así como los muchachos quedan tris do en la plaza del castillo . Mirábanle
tes cuando no sale el ahorcado que de los corredores toda la gente del
esperan, porque le ha perdonado 6 la castillo , y asimismo los duques Site
parte ó la justicia . Fuése la gente, lieron á verle . Estaba Sancho sobre
volviéronse el duque y don Quijote su rucio con sus alforjas, maleta y
al castillo, encerraron á Tosilos, que repuesto , contentísimo, porque el ma.
daron doña Rodríguez y su hija con yordomo del duque, el que fué la Tri
tentísimas de ver que por una vía 6 faldi , le había dado un ' bolsico con
por otra aquel caso había de parar en doscientos escudos de oro, para suplir
casamiento, y Tosilos no esperaba los menesteres del camino, y esto dun
menos .
no lo sabía don Quijote. Estando, co
me queda dicho, mirándole todos , á
deshora entre las otras dueñas y
CAPITULO LVII
doncellas de la duquesa que le mira
ban , alzó la voz 12 desenvuelta y dis
creta Altisidora , y en son iastimero,
dijo :
Que trata de cómo don Quijote se
despidió del duque, y de lo que Escucha, mal caballero ,
le sucedió con la discreta y des detén un poco las riendas ,
envuelta Altisidora , doncella de no fatigues las ijadas
la duquesa . de tu mal regida bestia .
Mira, falso , que no huyes
de alguna sorpiente fiera,
Ya le pareció á don Quijote que era sino de una corderilla,
bien salir de tanta ociosidad como la que está muy lejos de oveja,
que er. aquel castillo tenía, que se Tú has burlado, monstruo horrendo ,
imaginaba sér grande la falta que su he más hermosa doncella
persona hacía en dejarse estar ence que Džana vió en sus montes,
x'rado y perezoso entre los' infinitos que Venus miró en sus selvas .
regalos y deleites, que como á caba Criel Virem , fugitivo Enéas,
llero andante aquellos señores le ha Barrabás te acompañe allá te
cían , y parecíale que había de dar Carengas.
cuenta estrecha, al cielo de aquella Tú llevas , illevar impío !
ociosidad y encerramiento , y así pi en las garras de tus cerras
dió un día licencia á los duques para las entrañas de una humilde,
partirse. Diéronsela con muestras de como enamorada y tierna.
que en gran manera les pesaba de que L'évaste très tocadores
los dejase . Dió la duquesa las cartas y unas ligas de unas piernas ,
de su mujer á Sancho Panza, el cual que al mármol puro se igualan
lloró con ellas, y dijo : ¿ Quién pensa en lisas , bancis y negras .
ra que esperanzas tan grandes como Llévaste dos mil suspiros,
las que en el pecho de mi mujer Te que á ser de fuego, pudieran
resa Panza engendraron las nuevas abrasar á dos mil Troyas ,
de mi gobierno, habían de parar en si dos mil Troyas hubiera.
volverme yo agora á las arrastradas Crüel Vireno, fugitivo Eneas ,
aventuras de mi amo don Quijote de Barrabás te acompañe alla te
la Mancha ? Con todo esto , me con [ avengas.
tento de ver que mi Teresi correspor D se Sancho tui escudero
dió á ser quien es enviando las be las entrañas sean tan tercas
llotas á la duquesa, que á no habér y tan duras , que no salga
Belas enviado , quedando yo pesaroso , de su encinto Dule nea .
89 mostrara ella desagradecida. Lo De la culpa que tú tienes
que me consuela es, que esta da llev la triste a pena :
diva no se le pueda dar nombre de que justos por pecadores
cohecho , porque ya tenía yo el gobier tal vez pagan en la tierra.
no cuando ella las envio, y está pues Tus más finas aventuras
to en razón que los que reciben algún eri desventuras se vuelvan ;
beneficio , aunque sea con niñerías, se en sueños tus pasatiempos,
miestren agradecidos. En efecto , vo en Ovidos tus firm zas .
entré desnu lo en el gobierro, y salgo Crüel Vireno , iugitivo Eneas ,
26
402 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
Barrabás acompañe , allá te ni á ella ni á Vuestra Excelencia , é
( avengas. quien suplico me tenga en mejor
Seas tenido por falso opinión , y me dé de nuevo licencia
desde Sevilla á Marchena, para seguir mi camino. Déosle Dios
desde Granada hasta Loja, tan bueno, dijo la duquesa, señor don
d . Londres á Ingalaterra . Quijote, que siempre oigamos buenas
Si jugares al reinado, nuevas de vuestras fechurias, y 91- '
los cientos, ó la primera, dad con Dios, que mientras más os
los reyes huyan de ti , detenéis , más aumentáis el fuego en
ases ni sietes no veas. los pechos de las doncellas que os
Si te cortases los callos , miran , y á la mía yo la castigaré de
sangre las heridas viertan, modo que de aquí adelante no se des
y quédente los raigones mande con la vista ni con las pala
si te sacaras las muelas . bras. Una no más quiero que me
Crüel Vireno , fugitivo Eneas, escuches, oh valeroso don Quijote ,
Barrabás te acompañe allá te
dijo entonces Altisidora , y es, que
Lavengas. te pido perdón del latrocinio de las
ligas, porque en Dios y en mi anima
En tanto que de la suerte que se que las tengo puestas, y he caldo en
ha dicho se quejaba la lastimada Al el descuido del que yendo sobre el
tisidora , la estuvo mirando don Qui . asno le buscaba. ¿ No lo dije yo ? dijo
jote , y sin responderla palabra, vol Sancho ; bonico soy yo para encubrir
viendo el rostro á Sancho le dijo : hurtos , pues á quererlos hacer , de
Por el siglo de tus pasados, Sancho paleta me había venido la ocasión en
mío , te conjuro que me digas una mi gobierno, Abajo la cabeza don Qui
verdad : Dime, ¿ llevas por ventura jote, y hizo reverencia á los duques
los tres tocadores y las ligas que esta vá todos los circunstantes, y volvien .
enamorada doncella dice ? A lo que do las riendas & Rocinante, siguién.
Sancho respo Los tres tocado dole Sancho sobre el rucio, se salis
rès sí llevo ; pero las ligas , como por del castillo , enderezando su camino
los cerros de Ubeda. Quedó la duque á Zaragoza .
sa admirada de la desenvoltura de Al
tisidora, que aunque la tenía por atre
vida , graciosa y desenvuelta, no en
grado que se atreviera á semejantes CAPITULO LVIII
desenvolturas ; y como no estaba ad
vertida desta burla, creció más su
admiración . El duque quiso reforzar Que trata de cómo menudearon
el donaire , y dijo : No me parece sobre don Quijote aventuras tan .
bien señor caballero, que habiendo tas, que no se daban vagar unas
recebido en este mi castillo el buen á otras .
acogimiento que en él se os ha he
cho, os hayáis atrevido á llevaros
tres tocadores por lo menos , si por Cuando don Qnijote se vió en la
lo más las ligas de mi doncella : in . campaña rasa, libre y desembarazado
dicios son de mal pecho , y muestras de los requiebros de Altisidora, le
que no corresponden á vuestra fama : pareció que estaba en su centro , y
volvedle las ligas , si no , yo os desafío que los espíritus se le renovaban para
á mortal batalla , sin temor que ma proseguir de nuevo el asunto de sus
landrines encantadores me vuelvan caballerías, y volviéndose á Sancho
ni muden el rostro, como lo han he le dijo : La libertad , Sancho , es uno
cho con el de Tosilos mi lacayo, el de los más preciosos dones que a los
que entró con vos en batalla . No quie. hombres dieron los cielos : con ella
ra Dios , respondió don Quijote , que no pueden igualarse los tesoros que
yo desenvaine mi espada contra vues encierra la tierra, ni el mar encubre :
tra ilustrísima persona, de quien tan por la libertad , así como por la hon .
tas mercedes he recibido : los toca ra, se puede y debe aventurar la vi
dores volveré , porque dice Sancho da ; y , por el contrario , el cautiverio
que los tiene ; las ligas es imposible , es el mayor mal que puede venir á
porque ni yo las he recibido, ni el los hombres. Dig , esto , Sancho , por
tampoco : y si esta vuestra doncella que bien has visto el regalo , la abun .
quisiere mirar sus escondrijos, á buen dancia qne en este castillo que deja
seguro que las halle. Yo, señor duque, mos hemos tenido : pues en mitad de
jamás he sido ladrón , ni lo pienso ser aquellos banquetes sazonados y de
en toda mi vida , como Dios no me aquellas bebidas de nieve me parecía
deje de su mano . Esta doncella ha á mí que estaba metido entre las estre .
bla , como ella dioce, como enamora chezas de la hambre, porque no lo go
da, de lo que yo no le tengo culpa , zaba con la libertad que lo gozara si
y así no tengo de qué pedirle perdón , fueran míos : que las obligaciones de
PARTE 11.- CAPÍTULO LVIII 403
veo que no soy hermoso, pero tam zagalas y los mancebos de pastores :
bién conozco que no soy disforme; traemos estudiadas dos églogas, una
y bástale á un hombre de bien no del famoso pueta Garcilaso, y otra
ser monstruo para ser bien querido del excelentísimo Camoes, en su mis
como tenga los dotes del alma que te ma lengua portuguesa, las cuales has
be dicho . En estas razones y pláticas ta ahora no hemos representado :
se iban entrando por una selva que ayer fué el primero día que aquí liega
fuera del camino estaba, y a deshora, mos : tenemos entre estos ramos plan
sin pensar en ello, se halló don Qui tadas algunas tiendas, que dicen we
jote enredado entre unas redes de llaman de campaña, en el margen de
hilo verde , que desde unos árboles á un abundoso arroyo qu3 todos estos
otros estaban tendidas, y sin poder prados fertiliza : tendimos la noche
imaginar qué pudié se ser aquello, pasada estas redes destos árboles pa
dijo á Sancho : Paréceme , Sancho . ja engañar los simples pajarillos, que
que esto destas redes debe de ser una ojeados con nuestro ruido vinieren á
de las más nuevas aventuras que pue dar en ellas. Si gustáis, señor, de ser
da imaginar. Que me maten si los nuestro huésped, seréis agasajado li
encantadores que me persiguen no beral y cortésmente, porque por aho
quieren enredarme en ellas y dete ra en este sitio no ha de entrar la
ner mi camino como en venganza de pesadumbre ni la melancolía . Callo , y
la riguridad que con Altisidora he no dijo más : á lo que respondió don
tenido : pues mándoles yo que aunque Quijote : Por cierto, hermosísima se
estas redes , si como son hechas de mora, que no debió quedar más
hilo verde fueran de durísimos dia suspenso ni admirado Acteón cuando
mantes , y más fuertes que aquella vió al improviso bañarse en las aguas
con que el celoso Dios de los herre á Diana, como yo he quedado atónito
ros enredó á Venus y á Marte, así las en ver vuestra belleza . Alabo el asun
rompiera como si fueran de juncos to de vuestros entretenimientos, y
marinos o de hilachas de algodón : v el de vuestros ofrecimientos agradas
queriendo pasar adelante, y romperlo co ; y si os puedo servir, con seguici
todo , al improviso se le ofreci ron de dad de ser obedecida me lo podéis
lante saliendo de entre unos árboles, mandar, porque no es otra la profe
dos hermosísimas pastoras, á lo me sión mía sino de mostrarme agrade
nos vestidas como pastoras, sino que cido y bienhechor con todo género de
los pellicos y sayas eran de fino bro. gente en especial con la principal que
cado : digo que las sayas eran riquí vuestras personas representan : y si
aimos faldellines de tabí de oro : como estas redes, que deben de ocu
traían los cabellos sueltos por las es . par algún pequeño espacio, ocuparan
paldas, que en rubios podían compe toda la redondez de la tierra, buscara
tir con los rayos del mismo sol , los yo nuevos mundos por do pasar sin
cuales se coronaban con dos guirnal romperlas : y porque deis algún cré
das de verde laurel y do rojo ama dito á esta mi exageración , ved quo
ranto tejidas : ja edad , al parecer , ni os lo promete por lo menos don Qui
bajaba de los quince , ni pasaba du jote de la Mancha, si es que ha lle
los diez y ocho . Vista fué ésta que gado á vuestros oídog este nombre .
admoiró á Sancho, y suspendió á don i Ay, amiga de mi alma, dijo enton .
Quijote ; y reparando en él las pas ces la otra zagala , y qué ventura tan
toras , la sorpresa tuvo en maravilloso grande nos ha sucedido ! ¿ Ves esto
silencio á todos cuatro. En fin , quien señor que tenemos delante ? Pues há
primero habló fué una de las dos za gote saber que es el más valiente y
galas, que dijo á don Quijote : Dete el más enamorado y el más comedido
ned , señor caballero, el paso , y no que tiene el mundo , si no es que nos
rompáis las redes , que no para daño miente y nos engañe una historia
vuestro , sino para nuestro pasatiem que de sus hazañas anda impresa y yo
po ahí están tendidas : y porque sé he leído . Yo apostaré que este buen
que nos habéis de preguntar para qué hombre que viene consigo es un ta!
se han puesto , y quién somos , os lo Sancho Panza su escudero , á cuyas
quiero decir en breves palabras. En gracias no hay ningunas que se les
ung aldea que está hasta dos leguas igualen . Así es la verdad, dijo San
de aquí, donde hay mucha gente prin cho , que yo soy ese gracioso y es es
cipal, y muchos hidalgos y ricos, en cudero que vuesa merced dice , y este
tre muchos amigos y parientes se señor es mi amo , el mismo don Qui
concertó que con sus hijos , mujeres jote de la Mancha, historiado y refe
y hijas , vecinos , amigos y parientes rido. i Ah ! dijo la otra : supliquémos
ros vidiésemos á holgar á este sitio, le , amiga, que se quede , que nuestros
que es uno de los más agradables de padres y nuestros hermanos gustarán
todos estos contornos, formando en infinito dello , que también he oído
tre todos una nueva y pastoril Arca ro decir de su valor y de sus gracias
dia , vistiéndonos las doncellas de lo mismo que tú me has dicho; y
406 DON QUIJOTE DE LA MAXCIA
sobre todo dicen del que es el más ponder a la misma medida, contenién .
firme y más leal enamorado que se dome en los estrechos límites de mi
sabe, y que su dama es una tal Dui. foderío , ofrezco lo que puedo y lo
cinea del Toboso , á quien en toda Es que tengo de mi cosecha ; y así dig.
pana la dan la pa ma de la hermosu que sustentaré dos días naturales, en
ra. Con razón se la dan, dijo don Qui mitad dese camino real que va a Za
jote, si ya no lo pone en duda vuestra ragoza, que estas señoras zagalas con
sin igtal belleza : no os canséis, se trahochas que aquí están, son las más
ñoras, en detenerme, porque las pre hermosas doncellas y más corteses
cisas obligaciones de mi profesión ro que hay en el mundo, excetando sólo
me dejan reposar en ningún cabo . á la sin par Dulcinea del Toboso , úni
Llegó en esto adonde los cuatro esta ca señora de mis pensamientos : COR
ban un hermano de una de las dos paz sea dicho de cuantos y cuantas
pastoras, vestido asimismo de pastor, me escuchan . Oyendo lo cual Sancho,
con la riqueza y galas que á las de que con grande atención le había es
las zagalas correspondía : contáronle tado escuchando, dando una gran voz,
ellas que el que con ellas estaba era dijo : ¿ Es posible que haya en el
el valeroso don Quijote de la Mancha, mundo personas que se atrevan á de
y el otro su escudero Sancho, de cir y á jurar que este mi señor es
quien tenía él ya noticia por haber loco ? Digan vuesas mercedes, seño
leído su historia. Ofreciósele el ga res pastores, ( hay cura de aldea, por
llardo pastor , pidióle que se viniese discreto y por estudiarte que sea, que
con él á sus tiendas, húbolo de con pueda decir lo que mi amo ha dicho ;
ceder den Quijote, y así lo hizo . Lle ni hay caballero andante, por más
gó en esto el ojeo , lleráronse las re fama que tenga de valiente, que pue
des de pajarillos diferentes, que en da ofrecer lo que mi amo aqui ha
gañados de la color de las redes caían ofrecido ? Volvióse don Quijote á San
en el peligro de que iban huyendo, cho, y encendido él rostro y colérico,
Juntáronse en aquel sitio más de le dijo : ¿ Es posible, oh Sancho, quo
treinta personas , todas bizarramente haya en todo el orbe alguna persona
de pastores y pastoras vestidas, y en que diga que no eres tonto aforrad .
un instante quedaron enteradas de de lo mismo , con no sé qué ribetes de
quiénes eran don Quijote y su escu malicioso y de bellaco ? ¿ Quién te
dero , de que no poco contento reci. mete á ti en mis cosas , y en averiguar
bieron, porque ya tenían del noticia si soy discreto ó majadero ? Calla, y
por su historia. Acudieron a las tien no me repliques, sino ertsilla si está
das, hallaron las mesas puestas, ri desensillado à Rocinante , vamos á po
cas, abundantes y limpias : honraron ner en efecto mi ofrecimiento, quo
á don Quijote dándole el primer lu con la razón que va de mi parte pue
gar en ellas : mirábanle todos, y ad des dar por vencidos á todos cuantos
mirábanse de verle . Finalmente, al. quisieren contradecirla ; y con gran
zados los manteles , con gran reposo furia y muestras de enojo se levanto
alzó don Quijote la voz, y dijo : Entre de la silla, dejando admirados á los
los pecados mayores que los hombres circunstantes , haciéndoles dudar si le
cometen, aunque algunos dicen que podían tener por loco ó por cuerdo.
es la soberbia, yo digo que es el des Finalmente, habiéndole persuadid.
agradecimiento, ateniéndome a lo que que no se pusiese en tal demanda,
suele decirse , que de los desagrade. que ellos daban por bien conocida su
cidos está lleno el infierno. Este pe agradecida voluntad, y que no eran -
cado, en cuanto me ha sido posible, menester nuevas demostraciones para
he procurado yo huir desde el instan conocer su ánimo valeroso , pues bas
te que tuve uso de razón, y si no pue taban las que en la historia de sus
do pagar las buenas obras que me ha hechos se referían ; con todo esto
cen con otras obras, pongo en su lu. salió don Quijote con su intención, y
gar los deseos de hacerlas, y cuando puesto sobre Rocinante , embrazando
éstos no bastan , las publics, porque su escudo y tomando su lanza se puso
quien dice y publica las buenas obras en la mitad de un real camino que
que recibe , también las recompensara no lejos del verde prado estaba.
con otras si pudiera ; porque , por la Siguiole Sancho sobre su rucio , COR
mayor parte los que reciben son infe toda la gente del pastoral rebaño , y
riores á los que dan , así es Dios deseosos de ver en qué paraba su
sobre todos, porque es dador sobre arrogante y nunca visto ofrecimiento.
todos, y no pueden corresponder las Puesto pues don Quijote en mitad del
dádivas del hombre a las de Dios con camino , como se ha dicho , hirib el
igualdad, por infinita distancia ; y aire con semejantes palabras : Oh ya .
esta estrecheza y cortedad en cierto sotros, pasajeros, viandantes, caba- ,
modo la suple el agradecimiento. Yo , lleros, escuderos , gente de á pie y
pues , agradecido a la merced que aqui de á caballo , que por este camin .
se me ha hecho, no pudiendo corres pasáis , ó habéis de pasar en estos
PARTE 11. - CAPÍTULO LIX
dos días siguientes : sabed que don jote , y más enojado que vergado se
Quijote de la Mancha, caballero an. sentó en el camino, esperando á que
dante, está aquí puesto para defen Sancho, Rocinante y el rucio llega.
der que á todas las herinosuras y sen . Llegaron, volvieron á subir amo
cortesías del mundo exceden las que y mozo , y sin volver á despedirse de
se encierran en las ninfas habitado ia Arcadia fingida ó contrahecha, y
ras destos prados y bosques, dejando con más vergüenza que gusto siguie
á un lado a la señora de mi alma ron su camino .
Dulcinea del Toboso ; por eso el que
fuere de parecer contrario, acuda, que
aqui le espero. Dos veces repitió es
tas mismas razones aquel día y otro , CAPITULO LIX
y dos veces no fueron oídas de nin
gún aventurero ; pero la suerte, que Donde se cuenta el extraordinario
sus cosas iba encaminando de mejor suceso, que se puede tener por
en mejor, ordenó que el segundo día aventura , que le sucedió á don
se descubriese por el camino muche Quijote .
dumbre de hombres de á caballo , y mu
chos dellos con lanzas en las manos , Al polvo y al cansancio que don
caminando todos apiñados de tropel Quijote y Sancho sacaron del descom.
y á gran priesa. No los hubieron bien dimiento de los toros, socorrió una
visto los que con don Quijote estaban , fuente clara y limpia , que entre una
cuando volviendo las espaldas se fresca arboleda hallaron , en el mar
apartaron bien lejos del camino por gen de la cual , dejando libres, sin já
que conocieron que si esperaban les quima y freno al rucio y Rocinante,
podia suceder algún peligro : blo los dos asendereados amo y mozo se
don Quijote con intrépido corazón se sentaron. Acudió Sancho á la repos
estuvo quedo , y Sancho Panza se es tería de sus alforjas, y dellas sacó de
cudo con las ancas de Rocinante . lo que él solía llamar condumio : pn
Llegó el tropel de los lanceros, ya juagóse la boca , lavóse don Quijote el
uno dellos que venía más adelante , rostro, con cuyo refrigerio cobraron
á grandes voces comenzó á decir á aliento los espiritus desalentados : no
don Quijote : A pártate, hombre del comía don Quijote de puro pesaroso ,
diablo, del camino, que te harán pe y Sancho no osaba tocar á los man
dazos estos toros . Ea, canalla, res. jares que delante tenía de puro come
pondió don Quijote , para mí no hay dido, y esperaba á que su señor hi
toros que valgan , aunque sean de los ciese la salva ; pero viendo que ileva
más bravos que cría Jarama en sus do de sus imaginaciones no se acor
riberas. Confesad , malandrines, así á daba de llevar el pan á la boca ,
carga cerrada, que es verdad lo que abrió la suya , y atropellando por todo
yo aquí he publicado, si no, conmigo gérero de crianza comenzó á embau
sois en batalla. No tuvo lugar de res lar en el estómago el pan y queso
ponder el vaquero, ni don Quijote le que se le ofrecía . Come , Sancho ami
tuvo de desviarse aunque quisiera, y go , dijo don Quijote, sustenta la vida ,
así el tropel de los toros bravos v el que más que á mí te importa , y dé
de los mansos cabestros, con la mul jame morir ni á manos de mis
titud de los vaqueros y otras gentes pensamientos y á fuerza de mis des
que á encerrar los llevaban a un lu. gracias. Yo, Sancho, nací para vivir
gar donde otro día habían de correr muriendo, y tú para morir comiendo :
se , pašaron sobre don Quijote y sobre y porque veas que te digo verdad en
Sancho, Rocinante y el rucio , dando esto, considérame impreso en histo
con todos ellos en tierra, echándolog rias, famoso en las armas , comedido
á rodar por el suelo . Quedó molido en mis acciones, respetado de prin
Sancho, espantado con Quijote , apo cipes , solicitado de doncellas, y al ca
rreado el rucio , y no muy católico bo, al cabo , cuando esperaba palmas ,
Rocinante , pero en fin se levantaron triunfos y coronas granjeadas y me
todos , y don Quijote á gran priesa, recidas por mis valerosas hazañas,
tropezando aquí y cayendo allí, co me he visto esta mañana pisado y
menzó á correr tras la vacada, di. acoceado y molido de los pies de ani.
cierdo á voces : Deteneos y esperad, males inmundos y soeces. Esta con
canalla malandrina, que un solo ca sideración me embota los dientes,
ballero os espera, el cual no tiene entorpece las muelas, y entomece las
condición , ni es de parecer de los que manos , y quita de todo en todo la
dicen que al enemigo que huye, ha . gana de comer : de manera que pien .
eerle la puente de plata. Pero no por so dejarme morir de hambre, muerte
eso se detuvieron los apresurados co la más cruel de las muertes. Des
rredores , ni bicieron más caso de sus manera, dijo Sarcho sin dejar de
amezanas que de las nubes de anta mascar apriesa, no aprobara vuesa
ão. Detúvole el cangancio á don Qui merced aquel refrán que dicen : Mac
408 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
ra Marta y muera harta : yo á lo me . sentado sobre un poyo, le mandaba ,
nos no pienso matarme á mí mismo : dando particulares gracias al cielo de
antes pienso hacer como el zapatero, que á su amo no lt hubiese parecido
que tira el cuero con los dientes hasta castillo aquella venta . Llegóse la hora
que le hace llegar donde él quiere : del cenar, recogiéronse á su estancia,
yo tiraré mi vida com.endo , hasta que preguntó Sancho al huésped que qué
llegue al fin que le tiene determinado tenía para darles de cenar . A lo que
el cielo : y sepa , señor , que no hay el huésped respondió , que su boca se
mayor locura que la que toca en que- ría medida, y así que pidiese lo que
rer desesperarse como vuesa merced : quisiese , que de las pajaricas del aire,
y créame, y después de comido éche- de las aves de la tierra y de los pesca
se á dormir un poco sobre los colcho- dos del mar estaba proveída aquella
nes verdes destas hierbas, y verá venta . No es menester tanto, respon
cómo cuando despierte se halla algo dió Sancho, que con un par de pollos
más aliviado. Hizolo así don Quijote, que nos asen tendremos lo suficiente ,
pareciéndole que las razones de Sancho porque mi señor es delicado y come
más eran de filósofo que de mente- roco , y yo no soy tragantón en de
cato, y díjole : Si tú , oh Sancho, qui- masía . Respondióle el huésped que ro
sieses hacer por mí lo que yo ahoca tenía pollos, porque los milanos los
te diré , serían mis alivios más cier- tenían asolados. Pues mande el señor
tos , y mis pesadumbres no tan gran- huésped, dijo Sancho, asar una polla
des ; y es que mientras yo duermo que sea tierna. i Polla , mi padre! res
obedeciendo tus consejos, tú te des- pondió el huésped, en verdad en ver
viases un poco lejos de aquí, y con dad que envié ayer a la ciudad á ver
las riendas de Rocinante , echando al der más de cincuenta ; pero fuera de
aire tus carnes , te dieses trescientos pollas pida vuesa merced lo que qui
ó cuatrocientos azotes á buena cuenta siere . Desa manera, dijo Sancho , no
de los tres mil y tantos que te has de faltará ternera ó cabrito . En casa por
dar por el desencanto de Dulcinea, ahora, respondió el huésped , no lo
que es lástima no pequeña que aque- hay, porque se ha acabado ; pero la
la pobre señora esté encantada por semana que viene lo habrá de sobra.
tu descuido y negligencia . Hay mu- Medrados estamos con eso , respondió
cho que decir en eso, dijo Sancho : Sancho : yo pondré que se vienen á
durmamos por ahora entrambos, y resumir todas estas faltas en las so
después Dios dijo lo que será. Sepa bras que debe de haber de tocino
vuesa merced que esto de azotarse un huevos. Por Dios , respondió el hués
hombre á sangre fría es cosa recia , ped , que es gentil relente el que mi
y más si caen los azotes sobre un huésped tiene ; pues hele dicho que
cuerpo mal sustentado y peor comi- ni tengo pollas ni gallinas, & y quiere
do : tenga paciencia mi señora Dul- que tenga huevos ? Discurra si quisi
cinea, que cuando menos se cate me re por otras delicadezas , y déjesa de
vera h cho una criba de azotes , y has- pedir gallinas. Resolvámonios, cuerpo
ta la muerte todo es vida : quiero de mí , dijo Sancho , y digame final
decir, que aun yo la tengo , junto con mente lo que tiene , y déjese de discu
el deseo de cumplir con lo que he pro- rrimientos . Señor huésped , dijo el
metido. Agradecéndoselo don Quijote ventero, lo que real y verdaderamen
comió algo, y Sancho mucho, y echán- te tengo son dos uñas de vaca , que
ronse a dormir entrambos , dejando á parecen manos de ternera, ó dos ma
su albedrío y sin orden alguna pacer nos de ternera que parecen uñas de
de la abundosa hierba, de que aquel vaca ; están cocidas con sus garbari
prado estaba lleno , á los dos conti- zos , cebollas y tocino , y la hora de
nuos compañeros y amigos Rocinante ahora están diciendo : cómeme , co
y el rucio . Despertaron algo tarde , meme. Por mías las marco desde
voivieron á subir y á seguir su cami- aquí, dijo Sancho, y nadie las toque ,
no , cándose priesa para llegar á una que yo las pagaré mejor que ctro,
venta que al parecer una legui de allí porque para mí ninguna otra cosa
se descubría : digo que era venta , por- pudiera esperar de más gusto, y no se
que don Quijote la llamó así , fuera me daría nada que fues in manos como
del uso que tenía de llamar á todas ni que fues n uñas. Nadie las tocará ,
las ventas castillos. Llegaron pues á dijo el ventero , porque otros hués.
ella : preguntaron al huésped si ha pedes que tengo, de puro principales
bía posada . Fué es respondido que sí, traen consigo cocinero, despensero
con toda la comodidad y regalo que repostería . Si por principales va , dijo
pudieran hallar en Zaragozi. Apeáron- Sancho , ninguno más que mi amo ;
se , y recogió Sancho su repostería en pero el oficio que él trae no permite
un aposento , de quien el huésped le despensas ni botillerías , ahí nos ten
dió la llave . Llevó las bestias a la demos en mitad de un prado , y nos
caballeriza, echó es sus piensos , salió hartamos de bellotas 6 de nísperos.
á ver lo que don Quijote, que estabı Esta fué la plática que Sancho turo
PARTE II) CAPÍTULO LIX 409
con el ventero, sin querer Sancho pa- pañero, le tomó don Quijote, y ein
ser adelante en responderle , que ya responder palabra comenzó á hojear
le había preguntado qué oficio ó qué le , y de allí á un poco se le volvió di
ejercicio era el de su amo. Llegóse ciendo : En esto poco que he visto ,
pues la hora del cenar, recogióse á he hallado tres cosas en este autor
su estancia don Quijote , trujo el hués- dignas de reprensión. La primera es
ped la olla así como estaba, y sentóse algunas palabras que he leído en el
á cerar muy de propósito. Parece ser prólogo : la otra , que el lenguaje es
que en otro aposento que junto al de aragonés porque tal vez escribe sin
don Quijote estaba , que no le dividía artículos; y la tercera , que más le
más que un sutil tabique, oyó decir confirma por ignorante, es que yerra
don Quijote : Por vida de vuesa mer- y se desvía de la verdad en lo más
ced , señor don Jerónimo , que en tan- principal de la historia ; porque aquí
to que traen la cena leamos otro ca- dice que la mujer de Sancho Panza
pítulo de la Segunda parte de don mi escudero se llama Marí Gutiérrez ,
Quijote de la Mancha. Apenas oyó y no se llama tal, sino Teresa Panza,
su nombre don Quijote, cuando se y quien en esta parte tan principal
puso en pie , y con oído alerta escu- verra, bien se podrá temer que yerre
cho lo que del trataban, y oyó que el en todas las demás de la historia. A
tal don Jerónimo referido respondió : isto dijo Sancho : Donosa trazz de
¿ Para qué quiere vuesa merced se- historiador por cierto ; bien debe de
ñor don Juan , que leamos estos disp.:- estar en el cuento de nuestros suce
rates , si el que hubiere leído la pri sos, pues llama á Teresa Panza mi
mera parte de la Historia de don mujer Mari Gutiérrez : torne a tomar
Quijote de la Mancha no es posible el libro , señor, y mire si ando yo por
que pueda tener gusto en leer esta ahí v si me ha mudado el nombre .
segunda ? Con todo eso, dijo el don Por lo que os he oído hablar, amigo,
Juan, será bien leerla, pues no hay dijo don Jerónimo, sin duda debéis de
libro tan malo que no tenga alguna ser Sancho Panza , el escudero del se
cosa burna. Lo que á mí en este más ñor don Quijote . Si , soy , respondió
me desplace , es que pinta á don Qui . Sancho , y me precio dello. Pues á fe ,
jote, ya desenamorado de Dulcinea dijo el caballero, que no os trata este
del Toboso . Oyendo lo cual don autor moderno con la limpieza que en
Quijcte , lleno de ira y de despecho, vuestra persona se muestra : pintaos
zizó la voz y dijo : Quienquiera que comedor y simple , y no nada gracioso,
dijere que don Quijote de la Man y muy otro del Sancho que en la pri
cha ha olvidado ni puede olvidar mera parte de la historia de vuestro
á Dulcinea del Toboso , yo le haré amo se describe . Dios se lo perdone,
entender con armas iguales que va dijo Sancho ; dejárame en mi rincón
muy lejos de la verdad , porque la sin acordarse de mí, porque quien las
sin par Dulcinea del Toboso ni puede sabe las tañe , v bien se está san Pe
ser olvidada, ni en don Quijote puede dro en Roma. Los dos caballeros pi
caber olvido : su blasón es la fir- dieron á don Quijote se pasase á su
méza, y su profesión el guardarla estancia á cenar con ellos, que bien
toda su vida y sin hacerle tuerto sabían que en aquella venta no había
res
alguno . ¿ Quién es el que nos cosas pertene sientes para su persona .
ponde ? respondieron del oro apt- Don Quijote, que siempre fué come
sento. ¿ Quién ha de ser , respon- dido, condescendió con su demanda ,
dió Sancho, sino el mismo don Quijo- y cenó con ellos : quedóse Sancho
te de la Mancha , que hará bueno con la olla con mero mixto imperio ;
cuanto ha dicho, y aun cuanto dijere' ; sentóse en cabecera de mesa , y con
que al buen pagador no le duelen él el ventero, que no menos que San
prendas ? Apenas hubo dicho esto cho estaba de sus manos y de sus
uñas aficionado. En el discurso de la
Sancho, cuando entraron por la puer
ta de su aposento dos caballeros, que cena preguntó don Juan á don Quijo
tales lo parecían , y uno dellos echan- te qué nuevas tenía de la señora doña
do los brazos al cuello de don Quijote Dulcinea del Toboso, si se habís, ca
le dijo : Ni vuestra presencia puede sado , si estaba parida ó preñada, 6
desmentir vuestro nombre , ni vuestro si estando en su entereza se acorda
nombre puede no acreditar vuestra ba , guardando su honestidad y buen
presencia. Sin duda vos , señor, sois decoro , de los amorosos pensamientos
el verdadero don Quijote de la Man- del señor don Quijote. A lo que el
cha, norte y lucero del andante ca- respondió : Dulcinea se está entera,
ballería, á despecho y pesar del que y mis pensamientos más firmes que
ha querido usurpar vuestro nombre y nunca : las correspondencias en su
aniquilar vuestras hazañas , como lo sequedad antigua, su hermosura en la
ha hecho el autor deste libro , que de una soez labradora transformada ;
aquí os entrego ; y poniéndole un li . y luego les fué contando punto por
bro en las manos, que trata su com- punto e encanto de la señora Duici
41 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
nea, y lo que le había sucedido en la tas del arnés , que en aquella ciudad
cueva de Montesinos , con la orden que suelen hacerse todos los años . Dijolo
el sabio Merlín le había dado para don Juan que aquella nueva historia
desencantarla , que fué ia de los azo contaba cómo don Quijote, ses quién
tes de Sancho . Sumo fué el contento se quisiere , se había hallado en ella
que los dos caballeros recibieron de en uns sortija, falta de invención,
oir contar á don Quijote los extraños pobre de letras, pobrísima de libreas,
sucesos de su historia, y así queda aunque rica de simplicidades . Por el
ron adpurados de sus disparates co mismo caso, respondió don Quijote,
mo del elegante modo con que los no pondré los pies en Zaragoza ;
contaba. Aquí le tenían por discreto, así sacaré á la plaza del mundo la
y allí se les deslizaba por mentecato, mentira dese historiador moderni, y
echarán de ver las gentes cómo yo 20
sin saber determinarse qué grado le
darían entre la discreción y la locu. soy el don Quijote que el dice. Hará
ra . Acabó de cenar Sancho , y dejando muy bien , dijo don Jerónimo, y otras
hecho equis al ventero , se pasó a la justas hay en Barcelona, donde podrá
estancia de su amo, y en entrando, di . el señor don Quijote mostrar su valor.
jo : Que me maten , señores , si el autor Así lo pienso hacer, dijo don Quijote ,
deste libro que vuesas mercedes tie y vuesas mercedes me den licencia ,
nen, no quiere que ro hagamos buenas pues ya es hora para irme al lecho, y
migas juntos : yo querría , que ya me tengan y pongan en el número
que me llama comilón , como vuesas de sus mayores amigos y servidores,
mercedes dicen , no me llamase tam Y á mí también , dijo Sancho, quizá
bién borracho . Si liama, dijo don Je seré bueno para algo . Con esto se
rónimo , pero no me acuerdo en qué despidieron, y don Quijote y Sancho
manera, aunque sé que son mal 80 se retiraroa á su aposento, dejando
á don Juan y don Jerónimo admira
nantes las razones , y además menti
rosas, según yo echo de ver en la dos de ver la mezcla que habían hecho
fisonomía del buen Sancho que está de su discreción y de su locura ,, y
presente , Créanme vuesas mercedes , verdaderamente creyeron que estos
dijo Sancho, que el Sancho y el don eran los verdaderos don Quijote y
Quijote desa historia deben de ser Sancho , y no los que describía el
otros que los que andan en aquella autor aragonés. Madrugó don Quijote,
que compuso Cide Hamete Benengeli , y dando golpes al tabique del otro
que somos nosotros : mi amo valien aposento , se despidió de sus hués
te , discreto . y enamorado ; y yo sim pedes. Pagó Sancho al ventero mag
ple, gracioso, y no comedor ni borra níficamente, y aconsejole que alabase
cho. Yo así lo creo, dijo don Juan , y menos la provisión de su venta,
si fuera posible se había de mandar la tuviese más proveída .
que ninguno fuera osado á tratar de
las cosas del gran don Quijote , sino
fuese Cide Hamete su primer autor ,
bien así como mandó Alejandro que CAPITULO LX
ninguno fuese osado á retratarle sino
Apeles. Retráteme el que quisiere , De lo que sucedió á don Quijote
dijo don Quijote ; pero no memaltra yendo á Barcelona
te, que muchas veces suele caerse la
paciencia cuando la cargan de inju
rias. Ninguna, dijo don Juan, se le Era fresca la mañana, y daba mues
puede hacer al señor don Quijote, de tras de serlo asimismo el día en que
quien él no se pueda vengar , si no don Quijote salió de la venta, infor
la repara en el escudo de su pacien . mándose primero cuál era el más de
cia, que_á mi parecer es fuerte y recho camino para ir á Barcelona sin
grande. En estas y otras plácticas se tocar en Zaragoza : tai era el desce
pasó gran parte de la noche ; y aunque que tenía de sacar mentiroso á aquel
don Juan quisiera que don Quijote le ruevo historiador, que tanto decían
yera más del libro, por ver lo que que le vituperaba. Sucedió pues que
discantaba, no lo pudieron acabar con en más de seis días no le sucedió cosa
él, diciendo que él lo daba por leído, digna de ponerse en escritura , al ca
y lo confirmaba por todo necio ; y bo de los cuales, yendo fuera de ca
que no quería, si acaso llegase á no mino, le tomó la noche entre unas
ticia de su autor que le había tenido espesas encinas 6 alcornoques, que en
en sus manos , se alegrase con pensar esto no guarda la puntualidad Cide
que le había leído, pues de las cosas Hamete que en otras cosas suele.
obscenas y torpes los pensamientos Apeáronse de sus bestias amo y mo
zo , y acomodándose á los troncos de
se han de apartar, cuanto más los los árboles, Sancho, que había merene
ojos . Preguntáronle que adónde lle
vaba determinado su viaje. Respondió dado bien aquel día, se dejó entrar de
que á Zaragoza á hallarse en las jus. rondón por las puertas del suelo ;
PARTE 11.- CAPÍTULO LX
pero don Quijote á quien desvelaban tido, y echándole una zancadilla dis
sus imaginaciones mucho más que la con él en el suelo boca arriba : pú
hambre , no podia pegar los ojos , an solu la rodilla derecha sobre el pecho,
tes iba y venía con el pensamiento y con las manos le tenía las manos.
por mil sucesos y lugares. Ya le pa de modo que ni le dejaba rodear ni
recía hallarse en la cueva de Monte alentar. Don Quijote le decía : Có ,
sinos , ya ver brincar y subir sobre su mo , traidor, contra tu amo y señor
pollina á la convertida en labradora natural te desmandas ? ¿ Con quién
Dulcinea, ya que le sonaban en los te da su pan te atreves ? Ni quito
oídos las palabras del sabio Merlín , rey, ni pongo rey, respondió Sancho,
que le referían las condiciones y dili. sino ayúdome á mí , que soy mi se
gencias que se habían de hacer y te ñor : vuesa merced me prometa que
ner en el desencanto de Dulcinea . se estará quedo y no tratará de azo .
Desesperábase de ver la flojedad y tarme por agora, que yo le dejaré
caridad poca de Sancho su escudero, Ibre y desembarazado ; donde no ,
pues á lo que creía sólo cinco azotes
se había dado , número desigual y Aquí morirás , traidor,
pequeño para los infinitos que le fal. enemigo de doña Sancha.
taban, y desto recibió tanta pesadum
bre y enojo , que hizo este discurso : SI Prometióselo don Quijote, y juró por
el nudo gordiano corto el magno Ale vida de sus pensamientos no tocarle
jandro , diciendo : tanto monta cortar en el pelo de la ropa, y que dejaría
como desatar, y no por eso dejó de en toda su voluntad y albedrío el azo
ser universal señor de toda la Asia, tarse cuando quisiese. Levantose San
ni más ni menos podría suceder ahora cho, y desviose de aquel lugar ur
en el desencanto de Dulcinea , si yo buen espacio, y yendo à arrimarse á
azotase á Sancho á pesar suyo : que otro árbol sintió que le tocaban en
si la condición deste remedio está en la cabeza , y alzando las manos tope
que Sancho reciba los tres mil y tan con dos pies de persona con zapatos
tos azotes , & qué se me da á mí que y calzas, Temblo de miedo, acudió a.
se los dé él, o que se los de otro, otro árbol, y sucedióle lo mesmo : die
pues la substancia está en que él los voces llamando á don Quijote que le
reciba , lleguen por do llegaren ? Con favoreciese. Hizolo así don Quijote,
esta imaginación se llegó á Sancho , y preguntándole qué le había suce
habiendo primero tomado las riendas dido y de qué tenía miedo, le respon
de Rocinante, y acomodándolas en dió Sancho, que todos aquellos árbo
modo que pudiese azotarle con ellas , jes estaban llenos de pies y de pier
comenzó á quitarle las cintas, que nas humanas . Tentolos don Quijote ,
es opinión que no tenía más que la y cayó luego en la cuenta de lo que
delantera, en que se sustentaban los podía ser, y díjole á Sancho : No
gregüescos ; pero apenas hubo lleg : tienes de que tener miedo , porque
do, cuar.do Sancho despertó en todo estos pies y piernas que tientas y no
su acuerdo, y dijo : ¿ Qué es esto ? ves , sin duda son de algunos foragi.
¿ quién me toca y desencinta ? Yo soy , dos y bandoleros que en estos árboles
respondió don Quijote, que vengo á están ahorcados, que por aquí los
suplir tus faltas y å remediar mis uele anorcar la justicia cuand los
trabajos ; vengote á azotar, Sancho, coge, de veinte en veinte, 6 de trein
á descargar en parte la deuda á que ta en treinta , por donde me doy á
te obligaste. Dulcinea perece, tu vi entender que debo de estar cerca de
ves en descuido, yo muero deseando, Barcelona ; y así era la verdad , como
y así desatacate por tu voluntad , que él lo había imaginado. Al amanecer
la mía es de darte en esta soledad alzaron los ojos, y vieron los racimos
por lo menos dos mil azotes. Eso no, deaquellos árboles, que eran cuerpos
dijo Sancho, vuesa merced se este de bandoleros . Ya en esto amanecía ,
quedo , si no , por Dios verdadero, que y si los muertos los habían espanta
nos han de oir los sordos : los azo do. no menos los atribularon más de
tes á que yo me obligué han de ser cuarenta bandoleros vivos que de im .
voluntarios y no por fuerza, y ahora proviso les rodearon, diciéndoles en
no tengo ganas de azotarme : basta lengua catalana que estuviesen que.
que doy á vuesa merced mi palabra dos, y se detuviesen hasta que llegase
de vapularme y mosquearme cuando su capitán. Hallose don Quijote á pie ,
en voluntad me viniere. No hay de su caballo sin freno, su lanza arri .
jarlo á tu cortesía, Sancho, dijo don mada á un árbol , y finalmente sin de.
Quijote, porque eres duro de corazón , fensa alguna, y así tuvo por bien do
y aunque villano, blando de carnes ; cruzar las manos , é inclinar la cabe
y así procuraba y pugnaba por des. za , guardándose para mejor sazón y
enlazarle. Viendo lo cual Sancho Pan coyuntura. Acudieron los bandoleros
za , se puso en pie , y arremetiendo á á espulgar al rucio , y á no dejarle
su amo , se abrazó con él á brazo par ninguna cosa de cuantas en las al.
412 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
lo que Ciaudia había dicho, y lo que vida, la cual , pues la dejo en tus ma
Roque Guinart respondió, dijo : No os y en tus brazos, tengo mi suerte
tiene nadie para que tomar trabajo - . por venturosa : y para asegurarte
defender a esta señora, que lo tomo desta verdad , aprieta la mano y reei
yo á mi cargo : denme mi caballo y beme por esposo si quieres, que no
mis armas, y espérenmo aquí, que yo tengo otra mayor satisfacción que
iré a buscar á ese caballero, y muer- darte del agravio que piensas que de
to o vivo le haré cumplir la palabra mí has recibido . Apretóle la mano
prometida á tanta belleza. Nadie du- Claudia , y apretósele á ella el cora
de desto, dijo Sancho , porque mi se- zón de manera que sobre la sangre y
ñor tiene muy buena mano para ca- pecho de don Vicente se quedó des
sarrientero , pues no ha muchos días mayada, y á él le tomó un mortal pa
que hizo casar á otro que también rasismo. Confuso estaba Roque , y 129
negaba á otra doncella su palabra ; y sabía qué hacerse. Acudieron los cria
si no fuera porque los encantadores dos a buscar agua para echarles 12
que le persiguen le mudaron su ver- los rostros, y trujéronla, con la que
dadera figura en la de un lacayo , se los bañaron . Volvió de su desmayo
ésta fuera la hora que ya la tal don . Claudia ; pero no de su parasismo
cella no lo fuera . Roque , que atendía don Vicente, porque se le acabó la
más á pensar en el suceso de la her- vida. Visto lo cual de Claudia , ha
mosa Claudia , que á las razones de biéndose enterado que ya su dulce
amo y mozo, no las entendió, y man . esposo no vivía , rompió los aires con
dando á sus escuderos que volviesen suspiros, hirió los cielos con quejas ,
á Sancho todo cuanto le habían qui- maltrató sus cabellos, entregándolos
tado del rucio , mandoles asimismo al viento , afeó su rostro con sus pro .
que se retirasen á la parte donde pias manos , con todas las muestras
aquella noche habían estado alojados, de dolor y sentimiento que de un
y luego se partió con Claudia á toda lastimado pecho pudieran imaginarse .
priesa á buscar al herido ó muerto i Oh cruel é inconsiderada m de
don Vicente . Llegaron al lugar donde cía , con qué facilidad te moviste á
le encontró Claudia, y no hallaron en poner en ejecución tan mal penga
el sino recién derramada sangre ; pe miento ! ¡ Oh fuerza rabiosa de los ce
ro tendiendo la vista por todas partes los , á qué desesperado fin conducís á
descubrieron por un recuesto arriba quien os da acogida en su pecho ! iOh
alguna gente, y diérose á entender , esposo mío, cuya desdichada suerte
como era la verdad , que debía de ser por ser prenda mía te ha llevado del
don Vicente , á quien sus criados o tálamo a la sepultura ! Tales y tan
muerto o vivo llevaban , 6 para curar- tristes eran las quejas de Claudia ,
le ó para enterrarle : diéronse priesa que sacaron las lágrimas de los ojos
á alcanzarlos, que como iban despa- de Roque, no acostumbrados á ver
cio , con facilidad lo hicieron . Halla- terlas en ninguna ocasión . Lloraban
ron á don Vicente en los brazos de los criados, desmayábase á cada paso
sus criados, á quien con cansada y Claudia, y todo aquel circuito parecía
debilitada voz rogaba que le dejasen campo de tristeza y lugar de desgra
allí morir, porque el dolor de las he- cia . Finalmente, Roque Guinart or
ridas no consentía que más adelante denó á los criados de don Vicente que
pasase . Arrojáronse de los caballes llevasen su cuerpó al lugar de su
Claudia y Roque, llegáronse á él , t- padre, que estaba allí cerca , para que
mieron los criados la presencia de le diesen sepultura. Claudia dijo á
Roque , y Claudia se turbo ver la Roque que quería irse á un monaste
de don Vicente : y así entre enterne- rio , donde cra abadesa una tía suya,
cida y rigurosa se llegó á él , y asien- en el cual pensaba acabar la vida, de
dole de las manos le dijo : Si tú me otro mejor esposo y más eterno acom
dieras estas conforme á nu stro con- pañada . Alabỏla Roque su buen propó.
cierto, nunoa tú te vieras en este pa- sito , ofreciósele de acompañarla hista
so. Abrió les casi cerrados ojos el donde quisiese, y de defender a su
herido caballero, y conociendo á Clau- padre de los parientes de don Vicente
dia, le dijo : Bien veo, hermosa y y de todo el mundo, si ofenderle qui
engañada señora , que tú has sido la siesen. No quiso su compañía Claudia
que me has muerto : pena no mereci- en ninguna manera , y agradeciendo
da ni debida á mis deseos, con los sus ofreciminetos con las mejores ra
cuales ni con mis obras jamás zones que supo , se despidió del llo
ni supe ofenderte. & Luego no es ver- rando. Los criados de don Vicente
dad , dijo Claudia , que ibas esta ma- llevaron su cuerpo , y Roque se volvió
fiana á despošarte con Leonora , la á los suyos : y este fin tuvieron los
hija del rico Balvastro ? No por cier- amores de Claudia Jerónima . Pero
to , respondió don Vicente : mi mala qué mucho si tejieron la trama de su
fortuns te debió de llevar estas nue . lamentable historia las fuerzas inven
vas para que celosa me quitases la cibles y rigurosas de los celos ? Halls
414 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
vencidos y vencedores gran silencio, l'es se quiso arrojar del coche para
esperando á que el gran Roque Gui besar los pies y las manos del gran
nart hablase, el cual preguntó a los Roque, pero él no lo consintió en
caballeros que quién eran, y adónde ninguna manera, antes le pidio per
iban y qué dinero llevaban . Uño de dón del agravio que le hacía, for
Hos le respondió : Señor, nosotros 80 zado de cumplir con las obligacio
mos dos capitanes de infanteria espa nes precisas de su mal oficio . Mando
ñola, tenemos nuestras compañías en la señora regenta á un criado suyo
Nápoles , y vamos á embarcarnos en diese luego los ochenta escudos quo
cuatro galeras que dicen están en le habían repartido, y ya los capita
Barcelona con orden de pasar á Sici nes habían desembolsado los sesenta.
lia : llevamos hasta doscientos o tres Iban los peregrinos á dar toda su
eientos escudos, con que á nuestro miseria ; pero Roque les dijo que se
parecer vamos ricos y contentos, pues estuviesen quedos, y volviendoso &
la estrecheza ordinaria de los solda los suyos , les dijo : Destos escudos ,
dos no permite mayores tesoros. Pre dos tocan á cada uno, y sobran
guntó Roque á los peregrinos lo mis veinte, los diez se den á estos pe
mo que a los capitanes : fuele respon regrinos, y los otros diez á este
dido que iban å embarcarse para pa buen escudero, porque puede decir
sar á Roma, y que entrambos podrían bien desta aventura : y trayéndote
llevar hasta sesenta reales . Quiso sa aderezo de escribir , de que siempre
ber también quién iba en el coche y andaba proveído Roque, les dió por
adónde, y el dinero que llevaban : y escrito un salvoconducto para los ma
uno de los de á caballo dijo : Mi se . yorales de sus escuadras, y despidien .
fora doña Guiomar de Quiñones, mu dose dellos los dejó ir libres y admira.
jer del regente de la vicaría de Vá dos de su nobleza, de su gallarda dis .
poles, con una hija pequeña , una posición y extraño proceder, tenién.
doncella y una dueña, son las que dole más por un Alejandro Magno,
van en el coche: acompañámoslas que por ladrón conocido . Uno de los
seis criados , y los dineros son seis escuderos dijo en su lengua gasoona y
eientos escudos. De modo , dijo Roque catalana : Este nuestro capitán más
Guinart , que ya tenemos aquí nove es para frade que para bandolero : si
vientos escudos y sesenta reales : mis de aquí adelante quisiere mostrarse
soldados deben de ser hasta sesenta : liberal, séalo con su hacienda y no
mírese & cómo le cabe a cada uno , con la nuestra. No lo dijo tan paso
porque yo soy mal contador . Oyendo el desventurado que dejase de girlo
decir esto los salteadores levantaron Roque , el cual echando mano á la es
la voz diciendo : i Viva Roque Gui pada le abrió la cabeza casi en dos
nart muchos años, á pesar de los lla partes, diciéndole : Desta manera cas
dres que su perdición procuran ! tigo yo a los deslenguados y atrevi
Mostraron afligirse los capitanes , en. dos. Pasmáronse todos, y ninguno le
tristec : Óse la señora regenta , y no se osó decir palabra : tanta era la obe
holgaron nada los peregrinos viendo diencia que le tenían. Apartose Roque
la confiscación de sus bienes. Túvolos á una parte , y escribió una carta á
así un rato suspensos Roque ; pero un su amigo á Barcelona dándole
no quiso que pasase adelante su tris aviso cómo estaba consigo el famoso
teza , que ya se podía conocer à tiro · don Quijote de la Mancha , aquel ce
da arcabuz, y volviéndose á los capi ballero andante de quien tantas cosas
tanes , dijo : Vuesas mercedes, seño Se decían ; y que le hacía saber que
res capitanes, por cortesía sean ser. era el más gracioso y el más enten .
vidos de prestarme sesenta escudos, dido hombre del mundo, y que de
y la señora regenta ochenta, para alll á cuatro días, que era el de
contentar esta escuadra que me acom la Degollación de San Juan Bau
paña, porque el abad de lo que can tista , se le pondría en mitad de la
ta yanta, y luego pueden ir su ca playa de la ciudad , armado de todas
mino libre y desembarazadamente, sus armas, sobre Rocinante su caba
con un salvoconducto que VO les llo, y á su escudero Sancho sobre un
daré , para que si toparen otras de asno, y que diese desto noticia á sus
algunas escuadras mías , que tengo amigos los Niarros , para que con el
divididas por estos contornos, no les se solazasen, que él quisiera que ca
hagan daño, que no es mi intención recieran deste gusto los Cacells sus
de agraviar á soldados ni á mujer al contrarios ; pero que esto era impo
guna, especialmente a las que son sible , á causa que las locuras y dis
principales. Infinitas y bien dichas creciones de don Quijote , y los do
fueron las razones con que los capi naires de su escudero Sancho Panza ,
tanes agradecieron à Roque su corte no podían dejar de dar gusto general
día y liberalidad , que por tal la tu å todo el mundo . Despacho estas car
vieron en dejarles su mismo dinero. tas con uno de sus escuderos, que
La señcra doña Guiomar de Quiño mudando el traje de bandolero en el
416 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
de un labrador, entró en Barcelona ya, las cuales abatiendo las tiendas
y la dió á quien iba. se descubrieron llenas de flámulas y
gallardetes que tremolaban al vien .
to, y besaban y barrían el agua : den
CAPITULO LXI
tro sonaban clarines, trompetas v
chirimías, que cerca y lejos llenaban
De lo que sucedió á don Quijote el aire do suaves v belicosos acentos :
en la entrada de Barcelona , con comenzaron á moverse , y á hacer un
otras cosas que tienen más de lo modo de escaramuza por las sosega
verdadero que de lo discreto . das aguas , correspondiéndoles casi
al mismo modo infinitos caballeros
Tres días y tres noches estuvo don que de la ciudad sobre hermosos 04
Quijote con Roque , y si estuviera ballos y con vistosas libreas salían .
trescientos años no le faltara qué mi Los soldados de las galeras dispara
rar y admirar en el modo de su vida ban infinita artilleria , à quien respon
Aquí amanecían, acullá comían : unas dían los que estaban en las murallas
veces huían sin saber de quién y y fuertes de la ciudad, y la artillería
otras esperaban sin saber á quién . gruesa con espantoso estruendo rom.
Dormían en pie interrompiendo el pía los vientos, á quien respondían
sueño, mudándose de un lugar á otro. los cañones de crujía de las galeras.
Todo era poner espías , escuchar cen El mar alegre, la tierra jocunda , el
tinelas, soplar las cuerdas de los ar aire claro , sólo tal vez turbio del hu
cabuces, aunque traían pocos , porque mo de la artillería , parece que reía
todos sa servían de pedreñales. Ro infundieado y engendrando gusto sú .
que pasaba las noches apartado de bito en todas las gentes. No podía
los suyos en partes y lugares donde imaginar Sancho cómo podían tener
ellos no pudiesen saber dónde estaba, tantos pies aquellos bultos que por
porque los muchos bandos que el vi el mar se movían . En esto llegaron
sorrey de Barcelona había echado so . corriendo con grita , lililíes y algazari
bre su vida le traían inquieto y tam - los de las libreas, adonde don Quijote
roso, y no se osaba fiar de ninguno, suspenso y atónito estaba ; y uno de
temiendo que los mismos suyos , ó le ellos, que era el avisado de Roque,
habían de matar ó entregar á la jus dijo en alta voz á don Quijote : Bien
ticia : vida por cierto miserable y en sea venido á nuestra ciudad el espe
fadosa . En fin , por caminos desusa jo , el farol, la estrella , el lucero y el
dos , por atajos y sendas encubiertas norte de toda la caballería andante ,
partieron Roque, don Quijote y San donde más largamente se contiene .
cho con otros seis escuderos á Barce Bien sea venido, digo, el valeroso
lona. Liegaron á su playa la víspera don Quijote de la Mancha : no el fal
de la Degollación de San Juan en so , no el ficticio , no el apócrifo , que
la noche, y abrazando Roque á don en falsas historias estos días nos han
Quijote y á Sancho , á quien dió mostrado , sino el verdadero , el legal
los diez escudos prometidos , que y el fiel, que nos describió Cide Ha .
hasta entonces no se los había mete Benengeli, flor de los bistoria .
dado, los dejó con mil ofrecimien dores . No respondió don Quijote pala
tos que de la una y otra parte se bra , ni jos caballeros esperaron á que
hic eron . Volvióse Roque, quedóse , la respondiese, sino volviéndose y re
don Quijote esperando el día así á volviéndose con los demás que los
caballo como estaba, y no tardó mu seguían, comenzaron a hacer un re
cho cuando comenzó a descubrirse vuelto caracol alrededor de don Qui
por ios balcones de oriente la faz de jote , el cual volviéndose á Sancho ,
la blanca aurora , alegrando las hier le dijo : Estos bien nos han conocido ;
bus y flores, en lugar de alegrar el yo apostaré que han leído nuestra
oído , aunque al mesmo instante ale historia, y aun la del aragonés recién
graron también el oído el son de las impresa. Volvió otra vez el caballero
muchas chirimías y atabales , ruido de que habló á don Quijote, y nijole :
cascabeles, trapa , trapa, aparta , apar Vuesa merced , señor don Quijote, se
ta de corredores , que al parecer se venga con nosotros , que todos somos
la ciudad salían . Dio lugar la aurora sus servidores , y grandes amigos de
al sol , que con un rostro mayor que Roque Guinart. A lo que don Quijote
el de una rodela por el más bajo ho respondió : Si cortesías engendran
rizonte poco a poco se iba levantan. cortesias, la vuestra , señor caballero,
do. Tendieron don Quijote y Sancho es hija á parienta muy cercana de la
la vista por todas partes , vieron el del gran Roque : llevadme do quisié .
mar, hasta entonces dellos no visto : redes, que yo no tendré otra volun
parecióles espaciosísimo y largo , har tad que la vuestra , y más si la que
to más que las lagunas de Ruidera, réis ocupar en vuestro servicio. Con
que en la Mancha habían visto. Vie palabras no menos comedidas que es
ror las galeras que estaban en la pla tas le respondió el caballero, y ence
PARTE 11. - CAPÍTULO LXII
crándole todos en medio , al son de las gunos de sus amigos, honrando todos
chirimías y de los atabales se enca y tratando á don Quijote como á ca
minaron con él a la ciudad : al entrar ballero andante , de lo cual hueco y
de la cuai, el malo , que todo lo malo pomposo no cabía en sí de contento .
erdena, y los muchachos, que son más Los donaires de Sancho fueron tan
malos que el malo , dos dellos travie tos , que de su boca andaban como
sos y atrevidos se entraron por toda colgados todos los criados de casa y
la gente, y alzando el uno la cola del todos cuantos le oían . Estando a la
rucio , y el otro la de Rocinante , les mesa dijo don Antonio á Sancho : Aná
pusieron y encajaron sendos manojos tenemos noticia, buen Sancho , que
de aliagas. Sintieron los pobres ani sois tan amigo de manjar blanco y de
males las nuevas espuelas , y apre albondiguillas , quº si os sobran las
tando las colas aumentaron su disgus. guardáis en el seno para el otro día .
to , de manera que dando mil corco No, señor, no es así, respondió San
vos dieron con sus dueños en tierra. cho, porque tengo más de limpio que
Don Quijote , corrido y afrentado , acu . de goloso , y mi señor don Quijotº ,
dió á quitar el plumáje de la cola de que está delante, sabe bien que con
su matalote, y Sancho el de su rucio. un puño de bellotas ó de nueces nos
Quisieran los que guiaban á don Qui solemos pasar entrambos ocho días :
jote castigar el atrevimiento de los verdad es que si tal vez me sucede
muchachos y no fué posible , porque que me den la vaquilla , corro con la
6e encerraron entre más de otros mil soguilla : quiero decir que como lo
que los seguían. Volvieron á subir que me dan , y uso de los tiempos
don Quijote y Sancho, y con el mismo como los hallo, y quienquiera que
aplauso y música llegaron a la casa hubiere dicho que yo soy comedor
de su guía, que era grande y princi aventajado, y no limpio, téngase por
pal, en fin como de caballero rico, dicho que no acierta , y de otra mane
donde le dejaremos por agora , porque ra dijera esto si no mirara á las bar
así lo quiere Cide Hamete . bas honradas que están á la mesa .
Por cierto, dijo don Quijote , que la
parsimonia y limpieza con que San
cho come se puede escribir y grabar
CAPITULO LXII en áminas de bronce para que quede
en memoria eterna en los siglos ve
nideros. Verdad es que cuando él tie
Que trata de la aventura de la ca ne hambre parece algo tragón, por
beza encantada , con otras niñe que come apriesa y masca á dos ca
rias, que no pueden dejar de con . rrillos ; pero la limpieza siempre la
tarse , tiene en su purto , y en el tiempo que
fué gobernador aprendió a comer á
lo melindroso , tanto que comía con
Don Antonio Moreno se llamaba el tenedor las uvas y aun los granos de
huésped de don Quijote , caballero ri. 13 granada. i Cómo ! dijo don Antonio
co y discreto, y amigo de holgarse á ¿ gobernador ha sido Sancho ? Sí, res .
lo honesto y afable, el cual viendo en pondió Sancho, y de una insula llama
su casa á don Quijote, andaba bus da la Barataria . Diez y siete días la go
cando modos cómo sin su perjuicio berné á pedir de boca : en ellos perdi
sacase á plaza sus locuras, porque no el sosiego, y aprendí á despreciar
son burlas las que duelen, ni hay pa todos los gobiernos del mundo : sali
satiempos que valgan si son con daño huyendo della , cai en una cueva don
de tercero. Lo primero que hizo fué de me tuve por muerto , de la cual
hacer desarmar á don Quijote , y, sa salí vivo por milagro. Contó don Qui.
carle á vistas con aquel su estrecho y jote por menucio todo el suceso del
acamuzado vestido (como ya otras gobierno de Sancho, con que dio gran
veces te hemos descrito y pintado) á gusto á ios oyentes. Levantados los
un balcón que salía á una calle de las manteles , y tomando don Antonio
más principales de la ciudad , á vis por la mano á don Quijote, se entr3
ta de las gentes y de los muchachos con él en un apartado aposento , en el
que como a mona le miraban . Corrie cual no había otra cosa de adorno que
ron de nuevo delante del los de las una mesa al parecer de jaspe, que
libreas, como si para él solo, no para sobre un pie de lo mismo se sostenia ,
alegrar aquel festivo día, se las 10 sobre la cual estaba puesta al modo
bieran puesto, y Sancho estaba con de las cabezas de los emperadores
tentísimo por pareoerle que se había romanos, de los pechos arriba, una
hallado sin saber cómo ni cómo no, que semejaba ser de bronce . Paseose
otras bodas de Camacho, otra casa don Antonio con don Quijote por to
como la de don Diego de Miranda, y do el aposento , rodeando muchas ve
otro castillo como el del duque . Co ces la mesa, después de lo cual dijo :
mieron aquel día con don Antonio al . Anora, señor don Quijote, que estoy
27
418 BON QUIJOTE DE LA MANCHA
enterado que no nos oye y escucha jote , no armado, sino de rúa, vestido
alguno, y está cerrada la puerta, un balandrán de paño leonado, que
quiero contar á vues merced una de pudiera hacer sudar en aquel tiempo
las más raras aventuras, ó por mejor al mismo hielo . Ordenaron con sus
decir novedades que imaginarse pue criados que entretuviesen á Sancho
den , con condición que lo que á vuesa de modo que no le dejasen salir
merced dijere lo ha de depositar en de casa. Iba don Quijote, no sobre
los últimos retretes del secreto . Así Rocinante sino sobre un gran ma
lo juro, respondió don Quijote, y aun cho de paso llano, y muy bien ade
le echaré ung losa encima para más rezado. Pusiéronle el balandrán , y
seguridad ; porque quiero que sepa en las espaldas sin que lo viese le
vuesa merced, s'ñor don Antonio cosieron un pergamino, donde le es
(que ya sabía su nombre) , que está cribieron con letras grandes : Este es
hablando con quien , aunque tiene oí. don Quijote de la Mancha. En co
dos para oir no tiene lengua para ha menzando el paseo llevaba el rótulo
blar: así que , con seguridad puede los ojos de cuántos venían á verle, y
vuesa merced trasladar lo que tiene como leſan : Este es don Quijote de
en su pecho en el mío, y hacer cuen la Mancha, admirábase don Quijote
ta que lo ha arrojado en los abismos de ver que cuantos le miraban le
del silencio. En fe desa promesa, res nombraban y conocían ; y volviéndo
pondió don Antonio, quiero poner a se á don Antonio, que iba á su lado,
vuesa merced en admiración con lo le dijo : Grande es la prerrogativa
que viere y oyere, y darme á mí algún que encierra en sí la andante caballe
alivio de la pena que me causa 20 ría, pues hace conocido y famoso al
tener con quitn comunicar mis secre que la profesa , por todos los términos
tos, que no son para fiarse de todos, de la tierra ; si no, mire vuesa mer
Suspenso estaba don Quijote espe ced , señor don Antonio, que hasta los
rando en qué habían de parar tantas muchachos desta ciudad sin nunca ,
prevend ones. En esto tomándole la haber he visto me conocen . Así es , se
mano don Antonio se la paseo por la ñor don Quijote, respondió don Anto
cabeza de bronce y por toda la mesa, nio ; que así como el fuego no puede
y por el pie de jaspe sobre que se estar escondido y encerrado, la virtud
sostenía, y luego dijo : Esta cabeza, no puede dejar de ser conocida, y la
señor don Quijote , ha sido hecha y que se alcanza por la profesión de
fabricada por uno de los mayores en las armas , resplandece y campea so
cantadores y hechiceros que ha te bre todas las otras. Acació pues que
nido el mundo, que creo era polaco yendo don Quijote con el aplauso que
de nación, y discípulo del famoso Es se ha dicho, un castellano que levo
cotillo, de quien tantas maravillas se el rótulo de las espaldas alzó la voz
cuentan , el cual estuvo aquí en mi diciendo : Válgate el diablo por don
casa, y por precio de mil escudos que Quijote de la Mancha ; como que
le di labró esta cabeza , que tiene pro hasta aquí has llegado sin haberte
piedad y virtud de responder á cuan muerto los infinitos palos que tienes
tas cosas al oído le preguntaren . á cuestas ? Tú eres loco , y si lo fue.
Guardó rumbos, pintó caracteres, ob ras á solas y dentro de las puertas de
servó astros, miró puntos, y final. tu locura, fuera menos mal, pero tie
mente la saco con la perfección que nes propiedad de volver locos y men.
veremos mañana, porque los viernes tecatos á cuantos te tratan y comuni.
está muda, y hoy que lo es nos ha can : si no , mírenlo por estos señores
de hacer esperar hasta mañana. En que te acompañan . Vuélvete , mente
este tiempo podrá vuesa merced pre cato , á tu casa, y mira por tu hacien .
venirse de lo que quiera preguntar, da, por tu mujer y tus hijos, y déjate
que por experiencia sé que dice ver . destas vaciedades , que te carcomen el
dad en cuanto responde. Admirado seso y te desnatan el entendimiento.
quedó don Quijote de la virtud y pro Hermano , dijo don Antonio, seguid
piedad de la cabeza, y estuvo por no vuestro camino, y no deis consejos á
creer á don Antonio ; pero por ver quien no os los pide. El señor don
cuán poco tiempo había que aguardar Quijote de la Mancha es muy cuerdo ,
para hacer la experiencia , no quiso y nosotros que le acompañamos na
decirle otra cosa sino que le agrade somos necios : la virtud se ha de
cía el haberle descubierto tan gran honrar dondequiera que se hallars,
secreto . Salieron del apose cerro Vandad enhoramala , y no os metais
la puerta don Antonio con llave, y donde no os llaman . Pardiez , vuesa
fuéronse á la sala donde los demás merced tiene razón , respondió el cas
caballeros estaban . En este tiempo tellano, que aconsejará este buen
les había contado Sancho muchas hombre es dar coces contra el agui
de las aventuras y sucesos que & jón ; pero con todo eso, me da muy
su amo habían acontecido . Aquella gran lástima que el buen ingenio que
tarde sacaron á pasear á don Qui dicen que tiene en todas las cosas este
-
PARTE II .-- CAPÍTULO LXII 419
mentecato , se le desagüe por la cana? cho y otros dos amigos, con las dos
de su andarte caballería ; y la enhu señoras que habían molido á don Qui
ramala que vuesa merced dijo sea jote en el baile, que aquella propia
para mí y para todos mis descendien noche se habían quedado con la mu
tes, si de hoy más, aunque viviese jer de don Antonio, se encerró en la
más años que Matusalén, diere con estancia donde estaba la cabeza . Con
sejo a nadie aunque me lo pida. toles la propiedad que tenía, encár
Apartóse el consejero, siguió adelan goles el secreto , y dijoles que aquel
de el paseo ; pero fué tanta la priesa era el prmero día donde se había de
que los muchachos y toda la gente probar la virtud de la tal cabeza en
tenía leyendo el rótulo, que se le hubo cartada ; y si no eran los dos amigos
de quitar don Antonio como que le de don Antonio, ninguna otra perso
quitaba otra cosa. Llegó la noche, na sabía el busilis del encanto ;
volviéronse á casa , hubo sarao de aun si don Antonio no se le hubiera
damas ; porque la mujer de don An. descubierto primero á sus amigos,
tonio, que era una señora principal y también ellos cayeran en la admira
alegre, hermosa y discreta , convido ción en que los demás cayeron, sin
& otras sus amigas á que viniesen á ser posible otra cosa : con tal traza
honrar á su huésped, y á gustar de y tal orden estaba fabricada. El pri.
sus nunca vistas locuras. Vinieron mero que se llegó al oído de la cabe
algunas, cenose espléndidamente, y za fué el mismo don Antonio, y dí
comenzóse el sarao casi á las diez de jole en voz sumisa , pero no tanto que
la noche . Entre las damas había dos de todos no fuese entendida : Dime,
de gusto pícaro y burlonas, y con ser cabeza, por la virtud que en ti se en
muy honradas eran algo descompues cierra, qué pensamientos tengo yo
tas por dar lugar a que las burlas agora ? Y la cabeza le respondió sin
alegrasen sin enfado á los convida mover los labios , con voz clara y dis
dos. Estas dieron tanta priesa en tinta , de modo que fué de todos en
sacar á danzar á don Quijote, que tendida, esta razón : Yo no juzgo de
le molieron no sólo el cuerpo, pero pensamientos . Oyendo lo cual todos
el ánima. Era cosa de ver la figura quedaron atónitos, y más vienda
de don Quijote, largo, tendido, flaco, que en todo el aposento ni al derre.
amarillo , estrecho en el vestido, dor de la mesa no había persona hu
desairado, y sobre todo no nada 1 mana que responder pudiese. ¿ Cuán
gero . Requebrábanle comu á hurto tos estamos aquí ? torno á preguntar
las damiselas, y él también como á don Antonio , y fuéle respondido por
hurto las desdeñaba ; pero viéndose el propio tenor, paso : Estáis tú y
apretar de requiebros , alzó la voz , y tu muj « r con dos amigos tuyos y
dijo : Fugite partes adversc : de dos amigas della, y un caballero fa
jadme en mi sosiego, pensamientos moso llamado don Quijote de la Man.
mal venidos : allá os avenid , señoras , cha y un su escudero que Sancho
con vuestros deseos, que la que es Panza tiene por nombre . Aquí sí que
reina de los míos, la sin par Dulcinea fué el admirarse de nuevo : aquí sí
del Toboso , no consiente que ningu . que fué el erizarse los cabellos à to
nos otros que los suyos me avasallen * dos de puro espanto. Y apartándose
y rindan ; y diciendo esto se sentó don Antonio de la cabeza , dijo : Esto
en mitad de la sala en el suelo, mo me basta para darme á entender que
lido y quebrantado de tan bailador no fuí engañado del que te me ven
ejercicio. Hizo don Antonio que le dió , cabeza sabia, cabeza habladora ,
llevasen en peso á su lecho, y el pri cabeza respondona, y admirable ( a
mero que asió del fué Sancho, dicién beza. Llegue otro , y pregúntele lo
dole : Nora en tal, señor nuestro amo, que quisiere; y como las mujeres de
lo habéis bailado : ¿ pensáis que to ordinario son presurosas y amigas de
dos los valientes son danzadores, y saber, la primera que se llegó fué
todos los andantes caballeros bailari. una de las dos amigas de la mujer de
nes ? Digo que si lo pensáis, que es dor. Antonio, y lo que le preguntó
táis engañado : hombre hay que se fué : Dime, cabeza , ¿ qué haré yo pa
atreverá á matar á un gigante , antes ra ser muy hermosa ? y fuele respon
que hacer una cabriola : si hubiéra dido : sé muy honesta . No te pre
des de zapatear, yo supliera vuestra gunto más, dijo la preguntanta, Lle.
falta , que zapateo como un girifalte ; gó juego la compañera , y dijo : Que
pero en lo de danzar no doy puntada . rría saber, cabeza, si mi marido me
Con estas y otras razones dió que quiere bien o no. Y respondiéronle :
reir Sancho a los del sarao , y dio con Mira las obras que te hace, y echarlo
su amo en la cama, arropándole para has de ver. A partóse la casada, di
que sudase la frialdad de su baile. ciendo : esta respuesta no tenía nece
Otro día le pareció á don Antonio ser sidad de pregunta , porque en efecto
bien hacer la experiencia de la cabe. las obras que se hacen declaran ja
za encantada, y oon don Quijote, San . voluntad que tiene el que las hace.
420 DON QUIJOTE DE LA XIANCHA
Luego llegó uno de los dos amigos gún hechicero y extraordinario mis
de don Antonio y preguntóle : Quién terio en la tal cabeza se encerraba ;
soy yo ? Y fuéle respondido : Tú lo y así dice que don Antonio Moreno,
sabes. No te pregunto eso, respondió á imitación de otra cabeza que vió
el caballero , sino que me digas si me en Madrid fabricada por un estam
conoces tú . Si conozco, le respondie pero, hizo ésta en su casa para en
ron , que eres don Pedro Noriz . No tretenerse y suspender á los igno
quiero saber más, pues esto basta rantes, y la fábrica era desta suerte :
para entender, oh cabeza, que lo sa La tabla de la mesa era de palo, pin
bes todo. Y apartándose llegó el otro tada y barnizada como jaspe, y el pia
amigo y preguntóle : Dime, cabeza , sobre que se sostenía era de lo mis
¿ qué deseos tiene mi hijo el mayo mo , con cuatro garras de águila que
razgo ? Ya yo he dicho le respon dél para mayor firmeza del pe
dieron, que yo no juzgo de deseos ; so. La cabeza, que parecía medalla
pero con todo eso, te sé decir, que y figura de emperador romano, y de
los que tu hijo tiene son de ente color de bronce, estaba toda hueca,
rrarte . Eso es, dijo el caballero, lo y ni más ni menos la tabla de la
que veo por los ojos , con el dedo lo mesa, en que se encajaba tan justa
señalo , y no pregunto más. Llegóse mente que ninguna señal de juntura
la mujer de don Antonio , y dijo : Yo se parecía. El pie de la tabla era
no sé , cabeza, qué preguntarte; sólo asimismo hueco, que respondía á la
querría saber de ti si gozaré muchos garganta y pechos de la cabeza ; y
años de mi buen marido. Y respon todo esto venía á responder á otro
diéron'en: Si gozarás, porque su 82 aposento que debajo de la estancia
lud y su templanza en el vivir pro de la cabeza estaba. Por todo este
meten muchos años de vida, la cual hueco de pie, mesa, garganta y pe
muchos suelen acortar por su des chos de la medalla y figura referida
templanza. Llegóse luego don Quijo se encaminaba un cañón de hoja de
te , y dijo : Dime tú el que respondes : lata muy justo , que de nadie podía
¿ fué verdad ó fué sueño , lo que so ser visto . En el aposento de abajo ,
cuento que me pasó en la cueva de correspondiente al de arriba, se po
Montesinos ? & serán ciertos los azo nía el que había de responder, pega
tes de Sancho mi escudero ? & tendrá da la boca con el mesmo cañón , de
efecto el desencanto de Dulcinea ? A modo que a modo de cerbatana iba la
lo de la cueva, respondieron , hay mu voz de arriba abajo, y de abajo arriba ,
cho que decir, de todo tiene : los azo en palabras articuladas y claras, y
tes de Sancho irán despacio : el des. desta manera no era posible conocer
encanto de Dulcinea llegará á debida el embiste . Un sobrino de don Anto
ejecución. No quiero saber más, dijo pio, estudiante agudo y discreto, fué
don Quijote, que como yo vea á Dul. el respondiente , el cual estando avi.
cinea desencantada, haré cuenta que sado de su señor tío de los que ha
vienen de golpe todas las venturas bían de entrar con él en aquel día en
que acertare á desear. El último pre el aposento de la cabeza, le fué fácil
guntante fué Sancho, y lo que pre responder con presteza y puntualidad
guntó fué : Por ventura, cabeza, ¿ ten á la primera pregunta : á las demás
dré otro gobierno ? & saldré de la es respondió por conjeturas, y, como dis
trecheza de escudero ? & volveré á ver creto , discretamente. Y dice más Oide
á mi mujer y á mis hijos ? A lo que Hamete, que hasta diez o doce días
le respondieron : Gobernarás en tu duró esta maravillosa máquina ; pero
casa ; y si vuelves á ella verás á tu que divulgándose por la ciudad que
mujer y á tus hijos , y dejando de ser don Antonio tenía en su casa una 19
vir dejarás de ser escudero. Bueno, beza encantada , que á cuantos le pre
par Dios , dijo Sancho Panza, eso yo guntaban respondía, temiendo no lle
me lo dijera , no dijera más el pro gase á los oídos de las despiertas cen
feta Perogrullo. Bestia , dijo don tinelas de nuestra fe , habiendo decia
Quijote, ¿ qué quieres que te respon rado el caso á los señores inquisido
dan ? ¿ No basta que las respuestas res, le mandaron que la deshiciese,
que esta cabeza ha dado correspon y no pasase más adelante, porque el
dan a lo que se le pregunta ? si basta , vulgo ignorante no se escandalizase.
respondió Sancho ; pero quisiera yo Pero en la opinión de don Quijote
que se declarara más , y me dijera de Sancho Panza la cabeza quedó por
más. Con esto se acabaron las pre encantada y por respondona , más
guntas y las respuestas ; pero no satisfacción de don Quijote que de
se acabó la admiración en que todos Sancho . Los caballeros de la ciudad,
quedaron , excepto los dos amigos por complacer á don Antonio y por
de don Antonio, que el caso sabían. agasajar á don Quijote y dar lugar á
El cual quiso Cide Hamete Benen que descubriese sus bandeces, orde
geli declarar luego por no tener sus naron de correr sortija de alli á stig
penso al mundo, creyendo que al días, que no tuvo efecto por la oca
PARTE II , CAPITULO LXII 421
sión que se dirá adelante. Dible gana ni los loables trabajos. ¡ Qué de habi
á don Quijote de pasear la ciudad á lidades hay perdidas por ahí! i Qué
la llana y á pie, temiendo que si iba de ingenios arrinconados ! ¡ Qué de
á caballo le habían de perseguir los virtudes menospreciadas ! Pero con
muchachos, y así él y Sancho con todo esto , me parece que el traducir
otros dos criados que don Antonio' le de una lengua en otra, como no sca
dió salieron á pasearse, Sucedió pues las reinas de las lenguas griega ý :
que yendo por una calle alzó los ojos latina, es como quien mira los tapi.
don Quijote, y vió escrito sobre una ces flamencos por el revés , que aun
puerta con letras muy grandes : Aqui que se ven las figuras, son llenas de
se imprimen libros ; de lo que se hilos que las escurecen , y no se ven
contento mucho, porque hasta enton con la lisura y tez de la haz ; y el
ces no había visto emprenta alguna , traducir de lenguas fáciles, ni arguye
y deseaba saber como fuese. Entro ingenio ni elocución, como no le ar
dentro con todo su acompañamiento , guye el que traslada ni el que copia
y vio tirar en una parte, corregir en un papel de otro papel : y no por eso
otra, componer en esta, enmendar en quiero inferir que no sea loable este
equella , y finalmente toda aquella má . ejercicio del traducir , porque en
quina que en las emprentas grandes se otras cosas peores se podría ocupar el
muestra. Llegábase don Quijote à un hombre, y que menos provecho le
cajón, y preguntaba que era aquello trajesen, Fiera desta cuenta van los
que allí se hacía : dabanle cuenta log dos famosos traductores , el uno el
oficiales , admirábase y pasaba ade doctor Cristóbal de Figueroa en su
lante. Llegó entre otros á uno, y pre Pastor Fido, y el otro don Juan de
guntóle qué era lo que hacía. El ofi Jáuregui en su Aminta , donde feliz
cial le respondió : Señor , este cabi mente ponen en duda cuál es la trz
llero que aquí está ( y enseñóle à un ducción , ó cuál el original. Pero di.
hombre de muy buen talle y parecer, game vuesa merced , este libro im
y de alguna gravedad ) ha traducido prímese por su cuenta, o tiene ya
un libro toscano en nuestra lengua vendido el privilegio á algún librero ?
castellana, y estoile yo componiendo Por mi cuenta lo imprimò, respondió
para darle á la estampa. ¿ Qué título el autor, y pienso ganar mil ducadus
tiene el libro ? pregunto don Quijote . por lo menos con esta primera impre
A lo que el autor respondio : Señor, sión , que ha de ser de dos mil cuerpos,
el libro en toscano se ilama Le baga . y se han de despachar á diez real s
telle. & Y qué responde Le bagatelle cada uno en daca las pajas. Bien está
en nuestro castellano '? pregunto don vuesa merced en la cuenta , respon
Quijote. Le bagatelle, dijo el autor, dio don Quijote : bien parece que no
es como si en castellano dijésemos los sabe las entradas y salidas de los im.
juguetes ; y aunque este libro es en presores, y las correspondencias que
el nombre humilde, contiene , en hay de unos á otros . Yo le prometo
cierra en sí cosas muy buenas y que cuando se vea cargado de dos mil
substanciales. Yo, dijo don Quijote , sé cuerpos de libros, vea tan molido su
algún tanto del toscano, y me precio cuerpo, que se espante, y más si el
de cantar algunas estancias del Arios libro es un poco avieso y no nada pi
to . Pero digame vuesa merced , señor cante. & Pues qué , dijo el autor, quie
imío (y no digo esto porque quiero re vuesa merced que se lo dé à un
examinar el ingenio de vuesa mer librero, que me dé per el privilegio
ced, sino por curiosidad no más) , tres maravedises, y aun piense que
¿ ha hallado en ese su libro alguna me hace merced en dármelos ? Yo no
vez nombrar pignata ? Sí, muchas imprimo mis libros para alcanzar fa
veces , respondió el autor. ¿ Y cómo ma en el mundo , que ya en el soy
la traduce vuesa merced en castella conocido por mis obras ; provecho
ro ? pregunto don Quijote. ¿ Cómo la quiero , que sin él no vale un cuatrin
babía de traducir, replicó el autor, la buena fama. Dios le dé å vuesa
sino diciendo olla ? i Cuerpo de tal , merced buena manderecha, respondió
dijo don Quijote, y qué adelante está don Quijote , y pasó adelante á otro
vuesa merced en el toscano idioma ! cajón , donde vió que estaban corri.
Yo apostaré una buena apuesta que giendo un pliego de un libro que se
adonde diga en el toscano piace, nice intitulaba Luz del alma , y en vibn
vuesa merced en el castellano place, dole dijo : Estos tales libros, aunque
y adonde diga più dice más , y el su hay muchos deste género, son los que
declara con arriba , y el giù con se deben de imprimir, porque son
abajo. Si declaro por cierto, dijo el muchos los pecadores que se usan , y
autor, porque esas son sus propias son menester infinitas luces para tan
correspondencias. Osaré yo jurar, dijo tos desalumbrados. Pasó adelante, y
don Quijote, que no es vuesa merced vió que asimismo estaban corrigienio
conocido en el mundo , enemigo siem otro libro, y preguntando su título
pre de premiar los floridos ingenios le respondieron que se llamaba la
DON ( UJOTE DE LA MANCHA
me han muerto , respondió el general, cuestro lugar otro suyo tiene. Cómo
contra toda ley y contra toda razón y me vió , como nos habíamos, cómo se
usanza de guerra, des soluados de los vió perdido por mí, y cómo yo no muy
mejores que en estas galeras venian , ganada por él, seria largo de contar,
y yo he jurado ahorcar a cuantos he y más en tiempo que estoy temiendo
cautivado, principalm.nte á est: mo que entre la lengua y la garganta se
zo, que es el arráez del bergantin ; y ha de atravesar el riguroso cordel que
enseñóle al que ya tenda atadas las me amenaza , y así sólo diré cómo
manos y echado el cordel á la gargan. en nuestro destierro quiso acompa
ta, esperando la muerte. Miroie el vi. farma don Gregorio. Mezclose con los
sorrey , y viéndole tan hermoso y tan moriscos que de otros lugares salie .
gallardo y tan humilde, dándole en ron, porque sabía muy bien la lengua,
aquel instante una carta de recomen y en el viaje se hizo amigo de los dos
dación su hermosura, ie vino deseo tíos míos , que consigo me traían ;
de excusar su muerte, y así le pre . porque mi padre, prudente y preveni.
guntó : Dime , arráez , eres turco do, así como oyó el primer bando de
de nación, 6 moro , ó renegado ? A lo ruestro destierro se salió del lugar ,
cual el mozo respondió en lengua asi y se fué á buscar alguno en los reinos
mismo castellana : Ni soy turco de extraños que nos acogiese. Dejó en
ración , ni moro , ni renegadu . Pues cerradas y enterradas en una parte ,
¿ qué eres ? replicó el visorrey. Mujer de quien yo sola tengo noticia, nu .
cristiana, respondió el mancebo. Mu chas perlas y piedras de gran valor,
jer cristiana y en tal traje y en tales con algunos dineros en cruzados y
pasos ? más es cosa para admirarla doblones de oro. Mandóme que no
que para creerla. Suspended, dijo el tocase al tesoro que dejaba en ningu
mozo , oh señores, la ejecución de mi na manera, si acaso antes que éi vol
muerte , que no se perderá mucho en viese nos desterraban . Hleelo así, y
que se dilate vuestra venganza en y con mis tíos , como tengo dicho , y
tanto que yo 08 cuente mi vida. otros parientes y aliegados pasamos
¿ Quién fuera el de corazón tan duro á Berbería, y el lugar donde hicimos
que con estas razones no se ablandara , asiento fué en Argel, como si le hi
á lo menos hasta oir las que el triste ciéramos en el mismo infierno . Tuvo
v lastimado mancebo decir quería ? noticia el rey de mi hermosura, y la
El general le dijo que dijese lo que fama se la dió de mis riquezas , que
quisies , pero que no esperase alcaa . en parte fué ventura mía. Llamóme
zar perdón de su conocida culpa . Con ante sí , preguntóme de qué parte de
esta licencia el mozo comenzó á de España era, y qué dineros y qué jo .
cir desta manera : De aquella nación yas traía . Dijele el lugar , y que las
más desdichada que pruriente, sobre joyas y dineros quedaban en el ente .
quien ha llovido estos días un mar de rrados; pero que con facilidad se po
desgracias , nací yo de moriscos pa drían cobrar si yo misma volviese por
dres engendrada. En la corriente de ellos. Todo esto le dije temerosa de
su desventura fuí yo por dos tíos míos que le cegase mi hermosura , y no
llevada a Berbería , sin que me apro su codicia. Estando conmigo en estas
vechase decir que era cristiana , como pláticas que llegaron á decir como ves
en efecto lo soy, y no de las fingidas nía conmigo uno de los más gallardos
ni aparentes , sino de las verdaderas y hermosos mancebos que se podía
y católicas. No me valió con los que imaginar. Luego entendí que lo de.
tenían á cargo nuestro miserable des cían por don Gaspar Gregorio, cuya
tierro decir esta verdad , ni mis tíos belleza se deja atrás las mayores que
quisieron creerla , antes la tuvieron encarecerse pueden . Turbéme con
por mentira y por invención para que siderando el peligro que don Grego
darme en la tierra donde había na rio corría, porque entre aquellos hár
cido, y así por fuerza más que por baros turcos en más se tiene y estima
grado me trujeron consigo. Tuve una un muchacho o mancebo hermoso ,
madre cristiana , y un padre discreto que una mujer por bellísima que sea .
y cristiano ni más ni menos ; mamé Mandó luego el rey que se le trujesen
la fe católica en la leche; criéme con allí delante para verle, y preguntome
buenas costumbres : ni en la lengua si era verdad lo que de aquel mozo le
ni en ellas jamás, á mi parecer, di decían. Entonces yo , casi como pre
señales de ser morisca. Al par y al venida del cielo, le dije que sí era ;
paso destas virtudes, que yo creo que pero que le hacía saber que no era
lo son , creció mi hermosura , si es que varón , sino mujer como yo, y que le
tengo alguna ; y aunque mi recato y suplicaba me la dejase ir á vestir en
mi encerramiento fué mucho, no de su natural traje , para que de todo en
bió de ser tanto que no tuviese lugar todo mostrasesu belleza , y con menos
de verme un mancebo caballero lla empacho pareciese ante su presencia .
mado don Gaspar Gregorio, hijo ma Dijome que fuese en buena hora y
Forazgo de un caballero que junto á que otro día hablaríamos en el modo
PARTE II.--CAPÍTULO LXIII 425
que se podía tener para que yo vol ba, tuvo clavados los ojos en ella un
viese á España á sacar el escondido anciano peregrino que entró en la
tesoro . Habló con don Gaspar, con galera cuando entró el virrey , y ape
téle el peligro que corría el mostrar nas dió fin á su plática la morisca,
ser hombre : vestile de mora , y aque cuando él se arrojó á sus pies, y
lla mesma tarde le truje á la presen abrazado dellos , con palabras inte.
cia del rey, el cual en viéndole quedó rrumpidas de mil sollozos y suspiros,
admirado, y hizo designio de guardar le dijo: ¡ Oh Ana Félix, desdichada
la para hacer presente della al Gran hija mía , yo soy tu padre Ricote, que
Señor ; y por huir del peligro que en Tolvía a buscarte, por no poder vivir
el serrallo de sus mujeres podía tener sin ti, que eres mi alma. À cuyas pa
y temer de sí mismo, la mandó poner labras abrió los ojos Sancho, y alzó
en casa de unas principales moras, la cabeza , que inclinada tenía pen
que la guardasen y la sirviesen, adon sando en la desgracia de su paseo , y
de le llevaron luego. Lo que los dos mirando al peregrino conoció ser el
sentimos ( que no puedo pegar que le inismo Ricote, que topó el día que
quiero) se deje á la consideración de salió de su gobierno, y confirmose
los que so apartan si bien se quieren . que aquella era su hija, la cual ya
Dio luego traza el rey de que yo vol desatada abrazo a su padre, mezclando
viese á España en este bergantin, y sus lágrimas con las suyas; el cual
que me acompañasen dos turcos de dijo al general y al visorrey : Esta ,
ración , que fueron los que mataron señores, es mi hija, más desdichada
vuestros soldados . Vino también con en sus sucesos que en su nombre .
migo este renegado español, señalan Ana Félix se llama, con el sobrenom .
do al que había hablado primero, del bre de Ricote, famosa tanto por su
cual sé yo bien que es cristiano en. hermosura como por mi riqueza : yo
cubierto, y que viene con más deseo salí de mi patria á buscar en reinos
de quedarse en España, que de vol extraños quien nos albergase y reco
ver á Berbería : la demáy chusma del giese, y habiéndolo hallado en Ale
bergantín son moros y turcos, que no mania , volví en este hábito de pere
sirven de más que de bogar al remo. grino en compañía de unos alemanes
Los dos turcos, codiciosos é isolen . á buscar á mi hija, y á desente
tes, sin guardar el orden que traíamos rrar muchas riquezas que dejé escon .
de que á mí y á este renegado en la didas. No ballé á mi hija, hallé el
primer parte de España, en hábito de tesoro que conmigo traigo ; y agora
cristianos de que venimos proveidos, por el extraño rodeo que habéis visto
nos echasen en tierra, primero qui. he hallado el tesoro que más me en .
sieron correr esta costa , y hacer al
riquece, que es á mi quórida hija ;
guna presa si pudiesen , temiendo que si nuestra poca culpa y sus lágrimas
si primero nos echaban en tierra, por y las mías por la integridad de vues
algún accidente que á los dos nos su tra justicia pueden abrir puertas iš
cediese podríamos descubrir que que la misericordia, usadla con nosotros,
daba el bergantín en la mar, y si aca que jamás tuvimos pensamiento de
so hubiese galeras por esta costa, los ofenderos, ni convenimos en ningún
tomasen . Anoche descubrimos esta modo con la intención de los nues
playa , y hoy , sin tener noticias destas tros , que justamente han sido deste
cuatro galeras fuimos descubiertos, y rrados. Entonces dijo Sancho : Bien
nos ha sucedido lo que habéis visto . conozco á Ricote , y sé que es verdad
En resolución , don Gregorio queda en lo que dice en cuanto á ser Ana Fé .
hábito de mujer entre mujeres, con lix su hija, que en esotras zarandajas
manifiesto peligro de perderse , y yo de ir y venir, tener buena 6 mala
me veo atadas las manos, esperando, intención , no me entremeto. Admi
ó por mejor decir, temiendo perder la rados del extraño caso todos los pre
vida que ya me cansa. Este es , seño
res, el fin de mi larrentable historia, sentes , el general dijo : Una por una
tan verdadera como desdichada : lo
vuestras lágrimas no me dejarán
que os ruego es que me dejéis morir
cumplir mi juramento : vivid , her
mosa Ana Félix , los años de vida que
como cristiana, pues, como ya he di os tiene determinados el cielo, y lle .
cho en ninguna cosa he sido causan ven la pena de su culpa los insolen
te de la culpa en que los de mi nación tes y atrevidos que la cometieron ; y
han caído : y luego calló , preñados mando luego ahorcar de la entena á
los ojos de tiernas lágrimas, á quien los dos turcos que á sus dos soldados
acompañaron muchas de los que pre habían muerto ; pero el visorrey le pi.
sentes estaban . El visorrey, tierno y dió encarecidamente no los ahorcase,
compasivo, sin hablarle palabra se pues más locura que valentía había
lego á ella, y le quitó con sus manos sido la suya. Hizo el general lo que
el cordel que las hermosas de la mora el visorrey le pedía, porque no se eje
ligaba. En tanto pues que la morisca cutan bien las venganzas á sangre
cristiana su peregrina historia trata helada : procuraron luego dar traza
426 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
de sacar à don Gaspar Gregorio del te, respondió don Quijote, pues lle
peligro en que quedaba : ofreció Ria gando el barco á la marina nos po
cote para ello más de dos mil ducados dremos embarcar en el aunque todo
que en perlas y joyas tenía : diéron . - el mundo lo impida. Muy bien lo
$ e muchos medios ; pero ninguno fué pinta y facilita vuesa merced , dijo
tal como el que dio el renegado es Sancho ; pero del dicho al hecho hay
pañol que se ha dicho, el cual se gran trecho, y yo me atengo al re
ofreció de volver á Argel en algún negado, que me parece muy hombre
barco pequeño de hasta seis bancos, de bien y de muy buenas entrañas ,
armado de remeros cristianos , porque Don Antonio dijo que si el renegado
él sabía dónde, cómo y cuándo podía no saliese bien del caso , se tomaria
y debía desembarcar, y asimismo no el expediente de que el gran don Qui.
ignoraba la casa donde don Gaspar jote pasase en Berbería.De allí á dos
quedaba : dudaron el general y el vi días partió el renegado en un ligero
sorrey de fiarse del renegado, ni con barco de seis remos por banda , arma
fiar déi los cristianos que habían de do de valentísima chusma, y de allí
bogar el remo ; fible Ana Félix, y á otros dos se partieron las galeras
Ricote su padre dijo que salía á dar á Levante , babiendo pedido el gene
el rescate de los cristianos si acaso ral al visorrey fuese servido de avi
se perdiesen. Firmados pues en este barle de lo que sucediese en la libertad
parecer se desembarcó el visorrey, y de don Gregorio y en el caso de Ana
don Antonio Moreno se llevó consigo Félix. Quedó el visorrey de hacerlo
á la morisca y á su padre , encargán así como se lo pedía ; y una mañana,
dole el visorrey que los regalase y saliendo don Quijote á pasear por la
acariciase cuanto le fuese posible, que playa, armado de todas sus armas,
de su parte le ofrecía lo que en su porque, como muchas veces decía ,
casa hubiese para su regalo : tanta allas eran sus arreos, y su descanso
fué la benevolencia y caridad que la el'pelear, y no se hallaba sin ellas
hermosura de Ana Félix infundió en un punto , vió venir hacia él un caba .
su pecho . llero armado asimismo de punta en
bianco, que en el escudo traía pinta
da una luna resplandeciente , el cual,
llegándose á trecho que podía ser
CAPITULO LXIV oido, en altas voces, encaminando
sus razones á don Quijote, dijo : In
signe caballero, y jamás como se de
Que trata de la aventura que más be alabado, don Quijote de la Man
pesadumbre dió á don Quijote de cha, yo soy el caballero de la Blan
cuantas hasta entonces le habían ca Luna , cuyas inauditas hazañas
sucedido . quizá te le habrán traido á la me
moria : vengo á contender contigo y
á probar la fuerza de tus brazos, en
La mujer de don Antonio Moreno , razón de hacerte conocer y confesar
cuenta la historia que recibió gran que mi dama, sea quien fuere, es sin
dísimo contento de ver á Ana Félix comparación más hermosa que tu
en su casa . Recibióla con mucho agı Dulcinea del Toboso ; la cual verdad ,
do , así enamorada de su belleza co si tú la confiesas de llano en llano,
mo de su discreción , porque en lo excusará tu muerte y el trabajo que
uno y en lo otro era extremada la yo he da tomar en dártela : y si tú
morisca, y toda la gente de la ciudad , peleares, y yo te venciere, no quiero
como á campana tañida, venían á otra satisfacción, sino que dejando
verla . Dijo don Quijote á don Antonio las armas, y absteniéndote de buscar
que el parecer que habían tomado en aventuras, te recojas y retires à tu
la libertad de don Gregorio no era lugar por tiempo de un año, donde
bueno , porque tenía más de peligro. has de vivir sin echar mano á la es.
so que de conveniente, y que sería pada , en paz tranquila y en prove
mejor que le pusiesen á él en Berbe choso sosiego, porque así conviene
ría con su armas y caballo, que él le al aumento de tu hacienda y á la
sacaría á pesar de toda la morisma salvación de tu alma : y si tú me
como había hecho don Gaiferos con su vencieras quedará á tu discreción mi
esposa Melisendra. Advierta vủesa cabeza , y serán tuyos los despojos de
merced , dijo Sancho oyendo esto, que mis armas y caballo, y pasará á la
el señor don Gaiteros sacó á su es tuya la fama de mis hazañas. Mira lo
posa de tierra firme, y la llevó á que te está mejor , y respondeme lue
Trarcia por tierra firme ; pero aquí, go, porque hoy todo el día traigo de
si acaso sacamos á don Gregorio , no término para despachar este nego
tenemos por dónde traerle á España, cio. Don Quijote quedó suspenso y
pues está la mar en medio . Para to atónito, asi de la arrogancia del cs
do hay remedio , si no es para la muer. ballero de la Blanca Luna, como de
PARTE II . - CAPITULO LXIV 427
la causa por que le desafiaba, y con y don Quijote hizo lo mismo ; el cual
reposo y ademán severo le respon encomendándose al cielo de todo vo
dio : Caballero de la Blanca Luna, razón, y á su Dulcinea, como tenía
cuyas hazañas hasta ahora no han de costumbre al comenzar de las ba
llegado á mi noticia , yo os haré jurar tallas que se le ofrecían, tornó á to.
que jamás habéis visto á la ilustre mar otro poco más del campo, por
Dulcinea, que si visto la hubiérades , que vió que su contrario hacía lo
yo sé que procurárades no poneros mismo, y sin tocar trompeta ni ctro
en esta demanda, porque su vista cs instrumento bélico que les diese se .
desengañara de que no ha habido ni ñal de arremeter, volvieron entram
puede haber belleza que con la susu bos á un mismo tiempo las riendas
compararse pueda : y así, no dicién á sus caballos ; y como era más lige
doos que mentís, sino que no acertáis ro el de la Blanca Luna, llegó á don .
en lo propuesto, con las condiciones Quijote á dos tercios andados de la
que habéis referido aceto vuestro carrera , y ailí le encontro con tan
desafío, y luego, porque no se pasa poderosa fuerza , sin tocarle con la
se el día que traéis determinado ; y lanza, que la levantó al parecer de
sólo exceptúo de las condiciones la propósito, que dió con Rocinante y
de que se pase á mí la fama de vues con don Quijote por el suelo con una
tras hazañas, porque no sé cuáles ni peligrosa caída . Fué luego sobre él, y
qué tales sean : con las mías me poniéndole la lanza sobre la visera
contento , tales cuales ellas son . To le dijo : Vencido sois , caballero, v
mad pues la parte del campo que aun muerto , si no confesáis las condi.
quisiéredes, que yo haré lo mesmo, y ciones de nuestro desafío . Don Quijo
á quien Dios se la diere , san Pedro te , molido y aturdido, sin alzarse la
Se la bendiga. Habían descubierto de visera, como si hablara dentro de una
la ciudad al caballero de la Blanca tumba, con voz debilitada y enferma
Luna, y dichoselo al visorrey, y que dijo : Dulcinea del Toboso es la mis
estaba hablando con don Quijote de la hermosa mujer del mundo , y yo el
Mancha. El visorrey , creyendo sería más desdichado caballero de la tie
alguna nueva aventura fabricada por rra, y no es bien que mi flaqueza de
don Antonio Moreno, ó por otro al. fraude esta verdad ; aprieta, caballe
gún caballero de la ciudad, salió ro, la lanza , y quitame la vida, pues
luego á la playa con don Antonio y me has quitado la honra. Eso no
con otros muchos caballeros que le haré yo por cierto, dijo el de la Blan.
acompañaban , y Sancho, á tiempo ca Luna: viva , viva en su entereza
cuando don Quijote volvía las riendas la fama de la hermosura de la seño
á Rocinante para tomar del campo lo ra Dulcinea del Toboso , que sólo me
necesario . Viendo pues el visorrey que contento con que el gran don Quijote
daban los dos señales de volverse á se retire á su lugar un año, ó hasta
encontrar, se puso en medio , pregun el tiempo que por mi le fuere manda
tándoles qué era la causa que les mo do, como concertamos antes de entrar
vía á hacer tan de improviso batalla. en esta batalla . Todo esto oyeron el
El caballero de la Blanca Luna res visorrey y don Antonio con otros mu
pondió que era preced cia de hermo chos que allí estaban , y oyeron asi
sura , y en breves razones le dijo las mismo que don Quijote respondió
mismas que había dicho á don Quijo . que como no le pidiese cosa que fue.
te , con la aceptación de las condicio se en perjuicio de Dulcinea , todo lo
nes del desafío hechas por entrambas demás cumpliría como caballero pun
partes. Llegóse el visorrey á don An tual y verdadero. Hecha esta confe.
tonio , y preguntole paso si sabía quién sión volvió las riendas el de la Blan
era el tal caballero de la Blanca Luna, ca Luna , y haciendo mesura con la
o si era alguna burla que querían ha cabeza al visorrey, á medio galope se
cer á don Quijote . Don Antonio le entró en la ciudad. Mandó el visorrey
respondió que ni sabía quién era , ni á don Antonio que fuese tras él , y
si era de burlas ni de veras el tal que en todas maneras supiese quién
desafío. Esta respuesta tuvo perplejo era . Levantaron á don Quijote , des.
al visorrey en si les dejaría ó no pasar cubriéronle el rostro, y halláronle sin
adelante en la batalla ; pero no pu color y trasudando . Rocinante , de
diéndose persuadir á que fuese sino puro malparado no se pudo mover
burla, se apartó diciendo : Señores por entonces . Sancho, todo triste ,
caballeros, si aquí no hay otro reme todo apesarado, no sabía qué decirse
dio sino confesar ó morir , y el señor ni qué hacerse . Parecíale que todo
don Quijote está en sus trece, y vue aquel suceso pasaba en sueños, y que
sa merced el de la Blanca Luna en toda aquella máquina era cosa de en
sug catorce , à la mano de Dios , y cantamento . Veía á su señor ren
dense. Agradeció el de la Blanca Lu dido y obligado á no tomar armas
na con corteses y discretas razones en un año. Imaginaba la luz de la
el visorrey la licencia que se les daba , gloria de sus hazañas escurecida, las
428 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
trado albogues : y hanos de ayudar del camino real algún trecho, donde
mucho á poner en perfección este pasaremos esta noche, y Dios sabe
ejercicio el ser yo algún tanto poeta lo que será mañana. Retiráronse, ce
como tú sabes, y el serlo también naron tarde y mal, bien contra la vo
en extremo el bachiller Sansón Ca luntad de Sancho, á quien se le re
rrasco . Del cura no digo nada ; pero presentaban las estrechezas de la an
yo apostaré que debe de tener suig dante caballería usadas en las sel
puntas y collar de poeta, y que vas y en los montes, si bien tal vez
las tenga también maese Nicolás la abundancia se mostraba en los cas
no dudo en ello , porque todos ó los tillos y casas, asi de don Diego de
más de su oficio son guitarristas y Miranda, como en las bodas del rico
copleros . Yo me quejaré de au Camacho , y de don Antonio Moreno ;
6ncia ; tú te alabarás de firme pero consideraba no ser posible ser
Enamorado ; el pastor Carrascón de siempre de día, ni siempre de noche,
desdeñado , y el cura Curiambro de y así pasó &quella durmiendo, y su
lo que él más puede servirse, y así aino velando .
andará la cosa que no haya más que
desear . A lo que respondió Sancho :
Yo soy , señor, tau desgraciado, que
temo no ha de llegar el día en que CAPITULO LXVIII
en tal ejercicio me vea . ¡ Oh qué po
lidas cucharas tengo de hacer cuan
do pastor me vea! ¡ Qué de migas, De la cerdosa aventura que le
qué de natas, qué de guirnaldas y aconteció á don Quijote
qué de zarandajas pastoriles ! que,
puesto que no me granjeen fama de
discreto, no dejarán de granjearme Era la noche algo escura , puesto
la de ingenioso. Sanchica mi hija que la luna estaba en el cielo, pero
nos llevará la comida al hato. Pero no en parte que pudiese ser vista ;
guarda ! que es de buen parecer , y que tal vez la señora Diana se va á
hay pastores más maliciosos que sim pasear a los antípodas, y deja los
montes negros y los valles escu .
ples, y no querría que fuese por la
114 y volviese trasquilada ; y tan bien los . Cumplió don Quijote con la na
suelen andar los amores y los no turaleza , durmiendo el primer sueño
buenos deseos por los campos como rin dar lugar al segundo ; bien al re
por las ciudades, y por las pastorales vés de Sancho, que nunca tuvo se
chozas como por los reales palacios , gundo, porque le duraba el sueño
y quitada la causa se quita el peca desde la noche hasta la mañana , en
do , y los ojos que no ven corazón que que se mostraba su buena complexión
no quiebra, y más vale salto de ma y pocos cuidados . Los de don Quijote
ta que ruego de hombres buenos. le desvelaron de manera, que desper
No inás refranes , Sancho, dijo don tó á Sancho, y le dijo : Margillado
Quijote , pues cualquiera de los que estoy, Sancho de la libertad de tu
has dicho basta para dar a entender condición . Yo imagino que eres hecho
117 pensamiento, y muchas veces te de mármol 6 de duro bronce, en quien
le aconsejado que no seas tan pródi no cabe movimiento ni sentimiento
go de reirant's , y que te vayas í la alguno . Yo velo cuando tú duermes ,
mano en decirlos : pero paréceme que yo lloro cuando cantas, yo me des
es predicar en desierto : y castigame mayo de ayuno cuando tú estás pe.
mi madre, y yo trompójelas . Paré rezoso y desalentado de puro harto .
ceme, respondió Sancho, que vuesa De buenos criados es conllevar las
merced es como lo que dicen : Dijo penas de sus señores, y sentir sus
la sartén á la caldera , quítate alla, sentimientos , por el bien parecer si
ojinegra. Estáme reprendiendo que quiera . Mirá la serenidad desta no
20 diga yo refranes , y ensártalos vue. che, la soledad en que estamos, que
€ merced de dos en dos . Mira , San nos convida á entremeter alguna vi
cho, respondió don Quijote, yo traigo gilia entre nuestro sueño . Levántate
los refranes á propósito , y vienen , por tu vida, y desvíate algún trecho
cuando los digo, como anillo en el de aquí, y con buen ánimo y denuedo
aedo ; pero tráeslos tú tan por los agradecido date trescientos ó cuatro
cabellos, que los arrastras, y no los cientos azotes á buena cuenta de los
guías ; y si no me acuerdo mal , otra del desencanto de Dulcinea : y esto
Tez te he dicho que los refranes son rogando te lo suplico , que no quiero
sentencias breves , sacadas de la ex . venir contigo á los brazos como la
periencia y especulación de nuestros otra vez, porque sé que los tienes
antiguos sabios ; y el refrán que no pesados . Después que te hayas dado
viene á propósito , antes es disparate pasaremos lo que resta de la noche,
que sentencia . Pero dejémonos desto cantando yo mi ausencia , y tú to
y pues ya viene la noche retirémonos firmeza , dado desde agora principio
PARIE 11.--- CAPÍTULO LXVIII 435
algo escura , no se echaba de ver la cido don Quijote que el cuerpo muerto
falta del día. En medio del patio se que estaba sobre el túmulo era el de
levantaba un túmulo como dos varas la hermosa Altisidora ? Al subir el
del suelo , cubierto todo con un gran duque y la duquesa al teatro se le
disimo dosel de terciopelo negro, al vantaron don Quijote y Sancho, y les
rededor del cual por sus gradas ar hicieron una profunda humillación ,
cían velas de cera blanca sobre más y los duques hicieron lo mismo in
de cien candeleros de plata , enci clinando algún tanto las cabezas. Sa
ma del cual túmulo se niostraba un lió en esto de través un ministro, y
cuerpo muerto de una tan hermo llegándose á Sancho le echó unz ropa
sa doncella, que hacía parecer con su de bocací negro encima, toda pinta
hermosura ermosa á la misma muer. da con llam de fuego, y quitándole
te . Tenía la cabeza sobre una almo la caperuza le puso en la cabeza una
hada de brocado, coronada con una coroza, al modo de las que sacan los
guirnalda de diversas y odoríferas penitenciados por el Santo Oficio , y
flores tejida, las manos cruzadas 80 díjole al oído que no descosiese los
bre el pecho, y entre ellas un ramo labios, porque le echarían una mor
de amarilla y vencedora palma. A un daza o le quitarían la vida. Mirábase
lado del patio estaba puesto un tea Sancho de arriba abajo , velase ar
tro, y en dos sillas sentados dos per diendo en llamas ; pero como no le
sonajes, que por tener coronas en la quemaban no las estimaba en dos ar
cabeza y cetros en las manos daban dites . Quitose la coroza , viola pinta
señales de ser algunos reyes , ya ver da de diablos, volviósela á poner di
daderos 6 ya fingidos. Al lado deste ciendo entre sí : Aun bien que ni
teatro, adonde se subía por algunas ellas me abrasan , ni ellos me llevan .
gradas, estaban otras dos sillas, 80 Mirábale también don Quijote, y aun
bre las cuales los que trujeron los que el temor le tenía suspensos los
presos sentaron á don Quijote y á sentidos, no dejó de reirse de ver la
Sancho, todo esto callando, y dándo figura de Sancho. Comenzó en esto á
les á entender con señales á los dos salir, al parecer de bajo del túmulo,
que asimismo callasen ; pero sin que un son sumiso y agradable de fiau .
se lo señalaran callaran ellos , por tas , que por no ser impedido de al .
que la admiración de lo que estaban guna humana voz, porque en aquel
mirando les tenía atadas las lenguas . sitio el mismo silencio guardaba si
Subieron en esto al teatro con mucho lencio, asimismo se mostraba blando
acompañamiento dos principales per y amoroso . Luego hizo de sí impro
sonajes, que luego fueron conocidos visa muestra, junto a la almohada del
- de don Quijote, ser el duque y la al parecer cadáver, un hermoso man
duquesa sus huéspedes, los cuales se uebo vestido á lo romano, que al son
sentaron en dos riquísimas sillas de una arpa , que él mismo tocaba ,
junto a los dos que parecían reyes . cantó con suavisima y clara voz estas
¿ Quién no se había de admirar con dos estancias :
esto, añadiendose á ello haber cono .
go , porque no se nos dilate el bien que barba á la primera , la chal le hizo una
con su nueva vuelta esperamos . Ape mamona muy bien sellada , y luego
nas hubo (licho esto Minos, juez y com. una gran rererencia . Menos corte
pañero de Radamanto, cuando levan . sía, menos mudas, señora dueña, dijo
tándose en pie Radamanto , dijo : Ea , Sancho, que por Dios que traes las
ministros desta casa , altos y bajos, manos oliendo á vinagrillo. Final
grandes y chicos , acudid unos tras mente , todas las dueñas le sellaron,
otros y sellad el rostro de Sancho con y otra niucha gente de casa ie pelliz
veinticuatro mamonas y con doce pe caron ; pero lo que él no puilo sufrir
llizcos y seis alfilerazos en brazos y lo fué el punzamiento se los alfileres,
mos , que en esta ceremonia consiste y así se levantó de la silla al zarecer
la salud de Altisidora. Oyendo lo . inohino, y asiendo de una häuld en
cual Sancho Panza rompió el silencio cendida que junto á el etapa, dió
y dijo : Voto á tal, así me deje yo tras las dueñas y tras todos sus ver
gellar el rostro ni manosearme la ca dugos , diciendo : Afuera , ministros
ra como volverme moro. i Cuerpo de infernales, que no soy yo de tronce
mil ¿ qué tiene que ver manosearme el para no sentir tan extraordinarios
rostro con la resurrección desta don. martirios . En esto Altisidora , qua
cella ? Regostose la vieja á los ble debía de estar cansada por haber 23 .
dos : encantan á Dulcinea, y azótan tado tanto tiempo supina, se volvió
me para que se desencante : muére. de un lado : visto lo cual por los cir
se Altisidora de males que Dios qui cunstantes , casi todos á una voz di..
so darle , y hala de resucitar hacer jeron : Viva es Altisidora , Altisidora
me á mí veinticuatro mamonas y acri vive. Mandó Radamanto á Sancho
barme el cuerpo á alfilerazos, y acar que depuisiese la ira, pues ya se ha
bla alcanzado el intento que se pro
denalarme los brazos á pellizcos. Esas
burlas á un cuñado, que yo soy pe curaba . Así como don Quijote vió
rro viejo, y no hay conmigo tus, tus. rcballir , Altisidora se fué á poner
Morrás, dijo en alta voz Radaman . de rodillas delante de Sancho, di
to : ablándate, tigre , humillate, Nem ciéndole : Ahora es tiempo , hijo de
brot soberbio , y sufre y calla , pues inis entrañas, no que escudero mío ,
no te piden imposibles , y no te me. que te des algunos de los azotes que
tag en averiguar las dificultades des. estás obligado á darte por el desen
te negocio : mamonado has de ser , canto de Dulcinea . Ahora digo que es
acrebillado te has de ver, pellizcado el tiempo donde tienes sazonada la
virtud, y con eficacia de obrar el bien
has de gemir . Ea, digo , ministros ,
cumplid mi mandamiento ; si no, por que de ti se espera. A lo que respon
la fe de hombre de bien , que habéis dió Sancho : Esto me parece argado
de ver para lo que nacisteis . Parecie sobre argado y no miel sobre hojue.
ron en esto que por el patio venían las : bueno sería que tras Pellizcos,
mamonas y alfilerazos viniesen aho .
hasta seis dueñas en procesión una ra los azotes : no tienen más que
tras otra, las cuatro con antojos, y
todas levantadas las manos derechas hacer sino tomar una gran piedra , y
en alto, con cuatro dedos de muñe . atárinela al cuello, y dar conmigo
cas fuera, para hacer las manos más en un pozo , de lo que á mí no pesa .
largas , como ahora se usa . No las ría mucho , si es que para curar los
hubo visto Sancho , cuando bramando males ajenos tengo yo de ser la va
como un toro dijo : Bien podré yo ca de la boda. Déjenme, si no , por
dejarme manosear de todo el mundo , Dios que lo arroje y lo eche todo á
pero consentir que me toquen due trece aunquo no se venda. Ya en esto
se había sentado en el túmulo Altisi
ñas , eso no. Gatéenme el rostro , co
mo hicieron á mi amo en este mesmo dora , y al mismo instante sonaron
castillo : traspásenme el cuerpo con las chirimías, á quien acompañaron
puntas de dagas buidas : atenácenmy las flautas y la3 voces de todos, que
los brazos con tenazas de fuego , que aclamaban : Viva Altisidora, Altisi.
yo lo llevaré en paciencia, y serviré dora viva. Levantáronse los duques
á estos señores ; pero que me to y los reges Minos y Radamanto , y
quen dueñas , no lo consentiré si me todos juntos, con don Quijote y San .
llevase el diablo . Rompió también cho fueron iſ recebir á Altisidora , y
el silencio don Quijote, diciendo á á bajarla del túmulo , la cual hacien .
Sancho : Ten paciencia , hijo , y da do de la desmayada se inclinó á los
gusto á estos señores , y muchas gra duques y á los reyes, y mirando de
cias al cielo por haber puesto tal vir través á don Quijote le dijo : Dios te
tud en tu persona , que con el martirio lo perdone, desamorado caballery ,
della desencantes los encantados, y pues por tu crueldad he estado en el
resucites los mnertos . Ya estaban las otro mundo á mi 'pareo - r más de mil
dueñas cerca de Sancho cuando él . años : y á ti , oh el más compasiro
más blando y más persuadido, po escudero que contiene el orbe, to
niéndose bien en la silla dió rostro y agradezco la vida que poseo. Dispón
PARTE II. - CAPÍTULO LXX 439
señas con una media sábana al fugi. dando, y que más valía un toma que
tivo huésped , que por el mar sobre dos te daré, y el pájaro en la mano
una fragata ó bergantín se iba hu que buitre volando. No más refra
yendo. Notó en las dos historias que nes, Sancho, por un solo Dios, dijo
Elena no iba de muy mala gana, don Quijote, que parece que te vuel
porque se reía á socapa y á lo so ves al sicut erat : habla á lo llano,
carrón ; pero la hermosa Dido mos á lo liso, á lo no intrincado, como
traba verter lágrimas del tamaño de muchas veces te he dicho, y verás
nueces por los ojos. Viendo lo cual cómo te vale u pan por ciento .
don Quijote , dijo : Estas dos reñoras No sé qué mala ventura es esta
fueron desdichadísimas por no haber mía , respondió Sancho, que no sé
nacido en esta edad, y yo sobre to decir razón sin refrán , ni refrán que
dos desdichado en no haber nacido no me parezca razón ; pero yo me
en la suya, pues si yo encontrara á enmendaré si pudiere ; y con esto
aquestos señores, ni fuera abrasada cesó por entonces su plática.
Troya, ni Cartago destruída , pues con
sólo que yo matara á Paris se ex
cusaran tantas desgracias. Yo apos
taré, dijo Sancho, que antes de mu CAPITULO LXXII
cho tiempo no ha de haber bodegón ,
venta ni mesón , ó tienda de barbe
ro, donde no ande pintada la histo De cómo don Quijote y Sancho
ria de nuestras hazañas ; pero que llegaron á su aldea
rría yo que la pintasen manos de
otro mejor pintor que el que ha Todo aquel día esperando la no
pintado á éstas. Tienes razón, San che estuvieron en aquel lugar y me
cho, dijo don Quijote, porque este són don Quijote y Sancho, el uno
pintores como Orbaneja, un pin para acabar en la campaña rasa la
tor que estaba en Ubeda, que cuan tanda de su disciplina, y el otro para
do ls preguntaban qué pintaba, res . ver el fin della, en el cual consis
pondía : Lo que saliere ; y si por tía el de su deseo. Llegó en esto al
ventura pintaba un gallo, escribía mesón un caminante á caballo COD
debajo : Este es gallo, porque no tres ó cuatro criados, uno de los
pensasen que era zorra . Desta ma cuales dijo al que el señor dellos
nera me parece á mí, Sancho, que parecía : Aquí puede vuesa merced ,
debe de ser el pintor ó escritor , que señor don Alvaro Tarfe, pasar hoy
todo es uno, que sacó á luz la his la siesta : la posada parece limpia F
toria deste nuevo don Quijote que fresca. Oyendo esto don Quijote le
ha salido, que pintó ó escribió lo dijo á Sancho : Mira, Sancho, cuan
que saliere ; ó habrá sido como un do yo hojeé aquel libro de la se
poeta que andaba los años pasados gunda parte de mi historia, me pa
en la corte, llamado Mauléón, el rece que de pasada topé allí este
cual respondía de repente á cuanto nombre de don Alvaro Tarfe . Bien
le preguntaban ; y preguntándole podrá ser, respondió Sancho ; dejé .
uno qué quería decir Deum de Deo, mosle apear, que después se lo pre
respondió : Dé donde diere. Pero guntaremos. El caballero se apeó ,
dejando esto aparte, dime si piensas y frontero del aposento de don Qui
Sancho, darte otra tanda esta noc jote la huéspeda le dió una sala ba
che, y si quieres que sea debajo de ja, enjaezada con otras pintadas sar
techado ó al cielo abierto . Pardiez, gas como las que tenía la estancia
señor, respondió Sancho, que para de don Quijote. Púsose el recién ve
lo que yo pienso darme, eso se me nido caballero á lo de verano, y sa
da en casa , que en el campo ; pero liéndose al portal del mesón, que
con todo eso querría que fuese entre era espacioso y fresco, por el cual
árboles, que parece que me acom se paseaba don Quijote , le preguntó :
pañan y me ayudan a llevar mi tra ¿ Adónde bueno camina puesa mer
bajo maravillosamente. Pues no ha oed, señor gentilhombre ? Y don
de ser así, Sancho amigo, respondió Quijote le respondió : A una aldea
don Quijote, sino que para que to que está aquí cerca , de donde soy
mes fuerzas lo hemos de guardar natural. ¿ Y vuesa merced dónde
para nuestra aldea que á lo más tarde camina ? Yo, señor , respondió el
llegaremos allá después de mañana. caballero, voy á Granada, que mi
Sancho respondió que hiciese su patria. Y buena patria, replico don
gusto, pero que él quisiera concluir Quijote ; pero digame vuesa merced
con brevedad aquel negocio á san porcortesia en nombre, porque me pe
gre caliente y cuando estaba picado rece que me ha de importar saberlo
el molino, porque en la tardanza más de lo que buenamente podré
suele estar muchas veces el peligro, decir. Mi nombre es don Alvaro
y á Dios rogando y con el mazo Tarfe, respondió el huésped . A lo
PARTE II . - CAPÍTULO LXXII 1 443
que rep.icó don Quijote : Sin duda metido en la casa del Nuncio en To
alguna pienso que vuesa merced de ledo para que le curen, y ahora re .
be de ser aquel don Alvaro Tarfe manece aquí otro don Quijote, aun
que anda impreso en la Segunda que bien diferente del mio. Yó , dijo
parte de la historia de don Qui don Quijote , no sé si soy bueno,
jote de la Mancha , recién impresa pero sé decir que no soy el malo :
y dada á la luz del mundo por un para prueba de lo cual quiero que
autor moderno. El mismo soy , res sepa vuesa merced , mi señor don
pondió el caballero , y el tal don Alvaro Tarfe ,' que en todos los días
Quijote, sujeto principal de la tal de mi vida no he estado en Zarago
historia, fué grandísimo amigo mío , za ; antes por haberme dicho que ese
y yo fui el que le sacó de su tierra, don Quijote fantástico se había ha
o a lo menos le moví á que viniese llado en las justas desa ciudad , no
á unas justas que se hacían en Za quise yo entrar en ella por sacar á
ragoza , adonde yo iba, y en verdad las barbas del mundo su mentira, v
en verdad que le hice muchas amis ansí me pasé de largo á Bacelona,
tades, y que le quité de que no le archivo de la cortesía, albergue de
palméase las espaldas el verdugo los extranjeros, hospital de los po
por ser demasiadamente atrevido . Y bres, patria de los valientes, ven
digame vuesa merced, señor don ganza de los ofendidos , y correspon
Alvaro , ¿ parezco yo en algo á ese dencia grata de firmes amistades, y
tal don Quijote que vuesa merced en sitio y en belleza única. Y aun
dice ? No por cierto , respondió el que los sucesos que en ella me han
huésped , en ninguna manera, Y ese sucedido no son de mucho gusto ,
don Quijote, dijo el nuestro , ¿ traía sino de mucha pesadumbre, los llevo
consigo á un escudero llamado San sin ella sólo por haberla visto. Fi
cho Panza ? Sí , traía, respondió don na mente, señor don Alvaro Tarfe,
Alvaro , y aunque tenía fama de muy yo soy don Quijote de la Mancha,
gracioso, nunca le of decir gracia que el mismo que dice la fama, y no ese
la tuviese. Eso creo yo muy bien , dijo desventurado que ha querido usurpar
á esta sazón Sancho , porque el de mi nombre y honrarse con mis pensa .
cir gracias no es para todos ; y ese mientos. A vuesa meroed suplico,
Sancho que vuesa merced dice , se por lo que debe á ser caballero, sea
ñor gentilhombre, debe de ser al servido de hacer una declaración ante
gún grandísimo bellaco, frión y la. el alcalde deste lugar. de que vuesa
drón juntamente, que el verdadero merced no me ha visto en todos los
días de su vida hasta ahora , y de
Sancho Panza soy yo, que tengo más que yo no soy el don Quijote im
gracias que llovidas ; y si no, laga
vuesa merced la experiencia, y án preso en la segunda parte, ni este
dese tras de mí- por lo menos un Sancho Panza mi escudero es aquel
año , y verá que se me caen á cada que vuesa merced conoció. Eso haré
paso , y tales y tantas , que sin 82 yo de muy buena gana , respondió
ber yo las más veces lo que me digo , don Alvaro, puesto que cause ad
hago reir á cuantos me escuchan ; miración ver dos don Quijote y dos
y el verdadero don Quijote de la Sanchos á un mismo tiempo, tan
Mancha, el famoso , el valiente y el conformes en los nombres como di .
discreto, el enamorado , el desface ferentes en las acciones : y vuelvo
dor de agravios, el tutor de pupilos á decir y me afirmo, que no he vis
y huérfanos, el amparo de las viu to lo quá he visto, ni ha pasado por
das, el matador de las doncellas, el mi lo que ha pasado. Sin duda, Jijc
que tiene por única señora á la sir : Sancho, que vuesa merced debe de
estar encantado como mi señora Dul
par Du.cinea del Toboso, es este se cinea del Toboso , y pluguiera al cie.
ñor que está presente , que es mi lo que estuvier3 su desencanto de
amo : todo cualquier otro don Qui vuesa merced en darme otros tres
jote y cualquier otro Sancho Panza
es burlería y cosa de sueño. Por Dios mil y tantos azotes como me doy por
que lo creo, respondió don Alvaro , ella, que yo me los diera sin interés
porque más gracias habéis dicho vos, alguno. No entiendo eso de los azo
tes , dijo don Alvaro : y Sancho le
amigo , en cuatro razones que ha respondió que era largo de contar ;
béis hablado, que el otro Sancho
pero que él se lo contaría si acaso
Panza en cuantas yo le of hablar,
que fueron muchas. Más tenía le co iban un mismo camino. Llegóse en
esto la hora de comer , comieron jun
milón que de bien hablado, y más tos don Quijote v don Alvaro. Entró
de tonto que de gracioso ; y tengo
por sin duda que los encantadores que acaso el alcalde del pueblo en el me.
persiguen á don Quijote el bueno han són con un escribano, ante el cual
querido perseguirme á mí con don alcalde pidió don Quijote por una
Quijote el malo. Pero no sé qué me petición de que a su derecho conve .
diga, que osaré yo jurar que le dejo nía de que don Alvaro Tarfe , aquel
446 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
Págs.
Al duque de Béjar.... 5
Prólogo...
:::
Al libro de don Quijote de la Mancha, Urganda la desconocida ... 11
PARTE PRIMERA
Págs.
Págs .
PARTE SEGUNDA
Págs .
Págs.
POR
Tamaño 15 x 22 centímetros
ARMAS Y ARMADURAS
por D. ANTONIO GARCIA LLANSÓ
con un prólogo de D. FRANCISCO BARADO
Cabezas de estudio
N.os 1 á 10 Una peseta
EGIPTO
Seis series , cada una de diez postales, en las que se
reproduce lo más pintoresco y tradicional de aquel inte
resante país , á Una peseta cada serie .
CABEZAS Y FLORES
Acuarelas de GASPAR CAMPS
Series A y B, de 6 tarjetas
á dos pesetas cada serie
OBRA NUEVA
EL SIMULTÁNEO
Método práctico para aprender á leer y escribir
con facilidad y prontitud
POR
NOCIONES
DB
José M. MARROQUI
ESTUDIOS
LECTURAS INSTRUCTIVAS
Segundo libro de lectura para las escuelas de instrucción
primaria. Un tomo de unas 250 páginas con 190 grabados, una
peseta , encuadernado en cartoné.
ELEMENTOS de COSMOGRAFÍA
Un tomo de 107 páginas con 98 grabados , una peseta, en
cuadernado en cartoné.
NOCIONES DE GEOGRAFÍA
Un tomo con 14 mapas iluminados y multitud de grabados
intercalados , una peseta, encuadernado en cartoné .
En prensa
GEOGRAFÍA UnELEMENTAL
tomo con 6 mapas
DE ESPAÑA
Obras publicadas por la Casa Editorial
Viuda de Luis Tasso
Arco del Teatro, núms. 21 y 23.- BARCELONA
BIBLIOTECA TASSO
Max PEMBERTON
MAHOMA
El pirata de hierro . - Un tomo .
EI Corán . Código civil, político , reli El capitán Black .- Un tomo .
gioso y de moral del pueblo árabe .
-Un tomo . William LE QUEUX
Dedos fatales. - Un tomo .
Luis REYBAUD
Jerónimo Paturot.- 2 tomos con lámi Aventuras del barón de Munchhausen ,
nas tricolor ilustrado por Dort .- Un tomo con
150 grabados .
BIBLIOTECA « NATURA
en tamaño 8 °, con preciosa cubierta en tricromia , a 2 pesetas
volumen en rústica, y 3 ptas . encuadernado en tela
Obras del Dr. Max KRAFFÖSCKI Castidad , virtud y vicio ( Fantasía fisio
psico-sociológica ).- Un tomo.
Fuentes de amor y vida ( Excursión a El manantial del amor ( Teoria de la
Citerea ) .-Un tomo . fecundidad ).-Un tomo.
OBRAS VARIAS
Memorándum del Contador mercanti ! Armas y Armaduras , por D. A. GAR
o Formulario de Comercio . --Obra ciA LLANSÓ . - Un tomo en tela , con
póstuma de D. EMILIO OLIVER CAS- 161 grabados , tamaño 28 x 19 cms.,
TAÑER . En tela . 5 pesetas 10 pesetas.
Bramática Francesa o Método prác- Cables de luz eléctrica y distribución
tico - teórico para aprender a leer , de eleotricidad, por STUART A.Rus
hablar y escribir correctamente el SELL . - I tomo con 107 grabados. En
Idioma francés, por JOAQUIN GAR rústica , 7 pesetas.
ciA BRAVO.-- Dos volúmenes lujosa Pueblo enfermo , por A. ARGUEDAS.
mente encuadernados , 10 pesetas los En rústica , 2 pesetas.
dos tomos .
Curso de Trigonometría rectilínea y Germania, veinte siglos de historia ale .
Coleoción de problemas trigono- mana , por J. SCHER.- 2 tomos ilus
métricos, por N. A. CHAPOCHNIKOV. trados, en rústica, 4 pesetas ; en tela ,
en un solo volumen, 5 pesetas.
Un tomo con 42 grabados, 4 pesetas.
Averſas marítimas, por D. ANTONIO Esclats del cor, aplech de poesías
por V. BARLES Y Llopis, prólogo
TORRENTS Y MONNER , -Un tomo en de D. VICTOR BALAGUER . - 2 pe
cuadernado , 8 pesetas . setas .
Estudios sobre los verbos irregularse
castellanos , por José M. MARROQUI Qüentos bosquetans , por Aplies Mes.
Una peseta TRES.- Una peseta