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M. Qe Cervantes

DON QUIJOTE
DE LA

MANCHA
67
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE
C
5 3 2 16 982 33
R.226,494 FA89

EL INGENIOSO HIDALGO

DON QUIJOTE DE LA MANCHA

1177
1

1
EL INGENIOSO HIDALGO

DON QUIJOTE
DE LA MANCHA
POR

MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA

LUIS TASSO , Editor


CALLE ARCO DEL TEATRO, NÚMS. 21 y 23
BARCELONA
.
AL DUQUE DE BÉJAR
MARQUES DE GIBRALEON, CONDE DE BENALCAZAR Y BASARES,
VIZCONDE DE LA PUEBLA DE ALCOCER, SENOR DE LAS VILLAS
DE CAPILLA , CURIEL Y BURGUILLOS.

En fe del buen acogimiento y honra que hace vu stra Excelencia á toda


suerte de libros, como principe tan inclinado á favorecer las buenas artes, .
niayormente las que por su nobleza no se abaten al servicio y granjerías del
vulgo, he determinado de sacar á luz el Ingenioso Hidalgo Don Quijote de
la Mancha, al abrigo del clarísimo nombre de vuestra Excelencia, á quien,
con el acatamiento que debo á tanta grandeza, suplico le reciba agradable ,
mente en su protección, para que á su sombra, aunque desnudo do aquel
precioso ornamento de elegancia y erudición de que suelen andar vestidas
las obras que se componen en las casas de los hombres que saben, ose pare
cer seguramente en el juicio de algunos, que no conteniéndose en los límites
de su ignorancia, suelen condenar con más rigor y menos justicia los traba
los ajenos : que poniendo los ojos la prudencia de ruestra Excelencia en mi
buen desco, fío que no desdeñará la cortedad de tan humilde servicio.

MIGUEI DE CERVANTES SAAVEDRA.


PRÓLOGO

Desocupado lector : Sin juramento de eres señor della , como el Rey de


me podrás creer qua quisiera que sus alcabalas, y sabes lo que común .
este libro, como hijo del entendi mente se dice, que debajo de mi
miento, fuera el más hermoso, el manto al Rey mato . Todo lo cual te
más gallardo y más discreto que pu exerta y hace libre de todo reg.
diera imaginarse. Pero no he podido peto y obligación, y así puedes de
yo contravenir la orden de natura cir de la historia todo aquello que to
leza, que en ella cada cosa engendra pareciere, sin temor que te calum
su semejante . Y así ¿ qué podría nien por el mal, ni te premien por
engendrar el estéril y mal cultivado el bien que dijeres della.
ingenio mío, sino la historia de un hijo Sólo quisiera dártela monda y des
seco , avellanado, antojadizo y lleno nuda , sin ornato del prólogo , ni
de pensamientos varios y nunca ima, de la innumerabilidad y catálogo de
ginados de otro alguno; bien como los acostumbrados sonetos. epigra
quien se engendro en una cárcs mas y elogios que al principio de los
donde toda incomodidad tiene su libros suelen ponerse . Porque te sé*
asiento y donde todo triste ruido hace decir, que aunque me costó algún
Bu habitación ? El sosiego, el lugar trabajo componerla , ninguno tuve por
apacible, la amenidad de los cam . mayor que hacer esta prefación que
pos , la serenidad de los cielos, el ras leyendo. Muchas veces tomé la
murmurar de las fuentes, la quietud pluma para escribilla , y muchas id
del espíritu, son grande parte para dejé por no saber lo que escribirſa ;
que las musas más estériles se nues. y estando una suspenso, con el pa
tren fecundas y ofrezcan partos al pel delante, la pluma en la oreja,
mundo que le colmen de maravilla el codo en el bufete y la mano en ia
y de contento. Acontece tener un mejilla , pensando lo que diría , en
padre un hijo feo y sin gracia al. tró á deshora un amigo mío gracio
guna, y el amor que le tiene le pone so y bien entendido, el cual, viéndo
una venda en los ojos para que no me tan imaginativo me prrgunto
vea sus faltas, antes las juzga por la causa, y no encubriéndosela yo ,
discreciones y lindezas, las cuen le dije que pensaba en el prólogo
ta á sus amigos por agudezas y do que había de hacer á la historia de
naires. Pero yo , que aunque parezco DON QUIJOTE, y que me tenía de
padre, boy padrastro de DON QUI guerte que ni quería hacerle, ni
JOTE , no quiero irme con lo, corrien. menos sacar á luz las hazañas de tan
te del uso , ni suplicarte casi con las noble caballero. Porque ¿ cómo que.
lágrimas en los ojos, como otros ha réis vos que no me tenga confuso
cen, lector carísimo, que perdones ó el que dirá el antiguo legislador que
disimules las faltas que en este mi llaman vulgo , cuando vea que al
hijo vieres, pues ni eres su pariente cabo de tantos años como ha que
ni su amigo , y tienes tu alma en tu duermo en el silencio del olvido, sal
cuerpo y tu libre albedrío como el go ahora con todos mis años á cues
más pintado, y estás en tu casa, don. tas con una leyenda sera como un
8 PRÓLOGO

esparto , ajena de invención, men de remediar, puedan tener fuerzas


guada de estilo , pobre de concetos, de suspender y absortar un ingenio
y falta de toda erudición y dotrina, tan maduro como el vuestro y tan
sin acotaciones en las márgenes y hecho a romper y atropellar por otras
ein anotaciones en el fin del libro, dificultades mayores ? A la fe , esto
como veo que están otros libros, no nace de falta de habilidad , sino
aunque sean fabulosos y profanos, de sobra de pereza y penuria de dis
tan llenos de sentencias de Aristóte . curso . ¿ Queréis ver si es verdad lo
les , de Platón y de toda la caterva que digo ? Pues estadme atento , v
de filósofos, que admiran & los le veréis cómo en un abrir y cerrar de
yentes , y tienen á sus autores por ojos confundo todas vuestras difi
hombres leídos, eruditos y elocuen cultades y remedio todas las faltas
tes ? ¡ Pues qué cuando citan la di que decís que os suspenden y aco .
vina Escritura ! No dirán sino que bardan para dejar de sacar a la luz
son unos santos Tomases y otros do del mundo la historia de vuestro
tores de la Iglesia , guardando en famoso DON QUIJOTE, luz y espejo
esto un decoro tan ingenioso , que en de toda la caballería andante. Decid,
un renglón han pintado un enamo le repliqué yo , oyendo lo que me de
rado distraído , y en otro hacen un cía, ¿ de qué modo pensáis llenar el
sermoncico cristiano, que es un con vacío de mi temor y reducir á claridad
tento y un regalo oirle ó leelle. De el caos de mi confusión ? A lo cual
todo esto ha de carecer mi libro por el dijo : lo primero en que reparáis
que ni tengo que acotar en el mar de los sonetos, epigramas ó elogios
gen , ni que anotar en el fin , ni me. que os faltan para el principio, y
nou sé qué autores sigo en él, para que sean de personajes graves y de
ponerlos al principio, como hacen título , se puede remediar en que
todos por las letras del A B C , co vos mismo os toméis algún trabajo
menzando en Aristóteles y acabando en hacerlos, y después los podéis
en Xenefonte , y en Zoilo 6 Zeuxis , bautizar y poner el nombre que qui .
aunque fué maldiciente el uno y siéredes, ahijándolos al Preste Juan
pintor el otro. También ha de carecer de las ' Indias ó al Emperador de
mi libro de sonetos al principio , á Trapisonda , de quien yo sé que hay
lo menos de sonetos cuyos autores noticia que fueron famosos poetas ;
sean duques , marqueses , condes , y cuando no lo hayan sido , y hubiere
obispos, damas o poetas celeberri algunos pedantes y bachilleres que
mos. Aunque si yo los pidiese á dos por detrás os muerdan y murmuren
tres oficiales amigos, yo sé que me desta verdad , no se os dé dos mara.
los darían , y tales , que no les igua vedís , porque ya que os averiguien la
lasen los de aquellos que tienen más mentira, no os han de cortar la mano
nombre en nuestra España. con que lo escribistes.
En fin , señor y amigo mío, prose En lo de citar en las márgenes los
* guí, yo determino que el señor Don libros y autores de donde sacáredes
QUIJOTE se qnede sepultado en sus las sentencias y dichos que pusiére.
archivos en la Mancha, hasta que el des en vuestra historia , no hay más
cielo depare quien le adorne de tan sino hacer de manera que vengan á
tas cosas como le faltan , porque yo pelo algunas s intencias tines que
me hallo incapaz de remediarlas por vos sepáis de memoria , ó á lo menos
mi insuficiencia y pocas letras , y que os cueston poco trabajo el busca
porque naturalmente soy poltrón v llos , como será poner, tratando de
perezoso de andarme buscando au libertad y cautiverio :
tores que digan lo que yo me sé
decir sin ellos. De aquí nace Non bene pro toto libertas venditur
suspensión y elevamiento en que auro .
me hallastes : bastante causa para
ponerme en ella la que de mí ha Y luego en el marg‘n citar á Ho.
béis oído . Oyendo lo cual mi amigo , racio , ó á quien lo dijo. Si tratáre .
dándose una palmada en la frante des del poder de la muerte , acudid
disparando en una larga risa , me luego con :
dijo : Por Dios , hermano , que ahora
me acabo de desengañar de un en Pallida mors æquo pulsat pede
gaño en que he estado todo el mucho pauperum tabernas,
tiempo que ha que os conozco, en el Regumque turres.
cual siempre os he tenido por dis
creto y prudente en todas viiestras Si de la amistad y amor que Dios
acciones. Pero ahora veo que estáis manda que se tenga al enemigo, en
tan lejos de serlo como lo está el traos luego al punto por la Escritu
cielo de la tierra. ra divina, que lo podéis hacer con
¿ Cómo que es posible que cosas tantico de curiosidad , y decir las pa
de tan poco momento y tan fáciles labras por lo menos del mismo Dios :
PRÓLOGO 9

Ego autem dico robis : diligite ini. dejadme á mí el cargo de poner las
micos vestros. Si trataredes de malos anotaciones y acotaciones, que yo 08
pensamientos, acudid con el Evan voto á tal de llenaros las márgens
gelio : De corde exeunt cogitatio de gastar cuatro pliegos en el fin
nes malce . Si de la instabilidad de los dei libro.
amigos, ahí está Catón que os dará Vengamos ahora á la citación de
su distico : los autores que los otros libros tie
nen , que en el vuestro os faltan . El
Donec eris felix, multos numeru . remedio que esto tiene es muy fácil,
bis amicos, porque no habéis de hacer otra cosa
Tempora si fuerint nubila, solus que buscar un libro que los acote
eris. to los desde la A hasta la Z , como
vos decís. Pues ese mismo abeceda
Y con estos latinicos y otros tales rio pondréis vos en vuestro libro ;
os tendrán siquiera por gramático , que puesto que á la clara se vea la
que el serlo no es de poca honra y, mentira , por la poca necesidad one
provecho el día de hoy. En lo que vos teníades de aprovecharos lellos,
toca al poner anotacion s al fin del no importa nada ; y quizás alguno
libro, seguramente lo podéis hacer habrá tan simple que crea que de
desta manera : si nombráis algún gi todos os habéis aprovechado en la
gante en vuestro libro, hacelde que simple y sencilla historia vuestra .
sea el gigante Golías, y con sólo Y cuando no sirva de otra cosa, por
esto, que os costará casi nada, te lo menos servirá aquel largo catálogo
néis una grande anotación , pues po de autores á dar de improviso auto
déis poner : El gigante Golias ó ridad al libro. Y más, que no habrá
Goliat fué un filisteo á quien el qui n se ponga á averiguar si les
pastor David mató de una gran pe seguistes ó no los seguistes , no vén
drada en el valle de Terebinto, re dole nada en ello . Cuanto más , que
gún se cuenta en el libro de los si bien caigo en la cuenta , este vues
Reyes, en el capítulo que vos ha tro libro no tiene necesidad de nin..
lláredes que se escribe. guna cosa de aquellas que vos decís
Tras esto, para mostraros hombre que le faltan , porque todo él es una
erudito en letras humanas y cosmo invectiva contra los libros de caba
grafo, haced de modo como en vues llerías , de quien nunca se acordo
tra historia se nombre el río Tajo, y Aristóteles , ni dijo nada san Basilio,
veréisos luego con otra famosa ano ni alcanzó Cicerón ; ni caen debajo
tación , poniendo: El río Tajo fue de la cuenta de sus fabulosos lispa
asi dicho por un Rey de las Es rates las puntualidades de la verdad,
pañas : tiene su nacimiento en tal ni las observaciones de la astrologia ;
lugar, y muere en el mar Océa ni le son de importancia las med das
no, besando los muros de la fa geométricas; ni la confutación de los
mosa ciudarl de Lisboa , y es opi argnmentos de quien se sirve a re
nión que tiene las arenas da pro, tórica ; ni tiene para qué predicar
etcétera. Si trataredes de ladrones, á ninguno , mezclando lo humano con
yo os daré la historia de Caco , que lo divino, que es un género de mez
la sé de coro ; si de mujeres ram ras . cla de quien no se ha de vestir nin
ahí está el obispo de Mondoñedo , gún cristiano entendimiento. Sólo
que os prestará á Lamia, Laida y tiene que aprovecharse de la imita
Flora , cuya anotación os dará gran ción en lo que furre escribiendo,
crédito ; si de crueles, Ovidio os en que cuanto ella fuere más perfectil,
tregará á Medea ; si de encantadoras tanto mejor será lo que se escribirre.
y hechiceras , Homero tiene á Calip Y pues esta vuestra escritura no mira
So, y Virgilio á Circe ; si de capi . á más que á deshacer la autoridad y
tanes valerosos, el mismo Julio Cé cabida que en el mundo y en el vulgo
sar os prestará á sí mismo en sus tienen los libros de caballerías, no
comentarios, y Plutarco os dará mil hay para qué andéis mendicando
Alejandros. Si tratárrdes de amores , sentencias de filósofos, consejos de
con dos onzas que sepas de la len la divina Escritura, fábulas de roe
gua toscana, toparéis con León He tas , oraciones de retóricos , milagros
breo, que os hincha las medidas ; y de santos, sino procurar que á la
si no queréis andaros por tierras llana, con palabras significantes, ho
extrafias, en estra casa tenéis á restas y bien colocadas, salga yu‘s.
Fonseca , Del amor de Dios , donde tra oración y período sonoro y fes
se cifra todo lo que vos y el más tivo, pintando en todo lo que alcan .
ingenioso acertare á desear en tal záredes y fuere posible, vuestra in
materia. En resolución , no hay más tención, dando , á entender vuostros
sino que vos procuraréis nombrar concetos, sin intrincarlos y obscure
estos nombres , o tocar estas historias cerlos. Procurad también que le
en la vu“ stra que aquí he dicho, y yendo vuestra historia el melancó.
10 PRÓLOGO

lico se mueva á risa , el risueño la vio tuyo en hallar tan sincera y tan
acreciente, el simple no se enfade, sin revue tas la historia del famoso
el discreto de admire de la invención, DON QUIJOTE DE LA MANCHA , de
el grave no la desprecie, ni el pru quien hay opinión por todos los ha
dente deje de alabarla . En efecto, bitadores del distrito del campo de
llevad la mira puesta á derribar la Montiel, que fue el más casto ena
máquina mal fundada destos caba morado y el más valiente caballero
llerescos libros, aborrecidos de tan que de muchos años á esta parte se
tos y alabados de muchos más , que vió en aquellos contornos. Yo Do
si esto alcanzásed es , no habríades quiero encarecerte el servicio que
alcanzado poco. te hago en darte á conocer tan no
Con silencio grande estuve escu table y tan honrado caballero ; pero
chando lo que mi amigo me decia, quiero que me agradezcas el conoci
y de tal manera se imprimieron en miento que tendrás del famoso San
mi sus razones, que sin ponerlas en cho Panza su escudero , en quien , á
disputa, las aprobé por buenas , y mi parecer , te doy cifradas todas
dellas mismas quise hacer este pró las gracias escuderiles que en la
logo, en el cual verás, lector suave, caterva de los libros vanos de caba
la discreción de mi amigo, la buena llerías están esparcidas. Y con esto ,
ventura mía en hallar en tiempo Dios te dé salud, y á mí no olu
tan necesitado tal consejero, y el ali vide . VALE .
!

AL LIBRO DE DON QUIJOTE DE LA MANCHA


URGANDA LA DESCONOCIDA

Si de llegarte á los bue no dirá mofante algu


libro , fueres con letu que don Alvaro de Lu
no te dirá el boquiru que Aníbal el de Carta
que no pones bien los de que el rey Francisco en Espan
Mas si el pan no se te cue se queja de la fortu
por ir á manos de idio Pues al cielo no le plu
verás de manos á bo que salieses tan ladi.
aun no dar una en el cla como el negro Juan Lati
si bien se comen las ma. hablar latines rehu
por mostrar que son curio No me despuntes de agu
Y pues le experiencia ense ni me alegues con filo
que el que á buen árbol se arri. porque torciendo la bo.
buena sombra le cobi dirá el que entiende la le.
en Béjar tu buena estre no un palmo de las ore
Arbol real te ofre ¿ para qué conmigo fio
que da príncipes por fru No te metas en dibu
en el cual florece un du ni en saber vidas aje.
que es nuevo Alejandro Ma que en lo que no va ni vie .
llega á su sombra , que á osa pasar de largo es cordu
favorece la fortu Que suelen en caperu
De un noble hidalgo manche darles a los que grace
contarás las aventu mas tu quemate las cr
á quien ociosas letu sólo en cobrar buena far
trastornaron la cabe . que el que imprime nec da .
Damas, armas, caballe dalas á censo perpe
le provocaron de mo Advierte que es desati
que cual Orlando furio siendo de vidrio el teja
tomplado á lo enamora tomar piedras en la ma.
alcanzó á fuerza de bra para tirar al veci
á Dulcinea del Tobo . Deja que el hombre de ini.
No indiscretos hierogli. en las obras que compo
estampes en el escu se vaya con pies de plo.
que , cuando es todo figu que el que saca á luz pape.
con ruines puntos se embi para entretener donce
Si en la dirección te humi . escribe á tontas y á lo

AMADIS DE GAULA A DON QUIJOTE DE LA MANCHA


SONETO

Tú que imitaste la llorosa vida


que tuve ausente y desdeñado sobre
el gran ribazo de la Peña Pobre ,
de alegre á penitencia reducida ;
tú , á quien los ojos dieron la bebida
de abundante licor, aunque salobre,
y alzándote la plata, estaño y cobre,
te dió la tierra en tierra la comida :
12

vivo seguro de que eternamente ,


en tanto al menos que en la cuarta esfera
sus caballos aguije el rubio Apolo,
tendrás claro renombre de valiente,
tu patria será en todas la primera,
tu sabio autor al mundo único y solo.

DC:V BELIANIS DE GRECJA A DON QUIJOTE DE LA MANCHA


SONETO

Rompi, corté , abollé, y dije, y hice


más que en el orbe caballero andante ;
fui diestro, fui valiente y arrogante ;
mil agrarios vengué, cien mil deshice.
Hazañas di à la fama que eternice ;
fuí comedido y regalado amante ;
fué enano para mi todo gigante,
y al duelo en cualquier punto satisfice.
Tuve á mis pies postrada la fortuna ,
y trajo del copete mi cordura
á la calva, ocasión al estricote .
Mas aunque sobre el cuerno de la luna
siempre se vió encumbrada mi ventura ,
tus proezas envidio, oh gran Quijote.

LA SENORA ORIANA A DULCINEA DEL TOBOSO


SONETO

Oh quién tuviera, hermosa Dulcinea,


por más comodidad y más reposo,
á Miraflores puesto en el Toboso,
y trocara su Londres con tu aldea !
1 Oh quién de tus deseos y librea
alma y cuerpo adornara , y del famoso
caballero que hiciste venturoso,
mirara alguna desigual pelea !
¡ Oh quién tan castamente se escapara
del señor Amadís, como tú hiciste
del comedido hidalgo don Quijote !
Que así envidiada fuera, y no envidiara,
y fuera alegre el tiempo que fué triste ,
y gozara los gustos sin escote.

GAND.ILIN, ESCUDERO DE AMADIS DE GAULA , A SANCHO PANZA,


ESCUDERO DE DON QUIJOTE
SONETO

Salve, varón famoso, á quien fortuna,


quando en el trato escuderil te puso,
tan blanda y cuerdamente lo dispuso,
que lo pasaste sin desgracia alguna.
Ya la azada ó la hoz poco repuna
al andante ejercicio, ya está en uso
la llaneza escudera con que acuso
al soberbio que irtenta hollar la luna.
Envidio á tu jumento y á tu nombre,
y á tus alforjas igualmente envidio,
que mostraron tu cuerda providencia.
Salve otra vez, oh Sancho, tan buen hombre,
que á sólo tú nuestro español Ovidio
con buzcorona te hace reverencia .
13

DEL DONO30, POETA ENTREVERADO , A SANCHO PANZA


Y ROCINANTE

Soy Sancho Panza escude Soy Rocinante el famo


del manchego don Quijo. biznieto del gran Babie
puse pies en polvoro por pecados de flaque
por vivir á lo discre fuí a poder de un don Quijo.
Que el tácito Villadie . Parejas corrí á lo filo
toda su razón de esta . mas por una de caba .
cifró en una retira no se me escapó ceba
según siente Celesti. que esto saqué á Lazari.
libro en mi opinión divi. cuando para hurtar el vi.
si encubriera más lo huma al ciego le di la pa

ORLANDO FURIOSO A DON QUIJOTE DE LA MANCHA


SONETO

Si no eres par, tampoco le has tenido,


que par pudieras ser entre mil pares,
ni puede haberle donde tú te hallares,
invicto vencedor, jamás vencido.
Orlando soy, Quijote, que perdido
por Angélica vi remotos mares,
ofreciendo á fama en sus altares
aquel valor que respeto el olvido.
No puedo ser tu igual, que esta decoro
se debe a tus proezas y á tu fama ,
puesto que como yo perdiste el seso .
Mas serlo has mío, si al soberbio moro
y cita fiero domas, qua hoy nos llama
iguales en amor con mal suceso.
1

EL CABALLERO DEL FEBO A DON QUIJOTE DE LA MANCHA


SONETO

A vuestra espada no igualó la mía ,


febo español, curioso cortesano,
ni á la alta gloria de valor mi mano,
que rayo fué do nace y muere el día.
Imperios desprecié, y la monarquía
que me ofreció el Oriente rojo, en vano
dejé por ver el rostro soberano
de Claridiana, aurora hermosa mia.
Améla por milagro único y raro,
y ausente en su desgracia , el propio infierno
temió mi brazo , que domó su rabia.
M18 vos , godo Quijote, ilustre y claro,
por Dulcinea sois al mundo eterno,
y ella por vos famosa, honesta y sabia.

DE SOLISDAN A DON QUIJOTE DE LA MANCHA


SONETO

Magüer, señor Quijote , que sandeces


vos tengan el cerbelo derrumbado,
nunca seréis de alguno reprochado
por hombre de obras viles y soeces.
Serán vuesas fazanas los jöeces,
pues tuertos desfaciendo habéis andado,
14

siendo vegadas mil apaleado


por follones cautivos y raheces.
Y si la vuesa linda Dulcinea
desaguisado contra vos comete,
ni á vuesas cuitas muestra buen talante ,
en tal desmán vueso conhorte sea ,
que Sancho Panza fué mal alcahuete,
necio éi, dura ella, y vos no amante.

DIALOGO ENTRE BABIECA Y ROCINANTE


SONETO

B. Cómo estáis Rocinante tan delgado ?


R. Porque nunca se come, y se trabaja,
B. Pues qué es de la cebada y de la paja ?
R. No me deja mi amo ni un bocado.
B. Anda, señor, que estáis muy mal criado,
pues vuestra lengua de asno al amo ultraja.
R. Asno se es de la cuna á la mortaja .
¿ Queréis . o ver ? miraldo enamorado.
B. ¿ Es necedad amar ?—R. No es gran prudencia
B. Metafísico estáis . - R . Es que no como.
B. Quejaos del escudero . - R . No es bastante.
¿ Cómo me he de quejar en mi dolencia,
si el amo y escudero ó mayordomo,
son tan rocines como Rocinante ?
DON QUIJOTE DE LA MANCIJA

PARTE PRIMERA

CAPITULO I saber, que este sobredicho hidalgo,


los ratos que estaba ocioso (que eran
los más del año ) se daba á leer li.
Que trata de la condición y ejerci bros de caballerías con tanta afición
cio del famoso hidalgo don Qui y gusto, que olvidó casi de todo pun .
jote de la Mancha . to el ejercicio de la caza , y aun la ad .
ministración de su hacienda ; y llegó
á tanto su curiosidad y desatino en
En un lugar de la Mancha , de esto, que vendió muchas hanegas de
cuyo nombre no quiero acordarme , tierra de sembradura para comprar
no ba mucho tiempo que vivía un libros de caballerías que leer, y así
hidalgo de los de lanza en astillero, llevó á su casa todos cuantos pudo
adarga antigua, rocín flaco y galgo haber dellos , y de todos ningunos
corredor. Una olla de algo más vaca le parecían tan bien como los que
que carnero, salpicón las más no compuso el famoso Feliciano de Sil.
ches, duelos y quebrantos los sá va ; porque la claridad de su prosa y
bados, lantejas los viernes, algún aquellas entricadas razones suyas le
palomino de añadidura los domingos, parecían de perlas, y más cuando lle.
consumían las tres partes de su gaba á leer aquellos requiebros y car
hacienda . El resto della concluían tas de desafíos, donde en muchas
sayo de velarte, calzas de velludo partes hallaba escrito : la razón de
para las fiestas con sus pantuflos de la sinrazón que á mi razón se hace,
lo mismo, y los días de entre sema de tal manera mi razón enflaquece,
na se honraba con su vellori de lo que con razón me quejo de la pues
más fino. Tenía en su casa una ama tra fermosura . Y también cuando
que pasaba de los cuarenta , y una leia : los altos cielos que de vues
sobriña que no llegaba á los veinte , tra divinidad divinamente con los
y un mozo de campo y plaza , que estrellas 08 fortifican, .y .08 hacen
así ensillaba el rocín como tomaba merecedora del merecimiento que
la podadera. Frisaba la edad de nues . merece la vuestra grandeza . Con
tro hidalgo con los cincuenta años : estas razones perdia el pobre caba
era de complexión recia , seco de car llero el juicio, y desvelábase por en
nes, enjuto de rostro , gran madru tenderlas y desentrañarles el sentido,
gador y amigo de la caza . Quieren que no se lo sacara ni las entendiera
decir que tenia el sobrenombre de el mismo Aristóteles , si resucitara
Quijada ó Quesada (que en esto hay para sólo ello . No estaba muy bien
alguna diferencia en los autores que con las heridas que don Belianis dab .
deste caso escriben ), aunque por on y recibía, porque se imaginaba que
jeturas verosímiles se deja entender por grandes maestros que le hubie
que se llamaba Quijano. Pero esto sen curado no dejaría de tener el
importa poco a nuestro cuento : basta rostro y todo el cuerpo lleno de ci.
que en la narración dél no se salga catrices y señales. Pero con todo,
un punto de la verdad . Es, pues, de alababa en su autor aquel acabar su
16 DON QUIJOTE DE LA MANCITA
libro con la promesa de aquella in sario , así para el aumento de su hon.
acababie aventura, y muchas veces ra, como para el servicio de su re
le vino deseo de tomar la pluma y pública, hacerse caballero andante,
dalle fin al pie de la letra como allí y irse por todo el mundo con sus ar
se promete : y sin duda alguna io mas y caballo á buscar las aventu
hiciera y aun saliera con ello , si otros ras, y á ejercitarse en todo aquello
mayores y continuos pensamientos que él había leído que los caballeros
no se lo estorbaran . Tuvo muchas
andantes de ejercitaban, deshaciendo
veces competencia con el cura de su todo género de agravio , y poniéndose
lugar (que era hombre docto , gra en ocasiones y peligros, donde aca .
duado en Sigüenza ), sobre cuál by bándolos cobrase eterno nombre y
bía sido mejor caballero, Palmerin fama Imaginábase el pobre ya coro .
de Ingalaterra ó Amadis de Gaula ; nado por el valor de su brazo, por
mas maese Nicolás, barbero del mis menos del Imperio de Trapisonda:
mo pueblo, decía que ninguna lle. y así , con estos tan agradables pen
gaba al caballero del Febo, y qite si samientos, llevado del extraño gusto
alguno se le podía comparar , era dop que en ellos sentía, se dió priesa á
Galaor, hermano de Amadis de Gaun poner en efecto lo que deseaba. Y lo
la, porque tenía muy acomodada cou primero que hizo, fué limpiar unas
dición para todo ; que no era caba. armar que habían sido de sus big.
llero melindroso, ni tan llorón como abuelos, que tomadas de orín y llenas
bu hermano, y que en lo de la valen.
tía no le iba en zaga . En resolución , de moho, luengos siglos había que
él se enfrascó tanto en su lectura , estaban puestas y olvidadas en un
que se le pasaban las noches leyendo rincón. Limpiolas y aderezólas lo me
de claro en claro, y los días de tur jor que pudo ; pero vió que tenían
una gran falta , y era que no tenían
bio en turbio; y asi, del poco dormir celada de encaje, sino morrión sim
y del mucho leer se le secó el ce -ebro
de manera que vino á perder el jui ple : mas á esto suplió su industria,
cio. Llenosele la fantasia de todo porque de cartones hizo un modo de
aquello que leía en los libros, así de media celada, que encajada con el
encantamentos como de pendencias , morrión hacía una apariencia de ce
lada entera. Es verdad que para pro
batallas, desafíos, heridas, requiebros,
amores, tormentas y disparates im bar si era fuerte y podía estar a:
posibles. Y asentósele de tal modo riesgo de una cuchillada, sacó su es.
en la imaginación que era verdad pada y le dió dos golpes, y con el
primero y en un punto deshizo lo
toda aquella máquina de aquellas que había hecho en una semana ; y no
soñadas invenciones que leía, que dejó de parecerle mal la facilidad
para él no había otra historia más
cierta en el mundo . Decía é que el con que la había hecho pedazos, y por
Cid Ruy Díaz había sido muy buen asegurarse deste peligro, la torno á
caballero, pero que no tenía que ver hacer de nuevo poniéndole unas ba
con el caballero de la Ardiente Es rras de hierro por de dentro, de tal
pada, que de sólo un revés había par manera que él quedó satisfecho de
tido por medio dos fieros y descomu su fortaleza, y sin querer hacer nue.
nales gigantes. Mejor estaba con Ber va experiencia della, la diputó y tuvo
por celada finísima de encaje. Fué
nardo del Carpio , porque en Ron.
cesvalles había muerto á Roldán el luego á ver á su rocín , y aunque te
encantado, valiéndose de la industria nía más cuartos que un real y más
de Hércules cuando ahogó á Anteón tachas que el caballo de Gonela, que
el hijo de la Tierra entre los brazos. tantum pellis et 088a fuit, le pare
Decía mucho bien del gigante Mor ció que ni el Bucéfalo de Alejandro ,
gante, porque con ser de aquella ge ni Babieca el del Cid con él se igua.
neración gigantea, que todos son so laban . Cuatro días se le pasaron en
berbios y descomedidos, él solo era imaginar qué nombre le pondría ;
afable y bien criado. Pero sobre to porque (según se decía él á si mis .
dos estaba bien con Reinaldos de mo), no era razón que caballo de ca
Montalbán , y más cuando le veía sa ballero tan famoso , y tan bueno el
lir de su castillo, y robar cuantos por sí, estuviese sin nombre conoci.
topaba, y cuando en allende robó do ; y así procuraba acomodársele de
aquel ídolo de Mahoma, que era todo manera, que declarase quién había
de oro, según dice su historia . Diera sido antes que fuese de caballero an
él, por dar una mano de coces al dante , y lo que era entonces ; pues
traidor de Galalón , la ama que tenía estaba muy puesto en razón, que
y aun á su sobrina de añadidura. En mudando su señor estado, mudase él
efecto, rematado ya su juicio, vino también el nombre, y le cobrase fa
á dar en el más extraño pensamien moso y de estruendo, como convenía
to que jamás dió loco en el mundo, y á la nueva orden y al nuevo ejerci
fué que le pareció convenible y nece. cio que ya profesaba; y así, después
PARTE I , CAPITULO 11 17
de muchos nombres que formo, borró renzo, y á ésta le pareció ser bien
y quitó, añadió, deshizo y tornó á darle título de señora de sus pensa
hacer en su memoria é imaginación, mientos ; y buscándole nombre que
al fin le vino á llamar Rocinante , no desdijese mucho del suyo, y que
nombre , á su parecer, alto, sonoro tirase y se encaminase al de prince.
y significativo de lo que había sido Dul
cuando fué rocín , antes de lo que sa
cinea Toboso,vino
del señora,
y gran á llamarla
porque era natu
ahora era, que era antes y primero ral del Toboso : nombre , á su pare
de todos los rocinos del mundo.
Puesto nombre y tan á su gusto á su cer, músico
cativo y peregrino,
, como todos y signifi
los demás que a
caballo, quiso ponérsele á sí mismo, él y á sus cosas había puesto.
y en este pensamiento duró otros
ocho días, y al cabo se vino á llamar
don Quijote ; de donde, como queda
dicho , tomaron ocasión los autores
desta tan verdadera historia, que
sin duda se debía llamar Quijada, y
no Quesada, como otros quisieron
decir. Pero acordándose que el va
leroso Amadís no sólo se había con
7/20 CAPITULO II

Que trata de la primera salida que


de su tierra hizo el ingenioso
tentado con llamarse Amadís á se don Quijote.
cas , sino que añadió el nombre de su
reino y patria por hacerla famosa, y
Hechas, pues , estas prevenciones,
se llamó Amadís de Gaula , así quiso no quiso aguardar más tiempo á po
como buen caballero añadir al suyo ner ene efecto su pensamiento , apre
el nombre de a suya, y llamarse don tándol á ello la falta que el pensaba
Quijote de la Mancha, con qur, á su que hacía en el mundo su tardanza,
parecer, declaraba muy al vivo su li según eran los agravios que pensaba
naje y patria , y la honraba con to deshacer, tuertos que enderezar, sin
mar el sobrenombre della. Limpias , razones que enmendar , y abusos que
pues, sus armas , hecho del morron
mejorar , y deudas que satisfacer. Y
celada, puesto nombre á su rocín , y así sin dar parte á persona alguna de
coufirmádose á sí mismo , se dió a su intención , y sin que nadie le viese ,
entender que no le faltaba otra cosa
una mañana antes del día (que era
uno de los ca urosos del mes de julio )
sino buscar una dama de quien ena-
morarse ; porque el caballero 20
se armó de todas sus armas , subió se
dante sin amores era árbol sin hojas bre Rocinante, puesta su mal com
y sin fruto, y cuerpo sin alma. Decía puesta celada, embrazó su adarga ,
se él : Si yo por malos de mis peca tomó su lanza, v por la puerta falsa
dos , ó por mi buena suerte , ma en- de un corral salió al campo con gran
cuentro por ahí con algún gigante, dísimo contento y alborozo de ver
como de ordinario les acontece á ios con cuánta facilidad había dado prin
caballeros andantes , y le derribo de cipio á su buen deseo. Mas apenas se
un encuentro , ó le parto por mitad vió en el campo, cuando le un
del cuerpo , ó fina'mºnte le venzo y pensamiento terrible, y tal que por
le rindo, & no será bien tener á quien poco le hiciera dejar la comenzada
erriar e presentado, y que entre y empresa, y fué que de vino á la me
se hinque de rodillas ante mi dulce moria que no era armado caballero ,
señora, y diga con voz humilde y y que conforme á la ley de caballería
rendida : Yo, señora, soy el gigante ni podía ni debía tomar armas con
Caraculiambro , señor de la insula Ma ningún caballero ; y puesto que lo
lindrania , á quien venció en singu- fuera, había de llevar armas blancas
lar bataila el jamás como se debe ala- como novel caballero , sin empresa en
bado caballero don Quijote de a el escudo , hasta que por su esfuerzo
Mancha, el cual me mandó que me lo ganase. Estos pensamientos le hi
presentase ante la vuestra merced cieron titubear en su propósito ; mas
para que la vuestra grandeza dis pudiendo más su locura que otra ra
ponga de mí á su talante ? ¡ Oh, cómo zón alguna, propuso de hacerse ar
se holgó nuestro buen caballero cuan- mar caballero del primero que lope
do hubo hecho este discurso, y más se , á imitación de otros muchos que
cuando halló á quien dar nombre de así lo hicieron , según él había leido
eu dama ! Y fué , á lo que se cree , que en los libros que tal le tenían . En lo
en un lugar cerca del suyo había de las armas blancas , pensaba lim
una moza labradora de muy buen pa- piarlas de manera , en teniendo lugar,
recor, de quien él un tiempo andu- que lo fuesen más que un armiño : v
vo enamorad . , aunque, según se en- con esto se quietó y prosiguió su ca
tiende , ella jamás lo supo ni se dió mino , sin llevar otro que aquel que
cata dello. Llamábase Aldonza Lo eu caballo . quería , creyendo que en
18 DON QUIJOTE DE LA MANCIJA 1
aquello consistía la fuerza de las en los anales de la Mancha, es que el
aventuras . Yendo , pues , ' caminando anduvo todo aquel día, y al anoch
nuestro flamante aventurero, iba ha- cer su rocín y él se hallaron cansados
blando consigo mismo y diciendo : y muertos de hambre ; y que mirando
¿ Quién duda sino que en los venide- á todas partes por ver si descubriría
ros tiempos, cuando salga á luz la algún castillo ó alguna majada de
verdadera historia de mis famosos pastores donde recogerse, y adonde
hechos, que el sabio que los escribie- pudiese remediar su mucha necesi
re no ponga , cuando llegue á contar dad, vió no lejos de camino por don
1
esta mi primer salida tan de maſa- de iba una venta, que fué como si vie.
na, desta manera ? Apenas habí: el ra una estrella que á los portales, si
rubicundo Apolo tendido por la taz no á los alcázares de su redención , le
de la ancha y espaciosa tierra las do- incaminaba . Dióse priesa á caminar,
radas hebras de sus hermosos cab - ç llegó a ella á tiempo que anoche
llos, y apenas los pequeños y pinta- cía. Estaban acaso á la puerta dos
dos pajarillos con sus arpadas len- mujeres mozas , destas que llaman
guas habían saludado con dulce y del partido, las cuales iban á Sevilla
meliflua armonía la venida de la ro- con unos arrieros, que en la venta
sada aurora , que dejando la blanda aquella noche acertaron á hacer jor
cama del celoso marido , por las pu r- nada ; y como á nuestro aventurern
tas y ba cones del manchego horizon. todo cuanto pensaba, veía ó imagina
ta á los mortales se mostraba , cuan- ba le parecía ser hecho y pasar al
do el famoso caballero don Quijote modo de lo que había leído, luego
de la Mancha, dejando las ociosas que vió la venta se e representó que
plumas, subió sobre su famoso caba- eri un castillo con sus cuatro torres
llo Rocinante , y comenzó á caminar v chapiteles de luciente plata, sin
por el antiguo v conocido campo de faltarle su puente levadizo y hond 6
Montiel ( y era a verdad que por él cava , con todos aquellos adherents
caminaba); y añadió diciendo : Dicho- que s mejantes castillos se pintan .
sa edad y siglo dichoso aquel adonde Fuése llegando á la venta ( que í él
saldrán á luz las famosas hazañas le parecía castillo), y á poco trecho
mías , dignas de antallarse en bron- della detuvo las riendas de Rocinan .
ces , esculpirse en mármoles y pintar- te , esperando que algún enano se
se en tablas para memoria en lo futu . pusies, entre las almenas á dar señal
ro. ¡ Oh tú , sabio encantador, quien- con alguna trompeta de que llegaba
quiera que seas, á quien ha de tocar caballero a castillo . Pero como vió
ser ooronista desta pregrina histo- que se tardaban , y que Rocinante
ria ! ruégote que no te olvides de mi se daba priesa para llegar á la ca.
buen Rocinante , compañero eterno balleriza, se llegó a la puerta de la
mío en todos mis caminos y carreras . v nta, y vió á las dos distraídas mo
Luego volvía diciendo, como si ver- zas que allí estaban , que á él le pa
daderamente fuera enamorado : ¡ Oh recieron dos hermosas doncellas ó
princesa Dulcinea, señora deste cau- dos graciosas damas , que delante de

tivo corazón ! mucho agravio me ha- la puerta del castillo se estaban 30
bedes fecho en despedirme y repro lazando. En esto sucedió acaso que
charme con el riguroso afincamiento un porqu'ro que andaba recogiendo
de mandarme no parecer ante la de unos rastrojos una manada de
vuestra fermosura . Plégaos , señora , puercos (que sin perdón así se lla
de membraros deste vuestro sujeto man ) , tocó un cuerno, á cuya señal
corazón , que tantas cuitas por vues . ellos se recogen , y al instante se le
tro amor padece . Con estos iba ensar- representó á don Quijote lo que de
tando otros disparates, todos a : modo seaba, que era que algún edano ha.
de los que sus libros le habían ense- cía señal de su venida. Y así con
ñado, imitando en cuanto podía su extraño contento llegó a la venta y
lenguaje : y con esto caminaba tan de á las damas, las cuales, como vieron
espacio, y el sol entraba tan apriesa venir á un hombre de aquella suerto
y con tanto ardor, que fuera bastante armado, y con lanza y adarg », llenas
á derretirle los sesos si algunos tu- de miedo se iban a entrar en la ven
viera. Casi todo aquel día caminó sin ta ; pero don Quijote, coligiendo por
acontecerle cosa que de contar fue- su huída su medo, alzándose la vi
se , de lo cual se desesperaba, porque sera de papelón, y descubriendo su
quisiera topar luego luego con quien seco y polvoroso rostro, con gentil
hacer experiencia del valor de su talante y voz reposada les dijo : Non
fuerte brazo. Autores hay que dicen , fuyan las vuestras mercedes , nin te
que la primera aventura que le avino man desaguisado alguno, ca á la or.
fué la del Puerto Lápice, otros dicen den de caballería que profeso non
que la de los molinos de viento ; pero toca ni tañe facerle á ninguno, currito
más á tan altas doncellas como viies .
lo que yo he podido averiguar en
este caso , y lo que he hallado escrito. tras presencias demuestran. Mirá
PARTE J. - Capítu1.6 tí
banle las mozas, y andaban con 08 el espaldar, jamás supieron ni pu .
ojos buscándole el rostro que la mala dieron desencajarie a gola, ni qui .
visera le encubría : mas como se oye- tarle la contrahecha celada , que traia
ron llamar doncellas , cosa tan fuera atada con unas cintas verdes y er .
de su profesión , no pudieron tener men ster cortarlas por no poderse
la risa , y fué de manera que don quitar los ñudos ; mis él no lo quiso
Quijote vino á correrse y á decirles : consentir en ninguna manera ; v así
Bien parece la mesura en las fermo- se quedó toda aquella noche con la
sas , y es mucha sandez además la risa celada puesta, que era la más gra
que de leve causa procede ; pero non ciosa y extraña figura que se pudie.
vos lo digo porque os acuitedes ni ra pensar : y al des marle, como él
mostredes mal ta ante, que el mio se imaginaba que aquellas traídas y
non is de al que de serviros . El le . llevadas que le desarmaban eran algu .
guaje no entendido de las señoras
y el mal talle de nuestro caballero nas principales señoras y damas de
acrecentaban en ellas la risa y en él aque, castillo, les dijo con mucho
donaire :
el enojo, y pasara muy adelante, si
á aquel punto no saliera el ventero , Nunca fuera caballero
hombre que por ser muy gordo era ddamas tan bien servido,
muy pacífico, el cual, viendo aquella como fuera don Quijote
figura contrahecha armada de al
cuando de su aldea vino :
mas tan desiguales , como eran a bri doncellas curaban dé !,
da, lanza, adarga y coselete, no es
tuvo en nada en acompañar á las don princesas de su rocino,
cellas en las muestras de su contento .
Mas , en efecto , temiendo la máquina ó Rocinante, que este es el nombre ,
de tantos pertrechos , determinó de señoras mías, de mi caballo , y don
hablarle comedidamente , y así le Quijote de la Mancha el mío : que
dijo : oi vuestra merc d, señor ca. puesto que no quisiera descubrirme
ballero, busco posada, amén del le- fasta que las fazañas fechas en vues
cho ( porque en esta venta no hay tro servicio y pro me descubrieran,
ninguno) todo lo demás se hallará en la fuerza de acomodar al propósito
ella en mucha abundancia . Viendo presente este romance viejo de Lan
don Quijote la humildad del alcaide zarote , ha sido causa que sepáis mi
de la fortalezı (que tal le parec 6 á nombrs antes de toda sazón ; pero
él el ventero y la venta) , respondió : tiempo vendrá en que las vuestras
Para mí, señor castellano, cualquiera señorías me mandon y yo obedezca ,
cosa basta, porque mis arreos son las y el valor de mi brazo descubra el
armas , mi descanso pelear, etc. deseo que tengo de serviros . Las mo
Pensó el huésped que el haberlo lla- zas, que no estaban hechas á oir se
mado castellano había sido por ha- mejantes retóricas , no respondían fa
berle parecido de los sanos de Cas- labra ; sólo le preguntaron si quería
tilla, aunque él era andaluz y de los comer alguna cosa. Cualquiera yan
de la p.aya de Sanlúcar, no menos taría yo , respondió don Quijote , por
ladrón que Caco , ni menos maleante que á lo que entiendo me haría mu
que estudiante ó paje . Y así le res- cho al caso. A dicha acertó á ger
pondió : Según eso , las camas de viern's aquel día , y no había en toda
vuestra merced serán duras peñas , y la venta sino unas raciones de un
su dormir siempre velar : y siendo pescado, que en Castilla llaman aba
asi, bien se puede apear con seguri- dejo, y en Andalucía bacallao , y en
dad de hallar en esta choza ocasión otras partes curadillo, y en otras
y ocasiones para no dormir en todo truchuela. Preguntáronle si por ven
un año , cuanto más en una noche . Y tura comería su merced truchuela,
diciendo esto fué a tener del estribo que no había otro pescado que darle
á don Quijote , el cual se apeó con á comer . Como haya muchas tru
mucha dificultad y trabajo, como chuelas , respondió don Quijote, po
aquel que en todo aquel día no 83 drán servir de una trucha ; porqne
había desayunado. Dijo luego al hués eso se me da que me don ocho rea
ped que le tuviese mucho cuidado de les en sencillos, que una pieza de a
su caballo, porque era la mejor pie. ocho . Cuanto más que podría ser que
za qu comía pan en el mundo . Mi- fuesen estas truchuelas como la t r
róe el ventero , y no le pareció tan nera, que es mejor que la vaca , y el
bueno como don Quijote decía, ni aun cabrito que el cabrón . Pero sea lo que
la mitad : y acomodándole en la caba- fuere, venga luego , que el trabajo y
lleriza , volvió a ver lo que su hués- peso de las armas no se puede llevar
ped mandaba, al cual estaban desar- sin el gobierno de las tripas . Pusié
mando las donceilas (que ya se ha- ronle la mesa á la puerta de la venta
bían reconciliado con él ) , las cuales , por el fr sco , y trújole el huésped
aunque le habían quitado el p to y una porción del mal remojado y peor
20 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
cocido bacallao, y un pan tan negro como se debe , ir por todas ias cua.
y mugriento como sus armas ; pero tro partes del mundo buscando las
era materia de grande risa verle co- aventuras en pro de los menestero
mer, porque como tenía puesta la sos , como está a cargo de la caballe
celada, y era alta la babʻra, no po- ría y de los caballeros andantes como
día poner nada en a boca con sus yo soy , cuyo desco á semejantes fa
manos si otro no se lo daba y ponía, zañas es inclinado . El ventero, que
y asi una de aquellas señoras servía como está dicho , era un poco soca
deste menester. Mas al darle de beber Irón, y ya tenía algunos barruntos
no fué posible , ni lo fuera , si el ven- de la falta de juicio de su huésped ,
tero no horadara una caña, y puesto acabó de creerlo cuando acabó de oir
el un cabo en la boca, por el otro le semejant s razones , y por tener que
iba echando el vino : y todo esto lo reir aquella noche, determinó de se
recibía en paciencia á trueco de no guirie el humor ; y así le dijo que
romper las cintas de la celada. Es- andaba muy acertado en lo que de
tando en esto llegó acaso á la venta seaba, y que tal propuesto era pro
un castrador de puercos, y así como pio y natural de los caballeros tan
liegó , sonó su silbato de cañas 202. principales como el parecía y como
tro ó cinco veces : con lo cual ann. su gatlarda presencia mostraba ; y
bó de confirmar don Quijote que esta- que él ansimismo en los años de su
ba en algún famoso castillo, y que le mocedad se había dado á aquel hon
servían con música , y que el abade- roso ejercicio, andando por diversas
jo eran truchas, el pan candial , y las partes del mundo buscando sus aven
rameras damas, y el ventero caste- turas, sin que hubiese dejado los Per
llano del castillo ; y con esto naba cheles de Málaga, islas de Riarán,
por bien empleada su determinación Compás de Sevilla, Azoguejo de Se
v salida. Mas lo que más le fatigaba, govia, la Olivera de Valencia, Ron
era el no verse armado caballero , dilla de Granada , playa de Sanlúcar ,
por parecerle que no se podría poner Potro de Córdoba y las ventillas de
legítimamente en aventura alguna Toledo , y otras diversas partes, donde
ein recibir la orden de caballería . había ejercitado la ligereza de 8119
pies y sutileza de sus manos, hacien
do muchos tuertos , recuestando mu
chas viudas , deshaciendo a gunas
CAPITULO III doncellas , v engañando algunos pu
pilos , y finalmente, dándose á cono
Donde se cuenta la graciosa ma- cer por cuantas Audiencias y Tribu
nera que tuvo don Quijote en nales hay casi en toda España ; y que
armarse caballero. á lo último se había venido á reco
ger á aquel su castillo donde vivía
con su hacienda y con las ajenas, re
Y así fatigado deste pensamiento cogiendo en él á todos los caballeros
abrió su venteril y limitada cena , la andantes , de cualquiera calidad y
cual acabada, llamó al ventero, y en condición que fuesen , sólo por la
cerrándose con él en la caballeriza , mucha afición que les tonía , y porque
se hincó de rodillas ante él , diciéndo- partiesen con él de sus haberes en
le : No me levantaré jamás de don- pago de su buen deseo. Dijo e tam
de estoy, valeroso caballero , fasta que bién , que en aquel su castillo no ha
la vuestra cortesía me otorgue un don bía capilla alguna donde poder velar
que pedirle quiero, el cual redun- las armas, porque estaba derribada
dará en alabanza vuestra y en pro para hac rla de nuevo ; pero que en
del género humano. El ventero, que caso de necesidad , él sabía que se po
vió a su huésped á sus pies , y oyo dían velar dondequiera, y que aquella
semejantes razones, estaba confuso noche las podría velar en un patio
mirándole , sin saber qué hacerse ni del castillo ; que á la mañana , siendo
drcirle , y porfiaba con el que se le- Dios servido, se harían las debidas
vantase, y jamás quiso hasta que le ceremonias de manera que él quedase
hubo de decir que él le otorgaba el armado caballero , y tan caballero que
don que le pedía. No esperaba yo me- no pudiese ser más en el mundo. Pre
nos de la gran magnificencia vuestra, guntóle si traía dineros : respondió
señor mío, respondió don Quijote ; don Quijote que no traía blanca , por
y así os Gigo que el don que os he que é nunca había leído en las his
pedido y de vnostra liberalidad me torias de los caballeros andantes,
ha sido otorgado, es que mañana en que ninguno los hubiese traído . Á
aquel día me habéis de armar caba- esto dijo el ventero que se engañaba ;
llero, y esta noche en la capilla deste que pu sto caso que en las historias
vuestro castillo velaré las armas , no se escribía por haberles parecido
mañana, como tengo dicho, se cum- á los autores dellas que no era me
plirá lo que tanto deseo , para poder, nester escribir una cosa tan clara y
PARTE I , - CAPÍTULO III 21
tan necesaria de traerse , como eran la noche con tanta claridad de la luna
dineros y camisas limpias, no por
eso se había de creer que no los tru que podía competir con el que se la
prestaba , de manera que cuanto el
jeron ; y así tuviese por cierto y ave novel caballero hacia era bien visto
riguado que todos los caballeros an de todos. Antojósele en esto á uno
dantes (de que tantos libros están de los arrieros que estaban en la ven
llenos y atestados ), llevaban bien he ta ir á dar de agua á su recua , y fué
rradas las bolsas por lo que pidiese
menester quitar las armas de don
sucederles ; y que asimismo llevaban Quijote, que estaban sobre la pila, el
camisas y una arqueta pequeña lleni cual viéndole llegar, en voz alta. le
de ungüentos para curar las heridas dijo : Oh tú, quienquiera que seas ,
que recibían , porque no todas veces atrevido caballero , que llegas a tocar
en los campos y desiertos donde se las armas del más valeroso andante
combatían y salían heridos , habia
quien los curase , si ya no era que te que jamás se ciñó espada , mira lo que
nían algún sabio encantador por ami
hacer, y no las toques, si no quieres
go , que luego los socorría trayendo dejar la vida en pago de tu atrevi
miento . No se curó el arriero destas
por el aire en alguna nube alguna razones ( y fuera mejor que se cura
doncella ó enaro con alguna redoma
de agua de tal virtud , que en gustan ra, porque fuera curarse en salud ) ,
antes trabando delas correas las arro
do alguna gota della, luego al punto jó gran trecho de sí . Lo cual visto por
quedaban sanos de sus llagas y heri. don Quijote , alzó los ojos al cielo, y
das , como si mal alguno no hubies in puesto el pensamiento (á lo que pa
tenido : mas que en tanto que esto
no hubiese, tuvieron los pasados ca reció ) en su señora Dulcinea , dijo :
balleros por cosa acertada que 313 A corredme , señora mía, en esta pri
escuderos fuesen proveídos de dine mera afrenta que á este vuestro ava
sallado pecho se le ofrece : no me des
ros y de otras cosas nºcesarias, como fallezca en este primero trance vues
eran hilas y ungüentos para curar tro favor y amparo : y diciendo estas
se : y cuando sucedía que los tales y otras semejantes razones, soltando
caballeros no tenían escuderos ( que la adarga alzó la lanza á dos manos , y
eran pocas y raras veces) , ellos mis dió con ella tan gran golpe al arriero
mos lo llevaban todo en unas alforjas en la cabeza , que le derribó en el sue
muy sutiles, que casi no se parecían . lo tan maltrecho , que si segundara
á las ancas del caballo, como que era con otro, no tuviera necesidad de
otra cosa de más importancia ; por maestro que le curara. Hecho esto ,
que no siendo por ocasión semejante, recogió sus armas , y tornó á pasearse
esto de llevar alforjas no fue muy d con el mismo reposo que primero.
mitido entre los caballeros andantes : Desde allí á poco, sin saberse lo que
y por esto le daba por consejo ( pues había pasado ( porque aun estaba
aun se lo podía mandar como 1 su aturdido el arriero ), llegó otro con
ahijado que tan presto lo había de la misma intención de dar agua á sus
ser) que no caminase de allí adelan mulos, y llegando á quitar las armas
te sin dineros y sin las prevenciones para desembarazar la pila, sin ha
referidas, y que vería cuán bien se blar don Quijote palabra, y sin pedir
hallaba con ellas, cuando menos se favor á nadie , soltó otra vez la adar
pensase. Prometióle don Quijote de ga, v alzó otra vez la lanza, y sin ha
hacer lo que se le aconsejaba con toda cerla pedazos hizo más de tres la ca
puntualidad ; y así se dió luego orden beza del segundo arriero , porque se
como velase las armas en un corral la abrió por cuatro . Al ruido acu
grande que á un lado de la venta es. dió toda la gente de la venta , y
taba , y recogiéndolas don Quijote entre ellos el ventero . Viendo esto
todas, las puso sobre una pila que don Quijote , embrazó su adarga , y
junto á un pozo estaba , y embrazando puesta mano á su espada, dijo : ¡ Oh
su adarga asió de su lanza , y con señora de la fermosura , esfuerzo y
gontil continente se comenzó á pasear vigor del debilitado corazón mío,
delante de la pila , y cuando comenzó mio, ahora es tiempo que vuelvas los
el paseo comenzaba á cerrar la no ojos de tu grandeza á éste tu cauti.
che . Contó el ventero á todos cuan vo caballero, que tamaña aventura
tos estaban en la venta la locura de está atendiendo ! Con esto cobró á su
su huésped , la vela de las armas , y la parecer tanto ánimo , que si le aco
armazón de caballería que esperaba . metieran todos los arrieros del mun
Admirándose de tan extraño género do , no volviera el pie atrás . Los com
de locura, fuéronsele á mirar desde pañeros de los heridos, que tales los
lejos, y vieron que con sos gado ade vieron , comenzaron desde lajos á llo
mán unas veces
se paseaba, otras ver piedras sobre don Quijote, el cual
arrimado á su lanza ponía los ojos lo mejor que podía se reparaba con
en las armas , sin quitarlos por un su adarga, y no se osaba apartar de
buen espacio dellas . Acabó de cerrar la pila por no desamparar las armas.
22 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
El ventero daba voces que le dejasen , til espaldarazo, siempre murmuran.
porque ya les había dicho como era do entre dientes como que rezaba .
loco , y que por loco se libraría aun- Hecho esto , mandó á una de aque
que los matase á todos. También dón llas damas que le ciñese la espada,
Quijote las daba mayores llamándo- la cual lo hizo con mucha desenvol
los de alevosos y traidores, y que el tura y discreción , porque no fué me .
señor del castillo era un follón y mal nester poca para no reventar de risa
micido caballero, pues de tal manera á cada punto de las ceremonias ; pero
consentía que se tratasen los andan- las proezas que ya habían visto del
tes caballeros, y que si él hubiera novel caballero les tenía la risa á
recibido la orden de caballería , que raya. Al ceñirle la espada dijo a bue.
él le diera á entender su alevosſa ; na señora : Dios haga á vuestra mºr
pero de vosotros , soez y baja canalla, ced muy venturoso caballero y le dé
no hago caso alguno : tirad , llegad , ventura en lides . Don Quijote le pre
venid y ofendedme en cuanto pu- guntó cómo se llamaba, porque él su
diéredes, que vosotros veréis el pago piese de allí adelante á quién queda
que lleváis de vuestra sandez y de- ba obligado por la merced recibida ,
masía. Decía esto con tanto brio y porque pinsaba darle alguna parte
denuedo, que infundió un terrible te de la honra que alcanzase por el va
mor en los que le acometían : y así lor de su brazo. Ella respondió con
por esto, como por las persuasiones mucha humidad que se llamaba la
del ventero, le dejaron de tirar, y él Tolosi, y que era hija de un remen
dejó retirar á los heridos, y tornó á dón natural de Toledo, que vivía en
la vela de sus armas con la misma las tendillas de Sancho Bienaya , v
quietud y sosiego que primero . No que dondequiera que ella estuviese
la parecieron bien al ventero las bur le serviría y le tendría por señor.
las de su huésped , y determinó abre Don Quijote le replicó, que por su
viar y darle la negra ord n de cab ! amor le hiciese mercedi que de allí
llería luego , antes que otra desgra adelante se pusiese don , y se llamase
cia sucediese : v así llegándose á él doña Tolosa. Ella se lo prometió , y la
sº disculpó de la insolencia que aque otra le calzó a espuela, con la cual le
lla gente baja con él había usado , pasó casi el mismo co'oquio que con
sin que él supiese cosa alguna ; pero la de la espada. Preguntóle su nom
que bien castigados quedaban de su bra , y dijo que se llamaba la Moli
atrevimiento. Dijole , como ya Le nera , y que era hija de un honrado
había dicho , que en aquel castillo no molinero de Antequera : á la cual
había capilla , y para lo que restaba también rogó don Quijote que se pu
de hacer tampoco era necesaria : que siese don , v se llamase doña Moli
todo el toque de quedar armado ca- nera , ofreciéndola nuevos servicios
balltro consistía en la pescozada y en y mero des . Hechas , pues, de galops
el espaldarazo , según el tínía noticia y apriesa las hasta allí nunca vistas
del ceremonial de la orden , y que ceremonias, no vió a hora don Qui
aquello en mitad de un campo se po- jote de verse á caballo, y salir bus
día hacer , y que ya había cumplido cando las aventuras ; y Ensiilando
con lo que tocaba al velar de las ar luego á Rocinante subió en él , v abra
mas, que con so'as dos horas de velz. zando á su huésped , le dijo cosas tan
se cumplía, cuanto más que él ha extrañas, agradeciéndole la merced
bía estado más de cuatro . Todo se lo de haberle armado caballero, que no
creyó don Quijote , y dijo que él es es posible ac rtar á referirlas. El
tabă allí pronto para obedecerle, y ventero, por verle ya fuera de la ven
qui concluyese con la mayor breve
ta , con no menos retóricas , aunque
dad que pudiese ; porque si fuese con más breves palabras , respondió
otra vez acometido, y se viese arma á las suyas, y sin pedirle a costa de
do caballero , no pensaba dejar per la posada , le dejó ir á la buena hora.
sona viva en el castillo, ecoto aque
llas que él le mandase, á quien por
su respeto dejaría. Advertido y me
droso desto el castellano, trujo luego CAPITULO IV
un libro donde asentaba la paja y ce
bada que dabu á los arrieros , y con De lo que le sucedió a nuestro ca
un cabo de vela que ſe traía un mu- ballero cuando salió de la venta .
chacho y con las dos ya dichas don
cellas , se vino adonde don Quijote
estaba , al cual mandó hincar de ro- La del alba sería cuando don Qui
Tillas, y leyendo en su manual como jote salió de la venta , tan contento,
que decía alguna devota oración , en tan gallardo , tan alborozado por ver
mitad de la leyenda alzó la mano , .v se va armado caballero, que el gozo
dióle sobre el cuello un gran golpe y le reventaba por las cinchas del ca.
tras él con su misma espada un gen- ballo . Mas vin endo e á la memoria
PARTE 1.-- CAPÍTULO IV 23

los consejos de su huésped cerca de la so dada que le debo , y en Dios y


las prevenciones tan necesarias que en mi ánima que miente. Miente
había de llevar consigo, en especial delante de mí, ruin villano ? dijo don
la de los dineros y camisas, deter Quijote. Por el sol que nos alumbra
minó volver a su casa y acomodarse que estos por pasaros de parte á
de todo y de uu escudero, haciendo parte con esta lanza ; pagalde luego
cuenta de recibir a un labrador vecino sin más réplica ; si no, por el Dios
suyo, que era pobre y con hijos, pero que nos rige , que os concluya y ani
muy á propósito para el oficio escu quile en este punto : desataldo lue
deril de la caballería . Con este pensa go . El labrador bajó la cabeza, y sin
miento guió á Rocinante hacia su responder pa abra desató a su criado,
aldea , el cual, casi conociendo la que al cual preguntó don Quijote que
rencia, con anta gana comenzó á cuánto le debía su amo. El dijo que
caminar, que parecia que no ponía los nueve meses á siete reales cada mes .
pies en el suelo. No había andado Hizo la cuenta don Quijote y hallo
mucho, cuando le pareció que á su que montaba sesenta y tres reales,
diestra mano, de la espesura de un y díjole al labrador que al momento
bosque que allí estaba saliņn unas los desembolsase si no qu ría morir
roces delicadas como de persona que por ello. Respondió el medroso villa
se quejaba ; y apenas las hubo oído, no que por el paso en que estaba y
cuando dijo : Gracias doy al cielo juramento que habia hecho (y aun no
por la merced que me hace, pues tan había jurado nada ), que no eran tan
presto me pone ocasiones delante , tos ; porque se le habían de descon
donde yo pueda cumplir con lo que tar y recibir en cuenta tres pares
debo á mi profesión , y donde pue dy zapatos que le había dado , y un
da coger el fruto de mis buenos de . rea de dos sangrías que le habían
seos : estas voces sin duda son de hecho estando enfermo . Bien está
algún menesteroso ó menesterosa que todo esto, replicó don Quijote ; pero
ha menester mi favor y ayuda ; y vol quédense los zapatos y las sangrías
viendo las riendas, encaminó á Ro por los azotes que sin culpa le ha
cipante hacia donde le pareció que héis dado, que si él rompió el ruero
las voc's salían . Y á pocos pasos que de los zapatos que vos pagasteis, vos
entró por el bosque, vió atada nina le habéis rompido el de su cuerpo ;
yegua á una encina, y atado en otra y si le sacó el barbero sangre estan
un muchacho, desnudo de medin cuer do enfermo, vos en sanidad se !a lia
po arriba, hasta de edad de quince bé's sacado : así que por esta parte
años , que era el que las voces taha, no os debe nada . El daño está , señor
no sin causa, porque le estaba dan caballero, en que no tengo aquí ti.
do con una pretina muchos azotes neros : véngase Andrés conmigo á
un labrador de buen talle, y cada azo mi cisa , que yo se los pagaré un real
te le acompañaba con una reprensión sobre otro. ¿ Irme vo con él , dijo el
consejo , porque decía : La lengua muchacho, más ? ; Mal año ! no señor ,
queda y los ojos listos . Y el muchacho ni por pienso, porque en viéndose
respondía : No lo haré otra vez, se solo me desollará como á un san Bar
ñor mío : por la pasión de Dios , que tolomé. No hará tal, replicó don Qui
no lo haré otra vez, y yo prometo le jote, basta quº yo se lo mande para
tener de aquí adelante más cuidado que me tenga respeto , y con que él
con el hato . Y viendo don Quijote o me lo jure por la ley de caballería
que pasaba, con voz airada dijo : que ha recibido , le dejaré ir libre y
Descortés caballero, mal parece to aseguraré la paga. Mire vuestra mar
maros con quien defender no se pus ced , señor , lo que dice , dijo el mu
de : ' subid sobre vuestro caballo, y chacho , que este mi amo no es ca
tomad vuestra lanza (que también te ballero ni ha recibido orden de ca
nia lina lanza arrimada á la encina ballería alguna ; que es Juan Haldudo
adonde estaba arrendada la yegua ) e rico , el vecino del Quintanar. Im
ole vo os haré conocer ser de cobar porta poco eso , respondió don Quijo
des lo que estáis haciendo. El labra . te , que Haldudos puede haber caba
dor, que vió sobre si aquella figura lleros , cuanto más que cada uno es
Ilona de arinas , blandiendo 17 Janza hijo de sus obras . Asi es verdad , dijo
sobre su rostro, túvose por muerto , Andrés ; péro este mi amo de qué
con buenas palabras respondió : obras es hijo, pues me niega mi sol.
Señor caballero, este muchacho que dada y mi sudor y trabajo ? No nie
estoy castigando es un mi criado que go , hermano Andrés, respondió el
me sirve de guardar una manada de labrador, y hacedme placer de veni
ovejas que tengo en estos contornos, ros conmigo, que yo juro por todas
el cual es tan descuidado, que cada las órdenes que de caballería hay en
día me falta una , y porque castigo el mundo , de pagaros como tongo
su descuido ó bellaquería, dice que dicho un real sobre otro , y aun sa
lo hago de miserable por no pagalle humados. Del sahumerio 08 hago
24 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

gracia , dijo don Quijote ; dádselos lo es y será don Quijote de la Man


en reales , que con esto me conten- cha, el cual como todo el mundo
to ; y mirad que lo cumpláis como lo sabe, ayer recibió la orden de caba
habéis jurado : si no , por el mismo llería, y hoy ha desfecho el mayor
juramento os juro de volver á bus- tuerto y agravio que formó la sin
caros y á castigaros, y que os tengo razón y cometió la crueldad : hoy
de hallar , aunque los escondáis más quitó el látigo de la mano de aquel
que una lagartija. Y si queréis sa- desapiadado enemigo, que tan sin
ber quién os manda esto, para qucdar ocasión vapulaba á aquel delicado
con más veras obligado á cumplirio , infante . En esto llegó a un camino
sabed que yo soy el valeroso don que en cuatro se dividía , y luego se
Quijote de la Mancha, el desfacedor le vino á la imaginación las encruci
de agravios y sinrazones ; y á Dios jadas donde los caballeros andantes
quedad , y no se os parta de las mien. se ponían á pensar cuál camino de
tes lo prometido y jurado, so pena aquellos tomarían : y por imitarlos
de la pena pronunciada. Y en dicien- estuvo un rato quedo ; y al cabo de
do esto , pico s su Rocinante, y en haberlo muy bien pensado, soltó la
breve espacio se apartó dellos. Si. rienda á Rocinante , dejando á la vo
guiole el labrador con los ojos, y luntad del rocín la suya , el cual si
cuando vió que había traspuesto del guió su primer intento, que fué el
bosque y que ya no parecía, volvióse irse camino de su caballeriza. Y ha
á su criado Andrés , y díjole : Venidi biendo andado como dos millas, des
acá, hijo mío, que os quiero pagar cubrió don Quijote un gran tropel de
lo que os debo, como aquel deshace- gente , que, como después se supo ,
dor de agravios me dejó mandado. eran unos mercaderes toledanos que
Eso juro yo, dijo Andrés, y como que iban á comprar seda á Murcia . Eran
andará vuestra merced acertado en seis, y venían con sus quitasoles,
cumplir el mandamiento de aquel con otros cuatro criados á caballo y
buen caballero , que mil años viva , tres mozos de mulas á pie. Apenas
que según es de valeroso y de buen los divisó don Quijote, cuando se ima
juez, vive Roqus que si no me pa ginó ser cosa de nueva aventura , y
gáis, que vuelva y ejecute lo que por imitar en todo cuanto á el le
dijo. También lo juro yo, dijo el la- parecía posible los pasos que había
brador ; pero por lo mucho que os leído en sus libros, le pareció venir
quiero , quiero acrecentar la deuda allí de molde uno que pensaba hacer :
por acrecentar la paga. Y asiéndole así con gentil continente y denue.
del brazo, le tornó á atar á la encina, do ' se afirmó bien en los estribos ,
donde le dió tantos azotes que le dejó apretó la lanza, llegó la adarga al
por muerto. L.amad , señor Andrés , pecho, y puesto en la mitad del ca
ahora, decía el labrador, al desface mino estuvo esperando que aquellos
dor de agravios, veréis como no des caballeros andantes llegasen ( que ya
face aqueste, aunque creo que no él por ta es los tenía y juzgaba ); y
está acabado de hacer , porque me cuando llegaron á trecho que se
viene gana de desollaros vivo , como pudieron ver y oir, levantó don
vos temíades; pero al fin le desató Quijote la voz, y con ademán arro
y le dió licencia que fuese á buscar i gante dijo : Todo el mundo se ten
su juez, para que ejecutase la pro- ga , si todo el mundo no confiesa
nunciada sentencia . Andrés se par- que no hay en el mundo todo don
tió algo mohino, jurando de ir á cella más hermosa que la empera
buscar al valeroso don Quijote de la triz de la Mancha, la sin par Dul
Mancha, y contarle punto por punto cinea del Tobaso . Paráronse los
lo que había pasado , y que se lo ha morcaderes al son de estas razones , y
bía de pagar con las setenas; pero á ver la extraña figura del que las
con todo esto él se partió llorando, decía , y por la figura y por ellas Cue
y su amo se quedó riendo : y desta gó echaron de ver la locura de su
manera deshizo el agravio el valero- dueño ; mas quisieron ver despacio en
80 don Quijote . El cual, contentísi- qué paraba aquella confesión que se
mo de lo sucedido, pareciéndole que les pedía ; y uno dellos, que era un
había dado felicísimo y alto principio poco burlón y muy mucho discreto ,
á sus caballerías, con gran satisfac- le dijo : Señor caballero, nosotros no
ción de sf mismo iba caminando conocemos quién es esa buena señora
hacia 80 aldea , diciendo & media que d'cís ; mostrádnosla , que si ella
voz : Bien te puedes llamar dichosa fuere de tanta hermosura como sig
sobre cuantas hoy viven sobre la nificáis, de buena gana y sin apre
tierra, oh sobre las bellas, bella Dul- mio alguno confesaremos la verdad
cinea del Toboso , pues te cupo en que por parte vuestra nos es pedida .
suerte tener sujeto y rendido a toda Si os la mostrara , replicó don Qui
tu voluntad é talante á un tan va- jote, ¿ qué hicierados vosotros en
liente y tan nombrado caballero como confesar una verdad tan notoria ? La
PARTE 1. - CAPITULO V 25
importancia está en que sin verla lo lió como cibera. Dábanle voces sus
babéis de creer, confesar, afirmar, amos que no le diese tanto , y que le
jurar y defender : donde no, conmi- dejase ; pero estaba ya el mozo pica
go sois en batalla, gente descomunal do , y no quiso dejar el juego hasta
y soberbia ; que ahora vengáis uno á envidar todo el resto de su cólera ;
uno como pide la orden de caballería, y acudiendo por los demás trozos Co
ora todos juntos como es costumbré la lanza, los acabó de deshacer so
y mala usanza de los de vuestra ra- bre el miserable caido, que con toda
lea, aquí os aguardo y espero con. aquella tempestad de palos que so
fiado en la razón que de mi parte bre él llovía , no cerraba la boca, ame.
tengo. Señor caballero , replicó el nazando al cielo y á la tierra y á los
mercader, suplico á vuestra merced , malandrines, que tal le parrcía" .
en nombre de todos estos principes Cansóse el mozo, y los mercaderes
que aquí estamos, que porque no en- siguieron su camino, llevando que
carguemos nuestras conciencias con- contar en todo el del pobre apaleado,
fesando una cosa por nosotros ja- el cual, después que se vió solo , tor
más vista ni oída, y más siendo tan nó á probar si podía levantarsa ; pero
en perjuicio de las emperatrices y si no lo pudo hacer cuando sano y
reinas del Alcarria y Extremadura , bueno, ¿ cómo lo haría molido y casi
que vuestra merced sea servido de deshecho ? Y aun se tenía por dicho
mostrarnos algún retrato de eså seño- so , pareciéndole que aquella era pro
ra, aunque sea tamaño como un grano pia desgracia de caballeros andantes,
de trigo , que por el hilo se sacará el y toda la atribuía á la falta de su
ovillo, y quedaremos con esto satisfe- caballo ; y no era posible levantars ,
chos y seguros, v vuestra merced que- según tenía brumado todo el cuerpo.
dará contento y pagado. Y aun creó
que estamos ya tan de su parte, que
aunque su retrato nos muestre que es
CAPITULO V
tuerta de un ojo y . que del otro le
mana bermºllón y piedra azufre , con
todo eso , por complacer á vuestra Donde se prosigue la narración de
merced diremos en su favor todo lo la desgracia de nuestro caballero .
· que quisiere. No le mana , canalla
infame, respondió don Quijote en- Viendo pues que en efecto no po
cendido en cólera , no le mana, digo, dia menearse, acordo de acogerse a
eso que decís, sino ámbar y algalia su ordinario remedio , que era pensar
entre algodones , y no es tuerta ni en algún paso de sus libros, y trújo
corcovada, sino más derecha que un le su locura á la memoria aquel de
huso de Guadarrama ; pero vosotros Baldovinos v del marqués de Man
pagaréis la grande blasfemia que ha- tua cuando Carloto le dejó herido en
béis dicho contra tamaña beldad como la montaña : historia sabida de los
es la de mi señora. Y en diciendo niños, no ignorada de los mozos, ce
esto, arremetió con la lanza baja con. lebrada y aun creída de los viejos , y
tra el que lo había dicho, con tanta con todo esto no más verdadera que
furia y enojo, que si la buena suerte los milagros de Mahoma. Esta pues
no hiciera que en la mitad del camino le pareció a él que le venía de molde
tropezara y cayera Rocinante, lo pa- para el paso en que se hallaba; y
sara mal el atrevido mercader. Ca. así con muestras de grande senti
yó Rocinante, y fué rodando su amo miento se com ° nzó á voloar por la
una buena pieza por el campo , v que- tierra , y decir con debilitado alien
riéndose levantar jamás pudo : tal to lo mismo que dicen decía el he.
embarazo le causaban la lanza , adar- rido caballero del Bosque :
ga , espuelas y celada con el peso de
las antiguas armas. Y entretanto que ¿ Dónde estás, señora mía ,
que no te duele mi mal ?
pugnaba por levantarse , y no podía, O no lo sabes , señora,
estaba diciendo : Non fuyáis, gente
cobarde, gente cautiva ; atended , que ó eres falsa y desleal .
no por culpa mía, sino de mi caballo, Y desta manera fué prosiguiendo
estor aquí tendido . Un mozo de mu- el romance hasta aquellos versos que
las de los que allí venían , que 20 dicen :
debía ser muy bien intencionado ,
ogendo decir al pobre caído tantas Oh noble marqués de Mantua,
mi tío y s ñor carnal.
arrogancias, no lo pudo sufrir sin
darle la respuesta en as costillas. Y Y quiso la suerte que cuando llegó
llegándose á el tomó la lanza, y des- á este verso , acertó á pasar por allí
pués de haberla hecho pedazos, con un labrador de su mismo lugar y ve .
uno dellos comenzó á dar a nuestro cino suyo, que venía de llevar una
don Quijote tantos palos , que á des- carga de trigo al molino , el cual ,
pecho y pesar de sus armas le mo- viendo aquel hombre allí tendido,
26
DON QUIJOTE DE LA MANCHA
se llegó á él y le preguntó que quién drigo de Narváez, que esta hermosa
era, y qué inal sentía que tan tris Jarıfa que he dicho, es ahora la linda
temente se quejaba . Don Quijote Dulcin a del Toboso , por quien yo he
creyó sin duda que aquel era el nar hecho, hago y haré los más famosos
qués de Mantua, su tío, y así no ie hechos de caballería que se han vis
respondió otra cosa sino fué prose to, vean ni verán en el mundo. A
guir en su romance, donde le daba esto respondió el labrador : Mire
cuenta de su desgracia , y de los vuestra mero d , señor, i pecador de
amores del hijo del emperante con mi ! que yo no soy don Rodrigo de
su esposa, todo de la misma manera Narváez ni el marqués de Mantua ,
que el romance lo canta . El labra sino Pedro Alonso , su vecino , ni
dor estaba admirado oyendo aque vuestra merced es Baldovinos ni
llos disparates ; y quitándole la vise Abindarráez, sino el honrado hidalgo
ra, que ya estaba h cha pedazos de del señor Quijadą . Yo sé quién soy,
los palos, le limpió el rostro, que lo respondió don Quijote, y sé que pue.
tenía lleno de polvo, y apenas le hubo do sr no sólo los que he dicho, sino
limpiado cuando le conoció , y le todos los doce Pares de Francia y
dijo: Señor Quijada ( que así se debía aun todos los nueve de la Fama, pues
de llamar cuindo él tenía juicio y no á todas las hazañas que ellos todos
había pasado de hidalgo sos gado á juntos y cada uno por sí hicieron , se
caballero andante ) , & quién ha puesto aventajarán las mías. En estas plá
á vuestra merced desta suerte ? Pero ticas y en otras semejantes llegaron
él seguía con su romance á cuanto al ugará la hora que anochecía ;
le preguntaba. Viendo esto el buºn pero el labrador aguardó á que fuese
hombre, lo mejor que pudo le quito algo más noche , porque no viesen
el peto y espaldar para ver si tenía al molido hidalgo tan mal caballero.
alguna herida : pero no vió sangre Llegada pues la hora que le pare
ni señal alguna, Procuró levantarle ció , entró en el pueblo y en casa
del suelo, y no con poco trabajo le de don Quijote, la cual halló toda al
subió sobre su jumento , por pare borotada , y staban en el el cura y
cerle caballería más sosegada. Reco el barbero del lugar, que eran gran
gió las armas, hasta las astillas de des amigos de don Quijote , que esta .
la lanza, y liblas sobre Rocinante , ba diciéndoles su ama á voces : ¿ qué
al cual tomó de la rienda y del ca le parece á vuestra merced , señor li
bestro al asno , y se encamino hacia cènciado Pero Pérez ( que así se
su pueblo bien pensativo de oir los llamaba mil cura) de la desgracia de
disparates que don Quijote decía ; y mi señor ? Seis días ha que no pare
no menos iba don Quijote , que de cen él ni el rocín, ni la adarga ,
puro molido y quebrantado , no se ni la lanza , ni las armas . Desventu
podía tener sobre el borrico , y de rada de mí ! que me doy a entender,
cuando en cuando daba unos suspi y así es ello la verdad, como nací para
ros que los ponía en el cielo, de modo morir , que estos malditos libros de
que de nuevo obligó á que el labrador caballerías que él tiene y suelo leer
le preguntase lo dijese qué mal sen tan de ordinario , le han vuelto el
tia : y no parece sino que el diab.o juicio ; que ahora me acuerdo ha
le traía á la memoria los cuentos aco berle oído decir muchas veces hablan
modados á sus sucesos , porque en do entre sí, que quería hacerse ca
aquel punto , olvidándose de Baldo baliero andante é irse á buscar las
vinos , se acordó del moro Abinda aventuras por esos mundos . Enco
rráez, cuando el alcaide de Anteque mendados sean á Satanás y á Barra
ra Rodrigo de Narváez le prendió bás tales libros , que así han echado
y llevó preso à su alcaidía. De suerte , á perder el más d'licado entendi
que cuando el labrador le volvió a miento que había en toda la Man
preguntar que cómo estabı y qué sen. cha. La sobrina decía lo mismo , y
tía , le respondió las mismas palabras aun decía más : Sepa , señor maes .)
y razones que el cautivo Abencerra Nicolas (que este era el nombre del
je respondía á Rodrigo de Narváez, barb ro), que muchas veces le acon
del mismo modo que él había leído la teció á mi señor tío estarse leyendo
historia en la Diana de Jorge de en estos desalmados libros de des
Mont -mayor , donde se escribe ; apro venturas dos días con sus noches , al
vechándose della tan de propósito , cabo de los cuales arrojabi el libro de
que el labrador se iba dando a Jia las manos y ponía mano á la espada ,
blo de oir tanta máquina de neceda v andaba á cuchilladas con las pare
des : por donde conoció que su ve des , y cuando estaba muy cansado,
cino estaba loco . y dábase pri sa á decía que había muerto á cuatro gi .
llegar al pueblo por excusar el enfado gantes como cuatro torres , y el su
que don Quijote le causaba con su dor que sudaba del cansanc'o decía
larga arenga. Al cabo de la cual dio : que era sangre de las feridas que
Sepa vuestra merced, s ñor dop Ro había recibido en la batalla, y bebíase
PARTE 1. - CAPITULO VI

lu go un gran jarro de agua fría, y había dicho, que fué poner más de
quedaba sano y sosegado, diciendo seo en el licenciado de hacer lo que
que aquella agua era una preciosísi. otro día hizo, que fué llamar á su
ina bebida que le había traído el amigo a barbero maese Nicolás ,
sabio Esquife, un grande encantador con el cual se vino á casa de don
y amigo suyo . Mas yo me tengo la Quijote.
culpa de todo , que no avisé á vues
tras morcedes de los disparates de
mi señor tío, para que lo remediaran
antes de llegar á lo que ha llegado, CAPITULO VI
quemaran todos estos descomulga
dos libros (que tiene muchos ), que
bien merecon ser abrasado como si Del dono80 y grande escrutinio que
fues n de herejes. Esto digo yo tam el cura y el barbero hicieron en la
bién , dijo el cura , y á fe que no se p 183 libreria de nuestro ingenioso hi
el día de mañana sin que d llos no dalgo.
se haga auto público, y sean condena.
dos al fuºgo , porque no den ocasión
á quien los leyere de hacer lo que El cual aun todavía dormía. Pidio
mi buen amigo debe de haber he las llaves á la sobrina del aposento
cho . Todo esto estaban oyendo el la. donde estaban los libros autores del
brador y don Quijote , con que acabó daño, y ella se 'as dió de muy buena
de entender el labrador la enferme gana. Entraron dentro todos y el ama
flad de su vecino, y así comenzó á con ellos, y hallaron más de cien
decir á voces : Abran vuestras mer cuerpos de libros grandes muy bien
cedes al señor Baldovinos y al señor encuadernados y otros pequeños ; y
marqués de Mantua que viene mal así como el ama los vió, volvióse á
ferido, y al señor moro Abindarráez, salir del aposento con gran priesa, y
que tras cautivo el valeroso Rodri tornó luego con una escudilla de agua
go de Narváez, a caide de Anteque bendita y un hisopo , y dijo : Tome
ra. A estas voces salieron todos, y vuestra merced , señor licenciado, ro
como conocieron los unos á su amigo, cie este aposento , no esté aquí ai
las otras á su amo y tío, que aun no gún encantador de los muchos que
se había apeado del jumento porque tienen estos libros , y nos encanton
no podía , corrieron á abrazarle. El en pena de la que les queremos dar ,
dijo : Téngans todos, que vengo echándolos del mundo. Causó risa al
mal ferido por la culpa de mi caba Licenciado la simplicidad del ama , y
llo : llévenme á mi lecho, y llámese mandó al barbero que le fuese dando
si fuera posible á la sabia Urganda de aquellos libros uno á uno para ver
que cure y cate mis feridas . Mira de qué trataban , pues podía ser hallar
enhoramala, dijo a este punto el ama, algunos que no mereciesen castigo de
si me decía á mí bien mi corazón del fuego . No , dijo la sobrina, no hay
pie que cojeaba mi señor. Suba vues . para qué perdonar á ninguno, porque
tra merced en buen hora, que sin todos han sido los dañadores : me
que venga esa Urganda le sabremos jor será arrojarlos por las ventanas
aquí curar . Malditos , digo , sean otra al patio, hacer un rimero dellos y
vez s otras ciento estos libros de ca pegarlos fuego, y si no, llevarlos al
ballerías que ta: han parado á vues . corral, y allí se hará la hoguera v no
tra merced . Lleváronle luego á la ofenderá e humo . Lo mismo dijo el
cama, y catándole las feridas, no le ama : tal era la gana que las dos te
hallaron ninguna, y el dijo que todo nían de la muerte de aquellos ino
era molimiento por haber dado una centes ; mas el cura no vino en elio
gran caída con Rocinante , su caba sin primero lner siquiera los títulos.
llo, combatiéndose con diez jayanes, Y el primero que maese Nicolás le dió
los más desaforados y atrevidos que en las manos , fué los cuatro de Ama
se pudieran fallar en gran parte de dís de Guula , y dijo el cura : Pare
la tierra. Ta, ta, dijo el cura : Ja Ce cosa de misterio esta , porque , so
yanes hay en la danza ? Para mi san gún he oído decir, este libro fué el
tiguada que yo los queme mañana primero de caballerías que se im
antes que llogue la noche. Hicieron .primió en España, v todos los de
le á don Quijote mii praguntas , y á más han tomado principio y origen
ninguna quiso responder otra cosa deste , y así me parece que como á
sino que le diesen de comer y le de dogmatizador de una secta tan mala
jasen dormir, que era lo que más lo le debemos sin excusa alguna con
importaba. Hizose así , y el cura se denar al fuego . No , señor , dijo el
informó muy á la larga del labrador barbero , que también he oído decir
del modo que había hallado á don que f8 el mejor de todos los li .
Quijote . El se lo contó todo con los bros que de este género se han com
disparates que al hallarle y traerle puesto , y así como á único en su ar
28 DON QUIJOTE DE LA VANCUA

te se debe perdonar. Así es verdad , ced , dijo el cura : ahí anda el señor
dijo el cura, y por esa razón se le Reinaldos de Montalbán con sus ami
otorga la vida por ahora . Veamos gos y compañeros, más ladrones que
esotro que está junto á él. Es , dijo Caco , y los docePares con el verda
el barbero, Las Sergas de Esplan dero historiador Turpín ; y en verdad
dián , hijo legítimo de Amadis de que estoy por condenarlos no más que
Gaula . Pues en verdad, dijo el cura, á destierro perpetuo , siquiera porque
que no le ha de varer al hijo la bon tienen parte de la invención del fa
dad del padre : tomad, señora ama , moso Mateq Boyardo, de donde tam
abrid esa ventana y echalde al corral, bién tejió su tola el cristiano poeta
y dé principio al montón de la ho Ludovico Ariosto : al cual si aquí
guera que se ha de hacer. Hizolo así le hallo, y que habla en otra lengua
el ama con mucho contento , y el bue que la suya , no le guardare respeto
no de Esplandián fué volando al co alguno ; pero si habla en su idioma,
rral , esperando con toda paciencia le pondré sobre mi cabeza . Pues yo
el fuego que le amenazaba. Adelante, le tengo en italiano, dijo el barbe
dijo el cura. Este que viene, dijo el ro , mas no lo entiendo . Ni aun fuera
barbero, es Amadis de Grecia , y aun bien que vos le entendiérades, res.
todos los de este lado, á lo que creo, pondió el cura ; y aquí le perdoná
son del mismo linaje de Amadís . ramos al señor capitán que no le hu
Pues vayan todos al corral, dijo el bierz traído á España y hecho cas.
cura , que á trueco de quemar a la tellano, que le quitó mucho de su
reina Pintiquinestra y al pastor Da- , natural valor, y lo mismo harán to
rinel , y á sus églogas y á las endia dos aquellos que los libros de verso
bladas y revueltas razones de su au. quisieren volver en otra lengua, que
tor, quemara con ellos al padre que por mucho cuidado que pongan y
me engendró, si anduviera en figu habilidad que muestren , jamás le
ra de caballero andante . Dese parecor garán al punto que ellos tienen
soy yo, dijo el barbero ; y aun yo, en su primer nacimiento . Digo
añadió .a sob a . Pues así es, dijo en efecto , que este libro y todos los
el ama, vengan, y al corral con ellos. que se hallaren que tratan destas co
Diéronselos, que eran muchos, y ella eus Francia , se echen y depositen
ahorró la escalera , y dió con ellos en un pozo seco , hasta que con más
por la ventana abajo. ¿ Quién es ese acuerdo se vea lo que se ha de ha
tonel ? dijo el cura . Este es , respon cer dellos , escetuando á un Bernardo
dió el barbero , Don Olivante de del Carpio , que anda por ahí, y s
Laura . El autor dese libro , dijo el otro llamado Roncesvalles , que es
cura , fué el mismo que compuso á tos en llegando á mis manos , han
Jardin de flores, y en verdad que no de estar en las del ama, y dellas en
sepa determinar cuál de los dos li las del fuego sin remisión alguna .
bros es más verdadero, ó por decir Todo lo confirmó el barbero , y lo
mejor , menos mentiroso : solo sé de turo por bien y por cosa muy acer
cir que éste irá al corral por dispa tada, por entender que era el cura
ratado y arrogante. Este que sigue tan buen cristiano y tan amigo de
es Florismarte de Hircania , dijo el la verdad que no diría otra cosa por
barbero. Ahí está el señor Floris. todas las del mundo . Y abriendo otro
marte ? replicó el cura ; pues á fe libro vió que era Palmerin de
que ha de parar presto en el corral , á Oliva , y junto a él estaba otro que
pesar de su extraño nacimiento y se llamaba Palmerin de Ingala
soñadas aventuras , que no da lugar terra , lo cual , visto por el licencia
á otra cosa la dureza y sequedad de do , dijo : Esa Oliva se haga luego ra
Bu estilo : al corral con él y con esotro , jas y se queme , que aun no quoden
señora ama . Que me place , se della las cenizas ; y esa Palma de
ñor mío, respondió ella , y con niu Ingalaterra se guarde y se conserve
cha alegría ejecutaba lo que le era como á cosa única , y se haga para
mandado . Este es El caballero Pla. ella otra caja como la que halló Ale
tir, dijo el barbero . Antiguo libro es jandro en los despojos de Darío, que
ese, dijo el cura, y no hallo en el cosa la diputó para guardar en ella las
que merezca venia : acompañe a los obras del poeta Homero. Este libro ,
demás sin réplioa, y así fué hecho. señor compadre , tiene autoridad por
Abrióse otro libro, y vieron que tenía dos cosas : la una , porque él por si
por título El caballero de la Cruz. es muy bueno , y la otra porque es
Por nombre tan santo como este li fama que le compuso un discreto
bro tiene , se podía perdonar su ig rey de Portugal . Todas las aventuras
norancia ; mas también se suele de. del castillo de Miraguarda son bo
cir : tras la cruz está el diablo : va. nísimas y de grande artificio, las ra
ya al fuego. Tomando el barbero zones cortesanas y claras, que guar .
otro libro , dijo : Este es Espejo de dan y miran el d- coro del que habla
caballerías . Ya conozco á su mer con mucha propiedad y entendimien.
PARTE 1 , --CAPÍTULO VI 29
to . Digo pues, salvo vuestro buen na de Jorge de Montemayor, y dijo
parecer, señor maese Nicolás, que ( creyendo que todos los demás tran
éste y Amadís de Gaula queden li del mismo género ) : Estos no mere
bres del fuego, y todos los demás, cen ser quemados como los demás ,
sin hacer más cala v cata, perezcan . porque no hacen ni harán el daño
No, señor compadre, replicó el bar que los de caballerías han hecho ;
bero, que este que aquí tengo es el que son libros de entretenimiento sin
afamado Don Belianis. Pues ese , perjuicio de tercero . ¡ Ay, señor !
replicó el cura, con la segunda, ter dijo la sobrina , bien los puede vues
cera y cuarta parte , tienen necesidad tra merc d mandar quemar como á
de un poco de ruibarbo para pur los demás , porque no sería mucho
gar la demasiada cólera suya, y es que habiendo sanado mi señor tío de
menester quitarles todo aquello del la enfermedad caballeresca , leyendo
castillo de la Fama, y otras imperti éstos se le antojase de hacerse pastor
noncias de más importancia , para lo y andarse por os bosques y prados
cual se les da término ultramarino, cantando y tañendo , y lo que sería
y como se enmendaren , así se usa peor, hacerse poeta , que según dicen
rá con ellos de misericordia ó de es enferm dad incurable y pegadiza.
justicia, y en tanto tenedlos vos, Verdad dic ? esta doncella, dijo el
compadre, en vuestra casa, mas no cura, y será bien quitarle á nuestro
los dejéis leer á ninguno. Que me amigo este tropiezo y ocasión dela.n
place , respondió el barbero, y sin te. Y pues comenzamos por la
querer cansarse más en leer libros Diana de Montemayor , soy de pare
de caballerías, mandó al ama que to cer que no se queme , sino que se lo
mase todos los grandes y diese con quite todo aquello que trata de la
ellos en el corral. No se dijo á ton sabia Felicia y de la agua encanta
ta ni á sorda, sino á quien tenía más da, y casi todos los versos mayores ,
gana de quemallos que de echar una y quédesele enhorabuena la prosa y
tela por grande y delgada que fuera, la honra de ser primero en semejan
y asiendo casi ocho de una vez, los tes libros. Este que sigue, dijo el
arrojó por la ventana. Por tomar barbero, es La Diana, llamada Se
muchos juntos, se le cayó uno á los gunda del Salmantino ; y eštotro,
pies del barbero, que le tomó gana que tiene el mismo nombrº , cuyo
de ver de quién era, y vió que de autor es Gil Polo. Pues : a del Sal
cía : Historia del famoso caballero mantino , respondió el cura, acom
Tirante el Blanco. Válame Dios, pañe v acreciente el número de los
dijo el cura dando una gran voz , ique condenados al corral, y la de Gil
aquí esté Tirante el Blanco ! Dad. Polo se guarde como si fuºra del
mele acá, compadre, que hago cuenta mismo Apolo ; y pase adelante , se
que he hallado en é. un tesoro de for compadre , y démonos priesa ,
contento y una mina de pasatiem que se va haciendo tarde. Este libro
pos. Aquí está don Quirieleison de es, dijo el barbero abriendo otro :
Montalbán , valeroso caballero, y su Los diez libros de Fortuna de amor,
hermano Tomás de Montalbán y el compuestos por Antonio de Lofraso,
caballero Fonseca , con la batalla que poeta sardo. Por las órdones que re
el valiente de Tirante hizo con el ala. cibí, dijo el cura , que desde que
no, y las agudezas de la doncella Pla. Apolo fué Apolo , y las musas musas,
cerdemivida, con los amores y em y los poetas poetas, tan gracioso ni
bastes de la viuda Reposada, y la tan disparatado libro como ese no
señora emperatriz enamorada de Hi se ha compuesto, y que por su ca.
poito su escudero. Digoos verdad , mino es el mejor y el más único de
señor compadre, que por su estilo es cuantos deste gén ro han salido á ia
este el mejor libro del mundo : aquí luz del mundo ; y el que no le ha
comen dos caballeros y duermen y leido puede hacer cuenta que no ha
mueren en sus camas y hacen testa leido jamás cosa de gusto. Dádmele
mento antes de su muerte , con otras acá , compadre, que precio más haber
cosas de que todos los demás libros le hallado que si me dieran uni so
deste género carecen . Con todo os tana de raja de Florencia. Púsole
digo que merecía el que lo compuso , aparte con grandísimo gusto , y el
pues no hizo tantas necedades de in. barbero prosiguió diciendo : Estos
dustria, que le echaran á galeras por que se siguen son El pastor de Ibe
todos los días de su vida. Llevalde á ria, Ninfas de Henares y Desen
casa y leelde, y veréis que es ver gaño de celos. Pues no hay más que
dad cuanto dél os he dicho. Así será , hacer, dijo el cura, sino entregarlog
respondió el barbero ; pero ¿ qué ha al brazo seglar del ama, y no game
remos d -stos pequeños libros que pregunte el por qué , que sería nun
quedan ? Estos , dijo el cura , no deben ca acabar. Este que viene es El pas
de ser de caballería , sino de poesía ; tor de Filida . No es ese pastor , di
y abriendo uno, vió que era La Dia jo el cura , sino muy discreto corte
30 DON QUIJOTE DE LA LANCIA
sano, guardese ' como joya pr: e osa.
Este grande que aquí viene se int.tu
la, dijo el barbero : Tesoro de varias CAPITULO VII
poesias . Como ellas no fueran tan .
tas, dijo el cura , fueran más esti De la segunda salida de nuestro
madas : menester es que este libro re
escarde y limpie de algunas bajezas buen caballero don Quijote de la
Mancha .
que entre sus grandezas tiene : guar.
dese, porque su autor es amigo mío, Estando en esto, comenzó á dar vu.
y por rispeto de otras más heroicas ces don Quijote diciendo : A quí, aquí ,
y levantadas obras que ha escrito. valerosos caballeros , aquí es menes .
Este es , siguió e . barbero , El can ter mostrar la fuerza de vuestros va
cionero de López Maldonado . Tam lerosos brazos , que los cortesanos lle
bién el autor dese libro, replicó el
van lo mejor del torneo. Por acudir á
cura , es grande amigo mío , y sus este ruido y estruendo , no se paso
versos en su boca admiran á quien adelante con el escrutinio de los de.
los oye, y tal es la suavidad de la voz más libros que quedaban , y así re
con que los canta , que encanta : algo cree que fueron al fuego sin ser vistos
largo es en las églogas, pero nunca ni oídos La Carolea y León de Es
lo bueno fué mucho ; guárdese con paña , con los hechos del emperador,
los escogidos . ¿ Pero ané libro es ese compuestos por don Luis de Avila ,
que está junto á él ? La Galatea de que sin duda debían de estar entre
Miguel de Cervantes, dijo el barbero . los que quedaban, y quizá si el cura
Muchos años ha que es grande amigo los viera, no pasaran por tan riguro
mío ese Cervantes, y sé que es más 84 sentencia . Cuando llegaron á don
versado en desdichas que en versos .
Su libro tiene algo de buena inven Quijote, ya él estaba levantado de
ción, propone algo , y no concluye la cama, y proseguía en sus voces y
nada : es menester esperar la se en sus desatinos, dando cuchilladas y
reveses á todas partes, estando tan
gunda parte que promete : quizá con despierto como si nunca hubiera dor
la enmienda a canzará del todo la m.do. Abrazáronse con é!, y por fuer
misericordia que ahora se le niega, y za le volvi ron al lecho ; y después
entretanto que esto se re , tenelde que hubo sosegado un poco , volvién .
recluso en vuestra posada, señor dose á habar con el cura, le dijo :
compadre. Que me place , respondió Por cierto, señor arzobispo Turpin ,
el barbero, y aquí vienen tres , todos que es gran mengua de los que nos
juntos : La Araucana, de don Alou llamamos doce Pares , dejar tan sin
80 de Ercilla, La Austriada, de más ni más llevar la victoria deste
Jnan Rufo , Jurado de Córdoba, y El torneo a los caballeros cortesanos ,
Monserrate, de Cr stóbal de Virués , habiendo nosotros los aventureros
poeta val nciano. Todos estos tres ganado el prez en los tres días ante
libros , dijo il cura, son los mejores cedentes . Calle vuestra morced , se
que en verso heroico en lengua cas ñor compadre , dijo el cura, que Dios
tellana están escritos , y pueden com será servido que la suerte se inude,
petir con los más famosos de Italia ; y que lo que hoy se pierde , se gane
guardense como las más ricas pren mañana ; y atienda vuestra merced
das de poesía que tien España . Can á su salud por ahora, que me parece
sóse el cura de ver más libros, y así que debe de estar demasiadamente
á carga cerrada quiso que todos los cansado , si ya no es que está mal
demás se quemasen ; pero ya tenía ferido. Ferido no , dijo don Quijote ;
abierto uno el barbero , que se llama pero molido y quebrantado no hay
ba Las lágrimas de Angélica. Llo duda en ello , porque aquel bastardo
ráralas yo , dijo el cura en oyendo el de don Roldán me ha molido á palos
nombre , si tal libro hubiera manda con el tronco de una encina, y todo
do quemar , porque su autor fué uno de envidia, porque ve que yo solo soy
de los famosos poetas del mundo, no el opuesto de sus valentías; mas no
sólo de España, y fué felicísimo en me llamaría yo. Reinaldo de Montal.
la traducción de alguinis fábulas de bán , si en levantándome deste lecho
Ouidio. no me , lo pagare á pesar de todos
sus encantamentos : y por ahora trái .
ganme de yantar, que sé que es lo
que más me hará al caso , y quédes9
lo del v ngarme á mi cargo . Hicieron
lo así : diéronle de comer, y quedóse
otra vez dormido , y ellos admirados
de su locura . Aquella noche quemo
y abrasó el ama cuantos libros había
1

en el corral y en toda la casa, v ta


le : debieron de ard ' r que merecían
PARTE I -Capítulo VII 31

guardarse en perpetuos archivos ; vuestra merced , sufior tío , en esas


mas no lo permitió su suerte y la pendencias ? ¿ No será mejor estar
pereza de escratiñador, y así se cum se pacífico en su casa , y no irse por
plió el refrán en ellos de que pagan el inundo á buscar pan de trastrigo ,
á las veces justos por pecadores. Uno on considerar que muchos van por
de los remedios que el cura y el bar Jang y vuelven trasquilados ? ¡Oh so
bero dieron por entonces para el mal brina mía, respondió don Quijote , y
de su amigo, fué que le murasen v cuán mal que estás en la cuenta ! pri.
tapiasen el aposeuto de los iibros , mero que á mí me trasquilen , ten
porque cuando se levantase, no ios dré peladas y quitadas las barbas i
hallase ( quizá quitando la causa ce . cuantos imaginaren tocarme en la
saría el efecto ), v que dijesen que un punta de un solo cabello . No quisie
encantador se los había llevado y el ron las dos replicarle más, porque
aposento y todo ; y así fue hecho con vieron que se le encendía la cólera .
mucha presteza . De allí á dos dias Es pues el caso , que él estuvo quin
se levantó don Quijote , y o primero ce días en casa muy sosegado sin dar
que hizo fué ir á ver sus libros, y muestras de querer segundar sus
como no hallaba el aposento donde primeros devaneos ; en los cuales días
le había dejado , andaba de una en pasó graciosísimos cuentos con sus
otra parte buscándole. Llegabı adon dos compadres el cura y el barbero,
de solía tener la puerta y tentá sobre que el decía que la cosa de que
bala con las manos, y volvía y revol más necesidad tenía el mundo era de
vía los ojos por todo sin decir pala . caballeros andantes, y de que en el
bra ; pero al cabo de una buena piez . se resucitase a caballería andantesca.
preguntó á su ama que hacia qué par El cura algunas veces le contradecía,
te estaba el aposento de sus libros . y otras concedía , porque si no guar
E ! ama, que ya estaba bien adver daba este artificio, no había poder
tida de lo que había de responder, le averiguarse con él. En este tiempo so.
dijo: ¿ Qué aposento ó queanda bus. licitó don Quijote á un labrador re
cando vuestra merced ? Ya 10 hay cino suyo, hombre de bien ( si es que
aposento ni libros en esta casa , por este título se puede dar al que es po .
que todo se lo llevó el mismo dia br-), pero de muy poci sal en la mo.
blo. No era diabio , replicó la sobri Įlera. En resolución , tanto le dijo,
na, sino un encantador que vino so. tanto le persuadió y prometió , que el
bre una nube una noche después del pobra villano se determinó de sa
día que vuestra merced de aquí se lirse con él y servirle de escudero .
partió , y apeándose de una sierpe en Decíale entre otras cosas don Qui
que venía caballero, întró en el apo. jote , que se dispusiese á ir con él
sento y no sé lo que hizo dentro, que de buera gana , porque tal vez le po .
á cabo de poca pieza salió volando día suceder aventura que ganase en
por el tejado y dejó la casa llena de quítame allá esas pajas alguna in
humo ; y cuando acordamos á mirar sula, y la dejase á él por gobernador
lo que dejaba hecho , ro vimos li della . Con estas promesas y otras ta
bro ni aposento alguno ; sólo se nos les , Sancho Panza ( que así se llaina
acuerda muy bir n á mí y al ama, que ba el labrador) dejó su mujer y hi
al tiempo del partirse aquel mal vie. jos , y asentó por escudero de su ve
jo dijo en altas voces que por ene. cino . Dió luego don Quijote orden en
mistad secreta que tenía al dueño de buscar dineros ; y vendiendo una cosa
aquellos libros y aposento, dejaba h V empeñando otra, y malbaratándolas
cho el daño en aquella casa que des. todas, llegó una razonable cantidad .
pués se vería : dijo tamb'én que se Acomorlóse asimismo de una rolela
llamaba el sabio Duñatón . Frestón di que pidió prestada á un su amigo, y
ría, dijo don Quijote . No sé , respon pertrechando su rota celada lo mejor
dió el ama , si se llamaba Fristón ó que pudo, avisó á su escudero San
Fritón ; sólo sé que acabó en ton su cho del día y la hora que prnsaba po .
nombre . Así es , dijo don Quijote , qua nerse en camino , para que é se aco
ese es un sabio encantador , grande modase de lo que viese que más le
enemigo mío , que me tiene ojeriza, era menester ; sobre todo lo encargó
porque sabe por qus artes y letras que llevase alforjas. El dijo que si
que tengo de venir , andando los ti m llevaría , y que ansimismo pensaba
pos, á pelear en singular batalla con llevar um ano que tenía muy bueno,
nn caballero á quien él favorece, y le porque él no estaba ducho á andar
tengo de vender sin que él lo pueda mucho á pie . En lo del asno reparó
estorbar , y por esto procura hac r un poco don Quijote , imaginando si
me todos los sinsabores que puede : se le acordaba si algún caballero an
v mándole yo que mal podrá él con aunte había traído escudero cabailero
tradecir ni evitar lo que por el cielo asnalmente ; pero nunca le vino al
está ordnado . ¿ Quién duda eso ? Hijo guno á la memoria : mas con todo esto
la sobrina ; ¿ pero quién le mete determinó que le llevase, con presu
32 DON QUIJOTE DE LA MANCUA

puesto de acomodarle de más honra . ninguno asentaría bien sobre la ca.


da caballería en habiendo ocasión beza de María Gutiérrez . Sepa , se.
para ello, quitándole el caballo al pri- ñor que no vale dos maravedis para
mer descortés caballero que topase . reina ; condesa le caerá mejor, y aun
Proveyóse de camisas y de las demás Dios y ayuda. Encomiendalo tú á
cosas que él pudo , conforme al con- Dios , Sancho, respondió don Quijote ,
sejo que el ventero le había dado . que él le dará lo que más le conven
Todo lo cual hecho y cumplido, sin ga ; pero no apoques tu ánimo tanto
despedirse Panza de sus hijos y mu- que te vengas á contentar con menos
jer ni don Quijote do su ama y so- que con ser adelantado. No haré , se
brina, una noche se salieron del lu- ñor mío, respondió Sancho, y más
gar sin que persona los viese : en la teniendo tan principal amo en vuestra
cual caminaron tonto , que al amane- merced , que me sabrá dar todo aque
cer se tuvieron por seguros de que llo que me esté bien y yo pueda lle
no los hallarían aunque los buscasen . var .
Iba Sancho Panza sobre su jumento
como un patriarca, con sus alforjas y
su bota, y con mucho deseo de verse CAPITULO VIII
ya gobernador de la insula que su
amo le había prometido. Acertó don Del buen suceso que el valeroso don
Quijote á tomar a misma derrota y Quijote tuvo en la espantable y
camino que el que él había tomado jamás imaginada aventura de los
en su primer viaje, que fué por el molinos de viento , con otros su
Campo de Montiel, por el cual ca- cesos dignos de felice recordación.
minaba con menos pesadumbre que
la vez pasada, porque por ser la hora En esto descubrieron treinta ó cua
de la mañana y herirles á soslayo ios renta molinos de viento que hay en
rayos del sol, no les fatigaban . Dijo aquel campo ; y así como don Quijo
en esto Sancho Panza á su amo : Mire te los vió, dijo á su escudero : La
vuestra merced , señor caballero an- ventura va guiando nuestras cosas
dante , que no se le olvide lo que de mejor de lo que acartáramos á de
la ínsula me tiene prometido , que yo sear ; porque ves allí , amigo Sancho
la sabré gobernar por grande que sea. Panza, donde se descubren treinta ó
A lo cual le respondió don Quijote : pocos más desaforados gigantes con
Has de saber, amigo Sancho Panza , quien pienso hacer batalla y quitar
que fué costumbre muy usada de los les á todos las vidas, con cuyos des
caballeros andantes antiguos hacer pojos comenzaremos á enriquecer ;
gobernadores á sus escuderos de las que esta es buena guerra , y es gran
insulas ó reinos que ganaban , y yo servicio de Dios quitar tan mala si
tengo determinado de que por mí miente de sobre la faz de la tierra .
no falte tan agradecida usanza, antes ¿ Qué gigantes ? dijo Sancho Panza.
pienso aventajarme en ella , porque Aquellos que allí ves , respondió su
ellos algunas veces , y quizá las más , amo, de los brazos largos, que los
esp raban á que sus escuderos fuesen suelen tener algunos de casi dos le
viejos, y ya después de hartos de guas . Mire vuestra merced , respo !
servir y de llevar malos días y peo- dió Sancho , que aquellos que allí se
res noches , les daban algún título de parecen , no son gigantes sino moli
conde , ó por lo menos de marqués de nos de viento , y lo que en ellos pare.
algún valle ó provincia de poco más cen brazos son las aspas, que vol
ó manos ; pero si tú vives y yo vivo, teadas del viento, hacen andar la
bien podría ser que antes de seis piedra del molino . Bien parece, res
dias ganase yo tal reino, que tuviese pondió don Quijote, que no estás
otros á él adherentes que viniesen cursado en esto de las aventuras ;
de molde para coronarte por rey de ellos son gigantes, y si tienes miedo,
uno dellos . Y no lo tengas á mucho, quítate de ahí y ponte en oración en
que cosas y casos acontecen á los ta el espacio que yo voy á entrar con
les caballeros, por modos tan nunca ellos en fiera y desigual batalla. Y di
vistos ni pensados, que con facilidad ciendo esto , dio de espuelas a su ca
te podría dar aún más de lo que te ballo Rocinante sin atender a las vo
prometo. Desa manera , respondió ces que su escudero Sancho le daba,
Sancho Panza, si yo fuºse rey por advirtiéndole que sin duda alguna
algún milagro de los que vuestra eran molinos de viento y no gigan
merced dice, por lo menos Juana tes aquellos que iba á acometer. Pero
Gutiérrez, mi oíslo vendría á ser rei- él iba tan puesto en que eran gigan
na y mis hijos infantes. ¿ Pues quién tes , que ni oía las voces de su es
19 duda ? respondió don Quijote. Yo cudero Sancho, ni echaba de ver,
lo dudo, replicó Sancho Panza , por- aunque estaba ya bien cerca , lo que
que tengo para mí, que aunque llo- eran , antes iba diciendo en voces
viese Dios reinos sobre la tierra , altas : Non fuyados , cobardes y viles
PATTE 1.- CAPÍTULO vit
criaturas, que un solo caballero es hazañas, que tú te tengas por bien
el que os acomete. Levantóse en esto afortunado de haber merecido venir
un poco de viento , y las grandes as. á verlas, y á ser testigo de cosas
pas comenzaron á moverse, lo cual que apenas podrán ser creídas. A la
visto por don Quijote, dijo : Pues mano de Dios, dijo Sancho, yo lo
aunque mováis más brazos que los creo todo así como vuestra merced lo
del gigante Briareo , me lo habéis de dice ; pero enderécese un poco , que
paga . Y en diciendo esto, y enco-
mendr
parece que va de medio lado, y debe
ándose de todo corazón á su ser del molimiento de la caída. Así
señora Dulcinea , pidiéndole que en es la verdad, respondió don Quijote ,
tal trance le socorriese, bien cubier y si no me quejo del dolor, es porque
to de su rodela, con la lanza en el no es dado á los caballeros andantes
ristre, arremetió á todo el galope de quejarse de herida alguna aunque se
Rocinante, y embistió con el primer le salgan las tripas por ella. Si eso
molino que estaba delante , y dándole es así, no tengo yo que replicar, res .
una lanzada en el aspa, la volvió el pondió Sancho ; pero sabe Dios si yo
viento con tanta furiaque hizo la lan . me holgara que vuestra merced se
za pedazos, llevándose tras sí al ca quejara cuando alguna cosa le do
ballo y al caballero, que fué ro liera . De mi sé decir, que me he de
dando muy maltrecho por el campo. quejar dei más pequeño dolor que
Acudió Sancho Panza á socorrerie tenga, si ya no se entiende también
á todo el correr de su asno , y cuando con los escuderos de los caballeros
llegó , halló que tio se podía m near : andantes eso del no quejarse. No se
tal fué el golpe que dió con él Ro dejó de reir don Quijote de la sim
cinante . ¡ Válame Dios ! dijo Sancho : plicidad de su escudero, y así le
¿ no le dije yo á vuestra merced que declaró que podía muy bien quejarse
mirase bien lo que hacía, que no eran cómo y cuando quisiese, sin gana ó
sino molinos de viento , y no lo podía con ella , que hasta entonces no ha
ignorar sino quien llevase otros ta bia leído cosa en contrario en la
les en la cabeza ? Calla, amigo San den de caballería. Díjole Sancho que
cho , respondió don Quijote, que las mirase que era hora de comer. Res .
cosas de la guerra más que otras es pondióle su amo que por entonces no
tán sujetas á continua mudanza : le hacía menester, que comiese él
cuanto más que yo pienso, y es así cuando se le antojase. Con esta li
verdad , que aquel sabio Frestón, que cencia se acomodó Sancho lo mejor
me robó el aposento y los libros, ha que pudo sobre su jumento, y sacan
vuelto estos gigantes en molinos por do de las alforjas lo que en ellas ha
quitarme la gloria de su vencimien bía puesto, iba caminando y comien
to : tal es la enemistad que me tiene ; do detrás de su amo muy despacio , y
mas al cabo al cabo han de poder poco de cuan
bota en gusto
con dotanto cuando empi
, que pudiera
le naba la
6113 malas artes contra la bondad de
mi espada. Dios lo haga como puede, envidiar el más regalado bodegonero
respondió Sancho Panza, y ayudán de Málaga. Y en tanto que el iba de
dole á levantar , tornó á subir sobre aquel abamenu
acordra
no selale mane de ning
deanuna
do prom
tragos,
e
Rocinante, que medic despaldado es
taba . Y hablando de la pasada 'aven- a quepor
$tenía su ning le hubie
amo ún jo hech
trabase sinoo,por
ni
tura, siguieron el camino de Puerto mucho descanso andar buscando las
Lápice, porque allí decía don Quijote aventuras, por peligrosas que fue .
que no era posible dejar de hallarse sen. En resolución , aquella noche la
muchas y diversas aventuras, por pasaron entre unos árboles y del uno
ser lugar muy pasajero ; sinó que dellos desgajó don Quijote un ramo
iba muy pesaroso por haberle falta
do la lanza , y diciéndoselo á su es- secoy que
za, él podía
en le
pusocasi servir
el hierro quedequitó
lan
cudero, le dijo : Yo me acuerdo ha- de la que se le había quebrado. Toda
ber leído que un caballero español aquella noche no durmió don Quijote
llamado Diego Pérez de Vargas , ha- pensando en su señora Dulcinea , por
biéndosele en una batalla roto la es- acomodarse á lo que había leído en
pada, desgajó de una encina un pe- sus libros , cuando los caballeros pa
Bado ramo ó tronco , y con él hizo saban sin dormir muchas noch es en
tales cosas aquel día, y machacó tan- las florestas y despo blados, entre te
tos moros , que le quedó por sobrº- nidos con las memorias de sus se
nombre Machuca, y así él como sus ñoras . No la pasó así Sancho Pan
descendientes, se llamaron desde za, que como tenía el estómago lleno ,
aquel día en adelante Vargas y Ma- y no de agua de chicoria, de un sue
chuca. Hete dicho esto, porque de la toda, y no fueran par
primera encina ó roble que se me te para llevórtarl
ño se la despe
e, si su amo po le
depare, pienso desgajar otro tronco llamara, los rayos del sol que le da
tal y tan bueno como aquel, que m ban en el rostro, ni el canto de las
imagino y pienso hacer con él tales aves que muchas y muy regocijada
3
34 DON QU'Ijote de LA MANCHA
mente la venida del nuevo día salu linos de viento, dijo Sancho : mire
daban . Al levantarse dió un tiento á señor , que aquellos son frailes de
la bota , y hallóla algo más flaca que San Benito , y coche debe ser de
la noche antes, y afligiósele el cora alguna gente pasajera : mire que di
zón por parecerle que no llevaba ca go que mire bien lo que hace, no sea
mino de remediar tan presto su fal el diablo que le engañe . Ya te he di .
ta . No quiso desayunarse don Quijo cho Sancho, respondió don Quijote ,
te, porque, como está dicho, dió en que sabes poco de achaques de aven
sustentarse de sabrosas memorias . turas : lo que yo digo es verdad , v
Tornaron á su comenzado camino del ahora lo verás. Y diciendo esto, sa
Puerto Lápice , y á obra de las tres adelantó, y se puso en la mitad de
del día le descubrieron . Aquí , dijo en camino por donde los frailes venían ,
viéndole don Quijote, podemos, hér y en llegando tan cerca, que á él lt
mano Sancho Panza , meter las manos pareció que le podían oir lo que di .
hasta los codos en esto que llaman jese, en alta voz dijo : Gente endia
aventuras ; mas advierte que aunque biada y descomunal, dejad luego al
me veas en los mayores peligros del punto las altas princesas que en ess
mundo, no has de poner mano á tu coche lleváis forzadas, si no, apare
espada para defenderme, si ya no jaos á recibir presta muerte por jus.
vieres que los que me ofenden es ca to castigo de vuestras malas obras.
nalla y gente baja, que en tal caso Detuvieron los frailes las riendas y
bien puedes ayudarme ; pero si fue quedaron admirados, así de la figura
ren caballeros, en ninguna manera de don Quijote, como de sus razones,
te es lícito ni concedido por las le á las cuales respondieron : Señor ca
yes de caballería que me ayudes, bas . ballero, nosotros no somos endiabla .
ta que seas armado caballero . Por dos ni descomunales , sino dos reli
cierto , señor, respondió Sancho , que giosos de San Benito, que vamos
vuestra merced será muy bien obe nuestro camino, y no sabemos si en
decido en esto , y á más que yo de mio este coche vienen ó no ningunas for
me soy pacífico y enemigo de meter zadas princesas. Para conmigo no
me en ruidos ni pendencias : bien es hay palabras blandas, que ya yo es
verdad que en lo que tocare á de . conozco , fementida canalla, dijo don
fender mi persona, no tendré mucha Quijote ; y sin esperar más respues
cuenta con esas leyes, pues las divi ta picó á Rocinante, y la lanza baja ,
nas y humanas permiten que cada arremetió contra el primero fraile,
uno se defienda de quien quiera agra con tanta furia y denuedo, que si el
viarle . No digo yo inenos, respondió fraile no se dejara caer de la mula .
don Quijote ; pero en esto de ayu él le hiciera venir al suelo mal de su
darme contra caballeros, has de te grado , y aun mal ferido, si no cayera
ner á raya tus naturales ímpetus . muerto . El segundo religioso que vió
Digo que así lo haré, respondió San del modo que trataban á su compa
cho, y que guardare itse preceto tan ñero , puso piernas al castillo de su
bien como el día del domingo. Es. buena mula , y comenzó a correr por
tando en estas razones, asomaron por aquella campaña más ligero que el
el camino dos frailes de la orden de viento . Sancho Panza, que vió en el
San Benito , caballeros sobre dos dro suelo al fraile, apeándose ligeramer
medarios , que no eran más pequeñas te de su asno , arremetió á él, y le co
dos mulas en que venían . Traían sus menzó á quitar los hábitos. Llega
antojos de camino y sus quitasoles. ron en esto dos mozos de los frailes .
Detrás dellos venía un coche con y preguntáronle que por qué le des .
cuatro ó cinco de á caballo que le nudaba. Respondióles Sancho que
acompañaban , y dos mozos de mu aquello le tocaba á él legítimamente,
las á pie . Venía en el coche, como como despojos de la batalla que su
después se supo, una s ñora viz
señor don Quijote había ganado. Los
caína que iba á Sevilla, donde esta mozos, que no sabían de burlas, ni on .
ba su marido , que pasaba á las Indias tendían aquello de despojos ni bata
con un muy honroso cargo . No ve llas, viendo que va don Quijote esta
nian los frailes con ella, aunque iban ba desviado de allí , hablando con las
el mismo camino ; mas apenas los que en el coche venían , arremetie
divisó don Quijote, cuando dijo á su ron con Sancho , y dieron con él en
escudero : 0 yo me engaño , ó esta el suelo , y sin dejar e pelo en las bar.
ha de ser la más famosa aventura bas, lo molieron á coces, y le dejaron
que se haya visto , porque aquellos tendido en el suelo sin aliento ni sen
buitoz negros que allí parecen ce tido. Y sin detenerse un punto, tornó
ben ser y son, sin duda algunos en á subir el fraile todo temeroso y aco
cantadores que llevan hurtada alguns bardado y sin color en el rostro , y
princesa en aquel coche.. y es me. cuando se vió á caballo, pico tras su
nester deshacer este tuerto á todo mi compañero, que un buen espacio de
poderío . Peor será esto que los mo alli le estaba aguardando y esperan .
PARTE 1.- CAPÍTULO VIII 35

do en qué paraba aquel sobresalto ; lla, que él mismo había de matar a


y sin querer aguardar el fin de todo su ama y á toda la gente que se lo
aquel comenzado suceso, siguieron estorbasé. La señora del coche, ad
su camino, haciéndose más cruces mirada y temerosa de lo que veía,
que si llevaran al diablo á las espal. hizo al cochero que se desviase de
das. Don Quijote estaba, como se ha allí algún poco, y desde lejos se pu
dicho, hablando con la señora del co- so á mirar la rigurosa contienda , en
che, diciéndole : La vuestra fermosu- el discurso de la cual dió el vizcaíno
ra, señora mía , puede facer de su una gran cuchillada á don Quijote
persona lo que más le viniere en ta- encima de un hombro por encima de
lante , porque ya la soberbia de vues- la rodela, que á dársela sin defensa
tros robadores yace por el suelo derri. le abriera hasta la cintura. Don Qui
bada por este mi fuerte brazo . Y por- jote , que sintió la pesadumbre de
que no penéis por saber el nombre aquel desaforado golpe, dió una gran
de vuestro libertador, sabed que yo Voz diciendo : ¡ Oh señora de mi
me llamo don Quijote de la Mancha, alma, Du.cinea, flor de la fermosura !
caballero andante , y cautivo de la socorred á este vuestro caballero
sin par y fermosa doña Dulcinea del que por satisfacer á la vuestra mu .
Toboso, y en pago del beneficio que cha bondad en este riguroso trance
de mi ' habéis recibido , no quiero se halla. El decir esto, y el apretar
otra cosa sino que volyáis al Tobo- la espada , y el cubrirse bien de su
so, y que de mi parte os pr : sentéis rodela, y el arremeter al vizcaíno ,
ante esta señora, y le digáis lo que todo fué en un tiempo , llevando
por vuestra libertad he fecho. Todo determinación de aventurarlo todo
esto que don Quijote decía, escucha- á la de un solo galope. El vizcaíno ,
ba un escudero de los que el coche que así le vió venir contra él , bien
acompañaban , que era vizcaíno ; el entendió por su denuedo su coraje ,
cual , viendo que no quería dejar pa- y determinó de hacer lo mismo que
sar el coche adelante , sino que decía don Quijote, y así le aguardó bien cu
que luego había de dar la vuelta al bierto de su almohada, sin poder ro
Toboso , se fué para don Quijote , y dear la mula ni á una ni á otra parte ,
asiéndole de la lanza le dijo en mala que ya de puro cansada y no hecha á
lengua castellana y peor vizcaína , semajantes niñerías, no podía dar
desta manera : Anda, caballero que un paso. Venía, pues, como se ha
mal andes ; por el Dios que crisme, dicho, don Quijote contra el cauto
que si no dejas coche, así te matas, vizcaíno, con la espada en alto con
como estás ahí vizcaíno . Entendióle determinación de abrirle por medio ,
muy bien don Quijote, y con mucho y el vizcaíno le aguardaba asimismo
sosiego le respondió : Si fueras ca- levantada la espada y aforrado con
ballero , como no lo eres , ya yo hu- su almohada , y todos los circunstan
biera castigado tu sandez y atrevi- tes estaban temerosos y colgados de lo
miento, cautiva criatura. A lo cual que había de suceder de aquellos
replicó el vizcaino : ¿ Yo no caballe- tamaños go pes con que se amena
ro? juro á Dios tan mientes como zaban ; la señora del coche y las de .
cristiano ; si lanza 'arrojas y espada más criadas suyas estaban haciendo
sacas, el agua cuán presto verás que mil votos y ofrecimientos á todas las
al gato llevas : vizcaíno por tierra , imágenes y casas de devoción de Es
hidalgo por
mar, hidalgo por el paña, porque Dios librase á su es
diablo , y mientes que mira si otra cudero y á ellas de aquel tan grande
dices cosa. Ahora lo veredes, dijo peligro en que se hallaban . Pero está
Agrages, respondió don Quijote ; y el daño de todo esto , que en este pun .
arrojando la lanza en el suelo, sacó to y término deja pendiente el autor
su espada, y embrazó su rodela . y desta historia esta batalla, discul
arrémetió al vizcaíno con determina- pándose que no halló más escrito
ción de quitarle la vida. El vizcaíno destas hazañas de don Quijote, de
que así la vió venir , aunque quisiera las que deja referidas . Bien es ver
apearse de la mula, que por ser de dad , que el segundo autor desta obra
las malas de alquiler , no había que no quiso creer que tan curiosa his
fiar en ella, no pudo hacer otra cosa toria estuviese entregada á las leyes
sino sacar su espada ; pero avínole del olvido, ni que hubiesen sido tan
bien que se halló junto al coche, de poco curiosos los ingenios de la Man
donde pudo tomar una almohada que cha, que no tuviesen en sus archivos
le sirvió de escudo, y luego se fue ó en sus escritorio algunos pape
ron el uno para el otro , como si les que deste famoso caballero trata
fueran dos mortales enemigos . La sen : y 'así con esta imaginación no
demás gente quisieron ponerlos en se desesp ró de hallar el fin desta
paz ; mas no pudo, porque decía el apacible historia, el cual, siéndole
vizcaíno en sus mal trabadas razones , el cielo favorable, le halló del modo
que si no le dejaban acabar su bata. que se contará en la segunda parte,
36 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

bajo y ejercicio de las andantes ar


mas, y al de desfacer agravios, so
correr viudas, amparar doncellas de
CAPITULO IX aquellas que andaban con sus azotes
y palafrenes, y con toda su virginidad
Donde se concluye y da fin á la es. á cuestas de monte en monte y de
tupenda batalla que el gallardo valle en valle ; que si era que al
vizcaino y el valiente manchego gún follón ó algún villano de hacha
tuvieron . y capellina, ó algún descomunal gi.
gantē las forzaba, doncella hubo en
los pasados tiempos en que al cabo
Dejamos en la primera parte des. de ochenta años , que en todos ellos
ta historia al valeroso vizcaíno y al no durmió un día debajo de tejado,
famoso don Quijote con las espadas se fué tan entera á la sepultura como
altas y desnudas en guisa de descar la madre que la había parido . Digo,
gar dos furibundos fendientes, tales , pues, que por estos y otros muchos
que si en lleno se acertaban , por lo respetos es digno nuestro gallardo
menos se dividirían y fenderían de Quijote de continuas y memorables
arriba abajo, y abrirían como una a.abanzas, y aun á mí no se me deben
granada; y en aquel punto tan dudo negar por el trabajo y diligencia que
60 paró y quedó destroncada tan puse en buscar fin desta agradable
sabrosa historia, sin que nos diese no. historia : aunque bien sé, que si el
ticia su autor dónde se podría hallar cielo , el caso y la fortuna no me ayu
lo que della faltaba. Causome esto daran , el mundo quedara falto y sin
mucha pesadumbre , porque el gusto el pasatiempo y gusto que bien casi
de haber leído tan poco se volvía en dos horas podrá tener el que con
disgusto de pensar el mal camiuo atención la leyere. Pasó, pues, el ha.
que se ofrecía para hallar lo mucho llara en esta manera :
que á mi parecer faltaba de tan sa. Estando yo un día en el Alcaná de
broso cuento. Parecióme cosa impo. Toledo, llegó un muchacho á vender
sible y fuera de toda buena costum unos cartapacios y papeles viejos á
bre, que á tan buen caballero le hu . un sedero ; y como soy aficionado á
biese faltado algún sabio que tomara leer aunque sean los papeles rotos de
á cargo el escribir sus nunca vistas las calles, llevado desta mi natural
hazañas, cosa que no faltó á ninguno inclinación , tomé un cartapacio de
de los caballeros andantes, de los los que el muchacho vendía, y vile
que dicen las gentes que van á suy con caracteres que conocí sér arábi .
aventuras , porque cada uno dellos gos , y puesto que aunque los cono
tenía uno ó dos sabios como de mol. cía, no los isabía leer, anduve miran
de, que no solamente escribían sus do si parecía por allí algún morisco
hechos, sino que pintaban sus más aljamiado que los leyese ; y no fué
mínimos pensamientos y niñerías, muy dificultoso hallar intérprete se
por más escondidos que fuesen ; y mejante, pues aunque le buscara de
no había de ser tan desdichado tan otra mejor y más antigua lengua ,
buen caballero, que le faltase á él lo le hallara . En fin , la suerte me de.
que sobró á Platir y á otros seme paró uno, que diciéndole mi deseo,
jantes. Y así no podía inclinarme á y poniéndole el libro en las manos ,
creer que tan gallarda historia hu le abrió por medio, y leyendo un poco
biese quedado manca y estropeada, en él , de comenzó á reir : pregunté.
y echaba la culpa á la ma ignidad le que de qué se reía, y respondióme
del tiempo devorador y consumidor que de una cosa que tenía aquel li.
de todas las cosas, el cual, ó la tenia bro escrita en el margen por anota
oculta ó consumida. Por otra parte, ción . Dijele que me la dijese , y él sin
me parecía que pues entre sus li dejar la risa, dijo : Está, como he
bros se habían hallado tan modernos dicho, aquí en el margen escrito esto :
como Desengaño de celos y Ninfas Esta Dulcinea del Toboso , tantas
y Pastores de Henares, que tam veces en esta historia referida , di.
bién su historia debía de ser moder cen que tuvo la mejor mano para
na, y que ya que no estuviese escri salar puercos, que otra mujer de
ta, estaría en la memoria de la gente toda la Mancha. Cuando yo oí decir
de su aldea y de las á ella circuave . Dulcinea del Toboso , quedé atónito
cinas. Esta imaginación me traía con y suspenso, porque luego se me re
fuso y deseoso de saber real y ver presentó que aquellos cartapacios
daderamente toda la vida y milagros contenían la historia de don Quijote ,
de nuestro famoso español don Qui Con esta imaginación le di priesa que
jote de la Mancha, luz y espejo de la leyese el principio, y haciéndolo así,
caballería manchega , y el primero volviendo de improviso el arábigo en
que en nuestra edad y en estos tan castellano, dijo que decía : Historia
ca amitosos tiempos se puso al tra de don Quijote de la Mancha, 68
PARTE 1.-- CAPÍTULO IX 37
crita por Cide Hamete Benengeli, gos , antes se puede entender haber
historiador arábigo. Mucha discre- quedado falto en ella que demasiado ;
ción fué menester para disimular el y así me parece á mí, pues cuando
contento que recibí cuando llegó á pudiera y debiera extender la pluma
mis oídos el título del libro, y sal- en las alabanzas de tan buen caba
teándosele al sedero, compré al mu- llero, parece que de industria lag
chacho todos los papeles y cartapa- pasa en silencio : cosa mal hecha y
cios por medio real: que si él tuvie- peor pensada, habiendo y debiendo
ra discreción, y supiera lo que yo los ser los historiadores puntuales, ver
deseaba, bien se pudiera prometer daderos y no nada apasionados, y que
y llevar más de seis reales de la com . ni el interés ni el miedo, el rencor
pra. Apartéme luego con el morisco ni la afición no les haga torcer del
por el claustro de la iglesia mayor, camino de la verdad, cuya madre es
y roguéle me volviese aquellos car la historia, émula del tiempo , depósi
tapacios, todos los que trataban de to de las acciones, testigo de lo pa
don Quijote, en lengua castellana, sin sado, ejemplo y aviso de lo presente,
quitarles ni añadirles nada, ofrecién- advertencia de lo porvenir . En esta
dole la paga que él quisiese. Conten- sé que se hallará todo lo que se acer
tósé con dos arrobas de pasas y dos tare á desear en la más apacible ; y
fanegas de trigo , y prometió de tra si algo bueno en ella faltare, para
ducirios bien y fielmente y con mu. mí tengo que fué por culpa del galgo
cha brevedad ; pero yo, por facilitar de su autor, antes que por falta del
más el negocio, y por no dejar de la sujeto . En fin, su segunda parte, si
mano tan buen hallazgo, le truje é guiendo la traducción, comenzaba
mi casa , donde en poco más de mes desta manera :
y medio la tradujo toda del mismo Puestas y levantadas en alto las
modo que aquí se refiere. Estaba er cortadoras espadas de los dos vale
el primero cartapacio pintada muy al rosos y enojados combatientes, 20
natural la batalla de don Quijote con parecía sino que estaban amenazando
el vizcaíno , puestos en la misma pos- al cielo, á la tierra y al abismo : tal
tura que la historia cuenta , levanta- era el denuedo y continente que te
das las espadas , el uno cubierto le nían. Y el primero que fué á descar
su rodela, y el otro de la almohada, gar el golpe fué el colérico vizcaíno,
y la mula del vizcaíno tan al vivo , el cual fue dado con tanta fuerza y
que estaba mostrando ser de alqui- tanta furia , que á no volvérsele la
ler á tiro de ballesta . Tenía á log espada en el camino, aquel solo golpe
pies escrito el vizcaíno un título que fuera bastante para dar fin á su ri
decía : Don Sancho de Azpeitia, gurosa contienda y á todas las aven .
que sin duda debía de ser su nombre , turas de nuestro caballero ; mas la
á los pies de Rocinante otro que buena suerte, que para mayores co
decía Don Quijote. Estaba Rocinante sas le tenía guardado, torció la espada
maravillosamente pintado, tan largo de su contrario , de modo que aunque
y tendido, tan extenuado y flaco, con le acertó en el hombro izquierdo, no
tanto espinazo, tan ético confirmado, le hizo otro daño que desarmarle todo
que mostraba bien al descubierto aquel lado, llevándole de camino
con cuánta advertencia y propiedad gran parte de la celada con la mitad
se le había puesto el nombre de Ro. de la oreja, que todo ello con espan
cinante. Junto a él estaba Sancho Pan. tosa ruina vino al guelo dejándole
za, que tenía del cabestro á su asno , muy maltrecho . 1 Válame Dios, y
á los pies del cual estaba otro rótu- quién será aquel que buenamente
lo que decía : Sancho Zancas, y pueda contar ahora la rabia que en
debía de ser que tenía, á lo que mos- tró en el corazón de nuestro man
traba la pintura , la barriga grande, chego , viéndose parar de aquella
el talle corto y las zancas largas, y manera ! No se diga más sino que
por esto se le debió de poner nombre fué de manera que se alzó de nuevo
de Panza y de Zancas, que con estos en los estribos, y apretando más la
dos sobrenombres le llama algunas espada en las dos manos , con tal
veces la historia . Otras algunas me- furia descargó sobre el vizcaino, acer
oudencias había que advertir ; pero tándole de lleno sobre la almohada y
todas son de poca importancia, y sobre la cabeza, que sin ser parte
que no hacen al caso á la verdadera tan buena defensa , como si cayera
relación de la historia , que ninguna sobre él una montaña, comenzó á
es mala como sea verdadera . Si & echar sangre por las narices y por
esta se le purde poner alguna obje- la boca y por los oídos , y á dar mues
ción cerca de su verdad , no podrá tras de caer de la mula abajo , de
Ber otra sino haber sido su autor donde cayera sin duda, si no se abra .
Arábigo, siendo muy propio de los zara con el cuello ; pero con todo eso
de aquella nación ser mentirosos ; sacó los pies de los estribos , y luego
aunque por ser tan nuestros enemi. soltó los brazos, y la mula espanta
38 DON QUIJOTE DE LA VANCIA
da del terrible golpe dió á correr por bien como otro que haya gobernado
el campo, y á pocos corcovos dió con ínsulas en el mundo . A lo cual res.
su dueño en tierra. Estábaselo con pondió don Quijote : Advertid , her
mucho sosiego mirando don Quijote, mano Sancho , que esta aventura y
y como lo vió caer, sa tó de su caba las á esta semejantes no son aven
ilo, y con mucha ligereza se llegó á turas de ínsulas , sino de encrucija
él, y poniéndole la punta de la es das, en las cuales no se gana otra
pada en los ojos, le dijo que se rin cosa que sacar rota la cabeza ó una
diese, si no, que le cortaría la ca oreja menos : tened paciencia , que
beza. Estaba el vizcaíno tan turbado, 1
aventuras se ofrecerán , donde no so
que no podía responder palabra, y lamente os pueda hacer gobernador ,
él lo pasara muy mal, según estaba sino más adelante . Agradecióselo mu.
ciego don Quijote, si las señoras del cho Sancho, y besándole otra vez la
coche, que hasta entonces con gran mano y la falda de la loriga, le ayudó
desmayo habían mirado la pendencia , á subir sobre Rocinante ; y él subió
no fueran adonde estaba, y le pidie sobre su asno y comenzó å seguir á
ran con mucho encarecimiento les su señor, que å paso tirado , sin des
hiciese tan grande merced y favor pedirse ni hablar más con las del 90
de perdonar la vida á aquel su es che , se entró por un bosque que allí
cudero. A lo cual don Quijote respon junto estaba . Seguíale Sancho á todo
dió con mucho entono y gravedad : el trote de su jumento ; pero cami
Por cierto , fermosas señoras, yo soy naba tanto Rocinante , que viéndose
muy contento de hacer lo que me quedar atrás , le fué forzoso dar vo
pedís ; mas ha de ser con una con ces á su amo que se aguardase. Hizo.
dición y concierto , y es que este ca lo así don Quijote, teniendo las rien .
ballero me ha de prometer de ir al das á Rocinante hasta que llegase
lugar del Toboso y presentarse de mi su cansado escudero, el cual, en l'e
parte ante la sin par doña Dulcinea, gando le dijo : Paréceme, señor, que
para que ella haga dél lo que más sería acertado irnos á retraer á algu
fuere de su vo untad . Las temerosas na iglesia, que según quedó maltre
y desconsoladas señoras, sin entrar cho aquel con quien os combatisters ,
en cuenta de lo que don Quijote pe . no será mucho que den noticia del
día, y sin preguntar quién Dulcinea caso á la Santa Hermandad y nos
fuese, lº prometieron que el escudero prendan ; y á fe que si lo hacen, que
haría todo aquello que de su parte primero que salgamos de la cárcel ,
le fuese mandado. Pues en fe desa que nos ha de sudar el hopo. Calla,
palabra, yo no le haré más daño, dijo don Quijote, y dónde has visto
puesto que se lo tenía bien merecido . tú ó leído jamás que caballero andan
te haya sido puesto ante la justicia
por más homicidios que hubiese co
metido ? Yo no sé nada de omecillos ,
CAPITULO X respondió Sancho, ni en mi vida la
caté á ninguno ; sólo sé que la San
ta Hermandad tiene que ver con los
De los graciosos razonamientos que que pelean en el campo, y en esotro
pasaron entre don Quijote y San . no me entremeto . Pues no tengas
cho Panza su escudero . pena, amigo, respondió don Quijote,
que yo te sacaré de las manos de ! os
Ya en este tiempo se había levan caldeos, cuanto más de las de la Her.
tado Sancho Panza algo maltratado mandad . Pero dime por tu vida, ¿ has
de los mozos de los frailes , y había tú visto más valeroso caballero que
estado atento á la batalla de su señor yo en todo lo descubierto de la tie
don Quijote, y rogaba á Dios en su rra ? ¿ Has leído en historias otro que
corazón fuese servido de dar e vic
tenga ni haya tenido más brío en
toria, y que en ella ganase alguna acometer , más aliento en el perse
ínsula de donde le hiciese goberna verar , más destreza en el_herir, ni
dor , como se lo había prometido. más maña en el derribar ? La verdad
Viendo, pues, ya acabada la penden sea, respondió Sancho, que yo no ne
cia, y que su amo volvía á subir so. leído ninguna historia jamás, porque
bre Rocinante, llegó á tenerle el es ni sé leer ni escribir ; mas lo que
tribo, y antes que subiese , se hincó osaré apostar es , que más atrevido
de rodillas delante dél, y asiéndole amo que vuestra merced , yo no le
de la mano, se la beso y le dijo : he servido en todos los días de mi
Sea vuestra merced servido, señor vida, y quiera Dios que estos atre
don Quijote mío, de darme el go vimientos no se paguen donde tengo
bierno de la insula que en esta ri dicho. Lo que le ruego á vuestra
gurosá pendencia se ha ganado , que merced es que se cure , que se le va
por grande que sea, yo me siento con mucha sangre desa oreja, que aquí
fuerzas de saberla gobernar tal y tan traigo hilas y un poco de ungüento
PARTE 1.--CALÍTULO X 39

blanco en las alforjas . Todo eso fuc cumplió lo que se le dejó ordenado,
ra bien excusado , respondió don Qui. de irse á presentar ante mi señora
joti, si á mí se me acordara de hacer Dulcinea del Toboso , ya habrá cum
una redoma del bálsamo de Fiera plido con lo que debía, y no merece
brás, que con sola una gota se aho otra pena, si no comete nuevo deli
rraran tiempo y medicinas. Qué re to. Has hablado y apuntado muy
doma y qué bálsamo es ese ? dijo bien , respondió don Quijote , y así
Sancho Panza. Es un bálsamo, res anulo el juramento en cuanto lo que
pondió don Quijote , de quien tengo toca á tomar del nueva venganza ;
la receta en la memoria, con el cual pero hágole y confírmole de nuevo
no hay que tener temor á la muerte , de hacer la vida que he dicho , has
ni hay que pönsar morir de ferida ta tanto que quite por fuerza otra
alguna ; y así cuando yo le haga y c lada tal y tan buena como esta á
te le dé , no tienes más que hacer algún caballero. Y no pienses, San
sino que cuando vieres que en al cho, que así á humo de pajas hago
guna batalla me han partido por me esto , que bien tengo á quien imitar
dio del cuerpo, como muchas veces en ello, que esto mismo pasó al pie
suere acontecer , bonitamente la par de la letra sobre el yelmo de Mam
te del cuerpo que hubiere caído en brino , que tan caro e costó á Sa
el suelo, y con mucha sotileza , antes cripante. Que dé al diablo vuestra
que la sangre se hiele, la pondrás merced tales juramentos, señor mío,
sobre la otra mitad que quedare en replicó Sancho, que son muy en daño
la silla , advirtiendo de encajalla de la salud , y muy en perjuicio de
igualmente y al justo : luego me da 13 conciencia: si no , dígame ahora,
rás á beber sólo dos tragos del bál si acaso en muchos días no topamos
samo que he dicho, y verásme que hombre armado con celada , ¿ qué he
dar más sano que una manzana. Si mos de hacer ? ¿ Hase de cumplir
eso hay, dijo Panza, yo renuncio des el juramento á despecho de tantos
de aquí el gobierno de a prometida inconvenient's é incomodidades como
insula , y no quiero otra cosa en pago será el dormir vestido, y el no dor.
de mis muchos y buenos servicios , mir en poblado, y otras mil peniten
sino que vuestra merced me dé la cias que contenía el juramento de
receta dese extremado licor, que para aquel .oco viejo del marqués de Man .
mi tengo que valdrá la onza adonde tua , que vuestra merced quiere re
quiera más de á dos reales, y no he validar ahora ? Mire vuestra merced
menester yo más para pasar esta vida bien, que por todos estos caminos no
honrada y descansadamente ; pero andan hombres armados, sino arrie
es de saber ahora, si tiene mucha ros y carreteros, que no sólo no traen
costa el hacelle . Con menos de tres celadas, pero quizá no las han oído
reales se pueden hacer tres azum nombrar en todos los días de su vida,
bres , respondió don Quijote. Peca Engañaste en eso , dijo don Quijote,
dor'de mi, replicó Sancho, pues á porque no habremos estado dos bo
qué aguarda vuestra merced á ha ras por estas encrucijadas , cuando
cello y á enseñármele ? Calla , amigo, Veamos más armados que los que vi .
respondió do Quijote, que mayores nieron sobre Albraca à la conquista
secretos pienso enseñarte y mayores de Angélica la bella. Alto pues, sea
mercedes hacerte : y por ahora, cu . así, dijo Sancho, y á Dios prazga que
rémonos, que la oreja me duele más nos suceda bien, y que se llegue ya
de lo que yo quisiera. Sacó Sancho el tiempo de ganar esa insula que
de las alforjas hilas y ungüento, mas tan cara me cuesta , y muérame yo
cuando don Quijote llegó á ver rota lu go. Ya te he dicho , Sancho , que
su celada, pensó perder el juicio , v no te dé eso cuidado alguno , que
puesta la mano en la espada. v al cuando fa'tare insula , ahí está el rei
zando los ojos al cielo , dijo : Yo no de Dinamarca ó el de Sobradisa,
hago juramento al Criador de todas que te vendrán como anillo al dedo ,
las cosas y á los santos cuatro evan . y más, que por ser en tierra firme,
golios , donde más largamente están te dobes más alegrar. Pero dejemos
escritos , de hacer la vida que hizo esto para su tiempo, y mira si traes
el grande marqués de Mantua cuan algo en esas alforjas que comamos,
do juró de vengar la muºrte de su porque vamos luego en busca de al
sobrino Baldovinos , que fué de no gún castillo donde alojemos esta
comer pan á manteles, ni con su noche, y hagamos el bálsamo que te
mujer folgar , y otras cosas, que he dicho, porque yo to voto á Dios
aunque dellas nome acuerdo, las doy que me va doliendo mucho la oreja ,
aquí ror expresadas, hasta tomar en Aquí traigo una cebolla y un poco
tera venganza del que tal desaguisa . de queso , dijo Sancho ; pero no son
do me fizo . Oyendo esto Sancho, le manjares que pertenecen á tan va
dijo : Advierta vuestra merced, se liente caballero como vuestra mer
por don Quijote , que si el caballero ced . iQué mal lo entiendes, respon .
40 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
dió don Quijote: hágote saber, San
cho, que es honra de los caballeros
andantes no comer en un mes , y ya
que coman, Bea de aquello que ha CAPITULO XI
llaren más á mano : y esto se te
hiciera cierto, si hubieras leído tan . De lo que sucedió á don Quijoto
tas historias como yo ; que aunque
con unos cabreros
han sido muchas , en todas ellas no
he hallado hecha relación de que los Fué recogido de los cabreros con
caballeros andantes comiesen , si no buen ánimo , y habiendo Sancho lo
era acaso, y en algunos suntuosos mejor que pudo acomodado á Roci
banquetes que les hacían , y los demás nante y á su jumento, 89 fué tras el
días se los pasaban en flores. Y aun olor que despedían de sí ciertos ta
que se deja entender que no podían sajos de cabra que hirviendo al fue.
pasar sin comer y sin hacer todos los go en un caldero estaban . Y aunque
otros menesteres naturales, porque él quisiera en aquel mismo punto
en efecto eran hombres como nos ver si estaban en sazón de trasladar
otros , hase de entender también que los del caldero al estómago , lo dejó
andando lo más del tiempo de su vida de hacer porque los cabreros los
por las florestas y despoblados y sin quitaron del fuego, y tendiendo por
cocinero, que su más ordinaria comi . el suelo unas pieles de oveja, adere
da seria de viandas rústicas, tales zaron con mucha priesa su rústica
como las que tú ahora me ofreces : mesa, y convidaron á los dos con
así que , Sancho amigo, no te acon. muestras de muy buena voluntad
goje lo que á mí me da gusto, ni con lo que tenían . Sentáronse á ia
quieras tú hacer mundo nuevo , ni redonda de las pieles seis dellos , que
Bacar la caballería andante de sus eran los que en la majada había,
quicios. Perdóneme vuestra merced , habiendo primero con groseras ce
dijo Sancho, que como yo no sé leer remonias rogado á don Quijote que
ni escribir , como otra vez he dicho , se sentase sobre un dornajo que vuel.
no sé, ni he caído en las reglas de to del revés le pusieron. Sentóse
la profesión caballeresca, y de aquí don Quijote, y quedábase Sancho en
adelante yo proveeré las alforjas de pie para servirle la copa, que era
todo género de fruta seca para vues hecha de cuerno . Viéndole en pie su
tra merced , que es caballero, y para amo, le dijo : Porque veas, Sancho ,
mí las proveeré , pues no lo soy . de el bien que en sí encierra la an
otras cosas volátiles y de más subs dante caballería , y cuán á pique es
tancia. No digo yo , Sancho , replicó tán los que en cualquiera ministerio
don Quijote, que sea forzoso á los della se ejercitan de venir breve
caballeros andantes no comer otra
mente á ser honrados y estimados
cosa sino esas frutas que dices, sino del mundo, quiero que aquí á mi
que su más ordinario sustento debía
lado y en compañía desta buena gen
de ser dellas y de algunas hierbas te te sientes, y que seas una misma
que hallaban por los campos , que cosa conmigo que soy tu amo y na
ellos conocían y yo también conoz tural soñor, que comas en mi plato
co. Virtud es , respondió Sancho ,
conocer esas hierbas , que según yo y bebas por donde yo bebiere , por
que de la caballería andante se pue.
me voy imaginando, algún día será
conocimie de decir lo mismo que del amor se
menester usar dese nto .
Y sacando en esto lo que dijo que dice , que todas las cosas iguala.
traía, comieron los dos en buena paz ¡ Gran merced ! dijo Sancho, pero sé
decir á vuestra merced , que como
y compaña. Pero deseosos de buscar yo tuviese bien de comer, tan bien
adonde alojar aquella noche , acaba y mejor me lo comería en pie y á
ron con mucha brevedad su pobre y
seca comida : subieron luego á ca mis solas , como sentado á par de un
ballo v diéronse priesa para llogar á fmperador. Y aun si se va á decir
poblado antes que anocheciese ; pero verdad , mucho mejor me sabe lo que
faltóles el sol, y la esperanza de al como en mi rincón sin melindres ni
canzar lo que deseaban , junto á unas respetos , aunque sea pan y cebolla,
chozas de unos cabreros , y así de que los gallipavos de otras mesas
terminaron de pasarla allí ; donde me sea forzoso mascar des
que pacio , beber poco, limpiarme á me
cuanto fué de pesadumbre para San.
cho no llegar á poblado, fué de con nudo , no estornudar ni toser si me
tento para su amo dormirla al cielo viene gana , ni hacer otras cosas que
descubierto , por parecerle que cada la soledad y la libertad traen con
vez que esto le sucedía, era hac r sigo. Así que, señor mío , estas hon
un acto posesivo que facil ras que vuestra merced quiere dar
me por ser ministro y adherente de
prueba de su caballería . la caballería andante, como lo boy
siendo escudero de vuestra merced ,
PARTE 1. - CAPÍTULO XI
conviértalas en otras cosas que me tar, sustentar y deleitar á los hijos
sean de “ más cómodo y provecho ; que entonces la poseían. Entonces si
que estas, aunque las doy por bien que andaban lassimples y hermosas
recibidas, las renuncio para desde zagalejas de valle en valle y de ote
aquí al fin del mundo. Con todo eso, ro en otero, en trenza y en cabello,
te has de sentar, porque á quien se sin más vestido de aquellos que
humilla Dios le ensalza; y asiéndole eran menester para cubrir honesta
por el brazo , le forzó á que junto á mente lo que la honestidad quiere
él se sentase. No entendían los ca.
y ha querido siempre que se cubra :
breros aquella jerigonza de escuderos y no eran sus adornos de los que
y de caballeros andantes , y no hacían ahora se usan , á quien la púrpura
otra cosa que comer y callar y mirar de Tiro y la por tantos modos mar
á sus huéspedes, que con mucho do. tirizada seda encarecen, sino de al
naire v gana embaulaban tasajo como gunas hojas de verdes lampazos y
el puño . Acabado el servicio de car hiedra entretejidas, con lo que qui
ne, tendieron sobre las zaleas gran zás iban tan pomposas y compues .
cantidad de bellotas avellanadas, y tas como van ahora nuestras corte
juntamente pusieron un medio que sanas con las raras y peregrinas in
so más duro que si fuera hecho de venciones que a curiosidad ociosa
argamasa . No estaba en esto ocioso les ha mostrado . Entonces se de
el cuerno, porque andaba a la redon coraban los concetos amorosos del
da tan á menudo, ya lleno, ya va a ma simple y sencillamente del mis
cío , como arcaduz de noria, que con mo modo y manera que ella los con.
facilidad vació un zaqu9 de dos que cebía sin buscar artificioso rodeo
estaban de manifiesto. Después que de palabras para encarecerlos. No
don Quijote hubo bien satisfecho su había la fraude, el engaño, ni la
estómago, tomó un puño de bellotas malicia mezcládose con la verdad y
en la mano , y mirándolas atentamén llaneza . La justicia se estaba en sus
te, soltó la voz á semejantes razones : propios términos, sin que la osasen
Dichosa edad y siglos dichosos aque turbar ni ofender los del favor y los
llos a quienes los antiguos pusieron di interés , que tanto ahora la me
nombre de dorados, y no porque en noscaban, turban y persiguen. La ley
ellos el oro, que en esta nuestra dei encaje aún no se había sentado
edad de hierro tanto se estima , se en el entendimiento del juez, porque
alcanzas en aquella venturosa sin entonces no había que juzgar ni
fatiga alguna, sino porque entonces quien fuose juzgado. Las doncellas y
los que en ella vivian, ignoraban es la honestidad andaban, como tengo
tas dos palabras de tuyo y mio . dicho, por dondequiera solas y señe
Erap en aquella santa edad todas las ras , sin temor que la ajena desen .
cosas comunes : á nadie le era nece. voltura y lascivo intento las menos.
sario para alcanzar su ordinario sus cabasen , y su perdición nacía de su
tento , tomar otro trabajo que alzar gusto y propia voluntad. Y ahora, en
la mano, y alcanzarle de las robustas estos nuestros detestab.es siglos , no
encidas que liberalmente les estaban está segura ninguna, aunque la ocul
convidando con su dulce y sazonado te y cierre otro nuevo laberinto como
fruto. Las claras fuentes y corrien el de Creta ; porque allí por los res
tes rios en magnífica abundancia sa quicios ó por el aire con el celo de
brosas y transparentes aguas les ofre la maldita so icitud se les entra la
cían . En las quiebras de las mañas amorosa pestilencia, y les hace dar
y en los huecos de los árboles forma. con todo su recogimiento al traste .
ban su república las solicitas y dis Para cuya seguridad , andando más
cretas abejas, ofreciendo á cualquie los tiempos y creciendo más la ma
ra mano, sin interés alguno, la fér licia , se instituyó la orden de los
til cosecha de su dulcísimo trabajo. caballeros andantes para defender
Los valientes alcornoques despedían Las doncellas, amparar las viudas , y
de 81, sin otro artificio que el de su socorrer á los huérfanos y á los me
cortesía , sus anchas y livianas cor nesterosos. De esta orden soy yo,
tezas , con que se comenzaron á cu hermanos cabreros, á quien agra
brir las casas sobre rústicas estacas, dezco el agasajo y buen acogimien
sustentadas no más que para defensa to que hacéis á mí y á mi escudero :
de las inclemencias del cielo . Todo que aunque por ley natural están
era paz entonces todo amistad , todos los que viven obligados a favo.
todo concordia : aun no se había recer a los caballeros andantes, toda
atrevido la pesada reja del corvo ara vía por saber que sin saber vosotros
do á abrir ni visitar las as
entrañ esta obligación me acogistes y rega
piadosas de nuestra prim ra ma lastes, es razón que con la voluntad
dre , que ella sin ser forzada ofre á mí posible os agradezca la vuestra .
cía -or todas partes de su fértil y Toda esta larga arenga ( que se pu .
espacioso seno lo que pudiese har. diera muy bien excusar ), dijo nues.
42 DIN QUIJOTE DE LA MANCHA

tro caballero, porque las bellotas que tal vez la esperanza muestra
le dieron le trujeron á la memoria la orilla de su vestido .
la edad dorada ; y antojóse.e hacer Abalanzase al señuelo
aquel inútil razonamiento á los ca. mi fe , que nunca ha podido
breros, que sin respondelle palabra, ni menguar por no llamado
embobados y suspensos le estuvieron ni crecer por escogido .
escuchando. Sancho asimismo, ca Si el amor es cortesía,
Haba y comía bellotas, y visitaba de la que tienes colijo
muy á menudo el segundo zaque , que que el fin de mis esperanzas
porque se enfriase el vino, le tenían ha de sor cual imagino.
co gado de un alcornoque. Más tar Y si son servicios parte
dó en hablar don Quijote que en aca. de hacer un pecho benigno ,
barse la cena, al fin de la cual uno algunos de los que he hecho
de los cabreros dijo : Para que con fortalecen mi partido.
más veras pueda vuestra merced de Porque si has mirado en ello
cir , s ñor caballero andante , que le más de una vez habrás visto
agasajamos con pronta y buena vo que me h9, vestido en los lunes
luntad , queremos darle so az y con lo que me honraba el domingo.
tento con hacer que cante un compa Como el amor y la gala
ñero nuestro que no tardará mucho andan un mismo camino,
en estar aquí , el cual es un zagal en todo tiempo á tus ojos
muy entendido y muy enamorado , y quise mostrarme puido .
que sobre todo sabº leer y escribir , Dejo ei bailar por tu causa ,
y es músico de un rabel, que no hay ni las músicas te pinto,
más que desear. Apenas había acaba. que has escuchado á deshoras
do el cabrero de decir esto, cuando y al canto del gallo primo.
llegó á sus oídos el son del rabel, y No cuento las alabanzas
de alli á poco llegó el que le tañía, que de tu belleza he dicho,
que era un mozo de hasta veintidós que, aunque verdaderas , hacen
años, de muy buena gracia . Pregun ser yo de algunas malquisto.
táronle sus compañeros si había ce Teresa del Berroca ,
nado y respondiendo que sí, el que yo alabándote , me dijo :
·había hecho los ofrecimientos le tal piensa que adora un ángel
dijo : Desa manera, Antonio , bien y viene á adorar á un jimio ;
podrás hacernos placer de cantar un mérced á los muchos dijes
poco, porque vea este señor hués y á los cabellos postizos ,
ped que tenemos, que también nor v á hipócritas hermosuras ,
los montes y se vas hay quien sepa que engañan al amor mismo.
de música . Hémosle dicho tus bie Desmentila , y enojóse ;
nas habilidad is , y deseamos que las volvió por ella su primo :
muestres y nos saques verdaderos ; desafióme, y ya sabes
y así te ruego por tu vida , que te lo que yo hice y él hizo.
sientes y cantes el romance de tus No te quiero yo á montón,
amores, que te compuso el beneficia ni te pratendo y te sirvo
do tu tío, que en el pueblo ha pa por lo de barraganía ,
recido muy bien . Que me place, res que más bueno es midesignio .
pondió el mozo ; y sin hacerse más de Coyundas tiene la Iglesia ,
rogar, se sontó en el tronco de una que son lazadas de sirgo ;
desmochada encina , y templando su pon tu cuello en la gamella,
rabel , de allí á poco , con muy bue verás cómo pongo el mío .
na gracia, comenzó a cantar, dicien. Donde no, desde aquí juro
do desta manera : por el santo más bendito ,
de no salir destas sierras
ANTONIO sino para capuchino .
Yo sé , Olalla, que me adoras , Con esto dió el cabrero fin a sui
puesto que no me lo han dicho canto , y aunque don Quijote e rogó
ni aun con los ojos siquiera , que algo más cantase , no lo consintió
mudas lenguas de amorios. Sancho Panza, porque estaba más
Porque sé que eres sabida , para dormir que para oir canciones.
en que me quieres me afirmo; Y así dijo a su amo : Bien puede
que nunca fué desdichado vuestra merced acomodarse desde
amor que fué conocido. luego adonde ha de posar esta co
Bien es verdad que tal vez , che, que el trabajo que estos buenos
Olalla, me has dado indic'o hombres tienen todo el día , no.per
que tienes de bronce el alma, mite que pasen la noche cantando .
y el blanco pecho de risco . Ya te entiendo, Sancho , le respondió
Mas allá entre tus reproches don Quijote, que bien se me traslice
y honestísimos desvíos, que las visitas del zaque piden más
PARTE 1. - CapiTULO XII 13

recompensa de sueño que de músi. tengo dicho : y tengo para mi que


ca. A todos nos sabe bien, bendito ha de ser cosa muy de ver ; á lo me
sea Dios , respondió Sancho. Yo lo nos yo no dejaré de ir á verla, si su
niego , replicó don Quijote, pero aco piese no volver mañana al lugar. To
módate tú donde quisieres , que los dos haremos lo mesmo, respondie
de mi profesión mejor parecen ve ron los cabreros , y echaremos suer
Jando que durmiendo , pero con todo tes á quién ha de quedar á guardar
eso sería bien, Sancho , que me vuel . las cabras de todos . Bien dices, Pe
vas á curar esta oreja, que me va dro , dijo uno dellos, aunque no será
doliendo más de lo que es menfster. menester usar desa diligencia, que yo
Hizo Sancho lo que se le mandaba, me quedaré por todos : y no lo atri.
y viendo uno de los cabreros la he buyas á virtud y á pocł curiosidad
rida, le dijo que no tuviese pena, mía, sino á que no me deja andar el
que él pondría remedio con que fá garrancho que el otro día me pasó
cilmente se sanase ; y tomando al este pie . Con todo eso te lo agrade
gunas hojas de romero , de mucho cemos , respondió Pedro. Y don Qui.
que por allí había, las mascó y las jote rogó á Pedro que le dijese qué
mezc ó con un poco de sal , y apli muerto era aquel, y qué pastora
cándoselas á la oreja se la vendó muy aquella ; á lo cual Pedro respondió :
bien, asegurándole que no había me que lo que sabía era que el muerto
nester otra medicina , y así fué la era un hijodalgo rico , vecino de un
verdad. lugar que estaba en aquellas sie
rras, el cual había sido estudiante
muchos años en Salamanca , al cabo
de los cuales había vue to á su lugar
CAPITULO XII con opinión de muy sabio y muy leído.
Principalmente decían que sabía la
De lo que contó un cabrero á los ciencia de las estrellas , y de lo que
pasan allá en el cielo el so: y la luna
que estaban con don Quijote porque puntualmente nos decía el
cris del sol y de la luna . Eclipse se
Estando en esto , llegó otro mozo de llama , amigo, que no cris , el escure
los que les traían de la aldea el basti. cerse esos dos lum nares mayoris, dijo
mento , y dijo : ¿ Sabéis lo que pasa don Quijote . Mas Pedro, no reparan
do en niñerías, prosiguió su cuento
en el lugar , compañeros ? ¿ Cómo lo diciendo : Asimesmo adivinaba cuan
podemos saber ? respondió uno dellos. do había de ser el año abundante o
Pues sabed , prosiguió el mozo , que
murió esta mañana aquel famoso estil . Estéril queréis decir, amigo ,
pastor estudiante llamado Grisósto . dijo don Quijote. Estéril ó estil , res .
pondió Pedro , todo se sale alla . Y
mo, y se murmura que ha muerto digo que con esto que decía se hicie
de amores de aquella endiabºada
ron su padre y sus amigos , que le
moza de Marcela , la hija de Guiller daban crédito , muy ricos, porqu . ha
mo el rico , aquella que se anda en
hábito de pastora por esos andurria cían lo que él les aconsejaba dicién
les. Por Marcela dirás, dijo uno : doles : Sembrad este año cebada, no
Por esa digo , respondió el cabrero ; trigo , en este podéis sembrar garban
y es lo bueno que mandó en su tes zos y no cebada ; el que viene será
tamento que le enterrasen en el de guilla de aceite , los tres siguien
campo como si fuera moro , y que
tes no se cogerá gota. Esa ciencia se
sea al pie de la peña donde está la llama astrología , dijo don Quijote.
fuente del Alcornoque, porque se No sé yo cómo se llama, replicó Pe
dro, mas sé que todo esto sabía y
gún es fama (y él dicen que lo dijo) , aun más. Finalmente , no pasaron 10
aquel lugar es adonde él la vió la chos meses después que vino de Sa
vez primera. Y también mandó otras lamanca, cuando un día remaneció
cosas tales, que los abades del pue
blo dicen que no se han de cumplir, vestido de pastor con su cayado y
ni es bien que se cumplan , porque pellico , habiéndose quitado los hábi.
parecen de gentiles. A todo lo cual tos largos que como esco ar traía , y
responde aquel gran su amigo Ambro . juntamente se vistió con él de pas
tor otro su grande amigo llamado
sio el estudiante que también se vistió Anibrosio, que había sido su compa
de pastor con él, que se ha de cumplir ñero en los estudios . Olvidábaseme
todo sin faltar nada, como lo dejó de decir como Grisóstomo el difunto
mandado Grisóstomo , y sobre esto fué grande hombre de componer co
anda el pueblo alborotado ; mas á ! o plas , tanto que él hacía los villanci
que se dice, en fin se hará lo que cos para la noche del Nacimiento del
Ambrosio y todos los pastores sus Señor, y los autos para el día de
amigos quieren, y mañana le vienen
Dios , que los representaban log mo
á enterrar con gran pompa adonde zos de nu stro pueblo, y todos decían
DON QCIJOTE DE LA MANCILA
que eran por el cabo. Cuando los del do llegó á edad de catorce á quinco
lugar vieron tan de improviso vesti años, nadie la miraba que no ben
dos de pastores á los dos escolares, decía á Dios, que tan hermosa la
quedaron admirados y no podian había criado, y los más quedaban
adivinar la causa que les había mo. enamorados y perdidos por ella .
vido á hacer aquella tan extraña mu Guardábala su tío con mucho recato
danza. Ya en este tiempo era muerto y con mucho encerramiento ; pero
el padre de nuestro Grisóstomo, y el con todo esto, la fama de su mucha
quedó heredero en mucha cantidad hermosura se extendió de manera ,
de hacienda, ansi en muebles como que así por ella , como por sus mu
en raíces, y en no pequoña cantidad chas riquezas , no solamente de los
de ganado mayor y menor, y en gran de nuestro pueblo, sino de los de
cantidad de dineros ; de todo lo cual muchas leguas á la redonda, y de los
quedó el mozo señor desoluto, y en mejores dellos, era rogado, so.icita
verdad que todo lo merecía , que era do é importunado su tío se la diese
muy buen compañero y caritativo y por mujer. Mas él , que á las dere.
amigo de los buenos , y tenía una cara chas es buen cristiano, aunque qui.
como una bendición. Después se vino siera casarla luego, así como la vió
á entender, que el haberse mudado de edad, no quiso hacerlo sin su con
de traje no había sido por otra cosa sentimiento , sin tener ojo á la ga
que por andarse por estos despobla nancia y granjería que le ofrecía el
dos en pos de aquella pastora Marcela tener la hacienda de la moza, dila
que nuestro zagal nombró denantes , tando su casamiento . Y á fe que se
de la cual se había enamorado el po dijo esto en más de un corrillo en el
bre difunto de Grisóstomo . Y quié. pueblo en alabanza del buen sacerdo
roos decir ahora, porque es bien que te. Que quiero que sepa, señor an
lo sepáis , quién es esta rapaza ; quizá dante , que en estos lugares cortos
y aun sin quizá no habréis oído seme de todo se trata y de todo se murmu
jante cosa en todos los días de vues. ra : y tened para vos, como yo tengo
tra vida , aunque viváis más años que para mí, que debía de ser demasiada .
Sarna. Decid Sarra, replicó don Qui mente bueno el clérigo que obliga á
jote , no pudiendo sufrir el trocar de sus feligreses á que digan bien déi,
los vocablos del cabrero . Harto vive especialmente en las a deas . Así es
la sarna, respondió Pedro ; y si es , la verdad , dijo don Quijote, y pro
señor , que me habéis de andar zahe. seguid adelante, que el cuento es

riendo á cada paso los vocablos, no muy bueno, y vos, buen Pedro, le
acabaremos en un año . Perdonad , contais con muy buena gracia . La del
amigo , dijo don Quijote, que por ha. Señor no me faite, que es la que hace
ber tanta diferencia de sarna á Sarra al caso. Y en lo demás sabréis que
os lo dije ; pero vos respondisteis aunque el tío proponía á la sobrina,
muy bien, porque vive más sarna que y le decía las calidades de cada uno
Sarra ; y proseguid vuestra historia, en particular, de los muchos que
que no os replicará más en nada . por mujer la p dian , rogándole que
Digo pues , señor mío de mi alma , se casase y escogiese á su gusto , ja
dijo el cabrero, que en nuestra al más ella respondió otra cosa sino
dea hubo un labrador , aun más rico que por entonces no quería casarse,
que el padre de Grisóstomo, el cual y que por ser tan muchacha no se
se llamaba Guillermo, y al cua dió sentía hábil para poder llevar la car
ga d'l matrimonio . Con estas que
Dios, amén de las muchas y grandes odaba, al parecer, justas excusas, de
riquezas, una hija, de cuyo parto mu
rió su madre , que fué la más honrada jaba el tío de importunar.a, y espe
mujer que hubo en todos estos con raba á que entrase algo más en edad,
tornos : no parece sino que ahora la y ella sup :ese escoger compañía á
veo con aquella cara que del un ca. bu gusto. Porque decía él , y decía
muy bien , que no habían de dar los
bo tenía el sol y del otro la 'una , y padres á sus hijos estado contra su
sobre todo hacendosa y amiga de los voluntad . Pero hételo aquí, cuando no
pobres , por lo que creo que debe de
estar su ánima á la hora de ahora me cato , que remanece un día la me
gozando de Dios en el otro mundo. lindrosa Marcela hecha pastora :
De pesar de la muerte de tan buena zin sr parte su tío ni todos los del
mnjer murió su marido Guillermo, pueblo que se lo desaconsejaban , dió
en irse al campo con las demás za
dejando á su hija Marce a muchacha galas del lugar , y dió en guardar su
y rica en poder de un tío suyo, sacer mesmo ganado. Y así como ella salió
dote y beneficiado en nuestro lugar .
Creció la niña con tanta belleza, que en público, y su hermosura se vió
nos hacía acordar de la de su madre ,
al descubierto, no os sabré buena
mente decir cuántos ricos mancebos ,
que la tuvo muy grande ; y con todo hidalgos y labradores, han tomado
esto se juzgaba que le había de pa el traje de Grisóstomo, y la andan
car la de la hija : y así fué , que cuan.
PARTE 1.---Capítulo XI 45

requebrando por esos campos. Uno dición tan terrible , y gozar de her
de los cuales, como ya está dicho, mosura tan extremada. Por ser todo
fué nuestro difunto , del cual decían lo que he contado tan averiguada ver
que la dejaba de querer, y la adoraba. dad, me doy á entender que tam
Y no se piense que porque Marcela bién lo es lo que nuestro zagal dijo
se puso en aquella libertad y vida que sé decía de la causa de la muerte
tan suelta y de tan poco ó ninziin re. de Grisóstomo; y así os aconsejo, se
cogimiento , que por eso ha dado in- ñor, que no dejéis de hallaros ma
dicio ni por semejas , que venga en ñana á su entierro, que será muy de
menoscabo de su honestidad y recato ; Ver, porque Grisóstomo tiene muchos
antes es tanta y tal la vigilancia con amigos, y no está deste lugar, a aquel
que mira por su honra, que de cuan- donde manda enterrarse, media le
tos la sirven y solicitan ninguno se gua. En cuidado me lo tengo, dijo don
ha alabado, ni con verdad se podrá Quijote , y agradezcoos el gusto que
alabar, que le haya dado alguna pe- me habéis dado con la narración de
queña esperanza de alcanzar su de. tan sabroso cuento . ¡ Oh ! replicó el
beo. ue puesto que no huye ni se cabrero , aun no sé yo la mitad de los
esquiva de la compañía y conversa- casos sucedidos á los amantes de
ción de los pastores, y los trata cortés Marceia ; mas podría ser que mana
y amigablemente, en llegando á des . na topásemos en el camino algún pas .
cubrirle su intención cua quiera de- tor que nos lo dijese : y por ahora
llos, aunque sea tan justa y santa bien será que os vais á dormir debajo
como la del matrimonio , los arroja de de techado, porque el sereno os po
sí como con un trabuco . Y con esta dría dañar la herida , puesto que es
manera de condición hace más daño tal la m dicina que se os ha puesto ,
en esta tierra, que si por ella entra que no hay que temer de contrario
ra la pestilencia ; porque su afabili. accidente. Sancho Panza, que ya daba
dad y hermosura atrae los corazones al diablo el tanto hablar del cabrero ,
de los que la tratan á servir.a v á solicitó por su parte que su amo se
amarla ; pero su desdén y desengaño entrase á dormir en la choza de Pe
los conduce á términos de desespe dro. Hizolo así, y todo lo más de la
rarse , y así no saben qué decirle noche se le pasó en memorias de su
sino llamarla á voces cruel y desagra . señora Dulcinea, á imitación de los
decida, con otros títulos á este se amantes de Marcela . Sancho Panza
mejantes que bien la calidad de su se acomodó entre Rocinante y su ju
condición manifiestan : y si aquí es mento , y durmió, no como enamorado
tuviéredes, señor, a gún día , veríades desfavorecido, sino como hombre mo
resonar estas sierras y estos valles lido á coces .
con los lamentos de los desengañados
que la siguen . No está muy lejos de
aquí un sitio donde hay casi dos do
cenas de altas hayas , y no hay nin CAPITULO XIII
guna que en su lisa corteza no tenga
grabado y escrito el nombre de Mar.
cela, y encima de alguno una corona Donde se da fin al cuento de la
grabada en el mesmo árbol, como si pastora Marcela, con otros su
más claramente dijera su amante, cesos .
que Marcela la lleva y la merece de
toda la hormosura humana. Aquí sus
pira un pastor, allí se queja otro, acu Mas apenas comenzó á descubrirse
llá se oyen amorosas canciones, acá el día por los balcones de oriente ,
desesperadas endechas. Cuál hay que cuando los cinco de los seis cabreros
pasa todas las horas de la noche sen se levantaron y fueron á despertar á
tado al pie de alguna encina ó pe don Quijote, y á decille si estaba to.
ñasco, y allí sin piegar los llorosos davía con propósito de ir á ver el fa
ojos , mibebecido y transportado en moso entierro de Grisóstomo , y que
bus pensamientos le halló el sol á la ellos le harían compañía. Don Qui
mañana; y cuál hay que sin dar va jote , que otra cosa no deseaba, se le
do ni tregua á sus suspiros , en mi vantó y mandó á Sancho que ensilla
tad del ardor de la más enfadosa sies . se y enalbardase al momento , lo cual
ta del verano , tendido sobre la ar él hizo con mucha diligencia , con
diente arena , envía sus quojas al pia la misma se pusieron luego todos en
doso cie o : y deste y de aquel , v de camino. Y no hubieron andado un
aquellos y destos, libre y desenfada- cuarto de legua , cuando al cruzar de
damente triunfa la hermosa Marcela . una senda vieron venir hacia ellos
conocemos
los queenla qué esta hasta seis pastor s vestidos con pelli.
mostodos
Y esperando ha de parar cos negros, y coronadas las cabezas
&u altivez , y quién ha de ser el di- con guirnaldas de ciprés y de amar
choso que ha de venir á domeñar con. ga adelfa. Traia cada uno un grueso
46 DON QUIJOTE DE LA MÀNCIA

bastón de acebo en la mano : venían mento se convirtió en cuervo, y que,


con ellos asimismo dos gentileshom- andando los tiempos, ha de volver á
bres de á caballo, muy bien ad reza reinar y á cobrar su reino y cetro ; á
dos de camino, con otros tres mozos cuya causa no se probará que desde
de á pie que los acompañaban . In aquel tiempo á este haya ningún in .
llegándose á juntar se saludaron cor. glés muerto cuervo alguno ? Pues en
tésmente, y preguntándose los unos tiempo deste buen rey, fué instituída
á los otros dónde iban, supieron que aquella famosa orden de caballería
todos se encaminaban al lugar del de los caballeros de la Tabla Redonda ,
entierro, y así comenzaron á caminar y pasaron sin faltar un punto los amo
todos juntos. Uno de los de á caballo, res que allí se cuentan de don Lan
hablando con su compañero, le dijo : zarote del Lago con la reina Ginebra ,
Paréceme, señor Vivaldo, que habe- siendo medianera dellos y sabidora
mos de dar por bien empleada la tar- aquella tan honrada dueña Quintaño.
danza que hiciéremos en ver este fa- na , de donde nació aquel tan sabido
moso entierro, que no podrá dejar de romance , y tan de cantado en nuestra
ser famoso , según estos pastores nos España, de
han contado extrañezas, así del muer
to pastor como de la pastora homici Nunca fuera caballero
da . Así me lo parece á mí, respondió de damas tan bien servido ,
Viva do ; y no digo yo hacer tardanza como fuera Lanzarote
de un día, pero de cuatro la niciera cuando de Bretaña vino :
á trueco de verle . Preguntóles don
Quijote qué era lo que habían oído de con aquel progreso tan dulce y tan
Marcela y de Grisóstomo. El cami- suave de sus amorosos y fuertes fe
nante dijo que aquella madrugada ha- chos. Pues desde entonces de mano
bían encontrado con aquellos pasto- en mano fué aquella orden de caba
res , y que por haberles visto en aquel llería extend éndose y dilatándose
tan triste traje, les habían preguntado por muchas y diversas partes del
la ocasión por qué iban de aquella mundo ; y en eila fueron famosos y
manera : que uno dellos se la contó, conocidos por sus fechos el valiente
contando la extrañeza y hermosura Amadís de Gauia con todos sus hi
de una pastora llamada Marcela , y jos y nietos hasta la quinta genera .
los amores de muchos que la recues- ción , y el valeroso Felismart . de Hir
taban , con la muerte de aquél Gri cania , y el nunca como se debe ala
sóstomo , á cuyo entierro iban . Final- bado Tirante el Blanco, y casi que
mente él contó todo lo que Pedro á en nuestros días vimos y comunica
don Quijote había contado. Cesó esta mos y oímos al invencibie y valeroso
plática, y comenzóse otra , pregun caballero don Belianis de Grecia. Es
tando el que se llamaba Vivaldo á to, pues, señores, es ser caballero
don Quijote qué era la ocasión que le andante, y la que he dicho es la or
movía á andar armado de aquella den de su caballería, en la cual,
manera por tierra tan pacífica. lo como otra vez ho dicho , yo , aunque
cual respondió don Quijote : La pro- pecador he hecho profesión, y lo
fesión de mi ejercicio no consiente mismo que profesaron los caballeros
ni permite que yo ande de otra ma- referidos, profeso yo , y así me voy
nera : el buen paso , e regalo y el re- por estas soledades y despob ados
poso, allá se inventó para los blan- buscando las aventuras con ánimo de
dos cortesanos ; mas el trabajo , la liberado de ofrecer mi brazo y mi
inquietud y las armas, sólo se inven- persona á la más peligrosa que la
taron é hicieron para aquellos que suerte me depare en ayuda de los
el mundo llama caballeros andantes , flacos y menesterosos . Por estas ra
de los cuales yo , aunque indigno, sov zones que dijo acabaron de enterarse
el menor de todos. Apenas le oyeron los caminantes que era don Quijote
esto , cuando todos le tuvieron por falto de juicio, y de género de lo
loco ; y por averiguarlo más y ver cura que lo señoreaba, de lo cual re.
qué género de locura era el suyo , le cibi ron la misma admiración que le
tornó á preguntar Viva do que qué cibían todos aquellos que de nuevo
qu -ría decir caballeros andantes . ¿ No venían en conocimiento della . Y Vi..
han vuestras mercedes leído, res- valdo, que era persona muy discreta
pondió don Quijote , los anales'é his- y de alegre condición, por pasar sin
torias de Ingalaterra , donde se tra- pesadumbre el poco camino que de.
tan las famosas fazañas del rey Artu- cían que les fa taba á llegar a la sie
ro, que comúnmente en nuestro ro- rra del entierro , quiso darle ocasión
mance castellano llamamos el rey que pasase más adelante con sus
Artús , de quien es tradición antigua disparates. Y así le dijo : Paréceme,
y común en todo aquel reino de la s ñor caballero andante, que vuestra
Gran Bretaña , que este rey no mu- merced ha profesado una de las más
rió . sino que por arte de encanta- estrechas profesiones que hay en la
PARTE 1.- CAPÍTULO XI 47

tierra, y tengo para mí que aun la en ninguna manera, y caería en ma!


de los frailes cartujos no es tan es caso el caballero andante que otra cosa
trecha. Tan estrecha, bien podía ser , niciese : que ya está en uso y 008
respondió nuestro don Quijote; pero tumbre en la caballería andantesca,
tan necesaria en el mundo , no estoy que el caballero andante que a to
en dos dedos de ponello en duda . Por meter algún gran fecho de armas tu .
que si va á decir verdad , no hace viese si sibiru delante, ' uelvo • el a
menos el soldado qu : pone en ejecu Los ojos blanda y amorosamente, como
ción lo que su capitán le manda, que le pide con ellos le favorezca y
que el mismo capitán que se lo or ampare en el dudoso trance que aco
dena. Quiero decir , que los religio mete ; y aun si nadie le oye , está
sos con toda paz y sosiego piden al obligado á decir algunas palabras
cielo el bien de la tierra ; pero los entre dienies, en que de todo cora.
soldados y caballeros ponemos en eje zón se le encomiende , y desto tene
cución lo que ellos piden, defendién mos innumerables ejemplos en las
dola con el valor de nuestros brazos historias, Y no se ha de entender por
y filos de nuestras espadas, no deba esto, que han de dejar de encomen
jo de cubierta, sino al cielo abierto, darse á Dios , que tiempo y lugar les
puestos por blanco de los insufribles queda para hacello en el discurso de
rayos del sol en el verano , y de los la obra. Con todo eso , replicó el ca
erizados hielos del invierno . Así que , minante, me queda un escrúpulo , y
somos ministros de Dios en la tierra, es que muchas veces he leído que se
y brazos por quien se ejecuta en ella traban palabras entre dos andantes
su justicia. Y como las cosas de la caballeros, y de una en otra se les
guerra y las á ellas tocantes y con vieno á encender la cólera , y á vol
cernientes no se pueden poner en ver los caballos , y á tomar una bue
ejecución sino sudando, afanando y na pieza del campo ; y luego, sin
trabajando excesivamente, síguese más ni más, á todo el correr de ellos
que aquellos que la profesan tienen se vuelven á encontrar, y en mitad
sin duda mayor trabajo que ellos de la corrida se encomiendan á sus
que en sosegada paz y reposo están damas ; y lo que suele suceder del en
rogando á Dios favorezca á los que cuentro es , que el uno cae por las
poco pueden . No quiero yo decir, ni arcas del caballo, pasado con la lanza
me pasa por pensamiento , que es tan
bun de
del contrario y de parte á parte , y al
estado el caballero an
otro le aviene también, que á no te
dante como el del encerrado religio nerse á las crines del suyo , no pu
so ; sólo quiero inferir por lo que yo diera dejar de venir al suelo. Y no
padezco, que sin duda es más traba sé yo cómo el muerto tuvo lugar para
joso y más aporreado y más ham encomendarse á Dios en el discur
briento y sediento, miserable, roto y so de esta tan acelerada obra : mejor
piojoso, porque no hay duda sino que fuera que las palabras que en la ca
los caballeros andantes pasados pasa rrera gastó encomendándose á su
ron mucha mala ventura en el dis dama, las gastara en lo que debía ,
curso de su vida . Y si algunos su y estaba obligado como cristiano :
bieron á ser emperadores por el va cuanto más, que yo tengo para mí ,
lor de su brazo , á fe que les costó que no todos los caballeros andantes
buen por qué de su sangre y de su tienen damas á quien encomendarse ,
sudor ; y que si á los que á tal gra porque no todos son enamorados. Eso
do subieron , les faltaran encantado . no puede ser, respondió don Quijote :
res y sabios que les ayudaran , qu ? digo yo que no puede ser que haya ca
ellos quedaran bien defraudados de ballero andante sin dama, porque tan
sus deseos y bien engañados de sus propio y tan natural les es a los ta
esperanzas. Dese parecer estoy yo , les ser enamorados como al cielo te .
r plicó el caminante ; pero una cosa ner estrellas, y á buen seguro que no
entre otras muchas me parece muy se haya visto historia donde se halle
mal de los caballeros andantes , o es caballero andante sin amores ; y por
que cuando se ven en ocasión de aco el mismo caso que estuviese sin ellos ,
meter una grande y peligrosa area no sería tenido por legítimo caballe
tura , en quº se ve manifiesto peligro ro , sino por bastardo, y que entró en
de perder la vida , nunca en aquel la fortaleza de la caballería dicha, no
instante de acometella se acuerlen por la puerta, sino por las bardas ,
de encomendarse á Dios , como cada como salteador y ladrón. Con todo
cristiano está obligado a hacer en eso, dijo el caminante, me parece , si
peligros somejantes ; antes se enco mal no me acuerdo, haber leído que
miendan á sus damas con tanta sana
don Galaor, hermano del valeroso
y devoción, como si ellas fueran su Amadís de Gaula, nunca tuvo dama
dios : cosa que me parece que huele señalada á quien pudiese encomen
algo á gentilidad. Señor, respondió darse, y con todo esto no fué tenido
don Quijote, eso no puede ser menos en menos , y fué un muy valiente y
48 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

famoso caballero. A lo cual respondió del Toboso de la Mancha, linaje , sun.


nuestro don Quijote : Señor, una go que moderno , tal que puede dar ge
londrina sola no hace verano, cuanto neroso principio a las más ilustres
más que yo sé que de secreto estaba familias de los venideros siglos : y
ese caballero muy bien enamorado , no se me replique en esto , sino fuere
fuera que aquello de querer á todas con las condiciones que puso Cervino
bien cuantas bien le parecían , era al pie del trofeo de las armas de Or
condición natural, á quien no podía lando que decía :
ir á la mano. Pero en resolución, Nadie las mueta
averiguado está muy bien que él te que estar no pueda con Roldán
nía una sola á quien él había hecho [ prueba ,
señora de su voluntad , á la cual se Aunque el mío es de los Cachopines
encomendaba muy á menudo y muy de Laredo, respondió el caminante,
secretamente, porque se preció de no lo osaré yo poner con el del To
secreto caballero. Luego si es de boso de la Mancha, puesto que para
esencia que todo caballero andante decir verdad , semejante apellido has
haya de ser enamorado, dijo el ca ta ahora no ha llegado á mis oídos.
minante, bien se puede creer que Como eso no habrá llegado, replicó
vuestra merced :o es, pues es de la don Quijote. Con gran atención iban
profesión , y si es que vuestra merced escuchando todos os demás la plá.
no se precia de ser tan secreto como tica de los dos, y aun hasta los mis
don Galaor, con las veras que puedo mos cabreros y pastores conocieron
le suplico en nombre de toda esta la demasiada falta de juicio de nues
compañía y en el mío , nos diga el tro don Quijote. Sólo Sancho Panza
nombre, patria, calidad y hermosura pensaba que cuanto su amo decía era
de su dama, que ella se tendría por verdad , sabiendo él quien era, y ha
dichosa de que todo el mundo sepa biéndole conocido desde su naci
que es querida y servida de un tal miento , y en lo que dudaba algo, era
caballero como vuestra merced pa en creer aquello de la linda Dulcinea
rece . Aquí dió un gran suspiro don del Toboso, porque nunca tal nombre
Quijote, y dijo : Yo no podré afirmar ni tal, princesa había llegado jamás
si la dulce mi enemiga gusta ó no á su noticia , aunque vivía tan cerca
de que el mundo sepa que yo la sir. del Toboso . En estas pláticas iban ,
vo ; sólo sé decir, respondiendo á lo cuando vieron que por la quiebra que
que con tanto comedimiento se me dos atas montañas hacían, bajaban
pide, que su nombre es Dulcinea , hasta veinte pastores , todos con pe.
su patria el Toboso , un lugar de la llicos de negra lana vestidos, y co
Mancha, su calidad por lo menos ha ronados con guirnaldas, que a lo que
de ser princesa, pues es reina v se después pareció , eran cual de tejo y
fiora mía ; su hermosura sobrehu y cual de ciprés. Entre seis dellos
mana , pues en ella se vienen á hacer traían unas andas, cubiertas de mu
verdaderos todos los imposibles v cha diversidad de flores y de ramos,
quiméricos atributos de belleza que Lo cual visto por uno de los cabre
los poetas dan á sus damas ; que sus ros, dijo : Aquellos que allí vienen
cabellos son oro , su frente campos son los que traen el cuerpo de Gri
elíseos , sus cejas arcos del cielo, sus sóstomo, y el pie de aquella monta
ojos soles , sus mejillas rosas , sus la ña es el lugar donde el mandó que
bios corales, perlas sus dientes, ala lo enterrasen. Por esto se dieron prie
bastro su cuello, mármol su pecho, sa á llegar , y fué á tiempo que ya
marfil sus manos, su blancura nie los que venían habían puesto las an
ve , y las partes que a la vista huma das en el sue o, y cuatro dellos con
na encubrió la honestidad , son tales, agudos picos estaban cavando la se .
según yo pienso y entiendo, que sólo pultura a un lado de una dura peña .
la discreta consideración puede en Recibiéronse los unos y los otros cor.
carecerlas y no compararlas. El li tésmente, y luego don Quijote y los
naje, prosapia y alcurnia querríamos que con él venían se pusieron à mi
saber, replicó Vivaldo. A lo cual res rar las andas, y en ellas vieron cu
pondió don Quijote : No es de los an bierto de flores un cuerpo muerto , y
tiguos Curcios, Gayos y Cipiones ro vestido como pastor, de edad al pa
manos, ni de los modernos Colonas racer de treinta años ; y aunque
y Ursinos , ni de los Moncadas v Re muerto, mostraba que vivo había sido
quesenes de Cataluña; ni menos de de rostro hermoso y de disposición
los Rebellas y Villanovas de Valen la. Alrededor del tenía lag
cia : Palafojes, Nuzas, Rocabertis, mismas andas algunos libros y mu
Corellas, Lunas, Alagon's, Urreas , chos papeles abiertos y cerrados ; y
Foces y Gurreas de Aragón : Cerdas, así los que esto miraban, como los
Manriques , Mendozas y Guzmanes de que abrían la sepultura , y todos los
Castilla : Alencastres , Pallas y Me. demás que allí había , guardaban un
Deses de Portugal: pero es de los maravilloso silencio, hasta que uno
PARTE 1.- CAPÍTULO Xut 49

de los que al muerto trujeron, dijo á queráis dar sus escritos al olvido,
otro : Mira bien , Ambrosio, si es este que si el ordenó como agraviado no
el lugar que Grisóstomo dijo, ya que es bien que vos cumpláis como in
queréis que tan puntualmente se cum discreto , antes haced, dando la vida
pla lo que dejó mandado en su testa . á estos papeles, que la tenga siempre
mento . Este es , respondió Ambrosio , la crueldad de Marcela , para que sir .
que muchas veces en él me contó mi va de ejemplo en los tiempos que es
desdichado amigo la historia de su tan por venir á los vivientes, para
desventura . Allí me dijo el que vió la que se aparten y huyan de caer en
vez primera á aquella enemiga mor semejantes despeñaderos ; que ya sé
tal del linaje humano, y allí fué tam yo y los que aquí venimos, la histo
bién donde la primera vez le decla ria deste vuestro enamorado y deses
ró su pensamiento tan honesto como perado amigo, sabemos la amistad
enamorado, y allí fue la última vez vuestra y la ocasión de su muerte, y
donde Marcela le acabó de desengañar que dejó mandado al acabar de la
y desdeñar, de suerte que puso fin á vida : de la cual lamentable historia
la tragedia de su miserable vida y se puede sacar cuánta haya sido la
aquí , en memoria de tantas desdichas, crueldad de Marcela, el amor de
quiso el que le depositasen en las Grisóstomo, la fe de la amistad vues
entrañas del eterno olvido . Y vo tra, con el paradero que tienen los que
viéndose á don Quijote y á los cami á rienda sualta corren por la senda
nantes, prosiguió diciendo : Ese cuer que el desvariado amor delante de los
po, señores, que con piadosos ojos ojos les pone. Anoche supimos la
estáis mirando, fué depositario de un muerte de Grisóstomo, y que en este
alma en quien el cielo puso infinita lugar había de ser enterrado, y así de
parte de sus riquezas. Ese es el cuer curiosidad y de lástima dejamos nues
po de Grisóstomo, que fué único en tro derecho viaje, y acordamos de ve
el ingenio, solo en la cortesía, extre nir á ver con los ojos lo que tanto
mo en la gentileza , fénix en la amis nos había lastimado en pillo ; y en
tad , magnífico sin tasa , grave sin pago de esta lástima, y del deseo que
presunción, alegre sin bajeza, y final en nosotros nació de remedialla , si
mente primero en todo lo que es ser pudiéramos, te rogamos, oh discreto
bueno, y sin segundo en todo lo que Ambrosio, á lo menos yo te lo supli
fué ser desdichado. Quiso bien, fué co de mi parte, que dejando de abra
aborrec do ; adoró, tué desdeñado . sar estos papeles, me dejes llevar al
rogó á una fiera , importunó á un gunos dellos. Y sin aguardar que el
mármol, corrió tras el viento, dió pastor respondiese, alargó la mano y
voces á la soledad , sirvió á la in tomó algunos de los que más cerca
gratitud, de quien alcanzó por premio estaban ; viendo lo cual Ambrosio,
ser despojo de la muerte en la mi dijo : Por cortesía consentiré que os
tad de la carrera de su vida, á la cual quedéis, señor, con los que ya ha
dió fin una pastora, a quien él procu béis tomado ; pero pensar que dejaré
raba eternizar para que viviera en la de quemar los que quedan, es pensa.
memoria de las gentes ; cual lo pu miento vano . Vivaldo, que deseaba
dieran mostrar bien esos papeles que ver lo que los papeles decían, abrió
estáis mirando, si él no me hubiera luego el uno dellos, y vio que tenía
mandado que los entregara a. fuego por título : Canción desesperada.
en habiendo entregado su cuerpo á Oyólo Ambrosio, y dijo : Ese es el úl.
la tierra. De mayor rigor y crueldad timo papel que escribió el desdicha.
usaréis vos con ellos, dijo Vivaldo , do ; y porque veáis, señor, en a
que su mismo dueño , pues no es jus término que le tenían sus desventu
to ni acertado que se cumpla la vo ras , leerde de modo que seáis oído,
luntad de quien lo que ordena va que bien os dará lugar á ello el que
fuera de todo razonable discurso ; y se tardare en abrir la sepultura. Eso
no le tuviera bueno Augusto César, si haré yo de muy buena gana , dijo Vi.
consintiera que se pusiera en ejecu valdo; y como todos los circunstan
eión lo que el divino Mantuano dejó tes tenían el mismo deseo, se 1+
en su testamento mandado . Así que , pusieron a la redonda, y él , leyendo
señor Ambrosio, ya que deis el cuer en voz clara, vió que así decía :
po de vuestro amigo á la tierra, no

4
50 DON QUIJOTE DE LA MANCIA

CAPITULO XIV

Donde se ponen los ver808 desesperados del difunto pastor, con otros no
esperados sucesos

CANCIÓN DE GRISOSTOMO

Ya que quieres, cruel, que se publique


de lengua en lengua y de una en otra gente
del áspero rigor tuyo la fuerza,
haré que el mismo infierno comunique
al triste pecho mío un son doliente,
con que el uso común de mi voz tuerza.
Y al par de mi deseo, que se esfuerza
á decir mi dolor y tús hazañas,
de la espantable voz irá el acento ,
y en el mezclados por mayor tormento
pedazos de las miseras entrañas.
Escucha, pues, y presta atento oído,
no al concertado son, sino al ruido
que de lo hondo de mi amargo pecho,
llevado de un forzoso desvario ,
por gusto mo sale y tu despecho.
El rugir del león, del lobo fiero
el temeroso aullido, el silbo horrendo
de escamosa serpiente , el espantable
baladro de algún monstruo, el agorero
graznar de la corneja y el estruendo
del viento contrastado en mar instable,
del ya vencido toro el implacab.e
bramido, y de la viuda tortolilla
el sensible arrullar ; el triste canto
del invidiado buho, con el llanto
de toda la infernal negra cuadrilla ,
salgan con la doliente ánima fuera,
mezclados en un son de tal manera ,
que se confundan los sentidos todos,
pues la pena cruel que en mi se halla,
para contalla pide nuevos modos.
De tanta confusión, no las arenas
del padre Tajooirán los tristes ecos ,
ni del famoso Betis las olivas ;
que allí se esparcirán mis duras penas
en altos riscos y en profundos huecos,
con muerta lengua y con palabras vivas ;
6 iya en obscuros valles, o en esquivas
playas desiertas de contrato humano,
ó adonde el sol jamás mostró su lumbre ,
ó entre la venenosa muchedumbre
de fieras que alimenta el libio llano;
que puesto que en los páramos desiertos
los ecos roncos de mi mal inciertos
suenen con tu rigor tan sin segundo,
por privilegio de mis cortos hados
serán llevados por el ancho mundo.
Mata un desdén ; atierra la pac cia ,
ó verdadera o falsa, una sospecha ;
matan los celos con rigor más fuerte ;
desconcierta la vida larga ausencia ;
contra un temor de olvido no aprovecha
firme esperanza de dichosa suerte .
En todo hay cierta inevitable muerte ;
mas yo milagro nunca visto ! vivo
PARTE 1.- CAPITULO XIV 51
Celoso, ausente, desdeñado, y cierto
de las sospechas que me tienen muerto,
y en el olvido en quien mi fuego avivo.
Y entre tantos tormentos, nunca alcanza
mi vista á ver en sombra la esperanza ,
ni yo desesperado la procuro ;
antes por extremarme en mi querella,
estar sin ella eternamente juro.
¿ Puédese, por ventura, en un instante
esperar y temer, ó es bien hacello,
sierdo las causas del temor más ciertas ?
¿ Tengo, si el duro celo está delante ,
de cerrar estos ojos, si ho de velle
por mil heridas en el alma abiertas ?
¿ Quién no abrirá de par en par las puertas
á la desconfianza, cuando mira
descubierto el desdén у las sospechas,
joh amarga conversión verdades hechas,
y la limpia verdad vuelta en mentira ?
ion, en el reino de an , or fieros tiranos
celos! ponedme on hierro en estas manos,
dame, desdén, una torcida soga :
imas ay de mil que con cruel victoria
vuestra memoria el sufrimiento ahoga .
Yo muero en fin ; y porque nunca espere
buen suceso en la muerte ni en la vida,
pertinaz estaré en mi fantasía .
Diré que va acertado el que bien quiere ,
y que más libre el alma más rendida,
y la de amor antigua tiranía .
Diré que la enemiga siempre mía,
Hermosa el alma como el cuerpo tiene.
Y que su olvido de mi culpa nace ,
Y que en fo de los males que nos hace,
amor su imperio en justa paz mantiene ;
y con esta opinión y un duro lazo,
acelerado el miserable plazo
á que me wan conducido sus desdenes,
ofreceré á los vientos cuerpo y alma
sin lauro ó palma de futuros bienes.
Tú que con tantas sinrazones muestras
la razón que me mueve á que la haga
á la cansada vida que aborrezco ;
pues ya ves que te da notorias muestras
esta del corazón profunda llaga,
de cómo alegre á tu rigor me ofrezco,
si por dicha conoces que merezco
que el cielo claro de tus bellos ojos
en mi muerte se turbe, no lo hagas,
que no quiero que en nada satisfagas
al darte de mi alma los despojos.
Antes con risa en la ocasión funesta
descubre que el fin mío fué tu fiesta.
Mas gran simpleza es avisarte desto,
pues sé que está tu gloria conocida
en que mi vida llegue al fin tan presto.
Venga, que es tiempo ya , del hondo abisnao
Tántalo con su sed , Sisifo venga
con el peso terrible de su canto ,
Ticio traiga su buitre, y ansimismo,
con su rueda Egión no se detenga,
ni las hermanasque trabajan tanto.
Y todos juntos su mortal quebranto
trasladen en mi pecho , y en voz baja
(si va á un desesperado son debidas)
canten obsequias tristes, doloridas
al cuerpo, á quien se niegue aun la mortaja.
Y el portero infernal de los tres rostros,
con otras mil quimeras y mil mostros
52 DON QUIJOTE DE LA MANCIA
lleven el doloroso contrapunto,
que otra pompa mejor no me parece
que la merece un amador difunto .
Canción desesperada, no te quejes
cuando mi triste compañía dejes ;
antes, pues que la causa do naciste
con mi desdicha aumenta su ventura,
aun en la sepultura no estés triste .

Bien les pareció á los que escuchado nos presto á io qus vienes, ó que es
habían la canción de Grisóstomo, aquello de que más gustas, que por
puesto que el que la leyó, dijo que saber yo que los pensamientos de Gri
no le parecía que conformaba con la sóstomo jamás dejaron de obedecerte
relación que él había oído del recato en vida, haré que aun el muerto te
y bondad de Marcela, porque en ella obedezcan los de todos aquellos que
se quejaba Grisóstomo decelos, sos se llamaron sus amigos. No vengo ,
pechas y de ausencia, todo en perjui oh Ambrosio , á ninguna cosa de las
cio del buen crédito y buena fama ile que has dicho, respondió Marcela,
Marcela . A lo cual respondió Am sino á volver por mí misma, y á dar
brosio, como aquel que sabía bien los á entender cuán fuera de razón van
más escondidos pensamientos de su todos aquellos que de sus penas y de
amigo : Para que, señor, os satisfa la muerte de Grisóstomo me culpan ,
gáis desa duda, es bien que sepáis y así ruego a todos los que aquí es.
que cuando esté desdichado escribió táis , me estéis atentos, que no se
esta canción, estaba ausente de Mar rá menester mucho tiempo ni sastar
cela, de quien se había ausentado por muchas palabras para persuadir una
su voluntad , por ver si usaba con el verdad a los discretos . Hizome el cie.
la ausencia de sus ordinarios fueros ; lo , gún vosotros decís , hermosa,
y como al enamorado ausente no hay y de tal manera, que sin ser podero
cosa que no le fatigue ni temor que sos á otra cosa , á que me améis os
no le dé alcance, así le fatigaban í mueve mi hermosura, y por el amor
Grisóstomo los celos imaginados y que me mostráis, decís y aun queréis
las sospechas temidas como si fueran que esté yo obiigada a amaros. Yo
verdaderas ; y con esto queda en su conozco, con el natural entendimiento
punto la verdad que la fama prego que Dios me ha dado , que todo lo
na de la bondad de Marcela, la cual , hermoso es amable ; mas no alcanzo
fuera de ser cruel y un poco arrogan que por razón de ser amado esté obli.
te y un mucho desdeñosa, la misma gado lo que es amado por hermoso,
envidia ni debe ni puede ponerle fal á amar á quien le ama; y más que
ta a guna. Así es la verdad, respon podría acontecer que el amador de lo
dió Vivaldo; y queriendo leer otro hermoso fuese feo, y siendo lo feu
papel de los que había reservado del digno de ser aborrecido, cae muy
fuego , lo estorbó una maravillosa vi. mal el decir : Quiérote por hermosa ,
sión (que tai parecía ella) , que im hasme de amar aunque sea feo . Pero
provisadamente se les ofreció á los puesto caso que corran igualmente las
ojos, y fué que por cima de la peña hermosuras, no por eso han de correr
donde se cavaba la sepultura, pareció iguales los deseos , que no todas las
la pastora Marcela, tan hermosa que hermosuras enamoran , que algunas
pasaba á su fama su hermosura. Los alegran la vista y mo rinden la vo
que hasta entonces no la habían vis luntad ; que si todas las bellezas ena .
to , la miraban con admiración y si morasen y rindiesen, seria un andar
lencio, y los que ya estaban acos las voluntades confusas y descami .
tumbrados á verla, no quedaron me nadas , sin sabor en cuál habrían de
nos suspensos que los que nunca la parar : porque siendo infinitos los
habían visto . Mas apenas la hubo vis sujetos hermosos, infinitos habían de
to Ambrosio , cuando con muestras ser los deseos; y según yo he oído
de ánimo indignado le dijo : ¿ Vienes decir, el verdadero amor no se divi.
á ver por ventura, oh fiero basilisco de , y ha de ser voluntario y no for
destas montañas, si con tu presencia zoso . Siendo esto así, como yo creo
vierten sangre las heridas deste mi que lo es , ¿ por qué queréis que rinda
serable, á quien tu crueldad quitó la mi voluntad por fuerza, obligada no
vida , o vienes á ufanarte en las crue más de que decís que me queréis
les hazañas de tu condición , ó á ver bien ? Si no, decidme : ¿ si como el
desde esa altura , como otro desapia cielo me hizo hermosa, me hiciera
dado Nero , el incendio de su abra fea, fuera justo que me quejara ce
sada Roma, ó á pisar arrogante este vosotros porque no me amábades ?
desdichado cadáver, como la ingra Cuanto más que habéis de considerar,
ta hija el de su padre Tarquino ? Di. que yo no escogí la hermosura que
PARTE 1. - CAPITULO XIV 53

tengo , que tal cual es, el cielo me va á cada uno de los que me solici.
la dió de gracia, sin yo pedilla ni tan, de su particular provecho; y en.
escogella ; y así como la vibora no tiéndase de aquí adelante, que si
merece ser culpada por la ponzoña alguno por mí muriere, no muere de
que tiene, puesto que con ella mata, celoso ni desdichado, porque quien
por habérsela dado naturaleza, tam á nadie quiere, á ninguno debe dar
росо yo merezco ser reprendida celos, que los desengaños no se han
por ser hermosa , que la hermosura de tomar en cuenta de desdenes. Ei
en la mujer honesta es como el fue. que me llama fiera y basilisco, déje.
go apartado ó como la espada aguda, me como cosa perjudicial y mala ; el
que ni él quema ni ella corta á quien que me llame ingrata , no me sirva ;
á ellos no se acerca . La honra y las el que desconocida, no me conozca ;
virtudes son adornos del alma, sin los quien cruel, no me siga : que esta
cuales el cuerpo, aunque lo sea, no fiera, este basilisco, esta ingrata, esta
debe de parec- r hermoso : pues si cruel y esta desconocida, ni los bus
la honestidad es una de las virtudes cara, servirá, conocerá ni seguirá en
que al cuerpo y al alma más adornan ninguna manera. Que si á Grisostomo
y hermosean , ¿ por qué la ha de per mato su impaciencia y arrojado de.
der la que es amada por hermosa , seo, ¿ por qué se ha de culpar mi ho
por corresponder a la intención de nesto proceder y recato ? Si yo con
aquel que por sólo su gusto con todas servo mi limpieza con la compañía de
sus fuerzas é industrias procura que los árboles , ¿ por qué ha de querer
la pierda ? Yo nací libre , y para po. que la pierda el que quiere que la
der vivir libre , escogí la soledad de tenga con los hombres ? Yo, como
los campos : los árboles destas mon sabéis, tengo riquezas propias, y
tañas son mi compañía , las claras no codicio las ajenas ; tengo libre
aguas destos arroyos mis espejos , condición y no gusto de sujetarme:
con los árboles y con las aguas co ni quiero ni aborrezco á nadie : no
munico mis pensamientos y hermosu engaño á éste ni solicito á aquél, ni
ra. Fuego soy apartado, y espada burlo con uno, ni me entretengo con
puesta lejos. A los que he enamorado el otro. La conversación honesta de
con la vista , he desengañado con las las zagalas destas aldeas y el cui
palabras : y si los deseos se sustentan dado de mis cabras me entretiene :
con esperanzas , no habiendo yo dado tienen mis deseos por término estas
alguna á Grisóstomo, ni á otro algu. montañas y si de aquí salen , es á
no el fin de ninguno dellos , bien se contemplar la hermosura del cielo,
puede decir que antes le mató su por pasos con que camina el alma á su
fía que mi crueldad : y si se me hace morada primera . Y en diciendo esto ,
cargo que eran honestos sus pensa . sin querer oir respuesta alguna, vol
mientos, y que por esto estaba obli. vió las espaldas, 'y se entró por lo
gada á corresponder á ellos, digo más cerrado de un monte que allí
cerca estaba, dejando admirados,
que cuando en ese mismo lugar donde tanto de su discreción como de su
ahora se cava su sepultura , me des
cubrió la bondad de su intención , le hermosura, á todos los que allí es
taban . Y algunos dieron muestras
dije yo que la mia era vivir en per ( de aquellos que de la poderosa fle
petua soledad , y de que sola la tierra cha de los rayos de sus bellos ojos
gozase el fruto de mi recogimiento y
los despoios de mi hermosura ; v si estaban heridos) de quererla seguir,
él con todo este desengaño quiso por sin aprovecharse del manifiesto des
fiar contra la esperanza y navegar engaño que habían oído. Lo cual,
contra el viento , ¿ qué mucho que se visto por don Quijote, pareciéndo.e
que allí venía bien usar de su ca
anegase en la mitad del golfo de su ballería, socorriendo á las doncellas
desatino ? Si yo le entretuviera , fuera menesterosas, puesta la mano en el
fa sa ; si le contestara , hiciera con puño de su espada, en altas é inte.
tra mi mejor intención y prosupuesto . ligibles vocos dijo : Ninguna perso
Porfió desengañado, desesperó sin ser na de cualquiera estado y condición
aborrecido : mirad ahora si será ra. que sea, se atreva á seguir å la her
zón que de su pena se me dé á mi la mosa Marcela , so pena de caer en
culpa. Quéjese el engañado, desespé la furiosa indignación mía. Ella ha
rese aquel á quien le faltaron las pro mostrado con claras razones la poca ó
metidas esperanzas , confíese el que ninguna culpa que ha tenido en 13
yo llamare , ufánese el que yo admi . muerte de Grisostomo, y cuán ajena
tiere ; pero no me llame cruel ni ho vive de condescender con los deseos
micida aquel á quien yo no prometo , de ninguno de sus amantes, á cuya
engaño, llamo ni admito. El cielo aun causa es justo que en lugar de ser
hasta ahora no ha querido que yo seguida y perseguida, sea honrada
ame por destino ; y el pensar que y estimada de todos los buenos del
tengo de amar por elección , es ex mundo, pues muestra que en el ella
cusado. Este general desengaño sir
54 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
es sola la qne con tan honesta inten
ción vivę . O ya que fuese por las
amenazas de don Quijote, o porque
Ambrosio les dijo que concluyesen CAPITULO XV
con lo que á su buen amigo debían ,
ninguno de los pastores se movió
ni apartó de allí, hasta que acabada Donde se cuenta la desgraciada
la sepultura , y abrasados los paneles aventura que se topo don Qui
de Grisóstomo, pusieron su cuerpo jote en topar con unos desalma
en ella, no sin muchas lágrimas de dos yangüeses.
los circunstantes. Cerraron la se
pultura con una gruesa peña, en tan Cuenta el sabio Cide Hamete Be
to que se acababa una losa que , se nengeli, que así como don Quijote de
gún Ambrosio dijo , pensaba mandar despidió de sus huéspedes y de to
hacer con un epitafio que debía de dos los que se hallaron al entierro
cir desta manera : del pastor Grisóstomo , él y su es
cudero se entraron por el mismo bos
Yace aquí de un amador que donde vieron que se había en
el mísero cuerpo helado, trado la pastora Marcela, y habiendo
que fué pastor de ganado, andado más de dos horas por él , bus
perdido por desamor . cándola por todas partes sin poder
Murió á manos del rigor hallar a , vinieron á parar á un pra
de una esquiva hermosa ingrata, do lleno de fresca hierba, junto del
con quien su imperio dilata cual corría un arroyo apacible y fres
la tiranía de amor . co , tanto que convido y forzó á par
sar allí las horas de la siesta , que
Luego esparcieron por cima de la se. rigurosamente comenzaba ya á en.
pultura muchas flores y ramos, y trar . Apeáronse don Quijote y San
dando todos el pésame á su amigo cho, y dejando al jumento y á Ro
Ambrosio, se despidieron dél. Lo cinante á sus anchuras pacer de la
mismo hicieron Vivaldo y su compa mucha hierba que allí había , dieron
ñero , y don Quijote se despidió de saco á las alforjas, y sin ceremonia
sus huéspedes y de los caminantes, alguna en buena paz y compañía amo
los cuales le rogaron se viniese con y mozo comieron lo que en ellas ha
ellos á Sevilla , por sor lugar tan llaron. No se había curado Sancho de
acomodado á hallar aventuras, que echar sultas á Rocinante, seguro
en cada calle tras cada esquina se de que le conocía por tan manso y
ofrecen más que en otro alguno . tan poco rijoso, que todas las yeguas
Don Quijote les agradeció el aviso y de las dehesas de Córdoba no le hi .
el ánimo que mostraban de hacerle cieron tomar mal siniestro. Ordenó,
merced, y dijo que por entonces no pues, la suerte y el diablo que no
quería ni debía ir a Sevilla, hasta todas veces duerme , que anduviera
que hubiese despojado todas aque por aquel valle paciendo una ma
llas sierras de ladrones malandrinos, nada de bacas galicianas de unos
de quien era fama que todas estaban arrieros yangüeses, de los cuales es
llenas. Viendo su buena determina costumbre sestear con su recua en
ción, no quisieron los caminantes lugares y sitios de hierba y agua, y
importunarle más , sino tornándose á aquel donde acertó á hallarse don
despedir de nuevo, le dejaron y Quijote , era muy á propósito de los
prosiguieron su camino, en el cual yangüeses . Sucedió , pues, que á Ro.
no les faltó de qué tratar, así de la cinante le vino en deseo de refocilar.
historia de Marcela y Grisóstomo , se con las señoras hacas, y saliendo
como de las locuras de don Quijote , así como las olió , ds su natural
el cual determinó de irá buscar a paso y costumbre, sin pedir licencia
la pastora Marce.a, y ofrecerle todo á su dueño , tomó un trotillo algo pi
lo que él podía en su servicio . Mas cadillo , y se fué á comunicar su ne
no le avino como él pensaba, según cesidad con ellas ; mas ellas , que á
se cuenta en el discurso desta ver lo que pareció debían de tener más
dadera historia, dando aquí fin la ganas de pacer que de é , recibié
segunda parte. ronle con las herraduras y con los
dientes , de tal manera, que á poco
espacio se le rompieron las cinchas
y quedó sin silla en pelota ; pero lo
que él debió más de sentir fué, que
viendo los arrieros la fuerza que a
sus yeguas se les hacía, acudieron
con estacas, y tantos palos le dieron ,
que le derribaron malparado en el
suelo. Ya en esto don Quijote y
PARTE 1.- CAPÍTULO XV 55
Sancho, que la paliza de Rocinante mos mover los pies ? replicó Sancho
habían visto, llegaban jadeando, y Panza . De mi sé decir , dijo el moli
dijo don Quijote á Sancho : A lo que do caballero don Quijote, que no sa
yo veo, amigo Sancho, estos no son bré poner término á esos días ; mas
caballeros, sino gente soez y de baja yo me tengo la culpa de todo, que
relea : dígolo porque bien me pue- no había de poner mano é la espada
des ayudar á tomar la debida ven. contra hombres que no fuesen arma
ganza del agravio que delante de dos caballeros como yo , y así creo
nuestros ojos se le ha hecho á Ro- que en pena de haber pasado las leyes
cinante . ¿ Qué diablos de venganza de la caballería, ha permitido el dios
hemos de tomar, respondió Sancho, de las batallas que se me diese este
si estos son más de veinte, y nos- castigo ; por lo cual, hermano San
otros no más de dos, y aun quizá cho , conviene que estés advertido
nosotros sino uno y medio ? Yo val. en esto que ahora te diré , porque
go por ciento, replicó don Quijote ; y importa mucho á la saud de en
sin hacer más discursos, echó mano trambos ; y es que cuando veas que
á su espada y arremetió á los yan- semejanta canalla nos hace algún
güeses , y lo mismo hizo Sancho agravio, no aguardes á que yo pon
Panza , incitado y movido del ejem. ga mano á la espada para ellos,
plo de su amo ; y á las primeras porque no lo haré en ninguna ma
dió don Quijote una cuchillada á uno, nera, sino pon tú mano á tu espa
que le abrió un sayo de cuero de que da y castígalos muy á tu sabor, que
venia vestido, con gran parte de la si en su ayuda y defensa acudieren
espalda. Los yangüeses, que se vie. caballeros, yo te sabré defender y
ron ma tratar de aquellos dos hom- ofendellos con todo mi poder, que
bres solos, siendo ellos tantos , acu. ya habrás visto por mil señales y
dieron á sus estacas, y cogiendo á experiencias hasta dónde se extien.
los dos en medio , comenzaron á me. de el valor deste mi fuerte brazo :
nudear sobre ellos con grande ahin. ta' quedó de arrogante el pobre se
co y vehemencia. Verdad es que a) ñor con el ' vencimiento del valiente
segundo toque dieron con Sancho en vizcaíno . Mas no le pareció tan bien
el suelo , y lo mismo le avino á don á Sancho Panza el aviso de su amo ,
Quijote , sin que le valiese su des- que dejase de responder diciendo :
treza y buen ánimo ; y quiso su ven . Señor , yo soy hombre pacífico, man .
tura que viniese á caer á los pies de so , sosegado, y sé disimular cualquie.
Rocinante , que aun no se había le- ra injuria, porque tengo mujer y
vantado ; donde se echa de ver la hijos que sustentar y criar : así que
furia con que machacan estacas séale á vuestra merced también aviso,
puestas en manos rústicas eno- pues no puede ser mandato , que en
jadas. Viendo pues, los yangüeses el ninguna manera pondré mano á la
mal recado que habían hecho, con la espada ni contra villano ni contra
mayor presteza que pudieron carga- caballero, y que desde aquí para de
ron su recua y siguieron su camino , lante de Dios, perdono cuantos agra
dejando á los dos aventureros de ma- vios me han hecho y han de hacer,
la traza y peor talante. El primero ora me los haya hecho o haga Ó haya
que se resintió fué Sancho Panza, de cer persona alta baja, rico ó
Sallándose junto a su señor, con pobre, hidalgo ó pechero, sin eceptar
voz enferma y lastimada dijo : Señor estado ni condición alguna. Lo cual ,
don Quijote , iah señor don Quijo. oído por su amo, le respondió : Qui
te ! ¿ Qué quieres , Sancho hermano ? siera tener aliento para poder ha
respondió don Quijote con el mismo blar un poco descansado, y que el do
tono afeminado y doliente que San- lor que tengo en esta costilla se apla
cho. Querría , si fuese posible, res- cara tanto cuanto, para darte á en .
pondió Sancho Panza , que vuestra tender, Panza, er el error en que
merced me diese dos tragos de aque- estás. Ven acá, pecador : si el vien.
lla bebida del feo Blas , si es que la to de la fortuna, hasta ahora tan
tiene vuestra merced ahí á mano ; contrario , en nuestro favor se vuel
quizá será de provecho para los que- ve , llenándonos las velas del de
brantamientos de huesos como lo es seo para que seguramente y sin con
para las feridas . Pues á tenerla yo traste alguno tomemos puerto en al.
aquí, desgraciado yo , & qué nos falta. guna de las Insulas que te tengo pro .
ba ? respondió don Quijote ; mas yo metida, que sería de ti, si ganando
te juro , Sancho Panza, á fe de ca- la yo te hiciese señor della, pues lo
ballero andante , que antes que pa- vendrás á imposibilitar por no ser
sen dos días , si la fortuna no or- caballero , ni quererlo ser, ni tener
dena otra cosa, la tengo de tener en valor ni intención de vengar tus in
mi poder, ó mal me han de andar jurias y defender tu señorío ? Por
las manos. ¿ Pues en cuántos le pa- que has de saber que en los reinos y
rece á vyestra merced que podre- provincias nuevamente conquistados
DON QUIJOTE DE LA MANCHA

nunca están tan quietos los ánimos serias ; porque el valeroso Amadis
de sus naturales, ni tan de parte del de Gaula se vio en poder de su mor
nuevo señor, que no se tenga temor tal enemigo Arcalaus, el encantador
de que han de hacer a guna novedad de quien se tiene por averiguado que
para alterar de nuevo las cosas , y le dió , teniéndole preso, más de dos.
volver , como dicen , á probar ven . cientos azotes con las riendas de su
tura ; y así es menester que el nue caballo , atado á una coluna de un
vo poseedor tenga entendimiento patio ; y aun hay un autor secreto y
para saberse gobernar, y valor para de no poco crédito, que dice que ha
ofender y defenderse en cualquier biendo cogido al caballero del Febo
acontecimiento. En este que ahora con una cierta trampa que se le
nos ha acontecido, respondió Sancho, hundió debajo de los pies en un cier
quisiera yo tener ese entendimiento to castillo, al ca r se halló en una
y esa valor que vuestra merced dice ; honda sinia debajo de tierra, atado
mas yo le juro, á fe de pobre hombre , de pies y manos , y allí le echaron
que más estoy para bizmas que pari una destas que llaman merecidas de
pláticas. Mire vuestra merced si se agua de nieve y arena, de lo que
puede levantar, y ayudaremos á Ro llegó muy al cabo ; y si no fuera so
cinante, aunque no lo merece , porque corrido en aquella gran cuita de un
el fué la causa principal de todo sabio grande amigo suyo , lo pasara
este molimiento : jamás tal creí de muy mal el pobre caballero . Así que ,
Rocinante , que le tenía por persona bien puedo yo pasar entre tanta bue
casta y tan pacífica como yo. En na gente, que mayores afrentas son
fin , bien dicen, que es menester mu .. las que estos pasaron, que no las
cho tiempo para venir á conocer as que ahora nosotros pasamos ; porque
personas, y que no hay cosa segura quiero hacerte sabidor, Sancho, que
en esta vida. ¿ Quién dijera que tras no a'r ntan las heridas que se dan
de aquellas tan grandes cuchilladas con los instrumentos que acaso 80
como vuestra merced dió á quel hallan en las manos, y esto está en
desdichado caballero ' andante, había la ley del duelo escrito por palabras
de venir por la posta y en seguimien expresas : que si el zapatero da á
to suyo esta tan grande tempestad otro con la horma que tiene en la
de palos que ha descargado sobre mano, puesto que verdaderamente
nuestras espaldas ? Aun las tuyas , es do palo , no por eso se dirá que
Sancho , replicó don Quijote, deben queda apaleado aquel á quien dió con
de estar hechas á semejantes nubla Ella . Digo esto, porque no pienses
dos ; pero las mías, criadas catre que puesto que quedamos desta pen ,
sinabafas y holandas, claro está que dencia molidos, quedamos afrentados,
sentirán más el dolor desta desgra porque las armas que aquellos hom
cia : y si no fuese porque imagino, bros traían , con que nos machaca
& qué digo imagino ? sé muy cierto ron , no eran otras que sus estacas, y
que todas estas incomodidades son ninguno dellos, a lo que se me acuer
muy ajenas al ejercicio de las armas , da, tenía estoque , espada ni puñal .
aquí me dejaría mcrir de puro eno No me dieron á mí lugar, respondió
jo. A esto replicó el escudero : Señor, Sancho , á que mirase en tanto , por
ya que estas desgracias son de la co que apenas puse mano á mi tizona,
s cha de la caballería, dígame vues. cuando me santiguaron los hombros
tra merced si suceden muy á menudo con sus pinos, de manera que me
ó si tienen sus tiempos limitados quitaron la vista de los ojos y la
en que acaecen , porque me parece fuerza de los pies, dando conmigo
á mí que á dos cos chas quedaremos donde ahora yago y adonde no me
inútiles para la tercera, si Dios por da pena alguna el pensar si fué afren .
su infinita misericordia no nos SO ta o no lo de los estacazos, como me
corre . Sábete , amigo Sancho , res la da el dolor de los golpes , que me
pondió don Quijote, que la vida de han de quedar tan impresos en la
los caballeros andantes está sujeta memorir como en las espaldas. Con
á mil peligros y desventuras, ni todo eso te hago saber, hermano Pan
más ni menos está en potencia pro za, replicó don Quijote , que no hay
pincua de ser los caballeros andan memoria á quien el tiempo no acabe
tes reyes y emperadores, como lo ni dolor que muerte no le consuma.
ha mostrado la experiencia en mu ¿ Pues qué mayor desdicha puede
chos y diversos caballeros, de cuyas ser , Panza, de aquella que
historias yo tengo entera noticia ; y aguarda al tiempo que la consuma ,
pudiérate contar ahora, si el dolor y á la muerte que la acabe ? Si esta
me diera lugar ,; de algunos que sólo nuestra desgracia fuera de aquellas
por el valor de su brazo han subido que con un par de bizmas se curan ,
á los altos grados que he contado, y aun no tan malo ; pero estoy viendo ,
estos mismos se vieron antes y des que no han de bastar todos los "em
pués en diversas calamidades y mi plastos de un hospital para poneplas
PARTE I. CAPÍTULO XVI 57

en buen término siquiera. Déjate mitad del camino como arco turques.
deso , y saca fuerzas de flaqueza , San co sin poder acabar de enderezarse ;
cho, respondió don Quijote , que así y con todo este trabajo aparejó su
haré yo ; y veamos como está Roci asno, que también había andado algo
nante, que á lo que me parece , no distraído con la demasiada libertad
le ha cabido al pobre la menor par de aqı- 1 día ; levantó luego á Ro
te desta de gracia . No hay de que cinante , el cual si tuviera lengua con
maravillarse deso, respondió Sancho, que quejarse, á buen seguro que San .
siendo él también caballero andan cho ni su amo no le fueran en zaga .
te ; de lo que yo me maravillo es En resolución, Sancho acomodó á
de que mi jumento haya quedado li don Quijote sobre el asno, y puso de
bre y sin costas , donde nosotros sa reata a Rocinante, y llevando al asno
Imos sin costillas. Siempre deja la del cabestro, se encaminó poco más
ventura una puerta abierta en las ó menos hacia donde le pareció que
desdichas para dar remedio á ellas, podía estar el camino real ; y la
dijo don Quijote : digolo porque es i su rte , que sus cosas de bien en me
bestezuela podrá suplir ahora la fal jor iba guiando , aun no hubo anda.
ta de Rocinante, llevándome á mí do una pequeña legua, cuando le
desde aquí á algún castillo donde deparó el camino, en el cual descu
sea curado de mis feridas. Y más que brió una venta, que a pesar suyo y
no tendré á deshonra la tal caballe gusto de don Quijote había de ser
ría, porque me acuerdo haber ' lido castillo . Porfiaba Sancho que era
que aquel buen viejo Sileno , ayo y venta, y su amo que no, sino cast:
pedagogo del alegre dios de la risa, llo, y tanto duró la porfía, que tuvie
cuando entró en la ciudad de las cien ron lugar sin acabarla de llegar á
puertas iba muy á su placer caballe ella, en la cual Sancho se entró sin
ro sobre rin muy hermoso asno . Ver . más averiguación con toda su recus.
dad será que él debía de ir caballero
como vuestra merced dice , respin
dió Sancho ; pero hay gran diferen.
cia del ir caballero al ir atravesado CAPITULO XVI
como costal de basura. A lo cual ris
pondió don Quijote : Las heridas que
se reciben en las batallas antes dan De lo que sucedió al ingenioso hi
honra que la quitan ; así que, Panza dalgo en la venta que él imagi
amigo, no me repliques más , silo nabu ser castillo.
como ya te ne dicho, levántate io r.e.
jor que pudieres, y ponme de la ma
nera quº más te agradare encima de El ventero , que vio á don Quijote
tú jumento, y vamos de aquí ar tes atravesado en el asno , preguntó á
que la noche venga, y nos saltee en Sancho qué mal traía. Sancho le res
este despob ado. Pues yo he oído pondió que no era nada, sino que ha
decir á vu stra merced, dijo Panza , bía dado una caída de una peña aba .
que es muy de caballeros andantes jo , y que tenía algo brumadas ‘ las
el dormir en los páramos y desiertos costillas. Tenía el ventero por mu
lo más del año, y que lo tienen á jer á una no de la condición que sue
mucha ventura. Eso es, dijo don len tener las de semejante trato ,
Quijote, cuando no pueden más ó porque naturalmente era caritativa .
cuando están enamorados ; y es tan v s9 dolía de las calamidades de sus
verdad esto , que ha habido caballe prójimos ; y así acudió luego á curar
ro que se ha estado sobre una peſa á don Quijote, y hizo que una hija
al sol y á la combra y á las inclemen suya doncella, muchacha y de muy
cias del cielo dos años sin que lo buen parecer, la ayudase á curar á
supiese su señora , y uno destos fué su huésped . Servía en la venta asi .
Amadís , cuando llamándose Belte mismo una moza asturiana, archa de
Debros se alojó en la Peña Pobre , no cara , llana de cogote, de nariz roma,
sé si ocho años ó ocho meses, que no del un ojo tuerta y del otro no muy
estoy muy bien en 14 cuenta ; basta sana : verdad es que la gallardia del
que él estuvo allí haciendo peniten. cuerpo suplía las demás faltas : no
cia por no sé qué sinsabor que le tenía siete palmos de los pies a la ca.
hizo la señora Oriana ; pero dejemos beza, y las espaldas , que algún tan
ya esto, Sancho, y acaba antes que to le cargaban , la hacían mirar al
suceda ' otra desgracia al jumento suelo más de lo que ella qu siera.
como á Rocinante . Aun ahí sería el Esta gentil moza pucs, ayudó á a
diablo, dijo Sancho; y despidiendo donc lla , y las dos hicieron una muy
treinta ayes y sesonta sospiros, y mala cama á don Quijote en un cama
. ciento y veinte pésetes y reniegos ranchón , que en otros tiempos daba
de quien allí le había traído, se le manifiestos indicios que había servi
vantó, quedándose agobiado' en la do de pajar muchos años, en el cual
58 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

también alojaba un arriero, que te cómo vos, siéndolo deste tan buen
nía su cama hecha un poco más allá señor , dijo la ventera, no tenéis á lo
de la de nuestro don Quijote, y aun que parece siquiera algún condado ?
que era de las enjalmas y mantas de Aun es temprano, respondió Sancho,
sus machos, hacía mucha ventaja á porque no ha sino un mes que an
la de don Quijote, que sólo contenía damos buscando las aventuras , y has
cuatro mal lisas tablas sobre dos no ta ahora no hemos topado con ningu .
muy iguales bancos, y un colchón , na que o sea, y tal vez hay que se
que en lo sutil parecía colcha, lleno busca una cosa y se halla otra :
de bodoques, que á no mostrar que verdad es que si mi señor don Quijo
eran de lana por alguna rotura , al te sana desta herida ó caída y yo no
tiento en la dureza semejaban de gui . quedo contrahecho della, no troca
jarro , y dos sábanas hechas de cuero ría mis esperanzas con el mejor títu .
de adarga, y una frazada cuyos hi lo de España. Todas estas pláticas
los, si se quisieran contar, no se estaba escuchando muy atento don
perdiera uno solo de la cuenta. En Quijote. y sentándose en el lecho
esta maldita cama se acostó don Qui. como pudo, tomando de la mano á
jote ; y luego la ventera y su hija la ventera le dijo : Creedme, fermo
le emplastaron de arriba abajo, a um. sa señora, que os podéis llamar ven
brándoles Maritornes, que así se turosa por haber alojado en este
llamaba la asturiana ; y como al biz. vuestro castillo á mi persona, que
malle viese la ventera tan acardena es tal, que si yo no la alabo, es por
lado á partes á don Quijote , dijo lo que sucle decirse , que la alabanza
que aquello más parecían golpes quo propia envilece; pero mi escudero
caída. No fueron golpes, dijo San os dirá quién soy : sólo os digo que
tendré eternamente escrito en mai
cho , sino que la peña tenía muchos
picos y tropezones, y que cada uno memoria el servicio que me habedes
había hecho su cardenal; y tam fecho, para agradecéroslo mientras la
bién le dijo : Haga vu stra merced , vida me durare : y pluguiera á los
señora , de manera que queden al altos cielos que el amor no me tu
gunas estopas, que no faltará quien viera tan rendido y tan sujeto a sus
las haya menester, que también me leyes , y los ojos de aquella hermosa
duelen á mí un poco los lomos. ¿ Desa ingrata que digo entre mis dientes,
manera , respondió la ventera , tam que los desta fermosa doncella fue
bién debisteis vos de caer ? No cal, ran señores de mi libertad. Confu
dijo Sancho Panza, sino que del so sas estaban la ventera y su hija y
bresalto de ver caer á mi amo , de la buena de Maritornes oyendo las
tal manera me duele á mí el cueroa razones del andante caballero, que
que me par ce que me han dado mil así las entendían como si hablara en
griego , aunque bien alcanzaron que
palos . Bien podría ser eso , dijo la
doncella , que á mí me ha acontecido todas .se encaminaban á ofrecimien
muchas veces soñar que caía de una tos y requiebros ; y como no usadas
torre abajo, y que nunca acababa á semejante lenguaje, mirábanle y
de llegar al suelo , y cuando desperta admirábanse, y parecíales otro hom
ba del sueño, hallarme tan molida y bre de los que se usaban , y agra
quebrantada, como si verdaderamen deciéndole con venteriles razones sus
te hubiera caído. Ahí está el toque, ofrecimientos , le dejaron, y la astu .
señora, respondió Sancho Panza, que riana Maritornes curó á Sancho, que
yo, sin soñar nada, sino estandó jāás no menos lo había menester que su
amo . Había el arriero concertado con
despierto que ahora estoy, me hallo ella que aquella noche se refocilarían
con pocos menos cardenales que mi
señor don Quijote . ¿ Cómo se llama juntos, y ella le había dado su pala
este caballero ? preguntó la asturiana bra de que en estando sosegados lo
Maritornes . Don Quijote de la Man huéspedes y durmiendo sus amos,
cha, respondió Sancho Panza, y ez le iría á buscar y satisfacere el gus
caballero aventurero, y de los me to en cuanto le mandase . Y cuénta
jores y más fuertes que de luengos se desta buena moza, que jamás dió
tiempos acá se han visto en el mun . seinejantes palabras que no las cum
do . ¿ Qué es caballero aventur ro ? pliese, aunque las diese en un mon
replicó la moza. ¿ Tan nueva sois en te y sin testigo alguno, porque pce.
el mundo que no lo sabéis vos ? sumía muy de hidalga, y no tenía
respondió Sancho Panza : pues sabed , por afrenta estar en aquel ejercicio
hermana mía, que caballero aventu do servir en la venta ; porque decía
rero es una cosa que en dos palabras ella que desgracias y malos sucesos
se ve apaleado y emperador : hoy 14 habían traído á aquel estado . El
está la más desdichada criatura del duro, estrecho, apocado y fementi .
mundo y la más menesterosa, y ma do lecho de don Quijote estaba pri
ñana tendrá dos ó tres coronas de mero en mitad de aquel estrellado
reinos que dar á su escudero . Pues establo, y luego junto á el hizo el
PANTE 1.- CAPÍTULO XVI 59

cuyo Sancho, que solo contenía una corazón de no cometer alevosia & su
estera de enea y una manta que an señora Dulcinea del Toboso, aun
tes mostraba ser de anjeo tundido que la misma reina Ginebra con su
que de lana . Sucedía á estos dos le dueña Quintañona se le pusiesen
chos el del arriero , fabricado, como delante. Pensando, pues , en estog
se ha dicho, de las enjalmas y de disparates , se llegó el tiempo y la
todo el adorno de los dos mejores hora ( que para el fué munguada ) de
mulos que traía , aunque eran doce , la venida de la asturiana , la cual,
lucios, gordos y famosos , porque en
camisa y descalza, cogidos los
era uno de los ricos arrieros de Aré. cabellos en una albanega de fustán,
valo, según lo dice el autor desta con tácitos y atentados pasos entró
historia , que deste arriero hace par en el aposento donde los tres aloja
ticular mención , porque le conocía ban , en busca del arriero ; pero ade
muy bien , y aun quieren decir que nas llegó á la puerta cuando don
era algo pariente suyo : fuera de que Quijote la sintió, y sentándose en
Cide Hamete Benengeli fué historia. la cama , á pesar de sus bizmas y
dor muy curioso, y muy puntual en con dolor de sus costillas , tendió los
todas las cosas, y échase bien de ver , brazos para recibir á su fermosa don
pues las que quedan referidas, con cella la asturiana, que toda recogida
ser tan mínimas y tan raras, no las y callando iba con las manos delan
quiso pasar en silencio, de donde te buscando á su querido. Topó con
podrán tomar ejemplo los historiado . los brazos de don Quijote, el cual la
res graves , que nos cuentan las ac . asió fuertemente de una muñeca , y
ciones tan corta y sucintamente, que tirándola hacia sí, sin que ella osa
apenas nos llegan á los labios, de se hablar palabra, la hizo sentar so
jándose en el tintero, ya por descui bre la cama : tentole luego la cami
do por malicia o ignorancia, lo más sa , y aunque era ella de arpillera,
substancial de la obra. Bien haya él le pareció ser de finísimo y del
mil veces el autor de Tablante de gado cendal. Traſa en las muñecas
Ricamonte, y aquel del otro libro, unas cuentas de vidrio, pero á él
donde se cuentan los hechos del Con. le dieron vislumbres de preciosas
do de Tomillas ; y icon qué pun perlas orientales : los cabellos, que
tualidad lo describen todo ! Digo pues , en alguna manera tiraban á crines,
que después de haber visitado el él los marcó por hebras de lucidisi.
arriero á su recna , y dádole el se mo oro de Arabia , cuyo resplandor
gundo pienso , se tendió en sus 21: al del mismo sol escurecía ; y el
jalmas, y se dió á esperar á su pun . aiento, que sin duda alguna olla á
tualísima Maritornes. Ya estaba ensalada fiambre y trasnochada, á aj
Sancho bizmado y acostado, y aun le pareció que arrojaba de su boca
que procuruba dormir, no lo consen un olor suave y aromático ; - final.
tía el dolor de sus costillas, y don mente él la pintó en su imaginación
Quijote con el dolor de las suyas te . de la misma traza y modo que lo ha
nía los ojos abiertos como liebra. bía leído en sus libros de la otra prin .
Toda la venta estaba en silencio , y cesa que vino á ver al mal ferido ou
en ella no había otra luz que la que ballero, vencida de sus amores, con
daba una lámpara que colgada en todos los adornos que aquí van pues
medio del portal ardía . Esta maravi . tos. Y era tanta la ceguedad d- po.
llosa quietud , y los pensamientos que bre hidalgo, que el tacto, ni el alien
siempre nuestro caballero traía de to, ni otras cosas que traía en sí la
los sucesos que á cada paso se cnen buena doncella , no le desengañaban,
tan en los libros autores de sus des . las cuales pudieran hacer vomitar 4
gracias, le trujo á la imaginación otro que no fuera arriero ; antes le
una de las extrañas locuras que bue parecía que tenía entre sus brazos á
namente imaginarse pueden : y fué la diosa de la hermosura ; y tenién.
que él se imaginó haber llegado á dola bien asida , con voz amorosa y
un famoso castillo (que como se ha baja le comenzó á decir : Quisiera
dicho, castillos eran á su parecer to hallarme en términos, fermosa y alta
das las ventas donde se alojaba), señora , da poder pagar tamaña mer
que la hija del ventero lo era del ced como la que con la vista de
señor del castillo, la cual vencida de vuestra gran fermosura me habedeg
Bu gentileza, se había enamorado cél , fecho ; pero ha querido la fortuna,
prometido que aquella noche á fur que no se cansa de perseguir á los
to de sus padres vendría á yac r buenos , ponerme en este lecho, donde
con él una buena pieza : y teniendo yago tan molido y quebrantado, que
toda esta quimera que él se había aunque de mi voluntad quisiera sa
fabricado , por firme y valedera, 99 tisfacer a la vuestra, fuera imposible,
comenzó á acuitar y a pensar en el pa y más que se añade á esta imposibi
ligroso trance en que su honestidad Lidad otra mayor , que es la prome
se habla de ver, y propuso en su tida fe que tengo dada á la sin par
60 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

Dulcinea del Toboso, única señora á don Quijote acudió á dalle el soco
de mis más escondidos pensamien rro necesario : lo mismo hizo el ven .
tos ; que si esto no hubiera de por tero , pero con intención diferente,
medio, no fuera yo tan sandio caba . porque fué á castigar á la moza, cre
llero que dejara pasar en blanco la yendo sin duda, que ella sola era a
venturosa ocasión en que vuestra ocasión de toda aquella armonía. Y
gran bondad me ha puesto. Maritor así como suele decirse el gato al
nes estaba congojadísima y trasudan rato, el rato á la cuerda, la cuerda
do de verse tan asida de don Quijote, al palo, daba el arriero ' á Sancho ,
y sin entender ni estar atenta á las Sancho à la moza, la moza á él , el
razones que le decía, procuraba sin ventero á la moza, y todos menudea
hablar palabra desasirse. El bueno ban con tanta priesa , que no se daban
del arriero , á quien tenían despierto punto de reposo ; y fué lo bueno que
sus malos d seos , desde el punto que al ventero se le apagó el cardil, y
eritró su coima por la puerta la sin como quedaron á escuras, dábanso
tió y estuvo atentamente escuchando tan sin compasión , todos á bulto,
todo lo que don Quijote decía y ce que á doquiera que ponían la mano,
loso de que la asturiana le hubiese no dejaban cosa sana, Alojaba aca
faltado á la palabra por otro, se fué sy aquella noche en la venta un cua
llegando más al lecho de don Quijote , drillero de los que llaman de la San
y estúvose quedo hasta ver en qué ta Hermandad vieja de Toledo. el
paraban aquellas razones que él no cual oyendo asimismo el extraño es.
podía entender ; pero como vió que truendo de la pelea , asió de su media
la moza forcejaba por desasirse , y vara y de la caja de lata de sus tí
don Quijote trabajaba por tenerla , tulos, y entró á escuras en el apo
pareciéndole mal la burla , enarboló sento diciendo : Ténganse á la justi
el brazo en alto, y descargó tan te cia, ténganse á la Santa Herman
rrible puñada sobre las estrechas qui. dad : y el primero con quien topo,
jadas del enamorado caballero , que le fué con el apuñeado de don Quijote,
baño toda la boca en sangre, y no que fstaba en su derribado lecho,
contento con esto se le subió encima tendido boca arriba sin sentido algu .
de las costillas, y con los pies más no, y echándole á tiento mano á las
que de trote se las paseó todas de barbas, no cesaba de decir : Favor
cabo á cabo. El lecho, que era un á la justicia ; pero viendo que el que
poco endeble y de no firmes funda tenía asido no se bullía ni meneaba,
mentos , no pudiendo sufrir la añadi . se dió a entender que estaba muerto,
dura del arriero , dió consigo en el y que los que allí dentro estaban
suelo, á cuyo gran ruido desportó el eran sus matadores, y con esta sos.
ventero, y luego imaginó que de pecha reforzó la voz, diciendo : Cié .
bían ser pendencias de Maritornes , rrese la puerta de la venta, miren no
porque hab éndola llamado á voces no se vaya nadie, que han muerto aquí
respondía. Con esta sospecha se le á un hombre . Esta sobresaltó
voz á
vantó; y encendiendo un candil be todos, y cada cual dejó la per:dencia
fué hacia donde había sentido la pe en el grado que le tomó la voz. Re
laza. La moza, viendo que su amo tiróse el ventero á su aposento, el
venía y que era de condición terri arriero á sus enjalmas, la moza á su
blº , toda medrosica y alborotada se rancho ; solos los dos desventurados
acogió á la cama de Sancho Panza , don Quijote y Sancho no se pudieron
que aun dormía, y allí se acurrucó mover de donde estaban . Soltó en
y se hizo un ovillo. El ventero entro esto el cuadrillero la barba de don
diciendo : ¿ Adónde estás, puta ? A Quijote, y salió á buscar luz para
buen seguro que son tus cosas estas . buscar y prender los delincuentes,
En esto despertó Sancho , y sintiendo mas no la halló, porque el ventero
aquel bulto casi encima de sí, penso de industria había mu rto la lám
que tenía la pesadilla, y comenzó :( para cuando se retiró a su estancia ,
dar puñadas á una y á otra parte , y fuéle forzoso acudir á a chimenea,
y entre otras alcanzó con no sé cuán donde con mucho trabajo y tiempo
tas á Maritornes , la cual sentida del encendió el cuadrillero otro candil,
dolor , echando á rodar la honestidad ,
dió el retorno á Sancho con tantas ,
que á su despecho de quitó el sueño ;
el cual, viéndose tratar de aquella
manera y sin saber de quién , alzándo
se como pudo , se abrazó con Maritor .
nes , y com nzaron entre los dos la
más reñida y graciosa escaramuza
del mundo. Viendo, pues, el arrie
ro á la alumbre del candil del ven.
tero cuál andaba su dama, dejando
PARTE 1 .--CAPÍTULO XVI 61
tillo, al tiempo que yo estaba con
ella en dulcísimos y amorosisimos
coloquios, sin que yo la viese ni su.
CAPITULO XVII piese por dórde venía, vino una mano
pegada á algún brazo de algún des
Donde se prosiguen los innume comunai gigante , asestóme una pu
rables trabajos que el bravo don ñada en las quijadas, tal que las
Quijote y su buen escudero San tengo todas bañadas en sangre, y des.
cho Panza pasaron en la venta , pués me molió de tal suerte, que es
que por su mal pensó que era toy peor que ayer cuando los arrie
castillo. ros por demasias de Rocinante nos
hicieron el agravio que sabes : por
donde conjeturo que el tesoro de la
fermosura desta doncella le debe de
Había ya vuelto en este tiempo de guardar algún encantado moro , y
su parasismo don Quijote , y con el no debe de ser para mí. Ni para mí
mismo tono de voz con que el día tampoco, respondió Sancho, porque
antes había llamado á su escudero , más de cuatrocientos moros me han
cuando estaba tendido en el val de aporreado, de manera que el moli
las estacas, le comenzó á llamar di . miento de las estacas fué tortas y
ciendo : ¿ Sancho, amigo, duermes ? pan pintado . Pero dígame , señor,
¿ Duermes, amigo Sancho ? ¿ Qué ten ¿ cómo llama á ésta buena y rara
go de dormir , pesia á mí ? respondió aventura, habiendo quedado della
Sancho lleno de pesadumbre y de des . cual quedamos ? Aun vuestra murced
pecho ; que no parece sino que to menos mal , pues tuvo en sus manos
dos los diablos han andado conmigo aquella incomparable fermosura que
esta noche . Puedeslo creer así sin ha dicho ; pero yo ¿ qué tuve sino los
duda, respondió don Quijote, porque mayores porrazos que pienso recibir
ó yo sé poco, ó este castillo es en en toda mi vida ? Desdichado de mí
cantado, porque has de saber ... mas y de la madre que me parió, que ni
esto que ahora quiero decirte, hasme soy caballero andanto ni lo pienso
de jurar que lo tendrás secreto has ser jamás , y de todas las malandan.
ta después de mi muerte. Si juro , zas me cabe la mayor parte! ¿ Lue
respondió Sancho . Digolo, replicó go también estás tú aporreado ? res
dun Quijote, porque soy enemigo de pondió don Quijote, ¿ No le he di
que se quite la honra á nadie. Digo cho que sí, pese á mi linaje ? dijo
que sí juro, torno á decir Sancho, Sancho . No tengas pena, amigo, di
que lo callaré hasta después de cos jo don Quijote, que yo haré ahora el
días de vuestra merced , y plega á bálsamo precioso con que sanaremos
Dios que lo pueda descubrir mana en un abrir y cerrar de ojos. Aca
na . & Tan malas obras te hago , San bó en esto de encender el candil el
cho, respondió don Quijote, que me cuadrillero , y entr5 á ver el que
querrías ver muerto con tanta bre pensaba que era muerto, y así como
vedad ? No es por eso , respondió le vió entrar Sancho, viéndole ve
Sancho, sino porque soy enemigo de nir en camisa y con su paño de cabe
guardar mucho las cosas, ļ no que za y candil en la mano, y con muy
rría que se me pudriesen de guarda mala cara, preguntó á su amo : Se
das. Sea por lo que fuere , respondió ñor, ¿ si será éste á dicha el moro
don Quijote, que más fío de tu amor encantado que nos vuelve á castigar,
y de tu cortesía ; y así has de saber si se dejó algo en el tintero ? No
que esta noche me ha sucedido una puede ser el moro, respondió don
de las más extrañas aventuras que Quijote , porque los encantados no
yo sabré encarecer, y por contártela se dejan ver de nadie. Si no se de
en breve, sabrás que poco ha que á jan ver, déjanse sentir, dijo Sancho :
mi vino la hija del señor deste cas si no díganlo mis espaldas. También
tillo, que es la más apuesta y fer lo podrían decir las mías, respon
mosa doncella que en gran parte de diú don Quijote ; pero no es bastante
la tierra se puede hallar. iQué te indicio ese para creer que este que
podría decir del adorno de su perso se ve sea el encantado moro. Llegó
na ! ¡ Qué de su gallardo entendi el cuadrillero , y como los halló ha
miento ! ¡ Qué de otras cosas ocultas, blando en tan sosegada conversación ,
que por guardar la fe que debo á mi quedó suspenso. Bien es verdad que
señora Dulcinea del Toboso , dejaré aun don Quijote se estaba boca arri .
pasar intactas y en silencio ! $6.0 ba sin poderse n.enear de puro mo
te quiero decir, que envidioso el cie lido y emplastado. L'egóse á él el
lo de tanto bien como la ventura me cuadrillero , y díjole : Pues ¿ cómo
había puesto en las manos, o quizá va , buen hombre ? Hablara yo más
(y esto es lo más cierto ) que como bien criado, respondió don Quijote ,
tengo dicho es encantado este cas si fuera que vos : ¿ úsase en esta tie
62 DON Otijote DE LA MANCHA
rra hablar desa suerte a los caballe. tantas avemarías , salves y credo3,
ros andantes, majadero ? El cuadri. y á cada palabra acompañaba una cruz
llero, que se vio tratar tan mal da á modo de bendición : á todo lo cual
un hombre de tan mal parecer , no se hallaron presentes Sancho, el ven
lo pudo sufrir, y alzando el candil tero y cuadrillero, que ya el arriero
con todo su aceite, dió á don Qui. sosegadamente andaba entendiendo en
jote con él en la cabeza , de suerte el beneficio de sus machos. Hecho
que le dejó muy bien descalabrado; esto, quiso él mismo hacer luego la
y como todo quedó á escuras, salióss experiencia de la virtud de aquel
luego, y Sancho Panza dijo : Sin precioso bálsamo que él se imagina
duda, señor, que éste es el moro an ba, y así se bebió, de lo que no pudo
cantado, y debe de guardar el tesoro caber en la alcuza y qu -daba en la
para otros , y para nosotros sólo guar olla donde se había cocido, casi me.
da las puñadas y los candilazos. Así dia azumbre, y apenas lo acabó de
es , respondió don Quijote, y no hay beber, cuando comenzó á vomitar de
que hacer caso destas cosas de en manera que no le quedó cosa en el
cantamentos, ni hay para qué tomar estómago, y con las ansias y agita
cólera ni enojo con ellas, que como ción del vómito , le dió un sudor co
son invisiblesy fantásticas, no halla piosísimo, por lo cual mandó que le
remos de quién vengarnos aunque arropasen y le dejasen solo. Hicie
más lo procuremos. Levántate, San ronlo así, y quedóse dormido más de
cho, si puedes, y llama al alcaide desta tres horas, al cabo de las cuales des
fortaleza , y procura que se me dé un pertó y se sintió aliviadísimo del
poco de aceite, vino, sal y romero, cuerpo , y en tal manera mejor de su
para hacer el salutífero bálsamo, que quebrantamiento, que se tuvo por
en verdad que creo que lo he bien sano, y verdaderamente creyó que
mºnester ahora, porque se va mucha había acertado con el bálsamo de
sangre de la herida que esta fan Fierabrás, y que con aquel remedio
tasma me ha dado. Levantose San podía acometer desde allí adelante
cho con harto dolor de sus huesos, Bin temor alguno cualesquiera ruinas,
y fué á obscuras donde estaba el ven batallas y pendencias por peligrosas
tero, y encontrándose con el cuadri que fuesen . Sancho Panza, que tam
llero, que estaba escuchando en que bién tuvo á milagro la mejoría de
paraba su enemigo, le dijo : Señor, su amo, le rogó que le diese á el lo
quienquiera que seáis, hacednos que quedaba en la olla, que no era
merced y beneficio de darnos un poca cantidad. Concedióselo don Qui
poco de romero , aceite, sal y vino , jote, y él , tomándola a dos manos,
que es menester para curar uno de con buena fe y mejor talante se la
los mejores caballeros andantes que echó á pechos, y envasó bien poco
hay en la tierra, el cual yace en menos que su amo. Es, pues, el caso,
aquella cama mal ferido por las ma que el estómago del pobre Sancho
nos del encantado moro que está en no debia de ser tan delicado como el
esta venta. Cuando el cuadrillero tal de su amo, y así primero que vomi
oyó, túvole por hombre falto de se tase le dieron tantas ansias y bascas,
80 ; y porque ya comenzaba á ama con tantos trasudores y desmayos,
necer, abrió la puerta de la venta, y que él pensó bien y verdaderamente
llamando al ventero le dijo lo que que era llegada su última hora ; y
aquel buen hombre quería . El vente. viéndose tan afligido y congojado,
ro le proveyó de cuanto quiso, y San maldecía el bálsamo y al ladrón que
cho se lo llevó á don Quijote, que es se lo había dado. Viéndole asi don
taba con las manos en la cabeza que . Quijote, le dijo : Yo creo, Sancho,
jándose del dolor del candilazo, que que todo este mal te viene de no ser
no le había hecho más mal que le armado caballero, porque tengo para
vantarle dos chichones algo cre mí, que este licor no debe de aprove
cidos, y lo que el pensaba que era char á los que no lo son . Si eso sabía
sangre, no era sino sudor que su vuestra merced, replicó Sancho, mal
daba con la congoja de la pasada haya yo y toda mi parentela, é para
tormenta . En resolución, él tomó sus qué consintió que lo gustase ? En
simples, de los cuales hizo un com esto hizo su operación el brebaje, y
puesto, mezclándolos todos y co comenzó el pobre escudero á des
aguarse por entrambas canales con
ciéndolos un buen espacio, hasta que
le pareció que estaban en su pun tanta priesa, que la estera de pnea
to. Pidió luego alguna redoma para sobre quien se había vuelto á echar,
echallo , y como no la hubo en la ni la manta de anjeo con que se cu.
venta , se resolvió de ponello en una bria, fueron más de provecho : su
alcuza ó aceitera de hoja de lata, de daba y trasudaba con tales parasis
quien el ventero le hizo grata dona mos y accidentes , que no solamente
ción ; y luego dijo sobre la alcuza el, sino todos pensaban que se le
acababa la vida. Duróle esta borrasca
mas de ochenta pater-nostres y otras
---

PARTE 1.- CAPÍTULO XVII


y malandanza casi dos horas, al cabo venta , lo que se podrá hacer por
de las cuales no quedó como su amo, ahora es, que perdonéis por la paga ,
sino tan molido y quebrantado, que que yo no puedo contravenir la
no se podía tener ; pero don Quijote, orden de los caballeros andantes, de
que como se ha dicho, se sintió ali los cuales se cierto (sin que hasta
viado y sano, quiso partirse luego á ahora haya leído cosa en contrario)
buscar aventuras, pareciéndole que que jamás pagaron posada ni otra
todo el tiempo que allí se tardaba, cosa en venta donde estuviesen , por
era quitársele al mundo y á los en que se les debe de fuero y de derecho
el menesterosos de su favor y am cualquier buen acogimiento que se les
paro, y más con la seguridad y con hiciere, en pago del insufrible tra
fianza que llevaba en su bálsamo. Y bajo que padecen buscando las aven.
así forzado deste deseo , el mismo en. turas de noche y de día , en invier
silló á Rocinante y enalbardó al ju no y en verano, á pie y á caballo,
mento de su escudero, á quien tam con sed y con hambre, con calor y
bién ayudó á vestirse y á subir en con frío , sujetos á todas las incle
el asno , púsose luego á caballo, y mencias del cielo y á todos los in
llegándose á un rincón de la venta, cómodos de la tierra . Pooo tengo yo
asió de un lanzón que allí estaba, que ver en eso, respondió el ventero ;
para que le sirviese de lanza . Está págueseme lo que se me debe, y de
banle mirundo todos cuantos había jémonos de cuºntos ni de caballerías,
en la venta, que pasaban de más de que yo no tengo cuenta con otra cosa
veinte personas : mirábale también que con cobrar mi hacienda, Vos
la hija del ventero, y él también no sois un sandio y mal hostelero, res
quitaba los ojos della, y de cuando pondió don Quijote, y poniendo pier
en cuando arrojaba un suspiro que nas á Rocinante y terciando su lan
parecía que lo arrancaba de lo pro zón, se salió de la venta sin que na.
fundo de sus entrañas , ydetodos die le detuviese ; y él sin mirar si
saban que debí de dolor pen
que le seguía su escudero, se alongó un
sentía en las costillas, á lo menos buen trecho . El ventero , que le vió ir
pensábanlo aquellos que la noche an y que no le pagaba, acudió á cobrar
tes le habían visto bizmar . Ya que de Sancho Panza, el cual dijo, que
estuvieron los dos á caballo, puesto pues su señor no había querido pa
á la puerta de la venta llamó al ven gar, que tampoco él pagaría, porque
tero, y con voz muy reposada v gra siendo él escudero de caballero an
ve le dijo : Muchas y muy grandes dante , como era, la mesma regla
son las mercedes, señor alcaide , que razón corría por él como por su amo
en este vuestro castillo he recibido, en no pagar cosa alguna en los me
y quedo obligadísimo á agradecéros sones y ventas. Amohinose mucho
las todos los días de mi vida. Si os desto el ventero, y amenazóle are
las puedo pagar en haceros vengado si no le pagaba, que le cobraría de
de algún soberbio que os haya fe modo que le pesase. A lo cual San
cho algún agravio, sabed que mi ofi cho respondió, que por la ley de ca
cio no es otro sino valer á los que ballería que su amo había recibid .),
poco pueden , y vengar á los que re no pagaría un solo cornado aunque le
ciben tuertos, y castigar alevosias : costase la vida, porque no se había
recorred vuestra memoria, y si os de perder por él la buena y antigua
halláis alguna cosa deste jaez que en usanza de los caballeros andantes,
comendarme, no hay sino decilla. gne ni se habían de quejar del los scn
yo os prometo por la orden de caba deros de los tales que estaban por
llero que recibí, de fac ros satisfecho venir al mundo, reprochándole el
y pagado á toda vuestra voluntad . quebrantamiento de tan justo fuero.
El ventero le respondió con el mismo Quiso la mala suerte del desdichado
sosiego : Señor caballero, yo no ten . Sancho, que entre la gente que esta.
go necesidad de que vuestra merced ba en la venta se hallasen cuatro pe
me vengue ningún agravio, porque railes de Segovia , tres agujeros del
yo sé tomar la venganza que me pa Potro de Córdoba y dos vecinos de
rece , cuando se me hacen : sólo te Ja heria de Sevilla, gente alegre, bien
menester que vuestra merced me pa intencionada, maleante y juguetona,
gue el gasto que esta noche ha he los cuales casi como instigados y mo
cho de la venta, así de la paja y ce. vidos de un mismo espíritu , se lle.
bada de sus dos bestias, como de la garon áSancho, y apeándolo del asno ,
cena y camas. Luego venta es esta ? uno dellos entró por la manta de la
replicó don Quijote. Y muy honrada , cama del huésped , y echandole en
respondió el ventero, Engañado he ella , alzaron los ojos y vieron que el
vivido hasta aquí, respondió don techo era a.go más bajo de lo que
Quijote , que en verdad que pensé habían menester para su obra, y le
que era castillo y no malo; pero terminaron salirse al corral que te
pues es así que no es castillo sino nía por límite el cielo, y allí puesto
64 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
1

Sancho en mitad de la manta, co- par en par, se salió della muy con
menzaron á levantarle en alto, y á tento de no haber pagado nada y de
holgarse con él como con perro por haber salido con su intención, aun
carnestolendas. Las voces que el mi- que había sido á costa de sus acos
sero manteado daba fueron tantas, tumbrados fiadores, que eran sus es
que llegaron a los oídos de su amo, paldas. Verdad es, que el ventero
el cual , deteniéndose á escuchar aten- se quedó con sus alforjas en pago
tamºnte, creyó que alguna nueva de lo que se le debía, mas Sancho
aventura e venía , hasta que clara- no las echó menos según salió tur
mente conoció que el que gritaba bado. Quiso el ventero atrancar bion
era su escudero ; y volviendo las rien- la puerta así como le vió fuera , mas
das, con un penado galope, llegó á la no lo consintieron los manteadores,
venta, y hallándola cerrada, la co- que era gente que aunque don Quijo.
do por ver si hallaba por dónde en- te fuera verdaderamente de los ca
trar; pero no hubo llegado a las pa- balleros andantes de la Tabla Redon
redes del corral, que no eran muy da, no le estimaran en cos ardites .
altas, cuando vió elmal juego que se
le hacía á su escudero. Vióle bajar
y subir por el aire, con tanta gracia
V presteza, que si la cólera le dejara, CAPITULO XVIII
tengo para mí que se riera. Probó
á subir desde el caballo á las bardas,
Donde se cuentan las razones que
pero estaba tan molido y quebranta
aun apearse
do, queencima no pudo, y así pasó Sancho Panza con su señor
desde del caballo comenzó don Quijote, con otras aventuras
á decir tantos denuestos y baldones dignas de ser contadas.
á los que á Sancho manteaban , que
no es posible acertar á escrebillos ; Llegó Sancho á su amo marchito
mas no por esto cesaban ellos de su y desmayado, tanto que no podía
risa y de su obra, ni el volador San. arrear á su jumento. Cuando así e
cho dejaba sus quejas, mezcladas ya vió don Quijote , le dijo : Ahora aca
con amenazas , ya con ruegos ; mas bo de creer , Sancho bueno , que aquel
todo aprovechaba poco, ni aprove castillo 6 Venta es encantado sin
chó hasta que de puro cansados le duda ; porque aquellos que tan atroz
dejaron . Trujéronle allí su asno, y mente tomaron pasatiempo contigo ,
subiéndole encima le arroparon con ¿ qué podían ser sino fantasmas y
su gabán, y la compasiva de Mari- g‘nte del otro mundo ? Y confirmo
tornes, viéndole tan fatigado, de pa- esto por haber visto que cuando es
reció bien socorrelle con un jarro de taba por las bardas del corral, mi
agua, y así se le trujo del pozo , por rardo los actos de tu triste tragedia,
ser más fría. Tomóle Sancho, y lle- no me fué posible subir por ellas,
vándole á la boca se paró á las voces ni menos pude apearme de Rocinan
que su amo le daba diciendo : Hijo te , porque me debían de tener en
Sancho, no bebas agua, hijo , no la cantado ; que te juro por la fe de
bebas, que te matará : ves, aquí ten- quien soy , que si pudiera subir ó
go el santísimo bálsamo (y enseñá- apearme, que yo te hiciera vengado
baie la alcuza del brebaje) , que con de manera que aquellos follones y
dos gotas que dél bebas sanarás sin malandrines se acordaran de la bur
duda. A estas voces volvió Sancho la para siempre, aunque en ello su
los ojos como de través, y dijo con piera contravenir á las leyes de ca
otras mayores : ¿ Por dicha hásele, ol . ballería, que como ya muchas veces
vidado à vuestra merced como yo te he dicho, no consienten que ca
no soy caballero, ó quiere que ballero ponga mano contra quien no
acabe de vomitar las entrañas que lo sea, si no fuere en defensa de su
me quedaron de anoche ? Guardese propia vida y persona, en caso de
su licor con todos los diablos, y déje- urgente y gran necesidad . También
me á mí : y el acabar de decir esto me vergara yo si pudiera , fu ra o
y el comenzar á beber todo fué uno ; no fuera armado caballero, pero no
mas como al primer trago vió que pude ; aunque tengo para mi que
era agua, no quiso pasar adelante , y aquellos que se holgaron conmigo
rogo á Maritornºs que se lo truiese no eran fantasmas ni hombres en .
de vino, y así lo hizo ella de muy cantados como vuestra merced dice ,
buena voluntad, y lo pagó de su mis. sino hombres de carne y hueso como
mo dinero , porque en efecto se dice nosotros, y todos, según lo oí nom
della, que aunque estaba en aquel brar cuando me vo teaban , tenían
trato , tenía unas sombras y dejos de sus nombres, que el uno se llamaba
cristiana . Así como bebió Sancho, Pedro Martínez, y el otro Tenorio
dió de los carcaños á su asno , y Hernández, y el ventero oſ que se
abriéndole la puerta de la venta de llamaba Juan Palomeque el Zurdo :
PARTE 1. - CAPÍTULO XVIII 65

así que, señor, el no poder saltar las don Quijote y su escudero , cuando
bardas del corral ni apearse del caba vió don Quijote que por el camino
No , en al estuvo que en encantamen que iban, venía hacia elios una gran
tos : y lo que yo saco en limpio de de y espesa polvareda , y en yiéndola
todo esto es , que estas aventuras que se volvió á Sancho , y le dijo : Este
andamos buscando, al cabo al cabo es el día , oh Sancho, en el cual se
nos han de traerá tantas desventu ha de ver el bien que me tiene guar
ras, que no sepamos cuál es nutstro dado mi suerte : este es el día, digo,
pie derecho ; y lo que sería mejor y en que se ha de mostrar tanto como
más acertado , según mi poco enten en otro alguno el valor de mi brazo ,
dimiento , fuera el volvernos á nues . i en el que tengo de hacer obras
tro lugar ahora que es tiempo de la ¡us queden escritas en el libro de
siega, y de entender en la hacienda , la fama por todos los venideros si
djándonos de andar de ceca en me glos, ¿ Ves aquella polvareda que
ca, y de zoca en colodra, como di allí se levanta, Sancho ? Pues toda
cep . i Qué poco sabes, Sancho, res es cuajada de un copiosísimo ejército
pondió don Quijote, de achaque de ca que de diversas é innumerabl s gen
ballería ! Calla y ten paciencia , que día les por allí viene marchando . A esa
vendrá donde veas por vista de ojos cuenta, dos deben de ser , dijo San .
cuán honrosa cosa es andar en este cho , porque desta parte contraria se !
ejercicio : si 20, dime, qué mayor levanta asimesmo otra semejante pol
contento puede haber en el mundo, vareda. Volvió á mirarlo don Quijote,
ó qué gusto puede igualarse al de y vió que así era la verdad , y ale
vencer una batalla, y al de triunfar grándose sobreman ra, pensó sin d12
de su enemigo ? Ninguno, sin duda da alguna que eran dos ejércitos que
alguna. Así, debe de ser, respondió venían á einbestirse y á encontrar.
Sancho, puesto que yo no lo sé ; sólo et en mitad de aquella espaciosa lla
sé que después que somos caballeros nura, porque tenía á todas horas y
andantes, ó vuestra merced lo es momentos llena la fantasía de aque.
que yo no hay para qué me cuente has batallas, encantamentos, sucesus ,
El tan honroso número) , jamás he desatinos , amores, desafíos, que en
anos vencido batalla aiguna, si no
tué la del vizcaino , y aun de aque los libros de caballerías se cuentar ,
lla salió vuestra merced con media y todo cuanto hablaba, ponsaba o
hacia , era encaminado á cosas seme
oreja y media celada menos ; que jantes ; y la polvareda que había vis
después acá todo ha sido palos y más to , la levantaban dos grandes ma
pa.os, puñadas y mas puñadas, ile nadas de ovejas y carneros, que por
vando yo de ventaja el manteamiento , aquel mismo camino de dos diferen
y haberme sucedido por personas en. Ces partes venían , las cuales, con
cantadas de quien no puedo vengar el polvo no se echaron de ver 'hasta
me, para saber hasta dónde llega el que llegaron c rca , y con tanto ahin
gusto del vencimiento del enemigo,
como vuestra merced dice. Esa es co afirmaba don Quijote que eran
ejércitos, que Sancho lo vino á creer
la pena que yo tengo y la que tú dt . y á decirle : Señor, & pues que hemos
bes , tener, Sancho, respondió don de hac r nosotros ? ¿ Qué ? dijo don
Quijote : pero de aquí adelante yo Quijote , favorecer y ayud á los me
procuraré haber á las manos alguna nesterosos y desvalidos : y has de
espada hecha por tal maestría , que saber, Sancho , que este que viene
al que la trujere consigo no le pue. por nuestra frente le conduce y guía
dan hacer ningún género de encan el grande emperador Alifanfarón , se
tamentos, y aun podría ser que me ñor de la grande isla Trapobana; este
depurase la aventura aquella de Ama otro que á mis espaldas marcha , es
dis , cuando se llamaba el caballero de el de su enemigo el rey de los Ga
la Ardiente Espada , que fué una de ramantas, Pentapolín del arreman
las mejores espadas que tuvo caba gado brazo, porque siempre entra en
Vero en el mundo ; porque fuera que las batallas con el brazo derecho des
tenía a virtud dicha, cortaba como nudo. ¿ Pues por qué se quieren tan
una navaja , y no había armadura, mal estos dos señores ? preguntó San.
por fuerte y encantada que fuese ,
cho . Quiérense mal , respondió don
que se le parase delante . Yo soy tan Quijote, porque este Alifanfarón es
Vinturoso, dijo Sancho , que cuando un furibundo pagano , y está enamo
eso fuese , y vuestra merced viniese
á hallar espada semejante, sólo ven rado de la hija de Pentapolín , que es
ária a servir r aprovechar á los ar muy fermosa y además agraciada se
mados caballeros , como el bálsamo, ñora y es cristiana, y su padre no
y á los escuderos que se los papen se la quiere entregar al rey pagano,
duelos. No temas eso. Sancho, dijo si no deja primero la ley de su fal
so profeta Mahoma, v se vuelve á
don Quijote, que mejor lo hará el la suya. Para mis barbas, dijo San
cielo contigo. En estos coloquios iban
cho, si no hace muy bien Pentapolin ,
66 DON QUIJOTE DE LA MANCIJA

y que lo tongo de ayudar en cuanto escudo blanco y sin empresa algu


pudiere, En eso harás lo que debes , na, es un caballero novel, de nación
Jarcho, dijo don Quijote, porque para francés, llamado Pierres Papin . se
entrar en batallas semejantes, no se ſor de las baronias de Utrique. El
requiere ser armado caballero. Bien otro que bate las ijadas con los be
se me alcanza eso , respondió Sancho, rrados carcaños á aquella pintada y
pero dónde pondremos á este asno , ligera cebra, y trae las armas de los
que estemos ciertos de hallarle des veros azules, es el poderoso duque
pués de pasada la refriega ? Porque de Nerbia, Espartafilardo del Bosqus,
el ntrar en ella en semejante ca que trae por empresa en el escudo
ballería, no creo que está en uso has una esparraguera, con una letra en
ta ahora . Así es verdad , dijo don castellano, que dice así : Rastrea mi
Quijote : lo que puedes hacer dél, es suerte. Y desta manera fué nom
dejarle á sus aventuras, ahora se brando muchos caballeros del uno y
pierda ó no, porque serán tantos los del otro escuadrón , que él se imagi
caballos que tendremos después que naba, y á todos les dió sus armas ,
sa gamos vencedores , que aun corro co'ores, empresas y motes de impro
peligro Rocinante no le trueque por viso , llevado de la imaginación de
otro ; pero estáme atento y mira , que su nunca vista locura . Y sin parar
te quiero dar cuenta de los caballeros prosiguió diciendo ; A este escuadrón
más principales que en estos dos ejér frontero forman y hacen gentes de
citos vien n ; y para que mejor lus diversas naciones : aquí están los
veas y notes, retirémonos á aquel al que vebon las dulces aguas del fa
tillo que allí se hace, de donde se moso Janto , los montuosos que písan
deben de descubrir los dos ejércitos . los masílicos campos, los que cri
Hicieronlo así , y pusiéronse sobro, ban el finísimo y menudo oro en la
una loma, desde la cual se verían felice Arabia, cos que gozan las fa
bien las dos manadas que á don Qui mosas y frescas riberas del claro Ter
jote se le hicieron ejércitos, si las modonte , los que sangran por mu
nubes de polvo que levantaban no les chas y diversas vías al dorado Pacto
turbara y c'gara a vista ; pero con lo , los numidas dudosos en sus pro
todo esto , viendo en su imaginación mesas, los persas en arcos y flechas
lo que no veía ni había, con voz le. famosos, los pártos, los medos que
vantada comenzó á decir : Aquel ca pelean huyendo, los árabes de mu
ballero que allí ves de las armas jal dables casas, los citas tan crueles
des , que trae en el escudo un león como blancos, los etíopes de hora
coronado , rendido a los pies de una dados labios, y otras infinitas 11
doncella, es el valeroso Laurcalco , ciones , cuyos rostros conozco y veo,
señor de la Puente de plata ; el otro aunque de los nombres no me acuer
de las armas de las flores de oro, que do . En stotro escuadrón , vienen los
trae en el escudo tres coronas de pla que beben las corrientes cristalinas
ta en campo azu . , es el temido Micc . del olivífero Betis , los que tersan y
colembo, gran duque de Quirocia ; pulen sus rostros con el licor del
el otro de los miembros giganteos siempre ricor dorado Tajo, los que
q11 * está á su derecha mano, es el gozan las provechosas aguas del di.
nunca medroso Brandabarbarán de vino Jenil , los que pisan los tarte
Boliche, señor de las tres Arabias, sios campos de pastos abundantes ,
que viene armado de aquel cuero de los que se alegran en Los elíseos je
serpiente, y tiens por escudo una rezanos prados, los manchegos ricos
puerta , que según es fama, es una y coronados de rubias espigas, los
de las del templo que derribó San de hi- rro vestidos, reliquias anti
són , cuando con su muerte se ver guas de la sangre goda ; los que en
gó de sus enemigos . Pero vuelve los Pisuerga se bañan , famoso por la
ojos á estotra parte, y verás delante mansedumbre de su corriente ; los
y en la frente dostotro ejército al que su ganado apacientan en las ex.
siempre rencedor y jamás vencido tendidas dehesas del tortuoso Gua
Timonel de Carcajona, príncipe de diana, celebrado por su escondido
la nueva Vizcaya, que viene . armado curso ; los que tiemblan con el frio
con las armas partidas á cuartes, del silboso Pirineo y con los blan
azules , verdis, blancas y amarillas, cos copos de levantado Apenino;
v trae en el escudo un gato de oro finalmente, cuantos toda la Europa
en campo leonado , con una letra que en sí contiene v encierra . Válame
dice : Miu , que es el principio dni Dios , y cuántas provincias dijo,
nombra de su dama, que según se cuántas naciones nombró, dándole á
dice , es la sin par Miulina, hija del cada una , con maravillosa presteza,
duque Alfeñiquén del Algarbe. E! los atributos que le pertenecían , to
otro que carga y oprimº los lomos do absorto y empapado en lo que ha.
de aquella poderosa alfana, que trae bía leído en sus libros mentirosos !
las armas como nieve blancas , y el Estaba Sancho Panza colgado de sus
PARTE 1. - CAPÍTULO XVIII 67

palabras sin hablar ninguna , y de ta. Llegó en esto una peladilla de


cuando en cuando volvía la cabeza arroyo, y dándole en un lado, le se
á ver si veía á los caballeros y gi puitó dos costillas en el cuerpo.
gantes que su amo nombraba, co Viéndose tan maltrecho, creyó sin
mo no descubría á ninguno, le dijo : duda que estaba muerto ó ma ferido,
Señor, encomiendo al diablo, hom. y acordándose de su licor sacó su
bra ni gigante ni caballero de cuan alcuza y púsosela en la boca , y co
tos vuestra mºrced dice parece por menzó a echar licor en el estómago ;
todo esto : á lo menos yo no los veo , mas antes que acabase de envasar lo
quizá todo debe de ser encantamen que á él le parecía que era bastan
tu , como los fantasmas de anoche. te, llegó otra almendra, y diole en
¿ Cómo dices eso ? respondió don Qui la mano y en el alcuza tan de llano,
jote ; ( no oyes el relinchar de los ca que se le hizo pedazos, llevándole de
ballos, el tocar de los clarines, el camino tres o cuatro diantes y mue
ruido de los atambores ? No oigo otra las de la boca y machacándole mala
cosa, respondió Sancho, sino muchos mente dos dedos de la mano . Tal fue
balidos de ovejas y carneros ; y así el golpe primero y tal el segundo, que
era la verdad, narrue ya llegaban le fué forzoso al pobre caballero dar
cerca los dos r baños . El miedo que consigo del caballo abajo . Llegáron
tienes, dijo don Quijote , te hace, SE á él los pastores, y creyeron que
Sancho, que ni veas ni oyas á dere le habían muerto ; y así con mucha
chas, porque uno de los efectos del priesa r cogieron su ganado , y car
miedo es kurbar los sentidos , y ha garon las reses muertas , que pass
cor que las cosas no parezcan lo que ban de siete, y sin averiguar otra co.
son ; y si es que tanto temes, reti sa se fueron . Estábase todo este tiem
rate a una parte y déjame so o , que po Sancho sobre la cuesta mirando
solo basto á dar la victoria á la par las locuras que su amo hacía , y arran
te á quien yo diera mi ayuda ; y di cáb 18 % lus barbas , maldiciendo la
ciendo esto puso las espuelas Roci
hora y el punto en que la fortuna se
nante, y puesta la lanzz en el ristre, le había dado a conoc er : viéndole ,
bajó de la costezuela como un rayo. pues, caído en el suelo, y que ya los
Dióle voces Sancho, diciéndole : pastores se habían ido , bajó de la
¡ Vuelvase vuestra merced , señor don cuesta y llegóse á él, y halló e ile
Quijote, que voto a Dios que son muy mal arte, aunque no había per
carneros y ovejas los que va á em dido el sentido , y díjole': ¿ No le de
bestir, vuélvase. ¡ Desdichado del cía yo , señor don Quijote, que se vol.
padre que me engendró ! ¿ qué lo viese, que los quº iba á acometer no
cura es esta ? Mire que no hay gi eran ejércitos sino manadas de car
gante , ni caballero alguno, ni gatos , reros ? Como eso puede desaparecer
ni armas , ni escudos partidos ni en . y contrahacer aquel ladrón del 87
teros, ni veros azules ni endiabla bio mi enemigo : sábete Sancho, que
dos : ¿ qué es lo que hace ? pecador es muy fácil cosa a los tales hacernos
soy yo á Dios. Ni por esas volvió parecer lo que quieran , y este ma
don Quijote, antes en altas voces iba ligno que me persigue, envidioso il
diciendo : Ea , caballeros, los que se la gloria que vió que yo había de al
guís y militáis debajo de las banderas canzar desta batalla, ha vuelto los
del valeroso emperador Pentapolín ezcuadrones de enemigos en mana
del arremangado brazo , seguidme
das de ovejas. Si no, haz una cosa ,
todos, veréis cuán fácilmente le doy Sancho, por mi vida , porque te des.
venganza de su enemigo Alifanfaron engañes y veas ser verdad lo que le
de la Trapobana. Esto diciendo, se Cigo : sube en tu asno , y síguel
entró por medio del escuadrón de bonitamente , y verás como en ale
las ovejas, y comenzó de alanceallas jandose de aquí algún poco , se vuol
con tanto coraje y denuedo, como si ven en su ser primero, y dejando de
de Feras alanceara á sus mortales ser carneros, son hombres hechos y
Enemigos. Los pastores ganaderos der chos como yo te los pinté pri
que con la manada venían , dábanle
rero . Pero no vayas ahora, que es
roces que no hiciese aquello ; pero menester tu favor y ayuda ; llégat
Tiendo que no aprovechaban , desci á mí , y mira cuántas muelas y dien
néronee las hondas y comenzaron á tes me faltan , que me parece que no
salndalle los oídos con piedras como Ir. ha quedado ninguno en la bo-: 1.
el puño. Don Quijote no se curaba Liegóse Sancho tan cerca que casi
de las piedras, antes discurriendo á lo metía los ojos en la boca, y fué á
todas partes, decía : ¿ Adónde estás , tiempo que ya había obrado el bálsa
soberbio Alifanfarón ? Vente á mí, mo en el estómago de don Quijote,
que un caballero solo soy, que desea y al tiempo que Sancho llegó á mi
de solo á solo probar tus fuerzas , y rarle la boca ,arrojó de sí más recio
quitarte la vida en pena de la que gre una escopeta chanto dentro -
das al valeroso Pentapo'ín Garaman ría, y dió con todo ello en las barbas
68 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

del compasivo escudero. ; Santa Ma guna ; mas con todo esto, sube en
ría ! aijo Sancho, ¿ y qué es esto tu jumento, Sancho el bueno, y ven .
que me ha sucedido ? Sin duda este te tras mí, que Dios , que es provee
Bicador está herido de muerte , pues dor de todas las cosas, no nos ha de
vomita sangre por la boca ; pero re faltar, y más andando tan en su ser
Tarando un poco más en ello, echi vicio como andamos, pues no falta
de ver en la color, sabor y olor que á los mosquitos del aire , ni á los gu
ne era sangre, sino el bálsamo de : sanillos de la tierra , ni á los rena
alcuza que él le había visto beber , cuajos del agua , y es tan piadoso,
y fué tanto el asco que tomó, que re que hace salir su sol sobre los buenos
inviéndosele el estómago, vomitó las y malos, y llueve sobre los injustos
iripas sobre su mismo señor, y qile . y justos . Más bueno era vuestra mer
daron como de per 18 .
entrambos ced , dijo Sancho, para predicador que
Acudió Sancho á su asno , para sacar para caballero andante. De todo sa
de las alforjas con que limpiarse, v bían y han de saber los caballeros
con que curar á su amo , y como no andantes, Sancho, dijo don Quijote ;
13 hallo , estuvo á punto de perder porque caballero andante hubo en los
el juicio : maldijos de nuevo, y pasados siglos , que así se paraba á
propuso en su corazón de dejar á su hacer un sermón ó piatica en mitad
amo, y volverse á su tierra, aunque de un campo real, como si fuera
perdiese el salario de lo servido у las graduado por la Universidad de Pa
esperanzas del gobierno de la pro rís ; de donde se infiere, que nunca
I'etida insula . Levantóse en esto dou la lanza emboto la pluma, ni la plu
Cuijote , y puesta la mano izquierda ma la lanza. Ahora bien, sea así co
en la boca , porque no se le acabasen mo vuestra merced dioe, respondió
de salir los dientes, asió con la otra Sancho ; vamos ahora de aquí y pro
las riendas de Rocinante, que nunci curemos donde alojar esta noche , y
69 había movido de junto a su amo quiera Dios que sea en parte donde
( tal era le leal y bien acondiciona l:) ) , rio haya mantas, ni manteadores, ni
y fuese adonde su escudero estaba de fantasmas, ni moros encantados, que
p chos sobre su asno con la mano en si los hay, daré al diablo el hato y
la mejilla en guisa de hombre pensa el garabato. Pídeselo tú á Dios, hijo ,
tiro además. Y viéndole don Quijote dijo don Quijote , y guía tú por don
de aquella manera con muestras de de quisieres, que esta vez quiero de
tanta tristeza , le dijo : Sábete, San . jar a tu elección el alojarnos; pero
cho , que no es un hombre más que dame acá la mano, ' y atiéntame con
otro , si no hace más que otro : to el dedo y mira bien cuántos dientes
das estas borrascas que nos suceden , y muelas me faltan deste lado dere
son señales de que presto ha de se cho de la quijada alta, que allí sien
renar el tiempo , y han de suc dernos to el dolor. Metió Sancho los dedos,
bien las cosas, porque no es posible y estándole atentando, le dijo :
que el mal ni el bien sean durables, ¿ Cuántas muelas solía vuestra mer
y de aquí se sigue, que habiendo ced tener en esta parte ? Cuatro , res.
durado mucho el ma , el bien está ya pondió ilon Quijote, fuera de la
cerca : así que , no debes congojarte cordal todas enteras y muy canas .
por las desgracias que á mí me su Mire vuestra merced bien lo que
ceden , pues á ti no te cabe parte de dice , respondió Sancho . Digo cua
llas . ¿ Cómo no ? respondió Sancho, tro, si no eran cinco, respondió don
¿ por ventura el que ayer mantearon , Quijote , porque en toda mi vida
era otro que el hijo de mi padre ? me han sacado diente ni muela de
¿ Y las alforjas que hoy me faltan la boca, ni se me ha caído, ini co
con todas mis alhajas, son de otro mido de neguijón ni de (reuma al
que del mismo ? ¿ Qué, te faltan las guna. Pues en esta parte de abajo ,
alforjas, Sancho ? dijo don Quijote . dijo Sancho , no tiene vuestra mer
Sí que me faltan , respondió Sancho. ce más de dos muelas y media ;
Dese modo no tenemos que comer y en la de arriba ni media ni
hoy, replicó don Quijote . Eso fuera, ninguna, que toda está rasa como la
respondió Sanch , cuan
o do faltaran pa.ma de la mano . ¡ Sin ventura yo !
por esos prados las mierbas que vues dijo don Quijote oyendo las tristes
tra merced dice que conoce , con que nuevas que su escudero le daba, que
suelen suplir semejantes faitas los más quisiera que me hubieran de
tan mal aventurados caballeros an rribado un brazo , como no fuera el
dantes , como viiestra in rced es . de la espada ; porque te hago saber,
Con todo eso , respondió don Quijote . Sancho , que la boca sin muelas es
tomara yo ahora más aína un cuartel como molino sin piedra , y en mucho
de pan , ó una hogaza y dos cabezas más se ha de estimar un diente que
de sardinas arenques , que cuantas un diamante ; mas á todo esto esta
hierbas describe Dioscorides, aunque mos sujetos los que profesamos la
fu`ra el ilustrado por el doctor La estrecha orden de la caballería : 60
PARTE 1. - CAPÍTULO XIX 69

be , amigo, y guía, que yo te seguire que sin artificio alguno verdadera


al paso que quisieres . Hizolo así San mente lo parecía, y fué que la noche
cho, y encaminóse hacia donde le cerró con alguna obscuridad ; pero
parició que podía hallar acogimien con todo esto caminaban , creyend',
to sin salir del camino real , que por Sancho que pues aquel camino era
allí iba muy seguido. Yéndose, pues, rral , á una ó dos leguas de buena ra.
poco á poco porque el dolor de las znn hallaría en él alguna venta. Yer .
quijadas de don Quijote no le deja do pues, desta manera, la noche es
ban sosegar ni atender á dars “ prie. cura , el escudero hambriento, y el
sa, quiso Sancho entretenelle y diver amo con gang de comer, vieren
tirle diciéndole alguna cosa , y entre que por el mismo camino que iba!,
otras que le dijo, fué lo que se dirá rerían hacia ellos gran multitud de
en el siguiente capítulo. lumbres, que no parecían sino estrt.
llas que se movían. Pasmose Sanch . )
en viéndolas, y don Quijote no las
CAPITULO XIX turo todas consigo : tiró el uno del
cabestro á su asno y el otro de las
riendas á su rocino, y estuvieron que
dos mirando atentamente lo que po
De las discretas razones que San uin ser aquello ; y vieron que as
cho pasaba con su amo, y de la lynbres se iban acercando á ellos ,
aventura que le sucedió con un y mientras más se llegaban , mayores
cuerpo muerto, con otros acon
tecimientos famosos. parecian , á cuya vista Sanchó co
menzó á temblar como un azogado ,
y los cabellos de la cabeza se le eri
Paréceme, señor mío , que todas zaron á don Quijote , el cual , ani
estas desventuras que estos días nos míndose un poco, dijo : Esta sin
han sucedido, sin duda alguna han dala, Sancho, debe de ser grandisi
sido pena del pecado cometido por ma y peligrosa aventura, donde será
vuestra merced contra la orden de necesario que yo muestre todo mi
su caballería, no habiendo cumplido valor y esfuerzo . iDesdichado de mí ,
el juramento que hizo de no comer respondió Sancho, si acaso esta aven
pon á manteles ni con la reina folgar, tura fuese de fantasmas, como mo
con todo aquello que á esto se sigue lo va pareciendo ! & adónde habrá cos.
y vuestra merced juró de cumplir, tillas que la sufran ? Por más fantas.
hasta quitar aquel almete de Malan mas que sean, dijo don Quijote, no
drino, ó como se llama el moro, que consentiré yo que te toquen el pelo
no me aonerdo bien . Tienes mucha de la ropa ; que si la otra vez se bur
razón Sancho, dijo don Quijote ; mas laron contigo, fué porque no pude yo
para decirte verdad, ello se me ha saltar las paredes del corral ; pero
bía pasado de la memoria, y tam ahora estamos en campo raso, donde
bién puedes tener por cierto que por podré yo como quisiere esgrimir mi
la culpa de no habérmelo tú acorda espada. Y si le encantan y entome .
do en tiempo , te sucedió aquello con, como la otra vez lo hicieron ,
de la manta ; pero yo haré la enmien dijo Sancho, ¿ qué aprovechará estar
da, que modos hay de composición en en campo abierto ó no ? Con todo
la orden de la caballería para todz . eso , replicó don Quijote, te ruego ,
¿ Pues juré yo algo, por dicha ? res Sancho, que tengas buen ánimo, que
pondió Sancho. No importa que no la experiencia te dará a entender el
hayas jurado, dijo don Quijote : basta, que yo tengo. Si tendré , si á Dios
que yo entiendo que de participantes place, respondió Sancho ; y apartán
no estás muy seguro ; y por sí ó por dos : los dos á un lado del camino ,
no, no será mal proveernos de rome tornaron á inirar atentamente lo que
dio. Pues si ello es así, dijo San aquello de aquellas lumbres que ca.
cho, mire vuestra merced no se le minaban podía ser ; y de alll muy
torne á olvidar esto como lo del jn poco descubrieron muchos encamisa
dos cuya temerosa visión de todo
ramento ; quizá le volverá la gana
á las fantasmas de solazarse otra vez punto rerriató el ánimo de Sancho
eormigo, y aun con vuestra merced , Panza , el cual comenzó á dar diente
si le ven tan pertinaz . En estas v con diente , como quien tiene frío da
stras pláticas les tomó la noche en cuartana, y creció más el batir y
mitad del camino, sin tener ni des dentellear, cuando distintamente vie
cubrir donde aquella noche se ron lo que era , porque descubrieron
cogiesen, y lo que no había de bueng hasta veinte encamisados, todos á
en ello era que perecían de hambr ?, caballo, con sus hachas encendidas
que con la falta de las alforjas les en las manos, detrás de los cuales ve
faltó toda la despensa y matalo..uje . nía una litera cubierta de luto, á la
Y para acabar de confirmar esta des. cual seguían otros seis de á caballo ,
gracia, les sucedió una aventura, enlutados hasta los pies de las mulas ,
70 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

que bien vieron que no eran caba Los en utados asimismo revueitos y
lleros en el sosiego con que camina envueltos en sus faldamentos y lo
ban : iban los encamisados murmu bas no se podían mover ; así que muy
rando entre sí con una voz baja y á su salvo don Quijote los apaleó a
compasiva. Esta extraña visión á ta todos y les hizo dejar el sitio mal
les horas y en tal despoblado, bien bas de su grado , porque todos pensaron
taba para poner miedo en el corazón que aquél no era hombre , sino lia
de Sancho, y aun en el de su amo, blo del infierno, que les salía á qui
y así fuera en cuanto don Quijote , tar el cuerpo muerto que en la litera
que ya Sancho había dado al través llevaban . Todo lo admirabz Sancho
con todo su esfuerzo : lo contrario admirado de ardimiento de su señor,
le avino á su amo , al cual en aquel y decía entre sí : Sin duda este mi
punto se le representó en su imagi amo es tan iente y esforzado como
el dice . Estaba una hacha ardiendo
nación al vivo que aquella era una
de las aventuras de sus libros. Figu en el suelo junto al primero que de
rósele que la litera eran andas donde rribó la mula , á cuya luz le pudo ver
debía de ir algúu malferido ó muer don Quijote, y llegándose á él le pusa
to caballero, cuya venganza á él sólo la punta del lanzón en el rostro , di
estaba reservada; y sin hacer otro ciéndole que se rindiese , si no, que
discurso , enristró su lanzón , púsose le mataría. A lo cual respondió el
bien ena silla, y con gentil brío y caído : Harto rendido estoy , pues no
continente se puso en la mitad del me puedo mover, que tengo una
camino por donde los encamisados pierna quebrada : suplico á vuestra
forzosamente habían de pasar ; merced, si es caballero cristiano ,
cuando los vió cerca, alzó la voz y que no me mate, que cometerá un
dijo : Deteneos, caballeros, quien gran sacrilegio , que soy licenciado
quiera que seáis, y dadme cuenta de y tengo las primeras órdenes . ¿ Pues
quién sois , de dónde venís , adónde quién diablos os ha traído aqui, dijo
vais , qué es lo que en aquellas andas don Quijote, siendo hombre de igle
lleváis; que según las muestras, ó sia ? ¿ Quién , señor ? replicó el caído ,
vosotros habéis fecho , ó vos han fe mi desventura . Pues otra mayor os
cho algún desaguisado , y conviene amenaza, dijo don Quijote, si no me
y es menester que yo lo sepa, ó bien satisfacéis å todo cuanto primero os
para castigaros del mal que ficisteis , pregunté. Con facilidad será vuestra
ó bien para vengaros del tuerto que merced satisfecho, respondió elli
vos ficieron . Vamos de priesa , res cenciado ; y así sabrá vuestra mer
pondió uno de los encamisados , que ced que aunque denantes dije que yo
está la venta lejos, y no nos pode era licenciado no soy sino bachiller,
mos detener á dar tanta cuenta como y llámome Alonso López , soy natural
pedís ; y picando la mula, pasó de de Alcobendas, vengo de la ciudad
Lante . Sinti
ósedesta respu gran.
esta de Baeza con otros once sacerdotes,
demente don Quijote, y trabando del que son los que huyeron con las ha
freno, dijo : Deteneos y sed más chas, vamos a la ciudad de Segovia
bien criado, y dadme cuenta de lo acompañando un cuerpo muerto, que
que os he preguntado, si no , con va en aquella litera , que es de un
migo sois todos en batalla . Éra la caballero que murió en Baeza, con
mula asombradiza , y al tomarla del de fué depositado, y ahora , como di
freno se espantó de manera , que al go , llevábamos sus huesos á su se
zándose en los pies, dió con su due pultura , que está en Segovia, de don
ño por las ancas en el suelo. Un mozo de es natural. ¿ Quién le mató ? pre
que iba á pie , viendo caer el enca guntó don Quijote. Dios por medio
misado , comenzó á denostar á don de unas calenturas pestilentes que le
Quijote , el cual ya encolerizado, sin dieron , respondió el bachiller. De
esperar más, enristrando su lanzón esa suerte, dijo don Quijote, quitado
arremetió a uno de los en utados y me ha nuestro Señor del trabajo que
malferido dió con él en tierra, y re había de tomar en vengar su muerte ,
volriéndose por los demás , era cosa si otro alguno le hubiera muerto ;
de ver con la presteza que los aco pero habiéndole muºrto quien le ma
metía y desbarataba, que no parecía tó, no hay sino callar y encoger los
sino que en aquel instante le habían hombros, porque lo mismo hiciera ,
nacido alas á Rocinante , según an. si á mí mismo me matara : y quiero
daba de ligero v orgulloso . Todos los que sepa vuestra reverencia , que
encamisados era gente medrosa y sin yo soy un caballero de la Mancha,
armas, y así con facilidad en un mo llamado don Quijote, y es mi oficin
mento dejaron la refriega y comen y ejercicio andar por el mundo en
zaron á correr por aquel campo con derezando tuertos y desfaciendo
las hachas encendidas, que no parë. agravios. No sé cómo puede ser eso
cían sing á los de las máscaras que de enderezar tuertos, dijo el bachi
en noche de regocijo y fiesta corren . ller . pues á mí de derecho me ha
PARTE 1,-CAPITULO XIX
béis vuelto tuerto , dejándome una ya la falta de las muelas y dientes.
pierna quebrada , la cual no se verá No es eso, respondió don Quijote,
derecha en todos los días de su vida ; sino que al sabio á cuyo cargo deb
y el agravio que en mí habéis des de estar el escribir la historia de mis
hecho, ha sido dejarme agraviado de hazañas, e habrá parecido que será
manera que me quedaré agraviado bien que yo tome algún nombre ape
para siempre, y harta desventura ha lativo , como tomaban todos los ca
sido topar con vos que vais buscando balleros pasados ; cuál se llamaba el
aventuras. No todas las cosas , res de la Ardiente Espada, cuál el del
pordió don Quijote, suceden de un Unicornio, aquél el de las Donce .
mismo modo : el daño estuvo , señor llas , aqueste el del Ave Fénix, el
bachiller Alonso López, en venir otro el Caballero del Grifo, estotro
como veníades de noche , . vestidos el de la Muerte, y por estos 1.m
con aquellos sobrepellices , con las bres é insignias eran conocidos por
hachas encendidas, rezando, cubier toda la redondez de la tierra ; vasi
tos de luto que propiamente seme digo, que el sabio ya dicho te habrá
jábades cosa mala y del otro mundo , puesto en la lengua y en el pensa
y así yo no pude dejar de cumplir miento ahora , que me llamases el Ca.
con mi obligación acometiéndoos, y ballero de la Triste Figura , como
03 acometiera , aunque verdadera pienso llamarme desde hoy en ade.
mente supiera que érades los mismos lante : y para que mejor me cuadre
Satanases del infierno, que porta ta: nombre, determino de hacer pin .
les os juzgué y tuve siempre. Ya que tar, cuando haya lugar, en mi escudo
así lo ha querido mi suerte , dijo el una muy triste figura . No hay para
bachiller , suplico á vuestra merced , qué gastar tiempo y dineros en ha .
señor caballero andante , que tan cer esa figura, dijo Sancho , sino lo
mala andanza me ha dado , me ayude que se ha de hacer es , que vuestra
á salir de debajo desta mula , que me merced descubra la suya, y dé rostro
tien- tomada una pierna entre el es . á los que le miraren , que sin más ri
tribo y la silla . Hablara yo para ma más , y sin otra imagen ni escudo, le
ñana , dijo don Quijote, y hasta llamarán el de la Triste Figura : v
cuando aguardábades á decirme vues créame que le digo la verdad , porque
tro afán ? Dió luego voces á Sancho le prometo á vuestra merced , señor
Panza que viniese ; pero él no se (y esto sea dicho en burlas ), que le
curó de venir. porque andaba ocu hace tan mala cara la hambre y la
pado desbalijando una acémila de re falta de las muelas , que como ya
puesto que traían aquell os buenos se. tengo dicho , se podrá muy bien ex
ñores bien bastec idade cosas de cusar la triste pintura. Rióse don
comer. Hizo Sancho costal de su ga Quijote de. donaire de Sancho; pero
bán , y recogiendo todo lo que pudo con todo propuso de llamarse de
y cupo en el talego, cargó su jumen aquel nombre en pudiendo pintar su
to, y luego acudió a las voces de su escudo o rodela, como había imagi
amo, y ayudó á sacar al señor ba nado, y díjole : Yo entiendo, Sancho,
chiller de la opresión de la mula, y que quedo descomulgado por haber
poniéndole encima della , le dió ' la puesto las manos violentamente en
hacha, y don Quijote le dijo que si cosa sagrada iuxta illud : si quis
guiese la derrota de sus compañeros, suadente diabolo , etc. , aunque sé
á quienes de su parte pidiese perdón bien que no puse las manos, sino
del agravio , que no había sido en este lanzón ; cuanto más que yo no
su mano dejar de haberle hecho. Di. pensé que ofendía á sacerdotes ni á
jole también Sancho : Si acaso qui cosas de la Iglesia , á quien respeto
sieran saber esos señores quién ha y adoro como católico y fiel cristia
sido el valeroso que tales los puso , no que soy , sino á fantasmas y á
diráles vuestra merced que es el fa vestiglos del otro mundo. Y cuando
moso don Quijote de la Mancha, que eso así fuese, en memoria tengo lo
por otro nombre se llama el Caba que le pasó al Cid Ruy Díaz, cuan
ilero de la Triste Figura . Con esto do quebró 1 silla del embajador de
se fué el bachiller, y don Quijote aquel rey delante de Su Santidad el
preguntó á Sancho que qué le había Papa , por lo cual le descomulgó, v
movido á llamarle el Caballero de anduvo aquel día el buen Rodrigo de
la Triste Figura , más entonces que Vivar como muy honrado y valiente
nunca . Yo se lo diré , respondió San caballero. En oyendo esto el bachi
cho ; porque le he estado mirando ller, se fué, como queda dicho , sin
uu rato á la luz de aquella hacha que replicar palabra . Quisiera don Qui.
lleva aquel mal undante, y verdade . jote mirar si el cuerpo que venía en
ramente tiene vuestra merced la más ja litera eran huesos ó no, pero no
mala figura de poco acá que jamás lo consintió Sancho , diciéndole : Se .
ho visto : v debelo de haber causado ñor , vuestra merced ha acabado esta
ó ya el cansancio deste combate , o peligrosa av : ntura lo más á su salvo
72 DON QUIJOTE DE LA MANCIJA

de todas las que yo he visto : esta obscuridad de la noche no les dejaba


gente , aunque vencida y desbaratada , ver cosa aguna ; mas no hubieron
podría ser que cayese en la cuenta andado doscientos pasos, cuando Pe.
de que los venció una sola persona, gó á sus oídos un grande ruido de
y corridos y avergonzados desto vol agua, como que de algunos grandes
viesen á rehacerse y á buscarnos, y y levantados riscos se despeñaba ,
nos diesen muy bien en qué enten Alegróles el ruido en gran manera,
der : el jumento está como conviene , y parándose á escuchar hacia qué
la montaña cerca, la hambre carga ; parte sonaba, oyeron á deshora otro
no hay que hacer sino retirarnos con estruendo que les aguó el contento
gentil compás de pies , y como di. del agua, especialmente á Sancho ,
cen, váyase el muerto á la sepultu que naturalmente era medroso y de
ra y el vivo á la hogaza ; y anteco poco ánimo : digo que oyeron que
giendo su asno, rogó á su señor que daban unos golpes á compás, CODT

.e siguiese, el cual, pareciéndole que un cierto crujir de bierros y cadenas,


Sancho tenía razón , sin volverle á quo acompañados del furioso estruen
replicar le siguió ; y á poco trecho do de agua, pusieran pavor á cual
que caminaban por entre dos mon. quiera otro corazón que no fuera eb
tañuelas, e hallaron en un espacioso de don Quijote. Era la noche, como se
y escondido valle, donde se apearon, ha dicho , obscura, y ellos acertaron
v Sancho alivió el jumento , y ten á entrar entre unos árboles altos ,
didos sobre la verde hierba, con la cuyas hojas movidas del blando viena
salsa de su hambre almorzaron , co to hacían un temeroso y manso rui
inieron, merendaron y cenaron á vin do , de manera que la soledad , el si
mismo punto, satisfaciendo sus es tio , la obscuridad, el ruido del agua
tómagos con más de una fiambrera con el susurro de las hojas, todo cau
que los señores clérigos del difunto saba horror y espanto , y más cuando
( que pocas veces se dejaban mal vieron que ni Los golpes cesaban , ni
pasar) , en a acémila de su repues el viento dormía, ni la mañana lle
to traían . Mas sucedióles otra des gaba, añadiéndose á todo esto el ig .
gracia, que Sancho la tuvo por la norar el lugar donde se hallaban.
peor de todas, y fué que no tenían Pero don Quijote, acompañado de
rino que beber, ni aun agua que lle su intrépido corazón, saltó sobre Ro
gar á la boca; y acosados de la sed , cinante y embrazando su rodela, ter
dijo Sancho , viendo que el prado ció su lanzón , y dijo : Sancho ami
innde estaban estaba colmado de ver go , has de saber que yo nací por
querer del cielo en esta nuestra edad
de y menuda hierba, lo que se dirá
en el siguiente capítulo. de hierro para resucitar en ella la
de oro ó la dorada, como suele lla
marse : yo soy aquel para quien es
tán guardados los peligros , las gran
CAPITULO XX des hazañas, os valerosos hechos ;
yo soy, digo otra vez , quien ha de
resucitar los de la Tabla Redonda,
De la jamás vista ni oida aventu los doce de Francia, y los nueve de
ra , que con más poco peligro la Fama, y el que ha de poner en
fué acabada de famoso caballero olvido los Platires, los Tablantes ,
en el mundo, como la que acabó Olivantes y Tirantes, los Febos
e! valeroso don Quijote de la Belianises, con toda la caterva de
Mancha. los famosos caballeros andantes del
pasado tiempo , haciendo en este en
que me hallo tales grandezas y ex
trañezas y fechos de armas, que es
No es posible, señor mío , sino que curezcan las más claras que ellos
estas hierbas dan testimonio de que ficieron . Bien notas, escudero fiel v
por aquí cerca debe de estar algu . legal, las tinieblas desta noche, sur
na fuente o arroyo que á estas hier extraño silencio , el sordo y confuso
bas humedece , y así será bien que estruendo destos árboles , el teme
vamos un poco más adelante, que ya roso ruido de aquella agua, en cuya
toparemos donde podremos mitigar busca venimos, que parece que se
esta terrible sed que nos fatiga , que despeña y derrumba desde los altos :
sin duda causa mayor pena que la montes de la lung , y aquel incesa
hambre . Parecióle bien el consejo á ble golpear que nos hiere y lastima
don Quijote, y tomando de la rienda los oídos ; las cuales cosas todas jun
á Rocinante, y Sancho del cabestro tas , y cada una por sí son bastantes
á su asno, después de haber puesto á infundir miedo , temor y espanto
sobre él los relieves que de la cena en el pecho del mismo Marte, cuan,
aron , comenzaron á caminar por to más en aquel que no está acostum
al prado arriba, á tiento, porque la brado á semejantes acontecimientos
PARTE 1. - CAPÍTULO XX 73

y aventuras ; pues todo esto que yo cabeza, y hace la media noche en la


te pinto son incentivos y desperta linea del brazo izquierdo. ¿ Cómo pue
dores de mi ánimo, que ya hace que des tú , Sancho, dijo don Quijote, ver
el corazón me reviente en el pecho dónde hace esa línea, ni idónde está
con el deseo que tiene de acometer esa boca ó ese colodrillo que dices,
esta aventura, por más dificultosa si hace la noche tan obscura que no
que se muestra . Así que, aprieta un parece en todo el cielo estrella algu
poco as anchas á Rocinante , y qué na ? Así es, dijo Sancho ; pero tiene
date adiós, y espérame aquí hasta el miedo muchos ojos , y ve las cosas
tres días no más, en los cuales, si no debajo de la tierra, cuanto más en
volviere, puedes tú volverte á nues cima en el cielo, puesto que por buen
tra aldea, y desde allí, por hacerme discurso bien se puede entender que
merced y buena obra, irás al Toboso, hay poco de aquí alKía . Falte lo que
donde dirás á la incomparable señora faitare, respondió don Quijote, que
mía Dulcinea, que su cautivo caba no se ha de decir por mí ahora ni en
liero murió por acometer cosas que ningún tiemno , que lágrimas y rue
le hiciesen digno de poder lamarse gos me apartaron de hacer lo que
suyo. Cuando Sancho oyó las pala debía a estilo de caballero, y así te
bras de su amo, comenzó á liorar ruego , Sancho, que calles, que Dios
con la mayor ternura del mundo y á que me ha puesto en corazón de aco
decirle : señor, yo no sé por qué meter ahora esta tan no vista y tan
quiere vuestra merced acometer esta temerosa aventura , tendrá cuidado
tan temerosa aventura : agora es de de mirar por mi salud, y de consolar
noche , aquí no nos ve nadie, bien to tristeza : lo que has de hacer es
podemos torcer el camino y desviar apretar bien las cinchas á Rocinante
nos del peigro, aunque no bebamos y quedarte aquí , que yo daré la vuel
en tres días ; y después no hay ta presto ó vivo ó muerto . Viendo
quien nos vea, menos habrá quien pues , Sancho la última resolución de
nos pote de cobardes . Cuanto más que su amo , y cuán poco valían con el
yo he oído muchas veces predicar al sus lágrimas, consejos y ruegos , de
cura de nuestro lugar, que vuestra terminó de aprovecharse de su indus
merced muy bien conoce , que quien tria, y hacerle esperar hasta el día ,
busca el peligro perece en él : así si pudiese : y así cuando apretaba las
que , no es bien tentar á Dios acome cinchas al caballo, bonitamente y sin
tiendo tan desaforado hecho, donde ser sentido, ató con el cabestro de
no se puede escapar sino por mila su asno ambos pies á Rocinante, de
gro ; y bastan los que ha hecho el manera que cuando don Quijote se
cielo con vuestra merced en librarie quiso partir no pudo, porque el ca
de ser manteado como yo lo fui , y ballo no se podía mover sino á saltos.
en sacarle vencedor, libre y salvo de Viendo Sancho Panza el buen suceso
entre tantos enemigos como acom . de su embuste , dijo : Ea, señor , que el
pañaban al difunto . Y cuando todo cielo, conmovido de mis lágrimas y
esto no mueva ni ab ande ese duro plegarias, ha ordenado que no se
corazón , muévale el pensar y creer pueda mover Rocinante ; y si vos
que apenas se habrá vuestra merced queréis porfiar y espolear y dalle ,
apartado de aquí, cuando yo de miedo será enojar á la fortuna, y dar co
dé mi ánima á quien quisiera lle ces, como dicen, contra el aguijón .
varla. Yo sali de mi tierra, y dejé Desesperábase con esto don Quijote,
hijos y mujer por venir á servir á y por más que ponía las piernas al
vuestra merced creyendo valer más caballo , menos le podía mover, y sin
y no menos ; pero como la codicia caer en la cuenta de la ligadura , tuvo
rompe el saco , á mí me ha rasgado por bien de sosegarse y esperar, ó á
mis esperanzas, pues cuando más vi quo amaneciese, ó á que Rocinante
vas las tenía de alcanzar aquella 89 menease, creyendo sin duda que
negra y malhadada insula, que tan aquello venía de otra parte que de la
tas veces vuestra merced me ha pro. industria de Sancho , y así le dijo :
metido, veo que en pago y trueco Pues así es , Sancho, que Rocinante
deila me quiere ahora dejar en un no puede moverse, yo soy contento
lugar tan apartado del trato humano. do esperar á que ría el alba, aunque
Por un solo Dios, señor mío, que yo llore lo que ella tardare en venir .
no se me faga tal desaguisado; y ya No hay que llorar, respondió San
que del todo no quiera vuestra mer cho , que yo entretendré á vuestra
ced desistir de acometer este fe . merced contando cuentos desde aquí
cho , dilátelo á lo menos hasta la ma al día, si ya no es que se quiere
ñana, que á lo que á mí me mues apear, y echarse á dormir un poco
sobre la verde hierba á uso de caba
tra la ciencia que aprendí cuando
era pastor, no debe de haber desde lleros andantes, para hallarse más
aquí al alba tres horas, porque la descansado cuando llegue el día
boca de la bocina está encima de la punto da acometer esta tan deseme.
DON QUIJOTE DE LA MANCIA

jable aventura que le espera. ¿ A qué pues la suerte quiere que no pueda
Hamas apear ó á que dormir ? dijo dejar de escucharte, prosigue. Así
don Quijote. soy yo , por ventura , que, señor mío de mi ánima, prosi
de aquellos caballeros que toman re guió Sancho, que como ya tengo di
poso en los peligros ? Duerme tú cho, este pastor andaba enamorado
que nacisto para dormir , ó haz lo de Torralva la pastora, que era una
que quisieres, que yo haré lo que moza rolliza , zahareña, y tiraba algo
viere que más viene con mi preten á hombruna, porque tenía unos pocos
sión. No se enoje vuestra merced , bigotes, que parece que ahora la veo.
s ñor mío , respondió Sancho, que Luego conocistela tú ? dijo do:
no lo dije por tanto; y llegándose á Quijote . No la conocí yo, respondió
él, puso la una mano en el arzón de Sancho ; pero quien me contó este
lantero , y la otra en el otro , de modo cuento me dijo que era tan cierto
que quedó abrazado con el muslo iz verdadero, que podía bion cuando
quierdo de su amo , sin osarse apar lo contase a otro afirmar y jurar que
tar dél un dedo : tal era ki miedo que lo había visto todo : y así que, yendo
tenía á los golpes que todavía alter días y viviendo días, ei diablo, que
nativamente sonaban. Díjole don Qui no duerme y que todo lo añasca, hizo
jote que contase algún cuento para de manera que el amor que el pastor
entretenerle, como se lo había pio tenía á la pastora se volviese en
metido : á lo que Sancho dijo que sí omecillo y mala voluntad , y la causa
hiciera, si le dejaba el temor de lo fué, según malas lenguas, una cierta
que oía ; pero con todo eso yo me cantidad de celillos que ella le dió,
esforzaré á decir una historia , que si tales que pasaban de la raya y llega
la acierto á contar y no me van á la ban á lo vedado ; y fué tanto lo que
mano , es la mejor de as historias, el pastor la aborreció de allí adelan
y estéme vuestra merced atento , que te , que por no verla se quiso ausen
y : comienzo . Erase que se era , el tar de aquella tierra é irse donde sus
bien nue viniere para todos sea, y ojos no la viesen jamás : la Torral
el mal para quien lo fuere á buscar ; Vb, que se vio desdeñada de Lope ,
y advierta vuestra merced , señor luego le quiso bien, más que nunca
mío , que el principio que los anti le había querido . Esa es natural con
guos dieron á sus consejas no fué dición de mujeres, dijo don Quijo
así como quiera, que fué una sen te , desdeñar á quien las quiere y
tencia de Catón Zonzorino, romano, amar á quien las aborrece : pasa

qiie dice : y el mal para quien le adelante, Sancho . Sucedió, dijo San
cho, que el pastor puso por obra su
fuere á buscar, que viene aquí como
anillo al dedo, para que vuestra mer determinación, y antecogiendo sus
col se esté quedo, y no vaya á bus cabrıs se encaminó por los campos
car el mal á ninguna parte, sino que d . Extremadura , para pasarse á los
nos volvamos por otro camino, pues reinos de Portugal : la Torra va que
nadie nos fuerza á que sigamos éste lo supo, se fué tras él, y seguíale á
donde tantos miedos nos sobresal pie descalza desde lejos con un
tan . Sigue tu cuento , Sancho, dijo bordón en la mano y con unas alfor
don Quijote, y del camino que hemos jas al cuello, donde llevaba según es
de seguir déjame á mí el cuidado. fama, un pedazo de espejo y otro de
Digo , pues , prosiguió Sancho , que en un peine , y no sé qué botecillo de
un lugar de Extremadura había un mudas para la cara ; mas llevase lo
pastor cabrerizo, quiero decir, que que llevase, que yo no me quiero me
ter ahora en averiguallo , sólo diré
guardaba cabras, el cual pastor ó ca que el pastor llegó con su ganado
brerizo, como digo de mi cuento, se
llamaba Lope Ruiz , y este Lope Ruiz á pasar el río Guadiana, y en aque
andaba enamorado de una pastora lla sazón iba crecido y casi fuera de
madre , y por la parte que llegó no
que se llamaba Torralya, la cual pas había barca ni barco , ni quien le
tora llamada Torralva , era hija de pasase á él ni á su ganado de a otra
un ganadero rico, y este ganadero ri parto, de lo que se congojó mucho ,
co ... Si desa manera cuentas tu cuen
to, Sancho , dijo don Quijote , repi porque veía que la Torralva venia
tiendo dos veces lo que vas dicien ya muy cerca, y le había de dar mu
do , no acabarás en dos días : dilo cha pesadumbre con sus ruegos
lágrimas : mas tanto anduvo miran
seguidamonte , y cuéntalo como hom
do , que vió un pescador que tenía
bre de entendimiento ; y si no, no di junto á sí un barco tan pequeño , que
gas nada . De la misma manera que solamente podían cabor en él una
yo lo cuento , respondió Sancho , se persona y una cabra , y con todo esto
cuentan en mi tierra todas las con
sejas , v yo no sé contarlo de otra , le habló y concertó con él , que le pa
sase á el v á trescientas cabras que
ni es bien que vuestra merced.me llevaba. Entró el pescador en el bar.
pida que haga usos nuevos. Di como
co , y pasó una cabra ; volvió y pasó
quisieres, respondió don Quijote, que
PARTE I. - CAPÍTULO XX 75

otra, tornó á volver y tornó á pasar que no osaba apartarse un negro de


otra : tenga vuestra merced cuenta uña de su amo . Pues pensar de no
con las cabras que ei pescador va hacer lo que tenía gana , tampoco
pasando, porque si se pierde una de era posible , y así lo que hizo por bien
la memoria , se acabará el cuento , y de paz, fué soltar la Ioano derecha
no , será más, posible contar palabra que tenía asida al arzón trasero , con
dél. Sigo , pues, y digo que el des la cual bonitamente sin rumor al
embarcadero de la otra parte estaba guno se soltó la lazada corrediza cor
lleno de cieno y resbaloso ; y tar que los calzones se sostenían sin ayu
daba el pescador mucho tiempo en da de otra alguna, y en quitándose
ir y volver : con todo esto volvió la dieron luego abajo y se le queda
por otra cabra, y otra y otra . Haz ron como grillos : tras esto a zó la
cuenta que les pasó todas, dijo don camisa lo mejor que pudo , y echó al
Quijote , no andes yendo y viniendo aire entrambas posaderas, que no
de esa manera , que no acabarás de eran muy pequeñas : hecho esto (que
pasarlas en un año. ¿ Cuántas han éi pensó que era lo más que tenía
pasado hasta ahora ? dijo Sancho. que hacer para salir de aquel terri
Yo qué diablos sé ? respondió don ble aprieto y angustia) le sobrevino
Quijote. He ahí lo que yo dije, que otro mayor , que fué que le pareció
tuviese buena cuenta ; pues por Dios que no podía mudarse sin hacer es
que se ha acabado el cuento , que no trépito y :ruído, y comenzó á apretar
hay pasar adelante. ¿ Cómo pucde ser los dientes y á encoger los hombros.
eso ? respondió don Quijote; ¿ tan recogiendo en si el aliento todo cuan,
de esencia de la historia es saber las to podía ; pero con todas estas dili
cabras que han pasado por extenso, gencias fué tan desdichado, que al
que si se yerra una del número, no cabo vino á hacer un poco de ruido,
puedes seguir adelante con la histo bien diferente de aquel que á el ie
ria ? No, señor, de ninguna manera, ponía tanto miedo. Ogólo don Quijote,
respondió Sancho, porque así como yo y dijo : ¿ Qué rumor es ese, Sancho ?
pregunté á vuestra merced que me No sé, señor, respondió él, alguna
dijes9 cuántas cabras habían pasado, cosa nueva debe de ser , que las aven .
y me respondió que no sabía en turas y desventuras nunca comien
aquel mesmo instante se me fué á zan por poco : tornó otra vez á pro
mí de la memoria cuanto me queda. bar ventura, y sucedióle tan bien , que
ba por decir , y á fe que era de mu sin más ruido ni alboroto que el pasa
cha virtud y contento. ¿ De modo, do , se hallo libre de la carga que tanta
dijo don Quijote, que ya la historia pesadumbre le había dado. Mas como
es acabada ? Tan acabada es como don Quijote tenía el sentido del ol
mi madre, dijo Sancho. Dígote de fato tan vivo como el de los oídos ,
verdad, respondió don Quijote, que y Sancho estaba tan junto y cosido
tú has cortado una de las más nue con é , que casi por línea recta su
vas consejas, cuento ó historia que bían los vapores hacia arriba, no se
nadie pudo ponsar en el mundo . y pudo excusar de que algunos no lle
que tal modo de contarla ni .dejarla gasen á sus narices ; y apenas hu
jamás se podrá ver ni habrá visto bieron llegado, cuando el fué al soco
en toda la vida, aunque no esperaba rro , apretándolas los dedos , y
yo otra cosa de tu buen discurso ; con tono algo gangoso dijo : Paré
mas no me maravillo , pues quizá es ceme Sancho, que tienes mucho mie
tos golpes que no cesan, te deben do. Sí tengo, respondió Sancho ;
de tener turbado el entendimiento . ¿ mas en qué lo echa de ver vuestra
Todo puede ser, respondió Sancho , merced ahora más que nunca ? En
mas yo sé que en lo de mi cuento que ahora más que nunca hueles, y
no hay más que decir, que allí se no á ámbar, respondió don Quijote.
acaba do comienza el yerro de la Bien podrá ser, dijo Sancho ; mas vo
cuenta del pasaje de las cabras. Aca no tengo la culpa , sino vuestra mer
be norabuena donde quisiere, dijo ced que me trae á deshoras y por es
don Quijote, v veamos si se puede tos no acostumbrados pasos. Retira
mover Rocinante ; tornole a poner las te tres ó cuatro allá, amigo, dijo don
piernas, y él tornó á dar saltos y á Quijote ( todo esto sin quitarse los de
estarse quedo : tanto estaba de bien dos de las narices) y desde aquí ade
atado. En esto parece ser, o que el lante ten más cuenta con tu persona
frín de la mañana, que ya venía, ó y con lo que debes á la mía , que la
que Sancho hubiese cenado algunas mucha conversación que tengo con
cosas lenitivas, o que fuese cosa na tigo ha engendrado este menosprecio.
tural (que es lo que más se debe de Apostare, rep.icó Sancho , que pien
creer ) , á él le vino en voluntad v de sa vuestra merced que yo he hecho
se ) de hacer lo que otro no pudiera de mi persona alguna cosa que 110
hacer por e ; mas era tanto el mie deba. Peor es menºallo, respondió
do que había entrado en su corazón . don Quijote. En estos coloquios y
76 DON QUIJOTE DE LA MANCIA

otros semejantes pasaron la noche simo golpe de agua : al pie de lag


anio V mozo ; mas viendo Sancho peñas estaban unas casas mal hechas,
que á más andar se venía la mañana, que más parecían ruinas de edificios
con mucho tiento desligó á Rocinan . que casas, de entre las cuales advir
te , y se ató los calzones . Como Ro tieron que salía el ruido y estruen
cirante se vio libre , aunque el de su do de aquel golpear, que aun no ce
yo no era nada brioso , parece que se saba. Alborotose Rocinante con el
resintió, y comenzó á dar manotadas estruendo del agua y de los golpes,
porque corvetas , con perdón suyo , y sosegándole don Quijote, se fué
no las sabía hacer. Viendo pues don llegando l'oco á poco á las casas ,
Quijote que ya Rocinante se movía , encomendándose de todo corazón &
lo tuvo á buena señal , y creyó que su señora , suplicándole que en aque
lo era de que acometiese aquella te lla temerosa jornada y empresa le
merosa aventura. Acabó en esto de favoreciese, y de camino se enco
descubrirse el alba , y de parecer dis mendaba también lá Dios que no lo
tiptamente las cosas, y vio don Qui. olvidase. No se le quitaba Sancho del
jote que estaban entre unos árboles lado, el cual alargaba cuanto podía
altos , que eran castaños, que hacen el cuello y la vista por entre las pier
la sombra muy obscura : sintió tam pas de Rocinante, por ver si vería
bién que el golpear no cesaba, pero ya lo que tan suspenso y medroso
no vio quién lo podía causar ; y así le tenía . Otros cien pasos serían los
sin más detenerse hizo sentir las es . que anduvieron , cuando al doblar de
puelas á Rocinante , y tornando a des una punta pareció descubierta y pa.
pedirse de Sancho, le mandó que tente la misma causa , sin que pu
allí le aguardase tres días á lo más diese ser otra , de aquel horrisono y
largo, como ya otra vez se lo había para ellos espantable ruido, que tan
dicho, y que si al cabo dellos no suspensos y medrosos toda la dicha
hubiese vuelto, tuviese por cierto noche los había tenido , y eran ( si
que Dios había sido servido de que no lo has, oh lector, por pesadumbre
en aquella peligrosa aventura se le v enojo) seis mazos de batán , que
acabasen sus días. Tornole á referir con sus alternativos golpes aquel es
el recado y embajada que había de truendo formaban. Cuando don Qui
llevar de su parte á su señora Dul jote vió lo que era, enmudeció y
cinea , y que en lo que tocaba á la pasmóse de arriba abajo. Miróle San
paga de sus Servicios no tuviese cho , y vio que tenía la cabeza incli
pena , porque él había dejado hecho nada sobre el pecho con muestras de
su testamento antes que saliera de estar corrido. Miró también don Qu :
su lugar, donde se hallaría gratifi jote á Sancho, y viole que tenía los
cado de todo lo tocante à su salario , carrillos hinchados y la toca llena
rata por cantidad del tiempo que de risa con evidentes señales de que
hubiese servido ; pero que si Dios rer reventar con ella, y no pudo su
le sacaba de aquel peligro sano y melancolía tanto con el que á la
salvo y sin cautela , se podía tener vista de Sancho pudiese dejar de
por muy más que cierta la prometi. reirse ; y como vió Sancho que su
da insula . De nuevo tornó a llorar
amo había comenzado , soltó la presa
Sa 10, oyendo de nuevo las lastime de manera, que tuvo necesidad de
ras razones de su buen señor, y de apretarse las ijadas con los puños
terminó de no dejarle hasta el último por no reventar riendo . Cuatro veces
tránsito y fin de aquel negocio. (Des sosegó, y otras tantas volvió a su ri
tas lágrimas y determinación tan sa , con el mismo ímpetu que prime
honrada de Sancho Panza saca el au ro , de lo cual ya se daba al diablo
tor desta historia que debía de ser don Quijote , y más cuando le ovo
bien nacido , y por lo menos cristia decir como por modo de fisga : Has
no viejo) . Cuyo sentimiento enterne. de saber, oh Sancho amigo , que yo
ció algo á su amo ; pero no tanto nací por querer del cielo en esta
que mostrase flaqueza alguna , antes nuestra edad del hierro para resuci .
disimulando lo mejor que pudo, co tar en ella la dorada o de oro ; yo
menzó a caminar hacia la parte por soy aquel para quien están guarda
donde le pareció que el ruido del dos los peligros, las hazañas grandes,
agua y del golpear venía . Seguíale los valerosos fechos; y por aquí fué
Sancho á pie, llevando, como tenía repitiendo todas ó las más razones
de costumbre , del cabestro á su ju que don Quijote dijo la vez primera
mento , perpetuo compañero de sus que oyeron los temerosos golpes.
prósperas y adversas fortunas; y ha Viendo pues don Quijote que Sancho
biendo andado una buena pieza por hacía burla dél, se corrió y enojó en
entre aquellos castaños y árboles som tanta manera , que alzó el lanzón y le
urios, dieron en un pradecillo, que al asentó dos palos tales , que si como
pie de unas altas peñas se hacía, de los recibió en las espaldas los reci .
las cuales se precipitaba un grandi biera en la cabeza , quedara libre de
PARTE 1. - CAPÍTULO XX
pagarle el salario, si no fuera á sus el hablar demasiado conmigo, que en
herederos. Viendo Sancho que sacaba cuantos libros de caballerías Le leido,
tan malas veras de sus burlas , con que son infinitos, jamás he hallado
temor de que su amo no pasase ade que ningún escudero hablase tanto
lante en ellas , con mucha humildad con su señor como tú con el tuyo, y
le dijo : Sosiéguese vuestra merced , en verdad que lo tengo á gran falta
que por Dios que me burio. Pues tuya y mía : tuya en que me estimas
porque os burláis no me burlo yo , en poco ; mía en que no me dejo es.
respondió don Quijote . Venid acá , se timar en más ; sí, que Gandalín , es
ñor alegre, & parécsos li vos, que si cudero de Amadís de Gaula , conde
como éstos fueron mazos de batán , fué de la insula Firme , y se lee dél
fuera otra peligrosa aventura , no ha que siempre hablaba á su señor con
bría yo mostrado el ánimo que con la gorra en la mano , inclinada la ca
venía para emprendella y acaballa ? beza y doblando el cuerpo more
6 Estoy yo obligado, á dicha, siendo turquesco . ¿ Pu's qué diremos de Ga
como soy caballero, á conocer y dis sabai, escudero de don Galaor, que
tinguir los sones, y saber cuáles son fué tan callado, que para declararnos
de batanes o no ? Y más que podría la excelencia de su maravilloso silen
ser, como es verdad , que no los he cio , sola una vez se nombra su nom
visto en mi vida, como vos los ha hre en toda aquella tan grande como
béis visto, como villano ruin que verdadera historia ? De todo lo que
sois , criado y macido entre ellos. Si • he dicho has de inferir, Sancho , que
no , haced vos que estos seis mazos es menester hacer diferencia de amo
se vuelvan en seis jayanes , y á mozo , de señor criado , y de ca
echádmelos a las barbas uno á uno, ballero á escudero ; así que , desde
ó todos juntos , y cuando yo no diere hoy en adelante nos hemos de tratar
con todos patas arriba, haced de mí con más respeto , sin darnos cordele.
la burla que quisiéredes. No haya jo, porque de cualquiera manera que
más, señor mio, replicó Sancho, que yo me enoje con vos ha de ser mal
yo confieso que he andado algo risue para el cántaro : las mercedes y be
ño en demasia : pero digame vuestra neficios que yo os he prometido , lle
merced ahora que estamos en paz , garán a su tiempo, y si no llegaren ,
así Dios le saque de todas las aven el salario á lo menos no se ha de
turas que le sucedieren tan sano y perder, como ya os he dicho . Está
salvo como le ha sacado desta, & no bien cuanto vuestra merced dice , di
ha sido cosa de reir , y lo es de con jo Sancho : pero querría yo saber
tar, el gran miedo que hemos tenido ? (por si acaso no llegase el tiempo
A lo menos el que yo tuve , que de de las mercedes, y fuese necesario
vuestra merced ya yo sé que no le acudir al de los salarios) cuánto ga
conoce, ni sabe que es temor ni es naba un escudero de un caballero an
parto . No niego yo , respondió don dante en aquellos tiempos , y si se
Quijote , que lo que nos ha sucedido concertaban por meses 6 por días co
no sea cosa digna de risa ; pero no mo peones de albañil . No creo yo ,
es digna de contarse, que no son to respondió don Quijote, que jamás los
das las personas tan discretas que tales escuderos estuvieron á salario ,
sepan poner en su punto las cosas. sino á merced ; y si yo ahora te le
A lo menos, respondió Sancho , supo he señalado á ti en el testamento ce
Fuestra merced poner en su punto el rrado que dejé en mi casa , fué por
lanzón, apuntándome á la cabeza y lo que podria suceder; que aun no
dándome en las espaldas, gracias á . sé cómo prueba en estos calamitosos
Dios y á la diligencia que puse en tiempos nuestros la caballería , y no
ladearme ; pero vaya, que todo saldrá querría que por pocas cosas penase
en la colada, que yo he oído decir : mi anima en el otro mundo : porque
ese te quiere bien que te hace llorar ; quiero que sepas, Sancho , que en el
ymás que suelen los principales se no hay estado más peligroso que el
ñores tras una mala palabra que di de los aventureros . Así es verdad ,
cen á un criado , darle luego unas cal dijo Sancho, pues sólo el ruido de los
zas, aunque no sé lo que le suelen mazos de un batán pudo alborotar y
dar tras haberle dado de palos, si ya desasosegar el corazón de un tan va
no es que los caballeros andantes dan heroso andante aventurero como es
traz palos insulas ó reinos en tierra vuestra merced ; mas bien puede es
firme. Tal podría correr el dado , dijo tar seguro que de aquí adelante no
don Quijote, que todo lo que dices despliegue mis labios para hacer
viniese á ser verdad ; y perdona lo donaire de las cosas de vuestra
pasado, pues eres discreto , y sabes merced , si no fuese para honrarle
que los primeros movimientos no son como á mi amo y señor natural.
en mano del hombre ; y está adver Desa Imanera , replicó don Quijote ,
tido de aquí adelante en una cosa , vivirás sobre la haz de la tierra ,
para que te abstengas y reportes en porque después de á los padres , á
78 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

los amos se ha de respetar como ve!mo de Mambrino, dijo don Quijan


si lo fueseń. te : apartate á una parte , y déjame
con él á solas, verás cuán sin hablar
CAPITULO XXI
palabra , por ahorrar del tiempo, con
cluyo esta aventura, y queda por mío
el yolmo que tanto he deseado. Yo
me tengo en cuidado el apartarme ,
Que trata de la alta aventura y replicó Sancho ; mas quiera Dios ,
rica ganancia del yelmo de Mam . torno á decir , que orégano sea y no
trino, con otras cosas sucedidas batanes . Ya os he dicho , hermano,
á nuestro invencible caballero.
que no me mentéis ni por pienso más
En esto comenzó a llover un poco , eso de los batanes, dijo don Quijote,
que voto ... y no digo más, que 18
y quişiera Sancho que se entraran batanee el alma. Calle Sancho con
en el molino de los batanes ; m18
habíales cobrodo tal aborrecimiento temor que su amo no cumpliese et
voto que le había echado redondo
don Quijote por la pasada burla , que como una bola. Es pues el caso que
en ninguna manera quiso entrar den. el yelmo y el caballo y caballero que
tro ; y así torciendo el camino á la don Quijote veía, era esto : que en
derecha mano , dieron en otro como
el que habían llevado el día de an aquel contorno había dos lugares, y
uno tan pequeño que no tenía botica
tes. De allí á poco descubrió don ni barbero, y el otro que estaba jun
Quijote un hombre á caballo , que to á él sí , y así el barbero del mayor
traía en la cabeza una cosa que rt
lumbraba como si fuera de oro, y servía al menor, en el cual tuvo ne
cesidad un enfermo de sangrarse , y
aun él apenas le hubo visto , cuando otro de hacerse la barba, para lo
se volvió á Sancho y le dijo : Paré
ceme , Sancho, que no hay refrán que cual venía el barbero y traía , una
1 :0 sea verdadero , porque todas son bacía de azófar, y quiso la sưerte,
sentencias sacadas de la misma ex que al tiempo que venía comenzó á
llover, y porque no se le manchase
periencia, madre de las ciencias to
das, especialmente aquel que dice : el sombrero, que debía de ser nuevo ,
Donde una puerta se cierra, otra se se puso a bacía sobre la cabeza , y
como estaba limpia , desde media le
abre . Digolo , porque si anoche nos gua relumbraba. Venía sobre un as
osrró la ventura la puerta de la que
buscábamos engañándonos con log no pardo, como Sancho dijo. y esta
batanes, ahora nos abre de par en fué la ocasión que á don Quijote le
par otra para otra mejor y más cier pareció caballo rucio rodado, y ca
ta aventura, que si yo no acertare
Dallero, y velmo de oro ; que todas
las cosas que veía con mucha facili.
á entrar por ella, mía será la culpa dad las acomodaba á sus desvariadas
sin que la pueda dar á la poca noti . caballerías y malandantes pensamien
cia de batanes ni á la obscuridad de
la noche : digo esto , porque si no me tos : y cuando él Fió que el pobre
caballero llegaba cerca, sin ponerse
engaño, hacia nosotros viene uno que con él en razones, á todo correr de
trae en su cabezı puesto el yelmo de Rocinante le enristró con el lanzón
Mambrino, sobre que yo hice el ju. bajo, llevando intención de pasarle
ramento que sabes . Mire vuesy mer de parte á parte ; mas cuando á él
ced bien lo que dice , y mejor lo que llegaba, sin detener la furia de su
hace , dijo Sancho, que no querría carrera, le dijo : Defiendete, cautiva
que fuesen otros batanes que nos aca criatura , ó entrégame de tu voluntad
basen de batanar y aporrear el sen lo que con tanta razón se me debe .
tido. Válate el diablo por hombre, El barbero, que tan sin pensarlo ni
replicó don Quijote , é qué va de yel. temerlo vió venir aquella fantasma
mo á batanes ? No sé nada, respondió sobre ei , no tuvo otro remedio para
Sancho ; mas á fe que si yo pudiera poder guardarse del golpe de la lan
hablar tanto como solia , que quizá za, sino fué el dejarse caer del asno
diera tales razones, que vuestra mer abajo , y no hubo tocado el suelo,
ced viera que se engañaba en lo que cuando se levantó más ligero que un
dice. ¿ Cómo me puedo engañar en gamo y comenzó a correr por aquel
lo que digo, traidor escrupuloso ? di llano , que no le alcanzara el viento .
jo don Quijote : dime , & no ves aquel Dejose la bacía en el suelo, con la
caballero que hacia nosotros viene cual se contento don Quijote, y dijo
sobre un caballo rucio rodado , qne que el pagano había andado discre
trae puesto en la cabeza un yelmo to , y que había imitado al castor , el
de Oro ? Lo que veo y columbro, res cual viéndose acosado de los cazado.
pondió Sancho, no es sino un hom res , se taraza y corta con los aientes
bre sobre un asno pardo como el aquello por lo que él por distinto
mío , que trae sobre la cabeza una natural sabe qne es perseguido. Man
eosa que relumbra . Pues ese es el do á Sancho que alzase el yelmo , el
PARTE I CAPITULO XXI . 79

ena ! tomándole en las manos, dijo : don Quijote , porque nunca olvidag
Por Dios, que la bacia es buena, y la injuria que una vez te han he
que vale un real de á ocho, como un cho ; pues sábete que es de pechos
maravedí; y dándosela á su amo, se nobles y generosos no hacer caso de
la puso luego en la cabeza , rodeandola niñerías. ¿ Qué pie sacaste cojo , qué
á una parte y otra buscándole el costilla : quebrada , qué cabeza rota ,
encaje, y como no se le hallaba, dijo : para que no se te olvide aquella bur
Sin duda que el pagano , á cuya me la ? Que bien apurada la cosa, burla
dida se forjó primero esta famosa fué y pasatiempo, que á no entender .
celada, debía de tener grandísima lo yo así, ya yo hubiera vuelto allá ,
cabeza, y lo peor dello es que le fal y hubiera hecho en tu venganza más
ta la mitad. Cuando Sancho oyó lla . daño que el que hicieron los griegos
mar á la bacia celada, no pudo teler , por la robada Elena, la cual si fuera
la risa, mas vínos le á ias nientes en este tiempo , ó mi Dulcinea fuera
la cólera de su amo, y callo en la mi en aquél , pudiera estar segura que
tad della. ¿ De qué te ríes , Sancho ? no tuviera tanta fama de hermosa
dijo don Quijote. Ríome , respondió como tiene : y aquí dió un suspiro,
él , de considerar la gran cabeza que v le puso en las nubes . Y dijo San
tenía el pagano dueño deste almete cho : Pase por burlas, pues la ven
que no semeja sino una bacia de bar ganza no puede pasar en veras ; pero
bero pintiparada. ¿ Sabes qué imagi yo sé de qué calidad fueron las veras
no , Sanche ? Que esta famosa pieza y las burlas, y sé también que no se
deste encantado yelmo, por algún me caerán de la memoria, como nun
extrafio accidente debió de venir á ca se quitarán de las espaldas. Pero
manos de quien no supo conocer vi dejando esto aparte, digame vuestra
estimar su valor, y sin sabe lo que
merced qué haremos deste caballo
hacía , viéndola de oro purísimo, de rucio rodado, que parece asno pardo,
bió de fuudir la otra mitan para
aprovecharse del precio , y de la otra que dejó aqui desamparado aquel
mitad hizo esta que parece bacía de Martino que vuestra merced derribó,
que según éı puso los pies en polvo.
barbero, como tú dices . Pero sea lo rosa y cogió las de Villadiego ,
que fuere, que para mí que la co no lleva pergenio de volver por el
nozco no hace al caso su transmuta .
jamás, y para mis barbas que si no
c.ón , que yo la aderezaré en el pri es bueno el rucio . Nunca yo acostum .
mer lugar donde haya herrero, y de bro , dijo don Quijote , despojar á los
suerte que no le haga ventaja ni que venzo, ni es uso de caballería
aun le llegue la que hizo y forjó el quitarles los caballos y dejarlos á
dios de las herrerías para el dios de pie : si ya no fuese que el vencedor
las batallas : y en este entretanto
la traeré como pudiere , que más vale
hubiese perdido en la pendencia el
suyo, que en tal caso lícito es to
algo que no nada, cuanto más , que mar el del vencido, como ganado en
bien será bastante para defenderme
de alguna pedrada. Eso será, dijo guerra lícita : así que, Sancho, deja
Sancho, si no se tira con honda, co se caballo ó asno, o lo que tú qui
sieres que sea, que como su dueño nos
mo se tiraron en la pelea de los dos rea alongados de aquí volverá por él .
ejércitos, cuando le santiguaron á
vuestra merced las muelas y le rom Dos sabe si quiere llevarle , replicó
Sancho, ó por lo menos trocalle con
pieron el alcuza donde venía aquel este mío que no me parece tan bue .
benditísimo brebaje que me hizo vo verdaderamente que son estre
mitar las asaduras. No me da mucha no :

pena el haberlo perdido, que ya sa chas las leyes de caballería, pues no


bes tú , Sancho , dijo don Quijote , que se extienden a dejar trocar un asno
yo tengo la receta en la memoria. por otro , y querría saber si podria
También la tengo yo, respond 6 San trocar los aparejo3 siquiera. En eso
cho ; pero si yo la hiciera ni la pro. no estoy muy cierto , respondió don
bare más en mi vida, aquí sea ri Quijote , y en caso de duda, hasta
hora : cuanto más, que no pienso po. estar mejor informado, digo que los
nerme en ocasión de haberle menes trueques, si es que tienes dellos ne
cesidad extrema. Tan extrema es ,
ter, porque pienso guardarme con respondió Sancho , que si fueran para
todos mis cinco sentidos de ser feri .
mi mesma persona , no los hubiera
do ni de ferir á nadie . De lo del ser menester más ; y luego habilitado con
otra vez manteado no digo nada, que
semejantes desgracias mal se pued in aquella licencia hizo mutatio cap
prevenir , y si vienen , no hay que ha
parum , y puso su jumento á las mil
cer otra cosa sino encoger los hom lindezas, dejándole mejorado en ter
bros , detener el aliento , cerrar les cio y quinto. Hecho esto, almorzaron
de las sombras del real que del acé.
ojos y dejar ir por donãe la guerto
y la manta nos llevare . Mal cris. mils despojaron ; bebieron del agua
riel arroyo de los batanes sin volver
tiano eres , Sancho , dijo overio esto la cara á mirarlos , tal era el abo
80 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
rrecimiento que les tenían por el cuando todos le sigan y rodeen dan
miedo en que les habían puesto ; y do voces diciendo : Este es el caba .
cortada la cóuera y aun la melancolía, llero del Sol, ó de la Serpiente, ó
subieron á caballo, y sin tomar de de otra insignia alguna debajo de la
terminado camino (por ser muy de cual hubiera acabado grandes haza
caballeros andantes el no tomar nin ñas : este es, dirán , el que venció en
guno cierto ) se pusieron á caminar singular batalla al gigantazo Broca
por donde la voluntad de Rocinante Bruno de la gran fuerzi , el que desen
quiso , que se llevaba tras si la de cantó al gran mameluco de Persia del
su amo, y aun la del asno , que siem largo encantamento en que había
pre le seguía por donde quiera que estado casi novecientos años : así que,
guiaba, en bu'n amor y compañía : de mano en mano irán pregonando
con todo esto volvieron al camino sus hechos ; y luego al lboroto de
rral, y siguieron por él á la ventura los muchachos y de la demás gente
sin otro designio alguno . Yendo pues se parará á las fenestras de su real
así caminando, dijo Sancho á su palacio el rey de aquel reino, y así
amo : Señor , quiere vuestra mer ccmo vea al caballero, conociéndole
ced darme licencia que departa un por las armas ó por la empresa del
poco con él ? que después que me escudo, forzosamente ha de decir :
puso aquel áspero mandamiento de Ea, sus, salgan mis caballeros cuan
silencio, se me han podrido más de tos en mi corte están á recibirá
cuatro cosas en el estómago ; y una la flor de la caballería que allí vie
sóla que ahora tengo en el pico de la ne ; á cuyo mandamiento saldrán to .
lengua no querría que se malograse. dos, y él llegará hasta la mitad de
Dila , dijo don Quijote, y sé breve en la escalera , y le abrazará estrechi
tus razonamientos, que ninguno hay simamente , y le dará paz besándole
gustoso si es largo. Digo pues , señor, en el rostro, y luego le llevará por
respondió Sancho , que de algunos la mano al aposento de la señora rei
dias á esta parte he considerado cuán na , adonde el caballero la hallará con
poco se gana y granjea de andar bus la infanta su bija, que ha de ser una
cando estas aventuras que vuestra de las más fermosas y acabadas don
merced busca por estos desiertos y cellas que en gran parte de lo des
encrucijadas de caminos, donde ya cubierto de la tierra á duras penas
que se venzan y acaben las más peli se puede hallar. Sucederá tras esto
grosas , no hay quien las vea ni seps, luego encontinente , que ella ponga
así se han de quedar en perpetuo los ojos en el caballero, y él en los
silencio y en perjuicio de la inten della , y cada uno parezca ai otro cosa
ción de vuestra merced y de lo que más divina que humana, y sin saber
cllas merecen. Y así me parece que cómo ni cónio no , han de quedar pre
sería mejor (salvo el mejor parecer 803 y enlazados en la intrincable red
de vuestra merced ) que ros fuésemos amorosa, y con gran cuita en sus
á servir á algún emperador 6 á otro corazones por no saber cómo se han
princ: pe grande que tenga alguza de fablar para descubrir sus ansias
guerra , en cuyo servicio vuestra mer y sentimientos. Desde allí le lleva
ced muestre el valor de su persona , rán sin duda á algún cuarto del pa
sus grandes fuerzas y mayor enten . lacio , ricamente aderezado, donde ha
dimiento : que visto esto del señor kiéndole quitado las ai mas, le traerán
á quien serviremos, por fuerza nos un rico mantón de escarlata con que
ha de remunerar á cada cual según se cubra ; y si bien pareció armado,
sus méritos , y allí no faltará quien tan bien y mejor ha de parecer en
ponga en escrito las hazañas de vues farseto . Venida la noche , cenará con
tra merced para perpetua memoria : el rey , reina é infanta, donde nunca
de las mías no digo nada, pues no quitará los ojos della, mirándola á
han de salir de los límites escuderi. furto de los circunstantes, y ella ha
les ; aunque sé decir que si se usa ri lo mismo con la misma sagacidad,
en la caballería escribir hazañas de porque como tengo dicho, es muy
escuderos , que no pienso que se han discreta doncella . Levantarse han las
de quedar las mías entre renglon 8 . tablas, y entrará á deshora por la
No dices mal , Sancho , respondió don puerta de la sala un feo y pequeño
Quijote ; mas antes que se llegue 1 enano, con una fermosa dueñi, que
ese término es menester andar por el entre dos gigantes detrás del enano
mundo como en aprobac ón , buscan viene con cierta aventura hecha por
do las aventuras, para que acabando un antiquísimo sabio , que el que la
algunas , se cobre nombre y fama tal, acabase será tenido por el mejor ca
que cuando se fuere à la corte de al ballero del mundo : mandará luego
gún gran , monarca , ya sea el caba el rey que todos los que están pre.
liero conocido por sus obras, y apa sentes la prueben . y ninguno le da
nas le hayan visto entrar los mucha. rá fin y cima , sino el caballero hués.
chos por la puerta de la ciudad , ped , en mucho pro de su fama, de
PARTE J. - CAPITULO XXI 81

lo cual quedará contentísima la in conciertase que la pida á su padre


fanta , y se tendrá por contenta y por mujer en pago de sus servicios ;
pagada además por haber puesto v no 89 la quiere dar el rey, porque
colocado sus pensamientos en tal alta no sabe quién es ; pero con todo es
parte . Y lo bueno es que este rey ó to , ó robada, ó de otra cualquier
principe , ó lo que es , tiene una muy guerte que sea , la infanta viene i
reñida guerra con otro tan poderoso ser su esposa , y su padre lo viene a
como él , y el caballero huésped le tener á gran ventura, porque se vino
pide (al cabo de algunos días que á averiguar que el tal caballero es
ha estado en su corte ) licencia para hijo de un valeroso rey de no sé qué
ir á servirle en aquella guerra dicha ; reno, porque creo que no debe de
darásela el rey de muy buen talan . tstar en el mapa : muérese el padre,
te , y el caballero le besará cortés hereda la infanta, queda rey el caba .
mente las manos por la merced que Vero en dos palabras . Aquí entra
le face ; aquella noche se despedirá luego el hacer mercedes á su escul .
de su señora la infanta por las rejas dero y á todos aquellos que le aytl
de un jardín que cae en el aposento daron á subir á tan alto estado : casa
donde ella duerme , por las cuales ya a su escudero con una doncella de
otras muchas veces la había fablado, la infanta, que será sin duda la que
siendo medianera y sabidora de todo fué tercera en sus amores, que es
una doncella de quien la infanta mu. hija de un duque muy principal. Eso
cho se fía . Suspirarí él, desmayaráse pido, y barras derechas, dijo Sancho;
ella, traerá agua la doncella, acuita á eso me atengo, porque todo al pie
ráse mucho porque viene la mañana, de la letra ha de suceder por vues
y no querría que fuesen descubier tra merced , llamándose el Caballero
tos por la honra de su señora : fi de la Triste Figura. No lo dudes,
nalmente , la infanta volverá en sí, y Sancho, replicó don Quijote , porque
dará sus blancas manos por la reja del mismo modo y por los mismos
al caballero , el cual se las besará mil pasos que esto he contado, suben y
mil veces, y se las bañará en lá. han subido los caballeros andantes a
grimas : quedará concertado entre ser reyes y emperadores : sólo falta
los dos del modo que se han de hacer ahora mirar qué rey de los cristianos
saber sus buenos ó malos sucesos , y ó paganos tengan guerra, y tengan
rogarále la princesa que se detenga bija hermosa ; pero tiempo habrá
lo menos que pudiere : prometérselo para pansar en esto, pues comu te
ha él con muchos juramentos : tór tergo dicho , primero se ha de cobrar
nale á besar las manos, y despídese fama por otras partes, que se acuda
con tanto sentimiento , que estará á la corte . También me falta otra
poco por acabar la vida. Vase desde cosa, que puesto caso que se halle
alli á su aposento , échase sobre su r - y con guerra y con hija hermosa,
lecho , no puede dormir del dolor de y que yo haya cobrado fama increí.
la partida, madruga muy de mañana, ble por todo el universo , no sé yo
vase a despedir del rey y de la reina cómo se podía hallar que yo sea de
y de la infanta ; dioenle, habiéndose linaje de reyes , ó por lo menos primo
despedido de los dos, que la señora segundo de un emperador ; porque no
infanta está mal dispuesta , y que no me querrá el rey dar á su hija por
puede recibir visita : piensa el caba mujer, si no está primero muy ente
llero que es de pena de su partida, rado en esto , aunque más lo merez
traspasasele el corazón , y falta poco can mis famosos hechos ; así que por
de no dar ind cio manifiesto de su esta falta temo perder lo que mi
pena . Está la doncella medianera de brazo tiene bien merecido . Bien es
lante, halo de notar todo, váselo á verdad que yo soy hijodalgo de solar
decir á su señora , la cual la recibe conocido, de posesión y de propiedad
con lágrimas , y le dice que una de y de devengar quinientos sueldos ; y
las mayores penas que tiene, es no rodría ser que el sabio que escribiese
saber quién sea su caballero, .! si es mi historia , deslindase de tal man ra
de linaje de reyes ó no : asegura la mi parentela y descendencia , que me
dorcella que no puede caber tanta hallase quinto ó sexto nieto de rey.
cortesía, gentileza y valentía como Porque te hago saber Sancho , que
la de su caballero si no les sujeto real hay dos maneras de linajes en el
y grave : consuélase con esto la cui . mundo : unos que traen y derivan
tada. procura consolarse por no su descendencia de prínc'pes y m
dar mal indicio de sí á sus padres, y narcas , á quien poco a poco el tieni
á cabo de dos días sale en público. po ha deshecho , y han acabado en
Ya se es ido el caballero ; pelea en punta, como pirámides ; otros tuvie .
la guerra , vence al enemigo del rey. ron principio de gente baja, y van su .
gana muchas ciudades, triunfa de tiendo de grado en grado hasta lle
muchas batallas : vuelve a la cor.
gar á ser grandes señores ; de ma
te , ve á su señora por donde guele , l'era , que está la diferencia en que
6
DON QUIJOTE DE LA MANCHA

unos fueron que ya no son , y otros de perlas á uso de conde extranjere ?


son que ya no fueron , y podria ser Para mí tengo que me han de venir
vo destos, que después de averi á ver de cien leguas. Bien parece
guado hubiese sido mi principio gran. rás, dijo don Quijote, pero será me
de y famoso , con lo cual se debía de nester que te rapts las barbas á me
ccntentar elrey mi suegro que hu pudo , que según las tienes de espe
biere de ser ; y cuando no, la infan . sas, aborrascadas y mal puestas , si
ta me ha de querer de manera que no te las rapas á navaja cada dos
á pesar de su padre, aunque clara días por lo menos, á tiro de escopeta
mente sepa que soy hijo de un azi. se echará de ver lo que eres , & Qué
eán , me ha de admitir por señor y hay más, dijo Sancho, sino tomar
por esposo : y si no , aquí entra el un barbero, y tenerlo asalariado en
roballa'y llevarla donde más gusto casa ? y aun si fuere menester , lo
me diere, que el tiempo ó la muerte haré que ande tras mí como caba
ha de acabar el enojo de sus padres. lierizo de grande. ¿ Pues cómo sabes
Ahí entra bien también, dijo · San tú , que los grandes llevan detrás de
cho , lo que algunos desalmados di sí á sus caballerizos ? Yo se lo dire ,
een : No pidas de grado lo que puedes respondió Sancho : los años pasados
tomar por fuerza ; aunque mejor cua estuve un mes en la corte, y allí vi
dra decir : Más vale salto de mata , que paseándose un señor muy peque
que ruego de hombres buenos : digo ño, que decían que era muy grande ,
lo, porque si el señor rey, suegro de un hombre le seguía á caballo á
vuestra merced, no se quisiere dome todas las vueltas que daba , que 10
ñar á entregarle á mi señora la in parecía sino que era su rabo. Pre
1
fanta, no hay sino , como vuesa mer gunté que cómo aquel hombre no se
eed dice, roballa y trasponella ; pero juntaba con el otro hombre, sino que
está el daño que en tanto que se ha siempre andaba tras dél : respondie
gan las paces y se goce pacíficamente ronme que era su caballerizo , y que
del reino, el pobre escudero se podrá era uso de grandes llevar tras si á
estar á diente en esto de las merce ios tales : desde entonces lo sé tan
dos, si ya no es que la doncella ter. bien , que nunca se me ha olvidado .
eera que ha de ser su mujer, se sale Digo que tienes razón , dijo don Qui
con la infanta, y él pasa con ella su jote , y que así puedes tú llevar á
mala ventura hasta que el cielo or tu barbero ; que los usos no vinieroz
Ilene otra cosa : porque bien podrá, todos juntos ni se inventaron á
ereo yo , desde luego dársela su señor una, y puedes ser tú el primero con
por legitima esposa. Eso no hay quien de que lleve tras sí su barbero ; y
lo quite , dijo don Quijote. Pues co aun es de más confianza el hacer la
mo eso sea, respondió Sancho , no barda que ensillar un caballo. Qué
hay sino encomendarnos á Dios , y dese eso del barbero á mi cargo , dijo
dejar correr la suerte por donde me Sancho, y al de vuestra merced se
jor lo encaminare . Hágalo Dios , res quede el procurar venir á ser rey y
pondió don Quijote, como yo deseo, el hacerme conde. Así será, respon
y tú , Sancho, has menestor, y ruin dió don Quijote ; y alzando los ojos
sea quien por ruin se tiene. Sea por vió lo que se dirá en el siguiente
Dios, Jijo Sancho, que yo cristiano capítulo .
viejo soy, y para ser conde esto me
basia . Y aun te sobra , dijo don Qui
jote, y cuando no lo fueras, no hacia
nada ai caso , porque siendo yo el CAPITULO XXII
rey, bien te puedo dar nobleza sin
que la compres ni me sirvas con
rada , porque en haciéndote conde, De la libertad que dió don Quijote
estate ahí caballero, y digan lo que á muchos desdichados que mal
dijeren , que á buena fe que te han de su grado los llevaban donde
de llamar señoría, mal que les pese. no quisieran ir .
Y montas , que no sabría yo autori
zar el litado , dijo Sancho, Dictado
has de decir, que no litado, dijo su Cuenta Cide Hamete Benengeli,
amo . Sea así , respondió Sancho Pan. autor arábigo y manchego, en esta
za : digo que le sabría bien acomo gravísima, altisonante , mínima, dul
dar, porque por vida mía que un ce é imaginada historia, que después
tiempo fui mullidor de una cofradía, que entre el famoso don Quijote de
y que me asentaba tan bien la ropi la Mancha y Sancho Panza su escu
de mullidor, que decían todos que dero pasaron aquellas razones que
tenia presencia
para poder se: en el fin del capítulo XXI quedan re
prioste de la mesma cofradía. ¿ Pucs feridas , que don Quijote alzó los
qué será cuando me ponga un ropon ojos, y vio que por el camino que
ducal á cuestas , ó me vista de oro y llevaba venían hasta doce hombres á
PARTE 1.- CAPÍTULO XXII 83

pie , ensartados como cuentas en una la abracé conmigo tan fuertemente ,


gran cadena de hierro por los cue que á no quitármela la justicia por
llos , y todos con esposas á las manos, fuerza, aun hasta ahora no la hubiera
Venían asimismo con ellos dos hom. dejado de mi voluntad : fué en fra
bres de á caballo y dos de á pie : los gante, no hubo lugar de tormento ,
de á caballo con escopetas de rueda, concluyóse la causa, acomodáronme
los de á pie con dardos y espadas , las espaldas con ciento, v por añadi.
y así como Sancho Panza los vida , dura trs años de gurapas, y acabóse
dijo : Esta es cadena de galeotes, la obra. ¿ Qué son gurapas ? preguntó
gente forzada del rey , que va á las don Quijote. Gurapas son galeras,
galtras . ¿ Cómo gente forzada ? pre respondió el galeote , el cual era un
guntó don Quijote : es posible que mozo de hasta edad de veinticua
ei rey haga fuerza á ninguna gente ? tro años , y dijo que era natura! de
No digo eso, respondió Sancho, sino Piedrahita , Lo mismo preguntó don
que es gente que por sus delitos va Quijote al segundo, el cual no res
condenada á servir al rey en las ga pondió palabra, según iba de triste y
leras de por fuerza. En resolución , melancólico ; mas respond ó por él el
replicó don Quijote, como quiera que primero , y dijo : Este, soñor, va por
ello sea , esta gente, aunque los lle canario : digo que por músico y can
van , van de por fuerza y no de su vo tor . & Pues cómo ? repitió don Quijo
luntad . Así es, dijo Sancho . Pues de te , por músicos y cantores van
esa manera, dijo su amo, aquí encaja también á galeras ? Sí, señor, respon
la ejecución de mi oficio, desfacer dió el galeote, que no hay peor cosa
que cantar en el ansia. Antes he oído
fuerzas, y socorrer y acudir a los
miserables. Advierta vuestra merceu , decir , dijo don Quijote , que, quien
dijo Sancho, que la justicia, que es canta sus males espanta. Acá es al
del mesmo rey, no hace fuerza ni revés , dijo el galeote que quien can
agravio á semejante gente, sino que ta una vez, llora toda la vida. No lo
103 castiga en pena de sus delitos. entiendo, dijo don Quijote ; mas und
Llegó en esto la cadena de los galeo de las guardas le dijo : Señor caba
tes , y don Quijote con muy corteses llero , cantar en el ansia se dice en
razones pidió á los que iban en su tre esta gente non sancta confesar
guarda fuesen servidos de informalle en el tormento . A este pecador de
y decille la causa 6 causas por qué lle dieron tormento , y confesó su delito,
vaban aquella gente de aquella ma que era ser cuatrero , que es ser la
nera. Urtar de las guardas de á caballo drón de bestias, y por haber confe .
respondió que eran galeotes, gente de sado le condenaron por seis años á
Su Majestad , que iba a galeras, y que galeras, amén de doscientos azotes
no había más que decir, ni él tenía que ya lleva en las espaldas ; y va
más que saber. Con todo eso, replicó siempre pensativo y triste , porque
don Quijote, querría saber de cada los demás ladrones que allá quedan
uno dellos en particular la causa de y aquí van , le maltratan y aniquilan
si desgracia : añadió a estas otras y escarnecen y tienen en poco, por.
tales y tan comedidas razones para que confesó ; y no tuvo ánimo de
moverlos á que le dijesen lo que de decir nones : porque dicen, ellos , que
seaba, que la otra guarda de á ca tantas letras tiene un 10 celu un
ballo le dijo : aunque llevamos aqui sí, y que harta ventura tiene un de
el registro y la fe de las sentencias lincuente , que está en su lengua su
de cada uno destos malaventurados, vida 6 su muerte, y no en la de
no es tiempo este , de detenernos á ios testigos y probazas ; y para mi
sacarlas ni á leellas : vuestra merced tengo que no van muy fuera de cami
llegue, y se lo pregunte á ellos mis no. Y yo lo entiendo así, respondió
mos, que ellos lo dirán si quisieran , don Quijote , el cual pasando al ter
que sí querrán , porque es gente que Cero, preguntó lo que á los otros, el
recibe gusto de hacer ly decir bella cual de presto y con mucho desenfa
querías. Con esta licencia , que don do respondió , y dijo: Yo voy por
Quijote se tomara, aunque no se la cinco años á las señoras gurapas por
dieran , se llegó á la cadena, y al pri faltarme diez ducados. Yo daré vein.
mero le preguntó que por qué peca te de muy buena gana, dijo don Qui
dos iba de tan mala guisa, El res jote, por libraros desa pesadumbre.
pondió que por enamorado. ¿ Por eso Eso me parece, respondió el galeote,
no más ? replico don Quijote ; pues como quien tiene dineros en mitad
si por enamorados echan a galeras, del golfo , y se está muriendo de ham
días ha que pudiera yo estar bogan bre, sin tener adonde comprar lo que
do en ellas. No son los amores ha menester : digolo , porque si á su
como los que vuestra merced piensa, tiempo tuviera yo esos veinte duca
dijo el galeote, que los míos fueron dos que vuestra merced ahora me
que quige tanto á una canasta de ofrece, hubiera untado con ellos la
eolar atestada de ropa blanca , que péndola del escribano, y avivado el
84 DON QUIJOTE DE LA MANCIIA

ingenio del procurador, de manora gunas mujercillas simples y algunos


que hoy me viera en mitad de la einbusteros bellacos ,' es algunas mis
plaza de Zocodover de Toledo, v no tuuas y venenos con que vuelven lo.
en este camino atraillado como gai cos á los hombres, dando á entender
go ; pero Dios es grande , paciencia , que tienen fuerza para hacer querer
y basta. Pasó don Quijote al cuarto , bien , siendo , como digo, cosa impo
que era un hombre de venerable sos sible forzar la voluntad . Así es , dijo
tro , con una barba blanca que le pa el buen viejo ; y , en verdad, señor ,
saba del pecho , el cual oyéndose pre que en lo de hechicero que no tuve
guntar la causa por qué allí venía, cuipa, en lo de alcahuete no lo pude
comenzó a llorar , y no respondió pa negar ; pero nunca pensé que hacía
labra; mas el quinto condenado lº mal en ello , que toda mi intención
sirvió de lengua , y dijo : Este hom era que todo el mundo se holgase, y
bre honrado va por cuatro años viviese en paz y quietud, sin pen
gaieras, habiendo paseado las acos dencias ni penas ; pero no me apro
tumbradas vestido en pompa y á ca vechó nada este buen deseo para di
ballo . Eso es , dijo Sancho Panza , i jar de ir adonde no espero volver ,
lo que á mí me parece , haber salido según me cargan los años y un mal
á a vergüenza. Así es , repiicó el de orina que llevo , que no me deja
galeote, y la culpa porque le dieron reposar un rato : y aquí tornó á su
esta pena, es por haber sido corredor llanto como de primero, y túvoie
de or ja y aun de todo el cuerpo ; en Sancho tanta compasión , que sacó
efecto , quiero decir que este caballe un real de á cuatro del seno , y se le
ro va por alcahuete , y por tener ası dio de limosna . Pasó adelante don
. mesmo sus puntas y collar de hechi Quijote, y preguntó a otro su delito ,
cero . A no haberle añadido esas el cual respondió con no menos , sino
portas y collar, dijo don Quijote, por con muchamás gallardía que el pasa
solamente el alcahuete limpio no me do : Yo voy aquí porque me burlé de
recía el ir á bogar en las galeras , masiadamente con dos primas herma
sino á mandallas y á ser general nas mías, y con otras dos hermanas
dellas , porque no es así como quiera que no lo eran mías : finalmente ,
el oficio de alcahuete , que es oficio tanto me burlé con todas, que re
de discretos, y necesarísimo en la sultó de la burla crecer la parentela
república bien ordenada, y que no le tan intrincadamente , que no hay su .
debía ejercer sino gente muy bien mista que la declare. Proboseme to
nacida , y aun había de haber vet dor do, faltó favor, no tuve dineros, vim ,
y examinador de los tales , como le á pique de perder los tragaderos,
hay de los demás oficios, con núme sentenciáronme á galeras por seis
ro deputado y conocido, y como co años , consenti, castigo es de mi cui
rredores de lonja . Y desta manera se pa, mozo soy, duré la vida, que con
excusarían muchos males que se cau . ella todo se alcanza . Si vuestra mer
san por andar este oficio y ejercicio cd . señor caballero, lleva alguna
entre gente idiota y de poco enten . cosa con que socorrer á estos pobre.
dimiento, como son mujercillas de tes, Dios se lo pagará en el cielo, y
poco más 6 menos , pajecillos y nosotros tendremos en la tierra cui.
truhanes de pocos años y de muy dado de rogar a Dios en nuestras
pioca experiencia, que á la más nece oraciones por la vida y salud de vues
saria ocasión , y cuando es menester tra ' merced , que 'sea tan larga y tan
dar una traza que importe, se les buena como su buena presencia me
hielan las migas entre la boca y la rece . Este iba en hábito de estudian.
mano , y no saben cuál es su mano te , y dijo una de las guardas, que
derecha. Quisiera pasar adelante , y era muy grande hablador y muy gen
dar las razones por qué convenía ha til latino . Tras todos estos venía un
cer elección de los que en la repú hombre de muy buen parecer, de
blica habían de tener tan necesario edad de treinta años, sino que al mi
oficio, pero no es el lugar acomo rar retía el un ojo en el otro ; un
dado para ello : algún día lo diré á poco venía diferentemente atado que
quieri lo pueda proveer y remediar . los demás , porque traía una cadena
Sólo digo ahora, que la pena que me al pie , tan grande, que se la liaba
ha causado ver estas blancas canas y por todo el cuerpo, y dos argollas á
Este rostro venerable en tanta fatiga la garganta, la una en la cadena, y
por alcahuete , me la ha quitado el la otra de las que llaman guarda
adjunto de ser hechicero , aunque amigo ó piedeamigo , de la cual des
bien sé que no hay hechizos en el cendían dos hierros que llegaban
mundo que puedan mover y forzar á la cintura, en las cuales se asian
la voluntal como a gunos simples dos esposas, donde llevaba las ma
piensan ; que es libre nuestro albe. rios cerradas con un grueso candado ;
drío, y no hay hierba ni encanto que de manera que ni con las manos po
le fuerce . Lo que suelen hacer al día llegar á la boca, ni podía bajar
PARTE J. - CAPÍTULO XXI 85

la cabeza á llegar á las manos. Pre me han echado en galeras. Luego


guntó don Quijote, que cómo iba otra vez habéis estado en ellas ? dijo
aquel hombre con tantas prisiones don Quijote . Para servir á Dios y
más que los otros . Respondióle la al rey , otra vez he estado cuatro
guarda : Porque tenía aquel solo más años , y ya sé á qué sabe el bizcocho
delitos que todos los otros juntos, y el corbacho, respondió Ginés , y no
que era tan atrevido y tan grande me pesa mucho de ir á ellas, porque
bellaco , que aunque le llevaban de allí tendré lugar de acabar mi libro ,
aquella manera , no iban seguros dél, que me quedan muchas cosas que
sino que temían que se les había de decir, y en las galeras de España
huir. ¿ Qué delitos puede tener, dijo hay más sosiego de aquel que sería
don Quijote, si no han merecido más menester, aunque no es menester
pena que echarle á las galeras ? Va mucho más para lo que yo tengo de
por diez años , r : plicó la guarda , que escribir , porque me lo sé de coro .
es como muerte civil : no se quiera Hábil pareces, dijo don Quijote . Y
saber más sino que este buen hom. desdichado, respondió Ginés, porque
bre es el famoso Ginés de Pasamonte, siempre las desdichas persiguen al
que por otro nombre llaman Ginesi buer ingenio . Persiguen á los bella
lo de Parapilla. Señor comisario , cos, dijo el comisario . Ya lo he di
dijo entonces el galeote, váyase poco cho, señor comisario , respondó Pa
á poco, y no andemos ahora á des samonte, que se vaya poco a poco ,
lindar nombres y sobrenombres : Gi que aquellos señores no le dieron esa
i és me llamn , y no G nesillo, y Pa vara para que maltratase á los po
samonte es mi alcurnia, y no Para bretes que aquí vamos , sino para que
pilla , como voacé dice ; y cada uno nos guiase y llevase adonde Su Ma
se dé una vuelta á la redonda, y no jestad manda : si no, por vida de ...
hará poco . Hable con menos tono , basta , que podría ser que saliesen
replicó el comisario , señor ladrón de algún día en la colada las manchas
Más de la marca, si no quiere que le que se hicieron en la venta , y todo
haga callar, mal que le pese . Bien el mundo calle , y viva bien y hable
parece , respondió el galeote, que va mejor, y caminemos , que ya es mu
el hombre como Dios es servido ; pe cho regodeo este . Alzó la vara en
ro algún día sabrá alguno si me lla alto el comisario para dar á Pasa
mo Ginesillo de Tarapilla ó no. monte en respuesta de sus amena
¿ Pues no te llaman así, embustero ? zas ; mas don Quijote se puso en
dijo la guarda. Si llaman , respondió medio , y le rogó que no le maltra
Ginés ; mas yo haré que no me lo tase , pues no era mucho que quien
llevaba tan atadas las manos , tuviese
llamen , 6 me las pelaría donde yo
digo entre n:is dientes. Señor caba. algún tanto suelta la lengua . Y vol
llero, si tiene algo que darnos, dé viéndose a todos los de la cadena,
noslo ya, y vaya con Dios, que ya dijo : De todo cuanto me habéis d ..
enfada con tanto querer saber vidas cho, hermanos carísimos , he sacado
ajenas ; y si la mia quiere saber, en limpio que aunque os han casti
sepa que soy Ginés de Pasamonte, gado por vuestras culpas, las penas
cuya vida está escrita por estos pul que vais á pasar no os dan mucho
gares. Dice verdad , dijo el comisa gusto, y que vais á ellas muy de mala
rio, que él mismo ha escrito su his. gaua y muy contra vuestra voluntad,
toria , que no hay más que desear , y u que podría ser que el poco ánimo
deja empeñado el libro en la cárcel que aquel tuvo en el tormento , ja
en doscientos reales . Y le pienso que falta de dineros deste, el poco favor
tar, dijo Ginés, si quedara en dos del otro , y finalmente cl torcido jui.
cientos ducados. & Tan bueno es ? di . ció del juez hubiese sido causa de
jo don Quijote. Es tan bueno, respon vuestra perdición , y de no haber site
dió Ginés, que mal año para Laza lido con la justicia que de vuestra
rillo de Tormes, y para todos cuantos parte teníades : todo lo cual se me
de aquel género se han escrito ó es representa á mí ahora en la memoria ,
cribieren : lo que le sé decir á voa de manera que me está diciendo,
cé , es que trata verdades , y que son persuadiendo y aun forzando que
verdades tan lindas y tan donosas, 12uestre con vosotros el efecto para
que no puede haber mentiras que que el cielo me arrojó al mundo, y
se les igualen, ¿ Y cómo se intitula me hizo profesar en él la orden de
el libro ? preguntó don Quijote. La caballería que profeso, y el voto que
vida de Ginés de Pasamonte , les en ella hice de favorecer á los me
pondió él mismo. ¿ Y está acabado ? resterosos y opresos de los mayores .
preguntó don Quijote. ¿ Cómo puede Pero porque sé que una de las par
estar acabado, respondió él, si aun tes de la prudencia es, que lo que
no está acabada mi vida ? Lo que se puede hacer por bien no se haga
está escrito es desde mi nacimiento por mal, quiero rogar a estos señores
hasta el punto que esta última vez guardianes y comisario sean servidos
DON QUIJOTE DE LA MANCHA

de desataros y dejaros ir en paz, que tó que los que iban huyendo hablan
faltarán olios que sirvan al de dar noticia del caso a la Santa
rey en mejores ocasiones, porque me Hermandad , la cual á campana he
parece duro caso hacer esclavos á rida saldría á buscar a los delin
los que Dios y naturaleza hizo !i- cuentes, y así se lo dijo a su amo, y
bres : cuanto más , señores guardas, le rogo que luego de alli' se partiesen
añadió don Quijote, que estos pobres y se lembos casen en la sierra que es
No han cometido nada contra vos- taba cerca . Bien está eso, dijo don
stros ; allá se lo haya cada uno con Quijote, pero yo sé lo que ahora con
su pecado, Dios hay en el cielo que viene que se haga ; y llamando á
no se descuida de castigar al malo todos los galeotes, que ardaban al.
ni de premiar al bueno, y no es bien borotados, y habían despojado al co
que los hombres honrados sean ver- misario hasta dejarle en cueros , se
augos de los otros hombres, no yén- ' le pusieron todos a la redonda para
doles nada en ellos. Pido esto con ver lo que les mandaba, y así les
esta mansedumbre y sosiego, porque dijo : De gente bien nacida es agra
tenga , si lo cumplís, algo que agra- decer los beneficios que reciben ,, y
deceros ; y cuando de agrado Io lo uno de los pecados " que más á Dios
hagáis, esta lanza y esta espada con ofende, es la ingratitud. Digolo, por
el valor de mi brazo harán que lo que ya habéis visto, señores , con
hagáis por fuerza . Donosa majadería, manifiesta experiencia , el que de
respondió el comisario : bueno está iní habéis recibido; en pago del cual
el donaire con que ha salido á cabo querría, y es mi voluntad, que car
de rato : los forzados del rey quiere gados desa cadena que quité de
que le dejemos , como si tuviéramos vuestros cuellos, luego os pongáis en
autoridad para soltarlos, ó él la tu . camino y vais à la ciudad del Tobo.
viere para mandárnoslo. Váyase vues- so, y allí os presentéis ante la seño
tra merced, señor, norabuena su ca- 13 Dulcinea del Toboso, y le digáis
mino adelante, y enderécese ese ba- que su caballero, el de la Triste Fit
cin que trae en la cabeza, y no ande gura, se le envía á encomendar, y le
buscando tres pies al gato. Vos sois
el gato y el rato y el bellaco, contéis punto por punto todos los que
res- ha tenido esta famosa aventura ,
pondió don Quijote; y diciendo y hasta poneros en la deseada liber
haciendo, arremetió con él tan pres- tad ; y hecho esto , os podréis ir don .
to , que sin que tuviese lugar de po- de quisiéredes á la buena ventura .
nerse en defensa, dió con él en el Respondió por todos Ginés de Pasa
suelo mal ferido de una lanzada ; v monte, y dijo : Lo que vuestra mer
avínole bien, que este era el de la ced nos manda, señor y libertador
escopeta . Las demás guardas queda- nuestro, es imposible de toda impo
ron atonitas y suspensas del no es- sibilidad cumplirlo, porque no pode
perado acontecimiento; pero volvien- mos ir juntos por los caminos, sino
elo sobre sí , pusieron mano á sus es- solos y divididos y cada uno por su
padas los de á caballo, y los de á pie parte, procurando meterse en las en
á sus dardos, y arremetieron á don trañas de la tierra, por no ser halla
Quijote , que con mucho sosiego los do de la Santa Hermandad, que sin
aguardaba y sin duda lo pasara mal, duda alguna ha de salir en nuestra
si los galeotes, viendo la ocasión que busca. Lo que vuestra merced puede
se les ofrecía de alcanzar la libertad , hacer, y es justo que haga, es mudar
no la procuraran procurando romper ese servicio y montazgo de la señora
la cadena donde venían ensartados . Dulcinea del Toboso , en alguna can .
Fué la revuelta de manera, que las tidad de avemarías y credos, que nos
guardas, ya por acudir a los galeotes otros diremos por la intención de
que se desataban, ya por acometer vuestra merced , y esta es cosa que
á don Quijote que los acometía, no se podrá cumplir de noche y de día ,
hicieron cosa que fuese de provecho . huyendo ó reposando, en paz ó en
Ayudó Sancho por su parte á la sol. guerra ; pero pensar que hemos de
tura de Ginés de Pasamonte, que volver ahora á las ollas de Egipto,
fué el primero que saltó en la campa- digo, á tomar nuestra cadena y á po
na libre y desembarazado, y arreme nernos en camino del Toboso, es pen
tiendo al comisario caído, le quitó sar que es ahora de noche, que aun
la espada y la escopeta , con la cual no son las diez del día , y es pedir
apuntando al uno y ñalando al otro , á nosotros eso omo perasal
sin disparalla amás, no quedó guar- olmo . Pues voto á tal, dijo don Qui
da en todo el campo , porque fueron jote (ya puesto en cólera ), don ' hijo
huyendo así de la escopeta de Pasa- de la puta , don Ginesillo de Paropi.
monte, como de las muchas pedra- llo , ó como os llaméis, que habéis de
das que los ya sueltos galeotes les ir vos solo, rabo entre piernas, con
tiraban . Entristeciose mucho Sancho toda la cadena á cuestas . Pasamonte ,
deste sueeso , porque se le represen- que no era nada bien sufrido ( es
PARTE ) .- CAPÍTULO XXIII 37

tando ya enterado que don Quijote me dijiste, yo hubiera 'excusado esta


no era muy cuerdo, pues tal dispara pesadumbre ; pero ya está hecho , pa
te había cometido, como el de querer ciencia, y escarmentar para desde
darles libertad ), viéndose tratar mal aquí adelante. Así escarmentará vues
y de aquella manera, hizo del ojo á tra merced , respondió Sancho, como
los compañeros, y apartándose apar yo soy turco ; pero pues dice que si
te , comenzaron á llover tantas y me hubiera creído, se hubiera excu .
tantas piedras sobre don Quijote, que sado este daño, créame ahora ; y se
RO se daba manos á cubrirse con la excusará otro mayor ; porque le ha
rodela, y el pobre de Rocinante no ha go saber que con la Santa Herman
cía más caso de la espuela que si fue dad no hay usar de caballerías, que
ra hecho de bronce . Sancho se puso no se le da á ella por cuantos caba
tras su asno, y con él se defendía lleros andantes hay dos maravedis :
de la nube y pedrisco que sobre en y sepa que ya me parece que sus
trambos llovía . No se pudo escu saetas me zumban por los oídos. Na
dar tan bien don Quijote, que no le turalmente eres cobarde, Sancho, dijo
seertasen no sé cuántos guijarros en don Quijote ; pero porque no digas
el cuerpo , con tanta fuerza , que die que soy contumaz, y que jamás hage
ron con él en el suelo ; y apenas lo que me aconsejas , por esta vez
hubo caído, cuando fué sobre el quiero tomar tu consejo, y apartarme
estudiante, y le quitó la bacia de la de la furia que tanto temes ; mas ha
sabeza, y dióle con ella tres o cuatro de ser con una condición , que jamás
golpes en las espaldas , y otros tan en vida ni en muerte has de decir á
ios en la tierra, con que la liizo casi nadie que yo me retiré y aparté des
pedazos : quitáronle una ropilla que te peligro de miedo, sino por com
traía sobre las armas , y las riedias placer á tus ruegos : que si otra co
ealzas le querían quitar, si las gre sa dijeres, mentirás en ello, y des
bas no lo storbaran. A Sancho le de ahora para entonces, y desde en
quitaron el gabán, y dejándole en tonces para ahora te desmiento , y
pelota, repartiendo entre sí los demás digo que mientes y mentirás todas
despojos de la batalla , se fueron cada las veces que lo pensares ó lo tien
uno por su parte , con más cuidado res ; y no me repliques más, que en
He escaparse de la Hermandad que sólo pensar que me aparto y retiro
temían , que de cargarse de la cadena, de algún peligro, especialmente des
é irá presentarse ante la señora Dul te que parece que lleva algún es no
cinea del Toboso. Solos quedaron ju es de sombra de miedo , estoy ya para
mento y Rocinante, Sancho y don quedarme y para aguardar aquí solo ,
Quijote, el jumento cabizbajo y pen no solamente á la Santa Hermandad
gativo, sacudiendo de cuando en cuan que dices y temes , sino á los herma
do las orejas, pensando que aun no nos de las doce tribus de Israel, v
había cesado la borrasca de las pie á los siete Mancebos , y á Castor y
dras que le perseguían los oídos ; Ro á Polux, y aun á todos los hermanos
sinante tendido junto a su amo, que y hermandades que hay en el mun .
también vino al suelo de otra pedra do. Señor, respondió Sancho , que el
da ; Sancho en pelota, y temeroso retirarse no es huir , ni el esperar es
de la Santa Hermandad ; don Quijo cordura, cuando el peligro sobrepuja
te mohinísimo de verse tan malpara á la esperanza, y de sabios es guar
do por los mismos á quien tanto bien darse hoy para mañana , y no aven
había hecho. turarse todo en un día : y sepa, que
aunque zafio y villang , todavía me
alcanza algo desto que llaman buen
gobierns : así que , no se arrepienta
de haber tomado mi consejo , sino
CAPITULO XXIII suba en Rocinante si puede , ó si no
yo le ayudaré, y sígame , que el ca
letre me dice que hemos menester
De lo que aconteció al famoso don ahora más los pies que las manos .
Quijote en Sierra Morena, que Subió don Quijote sin raplicarle más
fué una de las más raras aven palabra, y guiando Sancho sobre su
turas que en esta verdadera his asno, se entraron por una parte de
toria se cuentan . Sierra Morena que allí junto estaba ,
llevando Sancho intención de atrave.
sarla toda , é ir á salir al Viso 6 á
Viéndose tan mal parado don Qui Almodóvar del Campo, y esconderse
algunos días por aquellas asperezas
jote, dijo á su escudero : Siempre, por no ser hallados, si la Hermandad
Sancho, lo he oído decir, que el ha. los buscase, Animble á esto haber
oer bien & villanos es echar agua en
visto que de la refriega de los galeo
la mar . Si yo hubiera creído lo que
tes se había escapade libre la des
1

88 DON QUIJOTE DE LA MANCIA

pensa que sobre su asno venía, cosa maravillosos acaecimientos que er


que la juzgó á milagro, según fué semejantes soledades у asperezas
lo que llevaron y buscaron los galeo. Labían sucedido á caballeros andan .
tes. Aquella noche llegaron a la mi. tes : iba pensando en estas cosas tan
tad de las entrañas de Sierra More.. embebecido y transportado en ellas ,
na , adonde le pareció á Sancho pasar que de ninguna otra se acordaba ,
aquella noche y aun otros algunos ni Sancho llevaba otro cuidado (des.
días, á lo menos todos aquellos que pués que le pareció que caminaba
durase el natalotaje que llevaba, y por parte segura) sino de satisfacer
así hicieron noche entre dos peñas su estómago con los relieves que del
y entre muchos alcornoques . Pero la despojo clerical habían quedado, y
suerte fatal, que según opinión de así iba tras su amo cargado con todo
los que no tienen lumbre de la ver aquello que había de llevar el rucio,
dadera fe , todo lo gula , guisa y con sacando de un costal y embaulando
pone á su modo, ordenó que Ginés de en su panza ; y no se le diera por
Pasamonte , el famoso embustero y hallar otra aventura , entretanto que
ladrón , que de la cadena, por virtud ibu de aquella manera , un ardite . En
y locura de don Quijote , se había es sto alzó los ojos, y vió que su amo
cabado, llevado del miedo de la San estaba parado, procurando con la pun
ta Hermandad, de quien con justa ta del lanzón alzar no sé qué bulto
razón temía, acordó de esconderse en que estaba caído en el suelo, por lo
aquellas montañas , y llevóle su suer cual se dió priesa á llegar á ayudar
te y su miedo a la misma parte dor.de le si fuese menester ; y cuando lle
había llevado a don Quijote Sancho gó , fué á tiempo que alzaba con la
Panza, á hora y tiempo que los pudo punta dei lanzón un cojín y una
conccer, y á punto que los dejó dor maleta asida á él , med :o podridos, ó
mir : y como siempre los malos son podridos del todo y deshechos; mas
desagradecidos, y la necesidad sea pesaban tanto , que fué necesario que
ocasión de acudir á lo que no se de Sancho se apease tomarlos, y man
be, ve! reniedio presente venzi á dole su amo que viese lo que en la
lo por venir, Ginés , que no era ni maleta venía . Hizolo con mucha pres
agradecido n: bien intencionado, acor teza Sancho ; y aunque la maleta ve
(16 de hurtar el asng á Sancho Pan . nía cerrada con una cadena y su
za, no curándose de Rocinante por candado , por lo roto y podrido della
ser prenda tan mala para empeñada vió lo que en ella había , que eran
como para vendida. Dormía Sancho cuatro camisas de delgada holanda ,
Panzi , hurtóle su jumento, y antes y otras cosas de lienzo, no menos
que amaneciese , se halló bien lejos curiosis que limpias, y en un pañi
de poder ser hallado. Salió el aurora zuelo halló un buen montoncillo de
alegrando la tierra y entristec en escudos de oro, y así como los vió,
do á Sancho Panza, porque halló dijo : i Bendito sea todo el cielo, que
menos su rucio ; ei cual viéndose sin nos ha deparado una aventura que
él , comenzó á hacer el más triste v mea de provecho ! Y buscando más
doloroso llanto del mundo , y fué de halló un librillo de memoria rica
manera que don Quijote despertó á mente guarnecido ; este le pidió don.
las voces, y oyó que en ellas decía : Quijote, y mandole que guard ise ek
i Oh Sijo de mis entrañas, nacido en dinero , y lo tomase para él . Besole
mi mesma casa , brinco de mis hijos , la mano Sancho por la merced , y des.
regalo de mi mujer , envidia de mis balijando á la balija de su lencería ,
vecinos, alivio de mis cargas, y fi la puso en el costal de la despen
nalmente sustentador de la mitad de sa . Todo lo cual visto por don Qui.
mi persona, porque con veintiséis jote , dijo : Paréoeme , Sancho (y no
maravedís que ganabas cada día , me . es posible que sea otra cosa ), quo
diaba yo ini despensa ! Don Quijote, algún caminante descaminado debió
que vió el llanto y supo la causa , con de pasar por esta sierra, y saltean .
solo á Sancho con las mejores razo. dole malandrines le debieron de ma
nes que pudo, y le rogó que tuvie tar , y le trujeron á enterrar en esta
se paciencia, prometiéndole de darle tan escondida parte . No puede ser
una cédula de cambio para que eso , respondió Sancho, porque si fue
le diesen tres en su casa , de cinco ran ladrones , no se dejaran aquí
que había dejado en ella . Consolóse este dinero . Verdad dices, dijo
Sancho con esto, y limpió sus lágri don ote, y así no adivino ni doy
mas , ternpló sus soilozos, y agrade . en lo que esto pueda ser ; mas CS
ció á don Quijote la merced que le ha pérate , veremos si en este librillo de
cía ; al cual como entró por aquellas męmoria hay alguna cosa escrita ,
montañas , se le alegró el corazón , por donde podamos rastrear y venir
pareciéndole aquellos lugares como en conocimiento de lo que deseamos .
dados para las aventuras que bus Abrióle , . lo primero que halló en el
caba. Reducíansele á la memoria los escrito como en borrador, aunque de
89
PARTE 1.- CAPITULO XXIII

muy buena letra, fué un coneto , que bién lo oyese , vió que decía desta
leyéndole alto, porque Sancho tam- manera :

O le falta al amor conocimiento,


ó le sobra crueldad, ó no es mi pena
igual á la ocasión que me condena
ai género más duro del tormento.
Pero si Amor es dios, .es argumento
que nada ignora , y es razón muy buena
que un dios no sea cruel : ¿ pues quién ordena
el terrible do or que adoro y siento ?
Si digo que sois vos , Fili, no acierto,
qu tanto mal en tanto bien no cabe,
ni me viene del cielo esta ruina.
Presto habré de morir, que es lo más cierto ,
que el mal de quien la causa no se sabe ,
milagro ( s ac rtar la medicina.

Por esa trova, dijo Sancho , no se »Lo que levantó tu hermosura , han
puede saber nada, : si ya no es que »derribado tus obras : por ella en
por ese hilo que está ahí se saque otendí que eras ángel, y por ellas co.
el ovillo de todo. ¿ Qué hilo está aquí ? » nozco que eres mujer. Quédate en
dijo don Quijote. Paréceme , dijo »paz , causadora de mi guerra , y ha
Sancho, que vuestra merced nombre aga el cielo que los engaños de tu
ahi hilo. No dije siro l'ili, respon. nesposo estén siempre encubiertos,
dió don Quijote, y este sin duda es »porque tú no quedes arrepentida de
el nombre de la dami de quien se Đla que hiciste , y yo no tome ven
queja el autor deste sonetc ; y á fe ginza de lo que no deseo . )
sie dzbe de ser razonable poeta, ó
yo só poco del arte . ¿ Luego también, Acabando de leer la carta, dijo don
dijo Sancho, se le entiende á vues Quijote : Menos por ésta que por los
tra merced de trovas ? Y más de lo versos puede sacar más de que
que tú piensas , respondió don Quijo quien la escribió es aigún desdeñado
te, y veráslo cuando lleves una carta amante. Y hojeando casi todo el li
escrita en verso de arriba abajo á brillo, halló otros iversos y cartas, que
mi señora Dulcinea del Toboso : por algunos pudo leer , y otros no ; pero
que quiero que sepas, Sancho, que lo que todos contenían eran quejas,
todos ó los más caballeros andan lamentos, desconfianzas, sabores y
tes do ia edad pasada eran grandes sinsabores , favores y desdenes, 80
trovadores y grandes músicos ; que lemn zados los unos y llorados los
estas dos habilidades, ó gracias por otros . En tanto que don Quijote pa
mejor decir , son anejas á los enamo. saba el libro, pasaba Sancho la ma
rados andantes : verdad es que las leta, sin dejar rincón en toda ella
coplas de los pasados caballeros tie ni en el cojín que no buscase , escu
nen más de espíritu que de primor. driñase é inquiriese, ni costura que
Les más vuestra merced, dijo San 10 deshiciese , vedija de lana que
cho, que ya hallará algo que nos sa no escarmenase , porque no se que
tisfaga. Volvió la hoja don Quijote , dase nada por diligencia ni mal re
y dijo : esto es prosa, y parece car cado : tal golosina habían despertado
ta . & Carta misiva, señor ? preguntó en él los hallados escudos , que p3.
Sancho . En el principio no parece saban de ciento, y aunque no halló
sino 'de amores , respondió don Quijo más de lo hallado , dió por bien em
te. Pues lea vuestra merced alto, dijo pleados los vuelos de la manta , el
Sancho, que gusto mucho destas co vomitar del brevaje, las bendiciones
sas de amores . Que me place, dijo de las estacas, las puñadas del arrie
don Quijote , y leyendola alto , como 10, la falta de las alforjas, el robo
Sancho se lo había rogado, vió que del gabán , y toda la hambre, sed y
decía desta manera : cansancio que había pasado en ser
vicio de su buen señor, pareciéndole
« Tu falsa promesa y mi cierta des . que estaba más que rebién pagado
» ventura me llevan á parte , donde con la merced recibida de la entre .
pantes volverán á tus oídos las rue . ga del hallazgo. Con gran deseo que
yas de mi muerte , que las razones dú el caballcro de la Triste Figura de
ode mis quejas . Desechásteme, ioh saber quién fuese el dueño de la
ingrata ! por quien tiene más, no maleta, conjeturando por el soneto y
por quien vale más que yo ; mas carta, por el dinero en oro , y por las
si la virtut fuera riqueza que se tan buenas camisas, que debía de ser
mestimara, no envidiara yo dichas de algún principal enamorado,
» ajens, ni llorara desdichas propias. quien desdoncs y malos tratamientos.
DON QUIJOTE DE LA MANCHA

de su dama debían de haber condu cia , poseerlo yo con buena fe , hasta


eido á algún desesperado término ; que por otra vía menos curiosa y di
pero, como por aquel lugar inhabita ligente pareciera su verdadero señar,
ble ly escabroso no parecía persona al y quizá fuera á tiempo que lo hubie.
guna de quien poder informarse, no ra gastado, y entonces el rey me ha
se curó de más que de pasar rade cía franco. Engáñaste en eso, San
lante , sin llevar otro camino que
cho, respondió don Quijote, que ya
aquel que Rocinante quería , que era que hemos caído en sospecha de quién
por donde él podía caminar , siem es el dueño , casi delante, estamos
pre con imaginación que no podía obligados á buscarle y volvérselos :
faltar por aquellas_malezas alguna y cuando no le buscásemos, la vehe
extraña aventura . Yendo pues con mente sospecha que tenemos de que
este pensamiento , vió que por en él lo sea, nos pone ya en tanta culpa
cima de una montañuela que delan como si lo fuese : así que, Sancho
te de los ojos se le ofrecía , iba amigo , no te dé pena el buscalle , por
saltando un hombre de risco en la que á mí se me quitará si le hallo.
risco y de mata en mata con ex
Y así pico ' á Rocinante, y siguiole
traña ligereza : figurósele que iba des Sancho á pie y cargado, merced á
nudo, la barba negra y espesa , los Ginesillo de Pasamonte ; v habiend .
cabellos muchos y rebultados , los pies rodeado parte de la montaña, haliaron
descalzos, y las piernas sin cosa al en un arroyo caída, muerta y medio
glina : los muslos cubrían unos cal comida de perros y picada de grajos,
zones al parecer de terciopelo leona una mula ensillada y enfrenada ; todo
do, mas tan hechos pedazos , que por lo cual confirmó en ellos más la sq3
muchas partes ise le descubrían las pecha de que aquel que huia era el
carnes : traía la cabeza descubierta , dueño de la mula y del cojín . Están.
y aunque pasó con la ligereza que se dola mirando , oyeron un silbo como
ha dicho, todas estas menudencias de pastor que guardaba ganado , y á
mró y notó el caballero de la Triste deshora, á su siniestra mano pare
Figura : y aunque ! o procuro, no pudo cieron una buena cantidad de cabras,
seguille , porque no era dado à la y tras ellas por cima de la montaña
debilidad de Rocinante andar por parecó el cabrero que las guardaba ,
aquellas asperezas, y más siendo el que era un hombre anciano . Diole
de suyo pasicorto y flemático . Luego voces don Quijote, y rogole que ba
imaginó don Quijote que aquel era jase donde estaban . El respondió á
el dueño del cojín y de la maleta , y gritos que quién les había traído por
propuso en sí de buscalle , aunque aquel lugar pocas 6 ningunas veces
supiese andar un año por aquellas pisado, sino de pies de cabras ó de
montañas, hasta hallarle ; y así man lobos y otras fieras que por allí an
dó á Sancho que se apease del asno, daban . Respondióle Sancho que ba
yatajase por la una parte de la jase , que de todo le darían buena
montaña, que él iría por la otra, y cuenta . Bajó el cabrero , y en llegando
podría ser que topasen con esta di. adonde don Quijote estaba, dijo :
tigencia con aquel hombre que con A postaré que está mirando la mula
tanta priesa se les había quitado de de alquiler que está muerta en esa
adelante . No podré hacer eso, res hondonada ; pues á buena fe que ha
pondió Sancho, porque en apartan va seis meses que está en ese lugar :
dome de vuestra merced , luego es diganme , han topado por ahí á su
conmigo el miedo, que me asalta con dueño ? No hemos topado á nadie,
wil géneros de sobresaltos y visio respondió don Quijote , sino á un co
nes ; y sírvaie esto que digo de avi. jín y á una maletilla que no lejos
so , para que de aquí adelante no me deste lugar hallamos . También la ha.
aparte un dedo de su presencia . Así llé yo , respondió el cabrero, mas
será dijo el de la Triste Figura , y nunca la quise alzar ni allegar á ella ,
yo estoy muy contento de que te temeroso de algún desmán y de que
quieras valer de mi ánimo , el cual no me la pidiesen por de hurto : que
20 te ha de faltar, aunque te falte el es el diablo sotil, y debajo de los pies
ánima del cuerpo ; y vente ahora tras se levanta allombre cosa donde tro
mí poco a poco ó como pudieres , y piece y caya, sin saber cómo ni
haz de los ojos lanternas , rodearemos cómo (no. Eso mesmo es lo que vo
esta serrezuela , quizá toparemos con digo, respondió Sancho, que también
aquel hombre que vimos , el cual sin la hallé yo, y no quise llegar á ella
duda alguna no es otro que el dueño con un tiro de piedra : allí la dejé.
de nuestro hallazgo . A lo que Sancho y allí se queda como se estaba, que
respondió : Harto mejor sería no bus . no quiero perro con cencerro. De
carle , porque si le hallamos, y acaso cidme, buen hombre, dijo don Qui
fuese el dueño del dinero , claro está jote , & sabéis vos quién sea el dueño
que lo tengo de restituir ; y así fuera destas prendas ? Lo que sabré yo de
mejor , sin hacer esta inútil diligen cir , dijo el cabrero , es que habrí al
PARTE I.CAPITULO XXIII

pie ide seis meses, poco más o me otra que aquella que le ofrecía la sca
nos, que llegó a una majada de pas sión donde le tomaba la noche; y
tores, que estará como tres leguas acabó su plática con un tan tierno
deste lugar, un mancebo de gentil llanto , que bien fuéramos de piedra
talle y apostura, caballero sobre esa los que escuchadole habíamos, si
mesma mula que ahí está muerta, y en él no le acompañáramos, consi
con el mesmo cojín y maleta que derándole cómo le habíamos visto la
decís que hallastes y no tocastes : vez primera, y cuál le veíamos en .
preguntónos que cuál parte desta tonces ; porque, como tengo dicho ,
sierra era la más áspera y escondida : era muy gentil y agraciado man
dijímosle , que era esta donde ahora cebo , y en sus corteses y concerta
estamos ; y es así la verdad , porque das razones mostraba ser bien nacido
si entráis media legua más adentro, y muy cortesana persona. Que pues
quizá no acertaréis á salir, y estoy to que éramos rústicos los que le
maravillado de cómo habéis podido escuchábamos, su gentileza era tan
llegar aquí, porque no hay camino ta , que bastaba i darse conocer á
ni senda que á este lugar encamine. la mesma rusticidad : y estando en
Digo pues , que en oyendo nuestra lo mejor de su plática, paró y en
respuesta el mancebo, volvió las rien. mudecióse, clavó los ojos en el suelo
das, y encamino hacia el lugar don por un buen espacio, en el cual todos
de le señalamos, dejándonos a todos estuvimos quedos y suspensos , es
contentos de su buen talle , y admi. perando en qué había de parar aquel
rados de su demanda y de la priesa embelesamiento , con no poca lástima
con que le víamos caminar y volverse de verlo ; porque por lo que hacía
hacia la sierra : y desde entonces de abrir los ojos, estar fijo mirando
nunca más le vimos , hasta que desde al suelo sin mover pestaña gran rato,
allí á algunos días salió al camino y otras veces cerrarlos apretando los
á uno de nuestros pastores, y sin de labios y enarcando las cejas , fácil
cille se allegó á él, y le dió muchas mente conocimos que algún acciden
puñadas y coces, y luego se fué a te de locura le había sobrevenido.
la borr.ca del hato , y le quitó cuanto Mas éi nos dió á entender presto ser
pan y queso en ella traía, y con ex verdad lo que pensábamos, porque
traña ligereza , hecho esto, se volvió se levantó con gran furia del suelo
á entrar en la sierra . Como esto su donde se había echado , y arrennetió
pimos algunos cabreros, le anduvi. con el primero que halló junto á sí ,
mos á buscar casi dos días por lo con tal denuedo y rabia, que si no
más cerrado desta sierra, al cabo de se le quitáramos, le matara á puñadas
los cuales lo hallamos metido en el á bocados, y todo esto hacía di
hueco de un grueso y valiente alcor ciendo : i Ah fementido Fernando !
noque. ; Salió á nosotros con mucha aquí, aquí me pagarás la sinrazón que
mansedumbre, ya roto el vestido , y me hiciste : estas manos te sacarán
el rostro desfigurado y tostado del sol , el corazón donde albergan y tienen
de tal suerte que apenas le conocimos, manida todas las maldades juntas ,
sino que los vestidos, aunque rotos , principalmente la fraude y el enga
con la noticia que dellos teníamos , ño ; y á estas añadía otras razones,
nos dieron a entender que era el que que todas se encaminaban á decir
buscábamos . Saludonos cortésmente, mal de aquel Fernando , y á tacharle
yen pocas y muy buenas razones nos de traidor y fementido . Quitamosele
dijo que no nos maravillásemos de pues con no poca pesadumbre , y él
verle andar de aquella suerte, porque sin decir más palabra se apartó de
así le convenía para cumplir cierta r.osotros, y se embosco corriendo por
penitencia que por sus muchos pe entre estos jarales y malezas , de
cados le había sido impuesta. Rogá modo que nos imposibilitó el segui
mosle que nos dijese quién era ; mas lle : por esto conjeturamos, que la
nunca lo pudimos acabar con él. Pe. locura le venía á tiempos, y que al
dímosle también , que cuando hubiese guno que se llamaba Fernando le
menester el sustento, sin el cual no debía de haber hecho alguna mala
podía pasar, nos dijese dónde le halla obra, tan pesada, cuanto lo mostraba
ríamos, porque con mucho amor y el término á que le había conducide .
cuidado se lo llevaríamos ; y que si Todo lo cual se ha confirmado des
esto tampoco fuese de su gusto, que pués acá con las veces , que han sido
á lo menos saliese á pedillo y no á muchas, que él ha salido al camino,
quitarlo á los pastores. Agradeció urias á pedir á los pastores le den
nuestros ofrecimientos, pidió perdón de lo que llevan para comer , y otras
de los asaltos pasados, y ofreció de á quitárselo por fuerza ; porque cuan
pedille de allí adelante por amor de do está con el accidente de la locu
Dios , sin dar molestia alguna á nadie . ra , aunque los pastores se lo ofrezcan
En cuanto lo que tocaba a la estancia de buen grado, no lo admite, sine
de su habitación, dijo que no tenía que lo toma á puñadas ; y cuando
DON QUIJOTE DE LA MANCIJA

está en su seso , lo pide por amor de bló después del abrazamiento, fué el
Dios cortés y comedidamente , y rin Roto, y dijo lo que se dirá adelante .
( le por ello muchas gracias , y no con
falta de lágrimas. Y en verdad os
Cigo, señores, prosiguró el cabrero, CAPITULO XXIV
que ayer determinamos yo y cuatro
zagiles, los dos criados y los dos
amigos míos, de buscarle hasta tan Donde se prosigue la aventura de
Sierra Morena
to que le hallemos , y después de ha.
ilado , ya por fuerza, ya por grado,
le hernos de llevar a la villa de Almo. Dice la historia que era grandísima
dóvar , que está de aquí ocho leguas, la atención con que don Quijote es
y allí le curaremos , es que su mal cuchaba al astroso caballero de la
tiene cura , 6 sabremos quién es Sierra , el cual prosiguiendo su plá
cuando esté en su seso, y si tiene tica dijo : Por cierto , señor , quien
parientes á quien dar noticia de su quiera que seáis ( que yo no os conoz
i'esgracia . Esto es , señores, lo que co) , yo os agradezco las muestras y
sabré deciros de lo que me habéis la cortesía que conmigo habéis usa
preguntado ; y entended que , el do, y quisiera yo hallarme en térmi .
dueño de las prendas que hallastes, I OS que con más que la voluntad
es el mesmo quc vistes pasar con pudiera servir la que habéis mostrado
tanta ligereza como desnudez (que tenerine en el buen acogimiento que
y ? le había dicho don Quijote cómo me habéis hecho ; mas no quiere mi
I abía visto pasar aquel hombre sal. suerte darme otra cosa con que co
tendo por la sierra) : el cual quedó rresponda á las buenas obras que me
admirado de lo que el cabrero había hacen , que buenos deseos de satisfa
oído, y quedó con más deseo de sa cerlas. Los que yo tengo, respondió
ber quién era el desdichado loco, ron Quijote, son de serviros, tanto
y propuso en sí lo mismo que ya te que tenía determinado de no salir
nía pensado de buscalle por toda la destas sierras hasta hallaros , y saber
nuontaña , sin dejar rincón ni cueva de vos , si al dolor que en la extrañe .
en ella que no mirase hasta hallarle . za de vuestra vida mostráis tener, se
Tero hizolo mejor ia suerte de lo que polía hallar algún género de reme
é pensaba ni esperaba, porque en dio , y si fuera menester buscarle ,
aquel mismo instanto pareció por Luscarle con la diligencia posible .
entre una quebrada de una sierra, Y cuando vuestra desventura fuera
que salía donde ellos estaban , el min de aquellas que tienen cerradas las .
cebo que buscaba , el cual venía ha puertas á todo género de consuelo,
blando entre sí cosas que no podían pensaba ayudaros á llorarla y á pla
ser entendidas de cerca , cuanto más ñirla como mejor pudiera, que toda
de lejos. Su traje era cual se ha pin. vía es consuelo en las desgracias
tado, sólo que llegando cerca, við hallar quien se duela dellas . Y si es
don Quijote que un coleto hecho pe que mi buen intento merece ser agra
dazos que sobre sí traía era de ám. decido con algún género de cortesía ,
bar, por donde acabó de entender que yo os suplico, señor, por la mucha que
persona que tales hábitos traía no veo que en ros se encierra, y junta
debía de ser de ínfima calidad . En mente os conjuro por la cosa que en
llegando el mancebo á ellos , los sa esta vida más habéis amado o amáis ,
ludo con una VOZ desentonada y que me digáis quién sois, y la causa
bronca, pero con mucha enrtesía , que os ha traído á vivir y á morir
Don Quijote le volvió las saludes con entre estas isoledades como bruto
no menos comedimiento, y apeándose animal, pues morais entre ellos tan
de Rocinante , con gentil continente ajeno de vos mismo cual lo muestra
z donaire le, fué á abrazar, y le tuvo vuestro traje y persona : y juro, aña
un buen cspacio estrechamente entre dió don Quijote , por la orden de ca
sus brazos, como si de luengos tiem wallería que recibí, aunque indigno y
p.os lo hubiera conocido. El otro , á pecador, y por la profesión de caba
quien podemos llamar el Roto de la Ilero andante, si en esto , señor, me
mila figura, como á don Quijote el complacéis, de serviros con las veras
de la Triste , después de haberse á que me obliga el ser quien soy ,
dejado abrazar, le apartó un poco de cra remediando vuestra desgracia si
sí, y puestas sus manos en los hom tiene remedio, ora ayudándoos á
bros de don Quijote, le estuvo mi llorarla, como os lo he prometido . EI
iando como que quería ver si le cono caballero del Bosque, que de tal ma.
cía , no menos admirado quizá de ver nera oyó hablar al de la Triste Figu .
la figura, talle y armas de dion Quijo ra , no hacía sino mirarle y remirarle
te que don Quijote lo estaba de verle y tornarle a mirar de arriba abajo, y
á el. En resolución el prirçro que ha después que le hubo bien mirado , le
Gijo : Si tienen algo que darme á co
PARTE 1.- CAPÍTULO XXIV 93

mer , por amor de Dios que me lo y adoré desde mis tiernos y prime.
den, que después de haber comido, ros años, y ella me quiso á mi con
yo haré todo lo que se me mande, aquella sencillez y buen ánimo que
en agradecimiento de tan buenos de su poca edad permitía. Sabían nues
seos como aquí se me han mostrado. tros padres nuestros intentos, y no
Luego Isacaron Sancho de su costal y les pesaba dello, porque bien veían
el cabrero de su zurrón con que « a que cuando pasaran delante, no
tisfizo el Roto su hambre, comiendo podían tener otro fin que
lo que le dieron como personu aton . de casarnos, cosa que casi la con
tada , tan apriesa , que no daba espa certaba la igualdad de nutstro
cio de un bocado al otro, pues antes livaje y riquezas. Creció la edad , y
ios engullia que tragaba ; y en tanto con ella el amor de entrambos , que
que comía, ni él ni los que le mira el padre de Lusc.nda le pareció que
ban hablaban palabra. Como acaba por buenos respetos está obrigado
de comer, les hizo de señas que le á negarme la entrada en su casa ,casi
siguiesen , como lo hicieron , y él los imitando en esto á los padres de
levo á un verde pradecillo, que a aquella Tisbe tan decantada de los
la vuelta de una peña poco desviadı poetas ; y fué esta negación añadir
de allí estaba. En llegando á él, se Alama á llama y deseo á deseo, por ..
tendo en el suelo encima de la hier que aunque pusieron silencio ' á
ba, y los demás hicieron lo mismo , lenguas, no le pudieron poner á las
y todo esto sin que ninguno hablas , plumas , las cuales, con más libertad
hasta que el Roto , después de haber. que las lenguas, suelen dar á en
se acomodado en pu asiento , dijo : tender á quien quieren , lo que en el
Si gustáis, señores, que os diga en alma está encerrado, que muchas ve
breves razones la inmensidal de 10 : s ces la presencia de la cosa amada
desventuras, habéisme de prometer turba y enmudece la intención más
de que con ninguna pregunta ni ctra determinada y la lengua más atre
cosa no interromperéis el hilo de mi vida. ¡ Ay cielos, y cuantos billetes
triste histor a , porque en el punto la escribí ! ¡ Cuán regaladas y honesa
que lo hagáis, en ese se quedará lo tas respuestas tuve ! ¡ Cuántas car
que fuere contado. Estas razones del ciones compuse , y cuántos enamo
Roto trujeron á la memcria á don rados versos, donde el alma decla
Quijote el cuento que le había conta raba y trasladaba sus sentimientos,
do su escudero, cuando no acerto el pintaba sus encendidos deseos , en
número de las cabras que habían tretenía sus memorias, y recreaba
pasado el río, y se quedó la historia su voluntad ! En efecto , viéndome
pendiente ; pero volvierdo al Roto, apurado, y que mi alma se consu
prosiguió diciendo : Esta prevención mía en el deseo de veria, determiné
que hago , es porque querría pasar poner por obra y acabar en un punto
breveniente por el cuento de mis des. lo que me pareció que más convenia
gracias, que al traerlas a la memoria para salir con mi deseado y mere
1. me sirve de otra cosa que añadir cido premio, y fué el pedirsela á su
otras de nuevo , y mientras menos me padre por legitima esposa , como lo
preguntáredes, más presto acabaré hice : à lo que él me respondió que
yo de decillas puesto que no dejaré me agradecía la voluntad que mos
por contar cosa alguna que sea de traba de honrarle y de querer hon
importancia, para satisfacer del todo rarme con prendas suyas, pero que
á vuestro deseo. Don Quijote se lo siendo mi padre vivo, á él tocaba
prometió en nombre de los demás , y de justo derecho hacer aquella de
él con este seguro comenzó desta manda, porque si no fuese con mu
manera : cha voluntad y gusto suyo, no era
Mi nombre es Cardenio , mi patria Luscinda mujer para tomarse ni
una ciudad de las mejores desta An darse á hurto. Yo le agradeci su
dalucía, mi linaje noble, mis padres buen intento , pareciéndome que lle .
ricos, mi desventura tanta que la vaba razón en lo que decía, y que
deben de haber llorado mis padres, mi padre vendria en ello , como yo
y sentido mi linaje, sin poderla ali se lo dijese : y con este intento, ue
viar con su riqueza ; que para reme go, en aquel mismo instante, fui á
diar desdichas del cielo poco suelen decirle á mi padre lo que deseaba ;
valer los bienes de fortuna . Vivía en y al tiempo que entré en un apo
esta misma tierra un cielo, donde sento donde estaba, le hallé con una
puso el amor toda la gloria que yo carta abierta en la mano , la cual ,
acertara á desearme : tal es la her antes que yo le dijese palabra, me
mosura de Luscinda , doncella tan la dió y me dijo : Por esta carta ve
noble y tan rica como yo . pero de rás, Cardenio , la voluntad que el
más ventura, y de menos firmeza de duque Ricardo tiene de hacerte mer
la que á mis honrados pensamientos ced . Este duque Ricardo, como va
se debía. A esta Luscinda amé, quise vosotros , señores, debéis de saber,
DON QUIJOTE DE LA MANCHA

es un grande de España, que tiene cible . Yo , obiigido de su ruistad ,


su estado en lo mejor desta Anda. con las mejores razones que supe,
lucía. Tomé y lei la carta , la cual y con los más vivos ejemp:os que
venía tan encarecida, que á mí mis pude, procuré estorbarle y apartarle
mo me pareció mal, si mi padre de de tal propósito ; pero viendo que
jàba de cumplir lo que se le pedia, no aprovechaba, determiné de de
que era que me enviase luego don. cirle el caso al duque Ricardo, su
de el estaba, que queria que fue padre ; mas don Fernando, como
se compañero , no criado , de su astuto y discreto, se receló ý temió
hijo el mayor, y que el tomaba á desto, por parecerle que estaba yo
bargo el ponerme en estado que co obligado, en vez de buen criado,
rrespondiese á la estimación en que no tener encubierta cosa que tan
me tenía. Leí la carta , y enmudecí en perjuicio de la honra de mi señor
leyéndola, y más cuando oí que mi el duque venía ; y así , por divertir
padre me decía : De aquí á dos días me y engañarme, me dijo que no
te partirás, Cardenio , á hacer la hallaba otro mejor remedio para po
voluntad del Duque ; y da gracias der apartar de la memoria la her
á Dios que te va abriendo camino mosura que tan sujeto le tenía, que
por donde alcances lo que yo sé que el ausentarse por a gunos meses ; u 3
mereces : añadió á estas otras razo que quería que la ausencia fuese que
nes de padre consejero . Llegóse el los dos nos viniésemos en casa de mi
término de mi partida, hablé una padre, con ocasión que darían al du
noche á Luscinda, dijele todo lo que que que venía á ver y á feriar unos
pasaba, y lo mismo hice á su padre, muy buenos caballos que en mi ciu.
sup.icándole se entretuviese algunos dad había , que es madre de los me
días, y dilatase el darla estado hasta jores del mundo . Apenas le of yo
que yo viese lo que Ricardo me que decir esto , cuando movido de mi afi
ría : él me lo prometió, y ella me ción , aunque su determinación no
lo confirmó con mil juramentos v mil fuera tan buena, la aprobara yo por
desmayos. Vine, en fin , donde el du una de las más acertadas que se po
que Ricardo estaba, fui dél tan bien dían imaginar, por ver cuán buena .
recibido y tratado, que desde luego ocasion y coyuntura se me ofrecía
eomenzó la envidia á hacer su ofi . de volver á ver á mi Luscinda . Con
eio, teniéndomela los criados an :
tiguos, pareciéndoles que las mues este pensamiento y deseo aprobé su
tras que el Duque daba de hacerme
parecer y esforcé su propósito , di
ciéndole que lo pusiese por obra con
merced , habían de ser en perjuicio la brevedad posible , porque en efecto
suyo ; pero el que más se holgó con la ausencia hacía su oficio á posar
mi ida , fué un hijo segundo del du de los más firmes pensamientos ; y
qua , llamado Fernando , mozo ga . cuando é me vino á decir esto , se
llardo, gentilhombre , liberal y ena. gún después se supo, había gozado
morado, el cual en poco tiempo de la labradora con título de esposo,
quiso que fuese tan su amigo, que y esperaba ocasión de descubrirse á
daba que decir á todos ; y aunque su salvo, temeroso de lo que el du
el mayor me quería bien , y me ha que su padre haría cuando supiese
cia merced, no llegó al extremo con su disparate. Sucedió, pues, que
que don Fernando me quería y tra. como el amor en los mozos, por la
taba . Es , pues, el caso, que como mayor parte no lo es, sino apetito ,
entre los amigos no hay cosa s'cré el cual, como tiene por último fin
ta que no se comunique, y la pri el deleite, en llegando á alcanzar o,
vanza que yo tenía con don Fernan. se acaba, y ha de volver atrás aque
do dejaha de serlo por ser amistad , llo que parecía amor, porque no pue.
todos sus pensam ientos me declaraba , de pasar adelante del término que le
especialment e uno ado
enamor que puso naturaleza, el cual término no
le traía con un poco de desasosiego. le puso á lo que es verdadero amor ;
Quería bien á una labradora vasalla quiero decir, que así como don Fer
de su padre , y ella los tenía muy nando gozó á la labradora , se le apla
ricos, y era tan hermosa , recatada, caron sus deseos y se resfriaron sus
discreta y honesta, que nadie que la ahincos, y si primero fingia querer
conocía, se determinaba en cuál de ausentarse por remediarlos, ahora
estas cosas tuviese más excelencia , de veras procuraba irse por no po
ni más aventajase. Estas tan bue nerlos en ejecución. Dióle el duque
nas partes de la hermosa labradora licencia, y mandóme que le acom
redujeron á tal término los deseos pañase : veximos á mi ciudad , reci.
de don Fernando , que se determinó, bióle mi padre como quien fra, vi
para poder alcanzarlo y conquistar yo luego á Luscinda, tornaron & vi
la entereza de la labradora, á darie vir ( aunque no habían estado muer.
palabra de ser su esposo , porque de tos ni amortiguados ) mis deseos. de
otra manera era procurar lo impo los cuales di cuenta, por mi nal, s
PARTE 1. - CAPÍTULO XXIV
declararme su hermosura , valory
den Fernando, por parecerme que en entendimiento , ue con sólo haber
la ley de la mucha amistad que mos
traba, no le debía encubrir nada ; entendido su afición , la confirmo por
alabéle la hermosura, donaire y, dis la más hermosa y más discreta mujer
ereción de Luscinda, de tal mane dei mundo ; y quisiera yo, señor ,
ra, que mis alabanzas movieron en que vuestra merced le hubiera en
él los deseos de querer ver doncella viado junto con Amadis de Gau
de tan buenas partes adornada. la al buen de don Rugel de Gre
Cumplíselos yo por mi corta suerte, cia , que yo sé que gustara la seño
enseñándosela una noche á la luz ra Luscinda mucho de Daraida y
de una vela por una ventana por Garaya, y de las discreciones del
donde los dos solíamos hablarnos : pastor Darinel, y de aquellos admi
rables versos de sus bucólicas canta
viola en sayo , tal, que todas las be
liezas hasta entonces por él vistas las das y representadas por él con todo
puso en olvido : enmudcció, perdió donaire, discreción y desenvoltura.
el sentido, quedó absorto, y final. Pero tiempo podrá venir en que se
mente tan enamorado, cual lo ve enmiende esa falta ; y no dura más
réis en el discurso del cuento de en hacerse la enmienda, de cuanto
mi desventura ; y para encenderle quiera vuestra merced ser servido
nás el deseo ( que á mí me celaba , de venirse conmigo á mi aldea , que
al cielo á so as descubría) , quiso alli le podré dar más de trescientos
ia fortuna que hallase un día un bi . libros, que son el regalo de mi alma
llete suyo, pidiéndome que la pi y el entretenimiento de mi vida ;
diesa á su padre por esposa , tan dis aunque tengo para mí que ya no
creto , tan honesto y tan enamorado , tengo ninguno , merced á la malicia
que en leyéndolo me dijo, que en de malos y envidiosos encantadores.
solo Luscinda encerraba todas las Y perdóneme vuestra merced de ha
gracias de hermosura y de entendi ber contravenido á lo que prometi
miento que en las demás mujeres mos de no interrumpir su plática,
del mundo estaban repartidas. Bien pues en oyendo cosas de caballerías
es verdad que quiero confesar ahora , y de caballeros andantes, así es mi
que puesto que yo veía con chán mano dejar de hablar en ellos, como
justas causas don Fernando á Lus lo es en la de los rayos del sol de
cinda alababa, me pesaba de oir jar de ca entar, ni humedecer en los
aquellas alabanzas de su boca, y co de la luna ; así que, perdón , y pro
mencé á temer, y con razón á rece seguir, que es lo que ahora hace
larme dél, porque no se pasaba mo más al caso. En tanto que don Qui
mento donde no quisiese que tratá jote estaba diciendo lo que queda di
semos de Luscinda, y él movía la cho , se le había caído á Cardenio la
plática aunque la trujese por !08 cabeza sobre el pecho, dando mues
cabellos : cosa que despertaba en tras de estar profundamente pensa
mí un no sé qué de celos , no porque tivo ; y puesto que dos veces le dijo
yo temiese revés alguno de la bon don sijote que prosiguirse su his
dad y de la fe da Luscinda ; pero con toria , ni alzaba la cabeza ni respondía
todo eso me hacía temer mi suerte palabra ; pero al cabo de un buen
lo mismo que ella me aseguraba. espacio a levantó , y dijo : No se
Procuraba siempre don Fernando leer me puede quitar del pensamiento
los papeles que yo á Luscinda en ni habrá quien me lo quite en el
viaba, y los que ella me respondía, mundo , ni quien me dé à entender
á título que de la discreción de los otra cosa , y sería un majadero el
dos gustaba mucho . Acaeció pues que lo contrario entendiese ó creve
que habiéndome pedido Luscinda un se , sino que aquel bellaconazo del
libro de caballerías en que leer , de maestro Elisabad estaba amanceba
quien era ella muy aficionada, que do con la reina Madásima. Eso no ,
era el d Amadis de Gaula ... No voto á tal , respondió con mucha có
hubo bien oído don Quijote nom lera don Quijote (v arrojóle , como
brar libro de caballerías, cuando tenía de costumbre ), y esa es una
dijo : Con que me dijera vuestra muy grande malicia, ó bellaquería
merced al principio de su historia por mejor decir : la reinz Mad si
que su merced de la señora Luscin ma fué mi principal señora , no
da era aficionada á Jibros de caba se ha de presumir que tan alta prin
llerías, no fuera menester otra exa cesa se había de amancebar con un
geración para darme a entender la sacapotras : quien lo contrario en
alteza de su entendimiento , porque bendicie, miente como muy gran b
no le tuviera tan bueno como vos , llaco , y yo se lo daré a entender á
señor, le habéis pintado , si care pie ó á caballo , armado ó desarmado ,
eiera del gusto de tan sabrosa le de noche ó de día, ó como más gusto
venda. Así que para conmigo no le diere . Estábale mirando Cardenio
es menester gastar más palabras en muy atentamente , al cual ya había
90 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

venido el accidente de su locura , y


no estaba para proseguir su histo
ria, ni tampoco don Quijote se la
opera, según le había disgustado lo CAPITULO XXV
que de Madásima e había oído. ¡Ex
traño caso ! que así volvió por ella
como si verdaderamente fuera su
Que trata de las extrañas cosas
verdadera y natural señora : tal le que en Sierra Morena sucedieron
tenían descomulgados libros .
sus al valiente caballero de la Man .
Digo, pues, que como ya Cardenio cha , y de la imitación que hizo
estaba ioco y se oyó tratar de men á la penitencia de Beltenebros.
tis у da bellaco, con otros denuestos
semejantes, parecióle mal la burla,
y alzó un guijarro que halló junto á Despidióse del cabrero don Qui
sí, y dió con él en os pechos tal gol jota, y subiendo otra vez sobre Ro
pe á don Quijote, que le hizo caer cinante , mandó á Sancho que le si
de espaldas. Sancho, Panza, que de guiese, el cual lo hizo con su ju
tai modo vió parar á su señor, arre mento de muy mala gana, Ibanse
metió al loco con el puño cerrado, y poco a poco entrando en lo más ás
el Roto le recibió de tal suerte , que pero de la montaña, y Sancho iba
con una puñada dió con él á sus pies , muerto por razonar con su amo, y
y luego se subió sobre él y le abru deseaba que él comenzase la plática ,
mó las costillas muy á su sabor . El por no contravenir á lo que le tenía
cabrero , que le quiso defender . co mandado . Mas no pudiendo sufrir
rrió el mismo peligro ; y después tanto silencio, le dijo : Señor don
que los tuvo á todos rendidos y mo Quijote , vuestra merced me eche su
lidos, los dejó , y se fué con gantil bendición, y medé licencia, que des
sosiego á emboscarse en la monta de aquí me quiero volver á mi casa,
ña. Levantóse Sancho , y con la ra y á mi mujer y á mis hijos , con los
bia que tenía de verse aporreado cuales , por lo menos hablaré y de
tan sin merecer:0, acudió á tomar la partiré todo lo que quisiere ; porque
venganza del cabrero, diciéndole que querer vuestra ,merced que vaya con
él tenía la culpa de no haberles él por estas soledades de día y de
avisado que aquel hombre le toma noche , v que no le hab.e cuando me
ba a tiempos la locura ; que si esto diere gusto, es enterrarme en vida .
supieran, hubieran estado sobre avi . Si ya quisiera la suerte que los ani
so para poderse guardar. Respondió males hablaran, como hablaban en
el cabrero que ya lo había dicho, y tiempo de Guisopete , fuera menos
que si él no lo había oído , que no mal , porque departiera yo con mi
era suya la culpa. Replicó Sancho jumento lo que me viniera en gana,
Panza, y tornó å replicar el cabre y con esto pasara mi mala ventura :
ro y fué el fin de las réplicas acirse que es recia cosa , y que no se pue.
de las barbas , y darse tales puradas , de llevar en paciencia, andar buscan.
que si don Quijote no los pusiera en do aventuras toda la vida, y no ha
paz , se hicieran pedazos. Decía San llar sino cooxs y manteamientos, la
cho, asido con el cabrero: Déjeme drillazos y puñadas, y con todo esto
vuestra merced , señor caballero de nos hemos de coser la boca , sin
ia Triste Figura, que en este que osar decir lo que el hombre tiene
es villano como yo y no está arma lo en su corazón, como si fuera mudo.
caballero , biºn puedo á mi sabor sa Ya te entiendo, Sancho, respondió
tisfacerme del agravio que me ha don Quijote ; tú mueres porque tu
hecho, peleando con el mano á mano, alce el entredicho que te tengo
como hombre honrado. Así es , dijo puesto en la lengua : dale por alzado,
don Quijote ; pero yo sé que él no y di lo que quisieres, con condición
tiene ninguna culpa de lo sucedido . que no ha de durar este alzamiento
Con esto los apaciguo, y don Quijote más de en cuanto anduviéramos por
volvió a preguntar al cabrro si se estas sierras . Sea así , dijo Sancho ,
ría posible hallar á Cardenio, porque hable yo ahora, que después Dios
quedaba con grandísimo deseo de sabe lo que será ; y comenzando á
saber el fin de su historia. Dijole el gozar dese salvoconducto, digo que
cabrero 2o que primero había dicho , ¿ qué le iba á vuestra morced en vol,
que era no saber de cierto su mani. vr tanto por aquella reina Magima
da ; pero que si andųviese mucho Sa ó como se llama ? ó qué hacía
por aquellos contornos, no dejaría de al caso que aquel abad fuese su amigo
hallarle ó cuerdo ó loco. ó no ? que si vuestra merced pasa
ra con ello, pues no era su juez,
bien creo yo que el loco pasara ade
lante con su historia . y se hubieran
ahorrado el go! pe del guijarro y las
PARTE 1.- CAPÍTULO XXV 97

coces, y aun más de seis tornisco frants que enhilas ? Por tu vida, San
nes . A fe, Sancho , respondió don cho, que calles y de aquí adelante ,
Quijote , que si tú supieras como yo entremétete en espolear á tu asno, y
lo sé, cuán honrada y cuán princi deja de hacello en lo que no te im.
pal señora era la reina Madásima, porta ; y entiende con todos tus cin
yo sé que dijeras que tuve mucha pa co sentidos , que todo cuanto yo he
ciencia , pues no quebré la boca por hecho , hago é hiciere, va muy pues
donde tales blasfemias salieron ; por to en razón , y muy conforme a las
que es muy gran blasfemia decir reglas de caballería, que las sé me.
ni pensar que una reina esté aman jor que cuantos caballeros las pro
cebada con un cirujano. La verdad fesaron en el mundo. Señor, res
del cuento es , que aquel maestro pondió Sancho, é y es buena regla
Elisabad , que el loco dijo, fué un de caballería que andemos perdidos
hombre muy prudente y de muy sa por estas montañas sin senda ni ca
nos consejos, y sirvió de ayo y de mino, buscando á un loco , al cual
médico á la reina ; pero pensar que después de hallado quizá le vendrá
ella era su amiga, es disparate dig. en voluntad de acabar lo que dejó
20 de muy gran castigo : y por comenzado , no de su cuento , sino
que veas que Cardenio no supo lo de la cabeza de vuestra merced y
que dijo, has de advertir que cuan de mis costillas, acabándonoslas de
do lo dijo , ya estaba sin juicio. Eso romper de todo punto ? Calla , te din
digo yo, dijo Sancho, que no había go otra vez , Sancho, dijo don Qui
para qué hacer cuenta de las pala jote , porque te hago saber que no
bras de un loco ; porque si la buena sólo me trae por estas partes el deseo
suerte no ayudara á vuestra mer de hallar al loco , cuanto el que tengo
ced, y encaminara el guijarro á la de hacer en ellas una hazaña con que
cabeza, como le encaminó al pecho , he de ganar perpetuo nombre y fama
buenos quedáramos por haber vuelto en todo lo descubierto de la tierra ,
por aqug mi señora, que Dios y será tal , que he de echar con ella
cohonda ; pues montas, que no se li . el sello á todo aquello que puede
brara Cardenio por loco . Contra cuer hacer perfecto y famoso á un an
dos y contra locos, está obligado cual dante caballero . ¿ Y es de muy gran
quier caballero andante á volver por peligro esa hazaña ? preguntó San
la honra de las mujeres , cualesquiera cho Panza. No, respondió el de la
que sean , cuanto más por las reinas Triste Figura, puesto que de tal ma
de tan alta guisa y pro como fué la nera podía correr el dado, que echá
reina Madásima, á quien yo tengo semos azar en lugar de encuentro ;
particular afición por sus buenas pero todo ha de estar en tu diligen
partes ; porque fuera de haber sido cia. ¿ En mi diligencia ? dijo San
fermosa , además fue muy prudente cho . Ší , dijo don Quijote , porque si
y muy sufrida en sus calamidades, vuelves presto de adonde pienso
que las tuvo muchas , y los consejos enviarte , presto se acabará mi pena,
y compañía del maestro Elisabad le y presto comenzará mi gloria : y por
fué y le fueron de mucho provecho que no es bien que te tenga más sus .
y alivio para poder llevar sus traba penso, esperando en lo que han de
jos cen prudencia y paciencia ; y de parar mis razones, quiero, Sancho,
aquí tomó ocasión el vulgo ignoran que sepas, que el famoso Amadis de
te y mal intoncionado de decir y Gaula, fué uno de los más perfectos
pensar que ella era su manceba ; y caballeros andantes. No he dicho
nienten , digo otra vez , y mentirán bien fué uno , fué el solo, el prime
otras doscientas todos los que tal pen ro, el único , el señor de todos cuan
saren y dijeren . Ni yo lo digo ni tos hubo en su tiempo en el mundo.
lo pienso, respondió Sancho , allá se Mal año y mal mes para don Belia
lo hayan , con su pan se lo coman ; nis y para todos aquellos que dijeren
si fueron amancebados ó no, á Dios que se le igualó en algo, porque se
habrán dado la cuenta : de mis vi engañan, juro y cierto . Digo asimis
ñas vengo, no sé nada : no soy amigo mo, que cuando algún pintor quiere
de saber vidas ajenas, el que com salir famoso en su arte , procura
pra y miente, en su bolsa lo siente : imitar los originalss de los más úri .
cuanto más, que desnudo nací, des . cos pintores que sabe , y esta misma
nudo me hallo, ni pierdo ni gano ; regla corre por todos los más oficios
mas que lo fuesen , ¿ qué me va á ó ejercicios de cuenta , que sirven
mi ? y muchos piensan que hay to para adorno de las repúblicas ;
cinos , y no hay estacas; & mas quién así lo ha de hacer y hace el que qui
pu- de poner puertas al campo , cuanto siere alcanzar nombre de prudente y
nás que de Dios dijeron ? ¡ Válame sufrido, imitando á Ulises, en cuya
Dios , dijo don Quijote, y qué de ne persona y trabajos nos pinta HO
cedades vas , Sancho , ensartando ! mero un retrato vivo de prudencia
¿ Qué va de lo que tratamos á los re y de sufrimiento, como también

7
9S DON QUIJOTE DE LA MANCHA
nos mostró Virgilio en persona de vieron causa para hacer esas nece
Eneas el valor de un hijo pardoso dades y penitencias ; pero vuestra
y la sagacidad de un valiente y merced ¿ qué causa tiene para vol
entendido capitán, no pintándolos y verse loco ? ¿ Qué dama le ha desde
describiéndolos como ellos fueron , ñado, 6 qué señales ha hallado ,que
sino como habían de ser, para dejar le den á entender que la señora Dul
ejemplo á los venideros hombres, de cinea del Toboso ha hecho alguna
sus virtudes. Desta misma suerte , niñeria con moro . ó cristiano ? Ahí
Amadis fué el norte, el lucero , el está el punto, respondió don Quijo
sol de los va ientes y enamorados te , y esa es la fineza de mi negocio :
caballeros, á quien debomos imitar que volverse loco un caballero an
todos aquellos que debajo de la ban. dants con causa, ni grado ni gra
dera de amor y de la caballería mi cias : el toque está en desatinar sin
litamos. Siendo, pues , esto así, como ocasión , y dar á entender á midama,
lo es, hallo yo, Sancho amigo, que que si en seco nago esto, qué hiciera
el caballero andante que más le imi en mojado. Cuanto más, que harta
tare , estará más cerca de alcanzar ocasión tengo en la larga ausencia
la perfección de la caballería; y una que he hecho de la siempre señora
de las cosas en que más este caba mía Dulcinea del Toboso ; que como
llero mostró su prudencia, valor, va ya oiste decir a aquel pastor de ma
lentía, sufrimiento, firmeza y amor, rras, Ambrosio, quien está ausente
fue cuando se retiró, desdeñado de todos los males tiene y teme : asi
la señora Oriana, á hacer peniten que , Sancho amigo, no gastes tiem
cia en la Peña Pobre, mudando su po en aconsejarme que deje tan rara ,
nombre en el de Beltenebros ; nom tan felice y tan no vista imitación .
bre , por cierto, significativo y propio Loco soy, loco he de ser hasta tan
para la vida que él de su voluntad to que tú vuelvas con la respuesta
había escogido : así que, me es á mí de una carta que contigo pienso en
más fácil imitarle en esto, que no viar á mi señora Dulcinea ; y si
en hender gigantes, descabezar ser fuere tal , cual á mi fe se le debe,
pientes, matar endriagos, desba. acabarse ha mi sandez y mi peniten
ratar ejércitos, fracasar armadas y cia ; y si fure al contrario, seré loco
deshacer encantamentos : y pues es de veras, y siéndolo no sentiré sada ,
tos lugares son tan acomodados para Así que, de cualquier manera que
semejantes efectos , no hay para qué responda, saldré del conflicto y tra
se deje pasar la ocasión , que ahora bajo en que me dejares , gozando el
con , tanta comodidad me ofrece sus bien que me trujeres por cuerdo, no
guedejas. En efecto, dijo Sancho, sintiendo el mal que me aportares
¿ qué es lo que vuestra merced quiere por loco. Pero dime , Sancho, & traes
hacer en este tan remoto lugar ? Ya bien guardado el yelmo de Mambri
110 te he dicho, respondió don Quijote, no ? quº ya vi que le alzaste del sue
que quiero imitar á Amadís, hacien lo, cuando aquel desagradecido le
do aquí del desesperado , del sandio quiso hacer nedazos ; pero no pudo ,
y del furioso , por imitar juntamente donde se puede echar de ver la fine
al valiente don Rolạán , cuando ha ! ló za de su tample. A lo cual respondió
en una fuente las señales de que Sancho : Vive Dios, señor caballero
Angélica la Bella había cometido vi . de la Triste Figura, que no puedo
leza con Medoro , de cuya pesadum sufrir ni llevar en paciencia algunas
bre se volvió loco, arrancó los árbo cosas que vuestra merced dice, y
les , enturbió las aguas de las claras que por ellas vengo á imaginar que
fuentes, mató pastores, destruyo ga todo cuanto me dice de caballerías ,
nados , abrasó chozas, derribó casas, y de alcanzar reinos é imperios , de
arrastró yeguas , é hizo otras cien dar insulas, y de hacer otras merce
mil insolencias dignas de eterno des y grandezas, como es uso de ca
nombre y escritura ? Y puesto que balleros andantes, que todo debe de
yo no pienso imitar á Rô dán ó Ör ser cosa de viento y mentira, todo
lando ó Rotolando (que todos estos pastraña ó patraña , ó como lo llama
tres nombres tenía) parte por party, remos ; porque quien oyere decir á
en todas las locuras que hizo , dijo vuestra merced , que una bacia de
y pensó, haré el bosquejo como me. barbero es el yelmo de Mambrino , v
jor pudiere en las que me pareciere que no salga deste error en más de
ser más esenciales ; y podrá ser que cuatro días, ¿qué ha de pensar sino
viniese á contentarme con sola la que quien tal dice y afirma, debe
imitación da Amadís, que sin hacer de tener guiero el juicio? La bacia
locuras de daño , sino de lloros v sen . yo la llevo en el costal toda abollada ,
timientos , alcanzó tanta fama como y llévola para aderezarla en mi casa ,
el que más. Paréceme á mí, dijo y hacerme la barba en ella, si Dios
Sancho, que los caballeros que lo me diere tanta gracia que algún día
tal ficieron fueron provocados y tu ms vea con mi mujer é hijos . Mira,
PARTE 1 .---CAPÍTULO XXV 99

Sancho, por el mismo que denantes una luenga ausencia y unos imagina
juraste te juro, dijo don Quijote, dos celos han traído á lamentarse
que tienes el más corto entendimien- entre estas asperezas, y á quejarse
to que tiene ni tuvo escudero en el de la dura condición de aquella in
mundo : ¡ qué ! es posible que en grata y bella, término y fin de toda
cuanto halqne andas conmigo, no has humana hermosura ! ¡ Oh vosotras,
echado de ver que todas las cosas Napeas y Dríadas, que tenéis por
de los caballeros andantes parecen costumbre de habitar en las espesu
quimeras, necedades y desatinos, y ras de los montes : así los ligeros
que son todas hechas al revés ? Y no y lascivos sátiros, de quien sois ,
porque sea ello así, sino porque an . aunque en vano , amadas, no pertur
dan entre nosotros siempre una ca- ben jamás vuestro dulce sosiego, que
terva de encantadores, que todas me ayudéis á lamentar mi desven
nuestras cosas mudan y truecan, y tura, ó á lo menos no os canséis de
las vuelven según su gusto, y según oilla ! ¡ Oh Dulcinea del Toboso, día
tienen la gana de favorecernos Ó de mi noche, gloria de mi pena, nor
destruirnos ; y así, eso que á ti te to de mis caminos, estrella de ini
parece bacía de barbero , me parece ventura : así el cielo te la dé buena
á mí el yelmo de Mambrino, y á en cuanto acertares á pedirle , que
otro le parecerá otra cosa . Y fué rara consideres el lugar y estado á que
providencia del sabio que es de mi tu ausencia me ha conducido, y que
parte, hacer que parezca bacía á to- con buen término correspondas al
* dos , lo que real y verdaderamente que á mi fe se le debe ! ¡Oh solita
es pelmo de Mambrino, á causa que rios árboles , que desde hoy en ade .
siendo él de tanta estima, todo el lante habéis de hacer compañía á
mundo me perseguiría por quitárme- mi soledad : dad indicio con el blan
le ; pero como ven que no es más do movimiento de vuestras ramas
de un bacin de barbero, no se cu- que no os desagrada mi presencia !
ran de procuralle, como se mostró ¡ Oh tú , escudero mio , agradable com
bien en el que quiso rompelle, y le pañero en mis prósperos y adversos
dejó en el suelo sin llevarle, que á sucesos : toma bien en la memoria
fe que si lo conociera , que nunca él lo que aquí me verás hacer, para
le dejara. Guárdale, amigo, que por que lo cuentes y recites á la causa
ahora no le he de menester, que total de todo ello ! Y diciendo esto
ant - s me tengo de quitar todas estas se apeó de Rocinante , y en un mo
armas, y quedar desnudo como cuan- mento le quitó el freno y la silla ;
do nací, si es que me da en voluntar! y dándole una palmada en las ancas,
de seguir en mi penitencia más á le dijo : Libertad to da e que sin
Roldán que á Amadís. Llegaron en ella queda, oh caballo tan extremado
estas pláticas al pie de una alta mon- por tus obras cuanto desdichado por
taña , que casi como peñón tajado esta- tu suerte ; vete por do quisieres, que
ba sola entre otras muchas que la en la frente llevas escrito que no
rodeaban : corría por su falda un te igualó en ligoreza el hipogrifo de
manso arroyuelo , y hacíase por toda Astolfo , ni el nombrado Frontino,
su redondez un prado tan verde y vi- que tan caro le costó á Bradamante .
cioso , que daba contento los ojos Viendo esto Sancho, dijo : Bien ha
que le miraban : había por allí mu- y? quien nos quitó ahora del traba
chos árboles silvestres , y algunas jo de desalbardar al rucio , que á fe
plantas y flores que hacían el lugar que no faltaran palmadicas que dalle
apacible . Este sitio escogió el caba- ni cosas que decille en su alabanza ;
llero de la Triste Figura para hacer pero si él aquí estuviera, no consin .
512 penitencia, y así, en viéndole , tieru yo que nadie le desalbardara,
comenzó á decir en voz alta, como pues no había para qué , que á el
si estuviera 'sin juicio : Este es el no le tocaban las generales de ena
lugar, oh cielos , que diputo y esco- morado " ni de desesperado ; pu -s no
jo para llorar la desventura en que lo estaba su amo, que era yo , cuan
vosotros mismos me habéis puesto : do Dios quería ; v en verdad, señor
este es el sitio donde el humor de caballero de la Tristo Figura , que si
mis ojos acrecentará las aguus deste es que mi partida y su locura de
pequeño arroyo, y mis continuos y vuestra merced van de veras, que
profundos suspiros moverán á la será bien tornar á ensillar á Roci
continua las hojas destos montara- nante para que supla la falta del
ces árboles, en testimonio y señal rucio, porque será ahorrar el tiem
de la pena que mi asendereado co- po á mi ida y vuelta , que si la bago
razón padece. ¡ Oh vosotros , quien- á pie , no sé cuándo llegaré ni cuán
quiera que seáis , rústicos dioses, do volveré, porque en resolución
que en este inhabitable lugar te. 8.) y mal caminante . Digo , Sancho,
néis vuestra morada : oid as que- respondió don Quijote , que sea como
jas deste desdichado amante, á quien tú quisieres , que no me parece mal
100 DON QUIJOTE DE LA MANCITA

tu designio ; y digo que de aquí á tiendo que quiere decir retentio ,


tres días te partirás, porque quiero dijo don Quijote, Retentio es, res
que en este tiempo veas lo que por pondió Sancho , que ' ' quien está en
ella hago y digo, para que se lo di el infierno nunca sale dél , ni puede ,
gas. ¿ Pues qué más tengo de ver, lo cual será al revés en vuestra mer
dijo Sancho, que lo que he visto ? ced ,: 6 á mí me andarán mal los pies ,
Bien estás en ei cuento , respondió si es que llevo espuelas para avivar
don Quijote : ahora me falta rasgar á Rocinante ; y póngame yo una por
las vestiduras , esparcir las armas, y una en el Toboso y delante de mi
darme de calabazadas por estas pe señora Dulcinea, que yo le diré ta.es
ñas . con otras cosas deste jaez que cosas de las necedades y locuras
te han de admirar. Por amor de Dios, (que todo es uno) , que vuestra mer
dijo Sancho , que mire vuestra mer ced ha hecho y queda haciendo, que
ced cómo se da esas calabazadas, que la venga á poner más blanda que un
á tal peña podrá llegar y en tal pun guante , aunque la halle más aúra
to, que con la primera se acabase que un alcornoque : con cuya res
la máquina desta penitencia ; y se puesta dulce y medificada volveré
ría yo de parecer , que ya que á vues por los aires como brujo , y sacaré
tra merced le parece que son aquí á vuestra merced deste purgatorio
necesarias las calabazadas, y que que parece infierno , y no lo es ,
no se puede hacer esta obra sin ellas, pues hay esperanza de salir dél ; la
se contentase, pues todo esto es fin . cual , como tengo dicho, no la tienen
gido y cosa contrahecha y de burla, de salir los que están en el infierno,"
se contentase, digo, con dárselas en ni creo que vuestra merced dirá
el agua, ó en alguna cosa blanda, otra cosa . Así es verdad , dijo el de
como algodón , y déjeme á mí el car la Triste Figura : ¿ pero qué hare
go , que yo diré á mi señora que vues mos para escribir la carta ? Y la li
tra merced se las daba en una punta branza pollinesca también, añadió
de peña más dura que la de un dia Sa 0. Todo irá inserto, dijo don
mante . Yo agradezco tu buena inten Quijote ; y sería bueno , ya que no
ción , amigo Sancho, respondió don hay papel, que la escribiésemos
Quijote ; mas quiérote hacer sabedor como hacían los antiguos, en hojas
de que todas estas cosas que hago no da árbo.es , ó en unas tablitas de
son de burlas, sino muy de veras, cera , aunque tan dificultoso será
porque de otra manera sería contra hallarse eso ahora como el papel .
venir á las órdenes de caballería , que Mas ya me ha venido a la memoria
nos mardan que no digamos menti donde será bien y aun más que bien
ra alguna, pena de relapsos, y el escribilla, que es en el librillo de
hacer una cosa por otra lo mismo es memoria que fué de Cardenio, y tú
que mentir : así que mis calabazadas tendrás cuidado de hacerla trasladar
han de ser verdaderas , firmes y va en papel, de buena letra, en el pri
lederas, sin que lleven nada del so mer lugar que hallares, donde haya
fístico ni del fantástico : y será ne maestro de escuela de muchachos , 5
cesario que me dejes algunas hilas si no , cualquiera sacristán te la tras
para curarme, pues que la ventura ladará : y no se la dés á trasladar á
quiso que nos faltase el bálsamo que ningún escribano, que hacen letra
perdimos. Más fué perder el asno, procesada, que no la entonderá Sa
respondió Sancho, pues se perdie tanás. ¿ Pues qué se ha de hacer de
ron en él las hilas y todo ; y ruego la firma ? dijo Sancho. Nunca las
le á vuestra merc d que no se acuer cartas de Amadís se firmaron , reg .
de más de aquel maldito brehaje , pondió don Quijote. Está bien, res
que en sólo oirle mentar se me re pondió Sancho, pero la libranza
vuelve el alma , cuanto y más el es. forzosamente se ha de firmar , y esa ,
tómago. Y más le ruego, que haga si se traslada, dirán que la firma es
cuenta que son ya pasados los tres falsa y quedaremos sin pollinos. La
días que me ha dado de término para libranza irá en el librillo firmada ,
ver las locuras que hace , que ya las que en viéndola mi sobrina no pon
doy por vistas y por pasadas en cosa drá dificultad en cumplilla ; y en lo
juzgada, y diré maravillas á mi se que toca á la carta de amores, pon
ñora ; y escriba la carta, y despá drás por firma : vuestro hasta la
cheme luego, porque tengo gran de muerte, el cahallero de la Triste
seo de volver á sacar á vuestra mer Figura . Y hará poco al caso que va.
c d deste purgatorio donde le dejo. vil de mano ajena, porque á lo que yo
¿ Purgatorio le llamas, Sancho ? dijo me se acordar, Dulcinea, no sabo es.
don Quijote : mejor hicieras de lla cribir ni leer , y en toda su vida ha
marle infierno, y aun peor si hay visto letra mia ni carta mía , porque
otra cosa que lo sea. Quien ha infier mis amores y los suyos han sido siem .
no , respondió Sancho, nulla es re pre platónicos, sin extenderse á más
tentio , seglin he oído decir. No en que á un honesto mirar, y aun esto
PARTE 1 , -CAPITULO XXV 101

tan de cuando en cuando, que osaré yat á hincar de rodillas delante de


jurar con verdad, que en doce años lla los vencidos que vuestra merced
que ha que la quiero más que á la envía y ha de enviar ? Porque po
lumbre destos ojos que ha de comer dría ser que al tiempo que ellos lie
la tierra, no la he visto cuatro ve gasen, estuviese ella rastrillando
ces , y aun podrá ser que destas cua. linu ó trillando en las eras , y ellos
tro veces, no hubiese ella echado de se corriesen de verla, y ella se rie
ver la una que la miraba : tal es el se y enfadase del presente. Ya te
recato y encerramiento con que sus tengo dicho antes de ahora muchas
padres Lorenzo Corchuelo y su ma- veces, Sancho, dijo don Quijote, que
dre Aldonza Nogales la han criado. eres muy grande hablador, y que
Ta, ta, dijo Sancho, ¿ qué, la hija de aunque de ingenio boto , muchas ve
Lorenzo Corchuelo es la señora Dul- ces despuntas de agudo ; mas para
cinea del Toboso, llamada por otro que veas cuán necio eres tú y cuán
nombre Aldonza Lorenzo ? Esa es, discreto soy yo, quiero que me oigas
dijo don Quijote, y es la que mere- un breve cuento . Has de saber que
ce ser señora de todo el universo. una viuda hermosa , moza, libre y
Bien la conozco, dijo Sancho , y se rica, y sobre todo desenfadada, se
decir que tira tan bien una barra enamoró de un mozo motilón , rolli
como el más forzudo zagal de todo zo y de buen tomo ; alcanzóló á sa
el pueblo : vive el dador que es ber su mayor, y un día dijo á la bue.
moza de chapa, hecha y derecha, y na viuda por vía de fraternal re
de pelo en pecho, y que puede sacar prensión : Maravillado estoy, seño
la barba de lodo á cualquier caballe- ra, y no sin mucha causa, de que
ro andante ó por andar que la tuvie una mujer tan principal, tan hermo
re por señora. ¡ Oh hideputa, qué sa y tan rica como yuestra merced ,
rejo que tiene, y qué voz ! Sé decir se haya enamorado de un hombre
que se puso un día encima del cam tan soez, tan bajo y tan idiota como
panario de la aldea á llamar unos za fulano , habiendo en esta casa tantos
gales suyos que andaban en un barbe maestros, tantos presentados y tan
cho de su padre, y aunque estaban tos teólogos en quien vuestra mer
de allí más de media legua, así la cer pudiera escoger como entre pe
oyeron como si estuvieran al pie de ras, y decir este quiero, aqueste no
la torre : y lo mejor que tiene es , que quiero ; mas ella le respondió con
no es nada melindrosa, porque tiene mucho donaire y desenvoltura : Vues
mucho de cortesana, con todos se tra merced , señor mío, está muy en
burla , y de todo hace mueca y do gañado, y piensa muy á lo antiguo
naire . Ahora digo, señor caballero si piensa que yo he escogido mal en
de la Triste Figura , que no solamente fulano por idiota que le parece , pues
puede y debe vuestra merced hacer para lo que yo le quiero, tanta filo
jocuras por ella, sino que con justo sofía sabe y más que Aristóteles :
título puede desesperarse y ahorcar- así que , Sancho , por lo que yo quie
se, que nadie habrá que lo sepa que r . ) á Dulcinea del Toboso , tanto vale
no diga que hizo demasiado de bien, como la más alta princesa de la tie
puesto que le lleve el diablo : y rra. Sí, que no todos los poetas que
querría ya verme en camino sólo por alaban damas debajo de un nombre
vella, que ha muchos días que no la que ellos á su albedrío les ponen, es
veo, y debe de estar ya troncada, verdad que las tienen . ¿ Piensas tú
porqne gasta mucho la faz de las que las Amarilis, las Filis, las Sil
mujeres andar siempre al campo, al vias, las Dianas, las Galateas, y
sol y al aire. Y confieso á vuestra otras tales de que los libros , los ro
merced una verdad , señor don Qui mances, las tiendas de los barberos ,
jote , que hasta aquí he estado en los teatros de las comedias están lle
una grande ignorancia , que pensaba nos , fueron verdaderamente damas
bien y fielmente que la señora Dul- de carne y hueso y de aquellos que
cinea debía de ser alguna princesa las celebran y celebraron ? No por
de quien vuestra merced estaba ena cierto, sino que las más se las fin
morado, ó alguna persona tal que gen por dar sujeto á sus versos, y
mereciese los ricos presentes que porque los tengan por enamorados
Fuestra merced le ha enviado, así el y por hombres que tienen valor para
del vizcaíno como el de los galeotes, y serlo ; y así bástame a mí pensar y
otros muchos que deben ser, según creer que la buena de Aldonza Lo
deben de ser muchas las victorias renzo , es hermosa y honesta ; y lo
que vuestra merced ha ganado y del linaje importa poco , que no han
ganó en el tiempo que yo aun no de ir á hacer la información del para
era su escudero ; pero bien considera- darle algún hábito, y yo me hago
do, ¿ qué se le ha de dar á la señora cuenta que es la más alta princesa
Aldonza Lorenzo, digo, á la señora del mundo . Porque has de saber,
Dulcinea del Toboso, de que se le va- Sancho, si no lo sabes, que dos co
102 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
sas solas incitan á amar más que que con acabar mi vida habré 32
otras , que son la mucha hermosura otisfecho á tu crueldad y á mi de
y la buena fama, y estas dos cosas se seo .
hallan consumadamente en Dulcinea, „Tuyo hasta la muerte ,
porque en ser hermosa ninguna le EL CABALLERO DE LA TRISTE FI
iguala, y en la buena fama pocas GURA . )
le llegan : y para concluir con todo ,
yo imagino que torlo lo que digo es Por vida de mi padre, dijo Sancho,
así, sin que sobre ni falte nada, y en oyendo la carta, que es la más /
pintola en mi imaginación como la alta cosa que jamás he oído : pesia
deseo, así en la belleza como en la mi, y como que le dice vuestra mer
principalidad ; y ni la llega 'Elena, ceá ahí todo cuanto quiere , y qué
ni la alcanza Lucrecia, ni otra algu bien que encaja en la firma El Ca.
na de las famosas mujeres de las ballero de la Triste Figura . Digo
edades pretéritas griega, . bárbara ó de verdad , que es vuestra merced el
latina ; y diga cada uno lo que qui mesmo diablo, y que no hay cosa
siere, que si por esto fuere repren . que no sepa . Todo es menester, res
dido de los ignorantes, no seré cas pondió don Quijote , para el oficio
tigado de los rigurosos. Digo que en que yo traigo. Ea, pues, dijo Sancho ,
todo tiene vuestra merced razón, res ponga vuestra merced en esotra vuel
pondió Sancho, y que soy un asno. ta la cédula de los tres pollinos, y
Mas no sé yo para qué nombro asno fírmela con mucha claridad , pornue
en mi boca , pues no se ha de mentar la conozcan en viéndola. Que me
la soga en casa del ahorcado ; pero place, dijo don Quijote, y habiéndola
venga la carta , y adiós, que me escrito, se la leyó, que decía así :
mudo. Sacó el libro de memoria don
Quijote , y apartándose á una parte, « Mandará vuestra merced , por es
con mucho sosiego comenzó a escri pta primera de pollinos, señora so
bir la carta , y en acabándola llamó »brina, dar á Sancho Panza, mi es
á Sancho , y le dijo que se la quería »cudero, tres de los cinco que dejé
leer porque la tomase de memoria , pen casa y están á cargo de vuestra
si acaso se le perdiese por el camino, »merced : 'os cuales tres pollinos
porque de su desdicha todo se podía »se los mando library pagar por
temor. A lo cual respondió Sancho : votros tantos aquí recebidos de con
Escríbala vuestra merced dos ó tres otado, que con esta y con su carta
veces ahí en el libro , y démele, que » de pago, serán bien dados. Fecha
yo le llevaré bien guardado, porque pen las entrañas de Sierra Morena , á
pensar que yo la he de tomar en la veintidós de agosto deste pre
memoria , es disparate, que la ten » sente año . )
go tan mala , que muchas veces se
me olvida como me llamo ; pero con Buena está, dijo Sancho ; fírmela
todo eso , dígamela, que me holgaré vuestra merced. No es menester fir
mucho de oílla, que debe de ir como marla, dijo don Quijote, sino sola
de molde. Escucha, que así dice , mente poner mi rúbrica, que es lo
dijo don Quijote : mismo que firman y para tres asnos
y aun para trescientos fuera bastan
te. Yo me confío de vuestra merced ,
CARTA DE DON QUIJOTE Á DUL respondió Sancho : déjeme , iré á en
CINEA DEL TOBOSO
sillar á Rocinante, y aparéjese á
echarme su bendición , que luego pien
so partirme sin ver las sandeces que
« Soberana y alta señora : vuestra meroed ha de hacer, que yo
diré que le vi hacer tantas, que no
El ferido de punta de ausen quiera más . Por lo menos quiero, San
» cia , y el llagado de las telas del co cho, y porque es menester así, quie
prazón, dulcísima Dulcinea del To ro , digo, que me veas en cueros y
» boso, te envía la salud que él no tie hacer una ó dos docenas de locuras ,
»ne. Si tu fermosura me desprecia, que las haré en menos de media
» si tu valor no es en mi pro , si tus hora, porque habiéndo as tú visto
» desdenes son en mi afincamiento, por tus ojos, puedas jurar á tu salvo
» maguer que yo ssa asaz de sufrido , en las demás que quisieres añadir ; y
»mai podré sostenerme en esta cuita, asegúrote que no dirás tú tantas
»que además de ser fuerte es muy cuantas yo pienso hacer . Por amor
duradera. Mi buen escudero Sancho de Dios, señor mío, que no ves yo en
ote dará entera relación , oh bella in. cueros á vuestra merced, . que me
grata, amada enemiga mía, del mo dará mucha lástima, y no podré de
odo que por tu causa quedo : si gus jar de llorar, y tengo tal la cabºza
» tares de acorrerme, tuyo soy, y si del llanto que anoche hice por el ru
»no, haz lo que te viniere en gusto , cio, que no estoy para meterme en
-
PARTE 1 , -CAPÍTULO XXVI 103

nuevos lloros : y si és que vuestra aunque todavía le importunaba don


merced gusta de que yo vea a gu Quijote que le riese siquiera hacer
nas locuras, hágalas vestido, bre dos locuras . Mas no hubo andado
ves y las que le vinieren más á cuen cien pasos, cuando volvió y dijo :
to , Cuanto más, que para mí no era Digo , señor, que vuestra merced ha
menester nada deso, y como ya ten dicho muy bien que para que pueda
go dicho, fuera ahorrar el camino de jurar sin cargo de conciencia que le
mi vuelta, que ha de ser con las he visto hacer locuras, será bien que
nuevas que vuestra merced des°a y vea siquiera una , aunque bien gran .
merece : y si no aparéjese la seño de la he visto en la quedada de vues
ra Dulcinea , que si no responde tra merced , ¿ No te lo decía yo ? dijo
como es razón , voto hago solene á don Quijote : espérate, Sancho, que
quien puedo , que le tengo de sacar en un credo las haré : y desnudán .
la buena respuesta del estómago á dose con toda priesa los calzones ,
coces y á bofetones. Porque ¿ dónde quedó en carnes y en pañales, y lue
se ha de sufrir que un caballero an go sin más ni más, dia dos zapate
dante tan famoso como vuestra mer. tas en el aire , y dos tumbas la ca
ced se vuelva loco sin qué ni para beza abajo y los pies en el alto , des
qué por una ? ... no me lo haga decir cubriendo cosas que por no verlas
la señora, porque por Dios que des otra vez , volvió Sancho la rienda á
potrique y lo eche todo á doce , Rocinante, y se dió por contento y
aunque nunca se venda : bonico soy satisfecho que podía jurar que su
yo para eso : mal me conoce , pues amo quedaba loco. Y así le dejaremos
á fe que si me conociese, que me ir su camino hasta la vuelta , que fué
ayunase. A fe , Sancho, dijo don Qui breve .
jote , que á lo que me parece no es
tás tú más cuerdo que yo. No estoy
tan loco , respondió Sancho, mas es
toy más colérico ; pero dejando esto CAPITULO XXVI
aparte, ¿ qué es lo que ha de comer
vuestra merced en tanto que yo vuel
vo ? ¿ Ha de salir al camino como Donde se prosiguen las finezas que
Cardenio , á quitárselo á los pastores ? de enamorado hizo don Quijote
No te dé pena ese cuidado, respondió en Sierra Morena .
don Quijote, porque aunque tuviera
no comiera otra cosa que las hierbas
y frutos que este prado y estos ár Y volviendo á contar lo que hizo
boles me di- ren , que la fineza de mi ei de la Triste Figura después que se
negocio está en no comer y en hacer vió solo , dice la historia , que así
otras asperezas. A esto dijo Sancho : como don Quijote acabó de dar las
¿ Sabz vuestra merced qué temo ? que tumbas ó vueltas de medio abajo
no tengo de acertar á volver á este desnudo y de medio arriba vestido ,
lugar donde ahora le dejo , según es y que vió que Sancho se había ido
tá escondido . Toma bien las señas, sin querer aguardar á ver más san
que yo procuraré no apartarme des deces, se subió sobre una punta de
tos contornos dijo don Quijote , y una alta peña , allí tornó á pensar
aun tendré cuidado de subirme por lo que muchas otras veces había pen
estos más altos riscos, por ver si te sado, sin haberse jamás resuelto en
descubro cuando vuelvas; cuanto ello , y era , que cuál sería mejor y la
más que lo más acertado será para estaría más á cuento, imitar á Rol
que no me yerres y te pierdas, que dán en las locuras desaforadas que
cortes algunas retamas de las muchas hizo , ó á Amadís en las melancóli
que por aquí hay, y las vayas po cas ; y hablando entre sí mismo ,
niendo de trecho á trecho hasta sa decía : Si Roldán fué tan buen caba
lir á lo raso , las cuales te servirán llero y tan valiente como todos di
de mojones y señales para que me cen, qué maravilla, pues al fin era
halles cuando vuelvas, á imitación encantado , y no le podía matar na
del hilo del laberinto de Perseo . Así die si no era metiéndole un alfiler
lo haré respondió Sancho Panza ; y de á blanca por la planta del pie , v
cortando algunas, pidió la bendición él traía siempre los zapatos con siete
á su señor , y no sin muchas lágrimas suelas de hierro : aunque no le va
de entrambos, se despidió dél ; y lieron tretas con Bernardo del Car
subiendo sobre Rocinante , á quien pio , que se las entendió , y le ahogó
don Quijote encomendó mucho y que entre los brazos en Roncesvalles. Pero
mirase por él como por su propia dejando en él lo de la valentía á una
persona , se puso en camino del llano, parte, vengamos á lo de perder el
esparciendo de trecho á trecho los juicio, que es cierto que le perdió
ramos de la retama, como su amo por las señales que halló en la fuen
se lo había aconsejado ; y así se fué , te , y por las nuevas que le dio el
104 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

pastor de que Angélica había dormi Arboles , hierbas y plantas,


do más de dos siestas con Medoro, que en aqueste sitio estáis,
un morillo de cabellos enrizados y tan altos, verdes y tantas,
paje de Agramante ; y si él entendió si de mi mal no os holgáis,
que esto era verdad , y que su dama escuchad mis quejas santas. 1
lo había cometido desaguisado , no hi Mi dolor no os alborote,
zo mucho en volverse loco ; pero yo, aunque más terrible sea ;
¿ cómo puedo imitalle en las locuras, pues por pagaros escote ,
si no le imito en la ocasión dellos ? aquí lloró don Quijote
Porque mi Dulcinea del Toboso osa ausencias de Dulcinea
ré yo jurar que no ha visto en todos del Toboso.
los días de su vida moro alguno, Es aquí el lugar adonde
así como él es en su mismo traje, y el amador más leal
que se está hoy como la madre que la de su señora se esconde,
parió ; y haríale agravio manifiesto, y ha venido á tanto mal
si imaginando otra cosa della, me sin saber cómo ó por dónde.
volviese loco de aquel género de lo Tráele amor al estricote ,
cura de Roldán el furioso . Por otra que es de muy mala ralea ;
parte , veo que Amadís de Gaula, sin y así hasta henchir un pipote ,
perder el juicio y sin hacer locuras , aquí lloró don Quijote
alcanzó tanta fama de enamorado ausencias de Dulcinea
del Toboso.
como el que más ; porque lo que hi Buscando las aventuras
zo , según su historia , no fué más
que por verse desdeñado de su seño por entre las duras peñas ,
ra Oriana, que le había mandado que maldiciendo entrañas duras,
no pareciese ante su presencia has que entre riscos y entre breñas
ta que fuese su voluntad , se retiró halle el triste desventuras ,
á la Peña Pobre , en compañía de un hirióle amor con su azote,
ermitaño, y allí se hartó de llorar no con su blanda correa ,
hasta que el cielo le acorrió en me y en tocándole al cogote,
dio de su mayor cuita y necesidad . aquí lloró don Quijote
Y si esto es verdad , como lo es , ausencias de Dulcinea
¿ para qué quiero yo tomar trabajo del Toboso.
ahora de desnudarme del todo , ni dar
pesadumbre á estos árboles , que no No causó poca risa en los que ha
llaron los versos referidos el añadi.
me han hecho mal alguno, ni tengo dura del Toboso al nombre de Dui
para qué enturbiar el agua clara
dostos arroyos , los cuales me han de cinea, porque imaginaron que debió
dar de beber cuando tenga gana ? de imaginar don Quijote, que si en
Viva la memoria de Amadís , y sea nombrando á Dulcinea no decía tam
imitado de don Quijote de la Mancha bién el Toboso, no se podría enten .
en todo lo que pudiere : del cual se der la copla : y así fué la verdad ,
como él después confesó. Otros mu
dirá lo que del otro se dijo, que si
muri por chos escribió, pero como se ha di
no acabó grandes cosas , ó
acometellas ; vsi yo no soy des cho, no se pudieron sgcar en limpio
ni enteros más destas tres coplas .
echado ni desdeñado de mi Dulcinea, En esto y en suspirar , y en llamar
bástamy, como ya he dicho , estar á los faunos v silvanos de aquellns
ausente della. Ea, pues, manos á la bosques, á las ninfas de los ríos , á
obra , venid á mi memoria , cosas de
Amadís .y enseñadme por dónde ten la dolorosa y húmida Eco , ' que le
go que comenzar a imitaros : mas respondiesen , consolasen y escucha
ya sé que lo más que él hizo fué sen , se entretenía, y en buscar al
gunas hierbas con que sustentarse
rezar, y así lo haré yo : y sirviéron
en tanto que Sancho volvía ; que si
le de rosario unas agallas grandes como tardó tres días, tardara tres
de un alcornoque , que ensartó , de que semanas, el caballero de la Triste
hizo un diez , y lo que fatigaba
mucho , era no hallar por allí otro er Figura quedara tan desfigurado, que
no lo conociera la madre que lo p
mitaño que le confesase, y con quien rio . Y será bien dejalle envuelto en
consolarse ; y así 89 entretenia , pa tre sus suspiros versos , por con
seándose por el pradecillo , escri tar lo que le avino á Sancho Panza
biendo y grabando por las cortezas
de los árboles y por la menuda are en su mandadería ; y fué que en
na muchos versos , todos acomodados saliendo al camino real , se puso en
busca del Toboso , y otro día llegó &
á su tristeza ,y algunos en alabanza la venta donde le había sucedido la
de Dulcinea . Mas los que 89 pudieron desgracia de la manta ; y no la hubo
hallar enteros , y que se pudiesen
leer, después que á él allí le halla bien visto cuando le pareció que otra
vez andaba por los aires, y no quiso
ron . no fueron más que éstos que entrar dentro , aunque llegó á hora.
aqui se siguen :
PARTE 1. - CAPÍTULO XXVI 105

que lo pudiera y debiera hacer por en el seno Sancho Panza buscando


ser la del comer, y llevar en deseo el librito, pero no le halló, ni le po
de gustar algo caliente , que había día hallar si le buscara hasta ahora ,
grandes días que todo era fiambre. porque se había quedado don Quijo
Esta necesidad le forzó á que llega te con él , y no se lo había dado, ni
se junto á la venta, todavía dudoso á él se lo acordó de pedirselo. Cuan
si entraría ó no ; y estando en esto, do Sancho vió que no hallaba el libro ,
salieron de la venta dos personas que fuésele parando mortal el rostro, y
luego le conocieron , y dijo el uno al tornándose á tentar todo el cuerpo
otro : Digame , señor licenciado, muy apriesa , tornó á echar de ver
e aquel del caballo no es Sancho Pan que no le hallaba, y sin más ni más
za, el que dijo el ama de nuestro se echó entrambos puños á las bar
aventurero que había salido con su bas y se arrancó la mitad dellas, y
señor por escudero ? Sí es, dijo el li luego apriesa y sin cesar se dió me
cenciado , y aquel es el caballo de dia docena de puñadas en el rostro
nuestro don Quijote ; y conociéronle y en las narices , que se las bañó to
tan bien, como aquellos que eran el das en sangre . Visto lo cual por el
cura y el barbero de su mismo lu cura y el barbero, le dijeron que qué
gar , y los que hicieron el escrutinio le había sucedido que tan mal se pa
y auto general de los libros : los raba. ¿ Qué me ha de suceder, res
cuales, así como acabaron de cono pondió Sancho, sino el haber perdido
cer á Sancho Panza y á Rocinante , de una mano á otra en un instante
deseosos de saber de don Quijote, se tres pollinos, que cada uno era como
fueron á él, y el cura le llamó por un castillo ? ¿ Cómo es eso ? replicó
su nombre, diciéndole : Amigo San . el barbºro. He perdido el libro de
cho Panza, è adónde queda vuestro memoria, respondió Sancho, donde
amo ? Conociólos luego Sancho Pan venía la carta para Dulcinea, y una
za , y determinó encubrir el lugar y cédula firmada de mi señor, por la
la suerte dónde y cómo su amo que cual mandaba que su sobrina me die
daba ; y así les respondió que su amo se tres pollinos de cuatro ó cinco que
quedaba ocupado en cierta parte y estaban en casa ; y con esto les contó
en cierta cosa que le era de mucha la pérdida del rucio . Consolóle el
importancia, la cual él no podía des cura, y díjole que en hallando á su
cubrir por los ojos que en la cara señor , él le haría rivalidar la manda ,
tenía. No, no , dijo el barbero , San y que tornase á hacer la libranza en
cho Panza , si vos no nos decís dónde papel , como era uso y costumbre ,
queda, imaginaremos , como ya ima. porque las que se hacían en libros
ginamos, que vos le habéis muerto de memoria, jamás se aceptaban ni
y robado, pues venís encima de su cumplían . Con esto se consoló San
caballo ; en verdad que nos habéis cho, y dijo que como aquello fuese
de dar el dueño del rocín , ó sobre asi, que no le daba mucha pena la
eso morena . No hay para qué con pérdida de la carta de Dulcinea ,
migo amenazas, que yo no soy hom porque él la sabía caşi de memoria,
bre que robo ni mato á nadie ; á cada de la cual se podría trasladar dónde
uno mate su ventura ó Dios que le y cuando quisiesen . Decidla, Sancho ,
hizo : mi amo queda haciendo peni pues , dijo el barbero , que después
tencia en la mitad dosta montaña , la trasladaremos. Paróse Sancho
muy á su sabor ; y luego de corrida Panza á rascar la cabeza para traer
y sin parar, les contó de la suerte ya se; ponía
que quedaba, las aventuras que le
ásobre sobrey otro
un pie layacarta,
la memoria unas
habían sucedido , y como llevaba la veces miraba al suelo , otras al cielo ,
carta a la señora Dulcinea del To y al cabo de haberse roído la mitad
boso , que era la hija de Lorenzo Cor de la yema de un dedo , teniendo sus
chuelo, de quien estaba enamorado pensos á los que esperaban que va
hasta los hígados. Quedaron admira 12 dijese, dijo al cabo da grandísimo
dos los dos de lo que Sancho Panza rato : Por Dios, señor licenciado, que
les contaba ; y aunque ya sabían la los diablos lleven la cosa que de la
locura de don Quijote , y el género carta se me acuerda, aunque en el
della , siempre que la olan se admira principio decía : Alta y soba jada
ban de nuevo : pidiéronle á Sancho señora. No dirá , dijo el barbero , so
Panza que los enseñase la carta que bajada, sino sobrehumana ó soborana
llevaba á la señora Duloinea del To señora Así es , dijo Sancho : luego
boso. El dijo que iba escrita en in si mal no me acuerdo, proseguía , si
libro de memoria, y que era orden mal no me acuerdo , el llagado y fal
de su señor que la hiciese trasladar to de sueño, y el ferido besa a
en papel en el primer lugar que vuestra merced las manos, ingrata
llegase : á lo cual dijo el cura que y muy desconocida hermosa ; v
se la mostrase , que él la trasladaría no sé qué decía de salud y de en
de muy buena letra. Metió la mano fermedad que le enviaba, y por aqui
106 DON QUIJOTE DE LA MANCIA
ība escurriendo hasta que acababa A , B , C ! ¿ Qué será de mí, si á mi
en : Vuestro hasta la muerte , el amo le da, antojo de ser arzobispo
caballero de la Triste Figura . No y no emperador, como es uso y cos
poco gustaron los dos de ver la bue tumbre de los caballeros andantes ?
na memoria de Sancho Panza , y ala No tengáis pena, Sancho amigo , dijo
báronsela mucho, y le pidieron que el barbero , que aquí rogaremos a
dijese la carta otras dos veces, para vuestro amo, y se lo aconsejaremos,
que ellos ansimismo la tomasen de y aun se lo pondremos en caso de
memoria para trasladalla á su tiem conciencia , que sea emperador y no
po . Tornóla á decir otras tres veces, arzobispo, porque le será más fácil
y otras tantas volvió á decir otros á causa de que él es más valiente
tres mil disparates. Tras esto contó que estudiante. Así me ha parecido
asimismo las cosas de su amo ; pero á mí, respondió Sancho , aunque se
no habló palabra acerca del mantea decir que para todo tiene habilidad :
miento que le nabía sucedido en aque. lo que yo pienso hacer de mi parte,
lla venta, en la cual rehusaba en es rogarle a nuestro Señor que le
trar . Dijo también como su señor, eche á aquellas partes donde él más
en trayendo que le trujese buen des se sirva y adonde á mí más merce
pacho de la señora Dulcinea del To des me haga. Vos lo decís como dis
boso , se había de poner en camino creto, dijo el cura , y lo haréis como
á procurar cómo ser emperador ó un buen cristiano ; mas lo que ahora
por lo menos monarca , que así lo te se ha de hacer, es dar orden como
nian concertado entre los dos , y era sacar á vuestro amo de aquella in
cosa muy fácil venir á serlo , según útil penitencia que decís que queda
era el valor de su persona y la fuer haciendo ; y para pensar el modo
za de su brazo : y que en siéndolo , que hemos de tener , y para comer ,
le había de casar á él, porque ya se que ya es hora, será bien nos entre
ría viudo, que no podía ser menos, mos en esta venta . Sancho dijo que
y le había de dar por mujer á una entrasen ellos, que él esperaría allí
doncella de la emperatriz, herederá fuera, y que después les diría la
de un rico y grande estado de tierra causa por qué no entraba ni le con
firme, sin insulosni insulas, que ya venía entrar en ella ; mas que les
no las quería . Decía esto Sancho rogaba que le sacasen allí algo de
con tanto reposo , limpiándose de comer, que fuese cosa caliente, y asi.
cuando en cuando las narices, y con niesmo cebada para Rocinante. Ellos
tan poco juicio , que los dos se ad se entraron y le dejaron, y de allí á
miraron de nuevo , considerando cuán poco el barbero le sacó de comer.
vehemente había sido la locura de Después, habiendo bien pensado en
don Quijote, pues había llevado tras tre los dos el modo que tendrían
sí el juicio de aquel pobre hombre, para conseguir lo que deseaban , vino
No quisieron cansarse en sacarle del el cura enun pensamiento muy aco
error en que estaba, pareciéndoles modado al gusto de don Quijote, y
que después que no le dañaba nada para lo que ellos querían ; y fué que
la conciencia , mejor era dejarle en dijo al barbero que lo que había pen
él , y á ellos les sería de más gusto sado era que él se vestiría en hábito
oir sus necedades ; y así le dijeron de doncella andante , y que el procu
que rogase á Dios por la salud de rase ponerse ! o mejor que pudiese
su señor, que cosa contigente y muv como escudero , y que así irían adon
agible era venir con el discurso del de don Quijote estaba, fingiendo
tiempo á ser emperador, como el de ser ella una doncella afligida y me
cía, ó por lo menos arzobispo ú otra nesterosa ; y le pediría un don , el
dignidad equivalente . A lo cual res cual él no podría dejársele de otor
pondió Sancho : Señores , si la for gar como valeroso caballero andante ;
tuna rodease las cosas de manera que y que el don que le pensaba pedir
á mi amo le viniese en voluntad de era que se viniese con ella donde
no ser emperador, sino de ser arzo ella le llevase, á desfacelle un mal
bispo, querría yo saber ahora qué agravio que un caballero le tenía fe
suelen dar los arzobispos andantes cho ; y que le sup'icaba ansimesmo
á sus escuderos. Suélenles dar , res que no la mandase quitar su antifaz ,
pondió el cura, algún beneficio simple ni la mandase cosa de su facienda
o curado, ó alguna sacristía , que les fasta que la hubiese fecho derecho
vale mucho de renta rentada, amén de aquel mal caballero ; y que cré
del pie de altar , que se suele esti yese sin duda, que don Quijote ven
mar en otro tanto . Para esto será åría en todo cuanto le pidiese por
menester, replicó Sancho, que el este término y que desta mantra
escudero no sea casado , y que sepa le sacarían de allí, y le llevarían
ayudar á misa por lo menos ; y si á su lugar, donde procurarían ver
esto es así, idesdichado yo, que soy si tenía algún remedio su xtraña
casado, y no sé la primera letra del locura .
PARTE 1 , -- CAPÍTULO XXVII 107

al barbero , le rogó que trocasen tra


jes , pues era más justo que el fuese
la ' doncella menesterosa y que él
CAPITULO XXVII haría el escudero, y que así se pro
fanaba menos su dignidad, y que si
no lo quería hacer , determinaba de
De cómo salieron con su intención no pasar adelante, aunque á don
el cura y el barbero, con otras Quijote se le llevase el diablo. En
cosa : dignas de que se cuenten esto llegó Sancho , y de ver á los dos
en esta grande historia. en aquel traje, no pudo tener la risa.
En efecto, el barbero vino en todo
No le pareció mal al barbero la in aquello que el cura quiso, y trocan
verción del cura, sino tan bien , que do la invención , el cura le fué infor
luego la pusieron por obra . Pidié mando el modo que había de tener
ronle á la ventera una saya y unas y las palabras que había de decir á
tocas , dejándole en prendas una so don Quijote para moverle y forzar
tana nueva del cura. El barbero hizo le á que con él se viniese y dejase
una gran barba de una cola rucia ó la querencia del lugar que había es
roja de buey , donde el vent- ro te cogido para su vana penitencia. El
nía colgado el peine. Preguntóles la barbero respondió, que sin que lo
ventera que para que le pedían aque diese lición, él lo pondría bien en
llas cosas. El cura le contó en breves su puesto. No quiso vestirse por en.
razones la locura de don Quijote, y tonces hasta que estuviesen junto de
como convenía aquel disfraz para dond : don Quijote estaba, y así do
sacarle de la montaña donde á la sa bló sus vestidos, y el cura acomodó
zón estaba . Cayeron luego el vintero su barba, y siguieron su camino,
y la ventera en que el loco era su guiándolos Sancho Panza, el cual les
huésped el del bálsamo y el amo del ſué contando lo que le aconteció con
manteado escudero , y contaron al el loco que hallaron en sierra , en
cura todo lo que con él 19 había pa cubriendo empero el hallazgo de la
sado , sin callar lo que tanto callaba maleta y de cuanto en ella venía,
Sancho. En resolución , la ventera que magier que tonto era un poco
vistió al cura de modo que no había codicioso el mancebo. Otro día llega
más que ' ver : púsole una saya de ron al lugar donde Sancho había
paño, llena de fajas de terciopelo dejado puestas las señales de las ra
negro de un palmo de ancho, todas mas para acertar el lugar donde ha
acuchilladas, y unos corpiños de bía dejado á su señor ; y en recono
terciopelo verde guarnecidos con ciéndole, les dijo como aquella era
unos ribetes de raso blanco , que se la entrada, y que bien se podían ves
debieron de hacer ellos y la saya tir, si era que aquello hacía al caso
en tiempo del rey Wamba. No con para la libertad de su señor, porque
sintió el cura que le tocasen , sino pú. ellos le habían dicho antes, que el
sose en la cabeza un berretillo de ir de aquella suerte y vestirse de
lienzo colchado que llevaba para dor aquel modo era toda la importancia
mir de noche, v ciñóse por la frente para sacar á su amo de aquella mala
una liga de tafetán negro, y con otra vida que había escogido, y que le
liga hizo un antifaz con que se cu encargaban mucho que no dijese á
brió muy bien las barbas y el rostro : su amo quién ellos eran, ni que los
encasquetose su sombrero, que era conocía ; y que si le preguntase,
tan grande que le podía servir de como se lo había de preguntar, si
quitasol, y cubriéndose su herreruelo , dió la carta á Dulcinea, dijese que
subió en su mula á mujeriegas, y el sí, y que por no saber leer le había
barbaro en la suya, con su barba que respondido de palabra, diciéndole que
le liegaba a la cintura, entre roja y le mandaba, so pena de la su des
blanca , como aquella que, como se ha gracia, que luogo al momento se
dicho, era hecha de la cola de un viniese á ver con ella, que era cosa
huey barroso. Despidiéronse de to que le importaba mucho ; porque
dos y de la buena de Maritornes, con esto y con lo que ellos pensaban
que prometió rezar un rosario , aun decirle , tenían por cos & cierta re
que pecadora , porque Dios les diese ducirle á mejor vida, y hacer con él
buen siiceso en tan arduo y tan cris que luego se pusiese en marcha para
tiano negocio , como era el que ha ir á ser emperador ó monarca , que
bían emprendido. Mas apenas hubo en lo de ser arzobispo, no había de
salido de la venta , cuando le vino al qué teiner. Todo lo escuchó Sancho
cura un pensamiento, que hacía mal y lo tomó muy bien en la memoria ,
en haberse puesto de aquella manera, y les agradeció mucho la atención
por ser cosa indecente que un sa
que tenían de aconsejar á su señor
cerdote se pusiese así, aunque le fuese emparador y no arzobispo , por
fu se mucho en ello ; y diciéndoselo que él tenía para sí, que para ha
108 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
cer mercedes á sus escuderos más ¿ Quién menoscaba mis bienes ?
podían los emperadores que los ar Desdenes.
zobispos andantes . También les dijo , ¿ Y quién aumenta mis duelos ?
quo sería bien que el fuese delante á Los celos .
buscarle y darle la respuesta de su ¿ Y quién prueba mi paciencia ?
señora, que ya sería ella bastante Ausencia.
á sacarle de aquel lugar, sin que Dese modo en mi dolencia
ellos se pusiesen en tanto trabajo. ningún remedio se alcanza,
Parecióles bien lo que Sancho Pan pues me matan la esperanza,
za decía, y así determinaron de desdenes, celos v ausencia .
aguardarle, hasta que volviese con ¿ Quién me causa este dolor ?
las puevas del hallazgo de su amo. Amor .
Entróse Sancho por aquellas quebra ¿ Y quién mi gloria repuna ?
das de la sierra, dejando a los dos Fortuna.
en una por donde corría un peque ¿ Y quién consiente mi duelo ?
ſo y manso arroyo, á quien hacían El cielo .
sombra agradable y fresca otras pe Dese modo yo recelo
ñas y algunos árboles que por allí morir deste mal extraño ,
estaban . El calor y el dia que allí pues se aúnan en mi daño
llegaron eran de los del mes de agos. amor, fortuna y el cielo .
to , que por aquellas partes suele ser ¿ Quién mejorará mi suerte ?
el ardor muy grande, la hora las tres La muerte.
de la tarde, todo lo cual hacía el si Y el bien de amor & quién lo alcanza ?
tio más agradable y que convidase Mudanza .
á que en él esperasen la vuelta de Y sus males ¿ quién los cura ?
Sancho , como lo hicieron . Estando, Locura.
pues, los dos sosegados y á la som Dese modo no es cordura
bra, llegó á sus oídos una voz, que querer curar la pasión ,
sin acomprarle son de algún otro cuando los remedios son :
instrumento, dulce y regaladamente muerte , mudanza y locura .
sonaba, de que no poco se admira
ron, por parecerles que aquel no era La hora , el tiempo, la soledad , la
lugar donde pudiese haber quien voz y la destreza del que cantaba ,
tan bier cartase ; porque aunque causó admiración y contento en los
suele decirse que por las selvas y dos oyentes , los cuales se estuvieron
campos se hallan pastores de voces quedos esperando si otra alguna cosa
extremadas , más son encarecimien oían ; pero viendo que duraba algún
tos de poetas que verdades, y más tanto el silencio , determinaron salir
cuando advirtieron que lo que oían á buscar el músico que con tan bue
cantar eran versos, no de rústicos na voz cantaba, y queriéndolo poner
ganaderos , sino de discretos corte en efecto , hizo la misma voz que no
sanos , y confirmó esta verdad haber se moviesen , la cual llegó de nuevo
sido los versos que oyeron éstos : á sus oídos , cantando este soneto :

SONETO

Santa amistad que con ligeras alas ,


tu apariencia quedándose en el suelo ,
entre benditas almas en el cielo
subiste alegre á las empíreas salas .
Desde allá, cuando quieres, nos señalas
la justa paz cubierta con un velo ,
por quien á veces se trasluce el celo
de buenas obras, que á la fin son malas.
Deja el cielo, oh amistad , ó no firmitas
que el engaño se vista tu librea,
con que destruye á la intención sincera :
que si tus apariciencias no le quitas ,
presto ha de verse el mundo en la pelea
de la discorde confusión primera.
El canto se acabó con un profundo como doloroso en los gemidos, no
suspiro , y los dos con atención vol- anduvieron mucho, cuando al volver
vieron á esperar si más se cantaba ; de una punta de una peña vieron á
pero viendo que la música se había un hombre del mismo talle y figu .
vuelto en sollozos y en lastimeros ra que Sancho Panza les había pin
ares, acordaron de saber quién era tado cuando les conto el cuento de
*1 triste tan extremado en la voz Cardenio ; el cual hombre, cuando los
PARTE 1. --CariTULO XXVII 109

vió , sin sobresaltarse estuvo quedo tras discretas persuasiones, os rue


con la cabeza inclinada sobre el pe go que escuchéis el cuento, que no
cho , á guisa de hombre pensativo, le tiene , de mis desventuras, porque
sin alzar los ojos á mirarlos, más de quizá después de entendido, ahorra
la vez primera cuando de improviso réis del trabajo que tomaréis en con
llegaron . El cura , que era hombre solar un mal que de todo consuelo
bien hablado, como el que ya tenía es incapaz. Los dos, que no deseaban
roticia de su desgracia , pues por otra cosa que saber de su misma
las señas le había conocido , se llegó boca la causa de su daño , le rogaron
áél, y con breves aunque muy dis se le contase, ofreciéndole no hacer
cretas razones, le rogó y persuadió otra cosa de la que quisiere en su
que aquella tan miserable vida de remedio ó consuelo ; y con esto el
jase, porque allí no la perdiese, que triste caballero comenzó su 'lastime
era la desdicha mayor de las desdi ra historią casi por las mismas pa
chas . Estaba Cardenio entonces eri labras y pasos que la había contado
su entero juicio, libre de aquel fu á don Quijote y al cabrero pocos días
rioso accidente que tan á menudo le atrás, cuando por ocasión del maes
sacaba de sí mismo : y así viendo á tro Elisabad y puntualidad de don
los dos en traje tan no usado de los Quijote en guardar el decoro á la
que por aquellas soledades andaban , caballería , se quedó el cuento im
no dejó de admirarse algún tanto y perfecto, como la historia lo deja
más cuando oyó que le habían ha contado ; pero ahora quiso la buena
blado en su negocio como en cosa suerte que se detuvo el accidente
sabida, porque las razones que el de la locura, y le dió lugar de con
cura le dijo , así lo dieron á enten tarlo hasta el fin ; y así llegando el
der ; y así respondió desta manera : paso del billete que había hallado
Bien veo yo, señores, quienquiera don Fernando entre el libro de Ama .
qus seáis, que el cielo , que tiene dís de Gaula, dijo Cardenio que le
cu de socorrer á los buenos, y tenía ien en la memoria, y que de
aun á los malos muchas veces , sin cía desta manera :
yo merecerlo me envía en estos tan
remotos y apartados lugares del tra LUSCINDA A CARDENIO
to común de las gentes, algunas per
sonas que , poniéndome delante de « Cada día descubro en vos valores
los ojos con vivas y varias razones, que me obligan y fuerzan á que en
cuán sin ella ando en hacer la vida pmás os estime ; así, si quisiéredes
que hago, han procurado sacarme » sacarme desta deuda sin ejecutarme
desta á mejor parte. Pero como no ven ' la honra , lo podréis muy bien
saben que sé yo, que en saliendo » hacer . Padre tengo que os conoce y
deste daño he de caer en otro mayor , que me quiere bien , el cual sin for
quizá me deben de tener por hombre » zar mi voluntad , cumplirá la que -
de flacos discursos , y aun lo que »será justo que vos tengáis, si es
peor sería , por de ningún juicio : pque me estimáis como decís y como
y no sería maravilla que así fuese, yo creo .
porque á mí se me trasluce que la
fuerza de la imaginación de mis des Por este billete me moví á pedir á
gracias es tan intensa y puede tanto Luscinda por esposa , como ya os he
en mi perdición, que sin que yo pue contado, y este fué por quien quedó
da ser parte á estorbarlo , vengo á Luscinda en la opinión de don Fer
quedar como piedra, falto de todo nando por una de las más discretas y
buen sentido y conocimiento ; y ven avisadas mujeres de su tiempo, y este
go á caer en la cuenta desta verdad , billete fué el que le puso en deseo de
cuando algunos me dicen y muestran destruirme antes que el mío se efec
señales de las cosas que he hecho tuase . Dijele yo á don Fernando en
en tanto que aquel terrible accidente lo que reparaba el padre de Luscin
me señorea, v no sé más que dolerme da, que era en que mi padre se la
en vano , y maldecir sin provecho pidiese , lo cual yo no le osaba decir ,
mi ventura, y dar por disculpa de temeroso que no vendría en ello, ro
mis locuras el decir la causa dellas porque no tuviese bien conocida la
á cuantos oiria quieren ; porque vien calidad , bondad , virtud y hermosura
do los cuerdos cuál es la causa , no se de Luscinda , y que tenía partes has
naravillarán de los efectos, y si no tantes para ennoblecer cualquier otro
me dieren remedio, á lo menos no linaje de España, sino porque yo
me darán culpa, convirtiéndoseles er tendía dél, que deseaba que no
el enojo de mi desenvoltura en lásti me casase tan presto, hasta ver lo
ma de mis desgracias. Y si es que que el duque Ricardo hacía conmigo .
vosotros , señores, venís con la mis. En resolución, le dije que no me
ma intención que otros han venido , aventuraba á decirselo á mi padre ,
antes que paséis adelante en vu ' $ así por aquel inconveniente, como
DON QUIJOTE DE LA MANCHA
110
por otros muchos que me acobarda . bando de decirme esto se le llenaron
los ojos de lágrimas, y un nudo se
ban, sin saber cuáles eran , sino que le atravesó en la garganta, que no le
me parecia que lo que yo desease dejaba hablar palabra de otras mu
jamás había de tener efecto . A todo
esto me respondió don Fernando, que chas que me pareció que procuraba
decirme . Quedé admirado de este
él se encargaba de hablar á mi pa
Cre , y hacer con el que hablase al de nuevo accidente hasta allí jamás en
Lusc.ngla, iOh Mario ambicioso ! ¡ Oh ella visto , porque siempre nos hablá
Catilina cruel ! iOh S.la facineroso ! bamos , las veces que la buena fortu
i Oh Galalón embustero ! i Oh Bellido na y mi diligencia lo concedía , con
traidor ! iOh Julián vengativo ! iOh todo regocijo y contento, sin mezclar
Judas codicioso ! Traidor , cruel, ven. en nuestras pláticas lágrimas, sus
gativo y embustero , & qué deservicios pirc3, celos , sospechas ó temores :
todo era engrandecer yo mi ventura
te había hecho este triste , que con
tanta llaneza te descubrió los se por habérmela dado el cielo por be
ñora : exageraba su belleza, admi
cretos y contentos de su corazón ? rábame de su valor y entendimien .
¿ Qué ofensa te hice , qué palabras te to : volvíame ella el recambio , aia
dije o qué consejos te di, que no bando en mi lo que como á enamora
fuesen todos encaminados á acre
da le parecía digno de alabanza. Con
centar tu honra y tu provecho ? Mas , esto nos contábamos cien mil niñe.
¿ de qué me quejo , i desventurado de rías y acaecimientos de nuestros ve
mil pues es cosa cierta que cuando
traen las desgracias la corriente de cinos y conocidos, y á lo que más se
las estrellas , como vienen de alto extendia mi desenvoltura, era á to
marle casi por fuerza una de sus be
abajo, despeñándose con furor y con llas y blancas manos, y llegarla á
violencia , no hay fuerza en ia tierra mi boca , según daba lugar la estre
que las detenga, ni industria humana
que prevenirlas pueda ? ¿ Quién pu cheza de una baja reja que nos divi
diera imaginar que don Fernando , día ; la noche que preceriió al
caballero ilustre, discreto , obligado triste día de mi partida, ella loro,
gimió y suspiró, y se fué y me dejó
de mis servicios, poderoso para al lleno de confusión y sobresalto , es
canzar lo que el deseo amoroso le
pantado de haber visto van wuevas y
pidiese , dondequiera que le ocupase , tan tristes muestras de dolor Ÿ sen
se había de enconar, como suele de. timiento en Luscinda ; pero por re
cirse , en tomarme a mí una sola
oveja que aun no poseía ? Pero qué destruir mis esperanzas, todo lo atri.
buí a la fuerza del amor lue me te.
dense estas consideraciones aparte nía, y al dolor que suele c.vusar la
como inútiles y sin provecho , y añu ausencia en los que bien se quieren ,
demos el roto hilo de mi desdichada
historia . Digo pues , que pareciéndole En fin , yo me parti iriste y pensa
tiro, llena el alma de saginaciones
á don Fernando que mi presencia y sospechas, sin aber loue sospe.
le era inconveniente para poner en chaba ni imaginaba : claros ir dlicios
ejecución su falso y mal pensamien que mostraban el triste sil ( 60 y
to, determinó de enviarme á su her. deeventura que me estaba guardada.
mano mayor con ocasión de pedirle Llegué al lugar donde era enviado,
unos dineros para pagar seis cabi di las cartas al hermano de don
llos , que de industria y sólo para Fernando, fuí bien recibido, Itro no
este efecto de que me ausentase, bien despachado , porque mu nardó
para poder mejor salir con su dañado aguardar, bien á mi nisgusto) , oho
intento , el mismo día que se ofreció días, y en parte donde el Dug :13 su
hablar á mi padre los compró, y padre no me viese, porque su her.
quiso que yo viniese por el dinero . mano le escribía que le enviase cier
;; Pude yo prevenir esta traición ? to dinero sin su sabiduría : y todo
¿ Pude por ventura caer en imaginar fué invención del falso don Fernan .
la ? No por cierto , antes con gran do, pues no faltaban á su permano
dísimo gusto me ofrecí á partir lue dineros para despacharme luego, Cr
go, contento de la buena compra he den y mandato fué éste que no puso
cha Aquella noche hablé con Lus en condición de no obedecerle for
cinda, le dije lo que con don Fer parecerme imposible ' 18teatar tan
nando quedaba concertado , y que tu. tog días la vida en el pusencia de
viese firme esperanza de que ten Luscinda , y más habiéndola dejado
drfan efecto nuestros buenos y jus. con la tristeza que os he caniado ;
tos deseos . Ella me dijo, tan segura pero con todo esto obedecíomo buen
como yo de la traición de don Fer criado, aunque veía cue había de ser
naido , que procurase volver pres á costa de mi salud . Pero á los cua
to, porque creía que no tardaría más tro días que allí llegué , llegó un
ja conclusión de nuestras voluntades , hombre en mi !! ssa on ila ( arta
que tardase mi padre de hablar al que me dió , que en el sobrescrite co.
suyo . No sé que se fué , que en aca
PARTE 1. - CAPÍTULO XXVII 111

noci ser de Luscinda, porque la le omanos, antes que la mía se vea en


tra dé era suya. Abrila te meroso y >condición de juntarse con la de
con sobresalto, creyendo que cosa quien tan inal sabe guardar la fe
grande debía de ser la que le había » que promete . »
movido á escribirme estando ausen Estas , en suma , fueron las razones
tt , pues presente pocas veces lo que la carta contenía, y las que me
hacia. Preguntéle al hombre , antes hicieron poner luego en camino sin
de leeria , quien se la había dado y esperar otra respuesta ni otros dine
el tiempo que había tardado en el ros : que bien claro conocí entonces
camino. Dijome que acaso pasando are no la compra de los cabalios,
por una calle de la ciudad a la hora sino la de su gusto , había movido á
de mediodía , una señora muy ner don Fernando á enviarme á su her
mosa le llamó desde una ventana , mano . El enojo que contra don Fer
los ojos llenos de lágrimas, y con mil nando concebí, junto con el temor
cha priesa le dijo : Hermano, si sois de perder la prenda que con tantos
Cristiano, como parecéis, por amor de años del servicios y deseos tenía
Dios os ruego que encaminéis luego granjeada, me pusieron alas, pues
luego esta carta al lugar y á la per casi coino en vuelo otro día me puse
sona que dice el sobrescrito, que todo en mi lugar al punto y hora que con
es bien conocido, y en ello haréis un venía para ir a hablar á Luscinda.
gran servicio á nuestro Señor ; y Entré secreto , y dejé una mula en
para que no os falte comodidad de que venía, en casa del buen hombre
poderlo hacer, tomad lo que va en que me había llevado la carta,
este pañuelo ; y diciendo esto , me quiso la suerte que entonces la tu
arrojó por la ventana un pañuelo, viese tan buena , que hallé á Lus
dor.de yenian atados cien reales y cinda puesta á la reja , testigo de
esta sortija de oro que aquí traigo, nuestros amores . Conocióme Luscin
con esa carta que os he dado. Y da 'uego, y conocíla yo ; mas no
luego sin aguardar respuesta mia, como debía ella conocerme, y yo co
se quitó de la ventana , aunque pri nocerla. Pero & quién hay en el mun.
mro vió como yo tomé la carta y el do que se pueda alabar que ha pene
pañuelo, y por señas le dije que ha trado y sabido el confuso pensamien .
ría lo que me mandaba. Y así vién to y cond.ción mudable de una mu
Jome tan bien pagado del trabajo jer ? Ninguno por cierto. Digo pues
que podía tomar en traérosla, y cono que así como Luscinda me vió , m
ciendo por el sobrescrito que érades dijo : Cardenio , de boda estoy vesti
ros á quien se enviaba , porque yo , da , yay me están aguardando en la
señor, os conozco muy bien , y obli sala don Fernando el traidor, v mi
gado asimismo de las lágrimas de padre el codicioso, con otros testigos,
aquella hermosa señora, determiné que antes lo serán de mi muerte
de no fiarme de otra persona, sino que de mi desposorio. No te turbes ,
venir yo mismo á dárosla ; y en diez amigo, sino procura hallarte presen
y seis horas que ha que se me dió , he te á este sacrificio, el cual , si no pu
becho el camino que sabéis, que es diese ser estorbado de mis razones ,
de diez y ocho leguas. En tanto que una daga llevo escondida, que podrá
el agradecido y nuevo correo esto me estorbar más determinadas fuerzas,
decía , estaba yo colgado de sus pala. dando fin á mi vida y principio á
bras, temblándome las piernas, de que conozcas la voluntad que te he
manera que apenas podía sostener tenido y tengo . Yo le respondi tur
me . En efecto , abrí la carta , y vi que bado y apriesa, temeroso no me fal
scntenía estas razones : tase lugar para responderla : Hagan ,
« La palabra que don Fernando os señora, tus obras verdaderas tus pa
od : 6 de hablar á vuestro padre para labras, que si tú llevas daga para
que hablase al mío , la ha cumplido acreditarte, aquí llevo yo espada para
minucho más en su gusto que en vues defenderte con ella, ó para matarme,
atro provecho. Sabed , señor, que él si la suerte nos fuere contraria . No
ome ha pedido por esposa, y mi pa creo que pudo oir todas estas razo
odre , llevado de la ventaja que el nes , porque sentí que la llamaban
piensa que don. Fernando os hace, apriesa , porque el desposado aguar
pha venido en lo que quiere, con tan caba. Cerróse con esto la noche de
atas Feras, que de aquí á dos días se mi tristeza, ruisoseme el sol de mi
ha de hacer el desposorio , tan se alegría , quedé sin luz en los ojos y
screto y tan á solar , que sólo han de sin discurso en el entendimiento.
sser testigos los cielos y alguna gen No acertaba a entrar en su casa ,
ote de casa. Cual vo quedo, imaginad. ni podia moverme á parte alguna ;
slo' : si os cumple venir, vedlo; y si pero considerando cuánto importahy
DOS quiero ó no, el suceso deste mi presencia para lo que suceder pu
negocio os lo dará á entender. A diese en aquel caso , me animé lo más
Dios plega que ésta llegue á russtras que pude, y entré en su casa , y
112 DON QUIJOTE DE LA MANCIJA

como yo sabía muy bien todas sus quia , y tomando a los dos por la
entradas y salidas , y más con el al nano para hacer lo que en tal acto
boroto que de secreto en eila andaba , se requiere, al decir : i Queréis , se
nadie me echó de ver : así que, sin ñora Luscinda, al señor don Fer.
ser visto tuve lugar de ponerme en riando, que está presente, por vues
el hueco que hacía una ventana de tro legítimo esposo , como lo manda
la misma sala, que con las puntas y la santa madre Iglesia ? yo saqué
remates de dos tapices se cubría, toda la cabeza y cuello de entre los
por entre las cuales, podía yo ver sin tapices , y con atentísimos oídos y
ser visto todo cuanto en la sala se alma turbada me puse á escuchar lo
hacía . ¿ Quién pudiera decir ahora que Luscinda respondía , esperando
los sobresaltos que me dió el cora de su respuesta la sentencia de mi
zón mientras allí estuve , los pensa muerte, 6 la confirmación de mi vi
mientos que me ocurrieron , las con da . i Oh , quién se atreviera á salir
sideraciones que hice ? Que fueron entonces, diciendo á voces : Luscin .
tantas y tales que ni se pueden de da , ah Lusuinda , mira lo que haces ,
cir , ni aun es bien que se digan : considera lo queme debes , mira que
basta que sepáis que el desposado eres mía y que no puedes ser de
entró en la sala sin otro adorno que ctro ! Advierte que el decir tú si, y
los mismos vestidos ordinarios que tl acabárseme la vida, ha de ser todo
solía. Traía por padrino á un primo á un punto . iAh traidor don Fer
hermano de Luscinda, y en toda la rando , robador de mi gloria, muer
sala no había persona de fuera sino te de mi vida ! ¿ qué quieres, qué
los criados de casa . De allí un poco pretendes ? Considera que no puedes
salió de una recámara Luscinda , cristianamente llegar al fin de tus
acompañada de su madre y de dos deseos , porque Luscinda es mi espo
doncellas suyas , tan bien aderezada sa, y yo soy su marido. i Ah loco de
y compuesta como su calidad y her mí ! ahora que estoy ausente y lejos
mosura merecían , y como quie era del peligro , digo que había de ha
la perfección de la gala y bizarría cer lo que no hice : ahora que dejé
cortesana . No me dió lugar mi sus robar mi cara prenda , maldigo al ro
pensión y arrobamiento para que mi bador , de quien pudiera vengarme si
rase y notase en particular lo que tuviera corazón para ello como le
traia vestido ; sólo pude advertir á tengo para quejarme : en fin , pues
los colores , que eran encarnado y fuí entonces cobarde y necio , no es
blanco, y en las vislumbres que las mucho que ' muera ahora corrido ,
piedras y joyas del tocado y de todo arrepentido y loco . Estaba esperando
el vestido hacían , á todo lo cual se el cura la respuesta de Luscinda ,
aventajaba la belleza sir gular de sus que se detuvo un buen espacio en
'hermosos y rubios cabellos , tales darla , y cuando yo pensé que sacaba
que , en competencia de las precio la daga para acreditarse , o desataba
sas piedras y de las luces de la lengua para decir alguna verdad 5
cuatro bachas que en la sala es desengaño que en mi provecho re
taban, la suya con más resplandor á dundase , oigo que dijo con voz des
los ojos ofrecían . i Oh memoria , ene . mayada y flaca : Si quiero ; y lo
miga mortal de mi descanso' ¿ De mismo dijo non Fernando, y dándole
que sirve representarme ahora la el anillo , quedaron en indisoluble
incomparable belleza de aquella ado nudo ligados. Llegó el despasado á
rada enemiga mía ? ¿ No será mejor , abrazar a su esposa, y ella ponién
ciue! memoria , que me cuerdas y dose la mano sobre el corazón , cayó
representes lo que entonces hizo desmayada en los brazos de su ma
para que movido de tan manifiesto dre. Resta ahora decir cuál quedé
agravio, procure , ya que 20 lat Ve 1) yo viendo en el sí que había oído,
ganza , á lo menos perder la vida ? burladas mis esperanzas, falsas las
No os canséis, señores, de oir estas palabras y promesas do Luscinda,
digresiones que hago, que no es mi imposibilitado de cobrar en algún
pena de aquellas que puedan .ni de
ban
tiempo el bien que en aquel instan
contarse suscintamente y de te había perdido : quedé falto de con
paso , pues cada circunstancia suya sejo , desamparado a mi parecer de
me parece í mí que es digna de un todo el cielo, hecho enemigo de la
Jargo discurso . A esto le respondió el tierra que me sustentaba, negándo.
cura que se cansaban en oirle ,
no dome el aire aliento para mis suspi .
sino que les daban mucho gusto las ros , y el agua humor para mis ojos :
menudencias que contaba, por ser sólo el fuego se acrecentó de manera ,
tales que merecían no pasarse en que todo ardía de rabia y de celos .
silencio, y la misma atención que lo Alborotáronse todos con el desmayo
principal del cuento. Digo pues, pro de Luscinda, y desabrochándole su
siguió Cardenio , que estando todos madre el pecho para que le diese el
en la sala entró el cura de la parro aire , se descubrió en él un papel
PARTE I.-- CAPÍTULO XXVII 113

cerrado , que don Fernando tomó lue juicio de su buena opinión y fama.
go, y se le puso á leer a la luz de una Luego volvía diciendo, que puesto
de las hachas ; y en acabando de que ella dijera que yo era su esposo ,
leerle , se sentó en una silla y se vieran ellos que no había hecho en
puso la mano en la mejilla con mues escogerme tan mala elección que no
tras de hombre muy pensativo , sin la disculparan , pues antes de ofre.
acudir á los remedios que á sú es cérseles don Fernando, no pudieron
posa se hacían para que del des ellos mismos acertar á desear, si
miayo volviese. Yo, viendo alborotada con razón midiesen su deseo , otro
toda la gente de casa , me aventuré á mejor que yo para esposo de su hija ;
salir, ora fuese visto ó no, con deter V que bien pudiera ella antes de
minición que si me viesen, de hacer ponerse en el trance forzoso y últi .
un desatino tal , que todo el mundo mu de dar la mano , decir que ya yo
viniera á entender la justa indigna le había dado la mia ; que yo viniera
ción de mi pecho en el castigo del y condescendiera con todo cuanto
faiso don Frnando, y aun en el mu ella acertava fingir en este caso . En
dable de la desmayada traidora ; pero fin , me resolvi en que poco amor ,
mi suerte , que para mayores males, poco juicio , mucha ambición y de .
si es posible que los haya , me debe seos de grandezas hicieron que se
tener guardado, ordenó que en aquel olvidase de las palabras con que me
puntc me sobrase el entendimiento había engañado, entretenido y suz .
que después acá me ha faltado ; y tentado en mis firmes esperanzas y
así sin querer tomar venganza de honestos deseos . Con estas voces y
con esta inquietud caminé
mis mayores enemigos (que por es lo que
tar tan sin pensamiento mío , fuera quedaba de la noche, y di al anane
fácil tomarla ), quise tomarla de mi cer en una entrada destas sierras,
mino, y ejecutar en mí la pena que por las cuales caminé otros tres días
elios merecían, y aun quizás con sin senda ni camino alguno, hasta
más rigor del que con ellos se usa que vine á parar á unos prados, que
ra , si entonces les diera muerte, no sé í qué lado destas montañas
pues la que se recibe repentina , caen, y allí pregunté á unos ganade
j resto acaba la pena ; mas la que se ros que hacia dónde era lo más áspe
dilata con tormentos , siempre mata ro destas sierras . Dijéronme que ha
sin acabar la vida. En fin , yo sali de cia esta parte : luego me encaminé
aquella casa, v vine á la de aquél á ella con intención de acabar aquí
donde había dejado la mula ; hice la vida ; y en entrando por estas as
que me la ensillase, sin despedirme perezás, del cansancio y de la ham.
del subí en ella, y salí de la ciudad , bre se cayó mi mula muerta, ó lo que
sin osar como otro Lot volver el ros yo más creo , por desechar de sí tan
tro y miralla ; y cuando me vi, en el inútil carga como en mí llevaba . Yo
campo solo, y que la obscuridad de la quedé á pie , rendido de la naturale.
noche me encubría y su silencio con za, traspasado de hambre, sin tener
vidaba á quejarme, sin respeto ó ni pensar buscar quien me socorrie
miedo de ser escuchado ni conocido , se. De aquella manera estuve no sé
solté la voz y desaté la lengua en qué tiempo tendido en el suelo, al
tantas maldiciones de Luscinda y de cabo del cual me levanté sin hambre,
don Fernando , como si con ellas sa y hallé junto á mí á unos cabreros,
tisficiera el agravio que me habían que sin duda debieron ser los que
hecho . Dile títulos de cruel , de in . mi necesidad remediaron porque ellos
grata, de falsa y desagradecida ; me rijeron de la manera que me ha
pero sobre todo de codiciosa, pues la bían hallado, y cómo estaba diciendo
riqueza de mi enemigo la había ce. tantos disparates y desatinos , que da
rrado los ojos de la voluntad para ba indicios claros de haber perdido el
quitármela á mí, y entregarla á juicio : y yo he sentido en mí, des.
aquél con quien más liberal y franca pués acá, que 2: 0 todas veces le tengo
la fortuna se había mostrado : v en cabal, sino tan desinedrado y flaco,
mitad de la fuga de estas maldicio que hago mil locuras, rasgándome los
nes y vituperios la disculpaba, di vestidos, dando vocés por estas so
ciendo que no era mucho que una ledades, maldiciendo mi ventura y re
doncella recogida en casa de sus pitiendo en vano el nombre amado de
padres, hecha y acostumbrada siem mi enemiga, sin tener otro discurso
pre á obedecerlos, hubiese querido ni intento entonces que procurar
condescender con su gusto , pues le acabar la vida voceando ; cuan
daban por esposo un caballero tan do en mi vuelvo, me hallo tan
principal, tan rico y tan gentilhom . cansado y molido, que apenas pue
üre , que á no querer recibirle, se do moverme. Mi más común habi
podía pensar ó que no tenía juicio , tación es el hueco de un alcornoque,
ó que en otra parte tenía la volun capaz de cubrir este miserable cuer
tad , cosa que redundaba tan en per po . Los vaqueros y cabreros que
S
DON QUIJOTE DE LA MANCIJA

andan por estas montañas, movidos


de caridad me sustentan poniéndome
el manjar por los caminos y por las
peñas por donde entienden que acaso CAPITULO XXVIII
podré pasar y hallarlo ; y así, aun
que entonces me falte el juicio. la
necesidad natural me da á cono Que trata de la muera y agradable
cer el mantenimiento, y despierta aventura que al cura y barbero
en mí el deseo de apetecerlo y la sucedió en la misma sierra .
voluntad de tomarlo : otras veces
me dicen ellos, cuando me en
cuentran con juicio, que yo salgo Felicísimos y venturosos fueron los
á los caminos y que se lo quito por tiempos donde se echó al mundo el
fuerza , aunque me lo den de gra audacísimo caballero don Quijote de
rio , á los pastores que vienen con ello la Mancha, pues por haber tenido tan
del lugar á las majadas . Desta ma honrosa determinación, como fué el
nera paso mi miserable y extrema querer resucitar y volver al mundo la
vida, hasta que el cielo sea servido va perdida y casi muerta orden de la
de conducirla á su último fin , o de andante caballería , gozamos ahora en
ponerle en mi memoria , para que no esta nuestra edad, necesitada de ale
me acuerde de la hermosura y de la fres entretenimientos , no sólo de la
traición de Luscinda, y del agravio dulzura de su verdadera historia,
de don Fernando ; que si esto el sino de los cuentos y episodios della,
hace sin quitarme la vida, yo volve. que en parte no son menos agrada
ré á mejor discurso mis pensamien bles y artificiosos y verdaderos que la
tos : donde ro , no hay sino rogarle misma historia . La cual , prosiguien
que absolutarnente tenga misericor do su rastrillado, torcido y aspado
dia de mi alma, que yo no siento en hilo, cuenta que así como el cura co
mí valor ni fuerzas para sacar el menzó á prevenirse para consolar á
cuerpo de esta estrecheza en que por Cardenio , lo impidió una voz que lle
mi gusto he querido ponerle . Esta gó á sus oídos, que con tristes acen
es , oh señores, la amarga historia de tos decía desta manera :
mi desgracia : decidme si es tal i Ay Dios ! & si será posible que he
que pu da celebrarse con menos sen. ya hallado lugar que pueda servir de
timientos que los que en mí habéis escondida sepultura á la carga pesa
visto : y no os canséis en persua da de este cuerpo, que tan contra mi
dirme ni aconsejarme lo que la ra voluntad sostengo ? Sí será , si la so
26:1 os dijere que puede ser bueno lcdad que prometen estas sierras no
para mi remedio , porque ha de apro. me miente . i Ay desdichada ! y cuán
vechar conmigo lo que aprovecha la más agradable compañía harán estos
medicina recetada do famoso médico riscos y malezas á mi intención, pues
a ! enfermo que recibir no la quiere. me darán lugar para que con quejas
Yo no quiero salud sin Luscinda ; comunique mi desgracia al cielo, que
pues ella gusta de ser ajena , siendo no la de ningún hombre humano,
ó debiendo ser mía, guste yo de ser pues no hay ninguno en la tierra de
de la desventura , pudiendo haber quien se pueda esperar consejo en
sido de la huena dicha. Ella quiso las dudas , alivio en las quejas, ni re .
con su mudanza hacer estable mi medio en los males. Todas estas ra
perdición ; yo querré con procurar zones oyeron y percibieron el cura y
perderme hacer contenta su volun. los que con él estaban , y por pare
tad y será ejemplo á los por venir cerles , como ello era, que allí junto
de que á mí solo faltó lo que á las decían , se levantaron á buscar
todos los desdichados sobra, á los el dueño, y no hubieron andado
cuales suele ser consuelo la imposi veinte pasos, cuando detrás de un
bilidad de tenerle , y en mí es causa peñasco vieron sentado al pie de un
de mayores sentimientos y males , fresno á un mozo vestido como la
porque aun pienso que no se han de brador , al cual , por tener inclinado
acabar con la muerte . Aquí dió fin el rostro á causa de que se la vaba
Cardenio á su larga plática y tan des los pies en el arroyo que por allí
dichada como amorosa historia ; y al corríi , no se le pudieron ver por
tiempo que el cura se prevenía para entonces ; y ellos llegaron con tanto
decirle algunas razones de consuelo , silencin, que dél no fueron sentidos ,
le suspendió una voz que llegó a sus ni él estaba á otra cosa atento que a
oídos , que en lastimados acentos oye lavarse los pies , que eran tales , que
ron que decía lo que se dirá en la no parecían sino dos pedazos de blan .
parte cuarta de esta narración : que ro cristal, que entre las otras piedras
en este punto dió fin à la tercera el del arroyo se habían nacido. Suspen
sábio y atentado historiador Cide dicles ia blancura y belleza de los
Hamete Benengeli . pies, pareciéndoles que no estaban
PARTE 1. - CAPÍTULO XXVIII 115

hechos á pisar terrones, ni á andar dió consigo en el suelo. Lo cual vis


tras el arado y los bueyes , como mos . to por los tres , salieron á ella , y el
traba el hábito de su dueño ; y así cura fué el primero que le dijo :
viendo que no habían sido sentidos, Deteneos , señora, quienquiera que
el cura, que iba delante, hizo señas á seáis, que los que aquí veis sólo
los otros dos que se agaza pasen o es tienen intención de serviros : no hay
condiesen detrás de unos pedazos de para que os pongáis en tan imper
* paña que allí había ; así lo hicieron tinente huída, porque mi vuestros
todos , mirando con atención lo que el pies lo podrán suirir, ni nosotros con
mozo hacía, el cual traía puesto un sentir. A todo esto ella no respondía
capotillo pardo, de dos haldas, muy palabra, atónita y confusa. Llegaron
ceñido al cuerpo con una blan pues á ella , y asiéndola por la mano
ca : traía ansimismo unos calzones y el cura, prosiguió diciendo : Lo que
polainas de piaño pardo, y en la cabe vuestro traje, señora, nos niega,
za una montera parda : tenía las po vuestros cabellos nos descubren , se
lainas levantadas hasta la mitad de ñales claras que no deben de ser de
la pierna , que sin duda alguna de poco momento las causas que han
blanco alabastro parecía . Acabóse de disfrazado vuestra belleza en hábite
lavar los hermosos pies, y luego con tan indigno, y traídola á tanta so
un paño de tocar , que sacó de bajo ledad como es esta , en la cual ha
de la montera, se los limpio ; y al sido ventura el hallaros, si no para
querer quitársele alzó el rostro, y dar remedio á vuestros males, á lo
tuvieron lugar los que mirándole es menos para darles consejo , pues nin .
taban , de ver una hermosura in gún mal puede fatigar tanto, ni lle
comparable, tal que Cardenio dijo al gar tan al extremo de serlo, mien
cura con voz baja : Esta , ya que no tras no acaba la vida, que rehuya
es Luscinda, no es persona humana, di no escuchar siquiera el consejo
sino divina. El mozo se quitó la que con buena intención se le da
montera , y sacudiendo la cabeza á al que lo padece. Así que , señora
una y á otra parte, se comenzaron á mía 6 señor mío , ó lo que vos qui.
descoger y desparcir unos cabellos siéredes ser, perded el sobresalto que
que pudieran los del sol tenerles en. 1.uestra vista ,os ha causado y con
vidia :con esto conocieron que el tadnos vuestra buena ó mala suer
que parecía labrador, era mujer, y te , que en nosotros juntos ó en cada
delicada, y aun lạ más hermosa que uno hallaréis quien os ayude a sentir
hasta entonces los ojos de los dos vuestras desgracias. En tanto que el
habían visto, y aun los de Cardenio, cura decía estas razones , estaba la
si no hubieran mirado y conocido i disfrazada moza como embelesada ,
Luscinda, que después afirmó que mirándolos a todos sin mover lab .
scla la belleza de Luscinda podia ni decir palabra alguna, bien así co.
contender con aquella . Los luengos mo rústico aldeano que de improviso
y rubios cabellos no sólo le cubrieron se le muestran cosas raras y dél ia
las espaldas, mas toda en torno la más vistas ; mas volviendo el cura i
escondieron debajo dellos , que si no decirle otras razones al mismo efecto
cran los pies, ninguna otra cosa de encaminadas, dando ella un profundo
su cuerpo se parecía : tales y tantos suspiro, rompió el silencio y dijo :
eran . En esto les sirvió de peine Pues que la soledad destas sierras no
unas manos, que si los pies en el ha sido parte para encubrirme, ni la
agua habían parecido pedazos de cris. soltura de mis descompuestos cabe
tal, las manos en los cabellos seme llos no ha permitido que sea menti .
jaban pedazos de apretada nieve : rcsa mi lengua, en balde sería fingir
todo lo cual en más admiración y en vo de nuevo ahora lo que si se me
más deseo de saber quién era , ponía creyese , sería más por cortesía que
1 los tres que la miraban . Por esto . por otra razón alguna. Presupuesto
determinaron de mostrarse , y al mo esto, digo, señores, que os agradez
vimiento que hicieron de ponerse en co el ofrecimiento que me habéis
pie, la hermosa moza alzó la cabeza, hecho, el cual me ha puesto en obli
apartándose los cabellos de delan gación de satisfaceros en todo lo que
te de los ojos con entrambas manos , me habéis pedido , puesto que temo
miró los que el ruido hacían ; y ape que la relación que os hiciere de mis
nas los hubo visto , cuando se levantó desdichas og ha de causar al par de
en pie, y sin aguardar á calzarse ni la compasión la pesadumbre, porque
á recoger los cabellos, asió con mu . no habéis de hallar remedio para re
cha presteza un bulto como de ropa mediarlas ni consuelo para entrete
que junto á sí tenía, y quiso ponerse nerlas . Pero con todo esto , porque no
en huída, llena de turbación y sobre. ande vacilando mi honra en vuestras
salto , maz no hubo dado seis pasos , intenciones , habiéndome ya conocido
cuando no pudiendo sufrir los delica por mujer , viéndome moza . sola
dos pies la aspereza de las piedras , y en este traje, cosas todas juntas y
116 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

cada una pór sí que pueden echar lagares del vino , el número riel gana
por tierra cualquier honesto crédito, do mayor y menor, el de las cojme
os habré de decir lo que quisiera nas , finalmente , de todo aquello que
callar si pudiera. Todo esto dijo sin un tan rico labrador como mi padre
parar , la que tan hermosa mujer pa puede tener y tiene, tenía yo la cuen .
recía , con tan suelta lengua , con voz ta, y era la mayordoma y señora , con
tan suave, que no menos les admiro tanta solicitud mía y con tanto gusto
sul discreción que su hermosura : y suyo , que buenamente no acertaré á
tornándoles hacer nuevos ofreci encarecerlo . Los ratos wie dei lía me
mientos y nuevos ruegos para que ! o quedaban, después de haber dado lo
prometido cumpliese, ella sin hacer que convenía á los mayorales o ca
se más de rogar , calzándose con toda pataces, y á otros jornaleros, los en
honestidad y recogiendo sus cabe tretenia en ejercicios de son ií las
Nos , se acomodó en el asiento de doncellas tan lícitos como necesarios,
una piedra , y puestos los tres alre como son los que ofrece la aguja y
dedor della , hac éndose fuerza por la almohadilla, y la rueca muchas ve
detener algunas lágrimas que á los ces ; y si alguna por recrear el án
ojos se lo venían, con voz reposada y mo estos ejercicios dejaba, me aco .
clara comenzó la historia de su vida gia al entretenimiento de leer al .
desta manera : gún libro devoto , ó á tocar una arpa ,
En esta Andalucía hay un lugar de porque la experiencia me mostraba
quien toma título un duque , que le que la música compone los ánimos
hace uno de los que llamnan grandes descompuestos, y alivia los trabajos
de España : éste tiene dos hijos : el que nacen del espíritu . Esta pues era
mayor , heredero de su estado y al la vida que tenía yo , en casa de mis
parecer de sus buenas costumbres, y pedres, la cual si tan particularmen
el menor no sé yo de que sea here. te he contido, no ha sido por osten
dero, sino de las traiciones de Beil . toción , ni por dar á entender que
do y de los embustes de Galalón . soy rica, sino porque sc advierta cuán
Deste señor son vasallos mis padres, sin culpa me he venido de aquel buen
humildes en linaje, pero tan ricos , estado que he dicho, al infelice en
que si los bienes de su naturaleza que ahora me hallo . Es pues el caso ,
igualaran á los de su fortuna, ni que pasando mi vida en tantas ocu
ellos tuvieran más que desear, ni so paciones y en un encerramiento tal,
terriera verme en la desdicha en que que al de un monasterio pudiera com
me veo, porque quizá lace mi fica pararse , sin ser vista, á mi parecer,
ventura de la que tuvieron ulos en de otra persona alguna que de los
no haber nacido ilustres : bien CS criados de casa, porque los días que
verdad que no son tan bajos , que iba á misa era tan de mañana, y tan
puedan afrentarse de su estado, ni tan acompañada de mi madre y de otras
altos , que á mí me quiten ia ius agi criadas, y yo tan cubierta y recatada,
nación que tengo de que de su lumil. que apenas veían mis ojos más tierra
dad viene mi desgracia. Filos en de aquella donde yo ponía los pies ;
fin son labradores , gente llana, sin con todo esto , los del amor ó los de
mezcla de alguna raza inalsonante , y la ociosidad por mejor decir, á quien
como suele decirse cristianos viejos los de lince no pueden igualarse, me
rancios , pero tan rancios, que su ri. vieron puestos en la solicitud de don
queza y magnífico trato les va poco á Fernando, que es este el nombre del
poco adquiriendo el nombre de bi hijo menor del duque que os he con
dalgos y aun de caballeros, puesto tado . No hubo bien nombrado á don
que de la mayor riqueza y nobleza Fernando la que el cuento contaba,
que ellos se preciaban , era le tener cuando á Cardenio se le mudó la
me á mí por hija ; y así por ro te color del rostro , y comenzó á trasu .
ner otra ni otro que los heredase, dar con tan grande alteración , que
como por ser padres y aficionados, el cura y el barbero, que miraron en
Vo era una de las más regaladas ello, temieron que le venía aquel ac
hijas que padres jamás regularon. cidente de locura que habían oído de.
Era el espejo en que se miraban , el cir que de cuando en cuando le ve.
báculo de su vejez, y el sujeto a nía : mas Cardenio no hizo otra cosa.
quien encaminaban , midiéndolos con que trasudar y estarse quedo, miran .
el cielo , todos sus deseos ; de los do de hito en hito á la labradora.
cuales, por ser ellos tan buenos, los inaginando quién ella era : la cual ,
míos no salían un punto , y del mis sin advertir en los movimientos de
mo modo que yo era señora de sus Cardenio , prosiguió su historia di
ánimos, así lo era de su hacienda : ciendo : Y no me hubieron bien visto ,
por mí se recibían y despedían los cuando, según el dijo después , quedó
criados ; la razón y cuenta de lo que tan preso de mis amores, cuanto lo
se sembraba y cogía pasaba por mi dieron bien á entender sus demos .
mano ; de los molinos de aceite, los traciones. Mas por acabar presto con
PARTE 1.- CAPÍTULO XXVIII 117

el cuento, que no le tiene, de mis que inis padres andaban para darme
desdichas , quiero pasar en silencio estado, por quitalle á él la esperanza
las diligencias que don Fernando de poseerme , ú á lo menos porque
hizo para declararme su voluntad : yo tuviese más guardas para guar
sobornó toda la gente de mi casa, dió darme ; y esta nueva sospecha fué
y ofreció dádivas y mercedes á mis causa para que hiciese lo que ahoru
parientes, los días eran todos de fies . oiréis, y fué que una noche, estando
ta y do regocijo en mi calle, las no yo en mi aposento con sola la com .
ches no dejaban dormir á nadie las pañía de una doncella que me ser
músicas ; los billetes, que sin saber vía, teniendo bien cerradas las puer
cómo á mis manos venían, eran in tas, por temor que por descuido mi
finitos, llenos de enamoradas razones honestidad no se viese en peligro,
y ofrecimientos, con menos letras que sin saber ni imaginar cómo, en medio
promesas y juramentos. Todo lo cual, destos recatos y prevenciones, y en
Io sólo no me ablandaba, pero me la soledad deste silencio y encierro,
endurecía de manera como si fuera me le halié delante , cuya vista me
mi mortal enemigo, y que todas las turbó de manera que me quitó la de
obras que para reducirme á su vo mis ojos, y me enmudeció la lengua ;
luntad hacía , las hiciera para el efec y así no fuí poderosa de dar voces ,
to contrario : no porque á mí me pi ni aun él creo que me las dejara dar.
reciese mal la gentileza de don Fer porque luego se llegó á mí, y to
nando, ni que tuviese á demasía sus mándome entre sus brazos ( porque
solicitudes, porque me daba un no yo, como digo, no tuve fuerzas para
sé qué de contento verme tan que defenderme según estaba turbada ) ,
rida y estimada de un tan principal comenzó á decirme tales razones , que
caballero, y no me pesaba ver en sus no sé cómo es posible que tenga
papeles mis alabanzas; que en esto , tanta habilidad la mentira, que las
por feas que seamos las mujeres, me sepa componer de modo que parezcan
parece á mí que siempre nos da gus tan verdaderas : hacía el traidor que
to el oir que nos llaman hermosas . sus lágrimas acreditasen sus pala
Pero a todo esto se oponía mi hones bras , y los suspiros su intención ,
tidad y los consejos continuos que Yo pobrecilla, sola entre los míos,
mis padres me daban , que ya muy mal cjercitada en casos semejantes,
al descubierto sabían la voluntad de comencé no sé en qué modo á tener
don Fernando, porque ya á él no se por verdaderas tantas falsedades , pero
le daba nada de que todo el mundo no de suerte que me moviesen á
la supiese . Decíanme mis padres, que compasión menos que buena sus lá.
en sola mi virtud y bondad dejaban grimas y suspiros : y así pasándome
y depositaban su honra y fama, y quei sobresalto primero , torné algún
que considerase la desigualdad que tanto á cobrar mis perdidos espiri
había entre mí y don Fernando, v tus , con más ánimo del que pensé
que por aquí echaría de ver que sus que pudiera tener, le dije : si como
pensamientos, aunque el dijese otra estoy, señor, en tus brazos, estuviera
cosa , más se encaminaban á su gusto . entre los de un león fiero , y el li
que á mi provecho ; " y que si yo brarme dellos se me asegurara con
quisiese poner en alguna manera ai. que hiciera 6 dijera cosa que fuera
gún inconveniente para que él se en perjuicio de mi honestidad , así
dejase de su injusta pretensión, que fuera posible hacella ó dicilla como
ellos me casarían luego con quien yo € S posible dejar de haber sido lo que
más gustase , así de los más princi. fué ; así que, si tú tienes ceñido mi
pales de nuestro lugar, como de cuerpo con tus brazos, yo tengo atada
todos los circunvecinos, pues todo se mi alma con mis buenos deseos, que
podía esperar de su mucha hactenda son tan diferentes de los tuyos como
y de mi buena fama. Con estos cier lo verás si con hacerme fuerza qui .
tos prometimientos, y con la verdad sieres pasar adelante en ellos. Tu
que ellos me decían , fortificaba yo vasalla soy, pero no tu esclava ; ni tie
mi entereza , y jamás quise responder ne ni debe tener imperio la nobleza de
á don Fernando palabra que le pu tu sangre para deshonrar y tener en
diese mostrar, hünque de muy lejos, poco la humildad de la mía , y en tan
esperanza de alcanzar su deseo. To. to me estimo yo willana y labradora,
dos esto9 recatos míos, que él debía como tú señor y caballero. Conmigo
de tener por desdenes , debieron ser no han de ser de ningún efecto tus
cansa de avivar más su lascivo ape fuerzas, ni han de tener valer tus
tito, que este nombre quiero dar á riquezas, ni tus palabras han de po
la voluntad que me mostraba ; la der engañarme, ni tus suspiros y lá
cual si ella fuera como debía , no la grimas enternecerme : si alguna de
scipiérades vosotros ahora, porque todas estas cosas que he dicho, vier)
hubiera faltado la ocasión de decí vo en el que mis padres me 'dieran
rosia . Finalmente don Fernando supo por esposo , á su voluntad se ajustata
118 DON QUIJOTE DE LA MANCIA
la mía, y mi voluntad de la suya parte para que él dejase de seguir
no saliera : de modo que como que su intento , bien ansí como el que no
dara con honra, aunque quedara sin piensa pagar, que al concertar de la
giustu, de grado te entregara lo que barata no repara en inconvenientes .
tú , señor, ahora con tanta fuerza Yo á esta sazón hice un breve discurso
procuras : todo esto he dicho, porque conmigo, y me dije á mí misma :
no es pensar que de mi alcance cosa Sí, que no seré yo la primera que
alguna el que no fuere mi legítimo por vía de matrimonio haya subido
esposo. Si no reparas más que en de humilde á grande estado, ni será
eso, bellísima Dorotea , que este es el don Fernando el primero á quien
nombre desta desdichada, dijo el hermosura , ó ciega afición , que es lo
desleal caballero, ves aquí te doy la más cierto, haya hecho tomar compa
mano de serlo tuyo y sean testigos ñía desigual á su grandeza ; pues si
desta verdad los cielos, a quien nin no hago ni mundo, ni uso nuevo, bien
guna cosa se esconde, y esta imagen es acudir á esta honra que la suerte
de Nuestra Señora que aquí tienes . me ofrece, puesto que en esto no
Cuando Cardenio le oyó decir que se dure más ' la voluntad que me mues
llamaba Dorotea, ' torno de nuevo á ira, de cuanto dure el cumplimiento
sus sobresaltos y acabó de confirmar de su deseo, que en fin para con
por verdadera su primera opinión ; Dios seré su esposa, y si quiero con
desdenes despedille , en término e
pero no quiso interrumpir el cuento, veo que no usando el que debe, usarí
por ver en qué venía á parar lo que
él ya casi sabía ; sólo dijo : ¡ Qué ! el de la fuerza, y vendré á quedar
. Dorotea es tu nombre, señora ? Otra deshonrada у sin disculpa de la culpa
que me podrá dar el que no supiere
hy oído yo decir del mismo, que cuán sin ella he venido a este pun
quizá corre parejas .con tus desd : to : porque ¿ qué razones serán bas
chas : pasa adelante, que tiempo ven. tantes para persuadir á mis padres
drá en que te dig cosas que te y á otros , que este caballero entro
espanten en el mismo grado que te en mi_aposento sin consentimiento
lastimen . Reparó Dorotea en las ra. mío ? Todas estas demandas y res
zches de Cardenio y en su extraño
puestas resolvi en un instante en la
y desastrado traje , y rogóle que si imaginación , y sobre todo me CO
alguna cosa de su hacienda sabía , se menzaron á hacer fuerza y á inclinar
la dijese luego , porque si algo le ha narme á lo que fué, sin yo pensarlo ,
bía dejado bueno la fortuna, era el mi perdición , los juramentos de don
ánimo que tenía para sufrir cualquier
desastre que le sobreviniese , segura Fernando, los testigos que ponía ,
las lágrimas que derramaba, y final .
de que á su parecer ninguno podía
llegar, que el que tenía acrecentase mente su disposición y gentileza, que
acompañada con tantas muestras de
un punto. No le perdiera yo , señora, verdadero amor, pudieran rendir á
respondió Cardenio, en decirte lo que otro tan libre y recatado corazón
pionso , si fuera verdad lo que ima como el mío: Llamé. á mi criada.
gino , y hasta ahora no se pierde co • para que en la tierra acompañase á
vuntura, ni á ti te importa nada el los testigos del cielo : torno doni
saberlo . Sea lo que fuere, respondió Fernando á reiterar y confirmar sus
Dorotea, lo que en mi cuento pasa
fué , que tomando don Fernando una juramentos, añadió a los primeros,
imagen que en aquel aposento es nuevos santos por testigos, echose
mil futuras maldiciones si no cum
taba, la puso por testigo de nuestro
desposorio : con palabras eficacísimas pliese lo que me prometía, volvió a
juramentos extraordinarios me dio humedecer sus ojos y á acrecentar
sus suspiros, apretome más entre
la palabra de ser mi marido, puesto sus brazos, de los cuales jamás me
que antes que acabase de decirlas, le había dejado ; y con esto, y con vol .
dije que mirase bien lo que hacía , y verse á salir del aposento mi don
que considerase el enojo que su padre cella , yo dejé de serlo , y él acabó de
había de recibir de verle casado con
ser traidor y fementido. El día que
una villana vasalla suya ; pues no le sucedió a la noche de mi desgracia ,
cegase mi hermosura tal cual era ,
pues no era bastante para hallar en se venía aún no tan apriesa como yo
pienso que don Fernando deseaba ,
ella disculpa de su yerro, y que si al porque después de cumplido aquello,
gún bien me quería hacer por el
amor que me tenía, fuese dejar correr que el apetito pide, el mayor gusto
mi suerte á lo igual de lo que mi que puede venir es apartarse de don .
calidad pedía, porque nunca los tan de le alcanzaron . Digo esto, porque
desiguales casamientos se gozan ni don Fernando dio priesa por partirse
duran mucho en aquel gusto con que de mí, y por la industria de mi don .
se comienzan . Todas estas razones cella, que era la misma que allí le
había traído , antes que amaneciese
que aquí he dicho le dije , y otras de se vió en la calle , y al despedirse de
que no me acuerdo ; pero no fueron
PARTE 1. - CAPÍTULO XXVIII 119

mí, aunque no con tanto abinco y que se encendió en él , que faltó poco
vehemencia como cuando vino , me para no salirme por las calles dando
dijo que estuviese segura' de su fe , voces, publicando la alevosia y trai.
y reiser firmes y verdaderos sus ju ción que se me había hecho. Mas
ramentos, y para más confirmación templose esta furia por entonces con
de su palabra sacó un rico anillo del pensar de poner aquella misma no
dedo y lo puso en el mío . En efecto, che por obra lo que puse , que fué
él se fué , y yo quedé no sé si triste ponerme en este hábito que me dió
ó alegre : esto sé bien decir, que uno de los que llaman zagales en casa
quedé confusa y pensativa , y casi de los labradores, que era criado de
fuera de mí con el nuevo acaecimien mi padre, al cual descubrí toda mi
to, y no tuve ánimo, o no se me acor desventura , y le rogué me acompa
dó de reñir á mi doncella por la ñase hasta la ciudad , donde
traición cometida de encerrar á don que mi enemigo estaba. El, después
Fernando en mi aposento ; porque que hubo reprendido mi atrevimiento
aun no me determinaba si era bien o y afeado mi determinación , viéndome
mal el que me había sucedido. Dijele resuelta en mi parecer, se ofreció á
al partir á don Fernando , que por tenerme compañía, como el dijo ,
el mismo camino de aquélla podía hasta el cabo del mundo : luego al
verme otras noches, pues ya era suya, momento encerré en una almohadà de
hasta que cuando él quisiese aquel lienzo un vestido de mujer y algunas
hecho se publicase , pero no vino joyas y dineros por lo que podía su
otra alguna, si no fué la siguiente , ceder y en el silencio de aquella no
ni yo pude verle en la calle ni en che , sin dar cuenta á mi traidora
la iglesia en más de un mes , que en doncella, sali de mi casa, acompañada
vano me cansé en solicitallo, pues de mi criado y de muchas imagina
to que supe que estaba en la villa , y ciones , y me puse en camino de la
que los más días iba á caza , ejercicio ciudad a pie , llevada en vuelo del
de que él era muy aficionado. Estos deseo de llegar, ya que no á estorbar
días y estas horas bien sé yo que para lo que tenía por hecho , á lo menos
mí fueron aciagos y menguadas, y á decir á don Fernando me dijese
bien sé que comencé à dudar en ellos . con qué alma lo había hecho. Llegué
y aun á descreer de la fe de don Fer en dos días y medio donde quería ,
rando, y sé también que mi doncella y entrando por la ciudad pregunté
ovó entonces las palabras que en re por la casa de los padres de Luscin
prensión de su atrevimiento antes no da , y el primero á quien hice la pre .
había oído : y sé que me fué forzoso gunta me respondió más de lo que
tener cuenta con mis lágrimas y con yo quisiera oir. Dijome la casa y
la compostura de mi rostro , por no todo lo que había sucedido en el des
dar ocasión á que mis padres me pre posorio de su hija , cosa tan pública
guntasen que de qué andaba descon en la ciudad, que se hacen corillos
tenta , y me obligasen á buscar men para contarla por toda ella : díjome
tiras que decilles. Pero todo esto se que la noche que don Fernando se
acabó en un punto , llegándose uno desposó con Luscinda, después de
donde se atropellaron respetos y se haber ella dado el sí de ser su es
acabaron honrados discursos, y posa , le había tomado un recio des
adonde se perdió la paciencia y sa mayo , y que llegando su esposo á
lieron á plaza mis secretos pensa desabrocharle el pecho para que le
mientos : y esto fué porque de allí diese el aire, le halló un papel es.
á pocos días se dijo en el lugar, como crito de la misma letra de Luscinda
en una ciudad allí cerca se había ca en que decía y declaraba que ella
sado don Fernando con una doncella no podía ser esposa de don Fernando,
hermosísima en todo extremo y de porque lo era de Cardenio, que á lo
muy principales padres, aunque no que el hombre me dijo era un caha
tan rica que por la dote pudiera as llero muy principal de la misma ciu.
pirar á tan noble casamiento : dijose dad, y que si había dado el sí á don
que se llamaba Luscinda, con otras Fernando, fué por no salir de la
cosas que en sus desposorios suce obediencia de sus padres . En reso
dieron , dignas de admiración . Oyo lución, tales razones dijo que con
Cardenio el nombre de Luscinda, y tenía el papel, que daba á entender
no hizo otra cosa que encoger los que ella había tenido intención de
nombros, morderse los labios, enar matarse en acabándose de desposar .
car las cejas, y dejar de allí á poco y daba allí las razones por que se ha
caer por sus ojos dos fuentes de la bía quitado la vida ; todo lo cual dicen
grimas ; mas no por esto dejó Doro que confirmó una daga que le halla
tea de seguir su cuento , diciendo : ron no sé en qué parte de sus vesti
Llegó esta triste nueva á mis oídos , dos . Todo lo cual visto por don Fer
y en lugar de helárseme el corazón nando , pareciéndole que Luscind . La
en oflla, fué tanta la cólera y rabia había burlado y escarnecido y tenido
120 DON QUIJOTE DE LA MANCIJA

en poco, arremetió á ella antes que gracia suele ser principio de otra
de su desmayo volviese , y con la mis mayor, así me sucedió á mí , porque
ma daga que la hallaron le quiso dar mi buen criado , hasta entonces fiel v
de puñaladas, y lo hiciera si sus pa seguro , así como me vió en esta so
dres y los que se hallaron presentes ledad , incitado de su misma bellaque
no se lo estorbaran . Dijeron más, que ría antes que de mi hermosura , qu.so
luego se ausentó don Fernando , y que aprovecharse de la ocasión que á su
Luscinda no había vuelto de su para parecer estos yermos le ofrecían , y
sismo hasta otro día, que conto a sus con poca vergüenza y menos temor
padres como ella era verdadera es de Dios ni respeto mío, me requirió
posa de aquel Cardenio que he dicho. de amores , y viendo que yo con feas
Supe más , que el Cardenio , según de y justas palabras respondía á las
cían, se halló presente á los desposo desvergüenzas de sus propositos, de
rios, y que en viéndola desposada, lo jo aparte los ruegos, de quien pri
cual él jamás pensó, se salió de la mero pensó aprovecharse, y comenzó
ciudad desesperado , dejándole pri á ' usar de la fuerza : pero el justo
mero escrita una carta , donde daba á cielo, que pocas ó ningunas veoes
entender el agravio que Luscinda le deja de mirar y favorecer a las jus
había hecho , y de cómo él se iba tas intenciones, favoreció las mías,
adonde gentes no le viesen. Esto todo de manera que con mis pocas fuerzas
era público y notorio en toda la ciu y con poco trabajo di con él por un
dad, y todos hablaban dello , y más derrumbadero, donde lo dejé , no sé si
hablaron , cuando supieron que Lus muerto ó si vivo ; y luego con más li .
cinda había faltado de en casa de su gereza que mi sobresalto y cansancio
padre y de la ciudad , pues no la ha pedían , me entré por estas montañas,
īlaron en toda ella, de que perdían sin llevar otro pensamiento ni desig
el juicio sus padres , y no sabían qué nio que esconderme en ellas , y huir
medio tomar para hallarla . Esto que de mi padre y de aquellos que de su
supe, puso en bando mis esperanzas, parte me andaban buscando. Con este
y tuve por mejor no haber hallado á deseo ha no sé cuántos meses que
don Fernando , que no hallarle casa entré en ellas , donde hallé un gana
do , pareciéndome que aun no estaba dero que me įlevó por su criado á un
lugar que está en las entrañas desta
del todo cerrada la puerta á mi reme sierra, al cual he servido de zagal
dio , dárdome yo á entender que po. todo este tiempo, procurando estar
dría ser que el cielo hubiese puesto
aque! impedimento en el segundo siempre en el campo para encubrir
matrimonio por atraerle á conocer lo estos cabellos que ahora tan sin pen
que al prim ro debía, y á caer en la sarlo me han descubierto ; pero toda
cuenta de que era cristiano, y que mi industria y toda mi solicitud fué y
estaba más obligado á su alma que ha sido de ningún provecho , pues mi
á los respetos humanos. Todas estas amo vino en conocimiento de que yo
cosas revolvía en mi fantasía , y me no era varón y nació en él el mismo,
ccnsolaba sin tener consuelo , fingien mal pensamiento que en mi criado :
do unas esperanzas largas y desmaya y como no siempre la fortuna con los
das para entretener la vida que ya trabajos da los remedios, no hallé de
aborrezco . Estando pues en la ciudad rrumbadero ni barranco de donde des
sin saber qué hacerme, pues á don peñar y despenar al amo como le
Fernando no hallaba , llegó á mis oi hallé para el criado , y así tuve por
dos un público pregón donde se pro menor inconveniente dejalle y escon
metía grande hallazgo á quien me derme de nuevo entre estas aspere
hallase, dando las señas de la edad y zas , que probar con él mis fuerzas o
del mismo traje que traía, y oſ decir mis acculpas. Digo pues que me tor
que se decía , que me había sacado de né á emboscar, y á buscar donde sin
casa de mis padres el mozo que con impedimento alguno pudiese con sus
migo vino, cosa que me llegó al alma, piros y lágrimas rogar al cielo se
por vier cuán de caída andaba mi cré duela de mi desventura , y me dé in
dito, pues no me bastaba perderle dustria y favor para salir della ; O
con mi venida , sino añadir el con para dejar la vida entre estas soleda
quien , siendo sujeto tan bajo , y tan des, sin que quede memoria desta
indigno de mis buenos pensamientos . triste, que tan sin culpa habrá dado
Al punto que oſ el pregón, me salí de materia para que della se hable y
la ciudad con mi criado , que ya co murmure en la suya y en las ajenas
menzaba a dar muestras de titubear tierras .
en la fe que de fidelidad me tenía
prometida , y aquella noche nos en
tramos por lo espeso desta montaña
con el miedo de no er hallados ;
pero como suele decirse que un mal
llama á otro, y que el fin de una des
PARTE 1. - CAPÍTULO XXIX 121

de juicio, pues no lo tengo sino cuan


do al cielo se le antoja dármele por
CAPITULO XXIX algún breve espacio. Yo , Dorotea,
soy el que me hallé presente a las
sinrazones de don Fernando, y el que
Que trataque
delsegracioso artificio 3' aguardó á oir el si que de ser su
orden tuvo en sacar í esposa pronunció Luscinda : yo soy el
nuestro enamorado caballero de que no tuvo ánimo para ver en qué
la asperisima penitencia en que paraba eu desmayo, ni lo que resul.
se había puesto. taba dei papel que le fué hallado en
el pecho, porque no tuvo el alma su
frimiento para ver tantas desventuras
Esta es, señores , la verdadera his. juntas; y así dejé la casa y la pa
toria de mi tragedia : mirad y juzgad ciencia, y una carta que dejé á un
ahora, si los suspiros que escuchas. huésped mío, á quien rogué que en
teis, las palabras que oísteis , y las maros de Luscinda la pusiese , y vi
lágrimas que de mis ojos salían, te neme á estas soledades con intención
nían ocasión bastante para mostrarse de acabar en ellas la vida, que desde
en mayor abundancia ; y considerada aquel punto aborrecí como mortal
la calidad de mi desgracia, veréis que enemiga mía. Mas no ha querido la
será en vano el consuelo , pues es im suerte quitármela, contentándose con
posible el remedio della . Sólo os rue quitarme el kuicio, quizá por guar
go (lo que con facilidad podréis y de . darme para la buena ventura que he
béis hacer ) que me aconsejéis dónde tenido en hallaros ; pues siendo ver
podré pasar la vida, sin que me acaba dad , como creo que lo es, lo que aquí
el temor y sobresalto que tengo de habéis contado, aun podría ser que a
ser hallada de los que me buscan : entrambos nos tuviese el cielo guar
que aunque sé que el mucho amor dado mejor suceso en nuestros desas
que mis padres me tienen me asegu tres que nosotros pensainos : porque
ra que seré dellos bien recibida, es presupuesto que Luscinda no puede
tanta la vergüenza que me ocupa sólo casarse con don Fernando por ser
al pensar que , no como ellos pense mía, ni don Fernando con ella por ser
ban , tengo de parecer á sú presencia , vuestro, y haberlo ella tan manifies
que tengo por mejor desterrarme para tamente declarado, bien podemos es
siempre de su vista , que no verles perar que el dielo nos restituya lo que
el rostro con pensamiento que ellos es nuestro , pues está todavía en ser ,
miran el mío ajeno de la honestidad y no se ha enajenado ni deshecho . Y
que da mi se debían de tener prome pues este consuelo tenemos , naciilo
tida . Calló en diciendo esto, y el ros no de muy remota esperanza, ni fun
tro se le cubrió de un color que mos dado en desvariadas imaginaciones,
tró bien claro el sentimiento y ver suplícoos, señora, que tomeis otra re
güenza del alma. En las suyas sintie solución en vuestros honrados pensa
pon los que escuchado la habían, tanta mientos , pues yo la pienso tomar en
lástima como admiración de su des los míos , acomodándoos á esperar
gracia ; y aunque luego quisiera el mejor fortuna : que yo os juro por la
cura consolarla y aconsejarla , tomo fe de caballero y de cristiano de no
primero la mano Cardenio, diciendo : desampararos hasta veros en poder
En fin , señora, é que tú eres la her . de don Fernando , y que cuando con
mosa Dorotea , la hija única del rico razones no le pudiera atraer á que co
Clenardo ? Admirada quedó Dorotea nozca lo que os debe , de usar enton
cuando oyó el nombre de su padre , y ces la libertad que me concede el ser
de ver cuán de poco era el que le caballero, y poder con justo título de
nombraba, porque ya se ha dicho de safialle en razón de la sinrazón que
la mala manera que Cardenio estaba os hace, sin acordarme de mis agra
vestido ; y así le dijo : ¿ Y quién sois vios , cuya venganza dejaré , al cielo
vos, hermano, que así sabéis el nom por acudir en la tierra á los vuestros .
bre de mi padre ? porque yo hasta Con lo que Cardenio dijo se acabó de
ahora , si mal no me acuerdo, en todo admirar Dorotea, y por no saber qué
e discurso del cuento de mi desdicha gracias volver á tan grandes ofreci.
no le he nombrado. Soy, respondi3 mientos, quiso tomarle los pies para
Cardenio, aquel sin ventura, que se besársolos , mue no lo consintió Cur
gún vos , señora , havéis dicho, Lus denio ; y el licenciado respondió por
cinds dijo que era su esposo: sov entrambos , y aprobó el buen discurso
el desdichado Cardenio, a quien el de Cardenio , y sobre todo les rogó ,
mal térmiro de aquel que á vos os ha aconsejó y persuadió que se fuesen
puesto en el que estáis, me ha traído con él a su aldea , donde se podrían
reparar de las cosas que les faltaban ,
que me veáis cual me veis , roto, v que allí se daría orden cómo buscar
desnudo , falto de todo humano con
á don Fernando , como llevar á Doro
sudo, y lo que es peor de todo, falto
122 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

tea á sus padres, 6 hacer lo que más rica , y una mantellina de otra vistosa
les pareciese conveniente. Cardenio y tela verde, y de una cajita un collar y
Dorotea se lo agradecieron , y acep otras joyas, con que en un instante se
taron la meroed que se les ofrecía. El adornó , de manera que una rica y
barbero, que á todo había estado sus gran señora parecía . Todo aquello y
penso y callado, hizo también su bue. más dijo que había sacado de su casa
na plática, y se ofreció con no menos para lo que se ofreciese, y que hasta
voluntad que el cura á todo aquello entonces no se le había ofrecido oca
que fuese bueno para servirles : conto sión de habello menester . A todos
asimismo con brevedad la causa que contentó en extremo su mucha gracia ,
allí los había traído, con la extrañeza donaire у hermosura, y confirmaron á
de la locur3 de don Quijote, y como don Fernando por de poco conoci
aguardaban á su escudero , que había miento, pues tanta belleza desechaba ;
ido á buscalle. Vinosele á la memoria pero el que más se admiró fué Sancho
á Cardenio como por sueños la pen Panza , por parecerle (como era asi
dencia que con don Quijote había te verdad ) que en todos los días de su
nido, y contóla á los demás ; mas no vida había visto tan hermosa criatu .
supo decir por qué causa fué su cues ra ; y así preguntó al cura con grande
tión . En esto oyeron voces , y cono ahinco le dijese quién era aquella tan
cieron que el que las daba era San. fermosa señora, y qué era lo que bus
cho Panza, que por no haberlos halla caba por aquellos andurriales. Esta
do en el lugar donde los dejó, los lla hermosa señora , respondió el cara,
maba á vooes : salieronle al encuen Sancho hermano, es como quien no
tro , y preguntándole por don Quijote, dioe nada, es la heredera por linea
les dijo como le había hallado desnu recta de varón del gran reino de Mi
do , en camisa, flaco , amarillo y muer comicón , la cual viene en busca de
to de hambre , y suspirando por su se. vuestro amo á pedirle un don , el cual
ñora Dulcinea : y que puesto que la es que le desfaga un tuerto ó agravio
había dicho que ella le mandaba que que un mal gigante le tiene fecho ; y
saliese de aquel lugar, y se fuese á la fama que de buen caballero vues
al del Toboso donde le quedaba es tro amo tiene por todo lo descubierto ,
perando, había respondido que estaba de Guinea ha venido á buscarle esta
determinado de no parecer ante su princesa. Dichosa buscada y dichoso
farmosura fasta que hubiese fecho hallazgo , dijo á esta sazón Sancho
fazañas que le ficiesen digno de Panza, y más si mi amo es tan ventik
su gracia ; y que si aquello pasaba roso que desfaga ese agravio y ende
adelante, corría peligro de no venir rece ese tuerto , matando á ese hide .
á ser emperador como estaba obli puta dese gigante que vuestra merced
gado , ni aun arzobispo, que era dice, que sí matará si él le encuentra ,
lo menos que podía ser : por eso, si ya no fuese fantasma , que contra
que mirasen lo que se había de las fantasmas no tiene mi señor poder
hacer para sacarle de allí. El licen alguno . Pero una cosa quiero supli
ciado le respondió que no tuviese de car à vuestra merced entre otras ,
na , que ellos le sacarían de allí, nial señor licenciado, y es que porque á
que le pesase. Contó luego á Cardenio mi amo no le tome gana de ser arzo
y á Dorotea lo que tenían pensado
bispo, que es lo que yo temo, que
para remedio de don Quijote, á lo me vuestra merced le aconseje que se
nos para llevarle a su casa ; á lo cual case luego con esta princesa, y así
dijo Dorotea, que ella haría la donge quedará imposibilitado de recibir or
Ha menesterosa mejor que el barbero, denes arzobispales, y vendrá con fl
y más que tenía allí vestidos con que cilidad á su imperio , y yo al fin de
hacerlo al natural, y que la dejasen mis deseos , que yo he mirado bien en
el cargo de saber representar todo ello , y hallo por mi cuenta que no me
a quello que fuese menester para lle está bien que mi amo sea arzobispo,
var adelante su intento, porque ella porque yo soy inútil para la Iglesia,
habíz leído muchos libros de caba pues soy casado, y andarme ahora á
ller... y sabía bien el estilo que te traer dispensaciones para poder tener
nían las doncellas cuitadas, cuando renta por la Iglesia , teniendo coino
pedían sus dones á los andantes ca tergo mujer é hijos , sería nunca aca
balleros. Pues no es menester más
bar : así que , señor , todo el toque está
dijo el cura , sino que luego se ponga en que mi amo se case luego con esta
por obra, que sin duda la buena suer , señora que hasta ahora no sé su gra
te se muestra en favor mío, pues tan cia, y así no la llamo por su nombre.
sin pensarlo , á vosotros , sefiores, se Llámase, respondió el cura , la prin
os ha comenzado a abrir puerta para
vuestro remedio , y á nosotros se los
cesa Micomicona, porque llamándose
ha facilitado la que habíamos menes. sul reino Micomicon , claro está que
ella se ha de llamar así. No hay duda
ter . Sacó luego Dorotea de su almo. en eso , respondió Sancho , que yo he
hada una saya ertera de cierta t- lilla visto á muchos tomar el apellido y
PARTE 1.- CAPÍTULO XXIX 123

alcurnia del lugar donde nacieron , tierra. No me levantaré, señor, res.


lamándose Pedro de Alcalá, Juan de pondió la afligida doncella , si primero
Ubeda y Diego de Valladolid , y esto por la vuestra cortesía no me es otor
mesmo se debe de usar allá en Gui gado el don que pido. Yo vos le otor
nea, tomar las reinas los nombres de go y concedo, respondió don Quijote ,
sus reinos. Así debe de ser, dijo el como no se haya de cumplir en daño
cura, y ' en lo del casarse vuestro ó mengua de mi rey, de mi patria, y
amo, yo haré en ello todos mis pode de aquella que de mi corazón y liber
ríos : con lo que quedó tan contento tad tiene la llave. No será en daño ni
Sancho, cuanto el cura admirado de en mengua de los que decís , mi buen
su simplicidad, y de ver cuán encaja señor, replicó la dolorosa doncella ; y
dos tenía en la fantasía los mismos estando en esto se llegó Sancho Panza
risparates que su amo, pues sin algu al oíão de su señor, y muy pasito le
na duda se daba á entender que había dijo : Bien puede vuestra merced, se
de venir á ser emperador. Ya en esto ñor, concederle el don que pide, que
se había puesto Dorotea sobre la mula no es cosa de nada ; sólo es matar á
del cura, y el barbero se babía aco un gigantazo. y esta que lo pide es la
modado al rostro la barba de la cola alta princesa Micomicona, reina del
de buey, y aijeron á Sancho que los gran reino Micomicón de Etiopía, Sea
guiase adonde don Quijote estaba : al quien fuere, respondió don Quijote ,
cual advirtieron que no dijese que co que yo haré lo que soy obligado y lo
rocía al licenciado ni al barbero, que me dicta mi conciencia conforme
porque en no conocerlos consistía to á lo que profesado tengo ; y volvién
do el toque de venir á ser emperador dose á la doncella , dijo : La vuestra
su amo, puesto que ni el cura ni Car gran fermosura se levante, que yo le
denio quisieron ir con ellos porque no otorgo el don que pedirme quisiere.
se le acordase á don Quijote la pen Pues el que pido es , dijo la doncella ,
dencia que con Cardenio había tenido, que la vuestra magnanima persona se
y el cura porque no era por entonces venga luego conmigo donde yo le lle
nenester su presencia, y así los deja vare, y me prometa que no se ha de
ron ir delante, y ellos los fueron si. entrometer en otra aventura ni de.
guiendo á pie poco a poco . No dejó manda alguna hasta darme venganza
de avisar el cura lo que había de ha de un traidor que contra todo derecho
cer Dorotea : á lo que ella dijo que divino y humaro me tiene usurpado
descuidasen , que todo se haría sin mi reino. Digo que así lo otorgo , res
faltar punto como lo pedían y pinta pondió don Quijote ; y así podéis, se
ban los libros de caballerías . Tres ñora , desde hoy mas desechar la me
cuartos de legua Labrían andado , lancolía que os fatiga, y hacer que
cuando descubrieron á don Quijote cobre nuevos bríos y fuerzas vuestra
entre uras intrincadas peñas, ya ves. desmayada esperanza, que con el ayu
tido aunque no armado ; y así como da de Dios y la de mi brazo , vos os
Dorotea le vio , y fué informada de veréis presto restituída en vustro
Sancho, que aquel era don Quijote, reino, y sentada en la silla de vuestro
dio del azote á su palafrén, siguiéndo aütiguo y grande estado, á pesar y á
le el bien barbado barbero ; y en lle despecho de los follones que contra
gando junto a él, el escudero se arrojó decirlo quisieren ; y manos á la labor,
de la mula y fué á tomar en los brazos que en la tardanza dicen que suele es
á Dorotea , la cual apéandose con tar el peligro . La menesterosa donce
grande desenvoltura, se fué á hincar lla pugnó con mucha porfía por besar
de rodillas ante las de don Quijote, y le las manos ; mas don Quijote , que
aunque él pugnaba por levantarla, ella en todo era comedido y cortés caba
sin levantarse le fabló de esta guisa : Plero .' jamás lo consintió , antes la
De aquí no me levantaré, on valeroso hizo ievantar, y la abrazó con mucha
v esforzado caballero, fasta que vues cortesía y comedimiento , y mandó á
tra bondad y cortesía me otorgue un Sancho que requiriese las cinchas á
don , el cual redundará en honra y Rocinante, y le armase luego al pun .
prez de vuestra persona, y en pro de to. Sarcho descolgó las armas que
la más desconsolada y agraviada don como trofeo de un árbol estaban pen
cella que el sol ha visto ; y si es que dientes, y requiriendo las cinchas, en
el valor de vuestro fuerte brazo co un punto armó á su señor , el cual
rresponde a la voz de vuestra inmor viéndose armado, dijo : Vamos de
tal fama, obligado estáis á favorecer á Aquí en el nomhre de Dios á favorecer
la sin ventura que de tan lueñes tie a esta gran señora. Estábase el bar
rras viene al olor de vuestro famoso bero aun da rodillas , teniendo gran
nombre, buscándoos para remedio de cuenta de disimular la risa, y de que
sus desdichas . No os responderé pala no se le cayese la barba, con cuya
bra , fermosa señora , respond 6 don caida quizá quedaran todos sin con
Quijote, ni oiré más cosa de vuestra seguir su huena intención ; y viendo
facierda , fasta que os levantéis que ya e! don estaba concedido, y con
124 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

la djligencia que don Quijote se alis estado mirando , se fué à él abiertos


taba para ir a cumplirle, se levanto los brazos y diciendo á voces : Para
v tomó de la otra mano á su señora, bien sea hallado el espejo de la caba
V entre los dos la subieron en la llería , el mi buen compatriota don
mula . Luego subió don Quijote sa Quijote de la Mancha, la flor y nata
bre Rocinante , y el barbero se aco de la gentileza, el amparo y remedio
modo en su cabalgadura, quedándose de los menesterosos, la quinta esencia
Sancho á pie, donde de nuevo se le de los caballeros andantes : y diciendo
renovó la pérdida del rucio con la fal esto , tenía abrazado por la rodilla de
ia que entonces le hacía ; mas todo lo la pierna izquierda a don Quijote, el
llevaba con gusto, por parecerle que cual espantado de lo que veía y oía
ya su señor estaba puesto en camino decir y hacer á aquel hombre , so le
y muy pique de ser emperador ; puso a mirar con atención, y al fin le
porque sin duda alguna pensaba que conoció y quedo como espantado do
se había de casar con aquella princesa verle , é hizo grande fuerza por apear
V ser por lo menos rey de Micomicon . se ; mas el cura no lo consintió, por
Solo le daba pesadumbre el pensar lo cual don Quijote decía : Déjeme
que aquel reino era en tierra de ne vuestra merced, señor licenciado , que
gros , y que la gente que por sus vasa no es razón que yo esté á caballo , y
llos le diesen, habían de ser todos una tan reverenda persona como vues
negros ; a lo cual hizo en su imagina tra merced esté á pie . Eso no consen
ción un buen remedio, y dijose á sí tiré yo en ningún modo , dijo el curs,
wismo : ¿ Qué se me da á mí que mis estése la vuestra grandeza á caballo ,
rasallos sean negros ? ¿ Habrá más pues estando á cabollo acaba las mi
que cargar con ellos y traerlos á Es yores fazañas y aventuras que en
paña, donde los podré vender, y adon nuestra edad se han visto : que á mí ,
de mo los pagarán de contado , de aunque indigno sacerdote, bastaramé
cuyo dinero podré comprar algún ti subir en las ancas de una destas mu-,
tulo o algún oficio con que vivir des las desos señores que con vuestra
cansado todos los días de mi vida ? No merced caminan , si no lo han por
sino dormíos, y no tengáis ingenio ni enojo ; y aun haré cuenta que voy ca
habilidad para disponer de las cosas, ballero sobre el caballo Pegaso, 3 so.
para vender treinta 6 diez mil vasa bre la cebra 6 alfana en que cabalgaba
ilos en dácame esas pajas : por Dios aquel famoso moro Muzaraque, que
que los he de volar chico con grande , aun hasta ahora yace encantado en la
ó como pudiere , y que por negros que gran cuesta Zulema, que dista poco
sean los he de volver blancos o ama de la gran Compluto. Aun no caſa yo
rillos, llegaos, que me mamo el dedo. en tanto, mi señor licenciado, respon
Con esto andaba tan solícito y tan dió don Quijote, y yo sé que mi seño
contento , que se le olvidaba la pesa ra la princesa será servida por mi
dumbre de caminar á pie . Todo esto amor de mandar á su escudero dé á
miraban de entre unas breñas Carac vuestra merced la silla de su mula,
nio y el cura , y no sabían qué hacerse que él podrá acomodarse en las ancas,
para ajuntarse con ellos ; pero el cura , si es que ella las sufre. Si sufre, á lo
que era gran tracista, imaginó luego que yo creo, respondió la princesa, .
lo que harían para conseguir lo que también sé que no será menester
deseaban , y fué que con unas tijeras ynandárselo al señor mi escudero, que
que traía en un estuche, quitó con él es tan oortés y tan cortesano, que
mucha presteza la barba á Cardenio , no consentirá que una persona ecle.
vistióle un capotillo pardo que él siástica vaya a pie pudiendo ir & ca
traía , y dióle un herreruelo negro, y ballo . Así es, respondió el barbero ,
él se quedó en calzas y en jubón , y y apeándose en un punto, convido al
quedó tan otro de lo que antes parecía cura con la silla, y él la tomó sin ha
Cardenio, que él mismo no se cono cerse mucho de rogar : y fué el mal,
ciera aunque á un espejo se mirara. que al subir á las ancas el barbero ,
Hecho esto, puesto ya que los otros la mula, que en efecto era de alquiler,
habían pasado adelante en tanto que que para decir que era mala esto bas
ellos se disfrazaron , con facilidad sa ta, alzó un poco los cuartos traseros,
lieron al camino real antes que ellos , y dió dos coces en el aire, que á
porque las malezas y malos pasos de carlas en el pecho de maese Nicolás 6
aquellos lugares no concedían que en la cabeza, él diera al diablo la ve
anduviesen tanto los de á caballo co nida por don Quijote . Con todo eso le
mo los de á pie. En efecto , ellos se sobresaltaron de manera , que cayó en
pusieron en el llano a la salida de la el suelo con tan poco cnidado de las
Sjerra ; y así como salio della don barbas , que se le cayeron , y como se
Quijote y sus camaradas, el cura se vib sin ellas , no tuvo otro remedio
le puso á mirar muy despacio , dando sino acudir a cubrirse el rostro con
señales de que le iba reconociendo.. ambas manos , v á quejarse que lo
Bl cabo de baberle una buena pieza habían derribado las muelas . Don
!

PARTE I .-- CAPÍTULO XXIX 125

Quijote, como vió todo aquel mazo de para encomendarme en su cortesia , y


barbas sin quijadas y sin sangre lejos fiar mi justicia del valor de su inven
del rostro del escudero caído ;, dijo : cible brazo . No más, cesen mis ala .
Vive Dios , que es gran milagro este : banzas, d.jo á esta sazón don Quijote .
las barbas le ha derribado y arranca porque soy enemigo de todo género
do del rostro , como si las quitaran de adulación ; y aunque esta no lo
aposta. El cura, que vió el peligro sea, todavía ofenden mis castas orejas
qu : corría su invención de ser descu semejantes pláticas ; lo que yo sé dle
bierta, acudió luego á las barbas , y cir, señora mía , que ahora, tenga va .
fuese con ellas donde yacía maese lor ó no, el que tuviere 6 no tuviere
Nicolás dando aun voces todavía , y se ha de emplear en vuestro servicio
de ua golpe , llegándole la cabeza á su hasta perder la vida ; y así dejando
pecho, se las puso , murmurando sn . esto para su tiempo, ruego al señor
bre éi unas palabras, que dijo que era licenciado me diga, qué es la causa
cierto ensalmo apropiado para pegar que le ha traído por estas partes ten
barbas, como lo verían ; y cuando se solo , tan sin criados, y tan á la ligera
las tuvo puestas , se apartó , y quedó que me pone espanto. A eso yo res
el escudero tan bien barbadu y tan por deré con brevedad , respondió el
sano como de antes, de que se admiro curl , porqu* sabrá vuestra merced ,
don Quijote sobrenianera, y rogó al señor don Quijote , que yo y muese
cura que cuando tuviese lugar, le en Nicolás, nuestro amigo y nuestro bar
señase aquel er salmo, que él entendía bero , Ibamos á Sevilla á cobrar cier
que su virtud á más que pegar barbas tos dineros que un pariente mío , que
se debía de extender , pues estaba ha muchos años que pasó á Indias ,
claro , que de donde las barbas se me había enviado, y no ta pocos que
quitasen , había de quedar la carne no pasen de sesenta mil pesos ensa
llagada y maltrecha, que pues todo yados , que es otro que tal ; y pasando
io sanaba, á más que barbas aprove. ayer por estos lugares, nos salieron
chaba. Así es , dijo el cura, y prometió al encuentro cuatro salteadores , y
de enseñársela en la primera ocasión. nos quitaron hasta las barbas, y de
Concretáronse que por entonces su modo nos las quitaron, que le convino
biese el cura, y á trecbos se fuesen al barbero ponérselas postizas, y aun
los tres mudando hasta que llegasen á este mancebo que aquí va, señalan
á la venta , que estaría hasta dos le do á Cardenio, le pusieron como de
guas de allí. Puestos los tres á caba nu vr. Y es lo bueno que es pública
llo , es á saber, don Quijote, la prin fama por todos estos contornos , que
cesa y el cura, y los tres á pie, Carde los que ros saltearon son unos galen
nio, el barbero y Sancho Panza, don tes , que dicen que libertó casi en este
Quijote dijo a la doncella : Vuestra mismo sitio un hombre tan valiente,
grandeza, señora mía, guíe por donde que á pesar del comisario y de las
más gusto le diere ; y antes que ella guardias los soltó á todos ; y sin duda
respondiese, dijo el licenciado : ¿ H4 alguna él debía de estar fuera de ju :
cia qué reino quiere guiar la vuestra cio, o debe de ser tan grande beliaco
señoría ? ¿ Es por ventura hacia el de como ellos , 6 algún hombre sin alma
Micomicon ? que sí debe ser ó yo sé y sin conciencia , pues quiso soltar al
poco de reinos. Ella, que estaba bien lobo entre las ovejas, á la raposa en .
en todo, entendió que había de res tre las gallinas, á la mosca entre la
ponder que sí, y así dijo : Sí, señor , miel : quiso defraudar la justicia , ir
hacia ese reino es mi camino. Si así contra su rey y señor natural, pues
es, dijo el cura , por la mitad de mi fué contra sus justos mandamientos :
pueblo hemos de pasar, y de allí to quiso , digo, quitar á las galeras sus
nará vuestra merced la derrota de pies, poner en alboroto la Santa Her
Cartagena, donde se podrá embarcar mandad, que había muchos años que
con la buena ventura, y si hay viento reposaba : quiso finalmente hacer un
próspero, mar tranquilo y sin borras hecho por donde se pierda su alma y
ca , en poco menos de nueve años se no se gane su cuerpo. Habíales con.
podrá estar á vista de la gran laguna tado Sancho al cura y al barbero la
Meona, digo Meotides, que está poco aventura de los galeotes, que acab ,
más de cien jornadas más acá del su amo con tanta gloria suya, v por
reino de vuestra grandeza. Vuestri esto cargaba la mano el cura refirién .
merced está ergañado, señor mío, dola, por ver lo que hacía o decía lon
dijo ella, porque no fa dos años que Quijote, al cual se le mudaba la ( c
vo parti dél, y en verdad que nunca lor á cada palabra , y no osaba decir
tuve buen tiempo, y con todo eso he que él había sido el libertador de
llegado á ver lo que tanto deseada , aquella buena gente. Estos pues , dijo
que es el señor don Quijote de la el cura , fueron lo3 que nos robaron ;
Mancha, cuy:s nuevas llegaron a mis que Dios por su misericordia se lo
oídos así como puse los pies en Espa perdone al que no los dejó llevar al
Da , y ellas me movieron á buscarle debido suplicio.
126 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

cífico hasta tanto que os cunipla el


don prometido ; pero en pago deste
buen deseo os suplico me digáis , si
CAPITULO XXX no se os hace mal, ¿ cuál es la vues
tra cuita, y cuántas, quiénes y cuáles
son las personas de quien os tengo de
Que trata de la discreción de la her. dar debida, satisfecha y ertera ven.
mosa Dorotea, con otras cosas de ganza ? Eso haré yo de gana , respon
mucho gusto y pasatiempo. dió Dorotea, si es que no os enfada
oir lástimas y desgracias. No enfada
rá, señora mía , respondió don Quijo
No hubo bien acabado el cura , cuan. te. A lo que respondió Dorotea : Pues
do Sancho dijo : Pues mía fe, señor así es esténme vuestras mercedes
licenciado, el que hizo esa fazaña fué atentos. No hubo ella dicho esto ,
mi amo, y no porque yo no le dije cuando Cardenio y el barbero se je
antes y le ayisé que mirase lo que pusieron al lado , deseosos de ver
hacía, y que era pecado darles liber . cómo fingia su historia la discreta
tad, porque todos iban allí por gran Dorotea , y lo mismo hizo Sancho, que
nizimos bellacos. Majadero , dijo a esta tan engañado iba con ella como su
sazón don Quijote, á los caballeros amo; y ella, después de haberse pues
andantes no les toca ni atañe averi . to bien en la silla , y prevenidose con
guar si los afligidos, encadenados y toser y hacer otros ademanes, con
opresos que encuentran por los ca mucho donaire comenzó a decir de
minos , van de aquella manera ó están esta manera :
en aquella angustia por sus culpas ó Primeramente, quiero que vuestras
por sus gracias ; sólo les toca ayudar mercedes sepan, señores míos , que 3
les como á menesterosos, poniendo mí me llaman ...... y dętúvose aquí un
los ojos en sus penas y no en sus be poco, porque se le olvida el nombre
llaquerías. Yo topé un rosario y sarta que el cura le había puesto ; pero él
de gente mohina y desdichada, é hice acudió al remedio, porque entendió
con ellos lo que mi religión ine pide, en lo que reparaba , y dijo : No es ma
y lo demás allá se avenga : y á quien ravilla , señora mía, que la vuestra
mal le ha parecido, salvo la santa grandeza se turbe y empache contando
dignidad del señor licenciado y su sus desventuras , que ellas suelen ser
honrada persona, digo que sabe muy tales, que muchas veces quitan ja
poco de achaque de caballería, y que memoria á los que maltratan , de tal
miente como un hideputa y mal naçi. manera, que aun de sus mismos nom
do, y esto le haré conocer con mi es bres no se les acuerda, como ban
pada , donde más largamente se con: hecho con vuestra gran señoría, que
tiene : y esto dijo afirmándose en los se ha olvidado que se llama la prin.
estribos y calándose el morrión, por cesa Micomicona, legítima heredera
que la bacía de barbero, que á su del gran reino Micomicón ; y con este
cuenta era el pelmo de Mambrino, lle. apurtamiento puede la vuestra gran
vabay colgada del arzón delantero hasta deza reducir ahora fácilmente á su
adobarla del mal tratamiento que la lastimada memoria todo aquello que
hicieron los galeotes. Dorotea , que era contar quisiere. Así es la verdad , res
discreta y de gran donaire, como pondió la doncella, y desde aquí ade
quien ya sabía el menguado humor de lante creo que no será menester apun
don Quijote , y que todos hacían bur . tarme nada, que yo saldré á buen
la dél , si no Sancho Panza , no quiso puerto con mi verdadera historia . La
ser para menos, y viéndole tan eno cual es, que el rey mi padre , que se
jado le dijo : Señor caballero, miém llamaba Tinacrio el Sabidor, fué muy
bresele á vuestra merced el don que docto en esto que llaman el arte má
me tiene prometido , y que conforme gica, y alcanzó por su ciencia que mi
à él no puede entremeterse en otra madre, que se llamaba la reina Jara
aventura por urgente que sea : sosie milla, había de morir primero que él ,
gue vuestra merced el pecho, que si y que de allt á poco tiempo él tam
el señor licenciado supiera que por bién había de pasar desta vida, y yo
ese invicto brazo habían sido librados había de quedar huérfana de padre y
los galeotes, él se diera tres puntos madre . Pero decía él , que no le fati.
en la boca , y aun se mordiera tres gaba tanto esto, cuanto le ponía en
veces la lengua, antes que haber di confusión saber por cosa muy cierta ,
rho palabra que en despecho de que un descomunal gigante, señor do
Tuestra merced redundara . Eso juro una grande insula, que casi alinda con
yo bien , dijo el cura , y aun me hubie nuestro reino, llamado Pandafilando
ra quitado un bigote . Yo callaré , se de la Fosca Vista (porque es cosa
ñnra mía , dijo don Quijote, y reprimi. averiguada, que aunque tiene los ojos
ré la justa cólera que ya en mi pecho en su lugar y derechos , siempre mira
es había levantado , é iré quieto y pa al revés como si fuese bizco , y esto lo
PARTE 1. - CAPÍTULO XXX 127

hace el de maligno, y por poner mie. nen con las de la buena fama que este
do y espanto á los que mira) , digo caballero tiene no sólo en España,
que supo que este gigante, en sabien pero en toda la Mancha ; pues apenas
dc mi orfandad , había de pasar con me hube desembarcado en Osuna ,
gran poderio sobre mi reino, y me lo cuando oſ decir tantas hazañas suyas,
había de quitar todo sin dejarme una que luego me dio el alma que era el
pequeña aldea donde me recogiese ; mismo que venía á buscar. ¿ Pues
pero que podia excusar toda esta rui cómo se desembarcó vuestra merced
na y desgracia si yo me quisiese casar en Osuna, señora mía , preguntó, don
con él : mas á lo que él entendía, ja Quijote , si no es puerto de mar ? Mas
más pensaba que me verdría á mí en antes que Dorotea respor diese, toms
voluntad de hacer tan desigual casa El cura la mano v dijo : Debe de que
miento ; y dijo en esto la pura ver rer decir la señora princesa, que des
dad , porque jamás me ha pasado por pués que desembarcó en Málaga, la
el pensamiento casarme con aquel gi primera parte donde oyó nuevas de
gante, pero ni con otro alguno por vuestra merced fué en Osuna. Eso
grande y desaforado que fuese . Dijo quise decir, dijo Dorotea. Y esto lleva
también mi padre , que después que camino, dijo el cura ; y prosiga Vues
él fuese muerto , viese yo que Pan tra Majestad adelante. No hay que
dafilando comenzaba á pasar sobre proseguir, respondió . Dorotea , SILO
mi reino , que no aguardase á ponerme que finalmente mi suerte ha sido tan
en defensa porque sería destruirme, buena en hallar al señor don Quijote ,
sino que libremente le dejase desem que ya me cuento y tengo por reina
barazado el reino, si quería excusar señora de todo mi reino , pues él
la muerte y total destrucción de nuis por su cortesía y magnifioencia me
buenos y leales vasallos, porque no ha prometido el don de irse conmigo
había de ser posible defenderme de la dondequiera que yo le llevare, que
endiablada fuerza del gigante ; sino no será á otra parte que á ponerle
que luego con algunos de los míos delante de Pandafflardo de la Fosca
me pusiese en cam no de las Españas , Vista, para que le mate, y me resti
donde hallaría el remedio de mis ma tuya lo que tan contra razón me tiene
les , hallando á un caballero andante , usurpado : que todo esto ha de su
cuya fama en este tiempo se exten ceder á pedir de boca, pues así lo
dería por todo este reino, el cual se dejó profetizado Tinacrio el Sabidor,
había de llamar , si mal no me acuer mi buen padre. El cual también dejó
do , don Azote 6 don Jigote. Don Qui . dicho y escrito en letras caldeas 6
jote diría , señora, dijo a esta sazón griegas , que yo ro las sé leer, que si
Sancho Panza, ó por otro nombre el este caballero de la profecía, después
caballero de la Triste Figura . Así - de haber degollado al gigante, qui
la verdad , dijo Dorotea : dijo más , siese casarse conmigo, que yo me
que había de ser alto de cuerpo , seco otorgase luego sin réplica alguna por
de rostro , y que en el lado derecho su legítima esposa , y le diese la po.
debajo del hombro izquierdo ó por sesión de mi reino junto con la de mai
allí junto , había de tener un lunar persona. ¿ Qué te parece, Sancho ami.
rardo con ciertos cabellos á manera go ? dijo á este punto don Quijote,
de cerdas . En oyendo esto don Quijo. no oyes lo que pasa ? & no te lo dije
te , dijo a su escudero : Ten aquí San yo ? mira si tenemos ya reino que
cho hijo , ayúdame á desnudar, que mandar y reina con quien casar . Eso
quiero ver si soy el caballero que juro yo, dijo Sancho ; para el puto
aquel sabio rey Cejó profetizado. que no se casare en abriendo el gaz
1, Pues para qué quiere vuestra mer natico al señor Pandahilado : pues
ced desnudarse ? dijo Dorotea. Para monta que es mala la reina, así se me
Ter si tergo ese lunar que vuestro vuelvan las pulgas de la cama. Ydi . ,
padre dijo, respondió don Quijote . No ciendo esto dio dos zapatetas en el
hay para qué desnudarse, dijo Sancho, aire con muestras de grandísimo con.
que yo sé que tiene vuestra merced tento y luego fué à tomar las riendas
un lunar desas señas en la mitad del de la mula de Dorotea, y haciéndola de
espinazo , que es señal de ser homorn tener, se hinco de rodillas ante ella ,
fuerte. Éso basta, dijo Dorotea, por cuplicándole le diese las manos para
que con los amigos no se ha de mirar besárselas en señal que la recibía por
en pocas cosas , y que esté en el hom . su reina y señora . ¿ Quién no había
hro o que esté en el espirazo , importa de reir de los circunstantes viendo la
poco ; hasta que haya lunar, y esté locura del amo y la simplicidad del
donde estuviere , pues todo es na criado ? En efecto, Dorotea se las dió ,
misina carne , v sin duda acerto mi le prometió de hacerle gran señor
hnen padre en todo, y yo he acertado en su reino , cuando el cielo le hiciese
en encomendarme al señor don Qui tarto bien que se lo dejase cobrar y
jote, que él és por quien mi padre gozar. Agradecióselo Sancho con tales
cijo , pues las señales del rostro rie . palabras , que renoró la risa de todos.
128 DON QUIJOTE DE LA MANCIA

Esta , señores, prosiguió Dorotea, es lle palabra á Sancho y sin decirle esta
mi historia : sólo resta por deciroz, boca es mia, le dió tales palos, que
que de cuanta gente de acompaña dió con él en tierra ; y si ro fuera
miento saqué de mi reino no me ha porque Dorotea le dió voces que no
quedado sino sólo este buen barbado le diera más, sin duda le quitara aili
escudero , porque todos se anegaron la vida . ¿ Pensáis , le dijo á cabo de
en un3 gran borrasca que tuvimos á rato , villano ruin , que ha de haber
vista del puerto ; y él y yo salimos en lugar siempre para ponerme la mano
dos tablas á tierra como por milagro , en la horcajadura, y que todo ha de
y así es todo milagro y misterio el ser errar vos y perdonar yo ? Pues no
discurso de mi vida, como lo habéis lo penséis, bellaco descomulgado, que
notado : y si en alguna cosa he anda sin duda lo estás , pues has puesto
do demasiada 6 no tan acertada como ler gua en la sin par Dulcinea ; y no
debiera, echad la culpa á lo que el sabéis vos, faquín, belitre, que si 10
señor licenciado dijo al principio de fuese por el valor que ella infunde en
mi cuento , que los trabajos continuos mi brazo, que no le tendría yo para
y extraordinarios quitan la memoria matar una pulga ? Dec:d , socarrón de
al que los padece. Esa no me quitarán lengua viperina, ¿ y quién pensais que
á mí, oh alta y valerosa señora, dijo ha ganado este reiro y cortado la ca
don Quijote, cuantos yo pasare en ser beza a este gigante , y héchoos á vos
viros , por grandes y no vistos que marqués ( que todo esto doy ya por
sean : y así, de nu vo confirmo el don hecho y por cosa pasada en cosa juz
que os he prometido, y juro de ir con gada), s.no es el valor de Dulcinea,
vos al cabo del mundo hasta verme tomando á mi brazo por instrumento
con el fiero enemigo vuestro , á quien de sus hazañas ? Ella pelea en mí ,
pienso con el ayuda de Dios y de mi vence en mi , y yo vivo y respiro en
brazo tajar la cabeza soberbia con los ella, y tengo vida y ser. iOh hideputa
tilos desta , no quiero decir buena es bellaco, y cómo sois desagradecido,
pada, merced á Ginés de Pasamonte, que os veis levantado del polvo de la
que me llevó la mía. Esto dijo entre tierra á ser señor de título , y corres
dientes , y prosiguió diciendo : Y des pondéis á tan buena obra con decir
pués de habérsela tajado y puestos mal de quien os la hizo ! No estaba tan
en pacífica posesión de vuestro esta naltrecho Sancho, que no oyese todo
do , quedará á vuestra voluntad hacer cuanto su amo le decía , y levantándose
de vuestra persona lo que más en ta con un poco de presteza, se fué á po
lante os viniere , porque mientras que ner detrás del palafrén de Dorotea , y
yo tuviere ocupada la memoria y cau desde allí dijo a su amo : Digame, se
tiva la voluntad, perdido el entendi. ñor , si vuestra merced tiene deter
miento por aquella....... y no digo minado de no casarse con esta gran
más, no es posible que yo arrostre ni princesa, claro está que no será el
por pienso el casarme, aunque fuese reino suyo, y no siéndolo, ¿ qué mer
con el ve fénix . Parecióle tan mal 4 cedes me priede hacer ? Esto es de lo
Sancho lo que ultimamente su amo que yo me quejo ; cásesa vuestra mer
dijo acerca de no querer casarse , que ced una por una con esta reina, ahora
con grande enojo alzando la voz dijo : que la tenemos aquí como llovida del
Voto á mí, y juro á mí , que no tiene cielo, y después puede volverse con
vuestra merced, señor don Quijote , miñora Dulcinea ; que reyes debe
cabal juicio : purs cómo į es posible de haber habido en el mundo que
que pore vuestra merced en duda el hayan sido amancebados. En lo de la
casarse con tan alta princesa como hermosura no me entremeto, que en
aquesta ? & piensa que le ha de ofrecer verdad , si va á decirla, que entrambas
la fortuna tras cada cantillo semejante me parecen bien, puesto que yo nunca
ventura como la que ahora se le ofre he visto á la señora Dulcinea . ¿ Cómo
ce ? ¿ Es por dicha más hermosa mi que no la has visto, traidor blasfemo ?
señora Dulcinoa ? no por cierto , ni dijo don Quijote ; pues no acabas de
aun con la mitad ; y aun estoy por traerme ahora un recado de su parte ?
decir que no llega á sú zapato de la Digo que no la he visto tan despacio ,
que está delante . Así noramala alcan õijo Sancho, que pueda haber notado
zaré yo el condado que espero, si particularmente su hermosura y sus
vuestra merced se anda á pedir cotu buenas partes punto por punto ; pero
faz en el golfo : casese , cásese luego , así á bulto me parece bien . Ahora te
encomiéndolo yo á Satanás, y tome discnlpo, ijo don Quijote . y perdó
ese reino que se le viene á las manos name el enojo que te he dado, que los
de bobis bobis, y en siendo rey primeros movimientos no son en ma
hágame marqués ó adelantado, y lue nos de los hombres. Ya yo lo veo , res
go siquiera se lo lleve el diablo todo . pordió Sancho, y así en mí la gana de
Don Quijote, que tales blasfemias ogó hablar siempre es primero movimien
decir contra su Dulcinea, no lo pudo to , y no puedo dejar de decir por una
sufrir, y alzando el lanzón , sin habla . vez siquiera lo que me viene á la len.
PARTE 1.-- CAPÍTULO SSS 129

gua . Con todo eso , dijo don Quijote, había puesto en traje de gitano , cuya
mira, Sancho, lo que hablas, porque lengua y otras muchas sabía muy bien
tantas veces va el cantarillo á la hablar como si fueran naturales su
fuente...... y no te digo más . Ahora yas . Vibie Sancho y conocióle , y ape
bien, respondió Sancho, Dios está en nas le hubo visto y conocido, cuando
el cielo, que ve las trampas, y serií á grandes voces le dijo : iAh ladrón
juez de quién hace más mal , yo en ro Ginesillo , deja mi prenda, suelta mi
hablar bien , ó vuestra merced en vida , no te empaches con mi descar
obrallo. No haya más, dijo Dorotea ; so, leja mi asno, deja mi regalo ,
corred , Sancho , y besad la mano á huye, puto , auséntate, ladrón , y des
vuestro señor, y pedidle perdón , y de ampara lo que no és tuyo ! No fueron
aquí adelante andad más atentado en menester tantas palabras ni baldo
vuestras alabanzas y vituperios, y no nes, porque á la primera saltó Ginés ,
digáis mal de aquesa señora Toboso , y tomando un trote que parecía carre
á quien yo no conozco si no es para ra , en un punto se ausentó y al jó de
servilla, y tened confianza en Dios, todos. Sancho llegó a su rucio, y abra
que no os ha de faltar un estado don .
zándole le dijo : ¿ Cómo has estado,
de viváis como un príncipe . Fué San bien mío , rucio de mis ojos , compa
cho cabizbajo y pidió la mano á sil ñero mío ? y con esto le besaba y aca
señor, y él se la dió con reposado con riciaba como si fucra persona : el as 10
tinente, y después que se la hubo callaba, y se dejaba besar y acariciar
besado, le echó la bendición, y dijo á de Sancho sin responderle palabra a!.
Sancho que se adelantasen un poco, guna. Llegaron todos , y diéronle el
que tenía que preguntalle y que de paràbién del hallazgo del rucio, espe .
partir con él cosas de mucha impor cialmºnte don Quijote, el cual le dijo
tancia . Hizolo así Sancho, y apartá que no por eso anulaba la póliza de
ronse los dos algo adelante, y dijole los tres pollinos . Sancho se lo agrade
don Quijote : Después que veniste , no ció . En tanto que los dos iban en
he tenido lugar ni espacio para fre estas pláticas , dijo el cura á Dorotea,
guntarte muchas cosas de particula que había andado muy discreta así en
ridad acerca de la embajada que lle el cuento como en la brevedad dél , y
raste , y de la respuesta que trajiste ; en 12 similitud que tuvo con los libros
y ahora, pues la fortuna nos ha con de caballerías . Ells dijo que muchos
cedido tiempo y lugar, no me niegues ritos se había entretenido en leellos ;
tú la ventura que puedes darme con pero que no sabía ella dónde eran las
tan buenas nuevas. Pregunte vuestra provincias ni puertos de mar, y que
merced lo que quisiere , respondió así había dicho á tiento que se ha
Sancho, que a todo daré tan buena bía desembarcado en Osuna . Yo lo
salida como tuve la entrada ; pero entendí así, dijo el cura, y por eso
suplico á vuestra merced, señor mío , acudí luego á decir lo que dije ,
que no sea de aquí adelante tan ven con que se acomodó todo . ¿ Pero no
gativo . ¿ Por qué lo dices, Sancho ? es cosa extraña ver con cuánta fa
dijo don Quijote. Digolo, respondió , cilidad cree ese desventurado hidal.
porque estos palos de agora más fuc go todas estas invenciones y men
ron por la pendencia que entre los tiras , sólo porque llevan el estilo
dos trabó el diablo la otra noche ,que y modo de las necedades de sus
por lo que dije contra mi señora Dul. libros ? Sí es , dijo Cardenio ; y tan
cinea , á quen amo y reverencio como rara y nunca vista, que yo no sé
á una reliquia, aunque en ella no la si queriendo inventarla y fabricarla
haya , sólo por ser cosa de vuestra mentirosamente, hubiera tan agudo
merced . No torles á esas pláticas , ingenio que pudiera dar en ella. Pues
Sancho , por tu vida, dijo don Quijo otra cosa hay en ello, dijo el cura ,
te , que me dan pesadumbre : ya te que fuera de las simplicidades que
perdoné entonces, y bien sabes tú este buen hidalgo dice tocantes á su
que suele decirse, á pecado nuevo locura, si le tratan de otras cosas,
penitencia rueva . discurre con bonísimas razones , V
Mientras esto pasaba, vieron venir muestra tener un entendimiento claro
por el camino donde ellos iban á un y apacible en todo , de manera que
ñombre, caballero sobre un jumerto, como no le toquen en sus caballerías ,
y cuando llegó cerca les pareció que no habrá nadie que le juzgue sino por
era gitano ; pero Sancho Panza , que de muy buen entend mier to. En tanto
doquiera que veía asnos se le iban los que ellos iban en esta conversación ,
ojos y el alma, apenas hubo visto al prosiguió don Quijote con la suya , y
hombre . cuando conoció que era Gi dijo á Sancho : Echemos , Parza ami
nés de Pasamonte , y por el hilo dol go, pelillos a la mar en esto de nues.
gitano sacó el ovillo de su asro , como tras pendencias, y dime ahora, sin
era la verdad , pues era el rucio sobre tener cuenta con enojo ni rencor al
que Pasamonte venía : el cual por 110 guno , ¿ dónde , como v cuándo hallas .
ser conocido y por vender el asno, se te á Dulcinea ? & qué hacía ? ¿ qué le
130) DON QUIJOTE DE LA JANCIA

dijiste ? & qué te respondió ? ¿ qué ros hizo pan candeal sin duda algun . Pe
tro hizo cuando leía mi carta ? & quién ro pasa adelante : cuando le diste ma
te la trasladó ? y todo aquello que vie carta ¿ besola ? & púsosela sobre la ca
res en este caso es digno de saberse, beza ? ¿ hizo alguna ceremonia digna
de preguntarse y satisfacerse, sin de tal carta ? & 6 qué hizo ? Cuando
que añadas ó mientas por darme gus yo se la iba á dar, respondió Sancho,
to, ni menos te acortes por no quitár ella estaba en la fuga del meneo de
mele. Señor; respondió Sancho, si va una buena parte de trigo que tenía ed
a decir la verdad, la carta no me la la cr.ba, y díjome : Poned, amigo,
trasladó nadie , porque yo no llevé esa carta sobre aquel costal, que no
carta alguna. Así es como tú dices, la puedo leer hasta que acabe de acri
dijo don Quijote, porque el librillo de bar todo lo que aquí está. Discreta se
memoria , donde yo la escribí, le hallé ñora, dijo don Quijote ; eso debió de
en mi poder á cabo de dos días de tu ser por leella despacio y recrearse con
partida, lo cual me causó grandísims ella : adelante , Sancho ; y en tanto
pena, por no saber lo que habías tú que estaba en su menester ¿ qué cn
de hacer, cuando te vieses sin carta ; loquios pasó contigo ? & qué te pre
y creí siempre que te volvieras desde guntó de mí ? ¿ Y tú qué le respon
el lugar donde la echaras menos. Así diste ? Acaba, cuéntamelo todo, no se
fuera, respondió Sancho , si no la hu te quede en el tintero una mínima.
biera yo tomado en la memoria, cuan Ella no me preguntó nada , dijo San
do vuestra merced me la leyó, de cho ; mas yo le dije de la manera que
manera que se la dije á unósacristán , vuestra merced por su servicio queda
que me la traslado del entendimiento ba, haciendo penitencia desnudo de
tan punto por punto, que dijo que en la cintura arriba , metido entre estas
todos los días de su vida, aunque ha sierras como si fuera salvaje, dur.
bía leído muchas cartas de descomu miendo en el suelo, sin comer pan á
nión , no había visto ni leido tan linda manteles, y sin peinarse la barba, llo
carta como aquella . ¿ Y tienesla toda rando y maldiciendo su fortuna. En
vía en la memoria , Sancho ? dijo con decir que maldecía mi fortura dijiste
Quijote . No , señor, respor dió Sancho , mal, dijo don Quijote, porque antes
porque después que la di , como vi la bendigo y bendiciré todos los días
que no había de ser de más provecho , de mi vida, por haberme hecho digno
di en olvidalla : y si algo se me de merecer amar tan alta señora como
acuerda es aquello del Sobajada, digo Dulcinea dei Toboso . Tan alta es ,
del Soberana señora , y lo último : respondió Sancho, que a buena fe qne
Vuestro hasta la muerte, el caba me lleva a mi más de un coto . ¿ Pues
llero de la Triste Figura ; y en como, Sancho ? dijo don Quijote, ¿ has
medio destas dos cosas le puse más te medido tú con ella ? Medime en
de trescientas alınas y vidas y oios esta manera , respondió Sancho, que
mios . llegando a ayudar á poner un costal
de trigo sobre un jumento, llegamos
CAPITULO XXXI tan juntos que eché de ver que me
llevaba más de un gran palmo . Pues .
es verdad, replicó don Quijote, que
no acompaña esa grandeza y la adorna
De los sabrosos razonamientos que con mil millones de gracias del alma.
pasaron entre don Quijote y San. Pero no me negarás, Sancho , una
cho Panza su escudero, con otros cosa : cuando llegaste junto á ella
suce808 . ¿ no sentiste un olor sabeo, una fri
grancia aromática , y un no sé qué de
bueno , que yo 110 acierto á dalle nom
Todo eso no me descontenta, prosi bre , digo un tuho o un tufo como si
gue adelante, dijo don Quijote . Lle estuvieras en la tienda de algún cu
gaste , ¿ y qué hacía aquella reina de rioso guantero ? Lo que sé decir , dijo
la hermosura ? A buen seguro que la Sancho, es que sentí un olorcillo algo
hallaste ensartando perlas, ó bordan hombruno, y debía de ser que ella
do alguna empresa con oro de canut: con el mucho ejercicio estaba sudada
llo para este su cautivo caballero. No y algo correosa. No sería eso , respon
ia hallé, respondió Sancho, sino ae dio don Quijote, sino que tú debías
chando dos hanegas de trigo en un de estar romadizado, o te debiste de
corral de su casa . Pues haz cuenta , oler á ti mismo ; porque yo ié bien á
dijo don Quijote, que los granos de lo que huele aquella rosa entre espi
aquel trigo eran granos de perlas, to nas , aquel lirio del campo , aquel ám
cados de sus manos : y si miraste , har desleído. Todo puedo ser, respon
amigo, el trigo era candeal o tre dio Sancho, que muchas veces sale de
chel ? No era sino rubión , respondió mí aquel olor que entonces me parecio
Sancho. Pues yo te aseguro, dijo don que salía de su merced de la señora
Quijote , que aechado por sus manos Dulcinea ; pero no hay de qué mara
PARTE I. - CAPÍTULO XXXI 131

villarse , que un diablo parece á otro . caballero andante, digo que este tal
Y bien, prosiguió don Quijote, he aqui te debió de ayudar a caminar sin que
que acabó de limpiar su trigo y de tú lo sintieses : que hay sabio destos
enviallo al molino : & qué hizo cuando que coge á un caballero andante dur.
leyó la carta ? La carta, dijo Sancho, miendo en su cama, y sin saber cómo
no la leyo , porque dijo que no sabía ó en qué manera, amanece otro día
leer ni escribir, antes la rasgó y la más de mil leguas de donde anoche
hizo menudas piezas, diciendo que 110 ció . Y si no fuese por esto no se po
la quería dar á leer a nadie , porque drían socorrer en sus peligros los ca.
no se supiese en el lugar sus secre- balleros andantes unos a otros, como
tos : y que bastaba lo que yo le había se socorren á cada paso : que acaece
dicho de palabra acerca del amor que estar uno peleando en las sierras de
vuestra merced le tenía, y de la peni- Armenia con algún endriago, ó con
tencia extraordinaria que por su cau- algún fiero vestiglo, ó con otro caba
sa quedaba haciendo : y finalmente llero, donde lleva lo peor de la bata
me dijo, que dijese á vuestra merced lla y está ya á punto de muerte , y
que le besaba las manos, y que allí cuando no os me cato, asoma por acu
quedaba con más deseo de verle que liá encima de una nube ó sobre un
de escribirle ; y que así le suplicaba y carro de fuego otro caballero amigo
mandaba, que vista la presente salie- suyo, que poco antes se hallaba en
se de aquellos matorrales, y se dejase Ingalaterra , que le favorece y libra de
de hacer disparates, y se pusiese lue- la muerte, y á la noche se halla en
go en camino del Toboso, si otrà cosa su posada cenando muy á su sabor , y
de más importancia no le sucediese, suele haber de la una á la otra parte
porque tenía gran deseo de ver á dos o tres mil leguas, y todo esto se
vuestra merced. Riose inucho cuando hace por industria y sabiduría destos
le dije córno se llamaba vuestra mer- sabios encantadores que tienen cuida
ced el caballero de la Triste Figura : do destos valerosos Caballeros . Así
preguntéle si había ido allá el vizcaí- que, amigo Sancho, no se me hace
no de marras ; díjome que sí , y que dificultoso creer que en tan breve
era un hombre muy de bien ; también tiempo hayas ido y venido desde este
le pregunté por los galeotes; mas di- lugar al del Toboso, pues como tengo
jome que no había visto hasta enton- dicho , algún sabio amigo te debió ite
ces alguno. Todo va bien hasta agora , llevar en yolandillas, sin que tú le
dijo don Quijote ; pero dime, ¿qué sintieses . Así sería, dijo Sancho, por
joya fué la que te dió al despedirte, que á buena fe que andaba Rocinante
por las nuevas que de mi le llevaste ? como si fuera asno de gitano con
Porque es usada y antigua costumbre azogue en los oídos . Y como si llevaba
entre los caballeros y damas andantes azogue, dijo don Quijote , y aun ura
dar a los escuderos, doncellas ó ena- legión de demonios, que es gente qus
ros que les llevan nuevas de sus da- camina y hace caminar sin cansarse
mas á ellos, á ellas de sus andantes, todo aquello que se les antoja . Pero
alguna rica joya en albricias, en agra- dejando esto aparte , é qué te parece
decimiento de su recado. Bien puede á ti que debo yo hacer ahora acerca
eso ser así yo la tengo por buena de lo que mi señora me manda la
usanza ; pero eso debía de ser en los vaya á ver ? Que aunque yo veo que
tiempos pasados , que ahora sólo se estoy obligado á cumplir su manda
debe de acostumbrar á dar un pedazo miento , véome también imposibilitado
de pan y queso, que esto fué lo que del don que he prometido á la prin
me dió mi señora Dulcinea por las cesa que con nosotros viene, y fuér
bardas de un corral, cuando della me zame la ley de caballería á cumplir
despedi, y aun por más señas, era el mi palabra antes que mi gusto . Por
queso ovejuno. Es liberal en extremo, una parte me acosa y fatiga el deseo
dijo don Quijote; y si no te dio jova de ver á mi señora, por otra me in.
de oro, sin duda debió de ser porque cita y llama la prometida fe y la blo
no la tendría allí a la mano para dár- ria que he de alcanzar en esta empre .
tela ; pero buenas son mangas des sa ; pero lo que pienso hacer será
pués de pascua ; yo la veré , y se sa- caminar apriesa y llegar presto donde
tisfará todo . ¿ Sabes de qué estoy ina- está ese gigante, y en llegando le cor
ravillado , Sancho ? De que me parece taré la cabeza, y pondré á la princesa
que fuiste y viniste por los aires , pues pacíficamente en su estado, y al punte
poco más de tres días has tardado en daré la vuelta á ver á la luz que mis
ir y venir desde aquí al Toboso, ha- sentidos alumbra : a la cual daré tales
biendo de aquí allá más de treinta disculpas , que ella venga á tener por
jeguas. Por lo cual me doy a entender buena mi tardanza, pues verá que
que aquel sabio nigromante que tiene todo redunda en aumento de su gloria
euenta con mis cosas, y es mi amigo , v fama, pues cuanta yo he alcanzado,
porque por fuerza le hay y le ha de alcanzo y alcanzaré por las armas en
haber, so pena que yo no sería buen esta vida, toda me viene del favor que
132 DON OLIJOTE DE LA MANCHA

ella me da , y de ser yo suyo. 1 Ay ! los que fuesen ga han de ir á hincar de


dijo Sancho, iy cómo está vuestra finojos ante su presencia, y decir que
merced lastimado de esos cascos ! van
de parte de vuestra merced
Pues digame, señor , & piensa vuestra á dalle la obediencia, ¿ cómo se pue
merced caminar este camino en balde, den encubrir los pensamientos de eu
y dejar pasar y perder un tan rico y trambos ? ¡ Oh , qué necio y qué simple
tar principal casamiento como este, eres ! dijo don Quijote ; ¿ tú no ves ,
donde le dan en dote un reino, que a Sancho, que eso todo redunda en su
buena verdad que he oído decir que mayor ensalzamiento ? Porque has de
tiene más de veinte mil leguas de con saber que en este nuestro estilo de
torno , y que es abundantísimo de to caballería es gran honra tener una
das las cesas que son necesarias para dama muchos caballeros andantes que
el sustento de la vida humana, y que la sirvan , sin que se extiendan más
es mayor que Portugal y que Castilla sus pensamientos que á servilla por
juntos ? Calle por amor de Dios , y ten sólo ser ella quién es , sin esperar
ga vergüenza de lo que ha dicho, y otro premio de sus muchos y buenos
tome mi consejo, y perdóneme, y cá. deseos sino que ella se contente de
sese luego en el primer lugar que acetarlos por sus caballeros . Con esa
haya cura , y si no ahí está nuestro mancra de amor, dijo Sancho, he oído
licenciado, que lo hará de perlas ; y yo predicar que se ha de amar á nues
advierta que ya tengo edad para dar tro Señor por sí solo, sin que nos
consejos, y que este que le doy ie mueva esperanza de gloria ó temor de
verie de molde, que más vale pájaro pena , y aunque yo le querría amar y
en mano que buitre volando, porque servir por lo que pudiese . Válate el
quien bien tiene y mal escoge, del diablo por villano, dijo don Quijote,
mal que le venga no se enoje. Mira, iy qué de discreciones dices a las voce
Sancho, respondió don Quijote , si el ces ! no parece sino que has estudiado .
consejo que me das de que me case Pues á fe mía que no sé leer, respon
es porque se luego rey en matando dió Sancho . En esto les dio voces
al gigante , y ter ga cómodo para bz maese Nicolás, que esperasen un poco,
certe mercedes y darte lo prometido, que querían detenerse á beber en una
hágote saber que sin casarme podré fuertecilla que allí estaba . Detúvo - e
cumplir tu deseo muy fácilmente, por don Quijote con no poco gusto de San
que yo sacaré de adahala antes de cho, que ya estaba cansado de mentir
entrar en la batalla, que saliendo tanto , y temía no le cogiese su amo á
vencedor della, ya que no me case , palabras, porque puesto que él sabía
me han de dar una parte del reino que Dulcinea era una labradora del
para que la pueda dar á quien yo qui Toboso, no la había visto en toda su
siere ; y en dándomela, e á quién quie . vida. Habíase en este tiempo vestido
res tú que la dé sino á ti ? Eso está Cardenio los vestidos que Dorotea
claro, respondió Sancho ; pero mirc traía cuando la hallaron, que aunque
vuestra merced que la escoja hacia no eran muy buenos, hacían mucha
la marina, porque si no me contentars ventaja á los que dejaba. Apeáronse
la vivienda , pueda embarcar mis re junto á la fuente , y con lo que el cura
gros vasallos, y hacer dellos lo que se acomodó en la venta, satisficieron ,
ya he dicho : y vuestra merced no se aunque poco , la mucha hambre que
cure de ir por agora á ver á mi señora todos traian , Estando en esto acerto á
Dulcinea, sino vayase á matar al gi pasar por allí un muchacho que iba
gante , y concluyamos este negocio , de camino, el cual poniéndose á mirar
que por Dios que se me asienta que con mucha atención a los que en la
ha de ser de mucha honra y de mucho fuente estaban, de allí á poco arreme
provecho. Dígote, Sancho, dijo don tió á don Quijote, y abrazándole por
Quijote, que estás en lo cierto, y que las piernas comenzó a llorar muy de
habré de tomar tu consejo en cuanto propósito, diciendo : i Ay señor mío !
el ir antes con la princesa que á ver & no me conoce vuestra merced ? pues
á Dulcinea : y avisote que no digas míreme bien, que yo soy aquel mozo
pada á nadie ni á los que con nos Andrés que quitó vuestra merced de
otros vienen , de lo que aquí hemos la encina donde estaba atado. Reco.
departido y tratado, que pues Dulci nocióle don Quijote, y asiéndole por
nea es tan recatada que no quiere la mano , se volvió a los que allí esta .
que se sepan sus pensamientos, no ban , y dijo : Porque vean vuestras
será bien que yo ni otro por mi los mercedes cuán de importancia es ha
descubra . Pues si eso es así, dijo ber caballeros andantes en el mundo,
Sancho , & cómo hace vuestra merced que desfagan los tuertos y agrav'os
que todos los que vence por su brazo que en él se hacen por los insolentes
se vayan á presentar ante mi señora y malos hombres que en él viven, se
Dulcinea, siendo esto firmar de su pan vuestras mercedes que los días
rombre , que la quiere bien y que es pasados, pasando vo por un bosque,
su enamorado ? Y siendo forzoso que oi unos gritos y unas voces muy lasti.
PARTE 1. - CAPITULO SSXI 133

meras como de persona afligida y me cuando se vió solo descargó sobre mi


nesterosa . Acudi luego llevado de mi el nublado, de modo que me parece
obligación hacia la parte donde me que no seré más hombre en toda mi
pareció que las lamentables voces so vida. El daño estuvo , dijo don Qui.
naban, y hallé atado á una encina á jote , en irme yo de allí, que no nie
este muchacho que ahora está delante , había de ir hasta dejarte pagado, por
de lo que me huelgo en el alma, que bien debía yo saber por luengas
porque será testigo que no me dejará experiencias que no hay villano que
mentir en nada . Digo que estaba ata guarde palabra que diere, si él ve que
do á la encina, desnudo de medio no le está bien guardalla ; pero ya te
cuerpo arriba , y estábale abriendo í acuerdas, Andrés , que yo juré que si
azotes con las riendas de ura yegua no te pagaba, que había de ir á bus
un villano, que después supe que era carle , y que le había de hallar aunque
amo suyo ; y así como yo le vi, le pre se escondiese en el vientre de la bal
gunté la causa de tan atroz vapula llena, Así es la verdad, dijo Andrés ;
miento : respondió el zafio , que le pero no aprovechó nada. Ahora veris
azotaba porque era su criado, y que si aprovecha, dijo don Quijote ; y
ciertos descuidos que tenía , nacían diciendo esto, se levantó muy aprie.
más de ladrón que de simple , á lo sa, y mandó á Sancho que enfrenase
cual este niño dijo : Señor, no nie á Rocinante, que estaba paciendo en
azota sino porque le pido mi salario , tanto que ellos comían . Preguntóle
El amo replico no sé qué arengas y Dorotea qué era lo que hacer que la .
disculpas, las cuales aunque de mi El le respondió, que quería ir á bus
fueron ordas, no fueron admitidas : en car al villano y castigarle de tan mal
resolución, yo le hice desatar , y tomé término, y hacer pagado á Andrés
juramento al villano de que le llevaría hasta el último maravedi, á despecho
consigo y le pagaría un real sobre y pesar de cuantos villanos hubiese en
otro , y aun sahumados. ¿ No es verdad elmundo. A lo que ella respondió que
todo esto, hijo Andrés ? ¿ No notaste advirtiese que no podía, conforme al
con cuánto imperio se lo mandé , y don prometido, entremeterse en nin
con cuánta humildad prometió hacer guna empresa hasta acabar con la
todo cuánto yo le impuse y notifiqué suya ; y que pues esto sabía él mejor
y quise ? Responde, no te turbes ni que otro alguno, que sosegase el pecho
dudes en nada, di lo que pasó á estos hasta la vuelta de su reino . Así es
señores, porque se vea y considere verdad , respondió don Quijote, y cs
ser del provecho que digo haber ca forzoso que Andrés tenga paciencia
balleros andantes por los caminos . hasta la vuelta, como vos, señora ,
Todo lo que vuestra merced ha dicho , decís , que yo le torno á jurar y á pro
es mucha verdad , respondió el mu meter de nuevo de no parar hasta ha
chacho ; nero el fin del negocio su cerle vengado y pagado . No me creo
cedió muy al revés de lo que vuestra desos juramentos, dijo Andrés, más
merced se imagina . ¿ Cómo al revés ? quişiera tener agora con que llegar á
replicó don Quijote, &luego no te pa Sevilla, que todas las venganzas del
gó el villano ? No sólo no me pagó , mundo : deme , si tiene ahí algo que
respondió el muchacho, pero así como coma y lleve , y quédese con Dios su
vuestra merced traspuso el bosque y merced y todos los caballeros andan
quedamos solos, me volvió á atar a la tes, que tan bien andantes sean ellos
mesma encina, y me dió de ruevo para consigo como lo han sido para
tantos azotes que quedé hecho un san cormigo. Sacó de su repuesto Sancho
Bartolomé desollado; y á cada czote un pedazo de pan y otro de queso, y
que me daba, me decía un donaire y dándoselo al mozo, le dijo : Toma ,
chufeta acerca de hacer burla de vues hermano Andrés, que a todos nos ale
tra merced , que á no sentir yo tanto canza parte de vuestra desgracia .
dolor, me riera de lo que decía, En ¿ Pues qué parte os alcanza á vos ?
efecto , él me paró tal, que hasta preguntó Andrés. Esta parte de queso
ahora he estado curándome en un hos v pan que os doy , respondió Sancho ,
pital del mal que el mal villano e que Dios sabe si me ha de hacer falta
tonces me hizo . De todo lo cual tiene 6 ro ; porque os hago saber, amigo,
vuestra merced la culpa , porque si se que los escuderos de los caballeros an
fuera su camino adelante y no viniera cantes estamos sujetos a mucha ham
donde no le llamaban, ni se entreme bre y á mala ventura , y aun á otras
tiera en negocios ajenos, mi amo se cosas que se sienten mejor que se di .
contentara con darme una o dos doce cen, Andrés asió de su pan y queso ,
nas de azotes , y luego me soltara y y viendo que nadie le daba otra cosa ,
pagara cuanto me debía. Mas como abaió su cabeza, y tomó el camino
vuestra merced le deshonró tan sin en las manos como suele decirse . Bien
propósito , y le dijo tantas villanias , ps verdad que al partirse dijo á don
encendioseie la cólera, y como no la Quijote : Por amor de Dios , señor ci ,
pudo vengar en vuestra merced , ballero andante, que si otra vez .me
134 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

encontrare, aunque vea que me hacen go el libertador de todos. Con esto dio
pedazos, no me socorra ni ayude , sino de buena gana la cola a la ventera ei
déjeme con mi desgracia , que no será barbero, y asimismo le volvieron to
tanta que no sea mayor la que ne dos los adherentes que había pres
vendrá de su ayuda de vuestra mer tado para la libertad de don Quijote.
eed , á quien Dios maldiga y a todos Espantáronse todos los de la venta
euartos caballeros andantes han na de la hermosura de Dorotea, y au !
eido en el mundo. Ibase & levantar del buen talle del zagal Cardenio.
don Quijote para castigalle ; mas él Hizo el cura que les aderezasen de
se puso á correr de modo que ninguno comer de lo que en la venta hubie
se atrevio á seguillo. Quedó corridi se , y el huésped , con esperanza de
simo, don Quijote del cuento de An mejor paga con diligencia les ade
drés , y fué menester que los demás rezó una razonable comida : y á todo
tuviesen mucha cuenta con no reirse, esto dormía don Quijote, y fueron de
por no acaballe de correr del todo. parecer de no despertalle, porque más
provecho le haría por entonces el dor
mir que el comer . Trataron sobre co
mida , estando delante el ventero, su
CAPITULO XXXII mujer y su hija , Maritornes y todos
los pasajeros, de la extraña locura
de don Quijote y del modo que le ha
Que trata de lo que sucedió en la bían hallado : la huéspeda les contó
venta á toda la cuadrilla de don lo que con él y con el arriero les había
Quijote. acontecido, mirando si acaso estaba
allí Sancho : como no lo viese , conto
todo lo de su manteamiento , de que
A cabóse la buena comida , ensilla no poco gusto recibieron : y como el
ron luego, y sin que les sucediese cosa cura dijese que los libros de caballe
digna de contar , llegaron otro día á rias que don Quijote había leído le
la venta , espanto y asombro de San habían vuelto el juicio , dijo el vente
eho Panza, y aunque él quisiera no ro : No sé yo cómo puede ser eso , que
entrar en ella,' no lo pudo huir . La en verdad que a lo que yo entiendo no
ventera, ventero, su hija y Maritor hay mejor lectura en el mundo, y que
ns, que vieron venir á don Quijote y tengo ahí dos o tres dellos con otros
á Sancho, les salieron á recibir con papeles, que verdaderamente me han
muestras de mucha alegría, y él las dado la vida , no sólo á mí, sino á otros
recibió con grave continente y aplau muchos , porque cuando es el tiempo
so, y dijoles que le aderezasen otro de la siega, se recogen aquí las fiestas
mejor lecho que la vez pasada ; á lo muchos segadores, y siempre hay al
cual le respondió la huéspeda que guro que sabe leer, el cual coge uno
como le pagase mejor que la otra vez, destos libros entre las manos , y ro
que ella se lo daría de principes. Don deámcnos dél más de treinta , y esti
Quijote dijo que sí haría , y así le ade mosle escuchando con tanto gusto ,
rezaron uno razonable, en el mismo que nos quita mil canas : á lo menos
eamaranchón de marras, y él se acos de mí sé decir, que cuando oyo decir
to luego , porque venía muy quebran aquellos furibundos golpes que los
tado y falto de sueño. No se hubo caballeros pegan, que me toma gana
bien ercerrado, cuando la huéspeda de hacer otro tanto , y que querría ce
arremet : 6 al barbero, y asiéndole de tar oyéndoles noches y días. Y yo ni
la barba dijo : Para mi santiguada, más ni menos, dijo la ventera, porque
que no se ha aún de aprovechar más nunca tengo buen rato en mi casa , si
de mi rabo para su barba , y que me no aquel que vos estáis escuchando
ha de volver mi cola : que anda lo de leer, que estáis tan embobado , que no
mi marido por esos suelos, que es ver os acordáis de reñir por entonces. Así
güenza : digo el peine, que solía vo es la verdad , dijo Maritornes : y á
colgar de mi buena cola . No se la buena fe que yo también gusto mucho
quería dar el barbero, aunque ella de oir aquellas cosas, que son muy lin.
más tiraba , hasta que el licenciado das , y más cuando cuentan que se
le dijo que se la diese, que ya no era está la otra señora debajo de unog na
menester más usar de aquella indus ranjos abrazada, con su caballero, v
tria, sino que se descubriese y mos que les está una dueña haciéndoles la
trase en su misma forma, y dijese á guarda , muerta de envidia y con mu
don Quijote que cuando le despojaron cho sobresalto : digo que todo esto es
los ladrones galeotes se había veni cosa de mieles. Y á vos que os pare
do á aquella venta huyendo ; y que si ce , señora doncella ? dijo el cura ha
preguntase por el escudero de la prin . blardo con la hija del ventero . No sé ,
cesa , le dirían que ella le había en señor, en mi ánima, respondió ella ;
viado adelante á dar aviso á los de su también yo lo escucho, y en verdad
reino , como ella iba y llevaba congi que aunque no lo entiendo , que recibo
PARTE I.--CAPÍTULO XXXII 135
gusto en oíllo : pero no gusto yo de los el Gran Capitán, renombre famoso y
golpes de que mi padre gusta, sino de claro, y déi sólo merecido : y este Die .
las lamentaciones que los caballeros go García de Paredes tué un princi.
hacen cuando están ausentes de sus pal caballero, natural de la ciudad de
señoras, que en verdad , que algunas Trujillo en Extremadura, vaientísimo
veces me hacen llorar de compasión soldado, y de tantas fuerzas naturales,
que les tengo. Luego bien ias reme que detenía con un dedo una rueda d .
diárades vos , señora doncella , dijo molino en la mitad de su furia : y
Dorotea, si por vos lloraran ? No sé lo puesto con un montante en la entrada
que me hiciera, respondió la moza , de una puente , detuvo á un innume .
sólo sé que hay algunas señoras de rable ejército que no pasase por ella,
aquellas, tan crueles, que las llaman é hizo otras tales cosas, que si como
sus caballeros tigres y leones y otras él las cuenta y las escribe él de si
mil inmundicias : y iJesús ! yo no sé mismo con la modestia de caballero
quá gente es aquella tan desalmada y y de cronista propio, las escribiera
tan sin conciencia, que por no mirar otro libre y desapasionado, pusiera
á un hombre honrado le dejan que en olvido las de los Héctores, Aquiles
se muera o que se vuelva loco : yo no y Roldanes . Tomaos con mi padre ,
sé para que es tanto melindre : si lo dijo el dicho ventero : mirad de qué
hacen de honradas, cásense con ellos , se espanta, de detener una rueda de
que ellos no desean otra cosa . Calla , molino ; por Dios, ahora había vues.
niña, dijo la ventera, parece que sabes tra merced de leer lo que leí yo de
mucho destas cosas, y no está bien á Félix Marte de Hircania , que de un
las doncellas saber ni hablar tanto . revés solo partió cinco gigantes por la
Como me lo preguntaba esta señora , cintura, como si fueran hechos de ha
respondió ella, no pude dejar de res bas como los frailecicos que hacen los
pondelle . Ahora bien, dijo el cura , niños : y otra vez arremetió con un
traedme , señor huésped, aquesos li grandísimo y poderosísimo ejército ,
bros , que los quiero ver. Que me pla donde llevó inas de un millón y seis
ce , respondió él; y entrando en su cientos mil soldados , todos armados
aposento, sacó del una maletilla vieja desde el pie hasta la cabeza , y los
cerrada con una cadenilla , y abrién desbarató a todos como si fueran ma
dola , halló en ella tres libros grandes nadas de ovejas. Pues qué me dirán
y unos papeles de muy buena letra, del bueno de don Cirongilio de Tracia ,
escritos de mano. El primer libro que que fué tan valiente y animoso, como
abrió vió que era Don Cirongilio de se verá en el libro , donde cuenta que
Tracia, y el otro Félix Marte de navegando por un río , le salió de la
Hircania, y el otro la Historia del mitad del agua una serpiente de fue
Gran Capitán Gonzalo Hernández go , y él así como la vió se arrojó
de Córdoba, con la vida de Diego sobre ella y se puso á horcajadas en
Garcia de Paredes . Así como el cura cima de sus escamosas espaldas , y la
leyó los dos títulos primeros, volvió apretó con ambas manos la garganta
el rostro al barbero y dijo : Falta nos con tanta fuerza , que viendo la ser
hacen aquí ahora el ama de mi amigo piente que la iba ahogando, no tuvo
y su sobrina. No hacen , respondió el otro remedio ' sino dejarse ir á le
barbero , que también sé yollevarlos hondo del río , llevándose tras sí al
al corral o á la chimenea, que en ver caballero , que nunca lo quiso soltar ;
dad que hay muy buen fuego en ella . y cuando llegaron allá abajo, se hall3
. Luego quiere vuestra merced que en unos palacios y en uros jardines
mar mis libros ? dijo el ventero. No tan lindos , que era maravilla ; y luego
más , dijo el cura, que estos dos, ol de la sierpe se volvió en un viejo ancia
Don Cirongilio y el de Félix Marte. no , que le dijo tantas cosas , que no
¿ Pues por ventura , dijo el ventero , hay más que oir. Calle , señor , que
mis libros son herejes 6 flemáticos, si oyese esto , se volviera loco de pla
que los quiere quemar ? Cismáticos cer : dos higas para el Gran Capitán y
queréis decir, amigo, dijo el barbero, para ese Diego García que dice. Oyen
que no flemáticos . Así es , replicó el do esto Dorotea ,"dijo callando á Car
ventero ; mas si alguno quiere qut denio : Poco le falta a nuestro hués
mar, sea ese del Gran Capitán y dese ped para hacer la segunda parte de
Diego García, que antes dejaré quemar don Quijote. Así me parece á mí, res
un hijo que dejar quemar ninguno pondió Cardenio , porque según da
desotros . Hermano mío, el cura , irdicio , él tiene por cierto que todo lo
estos dos libros son mentirosos , y es que estos libros cuentan pasó ni más
tán llenos de disparates y devaneos ; ni menos que lo escriben , y no le ha
y este del Gran Capitán es historia rán creer otra cosa frailes descalzos .
verdadera, y tiene los hechos de Gon Mirad , hermano, tornó á decir el cura ,
zalo Hernández de Córdoba, el cual què no hubo en el mundo Félix Marte
por sus muchas y grandes hazañas de Hircania, ni don Cirongilio de Tra
merecio ser llamado de todo el murdo cia , ni otros caballeros semejantes.
136 DON QUIJOTE DE LA MANCITA

que los libros de caballería cuentan , tumbrado trabajo. Llevábase la ma


porque todo es compostúra y ficción leta y los libros el ventero, mas el cu
de ingenios ociosos, que los com ra le dijo : Esperad, que quiero ver
pusieron para el efecto , como vos de qué papeles son esos que de tan bu na
cis , de entretener el tiempo , como io letra están escritos . Sacolos el hués
entretienen leyéndolos vuestros se ped , y dándoselos á leer, vió hasta
gadores : porque realmente os juro obra de ocho pliegos escritos de ma
que nunca tales caballeros fueron en 110 , y al principio tenía un título gran
el mundo ni tales hazañas ni dispa de que decía : Novela del curioso im .
rates acontecieron en él . A otro perro pertinente. Leyó el cura para si tres
con ese hueso , respondió el ventero , o cuatro renglones, y dijo : Cierto que
como si yo no supiese cuántas son no me parece mal el título desta 110
cinco , y adónde me aprieta el zapato : vela, y que me viene voluntad de
no piense vuestra merced darme pi leella toda. A lo que respondió el ven
pilla, porque por D.os que no soy nada tero : Pues bien puede leella su reve
blanco : bueno es que quiera darme rencia, porque le hago saber que a
vuestra merced á entender que todo algunos huéspedes que aquí la han
aquello que estos buenos libros dicen leido les ha contentado mucho, y me
sea disparates y mentiras, estando la han pedido con muchas veras ; laas
impreso con licencia de los señores yo no se 14 he querido dar, pensando
del consejo real , como si ellos fueran volvérsela á quien aquí dejó esta ma
gente que habían de dejar imprimir leta olvidadit con estos libros y esos
tanta mentira junta, y tantas batallas papeles , que bien puede ser que vuel
y tantos encantamientos , que quitan va su dueño por aquí algún tiempo ;
el juicio. Ya os he dicho , amigo , re v aunque sé que me han de hacer fal
plicó el cura que esto se hace para ta los libros , á fe que se los he de
entretener nuestros OCIOSOS pensa volver, que aunque ventero, todavía
miertos ; y así como se consiente en soy cristiano. Vos tenéis mucha razón ,
las repúblicas b.en concertadas que amigo, dijo el cura ; mas con todo
haya juegos de ajedrez , de pelota y de eso , si la novela me contenta , me la
trucos para entretener á algunos que habéis de dejar trasladar. De muy
ni quieren , ni deben, ni pueden traba buena gana, respondió el ventero .
jar, así se consiente imprimir y qus Mientras los dos esto decían, habis
haya tales libros, creyendo , como es tomado Carden.o la novela y comen
verdad , que no ha de haber alguno zado á leer en ella , y pareciéndole lo
tan ignorante que tenga, por historia mismo que al cura, le rogó que la je
verdadera ninguno destos libros. Y si yese de modo que todos la oyesen . Si
me fuera lícito ahora y el auditorio leyera , dijo el cura, si no fuera mejor,
lo requiriera , yo dijera cosas acerca gastar este tiempo en dormir que en
de lo que han de tener los libros de leer. Harto reposo será para mí, ajo
caballerías para ser buenos , que qui Dorotea, entretener el tiempo oyendo
zá fueran de provecho , y aun de gusto algún cuento , pues aun no tengo el
para algui os ; pero yo espero que espíritu tan sosegado, que me conceda
vendrá tiempo en que lo pueda coniu dormir cuando fuera razón . Pues desa
nicar con quien pueda remediallo ; y manera, dijo el cura, quiero leerla por
en este entretanto creed , señor ven curiosidad siquiera, quizá tendrá al
tero , lo que os he dicho, y tomad guna de gusto . Acudió maese Nicolás
vuestros libros , y allá os avenid con á rogarle lo mismo, y Sancho tanı
sus verdades ó mentiras , y buen pro bién ; lo cual, visto del cura , y en
vecho os hagan , y quiera Dios que no tendiendo que a todos daría gusto
cojeéis del pe que cojea vuestro hués y él le recibirſa dijo : Pues así es ,
ped don Quijote. Eso no , respondió el esténme todos atentos, que la novela
ventero , que no seré yo tan loco que comienza desta manera :
me haga caballero andante, que bien
veo que ahora no se usa lo que se
usaba en aquel tiempo, cuando se dice
que andaban por el mundo estos fa CAPITULO XXXIII
mosos caballeros. A la mitad desta
plática se halló Sancho presente, y Donde se cuenta la novela det
quedó muy confuso y pensativo de lo
que había oído decir, que ahora no se Curioso impertinente
visaban caballeros andantes, y que
todos los libros de caballerías eran
necedades y mentiras, y propuso en En Florencia, ciudad rica y famosa
su corazón de esperar en lo que para. de Italia, en la provincia que llaman
raba aquel viaje de su amo, y que si Toscana, vivian Anselmo v Lotario ,
no salía con la felicidad que él pensa dos caballeros ricos y principales,
ta, determinaba dedejalle y volverse tan amigos , que por excelencia y an
con su mujer y sus hijos a su acos tonomasia, de todos los que los cono
PARTE I. - CAPITULO XXXIII 137

cían los dos amigos eran llamados. de hablar se usase entre ellos , que
Eran solteros , mozos de una misma volviese á ser señor de su casa , y se
edail y de unas mismas costumbres ; entrar y salir en ella como de antes,
todo lo cual era bastante causa á que asegurándole que su esposa Camila
los dos con recíproca amistad se co no tenía otro gusto ni otra voluntad
rrespondiesen : bien es verdad que el que la que él quería que tuviese, y
Anseimo era algo más inclinado á los que por haber sabido ella con cuán
pasatiempos amorosos que el Lota tas veras los dos se amaban , estaba
rio, al cual llevaban tras sí los de la confusa de ver en él tanta esquiveza .
caza ; pero cuando se ofrecía , dejaba A todas estas y otras muchas razones
Anselmo de acudir á sus gustos por que Anselmo dijo á Lotario para per
seguir los de Lotario , y Lotario deja suadille volviese como solía á su
ba los suyos por acudir á los de An casa, respondió Lotario con tanta
selmo, y desta manera andaban tan á prudencia, discreción y aviso , que An
unas sus voluntades, que no había scimo quedó satisfecho de la buena
concertado reloj que así lo anduviese. intención de su amigo , y quedaron
Andaba Anselmo perdido de amores de concierto que dos días en la semana
de una doncella principal y hermosa y las fiestas fuese Lotario á comer
de la misma ciudad, hija de tan bue. con él ; y aunque esto quedó así con
ros padres y tan buena ella por sí, certado entre los dos , propuso Lotario
que se determ nó, con el parecer de su de no hacer más de aquello que viese
amigo Lotario , sin el cual ninguna que más convenía á la honra de su
cosa hacía , de pedilla por esposa á amigo, cuyo crédito estimaba en mis
sus padres , y así lo puso en ejecu que el suyo propio . Decía él , y decía
ción ; y el que llevó la embajada fué bien , que el casado á quien el cielo
Lotario, y el que concluyó el ne había concedido mujer hermosa , tan .
gocio tan i gusto de su amigo, que en to cuidado había de tener qué amigos
breve tiempo se vió puesto en la po llevaba a su casa , como en mirar con
s'sión que deseaba , y Camila tan con qué amigas su mujer conversaba ,
tenta de haber alcanzado a Anselmo porque lo que no se hace ni concierta
por esposo , que no cesab3 de dar grd en las plazas , ni en los templos , ni en
cias al cielo y á Lotario, por cuyo me las fiestas públicas , ni estaciones (co
dio tanto bien le había venido. Los sas que no todas veces las han de ne
primeros días , como todos los de la gar los maridos á sus mujeres) , se
boda suelen ser alegres , continuó Lo concierta y facilita en casa de la imi
tario como solía , visitando la casa de ga ó la parienta de quien más satis
su amigo Anselmo, procurando hon facción se tiene . También decía Loty
ralle , festejalle y regocijalle con todo rio , que tenían necesidad los casados
aquello que á él le fué posible ; pero de tener cada uno algún amigo que le
acabadas las bodas, y sosegada ya la advirtiese de los descuidos que en su
frecuercia de las visitas y parabienes , proceder hubiese, porque suele acon
comenzó Lotario á descuidarse con tecer, que con el mucho amor que el
cuidado de las idas á casa de Anse !. marido a la mujer tiene , ó no le ad
mo, por parecerle á él, como es razón vierte o no le dice por no enojalla ,
que parezca á todos los que fueren que haga ó deje de hacer algunas co
discretos, que no se han de visitar ni sas , que el hacellas o no , le sería de
continuar las casas de los amigos ca honra 6 de vituperio ; de lo cual sien
sados de la misma manera que cuando do del amigo advertido , fácilmente
eran solteros ; porque aunque la bue pondría remedio en todo. ¿ Pero dónde
na y verdadera amistad ro puede ni se hallará amigo tan discreto y ten
debe de ser sospechosa en nada, con leal y verdadero como aquí Lotario le
todo esto, es tan delicada la honra di pide ? No lo sé yo por cierto ; sólo L.
casado, que parece que se puede ofen tario era este , que con tanta solicitud
der aún de los mismos hermanos, v advertimiento miraba por la honra
cuanto más de los amigos . Notó An de su amigo , y procuraba dezmar, fri
selmo la remisión de Lotario, y formó sar y acortar los días del concierto del
dél quejas grandes, diciéndole que si ir á su casa , porque ro pareciese mal
él supiera que el casarse había de ser al vulgo ocioso y a los ojos vagabun
parte para no comunicalle, como so dos y maliciosos la entrada de un
lía , que jamás lo hubiera hecho, y que mozo rico , gentilhombre y bien naci
si por la buena correspondencia que do . y de las buenas partes que él pen
los dos tenían mientras el fué solte saba que tenía, en la casa de una mu
ro , habían alcanzado tan dulce nombro jer tan hermosa como Camila : que
como el ser llamados los dos amigos, puesto que su bondad y valor podía
que no permitiese que por querer ha poner freno a tod : maldiciente len .
cer del circunspecto sin otra ocasión gua , todavía no quería poner en duda
alguna, que tan famoso y tan agrada. su crédito ni el de su amigo, y por es
ble nombre se perdiese ; y que así le to los más de los días del concierto los
suplicaba, si era lícito que tal término ocupaba y entretenía en otras cosas
138 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

que él daba a entender ser inexcusam del oro : porque yo tengo para mí, oh
bles : así que, en quejas del uno y amigo, que no es una mujer más bue .
disculpas del otro se pasaban muchos na de cuanto es no es solicitada, y
ratos y partes del día. Suoedió , pues, que aquella sola es fuerte que no se
que uno en que los dos se andaban dobla a las promesas, á las dádivas, á
paseando por un prado fuera de la las lágrimas y á las continuas impor
ciudad , Anselmo dijo á Lotario las se tunidades de los solicitos amantes .
mejantes razones : Porque é qué hay que agradecer, decía
Pensarás, amigo Lotario, que a las él , que una mujer sea buena , si nadie
mercedes que Dios me ha hecho en ie dice que sea mala ? ¿ Qué mucho
hacerme hijo de tales padres como que esté recogida y temerosa la que
fueron los míos, y al darme no con no le dan ocasión para que se suelte ,
mano escasa los bienes, así los que y la que sabe que tiene marido que en
llaman de naturaleza como los de cogiéndola en la primera desenvoltu
fortuna, no puedo yo corresponder ra la ha de quitar la vida ? Ansi que ,
con agradecimiento que llegue al bien la que es buena pur temor ó por falta
recibido, y sobre todo al que me hizo de lugar, yo no la quiero tener en
en darme á ti por amigo y á Camila aquella estima en que tendré á la so
por mujer propia, dos prendas que las licitada y pörseguida, que salió con la
estimo si no en el grado que debo, en corona del vencimiento , de modo, que
el que puedo. Pues con todas estas por estas razones y por otras muchas
partes, que suelen ser el todo con que que te pudiere decir para acreditar y
los hombres suelen y pueden vivir fortalecer la opinión que tengo, deseo
contentos, vivo yo el más despechado que Camila mi esposa pase por estas
y el más desabrido hombre de todo el dificultades, y se acrisole y quilate
universo mundo ; porque no sé de qué en el fuego de verse requerida y soli
días a esta parte me fatiga y aprieta citada, y de quien tenga valor para
ur. deseo tan extraño y tan fuera del poner en ella sus deseos : y si ella sa
uso común de otros, que me mar. le como creo que saldrá, con la pai
villo de mí mismo, y me culpo y me ma desta batalla, tendré yo por sin
riño á solas, y procuro callarlo y en igual mi ventura ; podré yo decir que
cubrillo de mis propios pensamien está colmo el vacío de mis deseos ; di
tos ; y así me ha sido posible salir con ré que me cupo en suerte la mujer
este secreto, como si de industria pro fuerte , de quien el Sabio dice que
curara decillo á todo el mundo. Y ignién la hallara ? Y cuando esto su .
pues que en efecto él ha de salir á ceda al revés de lo que yo pienso, con
plaza, quiero que sea en la del archi el gusto de ver que acerté en mi op:
vo de tu secreto , confiado que con él nión, llevaré sin pena la que de razón
v con la diligencia que pondrás, como podrá causarme mi tan costosa expe
mi amigo verdadero, en remediarme, riencia : y prosupuesto que ninguna
yo me veré presto libre de la angustia cosa ' le cuantas me dijeres en contra
que me causa, y llegará mi alegría de mi desco, ha de ser de algún
por tu solicitud al grado que ha llega provecho para dejar de pon rie por
do mi descontento por mi locura. Sus la obra, quiero, oh amigo Lotario ,
penso tenían á Lotario las razones de que te dispongas á ser el instru
Anselmo , y no sabía en qué había de mento que Jabre aquesta obra de mi
parar tan larga prevención ó preám gusto, que yo te daré lugar para
bulo, y aunque iba revolviendo en su que lo hagas , sin faltarte todo aque
imaginación qué deseo podría ser llo que yo viere ser necesario para
aquel que á su amigo tanto fatigaba, solicitar a una mujer honesta , honra
dió siempre muy lejos del blanco de da , recogida y desinteresada . Y mué
la verdad ; y por salir presto de la veme entre otras cosas á fiar de ti
agonja que le causaba aquella sus esta tan ardua empresa , el ver que si
pensión , le dijo que hacía notorio de ti es vencida Camila , no ha de
agravio á su mucha amistad en andar llegar el vencimiento á todo trance
buscando rodeos para decirle sus más y rigor, sino á sólo tener por hecho
encubiertos pensamientos, pues tenía lo que se ha de hacer por buen res
cierto que se podría prometer dél, ó peto ; y así no quedaré yo ofendido
va consejos para entretenellos , o ya más de con el deseo , mi injuria qu .
remedio para cumplillos. Así es la dará escondida en la virtud de tu si
verdad, respondió Anselmo, y con esa iencio, que bien sé que en lo que me
confianza te go saber , amigo Lota tocare ha de ser eterno como el de la
rio , que el deseo que me fatiga , es muerte. Así que , si quieres que yo
pensar si Camila mi esposa es tan tenga vida que pueda decir que lo es ,
buena y tan perfecta como yo pienso , desde luego has de entrar en esta
no puedo enterarme en esta verdad , amorosa batalla , no tibia ni perezosa
si no es probandola de manera, que la mente , sino con el ahinco y diligencia
prueba manifieste los quilates de siz que mi deseo pide, y con la confianza
bondad como el fuego muestra los que nuestra amistad me asegura. Es
PARTE 1 , -CAPÍTULO XXXIII 139
tas fueron las razones que Anselmo como el que siempre tienen los mo
dijo á Lotario, á todas las cuales es ros, á los cuales no se les puede dar
tuvo tan atento, que si no fueron las á entender el error de su secta con las
que quedan escritas que le dijo, no acotaciones de la Santa Escritura , ni
desplegó sus labios hasta que hubo con razones que consistan en especu .
acabado; y viendo que no decía más, lación del entendimiento, ni que vi
después que le estuvo mirando un yan fundadas en artículos de fe , sino
buen espacio, como si mirara otra co que se les han de traer cjemplos pal
sa que jamás hubiera visto , que le pables, fáciles, inteligibles, demostra
causara admiración y espanto , le dijo : tivos , indubitables, con demostracio .
No me puedo persuadir , oh amigo nes matemáticas que no se pueden
Anselmo, á que no sean burlas las negar como cuando dicen : Si de dos
cosas que me has dicho ; que á pen partes iguales quitamos partes
sar que de veras las decías , no consin. iguales, las que quedan también son
tiera que tan adelante pasaras , porque iguales ; y cuando esto no entiendan
con no escucharte previniera tu larga de palabra, como en efecto no lo en
arenga . Sin duda imagino ó que no tienden, háseles de mostrar con las
me conoces, o que yo no te conozco ; manos, y ponérselo delante de los
pero no, que bien sé que eres Ansel ojos, y aun con todo esto no basta na
mo, y tú sabes que yo soy Lotario : el die con ellos á persuadirles las ver
daño está en que yo pienso que no dades de nuestra sacra religión : y
eres el Anselmo que solías , y tú de este mismo término y modo me cor
bes de haber pensado que tampoco yo vendrá usar contigo, porque el deseo
soy el Lotario que debía ser : porque que en ti ha nacido va tan descami.
las cosas que me has dicho ni son de nado y tan fuera de todo aquello que
aquel Anselmo mi amigo, ni las que tenga sombra de razonable, que me
me pides se han de pedir á aquel Lo parece que ha de ser tiempo malgas
tario que tú conoces : porque los bue tado el que ocupare en darte å enten.
niz . amigos han de probar á sus ami. der tu simplicidad , que por ahora no
gos y valerse delios , como dijo un le quiero dar otro nombre , y aun es
poeta, usque ad haras, que quiso de toy por dejarte en tu desatino en pena
cir, que no se había de valer de su de tu mal deseo ; mas no me deja usar
amistad en cosas que fuesen contra deste rigor la amistad que te tengo ,
Dios. Pues si esto sintió un gentil de la cual no consiente que te deje pues
la amistad , ¿ cuánto mejor es que lo to en tan manifiesto peligro de per
sienta el cristiano, que sabe que por derte. Y porque claro lo veas, dime ,
ringuna humana ha de perder la Anselmo, & tú no me has dicho que
amistad divina ? Y cuando el amigo tengo de solicitar á una retirada ?
tirase tanto la barra, que pusiese & persuadir á una honesta ? 2 ofrecer á
aparte los respetos del cielo por acu una desinteresada ? & servir á una pru
dir á los de su amigo, no ha de ser dente ? Sí que me lo has dicho : pues
por cosas ligeras y de poco momento , si tú sabes que tienes mujer retirada ,
sino por aquellas en que vaya la hon honesta , desinteresada y prudente,
ra y la vida de su amigo. Pues dime i qué buscas ? Y si piensas que de to
tú ahora, Anselmo, & cuál de estas dos dos mis asaltos ha de salir vencedora ,
cosas tienes en peligro, para que yo como saldrá sin duda , ¿ qué mejores
me aventurase ácomplacerte, y á ha títulos piensas darle después , que los
cer una cosa tan detestable como me que ahora tiene ? 6 qué será más de
pides ? Ningura por cierto ; antes me lo que es ahora ? O es que tú ro la
pides, según yo entiendo, que procure tienes por la que dices , ó tú no sabes
y solicite quitarte la honra y la vida lo que pides : si no la tienes por la
y quitármela á mi juntamente ; por que dices, para qué quieres probarla,
que si yo he de procurar quitarte la sino como á mala hacer della lo que
tonra , claro está que te quito la vida , más te viniere en gusto ? Mas si es
puos el hombre sin honra peor es quo tan buena como crees, impertinente
un muerto : y, siendo yo el instru cosa será hacer experiencia de la mis
mento , como tú quieres que lo sea , de ma verdad , pues después de hecha,
tanto mal tuyo, yo vengo á quedar se ha de quedar con la estimación que
deshonrado, y por el mismo consi primero tenía. Así que , es razón con
guiente sin vida . Escucha, amigo An. cluyente que el intentar las cosas, de
selmo, y ten paciencia de no respon las cuales antes nos puede suceder da
derme hasta que cabe de decirte lo ño que provecho , es de juicios sin dis
que se me ofreciero acerca de lo que curso y temerarios, y más cuando
to ha pedido tu deseo, que tiempo quieren intentar aquellas á que no
quedará para que tú me repliques y son forzados ni compelidos, y que
yo te escuche. Que me place . dijo An . de muy lejos traen descubierto que el
Belmo, di lo que quisieres. Y Lotario intentarlas es manifiesta locura . Las
prosiguió diciendo: Paréceme , oh An cosas dificultosas se intentan por Dios
selmo, que tienes tú ahora el ingenio ó por el mundo, 6 por entrambos á
140 DON QUIJOTE DE LA MANCITA

cos : las que se acometen por Dios, son las que suelen intentarse, y es
son las que acometieron los santos, honra , gloria y provecho intentarlas ,
acometiendo á vivir v.da de ángeles aunque tan llenas de inconvenientes
en cacrpos humanos : las que se eco- y peligros ; pero la que tú dices que
meten por respeto del mundo, son las quieres intentar y poner por obra, ni
de aquellos que pasan tanta infinidad te ha de alcanzar gloria de Dios, ni
de agua , tanta diversidad de climas , bi ' nes de la fortuna, ni fama con los
tanta extrañeza de gentes por adqui- liombres, porque puesto que salgas
rir estos que llaman bienes de fortu- con ella como deseas, no has de que.
na ; y las que se intentan por Dios y dar ni más ufano, ni más rico, ni mas
por el mundo juntamente , son aqut- honrado que estás ahora ; y si no sa
ilas de los valerosos soldados, que les , te has de ver en la mayor miseris
apenas ven en el contrario muro abier . que imaginar se pueda, porque no te
to tanto espacio cuanto es el que pudo ha de aprovechar pensar entonces que
hacer una redond : bala de artillería, no sabe nadie la desgracia que te
cuando puesto aparte todo temor, sin ha sucedido ; porque bastará para
hacer discurso ni advertencia al ma- afligirte y deshacerte que la sepas tú
nifiesto peligro que les amenaza , lle- mismo. Y para confirmación desca
vados en vuelo de las alas del deseo verdad , te quiero decir una estancia
de volver por su fe , por su ración y que hizo el famoso poeta Luis Tansilo ,
por su rey, se arrojan intrépidamente en el fin de su primera parte de las
por la mitad de mil contrapuestas Lágrimas de San Pedro, que dice
muertes que los esperan. Estas cosas así :

Crece el dolor y crece la vergüenza


en Pedro , cuando el día se ha mostrado ,
y aunque allí no ve á nadic, se averguenza
de sí mismo , for ver que había pecado :
que sí un magnánimo pecho, á haber vergüenza ,
no sólo ha de moverle el ser mirado,
que de sí se avergüenza cuando yerra,
si bien otro no ve que cielo y ticrra
Así que no excusarás con el secreto piese, cosa que podría ser, i no se
tu dolor, antes tendrás que llorar perdía todo ? Si,por cierto, dejando
contino , si no lágrimas de los ojos , á su dueño en estimac.ón de que todos
lágrimas de sangre del corazón , como le tengan por simple. Pues haz cuen
las lloraba aquel simple doctor, que ta, Anselmo amigo, que Camila es fi
nuestro poeta nos cuenta que hizo la rísimo diamante, así en tu estimación
prueba del vaso , que con mejor dis como en la ajena, y que no es razón
curso se excusó de hacerla el prude ponerla en contingencia de que se
te Reinaldos : que puesto que aquello quiebre , pues aunque se quede con su
sea ficción poética , tiene en sí ence entereza , no pude subir á más valor
rrados secretos morales , dignos de ser del que ahora tiene ; y si faltase y no
adrertidos y entendidos é imitados : resistiese, considera desde ahora cual
cuanto más, que con lo que ahora quedaría sin ella, y con cuánta razón
pienso decirte, acabarás de venir en te podrías quejar de ti mismo por ha
conocimiento del grande error que bir sido causa de su perdición y la
quieres cometer. Dime , Anselmo, si tuya . Mira que no hay joya en el
el cielo ó la suerte buena te hubiera mundo que tanto valga como la mujer
hecho señor y legítimo posesor de un casta y honrada, y que todo el honor
finísimo diamante , de cuya bondad y de las mujeres consiste en la opinión
quilates estuviesen satisf - chos cuan . buena que dellas so tiene ; y pues la de
tos lapidarios le viesen, que todos á tu esposa es tal , que llega al extremo
una voz y de común parecer dijesen de bondad que sabes , para qué quie
que llegaba en quilates, bondad y fi. res poner esta verdad en duda ? Mira,
neza á cuanto se podía extender la amigo, que la mujer es animal imper
naturaleza de tal piedra , y tú mismo fecto , y que no se le han de poner
lo creyeses así sin saber otra cosa cmbarazos donde tropiece y caiga.
de contrario , & sería justo que te vi . sino quitárselos y despejalle el camino
niese en deseo de tomar aquel dia de cualquier inconveniente , para que
mante , y ponerle entre un yunque sin pesadumbre corra ligera á alcan
un martillo , y allí á pura fuerza de zar la perfección que le falta, que con.
golpes y brazos probar si es tan duro siste en el ser virtuosa . Cuentan los
v tàn fino como dicen ? Y más, si lo naturales, que el arminio es un ani
pusieses por obra , que puesto caso
malejo que tiene una piel blanquís:
que la piedra hiciese resistencia á tan ma, v que cuando quieren cizarle los
mecia prueba , no por eso se le añadirá cazadores, usan deste artificio : gue
más valor ni más famı; y si se rom sabiendo las partes por donde soeie
PARTE I .-- CAPÍTULO XXXIII 111
pasar y acudir , las atajan con lodo, y toda amistad ; y aun no sólo preten
después ojeándole le encaminan la des csto, sino que procuras que yo te
.cia aquel lugar, y así como el arminio
llega al lodo , se está quedo , y se deja la quite á ti . Que me la quieres quitar
prender y cautivar. á trueco de no á mí, está claro, pues cuando Camila
pasar por el cieno y perder y ensuciar vea que yo la solicito , como me pides ,
cierto está que me ha de tener por
su blancura, que la estima en más hombre sin honra y mal mirado , pues
que la libertad y la vida. La honesta
intento y hago una cosa tan fuera de
y casta mujer es armirio, y es más aquello á que el ser quien soy y tu
que nieve blanca y limpia la virtud amistad me obliga . De que quieres
de la honestidad ; y el que quisie
re que no la pierda , antes la guarde y que te la quite á ti , no hay duda, por
conserve, ha de usar de otro estilo que viendo Camila qu yo la solicito ,
diferente que con el arminio se tiene , ha de pensar que yo he visto en ella
porque no le han de poner delante el alguna liv andad que me dió atrevi
cieno de los regalos y servicios de los miento á descubrirle mi mal deseo, y
importunos amantes, porque quizáy teniéndose por deshonrada, te toca á
aun sin quizá, no tiene tanta virtud y ti como á cosa suya su misma (les
fuerza natural que pueda por sí mis . honra ; y de aquí nace lo que común .
ma atropellar y pasar por aquellos niente se platica, que al marido de la
embarazos ; y es necesario quitárselos mujer adúltera, puesto que él no lo
v ponerle delante la limpieza de la eep.. ni haya dado ocasión para que
virtud y la belleza que encierra en sí sui mujer no sea la que debe , ni haya
la buena fama. Es asimismo la buena sido en su mano ni en su descuido y
mujer como espejo de cristal luciente poco recato estorbar su desgracia ,
y claro ; pero está sujeto á empañarse con todo le llaman le rombran con
y obscurecerse con cualquiera aliento nombre de vituperio y bajo, y en cier .
que le toque. Hase de usar con la ho . ta manera le miran los que la ma dad
nesta mujer el estilo que con las reli de su mujer saben , con ojos de me
quias, adorarlas y no tocarlas : hase nosprecio , en cambio de mirarle con
de guardar y estimar la mujer buena , los de lástima, viendo que no por su
como se guarda y estima un hermoso culpa, sino por el gusto de su mala
jardín que está lleno de flores y rosas, compañera está en aquella desventu
cuyo dueño no consiente que nadie le ra. Pero quiérota decir la causa por
pasee ni manosee ; basta que desde qué con justa razón es deshonrado el
lejos y por entre las verjas de hierro marido de la mujer mala , aunque él
gocen de su fragancia y hermosura . no sepa que lo es , ni tenga culpa , ni
Finalmente, quiero decirte unos ver haya sido parte ni dadó ocasión para
sos que se me han venido a la memo que ella lo sea ; y no te canses de gir
ria , que los oí en una comedia mo me, que todo ha de r - dundar en tu
derna , que me parece que hacen al provecho. Cuando Dios crió á nuestro
propósito de lo que vamos tratando. primer padre en el paraíso terrenal.
Aconsejaba un prudente viejo á otro , dice la divina Escritura que infundió
padre de ura doncella , que la reco Dios sueño en Adán , y que , estando
giese , guardasa y encerrase ; y entre durmiendo , le sacó ura costilla del
otras razones le dijo estas : lado siniestro , de la cual formó á
nuestra madre Tva ; y así como Alan
Es de vidrio la mujer ; despertó y la miró, dijo : Esta es car
pero no se ha de probar ne de mi carne y hueso de mis hue
si se puede ó no quebrar, sos . Y Dios dijo : Por esta dejará el
porque todo podría ser. hombre á su padre y madre , y serán
Y es más fácil el quebrarse , dos en una carne misma ; y entonces
y no es cordura ponerse fué instituido el divino cacramento
á peligro de romperse del Matrimonio con tales lazos , que
lo que no puede soldarse . sólo la muerte puede desatarlos . Y
Y en esta opinión estén tiene tanta fuerza y virtud este mila
todos, y en razón la furdo, groso sacramento, que hace que dos
que si hay Dánaes en el mundo , diferentes personas sean una misma
hay pluvias de oro también, carne ; y aun hace más len los bu nos
casados, que aunque tienen dos almas
Cuanto hasta aquí te he dicho , oh An. no tienen más de una voluntad ; y de
selmo , ha sido por lo que á ti te toca ; aquí viene, que como la carne de la
y ahora es bien que se o : ga algo de lo esposa sea una misma con la del cs .
que a mí me conviene ; y si fuere la " poso , las manchas que en ella caen ,
go, perdóname , que todo lo requiere ó los defectos que se procuran , redun
el laberinto donde te has entrado y de dan en la carne del marido, aunque
donde quieres que yo te saque. Tú él no haya dado , como queda dicho ,
me tienes por amigo, y quieres qui. ocasión para aquel daño : porque así
tarme la honra, cosa que es contra como el dolor del pie ó de cualquier
112 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

miembro del cuerpo humano le siente que pondría en aventura el honor que
todo el cuerpo por ser todo de una tú procuras que no pierda ; y cuando
carne misma, y la cabeza siente el el tuyo no esté en el punto que debe.
daño del tobillo, sin que ella se le ha en la intención de Camila en tanto
ya causado, así el marido es partici que la solicitares, importa poco
pante de la deshonra de la mujer por i ada, pues con brevedad , viendo en
ser una misma cosa con ella ; y como ella la entereza que esperamos , le po
las honras y deshonras del mundo drás decir la pura verdad de nuestro
sean todas y nazcan de carne y san artificio, con que volverá tu crédito
gre , y las de la mujer mala sean deste al ser primero. Y pues tan poco aven
género , es forzoso que al marido le turas, y tanto contento me puedes dar
quepa parte dellas , y sea tenido por aventurándote , no lo dejes de hacer
deshonrado sin que él lo sepa. Mira aunque más inconvenientes se te pon
pues , oh Anselmo, al peligro que te gan delante, pues como ya he dicho ,
pones en querer turbar el sosiego en con sólo que comiences daré por con
que tu buena esposa vive : mira por cluida la causa. Viendo Lotario y re
cuán vana é impertinente curiosidad soluta voluntad de Anselmo, y no sa
quieres revolver los humores que biendo qué más ejemplos traerle, ni
ahora están sosegados en el pecho de qué más razones mostrarle para que
tu casta esposa : advierte , que lo que no la siguiese, y viendo que le ame
aventuras á ganar es poco, y que lo razaba que daría á otro cuenta de su
que perderás será tanto, que lo dejaré mal deseo, por evitar mayor mal de
en su punto, porque me faltan pala terminó de contentarle y hacer lo que
bras para encarecerlo. Pero si todo le pedía, con propósito é intención de
cuento he dicho no basta á moverte guiar aquel negocio de modo , que sin
de tu mal propósito, bien puedes bus alterar los pensamientos de Camila
car otro instrumento de tu deshonra quedase Anselmo satisfecho : y así le
y desventura, que yo no pienso serlo , respondió que no comunicase su pen
aunque por ello pierda tu amistad , samiento con otro alguno , que él to
que es la mayor pérdida que imaginar maba a su cargo aquella empresa, la
puedo . Calló en diciendo esto el vir. cual comenzaría cuando á él le diese
tuoso y prudente Lotario, y Anselmo más gusto. Abrazole Anselmo tier
quedó tan confuso y pensativo , que na y amorosamente , y agradecible su
por un buen espacio no le pudo res ofrecimiento como si alguna grarde
ponder palabra ; pero en fin le dijo : merced le hubiera hecho ; y quedaron
Con la atención que has visto he es de acuerdo entre los dos, que desde
cuchado, Lotario amigo, cuanto has otro día siguiente se comenzase la
querido decirme , y en tus razones , obra , que él le daría lugar y tiempo
ejemplos y comparaciones he visto la como á sus solas pudiese hablar á
mucha discreción que tienes y el € X Camila , y asimismo le daría dineros
tremo de verdadera amistad que al y joyas que darla y que ofrecerla.
canzas ; y asimismo veo y confieso, Aconsejóle que le diese músicas, que
que si no sigo tu parecer y me voy escribiese versos en su alabanza, y
tras el mío , voy huyendo del bien y que cuando él no quisiese tomar tra
corriendo tras el mal . Prosupuesto bajo de hacerlos, él mismo los haría .
esto, has de considerar que yo padez A todo se ofreció Lotario , bien eon
co ahora la enfermedad que suelen diferente intención que Anselmo pen
tener algunas mujeres, que se les an . saba ; y con este acuerdo se volvieron
toja comer tierra, yeso , carbón y otras á casa de Anselmo, donde hallaron á
cosas peores, aun asquerosas para Camila con ansia y cuidado esperan
mirarse, cuanto más para comerse : do á su esposo, porque aquel dia tar
así que , es menester usar de algún daba en venir más de lo acostumbra
artificio para que yo sane , y esto se do . Fuése Lotario á su casa, y Angol
podía hacer con facilidad , sólo con mo quedó en la suya tan contento
que comiences , aunque tibia y fingi como Lotario fué pensativo, no sa
damente , á solicitar á Camila , la cual biendo que traza dar para salir bien
no ha de ser tan tierna que á los pri de aquel impertinente negocio ; pero
meros encuentros de con su honesti aquella noche pensó el modo que ten
ad por tierra ; y con sólo este princi . dría para engañar á Anselmo sin ofen
pio quedaré contento , y tú habrás der á Camila : y otro día vino á co
cumplido con lo que debes a nuestra mer con su amigo, y fué bien recibido
amistad , no solamente dándome la de Camila , la cual le recibía y regala
vida , sino persuadiéndome de no ver ba con mucha voluntad , por entender
me sin honra . Y estás cbligado á ha la buena que su esposo le tenía. Aca
cer esto por una razón sola, y es , que baron de comer, levantaron los man
estando yo, como estoy , determinado teles , y Anselmo dijo a Lotario que
de poner en pláticu esta prueba , no se quedase allí con Camila en tanto
has tú de consentir que yo dé cuenta que él iba á un negocio forzoso, que
de mi desatino á otra persona, con dentro de hora y media volvería. Ro
PARTE 1. - CAPÍTULO XXXIII 143

góle Camila que no fuese , y Lotario respondía á A :selmo que la hablaba


se ofreció á hacerle compañía ; mas v jamás podia sacar della una pequeña
nada aprovechó con Anselmo, antes muestra de venir en ninguna cosa que
importunó á Lotario que se quedase mala fuese, ni aun dar una señal de
y le aguardase, porque tenía que tra sombra de esperanza , antes decía
tar con él una cosa de mucha impor que le amenazaba que si de aquel mal
tancia. Dijo también á Camila que no pensamiento no se quitaba, que lo
dejase solo á Lotario en tanto que él había de decir á su esposo . Bien está ,
volviese . En efecto el supo tan bien dijo Anselmo, hasta aquí ha resistido
fingir la necesidad 6. necedad de su Camila a las palabras ; es menester
ausencia, que nadie pudiera entender ver cómo resiste a las obras : yo os
que era fingida. Fuése Anselmo, y daré mañana dos mil escudos de oro
quedaron solos a la mesa Camila y para que se los ofrezcáis y aun se los
Lotario, porque la demás gente de deis , y otros tantos para que compréis
casa toda se había ido á comer . Viose joyas con que cebarla, que las mujeres
Lotario puesto en la estacada que siz suelen ser aficionadas, y más si son
amigo deseaba, y con el enemigo de hermosas, por más castas que sean ,
lante, que pudiera vencer con sola su á esto de traerse bien y andar gala
hermosura á un escuadrón de caballe nas ; y si ella resiste á esta tentación ,
ros armados. Mirad si era razón que yo quedaré satisfecho, y no os narė
le temiera Lotario ; pero lo que hizo más pesadumbre. Lotario respondió
fué poner el codo sobre el brazo de la que ya que había comenzado, que él
silla y la mano abierta en la mejilla , llevaría hasta el fin aquella empresa ,
y pidiendo perdón á Camila del inal puesto que entendía salir della can
comedimiento , dijo que quería reposar sado y vencido. Otro día recibió los
un poco en tanto que Anselmo volvíl. cuatro mil escudos, con ellos cuatro
Camila le respondió que mejor repo mil confusiones, porque no sabía qué
saría en el estrado que en la silla, v decirse para mentir de nuevo : pero
así le rogó se entrase á dormir en él. en efecto , determinó de decirle, que
No quiso Lotario, y allí se quedo dor. Camila estaba tan entera á las dádi
mido hasta que volvió Anselmo , el vas y promesas como á las palabras ,
cual como halló á Camila en su apo y que no había para qué cansarse
sento y á Lotario durmiendo, creyó más , porque todo el tiempo se gastaba
que como se había tardado tanto, ya en balde. Pero la suerte , que las cosas
habrian tenido los dos lugar para ha guiaba de otra manera, ordenó que
blar y aun para dormir, y no vio la habiendo dejado Anselmo solos á Lo
hora en que Lotario despertase para tario y Camila como otras veces so
vo ! verse con el fuera y preguntarle lía , él se encerró en un aposento , y
de su ventura. Todo le suced : 6 como por los agujeros de la cerradura esta
él quiso. Lotario despertó , y luego vo mirando y escuchando lo que los
salieron los dos de casa, y así le pre dos trataban , y vió que en más de me .
guntó lo que deseaba, y le respondió dia hora Lotario no habló palabra á
Lotario que no le había parecido 3er Camila, ni se la hablara si allí lestu
bien que la primera vez se descubrie. viera un siglo , y cayó en la cuenta de
se del todo, y así no había hecho otra que cuanto su am go le había dicho
cosa que alabar á Camila de hermo de las respuestas de Camila , todo era
sa, diciéndole que en toda la ciudad ficción y mentira ; y para ver si esto
no se trataba de otra cosa que de su era así, salió del aposento , y lla
hermosura y descreción , y que fiste mando á Lotario aparte , le preguntó
le había parecido buen principio para qué nuevas había y de qué temple es
entrar ganando la volurtad , y dis taba Camila. Lotario respondió que
poniéndola á que otra vez le escu no pensaba más darle puntada en
chase con gusto, usando en esto del aquel negocio , porque respondía tan
artificio que el demonio usa cuando áspera y desabridamente, que no ten.
quiere engañar á alguno qua está pues dría ánimo para volver á decirle cosa
to en atalaya de mirar por sí, que se alguna. 1Ah, dijo Anselmo, Lotario ,
transforma en ángel de luz, siéndolo Lotario , y cuán mal correspondes i
el de tinieblas, y poniéndole delante lo que me debes y á lo mucho que de
apariencias buenas, al cabo descubre ti confío ! Ahora te he estado mirando
quién es y sale con su intención, si por el lugar que concede la entrada
a los principios no es descubierto su desta llave, y he visto que no has di
engaño. Todo esto le contento mucho cho palabra á Camila, por donde me
á Anselmo, y dijo que cada día daría doy a entender que aun las primeras
el mismo lugar, aunque no saliese de le tienes que decir ; y si esto es así ,
casa , porque en ella se ocuparía en como sin duda lo es , para qué mo
cosas que Camila no pudiese venir en engañas, 6 por qué quieres quitarme
conocimiento de su artificio . Sucedió con tu industria los medios que yo
pues que se pasaron muchos días, que podría hallar para conseguir mi de
sin decir Lotario palabra á Camila , seo ? No dijo más Anselmo , pero bas
144 DOX QL'IJOTE DE LA MANCIA

tó lo que había dicho para dejar co ocupase la silla de su mesa ; y que si


rrido y confuso á Lotar.o, el cua , Ca lo nacía por no tener contianza que
si como tomando por punto de honra ella sabría gobernar su casa , que pro
el haber sido hallado en mentira, juró base por aquella vez , y vería por ex
á Arselmo que desde aquel momento periencia como para mayores cuida
tomaba tan á su cargo el contentalle y dos era bastante . Anselmo le replicó
no mentille , cual lo vería si con cu que aquel era su gusto, y que lo te
riosidad lo espiaba : cuanto más, que nía más que hacer que bajar la cabe
no sería menester usar de ninguna di za y obedecelle. Camila dijo que ansi
ligencia, porque la que el pensaba po lo haría, aunque contra su voluntad .
ner en satisfacelle le quitaría de toda Partióse Anselmo , y otro día vino á
sospecha. Creyóle Anselmo, y para su casa Lotario , donde fué recibido
dalle comodidad más segura y meros de Camila con amoroso y honesto
sobresaltada , determinó de hacer lau acogimiento ; la cual jamás se puso
sencia de su casa por ocho días , yér en parte donde Lotario la viese á so
dose á la de un amigo suyo que estaba las, porque siempre andaba rodeada
en una aldea no lejos de la ciudad : de sus criados y criadas , especial.
con el cual amigo concerto que le en mente de una doncella suya llamada
viase á llamar con muchas veras , pa Leonela , á quien ella mucho quería ,
ra tener ocasión con Camila de su por haberse criado desde niñas las
partida. Desdichado y mal advertido dos juntas en casa de los padres de
de ti , Anselmo, ¿ qué es lo que ha Camila, y cuando se casó con Ansel
ces ? ¿ qué es lo que trazas ? & qué es no la trujo consigo . En los tres dias
lo que ordenas ? Mira que haces co ? ). primeros nunca · Lotario le dijo nada,
tra ti mismo, trazando tu deshonra y aunque pudiera cuardo se levantaban
ordenando tu perdición . Buena es til los manteles y la gente se iba a comer
esposa Camila, quieta y sosegadamen con mucha priesa, porque así se lo
te la posees, nadie sobresalta tu gus tenía mandado Camila ; y aun tenía
to , sus pensamientos no salen de las orden Leonela que comiese primero
paredes de su casa , tú eres su cielo que Camila , y que de su lado jamás
en la tierra , el blanco de sus deseos , se quitase ; mas ella, que en otras co
el cumplimiento de sus gustos y la sas de su gusto tenía puesto el en .
medida,por donde mide su voluntad , samiento , y había menester aquellas
ajustándola en todo con la tuya y con horas y aquel lugar para ocuparle en
la del cielo ; pues si la mina de su ao. sus contentos, no cumplía todas las
nor, hermosura, honestidad y recogi veces el mandamiento de su señora,
miento te da sin ningún trabajo toda antes los dejaba solos, como si aque
la riqueza que tiene y tú puedes de llo le hubieran mandado ; mas la ho
sear, para qué quieres ahondar la nesta presencia de Camila , la grave
tierra y buscar nuevas vetas de nuevo dad de su rostro, la compostura de
y nunca visto tesoro , poniéndote á pe su persona era tanta, que ponía freno
ligro que todo venga abajo, pues en á la lengua de Lotario ; pero el prove
fin se sustenta sobre los débiles arri. cho que las muchas virtudes de Ca
mos de su flaca naturaleza ? Mira que mila hicieron poniendo silencio en la
al que busca lo imposible es justo que lengua de Lotario , redundo más en
lo posible se le niegua, como lo dijo daño de los dos, porque si la lengua
mejor un poeta diciendo : callaba, el pensamiento discurría, y
tenía lugar de contemplar parte por
Busco en la muerte la vida , parte todos los extremos de bondad y
salud en la enfermedad , de hermosura que Camila tenía, bas
* en la prisión libertad , tantes á enamorar una estatua de
en lo cerrado salida , mármol , no un corazón de carne . Mi
y en el traidor lealtad . rábala Lotario en el lugar y espacio
Pero mi suerte, de quien que había de hablarla , y consideraba
jamás espero algún bien, cuán digna era de ser amada ; y esta
con el cielo ha estatuído consideración comenzó poco á poco á
que pues lo imposible pido, dar asalto á los respetos que á Ansel
lo posible aun no me den . mo tenía, y mil veces quiso ausen
tarse de la ciudad, é irse donde jamás
Fuése otro día Anselmo a la aldea , Anscimo le viese á él ni él viese á Ca
dejando dicho á Camila que el tiempo mila ; mas ya le hacía impedimento
que él estuviese ausente , vendría Lo . y detenía el gusto que hallaba en mi .
tario á mirar por su casa y á comer rarla. Hacíase fuerza y peleaba con
con ela , que tuviese cuidado de tra sigo mismo por desechar y 20 sentir
talle como á su misma persona. Afli cl contento que le llevaba á mirar á
gióse Camila, como mujer discreta y Camila : culpábase á solas de su des
honrada, de la orden que su marido atino, llamábase mal amigo y aun
le dejaba, y díjole que advirtiese que mal cristiano ; hacía discursos y com
no estaba bien que nadie , él ausente, paraciones entre él y Anselmo, y to
PARTE I. CAPÍTULO XXXTO 115

dos paraban en decir que más habia palabra que no hicies mudamiento
sido la locura y col.fianza de Ansel. ue su casa en modo alguno , porque
mo, que su poca fidelidad, y que si él volvería con mucha brevedad . Ad
así ' tuviera disculpa para con Dios, mirada quedó Camila de la respuesta
como con los hombres, de lo que pen de Anselmo, que la puso en más con
saba hacer , que no temiera pena por fusión que primero, porque ni se
gu culpa. En efecto, la hermosura y atrevia á estar en su casa , ni menos
la bondad de Camila, juntamente con irse á la de sus padres, porque en la
la ocasión que el ignorante marido le quedada corría peligro su honestidad .
había puesto en las manos, dieron y en la ida iba contra el mandamien
con la lealtad de Lotario en tierra ; y to de su esposo. En fin , se resolvió
sin mirar a otra cosa que aquella á en lo que estuvo peor , que fué en el
que su gusto le inclinaba , al cabo de quedarse , con determinación de no
tros días de la ausencia de Anselmo , huir la presencia de Lotario por no
en los cuales estuvo en continua ba dar que decir á sus criados; y ya le
talla por resistir á sus deseos , Co pesaba dc haber escrito lo que escri
menzó á requebrar á Camila con tarti bió sí su esposo, tem rosa de que no
turbación y con amorosas razones , pensase que Lotario había visto en
que Camila quedó suspensa, y no
fila alguna desenvoltura que le hu
hizo otra cosa levantarse de
que biese movido á no guardalle el de
donde estaba y entrarse en su apo coro que debía . Pero fiada en su bon
sento , sin respondelle palabra algu dad se fió en Dios y en su buen pen
na : mas no por esta sequedad se des samiento, con que pensaba resistir
mayó en Lotaro la esperanza , 1413 callando á todo aquello que Lotario
siempre nace juntamente con el decirle quisiese, sin dar más cuenta
amor , antes tuvo en más á Camila ; á su marido por no por erle en alguna
la cual , habiendo visto en Lotario lo pendencia y trabajo ; y aun andaba
que jamás pensara, no sabía qué ha buscando manera cómo disculpar á
rse, y pareciéndole no ser cosa se Lotario con Anselmo, cuando le pre
gura ni bien hecha darle ocasión m guntase la ocasión que le había mo
lugar á que otra vez la hablase , de . vido á escribirle aquel papel . Con
terminó de cnviar aquella misma no Estos pensamientos, más honrados
che , como lo hizo, á un criado suyo que acertados ni provechosos, estuvo
*con un billete á Anselmo, donde le otro día escuchando á Lotario , el
escribió estas razones :
cual cargó la mano de manera, que
comenzó á titubear la firmeza de Ca
mila, y su honestidad tuvo harto que
hacer en acudir á los ojos para que
CAPITULO XXXIV no diese muestras de alguna amorosa
compasión que las lágrimas y las ra
zones de Lotario en su pecho habían
Donde se prosigue la novela del despertado . Todo esto rotaba Lotario,
Curioso impertinente y toda le er.cendía . Finalmente á él
ic pareció que era menester en el
espacio y lugar que daba la ausencia
« Así como suele decirse que parece de Anselmo apretar el cerco á aquella
omal el ejército sin su general y el fortaleza ; y así acometió á su pre
Castillo sin su castellano , digo yo sunción con las alabanzas de su her
" que parece muy peor la mujer cast mosura, porque no hay cosa que más
da y mozu sin su marido, cuando presto rinda y allane las ercastilladas
„justísimas ocasiones no lo impiden . torres de la vanidad de las hermosas,
»Yo me hallo tan'mal sin vos , y ta que la misma vanidad puesta en las
vimposibilitada de no poder sufrir lenguas de la adulación . En efecto ,
vesta ausencia, que si presto rove . él con toda diligencia minó la roca de
» nís, me habré de ir á entretener in se entereza con tales partrechos, que
Đcasa de mis padres , aunque deje sir. aunque Camila fuera toda de bronce,
» guarda la vuestra ; porque la que viniera al suelo. Lloro , rogó , ofreció,
»me dejaste, si es que quedó con tal aduló , porfió y fingio Lotario con tan
» título , creo que mira más por su tos sentimientos , con muestras de
rgusto que por lo que á vos os toca : tantas veras , que dió al través con
» y pues sois discreto , no tengo más el recato de Camila , y vino á triun
>que deciros, ni tun es bie que más far de lo que menos se pensaba y
pos diga) . más deseaba . Rindiose Camila, Ca
Esta carta recibió Anselmo , y en mila se rindió ; & pero qué mucho, si
tendió por ella que Lotario había ya la amistad de Lotario no quedó en
comenzado la empresa, y que Camila pie ? Ejemplo claro que nos muestra
debía de haber respondido coino él que sólo se vence la pasión amorosa
deseaba ; y alegre sobremanera de con huilla, y que nadie se ha de poner
tales nuevas, respondió á Camila de á brazos con tan poderoso enemigo ,
10
146 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
porque es menester fuerzas divinas cadas diligencias como hasta enton
para vencer las suyas humanas, Sólo ces ; y que sólo queria que le escri
supo Leonela la flaqueza de su señora, biese algunos versos en su alabanza ,
porque no se la pudieron encubrir debajo del nombre de Clori, porque
los dos malos amigos y nuevos aman él le daría á entender á Camila que
tes . No quiso Lotario decir á Camila andaba enaniorado de una dama 5
la pretensión de Anselmo, ni que él quien la había puesto aquel nombre
le había dado lugar para llegar á por poder celebrarla con el decoro
aquel punto, porque no tuviese en que á su honestidad se le debía ; y
menos su amor, y pensase que así que cuando Lotario no quisiera tomar
acaso , y sin pensar y no de propo trabajo de escribir los versos, que el
sito, la había solicitado. Volvió de los haría. No será menester eso, Jijo
allt á pocos días Anselmo á su casa , Lotario , pues no ma son tan enemi.
y no echó de ver lo que faltaba en gas las musas que algunos ratos del
ella ; que era lo que en menos tenía año no mo visiten : dile tú á Camila
y más estimaba . Fuése luego á ver á lo que has dicho del fingimiento de
Lotario, y hallóle en su casa ; abra mis amores, que los versos yo los
záronse los dos, y el uno preguntó haré , y si no tan buenos como el
por las nuevas de su vida 6 de su sujeto merece, serán por lo menos
muerte. Las nuevas que te podré dar, los mejores que yo pudiere. Quedaron
oh amigo Anselmo, dijo Lotario , son deste acuerdo el impertinente y el
de que tienes una mujer que digua traidor amigo, y vuelto Anselmo s
mente puede ser ejemplo y corona de su casa pregunto á Camila lo que ella
todas las mujeres buenas. Las pala va se maravillaba que no lo hubiese
bras que le he dicho se las ha lle preguntado, que fué que le dijese la
vado el aire , los ofrecimientos se ocasión por qué le había escrito el
han tenido en poco , las dádivas no se papel que le envió. Camila le respon
han admitido, de algunas lágrimas dió, que le había parecido que Lo
fingidas mías se ha hecho burla no tario la miraba un poco más desen
table . En resolución , así como Ca vueltamente que cuando él estaba en
mila es cifra de toda belleza, es ar casa , pero que ya estaba desenga
chivo donde asiste la honestidad , y ñada y creía que había sido imagi
vive el comedimiento y el recato , y nación suya, porque ya Lotario Lula
todas las virtudes que pueden hacer de vella y ne estar con ella á solas .
loable y bien afortunada á una hon Dijole Anselmo que bien podía estar
rada mujer . Vuelve á tomar tus di segura de aquella sospecha, porque
neros, amigo, que aquí los tengo sin él sabía que Lotario andaba enamo
haber tenido necesidad de tocar á rado de una doncella principal de la
ellos , que la entereza de Camila no se ciudad , á quien él celebraba debajo
rinde á cosas tan bajas como son dá del nombre de Clori , y que aunque
divas y promesas . Conténtate, An no lo estuviera, no había que temer
seimo , y no quieras hacer más prue de la verdad de Lotario y de la mu
bas de las hechas; y pues á pie enj17 cha amistad de entrambos; y á no
to has pasado el mar de las dificul. estar avisada Camila de Lotario de
tades y sospechas ique de las mujeres que eran fingidos aquellos amores de
suelen y pueden tenerse, no quieras Clori , y que él se lo había dicho á
entrar de nuevo en el profundo pie Anselmo para poder ocuparse algii
lago de nuevos inconvenientes, ni nos ratos en las mismas alabanzas de
quieras hacer exp.riencia con otro Camila, ella sin duda cayera en la
piloto de la bondad y fortaleza del desesperada red de los celos ; mas por
navío que el cielo te dió en suerte estar ya advertida , pasó aquel sobre
para que en él pasases la mar deste salto sin pesadumbre. Otro día, es
mundo , sino haz cuenta que estás ya tardo los tres sobre la mesa, rogó An
en seguro puerto, y aférrate con las selmo á Lotario dijese alguna cosa de
áncoras de la buena consideración , las que había compuesto á su amada
y déjate estar hasta que te vengan Clori , que pues Camila no la conocía,
á pedir la deuda, que no hay hidal seguramente podía decir lo que qui
guía humana que de pagarla se ex s'ese . Aunque la conociera, respondió
cuse. Contentísimo quedó Anselmo Lotario , no encubriera yo nada , por
de las razones de Lotario , y así se las que cuando algún amante loa á su
creyó como si fueran dichas por al. dama de hermosa y la nota de cruel ,
gún oráculo ; pero con todo eso le ningún oprob : o hace á su buen cré
rogó que no dejase la empresa, aun . dito ; pero sea lo que fuere, lo que sé
que no fuese más de por curiosidad decir , que ayer hice un soneto á la
y entretenimiento, aunque no se apro ingratitud desta Cluri , que dice así :
vechase de allí adelante de tan ahin
PARTE 1.-- CAPITULO XXXIV 147

SONETO

En el silencio de la noche, cuando


ocupa el dulce sueño á los mortales,
la pobre cuenta de mis ricos males
estoy al cielo y á mi Clori dando .
Y al tienipo cuando el sol se va mostrando
por las rosadas puertas orientales,
con suspiros y acentos desiguales
voy la antigua querella renovando .
Y cuando el sol de su estrellado asiento
derechos rayos á la tierra envía ,
el llanto crece, y doblo los gemidos.
Vuelve la noche , y vuelvo al triste cuent ),
y siempre hallo en mi mortal porfía
al cielo sordu , á Clori sin oídos.
Bien le pareció el soneto á Camila ; mila, tan descuidada del artificio de
pero mejor á' Anselmo, fues le alabó, Anselmo como ya enamorada de Lo
y dijo que era demasiadamente cruel tario ; y así, con el gusto que de sus
la dama que á tan claras verdades no cosas tenía, y más teniendo por en
eorrespondía. A lo que dijo Camila : tendido que sus deseos y escritos á
Luego todo aquello que los poetas ella se encaminaban, y que ella era la
enamorados dicen es verdad ? En verdadera Clori, le rogó, que si otro
cuanto poetas, no la dicen, respondió soneto ú otros versos sabía , los dijese .
Lotario , mas en cuanto enamorados, Sí sé , respondió Lotario ; pero co
siempre quedan tan cortos como ver- creo que es tan bueno como el pri
daderos . No hay duda deso , replicó mero, 6 por mejor decir menos
Anselmo, todo por apoyar y acreditar malo , y podré s bien juzgar , pues es
los pensamientos de Lotario con Ca- este :

SONETO

Yo sé que muero ; y si no soy creído,


es más cierto el morir, como es más cierto
terme á tus pies , oh bella ingrata , muerto ,
antes que de adorarte arrepentido.
Podré yo verme en la región de olvido,
de vida y gloria y de favor desierto,
y allí verse podrá en mi pecho abierto
como tu rostro hermoso está esculpido .
Que esta reliquia guardo para el duro
trance que me amenaza mi porfía,
que en tu mismo rigor so fortalece.
i Ay aquel que navega , el obscuro,
por mar no usado y peligrosa vía ,
adonde norte o puerto no se ofrece !
También alabó este segundo soneto reza , sin que eche de ver la fuerza
Anselmo, como había hecho con el que él me hizo para no poder resis
primero, y desta manera iba añadien- tirle. No te dé pena eso, señora mía,
do eslabón á eslabón á la cadena con respondió Leonela, que no está la
que se enlazaba y trababa su des- monta ni es causa para menguar la
honra, pues cuando más Lotario le estimación darse lo que se da presto ,
deshonraba , entonces le decía que si en efecto lo que se da es bueno y
estaba más honrado ; y con esto todos ello por sí digno de estimarse ; y aun
los escalones que Camila bajaba hacia suele decirse que el que luego da , da
el centro de su menosprecio , los subía dos veces . También se suele decir,
en la opinión de su marido hacia la dijo Camiia, que lo que cuesta poco ,
cumbre de la virtud y de su buens se estima en menos. No corre por ti
fama. Sucedió en esto , que hallándose esa razón , respondió Leonela, porque
una vez entre otras sola Camila con el amor, según he oído decir, unas
su doncella, le dijo : Corrida estoy , veces vuela y otras ar da, con este
amiga Leonela, de ver en cuán poco corre y con aquel va despacio, á unog
he sabido estimarme, pues siquiera entibia y á otros abrasa , á unos hiere
no hice que con el tiempo comprara y á otros mata ; en un mismo punto
Lotario la entera posesión rue le di comienza la carrera de sus deseos.
tan presto de mi voluntad . Temo que en aquel mismo punto la acabı y con
ba de desestimar mi presteza o lige- cluye ; por la mañana suele poner el
148 DON QUIJOTE DE LA MANCITA

cerco á una fortaleza, y á la noche la nada de su hecho al que decía ser


tlehe rendida, porque no hay fuerza su aminte , y que tratase sus cosas con
que le resista . Y siendo así ¿ de qué secreto, porque no viniesen á noticia
ie espantas, ó de qué temes, si lo de Anselmo ni de Lotario . Leoneia
mismo debe de haber acontecido á respondió que así lo haría ; mas cum
Lotario habiendo tomado el amor por pliólo de manera, que hizo cierto el
instrumento de rendiros, la ausencia temor de Camila, de que por ella ha
de mi señor ? Y era forzoso que el bía de perder su crédito : porque la
ella se concluyese lo que el amor te deshonesta y atrevida Leonela , des
nía determinado, sin dar tiempo al pués que vió que el proceder de su
tiempo, para que Anselmo le tuviese ama no era el que solía, atrevióse á
de volver, y con su presencia que entrar y poner dentro de casa á su
dase imperfecta la obra ; porque el arnante , confiada que aunque su se
amor no tiene otro mejor ministre ñora le viese, no había de osar des
para ejecutar lo que desea, que es la cubrille : que este daño acarrean , en
ocasión : de la ocasión se sirve en to tre otros, los pecados de las señoras,
dos sus hechos, principalmente en los que se hacen esclavas de sus mismas
principios. Todo esto sé yo muy bien criadas, y se obligan á encubrirles
más de experiencias que de oídas, y sus deshonestidades y vilezas, como
algún día te lo diré , señora , que yo aconteció con Camila , que aunque v.6
también soy de carte y de sangre una y muchas veces que su Leonela
moza : cuanto más , señora Camila, estaba con su galán en un aposento
que no te entregaste ni diste tan lue de su casa, no sólo no la osaba reñir,
go , que primero no hubiese visto en mas dábale lugar á que lo encerrase,
los ojos, en los suspiros , en las ra y quitábale todos los estorbos para
zones y en las promesas y dádivas de que no fuese visto de su marido .
Lotario , toda su alma, viendo en ella Pero no los pudo quitar que Lotario
y en sus virtudes cuán digno era Lo no le viese una vez salir al romper
tario de ser amado. Pues si esto es del alba : el cual, sin conoor quién
ansí , no te asalten la imaginación tra, pensó primero que debía de ser
esos escrupulosos y melindrosos pen alguna fantasma ; mas cuando le vió
samientos, sino asegúrate que Lotario caminar, embozarse y encubrirse con
te estima como tú le estimas á él , y cuidado y recato, cayó de su simple
vive con contento y satisfacción de que pensamiento, y dió en otro, que fue
ya que caiste en el lazo amoroso , es ra la perdición de todos si Camila no
el que te aprieta de valor y de esti lo remediara. Penso Lotario que aquel
ma ; y que no sólo tiene las cuatro Ss . hombre que había visto salir tan á
que dicen que han de tener los bue deshora de casa de Anselmo , ro ba
nos enamorados, sino todo un A BC kía entrado en ella por Leonela , ni
entero : si no escúchame, y verás aun se acordo si Leonela era en el
como te lo digo de coro. El es, según mundo : sólo creyó que Camila, de la
yo po y á míme parece , agradecido, misma manera que había sido fácil y
bueno, caballero, dadivoso , enamo ligera con él , lo era para otro : que
rado, firme, gallardo, honrarlo , estas añadiduras trae consigo la mal
ilustre, leal , mozo, noble, onesto, dad de la mujer mala, que pierde el
principal, quantioso, rico, y las SS crédito de su honra con el mismo é
que dicen, y luego tácito, verdadero : quien se entregó rogada y persuadida ,
Ja X no le cuadra , porque es letra y cree que con mayor facilidad se en
áspera : la Y ya está dicha : la Z trega á otros, y da infalible crédito
zelador de tu honra. Riose Camila del á cualquiera sospecha que desto le
A B C do su doncella, y tuvola por venga. Y no parece sino que le falto
más plática en las cosas de amor que á Lotario en este punto todo su buen
ella decía ; y así lo confesó ella, des entendimiento, y se le fueron de la
cubriendo á Camila como trataba memoria todos sus advertidos dis
amores con un mancebo bien nacido, cursos ; pues sin hacer alguro que
de la misma ciudad , de lo cual se bueno fuese, ni aun razonable, sin
turbó Camila, temiendo que era aquel más ni más, antes que Anselmo se
camino por donde su honra podía levantase, impaciente y ciego de la
correr riesgo . Apurola si pasaban sus celosa rabia que las entrañas le roia,
pláticas á más que serlo . Ella, con muriendo por vengarse de Camila ,
poca vergüenza y mucha desenvoltu que en ninguna cosa le había ofen
ra, la respondió que sí pasaban ; por dido , se fué à Anselmo, y le dijo :
que es cos3 ya cierta que los descui Sábete , Anselmo , que ha muchos días
dos de las señoras quitan la vergüen . que he andado peleando conmigo mis
za á las criadas, las cuales cuando ven mo, haciéndome fuerza á no decirte
á las amas echar traspiés, no se les lo que ya no es posible ni justo que
da nada á ellas de cojear ni de que lo más te encubra. Sábete que la forta
sepan . No pudo hacer otra cosa Ca leza de Camila está ya rendida !
mila, sino rogar á Leonela ro dijese sujeta áí todo aquello que yo quisiere
PARTE 1. ---CAPÍTULO XXXIV 119

hacer della ; y si he tardado en des aquel mismo día la halló sola, y ella
cubrirte esta verdad , ha sido por ver así como vio que le podía hablar, le
si era algún liviano antojo suyo, ó si dijo : Sabed , amigo Lotario, que ten
lo hacía por probarme y ver si eran go una pena en el corazón , que me
con propósito firme tratados los amo le aprieta de suerte que parece que
res que con tu licencia con ella he quiere reventar en el pecho, y ha de
comenzado. Crei ansimismo que ella, ser maravilla si no lo hace, pues ha
si fuera la que debía y la que entram. llegado la desvergüenza de Leonela á
bos pensábamos, ya te hubiera dado tanto, que cada noche encierra á un
cuenta de mi solicitud ; pero habien galan suyo en esta casa y se está con
do visto que se tarda, conozco que son él hasta el día, tan á costa de mi cré
verdaderas las promesas que me La dito , cuanto le quedará campo abierto
dado de que cuando otra vez hagas de juzgarlo al que le viere salir á
ausencia de tu casa , me hablará en horas tan inusitadas de mi casa ; y lo
la recámara donde está el repuesto de que me fatiga es, que no la puedo
tus alhajas (y era la verdad que allí castigar ni reñir, que el ser ella se
le solía hablar Camila ): y no quiero cretaria de nuestros tratos me ha
que precipitosamente corras á hacer puesto un freno en la boca para callar
alguna venganza, pues no está aún los suyos, y temo que de aquí ha de
cometido el pecado sino con pensa nacer algún mal suceso. Al principio
miento, y podría ser, que deste hasta que Camila esto decía, creyó Lotario
el tiempo de ponerle por obra se mu que era artificio para desmentille que
dase el de Camila, y raciese en su el hombre que había visto salir erde
lugar el arrepentimiento: y así ya de Leonela y no suyo ; pero viéndola
que en todo o en parte has seguido llorar y afligirse y pedirle remedio ,
siempre mis consejos, sigue y guarda vino á creer la verdad, y en creyen
uno que ahora te daré, para que sin dola acabo de estar confuso y arre
er gaño y con medroso advertimiento pentido del todo ; pero con todo esto
te satisfagas de aquello que más vie respond: 6 á Camila que no tuviese
res que te convenga. Finge que te pena, que él ordenaría remedio para
ausentas por dos o tres días, como atajar la insolencia de Leonela . Dijole
otras veces sueles , y haz de mane asimismo lo que instigado de la fu
ra que te quedes escondido en tu re riosa rabia de los celos había dicho
cámara, pues los tapices que allí hay á Arselmo, y como estaba concertado
y otras cosas con que te puedes en de esconderse en la recámara para
cubrir te ofrecen mucha comodidad, ver desde allí á las claras la poca
y entonces verás por tus mismos ojos lealtad que ella le guardaba : pidió
y yo por los míos lo que Camila quie le perdón desta locura, y consejo
re ; y si fuere la maldad, que se pue para poder remedialla y salir bien de
de temer antes que esperar, con si tan revuelto laberinto como su mal
lencio, sagacidad y discreción podrás discurso le había puesto. Espantada
ser el verdugo de tu agravio. Absorto, quedó Camila de oir lo que Lotario lo
suspenso y admirado quedó Anselmo decía, y con mucho enojo y muchas
con las razones de Lotario, porque le y discretas razones le riñó y 1feó su
cogieron en tiempo donde menos las mal pensamiento y la simple y mala
esperaba oir, porque ya tenía á Ca determinación que había tenido ; pero
mila por vencedora de los fingidos como naturalmente tiene la mujer
asaltos de Lotario, y comenzaba á ingenio presto para el bien y para
gozar la gloria del vencimiento. Ca el mal más que el varón , puesto quie
llando estuvo por un buen espacio, le va faltando cuando de propósito se
mirando al suelo sin mover prestaña , pone á hacer discursos, luego al ins
y al cabo dijo : Tú lo has hecho, Lo tante halló Camila el modo de reme
tario, como yo esperaba de tu amis . diar tan al parecer irremediable ne
tad ; en todo he de seguir tu consejo, gocio , y dijo á Lotario que procurase
haz lo que quisieres, y guarda aquel que otro día se escondiese Anselmo
secreto que ves que conviene en caso donde decía , porque ella pensaba sa
tan no pensado. Prometióselo Lotario , car de su escondimiento comodidad
y en apartándose dél se arrepintió para que desde allí en adelante los
totalmente de cuanto le había dicho , dos se gozasen sin sobresalto alguno ;
viendo cuán neciamente había anda y sin declararle del todo su pensa
do , pues pudiera él vengarse de Ca miento, le advirtió que tuviese cui
mila y no por camino tan cruel y tan dado, que en estando Anselmo escon .
deshonrado . Maldecía su entendimien . dido, él viniese cuando Leonela le
to, afeaba. su ligera determinación , llamase, y que á cuanto ella le dijese,
y no sabía qué medio tomarse para le respondiese como respondiera aun
deshacer lo hecho ó para dalle alguna que no supiera que Anselmo le escu
razonable salida . Al fin acordo de dar chaba. Porfio Lotario que le acabase
cuenta de todo á Camila ; y como no de declarar su intención , porque con
faltaba lugar para poderlo hacer , más seguridad y aviso guardase todo
150 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

lo que viese ser necesario. Digo, dijo de muerto ? ¿ Qué , amiga ? respond :6
Camila, que no hay más que guardar, Camila : dejarémosle para que An
si lo fuere responderme como yo 03 selmo le entierre, pues será justo
preguntare , no queriendo Camila dar que tenga por descanso el trabajo que
le antes cuenta de lo que pensaba ha tomare en poner debajo de la tierra
cer, temerosa que no quisiese seguir su misma infamia. Llámale , acaba,
el parecer que á ella tan bueno le que todo el tiempo que tardo en to
parecía , y siguiese 6 buscase otros mar la debida venganza de mi agra
que no podían ser tan buenos . Con vio, parece que ofendo á la lealtad
esto se fué Lotario , y Anselmo otro que á mi esposo debo. Todo esto es
día con la excusa de ir a aquella aldea cuchaba Anselmo, y á cada palabra
de su amigo , se partió y volvio á es que Camila decía se le mudaban los
conderse, que lo pudo hacer con co pensamientos; mas cuando entendió
inodidad, porque de industria se la que estaba resuelta en matar á Lo
dieron Camila y Leonela . Escondido tario, quiso salir y descubrirse, por
pues Anselmo con aquel sobresalto que tal cosa no se hiciese ; pero de
que se puede imaginar que tendría el túvole el deseo de ver en qué pa
que esperabı ver por sus ojos hacer raba tan gallarda y honesta resolu
notomía de las entrañas de su honra, ción, con propósito de salir á tiempo
íbase á pique de perder el sumo bien que la estorbase. Tomóle en esto a
que él pensaba que tenía en su queri Camila un fuerte desmayo, y arro
da Camila. Seguras ya y ciertas Ca jándose encima de una cama que allí
mila y Leonela que Anselmo estaba estaba, comenzó Leonela á llorar muy
escondido, entraron en la recámara amargamente, y á decir : iAy desdi
apenas hubo puesto los pies en ella chada de mi, si fuese tan sin ventura
Camila , cuando dando un grande sus que se me muriese aquí entre mis
piro dijo : i Ay Leonela amiga ! ( no brazos la fior de la honestidad del
sería mejor que antes que llegase á mundo, la corona de las buenas mu
poner en ejecución lo que no quiero jeres , el ejemplo de la castidad ! con
que sepas, porque no procures estor otras cosas áestas semejantes, que
barlo, que tomases la daga de Ansel ninguno le escuchara que no la tu
mo que te he pedido y pasases con viera por la más lastimada y leal
ella este infame pecho mío ? Pero no doncella del mundo, y á su señora
hagas tal, que no será razón que yo por otra nueva y perseguida Penélope ,
lleve la pena de la ajena culpa . Fri Poco tardó en volver de su desmayo
mero quiero saber qué es lo que vie. Camila, y al volver en sí, dijo :
ron en mí los atrevidos y deshonestos ¿ Por qué no vas, Leonela, á llamar
ojos de Lotario, que fuese causa de al más desleal amigo de amigo que
darle atrevimiento á descubrirme un vió el sol o cubrió la noche ? Acaba ,
tan mal deseo como es el que me corre, aguija, camina, no se desfogue
ha descubierto en desprecio de su con la tardanza el fuego de la colera
amigo y en deshonra mía. Ponte, Leo . que tengo , y se pase en amenazas y
nela , á esa ventana, y llámale , que maldiciones la justa venganza que es
sin duda alguna él debe de estar en pero. Ya voy a llamarle, señora mía ,
la calle , esperando poner en efecto su dijo Leonela; mas hasme de dar pri
mala intención , pero primero se pon mero esa daga , porque no hagas cosa
drá la cruel cuanto honrada mía. 1 Ay en tanto que falto , que dejes con ella
señora mía ! respondió la sagaz y ad que llorar toda la vida á todos los que
vertida Leonela, é y qué es lo que bien te quieren. Ve segura , Leonela
quieres hacer con esta daga ? ¿ Quie amiga, que no haré, respondió Camila ,
res por ventura quitarte la vida, 6 porque ya que sea atrevida y simple
quitársela á Lotario ? que cualquiera á tu parecer en volver por mi honra,
destas cosas que quieras , ha de re no lo he de ser tanto como aquella
dundar en pérdida de tu crédito y Lucrecia, de quien dicen que se mató
fama. Mejor es que disimules tu agra sin haber cometido crror alguno, y
vio , y no des lugar que este mal hom sin haber muerto primero a quien
bre entre ahora en esta casa y nos tuvo la culpa de su desgracia ; 5o
halle solas ; Inira, señora , que somos moriré , si muero , pero he de ser ven .
flacas mujeres, y él es hombre y de . gada y satisfecha del que me ha dado
terminado, y como viene con aquel ocasión de venir á este lugar á llorar
mai propósito ciego y apasionado, qui sus atrevimientos, nacidos tan sin
zás antes que tú pongas en ejecución culpa mía . Mucho se hizo de rogar
el tuyo , hará el lo que te estaría más Leonela antes que saliese á llamar á
mal que quitarte la vida . Mal haya Lotario pero en fin salió, y entretan
mi señor Anselmo, que tanta mano to que volvía, quedó Camila diciendo ,
ha querido dar á este desuellacaras como que liablaba consigo misma :
en su casa ; y ya, señora, que le ma i Válame Dios ! ¿ no fuera más acerta
tes, como yo pienso que quieres ha do haber despedido á Lotario , como
cer, & qué hemos de hacer del después otras muchas veces lo he becho, qua
PARTE 1. - CAPÍTULO XXXIV 151

ao ponerle en condición, como ya le que lo intentas , en ese mismo me


he puesto, que me tenga por deshu pasaré el pecho con esta daga que eu
Besta y mala, siquiera este tiempo las manos tergo, y antes que á esto
que he de tardar en desengañarla ? me respondas palabra, quiero que
Mejor fuera sin duda , pero no queda otras algunas me escuches , que des
ra yo vengada , ni la honra de mi pués responderás lo que más te agra
marido satisfecha, si tan á manos dare. Lo primero quiero, Lotario , que
lavadas y tan á paso llano se volviera me digas si conoces á Anselmo mi
á salir de donde sus malos pensa marido, y en qué opinión le tienes ;
mientos le entraron : pague el traidor y lo segundo, quiero saber tamb.én
con la vida lo que intentó con tan lasa si me conoces á mi. Respóndeme á
civo deseo : sepa el mundo (si acaso esto , y no te turbes ni pienses mucho
llegare ií saberío ) que Camila no sólo lo que bas de responder, pues no son
guardó la lealtad á su esposo , sino dificultades las que te pregunto. No
que le dió venganza del que se atre era tan ignorante Lotario que desde
vió á ofendello. Mas con todo, creo el primer punto que Camila le dijo
que fuera mejor dar cuenta desto á que hiciese esconder á Anselmo, no
Anselmo ; pero ya se la apunté á dar hubiese dado en la cuenta de lo que
en la carta que le escribí al aldea, y ella pensaba hacer , y así correspon
creo que el no acudir él al remedio dió con su intención tan discretamen
del daño que allí le señalé, debió de te y tan á tiempo, que hicieran los
ser que de puro bueno y confiado no dos pasar aquella mentira por más
quiso ni pudo creer que en el pecho que cierta verdad ; y así respondió
de su tan firme amigo pudiese caber á Camila desta manera : No pensé yo ,
género de pensamiento que contra su hermosa Camila, que me llamabas
honra fuese , ni aun yo lo creí des para preguntarme cosas tan fuera de
pués por muchos días, ni lo creyera la intención con que yo aquí vengo .
jamás, si su insolencia no llegara á Si lo haces por dilatarme la prome
tanto, que las manifiestas dádivas y tida merced, desde más lejos pudie
las largas promesas y las continuas ras entretererla, porque tanto más
lágrimas no me lo manifestaran . Mas fatiga el bien deseado, cuanto la es
& para qué hago yo ahora estos dis peranza está más cerca de poseello ;
cursos ? ¿ Tiene por ventura una re pero porque no digas que no respon .
solución gallarda necesidad de con do á tus preguntas , digo que conozco
sejo alguno ? no por cierto . Afuera á tu esposo Anselmo , y los conoce
pues, traidores ; aquí, venganzas : mos los dos desde nuestros más tier
entre el falso , venga, llegue , muera , nos años ; y no quiero decir lo que
acabe, y suceda lo que sucediere. tú también sabes de nuestra amis
Limpia entré en poder del que el tad , por no hacerme testigo del agra
cielo me dió por mío , y limpia be vio que el amor hace que le haga ,
de salir dél, y cuando mucho , saldré poderosa disculpa de mayores yerros.
bañada de mi casta sangre , y en la A ti te conozco y tengo en la riisma
impura del más falso amigo que vió posesión que él tiene, que á no ser
la amistad en el mundo ; y diciendo así , por menos prendas que las tuyas
esto se paseaba por la sala con la daga no había yo de ir contra lo que debo
desenvainada , dando tan cer á ser quien soy, y contra las santas
tados y desaforados pasos, y haciendo leyes de la verdadera amistad, ahora
tales ademanes, que no parecía sino por tan poderoso enemigo como el
que lo faltaba el juicio, y que no era amor por mí rompidas y violadas.
mujer delicada , sino un rufián des Si eso confiesas, respondió Camila ,
esperado. Todo lo miraba Anselmo enemigo mortal de todo agvello que
cubierto detrás de unos tapices donde justamente merece ser amado, ¿ con
se había escondido , y de todo se ad . qué rostro osas parecer ante quien
miraba, y ya le pareciera que lo que sabes que es el espejo donde se mira
había visto y oído era bastante satis aquel en quien tú te debieras mirar,
facción para mayores sospechas ; y para que vieras con cuán poca ocasión
ya quisiera que la prueba de venir le agravias ? Pero ya caigo lay desdi
Lotario faltara, temoroso de algún chada de mil en la cuenta de quién te
mal repentino suceso . Y estando ya ha hecho tener tan poca con lo que a
para manifestarse, y salir para abra ti mismo debes, que debe de haber
zar y desengañar á su esposa, se de sido alguna desenvoltura mía, que no
tuvo porque vio que Leonela volvía quiero llamarla deshonestidad , pues
con Lotario de la mano ; y así como no habrá procedido de deliberada da
Camila le vió , haciendo con la daga terminación, sino de algún descuido
en el suelo una gran raya delante de los que las mujeres , que piensan
della , le dijo : Lotario, advierte lo que no tienen de quién recatarse ,
que te digo : si á dicha to atrevieres suelen hacer inadvertidamente. Si no ,
á pasar desta raya que ves , ni arın dime : ¿ cuándo , oh traidor, respondi
dlegar á ella, en el punto que viere á tus ruegos con alguna palabra ó
152 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

señal que pudiese despertar en ti al hombro, y luego se dejó caer en el


guna sombra de esperanza de cum suelo como desmayada. Estaban Leo
plir tus infames deseos ? ¿ Cuándo tus nela y Lotario suspensos y atónitos
amorosas palabras no fueron deslie de tal suceso, y todavía dudaban de la
chas y reprendidas de las mías con verdad de aquel hecho, viendo á Ca
rigor y con aspereza ? ¿ Cuándo tus mila tendida en tierra y bañada en su
muchas promesas y mayores dádizas sangre . Acudió Lotario con mucha
fueron de mi creídas ni admitidas ? presteza, despavorido y sin aliento,
Pero por parecerme que alguno lo á sacar la daga , y al ver la pequeño
puede perseverar en el intento amo herida salió del temor que hasta en
roso luengo tiempo, si no es susten tonces tenía y de nuevo se admiro de
tado de alguna esperanza, quiero atri la sagacidad , prudencia y mucha dis
buirme á mí la culpa de tu imperti creción de la hermosa Camila ; y por
nencia, pues sin duda algún descuido acudir con lo que á él le tocaba, co
mío ha sustentado tanto tiempo til menzó á hacer una larga y triste la
cuidado, y así quiero castigarme y mentación sobre el cuerpo de Camila ,
darme la pena que tu culpa merece : como si estuviera difunta, echándose
y porque vieses que siendo contigo muchas maldiciones, no sólo á él , siro
tan inhumada, no era posible dejar al que había sido causa de habelle
de serio icontigo , quise traerte á ser puesto en aquel término ; y como sa
testigo del sacrificio que pienso lia bía que le escuchaba su amigo Ansel
cer á la ofendida horra de mi tan mo , decía cosas que el que le oyera
honrado marido , agraviado de ti con le tuviera mucha más lástima que á
el mayor cuidado que te ha sido po Camila, aunque por muerta la juzga
sible , y de mí también con el poco ra. Leonela la tomó en brazos , y la
recato que he tenido de huir la puso en el lecho , suplicando á Lota
ocasión , si alguna te di, para favore rio fuese á buscar quien secretamen
cer y canonizar tus malas intencio te á Camila curase ; pedíale asimis
nes. Torno á decir , que la sospecha mo consejo y parecer de lo que dirían !
que tengo que algún descuido mío á Anselmo de aquella herida de su
engendró en ti tan desvariados pen señora, si acaso viniese antes que es
samientos , es la que más me fatiga , tuviese sana. El respondió que dijese
v la que yo más deseo castigar con lo que quisiesen , que él no estaba
mis propias manos, porque castigan para dar consejo que de provecho
dome otro verdugo, quizá sería más fuese : sólo le dijo que procurase to
pública mi culpa ; pero antes que marle la sangre, porque él se iba don
esto haga, quiero matar muriendo, y de gentes no le viesen ; y con mues
llevar conmigo quien me acabe de tras de mucho dolor y sentimiento po
satisfacer el deseo de la venganza que salió de casa , y cuando se vió solo y
espero y tango, viendo allá donde en parte donde nadie le veía, no ce
quiera que fuere la pena que da la saba de hacerse cruces, maravillán
justicia desinteresada, y que no se dose de la industria de Camila y de
dobla , al que en términos tan deses los ademanes tan propios de Leor.ela .
perados me ha puesto. Y diciendo es Consideraba cuán enterado había de
tas razones , con una increíble fuerza quedar Anselmo de que tenía por
y ligereza arremetió á Lotario con la mujer á una segunda Porcia, deser
daga desenvainada , con tales mues . ba verse con él para celebrar los dos
tras de querer enclavársela en el pe la mentira y la verdad más disimula.
cho, que casi él estuvo en duda , si da que jamás pudiera imaginarse .
aquellas demostraciones eran falsas Leonela tomo, como se ha dicho , la
6 verdaderas , porque le fué forzoso cangre á su señora , que no era más
valerse de su industria y de su fuerza
de aquello que basto para acreditar su
para estorbar que Camila no le diese . embuste , y lavando con un poco de
La cual tan vivamente fingia aquel vino la herida, se la ató lo mejor que
extraño embuste y falsedad , que por supo, diciendo tales razones en tanto
dalle color de verdad la quiso matizır que la curaba , que aunque no hubie
con su misma sangre, porque viendo ran precedido otras , bastaran a hacer
que no podía herir á Lotario , ó fin creer á Anselmo que tenía en Camila
giendo que no podía , dijo : Pues la un simulacro de la honestidad Jun
suerte no quiere satisfacer del todo táronse á las palabras de Leonela
mi tan justo desco, á lo menos no otras de Camila , llamándose cobarde
será tan poderosa , que en parte me y de poco ánimo, pues le había fal
quite que no le satisfaga ; y hacier do tado al tiempo que fuera más nece
fuerza para soltar la mano de la daga sario tenerle para quitarse la vida
que Lotario le tenía asida , la saco y que tan aborrecida tenía. Pedía con
guiando su punta por parte que pu sejo a su doncella, si diría ó no todo
diese herir no profundamente , se la aquel suceso á su querido esposo , la
entró y escondió por más arriba de cual le dijo que no se lo dijese, por
ia islilla del lado izquierdo, junto al que le pondría en obligación de ven
PARTE 1. - CAPÍTULO XXXV 103

garse de Lotario, lo cual no podría tria y medio él se veía levantado á la


ser sin mucho riesgo suyo, y que la más alta felicidad que acertara de
buena mujer estaba obligada á no dar searse , y quería que no fuesen otros
ocasión á su marido a que riñese, sus entretenimientos que el hacer
sino á quitalle todas aquellas que le versos en alabanza de Camila , que la
fuese posible. Respondió Camila, que hiciesen eterna en la memoria de
le parecía muy bien su parecer , y que los siglos venideros . Lotario alabó su
ella le seguiría ; pero que en todo buena determinación, y dijo que él
caso , convenía buscar qué decir á An por su parte ayudaría á levantar tan
selmo de la causa de aquella herida , ilustre edificio . Con esto quedó Al
que él no podía dejar de ver : á lo selmo el hombre más sabrosamente
que Leonela respondía, que ella, ni engañado que pudo haber en el mun
aun burlando , no sabía mentir. Pues do : él mismo llevaba por la mano á
yo, hermana, replicó Camila, ¿. qué su casa, creyendo que Îlevaba el ins
tengo que saber ? que no me atreveré trumento de su gloria, toda la per
á forjar ni sustentar una mentira, si dición de su fama : recibíale Camila
me fuese en elio la vida. Y si es que con rostro al parecer torcido, aunque
no hemos de saber dar salida á esto , con alma risueña. Duró este engaño
mejor será decirle la verdad desnuda, algunos días , hasta que al cabo de
que no que ros alcance en mentirosa pocos meses volvió fortuna su rueda ,
cuenta . No tengas pena , señora ; de y salió á plaza la maldad , con tanto
aquí á inañana, respondió Leonela, artificio hasta allí encubierta , y á
yo pensaré qué le digamos , y quizá Anselmo le costó la vida su imperti
que por ser la herida donde es, se nente curiosidad,
poirá encubrir sin que él la vea , y el
cielo será servido de favorecer á
nuestros tan justos y tan honrados
pensamientos. Sosiégate, ' señora mia, CAPITULO XXXV
y procura sosegar tu alteración, por
que mi señor no te halle sobre a tada ;
y lo demás déjalo á mi cargo , y al de
Dios , que siempre acude á los buenos Que trata de la brava y descomunal
deseos . Atentísimo había estado An
batalla que don Quijote tuvo con
selmo á escuchar y á ver representar unos cueros de vino tinto , y se da
fin á la novela del Curioso imper
la tragedia de la muerte de su honra ; tinente .
la cual con tan extraños y eficices
afectos la representaron los perso
najes della, que pareció que se ha Poco más quedaba por leer de la
bian transformado en la misma verdad novela, cuando del camaranchón doo
de lo que fingian . Deseaba mucho la de reposaba don Quijote salió Sancho
noche, y el tener lugar para salir de Panza todo alborotado, diciendo á vo.
su casa , é ir á verse con su buen ces : Acudid , señores , presto, y soco
amigo Lotario , congratulándose con rred á mi señor, que anda envuelto
él de la margarita preciosa que había en la más reñida y trabada bataila
hallado en el desengaño de la bondad que mis ojos han visto : vive Dios
de su esposa . Tuvieron cuidado las que ha dado una cuchillada al gigante
dos de darle lugar y comodidad á que
saliese, y él sin perdella salió , y lue enemigo de la señora princesa Mico
micona, que le ha tajado la cabeza
go fué á buscar á Lotario, el cual cercén a cercén , como si fuera un
hallado po se puede buenamente con nabo . ¿ Qué dices, hermano ? dijo el
tar los abrazos que le dio , las cosas
cura, dejando de leer lo que de la
que de su contento le dijo , las ala novela quedaba; ¿ estáis en vos, San
banzas que d: 6 á Camila. Todo lo cual cho ? ¿ cómo diablos puede ser eso que
escuchó Lotario sin poder dar mues
tras de alguna alegría , porque se le decís , estando el gigante dos mil lt
guas de aquí ? En esto oyeron un gran
representaba á la memoria cuán en ruido en el aposento, y que don Qui
gañada estaba su amigo , y cuán injus. jote decía á voces : Tente, ladrón ,
tamente él le agraviaba ; y aunque
Anselmo veía que Lotario no se ale malandrín , follón , que aquí te tengo ,
y no te ha de valer tu cimitarra : v
graba, creía ya ser la causa por ha parecía que daba grandes cuchilladas
ber dejado í Camila herida y haber por las paredes. Y dijo Sancho : No
él sido la causa ; y así entre otras ra tienen que pararse á escuchar, sino
zones le dijo que no tuviese pena del entren á despartir la pelea 6 ayudar á
svoeso de Camila , porque sin duda la mi amo , aunque ya no será menester ,
herida era ligera, pues quedaban de porque sin duda alguna el giginta
concierto de encubrírsela á él ; y que
está ya muerto , y dando cuenta á
según esto , no había de que temer , Dios de su pasada y mala vida, que
sino que de allí adelante se gozase y yo vi correr la sangre por el suelo ,
alegrase con él , pues por su indus y la cabeza cortada y caída á un lado,
151 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

que es tamaña como un gran cuero de y la fuente no es otra cosa que estos
vino. Que me maten , dijo á esta sa cueros que aquí están horadados , y
zó i el ventero, si Don Quijote ó don el vino tinto que nada en este aposen
diablo no ha dado alguna cuchillada to, que nadando vea yo el alma en los
en alguno de los cueros de vino tinto infiernos de quien los horado ? No sé
que á su cabecera estaban llenos , y el nada, respondió Sancho, sólo sé qile
vino derramado debe de ser lo que le vendré á ser tan desdichado , que por
parece sangre á este buen hombre; y no hallar esta cabeza se me ha de
con esto entró en el aposento y todos deshacer mi condado como la sal en
tras él, y hallaron á don Quijote en el el agua . Y estaba peor Sancho des
más extraño traje del mundo. Estaba pierto que su amo durmiendo : tal le
en camisa, la cual no era tan cumpli. tenían las promesas que su amo le
da que por delante le acabase de cui había hecho . El ventero se desespe
brir los muslos , y por detrás tenía raba de ver la flema del escudero y el
seis dedos meros : las piernas eran maleficio del señor, y juraba que no
muy largas y flacas, llenas de vello , había de ser como la vez pasada , que
y no nada limpias; tenía en la cabeza se le fueron sin pagar , y que ahora
un bonetillo colorado, grasiento , que no le habían de valer los privilegios
era del ventero ; en el brazo izquierdo de su caballería para dejar de pagar
tenía revuelta la manta de la cama, lo uno y lo otro , aun hasta lo que pu
diesen costar las botanas que se ha
con qu'en tenía ojeriza Sancho , y el
se sabía bien el por qué ; y en la dere bían de echar a los rotos cueros. Te
cha desenvainada la espada, con la nía el cura de las manos á don Qui
cual daba cuchilladas á todas partes, jote, el cual creyendo que ya había
diciendo palabras como si verdadera acabado la aventura, y que se hallaba
mente estuviera peleando con algún delante de la princesa Micomicona,
se hinco de rodillas delante del curs
gigante . Y es lo bueno, que no tenía
los ojos abiertos, porque estaba duir diciendo : Bien puede la vuestra gra :
miendo y soñando que estaba en ba deza, alta y fermosa señora, vivir de
talla con el gigante ; que fué tan in hoy más segura, sin que le pueda ha
cer mal esta mal nacida criatura , y yo
tensa la imag nación de la aventura
que iba á ferecer , que le hizo soñar también de hoy más soy quito de la
que ya había llegado al reino de M. palabra que os di , pues con la ayu
da del alto Dios , y con el favor du
eomicón, y que ya estaba en la pelea aquella por quien yo vivo y respiro ,
con su enemigo ; y había dado tantas
cuchilladas en los cueros, creyendo
tan bien la he cumplido. No lo dije
que las daba en el gigante , que todo
yo ? dijo oyendo esto Sancno : sí, que
no estaba yo borracho ; mirad si tiene
el aposento estaba lleno de vino. Lo puesto ya en sal mi amo al gigante ;
cual visto por el vertero , tomó tanto ciertos son los toros, mi condado esta
enojo que arremetió con don Quijote , de molde . ¿ Quién no había de reir
y á puño cerrado le comenzó a dar
tantos golpes, que si Cardenio y el con los disparates de los dos , amos
cura no se le quitaran , el acabara la mozo ? Todos reían , sino el ventero
que se daba á Satanás ; pero en fin ,
guerra del gigante : y con todo aque tanto hicieron el barbero, Cardenio
llo no despertaba el pobre caballero, y el cura , que cor no poco trabajo
hasta que el barbero trujo un gran dieron con don Quijote en la cama,
caldero de agua fría del pozo, y se le el cual se quedó dormido con mues
echo por todo el cuerpo de golpe , cor tras de grandísimo cansancio . Dejá
lo cual despertó don Quijote, mas no ronle dormir, y saliéronse al portal
eon tanto acuerdo que echase de ver de la venta á consolar á Sancho Pan
de la manera que estaba . Dorotea, za de no haber hallado la cabeza del
que vió cuán corta y sutilmente esta gigante , aunque más tuvieron que
ba vestido, no quiso entrar á ver la hacer en aplacar al ventero , que es
batalla de su ayudador y de su con taba desesperado por la repentina
trario. Andaba Sancho buscando la muerte de sus cueros, y la ventera
cabeza del gigirte por todo el suelo , decía en voz y en grito : En mal pun
y como no la hallaba, dijo : Ya yo sé to y en hora menguada entró en mi
que todo lo de esta casa es encanta casa este caballero andante, que nun
mento , que la otra vez en este mesmo ca mis ojos le hubieran visto, que tan
lugar donde ahora me hallo me die caro me cuesta. La vez pasada se fué
ron muchos mojicones y porrazos, sin con el costo de una noche de cena.
saber quién me los aba, y nunca pu cama , paja y cebada para él y para
de ver á nadie, y ahora no parece por su escudero , y un rocín y un jumento,
aquí esta cabeza que vi cortar por diciendo que era caballero aventure
mis mesmos ojos , y la sangre corría ro, que mala ventura le dé Dios á el
del cuerpo como de una fuente . ¿ Qué y & cuantos aventureros hay en el
sangre ni qué fuente dices , enemigo mundo, y que por esto no estaba obli
de Dios y de sus santos ? dijo el ven gado á pagar nada, y que así estaba
tero : ¿ no ves , ladrón , que la sangre
PARTE 1. - CAPÍTULO XXXV 155

escrito en los aranceles de la caballe . él á suelta rienda, fiada en que su se


ría andantesca ; y ahora por su red ñora la encubría, y aun la advertía
peto vino estotro señor, y me lleva del modo que con poco recelo pudiese
mi cola , y hámela vuelto con más de ponerle en ejecución . En fin , una no
dos cuartillos de daño, toda pelada, che sintió Anselmo pasos en el apo .
que no puede servir para lo que la sento de Leonela, y queriendo entrar
quiere mi marido, y por fin y remate á ver quién los daba, sintió que le de
de todo romperme mis cueros y de tenían la puerta : cosa que le puso
rramarme mi vino, que derramada le más voluntad de abrirla , y entró den
véa yo su sangre : pues no se piense , tro á tiempo que vio que un hombre
que por los huesos de mi padre y por saltaba por la ventana á la calle ; y
el siglo de mi madre si no me la han acudiendo con prestcza á alcanzarle 6
de pagar un cuarto sobre otr no me conocerle, no pudo conseguir lo no
llamaría yo como me llamo, ni seria ni lo otro, porque Leonela se abrazo
hija de quien soy. Estas y otras ra con él diciéndole : Sosiégate, señor
zones tales decía la ventera con gran mío , y no te alborotes ni sigas al que
de enojo, y ayudábala su buena cria de aquí saltó : es cosa mía , y tanto,
da Maritornes. La hija callaba , y de que es mi esposo . No lo quiso creer
cuando en cuando se sonreía. El cura Anselmo , antes ciego de inojo sacó
10 sosegó todo, prometiendo de satis la daga , y quiso herir á Leonela , di
facerles su pérdida lo mejor que pu. ciéndole que le dijese la verdad , si
diese, así de los cueros como del vino, no, que la mataría . Ella con el miedo ,
y principalmente del meroscabo de la sin saber lo que se decía, le dijo : No
cola , de quien tanta cuenta hacían. me mates , señor, que yo te diré cosas
Dorotea consol6 á Sancho Panza, di de más importancia de las que puedes
ciéndole , que cada y cuando que pa imaginar. Dilas luego, dijo Anselmo ,
reciese haber sido verdad que su amo si no , muerta eres. Por ahora será
hubiese descabezado al gigante, le imposible, dijo Leonela, según estoy .
prometía , en viéndose pacífica en su de turbada ; déjame hasta mañana,
reino, de darle el mejor condado que que entonces sabrás de mi lo que te
en él hubiese. Consolóse con esto San ha de admirar ; y está seguro que el
cho, y aseguró á la princesa que tu que saltó por esta ventana es un man
viese por cierto que él había visto la cebo de esta ciudad , que me ha dado
cabeza del gigante, y que por irás la mano de ser mi esposo . Sosegóse
señas tenía una barba que le llegaba con esto Anselmao, y quiso aguardar
á la cintura , y que si no parecía , era el término que se le pedía, porque no
porque todo cuanto en aquella casa pensaba oir cosa que contra Camila
pasaba era por vía de encantamento, fuese , por estar de su bondad tan sa
como él lo había probado otra vez que tisfecho y seguro ; y así se salió del
había pasado en ella. Dorotea dijo aposento, y dejó er.cerrada en el á
que así lo creía, y que no tuviese Leonela, diciéndole que de allí ro
• pena, que todo se haría bien , y su saldría hasta que le dijese lo que te
cedería á pedir de boca. Sosegados nía que decirle . Fué luego á ver á Ca.
todos, el cura quiso acabar de leer mila y á decirle, como le dijo , todo
la novela , porque vió que faltaba aquello que con su doncella le había
poco . Cardenio , Dorotea y todos los pasado, y la palabra que le había da
demás le rogaron la acabase : él , que do de decirle grandes cosas y de im
a todos quiso dar gusto y por el que portancia . Si se turbó Camila o no ,
él tenía de leerla, prosiguió el cuen no hay para qué decirlo ; porque fué
to, que así decía : tanto el temor y espanto que cobró,
Suc dió , pues, que por la satisfac creyendo verdaderamente (y era de
ción que Anselmo tenía de la bonda : creer) , que Leonela había de decir á
de Camila , vivía unu vida contenta y Anselmo todo lo que sabía de su poca
descuidada, y Camila de industria fe, que no tuvo ánimo para esperar
hacía mal rostro á Lotario , porque si su sospecha salía falsa 6 no : y
Anselmo entendiese al revés de la vo aquella misma noche , cuando le pa
luntad que le tenía ; y para más con. reció que Anselmo dormía , juntó las
firmación de su hecho, pidió licencia mejores joyas que tenía y algunos
Lotario para no venir á su casa , pues dineros , y sin ser de nadie sentida sa
claramente se mostraba la pesadum lió de casa, y se fué á la de Lotario ,
bre que con su vista Camila recibía ; á quien contó lo que pasaba, y le pi
mas el engañado Anselmo le dijo que dió que la pusiese en cobro , o que se
en ninguna manera tal hiciese ; y des ausentasen los dos donde de Anselme
ta manera por mil maneras era An pudiesen estar seguros . La confusión en
selmo el fabricador de su deshonra, que Camila puso á Lotario fué tal, que
ereyendo que lo era de su gusto. En nole sabía responder palabra , nimeno :
esto el que tenía Leonela de verse ca sabía resolverse en lo que haría. En
jificada en sus amores llegó tanto , fin acordó de llevar á Camila á un mo
quc sia mirar á otra cosa se iba tras nasterio, en quien era priora una su
106 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

hermana. Consintió Camila en ello , y mila, mujer de Anselmo, el cual tam .


con la presteza que el caso pedía, la poco parece. Todo esto ha d.cho una
llevó Lotario y ia dejó en el monas criada de Camila , que anoche li halló
tcrio, y él ansimismo se ausentó luego el gobernador descolgándose con una
de la ciudad sin dar parte á nadie de sábana por la ventana de la casa de
su ausencia . Cuindo amaneció , sin Anselmo . En efecto, no sé puntual
uchar de ver Anselmo que Camila fala mente como pasó el negocio, sólo sé
taba de su lado, con el deseo que te. que toda la ciudad está admirada des
nía de saber lo que Leonela quería te suceso, porque no se podía esperar
decirle, se levantó, y fué adonde la tal hecho de la mucha y familiar
había dejado encerrada. Abrió y entró amistad de los dos, que dicen que era
en el aposento , pero no halló en él a tanta, que los llamaban los dos ami.
Leonela : sólo halló puestas unas sá g08. ¿ Sábese por ventura , dijo An
banas añudadas a la vertana, indicio selmo, el camino que llevan Lotario
y señal que por allí se había descol. y Camila ? Ni por pienso, dijo el
gado é ido. Volvió luego muy triste a ciudadano , puesto que el gobernador
decirselo á Camila, y no hallándola en ha usado de mucha diligencia en bus
la cama ni en toda la casa, quedó carlos. Adiós vais, señor , dijo An
asombrado. Pregunto a los criados de selmo. Con él quedéis, respondió el
casa por ella, pero nadie le supo dar ciudadano , y fuése.
razón de lo que pedía. Acertó acaso , Con tan desdichadas nuevas casi
andando a buscar á Camila , que vió casi llegó a términos Anselmo no só'o
sus cofres abiertos , y que dellos fal de perder el juicio, sino de acabar la
taban las más de sus joyas, y con esto vida . Levantose como pudo, y llegó á
acabo de caer en la cuenta de su des casa de su amigo, que aun no sabía
gracia, y en que no era Leonela la su dosgracia ; mas como le vió llegar
causa de su desventura ; y ansí como amarillo, consumido y seco , entendió
. estaba, sin acabarse de vestir, triste que de algún grave mal venía fatiga.
V pensativo fué á dar cuenta de su do. Pidió luego Anselmo que le acos
desdicha á su amigo Lotario . Mas tasen , .v que le diesen aderezo de es.
cuando ro le halló , y sus criados le cribir. Hízose así, y dejáronle acos
dijeron que aquella noche había fal tado y solo , porque él así lo quiso ; y
tado de casa , y había llevado consigo aun que le cerrasen las puertas. Vien.
todos los dineros que teníı, pensó fer . close pues solo , comenzó á cargar tan
der el juicio ; y para acabar de con to la imaginación de su desventura ,
cluir con todo, volviéndose á su casa, que claramente conoció por las pre
no halló en ella ninguno de cuantos misas mortales que en sí sentía, que
criados ni criadas tenía, sino la casa se le iba acabando la vida ; y así or .
desierta y sola. No sabía qué pensar , denó de dejar noticia de la causa le
qué decir ni qué hacer, y poco a poco su extraña muerte : y comenzando á
se le iba volviendo el juicio. Contem . escribir, antes que acabase de poner
plábase y mirábase en un instante sin todo lo que queria, le faltó el aliento,
mujer, sin amigo y sin criados, des y dejó la vida en las manos del dolor
amparado a su parecer del cielo que que le causó su curiosidad impert
nente . Viendo el señor de casa que
le cubría, y sobre todo sin honra , por era ya tarde , y que Aselmo no llama
que en la falta do Camila vió su per
dición. Resolvióse en fin á cabo de ba, acordó de entrar á saber si pasa
una gran pieza de irse á la aldea de ba adelante su indisposición , y hallole
su amigo , donde había estado cuando tendido boca abajo, la mitad del cuer
dió lugar á que se maquinase toda po en la cama y la otra mitad sobre
aquella desventura. Cerró las puertas el bufete , sobre el cual estaba con el
de su casa , subió a caballo, y con des papel escrito y abierto , y él tenía aún
mayado aliento se puso en camino ; y la pluma en la mano . Llegóse el hués
apenas hubo andado la mitad , cuando ped á él, y habiéndole llamado prime
ro, y trahándole por la mano , viendo
acosado de sus pensamientos le fué que no le respondía, y hallándole frio,
forzoso apearse y arrendar su caballo vió que estaba muerto . Admiróse y
á un árbol, á cuyo tronco se dejó caer congojóse en gran manera, y llamó
dando tiernos y dolorosos suspiros ; y
allí se estuvo hasta casi que anoche á la gente de casa para que viesen
cía, y á aquella hora vió que venia la desgracia á Anselmo sucedida , v
un hombre á caballo de la ciudad , y finalmente leyó el papel , que conoció
que de su misma mano estaba escri
después de haberle saludado, le pre to , el cual contenía estas razones :
guntó qué nuevas había en Florencia.
El ciudadano respondió : Las más ex « Un necio y impertinente deseo me
trañas que muchos días ha se han "quitó la vida . Si las nuevas de mi
» muerte llegaren á los oídos de Cami
oído en ella ; porque se dice pública
mente que Lotario, aquel grande ami. ola, sepa que yo la perdono, porque
go de Anselmo el rico, que vivía en »no estaba ella obligada á hacer mi
San Juan, se llevó esta noche á Ca plagros, ni yo tenía necesidad de que
PARTE 1.-- CAPÍTULO XXXVI 157

prer que ella los hiciese ; y pues yo jote , y casi no habían tenido lugar
fuí el fabricador de mi deshonra , no para esio, cuando entraron en la vea
əhay para que ... ) ta todos los que el ventero había 1 !
Hasta aquí escribió Anselmo, por cho : y apeándose los cuatro de á ca.
donde se echó de ver, que en aquel ballo, que de muy gentil talle y dis
punto, sin poder acabar la razón, se posición eran, fueron á apear la mu
je acabó la vida. Otro día dió aviso su jer que en el sillón venía; y toman
amigo a los parientes de Anselmo de dola uno de ellos en sus brazos, la
su muerte, los cuales ya sabían su sentó en una silla que estaba á la en
desgracia , y el monasterio donde Ca. trada del aposento, donde Carden.o
mila estaba casi en el término de se había escondido. En todo este
acompañar á su esposo en aquel for tiempo ni ella ni ellos se habían qui.
zoso viaje , no por las nuevas del tado los artifaces ni hablado palabra
muerto esposo , mas por las que supo alguna, sólo que al sentarse la mi
ciel ausente amigo . Dicese, que aun jer en la silla, dió un profundo sus
que su vió viuda , no quiso salir del piro, y dejó caer los brazos como
monasterio , ni menos hacer profesión persona enferma y desmayada : los
de monja, hasta que (no de allí á mu mozos de á pie llevaron los caballos
chos días) le vinieron nuevas que Lo á la caballeriza . Viendo esto el cura ,
tario había muerto en una batalla que deseoso de saber qué gente era aque
en aquel tiempo dió monsieur de Lau lla que con tal traje y tal silencio es
trec al Gran Capitán Gonzalo Fernán taba , se fué donde estaban los mozos,
dez de Córdoba en el reino de Nápo y á uno dellos le preguntó lo que ya
les , donde había ido á parar el tarde deseaba , el cual le respondió : Par
arrepentido amigo : lo cual sabido por diez , señor , yo no sabré deciros qué
Camila, hizo profesión y acabó en gente sea esta, sólo sé que muestra
breves días la vida á las rigurosas ser muy principal, especialmente
manos de tristezas y melancolías. Este aquel que llegó a tomar en sus brazos
fué el fin que tuvieron todos, nacido á aquella señora que habéis visto :
de un tan desatinado principio .» y esto digolo porque todos los demás
Bien, dijo el cura , me parece esta le tienen respeto , y no se hace otra
novela ; pero no me puedo persuadir cosa más de lo que el ordena y man .
que esto sea verdad : y si es fingido, da. ¿ Y la señora quién es ? preguntó
fingio mal el autor, porque no se pue el cura. Tampoco sabré decir eso ,
de imaginar que haya marido tan ne respondió el mozo, porque en todo el
cio, qua quiera hacer tan costosa ex camino no la he visto el rostro : sus
periencia como Anselmo. Si este caso pirar sí la he oído muchas veces , y
se pusiera entre un galán y una da dar unos gemidos que parece que con
ma, pudiérase llevar ; pero entre ma cada uno de ellos quiere dar el alma ;
rido y mujer algo tiene de imposi y no es de maravillar que no sepamos
ble ; y en lo que toca al modo de cor más de lo que habemos dicho, porque
tarle , no me descontenta. mi compañero y yo no ha más de dos
días que los acompañamos, porque
habiér dolos encontrado en el camino,
CAPITULO XXXVI
ros rogaron y persuadieron que vinie
semos con ellos hasta el Andalucía ,
ofreciéndose á pagárnoslo muy bien .
¿ Y habéis oído nombrar á alguno de
Que trata de otros raros sucesos llos ? preguntó el cura. No por cier
que en la venta sucedieron to , respondió el mozo, porque todos
caminan con tanto silencio que es ma
ravilla, porque no se oye entre ellos
Estando en esto, el ventero , que es otra cosa que los suspiros y sollozos
taba á ia puerta de la venta , dijo : de la pobre señora , que nos mueven
Esta que viene es una hermosa tropa á lástima, y sin duda tenemos creído
de huéspedes : si ellos paran aquí, que ella va forzada dondequiera que
gaudeanus tenemos. ¿ Qué gente es ? va : y según se puede colegir por su
dijo Cardenio . Cuatro hombres , res hábito, ella es monja 6 va serlo , que
pondió el ventero, vienen á caballo ** lo más cierto ; y quizá porque no le
à la jineta con lanzas y adargas, y debe de nacer de voluntad el monjíó ,
todos con artifaces negros, y junto va triste como parece. Todo podría
con ellos viene una mujer vestida de ser, dijo el cura ; y dejárdolos , se
hlanco, en un sillón , ansimesmo cu volvió adonde estaba Dorotea, la cual,
bierto el rostro, y otros dos mozos de como había oído suspirar á la embo
á pic . ¿ Vienen muy cerca ? pregunto zada, movida de natural compasión
el cura. Tan cerca, respondió el ven se llegó á ella, y le dijo : ¿ Qué mal
tero , que ya llegan. Oyendo esto Do sentís , señora mía ? Mirad si es alg
rotea, se cubrió el rostro, v Cardenio no de quien las mujeres suelen tener
se entró en el apos ntc de don Qui. uso y exp :riencia de curail ' , que de
158 BON QUIJOTE DE LA MANCHA

mi parte os ofrezco una buena volun era la que procuraba soltarse de sus
tad de serviros. A todo esto callaba la brazos, la cual había conoc:do en el
lastimada señora y aunque Dorotea suspiro á Cardenio, y él la había co
torbó con mayores ofrecimientos, to rocido á ella . Oyó aşımismo Cardenio
davía se estaba en su silencio, hasta el ay que dió Dorotea cuando se cayó
que llegó el caballero embozado, al desmayada, y creyendo que era su
que dijo el mozo que los demás obe Luscinda, salió del aposento, despa
decían , y dijo á Dorotea : No os can . vorido, y lo primero que vió fué á
séis , señora , en ofrecer nada á esa con Fernando, que tenia abrazada á
mujer , porque tiene por costumbre Luscinda. También don Fernando co
no agradecer cosa que por ella se noció luego á Cardenio,y todos tres,
hace, ni procuréis que os responda, Luscinda, Cardenio y Dorotea, que
si no queréis oir alguna mentira de daron mudos y suspensos, casi sin
su boca. Jamás la dije, dijo á esta sa saber lo que les había acontecido .
zón la que hasta allí había estado ca Callaban todos , y mirábanse todos.
Nando, antes por ser tan verdadera Dorotea á don Fernando, don Fernan
y tan sin trazas mentirosas me veo do á Cardenio , Cardenio á Luscinda,
ahora en tanta desventura, y desto y Luscirda á Cardenio . Mas quien
vos mismo quiero que seáis ml tes primero rompió el silencio fué Lus
tigo, pues mi pura verdad os hace á cinda, hablando á don Fernando desta
vos ser falso y mentiroso. Oyó estas manera : Dejadme, señor don Fernan
razones Cardenio bien clara y distip do, por lo que debéis á ser quien sois ,
tamente, como quien estaba tan junto ya que por otro respeto no lo hagáis ;
de quien las decía , que sólo la puer dejadme llegar al muro de quien po
ta del aposento de don Quijote estaba soy hiedra , el arrimo de quien no me
en medio ; y así como las nyo, dando han podido apartar vuestras impor
una gran voz dijo : i Válgame Dios ! tunaciones , vuestras amenazas , vues
¿ Qué es esto que oigo ? ¿Qué voz es tras promesas ni vuestras dádivas ;
esa que ha llegado á mis oídos ? Vol notad como el cielo por desusados y
vió la cabeza á estos gritos aquella á nosotros encubiertos caminos me
señora toda sobresaltada, y no viendo ha puesto á mi verdadero esposo de
quién los daba, se levantó en pie y lante ; y bien sabéis por mil costosas
fuése á entrar en el aposento , lo cual experiencias que solo la muerte fuera
visto por el caballero, la detuvo sin bastante para borrarle de mi memo
dejarla mover un paso. A ella con la . ria. Sean, pues, parte tan claros des
turbación y desasosiego se le cayó el engaños para que volváis (ya que no
tafetán con que traía cubierto el ros podáis hacer otra cosa ) el amor en
tro , y descubrió una hermosura in rabia, la voluntad en despecho, y aca
comparable y un rostro milagroso , badme con él la vida , que como yo la
aunque descolorido y asombrado, por rinda delante de mi buen esposo , la
que con los ojos andaba rodeando to daré por bien empleada : quizá coa
dos los lugares donde alcanzaba con mi muerte quedará satisfecho de la fe
la vista con tanto ahinco , que pare que le mantuve hasta el último trance
cía persona fuera de juicio ; cuyas de la vida. Había en este entretanto
señales, sin saber por qué las hacía , vuelto Dorotea en sí, y había estado
pusieron gran lástima en Dorotea y escuchando todas las razones que
en cuantos la miraban . Teníala el cà . Luscinda dijo , por las cuales vino en
hallero fuertemente asida por las es conocimiento de quién ella era ; y
paldas, y por estar tan ocupado en viendo que don Fernando . aun no la
tenerla, no pudo acudir á alzarse e! dejaba de sus brazos ni respondía á
embozo que se le caía, como en efec. sus razones , esforzándose lo más que
to se le cayó del todo ; alzando los pudo, se levantó y se fué á hincar de
ojos Dorotea, que abrazada con la se rodillas á sus pies, y derramando m'i
ñora estaba, vió que el que abrazada cha cantidad de hermosas y lastime
ansimismo la tenía era su esposo don ras lágrimas, así le comenzó a decir :
Fernando ; v apenas le hubo conoci . Si ya no es, señor mío , que los rayos
do, cuando arrojando de lo intimo de deste sol que eu tus brazos eclipsado
sus entrañas un largo y tristísimo ay , tienes , te quitan y ofuscan los de tus
se dejó caer de espaldas desmayada : ojos, ya habrás echado de ver que la
y á no hallarse allí junto al barbero, que á tus pies está arrodillada és la
que la recogió en los brazos, ella die. sin ventura hasta que tú quieras , y
ra consigo el suelo . Acudió luego la desdichada orotea. Yo soy aquella
el cura á quitarle el embozo para labradora humilde, á quien tú por tu
echarle agua en el rostro , y así como bondad y por tu gusto quisiste levan
la descubrió, la conoció don Fernan . tar á la alteza de poder llamarse
do , que era el que estaba abrazado tuya : soy la que encerrada en los 11
con la otra, y quedó como muerto en mites de la honestidad vivió vida con
verla ; pero ro porque dejase con tenta , hasta que á las voces de tus
todo esto de tener á Luscinda , que importunidades , y al parecer justos y
PARTE 1. - CAPÍTULO XXXVI 159

amorosos sentimientos, abrió las puer cuando todo esto falte , tu misma con
tas de su recato v te entregó las lla ciencia no ha de faltar de dar voces
res de su libertad : dádiva de ti tan callando en mitad de tus alegrias, vol.
mal agradecida, cual lo muestra bisa viendo por esta verdad que te he di
claro haber sido forzoso hallarme en cho, y turbando tus mejores gustos y
el lugar donde me hallas, y verte yo contentos. Estas y otras razones dijo
á ti de la manera que te veo. Pero la lastimada Dorotea , con tanto senti
con todo esto no querría que cayese iniento y lágrimas, que los mismos
en tu imaginación pensar que he ve . que acompañaban á don Fernando y
nido aquí con pasos de mi deshonra , cuantos presentes estaban, la scom
habiéndome traído sólo los del dolor pañaron en ellas. Escuchola don Fer
v sentimiento de verme de ti olvida nando sin replicalle palabra hasta
da. Tú quisiste que yo fuese tuya , y que ella dió fin á las suyas y principio
quisístelo de manera que aunque á tantos sollozos y suspiros, que bien
ahora quieras que no lo sea, no será había de ser corazón de bronce el que
con muestras de tanto dolor no se en
posible que tú dejes de ser mío. Mira,
señor mío , qué puede ser recompensa terneciera . Mirándola estaba Lusein
á la hermosura y nobleza por quien da, no menos lastimada de su senti
me dejas, la incomparable voluntad miento, que admirada de su macha
que te tengo : tú no puedes ser de la discreción y hermosura ; y aunque
hermosa Luscinda, porque eres mío, quisiera llegarse á ella y decirle al
ni ella puede ser tuya, porque es de gunas palabras de consuelo, no la de
Cardenio ; y más fácil será , si en ello jaban , los brazos de don Fernando
miras, reducir tu voluntad á querer que apretada la tenían . El cual , lleno
á quien te adora, que no encaminar de confusión y de espanto , al cabo de
ia que te aborrece á que bien te quie un buen espacio que atentamente es
ra . Tú solicitaste mi descuido , tú ro tuvo mirando á Dorotea, abrió los
gaste mi entereza , tú no ignoraste mi brazos , y dejando libre á ¡Luscinda,
calidad , tú sabes bien de la manera dijo : Venciste, hermosa Durovea, ven .
que me entregué á toda tu voluntad , ciste, porque no es posible tener áni
no te queda lugar ni acogida de lla mo para negar tantas verdaões jun
marte á er gaño ; y si esto es así, tas. Con el desmayo que Luscinda
como lo es , y tú eres tan cristiano había tenido , así como la dejó don
como caballero , por que por tantos Fernando, iba á caer en el suelo , mas
rodeos dilatas de hacerme venturosa hallándose Cardenio allí junto , que á
en los fines como me hiciste en los las espaldas de don Fernando se ha
principios ? Y si no me quieres por bía puesto porque no le conociese,
la que soy , que soy tu verdadera y pospuesto todo temor y venturan
legítima esposa, quiéreme á lo menos dose á todo riesgo, acudió á sostener
y admiteme por tu esclava, que como á Luścinda, y cogiéndola entre sus
vo esté en tu poder , me tendré por brazos dijo : Si el piadoso cielo gusta
dichosa y afortunada . No permitas con y quiere que ya tengas algún descan
dejarme y desampararme que se ha £ o, leal, firme y hermosa señora mía,
gan y junten corrillos en mi deshon. en ninguna parte creo yo que le len
ra : no des mala vejez á mis padres , drás más seguro que en estos brazos
pues no lo merecen los leales servi . que ahora te reciben, y otro tiempo te
cios que como buenos vasallos á los recibieron cuando la fortuna quiso
tuyos siempre han hecho . Y si te pa que pudiese llamarte mía . A estas ra
rece que , has de aniquilar tu sangre zones puso Luscinda en Cardenio lus
por mezclarla con la mía, considera ojos , y habiendo comenzado á coro
que poca o ninguna nobleza hay en cerle primero por la voz, y asegurán
el mundo que no haya corrido por dose que él era con la vista, casi fuera
Este camino, y que la que se toma de sentido y sin tener cuenta á nin
de las mujeres no es la que hace
al caso en las ilustres descendencias :
gún honesto respeto , le echó los bra
cuanto más que la verdadera nobleza
zos al cuello y juntando su rostro
consiste en la virtud , y si ésta á ti te con el de Cardenio, le dija : Vos sí ,
señor mío, sois el verdadero dueño
falta, negándome lo que tan justamen desta vuestra cautiva, aunque más lo
te me debes , yo quedaré con más ven. lo impida la contraria suerte , y aun
tajas de noble que las que tú tienes . que más amenazas le hagan á esta
En fin , señor, lo que últimamente te
digo es, que quieras ó no quieras, yo vida que en la vuestra se sustenta .
Extraño espectáculo éste para don
soy tu esposa ; testigos son tus pala Fernando y para todos los circuns
bras que no han ni deben ser men tantes, admirándose de tan ro visto
tirosas, si ya es que te prec as de suceso. Parecióle á Dorotea que don
aquello por que me desprecias : tes Fernando había perdido la color del
tigo será la firma que hiciste, y tes rostro , y que hacía ademán de querer
tigo el cielo á quien tú llamaste por
testigo de lo que me prometías ; y vengarse de Cardenio, porque le vió
encaminar la mano á ponella en la
160 DON QUIJOTE DE LA MANCRA

espada, y como lo persó , con no vista dían igualar, cuanto más hacerle ven
presteza se abrazo con él por las ro taja , y que juntase á su hermosura
dilias, besándoselas y teniéndole apre . su humildad y el extremo del amor
tado, que no le dejaba mover , y sin que le tenía : y sobre todo advir
cesar un punto de sus lágr.mas le t.ese que si se preciaba de caballero
decía : ¿ Qué es lo que piensas hacer, y de cristiano , no podía hacer otra
único refugio mío, en este tan im cosa que cumplille la palabra dada, y
pensado trance ? Tú tienes á tus pies que cumpliéndosela cumpliría con
á tu esposa , y la que quieres que lo Dios y satisfaría á las gentes discre
sea está en los brazos de su marido : tas , las cuales saben y conocen que
mira si te estará bien , o te será po es prerrogativa de la hermosura , aun
sible deshacer lo que el cielo ha he. que esté en sujeto humilde, como se
cho, ó si te convendrá querer levan acompañe con la honestidad , poder
tar á igualar á ti mismo á la que pos levantarse é igualarse á cualquiera
puesto todo inconveniente, confirma alteza sin nota de menoscabo del que
da en su verdad y firmeza, delante de la levanta é iguala á sí mismo ; y
tus ojos tiene los suyos bañando de cuando se cumplen las leyes fuertes
licor amoroso el rostro y pecho de del gusto, como en ello no intervenga
su verdadero esposo. Por quien Dios pecado, no debe de ser culpado el que
es te ruego, y por quien tú eres te las sigue. En efecto, á estas razones
suplico, que este tan notorio desenga añadieron todos otras tales y tantas ,
ño no sólo no acreciente tu ira , sino que el valeroso pecho de don Fer
que in mengüe en tal manera , que nando, en fin como alimentado con
con quietud y sosiego permitas que ilustre sangre, se ablandó y se dejó
estos dos amantes le tergan sin im vencer de la verdad que él no pudiera
pedim nto tuyo todo el tiempo que negar aunque quisiera ; y la señal
el cielo quisiere concedérselo, y en que dió de haberse rendido y entre .
esto mostrarás la generosidad de tu gado al buen parecer que se le había
ilustre y noble pecho , y verá el mun propuesto , fué abajarse y abrazar á
do que tiene contigo más fuerza la Dorotea , diciéndole : Levantaos, seño.
razón que el apetito . En tanto que ra mía , que no es justo que esté arro
esto decía Dorotea , aunque Cardenio dillada á mis pies la que yo tengo en
tenía abrazada á Luscinda, no qui mi alma ; y si hasta aquí no he dado
taba los ojos de don Fernando , con muestras de lo que digo , quizá ha
determinación de que si le viese hacer sido por orden del cielo, para que
algún movimiento en su perjuicio, viendo yo en vos la fe con que me
procurar defenderse y ofender como amáis , os sepa estimar en lo que me
mejor pudiese á todos aquellos que recéis : lo que os ruego es que no me
en su daño se mostrasen , aunque le reprendáis mi mal término y mi mu
costase la vida. Pero a esta sazón acii cho descuido, pues la misma ocasión
dieron los amigos de don Fernando , y fuerza que me movió para acetaros
y el cura y el barbero, que á todo ha por mía, esta misma me impelió para
bían estado presentes , sin que fal procurar no ser vuestro . Y que esto
tase el bueno de Sancho Panza , y sea verdad , volved y mirad los ojos
todos rodeaban á don Fernando , su de la ya contenta Luscinda, y en ellos
plicárdole tuviese por bien de mirar hallaréis discu!på de todos mis ye
las lágrimas de Dorotea, y que siendo rros : y pues ella halló y alcanzó lo
verdad , como sin duda ellos creían que deseaba, y yo he hallado en vos
que lo era , lo que en sus razones lia. lo que me cumple, viva ella segura y
hía dicho , que no permitiese quedase contenta luengos y felices años con
defraudada de sus tan justas espe su Cardenio , que yo de rodillas rogaré
ranzas : que considerase que no acaso al cielo que me los deje vivir con mi
como parecía , sino con particular pro Dorotea ; y diciendo esto, la tornó á
videncia del cielo se habían todos abrazar y juntar su rostro con el suyo
juntado en lugar donde menos ningu con tan tierno sentimiento, que le fué
no pensaba, y que advirtiese, dijo necesario tener gran cuenta con que
el cura , que sola la muerte podía las lágrimas no acabasen de dar indu
apartará Luscinda de Cardeno, y bitables señales de su amor y arre .
aunque los dividiesen filos de alguna pentimiento . No lo hicieron asi las de
espada , ellos tendrían por felicísima Lusc'nda y Cardenio , y aun las de
su muerte, y que en los casos irre casi todos los que allí presentes esta
mediables era suma cordura, forzán ban , porque comenzaron á derramar
dose y venciéndose á sí mismo , mos tantas , los unos de contento propio y
trar un generoso pecho, permitiendo los otros del ajeno , que no parecía
que por sola su voluntad los dos go sino que algún grave y mal caso á
zasen el bien que el cielo ya les ha todos había sucedido : hasta Sancho
bía concedido ; que pusiese los ojos Panza lloraba , aunque después dijo
ansimismo en la beldad de Dorotea , que no lloraba él sino por ver que Dc
y vería que pocas ó ninguna se le po rotea no era como él pensaba la reina
PARTE 1. - CAPÍTULO XXXVII 161

Micomicona, de quien él tantas mer.


cedes esperaba. Duró algún espacio,
junto con el llanto, la admirac.on en
todos, y luego Cardenio y Luscinda CAPITULO XXXVII
se fueron á poner de rodillas ante don
Fernando, dándole gracias de la mer
ced que les había hecho, con tan cor Donde se prosigue la historia de la
teses razones , que don Fernando no famosa infanta Micomicona, con
sabía qué responderles, y así los le otras graciosas aventuras.
vantó y abrazo con muestras de mil
cho amor y de mucha cortesía . Pre
guntó luego á Dorotea , le dijese cómo Todo esto escuchaba Sancho no con
había venido á aquel lugar tan lejos poco dolor de su ánima, viendo que se
del suyo . Ella, con breves y discretas le desparecían é iban en humo las
rażones , conto todo lo que antes había esperanzas de su ditado, y que la lin
contado á Cardenio : de lo cual gusto da princesa Micomicona se le había
tanto don Fernando y los que con el vuelto en Dorotea, y el gigante en
venían, que quisieran que durará el don Fernando, y su amo se estaba
cuento más tiempo : tanta era la gra durmiendo á su sueño suelto bien des.
cia con que Dorotea contaba sus des cuidado de todo lo sucedido . No se
verturas. Y así como hubo acabado, podía asegurar Dorotea si era soñado
dijo don Fernando lo que en la ciudad el bien que poseía ; Cardenio estaba
le había acontecido después que hal16 en el mismo pensamiento , y el de
el papel en el seno de Luscinda, don Luscinda corría por la misma cuenta .
de declaraba ser esposa de Cardenio Don Fernando daba gracias al cielo
no poderlo ser suya. Dijo que la por la merced recibida y haberle sa
quiso matar, y lo hiciera, si de sus cado de aquel intrincado laberinto,
padres no fuera impedido, y que así donde se hallaba tan á pique de par
se salió de su casa despechado y co der el crédito y el alma ; y finalmen
rrido, con determinación de vengarse te cuantos en la venta estaban , esta
con más comodidad ; y que otro día ban contentos y gozosos del buen
supo como Luscinda había faltado de suceso que habían tenido tan traba
casa de sus padres, sin que nadie su dos y desesperados negocios. Todo lo
piese decir dónde se había ido ; y ponía en su punto el cura como dis
que, en resolución , al cabo de algunos creto, y á cada uno daba el parabién
meses vino á saber como estaba en un del bien alcanzado ; pero quien más
monasterio con voluntad de quedarse jubilaba y se contentaba era la ven
en él toda la vida , si no la pudiese tera por la promesa que Cardenio y
pasar con Cardenio, y que así como el cura le habían hecho de pagalle
lo supo, escogiendo para su compañía todos los daños é intereses que por
aquellos tres caballeros , vino al lugar cuenta de don Quijote le hubiesen ye
donde estaba, á la cual no había nido. Sólo Sancho, como ya se ha
querido hablar, temeroso que en sa dicho, era el afligido, el desven
biendo que él estaba allí , había de turado y el triste ; y así, con melancó
haber nás guarda en el monasterio ; lico semblante entró a su amo , el
y así aguardando un día á que la por cual acababa de despertar , á quien
tería estuviese abierta, dejó á los dos dijo : Bien puede vuestra merced ,
á la guarda de la puerta, y él con ctro señor Triste Figura, dormir todo
habían entrado en el monasterio bus. lo que quisiere sin cuidado de matar
cando á Luscinda, la cual hallaron á ningún gigante , ni de volver á la
en el claustro hablando con una mon princesz su reiro, que ya todo está
hecho y concluído. Eso creo yo bien ,
ja, y arrebatár dola, sin darle lugar á
otra cosa, se habían venido con ella á respondió don Quijote, porque he te
un lugar donde se acomodaron de nido con el gigante la más descomu
aquello que hubieron menester para nal y desaforada batalla que pienso
traella : todo lo cual habían podido tener en todos los días de mi vida : y
hacer bien á su salvo, por estar el de un revés , zas, le derribé la cabeza
monasterio en el campo buen trecho en el suelo, y fué tanta la sangre que
fuera del pueblo . Dijo que así como le salió , que los arroyos corrían por
la tierra como si fueran de agua. Co
Luscinda se vió en su poder, perdió mo si fueran de vino tinto , respon
todos los sentidos , y que después de
vuelta en sí, no había hecho otra dió Sancho, porque quiero que sepa
cosa sino llorar y suspirar sin hablar vuestra merced , si es que no lo sabe ,
paiabra alguna ; y que así , acompa que el gigante muerto es un cuero
ñados de silencio y de lágrimas, ha horadado, y la sangre sais arrobas de
bían llegado a aquella venta , que para vino tinto que encerraba en su vien
él era haber llegado al cielo , donde tre , y la cabeza cortada es la puta
se rematan y tienen fin todas las des que me pario, y llévelo todo Satanás.
venturas de la tierra . Y qué es lo que dices, loco ? replicó
11
162 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
don Quijote , ;-estás en tu suso ? Le legua de andadura , seco y amarillo ,
vántese vu sira merced, dijo Sancho, la desigualdad de sus armas y su
y verá el buen recado que ha hecho , y mesurado continente , y estuvieron
lo que tenemos que pagar, y verá á callando hasta ver lo que él decía, el
la reina convertida en una dama par cual con mucha gravedad y reposo,
ticular llamada Dorotea. con otros puestos los ojos en la hermosa Doro
sucesos, que si cac en ellos, le han de tea , dijo :
admirar. No me maravillaría de nada Estoy informado, hermosa señora,
Jeso , replico don Quijote , porque si deste mi escudero , que la vuestra
bien te acuerdas, la otra vez que aquí grandeza se ha aniquilado, y vuestro
estuvimos te dije yo que todo cuanto ser se ha deshecho, porque de reina
aquí sucedia eran cosas de encanta 1 y gran señorá que solíades ser , cs
mento , y no sería mucho que ahora habéis vuelto en una particular don .
fuese lo mismo. Todo lo creyera yo, cella. Si esto ha sido por orden del
respondió Sancho, si también mi man . rcy nigromante de vuestro padre , te
teamiento fuera cosa dese jaez, mas mercso que yo no os diese la necesa.
no lo fué , sino real y verdaderamen ria y debida ayuda , digo que no supo
te : y vi yo que el ventero, que aquí ni sabe de la misa la media , y que fué
está hoy día, tenía del un cabo de la poco versado en las historias caballe,
manta y me empujaba hacia el cielo rescas ; porque si él las hubiera leído
con mucho donaire y orio, y con tanta y pasado tan atentamente y con tanto
risa como fuerza : y donde interviene espacio como yo las pasé y lei, hall.2
conocerse las personas , tengo para ra á cada paso como otros caballeros
mi, aunque simple y pecador, que no de menor fama que la mía habían
hay encantamento alguno, sino mu acabado cosas más dificultosas, ro
cho molimiento y mucha mala veri siéndolo mucho matar a un giganti.
tura . Ahora bien , Dios lo remediará, llo , por arrogante que sea, porque no
dijo don Quijote ; dame de vestir, y hamuchas horas que yo me vi con él ,
déjame salir allá fuera, que quiero V... quiero callar, porque no me dig
ver los sucesos y transformac.ones que miento ; pero el tiempo , descubri.
que dices. Dióle de vestir Sancho , y dor de todas las cosas , lo dirá cuando
en el entretanto que se vestía , contó menos lo pensemos . Vísteos vos cod
el cura á don Fernando y á los demás dos cueros , que no con un gigante,
que alli estaban, las locuras de don dijo á esta sazón el ventero, al cual
Quijote, y del artificio que habían mandó don Fernando que callase, y
usado para sacarle de la Peña Pobre , no interrumpiese la plática de don
donde él se imaginaba estar por des Quijote en ninguna manera ; don
denes de su señora . Contoles asiinis Quijote prosigu : 6 diciendo : Digo en
mo casi todas las aventuras que San fin , alta y desheredada señora, que si
cho había contado, de que no poco se por la causa que he dicho vuestro
admiraron y rieron , por parecerles, padre ha hecho este metamorfóseos
lo que a todos parecía , ser el más ex en vuestra persona , que no le teis
traño género de locura que podía ca crédito alguno , porque no hay ningún
ber en pensamiento disparatado. ! ijo peligro en la tierra por quien no se
más el cura, que pues ya el buen su abra camino mi espada , con la cual
ceso de la señora Dorotea impedía poniendo la cabeza de vuestro enemi .
pasar con su designio adelante, que go en tierra , os pondré á vos la coro.
era menester inventar y hallar otro na de la vuestra en la cabeza en bre .
para poderie llevar á su tierra, Ofre vés días. No dijo más dcn Quijote , y
cióse Cardenio de proseguir lo comen esperó á que la princesa le respondie
zado , y que Luscinda haría y repre se ; la cual, como ya sabía la determi
sentaría suficientemente la persona noción de don Fernando , de que se
de Dorotea . No, dijo don Fernando, prosiguiese adelante en el engaño
no ha de ser así, que yo quiero que hasta llevar :1 su tierra á don Quijote ,
Dorotea prosiga su invención , que con mucho donaire y gravedad le res
como no sea muy lejos de aquí el lu dió : Quienquiera que os dijo , valero .
gar deste buen caballero, yo helgaré so caballero de la Triste Figura , que
de que se procure su remedio . No está yo me habít . mudado y trocado de
más de dos jornadas de aquí. Vues mi ser, no os dijo lo cierto , porque la
aunque estuviera más , gustara yo de misma que ayer fui , me soy hoy :
caminallas á trueco de hacer tan bue verdad es que alguna muda nza han
imientos
hecho en mí ciertos acaec de
na obra. Salió en esto don Quijote ar
mado de todos sus pertrechos con el buena ventura , que me la han dado la
yelmo , aunque abollado, de Mambri mejor que yo pudiera desearme; pero
no en la cabeza, embrazado de su ro. no por eso he dejado de ser la que
dela y arrimado á su tronco o lanzón . antes, y de tener los mismos pensa
Suspendió á don Fernando y í los mientos de valerme del valor de vues.
demás la extraña presencia de con tre valeroso é invencible brazo, que
Quijote , viendo su rostro de media siempre he tenido. Así que , señor
---
PARTE 1. - CAPITULO XXXVII 163

mío , vuestra bondad vuelva la honra en el discurso desta grande empresa


al padre que me engendró y téngale que á su cargo lleva . Yo soy el que
por hombre advertido y prudente, tengo de serviros y acompañaros, res
pues con su ciencia hallo camino tan pondió don Quijote, y agradezco mu ,
fácil y tan verdadero para remediar cho la merced que se me hace , y la
mi desgracia ; que yo creo que si por buena opinión que de mí se tiene , la
vos, señor, no fuera , jamás acertara cual procuraré que salga verdadera,
á tener la ventura que tengo , y en ó me costará la vida , y aun más , si
esto digo tanta verdad como son bue más costarme puede. Muchas pala
nos testigos della los más destos ,se bras de comedimiento y muchos ofre
ñores que están presentes. Lo que cimientos pasaron entre don Quijote
resta es que mañana nos pongamos y don Fernando , pero á todo puso
en camine, porque ya hoy se podrá sjiencio un pasajero que en aquella
hacer poca jornada, y en lo demás sazón entró en la venta. el cual en
del buen suceso que espero, lo dejaré su traje mostraba ser cristiano rea
á Dios y al valor de vuestro pecho. cién venido de tierra de moros , por
Esto dijo la discreta Dorotea , y en que venía vestido con una casaca de
oyéndolo don Quijote , se volvió á . paño azul , corta de faldas , con me
Sancho , y con muestras de musho dias mangas y sin cuello ; los calzo.
enojo le dijo : Ahora te digo, San nes eran asimismo de lienzo azul, con
chuelo, que eres el mayor bellacuelo bonete de la misma color ; traía unos
que hay en España : dime, ladrón borceguíes datilados , y un alfanje
vagabundo, & no me acabaste de decir morisco puesto en un tahalí que le
ahora, que esta princesa se había atravesaba el pecho. Entró luego tras
vuelto en una doncella que se llama él , encima de un jumento, una mujer á
ba Dorotea, y que la cabeza que en la morisca vestida, cubierto el rostro ,
tiendo que corté á un gigante era la con una toca en la cabeza ; traía in
puta que te parió, con otros dispara tonetiilo de brocado, y vestida una
tes que me pusieron en la mayor con almalafa, que desde los hombros á
fusión que jamás he estado en todos los pies la cubría . Era el hombre de
los días de mi vida ? Voto ... (y miró robusto y agraciado talle , de edad de
al cielo, y apretó los dientes) que poco más de cuarenta años, algo mo
estoy por hacer un estrago en ti, reno de rostro, largo de bigotes , y la
que porga sal en la mollera a todos barba muy bien puesta : en resolu
cuantos mentirosos escuderos hubiere ción, él mostraba en su apostura que
de caballeros andantes de aquí ade si estuviera bien vestido, le juzgaran
lante en el mundo . Vuestra merced se por persona de calidad y bien nacida.
sosiegue, señor mío , respondió San. Pidió en entrando un aposento , y
cho, qué bien podrá ser que yo.me como le dijeron que en la venta no le
hubiese engañado en lo que toca á la había mostró recibir pesadumbre , y
mutación de la señora princesa Mico llegándose á la que en el traje pare
micona ; pero en lo que toca á la cía mora , la apeó en sus brazos . Lus .
cabeza del gigante , o á lo menos a cinda, Dorotea, la ventera, su hija y
13 horadación de los cueros, y á lo Maritornes , llevadas del nuevo y para
de ser vino tinto la sangre, no nie ellas nunca visto traje , rodearon á
engaño , vive Dios , porque los cue la mora ; y Dorotea , que siempre fue
rog allí están heridos á la cabecera agraciada, comedida y discreta, pa.
del lecho de vuestra merced , y el vino reciéndoie que así ella como el que
tinto tiene hecho un lago el aposen la trala se congojaban por la falta
to ; y si no, al freir de los huevos lo del aposento , le dijo : No os de mu
vera, quiero decir , que lo verá cuando cha pena , señora mia, la incomodidad
aquí su merced del señor ventero le de regalo que aqui falta, pues es pro
pica el menoscabo de todo : de lo pio de ventas no hallarse en ellas ;
demás de que la señora reina se esté pero con todo esto , si gustaredes de
como se estaba , me regocijo ' en el posar con nosotras , señalando á Lus .
alma, porque me va mi parte como á cirūa, quizás en el discurso deste
cada hijo de vecino. Ahora yo te camino habréis hallado otros no tan
digo , Sancho, dijo don Quijote, que buenos acogimientos . No respondió
eres un mentecato, y perdóname , y nada á esto la embozada, ni hizo otra
basta. Basta, dijo don Fernando , y cosa que levantarse de donde sentado
no se hable más en esto ; y pues la se había, y puestas entrambas manos
señora princesa dice que se camine cruzadas sobre el pecho, inclinada la
mañana, porque ya hoy es tarde, há cabeza, dobló el cuerpo en señal de
gase así, y esta noche la podremos que lo agradecía . Por su silencio ima .
pasar en buena conversación hasta ginaron que sin duda alguna debía de
el venidero día, donde todos acompa ser mora , y que no sabía hablar cris
ñaremos al señor don Quijote , porque tiano. Llegó en esto el cautivo, que
queremos ser testigos de las valerosas entendiendo en otra cosa hasta en.
é inauditas hazañas que ha de hacer tonces había estado , y viendo que
164 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

todas tenían cercada á la que con el ánimos y atraer las voluntarles, luego
venía y que ella á cuanto le decían se rindieron todos al deseo de servir
callaba, dijo : Señoras mías , esta ion y acariciar á la hermosa mora . Pre
cella apenas entiende mi lengua, ni guntó don Fernando al cautivo com )
sabe hablar otra ninguna sino con se llamaba la mora, el cual respondió ,
forme á su tierra , y por esto no debe que Lela Zoraida ; y así como esto oyo
de haber respondido ni responde á lo ella , entendió lo que le habían pre
que se le ha preguntado . No se le guntado al cristiano, y dijo con mu
pregunta otra cosa ninguna, respon. cha priesa, llena de congoja y co
dio Luscinda, sino ofrecelle por esta paire : No , no Zoraida : Maria ,
noche nuestra compañía y parte del María , dando a entender que se ila
lugar donde nos acomodaremos, don maba María , y no Zoraida. Estas pi .
de se le hará el regalo que la como labras y el grande afecto con que la
didad ofreciere, con la voluntad que mora las dijo, hicieron derramar más
obliga a servir a todos los extranjeros de una lágrima á algunos de los que
que dello tuvieren necesidad , espe la escucharon, especialmente á las
cialmente siendo mujer á quien se mujeres , que de su naturaleza son
sirve. Por ella y por mí, respondió el tiernas y compasivas. Abrazóla Lus
cautivo, os beso, señora mía, las ma cinda con mucho amor , diciéndole :
nos, y estimo mucho y en lo que es Sí, sí, María , María ; á lo cual res
razón la merced ofrecida, que en tal pondió la mora : Si, si, Maria : ZO
ocasión, y de tales personas como raida macange, que quiere decir nu .
vuestro parecer muestra , bien se Ya en esto llegaba la noche, y por
echa de ver que ha de ser muy orden de los que venían con don Fer
grande. Decidme, señor , dijo Dorotea, nando había el ventero puesto dili
cesta señora es cristiana, ó mora ? gencia y cuidado en aderezarles de
porque el traje y el silencio nos hace cenar lo mejor que á él le fué posi
pensar que es lo que no querríamos ble. Llegada pues la hora, sentáronse
que fuese . Mora es en el traje y en el todos á una larga mesa como de ti
cuerpo , pero en el alma es muy gran nelo, porque no la había redonda ni
de cristiana, porque tiene grandísi . cuadrada en la venta , y dieron la ca
mos deseos de serlo. Luego no es becera y principalasiento, puesto que
bautizada ? replicó Luscinda. No ha él lo rehusaba, á don Quijote , el cual
habido lugar para ello, respondió el quiso que estuviese á su lado la seño
cautivo, después que salió de Argel , ra Micomicona , pues él era sa guar
su patria y tierra, y hasta agora no se lador. Luego se sentaron Luscinda y
ha visto en peligro de muerte tan Zoraida, y frontero dellas don Fer
cercana que obligase á bautizalla, sin nando y Cardenio, y luego el cautivo
que supiese primero todas las ceremo. y los demás caballeros, y al lado de
nias que nuestra madre la santa Igle las señoras el cura y el barbero ; y as ?
sia manda ; pero Dios será servido cenaron con mucho contento, y acre
que presto se bautice con la decencia centoseles más viendo que dejando de
que la calidad de su persona merece, comer don Quijote, movido de otro
que es más de lo que muestra su há semejante espíritu que el que le mo.
bito y el mío . Con estas razones puso vió a hablar tanto como hablo cuando
ganz en todos los que escuchandole cenó con los cabreros , comenzó a de
cir : Verdaderamente si bien se con
estaban, de saber quién fuese la mora sidera , señores míos, grandes é inau
y el cautivo ; pero nadie se lo quiso ditas cosas ven los que profesan la or
preguntar por entonces , por ver que
aquella sazón era más para procurar den de la andante caballería . Si no,
les descanso que para preguntarles ¿ cuál de los vivientes habrá en el
sus vidas. Dorotea la tomó por la mundo que ahora por la puerta deste
mano, y la llevó á sentar junto á sí , castillo entrara , y de la suerte que
v le rogó que se quitase el embozo . estamos nos viera, que juzgue y crea
Ella miró al cautivo , como si le pre qu nosotros somos quien somos ?
guntara le dijese lo que decían , y lo ¿ Quién podrá decir que esta señora
que está á mi lado, es la gran reina
que ella haría. El en lengua arábiga que todos sabemos, y que yo soy aquel
le dijo que le pedían se quitase el em caballero de la Triste Figura , que
bozo , y que lo hiciese ; y así se lo
quitó, y descubrió un rostro tan her anda por ahí en boca de la fama ?
moso , que Dorotea la tuvo por más Ahora no hay que dudar, sino que
hermosa que Luscinda, y Luscinda esta arte y ejercicio excede á todas
por más hermosa que á Dorotea , y aquellas y aquellos que los hombres
todos los circunstantes conoceron , inventaron, y tanto más se ha de te
ner en estima, cuanto à más peligros
que si alguno se podría igualar al de está sujeto. Quítenseme delante los
las dos era el de la mora, y aun hubo que dijeren que las letras hacen ven.
algunos que la aventajaron en alguna taja á las armas, que les diré , y sean
cosa . Y como la hermosura tenga pre quién se fueren , que no saben lo que
rrogativa y gracia de reconciliar los
PARTE I. - CAPÍTULO XXXVII 165

dicen : porque la razón que los tales guerra, que lo mismo es decir armas
suelen decir, y á lo que ellos más se que guerra. Prosupuesta pues esta
atienen , es que los trabajos del espí verdad , que el fin de la guerra es la
ritu exceden a los del cuerpo, y que paz, y que en esto hace ventaja al fin
las armas sólo con el cuerpo se ejer de las letras, vengamos ahora á los
citan , como si fuese su ejercicio ofi. trabajos del cuerpo del letrado, y á
co de ganapanes , para el cual no es los del profesor de las armas, y véase
menester más de buenas fuerzas ; 6 cuáles son mayores. De tal manera y
como si en esto que llamamos armas por tan buenos términos iba prosi
los que las profesamos , no se ence guiendo en su plática don Quijote,
rrasen los actos de la fortaleza , los que obligó á que por entonces ningu
cuales piden para ejecutallos mucho 10 de los que escuchándole estaban ,
entendimiento ; o como si no traba le tuviesen por loco ; antes como to
jase el ánimo del guerrero, que tiene dos los más eran caballeros , á quien
á su cargo un ejército o la defensa son anejas las armas , le escuchaban
de una ciudad sitiada, así con el es de muy buena gana, y él prosiguió :
píritu como con el cuerpo . Si no, Digo pues , que los trabajos del estu .
véase si se alcanza con las fuerzas Giante son estos : principalmente po
corporales á saber y conjeturar el breza, no porque todos sean pobres ,
intento del eremigo , los designios , las sino por poner este caso en todo el
estratagemas, las dificultades, el pre extremo que pueda ser ; y en haber
venir los daños que se temen , que cicho que padece pobreza, me parece
todas estas cosas son acciones del en que no había que decir más de sul
tendimiento, en quien no tiene parte malaventura, porque quien es pobre
alguna el cuerpo. Siendo pues añsí no tiene cosa buena. Esta pobreza la
que las armas requieren espíritu como padece por sus partes , ya en hamora
las letras, veamos ahora cual de los ya en frío, ya en desnudez, ya en
dos espíritus , el del letrado o el del todo junto ; pero con todo eso no es
guerrero, trabaja más : y esto se ven tanta que o coma aunque sea un
drá á conocer por el fin y paradero poco más tarde de lo que se usa, aun
á que cada uno se encamina , porque que sea de las sobras de los ricos, que
aquella intención se ha de estimar en es la mayor miseria del estudiante
más, que tiene por objeto más noble esto que entre ellos llaman andar si
fin . Es el fin y paradero de las letras la sopa, y no les falta algún ajeno
( y no hablo ahora de las divinas, brasero 6 chimenea , que si no calien
que tienen por blarco llevar y en. ta, á lo mecos entibie su frío, y en
caminar las almas al cielo, que { un fin la noche duermen muy bien debajo
fin tan sin fin como este , ninguno de cubierta . No quiero llegar á otras
otro se le puede igualar) ; hablo de menudencias , conviene á saber, de la
las letras humanas , que es su fin falta de camisas y no sobra de zapa
poner en su punto la justicia distri tos, la raridad y poco pelo del vesti
butiva y dar á cada uno lo que es do , ni aquel ahitarse con tanto gusto ,
suyo , entender y hacer que las bue. cuardo la buena suerte les depara
Las leyes se guarden : fin por cierto algún banquete. Por este camino que
generoso y alto y digno de grande he pintado, áspero y dificultoso, tro
alabanza ; pero no de tanta como me pezando aqut, cayendo allí, leran
rece aquel á que las armas atienden , tándose acullá , tornando á caer acá,
las cuales tienen por objeto y fin la llegan al grado que desean, el cual
paz , que es el mayor bien que los alcanzado, á muchos hemos visto que
hombres pueden desear en esta vida. habiendo pasado por estas Sirtes y
Y así las primeras buenas nuevas que por estas Escilas y Caribdis , como
llevados en vuelo de la favorable fur
tuvo el mundo y tuvieron los hom.
bres, fueron las que dieron los ánge. tuna, digo que los hemos visto man
les la noche que fué nuestro día, dar y gobernar el mundo desde una
cuando cantaron en los aires : Gloria silla, trocada su hambre en hartura,
sea en las alturas, y paz en la tie su frío en refrigerio, su desnudez en
rra á los hombres de buena volun . galas, y su dormir en una estera, en
tad ; y la salutación que el mejor reposar en holandas y damascos, pre
- Maestro de la tierra y del cielo ense mio justamente merecido de su vir.
fió á sus allegados y favorecidos, fué tud ; pero contrapuestos y compara .
decirles, que cuando entrasen en al dos sus trabajos con los del milite
guna casa dijesen : Paz sea en esta guerrero, se quedan muy atrás en
casa : y otras muchas veces les dijo : todo, como ahora diré .
Mi paž os doy , mi paz 08 dejo , paz
sea entre vosotros ; bien como joga
y prenda dada y dejada de tal mano,
joya que sin ella en la tierra ni en
el cielo puede haber bien alguno.
Esta paz es el verdadero fin de la
166 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

es más fácil premiar á dos mil letra


dos que a treinta mi. soldados, porque
á aquélios se premia con darles ofi
CAPITULO XXXVIII cios, que por fuerza se han de dar á
los de su profesión , y á éstos no se
pueda premiar sinocon la misma ha
Que trata del curioso discurso que cienda del señor á quien sirven , v
hizo don Quijote, de las armas y esta imposibilidad fortifica más la
las letras. razón que tengo . Pero dejemos esto
aparte, que es laberinto de muy difi
cultosa salida , sino volvamos á la
Prosiguiendo don Quijote , dijo : preeminencia de las armas contra las
Pues comenzamos en el estudiante letras : materia que hasta ahora está
por la pobreza y sus partes, veamos por averiguar , según son las razones
ei es más rico el soldado, 5 veremos que cada una de su parte alega ; y
que no hay ninguno más pobre en la entre las que he dicho, dicen las le
misma pobreza , porque está atenido tras, que sin ellas no se podrían sus
á la miseria de su paga , que viene tentar as armas , porque la guerra
6 tarde ó punca, o á lo que garbeare también tiene sus leyes y está sujeta
por sus manos con notable peligro de á ellas , y que las leyes caen debajo
su vida y de su conciencia ; y á veces de lo que son letras y letrados. A esto
suele ser su desnudez tanta, que un responden las armas, que las leyes no
coleto acuchillado le sirve de gala y se podrág sustentar sin ellas, porque
de camisa y en la mitad del invierno con las armas se defienden las repú
se suele reparar de las inclemencias blicas, se conservan los reinos, se
del cielo, estando en la campaña rasa , guardan las ciudades, se aseguran los
con sólo el aliento de su boca ; quo caminos, se despojan los mares de
como sale de lugar vacío , tengo por corsarios; y finalmente, si por ellas
averiguado debe de salir frío no fuese, las repúblicas , los reinos ,
contra toda naturaleza. Pues esperad Jas monarquías, las ciudades, los ca.
que espere que llegue la noche para minos de mar y tierra estarían suje .
restaurarse de todas estas incomodi tos al rigor y á la confusión que trae
dades en la cama que le aguarda, la consigo la guerra el tiempo que dura
cual si no es por su culpa, jamás y tiene licencia de usar de sus pri.
pecara de estrecha, que bien puede vilegios y de sus fuerzas. Y es razón
medir en la tierra los pies que qui averiguada que aquello que más cues
siere, y revolverse en ella á su sabor, ta , se estima y debe de estimar en
sin temor que se le encojan las sa más. Alcanzar alguno á ser eminente
hanás . Lléguese pules á todo esto el en letras le cuesta tiempo , vigilias,
día y la hora de recibir el grado de hambre, desnudez, vaguidos de cabe
su ejercicio , lléguese un día de ba ya, indigestiones de estómago y otras
talla , que allí le pondrán la borla en cosas á estas adherentes, que en parte
la cabeza hecha de hilas para curarle ya las tengo referidas ; mas llegir
algún balazo que quizá le habrá pa uno por sus términos á ser buen sole.
sado las sienes , ó le dejará estropea dado, le cuesta todo lo que al estu
do de brazo o pierda ; cuando esto diante , en tanto mayor grado, que no
no suceda , sino que el cielo piadoso tiene comparación, porque á cada
le guarde y conserve sano y vivo , paso está á pique de perder la vida.
podrá ser que se quede en la misma ¿ Y qué temor de necesidad y pobre
pobreza que antes estaba, y que sea za puede llegar ni fatigar al estu
menester que suceda uno y otro reeni dianta, que llegue al que tiene un
cuer:tro , una y otra batalla, y que de soldado, que hallándose cercado e
todas salga vencedor, para medrar en alguna fuerza, y estando de posta á
algo ; pero estos milagros vense raras guarda en algún rebellín 6 caballero ,
veces. Pero decidme, señores , si ha siento que los enemigos están minan
béis mirado en ello , ¿ cuán menos son do hacia la parte donde él está , y no
los premiados por la guerra , que los puede apartarse de allí por ningún
que han perecido en ella ? Sin duda caso, ni huir el peligro que de tan
habéis de responder que no tienen cerca le amenaza ? Sólo lo que puede
comparación ni se pueden reducir á hacer es dar noticia á su capitán de
cuenta los muertos, y que se podrán lo que pasa, para que lo remedie con
contar los pre iados vivos con tres alguna contramina, y él estarse quedo
letras de guarismo. Todo esto es al temiendo y esperando cuando impro
revés en los letrados , porque de fal visamente ha de subir a las nubes sin
das , que no quiero decir de mangas, alas, y bajar al profundo sin su vo
todos tienen en qué entretenerse ; asi luntad . Y si este parece pequeño pe
que aunque es mayor el trabajo del ligro, veamos si le igualaó hace ven.
soldado, es mucho menor el premio. taja el de embestirse dos galeras por
Pero á esto se puede responder que las proas en mitad del mar espacio.
PARTE 1.- CAPITULO XXXIX 167

so, las cuales enclavijadas y trabadas, brevino nueva lástima de ver que
no le queda al soldado niás espacio hombre que al parecer tenía buen en
del que conceden dos pies de tabla tendimiento y buen discurso en todas
del espolón ; y con todo esto , viendo las cosas que trataba , le hubiese per
que tiene delante de sí tantos minis dido tan rematadamente en tratándo
tros de la muerte que le amenazan , le de su negra y pizmienta caballería .
cuantos cañones de artillería se ases El cura le dijo que tenía mucha ra
tan de la parte contraria, que no dis. zón en todo cuanto había dicho en
tan de su cuerpo una lanza, y viendo favor de las armas, y que él, aunqus
que al primer descuido de los pies letrado y graduado, estaba de su mis
iría á visitar los profundos senos de mo parecer . Acabaron de cenar, le
Nepturo, con todo esto , con intré Vantaron los manteles, y en tanto
pido corazón, llevado la nra que que la ventera, su hija y Maritorne's
le incita, se pone á ser blanco de tan aderezaban el camaranchón de don
t3 arcabucería , y procura pasar por Quijote de la Mancha, donde habían
tan estrecho paso al bajel contrario . determinado que aquella noche las
Y lo que más es de admirar, que mujeres solas en él se recogiesen , don
apenas uno ha caído donde no se po Fernando rogó al cautivo les contase
drá levantar hasta la fin del mundo , el discurso de su vida , porque no po
cuando otro ocupa su mismo lugar , dría ser sino que fuese peregrino y
y si éste tanıbién cae en el mar , que gustoso, según las muestras que ha
como enemigo le aguarda , otro y bía comenzado 1 dar , viniendo en
otro le suceden , sin dar tiempo al compañía de Zoraida : á lo cual res
tiempo de sus muertes , valentía y pondió el cautivo , que de muy buena
atrevimiento el mayor que se puede gana haría lo que se le mandaba, y
ballar en todos los trances de la gue que sólo temía que el cuento no ha
rra . Bien hayan aquellos berditos și bía de ser tal que les diese el gusto
glos que carecieron de la espantable que él deseaba ; pero con todo eso ,
furia de aquestos endemoniados ins por no faltar en obedecelle , le con
trumentos de la artillería, á cuyo taría. El cura y todos los demás se
inventor tengo para mí que en el in lo agradecieron y de nuevo se lo ro .
fierno se le está dando el premio de su garon , y él viéndose rogar de tantos ,
diabólica invención , con la cual dió dijo que no era menester ruegos
causa que un infame y cobarde brazo adonde el mandar tenía tanta fuer
quite la vida á on valeroso caballero , za ; y así estén vuestras mercedes
y que sin saber cómo ó por dónde , en atentos , y oirán un discurso verdade
ia mitad del coraje y brío que encien ro , á quien podría ser que no llegasen
de y anima á los valientes pechos , lle los mentirosos, que con curioso y pen
ga una desmandada bala , disparada sado artificio suelen componerse. Con
de quien quizá huyó y se espantó del esto que dijo , hizo que todos se aco
resplandor que hizo el fuego al dispa modasen y le prestasea un grande
rar de la maldita máquina, y corta y silencio ; y él viendo que ya callaban
acaba en un instante los pensamien y esperaban lo que decir quisiese, con
tos y vida de quien la merecía gozar voz agradable y reposada , comenzó á
decir desta manera :
luengos siglos . Y así, considerando
esto, estoy por decir que en el alma
me pesa de haber tomado este ejerci
cio de caballero andante, en edad tan
det stable como es esta en que ahora CAPITULO XXXIX
vivimos, porque aunque á mí ningún
peligro me pone miedo, todavía me
pone recelo pensar si la pólvora y el Donde el cautiro cuenta su rida
estaño me han de quitar la ocasión de y sucesos
hacerme famoso y conocido por el
valor de mi brazo y filos de mi espada
por todo lo descubierto de la tierra. En un lugar de las mortañas de
Pero haga el cielo lo que fuere servi León tuvo principio mi linaje, con
do, que tanto seré más estimado, si quien fué más agradecida y liberal la
salgo con lo que pretendo , cuanto á naturaleza que la fortuna , aunque en
mayores peligros me he puesto que la estrecheza de aquellos pueblos to
se pusieron los caballeros andantes de davía alcanzaba mi padre fama de
los pasados siglos. Todo este largo rico , y verdaderamente lo fuera , si
preámbulo dijo don Quijote en tanto así se diera mañı á corservar su ha
que los demás conaban , olvidándose cienda , como se la daba en gastaila .
de llevar bocado á la boca , puesto que Y la condición que tenía de ser libe
algunas veces le había dicho Sancho ral y gastador le procedió de haber
Panza que cenyse , que después habría sido soldado los años de su juventud ;
lugar para decir todo lo que quisiese . que es escuela la soldadesca, donde
En los que escuchado le habían, so. el mezquino se hace franco , y el fran
168 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
eo , pródigo, y si algunos soldados se como lo veréis por la obra. Decidme
hallan miserables, son como mons ahora si queréis seguir mi parecer y
truos, que se ven raras veces . Pasaba consejo en lo que os he propuesto :
mi padre los términos de la liberali y mandándome á mí, por ser el ma
dad, y rayaba en los de ser pródigo, yor, que respondiese, después de ha
cosa que no le es de ningún provecho berle dicho que no se deshiciese de
al hombre casado, y que tiene hijos la hacienda, sino que gastase todo lo
que le han de suceder en el nombre que fuese su voluntad, que nosotros
y en el ser. Los que mi padre tenía éramos mozos para saber ganarla,
eran tres, todos varones y todos de vine á concluir en que cumpliría su
edad de poder elegir estado . Viendo gusto , y que el mío era seguir el
pues mi padre que , según él decía, no ejercicio de las armas , sirviendo en el
ía irse a la mano contra su condi . á Dios y á mi rey . El segundo her
ción , quiso privarse del instrumento mano hizo los mismos ofrecimientos y
y causa que le hacía gastador y dadi escogió el irse á las Indias, llevando
voso, que fué privarse de la hacienda, empleada la hacienda que le cupiese .
sin la cual el mismo Alejandro pare El menor, y á lo que creo el más dis
ciera estrecho ; y así, llamándonos un creto, dijo que quería seguir la Igle
día a todos tres á solas en un aposen sia, 6 irse á acabar sus comenzados
to , nos dijo estas razones semejantes estudios á Salamanca . Así como aca
á las que ahora diré: Hijos , para de bamos de concordarnos y escoger
ciros que os quiero bien, basta saber nuestros ejercicios, mi padre ros
y decir que sois mis hijos ; y para en abrazo a todos , y con la brevedad que
tender que os quiero mal, basta saber dijo puso por obra cuanto nos había
que no me voy á la mano en lo quo prometido ; y dando á cada uno su
toca á conservar vuestra hacienda ; parte, que , á lo que se me acuerda,
pues para que entendáis desde aquí fueron tres mil ducados en dineros,
adelante que os quiero como padre , ſorque un nuestro tío compró toda la
y que no os quiero destruir como pa . hacienda y la pagó de contado, por
drastro , quiero hacer ura cosa con que ro saliese del tronco de la casa,
vosotros, que ha muchos días que la en un mismo día nos despedimos to
tengo pensada y con madura conside dos tres de nuestro padre , y en aquel
ración dispuesta. Vosotros estáis va mismo, pareciéndome á mi ser inhu
en edad de tomar estado, ó á lo me manidad que mi padre quedase viejo
nos de elegir ejercicio tal , que cuando y con tan poca hacienda, hice con él
mayores os honre y aproveche; y lo que de mis tres mil tomase dos mil
que he pensado es hacer de mi ha ducados, porque mí me bastaba el
eierda cuatro partes : las tres os daré resto para acomodarme de lo que
à vosotros , á cada uno lo que le toca había menester un soldado . Mis dos
re, sin exceder en cosa alguna, y con hermanos, movidos de mi ejemplo ,
la otra me quedaré yo para vivir y cada uno le dió mil ducados, de modo
sustentarme los días que el cielo fue que á mi padre le quedaron cuatro
re servido de darme de vida ; pero mpil ducados en dineros , y más tres
querría que después que cada uno mil que á lo que parece valía la hacien .
tuviese en su poder la parte que le da que le cupo , que no quiso vender,
toca de su hacienda, siguiese uno de sino quedarse con ella en raíces . Digo
103 caminos que le diré . Hay un re en fin , que nos despedimos dél y de
frán en nuestra España, á miparecer aquel nuestro tío, que he dicho, ro
muy verdadero, como todos lo son , sin mucho sentimiento y lágrimas de
por ser sentencias breves sacadas ue todos, encargándonos que les hicié
la luenga y discreta experiencia, y el semos saber todas las veces que hu
que yo digo , dice : Iglesia 6 mar, o biese comodidad para ello, de nues
casa real, como si más claramente tros sucesos prósperos 6 adversos .
dijera : quien quisiere valer y ser Pnametímaselo , y abrazándonos y
rico , siga o la iglesia , 6 navegue ejer echándonos su bendición, el uno tomo
citando el arte de la mercancía , 6 en el viaje de Salamanca , el otro el de Se
tre á servir á los reyes en sus casas, villa y yo el de Alicante , adonde tuve
porque dicen : Más vale migaja de nuevas que había una nave genovesa
rey, que merced de señor. Digo esto, que cargaba allí lana para Génova.
porque querría y es mi voluntad , que Este hará veintidos años que sali de
uno de vosotros siguiese las letras, casa de mi padre , y en todos ellos ,
el otro la mercancía , y el otro sirvie puesto que he escrito algunas cartas,
se al rey en la guerra , pues es die no he sabido dél , y ni de mis herma
fieultoso a entrar á servirle en su nos, nueva alguna, y lo que en este
casa, que ya que la guerra no dé mu discurso de tiempo he pasado , lo diré
chas riquezas, suele dar mucho va brevemente. Embarqueme en Alican
lor y mucha fama. Dentro de ocho te , llegué con próspero viaje á Géno
días os daré toda vuestra parte en di . va , fui desde allí á Milán , donde me
neros, sin defraudaros en un ardite, acomodé de armas y de algunas galas
PARTE 1.- CAPÍTULO XXXIX 169

de soldado, de donde quise ir á asen debía en ocasión semejante, salté en


tar mi plaza al Piamonte , y estando la galera coutraria , la cual desvián .
ya de camino para Alejandría de la dose de la que había embestido , estor
Palla , tuve ruevas que el gran duque bó que mis soldados me siguiesen , y.
de Alba pasaba á Flandes . Mudé pro así me hallé solo entre mis enemigos,
pósito, fulme con él, servíle en las á quien no pude resistir por ser tan
jornadas que hizo , hallème en la tos ; en fin , me rindieron lleno de he .
muerte de los condes de Eguemón y ridas , y como ya habéis, señores,
de Hornos, alcancé á ser alférez de oído decir que el Uchalí se salvó con .
un famoso capitán de Guadalajara, toda su escuadra, vine yo á quedar
llamado Diego de Urbina , y á cabo cautivo en su poder, y sóio fuí el tris
de algún tiempo que llegué á Flan te entre tantos alegres , y el cautivo
des se tuvo nueva de la liga que la entre tantos libres, porque fueron
Santidad del papa Pío V, de felice quince mil cristianos los que aquel
recordación , había hecho con Vene día alcanzaron la deseada libertad ,
cia y con España contra el enmigo co que todos venían al remo en la tur
mún, que es el turco, el cual en aquel quesca armada . Llevaror.me á Cons.
mismo tiempo había ganado con su tantinopla , donde el Gran Turco Se .
ornada la famosa isla de Chipre , que lim hizo general de la mar á mi amo ,
estaba debajo del dominio de vene . porque había hecho su deber en la
cianos : pérdida lamentable y desdi. batalla , habiendo llevado por muestra
chada. Súpose cierto que venia for de su valor el estandarte de la reli
general desta liga el serenís mo don gión de Malta . Halléme el segundo
Juan de Austria, hermano natural de año, que fué el de setenta y dos, en
nuestro buen rey don Felipe : divul Navarino bogando en la capitana de
góse el grandísimo aparato de guerra los tres fanales. Vi y noté la ocasión
que se hacía , todo lo cual me incitó y que allí se perdió de no coger en el
conmovió el ánimo y el deseo de ver. puerto toda la armada turquesca,
me en la jornada que se esperaba , y porque todos los levantes y jenízaros
aunque tenía barruntos y casi pre que en ella venían tuvieron por cier
misas ciertas de que en la primera to que les habían de embestir dentro
ocasión que se ofreciese sería promo del mismo puerto , y tenían á punto
vido á capitán, lo quise dejar todo su ropa y pasamaques, que son sus
y venirme, como me vine , á Italia ; zapatos, para huirse luego por la tie
y quiso mi buena suerte que el señor rra sin esperar ser combatidos : tanto
don Juan de Austria acababa de lle era el miedo que habían cobrado a
gar á Génova, que pasaba á Nápoles nuestra armada; pero el cielo lo or
á juntarse con ja armada de Venecia, deno de otra manera, no por culpa ni
como después lo hizo en Mesina. Digó descuido del general que a los nues.
en fin , que yo me hallé en aquella fe tros regía , sino por los pecados de la
licísima jornada ya hecho capitán de Cristiandad, y porque quiere y permi
infantería , á cuyo honroso cargo me te Dios que tengamos siempre verdu
subió mi buena suerte más que mis gos que nos castiguen . En efecto, el
merecimientos ; y aquel diz que fué Uchall se recogió á Modón, que es
para la Cristiandad tan dichoso , por una isla que está junto a Navarino , y
que en él se desengañó el mundo'y echando la gente en tierra, fortifico
todas las naciones del error en que la boca del puerto y estúvose quedo
estaban , creyendo que los turcos eran hasta que el señor don Juan se vo !.
invencibles por la mar , en aquel día , vió . En este viaje se tomó la galera
digo, donde quedó el orgullo y sober que se llamaba la Presa , de quien
bia otomana quebrantada, entre tan era capitán un hijo de aquel famoso
tos venturosos como allí hubo ( porque corsario Barbarroja . Tomola la ca
más ventura tuvieron los cristianos pitana de Nápoles, llamada la Loba ,
que allí murieron que los que vivos y regida por aquel rayo de la guerra ,
vencedores quedaron ) yo solo fui el por el padre de los soldados, por
desdichado, pues en cambio de que aquel vonturoso y jamás vencido ca
pudiera esperar, si fuera en los roma pitán don Alvaro de Bazán , marqués
nos siglos, alguna naval corona , me de Santa Cruz ; y no quiero dejar de
vi aquella noche que siguió á tan fa decir lo que sucedió en la presa de
moso Jia . con caderas á los pies y la Presa . Era tan cruel el hijo de
csposas a las manos, y fué desta Barbarroja, y trataba tan mal á sus
suerte : que habiendo el Uchali, tey cautivos, que así como los que ve
de Argel, atrevido y venturoso corsa nían al remo vieron que la galera
rio, embestido y rendido la capitana Loba es iba entrendo y que los al
de Malta , que solos tres caballeros canzaba , soltaron todos á un tiempo
quedaron vivos en ella, y éstos mal los remos , y asieron de su capitán ,
heridos, acudió la capitana de Juan que estaba sobre el estanterol gritan
Andrea á socorrella , en la cual yo iba do que bogasen apriesa, y pasándole
oon mi compañía y haciendo lo cue de banco en banco , de popa á proa.
170 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

le dieron tantos bocados, que a poco porfiados y en su misma tierra ? Pero


más que pasó del árbol, ya había pa à muchos les pareció ,y así me pare.
sado su anima al infierno : tal era, ció á mí, que fué particular gracia y
como he dicho , la crueldad con que merced que el cielo hizo á España en
los trataba, y el odio que ellos le te permitir que se asolase aquella ofici
nían . Volvimos á Constantinopla, y cina y capa de maldades , y aquella
el año siguiente, que fué el de setenta gomia o esponja y polilia de la infi
y tres , se supo en ella como el señor nidad de dineros que allí sin prove
don Juan había ganado á Túnez, v cho se gastaban , sin servir de otra
quitado aquel reino de los turcos y cosa que de conservar la memoria
puesto en posesión del á Muley Ha de haberla ganado la felicísima del
met, cortando las esperanzas gne de invictísimo Carlos V, como si fuera
volver á reinar en él tenía Muley menester para hacerla eterna, como
Hamida, el moro más cruel y más lo es y será, que aquellas piedras la
valiente que tuvo el mundo. Sintió sustentaran .' Perdiðse también el
niucho esta pérdida el Gran Turco , y fuerte ; pero fuéronle ganando los
usando de la sagacidad que todos los turcos palmo á palmo, porque los
de su casa tienen , hizo paz con los soldados que lo defendían pelearon
venecianos, que mucho más que él la tan valerosa y fuertemente , que pa
deseaban , y al año siguiente, de seten saron de veinticinco mil enemigos
ta y cuatro , acometió a la Goleta, y el los que mataron en veintidós saltos
fuerte que junto á Túnez había dejado generales que les dieron . Ninguno
medio levantado el señor don Juan . cautivaron sano de trescientos que
En todos estos tranoes andaba yo al quedaron vivos , señal cierta y clara
remo , y sin esperanza de libertad al de su esfuerzo y valor, y de lo bien
guna : á lo menos no esperaba tenerla que se habían defendido y guardado
por rescate , porque tenía determina sus plazas. Rindióse á partido un pe
do de no escribir las nuevas de mi queño fuerte 6 torre que estaba en
desgracia á mi padre. Perdióse en fin mitad del estaño, á cargo de don Juan
la Goleta , perdióse el fuerte, sobre las Zanoguera, caballero valerciano y
cuales plazas hubo de soldados tur famoso soldado . Cautivaron á don Pe
cos pagados setenta y cinco mil y de cro Puertocarrero, general de la Co
moros y alárabes de toda la Africa leta, el cual hizo cuanto le fué rosi
más de cuatrocientos mil, acompaña ble por defender su fuerza , y sintió
do este tan gran número de gente con tanto el haberla perdido, que de pesar
tantas municiones y pertrechos de murió en el camino de Constantino
guerra , con tantos gastadores, que pla, donde le llevaban cautivo. Cauti
con las manos y puñados de tierra varon ansimismo al general del fuerte ,
pudieran cubrir la Goleta y el fuerte. que se llamaba Gabrio Cervellón, ca
Perdióse primero la Goleta, tenida ballero milanés, grande ingeniero y
hasta ertonces por inexpugnable, y valentísimo soldado . Murieron en es
no se perdió por culpa de sus defen tas dos fuerzas muchas personas de
sores , los cuales hicieron en su de cuenta, de las cuales fué ura Pagán
fensa todo aquello que debían y po de Oria, caballero del hábito de San
dían , sino porque la experiencia mos Juan , de condición generoso , como lo
tró la facilidad con que se podían le mostró la suma liberalidad que uso
vantar trincheras en aquella desierta con su hermano el famoso Juan An
arena, porque á dos palmos se hallaba drea de Oria, y lo que más hizo lasti.
agua, y los turcos no la hallaron á dos mosa su muerte , fué haber muerto á
varas ; y así con muchos sacos de mano de unos alárabes, de quien se
arena levantaron las trincheras tan fio viendo ya perdido el fuerte , que se
altas , que sobrepujaban las murallas ofrecieron de llevarle en hábito de
de la fuerza, y tirándoles á caballero, moro á Tabarca, que es un portezuelo
ninguno podía parar ni asistir á la 6 casa que en aquellas riberas tienen
defensa . Fué común opinión que no los genoveses que se ejercitan en la
se habían de encerrar los nuestros en pesquería del coral, los cuales alára
la Goleta, sino esperar en campaña bes le cortaron la cabeza y se la tiu
al desembarcadero ; y los que esto jeron al general de la , armada tur
dicen , hablan de lejos y con poca ex quesca, el cual cumplió con ellos
periencia de casos semejantes, porque nuestro refrán castellano : que aun
si en la Goleta y en el fuerte apenas que la traición aplace , el traidor se
había siete mil soldados, ¿ cómo podía aborrece ; y así se dice , que mandó el
tan poco número , aunque más esfor general ahorcar á los que le trujeron
zados fuesen , salir á la campaña y el presente , porque no se le habían
quedar en las fuerzas , contra tanto traído vivo . Entre los cristianos que
como era el de los enemigos ? ¿ Y en el fuerte se perdieron , fué uro
cómo es posible dejar de perderse llamado don Pedro de Aguilar, na
fuerza que no es socorrida, y más tural no sé de qué lugar de Andalu
cuando la cercan enemigos muchos y cía, el cual había sido alférez en el
PARTE 1. - CAPÍTULO XL 171

fuerte , soldado de mucha cuenta y de tinopla, se huyó en traje de arnaute


raro entendimiento ; especialmente con un griego espía, y no sé si vino
tenía particular gracia en lo que lla en libertad , puesto que creo que si,
man poesía. Dígolo , porque su suerte porque de allí á un eño vi yo al
le trujo á mi galera y á mi banco, y griego en Constantinopla , y no le
á ser esclavo de mi mismo patrón ; y pude preguntar el suceso de aque!
antes que nos partiésemos de aquel viaje . Pues así fué, respondió el
puerto, hizo este caballero dos sone caballero, porque ese don Pedro es
tos á manera de epitafios, el uno a la mi hermano, y está ahora en nues
Goleta y el otro al fuerte ; y en ver tro lugar bueno y rico , casado y con
dad que los tengo de decir, porque tres hijos . Gracias sean dadas á Dios,
los sé de memoria, y creo que antes dijo el cautivo, por tantas mercedes
causarán gusto que pesadumbre. En como le hizo, porque no hay en la
el punto que el cautivo nombró á don tierra, conforme mi parecer, contento
Pedro de Aguilar, don Fernando miró que se iguale á alcanzar la libertad
á sus camaradas, y todos tres se son perdida. Y más, replicó el caballero,
rieron , y cuando llegó á decir de los que yo sé los sonetos que mi herma
sonetos, dijo el uno : Antes que vues no hizo. Dígalos, pues , vuesa merced ,
tra merced pase adelante, le suplico dijo el cautivo, que los sabrá decir
me diga qué se hizo ese don Pedro mejor que yo . Que me place, respon
de Aguilar, que ha dicho . Lo que sé dió el caballero, y el de la Goleta
es , respondió el cautivo, que al cabo decía así :
de dos años que estuvo en Constan

CAPITULO XL

Donde se prosigue la historia del cautivo

SONETO

Almas dichosas , que del mortal velo


libres y exentas por el bien que obraates,
desde la baja tierra os levantastes
á lo más alto y lo mejor del cielo,
v ardiendo en ira y en honroso celo ,
de los cuerpos la fuerza ejercitastes
que en propia y sangre ajena colorastes
el mar vecino y arenoso suelo :
primero que el valor faltó la vida
en los cansados brazos, que muriendo ,
con ser vencidos llevan la victoria :
y esta vuestra mortal triste caída ,
entre el muro y el hierro los va adquiriendo
fama que el mundo os da, y el cielo gloria .
Desa misma manera le sé yo, dijo no me acuerdo, dijo el caballero, dice
el cautivo . Pues el del fuerte, si mal así :

SONETO

De entre esta tierra estéril derribada,


destos terrcnes por el suelo echados
las almas santas de tres mil soldados
subieron vivas á mejor morada ;
siendo primsro en vano ejercitada
la fuerza de sus lurazos esforzados ,
hasta que al fin , de pocos y cansados,
dieron la vida al filo de la espada.
Y este es el suelo, que continuo ha sido
de mil memorias lamentables lleno
en los pasados siglos y presentes ;
mas no más justas de su duro seno
habrán al claro cielo almas subido,
ni aun él sostuvo cuerpos tan valientes.
172 DON QUIJOTE DE LA MANCIIA

No parecieron mal los sonctos , y el bado mil maneras de huirme, y nin .


eautivo se alegró con las nuevas que guna tuvo sazón ni ventura ; y pen.
de su camarada le dieron, y prosi saba en Argel buscar otros medios de
guiendo su cuento dijo : Rendidos alcanzar lo que tanto deseaba, porque
pues la Goleta y el fuerte , los turcos jamás me desamparó la esperanza de
dieron orden en desmantelar la Go. tener libertad ; y cuando en lo que
leta, porque el fuerte quedó tal , que fabricaba, persaba y ponía por obra ,
no hubo qué poner por tierra , y para no correspondía el suceso a la inten
hacerlo con más brevedad y menos ción, luego sin abandonarme fingia y
trabajo , la minaron por tres partes ; buscaba otra esperanza que me gus
pero con ninguna se pudo volar lo tentase, aunque fuese débil y flaca .
que parecía menos fuerte , que eran Con esto entretenia la vida encerrado
las murallas viejas : y todo aquello en una prisión o casa que los turcos
que había quedado en pie de la for llaman baño , donde encierran los
tificación nueva que había hecho el cautivos cristianos, así los que son
Fratín , con mucha facilidad vino á del dey como de algunos particulares,
tierra. En resolución, la armada vol y los que llaman del almacén, que
vió á Constantinopla triunfante y es como decir cautivos del concejo,
vei.cedera, y de allí á pocos meses que sirven á la ciudad en las obras
murió mi amo el Uchali, al cual lla públicas que hace , y en otros oficios,
mabar. Uchali Fartax , que quiere y estos tales cautivos tienen muy di
decir en lengua turquesca el renega ficultosa su libertad , que como son
do tiñoso, porque lo era , y es cos del común y no tienen amo particu
tumbre entre los turcos ponerse nom lar, no hay con quien tratar su res.
bres de alguna falta que tengan ó cate , aunque le tengan . En estos ba
de alguna virtud que en ellos haya : ños, como tengo dicho, suelen llevar
y esto es , porque no hay entre ellos á sus cautivos algunos particulares
sing cuatro apellidos de linajes que del pueblo , principalmente cuando
descienden de la casa otomana, y los son de rescate, porque allí los tienen
demás , como tengo dicho, toman nom holgados y seguros hasta que venga
bre y apellido , ya de las tachas del su rescate . También los cautivos del
cuerpo , y ya de las virtudes del áni dey, que son de rescate , no salen al
ino : y este tiñoso bogó al remo , trabajo con la demás chusma, sino es
siendo esclavo del Gran Señor catorce cuando se tarda su rescate, que en
años , y á más de los treinta y cuatro tonces , por hacerles que escriban por
de su edad renegó de despecho de que él con más ahinco , les hacen trabajar
un turco, estando al remo le dió un é ir por leña con los demás , que es un
bofetón, y por poderse vengar dejó no pequeño trabajo. Yo pues era uno
su fe : y fué tanto su valor, que sin de los de rescate, que como se supo
subir por los torpes medios y caminos que era capitán, puesto que dije mi
que los más privados del Gran Turco poca posibilidad y falta de hacienda,
suben , vino a ser dey de Argel, y des . no aprovechó nada para que no me
pués á ser general de la mar, que es pusiesen en el número de los caballe
el tercero cargo que hay en aquel se ros y gente de rescate. Pusiéronme
ñorío . Era calabrés de nación, y no una cadena, más por señal de rescate
ralmente fué nombre de bien , y trata que por guardarme con ella, y así pa
ba con mucha humanidad á sus cau. saba la vida en aquel baño con otros
tivos , que llegó á tener tres mil , los muchos caballeros y gente principal,
cuales después de su muerte se re señalados y tenidos por de rescate : y
partieron , como él dejó en su tes aunque la hambre y desnudez pudiera
tamento, entre el Gran Señor ( que fatigarnos á veces, y aun casi sien
también es hijo heredero de cuantos pre , ninguna cosa nos fatigaba tanto
mueren , y entra a la parte con los como oir y ver á cada paso las jamás
más hijos que deja el difunto) y en vistas ni oídas crueldades que mi amor
tre sus renegados ; y yo cupe á un usaba con los cristianos. Cada dia
renegado veneciano, que siendo gru ahorcaba el suyo , empalaba á este ,
mete de una nave le cautivó el Ucha desorejaba á aquel, y esto por tan po
lí , y le quiso tanto , que fué uno de los ca ocasión y tan sin ella, que los tur
más regalados garzones suyos , y él cos conocían que lo hacía no más de
vino á ser el más cruel renegado que por hacerlo, y por ser natural condi .
jamás se ha visto. Llamábase Azán ción suya ser homicida de todo el
Agá, y llegó á ser muy rico y á ser género humano. Sólo libro bie con el
dey de Argel , con el cual yo vine de un soldado español llamadó tal de
Constantinopla algo contento por es Saavedra, al cual con haber hecho
tar tan cerca de España , no porque cosas que quedarán en la memoria do
ponsase escribir a nadie el desdichado aquellas gentes por muchos años,
suceso mío , sino por ver si era más v todas por alcanzar libertad, jamás
favorable la suerte en Argel que en le dió palo , ni se lo mando dar, ni le
Constantinopla , donde ya había pro dijo mala palabra, y por la menor 60$a
PARTE I. - CAPÍTULO XL 173

de muchas que hizo , temíamos todos el pecho. De allí á poco sacaron por
que había de ser empalado, y así lo la misma ventana una pequeña cruz
temió élmás de una vez; y si no fuera hecha de cañas , y luego la volvieron
porque el tiempo no da lugar , yo dije á entrar. Esta señal nos confirmó en
ra ahora algo de lo que este soldado que alguna cristiana debía de estar
hizo , que fuera parte para entretene cautiva en aquella casa, y era la que
ros y admiraros harto mejor que con el bien nos hacía ; pero la blancura
el cuento de ini historia . Digo pues, de la mano, y las ajorcas que en ella ,
que encima del patio de nuestra pri vimos , nos deshizo este pensamiento ,
sión caían las ventanas de la casa de puesto que imaginamos que debía de
un moro rico y principal , las cuales, ser cristiana renegada, á quien de
como de ordinario son las de los mo ordinario suelen tomar por legitimas
ros, más eran agujeros que ventanas , mujeres sus mismos amos , y aun lo
y aun éstas se cubrían con celosías tienen á ventura , porque las estiman
muy espesas y apretadas. Acaeció en más que las de su nación . En to
pues que un día, estando en un terra dos nuestros discursos dimos muy
do de nuestra prisión con otros tres lejos de la verdad del caso, y así todo
compañeros, haciendo pruebas de sal nuestro entretenimiento desde allí
tar con las cadenas para entretener el adelante era mirar y tener por norte
tiempo , estando solos (porque todos á la ventana donde nos había apare
los demás cristianos habían salido á cido la estrella de la caſa ; pero
trabajar ), alcé acaso los ojos , y vi que bien se pasaron quince días en que
por aquellas cerradas ventanillas que no la vimos , ni la mano tampoco, ni
he dicho , parecía una caña, y al re otra señal alguna. Y aunque en este
mate della puesto un lienzo atado, y tiempo procuramos con toda solicitud
la caña se estaba blandeando y mo saber quién en aquella casa vivía, y
viéndose casi como si hiciera señas si había en ella alguna cristiana rene.
que llegásemos a tomarla. Miramos gada, jamás hubo quiez nos dijese
en ello, y uno de los que conmigo es otra cosa sino que allí vivia un moro
taba fué à ponerse debajo de la caña principal y rico, llamado Agi Morato ,
por ver si la soltaban , ó lo que ha alcaide que había sido de la Pata, que
cían ; pero así como llegó alzaron la es oficio entre cllos de mucha cali
caña y la movieron a los dos lados dad ; mas cuando más descuidados
como si dijera no con la cabeza . Vol estábamos de que por allí habían de
vióse el cristiano, y torraronla bajar llover más cianiis ; vimos à deshora
y hacer los n.ismos movimientos que parecer la caña y otro lienzo en ella
primero . Fué otro de mis compañe con otro nudo más crecido ; y esto
ros , y sucedióle lo mismo que al fué á tiempo que estaba el baño como
primero. Finalmente fué el tercero, la vez pasada solo y sin gente . Hici
y avinole lo que al primero y al se mos la acostumbrada prueba , yendo
gundo . Viendo yo esto, no quise dejar cada uno primero que yo , de los mis
de probar la suerte , y así como lle mos tres que estábamos, pero a nin
gué á ponerme debajo de la caña, guno se rindió la caña sino á mí, por
la dejaron caer , y dió a mis pies , den. que en llegando yo la dejaron caer.
tro del baño. Acudí luego á desatar Desaté el nudo , y hallé cuarenta es
el lienzo . en el cual vi un nudo , cudos de oro españoles y un papel cs
dentro del renían diez cianiis, que crito en arábigo, y al cabo de lo es.
son unas monedas de oro bajo que crito hecha una grande cruz. Besé la
usan los moros , que cada una vale cruz, tomé los escudos, volvíme al
diez reales de los nuestros . Si me terrado, hicimos todos nuestras zale
holgué con el hallazgo, no hay para mas , torno á parecer la mano, hice
qué decirlo , pues fué tanto el con señas que leería el papel, cerraron la
tento como la admiración de pensar ventana. Quedamos todos confusos y
de dónde podía venirnos aquel bien , alegres con lo sucedido : y como nin
especialmente á mí, pues las mues guno de nosotros no entendía el ará
tras de no haber querido soltar la bigo, era grande el deseo que tenía
caña sino á mí, claro decían que á mí mos de entender lo que el papel con
se hacia la merced . Tomó mi buen tenía, y mayor la dificultad de buscar
dinero, qu : bré la caña, volvime al quien lo leyese. En fin , yo me deter
terradillo, miré la ventana, y vi que miné de fiarme do un renegado ratu
por ella salía una muy blanca mano ral de Murcia, que se había dado por
que la abría y cerraba muy apriesa. grande amigo mío , y puesto prendas
Con eso entendimos 6 imaginamos entre los dos que le obligaban á guar
que alguna mujer que en aquella casa dar el secreto que le encargase , por
vivia , nos debía de haber hecho aquel que suelen algunos renegados , cuan
beneficio , y en señal de que lo agra do tienen intención de volverse á tie
decíamos hicimos zalemas á uso de rra de cristianos , traer consigo algu
moros , inclinando la cabeza, doblando nas firmas de cautivos principales en
el cuerpo y poniendo los brazos sobre que dan fe , en la forma que pueden,
174 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

como el tal renegado es hombre de plo das á leer ; no te fies de ningún


bien , y que siempre ha hecho bien á »moro, porque son todos marfuces.
cristianos, y que lleva deseos de huir » Desto tengo mucha pena , que qui.
se con la pr.mera ocasión que se le » siera que no te descubrieras á na
ofrezca . Algunos hay que procuran »die , porque si mi padre lo sabe, me
estas fes con buena intención , otros pechará luego en un pozo , y me cu
se sirven dellas acaso y de industria, nbrirá de piedras. En la caña pondré
que viniendo á robar å tierra de cris pun hilo, ata allí la respuesta, y si
tianos, si á dicha se pierden o los pno tienes quien te escriba arábigo,
cautivan sacan sus firmas, y dicen »dímelo por señas, que Lela Marien
que por aquellos papeles se verá el phará que te entienda. Ella y Alá te
propósito con que venían , el cual era » guarden , y esa cruz que yo beso mu
de quedarse en tierra de cristianos, » chas veces , que así me lo mando la
y que por eso venían en corso con cautiva .
los demás turcos . Con esto se escapan Mirad, señores, si era razón que las
de aquel primer (mpetu , y se reconci razones deste papel nos admirasen y
lian con la Iglesia sin que se les haga alegrasen ; y así lo uno y lo otro fué
daño ; y cuando ven la suya se vuel de manera, que el renegado entendió
ven á Berbería á ser lo que antes que no acaso se había hallado aquel
eran . Otros hay que usan destos y papel, sino que realmente a alguno de
los procuran con buen intento , y se nosotros se había escrito ; y así 108
quedan en tierra de cristianos . Pues rogó , que si era verdad lo que sospe
uno de los renegados que he dicho chaba, que nos fiásemos dél, y se lo
era este amigo , el cual tenía firmas de dijésemos, que él aventuraría su vida
todos nuestros camaradas, donde le por nuestra libertad . Y diciendo esto ,
acreditábamos cuanto era posible ; y sacó del pecho un crucifijo de metal ,
si los moros le hallaran estos papeles, y con muchzs lágrimas juró por el
le quemaran vivo. Supe que sabía Dios que aquella imagen represen
inuy bien arábigo, y no solamente ha taba, en quien él, aunque pecador y
blarlo sino escribirlo ; pero antes que malo, bien y fielmente creía , de guar
del todo me declarase con él , le dije darnos lealtad y secreto en todo cuar
que me leyese aquel papel , que acaso to quisiésemos descubrirle, porque le
me había hallado en un agujero de parecía y casi adivinaba que por me
mi rancho. A briole , y estuvo un buen dio de aquella que aquel papel había
espació mirándole y construyéndole, escrito , había él y todos nosotros de
murmurando entre los dientes . Pre tener libertad, y verse él en lo que
guntéle si lo entendía : díjome que tanto deseaba , que era reducirse al
muy bien , y que si quería que me lo gremio de la santa Iglesia su madre,
declarase palabra por palabra, que le de quien como miembro podrido es
diese tinta y pluma, porque mejor lo taba dividido y apartado por su igno
hiciese. Dímosle luego lo que pedía, rancia y pecado . Con tantas lágrimas
y él poco a poco lo fué traduciendo, y con muestras de tanto arrepenti
y en acabando dijo : Todo lo que va miento dijo esto el renegado, que to
aquí en romance , sin faltar letra , es dos de un mismo parecer consentimos
lo que contiene este papel morisco , y vinimos en declararle la verdad del
v hase de advertir que adonde dice : caso, y así le dimos cuenta de todo ,
Lela Marien , quiere decir : Nuestra sin encubrirle nada. Mostrámosle la
Seiora la Virgen Maria. Leímos el ventanilla por donde parecía la caña,
papel, y decía así : y el marco desde allí la casa, y que16
aCuando yo era niña , tería mi pa de tener especial y gran cuidado de
»dre una esclava, la cual en mi len informarse quién en ella vivía. Acor
►gua me mostró la zala cristianesca , damos ansimismo que sería bien res
by me dijo muchas cosas de Lela Ma . ponder al billete de la mora, y como
orien . La cristiana murió , y yo sé que teníamos quien lo supiese hacer, lue.
» no fué al fuego, sino con Alá, porque go al momento el renegado escribió
» después la vi dos veces , y me dijo las razones que yo le fuí rotando , que
que me fuese a tierra de cristianos a puntualmente fueron las que diré,
»ver á Lela Marien , que me quería porque de todos los puntos substan
»mucho . No sé cómo vaya : muchos ciales que en este suceso me aconte
» cristianos he visto por esta ventana, cieron , ninguno se me ha ido de la
»y ninguno me ha parecido caballero memoria, ni aun se me irá en tanto
»sino tú. Yo soy muy hermosa y mu . que tuviere vida. En efecto , lo que a
» chacha, y tengo muchos dineros que la mora se le respondió fué esto:
» llevar conmigo : mira tú si puedes « El verdadero Alá te guarde, señora
»hacer cómo nos vamos, y serás allá »mía, y aquella bendita Marien , que
» mi marido , si quisieres , y si no Þes la verdadera madre de Dios , y es
nquisicres , no se me dará nada, que ola que te ha puesto en corazón que
Lela Marien me dará con quien me » te vayas á tierra de cristianos, por
>case . Yo escribí esto , mira á quien »que te quiere bien . Ruégale tú que
PARTE 1. - CAPÍTULO XL 175
se sirva de darte a entender cómo él perdería la vida ó nos pondría en
» podrás poner en obra lo que ella te libertad . Cuatro días estuvo el baño
omanda, que ella es tan buera que si con gente, que fué ocasión que cua.
phará . De mi parte y de la de todos tro días tardase en aparecer la caña,
pestos cristianos que están conmigo al cabo de los cuales en la acostum
»te ofrezco de hacer por titodo lo que brada soledad del baño pareció .con
o pudiéramos hasta morir, No dejes de el lienzo tan preñado , que un felicísi
pescribirme y avisarme lo que pen- mo parto prometía. Inclinose á mí
osares hacer, que yo te respondere la caña y el lienzo, hallé en él otro
psiempre : que el grande Alá nos ha papel y cien escudos de oro sin otra
odado un cristiano cautivo que sabo moneda alguna. Estaba allí el rene
» hablar y escribir tu lengua, tan bien gado, dímosle á leer el papel dentro
>como lo verás por este papel. Así de nuestro rancho, el cual dijo que
»que, sin tener miedo nos puedes avi- así decía :
> sar de todo lo que quisieres. A lo «Yo no sé , mi señor, como dar orde.
o que dices , que si fueres á tierra de ones que nos vamos á España, ni Lela
» cristianos, que has de ser mi mujer,
»Marien me lo ha dicho , aunque yo se
»yo te lo prometo como buen cristia- olo he pregnirtado : lo que se podrá
»no, y sabe que los cristianos cum- hacer es , que yo os daré por esta
» pler lo que prometen , mejor que los ventana muchísimos dineros de oro ;
» moros . Alá y Marien su madre sean ►y rescataos vos con ellos y vuestros
pen tu guarda, señora mía. ) pamigos, y vaya uno en tierra de cris.
Escrito y cerrado este papel , aguar- ptianos, y compre allá una barca , y
dé dos días á que estuviese el baño »vuelva por los demás ; y á mí me lia
solo como solía, y luego salí al paso ollará en el jardín de mi padre , que
acostumbrado del terradillo por ver Þestá á la puerta de Babazón, junto á
si la caña parecía, que no tardó mu- »marina, donde tengo que estar todo
cho en asoinar . Así como la vi , aun- neste verano con mi padre y con mis
que no podía ver quién la ponía , mos oc dos : allí de noche me podéis
tré el papel como dando á entender psacar sin miedo , y llevarme á la bar
que pusiese el hilo ; pero ya venía > ca. Y mira que has de ser mi mari.
puesto en la caña, al cual até el papel , »do , porque si no , yo pediré á Marien
y de allí á poco tornó á aparecer nues. > que te castigue . Si no te flas de na
tra estrella , con la blanca bandera de » die que vaya por la barca, rescatate
paz del atadillo. Dejáronla caer , y al- ptú y ve , que yo sé que volverás me
céla yo , y hallé en el paño en toda njor que otro, pues eres caballero y
suerte de moneda de plata y de oro » cristiano. Procura saber el jardín,
más de cincuenta escudos, los cuales »cuando te pasees por ahí, sabré que
cincuenta veces más doblaron nuestro Þestá solo el baño y te daré mucho
contento y confirmaron la esperanza Đdinero : Alá te guarde, señor mío.»
de tener libertad. Aquella misma 110- Esto decía y contenía el segundo
che volvió nuestro renegado , y nos papel , lo cual visto por todos , cada
dijo que había sabido que en aquella uno se ofreció a querer ser el resca
casa vivía el mismo moro que á nos- tado, y prometió de ir y volver con
otros nos habían dicho, que se llama- toda puntualidad, y también yo me
ba Agi Morato, riquísimo por todo ex- ofrecí á lo mismo; á todo lo cual se
tremo , el cual tenía una sola hija he- opuso el renegado, diciendo que en
redera de toda su hacienda , y que era ninguna manera consentiría que nin
común opinión en toda la ciudad ser guno saliese de libertad hasta que se
12 más hermosa mujer de la Berbe fuesen todos juntos , porque la expe
ría ; y que muchos de los virreyes riencia le había mostrado cuán mal
que allí venían la habían pedido por cumplían los libres las palabras que
mujer , y que ella nunca se había que- daban en el cautiverio , porque mu
rido casar, y que también supo que chas veces habían usado de aquel re
tuvo una cristiana cautiva, que va se mcdio algunos principales cautivos,
había muerto . Todo lo cual concertab3 rescatando á uno que fuese á Valen .
con lo que venía en el papel . Entra- cia ó Mallorca , con dineros para pc
mos luego en consejo con el renega . der armar una barca y volver por los
do , en qué orden se tendría para sa- que le habían rescatado, y nunca ha
car a la mora y venirnos todos á tie- bían vuelto, porque la libertad alcan
rra de cristianos, y en fin se acordó zada y el temor de volver á perderla
por entonces que esperásemos al aviso les borraban de la memoria todas las
segundo de Zoraida, que así se lla. obligaciones del mundo . Y en confir
maba la que ahora quiere llamarse mación de la verdad que nos decía,
María : porque bien vimos , que ella y nos conto brevemente un caso que
no otra alguni era la que había de dar casi en aquella misma sazón había
medio a todas aquellas dificultades. acaccido á uros caballeros cristianos,
Después que quedamos en esto , dijo el el más extraño que jamás sucedió en
renegado que no tuviésemos pena, que aquellas partes, donde á cada paso
176 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

suceden cosas de grande espanto y de dola 'de que con el primer bajel que
admiración. En efecto, él vino á ile viniese de Valencia pagarían mi res.
cir que lo que se podía y debía hacer cate , porque si luego diera el dinero ,
era, que el dinero que se había de fuera dar sospechas al rey, que ha
dar para resoatar al cristiano, se le bía muchos días que mi rescate estaba
diese á él para comprar allí en Argel en Argel , y que el mercader por sus
una barca con achaquede hacerse granjerías lo había callado. Finalmen
mercader y tratante en Tetuán y en to mi amo era tan caviloso que en
aquella costa , y que siendo el señor ninguna manera me atreví á que lue
de la barca, fácilmente se daría traza go se desembolsase el dinero . El jue
para sacarlos del baño y embarcarlos ves antes del viernes que la hermosa
a todos . Cuanto más , que si la mora, Zoraida se había de ir al jardin , nos
como ella decía, daba dineros para dió otros mil escudos, y nos avisó de
rescatarlos a todos, que estando libres su partida, rogándome que si me res
era facilísima cosa aun embarcarse en catase, supiese luego el jardín de si
la mitad del día , y que la dificultad padre , y que en todo buscase ocasión
que se ofrecía mayor era que los mo de ir allá y verla. Respondile en bre
ros no consienten que renegado al ves palabras, que así lo haría, y que
guno compre ni tenga barca, si no es tuviese cuidado de encomendarnos a
bajel grande para ir en corso, porque Lela Marien con todas aquellas ora
se temen que el que compra barca , ciones que la cautiva la había ense
principalmente si es español, no la ñado. Hecho esto, dieron orden en
quiere sino para irse a tierra de cris que los tres compañeros nuestros se
tianos ; pero que el facilitaria este rescatasen por facilitar la salida del
inconveniente con hacer que un moro baño , y porque viéndome á mí res
tagarino fucse á la parte con él en !3 catado y ellos no, pues habíı dinero .
compañía de la barca y en la ganan no se alborotasen, y les persuadiese
cia de las mercancías , y con esta som el diablo que hiciesen alguna cosa en
. bra él vendría á ser señor de la barca, perjuicio de Zoraida ; que puesto que
eon que daba por acabado todo lo de el ser ellos quien eran me podía ase
más . Y puesto que a mí y á mis ca gurar d - ste temor, con todo eso no
maradas nos había parecido mejor lo quise poner el negocio en aventura, y
de enviar por la barca á Mallorca , así los hice rescatar por la misma
como la mora decía , no osamos con orden que yo me rescaté, entregando
tradecirle, temerosos de que si no todo el dinero al mercader para que
hacíamos lo que él decía, nos había con certeza y seguridad pudiese hacer
de descubrir y poner á peligro de per la fianza : al cual nunca descubrimos
der las vidas, si descubriese el trato nuestro trato y secreto por el peligro
de Zoraida, por cuya vida diéramos que había .
todos las nuestras ; y así determina
mos de ponernos en las manos de
Dios y en las del renegado ; y en
aqnel mismo punto se le respondin á CAPITULO XLI
Zoraida , diciéndole que haríamos todo
cuanto nos aconsejaba , porque lo ha
bía advertido tan bien como si Lela Donde todavia prosigue el cautivo
Marien se lo hubiera dicho, y que en su suceso
ella sola estaba el dilatar aquel nego
cio 6 ponello luego
ser
obra. Ofrecí
poresposo con
mele de nuevo de su , y No se pasaron quince días , cuando
esto , otro día que acaeció á estar solo ya nuestro renegado tenía comprada
el baño , en diversas veces con la caña una muy buena barca, capaz de más
v el paño nos dió dos mil escudos de de treinta personas ; 5 para asegurar
oro , y un papel donde decía que el su hecho y dalle color, quiso hacer,
primer juma, que es el viernes, se como lo hizo, un viaje á un lugar que
iba al jardín de su padre , y que antes se llamaba Sargel , que está veinte
que se fuese nos daría más dinero ; y leguas de Argel hacia la parte de
que si aquello no bastase , que se lo Orán , en el cual hay mucha contrata
avisásemos, que nos daría cuanto le ción de higos pasos . Dos o tres veces
pidiésemos, que su padre tenía tan hizo este viaje en compañía del taga .
tos que no lo echaría menos, cuan rino que había dicho . Tagarinos lla
to más que ella tení: las llaves de man en Berbería á los moros de Ara .
todo. Dimos luego quinientos escu gón, y á los de Granada mudéjares :
dos al renegado para comprar la bar y en el reino de Fez llaman á los mu .
ca : con ochocientos me rescate yo déjares elches, los cuales son la gente
dando el dineró á un mercader valen de quien aquel rey más se sirve en la
ciaro que á la sazón se hallaba en guerra . Digo pues, que cada vez que
Argel , el cual me rescato del res , pasaba con su barca, daba fondo en
tomándome sobre su palabra, dán una caleta que estaba no dos tiros de
L'ARTE 1.-- CAPÍTULO XLI 177
ballesta del jardín donde Zoraida es la ; y con ocasión de coger algunas
peraba, y allí muy de propósito se hierbas, un día, antes de mi partida ,
ponía el renegado con los morillos fuí allá, y la primera persona cosa
que bogaban el remo, 6 ya á hacer la quién encontré fué con su padre, ei
zalá, 6 á como por ensayar de burlas cual me dijo en lengua que en toda la
á lo que pensaba hacer de veras, y Berbería y aun en Constantinopla se
así se iba al jardín de Zoraida y le pe habla entre cautivos y moros, que ni
día fruta , y su padre se la daba sin es morisca ni castellana ni de otra
conocelle. Y aunque él quisiera ha ración alguna, sino una mezcla de
blar á Zoraida, como él después me todas las lenguas , con la cual todos
dijo, y decille que él era el que por nos entendemos ; digo, pues, que en
orden mía la había de llevar á tierra esta manera de ler guaje me pregun
de cristianos, que cstuviese contenta tó que qué buscaba eru aquel su jar
y segura, nunca le fué posible, porque dín, y de quién era . Respondile que
las moras no se dejan ver de ningún era esclavo de Arnaute Mami (y esto
moro ni turco , si no es que su marido porque sabía yo por muy cierto que
o su padre se lo manden : de cristia era un grandísimo amigo suyo ) , y que
nos cautivos se dejan tratar y comu. buscaba de todas hierbas para hacer
nicar aun más de aquello que sería r2 ersalada. Preguntóme por el consi .
zonable ; y á mí me hubiera pesado guiente si era hombre de rescate o no,
que é: la hubicra hablado, que quizá y que cuánto pedía mi amo por mí.
ia alborotara , viendo que su negocio Estando en todas estas preguntas
andaba en boca de renegados. Pero respuestas , salió de la casa del jardín
Dios, que lo ordenaba de otra manera , la bella Zoraida , la cual ya había mu
no dio lugar al buen deseo que nues cho que me había visto, y como las
tro renegado tenía ; el cual viendo moras en ninguna manera hacen me
cuán seguramente iba y venía á Sar. lindre de mostrarse á lo3 cristianos,
gel , y que daba fondo cuándo y cómo ri tampoco se esquivan , como ya lie
y adorde quería , y que el tagarino su dicho , no se le dió nada de venir
compañero no tenía más voluntad dy ador de su padre conmigo estaba, an
lo que la suya ordonaba, y que yo es tes luego cuando su padre vió que ve .
taba ya rescatado , y que sólo faltab3 nía y de espacio, la Lamó y mando
buscar algunos cristianos que bogasen que llegase. Demasiada cosa sería de
el remo, me dijo que mirase yo cuá . cir yo ahora la mucha hermosura, la
Ics quería traer conmigo fuera de los gentileza, el gallardo y rico adorno
rescatados, y que los tuviese hablados con que mi querida Zoraida se mos.
para el primer viernes , donde tenía tró á mis ojos :: sólo diré , que más
determinado que fuese nuestra parti perlas pendían de su hermosísimo
da. Viendo esto hablé á doce españo cuello , orejas y cabellos , que cabellos
les, todos valientes hombres de remo, tenía en la cabeza. En las gargantas
y de aquellos que más libremente de los pies, que descubiertas á su
podían salir de la ciudad ; y no fue usanza traía, traía dos caroajes ( que
poco hallar tantos en aquella coyun así se llaman las manillas 6 ajorcas
tura, porque estaban veinte bajeles de los pies en morisco ) de purísimo
en corso, y se habían llevado toda la cro , con tantos diamantes engasta
gente de remo, y estos no se hallaran, dos, que ella me dijo después que su
si nofuera que su amo se quedó aquel padre los est : maba en diez mil doblas.
verano sin ir en corso , á acabar una y las que traía en las muñecas de las
galeota que tenía en astillero : á los manos valían otro tanto. Las perlas
cuales no les dije otra cosa sino que eran en gran cantidad y muy buenas ,
el primer viernes en la tarde se salie porque la mayor gala y bizarría de
sen uno á uno disimuladamente, y de las moras es adornarse de ricas per
fuesen la vuelta del jardín de Agi Mc las y aljófar ; y así hay más perlas
rato, y que allí me aguardasen hasta y aljófar entre los moros , que entre
que yo fuese . A cada uno di este todas las demás naciones , y el padre
aviso de por sí, con orden que aunque de Zoraida tenía fama de tener nu
allí viesen otros cristianos no les di chas y de las mejores que en Argel
jesen sino que yo les había mandado había , y de tener asimismo más de
esperar en aquel lugar. Hecha esta doscientos mil escudos españoles , de
diligencia, me faltaba hacer otra, que todo lo cual era señora esta que
era la qué más me convenia : era la ahora lo es mia . Si con todo este ador
de avisar á Zoraida en el punto que 10 podía venir entonces hermosa 6
estaban los negocios, para que esti no , por las reliquias que le han que
viese apercibida y sobre aviso, que dado en tantos trabajos, se podrá con
no se sobresaltase si de improviso ia jeturar cuál debía ser en las prospe
asaltásemos antes del tiempo que ella ridades ; porque ya se sabe que la
podía imaginar que la barca de cris hermosura de algunas mujeres tieno
tianos podía volver. Y así determiné días y sazones, y requiere accidentes
de ir al jardín y ver si podía hablar para disminuirse o acrecentarse; y es
12
178 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

natural cosa que las pasiones del áni ella hablaba la bastarda lengua, que
mo la levanten 6 bajen , puesto que como he dicho allí se usa , más decia
las más veces la destruyen , Digo en raba su intención por señas que por
fin , que entonces llegó en todo extre palabras. Estando en estas y otras
mo aderezada, y en todo extremo her inuchas razones, llegó un moro co
mosa , ó á lo menos á mí me pareció rriendo, y dijo á grandes vocas que
serlo la más que hasta entonces ha por las bardas ó paredes del jardín
bid visto ; y con esto viendo las obli. habían saltado cuatro turcos, y anda
gaciones en que me había puesto, me ban cogiendo la fruta, aunque no es
parecía que tenía delante de míuna taba madura . Sobresaltóse el viejo, y
deidad del cielo, venida á la tierra lo mismo hizo Zoraida , porque es co
para mi gusto y para mi remedio . mún y casi natural el miedo que los
moros á los turcos tienen especial
Así como ella llegó, le dijo su padre mente á los soldados, los cuales son
en su lengua como yo era cautivo de
su amigo Arnaute Mamí, y que venía tan insolentes , y tienen tanto imporio
sobre los moros que á ellos están su
a buscar ensalada . Ella tomó la mano .
y en aquella mezcla de lenguas que jetos, que los tratan peor que si fue
tergo dicho, me preguntó si era caba sen esclavos suyos. Digo pues, que
llero , y qué era 13 causa que no me dijo su padre á Zoraida : Hija, retira
rescataba . Yo le respondi que ya es te á la casa , y enciécrate en tanto que
yo voy a hablar á estos canes ; y tú
taba rescatado , y que en el precio po cristiano, busca tus hierbas, y vete en
día echar de ver en lo que mi amo me buen hora, y llévete Alá con bien á
estimaba, pues había dado por mí mil
y quinientos zoltaniz : á lo cual ella tu tierra . Yo me incliré , y él se fué á
respondió : En verdad que si tú fue buscar á los turcos, dejándome solo
ras de mi padre , que yo hiciera que con Zoraida, que comenzó a dar mues.
no te diera él por otros dos tantos, tras de irse donde su padre le había
porque vosotros, cristianos, siempre mandado ; pero apenas él se encubrió
mentis en cuanto decís , y hacéis por los árboles del jardín , cuando ella
pobres por engañar á los moros. Bien volviéndose á mí, llenos los ojos de
podría ser eco, señora , le respondí, lágrimas me dijo : i Tameji, cristia
mas en verdad que yo la he tratado no , tameji ? 'que quiere decir : ¿ vas
con mi amo, y la traté y la trataré con te cristiano, vaste ? Yo la respondi :
cuantas personas hay en el mundo . Señora sí, pero no en ninguna mane
¿ Y cuándo te vas ? dijo Zoraida. Ma ra sin ti : 'el primer jumá me aguarda,
ñana creo yo , dije , porqué está aquí y no te sobresaltes cuando nos veas,
un tajel de Francia , que se hace ma que sin duda alguna iremos á tierra
ñana á la vela, y pienso irme con él . de cristianos . Yo le dije esto de ma
¿ No es mejor, replicó Zoraida , espe rera que ella me entendió muy bien
rar á que vengan bajeles de España á todas las razones que entrambos
pasamos , y echándome un brazo al
yirte con ellos , que no con los de
Francia, que no son vuestros amigos ? cuello , con desmayados pasos comen
No, respondí yo , aunque si como hay zó á caminar hacia la casa ; y quiso
nuevas que viene ya un bajel de Es la suerte , que pudiera ser muy mala
paña, es verdad todavía, yo le aguar. si el cielo no lo ordenara de otra ma
daré , puesto que es más cierto el par nera , que yendo los dos de la manera
tirme mañana, porque el deseo que y postura que os he contado con un
tengo de verme en mi tierra y con las brazo al cuello, su padre , que ya vol.
personas que bien quiero, es tanto, vía de hacer ir í los turcos, nos vió
que no me dejará esperar otra como de la suerte y manera que íbamos, y
didad , si se tarda, por mejor que sea . nosotros vimos que él nos había vis
¿ Debes de ser sin duda, casado en tu to ; pero Zoraida, advertida y discre
tierra, dijo Zoraida, y por eso deseas ta, no quiso quitar el brazo de mi
ir á verte con tu mujer? No soy, res . cuello , antes se llegó más á mí y
pondi yo , casado, mas tengo dada la puso su cabeza sobre mi pecho co
palabra de casarme en llegando allá . blando un poco las rodillas , dando
¿ Y es hermosa la dama á quien se claras señales y muestras que se des
la diste ? dijo Zoraida. Tan hermosa mayaba, y yo ansimismo di á enten
es , respondí yo, que para encarecella der que la sostenía contra mi vo'un
y decirte la verdad se parece á ti tad. Su padre llegó corriendo adonde
mucho. Desto se rió mucho de veras estábamos, y viendo á su hija de
su padre , y dijo : Gualá, cristiano, aquella manera, le preguntó que qué
que debe ser muy hermosa si se pa tenía ; pero como ella no le respon
rece á mi hija , que es la más hermosa diese, dijo su padre : Sin duda algu
na que con el sobresalto de la entrada
de todo este reino ; sino mira'a bien ,
V verás como te digo verdad . Ser destos canes se ha desmayado ; y qui
víanos de intérprete a las más destas tándola del mio la arrimó á su pecho,
palabras y razones el padre de Zo y ella dando un suspiro y aun no en
raida , como más ladino , que aunque jutos los ojos de lágrimas , volvió á
P'ARTE 1 , -CAPÍTULO SLI 179

decir : Ameji, cristiano , a meji : vc parecía . Como estuvimos juntos, du


te, cristiano, vete . A lo que su padre damos si sería mejor ir primero por
respondió : No importa , hija , que el Zoraida , ó rendir primero á los moros
cristiano se vaya, que ningún mal te tagarinos que bogaban el remo en la
ha hecho, y los turcos ya son idos : barca ; y estando en esta duda, llegó
no te sobresalte cosa alguna, pues á nosotros nuestro renegado dicién
ninguna hay que pueda darte pesa donos , que en qué nos deteníamos,
dumbre, pues como ya te he dicho, que ya era hora, y que todos sus mo
los turcos á mi ruego se volvieron ros estaban descuidados, y los más
por donde entraron , Ellos, señor, la dellos durmiendo. Dijimosle en lo que
sobresaltaron como has dicho, dije yo reparábamos, y él dijo que lo que más
á su padre ; mas pues ella dice que importaba era rendir primero el ba
yo me vaya , no la quiero dar pesa jel , que se podía hacer con grandísi.
dumbre : quédate en paz, y con tu li. ma facilidad y sin peligro alguno, y
cencia volveré, si fuese menester, por que luego podíamos ir por Zoraida.
hierbas á este jardín , que según dice Pareciónos bien á todos lo que decía ,
mi amo, en ninguno las hay mejores y así sin detenernos más , haciendo él
para ensalada que en él . Todas las la guía, llegamos al bajel , y saltando
que quisieres podrás volver, respon él dentro primero, metió mano á un
dió Agi Morato, que mi hija no dice alfanje, y dijo en morisco : Ninguno
esto porque tú ni ninguno de los cris. de vosotros se mueva de aquí, si co
tianos la enojaban , sino que por decir quiere que le cueste la vida . Ya á
que los turcos se fuesen , dijo que tú este tiempo habían entrado dentro casi
te fueses, ó porque ya era hora que todos los cristianos. Los moros , que
buscases tus hierbas. Con esto me des eran de poco ánimo , viendo hablar
pedí. al punto de entrambos, y elia de aquella manera á su arráez, que
arrancándosele el alma al parecer, se dáronse espantados, y sin nirguno de
fué con su padre, y yo , con achaque todos ellos echar mano á las armas ,
de buscar l'as hierbas, rodeé muy bien que pocas ó casi ninguna tenían , se
y á mi placer todo el jardín : miré dejaron sin hablar alguna palabra
bien las entradas y salidas y la fer maniatar de los cristianos, los cuales
taleza de la casa , y la comodidad que con mucha presteza lo hicieron , ame
se podía ofrecer para facilitar todo nazando á los moros , que si alzaban
ruestro negocio. Hecho esto , me vine por alguna vía ó manera la voz , que
y di cuenta de cuanto había pasado luego al punto los pasarían todos á
al renegado y á mis compañeros, y ya cuchillo. Hecho ya esto, quedáronse
no veía la hora de verme gozar sin en guardia la mitad de los nuestros ,
sobresalto del bien que en la hermosa y los que quedábamos, haciéndoros
V bella Zoraida la suerte me ofrecía . ansimismo el renegado la guía, fui .
En fin, el tiempo se pasó , y se llegó mos al jardín de Agi Morato , y quiso
el día y plazo de nosotros tan desea. la buena suerte, que llegando a abrir
co ; y siguiendo todos el orden y pare la puerta se abrió con tanta facilidad
cer que con discreta consideración y como si cerrada no estuviera , y así
largo discurso muchas veces había con gran quietud y silencio llegamos
mos dado , tuvimos el buen suceso á la casa sin ser sentidos de nadie .
que deseábamos, porque el viernes Estaba la bellísima Zoraida aguar
que se siguió al día que yo con Zorai dándonos í una ventana, y así como
da hablé en el jardín , el renegadu al sintió gente, preguntó con voz baja si
anochecer dio fondo con la barca casi éramos nizarani, como si dijera o
frontero de donde la hermosísima zo preguntara si éramos cristianos . Yo
raida estaba . Ya los cristianos que le respondí que sí y que bajase. Cuan
babían de bogar el remo estaban pre do ella me oonoció , no se detuvo un
venidos y escondidos por diversas punto, porque sin responderme pala
partes de todos aquellos alrededores . bra bajó en un instante , abrió la
Todos estaban suspensos y alboroza puerta, y mostróse á todos tan her
dos aguardándome, deseosos ya de mosa y ricamente vestida, que no lo
embestir con el bajel que á los ojos acierto a'ercarecer. Luego que yo la
tenían ; porque ellos no sabían el con vi , le tomé una mano , y la comencé
cierto del renegado, sino que pensa á besar, y el renegado hizo lo mismo
ban que á fuerza de brazos habían y mis dos camaradas, y los demás
de haber y ganar la libertad, quitardo que el caso no sabían , hicieron lo que
la vida a los moros que dentro de la vieron que nosotros hacíamos, que no
barca estaban . Sucedió , pues , que así parcoía sino que le dábamos las gra
como yo me mostré y mis compaſie cias, y la reconocíamos por señora de
ros, todos los demás escondidos que nuestra iibertad . El renegado le dijo
nos vieron se vinieron llegando a en lengua morisca , si estaba su padre
nosotros. Esto era ya á tiempo que la en el jardín. Ella respondió que sí , y
ciudad estaba ya cerrada, y por toda que dormía . Pues será menester des
aquella campaña ninguna persona pertalle , replicó el renegado, y llevár
180 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

nosle con nosotros y todo aquello que pusiesen en efecto las muchas amena .
tiene de valor en este hermoso jardin . zas que el renegado le hacía . Vien
No, dijo ella , á mi padre no se ha de dose pues Zoraida ya en la barca , y
tocar en ningún modo, y en esta casa que queríamos dar ios remos al agua,
no hay otra cosa que lo que yo llevo . y viendo allí á su padre y á los demás
que es tanto, que bien habrá para que moros que atados estaban , le dijo al
todos quedéis ricos y contentos ; y es. renegado que me dijese le hiciese
peraos un poco , y lo veréis ; y dicien merced de soltar á aquellos moros, y
do esto, se volvio á entrar diciendo dar libertad á su padre, porque
que muy presto volvería , que nos es antes se arrojaría en el mar que ver
tuviéramos quedos sin hacer ningún delante de sus ojos y por causa suy
ruido. Preguntéle al renegado lo que llevar cautivo á un padre que tanto
con ella había pasado, el cual me lo la había querido . El renegado me lo
contó, á quien yo dije que en ningu dijo, y yo respondí que era muy con
na cosa se había de hacer más de tento , pero el respondió que no le
lo que Zoraida quisiese ; la cual convenía , á causa que si allí los de
ya volvía cargada con un cofrecillo jaban, apellidarían luego la tierra y
lleno de escudos de oro , tantos, que alborotarían la ciudad , y serían cau
apenas lo podía sustentar. Qaiso la sa que saliesen á buscarnos con al
mala suerte que su padre despertase gunas fragatas ligeras, y nos tomasen
en el interin, y sintiese el ruido que ja tierra y la mar, de manera que
andaba en el jardín ; y asomándose no pudiésemos escaparnos ; que lo
á la ventana, luego conoció que todos que se podría hacer era darles liber
los que en él estaban eran cristianos, tad en llegando a la primera tierr3
y dando muchas, grandes y desafo de cristianos . En este parecer veni .
radas voces , comenzó á decir en ará mos todos ; y Zoraida á quien se le
bigo : Cristianos, cristianos , ladrones, dió cuenta, con las causas que nos
ladrones ; por los cuales gritos nos movían á no hacer luego lo que que
vimos todos puestos en grandísima y ría , también se satisfizo ; y luego con
temerosa confusión ; pero el renega regocijado silencio y alegre diligencia
do, viendo el peligro en que estába cada uno de nuestros valientes reme
mos, y lo mucho que le importaba sa ros tomó su remo, y comenzamos, on
lir con aquella empresa antes de ser comendándonos á Dios de todo cora
sentido , con grandísima presteza su zón , á navegar la vuelta de las islas
b.ó donde Agio Moratoestaba, y jun de Mallorca , que es la tierra de cris .
tamente con él fueron algunos de nos tianos más cerca ; pero a causa de so
otros, que yo no osé desamparar á plar un poco el viento tramontana y
Zoraida, que como desmayada se ha estar la mar algo picada, no fué posi
bía dejado caer en mis brazos. En re . ble seguir la derrota de Mallorca, y
solución , los que subieron se dieron fuénos forzoso dejarnos ir tierra á
tan buena maña, que en un momento tierra la vuelta de Orán, no sin mucha
bajaron con Agi Morato trayéndole pesadumbre nuestra, por no ser des
atadas las manos y puesto un pañi cubiertos del lugar de Sargel, que en
zuelo en la boca, que no le dejaba aquella costa cae no más que sesenta
hablar palabra , amenazándole que el millas de Argel ; y asimismo temía
hablarla le había de costar la vida . mos encontrar por aquel paraje algu
Cuando su hija lo vió, se cubrió ios na galeota de las que de ordinario
ojos por no verle, y su padre quedó venían con mercancía de Tetúan, aun
espantado, ignorando cuán de su vo que cada uno por sí y por todos juntos
luntad se había puesto en nuestras presumíamos de que si se encontraba
manos : mas entonces, siendo más galeota de mercancía , como no fuese
necesarios los pies , con diligencia y de las que andan en corso, que no 86.
presteza nos pusimos en la barca, que lo no nos perderíamos, mas que toma
ya los que en ella habían quedado, rfamos bajel donde con más seguri
nos esperaban temerosos de algún dad pudiésemos acabar nuestro viaje.
mal suceso nuestro Apenas serían dos Iba Zoraida, en tanto que se navega
horas pasadas de la noche, cuando ya ta, puesta la cabeza entre mis manos
estábamos todos en la barca, en la por no ver a su padre, y sentía yo que
cual se le quitó al padre de Zoraida iba llamando á Lela Marien que nos
la atadura de las manos y el paño de ayudase. Bien habríamos navegado
la boca ; pero tornóle á decir el re treinta milias , cuando nos amaneció
como tres tiros de arcabuz desviados
negado que no hablase palabra , que
le qu:taríın la vida. El, como vió allí de tierra, toda la cual vimos desierta
á su hija, comenzó á suspirar terni y sin nadie que nos descubriese ; pero
con todo eso nos fuimos á fuerza de
simamente, y más cuando vió que yo brazos entrando un poco en la mar ,
estrechamente la tenía abrazada, y
que ella sin defenderse, ni quejarse, que ya estaba algo más sosegada, y
ni esquivarse se estaba queda ; pero habiendo entrado casi dos eguas,
eon todo esto callaba, porque no se dióse orden que se bogase á cuarteles
PARTE 1.-- CAPÍTULO XLI 181

en tanto que comíamos algo, que iba bía dejado en Argel, y no traídole al
bien proveida la barca, puesto que los jardin, quedó más confuso, y pregun
que bogaban dijeron que no era aquel tóle que como aquel cofre había veni
tiempo de tomar reposo alguno , que do á nuestras manos, y qué era lo que
les diese de comer á los que no bo venía dentro. A lo cual el renegado,
gaban, que ellos no querían soltar los sin aguardar que Zoraida le respon
remos de las manos en manera algu diese, le respondió : No te canses , se
na. Hizoee ansí, y en esto comenzó á ñor, en preguntar á Zoraida tu hija
soplar un viento largo, que nos obligó tantas cosas , porque con una que to
á izar luego rela y á dejar el remo, y te responda te satisfaré á todas ; y
enderezar á Orán, por no ser posible así quiero que sepas que ella es cris
poder hacer otro viaje. Todo se hizo tiana, y es la que ha sido la lima de
con mucha presteza , y así á la vela nuestras cadenas y la libertad de
navegamos por más de ocho millas nuestro cautiverio : ella va aquí ve
por hora, sin llevar otro temor alguno su voluntad tan contenta , a lo que yo
sino el de encontrar con bajel que de imagino, de verse en este estado,
corso fuese. Dimos de comer á los como el que sale de las tinieblas á la
moros tagarinos, y el renegado les luz, de la muerte á la vida , y de la
consoló , diciéndoles como no iban pena à la gloria . Es verdad lo que
cautivos, que en la primera ocasión éste dice, hija ? dijo el moro. Así es ,
les darían libertad . Lo mismo se le respondió Zoraida, iQué ! & en efecto ,
dijo al padre de Zoraida, el cual res replicó el viejo, tú eres cristiana , y
pondió : Cualquiera otra cosa pudiera laque ha puesto a su padre en poder
yo esperar y creer de vuestra libera de sus enemigos ? A lo cual respondió
lidad y buen término , oh cristianos ; Zoraida : La que es cristiana yo soy ;
mas el darme libertad no me tengáis pero no la que te ha puesto en este
por tan simple que lo imagine , que punto , porque nunca mi deseo se
nunca os pusiste vosotros al peligro extendió á dejarte ni hacerte mal,
de quitármela para volverla tan li sino hacerme á mí bien, ¿ Y qué bie ?
heralmente, especialmente sabiendo es el que te has hecho, hija ? Eso ,
quién soy yo y el interese que se os respondió ella, pregúntaselo tú á
puede seguir de darmela ; el cual inte Lela Marien , que ella te lo sabrá de
rese si le queréis poner nombre , des cir mejor que yo . Apenas hubo oído
de aquí os ofrezco todo aquello que esto el moro , cuando con una increi.
quisiérades por mí y por esa desdi ble presteza se arrojó de cabeza en la
chada hija mía, o si no, por ella sola, mar, donde sin ninguna duda se
que es la mayor y la mejor parte de ahogara, si el vestido largo y emba
mi alma. En diciendo esto, comenzó á razoso que traía no le entretuviera
llorar tan amargamente , que á todos un poco sobre el agua . Dió voces 20
nos movió á compasión ; y forzó á raida que le sacasen, y así acudimos
Zoraida que le mirase , la cual vién luego todos, y asiéndole de la alma .
dole llorar, así se enterneció, que se lafa, le sacamos medio ahogado y sin
levanto de mis pies y fué à abrazar á sentido , de que recibió tanta pena
su padre, y juntando su rostro con el Zoraida, que como si fuera ya muerto,
suyo , comenzaron los dos tan tierno hacia sobre él un tierno y doloroso
llanto, que muchos de los que allí llanto. Volvímosle boca abajo, volvió
íbamos le acompañamos en él . Pero mucha agua, torno en sí al cabo de
dos horas , en las cuales habiéndose
cuando su padre la vió adornada de
fiesta y con tantas joyas sobre sí, le trocado el viento nos convino volver
dijo en su lengua : & Qué es esto , hija , hacia tierra, y hacer fuerza de remos
que ayer al anochecer, antes que nos por no embestir en ella ; mas quiso
sucediese esta terrible desgracia en nuestra buena suerte , que llegamos á
que nos vemos , te vi con tus ordina una cala que se hace al lado de un
rios y caseros vestidos , y ahora, sin pequeño promontorio ó cabo , que de
que hayas tenido tiempo de vestirte , los moros es llamado el de la Cava
y sin haberte dado alguna nueva ale rumía , que en nuestra lengua quiere
gre de solemnizarla con adornarte y decir la mala mujer cristiana ; y es
tradición entre los moros , que en
pulirte, te veo compuesta con los me.
jores vestidos que yo supe y pude aquel lugar está enterrada la Cava,
darte cuando nos fué la ventura más pior quien se perdió España, porque
favorable ? Respondeme á esto , que cava en su lengua quiere decir mujer
me tiene más suspenso y admirado mala , y rumia, cristiana ; y aun tie
que la misma desgracia en que me ne mal agüero llegar allí á dar fon
hallo. Todo lo que el moro decía a su do cuando la necesidad les fuerza á
hija nos lo declaraba el renegado, y ello , porque nunca le dan sin ella ,
ella no le respondía palabra. Pero puesto que para nosotros no fue abri
cuando el vio a un lado de la barca el go de mala mujer, sino puerto seguro
cofrecillo donde ella solía tener sus de nuestro remedio , según andaba al
terada la mar . Pusimos nuestras cen
joyas, el cual sabía él bien que lo ha
182 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

tinelas en tierra, y no dejamos jamás desierta arena dejará la vida si tú


los remos de la mano : comimos de lo le dejas. Todo lo cual escuchaba Zo
que el renegado había proveído , y ro raida , y todo lo sentía y lloraba , y no
gamos á Dios y á Nuestra Señora de supo ' decirle ni respondelle palabra,
todo nuestro corazón, que nos ayuda sino : Plega á Alá, padre mio, que
sen y favoreciesen para que felizmen Lela Marien , que ha sido la causa de
te diésemos fin á tan dichoso princi que yo sea cristiana, ella te consuele
pio . Dióse orden , á suplicación de en tu tristeza . Alá sabe bien que no
Zoraida , como echásemos en tierra á pude hacer otra cosa de la que he
su padre y á todos los demás moros hecho, y que estos cristianos no de
que allí atados venían, porque no le ben nada á mi voluntad , pues aunque
bastaba el ánimo, ni lo podían sufrir quisiera no venir con ellos y quedar
sus blanda entrañas ver delante de me en mi casa , me fuera imposible ,
sus ojos atades a su padre y aquellos según la priesa que me daba mi alma
de su tierra presos . Prometímosle de á poner por obra esta que á mí me
hacerlo así al tiempo de la partida, parece tan buena, como tú , padre
plles no corría peligro en dejallos en amado, la juzgas por mala. Esto dijo
aquel lugar, que era despoblado. No á tiempo que ni su padre la oía, ni
fueron tan vanas nuestras oraciones, nosotros ya le veíamos ; y así conso
que no fuesen oídas del cielo, que en lando yo á Zoraida, atendimos todos a
nuestro favor luego volvió el viento , nuestro viaje , el cual nos le facilitaba
tranquilo el mar, convidándoros á el propio viento , de tal manera , que
que tornásemos alegres á proseguir bien tuvimos por cierto de vernos
nuestro com nzado viaje. Viendo esto, otro día al amanecer en las riberas
desatamos á los moros , y uno á uno de España. Mas como pocas veces 6
los pusimos en tierra, de lo que ellos nunca viene el bien puro y sencillo
se quedaron admirados ; pero llegan sin ser acompañado y seguido de al
do á desembarcar al padre de Zorai gún mal que le turbe ó sobresalte ,
da, que va estaba en todo su acuerdo, quiso nuestra ventura , ó quizá las
dijo : ¿ Por qué pensáis, cristianos, maldiciones que el moro á su hija
que esta mala hembra luelga de que había echado, que siempre se han de
me deis libertad ? ¿ Pensáis que es por temer de cualquier padre que sean ,
riedad que de mí tiene ? No por cier quiso digo , que estando ya engolfa
to, sino que lo hace por el estorbo dos, y siendo ya casi pasadas tres
que le dará mi presencia, cuando quie horas de la noche, yendo con la vela
ra poner en ejecución sus malos de tendida de alto abajo, frenillados los
seos ; ni penséis que la ha movido á remos, porque el próspero viento nos
mudar religión entender ella que la quitaba del trabajo de haberlos me
vuestra a la nuestra se aventaja, sino nester , con la luz de la luna que cla
el saber que en vuestra tierra se usa ramente resplandecía , vimos cerca de
la deshonestidad más libremente que nosotros un bajel redondo, que con
en la nuestra : y volviéndose á Zo todas las velas tendidas, llevando un
raida, teniéndole yo y otro cristiano poco á orza el timón, delante de nos
de entrambos brazos asido , porque otros atravesaba, y esto tan cerca
algún desatiņo no hiciese, le dijo : que nos fué forzoso amainar por no
Oh infame moza y mal aconsejada embestirle , y ellos asimismo hicieron
muchacha , adónde vas ciega y des fuerza de timón para darnos lugar
atinada en poder destos perros, natu que pasásemos. Habíanse puesto al
rales enemigos nuestros ? Maldita sea bordo del bajel á preguntarnos quién
la hora en que yo te engendré , y eranos, y adónde navegábamos, y de
malditos sean los regalos y deleites en dónde veníamos ; pero por preguntar
que te he criado. Pero viendo yo que nos esto en lengua francesa , dijo
llevaba términos de no acabar tan nuestro renegado : Ninguno respon
presto , di priesa á ponelle en tierra , da, porque éstos sin duda son corsa .
y desde allí á voces prosiguió en sus rios franceses que hacen á toda ropa .
maldiciones y lamentos, rogando á Por este advertimiento ninguno res
Mahoma rogase á Alá que nos destru pondió palabra , y habiendo pasado
yese , confundiese y acabase ; y cuan un poco adelante , que ya el bajel que
do por haberros hecho a la vela no dava á sotavento , de improviso sol
pudimos oir sus palabras, vimos sus taron dos piezas de artillería, y a
obras, que eran arrancarse ' as barbas , lo que parecía ambas venían con ca.
mesarse los cabellos y arrastrarse por denas, porque con una cortaron nues
el suelo ; mas una vez esforzó la voz tro árbol por medio , y dieron con él
y con la vela en la mar, y al momen
de tal manera que pudimos entender to disparando otra pieza , vino á dar
que decía : Vuelve, amada hija, vuel la bala en mitad de nuestra barca de
ve á tierra, que todo te lo perdono, modo que la abrió toda, sin hacer
entrega á esos hombres ese dinero,
que ya es suyo , y vuelve á consolar otro mal alguno; pero como nosotros
nos vimos ir á fondo, comenzamos
á este triste padre tuyo, que, en esta
PARTE 1 : -- CAPITULO XLI 183

todos íí dar grandes voces á pedir so y no consintió que le quitasen sus


corro, y á rogar á los del bajel que soldados estos mismos vestidos que
nos acogiesen , porque nos anegá ahora tiene puestos . Entramos en el
bamos, Amainaron entonces, y echan bajel , dimosles las gracias por el bien
do el esquife ó barca a la mar, en que nos hacían , mostrándonos más
traron en él hasta doce franceses bien agradecidos que quejosos : ellos se
armados con sus arcabuces y cuerdas hicieron a lo largo, siguiendo la de
er.cendidas, y así llegaron junto al rrota del estrecho ; nosotros , sin mi
nuestro : y viendo cuán pocos éramos, rar á otro norte que a la tierra que
y cómo el bajel se hundía , nos reco se nos mostraba delante, nos dimos
gieron , diciendo que por haber usado tanta priesa á bogar, que al poner del
la descortesía de no respondelles , nos sol estábamos tan cerca, que bien pu
había sucedido aquello. Nuestro re diéramos , á nuestro parecer, llegar
negado tomó el cofre de las riquezas antes que fuera muy de noche; pero
de Zoraida, y dió con él en la mar , por no parecer en aquella noche la
sin que ninguno echase de ver en luna, y el cielo mostrarse obscuro, y
lo que hacía . En resolución , todos pa por gnorar el paraje en que está
samos con los franceses, los cuales bamos no nos pareció cosa segura
después de haberse informado de todo embestir en tierra, como á muchos de
aquello que de nosotros saber quisie nosotros les parecía , diciendo que
ron, como si fueran nuestros capita diésemos en ella , aunque fuese, en
les enemigos, nos despojaron de todo unas peñas y lejos de poblado, por
cuanto teníamos, y á Zoraida le qui que así aseguraríamos el temor que
taron hasta los carcajes que traía en de razón se debía tener, que por allí
los pies ; pero no me daba á mí tanta anduviesen bajeles de corsarios de
pesadumbre la que á Zoraida dabar, Tetuán , los cuales anochecen en Ber
como me la daba el temor que tenia bería, y amanecen en las costas de
de que habían de pasar del quitar de España, y hacen de ordinario presa ,
las riquísimas y preciosísimas joyas y se vuelven a dormir á sus casas ;
al quitar de la joya que más valía y pero de los contrarios pareceres , el
ella más estimaba , Pern los deseos de que se tomó fué que nos llegásemos
aquella gente no se extienden á más poco á poco, y que si el sosiego del
que al dinero, y desto jamás se re mar lo concediese, desembarcásemos
harta su codicia , la cual entonces lle donde pudiésemos. Hízose así y poco
gó á tanto , que aun hasta los vesti antes de la media noche sería, cuan
dos de cautivos nos quitaran , si de do llegamos al pie de una disformi
algún provecho les fueran ; y hubo sima y alta montaña , no tan junto al
parecer entre ellos de que a todos los mar que no concediese un poco de
arrojasen á la mar envueltos en una espacio para poder desembarcar cómo.
Vela , porque tenían intención de tra damente. Embestimos en la arena,
tar en algunos puertos de España con salimos todos á tierra y besamos ei
nombre de que eran bretones, y si nos suelo, y con lágrimas de alegrísimo
llevaban vivos serían castigados , contento dimos todos gracias a Dios ,
siendo descubierto su hurto ; mas el Señor nuestro, por el bien tan in
capitán, que era el que había despo comparable que nos había hecho en
jado á mi querida -Zoraida, dijo que nuestro viaje . Sacamos de la barca
él se contentaba con la presa que te los bastimentos que tenía, tirámosla
nía, y que no quería tocar en ningún en tierra , y subimos un grandísimo
puerto de España, sino irse luego á trecho en la montaña , porque aun allí
camino y pasar al estrecho de Gibral estábamos, y aun no podíamos asegu
tar de noche ó como pudiese , hasta rar el pecho, ni acabábamos de creer
la Rochela, de donde había salido. Y que era tierra de cristianos la que ya
asi tomaron por acuerdo de darnos el nos sostenía . Amaneció más tarde , á
esquife de su navío, y todo lo nece mi parecer, de lo quisiéramos : aca
sario para la corta navegación que bamos de subir toda la montaña por
nos quedaba, como lo hicieron ciro ver si desde allí algún poblado se
día ya á vista de tierra de España ; descubría o algunas cabañas de pas
con la cual vista y alegría todas nues tores ; pero aunque más tendimos la
tras pesadumbres y pobrezas se nos vista , ni poblado, ni persona , ni sen
olvidaron de todo punto, como si pro da , ni camino descubrimos . Con todo
piamente ro hubieran pasado por nos esto determinamos de entrarnos la
otros : tanto es el gusto de alcanzar tierra adentro , pues no podría ser
la libertad perdida. Cerca de medio menos sino que presto descubriése
día podría ser cuando nos echaron en mos quien nos diese noticia della.
la barca , dándonos dos barriles de Pero lo que á mí más me fatigaba,
agua y algún bizcocho : y el capitán, era el ver ir á pie á Zoraida por
movido no sé de qué misericordia , al aquellas asperezas, que puesto que
embarcarse la hermosísima Zoraida . alguna vez la puse sobre mis hom
le dió hasta cuarenta escudos de oro, bros , más le cansaba á ella mi can
18+ DON QUIJOTE DE LA MANCHA

sancio , que la reposaba su reposo, y preguntáis quién somos, sois Pedro


así nunca más quiso que yo aquel de Bustamante , tío mío . Apenas hubo
trabajo tomase ; y con mucha pacien dicho esto el cristiano cautivo, cuan
eia y muestras de alegría, llevándola do el jinete se arrojó del caballo, y
yo siempre de la mano , poco menos vino à abrazar al mozo diciéndole :
de un cuarto de legua debiamos de ha Sobrino de mi alma y de mi vida, ya
ber andado, cuando llegó á nuestros te conozco , ya te he llorado por muer
oídos el son de una pequeña esquila , to yo y mi hermana tu madre, y todos
señal clara que por allí cerca había los tuyos, que aun viyen, ” Dios ha
ganado ; y mirando todos con aten sido servido de darles vida para que
ción si alguno se parecía, vimos al gocen el placer de verte : ya sabíamos
pie de un alcornoque un pastor mozo, que estabas en Argel, y por las seña
que con grande reposo y descuido es los y muestras de tus vestidos , y los
taba labrando un palo con un cuchi de todos los desta compañía com
llo . Dimos voces , y él ' alzando la ca prendo que habéis tenido milagrosa
libertad. Así es, respondió elmozo, y
beza se puso ligeramente en pie, y á
lo que después supimos, los primeros tiempo nos quedará para contaroslo
que a la vista se le ofrecieron fueron todo . Luego que los jinetes entendie
el renegado y Zoraida, y como él los l'on que éramos cristianos cautivos ,
vió en hábito de moros , pensó que so apearon de sus caballos, y cada
todos los de la Berbería estaban 80 uno pos convidaba con el suyo para
bre él, y metiéndose con extraña ligė. llevarnos a la ciudad de Vélez Mála
reza por el bosque adelante , comenzó ga, que legua y media de allí estaba.
á dar los mayores gritos del mundo, Algunos dellos volvieron a llevar la
diciendo : Moros , moros hay en la barca a la ciudad , diciéndoles dónde
tierra : moros , moros, arma , arma . la habíamos dejado ; otros nos subie
Con estas voces quedamos todos con. ron á las ancas , y Zoraida fué en las
fusos, y no sabíamos qué hacernos ; del caballo del tío del cristiano. Sa
pero considerando que las voces del liónos á recibir todo el pueblo , que
pastor habían de alborotar la tierra , ya de alguno que se había adelantado
y que la caballería de la costa había sabían la nueva de nuestra venida .
de venir luego á ver lo que era, acor No se admiraban de ver cautivos li .
damos que el renegado se desnudase bres , ni moros cautivos, porque toda
las ropas de turco , y se vistiese un la gente de aquella costa está hecha
jileco ó casaca de cautivo, que uno de á ver a los unos y los otros ; pero
nosotros le dió luego , aunque se que admirábanse de la hermosura de zo
dó en camisa, y así encomendándonos raida, la cual en aquel instante y sa
á Dios , fuimos por el mismo camino zón estaba en su punto , ansí con el
que vimos que el pastor llevaba, es cansancio del camino, como con 10
perando siempre cuándo había de dar alegría de verse ya en tierra de cris
sobre nosotros la caballería de la tianos , sin sobresalto de perderse ; r
costa . Y no nos engaño nuestro pen esto le había sacado al rostro tales
samiento , porque aun no habrían pa colores , que si no es que la afición
gado dos horas , cuando habiendo ya entonces me engañaba, osara decir
salido de aquellas malezas á un llano , que más hermosa criatura no había
descubrimos hasta cincuenta caba en el mundo , á lo menos que yo ia hu
lleros, que con gran ligereza corriendo bies ? visto . Fuimos derechos á la
á media rienda á nosotros se venían : iglesia á dar gracias a Dios por ia
y así como los vimos, nos estuvimos merced recibida , y así como en ella
quedos aguardándolos; pero como entró Zoraida, dijo que allí había ros
ellos llegaron, y vieron en lugar de tros que se parecían á los de Lela
los oros que buscaban , tanto pobre Marien . Dijímosle que eran imágenes
cristiano, quedaron confusos, y uno suyas, y como mejor se pudo, le dio
dellos nos preguntó si éramos nos el renegado á entender lo que signifi
otros la ocasión por que un pastor caban , para que ella las adorase co
había apellidado arma. Si, dije' yo, y mo si verdaderamente fuera cada una
queriendo comenzar á decirles mi su dellas la misma Lela Marien que la
ceso , y de dónde veníamos , y quién había hablado. Ella , que tiene buen
éramos , uno de los cristianos que con entendimiento y un natural fácil y
nosotros venían conoció al jinete que claro, entendió luego cuanto acerca .
nos había hecho la pregunta, y dijo de las imágenes se le dijo . Desde allí
sin dejarme á mí decir más palabra : nos lievaron y repartieron a todos en
Gracias sean dadas á Dios , señores, diferentes casas del pueblo ; pero al
que a tan buena parte nos ha condu renegado, á Zoraida y á mí nos lleve
cido , porque si yo no me engaño , la el cristiano que vino con nosotros ,
tieira que pisamos es la de Vélez Má en casa de sus padres, que mediana
laga : si ya los años de mi cautiverio mente eran acomodados de los bienes
no me han quitado de la memoria el de fortuna, y nos regalaron con tanto
acordarme que vos, señor , que nos amor como á sa mismo hijo, Seis días .
PARTE 1.- CAPITULO XLII 185
estuvinios en Vélez , al cabo de los Antonio y todos los demás se le ofre
euales el renegado, hecha su infor cieron con todo lo ellos posible para
nación de cuanto le convenía, se fué servirle, con palabras y razones tan
á la ciudad de Granada á reducirse amorosas y tan verdaderas , que el
por medio de la Santa Inquisición al capitán se tuvo por bien satisfecho de
gremio santísimo de la Iglesia ; los sus voluntades : especialmente le
demás cristianos libertados se fueron ofreció don Fernando que si queria
cada uno donde mejor le pareció : so volverse con él, que él haría que el
los quedamos Zoraida y yo con sólo marqués su hermano fuese padrino
los escudos que la cortesía del fran del bautismo de Zoraida , y que el por
cós le dio á Zoraida, de los cuales su parte le acomodaría de manera
compré este animal en que ella viene , que pudiese entrar en su tierra con el
y sirviéndola yo hasta ahora de padre autoridad y cómodo que á 'su persona
y escudero, y no de esposo , vamos se debía. Todo lo agradeció cortesis -
con intención de ver si mi padre es mamente el cautivo, pero no quiso
vivo, o si alguno de mis hermanos ha acetar ninguno de sus liberales ofre
tenido más próspera ventura que la cimientos . En esto llegaba ya la no
mía , puesto que , por haberme hecho che, y al cerrar della llegó á la ven
el cielo compañero de Zoraida , me ta un coche con algunos hombres de
parece que ninguna otra suerte me á caballo. Pidieron posada, á quien la
pudiera venir, por buena que fuera , ventera respondió que no había en
que más la estimara. La paciencia toda la venta un palmo desocupado.
con que Zoraida lleva las incomodi. Pues aunque eso sea , dijo uno de los
dades que la pobreza trae consigo , y de á caballo quo hablan antrado, no
el deseo que muestra de verse ya ha de faltar para el señor oidor que
cristiana, es tanto y tal, que me ad aquí viene . A este nombre se turbó la
mira , y me mueve á servirla todo el huéspeda, y dijo : Señor, lo que en
tiempo de mi vida , puesto que el gus ello hay es , que no tengo camas ; si
to que tengo de verme suyo y de que es que su merced del señor oidor la
ella sea mía, me le turba y deshace trae, que sí debe de traer, entre en
no saber si hallaré en mi tierra algún huen hora, que yo y mi marido nos
rincón donde recogella, y si habrán saldremos de nuestro aposento por
hecho el tiempo y la muerte tal mu acomodar á su merced. Sea en buen
danzı en la hacienda y vida de mi hora, dijo el escudero ; pero á esto
padre y hermanos , que apenas halle , tiempo ya había salido del coche un
qnien me conozca, si ellos faltan . No hombre, que en el traje mostró luego
tengo más , señores, que deciros de el oficio y cargo que tenía , porque la
mi historia, la cual si es agradable y ropa luenga con las manos arrocadas
peregrina, júzguenlo vuestros buenos que vestía, mostraron ser oidor, como
entendimientos ; que de mí sé decir su criado había dicho . Traía de 13
que quisiera habérosla contado Inás mano á una doncella ' al parecer de
brevemente, puesto que el temor de hasta diez y seis años, vestida de ca.
enfadaros más de cuatro circunstan . mino, tan bizarra, tan hermosa y tan
cias me ha quitado de la lengua. gallarda , que a todos puso en admi .
ración su vista : de suerte que á no
haber visto á Dorotea y á Luscinda y
Zoraida, que en la venta estaban, cre .
CAPITULO XLII yeran que otra tal hermosura como
la desta doncella difícilmente pudiera
hallarse. Hallóse don Quijote al en.
Que trata de lo que más sucedió en trar del oidor y de la doncella, y asi
la venta , y de otras muchas cosas como le vió , dijo : Seguramente pue
dignas de saberse. de vuestra merced entrar y espaciar
se en este castillo , que aunque es es
trecho y mal acomodado, no hay es
Calló en diciendo csto el cautivo , á trecheza ni incomodidad en el mundo
quien don Fernando dijo : Por cierto, que no dé lugar á las armas y á las
señor capitán, el modo con que ha letras , y más si las armas y letras
béis contado este extraño suceso ha traen por guía y adalid á la fermosu .
sido tal, que iguala á la novedad y ra, como la traen las letras de vuestra
extrañeza del mismo caso : todo es merced en esta fermosa doncella , a
peregrino y raro : y lleno de acciden quien deben ro sólo abrirse y ma
tes que maravillan y suspenden á nifestarse los castillos, sino apartarse
quien los oye ; y es de tal manera el los riscos, y dividirse y abajarse las
gusto que hemos recibido en escu montañas para dalle cogida . Entre
challe, que aunque nos hallara el día vuestra merced , digo , en este paraſ
de mañana entretenidos en el mismo
so , que aquí hallará estrellas y soles
cuento , holgáramos que de nuevo se que acompañen el cielo que vuestra
comenzara . Y en diciendo esto, don merced trae consigo : aguí hallará las
186 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

armas en su punto, y la hermosura en nas entrañas. Déjeseme á mí el hacer


su extremo . Admirado quedó el oidor esa experiencia, dijo el cura ; cuanto
del razonamiento de don Quijote , á más , que no hay pensar sino qu : vos ,
quien se puso á mirar nuy de pro señor capitán, seréis muy bien reci
pósito, y no menos le admiraba su bido, porque el valor y prudencia que
talle que sus palabras ; y sin hallar en su buen parecer descubre vuestro
ninguna con que respondelle, se tor hermaro: no da indicios de ser arro
nó a admirar de nuevo cuando vio gante ni desconocido , ni que no ha
delante de sf á Luscinda, Dorotea y a de saber poner los casos de la fortuna
Zoraida, que á las nuevas de los nue en su punto. Con todo eso, dijo el
vos huéspedes, y á las que la ventera capitán, yo querría no de improviso
les había dado de la hermosura de la sino por rodeos dármele á conocer .
doncella, habían venido á verla y á Yo os digo, respondió el cura, que
recibirla ; pero don Fernando, Carde yo lo trazaré de modo que todos que
nio y el cura le hicieron más llanos y demos satisfechos . Ya en esto estaba
más cortesanos ofrecimientos . En aderezada la cena , y todos se senta
efecto , el señor oidor entró confuso , ron a la mesa, esceto el cautivo y las
así de lo que veía como de lo que escu señoras , que cenaron de por sí en su
chaba, y las hermosas de la venta aposento . En la mitad de la cena dijo
cieron la bien llegada á la hermosa el cura : Del mismo nombre de vues
doncella . En resolución, bien echó de tra merced, señor oidor , tuve yo una
ver el oidor que era gente principal camarada en Constantinopla , donde ,
toda la que allí estaba ; pero el talle , estuve cautivo algunos años, la cual
visaje y la postura de don Quijote le camarada era uno de los valientes
desatinaban; y habiendo pasado en soldados y capitanes que había en
tre todos corteses ofrecimientos, y toda la infantería española ; pero tan
tanteado la comodidad de la venta , se to cuanto tenía de esforzado y valero
ordenó lo que antes estaba ordenado, so, tenía de desdichado. ¿ Y cómo se
que todas las mujeres se entrasen en llamaba ese capitán , señor mío ? įre
el camaranchón ya referido, y que los guntó el oidor. Llamábase, respondió
hombres se quedasen fuera como en el cura, Ruy Pérez de Viedma, y era
su guarda : y así fué contento el oidor natural de un lugar de las montañas
que su hija, que era la doncella , se de León , el cual me contó un caso
fuese con aquellas señoras , lo que que á su padre con sus hermanos le
ella hizo de muy buena gana ; y con había sucedido, que á no contarmelo
parte de la estrecha cama del vente un hombre tan verdadero como él , lo
ro, y con la mitad de la que el oidor tuviera por conseja de aquellas que
traía , se acomodaron aquella noche las viejas cuentan el invierno al fue .
mejor de lo que pensaban . El cautivo, go ; porque me dijo que su padre ha
que desde el punto que vió al oidor, bía dividido su hacienda entre tres
le dió saltos el corazón y barruntos hijos que tenía, y les había dado cier
de que aquel era su hermano, pre tos consejos mejores que los de Ca.
guntó á uno de los criados que con él tón . Y sé yo decir, que el que él es
venían, cómo se llamaba, y si sabía cogió de venir í la guerra le había
de qué tierra era. El criado le res sucedido tan bien , que en pocos anos
pondió , que se llamaba el licenciado por su valor y esfuerzo, sin otro bra
Juan Pérez de Viedma, y que había zo que el de su mucha virtud , subio
oído decir que era de un lugar de las á ser capitán de infantería, y á verse
montañas de Lón . Con esta relación en camino y predicamento de ser
y con lo que él había visto, se acabó de presto maestre de campo ; pero fuéle
confirmar de que aquel era su her la fortuna contraria , pues donde la
mano , que había seguido las letras pudiera esperar y tener buena , alli
por consejo de su padre ; y alborozado la perdió con perder la libertad en la
y conterto , llamando aparte á don felicísima jornada donde tantos la co
Fernando, á Cardenio y al cura , les braron , que fué en la batalla de Le
contó lo que pasaba , certificándoles panto ; yo la perdí en la Goleta ,
que aquel oidor era su hermano. Ha después por diferentes sucesos nos
bíale dicho también el criado, como haliamos camaradas en Constantin
iba proveído por oidor á las Indias pla . Desde allí vino á Arg. 1 , donde
en la audiencia de Méjico : supo tam sé que le sucedió uno de los más ex .
bién como aquella doncella era su traños casos que en el mundo han
hija, de cuyo parto había muerto su sucedido . De aquí fué prosiguiendo
madre, y que él había quedado muy el cura , y con brevedad sucinta conto
rico con el dcte que con la hija se le lo que con Zoraida á su hermano ha
quedó en casa. Pidióles consejo qué bía sucedido. A todo lo cual estaba tan
modo tendría para descubrirse, o para atento el oidor, que ninguna vez ha .
conocer primero si después de descu bía sido tan oidor como entonces .
bierto, su hermano por verle pobre Sólo llegó el cura al punto de cuando
se afrentaría, ó le recibiría con bue los franceses despojaron á los cristia
PARTE I - CAPITULO XLII 187

nos que en la barca venían , y la po de mi hermano y las mías ! iOh 20


breza y necesidad en que su camara raida hermosa y liberal, quién pudie
da y la hermosa 'mora habían queda ra pagar el bien que á un hermano
do , de los cuales no había sabido en hiciste ! i Quién pudiera hallarse a.
qué habían parado , ni si habían lle renacer de tu alma, y á las bodas que
gado á España, ó llevádolos los fran tanto gusto á todos r.os dieran ! Estas
ceses á Francia. Todo lo que el cura y otras semejantes palabras decía el
decía , estaba escuchando algo de alii oidor lleno de tanta compasión con
desviado el capitán, y rotaba todos las nuevas que de su hermano le hy
los movimieatos que su hermano ha bían dado , que todos los que le oían
cía ; el cual, viendo que ya el cura ha le acompañaban en dar muestras d- 1
bía llegado al fin de su cuento, dando sentimiento que tenían de su lástima.
un grande suspiro , y llenandosele los endo pues el cura, que tan bien ha
ojos de agua, dijo : ¡ Oh señor, si sn . bía salido con su intención y con lo
piésedes las nuevas que me habéis que deseaba el capitán, no quiso te
contado, y cómo me tocan tan en par nerlos á todos más tiempo tristes, y
te , que me es forzoso dar muestras así se levantó de la mesa, y entrando
dello con estas lágrimas que contra donde estaba Zoraida, la tomó por ia
toda mi discreción y recato me salen mano , y tras ella se vinieron Luscin
por los ojos ! Ese capitán tan valeroso da, Dorotea y la hija del oidor. Esta
que decís , es mi mayor hermano, el ba esperando el capitán á ver lo que
cual como más fuerte y de más altos el cura quería hacer, que fué que to .
pensamientos que yo ni otro hermano mándole a él asimismo de la otra ma
menor mío , escogió el honroso y dig no, con entrambas à dos se fué donde
no ejercicio de la guerra, que fué uno el oidor y los demás caballeros estii
de los tres caminos que nuestro pa ban , y dijo : Cesen, señor oidor, vues
dre nos propuso , según os dijo vues tras lágrimas, y cólmese vuestro de
tro camarada, en la conseja que á seo de todo el bien que acertare á de
vuestro parecer le oísteis . Yo seguí searse, pues tenéis delante á vuestro
el de las letras , en las cuales Dios y buen hermano y á vuestra buena cu
mi diligencia me han puesto en el ñada : este que aquí veis, es el cap -
grado que me veis. Mi menor herma tán Viedma, y esta la hermosa mora
no está en el Perú , tan rico , que con que tanto bien le hizo : los franceses
lo que ha enviado á mi padre y í mí, que os dije , los pusieron en la estre
ha satisfecho bien la parte que él se cheza que veis, para que vos mostréis
llevo , y aun dado a las manos de mi la liberalidad de vuestro buen pecho.
padre con que poder hartar su libera Acudió el capitán á abrazar a su her
lidad natural, y yo ansimismo he po mano , y él le puso las manos en los
dido con más decencia y autoridad pechos por mirarle algo más aparta
tratarme en mis estudios , y llegar al do ; mas cuando le acabó de conocer,
puesto en que me veo. Vive aún mi le abrázó tan estrechamente , derra
padre muriendo con el deseo de saber mando tan tiernas lágrimas de con
de su hijo mayor, y pide a Dios con tento, que los más de los que presen
. continuas oraciones no cierre la muer tes estaban le hubieron de acompañar
te sus ojos hasta que él vea con vida en ellas. Las paiabras que entramhos
á los de su hijo : del cual me mara hermanos se dijeron , los sentimientos
villo , siendo tan discreto , como en que mostraron , apenas creo que pue
tantos trabajos y aflicciones ó prós den pensarse, cuanto más escribirse.
peros sucesos se haya descuidado de Allí on breves razones se dieron cuen
dar noticia de sí á su padre , que si él ta de sus sucesos, allí mostraron pues
lo supiera o alguno de nosotros , 10 ta en su punto la buena amistad de
tuviera necesidad de aguardar al mi dos hermanos, allí abrazo el oidor á
lagro de la caña para alcanzar su res. Zoraida, allí la ofreció su hacienda,
cate; pero de lo que yo ahora me allí hizo que la abrazase su hija , allí
temo, es de pensar si aquellos fran la cristiana hermosa y la mora her
ceses le habrán dado libertad , 6 le mosísima renovaron las lágrimas de
habrár, muerto por encubrir su hurto . todos . Allí don Quijote estaba atento
Esto todo será que yo prosiga mi via sin hablar palabra , considerando estos
je , no con aquel contento con que le tan extraños sucesos, atribuyéndolos
comencé, sino con toda melancolía y todos á quimeras de la andante ci
tristeza . ¡ Oh buen hermano mío , y ballería . Allí concertaron que el ca
quién supiera ahora dónde estás, que pitán y Zoraida se volviese con su
yo te fuera á buscar y á librar de tus hermano á Sevilla , y avisasen á su
trabajos, aunque fuera á costa de los padre de su hallazgo y libertad , para
míos ! iOh, quién llevara nuevas á que como pudiese viniese á hallarse
nuestro viejo padre de que tenías vi en las bodas y bautismo de Zoraida ,
da, aunque estuvieras en las mazmo por no le ser al oidor posible dejar
rras más escondidas de Berberia, que el camino que llevaba , a causa de te
de allt te sacaran sus riquezas, las ner nuevas que de allí á un mes par
188 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

tía flota de Sevilla á la Nueva Espa que desde lejos descubre,


ña , y fuérale de grande incomodidad más bella y resplandeciente
perder el viaje . En resolución , todos que cuantas við Palipuro.
quedaron contentos y alegres del buen Yo no sé adonde me guía ,
suceso del cautivo ; y como ya la 110 y así navego confuso,
che iba casi en las dos partes de su el alma á mirarla atenta.
jornada, acordaron de recogerse y re cuidadosa y con descuido.
posar lo que della les quedaba. Don Recatos impertinentes,
Quijote se ofreció á hacer la guardia honestidad contra el uso,
del castillo , porque de algún gigante son nụbes que me la encubren,
6 otro mal andante follón no fuesen cuando más verla procuro .
acometidos, codiciosos del gran teso iOh clara y luciente estrella ,
ro de hermosura que en aquel casti . en cuya Jumbre me apuro !
llo se encerraba. Agradeciéronselo los al punto que te me encubras ,
que le conocían , y dieron al oidor será de mi muerte el punto .
cuenta del humor extraño de don Qui
jote, de que no poco gusto recibió . Llegando el que cantaba a este pun
Solo Sancho Panza se desesperaba con to, le pareció a Dorotea que no sería
la tardanza del recogimiento , y sólo él bien que dejase Clara de oir una tan
se acomodó mejor que todos, echán , Luena voz, y así moviéndola á una y
dose sobre los aparejos de su jumen á otra parte, la despertó diciéndole :
to , que le costaron tan caros como Perdóname, niña, que te despierte,
adelante se dirá. Recogidas pues las pues lo hago porque gustes de oir le
damas en su estancia , y los demás mejor voz que quizá habrás oido en
acomodándose como menos mal pu toda tu vida. Clara despertó toda 80
dieron, don Quijote se salió fuera de ñolienta , y de la primera vez no en .
la venta á hacer la centinela del cas tendió lo que Dorotea le decía , y vol.
tillo , como lo había prometido. Su viéndoselo á preguntar, ella se lo
cedió , pues, que faltando poco para volvió á decir, por lo cual estuvo
venir el alba, llegó a los oídos de las atenta Clara : pero apenas hubo ordo
damas una voz tan entonada y tan dos versos, que el que cantaba iba
buena, que les obligó á que todas le prosiguiendo, cuando le tomó un tem
prestasen atento oído, especialmente blor tan extraño, como si de algún
Dorotea, que despierta estaba ,á cuyo grave accidente de cuartana estuvie .
lado dormia doña Clara de Viedma, ra enferma, y abrazándose estrecha
que así se llamaba la hija del oidor . mente con Dorotea,le dijo : 1 Ay. se
Nadie podía imaginar quién era la ñora de mi alma y.de mi vida ! ¿ para
persona que tan bien cantaba, y era qué me despertaste ? que el mayor
una voz sola sin que la acompañase bien que la fortuna me podía hacer
instrumento alguno. Unas veces les por ahora, era tenerme cerrados los
parecia que cantaban en el patio, ojos y los oídos para no ver ni oir á
otras que en la caballeriza ; y estan ese desdichado músico. ¿ Qué es lo
do en esta confusión muy atentas, que dices , niña ? Mira que dicen que
llegó á la puerta del aposento Car. el que canta es un mozo de mulas. No.
denio , y dijo : Quien no duerma, es es sino señor de lugares, respondió
cuche , que oirán una voz de un mozo ara , y del que el tiene en mi alma
d. mulas , que de tal manera canta con tanta seguridad, que si él no
que encanta . Ya lo oímos, señor, res quiere dejalle , no le será quitado eter
pondió Dorotea, y con esto se fué Car . namente . Admirada quedó Dorotea
denio ; y Dorotea, poniendo toda la de las sentidas razones de la mucha
atención posible , entendió que lo que cha , pareciéndole que se aventajaban
se cantaba era esto : en mucho a la discreción que sus po
cos años prometían, y así le dijo :
Habláis de modo, señora Clara, que,
no puedo entenderos : declaraos mas ,
CAPITULO XLIII y decidme ¿ qué es lo que decís de
alma y de lugares, y deste músico
cuya voz tan inquieta os tiene ? Pero
Donde se cuenta la agradable histo no me digáis nada por ahora, que no
ria del mozo de mulas, con otros quiero perder , por acudir á vuestro
extraños acaecimientos en la ven sobresalto, el gusto que recibo de oir
ta sucedidos . al qué canta, que me parece que con
nuevos versos y nuevo tono torna á
su canto . Sea en buen hora , respon
Marinero soy de amor , dió Clara , y por no oillo se tapó con
y en su piélago profundo las manos entrambos oídos, de lo que
navego sin esperanza también se admiro Dorotea, la cual
de llegar á puerto alguno. estando atenta a lo que se cantaba ,
Siguiendo voy á una estrella vió que proseguían desta manera :
PAETE 1.- CAPÍTULO XLIII 183

Dulce esperanza mfa , yo entiendo, de pesadumbre, y así el


que rompiendo imposibies y malezas , día que nos partimos , nunca pude
sigues firme la vía Verle para despedirme del siquiera
que tú misma te finges y aderezas : con los ojos ; pero á cabo de dos días
no te desmaye el verte que caminábamos, al ertrar de una
á cada paso junto al de tu muerte. posada en un lugar una jornada de
No alcanzan perezosos aquí, le vi á la pu - rta del mesón pues
honrados triunfos ni victoria alguna ; to en hábito de mozo de mulas , tan
ni pueden ser dichosos al natural, que si yo no le trujera tan
los que no contrastando a la fortuna, retratado en mi alma, fuera imposi
entregan desvalidos ble conocelle . Conocíle, admiréme y
al ocio todos los sentidos . alegréme : él me miró á hurto de mi
Que amor sus glorias venda padre , de quien él siempre se escon
caras es gra razón , y es trato justo : de , cuando atraviesa delante de mien
pues no hay más rica prenda los caminos y en las posadas do lle
que la que se quilata por su gusto ; gamos : y como yo sé quién es , y con
y es cosa manifiesta, sidero que por amor de mi viene á pie
que no es de estima lo que poco cuesta. y con tanto trabajo, muérome de pe
Amorosas porfías sadumbre, y adonde él pone los pies
tal vez alcanzan imposibles cosas ; pongo yo los ojos. No sé con qué in
y ansí, aunque con las mías tención viene , ni cómo ha podido es
sigo de amor las más dificultosas, caparse de su padre, que le quiere
no por eso recelo extraordinariamente, porque no tiene
de no alcanzar desde la tierra el cielo . otro heredero, y porque él lo merece ,
como lo verá vuestra merced cuando
Aquí dió fin la voz , y principió á le vea. Y más le sé decir, que todo
nuevos sollozos Clara . Todo lo cual aquello que canta , lo saca de su ca
encendía el deseo de Dorotea, que beza , que he oído decir que es muy
deseaba saber la causa de tan suave grande estudiante y poeta : y hay
canto y de tan triste lloro, y así le niás , que cada vez que le veo 6 le
volvió a preguntar , qué era lo que le oigo cantar, tiemblo toda y me sobre
quería decir denantes . Entonces Cla salto, temerosa de que mi padre le
conozca , y venga en conocimiento de
ra , temerosa de que Luscinda no la ruestros deseos. En mi vida le he ha
oyese , abrazando estrechamente a blado palabra , y con todo eso le
Dorotea, puso su boca tan junto al quiero de manera que no he de puder
oído dé Dorotea, que seguramente
podía hablar sin ser de otro sentida, vivir sin él . Esto es , señora mía , todo
y así le dijo : Este que canta , señora lo que os puedo decir deste músico ,
mía , es hijo de un caballero natural cuya voz tanto os ha contentado, que
del reino de Aragón , señor de los en solo ella echaréis bien de ver que
lugares, el cual vivía frontero de la ro es mozo de mulas como decís , sino
casa de mi padre en la corte . Y aun señor de almas y lugares como ya os
que mi padre tenía las ventanas de su he dicho. No digáis más, señora doña
casa con lienzos en el invierno y ce Clara, dijo á esta sazón Dorot -a , y
losías en el verano , yo no sé lo que esto besándola mil veces no digis
fué ni lo que no , que este caballero, más , digo , y esperad que venga el
que andaba al estudio, me vió, ni se nuevo día , que yo espero en Dios de
si en la iglesia 6 en otra parte : final. encaminar de manera vuestros nego
mente, él se enamoró de mí, y me lo cios, que tengan el felice in que tan
dió & entender desde las ventanas de honestos principios merecen . i Ay se
su casa con tantas señas y con tantas Þora ! dijo doña Clara, ¿ qué fin se
lágrimas, que yo le hube de creer, y puede esperar, si su padre es tan
aun querer, sin saber lo que me quc principal y tan rico, que le parecerá
ría . Entre las señas que me hacía, era que aun yo no puedo ser criada de su
una de juntarse la una mano con la hijo, cuánto más esposa ? Pues casar
otra, dándome á entender que se ca me yo á hurto de mi padre, no lo haré
saría conmigo; y aunque yo me hol por cuanto hay en el mundo : no que
garía mucho de que ansi fuera, como rría sino que este mozo se volviese y
sola y sin madre no sabía con quién me dejase; quizá con no velle y con
comunicallo, y así lo dejé estar sin la gran distancia del camino que lle
dalle otro favor sino era, cuando es vamos , se me aliviará la pena que
taba mi padre fuera de casa y el suyo ahora llevo, aunque sé decir que este
también , alzar un poco el lienzo o la remedio que me imagino, me ha de
celosía , y dejarme ver toda, de lo que aprovechar bien poco . No sé qué dia
él hacía tanta fiesta , que daba señales blos ha sido esto , ni por dónde se ha
de volverse loco. Llegóse en esto el entrado esto amor que le tengo, sien
do yo tan muchacha y él tan mucha .
tiempo de la partida de mi padre, la cho, que en verdad que creo que so
cual el supo, y no de mí, pues nunca
pude decírselo . Cayó malo, á lo que mos de una edad misma , y que yo no
190 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

tengo cumplidos diez y seis años, que morado. A este punto llegaba enton
para el día de San Miguel que vendrá ces don Quijote en su tan lastimero
dice mi padre que los cumplo. No razonamiento, cuando la hija de la
pudo dejar de reirse Dorotea , oyendo ventera le comenzó á cecear y á decirle :
cuán como niña hablaba doña Clara, Señor mío , lléguese acá la vuestra mer.
á quien dijo : Keposemos, señora , ló . ced , si es servido. A cuyas señas y
poco que creo que queda de la noche, voz volvió don Quijote la cabeza , y
y amanecerá Dios, y medraremos, vió a la luz de ta luna, que cntonces
mal me andarán las manos. Sosega. estaba en toda su claridad , como le
ronse con esto, y en toda la venta se llamaban del agujero que á él le pa
guardaba un grande silencio : sola reció ventana, y aun con rejas dora
mente no dormían la hija de la ven das, como conviene que las tengan
tera y Maritornes su criada, las cua tan ricos castillos como él se imagi
les , como ya sabían el humor de que naba que era aquella venta. Y luego
pecaba don Quijote, y que estaba fue en el instante se le representó en su
ra de la venta armado y á caballo, loca imaginación, que otra vez, como
haciendo la guardia, oeterminaron la pasada, la doncella fermosa , hija
las dos de hacelle alguna burla , ó á * de la señora de aquel castillo , vencida.
lo menos de pasar un poco de tiempo de su amor tornaba á solicitarle ; y
oyéndole sus disparates. con este pensamiento, por no mos
Es pues el caso , que en toda la trarse descortés y desagradecido, vol .
venta no había ventana que saliese al vió las riendas á Rocinante, y se llegó
campo, sino un agujero de un pajar, al agujero, y así como vió á las dos
por donde echaban la paja por de mozas, dijo : Lástima os tengo, fer
fuera . A este agujero se pusieron las mosa señora, de que hayades puesto
dos semidoncellas, y vieron que don vuestras amorosa ; mientes en parte
Quijote estaba á caballo recostado donde no es posible corresponderos
sobre su lanzón, dando de cuando en conforme merece vuestro gran valor y
cuando tan dolientes y profundos sus gentileza ; de lo que no debéis dar
piros que parecía que con cada uno culpa á este miserable andante caba
se le arrancaba el alma. Y asimismo llero, á quien tiene amo : imposibili
overon que decía con voz blanda , re tado de poder entregar su voluntad &
galada y amorosa : i Oh mi señora otra que aquella que en el punto que
Dulcinea del Toboso, extremo de toda sus ojos la vieron la hizo señora al .
hermosura , fin y remate de la discre soluta de su alma. Perdonadme, bue
ción , archivo del mejor donaire , de na señora, y recogeos en vuestro apo
pósito de la honestidad , y última sento , y no queráis con significarme
mente , idea de todo lo provechoso, más vuestros deseos, que yo me mues
honesto y deleitable que hay en el tre más desagradecido; y si del amor
mundo ! ¿ y qué fará agora la tu mr que me tenéis , halláis en mí otra cosa
ced ? Si tendrás por ventura las con que satisfaceros que el mismo
mientes en tu cautivo caballero , que amor no sea , pedídmela , que yo os
á tantos peligros , por sólo servirte , juro por aquella ausente enemiga dui
de su voluntad ha querido ponerse ? ce mía, de dárosla encontinente, si
Dame tú nuevas de ella, ioh lumind bien me pidiésedes una guedeja de
ria de las tres caras ! quizá con envi los cabellos de Medusa , que eran to
gia de la suya la estás ahora mirando , dos culebras, ó ya los mismos rayos
que , o paseándose por alguna galería del sol encerrados en una redoma. No
de sus suntuosos palacios, 6 ya puesta ha menester nada deso mi señora, se
de pechos sobre algún balcón, está ñor caballero , dijo á este punto Mi
considerando cómo, salva su hones ritornes. ¿ Pues qué ha menester , dis
tidad y grandeza, ha le amansar la creta dueña, vuestra señora ? respon
torrenta que por ella este mi cuitado dió don Quijote . Sola una de vuestras
corazón padece, qué gloria ha de dar hermosas manos , dijo Maritornes , por
á mis penas, qué sosiego á mi cuida poder desfogar con ella el gran deseo
do, y finalmente qué vida á mi muer que á este agujero le ha traído, tan á
te , y qué premio á mis servicios . Y peligro de su honor, que si su señor
tú, sol , que ya debes de estar apriesa padre la hubiera sentido, la menor
ensillando tus caballos por madrugır tajada fuera la oreja. Ya quisiera yo
y salir á ver á mi señora , así como la ver eso, respondió don Quijote ; pero
veas, suplícote que de mi parte la sa él se guardará bien deso , si ya no
ludes , pero guardate que al verla y quiere hacer el más desastroso in
saludarla no le des paz en el rostro , que padre hizo en el mundo, por ha
que tendré más celos de ti que tá los ber puesto las manos en los delicados
tuviste de aquella ligera ingrata que miembros de su enamorada hija. Pa
tanto te hizo sudar y correr por los recióle Maritornes que sin duda don
llanos de Tesalia, 6 por las riberas de Quijote daría la mano que le había
Peneo, que no me acuerdo bien por pedido, y proponiendo en su pensa
dónde corriste entonces celoso y na miento lo que había de hacer, se
PARTE 1 , -- CAPÍTULO XLIII 191

bajo del agrijero y se fué á la caba tienen necesidad de probarla segunda


ileriza, donde tomó el cabestro del rez . Con todo esto tiraba de su brazo
jumento de Sancho Panza y con mu por ver si podía soltarse , mas él os
cha presteza se volvió a su agujero , á taba tan bien asido, que todas sus
tiempo que con Quijote se había pues pruebas fueron en vano. Bien es ver
to de pies sobre la silla de Rocinante dad que tiraba con tiento, porque Ro
por alcanzar a la ventana enrejada, cinante no se moviese ; y aunque el
donde se imaginaba estar la ferida quisiera sentarse y ponerse en la
doncella , y al darle la mano , dijo : silla, no podía sino estar en pie 5
Tomad , señora, esa mano ó por mejor arrancarse la mano . Allí fué el de .
decir, ese verdugo de los malhecho sear de la espada de Amadis , contra
res del mundo : tomad esa mano, quien no tenía fuerza encantamento
digo , á quien no ha tocado otra de alguno ; allí fué el maldecir de su
mujer alguna, ni aun la de aquella fortuna ; allí fué el exagerar la falta
que tiene entera posesión de mi cuer que haría en el mundo su presencia
po . No os la doy para que la beséis, el tiempo que allí estuviese trcan .
sino para que miréis la contextura de tado, que sin duda alguna se había ,
sus nervios , la trabazón de sus mús creído que lo estab4 ; alli ei acordaise
culos, la anchura y espaciosidad de de nuevo de su querida Dulcinea del
sus venas, le donde sacaréis qué tal Toboso ; allí fué el llamar á su buen
debe ser la fuerza del brazo que tal escudero Sancho Panza, que sepulta
mano tiene . Ahora lo veremos, dijo do en sueño y tendido sobre el albar
Maritornes , y haciendo una lazada da de su jumento no se acordaba en
corrediza al cabestro se la echó á la aquel instante de la madre que lo ha
muñeca , y bajándose del agujero, ató bía parido ; allí llamó á los sabios
lo que quedaba al cerrojo de la puerta Lirgandeo y Alquife , que le ayuda
del pajar muy fuertemente. Don Qui sen ; allí invocó a su buena amiga
jote, que sintió la aspereza del cordel Urgarda , que le socorriese ; y final
en su muñeca, dijo : Más parece que mente allí le tomó la mañana , tan
vuestra merced me ralla , que no que desesperado y confuso, que bramaba
me regala la mano : no la tratéis tan como un toro, porque no esperaba él
mal pues , ella no tiene la culpa del que con el día se remediara su cuita,
mal que mi voluntad os hace , ni es porque la tenía por eterna, teniéndo
se por encantado ; y hacíale creer
liien que en tan poca parte venguéis esto ver que Rocinante poco ni mu
el todo de vuestro enojo : mirad que
quien quiere bien no se venga tani cho se movía, y creía que de aquella
mal . Pero todas estas razones de don suerte, sin comer , ni beber , ni, dor
Quijote ya no las escuchaba radie , mir , habían de estar él y su caballo
porque así como Maritornes le ató , hasta que aquel mal influjo de las e
ella y la otra se fueron muertas de trellas se pasase , ó hasta que otro
risa , y le dejaron asido de manera que más sabio encantador le desencanta
fué imposible soltarse. Estaba pues, se . Pero engañóse mucho en su creen
cia, porque apenas comenzó á amane
como se ha dicho, de pies sobre Roc - cer , cuando llegaron a la venta cua
cinante, metido todo el brazo por el tro hombres de á caballo , muy bien
agujero, y atado de la muñeca y al
cerrojo de la puerta , con grandísimo puestos y aderezados , con sus esco
petas sobre los arzones. Llamaron
temor y cuidado que si Rocinante se
desviaba á un cabo ó á otro, había de a la puerta de la venta, que aun es
quedar colgado del brazo , y así no taba cerrada, con grandes golpes ; lo
osaba hacer movimiento alguno pues cual visto por don Quijote desde don
de aun no dejaba de hacer la centi
to que de la paciencia y quietud de nela , con voz arrogante y alta dijo :
Rocinante bien se podía esperar que
estaría sin moverse un siglo entero . Caballeros ó escuderos ó quienquiera
que seáis, no tenéis para qué llamar
En resolución, viéndose don Quijote
atado, y que ya las damas se habían á las puertas deste castillo, que asaz
ido, se dio á imaginar que todo aque de claro está, que á tales horas , ó les
llo se hacia po " vía de encantamento , que están dentro duermen, ó no tie
nen por costumbre de abrirse lag ior
como la vez pasada cuando en aquel
mismo castillo le molió aquel moro talezas hasta que el sol esté tenido
encantado del arriero ; y maldecía er por todo el cuelo ; desviaos á fuera ,
tre sí su poca discreción y discurso , v esperad que aclare el día, y enton
pues habiendo salido tan mal la vez ces veremos si será justo 6 no que os
primera de aquel castillo , se había abran . ¿ Qué diablos de fortaleza 6
aventurado á entrar en él la segunda, castillo es este , dijo uno , para obli
siendo advertimiento de caballeros garnos á guardar esas ceremonias ?
andantes , que cuando han probado Si sois el ventero , mandad que nos
una aventura , y no salido bien con abran , que somos caminantes que rio
queremos más que dar cebada á nues
ella, es señal que no está para ellos tras cabalgaduras y pasar adelante ,
guardada, sino para otros , y así no
192
DON QUIJOTE DE LA MANCILA
porque vamos de priesa, į Paréceos,
caballeros, que tengo yo talle de ven
tero ? respondió don Quijote. No sé
de que ter éis talle, respondió el otro ; CAPITULO XLIV
pero sé que decís disparates en la .
mar castillo á esta venta. Castillo ts,
replicó don Quijote, y aun de los ne Donde sucesos
se prosiguen los inaudites
jores de toda esta provincia , y gente de la venta
tiene dentro que ha tenido cetro en la
mano y corona en la cabeza . Mejor
fuera al revés, dijo el caminante, el En efecto, fueron tartas las voces
cetro en la cabeza y la corona en la que don Quijote dió , que abriendo de
mano , y será , si á mano viene , que presto las puertas de la venta salió el
debe de estar dentro alguna compa ventero despavorido á ver quién tales
ñía de representantes, de los cuales gritos daba, y los que estaban fuera
es tener a menudo esas coronis y hicieron lo mismo. Maritornes , que ya
cetros que decis , porque en una venta había despertado á las mismas voces,
tan pequeña, y adonde se guarda imaginando lo que podía ser, se fué al
tanto silencio como en esta, no creo pajar y desató, sin que nadie lo viese,
yo que se alojan personas dignas de el cabestro que á don Quijote sostenia ,
corona y cetro. Sabéis poco del mun y él dió luego en el suelo á vista del
do , replicó don Quijote , pues ignoráis ventero y de los caminantes, que lle
los casos que suelen acontecer en ļa gándose á él le preguntaron qué te
caballería andante . Cansábanse los nía , que tales voces daba . El sin res
compañeros que con el preguntante ponder palabra se quitó el cordel de
venian , del coloquio que con don Qui la muñeca , y levantándose en pie su
jote pasaba, y así tornaron á llamar bió sobre Rocinante, embrazó su adar
con grande furia ; y fué de modo que ga, enristró su lanzón , y tomando
el ventero despertó, y aun todos cuan buena parte del campo, volvió á me
tos en la venta estaban , y así se le dio galope diciendo : Cualquiera que
vanto á preguntar quién llamaba . Su dijere que yo he sido con justo título
cedió en este tiempo, que una de las encantado, como mi señora la prin
cabalgaduras en que venían los cua cesa Micomicona me dé licencia para
tro que llamaban, se llegó á oler á ello, yo le desmiento, le reto y desa
Rocinante, que melancólico y triste , fío & singular batalla. Admirados se
con las orejas caídas, sostenía sin quedaron los nuevos caminantes de
moversa á su estirado señor, y como las palabras de don Quijote ; pero el
en fin era de carne, aur.que parecía ventero les quitó de aquella admira
de leño, no pudo dejar de resentirse, ción diciéndoles quién era don Qui
V tornar á oler á quien le llegaba á jote, y que no había que hacer caso
hacer caricias, y así no se hubo mo dél , porque estaba fuera de juicio.
vido tanto cuanto , cuando se desvia . Preguntáronle al ventero, si acaso ha
ron los juntos pies de don Quijote, v bía llegado á aquella venta un mucha
resbalando de la silla , dieran con él cho de hasta edad de quince años,
en el suelo, á no quedar colgado del que venía vestido como mozo de mu
brazo : cosa que le causó tanto dolor, Jas, de tales y tales señas, dando las
que creyó ó que la muñeca le corta mismas que traía el amante de doña
ban ó que el brazo se le arrancaba , Clara. El ventero respondió que había
porque él quedó tan cerca del suelo , tanta gente en la venta , que no había
que con los extremos de las puntas echado de ver en el que pregunta
de los pies besaba la tierra, que era ban ; pero habiendo visto uno de ellos
en su perjuicio ; porque como sentía el coche donde había venido el oidor ,
lo poco que le faltaba para poner las dijo : Aquí debe de estar sin duda ,
plantas en la tierra , fatigábase y esti porque este es el coche que dicen
rábase cuanto podía por alcanzar al que él sigue : quédese uno de nos
suelo ; bien así como los que están en otros á la puerta, y entren los demás
el tormento de la garrucha puestos á á buscarle ; y aun sería bien que uno
toca no toca, que ellos mismos son de vosotros rodease toda la venta, por
causa de acrecentar su dolor con el que no se fuese por las bardas de los
ahinco que ponen en estirarse , enga corrales. Así se hará , respordió uno
ñados de la esperanza que se les re dellos , y entrándose los dos dentro,
presenta que con poco más que se uno se quedó á la puerta, y el otro
estiren llegarán al suelo . se fué á rodear la venta : todo lo
cual veía el ventero , y no sabía ati
rar para qué se hacían aquellas dili.
gencias, puesto que bien creyó que
buscaban aquel mozo cuyas señas le
habían dado . Ya á esta sazón acla
raba el día, y así por esto, como por
PAKTE 1. - CAPÍTULO XLIII 193

el ruido que don Quijote había hecho, los dos pasaban , oyó el mozo de mu
estaban todos despiertos y se levan. las junto á quien don Luis estaba , y
taban , especialmente doña Clara y levantándose de allí, fué á decir lo
Dorotea, que la una con el sobresalto que pasaba á don Fernando y á Car
de tener oerca á su amante, y la otra denio y á los demás , que ya vestido
con el desco de verle,habían pod.do se habían , á los cuales dijo com .
dormir bien mal aquella noche. Don aquel hombre llamaba de don á
Quijote , que vió que nirguno de los aquel muchacho, y las razones que
cuatro caminantes hacía caso dél , ni pasaban, y como ie querían volver a
le respondían á su demanda, moría y casa de su padre, y el mozo no que
rabiaba de despecho y saña ; y si él ría. Y con esto , y con lo que del sa
hallara en las ordenanzas de su caba bían de la buena voz que el cielo le
Hería , que lícitamente podía el caba nabía dado, vinieron todos en gran
lero andante tomar y emprender otra deseo de saber más particularmente
empresa , habiendo dado su palabra y quién era, y aun de ayudarle , si algu
te de no ponerse en ninguna hasta na fuerza le quisiesen hacer ; y así
acabar la que había prometido, él em se fueron hacia la parte donde aun
bistiera con todos , y les hiciera res estaba hablando y porfiando con su
ponder, mal de su grado ; pero por criado . Salió en esto Dorotea de su
parecerle no convenirle ni estarle aposento , y tras ella doña Clara toda
bien comenzar nueva empresa hasta turbada, y llamando Dorotea á Carde
poner á Micomicona en su reino, hubo mio aparte, le contó en breves razones
de callar y estarse quedo, esperando la historia del músico y de doña Ola
á ver en qué paraban las diligencias ra, á quien él también dijo lo que pa
de aquellos caminantes : uno de los saba de la venida á buscarle los cria
cuales hall6 al mancebo que buscaba dos de su padre ; y no se dijo tan cd
durraiendo al lado de un mozo de mu llando que lo dejase de oir doña Cia
las, bien descuidado de que nadie le ra , de lo que quedó tan fuera de sí,
buscase, ni menos de que le hallase. que si Dorotea no llegara á tenerla
El hombre le trabó del brazo , y le diera consigo en el suelo . Cardenio
dijo : Por cierto , señor don Luis , que dijo á Dorotea, que se volviesen al
responde bien á quien vos sois el há. aposento, que él procuraría poner re
bito que tenéis , y que dice bien la medio en todo, y ellas lo hicieron. Ya
cama en que os hallo al regalo con estaban todos los cuatro que venían á
que vuestra madre os crio . Limpiose buscar á don Luis dentro de la venta
el mozo los soñolientos ojos, y miró y rodeados dél , persuadiéndole que
despacio al que le tenía asido, y lue juego, ein detenerse un punto, vol
go conoció que era criado de su padre , viese á consolar á su padre . El res
de que recibió tal sobresalto, que no pondió que en ninguna manera lo po
acerto o no pudo hablarle palabra por día hacer hasti dar fin á un negocio en el
un bu'n espacio ; y el criado prosi que le iba la vida, la honra y el alma.
guió diciendo : Aquí no hay que ha Apretáronle entonces los criados , di
cer otra cosa, señor don Luis , sino ciéndole que en ningún modo volve
prestar paciencia , y dar la vuelta á rian sin él, y que le llevarían qui
casa , si ya vuestra merced po gusta siese 6 no quisiese. Eso no haréis
que su padre y mi señor la dé al otro vosotros, replicó don Luis , si no es
mundo ; porque no se puede esperar llevándome muerto, aunque de cual
otra cosa de la pena con que queda quiera manera que me llevéis, será
por vuestra ausencia . ¿ Pues cómo llevarme sin vida. Ya á esta sazón
supo mi padre, dijo don Luis , que yo habían acudido a la porfía todos los
venía este camino y en este traje ? más que en la venta estaban , espe
Un estudiante, respondió el criado, cialmente Cardenio, don Fernando ,
á quien disteis cuenta de vuestros pen sus camaradas, el oidor, el cura , el
samientos , fué el que lo descubrió , barbero y don Quijote, que ya le pa
movido á lástima de las que vio que reció que no había necesidad de guar
hacía vuestro padre al punto que os dar más el castillo . Cardenio , como ya
echo menos ; y así despachó a cuatro sabía la historia del mozo , preguntó á
de sus criados en vuestra busca, y los que llevarle querían, que que les
todos estamos aquí á vuestro servi movía á querer llevar contra su vo
cio, más contentos de lo que ima luntad aquel muchacho. Muévenos,
ginar se puede , por el buen despacho respondió uno de los cuatro , dar la
con que tornaremos llevándoos á los vida á su padre , que por la ausencia
ojos que tanto os quieren . Eso será deste caballero queda á peligro de
como yo quisiere o como el cielo or perderla. A esto dijo don Luis : N.
denare , respondió don Luis . ¿ Qué hay para qué se dé cuenta aquí de
habéis de querer, o qué ha de ordenar mis cosas ; yo soy libre , y volveré si
el cielo fuera de consentir en volve me diere gusto ; y si no, ninguno de
ros ? porque no ha de ser posible otra vosotros me ha de hacer fuerza. Hara .
cosa . Todas estas razones que entre sela á vuestra merced la razón, res
13
194 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

pondió el hombre ; y cuando ella no vuestra merced alcance esa licencia


bastare con vuestra merced , bastará que dice , estará mi señor en el aire
con nosotros para hacer á lo que ve mundo . Dadme vos , señora, que yo
nimos y lo que somos obligados. Se alcance la licencia que digo, respon
pamos qué es esto de raiz , dijo a este dio don Quijote , que como yo la ten
tiempo el oidor ; pero el hombre, que ga, poco hará al caso que él esté en
le conoció como vecino de su casa , el otro mundo , que de allí le sacaré a
respond 6 : ¿ No conoce vuestra mer pesar del mismo mundo que lo con
ced, señor oidor, á este caballero , que tradiga ; 6 por menos os daré tal
es el hijo de eu vecino , el cual se ha venganza de los que allá le hubieren
ausentado de casa de su padre en el enviado, que quedéis más que media
hábito tan ate su calidad , ramente satisfechas . Y sin hacer was
como vuestra merced puede ver ? Mi se fué á poner de hinojos ante Doro
róla entonces el oidor más atenta
tea, pidiéndole con palabras caballe
mente , y conocióle , y abrazándole rescas y andantescas que la su gran
dijo : ¿ Qué niñerías son estas, señor deza fuese servida de darle licencia
don Luis, o qué causas tan poderosas, de acorrer y socorrer al castellano de
que os hayan movido á venr desta aquel castillo , que estaba puesto en
marera , y en este traje, que dice tan una grave mengua. La princesa se la
mal con la calidad vuestra ? Al mozo dió de buen talante , y él luego em
se le vinieron las lágrimas á los ojos , brazando su adarga y poniendo mano
y no pudo responder palabra al oidor , á su espada acud á á la puerta de la
el cual dijo a los cuatro que se sose venta , adonde aun todavia traían los
gasen , que todo se haría bien ; y to huéspedes á mal traer al ventero ;
mando por la mano á don Luis, le pero así como llegó embazo y se es .
aparto á una parte, y le preguntó que tuvo quedo , aunque Maritornes y la
venida había sido aquella. Y en tanto ventera le decían que en qué se de
que le hacía esta y otras preguntas, tenía, que socorriese á su señor y
oyeron grandes voces á la puerta de marido. Deténgome , dijo don Quijote,
la venta, y era la causa dellas que porque tio me es lícito poner mano á
dos huéspedes que aquella noche lia la espada contra gente escuderil ;
bían alojado en ella , viendo á toda la pero llamadme aquí á mi escudero
gente ocupada en saber lo que les Sancho, que á él toca y atañe esta
cuatro buscaban , habían intentado irse defensa y venganza. Esto pasaba en
sin pagar lo que debían ; mas el ven la puerta de la venta, y en ella anda
tero , que atendía más á su negocio ban las puñadas y mojicones muy en
que á los ajenos, les asió al salir de su punto, todo en daño del ventero y
la puerta y pidió su paga, y les afeó en rabia de Maritornes, la ventera y
su mala intención con tales palabras, su hija, que se desesperaban de ver.
que les movió á que le respondiesen la cobardía de don Quijote, y de lo
con los puños : y así le comenzaron mal que lo pasaba su marido, señor y
dar tal mano , que el pobre ventero padre . Pero dejémosle aquí, que no
tuvo necesidad de dar voces y pedir faltará quien le socorra , ó si no, su
socorro . La ventera y su hija no vie fra y calle el que se at : eve á más de
ron á otro más desocupado para soco á lo que sus fuerzas le permiten, y
rrerle que á don Quijote, á quien la vovámonos atrás cincuenta pasos
hija de la ventera dijo : Socorra vues ver qué fué 10 que don Luis respon
tra merced , señor caballero, por la dió al oidor, que le dejamos aparte,
virtud que Dios le dió , á mi pobre preguntándole la causa de su venida
padre, que los malos hombres le es á pie y de tan vil traje vestido. A lo
tan moliendo como á cibera. A lo cual cual el mozo, asiéndole fuertemonte
respondió donflema
con mucha Quijote muy despacio
: Termosa donce de las manos , como en señal de que
lla , no ha lugar por ahora vuestra
algún gran dolor le apretaba el cora
petición , porque estoy impedido de zón , y derramando lágrimas en grando
entrometerme en otra aventura en abundancia , le dijo : Señor mío , yo no
sé deciros otra cosa, sino que desde
tanto que no diere .cima á una en que el punto que quiso el cielo y facilitó
mi palabra me ha puesto. Mas lo que nuestra vecindad que yo viese á mi
yo podré hacer por serviros, es lo que
ahora diré : corred , y decid á vuestro señora doña Clara, hija vuestra y se
padre que se entretenga en esa bata ñora mía, desde aquel instante la
hice dueña de mi voluntad ; y si la
lla lo mejor que pudiere , y que no se vuestra, verdadero señor y padre mio ,
deje vencer en ningún modo , en tan no lo impide, en este mismo día ha
to que yo pido licencia á la princesa
de ser mi esposa. Por ella dejé la
Micomicona para poder socorrerle en
su cuita, que si ella me la da, tened casa de mi padre, y por ella mepuse
por cierto que yo le sacaré della. i Pe -n este traje , para seguirla donde
cadora de mí ! dijo á esto Maritornes , quiera que fuese , como la saeta al
ве estaba delante : primero que blanco o como el marinero al norte .
Ella no sabe de mis deseos más de
PARTE I. --CAPÍTULO XLIV 195

lo que ha podido entender de algunas pendencia, y decía : Aqui'de ry y de


veces que desde lejos ha visto llorar la justicia, que sobre cobrar mi ha
nis ojos. Ya, señor, sabéis la riqueza cienda ine quiere matar este ladrón
y la nobleza de mis padres , y como salteador de camir os . Mentís, respon
yo soy su único heredero : si os pa dió Sancho , que no soy salteador de
rece que estas son partes para que caminos, que en buena guerra ganó
os aventuréis á hacerme en todo ven mi señor don Quijote estos despojos.
turoso , recibidme luego por vuestro Ya estaba don Quijote delante con
kijo ; que si mi padre , llevado de mucho contento de ver cuán bien se
etros designios suyos, no gustare defendía y ofendía su escudero, y tú
deste bien que yo supe buscarme, vole desde allí adelante por hombre
más fuerza tiene el mpo para des de pro , y propuso en su corazón de
hacer y mudar las cosas, que las hu armarle caballero en la primera oca
manas voluntades . Calló en diciendo són que se le ofreciese ; por parecer ..
esto el enamorado mancebo, y el le que sería en el bien empleada la
sidor quedó en oirle suspenso , con orden de la caballería . Entre otras
fuso y admirado , así de haber oído cosas que el barbero decía en el ais.
el modo y la discreción con que don curso de la pendencia, vino á decir :
Luis le había descubierto su pensa Señores , así esta albarda es mía , ocmo
miento, como de verse en punto que la muerte que debo á Dios , y así la
no sabía el que poder tomar en tan conozco como si la hubiera parido, y
repentino y no esperado negocio : y ahí está mi asno en el es.ablo , que ro
así no respondió otra cosa sino que me dejará mentir ; si no, pruébensela ,
se sosegase por entonces , y entretu. y si no le viniere pintiparada, yo que
viese á sus criados, que por aquel díit daré por infame. Y hay más, que el
no le volviesen , porque se tuviese mismo día que ella se me quitó, me
tiempo para considerar lo que mejor quitaror también una bacía de azó
a todos estuviese, Besole las manos far nueva, que no se había estrenado ,
por fuerza don Luis , y aun se las ba que era señora de un escudo. Aquí 10
ño con lágrimas cosa que pudiera en se pudo contener don Quijote sin res
terneoer un corazón de mármol, no ponder, y poniéndose entre los dos y
sólo el del oidor, que como discreto apartándoles, depositando la albarda
ya había conocido cuán bien le estaba en el suelo, que la tuviese de mani
á su hija aquel matrimonio ; puesto fiesto hasta que la verdad se aclarase ,
que si fuera posible, lo quisiera efec dijo : Porque vean vuestras mercedes
tuar con voluntad del padre de don clara y manifiestamente el error en
Luis, del cual sabía que pretendía que está este buen escudero, pues
hacer de título á su hijo . Ya á esta llama b3cía á lo que fué , es y será el
sazón estaban en paz los huéspedes yelmo de Mambrino, el cual se le qui
con el ventero , pues por persuasión y té yo en buena guerra, y me hice se
buenas razones de don Quijote , más ñor dél con legítima y lícita posesión.
que por amenazas, le habían pagado En lo de la albarda no me entremeto ,
todo lo que él quiso, y los criados de que en lo que en ello sabré decir es ,
don Luis aguardaban el fin de la plá que mi escudero Sancho me pidió li.
tica del oidor la resolución de su cencia para quitar los jaeces del caba
amo ; cuando el demonio, que no llo deste vencido cobarde, y con ellos
duerme, ordenó que en aquel mismo adornar el suyo : yo se la di , y él los
punto ertró en la venta el barbero á tomó, y de haberse convertido de jaez
quien don Quijote quitó el yelmo de en albarda no sabré dar otra razón sino
Mambrino, y Sancho Panza los apa es la ordinaria , que como esas trans
rejos del asno , que trocó con los del formaciones se ven en los sucesos
suyo ; el cual barbero, llevando su de la caballería : para confirmación de
jumento á la caballeriza , vió á Sancho lo cual corre, Sancho hijo, y saca aquí
Panza que estaba aderezando no sé el yelmo que este buen hombre dice
qué de la albarda y así como la vio ser bacía. Pardiez, señor, dijo Sancho,
la corocio, y se atrevió a arremeter á si no tenemos otra prueba de nuestra
Sancho diciendo : i Ah don ladrón , intención que la que vuestra merced
que aquí os tengo ! ivenga mi bacia y dice, tan bacía es el yelmo de Mam
mi albarda con todos mis aparejos brino como el jaez deste buen hombre
que me robastes ! Sancho , que se vió albarda. Haz lo que te mando, replicó
acometer tan de improviso, y nyo don Quijote, que no todas las cosas
los vituperios que le decían con la deste castillo han de ser guiadas por
una mano asió de la albarda, y con encantamento . Sancho fué á do estaba
la otra dió un mojicón al barbero , que la bacia , y la trujo , y así como don
le baño los dientes en sangre ; pero Quijote la vió , la tomó en las manos,
no por esto dejó el barbero la presa y dijo : Miren vuestras mercedes con
que nía hecha de la albarda , antes qué cara podrá decir este escudero
alzó la voz de tal manera, que todos que esta es bacia , y no el yelmo que
los de la venta acudieron al ruido y yo le dicho : y juro por la orden de
196 DON QUIJOTE DE LA MANCIA

caballería que profeso , que este yelmo atendía á aquellos donaires , ; Válane
fué el mismo que yo le quité, sin ha Dios ! dijo a esta sazón el barber .
ber añadido en él ni quitado cosa al burlado, ¿ qué es posible que tanta
guna. En eso no hay duda, dijo á esta gente honrada diga que esta no es ba
sazón Sancho, porque desde que mi cía sino yelmo ? Cosa parece esta que
señor le ganó hasta ahora, no ha he puede poner en admiración a toda una
cho con él más de una batalla, cuan universidad , por discreta que sea,
do libró á los sin ventur : encadna Basta , si es que esta bacía es yelmo ,
dos ; y si no fuera por este baci- ' también debe de ser esta albarda jaez
yelmo , no lo pasara entonces muy de caballo, como este señor ha dicho .
bien, porque hubo asaz de pedradas A mi albanda me parece , dijo don
en aquel trance. Quijote, pero ya he dicho que en eso
no me entremeto. De que sea albarda
6 jaez , dijo el cura , no está en más de
decirlo el señor don Quijote , que en
CAPITULO XLV estas cosas de la caballería todos es
tos señores y yo le damos la ventaja .
Por Dios, señores míos, dijo don Qui
Donde se acaba de averiguar la jote, que son tantas y tan extrañas
duda del yelmo de Mambrino y las cosas que en este castillo, en dos
de la albarda , y otras aventuras veces que en él he alojado, me lian
sucedidas con toda verdad . sucedido, que no me atreva á decir
afirmativamente ninguna cosa de lo
que acerca de lo que en él se contiene
¿ Qué les parece a vuestras merce se preguntare, porque imagino que
des , señores , dijo el barbero, de lo que cuanto en él se trata va por vía de en
afirman estos gentileshombres, pues cantamento. La primera vez me fati
aun porfían que esta no es bacia , gó mucho un moro encantado que en
sino yeimo ? Y quien lo contrario dije. él hay, y á Sancho no le fué muy bien
re, dijo don Quijote , le haré yo cono con otros sus secuaces , y anoche es .
oer que miente si fuere caballero, y si tuve colgado deste brazo casi dos ho
escudero , que remiente mil veces . ras, sin saber cómo ni cómo no vine
Nuestro barbero , que á todo estaba á caer en aquella desgracia. Así que ,
presente , como tería tan bien cono ponerme yo ahora en cosa de tanta
cido el humor de don Quijote , quiso confusión á dar mi parecer, será caer
esforzar su desatino, y llevar delante en juicio temerario . En lo que toca á
la burla para que todos riesen , y dijo lo que dicen que esta es bacía y no
hablando con el otro barbero : Señor yelmo, ya yo tengo respondido ; pero
barbero, o quien sois , sabed que yo en lo de declarar si esa es albarda 6
también soy de vuestro oficio , y tengo jaez, no me atrevo á. dar sentencia
más ha de veinte años carta de exa definitiva , sólo lo dejo al buen pare
men y conozco muy bien de todos los cer de vuestras mercedes; quizá por
instrumentos de la barbería , sin que no ser armados caballeros como yo lo
le falte uno, y ni más ni menos fur un soy , no tendrán que ver con vuestras
tiempo en mi mocedad soldado, y sé mercedes los encantamentos deste lu
también qué es yelmo, y qué es mo gar, y tendrán los entendimientos li
rrión y celada de encaje , y otras cosas bres, y podrán juzgar de las cosas
tocantes a la milicia, digo á los géne deste castillo como ellas son real y
ros de armas de los soldados , y digo , verdaderamente, y no como á mí me
salvo mejor parecer, remitiéndome parecían. No hay duda, respondió á
siempre al nejor entendimiento , que esto don Fernando, sino que el señor
esta pieza que está aquí delante , y don Quijote ha dicho muy bien hoy,
que este buen señor tiene en las ma que á nosotros toca la definición deste
nos , no sólo no es bacía de barbero , caso ; y porque vaya con más funda
pero está tan lejos de serlo, como está mento , yo tomaré en secreto los votos
lejos lo blanco de lo negro y la verdad destos señores , y de lo que resultare
de la mentira : también digo que este , daré eatera y clara noticia. Para
aunque es velmo, no es yelmo entero . aquellos que la tenían del humor de
No por cierto , dijo don Quijote, por don Quijote, era todo esto materia de
que le falta la mitad , que es la babe grandísima risa ; pero para los que la
ra. Así es , dijo el cura, que ya había ignoraban , les parecía el mayor dis
entendido la intención de su amigo parate del mundo, especialmente á
el barbero , y lo mismo confirmaron los cuatro criados de don Luis , y á .
Cardenio , don Fernando y sus cama don Liis ni más ni menos , y á otros
radas ; y aun el oidor, si no estuviera tres pasajeros que acaso habían lle
tan pensativo con el negocio de don gado a la venta, que tenían parecer
Luis , ayudara por su parte á la burla ; de ser cuadrilleros , como en efecto lo
pero las veras de lo que pensaba le eran . Pero el que más se desesperaba
tenían tan suspenso , que poco ó nada era el barbero, cuya bacía alli de
PARTE 1.-- CAPÍTULO XLV 197

lante de sus ojos se le había vuelto en á descargar tal golpe sobre la cale.
yelmo de Mambrino, y cuya albarda za , que á no desviarse el cuadrillero,
pensaba sin duda alguna que se le ha se le dejara allí tendido: el lanzón
bía de volver en jaez rico de caballo ; se hizo pedazos en el suelo, y los de.
y los unos y los otros se reían de ver más cuadrilleros , que vieron tratar
como andaba don Fernardo tomando mal á su compañero, alzaron la voz
los votos de unos en otros , hablándo pidiendo favor á la Santa Hermandad .
les al oido para que en secreto decla . El ventero, que era de la cuadrilla ,
rasen si era albarda o jaez aquella jo entró al punto por su varilla y por su
ya sobre quien tanto se había pelea espada, y se puso al lado de sus com .
do ; y después que hubo tomado los rañeros : los criados de don Luis ro
votos de aquellos que á don Quijote dcaron á don Luis , porque con el al
conocían , dijo en alta voz : El caso es, boroto no se les fuese : el barbero,
buen hombre, que ya yo estoy cansado viendo la casa revuelta , tornó á asir
de tomar tantos pareceres , porque de su albarda y lo mismo hizo San
veo que á ninguno pregunto lo que cho : don Quijote puso mano á su es
deseo saber, que no me digan que es pada, y arremetió a los cuadrilleros :
disparate el decir que esta sea albar don Luis daba voces á sus criados
da de jumento, sino jaez de caballo, que le dejasen á él, y acorriesen ú don
y aun de caballo castizo , y así habréis Quijote y á Cardenio y á don Fernan
de tener paciencia, porque a vuestro do , que todos favorecían á don Qui
pesar y al de vuestro asno , este es jote : el cura daba voces, la ventera
jaez y no albarda, y vos habéis ale gritaba, su hija se afligia , Maritornes
gado y probado muy mal de vuestra lloraba, Dorotea estaba confusa , Lus
parte. No la tenga yo en el cielo, dijo cinda suspensa y doña Clara desna
el pobre barbero, si todas vuestras vada. El barbero aporreaba á Sancho ,
mercedes no se engañan , y que así Sancho molía al barbero, don Luis, á
parezca mi ánima ante Dios, como ella quien un criado suyo se atrevió á
me parece á mí albarda, y no jaez ; asirle del brazo porque no se fuese ,
pero allá van leyes ... y no digo más : le dio una puñada que le bañó loe
y en verdad que no estoy borracho , dientes en sangre ; el oidor le defer
que no me he desayunado, si de re día. don Fernando tenía debajo de
car no . No menos causaban risa las sus pies á un cuadrillero, midiéndole
necedades que decía el barbero que el cuerpo con ellos muy á su sabor ;
los disparates de don Quijote, el cual el ventero torno á reforzar la voz pi
á esta sazón dijo : Aquí no hay más diendo favor á la Santa Hermandad :
que hacer sino que cadauno tomelo da modo que toda la venta era lan
que es suyo , y á quien Dios se la dió tos, voces, gritos, confusiones, temo
san Pedro se la bendiga. Uno de los res, sobresaltos, desgracias, cuchi
cuatro dijo : Si ya no es que esto sea lladas, mojicones , palos, coces y efu
burla pensada, no me puedo persua. sión de sangre. Y en la mitad deste
dir que hombres de tan buen enten caos, máquina y laberinto de cosas,
dimiento como son ó parecen todos se le representó en la memoria á dou
los que aquí están , se atrevan á Quijote que se veía metido de hoz y
decir y afirmar que ésta no es bacía , de coz en la discordia del campo de
ni aquélla albarda ; mas como veo Agramante, y así dijo con voz que
que lo afirman y lo dicen me doy a atronaba la venta : Ténganse todos,
entender que no carece de misterio el todos envainen , todos se sosieguen ,
porfiar una cosa tan contraria de lo biganme todos , si todos quieren que
que nos muestra la misma verdad y dar con vida. A cuya gran voz todos
la misma experiencia ; porque voto á se pararon , y él prosiguió diciendo :
tal ( y arrojóle redondo), que no me ¿ No os dije yo, señores , que este cas .
den á mí entender cuantos hoy viven tillo era encantado , y que alguna le
en el mundo al revés de que ésta no gión de demonios debe de habitar en
sea bacía de barbero, y ésta albarda él ? En confirmación de lo cual quiero
de asno. Bien podría ser de borrica , que veáis por vuestros ojos cómo se
dijo el cura. Tanto monta , dijo el ha pasado aquí y trasladado entre
criado, que el caso no consiste en eso , nosotros la discordia del campo de
sino en si es ó no es albarda, como Agramarte . Mirad como allí se pelea
vuestras mercedes dicen . Oyendo esto por la espada, aquí por el caballo,
uno de los cuadrilleros que habían acullá por el águila, acá por el yelmo ,
entrado, que había oído la pendencia y todos peleamos, y todos no nos en.
V cuestión , lleno de cólera y de enfa tendemos : venga pues vuestra mer
do dijo : Tan albarda es como mi pa ced , señor oidor, y vuestra merced
dre, y el que otra cosa ha dicho 6 señor cura, y el uno sirva de rey
dijere debe de estar hecho uva. Men Agramante y el otro de rey Sobrino ,
tis eomo bellaco, villano, respondió pór gannos en paz ; porque por Dios
don Quijote, y alzando el lanzón , que todopoderoso que es gran bellaquería
nunca le dejaba de las manos , le iba que tanta gente principal como aquí
198 DUN OCIJOTE DE LA MANCIIA

estamos se mate por causas tan iivia tre algunos mandamientos que traís
nas . Los cuadrilleros, que no enten para prender algunos delincuentes ,
dían el frasis de don Quijote, y se traía uno contra don Quijote , á quien
veian mal parados de don Fernando, la Sarta Hermandad había mandade
Gardenio y sus camaradas, no querían prender por la libertad que dió á los
sosegarse : el barbero sí, porque en la guleotes, y como Sancho con mucha
pendencia tenía deshechas las barbas y razón había temido. Imaginando pues
el albarda : Sancho, á la más mínima esto , quiso certificarse si las señas
voz de su amo obedeció como buen que de don Quijote traía venían bien ,
criado : los cuatro criados de don y sacando del seno un pergamino,
Luis también se estuvieron quedos, topó con el que buscaba, y poniéndo
viendo cuán poco , les ibi en no estar sele á leer de espacio, porque no era
lo : solo el ventero porfiaba que se ha buen lector, á cada palabra que leía
bían de castigar las insolencias de ponía los ojos en don Qpijote, y iba
aquel loco, que a cada paso le alboro cotejando las señas del mandamiento
taba la venta. Finalmente , el rumor con el rostro de don Quijote, y hallo
se apaciguó por entonces, la albarda que sin duda alguna era el que el
se quedó por jaez hasta el dia del mandamiento rezaba . Y apenas se hu.
juicio, y la bacía por yelmo, y la ven bo certificado, cuando recogiendo su
ta por castillo en la imaginación de pergamino, en la izquierda tomó el
don Quijote . Puestos pues ya en so mar damiento , y con la derecha asio
siego , y hechos amigos todos á per á don Quijote del cuello fuertemente ,
suasión del oidor y del cura, volvie que no le dejaba alentar , y á grandes
ion los criados de don Luis á por voces decía : Favor á la Santa Her
fiarle que al momento se viniese con mandad; y para que se vea que lo
ellos, y en tanto que él con ellos se pido de veras, léase ' este mandamien
avenía, el oidor comunicó con non to, donde se contiene que se prenda á
Fernando, Cardenio y el cura , qué este salteador de caminos , Tomó el
debía hacer en aquel caso, contán mandamiento el cura , y vió como era
doselo con las razones que don Luis verdad cuanto el ' cuadrillero decía, y
le había dicho. En fin , fué acordado como convenía con las señas con don
que don Fernando dijese á los cria Quijote, el cual viéndose tratar mal
dos de don Luis quién él era , y como de aquel villano malandrin , puesta
era su gusto que don Luis se fuese la cólera en su punto , y crujiendole
con él al Andalucía , donde de su los huesos de su cuerpo, como me
hermano el marqués sería estimado jor pudo él asió al cuadrillero con en
como el valor do don Luis merecía , trambas manos de la garganta, que á
porque desta manera se sabía de la no ser socorrido de sus compañeros
intenc ón de don Luis que no volvería allí dejara la vida antes que don Qui
por aquella vez á los ojos de su padre, jote la presa . El ventero, que por
si le hiciesen pedazos. Entendida pues fuerza había de favorecer a los de su
de los cuatro la calidad de don Fer oficio, acudió luego á dalle favor. La
nando y la ir tenc ón de don Luis , de ventera , que vió de nuevo á su mari
terminaron entre ellos , que los tres do en pendencias, de nuevo alzó la
se volviesen á contar lo que pasaba á voz , cuyo tenor le llevaron luego
su padre, y el otro se quedase á ser Maritornes y su hija , pidiendo favor
vir á don Luis y á no dejalle hasta al cielo y a los que allí estaban . San
que ellos volviesen por él ó viese lo cho dijo , viendo lo que pasaba : Vive
que su padre les ordenaba. Desta ma el Señor, que es verdad cuanto mi
nera se apaciguó aquella máquina de amo dice de los encantos deste casti
pendencias por la autoridad de Agra llo , pues no es posible vivir una hora
inante y prudencia del rey Sobrino ; con quietud en él. Don Fernando des .
pero viéndose el enemigo de la con. partió al cuadrillero y á don Quijote,
cordia y el émulo de la paz menos y con gusto de entrambos les desen .
preciado y burlado, y el poco fruto clavijólas manos, que el uno en el
que había granjeado de haberlos pues collar del sayo del uno , y el otro en la
to a todos en tan confuso laberinto , garganta del otro bien asidas tentan ;
acordó de probar otra vez la mano re pero no por esto cesaban los cuadri
sucitando nuevas pendencias y desa lleros de pedir su preso , y que les
sosiegos. Es pues el caso que los cut ayudasen á dársele atado y entrega
drilleros se sosegaron por haber en . do á toda su voluntad , porque asi
treoído la calidad de los que con ellos convenía al servicio del rey y de la
se habían combatido, y se retiraron Santa Hermandau , de cuya parte de
de la pendencia por parecerles que nuevo les pedían socorro y favor para
de cualquiera manera que sucediese , hacer aquella prisión de aquel roba
habían de llevar lo peor de la bata dor y salteador de sendas y de carre
lla : pero á uno dellos , que fué el que ras . Reíase de oir decir estas razones
fué molido y pateado por don Fer don Quijote , y con mucho sosiego di
nando, le viro á la memoria que en jo : Venid aoá , gente toez y mali naei
PARTE 1. - CAPÍTULO XLVI 199

da , saltear de caminos llamáis al mandado , y que una vez prese , si


dar libertad á los encadenados, sol quiera le soltasen trescientas . Con
tar los presos , acorrer á los miséra . todo eso, djo el cura, por esta vez
" bles, alzar los caídos, remediar los no le habéis de llevar, ni aun él die
menesterosos ? ¡Ah gente infame, jará llevarse , á lo que yo entiendo .
digna por vuestro bajo y vil entendi En efecto, tanto les supo el cura de
miento que el cielo no os comunique cir, y tantes locuras supo don Quijote
el valor que se encierra en la caba hacer, que más locos fucran que no él
Ilería andante , ni os dé á entender los cuadrilleros , si no conocieran la
el pecado é ignorancia en que estáis falta de don Quijote ; y así tuvieron
en no reverenciar la sombra, cuanto por bien de apaciguarse y aun de ser
más la existencia de cualquier caba medianeros de hacer las paces entre
llero andante ! Venid acá, ladrones en el barbero y Sancho Panza, que tod :
cuadrilla, que no cuadrilleros, sal vía asistían con gran rencor á su pen
teadores de caminos con licencia de dencia . Finalmente , ellos como miem
la Santa Hermandad, decidme, quién bros de justicia mediaron la causa y
fué el ignorante que firmó manda fueron árbitros della, de tal modo que
miento de prisión contra un tal caba ambas partes quedaron, si no del todo
llero como yo soy ? ¿ Quién el que contentas , á lo menos en algo satisfe
ignoro que son exentos de todo judi chas, porque se trocaron las albardas,
cial fuero los caballeros andantes , y no las cinchas y jáquimas ; y en lo
que su ' ley es su espada , sus fue que tocaba á lo del yelmo de Mambri
1'0s sus brios, sus premáticas su vo no , el cura á so capa y sin que don
luntad ? ¿ Quién fué el mentecato , Quijote lo entendiese, le dió por la
vuelvo á decir, que no sabe que no bacía ocho reales, y el barbero le hizo
hay ejecutoria de hidalgo con tantas una céduia del récibo, y de no llamar .
preeminencias ni exenciones como la se á engaño por entonces ni por siem.
que adquiere un caballero andante pre jamás amén . Sosegadas pues es
el dia que se arma caballero y se tas dos pendencias, que eran las más
entrega al duro ejercicio de la caba principales y de más tomo, restaba
Ilería ? ¿ Qué caballero andarte pagó que los criados de don Luis se con
pecho, alcabula, chapín de la reina, tentasen de volver los tres, y que el
moneda forera , portazgo, ni barca ? uno quedase para acompañarle donde
¿ Qué sastre le llevó hechura de vesti don Fernando le quería llevar ; y co
do que le hiciese ? ¿ Qué castellano le mo ya la buena suerte y mejor fortuna
acogió en su castillo, que le hiciese había comenzado á romper lanzas,
pagar el escote ? ¿ Qué rey no le asen y á facilitar dificultades en favor de
tó á su mesa ? ¿ Qué doncella no se le los amantes de la venta y de los va
aficiono, y se le entregó rendida á lientes della, quiso llevarlo al caboy
todo su talante y voluatad ? Y final. dar á todo felice suceso , porque los
mente , ¿ qué caballero andante ha ha criados se contentaron de cuanto don
bido , hay ni habrá en el mundo, que Luis quería, de que recibió tanto con
no tenga brios para dar él solo cua tento doña Clara , que ninguno en
trocientos palos á cuatrocientos cua aquella sazón la mirara al rostro , que
alrilleros que se le pongan delante ? no conociera el regocijo de su alma.
Zoraida , aunque no entendía bien
todos los sucesos que había visto , se
ertrietecía y alegraba á bulto , con
CAPITULO XLVI forme veía y notabı los semblantes á
cada uno , especialmente de su espa
ñol, en quien tenía siempre puestos
De la notable aventura de los cua los ojos y traía colgada el alma. El
drilleros, y la gran ferocidad de ventero, á quien no se le pasó por
nuestro buen caballero don Qui. alto la 'dádiva y recompensa que el
jote . cura había hecho al barbero, pidió el
escote de don Quijote con el menos
caho de sus cueros y falta de vino ,
In tanto que don Quijote esto decía , jurando que no saldría de la venta Pos
estaba persuadiendo el cura á los cinante ni el jumento de Sancho, sin
euadrilleros como don Quijote era que se le pagase primero hasta el
falto de juicio, como lo veían por sus último ardite . Todo lo apaciguó el
obras y por sus palabras , y que no cura , y lo pagó don Fernando , puesto
tenían para qué llevar aquel negocio que el oidor de muy buena voluntad
adelante , pues aunque le prendiesen había también ofrecido la paga : y de
llevasen , luego le habían de dejar tal manera quedaron todos en paz y
por loco ; á lo que respondió el del sosiego, que ya no parecía la venta la
nandamiento, que á él no tocaba juz discordia del campo de Agramante,
gar de la locura de don Quijote sino como don Quijote había dicho, sino ia
aacer lo que por su mayor le era misma paz y quietud del tiempo de
200 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

Octaviano ; de todo lo cual fué común prudencis ordenare. A la mano de


opinión que se debían dar las gracias Dire;
á la buena intención y mucha elo que unadijoseñora
don Qu
se jote, puesno así
humilla, es
quie
cuencia del señor cura , y á la incom ro yo perder la ocasión de levanta
parable liberalidad de don Fernando, lla , y ponella en su heredado trono .
Viéndose pues don Quijote libre y La partida sea luego , porque me va
desembarazado de tantas pendencias, poniendo espuelas el deseo y el ca
así de su escudero como suyas , le pa . mino , porque suele decirse que en la
reció que sería bien seguir su comen tardanza está el peligro ; y pues no
zado viaje, y dar fin á aquella grande ha criado el cielo ni visto el infierno
aventura pars que había sido llami. ninguno que me espante ni acobarde,
do y escogido ; y así con resoluta de . ensilla , Sancho, á Rocinante , y apa
terminación se fué a poner de hinojos reja tu jumento y el palafré de la
ante Dorotea , la cual no le consintio reina , y despidámonos del castellano
que hablase palabra hasta que se y destos señores , y vamos de aquí
levantase , y él por obedecella se puso luego al punto. Sancho, que á todo
en pie y le dijo : Es común proverbio, estaba presente , dijo meneando la ci
fermosa señora, que la diligencia es beza á una parte y á otra : 1Ay señor,
madre de la buena ventura, y en mul señor, y cómo hay más mal en el al
chas y graves cosas ha mostrado la dehuela que se suena, con perdón sa
experiencia que la solicitud del nego dicho de las tocas honradas ! ¿ Qué
ciante trae a buen fin el pleito dudo . mal puede haber en ninguna aldea ni
so ; pero en ningunas cosas se mues en todas las ciudades del mundo , que
tra más esta verdad que en las de la pueda sonarse en menoscabo mío, vi
guerra , adonde la celeridad y preste llano ? Si vuestra merced se enoja ,
za previene los discursos del enemigo, respondió Sancho , yo callaré , y deja
v alcanza la victoria antes que el con ré de decir lo que soy obligado como
trario se ponga en defensa . Todo esto buen escudero, y como debe un buen
digo, alta y preciosa señora , porque criado decir á su señor . Di lo que qui.
me parece que la estada nuestra un sieres , replicó don Quijote , como tus
este castillo ya es sin provecho , y po palabras no se encaminen á ponerme
dría sernos de tanto daño que lo echá miedo : que si tú le tienes , haces
semos de ver algún dia : porque como quien eres , y si yo no le tengo ,
¿ quién sabe si por ocultas espías v hago como quien soy . No es eso , por
diligentes habrá sabido ya vuestro cador fuí yo á Dios , respondió San .
enemigo el gigante de que yo voy 1 cho , sino que yo tengo por cierto y
destruille, y dándole lugar el tiempo por averiguado que esta señora que
se fortificase en algún inexpugnable se dice ser reina del gran reino Mi
castillo y fortaleza , contra quien va comicón , no lo es más que mi madre.
liesen poco mis diligencias y la fuer porque á ser lo que ella dice , no se
za de mi incansable brazo ? Así que , anduviera hocicando con alguno de
señora mía , prevengamos , como ten . los que están en la rueda, á vuelta de
go dicho, con nuestra diligencia s6: 3 cabeza y á cada traspuesta . Paróse
designios, y partámonos luego á la colorada con las razones de Sancho
buena ventura, que no está de más Dorotea, porque era verdad que sn
del tenerla yuestra grandeza como de esposo don Fernando alguna vez a
sea, de cuanto yo tarde de verme oon hurto de otros ojos había cogido con
vuestro contrario. Calló , y no dijo los labios parte del premio que me
más don Quijote, y esperó con mucho recían sus deseos, lo cual había visto
sosiego la respuesta de la fermosa in Sancho , y parecidole que aquella des
fanta , la cual, con ademán señoril y envoltura más era de dama cortesa
acomodado al estilo de don Quijote, na que de reina de tan gran reino , y
le respondió desta manera : Yo os no pudo ni quiso responder palabra
agradezco , señor caballero , el deseo á Sancho, sino dejóle proseguir en su
que mostráis tener de favorecerme en plática , y él fué diciendo : Esto digo ,
mi gran cuita, bien así como caballe señer, porque si al cabo de haber
ro á quien es anejo y concerniente andado caminos y carreras, y pasado
favorecer á los huérfanos y meneste. malas noches y peores días, ha de
rosos ; y quiera el cielo que el vues venir á coger el fruto de nuestros
tro y mi deseo se cumplan , para que trabajos el que se está holgando en
veáis que hay agradecidas mujeres en esta venta , no hay para qué darme
el mundo. Y en lo de mi partida sea priesa á que ensille á rocinante, al-.
luego, que yo no tengo más voluntal harde el jumento y aderece el pala
que la vuestra ; disponed vos de mi á frén , pues será mejor que nos este.
toda vuestra guisa y talante , que la mos quedos , y cada puta hile , y cn.
que una vez os entregó la defensa de mamos . iOh válame Dios , y cuán
su persona , y puso en vuestras manos grande que fué el enojo que recibir
12 restauración de sus señoríos, no ha don Quijote, voyendo las descompues.
de querer ir contra lo que la vuestra tas palabras de su escudero ! Digo que
PARTE 1. - CAPÍTULO XI.VI 201

fué tanto, que con voz atropellada y bendición diciendo : Ahora acabacas
tartamuda lengua, lanzando fuego por de conocer , Sancho hijo , ser verdad
los ojos , dijo: iOh bellaco villano, lo que yo otras muchas veces te ke
mal mirado, descompuesto é ignoran . 1 dicho , de que todas las cosas deste
te , infacundo, deslenguado, atrevido, castillo son hechas por vía de encan
murmurador y maldiciente ! & tales pa tamento . Así lo creo yo, dijo Sancho ,
labras has osado decir en mi presen excepto aquello de la manta, que real
cia y en la destas inclitas señoras, y mente sucedió por vía ordinaria. No
tales deshonestidades y atrevimientos lo creas, respondió don Quijote, que
osaste poner en tu confusa imagina si así fuera, yo te vengara entonces
ción ? Vete de mi presencia , monstruo y, aun ahora ; pero ni entonces ni
de naturaleza, depositario de menti ahora pude niwi"en quien tomar ven
ras, almario de embustes , silo de be ganza de tu agravio, Desearon saber
llaquerías, inventor de maldades, pu todos qué era aquello de la manta, y
blicador de sandeces , enemigo del el ventero les contó punto por punto
decoro que se debe a las reales perso la volatería de Sancho Panza, de que
nas ; vete , no parezcas delante de mí , no poco se rieron todos, y de que no
so pena de mi ira ; y diciendo esto menos se corriera Sancho , si de
enarco las cejas, hinchó los carrillos , nuevo no le asegurara su amo que
miro a todas partes, y dió con el pie era encantamento , puesto que jamás
derecho una gran patada en el suelo, llegó la sandez de Sancho á tanto, que
señales todas de la ira que encerraba creyese no ser verdad pura y averi
en sus entrañas. A cuyas palabras y guada, sin mezcla de ergaño alguno,
furibundos ademanes quedo Sancho lo de haber sido manteado por perso
tan encogido y medroso, que se ho !. pas de carne y hueso, y no por fan .
gara que en aquel instante se abriera tasmas soñadas ni imaginadas, como
debajo de sus pies la tierra y le traga su señor lo creía y lo afirmaba. Dos
ra ; y no supo qué hacerse sino volver días eran ya pasados los que había
las espaldas y quitarse de la enoja la que toda aquella ilustre compañía es
presencia de su señor . Pero la ais taba en la venta, y pareciéndoles que
creta Dorotea, que tan entendido le ya era tiempo de partirse , dieron
nía ya el humor de don Quijote , dijo orden para que sin ponerse al trabajo
para templarle la ira : No os despe de volver Dorotea y don Fernando
chéis, señor caballero de la Triste con don Quijote á su aldea con la in
Figura, de las sandeces que vuestro vención de la libertad de la reina Mi
buen escudero ha dicho, porque quizá comocona , pudiesen el cura y el bar
no las debe de decir sin ocasión , ni bero llevárscle, como deseakan , y
de su buen entendimiento y cristiana procurar la cura de su locura in su
conciencia se puede sospechar que le tierra . Y lo que ordenaron fué, que
vante testimonio á nadie ; y así se ha se concertaron con un carretero de
de creer, sin poner duda en ello , que bueyes que acaso acertó á pasar por
como en este castillo , según vos , se allí , para que lo llevase en esta for
ñor caballero, decís , todas las cosas ma : hicieron una como jaula de palos
van y suceden por modo de encanta enrejados, capaz que pudiese en ella
mento, podría ser, digo , que Sancho caber holgadamente don Quijote, y
hubiese visto por esta diabólica vía lo luego den Fernando y sus camaradas,
que él dice que vió tan en ofensa de con los criados de don Luis y los cua
mi honestidad . Por el omnipotente drilleros , juntamente con el ventero ,
Dios juro, dijo á esta sazón don Qui todos por orden y parecer del cura ,
jote , que la vuestra grandeza ha dado se cubrieron los rostros y se disfra
en el punto , y que alguna mala visión zaron , quien de una manera y quien
se le puso delante á este pecador de de otra , de modo que á don Quijote
Sancho , que le hizo ver lo que fuera le pareciese ser otra gente de la que
imposible verse de otro modo que por en aquel castillo había visto . Hecho
el de encantos no fuera, que sé yo esto , con grandísimo silencio se en
bien de la bondad é inocencia deste traron adonde él estaba durmiendo
desdichado , que no sabe levantar tes y descansando de las pasadas refrie
timonios á nadie. Así es y así será , gas . Llegáronse á él , que libre y se
dijo don Fernando , por lo cual debe guro de tal acontecimiento dormía , v
vuestra meroed , señor don Quijote , asiéndole fuertemente, le ataron muy
perdonalle y reducille al gremio de bien las manos y los pies , de modo
gracia, sicut erat in principio, antes que cuando el despertó con sobresal .
que las tales visiones le sacasen de to, no pudo menearse ni hacer otra
juicio. Don Quijote respondió que él cosa más que admirarse y suspender
le perdonaba; y el cura fué por San . se de ver delante de sí tan extraños
cho, el cual vino muy humilde, y hin visajes, y luego dió en la cuenta de lo
cándose de rodillas pidió la mano á su que su continua y desvariada imagi
amo, y él se la dio, y después de nación le representaba, y se creya
habérsela dejado besar, le echó la que todas aquellas figuras eran fan
202 DON , VLIJOTE DE LA MANCIA

tasmas de aquel encantado castillo, y que luego coligió de todo en todo la


que sin duda alguna ya estaba en significación della, y vio que le pre
eantado, pues no se podía menear ni metían el verse ayuntado en santo y
defender , todo á punto, como había debido matrimono con su querida
pensado que sucedería el cura traza Dulcinea del Toboso, de cuyo felice
dor desta máquina. Sólo Sancho, de vientre saldrían los cachorros , que
todos los presentes, estaba en su eran sus hijos, para la gloria perpetua
nismo jir.cio y en su misma figura ; de la Mancha ; y creyendo esto bien
ol cual , aunque le faltaba bien poco y firmemente, alzó la voz , y dando
para tener la misma enfermedad de un gran suspiro , dijo : ¡ Oh tú, quien
su amo, no dejó de conocer quién quiera que seas, que tanto bien ma
eran todas aquellas contrahechas fi has pronosticado, ruégote que p.das de
guras ; mas no osó descoser su boca mi parte al sabio encantador que mis
hasta rer en qué paraba aquel asalto cosas tiene á cargo , que no me deje
y prisión de su amo, el cual tampoco perecer en esta prisión donde ahor &
hablaba palabra, atendiendo á ver el me llevan, hasta ver cumplidas tan
paradero de su desgracia : que fué alegres é incomparables promesas
que trayendo allí la jaula , lo encerra como son las que aquí se me han he
ron dentro, y le cievaron los maderos cho ; que como esto sea , tendré por
tan fuertemente que no se pudieran gloria las penas de mi cárcel, y por
romper a dos tirones. Tomáronle lue alivio estas cadenas que me ciñen , y
go en hombros, y al salir del aposen no por duro campo de batalla este le
to se oyó una voz temerosa, todo cho en que me acuestan , sino por ca
cuanto la supo formar el barbero , no ma blanda y tálamo dichoso . Y en lo
el del albarda sino el otro , que de que toca á la consolación de Sanch .
cía : « i Oh caballero de la ariste Fi Panza, mi escudero, yo confío de su
> gural no te dé afincamiento la pri bondad y buen proceder, que no me
psión en que vas, porque así conviene dejará en buena ni en mala suerte ;
spara acabar más presto la aventura porque cuando no suceda por la suya
»en que tu gran esfuerzo , te puso : o por mi corta ventura el poderle y .
pla cual se acabará cuando el furi dar la insula ú otra cosa equivalente
»bundo león manchego , con la blanca que le tengo prometida, por lo menos
> paloma tobosina yacieren en uno, su salario no podrá perderse, que en
»ya después de humilladas las altas mi testamento, que ya está hecho, de
» cervices al blando yugo matrimo jo declarado lo que se le ha de dar,
» ñesco . De cuyo inaudito consorcio no conforme á sus muchos y buenos
> saldrán á la luz del orbe los bra servicios, sino a la posibilidad mía.
ovos cachorros que imitarán las ra Sancho Panza se le inclinó con mi
spantes garras del valeroso padre ; y cho comedimiento , y le besó entram
»esto será antes que el seguidor de la has las manos , porque la una no pa
» fugitiva ninfa faga dos vegadas la diera por estar atadas entrambas .
prisita de las lucientes imágenes con Luego tomaron la jaula en hombros
» su rápido y natural curso. Y tú , ioh aquellas visiones y la acomodaron en
el más noble y obediente escudero el carro de los bueyes.
> que tuvo espada en cinta, barbas en
prostro y olfato en las narices, no te
odesmaye ni descontente ver llevar
aasí delante de tus ojos mismos á la CAPITULO XLVII
flor de la caballería andante ; que
presto si al plasmador del mundo le
Đplace, te verás tan alto y tan subli Del extraño modo con que fué en
omado que no te conozcas, y no sal cantado don Quijote de la Wan .
»drán defraudadas las promesas que cha , con otros famosos suce808 .
nte ha fecho tu buen señor ! Y asegú
»rote de parte de la sabia Mentironia
»na, que tu salario te sea pagado, co Cuando don Quijote se vio de aque
omo lo verás por la obra ; y sigue las lla manera enjaulado y encima del
» pisadas del valeroso y encantado ca. carro, dijo : Muchas y muy graves
aballero , que conviene que vayas don historias he yo leído de caballeros an .
de paréis entrambos ; y porque no dantes ; pero jamás he leido, ni visto,
»me es lícito decir otra cosa , adiós ni oído que á los caballeros encanta
»quedad, que yo me vuelvo adonde dos los lleven desta manera , y con el
»yo me sé. Y al acabar de la profe espacio que prometen estos perezosos
sía alzó la voz de punto , y disminu y tardíos animales, porque siempre
yola después con tan tierno acento, los suelen llevar por los aires con es .
que aún los sabidores de la burla es traña ligereza, encerrados en alguna
tuvieron por creer que era verdad lo parda y obscura nube, ó en algún ca
que oían , Quedó don Quijote conso rro de fuego , ó ya sobre algún hips
tado con la escuchada profecía , por. grifo ú otra bestia semejante ; pero
PARTE 1.-- CAPÍTULO XLVII 203

que me lleven á mí ahora sobre un presteza. Ya en esto el cura se había


carro de bueyes , vive Dios que me concertado con los cuadrilleros que
pone en confusión. Pero quizá la ca le acompañasen hasta su lugar, dán
ballería y los encantos destos nues. doles un tanto cada día. Colgó Car
bros tiempos deben de seguir otro ca denio del arzón de la silla de Rocinan
mino que siguieron los antiguos ; y te del un cabo la adarga y del otro
también podría ser que, como yo soy la bacía, y por señas mandó á Sanche
nuevo caballero en el mundo , y el que subiese en su asno , y tomase de
primero que haresucitado el ya olvi las riendas á Rocinante, y puso á og
dado ejercicio de la caballería aven dos lados del carro á los dos cuadri.
turera, también nuevamente se hayan lleros con sus escopetas ; pero antes
inventado otros géneros de encanta que se moviese el carro, salió la ven.
mentos y otros modos de llevar á log tera, su hija y Maritornes á despe
encantados. ¿ Qué te parece desto , dirse de don Quijote , fingiendo que
Sancho hijo ? No sé yo lo que me pa lloraban de dolor de su desgracia ,
rece , respondió Sancho , por no ser quien don Quijote dijo : No lloréis ,
tan leído como vuestra merced en lag mis buenas señoras, que todas estas
escrituras az dantes : pero con todo desdichas son anejas á los que pro
eso, osaría afirmar y jurar que estas fesan lo que yo profeso ; y si estas
visiones que por aquí andan que no calamidades no me acontecieran , ne
son del todo católicas. ¿ Católicas ? me tuviera yo por famoso caballero
imi padre ! respondió don Quijote : andante , porque á los caballeros de
¿ cómo han de ser católicas, si son poco nombre y fama nunca les succ
todos demonios que han tomado cuer den semejantes casos, porque no hay
pos fantásticos para venir á hacer en el mundo quien se acuerde dellos :
esto y á ponel me en este estado ? Y si á los valerosos sí, que tienen envi
quieres ver esta verdad, tócalos y pál diosos de su virtud y valentía á mu
palos, y verás cómo no tienen cuer chos principes y á muchos otros ca
pos sino aire , y cómo no consisten balleros que procuran por malas vías
más de en la apariencia. Por Dios , destruir á los buenos . Pero con todo
señor , replicó Sancho, ya yo los, he eso la virtud es tan poderosa, que por
tocado ; y este diablo que aquí anda sí sola, a pesar de toda la nigroman .
tan solícito, es rollizo de carnes , y cia que supo su primer inventor Zo
tiene otra propiedad muy diferente roastes, saldrá vencedora de todo
de la que yo he oído decir que tienen trance ; y dará de sí luz en el mundo
como ia da el sol en el cielo : Per
los demonios, porque según se dice ,
todos huelen á piedra azufre y á otros donadme, fermosas damas , si algún
malos olores , pero éste hule á ám desaguisado por descuido mío os he
bar de media legua. Decía esto San . fecho, que de voluntad y á sabiendas
cho por don Fernando, que como tan jamás le di á nadie ; y rogad á Dios
me saque destas prisiones , donde al
señor, debía de oler á lo que Sancho
decía . No te maravilles deso, Sancho gún mal intencionado encantador me
amigo, respondió don Quijote, porque ha puesto, que si dellas me veo libre ,
no se me caerán de la memoria las
te hago saber que los diablos saben mercedes que en este castillo me ha
mucho, y puesto que traigan olores
consigo , ellos no huelen nada, porque bedes fecho, para gratificallas, servi .
son espíritus, y si huelen , no pueden llas y recompensallas como ellas me
recen . En tanto que las damas del
oler cosas buenas , sino malas y he
diondas ; y la razón es, que como castillo esto pasaban con don Quijote,
ellos dondequiera que están , traen el cura y el barbero se despidieron de
el infierno consigo, y no pueden re don Fernando y sus camaradas, y del
eibir género de alivio alguno en sus capitán y de su hermano , y de todas
tormentos, y el buen olor sea cosa aquellas contentas señoras, especial
mente de Dorotea y Luscinda. Todos
que deleita y contenta , no es posible se abrazaron y quedaron de darse
que ellos huelan cosa buena ; y si á noticia de sus sucesos, dicendo den
ti te parece que ese demonio que di Fernando al cura dónde había de es .
ces huele á ámbar, ó tú te engañas
6 él quiere erigañarte, con hacer que cribirle para avisarle en lo que para
ba don Quijote , asegurándole que nu
120 le tengas por demonio. Todos es . habría cosa que más gusto le diese
tos coloquios pasaron entre amo y que saberlo, y que el asimismo le avi
eriado ; y temiendo don Fernando y
Cardenio que Sancho no viniese á saría de todo aquello que el viese que
der del todo en la cuenta de su in podría darle gusto , así de su casa
miento como del bautismo de Zoraida,
vención , á quien andaba ya muy en
y suceso de don Lu's y vuelta de Las
los alcances, determinaron de abre cinda á su casa . El curá ofreoio de
viar con la partida, y llamando aparte hacer cuanto se le mandaba con toda
al ventero, le ordenaron que ensillase puntualidad . Tornaron á abrazar:
1 Bocinante y enalbardass el jumento otra vez, y otra vez tornaron á nuevos
de Sancho, el cual lo hizo con mucha
DON QUIJUTE DE LA MANCHA

ofrecimientos , El ventero se llegó al del carro, cuadrilleros. Sancho, Rn


cura y le dió unos papeles, diciéndole cinante , cura y barbero , y más á don
que los había hallado en un aforro de Quijote enjaulado y aprisionado, no
la maleta donde se hallo la novela del pudo dejar de preguntar qué signi
Curioso im pertinente , y que pues ? ficaba llevar aquel hombre de aquella
dueño no había vuelto más por allí, manera , aunque ya se había dado á
que se los llevase todos, que pues él entender, viedo las insignias de los
no sabía leer no los quería. El cura cuadrilleros, que debía de ser algún
se lo agradeció, y abriéndolos luego , facineroso salteador ú otro delincuen
vió que el principio del escrito decía : te , cuyo castigo tocase á la Santa
Novela de Rinconete y Cortadillo :: Hermandad . Uno de los cuadrilleros ,
por donde entendió ser alguna novela á quien fué hacha la pregunta, res
y coligió que pues la del Curioso im pondió así : Señor, lo que significa ir
pertinente había sido buena, que este caballero desta manera digalo
también lo sería aquella, pues podría él porque nosotros no lo sabemos.
ser fuesen todas de un mismo autor ; Oyo don Quijote la plática, y dijo :
y así la guardó con prosupuesto de ¿ Por dicha vuestras mercedes, seño
leerla cuando tuviese comodidad . Su res caballeros, son versados y peritos
bio á caballo y también su amigo el en esto de la caballería andante ? por
barbero con sus antifaces, porque no que si lo son , comunicaré con ellos
fuesen luego conocidos de don Quijo mis desgracias , y si no , no hay para
te , y pusiéronse á caminar tras el qué me canse en decirlas ; y á este
carro. Y la orden que llevaban era tiempo ya habían llegado el cura y el
esta : iba primero el carro guiándole barbero, viendo que los caminantes
su dueño , a los dos lados iban los cua estaban en pláticas con don Quijote
drilleros, como se ha dicho, con sus de la Mancha, para responder de
escopetas ; seguía luego Sancho Pan modo que no fuese descubierto S !
za sobre su asno , llevando de rienda artificio . El canónigo , á lo que don
á Rocinante ; detrás de todo esto iban Quijote dijo, respondió : En verdad,
el cura y el barbero sobre sus pode hermano, que sé más de libros de ca
rosas mulas, cubiertos los rostros battería , que de las Súmulas de Vi .
como se ha dicho , con grave y repo llalpando; así que si no está más que
sado continente , no caminando más en esto , seguramente podéis comuni.
de lo que permitía el paso tardo de car conmigo lo que quisiérades. A la
los bueyes. Don Quijote iba sentado en mano de Dios , replicó don Quijote ,
la jaula , las manos atadas , tendidos pues así es, quiero, señor caballero
los pies y arrimado á las verjas, con que sepades que yo voy encantado en
tanto ' silencio y tanta paciencia como esta jaula por envidia y fraude de
si no fuera hombre de carne, sino malos encantadores ; que la virtuci
estatua de piedra. Y así con aquel más es perseguida de los malos , que
espacio y silencio caminaron hasta amada de los buenos . Caballero an .
dos leguas , que llegaron á un valle, dante soy, y no de aquellos cuyos
donde le pareció al boyero ser lugar nombres jamás la fama se acordi,
acomodado para reposar y dar pasto rara eternizarlos en su memoria , sino
á los bueyes, y comunicándolo con el de aquellos que á despecho y pesar
cura , fué de parecer el barbero que de la misma envidia , y de cuantos
caminasen un poco más , porque él magos crió Persia , bracmanes la In.
sabía que detrás de un recuesto que dia, ginosofistas la Etiopía, han de
cerca de allí se mostraba, había un poner su nombre en el templo de la
valle de más hierba y mucho mejor inmortalidad , para que sirva de ejern
que aquel dondo parar querían plo y dechado en los venideros siglos
Tomose el parecer del barbero , y así donde los caballeros andantes vean
tornaron á proseguir su camino . En los pasos que han de seguir, si qui
esto volvió el cura el rostro, y vio sieren llegar a la cumbre y alteza
que á sus espaldas venían hasta seis honrosa de las armas . Dice verdad el
6 siete hombres de á caballo , bien señor don Quijote de la Mancha, dijo
puestos y aderezados , de los cuales á esta sazón el cura, que el va encan
fueron presto alcanzados porque ca tado en esta carreta, no por sus cul.
minaban no con la flema y reposo de pas y pecados, sino por la mala inten
los bueyes , sino como quien iba sobre ción de aquellos a quien la virtud
mulas de canónigos con deseo de ile enfada y 'a valentía enoja. Este es,
gar presto á sestear a la venta , que señor, el caballero de la Triste Figu
menos de una legua de allí se pare ra, si ya lo oísteis nombrar en algún
cía. Llegaron los diligentes á los pe tiempo, cuyas valerosas hazañas y
rezosos, y saludáronse cortésmente ; y grandes hechos serán escritos en
uno de los que venían , que en reso bronces duros y en eternos mármo
lución era canónigo de Toledo y se les , por más que se canse la envidia
ñor de los demás que le acompaña en escurecerlos y la malicia en ocul .
ban , viendo la concertada procesión tarlos . Cuando el canónigo oyó hablar
PARTE 1. - CAPÍTULO XLVII 205
1
al pr so y al libre en semejante estilo, de su caballería . En mal punto es
estuvo por hacerse la cruz de admira empreñastes de sus promesas , y en
do , y no podía saber lo que le había mal hora se os entró en los cascos la
acontecido, y en la misma admiración ínsula que tanto deseáis. Yo no estoy
cayeron todos los que con él venían. preñado de nadie, respondió Sanche,
En esto Sancho Panza, que se habla ni soy hombre que me dejaría empre
acercado á oir la plática, para ado ñar del rey que fuese ; y aunque po
barlo dijo : Ahora, señores, quié bre soy cristiano viejo , y no debo
ranme bien o quieranme mal por lo nada á nadie ; y si insulas deseo, otros
que dijere , el caso dello es , que así desean otras cosas peores ; y cada uno
va encantado mi señor don Quijote es hijo de sus obras, y debajo de ser
como mi madre : él tiene su entero hombre puedo venir ser papa , cuan
juicio, él come y bebe , y hace sus ne to más gobernador de una insula , y
cesidades como los demás hombres, más pudiendo ganar tantas mi señor,
y como las hacía ayer antes que le que le falte á quien darlas. Vuestra
enjaulasen. Siendo esto así, ¿ cómo merced mire como habla, señor bar
quieren hacerme á mí entender que bero, que no es todo hacer barbas , y
va encantado ? pues yo 'he oído decir algo va de Pedro á Pedro. Digolo
á muchas personas, que los encanta porque todos nos conooemos , y á mi
dos ni comen , ni duermen , ni hablan , no se me ha de echar dado falso ; y
y mi amo, si no le van á la mano , ha en esto del encanto de mi amo Dios
blará más que treinta procuradores. sabe la verdad ; y quédese aquí, por
Y volviéndose á mirar al cura , prosi que es peor meneallo. No quiso res.
guió diciendo : iAh señor cura , señor ponder el barbero á Sancho, porque
cura ! ¿ Pensará vuestra merced que no descubriese con sus simplicidades
no le conozco , y pensará que yo po lo que él y el cura tanto procuraban
calo y adivino adónde se encaminan encubrir y por este mismo temor ha
estos nuevos encantamentos ? Pues bía el cura dicho al canónigo que ca
sepa que le conozco por más que se minase un poco delante , que él le di
encubra el rostro y sepa que le en ría el misterio del enjaulado, con
tiendo por más que disimule sus em ctras cosas que le diesen gusto . Hízo
bustes .En fin , donde reina la envidia lo así el canónigo, y adelantóse con
no puede vivir la virtud , ni adonde sus criados y con él : estuvo atento à
hay escaseza la liberalidad . Mal haya todo aquello que decirle quiso de la
el diablo , que si por su reverencia no condición , vida locura y costumbres
fuera, esta fuera ya la hora que mi de don Quijote , contándole brevemen.
señor estuviera casado con la infaata te el principio y causa de su desvarío ,
Micomicona , y yo fuera conde por lo y todo el progreso de sus sucesos,
menos, pues no se podía esperar otra hasta haberlo puesto en aquella jau
cosa así de la bondad de mi señor el la, y el designio que llevaban de lle
de la Triste Figura , como de la gran . varle a su tierra, para ver si por al
deza de mis servicios ; pero ya veo gún medio hallaban remedio á su lo
que es verdad lo que se dice por ahí, cura. Admiráronse de nuevo los cria
que la rueda de la fortuna anda más dos y el canónigo, de oir la peregrina
lista que una rueda de molino, y que historia de don Quijote , y en acabán
los que ayer estaban en pinganitos, dola de oir, dijo : Verdaderamente,
hoy están por el suelo. De mis hijos y señor cura , yo hallo por mi cuenta
de mi mujer me pesa , pues cuando que son perjudiciales en la república
podían y debían esperar ver entrar. á estos que llaman libros de caballe
su padre por sus puertas hecho gober rías ; y aunque he leído, llevado de
nador o visorrey de alguna Insula 6 un ocioso y falso gusto, casi el prin.
reino, le verán entrar hecho mozo de cipio de todos los más que hay impre.
caballos. Todo esto que he dicho , se sos, jamás me he podido acomodar
ñor cura, no es más de por encarecer leer ninguno del principio al cabo,
á su paternidad haga conciencia del porque me parece que, cuál más,
mal tratamiento que á mi señor le cuál menos , todos ellos son una zis
hace, y mire bien no le pida Dios en ma cosa, y no tiene más éste que
la otra vida esta prisión de mi amo, aquél ni estotro que el otro . Y según
y se le haga cargo de todos aquellos á mí me parece , este género de escri
socorros y bienes que mi señor don tura y composición cae debajo je
Quijote deja de hacer en este tiempo aquel de las fábulas que llaman m ' .
que está preso. Adóbame esos candi. lesias, que son cuentos disparatados
les, dijo a este punto el barbero, que atienden solamente á deleitar y
también vos, Sarcho, sois de la co no á enseñar, al contrario de lo que
fradía de vuestro amo ? Vive el Se hacen las fábuias apólogas, que de
nor, que voy viendo que le habéis de leitan y enseñan juntamente ; y pues
tener compañía en la jaula, y que ha to que el principal intento de seme
béis de quedar tan encantado como jantes libros sea el deleitar , no sé pe
él , por lo que os toca de su humor y cómo puedan conseguirle yendo lie
20 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

nos de tantos y tan desaforados diz. hazañas increíbles, en los amores lae
parates : que el deleite que en el civos, en las cortesías mal mirados ,
alma se concibe , ha de ser de la her larges en las batallas, necios en las
mosura y concordancia que ve ó con razones, disparatados en los viajes, y
templa en las cosas que la vista o la finalmente ajenos de todo discreto ar
imaginación le ponen delante, y toda tificio, y por esto dignos de ser deste
eosa que tiene en sí fealdad y des rrados de la república cristiana come
compostura no nos puede causar con gente inútil. El cura le estuvo escu
tento alguno. Pues & qué hermosura chando con grande atención, y pare
puede haber , ó qué proporción da ciéndole hombre de buen entendi
partes con el todo , y del todo con las miento , y que tenía razón en cuanto
partes , en un libro ó fábula donde un decía ; y así le dijo , que por ser el de
Dozo de diez y seis años da una cu su misina opinión , y tener ojeriza á
chillada á un gigante como una to los libros de caballerías , había que
rre, y le divide en dos mitades como mado todos los de don Quijote, que
si fuera de alfeñique ? Y qué cuan. eran muchos ; y contóle el escrutinio
do nos quieren pintar una batalla des. que dellos había hecho y los que ha
pués de haber dicho que hay de la bía condenado al fu go y dejado con
parte de los enem.gos un mullón de vida ; de que no poco se rió el canó
combatientes ? Como sea contra ellos nigo, y dijo que con todo cuanto mal
el señor del libro , forzosamente , mal había dicho de tales libros , hallaba
que nos pese , habemos de entender en ellos una cosa buena, que era el
que el tal caballero alcanzó la victo sujeto que ofrecían para que un buen
ria por sólo el valor de su fuerte bra entendimiento pudiese mostrarse en
zo . Pues ¿ qué diremos de la facilidad ellos , porque daban largo y espacioso
con que una reina ó emperatriz here campo por donde sin empacho alguno
dera se conduce en los brazos de un pudiese correr la pluma, describ : endo
andante y no conocido caballero ? naufragios, tormentas , reencu ntros
¿ Qué ingeni si 10 es del todo bar y batallas, pintan un capitán vale
baro é inculto, podrá contentarse le roso con todas las partes que para ser
vendo que una gran torre llena de tal se requieren, mostrándose pru .
caballeros va por la mar adelante dente, previniendo las astucias de sus
como navecon próspero viento , y enemigos , y elocuente urador persua
hoy anochece en Lombardía, y ma diendo ó disuadiendo á sus laados.
ñana amanece en tierras del Preste maduro en el consejo , presto en lo
Juan de las Indias, o en otras que ni determinado, tan valiente en el espe
las describió Tolomeo , ni las vió Mar rar como en el acometer ; pintando
co Polo ? Y si á esto se me responílie ora un lamentable y trágico suceso,
se que los que tales libros componen ora un alegre y no pensado aconteci.
los escriben como cosas de mentira, miento ; allí una hermosísima dama
y que así no están obligados á mirar honesta, discreta y recatada ; aqui un
en delicadezas ni verdades, respon caballero cristiano, valiente y come
derles hia yo , que tanto la mentira es dido ; aculla un desaforado bárbaro
mejor , cuanto más parece verdadera ; fanfarrón , acá un príncipe cortés , va
v tanto más agrada , cuanto tiene más leroso y bien mirado; representando
de lo dudoso y posible. Hanse de ca bondad y lealtad de vasallos, grande.
sar ias fábulas mentirosas con el en zas y mercedes de señores ; ya puede
bendimiento de los que las leyeren , mostrarse astrólogo, ya cosmógrafo
escribendose de suerte ,, que facili excelente , ya músico, ya inteligente
tando los imposibles , allanando las en las materias de Estado, y tal vez
grandezas, suspendiendo los ánimos, le vendrá ocasión de mostrarse nigro
admiren , suspendan, alborocen y en. mante si quisiese. Puede mostrar las
tretengan de modo, que anden á un astucias de Ulises, la piedad de Enens,
mismo paso la admiración y la alegría la valentía de Aquiles, las desgracias
juntas ; y todas estas cosas no podrá de Héctor, las traiciones de Sinón, ia
hacer el que huyere de la verisimili. amistad de Eurfalo, la liberalidad de
tud y de la imitación, en quien consis . Alejandro , el valor de César , la cle
te la perfección de lo que se escribe. mencia y verdad de Trajano , la fideli.
No he visto ningún libro de caballe dad de Zépiro, la prudencia de Catón ,
rías que haga un cuerpo de fábala y finalmente todas aquellas acciones
entero con todos sus miembros, de que pueden hacer perfecto á un varón
manera que el medio corresponda al ilustre , ahora poniéndolas en uno 80
principo, y el fin al principio y al lo , ahora dividiéndolas en muchos . Y
medio sino que los componen con siendo esto hecho con apacibilidad
tantos miembros , que más parece que de estilo y con ingeniosa invención ,
Hevan intención á formar una qui. que tire lo más que fuere posible á la
mera é un monstruo , que á hacer verdad, sin duda compondrá una tela
ura figura proporcionada. Fuera des de varios y hermosos lizos tejida, que
en el estilo duros , en las después de acabada , tal perfeeción y
PARTE 1 , -- CAPÍTULO XLVIII 207

hermosura muestre, que consiga el lejos de serlo ; y los autores que las
in nejor que se pretende en los es componen , y los actores que las re
eritos , que es enseñar y deleitar jun presentan dicen que así han de ser ,
tamente, como ya tengo dicho; por porque así las quiere el vulgo, y no
que la escritura desatada destos li de otra manera : y que las que llevad
bros da lugar á que el autor pueda traza y siguen la fábula como el arte
mostrarso épico , lírico , trágico , comi pide, no sirven sino para cuatro dis
to , con todas aquellas partes que en cretos que las entienden , .y todos los
cierran en sí las dulcísimas y agrada demás se quedan ayunos de enten
bles ciencias de la poesía y de la ora der su artificio ; y que á ellos les
teria ; que la épica tan bien puede está mejor ganar de comer con los
escribirse en prosa como en verso. muchos, que no opinión con los po
cos ; deste modo vendrá á ser mi li .
bru al cabo de haberme quemado las
cejas por guardar los preceptos re
CAPITULO XLVIII feridos, y vendré á ser el sastre del
Cantillo. Y aunque algunas veces he
procurado persuadir á los autores,
Donde prosigue el canónigo la mii que se engañan en tener la opinión
teria de los libros de caballeria , que tienen , y que más gente atraerán
con otras cosas dignas de su in y más fama cobrarán representanilo
genio. comedias que sigan el arte que no
con las disparatadas, ya están tar
asidos y encorporados en su parecer ,
Así es como vuestra merced dice, que no hay razón n evidencia que déi
señor canónigo, dijo el cura ; y por los saque. Acuérdome que un día dije
esta causa son más dignos de repren á uno destos pertinaces : decidme,
sión los que hasta aquí ban compu98 ¿ no os acordáis que ha pocos años
semejantes libros , sin tener adver que se representaron en España tres
tencia á ningún buen discurso , ni ai tragedias que compuso un famoso
arte y reglas por donde pudieran poeta destos reinos, las cuales fu ron
guiarse y hacerse famosos en prosa, tales que admiraron , alegraron .
como lo son en verso los dos principes suspendieron a todos cuantos las oye.
de la poesía griega y latina. Yo álo ron , así simples como prudentes , si
menos , replicó el canónigo, he tenido del vulgo como de los escogidos , y
cierta tentación de hacer un libro de dieron más dineros á los represen
caballerías, guardando en él todos los tantes ellas tres solas que treinta de
puntos que he significado : y si he de las mejores que después acá se han
confesar la verdad , tengo escritas hecho ? & Sin duda, respondió el autor
más de cien hojas, y para hacer la que digo, que debe de decir vuestra
experiencia de si corvespondían í mi merced por la Isabela , la Filis y la
estimación las he comunicado con Alejandra ? Por esas digo, le repli
hombres apasionados desta leyenda, qué yo, y mirad si guardaban bien los
doctos y discretos, y con otros igno preceptos del arte, y si por guardar
rantes que sólo atienden al gusto de los dejaron de parecer lo que eran ,
eir disparates, y de todos he hallada . y de agradar a todo el mundo : asi
una agradable aprobación : pero con que no está la falta en el vulgo , que
todo esto no he proseguido adelante, pide disparates, sino en aquellos
así por parecerme que hago cosa aje que no saben representar otra cosa.
na de mi profesión, como por ver que si que no fué disparate La ingrati
es más el número de los simples , que tud vengada, ni le tuvo la Numan
de los prudentes; y que puesto que cia , ni se le halló en la del Merca
es mejor ser loado de los pocos sa der amante, ni menos en La enemi.
bios, que burlado de los muchos ne ga favorable, ni en otras algunas que
cios , no quiero sujetarme al confuso de algunos entendidos poetas har
juicio del desvanecido vulgo , á quien sido compuestas para fama y renom
por la mayor parte toca leer semejan. bre suyo, y para ganancia de los que
tes libros . Pero lo que más me le las han representado ; y otras cosas
quito de las manos y aun del pensa añadí á estas con que á mi parecer
miento de acabarle fué un argumen le dejé aigo confuso, pero no satis
to que hice conmigo mismo, sacado fecho ni convencido para sacarle de
de las comedias que ahora se repre su errado pensamiento. En materia ha
gentan , diciendo : si estas que ahora tocado vuestra merced , señorcinónigo,
Se usan , así las imaginadas como las dijo a esta gazón el cura , que ha des
de historia, todas 6 las más son cono pertado en mí un antiguo rancor que
oidos disparates, y cosas que no lle tengo con las comedias que ahora se
van pies ni cabozz, y con todo eso usan, tal que iguala al que tengo con
el volgo las oye con gusto, y las tiene los libros de caballerías; porque ha
y las aprueba por buenas , estando tan biendo de ser la comedia según le
208 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
parece á Tulio, espejo de la vida hu. cas comedias, es para entretener la
mana, ejemplo de las costumbres , é comunidad con aiguna honesta re
imagen de la verdad, las que ahora creación , y divertirla á veces de los
€ e representan son espejos de dispa malos humores que suelen engendrar
rates , ejemplos de necedades, é imá . la ociosidad ; y que pues éste se con
genes de lasc via . Porque ¿ qué mayor sigue con cualquier comedia buena 6
disparate puede ser en el sujeto que maia, no hay para qué poner leyes ,
tratamos, que salir un nño en manti. ni estrechar a los que las componen
las en la primera escena del primer representan , á que las hagan como
acto, y en la segunda salir ya hecho debían de hacers , pues como he di.
hombre varbado ? Y ¿ qué mayor que cho, con cualquiera se consigue lo
pintarnos un viejo valiente y un mozo que con ellas se pretende. A lo cual
cobarde, un lacayo retórico, un paje respondería yo, que este fin se coase
consejero, un rey ganapán y una prin. guiría mucho mejor sia comparación
cesa fregona ? ¿ Qué diré pues de la alguna con las comedias buenas que
observancia que guardan en los tiem con las no tales, porque de haber
pos en que pueden ó podían suceder oído la comedia artificiosa y bien or
las acciones que representan, sino denada , saldría el oyente alegre con
que he visto comedia que la primera las burlas, enseñado con las veras,
jornada comenzó en Europa , la se admirado de 109 sucesos , discreto
gunda en Asia , la tercera se acabó en con las razones , advertido con los
Africa , y aun si fuera de cuatro jor embustes, sagaz con los ejemplos ,
radas, la cuarta acabara en América. airado contra el vicio y enamorado de
y así se hubiera hecho en todas las la virtud : que todos estos afectos hy
cuatro partes del mundo ? Y si es que de despertar la buena comedia en el
la imitación es io principal que ha de ánimo del que la escuchare, por rús
tener la comedia , ¿ cómo es posible tico y torpe que sea ; y de toda im.
que se satisfaga á ningún mediano posibilidad es imposible dejar de ale
enlendimiento , que fingiendo una ac grar y entretener , satisfacer y con
ción que pasa en tiempo del rey Pe tentar la comedia que todas estas
pino y Carlomagno, al mismo que en partes tuviere, mucho más que aque
ella hace la persona principal le atri Ila qua careciese dellas, como por la
buyan que fué el emperador Heraclio , mayor parte carecen estas que de or
que entró con la cruz en Jerusalén , y dinario ahora se representan . Y no
el que ganó la Casa Santa como Go tienen la culpa desto los poetas que
dofre de Bullón , habiendo infinitos las componen , porque algunos hay
años de lo uno á lo otro ; y fundan dellos que conocen muy bien en lo
dose la comedia sobre cosa fingida , que yerran , v saben extremadamente
atr.buirle verdades de historia , y lo que deben hacer ; pero como las
mezclarle pedazos de otras sucedidas cimedias se han hecho mercadería
á diferentes personas y tiempos , y verd.ble , dicen , y dicen verdad, que
esto no con trazas verisimiles, sino los representantes no se las compra
con patentes errores de todo punto rían si no fuesen de aquel jaez ; v
inexcusables ? Y es lo malo que Lay así el poeta procura acomodarse con
ignorantes que digan que esto es lo lo que el representante que le ha de
perfecto , y que lo demás es buscar pagar su obra le pide. Y que esto sea
gullerías. ¿ Pues qué si venimos a las verdad , véase por muchas é infinitas
comedias divinas ? ¡ Qué de milagros comedias que ha compuesto un felici
fingen en ellas, qué de cosas apócrifas simo ingenio destos reinos, con tanta
mal entendidas, atribuyendo á un gala, con tanto donaire, con tan ele
santo los milagros de otro ! Y aun en gante verso , con tan buenas razones ,
las humanas se atreven á hacer mi con tan graves sentencias, y final.
lagros, sin más respeto ni considera mente tan llenas de elocución y alteza
ción que parecerles que allí estarí de estilo, que tiene lleno el mundo de
bien el tal milagro y apariencia, come su fama ; y por querer acomodarse al
ellos llaman, para que gente ignoran gusto de los representantes, no han
te se admire y venga á la comedia : llegado todas , como han llegado algu
que todo esto es en perjuicio de la nas, al punto de la perfección que re
verdad , y en menoscabo de las histo quieren . Otros las componen tan sin
rias, y aun en aprobio de los ingenins mirar lo que hacen , que después de
españoles ; porque los extranjeros, representadas tienen necesidad los re
que con mucha puntualidad guardan citantes de huirse y ausentarse, teme
las leyes de la comedia , nos tienen rosos de ser castigados , como lo han
por bárbaros é ignorantes, viendo los sido muchas veces, por haber repre .
absurdos y disparates de las que ha sentado cosas en perjuicio de algunas
cemos. Y no sería bastante disculpa reyes y en deshonra de algunos lina
desto decir que el principal intento jes ; y todos estos inconvenientes
que las repúblicas bien ordenadas tie cesarian , y aun otros muchos más que
nen , permitiendo que se hagan públi no digo, con que hubiese en la corte
PARTE 1. - CAPÍTULO XLVIII 209

ura persona inteligente y discreta que tanto que esto pasaba , viendo Sanch.
examinase todas las com dias antes que podía hablar á su amo sin la con
que se representasen ; no sólo aque tinua asistencia del cura y el barbero ,
llas que se hiciesen en la corte, sino que tenía por sospechosos, se llegó á
todas las que se quisiesen represen. la jaula donde iba su amo, y le dijo :
tar en España, sin la cual aprohación , Señor, para descargo de mi concien .
sello y firma, ninguna justicia en su cia le quiero decir lo que pasa acerca
lugar dejase representar comedia al de su encantamento ; y es que aques.
guna , y desta manera los comediantes tos dos que vienen aquí encubiertos
tendrían cuidado de enviar las come los rostros , son el cura de nuestro
cias á la corte , y con seguridad po lugar y el barbero, y imagino han
drían representarlas, y aquellos que dado esta traza de llevarle desta ma
las coinponen mirarían con más cui nera, de pura envidia que tienen,
dado y estudio lo que hacían , teme. como vuestra merced se les adelanta
rosos de haber de pasar sus obras en hacer famosos hechos. Presupues
por el riguroso examen de quien lo ta, pues , esta verdad , síguese que no
entiende . Y desta manera se harian va encantado, sino embaído y tonto,
buenas comedias , y se conseguiría fe Para prueba de lo cual le quiero pre
licísimamente lo que en ellas se pre guntar una cosa, y si me responde ,
tende , así el entretenimiento del pue como creo que me ha de responder,
blo, como la opinión de los ingenios tocará con la mano este engaño , y
de España, el interés y seguridad de verá como no va encantado, sino trus .
los recitantes, y el ahorro del cuidado tornado el juicio . Pregunta lo que
de castigarlos . Y si se diese cargo á quisieres, hijo Sancho , respondió don
otro o á este mismo que examinase Quijote , que yo te satisfaré y respon
los libros de caballerías que de nuevo deré á toda tu voluntad : y en lo que
se compusiesen, sin duda podrían si dices que aquellos que allí van y vie
lir algunos con la perfección que nen con nosotros , son el cura y el
vuestra merced ha dicho, enriquecien barbero nuestros compatriotas y co
do nuestra lengua del agradable y nocidos, bien podrá ser que parezca
precioso tesoro de la elocuencia, din. que son ellos mismos ; pero que lo
do ocasión que los libros viejos se s'an realmente y en efecto , eso no lo
escureciesen á la luz de los nuevos ercas en ninguna manera : lo que has
que saliesen para honesto pasatiem de créer y entender es , que si ellos se
po , no solamente de los ociosos, sino les parecen como dices , debe de ser
de los más ccupados , pues no es po que los que me han encantado habrán
sible que esté continuo el arco arma tomado esa apariencia y semejauza ,
do , ni la condición y flaqueza humana porque es fácil á los encantadores to
se pueda sustentar sin a'guna lícita mar la figura que se les antoja, y ha
recreación . A este punto de su colo brán tomado las destos nuestros ami.
quio llegaban el canónigo y el curi, gos , para darte á ti ocasión de que
cuando adelantándose el barbera, pienses lo que piensas, y ponerte en
llegó á ellos , y dijo al cura : Aquí , un laberinto de imaginaciones , que
señor licenciado, es el lugar que yo no aciertes á salir dél, aunque tuvie
ses la soga de Teseo ; también lo
dije que era bueno para ue sestean
do nosotros tuviesen los bueyes fres habrán hecho para que yo vacile en
co y abundoso pasto . Así me lo pare mi entendimiento, y no sepa atinar de
ce á mí, respondió el cura , y dicien dónde me viene este daño; porque si
dole al canónigo lo que pensaba ha por una parte tú me dices que ine
cer , él también quiso quedarse con acompañan el barbero y el cura de
ellos , convidado del sitio de un her nuestro pueblo , y por otra yo me veo
moyo Valle que a la vista se les ofre . enjaulado , y sé de mí que fuerzas hu
mapas , como no fueran sobrenatu
cía . Y así por gozar del como de la
conversación del cura, de quien ya rales , no fueran bastantes para en
se iba aficionando , y por saber más jaularme, & qué quieres que diga 6
por menqdo las hazañas de don Qui piense, sino que la manera de mi
jote , mandó á algunos de sus criados encantamento excede á cuantas vo
que se fuesen a la venta, que no lejos he leído en todas las historias que
de allí estaba, y trujesen della lo que tratan de caballeros andantes que
hubiese de comer para todos , porque lian sido encantados ? Así que , bien
él determinaba de sestear en aquel puedes darte paz y sosiego en esto de
lugar aquella tarde : á lo cual uno de creer que son los que dices, porque
eus criados respondió , que el acemila así son ellos, como yo soy turco ; y en
del repuesto , que ya debía de estar en lo que toca á querer preguntarme al
la venta , traía recado bastante para go, di, que yo te responderé aunque
no.obligar á tomar de la v nta más ine preguntes de aquí á mañana. i V6
que cebada . Pues así es , dijo el canó lame nuestra Señora ! respondió San
nigo , llévense alla todas las cabalga cho dando una gran voz ; y es posi
ble que sea vuestra merced tan dur.
duras , y haced volver la acemila . En
14
210 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

de celebre y tan falto de meollo , que ni hacen las obras naturales que ve
no eche de ver que es pura verdad digo, estos tales están ercantados ;
la que le digo, y que en esta su pri pero no aquellos que tienen la gang
sión y desgracia tiene más parte la que vuestra merced tiene , y que bebe
malicia que el encanto ? Pero pues así cuando se lo dan, y come cuando le
es , yo le quiero probar evidentemente tiene, y responde à todo aquello que
como no va encantado : si no, dígame, le preguntan. Verdad dices, Sanche,
así Dios le saque desta tormenta, y respondió don Quijote : pero ya te
así se vea en los brazos de mi señora he dicho que hay muchas maneras de
Dulcinea cuando menos piense. Acaba encantamentos, y podría ser que con
de conjurarme , dijo don Quijote, y el tiempo se hubiesen mudado de
pregurta lo que quisieres, que ya te unos en otros , y que ahora se use que
he dicho que te responderé con toda los encantados hagan todo lo que ye
puntualidad . Eso pido, replicó San hago, aunque antes no lo hacían ; de
cho, y lo que quiero saber es , que me manera que contra el uso de los tiem.
diga sin añadir ni quitar cosa ningu Los no hay que argüir ni de qué ha
na, sino con toda verdad , como se cer consecuencias. Yo sé y tengo para
espera que la han de decir y la dicen mí que voy encantado, y esto me bas
todos aquellos que profesan las ar ta para la seguridad de mi conciencia,
mas , como vuestra merced las profe que la formaría muy grande , si yo
sa, debajo de título de caballeros an pensase que no estaba encantado , y
dantes. Digo que no mentiré en cosa me dejase estar en esta jaula perezos
alguna, respondió don Quijote ; acaba y cobarde, defraudando el socorro que
podría dar á muchos menesterosos y
ya de preguntar , que en verdad ya
ine , cansas con tantas salvas , plega necesitados que de mi ayuda y am
paro deben tener a la hora de ahora
rias y prevenciones , Sancho . Digo, precisa y extrema necesidad . Pues
que yo estoy seguro de la bondad y
verdad de mi amo; y así, porque con todo eso , replicó Sancho , dige
hace al caso nuestro cuento , pregunto , que para mayor abundancia y satis
hablando con acatamiento , si acaso facción sería bien que vuestra mer
después que vuestra merced va enjau ced probase á salir desta cárcel, que
lado y á su parecer encantado en esa yo me obligo con todo mi poder
facilitarlo , y aun sacarle dela , v
jaula, le ha venido gana y voluntad probase de nuevo á subir sobre su
de hacer aguas mayores 6 menores,
como suele decirse ? No entiendo eso buen Rocinante , que también parece
que va encantado, según va de me
de hacer aguas , Sancho ; aclárate más lancólico y triste ; y hecho esto , pro
si quieres que te responda derecha. básemos otra vez la suerte de buscar
mente . ¿ Es posible que no entienda más aventuras ; y si no nos sucediese
vuestra merced de hacer aguas meno
bien , tiempo nos queda para volver
res 6 mayores ? pues en la escuela nos á la jaula, en la cual prometo á
destetan á los muchachos con ello .
Pues sepa que quiero decir si le ha la ley de buen y leal escudero de
venido gana de hacer lo que no se ex encerrarme juntamente con vuestra
cusa ? Ya , ya te entiendo, Sancho; y merced, si acaso fuera vuestra mer
muchas veces , y aun ahora la tengo, ced tan desdichado , ó yo tan simple,
sácame deste peligro, que no anda que no acierte á salir con lo que digo.
todo limpio. Yo soy contento de hacer lo que dices,
Sancho hermano , replico don Quijote,
y cuando tú veas coryuntura de poner
CAPITULO XLIX er obra mi libertad , yo te obedeceré
en todo y por todo ; pero tú , Sancho,
verás como te engañas en el conoc -
Donde se trata del discreto coloquio miento de mi desgracia. En estas plá
que Sancho Panza tuvo con su ticas ge entretuvieron el caballero an
señor don Quijote. dante y el mal andante escudero, has
ta que llegaron donde ya apeados los
aguardaban el cura, el canónigo y el
Ah ! dijo Sancho , cogido le tengo : barbero. Desunció luego los bueyes
esto es lo que yo deseaba saber como de la carreta el boyero , y dejólos an
al alma y como a la vida. Venga acá , dar á sus anchuras por aquel verde
señor , ¿ podría negar lo que comun. y apacible sitio , cuya frescura convi
mente suele decirse por ahí cuando daba á quererla gozar , no a las per
una persona está de mala voluntad , sonas tan encantadas como don Qui .
no sé qué tiene fulano , que ni come , jote, sino á los tan advertidos y dis
ni bebe , ni duerme , ni responde á cretos como su escudero, el cual rogs
propósito á lo que le preguntan, que a! cura que permitiese que su señor
no parece sino que está encantado ? saliese por un rato de la jaula, por
De donde se viene a sacar, que los que si no le dejaban salir , no iria
que no comen, ni beben, ni'duermen, tan limpia aquella prisión como re
PARTE I. - CAPITULO XUX 211
questa la decencia de un tal caballero tanto Félixmarte de Hircania , tanto
om. su amo. Entendióle el cura, y palafrén , tanta doncella andante, tan .
dje que de muy buena gana haría lo tas sierpes, tantos endr.agos , tantos
que le pedía, si no temiera que en gigantes, tantas inauditas aventuras
viéndose su señor en libertad , había tanto género de encantamentos, tan
de hacer de las suyas , y irse donde tas batallas, tantos desaforados en
japás gente le viesen . Yo le fío de la cuentros , tanta bizarri de trajes, tar
juga , respondió Sancho. Y yo y todo , tas princesas enamoradas, tantos es
dijo el canónigo, y más si él me da la cuderos condes, tantos enanos gra
palabra como caballero de no apar ciosos, tanto billete, tanto requiebro .
társe de nosotros hasta que sea nues. tantas mujeres valientes, y fina mente
tra voluntad
Quijote, que. Si doy, respondió don
todo lo estaba escu
tantas y tan disparatadas cosas como
los libros de caballerías contienen ?
chando ; cuanto más que el que está De mí sé decir, que cuando los leo,
encantado como yo , no tiene libertad en tanto que no pongo la imaginación
para hacer de su persona lo que qui. en pensar que son todos mentira y
siere, porque el que le encanto le liviandad , me dan algún contento ;
puede hacer que no se mueva de un pero cuando caigo en la cuenta de lo
Lugar en tres siglos, y si hubiere que son , doy con el mejor dellos en
huido, le hará volvir en voland 18 ; v la pared , y aun diera con él en el
que pues esto era así, .bien podían fuego si cerca ó presente le tuviera ,
soltarle, y más siendo tan en prove bien como á merecedores de tal pena,
cho de todos, y del no soltarle les por ser falsos y embusteros, y fuera
protestaba que no podía dejar de fa del trato que pide la común naturale
tigarles el olfato , si de allí no se des
viaban . Tomóle la mano el canónigo, za, y como á inventores de nuevas
aunque las tenía atadas, y debajo de sectas y de nuevo modo de vida, y
como á quien da ocasión que el vulgo
su buena fe y palabra le desenjaula ignorante venga á creer y tener por
rod , de que el se alegró infinito y en verdaderas tantas necedades como
grande manera de verse fuera de la
jaula : y lo primero que hizo fué es contienen . Y aun tienen tanto atrevi.
tirarse todo el cuerpo , y luego se fue miento, que se atreven á turbar los
donde estaba Rocinante , y dándole ingenios de los discretos y bien na
dos palmadas en las ancas , dijo : Aun cidos hidalgos , como se hecha bien
espero en Dios y en su bendita Ma de ver por lo que con vuestra merced
dre, flor y espejo de los caballos, que han hecho, pues le han traído á térmi
presto nos hemos de ver los dos cual nos que sea forzoso encerrarle en una
deseamos, tú con tu señor á cuestas, jaula, y traerle sobre un carro de bue
y yo encima de ti ejercitando el oficio yes, como quien trae o lleva alg'n león
para que Dios me echó al mundo : Y ó algún tigre de lugar en lugar para
diciendo esto don Quijote , se aparto ganar con él , dejando que le vean .
con Sancho on remota parte, de donde Ea, señor don Quijote, duélase de sí
vino más aliviado y con más deseos mismo, y redúzcase al gremio de la
de poner en obra lo que su escudero discreción, y sepa usar de la much
Ordenase . Mirábale el canónigo , y que el cielo fué servido de darle , em
admirábase de ver la extrañeza de pleando el felicísimo talento de su in
su grande locura , y de que en cuanto genio en otra letura que redunde en
hablaba y respondía mostraba tener aprovechamiento de su conciencia y
bonísimo entendimiento ; solamente en aumento de su honra. Y si toda.
venía á perder los estribos, como vía llevado de su natural inclinación
otras veces se ha dicho , en tratándole quisiere leer libros de hazañas y de
de caballerías, Y así movido de com caballerías , lea en la Sacra Escritura
pasión , después de haberse sentado el de los Jueces, que allí hallará ver
todos en la verde hierba para esperar dades grandiosas y hechos tan ver
el repuesto del canónigo, le dijo : daderos como valientes. Un Viriato
¿ Es posible , señor hidalgo, que haya turo Lusitania , un César Roma, un
podido tanto con vuestra merced la Aníbal Cartago, un Alejandro Grecia ,
amarga y ociosa letura de los libros un conde Fernán González Castilla ,
de caballerías, que le hayan vuelto un Cid Valencia , un Gonzalo Fernán
el juicio, de modo que venga á creer dez Andalucía , un Diego García de
que va encantado, con otras cosas de Paredes Extremadura , un Garci Pérez
este jaez, tan lejos de ser verdaderas de Vargas Jerez , un Garcilaso Tole
como lo está la misma mentira de la do, un don Manuel León Sevilla,
verdad ? Y cómo es posible que haya cuya lección de sus valorosos hechos
ortendimiento humano que se dé á puede entretener, enseñar, deleitar
entender que ha habido en el mundo y admirar á los más altos ingenios
aquella infinidad de Amadises , aque que los leyeren . Esta sí sería letura
Ha hurbamulta de tanto famoso cab7 digna del buen entendimiento de
Wero , tanto emperador de Trapisonda , vuestra merced, señor don Quijote
mío , de la cual saldrá erudito en la
212 DON QUIJOTE DE LA MANCIA

historia, enamcrado de la virtud , en cuervo, y le esperan en su reino por


señado en id bondal, mejorado en las momentos ; y también se atreverán
costumbres, valiente sin temeridad , á decir que es mentirosa la historia
osado sin cobardía ; y todo esto para de Guarino Mezquino , y la de la De
honra de Dios , provecho suyo y fama manda del Santo Grial, y que son
de la Mancha, do según he sabido , apócrifos los amores de don Trist.in
trae vuestra merced su principio y y la reina Iseo, como los de Ginebra
origen. Atentísimamente estuvo don y Lanzarote, habiendo personas que
Quijote escuchando las razones del casi se acuerdan de haber visto á la
canónigo ; y cuando vió que ya había dueña Quintañona, que fué la mejor
puesto fin á ellas, después de haberle escanciadora de vino que tuvo la
estado un buen espacio mirando, le Gran Bretaña. Y es esto tan así, que
dijo : Paréceme señor hidalgo, que la me acuerdo yo que me decía una mi
plática de vuestra merced se ha en agüela de parte de mi padre , cuan
caminado á querer darme á entender do veía alguna dueña con tocas reve
que no ha habido caballeros anďantes rendas : Aquella , nieto , se parece la
en el mundo, y que todos los libros duera Quintañona ; de donde arguyo
de caballerías son falsos , mentirosos , yo que la debió de conocer ella, o por
dañadores é inútiles para la repúbli lo menos debió alcanzar á ver algún
ca , y que yo he hecho mal en leerlos, retrato suyo . ¿ Pues quién podrá ne
y peor en creerlos, y más mal en imi gar no ser verdadera la historia de
tarlos, habiéndome puesto a seguir la Pierres y la linda Magalona, pues aun
durísima profesión de la caballería hasta hoy día se ve en la armería de
andante que ellos enseñan, negándo los reyes la clavija ' con que volvía el
me que no ha habido en el mundo caballo de madera sobre quien iba el
Amadises ni de Gaula, ni de Grecia, valiente Pierres por los aires, que es
ni todos los otros caballeros de que un poco mayor que un timón de ca
las escrituras están llenas. Todo es rreta ? Y junto a la clavija está la si
al pie de la letra , como vuestra mer lla de Babieca , y en Roncesvalle está
ced lo va relatando, dijo á esta sazón el cuerno de Roldán, tamaño como
el canónigo. A lo cual respondió don una grande viga : de donde se infiere
Quijote : Añadió también vuestra que hubo doce Pares, que hubo Pie.
merced diciendo , que me habían he rres , que hubo Cides , y otros caballe.
cho mucho daño tales libros , pues ros sem jantes destos que dicen las
me habían vuelto el juicio y puestome gentes que á sus aventuras van . Si
en una jaula , y que me sería mejor no , díganme también que no es ver
hacer la enmienda y mudar de letura, dad que fué caballero andante el va .
leyendo otros más verdaderos y que liente lusitano Juan de Merlo, que
mejor deleitan y enseñan. Así es , fué á Borgoña , y se combatió en la
eijo el canónigo . Pues yo , replicó don ciudad de Ras con el famoso señor
Quijote , hallo por mi cuenta que el de Charní, llamado mosén Pierres, y
sin juicio y el encantado es vuestra después en la cindad de Basilea con
merced , pues se ha puesto á decir mosén Enrique de Romestán , salier
tantas blasfemias contra una cosa tan do de entrambas empresas vencedor
recebida en el mundo y tenida por tun y lleno de honrosa fama ; y las aven
verdadera, que el que la negase, como turas y de os que también acabaron
vuestra merced la niega, merecía la en Borgoña ' los valientes españoles
misma pena que vuestra merced dice Pedro Barba y Gutierre Quijada (de
que da a los libros cuando los lee y le cuya alcurnia yo desciendo por la lí
enfadan : porque querer dar á enten nea recta de varón) , venciendo a los
der á nadie , que Amadis no fué en el hijos del conde de San Polo . Niéguen
mundo, ni todos los otros caballeros me asimismo que no fué á buscar las
aventureros de que están colmadas aventuras á Alemania don Fernando
las historias, será querer persuadir de Guevara , donde se combatió con
que el sol no alumbra, ni el hielo en micer Jorje , caballero de la casa del
fría, ni la tierra sustenta ; porque duque de Austria. Digan que fueron
¿ qué ingenio puede haber en el mun burla las justas de Suero de Quiñones ,
do que pueda persuadir á otro , que del Paso ; las empresas de mosén
no fué verdad lo de la infanta Flori Luis de Falces contra don Gonzalo
pes y Güi de Borgoña , y lo de Fiera de Guzmán , caballero castellano, con
brás con la puente de Mantible, que otras muchas hazañas hechas por ca
sucedió en el tiempo de Carlomagno ? balleros cristianos destos y de los rei
Qu9 voto á tal, que es tanta verdad nos extranjeros , tan auténticas y ver
como ahora es de día ; y si es menti daderas , que torno á decir que el que
ra , también lo debe de ser que no las negase carecería de toda razón
hubo Héctor ni Aquiles , ni la guerra buen discurso . Admirado quedó el ca
de Troya , ni los doce Pares de Fran nónigo de oir la mezcla que don Qui
cia , ni el rey Artús de Inglaterra, jote hacía de verdades y mentiras.
que anda hasta ahora convertido en de ver la noticia que tenía de todas
PARTE 1.-- CAPITULO L 213

aquellas cosas tocantes y concernien


tes á los hechos de su andante caba
llería ; y así le respondió : No puedo CAPITULO L
yo negar, señor don Quijote , que no
sea verdad algo de lo que vuestra
merced ha dicho, especialmente en lo
que toca á los caballeros andantes es De las discretas altercaciones que
pañoles ; y asimismo quiero conceder don Quijote y el canónigo tuvie
que hubo doce Pares de Francia ; ron, con otros suces 08.
pero no quiero creer que hicieron to
das aquellas cosas que el arzobispo
Turpin dellos escribe ; porque la ver Bueno está eso, respondió don Qui.
dad dello es que fueron caballeros es jote : los libros que están impresos
cogidos por los reyes de Francia, á con licencia de los reyes , y con apro
quien llamaron Pares por ser todos bación de aquellos á quien se remitie
iguales en valor, en calidad y en ron , y que con gusto general son lei
valentía : á lo menos si no lo eran , era dos y celebrados de los grandes y de
razón que lo fuesen , y era como una los chicos, de los pobres y de los ri
religión de las que ahora se usan de cos, de los letrados é ignorantes, de
Santiago ó de Calatrava, que se pre los plebeyos y caballeros, finalmente
supone que los que la profesan, han de todo género de personas de cual .
de ser o deben ser caballeros valero quier estado y condición que sean ,
& habían de ser mentira , y más ilevan .
sos, valientes y bien nacidos ; y como do tanta apariencia de verdad , pues
ahora dicen caballero de San Juan o
nos cuentan el padre , la madre, la pa
de Alcántara, decían en aquel tiempo tria, los parientes, la edad , el lugar y
caballero de los doce Pares, porque
las hazañas , punto por punto y dia
fueron doce iguales los que para esta por día , que el caballero hizo , o caba
religión militar se escogieron. En lo îleros hicieron ? Calle vuestra merced ,
de que hubo Cid no hay duda , ni me no diga tal blasfemia , y créame, que
nos Bernardo del Carpio ; pero de que le aconsejo en esto lo que debe de
hicieron las hazañas que dicen , creo hacer como discreto ; si no , léalos, y
que la hay muy grande. En lo otro verá el gusto que recibe de su leyen
de la clavija que vuestra merced da. Si no, dígame : & hay mayor con
dice del conde Pierres, y que está tento que ver, como si dijésemos,
junto a la silla de Babieca en la ari aquí ahora se muestra delante de nos
mería de los reyes, confieso mi peca otros un gran lago de pez hirviendo
do, que soy tan ignorante 6 tan corto á borbollones, que andan nalando y
de vista que aunque he visto la silla , cruzando por él muchas serpientes,
no he echado de ver la clavija , V culebras y lagartos , y otros muchos
más siendo tan grande como vuestra géneros de animales feroces y espan .
merced ha dicho. Pues allí está sin
tables, y que del medio del lago sale
duda alguna , replicó don Quijote , una voz tristísima que dice : « Tú ,
por más señas dicen que está metida » caballero , quienquiera que seas, que
en una funda de vaqueta, porque no pel temeroso lago estás mirando, si
se tome de moho. Todo puede ser , » quieres alcanzar el bien que debajo
respondió el canónigo, pero por las » destas negras aguas se encubre ,
órdenes que recibí, que no me acuer »muestra el tu fuerte pecho , y arró
do haberla visto ; mas puesto que pjate en mitad de su negro y encen
conceda que está allí, no por eso me »dido licor ; porque si así no lo lia
obligo á creer las historias de tantos ices , no serás digno de ver las altas
Amadises , ni las de tanta turbamulta »maravillas que en sí encierran v
de caballeros como por ahí nos cuen >contienen los siete castillos de las
tan , ni es razón que un hombre como »siete Fadas que debajo desta negru
Fuestra merced , tan honrado y de r3 yacen » ? ¿ Y que apenas el caballe
tan buenas partes, y dotado de tan ro no ha acabado de oir la voz teme
buen entendimiento , se dé a entender rosa, cuando sin entrar más en cuen
que son verdaderas tantas y tan er tas consigo , sin ponerse á considerar
trañas locuras como las que están es el peligro á que se pone y aun sin
critas en los disparatados libros de despojarse de la pesadumbre de sus
caballerías . fuertes armas , encomendándose 1.
Dios y á su señora, se arroja en mita 1
del bullente lago, y cuando no se cate
ni sabe dónde ha de parar , se hall
entre unos floridos campos , con quien
los Elíseos no tienen que ver en nin
guna cosa ? Allí le parece que el cielo
es más transparente, y que el sol luca
con claridad más nueva : ofrécesele a
214 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
1
los ojos uns apacible floresta de tan come suena, sin saberse quién la can
verd 8 y frondosos árboles compues- ta ni adónde suena ? ¿ Y después de
ta , que alegra á la vista su verdura , la comida acabada y las mesas alza
y entretiene los oídos el dulce y no das, quedarse el caballero recostado
aprendido canto de los pequeños, in- sobre la silla, y quizá mondándose
finitos y pintados pajarillos, que por los dientes como es costumbre, en
los intrincados ramos van cruzando. trar á deshora por la puerta de la
Aquí descubre un arroyuelo, cuyas sala otra mucho más hermosa don
frescas aguas, que liqu.dos cristales cella que ninguna de las primeras , y
parecen , corren sobre menudas are- sentarse al lado del caballero , y co
nas y blancas pedrezuelas, que oro menzar á darle cuenta de qué castillo
cernido y duras perlas semejan . Acu- es aquel, y de cómo ella está encan
há ve una art ficiosa fu nte , de jaspe tada en él, con otras cosas que sus
variado y de liso mármol compuesta ; penden al caballero, y admiran á ios
acá ve otra á lo brutesco ordenada, leyentes que van leyendo su historia ?
adonde las lenudas conchas de las No quiero alargarme más en esto ,
a mejas con las torcidas casas blan pues dello se puede colegir , que cual
cas y amarillas del caracol, puestas quiera parte que se lea de cualquiera
con orden desornada, mezclados en- historia de caballero andante ha de
tre ellas pedazos de cistal luciente y causar gusto y maravilla á cualquiera
de contrahechas esmeraldas, hacen que la leyese ; y vuestra merced crás
una variada iabor, de manera que el me , y como otra vez le he dicho , lea
arte imitando a la naturaleza parece estos libros , y verá cómo le destie
que allí la vence . Acullá de improviso rran la melancolía que tuviere, y le
se le descubre un fuerte castillo o vis. mejoran la condición , si acaso la tie
toso alcázar , cuyas murallas son de ne mala . De mí sé decir, que después
macizo oro , las almenas de diaman- que soy caballero andante , soy va
tes , las pu rtas de jacinto : finalmen liente, comedido, liberal, bien cria :lo ,
te , él es de tan admirable compostu- generoso , cortés, atrevido, blando ,
ra, que con ser la matt ria de que está paciente, sufridor de trabajos, de pri
formado no menos que de diamantes, siones, de encantos; y aunque ha tan
de carbuncos, de rubíes, de perlas , de poco que me vi encerrado en una jau
oro y de esmeraldas , es de más esti la como loco, pienso por el valor de
mación su hechura ; y ở hay más que mi brazo , favoreciéndome el cielo, y
ver después de haber visto esto, que no me siendo contraria la fortuna, en
ver sal.r por la puerta del castillo un pocos días verme rey de algún reine ,
buen número de doncellas , cuyos ga- adonde pueda mostrar el agradeci
lanos , y vistosos trajes, si yo me pu- miento y liberalidad que mi pecho en
siese ahora á decirlos como las histo- cierra : que mia fe , señor, el pobre
rias nos los cuentan , sería nunca está inhabilitado de poder mostrar la
acabar, y tomar luego la que parecía virtud de liberalidad con ninguno,
priucipal de todas por la mano al aunque en sumo grado la posea ; y
atrevido caballero que se arrojó en el el agradecimiento que solo consiste
ferviente lago , y llevarle sin hablarle en el deseo, es cosa muerta , como es
palabra dentro del rico alcázar ó cas- muerta la fe sin obras . Por esto que
tillo, y hacerle desnudar como su ma- rría que la fortuna me ofreciese pres
dre le parió , y bañarle con templadas to alguna ocasión donde me hiciese
aguas , y luego untarle todo con clo- emperador, por mostrar mi pecho ha
rosos ungüentos , y vestirle una cami- ciendo bien á mis amigos, especial
sa de cendal delgadísimo , toda oloro- mcnte á este pobre de Sancho Panza,
sa y perfumada, y acudir otra donce- mi escudero, que es el mejor hombre
Ila y echarle un mantón sobre los del mundo, y querría darle un con
hombros, que por lo menos, menos d :- dado que le tengo muchos días ha
cen que suelen valer una ciudad , y prometido, sino que temo que no ha
aun más ? ¿ Qué es ver pues cuando de tener habilidad para gobernar su
nos cuentan que tras todo esto le lle- estado. Casi estas últimas palabras
van á otra sala , donde halla puestas oyó Sancho á su amo, á quien dijo :
las mesas con tanto concierto, que Trabaje vuestra merced , señor don
queda suspenso y admirado ? ¿ Qué Quijote , en darme ese condado tan
el verle echar agua á manos , toda de prometido de vuestra merced como
ámbar y de olorosas flores destilada ? de mí esperado , que yo le promete
¿ Qué el hacerle sentar sobre una silla que no me falte á mí habilidad para
de marfil ? ¿ Qué verle servir todas las gobernarle ; y cuando me faltare, yo
doncellas , guardando un maravilloso he ordo decir que hay hombres en el
silencio ? ¿ Qué el traerle tanta dife- mundo que toman en arrendamiento
rencia de manjares , tan sabrosamente los estados de los señores , y les dan
guisados, que no sabe el apetito á un tanto cada año, y ellos se tien su
cuál deba de alargar la mano ? ¿ Cuál cuidado del gobierno, y el señor 16
será oir la música, que en tanto que dstá á pierna tendida , gozando de la
.PARTE 1 , -CAPÍTULO I 215

zenta que le dan, sin curarse de otra acémila del repuesto, y haciende ne
sosa ; y asi haré yo, y no repararé en sa de una alhombra y de la verde
tanto más cuánto, sino que luego nie hierba del prado, á la sombra de unos
desistiré de todo, y me gozaré mi árboles se sentaron , y comieron allí ,
renta como un duque, y allá se lo porque el boyero no perdiese la como
kayan. Eso, hermano Sancho, dijo el didad de aquel sitio, como queda di
sanónigo, entiéndese en cuanto al cho . Y estando comiendo, á deshora
gozar la renta ; empero al adminis oyeron un recio estruendo y un son
brar justicia, ha de entender el se de esquila, que por entre unas zarzas
ñor del estado, y aquí entra la habi y espesas matas que allí junto esta
lidad y buen juicio , y principalmente oan sonaba, y al mismo instante viè
la buena intención de acertar ; que si ron salir de entre aquellas malezas
ésta falta en los principios, siempre una hermosa cabra, toda la piel man
irán errados los medios y los fines ; chada en negro, blanco y pardo : tras
así suele Dios ayudar al buen deseo ella venía un cabrero dándole voces,
del simple , como desfavorecer al malo y diciéndole palabras á su uso, para
del discreto . No sé esas filosofías, res que se detuviese ó al rebaño volviese .
pondió Sancho Panza, mas sólo sé La fugitiva cabra , temerosa y despa
que tan presto tuviese yo el condado Torida, se vino a la gente como á fa
somo sabría regirle , que tanta alma vorecerse della , y allí se detuvo . Lle
tengo yo como otro , y tanto cuerpo gó el cabrero, y wsiéndola de los
como el que más , y tan rey sería yo cuernos , como si fuera capaz de dis
de mi estado como cada uno del suyo curso y entendimiento, le dijo : Ah
siéndolo haría lo que quisiese , y cerrera, cerrera, manchada, mancha
haciendo lo que quisiese haría mi da , é y cómo andáis vos estos días do
gusto, y haciendo mi gusto estaria pie cojo? ¿ Qué lobos os espantar ,
eontento , y en estando uno contento hija ? ¿ No me diré's que es esto , her
no tiene más que desear, y no tenien mosa ? Mas qué puede ser ? sino que
do que descar acabóşe, y el esta. sois hembra, y no podéis estar sose
do venga, y adiós, y veámonos, como gada ; que mal haya vnestra condi .
dijo un ciego á otro. No son malas ción y la de todas aquelids á quien
filosofías esas , como tú dices , San imitáis. Volved , volved , amiga , que
eho , dijo el canónigo ; pero con todo si no tan contenta, á lo mnos esta
eso hay mucho que decir sobre esta réis segura en vuestro aprisco ó con
materia de condados . A lo cual repli vuestras compañeras ; que si vos que
co don Quijote : Yo no sé que haya las habéis de guardar y encaminar,
más que decir , sólo me guío por mu andáis tan sin guía y tan desencami
chos y diversos ejemplos que podría nada, ¿ en qué podrán parar ellas ?
traér á este propósito , de caballeros Contento dieron las palabras del ca
de mi profesión , que correspondiendo brero á los que las oyeron , especial
á los leales y señalados servicios que mente al canónigo , que le dijo : Por
de sus escuderos habían recibido , les vida vuestra, hermano , que os sose
hicieron notables mercedes, hacién guéis un poco, y no os acuciéis en
doles señores absolutos de ciudades volver tan presto esa cabra á su reba
vínsulas : y cuál hubo que llegaron ño ; que pues ella es hembra, coma
bus merecimientos á tanto grado, que vos decís, ha de seguir su natural
tuvo humos de hacerse rey . Pero instinto por más que vos os opongáis
para qué gasto tiempo en esto , ofre a estorbarlo. Tomad este bocado , y
ciéndome un tan insigne ejemplo el bebed una vez, con que templaréis la
grande y nunca bien alabado Amadis cólera, y en tanto descansará la .ca
de Gaula, que hizo á su escudero con bra ; y el decir esto y el darle con la
de de la insula Firme, y así puedo yo punta del cuchillo los lomos de la
sin escrúpulo de conciencia hacer conejo fiambre, todo fué uno . Tomylo
tonde á Sancho Panza, que es uno de y agradeciólo el cabrero , bebió y so
los mejores escuderos que caballero segóse , y luego dijo : No querría que
andante ha tenido ? Admirado quedó por haber yo hablado con esta alima
el canónigo de los concertados dispa ñi tan en seso , me tuviesen vuestras
rates ( si disparates sufren concierto ) mercedes por hombre simple, que en
que don Quijote había dicho, del mo verdad que no carecen de misterio
do con que había pintado la aventura las palabras que le dije . Rústico soy ,
del caballero del Lago, de la impre pero no tanto que no entienda cónio
sión que en él habían hecho las pen se ha de tratar con los hombres y con
sadas mentiras de los libros que ha las bestias . Eso creo yo muy b'er ,
bía leído , y finalmente le admiraba la dijo el cura , que ya yo sé de expe
necedad de Sancho , que con tanto riencia que los montes crían letrados,
ahinco deseaba alcanzar el condado y las cabañas de los pastores encie .
que su amo le había prometido . Ya rran filósofos. A lo menos, señor , ce
en esto volvían los criados del cano plicó el cabrero , acogen hombres
nigo que á la venta habían ido por la Escarmentados ; y para que eresis
216 DON QUDOTE DE LA MANCIJA

esta verdad, y la toquéis con la mano, contornos, en la cual había un labra


aunque parezca que sin ser rogado dor inuy honrado, y tant, que alique
ne convido, si no os enfadáis dello, es anejo al ser rico el shonrado,
y queréis, señores, un breve espacio más lo era él por la virtud que tenia
prestarme oído, atento, os contaré que por la riqura que a calzabá .
una verdad que acredite lo que ese Mas lo que le hacía más dichoso , se
señor (señalando al cura) ha dicho, gún el decía, era tener una hija de
y la mia . A esto respondió don Qui tan extremada hermosura , rara dis
jote : Por ver que tiene este caso creción, donaire y virtud , que el que
un no sé qué de sombra de aventura la conocía y la miraba se adm.raba ce
de caballería , yo por mi parte os oiré, ver las extremadas partes con que ei
hermano , de muy buena gana, y así ciclo y la naturaleza le habían enri
lo harán todos estos señores por lo quecido. Siendo niña fué hermosa,
mucho que tienen de discretos, y de siempre fué creciendo en belleza,
ser amigos de curiosas novedades en la edad de diez y seis años fué
que suspendan , alegren y entretengan hermosísima. La fama de su belleza
los sentidos, como sin duda pienso se comenzó á extender por todas las
que lo ha de hacer vuestro cuento. circunvecinas aldeas ; o que digo yo
Comenzad pues , amigo, que todos es por las circunvecinas no más , si se
cucharemos. Saco la mía , dijo Sen extendió á las apartadas ciudades, y
cho, que yo á aquel arroyo me voy aun se entró por las salas de los lt
con esta empanada, donde pienso . yes y por los oídos de todo género de
hartarme por tres días, porque he gente , que como á cosa rara 6 como
oido decir á mi señor don Quijote , imagen de milagres de todas partes á
que el escuderc de caballero andante verla venían ? Guardábala su padre y
ha de comer cuando se le ofreciere guardábase ella ; que no hay canda
hasta no poder más , á causa que se le dos, guardas ni cerraduras que mejor
suelo ofrecer entrar acaso por una guarden á una doncella que las del
selva tan intrincada, que no acierten rccato propio . La riqueza del padre
á salir della en 'seis días , y si el hom la belleza de la hija movieron á mu .
pre no va harto ó bien proveidas las chos, así del pueblo como forasteros ,
alforjas, allí se podrá quedar, como á que por mujer se la pidiesen ; mas
muchas veces se queda , hecho care él, como á quien tocaba disponer de
momía. Tú estás en lo cierto, Sancho , tan rica joya, andaba confuso sin sa
dijo don Quijote ; vete adonde quisie ber determinarse á quién la entrega
res, y come lo que pudieres , que yo ría de los infinitos que le importuna
ya estoy satisfecho. y sólo me falta ban ; y entre los muchos que tan buen
dar al alma su refacción, como se la deseo tenían fuí yo uno , á quien die
caré escuchando el cuento deste buen ron muchas y grandes esperanzas de
hombre. Así la daremos todos a las buen suceso conocer que el padre
nuestras, dijo el canónigo, y luego conocía quién yo era , el ser natural
rogó al cabrero que diese principio á del mismo pueblo, limpio en sangre ,
lo que prometido había. El cabrero en la edad floreciente , en la hacienda
dió dos palmadas sobre el lomo á la muy rico, y en el ingenio no menos
cabra, que por los cuernos tenía, di . acabado . Con todas estas mismas
ciéndole : Recuéstate junto á m , partes la pidió también otro del mis
manchada, que tiempo nos queda mo pueblo, que fué causa de suspen .
para volver á nuestro apero. Parece der y poner en baianza la voluntad
que lo entendió la cabra , porque en del padre, á quien parecia que con
sentándose su dueño se tendió ella cualquiera de nosotros estaba su hija
junto a él con mucho sosiego, y mi bien empleada ; por salir desta con
rándole al rostro daba a entender que fusión determinó decírselo á Leandra
estaba atenta á lo que el cabrero iba ( que así se llama la rica que en mise
diciendo , el cual comenzó su historia ria me tiene puesto ), advirtiendo que
desta manera : pues los dos éramos iguales, tra bien
dejar á la voluntad de su querida hija
cl escoger á su gusto ; cosa digna de
CAPITULO LI
imitar de todos los padres que á sus
hijes quieren poner en estado. No di .
go yo que los dejen escoger en cosas
ruines y malas, sino que se las pro .
Que trata de lo que contó el cabre pongan buenas, y de las buenas que
ro a todos los que llevaban á don escojan á su gusto . No sé yo el que
Quijote. tuvo Leandra ; sólo sé que el padre
nos entretuvo á entrambos con la po .
c3 edad de su hija y con palabras ge
Tres leguas de este valle está una nerales, que ni le obligaban ni nos
aldea , que aunque pequeña, es de las desobligaban tampoco. Llámase mi
más ricas que hay en todos estos competidor Anselmo, y yo Eugenio ,
L'ARTE 1. - CAPÍTULO LI 217
porque vais con noticia de los nom este Vicente de la Roca, este braro,
bres de las personas que en esta tra este gaián, este músico , este poeta
gedia se contienen , cuyo fin aun está fué visto y mirado muchas veces de
pendiente, pero bien se deja entender Leandra desde una ventana de su
que ha de ser desastroso . En esta sa casa que tenía la vista á la plaza .
zón vino á nuestro pueblo un Vicente Enamoróla el oropel de sus vistosos
de la Roca, hijo de un pobre labrador trajes , encantáronla sus romances ,
del mismo lugar, el cual Vicente ve que cada uno que componía daba
nía de las Italias y de otras diversas veinte traslados ; llegaron a sus oídos
partes de ser soldado. Llevole de las hazañas que él de sí mismo había
nuestro lugar, siendo muchacho de referido ; y finalmente, que así el dia
hasta doce años, un capitán que con blo lo debía de tener ordenado , ella
su compañía por allí acerto á pasar, y se vino á enamorar dél antes que es
volvió el mozo de allí á otros doce él naciese presunción de solicitarla ,
vestido á la soldadesca, pintado con Y como en los casos de amor no hay
mil colores, lleno de mil dijes de cris ninguno que con más facilidad se
tal y sutiles cadenas de acero . Hoy cumpla que aquel que tiene de su par
se ponía una gala y mañana otra ; te el deseo de la dama, con facilidad
pero todas sutiles , pintadas, de poco se concertaron Leandra y Vicente ; y
peso y menos tomo. La gente labra primero que alguno de sus muchos
dora, que de suyo es maliciosa , y uái . pretendientes cayese en la cuenta de
dole el ocio lugar es la misma mali su deseo, ya ella teníale cumplido,
cia, lo notó , y contó punto por punto habiendo dejado la casa de su querido
sus galas y preseas , y halló que los v amnado padre, que madre no la tie
vestidos era tres de diferentes colo ne, y ausentándose de la aldea con el
res , con sus ligas y medias ; pero él soldado, que salió con más triunfo
hacía tantos guisados é invenciones desta empresa que de todas las mu
dellos, que si no se los contaran , hu chas que él se aplicaba. Admiro el
biera quien jurara que había hecho suceso á toda la aldea, y aun á todos
muestra de más de diez pares de yes los que dél noticia tuvieron : yo quedé
tidos y de más de veinte plumas : y suspenso , Anselmo atónito, el padre
no parezca in -pertinencia meinasia triste , sus parientes afrentados , soli
esto que de los vestidos voy custan l) , cita la justicia, los cuadrilleros listos :
porque ellos hacen una buena parte tomáronse los caminos , escudriñá
en esta historia, Sentábase en un po ronse los bosques y cuanto había ,
yo que debajo de un gran álamo está y al cabo de tres días hallaron a la
en nuestra plaza, y allí nos tenía á antojadiza Leandra en una cueva de
todos la boca abierta pendientes de un monte , desnuda en camisa , sin
las hazañas que nos iba contando . muchos dineros y preciosísimas joyas
No había tierra en todo el orbe que que de su casa había sacado. Volvié
no hubiese visto , ni batalla donde no ronla á la presencia del lastimado pa
se hubiese hallado : había muerto más dre , preguntáronle su desgracia, con .
moros que tiene Marruecos y Túnez, fesó sin apremio que Vicente de la
y entrado en más singulares desa Roca la había engañado, y debajo de
fios , según el decía , que Gante y Lu palabra de ser su esposo la persuadió
na, Diego García de Paredes y otros que dejase la casa de su padre , que él
mil que nombraba, y de todos había la llevaría á la más rica y más vicio
salido con victoria, sin que le hubie sa ciudad que había en todo el uni.
sen derramado una sola gota de san verso mundo, que era Nápoles ; y que
gre . Por otra parte mostraba señales ella mal advertida y peor engañada
de heridas , que aunque no se divisa le había creído , y robando á su pa
ban , nos hacía entender que eran ar. dre, so le entregó la misma noche que
cabuzazos dados en diferentes ren había faltado , y que él la llevó á an
cuentros y facciones. Finalmente con áspero monte, y la encerró en aquella
una no vista arrogancia llamaba de cueva donde la habían hallado. Conto
vos á sus iguales y á los mismos que también como el soldado , sin quitarle
le conocían, y decía que su padre era su honor, le robó cuanto tenía, y la
su brazo, su linaje sus obras, y que dejó en aquella cueva y se fué: su
debajo de ser soldado al mismo rey ceso que de nuevo puso en admira
no debía nada. Añadiósele á estas ción á todos. Difícil, señor, se hizo de
arrogancias ser un poco músico, y creer la continencia del mozo ; pero
tocar una guitarra lo rasgado, de eila lo afirmó con tantas veras , que
manera que decían algunos que la ha fueron parte para que el desconsolado
cía hablar ; pero no pararon aquí sus padre se consolase , no haciendo cuen
gracias, que también la tenía de poe ta de las riquezas que le llevaban ,
ta, y así de cada niñería que pasaba pues le habían dejado á su hija con la
en el pueblo componía un romance joya que si una vez se pierde, no deja
de legua y media de escritura. Esta esperanza de que jamás se cobre. El
soldado, pues , que aquí he pintado, mismo día que pareció Leandra, la
218
DON QUIJOTE DE LA MANCHA

despareció su padre de nuestros ojos, Leandra nos tiene a todos suspenses


la llevó á encerrar en un monaste. ercantados, esperando sin esperan .
mio de una villa que está aquí cerca , za , y temiendo sin saber de qué teme
esperando que el tiempo gaste algu mos. Entre estos disparatados , el que
na parte de la mala opinión en que muestra que menos y más juicio tie
su hija se puso. Los pocos años de ne , es mi competidor Anselmo, el
cual teniendo tantas otras cosas de
Leandra sirvieron de disculpa de su
sulpa, á lo menos con aquellos que no qué quejarse, sólo se queja de ausen
les iba algún interés en que ella fuese
cia , y el son de un rabel que admira
blemente toca, con versos donde
mala 6 buena ; pero los que conocían muestra su buen entendimiento , can
su discreción y mucho entendimiento
tando se queja. Yo sigo otro camin .
no atribuyeron á ignorancia su peca ás fácil, y á mi parecer el más
do, sino á su desenvoltura y á la na acertado, que es decir mal de la lige.
tural inclinación de las mujeres , que reza de las mujeres , de su inconstan
por la mayor parte suele ser desati .
nada 6 nal compuesta . Encerradla cia , de su doble trato , de sus prome
Leandra, quedaron los ojos de Ansel. sas muertas, de su fe rompida, y i.
mo ciegos , á lo menos sin tener cos3 nalmente del poco discurso que tiener
que mirar que contento les diese ; lc3 en saber colocar sus pensamientos á
míos en tinieblas, sin luz que á nin . intenciones : y esta fué la ocasión ,
guna cosa de gusto les encaminase. señores, de las palabras y razones
Con la ausencia de Leandra crecía que dije á esta cabra cuando aquí lle
nuestra tristeza, apocábase nuestra gué , que por ser henibra la tengo en
paciencia, maldecíamos las galas del poco, aunque es la mejor de todo me
soldado , y abominábanos de poco re apero. Esta es la historia que prometi
contaros . Si he sido en el contarla
oato del padre de Leandra. Final
mente , Anselmo y yo nos concertamos prolijo, no seré en serviros corto :
de dejar la aldea , y venirnos á este cerca de aquí tengo mi majada, y es
valle , donde él apacentando una gran ella tengo fresca leche y muy sabr.
cantidad de ovejas suyas propias , y sísimo queso , con otras varias y saze
yo un rumeroso rebaño de cabras nadas frutas, no menos a la vista que
tamb'én mías, pasamos la vida entre al gusto agradables.
los árboles , dando vado á cuestras pa
sions ó cantando juntos &laban .
zas o vituperios de la hermosa Lean CAPITULO LII
dra, o suspirando solos y á solas,
comunicando con el cielo nuestras
querellas . A imitación nuestra otros De la pendencia que don Quijote
muchos de los pretendientes de Lean tuvo con el cabrero, con la rara
ara se han venido á estos ásperos aventura de los disciplinantes, a
montes usando el mismo ejercicio quien dió felice fin á costa de su
sudor .
nuestro, y son tantos, que parece que
este sitio se ha convertido en la pas
boral Arcadia, según está colmado General gusto causó el cuento del
de pastores y de apriscos, y no hay cabrero a todos los que escuchádole
parte en él donde no se oiga el nom
bre de la hermosa Leandri. Este la habían . Especialmente le recibió el
maldice y la llama antojadiza, varia carónigo, que con extraña curiosidad
y deshonesta ; aquel la condena per notó la manera con que le había con
fácil y ligera ; tal la absuelve y per tado , tan lejos de parecer rústico ca
dona, y tal la justifica y vitupera : brero , cuan cerca de mostrarse dis
uno celebra su hermosura , otro renie creto cortesano ; y así dijo que había
ga de su condición ; y en fin , todos la dicho muy bien el cura en decir que
los montes criaban letrados . Todos se
deshonran , y todos la adoran, y de
todos se extiende á tanto la locura , ofrecieron á Eugenio , pero el que raás
quº hay quien se queje de desdén sin se mostró liberal en esto fué don Qui
haberla jamás hablado, y aun quien jote , que le dijo : Por cierto, herm 40
se laniente y sienta la rabiosa enfer cabrero, que si yo me hallara posibi
medad de los celos , que ella jamás litado de poder comenzar alguns
dió a nadie, porque , como ya tengo aventura , que luego luego me pusiers
dicho, antes se supo su pecado que en camino porque vos la tuviérades
buena, que yo sacara del monasteri .
su deseo. No hay hueco de peña , ni
margen de arroyo , ni sombra de ár (donde sin duda alguna debe de estar
bol que no esté ocupada de algún contra su voluntad) á Leandra, á pe
pastor que sus desventuras á los airrg sar de la abadesa y de cuantos quisie
quente : el eco repite el nombre de ran estorbarlo, y os la pusiere a
Leandra dondequiera que pueda for vuestras manos para que hicierades
marse : Leandra resuenan los montes, della á toda vuestra voluntad y 18
Leandra murmuran los Arroyos , y lante ; guardando pero las leyes de
-
PARTE 1 , --- CAPITULO LII 219

caballería , que mandan que á ninguna cho Panza se desesperaba, porquo to


doncella le sea fecho desaguisado al. se podía desasir de un criado del oa
gano : aunque yo espero en D.os nues nónigo que le estorbaba que á sa amo
mo Señor, que no ha de poder tanto no ayudase. En resolución, estando
la fuerza de un encantador malicioso, todos en regocijo y fiesta, sino los dos
que no pueda más la de otro encanta aporreantes que se carpian, oyeron el
dor mejor intencionado, y para enton son de una trompeta tan tr.ste, que
des os prometo mi favor y ayuda, los hizo volver los rostros hacia don
somo me obliga mi profesión , que no de les pareció que sonahan ; pero el
es otra sino de favorecer á los desva . que más se alboroto de oirle fué don
lidos y menesterosos. Mirole el cabce. Quijote, el cual , aunque estaba deba
ro , y como vio á don Quijote de tan jo del cabrero harto contra su volun.
mal pelaje y catadura , admirose, y tad , y más que medianamente molido,
preguntó al barbero que cerca de si le dijo : Hermano demonio , que no es
tenía : Señor, ¿ quién es este hombre , posible que dejes de serlo, pues has
que tal talle tiene y de tal manera ha tenido valor y fuerza para sujetar las
bla ? ¿ Quién ha de ser , respondió el mías, ruégote que hagamos tregras
barbero, sino el famoso don Quijote no inás de por una hora , porque el
de la Mancha, desfacedor de agra doloroso son de aquella trompta
vios , enderezador de tuertos , el am que a nuestros oídos llega , me parece
paro de las doncellas, el asombro de que á alguna nueva aventura me lla
los gigantes y el vencedor de las ba ma. El cabrero , que ya estaba cansa
tallas ? Eso me asemeja, respondió el do de moler y ser molido, le dejó lue
cabrero, á lo que se lee en los libros go , y don Quijote se puso en pie
de caballeros andantes , que hacían volviendo asimismo el rostro adonde
todo eso que deste hombre vuestra el son se oía, y vió á deshora que por
merced dice , puesto que para mí ten un recuesto bajaban muchos hombres
go , o que vuestra merced se burla, ó vestidos de blanco á modo de discipli
que este gentilhombre debe tener nantes. Era el caso, que aquel año
vacíos los aposentos de la cabeza. habían las nubes negado su rocío á la
Sois un grandísimo bellaco, dijo á esta tierra, y por todos los lugares de
sazón don Quijote , y vos sois el vacío aquella comarca se hacían procesio
Tel menguado, que yo estoy más lle nes, rogwivas y disciplinas , pidiende
no que jamás lo estuvo la muy hide á Dios abriese las manos de su miye
puta , puta que os parió : y diciendo y ricordia ý les lloviese ; y para este
haciendo, arrebató un pan que junto efecto la gente de una aldea que alli
á sí tenía , y dió con éi al cabrero en junto estaba , venía en procesión á
todo el rostro cor. tanta furia, que le una devota ermita que en un recursto
remachó las narices ; mas el cabrero , de aquel valle había. Don Quijote,
que no sabía de burlas, viendo con que vio los extraños trajes de los dig
euantas veras le maltrataban , sin ciplinantes, sin pasarle por la meme
tener respeto a la alhombra ni a los ria las muchas veces que los había de
manteles ni á todos aquellos que co haber visto , se imaginó que era cosa
miendo estaban , saltó sobre don Qui de aventura, y que á él solo tocaba
jote , y asiéndole del cuello con en como caballero andante el acome
trambas marios , no di lara de aho terla : y confirmóle más esta imagina
garle , si Sancho Panza no llegara en ción pensar que una imagen que
aquel punto, y le asiera por las espal tratan cubierta de luto , fuese alguns
das, y diera con él encima de la mesa principal señora que llevaban por
quebrando platos , rompendo tazas , y fuerza aquellos follones y descomodi.
derramando y esparciendo cuanto n dos malandrines. Y como esto le cayó
ella estaba. Don Quijote, que se vio en las mientes , con gran ligereza
libre , acudió á subirse sobre el cabre arremetio & Rocinante que paciendo
ro , el cual lleno de sangre el rostro , andaba, quitándole del arzón el fr no
molido á coces de Sancho, andaba y el adarga, y en un punto le enfra .
buscando á gatas algún cuchillo de la nó ; y pidiendo á Sancho su espada ,
mesa para hacer alguna sanguino subió sobre Rocinante y embrazó su
lenta venganza ; pero estorbáronselo adarga, y dijo en alta voz a todos los
el canónigo v el cura ; mas el burb ro que presentes estaban : Ahora, vale
hizo de suerte, que el cabrero cogió rosa compañía , veredes cuánto im
debajo de sí á don Quijote , sobre el porta que haya en el mundo caballe .
qual llovió to número de mojico ros que profesen la orden de la au
hes , que del rostro del pobre caballe. dante caballería : ahora digo , que ve
ro llovía tanta sangre como del suyo. redes en la libertad de aquella buena
Reventaban de risa el canónigo y el señora que allí va cautiva, si se han
stra, saltaban los cuadrilleros de de estimar los caballeros andantes :
gozo, zuzaban los unos y los otros , y en diciendo esto apretó los muslos
somo hacen a los perrog cuando en á Rocinante, porque espuelas no lam
pendencias están trabados : sél. San tenía, y á tede galope ( porque carrera
DON QUIJOTE DE LA MANCHA
tirada no se lee en toda esta verda que le tiró don Quijote, con que se
dera historia que jamás la diese Roci la hizo dos partes, con el último
nante ) se fué á encontrar con los dis tercio que le quedó en la mano dio
ciplinantes : bien que fueron el curs tal golpe á don Quijote encima de
y el canónigo y barbero á detenerle, un hombro por el mismo lado de la
mas no les fué posible , ni menos le espada que no pudo cubrir la adarga
detuvieron las voces que Sancho le contra la villana fuerza, que el po
daba, diciendo : ¿ Adónde va, señor bre don Quijote vino al suelo muy
don Quijote ? ¿ Qué demonios lleva en mal parado. Sancho Panza, que ja
el pecho que le incitan á ir contra deando le iba á los alcances, viéndo
nuestra fe católica ? Advierta , mal le caído, dió voces á su moledor
haya yo, que aquella es procesión de que no le diese otro palo, porque
discip.inantes, y que aquella señora Art un pobre caballero encantado
que llevan sobre la peana, es la que no había hecho mal á nadie en
imagen benditísima de la Virgen sin todos los días de su vida. Mas lo que
mancilla : mire , señor , lo que hace , detuvo al villano, no fueron las vo
que por esta vez se puede decir que res de Sancho, sino el ver que don
no es lo que sabe . Fatigóse en vino Quijote no bullia pie ni mano ; y
Sancho, porque su amo iba tan pues. así creyendo que le había muerto ,
to en llegar a los ensabanados y en con priesa se alzó la túnica a la cin
librar a la señora enlutada, que no ta, y dió á huir por la campaña
oyó palabra, y aunque la oyera, no como un gamo . Ya en esto llegaron
volviera si el rey se lo mandara . todos los de la compañía de son
Llegó pues a la procesión, y paró á Quijote adonde él estaba ; mas los
Rocinante, que ya llevaba deseo de de la procesión que los vieron venir
quietarse un poco , y con turbada y corriendo , y con ellos los cuadrille
ronca voz dijo : Vosotros, que quizá ros con sus ballestas, temieron al .
por no ser buenos os encubrís los ros gún mal suceso , y hicieronse todos
tros , atended y escuchad lo que deci. un remolino alrededor d la image'.,
ros quiero. Los primeros que se de. y alzando los capirntes, empuñando
tuvieron fueron los que la imagen las disciplinas y los clérigos los ciria
llevaban ; y uno de los cuatro cléri les , esperaban el asalto con determi.
gos que cantaban las letanías, vien nación de defenderse y aun ofender ,
do la extraña catadura de don Qui si pudiesen, á sus acometedores ;
jote, la flaqueza de Rocinante y otras pero la fortuna lo hizo mejor que se
circunstancias de risa que notó y pensaba, porque Sancho no hizo otra
descubrió en don Quijote, le respon . cosa que arrojarse sobre el cuerpo
dió diciendo : Señor hermano, si de su señor , haciendo sobre el el
nos quiere decir algo, dígalo presto , más doloroso y risueño llanto del
porque se van estos hermanus mundo , creyendo que estaba muerto .
abriendo las carnes , y no podemos El cura fué conocido de otro cura que
ni es razón que nos detengamos á en la procesión venía, cuyo conoci
oir cosa alguna, si ya no es tan bre. miento puso en sosiego el concebido
ve que en dos palabras se diga. En temor de los dos escuadrones. El
una lo diré , replicó don Quijote, v primer cura dió al segundo en dos
es esta : que luego al punto dejéis razones cuenta de quién era don Qui
libre á esa hermosa señora , cuyas icte ; y así el como toda la turba
lágrimas y triste semblante dan cl de los disciplinantes fueron á ver si
ras muestras que la lleváis contra estaba muerto el pobre caballero, y
su roluntad , y que algún notorio de oyeron que Sancho Panza, con la
saguisado le habedes fecho : y vo grimas en los ojos , decía : 10h flor
que nací en el mundo para desfacer de la caballería , que con sólo un ga
semejantes agravios, no consentiré rrotazo acabaste la carrera de tus
que un solo paso adelante pase sin tan bien gastados años ! ¡ Oh honra
darle la deseada libertad que merece . En de tu linaje, honor y gloria de t -da
estas razones cayeron todos los que la Mancha, y aun de todo el mundo ,
las oyeron que don Quijote debía ser el cual faltarào tú en él quedará
algún hombre loco , y tomáronse á lieno de malhechores sin temor de
reir muy de gana, cuya risa fué po ser castigados de sus malas fecho
ner pólvora á la cólera de don Qui rías ! iOh liberal sobre todos los
jote , porque sin decir más palabra, Alejandros, pues por solos ocho me
sacando la espada arremetió á las ses de se cio me tenías dada la
andas. Uno de aquellos que las lle mejor íngula que el mar ciñe y ro
raban , dejando la carga á ' sus coni dea ! iOh humilde con los soberbioa
pañeros , salió al encuentro de don arrogante con los humildes , aco
Quijote, enarbolando una arquilla ó metedor de peligros, sufridor de
bastón con que sustentaba las andas afrentas , enamorado sin causa , imi .
en tanto que descansaba, y reci tador de los buenos, azote de los
biendo en ella una gran cuchillada malos , enemigo de los ruines , en fin
PARTE 1 , -CAPITULO LII 221

caballero andante, que es todo lo que jer de Sancho Panza, que ya había
decirse puede ! Con las voces y gore sabido que Labía ido con el sirvien
midos de Sancho revivió don Quijo. dole de escudero, y así como vió á
te , y la primera palabra que dijo Sancho , lo primero que le preguntó
fué : El que de vos vive ausente, fué que si venía bueno el asno :
dulcísima Dulcinea, á mayores mi Sancho respondió que venía mejor
seria3 que estas está sujeto . Ayú quc su amo . Gracias sean dadas á
dama , Sancho amigo , á ponerme so Dios , replicó ella , que tanto bien me
bre el carro encantado, que no es ha hecho ; pero contadme ahora , am .
toy para oprimir la sills de Rocinan . go , & qué bien habéis sacado de vues
te , porque tengo todo este hombro tras escuderías ? ¿ Qué saboyana me
hecho pedazos . Eso haré yo de muy traéis á mí ? ¿ Qué zapaticos á vues
Luena gana , señor mío, respondió tros hijos ? No traigo nada deso , dijo
Sancho, y volvamos á mi aldea en Sancho, mujer mía , aunque traigo
compañía destos señores que su bien otras cosas de más momento y consi
iesean , y alii daremos orden de ha deración . Deso recibo yo mucho gus
cer otra salida que nos sea de más to , respondió la mujer : mostradme
provecho y fama. Bien dices, San esas cosas de más consideración y
cho , respondió don Quijote, y será más momento, amigo mío , que las
gran prudencia dejar pasar el mal quiero ver para que se me alegre este
influjo de las estrellas que ahora corazón , que tan triste y descontento
corre. El canónigo y el cura y bar ha estado en todos los siglos de vues
bero le dijeron que haría muy bien tra ausencia . En casa os las mostra
en hacer lo que decía, y así habien ré , mujer , dijo Panza, y por ahora
do recibido grande gusto de las estad contenta, que siendo Dios ser
simplicidades de Sancho Panza, pu rido de que otra vez salgamos en via .
sieron á don Quijote en el carro je á buscar aventuras , vos ine veréis
como antes venía ; la procesión vul . presto conde o gobernador de una in .
Tió á ordenarse y á proseguir sų ce sula, y no de las de por ahí, sino la
mino ; el cabrero se despidió de to. mejor que pueda hallarse. Quiéralo
dos ; los cuadrilleros no quisieron así el cielo , marido mío, que bien lo
pasar adelante , y el cura les pagó habemos menester . Mas decidme,
lo que se les debía ; el canónigo pi ¿ qué es eso de insulas ? que no lo en .
dió al cura le avisase el suceso de tiendo . No es la miel para la boca del
con Quijote , si sanaba de su locura , asno , respondió Sancho : á su tiempo
6 si proseguia en ella, y con esto io verás, mujer, y aun te admirarás
tomó licencia para seguir su viaje. ar Oirte llamar señoría de todos tus
En fiu todos se dividieron y parti vasallos . & Qué es lo que decís , San
ron , quedando solos el cura y el bar cho , de señorías, insulas y vasallos ?
bero , dor. Quijote y Panza , y el bue. respondió Teresa Panza, que así se
no de Rocinante , que á todo lo que llamaba la mujer de Sancho , aunqu ?
había visto estaba con tanta paciencia no eran parientes, sino porque se usa
como su amo . El boyero unció sus en la Mancha tomar las mujeres el
bueyes y acomodó á don Quijote so apellido de sus maridos . No te acu
bre un haz de heno , y con su acos cies , Teresa, por saber todo esto tan
tumbrada iema sig :zió el camino que apriesa, basta que te digo verdad , y
el cura quiso , y á cabo de seis alas ccse la boca : sólo te sabré decir así
llegaron á la aldea de don Quijote , de peso , que no hay cosa más gustosa
adonde entraron en la mitad del dir. en el mundo que ser un hombre hon
que acertó a ser domingo, y la gente rado escudero de un caballero andar
estaba toda en la plaza , por mitad te , buscador de aventuras. Bien es
de la cual atravesó el carro de don verdad que las más que se hallan no
Quijote . Acudieron todos á ver lo salen tan á gusto como el hombre qup
que en el carro venía, y cuando co rría, porque de ciento que se encuen
nocieron á su compatriota, quedaron tran, las noventa y nueve suelen salir
maravillados, y un muchacho acudió aviesas y torcidas . Sélo yo por expe
corriendo á dar nuevas á su ama y riencia , porque de algunas he salido
á su sobrina de que su tío y su señor manteado, y de otras molido ; pero
venía flaco y amarillo , y tendido so. con todo eso , es linda cosa esperar
bre un montón de heno y sobre un los sucesos atravesando montes, es
carro de bueyes . Cosa de lástima filo cudriñando selvas , pisando peñas , vi
or los gritos que las dos buenas se sitando castillos, alojando en ventas
ñoras alzaron , las bofetadas que se á toda discreción , sin pagar ofrecido
dieron, las maldiciones que de nuevo sea al diablo el maravedí. Todas estas
echaron á los malditos libros de ca
pláticas pasaron entre Sancho Panza
ballerías, todo lo cual se renovó cuin y Teresa Panza su mujer, en tanto que
do vieron entrar á don Quijote pur el ama y sobrina de don Quijote le
sus puertas . A las nuevas de ceta recibieron, y le desnudaron en su
venida de don Quijote scudió la inu antiguo lecho. Mirábalas él con ojos
222 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

atravesados, y no acababa de enten guo médico que tenía en su poder was


her en qué parte estaba . El cura en . caja de piomo , que según el dijo se
cargó á la sobrina tuviese gran cuen había hallado en los cimientos derr .
ta con regalar á su tío, y que estuvie bados de una antigua ermita que se
sen alerta de que otra vez no se les renovaba ; en la cual cela se habían
escapase, contando lo que había sido hallado unos pergaminos escritos e02
menester para traelle á sui casa. Aquí letras góticas, pero en versos caste
alzaron las dos de nuevo los gritos el llanos, que contenían muchas de sus
cielo , allí se renovaron las maldicio. hazañas, y daban noticia de la her
nes de los libros de caballerías, allí mosura de dulcinea del Toboso , de la
pidieron al cielo que confundiese en figura de Rocinante , de la fidelidad
el centro del abismo á los autores de de Sancho Panza, y de la sepultura
tantas mentiras y disparates. Final . del mismo don Quijote, con diferen
mente ellas quedaron confusas y te tes 'epitafios y elogios de su vida y
merosas de que se habían de ver sin costumbres : y los que se pudieron
su amo y tío en el mismo punto que leer y sacar en limpio, fueron los que
tuviese alguna mejoría, y así fué equi pone el fidedigno autor desta
eomo ellas se lo imaginaron. Pero el nueva y jamás vista historia. El cual
autor desta historia , puesto que con autor no pide a los que la leyeren ,
curiosidad y diligencia ha buscado en premio del inmenso trabajo que le
los hechos que don Quijote hizo en costó inquirir y buscar todos los ar
su tercera salida, no ha podido hallar chivos manchegos por sacarla á luz,
noticia dellos , á lo menos por escritu. sino que le den el mismo crédito cue
ras auténticas : sólo la fama ha guar . suelen dar los discretos á los libros
dado en las memorias de la Mancha de caballerías que tan validos andar
que don Quijote la tercera vez que sa en el mundo ; que con esto se tendrá
bió de su casa fué á Zaragoza, donde por bien pagado y satisfecho, y se
se halló en unas famosas justas quc animará á sacar y buscar otras , si 7 €
en aqui ciudad se hicieron, y allí tan verdaderas , á lo menos de tanta
le pasaron cosas dignas de su valor y invención y pasatiempo. Las palabras
buen entendimiento. Ni de su fin y primeras que estaban escritas en el
scabamiento pudo alcanzar cosa algu pergamino que se halló en la caja de
zia , ni la alcanzara ni supiera, si la plomo, eran estas :
buena suerte no le deparara un anti .
LOS ACADEMICOS DE LA ARGAMASILLA, LUGAR DE LA MANCHA ,
EN VIDA Y MUERTE DEL VALEROSO DON QUIJOTE DE LA MAN.
CHA , HOC SCRIPSERUNT .

IL VONICONGO , ACADÉMICO DE LA ARGAMASILLA , Á LA SEPULTURA DE


DON QUIJOTE
EPITAFIO

El calyatrueno que adornó i la Mancha


de más despojos que Jasón de Creta ;
el juicio que tuvo la veleta
aguda , donde fuera mejor ancha ;
el brazo que su fuerza tanto ensancha,
que llegó de Catay hasta Gaeta ;
La musa más horrenda y más discreta
que grabó versos en broncinea plancha ;
el que á cola dejó los Amadises,
y en muy poquito á Galaores tuvo,
estribando en su amor y bizarría ;
el que hizo callar los Belianises ;
aquel que en Rocinante errando andur .,
yace debajo desta losa fría.

DBL PANIAGUADO , ACADÉMICO DE LA ARGAMASILLA , IN LAUDIN


DULCINÆ DEL TOBO80

SONETO

Esta que veis de rostro amondongado,


alta de pechou y ademán brioso,
es Dulcinea, reina del Toboso ,
de quien fué el gran Quijote aficionado
PARTE 1.--CAPITUL . LII 2283

Pisó por ella el uno y otro lado


de la gran Sierra Negra, y el famoso
campo de Montiel , hasta el herboso
llano de Aranjuez, á pie y cansado :
culpa de Rocinante . iOh dura estrella !
Que esta manchega dama , y este invito
andante caballero, en tiernos años,
ella dejó muriendo de ser bella ,
y él , aunque queda en mármoles escrito,
no pudo huir de amor, iras y engaños.

PEL CAPRICHOSO , DISCRETÍSIMO ACADÉMICO DE LA ARGAMASILIA , EN LOOR


DI ROCINANTE , CABALLO DE DON QUIJOTE DE LA MANCHA
SONETO

En el soberbio tronco diamantino


que con sangrientas plantas huella Marte,
frenético el manchego su estandarte
tremola con esfuerzo peregrino.
Cuelga las armas y el acero fino,
oon que destroza, asuela, raja y parte :
¡ nuevas proezas! pero inventa el arte
un nuevo estilo al nuevo paladino.
Y si de su Amadís se prccia Gaula,
por cuyos brazos descendientes Grecia
triunfó mil veces y su fama ensancha ,
hoy á Quijote le corona el aula
do Belona preside, y dél se precia
más que Grecia ni Gaula , la alta Mancha.
Nunca sus glorias el olvido mancha,
pues hasta Rocinante, en ser gallardo,
cxcedo á Brilladoro y á Bayardo .

DEL BURLADOR, ACADÉMICO ARGAMASILLESCO, À SANCHO PANZA


SONETO

Sancho Panza es aqueste , un cuerpo chico,


pero grande en valor : ¡ milagró cxtraño !
escudero el mis simple y sin engaño
que tuvo el mundo, os juro y certifico.
De ser conde no estuvo en un tantico
si no se conjuraran en su daño
insolencias y agravios del tacaño
siglo , que aun no perdonan á un borrico .
Sobre él anduvo (con perdón se miente )
este manso escudero , tras el manso
eaballo Rocinante , y tras su dueño.
i Oh vanas esperanzas de la gente ,
cómo pasáis con prometer descanso ,
y al fin paráis en sonidra, en humo, en sueño !

PEL QACHIDIABLO, ACADÉMICO DE LA ARGAMASILLA , EN LA SEPULTURA EN


DON QUIJOTE
EPITAFIO
1
Aquí yace el caballero
bien molido y mal andante,
á quica llevó Rocinarte
por uno y otro sendero .
Sancho Panza el majader .
yace tamb en junto a él,
escudero el más fiel,
que vió el trato de csender ..
224 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
L'EL TIQUITOC , ACADÉMICO DE LA ARGAMASILLA , EN LA SEPULTURA DE
DULCINEA DEL TOBOSO

EPITAFIO

Reposa aquí Dulcinea ,


y aunque de carnes rolliza,
la volvió en polvo'y ceniza
la muerte espantable y fea .
Fué de castiza relea ,
y tuvo asomos de dama ;
del gran Quijote fué llama,
y fué gloria de su aldea .
Estos fueron los versos que se pudieron leer : los demás , por estar carco
mida la letra, se entregaron a un académico para que por conjeturas los decla.
rose. Tiénese noticia que lo ha hecho á costa do muchas vigilias y mucho
trabajo y que tiene intención de cacallos a la luz, con la esperanza de la ter
Ctra salida de don Quijote.
Forse altri canterá con miglior plettro.

FIN DE LA PARTE PRIMERA


.
EL INGENIOSO HIDALGO

.DON QUIJOTE DE LA MANCHA

AL CONDE DE LEMOS
Enviando á Vuestra Excelencia los días pasados mis comedias, antes impre
sas que rëpresertadas, si bien me acuerdo, dijo , que Don Quijote quedaba
calzadas las esprielas para ir á besar las manos á Vuestra Excelencia ; y ahora
digo, que se las ha calzado y se ha puesto en camino, y si él allá lleg : me pa
rece que habré hecho algún servicio á Vuestra Excelencia, porque es mucha
lí priesa que de infinitas partes me dan á que le envíe , para qu tar el amigo y
la náusea que ha causado otro Don Quijote que con nombre de Segunda Parte
se ha disfrazado y corrido por el orbe ; y el que más ha m.strado desearle ba
sido el grande emperador de la China, pues en ler.gua chinesca habrá un mes
Glume escrib :ó ina carta con un propio, pidiéndome, o por mejor decir,
supiicándome se le enviase, porque quería fundar un colegio donde se leyoso
la lengua castellana, y quería que el libro que se leyese fuese el de la Histo
ria de don Quijote : juntainente con esto me decía que fuese yo á ser el rec
tor de tal colegio . Preguntéle al portador, si Su Majestad le había dado para
mí alguna ayuda de costa . Respondióme que ni por pensamiento . Pues, her
mano, le respondí yo , vos os podéis volver á vuestra China á las diez o las
voinle , 6 á las que venis despachado, porque yo no estoy con salud para po
nerme en tan largo viaje ; además, que sobre estar enfermo, estoy muy sin
dizeros , y emperador por emperador, y monarca por monarca, en Nápolcs
tengo el gran conde de Lemos ,que sin tantos titulillos de colegios ni rectorias
mo sustenta , me ampara y hace más merced que que yo acierto á degear .
Con esto le despedi, y con esto me despido, ofreciendo á Vuestra Excelen
cia Los Trabajos de Persiles y Sigismunda, libro á quien daré fin
dentro de cuatro meses, Deo volente ; el cual ha de ser, o el más malo . Ó
el mejor que en nuestra lengua se haya compuesto : quiero decir, de los de
entretenimiento ; y digo que me arrepiento de haber dicho el más malo ,
porque según la opinión de mis amigos, ha de llegar al extremo de bondand
posible. Venga Vuestra Excelencia con la salud que es deseado, que ya
estará Persiles para besarle las manos , y yo los pies, como criado que soy
de Vuestra Excelencia. De Madrid último de octubre de mil seiscientos y
quince.
Criado de Vuestra Excelencia,
MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA .

15
1
PRÓLOGO

Tálame Dios , y con cuánta gana con el entendimiento, el cual suele


debes de estar esperando ahora, iec mejorarse con los años. He sentido
tor ilustre, quier plebeyo, este pro también que ne llame envidioso, r
logo, creyendo uallar en él vengasas, que como á ignorante me describa
riñas y vutiperios del autor del se qué cosa sea la envidia, que en reali .
gundo Don Quijote ? digo de aquel dad de verdad , de dos que hay , yo no
que dicen que se engendrá en Torde conozco sino a ja santa, á la noble y.
sillas y nació en Tarragona. Pues en bien intencionada : y siendo esto así ,
verdad que no te he de dar este con como lo es, no tengo yo de perseguir
tento, que puesto que los agravios á ningún sacerdote, y más si tienn
despiertan la cólera en los más hu por añadidura ser familiar del Santo
mildes pechos, en el mío ha de pade Oficio ; y si él lo dijo por quien pare
cer excepción esta regla . Quisieris ce que lo dijo, engañose de todo en
tú que lo diers del asno, del mente. todo, que del tal adoro el ingenio ,
4 cato y del atrevido ; pero no me pusa admiro las obras y la ocupación con
por el pensamiento : castíguele su pe tinua y virtuosa . Pero en efecto le
cado, con su pan se lo comı, y aliá se agradezco á este señor autor el decir
lo haya. Lo que no he podido dejar de que mis novelas son más satíric us.que
sentir es, que me note de viejo y de ejemplares, pero que son buenas, y no
marco, como si hubiera sido en mi 1o pudieran ser si no tuvieran de
mano haber detenido el tiempo , que tedo. Paréceme que me dices que an .
no pasase por mí , o si mi manquedad do muy limitado , y que me contengo
hubiera nacido en alguna taberna , y mucho en los términos de mi modes .
no en la más alta ocasión que vieron tia , sabiendo que no se ha de añadir
los siglos pasados, los presentes, zi aflicción al afligido, y que la que debe
esperan ver los venideros. Si mis 'he de tener este señor sin duda es gran
ridas no resplandecen en los ojos de de , pues no osa parecer á campo
quien las mira, son estimadas á io abierto y al cielo claro, encubriendo
menos en la cstimación de los que su nombre , fingiendo su patria , como
saben donde se cobraron : que el sol . si hubiera hecho alguna traición le
dado más bien parece muerto en la lesa majestad . Si po : ventura llega
batalla , que libre en la fuga ; y es esto res á conocerle, dile de mi parte que
en mi de manera, que si ahora me no me tengo por agraviado, que bien
propusieran y facilitaran un imposi sé lo que son tentaciones del demo.
ble , quisiera antes haberne hallado nio , y que una de las mayores es po
en aquella facción prodigiosa, que nerle a un hombre en el entendimien
sano ahora de mis heridas , sin haber to que puede componer é imprimir
ne hallado en ella. Las que el soldado un libro con que gane tanta fama
muestra en el rostro y en los pechos, como dineros , y tantos dineros cuanta
estrellas son que guían a los demis fama, y para confirmación desto quie
al cielo de la honra, y al de desear la ro que en tu buen donaire y gracia
justa alabanza ; y hase de advertir le cuentes este cuento :
que no se escribe con las canas, sino Había en Sevilla un loco, que dio
228 PRÓLOGO

en el más gracioso disparate y tema su ingenio en libros , que en siendo


que dió loco en el mundo. Y fué, que malos son más duros que las peñas.
hizo ua cañuto de caña puntiagudo Dile también que de la amenaza que
en el fin , y en cogiendo algún perro me hace que me ha de quitar la ga
en la calle, o en cualquiera otra par nanoia con su libro, no se me da un
te , con el un pie le cogía el suyo, y ardite, que acomodándome al entre
el otro le alzaba con la mano , y cómo més famoso de la Perendenga, le res
m - jor podía le acomodaba el canuto pondo que me viva el veinticuatro
en la parte que , soplándole , le ponía mi señor, y Cristo con todos : viva
redondo como una pelota , y en te el gran conde de Lemos, cuya cris
niéndolo de esta suerte le daba dos tiandad y liberalidad bien conocida
palmiditas en la barriga, y le soltaba contra todos los golpes de mi corta
diciendo a los circunstantes ( qui fortuna me tiene en pie ; y vívame
siempre eran muchos ) : Pensarán la suma caridad del Ilustrísimo de
vuesas mercedes ahora que es poco Toledo, don Bernardo de Sandoval y
trabajn hinchar un perro . Pensarií Rojas, ' y siquiera no haya empren
vuesa merced ahora que es poco tra . tas en el mundo , y siquiera se impr .
bajo hacer un libro. Y si este cuento man contra mí más libros que tienen
no le cuadrare , dirásle, lector amigo , letras las coplas de Mingo Revulgo.
este , que también es de loco y de Estos dos príncipes, sin que lo solici
perro : te adulación mía, ni otro género de
Había en Córdoba otro loco, que aplauso, por sola su bondad han to
tería por costumbre de traer encima mado á su cargo el hacerme merced
de la cabeza un pedazo de losa de y favorecerme, en lo que me tengo
mármol, ó un canto no muy liviano,y por más dichoso y más rico que si la
en tomando algún perro descuidado fortuna por camino ordinario me hu
se le ponía junto , y á plomo dejaba viera puesto en su cumbre . La honia
caer sobre él el peso. Ainohinábuse el puédela tener el pobre , pero no el
porro , y dando ladridos y anllidos no vicioso : la pobreza puede anublar 1
paraba en tres calles. Sucedió , pues, la nobleza , pero no escurecerla del
que entre los perros que descargó la todo ; pero como la virtud dé alguna
carga fué uno un perro de un bonete luz de sí, aunque sea por los inco
ro , á quien quería mucho su dueño. venientes y resquicios de la estreche
Bajó el canto, dióle en la cabeza, alzó za, viene á ser estimada de los altos
en grito el molido perro, viólo y sin: y nobles espíritus , y por el consi
tiolo su amo : asió de una vara de guiente favorecida ; y no le digas
medir, y salió al loco, y no le dejó más, ni yo quiero decirte más á ti,
hueso sano, y á cada palo que le daba sino advertirte que consideres que esta
decía : Perro ladrón, & á mi podenco ? segunda parte de Don Quijote que te
¿ No viste , cruel, que era podenco ofrezco , es cortada del mismo artí
mi perro ? Y repitiéndole el nombre fice y del mismo paño que la prime
de podenco muchas veces , envió 31 ra , y que en ella te doy a Don Quijote
loco hecho un alheña. Escarmentó el dilatado , y finalmente muerto y se
loco , y retiróse, y en más de un mes pultado , porque ninguno se atreva á
no salió a la plaza , al cabo del cual lerantarle nuevos testimonios, pues
tiempo volvió con su invención V hastan los pasados, y basta también
con más carga. Llegábase donde esta que un hombre honrado haya dado
ba el perro y mirándole muy bien noticia destas discretas locuras, sin
de hito en hito , y sin querer, ni atre querer de nuevo entrarse en ellas :
verse á descargar la piedra, decía : que la abundancia de las cosas, aun
Este es podenco, i guarda ! En efecto , que sean buenas, hace que no se esti
todos cuantos perros topaba, aunque men , y la carestía , aun de las malas,
fuesen alanos 5 gozques , decía que se estima en algo . Olvidábaseme de
eran podencos, y así no soltó más el decirte, que esperes el Persiles, que
canto . Quizá desta suerte le podrá ya estoy acabando, y la segunda par.
acontecer i este historiador , que no te de Galatea .
se atreverí á soltar más la presa de
DON QUIJOTE DE LA MANCIJA
PARTE SEGUNDA

CAPITULO PRIMERO por su salud , y él dió cuenta de sí y


della con mucho juicio y con muy
elegantes palabras ; y en el discurso
De lo que el cura y el barbero pasa de su plática vinieron a tratar en esto
ron con don Quijote cerca de su que llaman razón de estado y modos
enfermedad. de gobierno, enmendando este abuso
y condenando aquél , reformando una
costumbre y desterrando otra, hacién
Cuenta Cide Hamete Benengeli en dose cada uno de los tres un nuevo
la segunda parte desta historia y ter legislador , un Licurgo moderno ó un
cera salida de don Quijote, que el Solón flamantę , y de tal manera reno.
cura y el barbero se estuvieron casi varon la república, que no parecis
un mes sin verle , por no renovarle y sino que ia habían puesto en una fra.
traerle à la memoria las cosas pasa gua y sacado otra de la que pusie .
das ; pero no por eso dejaron de vi ron ; y habló don Quijote con tanta
sitar á su sobrina y á su ama, encai discreción en todas las materias que
gándolas tuviesen cuenta con regal se tocaron , que los dos examinadores
larle, dándole á comer cosas confor creyeron indubitadamente que estaba
tativas y apropiadas para el corazón del todo bueno y en su entero juicio .
y el cerebro , de donde procedía, sc Halláronse presentes á la plática la
gún buen discurso , toda su mala ven sobrina y el ama, y no se hartaban
tura ; las cuales 'dijeron que así lo de dar gracias a Dios de ver á su se
harían , y lo harían con la voluntad ñor con tan buen entendimiento ;
y cuidado posible, po echaban de pero el cura , mudando el propósito
ver que su señor por momentos iba primero , que era de no tocarle en
dando muestras de estar en su entero ucsa de caballerías, quiso hacer de
juicio : de lo cual recibieron los des todo en todo experiencia si la sanidad
gran contento por parecerles que ha de don Quijote era falsa o verdadera,
bían acertado en haberle traído en. Fasí de lance en lance vino á contar
cantado en el carro de los bueyes, algunas nuevas que habían venido de
como se contó en la primera parte la corte, y entre otras dijo que se
desta tan grande como puntual histo tenía por cierto que el turco bajab3
ria en su último capítulo ; y así de con una poderosa armada , y que no
terminaron de visitarle y hacer expe se sabía su designio ni adonde había
riencia de su mejoría , aunque tenían de descargar tan gran nublado ; y con
casi por imposible que la tuviese, v este temor, con que casi cada año
acordaron de no tocarle en ningún ros toca arma, estaba puesta en ella
punto de la andante caballería por toda la Cristiandad, y su Majestad
no ponerse á peligro de descoser los había hecho proveer las costas de
de la herida que tan tiernos estaban . Nápoles y Sicilia y la isla de Malta.
Visitáronle en fin , y halláronie sen A esto respondió don Quijote : Su
tado en la cama, vestida una almilla Majestad ha hecho como prudentisi.
de bayeta verde , con un bonete colo mo guerrero en proveer sus estados
rado toledano, y estaba tan seco y con tiempo, porque no le halle des .
amojamado, que no parecía sino apercibido el enemigo ; pero si se to
hecho de carne momia . Fueron del mara mi consejo, aconsejárale yo
muy bien recibidos , preguntáronle que usara de una prevención , de la
230 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

cual Su Majestad la hora de ahora ta o fueran hechos de alfeñique ? Si


debe de estar muy ajeno de pensar en no, díganme , ¿ cuántas historias es
ella. Apenas oyó esto el cura , cuando tán llenas destas maravillas ? Había ,
dijo entre sí : Dios te tenga de su en hora mala para mí, que no quiero
mano , pobre don Quijote, que me pa decir para otro, de vivir hoy el fa
rece que te despeñas de la alta cum moso don Belianis ó alguno de los
bre de tu locura hasta el profundo del innumerable linaje de Amadis le
abismo de tu simplicidad . Mas el Gaula, que si alguno destos hoy vi
barbero, que ya había dado en el inis viera , y con el turco se afrontara, á
mo pensamiento que el cura, pre fe que no le arrendara la ganancia ;
guntó á don Quijote cuál era la adver pero Dios mirará por su pueblo , y
tencia de la prevención que decía era deparará alguno que, si no tan bravi
bien se hiciese ; quizá podría ser tal como los pasados andantes caballeros,
que se pusiese en la lista de los mu á lo menos no le será inferior en el
chos advertimientos impertinentes ánimo; y Dios me entiende y n.
que se suelen dar a los principes. El digo más . ¡ Ay ! dijo a este punto la
mío, señor rapador, dijo don Cuijote, sobrina, que me maten si no quiere
no será impertinente sino pertene mi señor volver á ser caballero an
ciente. No lo digo por tanto , replicó dante . A lo que dijo don Quijote :
el barbero, sino porque tiene mostra. Caballero andante he de morir, y baje
do la experiencia que todos o los más 6 suba el turco cuando él quisiere y
arbitrios que se dan á Su Majestad , 6 cuán poderosamente pudiere, que otra
son imposibles ó dispáratados, o en vez digo que Dios me entiende. A
daño del rey o del reino . Pues el mío , esta sazón dijo el barbero : Suplico á
respondió don Quijote, ni es imposi vuesas mercedes que se me dé licen
ble ni disparatado, sino el más fácil , cia para contar un cuento breve que
el más justo y el más mañero breve sucedió en Sevilla , que por venir aquí
que puede caber en pensamiento de como de molde me da gana de cor
arbitrante alguno. Ya tarda en decirle tarle . la licencia don Quijote, y
vuesa merced , señor don Quijote, aijo el cura y los demás le prestaron atey
el cura. No querría, dijo don Quijote, ción , y él comenzó desta manera :
que le dijese yo aquí ahora y amane En la casa de los locos de Sevilla
ciese mañana en los oídos de los se estaba un hombre á quien sus parien
ñores consejeros , y se llevase otro las tes habían puesto allí por falta de
gracias y el premio de mi trabajo . Por juicio : era graduado en cánones por
mi, dijo el barbero, doy la palabra Osuna ; pero aunque lo fuera por Sa.
para aquí y para delante de Dios de lamanca, según opinión de muchos,
no decir lo que vuesa merced dijere á no dejara de ser loco . Este tal gra .
rey ni á Roque ni á hombre terrenal : duado, al cabo de algunos años de
juramento que aprendi del romance recogimiento , se dio á entender qur
del cura que en el prefacio aviso al estaba cuerdo y en su entero juicio,
rey del ladrón que lehabía robado las y con esta imaginación escribió al
cien dobias y la su mula la andarie arzobispo suplicándole encarecida
ga. No sé historias, dijo don Quijote : mente y con muy concertadas razo
pero sé que es bueno ese juramento nes je mandase sacar de aquella mi .
en fe de que sé que es hombre de bien seria en que vivía , pues por la mise
el señor barbero. Cuando no lo fuera, ricordia de Dios había ya cobrado el
dijo el cura , yo le abono y salgo por juicio perdido ; pero que sus parien .
él, que en este caso no hablará más tes , por gozar de la parte de su ha
que un mudo , so pena de pagar lo cienda, le tenían allí, y a pesar de la
juzgado y sentenciado . Y á vuesa yerdad querían que fuese loco hasta
merced, & quién le ffa , señor cura ? la muerte. El arzobispo, persuadid .
dijo don Quijote. Mi profesión, res de muchos billetes concertados y dis
pondió el cura, que es de guardar se cretos, mandó á un capellán suyo se
creto. Cuerpo de tal , dijo á esta sa informase del retor de la casa, si
zón don Quijote, & hay más sino man era verdad lo que aquel licenciado le
dar Su Majestad por público pregón escribía, y que asimismo hablase con
que se junten en la corte para un el loco, y que si le pareciese que tenía
da señalado todos los caballeros an juicio le sacase y pusiese en libertad .
dantes que ragan por España , que Hízclo así el capellán , y el retor le
aunque no viniesen sino media doce dijo que aquel hombre ann se estaba
na , tal podría venir entre ellos, que loco , que puesto que hablaba muchas
solo bastase á destruir toda la potes veces como persona de grande enten
tad del turco ? Esténme vuesas mer dimiento , al cabo disparataba con
cedes atentos, y vayan conmigo. ¿ Por tantas necedades, que en muchas y
ventura es cosa nueva deshacer un en grandes igualaban á sus primeras
solo caballero andante un ejército de discreciones , como se podía hacer la
doscientos mil hombres, como si to experiencia hablándole. Quiso hacer
dos juntos tuvieran una sola gargan la el capellán , y poniéndole con el
PARTE 11. - CAPITULO I 231

loco habló con él una hora y más, y estaba en otra jaula, frontero de la
en todo aquel tiempo jamás el loco ael furioso, y levantándose de una
dijo razón torcida ni disparatada, an. astera vieja, donde estaba echado y
bes habló tan atentadamente, que el desnudo en cueros, pregunto á gran .
capellán fué forzado á creer que el des voces quién era el que se iba sano
loco estaba cuerdo ; y entre otras co y cuerdo . Ei licenciado respondió :
sas que el loco le dijo, fué que el re Yo soy , hermano; el que me voy, que
tor le tenía ojerizz por no perder los ya no tengo necesidad de estar más
regalos que sus parientes le hacían, aquí, por lo que doy infinitas gracias
porque dijese que aun estaba loco y á los cielos, que tan grande merced
con lúcidos intervalos , y que el ma me han hecho. Mirad lo que decis ,
For contrario que en su desgracia te licenciado, no os engañe el diablo, re
nía era su mucha hacienda, pues por plicó el loco ; sosegad el pie, y estaos
gozar della sus enemigos ponían dolo quedito en vuestra casa , y ahorraréis
y dudaban de la merced que nuestro la vuelta . Yo sé que estoy bueno, re
Señor le había hecho en volverle le plicó el licenciado, y no habrá para
bestia en hombre . Finalmente, él ha qué tornar á andar estaciones. Ğ Vos
bló de manera que hizo sospechoso bueno ? klijo el loco : ahora bien, ello
al retor, codiciosos y desalmados á dirá , andad con Dios ; pero yo os
sus parientes, y á él tan discreto, que voto á Júpiter, cuya majestad yo re
el capellán se determinó á llevársele presento en la tierra, que por solo
consigo á que el arzobispo le viese y este pecado que hoy comete Sevilla
tocase con la mano la verdad de aquel en sacaros desta casa y en teneros
negocio. Con esta buena fe el cape por cuerdo , tengo de hacer un tal
ilán pidió al retor mandase dar los castigo en ella, que quede memoria
vestidos con que allí había entrado dél por todos los siglos de los siglos ,
el licenciado : volvió a decir el retor amén . No sabes tú , licenciadillo
que mirase lo que hacía , porque sin menguado, que lo podré hacer , pues
alguna el licenciado aun se es como digo soy Júpiter tonante , que
taba loco . No sirvieron de nada para tengo en mis manos los rayos abrasa
con el capellán ias prevenciones y ed dores con que puedo y suelo amenazar
vertimientos del retor para que de v destruir el mundo ? Pero con solo
jase de llevarle : obedeció el retor una cosa quiero castigar á este igno
viendo ser orden del arzobispo, pu rante pueblo , y es con no llover en
sieron al licenciado sus vestidos, que él ni en todo su distrito y contorno
eran nuevos y decentes; y como él por tres años enteros, que se han de
se vió vestido de cuerdo y desnudo contar desde el día y punto en que ha
de loco , suplico al capellán que por rido hecha esta amenaza en adelante .
caridad ie diese licencia para ir á ¿ Tú libre , tú sano , tú cuerdo, y yo
despedirse de sus compañeros los lo loco , y yo enfermo , y yo atado ? Así
cos . El capellán dijo que él le quería pienso llover como pensar ahorcarme.
acompañar y ver los locos que en la las voces y á las razones del loco
casa había. Subieron en efecto, y con estuvieron los circunstantes atentos ;
ellos algunos que se hallaron presen pero nuestro licenciado, volviéndose
tes ; y llegado el licenciado á una á nuestro capellán y asiéndole de las
jaula adonde estaba un loco furioso, manos , le dijo : No tenga vuesa mer
aunque entonces sosegado y quietis, ced pena, señor mío, ni haga caso de
le dijo : Hermano mío, mire si me lo que este loco ha dicho, que si él es
manda algo , que me voy á mi casa Júpiter y no quisiere llover , yo , que
que ya Dios ha sido servido, por s'? soy Neptuno, el padre y el dios de las
infinita bondad y misericordia, sin yo aguas, lloveré todas las veces que se
merecerlo, de volverme mi juicio ; me antojare y fuerc menester. A lo
ya estoy sano y cuerdo, que acerca que respondió el caballero : Con todo
del poder de Dios ninguna cosa es eso , señor Neptuno, no será bieri
imposible : tenga grande esperanza enojar al señor Júpiter : vuesa mer .
y confianza en Él , que pues á mí me ced se quede en su casa, que otro día ,
ha vuelto á mi primer estado, tam cuando haya más comodidad y más
bién le volverá á él si en Él confía : espacio, volveremos por vuesa mer
yo tendré cuidado de enviarle algunos ceà . Riose, el retor y los presentes,
regalos que coma, y cómalos en todo por cuya risa se medio corrió el cape
caso, que le hago saber que imagino, Ján : desnudaron al licenciado , que
como quie ha pasado por ello , que dose en casa y acabóse el cuento .
todas nuestras locuras proceden do & Pues este es el cuento , señor barbe.
tener los estómagos vacíos y los ce ro, dijo don Quijote, que por venir
rebros llenos de aire : esfuercese, es aquí como de molde no podía dejar de
Hvércfse, que el descaec'miento en contarle ? i Ah, señor rapista, señor
jos infortunios apoca la salud y aca rapista, y cuán ciego es aquel que ne
rrea la muerte. Todas estas razones ve por tela de cedazo ! ¿ Y es posible
del licenciado escuchó otro loco que que vuesa merced no sabe que las
DON QUIJOTE DE LA MANCIJA
comparaciones que se hacen de inge Esplandián , quién más arrojado que
rio á ingenio, de valor á valor, de don Cirongilio de Tracia, quien más
hermosura á hermosura y de linaje a bravo que Rodamonte, quien más
lınaje son siempre odiosas y mal re prudente que el rey Sobrino, quién
cibidas ? Yo , señor barbero, no soy más atrevido que Reinaldos, quién
Neptuno , el dios de las aguas, ni pro más invencible que Roldán , y quién
(üro que nadie me tenga por discreto más gailardo y más cortés que Ruge
ne lo sierido , solo me tatigo por dar á ro , de quien descienden hoy los du
entender al mundo en el error en que ques de Ferrara, según Turpin en su
está en no renovar en sí el felicísimo Cosmografia ? Todos esos caballeros ,
tiempo donde campeaba la orden oe y otros muchos que pudiera decir,
Ja andante caballería ; pero no es me señor cura , fueron caballeros andan
recedora la depravada edad nuestra tes, luz y gloria de la caballería. Des
de gozar tanto bieil como el que goza tos , ó tales como estos, quisiera yo
run vay edades aonde los andantes ex que fueran los de mi arbitrio , que, á
kalleros tomaron á su cargo y echa serlo, Su Majestad se hallara bien
ron sobre sus espaldas la defensa de servido y ahorrara de mucho gasto , y
los reinos, el amparo de las doncellas , ei turco se quedara pelando las bar
ei socorro de los huérfaros y pupilos, bas ; y con esto me quiero quedar en
el castigo de los soberbios y el premio mi casa, pues no me saca el capellán
de los humildes . Los más de los ca della ; y si Júpiter, como ha dicho el
balleros que ahora se usan antes les barbero, no lioviere, aquí estoy yo ,
crujen ios dainascos, los brocados y que lloveré cuando se me antojare :
otras ricas telas de que se visten , que digo esto porque sepa el señor bacía
la malla con que se arman : ya no hay que le entiendo. En verdad, señor don
caballero que duerma en los campos Quijote , dijo el barbero, que no lo
siljeto al r.gor del cielo , armado de dije por tanto , y así me ayude Dios
todas armas, desde los pies a la cb como fué bueria mi intención, y que
heza , y ya no hay quien sin sacar lo3 no debe vuesa merced sentirse . Si
pies de los estribos , arrimado á su puedo sentirme ó no , respondió do ?
lanza , sólo procure descabezar como Quijote, yo me lo sé , A este dijo el
dicen , el sueño , como lo hacían los cura : Aun bien que yo casi no he ha
caballeros andantes : ya no hay nin biado palabra hasta ahora , y no qui
guno que saliendo deste bosque entre siera quedar con un escrúpulo , que
en aquella montaña , y de allí pise una me roe y escarba la conciencia , naci .
estéri} y desierta playa del mar , las do de lo que aquí el señor don Quijote
más veces proceloso y alterado, y ha dicho . Para otras cosas más, res
hallando en ella y en su orilla un pe: pondió don Quijote, tiene licencia el
queño batel sin remos , vela , mástil ri señor cura, y así puede decir su es
jarcia alguna, con intrépido corazón ci úpulo , porque no es de gusto andar
se arroje en él , entregándose á las con la conciencia escrupulosa. Pues
implacables olas del mar profundo, con ese beneplácito , respondió el cu
que ya le suben al cielo y ya le bajan ra, digo que mi escrúpulo es que no
al abismo, y él , puesto el pecho á la me puedo persuadir en ninguna ma
incontrastable borrasca , cuando me Dera á que toda la caterva de caba
nos se cata se halla tres mil y más lieros aidantes que vuesa merced ,
leguas distante del lugar donde se señor don Quijute, ha referido . hayan
embarco , y saltando en tierra remota sido real y verdaderamente personas.
y no conocida ie suceden cosas dig de carne y hueso en el mundo ; ants
nas de estar escritas , no en pergami imagino que todo es ficción, fábula y
nos sino en bronces ; mas ahora y mentira, y sueños contados por los
triunfa la pereza de la diligencia, la hombres despiertos, ó, por mejor de
ociosidad del trabajo , el vicio de la cir, medio dormidos . Este es otro
virtud , la arrogancia de la valentía y . error , respondió don Quijote, en que
la teórica de la práctica de las armas, han caído muchos que no creen que
que sólo vivieron y resplandecieron haya habido tales caballeros en el
en las edades del oro y en los andan n :undo , y yo muchas veces con diver
tes caballeros. Si no, diganme, & quién sas gentes y ocasiones he procurado
más honesto y más valiente que el cacar la luz de ia verdad de este casi
famoso Amalís de Gaula ? ¿ Quién más común engaño ; pero algunas veces no
discreto que Palmerín de Inglaterra ? ne salido con mi intención, y otras si
¿ Quién más acomodado y manual que sustentándola sobre los hombros de
Tirante el Blanco ? ¿ Quién más galán la verdad : la cual verdad es tan cier
que Lisuarte de Grecia ? ¿ Quién más ta , que estoy por decir que con mis
acuchillade ni acuchillador que don propios ojos vi á Amadis de Gaula ,
Belianis ? ¿ Quién más intrépito que que era un hombre alto de cuerpo,
Perión de Gaula , o quién más acome . blanco de rostro, bien puesto de bar
tedor de peligros que Felixmarte de ba, aunque negra, de vista entre blan .
Hircania , ó quién más sincero que da y rigurosa , corto de razones, tardo .
PARTE 11. - CAPÍTULO II 233

en airarse , y presto en depoñer ' a de Roldán . Esa Angélica, respondió


ire ; y del moco que he delineado á don Quijote , señor cura, fué una don
Amadís pudiera á mi purecer pintar cella distraida, andariega y algo an
y describir todos cuantos caballeros tojadiza, y tan lleno dejó el mundo de
adantes andan en las historias del sus impertinencias como de la fama
orbe, que por la aprensión que tengo de su nermosura . Despreció mil se
de que fueron como sus historias ñores, mil valientes y mil discretos,
cuentan, y por las hazañas que hicie . y contentósa con un pajecillo barb ..
son y condiciones que tuvieron , se lucio , sin otra hacienda ni nombre
reeden sacar por buena filosofía sus que el que le pudo dar de agradecido
1acciones , sus colores y estaturas . la amistad que guardó á su amigo. El
• Qué tan graude le parece á vuesa gran cantor de su belleza, el famoso
merced, mi señor don Quijote, pre Ariosto, por no atreverse ó por no
guntó el barbero, debía de ser el gi quierer cantar lo que á esta señora le
gante Morgante ? En esto de gigante , sucedió después de su ruin entrego ,
respondió don Quijote, hay diferentes que no debieron ser cosas demasia
opiniones, si los ha hab.do ó no en el damente nonestas , la dejó donde dijo :
mundo ; pero la Santa Escritura, que
ro puede faltar un átomo en la ver Y como del Catay recibió el cetro,
dad, nos muestra que los hubo, con quizá otro cantará con mejor pletro.
tándonos lahistoriade aquelfil,steazo
de Golías, que tenia siete codos y me Y sin duda que esto fué como profe
dio de altura , que es una desmesurada cía , que los poetas también se liaman
grandeza . También en la isla de Sic: vates, que quiere decir adivinos. Vese
dia se han hallado canillas y espaidas esta verdad clara, porque después acá
tan grandes, que su grandeza mani un fainoso poeta andaluz lloró y can
testa que fueron gigantes sus dueños, tó sus lágrimas , y otro famoso y únic
y tan grandes como grandes torres, co poeta castellano cantó su hermo
que la geometría saca esta verdad de sura .
duda . Pero con todo esto no sabré ce Digame, señor don Quijote , dijo á
cir con cert.dumbre qué tảmaño tu. esta sazón el barbero, ¿ no ha habido
viese Morgante, aunque imagino que algún poeta que haya hecho alguna
no deb o de ser muy alto ; y muéveme sátira á esa señora Angélica, entre
à ser deste parecer hallar en la histo- • tantos como la han alabado ? Bien
ria donde se hace mención particular creo yo , respondió don Quijote, que
de sus hazañas, que muchas veces si Sacripante ó Roldán fueran poetas ,
dormía debajo de techado ; y pues ha que ya me hubieran jabonado á lá
llaba casa donde cupiese , claro está doncella, porque es propio y natural
que no era desmesurada su grandeza . de los poetas desdeñados y no admi
Así es, dijo el cura , el cual gustando tdos de sus damas fingidas, ó fingi
de oirle decir tan grandes disparates , das en efecto de aquellas á quien
le preguntó que qué sentía acerca de ellos escogieron por señoras de sus
los rostro de Reinaldos de Montal pensamientos, vengarse con sátiras y
rán y de don Roldán , y de los demás libelos : venganza por cierto indigna
doce Pares de Francia, pues todos de pechos generosos; pero hasta aho
nabían sido caballeros andantes . De ra no ha llegado á mi noticia ningún
Reinaldos , respondió don Quijote , verso infamator o contra la señora
me atrevo á decir que era ancho de Angélica, que trujo revuelto el mun
2 ostro, de color bermejo , los ojos bai do. Milagro, dijo el cura ; y en esto
ladores y algo saltados , puntoso y oyeron que el ama y la sobrina, que
coiérico en demasía , amigo de ladro ya habían dejado la conversación ,
nes y de gente perdida. De Roldán , ó caban grandes voces en el patio , y
"Rotolando, 6 Orlando (que con todos acudieron todos al ruido .
estos nombres le nombran las histo .
rias) soy de parecer y afirmo que fué
de mediana estatura, ancho de es
paldas , algo estevado, moreno de ros . CAPITULO II
tro y barbitaheño, velloso en el cuer
po , y de vista amenazadora, corto de
razones , pero muy comedido y bien Que trata de la notable pendencia
criado. Si no fué Roldán más gentil que Sancho Panza tuvo con la so.
mbre que vuestra merced ha dicho , brina y el oma de don Quijote,
replicó el cura , no fué maravilla one con otros sucesos graciosos.
ja señora Angélica la bella le desde
ñase y dejase por la gala , brío y do Cuenta la historia que las voces
raire que debía tener el morillo bar que oyeron don Quijote, el cura y el
biponiente á quien ella se entregó : y tarbero eran de la sobrina y el ama,
anduvo discreta de adamar antes la que las daban diciendo á Sancho
blandura de Medoro, que la aspereza Panza, que pugnaba por entrar á ver
234 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

á don Quijote, y ellas le defendían la tus casillas, sabiendo que yo no me


puerta : ¿Qué quiere este mostrenco quedé en mis casas. Juntos salimos ,
en esta casa ? Idos á la vuestra , her. juntos fuimos y juntos pertgrinamos :
mano , que vois sois, y no otro, el que una misma fortuna y una misma
distrae y sonsaca á mi sénior , y le suerte ha corrido por los dos : si á
lleva por esos andurriales . A lo que ti te mantearon una vez, á mí me han
Sancho respondió : Ama de Satanás, molido ciento, y esto es lo que te ile
el sonsacado y el destraído y el lleva vo de ventaja . Eso estaba puesto en
do por esos indurriales soy yo, que razón , respondió Sancho, porque , se
no tu amo ; él m llevó por esos mon gún vuesa merced dice , más anejas
dos , y vosotros os engañáis en la mi son á los caballeros andantes las des
tad del justo precio : él me sacó de mi gracias, que á sus escuderos. Engi
casa con engañifas, prometiéndome ñaste , Sancho, dijo don Quijote , se
una insula que hasta ahora la espero . gún aquello : ' quando caput dolet,
Malas insulas te ahoguen , respondis etcétera. No entiendo otra lengua que
la sobrina, Sancho maldito : ¿y qué la mía , respondió Sancho . Quiero de .
son insulas ? ees alguna cosa de co cir, dijo don Quijote , que cuando la
mer, golosazo, comilón, que tú eres ? cabeza duele, todos los miembros du-
No es de comer, replicó Sancho , sino len ; y así, siendo yo tu amo y señor ,
de gobernar y regir mejor que cuatro soy tu cabeza y tú mi parte, pues ere3
ciudades y que cuatro alcaldes de cor. mi criado ; y por esta razón el mal
te. Con todo eso, dijo el ama, no on . que a mí me toca ó tocare , á ti te ha
traréis acá, saco de maldades y costal de voler, y á mí el tuyo . Así había
de malic.as : id á gobernar vuestra de ser, dijo Sancho ; pero cuando á
casa y á labrar vuestros pegujares , y mí me manteaban como á miembro , se
dejaos de pretender insulas ni insu. estaba mi cabeza detrás de las bardas,
los. Grande gusto recibían el cura y mirándome volar por los aires sin
el barbero de oir el coloquio de los sentir dolor alguno ; y pues los miem.
tres ; pero don Quijote, temeroso que bros están obligados á dolerse del
Sancho se descosiese y desbuchase mal de la cabeza, había de estar obli.
algún montón de maliciosas neceda gada ella á dolerse dellos. ¿ Querrás
des y tocase en puntos que no le esti tú decir ahora, Sancho, respondió dori
rían bien á su crédito, le llamó 6 hizo Quijote , que no me dolía yo cuando
á las dos que callasen y le dejasen en ti te manteaban ? y si lo dices , no lo
trar. Entró Sancho , y el cura y el bar digas ni lo pienses, pues más dolor
bero se despidieron de don Quijote, sentía yo entonces en mi espíritu ,
de cuya salud desesperaron viendo que tú en tu cuerpo. Pero dejemos
enán puesto estaba en sus desvaria esto aparte por ahora, que tiempo
dos pensamientos, y cuán embebido habrá donde lo ponderemos y ponga
en la simplicidad de sus malandantes mos en su punto : y dime , Sancho
eaballerías; y así dijo el cura al bar amigo, i que es lo que dicen de mí
bero : Vos verés, compadre, cómo por este lugar ? ¿ En qué opinión me
cuando menos lo pensemos nuestro tiene el vulgo, en qué los hidalgos , y
hidalgo sale otra vez á volar la ri en qué los caballeros ? ¿ Qué dicen de
bera . No pongo yo duda en eso , res . mi valentía , qué de mis hazañas, y
pondió el barbero ; pero no me mara qué de mi cortesía ? ¿ Qué se platica
villo tanto de la locura del caballero del asunto que he tomado de resuci .
como de la simplicidad del escudero, tar y volver al mundo la ya olvidada
que tan creído tiene aquello de la in orden caballeresca ? Finalmente, quie.
sula, que creo que no se lo sacarán no, Sancho, me digas lo que acerca
del casco cuantos desengaños pueden desto ha llegado á tus oídos; y este
imag.narse. Dios los remedie, dijo el me has de decir sin añadir bien
al
eura, y estemos á la mira ; veremos ni quitar al mal cosa alguna ; que de
en lo que para esta máquina de dispa ios vasallos leales es decir la verdad
rates de tal caballero y de tal escude á sus señores en su ser y figura pro
ro , que parece que los forjaron á los pia, sin que la adulac ón la acrecien .
dos en una misma turquesa, y que te, ú otro vano respeto la disminu
las locuras del señor sin las neceda ya ; y quiero que sepas, Sancho, que
des del criado no valían un ardite . si á losoídos de los principes llegase
Así es, dijo el barbero, y holgara mu la verdad desnuda sin los vestidos de
sho saber qué tratarán ahora los dos. la lisonja, otros siglos correrian ,
Yo aseguro , respondió el cura , que la otras edades serían tenidas por más
sobrina 6 el ama nos lo cuentan des de hierro que la nuestra, que entiendo
pués, que no son de condicón que de que de las que ahora se usan es la
jarán de escucharlo . En tanto don dorada. Sírvate este advertimiento,
Quijote se encerró con Sancho en su - Sancho , para que discreta y bien in.
aposento, y estando solos le dijo : Mu tencionadamente pongas en mis oídos
cho me pesa, Sancho, que hayas dicho la verdad de las cosas que supieres de
Y digas que yo fui el que te saqué de lo que te he preguntado. Eso haré yo
PARTE II, --CAPÍTULO III
de muy buena gana, señor mío , reg . les falte una meaja, que anoche llego
pondió Sancho, con condición que el hijo de Bartolomé Carrasco, que
vuesa meroed no se ha de enojar de viene de estudiar de Salamaroa, hech.
lo que dijere, pues quiere que lo diga bachiller, y yéndole yo á dar la bien
on cueros, sin vestirlo de otras ropas venida, me dijo que andaba ya en
de aquellas con que llegaron á mi no libros la historia de vues& merced ,
ticia . En ninguna manera me enojaré, con nombre del ingenioso hidalgo
respondió don Quijote : bien puedes, don Quijote de la Mancha ; y dice
Sancho, hablar libremente y sin ro que me mientan á mí en ella con mi
deo alguno. Pues lo primero que di mismo nombre de Sancho Panza , y á
go , dijo, es que el vulgo t.ene á vuesa la señora Dulcinea del Toboso, con
merced por grandísimo loco, y á mi otras cosas que pasa Os nosotros á
por no menos mentecato . Los hidal solas , que me hice cruces de espan
gos dicen que no conteniéndose vuesa tado cómo las pudo saber el historia
merced en los límites de la hidalguía , dor que las escribió . Yo te aseguro,
se ha puesto Don, y se ha arremetilo Sancho, dijo don Quijote , que debe de
á caballero con cuatro cepas y dos yu ser algún sabio encantador el autor
gadas de tierra y con un trapo atrás de nuestra historia, que á los tales
y otro adelante. Dicen los caballeros no se les encubre nada de lo que
que no querrían que los hidalgos se quieren escribir. Y cómo, dijo San
pusiesen á ellos , especialmente aque cho, si era sabio y encantador, pues
los hidalgos escuderiles, que dan según dice el bachiller Sansón Ca
humo á los zapatos y toman los pun rrasco ( que así se llama el que dicho
tos de las medias negras con seda tengo ) , el autor de la historia se lla
verde . Eso , dijo don Quijote, no tiene ma Cide Hamete Berengena . Ese
que ver conmigo, pues ando siempre nombre es de moro , respondió dan
bien vestido y jamás remendado : Quijote. Así será, respondió Sanche,
roto bien podría ser, y el roto más de porque por la mayor parte he oído de
las armas que del tiempo . En lo que cir que los moros son amigos de be
toca, prosiguió Sancho , á la , valentia , rengenas. Tú debes, Sancho, dijo don
cortesía , hazañas y asunto de vuesa Quijote, errarte en el sobrenombre
merced, hay diferentes opiniones : dese Cide, que en arábigo quiere de
unos dicen loco, pero gracioso ; otro3 cir señor. Bien podría ser, replice
valiente, pero desgraciado ; otros cor Sancho : mas si vuesa merced gusta
xés, pero impertinente, y por aquí van que yo le haga venir aquí, iré por el
discurriendo en tantas cosas , que ni en volandas. Harásme mucho piacer,
á vuesa merced ni á mí nos dejan amigo, dijo don Quijote, que me tiene
aueso sano. Mira, Sancho , dijo don suspenso lo que me has dicho , y u .
Quijote, dondequiera que esta la vir comeré bocado que bien me sepa has
tud en eminente grado es persegui. ta ser informado de todo . Pues yo voy
da ; pocos o ninguno de los famosos por él, respondió Sancho ; y dejando se
varones que pasaron dejó de ser ca su señor, se fué á buscar al bachiller,
lumniado de la malicia . Julio César , con el cual volvió de allí á poco espa
animosís mo, prudentísimo y valen cio, y entre los tres pasaron un gra .
sísimo capitán , fué notado de ambi . ciosísimo coloquio .
cioso y algún tanto no limpio, ni
en sus vestidos , ni en sus costum
bres. Alejandro , á quien sus hazañas
le alcanzaron el renombre de Magno, CAPITULO III
dicen dél que tuvo sus ciertos puntos
de borracho. De Hércules , el de los
muchos trabajos , se cuenta que fué Del ridiculo razonamiento que paxí
lascivo y muelle . De don Galaor, her entre don Quijote, Sancho Panza
mano de Amadís de Gaula, se mur y el bachiller Sanson Carrasco .
mura que fué más que demasiadamen .
te rijoso , y de su hermano que fué
llorén . Así que , oh Sancho , entre las Pensativo además quedó don Qui
tantas calumnias de buenos, bien fiie jote esperando al bachiller Carrasco,
den pasar las mías, como no sean de quien esperaba oir las nuevas de
más de las que has dicho. Ahí está sí mismo puestas en libro, como había
el toque, cuerpo de mi padre, replicó dicho Sancho, y no se podía persuadir
Sancho . Pues hay más ? preguntó
don Quijote. Aun la cola falta por de
á que tal historia hubiese, pues aun
no estaba enjuta en la cuchilla de su
sollar, dijo Sancho : lo de hasta aquí espada la sangre de los enemigos que
son tortas y pan pintado ; mas si vue había muerto , y ya querían que andu
ga merced quiere saber todo lo que viesen en estampa sus altas caballe .
hay acerca de las caloñas que le po. rías. Con todo eso imaginó que algún
Nen, yo le traeré aquí luego al mo sabio, é ya amigo o enemigo, por arte
wento quien se las diga todas , sin que de encantamento las habría dado a la
36 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

estampa : si amigo , para engrande. imprimiendo en Amberes, y á mi se


cerlas y levantarlas sobre las más se me trasluce que no ha de haber nar
ñaladas de caballero andante : si ene. ción ni lengua donde no se traduzca .
migo, para aniquilarlas y ponerlas Una de las cosas , dijo á esta sazón
debajo de las más viles que de algún don Quijote, que más debe de dar
vil escudero se hubiesen escrito : contento á un hombre virtuoso y emi
puesto, decía entre sí , que nunca nente , es verse , viviendo, andar con
hazañas de escudero se escribieron ; buen nombre por las lenguas de las
y cuando fuese verdad que la tal his gentes, impreso y en estampa : dije
toria hubiese , siendo de caballero an con buen nombre , porque siendo al
dante, por fuerza había de ser gran contrario , ninguna muerte se ie
dilocua, alta, insigne, magnífica y iguaiara. Si por buena fama y si por
verdadera. Con esto se consoló algún buen nombre va , dijo el bachiller ,
tanto ; pero desconsolóle pensar que solo vuesa merced lleva la paima i
su autor era moro, según aquel nom todos los caballeros andantes, porque
bre de Cide , y de los moros no se el moro en su lengua y el cristiano
podía esperar verdad alguna, porque en la suya tuvieron cuidado de p.n.
todos son embelecadores, falsarios y tarnos muy al vivo la gallardía de
quimeristas . Temíase no hubiese tra . vuesa merced , el ánimo grande en
tado sus amores con alguna indecen . Ecometer los peligros, la paciencia
cia , que redundase en menoscabo y en las adversidades, y el sufrimiento
perjuicio de la honestidad de su se así en las desgracias, como en las
fora Dulc.nea del Toboso ; deseaba heridas ; la honestidad y continencia
que hubiese declarado su fidelidad y en los amores tan platón.cos de vuesa
el decoro que siempre la había guar merced у de mi señora doña Dulcinea
em
dado, menospreciando Itinas , del Toboso. Nunca, dijo a este punto
peratrices y acncellas d : todas ca Sancho Panza, he oído llamar con
lidades , teniendo á raya los ímpetus Don á mi señora Dulcinea , sino so
de los naturales movimientos ; y así lamente la señora Dulcinea del To
envuelto y revuelto en estas y otras boso, y ya en esto anda errada la
muchas imaginaciones le hallaron historia . No es objeción de importan
Sancho y Carrasco , á quier. don Qui cia , respondió Carrasco. No por cier
jote recibió con mucha cortesía. Era to , respondió don Quijote ; pero di.
el bachiller, aunque se llamaba San. game vuesa merced, señor bachiller,
són, no muy grande de cuerpo, aun . ¿ qué hazañas mías son las que más
que muy gran socarrón , de color ma se ponderan en esa historia ? En eso ,
cilenta , pero de muy buen entendi respondió el bachiller, hay diferen .
miento : tendría hasta veinticuatro tes opiniones como hay diferentes
años, carirredondo, de nariz chata y gustos : unos se atienen á la aven
de boca grande, señales todas de ser tura de los molinos de viento que á
de condición maliciosa y amigo de vuesa merced le parecieron briare06
donaires у de burlas , como lo mostro y gigantes ; otros á la de los bata
viendo á don Quijote, poniéndosc de nes ; éste à la descripción de los
lante dél de rodillas, diciéndole : De dos ejércitos , que después parecieron
me vuestra grandeza las manos, sc ser dos manadas de carneros ; aquél
ñor don Quijote de la Mancha, que encarece la del muerto que llevaban
por el hábito de San Pedro que visto, á enterrar á Segovia ; uno dice que á
aunque no tengo otras órdenes que todas se aventaja la de la libertad de
les cuatro primeras, que es Tuesa los galeotes; otro, que ninguna igua
merced uno de los más famosos ca la á la de los dos gigantes benitos, con
balleros andantes que ha habido ni la pendencia del valeroso vizcaino.
aun habrá en toda la redondez de la Dígame, señor bachiller, dijo á esta
tierra. Bien haya Cide Hamete Be sazón Sancho , y entra ahí la aventura
rengeli, que la historia de vuestris de los yangüeses, cuando a nuestro
grapdezas dejó escrita , y rebién haya buen Rocinante scle antojó pedir
el curioso que tuvo cuidado de ha cotufas en el golfo ? No se lo quedo
cerla traducir del arábigo en nuestro nada, respondió Sansón, al sabio en
vulgar castellano para universal en ei tintero : todo lo dice y todo lo
tretenimiento de las gentes. Hizole apunta, hasta lo de las cabriolas que
levantar don Quijote, y dijo : Desa el buen Sancho hizo en la manta . En
manera, é verdad es que hay histo la manta no hice yo cabriolas, res
ria mía , y que fué moro y sabio el pondió Sancho ; en el aire sí, y aun
que la compuso ? Es tan verdad, pe. más de las que yo quisiera. A lo que
ñor, dijo Sansón, que tengo para mí yo imagino , dijo don Quijote, no hay
que el día de hoy están impresos historia humana en el mundo que no
más de doce mil libros de la tal his. tenga sus altibajos, especialmente
toria : si no , digalo Portugal, Bar las que tratan de caballerias, las cua
celona y Valencia , donde se han im les nunca pueden estar llenas de
preso, y aun hay fama que se está prósperos sucesos. Con todo eso , res
PARTE II.-- CAPÍTULO HI 237

pondió el bachiller, dicen algunos gobernador, que no está ahora. Por


que han leído la historia, que se hol L'ios, señor, dijo Sancho , la isla que
garan se les hubieran olvidado á los yc no gobernase con los años quo
autores della algunos de los infini tengo , no la gobernaré con los años
tos palos que en diferentes encuen. de Matusalén : el daño está en que
tros dicron al señor don Quijote . la dicha insula se entretiene ,no sé
Ahí entra la verdad de la historia , dónde, y no en faltarme a mí el
dijo Sancho . También pudieran ca caietrepara gobernarla . Encomen
liarlos por equidad , dijo don Quijote, dadlo a Dios, Sancho, dijo don Qui .
Iues las acciones que ni mudan ni jote, que todo se hará bien , y quizá
alteran la verdad de la historia no mejor de lo que vos pensáis, que no
hay para que escribirlas si han de se mueve la hoja en el árbol sin 11
l'edundar en menosprecio del señor voluntad de Dios . Así es verdad ,
de la historia . A fe que no fué tan dijo Sansón , que si Dios quiere no le
piadoso Eneas como Virgilio le pin. faltarán á Sancho mil islas que go .
tó , ni tan prudente Ulises como le bernar , cuanto más una. Goberna
describe Homero. Así es, replicó San deres he visto por ahí, dijo Sancho ,
són ; pero uno es escribir como poe que á mi parecer no llegan á la suela
ta , y otro como historiador : el poeta de mi zapato, y con todo eso los
jicede contar ó cantar las cosas no llaman señoría, y se sirven con pla
como fueron, sino como debían ser , ta. Esos no son gobernadores de in .
y el historiador las ha de escribir no sulas , replicó Sansón , sino de otros
como debían ser, sino como fueron , gobiernos más manuales; que los que
sin añadir ni quitar á la verdad cost gobiernan insulas, por lo menos han
alguna, Pues si es que se anda á de de saber gramática . Con la gram :)
( ir verdades ese señor moro, dijo bien me avendrís yo, dijo Sancho,
Sancho, á buen seguro que entre pero con la tica ni me tiro ni me
los palos de mi señor de hallen los pago, porque no la entiendo ; pero
níos , porque nunca á su merced le dejando esto del gobierno en las ma .
tomaron la medida de las espaldas, nos de Dios , que me heche á las pir
que no me la tomasen á mí de todo el tes donde más de mí se sirva , d.go ,
cuerpo : pero no hay de qué maravi . Señor bachiller Sazón Carrasco, quo
llarme, pues como dice el mismo se infinitamente me ha dado gusto que
ñor mío, del dolor de la cabeza han el autor de la historia haya hablado
de partic par los miembros . Socarrón de mí de manera que no enfadan
ecis, Sancho, respondió don Quijote, las cosas que de mí se cuentan ; que
á fe que no os falta memoria cuando í fe de buen escudero que si hubie
vos queréis tenerla. Cuando yo qui ra dicho de mí cosas que no fueran
siese olvidarmé de los garrotazos que niuy de cristiano viejo como soy, que
me han dado, dijo Sancho , no lo con nos habían de oir los sordos . Eso
sentirán los cardenales , que aun se fuera hacer milagros , respondió San .
estár, frescos en las costillas . Callad , són. Milagros o no milagros, dijo. Sar
Sarcho, dijo don Quijote , y no inte cho, cada uno mire cómo habla o cómo
rrumpáis al señor bachiller, á quien escribe de las presonas, y no ponga á
supl.c. pase adelante en decirme lo trochemoche lo primero que le viene
que se dice de mí en la referida his al magín. Una de las tachas que ponen
toria. Y de mí, dijo Sancho, que á la tal historia , dijo el bachiller, es
también dicen que soy yo uno de los quo su autor puso en ella una novela
principales presonajes della. Perso intitulaca El curioso impertinente ,
najes , que no presonajes , Sancho 1:09 por mala ni por mal razonada,
amigo, dijo Sansón. ¿ Otro reprocha. sino por no ser de aquel lugar , ri
cor de voqaibles tenemos ? dijo San tiene que ver con la historia de su
cho, pues ándense á eso , y ro acaba merced del señor don Quijote . Yo
remos en toda la vida. Mala me la dé apostaré, replicó Sancho, que h3 mez
Lios , Sancho , respondió el bach ller, clado el hideperro berza con capa
si no sois vos la segunda persona chos . Ahora digo, dijo don Quijote ,
de la historia, y que hay tal que pre que no ha sido sabio el autor de mi
cia más oiros habiar á vos, que al historia, sino algún ignorante habla.
más pintado de toda ella, puesto que dor, quo á tiento y sin algún discurso
también hay quien digit que andu se puso á escribirla , salga lo que sa
visteis demasiadamente de crédulo en liere, como bacía Orbaneja el pintor
creer que podía ser verdad el go de Ubeda, al cual preguntándole qué
bierno de aquella insula ofrecida por pintaba, respondió : Lo que saliere ;
el señor don Quijote , que está pre tal vez pintaba un gallo de tal suer.
sente. Aun hay sol en las bardas , te y tan mal parecido, que era me
dijo don Quijote ; y mientras más nester que con letras góticas escri
fuere entrando en edad Sancho , con biese junto á él : este es gallo ; y así
la experiencia que dan los años es debe de ser de mi historia , que ten
tará más idóneo y más hábil para ser drá necesidad de comento para en
238 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

renderla . Eso no , respondió Sansón , ilustres historiadores, siempre é las


porque es tan clara que no hay cosa más veces son envidiados de aquellos.
que dificultar en ella : los niños la que tienen por gusto y por particular
Inanosean , los mozos la leen , los entretenimento juzgar los escritos aje
hombres la entienden , y los viejos nos , sin haber dado algunos propios á la
la celebran , y finalmente es tan tri. luz del mundo . Eso no es de maravi .
llada y tan leída y tan sabida de llar, dijo don Quijote , porque mu
todo género de gentes , que apenas chos teólogos hay que no son buenos
han visto algún rocín flaco, cuando para el púlpito, y son bonísimos para
dicen , allí va Rocinante , y los que conocer las faltas ó sobras de los que
más se han dado á su letura son ilos predican . Todo esto es así, señor don
pajes : no hay untecámara de scõcr Quijote, dijo Carrasco ; pero quisiera
no se halle un Don Quijote : vo que los tales censuradores fueran
unos le toman si otros le dejan ; éstos más misericordiosos y menos escru
le embisten, y aquéllos le piden. Fi pulosos , sin atenerse á los átomos
nalmente, la tal historia es del más del sol clarísimo de la obra de que
gustoso y menos perjudicial entreteni. murmuran , que si quandoque bonus
miento que hasta ahora se haya vis dormitat Homerus, consideren lo
to, porque en toda ella no se descu mucho que estuvo despierto por der
bre ni por semejas una palabra deg . la luz de su obra con la menos som
'honesta , ni un pensamiento menos bra que pudiese ; y quizá podría ser
que católico. A escribir de otra suer que lo que á ellos les parece mal
te, dijo don Quijote , no fuera escri . fuesen lunares que á las veces acre
bir verdades, sino mentiras , y los cientan la hermosura del rostro que
historiadores que de mentiras se va los tiene ; y así digo que es gran
len habían de ser quemados como los dísimo el riesgo a que se pone el
que hacen moneda falsa ; y no sé yo que imprime un libro , siendo de toda
qué le movió al autor á valerse de imposibilidad imposible componerle
novelas y cuentos ajenos, habiendo tal que satisfaga y contente a todos
tanto que escribir en los míos ; sin los que le leyeren. El que de mí
duda se debió de atener al refrán : trata, dijo don Quijote , á pocos habrá :
De paja y de heno, etc. Pues en ver contentado. Antes es al revés, que
dad que en sólo manifestar mis pen como stultorum infinitus est nume
samientos, mis sospiros , mis lágri rus, infinitos son los que han gusta
mas, mis buenos deseos y mis aco do de la tal historia, y algunos han
metimientos, pudiera hacerse un vo puesto falta y dolo en la memoria
lumen mayor o tan grande que el que del autor, pues se le olvida de con
pueden hacer todas las obras del Tos tar quién fué el ladrón que hurtó el
tado. En efecto , lo que yo alcanzo , rucio á Sancho, que allí no se decla
señor bachiller, es que para compo ra , y sólo se infiere de lo escrito que
ner historias y libros de cualquier se le 'hurtaron , y de allí á poco le
suerte que sean , es menester un gran vemos á caballo sobre el mismo ju.
juicio y un maduro entendimiento : mento sin haber parecido : también
decir gracias y escribir donaires es dicen que se le olvidó poner lo que
de grandes ingenios. La más discre Sancho hizo de aquellos cien escudos
ta figura de la comedia es la del bo que halló en la maleta en Sierra
bo , porque no lo ha de ser el que Morena, que nunca más los nombra,
quiere dar á entender que es simple . y hay muchos que desean saber qué
La historia es como cosa sagrada, hizo dellos , o en qué los gastó , que
porque ha de ser verdadera, y donde es uno de los puntos substanciales que
está la verdad está Dios en cuanto , á faltan en la obra. Sancho respondió :
verdad ; pero no obstante esto, hay Yo, señor Sansón , no estoy ahora
algunos que así componen y arrojan para ponerme en cuentas ni cuentos ,
libros de sí como si fuesen buñue que me ha tomado un desmayo de
los. No hay libro tan malo, dijo el Estómago , que si no le reparo con
bachiller, que no tenga algo bueno. dos tragos de lo añejo , me pondrá
No hay duda en eso, replicó don Qui en la espina de Santa Lucía : en
jote ; pero muchas veces acontece casa lo tengo, mi oíslo me aguar
que los que tenían méritamente gran . da, en acabando de comer daré la
jeada y alcanzada gran fama por sus vuelta , y satisfaré á vuesa merced
escritos , en dándolos a la estampa la y á todo el mundo de lo que pregun
perdieron del todo, ó la menoscaba tar quisieren , así de la pérdida del
ron en algo . La causa deso es , dijo jumento, como del gasto de los cien
Sansón , que como las obras impresas escudos ; y sin esperar respuesta ni
se miran despacio , fácilmente se ven decir otra palabra se fué a su casa.
sus faltas, y tanto más se escudriñan Don Quijote pidió y rogó al bachi
cuanto es mayor la fama del que las ller se quedase á hacer penitencia
compuso. Los hombres famosos por con él. Tuvo el bachiller el envite ,
sus ingenios, los grandes poetas, los quedóse , añadióse al ordinario un par
PARTE 11. - CAPÍTULO IV 239

de pichones, tratose en la mesa de cho en el mismo rucio. A eso, dijo


caballerías, siguióle el humor Car Sancho , no sé qué responder, sino
rrasco , acabóse el banquete, durmie . que el historiador se engañó, ó ya
ron la sista, volvió Sancho , y reno sería descuido del impresor. Así es ,
vøse la piática pasada. sin duda , dijo Sansón ; pero qué se
hicieron los cien escudos ? Deshicié .
ronse , respondió Sancho : yo os gas
té en pro de mi persona y de la de
CAPITULO IV mi mujer y de mis hijos, y ellos han
sido causa de que mi mujer lleve en
paciencia los caminos y carreras que
Donde Sancho Panza satisface al ne andado sirviendo á mi señor don
bachiller Sansón Carrasco de sus Quijote : que si al cabo de tanto tiem.
dudas y preguntas, con otros su po volviera sin blanca y sin el ju
cesos dignos de saberse y de con mento á mi casa , negra ventura ms
tarse. esperaba ; y si hay más que saber de
mí, aquí estoy, que respondere al
mismo rey en persona ; y nadie tie
Volvió Sancho á casa de don Qui ne para qué meterse en si truje ó no
jote , y volviendo al pasado razona truje, si gasté ó no gasté, que si los
miento , dijo : A lo que el señor palos que me dieron en estos viajes
Sansón dijo, que se deseaba saber se hubieran de pagar á dinero , sun
quién, ó como, ó cuándo se me hur que no se tasaran sino á cuatro ma
tó el jumento, respondiendo digo, ravedís cada uno, en otros cien es
que la noche misma que huyendo cudos no había para pagarme la mi
de la Santa Hermandad nos entra tad ; y cada uno meta la mano en
mos en Sierra Morena, después de su pecho, y no se ponga á juzgar lo
la aventura sin ventura de los ga blanco por negro, y lo negro por
leotes, de la del difunto que lleva bla que cada uno es como Dios
ban á Segovia, mi señor y yo nos le hizo, y aun peor muchas veces
metimos entre una espesura, adonde Yo tendré cuidado, dijo Carrasco, ile
mi señor, arrimado á su lanza, y yo acusar a. autor de la historia que si
sobra mi rucio, molidos y cansados otra vez la imprimiere no se le olvide
de las pasadas refriegas, nos pusimos esto que el buen Sancho ha dicho ,
á dormir como si fuera sobre cua que será realzarla un buen coto más
tro colchones de pluma : especial de lo que ella se está. ¿ Hay otra
mente yo dormí con tan pesado sue cosa que enmendar en esa leyenda,
fio , que quienquiera que fue tuvo señor bachiller ? preguntó don Quijo
lugar de llegar y suspenderme sobre te . Si debe de haber, respondió él ;
cuatro estacas que puso a los cuatro pero ninguna debe de ser de la im
iados de la albarda , de manera que portancia de las ya referidas. ¿ Y por
me dejó á caballo sobre ella, y me ventura, dijo don Quijot, promete
sacó debajo de mí al rucio sin que el autor segunda parte ? Si promete,
yo lo sintiese . Eso es cosa fácil, y no respondió Sansón : pero dice que no
acontecimiento nuevo. que lo mismo ha hallado ni sabe quién la tiene ,
le sucedió á Sacripante cuando es y así estamos en duda si saldrá ó no :
tando en el cerco de Albraca, con y así por esto como porque algunos
esa misma invención le sacó el caba dicen , nunca segundas part's fueron
llo de entre las piernas aquel famoso buenas, v otros , de las cosas de don
ladrón llamado Brunelo . Amaneció, Quijote bastan las escritas, se duda
prosiguió Sancho, y apenas me hube que no ha de haber segunda parte,
estremecido , cuando faltando las ng aunque algunos, que son más jovia
tacas di conmigo en el suelo una les que saturninos , dicen : vengan
gran caída, miré por el jumento y no más quijotadas, mbista don Quijo
le vi : acudiéronme lágrimas á los te y hable Sancho Panza , y sea lo
ojos, é hice una lamentación , que si que fuere , que con eso nos conten
no la puso el autor de nuestra histo tamos . ¿ Y á qué se atiene el autor ?
ria, puede hac r cuenta qué no puso dijo don Quijote . ¿ A qué ? resmon
cosa buena . Al cabo de no sé cuán . dió Sansón : en hallando que halle
tos días, viniendo con la señora prin la historia , que él va buscando con
cesa Micomicona, conocí mi asno, y extraordinarias diligencias, la dará
que venía sobre él en hábito de gi luego á la estampa , llevado más del
tano aquel Ginés de Pasamonte interés que de darla se le sigue, que
aquel embustoro y grandísimo ma de otra alabanza alguna . A lo que
leador que quitamos mi señor y yo dijo Sancho : ¿ Al dinero y al inte
de la cadena. No está en eso el ye rés mira e autor ? maravilla será
rro, replicó Sansón , sino en que an que aciert " , porque no hará sino har.
tes de haber parecido el jumento, bar, harbar como sastre en vísneras
dice el autor que iba á caballo San de pascuas, y las obras que se hacen
210 DX QUOTE DE LA MAXCHA

apriesa nunca se scabar con la per peina, és pensar en lo excasado . Yo,


fección que requieren . Atienda ess señor Sansón , no pienso granjear
señor moro , ó lo que es, á mirar lo fama de valiente, ano del mejor
que hace, que yo mi señor le da más leal escadero que jamás sirvió a
remos tanto ripio á la mano en ma caballero andante : y si mi señor don
teris de aventuras y do sucesos dife Quijote , obligado de mis muchos y
rentes, que puede componer no 2610 buenos servicios , quis.ere darme al .
segunda parte, sino ciento . Debe da guna insula de las muchas que su
pensar ei buen hombre sin duda que murced dice que se ha de topar por
nos dorrnimos en las pajas, pues tén . ahí, rec :biré mucha merced en ello ;
ganos el pie al herrar, y verá del y cuando no me la diere, nacido soy ,
que cosqueamos : lo que yo sé de y no ha de vivir el hombre en hoto
cir es, que si mi señor tomase mi de otro , sino de Dios ; y más que
consejo ya habíamos de estar en esas tan bien y aun quizá mejor me sabrá
rampañas deshaciendo agravios y en el pan desgobernado, que siendo go
derezando tuertos, como es uso y bernador : sé yo por ventura şi
costumbre de los bu nos y andantes en esos gobiernos me tiene apareja
caballeros . No había bien acabado de da el diablo alguna zancadilla donde
decir estas razones Sancho, cuando tropiee : y caiga y me deshaga las
llegaron á sus oídos relinchos de In muelas ? Sancho nací, y Sancho pien
nante, lo cuales relinchos tomó don so morir . Pero si con todo esto de
Quijote por felicísimo agüero , y de . buenas á buenas, sin mucha solier
terminó do hacer de allí á tres ó cra tud y sin mucho riesgo me deparase
tro días otra salida ; y declarando su el cielo alguna insula, ó otra cosa se
intento al bachiller, le pidió consejo mejante, no soy tan necio que a
por qué parte comenzaría su jorna desechase, que también se dice :
da, el cual le respondió que era su Cuando te deren la vaquilla, corre
parecer que fuese al reino de Ara con la soguilla ; y, cuando viene el
gón , y á la ciudad de Zaragoza, adon bien , mételo en tu casa . Vos, herma
de de allí á pocos días se habían de no Sancho, dijo Carrasco, habéis ha.
hacer unas solemnísimab justas por a blado como un catedrático ; pero con
fiesta de san Jorge , en las cuales todo eso confiad en Dios y en el se.
podría ganar fama sobre todos los ñor don Quijote, que os ha de dar un
caballeros aragoneses, que sería ga reino, no que una insula . Tanto es
narla sobre todos os del mundo. Ala . lo demás como lo de menos , respon.
bóle ser honradísima y valentísima su dió Sancho ; aunque sé decir al se
determinación, y advirtióle que an ñor Carrasco que no echara mi se .
duviese más atentado en acometer los ñor el reino que me diera en saco
peligros, á causa que su vida no era roto, que yo he tomado el pulso á
suya, sino de todos aquellos que le mí mismo, y me hallo con salud para
habían de menester para que los am regir reinos y gobernar insulas ; V
parase y socorriese en sus desventu esto ya otras veces lo he dicho á mi
ras . Deso es lo que yo reniego , señor señor. Mirad , Sancho, dijo Sansón,
Sansón , sijo este punto Sancho, que : os oficios mudan de costumbres,
que así acomete mi señor á cien hom v podría ser que viéndoos gobernador
bres armados como un muchacho go no conociésedes á la madre que os
loso á media docena de badeas. Cuer parió . Eso allá se ha de entender, res
po del mundo, señor bachiller : sí, pondió Sancho, con los que nacieron
que tiempos hay de acomet r, y tiem en las malvas, y no con los que tie
pos de retirar, y no ha de ser todo nen sobre el alma cuatro dedos de
Santiago y cierra España : y más que enjundia de cristianos viejos, como
vo he oído decir , y creo que á mi se yo los tengo : no , sino llegaos á mi
for mismo , si mal no me acuerdo, que condición , que sabrá usar de des
entre los extremos de cobarde y de agradecimiento con alguno . Dios lo
temerario, está el medio de la valen haga, dijo don Quijota , y ello dira
tía ; y si esto es así, ro quiero que cuando el gobierno venga , que ya me
huva sin tener para qué, ni que aco parece que le trayo entre los ojos .
meta cuando la demasía pide otra Dicho esto , rogó al bachiller que si
cosa ; pero sobra todo aviso á mi se era poeta le hiciese morced de com
for . que si me ha de llevar consigo ponerle unos versos que tratasen de
ha de ser con condición que él se lo la despedida que pensaba hacer de su
ha de batallar todo , y que yo no he señora Dulcinea del Toboso, y que
de estar obligado á otra cosa que á advirtiese que en el principio de cada
mrar por su persona en lo que toca verso había de poner una letra de su
ra á su limpieza v á su regalo , que nombre , de manera que al fin de los
en esto yo le bailaré el agua delan versos, juntando las primaras letras,
te ; pero pensar que tengo de poner se levese Dulcinea del Toboso . El ba .
mano a la espada aunque sea contra chiller respondió , que puesto que aj
Tillanos malandrines de hacha v ci no era de los famosos poetas que ha
PARTE II. - CAPÍTULO V 241
bía en Españ ., que decían que no eran magüer tonta, no sé yo quién recibe
sino tres y medio, que no dejaría de gusto de no tener e. Mirad , Ter232,
componer los tales metros , aunque respondió Sancho, yo estoy alegre
nulaba una dificultad grande en su porque tengo d terminado de volver
composición , á causa que las letras á servir á mi amo don Quiinte. ei
que contenían el nombre eran diez cual quiere la vez tercera salir á bus.
y siete; y que si hacía cuatro caste car las aventuras , y yo vuelvo á 34
Ianas de á cuatro versos sobraba una lir con él porque lo quiere así mi ne.
letra, y si de á cinco, á quien llam.in cesidad, junto con la speranza que
décimas ó redondillas, faltaban tres me alegra de pensar si podré hallar
letras ; pero con todo eso procuraría otros cien escudos como los ya gasta
embeber una letra lo mejor que pu dos, puesto que me entristece el ha
diese , de manera que en las cuatro berme de apartar de ti y de mis hi
castellanas se incluyese el nombre de jos ; y si Dios quisiera darme de co
Dulcinea del Toboso . Ha de sor así mer á pie enjuto y en mi casa, sin
en todo caso, dijo don Quijote , que si traerme por vericuetos y encrucija
allí no va el nombre patente y de ma das, pues lo podía hacer á poca cost !
nifiesto, no hay mujer que crea que y con no más de querer'o, claro está
para ella se hicieron los metros . Que que mi alegría fuera más firme y va
daron en esto y en que la partida se ledera , pues que la que tengo va nez
ría de allí á ocho días . Encargó don clada con la tristeza del dejarte : así
Quijote al bachiller la tuviese secre que, dije bien que holgara, si Dios
ta , especialmente al cura y á miese quisiera, de no estar contento. Mi
Nico ás y á su sobrina al ama, poz rad, Sancho, replicó Teresa, después
que no estorbasen su honrada v va que os hicisteis miembro de caba
lerosa determinación : todo lo prome llero andant : habláis de tan rodeada
tió Carrasco. Con esto se despidió manera, que no hay quien os entien
da. Basta que me entienda Dios , mil
encargando á don Quijote que de to jer , respondió Sancho, que él es el
dos sus buºnos ó malos sucesos le entend dor de todas las cosas, y qua.
avisase, habiendo comodidad ; y así dese esto aquí ; y advertid , hermana,
se despidieron, y Sancho fué á poner
en orden lo necesario para su jor que os conviene tener cuenta estos
nada. tres días con el rucio , de man ra que
esté para armas tomar : dobladle los
piensos, requerid la albarda y las de
más jarcias, porque no vamos a bo
CAPITULO V cas, sino á rodear el mundo , v teper
dares v tomares con gigantes , con
andriagos y con v stiglos , v á vir
De la discreta y graciosa plática silbos, rugidos, bramidos y baladro3,
que pasó entre Sancho Panza y v aun todo esto fuera flores de can
su mujer Teresa Panza, y otros tueso , si no tuviéramos que entender
sucesos dignos de felice recor con yangüeses v ton moros encanta
dación . dos. Bien creo yo , marido, replicó
Teresa, que los escuderos andantes no
comen el pan de balde, y así qucda.
Llegando á escribir el traductor ré rogando á nuestro Señor os saque
desta historia este quinto capítulo , presto de tan mala ventura . Yo os
dice que lo tiene por apócrifo, por digo , mujer, respondió Sancho, que
que en él habla Sancho Panza con si no pensasa antes de mucho tiempo
otro estilo del que se podía prometer verme gobernador de una insula , aquí
do su corto ingenio , y dice cosas tan me caería muerto . Eso no , marido
suti es, que no tiene por posible que mío , dijo Teresa , viva la gallina
él las supi se ; pero que no quiso de aunque sea con su pepita : vivid vos ,
jar de traducirlo por cumplir con lo y llévese el diablo cuantos gobisrnos
que á su oficio debía, y así prosiguió hay en el mundo : sin gobierno salis.
diciendo : teis del vientre de vuestra madre ,
Llegó Sancho á su casa tan regoci . sin gobierno habéis vivido hasta aho
jado y alegre, que su mujer conoció ra, y sin gobierno os iréis ú os leva .
su alegría á tiro de ballesta , tanto rán á la sepultura cuando Dios fuera
que la obligó á preguntarle : Quá servido : como esos hay en el mun
traéis , Sancho amigo, que tan ale do , que viven sin gobierno , y no por
gre venís ? A lo que él respondió : eso dejan de vivir y de ser contados
Mujer mía, si Dios quisiera, bien me en el número de las g ntes. La mejor
holgara yo de no estar contento como salsa del mundo es la hambre , v como
muestro . No os entiendo , marido , re. ésta no falta a los pobres, siempre
plicó ella, y no sé qué queréis decir comen con gusto . Pero mirad , San
en eso de que os holgárades , si Dios cho , si por ventura os viéredes con
quisiera, de no estar contento , que algún gobierno, no os olvidéis de mi
16
242 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

y de vu stros hijos . Advertid que , que ahora que está llamando á nues
Sanchico tiene ya quince años caba tra puerta se la cerremos : dejémo
les , y es razón que vaya a la escue nos llevar deste viento favorable que
la; si es que su tío ei abad le ha de nos sopla . (Por este modo de hablar
dejar hecho de la Iglesia. Mirad tam y por lo que más abajo dice Sancho ,
bién que Marisancha vuestra hija ne dijo el traductor desta historia que
se morirá si la casamos , que me a tenía por apócrifo este capítulo . )
dando barruntos que desea tanto te ¿ No te parece, animalia, prosigaió
ner marido, como vos deseáis reros Sancho , que será bien dar con mi
con gobierno ; y en fin , en fin , mejor cuerpo en algún gobierno provecho
parece la hija mal casada que bien 80 , que nos saque el pie del lodo, y
abarraganada. A buena fe , respondió casase á Marisancha con quien yo
Sancho, que si Dios me llega a tener quisiere, y verás cómo te llaman á
algo qué de gobierno, que tengo de ti doña Teresa Panza, y te sientas en
casar , mujer mía, á Marisancha tar. la iglesia sobre alcatifa, almohadas y
altamente que no la alcancen sino arambeles, á pesar y despecho de las
con llamarla señoría . Eso no, Sancho , hidalgas del pueblo ? No , sino estaos
respondió Teresa, casadla con su siempre en un ser, sin crecer ni men
igual, que es lo más acertado, que guar , como figura de paramento ; y
si de los zuecos a sacáis á chapines, en esto no hablemos más, que San
y de saya parda de catorceno á ver chica na de ser condesa, aunque tú
dugado y saboyanas de seda , y de más me digas. ¿ Veis cuanto decís ,
una Marica y un tú á una doña tal marido ? respondió Teresa ; pues con
y señoría , no se ha de hallar la mu- todo eso temo que este condado de
chacha, y á cada paso ha de caer en mi hija ha de ser su perdición : vos
mil faltas descubriendo la hilaza de haced lo que quisiéredes, ora la ha
fu tela basta y grosera. Calla, boba, gáis duquesa ó princesa ; pero séos
dijo Sancho , que todo será usarlo dos decir que no será ello con voluntad ni
ó tres años , que después le vendrá consentimiento mio . Siempre , her
el señorío y la gravedad como de mol- mano , fuí amiga de la igualdad, v
de ; y cuando no ¿ qué importa ? séa- no puedo ver entonos sin fundamen
se ella señoría , y venga lo que vinie- tos : Teresa me pusieron en el bau
re . Medios , Sancho , con vuestro es- tismo, nombre mondo y escueto , sin
tado , r - spondió Teresa, no os que añadiduras ni cortapisas, ni arrequi.
ráis aizar á mayores , y advertid al ves de dones ni donas : Cascajo se
refrán que dice : A hijo de tu ve- llamó mi nadre , y á mí por ser vues
cino límpiale las narices y métele tra mujer me llaman Teresa Panza,
en tu casa . Por cierto que sería gen- que á buena razón me habían de la
til cosa casar á nuestra María con un mar T resa Cascajo ; pero allá van
condazo ó con un caballerote, nie reyes do quieren leyes, y con este
cuando se le antojase la pusiese como nombre me contento , sin que me le
nueva, llamándola de villana, hija del pongan un don encima que pese an
destripaterrones y de la pelarruecas ; to qua no le pueda llevar, y no one
no en mis días , marido, para eso por ro dar que decir á los que me rir .
cierto ha criado yo á mi hija : traed ren andar vestida á lo condesil ó á
vos dineros, Sancho , y el casarla de lo de gobernadora, que luego dirán :
jadlo á mi cargo, que ahí está Lope Mirad qué entonada va a pazpuer
Tocho , el hijo de Juan Tocho , mozo ca ; aver no se hartaba de estirar un
rollizo y sano, y que le conocemos , y copo do estopa, v iba á misa cubier
sé que no mira de mal ojo á a my- ta la cabeza con la falda de la saya
chacha ; y con éste que es nuestro en lugar de manto, y ya hoy va con
igual estará bien casada, y le tendre- verdugado, con broches y cou ento
mos siempre á nuestros ojos , v se- no, como si no la conociésemos. Si
remos todos unos , padres e hijos , Iios me guarda mis siete ó mis sin
nietos y yernos , y andará la paz v la co sentidos, o los que tengo, no pien .
bendición de Dios entre todos nos- so dar ocasión de verme en tal aprie
otros, y no casármela vos ahora en to : vos , hermano, idos á ser gobier
esas cortes y en esos palacios gran- no ó insulo, y entor:aos á vuestro
des, adonde ni á ella la entiendan ni gusto , que mi hija ni yo , por essi.
ella se entienda. Ven acá, bestia y glo de mi madre, que no nos em
mujer de Barrabás, replicó Sancho , de mudar un paso de nuestra aldea :
¿ por qué quieres tú ahora sin que ni la mujer honrada la pierna quebra
para qué estorbarme que no case á da y en casa, y la doncella honesti
mi hija con quien me dé nietos que ci hacer algo es su fiesta : idos con
se llamen señoría ? Mira , Teresa vuestro don Quijote a vuestras aven .
siempre he oído d cir á mis mavores turas , y dejadnos á nosotras con
que el que no sabe gozar de la ven . nuestras malas venturas , que Dios
tura cuando le viene , que no se debe nos las mejorará como seamos hu- .
quejar si se lº pasa ; y no sería bied cas ; y yo no sé por ciarto quien le
PARTE II, -CAPITULO VI 243

puso á él don, que no tuvieron sus lo dijo el padre) á la alteza de su


padres ni sus agüelos. Ahora digo, prosperidad, fuere bien criado, bo
replicó Sancho, que tienes algún ia Tal y cortés con todos, y no se pusie
miliar en ese cuerpo . ¡ Válate Dios re en cuentos con aquellos que por
la mujer, y qué de cosas ha ensar antigüedad son nobles , ten por cier
t: do unas en otras sin tener pies ni to , Teresa , que no habrá quien se
cabeza ! ¿ Qué tiene que ver di A3 acuerde de lo que fué, sino que reve
cajo, los broches, los refranes v el rencien lo que es , si no fueren los
entono con lo que yo digo ? Ven avá , envidiosos , de quien ninguna prós
mentecata é ignorante (que asi !! pera fortuna está s gura. Yo no 03
puedo llamar, pues no entiendes mis entiendo, marido , replicó Teresa ; h.l
razones, y vas huyendo de la dicha: ced lo que quisiéredes, y no me que
si yo dijera que mi hija se arrojara bréis más la cabeza con vuestras
ile una torre abajo , ó que se fuera pu " arengas y retóricas ; y si estáis re
esos mundos , como se quiso ir la in vuelto en hacer lo que decís ... Re
fanta doña Urraca , tenías razón de suelto has de decir, mujer, dijo San
no venir con mi gusto ; pero si
cho , y no revuelto . No os pongáis á
dos paletas, y en menos de un ubrir
y cerrar de ojos te la chanto un dort disputar, marido, conmigo, respondió
y una señoría á cuestas, y te la saco Teresa : yo hablo como Dios es ser
de los rastrojos , y te la pongo en vido , y no me meto en más dibujos ;
toldo y en peana. y en un estrado de y digo que si estáis porfiando en te
más almohadas de velludo, que tuvie ner gobierno, que llevéis con vos á
vuestro hijo Sancho para que de da
ron moros en su linaje los Almohades ahora le enseñéis á tener gobierno ,
1 de Marruecos, ¿ por qué no has de
consentir y querer lo que yo quiero ? que bien es que los hijos hereden y
marido ? res ) aprendan los oficios de sus padres .
< Cabéis por qué,
En teniendo gobierno, dijo Sancho,
dio Teresa, por el refrán que dice enviaré por él por a posta , y te en
nien te cubre te descubre : por el viaré dineros , que no me faltarán ,
Pobre todos pasan los ojos como de pues nunca falta quien se los preste
corrida , y en el rico los detienen ; y
si el tal rico fué un tiempo nobr ?. á los gobernadores cuando no los ti -
allí es el murmurar y e mald - cir nen : y vistele de modo que disimule
el peor perseverar de los maldicien lo que es, y parezca lo que ha de ser .
tes, que los hay por esas calles i mon Enviad vos dinero, dijo Teresa, que
tones como enjambres do abejas . yo os lo v etiré como un palmito. En
Mira, Teresa, respondió Sancho , y es efecto, quedamos de acuerdo, dijo
cucha lo que ahora quiero decirte Sancho, de que ha de ser condesa
cuizá no lo habrás oído en todos los nuestra hija. día que yo la viere
días de tu vida ; y yo ahora no ha . condesa, respondió Teresa, ese haré
blo de mío , que todo o que pienso cuenta que la entierro : pero otra vez
decir son sentencias del padre pre os digo que hagáis lo que os diere
dicador que la cuaresma pasada pre . gusto , que con esta carga ngcemos
las mujerºs, de estar obedientes á
dicó en este pueblo, el cual, si mal
no me acuerdo, dijo que todas las sus maridos aunque sean unos po
rros ; y en esto comenzó á rar tan
cosas presentes que los ojos están de veras como si ya viera muerta y
mirando, s9 presentan , están y asis enterrada á Sanchica . Sancho a con
ten en nuestra memoria mucho me
jor v con más vehemencia que las soló diciéndole , que ya que la hubie
eosas pasadas. ( Todas estas razones se de hacer condesa, la haría todo lo
que aqui va diciendo Sancho , son más tarde que ser pudiese. Con esto
se acabó su plática, Sancho volv : 6
las segundas por quien dice el tra
dactor que tiene por apócrifo este á ver á don Quijote , para dar orden
capítulo , que exceden á la capaci en su partida.
dad de Sancho, el cual prosiguió di
ciendo ) : De donde nace que cuando
remos alguna persona bien adereza CAPITULO VI
da y con ricos vestidos compu'sta y
con pompa de criados, parece que por
fuerza nos mueve y convida a que
le tengamos respeto , puesto que a De lo que le pasó á don Quijote con
memoria en aquel instante nos re su sobrina y con su ama ; y es
presente alguna bajeza en que vimos uno de los importantes capítulos
á la tal persona, la cual ignominia, de toda la historia .
ahora sea de pobroza ó de linaje , co
mo ya pasó no es , y sólo es lo que ve
mos presente : y si este, á quien la En tanto que Sancho Parza y su
fortuna sacó del borrador de su ba mujer Teresa Cascajo pisaron la im
jeza (que por estas mismas razonos pertinente referida plática, no esta
244 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
ban ociosas la sobrina y el ama de tir y hacer tajadas el sol ó no , con
don Quijote, que por mil señales iban otras ceremonias deste jaez, que se
coligiendo que su tío y señor queria usan en los desafíos particulares de
desgarrarse la vez tercera, y volver persona á persona, que tú no sab sy
al ej rcicio de su , para ellas , mai an yo sí ; y has de saber más , que el
dante caballería . Procuraban por to buen caballero andante , aunque vea
das las vías posibles apartarle de tan diez gigantes que con las cabezas no
mal pensamiento ; pero todo era pre sólo tocan sino pasan las nubes , y que
dicar en desierto y majar en hierro á cada uno le sirven de piernas dos
frío : con todo esto, entre otras mu grandísimas torres , y que los brazos
chas razones que con el pasaron , le semejan árboles de gruesos y podero
dijo el ama : En verdad , señor mío , sos navios, y cada ojo como una gran
que si vuesa merced no afirma el pie rueda de molino y más ardiendo que
llano , y se está quedo en su casa, y un liorno de vidrio , no le han de es
se deja de andar por los montes y pantar en manera alguna ; ant's con
por los valles como ánima en pena, gentil continente y con intrépido co
buscando esas que dicen que se lla razón los ha de acometer y embes
man aventuras, á quien yo llamo des tir ; y si fuere posible, vencerlos
d.cnas, que me tengo de quejar en y desbaratarlos en un pequeño ins
voz v en grita á Dios y al R y , que tante , aunque viniesen armados de
ponga remedio en ello. A lo que res unas conchas de un cierto pescado
pondió don Quijote : Ama, lo que que dicen que son más duras que si
Dios responderá á tus quejas yo no fuesen de diamantes, y en ugar de
lo sé , ni lo que ha de responder Su espadas trujesen cuchillos tajantes
Majestad tampoco , y sólo sé que si de damasquino acero, ó porras ferra
yo tu ra rey me excusara de respon das con puntas asimismo de acero ,
der á tanta infinidad de memoriales como yo tas he visto más de dos ve
impertinentes como cada día le dan ; ces. Todo esto he dicho, ama mía,
que uno de los mayores trabajos que porque veas la diferencia que hay de
los reyes tienen, entre otros muchos, unos caballeros á otros ; y sería fa
( 6 el estar obligados á escuchar á ro zón que no hubiese principe que ro
dos , y á responder a todos, y así no estimase en más esta segunda , ó por
querría yo que cosas mías le diesen mejor decir primera especie de caba
pesadumbre . A lo que dijo el ama : lleros andantes, que según leemos en
Díganos , señor, & en la corte de Su sus historias, tal ha habido intro
Majestad no nay caballeros ? Sí, res ellos que ha sido la salud, no sólo i'e
pondió don Quijote, y muchos ; y es un reino, sino de muchos. ¡ Ah , señor
razón que los haya para adorno de mío ! dijo á esta sazón la sobrina , au
la grandeza de los principes , y para vierta vuesa merced que todo eso nue
ostentac.ón de la Majestad real.¿ Pues dice de los caballeros andantes es fá
no sería vuesa rerced , replicó ella, bula y mentira , y sus historias, ya
uno de los que á pie quedo sirviesen que no las quemasen, merecían git
á su rey y señor estándose en la cor á cada una se le echase un sambenito,
te ? Mira , amiga, respondió don Qui i alguna señal en que fu se conoji.
jote, no todos os caballeros pueden da por infame y por gastadora de las
ser cortesanos, ni todo los cortesanos bi'enas costumbres. Por el Dios que
pueden ni deben ser caballeros an me sustenta, dijo don Quijote que
dantes : de todos ha de haber en el si no fueras mi sobrina derechamen .
mundo ; y aunque todos seamos ca te como hija de mi misma hermana,
balleros, va mucha diferencia de los que habia de hacer un tal castigo en
unos á los otros ; porque los corte ti , per la blasfemia que has dicho ,
sanos , sin salir de sus aposentos ni de que sonara por todo el mundo . ! Có.
los umbrales de la corte se pasean mo qué ? ¿ es posible que una rapa
por todo el mundo, mirando un mapa, za, que apenas sabe menear doce pa
sin costarles blanca, ni padecer calor lillos de randas, se atreva á poner
ni frío , hambre ni sed ; pero nosotros , lengua y á censurar las historias de
los caballeros andantes verdaderos, los caballeros andantes ? ¿ Qué dijera
al sol , al frío, al aire, á las inclemen el señor Amadís, si lo tal oyera ? Pero
cias del cielo, de noche y de día , á á buen seguro que él te perdonara ,
pie y á caballo, medimos toda la tie porque fué el más humilde y cortés
rra con nuestros mismos pies ; y no caballero de su tiempo , y demás
solamente conocemos los enemigos grande amparador de las doncellas :
pintados, sino en su mismo ser, y en mas tal te pudiera haber oído que no
todo trance y en toda ocasión los aco te fuera bien dello, que no todos son
metemos sin mirar en niñerías ni en
corteses ni bien mirados , algunos hay
las leyes de los desafíos, si lleva ó follones y descomedidos : ni todos los
no lleva más corta la lanza ó la espa que se llaman caballeros lo son de
da , si trae sobre sí reliquias ó algún todo en todo , quº unos son de oro ,
engaño encubierto, si se ha de par
otros de alquimia , y todos parecen
PARTE II. - CAPÍTULO VI 215

caballeros, pero no todos pueden es. grandes y acabaron en punta bay mi .


tar al tono de la piedra de la ver liares de ejemplos , porque todos los
dad : hombres bajos hay que revien Faraones y Toiomeos de Egipto, los
tan por par cer caballeros; y caba Césares de Roma, con toda la cater
lleros altos hay que parece que apos va (si es que se le puede dar este
ta mueren por parecer hombres ba nombre) de infinitos principes, mo
jos : aquellos se levantan ó con la narcas, s ñores, medos , asir.os, per
ambición ó con la virtud ; éstos se sas, griegos y bárbaros, todos estos
abajan ó con la filoj edad ó con el vi linajes y señoríos han acabado en
cio : y es menester ' aprovecharnos punta y en nonada, así ellos como
del conocimiento discreto para dis los que les dieron principio , pues no
tinguir estas dos maneras de caba será posible hallar ahora ninguno de
lleros tan parecidos en los nombres , sus descendientes , y si le hallásemos
y tan distantes en las acciones . ¡ Vá sería en bajo y humilde estado. Del
lame Dios ! dijo la sobrina, ¿ que sepa lipaje plebeyo no tengo que decir
vuesa merced tanto, señor tío, que sino que sirve só o de acrecentar el
si fuese menester en una necesidad número de los que viven sin que me
podría subir en un púlpito ó irse rezcan otra fama ni otro elogio sus
á predicar por esas calles , y que con grandezas. De todo lo dicho quiero
todo esto de en una ceguera tan que infiráis, bobas mías, que es gran .
grande y una sandez tan conocida de la confusión que hay entre los li
que se dé á entender que es valien najes, y que solos aquellos parecen
te siendo viejo, que tiene fuerzas es grandes é ilustres , que lo muestran
tando enfermo, y que endereza tuer en la virtud y en la riqueza y libera
tos estando por la edad agobiado , y lidad de sus dueños . Dije virtud s ,
sobre todo, que es caballero no lo riquezas y liberalidades, porque el
siendo , porque aunque lo puedan ser grande que fuere vicioso, será vicio
ios hidalgos , no lo son los pobres ? so grande, y el rico no liberal, será
Tienes mucha razón , sobrina, en lo un avaro mendigo : que al poseedor.
que dices , respondió don Quijote , y de las riquezas no le hace dichoso el
cosas te pudiera yo decir cerca de tenerlas , sino el gastarlas, y no el
los linajes, que te admiraran ; pero gastarias como quiera, sino el saber
pór no mezclar lo divino con lo hu las bien gastar. Al caballero pobre
mano no las digo. Mirad , amigas , á no queda otro camino para mostrar
cuatro suertes de linaje (y estadme que es caballero , sino la virtud , sien .
atentas ) se pueden reducir todos los do afable, bien criado , cortés, co
que hay en el mundo, que son estos : medido y oficioso ; no soberbio , " 0
unos que tuvieron princ.pios humil arrogante , no murmurador, y sobre
des , y se fueron extendiendo y dila todo caritativo, que con dos marave
tando hasta llegar á una suma gran dís que con ánimo alegre dé al po
deza ; otros que tuvieron principios bre , se mostrará tan liberal como el
grandes, y los fueron conservando, que á campana herida da limosna,
y los conservan y mantienen en el y no habrá quien le vea adornado de
ser que comenzaron ; otros que aun las referidas virtudes , que aunque
que tuvieron principios grandes , aca no le conozca deje de juzgarle y te
baron en punta como pirámide , ha nerle por de buena casta ; y el no
biéndose disminuído y aniquilado su serlo sería milagro, y siempre la ala
principio hasta parar en nonada, banza fué premio de la virtud , y los
como o es la punta de la pirámide, virtuosos no pueden dejar de ser ala
que respecto de su basa ó asiento bados . Dos caminos hay , hijas , por
no es nada ; otros hay, y estos son donde pueden ir los hombres y llegar
los más, que ni tuvieron principio á ser ricos y honrados : el uno es el
bueno ni razonable medio , y así ten de las letras , el otro el de 'as ar
drán el fin sin nombre , como el li mas. Yo tengo más armas que letras,
naje de la gente plebeya y ordina y nací, s gún.me inclino á las ar
ria . De los primeros, que tuvieron mas , bajo la influencia del planeta
principio humilde y subieron í 132 Marte ; así que casi me es forzoso
grandeza que ahora conservan . te seguir por su camino , y por él ten
sirva de ejemplo la casa otomana, que go de ir á pesar de todo el mundo ;
de un humilde y bajo pastor que le y será en balde cansaros en persua
dió principio , está en la cumbre que dirme á que no quiera yo lo que los
le vemos . Del segundo linaje , na cielos quieren , a fortuna ordena, !
tuvo principio en grandeza y la con la razón pide , y sobre todo mi volun.
serva sin aumentarla, serán ejemplo tad desea : pues con saber, como sé,
muchos príncipes, que por herencia los innumerables trabajos que son
lo son y se conservan en ella, sin au anejos al andant ? caballería, sé tam
mentarla ni disminuirla, contenién bién los infinitos bienes que se al
dose en los címites de sus estados pa canzan con ella ; y sé que la send ?
cíficamente . De los que comenzaron de la virtud es muy estrecha, y el
216 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

camino del vicio ancho y espacioso ; que se e quiere arrancar el alma ?


y sé que sus fines y paraderos son No es nada , señor Sansón mío, sino
dif rentes, porque el del vicio , dila que mi amo se sale , sálese sin duda .
tado y espacioso, acaba en muerte, ¿ Y por dónde se sale , señora ? prs .
y el de la virtud, angosto y trabajo guntó Sansón ; ¿ hásele roto alguna
so, acaba en vida, y no en vida que parte de su cuerpo ? No se sale , res .
se acaba , sino en a que no tendrá pondió ella , sino por la puerta de su
fin ; y sé, como dice el gran Poeta locura : quiero decir , señor bachi
castellano nuestro, que Il r de mi ánima . que quiere salir
otra vez, que con esta será la terce
Por estas asperezas se camina ra, á buscar por ese mundo lo que él
de la inmorta idad al alto asiento , Ilama venturas, que yo no puedo en .
do nunca arriba quien de allí declina. tender cómo les da este nombre . La
vez primera nos le volvieron atrave .
¡ Ay desdichada de mil dijo la so sado sobre un jumento , molido á pa
brina, que también mi señor es poe Cos ; la segunda vino en un carro de
ta ; todo lo sabe, todo lo alcanza : bueyes , metido y encorrado en una
yo apostaré qua si quisiera ser al jaula, adonde él se daba á entender
bañil, que supiera fabricar una casa que estaba encantado ; y venía tal
como una jaula. Yo te prometo, so el triste , que no le conociera la ma
brina , respondió don Quijote, que si dre que le parió, flaco , amarillo , los
estos mis pensamientos caballerescos ojos hundidos en los últimos cama
no me llevasen tras si todos los sen ranchones del celebro , que para ha
tidos, que no habría cosa que yo no berle de volver algún tanto en sí gas
hiciese , ni curiosidad que no saliese té más de seiscientos huevos, como
de mis manos , especialmente jaulas lo sabe Dios y todo el mundo, y mis
y pa illos de dientes . A este tiempo gallinas, que no m dejarán mentir.
llamaron á la pu rta , y preguntando Eso creo yo muy bien , respondió el
quién llamaba, respondió Sancho Pan bachiller, que ellas son tan buenas,
72 que él era, y apenas le hubo co tan gordas y tan bien criadas, que
nocido el ama cuando corrió á escon no dirán una cosa por otra si reven
derse por no verle : tanto le aborre tasen . En efecto, señora ama, ¿ no
cía. Abrióle la sobrina, salió á reci. hay otra cosa , ni ha sucedido otro
birle con los brazos abiertos su señor desmán alguno, sino el que se teme
don Quijoto , y encerráronse los dos que quiere hacer el señor don Qui
en su aposento, donde tuvieron otro jote ? No, señor, respondió ella. Pues
coloquio que no le hace ventaja el no tenga pena, respondió el bachi
pasado. ller, sino váyase en hora buona á su
casa , y téngame aderezado de almor.
zar alguna cosa caliente, y de cami
no vaya rezando la oración de santa
CAPITULO VII Apolonia , si es que la sabe , que yo
iré luego allá , y verá maravillas .
¡ Cuitada de mí ! replicó el ama : ¿ la
oración de santa Apolonia dice vue
De lo que pasó don Quijote con su sa merced que rece ? eso fuera si mi
escudero , con otros sucesos famo amo o hubiera de las muelas, pero
sísimos. no lo ha sino de los cascos. Yo sé lo
que digo , señora ama ; váyase y no
se ponga á disputar conmigo , pues
Apenas vió el ana que Sancho sabe que soy bachiller por Salaman
Panza se encerraba con su señor , ca, que no hay niás que bachillear,
cuando dió en la cuenta de sus tra respondió Carrasco : y con esto se
tos ; é imaginando que de aquella fué el ama, y el bachiller fué luego
consulta había de salir la resolución á buscar al cura á comunicar con él
de su tercera salida, y tomando su lo que se dirá á su tiempo.
manto, toda llena de congoja y pe En el que estuvieron encerrados
sadumbre se fué á buscar al bachi don Quijote y Sancho, pasaron las
ller Sansón Carrasco , pareciéndole razones que con mucha puntualidad
que por ser bien hablado y amigo f verdadera relación cuenta la his
fresco de su señor le podría persua toria. Dijo Sancho á su amo : Se
dir á que dejase tan desvariado pro ñor, ya yo tengo relucida á mi m'l.
pósito. Hallóle paseándose por el pa jer á que me deje ir con vuesa mor
tio de su casa , y viéndole se dejó caer ced adonde quisiere llevarme . Redu
ante sus pies, trasudando y congojo cida has de decir, Sancho, dijo doa
sa. Cuando la vió Carrasco con mues . Quijote, que no relucida, Una ó dos
tras tan doloridas y sobresaltadas, le v ces , respondió Sancho , si mal ne
dijo : ¿ Qué es esto , señora ama ? me acuerdo , ha suplicado á vuess
¿ Qué le he acont cido , que parece merced que no me enmiende los vo.
PARTE 11 .--CAPITULO VII 247

cabos, si es que entiende lo que rré que se aprecie lo que montare la


qui ro decir en ellos , y que cuando renta de la tal íusula , y se descuen
no los entienda diga : Sancho o dia te de mi salario guta por cantidad .
blo , no te entiendo ; y si yo no me Sancho amigo, respondió don Quijo
declarare , entonces podrá enmendar te , á las veces tan buena suele ser
me , que yo soy tan fócil. No te en una gata como una rata . Ya entien
tiendo, Sancho, dijo luego don Qui do, dijo Sancho : 'yo apostaré que ha
jotº , pues no sé qué quiere decir sot bía de decir rata y no gata ; pero no
tan fócil . Tan fócil quiere decir, rez importa nada, pues vuesa merced me
pondió Sancho, soy tan así . Menos te ha entendido. Y tan entendido , res
entiendo ahora, replicó don Quijote. pondió don Quijote, que he penetrado
Pues si no me puede 'entender, res. lo último de tus pensamientos , y sé al
pondió Sancho, no sé como lo diga, blanco que tiras con as innumerables
no sé más. v Dios soa conmigo . Ya, saetas de tus refranes . Mira, Sancho ,
yu caigo, respondió don Quijote, en yo bien te señalaría salario, si hubie
ello : tú quieres decir que eres in ra hallado en alguna de las historias
dócil , blando y mañero , que tomarás de los caballeros andantes ejemplo
lü que yo te dijere, y pasarás por in que me descubriese y mostrase por
que te enseñare . Apostaré yo, dijo algún pequeño resquicio qué es lo
Sancho, que desde el emprincipio que solían ganar cada mes ó cada
me caló y me entendió, sino que qui año ; pero yo he leído todas o las más
se turbarme por oirme decir otras de sus historias , y no me acuerdo
doscientas patochadas . Podrá ser, re haber leído que ningún caballero an
plicó don Quijote ; y en efecto , qué dante haya señalado conocido sala
dice Teresa ? Teresa dice, dijo San rio á su escudero ; sólo sé que to
cho, que ate bien mi dedó con vuesa dos servían á merced , y que cuando
merced , y que hablen cartas y ca menos se lo pensaban, si á sus seño .
llen barbas , porque quien destaja no res es había corrido bien la suerte ,
baraja. pues nás vale un toma que se hallaban premiado con una in
dos te daré : y yo digo que el con sula ó con otra cosa equivalente , y
sejo de la mujer es poco, y el que no por lo menos quedaban con título de
lo toma es loco . Y yo lo digo tam señoría :si con estas esperanzas y
bién , respondió don Quijote . Decid , aditamentos vos , Sancho, gustáis
Sancho amigo ; pasad adelante, que de volver á servirme, sea en buena
habláis hoy de perias . Es el caso, hora, que pensar que yo he de sacar
replicó Sancho, que como vuesa mer de sus términos y quicios la antigua
ced mejor sabe, todos estamos suje. usanza de la caballería andante, es
tos á la muerte , y que hoy somos y pensar in lo excusado : así que , San
mañana no , y que tan presto se va el cho mio, voiveos á vuestra casa, y
cordero como el carnero, y que na declarad á vuestra Teresa mi inten
die puede prometerse en este mundo ción ; y si ella gustare y vos gustá
más horas de vida de las que Dios redes de estar á merced conmigo,
quisiere darle ; porque la muerte es hene quidem , y si no , tan amigos
sorda, y cuando llega á llamar a las como de antes, que si al palomar no
puertas de nuestra vida siempre va la falta cebo , no le faltarán palomas ;
de priesa , y no la harán detener ni v advertid , hijo , que vale más buena
ruegos , ni fuerzas, ni cetros , ni mi esperanza que ruin posesión , y bue
tras , según es pública voz fama, y na queja cue mala paga . Hablo desta
según nos lo dicen por esos púlpi manera , ' Sancho , por daros á enten
tos . Todo eso es verdad, dijo don Qui der que también como vos sé yo arro
jote ; pero no sé dónde vas á parar. jar refran's como llovidos : y final-'
Voy á parar, dijo Sancho , en que vue mente quiero decir , y os digo , que
sa merced me señale salario conoci . si no queréis venir á merced conmi .
do de lo que me ha de dar cada mes go y correr la suerte que yo corrie
el tiempo que le sirviere , y que el re , que Dios quedº con vos y os haga
tal salario se me pague de su hacien un santo , que á mí no me faltarán
da , que no quiero estar á mercedes, escuderos más obedientes, más solí.
que llegan tarde ó mal ó nunca con citos , y no tan empachados ni tan
lo mío me ayude Dios . En fin , vo habladores como vos. Cuando Sancho
quiero saber lo que gano, poco ó mu oyo la firmie reso’ución de su amo ,
cho que sea ; que sobre un huevo se le anubló el cielo y se le cayeron
pone la gallina, y muchos pocos ha las alas del corazón : porque tenía
cen un mucho , v mientras se gana creído que su señor no se iría sin él
algo no se pierde nada. Verdad sea por todos los haberes del mundo ; v
que si sucediese ( o cual ni lo creo así estando suspenso y pensatiro . an
ni lo espero) que vuesa merced me tró Sansón Carrasco , y el ama y la
diese la insula que me tiene prome sobrina , deseosas de oir con qué * 4 .
tida , no soy tan ingrato, ni llevo las zones persuadía á su señor que no
cosas tan por los cabos, que no que tornase á buscar las aventures . Lisa
218 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

gó Sansón , socarrón famoso, y abra . compañía deshecha ; sí , que no ven


zándole como la vez primera, con voz go yo de alguna alcurnia desagrade
levantada le dijo : 10h flor de la an c.da, que ya sabe todo el mundo,
dante caballería ! ¡ Oh luz resplande y especialmente mi pueblo, quién
ciente de las armas ! iOh honor y ES iueron los Panzas de quien yo d 6
pejo de la nación española ! plega á ciendo , v más que tengo conocido y
Dios todopoderoso, donde más lar calado por muchas buenas obras v
gamente se contiene, que a persu . por más buenas palabras el deseo
na ó personas que pusieron impedi que vuesa merced tiene de hacerme
mento y estorbaren tu tercera sali . merced, y si me he puesto en cuen
da , que no la hallen en el laberinin tas de tanto mas cuanto acerca de mi
de sus deseos, ni jamás se les culu salario, ha sido por complacer á mi
pla lo qu3 mal desearen ; volviért . mujer, a cual cuando toma la mano
dose al, ama le dijo : Bien puede la á persuadir una cosa, no hay mazo
señora ama no rezar más la oración que tanto apriete los aros de una
de santa Apolonia , que yo sé que es cuba, como ella aprieta á que se haga
determinación precisa de las esferas, lo que quiere ; pero en efecto el hom.
que él señor don Quijote vuelva á bre ha de ser hombre y la mujer mu
ejecutar sus altos y nuevos pensa jer ; y pues yo soy hombre donde
mientos : y yo encargaría mucho mi quiera , que no lo puedo negar , tam
conciencia si no intimase y persua bién lo quiero ser en mi casa , pese
diese á este caballero que no tenga á quien pesare ; y así no hay más que
más tiempo encogida y detenida la hacer sino que vuesa merced ordene
fuerza de su valeroso brazo y la bon su testamento con su codicilo , en
dad de su ánimo valentísimo , por modo que no se pueda revolcar, y
que defrauda con su tardanza el de pongámonos luego en camino, por
recho de los tuertos , el amparo de que no padezca el alma del señor
los huérfanos , la honra de las don Sansón, que dice que su conciencia
cellas , el favor de las viudas y el le lita que persuada á vuesa mer
arrimo de las casadas, y otras co ced á salir vez tercera por ese mun
sas deste jaez, que tocan, atañen , do , y yo de nuevo me ofr zco á ser
dependen y son anejas á la orden de vir á vuesa merced fiel y lega mente,
la caballería andante . Ea, señor don tan bien y mejor que cuantos escu
Quijote mío, hermoso y bravo, antes deros han servido á caballeros an
hoy que mañana se ponga vuesa mer dantes en los pasados y presentes
ced y su grandeza en camino ; y si tiempos. Admirado quedó el bachi
alguna cosa fa tare para ponerle en ller de oir el término y modo de ha
ejecución , aquí estoy yo para suplir blar de Sancho Panza , que puesto
la con mi persona y hacienda ; y que había leído la primera historia
si fuere nec sidad servir á su mag de su señor, nunca creyó que era tan
nificencia de escudero , lo tendré á gracioso como allí le pintan ; pero
felicísima ventura. A esta sazón dijo oyéndole decir ahora testamento y
don Quijote volviéndose á Sancho : codicilo que no se pueda revolcar,
No te dije yo , Sancho, que me ha en lugar de testamento y codicilo
bían de sobrar escuderos ? Mira quién que no se pueda revocar , creyó todo
$ ofrece á serlo, sino el inauditu lo que dél había Leído, y confirmólo
bachiller Sansón Carrasco, pernetuo por uno de los más solemnes men
trastulo y regocijador de los patios tecatos de nuestros siglos ; y dijo
de las escuelas salmanticenses, sano entre sí, que tales dos locos como amo
de su persona , ágil de sus miembros , y mozu no se habrían visto en el
callado , sufridor así del calor como mundo. Finalmente don Quijote y
del frío, así de a hambre como do Sancho se abrazaron y quedaron ami
la sed, con todas aquellas partes que gos , y con parecer y beneplácito del
se requieren para ser escudero de gran Carrasco, que por entonces era
un caballero andante ; pero no p r su oráculo, se ord nó que de allí á
mita el cielo que por seguir mi gus tres días fuese su partida, en los
to desjarrete y quiebre la coluna de cuales habría lugar de aderezar lo
las letras y el vaso de las ciencias , necesario para el viaje , y de buscar
y tronque la palma eminente de las una celada de encaje , que en todas
buenas y liberales artes : quédese el maneras, dijo don Quijote, que la
nuevo Sansón en su patria y hon había de llevar . Ofreciósela Sansón ,
rándola honre juntamente las canas porque sabía no se la negaría un ami
de sus ancianos padres, que yo con go suyo que la tenía, puesto que fs
cualquier escudero estaré contento , taba más escura por el orín y el mo
ya que Sancho no se digna de venir ho, que clara y limpia por el terso
conmigo . Si digno , respondió San acero . Las maldiciones que las dos ,
cho enternecido y llenos de lágrimas ama y sobrina , echaron al bachiller ,
no tuvieron cuento : mesaron sus
los ojos , y prosiguió : No se dirá por
mí, señor mío, el pan comido y la cabellos, arañaron sus rostros , v ac ,
PARTE 11.-- CAPÍTULO VIII 249

modo de las endechaderas que se la v rdad , más fueron los sospiros y


usaban , lamentaban la partida como rebuznos del rucio, que los re inchos
si fuera la muerte de su señor . E. del rocín , de donde coligió Sancho
designio que tuvo Sansón para per que su ventura había de sobrepujar
suadirle á que otra vez saliese, fué y ponerse encima de la de su señor,
hacer lo que adelante cuenta la his fundándose no sé si en astro'ogía ju
toria, todo por consejo del cura y del diciaria que él se sabía, puesto que
barbero , con quien él antes lo había la historia no lo declara ; sólo le oye.
comunicado. En resolución , en aque ron decir que cuando tropezaba ó
llos tres días don Quijote y Sancho caía se holgara no haber salido de
se acomodaron de lo que les pareció casa , porque del tropezar ó caer no
convenirles у habiendo aplacado se sacaba otra cosa sino el zapato
Sancho a su mujer , y don Quijote á roto ó las costillas quebradas , y aun
su sobrina y á su ama, al anochecer , que tonto no andaba en esto muy
sin que nadio o viese sino el bachi fuera de camino. Dijole don Quijo
ller, que quiso acompañarles media te : Sancho amigo, la noche se nos
legua del lugar , se pusieron en ca va entrando á más andar, y con más
mino dei Toboso, don Quijote sobre obscuridad de la que habíamos me
su buen Rocinante, y Sancho sobre nester para alcanzar á ver con el día
su antiguo rucio , proveídas las al al Toboso, adonde tengo determina
forjas de cosas tocantes á la bucó.i do de ir antes que en otra aventura
ca, y la bolsa de dineros que le dió me porg , y allí tomaré la bendición
don Quijote para lo que se ofrecie y buena licencia de la sin par Dulci
s '. Abrazole Sansón, y suplicóle le nea, con la cual licencia pienso v
Avisase de su buena ó mala suerte,
tengo por cierto de acabar y dar feli
para alegrarse con ésta ó entristecer ce cima á toda peligrosa aventura ,
se con aquélla , como las leyes de su porque ninguna cosa desta vida hace
amistad pedían. Prometioselo don más valientes a los caballeros an
Quijote ; dió Sansón la vuelta su dantes, que verse favorecidos de
lugar, y los dos tomaron a de la sus damas. Yo así lo creo , respondió
gran ciudad del Toboso .
Sancho ; pero tengo por dificuitoso
que vuesa merced pueda hablar a ni
verse con ella en parte á lo menos
que pueda recibir su bendición , si ya
CAPITULO VIII no se la echa desde las bardas del
corral por donde yo la vi la vez pri
mera, cuando le llevé la carta donde
Donde se cuenta lo que le sucedió iban las nuevas de las sandeces y
á don Quijote yendo á ver á su locuras que vuesa merced quedaha
señora Dulcinea del Toboso. haciendo en el corazón de Sierra Mu
rena . ¿ Bardas de corral se te anto
jaron aquellas , Sancho, dijo don Qui
Bendito sea el poderoso Alá, dice jote , adonde ó por donde viste aque
Hamete Benengeli al comienzo des lla jamás bastantemente alabada gen
te octavo capítulo : bendito sea Alá, tileza y hermosura ? No debían de
repite tres veces, y dice que da es sor sino ga erías ó orredores ó lon
tas bendiciones por ver que tiene ya jas , ó como las llaman , de ricos y
en campaña á don Quijote y á San reales palacios. Todo pudo ser , res
cho, y que los lectores de su agrada pondió Sancho ; pero á mí bardas me
ble historia pueden hacer cuenta que parecieron , si no es que soy falto
desde este punto comienzan las ha de memoria. Con todo eso vamos
zañas y donaires de don Quijote y allá , Sancho, replicó don Quijote , que
de su escudero ; persuádeles que se como yo la vea, eso sa me da que sea
les olvidon las pasadas caballerías por bardas que por ventanas, ó por
del ingenioso hida go, y pongan los resquicios ó verjas de jardines, que
ojos en las que están por venir, que cualquier rayo que del sol de su be
desde ahora en el camino del Tobo lleza llegue á mis ojos , alumbrará mi
80 comienzan, como las otras comen entendimiento y fortalecerá mi co
zaron en los campos de Montiel : y razón de modo, que quede único V
no es mucho lo que pide para tanto sin igual en la discreción y en la
como él promete , y así prosigue di valentía . Pues en verdad , señor , res.
ciendo : pondió Sancho , que cuando yo vi ese
Solos quedaron don Quijote y San sol de la señora Dulcin a de Tobo
cho, y apenas se hubo apartado San
són cuando comenzó a relinchar Fo .
so , que no estaba tan claro que pu
diese echar de sí rayos algunos ; y
cinante y á sospirar el rucio , que de debió de ser que como su merced es
entrambos, caballero y escudero. fué taba aechando aquel trigo que dijº ,
tonido á buena señal y por felicísimo el mucho polvo que sacaba se le pu
agüero : aunque si se ha de contar so como nube ante el rostro y se le
250 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

escureció. ¿ Qué, todavía das , San libros, y andar por ese mundo de
mano en mano, no se me da UN
cho, dijo don Quijote, en decir, en
Pnsar , en creer y en porfiar que higo que digan de mi todo lo que
mi señora Dulcinea aechaba trigo , qu.sieren. Eso se parece , Sancho, di
siendo eso un menester y ejerci jo don Quijote, á lo que sucedió á
cio que va desviado de todo lo un famoso poeta destos tiempos, el
que hacen y deben hacer las per cual habiendo hecho una maliciosa
sonas principales que están cons sátira contra todas las damas corte
tituídas y guardadas para otros ejer sanas, no puso ni nombró en ella
cicios y entretenimientos que mues á una dama que se podía dudar si lo
tran a tiro de ballesta su principali era ó no, a cual viendo que no es .
dad ? Mal se te acuerdan á ti , oh taba en la lista de las damas , se que
Sancho, aquellos versos de nuestro jó al poeta diciéndole que qué había
poeta , donde nos pinta las abores visto en ella para no ponerla en el
que hacían allá en sus moradas de número de las otras , y que alargaze
cristal aquellas cuatro ninfas que del la sátira , y la pusiese en el ensan .
che, si no, que mirase para lo que
Tajo amado sacaron las cabezas, y había nacido. Hizolo así el poeta,
se sentaron á labrar en el prado ver y púsola cual no digan dueñas , y ella
de aquellas ricas telas que allí el in quedó satisfecha por verse con fama,
genioso poeta nos describe, que to. aunque infame . También viene con
das eran de oro, sirgo y perlas con
testas y tejidas : y desta manera de esto lo que cuentan de aquel pastor ,
bía de ser lo de mi señora cuando que puso fuºgo y abrasó el templo
tú la viste , sino que la envidia que
famoso de Diana, contado por una
de las siete maravillas del mundo ,
algún mal encantador debe de tener
á mis cosas , todas las que me han
sólo porque quedase vivo su nombre
en los siglos venideros ; y aunque se
de dar gusto trueca y vuelve en di . mandó que nadie le nombrase ni hi
ferentes figuras que ellas tienen : y
así temo que en aquella historia que cies ? por palabra ó por escrito men
ción de su nombre, porque no consi
dicen que anda impresa de mis ha guiese el fin de su deseo, todavía se
zañas, si por ventura ha sido su au supo que se llamaba Eróstrato. Tam
tor algún sabio mi enemigo, habrá bién alude á esto lo que sucedió al
puesto unas cosas por otras , mezclan. grande emprador Carlos V con un
do con una verdad mi mentiras . di
vertiéndose á contar otras acciones caballero en Roma. Quiso ver el Em
fuera de lo que requiere la continua
perador aquel famoso tempo de la
ción de una verdadera historia. ¡ Oh Rotunda , que en la antigüedad se
llamó el templo de Todos los Dio .
envidia , raíz de infinitos males y ses , y ahora con mejor vocación sa
carcoma de las virtudes ! Todos los
llama de Todos los Santos , y es el
vicios , Sancho , traen un no sé qué edificio que más entero ha quedado
de deleite consigo , pero el de la en. de los que aizó la gentilidad en Do
vidia no trae sino disgustos , rencores ma , y es el que más conserva la fama
y rabias. Eso es lo que yo digo tam. de la grandiosidad y magnificencia
bién , respondió Sancho, y pienso que de sus fundadores : él es de hechura
en esa leyenda ó historia que nos de una media naranja, grandísimo en
dijo el bachiller Carrasco que de nos extremo , y está muy claro sin en
otros había visto , debe de andar mi
trarle otra luz que la que le concede
honra á coche acá chinchado , y como una ventana , o por mejor decir , cla
dicen , al estricote , aquí y allí ba. raboya redonda que está en su cima ,
rriendo las calles ; pues á fe de bue desde la cual mirando el Emperador
no , que no he dicho yo mal de ningún el edificio, estaba con él y á su lado
encantador, ni tengo tantos biens un caballero romano declarándole los
que pueda ser envidiado : bien es primores y sutilezas de aquella gran
verdad que soy algo malicioso , y que máquina y m morable arquitectura,
tengo mis ciertos asomos de bellaco ; y habiéndose quitado de la clarabova
pero todo lo cubre y tapa la gran capa
de la simpleza, mía , siempre natural dijo al Emperador : Mil veces, sacra
Majestad , me vino desco de abrazar.
y nunca artificiosa : y cuando otra cosa
no tuviese sino el creer, como siem
mo con Vuestra Majestad , y arrojarme
pre creo, firme y verdaderamente en He aquella c araboya abajo por dejar
de mi fams eterna en el mundo . Yo
Dios y en todo aquello que tiene v os agradezco , r - spondió el Empera
er e la santa Iglesia católica roma dor, el no haber puesto tan mal per
na , el ser enemigo mortal , como lo samiento en efecto, y de aquí adelan .
soy de los judíos , debían los histo te no os pondré yo en ocasión que
riadores tener misericordia de mi, volváis á hacer prueba d ' vuestra
v tratarme bien en sus escritos ; pero lealtad , v así os mando que jamás mue
digan lo que quiseren , que desnudo habléis ni estéis donde yo estuvie
mací, desnudo me hallo , ni pierdo ni re ; y tras estis palabras le hizo una
gano , aunque por rerme puesto en
PARTE II. - EAPÍTULO VIII 251
gran merced. Quiero decir, Sancho, gatorio ó en el cielo. Está bien, dijo
que el d seo de alcanzar fama es ac- Sancho ; pero sepanios ahora : esas
tivo en gran manera. ¿ Quién pien. sepulturas donde están los cuerpos
sas tú que arrojó á Horacio del puen desos señorazos ¿ tienen delante de
te abajo , armado de todas armas , en si lámparas de plata, o están ador
la profundidad del Tiber ? ¿ Quién nadas las paredes de sus capillas ie
abrasó el brazo y la mano Mucio ? muletas, de mortajas, de cabelleras,
¿ Quién impelió á Curcio á lanzarse de piernas y de ojos de cera ? y si
en la profunda sima ardiente que desto no , ¿ de qué están adornadas ?
apareció en la mitad de Roma ? A lo que respondió don Quijote : Los
¿ Quién contra todos los agüeros que sepulcros de los gentiles fueron por
en contra se le habían mostrado, hizo la mayor parte suntuosos templos :
pasar el Rubicón á César ? Y , con las cenizas del cuerpo de Julio Cé.
ejemplos más modernos, ¿ quién ha sar se pusieron sobre una pirámide
rreno los navios y dejó en seco y ais de piedra de desmesurada grandeza,
lados los valerosos españoles guia á quien hoy llaman en Roma la Agu
dos por el cortesísimo Cortés en el ja de San Pedro, Ai emperador Adria
Nuevo Mundo ? Todas estas y otras no le sirvió de sepultura un casti
grandes y diferentes hazañas son , llo tan grande como una buena al
fueron y serán obras de la fama, que dea, á quien llamaron Moles Ha
los mortals desean como premio v driani, que ahora es el castillo de
parte de la inmortalidad que sus fa Santangel en Roma. La reina Arte
mosos hechos merecen ,. puesto que misa sepultó á su marido Mausoleo
Los cristianos católicos y andantes en un sepulcro que se tuvo por una
caballeros más habemos de atender de las siete maravillas del mundo ;
á la gloria de los siglos venideros , pero ninguna destas sepulturas ni
que es eterna en las regiones eté otras muchas que tuvieron los genti
ruas y celestes , que a la vanidad de les se adornaron con mortajas, ni con
la fama que en este presente y aca otras ofrendas y señales que mostra
babie siglo se alcanza ; la cual fama, sen ser santos los que en ellas esta
por mucho que dure, en fin so ha de ban sepultados. A eso voy, replicó
acabar con el mismo mundo , que tie- Sancho ; y dígame ahora, ¿ cuál es
ne su fin señalado : así, oh Sancho, más, resucitar á un muerto, ó matar
que nuestras obras no han de salir á un gigante ? La respuesta está en
del límite que nos tiene puesto 'a re- la mano , respondió don Quijote ; más
ligión cristiana que profesamos. Hº. es resucitar á un muerto. Cogido le
mos de matar en los gigantes á la tengo, dijo Sancho ; luego la fama
soberbia , á la envidia en la genero- del que resucita muertos, da vista á
sidad y buen pecho, á la ira en el los ciegos, endereza los cojos y da
reposado continente y quietud del salud á los enfermos , y delante de
ánimo , á la gula y al sueño en el po- sus sepulturas arden lámparas, y es
co comer que comemos , y en el mu . tán llenas sus capillas de gentes de
cho velar que velamos ; á la "ujuria votas que de rodillas adoran sus re
y lascivia en la lealtad que guarda- liquias, mejor fama será para este y
mos a las que hemos hecho señoras para el otro siglo que la que deja
de nuestros pensamientos ; á la pe- ron y dejaren cuantos emperadores
reza con andar por todas las partes gentiles y caballeros andantes ha ha
del mundo buscando las ocasiones que bido en el mundo . También confieso
nos puedan hacer v hagan , sobre cris. esa verdad , respondió don Quijote.
tianos, famosos caballeros. Ves aquí, Pues esta fama, estas gracias, estas
Sancho , los medios por donde se al- prerrogativas , como llaman á este ,
canzan los extremos de alabanza que . respondió Sancho, tienen los cuerpos
consigo trae la buena fama. Todo lo y las reliquias de los santos, que con
que vuesa merced hasta aquí me ha aprobación y licencia de nuestra san
dicho , dijo Sancho , lo he entendido ta madre Iglesia tienen lámparas ,
muy bien ; pero con todo eso querría velas, mortajas, muletas, pinturas,
que vuesa merced me sorbiese una cabelleras, ojos , piernas, con que au
duda que ahora en este punto me ha mentan la devoción y engrandecen su
venido á 'a memoria. Asolviese quie- cristiana fama. Los cuerpos de los
res decir, Sancho, dijo don Quijote : santos ó sus reliquias llevan los r .
di en buen hora, que yo respondere yes sobre sus hombros , besan los pe .
lo que supiere . Dígame , señor , pro- dazos de sus huesos, adornan v on
siguió Sancho , esos Julios ó Agostos , riquecen con ellos sus oratorios y
y todos esos caballeros hazañosos que sus más preciados altares. ¿ Qué quie .
ha dicho que ya son muertos , ¿ dón- res que infiera, Sancho , de todo lo
de están ahora ? Los gentiles, resnon One has dicho ? dijo don Quijote .
dió don Quijote , sin duda están en Quiero decir, dijo Sancho, que nos
el infierno ; los cristianos , si fueron demos á ser santos , y alcanzaremos
buenos cristianos , ó están en el pur- más brevemente la buena fama que
252
DON QUIJOTE DE LA MANCHA
pretendemos : y advierta , señor, que el Toboso . Estaba el pu blo en un
ayer ó antes de ayer (que según ha sosegado silencio, porque todos sus
poco , se puede decir desta manera) vecinos dormían y reposaban á pier
canonizaron ó beatificaron dos frai na tendida, como suele decirse. Era
lucitos descalzos, cuyas cadenas de la nocne entre clara, puesto que qui
hierro con que ceñían y atormenta siera Sancho que fu ra de todo es
ban sus cuerpos se tiene ahora á cura para nallar en su escuridad dis
gran ventura el besarlas y tocarlas, cuipa de su sandez. No se oía en
y están en más veneración que está , todo el lugar sino ladridos de perrus,
según dije , la espada de Roldán en que atronaban los oídos de don Qui
la armería del Rey nuestro señor, que jote y turbaban el corazón de San
Dios guarde. Así que, señor mío , cho, De cuando en cuando rebuznaba
mas vale ser humilde frailecito de un jumento , gruñían puercos , maya
cualquier orden que sea , que valien ban gatos, cuyas voces de diferen
te y andante caballero ; más alcanzan tes sonidos se aumentaban con el si
con Dios dos docenas de disciplinas lencio de la noche : todo lo cual tuvo
que dos inil lanzadas, ora las den á el enamorado caballero á mal agüc
gigantes, ora á vestiglos ó á endria ro ; pero con todo esto dijo á San
gos. Todo eso es así , respondió don cho : Sancho hijo, guía al palacio de
Quijote ; pero no todos podemos ser Dulcinea , quizá podrá ser que la ha
frailes, y muchos son los caminos por llemos despiertā. ¿ A qué palacio
donde lleva Dios á los suyos al cie tengo de guiar, cuerpo de sol , res
lo ; religión es la caballería, caballe pondió Sancho, que en el que yo vi
ros santos hay en la gloria . Si, res á su grandeza no era sino casa muy
pondió Sanchò; pero yo he oído 'decir pequeña ? Debia de estar r tirada en
que hay más frailes en el cielo, que toices , respondió don Quijote, en
caballeros andantes . Eso €8 , respon algún pequeño apartamiento de su
dió don Quijote , porque es mayor el alcázar solazándose á solas con sus
número de los religiosos que el de doncellas, como es uso y costumbre
los caballeros. Muchos son los an de las altas señoras y princesas . Se
dantes , dijo Sancho. Muchos, res ñor , dijo Sancho, ya que vuesa mer
pondió don Quijote ; pero pocos los ced quiere , á pesar mío, que sea al
que merecon nombre de caballeros . cázar la casa de mi señora Dulci- '
En estas y otras semejantes plá nea , ¿ es hora esta , por ventura, de
ticas se les pasó aquella noche y hallar la puerta abiorta ? ¿ Y será
el día siguiente sin acontecerles cosa bien que demos aldabazos para que
que de contar fuese, de que no poco nos oyan y nos abran , metiendo en
le pesó á don Quijote. En fin , otro alboroto y rumor toda la gente ? ; V4
día al anochecer descubrieron la mos por dicha á llamar á la casa de
gran ciudad del Toboso , con cuya nuestras mancebas, como hacen los
vista se le alegraron los espíritus abarraganados, que llegan , y llaman ,
á don Quijote y se le entristecie y entran á cualquier hora, por tar
ron á Sancho, porque no sabía la de que sea ? Hallemos primero una
casa de Dulcinea, ni en su vida la por una el alcázar, replicó don Qui
había visto, como no la había vis jote, que entonces yo te diré , San
to su señor ; de modo que el uno cho, lo que será bien que hagamos :
por verla, y el otro por no ha y advierte, Sancho, que ó yo veo
berla visto , estaban alborotados y poco , ó aquel bulto grande y sombra
no imaginaba Sancho qué había de que desde aquí se descubre, la debe
hacer cuando su dueño le enviase de hacer el palacio de Dulcinea . Pues
al Toboso. Finalmente, ordenó don guíe vuesa merced , respondió San
Quijote entrar en la ciudad entrada cho , quizá será así , aunque vo lo
la noche, y en tanto que la hora se veré con los ojos, y lo tocaré con las
llegaba, se quedaron entre unas en manos , y así lo creeré yo como crerr
cinas que cerca del Toboso estaban , que es ahora de día . Guió don Qui.
y llegado el determinado punto en jote , y habiendo andado como dos
traron en la ciudad , donde les suce cientos pasos , dió con el buito que
dió cosas que á cosas llegan. hacía la sombra, y vió una gran to
rre, y luego conoció que el tal edi
ficio no era alcázar, sino la iglesia
>
CAPITULO IX principal del pueblo, y dijo : Con la
iglesia hemos dado, Sancho. Ya lo
Donde se cuenta veo , respondió Sancho, y plega á Dios
lo que en él se verá que no demos con nuestra sepultura,
que no es buena señal andar por los
Media noche era por filo poco inás
cimenterios á tales lioras, y más ha
biendo yo dicho á vuesa merced , si
o menos , cuando don Quijote y San mal no me acuerdo, que la casa des
cho dejaron el monte y entraron en ta señora ha de estar en una calle.
PARTE 11. - CAPÍTULO IX 253

juela sin salida . Maldito seas de Dios , que me maten, Sancho , dijo en oyen
mentecato, dijo don Quijote : ; adón dole don Quijote , si nos ha de sucs .
de tú has hallado que los alcázares der cosa buena esta noche. ¿ No oyes
y palacios reales estén edificados en lo que viene cantando ese villano ?
callejuelas sin salida ? Señor, respon Si, oigo, respondió Sancho ; ¿ pero
dió Sancho , en cada tierra su uso ; qué nace á nụestro propósito la caza
quizá se usa aquí en el Toboso edi. de Roncesvalles ? Asi pudiera cantar
ficar en callejuelas los palacios y edi. el romance de Calaínos, que todo fue .
ficios grandes ; y así suplico á vuesa ra uno , para sucedernos bien o mal
m rced me deje buscar por estas ca en nuestro negocio. Llegó en esto el
lles ó callejuelas que se me ofrecen , labrador , á quien don Quijote pre
podría ser que en algún rincón to guntó : ¿ Sabréisme decir, buen ami
pase con ese a' cázar , que le vea yo go , que buena ventura os dé Dios ,
comido de perros, que así nos trae co dónde son por aquí los palacios de
rridos y asendereados. Habla con la sin par princesa doña Dulcinea del
respeto, Sancho, de las cosas de mi Toboso ? Señor , respondió e. mozo ,
señora , dijo don Quijote, y tengamos yo soy forastero, y ha pocos días
la fiesta en paz, y no arrojemos la que estoy en este pueblo sirviendo á
soga tras el caldero. Yo me reporta un labrador rico , en la labranza del
ré, réspondió sancho ; ¿ pero con qué campo ; en esa casa frontera viven
paciencia podré llevar que quiera el cura y el sacristán del lugar , en
vuesa merced que de sola una vez trambos, o cualquier dellos , sabrá dar
que vi la casa de nuestra ama, la á vuesa merced razón desa señora
haya de saber siempre y hallarla á princesa, porque tienen la lista de
media noche , no hallándola vuesa todos los vecinos del Toboso ; aun
mʻrced , que la debe de haber visto que para mí tengo que en todo el
millares de veces ? Tú me harás des no vive princesa alguna, muchas se
esperar, Sancho, dijo don Quijote ; ñoras sí principales, que cada una
ven acá , hereje , ¿ no te he dicho mil en su casa puede ser princesa. Pues
veces que en todos los días de mi vida entre 8ai, dijo don Quijote, debe de
no h ? visto á la sin par Dulcinea , ni estar, amigo, esta por quien te pre
jamás atravesé los umbrales de su gunto . Podría ser, respondió el mozo ,
pa acio, y que sólo estoy enamorado y adiós, que ya viene e alba; v dan
de oídas y de la gran fama que tie do á sus mulas no atendió á más pre
ne de hermosa y discreta ? Ahora lo guntas . Sancho , que vió suspenso á
oigo, respondió Sancho, y digo , que su señor y asaz mal contento , le dijo :
pues vuesa merced no la ha visto, Señor , ya se viene á más andar el
ni yo tampoco. Eso no puºde ser, re día, y no será acertado dejar que
plicó don Quijote, que por lo menos nos halle el sol en la calle ; mejor
ya me has dicho tú que la viste será que nos salgamos fuera de la
aechando trigo cuando me trujiste ciudad, y qu9 vuesa merced se em
la respuesta de la carta que le en bosque en alguna floresta aquí cer
vié contigo . No se atenga á eso, se cana, y yo volveré de días, y no de
ñor, respondió Sancho, porque le hago jaré ostugo en todo el lugar donde
saber que también fué de oídas la no busque la casa , alcázar ó palacio
vista y la respuesta que le truje, de mi señora : y asaz sería de des
porque así sé yo quién es la señora dichado si no le hallase , y hallándo
le hablaré con su merced, y le diré
Dulcinea como dar un puño en el
cielo . Sancho , Sancho , respondió don dónde y cómo queda vuesa merced
Quijote , tiempos hay de burlar , y esperando que le dé orden y traza
timpos donde caen y parecen mi ? para verla sin menoscabo de su hon
las burlas : no porque yo diga que ra y fama . Has dicho , Sancho, dijo
ni he visto ni hablado á la señora de don Quijote, mil sentencias encerra
mi alma , has tú de decir también que das en el círculo de breves palabras :
ni la has hablado ni visto , siendo tan el consejo que ahora me has dado
al revés como sabes . Estando los dos le apetezco y recibo de bonísima
en estas pláticas vieron que venía gana : ven , hijo , y vamos a buscar
á pasar por donde estaban uno con donde me embosque, que tú vo ve
dos mulus, que por el ruido que na rás, como dices , á buscar, á ver y
cía el arado que arrastraba por el hablar á mi s ñora, de cuya discre
suelo, juzgaron que debía de ser la ción y cortesía espero más que mi
brador, que habría madrugado antrs lagrosos favores . Rabiaba Sancho per
del día á ir á su labranza ; y así fue sacar & su amo del pueblo , porque
La verdad . Venía el labrador can no averiguase la mentira de la res
puesta que de parte de Dulcinea
tando aquel romance que dice : le había llevado á Sierra Morena, v
Mali ia hubisteis , franceses , así dió priesa á ' a salida, que fué
la caza de Roncesvalles. luego , y á dos millas del lugar halla .
ron una floresta ó bosque donde don
251 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
Quijote se emboscó en tanto que San rosa , si Levanta la mano al cabello
Cho volvía á la ciudad á hablar á para componerle aunque no esté dis
Dulcinea, en cuya embajada le su ordenado : finalmente, hijo , mira to
cedieron cosas que piden nueva aten das sus acciones y movimientos , por
ción y nuevo crédito . que si tú me los relatares como ellos
fueron , sacaré yo lo que ella tiene
escondido en lo secreto de su corazón
acerca de lo que al fecho de mis amo
CAPITULO X res toca : que has de saber, Sancho,
si no lo sab s , que entre los amantes
las acciones y movimientos exterio
Donde se cuenta la industria que res que muestran cuando de sus amo.
turo Sancho para encantar á la res se trata, son certísimos correos
señora Dulcinea , y de otros su que traen las nuevas de lo que allá
cesos tan ridículos como verda en lo interior del alma pasa. Ve, ami
deros . go, y guíete otra mejor ventura que
la mía , y vuélvate otro mejor suce
so del que yo quedo temiendo y es
Llegando el autor desta grande his perando en esta amarga soledad en
toria á contar lo que en este capítu que me dejas. Yo iré y volveré pres
lo cuenta , dice que quisiera pasarle to , dijo Sancho ; y ensanche vuesa
en silencio , temeroso de que no había merced , señor mío, ese corazoncillo .
de ser creído, porque las locuras de que le debe tener ahora no mayor
don Quijote llegaron aquí al término que una avellana : y considere que
y raya de las mayores que pueden se suele decir, que buen corazón
maginarse, y aun pasaron dos tiros qu branta maia ventura , y que con
de ballesta más allá de as mayores . de no hay tocinos no hay estacas, .y
Finalm nte , aunque con este iniedo también se dice , donde no se piensa
y recelo, las escribió de la misma ma salta la liebre : digolo, porque si esta
nera que él las hizo , sin añadir ni noche no hallamos los palacios ó al
quitar á la historia un átomo de la cázares de mi señora , ahora que es
verdad , sin dársele nada por las ob de día los pienso hallar cuando me .
jeciones que podían ponerle de men. nos lo pirnse , y hallados déjenme á
tiroso : y tuvo razón , porque la ver mí con ella. Por cierto, Sancho , dijo
dad ad igaza y no quiebra , y siempre don Quijote , que siempre traes tus
anda sobre la mentira como el acei refranes tan á pelo de lo que trata
te sobre el agua ; y así , prosiguiendo mos , cuanto me dé Dios mejor ven
su historia dice, que así como don tura en lo que deseo . Esto dicho , vol
Quijote se emboscó en la floresta, vió Sancho las espaldas y varó su
encinar ó selva junto a gran Tobo ruco, v don Quijote se quedo á ca
So , mandó á Sancho volver a la ciu ballo descansando sobre los estribos
dad , y que no volviese á su presen. y sobre el arrimo de su lanza , lleno
eia sin haber primero hablado de su de tristes y confusas imaginaciones,
parte á su señora, pidiéndola fuese donde le dejaremos yéndonos con
servida de dejarse ver de su cautivo Sancho Panza, que no monos confuso
caballero, y se dignase de echarle su y pensativo se apartó de su señor
bendición para que pudiese esperar que él quedaba , v tanto, que apenas
por ella felicísimos sucesos de todos hubo salido del bosque , cuando vol
sus acometimientos y dificultosas em. viendo la cabeza , y viendo que do
presas . Encargóse Sancho de hacerlo Quijote no parecía, se apeó dl ju
asi como se le mandaba, y de traerle mento, y sentándose al pie de un
tan buena respuesta como le trujo la árbol , comenzó a hablar consigo mis
v z primera. Anda , hijo , replicó don mo , y a decirse : Sepamos ahora ,
Quijote , y no te turbes cuando te vie . Sancho hermano , adónde va vuesa
res ante la luz de sol de hermosura merced . Va á buscar algún jumen
que vas á buscar . ¡ Dichoso tú sobre to que se le haya perdido ? No por
todos los escuderos del mundo ! Ten cierto . Pues qué va á buscar ? Voy
memoria , y no se te pas della cómo á buscar, como quien no dice nada ,
te recibe , si muda las colores el tiem. á una princesa, y en ella al sol de
po que la estuvieres dando mi emha la hermosura y á todo el cielo junto .
jada, si se desasosiega y turba ogon . ¿ Y adónde pensáis hallar eso que
do mi nombre , si no cabo en la al decís, Sancho ? ¿ Adónde ? en la gran
mohada si acaso la hallas sentada en ciudad del Toboso . Y bion, de
el estrado rico de su autoridad , y si parte de quién la vais a buscar ? De
está en pie , mírala si se pone ahora parte del famoso caballero don Qui
sobre el uno , ahora sobre el otro pie . jote de la Mancha, que desface los
si te repite la rospuesta que te die tuertos y da de comer al que ha sed ,
re dos o tres veces, si la muda de y de beber al que ha hambre. Tode
blanda en áspera, de aceda en amo eso está muy bien , ¿ Y sabéis su casa ,
PARTE II , - CAPÍTULO X 25

Sancho ? Mi amo dice que han de ser píritu , y turo por bien acabado su
unos reales palacios, ó unos soberbios nt goeio , y detuvose allí hasta la
alcázares . Y habéisla visto algún tarde por dar lugar á que don Qui
día por ventura ? Ni yo mi amo la jote pensase que le había tenido
babemos visto jamás. ¿ Y paréceos para ir y volver del Toboso ; y su
que fuera acertado y bien hecho que cedióle todo tan bien , que cuando
si los del Toboso supiesen que estáis se levanto para subir en el rucio vió
vos aquí con intención de ir á son que dal Toboso hacia donde él es
sacarles sus princesas , y á desasose taba venían tres labradoras sobre tres
garles sus damas , viniesen y os mo pollinos ó pollinas, que el autor no
lies en las costillas á puros palos, y lo d clara, aunque más se puede creer
no os dejasen hueso sano ? En verdad que eran borricas , por ser ordinaria
que tendrían mucha razón cuando no caballería de las aldeanas ; pero
considerasen que soy mandado, o que como no va mucho en esto, no hay
mensajero sois , amigo, no merecéis para qué detenernos en averiguar
culpa, non. No os fiéis en eso, San lo. En resolución, así como Sancho
cho , porque la gente manch - ga es tan vió á las labradoras, á paso tirado
colérica como honrada, y no consien volvió á buscar á su señor don Qui
te cosquillas de nadie. Vive Dios , jote , y hallóle suspirando y dicien
que si os huele , que os mando mala do mil amorosas lamentaciones.
aventura . Oxte, puto, allá darás, Como don Quijote le vió, le dijo :
rayo : no sino ándeme yo buscando ¿ Qué hay , Sancho amigo ? ¿ Podré
tres pies al gato por el gusto ajeno ; señalar este día con piedra blanca ,
v más que así será buscar á Dulcinea ó con negra ? Mejor será, respon
por el Toboso como á Marica por Pá . dió Sancho, que le señale vuesa mor .
vena, ó al bachiller en Salamanca : e . ced con almagre, como rétulos de
diab.o , el diablo me ha metido á mí cátedras , porque le echen bien de
en esto , que otro no . Este soliloquio ver los que le vieren . Dese modo , re
pasó consigo Sancho , y lo que sacó plicó don Quijote, buenas nuevas
dél fué que volvió a decirse : Ahora traes . Tan buenas, respondió San
bien , todas las cosas tienen rem dio cho, que no tiene más que hacer
si no es la muerte , debajo de cuyo vuesa merced que picar á Rocinan
yugo hemos de pasar todos, mal que ta y salir á lo raso á ver a la se
nos pese , al acabar de la vida . Este ñora Dulcinea del Toboso , que con
mi amo por mil señales he visto que otras dos doncellas suyas viene á ver
is un loco de atar , y aun también yo á vuesa merced . i Santo Dios ! ¿ qué
no se quedo en zaga , pues soy más es lo quº dices , Sancho amigo ? dijo
mentecato que el, pues le sigo y le don Quijote. Mira , no me engañes ,
sirvo , si es verdadero el refrán que ni quieras con falsas alegrías alegrar
dice : Dime con quién andas, decirta mis verdaderas tristezas. ¿ Qué sa
he quién eres, y el otro de no con caría yo de engañar á vuesa merced ,
quien naces, sino con quien paces. más estando tan
respondió Sancho, y mi
Siendo pues loco , como lo es , y de cerca de descubrir verdad ? Pi
locura que las más veces toma anas que señor , y venga y verá venir á
cosas por otras, y juzga lo blanco nor la princesa nuestra ama, vestida y
negro y lo n ° gro por blanco, como se adornada, en fin , como quien ella es ,
pareció cuando dijo que los molinos Sus doncellas y ella todas son un
de viento eran gigantes, y las mulas ascua de oro , todas mazurcas de per
de los religiosos dromedarios, y las las , todas son diamantes , todas ru
manadas de carneros ejércitos de ene bíes , todas telas de brocado de más
migos , y otras muchas cosas á este de diez altos ; los cabellos sue tos
tono , no será muy difícil hacorie por las espaldas, que son otros tan
creer que una labradora, la primera tos rayos del sol , que andan jugando
que me topare por aquí es la señora con el viento ; y sobre todo vienen
Dulcinea ; y curando él no lo crea , ju á caballo sobre tres cananeas remen
raré yo; y si él jurare , tornaré vo dadas , que no hay más quº ver . Ha
à jurar ; y si porfiare, porfiaré yo caneas querrás decir, Sancho. Poca
más , y de manera que tengo de to. diferencia hay, respondió Sancho , de
ner la mía siempre sobre el hito , ven cananeas á hacaneas ; pero vengan
ga lo que viniere : quizá con esta por. sobre lo que vinieren, ellas vienen
fía acabaré con él que no me enrie las más galanas señoras quº se pue
otra vez á semejantes mensajerías dan desear , especialmente la prin .
viendo cuán mal recado le traigo de. cesa Dulcinea , mi señora, que pasma
llas ; ó quizá pensará, como yo ima . los sentidos . Vamos , Sancho hijo,
gino , que algún mal encantador des . respondió don Quijote , y en albricias
tos que é: dice que le quieren mal , destas no esperadas como buenas nue
Ja habrá mudado la figura por hacer vas , te mando el mejor despojo que
le mal v daño. Con esto que pensó ganare en la primera aventura que
Sancho Panza quedé sosegido su es tuviere , v si esto no te contenta , te
256 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
mando las crías que este año me tenida, toda desgraciada y mohina .
dieren as tres yeguas mías, que tú dijo : Apártense nora en tal del ca.
sab - s que quedan para parir en el mino, y déjenmos pasar, que vamos
prado concejil de nuestro pueblo . A đe priesa. A lo que respondió San
las crías me atengo, respondió San cho : ivh princesa y señora univer
cho, porque de ser buenos los des sal del Toboso ! ¿ cómo vuestro may
pojos de la primera aventura no está nanimo corazón no se enternece vien
muy cierto . Ya en esto salieron de do arrodillado ante vuestra sublima.
la selva y descubrieron cerca á las da presencia á la coluna y sustento
tres aldeanas. Tendió don Quijote de la andante caballería ? Oyendo lo
los ojos por todo el camino el To cuai otra de las dos dijo : Mas yo
boso , y como no vió sinó á las tres que te estrego, burri de mi suegre ;
labradoras , turbóse todo , y preguntó mirad con qué se vienen los señori.
á Sanclo si las había dejado fuera tos ahora á hacer burla de las al
de la ciudad . Cómo fuera de la ciu deanas, como si aquí no supiésemos
dad ? respondió : ; nor ventura tie echar pullas como ellos : vayan su
ne vuesa merced los ojos en el colo camino, é déjenmos hacer el nueso ,
drillo , que no ve que son estas que y s ? rles ha sano . Levántate, Sancho,
aquí vienen, resplandecientes como dijo a este punto don Quijote, que ya
el mismo sol á mediodía ? Yo no veo , veo que la fortuna, de mi mai no har
Sancho , dijo don Quijote, sino á tres ta, tiene tomados los caminos todos
labradoras sobre tres borricos , Aho . por donde pueda venir algún con
ra me libre Dios del diablo, respon tento á esta ánima mezquina que
dió Sancho, y es posible que tres tengo en las carnes . Y tú , oh extr .
hacan as, ó como se llaman , blancas mo del valor que puede desearse,
como el ampo de la nieve , le apa . término de la humana gentileza, úni
rezcan á vuesa merced borricos ? c ) remedio deste afligido corazón que
Vive el Señor , que me pele estas te adora, ya que el maligno encanta
barbas si ta ' fuese verdad . Pu's yo dor me persigue y ha puesto nubes
te digo, Sancho amigo, que es tan y cataratas en mis ojos , y para sólo
verdad que son borricos ó borricas , ellos y no para otros ha mudado v
como yo soy don Quijote y tú San transformado tu sin igual hermosura
cho Panza ; á lo menos á mí tales me y rostro en el de una labradora po
parecen . Calle , señor, dijo Sancho , bre , si ya también el mío no le ha
no diga la tal palabra, sino despa. cambiado en algún vestiglo para ha
bile esos ojos , v vrnga á hacer re cerle aborrecible á tus ojos, no dejes
verencia á la señora de sus pensa de mirarme blanda y amorosamente ,
mientos, que ya llega cerca : y di echando de ver en esta sumisión y
ciendo esto se adelantó á recibir á arrodillamiento, que á tu contrahecha
las tres aldeanas, y apeándose del ru hermosura hago, la humildad con que
cio tuvo del cabestro al jumento de mi alma te adora. Toma que mi agüe
una de las tres labradoras, é hincan lo , respondió la aldeana, amiguita
do ambas rodillas en el suelo , dijo : soy yo de oir resquebrajos. A párten
Reina y princesa y duquesa de a se y déjenmos ir, y agradecérselo he .
hermosura , vuestra altivez y gran mos . Apartose Sancho y dejó a ir,
deza sea servida de recibir en su gra. contentísimo de haber salido bien de
cia y buen talante al cautivo caba su enredo. Apenas se vió libre la
llero vuestro, que allí está hecho pie aldeana que había hecho la figura
dra mármol, todo turbado y sin pul de Dulcinea, cuando picando á su
so de verse ante vuesa magnífica nre. cananea con un aguijón que en un
senc'a. Yo soy Sancho Panza su es palo traía, dió á correr por el prado
cudero , y él es el asendereado caba adelante ; y como la borrica sentia
llero don Quijote de la Mancha, bla. la punta del aguijón, que le fatiga
mado por otro nombre , el caballero ba más de lo ordinario, comenzó á
de la Triste Figura. A esta sazón va dar corcovos , de manera que dió con
sa había puesto don Quijote de hi la s ñora Dulcinea en tierra ; lo cual
nojos junto á Sancho , y miraba con visto por don Quijote acudió a le.
ojos desencajados y vista turbada á vantarla , v Sancho á componer ein .
la que Sancho llamaba reina y seño. char el albarda , que también vino á
ra ; y como no descubría en ella sino la barriga de la pollina. Acomodada
una moza a deana y no de muy buen pues la albarda, y queriendo don Qui .
rostro, porque era carirredonda v cha jote levantar á su encantada señora
ta , estaba suspenso y admirado, sin en los brazos sobre la jumenta , la se
osar desplegar los labios. Las labra ñora , levantándose del suºlo le qui
doras estaban asimismo atónitas vien . to de aquél trabajo, porque hacién
do aquellos dos hombres tan diferen dose algún tanto atvás tomó una cn .
tes hincados de rodillas , que no de rridica, y puestas ambas manos so
jaban pasar ade ante á su compañe. bre las ancas de a pollina, dió con
ra ; pero rompiendo el silencio la je. su cverno más ligero que un hilcón
PARTE 11. - CAPÍTULO XI 257

sobre la albarda, y quedó á horcaja que tienen entre sí los del rostro con
das como si fuera un hombre , y en los del cuerpo , ha de tener otro Dul.
tonces dijo Sancho : Vive Roque , que cinea en la tabla del muslo que co
es la señora nuestra ama más ligera rresponde al lado de donde tiene el
que un alcotán , y que puede enseñar del rostro ; pero muy luengos para
à subir a la jineta a más diestro Lunares son pelos de la grandeza que
cordobés ó mejicano : el arzón tra has significado. Pues yo sé decir á
sero de la silla pasó de un salto , y vuesa merced, respondió Sancho, que
sin espuelas hace correr la hacanea le parecían ailí como nacidos. Yo lo
como una cebra, y no le van en zaga creo, amigo, replicó don Quijote,
sus doncellas, que todas corren como porque ninguna cosa puso la natura
el viento : y así era la verdad, por leza en Dulcinea que no fuese per
que en viéndose á caballo Du.cinea, fcta v bien acabada ; y así si tuviera
todas picaron tras ella y dispararon cien lunares como el que dices , en
á correr, sin volver la cabeza atrás ella no fueran lunares, sino lunas y
por espacio de más de media legua . estrellas respiandecientes. Pero di
Siguiólas don Quijote con la vista, y , me, Sancho , aquella que á mí me
cuando vio que no parecían , voivién par ció albarda, que tú aderezaste ,
dose á Sancho, le dijo : Sancho, ¿ qué iera silla rasa ; 6 sillón ? No era, res
te parece ? i Cuán malquisto soy de pondió Sancho, sino silla á la jine
encantadores ! Y mira hasta dónde ta , con una cubierta de canipo, que
se extiende su malicia y la ojeriza vale la mitad de un reino según es
que me tienen , pues me han querido de rica. ¡ Y que no viese yo todo eso ,
privar del contento que pudiera dar Sancho ! dijo don Quijote : ahora tor
me ver en su ser á mi señora . En ro á decir y diré mil vecos que soy
efecto, yo nací para ejempio de des el más desdichado de los hombres .
dichados , y para ser bianco y terre. Harto tenía que hacer e . socarrón de
Sancho en disimular la risa , Oven
ro donde tomen la mira y asesten las
flechas de la mala fortuna : y has do las sandeces de su amo, deli
también de advertir , Sancho, que no cadamente engañado. Finalmente ,
se contentaron estos traidores de después de otras muchas razones que
haber vuelto y transformado á mi Dul . entre los dos pasaron , volvieron á
cinza, sino que la transformaron y subir en sus bestias, y siguieron el
volvieron en una figura tan baja camino de Zaragoza, adonde pensa
tan fea como la de aquella aldeana , ban llegar á tiempo que pudiesen
y juntamente le quitaron lo que es hallarse en unas solemnes fiestas que
tan suyo de las principales señoras, en aquella insigna ciudad cada año
que es el buen olor, por andar siem suelen hacerse ; pero antes que allá
pre entre ámbares y entre flores : llegasen les sucedieron cosas , que
porque te hago saber, Sancho, que por muchas, grandes y nuevas , me .
cuando llegué a subir á Dulcinea so recan ser escritas y leídas , como se
bre su hacanea (según tú dices, que verá adelante .
á mí me pareció borrica) me dió un
olor de ajos crudos, que me encala
brinó y atosigó el alma . ¡ Oh cana
lla ! gritó á esta sazón Sancho ; ioh CAPITULO XI
encantadores aciagos y mal inten
cionados, y quién os viera á todos
ensartados por las agallas como sar De la extraña aventura que le sue
dinas en Lercha ! Mucho sabéis , mu cedió al valeroso don Quijote con
cho podéis y mucho mal hacéis . Bas el carro ó carreta de las Cortes
taros debiera, bellacos , haber mudado de la muerte.
las perlas de los ojos de mi señora en
agallas alcornoqueñas , y sus cabe
llos de oro purísimo en cerdas de
cola de buey bermejo , y finalmente Pensativo además iba don Quijote
todas sus facciones de buenas en ma por su camino adelante considerando
las, sin que le tocáredes en el olor, la mala burla que le habían hecho los
que por él siquiera sacáramos lo q119 encantadores voviendo á su señora
estabı encubierto debajo de aquella Dulcinea en la mala figura de la al
fea corteza , aunque , para decir ver deana . y no imaginaba qué remedio
nad , nunca yo vi su fealdad sino su tendría para volverla á su ser prin
hermosura, a la cual subía de punto ro ; y estos pensamientos le llevaban
V quilates un lunar que tenía sobre tan fuera de sí , que sin sentirlo sol .
e labio derecho a manera de bigo tó las riendas á Rocinante , el cual
te , con siete ú ocho cabellos rubios sintiendo la libertad que se le daba ,
como hebras de oro , y largos de más á cada paso se detenía á pacer la ver
de un palmo. A este lunar, dijo don de hierba de que aquellos campos
Quijote, según la correspondencia abundaban. De su embelesamiento
17
253 DON QUIJOTE DE LA MANCITA

je volvió Sancho Panza diciéndole : que la encuentren en mitad de la ca


Señor, las tristezas no se hicieron lle , no la conocerán más que á mi
para las bestias, sino para los hom padre . Quizá, Sancho, respondió don
bres ; pero si los hombres las siell Quijote , no se extenderá el encanta
ten demasiado, se vuelven bestias : mento á quitar el conocimiento de
vuesa merced se reporte, y vuelva en Dulcinea á los vencidos y presenta
si y coja las riendas á Rocinante , y dos gigantes y caballeros ; y en uno
avive y despierte. y muestre aquella ó dos de los primeros que yo venza
gallardia que conviene que tengan y le envíe, haremos la experiencia si
los caballeros andantes . ¿ Qué diablos la ven ó no, mandándoles que vuel
es eso ? ¿ Qué descaecimiento es este ? van á darme relación de lo que acer
¿ Estamos aquí ó en Francia ? Mas ca desto les hubiere sucedido . Digo ,
que se lleve Satanás á cuantas Dul señor , replicó Sancho , que me ha pa
cineas hay en el mundo , pues vale recido bien lo que vuesa merced ine
más la salud de un solo caballero an ha dicho , y que con ese artificio ven
dante, que todos los xncantos y trans. dremos en conocimiento de lo que de
formaciones de la tierra. Calla , San seamos ; y si es que ella á solo vuesa
cho, respondió don Quijote con voz no merced se encubre , la desgracia inas
será de vuesa merced que suya ;
muy desmayada, calla digo, y no dia
gas b asfemias contra aquella en pero como la señora Dulcinea tenga
cantada señora, que de su desgracia , salud y contento, nosotros por acá
y desventura yo solo tengo la culpa : nos avendremos y lo pasar mos o
de la envidia que me tienen los ma mejor que pudiéremos buscando nues
los ha nacido su mala andanza . Así tras aventuras, y dejando al tiempo
lo digo yo, respondió Sancho : quien que haga de las suyas , que él es el
19 vido y la ve ahora , & cuál es el ' mejor médico destas y otras mayores
corazón que no llora ? Eso puedes tú enfermedades. Responder quería don
decir bien , Sancho, replicó don Qui Quijote á Sancho Panza, pero estor."
jote , pues la viste en la entereza ca bóselo una carreta que salió al tra
bal de su hermosura , que el encanto vés del camino , cargada de los más
no se extendió á turbarte la vista ni diversos y extraños personajes y figu
á encubrirte su belleza : contra mi ras que pudieron imaginarse. El qus
8020, y contra mis ojos se endereza guiaba las mulas y servía de carre
la fuerza de su veneno ; mas con todo tero era un feo demonio . Venía la
esto he caído, Sancho , en una cosa , carreta descubierta al cielo abierto ,
y es que me pintaste mal su hermo sin toldo ni zarzo. La primera figura
sura, porque , si mal no me acuerdo, que se ofréció á los ojos de don Qui
dijiste que tenía los ojos que parecen jote fué a de la misma muerte con
de perlas, y los ojos que parecen rostro humano ; junto á ella venía un
de perlas antes son de besugo que ángel con unas grandes y pintadas
de dama ; y á lo que yo creo, los de alas ; al un lado estaba un emperador
Dulcinea deben de ser vordes esme . con una corona al parecer de oro en
raldas, rasgados , con dos celestiales la cabeza ; á los pies de la Muerte
arcos que le sirven de cejas ; y esas estaba el dios que llaman Cupido , sin
perlas, quítalas de los ojos, y nása venda en los ojos, pero con su arco,
as á los dientes , que sin duda te try carcaj y saetas; venía también un
cast " , Sancho , tomando los ojos or cahallero armado de punta en blan
Cos dientes . Todo puede ser , respon ( 0 , excepto que no traía morrión ni
dió Sancho, porque también me tur celada, sino un sombrero lleno de plu
bo á mí su hermosura como á vuesa mas de diversas colores : con éstas
roerced su fealdad ; pero , encomen . venían otras personas de diferent 8
démoslo todo á Dios , que él es el sa trajes y rostros . Todo lo cual visto de
bidor de las cosas qu , han de SUCH improviso , en alguna manera alborotó
der en este valle de lágrimas, en á don Quijote y puso miedo en el
este mal mundo que tenemos , donde corazón de Sancho ; mas luego se
apenas se halla cosa que esté sin alegró don Quijote creyendo que se le
mezcla de maldad , embuste y hella ofrecía alguna nueva y peligrosa
quería. De una cosa me pesa, señor aventura ; y con este pensamiento y
mío , más que de otras , que es pin con ánimo dispuesto de acometer enal
sar qué medio se ha de tener cuando quier poligro, se puso delante de la
ruesa merced venza algún gigante ú carreta , y con voz alta y amenazado
otro caballero , y le mande que se ra, dijo : Carretero , cochero , ó dia
vaya á presentar ante la hermosura blo , ó lo que eres , no tardes en decir
de la señora Dulcinea : ¿ adónde la me quién eres , á do vas, y quién es
ha de hallar este pobre gigante , 6 la gente que llevas en tu carricoche,
este pobre y misoro caballero venci que más parece la barca de Carón,
do ? Paréceme que los vio andar por que carreta de las que se usan . A to
el Toboso hechos unos bausanes , buis cual mansamente , deteniendo el dia
cando á mi señora Dulcinea , y aun bo la carreta, r spondió : Señor , nos
PARTE II .--CAPÍTULO XI 25
otros somos recitantes de la compa la carrera de su rucio y la caída de su
ñia de Angulo el malo ; hemos hecho amo, y no sabía á cuál de las dos ne
en un lugar que está detrás de aque cesidades acudiría primero ; pero , en
Ha loma, esta mañana, que es la efecto, como buen escudero y como
octava del Corpus , el auto de las buen criado pudo más con él el amor
Cort's de la muerte, y hémosle de de su señor que el cariño de su ju
hacer esta tarde en aquel lugar que mento ; puesto que cada vez que veía
desde aquí se parece ; y por estar tan levantar las vejigas en el aire y caer
eerca y excusar el trabajo de desnu sobre las ancas de su rucio, eran para
darnos y volvernos á vestir , nos va él tártagos y sustos de muerte, y
mos vestidos con los mismos vestidos antes quisiera que aquellos golpes
que representamos. Aquel mancebo se los dieran á él en las niñas de
va de muerte , el otro de ángel , aque los ojos , que en el más mínimo pelo
Ila mujer, que es la del autor, va de de la cola de su asno . Con esta perple
reina, el otro de soldado; aquél de ja tribulación llegó donde estaba don V
emperador, y yo de demonio , y soy Quijote harto más maltrecho de lo
una de las principales figuras del que él quisiera , y ayudándole a
auto , porque hago en esta compañía subir sobre Rocinante, le dijo : Se
los primeros papeles : si otra cosa ñor , el diablo se ha llevado el ru
vuesa merced desea saber de nos cio ¿ Qué diablo ? preguntó don
otros pregúntemelo, que yo le sabré Quijote . El de las vejigas, res
responder con toda puntualidad , que pondió Sanchọ. Pues yo le cobraré ,
como soy demonio todo se me alcan replicó don Quijote, si bien se ence
za . Por la fe de caballero andant , rrase con él en los más hondos y es.
respondió don Quijote, que así como curos calabozos del infierno. Sígueme,
vi este carro iinaginé que alguna Sancho , que la carreta va despacio,
grande aventura se me ofrecía, y aho . y con las mulas della satisfaré la pér .
ra digo que es menester tocar las dida del rucio . No hay para qué ha
apariencias con la mano para dar ' u cer sa diligencia , señor , respondió
gar al d sengaño. Andad con Dios , Sancho ; vuesa merced temple su có
buena gente, y haced vuestra fiesta, lera, que según me parece ya el dia.
y mirad si mandáis algo en que pue . blo ha dejado e rucio, y vuelve á la
da seros provechoso , que lo haré con querencia ; y así era la v rdad ; nor
buen ánimo y buen talante , porque que habiendo caído el diablo con el
desde muchacho fuí aficionado á la lucio por imitar á don Quijote y á
carátula, y en mi mocedad se me Rocinante , el diablo se fué á pie al
iban los ojos tras la farándula . s . pueblo, y el jumento se volvió a su
tando, en estas pláticas quiso la suer amo . Con todo eso , dijo don Quijo
te que llegase uno de la compañía, te , será bien castigar ] descomed -
que venia vestido de hojigangi con miento de aquel demonio en alguno
muchos cascabeles, y en la punta de de los de la carreta , aunque sea el
un palo traía tres vejigas de vaca mismo emperador. Quítesele å vuosa
hinchadas, el cual moharracho, lle m rced eso de a imaginación, rep'i .
gándose á don Quijote, comenzó a es có Sancho, y tome mi consejo, que es
grimir el palo y á sacudir el suelo que nunca se tome con farsantes, que
con las vejigas, y á dar grandes sal es gente favorecida : recitante he
tos sonando los cascabeles, cuya mala visto yo estar preso por dos muert s ,
visión así alborotó a Rocinante, que y salir libre y sin costas : sepa vues :
sin ser poderoso á detenerle don Qui merced que como son gentes alegres
jote , tomando el freno entre los dien v de placer , todos los favorecen , to
tes , dió á correr por el campo con dos los amparan , ayudan y estiman ,
más ligereza que jamás promtieron y más siendo d aquellas de las com
los huesos de su notomía. Sancho , pañías reales y de título , que todos
que consideró el peligro en que iba ó los más en sus trajes y compostu
su amo de ser derribado, saltó del ra parecen unos príncipes. Pues con
rucio y á toda priesa fué á valerle : todo , respondió don vuijote, no se
me ha de ir el demonio farsante ala
pero cuando á é: llegó ya estaba en
tierra y junto á él Rocinante , que bando , aunqur le favorezca todo el
con su amo vino al suelo : ordinario género humano ; y diciendo esto vol .
tin y paradero de las lozanías de Ro vió á la carreta, que ya estaba bien
cinante y de sus atrevimientos. Mas cerca del pueb'o, é iba dando voc's
apenas hubo dejado su caballería San diciendo : Deteneos, esperad , turba
cho por acudir á don Quijote, cuan alegre y recogida, gu ” os quiero lar
do el demonio bailador de las vejigas á entender cómo se han de tratar los
salto sobre el rucio , y sacudiéndole jumentos y alimañas que sirven de
con ellas, el miedo y ruido más que caballería á los escuderos de los ca
el dolor de los golpes le hizo volar balleros andantes. Tan altos eran los
por a campaña hacia el lugar dond . gritos de don Quijot , que los overon
iban á hacer la fiesta . Miraba Sancho y entendieron los de la carreta ; y
260 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

juzgando por las palabras la inten muerte : gracias sean dadas al sulu
ción del que las decía , en un instan dable consejo que Sancho Panza dió
te saltó la muerte de la carreta , y á su amo, al cual el día siguiente le
tras ella el emperador, el diablo ca sucedió otra con un enamorado y an
rretero y el ángel , sin quedarse la dante caballero, de no menos susp .
reina ni el dios Cumido ; y todos se sión que la pasada.
cargaron de piedras y se pusieron
en ala esperando récibir á don Qui
jote en las puntas de sus cigarros.
Don Quijote , que los vió puestos en CAPITULO XII
tan gallardo escuadrón, los brazos le
vantados, con ademán de despedir
poderosamente las piedras, d tuvo las De la extraña aventura que le cu
riendas á Rocinante , y púsose á pen cedió al valeroso don Quijote con
sar de qué modo los acometería con el bravo caballero de los Espejos.
menos peligro de su persona. En esto
que se detuvo llegó Sancho, y vién La noche que siguió al día del ren
dolo en talle de acometer al bien for
mado escuadrón , dijo : Asaz de locu cuentro de la muerte la pasaron don
ra sería intentar tal empresa ; con Quijote y su escudere debajo de unos
altos y sombrosos árboles , habiendo ,
sidere vuesa merced , señor mío, que á persuasión de Sancho, comido don
para sopa de arroyo y tente bonete
Quijote de lo que venía en el repues
no hay arma defensiva en el mundo , to dei rucio, y entre la cena dijo San .
si no es embutirse y encerrarse en
una campana de bronce ; y también cho á su señor : Señor, qué tonto
so ha de considerar que es más teme hubiera andado yo si hubiera escogi
do en albricias los despojos de la
ridad que valentía acom ter un hom primera aventura que vuesa merced
bre solo á un ejército donde está la acabara antes que las crías de las tres
muerte, pelean en persona empe yeguas. En efecto, en efecto, más va
radors, y a quien ayudan los buenos le pájaro en mano que buitre volan
y los malos ángeles : y si esta con do. Todavia, respondió don Quijote, si
sid ración no le mueve á estarse que. tú , Sancho, me dejaras acometer como
do , muévale saber de cierto que en. ' yo quería te hubieran cabido en des .
tre todos los que allí están , aunque pojos , por lo menos , la corona de oro
parecen reyes , príncipes y empery .
dores, no hay ningún caballero an de la emperatriz y las pintadas alas
dante. Ahora sí , dijo don Quijote , de Cupido, que yo se las quitara al
has dado. Sancho, en el punto que redropelo , y te las pusiera en las ma
puede y debe mudarme de mi ya de noş ., Nunca los cetros y las coronas
terminado intento . Yo no puedo ni de ' los emperadores farsantes , res
debo sacar la espada, como otras ve pondió Sancho Panza, fueron de oro
ces muchas to he dicho, contra quien puro , sino de oropel ú hoja de lata.
ro fuere armado caballero : á ti , San Así es verdad, replicó don Quijote ,
cho , toca , si quieres , tomar la ven porque no fuera acertado que los ata.
ganza del agravio que á tu rucio se víos de la comedia fueran finos, sino
fingidos y aparentes, como lo la
le ha hecho , que yo desde aquí te
ayudaré con voces y advertimientos naisma comedia, con la cual quiero,
Sancho, que estés bien, teniéndola
saludables. No hay para qué , señor , en tu gracia, y por el mismo consi
respondió Sancho, tomar venganza guiente á los que las representan y
de nadie , pues no es de buenos cris .
á los que as componen , porqu • to .
tianos tomar a de los agravios , cuan dos son instrumentos de hacer un
to más que yo acabaré con mi asno
que ponga su ofensa en las manos de gran bien á la república, poniéndo
nos un espejo á cada paso delante ,
mi voluntad, la cual es de vivir pa donde se ven al vivo las acciones de
cíficamente los días que los cielos mo
dieren de vida. Pues esa es tu deter la vida humana ; y ninguna compa
minación , replicó don Quijote, San ración hay que más al vivo nos re
cho bueno, Sancho discreto, Sancho presenta lo que somos y lo que de
bemos die ser , como la comedia y los
cristiano , y Sancho sincero, dejemos
estas fantasmas y volvamos á buscar comediantes. Si no , dime : ¿ no has
majores y más calificadas aventuras , visto tú representar alguna comedia
que yo veo esta tierra de talle que no adonde se introducen reyes , empera.
han de faltar en ella muchas y muy dores y pontífices, caballeros, lamas
y otros diversos personajes ? Uno
milagrosas. Volvió las riendas luego,
Sancho fué a tomar su rucio , la muer hace el rufián , otro ei embustero,
te con todo su escuadrón volante vol éste el mercader , aquél el soldado ,
otro el simple discreto , otro el ena
vieron a su carreta y prosiguieron si morado simple, y acabada la comedia
viaje , y este fe ice fin tuvo la teme y desnudándose de los vestidos della ,
rosa aventura de la carreta je i
PARTE 11.-- CAPÍTULO XII 261

quedan todos los recitantes iguales . la silla ; pero ¿ quitar la silla al ca


Si he visto, respondió Sancho. Pues ballo ? guarda : y así lo hizo Sancho,
lo mismo, respondió don Quijote , y le dió la misma libertad que al ru
acontece en la comedia y trato deste cio, cuya amistad dél y de Rocinante
mundo, donde unos hacen los empe fué tan única y tan trabada, que hay
radores, otros los pontifices, y inal fama por tradición de padres á his
mente todas cuantas figuras se pue jos , que el autor desta verdadera his
den introducir en una comedia ; pero toria hizo particulares capítulos de
en llegando a: fin, que es cuando se lla ; mas que por guardar la decen.
acaba la vida , á todos les quita la cia y decoro que á tan heroica histo
muerte las ropas que los diferencia ria se debe, no los puso en ella, pues.,
ban , y quedan iguales en la sepultu . to que algunas veces se descuida des.
ra. ¡ Brava comparación ! dijo San te su presupuesto, y escribe que así
cho , aunque no tan nueva que yo no como las dos bestias se juntaban acu
la maya oído muchas y diversas re dían á rascarse el uno al otro, y que
ces, como aquella del juego del aje después de cansados y satisfechos
drez , que mientras dura el juºgo ca la cruzaba Rocinante el pescuezo sobre el
pieza tiene su particular oficio, y en cuello del rucio, que le sobraba de la
acabándose el juego todas se mezclan , otra parte , más de media vara y mi
juntar y barajan, y dan con ellas en rando los dos atentamente al suelo
una bolsa, que es como dar con a se solían estar de aquella manera tres
vida en la seputura. Cada día , San días , á lo menos todo el tiempo mne
cho , dijo don Quijotº, te vas hacien. les dejaba ó no les compelía la ham .
do menos simple y más discreto. Si , bre á buscar sustento . Digo que dicen
que algo se me ha de pegar de la que dejó el autor escrito que los ha
discreción de vuesa merced , respon bía comparado en la amistad å a que
dió Sancho ; que las tierras que le tuvieron Niso y Euríalo , y Pílades y
suyo son estériles y secas , esterco Orestes : \y si esto es así, se podía
lándolas vienen á dar buenos frutos : echar de ver, para universal admira
quiero decir, que la conversación de ción . cuán firme debió ser la amis .
vuesa merced ha sido el estiércol que tad destos dos pacíficos animales , y
sobre la estéril tierra de mi Seco para confusión de los hombres que
ingenio ha caído , la cultivación el tan mal saben guardarse amistad los
tiempo que ha que le sirvo y comuni unos á los otros por esto se dijo :
co ; y con esto espero de dar frutos
de mí que sean de bendición , tales No hay amigo para amigo :
que no desdigan ni des.icen de los las cañas sa vuelven lanzas ,
senderos de la buena crianza que vue ,
sa merced ha hecho en el agostado en . y el otro que cantó :
tendimiento mío. Rióse don Quijote
de las afectadas razones de Sancho , De amigo á amigo la chinche , etc. ,
y parecióle ser verdad lo que decía
de su enmienda, porque de cuando y no le parezca á a guno que anduvo
en cuando hablaba de manera que le el autor algo fuera de camino en ha
admiraba, puesto que todas ó las más ber comparado la amistad destos ani
veces que Sancho quería hablar de males á la de los hombr’s ; que de
oposición y á lo cortesano, acababa su las bestias han recibido muchos ad
razón con despeñarse del monte de vertimientos los hombres y apren
su simplicidad al profundo de su ig dido muchas cosas de importancia,
norancia ; y en lo que él se mostrat. como son de las cigüeñas el cristel,
ba más elegante y memorioso era en de los perros el vómito y el agrad
tra - r refranes , viniesen ó no viniesen cimiento , de las grullas la vigilan
á pelo de lo que trataba, como se ha cia, de ' as hormigas la providencia ,
brá visto y se habrá notado en el de los elefantes la honestidad , y la
discurso desta historia. En estas y lealtad del caballo . Finalmente, San
en otras pláticas se les pasó gran par cho se quedó dormido al pie do un
te de la noche, y á Sancho le vino alcornoque , y don Quijote dormitan .
en voluntad de dejar caer las com do al de una robusta encina ; pero
puºrtas de los ojos , como él decía poco espacio de tiempo había pasado
cuando quería dormir, y desaliñando cuando le despertó un ruido que sin
al rucio le dió pasto abundoso y li . tió á sus espaldas, y levantándose
bre . No quitó la silla á Rocinante, con sobresalto se puso á mirar y á
por ser expreso mandamiento de su escuchar de dónde el ruido procedía ,
señor que en tiempo que anduviesen y vió que eran dos hombres á caba .
en campaña, ó no durmiesen d bajo ilo , y que el uno , dejándose derribar
de techado, no desaliñase á Rocinan de la silla, dijo al otro : Apéate , ami .
te , antigua usanza establecida y guar go , y quita los frenos á los caballos ;
dada de los andantes caballeros, qui . que á mi parecer este sitio abunda
tar el freno y colgar e del arzón de de hierba para ellos, y del silencio y
262 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

soledad que han menester mis amo mas . ¿ Pues -n qué halla vu sa mer
rosos pensamientos . El decir esto y ced, dijo Sancho, que esta sea aven
el tenderse en el suelo todo ' fué á un tura ? No quiero yo decir, respondió
mismo tiempo, y al arrojars ? hicieron don Quijote, que esta sea aventura del
ruido las armas de que venía armado : todo , siro principio della, que por
manifiesta señal por donde conoció aquí se comienzan las aventuras. Pe
don Quijote que debía de ser caballe. ro escucha, que a lo que parece tem
ro andante ; v llegándose á Sancho, plando está un laúd o vihuela , y se
que dormía, le trabó del brazo y con gún escupe y se desembaraza el pe
no pequrño trabajo le volvió en su cho, debe prepararse para cantar a..
acuerdo, y con voz baja le dijo : Her. go. A buena fe que es así, respondió
mano Sancho, aventura tenemos . Dios Sancho, y que debe ser caballero ena
nos la dé buena, respondió Sanch ), morado. No hay ninguno de los an
¿ y adónde está , señor mío, su merced dantes que no lo sea, dijo don Qui .
desa señora aventura ? ¿ Adónde, San jote, y escuchémosle, que por el hilo
cho ? rep.icó don Quijote, vuolve los sacaremos el ovillo de sus pensamieu
ojos y mira, y verás allí tendido un tos, si es que canta , que de la abun.
andante caballero, que á lo que í mí dancia del corazón habla la lengua .
se me trasluce no debe de estar je Replicar quería Sancho á su amo ,
masiadamente alegre, porque le vi pero la voz del caballero del Bosqu ,
arrojar del caballo y tenderse en el que no era muy mala ni muy buena,
suelo con algunas muestras de des lo estorbó ; y estando los dos atentos
pecho, y al caer le crujieron las ar oyeron que lo que cantó fué este

SONETO

Dadme , señora, un término que siga,


conforme á vuestra voluntad cortado ,
que será de la mía así estimado,
que por jamás un punto del desdiga.
Si gustáis que callando mi fatiga
muera, contadme ya por acabado ;
si queréis que os la cuente en desusado
modo , haré que e mesmo amor la diga.
A prueba de contrarios estoy hecho
de blanda cera y de diamante duro ,
y á las leyes de amor el alma ajusto.
Blanco cual es , fuerte, ofrezco el pecho :
entallad , 6 imprimid lo que os dé gusto,
que de guardarlo eternamente juro.
Con un ay, arrancado al parecer de un mes arreo . P ro no fué así, porque
lo intimo de su corazón , dió fin á wu habiendo entreoído el caballero del
canto el caballero del Bosque, y de Bosque quº hablaban cerca dél, sin
allí á un poco con voz doliente v las- pasar adelante en su lamentación se
timada dijo : ¡ Oh la más hermosa y puso en pie , y dijo con voz sonora y
la más ingrata mujer del orbe ! ¡ Cómo comedida : ¿ Quién va allá ? ¿ Qué
qué ! será posible, serenisima Casil- gente ? ¿ Es por ventura de la del
dea de Vandalia , que has de consen- número de los contentos, ó de la del
tir que se consuma y acabe en con- de los afligidos ? De los afligidos, res
tinuas peregrinaciones y en ásperos pondió don Quijote . Pues lléguese á
y duros trabajos este tu cautivo ca- mi, respondió el del Bosque, y hará
ballero ? ¿ No basta ya que he hecho cuenta que se llega á la mesma tris
que te confiesen por la más hermosa teza y á la aflicción mesma. Don Qui
del mundo todos los caballeros de jote , que se vió respondor tan tier
Navarra , todos los leoneses, todos los na y comedidamente, se llegó a él,
tartesios, todos los castellanos, y fi- y Sancho ni más ni menos . El caba
nalmento todos los caballeros de la ilero lamentador asió á don Quijote
Mancha ? Eso no , dijo á esta sazón del brazo , diciendo : Sentaos aquí,
don Quijote, que yo soy de la Man- señor caballero , para ent nder
cha y nunca tal he confesado , ni po- que lo sois , y de los que profesan la
día confesar una cosa tan perjudicial andante caballería , bástame el habe
á la belleza de mi señora ; y este tal ros hallado en este lugar, donde la
caballero, ya ves tú , Sancho, que soledad y el sereno os hacen compa
desvaría . Pero escuchemos , quizá se ñía , naturales lechos y propias e
declarará más . Si hará , replicó San tancias de los caballeros andantes .
cho, que término lleva de quejarse A lo que respondió don Quijote : Ca.
PARTE II. - CAPÍTULO XIII 203

ballero soy de la profesión que le


cís ; y aunque en mi alma tienen su
prop.o asiento las tristezas, las des
gracias y las desventuras, no por eso CAPITULO XIII
se ha ahuyentado della la compasión
que tengo de la ajenas desdichas : de
lo que cantásteis poco ha colegi que Donde se prosigue la aventura del
las vuestras son enamoradas, quiero caballero del Bosque, con el dis
decir , del amor que tenéis á aquella creto, nuevo y suave coloquio que
hermosa ingrata que en vuestras la pasó entre los dos escuderos.
mentaciones nombrasteis. Ya cuando
esto pasaba estaban sentados sobre Divididos estaban caballeros y es .
la dura tierra en buena paz y com
pañía , como si al romper el día no cuderos, éstos contándose sus vidas
se hubieran de romper las cabezas. y aquéllos sus amores ; pero la histo
Por ventura , señor caballero, pregun ria cuenta primero el razonamiento
tó e, dei Bosque á don Quijote , ¿ sois de los mozos, y luego prosigue el de
enamorado ? Por desventura lo soy, cos amos : y así dice , que apartándo
respondió don Quijote, aunque los se un poco dellos, el del Bosque dijo
daños que nacen de los bien coloca á Sancho : Trabajosa vida es la que
dos pensamientos, antes se deben te pasamos y vivimos , señor mío , estos
que somos escudoros de caballeros
ner por gracias que por desdichas .
Así es la verdad , replicó el del Bos andantes ; en verdad que comemos el
que, si no nos turbasen la razón y el pan en el sudor de nuestros rostros,
entendimiento los desdenes , que sien que es una de las maldiciones que
do muchos parecen venganzas . Nun echó Dios á nuestros primeros pa:
ca fui desdeñado de mi señora, res. dres . También se puede decir , añadió
pondió don Quijote . No por cierto, Sancho , que lo comemos en el hielo
dijo Sancho, que allí junto estaba , de nuestros cuerpos , porque
porque es mi señora como una borre más calor y más frío que los misera
bles escuderos de la andante caballe
ga mansa, es más blanda que ana ria ? Y aun menos mal si comiéramos ,
manteca. Es vuestro escudero este ?
preguntó el del Bosque. Si es , res pues los duelos con pan son mºnos ;
pondió don Quijote. Nunca he visto pero tal vez hay que se nos pasa un
yo escudero , replicó el del Bosque, día y dos sin desayunarnos, si no es
que se atreva a hablar donde hab a su e viento que sopla . Todo eso se pue
señor : á lo menos ahí está ese mío , de llevar y conllevar , dijo el del Bos.
que es tan grande como su padre , y que , con la esperanza que tenemos
no se probará que haya desplegado dei premio ; porque si demasiadamen-,
el labio donde yo hablo . Pues á fe , te no es desgraciado el caballero an
dijo Sancho , que he hablado yo y pue dante á quien un escudero sirva , por
do hablar delante de otro tan, y aun ... lo menos á pocos lances se verá pr .
quódese aquí, que es peor meneallo . miado con un hermoso gobierno de
El escudero del Bosque asió por el cualquier ínsula , ó con un condado
brazo á Sancho, diciéndole : Vámonos de buen parecer. Yo, replicó Sancho,
los dos donde podamos hablar escu ya he dicho á mi amo que me conten
derilmente todo cuanto quisiéremos , to con el gobierno de alguna ínsula :
y él es tan noble tan liberal, que
y dejamos á estos señores amos nues
tros que se den de las astas contán me le ha prometido muchas y diver
sas veces .
dose as historias de sus amores . Ole Yo , dijo el del Bosque,
á buen seguro que les ha de coger el con un canonicato quedaré satisfe
día en ellas, y no las han de haber cho de mis servicios , y ya me le
acabado. Sea en buena hora , dijo San tiene mandado mi amo ; y ‫ ܐ܂‬qué tal ?
cho , y yo le diré á vuesa merced . Debe de sor , dijo Sancho , su amo de
quién soy , para que vea si puedo en vuesa merced caballero á lo eclesiás .
trar en docena con los más hablantes tico , y podrá hacer esas mercedes á
escuderos . Con esto se apartaron los sus buenos escuderos ; pero el mío es
dos escuderos, entre los cual s pasó maramente lego : aun yo me acuerilo
un tan gracioso coloquio, como fué cuando le querían aconsejar personas
grave el que pasó entre sus señores . discretas, aunque á mi parecer mal
intencionadas , que procurase ser ar
zobispo ; pero él no quiso sino ser
emperador, y yo estaba entonces tem
blando si lo venía en voluntad de ser
de la Iglesia, por no hallarme sufi
ciente , de tener beneficios por ella ,
porque lo hago saber á vuesa mer:
ced , que aunque parezco hombre , sov
un bestia para ser de la Iglesia, Pues
261 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

en verdad que lo yerra vuesa merced , cuando algún caballero da una buena
dijo e . del Bosque, á causa que los lanzada al toro en la plaza, ó cuando
gobiernos insulanos no son todos de alguna persona hace alguna cosa bien
buena data : algunos hay torcidos, hecha , suele decir el vulgo : ¡ Oh hi
algunos pobres , algunos melancoli deputa puto , y qué bien que lo ha
cos , y fina mente el más erguido y hecho ! y aquello que parece vitupe
bien dispuesto trae consigo una pe rio en aquel término, es alabanza no
sada carga de pensamientos y de in table ? y renegad vos , señor, de los
comodidades , que pone sobre SUS hijos ó nijas que no hacen obras que
hombros el dsdichado que le cups merezcan se les den á sus padres
en suerte . Harto mejor sería que los locres semejantes: Sí reniego, res
que profesamos esta maldita servi. pondió Sancho, y dese modo y por esa
Jumbre nos retirásemos á nuestras resma razón podía echar vuesa iner
casas , y allí nos entretuviésemos en ced á mí y á mis hijos y á mi mujer
ejercicios más suaves , como si dijé toda una putería encima, porque todo
semos cazando ó pescando ; que : qué cuanto hacen y dicen son extremos
escudero hay tan pobre en el mundo dignos de semejantes alabanzas, y
a quien le falte un rocín y un par de para volvernos á ver ruego yo a Dios
galgos y una caña de pescar con que me saque de pecado mortal, que lo
entretenerse en su aldea ? A mí no me mesmo será si me saca deste peligro
falta nada de eso , respondió Sancho ; so oficio de escudero, en el cual he
verdad es que no tengo rocín , pero incurrido sègunda vez, cebado y en
tengo un asno que vale dos veces gañado de una bo.sa con cien duca
más que el caballo de mi amo : mala dos que me hallé un día en el cora
pascua me dé Dios, y sea la primera zón de Sierra Morena, y el diablo me
que viniere, si le trocara por él jun . pone ante los ojos aqui, alli, acá
que me diesen cuatro fanegas de ce no, sino acullá, un talego lleno de
bada encima : á burla tendrá vuesa doblones, que me parece que á cada
merced el valor do mi rucio, que rü paso le toco con la mano, y me abra
cio es el color de mi jumento : ques zo con él , y lo llevo á mi casa ,
galgos no me habían de faltar ha echo censos, y fundo rentas, y vivo
biéndolos sobrados en mi pueblo , y como un príncipe , y el rato que en
más que entonces es la caza más gus esto pienso se me hacen fáciles v'le
tosa cuando se hace á costa ajeni. vaderos cuantos trabajos padezco con
Real y verdaderamente , respondió el este mentecato de mi amo, de quien
de Bosque , señor escudero , que ten sé que tiene más de loco que de ca
go propuesto y determinado de dejur ballero. Por eso, respondió el del Bos
estas borracherías destos caballeros, que , dicen qué la codicia rompe el
y retirarma á mi aldea, y criar mis saco, y si va á tratar dellos no hay
hijitos , que tengo tres como tres otro mayor en el mundo que mi amo ,
orientales perlas . Dos tengo yo , dijo porque es de aquellos que dicen : Cui
Sancho, que se pueden presentar al dados ajenos matan al asno, pues
Papa en persona, especialmente una porque cobre otro caballero el juicio
muchacha a quien crío para condesa, que ha perdido se hace él loco y an
si Dios fuere servido, aunque a pesar da buscando lo que no sé si después
de su madre. ¿ Y qué edad tiene esa de hallado le ha de salir á los ho
señora que se cría para condesa ? cicos . ¿ Y es enamorado, por dicha ?
preguntó el del Bosque . Quince años , Sí, dijo el del Bosque, de una tal
dos más o menos, respondió Sancho ; Casildea de Vandalia, la más cruda v
pero es tan grande como una lanza, la más asada señora que en todo el
y tan fresca como una mañana de orbe puede hallarse : pero no cojea
abril , y tiene una fuerza de un gana del pie de la crudeza, que otros ma
pan . Partos son esas , respondió e! yores embustes le gruñen en las en
del Bosque, no sólo para ser condesa , trañas , v ello dirá antes de muchas
sino para ser ninfa del verde bosque . horas. No hay camino tan llano , re
¡ Oh hideputa puta, y qué rejo debe plicó Sancho, que no tenga algún
de tener la bellaca ! A lo que respon . tropezón ó barranco : en otras casas
dió Sancho algo mohino : Ni ella es cuecen habas y en la mia á caldera.
puta , ni lo fué su madre, ni lo será das : más acompañados y paniagudos
ninguna de las dos , Dios queriendo , debe de tener la locura que la dis
mientras yo viviere ; y háblese más creción ; mas si es verdad lo que co
comedidamonte, que para haberse múnmente se dice , el tener compañe
criado vuesa merced entre caballeros ros en los trabajos suele servir de
andantes , que son la mesma cortesía , alivio en ellos , con vuesa merced po
no me parecen muy concertadas esas dré consolarme, pues sirve á otro
palabras. ¡ Oh qué mal se le entiende amo, tan tonto como el mío . Tonto ,
á viiesz morced , replicó el del Bos pero valionte , respondió el del Bos
que , de achaque de alabanzas, señor que , y más bellaco que tonto y que
escudero ! ¡ Cómo ! ¿ y no sabe que valiente. Eso no es el mío , respondia
PARTE II. - CAPÍTULO XIII 265
Sancho : digo que no tiene nada de ó por no, y es tan devota mia, y quié
bellaco ; antes tiene un alma como roia tanto , que pocos ratos se pasan
un cántaro : no sabe hacer mal á na sin que la dé mil besos y mil abra
die, sino bien á todos , ni tiene ma zos ; y diciendo esto se la puso en
licia alguna : un niño le hará enten las manos á Sancho, el cual empi.
der que es de noche en la mitad del nándola puesta á la boca estuvo mi
dia ; y por esta sencillez le quiero rando las estrellas un cuarto de hora,
como á las telas de mi corazón , y no y en acabando de beber dejó caer la
me amaño á dejarle por más dispara cabeza á un lado, y dando un gran
tes que haga. Con todo eso , hermano suspiro dijo : ¡ Oh hideputa bollaco,
y señor, dijo el del Bosque, si el cie y cómo es católico ! ¿ Véis ahí , dijo
go guía al ciego, ambos van á peli el del Bosque, en oyendo el ideputa
gro de caer en el hoyo . Mejor es ie de Sancho, cómo habéis alabado este
tirarnos con buen compás de pies, vino llamándole hideputa? Digo, res.
y volvernos a nuestras querencias , pondió Sancho , que confieso que co
que los que buscan aventuras no nozco que no es d shonra llamar hijo
siempre las hallan buenas . Escupia de puta á nadie cuando cae debajo
Sancho á menudo al parecer un cier del entendimiento de alabarle . Pero
to género de saliva pegajosa y algo dígame , señor , por el siglo de lo que
seca, lo cual visto y notado por el más quiere , ste vino es de Ciu
caritativo bosqueril escudero, dijo : dad Real ? ¡ Bravo mojón ! respondió
Paréc - me que de lo que hemos ha el del Bosque , en verdad que no es .
blado se nos pegan al paladar las len. de otra parte, y que tiene algunos
gus ; pero yo traigo un despegador años de ancianidad. A mí con eso ,
pendiente dei arzón de mi caballo , dijo Sancho , no toméis menos sino
que es tal como bueno : y levantán que se me fuera á mí por alto dar
dose volvió desde allí á un poco con alcance á su conocimiento . ¿ No será
una gran bota de vino y una empa. bueno, señor escudero , tenga yo un
nada de media vara , no es encareci. instinto tan grande y tan natural en
miento, porque era de un conejo al esto de conocer vinos, que en dándo
bar, tan grande, que Sancho al to me á oler cualquiera, acierto la pa
carla entendió ser de algún cabrón , tria, el linaje, el sabor y la dura, y
no que de cabrito , lo cual visto por las vueltas que ha de dar , con todas
Sancho, dijo : ¿ Y esto trae vuesa las circunstancias al vino atañede
merced consigo, señor ? Pues : qué ras ? Pero no hay de qué maravillar
se pensaba, respondió el otro , soy yo se , si tuve en mi linaje , por parte
por ventura algún escudero de agua de mi padre, ios dos más excelentes
y lana ? Mejor repuesto traigo yo en mojones que en luengos años conoció
las ancas de mi caballo , que lleva la Mancha ; para prueba de lo cual
consigo cuando va de camino un ge. les sucedió lo que ahora diré . Dié .
neral . Comió Sancho sin hacerse de ronles á los dos á probar del vino
rogar, v tragaba á escuras bocados de una cuba, pidiéndoles su parecer
de nudos de suºlta , y dijo : Vuesa del estado , cualidad , bondad ó ma
merced sí que es escudero fiel y le licia del vino . El uno lo probó con la
gal, moliente y corriente, magnífico punta de la lengua, el otro no hizo
y grande , como lo muestra este ban más de llegarlo a las narices . El
quete, que si no ha venido aquí por primero dijo que aquel vino sabía á
arte de encantamento, parécelo á lo hierro , el segundo dijo que más sabía
menos , y no como yo, mezquino y á cordobán. El dueño dijo que la cuba
malaventurado que solo traigo en mis estaba limpia , y que el tal vino no
alforjas un poco de queso, tan duro , tenía adobo alguno por donde hubie
que pueden descalabrar con ello á un se tomado sabor de hierro ni de cor
gigantė, á quien hacen compañia cua doban. Con todo eso , los dos famosos
tro docenas de algarrobas y otras mojones se afirmaron en lo que ha
tantas de avellanas y nueces , mer bían dicho. Anduvo el tiempo, ven .
cedes á la estrecheza de mi dueño , v dióse el vino, y al limpiar de la cuba
á la opinión que tiene y orden que hallaron en ella una llave pequeña
guarda de que los caballeros andan pendiente de una correa de cordo
tes no se han de mantener y susten bán : porque vea vuesa emerced si
tar sino con frutas secas y con las quien viene desta ralea podrá dar su
hierbas del campo . Por mi fe , herma parecer en semejantes causas . Por
no , replicó el del Bosque , que yo no eso digo, dijo el del Bosque, que
tengo hecho el estómago á tagarninas nos dejemos de andar buscando aven
ni á piruétanos ni á raícos de los turas, y pu’s tenemos hogazas no
montes : allá se lo hayan con sus opi busquemos tortas, y volvámonos á
niones y leyes caballerescas nuestros nuestras chozas , que allí nos halla
amos , y coman lo que ellos manda rá Dios si él quiere. Hasta que mi
ren : fiambreras traigo, y esta bota amo llegue á Zaragoza le serviré , que
colgando del arzón de la silla por sí después todos nos entenderemos.
266 DON QUIJOTE DE LA MANCUA

Finalmente , tanto hablaron y tan. mandamientos y desdenes vivos que


to bebieron los dos buenos escuderos , vivos . En resolución, ú.timamente me
que tuvo necesidad el sueño de atar ha mandado que discurra por todas
les las lenguas y templarles la sed , las provincias de España, y haga con
que quitársela fuera impos.ble ; y así , fesar a todos los andantes caballeros
asidos entrambos de la ya casi vacía que por ellas vagaren , que eila sola es
bota , con los bocados á medio mas la más aventajada en hermosura de
car en la boca, se quedaron dormidos, cuantas hoy viven y que yo soy el
donde los dejaremos por ahora por más valiente y el más bien enamo
contar lo que el caballero del Bos rado caballero del orbe, en cuya de
que pasó con el de la Triste Figura. manda he andado ya la mayor parte
de España, y en ella he vencido mu .
chos caballeros que se han atrevido
á contrad cirme; pero de lo que yo
CAPITULO XIV más me precio y ufano es de haber
vencido en singular batalla á aquel
tan famoso caballero don Quijote de
Donde se prosigue la aventura la Mancha, y héchole confesar que
del caballero del Bosque es más hermosa mi Casildea que su
Dulcinea ; y en solo este vencimien
to hago cuenta que he vencido todos
Entre muchas razones que pasaron los caballeros del mundo, porque el
don Quijote y el caballero de la Sel tal don Quijote que digo , los ha venci .
va , dice la historia que el del Bos . do á todos, y habiéndole yo vencido
que dijo á don Quijote : Finalmente, á él , su gloria, su fama y su honra
señor caballero, quiero que sepáis se han transferido y pasado á mi per
que mi destino, ó por mejor decir sona ,
mi elección , me trujo á enamorar Y tanto el vencedor es inás hon
de la sin par Casildea da Vandalia :
llárola sin par porque no le tiene , [ rado
así en la grandeza del cuerpo, como cuanto más el vencido es reputado :
en el extremo del estado y de la her
mosura. Esta tal Casildea pues , que así que va corren por mi cuenta v
son mías las innumerables hazañas
voy contando , pagó mis pensamien
tos y comedidos deseos con hacerme del ya referido don Quijote . Admira
ocupar , como su madrina á Hércu do quedó don Quijote de oir al ca
les , en muchos y diversos peligros, ballero del Bosque , y estuvo mil re
prometiéndome ai fin de cada uno que ces por decirle que mentía, y ya tuvo
en el fin del otro llegaría el de mi el mentís en la punta de la lengua ;
esperanza ; pero así se han ido esla pero reportóse lo mejor que pudo por
bonando mis trabajos, que no tienen hacerle confesar por su propia boca
cuento, ni yo sé cuál ha de ser el su mentira , y así, soségadamente le
último que dé principio al cumpli dijo : De que vuesa merced , señor
miento de mis buenos des os. Una caballero , hava vencido á los más
vez me mandó que fuese a desafiar caballeros andantes de España y run
á aquella famosa giganta de Sevilla do todo el mundo, no digo nada ;
llamada la Giralda, que es tan va pero de que hava vencido á don Qui
liente y fuerte como hecha de bron jote de la Mancha, póngolo en duda :
ce, y sin mudarse de un lugar es la podría ser que fuese otro que le pa
más movible y voltaria mujer de ! recies , aunque hay pocos que le
mundo . Llegué , vila, y vencíla, é hi parezcan . ¿ Cómo no ? replicó el del
Bosque ; por el cielo que nos cubre,
cela estar queda y raya (porque que peleé con don Quijote , y le ven
en más de una samana no soplaron
sino vientos nortes ) . Vez también cí y rendí, y es un hombre aito de
hubo que me mandó fuese á tomar cuerpo , seco de rostro , estirado v
en peso las antiguas piedras de los avellanado de miembros, entrecana ,
valientes Toros de Guisando : em la nariz aguileña y algo corva , de
presa más para encomendarse á ga bigotes grandes , negros y caídos :
napanes que á caballeros . Otra vez campea debajo del nombre del caba
llero de la Triste Figura, y trae por
mandó que me precipitase y sumie escudero á un labrador llamado San .
se en la sima Cabra : i peligro inau cho Panza : oprime el lomo y rige
dito y temeroso ! y que le trujeza el frono de un famoso caballo llama
particular relación de lo que en aque do Rocinante, y finalmente , tiene
ila obscura profundidad se encierra . por señora de su voluntad á una tal
Detuve el movimiento a la Giralda ,
Dulcinea del Toboso, llamada un tiem.
pesé los Toros de Guisando , dospe po Aldonza Lorenzo, como la mía que
néme en la sima , y saqué á luz lo por llamarse Casilda y ser de Anda .
escondido de su abismo , y mis esne . lucía , yo la llamo Casildea de Van
ranzas muertas que muertas, y sus
PARTE 11. - CAPÍTULO XIV 267
dalia . Si todas estas señas no bastan
pasmado, temeroso de la salud de si
para acreditar mi verdad , aquí está amo por las valentías que había oído
mi espada, que la hará dar crédito decir del suyo al escudero del Bos
á la misma incredulidad . Sosegaos, que ; pero sin hablar palabra se fue
señor caballero, dijo don Quijote , y ron los dos escuderos á buscar su ga.
escuchad lo que deciros quiero. Ha nado, que ya todos tres caballos y el
béis de saber que ese don Quijote rucio se habían olido y estaban todos
que decís es el mayor amigo que juntos. En e. camino dijo el del Bos
en este mundo tengo, y tanto que que á Sancho : Ha de saber , herma
podré decir que le tengo en lugar no , que tienen por costumbre los pe
de mi misma persona , y que por las leantes de la Andalucía, cuando son
señas que me habéis dado tan pun padrinos de alguna pendencia , no
tualts y ciertas, no puedo pensar estarse ociosos mano sobre mano en
sino que sea el mismo que habéis tanto que sus ahijados riñen : digolo
vencido : por otra parte, veo con porque esté advertido que mientras
los ojos y toco con las manos no nuestros dueños riñeren, nosotros
ser posible ser el mismo, si ya no también hemos de pelear y hacernos
fuese que como él tiene muchos ene astillas. Esa costumbre, señor escu
migos encantadores, especialmente dero, r-spondió Sancho, allá puede
uno que de ordinario le persigue, correr y pasar con los rufianes y pe
no haya alguno de ellos tomado su leantes que dice ; pero con cos escu
figura para dejarse vencer por de deros de los caballeros andantes , ni
fraudarle de la fama que sus altas por pienso : á lo menos yo no he
caballerías le tien n granjeada y ad oído decir á mi amo semejante cus
quirida por todo lo descubierto de la tumbre, y sabe de memoria todas las
tierra : y para confirmación desto ordenanzas de la andante caballería :
quiero también que sepáis que los cuanto más , que yo quiero que sea
tales encantadores sus contrarios ha verdad y ordenanza expresa el pe
más de dos días que transformaron la lear los escuderos en tanto que sus
figura y persona de la hermosa Dul señores pelean ; pero yo no quiero
cinea del Toboso en una aldeana soez cumplirla, sino pagar la pena que es
y baja, y desta manera habrán trans tuviere puesta á los tales pacíficos
formado á don Quijote : y si todo escuderos, que yo aseguro que no
esto no basta para enteraros en esta pase de dos libras de cera , y más
verdad que digo , aquí está el mismo quiero pagar las tales libras , que se
don Quijote, que la sustentará con que me costarán menos, que las hi
sus armas , á pie ó á caballo , ó de las que podré gastar en curarme la
cualquier suerte que os agradare : y cabeza , que ya me la cuento partida
diciendo esto se levantó en pie , v se y dividida en dos partes : hay más .
empuñó en la espada esperando qué que me imposibilita el reñir el no
resolución tomaría el caballero del tener espada, pues en mi vida me la
Bosque, el cual con voz asimismo so puse. Para eso sé yo un buen reme
dio, dijo el dol Bosque : yo aquí
segada respondió, y dijo : Al buen traigo dos ' talegas de lienzo de un
pagador no le duelen prendas ; el mesmo tamaño : tomaréis vos la una,
que una vez, señor don Quijote , nudo
venceros transformado, bien podrá te y yo la otra, y reñiremos á talegazos
ner esperanza de rendiros en vuestro con armas iguales. Desa manera sea
en
propio ser ; mas porque no es bien buena hora, respondió Sancho ,
que los caballeros hagan sus fechos porque antes servirá la tal pelea de
de armas á escuras oomo los sal despolvorearnos que de herirnos . No
teadores y rufianes, esperemos el día ha de ser así, replicó el otro , porque
se han de echar dentro de las tale
para que el sol vea nuestras obras ; gas, porque no se las lleve el aire ,
y ha de ser condición da nuestra ba
talla, que el vencido ha de quedar á media docena de guijarros lindos y p .-
voluntad del vencedor para que haga lados , que pesen tanto los unos como
dél todo lo que quisiere , con tal que los otros, y desta manera nos podre
mos atalear sin hacernos mal ni daño ,
sea decente á caballero lo que se le
ordenare. Soy más que contento desa Mirad icuerpo de mi padre ! respon
condición y conveniencia, respondió dió Sancho, qué martas cebollinas
don Quijote ; y'en diciendo esto se ó qué copos de algodón cardado none
fueron donde estaban sus escuderos , en las tal gas para no quedar moli
ha aron ca y en la mis dos los cascos , y hechos alheña los
ma forma que estaban cuando les huesos ; pero aunque se llenaran de
salteó el sueño . Despertáronles , v capullos de seda, sepa, señor mío ,
mandáronles que tuviesen á punto los que no he de pelear : peleºn nuestros
caballos, porque en saliendo el sol amos , y allá se lo hayan , y bebamos
habían de hacer los dos una sangrien y vivamos nosotros , que el tiempo
ta, singular y desigual batalla , á cu tiene cuidado de quitarnos las vidas,
746 nuevas quedó Sancho atónito y sin que andemos buscando apetitos
268 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
para que se acaben antes de llegar toda llena de verrugas de color amo
su sazón y término, y que se cayan ratado como de berengena ; bajábale
de maduras. Con todu, replicó el de. dos dedos más abajo de la boca ,
Bosque , hemos de pelear siquiera cuya grandeza, color , verrugas y en
media hora. Eso no , respondió San. corvamiento así le afeaban el rostro ,
cho , no seré yo tan descortés ni tan que en viéndole Sancho comenzó á
desagradecido que con quien he co herir de pie y de mano como niño
mido y bebido trabe cuestión alguna , con alferecía, y propuso en su cora
por mínima que sea ; cuanto más que zón de dejarse dar doscientas bofe
estando sin cólera y sin enojo , ¿ quién tadas antes que despertar la cólera
diablos se ha de amañar á reñir & para reñir con aquel vestigio. Do
secas ? Para eso , dijo el del Bosque , Quijote miró á su contendor, y ha
yo daré un suficiente remedio, y es , Nóle ya puesta y calada la celada de
que antes que comencemos la pelea , modo que no le pudo ver el rostro ;
yo me llegaré bonitamente á vuesa pero notó que era hombre membru
merced , y le daré tres â cuatro bo do , y no muy ato de cuerpo. Sobre
fetadas que dé con él á mis pies, con las armas traía una sobrevesta ó ca.
las cual's le haré despertar la cóle saca de una tela al parecer de oro
ra aunque esté con más sueño que finísimo sembradas por ella muchas
un lirón . Contra ese corte sé yo otro, lunas pequeñas de resplandecientes
respondió Sancho, que no le va en espejos, qua le hacían en grandísima
zaga : cogeré vo un garrote , y antes manera galán y vistoso : voiábanle so
que vuesa merced llegue á despertar bre la celada grande cantidad de plu
me la cólera, haré yo dormir á garro mas verdes, amariilas y blancas ; la
tazos de tal suerte la suya , que no lanza que tenía arrimada á un árbol
despierte si no fuere en el otro mun era grandísima y gruesa, y de un
do , en el cual se sabe que no soy yo hierro acerado de más de un palmo.
hombre que me dejo manosear el ros Todo lo miró y todo lo notó don Qui.
de nadie ; y cada uno mire por el jote, y juzgó de lo visto y mirado
virote , aunque lo más acertado sería que ya el dicho caballero debía de
dejar dormir su cólera á cada uno , ser de grandes fuerzas, pero no por
que no sabe nadie el alma de nadie, eso temió como Sancho Panza : an
y tal suele venir por lana que vuelve tes con gentil denuedo dijo al caba
trasquilado , y Dios bendijo la paz y llero de los Espejos : Si la mucha
maldijo las riñas, porque si un gato gana de pelear, señor caballero, .30
acosado, encerrado y apretado se os gasta la cortesía , por ella os nido
vuelve en león , yo que soy hombre, que alcéis la visera un poco, porque
Dios sabe lo que podré volverme: v yo vea si la gallardía de vuestro ros
así desde ahora intimo á vuesa mer tro responde á la de vuestra disno
ced, señor escudero, que corra por su sición . O vencido ó vencedor que
cuenta todo el ma. y daño que de salgáis desta empresa , señor caball
nuestra pendencia resultare . Está ro , respondió el de los Espejos, os
bien, replicó el del Bosque : amane quedará tiempo y espacio demasiado
cerá Dios y medraremos. En esto ya para verme : y si ahora no satisfago
comenzaban á gorj ar en los árboles vuestro deseo es por parecerme que
mil suertes de pintados pajarillos , y hago notable agravio á la hermosa
en sus diversos y alegres cantos pa Casildea de Vandalia en dilatar el
recía que daban la norabuena y salu tiempo que tardaré en alzarme la vi.
daban a la fresca aurora , que ya por sera sin haceros confesar lo que ya
las puertas y balcones del oriente iba sabéis que pretendo. Pues en tanto
descubriendo la hermosura de su ros. que subimos á caballo, dijo don Qui
tro , sacudiendo de sus cabellos un jote , bien podéis decirme si soy yo
número infinito de líquidas perlas, aquel don Quijote que dijísteis ha
en cuyo suave licor bañándose las ber vencido . A so vos respondemos,
hierbas parecía asimismo que ellas dijo el de los Espejos, que parecéis,
brotaban y llovían blanco y menudo como se parecen un huevo á otro al
aljófar, los sauces destilaban maná mismo caballero que yo vencí : pero
sabroso , reíanse las fuentes , murmu según vos decís , que le persiguin
raban los arroyos, alegrábanse las encantadores, no osaré afirmar si
selvas, y enriquecíanse cos prados sois el contenido ó no. Eso me basta
con su venida . Mas apenas dió lugar á mí, respondió don Quijote, para
la claridad del día para ver y dife que crea vuestro engaño : emnero
renciar las cosas, cuando la primera para sacaros dél de todo punto ven
que se ofreció á los ojos de Sancho gan nuestros caballos, que en menos
Panza fué la nariz del escudero del tiempo que el que tardáredes en al
Bosque, que era tan grande que casi zaros la visera, si Dios, si mi señora
le hacía sombra a todo el cuerpo . • y mi brazo me valen , veré yo vues
Guéntase en efecto que era de dema tro rostro , y vos veréis que no soy
siada grandeza, corva en la mitad y yo el vencido don Quijote que pen
PARTE II. - CAPITULO XIV 269

sáis . Con esto, acortando razones, su carrera, de :o que el caballo quedó


bieron á caballo , y don Quijote vol agradecidísimo á causa que ya no
vió las riendas á Rocinante para to podía moverse . Don Quijote, que le
mar lo que convenía del campo para pareció que ya su enemigo venía vo
volver á encontrar á su contrario, lando, arrimó reciamente las espue
lo mismo hizo el de los Espejos ; las a las trasijadas ijadas de Rocinan
pero no se había apartado don Qui. te, y le hizo aguijar de manera , que
jote veinte pasos cuando se oyó lla cuenta la historia que esta sola vez
mar del de los Espejos, y partiendo se conoció haber corrido algo, por
los dos el camino, el de los Espejos le que todas las demás siempre fueron
dijo : Advertid, señor caballero, que trotes declarados, y con esta no vis
la condición de nuestra batalla es, que ta furia llegó donde el de los Espe
el vencido, como otra vez he dicho , jos estaba 'hincando á su caballo las
ha de quedar á discreción del vence espuelas hasta los botones , sin que .
dor. Ya lo sé, respondió don Quijote , le pudiese mover un solo dedo del
con tal que lo que se le impusiere y lugar donde había hecho estanco de
mandare al vencido han de ser cosas su carrera. En esta buena sazón y
que no salgan de los límites de la coyuntura halló don Quijote á su
caballería. Así se entiende, respon contrario, embarazado con su caballo
dió el de los Espejos. Ofreciéronse e y ocupado con su lanza, que nunca
en esto á la vista de don Quijote las o no acertó ó no tuvo lugar de po
extrañas narices del escudero , y no nerla en ristre . Don Quijote, que no
se admiró menos de verlas que San miraba en estos inconvenientes, á sal
cho , tanto que le juzgó por algún va mano y sin peligro alguno encon
monstruo, ó por hombre nuevo y de tró al de los Espejos con tanta fuer
aquellos que no se usan en el mundo . za, que mal de su grado le hizo venir
Sancho, que vió partir á su amo para al suelo por las ancas del caballo, dan
tomar carrera , no quiso quedar solo do tal caída, que sin mover pie ni
con el narigudo , temiendo que con mano dió señales de que estaba muer
solo un pasagonzalo con aquellas to . Apenas le vió caído Sancho, cuan .
narices en las suyas , sería acabada do se deslizó del alcornoque, y á
la pendencia suya , quedando del go : toda priesa vino donde su señor es
pe ó del miedo tendido en el sue taba, el cual, apeándose de Rocinante ,
lo, y fuése tras su amo asido á una fué sobre el de los Espejos, y qui
ación de Rocinante, y cuando le pa tándole las lazadas del yelmo para
reció que ya era tiempo que vol ver si era muerto, y para que le die
viese, le dijo : Suplico á vuesa nier . se el aire si acaso estaba vivo , vió...
ced , señor mío , que antes que vuel ¿ quién podrá decir lo que vió sin
va á encontrarse me ayude á subir causar admiración, maravilla y es
sobre aquel alcornoque, do donde po panto á ios que lo oyeren ? Vió , dice
dré ver más á mi sabor mejor que la historia, el rostro inismo, la mis
desde el suelo el gallardo encuentro ma figura , el mismo aspecto , la mis
que vuesa merced ha de hacer con ma fisonomía, la misma efigie, la
esta caballero. Antes creo, Sancho, perspectiva misma del bachiller San
dijo don Quijote, que te quieres en són Carrasco, y así como la vió , en
caramar y subir en andamio por ver altas voces dijo : Acude , Sancho. y
sin peligro los toros . La verdad que mira lo que has de ver, y no lo has
diga, respondió Sancho, las desafo de croer : águija , hijo, y advierte lo
radas narices de aquel escudero me que puede la magia , lo que pueden
tienen atónito y lleno de espanto , y los hechiceros v Los encantadores.
no me atrevo á estar junto a él. Ellas Llegó Sancho, y como vió el rostro
son tales , dijo don Quijote, que á del bachiller Carrasco , comenzó á ha
no ser yo quién soy , también me cerse mil cruces y á şantiguarse otras
asombraran , y así ven , ayudarte he tantas veces . En todo esto no daba
á subir donde dices . En lo que se muestras de estar vivo el derribado
detuvo don Quijote en que Sancho caballero , y Sancho dijo á don Qui
subiese en el alcornoque, tomó el jote : soy de parecer, señor mío , que
de los Espejos del campo lo que le por sí ó por no, vuesa merced hinque
pareció necesario , y creyendo que lo y meta la espada por la boca á este
mismo habría hecho don Quijote, sin quº parece el bachiller Sansón Ca
esperar son de trompeta ni oura rrasco, quizá matará en él alguno de
ñal que los avisase , volvió las rien sus enemigos los encantadores . No
dás á su caballo, que no era más li dices mal, dijo don Quijote, porque
gero ni de mejor parecer que Roci de los enemigos los menos , y sacan
nante, y á todo su correr, que era do la espada para poner en efecto e
un mediano trote , iba á encontrar á aviso y consejo de Sancho, llegó el
su enemigo ; poro viéndole ocurado escudero del de los Espejos, ya sin
en la subida de Sancho, detuvo las las narices que tan feo le habían he
riendas, y paróse en la mitad de la cho, y á grandes voces dijo : Mire
270 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

Tues3 merced lo que hace , señor don te de la gloria del vencimiento . Todo
Quijoto, que ese que tiene á los pies o confieso, juzgo y siento como vos
s el bachiller Sansón Carrasco su lo creéis, juzgáis y sentis, respondió
amigo, y yo soy su escudero ; y vién . el derrengado caballero : dejadme le
dole Sancho sin aquella fealdad pri vantar, os ruego, si es que lo permi
mera le dijo : ¿ Y las narices ? A lo te el golpe de mi caída, que asaz mal
que él respondió : Aquí as tengo en trecho me tiene . Ayudóle á levantar
19 faltriquera, y echando mano á la don Quijote y su escudero Tomé Ce .
derecha sacó unas narices de pasta cial , del cual no apartaba los ojos
y barniz, de máscara, de la manifa Sancho, preguntándole cosas cuyas
tura que quedan delineadas, y inirán . respuestas le daban manifiestas se
dole más y más Sancho , con voz ad ña.es de que verdaderamente era el
mirativa y grande, dijo : i Santa Ma. Tomé Cecial que decía : mas la apren
ría , y valme ! Este no es Tomé Ce sión que en Sancho había hecho lo
cial, mi vecino y mi compadre ? Y que su amo dijo de que los encanta
cómo si lo soy, respondió el ya des dores nabian mudado la figura de) -
narigado escudero : Tomé Cecial soy , ballero de los Espejos en la del ba
compadre y amigo Sancho Panza, y chiller Carrasco no le dejaba dar cré
luego os diré los arcaduces, embustes dito á la verdad que con los ojos es
enredos por donde soy aquí veni taba mirando . Finalmente, se queda
do , y en tanto pedid y suplicada . ron con este engaño amo y mozo, y
señor vuestro amo que no toque , mal el de los Espejos y su escudero mo
trate , hiera ni mate al caballero de hinos y malandantes se apartaron de
los Espejos, que á sus pies tiene , don Quijote y Sancho , con intención
porque sin duda alguna es el atrevi de buscar algún lugar donde bizmar
do y mal aconsejado bachiller San le y entablarle las costillas. Don Qui
son Carrasco nuestro compatr:ota . En jote y Sancho volvieron a proseguir
esto volvió en sí el de los Espejos, lo su camino de Zaragoza, donde los
cual visto por don Quijote le puso deja la historia por dar cuenta de
la punta desnuda de su espada en quién era el caballero de los Espejos
cima del rostro, y me dijo : Muerto y su narigante escudero.
sois , caballero, si no confesáis que
la sin par Dulcinea del Toboso se
aventaja en bollega á vuestra Casil
dea de Vandalia , y demás de esto CAPITULO XV
habéis de prometer, si desta contien
da y caída quedáredes con vida , de
ir á la ciudad del Toboso , y presen
Donde se cuenta y da noticia de
taros en su presencia de mi parte, quién era el caballero de los Es
para que haga de vos lo que más en pejos y su escudero.
voluntad le viniere ; y si os dejare
en la vuestra, asimismo habéis de
volver á buscarme , que el rastro de
mis hazañas os servirá de guia qua En extremo contento, ufano v va
os traiga donde yo estuviere , vá naglorioso iba don Quijote por haber
zado vitoria de tan valiente ca
decirme lo que con ella hubiéredes
Pasado : condiciones que conforme á ballero como él se imaginaba que
la que pusimos antes de nu stra ba era e . de los Espejos, de cuya caba
talla, no sa en de los términos de lleresca palabra esperaba saber si el
la andante caballería . Confieso, iijo encantamento de su señora pasaba
ei caído caballero, que vale más el adelante, pues era forzoso que el tal
zapato descosido y sucio de la señora vencido caballero volviese , so pena
Dulcinea dol Toboso , que las barbas de no serlo, á darle razón de lo que
mal peinadas aunque limpias de Ca con ella le hubiese sucedido. Pero
sildea, y prometo de ir y volver de uno pensaba don Quijote, y otro el
su presencia á la vuestra , y daros de los Espejos, puesto que por en
entera y particular cuenta de lo que tonces no era otro su pensamiento
me pedís. También habéis de con sino buscar donde bizmarse , como se
fesar y creer, añadió don Quijote, ha dicho. Dice pues la historia, que
que aquel caballero que vencisteis cuando el bachillsr Sansón Carras
no fué ni pudo ser don Quijote de co aconsejó á don Quijote que vol
la Mancha, sino otro que se le nare viese á proseguir sus dejadas caballe
cía, como yo confieso y creo , que vos, rias, fué por haber entrado primero
aunque parecéis el bachiller Sansón en bureo con el cura y el barbero
Carrasco, no lo sois , sino otro que le sobre qué medio se podría tomar
parece , y que en su figura aquí me para reducir á don Quijote á que se
le han puesto mis enemigos , para estuviese en su casa quieto y sose
que d tenga y temple el ímpetu de gado, sin que le alborotasen sus mal
mi cólera, y para que use blandamen buscadas aventuras , de cuyo consejo
PARTE 11. - CAPÍTULO XVI 271

salió por voto común de todos, y pondió Sansón , porquę pensar que
parecer particular de Carrasco , que yo he de volver a la mía hasta haber
dejasen salir á don Quijote , pues el molido á palos á don Quijote , es peri
detenerle parecía imposible, y que sar en lo excusado, y no me llevará
Sansón le saliese al camino como ca
ahoraá buscarle el deseo de que co
ballero andante, y trabass batalla con bre su juicio, sino el de la venganza ;
él , pues no faltaría sobre qué, y le que el do.or grande de mis costillas
venciese , teniéndo.o por cosa fácil , no m3 deja hacer más piadosos dis
y que fuese pacto y concierto que el cursos. En esto fueron razonando los
vencido quedase á merc d del ven dos hasta que llegaron á un pueblo
eedor ; y así vencido don Quijote le donde fué ventura hallar un algebris
había de mandar el bachiller caballe .
ro se volviese á su pueblo y casa , y ta con quien se curó el Sansón des
no saliese della en dos años, ó has graciado. Tomé Cecial se volvió v
ta tanto que por él le fuese mandada
le dejó, y él quedó imaginando su
venganza ; y la historia vuelve á ha
otra cosa , lo cual era claro que don blar dél á su tiempo , por no dejar de
Quijote vencido cumpliría indubita
blemente por no contravenir y fal regocijarse ahora con dorr Quijote .
tar á las Leyes de la caballería , y
podría ser que en el tiempo de su
reclusión se le olvidasen sus vanida CAPITULO XVI
des , ó se diese lugar de buscar á su
locura algún conveniente remedio .
Aceptólo Carrasco, v ofreciósele por De lo que sucedió á don Quijote con
escudero Tomé Cecial, compadre y
vecino de Sancho Panza, hombre a.e un discreto caballero de la Man
cha .
gre y de lucios cascos. Armóse San
són , como queda referido, y Tomé
Cecial acomodó sobre sus naturales
narices las falsas y de máscara ya di
Con la alegría, contento'y ufanidad
que se ha dicho , seguía don Quijote
chas, porque no fuese conocido de su jornada, imaginándose por la pa
su compadre cuando se viesen , y así sada victoria ser el caballero andante
siguieron el mismo viaje que llevaba más valiente que tenía en aquella
don Quijote , y llegaron casi á hallar edad el mundo : daba por acabadas y
se en la aventura del carro de la
á felice fin conducidas cuantas aven
muerte , y finalmente dieron con ellos turas pudiesen sucederle de allí ade
en el bosque , donde les sucedió todo lante : tenía en poco á los encantos y
lo que el prudente ha leído ; y si no á los encantadores, no se acordaba
fuera por los pensamientos extraor de los innumerables palos que en el
dinarios de don Quijote, que se dió discurso de sus caballerías le habían
á entender que el bachiller no era el dado , ni de la pedrada que le derribó
bachiller, el señor bachiller quedara la mitad de los dientes, ni del des
imposibilitado para siempre de gra agradecimiento de los galeotes, ni del
duarse de licènciado, por no haber atrevimiento y lluvia de estacas de
hallado nidos donde pensó hallar pá los yangüeses : finalmente, decía en
jaros. Tomé . Cecial, que vió cuán mal tre sí que si él hallara arte, modo 5
había logrado sus deseos, y el mal man ra como desencantar á su seño
parad ro que había tenido su cami ra Dulcinea, no envidiara á la mayor
no , dijo al bachiller : Por cierto , se ventura que alcanzó ó pudo alcanzar
ñor Sansón Carrasco, que tenemos el más venturoso caballero andante
nuestro merecido : con facilidad se de los pasados siglos . En estas ima
piensa y se acomete una empresa , ginaciones iba todo ocupado , cuando
pero con dificultad las más veces se Sancho le dijo : ¿ No es bueno, señor ,
sale della : don Quijote loco, nosotros que aun todavía traigo entre los ojos
cuerdos, él se va sano y riendo, vue as desaforadas narices y mayoras de
sa merced queda molido y triste . Se. marca de mi compadre Tomé Cecial ?
pamos pues ahora cuál es el más loco , ¿ Y crees tú , Sancho , por ventura , que
ce que lo es nor no poder menos ó el caballero de los Espejos era el ba
el que lo es por su voluntad ? A lo chiller Carrasco, y su escudero Tomé
que respondió Sansón : La diferencia Cecial tu compadre ? No sé qué m
que hay entre esos dos locos es , que diga á eso, respondió Sancho ; sólo sé
el que lo es por fuerza lo s rá siem que las señas que me dió de mi casa ,
pre, y el que lo es de grado lo deja mujer é hijos no me las podría dar
rá de ser cuando quisiere . Pues así otro que él mismo , y la cara , quita
es, dijo Tomé Cecial, yo fuí por mi das las narices , era la misma de Tomé
vo untad loco cuando quise hacerme Cecial, como yo se la he visto mu
r-scudero de vuesa merced , y por la chas veces în mi pueblo y pared en
misma quiero dejar de serlo y vol medio de mi misma casa , y el tono
verme á mi casa. Eso os cumple , res. de .a habla era todo uno . Estemos á
272 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

razón , Sancho, replicó don Quijote : aderezo de la yegua era de canapo v


ven acá, ¿ en qué consideración puede de la jineta, asimismo de morado y
caber que el bachiller Sansón Carras v - rde : traía un alfanje morisco pen .
co viniese como caballero andante , diente de un ancho tabalí de verde
armado de armas ofensivas y defen . y oro y los borceguíes eran de la
sivas á pelear conmigo ? ¿ He sido labor del tahali ; las espuelas no
yo su enemigo por ventura ? ¿ Hele eran doradas, sino dadas con un
dado yo jamás ocasión para tenerme barniz verde , tan tersas y bruñidas
ojeriza ? ¿ Soy yo su rival, ó hace él que por hacer labor con todo el
profesión de las armas, para tener vestido parecían mejor que si fueran
envidia á la fama que yo por ellas he de oro puro . Cuando llegó á ellos el
ganado? ¿ Pues qué diremos, señor, caminante los saludó cortésmente , y
iespond.ó carcho , á esto de parecer . picando á la yegua se pasaba de
se tanto aquel caballero, sºa el que go ; pero don Quijote le dijo : Señor
se fuere , al bachiller Carrasco, y su galan, si es que vuesa merced leva
escudero á Tomé Cecial mi compa Fl camino que nosotros , y no impor
dre ? Y si ello es encantamento , como ta el darse priesa, merced recibiría
vuesa merced ha dicho, ¿ 20 había en que nos fuésemos juntos . En ver
en el mundo otros dos á quien se pa dad , respondió el de la yegua , que
recieran ? Todo es artificio y traza , no me pasara tan de largo si no fue .
respondió don Quijote, de los ma ra por temor que con la compañía
lignos magos que me persiguen , os de mi yegua no se alborotara ese ca
cuales , anteviendo que yo había de ballo . Bien puede, señor, respondió
quedar vencedor en la contienda, se á esta sazón Sancho, bien puede te
ner las riendas á su yegua, porque
previnieron de que el caballero ven.
cido mostrase el rostro de mi amigo nuestro caballo es el más honesto y
el bachilier, porque la amistad que bien mirado del mundo ; jamás en
le tengo se pusiese entre los filos de scmejantes ocasiones ha hecho vile
mi espada y el rigor de mi brazo, y za alguna, y una vez que se desman
dó á hacerla la lastamos mi sonor v
templase la justa ira de mi corazón ,
y desta manera quedase con vida el yo con las setenas : digo otra vez que
que con embelecos y falsias procu puede vuesa merced detenerse si
raba quitarme la mía. Para prueba de quisiere , que aunque se ia den en
lo cual ya sabes, oh Sancho , por ex tre dos platos, á buen seguro que el
periencia que no te dejará mentir ni caballo no la arrostre . Detuvo la
engañar , cuál fácil sea á los encan rienda el caminante, admirándose de
tadores mudar unos rostros en otros , la apostura y rostro de don Quijote ,
haciendo de lo hermoso feo y de lo el cual iba sin celada, que la llevaba
feo hermoso , pues no ha dos días que Sancho como maleta en el arzón de
viste por tus mismos ojos la hermosu lantero de la albard , del rucio ; y si
ra y gallardía de la sin par Dulcinea mucho miraba el de lo Verde á don
en toda su entereza y natural confor Quijote , mucho más miraba don Qui
midad , y yo la vi en la fealdad y ba. jote al de lo Verde , pareciéndole
jeza de una zafia labradora con cata hombre de chapa : la edad mostraba
ratas en los ojos y con mal olor en ser de cincuenta años , las canas po
cas y el rostro aguileño, la vista
la boca ; y más que el perverso on
cantador que se atrevió á hacer una entre alegre y grave : finalmente, en
transformación tan mala no es mucho el traje y apostura daba a entender
que haya hecho la de Sansón Carras ser hombre de buenas prendas. Lo
co y la de tu compadre por quitar que juzgó de don Quijote de la Man
me la gloria del vencimiento de las cha el de lo Verde fué, que semejan
manos ; pero con todo esto me con te manera ni parecer de hombre no
sue'o , porque en fin , en cualquiera le había visto jamás : admiróle :3
figura que haya sido, he quedado ven longura de su caballo, la grandeza
cedor de mi enemigo. Dios sabe la de su cuerpo , la flaqueza y amarillez
verdad de todo, respondió Sancho ; de su rostro, sus armas, su ademán
y como él sabía que la transformación compostura, figura y retrato no
de Dulcinea había sido traza y em visto por luengos tiempos atrás en
beleco suyo , no le satisfacían las qui. aquella tierra. Notó bien don Qui
meras de su amo ; pero no le quiso jote la atención con que el caminan .
replicar por no decir alguna palabra te le miraba , y leyóle en a suspen
que descubriese su embuste. En es sión su deseo ; y como era tan cor
tas razones estaban cuando los alcan tés y tan amigo de dar gusto á to
zó un hombre que detrás dellos por dos, antes que le preguntase nuda
el mismo camino venía sobre una le salió al camino, diciéndole : Esta
muy hermosa yegua tordilla , vestido figura que vuesa merced en mi ha
un gabán de paño fino verde, jiro visto , por ser tan nueva y tan fue .
nado de terciopelo leonado , con una ra de las que comúnmente se usan ,
montera del mismo terciopelo ; el no me maravillaría yo de que le hu
PARTE IT . -- CAPÍTULO XVI 273

biezs maravillado ; pero dejará vue balleros anäantes de que estaba lleno
sa merced de estarlo cuando le diga , el mundo, tan en daño de las buenas
como le digo , que soy caballero des costumbres y tan en perjuicio y des
tos que dicen las gentes que á sus crédito de las buenas historias. Hay
aventuras van . Salí de mi patria , mucho que decir, respondió don Qu .
impeñé mi hacienda, dejé mi rega jote , en razón de si son fingidas o no
lo , y entreguéme en : os brazos de las historias de los andantes caballe
la fortuna, que me llevasen donde ros. ¿ Pues hay quien dude, respon .
más fuese servida. Quise resucitar dió el Verde, que no son falsas las
la ya muerta andante caballería , y tales historias ? Yo lo dudo , respon
ha muchos días que tropezando aqui, dió don Quijote , y quédese esto aquí,
cayen despeñándome acá . y que si nuestra jornada dura , espero
levantándome acullá, he cumplido en Dios de dar a entender á vuesa
gran parte de mi deseo, socorriendo merced que ha hecho mal en irse
viudas, amparando doncellas, y fa- . con la corriente de los que tienon
voreciendo casadas, huérfanos y pu por cierto que no son verdaderas.
pilos , propio y natural oficio de ca Desta última razón de don Quijote
balleros andantes ; y así por mis va tomó barruntos el caminante de que
ierosas, muchas y cristianas hazañas don Quijote debía de's r algún men
he merecido andar ya en estampa tecato , y aguardaba que con otras
en casi todas las más naciones del lo confirmase ; " ero antes que se di .
mundo . Treinta mil volúmenes se virtiesen en otros razonamientos , con
han impreso de mi historia, y lleva Quijote le rogó le dijese quién era ,
camino de imprimirse treinta mil pues él le había dado parte de su
veces de millares si el cielo no lo condición y de su vida. A lo que res
remedia. Finalmente , por encerrarlo
todo en breves palabras ó en una
pondió el del Verde Gabán : Yo, ge
ñor caballero de la Triste Figura, soy
sola, digo que yo soy don Quijote un hidalgo natural de un lugar don
de la Mancha , por otro nombre lia de iremos á comer hoy, si Dios fue .
mado el caballero de la Triste Figu re servido ; soy más que mediana
ra . y puesto que las propias alaban mente rico , y es mi nombre don
zas envilecen , esme forzoso decir yo Diego de Miranda : paso la vida con
tal vez las mías , y esto se entiende mi mujer y con mis hijos y con mis
cuando no se halla presente quien amigos : mis ejercicios son el de la
19s diga : así que , señor gantilhom . caza y pesca ; pero no mantengo ni
bre, ni este caballo, ni esta lanza , ni halcón ni galgos, sino algún perdi
este escudo, ni escudero , ni todas gón manso ó algún hurón atrevido :
juntas estas armas , ni la amarillez tengo hasta seis docenas de libros ,
de mi rostro, ni mi atenuada flaqueza cuáles de romance y cuáles de latín ,
os podrá admirar de aquí adelante , de historia algunos, y de devoción
habiendo ya sabido quién soy v la otros : los de caballerias aun no han
prof.sión que hago . Calló en dicierdo entrado por los umbrales de mis
esto don Quijote, y el de lo Verde , puertas : hojeo más los que son pro
según se tardaba en responderle, fanos que los devotos , como sean
parecía que no acertaba á cerlo ; de honesto entretenimiento , que de
pero de allí á buen espacio le dijo : leiten con el lenguaje, y admiren y
A certasteis, señor caballero, á cono suspendan con la invención , puesto
cer por mi suspensión mi deseo ; pero que destos hay muy pocos en Espa
no habés acertado á quitarme la ma ña. Alguna vez como con mis veci
ravilla que en mí causa el haberos nos y amigos, y muchas veces los
visto , que puºsto que como vos , se convido : son mis convites limpios y
ñor, decís que el saber ya quién sois aseados, y no nada escasos : ni gns
me la podría quitar , no ha sido así , to de murmurar, ni consiento que de .
antes ahora que lo sé quedo más sus lante do mí se murmure : no escudri .
penso y maravillado. Como , ¿ y es ño las vidas ajenas , ni soy lince de
posible que hay hoy caballeros an los hechos de los otros : oigo misa
dantes en el mundo, y que hay his cada día , reparto de mis bienes con
torias impresas de verdaderas caba los pobres , sin hacer alarde de las
lleriąs ? No me puedo persuadir que buenas obras por no dar entrada en
haya hoy en la tierra quien favorez mi corazón á La hipocresía y vanaglo
ca vindas, ampare doncellas ni hon ria , enemigos qui blandamente se
re casadas , ni socorra huérfanos , apoderan del corazón más recatado :
no lo creyera si en vuesa merced no procuro poner en paz los que sé que
lo hubiera visto con mis ojos . Ben están desavenidos : soy devoto de
dito sea el cielo , que con esa histo Nuestra Señora , y confío siempre en
ria que vuesa merced dice que está la misericordia infinita de Dios nues
impresa de sus altas y verdaderas ci tro Señor. Atentísimo estuvo San
hallerías se habrán puesto en olvido cho á la relación de la vida y entre .
las innuin rables de los fingidos ca tenimientos del hidalgo ; y parecién
18
274 DON QUIJOTE DE LA MANCIA
dole buena y santa, y que quien la de querer , ó buenos ó malos que
hacía debía hacer milagros, se arrojó sean , como se quieren las almas que
del rucio , y con gran priesa le fué á nos dan vida : á los padres toca el
asir del estribo derecho, y con devoto encaminarlos desde pequeños por los
corazón y casi lágrimas e besó los pasos de la virtud , de la buena crian
pies una y muchas veces. Visto lo za y de las buenas y cristianas cos
cual por el hidalgo le preguntó : ¿ Qué tumbres, para que cuando grandes
hacéis , hermano ? ¿ Qué besos son es- sean báculo de la vejez de sus pa
tos ? Déjenme besar, respondió San- dres y gloria de su posteridad ; y en
cho, porque me parece vuesa merced lo de forzarles que estudien esta o
el primer santo á la jineta que he aquella ciencia, no lo tengo por acer
visto en todos los días de mi vida. tado, aunque el persuadirles no será
No soy santo, respondió el hidalgo, dañoso : y cuando no se ha de estu
sino gran pecador ; vos sí , hermano, diar para pane lucrando , siendo tan
que debéis de ser bueno , como vue Venturoso el estudiante que le dió el
sa simplicidad lo muestra. Voivió cielo padres que se lo dejen, sería
Sancho à cobrar a albarda, habiendo yo de parecer que le dejen seguir
sacado á plaza la risa de la profunda aquella ciencia á que más le viern
malencolia de su amo y causado nue inclinado ; y aunque la de la poesía
va admiración á don Diego . Pregun es menos útil que deleitable, no es
tóle don Quijotequeque de aquellas que suelen deshonrar á
tenía, y dijoie unacuántos hijos
de las cosas quien las posee . La poesía, señor hi
ei que poniin ei sumo bien los anti- dalgo, á mi parecer es como una don
guos filósofos, que carecieron del ver- cella tierna y de poca edad y en
dadero conocimiento de Dios, fué en todo extremo hörmosa, á quien tie
los bienes de la naturaleza, en los nen cuidado de enriquecer, pulir y
de la fortuna , en tener muchos ami. adornar otras muchas doncellas, que
gos, y en tener muchos y buenos hi son todas las otras ciencias, y ella
jos . Yo , señor don Quijote, respon se ha de servir de todas, y todas se
han de autorizar con ella ; pero esta
dió el hidalgo, tengo un hijo , que á
no tenerle, quizá me juzgara por más tal doncella no quiere ser manosea
dichoso de lo que soy, y no por que
da, ni traída por las calles, ni publi
él sea maio , sino porque no es tan cada por las esquinas de las plazus,
bueno como yo quisiera. Será de edad ni por los rincones de los palacios.
de diez - y ocho años : los seis ha es Ella es hecha de una alquimia de tal
tado en Salamanca aprendiendo las virtud , que quien la saba tratar la
lenguas latina y griega, y cuando qui . volverá en oro purísimo de inestima
se que pasase a estudiar otras cien- bie precio : hala de tener el que la
cias halléle tan embebido en la de la tuviere , á raya, no dejándola correr
poesía ( si es que s ? puede llamar en torpes sátiras ni en d salmados
ciencia), que no es posible hacer e sonetos : no ha de ser vendible en
arrostrar la de las leyes que yo qui- ninguna manera , si ya no fuere en
siera que estudiara, ni de la reina poemas heroicos , en lamentables tra
de todas, la teologia . Quisiera yo que gedias, ó en comedias alegres y ar
fuera corona de su linaje, pues vivi- tificiosas : no se ha de dejar tratar
mos en siglo donde nuestros reyes de los truhanes, ni del ignorante
premian altamente las virtuosas y vulgo, incapaz de conocer ni estimar
buenas letras ; porque letras sin vir- los tesoros que en ella se encierran .
tud son perlas en el muladar. Todo Y no penséis, señor, que yo llamo
el día se le pasa en averiguar si dijo aquí vulgo solamente á la gente ple .
bien ó mal Homero en tal verso de la beya y humilde ; que todo aquel que
Iliada , si Marcial anduvo deshonesto no sabe, aunque sea señor y princi
ó no en tal epigrama, si se han de pº, puede y debe entrar en número
entender de una manera ú otra tales de vulgo ; y así el que con los requi
y tales versos de Virgilio : en in, sitos que he dicho tratare y tuviere
todas sus conversaciones son con los á la poesía, será famoso y estimado
libros de los referidos poetas , y con su nombre en todas las naciones po
y T1 líticas del mundo. Y á lo que decís ,
bulode
los ; Horacio Persio
que de , los , Juvenal
modernos roman- señor, que vuestro hijo no estima
cistas no hace mucha cuenta ; y con mucho la poesía de romance, doime
todo el mal cariño que muestra te- á entender que no anda muy acerta
ner á la poesía de romance, le tiene do en ello , y la razón es esta : el
ahora desvanecidos los pensamientos grande Homero no escribió en latín ,
el hacer una glosa á cuatro versos porque era griego ; ni Virgilio no
que le han enviado de Salamanca, y escribió en griego, porque era lati
pienso que son de justa literaria. A no. En resolución todos los poetas
todo lo cual respondió don Quijote : antiguos escribieron en la lengua que
Los hijos, señor, son pedazos de las mamaron en la leche, y no fueron á
entrañas de sus padres , y así se han buscar las extranjeras para decla
PARTE 1. - CAPÍTULO XVII 275

rar la alteza de sus conceptos : y dent's, virtuosos y graves, los hon


siendo esto así, razón sería se ex ran , los estiman y los enriquecen , y
tendiese esta costumbre por todas aun los coronan con las hojas del
las naciones, y que no se desestima árbol á quien no ofende el rayo , como
se el poeta alemán porque escriba en señal que no han de ser ofendi
en
su lengua, ni el castellano, ni dos de nadie los que con tales coro
aun el vizcaíno que escribe en la nas ven honradas y adornadas sus
ruya : pero vuestro hijo , á lo que sienes. Admirado quedó el del Verde
vo, señor, imagino, no debe de estar Gabán del razonamiento de don Qui
mal con la po sia de romance , sino jote, y tanto, que fué perdiendo de
con los poetas que son meros ro la opinión que con él tenía de ser
mancistas , sin saber otras lenguas ment cato . Pero a la mitad desta
ni otras ciencias que adornen y des plática, Sancho, por no ser muy de
pierten y ayuden " á su natura. im su gusto , se habia desviado del ca
pulso ; y aun en esto puede haber mino á pedir un poco de leche á
verro, porque según es opinión ver unos pastores que allí junto estaban
dadera , el poeta nace : quieren de ordeñando unas ovejas : y en esto ya
cir , que del vientre de su madre el volvía á renovar la plática el hidal
poeta natural sale poeta ; y con go, satisfecho en extremo de la dis
aquella inclinación que le dió el cie creción y buen discurso de don Qui
lo, sin más estudio ni artificio coin jote , cuando alzando don Quijote la
pone cosas que hace verdadero al cabeza vió que por el camino nor
que dijo : Est Deus in nobis, etc. donde ellos iban , venía un carro lle
También digo , que el natural poeta no de banderas reales ; y creyendo
que se ayudare del arte será mucho que d - bía de ser alguna nueva aven
mejor, y se aventajará al poeta, que tura, á grandes voces llamó á Sancho
sólo por saber el arte qusiere ser que viniese á darle la celada : el
lo . La razón es, porque el arte no cual Sancho , oyéndose llamar, dejó á
se aventaja á la naturaleza , sino per los pastores, y á toda priesa picó al
ficiónala : así que , mezciadas la na rucio , y llegó donde su amo estaba ,
turaleza v el arte, y el arte con la á quien sucedió una espantosa y des .
naturaleza , sacarán un perfectísimo atinada aventura .
poeta . Sea, pues, la conclusión de
mi plática , señor hidalgo, que vues i
merced deje caminar á su hijo vor
donde su estrella le llama , que sien CAPITULO XVII
do él tan buen estudiante como debe
de ser, y habiendo ya subido felice
mente el primer escalón de las cien Donde se declara el último punto
cias, que es el de las lenguas, con y extremo donde llegó y pudo
ellas por sí mismo subirá á la cum llegar el inaudito ánimo de don
bre de las letras humanas , las cua Quijote, con la felicemente aca
les tan bien parecen en un caballe bada aventura de los leones .
ro de capa y espada, y así le ador
nan , honran y engrandeo n como as
mitras á los obispos, ó como las gar Cuenta la historia, que cuando don
nachas á los peritos jurisconsultos . Quijote daba voces á Sancho que le
Riña vuesa merced a su hijo si hi trujese el yelmo , estaba el compran .
ciere sátiras que perjudiquen las de unos requesones que los pastores
honras ajenas, y castíguele y róm le vendían , y acosado de la mucha
paselas ; pero si hiciere sermones al priesa de su amo, no supo qué hacer
modo de Horacio, donde reprenda dellos ni en qué traerlos , y por no
los vicios en general , como tan ele perderlos, que ya los tenía pagados,
gantemente él lo hizo, alábele, por acordó de echarlos en la celada de
que lícito es a poeta escribir con su señor, y con este buen recado
tra la envidia, y decir en sus versos volvió á ver lo que le quería , el cual
mal de los envidiosos , y así de los en llegando le dijo : Dame , amigo ,
otros vicios, con que no señale perso esa celada , que yo sé poco de aven
na alguna ; nero hay poetas que á turas, ó lo que allí descubro es al
trueco de decir una malicia se pon guna que me ha de necesitar , v me
drán á peligro que los destierren á necesita á tomar mis armas . El del
las islas de Ponto. Si el poeta fuer Verde Gabán, que esto oyó, tendió
casto en sus costumbres , lo será tam la vista por todas partes , y no des .
bién en sus versos : la pluma, es len cubrió otra cosa que un carro que
gua del alma : cuales fueren los con. hacia ellos venía con dos o tres ban .
deptos que en ella se engendraren, deras pequeñas, que le dieron á en
tales serán sus escritos ; y cuando los tender que el tal carro debía de traer
reyes ó príncipes ven la milagrosa moneda de Su Majestad y así se lo
ciencia de la poesía en sujetos pru dijo á don Quijote ; pero él no e
276 DO . QUIJOTE DE LA MANCHA
dió crédito , siempre creyendo y pen. se admiraba, especialmente cuaado
sando que todo lo que le sucediese después de haberse limpiado don Qui
habían de ser aventuras y más aven- jote cabeza, rostro y barbas, y la
turas, y así respondió al hidalgo : ciada, se la encajó, y firmándose
Hombre apercib do, medio combati- bien en los estribos, requiriendo de
do : no se pierde nada con que yo espada, y asiendo la lanza , dijo :
me aperciba, que sé por experiencia Anora venga lo que viniere, ale
que tengo enemigos visibles é invi. aquí estoy yo con ánimo de tomarme
sibles, y no sé cuándo, ni adónde, ni con el mismo Satanás en persona .
en qué tiempo , ni en qué figuras me Llegó en esto el carro de las bande
han de acometer ; y volviéndose á ras , en el cual no venía otra gente
Sancho le pidió la celada, al cual , que el carr en las mulas y un
como no tuvo lugar de sacar los re- hombre sentado en la delantera . Pú
quesones , le fué forzoso dársela como sose don Quijote delante , y dijo :
estaba. Tomó a don Quijote, y sin ¿ Adónde vais hermanos ? ¿ Qué ca
que echase de ver lo quo dentro ve- rro es este , que lleváis en él y qué
nía , con toda priesa se la encajó en banderas son aquestas ? A lo que
la cabeza ; y como los requesones se respondió el carretero : El carros
apretaron y exprimieron comenzó a mío , lo que va en él son dos
correr el su ro ror todo el rostro y bcavos leons enjaulados, que el
barbas de don Quijote , de lo que re- general de Orán envía a la corte,
cibió tal susto que dijo á Sancho : presentados á Su Majestad ; las ban
¿ Qué será esto , Sancho, que me pa- deras son del Rey nuestro señor en
rece que se me ab andan los cascos, señal que aquí va cosa suya. ¿ Y son
ó se me derrit n los sesos , ó que sudo grandes los leones ? preguntó don
de los pies a la cabeza ? y si es que Quijote. Tan grandes, respondió el
sudo , en verdad que no es de miedo : hombre que iba á la puerta del ca
sin duda creo que es terrible la rro , que no han pasado mayores ni
aventura que ahora quiere suceder- tan grandes de Africa á España ja
me : dame si tienes con qué me im . más ; y yo soy el leonero , y he pa
pie , que el copioso sudor me ciega sado otros , pero como estos ningu
los ojos. Calló Sancho, y dióle un pa- no : son hembra v macho, e macho
ño , y dió con él gracias a Dios je va en esta jaula primera, y la hem
que su señor no hubiese caído en el bra en la de atrás, y ahora van ham .
caso . Limpióse don Quijote, y quitóse brientos porque no han comido hov .
la celada por ver qué cosa era la y así vnesa merced se desvíe , que
que á su parecer le enfriaba la ca- ( 8 menester llegar presto donde les
beza , v viendo aquellas gachas blan- demos de comer. A lo que dijo don
cas dentro de la celada, las llegó á Quijote sonriéndose un poco : ¿ Leon
las narices, y en oliéndolas, dijo : citos á mí ? ¿ A mí leoncitos y á ta.
Por vida de mi señora Dulcina del les horas ? Pues por Dios que han
Toboso , que son requesones los que de ver esos señores que acá los en
aquí me has puesto , traidor, ber- vian , si yo soy hombre que se espan
gante y mal mirado escudero. A lo ta de leones. Apeaos, buen hombre,
que con gran flema y disimulación y pues sois el leonºro, abrid esas
respondió Sancho : Si son requeso- jaulas, y echadme esas bestias fue
nes, démelos vu sa merced , que yo ra, que en mitad de esta campaña
me los comeré ; pero cómalos el dia- les daré á conocer quién es don Qui
blo , que debió de ser el que ahí los jote de la Mancha , á despecho y po
puso. & 1o había de tener atrevimien sar de los encantadores que á mí los
to de ensuciar el y mo de vuesa envían . Ta, ta , dijo á esta sazón en
merced ? Halladole habéis el atrevido. tre sí el hidalgo : dado ha señal de
A la fe , señor , á lo que Dios me da quién es nulfstro buen caballero :
á entender, también debo yo de te- los requesones sin duda le han
per encantadoras que me persiguen ablandado los cascos y madurado log
como á hechura v miembro de vne. sesos . Llegóse en esto á él Sanch ),
sa merced , y habrán puesto ahí esa y díjole : Señor , por quien Dios es,
inmundicia para mover a cólera su que vilesa morced hagi de manera
paciencia, y hacer que me muela co . que mi señor don Quijote no se tome
mo suele las costillas : pues en ver- con estos leones . pues si se toma, aquí
dad que esta vez han dado salto en ros han de hacer pedazos á todos .
vago, que yo confío en el buen dis- ¿ Pues tan loco es vuestro amo, res
curso de mi señor, que habrá consi. pondió el hidalgo, que temé's y creéis
derado que ni yo tengo requeson s que se ha de tomar con tan fieros ani
ni leche, ni otra cosa que lo vaga ; males ? No es loco, respondió Sanch) ,
y que si la tuviera, antes a pusiera sino atrevido. Yo haré que no lo
en mi estómago que en la celada. sea, replicó e. hidalgo ; y llegándo
Todo puede sír , dijo don Quijote ; y se á don Quijote, que estaba dando
todo lo miraba el hidalgo , y de todo priesa al lconero que abriese las
PARTE II . ---CAPÍTULO XVII 273
jaulas, le dijo : Señor caballero, los señor , decía Sancho , que aquí no
daballeros andantes han de acometer hay encanto ni cosa que lo valgi,
las aventuras que prometen esperan que yo he visto por entre las verjas
za de salir bien dellas, y no aquellas v resquicios de la jaula una uña du
que de todo en todo la quitan ; por león verdadero, y saco por ella que
que la valentía que se entra en la ei tal león , cuya debe de srr la tal
juridicción de la temeridad , más tie uña, es mayor que una montaña.
ne de locura que de fortaleza ; cuan . miedo , á lo menos, respondió don
to más que estos eones no vienen Quijote, te le hará parecer mayor
contra vuesa merced , ni lo sueñan : que la mitad del mundo . Retírate ,
van presentados á Su Majestad , y Sancao, y déjame, y si aquí muriera
no será bien detenerlos ni impedir ya sabes nuestro antiguo concierto :
les su viaje. - Váyase vuesa merced , acudirás á Dulcinea, y no te digo
señor hidalgo, respondió don Quijo más. A estas añadió otras razones
te, á entender con su perdigón man con que quitó las esperanzas de que
so y con su hurón atrevido, y deje no había de dejar de proseguir su
á cada uno hacer su oficio : este es desvariado intento. Quisiera el dei
el mío , y yo sé si vienen á mí o no Verde Gabán oponérsele , pero vióse
Estos señores leones ; y volviéndose desigual en las armas, y no le pare
al leonero , le dijo : Voto á tal, don ció cordura tomarse con un loco, que
bellaco, que si no abrís luego las jau ya se lo había parecido de todo pun .
as, que con esta lanza os he de co to don Quijote , el cual volviendo á
ser con el carro . El carretero , que dar priesa al leonero, y á reitorie
vió la determinación de aquella ar 148 amenazas, dió ocasión al hida'go
mada fantasma, le dijo : Señor mío, á que picase la yegua y Sancho al
vuesa merced sea servido por cari rucio, y el carretero á sus mulas ,
dad dejarme desuncir las mulas, y procurando ' todos apartarse del ca
ponerme en salvo con ellas antes que rro lo más que pudiesen , antes que
se desenvainen los leones , porque si los leones S9 desembanastasen . Llo
me las matan quedaré rematado por raba Sancho la muerte de su señor ,
toda mi vida, que no tengo otra ha que aquella vez sin duda creía que !le
cienda sino este carro y estas mu gaba en las garras de los leones :
las . ¡ Oh hombre de poca fel respon maldecía su ventura, y llamaba men .
dió don Quijote : apéate y desunce, guada la hora en que le vino al pen
y haz lo que quisieres, que bien samiento volver á servirle ; pero no
presto verás que trabajaste en vano, por llorar y lamentarse dejaba de
y que pudieras ahorrar desta diligen aporrear al rucio para que se alejase
cia. Apeóse el carretero y desunció del carro. Viendo pues el leonero
á gran priesa, y el eonero dijo á que ya los que iban huyendo estaban
grandes voces : Séanme testigos cuan bien desviados, torno á requeriry
tos aquí están, como contra mi vo á intimar a don Quijote lo que ya le
luntad y forzado abro las jaulas y había requerido é intimado, el cual
suelto los leones , y de que protesto respondió que le oía, y que no se
á este señor, que todo el mal y daño curase de más intimaciones y re
que estas bestias hicieren corra v querimientos, que todo sería de poco
vaya por su cuenta, con más mis sa fruto, y que se diese priesa. En el
larios y derechos . Vuestras merce
des , señores , se pongan en cobro espacio que tardó el leonero en abrir
la jaula primera, estuvo consideran
antes que abra, que yo seguro estoy do don Quijote si sería bien hacer a
que no me han de hacer daño. Otra batalla antes á pie que á caballo , y
vez le persuadió el hidalgo que no en fin se determinó de hacerla á pie ,
hiciese locura semejante, que era ten . temiendo que Rocinante se espanta
tar á Dios cometer tar disparate . A ría con la vista de los leones : por
lo que respondió don Quijote , que él esto saltó del caballo , arrojó la lan
sabía lo que hacía. Respondióle el za y embrazó el escudo, y desenvai,
hidalgo que lo mirase bien, que él nando la espada , paso ante paso , con
entendía que se engañaba . Ahora, maravilloso denuedo y corazón
señor, replicó don Quijote, si vuesa liente se fué á poner delante del ca
merced no quiere ser oyente desta
rro , encomendándose á Dios de todo
que a su parºcer ha de ser tragedia, corazón, y luego á su señora Dulci
pique la tordilla y póngase en salvo.
Oido lo cual por San con lágri nea. Y es de saber, que llegando a
este paso el autor desta verdadera
mas en los ojos le suplicó desistiese historia exclama y dice : ¡ Oh fuerte
de tal empresa , en cuya comparación v sobre todo encarecimiento animoso
habían sido tortas y pan pintado la
de los molinos de viento , y la teme don Quijote de la Mancha, espejo
rosa de los batanes , y finalmente to donde se pueden mirar todos los va
lientes del mundo , segundo y nuevo
das las hazañas que había acometido don Manuel de Leon , que fué gloria
en todo el discurso de su vida . Mire ,
y honra de los español s caballeros !
278 DON QUIJOTE DE LA VANCIA

¿ Con qué palabras contaré esta tan vuesa merced ya está bien declara
espantosa hazaña, ó con qué razones da : ningún bravo poleante , según
la haré creible en los siglos venide mí se me alcanza , está obligado si
ros , o que a abanzas habrá que no te más que á desafiar á su enemigo y
convengan y cuadren , aunque sean esperarle en campaña ; y si el con
hiperboles sobre todos los hipérbo trario no acude, en él se queda la in
les ? Tú á pie, tú solo, tú intrépido, famia , el esperante gana la corona
tú magnánimo, con sólo ung espada, del vencimiento. Así es verdad , res
y no de las del Perrillo cortadoras, pondió don Quijote : cierra, amigo,
con un escudo, no de muy luciente la puerta , y dame por testimonio ,
y limpio acero, estás aguardando y en la mejor forma que pudieres , lo
atendiendo los dos más fieros leones que aquí me has visto hacer ; con
que jamás criaron las africanas sel viene saber , cómo tú abriste al león ,
vas . Tus mismos hechos sean los que yo le esperé, él no salió, volvíle á
te a abon , valeroso manchego, que yo esperar, volvió á no salir, y volvióse
los dejo aquí en su punto por faltar á acostar . No debo más , y encantos
me palabras con que encarecerlos . afuera , y Dios ayude á la razón y á
Aquí cesó la referida exclamación la verdad, y á la verdadera caballe
del autor, y pasó adelante anudando ría, y cierra, como he dicho, en tan
el hilo de la historia y diciendo, que to que hago señas á los huídos v au
· habiendo visto el leonero ya puesto sentes para qu ? sepan de tu boca esta
en postura á don Quijote, y que no hazaña . Hízolo así el leonero , y don
podía dejar de soltar el león macho, Quijote , poniendo en la punta de la
so pena de caer en la desgracia del lanza el lienzo con que se había lim
indignado y atrevido caballero, abrió piado el rostro de la lluvia de los re
de par en par la primera jaula , don quesones, comenzó a llamar á los que
de estaba, como se ha dicho, el león , no dejaban de huir ni de volver la
el cual pareció de grandeza extraor cabeza á cada paso , todos en tropa
dinaria y de espantable y fea cata y antecogidos del hidalgo ; pero al
dura . Lo primero que hizo fué revol canzando Sancho á ver la señal del
verse en la jaula donde venía echa blanco paño, dijo : Que me maten si
do, y tender la garra , y desperezar mi señor no ha vencido á las fieras
se todo : abrió luego la boca y bos bestias, pues nos llama. Detuviéron
tezó muy despacio , y con casi dos se todos, y conocieron que el que
palmos de lengua que sacó fuera se hacía las señas era don Quijote ; y
despolvoreó los ojos y se lavó el ros perdiendo alguna parte del miedo,
tro : hecho esto , sacó la cabeza fue poco a poco se vinieron acercando
ra de la jaula, y miró á todas partes hasta donde claramente oyeron las
con los ojos hechos brasas , vista y voces de don Quijote, que los llama
ademán para poner espanto á la mis ba. Finalmente, volvieron al carro,
ma temeridad . $60 don Quijote lo y en llegando dijo don Quijote al ca
miraba atentamente, deseando que rretero : Volved, hermano, á uncir
saitase ya del carro y viniese con él vuestras mulas y á' proseguir vues
á las manos, entre las cuales pensa tro viaje ; y tú , Sancho , dale dos es.
ba hacerle pedazos. cudos de oro para él y para el leo
Hasta aquí llegó el extremo de su nero , en recompensa de lo que por
jamás vista locura ; pero el generoso mi se han detenido. Esos daré yo de
león, más comedido que arrogante, muy buena gana, respondió Sancho ;
no haciendo caso de niñerías ni de pero ¿ qué se han hecho de los len
bravatas, después de haber mirado á pos ? ¿ Son muertos ó vivos ? Enton
una y otra parte, como se ha dicho, ces el leonero menudamente y por
volvió las espaldas y enseñó sus tra sus pausas contó el fin de la contien .
seras partes á don Quijote, y con gran da , exagerando como él mejor pud
flema y remanso se volvió a echar en V supo el valor de don Quijote, de
cuva vista el león acabardado re
la jaji a : viendo lo cual don Quijote
mandó al leonero que le diese de pa quiso ni osó salir de la jaula, puesto
los, y le irritase para echarle fuera. que había tenido un buen espacio
Eso no haré yo, respondió el leone abierta la puerta de la jaula , y que
ro , porque si yo le instigo , el prime por haber él dicho á aquel caballero
que era tentar á Dios irritar al león
ro á quien hará pedazos será á mi para que por fuerza suliese, como
mismo. Vuesa merced, señor caba
llero, se contente con lo hecho , que él quería que se irritase, mal de su
es todo lo que puede decirse en gé . grado y contra toda su voluntad ha .
nero de valentía , y no quiera tentar bía permitido que la puerta se cerra
segunda vez fortuna : el león tiene se. ¿ Qué te parece desto, Sancho , dijo
abierta la puerta , en su mano está don Quijote, hay encantos que va !
gan contra la verdadera valentía ?
salir o no salir ; pero pues no ha sa
lido hasta ahora , no saldrá en todo Bien podrán los encantadores quitar
el día : la grandeza del corazón de me la ventura , pero el esfuerzo y el
PARTE II . - CAPÍTULO XVII 279
Animo será imposibie. Dió los es- buscando peligrosas aventuras coa in
cudos Sancho, unció el carretero , be- tención de darles dichosa y bien aior .
so las manos ei leonero á don Qui- tunada cima, sólo por a canzar L'O
jote por la merced recibida, y pro riosa famı y duradera. Mejor parece,
metióie de contar aquella valerosa digo, un caballero andante socorrieri
hazaña al mismo Rey cuando en a do á una viuda en algún despoblado ,
corte se viese . Pues si acaso Su Ma- que un cortesano caballero requebran
jestad preguntare quién la hizo , di- do á una doncella en las ciudades. To
réisle que el Caballero de los Leo- dos los caballeros tienen sus particu
nes : que de aquí adelante quiero que lares ejercicios : sirva á las damas el
en este se trueque, cambie , vuel- cortesano, autorice ia corte de su rey
va y mude el que hasta aquí he te- con libreas , sustente los caballeros po
nido del caballero de la Triste Figu- bres con el espléndido plato de sul
ra : y en esto sigo la antigua usanza m sa, concierte justas, mantenga tcr
de los andantes caballeros , que se mu- neos, v muéstrese grande, liberal v
daban los nombres cuando querían ó magnífico, y buen cristiano sobre
cuando les venía á cuento . Siguió su todo, y desta manera cumplirá con
camino el carro , y don Quijote , San- sus precisas obligaciones ; pero el ac
cho y el del Verde Gabán prosiguie- dante caballero busque los rincones
ron el suyo . En todo este tiempo no dei mundo, éntrese en Los más intrin .
había hab ado palabra don Diego de cados laberintos , acometa á cada paso
Miranda , todo atento á mirar y á no . lo imposible, résista en los páramos
tar los hechos y palabras de don Qui- despoblados los ardientes rayos del
jote, pareciéndole un cuerdo loco, y sol en la mitad de verano , y en el
un loco que tiraba á cuerdo . No ha-, invierno la dura inclemencia do los
bía aún llegado á su noticia la prime- vientos y de los hielos ; no le asom
ra parte de su historia , que si la bren los leones , ni le espanten los
hubiera leído, cesara la admiración vestigios, ni atemoricen endriagcs ,
en que lo ponían sus hechos y sus que buscar éstos, acometer aquélics,
pa abras, pues ya supiera el género y vencerlos á todos son sus princ!
de su locura ; pero como no la sa- pales y verdaderos ejercicios . Vo
bía , ya le tenía por cuerdo y ya por pues , como me cupo en suerte ser
Joco, porque lo que hablaba era con- uno del número de la andante caba
certado, elegante y bien dicho, v 10 ilería, no puedo dejar de acometer todo
que hacía disparatado, temºrario v aquello que á mí me pareciere que
tonto ; y decía entre sí : ¿ Qué más cae debajo de la jurisdicción de mis
locura puede ser que ponerse la ce . ejercicios ; y así el acometre los eo
cada llena de requesones , y darse a nes que ahora acometí , derechamente
entender que le ablandaban los cas me tocaba, puesto que conocí ser te
cos los encantadores ? ¿ Y qué mayor meridad exorbitante ; porque bien sé
temeridad y disparate que querer pe- lo que es valentía, que es una virtud
lear por fuerza con los leones ? Des que está puesta entre dos estremos
tas imaginaciones y deste soliloquio viciosos , como son la cobardía y la
le sacó don Quijote, diciéndle : to neridad ; pero menos mal s rá tre
¿ Quién duda, señor don Diego de Mi el que es valiente toque y suba al
randa, que vuesa merced no me ten punto de temerario, que no que baje
ga en su opinión por un hombre dis y toque en el punto de cobarde : que
paratado y loco ? Y no sería mucho así como es más fácil venir el pró
que así fuese, porque mis obras no digo á ser liberal , que el avaro , así
pueden dar testimonio de otra cosa : es más fácil dar el temerario en ver
pues con todo esto , quiero que vuesa dadero valiente , qug no el cobarde
merced advierta que no soy tan loco subir a la verdadera valentía ; v en
ni tan menguado como debo de ha- esto de acometer aventuras, créame
berle parecido. Bien parece un gallar- vuesa merced , señor don Diego , nie
do caballero á los ojos de su rey en antes se ha de perder por carta de
la mitad de una gran plaza dar una más que de menos; porque mejor
lanzada con felice suceso á un bravo suena en las orejas de los que lo
toro : bien parece un caballero arma oyen : el tal caballero es tem rario y
ro de resplandecientes armas pasar la atrevido, que no : el tal caballero es
tela en alegres justas delante de las tímido y cobarde . Digo, señor don
damas , y bien parecen todos aquellos Quijote, respondió don Diego , que
caballeros que en ejercicios mi ares, todo lo que vuesa merced ha dicho
6 que lo parezcan , entretienen y ale y hocho, va nivelado con el fiel de la
gran , y si se puede decir, honran las misma razón , y que entiendo que si
cortes de sus principes ; pºro sobre las ordenanzas y leyes de a caba
todos estos parece mejor un caballe- llería andante se perdiesen , se ha
ro andante , que por os desiertos , por llarían en el pecho de vu sa merced
las soledades, por las encrucijadas, como en su mismo depósito y archi
por las selvas y por los montes anda vo ; y démonos priesa, que se nace
280 DON QUIJOTE DE LA VANCIA
tarde, y lleguemos á mialdea y casa ,
donde descansará vuesa merced del
pasado trabajo , que si no ha sido del
cuerpo , ha sido del espíritu , que sue CAPITULO XVIII
le tal vez redundar en cansancio del
euerpo. Tengo el ofrecimiento á gran
favor y merced , señor don Diego, res De lo que sucedió á don Quijote
pondió don Quijote ; y picando más en el castillo ó casa del caballe
de lo que hasta entonces, serían como ro del Verde Gabán, con otras co
las dos de la tarde cuando llegaron á 8as extravagantes.
Ja aldea y á la casa de don Diego , á
quien don Quijote llamaba e . caballe
ro del Verde Gabán . Halló don Quijote ser la casa de
don Diego de Miranda ancha como
de aldea; las armas empero, aunque
de piedra tosca , encima de la puer
ta de la calle, la bodega en el pa
tio, la cueva en el portal , y muchas
tinajas a la redonda , que por ser del
Toboso le renovaron las memorias de
su encantada y transformada Dulci
nea ; y sospirando sin mirar lo que
decía , ni delante de quién estaba ,
dijo :
¡ Oh dulces prendas por mi mal halladas,
dulces y aiegres cuando Dios quería !

¡ Oh , tobosescas tinajas, que me ha tudiantil, sin almidón y sin randas ;


béis traído a la memoria la du.ce los borceguíes eran datilados y en
prenda de mi mayor amargura ! Oyó. cerados los zapatos. Ciñóse su bu na
le decir esto el estudiante poeta hijo espada, que pendía de un tahall de
de don Diego , que con su madre ha piel de un lobo marino que es opi.
bía salido á recibirle, y madre é hijo nión que muchos años fué enfermo de
quedaron suspensos de ver la extra los riñones, y cubrióse con un herre
na figura de don Quijote, el cual ruelo de buen paño pardo ; pero antes
apeándose de Rocinante fué con mu de todo con cinco calderos ó seis de
cha cortesía á pedirle las manos agua ( que en la cantidad de los cal
para besárselas, y don Diego dijo : deros hay alguna diferencia) se lavó
Recibid, señora, con vuestro sólito la cabeza y rostro , y todavía se quedó
agrado al señor don Quijote de la el agua de color de suero , m rced á
Mancha, que es el que tenéis delan la go osina de Sancho y á la compra
te , andante caballero, y el más va de sus negros requesones, que tan
liente y el más discreto que tiene blanco pusieron á sú amo. Con los
el mundo . La señora , que doña Cris referidos atavíos y con gentil do
tina se llamaba , le recibió con mues naire y gallardía salió don Quijote
tras de mucho amor y de mucha á otra sala donde el estudiante le
cortesía , y don Quijote se le ofreció estaba esperando para entretenerle
con asaz de discretas y comedidas ra. en tanto que las mesas se ponían .
zones . Casi los mismos comedimien que por a venida de tan noble hués
tos pasó con el estudiants, que en ped quería la señora doña Cristina
oyéndole hablar don Quijote le tuvo mostrar que sabía y podía regalar á
por discreto y agudo. Aquí pinta el los que a su casa llegasen. En tanto
autor todas las circunstancias de la que don Quijote se estuvo desarman
casa de don Diego , pintándonos en do, tuvo lugar don Lorenzo ( que así
ella lo que contiene una casa de un se llamaba el hijo de don Diego) de
caballero labrador rico ; pero al tra decir á su padre : ¿ Quién dir mos ,
ductor desta historia le pareció pa señor, que es este caballero que vue
sar estas y otras semejantes menu sa merced nos ha traído á casa ? que
dencias en silencio , porque no ve ei nombre , la figura y el decir que
nían bien con el propósito principal es caballero andante, á mí y á mi
de la historia , la cual más tiene su madre nos tiene suspensos. No sé lo
fuerza en la verdad, que en las frías que te diga, hijo , respondió don
digresiones. Entraron á don Quijote Diego : solo te sabré decir que le he
en una sala, desarmole Sancho, que visto hacer cosas del mayor loco del
do en valones y jubón de camuza , mundo, y decir razones tan discr .
todo bisunto con la mugre de las tas, que borran y, deshacen sus be
armas : el cuello era va ona á lo es. chos : háblale tú, y toma el pulso
PARTE 11, -CAPÍTULO XVIII 281

á lo que sabe, y pues eres discreto , dico , y principalmente herbolario,


juzga de su discreción ó tontería lo para conocer en mitad de los despo
que más puesto en razón estuviere, blados y desiertos las hierbas que tie
aunque para decir verdad, antes in nes virtud de sanar las heridas ; que
tengo por loco que por cuerdo . Con no ha de andar el caballero andante
esto se fué don Lorenzo á entretener á cada triquete buscando quien se
á don Quijote, como queda dicho, y las cure : ha de ser astrólogo, para
entre otras pláticas que los dos pa conocer por las estrellas cuántas ho
saron, dijo don Quijote á don Loren ras son pasadas de la noche, y en
zo : El señor don Diego de Miranda , qué parte y en qué clima del mundo
padre de vuesa merced , me ha dado se halla : ha de saber las matemáti
noticia de la rara habilidad y sutil cas, porque á cada paso se le ofre
ingenio que vuesa merced tiene. V cerá tener necesidad dellas ; y de
sobre todo que es vuesa merced lin jando aparte que ha de estar adorna
gran poeta. Poeta bien podrá ser , do de todas las virtudes teologales
respondió don Lorenzo, pero grande, y cardinales, descendiendo á otras mu
ni por pensamiento ; verdad es que nudencias, digo , que ha de saber na
soy algún tanto aficionado á la poe dar, como dicen que nadaba el peje
sía y á leer os buenos poetas ; poro Nicolás ó Nicolao : ha de saber he.
no de manera que se me pueda dar rrar un caballo , y ad rezar la silla v
el nombre de grande que mi padre el freno ; y volviendo á lo de arriba.
dice . No me parece mal esa humil ha de guardar la fe á Dios y á Sul
dad , respondió don Quijote , porque dama : ha de ser casto en los pensa
no hay poeta que no sea arrogante , mientos , honesto en las palabras, ii .
y piense da sí que es el mayor poe. beral en las obras, valiente en los
ta del mundo. No hay regla sin ex hechos, sufrido en los trabajos, ciri
1
cepción, respondió don Lorenzo, tativo con los menesterosos , y final
alguno nabrá que lo sea y no lo pien . mente mantenedor de la verdad, aun .
gu . Pocos, respondió don Quijote ; que le cueste la vida e defenderla .
pero dígame vuesa merced, ¿ qué ver. De todas estas grandes y mínimas
60s son los que ahora trae entre me partes se compone un buen caballe.
nos, que me ha dicho el señor su . ro andante, porque vea vuesa mer
padre que le traen algo inquieto v ced, señor don Lorenzo, si es ciencia
pensativo ? I si es alguna glosa. á mí mocosa la que aprende el caballero
se me entiende algo de achaque de que a estudia y la posfrsa, y si se
glosas, y holgaría saborlos ; y si es puede igualar á las más estiradas que
que son de justa literaria , procure en los ginasios y escuelas se ense
vuesa merced llevar el segundo pre ñan . Si eso es así , rep.icó don Lo
mio , que el primero siempre se ile renzo, yo digo que se aventaja esa
va el favor ó la gran calidad de la ciencia á todas. ¿ Cómo si es así ?
persona ; el segundo se le lleva la respondió don Quijoto . Lo que vo
iuera justicia , y el tercero viene á ser quiero decir , dijo don Lorenzo, es
segundo, y el primero á esta cuenta que dudo que haya habido ni que
será el tercero , al modo de las li los haya ahora caballeros andantes y
cencias que se dan en las universi adornados de virtudes tantas . Muchas
dades ; pero con todo esto, gran per veces he dicho lo que vuelvo á decir
sonaje es el nombre de primero. Has ahora, respondió don Quijote , que la
ta ahora , dijo entre si don Lorenzo, mayor parte de la gente del mundo
no os podré yo juzgar por loco , va esta de parecer de que no ha habido
mos adelanto, y dijole : Paréceme en él caballeros andantes ; y por pare
que vuesa merced ha cursado 189 cerme á mí que, si el cielo milagro .
escuelas ; ¿ qué ciencias ha oído ? Vid samente no les da á entender la ver
de la caballería andante , respondió dad de que los hubo y de que los hay ,
don Quijote , que es tan buena como cualquier trabajo que se tome ha de
la de la poesía , y aun dos deditos ser en vano, como muchas veces me
más. No sé qué ciencia sea esa, re lo ha mostrado la experiencia, no
plicó don Lorenzo, y hasta ahora no quiero detenerme ahora en sacar á
ha llegado a mi noticia. Es una cien vuesa merced del error que con los
cia, replicó don Quijote, que encie muchos tiene ; lo que pienso hacor es
rra en sí todas ó las más ciencias rogar al cielo le saque dél, y le dé á
del mundo, á causa que el que la entender cuán provechosos y cuán
necesarios fueron al mundo los caba
profesa ha de ser jurisperito, y saber
las leyes de la justicia distributivy lleros andants en los pasados siglos.
7 conmutativa , para dar á cada uno v cuán útiles fueran en el presente si
lo que es suyo lo que le convie . se usaran : pero triunfan ahora por
ne : ha de ser teólogo, para saber dar pecados de las gentes la pereza, a
razón de la cristiana ley que profesa , ociosidad , la gula y el regalo . Esca
clara y distintamente , adondequiera pado se nos ha nuestro huésped , dijo
á esta sazón entre si don Lorenzo ':
que le fu -re pedido : ha de ser mé
282 DOX QUIJOTE DE LA NIANCIA

pero con todo eso él es loco bizarro, y nunca me le volvió,


y yo sería mentecato flojo si así no ni abundante , ni por tasa .
lo creyese. Aquí dieron fin á su pláti Siglos ha ya que me ves ,
ca porque os llamaron á comer. Pre fortuna, puesto á tus pies ;
gunto don Diego á su hijo que había vuélveme á ser venturoso ,
sacado en limpio del ingenio del que será mi ser dichoso
huésped. A lo que el respondió : No si mi fué tornase á es.
le sacarán dol borrador de su locura
Cu tos médicos y buenos escribanos No quiero otro gusto ó gloria ,
tiene el mundo : él es un entrevera otra pa ma óvenc.miento ,
do loco lleno de lúcidos interva os . otro triunfo , otra victoria,
Fuéronse á comer, y la comida fué tal sino volver al contento ,
como don Diego había dicho en el que es pesar en mi memoria .
camino que la solía dar á sus convi . Si tú me vuelves allá ,
dados, limpia, abundante y sabrosa ; fortuna , templado está
pero de lo que más se contentó don todo el rigor de mi fuego,
Quijote fue del maravilloso silencio y más si este bien es luego ,
que en toda la casa había, que se sin esperar más será.
mejaba un monasterio de cartujos.
Levantados pues los manteletes, y da Cosas imposibles pido ,
das gracias a Dios y agua á las ma pues volver el tiempo á ser
nos , don Quijote pidió ahincadamen dospués que una vez ha sido ,
te á don Lorenzo dijese los versos no hay en la tierra poder
de la justa literaria. A lo que él res. que á tanto se haya extendido.
pondió : Por no parecer de aquellos Corre el tiempo, vuela y va
poetas que cuando les ruegan digan ligero , y no volverá,
sus versos los niegan, y cuando no y erraria el que pidiese ,
se los piden los vomitan, yo diré mi o que el tiempo ya se fuese,
grosa, de la cual no espero premio ese el tiempo ya.
alguno , que sólo por ejercitar el in
genio la he hecho. Un amigo y dis Vivir en perpleja vida,
creto , respondió don Quijote, era de ya esperando, ya temiendo,
parecer que no se había de cansar es muerte muy conocida,
nadie en glosar versos, y la razón , y es mucho mejor muriendo
decía él , era, que jamás la glosa po buscar al dolor salida .
día llegar al texto, y que muchas ó A mí me fuera interés
cas más veces iba la glosa fuera de acabar, mas no lo es,
la intención y propósito de lo que pe . pues con discurso mejor,
día lo que se glosaba ; y más cce las me da la vida el temor
seyfe de la gicsa eran demasiadamen de lo que será después .
te estrechas, que no sufrían interro
gantes, ni dijo, ni diré, ni hacer
nombres de verbos , ni mudar el sen En acabando de decir su glosa don
tido, con otras ataduras y estreche Lorer.zo, se levantó en pie don Qui
zas con que van atados los que glo jote, y en voz levantada, que parecía
san , como vuesa mercod debe de sa grito , asiendo con su mano la dere .
ber. Verdaderamente, señor don Qui cha de don Lorenzo, dijo : Viven los
jote , dijo don Lorenzo, que deseo cielos donde más altos están , mancebo
coger á vuesa merced en un mal la generoso , que sois el mejor poeta del
tín continuado, y no puedo , porque orbe , y que merecéis estar aureado,
Sa me desliza de entre las manos no por Chipre ni por Gaeta , como di
como anguila. No entiendo , respondió jo un poeta, que Dios perdone, sing
dor Quijote , lo que vuesa merced por las academias de Atenas, si hoy
dice ni quiere decir en eso del desli vivieran , y por las que hoy viven de
zarme. Yo me daré á entender, res París , Bolonia y Salamanca. Plega al
pondió don Lorenzo, y por ahora esté cielo que los jueces que os quitaren
vuesa merced atento á los versos glo el premio primero, Febo los asaetoe,
gados y á la glosa , que dicen desta vas musas jamás atraviesen los um
manera : brales de sus casas . Decidme, señor,
si sois servido, algunos versos ma
Si mi fué tornase á es , yores, que quiero tomar de todo en
sin esperar más será , todo el pulso á vu stro admirable in .
ó viniese el tiempo ya
genio. ¿ No es bueno que dicen que
de lo que será después. sa holgú don Lorenzo de verse alabar
GLOSA de don Quijote , aunque le tenía por
loco ? ion fuerza de la adulación ,
Al fin como todo pasa , cuánto textiendes, y cuán dilatados
de pasó el bien que me dió límites son los de tu jurisdición agra
fortuna un ti mpo no escasa , dable ! Esta verdad acredito don Lo .
PARTE IT. --CAPÍTULO XVIII 233

renzo, pues condescendió con la de. ciéndole este soneto á la fábula á


manda y deseo de don Quijote, di historia de Píramo y Tisbe :

SONETO
El muro rompe la doncella hermosa
que de Píramo abrió el gallardo pecho ;
parte el amor de Chipre, y va derecho
á ver la quiebra estrecha y prodigiosa.
Hab a el silencio allí , porque no osa
la voz entrar por tan estrecho estrecho
las almas sí , que amor suele de hecho
facilitar la más difícil cosa .
Salió el deseo de compás, y el paso
de la imprudente virgen solicita
por su gusto su muerte : ved qué historia.
Que á entrambos en un punto , ¡oh extraño caso !
los mata , los encubre y resucita
una espada, un sepulcro, una memoria.
Bendito sea Dios, dijo don Quijote sa merced otra vez, y si lo he dicho
habiendo oído e soneto á don Lo- co vuelvo á decir, que cuando vuesa
renzo , que entre los infinitos poetas merced quisiere ahorrar caminos y
consumidos que hay , he visto un con- trabajos para llegar á la inaccesible
sumado poeta , como lo es vuesa mer- cumbre del templo de la fama, no
ced, señor mío, que así me lo da á tiene qus hacer otra cosa sino dejar
entender el artificio deste soneto . á una parte la senda de la poesía ,
Cuatro días estuvo don Quijote rega- algo estrecha, y tomar la estrechísi
ladísimo en la casa de don Diego, al ma de la andante caballería, bastante
cabo de los cuales le pidió licencia para hacerle emperador en daca las
para irse , diciéndole que le agradecía pajas. Con estas razones acabó don
la merced y buen tratamiento que en Quijote de cerrar el proceso de su
su casa había recibido : pero que por locura, y más con las que añadió di
no parecer bien que los caballeros ciendo : Sabe Dios si quisiera llevar
andantes se den muchas horas al ocio conmigo al señor don Lorenzo para
y al regalo , se quería ir á cump.ir enseñarle cómo se han de perdonar
con su oficio , buscando las aventu los sujetos, y supeditar y acocear los
ras, de quien tenía noticia que aque soberbios, virtudes anejas á la profe
lla tierra abundaba, donde esperaba sión que yo profeso ; pero pues no
entretener el tiempo hasta , que lle
gase el día de las justas de Zarago lo pide su poca edad, ni lo querrán
za, que era el de su derecha derro consentir sus cables ejercicios , sólo
me contento con advertirle á vuesa
ta ; y que primero había de entrar en
la cueva de Montesinos , de quien tan merced, que siendo poeta podrá ser
famoso si se guía más por el parecer
tas y tan admirables cosas en aque
llos contornos se contaban, sabiendo ajeno que por el propio ; porque no
é inquiriendo asimismo el nacimiento hay padre ni madre á quien sus lui
y verdaderos manantiales de las sie. jos le parezcan feos , y en los que lo
te lagunas llamadas comúnmente de son del entendimiento corre más este
Ruidira . Don Diego y su hijo ie engaño. De nuevo 89 admiraron pa
alabaron su honrosa determinación , dre y hijo de las entremetidas razo
y le dijeron que tomase de su casa y nes de don Quijote , ya discretas y ya
de su hacienda todo lo que en grado disparatadas, y del tema y tesón que
llevaba de acudir de todo en todo á
le viniese , que le servirían con la la busca de sus desventuradas aven
voluntad posible, que á ello les obli turas , que las tenía por fin y blanco
gaba el valor de su persona y la hon de sus deseos . Reiteráronse los ofre .
rosa profesión suya. Llegóse en fin cimientos y comedimientos , y con la
el día de su partida, tan alegre para
don Quijots como triste y aciago buena licencia de la señora del cas .
para Sancho Panza , que se hallaba tillo, don Quijote y Sancho sobre Re
muy bien con la abundancia de la cinante y el rucio se partieron .
casa de don Diego, y rehusaba de
vo ver á la hambre que se usa en las
florestas y despoblados, y á la estre
cheza de sus mal proveídas alfor
jas : con todo esto las llenó y colmo
de lo más necesario que le pareció ,
al despedirse dijo don Quijote á
don Lorenzo : No sé si he dicho á vue
ON QUIJOTE DE LA MANCHA

hombres. El aparato con que se han


de hacer es extraordinario y nue
vo, porque se han de celebrar en un
@ATITULO XIX prado que está junto al pueblo de la
novia, á quien por excelencia llaman
Quiteria la hermosa, y el desposado
Donde se cuenta la aventura del se llama Camacho el rico, ella de
pastor enamorado, con otros en diez y ocho años, y él de veintidós :
verdad gracio808 suce808. ambos para en uno , aunque algunos
curiosos que tienen de memoria los
linajes de todo el mundo, quieren de .
Poco trecho se había alongado don cir que el de la hermosa Quiteria se
Quijote del lugar de don Diego, cuan aventaja al de Camacho ; pero ya no
d ) encontró con dos como cléricos ó se mira en esto, que las riquezas son
como estudiantes, y con dos labrado poderosas de soldar muchas quiebras.
res , que sobre «cuatro bestias asnales En efecto, el tal Camacho es liberal ,
venían caballeros. El uno de los es y hásele antojado de enramar y cu
tudiantes traía como un portamonteo , brir todo el prado por arriba, de tai
en un lienzo de bocací verde, envuei suerte que el sol se ha de ver en tra
to al parecer un poco de grana blan bajo si quiere entrar á visitar las
ca y dos pares de medias de cordella hierbas verdes de que está cubierto
te ; el otro no traía otra cosa que dos el suelo . Tiene asimismo maheridas
espadas negras, de esgrima, nuevas danzas, así de espadas como de casca
y con sus zapatillas. Los labradores bel menudo, que hay en su pueba
traían otras cosas que daban indicio quien los repique y sacuda porextre
y señal que venían de alguna villa mo : de zapateadores no digo nada,
grande donde las habían comprado, que es un juicio los que tienen mu
y las llevaban á su aldea : así es ñidos ; pero ninguna de las cosas re
tudiantes como labradores cayeron feridas, ni otras muchas que he le .
en la misma admiración en que caían jado de referir , ha de hacer más ne
todos aquellos que la vez primera morables estas bodas, sino las te
veían á don Quijote, y morían por sa imagino que hará en ellas el desp
ber qué hombre fuese aquel tan fue chado Basilio . Es este Basilio un za
ra del uso de los otros hombres. Sa. gal vecino del mismo lugar de Qui
ludóles don Quijote, y después de sa teria, el cual tenía su casa pared er:
ber el camino que llevaban , que era medio de la de los padres de Qui
el mismo que él hacia, les ofreció su teria, de donde tomó ocasión el amor
compañía y les pidió detuviesen el de renovar al mundo los ya olvidados
paso, porque caminaban más sus po amores de Píramo y Tisbe, porque Ba
llinas que su caballo ; y para obligar silio se enamoró de Quiteria desde sus
los , en breves razones les dijo quién tiernos y primeros años , y ella fué
era , y su oficio y profesión, que era correspondiendo a su deseo con mi
de caballero andante, que iba á bus honestos favores, tanto que se up
car las aventuras por todas las par taban por entretenimiento enel pue.
tes del mundo . Dijoles que se llama blo los amores de los dos niños Ba
ba de nombre propio don Quijote de silio y Quiteria. Fué creciendo la
la Mancha, y por el apelativo el ca edad, y acordó el padre de Quiteria
ballero de los Leones . Todo esto para de estorbar á Basilio la ordinaria en
los labradores era hablarles en grie trada que en su casa tenía ; y por
go ó en jerigonza ; pero no para los quitarse de andar receloso y lleno de
estudiantes, que luego entendieron sospechas, ordenó de casar a su hija
la flaqueza del celebro de don Quijo. con el rico Camacho, no pareciéndole
te ; pero con todo eso le miraban con ser bien casarla con Basilio, que no
admiración y con respeto , y uno de tenía tantos bienes de fortuna como
ellos le dijo : Si vuesa merced , se de naturaleza : pues si va á decir las
ñor caballero, no lleva camino de verdades sin invidia, él es el más
terminado, como no e suelen llevar ágil mancebo que conocemos, gran ti
los que buscan las aventuras, vuesa rador de barra, luchador extremado
merced se venga con nosotros, verá y gran jugador de pelota ; corra como
una de las mejores bodas y más ri un gamo, salta más que una cabra,
cas que hasir el día de hoy se habrán birla á los bolos como por encanta
celebrado en la Mancha, ni en otras mento : canta como una calandria , y
muchas leguas á la redonda. Pregun toca una guitarra que la hace hablar,
tóle don Quijote si eran de algún y sobre todo juega una espada como
príncipe, que así las ponderaba . No ei más pintado. Por esa sola gracia ,
son , respondió el estudiante , sino De dijo á esta sazón don Quijote , merecía
un labrador y una labradora ; el el ese mancebo, no sólo casarse con la
más rico de toda esta tierra, y ella hormosa Quiteria, sino con la misma
la más hermosa que han visto os reina Jinebra , si fuera boy viva, á
PARTE II. - CAPÍTULO XIX
pesar de Lanzarote de todos aque como animal bruto : mira de cuando
llos que estorbario quisieran . A mi en cuando al cielo, y otras veces cla
mujer con eso , dijo Sancho canza , va los ojos en la tierra con tal embe
que hasta entonces había ido callan lesamiento , que no parece sino esta
do y escuchando, la cual no quiere tua vestida que el aire le mueve la
sino que cada uno case con su igual , ropa . in fin , é da tales muestras de
ateniéndose al refrán que dice : Cada tener apasionado el corazón , que te
oveja con su pareja . Lo que vo qui memos todos los que le conocemos
siera es que ese buen Basilio, que que el dar el si mañana la hermosa
ya me le voy aficionando, se casara. Quiteria ha de ser la sentencia de
con esa s ñora Quiteria, que buen si su muerte. Dios lo hará mejor , dijo
glo hayan y buen poso ( iba á decir Sancho , que Dios , que da la llaga , da
al revés) Los que estorban que se ia medicina : nadie sabe lo que está
casen los que bien se quieren . Si to por venir : de aquí á mañana muchas
dos los que bien se quieren se hubie horas hay, y en una y aun en un mo.
sen de casar, dijo don Quijote , qui mento se cae la casa : y yo he visto
taríase la elección y jurisdicción á los llover y hacer sol todo á un mismo
padres de casar sus hijos con quien punto : tal se, acuesta sano á la no
v cuando deben : y si á la voluntad che , que no se puede mover otro
de las hijas quedase escoger los ma día. Y diganme, ¿ por ventura h
ridos , tal habría que escogiese al cria brá quien se alabe que tiene echado
do de su padre, y tal al que vió pa . un clavo á a rodaja de la fortuna ?
sar por la calle, á su parecer bizarro No por cierto, y entre el sí y el no
y entonado , aunque fuese un desba . de la mujer no me atrevería yo á po
ratado espadachín : que el amor y liv ner una punta de alfiler, porque no
afición con faci.idad ciegan los ojos cabría : génme á mí que Quiteria
del entendimiento , tan necesarios para quiera de buen corazón y de buena
escoger estado ; y el del matrimonio voluntad á Basilio, que yo le daré á
está muy á peligro de errarse , y es él un saco de bu 13 ventura ; que el
menester gran tiento y particular amor , según yo he oído decir, mira
favor del cielo para acertario . Quie . con unos antojos que hacen parecer
re hacer uno un viaje largo , y si es oro al cobre , a la pobreza riqueza, y
prudente , antes de ponerse en cami á las lagañas perlas. ¿ Adónde vas i
no busca alguna compañía segura y parar, Sancho, que seas maldito ? dijo
apacible con quien acompañarse : don Quijote ; que cuando comienzas
& pu's por qué no hará lo mismo el á ensartar refranes y cuentos , no te
que ha de caminar toda la vida hasta puede esperar sino e mismo Judas
el paradero de la muerte, y más si la que te lleve . Dime, animal, ¿ qué sa
compañía 'e ha de acompañar en la bes tú de clavos, ni de rodajas , ni de
cama, en la mesa y en todas partes, otra cosa ninguna ? ¡ Oh! pues si no
como es la de la mujer con su mari me entienden, respondió Sancho, no
do ? La de la propia mujer no es mer es maravilla que mis sentencias exil
caduría que una vez comprada se tenidas por disparates ; pero no im
vuelve , ó se trueca ó cambia , porque porta, yo me entiendo , y sé que no
es accidente inseparable , que dura lo he dicho muchas necedades en lo que
que dura la vida, es un lazo , que si he dicho, sino que vuesa merced , se
una vez le echáis al cuello , se vuelve ñor mío , siempre es friscal de mis
en el nudo gordiano, que si no le dichos y aun de mis hechos . Fiscal
corta la guadaña de la muerte, no has de decir, dijo don Quijote, vi
hay desatarle. Muchas más cosas pu no frisoal , prevaricador del buen len
diera decir en esta materia, si no lo guaje, que Dios te confunda . No se
estorbara el deseo que tengo de a apunte vuesa merced conmigo, res
ber si le queda más que decir al se pondió Sancho , pues sabe que no me
ñor licenciado acerca de la historia De criado en la corte, ni he esinlis
de Basilio . A lo que respondió el es do en Salamanca , para saber si añado
tudiants , bachiller ó licenciado, como ó quito alguna letra á mis vocablos ,
le llamó don Quijote : De todo no me Si que, válgame Dios , no hay para
queda más que decir sino que desde qué obligar al sayagües á que hable
el punto que Basilio supo que ia her como el toledano ; y toledanos puede
mosa Quiteria se casaba con Cama haber que no las corten en el aire
cho el rico , nunca más le han visto er esto de hablar polido . Así es , dijo
reir ni hablar razón concertada , v el lic nciado, porque no pueden ha
siempre anda pensativo y triste ha blar tan bien los que se crían en as
blando entre sí mismo, con que da tenerías y en Zocodover, como los que
eiertas y caras señales de que se le se pasean casi todo el día por el claus
he vuelto el juicio : come poco tro de la iglesia mayor, y todos son
duerme poco, y lo que come son frü toledanos. El lenguaje puro , el propio ,
'tas, y en lo que duerme, si duerme, el elegante v claro está en los discre
es en el campo sobre la dura tierra, tos cortesanos, aunque hayan nacido
286 DON QUIJOTE DYLA MANCHA
el Majalahonda : dije discretos, por aunque no con tanta devoción como
quº hay muchos que no lo son , y la las reliquias deben y suelen besarse ,
discreción es la gramática del buen Finalmente, el icenciado le contó á
lenguaje, que se acompaña con el estocadas todos los botones de una
uso. Yo, señores , por mis pecados he media sotanilla que traía vestida, ha
studiado cánones en Salamanca, y ciéndols tiras los faldamentos come
picome algún tanto de decir mi ra colas de pulpo : derribóie el sombre .
zón con palabras claras, llanas y sig. ro dos veces, ' y cansóle de manera,
nificantes. Si no os picáredes más de que de despecho, cólera y rabia asió
saber más menear las negras que lle . la espada por la empuñadura, y arro
váis que la lengua, dijo el otro estu jóla por el aire con tanta fuerza, que
diante, vos llevaredes el primero en uno de los labradores asistentes, que
licencias, como llevasteis cola. Mi. era escribano, que fué por ella, dió
rad , bachiller, respondió e. licencia después por testimonio que la a on .
do, vos estáis en la más errada opi. gó de sí casi tres cuartas de legua,
nión del mundo acerca de la destre el cual testimonio sirve y ha servi
z ., de la espada teniéndola por vana . d .) para que se conozca y vea con
Para mí no es opinión , sino verdad toda verdad como la fuerza es ven
asentada, replicó Corchuelo ; y si cida del arte . Sentóse cansado Cor
queréis que os lo muestre con la ex chuelo , y llegándose á él Sancho le
periencia , espadas traéis , comodidad dijo : Mít fe, señor bachiller, si vue
nay, yo pulsos y fuerzas tengo que sa merced toma mi consejo, de aqui
acompañadas de mi ánimo, que no adelante no ha de desafiar á nadie a
es poco, os harán confesar quº yo no esgrimir, sino á luchar ó á tirar la
me engaño. Apeaos, y usad de vues barra , pues tieng edad y fuerzas para
tro compás de pies , de vuestros ello , que destos á quien llaman dies
círculos y vuestros ángulos y ciencia , tros, he oído decir que meten una
que yo espero de haceros ver estre punta de una espada por el ojo de
llas á mediodía con mi destreza mo una aguja. Yo me contonto , respon
derna y zafia, en quien espero des dió Corchuelo, de haber caído de mi
pués de Dios, que está por nacer hom. burra , y de que me haya mostrado
bre que me haga volver las espaldas, la experiencia la verdad , de quien
y que no le hay en el mundo á quien tan lejos estaba : v levantándose abra
yo no le haga perder tierra . En eso zó al licenciado, y quedaron más ami
de volver ó no las espaldas no me gos que de antes, y no quisieron es
meto , replicó el diestro, aunque po perar al escribano, que había ido por
dría ser que en la parte donde la vez ia espada, por parecerles que tarda
primera clavásedes el pie, allí os ría mucho, v así determinaron seguir
abriesen la sepultura ; guiero decir, por llegar temprano á la aldea de
que allí quedásedes muerto por la Quiteria, de donde todos eran . En lo
despreciada destreza. Ahora ss verá , que faltaba del camino les fué con
respondió Corchuelo, y apeándose con tando el licenciado las excelencias de
gran presteza de su jumento , tiró con la espada con tantas razones demos
furia de una de las espadas que lle trativas, con tantas figuras y demos
vaba el licenciado en el suyo. No ha tracion's matemáticas, que todos que
de ser así, dijo a este instante don daron enterados de la bondad de la
Quijote, que yo quiero ser el ll'aestro ciencia, v Corchuelo reducido de su
desta esgrima, y el juez desta mu pertinacia . Era anochecido, pero an
chas veces no averiguada cuestión ; y tes que llegasen les pareció á todos
apeándose de Rocinante, y asiendo que estaba delante del pueblo un cie
da su lanza, se puso en la mitad del lo lleno de innumerables y resplande.
camino á tiempo que ya el licenciado cientes estrellas . Oyeron asimismo
con gentil donaire de cuerpo v com confusos y suaves sonidos de diver
pás de pies se iba contra Corchuelo, sos instrumentos , como de flautas,
que contra él se vino lanzando, como tamborinos , salterios, albogues, pan
decirse suele , fuego por los ojos. Los deros y sonajas ; y cuando llegaron
otros dos labradores del acompaña cerca vieron que los árboles de una
miento , sin apearse de sus pollinas, enramada, que á mano habían puesto
sirvieron de aspetatores en la mor á la entrada del pueblo , estaban todos
tal tragedia. Las cuchilladas , estoca llenos de luminarias, á quien no ofen
das, altibajos, reveses y mandobles día el viento, que entonces no so
que tiraba Corchue o eran sin núme plaba sino tan manso, que no tenía
ro, más espesas que hígado , y más fuerza para mover las hojas de los
menudas que granizo . Arremetia co árboles. Los músicos eran los rego
mo un león irritado, pero salíale al cijadores de la boda que en diversas
encuentro un tapaboca de la zapatilla cuadrillas por aquel agradable sitio
de la espada del licenciado, que en andaban, unos bailando y otros can
mitad de su furia le detenía, v se la tando otros tocando la diversidu
hacia besar como si fuera reliquia, de los referidos instrumentos . En
PARTE 11. - CAPÍTULO XX 287

efecto , no parecía sino que por todo de bronce, sin acudir a la tierra con
aquel prado andaba corriendo la ale- el conveniente rocío no afilige al cria
gría y saltando el contento Otros do, sino al señor que ha de susten
muchos andaban ocupados en' levantar tar en la esterilidad y manibre al
andamios, de donde con comodidad que le sirvió en la ferti.idad y abun .
paniesen ver otro día las representa- . dancia . A todo esto no respondió San
ciones y danzas que se habían de han chu, porque dormía , ni despertara tan
eer en aquel lugar, dedicado para so- presto si don Quijote con el cuen :
lemnizar las bodas del rico Cama- to de la lanza no le hiciera volver er
eho v ias exequias de Basi io . No qui. sí. Despertó en fin soñoliente v pe
so entrar en el lugar don Quijote , aun- rezoso, y volviendo el rostro á todas
que se lo pidieron así el labrador como partes , dijo : De la parte desta en
el bachiller ; pero él dió por disculpa, ramada, si no me engaño , sale un tulo
bastantísima á su parecer, ser cos y olor narto mas de torreznos asacos ,
tumbre de los caballeros andantes que de juncos y tomillos : bodas que
dormir por los campos y florestas por tales olores comienzan , para mí
antes que en los poblados, aunque santiguada que deben de ser abuo .
fuese debajo de dorados techos ; y dantes y generosas. Acaba , glotón ,
eon esto se desvió un poco del cami. dijo don Quijote : ven , iremos á ver
no , bien contra la voluntad de San. estos desposorios por ver lo que hace
eho , viniéndosele á la memoria e el desdeñado Basilio . Mas que haga
bu - n alojamiento que había tenido en In que quisiere , respondió Sancho , 116
el castillo ó casa de don Diego . fuera el pobre , y casárase con Quite
ria. ¿ No hay más sino no tener u
cuarto , y querer casarse por las nu
bes ? la fe , señor, yo soy de pare
CAPITULO XX
cer que el pobre debe de contentar
se con lo que hallare y no pedir co- u
fas en el golfo. Yo apostaré un bra .
zo que puede Camacho envolver en
Donde se cuentan las bodas de Ca- reales á Basilio, y si esto es así, como
macho el rico, con el suceso de debe de ser, bien boba fuera Quite
Basilio el pobre. ria en desechar las galas y las joyas
que le debe de haber dado y le pue
de dar Camacho. por escoger el tirar
Apenas la bianca aurora había ca- de la barra y el jugar de la negra de
do lugar á que el luciente Febo , con Basilio . Sobre un buen tiro de barra ,
el ardor de sus calientes rayos, las o sobre una gentil treta de espada ,
líquidas perlas de sus cabellos de oro no dan un cuartillo de vino en la ta
enjugase , cuando don Quijota , sacu berna. Habilidades y gracias que no
diendo la pereza de sus miembros , se son vendibles, mas que las tenga el
puso en pie y llamó á su escudero conde Dirlos ; pero cuando las tales
Sancho, que aun todavía roncaba : 10 gracias caen sobre quien tiene buen
cual visto por don Quijote, antes que dinero , tal sea mi vida como ellas pa
le despertase, la dijo : ¡ Oh tú , bien- recen . Sobre un buen cimiento se pue
aventurado sobre cuantos viven sobre de levantar un buen edificio, y el m-
la haz de la tierra , pues sin tener jor cimiento y zanja del mundo es el
invidia ni ser invidiado duermes con dinero . Por quien Dios es , Sancho ,
sosegado espíritu , ni te persiguon en- dijo á esa sazón don Quijote , que con
cantadores, ni sobresaltan encanta- cluyas con tu arenga , que tengo para
mentos ! Duerme , digo otra vez , y lo mí que si te dejasen seguir en las que
diré otras ciento , sin que te tengan á cada paso comienzas, no te queda
en continu; vigilia celos de tu dama , ría tiempo para comer ni para dor
ni te desvelen pensamientos de pa- mir, que todo lo gastarías en hablar.
gar deudas que debas, ni de lo que Si vuesa merced tuviera buena me
has de hacer para comer otro lia tú moria , replicó Sancho , debiérase
tu pequeña y angustiada familia . acordar de los capítulos de nuestro
Ni la ambición te inquieta , ni la pom- concierto antes que esta última vez
pa vana del mundo te fatiga , pues saliésemos de casa : uno dellos fué ,
los límites de tus deseos no se ex- . que me había do dejar hablar todo
tienden á más que á pensar en tu aquello que quisiese , con que no fue
jumento , que el de tu persona sobre se ntra prójimo ni contra la tu
mis hombros le tienes puesto : con- toridad de vuesa merced , y hasta
trapeso v carga que puso a atura- ahora me parece que no he contrar..
leza y la costumbrs á los señores . nido contra el tal capítulo. Yo no me
Duerme el criado, y está velando acuerdo, Sancho , respondió don Qui .
el señor, pensando cóino le ha de sus . jote , de tal capítulo : y puesto que
tentar, mejorar y hacer mercedes. La sea así, quiero que calles y vengas,
eongoja de ver que el cielo se hle que ya los instrum ntos que anoche
288 HOX OLUOTE DE LA MANCIA

oímos vuelven á alegrar los valles, le rogó le dejase mojar un mendrug .


y sin duda os despoßorios se celebra de pan en una de aquellas ollas . A
rán en el frescor de la mañana, y no lo que el cocinero le respondió : Her
en el calor de la tarde . Hizo Sancho mano, este día no es de aquellos so
lo que su señor le mandaba, v ro . bre quien tiene jurisdicción la ham
niendo la silla á Rocinante y la al -bre , merced al rico Camacho : apeaos
barda al rucio , subieron los dos , V y mirad si hay ahí un cucharon, y es
paso ante paso se fueron entrando pumad una gallina o dos , y buen pro
por la enramada . Lo primero que se vecho os hagan . No veo ninguno , res .
le ofreció a la vista á Sancho fué , pondió Sancho. Esperad , dijo el co
espetado en un asador de un olmo en cinero , i pecador de mí, y qué melin
tero, un entro novillo, y en el droso v para poco debéis de ser !
fuego donde se había de asar ar diciendo esto asió de un caldero, y
día un mediano monte de leña, y er.cajándo e en una de las medias ii
seis ollas que alrededor de la hogue. rajus sacó en el tres gallinas y dos
ra estaban , no se habían hecho en la gansos , y dijo á Sancho : Comed , ami
común turquesa de las demás ollas , go, y desayunaos con esta espuma en
porque eran seis m dias tinajas, que tanto que se llega la hora del yantar .
en cada una cabía un rastro de car No tengo en qué echarla , respondió
ne : así embebían y encerraban en Sancho . Pues llevaos, dijo el cocine
si carneroz enteros sin echarse de ver , ro, la cuchara y todo, que la riqueza
como si fu -ran palomainos : las lie y el contento de Camacho todo lo su
bres ya sin pellejo, y las gallinas sin ple. En tanto pues que esto pasaba
pluma que estaban colgadas por los Sancho , estaba don Quijote mirando
arboles para sepultarlas en las ollas, cómo de una parte de la enramada
no tenían número : los pájaros y caza entraban hasta doce labradores SO
de diversos géneros eran infinitos , bre doce hermosísimas yeguas con ri
colgados de los árboles para que el cos y vistosos jaeces de campo y con
aire : os enfriase . Contó Sancho más muchos cascabeles en los petrales, y
de sesenta zaques de más de á dos todos vestidos de r‘gocijo y fiesta,
arrobas cada uno , y todos llenos , se los cuales en concertado tropel co
gún después pareció, deos generosos rrieron no una sino muchas carreras
vinos : así había rimer de pan por e: prado con regocijada algazara
blanquísimo , como los suele haber de V grita, diciendo : ¡ Vivan Camacho
montones de trigo en las eras : los v Quiteria , él tan rico como ella her
quesos puestos como ladrillos enre . mosa, y ella la más hermosa del mun
jados formaban una muralla , y dos do ! Oyendo lo cual don Quijoto dijo
calderas de aceite mayores que las entre sí: bien parece que éstos no
de un tinte servían de freir cosas de han visto á mi Dulcinea del Toboso ,
masa, que con dos valientes palas las que si la hubieran visto , ellos se fue
sacaban fritas y las zambullían en ran a la mano en las alabanzas desta
otra caldera de preparada miel que su Quiteria . De allí á poco comenzaron
allí junto estaba . Los cocineros y á entrar por diversas partes de la en
cocineras pasaban de cincuenta, todos ramada muchas y diferentes danzas ,
limpios , todosdiligentes y todos con entre las cuales ca una de espa
tentos. En el dilatado vientre del no das, de hasta veinticuatro zagalos de
vilio estaban doce ti rnos y peque gallardo parecer y brío , todos vestidos
ños lechones que cosidos por encima de delgado y blanquísimo lienzo , con
servían de darle sabor y enternecer sus paños de tocar 'abrados de va
le : las especias de diversas suertes rias colores de fina seda ; y al que los
no parecía waberlas comprado por li guiaba, que era un ligero manc bo ,
bras sino por arrobas , y todas estaban preguntó uno de los de las yeguas
de manifiesto en una grande arca. Fi. si se había herido alguno de los dan
nalmente, el aparato de la boda era zantes . Por ahora , bendito sea Dios ,
rústico, pero tan abundante que po no se ha herido nadie , todos vamos
día sustentar á un ejército . Todo lo sanos ; y luego com nzó á enredarse
miraba Sancho Panza , y todo lo con con los demás compañeros, con tan
tîmplaba, y de todo se aficionaba. tas vueltas y con tanta destreza, que
Primero le cautivaron y rindieron el aunque don Quijote estaba hecho a
deseo de las ollas, de quien él toma . ver semejantes danzas , ninguna le
ra de bonísima gana un mediano pu había parecido tan bisn como aquella.
chero ; luego le aficionaron la volun También le pareció bien otra que
tad los zaques, v últimamente las fru. entró de doncellas nermosísimas . tan
tas de sartén , si es que se podían la mozas que al parecer ninguna baſaha
mar sartenes las tan orondas calde de catorce ni llegaba á diez y ocho
ras ; y así sin poderlo sufrir ni ser años , vestidas todas de palmilla ver
en su mano hacer otra cosa, se llegó de , los cabellos parte trenzados
á uno de los solícitos cocineros parte sueltos, pero todos tan rubios ,
con corteses y hambrientas razones que con los del sol podían tener cont
PARTE II.-- CAPÍTULO XX 28

petencia , sobre los cuales traían guir Soy el Interés , en quien


naldas de jazmines, rosas, amaranto pocos suelen obrar bien ,
y madreselva compuestas. Guiábalas y obrar sin mí es gran milagro ,
un venerable viejo y una anciana ma y cual soy te me consagro
trona ; pero más ligeros y sueltos que por siempre jamás, amén .
sus años prometían. Hacíales el son
una gaita zamorana, y ellas llevando Retiróse el Interés ; hízose adelan
en los rostros y en los ojos á la ho te la Poesía, la cual después de ha
nestidad y en los pies á la ligereza , ber hecho sus mudanzas como los de
se mostraban las mejores bailadoras más, puestos los ojos en la doncella
del mundo. Tras esta entró otra dan. del castillo, dijo :
za de artificio de las que llaman ba
bladas. Era de ocho ninfas reparti En dulcísimos concetos
das en dos hileras : de la una hilera la dulcísima Poesía,
era guía el dios Cupido , y de la otra altos, graves , y discretos,
el Interés ; aquél adornado de alas , señora, el alma te envia
arco, aljaba y saetas ; éste vestido de envuelta entre mil sonetos .
ricas y diversas colores de oro y se Si acaso no te importuna
da. Las ninfas que al Amor seguían mi porfía, tu fortuna,
traían á las espaldas en pergamino de otras muchas envidiada,
blanco y letras grandes escritos sus será por mí levantada
nombres : Poesia era el título de la sobre el cerco de la luna.
primera ; el de la segunda, Discre
ción ; el de la tercera, Buen linaje ; Desvióse la Poesía, y de la parte
el de la cuarta, Valentia . Del modo del Interés salió la Liberalidad , y
mismo venían señaladas las que'a! después de hechas sus mudanzas,
Interés seguían . Decía Liberalidad dijo :
el título de la primera ; Dádiva el de
la segunda ; Tesoro el de la tercera, y Llaman Liberalidad
el de la cuarta Posesión pacífica. De.
lante de todos venía un castillo de al dar que el extremo huye
madera, á quien tiraban cuatro salva de la prodigalidad ,
jes , todos vestidos de hiedra y de
y del contrario, que arguye
cáñamo teñido de verde tan al natu tibia y floja voluntad .
ral que por poco espantaron á San Mas yo por te engrandecer,
cho . En la frontera del castillo y en de hoy más pródiga ha de ser
que aunque es vicio, es vicio honrado,
todas cuatro partes de sus cuadros y de pecho enamorado
traía escrito : Castillo del buen re
cato . Hacíanles el son cuatro diestros que en el dar seecha de ver.
tañ dores de tamboril y flauta . Co
menzaba la danza Cupido , y habiendo Deste modo salieron y se retiraron
hecho dos mudanzas, alzaba los ojos todas las figuras de las dos escua
v flechaba el arco contra una donce. dras , y cada uno hizo sus mudanzas
ila que se ponía entre las almenas del y dijo sus versos, algunos elegantes
castillo, á la cual desta suerte dijo : y algunos ridículos, y sólo tomó de
memoria don Quijote (que la tenía
Yo sov el dios poderoso grande ) los ya referidos, y luego se
en el aire y en la tierra mazclaron todos, haciendo y desha
y en el ancho mar undoso, ciendo lazos con gentil donaire y des
y en cuanto el abismo encierra envoltura; y cuando pasaba el amor
en su báratro espantoso . por delante del castillo disparaba por
Nunca conocí qué es miedo ; alto sus flechas, pero el Interés que.
todo cuanto quiero puedo, braba en él alcancías doradas. Final
aunque quiera lo imposible ; mente después de haber bailado un
y en todo lo que es posible buen espacio, el Interés sacó un hol
mando , quito , pongo y vedo. són, que le formaba el pellejo de un
gran gato romano, que parecía estar
lleno de dineros , y arrojándole al
Acabó la copia, disparó una flecha castillo, con el golpe se desencajaron
por el alto del castillo, y retiróse á las tablas y se cayeron, dejando á la
su puesto . Salió luego el Interés, é doncella descubierta y sin defensa
hizo otras dos mudanzas ; laro
los tamborinos, y él dijo : alguna. Llegó el Intrrés con las figu .
ras de su valía, y echándola una gran
cadena de oro al cuello , mostraron
Soy quien puede más que Amor , prenderla, rendirla y cautivarla : lo
es amor el que me guía ; cual visto por el Amor y sus vale
soy de la estirpe mejor dores , hicieron ademán de quitárse
que el cielo y la tierra cría la, y todas las demostraciones que ha
más conocida y mayor . cían eran al son de los tamborinos,
19
290 DON QUIJOTE DE LA MANCITA

bailando y lanzando concertadamen más que está muy puesto en razón


te . Pusiéron.os en paz los saivajes, natural que primero llegue el día de
los cuales con mucha presteza volvie mi muerte que el de la tuya ; y así
ron á arnar y á encajar las tablas del jamás pienso verte mudo, ni aun
castillo , y la doncella se encerró en cuando estés bebiendo ó durmiendo,
él como de nuevo , y con esto se aca que es lo que piedo encarecer . A bue
Jó la danza con gran contento de los n . fe , señor, respondió Sancho , que
que la miraban. Preguntó don Quijo no hay que fiar en la descarnada,
te á una de las ninfas que quién le digo en la muerte, la cual tan bien
había compuesto v ordenado. Respon come cordero como carnero ; y á nues
dióle que un beneficiado de aquel pue tro cura he oído decir, que con igual
blo , que tenía gentil caletre para se pie pisaba las altas torres de los re
mejantes invenciones . Yo apostaré yes como las humildes chozas de los
(l.jo don Quijote, que debe de ser pobres . Tiene esta señora más de po
más amigo de Camacho que de Ba der que de melindre ; no es nada es .
siio el tal bachiller ó beneficiado, y querosa, de todo come y á todo hace ,
que debe de tener más de satírico y de toda suerte de gentes, edades y
que de vísperas : bien ha encajada preeminencias hincha sus alforjas.
en la danza las habilidades de Basi No es segador que duerma las sies
lio y las riquezas de Camacho. San tas, que a todas horas siega y corta
cho Panza, que lo escuchaba todo , así la seca conio la verde hierba , y
dijo : El rey es mi gallo , á Camacho no parega que masca, sino que en
me atengo . En fin , dijo don Quijote, gulle y traga cuanto se le pone de
bien se parace , Sancho, que eres vi lante , porque tiene hambre canina ,
llano y de aquellos que dicen viva que nunca se harta ; y aunque no
quien vence. No sé de los que soy, tiene barriga , da a entender que
respondió Sancho ; pero bien sé que está hidrópica y sedienta de beber
nunca de Ollas de Basilio sacaré vo todas las vidas da cuartos viven ,
tan elegante espuma como es esta como quien se bebe un jarro de
que he sacado de las de Camacho , y agua fría. No más . Sancho, dijo á
enseñóle el caldero lleno de gansos y este punto don Quijote : tente en

de gallinas , y asiendo de una comenzó buenas y no te dejes caer , que en


á comer con mucho donaire y gana , verdad que lo que has dicho de
v dijo : A la barba de las habilidades la muerte por tus rústicos términos
de Basilio , que tanto vales cuanto es lo que pudiera decir un buen pre
tienes , y tanto tienes cuanto vales . dicador. Digote, Sancho, que si como
Dos linajes solos hay en el mundo , tienes buen natural, tuvieras discre
como decía uns agüela mía, que son ción, pudieras tomar un púlpito en
el tener y el no tener , aunque ella la mano y irte por ese mundo predi
al de tener se atenía , y el día de cindo lindezas. Bien predica quien
hoy , mi señor don Quijote , antes se vive, respondió Sancho, y yo no sé
toma el pulso al haber que al saber : otras tologías. Ni las has menester ,
un asno cubierto de oro parece mejor dijo don Quijote ; paro yo no acabo
caballo enalbardado . Así que , de entender ni alcanzar como siendo
que un
vuelvo á decir , que á Camacho me e principio de la sabiduría el temor
atengo , de cuyas ollas son abundan de Dios, tú que temes más á un la
garto que á El sabes tanto . Juzgue
tes espumas gansos y gallinas, lie vuesa merced , señor, de sus caballe .
bres y conejos ; y de las de Basilio
serán si viene á mano , y aunque no rías , respondió Sancho , y no se meta
rengs sino al pie , aguachirie . Has en juzgar de los temores ó valentías
acabado tu arenga , Sancho ? dijo don ajonas , que tan gentil temeroso sov
Quijote . Habréla acabado , respondió yo de Dios como cada hijo de veci
Sancho, porque veo que vuesa mer no ; y déjeme vuesa merced despa
ced reciba pesadumbre con ella, que bilar esta espuma , que lo demás todo
si esto no se pusiera de por medio , son palabras ociosas, de que nos han
obra había cortada para tres días . de pedir cuenta en la otra vida ; y
Plega á Dios , Sancho , replicó con diciendo esto comenzó de nuevo á dar
Quijote, que yo te vea mudo antes asalto á su caldero , con tan buenos
que me muera . Al paso que llevamos , alientos que despertó los de don Qui
respondió Sancho , antes que vuesa jote, y sin duda le ayudara si no lo
merced se muera estaré yo mascando impidiera lo que es fuerza se diga
barro , y entonces podrá ser que está adelante .
tan mudo que no hable palabra hasiz
la fin del mundo , ó por lo menos
hasta el del juicio . Aunque eso así
suceda , oh Sancho, respondió don
Quijote , nunca llegará tu silencio á
do ha llegado lo que has hablado , ha
bas r tienes de hablar en tu vida ; y
PARTE 11. - CAPÍTULO XXI 291

todos volvieron la cabeza y vieron


que las daba un hombre vestido al
parecer de un sayo negro jironado
CAPITULO XXI de carmesí á llamas . Venía coronado
( como se vió luego) con una corona
de funesto ciprés, y en las manos
Donde se prosiguen las bodas de traía un bastón grande. En llegando
Camacho, con otros gustosos su más cerca fué conocido de todos por
ce808 . el gallardo Basilio , v todos estuvieron
suspensos esperando en qué habían
de parar sus voces y sus palabras,
Cuando estaban don Quijote y San temiendo algún mal suceso de su ve
cho en las razones referidas en e. ca. nida en sazón semejante . Llegó en
pítulo antecedente, se oy ron gran fin cansado y sin aliento, y puesto
des voces y gran ruido , y dábanlas delante de los desposados, hincando
causábanle los de las yeguas, que el bastón en el suelo , que tenía el
con larga carrera y grita iban á reci . cuento de una punta de acero , muda
bir a los novios , que rodeados de mil da la color, puestos los ojos en Qui
géneros de instrumentos y de inven toria , con voz tremente y ronca estas
ciones venían acompañados del cura razones dijo : Bien sabes, desconoci
y de la parentela de entrambos, v de da Quiteria , que conforme á La santa
toda la gente más lucida de los lu ley que profesamos , viviendo yo , tú
gire circunvecinos , todos vestidos no puedes tomar esposo ; y juntamen
de fiesta . Y como Sancho vió a la te no ignoras que por esperar yo que
novia , dijo : A buena fe que no vie el tiempo y mi diligencia mejorasen
ne vestida de labradora, sino de ga los bienes de mi fortuna, no he que
rrida pa aciega . Pardiez que según rido dejar de guardar el decoro que
diviso , que las patenas que había de á tu honra convenía : pero tú, echan
traer son ricos corales , y la palmi do á las espaldas todas las obliga
lla verde de Cuenca es terciopelo de ciones que debes á mi buen deseo ,
treinta pelos ; y montas , que la guar quieres hacer señor de lo que es mío
nición es de tiras de lienzo blanco, á otro , cuyas riquezas le sirven , no
voto á mí que es de raso . Pues to sólo de buena fortuna , sino de bo
madme las manos adornadas con sor nisima ventura : y para que la teng :
tijas de azabache ; no medre yo si no colmada (y no como yo pienso que la
son anillos de oro y muy de oro, y merece, sino como se la quieren dar
empedrados con perlas blancas como los cielos), yo por mis manos des
una cuajada , que cada una debe de haré el imposible ó el inconveniente
valer un ojo de la cara. ¡ Oh hideputa, que pueda estorbársela, quitándome
y qué cabelios, que si no son postizos, á mi de por medio . Viva , viva el r.co
no los he visto más uengos ni más Camacho con la ingrata Quiteria lar
rubios en toda mi vida ! No sino po gos y felicís siglos, y muera , muera
nedla tacha en el brío y en el talle , el pobre Basilio , cuya pobreza cortó
y no la comparéis á una palma que las alas de su dicha , y le puso en ja
se mueve cargada de racimos de dá sepultura : y diciendo esto, asió del
tiles , que lo mismo parecen los dijes bastón que tenía hincado en el sue
que trae pendientes de los cabellos lo, y quedándosa la mitad del en
y de la garganta. Juro en mi ánima tierra, mostró que servía de vaina
quº ella es una chapada moza, y que á un mediano estoque que en el 3
puede pasar por los bancos de Flan ocultaba, y puesta la que se podía
des . Rióse don Quijote de las rústicas llamar empuñadura en el su lo , co ..
alabanzas de Sancho Panza : pareció ligro des nfado y determinado pro
le que fuera de su señora Dulcinea posito se arrojó sobre él , y en it's
del Toboso no había visto mujer más punto mostró la punta sangrienta á
hermosa jamás. Venía la hermosa ias espaldas con la mitad de la ac
Quiteria algo descolorida, y debía de · ada cuchilla, quedando e triste h ,
ser de la mala noche que siempre ñado en su sangre y tendido en el
pasan las novias en componerse para suelo, de sus mismas armas traspasa
el día venidero de sus bodas . Ibanse do . Acudieron luego sus amigos á fa
acercando á un teatro que á un lado vorecerle ,
condo idos de su miseria y
del prado estaba, adornado de alfom lastimos:desgracia ; y dejando don
bras y ramos , adonde se habían de Quijote áRocinante, acudió á fav )
hacer los desposorios, y de donde ha recerie, yle tomó en sus brazos, y
bían de mirar las danzas y las inven halló que aun no había expirado.
ciones ; y á la sazón que llegaban al Quisiéronle sacar el estoquº ; pero
puesto oyeron á sus espaldas grandes el cura , que estaba presente , fué le
voces , y una que decía : Esperaos un parecer que no se le sacasen antes :
poco , gente tan inconsiderada como confesarle, porque el sacársele y ex
presurosa . A cuyas voces y palabras pirar sería todo á un tiempo. Pero
292 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

volviendo un poco en sí Basilio , con sit á tiempo cuando tu piedad ha de


VO doliente y desmayada dijo : 8 . servir de cuchillo que me acabe de
quisieres , cruel Quiteria, darme en quitar la vida, pues ya no tengo fuer
este último y forzado trance la mano zus para llevar la gloria que me das
de sposa , aun pensaría que mi te el escogerme por tuyo , ni para sus
meridad tendría disculpa, pues que pender el dolor que tan apriesa me
en ella alcancé el bien de ser tuyo . va cubriendo los ojos con la espan
I cura oyendo lo cual, le dijo que tosa sombra de la muerte ! Lo que
atendiese á la salud del alma antes te suplico es , oh fatal estrella mía,
qur á los gustos del cuerpo, y 700 que la mano que me pides y que quie
pidiese muy de veras á Dios perdón res darme no sea por cumplimiento
de sus pecados y de su desesperada ni para engañarmo de nuevo , sing
determinación . A lo cual replicó Ba . que confieses y digas , que sin hacer
silio que en ninguna manera se con . fuerza á tu voluntad me la entregas
fesaría si primero Quiteria no le daba y me la das como á tu legítimo es
la mano de ser su esposa, que nouel poso ; pues no es razón que en un
contento le adobaría la voluntad y trance como este me engañes , ni uses
le daría aliento para confesarse . En de fingimientos con quien tantas ver
oyendo don Quijote petición del dades ha tratado contigo . Entre estas
herido, en altas voces dijo que Basi razones se desmayaba de modo que
ho pedía una cosa muy justa y pues todos los presentes pensaban que ca;
ta en razón y además muy hacede da desmayo se había de llevar el
ra, y que el señor Camacho quedaría alma consigo. Quiteria, toda hones
tan honrado recibiendo a la señora ta y toda vergonzosa, asiendo con su
Quiteria viuda del valeroso Basilio, derecha mano la de Basilio, le dijc :
como si la recibiera del lado de su Ninguna fuerza fuera bastante á tor
padre. Aquí no ha de haber más de cer mi voluntad ; y así con la más
un si , que no tenga otro efecto que libre que tengo te doy la mano de
el pronunciarle, pues el tálamo des legítima esposa, ' y recibo la tuva si
tas bodas ha de ser la sepultura. To es que me la das de tu libre albedrío ,
do lo oía Camacho, y todo le tenía sin que la turbe ni contraste la ca
suspenso y confuso, sin saber qué lamidad en que tu discurso acelerado
hacer ni qué decir ; pero las voces te ha puesto. Si doy, respondió Ba
de los amigos de Basilio fueron tan silio , no turbado ni confuso, sino con
tas, pidiéndole que consintiese que el claro entendimiento que el cielo
Quiteria le diese la mano de esposa, quiso darme , y así me doy y me en
porque su ama no se perdiese par trego por tu esposo. Y yo por tu og
tiendo desesperada desta vida, que posa, respondió Quiteria, ahora ti
le movieron y aun forzaron a decir vas largos años , ahora te lleven de
que si Quiteria quería dársela, que mis brazos á la sepultura. Para estar
él se contentaba, pues todo era dila tan mal herido este mancebo , lij á
tar por un momento el cumplimien este punto Sancho Panza, mucho La
to de sus deseos. Luego acudieron bla : háganle que se deje de requie
todos á Quiteria , y unos con ruegos , bros , y que atienda á su alma, que
y otros con lágrimas, y otros con efi á mi parecer más la tiene en la ler..
cac s razones la persuadían que die gua que en los dientes. Estando pues
se la mano al pobre Basilio ; y ella asidos de las manos Basilio y Quite
más dura que un mármol , y más ria, el cura, tierno y lloroso les echó
sesga que una estatua , mostraba que la bendición y pidió al cielo diese
ni sabía , ni podía, ni quería respon buen poso al alma del desposado ; el
der palabra, ni la respondiera si el cual así como recibió la bendición ,
cura no la dijera que se determinase con presta ligereza se levantó en pie ,
presto en lo que había de hacer, y con no vista des nvoltura se saco
porque tenia Basilio ya el alma en los el estoque, á quien servía de vaina
dientes, y no daba lugar á esperar 3u cuerpo . Qu «daron todos los cir
irr solutas determinaciones. Enton. cunstantes admirados, y a gulos de
ces la hermosa Quiteria , sin responder llos, más simples que curiosos, en
palabra alguna, turbada al parecer, altas voces comenzaron á decir : iMi.
triste y pesarosa llegó donde Basilió lagro! ¡ milagro ! Pero Basilio reply .
estaba , ya los ojos vueltos, el aliento có : No milagro, milagro, sino indus
corto y apresurado, murmurando en tria , industria. El cura , desatentado
tre los dientes el nombre de Quiteria , y atónito acudió con ambas manos á
dando muestras de morir como gen tentar la herida, y halló que la cu
til y no como cristiano. Llegó en fin chilla había pasado, no por la carne
Quiteria, y puesta de rodillas le pi y costillas da Basilio , sino por un
dió la mano por señas y no por pa canón hueco de hierro, que lleno de
labras. Desencajó los ojos Basilio, y sangre en aquel lugar bien acomoda
mirándola atentamente le dijo : ¡ On do tenía, preparada la sangre, según
Quiteria, que has venido á ser piado después se supo, de modo que no se
PARTE II --CAPÍTULO XXII 293

helase. Finalmente, el cura y Cama quisiera casada, y que había de dar


cho con todos los más circunstantes gracias al cielo , más por habersela
se tuvieron por burlados y Escara quitado que por haberse.d dado. Con
dos. La esposa no dió muestras de solado, pues, y parífico Camacho y
pesarle de la burla, antes oyendo de los de su mnesaadi , todos los de la de
cir que aquel casamiento por haber Basilio se sosegaron ; y el rico Cama
sido engañoso no había de ser va cho, nor mostrar que no sentía la
ledero , dijo que ella le confirmaba de burla, ni la estimaba en nada , quiso
nuevo , de lo cual coligieron todos que las fiestas pasasen adelante como
que de consentimiento y sabiduria si realmente se desposara ; pero no
de los dos se había trazado aquel quisieron asistir á ellas Basilio ni su
caso , de lo que quedó Camacho y sus esposa ni sus secuaces, y así se fue
valedores tan corridos , que remitieron ren á la aldea de Basilio : que tam
su venganza a las manos , y desen ién los pobres virtuosos y discretos
vainando muchas espadas arremetie benen quien los siga, honre y ampa
ron á Basilio , en cuyo favor en un e , como los ricos tienen quien los
instante se desenvainaron casi otras sonjee y acompañe. Lleváronse con
tantas, y tomando la delantera á 60 á don Quijote, estimándole por
caballo don Quijote con la lanza so hinbre de valor y de peio en pecho.
bré el brazo , y bien cubierto de su A solo Sancho se le escureció el alma
escudo , se hacía dar lugar de todos . por vues imposibilitado de aguardar
Sancho , á quien jamás pluguieron ni la espléndida comida y fiestas de Ca
solazaron semejantes fechurias, se macho, que duraron hasta la noche . I
acogió á las tinajas donde había sa así asendereado y triste siguió á su
cado su agradable espuma , parecién . señor, que con la cuadrilla de Basi
dole aquel lugar como sagrado, que lio iba, así se dejó atrás las ollas
había de ser tenido en respeto . Don de Egipto , aunque las llevaba en el
Quijote á grandes voces decía : Te alma, cuya ya casi consumida y aca
neos , señores, teneos , que no es ra bada espuma, que en el caldero lle
zón toméis venganza de los agravios vaba, le representaba la gloria y la
que el amor nos hace ; y advertid abundancia del bien que perdía ; y
que el amor y la guerra son una mis así congojado y pensativo , aunque
ma cosa ; y así como en la guerra sin hambre, sin apearse del rucio si.
es cosa lícita y acostumbrada usar de guió las huellas de Rocinante.
ardides y estratagemas para vencer
al enemigo , así en las contiendas y
competencias amorosas se tienen por
buenos los embustes y marañas que CAPITULO XXII
se hacen para conseguir el fin que
se desea, como no sean en menosca
bo y deshonra de la cosa amada . Qui Donde se da cuenta de la grande
teria era de Basilio, y Basilio de Qui . aventura de la cuera de Monte
teria püsca y favorable disposi sinos, que está en el corazón de
ción de los cielos. Cama cho es rico , la Mancha, á quien dió felice
y podrá comprar su gusto cuándo , cima el valeroso don Quijote de
dónde y como quisiere . Basilio no la Mancha.
tiene más desta oveja, y no se la ha
de quitar alguno por poderoso que
sea, que áarlos que Dios junta no po Grandes fueron y muchos los rega.
drá separ el hombre ; y el que lo los que los desposados hicieron á don
intentare, primero ha de pasar por Quijote , obligados de las muestras
la punta desta lanza ; y en esto la que había dado defendiendo su cau .
blandió tan fuerte y tan diestramente , sa, y al par de la valentía le gradua
que puso pavor en todos los que no ron la discreción, teniéndole por un
le conocían ; y tan intensamente se Cid en las armas y por un Cicerón
fijó en la imaginación de Camacho en la elocuencia. El buen Sancho se
el desdén de Quiteria , que se la bo. refociló tres dias á costa de los no
rró de la memoria en un instante , vios, de los cuales se supo que no
y así tuvieron lugar en él las per-: fué traza comunicada con la hermosa
suasiones del cura, que era varón Quiteria el herirse fingidamente , sino
prudente y bien intencionado , con las industria de Basilio, esperando della
cuales quedó Camacho y los de su el mismo suceso que se había visto :
parcialidad pacíficos y sosegados : en bien es verdad que confesó que ha
señal de lo cual volvieron las espa bía dado parte de su pensamiento á
das á sus lugares, culpando más á algunos de sus amigos para que al
la facilidad de Quiteria , que á la tiempo necesario favoreciesen su in.
industria de Basilio , haciendo discur tención у abonasen su engaño. No
80 Camacho , que si Quiteria quería se pueden ni deben llamar engaños,
bien á Basilio doncella , también le dijo don Quijote, los que ponen la
294 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

mira en virtuosos fines, y que el de manos y irme por ese mundo adelan
casarse os enamorados era el fin de te predicando lindezas ; y yo digo dé .
más excelencia, advirtiendo que el que cuando comienza á enhilar sen .
mayor contrario qu : el amor tiene tencias y á dar consejos, no sólo pue
ts la hambre y la continua necesi de tomar un púlpito en las manos ,
dad ; porque el amor es todo alegria , sino dos en cada a do , y andarse por
regocijo y contento, y más cuando esas plazas á qué quieres boca. Va
el amante está en posesión de la late el diablo por caballero andante ,
ene que tantas cosas sabes : yo pensaba
cosa amada, contra quien son
m.gos opuestos y declarados la ne en mi ánima que sólo podía saber
cos.dad y la pobreza ; y que todo esto aquello que tocaba á sus caballerías,
d cia con intención de que se dejase pero no hay cosa donde no piqué y
el señor Basilio de ejercitar las ha deje de meter sú cucharada. Murmu.
bilidades que sabía, que aunque le raba esto algo Sancho, y entreoyóle
daban fama no le daban dineros, y su señor, y preguntóle : ¿ Qué mur.
que atendies á granjear hacienda nor muras, Sancho ? No digo nada ni
medios ícitos é industriosos, que murmuro nada, respondió Sancho ;
nunca faltan á los prudentes y apli sólo estaba diciendo entre mí que
cados. El pobre honrado (si es que quisiera haber oído lo que vuesa
puede ser honrado el pobre) tiene merced aqui ha dicho antes que me
prenda en tener mujer nermosa , que casara, que quizá dijera yo ahora el
cuando se la quitan le quitan la hon buey suelto bien se lame. ¿ Tan mala
ra y se la matan . La mujer hermosa es tu Teresa, Sancho ? dijo don Qui
y honrada, cuyomarido es pobre, me jote. No es muy mala , respondió San.
rece ser coronada con laureles y pal cho ; pero 10 es muy buena,
mas de vencimiento y triunfo . La her. Jo menos no es tan buena como yo
mosura por sí soia atrae las volun quisiera. Mal haces, Sancho, dijo don
tades de cuantos la miran y conocen , Quijote , en decir mal de tu mujer ,
y como á señuelo gustoso se le aba que en efecto es madre de tus hijos .
ten as águilas reales y los pájaros No nos debemos nada, respondió Sar
altaneros ; pero si á la tal hermosu cho , que también ella dice mal de mí
ra se le junta la necesidad y estreche cuando se le antoja, espcialmente
za , también la embisten los cuervos, cuando está celosa, que entonces 311 .
los milanos y las otras aves de ra frala el mismo Satanás. Finalmente ,
piña, y la que está á tantos encuen tres días estuvieron con los novios ,
tros firme , bien merece llamarse co donde fueron regalados y servidos
rona de su marido. Mirad, discreto como cuerpos de rey . Pidió don
Basilio, añadió don Quijote , opinión Quijote al diestro licenciado le diese
fué de no sé qué sabio, que no había una guía que le encaminase á la cae
en todo el mundo una sola mujer va de Montesinos, porque tenía gran
buena, y daba por consejo que cada deseo de entrar en ella, y ver á ojos
uno pensase y creyese que aquella vistas si eran verdaderas las maravi.
sola buena era la suya , y así viviría llas que della se decían por todos
contento . Yo no soy casado, ni has aquellos contornos. El licenciado lo
ta ahora me ha venido en pensamien dijo que le daría á un primo suyo .
to serlo, y con todo esto me atreve famoso estudiante y muy aficionado
ría á dar consejo al que me lo pi a leer libros de caballerías, el cual 11.15
diese , del modo que había de buscar mucha voluntad le pondría á la boa
la mujer con quien se quisiese ca de la misma cueva, y le enseñaría
sar . Lo primero le aconsejaría que las Lagunas de Ruidora, famosas asi .
mirase más á la fama que á la ha mismo en toda la Mancha y aun ei
cienda, porque á la buena mujer no toda España : y díjole que llevaría
alcanza la buena fama solamente con con él gustoso entretenimiento, á
ser buena, sino con parecerlo : que causa que era mozo que sabía hany
mucho más dañan a las honras de las libros para imprimir y para dirigir.
mujeres las desenvolturas y liberta . los á príncipes. Finalmente, el primo
des públicas, que las maldades se vino con una pollina preñada, cu
cretas . Si traes buena mujer á tu albarda cubría un gayado tapete o
casa , fácil cosa será conservarla y arpillera. Ensilló Sancho á Rocian.
aun mejorarla en aquella bondad ; te y aderezó al rucio , proveyó sus al .
pero si la traes mala , en trabajo te forjas, á las cuales acompañarons
pondrá el enmendarla, que no es muy dei primo asimismo bien proveidas .
hacedero pasar de un extremo á encomendándose á Dios y despi.
otro . Yo no digo que sea imposible, diéndose de todos , se pusieron en ( a
pero tengolo por dificultoso. Oía todo mino tomando la derrota de la fam za
esto Sancho, y dijo entre sí : F - te cueva de Montesinos . En el cam . 1 )
mi amo , cuando yo hablo cosas de preguntó don Quijote al primo . Te
meollo y de substancia suele decir que qué género y calidad eran sus ejer
podría yo tomar un púlpito en las cicios, su profesión F estudios. Ao
PARTE 11. - CAPÍTULO XXII 295

que él respondió , que su profesión sabré determinar por ahora hasta que
era ser humanista , sus ejercicios y lo estudie ; yo lo estudiaré en vol
estudios componer libros para dar viendo adonde tengo mis libros , y
á la estampa, todos de gran provecho yo os sat.sfaré cuando otra vez nos
y lo menos entretenimiento para la veamos , que no ha d- ser esta la pos
república : que el uno se intitula trera . Pues mire, señor , replicó Sali
ba el de las Libreas , donde pintaba cho , no tome trabajo en esto , que
setecientas y tres libreas con sus ahora ne caído en la cuenta de lo
colores, motes y cifras, de donde po que le he preguntado : s pa que el
dían sacar y tomar las que quisieses primer volteador del mundo fué Lu
en tiempo de fiestas y regocijos los cifer cuando le echaron ó arrojaron
caballeros cortesanos , sin andarlas del cielo , que vino yolteando hasta los
mendigando de nadie , ni ambican abismos . Tenéis razón, amigo, dijo el
do, como dicen, el cerbelo por sa primo ; y dijo don Quijote : Esa pre
carlas conforme á sus deseos é in. gunta y respuesta no es tuya, Sancho;
tenciones : porque doy al celoso , al á alguno jas has oído decir. Calle, se
desdeñado , al olvidado y al ausente ñor, replicó Sancho , que á buena fe
las que les convienen , que les ven que si me doy á preguntar y á res
drán más justas que pecadoras. Otro ponder, que no acabe de aquí á ma
libro tengo también, á quien he de ñana . Si ; que para preguntar nece
llamar Metamorfóseos, o Ovidio es dades y responder disparates no he
pañol , de invención nueva y rara ; de menester yo andar buscando avui.
porque en él , imitando á Ovidio á da de vecinos . Más has dicho, San
lo burlesco, pinto quién fué la Gi cho, de lo que sabes, dijo don Qui
ralda de Sevilla y e: ángel de la Mag jote, que hay algunos que se cansan
dalena, quién el caño de Vecingue en saber y averiguar cosas que dis
rra de Córdoba, quiénes los toros pués de sabidas y averiguadas no im.
de Guisanuo, la Sierra Morena , las portan un ardite al entendimiento
fuentes de Leganitos y Lavapiés en pi á la memoria. En estas y otras
Madrid , no olvidándome de la del gustosas pláticas se les pasó amuel
Piojo , de la del Caño dorado y de día , y á la noche se a bergaron en
la Priora ; y esto con sus alegorías, una pequeña a dea, adonde el primo
metáforas y traslaciones, de modo dijo á don Quijote que desde allí á
que alegran, suspenden y enseñan la cueva de Montesinos no había más
å un mismo punto. Otro libro tengo , de dos leguas, y que si llevaba de
que le llamo Suplemento á Virgilio terminado de entrar en ella, era me.
Polidoro, que trata de la invención nester proveerse de sogas para atar
de as cosas, que es de grande eru se y d scolgarse en su profundidad .
dición y estudio, á ' causa que las Don Quijote dijo, que aunque llega
cosas que se dejó de decir Polidoro se al abismo había de ver dónde pa
de gran substancia , las averiguo yo , raba , y así compraron casi cien bra
y las declaro por gentil estilo . Olvi. zas de soga, y otro día á las dos de
dósele á Virgilio de declararnos quién la tarde llegaron a la cueva , cuya
fué el primero que tuvo catarro en boca es espaciosa ancha, pero lle
el mundo y el primero que tomó las na de cambroneras y cabrahigos , de
unciones para curarse del morbo gá. zarzas y malezas , tan espesas v in
lico, y yo lo decaro al pie de la le trincadas, que de todo en todo la
tra, v lo autorizo con más de veinti . ciegan y encubren. En viéndola , se
cinco autores , porque vea vuesa mer apearon el primo, Sancho y don Qu :
ced si he trabajado bien , y si ha de jote, al cual los dos le ataron luego
ser útil el tal libro á todo el mundo. fortisimamente con las sogas , y en
Sancho, que nabía estado muy aten tanto que le fajaban y ceñían , le dijo
to á ó' narración del primo , le dijo : Sancho : Mire vuese mere: d, señor
Digame, señor , así Dios le dé bue mio lo que hace, no se quiera se pul
na manderecha en la impresión de tar en vida, ni se ponga adonde parez
sus libros , ¿ sabríame decir, que si ca frasco que le ponen á enfriar en
sabrá , pues todo lo sabe, quién fué algún pozo : sí, que á vuesa merced
el primero que se rascó en la cabe no le toca ni atañe ser el escudriña
za ? que yo para mí tengo que de dor desta que debe de ser peor que
bió de ser nuostro padre Adán . Si mazmorra . Ata y calla, respondi
seria, respondió el primo, porque don Quijote, que tal empresa como
Adán no hay duda sino que tuvo aquesta, Sancho amigo, para mí es
cabeza y cabellos ; y siendo esto taba guardada. Y entonces dijo la
así , y siendo el primer hombre del guía : Suplico á vuesa merced , señor
mindo, alguna vez se rascaria . Así don Quijote , que mire bien y espe
lo creo yo , respondió Sancho ; pero cule con cien ojos lo que hay allá
dígame ahora, quién fué el primer dentro, quizá habrá cosas que las
volteador del mundo ? En verdad , ponga yo en el libro de mis transfor
hermano, respondió el primo , no me maciones . En manos está el pande
296 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

ro que le sabrán bien tañer, respun más soga , y ellos se la daban poco
dió Sancho Panza, Dicho esto , y aca . á poco ; y cuando las voces, que ia
bada la ligadura de don Quijote ( que naladas por la cueva salían , dejaron
do fué sobre el arnés , sino sobre el de oirse, ya ellos tenían descolga
jabón de armar ), dijo don Quijote : das las cien brazas de soga . Fueron
Inadvertidos hemos andado en DO de parecer de volver á subir á don
habernos proveido de algún esqui Quijote, pues no ie podíandetuvieron
dar nas
lón pequ ño , que fuera atado junto cuerda : con todo eso se
á mí en esta misma soga, con cuyo como media hora, al cabo del cal
sonido se entendiera que todavía espacio volvieron a recoger la diga
bajaba y estaba vivo ; pero pues ya con mucha facilidad y sin peso algu .
no es posible , á la mano de Dios no, señal que les hizo imaginar que
que me guíe ; y luego se hincó de don Quijote se quedaba dentro, y
rodillas, y hizo una oración en voz creyendolo así Sancho, lloraba amar .
baja al cielo pidiendo á Dios le ayu gamente y tiraba con mucha prieza
dase y le diese buen suceso en aque por desengañarse; pero llegando, á
lla al parecer peligrosa y nueva eu parecer, á poco más de las oche.
aventura , y en voz alta dijo luego : ta brazas, sintieron poso , de que en
iOn señora de mis acciones y movi . extremo se alegraron. Finalmente ,
mientos, clarísima y sin par Dulci . á las diez vieron distintamente árin
nea del Toboso ! si es posible que l'e Quijote, á quien dió voces Sancho di
guen a tus oídos las plegarias y ro ciéndole : Sea vuesa merced Ivy
gaciones deste tu venturoso amante, bien vuelto, señor mío, que ya 141 .
por tu inaudita belleza te ruego las sábamos que se quedaba allá 1918
escuches, que no son otras que ro casta ; pero no respondía palabra con
garte no me niegues tu favor y am Quijote, y sacándole del todo vierin
paro ahora que tanto le he menester 12 traía cerrados los ojos con mu s .
Yo voy a despeñarme, à empozarms tras de estar dormido . Tendiérale
y á hundirme en el abismo que aquí en el suelo y desliáronle, y con todo
se me representa, sólo porque co esto no despertaba. Pero tanto le
nozca el mundo, que si tú me fa volvieron y revolvieron , sacudiron
roreces, no habrá imposible á quien y menearon , que al cabo de un bu .
yo no acometa y acabe ; y en dicien espacio volvió en sí, desperezándose
do esto, se acercó a la cima, vió no bien como si de algún grave y pro
ser posible descolgarse ni hacer lu fundo sueño despertara, y mirando
gar á la entrada si no era á fuerza à una y otra parte como espantaio,
de brazos ó á cuchilladas , y así po dijo : Dios os lo pone, amigos ,
niendo mano á la espada comenzó á que me habéis quiiauo ue la más sa
derribar y á cortar de aquellas ma brosa y agradable vida y vista que
Jezas que á la boca de la cueva Esta ningún humano ha visto ni pasai .
ban , por cuyo ruido y estruendo sa En efecto , ahora acabo de conocer
Jieron por ella una infinidad de gran qur todos los contentos desta vida
dísimos cuervos y grajos, tan espe pasan como sombra y sueño, ó se
sos y con tanta priesa, que dieron marchitan como la flor del campo.
con don Quijote, en el suelo, y si él ¡ Oh desdichado Montesinos ! ¡ Oh mal
fuera tan agorero como católico cris. ferido Durandarte ! ¡ Oh sin ventura
tiano , lo tuviera á mala señal y ex Belerma ! ¡ Oh lloroso Guadiana, y
cusara de encerrarse en lugar seme vosotras sin dicha, hijas de Ruide
jante. Finalmente, se levantó, y vien ra, que mostráis en vuestras aguas
do que no salían más cuervos ni otras las que lloraron vuestros hermosos
aves nocturnas, como fueron murcié ojos ! Con grande atención escucha
lagos, que asimismo entre los cuer ban el primo y Sancho las palabras
vos salieron, dándole soga el crimo de don Quijote, que las decía como
y Sancho, le dejaron calar al fondo si con dolor inmenso las sacara de
de la caverna espantosa : y al en las entrañas. Suplicáronle les diese
trar, echándole Sancho su bendición á entender lo que decía , y les dije.
v haciendo sobre él mil cruces , tjo :
Dios te guíe y la peña de Francia se lo que en aquel infierno había
visto. Infierno le llamáis ? dijo don
junto con la Trinidad de Gaeta, flor, Quijote ; pues no le llaméis ansí, por.
nata y espuma de los caballeros an
dantes . Allá vas , valentón del mun que no lo merece, como luego ve
réis . Pidió que le diesen algo de co
do, corazón de acero , brazos de bron mer , que traía grandísima hambre .
ce : Dios te guíe otra vez, y te vuel. Tendieron la arpillera del primo so
va libre , sano y sin cautela a la luz
desta vida que dejas por enterrarte bre la verde hierba, acudieron á la
en esta escuridad que buscas. Casi despensa de sus alforjas, y sentados
las mismas plegarias y deprecacio todos tres en buen amor y compaña,
nes hizo el primo. Iba don Quijote merendaron y cenaron todo junto.
dando voces que le diesen soga y Levantada la arpillera, dijo don Qui
jote de la Mancha : No se levan
PARTE II. - CAPÍTULO XXIII 297

te nadie, y estadme, hijos, todos suntuoso palacio ó alcázar, cuyos mu


atentos . ros y paredes parecían de transparen
te y claro cristal fabricados, del cual
abriéndose dos grandes puertas vi
CAPITULO XXIII que por ellas salía y hacia mí se ve
nía un venerable anciano vestido con
un capuz de bayeta morada, que por
De las admirables cosas que el ex el suelo le arrastraba, ceñíale los
tremado don Quijote contó que hombros y los pechos una beca de co
había visto en la profunda cue legial , de raso verde : cubríale la ca
va de Montesinos, cuya imposi beza una gorra milanesa negra, y
bilidad y grandeza hace que se la barba canísima le pasaba de la
tenga esta aventura por apó cintura ; no traía arma ninguna, sino
crifa. un rosario de cuentas en la mano ,
mayores que medianas nueces , y
los dieces asimismo como huevos
Las cuatro de la tarde serían cuan medianos de avestruz : el continen
do el sol entre nubes cubierto , con te , el paso , la gravedad y la ancki
luz escasa y templados rayos dió lu sima pres rcia,cada cosa de por sí •
gar á don Quijote para que sin ca y todas juntas me suspendieron y
ior y pesadumbre contase á sus dos admiraron . Llegóse á mí, y lo pri
clarisimos oyentes lo que en la cue . mero que hizo fué abrazarme estre
va de Montesinos había visto , y co chamente, y luego decirme : Luen
menzó en el modo siguiente : gos tiempos ha, valeroso caballero
A obra de doce ó catorce estados don Quijote de la Mancha , que los
de la profundidad desta mazmorra, que estamos en estas soledades en
á la derecha mano se hace una con cantados esperamos verte para que
cavidad y espacio capaz de poder ca des noticia al mundo de lo que en
ber en ella un gran carro con sus cierra y cubre la profunda cueva por
mulas. Entrale una pequeña luz por donde has entrado , llamada la cueva
unos resquicios ó agujeros, que lejos de Montesinos : hazaña sólo guardada
le responden , abiertos en la superfi para ser acometida de tu invencible
cie de la tierra. Esta concavidad y corazón y de tu animo estupendo.
espacio vi y tiempo cuando ya Ven conmigo, señor clarísimo, que
iba cansado y mohino de verme pen te quiero mostrar las maravillas que
diente y co gado de la soga caminar este transparente alcázar solapa, de
por aquella escura región abajo sin quien yo soy alcaide y guarda mayor
Îlevar cierto ni determinado camino, perpetua , porque soy el mismo Mon.
y así determiné entrarme en ella y tesinos, de quien la cueva toma nom
descansar un' poco. Di voces pidién bre . Apenas me dijo que era Monte
doos que no descolgásedes más soga sinos cuando le pregunté si fué ver
hasta que yo os lo dijese ; pero no dad lo que en el mundo de acá arri
debisteis de oirme. Fuí recogiendo ba se contaba , que él había sacado
la soga que enviabades , y haciendo de la mitad del pecho con una pe
della una rosca ó rimero me senté queña daga el corazón de su grande
sobre él , pensativo además, conside amigo Durandarte , y llevádole á la
rando lo que hacer debía para calar 9 - ñora Belerma , como él se lo man .
al fondo, no teniendo quien me sus dó al punto de su muerte. Respon
tentase ; y estando en este pensa dióme que en todo decían verdad
miento y confusión, de repent , y sin sino en la daga, porque no fué daga,
procurarlo me salteó un sueño pro ni pequeña, sino un puñal buido,
fundísimo, y cuando menos lo pen. más agudo que una lezna. Debía de
saba, sin saber cómo ni cómo no des ser, respondió_Sancho, el tal puñal
perté dél, y me hallé en la mitad de Ramón de Hoces el Sevillano . No
del más bello, ameno y deleitoso pra sé, prosiguió don Quijote ; pero na
do que puede criar la naturaleza, ni sería dese puñalero , porque Ramón
imaginar la más discreta imagina de Hoces fué ayer, y lo de Ronces
ción humana. Despabilé los ojos, lim . valles, donde aconteció esta desgra
piémelos, y vi que no dormía , sino cia, ha muchos años : y esta averi
que realmente estaba despierto. Con guación no es de importancia , ni tur
todo esto, me tenté la cabeza y los ba ni altera la verdad y contexto de
pechos por certificarme si era la historia . Así es , respondió el pri
mismo el que allí estaba, ó alguna mo : prosiga vu sa merced, señor
fantasma vana y contrahecha ; pero don Quijote, que le escucho con el
el tacto, el sentimiento, los discur mayor gusto del mundo. No con me.'
sos concertados que entre mí hacía , nor lo cuento yo , respondió don Qui
me certificaron que yo era allí en jote , y así digo que el venerable
tonces el que soy aquí ahora. Ofre Montesinos ms metió en el cristali
cióseme luego a la vista un real y no palacio , donde en una sala baja,
238 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

fresquísima sobre modo, y toda de piarme con ellas la sangre quin e


alabistro, estaba un sepulcro de már nían de haberos andado en las entra .
mol con gran maestría fabricado , co ñas ; y por más señas, primo de mi
bre el cual vi á un caballero terdi alma, en el priméro lugar que ir pé
do de largo á largo, no de bronce ni saliendo de Roncesvalles, eché un
de mármol, ni de jaspe hecho, como poco de sal en vuestro corazón , for
los suele haber en otros sepulcros, que no oliese mal y fuese, si no
sino de pura carne y de puros hue. Iresco , á lo nienos anojamado á la
80s . Tenía la mano derecha ( que á presencia de la señora Belerma, lü
mi parecer es a go peluda y n rvo cual con vos y conmigo y con Gu ?
sa , señal de tener inuchas fuerzas diana vuestro escudero, y con la act
su dueño) puesta sobre el lado del ña Ruidera y sus siete hijas cos
corazón , v antes que preguntas . nada sobrinas , y con otros muchos de res .
á Montesinos , viéndome suspenso tros conocidos y amigos nos tiene
mirando al del sepulcro, me dijo : aquí encantados el sabio Merlin ha
Este es mi amigo Durandarte, for muchos años , y aunque pasa le qui
y espejo de los caballeros enamora rientos no se ha muerto ninguno de
dos y valientes de su tiempo ; tie rosotros , solamente falta Ruidera v
nele aquí encantado, como me titne sus hijas y sobrinas , las cuales lio
á mí y á otros muchos y muchas, rando, por compasión que debió te.
Merlín , aque) francés encantador, per Mer in dellas, las convirtió en
que dicen que fué hijo del diablo , y otras tantas lagunas , que ahora en
lo que yo creo es que no fué bijo el mundo de los vivos y en la pro
drl diablo, sino que supo , como di vincia de la Mancha las llaman las
cen , un punto más que el diablo . El lagunas de Puidera : las siete son
cimo ó para qué nos encantó, nadie de los reyes de España, y las dos co
lo sabe , y elle dirá andando los brinas, de los caballeros de una or
tiempos, que no están muy lejos , den santísima, que se llaman de Sai.
imagino. Lo que á mí me ad Juan . Guadiana vuestro escudero i la
mira es , que sé tan cierto como aho ñendo asimesmo vuestra desgraa,
ra es de día , que Durandarte acabó fué convertido en un río llamado de
los de su vida en mis brazos , y que su mesmo nombre , el cual cuando lle
después de muerto le saqué el co gi á la superficie de la tierra v vio
razón con mis propias manos ; y en el sol del otro cielo, fué tanto el pe
verdad que debía de pesar dos li sar que sintió de ver que os dejaba,
1 bras, porque según los naturales, el que se sumergió en las entrañas de
que tiene mayor corazón es dotado la tierra ; pero como no es posible
de mayor valentía del que le ti ne dejar de acudir á su natural corrien
pequeño. Pues siendo esto así, y que te, de cuando en cuando sale 7 se
realmente murió este caballero, ¿ có. muestra donde el sol y las gentes le
mo ahora se queja y suspira de cuar . vean . Vanle administrando Jesus
do en cuando como si estuviese vivo ? aguas las referidas lagunas, Cras
Esto dicho, el misero Durandarte, cuales y con otras muchas que se
dando una gran voz, dijo : llegan entra pomposo y grande en
Portugal. Pero con todo esto , por
Oh mi primo Montesinos : dondequiera que va muestra su tris.
Lo postrero que os rogaba , teza y melancolía, y no se precia de
que cuando yo fuere muerto , criar en sus aguas peces regalailus
mi ánima arrancada, y de estima, sino burdos y desahri.
que llevéis mi corazón dos, bien diferentes de los del Tain
adondº Belerma estaba , dorado : y esto que agora os digo , oh
sacándomele del pecho, primo mío , os lo he dicho muchas
ya con puñal , ya con daga. veces , y como no me respondéis , ima
gino que no me dais crédito ó no
Oyendo o cual el venerable Monte me oís, de lo que yo recibo tanta
sinos , se puso de rodillas ante el pena cual Dios lo sabe . Unas nue
lastimado caballero , y con lágrimas vas os quiero dar ahora, 'as cuales ,
en los ojos le dijo : Ya , señor I'u ya que no sirvan de alivio á vues
randarte , carísimo primo mío , ya tro dolor, no os lo aumentarán en
hice lo que me mandasteis en el acia ninguna manera . Sabed que tenéis
gı día de nurstra pérdida ; yo na sa aquí en vuestra presencia (y abrid
qué el corazón lo mejor que pude , los ojos y éislo ) aquel gran caba
sin que os (lejase una mínima parte llero de quien tantas cosas tiene pro
en el pecho, yo le limpié con un 14 fetizadas el sabio Merlín , aquel don
ñizuelo de puntas , yo parti con él Quijote de la Mancha, digo , que de
de carrera para Francia, habiéndoos nuevo y con mayores ventajas que en
primoro puesto en el seno de in tie los pasados siglos ha resucitado en
rra con tantas lágrimas, que fueror los presentes la ya olvidada caballe .
bastantes á lavarme as manos y lim ría, por cuyo medio y favor podria
PARTE II. - CAPÍTULO XXIII 299

ser que nosotros fuésemos desencan toria como debe , que ya sabe que
tados, que las grandes hazañas para toda comparación es odiosa, y así
los grandes hombres están guarda no hay para que comparar á nadie
das . Y cuando así no sea , respondió con nadie ; la sin par Dulcinea del
elastimado Durandarte con voz des Toboso es quien es,yaseñora doña
mayada y baja , cuando así no sea, oh Belerma es quien es y quien ha sido ,
primo, digo, paciencia y barajar; y y quédese aquí. A. lo que él me res
volviéndose de lado tornó á su acos pondió : Señor don Quijote, perdóne
tumbrado silencio sin hablar más me vuesa merced , que yo confieso
palabra . Oyéronse en ésto grandes que anduve mal , y no dije bien en de
alaridos y llantos acompañados de cir que apenas igualara la señora Dui .
profundos gemidos y angustiados so cinea á la señora Belerma, pues me
Bozos. Volví la cabeza , y vi por las bastaba á mí haber entendido, por
paredes de cristal , que por otra sala no sé qué barruntos, que vuesa mer .
pasaba una procesión de dos hileras ced es su caballero , para que me mor
de hermosísimas doncellas, todas ves diera la lengua antes de comparar
tidas de luto , con turbantes blancos la sino con el mismo cielo . Con esta
sobre las cabezas al modo turquesco . satisfacción que me dió el gran Mon
Al cabo y al fin de las hileras venía tesinos se quietó mi corazón del 30
una señora, que en la gravedad lo bresalto que recibí en oir que a mi
parecía , asimismo vestida de negro , señora a comparaban con Belerma.
con tocas blancas tan tendidas y Y aun me maravillo yo, dijo Sancho,
largas que besaban la tierra. Su tur de cómo viesa merced no se subió
el
bante era mayor dos veces queera sobre el vejote , y le molio á coces
mayor de algunas de las otras : todos los huesos, le peló las barbas
cejijunta, la nariz algo chata, la boca: sin dejarle pelo en ellas. No, San
grande, pero colorados los labios cho amigo , respondió don Quijote,
los dientes, que tal vez los descubría , no me estaba á mí bien hacer eso,
mostraban ser ralos y no bien pues porque estamos todos obligados á
tos, aunque eran blancos como unas tener respeto a los ancianos, aunque
peladas almendras : traía en las ma 110 sean caballeros, y principalmen
nos un lienzo delgado, y entre él , te a los que lc son y están encanta
á lo que pude divisar, un corazón de dos ; y yo sé bien que no nos que
carne momia, según venía seco y damos á deber nada en otras mu
amojamado. Díjoma Montesinos cómo chas demandas y respuestas que
toda aquella gente de la procesión entre los dos pasamos. A esta sa
erar sirvientes de Durandarte y de zón dijo el primo : Yo no sé , señor
Belerma, que allí con sus dos seño don Quijote, como vuesa merced en
res estaban encantados, y que la úl. tan poco espacio de tiempo como ha
tima, que traía el corazón entre el estado allá abajo haya visto tantas
lierizo, y en las manos, era la seño. cosas y hablado y respondido tanto.
ra Beerma, la cual con sus donce ¿ Cuánto ha que bajé ? preguntó don
llas cuatro días de la semana hacían Quijote . Poco más de una hora , rés
aquella procesión y cantaban , ó por pondió Sancho. Eso no puede ser , re
mejor decir lloraban endechas sobre plicó don Quijote , porque allá me
el cuerpo y sobre el lastimado co anocheció y amaneció , y tornó á ano
razón de su primo : y que si me ha checer y amanecer tres veces , de
bía parecido algo fea, ó no tan her modo que, á mi cuenta, tres días he
mosa como tenía la fama, era la estado en aquellas partes remotas
causa las malas noches y peores días v escondidas a la vista nuestra. Ver
que en aquel encantamento pasaba, dad debe de decir mi señor, dijo San
como lo podía ver en sus grandes cho, que como todas las cosas que
ojeras y en su color quebradiza ; y le han sucedido son por encantamen
no toma ocasión su amarillez y sus to , quizá á lo que á nosotros nos pa
ojoras de estar en el mal mensil, or rece una hora debe de parecer allá
dinario en las mujeres , porque la tres días con sus noches. Así será ,
muchos meses y aun años que no le respondió don Quijote. Y ha comi .
tiene ni asoma por sus puertas, sino do vuesa merced en todo ese tiem .
del dolor que siente su corazón por po , señor mío ? preguntó el primo .
el que de continuo tiene en las ma No me he desayunado de bocado,
nos, que le renueva y trae á la me respondió don Quijote, ni aun he te
moria la desgracia de su mal logrado nido hambre ni por pensamiento . ¿ Y
an.ante: que si esto no fuera, apenas los encantados comen ? dijo el primo.
la igualara en hermosura, donaire y No comen , respondió don Quijote , ni
brío la gran Dulcinea del Toboso, tienen excrementos mayores , aun
tan celebrada en estos, contornos y que es opinión que les crecen las
aun en todo el mundo. Cepos quedos, uñas, las barbas y los cabellos . ¿ Y
dije yo entonces , señor don Monte duermen por ventura los encanta
sinos : cuente vuesa merced su his. dcs , señor ? preguntó Sancho. No
300 DON QUIJOTE DE LA VANCIIA

por cierto, respondió don Quijote, í blemente que su señor estaba fuera
lo menos en estos tres días que yo de juicio y loco de todo punto, y así
he estado con ellos ninguuo ha pe le dijo : En mala coyuntura y en peor
gado el ojo ; ni yo tampoco. Aquí sazón y en aciago día bajó vuesa mer
encaja bien el refrán, dijo Sancho, ced, caro patrón mío, al otro mun
de dime con quién andas, decirte he do , y en mal punto se encontró con
quién eres : ándase vuesa merced el señor Montesinos, que tal nos le
con encantados, ayunos y vigilantes ; ha vuelto . Bien se estaba vuesa mer
mirad si es mucho que ni coma ni ced acá arriba 002 su entero juicio,
duerma mientras con ellos anduvie tal cual Dios se lo había dado, ha
re ; pero perdóneme vuesa merced , blando sentencias y dando consejos
señor mío, si le digo que de todo á cada paso , y no ahora contando los
cuanto aquí ha dicho, lléveme Dios, mayores disparates que pueden ima
que iba a decir el diablo , si le creo ginarse. Como te conozco, Sancho,
cosa alguna. ¿ Cómo no ? dijo el pri respondió don Quijote , no hago caso
mo, ¿ pues habíà de inentir el señor de tus palabras. Ni yo tampoco de
don Quijote, que au que quisiera no las de vuesa merced , replicó Sancho ,
ha tenido lugar para componer é ima siquiera me hiera, siquiera me mate
ginar tagtu millón de mentiras ? Yo por las que le he dicho ó por las
ncc , que mi señor Linte, respon que le pienso decir, si en las suyas
ciu Sancho. Si no , ¿ qué crees ? ! e no se corrige y enmienda. Pero di.
preguntó don Quijote. creo, respon game vuesa merced ahora que esta
dió Sancho, que aquel Mer.i!!, o aque mos en paz , ¿ cómo ó en qué cono
llos ericantadores que encaindaron á ciió á la señora nuestra ama ? y si
toda la chusina que vuesa mere di la conoció y habló, ¿ qué dijo y qué
ce que ha visto y comunicado allá le respondió ? Conocila , respondió don
abajo, le encajaron en el maginoo Quijote, en que trae los mismos ves
memoria toda esa máquina que nos ha tidos que traía cuando tú me la mos
contado, y todo aquello que por con Laste. Habléla , pero no me respon
tar le queda. Todo eso pudiera ser , diu palabra, antes me volvió las es
Sancho, replicó don Quijote, pero no paldas, y se fué huyendo con tanta
es así, porque lo que he contado lo priesa que no la alcanzara una jara .
vi por mis propios ojos y lo toque Quise segnirla , y lo hiciera si no me
con mis mismas manos. Pero que ? 3 senia Montesinos que no me can .
dirás cuando te diga yo ahor . csao sasa en ello, porque sería en ba.de ,
entre otras infinitas cosas y maravi . y más porque se llegaba la hora don .
llas que me mostró Montesinos (las de me convenía volver á salir de la
cuales despacio y á sus tiempos te sima. Díjome asimismo que andando
las iré contando en el discurso de el tiempo se me daría aviso cómo
nuestro viaje, por no ser vodas des habían de ser desencantados él y Be
te lugar) , me mostró tiri , labradoras lerma y Durandarte, con todos los
que por aquellos amer :; imos campos que allí estaban ; pero de lo que más
iban saltando y brid ', ando como ca pena me dio de las que allí vi y no.
bras, y apenas las hube visto cuando té, fué que estándome diciendo Mon
conocí ser la una la sin par Dulci tesinos estas razones se llegó á mi
nea del Toboso , y las otras dos aque por un lado, sin que yo la viese ve.
llas mismas labradoras que venían nir , una de las dos compañeras de
Cu tua, que hallamos á la salida del la sin ventura Dulcinea, y llenos los
Toboso ? Pregunté á Montesinos si ojos de lágrimas, con turbada y baja
las conocía : respondióme que no ; voz me dijo : Mi señora Dulcinea del
pero que él imaginaba que debían Toboso besa á vuesa merced las ma
de ser aigunas señoras principales en . nos y suplica á vuesa merced se la
cantadas, que pocos días había que haga de hacerla saber cómo está , y
en aquellos prados habían parecido ; que por estar en una gran necesidad
y que no me maravillase desto, por asimismo suplica á vuesa merced cuan
que allí estaban otras muchas seño encarecidamente puede, sea servido
ras de los pasados y presentes si de prestarle sobre este faldellín que
gios encantadas y diferentes y ex aquí traigo de cotonía nuevo, media
" trañas figuras, entre las cuales co docena de reales , 6 los que vuesa
nocía él á la reina Jirebra y su dueña merced tuviere, que ella da su pala.
Quintañona escanciando el vino á bra de volvérselos con mucha breve
Lanzarote cuando de Bretaña vino . dad. Suspendióme y admirómo el tal
Cuando Sancho Panza oyó decir esto recado, y volviéndome al señor Mon.
Siisu amo , pensó perder el juicio ó tesinos le pregunté : ¿ Es posible,
morirse de risa ; que como él sabía señor Montesinos, que los encanta
la verdad del fingido encanto de Dul dos principales padecen necesidad ?
cinea, de quien él había sido el en. A lo que él me respondió : Créame
cantador y el levantador de tal tes. vuesa merced , señor don Quijote de
timonio , acabó de conocer induda
la Mancha , que esta que llaman ne
PARTE 1 ).- CAPÍTULO XXIV 301

cesidad adondequiera se usa, y por


todo se extiende y á todos alcanza ,
y aun hasta á los encantados no per.
dona : y pues la señora Dulcinea del CAPITULO XXIV
Toboso envía á pedir esos seis rea
les , y la prenda es buena, según pa
rece , no hay sino dárselos , que sin Donde se cuentan mil zarandajas
duda debe de estar en un grande tan impertinentes como necesa
aprieto . Prenda no la tomaré yo, le . rias al verdadero entendimien
respondi, ni menos le daré lo que to desta grande historia.
pide, porque no tengo sino solos
cuatro reales, los cuales le di (que
fueron los que tú, Sancho, me diste Dice el que tradujo esta grande
el otro día para dar limosna á los historia del original de la que es.
pobres que topase por los caminos), cribió su primer autor Cide Hamete
y le dije : Decid , amiga mía , á vues Benengeli, que llegando al capítu:o
tra señora que á mí me pesa en el de la aventura de la cueva de Monte
alma de sus trabajos, y que quisie sinos, en el margen del estaban es
ra ser un Fúcar para remediarlos, critas de mano del mismo Hamete,
y que le hago saber que yo no puedo estas mismas razones :
ni debo tener salud careciendo de su « No me puedo dar a entender ni
agradable vista y discreta conversa ome puedo persuadir que al valero
ción , y que le suplico cuan encareci »80 don Quijote le pasase puntual
damente puedo sea servida su mer »mente todo lo que en el anteceden
ced de dejarse ver y tratar deste su » te capítulo queda escrito. La razón
cautivo servidor y asendereado ca ves , que todas las aventuras hasta
ballero. Diréis e también que cuando vaqui sucedidas han sido contingi
menos se lo piense oirá decir como põles y verisimiles ; pero esta des
yo he hecho un juramento y voto , á pta cu no le hallo entrada alguna
modo de aquel que hizo el marqués Đpara tenerla por verdadera, por ir
de Mantua de vengar á su sobrino otan fuera de los términos razona .
Baldovinos, cuando le halló para ex obles . Pues pensar yo que don Qui .
pirar en mitad de la montiña, que »jote mintiese , siendo el más ver
fué de no comer pan á manteles, con »dadero hidalgo, y el más noble ca
las otras zarandajas que allí añadió, Đballero de sus tiempos, no es po
hasta vengarle ; y así lo haré yo de »sible , que no dijera él una mentira
no sosegar y de andar las siete par psi le asaetearan . Por otra parte con
tidas del mundo, con más puntuali »sidero que él la contó y la dijo con
dad que las anduvo el infante don otodas las circunstancias dichas , y
Pedro de Portugal, hasta desencan o que no pudo fabricar en tan breve
tarla . Todo eso y más debe vuesa Þespacio tan gran máquina de dis
merced á mi señora, me respondió » parates ; y si esta aventura parece
la doncella, y tomando los cuatro rea papócrifa , yo no tengo la cu pa, y
les, en lugar de hacerme una reve pasi sin afirmarla por falsa o ver
rencia , hizo una cabriola que se le. odadera, la escribo . Tú, lector, pues
vantó dos varas de medir en el aire . veres prudente, juzga lo que te pa .
¡ Oh santo Dios ! dijo á ese tiempo preciere , que no no debo, ni puedo
dando una gran voz Sancho : es po pmás, puesto que se tiene por cier
sible que tal haya en el mundo , y que oto , que al tiempo de su fin y muer
tengan en él tanta fuerza los encan ote dicen que se retracto della, y
tadores y los encantamentos , que odijo que él la había inventado por
hayan trocado el buen juicio de mi »parecerle que convenía y cuadraba
señor en una tan disparatada locu Đbien con las aventuras que había
ra ! ¡ Oh señor, señor , por quien Dios pleído en sus historias . ) Y luego
es , que vuesa mercºd mire por sí y prosigue diciendo :
vuelva por su honra y no de crédito Espantose el primo así del atrevi .
á esas vaciedades, que le tienen men miento de Sancho Panza como de la
guado y descabalado el sentido ! Como paciencia de su amo, y juzgó que del
me quieres bien , Sancho , hab as desa contento que tenía de haber visto á
manera, dijo don Quijote; y como eu señora Dulcinea dei Toboso , aun
no estás experimentado en las cosas que encantada, le nacía aquella con.
del mundo, todas las cosas que tie dición blanda que entonces mostra
nen algo de dificultad te parecen ba ; porque si así no fuera, palabras
imposibles ; pero andará el tiempo, y razon's le dió Sancho, que mere
como otra vez he dicho, y yo te con cían molerle á palos, porque real
taré algunas de la que allá abajo he mente le pareció que había andado
visto , que te harán creer las que atrevidillo con su señor, á quien le
aquí he contado, cuya verdad ni ad . dijo : Yo , señor don Quijote de la
mite réplica ni disputa. Mancha, doy por bien empleadísima
302 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
la jornada que con vuesa merced he preguntó Sancho . Pocos ermitaños es
hecno , porque en ella he granjeado tán sin eilas , respondió don Quijo
cuatro cosas. La primera, haber co te , porque no son los que ahora se
nocido á vuesa merced , que lo ten. usan como aquellos de los desiertos
già gran felicidad . La segunda , ha de Egipto , que su vestían de hojas
be: sabido lo que se encierra en esta de palma , y comían raices de la tie .
cueva de Montesinos, con las muta rra. Y no se entienda que por decir
ciones de Guadiana, y de las lagu bien de aquellos no lo digo de aques
nas de Ruidera , que me servirán tos, sino que quiero decir que al ri
para el Ovidio español, que traigo gor y estrecheza de entonces no lle
entre manos. La tercera, entender la gan las penitencias de los de ahora :
artigüedad de los naipes , que por pero no por esto dejan de ser todos
lo menos ya se usaban en tiempo del bu nos , á lo menos yn por buenos los
Emperador Carlomagno, según pue juzgo ; y cuando todo corra turbio,
de colegirse de las palabras que vue. menos mal hace el hipócrita que se
sa merced dica que dijo Durandarte finge bueno, que el público pecador.
cuando al cabo de aquel grande es Estando en esto, vieron que hacia
pacio que estuvo hablando con el donde ellos estaban venía un hombre
Montesinos, él despertó diciendo : á pie, caminando apriesa, y dando
Paciencia y barajar. Y esta razón y varazos á un macho que venía car
modo de hablar no la pudo aprender gado de lanzas y de alabardas. Cuan
encantado, sino cuando no lo estaba, do llegó á ellos los saludó, y pasó
en Francia y en tiempo del referido de largo. Don Quijote le dijo : Buen
Emperador Car.omagno. Y esta ave hombre , deteneos, que parece que
riguación me viene pintiparada para vais con más diligencia que ese
el otro libro que voy componiendo, macho na menester . No me puedo
que fs Suplemento de Virgilio Po detener, señor , respondió el nom
lidoro en la invención de las an bre , porque las armas que veis que
tigüedades, y creo que en el suyo aquí llevo han de servir mañana ,
no se acordó de poner la de los nai y así me fs forzoso el no detenerme,
pes , como la pondré yo ahora, que y adiós. Pero si quisiéredes saber
será de mucha importancia , y más para qué las llevo , en la venta que
al gando autor tan grave y tan ver está más arriba de la ermita pienso
dadero como es el señor de Duran alojar esta noche ; y si es que ha
darte . La cuarta es haber sabido con céis este mesmo camino, allí me ha
certidumbre el nacimiento dei río llaréis, donde os contaré maravillas,
Guadiana, hasta ahora ignorado por y adiós otra vez ; y de tal manera
las gentes. Vuesa merc à tiene ra aguijó el ruacho, qne no tuvo lugar
zón, dijo don Quijote ; pero querria don Quijote de preguptaria qné ma .
V!) saber, ya que Dios le haga mer. ravilla, eren les que rebraba decir.
ce de que se le dé licencia para im les ; Cobio él era algo curioso , y
primir esos sus libros, que lo dudo, piempre le fatigaban deseos de es
á quién piensa dirigirlos . Señores her cosas nuopas , ordenó que al tuo .
y grandes hay en España á quien mento de partiesen , y fuesed & papar
puedan dirigirse, dijo e primo. No la noche en la venta, sio tocar en
muchos, respondió don Quijote ; no la er ita , donde quisiera el primo
porque no lo merezcan , sino que no que se quedaran . Hizose así , rubie
qui ren admitirlos por no obligarse ron á caballo. y siguieron todos tres
á la satisfacción que parece se debe el derecho camino de la venta, á la
al trabajo y cortesía de sus autores . enal llegaron un poco antes de ano
Un príncipe conozco yo que puede checer, Dijo el primo á don Quijote,
suplir la falta de los demás, con que llegasen á la ermita á beber no
tantas ventajas , que si me atraviera trago . Apenas ovn esto Sancho Pan
á decirlas , quizá despertara la envi 74. cuando encaminó el rucio & ella,
dia en más de cuatro generosos pe y lo mismo hicieron don Quijote v el
chos ; pero quédese esto aquí para primo ; pero la mala suerte de San
otro tiempo más cómodo , y vamos á cha parece que ordenó que el ermi
buscar adonde recogernos esta no taño no estuviese en casa , que así se
che . No lejos de aquí , respondió el lo dijo una sotaermitaño que en la
primo, está una ermita, donde hace ermita ballaron . Pidierople de lo
su habitación un ermitaño , que di caro . Respondió 994 su señor no lo
cen ha sido soldado, y está en opi tenía ; pero si querían agua barata,
nión de ser muy buen cristiano , y que se la daría de muy buena gana.
muy discr to y caritativo además. Si yo la tuviera de agua, respondió
Junto con la ermita tiene una peque Sancho, pozos hay en el camino, don
ña casa, que él ha labrado á su cos. de la hubiera satisfecho . " Ah , bodas
ta ; pero con todo , aunque chica , es de Camacho y abundancia de la casa
capaz de recibir huéspedes. ¿ Tiene de don Diego , y cuántas veces or ten
por ventura gallinas el ta: ermitaño ? go de echar manos ! Con esto dejarod
PARTE II. - CAPÍTULO XXIV 303

la ermita y picaron hacia la venta, lla , y sería tenido á milagro que un


y á poco trecuo toparon un mancebi paja aventurero alcanzase alguna si
io , que delante de ellos iba cami quiera razonable ventura . Y dígame
nando no onn mucha priesa, y asi le por su vida , amigo, preguntó dou
alcanzaron . Llevaba la espada sobre Quijote, ¿ es posible que en los años
el hombro, y en ella puesto un bu.. que sirvió no ha podido alcanzar a :
tó envo.torio al parecer de sus vos guna librea ? Dos me han dado, res
tidos, que al parecer debían de ser pondió el paje ; pero así como a que
los calzones ſ gregiiescos y herre se sale de alguna religión antes de
ruelo , y alguna camisa, porque traia profesar le quitan el hábito y le vuel
puesta una ropilla de terciopelo con ven sus vestidos, así me volvían
algunas vislumbres de raso , y la Ci mi los míos mis amos , que acabados
misa de fuera ; las medias eran de los negocios á que venían á la corte
seda, y los zapatos cuadrados á uso se volvían á sus casas, y recogían
de corte : la edad llegaría á diez y la3 libreas que por so a ostentación
oche o diez y nueve años, alegre de habían dado. Notable espilorchería ,
rostro, y al parecer ági. de su per como dice el italiano , dijo don Qui
sona : iba cantando seguidillas para jote ; pero con todo eso tenga á fe
entretener el trabajo del camino . lice ventura el haber salido de la cor
te con tan buena intención como
Cuando llegaron a él acababa de can.
tar una , que el primo tomó de me lleva, porque no hay otra cosa en la
moria, que dicen que decía : tierra más honrada ni de más prove
cho que servir á Dios primeramente,
A la guerra me lleva y lu go á su rey y señor natural ,
mi nec - sidad ; especialmento en el ejercicio de las
si tuviera dineros armas, por las cuales se alcanzan ,
no fuera en verdad . si no mas riquezas , á lo menos más
honra que por las letras , como yo
El primero que le habló fué don Qui tengo dicho muchas veces ; que pues
jote , diciéndole : Mur á la ligera ca to que han fundado más mayorazgos
mina vuesa merced , señor galán : ¿ . las letras que las armas , todavía lle
adónde bu no ? sepamos, si es que van un no sé qué los de las armas
gusta decirlo. A lo que el mozo res á los de las letras , con un sí sé qué
pondió : el caminar tan á la ligera de esplendor que se halla en ellos,
10 causa el calor y la pobreza , y el que los aventaja á todos . Y esto que
adónde voyes á la guerra. ¿ Cómo ahora le quiero decir llévelo en la
12 pobreza ? preguntó don Quijote; memoria, que le será de mucho pro
que por el calor bien puede ser . Se vecho y alivio en sus trabajos , y es
ñor, replicó el mancebo , yo llevo que aparte la imaginación de los su
en este envoltorio unos gregüescos cesos adversos que le podrán venir ,
de terciopelo , compañeros desta ropi que el peor de todos es la muerte , y
lla ; si los gasto en el camino no me como ésta sea buena , el mejor de to.
podré honrar con ellos en la ciudad , dos es el morir . Preguntáron e á J11
y no tengo con qué comprar otros : lio César, aquel valeroso einperador
y así por esto como por orearmº, voy romano , cuál era la mejor muerte.
desta manera para alcanzar unas com Respondió que la impensada, de
pañías de infantería, que no están repente y no prevista : y aunque res .
doce leguas de aquí, donde asentaré pondió como gentil y ajeno del co .
mi p'aza , y no faltarán bagajes en nocimiento del verdadero Dios , con
que caminar de allí en adelante hasta todo eso dijo bien , para ahorrarse
el embarcadero , que dicen ha de ser del sintimiento humano ; que pues
en Cartag na ; V más quiero tener to caso que os maten en la primera
por amo y por señor al Rey, v ser facción y refriga , ó ya de un tiro
virle en la guerra , que no á un pe de artillería, ó volado de una mina ,
lón en la corte. ¿ Y lleva vuesa mer ¿ qué importa ? todo es morir , v ach
ced alguna ventaja por ventura ? nro . bóse la obra ; y según Terencio, más
guntó el primo. Si yo hubiera ser bien par ce el so dado muerto en la
vido á algún grande de España, ó batalla, que vivo y salvo en la huí
algún principal personaje , respondió da ; y tanto alcanza de fama el buen
el mozo , á buen seguro que yo la soldado , cuanto tiene de obediencia
llevara, que eso tiene el servir a los á sus capitanes y á los que mandar
buenos , que del tinelo suelen salir le pueden ; y advertid , hijo, que al
á ser alférez ó capitanss, ó con al soldado mejor le está el oier á pól
gún buen entretenimiento ; pero yo , vora que á algalia , y que si la ve
d sventurado, serví siempre á cata jez os coge en este honroso ejercicio,
rriberas y á gente advenediza , de aunque sea lleno de heridas y es .
ración v quitación tan misera v ate . tropeado ó cojo, á lo menos no os
nuaia, que en pagar el almidonar podrá coger sin honra, y tal que no
un cuello se consumía la mitad de os la podrá menoscabar a pobreza :
304 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

cuanto más que ya se va dando or obligó al hombre á contarle con bue


den como se entretengan y remedien na voluntad lo que pedía ; y sentán
los soldados viejos y estropeados, dose en un poyo, y don Quijote jun.
porque no es bien que se haga con to á él, teniendo por senado y audi
ellos lo que suelen hacer los que torio al primo, al paje, á Sancho Pan
ahorran y dan libertad á sus negros za y al ventero, comenzó á decir
cuando ya son viejos y no pueden desta manera : Sabrán vuesas merce
servir, y echándolos de casa con tí des que en un lugar que está cua
tulo d . libres , los hacen esclavos tro leguas y media desta venta, su.
de la hambre de quien no piensan cedió que å un regidor de., por in
ahorrarse sino con la muerte : y por dustria y engaño de una muchacha
ahora no os quiero decir más, sino criada suya ( y sto es largo de con
que subáis á las ancas deste mi caba tar) le faltó un asno, y aunque el
llo hasta la venta, y allí cenaréis con tal regidor hizo las diligencias po
migo, y por la mañana seguirésel ca sibles por hallarle, no fué posible .
mino , que os le dé Dios tan bueno Quince días serían pasados, según
como vuestros deseos merecen . EL es pública voz y fama , que el asno
paje no aceptó el convite de las an faltaba, cuando estando en la plaza
cas , aunque si el de cenar con él en el regidor perdidoso , otro regidor
la venta, y á esta sazón dicen que del mismo pueblo dijo : Dadme a.
dijo Sancho entre sí : Válate Dios bricias , compadre, que vuestro ju
por señor ! ¿ y es posible que hom mento ha parecido. Yo os las man
bre que sabe decir tales, tantas v do, y buenas, compadre, respondió
tan buenas cosas como aquí ha di el otro ; pero sepamos dónde ha pa
cho, diga que ha visto los dispara recido. En el monte , respondió el
tes imposibles que cuenta de la cue hallador, le vi esta mañana sin al
va de Montesinos ? Ahora bien, ello barda y sin aparejo alguno, y ten
dirá ; y en esto llegaron á la venta flaco, que era una compasión mira.
á tiempo que anochecía, y no sin gus lle : quisele antecoger delante de mí
to de Sancho, por ver que su señor y traérosle ; p -ro está ya tan mon
la juzgó por verdadera venta, y no taraz y tan hureño , que cuando lle .
por castillo , como solía. No hubie. gué á él se fué huyendo, y se entro
ron bien entrado, cuando don Qui en lo más escondido del monte ; si
jote preguntó al ventero por el hom. queréis que volvamos los dos á bus
bre de las lanzas y alabardas, el cual carle, dejadme poner esta borrica en
le respondió que en la caballeriza mi casa, que luego vuelvo. Mucho
estaba acomodando el macho : lo mis placer me haréis, dijo el del jumen
mo hicieron de sus jumentos el pri to, y yo procuraré pagároslo en la
mo y Sancho, dando á Rocinante mesma moneda . Con estas circuns
el mejor pesebre y el mejor lugar de tancias todas, y de la mesma manera
la caballeriza. que yo lo voy contando , lo cuentan
todos aquellos que están enterados
en la verdad deste caso. En resolu
CAPITULO XXV ción, los dos regidores á pie y mano
á mano se fueron al monte ; y llegan
Donde se apunta la aventura del do al lugar y sitio donde pensaron
rebuzno y la graciosa del tite hallar el asno, no le hallaron , ni pa
rero , con las memorables adi reció por todos aquellos contornos ,
tinanzas del mono adivino. aunque más le buscaron. Viendo pues
que no parecía, dijo el regidor que
le había visto , al otro : Mirad , com
No se le cocía el pan á don Quijo. padre : una traza me ha venido al
te , como suele decirse, hasta oir y pensamiento , con la cual sin duda
saber las maravillas prometidas del alguna podremos descubrir este ani
hombre conductor de las armas . Fué. mai , aunque esté metido en las en
le á buscar donde el ventero le ha trañas de la tierra , no que del mon
bía dicho que estaba, y hallóle , y di te ; y es que yo sé rebuznar maravi.
jole que en todo caso le dijese luego llosamente, y si vos sabéis algún
lo que le había preguntado en el ca tanto , dad el hecho por concluído.
mino. El hombre le respondió : Más ¿ Algün tanto decís, compadre ? dijo
d'spacio y no en pie se ha de tomar el otro : por Dios que no doy la
el cuento de mis maravillas : déjeme ventaja a nadie , ni aun á los mesmos
vuesa merced, señor bueno, acabar asnos. Ahora lo veremos , respondió
de dar recado á mi bestia , que vo el regidor segundo , porque tengo de .
le diré cosas que le admiren . No terminado que os vais vos por una
quede por eso , respondió don Quijo parte del monte , y yo por otra, de
te, que yo os ayudaré á todo, y así modo que le rodeemos y andemos
lo hizo aechándole la cebada v lim todo , y de trecho en trecho rebuz
piando el pesebre, humildad que naréis vos , y rebuznaré yo , y no pe
PARTE II, -CAPITULO XXV 305

drá menos sino que el asno nos oya, empleado el trabajo que he tenido
y nos responda si es que está en mi en buscarle , aunque le hé hallado
monte . A lo que respondió el dueño muerto . En baena inano esta, com
dei jumento : Digo, compadre, que padre , respondió el otro , pues si
la traza es excelente y digna de vues bien canta el abad , no le va en zaga
tro gran ingenio ; y dividiéndose los el monacillo . Con esto, desconsolados
dos según el acuerdo, sucedió que y roncos , se volvieron a su aldra ,
casi á un mesmo tiempo rebuznaron , adonde contaron á sus amigos, ve
V cada uno engañado del rebuzno cinos y conocidos cuanto les habia
del otro acudieron á buscarse , pen acontecido en la busca del asno, exa
sando que ya el jumento había pare. gerando el uno la gracia del otro
cido, y en viéndose dijo el perdido. en el rebuznar ; todo lo cual se supo
80 : ¿ Es posible, compadre , que no y se extendió por los ugares circun
fué mi asno el que rebuznó ? No fué vecinos , y el diablo, que no duerme ,
sino yo, respondió el otro. Ahora como es amigo de sembrar y derra
digo , dijo el dueño, que de vos á un mar rencillas y discordia por doquie
asno, compadre, no hay alguna dife ra, levantando caramillos en el viento
rencia en cuanto toca al rebuznar, y grandes quimeras de nonada, orde
porque en mi vida he visto ni oído nó é hizo que las gentes de los otros
cosa más, propia . Esas alabanzas y pueblos en viendo á alguno de nues
encarecimiento , respondió el de la tra aldea rebuznasen , como dándoles
traza , mejor os atañen y tocan a en rostro con el rebuzno de nuestros
vos , que á mí, compadre; que por regidores. Dieron en ello los mucha
el Dios que me crió , que podéis dar chos , que fué dar en manos y en
dos tebuznos de ventaja al mayor bocas de todos los demonios del in
y más perito rebuznador del mun fierno, y fué cundiendo el rebuzno
do ; porque el sonido que tenéis de uno en otro pueblo , de manera
es alto, lo sostenido de la voz á que son conocidos los natura.es del
su tiempo y compás, los dejos mu pueblo del rebuzno como son cono
chos y apresurados, y en resolu cidos y diferenciados los negros da
ción yo me doy por vencido , y os los blancos: y ha llegado á tanto la
rindo la palma, y doy la bandera desgracia desta burla , que muchas
desta rara habilidad . Ahora digo , veces con mano armada y formado
respondió el dueño, que me tendré escuadrón han salido contra los bur.
y estimaré en más de aqui adelante , ladores los burlados á darse la bata.
y pensaré que sé alguna cosa , pues lla , sin poderlo remediar reyni ro
tengo alguna gracia , que puesto que que , ni temor ni vergüenza . Yo creo
pensara que rebuznara bien , nunca que mañana, ó esotro día han rie
entendí que llegaba al extremo que . sa.ir en campaña los de mi pueblo ,
decís . También diré yo ahora, res que son los del rebuzno, contra otro
pondió el segundo, que hay raras lugar que está á dos leguas del nues
habilidades perdidas en el mundo, tro, que es uno de los que más nos
y que son mal empleadas en aque persiguen , y por salir bien aperci
llos que no saben aprovecharse de bidos llevo compradas estas lanzas y
llas. Las nuestras , respondió el due alabardas que habéis visto . Y estas
ño , si no es en casos semejantes son las maravillas que dije que os
coino el que traemos entre manos , había de contar, y si no os lo han
no nos pued « n servir en otros , y aun parecido , no sé otras ; y con esto dió
en este plega á Dios que nos sean de fin á su plática el buen hombre; y
provecho . Esto dicho, se tornaron á en esto entró por la puerta de la
dividir y á volver á sus rebuznos , v venta un hombre todo vestido de ca
á cada paso se engañaban y volvian muza, medias , gregüescos y jubón ,
y con voz levantada dijo : Señor
á juntarse, hasta que se dirron por
contraseña, que para entender que huésped , ¿ hay posada ? que viens
eran ellos y no el asno, rebuznasen aquí el mono adivino y el retablo de
dos veces una tras otra . Con esto , la libertad de Melisendra . Cuerpo de
doblando á cada paso los rebuznos , tal,dijo el ventero, que aquí está el
rodearon todo el monte sin que el senor maese Pedro ; buena noche
perdido jumento respondiese ni aun se nos apareja . Olvidábaseme de de .
por señas. Mas ¿ cómo había de res cir como el tal maese Pedro traís
pondór el pobre y mal logrado, si cubierto el ojo izquierdo y casi me
le hallaron en lo más escondido del dio carrillo con un parche de tafe
bosque comido de lobos ? Y en vién . tán verde, señal que todo aquel lado
dole dijo su dueño : Ya me maravi . debía de estar enfermo ; y el vente .
llaba yo de que él no respondía, pues ro prosiguió diciendo : Sea bien ve
á no estar muerto , él rebuznara si nido vuesa merced , señor maese Pe
nos oyera, ó no fuera asno ; pero á dro : , adónde está el mono y el re
trueco de haberos oído rebuznar con tablo , que no os veo ? Ya llegan
tanta gracia , compadre , doy por bien cerca, respondió el todo camuza ,

20
308 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
sino que yo me he adelantado á sa ha pasado , porque ¿ quién lo pude
ber si hay posada. Al mismo duque saber mejor que yo mesmo ? Y pagar
de Alba so la quitara para: dársela yo porque me digan lo que sé, sería
al señor maese Pedro, respondió el una gran necedad ; pero pues sabe
ventero : llegue el mono y el reta las cosas presentes, he aquí mis dos
blo, que gente hay esta noche en la reales, y dígame el señormonisimo,
venta que pagará el verle y las ha qué hace ahora mi mujer Teresa Pan
bilidades del mono. Sea en buena za, y en qué se entretiene. No quiso
hora, respondió el del parche, quº tomar maese Pedro el dinero, di
yo moderaré el precio, y con sola la ciendo : No quiero recibir adelan
costa me daré por bien pagado, y yo tados los premios sin que hayan pre .
vuelvo á hacer que camine la carre cedido los servicios ; y dando con la
ta donde viene el mono y el retablu ; mano derecha dos golpes sobre el
y luego se volvió a salir de la ven hombro izquierdo, en un brinco se
ta . Preguntó luego don Quijote al le puso el mono en él, y llegando la
ventero qué maese Pedro era aquei, boca al oído daba diente con diente
y qué retablo y qué mono traía . A muy apriesa ; v habiendo hecho este
lo que respondió el ventero : Este ademán por espacio de un credo , de
es un famoso titerero , que ha muchos otro brinco se puso en el suelo, y al
días que anda por esta Mancha de punto con grandísima priesa se fué
Aragón , enseñando un retablo de la maese Pedro á poner de rodillas ants
libertad de Melisendra , dada por el don Quijote, y abrazándole las pier
famoso don Gaiferos , que es una de nas, dijo : Estas piernas abrazo bien
las mejores y más bien representadas así como si abrazara las dos colum
historias que de muchos años á esta nas de Hércules, ¡ oh resucitador in
parte en este reino se han visto ; signe de la ya puesta en olvido an
trae asimismo consigo un mono de dante caballería ! ¡ oh no jamás como
la más rara habilidad que se vió en se debe alabado caballero don Qui
tre monos , ni se imaginó entre hom jote de la Mancha, ánimo de los des
bres ; porque si le preguntan algo , mayados , arrimo de los que van á
está atento á lo que le preguntan , y caer, brazo de los caídos , báculo v
luego salta sobre los hombros de su consuolo de todos los desdichados !
amo, v llegándose al oído le dice la Quedó pasmado don Quijote, absorto
respuesta de lo que le preguntan , y Sancho, suspenso el primo, atónito
maese Pedro la declara luego, y de ei paje, abobado el del rebuzno, co
las cosas pasadas dice mucho más fuso el ventero , y finalmente espan
que de las que están por venir ; y tados todos los que oyeron las ra
aunque no todas veces acierta en
zones del titerero, el cual prosiguió
todas, en las más no y rra, de modo diciendo : Y tú , oh buen Sancho
que nos hace creer que tiene el dia Panza , el mejor escudero y del me
bio en el cuerpo. Dos reales lleva jor caballero del mundo , alégrate ,
por cada pr gunta si es que el mono que tu buena mujer Teresa está bue
responde, quiero decir , si responde na, y esta es la hora en que ella está
el amo por él después de haberle ha rastrillando una libra de lino, y por
blado al oído ; y así se cree que el más señas tiene á su lado izquierdo
tal maese Pedro está riquísimo, y un jarro desbocado, que cabe un buen
es hombre galante, como dicen en porqué de vino , con que se entre
Italia , y boncompaño, y dase la me. tiene en su trabajo . Eso creo yo muy
jor vida del mundo : habla más que bien, respondió Sancho, porque es
seis , y bebe más que doce, todo á ella una bienaventurada, y á no ser
costa de su lengua y de su mono y celosa, no la trocara yo por la giganta
de su retablo. En esto volvió el mae Andandona, que según mi señor, fue
se Pedro, y en una carreta venía el una mujer muy cabal y muy de oro ;
retablo , y el mono grande y sin cola , y es mi Teresa de aquellas que no
con las posaderas de fieltro, pero no se dejan mal pasar, aunque sea á
de mala cara ; V apenas le vió don costa de sus herederos. Ahora digo,
Quijote cuando le preguntó : Dígam dijo á esta sazon don Quijote, que el
vuesa merced , señor adivino , ¿ qué que lee mucho v anda mucho , ve mu
pexe pillamo ? ¿ qué ha de ser de cho y sabe mucho. Digo esto, porque
nosotros ? y vea aquí mis dos rea ¿ qué persuasión fuera bastante para
les ; y mandó á Sancho que se 108 persuadirme que hay monos en c #
di se á maese Pedro , el cual res mundo que adivinen, como lo he vis
' pondió por el mono, y dijo : Señor, to ahora por mis propios ojos ? por
este animal no responde ni da noti que yo soy el mismo don Quijote de
cia de las cosas que están por ve la Mancha que este buen animal ba
nir ; de las pasadas sabe algo, y de dicho , puesto que se ha extendido
las presentes algún tanto . Voto algún tanto en mis alabanzas ; pero
arrús , dijo Sancho, no dé yo un ar como quiera que yo me sea, doy gran
dite porque me digan lo que por mí cias al cielo, que me dotó de un in
PARTE JI. - CAPÍTULO XXV 307

mo blando y compasivo, inclinado mujercilla, ni paje , ni zapatero de


siempre a hacer bien á todos , y mal viejo que no presuma de alzar una
á ninguno . Si yo tuviera dineros , figura, como si fuera una sota de
dijo el paje , preguntara al señor naipes , del suelo , echando á pérdir
mono qué me ha de suceder en la con sus mentiras é ignorancias la
peregrinación que llevo. A lo que verdad maravillosa de la ciencia. De
respondió maese Pedro (que ya se una señora sé yo que preguntó á uno
había levantado de los pies de don de estos figureros, que si una perri
Quijote) : Ya he dicho que esta bes. lla de falda pequeña que tenía, si
tezuela ' no responde á lo porvenir, se empreñaría y pariría , y cuántos
que si respondiera no importara no y de qué color serian los perros quy
haber dineros, que por servicio del pariese. A lo que el señor judicia
señor don Quijote, que está presen rio , después de haber alzado la figu
te , dejara yo todos los intereses del ra, respondió que la perrica se em
mundo; y ahora porque se lo debo, preñaría, y pariría tres perricos, el
y por darle gusto, qui ro arinar mi uno verde , el otro encarnado y el
otro de mezcla , con tal condición
retablo, y dar placer á cuantos es que la tal perra se cubriese entre
tár en ca venta sin paga alguna.
Oyendo lo cual el ventero, alegre so. las once y doce del día ó de la no
bre manera, señaló el lugar donde che , y que fuese en lunes ó en sá.
se podía poner el retablo, que en bado ; y lo que sucedió fué que de
allí á dos días se murió la perra de
un punto fué hecho. Don Quijote no
estaba muy contento con las adivi ahita , y , el señor levantador qued.
nanzas del mono , por parecʻrle no acreditado en el lugar por acertadi.
ser á propósito que un niono adi simo judiciario , como lo quedan todos
vinase ni las de por venir ni las o los más levantadores. Con todo eso
pasadas cosas ; y así , en tanto que querría, dijo Sancho, que vuesa mer
maese Pedro acomodaba el retablo, ced dijese á maeg : Pedro, pregun
se retiró don Quijote con Sancho á tase á su mono si es verdad lo que
un rincón de la caballeriza , donde á vuesa merced le pasó en la cueva
sin ser oídos de nadie le dijo : Mira, de Montesinos ; que yo para mí ten
Sancho , yo he considerado bien a go, con perdón de vuesa merced, que
extraña habilidad deste mono, V todo fué emb leco y mentira, ó por
lo menos cosas soñadas . Todo po
hallo por mi cuenta que sin duda
este maese Pedro su amo debe de dría ser, respondió don Quijote; pe
tener hecho pacto tácito ó expreso ro yo haré lo que me aconsejas, pues
to que me ha de quedar un no sé
con el demonio . Si el patio es es qué de escrúpulo. Estando en esto
peso y del demonio, dijo Sancho , sin llegó maese Pedro á buscar á don
duda debe de ser muy sucio patio ,
& pero de qué provecho le es al tal Quijote y decirle que ya estaba en
orden el retablo , que su morced vi
maese Pedro ' tener esos patios ? No niese á verle , porque lo merecía.
me entiendes , Sancho : no quiero de Don Quijote le comunicó su pensa
cir, sino que debe de tener hecho al
gún concierto con el demonio, de miento y le rogó preguntase luego á
su mono le dije se si ciertas cosas que
que infunda esa habilidad en el mono había pasado en la cueva de Monte
con que gane de comer , y después sinos habían sido soñadas ó verda
que esté rico le dará su alma, que deras, porque á él le parecía que
es lo que este universal enemigo pre tenían de todo . A lo que maese Pe
tende ; y haceme creer esto el ver dro sin responder palabra volvió á
que el mono no responde sino a las traer el mono , v puesto de ante de
cosas pasadas ó presentes, y a sa don Quijote y de Sancho, dijo : Mi
biduría del diablo no se puºde ex rad , señor mono, que este caballero
tender á más : que las por venir no
quiere saber si ciertas cosas que la
las sabe si no es por conjeturas, y no pasaron en una cueva llamada de
todas veces , que á solo Dios esta re Montesinos, si fueron falsas ó ver
servado conocer los tiempos y los daderas ; y haciéndole la acostumbra
momentos, y para él no hay pasado da señal , el mono se le subió en el
ni porvenir, que todo es presente , hombro izquierdo, y hablándole al
y siendo esto así, como lo es , está parecer en el oído , dijo luego maese
claro que este mono habla con el Pedro : El mono dice que parte de
estilo del diablo , y estoy maravillado las cosas que vuesa merced vió ó
como no le han acusado al Santo
Oficio , y examinádole y sacádole pasó en la dicha cueva son falsas, v
de cuajo en virtud de quién adivi parte verisimiles , y que esto es lo
na ; porque cierto está que este mo que sabe, y no otra cosa en cuanto
BO no es astrólogo , ni su amo ni á esta pregunta ; v que si vuesa mer
él alzan ni saben alzar estas figuras ced quisiere saber más , que el vier
que llaman judiciarias, que tanto nes venidero responderá a todo lo
ahora se usan en España, que no hay que se le preguntare , que por ahora
308 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
se le ha acabado la virtud, que no manc s españoles que andan ena
le vendrá hasta el viernes, como di boca de las gentes, y de los mucha
cho tiene . ¿ No lo decía yo, dijo San . chos por esas calles. Trata de la li.
cho, que no se me podía asentar que bertad que dió el señor don Gaife
todo lo que vuesa merced , señor mío, los á su esposa Melisendra , que es
ha dicho de los acontecimientos de Laba cautiva en España en poder de
la cueva era verdad , ni aun la mi moros en la ciudad de Sansueña, qua
tad ? Los sucesos lo dirán , Sancho, así se llamaba entonces la que 109
respondió don Quijote , que el tiem se llama Zaragoza : y vean vuesas
po, descubridor de todas las cosas, mercedes allí cómo está jugando a
no se deja ninguna que no la saque las tab as don Gaiferos , según aque
á a luz do sol , aunque esté escon ilo que se canta :
dida en los senos de la tierra : y por
ahora baste esto , y vámonos á ver Jugando está á las tablas don Gai
el retablo del buen maese Pedro , įferos,
que para mi tengo que debe de te que ya de Melisendra está olvi .
ner alguna novedad . ¿ Cómo alguna ? Tdado .
respondió maese Pedro, sesenta mil
encierra en sí este mi rétab o : digo e Y aquel personaje que allí asoma con
à vuesa merced, mi señor don Qui corona en la cabeza y cetro en las
jote, que es una de las cosas más de manos es el emperador Carlomagno,
vr que hoy tiene el mundo, y ope padre putativo de la tal Melisendra,
ribus credite, et non verbis, y ma el cual, mohino de ver el ocio y des .
nos á la labor , que se hace tarde , y cuido de su yerno, le sale á reñir : v
tenemos mucho que hacer y que de adviertan con la vehemencia y ahin .
cir y que mostrar . Obedecieronle co que le riñº, que no parece sino
don Quijote y Sancho , y vinieron que le quiere dar con el cetro media
donde ya estaba el retablo puesto v docena de coscorrones , y aun hay
descubierto, lleno por todas partes autores que dicen que se los dió, y
de candelillas de cera encendidas , muy bien dados; y después de ha
que e hacían vistoso y resplande berie dicho muchas cosas acerca del
ciente. En llegando se metió maese peligro que corría su honra en no
Pedro dentro dól , que era el que ha procurar la libertad de su esposa ,
bía de manejar las figuras del artiil dicen que le dijo :
cio , y fuera se puso un muchacho
criado del maese Pedro para servir Harto os he dicho , miradlo.
de intérprete y d clarador de los mis
terios del tal retablo : tenía una vari Miren vuesas mercedes también cómo
lla en la mano con que señalaba las el Emperador vuelve las espaldas ,
figuras que salían. Puestos pues to y deja despechado á don Gaiferos, 1
dos cuantos había en la venta , y cual ya ven cómo arroja impaciente
algunos en pie frontero del retablo , de la cólera lejos de sí el tablero y
y acomodados don Quijote , Sancho , las tablas, y pide apriesa las armas ,
e paje y el primo en los mejores y á don Roldán su primo pide pres.
lugares , el trujamán comenzó á de. tada su espada Durindana, y como
cir lo que oirá y verá el que le ove don Roldán no se ia quiere prestar,
re , ó viere el capítulo siguiente : ofreciéndole su compañía en la di
ficil empresa en que se pone ; pero
el valeroso enojado no lo quiere acep
CAPITULO XXVI tar ; antes dice que él solo es bas
tante para sacar á su esposa , si
bien estuviese metida en el mas
Donde se prosigue la gracioza hondo centro de la tierra, y con esto
aventura del titerero, con otras se entra á armar para ponerse luego
cosas en verdad harto buenas . en camino. Vulvan vuesas merce
des los ojos á aquella torre que alli
Callaron todos, tirios y troyanos : parece, que se presupone que es uns
quiero decir, pendientes estaban to de las torres del alcázar de Zarago .
dos los que el retablo miraban de la za , que ahora llaman la Ajafería, y
boca del declarador de sus maravi aquella dama que en aquel balcóu
llas, cuando se oyeron sonar en -l parece vestida á lo moro es la sin par
retablo cantidad de atabales y trom Melisendra, que desde alií muchas
petas, y dispararse mucha artillería , veces se ponía á mirar el camino de
cuyo rumor pasó en tiempo breve , Francia, y puesta la imaginación en
y luego alzó la voz el muchacho y París y en su esposo se consolaba en
dijo : Esta verdadera historia que su cautiverio . Miren también un nue
aquí á vuesas mercedes se represen vo caso que ahora sucede, quizá no
ta, es sacada al pie de la letra de visto jamás . ¿ No ven aquel moro
' as corónicas francesas , y de los ro que callandico v pasito á paso, pues
PARTE II . - CAPÍTULO XXVI 309

to el dedo en la boca se llega por piadoso cielo socorre en las mayores


las espaldas de Melisendra ? Pues necesidades, pues llega don Gaife
miren cómo la da un beso en mitad ros, y sin mirar si se rasgará o no
de los labios, y la priesa que ella se el zico faldellín, ase de ella, y mal
da á escupir y á límpiárseios con la su grado la hace bajar al suelo , y
blanca manga de su camisa, y cómo luego de un brinco la pone sobre las
se lamenta y se arranca de pesar ancas de su caballo á horcajadas como
sus hermosos cabellos, como si ellos hombre, y la manda que se tenga
tuvieran la culpa del maleficio . Mi fuertemente y le eche los brazos mor
ren también como aquel grave moro las espaldas, de modo que los cruce
que está en aquellos corredores es el en el pecho porque no se caiga, á
rey Marsilio de Sansueña, el cual por causa que no estaba la señora Meli..
haber visto la insolencia del moro , sendra acostumbrada á semejantes
puesto que era un pariente y gran caballerías. Veis también cómo los
privado suyo , le mandó luego pren relinchos del caballo dan señales que
der, y que le den doscientos azo va contento con la valiente y hermo
tes, llevándole por las calles acos sa carga que lleva en su señor y en
tumbradas de la ciudad con chillado su señora. Veis como vuelven las es .
res delante y envaramiento detrás ; paldas y salen de la ciudad, y_ale
y veis aquí donde salen á ejecutar gres y regocijados toman de París
la sentencia, aun bien apenas no ha la vía. Vais en paz , oh par sin par
biendo sido puesta en ejecución la de verdaderos amantes; lleguéis á
culpa , porque entre moros no hay salvamento á vuestra deseada pa
traslado á la parte, ni á prueba y tria , sin que la fortuna ponga estor
estése, como entre nosotros. Niño, bo en vuestro felice viaje : los ojos
niño , dijo con voz alta á esta sazón de vuestros amigos y parientes os
don Quijote, seguid vuestra historia vean gozar en paz tranquila los días
línea recta , y no os metáis en las ( que los de Néstor sean ) que os que
curvas ó transversales, que para sa dan de la vida . Aquí alzó otra vez
car una verdad en limpio, menester la voz maese Pedro, y dijo : Llane
son muchas pruebas y repruebas. za, muchacho , no te encumbres, que
También dijo maese Pedro desde toda afectación es mala . No respon .
dentro : Muchacho, no te metas en dió nada el intérprete , antes prosi
dibujos, sino haz lo que ese señor te guió diciendo : No faltaron algunos
manda, que será lo más acertado : ociosos ojos, que lo suelen ver todo ,
sigue tu canto llano , y no te metas que no viesen la bajada y la subida
en contrapuntos, que se suelen que de Melisendra, de quien dieron noti
brar de sotiles. Yo lo haré así, res cia al rey Marsilio, el cual mandó
pondió el muchacho, y prosiguió di luego tocar al arma; y miren con qué
ciendo : Esta figura que aquí parece priesa que ya la ciudad se hunde con
á caballo, cubierta con una capa gas el son de las campanas , que en to
cona, es la mesma de don Gaiferos , das las torres de las mezquitas sue
á quien su esposa esperaba , v va nan . Eso no , dijo á esta sazón don
vengada del atrevimiento del ena Quijote ;, en esto de las campanas
morado moro, con mejor y más so anda muy impropio maese Pedro ,
segado semblante se ha puesto a los porque entre moros no se usan cam
miradores de la torre, y habla con panas, sino atabales, y un género de
su esposo, crevendo que es algún da . dulzainas que parecen nuestras chi
sajero, con quien pasó todas aquellas rimías ; y esto de sonar campanas
razones y coloquios de aquel roman en Sansueña, sin duda que es in
ce que dice : gran disparate. Lo cual oído por
maese Pedro, cesó el tocar, y dijo :
Caballero, si á Francia ides , No mire vuesa merced en niñerías,
por Gaiferos preguntad . señor don Quijote , ni quiera llevar
las cosas tan por el cabo, que no se
Las cuales no digo yo ahora porque le halle . ¿ No se presentan por ahí
de la prolijidad se suele engendrar casi de ordinario mil comedias llenas
el fastidio : basta ver cómo don Gai . de mil impropiedades y disparatęs
feros se descubre, y que por los ade y con todo eso corren felicísimamen
manes alegres que Me isendra hace te su carrera y se escuchan , no sólo
se nos da á entender que ella le ha con aplauso, sino con admiración y
conocido, y más ahora que vemos se todo ? Prosigue, muchacho, y deja
descuelga del balcón para ponerse en decir, que como yo llene mi tałego,
las ancas del caballo de su buen es siquiera represente más impropie
poso. Mas i ay sin ventura ! que se dades que tiene átomos el sol. Así
le ha asido una punta de faldellín es la verdad , replicó don Quijote ; v
de uno de los hierros del balcón V el muchacho dijo : Miren cuánta y
está pendiente en el aire sin poder cuán lucida caballería sale de la ciu.
llegar al suelo . Pero veis como el dad en seguimiento de los dos ca
310 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

tólicos amantes ; cuántas trompetas la andante caballería sobre cuantas


que suenan , cuántas dulzainas que cosas hoy viven en la tierra. Viva en
tocan , y cuántos atabales y atambo horabuena, dijo á esta sazón con voz
res que retumban : témoma que los enfermiza maese Pedro , y muera yo ,
han de alcanzar, y los han de volver pues soy tan desdichado que puedo
atados á la cola de su mismo caba decir con el rey don Rodrigo :
llo , que sería un horrendo espectácu
Co. Viendo y oyendo pues tanta mo. Ayer fuí señor de España,
risma y tanto estruendo don Quijo y hoy no tengo una almena
te , parecióle ser bien dar ayuda á que pueda decir que es mía.
los que huían, y levantándose en pie,
en voz alta dijo : No consentiré yo No ha media hora ni aun un media
que en mis días y en mi presencia no momento que me vi señor de re
se le haga superchería á tan famoso yes y de emperadores, llenas mis
caballero y á tan atrevido enamorado caballerizas y mis cofres y sacos de
como don Gaiferos : deteneos, mal infinitos caballos y de innumerables
nacida canalla, no le sigáis ni per galas, y agora me veo desolado y aba
sigáis , si no, conmigo sois en la ta tido , pobre y mendigo, y sobre todo
taila ; y diciendo y haciendo, des sin mi mono, que á fe que primere
envainó la espada, y de un brinco que le vuelva á mi poder me han de
se puso junto al retablo, y con ace sudar los dientes, y todo por la furia
lerada y nunca vista furia comenzó mal considerada deste señor caballe
á llover cuchilladas sobre la titere ro, de quien se dice que ampara pupi.
ra morisma, derribando á unos, des los y endereza tuertos , y hace otras
cabezando á otros, estropeando á obras caritativas, y en mí sólo ha
éste, destrozando á aquél, y entre venido á faltar su intención genero
otros muchos tiró un altibajo tal , sa, que sean benditos y alabados los
que si maese Pedro no se abaja , se cielos allá donde tienen más levan
encoge y agazapa , le cercenara la tados los asientos. En fin , el caballe
cabeza con más facilidad que si fue. ro de la Triste Figura había de ser
rı hecha de masa de mazapán. Daba aquel que había de desfigurar las
voces maese Pedro , diciendo : De mías. Enternecióse Sancho Panza con
téngase vuesa merced, señor don las razones de maese Pedro, y dijo
Quijote ; y advierta que estos que le : No llores, maese Pedro, ni te
derriba no son verdaderos moros , lamentes, que me quiebras el cora
sino unas figurillas de pasta : mire , , zón ; porque te hago saber que es
ii pecador de mí! que me destruve y
mi señor don Quijote tan católico y
echa á perder toda mi hacienda. Mas escrupuloso cristiano, que si él cae
no por esto dejaba de menudear don en la cuenta de que te ha hecho al .
Quijote cuchilladas, mandobles, tajos gún agravio, te lo sabrá y te lo que
y reveses como llovidos. Finalmente , rrá pagar y satisfacer con muchas
en menos de dos credos dió con todo ventajas . Con que pagase el señor
el retablo en el suelo , hechas peda don Quijote alguna parte de cas he
zos y d smenuzadas todas sus jar churas que me ha deshecho queda
cias y figuras, el rey Marsilio mal ría contento ; y su merced asegura
herido , y el emperador Carlomagno ría su conciencia , porque no se pue
partida la corona y la cabeza en dos de salvar quien tiene lo ajedo con
partes. Alborotóse el senado de los tra la voluntad de su dueño , y no lo
oyentes, huyóse el mono por los te restituye. Así es , dijo don Quijote ,
jados de la venta, temió el primo, pero hasta ahora yo no sé que tenga
acobardose el paje, y hasta el mismo nada vuestro , maese Pedro. ¿ Cómo
Sancho Panza tuvo pavor grandísi no ? respondió maese Pedro ; y estas
mo ; porque , como el juró después reliquias que están por este duro y
de pasada la borrasca, jamás había estéril suelo, & quién las esparció y
visto á su señor con tan desatinada aniquiló sino la fuerza invencible
colera . Hecho pues el general destro dese poderoso brazo ? ¿ Y cuyos eran
zo del retablo, sosegóse un poco don sus cuerpos sino míos ? ¿ Y con quién
Quijote , y dijo : Quisiera yo tener me sustentaba yo sino con ellos ?
aquí delante en este punto todos Ahora acabo de creer, dijo á este
aquellos que no creen ni quieren punto don Quijote, lo que otras mu
creer de cuánto provecho sean en el chas veces he creído, que estos en
mundo los caballeros andantes : mi cantadores que me persiguen no ha
ren , si no me hallara yo aquí pre. cen sino ponerme las figuras como
sente , qué fuera del buen don Gai ellas son delante de los ojos , y luego
feros y de la hermosa Melisendra : me las mudan y truecan en las que
á buen seguro que esta fuera ya la ellos quieren . Real y verdaderamente
hora que los hubieran alcanzado es os digo, señores que me oís , que é
tos canes, y les hubieran hecho al mí me pareció todo lo que aquí ha pa
gún desaguisado. En resolución , viva sado, que pasaba al pie de la letra,
PARTE II . - CAPÍTULO XXVI 311

que Melisendra era Melisendra, don dos con pie llano y con intención
Gaiferos don Gaiferos , Marsilio Mar- sana, y prosiga. Maese Pedro, que
silio, y Cariomagno Carlomagno : por vió que don Quijote izquierdeaba, y
eso se me alteró la cólera, y por cum- que volvía á su primer tema, no qui
plir con mi profesión de caballero so que se le escapase, y así le dijo :
audante quise dar ayuda y favor á los . Esta no debe de ser Melisendra, sino
que huían y con este buen propósi. alguna de las doncellas que le ser.
to hice lo que habéis visto : si me ha vian, y así con sesenta maravedís
salido al revés, no es culpa mía, sino que me den por ella quedaré con
de los malos que me persiguen ; y tento y bien pagado. Desta manera
con todo esto deste mi yerro , aunque fué poniendo precio á otras muchas
no ha procedido de malicia, quiero destrozadas figuras, que , después lo
yo mismo condenarme en costas : vea moderaron los dos jueces árbitros
maese Pedro lo que quiere por las con satisfacción de las partes, que
figuras deshechas, que yo me ofrez- llegaron á cuarenta reales y tres
on á pagárselo luego en buena y co- cuartillos, y además desto, que lue
rriente moneda castellana . Inclino- go o desembolsó Sancho, pidió mae.
sele maese Pedro, diciéndole : No se Pedro dos reales por el trabajo
esperaba yo menos de la inaudita de tomar el mono . Dáselos , Sancho,
cristiandad del valeroso don Quijote dijo don Quijote, no para tomar el
de la Mancha, verdadero socorredor morio , sino la mona, y doscientos
V amparo de todos los necesitados diera yo ahora en albricias á quien
y menesterosos vagabundos ; y aquí me dijera con certiduinbre que la
el señor ventero y el gran Sancho señora doña Melisendra y el señor
serán medianeros y apreciadores en- don Gaiferos estaban ya en Francia
tre vuesa merced y mi de lo que vam y entre los suyos . Ninguno nos lo
len ó podían valer las ya deshechas podrá decir mejor que mi mono , dijo
figuras. El ventero y Sancho dijeron waese Pedro ; pero no habrá diablo
que así lo harían , y luego maese Pe. que ahora le tome , aunque imagino
dro alzó del suelo con la cabeza me . que el cariño y la hambre le han de
nos al rey Marsilio de Zaragoza, y forzar á que me busque esta noche,
dijo : Ya se ve cuán imposible es y amanecerá Dios y veremos. En re
volver a este rey á su ser primero, solución, la borrasca del retablo se
y así me parece , salvo mejor juicio , acabo , y todos cenaron en paz y en
que se me dé por su muerte, fin y buena compañía á costa de don Qui
acabamiento cuatro reales y medio . jote, que era liberal en todo extremo.
Adelante, dijo don Quijote . Pues por Antes que amaneciese se fué el que
esta abertura de arriba abajo , pro- llevaba las lanzas y las alabardas ;
siguió maese Pedro , tomando en las y ya después de amanecido se vinie
manos al partido emperador Carlo- ron á despedir de don Quijote el
magno , no sería mucho que pidiese primo y el paje, el uno para volver.
yo cinco reales y un cuartillo. No es se á su tierra y ei otro á proseguir
poco , dijo Sancho . Ni mucho , repli- su camino, para ayuda del cual le
có el ventero, médiese la partida, y dió don Quijote una docena de rea
señálensele cinco reales. Dénsele to . les . Maese Pedro no quiso volver á
dos cinco y cuartillo, dijo don Qui- entrar en más dimes ni diretes con
jote , que no está en un cuartillo mas don Quijote , á quien él conocía muy
o menos la monta desta notable des. bien , y así madrugó antes que el sol,
gracia ; y acabe presto maese Pedro , y cogiendo las reliquias de su reta
que se hace hora de cenar, y yo blo y su mono, se fué también á
tengo ciertos barruntos de hambre. buscar sus aventuras.' El ventero ,
Por esta figura, dijo maese Pedro, que no conocía á don Quijote, tan
que está sin narices y un ojo menos, admirado le tenían sus locuras como
que es de la hermosa Melisendra, su liberalidad. Finalmente , Sancho
quiero , y me pongo en lo justo , dos le pagó muy bien por orden de sa
reales y doce maravedís. Aun ahí se. señor ; y despidiéndose dél casi á ' as
ría el diablo, dijo don Quijote, si ya ocho del día, dejaron la venta y se
no estuviese Melisendra con su es- pusieron en camino , donde los de
poso por lo menos en la raya de jaremos ir, que así conviene para dar
Francia ; porque el caballo en que lugar á contar otras cosas pertene
iban á mí me pareció que antes vo- cientes a la declaración desta famosa
historia .
laba que corría , y así no hay para
qué venderme á mí el gato por liebre ,
presentandome aqui á Melisendra des
marigada, estando la otra , si viene á
mano, ahora holgándose en Francia
con su esposo á pierna tendida :
ayude Dios con lo suyo á cada uno ,
señor maese Pedro , y caminemos to
312 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
que en haciéndole cierta señal se le
subiese en el hombro y le murmura .
se , ó lo pareciese , al oído . Hecho
CAPITULO XXVII esto , antes que entrarse en el lugar
donde entraba con su retablo y mo
.no , se informaba en el lugar más cer
Donde se da cuenta quiénes eran cano, ó de quien el mejor podía, qué
maese Pedro y su mono, con el cosas particulares hubiesen sucedido
mal suceso que don Quijote turo en el tal lugar, y á qué personas ; y
en la aventura del rebuzno, que llevándolas bien en la memoria, lo
no la acabó como él quisiera y primero que hacía era mostrar su
como lo tenía pensado . retablo , el cual unas veces era de una
historia, y otras de otra ; pero todas
alegres, y regocijadas y conocidas.
Entra Cide Hamete , coronista des Acabada la muestra proponía las ha
ta grande historia , con estas pala bilidades de su mono, diciendo al
bras en este capítulo : Juro como pueblo que adivinaba todo lo pasado
católico cristiano : á lo que su tra y lo presente; pero que en lo de
ductor dice, que el jurar Cide Ha por venir no se daba maña . Por la
mete como católico cristiano siendo respuesta de cada pregunta pedía dos
él moro, como sin duda lo era, no reales , y de algunas hacía barato ,
quiso decir otra cosa sino que asi según tomaba el pulso a los pregun .
como el católico cristiano cuando tantes ; y como tal vez llegaba á las
jura, jura ó debe jurar verdad , y de casas de quien él sabía los sucesos
eirla en lo que dijere, así é la de. de los que en ella moraban , aunque
cía como si jurara como cristiano no le preguntasen nada por no pa
católico , en lo que quería escribir garle, él nacía la seña al mono , y
de don Quijote , especialmente en luego decia que le había dicho tal
decir quién era maese Pedro, y quién y tal cosa, que venía de molde con
el mono adivino, que traía admira io sucedido . Con esto cobraba crédi .
dos todos aquellos pueblos con sus to inefable, y andábanse todos tras
adivinanzas. Dice pues, que bien se él : otras veces, como era tan dis
acordará el que hubiere leído la pri creto, respondía de manera que las
mera parte desta historia, de aquel respuestas venían bien con las pre .
Ginés de Pasamonte, á quien entre guntas ; y como nadie le apuraba ni
otros galeotes dió libertad don Qui apretaba á que dijese cómo adivina
jote en Sierra Morena, beneficio que ba su mono , á todos hacía monas , y
después le fué mal agradecido y peor llenaba sus escueros. Así como en
pagado de aquella gente maligna y tró en la venta conoció á don Qui
ma: acostumbrada . Este Ginés de Pa. jote v á Sancho, por cuyo conoci
samonte, á quien don Quijote lla miento le fué fácil poner en admira
maba Ginesillo de Paropillo , fué el ción á don Quijote y á Sancho Pan
que hurtó á Sancho Panza el rucio, za , y á todos los que en ella esta
que por no haberse puesto el cómo ban ; pero hubiérale de costar caro
ni el cuándo en la primera parte por si don Quijote bajara un poco más
culpa de los impresores, ha dado en la ano cuando cortó la cabeza al
qué entender á muchos, que atribuían rey Marsilio y destruyó toda su ca
á poca memoria del autor la falta ballería , como queda dicho en el an
de emprenta . Pero en resolución, Gi . tecedente capítulo. Esto es lo que
nés le hurtó estando sobre él dur hay que decir de maese Pedro y de
miendo Sancho Panza , usando de la su mono. Y volviendo á don Quijo
traza y modo que usó Brunelo cuan te de la Mancha; digo que después
do estando Sacripante sobre Albraca de haber salido de la venta determi.
le sacó el caballo de entre las pier nó de ver primero las riberas del río
nas , y después le cobró Sancho, como Ebro y todos aqu - llos contornos an
se ha contado . Este Ginés pues , te tes de entrar en la ciudad de Zara
meroso de no ser hallado de la jus goza , pues le daba tiempo para todo
ticia, que le buscaba para castigarie el mucho que faltaba desde allí á
de sus infinitas bellaquerías y deli Jas justas. Con esta intención siguió
tos, que fueron tantos y tales , que él su camino , por el cual anduvo dos
mismo compuso un gran volumen días sin acontecerle cosa digna de
contándolos, determinó pasarse al ponerse en escritura , hasta que al
reino de Aragón y cubrirse el ojo iz tercero al subir de una loma oyo
quierdo , acomodándose al oficio de un gran rumor de atambores , de
titerero, que esto y el jugar de ma trompetas y arcabuces. Al principio
nos lo sabía hacer por extremo. Su pensó que algún tercio de soldados
cedió pues , que de unos cristianos pasaba por aquella parte, y por ver
ya libres que venían de Berbería los picó á Rocinante y subió la lo
compró aquel mono á quien enseñó ma arriba, y cuando estuvo en la
PARTE II . - CAPÍTULO XXVII 313

cumbre vió al pie della, á su pa be de aquel silencio, y rompiendo el


recer, más de doscientos hombres suyo, alzó la voz y dijo :
armados de diferentes suertes de Buenos señores , cuán encarecida
armas, como si dijésemos lanzones, mente puedo os suplico, que no in
ballestas, partesanas, alabardas y pi . terrumpáis un razonamiento que quies
cas, y a gunos arcabuces y muchas ro haceros , hasta que veáis que os
rodelas. Bajó del recuesto, y acer disgusta y enfada ; que si esto sus
cose al escuadrón, tanto que distin cede , con la más mínima señal que
tamente vió las banderas , juzgó de me hagáis pondré un sello en mi
las colores, y notó las empresas que boca , y echaré una mordaza á mi
en ellas traían, especialmente una lengua . Todos le dijeron que dijese
que en un estandarte ó jirón de raso lo que quisiese , que de buena gana
bianco venia, en el cual estaba pin le escucharían . Don Quijote con esta
tado muy al vivo un asno como un licencia prosiguió diciendo : Yo , se
pequeño sardesco , la cabeza levan ñores míos, soy caballero andante,
tada, la boca abierta y la lengua de cuyo ejercicio es el de las armas, y
fuera en acto y postura como si es cuya profesión la de favorecer á los
tuviera rebuznando : alrededor del necesitados de favor , y acudir á los
estaban escritos de letras grandes es menesterosos. Días ha que he sabido
tos dos versos : vuestra desgracia , y la causa que os
mueve á tomar las armas á cada pa
No rebuznaron en balde so para vengaros de vuestros enemi.
el uno y el otro alcalde . gos ; y habiendo discurrido una y mu
chas veces en mi entendimiento 80
Por esta insignia saco don Quijote bre vuestro negocio, hallo , según las
que aquella gente debía de ser del leyes del duelo , que estáis engaña
pueblo del rebuzno, y así se lo dijo dos en teneros por afrentados, por
a Sancho, declarándole lo que en el que ningún particular puede afren
estandarte venía escrito . Dijole tam tar á un pueblo entero , si no es re
bién que el que les había dado no tándole de traidor por junto , porque
ticia de aquel caso se había errado no sabe en particular quién coinetió
en decir que dos regidores habian la traición por que le reta. Ejemplo
sido os que rebuznaron , porque se. desto tenemos en don Diego Ordóñez
gún los versos del estandarte no de Lara, que retó á todo el pueblo
habían sido sino alcaldes . A lo que zamorano , porque ignoraba que sólo
respondió Sancho Panza : Señor, en Vellido Dolfos había cometido la
éso no hay que reparar, que bien traición de matar a su rey , y así
puede ser que los regidores que en. retó á todos , y á todos tocaba la
tonces rebuznaron viniesen con el venganza y la respuesta ; aunque bien
tiempo á ser alcaldes de su pueblo, es verdad que el señor don Diego
y así se pueden llamar con entram anduvo algo demasiado, y aun paso
bos títulos, cuanto más que no hace muy adelante de los límites del reto,
al caso á la verdad de la historia ser porque no tenía para qué retar a los
los rebuznadores alcaldes ó regido muertos, á las aguas, ni á los panes,
res, como ellos una por una hayan ni á los que estaban por nacer , ni
rebuznado , porque tan á pique está á las otras menudencias que allí se
de rebuznar un alcalde como un re . declaran ; pero vaya , pues cuando la
gidor. Finalmente conocieron y su cólera sale de madre, no tiene la
pieron como el pueblo corrido salía lengua padre, ayo ni freno que la
á pelear con otro que le corría más corrija. Siendo pues esto así, que uno
de lo justo y de lo que se debía á solo no puede afrentar á reino,
la buena vecindad . Fuése llegando i provincia, ciudad , repúb.ica, ni pue
ellos don Quijote , no con poca pe blo entero, queda en limpio que no
sadumbre de Sancho, que nunca fué hay para que salir á la venganza del
amigo de hallarse en semejantes jor reto de tal afrenta, pues no lo es :
nadas. Los del escuadrón le recogie porque bueno sería que se matasen á
ron en medio , creyendo que era al cada paso los del pueblo de la relo
guno de los de su parcialidad . Don ja con quien se lo llama, ni los ca
Quijote , alzando la visera con gen zoleros, berenjeneros, ballenatos. ja
til brio y continente , llegó hasta el boneros , ni los de otros nombres y
estandarte del asno, y allí se le pu apellidos, que andan por ahí en boca
Bieron alrededor todos los más prin de los muchachos y de gente de poco
cipales del ejército por verle, admi. más o menos : bueno sería por cier
rados con la admiración acostumbra . to que todos estos insignes pueblos
da en que caían todos aquellos que la se corriesen y vengasen, y anduvie
vez primera le miraban. Don Qui sén contino hechas las espadas saca
jote , que los vió tan atentos á mi buches á cualquier pendencia por pes
rarle , sin que ninguno le hablase ni queña que fuese. No , no, ni Dios lo
le preguntase nada, quiso aprovechar permita ó quiera : los varones pru
314 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

dentes, las repúblicas bien concer que se me antojaba, sin que nadie
tadas por cuatro cosas han de tomar me fuese á la mano , y con tanta gra
las armas y desenvainar las espadas, cia y propiedad , que en rebuznando
poner á riesgo sus personas , vidas yo rebuzaaban todos los asnos del
y hacienda. La primera, por defen pueblo, y no por eso dejaba de ser
der la fe católica ; la segunda, por hijo de mis padres, que eran honra.
defender su vida , que es de ley na dísimos ; y aunque por esta habili
tural y divina ; la tercera , en defen dad era invidiado de más de cuatro
Ba de su honra , de su familia y ha de los estirados de mi pueblo , no se
cienda ; la cuarta , en servicio de su me daba dos ardites ; y porque se
rey en la guerra justa ; y si le qui vea que digo verdad , esperen y es
siéremos añadir la quinta (que se cuchen , que esta ciencia es como la
puede contar por segunda ), es en de del nadar, que una vez aprendida
fensa de su patria . A estas cinco nunca se olvida ; y luego puesta la
causas como capitales se pueden mano en las narices comenzó á re
agregar algunas otras que sean jus buznar tan reciamente , que todos los
tas y razonables, y que obliguen á cercanos valles retumbaron ; pero
tomar las armas ; pero tomarlas por uno de los que estaban junto a él,
niñerías, y por cosas que antes son creyendo que hacía burla dellos, alzó
de risa que de afrenta, parece que un varapalo que en la mano tenía,
quien las toma carece de todo razona y dióle tal golpe con él, que sia
ble discurso : cuanto más que el to ser poderoso á otra cosa dió con
mar venganza injusta (que justa no Sarcho Panza en el suelo . Don Qui
puede haber alguna que lo sea) va jote, que vió tan mal parados
derechamente contra la santa ley que Sancho , arremetió al que le había
profesamos, en la cual se nos manda dado con la lanza sobre mano , pero
que hagamos bien á nuestros enemi fueron tantos los que se pusieron en
gos , y que amemos á los que nos medio , que no fué posible vengarle ;
aborrecen : mandamiento que aunque antes viendo que llovía sobre él un
parece algo dificultoso de cumplir, nublado de piedras, y que le ame
no lo es sino para aquellos que tie nazaban mil encaradas ballestas y no
nen menos de Dios que del mundo , menos cantidad de arcabuces, volvió
y más de carne que de espíritu : por las riendas á Rocinante, y á todo lo
que Jesucristo, Dios y hombre ver que su galope pudo se salió de entra
dadero, que nunca mintió, ni pudo ellos , encomendandose de todo cora
ni puede mentir, siendo legislador zón á Dios , que de aquel peligro le
nuestro, dijo que su yugo era suave librase, temiendo á cada paso no le
y su carga liviana ; y así no nos na entrase alguna bala por las espaldas
bía de mandar cosa que fuese impo. y le saliese al pecho, y á cada punto
sible el cumplirla . Así que, mis se. se recogía el aliento por ver si le
ñores, vuesas mercedes están obli faltaba ; pero los del escuadrón se
gados por las leyes divinas y huma contentaron con verle huir sin tirar
nas á sosegarse . El diablo me lleve, le . A Sancho le pusieron sobre su
dijo á esta sazón Sancho entre sí, jurnento apenas vuelto en sí , y le
si este mi amo no es teólogo, y si no dejaron ir tras su amo , no porque él
lo es , que lo parece como un huevo tuviese sentido para regirle, pero el
á otro . Tomó un poco de aliento non rucio siguió las huellas de Rocinar.
Quijote, y viendo que todavía le pres te , sin el cual no se hallaba un pun
taban silencio quiso pasar adelante to . Alongado pues don Quijote buen
en su plática , como pasara, si no se trecho volvió la cabeza, y vió que
pusiera en medio la agudeza de San Sancho venía, y atendióle viendo que
cho, el cual viendo que su amo se ninguno le seguía . Los del escua
detenía , tomó la mano por él, di drón se estuvieron allí hasta la no
ciendo : Mi señor don Quijote de la che , y por no haber salido á la ba
Mancha, que un tiempo se llamó talla sus. contrarios, se volvieron á
el caballero de la Triste Figura, y su pueblo regocijados y alegres ;
ahora se llama el caballero de los si ellos supieran la costumbre anti
Leones, es un hidalgo muy atentado , gua de los griegos, levantaran en
que sabe latín y romance como un aquel lugar y sitio un trofeo .
tachiller; y en todo cuanto trata y
aconseja procede como muy buen sol
dado, y tiene todas las leyes y orde CAPITULO XXVIII
nanzas de lo que llaman el duelo en
la uña , y así no hay más que hacer De cosas que dice Benengeli que
sino dejarse llevar por lo que él di las sabrá quien le lejere, si las
jere, y sobre mí si lo erraren : cuan . lee con atención .
to más que ello se está dicho que es
necedad correrse por sólo oir un re . Cuando el valiente huye , la super
buzno, que yo me acuerdo cuando mu chería está descubierta , y es de va
chacho que rebuznaba cada y cuando rones prudentes guardarse para me
PARTE II. - CAPITULO XXVIII 315

jor ocasión. Esta verdad se verificó dijo Sancho, que vuesa merced me ha
en don Quijote , el cual dando lugar á sacado de una gran duda, y que me
la furia del pueblo y á las malas in. la ha declarado por lindos términos,
tenciones de aquel indignado escua Cuerpo de mí, ¿ tan encubierta esta
drón, puso pies en polvorosa , y sin ba la causa de mi dolor, que ha sido
acordarse de Sancho ni del peligro en menester decirme que me duele todo
que le dejaba, se apartó tanto cuan aquello que alcanzó el palo ? Si me
to le pareció que bastaba para estar dolieran los tobillos , aun pudiera ser
seguro. Seguíale Sancho atravesado que se anduviera adivinando el por
en su jumento, como queda referido. qué me dolían ; pero dolerme lo que
Llegó en fin ya vuelto en su acuer . me molieron , no es mucho adivinar .
do , y al llegar se dejó caer del ru A la fe , señor nuestro amo , el mal
ció å los pies de Rocinante, todo an ajeno, de pelo cuelga : y cada día voy
sioso, todo molido y todo apaleado. descubriendo tierra de lo poco que
Apeóse don Quijote para catarle las puedo esperar de la compañía que
feridas ; pero como le hallase sano oon vuesa merced tengo ; porque si
de los pies á la cabeza , con asaz có esta vez me ha dejado apalear, otra
lera le dijo : Tan en hora mala su y otras ciento volveremos á los man
pistes vos rebuznar, Sancho ; ¿ y dón teamientos de marras, y á otras mu
de hallastes vos ser bueno el nombrar chacherías , que si ahora me han sa
la soga en casa del ahorcado ? A mú lido á las espaldas , después me sal.
sica de rebuznos ¿ qué contrapunto drán á los ojos . Harto mejor haría
se había de llevar sino de varapalos ? yo (sino que soy un bárbaro y no
Y dad gracias á Dios, Sancho , que ya haré nada que bueno sea en toda mi
que os santiguaron con un palo , no os vida), harto mejor haria yo, vuelve
hicieron el per signum crucis con á decir , en volverme á mi casa v á
un aifanje. No estoy para responder , mi mujer y á mis hijos , y sustentar
respondió Sancho, porque me parece la y criarlos con lo que Dios fuere
que hablo por las espaldas : su nos servido de dar y no andarme as
y apartémonos de aquí, que yo pon vuesa merced por caminos sin ca
dre silencio en mis rebuznos ; pero mino, y por sendas y carreras que
no en dejar de decir que los caballe no las tienen, bebiendo mal y comien .
ros andantes huyen , y dejan á sus do peor. Pues tomadme el dormir :
buenos escuderos molidos como al contad, hermano escudero , siete pies
heña ó como cibera en poder de sus de tierra, y si quisiéredes más to
enemigos. No huye el que se retira, mad otros tantos, que en vuestra ma
respondió don Quijote ; porque has no está escudillar, y tendeos á todo
de saber, Sancho, que la valentía vuestro buen talante, que quemado
que no se funda sobre la base de la vea yo y hecho polvos al primero que
prudencia , se llama temeridad , y las dió puntada en la andante caballería ,
hazañas del temerario más se atri. ó á lo menos al primero que quiso
buyen á la buena fortuna que á su ser escudero de tales tontos , como
ánimo ; y así yo confieso que me he debieron ser todos los caballeros an
retirado, pero no huído, y en esto he dantes pasados : de los presentes no
imitado á muchos valientes que se d go nada, que por ser vuesa merced
han guardado para tiempos mejores , uno dellos, los tengo respeto, y por
y desto están las historias llenas, las que sé que sabe yuesa merced in
cuales por no serte á ti de provecho punto más que el diablo en cuanto
ni á mi de gusto , no te las refiero habla y en cuanto piensa. Haría vo
ahora. En esto ya estaba á caballo una buena apuesta con vos, Sancho,
Sancho, ayudado de don Quijote , el dijo don Quijote, que ahora que vais
cual asimismo subió en Rocinante , y hablando sin que nadie os vaya a la
poco a poco se fueron á emboscar en mano , que no os duele nada en todo
una alameda que hasta un cuarto de vuestro cuerpo. Hablad , hijo mío , todo
legua de allí se parecía . De cuando aquello que os viniere al pensamiento
en cuando daba Sancho unos ayes y á la boca, que a trueco de que a vos
profundísimos y unos gemidos do no os duela nada, tendré yo por gusto
lorosos ; y preguntándole don Quijo el enfado que me dan vuestras imper
te la causa de tan amargo sentimien tinencias ; y si tanto deseáis volve
to, respondió que desde la punta del ros á vuestra casa con vuestra mujer
espinazo hasta la nuca del celebro le y hijos , no permita Dios que yo os
dolía de manera que le sacaba de lo impida : dineros tenéis míos ; mi
sentido. La causa dese dolor debe de rad cuánto ha que esta tercera vez
ser sin duda, dijo don Quijote, que salimos de nuestro pueblo, y mirad
como era el palo con que te dieron lo que podéis v debéis ganar cada
largo y tendido, te cogió todas las mes, v pagaos de vuestra mano. Cuan
espaldas, donde entran todas esas do yo servía, respondió Sancho, á
partes que te duelen , y si más te Tomé Carrasco, el padre del bachi
cogiera, más te doliera . Por Dios, ller Sansón Carrasco, que vuesa mer
316 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

ced bien conoce , dos ducados ganaba buen provecho te haga, que a trueco
cada mes, amén de la comida : con de verme sin tan mal escudero, hol
vuesa merced no sé lo que puedo ga garéme de quedarme pobre y sin
nar, puesto que sé que tiene más tra . blanca . Pero dime, prevaricador de
bajo el escudero del caballero andan las ordenanzas escuderiles de la an
te que el que sirve á un labrador ; dante caballería, ¿ dónde has visto
que en resolución los que servimos tú ó leído que ningún escudero de
á labradores, por mucho que traba caballero andante se haya puesto con
jemos de día, por mal que suceda, á su señor en cuanto más tanto me
la noche cenamos olla y dormimos en habéis de dar cada mes porque os
cama , en la cual no he dormido des sirva ? Entrate, entrate, malandrin ,
pués que ha que sirvo á vuesa mer follón y vestiglo , que todo lo pare
ced , si no ha sido el tiempo breve ces, éntrate, digo , por el maremág
que estuvimos en casa de don Diego num de sus historias, y si hallares
de Miranda, y la jira que hube con que algún escudero haya dicho ni
la espuma que saqué de las ollas de pensado lo que aquí has dicho, quie
Camacho y co que comí y bebí y ro que me le claves en la frente, y
dormi en casa de Basilio ; todo el por añadidura me hagas cuatro ma
otro tiempo he dormido en la dura monas selladas en mi rostro : vuel
tierra al cielo abierto, sujeto á lo que ve las riendas ó el cabestro al rucio ,
dicen inclemencias del cielo, susten y vuélvete á tu casa, porque un solo
tándome con rajas de queso y men paso desde aquí no has de pasar más
drugos de pan , y bebiendo aguas, ya adelante conmigo. ¡ Oh pan mal cono
de arroyos , ya de fuentes de las que cido ! ¡ Oh promesas mal colocadas !
encontramos por esos andurriales ¡ Oh hombre que tiene más de bes
donde andamos. Confieso, dijo con tia que de persona ! ¿ Ahora cuando
Qujote, que todo lo que dices, San yo pensaba ponerte en estado , y tal
cho , sea verdad : ¿ cuánto os parece que a pesar de tu mujer te llamaran
que os debo dar más de lo que os señoría, te despides ? Ahora te vas,
daba Tomé Carrasco ? A mi parecer, cuando yo, venía con intención firme
dijo Sancho , con dos reales más que y valedera de hacerte señor de la
vuesa merced añadiese cada mes me mejor ínsula del mundo ? En fin , co
tendría por bien pagado : esto es mo tú has dicho otras veces , no es
cuanto al salario de mi trabajo ; pero la miel , etc. Asno eres , y asno has
en cuanto a satisfacerme à la paia de ser, y en asno has de parar cuan
bra y promesa que vuesa merced me do se te acabe el curso de la vida,
tiene hecha de darme el gobierno de que para mí tengo que antes llegará
una ínsula , sería justo que se me aña ella á su último término, que tú
diesen otros seis reales, que por todo caigas y des en la cuenta de que
serían treinta. Está muy bien, repli eres bestia . Miraba Sancho á don
có don Quijote, v conforme al sala Quijote de hito en hito en tanto que
rio que vos os habéis señalado, vein . los tales vituperios le decía ; y com
ticinco días ha que salimos de nues . pungióse de manera que le vinieron
tro pueblo ; contad , Sancho, rata por las lágrimas á los ojos, y con voz
cantidad , y mirad lo que os debo. y dolorida y enferma le dijo : Señor
pagaos ,como OS tengo dicho, de mío, yo confieso que para ser del
vuestra mano . ¡ Oh cuerpo de mí ! todo asno no me falta más de la
dijo Sancho , que va vuesa merced cola ; si vuesa merced quiere ponér
muy errado en esta cuenta , porque mela, yo la daré por bien puesta, y
en lo de la promesa de la insula se le serviré como jumento todos los
ha de contar desde el día que vuesa días que me quedan de vida. Vuesa
merced me la prometió hasta la pre merced me perdone y se duela de mi
sente hora en que estamos. Fues mocedad , y advierta que sé poco ,
qué tanto ha, Sancho, que os la que si hablo mucho, más procede de
prometí ? dijo don Quijote. Si yo mal enfermedad que de malicia ; mas
no me acuerdo, respondió Sancho, quien yerra y se enmienda, á Dios
debe de haber más de veinte años , se encomienda. Maravillárame VO ,
tres días más o menos . Dióse don Sancho, si no mezclaras algún re
Quijote una gran palmada en la fren. francico en tu coloquio . Ahora bien ,
te, y comenzó á reir muy de gana , y yo te perdono con que te enmiendes ,
dijo : Pues no anduve yo en Sierra y con que no te muestres de aquí
Morena , ni en todo el discurso de adelante tan amigo de tu interés,
nuestras salidas , sino dos meses ane sino que procures ensanchar el cora
nas , & y dices, Sancho, que ha vein zón y te alientes y animes á esperar
te años que te prometí la insula ? el cumplimiento de mis promesas ,
Ahora digo que quieres que consuma que aunque se tarda, no se imposi
en tus salarios todo el dinero que tie bilita. Sancho respondió que sí ha
nes mío ; y si esto es así, y tú gus ría, aunque sacase fuerzas de flaque
tas dello, desde aquí te lo doy , y za . Con esto se metieron en la ala
PARTE 11.-CAPÍTULO XXIX 317

meda , y don Quijote se acomodó al las historias caballerescas, y de los


pie de un olmo, y Sancho al de una encantadores que en ellas se entre.
haya ; que estos tales árboles y otros meten y platican , cuando algún ca
sus semejantes siempre tiene pies y ballero está puesto en algún traba
no manos . Sancho pasó la roche pe jo, que no puede ser librado dél
nosamente, porque el varapalo se ha sino por la mano de otro caballero ,
cía más sentir con el sereno . Don puesto que estén distantes el uno
Quijote la pasó en sus continuas me del otro dos o tres mil leguas y
morias ; pero con todo eso dieron los aun más, ó le arrebatan en una nube ,
ojos al sueño, y al sa ir del alba si ó le deparan un barco donde se en
guieron su camino, buscando las ri. tre, y en menos de un abrir y ce
beras del famoso Ebro, donde les su rrar de ojos le llevan ó por los al
cedió lo que se contará en el capi res ó por la mar donde quieren y
tulo venidero . ? adonde es menester su ayuda : asi
que, oh Sancho , este barco está
puesto aquí para el mismo efecto ;
y esto es tan verdad como es ahora
CAPITULO XXIX de día, y antes que éste se pase
ata juntos al rucio y á Rocinante ,
y á la mano de Dios que nos guíe ,
De la famosa aventura del barco que no dejaré de embarcarme si me
encantado lo pidiesen frailes descalzos. Pues
así es, respondió Sancho, y vuesa
merced quiere dar á cada paso en
Por sus pasos contados y por con estos, que no sé si llame disparates,
tar, dos días después que salieron de no hay sino obedecer y bajar la ca
la alameda llegaron don Quijote y beza atendiendo al refrán, Haz lo
Sancho al río Ebro, y el verle fué de que tu amo te manda, y siéntate
gran gusto á don Quijote porque con él á la mesa ; pero con todo
contempló y miró en él la amenidad esto, por lo que toca al descargo de
de sus riberas , la claridad de sus mi conciencia , quiero advertir
aguas, el sosiego de su curso, y la vuasa merced que á mí me parece
abundancia de sus líquidos crista que este barco no es de los encan
les ; cuya alegre vista renovó en tados, sino de algunos pescadores
su memoria mil amorosos pensamien deste río, porque en él se pescan
tos ; especialmente fué у vino en las mejores sabogas del mundo. Is .
lo que había visto en la cueva de to decía mientras ataba las bestias
Montesinos ; que puesto que el mono Sancho, dejándolas á la protección
de maese Pedro le había dicho que y amparo de los encantadores con
parte de aquellas cosas eran verdad harto dolor de su ánima. Don Qui
v parts mentira , él se atenía más á jote le dijo que no tuviese pena del
las verdaderas que a las mentirosas, desamparo de aquellos animales, que
bien al revés de Sancho, que todas el que los llevaría á ellos por tan
las tenía por la misma mentira. Yen longincuos caminos y regiones, ten
do pues desta manera se le ofreció dría cuenta de sustentarlos. No en
á la vista un pequeño barco sin re tiendo esto de logicuos, dijo Sancho,
mos ni otras jarcias algunas, que ni he oído tal vocablo en todos los
estaba atado en la orilla á un tron días de mi vida. Longincuos, respon
co de un árbol que en la ribera dió don Quijote, quiere decir aparta
estaba. Miró don Quijote á todas dos ; y no es maravilla que no lo
partes, y no vió persona alguna, y entiendas, que no estás tú obligado
luego sin más ni más se apeó de á saber latín , como algunos que pre
Rocinante, y mandó á Sancho que sumen que lo saben y lo ignoran:
lo mismo hiciese del rucio, y que á Ya están atados, replicó Sancho ,
entrambas bestias las atase muy bien ¿ qué hemos de hacer ahora ? ¿ Qué ?
juntas al tronco de un álamo ó sau respondió don Quijote : santiguar
ce que allí estaba . Preguntóle San nos y levar ferro, quiero decir, em
cho la causa de aquel súb to apea barcarnos y cortar la amarra con
miento y de aquel ligamiento . Res que este barco está atado ; y dan
pondió don Quijote : Has de saber, do un salto en él , siguiéndole San
Sancho, que este barco que aquí es cho , cortó el cordel, y el barco se
tá , derechamente, y sin poder ser otra fué apartando poco a poco de la ri
cosa en contrario , me está llamando bera ; y cuando Sancho se vió obra
y convidando á que entre en él . V de dos varas dentro del río comenzó
vaya en él á dar socorro á algún ca á temblar temiendo su perdición ;
ballero, ó á otra necesitada y prin pero ninguna cosa le dió más pena
cipal persona. que debe de estar que el oir roznar al rucio , y el ver
puesta en alguna grande cuita ; por que Rocinante pugnaba por les
quº este es estilo de los libros de atarse ; y dijole á su señor : El ru
313 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
cio rebuzna condolido de nuestra yo veo con mis mismos ojos que no
ausencia , y Rocinante procura no nos habemos apartado de la ribera
nerse en libertad para arrojarse tras cinco varas, ni hemos decantado de
nosotros. Oh carísimos amigos, que donde están las alemañas dos varas ,
daos en paz, y la locura que nos porque allí están Kocinante y el ru.
aparta de vosotros, convertida en cio en el propio lugar do los deja
desengaño, nos vuelva á vuestra mos ; y tomada la mira , como yo la
presencia ; v en esto comenzó á ' lo tomo ahora , voto á tal que no nos
rar tan amargamente, que don Qui movemos ni' andamos al paso de una
jote , mom.no v colérico, le dijo : hormiga . Haz, Sancho, la averigua
¿ De qué temes , cobarde criatura ? ción que te he dicho, y no te cures
¿ De qué Horas, corazón de mante de otra, que tú no sabes qué cosa
quillas ? ¿ Quién te persigue, ó quién sean coluros, líneas, paralelos, 20
te acosa , ánimo de ratón casero ? díacos, eclípticas, polos, solsticios,
¿ O qué te falta, menesteroso en la equinoccios, planetas, signos, pun
mitad de las entrañas de la abundan tos, medidas de que se compone la
eia ? ¿ Por dicha vas caminando á esfera celeste y terrestre ; que si
pie y descalzo por las montañas Ki todas estas cosas supieras, ó parte
feas, sino sentado en una tabla como dellas, vieras claramente qué de pa
un archiduque por el sesgo urso ralelos hemos cortado, qué de signos
deste agradable río, de donde en visto, y qué de imágenes hemos
breve espacio saldremos al mar di dejado atrás y vamos dejando aho
latado ? Pero ya habemos de haber ra . Y tórnote á decir que te tien
salido y caminado por lo menos se. tes y pesques , que yo para mí tengo
tecientas o ochocientas leguas ; y si que estás más limpio que un pliego
yo tuviera aquí un astrolabio con que de papel liso y blanco. Tentose Sar .
tomar la altura del polo, yo te di cho, y llegando con la mano bonita
jera las que hemos caminado, aun mente y con tiento hacia la corva
que , ó yo sé poco , ó ya hemos pasa izquierda, alzó la cabeza , miró á su
do, ó pasaremos presto, por la línea amo y dijo : 0 la experiencia es fal.
equinoccial que divide y corta los sa, ó no hemos llegado adonde su
dos contrapuestos polos en igual dis merced dice ni con muchas leguas .
tancia. Y cuando lleguemos á esa ¿ Pues qué, preguntó don Quijote,
leña que vuesa merced dice, pregun has topado algo ? Y aun algos, res
tó Sancho, ¿ cuánto habremos cami pondió Sancho ; y sacudiéndose los
nado ? Mucho, replicó don Quijote, dedos se lavó toda la mano en el río ,
porque de trescientos y sesenta gra por el cual sosegadamente se desli
dos que contiene el globo del agua zaba el barco por mitad de la co
y de la tierra , según el cómputo de rriente , sin que le moviese alguna
Ptolomeo , que fué el mayor cosmó inteligencia secreta , ni algún encan
grafo que se sabe, la mitad habre tador escondido, sino el mismo cur
mos caminado llegando a la línea so del agua, blando entonces y sua
que he dicho . Por Dios, dijo San ve . En esto descubrieron unas gran
eho , que vuesa merced me trae ror des aceñas que en la mitad del río
testigo de lo que dice á una yen estaban ; y apenas las hubo visto
til persona , puto y gafo, con la don Quijote, cuando con VOZ alta
añadidura de meón , ó meo, ó no sé dijo á Sancho : Ves allí, oh amigo ,
eómo . Rióse don Quijote de la in se descubre la ciudad , castillo ó for
terpretación que Sancho había dado taleza donde debe de estar algún ca.
al nombre y al cómputo y cuenta ballero oprimido, ó alguna reina, ó
del cosmógrafo Ptolomeo, y díjole : infanta ó princesa malparada, para
Sabrás Sancho, que los españoles cuyo socorro soy aqui traído.' Qué
y los que embarcan en Cádiz para ir diablos de ciudad, fortaleza ó cas
á las Indias orientales, una de las tillo dice vuesa merced , señor ? dijo
señales que tienen para entender Sancho : & no echa de ver que aque
que han pasado la línea equinoccial llas son aceñas, que están en el río,
que te he dicho , es que a todos los donde se muele el trigo ? Calla , San
que van en el navío se les mueren cho , dijo don Quijote, que aunque
los piojos sin que les quede ningu parecen aceñas, no lo son , y ya te
no , ni en todo el bajel le hallarán he dicho que todas las cosas tras
si les pesan á oro ; y así puedes, truecan y mudan de su ser natural
Sancho, pasear una mano por un ng encantos : no quiero decir que
muslo , T si topares cosa viva sal las mudan de uno en otro ser real
dremos desta duda ; y si no , pasado mente , sino que lo parece, como lo
habemos . Yo no creo nada deso, res mostró la experiencia en la transfor .
pondió Sancho ; pero con todo haré mación de Dulcinea , único refugio
lo que vuesa merced me manda , de mis esperanzas. En esto el barco,
aunque no sé paraexperi hay necesi
qué encias entrando en la mitad de la corrien
dad de hacer esas , pues te del río , comenzó a caminar no tas
PARTE 11.- CAPÍTULO XXX 319

lentamente como hasta allí. Los mo las ru -das de las aceñas, y viéndole
lineros de las aceñas, que vieron roto acometieron á desnudar á San
venir aquel barco por el río , y que cho ý á pedir a don Quijote se lo
se iba a embocar por el raudal de pagase ; el cual con gran sosiego,
las ruedas, salieron con presteza mu como si no hubiera pasado nada por
• chos dellos con varas largas á de él, dijo á los molineros y pescadores
tenerle ; y como salían enharinados, que él pagaría el barco de bonísima
y cubiertos los rostros y los vestidos gana con condición que le diesen li
del polvo de la harina, representa bre y sin cautela á la persona ó per
ban una mala vista . Daban voces sonas que en aquel su castillo 'esta
grandes diciendo : Demonios de hom ban oprimidas . ¿ Qué personas ó qué
bres , ¿ dónde vais ? ¿ Venís desesp - castillo dice , respondió uno de los
rados ? ¡ Qué ! i queréis abogaros V molineros, hombre sin juicio ? ¿ Quié
haceros pedazos en estas ruedas ? reste llevar por ventura las que vie
¿ No te dije yo, Sancho, dijo á esta nen á moler trigo á estas aceñas ?
sazón don Quijote, que habíamos Basta, dijo entre sí don Quijote :
llegado donde he de mostrar á do aqní será predicar en desierto querer
Hega el valor de mi brazo ? Mira qué reducir á esta canalla á que por rue
de malandrines y follones me salen gos haga virtud alguna : y en esta
al encuentro ; mira cuántos vesti aventura se deben de haber encon
glos se me oponen ; mira. cuantas trado dos valientes encantadores , y
feas cataduras nos hacen cocos : pues el uno estorba lo que el otro intenta :
ahora lo veréis, bellacos ; y puesto el urio me deparó un barco, y el otro
en pie en el barco , con grandes voces dió conmigo al través : Dios lo re
comenzó á amenazar á los moline medie , que todo este mundo es má
ros , diciéndoles : Canalla malvada y quinas y trazas ' contrarias unas de
peor aconsejada, dejad en su liber otras . Yo no puedo más ; y alzando
tad y libre albedrío a la persona que la voz prosiguió diciendo y mirando
en esa vuestra fortaleza ó prisión á las aceñas : Amigos, cualesquiera
tenéis oprimida, alta ó baja, de cual que seáis, que en prisión quedáis
quiera suerte ó calidad que sea , que encerrados, pero nadme, que por mi
yo sov don Quijote de la Mancha , desgracia y por la vuestra, yo no
llamado el caballero de los Leones os puedo sacar de vuestra cuita ; pa
por otro nombre , á quien está reser ra otro caballero debe de estar guar
vado por orden de los altos cielos el dada y reservada esta aventura . En
dar fin felice á esta aventura : y di. diciendo esto se concerto con los pes .
ciendo esto echó mano á su espada, cadores , y pagó por el barco cin
y comenzó á esgrimirla en el aire cuenta reales, que los dió Sancho de
contra los molineros, los cuales oyen muy mala gana, diciendo : A dos bar
do y no entendiendo aquellas sande cadas como esta daremos con todo
ces, se pusieron con sus varas á de el caudal al fondo . Los pescadores
tener el barco , que ya iba entrando y molineros estaban admirados mi
en el raudal y canal de las ruedas. rando aquellas dos figuras tan fuera
Púsose Sancho de rodillas pidiendo de uso , al parecer, de los otros hom
devotamente il cielo le librasa de bres, y no acababan de entender a
tan manifiesto peligro, como lo hizo do se encaminaban las razones y pre
por la industria y presteza de los guntas que don Quijote les decía, y
molineros , que oponiéndose con sus teniéndolos por locos les dejaron, y
palos al barco, le detuvieron , pero la recogieron á sus aceñas, y los
no de manera que dejasen dé tras nesc idores á sus ranchos. Volvieron
tornar el barco , y dar con don Qui á sus bestias y á ser bestias don Qui
jote y con Sancho al través en el jote y Sancho , y este fin tuvo la
agua : pero vínole bien á don Qui aventura del encantado barco.
jote , que sabía nadar como un gan
80, aunque el peso de las armas le
llevó al fondo dos veces ; y si no
fuera nor los molineros, que se arro CAPITULO XXX
jaron al agua, y los sacaron como en
peso á entrambos, allí había sido
Troya para los dos. Puestos en tie De lo que le avino á don Quijote
rra, más mojados que muertos de con una bella cazadora
sed , Sancho, puesto de rodillas, las
manos juntas y los ojos clavados al
cielo, pidió á Dios con una larga v Asaz melancólicos y de mal talan
devota plegaria le librase de allí ta llegaron á sus animales caballero
adelante de los atrevidos deseos y y escudero, especialmente Sancho ,
acometimientos de su señor . Llegaron á quien llegaba al alma llegar al
en esto los nescadores dueños del caudal del dinero, pareciéndole que
barco , á quien habían hecho pedazos todo lo que dél se quitaba era qui
320 DON QCIJOTE DE LA MANCHA
társelo á el de las niñas de sus ojos , i caballero de los Leones, es mi
Finalmente , sin hablarse palabra st amo , y yo soy un escudero suyo, a
pusieron á caballo, y se apartaron quien llaman en su casa Sancho Pan
sitt lamoso río, don Quijote sepuita za ; este tal caballero de los Leones,
do en los pensamientos de sus amo que no ha mucho que se llamaba el
res , y Sancho en los de su acrecen de la Triste Figura, envía por mi á .
tamiento, que por entonces le pare decir á vuestra grandeza sea servis
cia que estaba bien lejos de tenerle, da de darle licencia para que con
porque magüer era tonto, bien se je su propósito y beneplácito y con
alcanzaba que las acciones de su sentimiento , él venga á poner en
amo , todas ó lo más eran dispara obra su deseo, que no es otro, se
tes, y buscaba ocasión de que sin gún él dice y yo pienso, que de ser
entrar en cuentas ni en despedimien vir á vu stra encumbrada altanería y
tos con su señor, un día se desgarra fermosura, que en dársela vuestra se
ñoría hará cosa que redunde en su pro ,
se y se fuese a su casa ; pero la for y él recibirá señaladísima meroed y
tuna ordenó las cosas muy al revés
de lo que él temía . Sucedió pues que contento . Por cierto , buen escudero ,
otro día , al poner del sol y al sa respondió la señora , vos habéis dado
lir de una selva tendo don Quijote la embajada vuestra con todas aque
la vista por un verde prado, y en llas circunstancias que las tales em
lo último del vió gente, y llegándose bajadas piden ; bevantaos del suelo,
que escudero de tan gran caballero
cerca conoció que eran cazadores de como es el de la Triste Figura , de
altanería. Llegóse más, y entre ellos quien ya tenemos acá mucha noti
vió una gallarda señora sobre un pa
lafrén ó hacanea blanquísima, ador cia, no es justo que esté de hino
nada de guarniciones verdes y con jos : levantaos, emigo, y decid a
su sillón de plata . Venía la señora vuestro señor, que venga mucho en
hora buena á servirse de mí y del
asimismo vestida de verde, tan bi Duque mi marido en una casa de
zarra y ricamente, que la misma bi
zarría venía transformada en ella . En placer que aquí tenemos . Levantó
la mano izquierda traía un azor , se se Sancho admirado, así de la her
ñal que dió a entender á don Qui mosura de la buena señora, como
jote ser aquella alguna gran seño de su mucha crianza y cortesía , y
ra que debía serlo de todos aquellos más de lo que le había dicho que te
cazadores, como era la verdad : y así nía noticia de su señor el caballero
dijo á Sancho : corre , hijo Sancho , de la Triste Figura : y que si no le
vdi á aquella señora del palafrén había llamado el de los Leones debía
y del azor, que yo, el caballero de de s’r por habérsele puesto tan nue
los Leones , beso las manos á su gran vamente . Preguntóie la . duquess
fermosura ; y que si su grandeza me (cuyo título aún no se sabe ) : Decirl
da licencia se las iré á besar, v á me , hermano escudero , ¿ este vues
servirla en cuanto mis fuerzas pu tro señor no es uno de quien anda
dieren v su alteza me mandare : y impresa una historia que se llama
mira, . Sancho, cómo hablas, y ten dei Ingenioso hidalgo don Quijn
cuenta de no encajar algún refrán te de la Mancha , que tiene por se
ñora de su alma á una tal Dulci
de los tuyos en tu embajada. Ha nea del Toboso ? El mismo es , se
llado os le habéis el encajador, res
ñora, respondió Sancho ; y aquel
pondió Sancho : á mí con eso , sí, escudero suyo que anda o debe de
que no es esta la vez primera que andar en la tal historia , á quien lla
he llevado embajadas á altas y cre
cidas señoras en esta vida. Si 70 man Sancho Panza , soy yo , si no
fué la que llevaste á la señora Dul es que me trocaron en la cuna, quie
ro decir, que me trocaron en la es.
cinea, replicó don Quijote, yo no sé tampa . De todo eso me huelgo yo
que hayas llevado otra, á lo menos mucho , dijo la duquesa. Id , herma .
en mi poder. Así es verdad , respon no Panza , y decid á viiestro señor,
dió Sancho, pero al buen pagador que él sea el bien llegado y el bien
no le duelen prendas, y en casa lle
na presto se guisa la cena : quiero venido á mis estados , y que ningu
decir, que á mí no hay que decirme na cosa me pudiera venir que más
ni advertirme de nada , que para to contento me diera. Sancho con esta
do tengo v de todo se me alcanza tan agradable respuesta con grandi.
un poco. Yo lo creo, Sancho, dijo don simo gusto volvió á su amo , á quien
Quijote ; ve en bun hora, y Dios contó todo lo que la gran señora le
te guie . Partió Sancho de carrera , había dicho , levantando con sus rús.
ticos términos á los cielos su mucha
sacando de su paso al rucio , v llegó fermosura , su gran donaire y corte.
donde la bella cazadora estaba, y
apeándosa, puesto ante ella de'hi sía . Don Quijote se gallardeó en la
nojos le dijo : Hermosa señora , aquel silla, púsose bien en los estribos , aco
caballero que allí se parece , llamado modóse la visera , arremetió á Ro
PARTE II .- CAPÍTULO XXX 321

cinante, y con gentil denuedo fué vuestra, y digna señora de la uer


á besar las manos á la duquesa , la mos ura, y universal princesa de la
cual haciendo llamar al duque su cortesía. Pasito, mi señor don Qui
marido, le contó en tanto que don jote de la Mancha, dijo el duque,
Quijote llegaba toda la embajada que adonde está mi señora doña Dul
suya ; y los dos por haber leído la cinea di Toboso no es razón que
primera parte desta historia, y ha se alaber. otras fermosuras. Ya es
ber entendido por ella el disparata taba á esta sazón libre Sancho Pan
do humor de don Quijote , con gran za del lazo, v hallándose allí cer
dísimo gusto y con deseo de cono ca , antes que su amo respondiess
cerle le atendían con prosupuesto dijo : No se pueds negar, sino afir
de seguirle el humor y concedir mar , que es muy hermosa mi señor3
con él en cuanto les dijese , tratán Dulcinea del Toboso , pero donde
doie como á caballero andante los menos se piensa se levanta la lie
días que con ellos se detuviese , con bre , quy yo ne oído decir que esto
todas las ceremonias acostumbra que liaman naturaleza es como un
das en los libros de caballerías que alcaller que hace vasos de barro , v
ellos habían leído, y aun les eran el que hace un vaso hermoso, tam
muy aficionados. En esto llegó don bién puede hacer dos y tres y cien
Quijote alzada la visera, y dando to : digolo porque mi señora la du
muestras de apearse acudió Sancho quesa á fe que no va en zaga a mi
á tenerle el estribo, pero fué tan ama, la señora Dulcinea del Toboso .
desgraciado, que al apearse del :u Volvióse don Quijote á la duquesa
cio se le asió un pie en una soga dijo : Vuestra grandeza imagine
del albarda de tal modo, que no fué que no tuvo caballero andante en
posible desenredarle , antes quedo al mundo escudero más hablador ni
colgado dél con la boca y los pechos más gracioso del que yo tengo , y el
en el suelo . Don Quijote, que no te me sacará verdadero , si algunos días
nía en costumbre apearse sin que quisiere vuestra gran celsitud ser
le tuvieran el estribo, pensando que virse de mí . A lo que respondió la
ya Sancho había llegado á tenérse duquesa : De qu Sancho el bueno
le, descargó de golpe el cuerpo, y sea gracioso , lo estimo yo en mu
llevóse tras sí la silla de Rocinan . cho , porque es señal que es dis
te , que debía de estar mal cincha creto ; que las gracias y los donai
do , y la silla y él vinieron al suelo res, señor don Quijote , como vuesa
no sin vergüenza suya y de muchas merced bi' n sabe , no asientan 80
maldiciones que entre dientes echó bre ingenios torpes : y pues el buen
al desdichado Sancho, que aun to Sancho es gracioso y donairoso, des .
davía tenía el pie en la corma. El de aquí le confirmo por discreto. Y
duque mandó á sus cazadores que hablador, añadió don Quijote . Tanto
acudirsen al caballero y al escude que mejor, dijo el duque, porqu .
ro, los cuales levantaron á con Qui muchas gracias no se pueden decir
jote maltrecho de la caída y ren con pocas palabras ; y porque no se
queando y como pudo fué á hincar nos vaya el tiempo en ellas, venga
las rodillas ante los dos señores ; el gran caballero de la Triste Fi
pero el duque no lo consintió en gura... De los Leones ha de decir
ninguna manera, antes apeándose da vuestra alteza , dijo Sancho, que ya
su caballo fué á abrazar á con Rui no hay triste figura : el figuro sea
jote , diciéndole : A mí me pesa, el de los Leones . Prosiguió -1 duque :
señor caballero de la Triste Figura , Digo que venga el señor caballero de
que la primera que vuesa merced ha los Leones á un castillo mío , que está
hecho en mi tierra haya sido tan ma aquí cerca , donde se le hará el aco
la como se ha visto ; pero descui gimiento que á tan alta persona se
dos de escuderos suelen ser causa deb justamente , y el que yo y la
de otros peores sucesos. El que yo duquesa solemos hacer á todos los
he tenido en veros , valeroso prín caballeros andantes que á él llegan .
cipe , respondió don Quijote , es im Ya en esto Sancho había aderezado
posible ser malo, aunque mi caída y cinchado bien la silla á Rocinante ,
no parara hasta el profundo de los y subiendo en él don Quijote, y el
abismos , pues de allí me levantara duque en un hermoso caballo, pu
y me sacara la gloria de haberos sieron á la duquesa en medio , y en.
visto . Mi Escudero, que Dios mal caminaron al castillo. Mando la du
diga, mejor desata la lengua para quesa á Sancho que fuese junto á
decir malicias, que ata y cincha unu ella porque gustaba infinito de oir
silla nara que esté firme ; pero como sus discreciones . No se hizo de ro
quiera que vo me halle, caído ó l gar Sancho , y entretejióse entre los
vantado , á pie ó á caballo, siempre tres , v hizo cuarto en la conversa
estaré al servicio vuestro y al de mi ción con gran gusto de la duquesa
señora la duquesa, digna consorte y el duque , que tuvieron á gran ven
21
322 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

tura acoger en su castillo tal caba . llegó á una reverenda dueña que con
Hero andante y tal escudero andado. otras á recibir a la duquesa había
salido, y con voz baja le dijo : Seño
ra González, ó cómo es su gracia de
vuesa merced . Doña Rodríguez de
CAPITULO XXXI Grijalba me llamo, respondió la due
ña, ¿ qué es lo que me mandáis ,
hermano ? A lo que respondió San
Que trata de muchas y grandes cho : Querría que vuesa merced me
CO8018 la higiese de salir á la puerta del
castillo, donde hallará un asno ru
cio mio : vu sa merced sea servida
Suma era la alegría que levaba de mandarie poner ó ponerle en la
consigo Sancho viéndose á su pare caballeriza, porque el pobrecito es
cer en privanza con la duquesa , por un poco medroso , y no se hallará í
que se le figuraba que había de La estar solo en ninguna de las mane
llar en su castillo lo que en la casa ras . Si tan discreto es el amo como
de don Diego y en la de Basilio , el mozo, respondió 1.1 dueña , medra
siempre aficionado á la buena vida , das estamos. Andad , hermano, nu
y así tomaba la ocasión por la melena cho de enhoramala para vos y para
er esto de regalarse cada y cuando quien acá os trujo ; tened cuenta con
que se ofrecía. Cuenta pues la his vuestro jumento, que las dueñas
toria que antes que á la casa de pla desta casa no estamos acostumbra
cer ó castillo llegasen se adelantó das á semejantes haciendas. Pues en
el duque , y dió orden a todos , sus verdad , respondió Sancho , que he
criados del modo que habían de oido decir á mi señor, que es za
tratar á don Quijote , el cual, como horí de las historias, contando aque
llegó con la duquesa á las puertas lla de Lanzarote cuando de Breta
nel castillo , al instante salieron dél ña vino , Que damas curaban dél,
dos lacayos ó palafreneros vestidos y dueñas de su rocino ; y que en
hasta en pies de unas ropas que lla el particular de mi asno , que no le
man de levantar , de finísimo raso trocara yo con el rocín del señor
carmesí, y cogiendo á don Quijote Lanzarote, Hermano, si sois juglar,
en brazos , sin ser oído ni visto, le replicó la dueña, guardad vuestras
dijeron : Vaya la vuestra grandeza gracias para donde lo parezcan y
a apear á mi señora la duquesa. Don se os paguen , que de mí no podréis
Quijote lo hizo, y hubo grandes co llevar sino una higa. Aun bien, res
medimientos entre los dos sobre el pondió Sancho, que será bien ma
caso ; pero en efecto venció la por dura, pues no perderá vuesa mercer
fía de la duquesa , y no quiso des la quínola de sus años por punto
cender ó bajar del palafrén sino en menos . Hijo de puta, dijo la dueña
los brazos del duque , diciendo que toda ya encendida en cólera, si soy
no se hallaba digna de dar á tan vieja ó no , á Dios daré la cuenta,
gran caballero tan inútil carga. En que no á vos , bellaco, harto de ajos ;
fin , salió el duque á apearla , y al y esto dijo en voz tan alta, que lo
entrar en un gran patio llegaron dos oyó la duquesa , y volviendo el ros
hormosas doncellas, ' echaron 80 tro y viendo a la dueña tan alboro
bre los hombros á don Quijote un tada y tan encarnizados los ojos , le
gran mantón de finísima escarlata , preguntó con quién las había . Aqni
en un instante se coronaron todos las he , respondió la dueña, con este
los corredores del patio do criados y buon hombre, que me ha pedido en .
criadas de aquellos señores , dicien carecidamente que vaya á poner en
do á grandes voc- s : Bien sea veni la caballeriza á un asno suyo que
do la flor y la nata de los caballe está á la puerta del castillo, trayén
ros andantes ; y todos ó los más de dome por ejemplo que así lo hicieron
rramaban pomos de aguas olorosas no sé dónde, que unas damas cura
sobre don Quijote v sobre los du ron á un tal Lanzarote , y unas due
ques , de todo lo cual se admiraba ñas á su rocino , v sobre todo por
don Quijote; y aquel fué el primer buen término me ha llamado vieja.
día que de todo en todo conoció y Eso tuviera yo por afrenta , respon
creyó ser caballero andante verdade dió la duquesa , más que cuantas pu
ro , y no fantástico, viéndose tratar dieran decirme ; y hablando con
del mismo modo que él había leitlo Sancho , le dijo : Advertid , Sancho
que se trataban los tales caballeros amigo, que doña Rodríguez es muy
en los pasados siglos. Sancho, des moza , y que aquellas tocas más las
amparando al rucio , se cosió con trae por autoridad y por la usanza,
la duquesa , y se entró en el casti que por los años . Malos sean los que
110, remordiéndole la conciencia me quedan por vivir, respondió San
de que dejaba el jumento solo , se cho , si lo dije por tanto ; sólo lo
PARTE II. - CAPITULO XXXI 323

dije porque es tan grande el cariño ven da criados tan buenos como
que tengo á mi jumento, que me ellos . ¿ No adviertes, angustiado de
pareció que no podía encomendarle ti , y malaventurado de mí , que si
a persona más caritativa que á la ven que tú eres un grosero villano,
señora doña Rodríguez . Don Qui ó un mentecato grac.oso , pensarán
jote, que todo lo oía, le dijo : Plá que soy yo algún echacuervos , ó al
ticas son esas, Sancho, para este gún caballero de mohatra ? No, no ,
lugar ? Señor, respondió Sancho, Sancho amigo : huye, huye destos in
cada uno na de hablar de su menes convenientes , que quien tropieza en
ter dondequiera que estuviere ; aquí hablador y en gracioso , al primer
se me acordó el rucio , y aquí ha puntapié cae y da en truhán desgra
bié dél, y si en la caballeriza se me ciado : enfrena la lengua, considera
acordara, allí hablara. A lo que dijo y rumía las palabras antes que te
el duque : Sancho está muy en lo salgan de la boca , y advierte que
cierto , y no hay que culparle en hemus llegado á parte donde con el
nada : ai rucio se le dará recado á favor de Dios y valor de mi brazo
pedir de boca, y descuide Sancho, hemos de salir mejorados en tercio
que se le tratará como á su misma y quinto en fama y en hacienda. San
persona. Con estos razonamientos
gustosos á todos si no á don Quijo
cho le prometió con muchas veras
coserse la boca 6 morderse la lengua
te , llegaron á lo alto , y entraron á antes de hablar palabra que no fuese
don Quijote en una sala adornada muy á propósito y bien considera
de telas riquísimas de oro y de bro da , como él se lo mandaba, y que
cado : seis doncellas le desarmaron descuidase acerca de lo tal, que nun .
y sirvieron de pajas, todas industria ca por él se descubrirla quiénes ellos
das y advertidas del duque y de la eran . Vistiose don Quijote , púsose
duquesa de lo que habían de hac r, su tahalí con su espada, echóse el
y de cómo habían de tratar á don mantón de escarlata á cuestas, púso
Quijote para que imaginase y viese se una montera de raso verde que
que le trataban como á caballero las doncellas le dieron, y con este
andante. Quedó don Quijote después adorno salió a la gran sala, Conde
de desarmado en sus estrechos gre halló á las doncellas puestas en ala,
güescos y en su jubón de camuza, tantas á una parte como á otra , v
seco , alto , tendido. con las quija todas con adrezo de darle aguama
das que de por dentro se besaba la nos, la cual le dieron con muchas re
una con la otra , figura que á no te verencias y ceremonias. Luego lle
ner cuenta las doncellas que le ser garon doce pajes con el maestresa
vían con disimular la risa (que fué la para llevarle á comer, que ya los
una de las precisas órdenes que sus señores le aguardaban . Cogiéronle
señores les habían dado), reventa en medio , y lleno de pompa y ma
ran riendo. Pidieronle que se dejase jestad le llevaron á otra sala, donde
desnudar para ponerle una camisa ; estaba puesta una rica mesa con 80
pero nunca lo consintió , diciendo que los cuatro servicios. La duquesa y
la honestidad parecía tan bien en los el duque salieron á la puerta de la
caballeros andantes como la valen sala á recibirie , v con ellos un gra
tía. Con todo , dijo que diesen la ca ve eclesiástico , destos que gobiernan
misa á Sancho, y encerrándose con las casas de los ' príncipes ; destos
él en una cuadra donde estaba un que como no nacen príncipes no
rico lecho , se desnudó y vistió la aciertan á enseñar cómo lo han de
camisa ; v viéndose solo con San ser los que lo son ; destos que quie
cho , le dijo : Dime , truhán moderno ren que la grandeza de los grandes
majadero antiguo , & parécete bien se mida con la estrecheza de sus
deshonrar y afrentar á una dueña ánimos ; destos que queriendo mos
tan veneranda y tan digna de res trar á los que ellos gobiernan á ser
peto como aquella ? ¿ Tiempos eran limitados, les hacen ser miserables .
aquellos para acordarte del rucio , Destos tales digo que debía de ser
ó señores son estos para dejar mal el grave religioso , que con los du .
pasar á las bestias, tratando tan ele ques salió á recibirá don Quijote .
gantemente á sus dueños ? Por quien Hiciéronse mil corteses comedimien
Dios es . Sancho , que te reportes y tos , V finalmente cogiendo á don
que no descubras la hilaza, de ma Quijote en medio se fueron á sentar
nera que caigan en la cuenta de que á la mesa. Convidó el duque á don
eres de villana y grosera tela teji Quijote con la cabecera de la mesa ;
do. Mira , pecador de ti , que en tan y aunque él lo rehusó , las importu
to más pe tenido el señor, cuanto naciones del duque fueron tantas,
tiene más honrados y bien nacidos que la hubo de tomar. El eclesiásti.
criados ; y que una de las ventajas co se sentó frontero, y el duque y
mavores que llevan los príncipes á la duquesa á los dos lados . A todo
los demás hombres , es que se sir estaba presente Sancho, embobado
324 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

y atónito de ver la honra que á ru por hacerme á mí placer, antes le


señor aquellos principes le hacían ; ha de contar de la manera que le
v viendo las muchas ceremonias 1 sabe, aunque no le acabe en seis
ruegos que pasaron entre el duque días, que si tantos fuesen , serían
y don Quijote para hacerle sentar á para mí los mejores que hubiese lle
la cabecera de la mesa , dijo : Si sus vad , en mi vida, Digo pues , señores
mercedes me dan licencia les conta míos , prosiguió Sancho, que este
ré un cuento que pasó en mi pueblo tal hidalgo, que yo conozco como á
acerca desto de los asientos. Apenas mis manos, porque no hay de mi
hubo dicho esto Sancho, cuando don casa á la suya un tiro de baliesta ,
Quijote tembló, creyendo sin duda al convidó á un labrador pobre, pero
guna que había de decir alguna nece honrado. Adelante, hermano, diio á
dad . Miróle Sancho y entendióle, y esta sazón el religioso , que camino
dijo : No tema vuesa merced , señor lleváis de no parar con vuestro cuen
mío , que yo me desmande, ni que diga to hasta el otro mundo. A menos de
cosa que no venga muy á pelo , que la mitad pararé, si Dios fuere ser
no se me han olvidado los consejos vido , respondió Sancho ; y así digo ,
que poco hy vuesa merced me dió so que llegando el tal labrador á casa
bre el hablar mucho ó poco , bien 6 del dicho hidalgo convidador, que
mal. Yo no me acuerdo de nada, San buen poso haya su ánima, que ya
cho , respondió don Quijote ; di lo que es muerto , y por más señas dicen
quisieres , como lo digas presto. Pues que hizo una muerte de un ángel ,
lo que quiero decir, dijo Sancho , es que yo no me hallé presente, que
tan verdad , que mi señor don Qui . había ido por aquel tiempo á segar á
jote , que está presente , no me deja Tembleque. Por vida vuestra, hijo,
ra mentir. Por mí, replicó don Qui que volváis presto de Temb.eque ,
jote, miente tú , Sancho, cuanto qui y que sin enterrar al hidalgo, si no
sieres , que yo no te iré á la mano ; queréis hacer más exequias, acabéis
pero mira lo que vas á decir. Tan vuestro cuento . Es pues el caso , re
mirado y remirado lo tengo , que á plicó Sancho, que estando los dos
buen salvo está el que repica , como para asentarse á la mesa , que pare
so verá por la obra . Bien será, dijo ce que ahora los veo más que nun
don Quijote, que vuestras grandezas ca... Gran gusto recibían los duques
manden echar de aquí á este tonto, del disgusto que mostraba tomar el
que dirá mil patochadas. Por vida buen religioso de la dilación y pau
del duque, dijo la duquesa, que no sas con que Sancho contaba su cuen
se ha de apartar de mi Sancho un to, y don Quijote se estaba consu
purto : quiéroe yo mucho, porque es miendo en cólera y en rabia . Digo
muy discreto. Discretos días , dijo asi , dijo Sancho, que estando, como
Sancho , viva vuestra santidad por he dicho, los dos para asentarse á
el buen crédito que de mi tiene , la mesa , el labrador porfiaba con el
aunque en mí no lo haya ; y el cuen hidalgo que tomase la cabecera de
to que quiero decir es este : Convidó la mesa, y el hidalgo porfiaba tam
un hidalgo de mi pueblo muy rico bién que el labrador la tomase, por
V prine ppl, porque venía de los Ala que en su casa se había de hacer to
mos de Medina del Campo, que casó que él mandase ; pero el labrador ,
con doña Mencía de Quiñones , que que presumía de cortés y bien cria
fué hija da don Alonso de Marañón , do , jamás quiso, hasta que el hidal
caballero del hábito de Santiago. mue go , mohino, poniéndole ambas ma
se ahogó en la Herradura, por quien nos sobre los hombros, le hizo sen
hubo aquella pendencia años ha en tar por fuerza, diciéndole : Sentaos ,
nuestro lugar, que a lo que entiendo majagranzas, que adondequiera que
mi señor don Quijote se halló en yo me siente será vuestra cabecera :
ella, donde salió herido Tomasillo el y este es el cuento, y en verdad
travieso, el hijo de Balbastro el he que creo que no ha sido aquí traído
rrero. ¿ No es verdad todo esto , se fuera de propósito. Púsosé don Qui
ñor nuestro amo ? dígalo por su vida , jote de mil colores, que sobre lo mo
porque estos señores no me lengan reno le jaspeaban y se le parecían .
por algún hablador mentiroso . Has Los señores disimularon la risa por
ta ahora, dijo el eclesiástico, más que don Quijote no acabase de co
os tengo por hablador que por men rrerse habiendo entendido la mali
tiroso ; pero de aquí adelante no sé cia de Sancho ; y por mudar de plá
por lo que os tendré . Tú das tantos tica y hacer que Sancho no prosi
testigos , Sancho, y tantas señas, que guiese.con otros disparates, pregun
no puedo dejar de decir que debes tó la duquesa á don Quijote, que
de decir verdad ; pasa adelante, y qué nuevas tenía de la señora Dul
acorta el cuento , porque llevas ca cinea, que si le había enviado
mino de no acabar en dos días. No aquellos días algunos presentes de
ha de acortar tal, dijo la duquesa, gigantes ó malandrines, pues no pe
PARTE 11.-- CAPÍTULO XXXII 325

día dejar de haber vencido muchos.


A lo que don Quijote respondió : Se
ñora mía, mis : desgracias, aunque
tuvieron principio , nunca tendrán CAPITULO XXXII
fin . Gigantes he vencido, y follones
y malandrines le ha enviado ; . pero
adónde la habían de hallar, si está De la respuesta que dió don Qui
encantada y vuelta en la más fea la jote á su reprensor, con otros
bradora que imaginarse puede ? No graves y gracio808 sucesos.
sé, dijo Sancho Panza ; á mí me pa
rece la más hermosa criatura del
mundo ; á lo menos en la ligereza Levantado pues en pie don Quijo
y en el brincar bien sé yo que no te , temblando de los pies á la ca
dará ella la ventaja á un volteador : beza como azogado, con presurosa y
á buena fe , señora duquesa, así sal. turbada lengua dijo : El lugar donde
ta desde el suelo sobre una borrica , estoy, y la presencia ante quien me
como si fuera un gato. ¿ Habéisla hallo , y el respeto que siempre tuve
vistovos encantada, Sancho ? pre y tengo al estado que vuesa merced
guntó el duque . Y cómo si la he vis profesa, tienen y atan las manos de
to , respondió Sancho : ¿ pues quién mi justo enojo ; y así por lo que he
diablos si no yo fué el primero que dicho , como por saber que saben to
cayó en el achaque del encantorio ? dos que las armas de los togados son
Tan encantada está como mi padre . las mismas que las de la mujer, que
El eclesiástico, que oyó decir de gi; son la lengua, entraré con la mi .
gantes, de foliunes y de encantos, en igual batalla con vuesa merced ,
cayó en la cuenta de que aquel de-, da quien se debía esperar antes bue
bía de ser don Quijote de la Mancha , nos consejos que infames vituperios.
cuya historia leía el duque de ordi Las reprensiones santas y bien in
nario , y él se lo había reprendido
muchas veces, diciéndole que era tencionadas, otras circunstancias re
disparate leer tales disparates ; y en quieren y otros puntos piden ; á lo
terándose ser verdad lo que sosne menos el haberme reprendido en pú
chaba, hablando con el duque, le
blico y tan ásperamente, ha pasado
todos los límites de la buena repren
dijo : Vuestra Excelencia, señor mío, sión , pues las primeras mejor asien .
tiene que dar cuenta a nuestro Se tan sobre la blandura que sobre la
ñor de lo que hace este buen hom aspereza ; y no es bien sin tener co
bre. Este don Quijote, ó don Tonto, nocimiento del pecado que se re
o como se llama, imagino yo que no prende , llamar al pecador sin más
debe de ser tan mentecato como
Vuestra Excelencia quiere que sea, ni más mentecato y tonto . Si no , di
dándole ocasiones á mano para que game vuesa merced , ¿ por cuál ' de
las mentecaterías que en mí ha vis
lleve adelante sus sandeces y vacie to me condena v vitupera, y me man
dades. Y volviendo la plática á don da que me vaya á mi casa á tener
Quijote, lo dijo : Y á vos , alma de cuenta en el gobierno della, y do mi
& quién os ha encajad en muje y de mis hijos, sin saber si
el celebro que sois caballero andan la tengo ó los tengo ? ¿ No hay más
te , y que vencéis gigantes, y pren sino á trochemoche entrarse por las
déis malandrines ? Andad en hora casas ajenas á gobernar sus dueños,
buena , y en tal se os diga : volveos y habiéndose criado algunos en la
á vuestra casa, y criad vuestros hi estrecheza de algún pupilaje, sin ha
jos , si los tenéis, y curad de vuestra ber visto más mundo que el que pue
hacienda, y dejad de andar vagando de contenerse en veinte ó treinta
por el mundo papando viento y dan Jeguas de distrito, meterse de ron
do que reir á cuantos os conocen y dón á dar leyes á la caballería , y á
no conocen . En dónde nora tal ha juzgar de los caballeros andantes ?
béis vos hallado que hubo ni hay aho ¿ Por ventura es asunto vano ó es
ra caballeros andantes ? ¿ Dónde hay tiempo mal gastado el que se gasta
gigantes en España, ó malandrines en vagar por el mundo, no buscando
en la Mancha, ni Dulcineas encan Jos regalos dél , sino las asperezas por
tadas, ni toda esa caterva de las donde los buenos suben al asiento
simplicidades que de vos se cuen de la inmortalidad ? Si me tuvieran
tan ? Atento estuvo don Quijote á por tonto los caballeros, los magní
las razones de aquel venerable va ficos, los generosos , los altamente
rón , y viendo que ya callaba, sin nacidos . tuviéralo por afrenta irre
guardar respeto á los duques, con parable ; pero de que me tengan por
semblante airado y alborotado ros sandio los estudiantes, que nunca en
tro se puso en pie , y dijo... Pero traron ni pisaron las sendas de la ca
esta respuesta capítulo por sí me ballería , no se me da un ardite : caba
reco . llero soy , y caballero he de morir si
326 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

place al Altísimo: unos van por el Excelencia con ellos, que en tante
uncho campo de la ambición soberbia , que estuvieren en casa me estaré yo
otros por el de la adulación servil en la inía , y me excusaré de repren
y baja, otros por el de la hipocre- der lo que no puedo remediar : y sin
sia engañosa, y algunos por el de decir más ni comer más se fué, sin
la verdadera religión ; pero yo, in- que fuesen parte á detenerle los rue
clinado de mi estrella, voy por la gos. de los duques, aunque el duque
angosta senda de la caballeria an no le dijo mucho, impedido de la
dante , por cuyo ejercicio desprecio risa que su impertinente cólera le
la hacienda , pero no la honra. Yo he había causado. Acabó de reir, y dijo
satisfecho agravios, enderezado tuer- á don Quijote : Vuesa merced , señor
tos , castigado insolencias, vencido gi. caballero de los Leones, ha respon
gantes y atropellado vestiglos : yo dido por sí tan altamente, que no le
soy enamorado, no más de porque queda cosa por satisfacer deste , que
es forzoso que los caballeros andan- aunque parece agravio, no lo es en
tes lo sean ; y siéndolo, no soy de ninguna manera, porque así como
los enamorados viciosos, sino de los no agravian las mujeres, no agravian
platonicos continentes. Mis inten- los eclesiásticos, como vuesa merced
ciones siempre las enderezo á bue- mejor sabe. Así es , respondió don
nos fines, que son de hacer bien á Quijote, y la causa es que el que no
todos , y mal á ninguno : si el que puede ser agraviado no puede agra
esto entiende, si el que esto obra , viar á nadie. Las mujeres, los niños
si el que desto trata merece ser lla- y los eclesiásticos, como no pueden
mado bobo, díganlo vuestras grande defenderse aunque sean ofendidos ,
zas , duque y duquesa excelentes. no pueden ser afrentados, porque en.
Bien por Dios , dijo Sancho, no diga tre el agravio v la afrenta hay esta
más vuesa merced, señor y amo mio, diferencia, como mejor Vuestra Ex
en su abono, porque no hay más que celencia sabe. La afrenta viene de
decir , ni más que pensar, ni más parte de quien la puede hacer , y la
que perseverar en el mundo : v más hace y la sustenta ; el agravio pue
que negando este señor, como ha ne- de venir de cualquier parte sin que
gado, que no ha habido en el mun- afrente. Sea ejemplo : Está uno en
do ni los bay caballeros andantes, la calle descuidado, llegan diez con
¿ qué mucho que no sepa ninguna mano armada , y dándole de palos,
de las cosas que ha dicho ? Por ven. pone mano a la espada, y hace su
tura , dijo el eclesiástico, sois vos, deber ; pero la muchedumbre de los
hermano, aquel Sancho Panza que contrarios se le opone, y no le deja
dicen , á quien vuestro amo tiene salir con su intención , que es de
prometida una insula ? Sí soy, res- vengarse : este tal queda agraviado,
pondió Sancho, y soy quien la me- pero no afrentado ; y lo mismo con
rece tan bien como otro cualquiera : firmará otro ejemplo : está uno vuel
soy quien júntate á los buenos, y to de espaldas, llega otro y dale de
serás uno dellos ; y soy yo de aque- palos, y en dándoselos, huye ne
llos no con quien naces, sino con espera , y el otro le sigue y no le
quien paces ; y de los quien á buen alcanza : este que recibió los palos
árbol se arrima, buena sombra le co- recibió agravio , mas no afrenta ;
bija : yo me he arrimado á buen se- porque la afrenta ha de ser susten .
fior , y ha muchos meses que ando tada . Si el que le dió los palos, aun
en su compañía , y he de ser otro que se los dio á hurta cordel, pasie
como él, Dios queriendo : y viva él ra mano á su espada y se estuviera
y viva yo, que ni á él le faltarán quedo haciendo rostro á su enemigo ,
imperios que mandar, ni á mí insu- quedara el apaleado agraviado
las que gobernar. No por cierto , afrentado juntamente ; agraviado,
Sancho amigo, dijo á esta sazón el porque le dieron á traición ; afronta
duqua , nue yo en nombre del señor do , porque el que le dió sustento lo
don Quijote os mando el gobierno de que había hecho sin volver las espal
una que tengo de nones , de no pe- das y á pie quedo : y así según las le
queña calidad. Híncate de rodillas, yes del maldito duelo, yo puedo estar
Sancho, dijo don Quijote , y bese los agraviado, mas no afrentado, porrue
pies á Su Excelencia por la merced los niños no sienten , ni las mujeres ,
que te ha hecho. Hizolo así Sancho ; ni pueden huir, ni tienen para qué
lo cual visto por el eclesiástico se esperar, y lo mismo los constituidos
levantó de la mesa mohino además , en la sacra religión ; porque estos tres
diciendo : Por el hábito que tengo, géneros de gente carecen de armas
que estoy por decir que es tan san . ofensivas y defensivas ; y así , aunque
dio Vuestra Excelencia como estos naturalmente estén obligados á de
pecadores : mirad si no han de ser fenderse , no lo están para ofender
ellos locos , pues los cuerdos canoni- Á nadie : y aunque poco ha dije que
van sus locuras : quédese Vuestra yo podía estar agraviado, ahora digo
PARTE II.- CAPÍTULO XXXII 327

que no en ninguna manera, porque ra, y más para hac r reir , que se
quien no puede recibir afrenta, me . pudiera imaginar. Mirábanle todos
nos la puede dar : por las cuales ra los que presentes estaban, que eran
zones yo no debo sentir ni siento las muchos ; y como le veían con media
que aquel buen hombre me ha di vara de cuello más que medianamen
cho : sólo quisiera que esperara al te moreno, los ojos cerrados y las
gún poco para darle a entender el barbas llenas de jabón , fué gran ma
error en que está en pensar y decir ravilla у mucha discreción poder di
que no ha habido ni los hay caballe simular la risa : las doncellas de la
ros andantes en el mundo, que si lo burla tenían los ojos bajos sin osar
tal oyera Amadís , ó uno de los infi mirar á sus señores ; á ellos les re
nitos de su linaje, yo sé que no le tozaba la cólera y la risa en el cuer
fuera bien á su merced . Eso juro yo p !, y no sabían á qué acudir : ó á
bien, dijo Sancho, cuchillada le hu castigar el atrevimiento de las mu
bieran dado, que le abrieran de arri chachus, ó darles premio por el gus
ba abajo como una granada ó como to que recibían de ver a don Qui.
á un melón muy maduro ; bonitos jote de aquella suerte . Finalmente,
eran ellos para sufrir semejantes cos la doncella del aguamanil vino, y
quillas. Para mi santiguada, que ten acabaron de lavar á don Quijote, y
go por cierto que, si Reinaldos de luego la que traía las toallas le !im
Montalván hubiera oído estas razo pió y le enjugó muy reposadamen
nes al uombrecito , tapaboca le hubie te ; y haciéndole todas cuatro á la
ra dado que no hablára más en tres par una grande y profunda inclina
años : no sino tomárase con ellos , y ción y reverencia , se querían ir ;
viera cómo escapaba de sus manos. pero el duque , porque don Quijote
Perecía de risa la duquesa en oyendo no cayese en la burla, llamó a la
hablar á Sancho, y en su opinión le doncella de la fuente, diciéndole :
tenía por más gracioso y por más loco Venid y lav arme á mí, y mirad que
que á su amo, y muchos hubo en no se os acabe el agua . La mucha
aquel tiempo que fueron deste mis cha, aguda y diligente, llegó y puso
mo parecer. Finalmente , don Quijote la fuente al duque como á don Qui.
se sosegó y la comida se acabó , y en jote, y dándose priesa le lavaron y
ievantando los manteles llegaron cua jabonaron muy bien, y dejándole en
tro doncellas, la una con una fuente juto y limpio, haciendo reverencias
de plata, y la otra con un aguamanil se fueron. Después se supo que ha
asimismo de plata , y la otra con dos bía jurado el duque que si á él ro
blanquísimas y riquísimas toallas al le lavaran como á don Quijote, había
hombro, y la cuarta descubiertos los de castigar su desenvoltura, la cual
brazos hasta la mitad , y en sus blan habían enmendado discretamente con
cas manos (que sin duda eran blan haberle á él jabonado . Estaba aten
cas ) una redonda pella de jabón na to Sancho á las ceremonias de aquei
politano . Llegó la de la fuente, y lavatorio, y dijo entre sí : Válama
co gentil donaire y desenvoltura Dios , 1 si será también usanza en esta
encajó la fuente debajo de la barba tierra lavar las barbas á los escude
de don Quijote, el cual sin hablar ros como á los caballeros ! porque en
palabra, admirado de semejante ce Dios y en mi ánima que lo he bian
remonia , creyó que debía ser usan menester , y aun que si me las ra
za de aquella tierra, en lugar de las pasen á ravaja lo tendría más á be
manos lavar las barbas ; y así ten neficio . ¿ Qué decis entre vos , in
dio la suya todo cuanto pudo, v eial cho ? preguntó la duquesa. Digo , se
mismo punto comenzó a llover ñora , respondió él , que en las cor.
aguamanil, y la doncella del jabón tes de los otros principes siempre
le manoseó las barbas con mucha he oído decir que en levantando los
priesa, levantando copos de nieve , manteles dan agua a las manos, pero
que no eran menos blancas las jabo. no lejía á las barbas ; y que por eso
naduras, no sólo por las barbas, más es bueno vivir mucho por ver mu
por todo el rostro y por los ojos del cho , aunque también dicen que el
obediente caballero , tanto que se los que larga vida vive , mucho mal ha
hicieron cerrar por fuerza. El duque de pasar, puesto que pasar por un
y la duquesa, que de nada desto eran lavatorio destos, antes es gusto que
sabidores, estaban esperando en qué trabajo . No tengáis pena, amigo
había de parar tan extraordinario la Sancho, dijo la duquesa, que yo haré
vatorio. La doncella barbera, cuando que mis doncellas os laven , yarn
le tuvo con un palmo de jabonadu os metan en colada si fuere menes
ra, fingió que se le había acabado el ter . Con las barbas me contento , its
agua , y mandó á la del aguamanil pondió Sancho, por ahora á lo me .
fues : por ella, que el señor don Qui nos, que andando el tiempo Dios dijo
jote esperaría. Hízolo asi, y quedó lo que será . Mirad , maestresala , dijo
don Quijote con la más extraña figu la duquesa, lo que el buen Sancno
328 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

pide, y cumplidle su voluntad al pie rosa en pestífera, de bien hablada en


de la letra . El maestresala respon liú rústica, de reposada en brincadora ,
que en todo sería sorvido el señor de luz en tinieblas, y finalmente de
Sancho ; y con esto se fué á comer, Dulcinea del Toboso en una villana
y llevó consigo á Sancho , quedán de Sayago. ¡ Válame Dios ! dando una
dose á la mesa ios duques y don Qui gran voz dijo á este instante el du
jote hablando en muchas y diversis que, ¿ quién ha sido el que tanto
cosas . pero todas tocantes al ejera! mai ha hecho al mundo ? ¿ Quién ha
cio de las armas y de la andante ca quitado dél la belleza que le alegra
balleria . La duquesa rogó á don Qui ba , el donaire que le entretenia, y
jote que la delinease y describiese, la honestidad que le acreditaba ?
pues parecía tener ferice memoria , ¿ Quién ? respondió don Quijote ;
la hermosura y faccionºs de la se ¿ quién puede ser sino algún maligno
ñora Dulcinea del Toboso , que se . encantador de los muchos envidiosos
gún lo que la fama pregonaba de que me persiguen ? Esta raza maldita ,
su belleza , tenía por entendido que nacida en el mundo para obscurecer
debía de ser la más bella criatura v aniquilar las hazañas de los bue
del orbe y aun de toda la Mancha . nos, y para dar luz y levantar los fe
Suspiró don Quijote oyendo lo que chos de los malos . Perseguidome han
la duquesa le mandaba, y dijo : Si encantadores , encantadores me per
yo pudiera sacar mi corazón , y po siguen , y encantadores me persegui
nerle ante los ojos de vuestra gran rán hasta dar conmigo y con mis
doza aquí sobre esta mesa y en un altas caballerías en el profundo abis
plato, quitara el trabajo á mi ien mo del olvido ; y en aquella parte
gua de decir lo que apenas se pue me dañan y hieran donde ven que
de pensar, porque Vuestra Excelen . más lo siento : porque quitarle á un
cia la viera en él toda retratada ; caballero andante su dama, es qui
pero ¿ para qué es ponerme yo ahora carle los ojos con que mira, y el
á delinear y describir punto por sol con que se alumbra, y el susten
punto y parte por parte la hermosu to con que se mantiene . Otras mit .
ra de la sin par Dulcinea, siendo chas veces lo he dicho y ahora lo
carga digna de otros hombros que vuelvo á decir, que el caballero an
de los míos, empresa en quien se dante sin dama es como el árbol sin
debían ocupar los pinceles de Pa hojas el edificio sin cimiento, y la
rrasio , de Timantes y de Apeles, sombra sin cuerpo de quien se cau
y los buriles de Lisipo, para pintar se. No hay más que decir, dijo la
ia y grabarla en tablas, en mármoles duquesa ; pero si con todo eso he
y en bronces , y la retórica cicero mos de dar crédito á la historia que
niana y demostina para alabarla ? del señor don Quijote de pocos días
¿ Qué quiere decir demostina, señor á esta parte ha salido a la luz del
don Quijote ? preguntó la duquesa ; mundo con goneral aplauso de las:
que es vocablo que no le he oído en gentes, della se colige, si mal no me
todos los días de mi vida . Retórica acuerdo, que nunca vuesa merced ha
demostina, respondió don Quijote, visto á la señora Dulcinea ; y que
es lo mismo que decir retórica de esta tal señora no es en el mundo ,
Demóstenes , como ciceroniana de sino que es dama fantástica , que vue
Cicerón, que fueron los dos mavo sa merced la engendró y parić en su
res retóricos del mundo . Así es , entendimiento, y la pintó con todas
dijo el duque , y habéis andado des aquellas gracias y perfecciones que
lumbrada en la tal pregunta. Pero quiso. En eso hay mucho que decir ,
con todo eso nos daría gran gusto respondió don Quijote : Dios sabe
el señor don Quijote si nos la pinta si hay Dulcinea ó no en el mundo ,
se, que á buen seguro que aunque ó si es fantástica ó no es fantásti
sea en rasguño ó bosquejo, que ella ca , y estas no son de las cosas cuya
salga tal que la tengan envidia las averiguación se ha de llevar hasta
más hermosas. Si hiciera por cier el cabo. Ni yo engendré ni pari á
to , respondió don Quijote , si no ure mi señora , puesto que la contemplo ,
la hubiera borrado de la idea la des como conviene que sea , una dama
gracia que poco ha le sucedió , que que contenga en sí las partes que
es tal , que más estoy para llorarla puedan hacerla famosa en todas las
del mundo , como son hermosa sin
que para describiria ; porque habrán
de tacha, grave sin soberbia , amo sa
saber vuestras grandezas , que
yendo los días pasados á besarle las con honestidad , agradecida por cor
manos , y á recibir su bendición , be tés , cortés por bien criada, y final
neplácito y licencia para esta tercera mente alta por linaje, á causa que
salida, hallé otra de la que buscaba : sobre la buena sangre resplandecer
halléla encantada y convertida de campea la hermosura con más gra
princesa en labradora, de hermosa dos de perfección que en las hermo
en fea , de ángel en diablo, de olo . sas humildemente nacidas . Así es..
PARTE 11. - CAPITULO XXXII 329

dijo el duque : pero hame de dar !i de quien se cuenta que no podía ser
cencia el señor don Quijote para que ferido sino por la planta del pie iz
diga lo que ' me fuerza á decir la quierdo, y que esto había de ser
historia que de sus hazañas he leí con la punta de un alfiler gordo, ' v
do , de donde se infiere que puesto no con otra suerte de arma alguna :
que se conceda que hay Dulcinea y así cuando Bernardo del Carpio le
en el Toboso ó fu ra dél, y que sea mató ei honcesvalles, viendo que no
hermosa en el sumo grado que vue le podía lagar con fierro , le levantó
sa merced nos la pinta , en lo de la delsuelo entre los brazos, y le ahogó ,
aiteza del linaje no corre parejas acordándose entonces de la muerte
con las Orianas, con las Alastraja que dió Hércules á Anteón, aquel
reas, con las Madasimas, ni con otras feroz gigante que decían ser hijo de
deste jaez , de quien están llenas las la tierra . Quiero inferir de lo dicho ,
historias que vuesa merced bien sabe . que podría ser que yo tuviese algu
A eso puedo decir , respondió don na gracia destas, no del no poder
Quijote, que Dulcinea es hija de sus ser ferido , porque muchas veces la
obras , y que las virtud s adoban la experiencia me ha mostrado que soy
sangre, y que en más se ha de es de carnes blandas y no nada impe
timar y tener un humilde virtuoso, netrables , ni la de no poder ser en
que un vicioso levantado : cuanto cantado . que ya me he visto mtido
más, que Dulcinea tiene un jirón en una jaula, donde todo el mundo
que la puede llevar á ser reina de no fuera poderoso á encerrarme si
corona y cetro : que el merecimiento no fuera á fuerzas de encantamentos .
de una mujer hermosa y virtuosa á Pero pues de aquel me libré , quiero
hacer mayores milagros se extien creer que no ha de haber otro al
de , y aunque no formalmente, vir guno que me empezca : y así viendo
tualmente tiene en sí encerradas estos encantadores que con m . per
mayores venturas. Digo , señor don sona no pueden usar de sus malas
Quijote , dijo la duquesa , que en mañas, vénganse en las cosas que
todo cuanto vuesa merced dice va más quiero, y quieren quitarme la
con pie de plomo, y como suele de vida maltratando la de Dulcinea
cirse, con la sonda en la mano ; y por quien yo vivo : y así creo que
que yo desde aquí adelante créeré cuando mi escudero le llevó mi em
y haré creer à todos los de mi casa , bajada se la convirtieron en villa
y aun al duque mi señor, si fuere me na, y ocupada en tan bajo ejercicio
nester, que hay Dulcinea en el To como es el de aechar trigo ; pero ya
boso , y que vive hoy día, y es her tengo yo dicho que aquel trigo ni
mosa , y principalmente nacida, y era rubión ni trigo, sino granos de
merecedora que un tal caballero como perlas orientales ; y para prueba des
es el señor don Quijote la sirva, ta verdad quiero decir á vuestras
que es lo más que puedo ni sé en magnitudes, como viniendo poco ha
carecer. Pero no pueuo dejar de for por el Toboso jamás pude hallar los
mar un escrúpulo, y tener algún palacios de Dulcinea ; y que otro día
no sé qué de ojeriza contra Sancho habiéndola visto Sancho mi escude
Panza : el escrúpulo es que dice la ro en su misma figura , que es la
historia referida, que el tal Sancho más bella del orbe , á mí me pareció
Panza halló á la tal señora Dulci una labradora tosca y fea, y no nada
nea, cuando de parte de vueså mer bien razonada, siendo la discreción
ced le llevó una epístola, aechando del mundo : y pues yo no estoy en
un costal de trigo , y por más señas cantado, ni lo puedo estar según
dice que era rubión ; cosa que me buen discurso , ella es la encanta
hace dudar en la alteza de su ling da, la ofendida y la mudada, troca
je. A lo que respondió don Quijote : da y trastocada, y en ella se han
Señora mía, sabrá la vuestra grande vengado de mí mis enemigos, v por
za , que todas ó las más cosas que á ellaviviré yo en perpetuas lágrimas
mí me suceden yan fuera de los tér hasta "verla en su pristino estado .
minos ordinarios de las que a los Todo esto he dicho para que nadie re
otros caballeros andantes acontecen , pare en lo que Sancho dijo del cer
ó ya sean encaminadas por el querer nido ni del aecho de Dulcinea , que
inescrutable de los hados , ó ya vengan pues á mí me la mudaron , no es ma
ancaminadas por la malicia de algún ravilla que á él se la cambiasen .
encantador envidioso , y como es cosa Dulcinea es principal y bien nacida,
ya averiguada que todos ó los más y de los hidalgos linajes que hav
caballeros andantes y famosos, uno en el Toboso , que son muchos, an
tanga gracia de no poder ser en tiguos y muy buenos . A buen segu
cantado, otro de ser de tan impene ro que no le cabe poca parte á la
trables carnes que no pueda ser he sin par Dulcinea , por quien su lu
rido , como lo fué el famosp Roldán, gar será famoso y nombrado en los
uno de los doce Pares de Francia , venideros siglos , como lo ha side
330 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

Troya por Elena , y España por la mucha cólera, pero querría que fuese
Cava, aunque con mejor título y fa con to allas más limpias , con lejía más
ma. Por otra parte , quiero que en clara y con manos no tan sucias , que
tiendan vuestras señorías, que San no hay tanta diferencia de mi á mi
cho Panza es uno de los más gracio amo, que a él le laven con agua de
sos escuderos que jamás sirvió á ca. angeles, y á mí con lejía de diablos :
ballero andante : tiene á veces unas (as usanzas de las tierras y de los pa
simplicidades tan agudas , que el pen lacios de los principes tanto son bue
sar si es simple o agudo causa no nas cuanto no dan pesadumbre ; pero
pequeño contento : tiene malicias la costumbre dei lavatorio que aqui
que le condenan por bellaco, y des se usa, peor es que de disciplinan
cuidos que le confirman por bobo : tes . Yo estoy limpio de barbas, y
duda de todo , v créelo todo : cuan no tengo necesidad de semejantes
do ' pienso que se va á despeñar de refrigerios ; y el que se llegare á la
tonto , sale con unas discreciones varme ni á tocarme un pelo de la
que le levantan al cielo. Finalmente , cabeza , digo de mi barba, hablando
yo no le trocaría con otro escudero , con el debido acatamiento, le daré
aunque me diesen de añadidura una tal puñada que le deje el puño en
ciudad , y así estoy en duda si será gastado en los cascos : que estas ta.
bien enviarle al gobierno de quien les cirimonias y jabonaduras más pa
vuestra grandeza le ha hecho merced , recen burlas que agasajos de hués .
aunque veo en él una cierta capaci pedes . Perecida de risa estaba la
dad para esto de gobernar, que atu duquesa viendo la cólera y oyendo
sándole tantico el entendimiento se las razones de Sancho, pero no dió
saldría con cualquiera gobierno como mucho gusto á don Quijote verle
el rey con sus alcabalas : y más jue tan mal adeliñado con la jaspeada
yu por muchas experiencias sabemos toalla, y tan rodeado de tantos en
que no es menester ni mucha habi
tretenidos de cocina , y así haciendo
lidad ni muchas letras para ser uno una profunda reverencia á los du
gobernador, pues hay por ahí ciento ques, como que les pedía licencia
que apenas saben leer, y gobiernan para hablar, con voz reposada dijo
como unos girifaltes : el toque está á la canalla : Hola, señores caballe
en que tengan buena intención y ros , vuesas mercedes dejen al man
d seen acertar en todo , que nunca les cebo , y vuélvanse por donde vinie
faltará quien les aconseje y encami ren , 6 por otra parte si les antoja
ne en lo que han de hacer, como los ne, que mi escudero es limpio tanto
gobernadores caballeros y no le como otro, y esas artesillas son para
trados , que sentencian con asesor .
Aconsejaríale yo que ni tome cohe él estrechas y penantes búcaros :
tomen mi consejo, y déjenle, porque
cho ni pierda derecho, y otras cosi ni el ni yo sabemos de achaque de
llas que me quedan en el estómago, burlas. Cogióle la razón de la boca
que saldrán á su tiempo para utili Sancho, y prosiguió diciendo : No
dad de Sancho y provecho de la in sino lléguense á hacer burla del mos
cula que gobernare. A este punto lle trenco, que así lo sufriré como aho
gaban de su coloquio el duque, la ra es de noche. Traigan aquí un pej
duquesa y don Quijote , cuando oye ne ó lo que quisieren, y hácen
ron muchas voces y gran rumor de me estas barbas, y si sacaren dellas
gente en el palacio, y á deshora en cosa que ofenda á la limpieza, que
tró, Sancho en la sala, todo asusta me tras quilen á cruces . A esta sa
do, con un cernadero por babador . V zón, sin dejar la risa, dijo le duque
tras él muchos mozos, 6 por mejor sa : Sancho Panza tiene razón en
decir pícaros de cocina y otra gen todo cuanto dijere : él es limpio , y
te menuda, y uno venía con un arte como él dice , no tiene necesidad de
soncillo de agua, que en la color y lavarse ; y si nuestra usanza no le
poca limpieza mostraba ser de fre
gar : seguíale y persegufale el de la
contenta, su alma en su palma : cuan
to más que vosotros , ministros de la
artesa, y procuraba con toda solici limpieza , habéis andado demasiada
tud ponérsela y encajársela debajo mente de remisos y descuidados , v na
de las barbas, y otro pícaro mostra sé si diga atrevidos, á traer á tal
ba querérselas lavar. ¿ Qué es esto personaje y á tales barbas, en lugar
oro
hermanos ? preguntó la duquesa ;
¿ qué es esto? ; qué queréis hacer á de fuentes
puro y anas
y de alem toallas, de
aguamaniles artesi
ese buen hombre ? ¿cómo ? ¿ y no llas y dornajos de palo y rodillas de
considerais que está electo gober aparadores ; pero en fin , sois malos
nador ? A lo que respondió el pica v mal nacidos , y no podéis dejar ,
to barbero : No quiere este señor de como malandrines que sois , de mos
jarge lavar como es usanza , y como se trar la ojeriza que tenéis con los rs
tavó el duque mi señor y el señor su cuderos de los andantes caballeros.
amo . Si quiero , respondió Sancho con Creyeron los apicarados ministros ,
PARTE II. - CAPÍTULO XXXIII 331

aun el maestresala que venía con hizo sentar junto á sí en una '18
ellos , que la duquesa hablaba de ve baja , aunque Sancho de puro bien
ras , y así quitaron el cernadero del criado no quería sentarse ; pero la
pecho de Sancho, y todos confusos duquesa le dijo que se sentase como
y casi corridos sé fueron y le deja gobernador , y hablase como escude
ron, el cual viéndose fuera de aquel ro , puesto que por entrambas cosas
á su parecer sumo peligro, se fué á merecía el mismo escaño del Cid
hincar de rodillas ante la duquesa, Rui Díaz Campeador . Encogió San
y dijo : De grandes señoras grandes cho los hombros , obedeció y sent3
mercedes se esperan : esta que la se, y todas las doncellas y dueñas
vuestra merced hoy me ha fecho , de la duquesa le rodearon atentas
no puede pagarse con menos si no es con grandísimo silencio á escuchar
con desear verme armado caballero lo que dirią ; pero la duquesa fué la
andante para ocuparme todos los días que habló primero diciendo : Ahora
de mi vida en servir á tan alta se que estamos solos , y que aquí no
ñora : labrador soy , Sancho Panza me nos oye nadie , querría yo que el
llamo, casado soy, hijos tengo , v le señor gobernador me asolviese cier
escudero sirve : si con alguna destas tas dudas que tengo , nacidas de la
cosas puedo servir à vuestra gran historia que del gran don Quijote
deza, menos tardaré yo en obedecer anda ya impresa ; una de las cuales
que vuestra señoría en mandar . Bien dudas es , que pues el buen Sancho
parece, Sancho , respondió la duque nunca vió á Dulcinea , digo , á la
ea, que habéis aprendido á ser cor señora Dulcinea del Toboso , ni le
tés en la escuela de la misma cor llevó la carta del señor don Quijo
tesía : bien parece, quiero decir, que te, porque se quedó en el libro de
os habéis criado á los pechos del memoria en Sierra Morena, ¿ cómo
señor don Quijote, que debe de ser se atrevió á fingir la respuesta,
ia nata de los comedimientos y ia aquello de que la halló aechando tri.
fior de las ceremonias, ó cirimonjas go , sien odo burla y mentira , y
como vos decís : bien haya tal señor tan en daño de la buena opinión de
y tal criado , el uno por norte de la la sin par Dulcinea , y todas, que no
andante caballería, y el otro por es vienen bien con la calidad y fideli
trella de la escuderil fidelidad : le dad de los buenos escuderos ? A ES
vantaos, Sancho amigo, que yo sa tas razones, sin responder con algu .
tisfaré vuestras cortesías con hacer na se levantó Sancho de la silla , y
que el duque mi señor, lo más pres con pasos quedos, el cuerpo agobia
to que pudiere, os cumpla la merced do , y el dedo puesto sobre los la
prometida del gobierno. Con esto bios anduvo por toda la sala levan .
ceso la plática, y don Quijote se fué tando los doseles , y luego esto hecho
à reposar la siesta, y la duquesa pi se volvió á sentar, y dijo : Ahora, se
dió á Sancho que si no tenía mucha ñora mía, que he visto que no nos
gana de dormir viniese á pasar la escucha nadie de solapa, fuera de
tarde con ella y con sus doncellas los circunstantes, sin temor ni sobot .
en una muy fresca sala, Sancho ces salto responderé á lo que se me na
pondió , que aunque era verdad que preguntado, y á todo aquello que
tenía por costumbre dormir cuatro se me preguntare : y lo primero
ó cinco horas las siestas del verano, que digo es , que yo tengo á mi señor
que por servir á su bondad él pro don Quijote por loco rematado , pries
curaría con todas sus fuerzas no to que algunas veces dice cosas cue
dormir aquel día ninguna, y vendría á mi parecer, y aun de todos aque
obediente á su mandato , y fuése . El llos que le escuchan , son tan discre
duque dió nuevas órdenes como se tas y por tan buen carril encamina
tratase á don Quijote como á caba das, que el mesmo Satanás no las po
llero andante , sin salir un punto du] dría decir mejores ; pero con todo
estilo , como cuentan que se trataban esto, verdaderamente y sin escrú
los antiguos caballeros. pulo, á mí se me ha asentado que
es in mentecato : pues como yo tor
go esto en el magín , me atrevo á
CAPITULO XXXIII hacerle creer lo que no lleva pies
ni cabeza , como fué aquello de la
De la sabrosa plática que la du respuesta de la carta , y lo de habrí
quesa y sus doncellas pasaron seis ó ocho dín , que aun no está en
con Sancho Panza, digna de que historia , conviene á saber lo del en
se lea y de que se note .
canto de mi señora Dulcinea, que le
Cuenta pues la historia que Sancho he dado á entender que está enc31
no durmió aquella siesta, sino que tada, no siendo más verdad que por
por cumplir su palabra vino , en co los cerros de Ubeda. Rogóle la du
miendo , á ver á la duquesa, la cual quesa que le contase aquel encanta
con el gusto que tenía de oirie le mento ó burla, y Sancho se lo contó
332 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

todo del mismo modo que había pa la insula por tonto, yo sabré no dár
sado, de que no poco gusto recibie seme nada por discreto ; y yo he oído
ron los oyentes ; y prosiguiendo eu decir, que detrás de la cruz está el
su platica dijo la duquesa : De 10 diablo, y que no es oro todo lo que
que el buen Sancho me ha conta lo reluce, y que de entre los bueves,
me anda brincando un escrúpulo en arados y coyundas sacaron al labra .
el alma, y un cierto susurro llega dor Wamba para ser rey de Espa
á mis oídos , que me dice : pues dor ña, y de entre los brocados , pasatiem
Quijote de la Mancha es loco , men pos y riquezas sacaron á Rodrigo
guado y mentecato , y Sancho Panza para ser comido de culebras ( si es
ou escudero lo conoce, y con todo eso que as trovas de los romances anti
le sirve y le sigue, y va atenido guos no mienten ). Y cómo que no
las vanas promesas suyas, sin uda mienten , dijo á esta sazón doña Ro
alguna debe de ser el más oco v dríguez la dueña, que era una de
tonto que su amo : y siendo tot las escuchantes, que un romance hay
así, como lo es, mal contado te será , que dice , que metieron al rey Ro
señora duquesa, si al tal Saporo drigo vivo, vivo, en una tumba ile .
Panza le das ínsula que gobierne, na de sapos, culebras y lagartos, y
porque , el que no sabe gobernarse á que de allí á dos días dijo el rey
sí ¿ cómo sabrá gobernar á otros ? desde dentro de la tumba con voz
Por Dios, señora, dijo Sancho, que doliente y baja :
ese escrúpulo viene con parto dere
cho ; pero digale vuesa merced que Ya me comen , ya me comen
hable claro, ó como quisiere, que po por do más pecado había.
Conozco que dice verdad , que si yo
fuera discreto , días ha que había de Y søgún esto , mucha razón tiene
haber dejado á mi amo ; pero taia este señor en decir que quiere ser
fué mi suerte y esta mi malandan más labrador que rey, si le han de
za : no puedo más , seguirle tengo, comer sabandijas. No pudo la duque
somos de un mismo lugar , he comido sa tener la risa pyendo la simplici .
su pan, quiérole bien , es agradecido, dad de su dueña, ni dejó de admirar
dióme sus pollinos, y sobre todo jo se en oir las razones y refranes de
eoy fiel, y así es imposible que nos Sancho, á quien dijo : Ya sabe el
pueda apartar otro suceso que el de buen Sancho que lo que una vez
la pala y azadón : y si vuestra al promete un caballero, procura cum
tanería no quisiere que se me dé plirlo aunqne le cueste la vida. El
el prometido gobierno, de menos me duque, mi señor y marido , aunque
hizo Dios, y podría ser que el no no es de los andantes, no por eso
dármele redundase en pro de mi deja de ser caballero, y así cumpli
conciencia, que magüera tonto, se rá la palabra de la prometida insu
me entiende aquel refrán de por su la á pesar de la envidia y de la init .
mal le nacieron alas á la hormiga; licia del mundo. Esté Sancho de buen
y aun podría ser que se fuese más ánimo, que cuando menos lo piense
aina Sancho escudero al cielo que se verá sentado en la silla de su in
no Sancho gobernador : tan buen sula y en la de su estado, y empuña
pan hacen aquí como en Francia : rá su gobierno , que con otro de bro
y de noche todos los gatos son par cado de tres altos lo desechº : lo que
dos : y asaz de desdichada es la per yo le encargo es que mire cómo go.
sona que á las dos de la tarde no se bierna á sus vasallos, advirtiendo
ha desayunado : y no hay estómago que todos son leales y bien nacidos .
que sea un palmo mayor que otro, Éso de gobernarlos bien , respondió
el cual se puede llenar, como suele Sancho, no hay para qué encargár
decirse, de paja y de heno : y las melo , porque yo soy caritativo de
avecitas del campo tienen á Dios por mío , y tengo compasión de los po
su proveedor y despensero : y más bres ; y á quien cuece y amasa no
calientan cuatro varas de paño de le hurtes hogaza : y para mi santi
Cuenca que otras cuatro de limiste guada, que no me han de echar dado
de Segovia : y al dejar este mundo y falso : soy perro viejo, y entiendo
meternos la tierra adentro, por tan todos tus tus, y sé despabilarme á
estrecha senda va el príncipe como sus tiempos, y no consiento que me
el jornalero : y no ocupa más pies anden musarañas ante los ojos, por
de tierra el cuerpo del Papa que el que sé donde me aprieta el zapato :
del sacristán , aunque sea más alto digolo porque los buenos tendrán
el uno que el otro ; que al entrar conmigo mano y concavidad , y los
en el hoyo todos nos ajustamos y malos ni pie ni entrada. Y paréceme
encogemos , ó nos hacen ajustar y á mí que en esto de los gobiernos
encoger, mal que nos pese , y á bue todo es comenzar ; y podría ser que
nas noches : v torno á decir, que si á quince días de gobernador me co
vuestra señoría no me quisiere dar miese las manos tras el oficio , y su
PARTE II .-- CAPÍTULO XXXIII 333

piese más dél que de la labor del to lo que queda dicho acerca de la
campo en que me he criado . Vos tal aventura. Oyendo lo cual la du
tenéis razón , Sancho, dijo la duque quesa dijo : Deste suceso se puede
sa , que nadie nace enseñado , y de inferir que pues el gran don Quijo .
los hombres se hacen los obispos, te dice que vió allí á la misma labra.
que no de las piedras. Pero volvien dora que Sancho vió á la salida del
do á la plática que poco ha tratá Toboso , sin duda es Dulcinea, y que
bamos del encanto de la señora Dul andan por aquí los encantadores muy
cinea, tengo por cosa cierta y más listos y demasiadamente curiosos.
que averiguada, que aquella imagi Eso digo yo, dijo Sancho Panza, que
nación que Sancho tuvo de burlar á si mi señora Dulcinea del Toboso
su señor, y darle a entender que la está encantada, su daño será, que
labradora era Dulcinea , y que si su yo no me tengo de tomar con los ene
señor no la conocía debía de ser por migos de mi amo, que deben de ser
estar encantada, toda fué invención muchos y malos : verdad sea que la
de alguno de los encantadores que al que yo vi fué una labradora , y por
señor don Quijote persiguen ; por labradora la tuve, y por tal labradora
que real y verdaderamente yo sé de la juzgué ; " si aquella era Dulci
buena parte que la villana que dió el nea no ha de estar á mi cuenta ni
brinco sobre la pollina era y es Dul ha de correr por mí, ó sobre ello
cinea del Toboso; y que el buen San morena. No sino ándése á cada tri
cho , pensando ser el engañador , es quete conmigo á dime y direte , San
el engañado ; y no hay poner más cho lo dijo , Sancho lo hizo, Sancho
duda en esta verdad que en las co tornó y Sancho volvió , como si Sancho
sas que nunca vimos : y sepa el se fuese algún quienquiera, y no fuese
ñor Sancho Panza que también te el mismo sancho Panza , el que an
nemos acá encantadores que nos quie da ya en libros por ese mundo ade
ren bien , y nos dicen lo que pasa lante , según me dijo Sansón Carras
por el mundo pura y sencillamente co , que por lo menos es persona ba
sin enredos ni máquinas; y créame , chillerada por Salamanca, y los ta
Sancho, que la villana brincadora les no pueden mentir si no es cuan
era y es Dulcinea del Toboso , que do se les antoja 6 les viene muy á
está encantada como la madre que cuento : así que, no hay para que
la parió ; y cuando menos nos pen nadie se tome conmigo ; y pues que
semos la habemos de ver en su pro tengo buena fama, y según oí decir
pia figura, y entonces saldrá San á mi señor, que vale más el buen
cho del engaño en que vive . Bien nombre que las muchas riquezas, en
puede ser todo eso, dijo Sancho Pan cájenme ese gobierno , y verán ma
za , y ahora quiero creer lo que mi ravillas ; que quien ha sido buen
amo cuenta de lo que vio en la cue escudero será buen gobernador. Todo
va de Montesinos, donde dice que cuanto aquí ha dicho el buen San
vió a la señora Dulcinea del Tobo cho, dijo la duquesa, son sentencias
so en el mismo traje y hábito que yo catonianas, ó por lo menos sacadas
dije que la había visto cuando la de las mismas entrañas del mismo
encanté por solo mi gusto ; y todo Micael Verino, florentibus occidit
debió de ser al revés , como vuesa annis. En fin , en fin , hablando á su
merced, señora mía, dice ; porque modo, debajo de mala capa suele ha
de mi ruin ingenio no se puede ni ber buen bebedor. En verdad , seño.
debe presumir que fabricase en un ra, respondió Sancho, que en mi vida
instante tan agudo embuste , ni creo he bebido de malicia ; con sed bien
yo que mi amo es tan loco que con podría ser, porque no tengo nada de
tan flaca y magra persuasión como hipócrita : bebo cuando tengo gana ,
la mía creyese una cosa tan fuera y cuando no la tengo, y cuando me
de todo término ; pero , señora , no lo dan, por no parecer ó melindroso
por esto será bien que vuestra bon ó mal criado, que á un brindis le
dad me tenga por malévolo , pues un amigo, ¿ qué corazón ha de ha
no está obligado un porro como yo ber tan de mármol que no haga la
á taladrar los pensamientos y ma razón ? Pero aunque las calzo no las
licia de los pésimos encantadores : ensucio : cuanto más que los escu
yo fingi aquello por escaparme de deros de los caballeros andantes casi
las riñas de mi señor don Quijote , de ordinario beben agua, porque
y no con intención de ofenderle ; y si siempre andan por florestas, selvas
ha salido al revés , Dios está en el y prados, montañas y riscos , sin
cielo, que juzga los corazones. Así hallar una misericordia de vino si
es la verdad , dijo ia duquesa ; pero dan por ella un ojo . Yo lo creo así ,
digame ahora , Sancho, qué es esto respondió la duquesa ; y por ahora
que dice de la cueva de Montesinos, vávase Sancho á reposar, que des
que gustaría saberlo . Entonces San pués hablaremos más largo, y dare .
eho Panza le contó punto por pun mos orden como vaya presto á en
--
334 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

cajarse, como el dice , aquel gobier


LO . De nuevo le besó las manos San.
cho á la duquesa, y le suplicó le hi.
ciese merced de que se tuviese bue. CAPITULO XXXIV
ua cuenta con su rucio , porque era
la lumbre de sus ojos . ¿ Qué rucio es
este ? preguntó la duquesa. Mi asno, Que da cuenta de la noticia que
respondió Sancho, que por no nom se tuvo de cómo se había de des
brarle con este nombre le suelo lia. encantar la sin par Dulcinea del
mar el rucio, y á esta señora dueña Toboso, que es una de las aven
le rogué cuando entré en este cas turas más famosas deste libro.
rillo , tuviese cuenta con él , y azo
róse de manera como si la hubiera
dicho que era fea ó vieja, debiendo Grande era el gusto que recibían
de ser más propio y natural de las el duque y la duquesa de la conver
dueñas pensar jumentos que auto sación de don Quijote y de la de
rizar las salas. ¡ Oh, válame Dios, y Sancho Panza : y confirmándose en
cuán mal estaba con estas señoras la intención que tenían de hacerles
un hidalgo de mi lugar ! Sería al algunas burlas que llevasen vislum
gún villano, dijo doña Rodríguez la bres y apariencias de aventuras. to.
dueña, que si el furra hidalgo y bien maron motivo de la que don Quijo
nacido él las pusiera sobre el cuerno te ya les había contado de la cuera
de la luna . Ahora bien , dijo la du de Montesinos , para hacerle una que
quesa, no hay más, calle doña Ro fuese famosa ; pero de lo que más
driguez, y sosiéguese el señor Pan la duquesa se admiraba era que la
za, y quédeso á mi cargo el regalo simplicidad de Sancho fuese tanta,
del rucio, que por ser alhaja de San que hubiese venido á creer ser ver
cho le pondré yo sobre las niñas de dad infalible que Dulcinea del Tobo
mis ojos . En la caballeriza basta que BO estuviese encaátada, habiendo
esté, respondió Sancho , que sobre las sido él mismo el encantador y el
niñas de los ojos de vuestra grande embustero de aquel negocio : y 3sí
za ni él ni yo somos dignos de es habiendo dado orden sus cria
tar sólo un momento , y así lo con dos de todo lo que habían de hacer ,
sentiría yo como darme de puñala de allí á seis días le llevaron á caza
das : que aunque dice mi señor que de montería con tanto aparato de
en las cortesías antes se ha de perder monteros y cazadores como pudiera
por carta de más que de menos , en llevar un rey coronado. Diéronleá
las jumentiles y asininas se ha de don Quijote un vestido de monte , y
ir con el compás en la mano v co á Sancho otro verde de finísimo pa
medido término. Llévele , dijo la au ño ; pero don Quijote no se le qui
quesa, Sancho al gobierno, y allá le so poner, diciendo que otro día ha
podrá regalar como quisiere, y aun bía de volver al duro ejercicio de las
jubilarle del trabajo . No piense vue armas, y que no podía llevar consi
sa merced , señora duquesa, que ha go guardarropas ni reposterías. San
dicho mucho, dijo Sancho, que yo cho sí tomó el que le dieron , con
ne visto ir más de dos as nos á los intención de venderle en la prime
gobiernos , y que llevase yo el mío ra ocasión que pudiese . Llegado nues
no sería cosa nueva. Las razones de el esperado día armóse don Quijote,
Sancho renovaron en la duquesa la vistiose Sancho, y encima de su ru
risa y el contento y enviandole á cio , que no le quiso dejar aunque le
reposar, ella fué á dar cuenta al du daban un caballo , se metió entre la
que de lo que con él había pasado, tropa de los monteros. La duqursa
y entre los dos dieron traza y orden salió bizarramente aderezada, y don
de hacer una burla á don Quijote Quijote de puro cortés y comedido
que fuese famosa y viniese bien con tomó la rienda de su palafrén, aun
el estilo caballeresco , en el cual le que el duque no quería consentirlo ;
hicieron muchas , tan propias y dis ý finalmente llegaron á un bosque
cretas , que son las mejores aventuras que entre dos altísimas montañas
que en esta grande historia se con. estaba, donde tomados los puestos,
tienen . paranzas y veredas, y repartida lá
gente por diferentes puestos, se co
menzó la caza con grande estruendo ,
grita y vocería, de manera que unos
á otros no podían oirse , así por el
ladrido de los perros, como por el
son de las bocinas. A peóse la da
quesa, y con un agudo venablo en
las manos se puso en un puesto por
donde ella sabía que solían venir al
PARTE 11.- CAPÍTULO XXXIV 333

gunos jabalíes. Apeóse asimismo el daba. Sancho, mostrando las llagis


duque, y don Quijote, y pusiéronse á la duquesa ds su roto vestido , di
á sus lados : Sancho se puso detrás jo : Si esta caza fuera de liebres ó
de todos sin apearse del rucio , á de pajarillos , seguro estuviera mi
quien no osaba desamparar porque sayo de verse en este extremo : yo
no le sucediese algún desmán ; y ape no sé qué gusto se recibe de esperar
uas habían sentado el pie y puesto á un animal, que si os alcanza con
en ala con otros muchos criados su un colmillo os puede quitar la vida :
yos , cuando acosado de los perros y yo me acuerdo haber oído cantar un
seguido de los cazadores vieron que romance antiguo, que dice :
hacia ellos venía un desmesurado ja
bali, crujiendo dientes y colmillos, De los osos seas comido,
y arrojando espuma por la boca , y como Favila el nombrado.
en viéndoie , embrazando su escuro
puesta mano á su espada, se ade Ese fué un rey godo, dijo don Qui
iantó á recibirle don Quijote : 0 jote, que yendo á caza de montería
mismo hizo el duque con su vena le comió un oso . Eso es lo que yo
blo ; pero a todos se adelantara la digo , respondió Sancho, que no que
duquesa si el duque no se lo estor rría yo que los principes y los re
bara. Sólo Sancho en viendo al va yes se pusiesen en semejantes peli
liente animal desamparó al rucio , y gros á trueco de un gusto, que pa
dió á correr cuanto pudo , y procu rece que no le había de ser, pues
rando subirse sobre una alta encina, consiste en matar a un animal que
no fué posible ; antes estando ya á la no ha cometido delito alguno. An
la mitad della asido de una rama, tes os engañáis , Sancho , respondió
pugnando subir á la cima, fué tan ei duque , porque el ejercicio de la
corto de ventura y tan desgraciado, caza de monte es el más convenien
que se desgajó la rama, y al venir al te y necesario para los reyes y prín .
suelo se quedó en el aire asido de cipes , que otro alguno. La caza es
un gancho de la encina , sin poder una imagen de la guerra : hay en ella
llegar al suelo ; y viéndose así, y estratagemas, astucias, insidias para
que el sayo verde se le rasgaba, y vencer á su salvo al enemigo : padé
pareciéndole que si aquel fiero ani cense en ella fríos grandísimos y
mal allí llegaba le podía alcanzar , calores intolerables : menoscábase el
comonzó á dar tantos gritos y á pe ocio y el sueño , corroboranse las
dir socorro con tanto ahinco , que fuerzas, agilítanse los miembros del
todos los que le oían y no le veían que ia usa , y, en resolución, es ejer
creyeron que estaba entre los dien cicio que se puede hacer sin per
tes de alguna fiera. Finalmente , el juicio de nadie y con gusto de mu
colmilludo jabalí quedó atrav saddo chos ; y lo mejor que el tiene es ,
de las cuchillas de muchos venablos que no as para todos, como lo es el
que le pusieron delante ; y volvien de los otros géneros de caza, excep
do la cabeza don Quijote á los gritos to el de la voiatería , que también es
de Sancho, que ya por ellos le había soio para reyes v grandes señores.
conocido, vióle pendiente de le en Así que , oh Sancho , mudad de opi
cina y la cabeza abajo , y el rucio nión , y cuando seáis gobernador ocu
junto a él , que no le desamparó en paos en la caza, y veréis cómo 09
su calamidad : y dice Cide Hamete vale un 'pan por ciento . Eso no , res
que pocas veces vió á Sancho Panza pondió Sancho , el buen gobernador
sin ver al rucio , ni al rucio sin ver la pierna quebrada y en casa : bue
á Sancho : tal era la amistad y hue no sería que viniesen los negociantes
na fe que entre los dos se guarda á buscarle fatigados, y él estuviese
ban . Llegó don Quijote y descolgó en el monte holgándose : así enhora
á Sancho , el cual viéndose libre v
en el suelo , miró lo desgarrado del
mala andaría el gobierno . Mía fe , se
ñor, la caza y los pasatiempos más
sayo de monte, y pesole en el alma, han de ser para los hoigazanes que
que no só que tenía en el vestido para los gobernadores : en lo que vo
un mayorazgo . En esto atravesaron pienso entretenerme es en jugar al
al jabalí poderoso sobre una acémi triunfo envidado las pascuas, y á
la, y cubriéndole con matas de rome los bolos los domingos y fiestas, qua
ro y con ramas de mirto le llevaron esas cazas ni cazos no dicen con mi
como en señal de victoriosos despo . condición ni hacen con mi concien
jos á unas grandes tiendas de cam cia. Plega á Dios , Sancho , que así
paña que en la mitad del bosque sea , porque del dicho al hecho hay
estaban puestas, donde hallaron las gran trecho. Haya lo que hubiere ,
mesas en orden , v la comida adere replicó Sancho , que al buon pagador
zada tan suntuosa y grande, que se
echaba bien de ver en ella la gran no le duelen prendas ; y más vale
al que Dios ayuda que al que mu
deza y magnificencia de quien la cho madruga ; y tripas llevan pies ,
336 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

que no pies á tripas ; qui « co decir, el duque , i quién sois , adónde vais ,
que si Dios me ayuda, y yo hago y qué gente de guerra es la que
lo que debo con buena intención, por este bosque parece que atravie
sin duda que gobernaré mejor que sa ? A lo que respondió el correo
un gerifalte: no sino pónganme el con voz horrisona y desenfadada :
dedo en la boca, y verán si aprieto Yo soy el diablo, y voy á buscar á
ó no. Maldito seas de Dios y de to don Quijote de la Mancha ; la gente
dos sus santos, Sancho maldito, dijo que por aquí viene son seis tropas de
don Quijote ; y cuardo será el día, encantadores, que sobre un carro
como otras muchas veces he dicho, triunfante traen á la sin par Dulci.
donde yo te vea hablar sin refranes nea del Toboso : encantada viene
una razón corriente y concertada . con el gallardo francés Montesinos
Vuestras grandezas dejen á este ton á dar orden á don Quijote de cómo
to , señores míos, que les molerá las . ha de ser desencantada la tal seño
almas, no sólo puestas entre dos, ra . Si vos fuérades diablo como de
sino entre dos mil refranes traídos cís , y como vuestra figura muestre ,
tan á sazón y tan á tiempo cuanto ya hubiérades conocido al tal caba
le dé Dios á él la salud , ó á mí si llero don Quijote de la Mancha, pues
los querría escuchar. Los refranes 19 tenéis delante . En Dios y en mi
de Sancho Panza , dijo la duquesa, conciencia , resrondió 1 diablo , que
puesto que son más que los del Co no miraba en ello, porque traigo en
mendador griego, no por eso son tantas cosas divertidos los pensa
menos de estimar por la brevedad mientos, que de la principal á que
de las sentencias. De mí sé decir venía se me olvidaba . Sin duda ,
que me dan mas gusto que otros , dijo Sancho, que este demonio debe
aunque sean mejor traídos y con más de ser hombre de bien y buen cris
sazón acomodados . Con estos y otros tiano , porque á no serlo no jurara
entretenidos razonamientos salieron en Dios y en mi conciencia : ahora
de la tienda al bosque , y en reque yo tengo para mí que aun en el mis
rir algunas paranzas y puestos se les mo infierno debe de haber buena gen
paso el día , v se les vino la noche, te . Luego el demonio , sin apearse,
y no tan clara ni tan sesga como la encaminando la vista á don Quijote,
sazón del tiempo pedía , que era in dijo : A ti , el caballero de los Leo .
la mitad del verano : pero un ciert ) nes (que entre las garras dellos te
claro obscuro que trujo consigo ayu vea yo ) , my envía el desgraciado
dó mucho a la intención de los du pero valiente caballero Montesinos,
ques , y así como comenzó á anoche mandándome que de su parte te digs
cer, un poco más adelante del cre que le esperes en el mismo lugar
púsculo , á deshora pareció que todo que ta topare , á causa que trae con .
el bosque por todas cuatro partos sigo a la que llaman Dulcinea del
se ardía , y luego se oyeron por aqui Toboso, con orden de darte la que
y por allí, por acá y por acullá in. es menester para desencantarla : v
finitas cornetas y otros instrumentos por no ser para más mi venida , no
de guerra , como de muchas tropas ha de ser más mi estada : los d mo
de caballería que por el bosque pasa nios como yo queden contigo, y los
ban . La luz del fuego , el son de los ángeles buenos con estos señores :
bélicos instrumentos casi cegaron v v en diciendo esto tocó el desafora
atronaron los ojos y los oídos de do cuerno, y volvió las espaldas ,
los circunstantes, y aun de todos fuése sin esperar respuesta de nin
los que en el bosque estaban. Luego guno . Renovóse la admiración en
se overon infinitos lelilíes al uso de todos , especialmente en Sancho v
moros cuando entran en las bata don Quijote : en Sancho, en ver quo
llas : sonaron trompetas y clarines, a despecho de la verdad querían qur
retumbaron tambores, resonaron pi estuviese encantada Dulcinea : en
faros, casi todos á un tiempo , tan don Quijote, por no poder asegurar
contino y tan apriesa, que no tuvie se si era verdad 6 no lo que le había
ra sentido el que no quedara sin él pasado en la cu va de Montesinos,
al son confuso de tantos instrumen v estando elevado en estos pensa
tos. Pasmose el duque, suspendiosa mientos, el duque le dijo : ¿ Piensa
la duquesa, admiróse don Quijote, vuesa merced esperar, señor don
tembló Sancho Panza, y finalmente Quijote ? ¿ Puns no ? respondió él :
hasta los mismos sabidores de la aquí esperaré intrépido y fuerte,
causa se espantaron . Con el temor si me viniese á embestir todo el in.
les cogió el silencio , y un postillón fierno . Pues si yo veo otro diablo y
que en traje de demonio les pasó oigo otro cuerno como el pasado,
por delante tocando en vez de cor así esperaré yo aquí como en Flan .
neta un hueco desmesurado cuer des , dijo Sancho. En esto se cerró
no , quie un ronco y espantoso son más la noche , y comenzaron á dis
despedía . Hola, hermano correo, dijo currir muchas luces por el bosque
PARTE II.--- CAPÍTULO XXXV 337

bien asi como discurren por el cie lanta. Luego por el mismo continan.
lo las exhalaciones secas de la tie te llegó otro carro ; pero el que ve
rra , que parecen á nuestra vista es nía sentado en el trono no era viejo
trellas que corren . Oyóse asimismo como los demás , sinc hombrón ro
un espantoso ruido , al modo de aquel busto y de mala catadura, el cual,
que se causa de las ruedas macizas al llegar, levantándose en pie como
que suelen traer los carros de bue. los otros, dijo con voz más ronca y
yes , de cuyo chirrío áspero y con más endiablada : Yo soy Arcalaus el
tinuado se dice que huyen los lobos encantador, enemigo mortal de Ama
y los osos si los hay por donde pa dís de Gaula y de toda su parente
san. Añadióse á toda esta tempestad la , y pasó adelante. Poco desviados
otra que las aumentó todas, que fut de allí hicieron alto estos tres ca
que parecía verdaderamente que á rros , y cesó el enfadoso ruido de sus
las cuatro partes del bosque se esta ruedas ; y luego no se oyó otro rui
ban dando al mismo tiempo cua do, sino un son de una suave y con
tro reencuentros ó batallas, porqie certada música formado, con le
allí sonaba el duro estruendo desde Sancho se alegro y lo tuvo á buena
pantosa artillería, acullá se dispara señal, y así dijo á la duquesa, de
ban infinitas escopetas, cerca casi quien un punto ni un paso se apar
scnaban las voces de los combatien . taba : Señora, donde hay música no
tes , lejos se reiteraban los lelilies puede haber cosa mala . Tampoco
agarenos. Finalmente, las cornetas, donde hay luces y claridad , respon
los cuernos, las bocinas, los clari . dió la duquesa. A lo que replicó
nes , las trompotas , los tambores , la Sancho : Luz da el fuego , y claridad
artillería, los arcabuces, y sobre todo las hogueras, como lo vemos en las
el temeroso ruido de los carros , fur que nos carcan , y bien podría ser
maban todos juntos un son tan con que nos abrasasen ; pero la música
fuso y tan horrendo , que fué menes siempre es indicio de regocijos y de
ter que don Quijote se valiese de todo fiestas. Ello dirá , dijo don Quijote
su corazón para sufrirle ; pero el i' ? que todo lo escuchaba ; y dijo bien,
Sancho vino á tierra , y dió con é! como se muestra en el capítulo si
desmayado en las faldas de la !u guiente .
quesa, la cual le recibió en ellas, y
á gran priesa mandó que le echasen
agua en el rostro . Hizoso así , y él
volvió en su acuerdo á tiempo qua CAPITULO XXXV
va un carro de las rechinantes rue .
das llegaba á aquel puesto. Tirában. Donde se prosigue la noticia que
le cuatro perezosos bueyes todos ch . tuvo don Quijote del desencan
biertos de paramentos negros : An
cada cuorno traían atada y encen
to de Dulcinea, con otros admi
rables sucesos .
dida una grande hacha de cera , V
encima del carro venía hecho un
asiento alto , sobre el cual venía sien Al compás de la agradable música
tado un venerable viejo con una bar vieron que hacia ellos venía un carro
bi más blanca que la misma nieve, y de los que llaman triunfales, tirado
tan lunga , que le pasaba de la cin de seis mulas pardas, encubertadas
tura :su vestidura era una ropa lar empero de lier.zo blanco, y sobre
ga de negro bocací, que por ven : cada una venía un disciplinante de
el carro lleno de infinitas luces se luz, asimismo vestido de blanco , con
podía bien divisar y discernir todo una hacha de cera grande encendida
lo que en el venía. Guiábanle dos en la mano . Era el carro dos veces
feos demonios vestidos del mismo y aun tres mayor que los pasados ,
bccaci con tan feos rostros, que y los lados y encima dél ocupaban
Sancho, habiéndolos visto una vez, otros doce disciplinantes albos como
cerró los ojos por no verlos otra. la niove, todos con sus hachas en
Llegando pues el carro á igualar al cendidas, vista que admiraba y e3
puesto, se levantó de su alto asien . pantaba juntamente ; y en un le
to el viejo venerable , y puesto + vantado trono venía sentada una
pie , dando una gran voz dijo : Yo ninfa vestida de mil velos de tela de
soy el sabio Lirgandeo , y pasó e ! plata , brillando por todos ellos in
carro adeiante sin hablar más pala finitas hojas de argentería de oro ,
bra. Tras este pasó otro carro de la que la hacían , si no rica, á lo menos
misma man ra, con otro viejo entro vistosamente vestida : traía el ros
nizado, el cual haciendo que el cas tro cubierto con un transparente y
rro se detuviese, con voz no menos delicado cendal, de modo que sin
grava que el otro , dijo : Yo soy el impedirlo sus lizos , por entre ellos
sabio Alquife , el grande amigo de se descubría un hermosísimo rostro
Urganda la desconocida, y pasó ade de doncella, y las muchas luces da
22
338 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

ban lugar para distinguir la belleza levantándose en pie la figura de la


y los años, que al parecer no llegabın ropa, la apartó a entrambos lados,
á veinte, ni bajaban de diez y sie- y quitándose el velo del rostro , des
te : junto á ella venía una figura ves- cubrió patentemente ser la misma
tida de una ropa de las que llaman figura de la muerte, descarnada y
rozagantes, hasta los pies , cubierta fea, de que don Quijote recibió pesa
la cabeza con un velo negro ; pero dumbre, y Sancho miedo, y los du
al punto que llegó el carro á estar ques hicieron algún sentimiento te .
frente á frente de los duques, y de meroso . Alzada y puesta en pie esta
don Quijote, cesó la música de las muerte viva, con voz algo dormida
chirimías, y luego la de las arpas y y con lengua no muy despierta eo
laúdes que en el carro sonaban , y menzó á decir desta manera :

Yo soy Merlin , aquel que las historias


dicen que tuve por mi padre ai diablo
(mentira autorizada de los tiempos) ,
principe de la mágica , y monarca
y archivo de la ciencia zoroastrica,
émulo á las edades y á los siglos ,
que solapar pretenden 'as hazañas
de los andantes bravos caballeros,
á quien yo tuve y tengo gran cariño.
Y puesto que es de encantadores,
de los magos ó mágicos, contino
dura la condición, áspera y fuerta,
la mía es tierna, blanda y amorosa,
y amiga de hacer bien á todas gentes.
En las cavernas lóbregas de Dite ,
donde estaba mi alma entretenida
en formar ciertos rombos y carácteres,
llegó la voz doliente de la bella
y sin par Dulcinea del Toboso .
Supe su encantamento y su desgracia ,
y su transformación de gentil dama
en rústica aldeana : condolíme,
y encerrando mi espíritu en el hueco
de esta espantosa y fiera notomía ,
después de haber revuelto cien mil libros
desta mi ciencia endemoniada y torpe,
rengo á dar el remedio que conviene
á tamaño dolor , á mal tamaño.
Oh tú , gloria y honor de cuantos visten
las túnicas de acero y de diamante,
luz y farol , sendero, norte y guía
de aquellos que dejando el torpe sueño
y las ociosas plumas, se acomodan
á usar el ejercicio intolerable
de las sangrientas y pesadas armas :
á ti digo, oh varón, como se debe
por jamás alabado : á ti , valiento
juntamente y discreto don Quijote,
de la Mancha esplendor, de España estrella ,
quº para recobrar su estado primo
la sin par Dulcinea del Toboso,
es menester que Sancho tu escudero
se dé tres mil azotes y trescientos
en ambas sus valientes posaderas,
al aire descubiertas y de modo
que le escuezan , le amarguen y le enfaden ,
V en estos se resuelven todos cuantos
de su desgracia han sido los autores.
Y á esto es mi venida, mis señores .
Voto á tal , dijo i esta sazón San Par Dios que si el señor Merlin ne
cho, no digo yo tres mil azotes, pero ha hallado otra manera como desen
así me daré yo tres como tres puñl cantará la soñora Dulcinea del To
ladas, Válate el diablo por modo de boso, encantada se podrá ir a la se
desencantar : yo no sé qué tienen pultura . Tomaros he yo , dijo don
que ver mis posas con los encantos. Quijote, don villano, harto de ajos,
PARTE 11.-- CAPÍTULO XXXV 339

y amarraros he á un árbol, desnudo llas. Muévate, socarrón y mal inten


eomo vuestra madre os parió , y no cionado monstruo, que la edad taa
digo yo tres mil y trescientos, sino florida mía, que aun se está todavia
seis mil y seiscientos azotes os daré , en el diez y ... de los años, pues ten
tan bien pegados, que no se os cai go diez y nueve , y no llego á vein
gan á cres mil y trescientos tirones ; e . se consume V marchita debajo
y no me repliquéis palabra , que os de la corteza de una rústica labrado
arrancaré el alma. Oyendo lo cual, ra ; y si ahora no lo parezco, es mer
Merlin dijo : No ha de ser así, por. ced particular que me ha hecho el
que los azotes que ha de recibir el eñor Merlín , que está presente , sólo
buen Sancho han de ser por su vo porque te enternezca mi belleza :
luntad y no por fuerza, y en el que las lágrimas de una afligida
tiemmo que él quisiere, que no se le hermosur i vuelven en algodón los
pone término señalado ; poro permi. riscos , y los tigres en ovejas . Date,
tesele que si él quisiere redimir su date en esas carnazas, bestión in
vejación por la mitad deste vapula dómito, y saca de harón ese brío ,
miento, puede dejar que se los né que á sólo comer y más comer te
ejena mano, aunque sea algo pesa inclina, y pon en libertad la lisura
da. Ni pesada ni por pesar, replicó de mis carnes, la mansedumbre de
Sancho, a mí no me ha de tocar al mi condición y la belleza de mi faz :
guna mano . ¿ Parí yo por ventura y si por mí no quieres ablandarte ,
á la señora Dulcinea del Toboso, ni reducirte á algún razonable tér
para que paguen mis pos 38 lo que mino, hazlo por ese pobre caballero
pecaron sus ojos ? El señor mi amo que á tu lado tienes , por tu amo ,
sí , que es parte suya, pues la llamu digo, de quien estoy viendo el alma,
á cada paso mi vida, mi alma , sus que la tiene atravesada en la gar
tento y arrimo suyo , se puede y debe ganta , no diez dedos de los labios ,
azotar por ella, y hacer todas las di que no espera sino tu rígida ó blan
ligencias necesarias para su des da respuesta , ó para salirse por la
encanto ; pero ¿ azotarme yo ? aber. boca. ó para volverse al estómago.
nuncio. Apenas acabó de decir sto Tentóse ogendo esto la garganta
Sancho, cuando levantándose en pit don Quijote, y dijo volviéndose al
la argentada ninfa, que junto al es duque : Por Dios, señor, que Dul .
píritu de Merlín venía, quitándose cinea ha dicho la verdad, que aquí
el sutil velo del rostro , le descubrió tengo el alma atravesada en la gar
tal, que a todos pareció más que de ganta como una nuez de ballesta .
masiadamente hermoso , y con iin ¿ Qué decís vos á esto , Sancho ? pre
desenfado varonil y con una voz 20 guntó la duquesa . " Digo, señora , res
muy adamada, hablando derechamen pondió Sancho, lo que tengo dicho ,
te con Sancho Panza, dijo : Oh mal que de los azotes abernuncio. Abre
aventurado escudero, alma de cán nuncio habéis de decir, Sancho, y
taro , corazón de alcornoq :ie , de en no como decís , dijo el duque . Déje.
trañas guijeñas y apedernaladas, si me vuestra grandeza, respondió San .
te mandaran , ladrón , desuellacaras, cho, que no estoy ahora para mirar
que te arrojaras de una alta corre en sotilezas ni en letras más ó me
al suelo ; si te pidieran , enemigo de nos , porque me tienen tan turbanlo
génrro humano, que te comieras una estos azotes que me han de dar , que
docena de sapos, dos de lagartos y no sé lo que me digo ni lo que me
tres de culebras ; si te persuadieran hago. Pero querría yo sabar de la
á que mataras á tu mujer y á il señora mi señora dona Dulcinea del
hijos con algún truculento y agudo Toboso , adónde aprendió el modo
alfanje , no fuera maravilla que te de rogar que tiene ; viene á pedirme
mostraras melindroso y esquivo ; que me abra las carnes á azotes . V
paro hacer caso de tres mil y tres llámame alma de cántaro y bestión
cientos azotes , que no hay niño de indómito , con una tiramira de malos
ia doctrina, por ruin que sea, que nombres , que el diablo los sufra .
no se los lleve cada mes , admira, ¿ Por ventura son mis carnes de
adarva , espanta á todas las entra bronce, o vame á mí algo en que se
ñas piadosas de los que lo escuchan desencanta ó no ? ¿ Qué canasta de
qun las de todos aquellos que lo ropa blanca, de camisas, de tocado
vinieren á saber con el discurso del res y de escarpines , aunque no los
tiempo. Pon, oh miserable y endu gasto, trae delante de sí para ablan
recido animal, pon . digo, esos tus darme, sino un vituperio y otro , sa
ojos de mochuelo espantadizo en ' as biendo aquel refrán que dicen por
piñas destos míos, comparados á ri ahí : que un asno cargado de oro
tilantes estrellas, y veráslos llorar sube ligero por una montaña, y que
hilo á hilo, y madeja á marleja , ba dádivas quebrantan peñas , y á Dios
eiendo sarcos, carreras y sendas por rogando con el mazo dando , y que
los hermosos campos de mis mej más vale un toma que dos te daré ?
310 DON QUIJOTE DE LA MANCRA

Pues el snor mi amo, que había de un ignorante y un grandísimo be


traerme la mano por el cerro y hala llaco ; yo le envié en busca de rues
garme , para que yo me hiciese de lana tro amo, pero no con recado de Mon
y de algodón cardado, dice que si me tesinos, sino mío, porque Montesi
coge me amarrará desnudo a un ár nos sa está en su cueva atendiendo,
boi y me doblará la parada de los ó por mejor decir, esperando su des
azotes ; y habían de considerar estos encanto, que aún le falta la cola por
lastimados señores, que no solamente desollar : , si os debe algo, o tenéis
piden que se azota un escudero, sino alguna cosa que negociar con él yo
un gobernador, como quien dice , 08 lo traeré y pondré donde vos
bebe con guindas. Aprendan, apren más quisiérodes : y por ahora aca
dan mucho de enhoramala á saber bad de dar el sí desta disciplina, y
rogar y á saber pedir, y tener creedme, que os será de mucho
crianza, que no son todos los tiempos provecho, así para el alma como
unos , ni están los hombres siempre para el cuerpo : para el alma, por
de un buen humor . Estoy yo ahora la caridad con que la haréis ; para
reventado de pena, por ver mi sayo el cuerpo , porque yo sé que sois de
verde roto, y vienen á pedirme que complexión sanguínea , y no os po
me azote de mi voluntad , estando drá hacer daño sacaros un poco de
ella tan ajena dello como de volver, sangre. Muchos médicos hay en el
me cacique. Pues en verdad , amigo mundo ; hasta los encantadores son
Sancho, dijo el duque , que si no os médicos , replicó Sancho ; pero pus
ablandáis más que una breva madu todos me lo dicen : aunque yo no
ra , que no habéis de empuñar el go me lo veo , digo que soy contento
bierno. Bueno sería que yo enviase de darme los tres mil y trescientos
á mis insulanos un gobernador cruel , azotes, con condición que me los ten
de entrañas pedernalinas, qu « no se go de dar cada y cuando que yo qui .
doblega á las lágrimas de las afligi siere , sin que se me ponga tasa en
das doncellas, ni á los ruegos de dis los días ni en el tiempo, y yo procu
cretos , imperiosos y antiguos encan raré salir de la deuda lo más presto
tadores y sabios. En resolución, San que sea posible , porque goce el mun
cho , ó vos habéis de ser azotado, ô do de la hermosura de la señora doña
os han de azotar , ó no habéis do ser Dulcinea del Toboso , pues según pa
gobernador. Señor, respondió San rece, al revés de lo que yo pensaba ,
cho, ¿ no se me darían dos días de en efecto es hermosa. Ha de ser tam
término para pensar lo que ine está bién condición , que no he de estar
mejor ? No , en ninguna manera, dijo obligado á sacarme sangre con
Merlín , aquí en este instante y en disciplina , y que si algunos azotes
este lugar ha de quedar asentado lo fueran de mosqueo , se me han de
que ha de ser deste negocio : ó Dul tomar en cuenta . Item, que si me
cinea volverá á la cueva da Monte . errare en el número , el señor Merlín ,
sinos y á su pristino estado de la pues lo sabe todo, lia de tener cui
bradora, ó ya en el ser que está será dado de contarlos y de avisarme los
llevada a los elíseos campos, donde que me faitan ó los que me sobran .
estará esperando se cumpla el nú De las sobras no habrá que avisar,
mero del vápulo . Ea , buen Sancho, respondió Merlin , porque lle
dijo la duquesa , buen ánimo y buena al cabal número, luego quedará da
correspondencia al pan que habéis improviso desencantada la señora
comido del señor don Quijote, á quien Dulcinea, y vendrá á buscar , como
todos debemos servir y agradar por agradecida, al buen Sancho , y á dar
su buena condición y por sus altas le las gracias y aun premios po- la
caballerías. Dad el sí, hijo , desta buena obra. Así que, no hay de qué
azotaina, y váyase el diablo para dia tener escrúpulo de las sobras ni de
blo , y el temor para mezquino , que las faltas, ni el cielo permita que
un buen corazón quebranta mala ven yo engañe á nadie, aunque sea en
tura , como vos bien sabéis . A estas un pelo de la cabeza . Ea, pues, à la
razones respondió con estas dispara mano de Dios, dijo Sancho, yo con
tadas Sancho, que hablando con Mer siento en mi mala ventura, digo que
lín, le preguntó : Dígame vuesa mer yo acepto la penitencia con las con
ced , señor Merlín , cuando llegó aquí diciones apuntadas. Apenas dijo es
el diablo correo dió á mi amo un re tas últimas palabras Sancho , cuando
cado del señor Montesinos , mandán volvió á sonar la música de las chi.
dols de su parte que le esperase aquí , rimías, y se volvieron a disparar in
porque venía á dar orden de que finitos' arcabuces, v don Quijote se
la señora doña Dulcinea del Toboso colgó del cuello de Sancho, dándole
se desencantase, y hasta ahora no mil besos en la frente y en las meji .
hemos visto á Montesinos ni á sus llas . La duquesa y el duque y todos
semejas. A lo cual respondió Mer los circunstantes dieron muestras d
lín : El diablo, amigo Sancho , " es haber recibido grandísimo contento ,
PARTE II . -CAPITULO XXXVI 341
el carro comenzó á caminar , y al mente no tienen mérito ni valen
pasar la hermosa Dulcinea inclinó nada. A lo que respondió Sancho :
la cabeza á los duques , y hizo una Deme vuestraseñoría alguna discipli.
gran reverencia á Sancho : y ya en na beramal conveniente, que yo me
esto se venía á más andar el alba daré con él , como no me duela de
alegre y risueña : las florecillas de masiado ; porque hago saber á vue
los campos se descollaban y erguían , sa merced, que aunque soy : ústico ,
y los líquidos cristales de los arro mis carnes tienen más de algodón
yuelos, murmurando por entre blan que de esparto , y no será bien que
cas y pardas guijas, iban á dar tri yo me descrie por el provecho aje
buto á los ríos que los esperaban : no . Sea en bu na hora, respondió la
la tierra alegre, el ciclo claro, el duquesa : yo os daré mañana una dis.
aire limpio , la luz serena, cada uno ciplina que os venga muy al justo ,
por sí y todos juntos daban mani y se acomode con la ternura de vues
fiestas señales que el día, que á la tras carnes , como si fueran sus her
aurora venía pisando las faldas, ha manas propias. A lo que dijo San
bía de ser sereno y claro . Y satisfe cho : Sepa Vuestra Alteza , señora
chos los duques de la caza, y de ha mía de mi ánima, que yo tengo es .
ber conseguido su intención tan dis crita una carta á mi mujer Teresa
creta y felicemente, se volvieron á Panza, dándole cuenta de todo lo
su castillo con prosupuesto de se que me ha sucedido después que me
gundar en sus burlas, que para ellos aparte della : aquí la tengo en el
no había veras que más gusto le seno, que no le falta más de ponerle
diesen . el sobrescrito ; querría qur vuestra
discreción la leyese, porque me pare
ce que va conforme a lo de gober
nador , digo al modo que deben de
CAPITULO XXXVI escribir los gobernadores. ¿ Y quién
la notó ? preguntó la duquesa. ¿ Quién
la había de notar si no yo , pecador
Donde se cuenta la extraña y ja . de mí ? respondió Sancho. ¿ Y escri
muis imaginada aventura de la bísteisla vos ? dijo la duquesa . Ni por
dueña Dolorida, alias de la con pienso, respondió Sancho; porque
desa Trifaldi, con una carta que yo no sé leer ni escribir, puesto nue
Sancho Panza escribió á sumu sé firmar. Veámosla , dijo la duque
jer Teresa Panza . sa, que á buen seguro que vos mos
tréis en ella la calidad y suficiencia
de vuestro ingenio. Sacó Sancho una
Tenía un mayordomo el duque de carta abierta del seno, y tomándola
muy burlesco y desenfadado inge. la duquesa, vió que decía desta ma
nio , el cual hizo la figura de Merlín , nera :
y acomodó todo el aparato de la aven
tura pasada, compuso los versos. V
hizo que un paje hiciese á Dulcinea .
Finalmente , con intervención de sus CARTA DE SANCHO PANZA Á TERESA
señores , ordenó otra del más gra PANZA SU MUJER
cioso y extraño artificio que puede
imaginarse. Preguntó la duquesa á
Sancho otro día si había comenzado « Si buenos azotes me daban , bien
la tarea de la penitencia que había > caballero me iba : si buen gobier
de hacer por el desencanto de Dul no me tengo, buenos azotes mo
cinea. Dijo que sí, y que aquella no cuesta . Esto no lo entenderás tú ,
che se había dado hasta cinco azo Teresa mia , por ahora : otra vez lo
tes . Preguntóle la duquesa que con osabrás. Has de saber , Teresa , que
qué se los había dado. Respondió utengo determinado que andes en
que con la mano. Eso, replicó la du » coche, que es lo que hace al caso ,
quesa, más es darse de palmadas , » porque todo otro andar es andar á
que de azotes : yo tengo para mí » gatas. Mujer de un gobernador eres,
que el sabio Merlín no estará conten »mira si te roerá nadie los zancajos.
to con tanta biandura : menester » Ahí te envío un vestido verde de
será a el buen Sancho haga algu » cazador, que me dió mi señora la
na disciplina de abrojos ó de las de » duquesa ; acomodale en modo que
canelones , que se dejen santir, por » sirva de saya v cuerpos á nuestra
que la letra con sangre entra , y no phija. Don Quijote mi amo, según
se ha de dar tan barata la libertad » he oído decir en esta tierra , es un
de una tan gran señora como lo es Đloco cuerdo y un mentecato gracio
Dulcinea, por tan poco precio ; v » $0 , y que yo no le voy en zaga. He
advierta Sancho , que las obras ile »mos estado en la cueva de Monte
caridad que se hacen tibia y filoja » sinos , y el sabio Merlín ha echa .
342 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

vdo mano de mí para el desencanto peor si me lo dejan a mi caletre. No ,


»de Dulcinea del Toboso, que por no, replicó la duquesa, buena está
pallá se llama Aldonza Lorenzo . Con esta, y quiero que el duque la vea .
» tres mil y trescientos azotes me Con esto se fueron á un jardín , donde
unos cinco , que me he de dar, que habían de comer aquel día . Mostró la
Đdará desencantada como la madre duquesa la carta de Sancho al du
que la parió . No dirás desto nada que, de que recibió grandísimo con
pá nadie, porque pon lo tuyo en tento. Comieron , y después de al
consejo , v unos dirán que es blan zados los manteles, después de ha
»co , y ctros que es negro . De aquí á berse entretenido un buen espacio
» pocos días me partiré al gobierno, con la sabrosa conversación de San .
do voy con grandísimo des cho , á deshora se oyó el son tristi
» de hacer dineros, porque me han di simo de un pífaro y elde un ronco
»cho que todos los cobernadores nue y destemplado tambor. Todos mostra
» Vos van con este mesmo deseo : to ron alborotarse con la confusa , mar
» maréle el pulso, y avisaréte si has cial y triste armonía , especialmente
de venir á estar conmigo ó no. FI don Quijote, que no cabía en su asien .
orucio está bueno, y se te encomien to de puro alborotado : de Sancho
» da mucho , y no le pienso dejar no hay que decir sino que el miedo
paunque me llevaran á ser Gran Tur le llevó á su acostumbrado refugio ,
» Co. La duquesa mi señora te besa que era el lado ó faldas de la duque
»mil veces las manos ; vuélvele ei 8a, porque real y verdaderamente el
pretorno con dos mil, que no hay son que se escuchaba era tristísimo y
cosa que menos cueste ni valga más melancólico . Y estando todos así sus
»barata, según dice mi amo, que los pensos vieron entrar por el jardín
» buenos comedimientos . No ha sido adelante dos hombres vestidos de
» Dios servido de depararme otra ma luto, tan luengo y tendido , que lts
»leta con otros cien escudos , como arrastraba por el suelo : éstos veniaa
pla de marras ; pero no te dé nena, tocando dos grandes tambores esi
»Teresa mía, que en salvo está el mismo cubiertos de negro . A su
que repica, y todo saldrá en la co lado venía el pífaro, negro y piz
» lada del gobierno , sino que me ha miento como los demás. Seguía á
olado gran pena que me dicen que los tres un personaje de cuerpo agi.
» si una vez le pruebo, que me tengo gantado, amantado, no que vestido,
» de comer las manos tras él, y si con una negrísima loba, cuya falda
pasí fuese no me costaría muy ba era asimismo desaforada de grande.
prato , aunque los estropeados y man Por encima de la loba le ceñía y
cos ya se tienen su calonjía en la atravesaba un ancho tahalí también
» limosna que piden : así que , por una negro, de quien pendía un desmesu .
»vía ó por otra tú has de ser rica y rado alfanje, de guarniciones y vai
»de buena ventura. Dios te la dé na negra . Venía cubierto el rostro
» como puede , y, á mí me guarde para con un transparente velo negro, por
oservirte . Deste castillo, á 20 de ju quien se entreparecía una longisima
»lio de 1614.' barba blanca como la nieve. Movie
el paso al son de los tambores con
»Tu marido el gobernador, mucha gravedad y reposo. En fin ,
su grandeza, su contoneo , su negru
SANCHO PANZA . ) ra y su acompañamiento pudiera y
pudo suspender a todos aquellos que
En acabando la duquesa de leer la sin conocerle le miraron . Llegó pues
carta dijo á Sancho : En dos cosas con el espacio y prosopopeya referi.
anda un poco descaminado el buen da á hincarse de rodillas ante el ju
gobernador : la una en decir 6 dar que , que en pie con los demás que
á entender que este gobierno se le allí estaban le atendía. Pero el duque
han dado por los azotes que se en ninguna manera le consintió h&
ha de dar, sabiendo él , que no lo blar hasta que se levantase. Hízolo
puede negar , que cuando el duque así el espantajo prodigioso , y puesto
mi señor se le prometió no se sofa en pie alzó el antifaz del rostro . Y
ba haber azotes en el mundo ; la otra hizo patente la más horrenda, la más
es, que se muestra en ella muy co larga, la más blanca y más poblada
dicioso, y no querría que orégano barba que hasta entonces humanos
fuese porque la codicia rompe el ojos habían visto, y luego desencajó
saco , y el gobernador codicioso hace y arrancó del ancho y dilatado pe
la justicia desgobernada. Yo no lo cho una voz grave y sonora, y po
digo por tanto , señora , respondió niendo los ojos en el duqne, dijo :
Sancho; y si á vuesa merced le pa Altísimo y poderoso señor , á mí me
rece que la tal carta no va como ha llaman Trifaldín el de la barba blan
de ir , no hay sino rasgarla , y hacer ca : soy escudero de la condesa Tri
otra nueva, y podría ser que fuese faldi, por otro nombre llamada la
PARTE II. - CAPÍTULO XXIII 313

dueña Dolorida, de parte de la cual pondió don Quijote, que estuviera


fraigo á vuestra grandeza una em aqui presente aquel bendito religio
bajada, y es que la vuestra magnifi 80 , que á la mesa el otro día mostró
eencia sea servida de darle facultad tener tan mal talante y tan mala
5 licencia para entrar á decirlę su ojeriza contra los caballeros andan
euita , que es una de las nás nuevas tes , para que viera por vista de ojos
y más admirables que el más cuita si los tales caballeros son necesarios
do pensamiento del orbe pueda ha en el mundo : tocara por lo menos
ber pensado : y primero quiere sa con la mano que los extraordinaria
ber si está en este vuestro castillo mente afligidos y desconsolados, en
el valeroso y jamás vencido caballe casos grandes y desdichas enormes ,
ro don Quijote de la Mancha, en cuya no van á buscar su remedio a las
busca viene á pie y sin desayunarse casas de los letrados ni á las de los
desde el reino de Candaya hasta sacristanes de las aldeas, ni al ca
este vuestro estado, cosa que se pue ballero que nunca ha acertado á salir
de y debe tener á milagro o á fuer de los términos de su lugar, ni al .

za de encantamento : ella queda a la perezoso cortesano que antes busca


puerta desta fortaleza ó casa de nuevas para referirlas y contarlas,
campo , y no aguarda para entrar que procura hacer obras y hazañas
sino vuestro beneplácito. Dije. Y to para que otros las cuenten y las « S
sió luego, y manoseose la barba de criban . El remedio de las cuitas, el
arriba abajo con entrambas manos, socorro de las necesidades, el am
y con mucho sosiego estuvo aten paro de las doncellas , el consuelo de
diendo la respuesta del duque , que las viudas en ninguna suerte de per
fué : Ya, buen escudero Trifaldín de sonas se halla mejor que en los ca
la blanca barba, ha muchos días que balleros andantes , y de serlo yo dov
tenemos noticia de la desgracia de infinitas gracias al cielo , y doy por
mi s ñora la condesa Trifaldi, á
muy bien empleado cualquier des
quien los encantadores la hacen lla-' mán y trabajo que en este tan hon
mar la dueña Dolorida. Bien podéis, roso ejercicio pueda sucederme. Ven.
estupendo escudero, decirle que en ga esta dueña, y pida lo que quisie
#re, y que aquí está el valiente ca. re , que yo le libraré su remedio en
ballero don Quijote de la Mancha, la fuerza de mi brazo y en la intré
de cuya condición generosa puede pida resolución de mi animoso espí
prometerse con seguridad todo am ritu ,
paro y toda ayuda; y asimismo le
podréis decir de mi parte, que si mi
favor le fuere necesario no le ha
de faltar, pues ya me tiene obligado CAPITULO XXXVII
à dársele el ser caballero, á quien
es anejo y concerniente favorecer á
toda suerte de mujeres , en especial Donde se prosigue la famosa aven .
á las dueñas viudas, menoscabadas tura de la dueña Dolorida
y doloridas, cual lo debe estar su
señoría. Oyendo lo cual Trifaldin ,
inclinó la rodilla hasta el suelo . V En extremo se holgaron el duque
haciendo al pífaro y tambores señal V la duquesa de ver cuán bien iba
que tocasen , al mismo son y al mis respondiendo á su intención don Qui.
mo paso que había entrado se volvió jote ; y á esta sazón dijo Sancho :
à salir del jardín , dejando a todos No querría yo que esta señora due
admirados de su presencia y com . ñia pusiese algún tropiezo á la pro
postura. Y volviéndose el duque á mesa de mi gobierno , porque yo he
don Quijote, le dijo : En fin , famoso oído decir á un boticario toledano ,
eaballero, no pueden las tinieblas de que hablaba como un silguero, que
la malicia ni de la ignorancia encu donde interviniesen dueñas no 10
brir y obscurecer la luz del valor y día guceder cosa buena . i Válame
de la virtud . Digo esto, porque ape Dios , y qué mal estaba con ellas el
nas ha seis días que la vuestra bon tal boticario ! de lo que yo saco , que
dad está en este castillo, cuando va pues todas las dueñas son enfadosas
os vienen á buscar de lueñes y apar é impertinentes, de cualquiera cali
tadas tierras, y no en carrozas ni en dad y condición que sean , ¿ qué se
dromedarios, sino á pie y en avu rán las que son doloridas, como han
nas, los tristes, los afligidos, confia dicho que es esta condesa tres fal
dos que han de hallar en ese forti das ó tres colas ? que en mi tierra
simo brazo el remedio de sus cui faldas y colas , colas y faldas, todo
bas y trabajos , merced á vuestras es uno . Calla, Sancho amigo , dijo
grandes hazañas, que corren y 10 don Quijote , que pues esta señora
dean todo lo descubierto de la tie dueña de tan lueñes tierras viene
tra. Quisiera yo, señor duque, res á buscarme, no debe de ser de aque.
311 DON QUIJOTE DE LA MANCIJA

las que el boticario tenía en su nú se muevan un paso. ¿ Quién te mete


mero, cuanto más quº esta es con á ti en esto , Sancho ? dijo don Qui
desa , y cuando las condesas sirvan jote. ¿ Quién, señor ? respondió San
de dueñas será sirviendo á reinas y cho , yo me meto, que pudo meter
á emperatrices, que en sus casas son me, como escudero que ha aprendi.
señorísimas, que se sirven de otras do los términos de la cortesía en la
dueñas. A esto respondió doña Po escuela de vuesa merced, qu ' es el
driguez, que se halló presente : Due . más cortés y bien criado caballero
ñas tiene mi señora la duquesa en su que hay en toda la cortesanía ; v en
servicio , que pudieran ser condesas estas cosas , según he oído decir á
si la fortuna quisiera ; pero allá van vuesa merced , tanto se pierde por
leyes do quier reyes : y nadie diga carta de más como por carta de me
mal de las dueñas , y más de las un nos : y al buen entendedor nocas
tiguas y doncellas, que aunque yo palabras. Así es como Sancho dice,
no lo soy, bien se me alcanza y se dijo el duque : veremos el talle de
me trasluce la ventaja que hace ' ina la condesa , y por él tantearemos la
dueña doncella á una dueña viuda ; cortesia que se le debe. En esto en
y quien á nosotras trasquilo , las tije . traron los tambores y el pífaro como
ras le quedaron en la mano. Con la vez primera. Y aquí con este

todo eso, replicó Sancho, hay tanto breve capítulo dió fin el autor , y
que trasquilar en las dueñas, según comenzó otro ' siguiendo la misma
mi barbero, cuanto será mejor no aventura, que es una de las más
menear el arroz aunque se pegue . notables desta historia .
Siempre los escuderos, respondió do
ña Rodríguez, son enemigos lenues
tros , que como son duendes las
antesalas, y nos ven á cada paso, los CAPITULO XXXVIII
ratos que no rezan ( que son muchos )
los gastan en murmurar de nosotras,
desenterrándonos los huesos. y en Donde se cuenta la que dió de su
terrándonos la fama. Pues mán lo mala andanza la dueña Dolo
les yo á los leños movibles , que mal rida .
que les pese hemos de vivir en el
mundo y en las casas principales ,
aunque muramos de hambre, y cu Detrás de los tristes músicos CO
bramos con un negro monjil nues menzaron á entrar nor el jardín ade
tras delicadas carnes , como quien lante hasta cantidad de doce due
cubre ó tapa un muladar con un ta ñas r-partidas en dos hieras , todas
piz en día de procesión. A fe que vestidas de unos monjiles anchos,
si me fuera dado, y el tiempo lo pi al parecer de anascote batanado, con
diera, que yo diera á entender, no unas tocas blancas de delgado ca
sólo á los presentes, sino a todo el nequí, tan luengas que sólo el ri
mundo , como no hay virtud que no bete del monjil descubrían. Tras
se encierre en una dueña . Yo creo , ellas venía la condesa Trifaldi,
dijo la duquesa, que mi bu na doña quien traía de la mano el escudero
Rodríguez tiene razón , y muy gran Trifaldín de la blanca barba , vesti
de ; pero conviene que aguarde tiem. da de finísima y negra bayeta por
po para volver por sí y por las de frisar, que á venir frisada descubrie
más dueñas, para confundir la mala ra cada grano del grandor de un
opinión de aquel mal boticario , y garbanzo de los buenos de Martos :
desarraigar la que tiene en su pe 1a cola ó falda , ó como llamarla qui
cho el gran Sancho Panza . A lo sieren , era de tres puntas, las cua
que Sancho respondió : Después que les se sustentaban en las manos de
tengo humos de gobernador se me tres pajes asimismo vestidos de lu
han quitado los vaguidos de escu to , haciendo una vistosa y matemá
dero , y no se me da por cuantas tica figura con aquellos tres ángulos
dueñas hay un cabrahigo . Adelante agudos que las tres puntas forma
pasaran con el coloquio dueñesco , si ban , por lo cual cayeron todos los
no oyeran que el pífaro y los tam que la falda puntiaguda miraron ,
bores volvían á sonar, por donde en . que por ella se debía llamar a con
tendieron que la dueña Dolorida en desa Trifaldi, como si dijésemos la
traba. Preguntó la duquesa al duque condesa de las tres faldas : y así dice
si sería bien ir á recibirla, pues era Benengeli que fué verdad , y que de
condesa y persona principal . Por lo su propio apellido se llamaba la con .
que tiene de condesa, respondió San desa Lobuna, á causa que se criaban
cho antes que el duque respondie en su condado muchos lobos , y que
se, bien estoy en que vuestras gran . si como eran lobos fueran zorras , la
dezas salgan á recibirla ; pero por llamaran la condesa Zorruna, nor
lo de dueña, soy de parec r que no ser costumbre en aquellas partes
PARTE 11. - CAPÍTULO XXXVIII 345
tomar los señores la denominación Quijote de a Manchísima, y su es
de sus nombres de la cosa ó cosas cuderísimo Panza . El Panza , antes
en que más sus estados abundan ; que otro respondiese, dijo Sancho,
empero esta condesa por favorecar aqui está, y el don Quijotísimo asi
la novedad de su falda dejó el Lo mismo, y así podréis , do orís ma due
buna v tomó el Trifaldi . Venían las ñísima, decir lo que quisieredísimis,
doce dueñas y la señora á paso le que todos estamos prontos y aparej- di
procesión , cubiertos los rostros con simos á ser vuestros servidorísimos .
unos velos negros y no transparen . En esto se levantó don Quijote, y en
tes como el de Trifaldin , sino tan caminando sus razones a la Dolorida
apretados, que ninguna cosa se tras dueña , dijo : Si vuestras cuitas , an
lucía. Así como acabó de parecer gustiada señora , se pueden prometer
el dueñesco escuadrón , el duque , la alguna esperanza de remedio por al
duquesa y don Quijote se pusieron gún valor ó fuerzas de algún andante
en pie , y todos aquellos que la es caballero , aquí están las mías , que
paciosa procesión miraban . Pararon aunque flacas y breves, todas se em
ias doce dueñas, y hicieron calle, plearán en vuestro servicio . Yo sov
por medio de la cual la Dolorida don Quijote de la Mancha , cuyo asun
se ade antó sin dejarla de la mano to es acudir á toda suerte de menes
Trifaldín. Viendo lo cual el duque , terosos, y siendo esto así, como lo
la duquesa y don Quijote , se ade es , no habéis menester, señora , cap
lantaron obra do doce pasos á reci tar benevolencias, ni buscar preám
birla. Ella , puestas las rodillas en bulos, sino á a llana y sin rodeos
el suelo , con voz antes basta y ron decir vuestros males, que oídos os
ca que sutil y delicada , dijo : Vues. escuchan , que sabrán, si no remediar
tras grandezas sean servidas de no los , dolerse dellos . Oyendo lo cual
hacer tanta cortesía á este su cria la Dolorida dueña hizo señal de qu'
do, digo á esta su criada, porque rer arrojarse á los pies de don Qui
según soy de Dolorida , no acertaré jote, y aun se arrojó , y pugnando por
á responder á lo que debo, á causa abrazárselos, decia : Ante estos pies
que mi extraña y jamás vista des y piernas me arrojo , oh caballero in
dicha me ha llevado el entendimien victo , por s'r los que son basas y
to no sé adónd , y debe de ser muy colunas de la andante caballería :
Lejos , pues cuanto más le busco , me estos pies quiero besar , de cuyos
noe le hallo . Sin él estaría , respon pasos pende y cuelga todo el remedio
dió el duque , señora condesa , el que de mi desgracia. ¡ Oh valeroso an
no descubriese por vuestra persona dant ,, cuyas verdaderas fazañas de
vuestro valor , el cual sin más ver , jan atrás y obscurecen las fabulosas
es merecedor de toda la nata de la de los Amadises, Esplandianes v Be
cortesía , y de toda la flor de las bien lianises ! Y dejando á don Quijote se
criadas ceremonias : y levantándola volvió á Sancho Panza, y asiéndole
de la mano la llevó á asentar en de las manos le dijo : ¡ Oh tú , el más
una silla junto a la duquesa , la cual leal escudero que jamás sirvió á ca
la recibió asimismo con mucho co ballero andante en los presentes ni
medimiento. Don Quijote callaba , y er los pasados siglos , más luengo en
Sancho andaba muerto por ver el bondad que la barba de Trifaldin
rostro de la Trifaldi y de algunas mi acompañador, que está pr sente !
de sus muchas dueñas ; pero no fué bien puedes preciarte que en servir
posible hasta que ellas de su grado al gran don Quijote sirves en cifra
voluntad sa descubrieron . Sosega á toda a caterva de caballeros que
dos todos y puestos en silencio, es han tratado las armas en el mundo .
taban esperando quién le había de Conjúrote por lo que debes á tu bon
romper , y fué a dueña Dolorida con dad fidelísima me seas buen interce
estas palabras : Confiada estoy , señor sor con tu dueño para que luego fa
poderosísimo , hermosísima señora , y vorezca á esa humildísima y desdi
discretísimos circunstantes, que ha chadísima cordesa . A lo que res.
de hallar mi cuitísima en vuestros pondió Sancho : De que sea mi bon
valerosísimos pechos acogimiento no dad, señora mía , tan larga y grande
menos plácido que generoso y do como la barba de vuestro escudero ,
loroso, porque ella es tal, que es
á mí me hace muy poco al caso : bar
bastante á enternecer los mármoles , bada y con bigotes tenga yo mi alm3
y á ablandar los diamantes, y á mo cuando desta vida vaya , que es lo
lificar los aceros de los más endure q119 importa , que de las barbas de
cidos corazones del mundo ; pero acá poco ó nada me curo ; pero sin
Antes que salga á la plaza de vues esas socaliñas ni plegarias yo roga
tros oídos, por no decir orejas, qui ré á mi amo (que sé que me quiero
siera que me hicieran sabidora si
está en este gremio , corro y compa
bien, y más agora que me ha menes
ter para cierto negocio ) qur favorez.
fía el acendradísimo caballero don ca y ayude á vuesa merced en todo
316 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

lo que pudiere : vuega merced des solución , él me aduló el entendimien .


embaúle su cuita , y cuenteposla , y to, y me rindió la voluntad con re
deje hacer, que todos nos entendere . sé qué dijes y brincos que me dió .
mos . Reventaban de risa con estas Pero lo que más me hizo postrar y
cosas los duques, como aquellos que dar conmigo por el suelo fueron anas
habían tomado el pulso á la tal aven . coplas que le oi cantar una noche des
tura, y alababan entre sí la agudeza de una reja que caía á una callejue
y disimulación de la Trifaldi, la cual la donde el estaba, que si mal no mo
volviéndose á sentar dijo : Del famo acuerdo decian :
po reino de Candaya , que cae entre la
gran Trapobana y el mar del Sur, De la du ce mi enemiga
dos leguas más allá del cabo Como nace un mal que el alma hiere ,
rin, fué señora la reina doña Ma y por más tormento quiere
guncia, viuda del rey Archipiela , su que se sienta y no se digit .
señor y marido, de cuyo matrimonio
tuvieron y procrearon a la infanta Parecióme la trova de perlas, v slun
Antonomasia , heredera del reino , la voz de almíbar, y después acá, digo
cual dicha infanta Antonomasia 80 desde entonces, viendo el mai en que
crió y creció debajo de mi tutela y cai por estos y otros semejantes vee
doctrina, por ser yo la más antigua sos , he considerado que de las bite
y la más principal dueña de su ma nas y concertadas repúblicas se lix
dre . Sucedió, pues, que yendo días y bian de desterrar los poetas, noma
viniendo días, la niña Antonomasia aconsejaba Platón, á lo menos los
llegó á edad de catorce años, con tan lascivos, porque escriben unas
gran perfección de hermosura, que plas , no como las del marqués de
no a pudo subir más de punto la Mantua, que entretienen y hacen ) ! o
naturaleza. Pues digamos ahora 190 rar á los niños y á las mujeres, sira
la discreción era mocosa : así era dis unas agudezas, que á modo de blai.
creta como bella, y era la más bella das espinas os atraviesan el alm 4 .
del mundo , y lo es , si ya los hados y como rayos os hieren en ella , de
jando sano el vestido. Y otra vez
envidiosos y las parcas endurecidas
no la han cortado la estambre de la cartó :
vida ; pero no habrán , que no han de
permitir los cielos que se haga tan Ven, muerte, tan escondida,
to mal a la tierra, como sería llevar que no te sienta venir,
se en agraz el racimo del más her porque el placer del morir
moso veduño del suelo . Desta her no me torne á dar la vida .
mosura , y no como se debe encare
cida de mi torpe lengua, se enamo Y deste jaez otras coplitas y estram
ró un número infinito de principes, botes , que cantados encantan , y es.
así naturales como extranjeros , en critos suspenden . ¿ Pues que cuando
tre los cuales osó levantar los pen se humillan á componer un géneca
samientos al cielo de tanta belleza un de verso que en Candaya se usaha
caballero particular que en la corte entonces , á quien ellos llamaban se
estaba, confiado en su mocedad y en guidillas ? Allí era el brincar de las
ou bizarría , y en sus muchas habi. almas, el retozar de la risa, el desaso
lidades y gracias, y facilidad y felici. siegi de los cuerpos, y finalmente el
dad de ingenio ; porque hago saber á azogue de todos los sentidos . Y asi
vuestras grandezas, si no lo tienen por digo, señores míos, que los tales tro
enojo , que tocaba una guitarra que la vadores con justo título los debin
hacía hablar, y más que era poeta y desterrar á las islas de los lagartos.
gran bailarín, y sabía hacer una jau . Pero no tienen ellos la culpa , sino los
la de pájaros, que solamente á hacer simples que los alaban , y las bodas
ias pudiera ganar la vida cuando se que los creen : y si yo fuera la buna
viera en extrema necesidad : que to dueña que debía, no me habían de
mover sus trasnochados conceptus ,
das estas partes y gracias son ba ;
tantes á derribar una montaña , no mi había de creer ser verdad aquel de
que una delicada doncella. Pero onda cir : vivo muriendo , ardo en al bir
su gentileza y buen donaire, lo tiemblo en el fuego , espero sia
das sus gracias y habilidades fueran esſeranza, pártome v quédome, «OR
poca ó ninguna parte para rendir la ctros imposibles desta ralea , de qu
fortaleza de mi niña, si el ladrón están sus escritos llenos. ¿ Pues que,
desuellacaras no usara del remedio cuando prometen el fénix de Ara ' a .
de rendirme á mi primero. Primero la corona de Ariadna, los caballos del
quiso el malandrín y desalmado va sol , del Sur las perlas, de Tíbar el
gabundo granjearme la voluntad v 0.0 , y de Pancaya el balsamo ? aqui
cohecharme rl gusto , para que yo , es donde ellos alargan más la pluma,
mal alcaide, le entregase las llaves como les cuesta poco prometer lo que
de la fortaleza que guardaba. En .e jamás piensan ni pueden cumplir.
PARTE 11.- CAPÍTULO XXXIX 347

¿ Pero dónde me divierto ? : Av de muchas demandas y respuestas, com .


mí, desdichada ! ¿ qué locura ó qué la infanta se estaba siempre en sus
desatino me lleva a contar las aje. trece, sin salir ni variar de la pri
nas faltas, teniendo tanto que decir mera declaración, el vicario senten
de las mías ? i Ay de mi otra vez sin ció en favor de don Clavijo, y se la
Tentura ! que no me rindieron los entregó por su legítima esposa, de
versos, sino mi simp.icidad : no me lo que recibió tanto enojo la reina
ablandaron las músicas, sino mi li . doña Maguncia, madre de la infan
viandad : mi mucha ignorancia y mi ta Antonomasia, que dentro de tres
poco advertimiento abrieron el cami . días la enterramos . Debió de morir
no y desembarazaron la senda á los sin duda, dijo Sancho. Caro está ,
pasos de don Clavijo , que este es el respondió Trifaldín , que en Candaya
nombre del referido caballero : y así no se entierran las personas vivas ,
siendo yo la medianera, él se halló sino las muertas . Ya se ha visto , se
una y muchas veces en la estancia ñor escudero, replicó Sancho, ente
de la por mí y no por él engañada rrar un desmayado creyendo ser
Antonomasia , debajo del título de muerto ; y parecíame á mí que estaba
verdadero esposo , que alinque necam la reina Maguncia obligada á desma
dora, no consintiera que sin ser su , yarse antes que á morirse , que con
marido la llegara á ia vira de la sne la vida muchas cosas se remedian ,
la de sus zapatillas. No, no , eso no , y no fué tan grande el disparate de
el matrimonio ha de ir adelante en la infanta, que obligase á sentirle
cualquier negocio destos que por mi tanto . Cuando se hubiera casado esa
se tratare. Solamente bubo un daño señora con algún paje suyo, ó con
en este negocio, que fué el de la des otro criado de su casa , como har
igualdad, por ser don Clavijo un ca hecho otras muchas , según he oído
ballero particular, y la infanta Anto decir, fuera el daño sin remedio ;
nomasia heredera , como ya he dicho, pero el haberse casado con un caba
del reino. Algunos días estuvo encu . llero tan gentilhombre y tan enten
bierta v solapada en la sagacidad de dido como aquí nos le han pinta 10 ,
mi recato esta maraña, hasta que me en verdad , en verdad que aunque
pareció que la iba descubriendo á nás fué necedad , no fué tan grande
andar no sé qué hinchazón del vien como se piensa ; porque según las
tre de Antonomasia, cuyo temor nos reglas de mi señor , que está pre
hizo entrar en bureo á los tres, y sente, y no me dejará mentir, así
salió dél , que antes que se saliese á como se hacen de los hombres letra.
la luz el mal recado, don Clavijo pi dos los obispos , se pueden hacer de
diese ante el vicario por su mujer los caballeros, y más si son andan
á Antonomasia , en fe de una cédula tes , los reyes y los emperadores .
que de ser su esposa la infanta le Razón tienes , Sancho, dijo don Qui
había hecho, notada por mi ingenio , jote , porque un caballero andante ,
con tanta fuerza , que las de Sansón como tenga dos dedos de ventura,
110 pudieran romperla. Hiciéronse las está en potencia propincua de ser
diligencias, vió el vicario la cédula, el mayor señor del mundo. Pero pase
tomó el tal vicario la confesión á la adelante la señora Dolorida, que á
señora, confesó de plano, mandola mi se me trasluce que le falta por
depositar en casa de un alguacil de contar lo amargo desta hasta aquí
corte muy honrado. A esta sazón dijo dulce historia . Y como si queda lo
Sancho : ¿ Tainbién en Candaya hav
alguaciles de corte, poetas y segui
amargo. respondió condesa, v tan
dillas ? por lo que puedo jurar que amargo. que en su comparación son
dulces las tueras, y sabrosas las adel
imagino que todo el mundo es uno ; fas. Muerta, puºs, la reina, y no des
per ) dese vuestra merced priesa , se mayada, la enterramos, apenas la
ñora Trifaldi, que es tarde, y ya me cubrimos con la tierra, y apenas le
muero por saber el fin desta tan lar dimes el último vale, cuando i quis
ga historia. Si haré , respondió la con. talia fando temperet á lacrimis ?
desa . puesto sobre un caballo de madera .
pareció encima de la sepultura de la
CAPITULO XXXIX reina el gigante Malambruno, pri
mo cormano de Maguncia , que junto
Donde la Trifaldi prosigue su es con ser cruel era encantador , el cual
con sus artes en venganza de la muer
tupenda y memorable historia te de su cormana , y por castigo del
atrevimiento de don Clavijo, y per
De cua quiera palabra que Sancho despecho de la demasía de Antono
decía, la duquesa gustaba tanto como masía, los dejó encantados sobre la
se desesperaba don Quijote, y man misma sepultura , á ella convertida
dándole que callasa, la Dolorida pro
en una jimia de bronce , y á el on
siguió diciendo : En fin , al cabo de un espantoso cocodrilo de un metal
318 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

no conocido, y entre los dos está un digo, pues, que ¿ adónde podrá ir
padrón asimismo de metal , y en el una dueña con barbas ? ¿ Qué padro
escritas en lengua siriaca unas le ó qué madre se dolerá della ? ¿ Quién
tras, que habiéndose declarado en la la dará ayuda ? pues aun cuando tie
candayesca, y ahora en la castellana, ne la tez lisa, y el rostro martirizado
encierran esta sentencia : « No 00 con mil suertos de menjurjes y mu
»brarán su primera forma estos dos das, apenas halla quien bien le quie
»atrevidos amantes, hasta que el va ra , ¿ qué hará cuando descubra he
» leroso Manchego venga conmigo á cho un bosque su rostro ? ¡ Oh dueñas
plas manos en singular batalla , que y compañeras mías ! en desdichado
» para sólo su gran valor guardan 10 punto nacimos, en hora menguada
hadus esta nunca vista aventura . » nuestros padres nos engendraron ;
Hecho esto sacó de la vaina un an y diciendo esto dió muestras de des .
cho y desmesurado alfanje, y asien mayarse .
dome á mí por los cabellos hizo fin
ta de querer segarme la gola y cor
tarme á cercén la cabeza. Turbéme,
pegóseme la voz á la garganta, quedé CAPITULO XL
mohina en todo extremo ; pero con
todo me esforcé lo más que pude, y
con VOZ tembladora y doliente le De cosas que atañen y tocan á esta
dije tantas y tales cosas que le hicie aventura y á esta memorable his.
ron suspender la ejecución de tan ri toria .
goroso castigo . Finalmente , hizo traer !
ante sí todas las dueñas de palacio ,
que fueron estas que están presentes, Real y verdaderamente todos los
y después de haber exagerado nues que gustan de semejantes historias
tra culpa, y vituperado las condi como esta deben de mostrarse agra
ciones de las dueñas, sus malas ma decidos á Cide Hamete , su autor pri
ñas y peores trazas, y cargando á mero, por la curiosidad que tuvo en
todas laculpa que yo sola tenía , dijo contarnos las semínimas dalla, sin
que no quería con pena capital causn dejar cosa por menuda que fuese
tigarnos, sino con otras penas dita que no la sacase á luz distintamente .
tadas, que nos diesen una muerte ci Pinta los pensamientos, descubre las
vil y continua : y en aquel mismo imaginaciones, responde á las tácitas ,
momento y pinto qu acabó de de. aelara las dudas , resuelve los argu
cir esto , sentimos todas que se nos mentos, finalmente los átomos del
abrían los poros de la cara, y que por más curioso deseo manifiesta . Oh
toda ella nos punzaban como con autor celeberrimo ! ¡ Oh don Quijote
puntas de agujas. Acudimos luego dichoso ! ¡ Oh Dulcinea famosa ! ¡ Ob
con las manos á los rostros, y hallá Sancho Panza gracioso ! todos juntos ,
monos de la manera que ahora ve y cada uno de por sí viváis siglos
réis : y luego la Dolorida y las de. infinitos para gusto y general pasa
más dueñas alzaron los antifacs con tiempo de los vivientes.
que cubiertas venian , I descubriendo Dice, pues, la historia , que así co
los rostros , todos poblados de barbaş, mo Sancho vió desmayada á la Dolo
cuáles rubias, cuáles negras , cuáles rida, dijo : Por la fe de hombre de
blancas, y cuales albarrazadas, de cu bien juro, y por el siglo de todos mis
ya vista mostraron quedar admirados pasados los Panzas, que jamás he oído
el duque y la duquesa, pasmados don ni visto, ni mi amo me ha contado ,
Quijote y Sancho, y atónitos todos ni en su pensamiento ha cabido se
los presentes ; y la Trifaldi prosi mejante aventura como esta. Válga
guió : Desta manera nos castigó aquel te mil Satanas's, por no maldecirte,
follón y mal intencionado de Ma por encantador y gigante Maram
lambruno, cubriendo la blancura y bruno, ¿ y no hallaste otro género ile
morbidez de nuestros rostros con la castigo que dar á estas pecadoras
aspereza destas cerdas, que pluguier3 sino el de barbarlas ? Cómo, iy no
al cie'o que antes con su desmesura fuera mejor , y á ellas les estuviere
do alfanje nos hubiera derribado las más á cuento, quitarles la mitad de
testas , que no que nos asombrara la las narices de medio arriba, aunque
luz de nuestras caras con esta borra hablaran gangoso, que no ponerles
que nos cubre : porque si entramos barbas. Apostaré yo que no tienen
en cuenta , s ñores míos (y esto que hacienda para pagar á quien las rape ,
voy a decir ahora lo quisiera decir Así es la verdad, señor, respondió
hechos mis ojos fuentes ; pero la una de las doce, que no tenemos ha
consideración de nuestra desgracia , cienda para mondarnos, y así hemos
los mares que hasta aquí han llovi tomado algunas de nosotras por re
do, los tienen sin humor y secos como medio ahorrativo de usar de unos
aristas , y así lo diré sin lágrimas ) : pegotes ó parches pegajosos, y apli
PARTE 11. - CAPÍTULO XL 319

cándolos á los rostros , y tirando de lleva un portante por los aire sin
golpe, quedamos rasas y lisas como tener alas, que el que lleva encima
fondo de mortero de piedra : que puede llevar una taza llena de agua
puesto que hay en Candava mujeres en la mano sin quesederrame go
que andan de casa en casa á quitar ta, según camina llano y reposado,
el vello y pulir las cejas , y hacer por lo cual la linda Magalona se hol
otros menjurjes tocantes á muier's , gaba mucho de andar caballera en él ,
nosotras las dueñas de mi señora por A esto dijo Sancho : Para andar re
jamás quisimos admitirlas, porque posado y llano mi rucio, puesto que
las más oliscan á terceras, habiendo no anda por los aires, pero por la
dejado de ser primas, y si por el se tierra yo le cutiré con cuantos por
ñor don Quijote no somos remediadas , tantes hay en el mundo. Riéronse to
con barbas nos llevarán á la sepultu dos , y la Dolorida prosiguió : Y es
ra. Yo me pelaría las mías , dijo don tal caballo, si es que Malambruno
Quijote, en tierra de moros, si no re quiere dar fin a nuestra desgracia ,
mediase las vuestras. A este pun antes que sea media hora entrada
co volvió de su desmayo la Tri la noche estará en nuestra pro
faldi, y dijo : El retintín desa pro sencia, porque él me significó que
mesa , valeroso caballero, en medio la señal que me daría por donde
de mi desmayo llegó á mis oídos , yo entendiese que había hallado et
y ha sido parte para que yo déi vuel caballo que buscaba, sería enviarme
va y cobre todos mis sentidos; y el caballo donde fuese con comodi
así de nuevo os suplico, andante ín dad y presteza . ¿ Y cuántos ca
clito y señor indomablº, vuestra gra ben en este, caballo ? preguntó San
ciosa promesa se convierta en obra . cho . Dolorida respondió : Dos
Por mí no quedará , respondió don p_rsonas , la una en la silla y la
Quijote : ved , señora, qué es lo que otra en las ancas, y por la mayor
tengo de hacer, que el ánimo está parts estas tales dos personas son ca
muy pronto para serviros. Es el caso , ballero y escudero , cuando falta al
respondió la Dolorida , que desde aquí guna robada doncolla . Querría yo sa
al reino de Candaya si se va por tie ber, señora wolorida , dijo Sancho,
rra hay cinco mil leguas, dos más ó qué nombre tiene ese caballo. En
menos ; pero si se va por el aire , y nombre , respondió la Dolorida , no es
por la línea recta, hay tres mil y dos como el caballo de Belerofonte, que
cientas y veintisiete . Es también de se llamaba Pegaso ; ni como el del
saber , que Malambruno me dijo que Magno Alejandro, llamado Bucéfalo ;
cuando la suerte me d'parase al ca ni como el del furioso Orlando , cuyo
ballero nuestro ibertador, que él le nombre fué Brilladoro ; ni menos Ba
enviaría una cabalgadura harto me parte, que fué el de Reinaldos de
jor y con menos malicias que las Montalván ; ni Frontino , como el de
que son de retorno, porque ha de ser Rugero ; ni Bootes , ni Peritoa , como
aquel mismo caballo de madera sobre dicen que se llaman los del sol , ni
quien llevó al valeroso Pierres ro tampoco se llama Orelia, como el ca
bada á la linda Magalona, el cual ballo en que el desdichado Rodrigo,
caballo se rig ? por una clavija que último rey de los godos, entró en a
tiene en la frente, que le sirve de batalla donde perdió la vida y el rei .
freno , y vuela por el aire con tanta no . Yo apostaré , dijo Sancho, que
ligereza , que parece que los mismos pues no le han dado ninguno desos
diablos le llevan. Este tal caballo, se famosos nombres de caballos tan co
gún es tradición antigua, fué com nocidos, que tampoco le habrán dado
puesto por aquel sabio Merlín . Pres al de mi amo , Bocinante , que en ser
tósele á Pierres, que era su amigo, propio excede á todos los que se han
con el cual 'hizo grandes viajes, y nombrado. Así es , respondió la bar
robó , como se ha dicho á la linda bada condesa ; pero todavía le cuadra
Magalona, llevándola á las ancas por mucho , porque se llama Clavileño el
el aire, dejando embobados á cuan Alígero , cuyo nombre conviene con
tos desde la tierra los miraban , y no el ser de leño , y con la cavija que
le prestaba sino á quien él queria ó trae en la frente , y con la ligereza,
mejor se lo pagaba, y desde el gran con que camina , y así en cuanto al
Pierres hasta ahora, no sabemos que nombre bien puede competir con el
haya subido alguno en él . Dallí le famoso Rocinante . No me desconten .
ha sacado Malambrune con sus artes, ta el nombre , replicó Sancho ; pero
le tiene en su poder, y se sirve del ¿ con qué freno ó con qué jáquima se
en sus viajes, que los hace por mo gobierna ? Ya he dicho , respondió la
mentos por diversas partes del mun . Trifaldi, que con la clavija , que vo:
do , y está hoy aquí y mañana en viéndola á una parte ó á otra el ca
Francia, y otro día en Potosí : y es ballero que va encima, le hace cami
lo bueno, que el tal caballo ni come nar como quiere , ó va por los aires ,
ni duerme, ni gasta herraduras, y ó ya rastreando y casi barriendo la
350 DON QUIJOTE DE LA MANCHA ,
1
tierra, ó por el medio , que es el que no ; pues á fe que no tenéis razón ,
se busca y se ha de tener en todas que dueñas hay en mi casa que pue
las acciones bien ordenadas. Ya lo den ser ejemplo de dueñas, que aquí
querría ver, respondió Sancho ; pero está mi doña Rodriguez, que no me
pensar que tengo de subir en ei, ni dejará decir otra cosa . Más que la
en la silla ni en las ancas, es pedir diga Vuestra Excelencia , dijo la Ro
peras al olmo . Bueno es que apenas driguez , que Dios sabe la verdad de
puedo tenerme en mi rucio , y sobre todo, y buenas ó malas, barbadas o
una a barda más blanda que la mes- lampiñas que seamos las dueñas, tam
ma seda, y querrían ahora que me bién nos parieron nuestras madres
tuviese en unas ancas de tabla sin co- como á las otras mujeres ; y pues
jín ni almohada alguna: pardiez, yo Dios nos echó en el mundo , él sabe
Bo me pienso moler por quitar las para qué, y á su misericordia me
barbas á nadie ; cada cual se rape atengo, y no á las barbas de nadie .
como más le viniere á cuento, que Ahora bien , señora Rodríguez, dijo
yo no pienso acompañar á mi se- don Quijote , y señora Trifaldi y com
ñor en tan largo viaje ; cuanto más pañía, yo espero en el cielo que mi
que yo no debo hacer al caso para el rará con buenos ojos vuestras cuitas,
rapamiento destas barbas, como lo que Sancho hará : o que yo le man
soy para el desencanto de mi señora dare, ya viniese Clavileño, y ya me
Dulcinea. Si sois, respondió la Tri- viese con Malambruno, que yo sé que
faldi , y tanto, que sin vuestra pre- no habría navaja que con más faci
sencia entiendo que no haremos nada. lidad rapase á vuestras mercodes,
Aquí del rey, dijo Sancho, ¿ qué tie- como mi espada raparía de los hom
nen que ver los escuderos con las bros la cabeza de Malambruno : que
aventuras de sus señores ? ¿ Hanse Dios sufre á los malos , pero no para
llevar ellos la fama de las que aca- siempre. ¡ Ay! dijo á esta sazón la
ban , y hemos de llevar nosotros el Dolorida, con benignos ojos miren
trabajo ? cuerpo de mil aun si dije- á vuestra grandeza, valeroso caba
sen los historiadores : el tal caballe- llero , todas las estrellas de las re
ro acabó la tal y tal aventura, pero giones celestes, é infundan en vues
con ayuda de fulano su escudero , sin tro ánimo toda prosperidad y valen
el cual fuera imposible el acabarla ; tía, para ser escudo y amparo del
pero i que escriban á secas don Para í . vituperoso y abatido género dueñes
pomenón de las Tres Estrellas acabo co, abominado de boticarios, mur
la aventura de los seis vestiglos , sin murado de escuderos y soca iñado
nonbrar la persona de su escudero, de pajes, que mal haya la bellaca que
que se halló presente á todo, como si en la fior de su edad no se metió
no fuera en el mundo ! Ahora, seño- primero á ser monja que á dueña :
res, vuelvo á decir que mi señor se desdichadas de nosotras las dueñas .
puede ir solo , y buen provecho ie que aunque vengamos por línea rec .
haga, que yo me quedaré aquí en ta de varón en varón del mismo Héc
compañía de la duquesa mi señora, tor el troyano , no dejaran de echar
podría ser que cuando volviese ha nos un vos nuestras señoras si pen
llase mejorada la causa de la señora sasen por ello ser reinas. ¡ Oh gi
Dulcinea en tercio y quinto , porque gante Malambruno, que aunque eres
pienso en los ratos ociosos y des encantador, eres certísimo en tus
ocupados darme una tanda de azo promesas, envíanos ya al sin par
tes, que no me la cubra pelo Con Clavileño, para que nuestra desdi.
todo eso , le habéis de acompañar si cha se acabe, que si entra el calor,
fuere nocesario, buen Sancho, por- y estas nuestras barbas duran , guay
que os lo rogarán buenos , que no de nuestra ventura ! Dijo esto con
han de quedar por vuestro inútil tanto sentimiento la Trifaldi, que sa
temor tan poblados los rostros des có las lágrimas de os ojos de todos
tas señoras , que cierto sería mal los circunstantes, y aun arrasó los
easo. Aquí del rey otra vez, replicó de Sancho ; y propuso en su corazón
Sancho; cuando esta caridad se hi- de acompañará su señor hasta las
eiera por algunas doncellas recogi- últimas partes del mundo, si es que
das , ó por a gunas niñas de la doc en ello consistiese quitar la lana de
trina, pudiera el hombre aventurar aquellos venerables rostros.
se á cualquier trabajo: pero que lo
sufra por quitar las barbas á due
ñas , ¡mal año ! más que las viese
yo á todas con barbas desde la ma
yor hasta la menor, y de la más me
lindrosa hasta la más repulgada. Mal
estáis con las dueñas, Sancho ami
go , dijo la duquesa, mucho og vais
tras la opinión del boticario to eda
PARTE II. - CAPÍTULO XLI 351

acompañe, y estas señoras otro modo


de alisarse los rostros, que yo no soy
brujo para gustar de andar por los
CAPITULO XLI aires : y qué dirán mis insulanos
cuandosepan que su gobernador anda
paseando por los vientos ? Y otra
De la venida de Clavileño, con el cosa más, que habiendo tres mil y
fin desta dilatada aventura tantas leguas de aquí á Candaya , si
el caballo se cansa o el gigante se
enoja, tardaremos en dar la vuelta
Llegó en esto la noche, y con ella media docena de años, y ya ni habrá
el punto determinado en que el fa ínsula ni insulos en el mundo que
moso caballo Clavileño viniese, cuya me conozcan : y pues se dice común
tardanza fatigaba ya á don Quijote , mente que en la tardanza va el pe
pareciéndole que pues Malanıbruno ligro, y que cuando te dieren la va
se detenía en enviarle, ó que él no quilla acudas con la soguilla , perdó
pra el caballero para quien estaba nenme las barbas destas señoras, que
bien se está San Pedro en Roma ,
guardada aquella aventura, ó que Ma
lambruno no Osaba venir con él á quiero decir, que bien me estoy en
singular batalla. Pero veis aquí cuan esta casa, donde tanta merced se me
do á deshora entraron por el jardín hace , y de cuyo dueño tan gran bien
cuatro salvajes vestidos todos de ver espero como es verme gobernador.
de hiedra, que sobre sus hombros A lo que el duque dijo : Sancho ami
traían un gran caballo de madera. go, la insula que yo os he prometi
Pusiéronle de pies en el suelo , y do no es movible ni fugitiva, raíces
uno de los salvajes dijo : Suba sobre tiene tan hondas, echadas en los abis
esta máquina el caballero que tuvie mos de la tierra, que no la arranca
rán ni mudarán de donde está á tres
re ánimo para ello. Aquí, dijo San tirones : y pues vos sabéis que ce yo
cho, yo no subo , porque ni tengo
ánimo ni soy caballero ; y el salva que no hay ningún género de oficio
je prosiguió diciendo : y ocupe las destos de mayor cuantía que no se
ancas el escudero, si es que lo tiene , granjee con a.guna suerte de cohe
y flese del valeroso Malambruno, que cho, cual más, cual menos, el que
si no fuere de su espada, de ninguna yo quiero llevar por este gobierno es
otra, ni de otra malicia será ofendi .que vais con vuestro señor don Qui
do ; v no hay más que torcer esta jote á dar cima y cabo á esta me
clavija que sobra el cuello trae pues morable aventura : que aliora vol
ta, que él los llevará por los aires váis sobre Clavileño con la brevedad
adonde atiende Malambruno ; pero qus su ligereza promete, ora la con
porque la alteza y sublimidad del ca traria fortuna os traiga y vuelva á
mino no les cause vaguidos, se han pie hecho romero de mesón en mesón
de cubrir os ojos hasta que el caba y de venta en venta, siempre que
llo relincho, que será señal de haber volviéredes hallaréis vuestra ínsula
dado fin á su viaje. Esto dicho , de donde la dejáis , y á vuestros insula
jando á ulavilefio, con gentil conti. nos con el mismo deseo de recibiros
nente se volvieron por donde habían por su gobernador que siempre han
venido. La Dolorida así como vió al tenido, y mi voluntad será la mis
caballo, casi con lágrimas dijo á don ma; y no pongáis duda en esta ver
Quijote : Valeroso caballero, las pro dad, señor Sancho, que sería hacer
mesas de Malambruno han sido cier notorio agravio al deseo que de ser
tas, el caballo está en casa , nuestras viros tengo . No más, señor, dijo San
barbas crecen , y cada una de nosotras cho , yo soy un pobre escudero y no
y con cada pelo dellas te suplicamos puedo llevar á cuestas tantas corte
nos rapes y tundas , pues no está en sías. Suba mi amo, tápenme estos
más sino en que subas en él con tu ojos, y encomiendenme á Dios , y avi
escudero , y des felice principio á senme si cuando vamos por esas al
nuestro nuevo viaje . Eso haré yo, tanerías podré encomendarme á nues
señora condesa Trifa di, de muy buen tro Señor, ó invocar los ángeles que
grado y de mejor talante, sin poner mº favorezcan . A lo que respondió
me á tomar cojín ni calzarme espue Trifaldi : Sancho , bien podéis enco
las por no detenerme : tanta es la mendaros á Dios, ó á quien quisié
gana que tengo de veros á vos , seño redes , que Malambruno , aunque es
ra, y á todas estas dueñas rasas y encantador, es cristiano, y hace sus
mondas. Eso no haré yo , dijo San encantamentos con mucha sagacidad
cho, ni de malo ni de buen talante, y con mucho tiento sin meterse con
en ninguna manera ; y si es que este nadin . Ea pues , dijo Sancho, Dios me
rapamiento no se puede hacer sin ayude v la Santísima Trinidad de
que yo suba á las ancas, bien puede Gaeta. Desde la memorable aventura
buscar mi señor otro escudero que le de los batanes, dijo don Quijote, nun
352 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

ca he visto á Sancho con tanto te vo he leído en Virgilio aquello del


mor como ahora ; v si yo fuera tan Paladión de Troya, que fué un caba
agorero como otros, su pusilanimidad llo de madera que los griegos pre
me hiciera algunas cosquillas en el sentaron á la diosa Palas , el cual
ánimo. Pero il gaos aquí , Sancho, iba preñado de caballeros armados
que con licencia destos señores Os que después fueron la total ruina de
quiero hablar aparte dos palabras ; y Troya, y así será bien ver primero
apartando á Sancho entre unos ár lo que Clavileño tiene en su estó .
boles de jardin , y asiéndole ambas mago. No hay nara qué, dijo la Do
manos le dijo : Ya ves , Sancho her lorida que yo le fío, y sé que M &
mano , el largo viaje que nos espera, lambruno no tiene nada de malicioso
y que sabe Dios cuándo volveremos ni da traidor : vuesa merced , señor
dél, ni la comodidad y espacio que don Quijote, suba sin pavor alguno,
nos darán los negocios ; y así querría y á mi daño si alguno le sucediere.
que ahora t retirases á tu aposen Parecióle á don Quijote que cual
to , como que vas a buscar alguna quiera cosa que replicase acerca de
cosa nec saria para el camino, v en su. seguridad sería pon r en detri
un daca las pajas te dieses á buena mento su valentía, y así sin más al
cuenta de los tres mi y trescientos tercar subió sobre Clavileño, y le
azotes á que estás obligado, siquiera tentó la clavija, que fácilmente se ro.
quinientos , que dados te los tendrás , deaba, y como no tenía estribos, y le
que el comenzar las cosas es tener colgaban las piernas, no parecía sino
las medio acabadas . Por Dios , dijo figura de tapiz flamenco pintada o te
Sancho, que vuesa merced debe de jida en algún romano triunfo. De mal
ser menguado : esto es como aquello talante y poco a poco llegó á subir
que dicen, en priesa me ves y don Sancho, y acomodándose lo mejor que
cellez me demandas . ¿ Ahora que pudo en las ancas, las halló algo du
tengo de ir sentado en una tabla ras y no nada biandas , y pidió al du
rasa , quiere vuesa merced que me que que si fuese posible le acomoda
lastim las posas ? En verdad , en sen de algún cojín ó de alguna al
verdad que no tiene vuesa merced mohada , aunque fuese dei estrado de
razón : vamos ahora á rapar estas su señora la duqu ' sa , ó del lecho de
dueñas , que a la vuelta yo le prome algún paje , porque las ancas de aquel
to á vuesa merced , como quien soy , caballo más parecían de mármol que
de darm tanta priesa á salir de mi de leño . A esto dijo la Trifaldi , que
obligación , que vuesa merced se con ningún jaez ni ningún género de
vente , y no lo diga más . Y don Qui adorno sufría sobre si Clavileño ;
jote respondió : Pues con esa pro que lo que podía hacer era ponerse
mesa , buen Sancho, voy consolado, á mujeriegas, y que así no sentiría
y creo que la cump irás, porque en tanto la dureza . Hizolo así Sancho, y
efecto , aunque tonto, eres hombre diciendo adiós , se dejó vendar los
verídico . No soy verde, sino more ojos, y ya después de vendados ge
no, dijo Sancho ; pero aunque fuera volvió a descubrir, y mirando á to
de mezcla cumpliera mi palabra . Y dos los del jardín tiernamente y con
con esto se volvieron a subir en Cla lágrimas, dijo que le ayudasen en
vileño, y al subir dijo don Quijote : aquel trance con sendos paternostres
Tapaos , Sancho , y subid , Sancho , y sendas avemarías, porque Dios de
que quien de tan lueñes tierras envía parase quien por ellos los dij se cuan
por nosotros no será para engañar do en semejantes trances se viesen .
nos , por la noca gloria que le puede A lo que dijo don Quijote : Ladrón ,
redundar de engañar á quien dél se & estás puesto en la horca por ventu
fía, y puesto que todo suc diese al ra, 6 en el último término de la vida,
revés de lo que imagino , la gloria para usar de semejantes plegarias ?
de haber emprendido esta hazaña no ¿ No estás, desalmada y cobarde cria
la podrá obscurecer malicia alguna . tura, en el mismo lugar que ocupó la
Vamos, señor , dijo Sancho , que las linda Magalona , del cual descendió ,
barbas - lágrimas destas señoras las no á a sepultura , sino á ser reina
tengo clavadas en el corazón , y no de Francia , si no mienten las histo.
comeré bocado que bien me sepa has rias ? Y yo, que voy á tu lado , a no
ta verlas en su primera lisura. Suba puedo ponerme al del valeroso Pir
vuesa merced , y tápese primero , que rres , que oprimió este mismo lugar
si yo tengo de ir a las ancas , claro que yo ahora oprimo ? Cúbrete , cu .
brete, animal descorazonado, no
está que primero sube el de la silla .
Así es la verdad , replicó don Quijo te salga á la boca el temor que tie
te ; y sacando un pañuelo de la fa ! nes , á lo menos en presencia mía.
triquera , pidió a la Do orida que le Tápenme, respondió Sancho , y pues
cubriese muy bien los ojos , y habién nc quirren me encomiende a Dios ni
doselos cubierto se volvió a descu que sea encomendado , ¿ qué mucho
brir , y dijo : Si mal no me acuerdo , que tema no ande por aquí alguna
PARTE 11.- CAPÍTULO XLI 353

legión de diablos que den con noso tamos. No hagas tal, respondió don
tros en Peralvillo ? Cubriéronse , y Quijote, y acuérdate del verdadero
sintiendo don Quijote que estaba cuento del licenciado Torralva, á
como había de estar, tentó la clavija , quien llevaron los diablos fin volan
y apenas hubo puesto los dedos en das por el aire caballero en una caña,
ella cuando todas las dueñas y cuan oʻrrados los ojos , y en doce horas
tos estaban presentes lovantaron las llegó á Roma, y se apeó en Torre
voces diciendo : Dios te guíe, vale de Nona, que es una calle de la ciu
roso caballero , Dios sea contigo, .S dad , y vió todo el fracaso y asalto y
cudero intrépido : ya , ya vais por muerte de Borbón , y por la mañana
esos aires , rompiéndolos con más ya estaba de vue ta en Madrid , don
velocidad que una saeta ; ya CO de dió cuenta de todo lo que había
menzáis á suspender y admirar á visto ; el cual asimismo dijo, que
cuantos desde la tierra os están mi cuando iba por al aire le mandó el
rando. Tente , valeroso Sancho, que diablo que abriese los ojos , v los
te bamboleas, mira no caigas, que abrió , v se vió tan cerca , á su pare
será por tu caída que la del cer, del cuerpo de la luna, que la
atrevido mozo que quiso regir al pudiera asir con la mano, y que no
carro del sol su padre. Oyo Sancho osó mirar á la tierra por no desva
las voces , y apretándose con su amo , necerse : así que , Sancho, no hay
y ciñéndole con los brazos le dijo : para que descubrirnos, que el que nos
Señor, ¿ cómo dicen estos que vamos lleva a cargo él dará cuenta de nos.
tar altos, si alcanzan acá sus voces , otros , y quizá vamos tomando puntas
y no parece sino que están aquí ha y subiendo en a to para dejarnos
blando junto á nosotros ? No repares caer de una sobre el reino de Canda
en eso , Sancho, que como estas cosas ya, como hace el sacre ó nebií sobre
y estas volaterías van fuera de los la garza para cogerla por más que
cursos ordinarios, de mil leguas ve se remonte ; y aunque nos parece
rás y oirás lo que quisieres , y no que no ha media hora que nos parti
me aprietes tanto , que me d'rribas ; mos del jardín , créeme que debemos
y en verdad que no sé de qué te tur de haber hecho gran camino . No sé
625 ni te espantas, que osaré jurar lo que es, respondió Sancho Panza,
que en todos los días de mi vida he sólo sé decir que si la señora Maga
sutido en cabaigadura de paso más llanes ó Magalona se contentó destas
llano : no parece sino que no nos mo ancas, que no debía de ser muy tier
vemos de un lugar. Destierra, Eme na de carnes. Todas estas pláticas
go , el miedo , que en efecto la cosa de los dos valientos oían el duque y
va como ha de ir , y el viento lleva la duquesa y los del jardín, de que
mos en popa. Así es la verdad , res. recibían extraordinario contento ; y
pondió Sancho, que por este lado queriendo dar remate á la extraña y
me da un viento tan recio , que pa bien fabricada aventura , por la cola
reca que con mil fuelles me están de Clavileño le pegaron fuego con
soplando ; y así era Allo, que unos unas estopas, y al punto , por estar
grandes fuelles le estaban haciendo el caballo lleno de cohetes tronado .
aire . Tan bien trazada estaba la tal res , voló por los aires con extraño
aventura por el duque y la duquesa y ruido , y dió con don Quijote y con
su mayordomo, que no le falto e Sancho Panza en el suelo medio cha
quisito que la dejase de hacer per muscados . En este tiempo ya se ha
fecta . Sintiéndose pues soplar don bía desaparecido del jardín todo el
Quijote , dijo : Sin duda alguna, San . barbado escuadrón de las dueñas, y
cho . que ya debemos de llogar á la la Trifaldi y todo ; y los del jardín
segunda región del aire , adonde se quedaron como desmayados tendidos
engendra el granizo y las nieves : los por el suelo. Don Quijote y Sancho
truenos, los relámpagos y los rayos se levantaron maltrochos, y mirando
bíendo , presto daremos en la región á todas partes quedaron atónitos de
y si es quș, desta manera vamos su verse en el mismo jardín de donde
hiendo, presto daremos en la región habían partido , y de ver tendido por :
del fuego, y no sé yo cómo templar tierra tanto número de gente ; V
esta clavija para que no subamos don creció más su admiración cuando a
de nos abrasemos . En esto con unas un lado del jardín vieron hincada
estopas ligeras de encenderse y apa una lanza en el suelo , y pendiente
garse, desde lejos, pendientes de una della y de dos cordones de seda ver
caña, lºs calentaban los rostros. San. do un pergamino liso y blanco , en
cho, que sintió el calor, dijo : Que el cual con etras de oro estaba os
me maten si no estamos ya en el lu crito lo siguiente :
gar del fuego ó bien cerca, porque « El ínclito caballero don Quijote
una gran parte de mi barba se me de la Mancha feneció y acabó 19
ha chamuscado, y estoy, señor , por aventura de la condesa Trifaldi , por
descubrirme y ver en qué parte es potro nombre llamada la dueña Do

23
35+ DON QUIJOTE DE LA MANCHA

plorida, y compañía , con sólo inten tapaba los ojos , y por allí miré la
tarla . tierra y parecióme que toda ella no
Malambruno se da por contento y era mayor que un grano de mostaza .
> satisfecho á toda su voluntad , y las y los nombres que andaban sobre
» barbas de las dueñas ya quedan li ella poco mayores que avellanas, por
» sas y mondas, y los reyes don Cla que se vea cuán altos debíamos de ir
»vijo y Antonomasia en su pristino entonces. A esto dijo la duquesa :
restado ; y cuando se cumpliere el Sancho amigo , mirad lo que decís,
Þescuderil vápulo , 12 blanca paloma que á lo que parece vos no vie
589 verá adre de los pestíferos giri teis la tierra, sino los hombres que
ofaltes que la persiguen , y en bra andaban sobre ella ; y está claro que
» zos de su querido arrullador, que si la tierra os parecið como un grano
masi ordenado por el sabio Mer de mostaza y cada hombre como una
» in , protoencantador de los encan avellana , un hombre solo había de
tadores. ) cubrir toda la tierra. Así es verdad ,
Habiendo pu's don Quijote leído respondió sancho ; pero con todo eso
las letras del pergamino , claro en la descubrí por un ladito, y la vi
tendió que del desencanto de Dulci toda. · Mirad , Sancho , dijo la duque
nea hablaban , y dando muchas gra sa, que por un adito no se ve el todo
cias al cielo de que con tan poco pe de lo que se mira. Yo no sé esas mi
ligro hubiese acabado tan gran fe radas, replicó Sancho, sólo sé que
cho , reduciendo á su pasada tez los será bien que vuesa señoría entien .
rostros de las ven rables dueñas, que da que pues volábamos por encanta
ya no parecían , se fué adonde el du mento , por encantamento podía yo
que y la duquesa aun no habían vuel ver toda la tierra y todos los hom
to en sí , y trabando de la mano al bres por doquiera que los mirara ;
duque le dijo : Ea, buen señor, buen y si esto no se me cres , tampoco
ánimo, buen ánimo, que todo es nada , creerá vuesa merced cómo descu
la aventura es ya acabada sin daño de briéndome por junto á las cejas
barras , como lo muestra claro el es me vi tan junto al cielo, que no
crito que en aquel padrón está puesto . había de mí á él palmo y medio ,
El duque poco a poco , y como quien por lo que pu do jurar, señora mía,
de un pesado sueño recuerda, fué vol que es muy grande además ; y suce
viendo en sí y por el mismo tenor dió que íbamos por parte donde es
la duquesa y todos los que por el tán las siete cabrillas; y en Dios y
jardín estaban caídos, con tales mues. en mi ánima que como yo en mi ni
tras de maravilla y espanto , que casi ñez fuí yn mi tierra cabrerizo, que
89 podían dar á entender haberles así como las ri me dió una gana
acontecido de verás lo que tan bien entretenerme con ellas un rator si
sabían fingir de burlas. Lego el du no* la cumpliera me parece que re
que el cartel con los ojos medio ce ventara. Vengo, pues, y tomo, y qué
rrados , y luego con los brazos abier. hago , sin decir nada a nadie , ni á mi
tos fué à abrazar á don Quijota, di señor tampoco, bonita y pasitamente
ciéndole ser el más buen caballero me apeé de C.avileño, y me entre
que en ningún siglo se hubiese vis. tuve con las cabrillas, que son como
to. Sancho andaba mirando por la unos alhelias y como unas flores, casi
Dolorida, por ver qué rostro tenía tres cuartos de hora, y Clavileño no
sin las barbas, v si era tan hermosa se movió de un lugar ni pasó ade
sin ellas como su gallarda disposición lante . Y en tanto que el buen San
promatía ; pero dijéronle que así cho Se entretenía con las cabras,
como Clavileño bajó ardiendo por los preguntó " l duque, en qué se en
aires y dió en el suelo , todo el escua tretenía el señor don Quijote ? A lo
drón de las dueñas con la Trifa di que don Quijote respondió : Como
había desaparecido, y que ya iban todas estas cosas y estos tales suce .
rapadas y sin cañones. Priguntó la sos wan fuera del orden natural, no
duqnesa á Sancho que cómo le había es mucho qu ^ Sancho diga lo que
ido en aquel largo viaje. A lo cual dice : de raí sé decir que ni me des
Sancho respondió : Yo, señora, senti cubrí por alto ni por bajo , ni vi el
que íbamos, según mi señor me dijo , cielo ni la tierra, ni la mar, ni las
volando por la r'gión del fuego, y arenas . Bien es verdad que sentí que
quise descubrirme un poco los ojos ; pasaba por la r " gión del aire, v aun
pero mi amo, á quien pedí licen que tocaba a la del fuego , pero que
cia para descubrirme, no lo consin pasásemos de allí no lo puedo creer ,
tió ; mas yo , que tengo no sé qué pues estando la región del fuego en
briznas de curioso , y de descar $ tre al cielo de la luna y la ú tima
ber lo que se me estorba é impide , región del aire , no podíamos llegar
bonitamente y sin que nadie lo vie al cielo donde están las siete cabri.
5 ° , por junto a las narices aparté llas que Sancho dice , sin abrasar
tanto cuanto el pañizuelo que me nos : y pues no nos asuramos , ó San.
PARTE IJ. - CAPÍTULO XLII 350

cho miente, ó Sancho sueña. Ni mien mostaza, ó qué dignidad ó imperio


to ni sueño, respondió Sancho, si no, el gobernar à media docena de nom
pregúntenme las señas de las tales bres tamaños como avellanas , que á
cabras, y por ellas verán si digo ver mi parecer no había más en toda la
dad ó 'no. Dígalas pues, Sancho, dijo tierra ? Si vuestra señoría fuese ser
la duquesa. Son , respondió Sancho, vidu en darme una tantică parte del
ias dos verdes, las dos encarnadas, cielo, aunque no furse más de media
las dos azules, y la una de mezcla. legua, la tomaría de mejor gana que
Nueva manera de cabras es esa, dijo la mayor insula del mundo. Mirad ,
el duque, y por esta nuestra región amigo Sancho, respondió el duque,
del suelo no se usan tales colores . yo no puedo dar parte del cielo á na
Bien claro está eso, dijo Sancho : sí, die, aunque no sea mayor que una
que diferencia ha de haber as ca uña , que á sólo Dios están reserva .
bras del cielo las del suelo. Decid das esas mercedes y gracias ; lo que
me, Sancho, preguntó el duque , é vis puedo dar os doy, que es una insula
teis allá entre esas cabras algún ca hecha y der cha , redonda y bien pro
brón ? No, señor, respondió Sancho ; porcionada, y sobremanera fértil y
pero of decir que ninguno pasaba de abundosa, donde si vos os sabéis dar
los cuernos de la luna. No quisieron maña, podéis con las riquezas de la
preguntarle más de su viaje, porque tierra granjear las del cielo. Ahora
les pareció que llevaba Sancho hilo bien, respondió Sancho, venga esa
de pasearse por todos los cielos, y dar insula , que yo pugnaré por ser tal
nuevas de cuanto allá pasaba, sin ha gobernador, que á nesar de bellacos
berse movido del jardín . En resolu me vaya al cielo ; y esto no es por
ción este fué el fin de la aventura de codicia que yo tenga de salir de mis
la dueña Dolorida, que dió que reir csillas, ni de levantarme á mayo .
á los duques, no sólo aquel tiempo, res , sino por el deseo que tengo de
sino el de toda su vida, y qué contar probar á qué sabe el ser gobernador.
á Sancho siglog si los viviera : y lle Si una vez lo probáis, Sancho, dijo el
gándose don Quijote á Sancho al oído, duque, comeros heis las manos tras
le dijo : Sancho, pues vos queréis el gobierno , por ser dulcísima cosa
que se os crea lo que habéis visto en el mandar y ser obedecido. A buen
el cielo, yo quiero que vos me creáis seguro que cuando vuestro dueño lle .
á mi lo que vi en la cueva de Mon gue á ser emperador, que lo será
tesinos, y no os digo más. sin duda, según van encaminadas siis
cosas , que no se lo arranquen como
quiera , y que le duela y le pise en
la mitad del alma del tiempo que bu
CAPITULO XLII biere dejado de serlo . Señor, renlicó
Sancho, yo imagino que es bueno
mandar aunque sea á un hato de ga
De los consejos que dió don Qui nado . Con vos me entierren , Sancho,
jote á Sancho Panza antes que que sabéis de todo , respondió el du
fuese á gobernar la insula , con que ; y yo espero que seréis tal go
otrus cosas bien consideradas. bernador como vuestro juicio pro
mate , quédese esto aquí ; y adver
Con el felice y gracioso suceso de tid que mañana en ese mismo día
la aventura de la Dolorida quedaron habéis de ir al gobierno de la insula ,
tan contentos los duques , que deter y esta tarde os acomodarán del tra
minaron pasar con las burlas adelan je conveniente que habéis de llevar,
te, viendo el acomodado sujeto que y de las cosas necesarias á vuestra ,
tenían para que se tuviesen por ve partida. Vístanme, dijo Sancho, como
ras ; y así habiendo dado la traza y quisieren , que de cualquier manera
órdenes que sus criados y sus vasa que vaya vestido seré Sancho Panza.
Dlos habían de guardar con Sancho Así es verdad, dijo el duque , pero los
en el gobierno de la ſusula prometi trajes se han de acomodar con el oficio
da, otro día, que fué el que sucedió o dignidad que se profesa , que no se
al vuelo de Tavileño, dijo el duque ría bien que un jurisper to se vistiere
á Sancho que se adeliñase y compu como soldado, ni un soldado como un
siese para ir á ser gobernador, que sacerdote. Vos, Sanchu, iréis vestido
ya sus insulanos le estaban esperando parte de letrado y parte de capitán,
eomo el agua de mayo. Sancho se le porque en la insula que os doy , tanto
humilló, y le dijo : Después que bajé son menester las armas como las le
del cielo, y después que desde su tras. Letras, respondió Sancho ,pocas
alta cumbre mire á la tierra, y la tengo, porqu . aun no sé el A B C , pero
vi tan pequeña, se templó en parte bástame tener el Christus en la me .
en mí la gana qus tenía tan grande moria para ser buen gobernador. De
de ser gobernador : porque ¿ qué las armas manejaré las que me die
grandeza es mandar en un grano de ren hasta caer, y Dios delante. Con
356 DON QUIJOTE DE LA MANCIIA

taa buena memoria, dijo el duque , es la verdad, respondió Sancho , pero


no podrá Sancho errar en nada. En fué cuando muchacho ; pero después,
esto llegó don Quijote, y sabiendo algo hombrecillo , gansos fueron los
lo que pasaba, y la celeridad con que que guardé, que no puercos ; pero
Sancho se había de partir á su RO esto paréceme á mí que no hace al
bierno, con licencia del duque le tomó caso , que no todos los que gobiernan
por la mano, y se fué con él á su es vienen de casta de reyes . Así es ver
tancia con intención de aconsejarle dad, replicó don Quijote, por lo cual
cómo se había de haber en su oficio. los no de principios nobles deben
Entrados pues en su aposento cerró acompañar la gravedad del cargo que
tras sí la puerta, y hizo casi por ejercitan con una blanda suavidad ,
fuerza que Sancho se sontase junto que guiada por la prudencia los li
á él , y con reposada voz le dijo : bre de la murmuración maliciosa, de
Infinitas gracias doy al cielo, San . quien no hay estado que se escape.
cho amigo, de que antes y primero , Haz gala , Sancho, de la humillad
que yo haya encontrado con alguna de tu linaje, y no te desprecies de
buena dicha, te haya salido á reci decir que vienes de labradores ; por
bir y á encontrar la buena ventura . que viendo que no ta corres , ningu
Yo, que en mi buena suerte te te no se pondrá á correrte ; y préciate
nía librada la paga de tus servicios, más de ser humilde virtuoso , que
me veo en los principios de aventa pecagor soberbio. Innumerables son
jarme, y tú antas de tiempo , contra aquellos que de baja estirpe nacidos
la ley del razonable discurso, te ves han subido á la suma dignidad pon
premiado de tus deseos . Otros co tificia é imperatoria , y desta verdad
hechan, importunan , solicitan , ma te pudiera traer tantos ejemplos que
drugan , ruegan , porfían, y no a can te cansaran .
zan lo que preterden ; y llega otro, y Mira , Sancho : gi tomas por medio
sin saber cómo ni cómo no , se halla á la virtud , y te precias de hacer he
con el cargo y oficio que otros mu chos virtuosos, no hay para qué te
chos pretendieron : y aquí entra y ner envidia á los que nacieron prín
encaja bien el decir que hay buena cipes señores, porque la sangre ce
y mala fortuna en las pretensiones. hereda, y la virtud se aquista , y la
Tú, que para mí sin duda alguna virtud rale por sí sola lo que la san
eres un porro, sin madrugar ni tras . gre no vale.
nochar, y sin hacer diligencia algu Siendo esto así, como lo es, si aca
na , con sólo - aliento que te ha to so viniere á verte cuando estés en tu
cado de la endante caballería , sin insula alguno de tus parientes, no le
míg ni ma ves gobernador de deseches ni le afrentes , antes le has
una insula como quien no dice de acoger, agasajar y regalar , que
nada. Todo esto digo, oh Sancho , con esto satisfarás al cielo, que gus
para que no atribuyas á tus me . ta que nadie se desprecie de lo que
recimientos la merced recibida , sino él hizo , y corresponderás á lo que
que des gracias al cie o , que dis one debes a la naturaleza bien concertad .
suavemente las cosas , y después las Si trujeres á tu mujer contigo (por
darás á la grandeza que en sí encie que no es bien que los que asisten á
rra la profesión de la caballería an gobiernos de mucho tiempo estén sin
dante , Dispuesto pues el corazón á las propias) , enseñala, doctrinala v
crear lo que te he dicho, está, oh desbástala de su natural radeza , por
hijo , atento á este tu Catón, que que todo lo que suele adquirir un go
quiere aconsejarte , y ser norte y guía bernador discreto suele perder y de
que encamine y saque á seguro rramar una mujer rústica y tonta.
puert de este mar procoloso donde Si acaso enviudaras ( cosa que pre
va's & engolfarte ; que los oficios y de suceder ), y con el cargo mejorares
grandes cargos no son otra cosa sino de consorte, no la tomes tal que te
ui golfo profundo de confusiones . sirva de anzuelo y de caña de pescar
Primeramente, oh hijo , has de te. y del no quiero de tu capilla ; por
mer á Dios ; porque en el temerle que en verdad te digo que de todo
está la sabiduría, y siendo sabio no aquello que la mujer del juez recibie
podrás errar en nada . re ha de dar cuenta al marido en la
Lo segundo , has de poner los ojos residencia universal, donde pagars
en quien eres , procurando conocerte con el cuatro tanto en la muerte las
á ti mismo, que es el más difícil co partidas de que no se hubiere hecus
nocimiento que puede imaginarse. cargo en la vida.
Del conocerte saldrá el no hincharte Nunca te guíes por la ley del en .
como la sana , que quiso igualarse caje , que suele tener mucha cabida
con el buey ; que si esto haces, ven con los ignorantes que presumen de
drá á ser feos pics de la rueda de agudos.
tu locura la consideración de haber Hallen en ti más compasión las 14 .
guardado puercos en tu tierra. Así grimas del pobre ; pero no más justi
PARTE II, -CAPÍTULO XLIII 357
cia que las informaciones del rico .
Procura descubrir la verdad por
entre las promesas y dádivas del rico,
como por entre los sollozos é impor CAPITULO XLIII
tunidades del pobre .
Cuando pudiere y debiere tener lu- De los consejos segundos que dió
gar la equidad , no cargues todo el don Quijote á Sancho Panza
rigor de la ley al delincuente ; que
no es mejor la fama del juez riguro.
$0 que la del compasivo . i Quién opera el pasado razonamien .
Si acaso doblares la vara de la jus. • to de don Quijote , que no le tuviera
ticia, no sea con el peso de laCádiva, por persona muy cuerda y mejor in
sino con el de la misericordia . tencionada ! Pero como muchas veces
Cuando te sucediera juzgar algún en el progreso desta grande historia
pleito de algún tu enemigo, aparta las queda dicho, solamente disparataba
mientes de tu injuria, y ponlas en la en tocándole en la caballería , y en los
verdad del caso . demás discursos mostraba tener claro
• No te ciegue la pasión propia en la y desenfadado entendimiento, de wa
causa ajena ; que los yerros que en rera que á cada paso desacreditaban
ella hicieres las inás veces serán sin sus obras su juicio, y su juicio sus
remedio , y si le tuvieren será á costa obras ; pero en esta destos seguodos
de tu crédito y aun de tu hacienda. documentos , que dió á Sancho, mos
Si alguna mujer hermosa viniere á tró tener gran donaire, y puso su dis
pedirte justicia, quita los ojos de sus creción y su locura en un levantado
lágrimas y tus oídos de sus gemidos, punto . Atentísimamente le escuchaba
y considera despacio la substancia de Sancho, y procuraba conservar en la
lo que pide , si no quieres que se ane memoria sus consejos, como quien
gue tu razón en su llanto y tu bon. pensaba guardarlos, y salir por ellos
dad en sus suspiros. á buen parto de la preñez de su go
Al que has de castigar con obras bierno. Prosigu :6 pues don Quijote, y
no trates mal con palabras, pues le dijo :
basta al desdichado la pena del su En lo que toca á cómo has de go
plicio sin la añadidura de las malas bernar tu persona y casa, Sancho, lo
razones . primero que te encargo es que seas
Al culpado que cayere debajo de tu limpio, y que te cortes las uñas, sin
jurisdicción considérale hombre mi- dejarlas crecer como algunos hacen ,
serable, sujeto a las condiciones de á quien su ignorancia les ha dado á
la depravada naturaleza nuestra , y en entender que las uñas largas les her
todo cuanto fuere de tu parte, sin ha mosean las manos, como si aquel ex.
cer agravio a la contraria , muéstra cremento y añadidura que se dejan
tele piadoso y clemente, porque aun . de cortar fuese uña, siendo antes ga
que los atributos de Dios todos son rra de cernícalo lagartijero, puerco
iguales , más resplandece y campea á y extraordinario abuso.
nuestro ver el de la misericordia que No andes, Sancho, desceñido y flo
el de la justicia . jo , que el vestido descompuesto da
Si estos preceptos y estas reglas si indicios de ánimo desmazalado, si ya
gues , Sancho, serán luengos tus días, la descompostura y filojedad no cao
tu fama será eterna, tus premios col debajo de socarronería, como se juz
mados, tu felicidad indecible ; casa gó en la de Julio César.
rás tus hijos como quisieres, títulos Toma con discreción el pulso á lo
tendrán ellos y tus nietos, vivirás en que pudiere valer tu oficio , y si su
paz y beneplácito de las gentes, y friere que des librea á tus criados,
en los últimos pasos de la vida te al dásela honesta y provechosa, más que
canzará el de la muerte en vejez sua ristosa y bizarra, y repártela entre
ve y madura errarán tus ojos las tus criados y los pobres : quiero de
tierna . < geacadas manos de tus ter vir, que si has de vestir seis pajes,
ceros netezuelos. Esto que hasta aqui viste tres y otros tres pobres, y así
te he dicho son documentos que han tendrás pajes para el cielo y para el
de adornar tu alma : escucha ahora suelo ; y este nuevo modo de dar li.
los que han de servir para adornio brea no lo alcanzan los vanagloriosos.
del cuerpo. Nn comas ajos ni cebollas , porque
no saquen con el olor tu villanería :
anda despacio , habla con reposo ; pero
no de manera que parezca que te es .
cuchas á ti mismo, que toda afecta
ción es mala .
Come poco , y cena más poco , que la
salud de todo el cuerpo se fragua en
la oficina del estómago .
358 DON QUIJOTE DE LA MANCITA
Sé templado en el beber, conside Sea moderado tu sueño, que el que
rando que el vino demasiado ni guar no madruga con el sol, no goza del
da secreto ni cumple palabra. día : y advierte, oh Sancho, que la di
Ten cuenta Sancho, de no mascar ligencia es madre de la buena ventu
à dos carrillos, ni de erutar delante ra , y la pereza su contraria jamás
de nadie. Eso de erutar no entiendo, llegó al término que pide un buen
dijo Sancho, y don Quijote le dijo : deseo.
Erutar, Sancho, quiere decir regoldar, Este último consejo que ahora dar
y este es uno de los más torpes Vue te quiero , puesto que no sirve para
cablos que tiene la lingua castellana, 6 adorno del cuerpo, quiero que le ile.
aunque es muy significativo, y así la vės muy en la memoria, que creo que
gente curiosa se ha acogido al latín , no te será de menos provecho que los
Y al regoldar dice erutar, y á los re que hasta aquí te he dado, y es, que
güeldos erutaciones : y cuando algu jamás te pongas á disputar de linajes,
nos no entiendan estos términos, in á lo menos comparándolos entre sí,
porta poco , que el uso los irá intro pues por fuerza en los que se compa
duciendo con el tiempo, que con faci ran, uno ha de ser el mejor, y del
lidad se entiendan ; y esto es enrique que abatieres serás aborrecido, y del
cer la lengua, sobre quien tiene poder que levantares en ninguna manera
el vulgo y el uso. En verdad, señor, premiado.
dijo Sancho, que uno de los consejos Tu vestido será calza entera , ropilla
y avisos que pienso llevar en la me larga, herreruelo un poco más largo,
moria ha de ser el de no regoldar, gregüescos ni por pienso, que no les
porque lo suelo hacer muy á menudo . están bien ni á los caballeros ni á los
Erutar, Sancho, que no regoldar, dijo gobernadores.
don Quijote . ' Erutar diré de aquí en Por ahora esto se me ha ofrecido ,
adelante, respondió Sancho, y á fe Sancho, que aconsejarte : andará el
que no se me olvide . tiempo, y según las ocasiones así se
También, Sancho, no has de mez rán mis documentos, como tú tengas
clar en tus pláticas la muchedumbre cuidado de avisarme el estado en que
de refranes que sueles , que puesto te hallares, Señor, respondió Sancho,
que los refranes son sentencias bre bien veo que todo cuanto vuesa mer
Ves, muchas veces los traes tan por ccd me ha dicho son cosas buenas,
los cabellos, que más parecen dispa santas y provechosas; & pero de qué
rates que sentencias. Eso Dios lo pue han de servir si de ninguna me acuer
de remediar , respondió Sancho, por do ? Verdad sea que aquello de no de .
que sé más refranes que un libro, y jarme crecer las uñas y de casarme
vienenseme tantos juntos a la boca otra vez si se ofreciere , no se me pa
cuando hablo , que riñen por salir sará del magín ; pero esotros badula
unos con otros, pero la lengua va ques y enredos y revoltillos, no se
arrojando los primeros que encuentra, me acuerda ni acordará más dellos
aunque no vengan á pelo ; mas yo que de las nubes de antaño, y así será
tendré cuenta de aquí en adelante de menester que se me den por escrito ,
decir los que convengan a la gravo que puesto que no sé leer ni escribir ,
dad de mi cargo , qu en casa llena vo se los daré á mi confesor para que
presto se guisa la cena, y quien des me los encaje y recapacite cuando
taja no baraja, y á buen salvo está el fuere menester. I Ah pecador de mi!
que repica , y el dar y el tener, seso respondió don Quijote, y qué mal pa .
ha menester . Eso sí, Sancho, dijo don rece en los gobernadores el no saber
Quijote, encaja , ensarta, enhila refri leer ni escribir ; porque has de saber,
nes, que nadie te va á la mano : cas oh Sancho, que no saber un hombre
tígame mi madre y yo trompójelas . leer, ó ser zurdo, arguye una de dos
Estoite diciendo que excuses refranes , cosas : o que fué hijo de padres dema
v en un instante has echado aquí una siado humildes y bajos , ó él tan tra
letanía dellos , que así cuadran con lo vieso y malo, que no pudo entrar en
que vamos tratando , como por los ce él el buen uso ni la buena doctrina.
rros de Ubeda . Mira, Sancho, no te Gran falta es la que llevas contigo , y
digo yo que parece mal un refrán así querría que aprendieses á firmar
traído á propósito ; pero cargar ren siquiera. Bien sé firmar mi nombre,
' sartar refranes á trochemoche, hace respondió Sancho ; que cuando fui
la plática desmayada y baja. prioste en mi lugar aprendi a hacer
Cuando subieres á caballo no vayas unas letras como de marca de fardo,
echado el cuerpo sobre el arzón pos que decían que decían mi nombre,
trero , ni lleves las piernas tiesas y cuanto más que fingiré que tergo tu .
tiradas y desviadas de la barriga del llida la mano derecha, y haré que fir
caballo , ni tampoco vayas tan floin me otro por mí, que para todo hay
que parezca que vas sobre el rucio ; remedio , si no es para la muerte ; ..
que el andar á caballo á unos hace teniendo yo el mando y el palo haré
caballeros, á otros caballerías . lo que quisiere : cuanto más que al
!

PARTE II . - CAPÍTULO XLIV 359

que tiene el padre alcalde... y siendo sabe el necio en su casa , que el cuer
yo gobernador , que es más que ser do en la ajena. Eso , no , Sancho, res
alcalde , llegaos, que la dejan ver, no pondió don Quijote, que el recio en
sino popen y calóñerme, que vendrán su casa ni en la ajena sabe nada , á
por lana y volverán trasquilados , y á causa que sobre el cimento de la ne
quien D'os quiere bien , la casa le sa cedad no asienta niegún discreto edi .
be , y las necedades del rico por sen . ficio ; y dejemos esto aquí , Sancho,
tencias pasan en el mundo , y siéndolo que si mal gobernares, tuya será la
yo, siendo gobernador y juntamente culpa, y mía la vergüenza ; mas con
liberal como lo pienso ser , no habrá suélome que he hecho lo que debía
falta que se me parezca : no sino ha en aconsejarte con las veras y con la
ceos miel , y paparos han moscas ; discreción á mí posible : con esto sal
tanto vales cuanto tienes, decía una go de mi obligación y de mi prome
mi agüela, y del hombre arraigado no sa ; Dios te guie , Sancho, y te gobier
te verás vengado. Toh maldito seas ne en tu gobierno, y á mi saque del
de Dios, Sancho ! dijo á esta sazón escrúpulo que me queda, que has da
don Quijote : sesenta mil Satanases te dar con toda la insula patas arriba,
llevien á ti y á tus refranes : una ho
ra ha que los estás ensartando, y dán * cosa que pudiera yo excusar con des
cubrir al duque quién eres , diciéndo
dome con cada uno tragos de tormer le que toda esa gordura y esa perso
to. Yo te aseguro que estos refranes nilla que tienes no es otra cosa que
te han de llevar an día á la horca ; un costal lleno de refranes y de ma
por ellos te han de quitar el gobierno iicias. Señor , replicó Sancho, si
tus vasallos, o ha de haber entre ellos vuesa merced le parece que no soy de
comunidades. Dime , ¿ dónde los ha pro para este gobierno , desde aquí le
llas, ignorante ? có como los aplicas, suelto , que más quiero un solo negro
mentecato ? que para decir yo uno , y de la uña de mi alma, que á todo mi
aplicarle bien, sudo y trabajo como si cuerpo, y así me sustentaré Sancho á
.cavase. Por Dios , señor nuestro amo, secas con pan y cebolla, como gober
replicó Sarcho, que vuesa merced se nador con perdices y capones ; y más,
queja de bien pocas cosas . A qué dia que mientras se duerme todos son
blos se pudre de que yo me sirva de iguales, los grandes y los menores,
mi hacienda, que ninguna otra tengo , los pobres y los ricos ; y si vues
ni otro caudal alguno, sino refranes y merced mira en ello, verá que sólo
más refranes, y ahora que se me vuesa merced me ha puesto en esto
ofrecen cuatro que venían aquí pinti de gobernar , que yo no sé más de go
parados 6 como peras en tabaque; pe biernos de insulas que un buitre ; y si
al buen callar
ro no los diré, porqueSancho se imagina que por ser gobernador
llaman Sancho . Ese no eres
me ha de llevar el diablo, más me
tú , dijo don Quijote, porque no sólo quiero ir Sancho al cielo que gober
no eres buen callar, siro mal hablar y nador al infierno . Por Dios, Sancho ,
mal porfiar, y con todo eso querría dijo don Quijote, que por solas estas
saber qué cuatro refranes te ocurrian últimas razones que has dicho juzgo
ahora á la memoria que venían aquí que mereces ser gobernador de mil
á proposito , que yo ando recorriendo ínsulas : buen natural tienes, sin el
la mía , que la tengo buena, y nin cual no hay ciencia que valga : enco
guno se me ofrece . Qué mejores , dijo miéndate á Dios , y procura no errar
Sancho , que entre dos muelas corda en la primera intención : quiero decir
les nunca pongas tus pulgares ; y, á que siempre tengas intento y firme
idos de mi casa, y qué quereis con
propósito de acertar en cuantos nego
mi mujer, no hay responder ; y , si cios te ocurrieren , porque siempre fa
da el cántaro en la piedra, ó la piedra vorece el cielo los buenos deseos ; y
en el cántaro , mal para el cantaro : vámonos á comer ; que creo que ya
todos los cuales vienen a pelo. Que estos señores dos aguardan .
nadie se toma con su gobernador ni
con el que le manda, porque saldrá
lastimado , como el que pone el dedo
entre dos muelas cordales, y aunque CAPITULO XLIV
10 sean cordales, crmo sean muelas,
no importa , y á lo que dijere el go
bernador no hay que replicar, como
Cómo Sancho Panza fué llevado il
al salíos de mi casa , y qué queréis
con mi mujer : pues lo de la piedra gobierno y la extraña aventura
que en el castillo sucedió á don
en el cántaro un ciego lo verá. Asi
que , es menester que el que ve la Quijote.
mota en el ojo ajeno , vea la viga en
el suyo , porque no se diga por él : Dicen que en el propio original
desta historia se lee , que llegando Ci
espantóse la muerte de la degollada ; de Hamete á escribir este capítulo no
I vuesa mereed sabe bien, que más le tradujo su intérprete como él le ha
350 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

bía escrito , que fué un modo de que. naire que queda referido ; y con esto ,
ja que tuvo el moro de sí mismo por y con ir industriado de sus señores
haber tomado entre manos una his de cómo se había de haber con San
toria tan seca y tan limitada como cho , salió con su intento maraviilo
esta de don Quijote, por parecerle que samente. Digo pues , que acaeció que
siempre habia de hablar dél y de Sau . así como Sancho vio al tal mayordo
cho, sin osar extenderse á otras digre mo, se le figuró en su rostro el mis
siones y episodios más graves y más mo de la Trifaldi, y volviéndose
entretenidos ; y decía que el ir sien . su señor, le dijo : Señor, o á mí me
pre atenido el entendimiento, la mano ha de llevar el diablo de aquí de
y la piuma á escribir de un solo $11 donde estoy en justo y en creyente ,
jeto, y hablar por las bocas de pocas ó vuesa merced me ha de confesar
personas, era un trabajo incompara que el rostro deste mayordomo del
ble, cuyo fruto no redundaba en el duque, que aquí está, es el mesmo de
de su autor ; y que por huir deste in la Dolorida, Miró don Quijote atenta
conveniente había usado en la prime mente al mayordomo, y habiéndole
ra parte del artificio de algunas noves mirado, dijo a Sancho : No hay para
las , como fueron la del Curioso im. qué te lleve el diablo, Sancho, ni en
pertinente, y la del Capitán cauti. justo ni en creyente (que no sé lo que
to, que están como separadas de la quieres decir) , que el rostro de la Do
1: istoria, puesto que las demás que lorida es el del mayordomo;pero no
aili se cuentan son casos sucedidos al por eso el mayordomo es la Dolorida ,
nismo don Quijote , que no podían que á serlo implicaria contradicción
dejar de escribirse. También penso, muy grande , y no es tiempo ahora de
como él dice, que muchos, llevados de hacer estas averiguaciones , que sería
la atención que piden las hazañas de entrarnos en intrincados laberintos.
don Quijote, no la darían á las nove Créeme , amigo , que es menester ro
tas, y pasarían por ellas 6 con priesa gur á nuestro Señor muy de veras
6 on enfado, sin advertir la gala y que nos libre á los dos de malos
artificio que en sí contienen , el cual hechiceros y de malos encantado
Se mostrara bien al descubierto cuan. res . No es burla , señor , replicó
do por sí solas , sin arrimarse á las lo Sancho, sino que denantes le of ha
curas de don Quijote ni á las sande blar, y no pareció sino que la voz
ces de Sancho , salieran á luz : y así de la Trifaldi me sonaba en los oídos ,
en esta segunda parte no quiso in Ahora bien , yo callaré ; pero no de
gerir novelas sueltas ni pegadizas, si jaré de andar advertido de aquí ade
no algunos episodios que lo parecie lante á ver si descubro otra señal que
sen , nacidos en los mismos sucesos confirme o desfaga mi sospecha. Asi
que la verdad ofrece, y aun estos lo has de hacer, Sancho , dijo don
limitadamente, y con solas las pala . Quijote, y darásme aviso de todo lo
bras que bastan á declararlos : y pues que en este caso descubrieres, y de
se contiene y cierra en los estrechos todo aquello que en el gobierno te so
límites de la narración , teniendo ha cediere. Salió en fin Sancho acompa .
bilidad , suficiencia y entendimiento ñado de mucha gente, vestido á lo
para tratar dil universo todo, pide letrado , y encima un gaban muy an
no se desprecie su trabajo, y se le cho de camelote de aguas leonado , con
den alabanzas, ne por lo que escribe, una montera de lo mismo, sobre un
sino por lo que ha dejado de escri. macho á la jineta, y detrás dél, per
bir ; y luego prosigue la historia 'orden del duque, iba el rocio con
diciendo, que en acabando do comer jaeces y ornamentos jumentiles de se
don Quijote el día que dió los con da y flamantes. Volvía Sancho la ca
sejos á Sancho, aquella tarde se los beza de cuando en cuando á mirar a
dió escritos, para que él buscase su asno, con cuya compañía iba tan
quien se los leyese ; pero apenas se contento, que no se trocara con el em.
los hubo dado, cuando se le cayeron perador de Alemania.
y vinieron á manos del duque , que Al despedirse de los duques les
los comunicó con la duquesa, y los beso las manos , y tomó la bendición
dos se admiraron de nuevo de la de su señor, que se la dió con lágri .
locura y del ingenio de don Qui mas, y Sancho la recibió con pucheri
jote ; y así llevando adelante sus bur. tos . Deja , lector amable, ir en paz .
las, aquella tarde enviaron á Sancho enhorabuena al buen Sáncho , y es.
con mucho acompañamiento al lugar pera dos fanegas de risa que te ha
que para el había de ser insula . de causar el saber cómo se porto en
su cargo ; y en tanto atiende a saber
Acaeció pues , que el que le llevaba lo que le pasó á su amo aquella no
á cargo era un mayordomo del duque , che , que si con ello no rieres , por lo
muy discreto y muy gracioso , que no menos desplegarás los labios con risa
puede haber gracia donde no hay dis de jimia , porque los sucesos de don
creción ; el cual había hecho la perso
na de la condesa Trifaldi con el do Quijote o se han de celebrar con eda
PARTE II. -CAPÍTULO XLIV 361

miración o con risa . Cuéntase pues belleza de tan gran señora. A lo cual
que apenas se hubo partido Sancho, dijo don Quijote : Vuestra altitud ha
don Quijote sintió su soledad, y si le hablado como quien es , que en la boca
fuera posible revocar la comisión y de las buenas señoras no ha de ha
quitarle el gobierno, lo hiciera, Co ber ninguna que sea mala : y más
noció la duquesa su melancolía , y Venturosa y más conocida será en el
preguntóle que de que estaba triste, mundo Dulcinea por haberla alabado
que si era por la ausencia de Sancho vuestra grandeza, que por todas las
que escuderos , dueñas y doncellas ha. alabanzas que puedan darle los más
bía en su casa que le servirían muy elocuentes de ja tierra . Ahora bien ,
á satisfacción de su deseo. Verdad es, señor don Quijote, replicó la duque
señora mía, respondió ' don Quijote, ca, la hora de cenar se llega , y el
que siento la ausencia de Sancho ; duque debe de esperar : venga vucsa
pero no es esa la causa principal que merced, y cenemos, y acostaráse tem
me hace parecer que estoy triste ; y prano, que el viaje que ayer hizo de
de los muchos ofrecimientos que Candaya no fué tan corto que no haya
Vuestra Excelencia me hace, solamen causido algún molimiento. No siento
te acepto y escojo el de la voluntad ninguno , señora, respondió don Qui .
con que se me hacen, y en lo demás jote, porque osaré jurar á Vuestra
suplico á Vuestra Excelencia que den Excelencia que en mi vida he subido
tro de mi aposento consienta y per sobre bestia más reposada ni de me
mita que yo solo sea el que me sirva . jor paso que Clarileño, y no sé yo que
En verdad , dijo la duquesa, señor ion le pudo mover á Malambruno par :
Quijote, que no ha de ser así, que le deshacerse de tan ligera y tan gentil
han de servir cuatro doncellas de las cabalgadura, y abrasarla así sin mis
mías , hermosas como unas flores. ni más. A eso se puede imaginar , res
Para mí, respondió don Quijote, no pondió la duquesa, que arrepentido
serán ellas como flores, sino como del mal que había hecho a la Tri
espinas que me puncen el alma. Así faidi y compañía y á otras personas ,
entrarán ellas en mi aposento , ni y de las maldades que como hechi
cosa que lo parezca , como volar. Si cero , y encantador debía de haber co
es que vuestra grandeza quiere llevar metido, quiso concluir con todos los
adelante el hacerme merced sin yo instrumentos de su oficio , y como á
merecerla , déjeme que yo me las ha principal , y que más le traía desaso
ya conmigo, y que yo me sirva de mis segado vagando de tierra en tierra,
puertas adentro, que yo ponga una abrasó á Clavileño , que con sus abra
muralla en medio de mis deseos y de sadas cenizas y con el trofeo del car
mi honestidad ; y no quiero perder tel queda eterno el valor del gran don
esta costumbre por la liberalidad que Quijote de la Mancha . De nuevo nue
Vuestra Alteza quiere mostrar conmi vas gracias dió don Quijote á la du
go ; y en resolución, antes dormiré quesa, y en cenando, don Quijote se
vestido que consentir que nadie me retiró en su aposento, solo , sin con
desnude. No más , no más , señor don sentir que nadie entrase con él á ser
Quijote , respondió la duquesa : por virle : tanto se temía de encontrar
mi digo que daré orden que ni aun ocasiones que le moviesen 6 forzasen
una mosca entre en su estancia , no á perder el honesto decoro que á su
que una doncella ; no soy yo persona señora Dulcinea guardaba , siempre
que por mí se ha de descabalar la puesta en la imaginación la bondad de
decencia dei señor don Quijote , que Amadís, flor y espejo de los andan
según se me ha traslucido, la que tes caballeros . Cerró tras si la puer
más campea entre sus muchas vir. ta, y á la luz de dos velas de cera se
tudes es la de la honestidad . Desnú desnudó, y al descalzarse, ioh desgra
dese vuesa merced, y vístase a sus cia indigna de tal persona ! se le sol.
solas y á su modo, cómo y cuando taron , no suspiros ni otra cosa que
qnisiere , que no habrá quien lo impi desacreditase la limpieza de su poli
da, pues dentro de su aposento halla cía, sino hasta dos docenas de puntos
rá los vasos necesarios al menester de una media , que quedo hecha celo .
del que duerme á puerta cerrada , sía . Afligiose en extremo el buen se.
porque ninguna natural necesidad le ñor , y diera él por tener allí un adar
obligue á que la abra . Viva mil siglos me de seda verde , una orza de plata :
la gran Dulcinea del Toboso , y sea su digo seda verde porque las medias
nombre extendido por toda la redon eran verdes . Aquí exclamó Benengeli,
dez de la tierra , pues mereció ser y escribiendo dijo : 10h pobreza, po
amada de tan valiente y tan honesto breza ! no sé yo con qué razón se mo
caballero , y los benignos cielos ir vió aquel gran poeta cordobés á 113
fundan en el corazón de Sancho Pan. marte dádiva santa desagradecida :
za, muestro gobernador , un deseo de yo , aunque moro , rien sé por la co
acabar presto sus disciplinas, para municación que he tenido con cristia
ros, que la santidad consiste en la
que ruelva á gozar el mundo de la
362 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

caridad , humildad, fe, obediencia y nida. No des en eso , Altisidora imi


pobreza ; pero con todo eso digo que ga, respond.eron , que sin duda la
ha de tener mucho de Dios el que se duquesa y cuantos hay en esta casa
riniere á contentar con ser pobre, si duermen, si no es el señor de tu cora
no es de aquel modo de pobreza de zón y el despertador de tu alma, por
quien dice uno de sus mayores san que ahora sentí que abría la ventana
tos : Tened todas las cosas como si do de la reja de su estancia, y sin duda
Jas tuviésedes, y á esto llaman po. debe de estar despierto ; canta lasti
breza de espíritu ; pero tú, segunda mada mía, en tono bajo y suave ad
pobreza (que eres de la qne yo ha son de tu arpa, y cuando la duquesa
b.o) , é por qué quieres estrellarte con nos sienta le echaremos la culpa al
los hidalgos y bien nacidos más que calor que hace . No está en eso el pun
con la otra gente ? ¿ Por qué los obli to, oh Emerencia, respondió la Alti
gas á dar pantalia á los zapatos, y á sidora , sino in quo no querría que
que los botones de sus ropillas unos mi canto descubriese mi corazón , y
sean de seda, otros de oerdas y otros fuese juzgada, de los que no tenen
de vidrio ? ¿Por qué sus cuellos por noticia do las fuerzas poderosas del
la mayor parte han de ser siempre amor, por doncella antojadiza y livia
escarolados y no abiertos con moldo ? na ; pero venga lo que viniere, que
( y en esto se echará de ver que es más vale vergüenza en cara, que man
antiguo el uso del almidón y de los cilla en corazón ; y en esto comenzó
cuellos abiertos) y prosiguió : mise á tocar una arpa suavisimamente .
rable del bien nacido que va dando Oyendo lo cual quedó don Quijote pas
pistos á su horra, comiendo mal y á mado, porgue en aquel instante se le
puerta cerrada, haciendo hipócrita al vinieron a la memoria las infinitas
palillo de dientes con que sale á la aventuras, semejantes a aquella , de
calle después de no haber comido ventanas, rejas y jardines , músicas,
cosa que le obligue á limpiárselos : requiebros y desvanecimientos que es
miserable de aquel , digo , que tiene los sus desvanecidos libros de caba
la honra espantadiza , y piensa que llorías había leído . Luego imaginé
desde una legua se le descubre el que alguna doncella de la duquesa
remiendo del zapato , el trasudor el estaba del enamorada. y que la ho
sombrero, la hilaza del herreruelo , y nestidad la forzaba a tener secreta su
la hambre de su estómago. Todo esto voluntad . Tem 6 no le rindiese, y pre
se le rer ovó á don Quijote en la sol puso en su pensamiento el no dejarse
tura de sus puntos ; pero consolóse vencer ; y encomendándose de todo
con ver que Sancho le había dejado buen ánimo y buen talante á su seño
uras botas de camino , que pensó po ra Dulcinea del Toboso, determiné
rerse otro día. Finalmente , el se re de escuchar la música, y para dar s
costó pensativo y pesaroso , así de la entender que allí estaba dió un fingi.
falta que Sancho le hacía, como de la do estornudo , de que no poco se ale
irreparabie desgracia de sus medias, graron las doncellas, que otra cos3
À quien tomara los puntos aunque no deseaban sino que don Quijote las
fuera con seda de otro color , que es oyese. Recorrida , pues , y afinada la
una de las mayores señales de misc arpa, Altisidora dió prircipio á este
ria que un hidalgo puede dar en el romance :
discurso de su prolija estrechez .
Mató las velas, hacía calor, y no po Oh tú , que estás en tu lecho
dia dormir : levantóse del lecho , y entre sábanas de holanda,
abrió un poco la ventana de una reja durmiendo á pierna tendida
que daba sobre un hermoso jardín, v de la noche à la mañana ;
al abrirla sintió y ogó que andabil y caballero el más valiente
hallaba gente en el jardín : púsose á que ha producido la Mancha,
escuchar atentamente, levantaron la más honesto y más bendito
voz los de abajo , tanto que pudo oir que el oro fino de Arabia :
estas razones : oye á una triste doncella,
No me porfíes , oh Emerencia, que bien crecida y mal lograda,
cants, pues sabes que desde el punto que en la luz de tus dos soles
que este forastero entró en este cas se siente abrasar el alma.
tillo, y mis ojos le miraron , yo no sé Tú buscas tus aventuras
cantar , sino llorar ; cuanto más que y ajenas desdichas hallas;
el sueño de mi señora tiene más de li das las feridas , y niegas
gero que de pesado, y no querría que el remedio de sanarlas .
nos hallase aquí por todo el tesoro del Dime, valeroso joven ,
mundo : y puesto caso que durmiese . que Dios prospere tus ansias,
y no despertase, en vano sería mi & si te criaste en la Libia,
canto si duerme y no despierta per 6 en las montañas de Jaca ?
oirlo este nuevo Eneas, que ha llega ¿ Si sierpes te dieron leche ?
do á mís regiones para dejarme escar & si á dicha fueron us am 38
PARTE II, CAPÍTULO XLV 383

a .aspereza de las selvas quince años ? Dejad, dejad á la mise


y el horror de las montañas ? rable que triunfe, se goce y ufane con
Muy bien puede Dulcinea, la suerte que amor quiso darle en
concella rolliza y sana, rendir mi corazón y entregarle ini
preciarse de que ha rendido alma : mirad , caterva enamorada , que
á una tigre y fiera brava.. para sola Dulcinea soy de masa y de
Por esto será famosa alfeñique, y para todas las demás soy
Desde Henares á Jarama, de pedernal : para ella soy miel, y
desde el Tajo á Marzanares, para vosotras acibar : para mí sola
desde Pisuerga hasta Arlanza . Dulcinea es la hermosa, la discreta ,
Trocárame yo por ella, la honesta, la gallarda y la bien .1a
y diera encima una saya cida , y las demás las feas, las necias,
de las más gayadas mías, las livianas y las de peor linaje: para
que de oro la adornan franjas. ser yo suyo, y no de otra alguna , me
i Oh quién se viera en tus brazos, arrojó la naturaleza al mundo , llore
o si 20 , junto á tu cama, o cante Altisidora, desespérese mada
rascándote la cabeza ma , por quien me aporrearon en el
y matándote la caspa ! castillo del moro encantado , que yo
Mucho pido, y no soy digna tengo de ser de Dulcinea cocido 6
de merced tan señalada : asado, limpio, bien criado y honesto,
los pies quisiera tocarte, á pesar de todas las potestades he
que á una humilde esto le basta . chiceras de la tierra ; y con todo este
iOh qué de cofias te diera, cerro de golpe la ventana , y despe
qué de escarpines de plata, chado y pesaroso , como si le hubiera
qué de calzas de damasco, acontecido alguna gran desgracia, se
qué de herreruelos de holanda! acostó en su lecho , donde le dejare
i qué de finísimas perlas, mos por ahora, porque nos está lla
cada cual como una agalla, mando el gran Sancho Panza, que
que á no tener compañeras, quiere dar principio a su famoso go
las solas fueran llamadas ! bierno .
No mires de tu Tarpeya
este incendio que me abrasa ,
Neron manchego del mundo, CAPITULO XLV
ni le avives con tu saña.
Niña soy , pulcela tierna,
mi edad de quince no pasa , De cómo el gran Sancho Panza
catorce tengo y tres meses , tomó la posesión de su insula y
te juro en Dios y en mi ánima. del modo que comenzó á gobernar.
No soy renca ni soy coja,
ni tengo nada de manca ; 10h perpetuo descubridor de los
los cabellos como lirios, antípodas , hacha del mundo, ojo del
que en pie por el suelo arrastran ; cielo, meneo dulce de las cantimplo
y aunque es mi boca aguileña, ras ! i Trimbio aquí, Febo allí, tirador
y la nariz algo chata, aca , médico aculla, padre de la poe
ser mis dientes de topacios sía , inventor de la música, tú que
mi belleza al cielo ensalza. siempre sales, y aunque lo parece ,
Mi voz, ya ves, si me escuchas, nunca te pones ! A ti digo, oh sol, con
que á la que es más dulce iguala , cuya ayuda el hombre engendra al
y soy de disposición hombre : á ti digo, que ine favorez
algo menos que mediana. cas y alumbres la obscuridad de miin.
Estas y otras gracias mías, genio, para que pueda discurrir por
son despojos de tu aljaba : sus puntos en la narración del gobier
desta casa soy doncella , no del gran Sancho Panza, que sin ti
y Altisidora me llaman . yo me siento tibio, desmalazado y
confuso .
Aquí dio fin el canto de la mal fe Digo pues que con todo su acompa
rida Altisidora, y comenzó el asombro ñamiento llegó Sancho á un lugar de
del requerido don Quijote, el cual hasta mil vecinos , que era de los me
dando un gran suspiro dijo entre sí : jores que el duque tenía . Diéronle á
iQue tengo de ser tan desdichado an entender que se llamaba la insula
dante, que no ha de haber doncella Barataria, o ya porque el lugar se lla
que me mire , que de mí no se enamo maba Baratario, 6 ya por el barato
re ! Que tenga de ser tan corta de con que se le había dado el gobierno .
ventura la sin par Dulcinea del Tobo Al llegar a las puertas de la villa, que
60, que no la han de dejar á solas go era cercada , salió el regimiento del
zar de la incomparable firmeza mia ! pueblo á recibirle : tocaron las campa :
¿ Qué la queréis reinas"? ¿ á qué la nas , y todos los vecinos dieron mues
perseguís , emperatrices ? & para qué tras de general alegría , y con mucha
la acosáis, doncellas de á catorce á pompa le llevaron á la iglesia mayor
DON QUIJOTE DE LA MANCHA

á dar gracias a Dios , y luego con al yo se los presté ; pero, por parecerme
gunas ridículas ceremonias le entrega que se descuidaba en la paga, se los
ron las llaves del pueblo , y le admi. he pedido una y muchas veoes ; y no
tieron por perpetuo gobernador de la solamente no me los vuelve, pero
insula Barataria . El traje , las barbas, me los niega, y dice que nunca tales
la gordura y pequeñez del nuevo go diez escudos le presté ; y que si se
bernador tenían admirada a toda la dos presté, que ya me los ha vuelto.
gente que el busilis del cuento no Yo no tengo testigos ni del prestado
sabía, y aun á todos los que lo sabían , ni de la vuelta , porque no me los
que eran muchos. Finalınente, en sa ha vuelto : querría que vuesa merced
cándole de la iglesia le llevaron á la le tomase juramento ; y si jurare
silla del juzgado , y le sentaron en que me los ha vuelto , yo se los
ella, y el mayordomo del duque le perdono para aquí y para delante de
dijo : Es costumbre antigua en esta Dios . ¿ Qué decís vos á esto , buen
insula, señor gobernador , que el que viejo del báculo ? dijo Sancho . A lo
viene á tomar posesión desta famosa que dijo el viejo : Yo , señor , con
insula está obligado á responder ú fieso que me los presto ( y baje vuesa
ana pregunta que se le hiciere , que merced esa vara ), y pues él lo deja
sea algo intrincada y dificultosa, de en mi juramento , yo juraré cómo se
cuya respuesta el pueblo toma y toca los he vuelto y pagado real y verda
el pulso del ingenio de su nueve go deramente . Bajó el gobernador la
bernador ; y así ó se alegra o se en vara, y en tanto el viejo del báculo
tristece cor su venida. En tanto que
el mayordomo decía esto á Sancho, dió el báculo al otro viejo que se le
estaba é! mirando tinas grandes y mu tuviese en tanto que juraba, como si
chas letras que en la pared frontera le embarazara mucho ; y luego puso
la mano en la cruz de la vara , di
de su silla estaban escritas, y como
el 10 sabía leer, preguntó que qué ciendo que era verdad que se le
eran aquellas pinturas que en aquella habían prestado aquellos diez escudos
pared estaban . Fuéle respondido : Se . que se le pedían ; pero que él se los
ñor , allí está escrito y notado el dia había vuelto de su mano á la guya ,
en que usia tomó posesión desta însu y que , por no caer en ello, se los
la , y dice el epitafio : Hoy , á día tan volvía á pedir por momentos. Viendo
tos de tal mes y de tal año , tomó la do cual el gran gobernador, preguntó
posesión desta insula ci señor don al acreedor qué res pondía á lo que
decía o
su contrari ; y dijo que sin
Sancho Paiza, que muchos años la
goce . Y á quién llaman don Sancho duda alguna su deudor debía de decir
Panza ? pregunto Sancho . A usía, reg. verdad , porque le tenía por hombre
pondió el mayordomo, que en esta de bien y buen cristiano , y quedoá él
ínsula no ha entrado otro Panza sino se le debía de haber olvida el
el que está sentado en esa silla . Pues cómo y cuando se los había vuelto , y
advertid , hermano, dijo Sancho, que que desde allí en adelante jamás le
yo no tengo don, ni en todo mi linaje pediría nada . Tornó á tomar su bácu
lo ha habido : Sar.cho Panza me lia lo el deudor , y bajando la cabeza, se
man á secas , y Sancho se llamó mi salió del juzgado . Visto lo cual por
padre, y Sancho mi agüelo , y todo Sancho, y que sin más ni más se
fueront Panzas sin añadidura de do iba, y viendo también la paciencia
nes ni donas, y yo imagino que esta del demandante , inclinó la cabeza so .
insula debe de haber más dones que bre el pecho, y poniéndose el indice
piedras ; pero basta, Dios me entien . de la mano derecha sobre las cejas y
de, y podrá ser que si el gobierno me las narices, estuvo como pensativo un
dura cuatro días yo escarde estos do pequeño espacio , y luego alzó la ca
nes , que por la muchedumbre deben beza y mando que le llamasen al
de enfadar como los mosquitos. Page viejo del báculo , que ya se había ido.
adelante con su pregunta el señor ma Trujéronsele, y, en viéndole, Sancho
vordomo, que yo responderé lo mejor le dijo : Dadme, buen hombre, se
que supiere , ora se entristezca o no báculo, que le he menester . De muy
se entristezca el pueblo . A este ins buena gana, respondió el viejo : hele
tante entraron en el juzgado dos aquí, señor ; y púsosele en la mano .
hombres ancianos : el uno traía una Tomolo Sancho , y dándoseic al otro
cañaheja por báculo, y el sin báculo viejo , le dijo : Andad con Dios que
dijo : Señor , á este buen hombre le ya vais pagado. ¿ Yo, señor ? respon
presté días ha diez escudos de oro dió el viejo : pues į vale esa ca
en oro, por hacerle placer y buena ñaheja diez escudos de oro ? Sí, dijo
obra , con condición que me los vol . el gobernador , o si no, yo soy el
viese cuando se los pidiese. Pasáronse mayor porro del mundo ; y ahora se
muchos días sin pedirselos, por no verá si tengo yo caletre para gober
ponerle en mayor necesidad de vol . nar todo un reino. Y mandó que allt
vérmelos, que la que él tenía cuando delante de todos se rompi se y abrie .
PARTE II. - CAPÍTULO XLV 365
Be la Hizose así, y en el
caña . paguéle lo suficiente , y ella , mal
corazón della hallaron diez escudos contenta , asió de mí y no me ha
en oro. Quedaron todos admirados, s dejado hasta traerme á este puesto .
tuvieron á su gobernador por un nue Dice que la forcé, y miente , para el
Vo Salomón . Preguntáronle de dónde juramento que hago ó pienso hacer ;
había colegido que en aquella ca y esta es toda la verdad , sin faltar
ñaheja estaban aquellos diez escudos ; meaja. Entonces el gobernador le pre
y respondió que , de haberle visto dar, guntó si traía consigo algún dinero
al viejo que juraba , á su contrario en plata ; el dijo que hasta veinte
aquel báculo en tanto que hacía el ducados tenía en el seno, en una bol .
el juramento, y jurar que Selos sa de cuero . Mandó que la sacase , y
habia dado real y verdaderamente , y se la entregase, así como estaba , á
que en acabando de jurar le tornó á la querellante ; el lo hizo temblando ;
pedir el bácnlo lo vino a la imagina tomola la mujer, y haciendo mil
ción que dentro del estaba la paga zalemas á todos, y rogando á Dios
de lo que el otro pedía ; de donde se por la vida y salud del señor gober
podía colegir que á los que gobier nador que así miraba por las huér
nan , aunque sean unos tontos tal fanas menesterosas y doncellas , con .
vez los encamina Dios en sus juicios ; tenta se salió del juzgado, llevando
y más , que él había oído contar otro la bolsa asida con entrambas manos ...
caso como aquel al cura de su lugar, aunque primero miró si era de plata
que él tenía tan gran memoria , que la moneda que llevaba dentro . Ape
á no olvidársele todo aquello de que nas salió , cuando Sancho dijo al ga
quería acordarse, no hubiera tal me nadero ( que ya se le saltaban las lá
moria en toda la insula. Finalmente, grimas, y los ojos y el corazón se le
el un viejo corrido y el otro pagado iban tras su bolsa) : Buen hombre , id
se fueron , y los presentes quedaron tras aquella mujer, y quitadle la
admirados, y que el que escribía las bolsa, aunque no quiera , y volved
palabras , hechos y movimientos de aquí con ella. Y no lo dijo ni á tonto
Sancho , no acababa de determinarse ni á sordo, porque luego partió como
si le tendría y pondría por tonto ó un rayo , y fué á lo que se le man
por discreto . Luego , acabado este daba . Todos los presentes estaban
pleito, entro en el juzgado una mujer , suspensos, esperando el fin de aquel
asida fuertemente de un hombre, ves pleito ; y de allí á poco volvieron el
tido de ganadero rico, la cual venia hombre y la mujer, más asidos y
dando grandes voces, diciendo : 1Jus aferrados que la vez primera : ella la
ticia , señor gobernador, justicia ! y si saya levantada, y en el regazo puesta
no la hallo en la tierra , la iré á bus la bolsa , y el hombre pugnando por
rar al cielo . Señor gobernador de mi quitársela ; mas no fra posible, se
ánima , este mal hombre me ha cogido gún la mujer la defendía, la cual
en la mitad de ese campo y se ha daba voces , diciendo : ¡ Justicia de
aprovechado de mi cuerpo como si Dios y del mundo ! Mire vuesa mér.
fuera trapo mal lavado, y idesdichada ced, señor gobernador, la poca ver
de mí ! me ha llevado lo que tenía güenza y el poco temor deste desal
guardado más de veintitrés años ha, mado , que en mitad de poblado y en
defendiéndolo de moros y cristianos , mitad de la calle me ha querido qui .
de naturales y extranjeros ; y yo tar la bolsa que vuesa merced mande
siempre dura como un alcornoque, darme . Y ¿ háosla quitado ? preguntó
conservándome entera como la sala
el gobernador . ¿ Cómo quitar ? res
manquesa en el fuego , o como la lana pondió la mujer ; antes me dejara
entre las zarzas, para que este buen yo quitar la vida que me quiten la
hombre llegase con sus manos lim bolsa . ¡ Bonita es la niña ! Otros ga
pios á manosearme. Aun eso está por tos me han de echar á las barbas,
averiguar , si tiene limpias o no las que no este desventurado y asquero
manos este galán , dijo Sancho ; y vol . so. Tenazas y martillos, mazos y esco.
viéndose al hombre, le dijo qué decía plos no serán bastantes á sarármela
y respondía á la querella de aquella de las uñas , ni aún garras de leones :
mujer. El cual todo turbado , respon antes el ánima de en mitad en mital
dio : Señores , yo soy un pobre gana de las carnes . Ella tiene razón , diio
dere de ganado de cerda, y esta ma. el hombre, y yo me doy por rendido
ñana salía deste lugar , de vender (con y sin fuerzas, y confieso que las mías
perdón sea dicho) cuatro puercos ...
que me llevaron de alcabalas y soca no son bastantes para quitársela ;
dejóla. Entonces el gobernador dijo
liñas poro menos de lo que ellos á la mujer : Mostrad , honrada y e
valían. Volvíame a mi aldea, topé en liente , esa bolga . Ella se la dió luego ,
el camino a esta buena dueña ; y el el gobernador se la volvió al hom
diablo que todo lo añasca y todo lo bre , v dijo á la esforzada y no forza
cuece , nizo que yogasemos juntos : da : Hermana mía , si el mismo aliento
366 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

valor que habéis mostrado para y del nuevo pleito . Sancho se puso á
defender esta bolsa, lo mostrárades considerar un poco, y dijo : Paréceme
(y aún la mitad menos) para defen que en este pleito no ha de haber
der vuestro cuerpo , las fuerzas de largas dilaciones, sino juzgar luego á
Hércules no us hicieran fuerza. An juicio de buen varón ; y así, yo doy
dad con Dios y mucho de enhora por sentencia, que el sastre pierda las
mala , y no paréis en toda esta insula hechuras y el labrador el paño y las
ni en seis leguas á la redonda , so caperuzas se lleven á los presos de
pena de doscientos azotes ; andad la cárcel , y no haya más.
luego , dijo , churrillera, desvergon Si la sentencia pasada de la bolsa
zada y embaidora . Espantóse la mu. del ganadero movio á admiración á
jer, y fuése cabizbaja y mal conten los circunstantes, esta les provocó á
ta; y el gobernador dijo al hombre : risa ; pero, en fin, se hizo lo que
Buen hombre , andad con Dios á vues mandó el gobernador. Todo lo cual,
tro lugar con vuestro dinero ; y de notado de su coronista , fué luego es.
aquí adelante, si no le queréis per crito al duque , que con gran deseo le
der, procurad que no OS venga en estaba esperando. Y quéd ese aquí el
con nadie . El buen Sancho, que es mucha la priesa
voluntad de yogar
hombre le dió las gracias lo peo r que que nos da su amo, alborotado con
supo, y fuése , y los circunstantes la música de Altisidora.
quedaron admirados de nuevo de los
juicios y sentencias de su nuevo
gobernador , ante el cual se presen CAPITULO XLVI
.taron dos hombres , el uno vestido de
labrador , y el otro de sastre , porque Del temeroso espanto cencerril y
traía unas tijeras en la mano ; y gatuno que recibió don Quijote en
el discurso de los amores de la
el sastre dijo : Señor gobernador , yo , enamorada Altisidora .
y este honrado labrador venimos ante
vussa merced , en razón que este buen
hombre llegó á mi tienda ayer (que
Dejamos al gran don Quijote en
vuelto en los pensamientos que le ha .
yo, con perdón de los presentes, soy bia causado la música de la enamo
sastre examinado , que Dios sea ben rada doncella Altisidora . Acostose
dito ), y poniéndome un pedazo de con ellos, y como si fueran pulgas no
paño en las manos, me preguntó : le dejaron dormir ni sosegar w punto ,
« Señor, ¿ habría en este paño harto y juntábansele los que se le soltaron
para hacerme una caperuza ? » Yo , de sus medias ; pero como es ligero
tanteando el paño le respondí que sí. el tiempo , y no hay barranco que le
El debiose de imaginar , á lo que yo detenga, corrió caballero en las ho
imaginé é imaginé bien , que sin duda ras, y con mucha presteza llegó la de
yo le quería hurtar alguna parte del la mañana. Lo cual visto por don Qui.
paño, fundándose en su malicia, y en jote, dejó las blandas plumas, y no
la mala opinión de los sastres y repli nada perezoso se vistió su acamuzado
cóme que mirase si habría para dos. vestido , y se calzó sus botas de cami
Adivinéle el pensamiento , y dijele que no por encubrir la desgracia de sus
sí ; y él, caballero en su dañada y pri medias. Arrojóse encima su mantón
mera intención fué añadiendo cape de escariata, púsose en la cabeza
ruzas y yo añadiendo sies, hasta que una montera de terciopelo verde guar
llegamos á cinco caperuzas ; y ahora necida de pasamanos de plata ; colgo
en este punto acaba de venir por el tahall de sus hombros con su bue
ellas. Yo se las doy y no me quiere na y tajadora espada ; asió un gran
pagar la hechura ; antes me pide que rosario que consigo contino traía , y
le pague, ó vuelva su paño . ¿ Es todo con gran prosopop ya y contoneo sa
esto así, hermano ? preguntó Sancho. lió á la antesala , donde el duque y la
Sí , señor , respondió el hombre ; pero duquesa estaban ya vestidos y como
hágale vuesa merced que mues esperándole, y al pasar por una gale
tre las cinco caperuzas que me ha ría estaban aposta esperándole Alti
hecho. De buena gana , respondió el sidora y la otra doncella su amiga ;
sastre. Y sacando encontinente la y así como Altisidora vio á don Quijo
mano debajo del herreruelo , mostró ta fingó desmayarse, y su amiga la
en ella cinco caperuzas, puestas en recogió en sus faldas, y con gran
las cinco cabezas de los dedos de la presteza la iba á desabrochar el pecho.
mano , y dijo : He aquí las cinco ca Don Quijote , que lo vió , llegándose á
peruzas que este buen hombre me ellas dijo : Ya sé yo de que proceden
pide ; y en Dios y en mi conciencia , estos accidentes. No sé yo de qué,
que no me ha quedado nada del paño, respondió la amiga, porque Altisido
y yo daré la obra á vista de veedores ra es la donoella más sana de toda
del oficio . Todos los presentes se rie esta casa , y yo nunca la he sentido
ron de la multitud de las caperuzas un ay en cuanto ha que la conozco :
PARTE II. - CAPÍTULO XLVI 367

que mal hayan cuantos caballeros an . y do hay primera belleza,


dantes hay en el mundo , si es que la segunda no hace baza.
todos son desagradecidos ; váyase vue. Dulcinea del Toboso
sa merced, señor don Quijote, que no del alma en la tabla rasa
volverá en sí esta pobre niña en tanto tengo pintada de modo
que vuesa merced aqui estuviere . A que es imposible borrarla .
lo que respondió don Quijote : Haga La firmeza en los amantes
vuesa meroed, señora , que se me pon es la parte más preciada,
ga un laúd esta noche en mi aposento, por quien hace amor milagros,
que yo consolaré lo mejor que pudie y hasta el cielo los levanta .
re á esta lastimada doncella , que en
los principios amorosos los desenga Aquí llegaba don Quijote de su can.
nos prestos suelen ser remedios cali to , á quien estaban escuchando el du
ficados : y con esto se fué porque no que y la duquesa, Altisidora y casi
fuese notado de los que allí le viesen. toda la gente del castillo , cuando de
No se hubo bien apartado, cuando vol. improviso desde encima de un corre
viendo en sí la desmayada Altisidora, dor, que sobre la reja de don Quijote
dijo a su compañera : Menester será á plomo caía, desco garon un cordel,
que se le ponga el laúd , que sin duda donde venían más de cien cencerros
don Quijote quiere darnos música, y asidos, y luego tras ellos derramaron
no será mala siendo suya . Fueron lue un gran saco de gatos, que asimismo
go á dar cuenta á la duquesa de lo que traían cencerros menores atados a las
pasaba y del laúd que pedía don Qui colas. Fué tan grande el ruido de los
jote , y ella alegre sobre modo concer. cercerros y el mayar de los gatos ,
tó con el duque y con sus doncellas que aunque los duques habían sido
de hacerle una burla qile fuese más inventores de la burla , todavía les
risueña que dañosa ; y con mucho con . sobresalto, y temeroso don Quijote
tento esperaban la noche, que se vino quedó pasmado; y quiso la suerte qile
tan apriesa como se había venido el dos o tres gatos se entraron por la
día, el cual pasaron los duques en reja de su estancia , y dando de una
sabrosas pláticas con don Quijote. parte á otra parecía que una legión de
Llegadas las once horas de la no diablos andaba en ella. Apagaron las
che , halló don Quijote una vihuela velas que en el aposento ardían , y
en su aposento, templóla , abrió la re andaban buscando por do escaparse .
ja , y sintió que andaba gente en el El descolgar y subir del cordel de los
jardín, y habiendo recorrido los tras grandes cencerros no cesaba : la mai
tes de la vihuela , y afinádola lo me yor parte de la gente del castillo , que
jor que supo , escupió y remondóse el no sabía la verdad del caso, estaba
pecho, y luego con una voz ronquilla, suspensa y admirada . Levantóse don
aunque entonada, cantó el siguiente Quijote en pie, y poniendo mano á la
romance , que él mismo aquel día ha espada comerzó á tirar estocadas por
bía compuesto : la reja y á decir á grandes voces :
Suelen las fuerzas de amor Afuera, malignos encantadores , afue
ra, canalla hechiceresca, que yo soy
sacar de quicio a las almas, don Quijote de la Mancha , contra
tomando por instrumento quien no valen ni tienen fuerza vues .
la ociosidad descuidada. tras malas intenciones ; y volviéndose
Suele el coser y el labrar , á los gatos que andaban por el apo.
y el estar siempre ocupada, sento, les tiró muchas cuchilladas :
ser antídoto al veneno ellos acudieron a la reja, y por allí se
de las amorosas ansias . salieron , aunque uno viéndose tan
Las doncellas recogidas acosado de las cuchilladas de don
que aspiran á ser casadas, Quijote , le saltó al rostro, y le asió de
la honestidad es la dote las narices con las uñas y los dientes ,
y voz de sus alabanzas, por cuyo dolor don Quijote comenzó
Los andantes caballeros, á dar los mayores gritos que pudo.
y los que en la corte andan , Oyendo lo cual el duque y la duque
requiébranse con las libres, sa, y considerando lo que podía ser,
con las honestas se casan . con mucha presteza acudieron a su
Hay amores de levante , estancia, y abriendo con llave maes
que entre huéspedes se tratan, tra entraron con luces , y vieron al
que llegan presto al poniente, pobre caballero pugnando con todas
porque en el partir de acaban . sus fuerzas por arrancar el gato de
El amor recién venido, su rostro. Viendo la desigual pelea ,
que hoy llegó, y se va mañana, acudió el duque á despartirla , у don
las imágenes no deja Quijote dijo á voces : No me lo quite
bien impresas en el alma. nadie , déjenme mano a mano con este
Pintura sobre pintura demonio , con este hechicero, con este
ni se muestra, ni señala, encantador , que yo le daré á entender
368 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

de mi á él quién es don Quijote de la jares. Uno que parecía estudiante


Mancha. Pero el gato no curándose echó la bendición , y un paje puso un
destas amenazas gruñía y apretaba . babador randado á Sancho : otro que
Mas en fin , el duque se le desarraigó hacía el oficio de maestresala llegó
le echó por la reja : quedó don Qui . un plato de fruta delante, pero apenas
jote acribado el rostro, y no muy sa hubo comdo un bocado, cuando el de
pas las narices, aunque muy despe la varilla tocando con ella en el plato
chado porque no le habían dejado fe se le quitaron de delante con grandi
necer la batalla que tan trabada tenía sima celeridad ; pero el maestresala
con aquel malandrín encantador . Hi le llegó otro de otro manjar . Iba á
cieron traer aoeite de aparicio, y la probarle Sancho ; pero antes que lle
misma Alt sidora con sus blanquísi. gase á él ni le gustase, ya la varilla
mas manos le puso unas vendas por abía tocado en él , y un paje alzádole
todo lo herido , y al ponérselas, con con tanta presteza como el de la fru.
voz baja le dijo : Todas estas malan ta. Visto lo cual por Sancho quedó
danzıs te suceden , empedernido ca suspenso, y mirando á todos preguntó
ballero, por el pecado de tu dureza y si ise había de comer aquella comida
pertinacia, y plega á Dios que se le como juego de Maesecoral. A lo cual
olvide á Sancho tu escudero el azo respondió el de la vara : No se ha de
tarse, porque nunca salga de su en comer , señor gobernador , sino como
canto esa tan amada tuya Dulcinea , es uso y costumbre en las otras insu
ni tú la goces ni llegues á tálamo con las donde hay gobernadores. Yo , se
ella, á lo menos viviendo yo , que te ñor, soy médico, y estoy asalariado
adoro. A todo esto no respondió dun en esta insula para serlo de los gober
Quijote otra palabra sino fué dar un nadores della , y miro por su salud
profundo suspiro, y luego se tendió mucho más que por la mía, estudian .
en su lecho, agradeciendo a los du do de noche y de día y tanteando la
ques la merced , no porque él tenía complexión del gobernador para acer ,
temor de aquella canalla gatesca en tar à curarle cuando cayere enfermo,
cantadora y cencerruna, sino porque y lo principal que hago es asistir á
había conocido la buena intención sus comidas y cenas, y a dejarle co
oon que habían venido á socorrerle . mer de lo que me parece que le con
Los duques le dejaron sosegar, y se viene, y á quitarle lo que imagino que
le ha de hacer daño y ser nocivo al
fueron pesarosos del mal suceso de
la burla , que no creyeron que tan pe estómago, y así mandé quitar el plato
de la fruta por ser demasiadamente
sada y costosa le saliera á don Quijo húmeda, y el plato del otro manjar
te aquella aventura, que le costó ocho
días de encerramiento y de cama , también le mandé quitar por ser de
donde le sucedió otra aventura más Inas adamente caliente , s tener mu
chas especias, que acrecientan la sed ;
gustosa que la pasada, la cual no y el que mucho bebe , mata y consu
quiere su historiador contar ahora por ine él húmedo radical donde consiste
acudir á Sancho Panza , que andaba
muy solícito y muy gracioso en su la vida. Desa manera aquel plato do
gobierno . perdices que están allí asadas, y á mi
parecer bien sazonadas, no me harán
algún daño . A io que el médico res
CAPITULO XLVII pondió : Esas no comerá " el señor go
hernador en tanto que yo tuviere vi
Donde se prosigue cómo se portaha da . & Pues por qué ? dijo Sar cho. Y el
Sancho Panza en su gobierno médico respondió : Porque nuestro
maestro Hipócrates, norte y luz de la
medicina, en un aforismo suyo dice :
Cuenta la historia, que desde el Omnis saturatio mala , perdicis au
juzgado llevaron á Sancho Panza á u2 tem pessima. Quiere decir : toda ar
suntuoso palacio, adonde en una gran taza es mala, pero la de las perdices
sala estaba puesta una real y limpi
sims mesa ; y así como Sancho entro malísima. Si eso es así, dijo Sancho,
vea el señor doctor, de cuantos man .
en la sala sonaron chirimías, y salie jares hay en esta mesa, cual me hará
ron cuatro pajes á darle aguamanos,
que Sancho recibió con mucha grave más provecho y cuál menos daño, y
dad. Cesó la música, sentose Sancho déjeme comer dél, sin que me le apa
á la cabecera de la mesa, porque no lee, porque por vida del gobernador,
había más de aquel asiento y no otro y así Dios me la deje gozar , que me
servicio en toda ella , Púsose á su lado muero de hambre; y el negarme la
comida, aunque le pese al señor doc
en pie un personaje , que después mos . tor, y él más me diga, antes será qui.
tró ser médico, con una varilla de ba tarme la vida, que aumentarmela.
llena en la mano. Levantaron una ri
quísima y blanca toalla con que esta Vuesa merced tiene razón , señor go
ban cubiertas las frutas y mucha bernador, respondió el médico, y así
diversidad de platos de diversos man es mi parecer que vueså merced no
PARTE II. - CAPITULO XLVII 369

coma de aquellos conejos guisados que me de comer, o si no , tómense su go.


allí están, porque es manjar peliagu. bierno , que oficio que no da de co
do : de aquella ternera, si no fuera mer á su dueño, no vale dos habas .
asada y en adobo aun se pudiera pro- Alborotose el doctor viendo tan colé
bar, pero no hay para qué. Y Sancho rico al gobernador, y quiso hacer Tir
dijo : A quel platonazo que está más teafuera de la sala , sino que en aquel
adelante vahando, me parece que es instante sono una corneta de posta
olla podrida, y por la diversidad de en la calle, y asomándose el maestre.
cosas que en las tales ollas podridas sala á la ventana, volvió diciendo :
hay, no podré dejar de topar con al- Correo viene del duque mi señor , al
guna que me sea de gusto y de pro- gún despachu debe de traer de im .
vecho. Absit, dijo el médico, vaya le- portancia. Entró el correo sudando y
jos de nosotrostanmalpensamiento : 1 no
no hay cosa en el mundo de peor
asustado,ysacando unpliegodelse
le puso en las manos del goberna
mantenimiento que una olla podrida : dor, y Sancho le puso en las del ma
allá las ollas podridas para los canóni. yordomo, á quien mandó leyese el so
gos, o para los rectores de colegios, brescrito, que decía así: A don San
o para las bodas labradorescas, y cé- cho Panza, gobernador de la insula
jennos libres las mesas de los gober- Barataria , en su propia mano, ó en
nadores, donde ha de asistir todo pri. las de su secretario. Oyendo lo cual
mor y toda atildadura ; y la razón es , Sancho , dijo : ¿ Quién es aquí mi se
porque siempre y á doquiera y de cretario ? y uno de los que presentes
quienquiera, son más estimadas las estaban respondió : Yo, señor, porque
medicinas simples que las compues- sé leer y escribir y soy vizcaino. Con
tas, porque en las simples no se pue esa añadidura, dijo Sancho , bien po
de errar, y en las compuestas sí, al- déis ser secretario del mismo empera
terando la cantidad de las cosas de dor : abrid ese pliego, y mirad lo que
que son compuestas : mas lo que yo dice . Hizolo así el recién nacido se
sé que ha de comer el señor goberna- cretario , y habiendo leído lo que de
dor ahora para conservar su salud y cía , dijo que era negocio para tratar
corroborarla , es un ciento de canuti. la á solas . Mando Sancho despejar la
llos de suplicaciones, y unas tajaditas sala, y que no quedasen en ella sino
sutiles de carne de membrillo, que le el mayordomo y el maestresala, y los
asienten el estómago y le ayuden a dcmás y el médico se fueron , y luego
la digestión. Oyendo esto Sancho se el secretario leyó la carta, ,que así
arrimó sobre el espaldar de la silla, decía :
y miró de hito en hito al médico,
con voz grave le pregunto como se « A mi noticia ha llegado, señor don
ilamaba, y dónde había estudiado. A Sancho Panza, que unos enemigos
lo que él respondió : Yo, señor gober- míos y desa insula la han de dar un
nador, me llamo el doctor Pedro Re- pasalto furioso , no sé qué noche : con
cio de Agüero, y soy natural de un pviene velar y estar alerta , porque no
lugar llamado Tirteafuera, que está Đle tomen desapercibido. Sé también
entre Caracuel y Almodóvar del Cam- opor espías verdaderas, que han en.
po á la mano derecha, y tengo el gra- » trado en ese lugar cuatro personas
do de doctor por la Universidad de odisfrazadas para quitaros la vida,
Osuna. A lo que respondió Sancho Đporque se temen de vuestro ingenio :
todo encendido en cólera : Pues, señor pabrid el ojo, y mirad quién llega á
doctor Pedro Recio de mal Agüero , phablaros, y no comáis de cosas que
natural de Tirteafuera , lugar que está pos presentaren. Yo tendré cuidado
á la derecha mano como vamos de de socorreros si os viéredes en tra
Caracuel á Almodóvar del Campo » bajo, y en todo haréis como se espe
graduado en Osuna , quíteseme luego »ra de vuestro entendimiento . Deste
de delante, si no, voto al sol que tome plugar, á diez y seis de julio, á
un garrote, y que á garrotazos, co- plas cuatro de la mañana . Vuestro
menzando por él , no me ha de quedar pamigo
médico en toda la insula, á lo menos EL DUQUE .
de aquellos que yo entienda que son
ignorantes ; que á los médicos sabios, Quedó atónito Sancho, y mostraron
prudentes y discretos los pondré so- quedarlo asimismo los circunstartes ,
bre mi cabeza y los honraré como á y volviéndose al mayordomo le dijo :
personas divinas : y vuelvo á decir Lo que ahora se ho de hacer , y ha de
que se me vaya Pedro Recio de aquí ; ser luego, es meter en un calabozo al
si no, tomaré esta silla donde estoy doctor Recio , porque si alguno me ha
sentado, y se la estrellaré en la cabe- de matar ha de ser él , y de muerte
za , y pídanmelo en residencia , que yo admirícula y pésima, como es la del
me descargaré con decir que hice ser- hambre . También, dijo el maestresa
vicio à Dios en matar a un mal mé la, me parece á mí que vuesa merced
dice , verdugo de la r pública ; y den- no coma de todo lo que está en esta
24
370 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

mesa, porque lo han presentado unas sala. Dios lo haga, respondió Sancho ;
monjas, y como suele decirse, detrás y en esto entró el labrador, que era
de la cruz está el diablo . No lo niego, de muy buena presencia , y de mil le
respondió Sancho, y por ahora denme guas se le echaba de ver que era bue
un pedazo de pan y obra de cuatro li . no y buena alma. Lo primero que dijo
bras de uvas, que en ellas no podrá fué : ¿ Quién es aquí el señor gober
venir veneno , porque en efecto no nador ? ¿ Quién ha de ser, respondió
es que
corner : y siestas
puedo pasar sinprontos el secretario, sino el que está sentado
hemos de estar para ba en la silla ? Humíilome pues á su pre
tallas que nos amenazan , menester sencia, dijo el labrador ; y poniéndose
será estar bien mantenidos , porque de rodillas le pidió la mano para be .
tripas llevali corazón , que no corazón sársela . Negósela Sancho , y mando
tripas : y vos secretario , responded que se levantara y dijese lo que qui
al duque mi señor , y decidle que se siese. Hizolo así el labrador, y luego
cumplirá lo que manda como lo man . dijo : Yo, señor, soy labrador, natu
da sin faltar punto ; y daréis de mi rai de Miguel Turra, lugar que está
parte un besamanos á mi señora la do3 leguas de Ciudad Real. ¿ Otro Tir
duquesa, y que le supiico no se le ol. teafuera tenemos ? dijo Sancho : de
vide de enviar con un propio mi carta cid , hermano, que lo que yo os sé de
y mi lío á mi mujer Teresa Panza , cir es que sé muy bien á Miguel Tu
que en ello recibiré mucha merced , y rra , y que no está muy lejos de mi
tendré cuidado de servirla con todo pueblo. Es 'pues el caso, señor, prosi.
lo que mis fuerzas alcanzaren : y de guió el labrador, que yo por miseri.
cordia de Dios scy casado en paz y en
camino podéis encajar un besamanos haz de la santa Iglesia católica rom :
á mi señor don Quijote de la Mancha,
porque vea que soy pan agradecido ; y na : tengo dos hijos estudiantes, que
vos como buen secretario y como buen el menor estudia para bachiller , y el
vizcaíno podéis añadir todo lo que mayor para licenciado: Soy viudo,
quisiéredes y más viniere & cuento : porque se murió mi mujer , o por me
y álcense estos manteles, y dénme á jor decir , me la mató un mal médico,
mí de comer, que yo me avendré con que la purgó estando preñada, y si
cuantos espías y matadores y encan . Dios fuera servido que saliera á luz
tadores vinieren sobre mí y sobre mi el parto, y fuera hijo , yo le pusiera á
Insula. En esto entró un paje, y dijo : estudiar para doctor , porque no tu
viera envidia á sus hermanos el ba
Aquí está un labrador negociante que
quiere hablar á vuestra señoría en nn chiller y el licenciado. De modo, dijo
negocio , según el dice, de mucha im Sancho, que si vuestra mujer no se
portancia . Extraño caso es este , dijo hubiera muerto 6 la hubieran muerto ,
Sancho , destos negociantes : ¿ es po · vos no fuérades agora viudo . No , se
sible que sean tan necios que no ñor, en ninguna manera, respondió el
echen de ver que semejantes horas labrador. Medrados estamos, repiico
como estas no son en las que han Sancho : adelante, hermano, que es
de venir á negociar ? ¿ Por ventura los hora de dormir más que de negociar.
que gobernamos , los que somos jue . Digo pues, dijo el labrador, que este
ces , no somos hombres de carre y de mi hijo , que ha de ser bachiller, se
hueso, y que es menester que nos enamoró en el mismo pueblo de una
dejen descansar el tiempo que la ne . doncella llamada Clara Perlerina, hi.
cesidad pide, sino que quieren que ja de Andrés Perlerino , labrador ri
seamos hechos de piedra mármol ? quísimo: y este nombre de Perlerines
Por Dios y en mi conciencia que si no les viene de abolengo ni otra al
me dura el gobierno (que no durará curnia, sino porque todos los deste
según se me trasluce ) que yo ponga linaje son perláticos, y por mejorar
en pretina á más de un negociante . el nombre los llaman Perlerines , aun .
Agora decid á este buen hombre que que si va á decir la verdad , la donce
entre : pero adviertase primero no lla es como una perla oriental, y mi .
sea alguno de los espías ó matador rada por el lado derecho parece una
mío . No, señor , respondió el paje . flor - cle campo ; por el izquierdo no
porque parece una alma de cántaro , y tanto, porque le falta aquel ojo, que
yo sé poco , ó él es tan bueno como el se le saltó de viruelas : y aunque los
buen pan. No hay que temer, dijo el hoyos del rostro son muchos y gran
mayordomo, que aquí estamos todos . des, dicen los que la quieren bien que
¿ Sería posible, dijo Sancho , maestre aquellos no son hoyos, sino sepultu .
sala, que agora que no está el doctor ras donde se sepultan las almas de
Pedro Recio , que comiese yo alguna sus amantes . Es tan limpia , que por
cosa de peso y de substancia , aunque no ensuciar la cara , trae las narices,
fuese un pedazo de pan y una cebolla ? como dicen , arremangadas, que no
Esta noche á la cena se satisfará la parece sino que van huyendo de la
falta de la comida , y quedará usia sa boca , y con todo esto parece bien por
tisfecho y pagado , dijo el maestre extremo, porque tiene la boca grande ,
PARTE 11 .--CAPÍTULO XLVIII 371

y á no faltarle diez o doce dientes y vivir por sí, sin estar sujetos a las
muelas, pudiera pasar y echar raya impertinencias de los suegros . Mirad
entre las más bien formadas. De los si queréeis otra cosa , dijo Sancho, y
labios no tengo que decir, porque son 110 la dejéis de decir por empacho ni
tan sutiles y delicados, que si se usa por vergüenza. No por cierto , respon
ra aspar labios, pudieran hacer dellos dió el labrador, y apenas dijo esto ,
una madeja ; pero como tienen dilu cuando levantándose en pie el gober
rente color de la que en los labios se nador , asió de la silla en que estaba
usa comúnmente ," parecen milagro sentado, y dijo : Voto á tal, don pa
sos, porque son jaspeados de azul y tán , rústico y mal mirado, que si no
verde y aberenjenado : y perdóneme os a partáis y escondéis luego de mi
el señor gobernador si tan por menu presencia, que con esta silla os rompa
do voy pintando las partes de la que y abra la cabeza. Hideputa, bellaco,
al fin al fin ha de ser mi hija, que la pintor del mesmo demonio, y á estas
quiero bien , y no me parece mal. Pin horas te vienes á pedirme seiscientos
tad lo que quisiéredés, dijo Sancho, ducados ? y dónde los tengo yo, he
que yo me voy recreando en la pintu diondo ? ¢ y por qué te los había de
ra, y si hubiera comido no hubiera dar aunque los tuviera, socarrón y
mejor postre para mí que vuestro re ment cato ? ¿ y qué se me da á mí de
trato . Eso tengo yo por servir, res. Miguel Turra , ni de todo el linaje de
pondió el labrador, pero tiempo ven . los Perlerines ? Va de mí, digo , si no
drá en que seamos , si ahora no so por vida del duque mi señor , que
mos ; y digo, señor, que si pudiera hago lo que tengo dicho. Tú no debes
pintar su gentileza y la altura de su de ser de Miguel Turra , sino algiin
cuerpo , fuerà cosa de admiración ; socarrón , que para tentarme te ha en
pero no puede ser á causa de que ella viado aquí el infierno. Dime , desalma
está agobiada y encogida , y tiene las do , aun no ha medio día que tengo
rodillas con la boca, y con todo eso el gobierno, y ya quieres que tenga
se echa bien de ver que si se pudiera seiscientos ducados ? Hizo de señas el
levantar diera con la cabeza en el te maestresala al labrador que se saliese
eho, y ya ella hubiera dado la mano de la sala , el cual lo hizo cabizbajo y su
de esposa á mi bachiller , sino que no parecer temeroso de que el goberna
la puede extender, que está añudada, dor no ejecutase su cólera, que el be .
y con todo, en las uñas largas y acas llacón supo hacer muy bien su oficio .
naladas se muestra su bondad y bue. Pero dejamos con su cólera á Sán
na hechura. Está bien , dijo Sancho, cho , y ándese la paz en el corro ,
y haced cuenta , hermano, que ya la y volvamos á don Quijote, que le de
habéis pintado de los pies a la cabe jamos vendado el rostro y curado de
za : ¿ qué es lo que queréis ahora ? y las gatescas heridas , de las cuales no
venid al punto sin rodeos ni callejue sano en ocho días : en uno de los cua
las , ni retazos ni añadiduras . Querría, les le sucedió lo que Cide Hamete
señor, respondió el labrador, que vue promete de contar con la puntualidad
sa merced me hiciese merced de dar v verdad que suele contar las cosas
me una carta de favor para mi con desta historia, por mínimas que sean .
suegro, suplicándole sea servido de
que este casamiento se haga, pues no
somos desiguales en los bienes de CAPITULO XLVIII
fortuna ni en los de la naturaleza,
porque para decir la verdad , señor De lo que le sucedió á don Quijote
gobernador, mi hijo es endemoniado, con doña Rodriguez, la dueña de
y no hay día que tres o cuatro veces -la duquesa, con otros aconteci,
no le atormenten los malignos espíri mientos dignos de escritura y de
tus ; y de haber' caído una vez en el memoria eterna .
fuego tiene el rostro arrugado como
pergamino , y los ojos algo llorosos y Además estaba mohino y melancó
manantiales ; pero tiene una condi lico el mal ferido don Quijote, venda
ción de un ángel y si no es que se apo do el rostro, y señalado, no por la
rrea y se da de puñadas él mesmo á mano de Dios, sino por las uñas de
sí mesmo, fuera un bendito . ¿ Queréis un gato : desdichas ajenas á la an
otra cosa, buen hombre ? replicó San dante caballería. Ocho días estuvo sin
cho. Otra cosa querría, dijo el labra. salir en público , en una noche de las
dor , sino que no me atrevo á decirlo ; cuales estando despierto y desvelado
pero vaya , que en fin no se me ha de pensando en sus desgracias y en el
pudrir en el pecho, pegue o no pegue. perseguimiento de Altisidora, sintió
Digo, señor, que querría que vuesa que con una llave abrían la puerta de
merced me diese trescientos ó seis su aposento, y luego imaginó que ja
cientos ducados para ayuda del dote enamorada doncella venía para sobre
de mi bachiller , digo para ayuda de saltar su honestidad, y ponerle en con
poner su casa, porque en fin han de dición de faltar á la fe que guardar
372 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
debía á su señora Dulcinea del Tobo profeso, cuyo ejercicio aun hasta á hz
so. No , dijo creyendo á su imagina cer bien á las ánimas del purgatorio
ción (y esto con voz que pudiera ser se extiende . La abrumada dueña, que
oída ), no ha de ser parte la mayor oyó conjurarse, por su temor coligió
hermosura de la tierra para que yo el de don Quijote, y con voz afligida y
deje de adorar la que tengo grabada baja le respondió : Señor don Quijote
y estampada en la mitad de mi cora (si es que acaso vuesa merced es don
zón y en lo más escondido de mis en . Quijote), yo no soy fantasma ni visión ,
trañas, ora estés, señora mía, trans ni alma de purgatorio, como vuesa
formada en cebolluda labradora, ora merced debe de haber pensado, sino
en ninfa del dorado Tajo tejiendo te doña Rodriguez , la dueña de horor de
las de oro y sirgo compuestas, ora mi señora la duquesa , que con una ne
te tengan Merlín ó Montesinos donde cesidad de aquellas que vuesa merced
ellos quisieren , que adondequiera eres suele remediar, a vuesa merced ven
mía , y á doquiera he sido yo y he de go. Dígame, señora doña Rodríguez,
ser tuyo . El acabar estas razones y el dijo don Quijote, por ventura viene
abrir de la puerta fué todo uno. Pu . vuesa merced á hacer alguna terce
s'ose en pie sobre la cama , envuelto de ría ? porque le hago saber que no soy
arriba abajo en una colcha de raso de provecho para nadie , merced á la
amarillo , una galocha en la cabeza, y sin par belleza de mi señora Dulcinea
el rostro y los bigotes vendados, el del Toboso . Digo en fin, señora doña
rostro por los aruños , los bigotes por Rodriguez , que como vuesa merced
que no se le desmayasen y cayesen : salve y deje á una parte todo recado
amoroso, puede volver á encender su
en el cual traje parecía la más extra
ordinaria fantasma . que se pudicra vela, y vuelva y departiremos de todo
pensar. Clavó los ojas en la puerta , lo que más mandare y más en gusto
y cuando esperaba ver entrar por ella le viniere, salvando, como digo, todo
á la rendida y lastimada Altisidora, incitativo ' mensaje.' & Yo recado de
vió entrar á una reverendísima due nadie , señor mío ? respondió la dueña :
ña, con unas tocas blancas repulgadas mal me conoce vuesa merced : sí que
y luengas, tanto que la cubrían y en aun no estoy en edad tan prolongada
mantaban desde ios pies a la cabeza. que me acoja á semejantes niñerías ,
Dios loado, mi alma me tengo
Entre los dedos de la mano izquierda en las carnes, y todos mis dientes y
traía una media vela encendida, y con
la derecha se hacía sombra porque no muelas en la boca , amén de unos po .
le diese la luz en los ojos, á quien cos que me han usurpado unos cata
rros que en esa tierra de Aragón son
cubrían unos muy grandes antojos : tan ordinarios . Pero espéreme vuesa
Tenía pisando quedito, y movía 109 merced un poco , saldré á encender mi
pies hlandamente. Mirola don Quijote vela , y volveré en un instante á con.
desde su atalaya, y cuando v: 6 su tarlé mis cuitas como á remediador de
adeliño y notó su silencio pensó que todas las del mundo : y sin esperar
Ealguna bruja ó maga venta en aquel
traje á hacer en él alguna mala fecho respuesta se salió del aposento, donde
ría, y comenzó á santiguarse con mu quedó don Quijote sosegado y pensa
cha priesa . Fuése llegando la visión , tivo esperándola ; pero luego le so
y cuando llegó á la mitad del aposen . brevinieron mil pensamientos acerca
de aquella nueva aventura ; y pare
to alzó los ojos , y vio la priesa con cible ser mal hecho y peor pensado po.
que se estaba haciendo cruces don
r.erse en peligro de romper á su se
Qu jote ; y si él quedó medroso en ver ñora la fe prometida, y decíase á st
tal figura, ella quedó espantada en mismo : ¿ Quién sabe si el diablo, que
ver la suya, porque así como le vió
tan alto y tan amarillo con la colcha es sutil y mañoso, querrá engañarme
agora con una dueña, lo que no ha
y con las vendas que le desfiguraban, podido con emperatrices, reinas, du.
dió una gran voz diciendo : 1Jesús !
¿ qué es lo que veo ? y con elsobresal. quesas, marquesas, ni condesas ? que
to se le cayó la vela de las manos, y yo he oído decir muchas veces y á
viéndose á obscuras volvió las espal muchos discretos, que si él puede, 2n
das para irse, y con el miedo tropezó tes os la dará roma que aguileña : ¿ y
quién sabe si esta soledad , esta oca
en sus faldas y dió consigo una gran sión y este silencio despertarán mis
caída. Don Quijote, temeroso, comen deseos, que duermen , y harán que al
zó á decir : Conjúrote fantasma, ó lo cabo de mis años venga á caer donde
que eres , que me digas quién eres, y
que me digas qué es lo que de mí nunca he tropezado ? y en casos seme
quieres. Si eres alma en pena, díme jantes mejor es huir que esperar la
lo, que yo haré por ti todo cuanto mis batalla. Pero yo no debo de estar en
fuerzas alcanzaren, porque soy catsii. mi juicio, pues tales disparates digo y
co cristiano, y amigo de hacer bien í pienso, que no es posible que una due .
todo el mundo , que para esto tomé la ña toquiblanca, larga y antojuna pue .
orden de la caballería andante que da mover ni levantar pensamiento
PARTE II . - CAPITULO Xi VIII 373

lascivo en el más desalmado pecho obras. Así lo creo yo , respondió la


del mundo : ¿ por ventura hay dueña c!ueña, que de la gentil y agradable
en la tierra que tenga buenas carnes ? presencia de vuesa merced no se po
¿ Por ventura hay dueña en el orbe àía esperar sino tan cristiana res
que deje de ser impertinente, frunci . puesta. Es pues el caso, señor don
da y melindrosa ? afuera pues , caterva Quijote, que aunque vuesa merced me
dueñesca , inútil para ningún humano ve sentada en esta silla y en la mitad
regalo : ioh cuán bien hacía aquella del reino de Aragón, y en hábito de
señora de quien se dice que tenía dos dueña aniquilada y asendereada , 3oy
dueñas de bulto con sus antojos y natural de las Asturias de Oviedo, y
almohadillus al cabo de su estrado, de linaje que atraviesan por el muchos
como que estaban labrando , y tanto le de los mejores de quella provincia ;
servían para la autoridad de la sala pero mi corta suerte y el descuido de
aquellas estatuas, como las dueñas mis padres, que empobrecieron antes
verdaderas ! Y diciendo esto se arro de tiempo sin sabor como ni cómo
jó del lecho 1.0 , me trajeron a la corte de Madrid ,
la puerta y nocon intención
dejar entrar adelacerrar
seño donde por bien de paz y por excusar
ra Rodriguez ; mas cuando la llegó a mayores desventuras, mis padres me
cerrar, ya la señora Rodríguez volvía, acomodaron á servir de doncella de
encendida una vela de cera blanca, labor á una principal señora , y quie
y cuando ella vió á don Quijote de ro hacer sabedor á vuesa merced , que
más cerca envuelto en la colcha, con en hacer vainillas y labor blanca nin .
las vendas, galocha 6 becoquin, te guna me ha echado el pie adelante en
mió de nuevo , y retirándose atrás co toda la vida. Mis padres me dejaron
modos pasos dijo : ¿ Estamos seguras, sirviendo , y so volvieron a su tierra,
señor caballero ? porque no tengo á y de allí á pocos años se debieron de
muy honesta señal haberse vuesa mer ir al cielo , porque eran además hue
ced levantado de su lecho . Eso mesmo nos y católicos cristianos. Quedé huér
es bien que yo pregunte, señora , res. fana, y atenida al miserable salario y
pondió don Quijote ; y así pregunto si á las angustiadas mercedes que á ta
estaré yo seguro de ser acometido y les criadas se suele dar en palacio ; y
forzado. ¿ De quién ó á quién pedis, en este tiempo , sin que diese yo oca
señor caballero, esa seguridad ? res sión á ello, se enamoró de mí un es
pondió la dueña . A. vos y de vos la cudero de casa, hombre ya entrado en
pido, replicó don Quijote, porque ni días, barbudo y apersonado , y sobre
yo soy de mármol ni vos de bronce, todo hidalgo como el rey , porque era
ni ahora son las diez del día, sino me montañés . No tratamos tan secreta
dia noche, y aun un poco más, según mente nuestros amores que no vinie .
imagino, y en una estancia más ce sen á oídos de mi señora , la cual por
rrada y secreta que lo debió de ser excusar dimes y diretes nos caso
la cueva donde el traidor y atrevido en paz y en haz de la santa madre
Eneas gozó á la hermosa y piadosa Iglesia católica romana, de cuyo ma
Dido . Pero , dadme, señora, la mano, trimonio nació una hija para rema
que yo no quiero otra seguridad ma tar con mi ventura , si alguna tenía,
yor que la de mi continencia y recato , no porque yo muriese del parto, que
y la que ofrecen esas reverendísimas le tuve derecho y en sazón, sino
tocas ; y diciendo esto besó su dere. porque desde allí á poco murió mi
cha mano, y la asió de la suya, que esposo de un cierto encuentro que
ella le dio con las mismas ceremo tuvo, que á tener ahora lugar para
nias. Aquí hace Cide Hamete un pa contarlo , yo sé que vuesa merced
réntesis , y dice que por Mahoma que se admirara : y en esto comenzó á
diera por ver ir á los dos así asidos llorar tiernamente, y dijo : Perdóne.
y trabados desde la puerta al lecho la me vuesa merced, señor don Quijo
mejor almalafa de dos que tenía . En te , que no va más en mi mano, por
trose en fin don Quijote en su lecho, que todas las veces que me acuerdo
y quedóse doña Rodríguez sentada en de mi malogrado se me arrasan los
una silla algo desviada de la cama, no ojos de lágrimas. 1 Válame Dios y con
quitándose los antojos ni la vela . qué autoridad llevaba á mi señora &
Don Quijote se acurruco y se cubrio laz ancas de una poderosa mula, ne.
todo, no dejando más del rostro des gra como el mismo azabache ! que
cubierto ; y habiéndose los dos sose entonces no se usaban coches ni sillas,
gado, el primero que rompió el silen como agora dicen que se usan , y las
cio fué don Quijote diciendo : Puede señoras iban a las ancas de sus escu
vuesa merced ahora, mi señora doña deros : esto á lo menos no puedo dejar
Rodríguez, descoserse y desbuchar de contarlo, porque se note la crianza
todo aquello que tiene dentro de su y puntualidad de mi buen marido. Al
coitado corazón y lastimadas entra entrar de la calle de Santiago en Ma
ñas, que será de mi escuchada con drid , que es algo estrecha , venja á
castos oídos, y socorrida con piadosas salir por ella un alcalde de corte con
.
37+ DON QUIJOTE DE LA MANCHA

dos alguaciles delante, y así como mi hace orejas de mercader, y apenas


buen escudero le vió volvió riendas quiere oirme ; y es la causa que
á la mula , dando señal de volver á como el padre del burlador es tan
acompañarie. Mi señora, que iba á rico , y le presta dineros, y le sale
las ancas, con voz baja le decía : por fiador de sus trampas por mo
¿ Qué hacéis, desventurado, no veis mentos , no le quiere descontentar ni
que voy aquí? El alcalde, de come dar pesadumbre en ningún modo .
dido, detuvo la rienda al caballo , y Querría pues, señor mío,que vuesa
díjole : Seguid , señor , vuestro cami merced tomase cargo el deshacer
no , que yo soy el que debo de acom . este agravio , ó ya por ruegos , o ya
pañar á mi señora doña Casilda , que por armas ; pues según todo el mun
así era el nombre de mi ama . Toda. do dicé , vuesa merced nació en el
vía porfiaba mi marido con la gorra para deshacerlos, y para enderezar
en la mano á querer ir acompañan. los tuertos y amparar los miserables ;
do al alcalde. Viendo lo cual mi se y póngasele á vuesa merced por de
fiora, llena de cólera y enojo sacó un lante la orfandad de mi hija , un
alfiler gordo, o creo que un punzón gentileza , su mocedad, con todas las
del estuche , y clavóseio por los lo buenas partes que he dicho que tie
mos , de manera que mi marido dio ne , que en Dios y en mi conciencia
una gran voz, y torció el cuerpo de que de cuantas doncellas tiene mi
suerte que dió con su señora en el señora, que no hay ninguna que
suelo . Acudieron dos lacayos suyos llegue á la suela de su zapato ; y
á levantarla, y lo mismo hizo el al que una que llaman Altisidora , que
calde y los alguaciles. Alborotose la es la que tienen por más desenvuel
puerta de Guadalajara, digo, la gente ta y gallarda, puesta en comparación
baldía que en ella estaba. Virose & de mi hija no lą llega con dos le
pie mi ama, y mi marido acudió en guas ; porque quiero que sepa vuesa
casa de un barbero diciendo que lle. mierced, señor mío , que no es todo
vaba pasadas de parte á parte las oro lo que reluce , porque esta Alti
entrañas . Divulgóse la cortesía de mi sidorilla tiene más de presunción
esposo tanto, que los muchachos 16 quo de hermosura , y más de desen
corrían por las calles, y por esto y vuelta que de recogida : además que
porque él era algún tanto corto de no está muy sana, que tiene un cierto
vista, mi señora le despidió , de cuyo aliento cansado, que no hay sufrir
pesar sin duda alguna tengo para mí el estar junto ella un momento ; y
que se le causó el mal de la muerte . aun mi señora la duquesa... quiero
Quedé yo viuda y desamparada y con callar, que se suele decir que las pa
hija á cuestas, que iba creciendo en redes tienen oídos. ¿ Qué tiene mi
hermosurs como la espuma de la mar . señora la duquesa, por vida mía, se
Finalmente , como yo tuviese fama ñora doña Rodriguez ? preguntó don
de gran labrandera, mi señora la du Quijote. Con ese conjuro, respondió
quesa, que estaba recién casada con la dueña, no puedo dejar de respon.
el duque mi señor, quiso traerme der á lo que se me pregunta con
consigo á este reino de Aragón , y á toda verdad . ¿ Ve vuesa merced, se
mi hija ni más ni menos , adonde for don Quijote , la hermosura de
yendo días y viniendo días creció mi mi señora la duquesa, aquella tez de
hija y con ella todo el donaire del rostro , que no parece sino de una
mundo : canta como una calandria , espada acicalada y tersa, aquellas dos
danza como el pensamiento, baila mejillas de leche y de carmín , que en
como una perdida , lee y escribe co la una tiene el sol y en la otra la
mo un maestro de escuela , y cuenta luna, y aquella gallardía con que va
como un avariento ; de su limpieza pisando y aun despreciando el suelo,
no digo nada, que el agua que corre que no parece sino que va derraman .
no es más limpia, y debe de tener do salud donde pasa ? Pues sepa vue
agora , si mal no me acuerdo , diez y sa meroed que lo puede agradecer
seis años, cinco meses y tres días , primero á Dios, y luego á dos fuen
uno más ó menos. En resolución , tes que tiene en las dos piernas ,
desta mi muchacha se enamoró un por donde se desagua todo el mal
nijo de un labrador riquísimo, quo humor de quien dicen los médicos
está en una aldea del duque mi se que está llera. i Santa María ! dijo
ñor, no muy lejos de aquí. En efec. don Quijote : y es posible que mi
to , no sé cómo ni cómo no , ellos se señora la duquesa tengz tales des.
juntaron , y debajo de la palabra de aguaderos ? No lo creyera si me lo
ser su esposo burló á mi hija, y no dijeran frailes descalzos ; pero pues
se la quiere cumplir : y aunque el la señora doña Rodriguez lo dice , de
duque mi señor lo sabe , porque yo be de ser así ; pero tales fuents i en
me he quejado á él, no una sino mu tales lugares no deben de manar hu.
chas veces, y pedido le mande que mor, sino ámbar líquido. Verdadera
el tal labrador se case con mi hija, mente que ahora acabo de creer que
PARTE 11. - CAPÍTULO XLIX 375
esto de hacerse fuentes debe ser cosa quierenatendiendo
que los escuchen y despa
importante para la salud . Apenas chen , sólo á su negocio,
acabó don Quijote de decir esta ra venga lo que viniere ; y si el pobre
zón , cuando con un gran golpe abrie . del juez no los escucha y despacha, s
ron las puertas del aposento, y del porque no puede, ó porque no es
sobresalto del golpe se le cayó á aquel el tiempo diputado para darles
doña Rodríguez la vela de la mano, audiencia , luego le maldicen y mur
y quedó la estancia como boca de muran , y le roen los huesos, y aun
lobo , como suele decirse. Luego sin le deslindan tos linajes. Negociante
tió la pobre dueña que la asian por necio , negociante mentecato, no te
la garganta con dos manos tan fuer apresures, espera sazón y coyuntura
temente, que no la dejaban gañir, y para negociar : no vengas á la hora
que otra persona con mucha preste del comer ni á la del dormir , que los
za sin hablar palabra le alzaba las jueces son de carne y de hueso , y
faldas , y con una al parecer chinela han de dar á la naturaleza lo que ra
le comenzó á dar tantos azotes , que turalmente les pide, si no es yo, que
era una compasión ; y aunque don no le doy de comer a la mía, merced
Quijote se la tenía , no se mencaba al señor doctor Pedro Recio Tirtea
del lecho , y lo sabía qué podía ser fuera , que está delante, que quiere
aquello, y estábase quedo y callado, que muera de hambre , y afirma que
v aun temiendo no viniese por él la esta muerte es vida, que así se la dé
tanda y tunda azotesca ; y no fué Dios á él y a todos los de su ralea,
vano su temor, porque en dejando digo, á la de los malos médicos, que
molida á la dueña los callados ver la de los buenos palmas y lauros me
dugos, la cual no osaba quejarse, recen . Todos los que conocían á San
acudieron á don Quijote, y desenvol cho Panza se admiraban oyéndole ha
viéndole de la sábana y de la colcha blar tan elegantemente , y no sabían
le pellizcaron tan á inenudo y tan á qué atribuirlo , sino a que los oficios
reciamente , que no pudo dejar de y cargos graves, ó adoban o entor
defenderse á puñadas,y todo esto en pecen los entendimientos. Finalmen .
silencio admirable. Duró la batalla te , el doctor Pedro Recio Agüero de
casi media hora , salieron las fantas Tirteafuera prometió de darle de ce
mas , recogió doña Rodríguez sus fal. nar aquella noche, aunque excediese
das, y gimiendo su desgracia se salió de todos los aforismos de Hipócrates .
por la puerta afuera sin decir pala Con esto quedó contento el goberna
bra á don Quijote ; el cual doloroso dor, y esperaba con grande ansia l'e
pellizcado, confuso y pensativo , se gase la noche y la hora de cenar ; y
quedó solo, dorde le dejaremos de . aunque el tiempo, al parecer suyo , se
seoso de saber quién había sido el estaba quedo sin moverse de un lu
perverso encantador que tal le había gar , todavía se llegó , por él tanto de.
puesto ; pero ello se dirá á su tiem seado, donde le dieron de cenar un
po, que Sancho Panza nos llama , y salpicón de vaca con cebolla, y unas
el buen concierto de la historia lo manos cocidas de ternera , algo entra.
pide . da en días . Entregóse en todo con
más gusto que si le hubieran dado
francolines de Milán , faisanes de Ro
ma , ternera de Sorrento, perdices de
CAPITULO XLIX Morón, ó gansos de Lavajos ; y entre
la cena, volviéndose al doctor, le
De lo que sucedió á Sancho Panza dijo : Mirad, señor doctor, de aquí
rondando su insula en adelante no os curéis de darme á
comer cosas regaladas ni manjares
exquisitos , porque será sacar á mi
Dejamos al gran gobernador ello estómago de sus quicios, el cual está
jado y mohino con el labrador pintor acostumbrado á cabra, á vaca , á to
socarrón , el cual industriado del cino , á cecina, á nabos y á cebollas,
mayordomo, y el mayordomo del du. y si acaso le dan otros manjares de
que, se burlaban de Sancho ; pero él · palacio los recibe con melindre, y
se las tenía tiesas a todos, magüera algunas veces con asco ; lo que el
tonto, bronco y rollizo, y dijo á los maestresala debe hacer es traerme
que con él estaban y al doctor Pedro esas que llaman ollas podridas , que
Recio, que como se acabó el secreto mientras más podridas son, mejor
de la carta del duque había vuelto huelen , y en ellas puede embaular y
á entrar en la sala : Ahora verdade encerrar todo lo que él quisiere , co
ramente que entiendo que los jueces mo sea de comer, que yo se lo agra
v gobernadores deben de ser 6 han deceré, y se lo pagaré algún día ; y
de ser de bronce para no sentir las no se burla nadie conmigo, porque
importunidades de los negociantes, o somos 6 no somos : vivamos todos
que á tolas horas y á todos tiempos y comamos en buena paz y compaña,
370 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

pues cuando Dios amanece, para to que reñían, los cuales viendo venir
dos amanece ; yo gobernaré esta in. à la justicia se estuvieron quedos, y
sula sin perdonar derecho ni llevar el uno dellos dijo : Aquí de Dios y
cohecho; y todo el mundo traiga el del rey ; cómo y que se ha de sufrir
ojo alerta , y mire por el virote, por que roben en poblado en este pueblo
que les hago saber que el diablo está y que salgan á saltear en él en mitad
en Cantillana, y que si me dan ocasión de las calles ? Sosegaos, hombre de
han de ver maravillas : no sino ha bien , dijo Sancho, y contadme qué es
ceos miel , y comeros han moscas. la causa desta pendencia , que yo soy
Por cierto , señor gobernador, dijo el el gobernador . El otro contrario dijo :
maestresala , que vuesa merced tiene Señor gobernador, yo la diré con
mucha razón en cuanto ha dicho ; toda brevedal : vucsa merced sabrá
y que yo ofrezco en nombre de todos que este gentilhombre acaba de ga
los insulanos desta insula , que han nar ahora en esta casa de juego, que
de servir à vuesa merced con toda está aquí frontera , más de mil reales,
puntualidad , amor y benevolencia , y sabe Dios cómo ; y hallándome yo
porque el suave modo de gobernur presente juzgué más de una suerte
que en estos princ pios vuesa merced dudosa en su favor contra todo aque
ha usado, no les da lugar de hacer ni llo que me dictaba la conciencia . Al
de pensar cora que en deservicio de zose con la ganancia ; y cuando
vuesa merced reduide. Yo lo creo, esperaba que me había de dar al
respondió Sancho, y serían ellos unos gún escudo por lo menos de ba
necios si otra cosa hiciesen ó pen rato, como es uso y costumbre darle
sasen ; y vuelvo á decir que se tenga á los hombres principales como vo,
cuenta con mi sustento, y con el de que estamos asistentes para bien y
mi rucio , que es lo que en este de mal pasar, y para apoyar sinrazones
gocio importa y hace más al caso ; y evitar pendencias, él embolso su
en siendo hora vamos rondar , que dinero, y se salió de la casa : yo vine
es mi intención limpiar esta ínsula de despechado tras él , y con buenas y
todo género de inmundicia y de gen. corteses palabras le he pedido que me
te vagabunda, holgazana y mal entre diese siquiera ocho reales, pues sabe
tenida : porque quiero que sepáis , que yo soy hombre honrado, y que
amigos mios, que la gente baldía y no tengo oficio ni beneficio , porque
perezosa , es en la repúblic : lo mesmo mis padres no me lo enseñaron ni me
que los zánganos en las colmenas, que le dejaron ; y el socarrón, que es más
se comen la miel que las trabajado ladrón que Caco, y más fullero que
ras abejas hacen . Pienso favorecer á Andradilla, no quería darme más de
los labradores, guardar sus preemi. cuatro reales ; porque vea vuesa mer
nencias á los hidalgos, premiar los ced, señor gobernador, qué poca ver
virtuosos, y sobre todo tener respeto güenza y qué poca conciencia ; pero
á la religión y á la honra de los re å fe que si vuesa merced no llegara,
ligiosos . ¿ Qué os parece desto, ami que yo le hiciera vomitar la ganan
gos ? ¿ digo algo , o quiébrome la ca cia, y que había de saber con cuántas
beza ? Dice tanto vuesa merced , se entraba la romana . ¿ Qué decís vos á
ñor gobernador, dijo el mayordomo, esto ? preguntó Sancho. Y el otro
que estoy admirado de ver que un respondió que era verdad todo cuad
hombre tan sin letras como vuesa to su contrario decía, y no había
merced , que á lo que creo no tiene nin . querido darle más de cuatro reales,
guna, diga tales y tantas cosas llenas porque se los daba muchas veces ; v
de sentencias y de avisos tan fuera de los que esperan barato han de ser co
todo aquello que del ingenio de vuesa medidos , y tomar con rostro alegre
merced esperaban los que nos envia lo que les dieren sin poners ? en cu = D
ron y los que aquí venimos : cada día ta con los gananciosos, si ya no su.
se ven cosas nuevas en el mundo ; piesen de cierto que son fulleros, y
las burlas se vuelven en veras , y los que lo que ganan es mal ganado, y
burladores se hallan burlados . Llegó que para señal que él era hombre de
aquella noche, y cenó el gobernador bien , y no ladrón, como decía , nin
con licencia del señor doctor Recio . guna había mayor que el no haberle
Aderezándose de ronda, salió Sancho querido dar nada, que siempre los
con el mayordomo , secretario y maes fulleros son tributarios de los miro
tresala , y el cronista que tenía cuidado nes que los conocen . Así es, dijo el
de poner en memoria sus hechos , y mayordomo ; vea vuesa merced, se
alguaciles y escribanos, tantos que ñor gobernador, qué es lo que se ha
podía formar un mediano escuadrón, de hacer destos hombres. Lo que se
Iba Sancho en medio con su vara , que ha de hacer es esto, respondió San
no había más que ver, y pocas calles cho : vos, ganancioso , bueno o malo ,
ancladas del lugar, sintieron ruido de 6 indiferente, dad luego & este vues
cuchilladas : acudieron allá, y halla tro acuchillador cien reales , y más
ron que eran dos solos hombres los nabéis de desembolsar treinta para
PARTE 11 --CAPÍTULO XLIX 377

los pobres de la cárcel : y vos que y soltarte cada y cuando me quisie


no teneis oficio ni benefiio , y andáis re ? Por más poder que vuesa merced
de nones en esta insula, tomad luego tenga, dijo el mozo, no será bastante
estos cien 'reales, y mañana en todo para hacerme dormir en la cárcel .
el día salid desta insula desterrado ¿ Cómo que no ? replico Sancho : le
por diez años, so pena si lo quebran vadle luego, donde verá por sus ojos
táredes los cumpláis en la otra vida a desengaño, aunque más el alcaide
colgárdoos yo de una picota 6 á lo quiera usar con él de su interesada
menos el verdugo de mi mandado ; y liberalidad , que yo le pondré pena
ninguno me replique, que le asentaré de dos mil ducados si te deja salir un
la mano. Desembolsó el uno, recibió paso de la cárcel. Todo eso es cosa
el otro, éste se salió de la insula , y de risa, respondió el mozo ; el caso
aquél se fué á su casa, y el gober es que no me harán dormir en la cár
nador quedó diciendo : Ahora yo po cel cuantos hoy viven . Dime , demo
dré poco , 6 quitaré estas casas de nio, dijo Sancho, & tienes algún an
juego, que á mí se me trasluce que gel que te saque, y que te quite los
son muy perjudiciales. Esta á lo me grillos que te pienso mandar echar ?
nos, dijo un escribano, no la podrá Ahora , señor gobernador , 'respondió
vuesa merced quitar, porque latiene el mozo con un buen donaire , estemos
un gran personaje, y más es sin á razón y vengamos al punto. Presu
comparación lo que el pierde al año ponga vuesa merced que me manda
que lo que saca de los naipes : con llevar á la cárcel , y que en ella me
tra otros garitos de menor cuantía echan grillos y cadenas y que me me
podrá vuesa merced mostrar su po ten en un calabozo, y se le ponen al
der , que son los que más daño hacen alcaide graves penas si me deja sa
y más insolencias encubren, que en lir , y que él lo cumple como se le
las casas de los caballeros principa manda : con todo esto, si yo no quie
les y de los señores no se atreven los ro dormir y estarme despierto toda la
famosos fulleros á usar de sus tre noche sin pegar pestaña , ¿ será vue
tas ; y pues el vicio del juego se ba sa merced bastante con todo su poder
vuelto en ejercicio común , mejor es para hacerme dormir, si yo no quie
que se juegue en casas principales, que ro ? No por cierto, dijo el secretario,
no en las de algún oficial, donde co y el hombre ha salido con su inten
gen á un desdichado de media noche ción. De modo, dijo Sancho, & que no
abajo y le desuellan vivo . Agora, es dejaréis de dormir por otra cosa que
cribano, dijo Sancho, yo sé que hay por vuestra voluntad, y no por con
mucho que decir en eso . Y en esto travenir á la mía ? No, señor, dijo el
llegó un corchete, que traía asido á mozo , ni por pienso . Pues andad con
un mozo , y dijo : Señor gobernador, Dios , dijo Sancho , idos a dormir á
este mancebo venía hacía nosotros , y vuestra casa, y Dios os dé buen sue
así como columbró la justicia volvió ño , que yo no quiero quitaroslo ; pero
las espaldas y comenzó á correr como aconséjoos que de aquí adelante no
un gamo, señal que debe de ser al. os burieis con la justicia , porque to
gún delincuente ; yo partí tras él , . paréis con alguna que os dé con la
si no fuera porque tropezó y cayó, hurla en los cascos. Fuése el mozo ,
no le alcanzara jamás. ¿ Por qué y el gobernador prosiguió con su ron.
huías , hombre ? preguntó Sancho. A da, y de allí á poco vieron dos cor
lo que el mozo respondió : Señor, vor chetes , que traían á un hombre asido ,
excusar de responder á las muchas y dijeron : Señor gobernador, este
preguntas que las justicias hacen . que parece hombre no lo es , sino
¿ Qué oficio tienes ? Tejedor. ¿ Y qué mujer, y no fea, que viene vestida
tejes ? Hierros de lanzas, con licen en hábito de hombre. Llegáronle de
cia buena de vuesa merced . & Gracio los ojos dos o tres linternas , á cuyas
sico me sois ? de chocarrero os pi. luces descubrieron el rostro de una
mujer al parecer de diez y seis o
cáis ? Está bien : ( y añónde íbades pocos más años, recogidos los cabellos
ahora ? Señor, á tomar el aire. ¿ Y
adónde se toma el aire en esta insu con una redecilla de oro y seda ver
la ? Adonde sopla . Bueno, respondéis de , hermosa como mil perlas : mirá
muy á propósito ; discreto sois , man . ronla de arriba abajo y vieron que
cebo ; pero haced cuenta que yo soy venía con unas medias de seda encar
el aire , y que os soplo en popa, y os nada, con ligas de tafetán blanco y
encamino á ia cárcel. Asidle, hola, y rapacejos de oro y aljófar ; los gre
llevadle, que yo haré que duerma güescos eran verdes, de tela de oro ,
allí sin aire esta noche. Por Dios , dijo y una saltaembarca o ropilla de lo
el mozo , así me haga vuesa merced mismo , suelta, debajo de la cual trala
dormir en la cárcel como hacerme un jubón de tela finísima de oro y
rey. ¿ Pues por qué no te haré yo dor blanco, y los zapatos eran blancos y
mir en la cárcel ? respondió Sancho : de hombre : no traía espada ceñida ,
sino una riquísima daga , y en los de
e no tengo yo poder para prenderte
378 DON QUIJOTE DE LA MAXCUA

dos muchos y muy buenos anillos. d.jo muy paso : Sin duda alguna que
Finalmente, la moza pareció bien á á esta pobre doncella le debe de ha
todos, y ninguno la conoció de cuan ber sucedido algo de importancia ,
tos la vieron , y los naturales del lugar pues en tal traje y á tales horas, y
dijeron que no podían pensar quién siendo tan principal, anda fuera de
fuese, y los consabedores de las bur su casa . No hay dudar en eso , res
tas que se habían de hacer á Sancho pondió el maestresala, y más que esa
fueron los que más se admiraron , sospecha la confirman sus lágrimas.
porque aquel suceso y hallazgo no ve. Sancho la consoló con las mejores
nía ordenado por ellos, y así estaban razones que él supo, y le pidió que
dudosos esperando en qué pararía el sin temor alguno les dijese lo que le
caso. Sancho quedó pasmado de la había sucedido, que todos procurarían
hermosura de la moza, y preguntole remediarlo con muchas veras y por
quién era, adónde iba , y qué ocasión todas las vías posibles . Es el caso,
le había movido para vestirse en señores, respondió ella , que mi pa
aquel hábito. Ella , puestos los ojos dre me ha tenido encerrada diez años,
en tierra , con honestísima vergüenza que son los mismos que a mi ma
respondió : No puedo, señor , decir dre come la tierra : en casa dicen
tan en público lo que tanto me im misa en un rico oratorio , y yo en todo
portaba fuera secreto : una cosa quiero este tiempo ro he visto más que el
que se entienda, que no sov ladrón sol del cielo de día, y la luna y las
ni persona facincrosa, sino una don. estrellas de noche, ni sé qué son ca
cella desdichada, á quien la fuerza de lles, plazas ni templos, ni aún hom .
unos ceios ha hecho romper el decoro bres, fuera de mi padre y de un her .
que á la honestidad se debe. Oyen lo mano mío , y de Pedro Pérez el arren .
esto el mayordomo, dijo á Sancho : dador, que por entrar de ordinario
Haga, señor gobernador, apartar la en mi casa se me antojó decir que
gente, porque esta señora con menos era mi padre , por no declarar el mio .
empacho pueda decir lo que quisiere, Esto encerramiento y este negarme
Mandolo así el gobernador, apartá . salir de casa siquiera á la iglesia , ha
ronse todos , si no fueron el mayor muchos días y meses que me trae muy
domo, el maestresala y el secretario . desconsolada : quisiera yo ver el
Viéndose pues solos, la doncella pro. mundo, ó á lo menos el pueblo donde
siguió diciendo : Yo, señores, soy hija nací, pareciéndome que este deseo no
de Pedro Pérez Mazorca , arrendador iba contra el buen decoro que las don
de las lanas de este lugar, el cual cellas principales deben guardar á sí
suele muchas veces ir á casa de mi mismas. Cuando oía decir que corrían
padre . Eso no lleva camino , dijo el toros y jugaban caſas y se represe!.
mayordomo, señora, porque yo co taban comedias, preguntaba á mi her
nozco muy bien á Pedro Pérez , y sé mano, que es un año menor que yo ,
que no tiene hijo ninguro , ni varón que me dijese qué cosas eran aquellas
ni hembra : y más, que decís que es y otras muchas que yo no he visto :
vuestro padre, y luego añadís que él me las declaraba, por los mejores
suele ir muchas veces a casa de vues modos que sabía ; pero todo era en
tro padre. Ya yo había dado en ello , cenderme más el deseo de verlo. Fi
dijo Sancho. Ahora, señores , yo estoy nalmente , por abreviar el cuento de
turbada, y no sé lo que me digo , res. mi perdición, digó que yo rogué y
pondió la doncella ; pero la verdad pedí á mi hermano , que nunca tal pi
es que yo soy hija de Diego de la diera ni tal rogara ; y torno á reno
Ilana, que todas vuesas mercedes var el llanto . El mayordomo le dijo :
deben de conocer. Ya eso lleva ca
Prosiga vuesa merced, señora, y aca .
mino, respondió el mayordomo, que be de decirnos lo que le ha sucedido,
yo conozco á Diego de la Llana , y sé que nos tienen a todos suspensos sus
que es un hidalgo principal y rico, y palabras y sus lágrimas. Pocas me
que tiene un hijo y una hija , y que quedan por decir, respondió la donce
después que enviudó no ha habido lla , aunque muchas lágrimas sí que
nadie en todo este lugar que pueda llorar, porque los mal colocados de .
decir que ha visto el rostro de su seos no pueden traer consigo otros
hija , que la tiene tan encerrada que descuentos que los semejantes . Ha
no da lugar al sol que la vea, y con bíase sentado en el alma del maestre
todo eso la fama dice que es en ex sala la belleza de la doncella , y llegó
tremo hermosa . Así es la verdad , rrs . otra vez su linterna para verla de
pondió la doncella, y esa hija scy nuevo , y parecible que no eran lágri.
yo : si la fama miente ó no en mi mas las que lloraba, sino aljófar
hermosura , ya os habréis, señores , rocio de los prados , y aun las subía
desengañado , pues me habéis visto; de punto, y las llegaba á perlas
en esto comenzó a llorar tierna . orientales, y estaba deseando que su
mente. Viendo lo cual el secretario se desgracia no fuese tanta como daban
llegó al oído del maestresala , y le a entender los indicios de su llanta
PARTE II . - CAPÍTULO XLIX 379

y de sus suspiros. Desesperábase el atrevimiento no eran menester tan.


gobernador de la tardanza que tenía tas largas ni tantas lágrimas y s'19
la moza en relatar su historia, y di. piros ; que con decir somos fulano y
jole que acabase de tenerlos más sus. fulana, que nos salimos á espaciar de
pensos, que era tarde, y faltaba casa de nuestros padres con esta in
mucho que andar del pueblo . Ella vención, sólo por curiosidad sin otro
• entre interrotos sollozos y mal forma designio alguno, se acabara el cuen
dos suspiros dijo : No es otra mi des to, y no gemidicos y lloramicos, y
gracia , ni mi infortunio es otro , sino darle. Así es la verdad, respondió la
que yo rogué á mi hermano que me doncella ; pero sepan vuesas merce
vistieso en hábitos de hombre con des que la turbación que he tenido ha
uno de sus vestidos, y que me sacase sido tanta, que no'me ha dejado guar.
una noche á ver todo el pueblo cuan dar el término que debía. No se ha
do nuestro padre durmiese : él impor perdido nada, respondió Sancho :
tunado de mis rucgos condescendió vamos, y dejaremos a vuesas merce
con mi deseo , y poniéndome este des en casa de su padre , quizá no
vestido, y él vistiéndose de otro mío, los habrá echado menos, y de aquí
que le está como nacido, porque el adelante no se muestren tan niños ni
no tiene pelo de barba, y no parece tan deseosos de ver mundo : que la
sido una doncella hermosísima, esta doncella honrada, la pierna quebrada
noche debe de haber una hora poco y en casa , y la mujer y la gallina por
más o menos , nos salimos de casa, y andar se pierden aína, y la que es
guiados de nuestro mozo y desbara deseosa de ver, también tiene deseo
tado discurso , hemos rodeado todo el de ser vista : no digo más. El man
pueblo, y cuando queriamos volver á cebo agradeció al gobernador la mer
casa vimos renir un gran tropel de ced que quería hacerles de devolver .
gente, y mi hermano me dijo : Fer los a su casa, y así se encaminaron
mana, esta rlebe de ser la ronda, ali hacia ella , que no estaba muy lejos
gera los pies y pon alas en ellos, y de allí. Llegaron pues, y tirando sul
vente tras mi corriendo , porque no hermano una china á una reja, al mo
nos conozcan, que nos será mal con . mento bajó una criada, que los estaba
tado ; y diciendo esto 'volvió las es esperando , y les abrió la puerta, y
paldas , y comenzó, no digo á correr, ellos se entraron , dejando a todos ad .
sino á volar : yo á menos de seis mirados así de su gentileza y hermo
pasos caí con el sobresalto, y enton. sura, como del deseo que tenían de
ces llegó el ministro de la justicia ver mundo de noche y sin salir del
que me trajo ante vuesas mercedes, lugar ; pero todo lo atribuyeron a su
adonde por mala y antojadiza me veo poca edad . Quedó el maestresala trag .
avergonzada ante tanta gente. En pasado su corazón, y propuso de lue
efecto , señora, dijo Sancho, ¿ no os ha go otro día pedirsela por mujer á su
sucedido otro desmán alguno, ni ce padre, teniendo por cierto que no se
los, como al principio de vuestro la negaría , por ser el criado del du.
cuento dijisteis, no os sacaron de que , y aun á Sancho le vinieron de.
vuestra casa ? No me ha sucedido na . seos y barruntos de casar al mozo
da, ni me sacaron celos, sino sólo el con Sanchica su hija, y determinó de
deseo de ver mundo, que no se ex ponerlo en plática á su tiempo , dán
tendía á más que á ver las calles de dose á entender que á una hija de rin
este lugar : y acabó de confirmar ser gobernador ningún marido se le po
verdad lo que la doncella decía llegar día negar. Con esto se acabó la ron
los corchetes con su hermano preso , da de aquella noche, y de allí á dos
á quien alcanzó uno de ellos cuando días el gobierno, con que destronca
se huyó de su hermana . No traía sino ron y borraron todos sus design.os ,
un faldellín rico y una mantellina de como se verá adelante.
damasco azul con pasamanos de oro
firro , la cabeza sin toca , ni con otra
cosa adornada que con sus mismos
cabellos, que eran sortijas de oro se.
gún eran rubios y enrizados. Apar
táronse con él el gobernador, mayor
domo y maestresala , y sin que lo
oyese su hermana le preguntaron co
mo venía en aquel traje, y él con no
menos vergüenza y empacho conto
lo mismo que su hermana había con
tado, de que recibió gran gusto el
enamorado maestresala ; pero el go.
bernador les dijo : Por cierto, seño
res , que esta ha sido una gran rapa
cería , y para contar esta necedad y
380 DON QUIJOTE DE LA MANCIA

res partió de muy buena gana al lu


gar de Sancho ; y antes de entrar en
él vió en un arroyo estar lavando oan
CAPITULO L tidad de mujeres, á quienes pregunto
si le sabrían decir si en aquel lugar
vivía una mujer llamada Teresa Pan
Donde se declara quiénes fueron za, mujer de un cierto Sancho Panza ,
los encantadores y verdugos que escudero de un caballero llamado don
azotaron á la dueña y pellizca Quijote de la Mancha, á cuya pregun
ron y arañaron á don Quijote, ta se levantó en pie una mozuela que
con el suceso que tuvo el paje estaba lavando, y dijo : Esa Teresa
que llevó la carta á Teresa Pan. Panza es mi madre, y ese tal San
za, mujer de Sancho Panza . cho mi señor padre, y el tal caballe
ro nuestro amo. Pues venid , donce
Dice Cide Hamete, puntualísimo lla , dijo el paje, y mostradme à vues.
escudriñador de los átomos desta ver . tra madre, porque le traigo una carta
dadera historia , que al tiempo que y un presente del tal vuestro padre.
doña Rodríguez salió de su aposento Eso haré yo de muy buena gana, se
para ir a la estancia de don Quijote, ñúr mío, respondió la moza , que mos
otra dueña que con ella dormía lá traba ser de edad de catorce años,
sintió, y que como todas las dueñas poco más o menos ; y dejando la ropa
son amigas de saber, entender y oler , que lavaba á otra compañera , sin to
se fué tras ella con tanto silencio, carse ni calzarse, que estaba en pier
que la buena Rodríguez no lo echo de nas y desgreñada, saltó delante de la
ver ; y así como la dueña la vió en cabalgadura del paje, y dijo : Venga
trar en la estancia de don Quijote, vuesa merced , que a la entrada del
porque no faltaba en ella la general pueblo está nuestra casa, y mi madre
costumbre que todas las dueñas tie in ella con harta pena por no haber
nen de ser chismosas , al momento lo sabido muchos días ha de mi señor
fué á poner en pico á su señora la padre . Pues yo se las llevo tan bue
duquesa de cómo doña Rodriguez nas, dijo el paje, que tiene que dar
quedaba en el aposento de don Quijo bien gracias a Dios por ellas. Final
te . La duquesa se lo dijo al duque, mente saltando, corriendo y brincan
y le pidió licencia para que ella y do llegó al pueblo la muchacha, y an .
Altisidora viniesen ver lo que aque tes de entrar en su casa dijo á voces
lla dueña quería con don Quijote. El desde la puerta : Salga , madre Tere
duque se la dió, y las dos con gran sa, salga , salga, que viene aquí un
tiento y sosiego , paso ante paso, lle señor que trae cartas y otras cosas de
garon á ponerse junto á la puerta ini buen padre ; á cuyas voces salio
del'aposento, y tan cerca que ofan Teresa Panza su madre hilando un
todo lo que dentro hablaban ; y copo de estopa, con una saya parda.
cuando oyó la duquesa que la Ro Parecía, según era de corta , que se la
dríguez había echado en la calle el habían cortado por vergonzoso lugar,
Aranjuez de sus fuentes, no lo pu con un corpezuelo asimismo pardo y
do sufrir, ni menos Altisidora, y as! una camisa de pechos. No era muy
as de cólera y deseosas de ven vieja, aunque mostraba pasar Ics
ganza entraron de golpe en el apo cuarenta ; pero fuerte, tiesa, nervuda
sento, y acribillaron á don Quijote, y avellanada, la cual viendo a su hija
y vapularon a la dueña del modo que y al paje á caballo, le dijo : ¿ Qué es
queda contado ; porque las afrentas esto, niña, qué señor es este ? Es un
que van derechas contra la hermosura servidor de mi señora doña Teresa
y presunción de las mujeres, despier. Panza, respondió el paje ; y diciendo
tan en ellas en gran manera la ira, y y haciendo se arrojó del caballo , y se
encienden el deseo de vengarse. Cor. fué con mucha humildad á poner de
tó la duquesa al duque lo que había hinojos ante la señora Teresa , dicien
pasado, de lo que se holgó mucho, y de : Deme vuesa merced sus manos ,
la duquesa, prosiguiendo con su in mi señora doña Teresa , bien así como
tención de burlarse y recibir pasg mujer legítima y particular del señor
tiempo con don Quijote, despacho al don Sancho Panza, gobernador propio .
paje que había hecho la figura de de la insula Barataria. ¡ Ay señor
Dulcinea en el concierto de su des miol quítese de ahí, no haga eso , res
encanto, que tenía bien olvidado San pondió Teresa , que yo no soy nada
cho Panza con la ocupación de su go palaciega, sino una pobre labradora,
bierno , á Teresa Panza su mujer con hija de un estripaterrones, y mujer
la carta de su marido, y con otra suya de un escudero andante, y no de go
y con una gran sarta de corales ricos bernador alguno. Vuesa merced, res
presentados. Dice pues la historia, pondió el paje, es mujer dignísima de
que el paje era muy discreto y aga un gobernador archidignísimo, y para
do , y con deseo de servir á sus seño . prueba desta verdad reciba vuess
PARTE II. - CAPÍTULO L 581

merced esta carta y este presente ; y » será medida : y Dios me la guarde .


baco al instante de la faltriquera una »Deste lugar , su amiga que bien la
sarta de corales con cxtremos de oro , o quiere ,
y se la echó al cuello, y dijo : Esta LA DUQUESA , )
carta es del señor gobernador, y otra
que traigo y estos corales son de mi
señora la duquesa, que á vuesa mer . ¡ Ay ! dijo Teresa er oyendo la car
ced me envía . Quedó pasmada Teresa ta , y qué buena, y qué llana, y qué
y su hija ni más ni menos , y la mu humilde señora : con estas tales se
chacha dijo : Que mo maten si no ñoras mo entierren á mí, y no las hi.
anda por aquí nuestro señor amo don dalgas que en este pueblo se usan ,
Quijote , que debe de haber dado a que piensan que por ser hidalgas no
padre el gobierno o condado que tan las va á tocar el viento , y van á
tas veces le había prometido. Así es la iglesia con tanta fantasía , como
la verdad, respondió el paje, que por si fuesen las mesmas reinas , que ro
respeto del señor don Quijote es aho parece sino que tienen á deshonra el
ra el señor Sancho 'gobernador de la mirar á una labradora ; y veis aquí
insula Barataria , como se verá poor donde esta buena señora con ser du
esta carta. Léamela vuesa merced , quesa me llama amiga , y me trata
señor gentilhombre, dijo Teresa , por como si fuera su igual , que igual la
que aunque yo sé hilar, no sé loer vea yo con el más alto campanario
migaja. Ni yo tampoco , añadió San que hay en la Mancha ; y en lo que
chica ; pero espérenne aquí, que yo toca a las bellotas, señor mío , yo le
iré á llainar quien la lea , ora sea el enviaré á su señoría un celemín , que
cura mesmo, o el bachiller Sansón por gordas las pueden venir á ver á
Carrasco, que vendrá de muy buena la mira y á la maravilla ; y por ahora ,
gana por saber nuevas de mi padre. Sar.chica , atiende á que se regale
No hay para qué se llame a nadie, este señor ; pon en orden este caballo
que yo no sé hilar, pero sé leer, y y saca de la caballeriza huevos , y
1x leeré , y así se la leyó toda, que corta tocino adunia, y démosle de co
por quedar ya referida no se pone mer como á un príncipe, que las bue
aquí ; y luego sacó otra de la duque ras nuevas que nos ha traído, y la
sa , que decía desta manera : buena cara que el tiene lo merece
todo, y en tanto saldré yo á dar á
« Amiga Teresa : las buenas partcs mis vecinas las nuevas de nuestro
de la bondad y del ingenio de vues contento , y al padre cura y á maese
otro marido Sancho me movieron y Nicolás el barbero, que tan amigos
obligaron á pedir á mi marido el du . son y han sido de tu padre. Si haré,
que le diese un gobierno de una ir - madre , respondió Sanchica ; pero mi.
psula de muchas que tiene. Tengo re que me ha de dar la mitad desa
»noticia que gobierna como un giri . sarta, que no tengo yo por tan boba
» falte , de lo que yo estoy muy conten á mi señora la duquesa que se la ba
» ta , y el duque mi señor por el con bía de enviar a ella toda. Todo es
» siguiente , por lo que doy muchas para ti, hija, respondió Teresa ; pero
» gracias al cielo de no haberme en déjamela traer algunos días al cuello ,
" gañado en haberle escogido por el que verdaderamente parece que me
» tal gobierno ; porque quiero que se alegra el corazón . También se alegra
ppa la señora Teresa, que con dificul rán, dijo el paje , cuando vean el lío
otad se halla un buen gobernador en que viene en este portamanteo, que
»el mundo, y tal me haga á mi Dios es un vestido de paño finísimo, que
como Sancho gobierna. Ahí le envio, el gobernador sólo un día llevó á
>querida mía , una sarta de corales caza , el cual todo lo envía para la
pcon extremos de oro : yo me holgara señora Sanchica . Que me viva él niil
o que fuera de perlas orientales; pero años , respondió Sanchica, y el que lo
quien te da el hueso no te querría trae ni más ni menos, y aun dos mil
sver muerta : tiempo vendrá en que si fuere necesidad . Saliose en esto
onos conozcamos y nos comunique. Teresa fuera de la casa con las cartas
omos, y Dios sabe lo que será. Enco y con la sarta al cuello, y iba tañen .
omiéndeme á Sanchica su hija, y di do en las cartas como si fuera en un
»gale de mi parte que se apareje , que pardero, y encontrándose acaso con
ola tengo de casar altamente cuando el cura y Sansón Carrasco, comenzó
omenos lo piense. Dicenme que en ese á bailar y á decir : A fe , que agora
plagar hay bellotas gordas , envíeme que no hay pariente pobre, gobiernito
hasta dos docenas, que las estimaré tenemos ; no sino tómese conmigo la
pen mucho por ser de su mano ; y más pintada hidalga, que yo la pon
Descríbame largo avisándome de sil dré como nueva . ¿ Qué es esto Tere
»salud y de su bienestar, y si hubiere sa Panza ? & qué locuras son estas , y
»menester alguna cosa, no tiene que qué papeles son esos No es otra la
> hacer más que boquear, que su boca locura , sino que estas son cartas de
382 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

duquesas y de gobernadores, y estos destas pláticas , salió Sanchica con


que traigo al cuello son corales finos, una halda de huevos, y preguntó al
las avemarías y los padrenuestros paje : Dígame, señor, i mi señor pa
son de oro de martillo, y yo soy go . dre trae por ventura calzas atacadas
bernadora. De Dios en ayuso no Os después que es gobernador ? No he
entendemos , Teresa , ni sabemos lo mirado en ello, respondió el paje ,
que os decís . Ahí lo podrán ver ellos, pero sí debe de traer . ¡ Ay Dios mio !
respondió Teresa, y dioles las cartas. replicó Sanchica, y qué será de ver 4
Leyolas el cura de modo que las ogó mi padre con pedorreras: į no es
Sanson Carrasco ; y Sansón y el cura bueno sino que desde que nací tengo
se miraron el uno al otro como admi. deseo de ver á mi padre con calzas
rados de lo que habían leído; y pre atacadas ? Como con esas cosas le ve
guntó el bachiller quién había tra rá vuesa merced si vive , respondió
aquellas cartas . Respondió Teresa , el paje. Par Dios, términos lleva de
que se viniesen con ella á su casa, y caminar con papahigo con sólo dos
verían al mensajero, que era un man. meses que le dure el gobierno . Bien
cebo como un pino de oro, y que le echaron de ver el cura y el bachiller
traía otro presente, que valía más de que el paje hablaba socarronamente ;
tanto, Quitole el cura los corales del pero la fineza de los corales y el ves
cuello , y miróles y remiróles , y cer tido de caza que Sancho enviaba lo
tificándose que eran finos , torno á deshacía todo ( que ya Teresa les ha
admirarse de nuevo, y dijo : Por el bía mostrado el vestido ), y no deja
hábito que tengo, que no sé qué me ron de reirse del deseo de Sanchica ,
diga ni qué me piense destas cartas y más cuando Teresa dijo : Señor
y destos presentes : por una parte cura, eche cata por ahí si hay al
veo y toco la fineza destos corales, y guien que vaya a Madrid ó a Toledo,
por otra leo que una duquesa envía á para que me compre un verdugado
pedir dos docenas de bellotas . Aderé. redondo hecho y derecho , y sea al
zame esas medidas, dijo entonces Ca. uso y de los mejores que hubiere; que
rrasco : ahora bien , vamos a ver al en verdad, en verdad que tengo de
portador deste pliego , que dél nos in honrar el gobierno de mi marido en
formaremos de las dificultades que se cuanto yo pudiere, y aun que si me
nos ofrecen , Hiciéronlo así , y volvió enojo me tengo de ir a esa corte y
se Teresa con ellos. Hallaron al paje echar un coche como todas, que la
cribando un poco de cebada para su que tiene marido gobernador muy
cabalgadura, y á Sanchica cortando bien le puede traer y sustentar. Y
un torrezno para empedrarle con hue cómo, madre, dijo Sanchica, pluguie
vos , y dar de comer al paje , cuya se á Dios que fuese antes hoy que
presencia y buen adorno contentó mu mañana, aunque dijesen los que me
cho á los dos ; y después de haberle viesen ir sentada con mi señora ma
saludado cortésmente, y él á ellos, dre en aquel coche: Mirad la tal por
le pidió Sansón les dijese nuevas cual , hija del harto de ajos , y cómo
así de don Quijote como de Sancho va sentada y tendida en el coche co
Panza, que puesto que habían leído mo si fuera una papesa. Pero pised
las cartas de Sancho y de la señora ellos los lodos, y ándame yo en mi
duquesa, todavía estaban confusos y coche levantados los pies del suelo.
no acababan de atinar qué sería aque. Mal año y mal mes para cuantos
llo del gobierno de Sancho, y más de murmuradores hay en el mundo :
una insula, siendo todas las más ándame yo caliente, y riase la gente.
que hay en el mar Mediterráneo , de ¿ Digo bien , madre mia ? Y cómo que
Su Majestad . A lo que el paje respon dices bien , hija, respondió Teresa ,
dió : De que el señor Sancho Panza y todas esas venturas y aun mayo
sea gobernador , no hay que dudar de res me las tiene profetizadas mi buen
ello ; de que sea insula o no la quo Sancho, y verás tú , hija, como no
gobierna , en eso no me entremeto ; para hasta hacerme condesa, que todo
pero basta que sea un lugar de más es comenzar a ser venturosas ; y co
de mil vecinos ; y en cuanto a lo de mo yo he oído decir muchas veoes á
las bellotas digo , que mi señora la tu buen padre (que así como lo es
duquesa es tan llana y tan humilde , tuyo lo es de los refranes) , cuando te
que no digo yo el enviar á pedir be dieran la vaquilla, corre con la sogui.
llotas á una labradora, pero que le lla ; cuando te dieren un gobierno,
acontecía enviar á pedir un peine cógele ; cuando te dieren un condado,
prestado á una vecina suya ; porque agárrale, y cuando te hicieren tus tus
quiero que sepan vuesas mercedes , con alguna buena dádiva, envásala :
que las señoras de Aragón , aunque no sino dormíos, y no respondáis s
son tan principales, no son tan pun las venturas y buenas dichas que es.
tuosas y levantadas como las señoras tán llamando a la puerta de vuestra
castellanas : con más llaneza tratan casa . ¿ Y qué se me da & mi, afiadis
con las gentes . Estando en la mitad Sanchica, que diga el que quisiere
PARTE II . - CAPÍTULO LI 383

cuando me vea entonada y fantasiosa : do gobernador, señora, y no sé si


vióse el perro en bragas de cerro, y digo algo. Más dice la señora Teresa
lo demás ? Oyendo lo cual el cura, de lo que piensa, dijo el paje, y den.
dijo : Yo no puedo creer sino que me de comer y despácheme luego,
todos los deste linaje de los Parzas porque pienso volverme esta tarde .
nacieron cada uno con un costal de A lo que dijo el cura : Vuesa merced
refranes en el cuerpo : ninguno de se vendrá á hacer penitencia con
llos he visto que no los derrame á migo , que la señora Teresa más tiene
todas horas y en todas las pláticas voluntad que alhajas para servir á
que tienen. Así es la verdad, dijo el tan buen huésped. Rehusólo el paje;
paje, que el señor gobernador San pero en efecto lo hubo de conceder
cho á cada paso los dice ; y aunque por su mejora, y el cura le llevó con
muchos no vienen á propósito , toda sigo de buena gana, por tener lugar
via dan gusto, y mi señora la duque de preguntarle despacio por don Qui
sa y el duque los celebran mucho . jote y sus hazañas. El bachiller se
¿ Qué, todavía se afirma vuesa mec ofrecio de escribir á Teresa las car
ced , señor mío , dijo el bachiller, ser tas de la respuesta ; pero ella no qui.
verdad esto del gobierno de Sancho , so que el bachiller se metiese en sus
y de que hay duquesa en el mundo cosas , que le tenía por algo burlón , y
que le envíe presentes y le escriba ? así dio un bollo y dos huevos á un
porque nosotros, aunque tocamos los monacillo que sabía escribir, el cual
presentes, y hemos leído las cartas , le escribió dos cartas , una para en
no lo creemos, y pensamos que esta marido, y otra para la duquesa , no .
es una de las cosas de don Quijote tadas de su mismo caletre, que no
nuestro compatriota, que todas piensa son las peores que en esta grande
que son hechas por encantamento ; historia se ponen, como se verá ade
y así estoy por decir que quiero to. lante .
car y palpar á vuesa merced por ver
si es embajador fantástico, o hombre
de carne y hueso . Señores, yo no sé
más de mí, respondió el pajė, sino CAPITULO LI
que soy embajador verdadero, y que
el señor Sancho Panza es gobernador
efectivo , y que mis señores duque y Del progreso del gobierno de San.
duquesa pueden dar y han dado el cho Panza, con otros sucesos tales
tal gobierno, y que he oído decir que como buerws.
en él se porta valentísimamente el
tal Sancho Panza ; si en esto hay en
cantamento o no , vuesas mercedes lo Amaneció el día que se siguió á la
disputen allá entre ellos, que yo no noche de la ronda del gobernador, la
sé otra cosa para el juramento que cual el maestresala pasó sin dormir
hago, que es , por vida de mis padres, ocupado el pensamiento en el rostro,
que los tengo 'vivos , y los amo y los brío y belleza de la disfrazada don
quiero mucho. Bien podrá ello ser así, cella, y el coronista ocupó lo que
replicó el bachiller, pero dubitat Au della faltaba en escribir a sus seño
gustinus. Dude quien dudare, res res lo que Sancho Panza hacía y de
pond :6 el paje, la verdad es la que cía, tan admirado de sus hechos como
he dicho, y es la que ha de andar de sus, dichos , porque andaban mez
siempre sobre la mentira, como el cladas sus palabras y sus acciones con
aceite sobre el agua ; y si no, operi. asomos discretos y tontos, Levantóse
bus credite, et non verbis : véngase en fin el señor gobernador, y por or .
alguno de vuesas mercedes conmigo, den dei doctor Pedro Recio le hicie
verán con los ojos lo que no creen ron desayunar con un poco de con
por los oídos. Esa ida á mí me toca, serva y cuatro tragos de agua fría,
dijo Sanchica : lléveme vuesa mer cosa que la trocara Sancho con un pe
ced, señor, á las ancas de su rocin , dazo de pan y un racimo de uvas ;
que yo iré de muy buena gana á ver pero viendo que aquello era más fuer
á mi señor padre. Las hijas de los go za que voluntad , pasó por ello con
bernadores no han de ir solas por los hartio dolor de su alma y fatiga åe su
caminos, sino acompañadas de carro estómago, haciéndole creer Pedro Re
zas literas y de gran número de cio que los manjares pocos y delica
sirvientas. Par Dios , respondió San dos avivaban el ingenio , que era lo
chica , también me vaya yo sobre una que más convenía a las personas cons .
pollina como sobre un coche : halla tituídas en mandos y en oficios gra .
do lo habéis la melindrosa, Calla, mu ves, donde se han de aprovechar, no
chacha, dijo Teresa, que no sabes lo tanto de las fuerzas corporales, como
que te dices, y este señor está en lo de las del entendimiento . Con esta
cierto, que tal el tiempo , tal el tien sofistería padecía hambre Sancho, y
to : cuando Sancho, Sancha, y cuan. tal, que er su secreto maldecía el go
384 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

hierno y aun á quien se le había por la ley misma ' merece que le
dado : pero con su hambre y con ahorquen ? Así es como el senor go
su conserva se puso á juzgar aquel bernador dice , dijo el mensajero ; y
día , y otros , y uno dellos lo primero cuanto a la entereza y entendimiento
que se le ofreció fué una pregunta del caso , no hay más pedir ni qué riu
que un forastero le hizo , estando dar. Digo yo pues agora, replicó San .
presentes á todo el mayordomo y los cho, que deste hombre aquella parte
demás acólitos , que fué : Señor, un que juró verdad la dejen pasar, y la
oaudaloso río dividía dos términos que dijo mentira la ahorquen, y des
de un mismo señorio (y esté vuesa ta manera se cumplirá al pie de la
merced atento , porque el caso es de letra la condición del pasaje. Pues ,
importancia y algo dificultoso ) : digo señor gobernador, replicó el pregun
pues , que sobre este río estaba una tador, será necesario que el tal hom
puente , y al cabo della una horca bre se divida en partes , en mentirosa
y una como casa de audiencia , en v verdadera ; y si se divide , por
la cual de ordinario había cuatro jue fuerza ha de morir : y así no se con
ces que juzgaban la ley que puso el sigue cosa alguna de lo que la ley
dueño del rio, de la puente y del se pide , y es de necesidad expresa que
ñorío , que era en esta forma : Si al se cumpla con ella. Venid acá , buen
guno pasare por esta puente de una hombre, respondió Sancho : este pa
parte á otra, ha de jurar primero sajero que decís , ó yo soy un porro ,
adónde y á qué va , y si jurare ver ó él tiene la misma razón para morir
dad , déjenle pasar, y si dijere men que para vivir y pasar la puente, por.
tira , muera por ello ahorcado en la que si la verdad le salva, la mentira
horca que allí se muestra, sin remi le condena igualmente ; y siendo este
sión alguna . Sabida esta ley y la ri así, como lo es, soy del parecer que
gurosa condición della, pasaban mu digáis á esos señores que á mí os en
chos , que luego en lo que juraban se viaron , que pues está en un fil las
echaba de ver que decían verdad , y razones de condenarle 6 de absolverle
los jueces los dejaban pasar libre que lo dejen pasar libremente , pues
mente. Sucedió pues, que tomando siempre es alabado más el hacer bien ,
juramento í un hombre , juró y dijo que mal ; y esto lo diera firmado de
que para el juramento que hacía, que mi nombre si supiera firmar : y yo en
iba a morir en aquella horca que allí este caso no he hablado de mío , sino
estaba, y no á otra cosa. Repararon que se me vino á la memoria un pre
los jueces en el juramento, y dije cepto, entre otros muchos, que me
ron : si á este hombre le dejamos pa dió mi amo don Quijote la noche an.
sar libremente , mintió en su jura tes que viniese á ser gobernador cies
mento, y conforme á la ley debe mo ta ínsula , que fué , que cuando la jus
rir : y si le ahorcamos , él juró que ticia estuviese en duda, me decantase
iba á morir en aquella horca, y ha y acogiese á la misericordia ; y ha
biendo jurado verdad , por la misma querido Dios que agora se me acorda
ley debe ser libre. Pídese á vuesa se , por venir en este ' caso como de
merced , señor gobernador , ¿ qué ha molde. Así es , respondió el mayordo
rán los jueces de tal hombre, que aun mo ; y tengo para mí que el mismo
hasta agora están tenido noticia Licurgo , que dió leyes á los lacede .
sos ? y habiendo dudosos y suspen
del monios , no pudiera dar mejor senten
agudo y elevado entendimiento de cia que la que el gran Panza ha dado
vuesa merced, me enviaron á mí á y acábase con esto la audiencia desta
que suplicase á vuesa merced de su mañana, y yo daré orden como el se
parte diese su parecer en tan intrin ñor gobernador coma muy á su gns
cado y dudoso caso . A lo que respon to. Eso pido, y barras derechas, dijo
dió Sancho : Por cierto que esos se Sancho , denme de comer y lluevan
ñores jueces que á mi os envían lo casos y dudas sobre mí , que yo los
pudieran haber excusado, porque yo despabilaré en el aire. Cumplió su
soy un hombre que tengo más de palabra el mayordomo , pareciéndole
mostrenco que de agudo , pero con ser cargo de conciencia matar de ham .
todo eso , repetidme otra vez el nego bre á tan discreto gobernador , y más
cio de modo que yo lo entienda, ani que pensaba concluir con él aquella
zá podría ser que diese en el hito . misma noche, haciéndole la burla al
Volvió otra y otra vez el preguntan tima que traía en comisión de hacer.
te á referir lo que primero había di le. Sucedió pues, que habiendo comi .
cho y Sancho dijo : A mi parecer este do aquel día contra las reglas y afo
negocio en dos paletas de declararé rismos del doctor Tirteafuera , al le
yo , y es así : ¿ El tal hombre jura que vantar de los manteles entró un 10
va á morir en la horca , si muere en rreo con una carta de don Quijote
ella juró verdad, y por la ley puesta para el gobernador. Mandó, Sancho al
merece ser libre, y que pase la puen secretario que la leyese para sí, y que
te , y si no le ahorcan juró mentira, y si no viniese en ella alguna cosa dig
PARTE II CAPITULO LI 383

aa de secreto, la leyese en voz altan ocarnecerías y las plazas ; que la pre


Hizolo así el secretario, y repasán . » sencia del gobernador en lugares ta
dola primero , dijo : Bien se puede ples es de mucha importancia : con .
leer en voz alta , que lo que el psuela á los presos que esperan la
señor don Quijote escribe á vuesa brevedad de au despacho, es coco &
merced merece estar estampado y olos carneoeros , que pot entonces
escrito con letras de oro , y dice así : igualan los pesos, y es espantajo á
olas placeras por la misma razón . No
ote muestres ( aunque por ventura lo
CARTA DE DON QUIJOTE DE LA oseas, lo cual yo no creo ) codicioso ,
MANCHA Á SANOHO PANZA , GO »mujeriego ni glotón , porque en sa
BERNADOR DE LA INSULA BARA obiendo el pueblo y los que te tratan
TARIA . otu inclinación determinada, por allí
te darán batería hasta derribarte en
« Cuando esperaba oir nuevas de tus pel profundo de la perdición . Mira y
odescuidos é impertinencias, Sancho premira, pasa y repasa los consejos y
pamigo, las oí de tus discreciones, de odocumentos que te di por escrito an
>que di por ello gracias particulares otes que de aquí partieses á tu go
mal cielo , el cual del estiercol sabe obierno , y verás como hallas en ellos,
olevantar los pobres, y de los tontos » si los guardas, una ayuda de costa,
hacer discretos. Díceume que so . que te sobrelleve los trabajos y di
obiernas como si fueses hombre , y ficultades que a cada paso a los go
oque eres hombre como si fueses bes obernadores se les ofrecen . Escribe &
stia , según es la humildad con que te ptus señores, y muéstrateles agrade.
otratas : y quiero que adviertas, San ocido , que la ingratitud es hija de la
ocho , que muchas veces conviene y osoberbia, y uno de los mayores pe
res necesario por la autoridad del ofi . ocados que se sabe ; y la persona que
ocio ir contra la lumildad del cora . res agradecida á los que bien le han
ozón ; porque el buen adorno de la hecho, da indicio que también lo se.
a persona que está puesta en graves prá de Dios, que tantos bienes le hizo
cargos ha de ser conforme a lo que > ce continuo le hace .
pellos piden , y no a la medida de lo La señora duquesa despacho un
que su humilde condición le inoli > propio con tu vestido y otro presen
» na. Vístet, bien , que un palo com te á tu mujer Teresa Panza : por mo
opuesto no parece palo : no digo que omentos esperamos respuesta . Yo he
» traigas dijes ni galas, ni que siendo pestado un poco mal dispuesto de un
vjuez te vistas como soldado, sino ocierto gateamiento que me sucedió
que te adornes con el hábito que tu ono muy á cuento de mis narices, pe
roficio requiere, con tal que sea lim pro no fué nada, que si hay encanta
spio y bien compuesto. Para ganar odores que me maltraten, también los
vla voluntad del pueblo que gobier phay que me defiendan . Avísame si
onas , entre otras has de hacer dos pel mayordomo que está contigo tuvo
>cosas : la una , ser bien criado con que ver en las acciones de la Trifal
todos , aunque esto ya otra vez te lo odi , como tú sospechaste ; y de todo
»he dicho ; y la otra, procurar la plo que te sucediere me irás dando
pabundancia de los mantenimientos, paviso, pues es tan corto el camino ;
o que no hay cosa que más fatigue el pcuando más que yo pienso dejar
ncorazón de los pobres , que la ham »presto esta vida ociosa en que estoy,
obre y la carestia. opues no nací para ella. Un negocio
No hagas muchas pragmáticas, y pse me ha ofrecido que creo que me
» si las hicieres procura que sean bue pha de poner en desgracia destos se
» nas, y sobre todo que se guarden y vñores ; pero aunque se me da mucho ,
» cumplan ; que las pragmáticas que no se me da nada, pues en fin , en
ono se guardan, lo mismo es que si » fin , tengo de cumplir antes con mi
no lo fuesen ; antes dan á entender » profesión que con su gusto , confor
o que el principe que tuvo discreción ome á lo que suele decirse : Amicus
ny autoridad para hacerlas, no tuvo Plato, sed magis amica veritas .
svalor para hacer que se guardasen : » Dígote este latín , porque me doy á
y las leyes que atemorizan y no se pentender que después que eres go
pejecutan, vienen á ser como la viga , obernado : lo habrás aprendido . Y á
prey de las ranas, que al principio las »Dios, el cual te guarde de que nin
respanto , con el tiempo la menos Đguno te tenga lástima.
ppreciaron y se subieron sobre ella. Tu amigo,
3é padre de las virtudes y padras DON QUIJOTE DE LA MANCH4 ) .
atro de los vicios . No seas siempre
origuroso , ni siempre blando , y esco Oyó Sancho la carta con mucha
>ge el medio entre estos dos extre atención , y fué celebrada y tenida
»mos , que en esto está el punto de por discreta de los que la oyeron , y
pla discreción . Visita las cárceles, las luego Sancho se levantó de la mesa ,
25
386 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

llamando al secretario se encerró . »de mujer : de la moza se enamoro


con él en su estancia, y sin dilatarlo omi maestresala, y la escogió en su
más quiso responder luego á su señor »imaginación para su mujer, según
don Quijote ; y dijo al secretario, que pél ha dicho, y yo escogi al mozo pa.
sin añadir ni quitar cosa alguna fue. pra mi yerno : hoy los dos pondremos
se escribiendo lo que él le dijese, sen plática nuestros pensamientos con
y así lo hizo ; y la carta de la respues pel padre de entrambos, que es un
ta fué del tenor siguiente : »tal Diego de la Llana, hidalgo y
cristiano viejo cuanto se quiere .
Yo visito las plazas, como vuesa
CARTA DE SANCHO PANZA Á DON »merced me lo aconseja, y ayer hallé
QUIJOTE DE LA MANCHA puna tendera que vendía avellanas
» nuevas, y averigüéle que había mez
« L * ocupación de mis negocios es vclado con una hanega de avellanas
otan grande, que no tengo lugar para »nuevas otra de viejas, vanas y po
»rascarme la cabeza, ni aun para cor; » dr das : apliquélas todas para los
starme las uñas, y así las traigo tan niños de la doctr.na, que las sabrán
pcrecidas cual Dios lo remedie . Digo bien distinguir, y sentenciéla que
pesto , señor mío de mi alma, porque » por quince días no entrase en la pla
pvuesa merced no se espante si hasta »za ; hanme dicho que lo hice vale .
»agora no he dado aviso de mi bien prosamente : lo que sé decir á vuesa
» ó mal estar en este gobierno, en el »mercedes , que es fama en este
» cual tengo más hambre que cuando > pueblo que no hay gente más mal.
xandábamos los dos por las selvas y > que las placeras, porque todas son
Đpor los despoblados . »desvergonzadas, desalmadas y ' atre.
» Escribióme el duque mi señor el pvidas, y yo así lo creo por las que
otro día dándome aviso que habían phe visto en otros pueblos .
pentrado en esta insula ciertas espías »De que mi señora la duquesa haya
»para matarme, y hasta agora yo no escrito á mi mujer Teresa Panza , y
he descubierto otra que un cierto » enviadole el presente que vuesa
» doctor, que está en este lugar asa » merced dice , estoy muy satisfecho,
olariado para matar á cuantos gober »y procuraré de mostrarme agradeci.
onadores aquí vinieren : llámase el »do á su tiempo : tésele vuesa merced
doctor Pedro Recio , y es natural de » as manos de mi parte, diciendo que
» Tirtes fuera , porque vea vuesa mer odigo yo , que no lo ha echado en
» ced qué nombre para no temer que » saco roto , como lo verá por la obra.
» he de morir á sus manos . Este tal » No querría que vuesa merced tuvie
doctor dice el mismo de sí mismo » se trabacuentas de disgusto con esos
que él no cura las enfermedades omis señores ; porque si vuesa mer
» cuando las hay, sino que las previe »ced se enoja con ellos , claro está
one para que no vengan , y las medi que ha de redundar en mi daño, y
pcinas que usa son dieta y más dieta, » no será bien que pues se ma da á
»hasta poner la persona en los hue omí por consejo que sea agradecido,
osos mondos, como si no fuese mayor que vuesa merced no lo sea con
» mal la flaqueza que la calentura. Fi. » quien tantas mercedes le tiene he.
» nalmente , él me va matando de » chas, y con tanto regalo le trata en
» hambre, y yo me voy muriendo de » su castillo
vdespecho , pues cuando pensé venir DA quello del gateado no entiendo ;
á este gobierno á comer caliente y á »pero imagino que debe de ser algu
beber frío, y á recrear el cuerpo en. » na de las malas fechorías que con
vues3 merced suelen usar los malos
»tre sábanas de holanda , sobre col
pchones de pluma, he venido í ha vencartadores ; yo lo sabré cuando
» cer penitencia como si fuera ermi »nos veamos . Quisiera enviarle à vue
otaño, y como no la hago de mi vo. »sa merced alguna cosa ; pero no sé
oluntad, pienso que al cabo al cabo » qué envie, si no es algunos cañutos
ome ha de llevar el diablo . »de jeringas, que para con vejigas
Hasta agora no he tocado derecho »los hacen en esta ínsula muy cu
» ni llevado cohecho , y no puedo pen » riosos ; aunque si me dura el oficio,
»yo buscaré qué enviar de haldas 6
» sar en qué va esto, porque aquí me vde mangas . Si me escribiere mi mu
phar: dicho que los gobernadores que
Þá esta insula suelen venir , antes de jer Teresa Panza, pague vuesa mer
pentrar en ella, ó les han dado , ó les peed el porte, y envíeme la carte,
phan prestad, los del pueblo muchos » que tengo grandísimo deseo de sa
odineros , y que ésta ordinaria
es ober del estado de mi casa , de mi
usanza en los demás que van í go » ruujer y de mis hijos. Y con esto ,
>biernos , no solamente en éste. Dios libre à vuesa merced de mal
»Anoche andando de ronda topé una » intencionados encantadores y á mí
omuy hermosa doncella en traje de » me saque con bien y en paz deste
» varón , y un hermano suyo en hábito »gobierno , que lo dudo, porque le
PARTE 11. - CAPÍTULO LII 387

»pienso dejar con la vida, según me mesa con los duques, y comenzando
otrata el doctor Pedro Recio. á poner en obra su intenc.ón y pe
Criado de vuesa merced , dic la licencia, veis aquí á deshora
SANCHO PANZA , el gobernador. » entrar por la puerta de la gran sala
dos mujeres, como después pareció ,
Cerró la carta el secretario , y des cubiertas de luto de los pies a la ca
pacho lego al correo , y juntándose beza, y la ura dellas llegándose á
los burladores de Sancho dieron or don Quijote se le echó á los pies ,
den entre sí como despacharle del tendida de largo á largo, la boca co .
gobierno ; y aquella tarde la pasó sida con los pies de don Quijote , y
Sancho en hacer algunas ordenanzas daba unos gemidos tan tristes, tan
tocantes al buen gobierno de la que profundos y tan dolorosos, que puso
él imaginaba ser " insula, y ordenó en confusión á todos los que la olan
que no hubiese regatones de los bas y miraban ; y aunque los duques pen .
timentos en la república, y que pu saron que sería alguna burla que sus
diesen meter en ella vino de las par criados querían hacer á don Quijote,
tes que quisiesen, con aditamento todavía viendo con el ahinco que la
que declarasen el lugar de dónde era mujer suspiraba, gemía y lloraba, los
para ponerle el precio según su es tuvo dudosos y suspensos, hasta que
timación , bondad y fama, y el que dori Quijotr compasivo la levanto del
lo aguase o le mudase el nombre per : suelo , y hizo que se descubriese y
diese la venta por ello : modero el quitase el manto de sobre la faz llo
precio de todo calzado, principalmen rosa. Ella lo hizo así, y mostró ser
te el de los zapatos, por parecerle que lo que jamás se pudiera pensar, por
corría con exorbitancia : puso tusa que descubrió el rostro de doña Ro.
en los salarios de los criados , que dríguez, la dueña de casa ; y la otra
caminaban á rienda suelta por el ca enlutada era su hija , la burlada del
mino del interés : puso gravísimas hijo del labrador rico . Admiráronse
penas á los 4 cantasen cantares todos aquellos que la conocían , y más
lascivos y descompuestos, ni de no los duques que ninguno, que puesto
che ni de día : ordenó que ningún que la tenían por boba y de buena
ciego cantase milagro en coplas, si pasta, no por tanto que viniese á ha
no trujese testimonio auténtico de ser cer locuras. Finalmente, doña Rodrí
verdadero , por parecerle que los más guez , volviéndose á los señores, les
que los ciegos cantan son fingidos , dijo : Vuesas Excelencias sean servi
en perjuicio de los verdaderos. dos de darme licencia que yo departa
Hizo y creó un alguacil de pobres , un poco con este caballero, porque
no para que los persiguiese , sino para así conviene para salir bien del ne.
que los examinase si lo eran , porque gocio en que me ha puesto el atrevi
à la sombra de la manquedad fingida miento de un mal intencionado vi
de la llaga falsa, andan los brazos Yano . El duque dijo que él se la
ladrones y la salud borracha . En re daba, y que departiese con el señor
solución , el ordenó cosas tan buenas, don Quijote cuanto le viniese en de
que hasta hoy se guardan en aquel seo . Ella enderezando la voz y el
lugar, y se nombran : las constitu rostro á don Quijote , dijo : Días ha,
ciones del gran gobernador Sancho valeroso caballero, que los tengo dada
Panza , cuenta de la sinrazón y alevosía que
un mal labrador tiene fecha á mi miny
querida y amada hija , que es esta des
dichada que aquí está presente, y
CAPITULO LII vos me habedes prometido de volver
por ella enderezándole el tuerto que
le tienen fecho, y agora ha llegado
Donde se cuenta la aventura de la mi noticia que os queredes partir
segunda dueña dolorida ó angus deste castillo en busca de las buenas
tiada, llamada por otro nombre aventuras que Dios os depare ; y así
doña Rodriguez. querría que antes que os escurriéso
des por esos caminos, desafiásedes
á este rústico indómito, y le hiciése.
Cuenta Cide Hamete , que estando des que se casase con mi hija , en
va don Quijote saro de sus aruños, cumplimiento de la palabra que le
le pareció que la vida que en aquel dió de ser su esposo antes y primero
castillo tenía era contr & toda la orden que yogase con ella ; porque pensar
de caballería que profesaba, y así de que el duque mi señor me ha de ha.
terminó de pedir licencia á los duqués cer justicia , es pedir peras al olmo,
para partirse á Zaragoza , cuyas fies por la ocasión que ya á vuesa merced
tas llegaban cerca, adonde pensaba en puridad tengo declarada ; y con
garar el arnés que en las tales fiestas esto nuestro Señor dé à vuesa merced
se conquista. Y estando un día á la mucha salud, y á nosotras no nos
388 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

desampare. A cuyas razones respo?? ticia en manos del señor don Quijo
dió don Quijote con mucha gravedad te , que de otra manera no se hará
y prosopopeya : Buena dueña, tem nada, pi llegará á debida ejecución
plad vuestras lágrimas , o por mejor el tal desafío . Yo sí pongo, respondió
decir , enjugadlas y ahorrad de vues la dueña : y yo también, añadió la
tros suspiros, que yo tomo á mi cargo hija, toda llorosa y toda vergonzosa
el remedio de vuestra hija, á la cual y de mal talante. Tomado pues este
le hubiera estado mejor no haber si apuntamiento, y habiendo imaginado
do tan fácil en creer promesas de el duque lo que había de hacer en el
er.amorados, las cuales , por la mayor caso, las enlutadas se fueron, y.or
parte , son ligeras de prometer y muy denó la duquesa que de alli adelan .
pesadas de cumplir ; y así con licen te no las tratasen como á sus cria
cia del duque mi señor, yo me par das, sino como á señoras aventure
tiré luego en busca dese desalmado ras que venían á pedir justicia á st
mancebo, y le hallaré, y le desafiaré, casa ; y así les dieron cuarto aparte
y le mataré cada y cuando que se ex y las sirvieron como á forasteras, Ilo
cusare de cumplir la prometida pala sin espanto de las demás criadas, que
bra : que el principal asunto de Di no sabían en qué había de parar la
profesión es perdonar á los humil sandez y desenvoltura de doña Ro
des, y castigar á los soberbios : quie dríguez y de su malandante hija.
ro decir, acorrer á los miserables , y Estando en esto, para acabar de re
destruir a los rigurosos. No es ine gocijar la fiesta y dar buen fin à la
nester, respondió el duque, que vuesa comida, veis aqui donde entró por la
merced se ponga en trabajo de bus sala el paje que llevó las cartas y
car al rústico de quien esta buena presentes á Teresa Panza, mujer del
dueña se queja, ni es menester tam gobernador Sancho Panza , de cuya
poco que vuesa merced me pida á mi llegada recibieron gran contento los
ſicencia para desafirle , que yo le doy duques, deseosos de saber lo que le
por desafiado , y tomo á mi cargo de había sucedido en su viaje : y pre
Hacerle saber este desafío , y que le guntándoselo, respondió el paje que
acete, y venga á responder por sí á no lo podía decir tan en público ni
este mi castillo, donde á entrambos con breves palabras, que Sus Esce
daré campo seguro , guardando todas lercias fuesen servidos de dejarlo
las condiciones que en tales actos para á solas, y que entretanto se
suelen y deben guardarse, guardando entretuviesen con aquellas cartas : y
igualmente su justicia á cada uno, sacando dos las puso en manos de
como están obligados á guardarla to . de la duquesa : la una decía en
dos aquellos principes que dan cam . el sobrescrito : Carta para mi se
po franco a los que se combaten en nora la duquesa tal, de no sé
los términos de sus señoríos . Pues dónde ; y la otra : A mi marido
con ese seguro y con buena licencia Sancho Panza , gobernador de la
de vuesa grandeza, replicó don Qui insula Barataria, que Dios pros
jote, desde aquí digo que por esta vez pere más años que á mí. No se
renuncio mi hidalguía, y me allano y le cocía el pan, como suele decirse ,
ajusto con la llaneza del dañador, y á la duquesa hasta leer su carta ; y
me hago igual con él, habilitándole abriéndola , y leída para sí , y viendo
para poder combatir conmigo ; y así, que la podía leer en voz alta para que
aunque ausente, le desafío y repto en el duque y los circunstantes la cye .
razón de que hizo mal en defraudar sen, leyó desta manera :
á esta pobre que fué doncella , y ya por
su culpa no lo es , y que le ha de
cumplir la palabra que le dió de ser CARTA DE TERESA PANZA
su legitimo esposo, o morir en la de. Á LA DUQUESA
manda . Y luego descalzándose un
guante le arrojó en mitad de la sala, «Mucho contento me dió, señora
y el duque le alzó, diciendo que , co »mía , la carta que vuesa grandeza
mo ya había dicho , él acetaba el ome escribió , que en verdad que la
tal desafío en nombre de su vasallo, »tenía bien deseada . La sarta de co
y señalaba el plazo de allí á seis días prales es mny buena, y el vestido de
y el campo en la plaza de aquel cas > caza de mi marido no le va en zaga .
tillo , y las armas las acostumbradas De que vuesa señoría haya hecho
de los caballeros, lanza y escudo y Đgobernador á Sancho mi consorte ,
arnés tranzado , con todas las demás pha recibido mucho gusto todo este
piezas, sin engaño, superchería o su plugar , puesto que no hay quien lo
perstición alguna, examinadas y vis pcrea, principalmente el cura y mae
tas por los jueces del menester
campo ; pero pse Nicolás el barbero, y Sanson Cy
ante todas cosas es que prrasco el bachiller ; pero á mí no
esta buena dueña y esta mala don ose me da nada, que como ello g -a
cella pongan el derecho de su jus pasí, como lo es . diga cada uno lo
PARTE 11. - CAPÍTULO LII 389

oque quisiere ; aunque si va á decir CARTA DE TERESA PANZA Á SANCHO


vverdad , á ro venir los corales y el PANZA SU MARIDO
» vestido, tampoco yo lo creyera, por
o que en este pueblo todos tienen á « Tu carta recibí, Sancho mío de mi
omi marido por un porro, y que sa- » alma, y yo te prometo y juro como
»cado de gobernar un hato de ca- ocatólica cristiana , que no faltaron
obras, no pueden imaginar para qué odos dedos para volverme loca de con .
Pgobierno pueda ser bueno : Dios lo » tento. Mira, hermano , cuando yo
haga y lo encamine como ve que lo llegué á oir que eres gobernador ,
han menester sus hijos. Yo, señora ome pensé aill caer muerta de puro
de mi alma, estoy determinada, con » gozo, que ya sabes tú que dicen , que
licencia de vuesa merced , de meter pasi mata la alegría súbita como el
neste bilen día en mi casa , yéndome »dolor grande . A Sanchica tu hija se
á la corte á tenderme en un coche , ole fueron las aguas sin sentirlo , de
» para quebrar los ojos a mil enyidio » puro contento . El vestido que me en
osos que ya tengo : y así suplico á
Vuestra Excelencia » viaste tenía delante , y los corales
mande á mi mam Đque me envió mi señora la duquesa
orido me envie algún dinerillo, y que » al cuello , y las cartas en las manos ,
>sea algo qué , porque en la corte »ý el portador dellas allí presente,
oson los gastos grandes , que el pan con todo eso creía y pensaba que era
evale á real, y la carne la libra á otodo sueño lo que veia y lo que toca
» treinta maravedís, que es un juicio ; »ba ; porque ¿ quién podía pensar que
» y si quisiere que no vaya, que me lo Đun pastor de cabras había de venir
pavise con tiempo , porque me están Þá ser gobernador de insulas ? Ya sa
bullendo los pies por ponerme en obes tú , amigo, que decía mi madre
»camino, que me dicen mis amigas y >que era menester vivir mucho para
omis vecinas, que si yo y mi hija » Ver mucho : digolo porque pienso ver
pandamos orondas y pomposas en la pmás si vivo más, porque no pienso
ocorte, vendrá a ser conocido mi ma pparar hasta verte arrendador 6 al
orido por mí más que yo por él , sien . » cabalero, que son oficios que aun
do forzoso que pregunten muchos : o que lleva el diablo á quien mal los
vi quién son estas señoras deste co- pusa, en fin en fin siempre tienen y
che ? y un criado mío responder : manejan dineros. Mi señora la du .
ola mujer y la hija de Sancho Pan » quesa te dirá el deseo que tengo de
oza, gobernador de la fusula Barata- » ir a la corte : mirate en ello, y sví.
oria ; y desta manera será conocido » same de tu gusto, que yo procura
Sancho, y yo seré estimada, y á pré honrarts en ella, andando
en
Roma por todo. Pésame cuanto pe- » coche .
» sar me puede que este año no se El cura, el barbero, el bachiller y
»han cogido bellotas en este pueblo ; paun el sacristán no pueden creer que
con todo eso envío á Vuesa Alteza gobernadcosas
peres
pembeleco , ó or, y dicen
de encantam entoes,
que todo
hasta medio celemín , que una á una
plas fuí yo á coger y á escoger al »como son todas las de don Quijote
omonte , y no las hallé más mayo. otu amo ; y dice Sansón que ha de
pres ; yo quisiera que fueran como oir á buscarte y á carte el gobier
huevos de avestruz .
No se le olvide á vuestra pompo- ono de ladecabeza,
plocura los cascos : yoQuijote
y á don no hagola
osidad de escribirme, que yo tendré osino reirme, y mirar mi sarta, y
ocuidado de la respuesta, avisando odar traza del vestido que tengo de
ide mi salud y de todo lo que hubie- hacer del tuyo á nuestra hija . Unas
pre que avisar deste lugar , donde » bellotas envío á mi señora la du
> quedo rogando á nuestro Señor guar Đquesa, yo quisiera que fueran de oro .
ode à vuestra grandeza , y á mí no Envíame algunas
tú sartas de perlas,
olvide. Sancha mi hija, y mi hijo, psi se usan en esa insula . Las nuevas
ebesan & vuesa merced las manos .
La que tiene más deseo de ver &
odeste lugar son, que la Berrueca ca
pusía que de escribirla , »56 á su hija con un pintor de mala
» mano, que llegó a este pueblo á
Su criada, TERESA PANZA. » opintar lo que saliese. Mandole el
Grande fué el gusto que todos re- concejo sobre
»vjestad pintarlas
laspuertas
armas dedel su Ma.
Ayun
cibieron de oir la carta de Teresa
Panza , principalmente los duques : »tamiento,
oselos pidió dos
adelantados ducados,
, trabajó dieron
ocho días,.
la duquesa pidió parecer á don » y al cabo de los cuales no pinto
Quijote si sería bien abrir la carta »nada ; y dijo que no acertaba á pin
que venía para el gobernador, que »tar tantas baratijas : volvió el dine
imaginaba debía de ser bonísima. Don » ro , y con todo eso se casó á título
Quijote dijo que él la abriría por dar- de buen oficial : verdad es que ya
les gusto , y así lo hizo, y vio que pha dejado el pincel y tomado el
decía desta manera :
Dazada , y va al campo como gentil
390 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

phombre . El hijo de Pedro de Lobo estío , al estío el otoño, y al otoño el


>se hu ordenado de grados' y corona invierno, y al invierno la primavera,
con intención de hacerse clérigo : y así torna á andarse el tiempo con
súpolo Minguilla , la nieta de Mingo esta rueda continua. Sólo la vida hu .
» Silvato, y hale puesto demanda de mana corre á su fin , ligera más que
»que la tiene dada palabra de casa el viento , sin esperar renovarse, si
miento : malas lenguas quieren de no es en la otra que no tiene tér
»cir que ha estado en cinta dél, pero minos que la limiten . Esto dice Cide
nél lo niega á pies juntillas. Hogaño Hamete, filósofo mahomético : por
» no hay aceitunas, ni se halla una que esto de entender la ligereza é
» gota de vinagre en todo este pueblo. instabilidad de la vida presente , y
Por aquí pasó una compañía de sol. de la duración de la eterna que se
»dados, lleváronse de camino tres espera, muchos sin lumbre de fe, sino
omozas deste pueblo ; po te quiero con la luz natural , lo han entendido ;
odecir quién son, quizá volverán, y pero aquí nuestro autor lo dice por
»no faltará quien las tome por muje. la presteza con que se acabo, se con
res con sus tachas buenas o malas . sumió , se deshizo , se fué como en
Sanchica hace puntas de randas, ga sombra y humo el gobierno de San
» na cada día ocho maravedís horros, cho; el cual estando la décimaséptima
que los va echando en una alcancía noche de los días de su gobierno en su
» para ayuda á su ajuar : pero ahora cama, no harto de pan ni de vino ,
» que es hija de un gobernador , tú sino de juzgar y dar pareceres , y de
ple darás la dote sin que ella lo tra hacer estatutos y pragmáticas , cuan
» baje. La fuente de la plaza se secó : do el sueño á despecho y pesar de
pun rayo cayó en la picota, y allt me la hambre le comenzaba a cerrar los
»las den todas. Espero respuesta des párpados , oyó tan gran ruido de cam
» ta y la resolución de mi ida á la panas y de voces , que no parecia si.
> corte : y con esto Dios te me guarde no que toda la insula se hundía. Sen
»más años que á mí, ó tantos , porque tose en la cama, y estuvo atento
»no querría dejarte sin mí en esta escuchando por ver si daba en la
mundo . cuenta de lo que podía ser la causa de
Tu mujer , TERESA PANZA. » tan grande alboroto ; pero no sólo ro
lo supo, sino que añadiéndose al ruido
Las cartas fueron solenizadas , reí. de voces y campanas el de infinitas
das , estimadas y admiradas ; y para trompetas y atambores, quedó más
acabar de echar el sello llegó el co confuso y lleno de temor y espanto ,
rreo que traía la que Sancho envia v levantándose en pie se puso unas
ba á don Quijote , que asimismo se chinelas por la humedad del suelo ,
leyó públicamente, la cual puso en y sin ponerse sobrerropa de levantar,
duda la sandez del gobernador. Reti ni cosa que se le pareciese, salió á la
rose la duquesa para saber del paje puerta de su aposento a tiempo cuan
lo que le había sucedido en el lugar do vió venir por unos corredores más
de Sancho, el cual se lo contó muy de veinte personas con hachas en
por extenso, sin dejar circunstancia cendidas en las manos, y con las es
que no refiriese : dióle las bellotas, y padas desenvainadas, gritando todos
más un queso que Teresa le dió por á grandes voces : Arma, arma, señor
ser muy bueno, que se aventajaba á gobernador, arma, que han entrado
los de Tronchón : recibiólo la duque infinitos enemigos en la insula , y so
sa con grandísimo gusto , con el cual mos perdidos , si vuestra industria y
la dejaremos por contar el fin que valor no nos socorre. Con este ruido,
tuvo el gobierno del gran Sancho furia y alboroto llegaron donde San .
Panza, flor y espejo de todos los in . cho estaba atónito y einbelesado de
sulanos gobernadores. lo que oía y veía, y cuando llegaron
á él , uno le dijo : Armese luego vues
tra señoría, si no quiere perderse y
que toda esta ínsula se pierda. ¿ Qué
CAPITULO LIII me tengo de armar ? respondió San .
cho , ¿ ni qué sé yo de armas ni de
socorros ? Estas cosas mejor será de
Del fatigado fin y remate que tuvo jarlas para mi amo don Quijote, que
el gobierno de Sancho Panza en dos paletas las despachará y pon .
drá en cobro ; que yo , pecador fui á
Dios , no se me entiende nada destas
Pensar que en esta vida las cosas priesas. i Ah , señor gobernador ! diio
della han de durar siempre en un es otro , ¿ qué relente es ese ? ármese
tado, es pensar en lo excusado ; an vuesa merced , que aquí le traemos ar .
tes parece que en ella anda todo en mas ofensivas y defensivas , y salgs
redondo, digo a la redonda. A la pri á esa plaza, y sea nuestro guía y
mavera sigue el verano, al verano el nuestro capitán , pues de derecho le
PARTE 11. - CAPÍTULO LILI 391

toca el serlo, siendo nuestro gober lles con colchones . En fin , él nombra
nador . Armenme norabuena , replicó ba con todo ahinco todas las barati.
Sancho, y al momento le trujeron jas é instrumentos y pertrechos de
dos paveses, que venían proveidos guerra con que suele defenderse el
dellos , y le pusieron encima de la asalto de una ciudad ; y el molido
camisa, sin dejarle tomar otro ves Sancho que lo escuchaba y sufría to
tido, un pavés délante y otro detrás , do, decía entre sí : iOh ! isi mi se
y por unas concavidades que traían ñor fuese servido que se acabase ya
hechas le sacaron los brazos , y le lia de perder esta insula, y me viese yo
ron muy bien con unos cordeles, de 6 muerto 6 fuera desta grande argus
modo que quedó emparedado y erta tia ! Oyó el cielo su petición , y cuan
blado, derecho como un huso, sin po do menos lo esperaba oyó voces que
der doblar las rodillas ni menearse decían : Vitoria , vitoria , los enemi
un solo paso . Pusiéronle en las manos gos van devencida : ea, señor gober
una lanza, á la cual se arrimo para nador, levántese vuesa merced , y
poder tenerse en pie . Cuando así le venga á gozar del vencimierto , y á
tuvieron , le dijeron que caminase y repartir los despojos que se han to
los guiase, y animase á todos, que mado á los enemigos por el valor
biendo él su norte , su lanterna y su dese invencible brazo. Levántenme,
lucero, tendrían huen fin sus nego cijo con voz doliente el dolorido San
cios . Cómo tengo de caminar, des. cho. Ayudáronle á levantar, y pues
venturado yo, respordió Sancho , que to en pie dijo : El enemigo que yo
no puedo jugar las choquezuelas de hubiere vencido, quiero que me le
las rodillas, porque me lo impiden claren en la frente: yo no quiero re
estas tablas que tan cosidas tengo partir despojos de enemigos, sino pe
.con mis carnes ? Lo que han de ha dir y suplicar á algún amigo, si es
.cer es llevarme en brazos , y poner quo le tengo, que me dé in trago
me atravesado o en pie en algún pos de vino, que me seco , y me enju
tigo, que yo le guardaré ó con esta gue este sudor , que me hago, agua,
larza ó con mi cuerpo. Ande , señor Limpiáronle, trujéronle el vino, des
gobernador, dijo otro, que más el liáronle los paveses, sentóse sobre su
miedo que las tablas le impide el lecho , y desmayose del temor, del so
paso : acabe y menéese, que es tarde, bresalto y del trabajo. Ya les pesaba
y los enemigos crecen , y las voces á los de la burla de habérsela hecho
se aumentan , y el peligro carga. Por tan pesada ; pero el habec vuelto en
cuyas persuasiones y vituperios pro si Sancho les templó la pena que les
bó el pobre gobernador á moverse, y había dado su desmayo . Preguntó qué
fué dar consigo en el suelo tan gran hora era : respondiéronle que ya ama
golpe, que pensó que se había hecho necía . Calló, y sin decir otra cosa
pedazos. Quedó como galápago erce comenzó á vestirse, todo sepultado en
rrado y cubierto con sus conchas, 6 silencio , y todos le miraban , y espe.
como medio tocino metido entre dos raban en qué había de parar la prie
artesas, o bien así como barca que da sa con que se vestía. Vistióse en in ,
al través en la arona : y no por verle y, poco a poco, porque estaba molido
caído aquella gente burladora le tu y no podía ir mucho á mucho, se fue
vieron compasión alguna , antes apa á la caballeriza, siguiéndole todos los
gando las antorchas tornaron á refor . que allí se hallaban, y llegándose al
zar las voces, y á reiterar el arma rucio le abrazo y le dió un beso de
con tan gran priesa, pasando por en paz en la frente , y no sin lágrimas en
cima del pobre Sancho, dándole in los ojos le dijo : Venid vos acá, com
finitas cuchilladas sobre los paveses , pañero mío y amigo mío, y conlle
que si él no se recogiera y encogiera vador de mis trabajos y miserias :
metiendo la cabeza entre los paveses , cuando yo me avenía con vos, y no
lo pasara muy mal el pobre goberna: tenía otros pensamientos que los que
dor, el cual en aquella estrecheza me daban los cuidados de remendar
recogido sudaba y trasudaba, y de vuestros aparejos , y de sustentar
todo corazón se encomendaba á Dios vuestro corpezuelo, dichosas eran mis
que de aquel peligro le sacase . Unos horas, mis días y mis años ; pero
tropezaban en él, otros caían , y tal después que os dejé , y me subí sobre
hubo que se puso encima un tuen las torres de la ambición y de la 90
espacio , y desde allí como desde ata berbia se me han entrado por el alma
laya gobernaba los ejércitos , y á adentro mil miserias, mil trabajos y
grandes voces decía : Aquí de los cuatro mil desasosiegos . Y en tanto
Iuestros , que por esta parte cargan que estas razones iba diciendo, iba
más los enemigos: aquel portillo se asimismo enalbardando el asno , sin
guarde, aquella puerta se cierre , que nadie nada le dijese . Enalbardado
aquellas escalas se tranqueen , vengan pues el rucio, con gran pena y pesar
alcancías de pez y resina y calderas de subió sobre él, y er caminando sus pa
aceite ardiendo, trinchéense las ca labras y razones al mayordomo, al se
392 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

cretario, al maestresala y á Pedro tienda más la pierna de cuanto fuere


Recio el doctor, y á otros muchos que larga la sábana : y déjenme pasar ,
alli presentes estaban, dijo : Abrid que se me bace tarde. A lo que el
camino, señores míos, y dejadme vol mayordomo dijo : Señor gobernador ,
ver á mi antigua libertad : dejadme de muy buena gana dejáramos ir á
que vaya á buscar la vida pasada , vuesa merced , puesto que nos pesará
para que me resucite desta muerto mucho de perderle, que su ingenia
presente. Yo no nací para ser gober y su cristiano proceder obligan a de.
nador, ni para defender insulas ni searle , pero ya se sabe que todo go
ciudades de los enemigos que quisie bernador està obligado, antes que se
ren acometerlas. Mejor se me entien ausente de la parte donde ha gober
de á mí de arar y cavar, podar y nado, á dar primero residencia : de la
sarmentar viñas, que de dar leyes, vuesa merced de los diez y siete días
ni de defender provincias ni reinos. que ha que tiene el gobierno, y vá
Bien se está san Pedro en Roma : yase á la paz de Dios . Nadie me la
quiero decir, que bien se está cada puede pedir , respondió Sancho, sino
uno usando el oficio para que fué 12 es quien ordenare el duque mi señor :
cido. Mejor me está á mí una hoz en yo voy á verme con él, y á él se la daré
la mano, que un cetro de gobernador : de molde : cuanto más que saliendo yo
más quiero hartarme de gazpachos, desnudo, cono salgo, no es menester
que estar sujeto a la miseria de un otra señal para dar a entender que he
médico impertinente que me mate gobernado como un ángel. Par Dios
de hambre ; y más quiero recostarme que tiere razón el gran Sancho, dijo
á la sombra de una encina en el ve el doctor Recio, y que soy de parecer
rano y arroparme con un zamarro que le dejemos ir, porque el duque
de dos pelos en el invierno en mi li. ha de gustar infinito de verle . Todos
bertad, que acostarme con la sujeción vinieron en ello , y le dejaron ir, ofre
del gobierno entre sábanas de holan ciéndole primero compañía , y todo
da , y vestirme de martas cebollinas. aquello que quisiese para el regalo
Vuesas mercedes se queden con Dios, de su persona y para la comodidad de
y digan al duque mi señor, que su viaje. Sancho dijo que no quería
desnudo naci, desnudo me hallo, ni más que un poco de cebada para el
pierdo ni garo ; quiero decir, que sin rucio, y medio queso y medio pan
blanca entré en este gobierno , y sin para él, que pues el camino era tan
ella salgo , bien al revés de cómo sue corto, no había menester mayor ni
len salir los gobernadores de otras mejor repostería. A brazáronle todos ,
y él llorando abrazo a todos , y los
insulas : y apártense , déjenme ir, que dejó admirados, así de sus razones
me voy a bizmar, que creo que tengo como de su determinación tan reso
brumadas todas las costillas, merced
á los enemigos que esta noche se han luta y tan discreta .
paseado sobre mí. No ha de ser así,
señor gobernador, dijo el doctor ke
cio , que yo le daré á vuesa merced
una bebida contra caidas y molimien CAPITULO LIV
tos , que luego le vuelva en su pris
tina entereza y vigor, y en lo de la
comida yo prometo á vuesa merced Que trata de cosas tocantes a esta
de enmendarme, dejándole comer historia y no á otra alguna
abundantemente de todo aquello que
quisiere . Tarde piache, respondió
Sancho : así dejaré de irme como vol. Resolviéronse el duque y la duque
verme turco . No son estas burlas sa en que el desafío que don Quijote
para dos veces . Por Dios, que así me hizo á su vasallo por la causa ya refe
quede en éste ni admita otro gobier rida pasase adelante ; y puesto que
no , aunque me le diesen entre dos el mozo estaba en Flandes, adonde se
platos , como volar al cielo sin alas. había ido huyendo por no tener por
Yo soy del linaje de los Panzas, que suegra á doña Rodríguez, ordenaron
todos son testarudos , y si una vez di . de poner en su lugar á un lacayo
cen nones , nones han de ser, aun gascón, que se llamaba Tosilos , in
que sean pares , a pesar de todo el dustriándole primero muy bien de
n:undo. Quédense en esta caballeriza todo lo que había de hacer . De allí á
las alas la hormiga, que me levan dos días dijo el duque á don Quijote,
cómo desde allí á cuatro vendría su
taron en el aire , para que me comie contrario, y se presentaría en el
sen vencejos y otros pájaros, y vol. campo , armado como caballero, y sus
vámonos á andar por el suelo con
pie llano, que si no le adornaren za tentaría cómo la doncella mentía por
patos picados de cordobán , no le fal mitad de la barba, y aun por toda la
barba entera , si se afirmaba en que el
tarán alpargatas toscas de cuerda :
cad oveja con su pareja, y nadie le hubiese dado palabra de casamien.
PARTE II .-- CAPÍTULO LIV 393

to . Don Quijote recibió mucho gusto te el morisco, tendero de tu lugar ?


con las tales nuevas , y se prometió Entonces Sancho le miró con más
asimismo de hacer maravillas en el atención, y comenzó á refigurarle, y
€ 080 , y tuvo á gran ventura habérsele finalmente le vino a conocer de todo
ofrecido ocasión donde aquellos seño punto, y sin apearse del jumento je
res pudiesen ver hasta dónde se ex echo los brazos al cuello , y le dijo :
tendía el valor de su poderoso brazo ; ¿ Quién diablos te habla de conocer.
y así con alborozo y contento espera Ricote , en ese traje del moharracho
ba los cuatro días, que se le iban que traes ? Dime, & quién te ha hecho
haciendo a la cuenta de su deseo cux franchote, y como tienes atrevimien
trocientos siglos. Dejémoslos pasar to de volver á España, donde si te
nosotros, como dejamos pasar otras cogen y conocen tendrás harta mala
cosas , y vamos á acompañar á Sand ventura ? Si tú no me descubrcs ,
cho, que entre alegre y triste venía Sancho, respondió el peregrino, se
caminando sobre el rucio á buscar á guro estoy que en este traje no ha.
su amo, cuya compañía le agradaba brá nadie que me conozca ; y aparté
más que ser gobernador de todas las monos del camino á aquella alameda
insulas del mundo. Sucedió , pues, que que allí parece, donde quieren comer
no habiéndose alongado mucho de la y reposar mis compañcros, y allí co
insula del su gobierno (que él nunca merás con ellos , que son muy spaci
se puso á averiguar si era insula , ble gente ; yo tendré lugar de con
ciudad , villa 6 lugar la que goberna tarte lo que me ha sucedido después
ba), vió que por el camino por dónde que me partí de nuestro lugar por
eliba venían seis peregrinos con obedecer el bando de su Majestad,
sus bordones, destos extranjeros que que con tanto rigor á los desdichados
piden la limosna cantando, los cua de mi nación amenazaba, segúnoiste,
les en llegando á él se pusieron en Hízolo así Sancho, y hablando Ricote
ala , y levantando las voces todos á los demás peregrinos se apartaron
juntos, comenzaron á cantar en su á la alameda que se parecía, bien des.
lengua lo que Sancho no pudo en viados del camino real. Arrojaron los
tender, si no fué una palabra que bordones, quitáronse las mucetas 6
claramente pronunciaba limosna , por esclavinas, y quedaron en pelota, y
donde entendió que era limosna 10 todos ellos eran mozos y muy genti
que en su canto pedían ; y como él, leshombres, excepto Ricote , que ya
según dice Cide Hamete, era carita era hombre entrado en años. Todos
tivo además, sacó de sus alforjas me traían alforjas, y todas , según pare
do pan y medio queso , de que venia ció, venían bien proveídas, á lo me
provisto , y dioles dello diciéndoleg por nos de cosas incitativas y que llaman
señas que no tenía otra cosa que dar . á la sed de dos leguas. Tendiéronse
les. Ellos lo recibieron de muy bue en el suelo, y haciendo manteles de
na gana , y dijeron : Geld, geld. No lag hierbas pusieron sobre ellas pan ,
entiendo , respondió Sancho, qué es lo sal, cebollas, nueces, rajas de queso ,
que me pedís, buena gente . Entonces huesos mondos de jamón, que si no
uro dellos sacó una bolsa del seno , y se dejaban mascar, no defendían el
mostrósela á Sancho , por donde en ser chupados. Pusieron asimismo un
tendió que le pedían dineros, y el manjar negro, que dicen que se lla
poniéndose el dedo pulgar en la gar ma cabial, y es hecho de huevos de
ganta , y extendiendo la mano arriba pescados, gran despertador de la co
les dio á entender que no tenía ostugo lambre : no faltaron aceitunas, aunque
de moneda, y picando al rucio rompió secas y sin adobo alguno, pero sabro
por ellos ; y al pasar , habiéndole es sas y entretenidas ; pero lo que más
tado mirando uno dellos con mucha campeó en el campo de aquel banque
atención , arremetió á él echándole te fueron seis botas de vino , que cada
los brazos por la cintura, y en voz uno sacó la suya de su alforja : hasta
alta y muy castellana, dijo : Válame el buen Ricote, que se había transfor
Dios, é que es lo que veo ? ¿ es posi. mado de morisco en alemán ó en
ble que tengo en mis brazos al mi caro tudesco , sacó la suya , que en gran
amigo, al mi buen vecino Sancho deza podía competir con las cinco.
Panza ? Si tengo sin duda, porque yo Comenzaron á comer con grandísimo
ni duermo, ni estoy ahora borracho. gusto y muy despacio, saboreandose
Admirose Sancho de verse nombrar con cada bocado, que le tomaban con
por su nombre , y de verse abrazar la punta del cuchillo, y muy poquito
del extranjero peregrino , y después de cada cosa, y luego al punto todos
de haberle estado mirando sin hablar á una levantaron los brazos y las ho
palabra con mucha atención , nunca tas en el aire , puestas las botas en sit
pndo conocerle ; pero viendo su sus boca, clavados los ojos en el cielo,
pensión el peregrino le dijo : Cómo, que no parecía sino que ponían en el
i es posible , Sancho Panza herma la puntería ; y desta manera menean
no , que no conoces á tu vecino Rico do las cabezas á un lado y á otro , se
394 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

ñales que acreditaban el gusto que en efecto tan gallarda resolución, no


recebían, se estuvieron un buen espa porque todos fuésemos culpados, que
cio trasegando en sus estómagos las algunos había cristianos firmes y ver
entrañas de las vasijas. Todo lo mira daderos ; pero eran tan pocos, que no
ba Sancho, y de ninguna cosa se do. se podíanoponer a los que no lo eran,
lia ; antes por cumplir con el refrán y no era ben criar la sierpe en el seno ,
que él muy bien sabía , de cuando á teniendo los enemigos dentro de casa ,
Roma fueres haz como vieres , pidió Finalmente, con justa razón fuimos
á Ricote la bota, y tomó su puntería castigados con la pena del destierro,
como los demás , y no con meros blanda y suave al parecer de algunos ,
gusto que ellos . Cuatro veces dieron pero al nuestro lamás terrible que
lugar las botas para ser empinadas, se nos podía dar. Doquiera que esta
pero la quinta no fué posible , porque mos lloramos por España, que en fin
ya estaban más enjutas y secas que nacimos en olla, y es nuestra patria
un esparto, cosa que puso mustia la natural : en ninguna parte hallamos
alegría que hasta allí habían mostra el acogimiento que nuestra desventu
do. De cuando en cuando juntaba ra desea ; y en: Berbería y en todas
alguno su mano derecha con la de las partes de Africa donde espera
Sancho , y decía : Español y tudesqui bamos ser recebidos, acogidos y rega
tuto uno bon compaño ; y Sancho res lados, allí es donde más nos ofenden
pondía : Bon compaño jura Di, y dis v maltratan . No hemos conocido el
paraba con una risa que le duraba bien hasta que le hemos perdido ; y
una hora, sin acordarse entonces de es el deseo tan grande que casi todos
nada de lo que le había sucedido en tenemos de volver á España , que los
su gobierno ; porque sobre el rato y más de aquellos, y son muchos , que
tiempo cuando se come y bebe , poca saben la lengua como yo , se vuelven
jurisdicción suelen tener los cuidados. á ella , y dejan allá sus mujeres y sus
Finalmente , el acabárseles el rino bijos desamparados : tanto es el amor
fué principio de un sueño que dió á que la tienen ; y agora conozco y ex
todos, quedándose dormidos sobre las perimento lo que suele decirse , que
mismas mesas y manteles : solos Ri es dulce el amor de la patria. Salí ,
cote y Sancho quedaron alerta , por como digo, de nuestro pueblo , entré
que habían comido más y bebido me en Francia, y aunque allí nos hacían
nos ; y apartando Ricote á Sancho se buen acogimiento , quise verlo todo .
sentaron al pie de una haya, dejando Pasé á Italia, legué á Alemania , y
á los peregrinos sepultados en dulce allí me pareció que se podía vivir
sueño ; r Ricote , sin tropezar nada con más libertad , porque sus habi
en su lengua morisca, en la pura cas tadores no miran en muchas delica
tellana, le dijo las siguientes razones : dezas ; cada uno vive oomo quiere
Bien sabes , oh Sancho Panza , ve porque en la mayor parte della se
cino y amigo mío, como el pregón y vive con libertad de conciencia. Dejé
bando que Su Majestad mandó publi. tomada casa en un pueblo junto á
car contra los de mi nación , puso te Augusta, juntéme con estos peregri.
rror y espanto en todos nosotros : á nos que tienen por costumbre de ve .
lo menos en mi le puso de suerte que nir á España muchos dellos cada año
me pareció que antes del tiempo que á visitar los santuarios della , que los
se nos concedía para que hiciésemos tienen por sus Indias y por certísima
ausencia de España, ya tenía el rigor granjería y conocida ganancia. An
de la pena ejecutado en mi persona danla casi toda , y no hay pueblo
v en la de mis hijos . Ordené pues i ninguno de donde no salgan comidos
mi parecer como prudente ( bien así y bebidos, como suele decirse, y con
como el que sabe que para tal tiem un real por lo menos en dineros , y
po le han de quitar la casa donde vi al cabo de su viaje salen con más de
ve , y se provee de otra dor de mu cien escudos de sobra, que trocados
darse) , orderé , digo , de salir yo solo en oro , ó ya en el hueco de los bor .
sin mi familia de mi pueblo , y ir á dones, ó entre los remiendos de las
buscar dónde llevarla con comodidad , esclavinas , ó con la industria que
y sin la priesa con que los demás sa ellos pueden , los sacan del reino, y
lieron ; porque bien vi y vieron todos los pasan á sus tierras á pesar de las
nuestros ancianos , que aquellos pre guardas de los puestos y puertos don .
gones no eran sólo amenazas, como de se registran . Ahora es mi inten .
algunos decían, sino verdaderas le ción , Sancho, sacar el tesoro que
yes , que se habían de poner en eje dejé enterrado, que por estar fuera del
cución á su determinado tiempo : y pueblo lo podré hacer sin peligro, s
forzábame á creer esta verdad saber escribir o pasar desde Valencia á mi
yo los ruines y disparatados intentos hija y á mi mujer, que sé que están
que los nuestros tenían , v tales que en Argel, y dar trazas cómo traerlas
me parece que fué inspiración divina á algún puerto de Francia y desde
1a que movió á Su Majestad á poner allí llevarlas á Alemania , donde es
PARTE II , --CAPÍTULO LIV 393
peraremos lo que Dios quisiero hacer que las riquezas que se ganan en los
de nosotros ; que en resolución, San. tales gobiernos coa á costa de perder
cho, yo sé cierto que la Ricota mi el descanso y el sueño, y aun el sus
hija y Francisca Ricota mi mujer son tento, porque en las insulas deben
catolicas cristianas, y aunque yo no de comer poco los gobernadores, es .
lo soy tanto, todavía tengo más de pecialmente si tienen médicos que
cristiano que de moro , y ruego siem · miren por su salud. Yo no te entien
pre á Dios me abra los ojos del enten do, Sancho, dijo Ricote ; pero paré .
dimiento, y me dé á conocer cómo ceme que todo lo que dices es dispa
le tengo de servir : y lo que me tie rate : que ¿ quién te había de dar á
ne admiraão es no saber por qué se ti insulas que gobernases ? ¿ faltaban
fué mi mujer y mi hija antes á ber hombres en el mundo más hábiles
bería que a Francia, adonde podía vi para gobernadores que tú eres ? Ca
vir como cristiana . A lo que respon lla, Sancho, y vuelve en ti , y mira si
dió Sancho : Mira, Ricote , eso no quieres venir conmigo , como te he
debió estar en su mano, porque 13s dicho, á ayudarme á sacar el tesoco
llevó Juan Tiopieyo, el hermano de que dejé escondido, que en verdad
tu mujer, y como debe de ser fino que es tanto, que se puede llamar te
moro , fuése á lo más bien parado ; y soro, y te daré con qué vivas, como
séte decir otra cosa, que creo que vas te he dicho. Ya te he dicho, Ricote ,
en balde á buscar lo que dejaste ente replicó Sancho , que no quiero : con
rrado, porque tuvimos nuevas que téntate que por mí no serás descri
habían quitado á tu cuñado y tu mu bierto, y prosigue en buen hora tu
jer muchas perlas y inncho dinero en camino , y déjame seguir el mío , que
oro que levaban por registrar. Bien yo sé que lo bien ganado se pierde,
puede ser eso, replicó Ricote ; pero y lo malo, ello y su dueño. No quiero
yo sé, Sancho, que no tucaron á mi porfiar, Sancho , dijo Ricote ; rero
entierro, porque yo no les descubri dime , ¿ hallástete en nuestro lugar
dónde estaba temeroso de algún des cuando se partió del mi mujer , mi
mán : y así, si tú , Sancho , quieres hija y mi cuñado ? Sí hallé , respondió
venir conmigo, y ayudarme á sacar Sancho, y séte decir que salio tu hija
lo y á encubrirlo , yo te daré doscien . tan hermosa, que salieron á verla
tos escudos, con que podrás remediar cuantos había en el pueblo, y todos
tus necesidades, que ya sabes que se decían que era la más bella criatura
yo que las tienes muchas. Yo lo hi.
del mundo. Iba llorando, y abrazabı á
ciera , respond : 6 Sancho; pero no soy todassus amigas y conocidas, y á cuin .
nada codicioso, que á serlo, un oficio tos llegaban á verla , y á todos pedía
dejé yo esta mañana de las manos la encomendasen á Dios y á nuestra
donde pudiera hacer las paredes de Señora su madre ; y esto con , tanto
mi casa de oro, y comer antes de seis sentimiento , que á mí me hizo llorar ,
meses en platos de plata, y así por que no suelo ser muy llorón : y a fe
esto como por parecerme haría trai que muchos tuvieron deseo de escon
ción á mi rey en dar favor á sus eno derla y salir á quitársela en el cami
migos, no fuera contigo , si como me no ; pero el miedo de ir contra el
prometes doscientos escudos, me die mandado del rey los detuvo : princi
ras aquí de contado cuatrocientos . palmente se mostró más apasionado
¿ Y qué oficio es el que has dejado, don Gaspar Gregorio, aquel* mancebo
Sancho ? preguntó Ricoto . He dejado mayorazgo rico que tú conoces, que
de ser gobernador de una insula, res dicen que la quería mucho ; y después
pondió Sancho, y tal, que á buena que ella, se partió, nunca más éſ ha
fe que no hallen otra como ella á parecido en nuestro lugar, y todos
tres tirones . ¿ Y dónde está esa in pensamos que iba tras ella para robar
sula ? preguntó Ricote . ¿ Adónde ? la ; pero hasta ahora no se ha sabido
respondió Sancho : dos leguas de nada . Siempre tuve yo mala sospe
aquí, y se llama la insula Barataria, cha, dijo Ricote , de que ese caballe
Calla, Sancho, dijo Ricote , que las ro adamaba á mi hija ; pero fiado
insulas están allá dentro del mar, en el valor de mi Ricota, nunca me
que no hay insulas en la tierra firme dió pesadumbre el saber que la que
¿ Cómo no ? replicó Sancho : digote , ría bien ; que ya habrás oído decir,
Ricote amigo, que esta mañana me Sancho, que las moriscas pocas
parti della, y ayer estuve en ella go ninguna vez se mezclaron por amores
bernando á mi placer como un sagi con cristianus viejos ; y mi hija ,
tario ; pero con todo eso la he dejado , que á lo que yo creo atendía á
por parecerms oficio peligroso el de ser más cristiana que eramorada, no
los gobernadores. & Y qué has ganado se curaría de las solicitudes dese se
en el gobierno ? preguntó Ricote. HA ñor mayorazgo. Dios lo haga , replicó
ganado , respondió Sancho, el haber Sancho , que á entrambos les estaria
conocido que no soy bueno para go mal : y déjame partir de aquí , Ricote
bernar si no es un hato de ganado, y amigo, que quiero llegar esta noche
396 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
adonde esta mi señor don Quijote. nos morimos antes , él de molido y
Dios vaya contigo, Sancho hermano, quebrantado, y yo de pesaroso : á lo
que ya mis compañeros se rebullen , menos no seré yo tan venturoso como
Ý también es hora que prosigamos lo fué mi señor don Quijote de la
nuestro camino; y luego se abrazaron Mancha cuando descendió y bajó á
los dos , y Sancho subió en su rucio, y la cueva de aquel encantado Montesi.
Ricote se arrimó á su bordón y se nos, donde halló quien le regalase
apartaron . mejor que en su casa, que no parece
sino que se fué á mesa puesta y á
cama hecha. Allí vio él visiones her.
mosas y apacibles, y yo veré aquí.
CAPITULO LV á lo que creo , sapos y calebras. i Des
dichado de ini, y en qué han parado
mis locuras y fantasías ! De aquí sa
De cosas sucedidas á Sancho en el carán mis huesos , cuando el cielo seu
camino y otras que no hay más servido que me descubran , mondos,
que ver. blancos y raídos , y los de mi buen
rucio con ellos , por donde quizá se
El haberse detenido Sancho con Ri. echará de ver quién somos, á lo me
cote no le dio lugar á que aquel dia nos de los que tuvieren noticias que
llegase al castillo del duque, puesto nunca Sancho Panza se apartó de su
que llegó media legua del, donde le asno , ni su asno de Sancho Panza .
tomó la noche algo escura y cerrada ; Otra vez , digo, i miserables de nos
pero como era verano no le dió mu. otros ! que no ha querido nuestra
cha pebadumbre , y así se aparto del corta suerte que muriésemos en nues
camino con intención de esperar la tra patria y entre los nuestros, donde
mañana ; y quiso su corta y desven ya que no hallara remedio nuestra
turada suerte, que buscando lugar desgracia, no faltara quien della se
donde mejor acomodarse cayeron él y doliera, y en la hora última de nues
el rucio en una honda y escurísima tro pasamiento nos cerrara los ojos .
sima que entre unos edificios muy iOh compañero y amigo mío, qué mal
antiguos estaba, y al tiempo del caer pago te he dado de tus buenos servi
se encomendo a Dios de todo cora cios ! Perdóname, y pide à la fortuna
zón , pensando que no había de parar en el mejor modo que supieres , que
hasta el profundo de los abismos ; y nos saque deste miserable trabajo en
no fué así, porque á poco más de que estamos puestos los dos , que yo
tres estados dió fondo el rucio , y el prometo de ponerte una corona de
se hallo encima del sin haber rece . laurel en la cabeza, que no parezca ,
bido lisión ni daño alguno . Tento je sino un laureado poeta, y de darte
todo el cuerpo, y recogió el aliento los piensos doblados. Desta manera
por ver si estaba sano ó agujereado se lamentaba Sancho Panza , y su
por alguna parte ; y viéndose bueno, jumento le escuchaba sin responderle
entero y católico de salud , ro se hur palabra alguna : tal era el aprieto y
taba de dar gracias a Dios nuestro Se. angustia en que el pobre se hallaba.
ñor de la merced que le había hecho, Finalmente, habiendo pasado toda
porque sin duda pensó que estaba aquella noche en miserables quejas y
hecho mil pedazos. Tentó asimismo lamentaciones, vino el día, con cuya
con las manos por las paredes de la claridad y resplandor vió Sancho que
sima por ver si sería posible salir era imposible de toda imposibilidad
della sin ayuda de nadie, pero todas salir de aquel pozo sin ser ayudado,
las hall6'rasas y sin asidero alguno, y comenzó á lamentarse y dar voces
de lo que Sancho se congojó mucho , por ver si alguno le oía; pero todas
especialmente cuando oyó que el ru sus voces eran dadas en desierto , pues
cio se quejaba tierna y dolorosamen . por todos aquellos contornos no había
te ; y no era mucho, ni se lamentaba persona que pudiese escucharle, y
de vicio, que a la verdad no estaba entonces se acabó de dar por muerto.
muy bien parado. ¡ Ay, dijo entonces Estaba el rucio boca arriba, y Sancho
Sancho Panza, y cuán no pensados Panza le acomodó de modo que le
sucesos suelen suceder á cada paso & puso en pie, que apenas se podía
los que viven en este miserable mun tener ; y sacando de las alforjas, que
do . ¿ Quién dijera que el que ayer se también habían corrido la misma fou
vió entronizado gobernador de una tuna de la caída, un pedazo de pan ,
Insula , mandando á sus sirvientes y lo dio á su jumento, que no le supo
á sus vasallos, hoy se había de ver mal, y díjole Sancho, como si lo en
sepultado en una sima, sin haber per tendiera : Todos los duelos con pan
sona alguna que le remedie , ni cria son menos . En esto descubrió a un
do, ni vasallo que acuda á su soco lado de la sima un agujero capaz de
rro ? Aquí habremos de perecer de caber por él una persona si se ago
hambre yo y mi jumento, si ya no biaba y encogía . Acudió á él Sancho
PARTE II --CAPÍTULO LV 397
Panza, y agazapándose se entro por él, que oía la voz de Sancho Panza, de
y vió que l'or dentro era espacioso que quedó suspenso y asombrado, y
y largo , y púdolo ver porque por lo levantando la voz todo lo que pudo ,
que se podía llamar techo entraba dijo : ¿ Quién está allá bajo ? ¿ Quién
an rayo de sol, que lo descubría todo. se queja ? Quién puede estar aquí,
Vió también que se dilataba y alar. o quién se ha de quejar, responāie
gaba por otra concavidad espaciosa ; ron , sino el asendereado de Sancho
viendo lo cual volvió á salir adonde Panza, gobernador por sus pecados,
estaba el jumento, y con una piedra y por su mala andanza, de la insula
comenzo à desmoronar la tierra del Barataria, escudero que fué del famo
agujero, de modo que en poco espacio so caballero don Quijote de la Man
hizo lugar donde con facilidad podie- cha ? Oyendo lo cual don Quijote se
se entrar el asno, como lo hizo, y le dobló la admiración , y se le acre
cogiéndole del cabestro comenzó á ca- centó el pasmo viniéndosele al pen
minar por aquella gruta adelante por samiento que Sancho Panza debía de
ver si hallaba alguna salida por otra ser muerto , y que estaba allí penando
parte ; á veces iba á escuras y á ve- su alma ; y llevada desta imagina
ces sin luz, pero ninguna vez sin ción, dijo : Conjúrote por todo aquello
miedo . ¡ Válame Dios todopoderoso ! que puedo conjurarte como católico
decía entre sí : esta que para mí cristiano, que me digas quién eres ; y
es desventura, mejor fuera para si eres alma en pena dime qué quie
aventura de mi amo don Quijote . El res que haga por ti , que pues es mi
sí que tuviera estas profundidades y profesión favorecer y acorrer á les
mazmorras por jardines floridos y necesitados deste mundo, también
por palacios de Galiana, y esperara lo será para acorrer y ayudar a los
sali: desta escuridad y estrecheza menesterosos del otro mundo que no
á algún florido prado ; pero yo sin pueden ayudarse por sí propios. Desa
ventura , falto de consejo y menosca- manera, respondieron, vuesa merced
bado de ánimo, á cada paso pien- que me habla debe de ser mi señor
80 que debajo de los pies de impro- don Quijote de la Mancha, y aun en
viso se ha de abrir otra sima más el órgano de la voz no es otro sin
profunda que la otra, que acaba de duda. Don Quijote soy. replicó don
tragarme : bien vengas , mal , si vie- Quijote , el que profeso socorrer y
nes solo . Desta manera y con estos ayudar en sus necesidades á los vivos
pensamientos le pareció que habría y á los muertos : por eso dime quién
caminado poco menos de media le- eres , que me tienes atónito, porque
gua, al cabo de la cual descubrió una si eres mi escudero Sancho Panza , y
confusa claridad , que parecía ya te has muerto , como no te hayan lle
que por alguna parte baja entraba, vado los diablos, y por la misericor.
y daba indicio de tener fin abierto dia de Dios estés en el purgatorio,
aquel, para él, camino de la otra vida. sufragios tiene nuestra santa madre
Aquí le deja Cide Hamete Benengeli, la Iglesia católica romana bastantes
y vuelve a tratar de don Quijote, que á sacarte de las penas en que estás ,
alborozado у contento esperaba el y yo lo solicitaré con ella por mi
plazo de la batalla que habla de ha- parte con cuanto mi hacienda alcan.
cer con el robador de la honra de la zare : por eso acaba de declararte y
hija do doña Rodríguez , á quien pen- dime quién eres . Voto á tal, respondie
saba enderezar el tuerto y desagui- ron , y por el nacimiento de quien vue
sado que malamente le tenían fecho. sa merced quisiere, juro, señor don
Sucedió pues, que saliéndose una ma- Quijote de la Mancha, que yo soy su
ñana á imponerse y ensayarse en lo escudero Sancho Panza, y que nunca
que había de hacer en el trance en me he muerto en todos los días de
que otro día pensaba verse , dando mi vida ; sino que habiendo dejado
un repelón ó arremetida á Rocinante mi gobierno por cosas y causas que es
llegó á poner los pies tan junto á menester más espacio para decirlas,
una cueva, que á no tirarle fuerte- anoche caí en esta sima, donde yago,
mente las riendas fuera imposible no el rucio testigo, que no me dejará
caer en ella. En fin le detuvo, y no mentir, pues por más señas está
cayó, y llegándose algo más cerca, aquí conmigo . Y hay más , que no
sin apearse miró aquella hondura, y parece sino que el jumento entendió
estándola mirando oyó grandes voces lo que Sancho dijo, porque al momen.
dentro, y esc hand atentamente to comenzó á znar tan recio , que
pudo percibir y entender que el que toda la cueva retumbaba. Famoso tes
las daba decía : iAh de arriba ! ( hay tigo , dijo don Quijote, el rebuzno co
algún cristiano que me escuche ? 6 nozco como si le pariera , y tu voz
algún caballero caritativo que se oigo, Sancho amigo : espérame, iré
duela de un pecador enterrado en al castillo del duque , que está aquí
vida , de un desdichado desgobernado cerca , y traeré quien te saque desta
gobernador ? Pareciéle á don Quijote sima, donde tus pecados te deben ha
398 BON QUIJOTE DE LA MANCHA

ber puesto . Vaya vuesa merced , dijo les puesto de rodilias, dijo : lo , se
bancho, y vuelva presto por un solo ñores , porque lo quiso así - vuestra
Dios, que ya no puedo llevar el estar grandeza, ein ningún merecimiento
aquí sepultado en vida , y me estoy mio fuí á gobernar vuestra insula
muriendo de miedo. Dejole don Qui. Barataria, en la cual entré desnudo,
jote, y fué al castillo á contar a los y desnudo me hallo, ni pierdo ni
duques el suceso de Sancho Panza , gano . Si he gobernado bien o mal,
de que no poco se maravillaron, aun . testigos he tenido delante, que dirán
que bien entendieron que debía de lo que quisieren. He deciarado dudas.
haber caído por la correspondencia sentenciado pleitos , y siempre muer
de aquella gruta que de tiempos in to de hambre, por haberlo querido
memoriales estaba allí hecha ; pero así el doctor Pedro Recio , natural
no podían pensar cómo había dejado de Tirteafuera, médico ir sulano y go
el gobierno sin tener ellos aviso de bernadoresco. Acometiéronnos ene
su venida. Finalmente , llevaron como migos de noche, y habiéndonos pues
dicen , sogas y maromas, y á costa to en grande aprieto, dicen los de la
de inucha gente y de mucho trabajo Insula que salieron libres y con vic
sacaron al rucio y á Sancho Panza toria por el valor de mi brazo : que
de aquellas tiniebias á la luz del sol. tal salud les de Dios como ellos dicen
Vible in estudiante , y dijo : Desta verdad . En resolución, en este tiempo
manera habían de salir de sus gobier yo he tanteado las cargas y las obli.
nos todos los malos gobernadores, gaciones que trae consigo el gobernar
como sale este pecador del profundo y he hallado por mi cuenta que no
del abismo , muerto de hambre , des las podrán llevar mis hombros, ni son
colorido, y sin blanca á lo que yo peso de mis costillas, ni flechas de
creo. Oyolo Sancho , y dijo : Diez mi aljaba : y así , antes que diese con
y seis o diez y siete días ha, hermano migo al través el gobierno, he que .
murmurador, que entré á gobernar rido yo dar con el gobierno al través,
la insula que me dieron , en los
y ayer de mañana dejé la insula como
cuales no me vi harto de pan si la hallé, con las mismas calles, ca
quiera una hora : en ellos me han saz v tejados que tenía cuando entre
perseguido médicos, y enemigos me en ella . No he pedido prestado á na
han brumado los huesos ; ni he tenido die , ni metidome en granjerías : .
lugar de hacer cohechos ni de cobrar aunque pensaba hacer muchas orde .
derechos : y siendo esto así , como lo nanzas provechosas, no hice casi nin
es , no merecía yo , á mi parecer, guna , temeroso que no se habían de
salir desta manera ; pero el hom guardar, que es lo mesmo hacerlas
bre pone, y Dios dispone; que Dios que no hacerlas. Salí, como digo , de
sabe lo mejor y lo que le está bien la însula sin otro acompañamiento que
á cada uno ; y cual el tiempo, tal el de mi rucio : caí en una sima , vi.
el tiento ; y nadie diga desta agủa neme por ella adelante , hasta que esta
no beberé, que adonde se piensa mañana con la luz del sol vi la salida ;
que hay tocinos no hay estacas : y pero no tan fácil, que á no deparar
Dios me entiende, y basta, y no me el cielo á mi señor don Quijote,
digo más, aunque pudiera. No te allí me quedara hasta la fin del mun-
enojes , Sancho , ni recibas pesadum do . Así que , mis señores duque
bre de lo que oyeres, que será nunca duquesa, aquí está vuestro goberna
acabar : ven tú con segura concien dor Sancho Panza, que ha granjeado
cia, y digan lo que dijeren ; y es en solos diez y siete días que ha teni
querer atar las lenguas de los mal do el gobierno, conocer que no se le
dicientes do mesmo que querer poner
ha de dar nada por ser gobernador, no
puertas al campo. Si el gobernador de una insula, sino de todo el mundo :
sale rico de su gobierno, dicen dél y con este presupuesto , besando á
que ha sido un ladrón ; y si sale po vuesas mercedes los pies , imitando
bre , que ha sido un para poco y un al juego de los muchachos, que dicen :
mentecato. A buen seguro , respondió salta tú , y damela tú , doy un salto
Sancho, que por esta vez antes me del gobierno, y me paso al servicio
han de tener por tonto que por la de mi señor don Quijote, que en fin
drón. En estas pláticas llegaron ro en él , aunque como el pan con sobre
deados de muchachos y de otra mucha salto, hártome á lo meros : y para
gente al castillo, donde en unos co mí , como yo esté harto, eso me hace
rredores estaban ya el duque y la que sea de zanahorias, que de per
duquesa esperando á don Quijote y á dices . Con esto dió fin á su amarga
Sancho, el cual no quiso subir á ver plática Sancho , temiendo siempre don
al duque sin que primero no hubiese Quijote que había de decir en ella
acomodado al rucio en caballeriza , millares de disparates ; y cuando le
porque decía que había pasado muy vó acabar con tan pocos dió en su
mala noche en la posada, y luego sü corazón gracias al cielo , y el duque
bió á ver á sus señores, ante los cua abrazo á Sancho, y le dijo que le pe.
PARTE 11 .--CAPÍTULO LVI 399

saba en el alma de que hubiese de y cayese : luego entraron las duefias,


jado tan presto el gobierno; pero que y se sentaron en sus asientos, cubier
éi haria de suerte que se le diese en tas con los mantos hasta los ojos y
su estado otro oficio de menos carg aun hasta los pechos con muestras de
y de más provecho . Abrazo e la du no pequeño sentimiento , presente don
quesa asimismo , y mando que le Quijote en la estacada. De allí á poco,
regalasen, porque daba señales de acompañado de muchas trompetas ,
renir mal traído y peor parado. asomo por una parte de la plaza so
bre un poderoso caballo, hundiéndola
toda , el grande lacayo Tosilos, calada
la visera y todo encambronado con
CAPITULO LVI viras fuertesy lucicntes , armas. El
caballo mostraba ser frisón , ancho y
de color tordillo : de cada mano y
De la descomunal y nunca vista pie le pendía una arroba de lana.
batalla que pasó entre don Qui Venía el valeroso combatiente bien
jote de la Mancha y el lacayo informado del duque su señor de
Tosilos, en la defensa de la hija cómo se había de portar con el vale
de la dueña doña Rodriguez. roso don Quijote de la Mancha, ad
vertido que en ninguna manera le ma
No quedaron arrepentidos los du. tase , sino que procurase huir el pri .
ques de la burla hecha a Sancho mer encuentro , por excusax el peli.
Panza del gobierno que le dieron ; y gro de su muerte, que estaba cierto
más que aquel mismo día vino su si de lleno en lleno le encontrase .
mayordomo, y les contó punto por Paseo la plaza, y llegando donde las
punto casi todas las palabras y accio-, dueñas estaban , se puso algún tanto
nes que Sancho había dicho y hecho á mirar á la que por esposo le pedía :
en aquellos días ; y finalmente les en llamó el maese de campo á don Qui.
careció el asalto de la insula . 5 el joie , que ya se había presentado en
miedo de Sancho , y su salida, de que la plaza, y junto con Tosilos habló á
1.0 pequeño gusto recibieron. Despoés las dueñas, preguntándoles si consen
desto cuenta la historia que se llegó tían que volviese por su derecho don
el día de la batalla aplazada ; y ha Quijote de la Mancha. Ellas dijeron
biendo el duque una y muy muchas que sí, y que todo lo que en aquel
veces advertido á su lacayo Tosilos caso hiciese lo daban por bien hecho,
cómo se había de avenir con don por firme y por valedero. Ya en este
Quijote para vencerle, sin matarle n : tiempo estaban el duque y la duque
herirle, ordenó que se quitasen los sa puestos en una galería que caía
hierros á las lanzas , diciendo á don sobre la estacada , toda la cual estaba
Quijote que no permitía la cristian coronada de infinita gente, que espe
dad , de que él se preciaba, que aque raba ver el riguroso trance nunca
Ha batalla fuese con tanto riesgo y visto. Fué condición de los comba
peligro de las vidas , y que se con tientes que si don Quijote vencía, su
tentase con que le daba campo franco contrario se había de casar con la hija
en su tierra, puesto que iba contra de doña Rodríguez , y si el fuese
decreto del canto Co cilio que pro vencido, quedaba libre su contendor
hibe los tales desafíos , y no quisiese de la palabra que se le pedía, sin dar
llevar por todo rigor aquel trance otra satisfacción alguna. Partioles el
tan fuerte . Don Quijote dijo que Su maestro de las ceremonias el sol , y
Excelencia dispusiese las cosas de puso a los dos cada uno en el puesto
aquel negocio como más fuese servi . donde habían de estar . Sonaron los
do, que él le obedecería en todo. atambores , llenó el aire el son de las
Llegado pues el temeroso día, y ha trompetas , temblaba debajo de los
biendo mandado el duque que delante pies la tierra : estaban suspensos los
de la plaza del castillo se hiciese un corazones de la mirante turba, te
espacioso cadalso, donde estuviesen miendo unos y esperando otros el
los jueces del campo , y las dueñas, bueno 6 el mal suceso de aquel caso .
madre y hija demandantes, había acu Fina'menie, don Quijote encomendán.
dido de toãos los lugares y aldeas cir dose de todo su corazón á Dios nues
cunvecinas infinita gente á ver la tro Señor , y á la señora Dulcinea del
novedad de aquella batalla, que nun Toboso , estaba agu :trdando que se le
ca otra tal no habían visto ni oído diese señal precisa de la arremetida ;
decir en aquella tierra los que vivían empero nuestro lacayo tenía diferen
ni los que habían muerto. El primero tes pensamientos : no pensaba él sino
que entró en el campo y estacada iné en lo que agora diré. Parece ser que
el maestro de las ceremonias, que cuando estuvo mirando á su enemiga ,
tanteó el campo y le paseó todo, por le pareció la más hermosa mujer que
que en él no hubiese algún engaño , había visto en toda su vida; y el
ni cosa encubierta donde se tropeznje niño ceguezuelo , á quien suelen lla
400 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

mar de ordinario Amor por esas ca temcrosa conciencia os queréis casar


lles, no quiso perder la ocasión que con esta doncella ? Sí, señor, respon
se le ofrecio de triunfar de una alma dió Tosilos. El hace muy bien , dijº
lacayuna, y ponerla en la lista de sus á esta sazón Sancho Panza , porque lo
trofeos ; y así llegándose á él bonita que has de dar al mur dalo al gato ,
mente sin que nadie le viese , le envi y sacarte ha de cuidado . Ibase Tosi.
86 al pobre lacayo una ficcha de dos los desenlazando la celada, y rogaba
varas por el lado izquierdo, y le pasó que apriesa le ayudasen , porque le
el corazón de parte á parte, y púdolo ihan faltando los espíritus del alien
hacer bien al seguro, porque el Amor to , y no podía verse encerrado tanto
es invisible, y entra y sale por do tiempo en la estrecheza de aquel 'apo .
quiere , sin que nadie le pida cuenta sento. Quitáronsela apriesa, y quedo
de sus hechos. Digo pues, que cuando descubierto y patente su rostro de la
dieron la señal de la arremetida ( cayo. Viendo lo cual doña Rodríguez
taba nuestro lacayo transportado, pen. y su hija , dando grandes voces, dije
sando en la hermosura de la que ya ron : Este es engaño, engaño es este;
había hecho señora de su libertad : á Tosilos el lacayo del duque mi señor
y así no atendió al son de la trom nos han puesto en lugar del verda
peta , como hizo don Quijote, que dero esposo ; justicia de Dios y del
#penas la hubo oído, cuando arrem rey de tanta malicia, por no decir be
tió , v á todo el correr que permitía llaquería. No vos acuitéis, señoras,
Rocinante partió contra su enemigo, dijo don Quijote , que ni esta es mi
ſ viéndole partir su buen escudero licia, ni es bellaquería : y si la es ,
Šancho, dijo á grandes voces : Dios no ha sido la causa el duque , sino
te guíe , nata y flor de los andantes los malos encantadores que me persi
caballeros : Dios te dé la victoria, guen , los cuales envidiosos de que yo
pues llevas la razón de tu parte. Y alcanzase la gloria deste vencimien
aunque Tosilos vio venir contra sí á to , han convertido el rostro de vues
don Quijote , no se movió un paso sie tro esposo en el deste que decís que
8u perto ; antes con grandes voces es lacayo del duque : tomad mi con
llamó al maese de campo, al cual ve sejo, y á pesar de la malicia de mis
nido á ver lo que quería , le dijo : Se enemigos casos con él, que sin duda
ñor, & esta batalla no se hace porque es el mismo que vos deseáis alcanzar .
yo me case ó no me case con aquella por esposo. El duque , que esto oyó ,
señora ? Así es, le fué respondido. estuvo por romper en risa toda
Pues yo, dijo el lacayo , soy temeroso bu cólera, y dijo : Son tan extraor
de mi conciencia, y pondríala en gran dinarias las cosas que suceden al se
cargo si pasase adelante en esta bata ñor don Quijote, que estoy por creer
lla ; y así digo que yo me doy and que este mi lacayo no lo es ; pero
vencido, y que quiero casarme luego usemos deste ardid y maña ; dilate
con aquella señora. Quedó admirado mos el casamiento quince días si
el maese de campo de las razones de quiera, y tengamos encerrado á este
Tosilos , y como era uno de los 82 personaje que nos tiene dudosos , en
bidores de la máquina de aquel caso, los cuales podría ser que volviese á
no le supo responder palabra. Detú su pristina figura, que no ha de nu
vose don Quijote en la mitad de su rar tanto el rencor que los encan
carrera viendo que su enemigo no tadores tienen al señor don Quijote,
le acometía. El duque no sabía la y más yéndoles tan poco en usar
ocasión porque no se pasaba adelante estos embeleoos y transformaciones .
en la batalla ; pero el maese de cam i Oh señor, diją Sancho, que ya tie
po le fué á declarar lo que Tosilos nen estos malandrines por uso y
decía, de lo que quedó suspenso y costunsore de mudar las cosas de
colérico en extremo . En tanto qus unas en otras, que tocan á mi amo.
esto pasaba, Tosilos se llegó adonde Un caballero que venció los días pa
doña Rodríguez estaba, y dijo á sados, llamado el de los Espejos, le
grandes voces : Yo, señora, quiero volvieron en la figura del bachiller
casarme con vuestra hija, y no quic . Sansón Carrasco , natural de nuestro
ro alcanzar por pleitos ni contiendas pueblo y grande amigo nnestro, y
lo que puedo aicanzar por paz y sin a mi señora Dulcinea del Toboso le
peligro de la muerte . Oyo esto el va han vuelto en una rústica labradora,
leroso don Quijote , y dijo : Pues esto y así imagino que este lacayo ha de
así es , ye quedo libre y suelto de morir y vivir lacayo todos los días
mi promesa : cásense enhorabuena, y de su vida. A lo que dijo la hija de do
pues Dios nuestro Señor se la dió, ña Rodríguez : Séase quién fuere este
san Pedro se la bendiga. El duque que me pide por esposa, que yo se lo
había bajado a la plaza del castillo , agradezco , que más quiero ser mujer
y llegándose á Tosilos le dijo : Es legitima de un lacayo, que no amiga
verdad , caballero , que os dais por y burlada de un caballero, puesto que
vencido, y que instigado de vuestra el que á mí me burlo co lo es. Ea
PARTE II.--CAPÍTULO IVII 401

resolución , todos estos cuentos y suce desnudo dél , y así podré decir con
608 pararon en que Tosilos se reco segura conciencia , que no es poco :
giese hasta ver en qué paraba su desnudo nací , desnudo me hallo, ni
transformación. Aclamaron todos la pierdo ni gano . Esto pasaba entre sí
victoria de don Quijote , y los más Sarcho Panza el día de la partida ;
quedaron tristes y melancólicos de y saliendo don Quijote, habiéndose
ver que no se habían hecho pedazos despedido la roche antes de los du
los tan esperados combatientes : bien ques, á la mañana se presentó arma
así como los muchachos quedan tris do en la plaza del castillo . Mirábanle
tes cuando no sale el ahorcado que de los corredores toda la gente del
esperan, porque le ha perdonado 6 la castillo , y asimismo los duques Site
parte ó la justicia . Fuése la gente, lieron á verle . Estaba Sancho sobre
volviéronse el duque y don Quijote su rucio con sus alforjas, maleta y
al castillo, encerraron á Tosilos, que repuesto , contentísimo, porque el ma.
daron doña Rodríguez y su hija con yordomo del duque, el que fué la Tri
tentísimas de ver que por una vía 6 faldi , le había dado un ' bolsico con
por otra aquel caso había de parar en doscientos escudos de oro, para suplir
casamiento, y Tosilos no esperaba los menesteres del camino, y esto dun
menos .
no lo sabía don Quijote. Estando, co
me queda dicho, mirándole todos , á
deshora entre las otras dueñas y
CAPITULO LVII
doncellas de la duquesa que le mira
ban , alzó la voz 12 desenvuelta y dis
creta Altisidora , y en son iastimero,
dijo :
Que trata de cómo don Quijote se
despidió del duque, y de lo que Escucha, mal caballero ,
le sucedió con la discreta y des detén un poco las riendas ,
envuelta Altisidora , doncella de no fatigues las ijadas
la duquesa . de tu mal regida bestia .
Mira, falso , que no huyes
de alguna sorpiente fiera,
Ya le pareció á don Quijote que era sino de una corderilla,
bien salir de tanta ociosidad como la que está muy lejos de oveja,
que er. aquel castillo tenía, que se Tú has burlado, monstruo horrendo ,
imaginaba sér grande la falta que su he más hermosa doncella
persona hacía en dejarse estar ence que Džana vió en sus montes,
x'rado y perezoso entre los' infinitos que Venus miró en sus selvas .
regalos y deleites, que como á caba Criel Virem , fugitivo Enéas,
llero andante aquellos señores le ha Barrabás te acompañe allá te
cían , y parecíale que había de dar Carengas.
cuenta estrecha, al cielo de aquella Tú llevas , illevar impío !
ociosidad y encerramiento , y así pi en las garras de tus cerras
dió un día licencia á los duques para las entrañas de una humilde,
partirse. Diéronsela con muestras de como enamorada y tierna.
que en gran manera les pesaba de que L'évaste très tocadores
los dejase . Dió la duquesa las cartas y unas ligas de unas piernas ,
de su mujer á Sancho Panza, el cual que al mármol puro se igualan
lloró con ellas, y dijo : ¿ Quién pensa en lisas , bancis y negras .
ra que esperanzas tan grandes como Llévaste dos mil suspiros,
las que en el pecho de mi mujer Te que á ser de fuego, pudieran
resa Panza engendraron las nuevas abrasar á dos mil Troyas ,
de mi gobierno, habían de parar en si dos mil Troyas hubiera.
volverme yo agora á las arrastradas Crüel Vireno, fugitivo Eneas ,
aventuras de mi amo don Quijote de Barrabás te acompañe alla te
la Mancha ? Con todo esto , me con [ avengas.
tento de ver que mi Teresi correspor D se Sancho tui escudero
dió á ser quien es enviando las be las entrañas sean tan tercas
llotas á la duquesa, que á no habér y tan duras , que no salga
Belas enviado , quedando yo pesaroso , de su encinto Dule nea .
89 mostrara ella desagradecida. Lo De la culpa que tú tienes
que me consuela es, que esta da llev la triste a pena :
diva no se le pueda dar nombre de que justos por pecadores
cohecho , porque ya tenía yo el gobier tal vez pagan en la tierra.
no cuando ella las envio, y está pues Tus más finas aventuras
to en razón que los que reciben algún eri desventuras se vuelvan ;
beneficio , aunque sea con niñerías, se en sueños tus pasatiempos,
miestren agradecidos. En efecto , vo en Ovidos tus firm zas .
entré desnu lo en el gobierro, y salgo Crüel Vireno , iugitivo Eneas ,
26
402 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
Barrabás acompañe , allá te ni á ella ni á Vuestra Excelencia , é
( avengas. quien suplico me tenga en mejor
Seas tenido por falso opinión , y me dé de nuevo licencia
desde Sevilla á Marchena, para seguir mi camino. Déosle Dios
desde Granada hasta Loja, tan bueno, dijo la duquesa, señor don
d . Londres á Ingalaterra . Quijote, que siempre oigamos buenas
Si jugares al reinado, nuevas de vuestras fechurias, y 91- '
los cientos, ó la primera, dad con Dios, que mientras más os
los reyes huyan de ti , detenéis , más aumentáis el fuego en
ases ni sietes no veas. los pechos de las doncellas que os
Si te cortases los callos , miran , y á la mía yo la castigaré de
sangre las heridas viertan, modo que de aquí adelante no se des
y quédente los raigones mande con la vista ni con las pala
si te sacaras las muelas . bras. Una no más quiero que me
Crüel Vireno , fugitivo Eneas, escuches, oh valeroso don Quijote ,
Barrabás te acompañe allá te
dijo entonces Altisidora , y es, que
Lavengas. te pido perdón del latrocinio de las
ligas, porque en Dios y en mi anima
En tanto que de la suerte que se que las tengo puestas, y he caldo en
ha dicho se quejaba la lastimada Al el descuido del que yendo sobre el
tisidora , la estuvo mirando don Qui . asno le buscaba. ¿ No lo dije yo ? dijo
jote , y sin responderla palabra, vol Sancho ; bonico soy yo para encubrir
viendo el rostro á Sancho le dijo : hurtos , pues á quererlos hacer , de
Por el siglo de tus pasados, Sancho paleta me había venido la ocasión en
mío , te conjuro que me digas una mi gobierno, Abajo la cabeza don Qui
verdad : Dime, ¿ llevas por ventura jote, y hizo reverencia á los duques
los tres tocadores y las ligas que esta vá todos los circunstantes, y volvien .
enamorada doncella dice ? A lo que do las riendas & Rocinante, siguién.
Sancho respo Los tres tocado dole Sancho sobre el rucio, se salis
rès sí llevo ; pero las ligas , como por del castillo , enderezando su camino
los cerros de Ubeda. Quedó la duque á Zaragoza .
sa admirada de la desenvoltura de Al
tisidora, que aunque la tenía por atre
vida , graciosa y desenvuelta, no en
grado que se atreviera á semejantes CAPITULO LVIII
desenvolturas ; y como no estaba ad
vertida desta burla, creció más su
admiración . El duque quiso reforzar Que trata de cómo menudearon
el donaire , y dijo : No me parece sobre don Quijote aventuras tan .
bien señor caballero, que habiendo tas, que no se daban vagar unas
recebido en este mi castillo el buen á otras .
acogimiento que en él se os ha he
cho, os hayáis atrevido á llevaros
tres tocadores por lo menos , si por Cuando don Qnijote se vió en la
lo más las ligas de mi doncella : in . campaña rasa, libre y desembarazado
dicios son de mal pecho , y muestras de los requiebros de Altisidora, le
que no corresponden á vuestra fama : pareció que estaba en su centro , y
volvedle las ligas , si no , yo os desafío que los espíritus se le renovaban para
á mortal batalla , sin temor que ma proseguir de nuevo el asunto de sus
landrines encantadores me vuelvan caballerías, y volviéndose á Sancho
ni muden el rostro, como lo han he le dijo : La libertad , Sancho , es uno
cho con el de Tosilos mi lacayo, el de los más preciosos dones que a los
que entró con vos en batalla . No quie. hombres dieron los cielos : con ella
ra Dios , respondió don Quijote , que no pueden igualarse los tesoros que
yo desenvaine mi espada contra vues encierra la tierra, ni el mar encubre :
tra ilustrísima persona, de quien tan por la libertad , así como por la hon .
tas mercedes he recibido : los toca ra, se puede y debe aventurar la vi
dores volveré , porque dice Sancho da ; y , por el contrario , el cautiverio
que los tiene ; las ligas es imposible , es el mayor mal que puede venir á
porque ni yo las he recibido, ni el los hombres. Dig , esto , Sancho , por
tampoco : y si esta vuestra doncella que bien has visto el regalo , la abun .
quisiere mirar sus escondrijos, á buen dancia qne en este castillo que deja
seguro que las halle. Yo, señor duque, mos hemos tenido : pues en mitad de
jamás he sido ladrón , ni lo pienso ser aquellos banquetes sazonados y de
en toda mi vida , como Dios no me aquellas bebidas de nieve me parecía
deje de su mano . Esta doncella ha á mí que estaba metido entre las estre .
bla , como ella dioce, como enamora chezas de la hambre, porque no lo go
da, de lo que yo no le tengo culpa , zaba con la libertad que lo gozara si
y así no tengo de qué pedirle perdón , fueran míos : que las obligaciones de
PARTE 11.- CAPÍTULO LVIII 403

las recompensas, de los beneficios y aventureros cristianos, y creo que fué


mercedes recibidas son ataduras que más liberal que valiente, como lo
no dejan campear al ánimo libre. puedes echar de ver, Sancho , en que
Venturoso aquel á quien el cielo dio está partiendo la capa con el pobre,
un pedazo de pan , sin que le quede y le da la mitad ; y sin duda debía de
obligación de agradecerlo a otro que ser entonces invierno, que si no, él
al mismo cielo. Con todo eso, dijo se la diera toda, según era de cari
Sancho, que vuesa merced me ba di tativo. No debió de ser eso, dijo San
cho, no es bien que se quede sin cho, sino que se debió de atener al
agradecimiento de nuestra parte los refrán que dice, que para dar y te.
doscientos escudos de oro, que en una ner, seso es menester. Riose don Qui
bolsilla me dió el mayordomo del du jote , y pidió que quitasen otro lien
que, que como pítima y confortativo zo, debajo del cual se descubrió la
la llevo puesta sobre el corazón para imagen del patrón de las Españas á
lo que se ofreciere, que no siempre caballo, la espada ensangrentada,
hemos de hallar castillos donde nos atropellando moros y pisando cabe
regalen , que tal vez toparemos con zas ; y en viéndola dijo don Quijote :
algunas ventas donde nos apaleen . Este sí que es caballero, y de las es
En estos y otros razonamientos iban cuadras de Cristo ; este se llama don
los andantes caballero y escudero, san Diego Matamoros, uno de los más
euando vieron, habiendo andado poco valientes santos y caballeros que tuvo
más de una legua, que encima de la el mundo, y tiene agora el cielo . Lue
hierba de un pradillo verde , encima go descubrieron otro lienzo, y pareció
de sus capas estaban comiendo hasta que encubría la caída de san Pablo
una docena de hombres vestidos de del caballo abajo, con todas las cir.
labradores . Junto á si tenían unas co. cunstancias que en el retablo de su
mo sábanas blancas con que cubrían conversión suelen pintarse. Cuando
alguna cosa que debajo estaba : esta le vió tan al vivo , que dijeran que
ban empinadas y tendidas, y de tre Cristo le hablaba y Pablo respondía :
cho á ' trecho ' puestas. Llegó don Este , dijo don Quijote, fué el mayor
Qnijote a los que comían , y saludán enemigo que tuvo la iglesia de Dios
dolos primero cortésmente, les pre nuestro Señor en su tiempo, y el ma
guntó que qué era lo que aquellos lien yor defensor suyo que tendrá jamás ,
zos cubrían . Uno de ellos le respon caballero andante por la vida, y san
dió : Señor, debajo ' destos lienzos to á pie quedo por la muerte, traba
están unas imágenes de relieve y en. jador incansable en la viña del Señor,
talladura que han de servir en un re doctor de las gentes, á quien sirvie
tablo que hacemos en nuestra aldea : ron de escuelas los cielos y de cate
Wevámoslas cubiertas porque no se drático y maestro que le enseñase el
desfloren , y en hombros porque no se mismo Jesucristo . No había más imá .
quiebren. Si sois servidos, respondió genes , y así mandó don Quijote que
don Quijote, holgaria de verlas, pues las volviesen á cubrir, y dijo a los
imágenes que con tanto recato se que las llevaban : Por buen agüero
llevan , sin duda deben de ser buenas. he tenido, hermanos, haber visto lo
Y como si lo son, dijo otro , si no, dl. que he visto, porque estos santos y
galo lo que cuestan , que en verdad caballeros profesaron lo que yo pro
que no hay ninguna que no esté en feso, que es el ejercicio de las armas ;
más de cincuenta ducados : y porque sino que la diferencia que hay entre
vea vuesa merced esta verdad , espere mí y ellos es , que ellos fueron 'san
vuesa merced, y verla ha por vista tos, y pelearon á lo divino , y yo soy
de ojos ; y levantándose dejó de co pecador, y peleo á lo humano . Ellos
mer, y fué á quitar la cubierta de la conquistaron el cielo á fuerza de bra
primera imagen , que mostró ser la zos, porque el cielo padece fuerza, y yo
de san Jorge, puesto á caballo con hasta ahora no sé lo que conquisto
ana serpiente enroscada a los pies , y á fuerza de mis trabajos ; pero si mi
la lanza atravesada en la boca con Dulcinea del Toboso saliese de los
la fiereza que suele pintarse. Toda la que padece, mejorándose mi ventura
imagen parecía una ascua de oro , co ý adobándoseme el juicio, podría ser
mo suele decirse. Viéndola don Qui . que encaminase mis pasos por mejor
jote, dijo : Este caballero fué uno de camino del que llevo . Dios lo oiga , y
los mejores andantes que tuvo la mi el pecado sea sordo, dijo Sancho ,
licia divina : llamóse don san Jorge, esta ocasión. Admiráronse los hom.
y fue además defendedor de donce bres así de la figura como de las ra
Hlas. Veamos esta otra. Descubriola zones de don Quijote , sin entender
el hombre, y pareció ser la de san la mitad de lo que en ellas decir que
Martín puesto á caballo, que partía ría . Acabaron de comer , cargaron con
la capa con el pobre; y apenas la susimágenes, y despidiéndose de don
hubo visto don Quijote, cuando dijo : Quijote, siguieron su viaje. Quedó
Este caballero también fue de los Sancho de nuevo como si jamás hu
404 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

biera conociilo á su señor, admirado bando , atropellando , destruyendo !


de lo que sabía, pareciéndole que no matando los agarenos escuadrones
debía de haber historia en el mundo, y desta verdad te pudiera traer
ni suceso que no lo tuviese cifrado muchos ejemplos, que en las ver
en la uña y clavado en la memoria , daderas historias españolas se cuen
y díjole : En verdad , señor nuestra tan. Mudó Sancho plática y dijo á
mo, que si peto que nos ha sucedido su amo : Maravillado estoy , señor ,
hoy se puede llamar aventura , ella de la desenvoltura de Altis dora , la
ha sido de las más suaves y dulces doncella de la duquesa : bravamen
que en todo el discurso de nuestra te la debe de tener herida y traspa
peregrinación nos han sucedido : sady aquel quo llaman Amor, que
della hab mos salido sin palos y sin dicen que és un rapaz ceguezuelo ,
sobresalto alguno , ni hemos echado que con estar lagañoso , ó por mejor
mano a las < spadas, ni hemos batido la decir sin vista, si toma por blanco
tierra con los cuerpos , ni quedamos un corazón , por pequeño que sea , le
hambrientos : bendito sea Dios , que acierta y traspasa de parte á parte
tal me ha dejado ver con mis propios con sus flechas . He oído decir tam
ojos Tú dices bien , Sancho, dijo bien que en la vergiienza y recato
don Qu'jote ; pero has de advertir que de las doncellas se despuntan y em
no todos los tiempos son unos, Di botan las amorosas saetas ; pero en
corren de una misma suerte : y esto esta Altisidora más parece que se
que el vulgo suele llamar comúnmen aguzan , que despuntan . Advierte,
te agüeros, que no se fundan sobre Sancho , dijo don Quijote, que el amor
natural razón alguna, del que es dis ni mira respetos , ni guarda términos
creto han de ser tenidos y juzgados de razón en sus discursos , y tiene la
por buenos acontecimientos. Leván misma condición que la muerte , que
tase uno destos agoreros por la ma así acomete los altos alcázares de los
fiana, sale de su casa, encuéntrase reyes, como las humildes chozas de
con un fraile de la orden del bien los pastores, y cuando toma entera
aventurado san Francisco , y como si posesión de una alma, lo primero que
hub era encontrado con un grifo vuel hace es quitarle el temor y la ver
ve las espallas y vuélvese á su casa. güenza, y así sin ella declaró Altisi
Derrámasele al otro Mendoza la sa! dora sus deseos , que engendraron en
encima de la mesa , y derramasele á mi pecho antes confusión que lást me.
él la melancolía por el corazón , como i Crueldad notoria ! dijo Sancho,
si estuviese obligada la naturaleza idesagradecimiento inaudito ! Yo de
á dar señales de las venideras des mí sé decir que me rindiera y ava
gracias con cosas tan de poco mo sallara la más mínima razón amorosa
mento como las referidas . El discr to suya . Hideputa , iy qué corazón de
y cristiano no ha de andar en punti. mármol , que entrañas de bronce , y
llos con lo que quiere hacer el cielo . qué alma de argamasa ! Paro no pue
Llega Cipión á Africa, tropieza en do pensar qué es lo que vió esta don
saltando en tierra , tiénenlo por mal cella en vuesa merced que así la rin .
agüero sus soldados ; pero él abra diese y avasallase . ¿ Qué gala, qué brío ,
zándose con el suelo, dijo : No te me qué donaire, qué rostro , qué cada cosa
podrás huir , Africa , porque te tengo por sí destas ó todas juntas le ena
asida y entre mis brazos. Así que , moraron ? Que en verdad , en verdad
Sancho, el haber encontrado con es que muchas veces me paro á mirar
tas imágenes ha sido para mí felici á vuesa merced desde la punta del
simo acontecimiento . Yo así lo creo , pie hasta el último cabello de la ca
respondió Sancho, y querría que vue beza , y veo más cosas para espantar
sa merced me dijese, & qué es la cau que para enamorar ; y habiendo yo
sa por qué dicen los españoles cuando también oido decir que la hermosu
quieren lar alguna batalla, invocando ra es la primera y principal parte
equel san Diego Matamoros : Santia . que enamora, no teniendo vuesa mer
go y cierra España ? ¿ Está por ven ced ninguna, no sé yo de qué se ena
tura España abierta, y de inodo que moró la pobre. Advierte, Sancho,
es men ster cerrarla ; ó qué ceremo respondió don Quijote , que hay dos
ria es esta ? Simplicísimo eres , San . maneras de bermosurà una del alma
cho , respondió don Quijote , y nira V otra del cuerpo : la del alma cam
que este gran caballero de la cruz pea y se muestra en el entendimien
bermeja háselo dado Dios á España to , en la honestidad , en el buen pro
por patrón y amparo suyo , especial ceder , en la liberalidad y en la buena
mente en los rigurosos trances que crianza, y todas estas partes cabin
con los moros los españoles han te y pueden estar en un hombre feo ;
nido, y así le invocan y llaman como V cuando se pone la mira en esta
á defensor suyo en todas las bata hermosura , y no en la del cuerpo ,
Has que acometen , y muchas veces le suele nacer el amor con ímpetu y
har visto visiblemente en ellas derri con vehemencia Yo , Sancho, bien
PARTE 11, -CAPÍTULO LVIII 405

veo que no soy hermoso, pero tam zagalas y los mancebos de pastores :
bién conozco que no soy disforme; traemos estudiadas dos églogas, una
y bástale á un hombre de bien no del famoso pueta Garcilaso, y otra
ser monstruo para ser bien querido del excelentísimo Camoes, en su mis
como tenga los dotes del alma que te ma lengua portuguesa, las cuales has
be dicho . En estas razones y pláticas ta ahora no hemos representado :
se iban entrando por una selva que ayer fué el primero día que aquí liega
fuera del camino estaba, y a deshora, mos : tenemos entre estos ramos plan
sin pensar en ello, se halló don Qui tadas algunas tiendas, que dicen we
jote enredado entre unas redes de llaman de campaña, en el margen de
hilo verde , que desde unos árboles á un abundoso arroyo qu3 todos estos
otros estaban tendidas, y sin poder prados fertiliza : tendimos la noche
imaginar qué pudié se ser aquello, pasada estas redes destos árboles pa
dijo á Sancho : Paréceme , Sancho . ja engañar los simples pajarillos, que
que esto destas redes debe de ser una ojeados con nuestro ruido vinieren á
de las más nuevas aventuras que pue dar en ellas. Si gustáis, señor, de ser
da imaginar. Que me maten si los nuestro huésped, seréis agasajado li
encantadores que me persiguen no beral y cortésmente, porque por aho
quieren enredarme en ellas y dete ra en este sitio no ha de entrar la
ner mi camino como en venganza de pesadumbre ni la melancolía . Callo , y
la riguridad que con Altisidora he no dijo más : á lo que respondió don
tenido : pues mándoles yo que aunque Quijote : Por cierto, hermosísima se
estas redes , si como son hechas de mora, que no debió quedar más
hilo verde fueran de durísimos dia suspenso ni admirado Acteón cuando
mantes , y más fuertes que aquella vió al improviso bañarse en las aguas
con que el celoso Dios de los herre á Diana, como yo he quedado atónito
ros enredó á Venus y á Marte, así las en ver vuestra belleza . Alabo el asun
rompiera como si fueran de juncos to de vuestros entretenimientos, y
marinos o de hilachas de algodón : v el de vuestros ofrecimientos agradas
queriendo pasar adelante, y romperlo co ; y si os puedo servir, con seguici
todo , al improviso se le ofreci ron de dad de ser obedecida me lo podéis
lante saliendo de entre unos árboles, mandar, porque no es otra la profe
dos hermosísimas pastoras, á lo me sión mía sino de mostrarme agrade
nos vestidas como pastoras, sino que cido y bienhechor con todo género de
los pellicos y sayas eran de fino bro. gente en especial con la principal que
cado : digo que las sayas eran riquí vuestras personas representan : y si
aimos faldellines de tabí de oro : como estas redes, que deben de ocu
traían los cabellos sueltos por las es . par algún pequeño espacio, ocuparan
paldas, que en rubios podían compe toda la redondez de la tierra, buscara
tir con los rayos del mismo sol , los yo nuevos mundos por do pasar sin
cuales se coronaban con dos guirnal romperlas : y porque deis algún cré
das de verde laurel y do rojo ama dito á esta mi exageración , ved quo
ranto tejidas : ja edad , al parecer , ni os lo promete por lo menos don Qui
bajaba de los quince , ni pasaba du jote de la Mancha, si es que ha lle
los diez y ocho . Vista fué ésta que gado á vuestros oídog este nombre .
admoiró á Sancho, y suspendió á don i Ay, amiga de mi alma, dijo enton .
Quijote ; y reparando en él las pas ces la otra zagala , y qué ventura tan
toras , la sorpresa tuvo en maravilloso grande nos ha sucedido ! ¿ Ves esto
silencio á todos cuatro. En fin , quien señor que tenemos delante ? Pues há
primero habló fué una de las dos za gote saber que es el más valiente y
galas, que dijo á don Quijote : Dete el más enamorado y el más comedido
ned , señor caballero, el paso , y no que tiene el mundo , si no es que nos
rompáis las redes , que no para daño miente y nos engañe una historia
vuestro , sino para nuestro pasatiem que de sus hazañas anda impresa y yo
po ahí están tendidas : y porque sé he leído . Yo apostaré que este buen
que nos habéis de preguntar para qué hombre que viene consigo es un ta!
se han puesto , y quién somos , os lo Sancho Panza su escudero , á cuyas
quiero decir en breves palabras. En gracias no hay ningunas que se les
ung aldea que está hasta dos leguas igualen . Así es la verdad, dijo San
de aquí, donde hay mucha gente prin cho , que yo soy ese gracioso y es es
cipal, y muchos hidalgos y ricos, en cudero que vuesa merced dice , y este
tre muchos amigos y parientes se señor es mi amo , el mismo don Qui
concertó que con sus hijos , mujeres jote de la Mancha, historiado y refe
y hijas , vecinos , amigos y parientes rido. i Ah ! dijo la otra : supliquémos
ros vidiésemos á holgar á este sitio, le , amiga, que se quede , que nuestros
que es uno de los más agradables de padres y nuestros hermanos gustarán
todos estos contornos, formando en infinito dello , que también he oído
tre todos una nueva y pastoril Arca ro decir de su valor y de sus gracias
dia , vistiéndonos las doncellas de lo mismo que tú me has dicho; y
406 DON QUIJOTE DE LA MAXCIA

sobre todo dicen del que es el más ponder a la misma medida, contenién .
firme y más leal enamorado que se dome en los estrechos límites de mi
sabe, y que su dama es una tal Dui. foderío , ofrezco lo que puedo y lo
cinea del Toboso , á quien en toda Es que tengo de mi cosecha ; y así dig.
pana la dan la pa ma de la hermosu que sustentaré dos días naturales, en
ra. Con razón se la dan, dijo don Qui mitad dese camino real que va a Za
jote, si ya no lo pone en duda vuestra ragoza, que estas señoras zagalas con
sin igtal belleza : no os canséis, se trahochas que aquí están, son las más
ñoras, en detenerme, porque las pre hermosas doncellas y más corteses
cisas obligaciones de mi profesión ro que hay en el mundo, excetando sólo
me dejan reposar en ningún cabo . á la sin par Dulcinea del Toboso , úni
Llegó en esto adonde los cuatro esta ca señora de mis pensamientos : COR
ban un hermano de una de las dos paz sea dicho de cuantos y cuantas
pastoras, vestido asimismo de pastor, me escuchan . Oyendo lo cual Sancho,
con la riqueza y galas que á las de que con grande atención le había es
las zagalas correspondía : contáronle tado escuchando, dando una gran voz,
ellas que el que con ellas estaba era dijo : ¿ Es posible que haya en el
el valeroso don Quijote de la Mancha, mundo personas que se atrevan á de
y el otro su escudero Sancho, de cir y á jurar que este mi señor es
quien tenía él ya noticia por haber loco ? Digan vuesas mercedes, seño
leído su historia. Ofreciósele el ga res pastores, ( hay cura de aldea, por
llardo pastor , pidióle que se viniese discreto y por estudiarte que sea, que
con él á sus tiendas, húbolo de con pueda decir lo que mi amo ha dicho ;
ceder den Quijote, y así lo hizo . Lle ni hay caballero andante, por más
gó en esto el ojeo , lleráronse las re fama que tenga de valiente, que pue
des de pajarillos diferentes, que en da ofrecer lo que mi amo aqui ha
gañados de la color de las redes caían ofrecido ? Volvióse don Quijote á San
en el peligro de que iban huyendo, cho, y encendido él rostro y colérico,
Juntáronse en aquel sitio más de le dijo : ¿ Es posible, oh Sancho, quo
treinta personas , todas bizarramente haya en todo el orbe alguna persona
de pastores y pastoras vestidas, y en que diga que no eres tonto aforrad .
un instante quedaron enteradas de de lo mismo , con no sé qué ribetes de
quiénes eran don Quijote y su escu malicioso y de bellaco ? ¿ Quién te
dero , de que no poco contento reci. mete á ti en mis cosas , y en averiguar
bieron, porque ya tenían del noticia si soy discreto ó majadero ? Calla, y
por su historia. Acudieron a las tien no me repliques, sino ertsilla si está
das, hallaron las mesas puestas, ri desensillado à Rocinante , vamos á po
cas, abundantes y limpias : honraron ner en efecto mi ofrecimiento, quo
á don Quijote dándole el primer lu con la razón que va de mi parte pue
gar en ellas : mirábanle todos, y ad des dar por vencidos á todos cuantos
mirábanse de verle . Finalmente, al. quisieren contradecirla ; y con gran
zados los manteles , con gran reposo furia y muestras de enojo se levanto
alzó don Quijote la voz, y dijo : Entre de la silla, dejando admirados á los
los pecados mayores que los hombres circunstantes , haciéndoles dudar si le
cometen, aunque algunos dicen que podían tener por loco ó por cuerdo.
es la soberbia, yo digo que es el des Finalmente, habiéndole persuadid.
agradecimiento, ateniéndome a lo que que no se pusiese en tal demanda,
suele decirse , que de los desagrade. que ellos daban por bien conocida su
cidos está lleno el infierno. Este pe agradecida voluntad, y que no eran -
cado, en cuanto me ha sido posible, menester nuevas demostraciones para
he procurado yo huir desde el instan conocer su ánimo valeroso , pues bas
te que tuve uso de razón, y si no pue taban las que en la historia de sus
do pagar las buenas obras que me ha hechos se referían ; con todo esto
cen con otras obras, pongo en su lu. salió don Quijote con su intención, y
gar los deseos de hacerlas, y cuando puesto sobre Rocinante , embrazando
éstos no bastan , las publics, porque su escudo y tomando su lanza se puso
quien dice y publica las buenas obras en la mitad de un real camino que
que recibe , también las recompensara no lejos del verde prado estaba.
con otras si pudiera ; porque , por la Siguiole Sancho sobre su rucio , COR
mayor parte los que reciben son infe toda la gente del pastoral rebaño , y
riores á los que dan , así es Dios deseosos de ver en qué paraba su
sobre todos, porque es dador sobre arrogante y nunca visto ofrecimiento.
todos, y no pueden corresponder las Puesto pues don Quijote en mitad del
dádivas del hombre a las de Dios con camino , como se ha dicho , hirib el
igualdad, por infinita distancia ; y aire con semejantes palabras : Oh ya .
esta estrecheza y cortedad en cierto sotros, pasajeros, viandantes, caba- ,
modo la suple el agradecimiento. Yo , lleros, escuderos , gente de á pie y
pues , agradecido a la merced que aqui de á caballo , que por este camin .
se me ha hecho, no pudiendo corres pasáis , ó habéis de pasar en estos
PARTE 11. - CAPÍTULO LIX
dos días siguientes : sabed que don jote , y más enojado que vergado se
Quijote de la Mancha, caballero an. sentó en el camino, esperando á que
dante, está aquí puesto para defen Sancho, Rocinante y el rucio llega.
der que á todas las herinosuras y sen . Llegaron, volvieron á subir amo
cortesías del mundo exceden las que y mozo , y sin volver á despedirse de
se encierran en las ninfas habitado ia Arcadia fingida ó contrahecha, y
ras destos prados y bosques, dejando con más vergüenza que gusto siguie
á un lado a la señora de mi alma ron su camino .
Dulcinea del Toboso ; por eso el que
fuere de parecer contrario, acuda, que
aqui le espero. Dos veces repitió es
tas mismas razones aquel día y otro , CAPITULO LIX
y dos veces no fueron oídas de nin
gún aventurero ; pero la suerte, que Donde se cuenta el extraordinario
sus cosas iba encaminando de mejor suceso, que se puede tener por
en mejor, ordenó que el segundo día aventura , que le sucedió á don
se descubriese por el camino muche Quijote .
dumbre de hombres de á caballo , y mu
chos dellos con lanzas en las manos , Al polvo y al cansancio que don
caminando todos apiñados de tropel Quijote y Sancho sacaron del descom.
y á gran priesa. No los hubieron bien dimiento de los toros, socorrió una
visto los que con don Quijote estaban , fuente clara y limpia , que entre una
cuando volviendo las espaldas se fresca arboleda hallaron , en el mar
apartaron bien lejos del camino por gen de la cual , dejando libres, sin já
que conocieron que si esperaban les quima y freno al rucio y Rocinante,
podia suceder algún peligro : blo los dos asendereados amo y mozo se
don Quijote con intrépido corazón se sentaron. Acudió Sancho á la repos
estuvo quedo , y Sancho Panza se es tería de sus alforjas, y dellas sacó de
cudo con las ancas de Rocinante . lo que él solía llamar condumio : pn
Llegó el tropel de los lanceros, ya juagóse la boca , lavóse don Quijote el
uno dellos que venía más adelante , rostro, con cuyo refrigerio cobraron
á grandes voces comenzó á decir á aliento los espiritus desalentados : no
don Quijote : A pártate, hombre del comía don Quijote de puro pesaroso ,
diablo, del camino, que te harán pe y Sancho no osaba tocar á los man
dazos estos toros . Ea, canalla, res. jares que delante tenía de puro come
pondió don Quijote , para mí no hay dido, y esperaba á que su señor hi
toros que valgan , aunque sean de los ciese la salva ; pero viendo que ileva
más bravos que cría Jarama en sus do de sus imaginaciones no se acor
riberas. Confesad , malandrines, así á daba de llevar el pan á la boca ,
carga cerrada, que es verdad lo que abrió la suya , y atropellando por todo
yo aquí he publicado, si no, conmigo gérero de crianza comenzó á embau
sois en batalla. No tuvo lugar de res lar en el estómago el pan y queso
ponder el vaquero, ni don Quijote le que se le ofrecía . Come , Sancho ami
tuvo de desviarse aunque quisiera, y go , dijo don Quijote, sustenta la vida ,
así el tropel de los toros bravos v el que más que á mí te importa , y dé
de los mansos cabestros, con la mul jame morir ni á manos de mis
titud de los vaqueros y otras gentes pensamientos y á fuerza de mis des
que á encerrar los llevaban a un lu. gracias. Yo, Sancho, nací para vivir
gar donde otro día habían de correr muriendo, y tú para morir comiendo :
se , pašaron sobre don Quijote y sobre y porque veas que te digo verdad en
Sancho, Rocinante y el rucio , dando esto, considérame impreso en histo
con todos ellos en tierra, echándolog rias, famoso en las armas , comedido
á rodar por el suelo . Quedó molido en mis acciones, respetado de prin
Sancho, espantado con Quijote , apo cipes , solicitado de doncellas, y al ca
rreado el rucio , y no muy católico bo, al cabo , cuando esperaba palmas ,
Rocinante , pero en fin se levantaron triunfos y coronas granjeadas y me
todos , y don Quijote á gran priesa, recidas por mis valerosas hazañas,
tropezando aquí y cayendo allí, co me he visto esta mañana pisado y
menzó á correr tras la vacada, di. acoceado y molido de los pies de ani.
cierdo á voces : Deteneos y esperad, males inmundos y soeces. Esta con
canalla malandrina, que un solo ca sideración me embota los dientes,
ballero os espera, el cual no tiene entorpece las muelas, y entomece las
condición , ni es de parecer de los que manos , y quita de todo en todo la
dicen que al enemigo que huye, ha . gana de comer : de manera que pien .
eerle la puente de plata. Pero no por so dejarme morir de hambre, muerte
eso se detuvieron los apresurados co la más cruel de las muertes. Des
rredores , ni bicieron más caso de sus manera, dijo Sarcho sin dejar de
amezanas que de las nubes de anta mascar apriesa, no aprobara vuesa
ão. Detúvole el cangancio á don Qui merced aquel refrán que dicen : Mac
408 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
ra Marta y muera harta : yo á lo me . sentado sobre un poyo, le mandaba ,
nos no pienso matarme á mí mismo : dando particulares gracias al cielo de
antes pienso hacer como el zapatero, que á su amo no lt hubiese parecido
que tira el cuero con los dientes hasta castillo aquella venta . Llegóse la hora
que le hace llegar donde él quiere : del cenar, recogiéronse á su estancia,
yo tiraré mi vida com.endo , hasta que preguntó Sancho al huésped que qué
llegue al fin que le tiene determinado tenía para darles de cenar . A lo que
el cielo : y sepa , señor , que no hay el huésped respondió , que su boca se
mayor locura que la que toca en que- ría medida, y así que pidiese lo que
rer desesperarse como vuesa merced : quisiese , que de las pajaricas del aire,
y créame, y después de comido éche- de las aves de la tierra y de los pesca
se á dormir un poco sobre los colcho- dos del mar estaba proveída aquella
nes verdes destas hierbas, y verá venta . No es menester tanto, respon
cómo cuando despierte se halla algo dió Sancho, que con un par de pollos
más aliviado. Hizolo así don Quijote, que nos asen tendremos lo suficiente ,
pareciéndole que las razones de Sancho porque mi señor es delicado y come
más eran de filósofo que de mente- roco , y yo no soy tragantón en de
cato, y díjole : Si tú , oh Sancho, qui- masía . Respondióle el huésped que ro
sieses hacer por mí lo que yo ahoca tenía pollos, porque los milanos los
te diré , serían mis alivios más cier- tenían asolados. Pues mande el señor
tos , y mis pesadumbres no tan gran- huésped, dijo Sancho, asar una polla
des ; y es que mientras yo duermo que sea tierna. i Polla , mi padre! res
obedeciendo tus consejos, tú te des- pondió el huésped, en verdad en ver
viases un poco lejos de aquí, y con dad que envié ayer a la ciudad á ver
las riendas de Rocinante , echando al der más de cincuenta ; pero fuera de
aire tus carnes , te dieses trescientos pollas pida vuesa merced lo que qui
ó cuatrocientos azotes á buena cuenta siere . Desa manera, dijo Sancho , no
de los tres mil y tantos que te has de faltará ternera ó cabrito . En casa por
dar por el desencanto de Dulcinea, ahora, respondió el huésped , no lo
que es lástima no pequeña que aque- hay, porque se ha acabado ; pero la
la pobre señora esté encantada por semana que viene lo habrá de sobra.
tu descuido y negligencia . Hay mu- Medrados estamos con eso , respondió
cho que decir en eso, dijo Sancho : Sancho : yo pondré que se vienen á
durmamos por ahora entrambos, y resumir todas estas faltas en las so
después Dios dijo lo que será. Sepa bras que debe de haber de tocino
vuesa merced que esto de azotarse un huevos. Por Dios , respondió el hués
hombre á sangre fría es cosa recia , ped , que es gentil relente el que mi
y más si caen los azotes sobre un huésped tiene ; pues hele dicho que
cuerpo mal sustentado y peor comi- ni tengo pollas ni gallinas, & y quiere
do : tenga paciencia mi señora Dul- que tenga huevos ? Discurra si quisi
cinea, que cuando menos se cate me re por otras delicadezas , y déjesa de
vera h cho una criba de azotes , y has- pedir gallinas. Resolvámonios, cuerpo
ta la muerte todo es vida : quiero de mí , dijo Sancho , y digame final
decir, que aun yo la tengo , junto con mente lo que tiene , y déjese de discu
el deseo de cumplir con lo que he pro- rrimientos . Señor huésped , dijo el
metido. Agradecéndoselo don Quijote ventero, lo que real y verdaderamen
comió algo, y Sancho mucho, y echán- te tengo son dos uñas de vaca , que
ronse a dormir entrambos , dejando á parecen manos de ternera, ó dos ma
su albedrío y sin orden alguna pacer nos de ternera que parecen uñas de
de la abundosa hierba, de que aquel vaca ; están cocidas con sus garbari
prado estaba lleno , á los dos conti- zos , cebollas y tocino , y la hora de
nuos compañeros y amigos Rocinante ahora están diciendo : cómeme , co
y el rucio . Despertaron algo tarde , meme. Por mías las marco desde
voivieron á subir y á seguir su cami- aquí, dijo Sancho, y nadie las toque ,
no , cándose priesa para llegar á una que yo las pagaré mejor que ctro,
venta que al parecer una legui de allí porque para mí ninguna otra cosa
se descubría : digo que era venta , por- pudiera esperar de más gusto, y no se
que don Quijote la llamó así , fuera me daría nada que fues in manos como
del uso que tenía de llamar á todas ni que fues n uñas. Nadie las tocará ,
las ventas castillos. Llegaron pues á dijo el ventero , porque otros hués.
ella : preguntaron al huésped si ha pedes que tengo, de puro principales
bía posada . Fué es respondido que sí, traen consigo cocinero, despensero
con toda la comodidad y regalo que repostería . Si por principales va , dijo
pudieran hallar en Zaragozi. Apeáron- Sancho , ninguno más que mi amo ;
se , y recogió Sancho su repostería en pero el oficio que él trae no permite
un aposento , de quien el huésped le despensas ni botillerías , ahí nos ten
dió la llave . Llevó las bestias a la demos en mitad de un prado , y nos
caballeriza, echó es sus piensos , salió hartamos de bellotas 6 de nísperos.
á ver lo que don Quijote, que estabı Esta fué la plática que Sancho turo
PARTE II) CAPÍTULO LIX 409

con el ventero, sin querer Sancho pa- pañero, le tomó don Quijote, y ein
ser adelante en responderle , que ya responder palabra comenzó á hojear
le había preguntado qué oficio ó qué le , y de allí á un poco se le volvió di
ejercicio era el de su amo. Llegóse ciendo : En esto poco que he visto ,
pues la hora del cenar, recogióse á he hallado tres cosas en este autor
su estancia don Quijote , trujo el hués- dignas de reprensión. La primera es
ped la olla así como estaba, y sentóse algunas palabras que he leído en el
á cerar muy de propósito. Parece ser prólogo : la otra , que el lenguaje es
que en otro aposento que junto al de aragonés porque tal vez escribe sin
don Quijote estaba , que no le dividía artículos; y la tercera , que más le
más que un sutil tabique, oyó decir confirma por ignorante, es que yerra
don Quijote : Por vida de vuesa mer- y se desvía de la verdad en lo más
ced , señor don Jerónimo , que en tan- principal de la historia ; porque aquí
to que traen la cena leamos otro ca- dice que la mujer de Sancho Panza
pítulo de la Segunda parte de don mi escudero se llama Marí Gutiérrez ,
Quijote de la Mancha. Apenas oyó y no se llama tal, sino Teresa Panza,
su nombre don Quijote, cuando se y quien en esta parte tan principal
puso en pie , y con oído alerta escu- verra, bien se podrá temer que yerre
cho lo que del trataban, y oyó que el en todas las demás de la historia. A
tal don Jerónimo referido respondió : isto dijo Sancho : Donosa trazz de
¿ Para qué quiere vuesa merced se- historiador por cierto ; bien debe de
ñor don Juan , que leamos estos disp.:- estar en el cuento de nuestros suce
rates , si el que hubiere leído la pri sos, pues llama á Teresa Panza mi
mera parte de la Historia de don mujer Mari Gutiérrez : torne a tomar
Quijote de la Mancha no es posible el libro , señor, y mire si ando yo por
que pueda tener gusto en leer esta ahí v si me ha mudado el nombre .
segunda ? Con todo eso, dijo el don Por lo que os he oído hablar, amigo,
Juan, será bien leerla, pues no hay dijo don Jerónimo, sin duda debéis de
libro tan malo que no tenga alguna ser Sancho Panza , el escudero del se
cosa burna. Lo que á mí en este más ñor don Quijote . Si , soy , respondió
me desplace , es que pinta á don Qui . Sancho , y me precio dello. Pues á fe ,
jote, ya desenamorado de Dulcinea dijo el caballero, que no os trata este
del Toboso . Oyendo lo cual don autor moderno con la limpieza que en
Quijcte , lleno de ira y de despecho, vuestra persona se muestra : pintaos
zizó la voz y dijo : Quienquiera que comedor y simple , y no nada gracioso,
dijere que don Quijote de la Man y muy otro del Sancho que en la pri
cha ha olvidado ni puede olvidar mera parte de la historia de vuestro
á Dulcinea del Toboso , yo le haré amo se describe . Dios se lo perdone,
entender con armas iguales que va dijo Sancho ; dejárame en mi rincón
muy lejos de la verdad , porque la sin acordarse de mí, porque quien las
sin par Dulcinea del Toboso ni puede sabe las tañe , v bien se está san Pe
ser olvidada, ni en don Quijote puede dro en Roma. Los dos caballeros pi
caber olvido : su blasón es la fir- dieron á don Quijote se pasase á su
méza, y su profesión el guardarla estancia á cenar con ellos, que bien
toda su vida y sin hacerle tuerto sabían que en aquella venta no había
res
alguno . ¿ Quién es el que nos cosas pertene sientes para su persona .
ponde ? respondieron del oro apt- Don Quijote, que siempre fué come
sento. ¿ Quién ha de ser , respon- dido, condescendió con su demanda ,
dió Sancho, sino el mismo don Quijo- y cenó con ellos : quedóse Sancho
te de la Mancha , que hará bueno con la olla con mero mixto imperio ;
cuanto ha dicho, y aun cuanto dijere' ; sentóse en cabecera de mesa , y con
que al buen pagador no le duelen él el ventero, que no menos que San
prendas ? Apenas hubo dicho esto cho estaba de sus manos y de sus
uñas aficionado. En el discurso de la
Sancho, cuando entraron por la puer
ta de su aposento dos caballeros, que cena preguntó don Juan á don Quijo
tales lo parecían , y uno dellos echan- te qué nuevas tenía de la señora doña
do los brazos al cuello de don Quijote Dulcinea del Toboso, si se habís, ca
le dijo : Ni vuestra presencia puede sado , si estaba parida ó preñada, 6
desmentir vuestro nombre , ni vuestro si estando en su entereza se acorda
nombre puede no acreditar vuestra ba , guardando su honestidad y buen
presencia. Sin duda vos , señor, sois decoro , de los amorosos pensamientos
el verdadero don Quijote de la Man- del señor don Quijote. A lo que el
cha, norte y lucero del andante ca- respondió : Dulcinea se está entera,
ballería, á despecho y pesar del que y mis pensamientos más firmes que
ha querido usurpar vuestro nombre y nunca : las correspondencias en su
aniquilar vuestras hazañas , como lo sequedad antigua, su hermosura en la
ha hecho el autor deste libro , que de una soez labradora transformada ;
aquí os entrego ; y poniéndole un li . y luego les fué contando punto por
bro en las manos, que trata su com- punto e encanto de la señora Duici
41 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

nea, y lo que le había sucedido en la tas del arnés , que en aquella ciudad
cueva de Montesinos , con la orden que suelen hacerse todos los años . Dijolo
el sabio Merlín le había dado para don Juan que aquella nueva historia
desencantarla , que fué ia de los azo contaba cómo don Quijote, ses quién
tes de Sancho . Sumo fué el contento se quisiere , se había hallado en ella
que los dos caballeros recibieron de en uns sortija, falta de invención,
oir contar á don Quijote los extraños pobre de letras, pobrísima de libreas,
sucesos de su historia, y así queda aunque rica de simplicidades . Por el
ron adpurados de sus disparates co mismo caso, respondió don Quijote,
mo del elegante modo con que los no pondré los pies en Zaragoza ;
contaba. Aquí le tenían por discreto, así sacaré á la plaza del mundo la
y allí se les deslizaba por mentecato, mentira dese historiador moderni, y
echarán de ver las gentes cómo yo 20
sin saber determinarse qué grado le
darían entre la discreción y la locu. soy el don Quijote que el dice. Hará
ra . Acabó de cenar Sancho , y dejando muy bien , dijo don Jerónimo, y otras
hecho equis al ventero , se pasó a la justas hay en Barcelona, donde podrá
estancia de su amo, y en entrando, di . el señor don Quijote mostrar su valor.
jo : Que me maten , señores , si el autor Así lo pienso hacer, dijo don Quijote ,
deste libro que vuesas mercedes tie y vuesas mercedes me den licencia ,
nen, no quiere que ro hagamos buenas pues ya es hora para irme al lecho, y
migas juntos : yo querría , que ya me tengan y pongan en el número
que me llama comilón , como vuesas de sus mayores amigos y servidores,
mercedes dicen , no me llamase tam Y á mí también , dijo Sancho, quizá
bién borracho . Si liama, dijo don Je seré bueno para algo . Con esto se
rónimo , pero no me acuerdo en qué despidieron, y don Quijote y Sancho
manera, aunque sé que son mal 80 se retiraroa á su aposento, dejando
á don Juan y don Jerónimo admira
nantes las razones , y además menti
rosas, según yo echo de ver en la dos de ver la mezcla que habían hecho
fisonomía del buen Sancho que está de su discreción y de su locura ,, y
presente , Créanme vuesas mercedes , verdaderamente creyeron que estos
dijo Sancho, que el Sancho y el don eran los verdaderos don Quijote y
Quijote desa historia deben de ser Sancho , y no los que describía el
otros que los que andan en aquella autor aragonés. Madrugó don Quijote,
que compuso Cide Hamete Benengeli , y dando golpes al tabique del otro
que somos nosotros : mi amo valien aposento , se despidió de sus hués
te , discreto . y enamorado ; y yo sim pedes. Pagó Sancho al ventero mag
ple, gracioso, y no comedor ni borra níficamente, y aconsejole que alabase
cho. Yo así lo creo, dijo don Juan , y menos la provisión de su venta,
si fuera posible se había de mandar la tuviese más proveída .
que ninguno fuera osado á tratar de
las cosas del gran don Quijote , sino
fuese Cide Hamete su primer autor ,
bien así como mandó Alejandro que CAPITULO LX
ninguno fuese osado á retratarle sino
Apeles. Retráteme el que quisiere , De lo que sucedió á don Quijote
dijo don Quijote ; pero no memaltra yendo á Barcelona
te, que muchas veces suele caerse la
paciencia cuando la cargan de inju
rias. Ninguna, dijo don Juan, se le Era fresca la mañana, y daba mues
puede hacer al señor don Quijote, de tras de serlo asimismo el día en que
quien él no se pueda vengar , si no don Quijote salió de la venta, infor
la repara en el escudo de su pacien . mándose primero cuál era el más de
cia, que_á mi parecer es fuerte y recho camino para ir á Barcelona sin
grande. En estas y otras plácticas se tocar en Zaragoza : tai era el desce
pasó gran parte de la noche ; y aunque que tenía de sacar mentiroso á aquel
don Juan quisiera que don Quijote le ruevo historiador, que tanto decían
yera más del libro, por ver lo que que le vituperaba. Sucedió pues que
discantaba, no lo pudieron acabar con en más de seis días no le sucedió cosa
él, diciendo que él lo daba por leído, digna de ponerse en escritura , al ca
y lo confirmaba por todo necio ; y bo de los cuales, yendo fuera de ca
que no quería, si acaso llegase á no mino, le tomó la noche entre unas
ticia de su autor que le había tenido espesas encinas 6 alcornoques, que en
en sus manos , se alegrase con pensar esto no guarda la puntualidad Cide
que le había leído, pues de las cosas Hamete que en otras cosas suele.
obscenas y torpes los pensamientos Apeáronse de sus bestias amo y mo
zo , y acomodándose á los troncos de
se han de apartar, cuanto más los los árboles, Sancho, que había merene
ojos . Preguntáronle que adónde lle
vaba determinado su viaje. Respondió dado bien aquel día, se dejó entrar de
que á Zaragoza á hallarse en las jus. rondón por las puertas del suelo ;
PARTE 11.- CAPÍTULO LX
pero don Quijote á quien desvelaban tido, y echándole una zancadilla dis
sus imaginaciones mucho más que la con él en el suelo boca arriba : pú
hambre , no podia pegar los ojos , an solu la rodilla derecha sobre el pecho,
tes iba y venía con el pensamiento y con las manos le tenía las manos.
por mil sucesos y lugares. Ya le pa de modo que ni le dejaba rodear ni
recía hallarse en la cueva de Monte alentar. Don Quijote le decía : Có ,
sinos , ya ver brincar y subir sobre su mo , traidor, contra tu amo y señor
pollina á la convertida en labradora natural te desmandas ? ¿ Con quién
Dulcinea, ya que le sonaban en los te da su pan te atreves ? Ni quito
oídos las palabras del sabio Merlín , rey, ni pongo rey, respondió Sancho,
que le referían las condiciones y dili. sino ayúdome á mí , que soy mi se
gencias que se habían de hacer y te ñor : vuesa merced me prometa que
ner en el desencanto de Dulcinea . se estará quedo y no tratará de azo .
Desesperábase de ver la flojedad y tarme por agora, que yo le dejaré
caridad poca de Sancho su escudero, Ibre y desembarazado ; donde no ,
pues á lo que creía sólo cinco azotes
se había dado , número desigual y Aquí morirás , traidor,
pequeño para los infinitos que le fal. enemigo de doña Sancha.
taban, y desto recibió tanta pesadum
bre y enojo , que hizo este discurso : SI Prometióselo don Quijote, y juró por
el nudo gordiano corto el magno Ale vida de sus pensamientos no tocarle
jandro , diciendo : tanto monta cortar en el pelo de la ropa, y que dejaría
como desatar, y no por eso dejó de en toda su voluntad y albedrío el azo
ser universal señor de toda la Asia, tarse cuando quisiese. Levantose San
ni más ni menos podría suceder ahora cho, y desviose de aquel lugar ur
en el desencanto de Dulcinea , si yo buen espacio, y yendo à arrimarse á
azotase á Sancho á pesar suyo : que otro árbol sintió que le tocaban en
si la condición deste remedio está en la cabeza , y alzando las manos tope
que Sancho reciba los tres mil y tan con dos pies de persona con zapatos
tos azotes , & qué se me da á mí que y calzas, Temblo de miedo, acudió a.
se los dé él, o que se los de otro, otro árbol, y sucedióle lo mesmo : die
pues la substancia está en que él los voces llamando á don Quijote que le
reciba , lleguen por do llegaren ? Con favoreciese. Hizolo así don Quijote,
esta imaginación se llegó á Sancho , y preguntándole qué le había suce
habiendo primero tomado las riendas dido y de qué tenía miedo, le respon
de Rocinante, y acomodándolas en dió Sancho, que todos aquellos árbo
modo que pudiese azotarle con ellas , jes estaban llenos de pies y de pier
comenzó á quitarle las cintas, que nas humanas . Tentolos don Quijote ,
es opinión que no tenía más que la y cayó luego en la cuenta de lo que
delantera, en que se sustentaban los podía ser, y díjole á Sancho : No
gregüescos ; pero apenas hubo lleg : tienes de que tener miedo , porque
do, cuar.do Sancho despertó en todo estos pies y piernas que tientas y no
su acuerdo, y dijo : ¿ Qué es esto ? ves , sin duda son de algunos foragi.
¿ quién me toca y desencinta ? Yo soy , dos y bandoleros que en estos árboles
respondió don Quijote, que vengo á están ahorcados, que por aquí los
suplir tus faltas y å remediar mis uele anorcar la justicia cuand los
trabajos ; vengote á azotar, Sancho, coge, de veinte en veinte, 6 de trein
á descargar en parte la deuda á que ta en treinta , por donde me doy á
te obligaste. Dulcinea perece, tu vi entender que debo de estar cerca de
ves en descuido, yo muero deseando, Barcelona ; y así era la verdad , como
y así desatacate por tu voluntad , que él lo había imaginado. Al amanecer
la mía es de darte en esta soledad alzaron los ojos, y vieron los racimos
por lo menos dos mil azotes. Eso no, deaquellos árboles, que eran cuerpos
dijo Sancho, vuesa merced se este de bandoleros . Ya en esto amanecía ,
quedo , si no , por Dios verdadero, que y si los muertos los habían espanta
nos han de oir los sordos : los azo do. no menos los atribularon más de
tes á que yo me obligué han de ser cuarenta bandoleros vivos que de im .
voluntarios y no por fuerza, y ahora proviso les rodearon, diciéndoles en
no tengo ganas de azotarme : basta lengua catalana que estuviesen que.
que doy á vuesa merced mi palabra dos, y se detuviesen hasta que llegase
de vapularme y mosquearme cuando su capitán. Hallose don Quijote á pie ,
en voluntad me viniere. No hay de su caballo sin freno, su lanza arri .
jarlo á tu cortesía, Sancho, dijo don mada á un árbol , y finalmente sin de.
Quijote, porque eres duro de corazón , fensa alguna, y así tuvo por bien do
y aunque villano, blando de carnes ; cruzar las manos , é inclinar la cabe
y así procuraba y pugnaba por des. za , guardándose para mejor sazón y
enlazarle. Viendo lo cual Sancho Pan coyuntura. Acudieron los bandoleros
za , se puso en pie , y arremetiendo á á espulgar al rucio , y á no dejarle
su amo , se abrazó con él á brazo par ninguna cosa de cuantas en las al.
412 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

forjas y la maleta traía ; y avínola mo de tropel de caballos, y no era


bien á Sancho, que en una ventrera sino uno solo , sobre el cual venía á
que tenia ceñida venían los escudos toda furia un mancebo, al parecer de
del duque y los que habían sacado de hasta veinte años, vestido de damasco
su tierra, y con todo eso aquella bue. verde, con pasamanos de oro , gre
na gente le escardara y le mirara hasta güescos y saltaembarca , con som
lo que entre cuero y la carne tuviera brero terciado á la walona, botas en
escondido , si no llegara en aquella ceradas y justas, espuelas , daga y es
sazón su capitán , el cual mostró ser pada doradas, una escopeta pequeña
de hasta edad de treinta y cinco en las manos y dos pistolas á los la
años, robusto , más que de median dos . Al ruido volvió Roque la cabeza ,
proporción , de mirar grave y color y vió esta hermosa figura , la cual en
morena . Venía sobre un poderoso C1 llegando á él , dijo : En tu busca ve
ballo , vestida la acerada cota, y con nía, oh valeroso Roque, para hallar
cuatro pistoletes, que en aquella tie en ti , si no remedio , å lo menos alivio
rra se llaman pedreñales, á sus lados . en mi desdicha ; y por no tenerte
Vió que sus escuderos (que así lla suspenso , porque sé que no me has
man á los que andan en aquel ejer conocido, quiero decirte quién soy :
cieio) iban á despojar á Sancho Pan yo soy Claudia Jerónima hija de Si
za : mandoles que no lo hiciesen , y món Forte, tu singular amigo y ene
fué luego obedecido, y así se escapo migo particular de Clauquel Torre
la rentrera . Admiróle ver lanza arri llas , qu , asimismo lo es tuyo , por ser
mada al árbol, escudo en el suelo y uno de los de tu contrario bando, y ya
i den Quijote armado y pensativo , sabes que este Torrellas tiene un hijo ,
con la más triste y melancólica figura que don Vicente Torrellas se llama,
que pudiera formar la misma tristeza. o á lo menos se llamaba no ha dos
Llegose á el diciéndole : No estéis horas . Este pues , por abreviar el
tan triste, buen hombre, porque no cuento de mi desventura, te diré en
habéis caído en las manos de algún
breves palabras la que me ha causa .
cruel Osiris, sino en las de Roque do.. Viome, requebróme , escuchéle ,
Guinart, que tienen más de compasi enamoréme á hurto de mi padre ;
vas que de rigurosas. No es mi tris porque no hay mujer, por retirada
teza, respondió don Quijote, por haber que esté y recatada que sea , á quien
caído en tu poder, oh valeroso Roque, no le sobre tiempo para poner en
cuya fama no hay límites en la tierra ejecución y efecto sus atropellados
que la encierren , sino por haber sido deseos . Finalmente , el me promet 6
tal mi descuido que me hayan cogido ser mi esposo y yo le di la palabra de
tus soldados sin el freno, estando yo ser suya , sin que en obras pasásemos
obligado, según la orden de la andan adelante : supe ayer que olvidado de
té caballería que profeso, á vivir con lo que me debía se casaba con otr ,
tino alerta, siendo a todas horas y que esta mañana iba á desposarse :
centinela de mí mismo : porque te nueva que me turbó el sentido y
hago saber , oh gran Roque , que si acabó la paciencia, y por no estar mi
me ballaran sobre mi caballo, con mi padre en el lugar , le tuve yo de po.
lanza y con mi escudo, no les fuera nerme en el traje que ves , y apresu
muy fácil rendirme , porque yo soy rando el paso a este caballo alcance
dori Quijote de la Mancha, aquel que á don Vicente obra de una legua de
de sus hazañas tiene lleno todo el
aquí , y sin ponerme á dar quejas ni
orbe . Luego. Roque Guinart conoció á oir disculpas le disparé esta esco
que la enfermedad de don Quijote peta , y por añadidura estas dos pis
tocaba más en locura que en valentía , tolas , y á lo que creo le debí de en .
y aunque algunas veces le había oído cerrar más de dos bales en el cuerpo ,
nombrar , nunca tuvio por verdad sus abriéndole puertas por donde envuel
hechos, ni se pudo persuadir 1 que ta en su sangre saliese mi honra .
semejante humor reinase en corazón Allí le dejo entre sus criados, que no
de honibre ; y holgóse en extremo de osaron ni pudieron ponerse en su de
haberle encontrado para tocar de cer fensa : vengo á buscarte para que me
ca lo que de lejos dél había oído, y pasez á Francia , donde tengo parien
así le dijo : Valeroso caballero, 10 tes con quien viva , y asimismo á ro
os despechéis , ni tengáis á siniestra garte defiendas á mi padre, porque
fortuna ésta en que os halláis, que los deudos de don Vicente no se atre
podría ser que en estos tropiezos van á tomar en el desaforada ven
vuestra torcida suerte se enderezase , ganza. Roque , admirado de la gallar
que el cielo por extraños y nunca día, bizarría , buen talle v suceso de
vistos rodeos , de los hombres no ima . la hermosa Claudia , le dijo : Ven ,
ginados , suele levantar los caídos y señora, y vamos a ver si es muerto
enriquecer los pobres. Ya le iba á tu enemigo , que después veremos lo
dar las gracias don Quijote cuando que más te importare. Don Quijote,
sintieron á sus espaldas un ruido co que cataba escuchando atentamente
PARTE 11 - CAPÍTULO LX 413

lo que Ciaudia había dicho, y lo que vida, la cual , pues la dejo en tus ma
Roque Guinart respondió, dijo : No os y en tus brazos, tengo mi suerte
tiene nadie para que tomar trabajo - . por venturosa : y para asegurarte
defender a esta señora, que lo tomo desta verdad , aprieta la mano y reei
yo á mi cargo : denme mi caballo y beme por esposo si quieres, que no
mis armas, y espérenmo aquí, que yo tengo otra mayor satisfacción que
iré a buscar á ese caballero, y muer- darte del agravio que piensas que de
to o vivo le haré cumplir la palabra mí has recibido . Apretóle la mano
prometida á tanta belleza. Nadie du- Claudia , y apretósele á ella el cora
de desto, dijo Sancho , porque mi se- zón de manera que sobre la sangre y
ñor tiene muy buena mano para ca- pecho de don Vicente se quedó des
sarrientero , pues no ha muchos días mayada, y á él le tomó un mortal pa
que hizo casar á otro que también rasismo. Confuso estaba Roque , y 129
negaba á otra doncella su palabra ; y sabía qué hacerse. Acudieron los cria
si no fuera porque los encantadores dos a buscar agua para echarles 12
que le persiguen le mudaron su ver- los rostros, y trujéronla, con la que
dadera figura en la de un lacayo , se los bañaron . Volvió de su desmayo
ésta fuera la hora que ya la tal don . Claudia ; pero no de su parasismo
cella no lo fuera . Roque , que atendía don Vicente, porque se le acabó la
más á pensar en el suceso de la her- vida. Visto lo cual de Claudia , ha
mosa Claudia , que á las razones de biéndose enterado que ya su dulce
amo y mozo, no las entendió, y man . esposo no vivía , rompió los aires con
dando á sus escuderos que volviesen suspiros, hirió los cielos con quejas ,
á Sancho todo cuanto le habían qui- maltrató sus cabellos, entregándolos
tado del rucio , mandoles asimismo al viento , afeó su rostro con sus pro .
que se retirasen á la parte donde pias manos , con todas las muestras
aquella noche habían estado alojados, de dolor y sentimiento que de un
y luego se partió con Claudia á toda lastimado pecho pudieran imaginarse .
priesa á buscar al herido ó muerto i Oh cruel é inconsiderada m de
don Vicente . Llegaron al lugar donde cía , con qué facilidad te moviste á
le encontró Claudia, y no hallaron en poner en ejecución tan mal penga
el sino recién derramada sangre ; pe miento ! ¡ Oh fuerza rabiosa de los ce
ro tendiendo la vista por todas partes los , á qué desesperado fin conducís á
descubrieron por un recuesto arriba quien os da acogida en su pecho ! iOh
alguna gente, y diérose á entender , esposo mío, cuya desdichada suerte
como era la verdad , que debía de ser por ser prenda mía te ha llevado del
don Vicente , á quien sus criados o tálamo a la sepultura ! Tales y tan
muerto o vivo llevaban , 6 para curar- tristes eran las quejas de Claudia ,
le ó para enterrarle : diéronse priesa que sacaron las lágrimas de los ojos
á alcanzarlos, que como iban despa- de Roque, no acostumbrados á ver
cio , con facilidad lo hicieron . Halla- terlas en ninguna ocasión . Lloraban
ron á don Vicente en los brazos de los criados, desmayábase á cada paso
sus criados, á quien con cansada y Claudia, y todo aquel circuito parecía
debilitada voz rogaba que le dejasen campo de tristeza y lugar de desgra
allí morir, porque el dolor de las he- cia . Finalmente, Roque Guinart or
ridas no consentía que más adelante denó á los criados de don Vicente que
pasase . Arrojáronse de los caballes llevasen su cuerpó al lugar de su
Claudia y Roque, llegáronse á él , t- padre, que estaba allí cerca , para que
mieron los criados la presencia de le diesen sepultura. Claudia dijo á
Roque , y Claudia se turbo ver la Roque que quería irse á un monaste
de don Vicente : y así entre enterne- rio , donde cra abadesa una tía suya,
cida y rigurosa se llegó á él , y asien- en el cual pensaba acabar la vida, de
dole de las manos le dijo : Si tú me otro mejor esposo y más eterno acom
dieras estas conforme á nu stro con- pañada . Alabỏla Roque su buen propó.
cierto, nunoa tú te vieras en este pa- sito , ofreciósele de acompañarla hista
so. Abrió les casi cerrados ojos el donde quisiese, y de defender a su
herido caballero, y conociendo á Clau- padre de los parientes de don Vicente
dia, le dijo : Bien veo, hermosa y y de todo el mundo, si ofenderle qui
engañada señora , que tú has sido la siesen. No quiso su compañía Claudia
que me has muerto : pena no mereci- en ninguna manera , y agradeciendo
da ni debida á mis deseos, con los sus ofreciminetos con las mejores ra
cuales ni con mis obras jamás zones que supo , se despidió del llo
ni supe ofenderte. & Luego no es ver- rando. Los criados de don Vicente
dad , dijo Claudia , que ibas esta ma- llevaron su cuerpo , y Roque se volvió
fiana á despošarte con Leonora , la á los suyos : y este fin tuvieron los
hija del rico Balvastro ? No por cier- amores de Claudia Jerónima . Pero
to , respondió don Vicente : mi mala qué mucho si tejieron la trama de su
fortuns te debió de llevar estas nue . lamentable historia las fuerzas inven
vas para que celosa me quitases la cibles y rigurosas de los celos ? Halls
414 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

Roque Guinart á sus escuderos en la recer á don Quijote la nuestra , nue


partedonde les había ordenado , y á vas aventuras, nuevos sucesos, y to .
don Quijote entre ellos sobre Roci. dos peligrosos : y no me maraville
pante, haciéndoles una plática en que que así le parezca porque realmente
les persuadia dejasen aquel modo de le confieso que no hay modo de vivir
vivir tan peligroso así para el alma más inquieto ni más sobresaltado que
como para el cuerpo ; pero como los el nuestro . A mí me han puesto en
más eran gascones, gente rústica y él no sé qué deseos de venganza , que
desbaratada, no les entraba bien la tienen fuerza de turbar los más sose
plática de don Quijote. Llegado que gados corazones : yo de mi natural
fué Roque, preguntó á Sancho Panza soy compasivo y bien intencionado ;
si le habían vuelto y restituído las pero , como tengo dicho, el querer
alhajas y preseas que los suyos del vengarme de un agravio que se me
rucio le habían quitado. Sancho res hizo, así da con todas mis buenas in .
pondió que sí, sino que le faltaban clinaciones en tierra, que persevero
tres tocadores que valían tres ciuda en este estado á despecho y pesar de
des . ¿ Qué es lo que dices , hombre, lo que entiendo : y como un abismo
dijo uno de los presentes , que yo log llama a otro y un pecado á otro pe
tengo , y no valen tres reales ? Así es , cado, hanse eslabonado las venganza ,
dijo don Quijote ; pero estímalos mi de manera , que no sólo las mías, pero
escudero en lo que ha dicho por h . las ajenas tomo á mi cargo ; pero
bérmelos dado quien me los dio . Man Dios es servido do que aunque me
doselos volver al punto Roque Gui veo en la mitad del laberinto de mis
nart , y mandando poner los suyos en confusiones , no pierdo la esperanza
ala mando traer allí delante todos los de salir dél á puerto seguro. Admi.
vestidos , joyas y dineros , y todo aque rado quedó don Quijote de oir hablar
llo que desde la última repartición á Roque tan buenas y concertadas ra
habían robado ; y haciendo brevemen. zones, porque él se pensaba que entre
te el tanteo , volviendo lo no repartible los de oficios semejantes de robar,
y reduciéndolo á dineros , lo repartió matar y saltear no podía haber alguno
por toda su compañía con tanta le que tuviese buen discurso, y respon
galidad y prudencia , que no pasó un dible : Señor Roque, el principio de
punto ni defraudó nada de lajusticia la salud está en conocer la enferme
distributiva. Hecho esto , con lo cual dad , y en querer tomar el enfermo
todos quedaron contentos, satisfechos las medicinas que el médico le orde
y pagados, dijo Roque á don Quijo. na : vuesa merced está enfermo, cono
te : Si no se guardase esta puntua
ce su dolencia, y el cielo, 6 Dios, por
lidad con estos , no se podría vivir con mejor decir, que es nuestro médico,
ellos . A lo que dijo Sancho : Según le aplicará medicinas que le sanen,
lo que aqui he visto, es tan buena la las cuales suelen sanar poco a poco ,
justicia , que es necesario que se use y no de repente y por milagro : y
aún entre los mesmos ladrones . Oyolo más que los pecadores discretos están
un escudero, y enarboló el mocho de más cerca de enmendarse que los sim
un arcabuz , con el cual sin duda le ples'; y pues vuesa merced ha mos
ebriera la cabeza á Sancho, si Roque trado en sus razones su prudencia ,
Guinart no le diera voces que se de no hay sino tener buen ánimo, y es
tuviese . Pasmose Sancho, y propuso perar mejoría de la enfermedad de su
de no descoser los labios en tanto que oonciencia : y si vuesa merced quiere
entre aqueila gente estuviese. Llegó ahorrar camino, y ponerse con facili
en esto uno de aquellos escude dad en el de su salvación, véngase
ros que estaban puestos por cen conmigo, que yo le enseñaré á ser car
tinelas por los caminos para ver la ballero andante, donde se pasan tan
gente que por ellos venía, y dar tos trabajos y desventuras , que to
aviso a su mayor de lo que pasaba, mándolas por penitencia en dos pa
y éste dijo : Señor, no lejos de aquí, letas le pondrán en el cielo. Riose
por el camino que va á Barcelona, Roque del consejo de don Quijote, á
viene un gran tropel de gente. A lo quien mudando plática contó el trá
que respondió Roque : ¿ Has echado gico suceso de Claudia Jerónima, de
de ver si son de los que nos buscan , que le peso en extremo á Sancho , que
ó de los que nosotros buscamos ? No no le había parecido mal la belleza,
sino de los que buscamos , respondió desenvoltura y brío de la moza . Lle
el escudero . Pues salid todos, replicó garon en esto los escuderos de la
Roque , y traédmelos aquí luego sin presa trayendo consigo dos caballeros
que se os escape ninguno. Hicieronlo á caballo y dos peregrinos & pie,
así, y quedándose solos don Quijote, un coche de mujeres con hasta seis
Sancho y Roque , aguardaron á ver criados que á pie y á caballo las acoin .
lo que los escuderos traían , y en este pañaban , con otros dos mozos de mu .
entretanto dijo Roque á don Quijote : las que los caballeros traían. Cogiérop .
Nueva manera de vida le debe de p3 lo los escuderog en medio, guardando
PARTE 11. - CAPÍTULO LX 415

vencidos y vencedores gran silencio, l'es se quiso arrojar del coche para
esperando á que el gran Roque Gui besar los pies y las manos del gran
nart hablase, el cual preguntó a los Roque, pero él no lo consintió en
caballeros que quién eran, y adónde ninguna manera, antes le pidio per
iban y qué dinero llevaban . Uño de dón del agravio que le hacía, for
Hos le respondió : Señor, nosotros 80 zado de cumplir con las obligacio
mos dos capitanes de infanteria espa nes precisas de su mal oficio . Mando
ñola, tenemos nuestras compañías en la señora regenta á un criado suyo
Nápoles , y vamos á embarcarnos en diese luego los ochenta escudos quo
cuatro galeras que dicen están en le habían repartido, y ya los capita
Barcelona con orden de pasar á Sici nes habían desembolsado los sesenta.
lia : llevamos hasta doscientos o tres Iban los peregrinos á dar toda su
eientos escudos, con que á nuestro miseria ; pero Roque les dijo que se
parecer vamos ricos y contentos, pues estuviesen quedos, y volviendoso &
la estrecheza ordinaria de los solda los suyos , les dijo : Destos escudos ,
dos no permite mayores tesoros. Pre dos tocan á cada uno, y sobran
guntó Roque á los peregrinos lo mis veinte, los diez se den á estos pe
mo que a los capitanes : fuele respon regrinos, y los otros diez á este
dido que iban å embarcarse para pa buen escudero, porque puede decir
sar á Roma, y que entrambos podrían bien desta aventura : y trayéndote
llevar hasta sesenta reales . Quiso sa aderezo de escribir , de que siempre
ber también quién iba en el coche y andaba proveído Roque, les dió por
adónde, y el dinero que llevaban : y escrito un salvoconducto para los ma
uno de los de á caballo dijo : Mi se . yorales de sus escuadras, y despidien .
fora doña Guiomar de Quiñones, mu dose dellos los dejó ir libres y admira.
jer del regente de la vicaría de Vá dos de su nobleza, de su gallarda dis .
poles, con una hija pequeña , una posición y extraño proceder, tenién.
doncella y una dueña, son las que dole más por un Alejandro Magno,
van en el coche: acompañámoslas que por ladrón conocido . Uno de los
seis criados , y los dineros son seis escuderos dijo en su lengua gasoona y
eientos escudos. De modo , dijo Roque catalana : Este nuestro capitán más
Guinart , que ya tenemos aquí nove es para frade que para bandolero : si
vientos escudos y sesenta reales : mis de aquí adelante quisiere mostrarse
soldados deben de ser hasta sesenta : liberal, séalo con su hacienda y no
mírese & cómo le cabe a cada uno , con la nuestra. No lo dijo tan paso
porque yo soy mal contador . Oyendo el desventurado que dejase de girlo
decir esto los salteadores levantaron Roque , el cual echando mano á la es
la voz diciendo : i Viva Roque Gui pada le abrió la cabeza casi en dos
nart muchos años, á pesar de los lla partes, diciéndole : Desta manera cas
dres que su perdición procuran ! tigo yo a los deslenguados y atrevi
Mostraron afligirse los capitanes , en. dos. Pasmáronse todos, y ninguno le
tristec : Óse la señora regenta , y no se osó decir palabra : tanta era la obe
holgaron nada los peregrinos viendo diencia que le tenían. Apartose Roque
la confiscación de sus bienes. Túvolos á una parte , y escribió una carta á
así un rato suspensos Roque ; pero un su amigo á Barcelona dándole
no quiso que pasase adelante su tris aviso cómo estaba consigo el famoso
teza , que ya se podía conocer à tiro · don Quijote de la Mancha , aquel ce
da arcabuz, y volviéndose á los capi ballero andante de quien tantas cosas
tanes , dijo : Vuesas mercedes, seño Se decían ; y que le hacía saber que
res capitanes, por cortesía sean ser. era el más gracioso y el más enten .
vidos de prestarme sesenta escudos, dido hombre del mundo, y que de
y la señora regenta ochenta, para alll á cuatro días, que era el de
contentar esta escuadra que me acom la Degollación de San Juan Bau
paña, porque el abad de lo que can tista , se le pondría en mitad de la
ta yanta, y luego pueden ir su ca playa de la ciudad , armado de todas
mino libre y desembarazadamente, sus armas, sobre Rocinante su caba
con un salvoconducto que VO les llo, y á su escudero Sancho sobre un
daré , para que si toparen otras de asno, y que diese desto noticia á sus
algunas escuadras mías , que tengo amigos los Niarros , para que con el
divididas por estos contornos, no les se solazasen, que él quisiera que ca
hagan daño, que no es mi intención recieran deste gusto los Cacells sus
de agraviar á soldados ni á mujer al contrarios ; pero que esto era impo
guna, especialmente a las que son sible , á causa que las locuras y dis
principales. Infinitas y bien dichas creciones de don Quijote , y los do
fueron las razones con que los capi naires de su escudero Sancho Panza ,
tanes agradecieron à Roque su corte no podían dejar de dar gusto general
día y liberalidad , que por tal la tu å todo el mundo . Despacho estas car
vieron en dejarles su mismo dinero. tas con uno de sus escuderos, que
La señcra doña Guiomar de Quiño mudando el traje de bandolero en el
416 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
de un labrador, entró en Barcelona ya, las cuales abatiendo las tiendas
y la dió á quien iba. se descubrieron llenas de flámulas y
gallardetes que tremolaban al vien .
to, y besaban y barrían el agua : den
CAPITULO LXI
tro sonaban clarines, trompetas v
chirimías, que cerca y lejos llenaban
De lo que sucedió á don Quijote el aire do suaves v belicosos acentos :
en la entrada de Barcelona , con comenzaron á moverse , y á hacer un
otras cosas que tienen más de lo modo de escaramuza por las sosega
verdadero que de lo discreto . das aguas , correspondiéndoles casi
al mismo modo infinitos caballeros
Tres días y tres noches estuvo don que de la ciudad sobre hermosos 04
Quijote con Roque , y si estuviera ballos y con vistosas libreas salían .
trescientos años no le faltara qué mi Los soldados de las galeras dispara
rar y admirar en el modo de su vida ban infinita artilleria , à quien respon
Aquí amanecían, acullá comían : unas dían los que estaban en las murallas
veces huían sin saber de quién y y fuertes de la ciudad, y la artillería
otras esperaban sin saber á quién . gruesa con espantoso estruendo rom.
Dormían en pie interrompiendo el pía los vientos, á quien respondían
sueño, mudándose de un lugar á otro. los cañones de crujía de las galeras.
Todo era poner espías , escuchar cen El mar alegre, la tierra jocunda , el
tinelas, soplar las cuerdas de los ar aire claro , sólo tal vez turbio del hu
cabuces, aunque traían pocos , porque mo de la artillería , parece que reía
todos sa servían de pedreñales. Ro infundieado y engendrando gusto sú .
que pasaba las noches apartado de bito en todas las gentes. No podía
los suyos en partes y lugares donde imaginar Sancho cómo podían tener
ellos no pudiesen saber dónde estaba, tantos pies aquellos bultos que por
porque los muchos bandos que el vi el mar se movían . En esto llegaron
sorrey de Barcelona había echado so . corriendo con grita , lililíes y algazari
bre su vida le traían inquieto y tam - los de las libreas, adonde don Quijote
roso, y no se osaba fiar de ninguno, suspenso y atónito estaba ; y uno de
temiendo que los mismos suyos , ó le ellos, que era el avisado de Roque,
habían de matar ó entregar á la jus dijo en alta voz á don Quijote : Bien
ticia : vida por cierto miserable y en sea venido á nuestra ciudad el espe
fadosa . En fin , por caminos desusa jo , el farol, la estrella , el lucero y el
dos , por atajos y sendas encubiertas norte de toda la caballería andante ,
partieron Roque, don Quijote y San donde más largamente se contiene .
cho con otros seis escuderos á Barce Bien sea venido, digo, el valeroso
lona. Liegaron á su playa la víspera don Quijote de la Mancha : no el fal
de la Degollación de San Juan en so , no el ficticio , no el apócrifo , que
la noche, y abrazando Roque á don en falsas historias estos días nos han
Quijote y á Sancho , á quien dió mostrado , sino el verdadero , el legal
los diez escudos prometidos , que y el fiel, que nos describió Cide Ha .
hasta entonces no se los había mete Benengeli, flor de los bistoria .
dado, los dejó con mil ofrecimien dores . No respondió don Quijote pala
tos que de la una y otra parte se bra , ni jos caballeros esperaron á que
hic eron . Volvióse Roque, quedóse , la respondiese, sino volviéndose y re
don Quijote esperando el día así á volviéndose con los demás que los
caballo como estaba, y no tardó mu seguían, comenzaron a hacer un re
cho cuando comenzó a descubrirse vuelto caracol alrededor de don Qui
por ios balcones de oriente la faz de jote , el cual volviéndose á Sancho ,
la blanca aurora , alegrando las hier le dijo : Estos bien nos han conocido ;
bus y flores, en lugar de alegrar el yo apostaré que han leído nuestra
oído , aunque al mesmo instante ale historia, y aun la del aragonés recién
graron también el oído el son de las impresa. Volvió otra vez el caballero
muchas chirimías y atabales , ruido de que habló á don Quijote, y nijole :
cascabeles, trapa , trapa, aparta , apar Vuesa merced , señor don Quijote, se
ta de corredores , que al parecer se venga con nosotros , que todos somos
la ciudad salían . Dio lugar la aurora sus servidores , y grandes amigos de
al sol , que con un rostro mayor que Roque Guinart. A lo que don Quijote
el de una rodela por el más bajo ho respondió : Si cortesías engendran
rizonte poco a poco se iba levantan. cortesias, la vuestra , señor caballero,
do. Tendieron don Quijote y Sancho es hija á parienta muy cercana de la
la vista por todas partes , vieron el del gran Roque : llevadme do quisié .
mar, hasta entonces dellos no visto : redes, que yo no tendré otra volun
parecióles espaciosísimo y largo , har tad que la vuestra , y más si la que
to más que las lagunas de Ruidera, réis ocupar en vuestro servicio. Con
que en la Mancha habían visto. Vie palabras no menos comedidas que es
ror las galeras que estaban en la pla tas le respondió el caballero, y ence
PARTE 11. - CAPÍTULO LXII
crándole todos en medio , al son de las gunos de sus amigos, honrando todos
chirimías y de los atabales se enca y tratando á don Quijote como á ca
minaron con él a la ciudad : al entrar ballero andante , de lo cual hueco y
de la cuai, el malo , que todo lo malo pomposo no cabía en sí de contento .
erdena, y los muchachos, que son más Los donaires de Sancho fueron tan
malos que el malo , dos dellos travie tos , que de su boca andaban como
sos y atrevidos se entraron por toda colgados todos los criados de casa y
la gente, y alzando el uno la cola del todos cuantos le oían . Estando a la
rucio , y el otro la de Rocinante , les mesa dijo don Antonio á Sancho : Aná
pusieron y encajaron sendos manojos tenemos noticia, buen Sancho , que
de aliagas. Sintieron los pobres ani sois tan amigo de manjar blanco y de
males las nuevas espuelas , y apre albondiguillas , quº si os sobran las
tando las colas aumentaron su disgus. guardáis en el seno para el otro día .
to , de manera que dando mil corco No, señor, no es así, respondió San
vos dieron con sus dueños en tierra. cho, porque tengo más de limpio que
Don Quijote , corrido y afrentado , acu . de goloso , y mi señor don Quijotº ,
dió á quitar el plumáje de la cola de que está delante, sabe bien que con
su matalote, y Sancho el de su rucio. un puño de bellotas ó de nueces nos
Quisieran los que guiaban á don Qui solemos pasar entrambos ocho días :
jote castigar el atrevimiento de los verdad es que si tal vez me sucede
muchachos y no fué posible , porque que me den la vaquilla , corro con la
6e encerraron entre más de otros mil soguilla : quiero decir que como lo
que los seguían. Volvieron á subir que me dan , y uso de los tiempos
don Quijote y Sancho, y con el mismo como los hallo, y quienquiera que
aplauso y música llegaron a la casa hubiere dicho que yo soy comedor
de su guía, que era grande y princi aventajado, y no limpio, téngase por
pal, en fin como de caballero rico, dicho que no acierta , y de otra mane
donde le dejaremos por agora , porque ra dijera esto si no mirara á las bar
así lo quiere Cide Hamete . bas honradas que están á la mesa .
Por cierto, dijo don Quijote , que la
parsimonia y limpieza con que San
cho come se puede escribir y grabar
CAPITULO LXII en áminas de bronce para que quede
en memoria eterna en los siglos ve
nideros. Verdad es que cuando él tie
Que trata de la aventura de la ca ne hambre parece algo tragón, por
beza encantada , con otras niñe que come apriesa y masca á dos ca
rias, que no pueden dejar de con . rrillos ; pero la limpieza siempre la
tarse , tiene en su purto , y en el tiempo que
fué gobernador aprendió a comer á
lo melindroso , tanto que comía con
Don Antonio Moreno se llamaba el tenedor las uvas y aun los granos de
huésped de don Quijote , caballero ri. 13 granada. i Cómo ! dijo don Antonio
co y discreto, y amigo de holgarse á ¿ gobernador ha sido Sancho ? Sí, res .
lo honesto y afable, el cual viendo en pondió Sancho, y de una insula llama
su casa á don Quijote, andaba bus da la Barataria . Diez y siete días la go
cando modos cómo sin su perjuicio berné á pedir de boca : en ellos perdi
sacase á plaza sus locuras, porque no el sosiego, y aprendí á despreciar
son burlas las que duelen, ni hay pa todos los gobiernos del mundo : sali
satiempos que valgan si son con daño huyendo della , cai en una cueva don
de tercero. Lo primero que hizo fué de me tuve por muerto , de la cual
hacer desarmar á don Quijote , y, sa salí vivo por milagro. Contó don Qui.
carle á vistas con aquel su estrecho y jote por menucio todo el suceso del
acamuzado vestido (como ya otras gobierno de Sancho, con que dio gran
veces te hemos descrito y pintado) á gusto á ios oyentes. Levantados los
un balcón que salía á una calle de las manteles , y tomando don Antonio
más principales de la ciudad , á vis por la mano á don Quijote, se entr3
ta de las gentes y de los muchachos con él en un apartado aposento , en el
que como a mona le miraban . Corrie cual no había otra cosa de adorno que
ron de nuevo delante del los de las una mesa al parecer de jaspe, que
libreas, como si para él solo, no para sobre un pie de lo mismo se sostenia ,
alegrar aquel festivo día, se las 10 sobre la cual estaba puesta al modo
bieran puesto, y Sancho estaba con de las cabezas de los emperadores
tentísimo por pareoerle que se había romanos, de los pechos arriba, una
hallado sin saber cómo ni cómo no, que semejaba ser de bronce . Paseose
otras bodas de Camacho, otra casa don Antonio con don Quijote por to
como la de don Diego de Miranda, y do el aposento , rodeando muchas ve
otro castillo como el del duque . Co ces la mesa, después de lo cual dijo :
mieron aquel día con don Antonio al . Anora, señor don Quijote, que estoy
27
418 BON QUIJOTE DE LA MANCHA

enterado que no nos oye y escucha jote , no armado, sino de rúa, vestido
alguno, y está cerrada la puerta, un balandrán de paño leonado, que
quiero contar á vues merced una de pudiera hacer sudar en aquel tiempo
las más raras aventuras, ó por mejor al mismo hielo . Ordenaron con sus
decir novedades que imaginarse pue criados que entretuviesen á Sancho
den , con condición que lo que á vuesa de modo que no le dejasen salir
merced dijere lo ha de depositar en de casa. Iba don Quijote, no sobre
los últimos retretes del secreto . Así Rocinante sino sobre un gran ma
lo juro, respondió don Quijote, y aun cho de paso llano, y muy bien ade
le echaré ung losa encima para más rezado. Pusiéronle el balandrán , y
seguridad ; porque quiero que sepa en las espaldas sin que lo viese le
vuesa merced, s'ñor don Antonio cosieron un pergamino, donde le es
(que ya sabía su nombre) , que está cribieron con letras grandes : Este es
hablando con quien , aunque tiene oí. don Quijote de la Mancha. En co
dos para oir no tiene lengua para ha menzando el paseo llevaba el rótulo
blar: así que , con seguridad puede los ojos de cuántos venían á verle, y
vuesa merced trasladar lo que tiene como leſan : Este es don Quijote de
en su pecho en el mío, y hacer cuen la Mancha, admirábase don Quijote
ta que lo ha arrojado en los abismos de ver que cuantos le miraban le
del silencio. En fe desa promesa, res nombraban y conocían ; y volviéndo
pondió don Antonio, quiero poner a se á don Antonio, que iba á su lado,
vuesa merced en admiración con lo le dijo : Grande es la prerrogativa
que viere y oyere, y darme á mí algún que encierra en sí la andante caballe
alivio de la pena que me causa 20 ría, pues hace conocido y famoso al
tener con quitn comunicar mis secre que la profesa , por todos los términos
tos, que no son para fiarse de todos, de la tierra ; si no, mire vuesa mer
Suspenso estaba don Quijote espe ced , señor don Antonio, que hasta los
rando en qué habían de parar tantas muchachos desta ciudad sin nunca ,
prevend ones. En esto tomándole la haber he visto me conocen . Así es , se
mano don Antonio se la paseo por la ñor don Quijote, respondió don Anto
cabeza de bronce y por toda la mesa, nio ; que así como el fuego no puede
y por el pie de jaspe sobre que se estar escondido y encerrado, la virtud
sostenía, y luego dijo : Esta cabeza, no puede dejar de ser conocida, y la
señor don Quijote , ha sido hecha y que se alcanza por la profesión de
fabricada por uno de los mayores en las armas , resplandece y campea so
cantadores y hechiceros que ha te bre todas las otras. Acació pues que
nido el mundo, que creo era polaco yendo don Quijote con el aplauso que
de nación, y discípulo del famoso Es se ha dicho, un castellano que levo
cotillo, de quien tantas maravillas se el rótulo de las espaldas alzó la voz
cuentan , el cual estuvo aquí en mi diciendo : Válgate el diablo por don
casa, y por precio de mil escudos que Quijote de la Mancha ; como que
le di labró esta cabeza , que tiene pro hasta aquí has llegado sin haberte
piedad y virtud de responder á cuan muerto los infinitos palos que tienes
tas cosas al oído le preguntaren . á cuestas ? Tú eres loco , y si lo fue.
Guardó rumbos, pintó caracteres, ob ras á solas y dentro de las puertas de
servó astros, miró puntos, y final. tu locura, fuera menos mal, pero tie
mente la saco con la perfección que nes propiedad de volver locos y men.
veremos mañana, porque los viernes tecatos á cuantos te tratan y comuni.
está muda, y hoy que lo es nos ha can : si no , mírenlo por estos señores
de hacer esperar hasta mañana. En que te acompañan . Vuélvete , mente
este tiempo podrá vuesa merced pre cato , á tu casa, y mira por tu hacien .
venirse de lo que quiera preguntar, da, por tu mujer y tus hijos, y déjate
que por experiencia sé que dice ver . destas vaciedades , que te carcomen el
dad en cuanto responde. Admirado seso y te desnatan el entendimiento.
quedó don Quijote de la virtud y pro Hermano , dijo don Antonio, seguid
piedad de la cabeza, y estuvo por no vuestro camino, y no deis consejos á
creer á don Antonio ; pero por ver quien no os los pide. El señor don
cuán poco tiempo había que aguardar Quijote de la Mancha es muy cuerdo ,
para hacer la experiencia , no quiso y nosotros que le acompañamos na
decirle otra cosa sino que le agrade somos necios : la virtud se ha de
cía el haberle descubierto tan gran honrar dondequiera que se hallars,
secreto . Salieron del apose cerro Vandad enhoramala , y no os metais
la puerta don Antonio con llave, y donde no os llaman . Pardiez , vuesa
fuéronse á la sala donde los demás merced tiene razón , respondió el cas
caballeros estaban . En este tiempo tellano, que aconsejará este buen
les había contado Sancho muchas hombre es dar coces contra el agui
de las aventuras y sucesos que & jón ; pero con todo eso, me da muy
su amo habían acontecido . Aquella gran lástima que el buen ingenio que
tarde sacaron á pasear á don Qui dicen que tiene en todas las cosas este
-
PARTE II .-- CAPÍTULO LXII 419

mentecato , se le desagüe por la cana? cho y otros dos amigos, con las dos
de su andarte caballería ; y la enhu señoras que habían molido á don Qui
ramala que vuesa merced dijo sea jote en el baile, que aquella propia
para mí y para todos mis descendien noche se habían quedado con la mu
tes, si de hoy más, aunque viviese jer de don Antonio, se encerró en la
más años que Matusalén, diere con estancia donde estaba la cabeza . Con
sejo a nadie aunque me lo pida. toles la propiedad que tenía, encár
Apartóse el consejero, siguió adelan goles el secreto , y dijoles que aquel
de el paseo ; pero fué tanta la priesa era el prmero día donde se había de
que los muchachos y toda la gente probar la virtud de la tal cabeza en
tenía leyendo el rótulo, que se le hubo cartada ; y si no eran los dos amigos
de quitar don Antonio como que le de don Antonio, ninguna otra perso
quitaba otra cosa. Llegó la noche, na sabía el busilis del encanto ;
volviéronse á casa , hubo sarao de aun si don Antonio no se le hubiera
damas ; porque la mujer de don An. descubierto primero á sus amigos,
tonio, que era una señora principal y también ellos cayeran en la admira
alegre, hermosa y discreta , convido ción en que los demás cayeron, sin
& otras sus amigas á que viniesen á ser posible otra cosa : con tal traza
honrar á su huésped, y á gustar de y tal orden estaba fabricada. El pri.
sus nunca vistas locuras. Vinieron mero que se llegó al oído de la cabe
algunas, cenose espléndidamente, y za fué el mismo don Antonio, y dí
comenzóse el sarao casi á las diez de jole en voz sumisa , pero no tanto que
la noche . Entre las damas había dos de todos no fuese entendida : Dime,
de gusto pícaro y burlonas, y con ser cabeza, por la virtud que en ti se en
muy honradas eran algo descompues cierra, qué pensamientos tengo yo
tas por dar lugar a que las burlas agora ? Y la cabeza le respondió sin
alegrasen sin enfado á los convida mover los labios , con voz clara y dis
dos. Estas dieron tanta priesa en tinta , de modo que fué de todos en
sacar á danzar á don Quijote, que tendida, esta razón : Yo no juzgo de
le molieron no sólo el cuerpo, pero pensamientos . Oyendo lo cual todos
el ánima. Era cosa de ver la figura quedaron atónitos, y más vienda
de don Quijote, largo, tendido, flaco, que en todo el aposento ni al derre.
amarillo , estrecho en el vestido, dor de la mesa no había persona hu
desairado, y sobre todo no nada 1 mana que responder pudiese. ¿ Cuán
gero . Requebrábanle comu á hurto tos estamos aquí ? torno á preguntar
las damiselas, y él también como á don Antonio , y fuéle respondido por
hurto las desdeñaba ; pero viéndose el propio tenor, paso : Estáis tú y
apretar de requiebros , alzó la voz , y tu muj « r con dos amigos tuyos y
dijo : Fugite partes adversc : de dos amigas della, y un caballero fa
jadme en mi sosiego, pensamientos moso llamado don Quijote de la Man.
mal venidos : allá os avenid , señoras , cha y un su escudero que Sancho
con vuestros deseos, que la que es Panza tiene por nombre . Aquí sí que
reina de los míos, la sin par Dulcinea fué el admirarse de nuevo : aquí sí
del Toboso , no consiente que ningu . que fué el erizarse los cabellos à to
nos otros que los suyos me avasallen * dos de puro espanto. Y apartándose
y rindan ; y diciendo esto se sentó don Antonio de la cabeza , dijo : Esto
en mitad de la sala en el suelo, mo me basta para darme á entender que
lido y quebrantado de tan bailador no fuí engañado del que te me ven
ejercicio. Hizo don Antonio que le dió , cabeza sabia, cabeza habladora ,
llevasen en peso á su lecho, y el pri cabeza respondona, y admirable ( a
mero que asió del fué Sancho, dicién beza. Llegue otro , y pregúntele lo
dole : Nora en tal, señor nuestro amo, que quisiere; y como las mujeres de
lo habéis bailado : ¿ pensáis que to ordinario son presurosas y amigas de
dos los valientes son danzadores, y saber, la primera que se llegó fué
todos los andantes caballeros bailari. una de las dos amigas de la mujer de
nes ? Digo que si lo pensáis, que es dor. Antonio, y lo que le preguntó
táis engañado : hombre hay que se fué : Dime, cabeza , ¿ qué haré yo pa
atreverá á matar á un gigante , antes ra ser muy hermosa ? y fuele respon
que hacer una cabriola : si hubiéra dido : sé muy honesta . No te pre
des de zapatear, yo supliera vuestra gunto más, dijo la preguntanta, Lle.
falta , que zapateo como un girifalte ; gó juego la compañera , y dijo : Que
pero en lo de danzar no doy puntada . rría saber, cabeza, si mi marido me
Con estas y otras razones dió que quiere bien o no. Y respondiéronle :
reir Sancho a los del sarao , y dio con Mira las obras que te hace, y echarlo
su amo en la cama, arropándole para has de ver. A partóse la casada, di
que sudase la frialdad de su baile. ciendo : esta respuesta no tenía nece
Otro día le pareció á don Antonio ser sidad de pregunta , porque en efecto
bien hacer la experiencia de la cabe. las obras que se hacen declaran ja
za encantada, y oon don Quijote, San . voluntad que tiene el que las hace.
420 DON QUIJOTE DE LA XIANCHA

Luego llegó uno de los dos amigos gún hechicero y extraordinario mis
de don Antonio y preguntóle : Quién terio en la tal cabeza se encerraba ;
soy yo ? Y fuéle respondido : Tú lo y así dice que don Antonio Moreno,
sabes. No te pregunto eso, respondió á imitación de otra cabeza que vió
el caballero , sino que me digas si me en Madrid fabricada por un estam
conoces tú . Si conozco, le respondie pero, hizo ésta en su casa para en
ron , que eres don Pedro Noriz . No tretenerse y suspender á los igno
quiero saber más, pues esto basta rantes, y la fábrica era desta suerte :
para entender, oh cabeza, que lo sa La tabla de la mesa era de palo, pin
bes todo. Y apartándose llegó el otro tada y barnizada como jaspe, y el pia
amigo y preguntóle : Dime, cabeza , sobre que se sostenía era de lo mis
¿ qué deseos tiene mi hijo el mayo mo , con cuatro garras de águila que
razgo ? Ya yo he dicho le respon dél para mayor firmeza del pe
dieron, que yo no juzgo de deseos ; so. La cabeza, que parecía medalla
pero con todo eso, te sé decir, que y figura de emperador romano, y de
los que tu hijo tiene son de ente color de bronce, estaba toda hueca,
rrarte . Eso es, dijo el caballero, lo y ni más ni menos la tabla de la
que veo por los ojos , con el dedo lo mesa, en que se encajaba tan justa
señalo , y no pregunto más. Llegóse mente que ninguna señal de juntura
la mujer de don Antonio , y dijo : Yo se parecía. El pie de la tabla era
no sé , cabeza, qué preguntarte; sólo asimismo hueco, que respondía á la
querría saber de ti si gozaré muchos garganta y pechos de la cabeza ; y
años de mi buen marido. Y respon todo esto venía á responder á otro
diéron'en: Si gozarás, porque su 82 aposento que debajo de la estancia
lud y su templanza en el vivir pro de la cabeza estaba. Por todo este
meten muchos años de vida, la cual hueco de pie, mesa, garganta y pe
muchos suelen acortar por su des chos de la medalla y figura referida
templanza. Llegóse luego don Quijo se encaminaba un cañón de hoja de
te , y dijo : Dime tú el que respondes : lata muy justo , que de nadie podía
¿ fué verdad ó fué sueño , lo que so ser visto . En el aposento de abajo ,
cuento que me pasó en la cueva de correspondiente al de arriba, se po
Montesinos ? & serán ciertos los azo nía el que había de responder, pega
tes de Sancho mi escudero ? & tendrá da la boca con el mesmo cañón , de
efecto el desencanto de Dulcinea ? A modo que a modo de cerbatana iba la
lo de la cueva, respondieron , hay mu voz de arriba abajo, y de abajo arriba ,
cho que decir, de todo tiene : los azo en palabras articuladas y claras, y
tes de Sancho irán despacio : el des. desta manera no era posible conocer
encanto de Dulcinea llegará á debida el embiste . Un sobrino de don Anto
ejecución. No quiero saber más, dijo pio, estudiante agudo y discreto, fué
don Quijote, que como yo vea á Dul. el respondiente , el cual estando avi.
cinea desencantada, haré cuenta que sado de su señor tío de los que ha
vienen de golpe todas las venturas bían de entrar con él en aquel día en
que acertare á desear. El último pre el aposento de la cabeza, le fué fácil
guntante fué Sancho, y lo que pre responder con presteza y puntualidad
guntó fué : Por ventura, cabeza, ¿ ten á la primera pregunta : á las demás
dré otro gobierno ? & saldré de la es respondió por conjeturas, y, como dis
trecheza de escudero ? & volveré á ver creto , discretamente. Y dice más Oide
á mi mujer y á mis hijos ? A lo que Hamete, que hasta diez o doce días
le respondieron : Gobernarás en tu duró esta maravillosa máquina ; pero
casa ; y si vuelves á ella verás á tu que divulgándose por la ciudad que
mujer y á tus hijos , y dejando de ser don Antonio tenía en su casa una 19
vir dejarás de ser escudero. Bueno, beza encantada , que á cuantos le pre
par Dios , dijo Sancho Panza, eso yo guntaban respondía, temiendo no lle
me lo dijera , no dijera más el pro gase á los oídos de las despiertas cen
feta Perogrullo. Bestia , dijo don tinelas de nuestra fe , habiendo decia
Quijote, ¿ qué quieres que te respon rado el caso á los señores inquisido
dan ? ¿ No basta que las respuestas res, le mandaron que la deshiciese,
que esta cabeza ha dado correspon y no pasase más adelante, porque el
dan a lo que se le pregunta ? si basta , vulgo ignorante no se escandalizase.
respondió Sancho ; pero quisiera yo Pero en la opinión de don Quijote
que se declarara más , y me dijera de Sancho Panza la cabeza quedó por
más. Con esto se acabaron las pre encantada y por respondona , más
guntas y las respuestas ; pero no satisfacción de don Quijote que de
se acabó la admiración en que todos Sancho . Los caballeros de la ciudad,
quedaron , excepto los dos amigos por complacer á don Antonio y por
de don Antonio, que el caso sabían. agasajar á don Quijote y dar lugar á
El cual quiso Cide Hamete Benen que descubriese sus bandeces, orde
geli declarar luego por no tener sus naron de correr sortija de alli á stig
penso al mundo, creyendo que al días, que no tuvo efecto por la oca
PARTE II , CAPITULO LXII 421

sión que se dirá adelante. Dible gana ni los loables trabajos. ¡ Qué de habi
á don Quijote de pasear la ciudad á lidades hay perdidas por ahí! i Qué
la llana y á pie, temiendo que si iba de ingenios arrinconados ! ¡ Qué de
á caballo le habían de perseguir los virtudes menospreciadas ! Pero con
muchachos, y así él y Sancho con todo esto , me parece que el traducir
otros dos criados que don Antonio' le de una lengua en otra, como no sca
dió salieron á pasearse, Sucedió pues las reinas de las lenguas griega ý :
que yendo por una calle alzó los ojos latina, es como quien mira los tapi.
don Quijote, y vió escrito sobre una ces flamencos por el revés , que aun
puerta con letras muy grandes : Aqui que se ven las figuras, son llenas de
se imprimen libros ; de lo que se hilos que las escurecen , y no se ven
contento mucho, porque hasta enton con la lisura y tez de la haz ; y el
ces no había visto emprenta alguna , traducir de lenguas fáciles, ni arguye
y deseaba saber como fuese. Entro ingenio ni elocución, como no le ar
dentro con todo su acompañamiento , guye el que traslada ni el que copia
y vio tirar en una parte, corregir en un papel de otro papel : y no por eso
otra, componer en esta, enmendar en quiero inferir que no sea loable este
equella , y finalmente toda aquella má . ejercicio del traducir , porque en
quina que en las emprentas grandes se otras cosas peores se podría ocupar el
muestra. Llegábase don Quijote à un hombre, y que menos provecho le
cajón, y preguntaba que era aquello trajesen, Fiera desta cuenta van los
que allí se hacía : dabanle cuenta log dos famosos traductores , el uno el
oficiales , admirábase y pasaba ade doctor Cristóbal de Figueroa en su
lante. Llegó entre otros á uno, y pre Pastor Fido, y el otro don Juan de
guntóle qué era lo que hacía. El ofi Jáuregui en su Aminta , donde feliz
cial le respondió : Señor , este cabi mente ponen en duda cuál es la trz
llero que aquí está ( y enseñóle à un ducción , ó cuál el original. Pero di.
hombre de muy buen talle y parecer, game vuesa merced , este libro im
y de alguna gravedad ) ha traducido prímese por su cuenta, o tiene ya
un libro toscano en nuestra lengua vendido el privilegio á algún librero ?
castellana, y estoile yo componiendo Por mi cuenta lo imprimò, respondió
para darle á la estampa. ¿ Qué título el autor, y pienso ganar mil ducadus
tiene el libro ? pregunto don Quijote . por lo menos con esta primera impre
A lo que el autor respondio : Señor, sión , que ha de ser de dos mil cuerpos,
el libro en toscano se ilama Le baga . y se han de despachar á diez real s
telle. & Y qué responde Le bagatelle cada uno en daca las pajas. Bien está
en nuestro castellano '? pregunto don vuesa merced en la cuenta , respon
Quijote. Le bagatelle, dijo el autor, dio don Quijote : bien parece que no
es como si en castellano dijésemos los sabe las entradas y salidas de los im.
juguetes ; y aunque este libro es en presores, y las correspondencias que
el nombre humilde, contiene , en hay de unos á otros . Yo le prometo
cierra en sí cosas muy buenas y que cuando se vea cargado de dos mil
substanciales. Yo, dijo don Quijote , sé cuerpos de libros, vea tan molido su
algún tanto del toscano, y me precio cuerpo, que se espante, y más si el
de cantar algunas estancias del Arios libro es un poco avieso y no nada pi
to . Pero digame vuesa merced , señor cante. & Pues qué , dijo el autor, quie
imío (y no digo esto porque quiero re vuesa merced que se lo dé à un
examinar el ingenio de vuesa mer librero, que me dé per el privilegio
ced, sino por curiosidad no más) , tres maravedises, y aun piense que
¿ ha hallado en ese su libro alguna me hace merced en dármelos ? Yo no
vez nombrar pignata ? Sí, muchas imprimo mis libros para alcanzar fa
veces , respondió el autor. ¿ Y cómo ma en el mundo , que ya en el soy
la traduce vuesa merced en castella conocido por mis obras ; provecho
ro ? pregunto don Quijote. ¿ Cómo la quiero , que sin él no vale un cuatrin
babía de traducir, replicó el autor, la buena fama. Dios le dé å vuesa
sino diciendo olla ? i Cuerpo de tal , merced buena manderecha, respondió
dijo don Quijote, y qué adelante está don Quijote , y pasó adelante á otro
vuesa merced en el toscano idioma ! cajón , donde vió que estaban corri.
Yo apostaré una buena apuesta que giendo un pliego de un libro que se
adonde diga en el toscano piace, nice intitulaba Luz del alma , y en vibn
vuesa merced en el castellano place, dole dijo : Estos tales libros, aunque
y adonde diga più dice más , y el su hay muchos deste género, son los que
declara con arriba , y el giù con se deben de imprimir, porque son
abajo. Si declaro por cierto, dijo el muchos los pecadores que se usan , y
autor, porque esas son sus propias son menester infinitas luces para tan
correspondencias. Osaré yo jurar, dijo tos desalumbrados. Pasó adelante, y
don Quijote, que no es vuesa merced vió que asimismo estaban corrigienio
conocido en el mundo , enemigo siem otro libro, y preguntando su título
pre de premiar los floridos ingenios le respondieron que se llamaba la
DON ( UJOTE DE LA MANCHA

Segunda parte del ingenioso hi saludo, como os usanza cuando una


daigo don Quijote de la Mancha, persona principal entra en la galera,
compuesta por un tal , vecino de Tor diciendo : hu , hu, hu , tres veces .
desiilas. Ya yo tengo noticia deste Dible la mano el general, que con
libro, dijo don Quijote; y en verdad este nombre le llamaremos, que era
y en mi conciencia que pensé que es un principal caballero valenciano ,
taba quemado y hecho polvo por im y abrazó á don Quijote , diciéndole :
pertinente : pero su San Martín de Este día señalaré yo con piedra blan
le llegará como á cada puerco : que ca , por ser uno de los mejores que
las historias fingidas tanto tienen de pienso llevar en mi vida, habiendo
buenas y de deleitables, cuanto se lle visto al señor don Quijote de la Man
gan á la verdad ó á la semejanza de cha ; tipo y señal que nos demues
ila , y las verdaderas tanto son mejo tra que en él se encierra y cifra
res cuanto son más verdaderas ; y todo el valor de la andante caballería .
diciendo esto, con muestras de algún Con otras no menos corteses razones
despecho se salió de la emprenta , y le respondió don Quijote, alegre so
aquel mismo día ordenó don Antonio bremanera de verse tratar tan á lo
de llevarle á ver las galeras que en señor. Entraron todos en la popa, que
la playa estaban , de que Sancho se estaba muy bien aderezada, y sentá
regocijó mucho, á causa que en su ronse por los bandines : pasóse el
vida las había visto. Avisó don An cómitre en crujía , y dió señal con el
tonio al cuatralvo de las galeras cómo pito que la chusma hiciese fuera ro
aquella tarde había de llevar á ver pa, que se hizo en un instante. san .
las á su huésped el famoso don Qui cho, que vió tanta gente en cueros,
jote de la Mancha, de quien ya el quedó pasmado, y más cuando vio ha
cuatralvo y todos los vecinos de la cer tienda con tanta priesa, que á él
ciudad tenían noticia , y lo que le su le pareció que todos los diablos anda
cedió en ellas se dirá en el siguiente ban allí trabajando ; pero esto todo
capítulo . fueron tortas y pan pintado para lo
que ahora diré. Estaba Sancho senta
do sobre el estanterol junto al espal
CAPITULO LXIII dar de la mano derecha , el cual, ya
avisado de lo que había de hacer, asió
De lo mal que le avino á Sancho de Sancho y, levantándole en los bra
Panza con la visita de las gale zos, toda la chusma puesta en pie y
ras , y la nueva aventura de la alerta , comenzando de la derecha
hermosa morisca . banda, le fué alzando y volteando
de banco en banco con tanta prie
Grandes eran los discursos que don sa, que el pobre Sancho perdió
Quijote hacía sobre la respuesta de la vista de los ojos, y sin duda
la encantada cabeza, sin que ninguno pensó que los mismos demonios
dellos diese en el embuste, y todos le llevaban , y no pararon con él
paraban con la promesa, que él tuvo hasta volverle por la siniestra ban
por cierta, del desencanto de Dulci. da y ponerle en la popa. Quedó el
nea. Allí iba y venía y se alegraba pobre molido y jadeando y trasudan
entre sí mismo, creyendo que había do sin poder imaginar qué fué lo
de ver presto su cumplimiento ; y que sucedido le había. Don Quijo
Sancho, aunque aborrecía el ser go te , que vó el vuelo sin alas de San
bernador, como queda dicho, todavía cho, preguntó al general si eran cere .
deseaba volver á mandar y á ser obe monias aquellas que se usaban con
decido : que esta mala ventura trae los primeros que entraban en las ga
consigo el mando , aunque sea de hur leras; porque si acaso lo fuese, él ,
las. En resolución , aquella tarde lon que no tenia intención de profesar en
Antonio Moreno su huésped y sus ellas, no quería hacer semejantes
dos amigos, con don Quijote y San. ejercicios, y que votaba á Dios que si
cho , fueron a las galeras. El cuatral. alguno llegaba á asirle para voltearle,
vo , que estaba avisado de su buena que le había de sacar el alma á pun.
venida, por ver á los dos tan famo tillazos ; y diciendo esto se levantó
sos Quijote y Sancho, ap nas llegaron en pie y empuñó la espada. A este
á la marina cuando todas las galeras instante abatieron tienda, y con gran
abatieron tienda, y sonaron las chiri disimo ruido dejaron caer la enteng
mías : arrojaron luego el esquife al de alto abajo . Penso Sancho que el
agua cubierto de ricos tapetes y de cielo se desencajaba de sus quicios y
almohadas de terciopelo carmesí , y en venía á dar sobre su cabeza, y ago
poniendo que puso los pies en él don biándola lleno de miedo la puso entre
Quijote, disparó la capitana el cañón las piernas. No las tuvo todas congi.
de crujía, y las otras galeras hicieron go don Quijote, que también se er
lo mismo, y al subir don Quijote por tremeció y encogió de hombros, y
la escala der cha toda la chusma le perdió la color del rostro . La chusmas
PARTE 11. - CAPÍTULO LXIII 12:

izó la entena con la misma priesa y ro la suerte , que de otra manera lo


ruido que la habían amainado, y todo guiaba , ordenó que ya que la capi
esto callando como si no tuvieran voz tana llegaba tan cerca que podían los
ai aliento , Hizo señal el cómitre que del bajel oir las voces que desde ella
zarpasen el ferro, y saltando en mital les decían que se rindiesen , dog to
de la crujía con el corbacho o reben . raquis , que es como decir dos turcos
que , comenzó á mosquear las espal borrachos, que en el bergantín venían
das de la chusma, y á largarse poco á con otros doce, dispararon dos escu
poco á la mar . Cuando Sancho vió á petas, con que dieron muerte á dos
una moverse tantos pies colorados soldados que sobre nuestras arrum
( que tales pensó él que eran los re badas venían. Viendo lo cual, juró el
inos ), dijo entre sí : Estas sí son ver general de no dejar con vida a todos
daderamente cosas encantadas , y ro cuantos en el bajel tomase, y llegan
las que mi amo dice . ¿ Qué han bie do á embestir con toda furia , se le
cho estos desdichados, que así los escapó por debajo de la palamentit.
azotan ? ( y como este hombre solo , Pasó la galera adelante un buen tre
que anda por aquí silbando, tiene cho : los del bajel se vieron perdidos ;
atrevimiento para azotar á tanta gen hicieron vela en tanto que la galera
te ? Ahora digo yo, que este es el in volvía, y de nuevo á vela y á remo
fierno, o por lo menos el purgatorio . se pusieron en caza ;
Don Quijote, que vió la atención con aprovechó su diligencia perotantonocomo
les
que Sancho miraba lo que pasaba, le 198 dañó su atrevimiento ; porque al. '
dijo : ¡ Ah, Sancho- amigo , y con qué canzándoles la capitana á poco más
brevedad , y cuán á poca costa os de media milla, les echó la palamen
podíades vos si quisiésedes desnudar ta encima , y los cogió vivos á todos
de medio cuerpo arciba, poneros Llegaron en esto las otras dos gal
entre estos señores , y acabar con el ras, y todas cuatro con la presa vol
desencanto de Dulcinea ! pues con la vieron a la playa, donde infinita gen
miseria y pena de tantos no sentiría te ' los estaba esperando, deseosos de
des vos mucho la vuestra ; y más , ver lo que traían . Dió fondo el gene
que podría ser que el sabio Merlín ral cerca de tierra, y conoció que es
tomase en cuenta cada azote destos , taba en la marina el visorrey de la
por ser dados de buena mano, por ciudad . Mandó echar el esquife para
diez de los que vos finalmente os ha- traerle , y mand6 amainar la entena
béis de dar . Preguntar quería el ge para ahorcar Juego luego al arráez y
neral que azotes eran aquellos, o qué á los demás que en el bajel había
desencanto de Dulcinea , cuando dijo cogido , que serían hasta treinta y
el marinero : Señal hace Montjuich de seis personas , todos gallardos , mo
que hay bajel de remos en la costa ros los más, y los escopet ros tur
por la banda de poniente. Esto oído cos. Preguntó el general quién era el
saltó el general en la crujía , y dijo : arráez del bergantín , y fuéle respon
Ea, hijos, no se nos vaya: algún ber dido por uno de los cautivas en lengua
gantin de corsarios de Argel debe de castellana (que después pareció ser
ser éste que la atalaya nos señala . renegado español) : Este mancebo, se
Llegáronse luego las otras tres gale ñor, que aquí ves, es nuestro arráez ;
Tas á la capitana á saber lo que se les y mostróle uno de los más bellos y
-ordenaba . Mandó el general que las gallardos mozos que pudiera pintar la
dos saliesen á la mar, y él con la humana imaginación . La edad al pa
otra iría tierra á tierra ; porque así recer , no llegaba a los veinte años.
el bajel no se les escaparía . Apreto Preguntóle el general : Dime , mal
la chusma los remos , impeliendo las aconsejado perro, ¿ quién te movió á
galeras con tanta furia, que parecía matarme mis dos soldados , pues veias
que volaban . Las que salieron a la ser imposible el escaparte ? ¿ Este
mar , á obra de dos millas descubrie respeto se guarda á las capitanas ?
Ton un bajel , que con la vista le ¿ No sabes tú que no es valentía la
marcaron por de hasta catorce o quin temeridad ? Las esperanzas dudosas
ce bancos, y así era la verdad; el han de hacer á los hombres atrevi
cual bajel cuando descubrió las gale dos, pero no temerarios . Responder
ras se puso en caza con intención y quería el arráez , pero no pudo el ge
esperanza de escaparse por su ligere neral por entonces oir la respuesta
za ; pero avínole mal, porque la ga por 'acudir á recebir al visorrey , que
lers capitana era de los más ligeros ya entraba en la galera , con el cual
bajeles que en la mar navegaban, y entraron algunos de sus criados y al
así le fue entrando, que claramente gunas personas del pueblo. Buena ha
los del bergantín conocie - on que no estado la caza , señor general , dijo el
podían escaparse, y así el arráez qui visorrey . Y tan buena, respondió el
siera que dejaran los remos y se en. general, cual la verá Vuestra Excelen '.
tregaran , por no incitar á enojo al ca cia ahora colgada desta entena . ; C6
pitán que nuestras galeras regía ; te mo ansí ? replicó el virrey , Porque
424 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

me han muerto , respondió el general, cuestro lugar otro suyo tiene. Cómo
contra toda ley y contra toda razón y me vió , como nos habíamos, cómo se
usanza de guerra, des soluados de los vió perdido por mí, y cómo yo no muy
mejores que en estas galeras venian , ganada por él, seria largo de contar,
y yo he jurado ahorcar a cuantos he y más en tiempo que estoy temiendo
cautivado, principalm.nte á est: mo que entre la lengua y la garganta se
zo, que es el arráez del bergantin ; y ha de atravesar el riguroso cordel que
enseñóle al que ya tenda atadas las me amenaza , y así sólo diré cómo
manos y echado el cordel á la gargan. en nuestro destierro quiso acompa
ta, esperando la muerte. Miroie el vi. farma don Gregorio. Mezclose con los
sorrey , y viéndole tan hermoso y tan moriscos que de otros lugares salie .
gallardo y tan humilde, dándole en ron, porque sabía muy bien la lengua,
aquel instante una carta de recomen y en el viaje se hizo amigo de los dos
dación su hermosura, ie vino deseo tíos míos , que consigo me traían ;
de excusar su muerte, y así le pre . porque mi padre, prudente y preveni.
guntó : Dime , arráez , eres turco do, así como oyó el primer bando de
de nación, 6 moro , ó renegado ? A lo ruestro destierro se salió del lugar ,
cual el mozo respondió en lengua asi y se fué á buscar alguno en los reinos
mismo castellana : Ni soy turco de extraños que nos acogiese. Dejó en
ración , ni moro , ni renegadu . Pues cerradas y enterradas en una parte ,
¿ qué eres ? replicó el visorrey. Mujer de quien yo sola tengo noticia, nu .
cristiana, respondió el mancebo. Mu chas perlas y piedras de gran valor,
jer cristiana y en tal traje y en tales con algunos dineros en cruzados y
pasos ? más es cosa para admirarla doblones de oro. Mandóme que no
que para creerla. Suspended, dijo el tocase al tesoro que dejaba en ningu
mozo , oh señores, la ejecución de mi na manera, si acaso antes que éi vol
muerte , que no se perderá mucho en viese nos desterraban . Hleelo así, y
que se dilate vuestra venganza en y con mis tíos , como tengo dicho , y
tanto que yo 08 cuente mi vida. otros parientes y aliegados pasamos
¿ Quién fuera el de corazón tan duro á Berbería, y el lugar donde hicimos
que con estas razones no se ablandara , asiento fué en Argel, como si le hi
á lo menos hasta oir las que el triste ciéramos en el mismo infierno . Tuvo
v lastimado mancebo decir quería ? noticia el rey de mi hermosura, y la
El general le dijo que dijese lo que fama se la dió de mis riquezas , que
quisies , pero que no esperase alcaa . en parte fué ventura mía. Llamóme
zar perdón de su conocida culpa . Con ante sí , preguntóme de qué parte de
esta licencia el mozo comenzó á de España era, y qué dineros y qué jo .
cir desta manera : De aquella nación yas traía . Dijele el lugar , y que las
más desdichada que pruriente, sobre joyas y dineros quedaban en el ente .
quien ha llovido estos días un mar de rrados; pero que con facilidad se po
desgracias , nací yo de moriscos pa drían cobrar si yo misma volviese por
dres engendrada. En la corriente de ellos. Todo esto le dije temerosa de
su desventura fuí yo por dos tíos míos que le cegase mi hermosura , y no
llevada a Berbería , sin que me apro su codicia. Estando conmigo en estas
vechase decir que era cristiana , como pláticas que llegaron á decir como ves
en efecto lo soy, y no de las fingidas nía conmigo uno de los más gallardos
ni aparentes , sino de las verdaderas y hermosos mancebos que se podía
y católicas. No me valió con los que imaginar. Luego entendí que lo de.
tenían á cargo nuestro miserable des cían por don Gaspar Gregorio, cuya
tierro decir esta verdad , ni mis tíos belleza se deja atrás las mayores que
quisieron creerla , antes la tuvieron encarecerse pueden . Turbéme con
por mentira y por invención para que siderando el peligro que don Grego
darme en la tierra donde había na rio corría, porque entre aquellos hár
cido, y así por fuerza más que por baros turcos en más se tiene y estima
grado me trujeron consigo. Tuve una un muchacho o mancebo hermoso ,
madre cristiana , y un padre discreto que una mujer por bellísima que sea .
y cristiano ni más ni menos ; mamé Mandó luego el rey que se le trujesen
la fe católica en la leche; criéme con allí delante para verle, y preguntome
buenas costumbres : ni en la lengua si era verdad lo que de aquel mozo le
ni en ellas jamás, á mi parecer, di decían. Entonces yo , casi como pre
señales de ser morisca. Al par y al venida del cielo, le dije que sí era ;
paso destas virtudes, que yo creo que pero que le hacía saber que no era
lo son , creció mi hermosura , si es que varón , sino mujer como yo, y que le
tengo alguna ; y aunque mi recato y suplicaba me la dejase ir á vestir en
mi encerramiento fué mucho, no de su natural traje , para que de todo en
bió de ser tanto que no tuviese lugar todo mostrasesu belleza , y con menos
de verme un mancebo caballero lla empacho pareciese ante su presencia .
mado don Gaspar Gregorio, hijo ma Dijome que fuese en buena hora y
Forazgo de un caballero que junto á que otro día hablaríamos en el modo
PARTE II.--CAPÍTULO LXIII 425

que se podía tener para que yo vol ba, tuvo clavados los ojos en ella un
viese á España á sacar el escondido anciano peregrino que entró en la
tesoro . Habló con don Gaspar, con galera cuando entró el virrey , y ape
téle el peligro que corría el mostrar nas dió fin á su plática la morisca,
ser hombre : vestile de mora , y aque cuando él se arrojó á sus pies, y
lla mesma tarde le truje á la presen abrazado dellos , con palabras inte.
cia del rey, el cual en viéndole quedó rrumpidas de mil sollozos y suspiros,
admirado, y hizo designio de guardar le dijo: ¡ Oh Ana Félix, desdichada
la para hacer presente della al Gran hija mía , yo soy tu padre Ricote, que
Señor ; y por huir del peligro que en Tolvía a buscarte, por no poder vivir
el serrallo de sus mujeres podía tener sin ti, que eres mi alma. À cuyas pa
y temer de sí mismo, la mandó poner labras abrió los ojos Sancho, y alzó
en casa de unas principales moras, la cabeza , que inclinada tenía pen
que la guardasen y la sirviesen, adon sando en la desgracia de su paseo , y
de le llevaron luego. Lo que los dos mirando al peregrino conoció ser el
sentimos ( que no puedo pegar que le inismo Ricote, que topó el día que
quiero) se deje á la consideración de salió de su gobierno, y confirmose
los que so apartan si bien se quieren . que aquella era su hija, la cual ya
Dio luego traza el rey de que yo vol desatada abrazo a su padre, mezclando
viese á España en este bergantin, y sus lágrimas con las suyas; el cual
que me acompañasen dos turcos de dijo al general y al visorrey : Esta ,
ración , que fueron los que mataron señores, es mi hija, más desdichada
vuestros soldados . Vino también con en sus sucesos que en su nombre .
migo este renegado español, señalan Ana Félix se llama, con el sobrenom .
do al que había hablado primero, del bre de Ricote, famosa tanto por su
cual sé yo bien que es cristiano en. hermosura como por mi riqueza : yo
cubierto, y que viene con más deseo salí de mi patria á buscar en reinos
de quedarse en España, que de vol extraños quien nos albergase y reco
ver á Berbería : la demáy chusma del giese, y habiéndolo hallado en Ale
bergantín son moros y turcos, que no mania , volví en este hábito de pere
sirven de más que de bogar al remo. grino en compañía de unos alemanes
Los dos turcos, codiciosos é isolen . á buscar á mi hija, y á desente
tes, sin guardar el orden que traíamos rrar muchas riquezas que dejé escon .
de que á mí y á este renegado en la didas. No ballé á mi hija, hallé el
primer parte de España, en hábito de tesoro que conmigo traigo ; y agora
cristianos de que venimos proveidos, por el extraño rodeo que habéis visto
nos echasen en tierra, primero qui. he hallado el tesoro que más me en .
sieron correr esta costa , y hacer al
riquece, que es á mi quórida hija ;
guna presa si pudiesen , temiendo que si nuestra poca culpa y sus lágrimas
si primero nos echaban en tierra, por y las mías por la integridad de vues
algún accidente que á los dos nos su tra justicia pueden abrir puertas iš
cediese podríamos descubrir que que la misericordia, usadla con nosotros,
daba el bergantín en la mar, y si aca que jamás tuvimos pensamiento de
so hubiese galeras por esta costa, los ofenderos, ni convenimos en ningún
tomasen . Anoche descubrimos esta modo con la intención de los nues
playa , y hoy , sin tener noticias destas tros , que justamente han sido deste
cuatro galeras fuimos descubiertos, y rrados. Entonces dijo Sancho : Bien
nos ha sucedido lo que habéis visto . conozco á Ricote , y sé que es verdad
En resolución , don Gregorio queda en lo que dice en cuanto á ser Ana Fé .
hábito de mujer entre mujeres, con lix su hija, que en esotras zarandajas
manifiesto peligro de perderse , y yo de ir y venir, tener buena 6 mala
me veo atadas las manos, esperando, intención , no me entremeto. Admi
ó por mejor decir, temiendo perder la rados del extraño caso todos los pre
vida que ya me cansa. Este es , seño
res, el fin de mi larrentable historia, sentes , el general dijo : Una por una
tan verdadera como desdichada : lo
vuestras lágrimas no me dejarán
que os ruego es que me dejéis morir
cumplir mi juramento : vivid , her
mosa Ana Félix , los años de vida que
como cristiana, pues, como ya he di os tiene determinados el cielo, y lle .
cho en ninguna cosa he sido causan ven la pena de su culpa los insolen
te de la culpa en que los de mi nación tes y atrevidos que la cometieron ; y
han caído : y luego calló , preñados mando luego ahorcar de la entena á
los ojos de tiernas lágrimas, á quien los dos turcos que á sus dos soldados
acompañaron muchas de los que pre habían muerto ; pero el visorrey le pi.
sentes estaban . El visorrey, tierno y dió encarecidamente no los ahorcase,
compasivo, sin hablarle palabra se pues más locura que valentía había
lego á ella, y le quitó con sus manos sido la suya. Hizo el general lo que
el cordel que las hermosas de la mora el visorrey le pedía, porque no se eje
ligaba. En tanto pues que la morisca cutan bien las venganzas á sangre
cristiana su peregrina historia trata helada : procuraron luego dar traza
426 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

de sacar à don Gaspar Gregorio del te, respondió don Quijote, pues lle
peligro en que quedaba : ofreció Ria gando el barco á la marina nos po
cote para ello más de dos mil ducados dremos embarcar en el aunque todo
que en perlas y joyas tenía : diéron . - el mundo lo impida. Muy bien lo
$ e muchos medios ; pero ninguno fué pinta y facilita vuesa merced , dijo
tal como el que dio el renegado es Sancho ; pero del dicho al hecho hay
pañol que se ha dicho, el cual se gran trecho, y yo me atengo al re
ofreció de volver á Argel en algún negado, que me parece muy hombre
barco pequeño de hasta seis bancos, de bien y de muy buenas entrañas ,
armado de remeros cristianos , porque Don Antonio dijo que si el renegado
él sabía dónde, cómo y cuándo podía no saliese bien del caso , se tomaria
y debía desembarcar, y asimismo no el expediente de que el gran don Qui.
ignoraba la casa donde don Gaspar jote pasase en Berbería.De allí á dos
quedaba : dudaron el general y el vi días partió el renegado en un ligero
sorrey de fiarse del renegado, ni con barco de seis remos por banda , arma
fiar déi los cristianos que habían de do de valentísima chusma, y de allí
bogar el remo ; fible Ana Félix, y á otros dos se partieron las galeras
Ricote su padre dijo que salía á dar á Levante , babiendo pedido el gene
el rescate de los cristianos si acaso ral al visorrey fuese servido de avi
se perdiesen. Firmados pues en este barle de lo que sucediese en la libertad
parecer se desembarcó el visorrey, y de don Gregorio y en el caso de Ana
don Antonio Moreno se llevó consigo Félix. Quedó el visorrey de hacerlo
á la morisca y á su padre , encargán así como se lo pedía ; y una mañana,
dole el visorrey que los regalase y saliendo don Quijote á pasear por la
acariciase cuanto le fuese posible, que playa, armado de todas sus armas,
de su parte le ofrecía lo que en su porque, como muchas veces decía ,
casa hubiese para su regalo : tanta allas eran sus arreos, y su descanso
fué la benevolencia y caridad que la el'pelear, y no se hallaba sin ellas
hermosura de Ana Félix infundió en un punto , vió venir hacia él un caba .
su pecho . llero armado asimismo de punta en
bianco, que en el escudo traía pinta
da una luna resplandeciente , el cual,
llegándose á trecho que podía ser
CAPITULO LXIV oido, en altas voces, encaminando
sus razones á don Quijote, dijo : In
signe caballero, y jamás como se de
Que trata de la aventura que más be alabado, don Quijote de la Man
pesadumbre dió á don Quijote de cha, yo soy el caballero de la Blan
cuantas hasta entonces le habían ca Luna , cuyas inauditas hazañas
sucedido . quizá te le habrán traido á la me
moria : vengo á contender contigo y
á probar la fuerza de tus brazos, en
La mujer de don Antonio Moreno , razón de hacerte conocer y confesar
cuenta la historia que recibió gran que mi dama, sea quien fuere, es sin
dísimo contento de ver á Ana Félix comparación más hermosa que tu
en su casa . Recibióla con mucho agı Dulcinea del Toboso ; la cual verdad ,
do , así enamorada de su belleza co si tú la confiesas de llano en llano,
mo de su discreción , porque en lo excusará tu muerte y el trabajo que
uno y en lo otro era extremada la yo he da tomar en dártela : y si tú
morisca, y toda la gente de la ciudad , peleares, y yo te venciere, no quiero
como á campana tañida, venían á otra satisfacción, sino que dejando
verla . Dijo don Quijote á don Antonio las armas, y absteniéndote de buscar
que el parecer que habían tomado en aventuras, te recojas y retires à tu
la libertad de don Gregorio no era lugar por tiempo de un año, donde
bueno , porque tenía más de peligro. has de vivir sin echar mano á la es.
so que de conveniente, y que sería pada , en paz tranquila y en prove
mejor que le pusiesen á él en Berbe choso sosiego, porque así conviene
ría con su armas y caballo, que él le al aumento de tu hacienda y á la
sacaría á pesar de toda la morisma salvación de tu alma : y si tú me
como había hecho don Gaiferos con su vencieras quedará á tu discreción mi
esposa Melisendra. Advierta vủesa cabeza , y serán tuyos los despojos de
merced , dijo Sancho oyendo esto, que mis armas y caballo, y pasará á la
el señor don Gaiteros sacó á su es tuya la fama de mis hazañas. Mira lo
posa de tierra firme, y la llevó á que te está mejor , y respondeme lue
Trarcia por tierra firme ; pero aquí, go, porque hoy todo el día traigo de
si acaso sacamos á don Gregorio , no término para despachar este nego
tenemos por dónde traerle á España, cio. Don Quijote quedó suspenso y
pues está la mar en medio . Para to atónito, asi de la arrogancia del cs
do hay remedio , si no es para la muer. ballero de la Blanca Luna, como de
PARTE II . - CAPITULO LXIV 427

la causa por que le desafiaba, y con y don Quijote hizo lo mismo ; el cual
reposo y ademán severo le respon encomendándose al cielo de todo vo
dio : Caballero de la Blanca Luna, razón, y á su Dulcinea, como tenía
cuyas hazañas hasta ahora no han de costumbre al comenzar de las ba
llegado á mi noticia , yo os haré jurar tallas que se le ofrecían, tornó á to.
que jamás habéis visto á la ilustre mar otro poco más del campo, por
Dulcinea, que si visto la hubiérades , que vió que su contrario hacía lo
yo sé que procurárades no poneros mismo, y sin tocar trompeta ni ctro
en esta demanda, porque su vista cs instrumento bélico que les diese se .
desengañara de que no ha habido ni ñal de arremeter, volvieron entram
puede haber belleza que con la susu bos á un mismo tiempo las riendas
compararse pueda : y así, no dicién á sus caballos ; y como era más lige
doos que mentís, sino que no acertáis ro el de la Blanca Luna, llegó á don .
en lo propuesto, con las condiciones Quijote á dos tercios andados de la
que habéis referido aceto vuestro carrera , y ailí le encontro con tan
desafío, y luego, porque no se pasa poderosa fuerza , sin tocarle con la
se el día que traéis determinado ; y lanza, que la levantó al parecer de
sólo exceptúo de las condiciones la propósito, que dió con Rocinante y
de que se pase á mí la fama de vues con don Quijote por el suelo con una
tras hazañas, porque no sé cuáles ni peligrosa caída . Fué luego sobre él, y
qué tales sean : con las mías me poniéndole la lanza sobre la visera
contento , tales cuales ellas son . To le dijo : Vencido sois , caballero, v
mad pues la parte del campo que aun muerto , si no confesáis las condi.
quisiéredes, que yo haré lo mesmo, y ciones de nuestro desafío . Don Quijo
á quien Dios se la diere , san Pedro te , molido y aturdido, sin alzarse la
Se la bendiga. Habían descubierto de visera, como si hablara dentro de una
la ciudad al caballero de la Blanca tumba, con voz debilitada y enferma
Luna, y dichoselo al visorrey, y que dijo : Dulcinea del Toboso es la mis
estaba hablando con don Quijote de la hermosa mujer del mundo , y yo el
Mancha. El visorrey , creyendo sería más desdichado caballero de la tie
alguna nueva aventura fabricada por rra, y no es bien que mi flaqueza de
don Antonio Moreno, ó por otro al. fraude esta verdad ; aprieta, caballe
gún caballero de la ciudad, salió ro, la lanza , y quitame la vida, pues
luego á la playa con don Antonio y me has quitado la honra. Eso no
con otros muchos caballeros que le haré yo por cierto, dijo el de la Blan.
acompañaban , y Sancho, á tiempo ca Luna: viva , viva en su entereza
cuando don Quijote volvía las riendas la fama de la hermosura de la seño
á Rocinante para tomar del campo lo ra Dulcinea del Toboso , que sólo me
necesario . Viendo pues el visorrey que contento con que el gran don Quijote
daban los dos señales de volverse á se retire á su lugar un año, ó hasta
encontrar, se puso en medio , pregun el tiempo que por mi le fuere manda
tándoles qué era la causa que les mo do, como concertamos antes de entrar
vía á hacer tan de improviso batalla. en esta batalla . Todo esto oyeron el
El caballero de la Blanca Luna res visorrey y don Antonio con otros mu
pondió que era preced cia de hermo chos que allí estaban , y oyeron asi
sura , y en breves razones le dijo las mismo que don Quijote respondió
mismas que había dicho á don Quijo . que como no le pidiese cosa que fue.
te , con la aceptación de las condicio se en perjuicio de Dulcinea , todo lo
nes del desafío hechas por entrambas demás cumpliría como caballero pun
partes. Llegóse el visorrey á don An tual y verdadero. Hecha esta confe.
tonio , y preguntole paso si sabía quién sión volvió las riendas el de la Blan
era el tal caballero de la Blanca Luna, ca Luna , y haciendo mesura con la
o si era alguna burla que querían ha cabeza al visorrey, á medio galope se
cer á don Quijote . Don Antonio le entró en la ciudad. Mandó el visorrey
respondió que ni sabía quién era , ni á don Antonio que fuese tras él , y
si era de burlas ni de veras el tal que en todas maneras supiese quién
desafío. Esta respuesta tuvo perplejo era . Levantaron á don Quijote , des.
al visorrey en si les dejaría ó no pasar cubriéronle el rostro, y halláronle sin
adelante en la batalla ; pero no pu color y trasudando . Rocinante , de
diéndose persuadir á que fuese sino puro malparado no se pudo mover
burla, se apartó diciendo : Señores por entonces . Sancho, todo triste ,
caballeros, si aquí no hay otro reme todo apesarado, no sabía qué decirse
dio sino confesar ó morir , y el señor ni qué hacerse . Parecíale que todo
don Quijote está en sus trece, y vue aquel suceso pasaba en sueños, y que
sa merced el de la Blanca Luna en toda aquella máquina era cosa de en
sug catorce , à la mano de Dios , y cantamento . Veía á su señor ren
dense. Agradeció el de la Blanca Lu dido y obligado á no tomar armas
na con corteses y discretas razones en un año. Imaginaba la luz de la
el visorrey la licencia que se les daba , gloria de sus hazañas escurecida, las
428 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

esperanzas de sus nuevas proezas prosiguió su camino, y yo me volut


deshechas como se deshace el bumo vencido, corrido y molido de la caí
con el viento. Temía si quedaría ó no da, que fue además peligrosa ; pero
contrahecho Rocinante, o deslocado no por esto se me quitó el deseo de
su amo : que no fuera poca ventu volver á buscarle yá vencerle, como
ra si deslocado quedara. Finalmente, hoy se ha visto . Y como él es tan
con una silla de manos , que man:16 puntual en guardar las órdenes de
tratr el visorrey , le llevaron á la ciu la andante caballería, sin duda alguna
dad , y el visorrey se volvió también guardará la que le he dado en cum
á ella con deseo de saber quién fu se plimiento de su palabra. Esto es, se
el caballero de la Blanca Luna, que ñor, lo que pasa , sin que tenga de
de tan mal talante había dejado á deciros otra cosa alguna : suplicoos
don Quijote . no me descubráis , ni le digáis á don
Quijote quién soy , porque tengan
efecto los buenos pensamientos míos ,
y vuelva á cobrar su juicio un hom.
CAPITULO LXV bre que le tiene bonísimo, como le
dejen las sandeces de la caballería .
iOh señor ! dijo don Antonio , Dios
Donde se da noticia de quién era os perdone el agravio que habéis he
el de la Blanca Luna , con la li cho al mundo en querer volver cuer
bertad de don Gregorio, y de otros do al más gracioso loco que hay en
suce808 . él . No veis, señor, que no podrá
llegar el provecho que causa la cor
dura de don Quijote á lo que llega el
Siguió don Antonio Moreno al ca gusto que da con sus des varios ? Pero
tallero de la Blanca Luna, y siguie yo imagino que toda la industria
ronle también y aun persiguiéronle del señor bachiller no ha de ser parte
muchos muchachos, hasta que je ce para volver cuerdo a un hombre
rraron en un mesón dentro de ia tan rematadamente loco ; si no fue.
ciudad . Entró en él don Antonio con se contra caridad diria que nunca
deseo de conocerle : salió un escude sane don Quijote , porque.con su sa
ro á recibirle y á desarmarle : enoe lud , no solamente perdemos sus gra
rróse en una sala baja, y con él don cias , sino las de Sancho Panza su es
Antonio, que no se le cocía el pan cudero, que cualquiera dellas puede
hasta saber quién fuese . Viendo pues volver á alegrará la misma me
el de la Blanca Luna que aquel ca lancolía . Con todo esto callaré y
ballero no le dejaba , le dijo: Bien no le dire nada, por ver si salgo ver
sé , señor, á lo que venís, que es á dadero en sospechar que no ha de
saber quién soy ; y porque no hay tener efecto la diligencia hecha por
para qué negároslo , en tanto que este el señor Carrasco . El cual respon
mi criado me desarma os lo diré sia dió que ya una por una estaba en
faltar un punto á la verdad del caso. buen punto aquel negocio, de quien
Sabed , señor, que a mí me llaman el esperaba feliz suceso ; y habien
bachiller Sansón Carrasco . Soy del dose ofrecido á don Antonio de ha
mismo lugar de don Quijote de la cer lo que más le mandase, se des.
Mancha, cuya locura y sandez mueve pidió del ; y hechas liar sus armas so
á que le tengamos lástima todos cuan bre un macho , luego al mismo punto
tos le conocemos, y entre los que sobre el caballo con que entró en la
más se la han tenido uno he sido yo ; batalla se salió de la ciudad aquel
y creyendo que está bu salud en su mismo día, y se volvió a su patria
reposo , y en que se esté en su tierra sin sucederle cosa quea obligue á con .
y en su casa, di traza para hacerle tarla en esta verdader historia . Con
estar en ella, y así habrá tres meses tó don Antonio al visorrey todo lo que
que le salí al camino como caballero Carrasco le había contado, de lo que
andante, llamándome el caballero de el visorrey no recibió mucho gusto ,
los Espejos , con intención de pelear porque en el recogimiento de don
con él y venoerle, sin hacerle daño, Quijote se perdía el que podían tener
poniendo por condición de nuestra todos aquellos que de sus locuras tu
pelea que el vencido quedase á dis viesen noticia . Seis días estuvo don
creción del vencedor : y lo que pen
saba pedirle, porque ya le juzgaba Quijote en el lecho , marrido, triste,
por vencido , era que se volviese & pensativo y mal acondicionado , yen
su lugar, y que no saliese del en todo
do y viniendo con la imaginación en
el desdichado suceso de su vencimien .
un año, en el cual tiempo podría ser to. Consolábale Sancho, y entre otras
curado ; pero la suerte lo ordenó de
otra manera, porque él me venció razones le dijo : Señor mío, alce vue
á mí, y me derribó del caballo , y así sa merced la cabeza , y alégrese si
no tuvo efecto mi pensamiento : él puede , y dé gracias al cielo , que ya
que le derribó en la tierra no salie
PARTE II.-- CAPÍTULO LXV 429
con alguna costilla quebrada ; y pues hábitos de mujer, en el barco los tro.
sabe que donde las dan las toman, y có por los de un cautivo que saco
que no siempre hay tocinos donde consigo ; pero en cualquiera que vi
hay estacas, dé una higa al médico, niera mostrara ser persona para ser
pues no le ha menester para que le codiciada, servida y estimada, porque
cure en esta enfermedad . Volvámy era hermoso sobremanera, y la edad
nos á nuestra casa , y dejémonos de al parecer de diez y siete ó diez y
andar buscando aventuras por tie ocho años . Ricote y su hija salieron
rras y lugares que no sabemos ; y á recebirle , el padre con lágrmas, y
si bien se considera, yo soy aquí el la hija con honestidad . No se abra
Tiás perdidoso , aunque es vuesa mer. zaron unos á otros, porque donde hay
ced el más mal parado. Yo que deje mucho amor no suele haber demasia
con el ierno los deseos de ser más da desenvolt Las dos bellezas
gobernador, no dejé la gana de ser juntas de don Gregorio y Ana Félix
conde, que jamás tendrá efecto si admiraron en particular á todos jun.
vuesa merced deja de ser rey dejando tos los que presentes estaban . El si
el ejercicio de su caballería, y así lencio fué allí el que habló por los
vienen a volverse en humo mis es dos amantes, y los ojos fueron las
peranzas. Calla, Sancho, pues ves que lenguas que descubrieron sus alegres
mi reclusión y retirada no ha de pa y honestos pensamientos. Contó el
sac de un año, que luego volveré á renegado la industria y medio que
mis honrados ejercicios , y no me ha tuvo para sacar á don Gregorio. Con
de faltar reino que gane y algún con to don Gregorio los peligros y aprie !
dado que darte. Dios lo oiga, dijo tos en que se había visto con las mu
Sancho, y el pecado sea sordo, que jeres con quien había quedado, no
siempre he oído decir que más vale con largo razonamiento, sino con bre
buena esperanza que ruin posesión. ves palabras, donde mostró que su
En esto estaban cuando entró don An discreción se adelantaba á sus años .
tonio diciendo con muestras de gran . Finaimente Ricote pagó y satisfizo
dísimo contento : Albricias, señor don liberalmente así al renegado como a
Quijote, que don Gregorio y el rene los que habían bogado al remo. Rein
gado que fué por él están en la pla corporóge y redujose el renegado
ya ; ¿ qué digo en la playa ? ya están con la Iglesia, y de miembro podrido
en casa del visorrey y estarán aquí al volvió limpio y sano con la peniten.
momento. Alegróse algún tanto don cia y el arrepentimiento. De allí. á
Quijote, y dijo: En verdad que estoy dos días trató el visorrey con don An
por decir que me holgaría que hu tonio qué modo tendrían para que
biera sucedido todo al revés , porque Ana Félix y su padre quedasen en Es.
me obligara á pasar en Berberla, don . paña, pareciéndoles no ser de incon
de con la fuerza de mi brazo diera veniente alguno que quedasen en ella
libertad , no sólo á don Gregorio, sino hija tan cristiana y padre al parecer
á cuantos cristianos cautivos hay en tan bien intencionado. Don Antonio
Berbería. Pero, ¿ qué digo, miserable ? se ofreció á venir a la corte á nego
¿ No soy yo el vencido ? ¿ No soy yo ciarlo, donde habla de venir forzo
el derribado ? ¿ No soy yo el que no samente á otros negocios, dando á
puede tomar armas en un año ? Pues entender que en ella por medio del
qué prometo ? ¿ de qué me alabo, si favor y de las dádivas muchas co
antes me conviene usar de la rueca sas dificultosas se acaban. No, dijo
que de la espada ? Déjese deso , se Ricote, que se halló presente á esta
ñor , dijo Sancho : viva la gallina, plática , no hay que esperar en favores
aunque con su pepita, que hoy por ni en dádivas, porque con el gran
ti y mañana por mí ; y en estas cosas don Bernardino de Velasco, conde de
de encuentros y porrazos no hay Salazar , á quien dió su Majestad el
tomarles tiento alguno, pues el que cargo de nuestra expulsión, no valen
hoy cae puede levantarse mañana , si ruegos , no promesas, no dádivas, no
no es que se quiere estar en la cama : lástimas; porque aunque es verdad
quiero decir, que se deje desmayar, que él mezcla la misericordia con la
sin cobrar nuevos brios para nuevas justicia, como él ve que todo el cuer.
pendencias y levántese vuesa merced po de nuestra nación está contamina
agora para recebir á don Gregorio , do y podrido, usa con él antes del
que me parece que anda la gente al cauterio que abrasa, que del ungüen
borotada, y ya debe de estar en casa . to que molifica, y así con prudencia,
Y así era la verdad , porque habiendo con sagacidad , con diligencia y con
ya dado cuenta don Gregorio y el miedos que pone , ha llevado sobre
renegado al visorrey de su ida y vuel. sus fuertes hombros á debida ejecu
ta, deseoso don Gregorio de ver á Ana ción el peso de tan gran máquina, sin
Félix , vino con el renegado á casa de que nuestras industrias, estratage
don Antonio ; y aunque don Gregorio mas , solicitudes y fraudes hayan po
cuando le sacaron de Argel fué con dido deslumbrar sus ojos de Argos,
430 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
que contino tiene alerta , podque no valientes corazones es , señor mío ,
se le quede ni encubra ninguno de tener sufrimiento en las desgracias ,
los nuestros, que como raíz escondi. como alegria en las prosperidades :
da, con el tiempo venga después á esto lo juzgo por mí mismo, que si
brotar y echar frutos venenosos en cuando era gobernador estaba alegre ,
España, ya limpia, ya desembaraza agora que soy escudero de a pie, no
da de los temores en que nuestra mu . estoy triste : porque he oido decir
chedumbre la tenía . i Heroica resolu que esta que llaman por ahí fortuna,
eión del gran Filipo III , y inaudita es una mujer borracha y antojadizy,
prudencia en haberla encargado al tal y sobre todo ciega, y así no ve lo que
don Bernardino de Velasco ! Una por hace, ni gabe á quién derriba ni á
una yo haré , puesto aliá, las dili quién ensalza. Muy filósofo estás, San
gencias posibles, y haga el cielo lo cho, respondió don Qnijote, muy á
que más fuere servido, dijo don An lo discreto hablas ; no sé quién te lo
tonio : don Gregorio se irá conmigo enseña . Lo que sé decir es que no
á consolar la pena que sus padres de hay fortuna en el mundo, ni las cosas
cen tener por su ausencia : Ana Fé que en él suceden , buenas o malas
lix se quedará con mi mujer en mi que sean , vienen acaso , sino por par
casa ó en un monasterio, y yo sé que ticular providencia de los cielos; y
el señor visorrey gustará se quede en de aquí viene lo que suele decirse,
la suya el buen Ricote hasta ver co que cada uno es artífice de su ven.
mo yo negocio . El visorrey consintió tura . Yo lo he sido de la mía , perc
en todo lo propuesto : pero don Gre no con la prudencia necesaria , y ast
gorio, sabiendo lo que pasaba, dijo me han salido al gallarín mis presun
que en ninguna manera podía ni qup ciones, pues debiera pensar que a}
ría dejar a doña Ana Félix; pero te poderoso grandor del caballo dei de
niendo intención de ver á sus padres, la Blanca Luna no podía resistir la
y de dar traza de volver por ella , flaqueza de Rocinante. 'Atrevíme en
vino en el decretado concierto . Que . fin , hice lo que pude, derribáronme,
abse Ana Félix con la mujer de con y aunque perdí la honra, no perdí ni
Antonio , y Ricote en casa del visorrey . puedo perder la virtud de cumplir
Llegóse el día de la partida de don mi palabra. Cuando era caballero an .
Antonio, y el de don Quijote y San . dante, atrevido y valiente, con mis
cho, que fué de allí á otros dos, que obras y con mis manos acreditaba mis
la caída no le concedió que más pres. hechos ; y agora, cuando soy escudero
to se pusiese en camino. Hubo lágri pedestre acreditaré mis palabras cum
mas , hubo suspiros, desmayos y so pliendo la que di de mi retirada. Ca
llozos al despedirse don Gregorio de mina pues, amigo Sancho , y vamos
Ana Félix. Ofrecible Ricote á don á tener en nuestra tierra el año del
Gregorio mil escudos si los queria ; noviciado, con cuyo encerramiento
pero él no tomó pinguno , sino solos cobraremos virtud nueva para volver
cinco que le prestó don Antonio, pro al nunca de mí olvidado ejercicio de
metiendo la paga dellos en la corte las armas . Señor , respordió Sancho,
Con esto se partieron los dos , y don no es cosa tan gustosa el caminar á
Quijote y Sancho después, como se pie que me mueva é incits á hacer
ha dicho : don Quijote desarmado grandes jornadas. Dejemos estas ar
de camino , Sancho , á pie , por ir el mas colgadas de algún árbol en lugar
rucio cargado con las armas. de un ahorcado, y ocupando yo las es
paldas del rucio, levantados los pies
del suelo, haremos las jornadas co
mo vuesa meroed las pidiere y mi
CAPITULO LXVI diere : que pensar que tengo de ca
minar á pie y hacerlas grandes, es
pensar en lo excusado . Bien has di.
Que trata de lo que verá el que lo cho, Sancho, respondió don Quijote :
leyere, ó lo oirá el que lo escu . cuélgucnse mis armas por trofeo , y
chare leer . al pie dellas ó alrededor dellas gra
haremos en los árboles lo que
el trofeo de las armas de Roldán es.
Al salir de Barcelona volvió don taba escrito :
Quijote á mirar el sitio donde había
caído , y dijo : Aqui fué Troya ; aquí Nadie las mueva ,
mi desdicha y no mi cobardía , se que estar no pueda
llevó mis alcanzadas glorias ; aquí con Roldán á prueba.
usó la fortuna conmigo de sus vuel
tas y revueltas ; aquí se escurecieron Todo eso me parece de perlas, res
mis hazañas ; aquí finalmente cayó pondió Sancho ; y si no fuera por la
mi ventura para jamás levantarse . falta que para el camino nos había
Oyendo lo cual Sancho, dijo : Tan de de hacer Rocinante , también fuera
DARTE II, -CAPÍTULO LXVI 431

bien dejarle colgado. Pues ni él ni ciere y estuviere , y desta maner %


las armas, replicó don Quijote , quia. quedando en cinco arrobas de peso
ro que se ahorquen , porque no se se igualará y ajustará con las cinco
diga que á buen servicio mal galar de su contrario, y así podrán correr
dón . Muy bien dice vuesa merced , igualmente. Voto á tal dijo un la
respondió Sancho, porque según opi brador que escuchó la sentencia de
aión de discretos, la culpa del asno Sancho , que este señor ha hablado
110se ia de echar a la albarda ; y como un bendito , y sentenciado co
pues deste suceso vuesa merced tie . mo un canónigo ; pero a buen segu .
ne la culpa, castiguese á sí mesmo, ro que no ha de querer quitarse el
no revienten sus iras por las ya gordo una onza de sus carnes, cuanto
rotas y sangrientas armas, ni por la3 más seis arrobas. Lo mejor es que
mansedumbres de Rocinante , ni por no corran, respondió otro, porque el
la blandura de mis pies, queriendo flaco no se muela con el peso ni el
que caminen más de lo justo . En gordo se descarne , y échese la mitad
estas razones y pláticas se les pasó de la apuesta en vino, y llevemos es
todo aquel día, y aun otros cuatro , tos señores a la taberna de lo caro y
sin sucederles cosa que estorbase su sobre mí la capa cuando llueva. Yo,
camino, y al quinto día á la entrada señores , respondió don Quijote , os
de un lugar hallaron á la puerta de lo agradezco ; pero no puedo dete
un inesón mucha gente , que por ser nerme un punto, porque pensamien
fiesta se estaba allí solazando . Cuan tos y sucesos tristes me hacen par .
do llegaba á ellos don Quijote, un cfr descortés, y caminar más que de
labrador alzó la voz, diciendo : Al paso : y así dando de las espuelas á
guno destos dos señores que aquí Rocinante pasó adelante , dejándolos
admirados de haber visto y notado
vienen , que no conocen las partes , así su extraña figura , como la dis.
dirá lo que se ha de hacer en nues
tra apuesta . Si diré por cierto , res creción de su criado , que por tal juz
pondió don Quijote, con toda recti garon á Sancho : y otro de los labra
tud , si es que alcanzo á entenderla. dores dijo : Si el criado es tan dis
Es pues el caso , dijo el labrador , creto , ¿ cuál debe de ser el amo ? Yo
señor bueno , que un vecino deste lu
apostaré que si van á estudiar á Sa
lamanca, que á un tris han de venir
gar , tan gordo que pesa once arro
bas desafio á correr a otro su veci . á ser alcaldes de corte , que todo es
no que no pesa más que cinco . Fué la burla , sino estudiar y más estudiar ,
condición que habían de correr una y tener favor y ventura, y cuando
meros se piensa el hombre se halla
carrera de cien pasos con pesos igua con una vara en la mano, ó con una
les, y habiéndole preguntado al desa mitra en la cabeza . A quella noch
fiador. cómo se había de igualar el la pasaron amo y mozo en mitad del
peso , dijo que el desafiado, que pesa campo al cielo raso y descubierto , y
once arrobas del flaco con las once otro día , siguiendo su camino , vieron
rro á cuestas , y así se igualarían las que nacia ellos venía un hombre de
cinco arrobas del flaco con las once
á pie con unas alforjas al cuello y una
del gordo . Eso no , dijo á esta sazón azcona ó chuzo en la mano , propio
Sancho antes que don Quijote res talle de correo de á pie , el cual como
pondiese : y á mí que ha pocos días
llegó junto á don Quijote adelantó el
que salí de ser gobernador y juez, paso , y medio corriendo llegó á él , v
como todo el mundo sabe , toca ave. abrazándole por el muslo derecho,
riguar estas dudas , y dar parecer en
que no alcanzaba á más , le dijo con
todo pleito. Responde en buen hora, mncstras de mucha alegría : iOh mi
dijo don Quijote , Sancho amigo, que
yo no estoy para dar migas á un gato, señor don Quijote de la Mancha, y
gué gran contento ha de llegar al co
según traigo alborotado y trastorna razón de mi señor el duque cuando
do el juicio. Con esta licencia, dijo sepa que vuesa merced vuelve á su
Sancho á los labradores que estaban
castillo , que todavía se está en el con
muchos alrededor dél , la boca abier
ta , esperando la sentencia de la su mi señora la duquesa ! No os conoz
co , amigo, respondió don Quijote, ni
ya : Hermanos, lo que el gordo pide sé quién sois, si vos no me lo decís.
no lleva camino, ni tiene sombra de Yo, señor don Quijote , respondió el
justicia alguna , porque si es verdad
lo que se dice, que el desafiado pue correo , soy Tosilos el lacayo del du
de escoger las armas , no es bien que que mi señor, que no quise pelear
con vuesa merced sobre el casamien
éste las escoja tales, que le impidan
ni estorben ei salir vencedor : y así to de la hija de doña Rodríguez.
es mi parecer, que el gordo desafia ¡ Válame Dios ! dijo don Quijote : ¿ es
dor se escamonde , monde , entresa posible que sois vos el que los en
que , pula y atilde, y saque seis arro cantadores mis enemigos transforma
bas de sus carnes , de aquí o de allí ron en ese lacayo que decís , por de
de su cuerpo , como mejor le pare fraudarnue de la honra de aquella
432 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
batalla ? Calle, señor bueno , replicó
el cartero , que no hubo encanto al
guno, ni mudanza de rostro ningu
na : tan lacayo Tosilos entré en la CAPITULO LXVII
stacada, como Tosilos lacayo sali
della. Yo pensé casarme sin pelear,
por haberme parecido bien la moza ; De la resolución que tomó don
pero sucedióme al revés mi pensa- Quijote de hacerse pastor ? &d
miento , pues así como vuesa merced guir la vida del campo en tan
se partió de nuestro castillo, el du to que se pasaba el año de su
que mi señor me hizo dar cien palos promesa , con otros sucesos en
por haber contravenido a las or verdad gustosos y buenos.
denanzas que me tenía dadas antes
de entrar en la batalla, y todo ha
parado en que la muchacha es ya Si muchos pensamientos fatigaban
monja , y doña Rodríguez se ha vuel- á don Quijote antes de ser derriba
to á Castilla , y yo voy ahora á Bár- do, muchos más le fatigaron después
celona á llevar un pliego de cartas al de caído . A la sombra del árbol es
virrey , que le envía mi amo . Si pue- taba, como se ha dicho, y allí como
sa merced quiere un traguito , aunque moscas á la miel le acudían y pici
caliente , puro , aquí llevo una cala- bar pensamientos. Unos iban al des
baza llena de io caro, con no sé cuán- encanto de Dulcinea, y otros á la
tas rajitas de queso de Tronchón, vida que había de hacer en su for
que servirán de llamativo y desperta- zosa retirada. Llegó Sancho, y ala
dor de la sed , si acaso está durmiendo. bóle , la liberal condición del lacayo
Quiero el envite , dijo Sancho, y éche- Tosilos. ¿ Es posible , le dijo don Qui
se el resto de la cortesía, y escan- jote, que todavía, oh Sancho, pien
cíe el buen Tosilos á despecho y pe- ses, que aquel sea verdadero la .
sar de cuantos encantadores hay en cayo ? Parece que se te ha ido de
las Indias. En fin , dijo don Quijote, las mientes haber visto á Dulcinea
tú eres, Sancho, el mayor glotón del convertida y transformada en labra
murdo, y el mayor ignorante de la dora, y al caballero de los Espejos en
tierra, pues no te persuades que este el bachiller Carrasco : obras todas
correo es encantado, y este Tosilos de los encantadores que me persi.
contrahecho : quédate con él y hár. guen. Pero diine ahora, & preguntas
tate , que yo me iré adelante poco á te á ese Tosilos que dices, qué ha
poco, esperándote á que vengas. Rio- hecho Dios de Altisidora, si ha llo
se el lacayo, desenvainó su calabaza, rado mi ausencia, o si ha dejado ya
desalforjó eus, rajas, y sacando un en las manos del olvido los enamo .
panecillo, él y Sancho se sentaron rados pensamientos que en mi pre
sobre la hierba verde y en buena sencia la fatigaban ? No eran , res
paz y compaña despabilaron y dieron pordió Sancho, los que yo tenía ta
fondo con todo el repuesto de las les, que me diesen lugar á preguntar
alforjas, con tan buenos alientos, que boberías . i Cuerpo de mí ! señor, & es
lamieron el pliego de las cartas sólo tá vuesa merced ahora en términos
porque olía á queso. Dijo Tosilos á de inquirir pensamientos ajenos, es
Sancho : Sin duda este tu amo, San- pecialmente amorosos ? Mira San
cho amigo , debe de ser un loco . ¿ Có. cho , dijo don Quijote, mucha dife
mo debe ? respondió Sancho, no le- rencia hay de las obras que se ha .
be nada a nadie, que todo lo paga, y cen por amor, a las que se hacen por
más cuando la moneda es locura : agradecimiento. Bien puede ser que
hien lo veo yo y bien se lo digo á un caballero sea desamorado ; pero
él ; pero ¿ qué aprovecha ? y más no puede ser, hablando en todo ri
agora que va rematado, porque va gor , que sea desagradecido. Quisome
vencido del caballero de la Blanca bien , al parecer, Altisidora, dióme
Luna. Rogóle Tosilos le contase io ios tres tocadores que sabes , lloro
que le había sucedido ; pero Sancho mi partida, maldíjome, vituperó.
le respondió que era descortesía de- me , quejóse à despecho de la ver.
jar que su amo ie esperase , que otro güenza públicamente : señales todas
día, si se encontrasen, habría lugar de que me adoraba, que las iras de
para ello : y levantándose después de los amantes sueler parar en maldi.
haberse sacudido el sayo y las migl. ciones . Yo no tuve esperanzas que
jas de las barbas, antecogió al rucio , darle ni tesoros que ofrecerle, por
y diciendo adiós, dejó á Tosilos , y que las mías las tengo entregadas á
alcanzó á su amo, que á la sombra Dulcinea, y los tesoros de los caba
de un árbol le éstaba esperando. lleros andantes son como los de los
duendes, aparentes y falsos, y sólo
puedo darle estos acuerdos que della
tengo , sin perjuicio empero de los
PARTE II. - CAPÍTULO LXVII 433

que tengo de Lulcinea , á quien tú rosolros : y aun quiera Dios no le


agravias con la remisión que tienes venga en voluntad al cura de entrar
en azotarte y en castigar esas carnes , también en el aprisco, según es de
que vea yo comidas de lobos, que alegre y amigo de holgarse . Tú has
quieren guardarse antes para los gu dicho muy bien , Gijo don Quijote, y
kanos que para el remedio de aque podrá llamarse el bachiller Sanson
lla pobre señora. Señor , respondió Carrasco, si entra en el pastoral gré .
Sancho, si va á decir la verdad , yo mio, como entrará sin duda, el pas. !
no me puedo persuadir que los azo tor Sansonino, ó ya el pastor Carras.
tes de mis posaderas tengan que ver cón : el barbero Nicolás se podrá
con los desencantos de los encanta llarnar Niculoso, como ya el antiguo
dos, que es como si dijésemos : si os Boscan se llamó Nemoroso : al cura
la cabeza, un las rodillas : no sé qué nombre le pongamos, si
á lo menos yo osaré jurar que en nu es algún derivativo de su nom
cuantas historias vuesa merced ha bre, llamándole el pastor Curiambro,
leido, que tratan de la andante caba Las pastoras de quien hemos de ser
llería, no ha visto algún desencan amantes, como entre peras podremos
tado por azotes ; pero por sí ó por escoger sus nombres, y pues el de
no , yo me los daré cuando tenga ga mi señora cuadra así al de pasto:a
na , y el tiempo ' me dé comodidad como al de princesa , no hay para que
para castigarme. Dios lo haga, res cansarme en buscar otro que mejor
pondió don Quijote, y los cielos te le venga : tú , Sancho , pondrás á la
den gracia para que caigas en la tuya el que quiseres . No pienso ,
cuenta y en la obligación que te co respondió Sancho, ponerle otro al
rre de ayudar á mi señora, que lo cs guno sino el de Teresona , que la
tuya , pues tú eres mío. En estas ple vendrá bien con su gordura y con el
tecas iban siguiendo su camino cuando propio que tiene , pues se llama Te.
Megaron al mismo sitio y lugar donde resa, y más que celebrándola yo en
fueron atropellados de los toros. Re mis versos vengo á descubrir mis
conocióle don Quijote , y dijo á San castos deseos , pues no ando á buscar
cho : Este es el prado donde topamos pan de trastrigo por las casas aje
á las bizarras pastoras y gallardos hàs. El cura no será bien que tenga
pastores, que en él querían renovar pastora, por dar buen ejemplo , y si
é imitar a la pastoral Arcadia : pen quisiere el bachiller tenerla , su alma
samiento tan nuevo como discreto , en su palma. 1 Válame Dios, dijo don
á cuya imitación , si es que á ti to Quijote, y qué vida nos hemos de
parece bien , querría, oh Sancho, que dar Sancho amigo ! ¡ Qué de churum
nos convirtiésemos en pastores si belas han de llegar á nuestros oídos,
quiera el tiempo que tengo de estar qué de gaitas zamoranas, que de tam.
recogido. Yo compraré algunas ove bcrines , y qué de sonajas, y qué de
jas, y todas las demás cosas que al rabeles ! Pues qué si entre estas di
pastor ejercicio son necesarias, y ferencias de música resuena la de los
Ilamánuome yo el pastor Quijotiz, y albogues ? Allí se verán casi todos los
tú el pastor Pancino, nos andaremos instrumentos pastoriles. ¿Qué son al
por los montes, por las selvas y por bogues ? preguntó Sancho , que ni los
he oído nombrar ni los he visto en
los prados , cantando aquí, endechan. toda ini vida. Albogues son , respon .
de allí, bebiendo de los líquidos
cristales de las fuentes , ó ya de los dio don Quijote, unas chapas á modo
limpios arroyuelos, 6 de los caudalo . de candeleros de azófar, que dando
sos ríos . Daránnos con abundanti una con otra por lo vacío y hueco ,
sima mano de su dulcísimo fruto lag haoen un son, sino muy agradable ni
encinas, asiento los troncos de los armónico, que no descontenta, y viene
durísimos alcornoques, sombra los bien con la rusticidad de la gaita y
Sauces, olor las rosas , alfombras ile del tamborín : y este nombre albo
mil colores matizadas los extendidos gues es morisco, como lo son todos
prados, aliento el aire claro y puro , aquellos que en nuestra lengua cas
luz la luna y las estrellas, á pesar tcllana comienzan en al : conviene a
de la escuridad de la noche , gusto saber , almohaza , almorzar, alhom .
el canto , alegría el lloro, Apolo bra , alguacil, alhucema, almacén ,
versos , el amor conceptos , con que alcancia , y otros semejantes, que
podremos hacernos eternos y famo deben ser pocos más, y solos tres tie
sos, no sóio en los presentes sino en ne nuestra ier.gua que son moriscos
los venideros siglos. Pardiez, dijo y acaban en i, y son borcegui, zu
Sancho, que me ha cuadrado y aun quizamí y maravedi: alheli y al
esquinado ta ! género de vida ; y más faqui, tanto por el al primero , como
que no la han de haber aún bien visto
por el i en que acaba son conocidos
el bachiller Sansón Carrasco y maese per arábigos . Esto te he dicho de
paso por habérmelo reducido á la
Nicolás el barbero, cuando la han de memoria la ocasión de haber nom
querer seguir y hacerse pastores con
28
431 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

trado albogues : y hanos de ayudar del camino real algún trecho, donde
mucho á poner en perfección este pasaremos esta noche, y Dios sabe
ejercicio el ser yo algún tanto poeta lo que será mañana. Retiráronse, ce
como tú sabes, y el serlo también naron tarde y mal, bien contra la vo
en extremo el bachiller Sansón Ca luntad de Sancho, á quien se le re
rrasco . Del cura no digo nada ; pero presentaban las estrechezas de la an
yo apostaré que debe de tener suig dante caballería usadas en las sel
puntas y collar de poeta, y que vas y en los montes, si bien tal vez
las tenga también maese Nicolás la abundancia se mostraba en los cas
no dudo en ello , porque todos ó los tillos y casas, asi de don Diego de
más de su oficio son guitarristas y Miranda, como en las bodas del rico
copleros . Yo me quejaré de au Camacho , y de don Antonio Moreno ;
6ncia ; tú te alabarás de firme pero consideraba no ser posible ser
Enamorado ; el pastor Carrascón de siempre de día, ni siempre de noche,
desdeñado , y el cura Curiambro de y así pasó &quella durmiendo, y su
lo que él más puede servirse, y así aino velando .
andará la cosa que no haya más que
desear . A lo que respondió Sancho :
Yo soy , señor, tau desgraciado, que
temo no ha de llegar el día en que CAPITULO LXVIII
en tal ejercicio me vea . ¡ Oh qué po
lidas cucharas tengo de hacer cuan
do pastor me vea! ¡ Qué de migas, De la cerdosa aventura que le
qué de natas, qué de guirnaldas y aconteció á don Quijote
qué de zarandajas pastoriles ! que,
puesto que no me granjeen fama de
discreto, no dejarán de granjearme Era la noche algo escura , puesto
la de ingenioso. Sanchica mi hija que la luna estaba en el cielo, pero
nos llevará la comida al hato. Pero no en parte que pudiese ser vista ;
guarda ! que es de buen parecer , y que tal vez la señora Diana se va á
hay pastores más maliciosos que sim pasear a los antípodas, y deja los
montes negros y los valles escu .
ples, y no querría que fuese por la
114 y volviese trasquilada ; y tan bien los . Cumplió don Quijote con la na
suelen andar los amores y los no turaleza , durmiendo el primer sueño
buenos deseos por los campos como rin dar lugar al segundo ; bien al re
por las ciudades, y por las pastorales vés de Sancho, que nunca tuvo se
chozas como por los reales palacios , gundo, porque le duraba el sueño
y quitada la causa se quita el peca desde la noche hasta la mañana , en
do , y los ojos que no ven corazón que que se mostraba su buena complexión
no quiebra, y más vale salto de ma y pocos cuidados . Los de don Quijote
ta que ruego de hombres buenos. le desvelaron de manera, que desper
No inás refranes , Sancho, dijo don tó á Sancho, y le dijo : Margillado
Quijote , pues cualquiera de los que estoy, Sancho de la libertad de tu
has dicho basta para dar a entender condición . Yo imagino que eres hecho
117 pensamiento, y muchas veces te de mármol 6 de duro bronce, en quien
le aconsejado que no seas tan pródi no cabe movimiento ni sentimiento
go de reirant's , y que te vayas í la alguno . Yo velo cuando tú duermes ,
mano en decirlos : pero paréceme que yo lloro cuando cantas, yo me des
es predicar en desierto : y castigame mayo de ayuno cuando tú estás pe.
mi madre, y yo trompójelas . Paré rezoso y desalentado de puro harto .
ceme, respondió Sancho, que vuesa De buenos criados es conllevar las
merced es como lo que dicen : Dijo penas de sus señores, y sentir sus
la sartén á la caldera , quítate alla, sentimientos , por el bien parecer si
ojinegra. Estáme reprendiendo que quiera . Mirá la serenidad desta no
20 diga yo refranes , y ensártalos vue. che, la soledad en que estamos, que
€ merced de dos en dos . Mira , San nos convida á entremeter alguna vi
cho, respondió don Quijote, yo traigo gilia entre nuestro sueño . Levántate
los refranes á propósito , y vienen , por tu vida, y desvíate algún trecho
cuando los digo, como anillo en el de aquí, y con buen ánimo y denuedo
aedo ; pero tráeslos tú tan por los agradecido date trescientos ó cuatro
cabellos, que los arrastras, y no los cientos azotes á buena cuenta de los
guías ; y si no me acuerdo mal , otra del desencanto de Dulcinea : y esto
Tez te he dicho que los refranes son rogando te lo suplico , que no quiero
sentencias breves , sacadas de la ex . venir contigo á los brazos como la
periencia y especulación de nuestros otra vez, porque sé que los tienes
antiguos sabios ; y el refrán que no pesados . Después que te hayas dado
viene á propósito , antes es disparate pasaremos lo que resta de la noche,
que sentencia . Pero dejémonos desto cantando yo mi ausencia , y tú to
y pues ya viene la noche retirémonos firmeza , dado desde agora principio
PARIE 11.--- CAPÍTULO LXVIII 435

al ejercicio pastoral que hemos de á vender á una feria más de seis


tener en nuestra aldea . Señor, res cientos puercos, con los cuales cami
pondió Sancho, no soy yo religioso naban á aquellas horas, y era tanto
para que desde la mitad de mi sueño el ruido que llevaban y el gruñir y
me levante y me discipline, ni menos Albufar, que ensordecieron los oídos
me parece que del extremo del dolor de don Quijote y de Sancho, que no
de los azotes se pueda pasar al de la advirtieron lo que ser podía. Llegó
música. Visa merced me deje dor de tropel la extendida y gruñidora
mir , y no me apriete en lo de azo piara, y sin tener respeto å la auto
tarme, que me hará hacer juramento ridad de don Quijote ni á la de San .
de no tocarme jamás al pelo del sayo cho, pasaron por cima de los dos ,
no que al de mis carnes. iOh alma deshaciendo las trincheas de Sancho,
endurecida ! iOh escudero sin pie y derribando no sólo á don Qui
dad ! 10h pan mal empleado, y mer jote, sino llevando por añadidura á
cedes mal consideradas las que te Rocinante El tropel, el gruñir, la
he hecho y pienso de hacerte! Por mi presteza con que llegaron los anima
te has visto gobernador, y por mí te les inmundos puso en confusión y
ves con esperanzas propincuas de ser por el suelo á la albarda , á las ar
conde , ó tener otro título equivalen, mas , al rucio , á Rocinante, á Sancho
to, y no tardará el cumplimiento de y á don Quijote. Levantóse Sancho
llas más de cuanto tarde en pasar como mejor pudo, y pidió a su amo
este año, que yo post tenebras spero la espada, diciéndole que quería ma
lucem . No entiendo eso , replicó San tar media docena de aquellos seño .
cho ; sólo entiendo que en tanto que res y descomedidos puercos ; que ya
duermo, ni tengo temor , ni esperan había conocido que lo eran. Don Qui
za, ni trabajo, ni gloria ; y bien haya jote le dijo : Déjalos estar, am go,
el que inventó el sueño, capa que que esta afrenta es pena de mi pe
cubre todos los humanos pensamien cado , y justo castigo del cielo es , que
tos , manjar que quita la ·hambre , a un caballero andante vencido le co
agua que ahuyenta la sed, fuego que man adivas y le piquen avispas, y
calienta el frío , frío que templa el le hocen puercos . También debe de
ardor , y finalmente moneda general ser castigo del cielo, respondió San
con que todas las cosas se compran , cho, que a los escuderos de los ca
balanza y peso que iguala al pastor balleros vencidos los puncen mos
con el rey , y al simple con el discre cas, los coman piojos, y les embista
to. Sólo una cosa tiene mala el sue la hambre . Si los escuderos fuéra
fío , según he oído decir, y es que se mos hijos de los caballeros á quie :
parece á la muerte , pues de un dor. servimos, ó parientes suyos muy cer
mido á un muerto hay muy poca di canos, no fuera mucho que nos al
ferencia. Nunca te he oído hablar, canzara la pena de sus culpas hasta
Sancho, dijo don Quijote , tan elegan la cuarta generación . Pero ¿ qué tie.
temente como ahora , por donde ven nen que ver los Panzas con los Quijo.
go a conocer ser verdad el refrán que tes ? Ahora bien , tornémonos á aco
tú algunas veces sueles decir : No modar, y durmanos lo poco que que
con quien naces , sino con quien pa da de la noche, y amanecerá Dios y
ces. iAh pesia ta!! replicó Sancho , medraremos. Duerme tú , Sancho, res
señor nuestro amo, no soy yo ahora pondió don Quijote, que naciste para
el que ensarta refranes, que también aormir, que yo nací para velar : en
á vuesa merced se le caen de la boca el tiempo que falta de aquí al día
de dos en dos mejor que á mí , sino daré rienda á mis pensamientos, y
que debe de haber entre los míos y los desfogaré en un madrigalete , que
ios suyos esta, diferencia : que los de sin que tú lo sepas anoche compuse
vuesa merced vendrán á tiempo y los en la memoria. A mí me parece , res
mios á deshora ; pero en efecto to pondió Sancho, que los pensamientos
dos son refranes . En esto estaban que dan lugar á hacer coplas no ae.
cuando sintieron un sordo estruendo ben de ser muchos : vuesa merced
y un áspero ruido que por todos coplee cuanto quisiere , que yo dor
aquellos valles se extendía . Levantó. miré cuanto pudiere : y luego toman
se en pie don Quijote , y puso mano do en el suelo cuanto quiso , se acu
á la espada, y Sancho se agazapó de. rruco y durinió á sueño suelto, sin
bajo del rucio poniéndose á los lados que fianzas ni deudas ni dolor algu.
el lio de las armas y la albarda de su no se lo estorbase . Don Quijote , arri.
jumento, tan temblando de miedo mado á un tronco de un haya, 6 de
como alborotado don Quijote . De un alcornoque (que Cide Hamete Be
punto en punto iba creciendo el rui nengeli no distingue el árbol que
do y llegándose cerca á los dos te era) , al son de sus mismos suspiros
merosos : á lo menos al uno , que al cantó desta suerte :
otro ya se sabe su valentía . Es pues
el caso que llevaban unos hombres
436 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
Amor , cuando yo pienso
en el mal que me das terrible y fuerte,
voy corriendo a la muerte,
pensando así acabar mi mal inmenso :
mas en llegando al paso ,
que es puerto en este mar de mi tormento,
tanta alegría siento,
que la vida se esfuerza, y no le paso.
Así el vivir me mata,
y la muerte me torna a dar la vida .
¡ Oh condición no oída,
la que conmigo muerte y vida, trata !
Cada verso destos acompañaba con no os quejéis, scitas, ni bráis los
muchos suspiros y no pocas lágrimas, ojos, Polifemos matadores, leones car
bien como aquel cuyo corazón gemía niceros, y otros nombres semejantes
traspasado con el dolor del venci. á estos, con que atormentaban los oí.
miento y con la ausencia de Dulcinea. dos de los miserables amo y mozo .
Llegóse en esto el día , dió el sol con Sancho iba diciendo entre sí : ¿ Nos
sus rayos en los ojos à Sancho : des- otros tortolitas, nosotros barberos ni
pertó y esperezose, sacudiéndose y eetropajos, nosotros perritas, a quien
estirándose los perezosos miembros : dicen cita cita ? No me contentan na
miro el destrozo que habían hecho 103 da estos hombres, á mal viento va
puercos en su repostería, y maldijo esta parva , todo el mal nos viene jun.
la piara y aún más adelante. Final. t ; como al perro los palos, y ojalá
mente, volvieroa los dos á su comen- parase en ellos lo que amenaza esta
zado camino , y al declinar de la tarde aventura tan desventurada. Iba don
vieron que hacia ellos venían hasta Quijote embelesado, sin poder atinar
diez hombres de á caballo, y cuatro con cuantos discursos hacía á qué se
O circo de á pie . Sobresaltóse el co- rían aquellos nombres llenos de vitu
razón de don Quijote , y azoróse el de perios que les ponían , de los cuales
Sancho, porque la gente que se les sacaba en limpio no esperar ningún
llegaba traía lanzas y adargas . y bien , y temer mucho mal. Llegaron
venía muy á punto de guerra . Vol- en esto un hora casi de la noche á un
vióse don Quijote á Sancho, y dijole : castillo , que bien conoció don Qui
Si yo pudiera, Sancho, ejercitar mis jote que era el del duque, donde ha
armas , y mi promesa no me hubiera bía poco que habían estado . i Válame
atado los brazos, esta máquina que Dios ! dijo así como conoció la es
sobre nosotros viene la tuviera yo tancia, ¿ y qué será este ? Si, que en
por tortas y pan pintado, pero podría esta casa todo es cortesía y buen co
ser fuese otra cosa de la que teme- medimiento ; pero para los vencidos
mos . Llegaron en esto los de á ca- el bien se vuelve en mal, y el mal
ballo , y arbolando las lanzas, sin ha- en peor. Entraron al patio princi.
blar palabra alguna rodearon á don pal del castillo , y viéronle adere
Quijote , y se las pusieron á las es- zado y puesto de manera que les
paldas y pechos amenazándole lie acrecentó la admiración y les doblo
muerte . Uno de los de á pie, puesto el miedo como se verá en el siguiente
un dedo en la boca en señal de que capítulo .
callasen , asió del freno de Rocinante,
y le sacó del camino ; y los demás de
á pie , antecogiendo á Sancho y al
rucio , guardando todos maravilloso CAPITULO LXIX
silencio , siguieron los pasos del que
llevaba á don Quijote, el cual dos ó
tres veces quiso preguntar adónde le Del más raro y más nuevo sucess
llevaban , ó qué querían ; pero apenas que en todo el discurso desta
comenzaba á mover los labios, cuando grande historia avino á don Qui
se los iban a cerrar con los hierros jote.
de las lanzas , y á Sancho le aconte
cía lo mismo, porque apenas daba
muestras de hablar, cuando uno de Apeáronse los de á caballo , y junto
los de á pie con un aguijón le pun- con los de á pie , tomando en peso y
zaba, y al rucio , ni más ni menos, arrebatadamente a Sancho y á don
como si hablar quisiera. Cerró la no- Quijote los entraron en el patio , al
che, apresuraron el paso, creció en rededor del cual ardian casi cien
los dos presos el miedo, y más cuan- hachas puestas en sus blandones; y
do oyeron que de cuando en cuando por los corredores del patio más de
les decían : Caminad , trogloditas ; ca- quinientas luminarias, de modo que
liad , bárbaros ; pagad , antropófagos ; á pesar de la noche , que se mostraba
PARTE II.- CAPÍTULO LXIX 437

algo escura , no se echaba de ver la cido don Quijote que el cuerpo muerto
falta del día. En medio del patio se que estaba sobre el túmulo era el de
levantaba un túmulo como dos varas la hermosa Altisidora ? Al subir el
del suelo , cubierto todo con un gran duque y la duquesa al teatro se le
disimo dosel de terciopelo negro, al vantaron don Quijote y Sancho, y les
rededor del cual por sus gradas ar hicieron una profunda humillación ,
cían velas de cera blanca sobre más y los duques hicieron lo mismo in
de cien candeleros de plata , enci clinando algún tanto las cabezas. Sa
ma del cual túmulo se niostraba un lió en esto de través un ministro, y
cuerpo muerto de una tan hermo llegándose á Sancho le echó unz ropa
sa doncella, que hacía parecer con su de bocací negro encima, toda pinta
hermosura ermosa á la misma muer. da con llam de fuego, y quitándole
te . Tenía la cabeza sobre una almo la caperuza le puso en la cabeza una
hada de brocado, coronada con una coroza, al modo de las que sacan los
guirnalda de diversas y odoríferas penitenciados por el Santo Oficio , y
flores tejida, las manos cruzadas 80 díjole al oído que no descosiese los
bre el pecho, y entre ellas un ramo labios, porque le echarían una mor
de amarilla y vencedora palma. A un daza o le quitarían la vida. Mirábase
lado del patio estaba puesto un tea Sancho de arriba abajo , velase ar
tro, y en dos sillas sentados dos per diendo en llamas ; pero como no le
sonajes, que por tener coronas en la quemaban no las estimaba en dos ar
cabeza y cetros en las manos daban dites . Quitose la coroza , viola pinta
señales de ser algunos reyes , ya ver da de diablos, volviósela á poner di
daderos 6 ya fingidos. Al lado deste ciendo entre sí : Aun bien que ni
teatro, adonde se subía por algunas ellas me abrasan , ni ellos me llevan .
gradas, estaban otras dos sillas, 80 Mirábale también don Quijote, y aun
bre las cuales los que trujeron los que el temor le tenía suspensos los
presos sentaron á don Quijote y á sentidos, no dejó de reirse de ver la
Sancho, todo esto callando, y dándo figura de Sancho. Comenzó en esto á
les á entender con señales á los dos salir, al parecer de bajo del túmulo,
que asimismo callasen ; pero sin que un son sumiso y agradable de fiau .
se lo señalaran callaran ellos , por tas , que por no ser impedido de al .
que la admiración de lo que estaban guna humana voz, porque en aquel
mirando les tenía atadas las lenguas . sitio el mismo silencio guardaba si
Subieron en esto al teatro con mucho lencio, asimismo se mostraba blando
acompañamiento dos principales per y amoroso . Luego hizo de sí impro
sonajes, que luego fueron conocidos visa muestra, junto a la almohada del
- de don Quijote, ser el duque y la al parecer cadáver, un hermoso man
duquesa sus huéspedes, los cuales se uebo vestido á lo romano, que al son
sentaron en dos riquísimas sillas de una arpa , que él mismo tocaba ,
junto a los dos que parecían reyes . cantó con suavisima y clara voz estas
¿ Quién no se había de admirar con dos estancias :
esto, añadiendose á ello haber cono .

En tanto que en sí vuelve Altisidora,


muerta por la crue dad de don Quijote ;
y en tanto que en la corte encantadora
se vistieren las damas de picote ;
y en tanto que á sus dueñas mi señora
vistiere de bayeta y de anascote,
cantaré su belleza y su desgracia
con mejor plectro que el cantor de Tracia .
Y aun no se me figura que me toca
aqueste oficio solamente en vida,
mas con la lengua muerta y fría en la boca
pierso mover la voz á ti debida :
libre mi alma de su estrecha roca ,
por el Estigio lago conducida,
celebrándote irá , y aquel sonido
hará parar las aguas de Olvido.
No más , dijo a esta sazón uno de los para volverla a la perdida luz ha de
des que parecían reyes : no más, can pasar Sancho Panza, que está presen
tor divino, que sería proceder en in te : y así, oh tú, Radamanto, que
inito representarnos ahora la muer conmigo juzgas en las cavernas 16
te y las gracias de la sin par Altisi . bregas de Dite , pues sabes todo aque .
dora, no muerta, como el mundo ig. llo que en los inexcrutables hados
norante piensa, sino viva en las len está determinado acerca de volver en
guas de la fama, y en la pena que sí esta doncella , dilo, y decláralo lue
438 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

go , porque no se nos dilate el bien que barba á la primera , la chal le hizo una
con su nueva vuelta esperamos . Ape mamona muy bien sellada , y luego
nas hubo (licho esto Minos, juez y com. una gran rererencia . Menos corte
pañero de Radamanto, cuando levan . sía, menos mudas, señora dueña, dijo
tándose en pie Radamanto , dijo : Ea , Sancho, que por Dios que traes las
ministros desta casa , altos y bajos, manos oliendo á vinagrillo. Final
grandes y chicos , acudid unos tras mente , todas las dueñas le sellaron,
otros y sellad el rostro de Sancho con y otra niucha gente de casa ie pelliz
veinticuatro mamonas y con doce pe caron ; pero lo que él no puilo sufrir
llizcos y seis alfilerazos en brazos y lo fué el punzamiento se los alfileres,
mos , que en esta ceremonia consiste y así se levantó de la silla al zarecer
la salud de Altisidora. Oyendo lo . inohino, y asiendo de una häuld en
cual Sancho Panza rompió el silencio cendida que junto á el etapa, dió
y dijo : Voto á tal, así me deje yo tras las dueñas y tras todos sus ver
gellar el rostro ni manosearme la ca dugos , diciendo : Afuera , ministros
ra como volverme moro. i Cuerpo de infernales, que no soy yo de tronce
mil ¿ qué tiene que ver manosearme el para no sentir tan extraordinarios
rostro con la resurrección desta don. martirios . En esto Altisidora , qua
cella ? Regostose la vieja á los ble debía de estar cansada por haber 23 .
dos : encantan á Dulcinea, y azótan tado tanto tiempo supina, se volvió
me para que se desencante : muére. de un lado : visto lo cual por los cir
se Altisidora de males que Dios qui cunstantes , casi todos á una voz di..
so darle , y hala de resucitar hacer jeron : Viva es Altisidora , Altisidora
me á mí veinticuatro mamonas y acri vive. Mandó Radamanto á Sancho
barme el cuerpo á alfilerazos, y acar que depuisiese la ira, pues ya se ha
bla alcanzado el intento que se pro
denalarme los brazos á pellizcos. Esas
burlas á un cuñado, que yo soy pe curaba . Así como don Quijote vió
rro viejo, y no hay conmigo tus, tus. rcballir , Altisidora se fué á poner
Morrás, dijo en alta voz Radaman . de rodillas delante de Sancho, di
to : ablándate, tigre , humillate, Nem ciéndole : Ahora es tiempo , hijo de
brot soberbio , y sufre y calla , pues inis entrañas, no que escudero mío ,
no te piden imposibles , y no te me. que te des algunos de los azotes que
tag en averiguar las dificultades des. estás obligado á darte por el desen
te negocio : mamonado has de ser , canto de Dulcinea . Ahora digo que es
acrebillado te has de ver, pellizcado el tiempo donde tienes sazonada la
virtud, y con eficacia de obrar el bien
has de gemir . Ea, digo , ministros ,
cumplid mi mandamiento ; si no, por que de ti se espera. A lo que respon
la fe de hombre de bien , que habéis dió Sancho : Esto me parece argado
de ver para lo que nacisteis . Parecie sobre argado y no miel sobre hojue.
ron en esto que por el patio venían las : bueno sería que tras Pellizcos,
mamonas y alfilerazos viniesen aho .
hasta seis dueñas en procesión una ra los azotes : no tienen más que
tras otra, las cuatro con antojos, y
todas levantadas las manos derechas hacer sino tomar una gran piedra , y
en alto, con cuatro dedos de muñe . atárinela al cuello, y dar conmigo
cas fuera, para hacer las manos más en un pozo , de lo que á mí no pesa .
largas , como ahora se usa . No las ría mucho , si es que para curar los
hubo visto Sancho , cuando bramando males ajenos tengo yo de ser la va
como un toro dijo : Bien podré yo ca de la boda. Déjenme, si no , por
dejarme manosear de todo el mundo , Dios que lo arroje y lo eche todo á
pero consentir que me toquen due trece aunquo no se venda. Ya en esto
se había sentado en el túmulo Altisi
ñas , eso no. Gatéenme el rostro , co
mo hicieron á mi amo en este mesmo dora , y al mismo instante sonaron
castillo : traspásenme el cuerpo con las chirimías, á quien acompañaron
puntas de dagas buidas : atenácenmy las flautas y la3 voces de todos, que
los brazos con tenazas de fuego , que aclamaban : Viva Altisidora, Altisi.
yo lo llevaré en paciencia, y serviré dora viva. Levantáronse los duques
á estos señores ; pero que me to y los reges Minos y Radamanto , y
quen dueñas , no lo consentiré si me todos juntos, con don Quijote y San .
llevase el diablo . Rompió también cho fueron iſ recebir á Altisidora , y
el silencio don Quijote, diciendo á á bajarla del túmulo , la cual hacien .
Sancho : Ten paciencia , hijo , y da do de la desmayada se inclinó á los
gusto á estos señores , y muchas gra duques y á los reyes, y mirando de
cias al cielo por haber puesto tal vir través á don Quijote le dijo : Dios te
tud en tu persona , que con el martirio lo perdone, desamorado caballery ,
della desencantes los encantados, y pues por tu crueldad he estado en el
resucites los mnertos . Ya estaban las otro mundo á mi 'pareo - r más de mil
dueñas cerca de Sancho cuando él . años : y á ti , oh el más compasiro
más blando y más persuadido, po escudero que contiene el orbe, to
niéndose bien en la silla dió rostro y agradezco la vida que poseo. Dispón
PARTE II. - CAPÍTULO LXX 439

desde hoy más , amigo Sancho, de encantadores y encantos en el mun.


seis camisas mías, que te mando , pa do, de quien Dios me libre, pues yo
ra que hagas otras seis para ti , que si no me sé librar : con todo esto supli
no son todas sanas , á lo menos son co á vuesa merced me deje dormir,
todas lira pias. Besole por ello las ma y no me pregunte más , si no quiere
nos Sancho con la coroza en la mano que me arroje por una ventana abajo .
v las rodillas en el suelo , Mando el Duerme, Sancho amigo , respondió
duque que se la quitasen , y le vol don Quijote , si es que te dan lugar
viesen su caperuza , y le pusiesen el los alfilerazos y pellizcos recebidos y
sayo , y le quitasen la ropa de las 13.8 mamonas hechas. Ningún dolor,
llamas. Suplicó Sancho al duque que replicó Sancho, llegó á la afrentá
le dejasen la ropa y mitra, que las do las mamonas , no por otra cosa
quería llevar á su tierra por señal y que por habérmelas hecho dueñas,
memoria de aquel nunca visto suce. que confundidas sean : y torno á
.so . La duquesa respondió que sí de suplicar á vuesa merced me deje dor
jarían , que ya sabía él cuán grande mir , porque el sueño es alivio de las
amiga suya era . Mandó el duque miserias de los que las tienen des
despejar el patio, y que todos se re piertas. Sea así, dijo don Quijote , y
cogiesen á sus estancias , y que á don Dios te acompañe. Durmiéronse los
Quijote y á Sancho los llevasen á la dos , y en este tiempo quiso escribir
que ellos ya se sabían . y dar cuenta Cide Hamete , autor
desta grande historia , que les movió
á los duques á levantar el edificio de
la máquina referida : y dice que no
CAPITULO LXX habiéndosele olvidado al bachiller
Sansón Carrasco cuando el caballero
de los Espejos fué vencido y derri
Que sigue al de sesenta y nueve , y bado por don Quijote , cuyo venci
trata de cosas no excusadas para miento y caída borró y deshizo todos
la claridad desta historia. sus designios, quiso volver á probar
la mano , esperando mejor suceso que
€ l pasado : y así, informándose del
Durmió Sancho aquella noche en paje que llevó la carta y presente á
una carriola en el mismo aposento de Teresa Panza, mujer de Sancho, adón
don Quijote, cosa que él quisiera ex de don Quijote quedaba , buscó nue
cusarla si pudiera, porque bien sa vas armas y caballo, y puso en el
bía que su amo no le había de dejar escudo la blanca luna , llevándolo todo
dormir á preguntas y á respuestas, sobre un macho , á quien' guiaba un
y no se hallaba en disposición de labrador, y no Tomé Cecial, su anti
hablar mucho, porque los dolores de guo escudero , porque no fuese cono.
los martirios pasado: los tenía pre cido de Sancho ni de don Quijote .
sentes, y no le dejarían libre la len. I.legó pues al castillo del duque , que
gua , y viniérale más á cuento dor le informó el camino y derrota que
mir en una choza solo, que no en don Quijote llevaba, con intento de
aquella rica estancia acompañado. hallarse en las justas de Zaragoza .
Salible su temor tan verdadero y su Dijole asimismo las burlas que le ha
sospecha tan cierta, que apenas hu bía hecho con la traza del desencan
bo entrado su señor en el lecho, cuan . to de Dulcinea , que había de ser
do dijo : ¿ Qué te parece , Sancho, del costa de las posaderas de Sancho. En
suceso desta noche ? Grande y pode fin , le dio cuenta de la burla que San .
rosa es la fuerza del desdén desamo cho había hecho á su amo, dándole á
rado, como por tus mismos ojos has entender que Dulcinea estaba encan .
visto muerta á Altisidora, no con
tada y transformada en labradora, y
otras saetas, ni con otra espada , ni cómo la duquesa cu mujer había da
con otro instrumento bélico , ni con do á entender á Sancho que él era
venenos mortíferos , sino con la con el que se engañaba, porque verdade.
sideración del rigor y el desdén con ramente estaba encantada Dulcinea,
que yo siempre la he tratado . Murie . de que ' no poco se rio y admiró el
rase ella enhorabuena cuando quisie bachiller, considerando la agudeza y
ra y como quisiera, respondió Sancho, simplicidad de Sancho, como el ex
y dejárame á mí en mi casa, pues tremo de la locura de don Quijote .
ni yo la enamoré, ni la desdeñé en Pidible el duque que si le hallase , y
ini vida. Yo no sé ni puedo pensar le venciese o no, se volviese por allí
cómo gea , que la salud de Altisido . á darle cuenta del suceso . Hízolo ast
ra, doncella más antojadiza que dis el bachiller : martióse en si busca,
creta, tenga que ver como otra vez no le halló en Zaragoza, pasó adelan
he dicho , con los martirios de San te , y sucedió lo que queda refe
cho Panza . Ahora sí que vengo á rido . Volvióse por el castillo del du
Conocer clara y distintamente que hay que, y contáselo todo, con las con
440 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

diciones de la batalla, y que ya don zón encierra, en estrecho térmilo se


Quijote volvía á cumplir como buen hallan . Yo, señor don Quijote de la
cuballero andante la palabra de reti Mancha, soy una destas, apretada,
ars , an año en su aldea ; en el cual vencida y enamorada ; pero con todo
tiempo podia ser, dijo el bachiller, esto sufrida y honesta, tanto, que por
que sanase de su locura , que está serlo tanto , reventó mi alma por mi
era la intención que había mo silencio , y perdí la vida. Dos días ha
vido á hacer aquellas transforma que por la consideración del rigor con
tiones, por ser cosa de lástima que que me has tratado, ich más duro
un hidalgo tan bien entendido como que mármol á mis quejas, empeder
don Quijote fuese loco. Con esto se nido caballerol he estado muerta , 6
de dió del duque , y se volvió a su á lo menos juzgada por tal de los que
lugar, esperando en él á don Qui me han visto : y si no fuera porque
jote , que tras él venía . De aquí to el amor , condoliéndose de mí, depo .
mó ocasión el duque de hacerle aque sito mi remedio en los martiriog, des
lla burla : tanto era lo que gustaba te buen escudero , allá me quedara
de las cosas de Sancho y de don en el otro mundo. Bien pudiera el
Quijote, y haciendo tomar los cami. amor, dijo Sancho, depositarlos en
nos cerca y lejos del castillo por to los de mi asno , que yo se lo agrade
das partes que imaginó que podría ciera. Pero digame, señora, así el
volver don Quijote, con muchos cria cielo la acomode con otro más blando
dos suyos de á pie y de á caballo , amante que mi amo, ¿ qué es lo que
para que por fuerza 6 de grado le vió en el otro mundo ? ¿ qué hay en
trujesen al castillo , si le hallasen ; el infierno ? porque quien muere des
halláronle, y dieron aviso al duque, el esperado, por fuerza ha de tener
cual, ya prevenido de todo lo que aquel paradero. La verdad que os
había de hacer, así como tuvo noticia diga, respondió Altisidora, yo no
de su llegada , mandó encender las debt de morir del todo, pues no entré
hachas y las luminarias del patio , y en el infierno : que si allá entrara ,
poner á Altisidora sobre el túmulo, una por una no pudiera salir det
con todos los aparatos que se han aunque quisiera. La verdad es que
contado, tan al vivo y tan bien he llegué á la puerta , adonde estaban
chos , que de la verdad á ellos había jugando hasta una docena de diablos
bien poca diferencia : y dice más Ci á la pelota , todos en calzas y en ju
de Hamete, que tiene para si ser bón , con valonas guarnecidas con
tan locos los burladores como los puntas de randas flamencas y con
burlados , y que no estaban los duques unas vueltas de lo mismo , que les
dos dedos de parecer tontos , pues servían de puños , con cuatro dedos
tanto ahinco ponían en burlarse de de brazo defuera , porque pareciesen
dos tontos ; los cuales , el uno dur las manos más largas, en las cuales
miendo á sueño suelto , y el otro ve tenían unas palas de fuego ; y lo
lando á pensamientos desatados, les que más me admiró fué que les ser
tomó el día y la gana de levantarse : vían en lugar de pelotas libros, al pa
que las ociosas plumas, ni vencido recer llenos de viento y de borra ,
edor, jamás dieron gusto á cosa maravillosa y nueva ; pero esto
don Quijote. Altisidora, en la opinión no me admiro tanto como el ver que
de don Quijote vuºlta de muerte á siendo natural de los jugadores el
vida, siguiendo el humor de sus se alegrarse los gananciosos, y entriste
ñores, coronada con la misma guir cerse los que pierden , allí en aquel
nalda que en el túmulo tenía, y juego todos gruñían todos regaña
restida una tunicela de tafetán blan. ban y todos se maldecían . Eso no es
co sembrado de flores de oro , y suel. maravilla , respondió Sancho , porque
tos los cabellos por las espaldas, arri. los diablos, jueguen o no jueguen ,
mada á un báculo de negro y fini nunca pueden estar contentos, ganen
simo ébano, entró en el aposento de 6 no ganen . Así debe de ser, respon .
don Quijote , con cuya presencia, tur. dió Altisidora : mas hay otra cosa ,
bado y confuso se encogió y cubrió que también ine admira ( quiero decir
casi todo con las sábanas y colchas me admiró entonces ), y fué que al pri
de la cama, muda la lengua, sin que mer boleo no quedaba pelota en pie ,
acertase á hacerle cortesía ninguna. ni de provecho para servir otra vez,
Sentose Altisidora en una silla junto y así menudeaban libros nuevos y
á su cabecera, y después de haber da. viejos , que era una maravilla . A uno
do un gran suspiro, con voz tierna dellos, nuevo , flamante y bien encua
y debilitada le dijo : Cuando las mu dernado , le dieron un papirotazo que
jeres principales y las recatadas don. le sacaron las tripas y le esparcie .
cellas atropellan por la honra, y dan ron las hojas. Dijo un diablo a otro :
licencia á la lengua que rompa por Mirad qué libro es ese , y el diablo
todo inconveniente, dando noticia en le respondió : Esta es la Segunda
público de los secretos que su cora parte de la historia de don Quijote
PARTE 11. --- CAPÍTULO LXX 441
@
de la Mancha , no compuesta por merced, señor caballero, me cuente
Oldu Hamete , su primer autor, sino y tenga en el número de sus mayo.
por un aragonés, que él dice ser na res servidores, porque ha muchos
tural de Tordesillas. Quitádmela de días que le soy muy aficionado, así
ahí, respondió el otro diablo , y me. por su fama, como por sus hazañas.
tedle en los abismos del infierno, no Don Quijote le respondió : Vuesa
le vean más mis ojos . &. Tan malo merced me diga quién es , porque mi
es ? respondió el otro. Tan malo, re cortesía responda á sus merecimien .
plicó el primero, que si de propósito tos. El mozo respondió que era el
yo mismo me pusiera á hacerle peor, músico y panegirico de la noche
no acertara. Prosiguieron su juego antes . Por cierto , replico don Quijo..
peloteando otros libros , y por ha. te, que vuesa merced tiene extrema .
ber oído nombrar á don Quijote, á da voz ; pero lo que cantó no me
quien tanto adamo y quiero , procuré parece que fué muy á propósito ; por
que se me quedase en la memoria esta que ¿ qué tiene que ver las estancias
visión , Visión debió de ser sin du. de Garcilaso con la muerte desta
da , dijo don Quijote, porque no hay señora ? No se maraville vuesa mer
otro yo en el mundo , y ya esa histo ced deso , respondió el músico, que
ria anda por acá de mano en mano ; ya entre los intonsos poetas de nues .
pero no para en ninguna, porque to tra edad se usa que cada uno escri
dos la dan del pie. Yo no me he alte ba como quisiere , y hurte de quien
rado en oir que ando como cuerpo quisiere , venga ó no venga á pelo
fantástico por las tinieblas del abis. de su intento ; y ya no hay necedad
mo , ni por ia claridad de la tierra, que canten ó escriban que no se
porque no soy aquel de quien esa his atribuya á licencia poética. Respon .
toria trata. Si ella fuere buena , fiel der quisiera don Quijote, pero es
y verdadera, tendrá siglos de vida ; torbáronlo el duque y la duquesa,
pero si fuere mala , de su parto á la que entraron á verlos, entre los cua.
sepultura no será muy largo el ca les pasaron una larga y dulce pláti .
mino. Iba Altisidora á proseguir en ca , en la cual dijo Sancho tantos
quejarse de don Quijote, cuando le donaires y tantas malicias, que de
dijo don Quijote : Muchas veces os jaron de nuevo admirados á los du
he dicho , señora, que a mí me pesa ques , así con su simplicidad , como
de que hayáis colocado en mi vues con su agudeza. Don Quijote les su.
tros pensamientos, pues de los míos plicó le diesen licencia para partirse
antes pueden ser agradecidos que re aquel mismo día, pues á los vencidos
mediados . Yo nací para ser de Dul caballeros como él , más les convenia
cinea del Toboso ; y los hados , si habitar una zahurda que no reales pa
los hubiera, me dedicaron para ella ; lacios. Diéronsela de muy buena gana,
y pensar que otra alguna hermosura y la duquesa le preguntó si quedaba
ha de ocupar el lugar que en mi alma en su gracia Altisidora . El le respon
tiene, es pensar lo imposible. Su dió : Señora mía, sepa vuestra señoría
ficiente desengaño es éste para que que todo el mal desta doncella nace de
os retiréis en los límites de vuestra ociosidad, cuyo remedio es la ocupa
honestidad , pues nadie se puede obli ción honesta y continua . Ella me ha
gar á lo imposible . Oyendo lo cual dicho aquí que se usan randas en el
Altisidora, mostrando enojarse y al infierno ; y pues ella las debe de sa
terarse, le dijo : Vive el Señor , don ber hacer, no las deje de la mano,
bacallao, alma de almirez , cuesco de que ocupada en menear los palillos
dátil , más terco y duro que villano no se meneará en su imaginación la
rogado cuando tiene la suya sobre el imagen ó imágenes de lo que bien
hito , que si arremeto á vos , que os quiere ; y esta es la verdad , este mi
tengo de sacar los ojos , & Pensáis por parecer y este es mi consejo. Y el mío ,
ventura, don vencido y don molido añadió Sancho, pues no he visto en
á palos, que yo me he muerto por toda mi vida randera que por amor se
vos ? Todo lo que habéis visto esta haya muerto ; que las doncellas ocu
noche ha sido fingido, que no soy padas más ponen sus pensamientos en
Yo mujer que por semejante came. acabar sus tareas , que en pensar en
llo había de dejar que me doliese sus amores. Por mí lo digo , pues mien
un negro de la uña , cuanto más mo tras estoy cavando no me acuerdo de
rirme. Eso creo yo muy bien , dijo mi oíslo , digo , de mi Teresa Panza,
Sancho, que esto de morirse los ena á quien quiero más que a las pesta.
morados es cosa de risa : bien lo pue. ñas de mis ojos . Vos decís muy bien ,
den ellos decir ; prro hacer, créalo Sancho, dijo la duquesa, y yo haré
Judas . Estando en estas pláticas entró que mi Altisidora se ocupe de aquf
el músico cantor y poeta, que había adelante en hacer alguna labor blan .
cantado las dos ya referidas estan ca , que la sabe hacer por extremo.
cias , el cual haciendo una gran re No hay para qué, señora, respondio
verencia á don Quijote, dijo : Vuesa Altisidora, usar dese remedio , pues
442 DON QUIJOTE DE LA MANCIIA
ja consideración de las cruellades que razón , Sancho amigo , respondió don
conmigo ha usado este malandrin Quijote , y halo hecho muy mal Al
nostrenco , me le borrarán de la me tisidora en no haberte dado las pro
moria sin otro artificio alguno ; y metidas camisas ; y puesto que tu
con licencia de vuestra grandeza me virtud es gratis data , que no te ha
quiero quitar de aquí por no ver de costado estudio alguno, más que es
lante de mis ojos, ya no su triste tudio es recebir martirios en tu per
figura, sino su fea y abominable ca sona : de mí te sé decir que si qui
tadura. Eso me parece , dijo el du sieras paga por los azotes del des
que, á lo que suele decirse, que aquel encanto de Dulcinea , ya te la hu
que dice injurias , cerca está de per biera dado tal como buena; pero no
donar. Hizo Altisidora muestras de sé si vendrá bien con la cura la
1.mpiarse las lágrimas con un pa paga , V no querría que impidiese
ñuelo , y haciendo reverencia á sus el premio á la medicina. Con todo
señores se salió del aposento . Mán eso, me parece que no se perderá
dote yo, dijo Sancho, pobre donce nada en probarlo : mira , Sancho, el
lla , mándote, digo , mala ventura, que quieres, y azótate luego, y pa.
pues las has habido con un alma de gate de contado y de tu propia mano,
esparto y con un corazón de encina : pues tienes dineros míos. A cuyos
á fe que si las hubieras conmigo otro ofrecimientos abrió Sancho los ojos
gallo te cantara. Acabóse la plática, y las orejas de un palmo, y dió con
vistióse don Quijote , comió con los sentimiento en su corazón á azotar
duques y partióse aquella tarde. se de buena gana , v dijo a su amo
Agora bien, señor, yo quiero dispo
nerme á dar gusto á vuesa morced
en lo que desea , con provecho mío :
CAPITULO LXXI que el amor de mis hijos y de mi
mujer me hace que 'me muestre in
teresado. Dígame vuesa merced
De lo que á don Quijote le suce cuánto me dará por cada azote que
dió con su escudero Sancho, yen me diere . Si yo to hubiera de pagar ,
do á su aldea . Sancho , respondió don Quijote, con
forme lo que merece la grandeza y
calidad deste remedio, el tesoro de
Iba el vencido y asendereado don Venecia, las minas del Potosí fue
Quijote pansativo además por una ran poco para pagarte : toma tú el
parte, y muy alegre por otra . Cau tiento á lo que llevas mío, y pon el
saba su tristeza el vencimiento, y precio á cada azote. Ellos, respondió
la alegría el considerar en la virtud Sancho , son tres mil y trescientos y
de Sancho, como lo había mostra tantos : dellos me he dado hasta cin
do en la résurrección de Altisidora, co , quedan los demás : entren entre
aunque con algún escrúpulo se per los tantos estos cinco, y vengamos
suadía á que la enamorada doncella á los tres mil y trescientos , que a
fuese muerta de veras. No iba nada cuartillo cada uno , que no llevaré
alegre Sancho, porque le entristecía menos si todo el mundo me lo man
ver que A tisidora no le había cum dase , montan tres mil y trescientos
plido la palabra de darle las cami cuartillos, que son los tres mil y
sas , y yendo y viniendo en esto , quinientos medios reales, que hacen
dijo a su amo : En verdad, señor, setecentos y cincuenta reales , y
que soy el más desgraciado médico los trescientos hacen ciento y cin
que se debe de hallar en el mun cuenta medios reales, que vienen á
do, en el cual hay físico que con hacer setenta y cinco reales , que
matar al enfermo que cura , quie juntándose á los setecientos y cin
re ser pagado de su trabajo , que cuenta , son por todos ochocientos
no es otro sino firmar una cedulilla y veinticinco reales . Estos desfalca
de algunas medicinas , que no las ré yo de los que tengo de vuesa
hace él , sino el boticario , y catalo merced , y entraré en mi casa rico
cantusado ; y á mí, que la salud aje y contento, aunque bien azotado ,
na me cuesta gotas de sangre, ma porque no se toman truchas ... v no
monas, pellizcos, alfilerazos y azotes, digo más . i Oh Sancho bendito ! ¡ Oh
no me dan un ardite : pues yo les Sancho amable ! respondió don Qui
voto á tal, que si me traen á las ma jote, y cuán obligados hemos de que
nos otro algún enfermo , que antes dar Dulcinea y yo á servirte todos
que le cure me han de untar las los días que el cielo nos diere de
mías ; que el abad de donde canta vida . Si ella vuelve al ser perdido
vanta ; y no quiero creer que me ( que no es posible sino que vuelva) ,
haya dado el cielo la virtud que su desdicha habrá sido dicha , mi
tengo , para que yo la comunique con Vencimiento felicísimo triunfo :
-otros de bobilis bobilis . Tú tienes mira , Sancho , cuándo quieres co
PARTE II.- CAPÍTULO LXXI 443

menzar la disciplina, que porque la vida , amigo, que se quede en esta


abrevies te añado cien reales. ¿ Cuin punto este negocio , que me parece
do ? replicó Sancho , esta noche sin muy áspera esta medicina , y será
falta : procure vueså merced que la bier. dar tiempo al tiempo, que no
tengamos en el campo al cielo abier se gand Zamora en una hora. Más
to , que yo me abriré mis carnes . de mil azotes, si yo no he contado
Llegó la noche esperada de don Qui mal, te has dado ; bastan por agora,
jote, con la mayor ansia del mundo, que el asno , hablando á lo grosero ,
pareciéndole que las ruedas del ca sufre la carga, mas no la sobrecar
rro de Apolo se habían quebrado, y ga . No , no señor, respondió Sancho ,
que el día se alargaba más de lo no se ha de decir por mí : A dineros
acostumbrado, bien así como aconte pagados brazos quebrados : apárte
ce á los enamorados, que jamás se vuesa merced otro poco , y déje
ajustan con el tiempo la cuenta de me dar otros mil azotes siquiera ,
sus deseos. Finalmente se entraron que á dos levadas destas habremos
entre unos amenos árboles que poco cumplido con esta partida, y aun
desviados del camino estaban , donde nos sobrará ropa . Pues tú te hallas
dejando vacías la silla y albarda de Ro. con tan buena disposición , dijo don
cinante y el rucio, se tendieron sobre Quijote, el cielo te ayude, y pégate ,
la verde hierba, y cenaron del repues que yo me aparto. Volvió Sancho á
to de Sancho, el cual haciendo del ca su tarea con tanto denuedo, que ya
bestro y de la jáquima del rucio un había quitado las cortezas á muchos
poderoso y flexible azote, se retiró árboles : tal era la riguridad con que
hasta veinte pasos de su amo entre se azotaba ; y alzando una vez la
unas hayas. Don Quijote, que le vió voz , v dando un desaforado azote
en una haya, dijo : Aquí morirá
ir con denuedo y con brío, le dijo :
Mira, amigo , que no te hagas pe Sansón v cuantos con él son . Acudió
dazos, da lugar que unos azotes don Quijote luego al son de la lasti.
aguarden á otros, no quieras apresu mada voz y del golpe del riguroso azo
rarte tanto en la carrera , que en la te , y asiendo del torcido cabestro que
mitad della te falte el aliento : quie le servía de corbacho á Sancho , le
ro decir, que no te des tan recio, dijo : No permita la suerte , Sancho
que te falte la vida antes de llegar amigo, que por el gusto mío pierdas
al número deseado ; y porque 110 tu a vida, que ha de servir nara
pierdas por carta de más ni de me sustentar á tu mujer y á tus hijos :
nos , yo estaré desde aparte contando espere Dulcinea mejor coyuntura,
por este mi rosario los azotes que que yo me contendré en los límites
te dieres. Favorézcate el cielo con-, de la esperanza propincua, y espera
forme tu buena intención merece . ré que cobres fuerzas nuevas para
A buen pagador no le duelen pren que se concluya este negocio á gus
das , respondió Sancho ; yo pienso to de todos. Pues vuesa merced , se
darme de manera, que sin matarme ñor mío , lo qniere así , respondió
me due a , que en esto debe de con Sancho , sea en buena hora, y écheme
sistir la substancia deste milagro . su ferreruelo sobre estas espaldas,
Desnudóse después de medio cuerpo que estoy sudando , y no querría res .
arriba, y arrebatando el cordel co friarme, que los nuevos disciplinan.
menzó á darse , y comenzó don Qui tes corren este peligro . Hizolo así
jota á contar los azotes. Hasta seis don Quijote , y quedándose en pelo
ú ocho se había dado Sancho, cuan ta abrigó á Sancho, el cual se dur
do le pareció ser pesada la burla , y mió hasta que le despertó el sol, y
muy barato el precio della, y dete luego volvieron á proseguir su ca
niéndose un poco, dijo a su amo mino , á quien dieron fin por enton.
que se llamaba á engaño , porque me cas en un lugar que tres leguas de
recía cada azote de aquellos ser pa allí estaba. Apeáronse en un mesón,
gados á medio real , no que á cuarri . que por tal le reconoció don Qui
llo. Prosigue, Sancho amigo, y no jote , y no por castillo de cava hon .
desmayes, le dijo don Quijote, nue d, torres, rastrillos y puente leva
yo doblo la parada del precio. Dese diza : que después que le vencieron ,
modo , dijo Sancho, a la mano de con más juicio en todas las cosas
Dios , y lluevan azot-s ; pero el so discurría , como agora se dira . Alo .
carrón dejó de dárselos en las es járonle en una sala baja, á quien
paldas , y daba en los árboles , con servían de guadameciles unas sar
unos suspiros de cuando en cuando, gas viejas pintadas como se usa en las
que parecía que con cada uno de aldeas . En una dellas estaba pintado
llos se le arrancaba el alma. ' Tier de malísima mano el robo de Elena
na la de don Quijote, temeroso de cuando el atrevido huésped se la lle .
que no se le acabase la vida , ro vó á Menelao, y en otra estaba 13
historia de Dido y de Eneas, Flla so
consiguiese su deseo por la impru
dencia de Sancho , 14 dijo : Por tu bra una alta torre, como que hacís
DON QUIJOTE DE LA MANCHA

señas con una media sábana al fugi. dando, y que más valía un toma que
tivo huésped , que por el mar sobre dos te daré, y el pájaro en la mano
una fragata ó bergantín se iba hu que buitre volando. No más refra
yendo. Notó en las dos historias que nes, Sancho, por un solo Dios, dijo
Elena no iba de muy mala gana, don Quijote, que parece que te vuel
porque se reía á socapa y á lo so ves al sicut erat : habla á lo llano,
carrón ; pero la hermosa Dido mos á lo liso, á lo no intrincado, como
traba verter lágrimas del tamaño de muchas veces te he dicho, y verás
nueces por los ojos. Viendo lo cual cómo te vale u pan por ciento .
don Quijote , dijo : Estas dos reñoras No sé qué mala ventura es esta
fueron desdichadísimas por no haber mía , respondió Sancho, que no sé
nacido en esta edad, y yo sobre to decir razón sin refrán , ni refrán que
dos desdichado en no haber nacido no me parezca razón ; pero yo me
en la suya, pues si yo encontrara á enmendaré si pudiere ; y con esto
aquestos señores, ni fuera abrasada cesó por entonces su plática.
Troya, ni Cartago destruída , pues con
sólo que yo matara á Paris se ex
cusaran tantas desgracias. Yo apos
taré, dijo Sancho, que antes de mu CAPITULO LXXII
cho tiempo no ha de haber bodegón ,
venta ni mesón , ó tienda de barbe
ro, donde no ande pintada la histo De cómo don Quijote y Sancho
ria de nuestras hazañas ; pero que llegaron á su aldea
rría yo que la pintasen manos de
otro mejor pintor que el que ha Todo aquel día esperando la no
pintado á éstas. Tienes razón, San che estuvieron en aquel lugar y me
cho, dijo don Quijote, porque este són don Quijote y Sancho, el uno
pintores como Orbaneja, un pin para acabar en la campaña rasa la
tor que estaba en Ubeda, que cuan tanda de su disciplina, y el otro para
do ls preguntaban qué pintaba, res . ver el fin della, en el cual consis
pondía : Lo que saliere ; y si por tía el de su deseo. Llegó en esto al
ventura pintaba un gallo, escribía mesón un caminante á caballo COD
debajo : Este es gallo, porque no tres ó cuatro criados, uno de los
pensasen que era zorra . Desta ma cuales dijo al que el señor dellos
nera me parece á mí, Sancho, que parecía : Aquí puede vuesa merced ,
debe de ser el pintor ó escritor , que señor don Alvaro Tarfe, pasar hoy
todo es uno, que sacó á luz la his la siesta : la posada parece limpia F
toria deste nuevo don Quijote que fresca. Oyendo esto don Quijote le
ha salido, que pintó ó escribió lo dijo á Sancho : Mira, Sancho, cuan
que saliere ; ó habrá sido como un do yo hojeé aquel libro de la se
poeta que andaba los años pasados gunda parte de mi historia, me pa
en la corte, llamado Mauléón, el rece que de pasada topé allí este
cual respondía de repente á cuanto nombre de don Alvaro Tarfe . Bien
le preguntaban ; y preguntándole podrá ser, respondió Sancho ; dejé .
uno qué quería decir Deum de Deo, mosle apear, que después se lo pre
respondió : Dé donde diere. Pero guntaremos. El caballero se apeó ,
dejando esto aparte, dime si piensas y frontero del aposento de don Qui
Sancho, darte otra tanda esta noc jote la huéspeda le dió una sala ba
che, y si quieres que sea debajo de ja, enjaezada con otras pintadas sar
techado ó al cielo abierto . Pardiez, gas como las que tenía la estancia
señor, respondió Sancho, que para de don Quijote. Púsose el recién ve
lo que yo pienso darme, eso se me nido caballero á lo de verano, y sa
da en casa , que en el campo ; pero liéndose al portal del mesón, que
con todo eso querría que fuese entre era espacioso y fresco, por el cual
árboles, que parece que me acom se paseaba don Quijote , le preguntó :
pañan y me ayudan a llevar mi tra ¿ Adónde bueno camina puesa mer
bajo maravillosamente. Pues no ha oed, señor gentilhombre ? Y don
de ser así, Sancho amigo, respondió Quijote le respondió : A una aldea
don Quijote, sino que para que to que está aquí cerca , de donde soy
mes fuerzas lo hemos de guardar natural. ¿ Y vuesa merced dónde
para nuestra aldea que á lo más tarde camina ? Yo, señor , respondió el
llegaremos allá después de mañana. caballero, voy á Granada, que mi
Sancho respondió que hiciese su patria. Y buena patria, replico don
gusto, pero que él quisiera concluir Quijote ; pero digame vuesa merced
con brevedad aquel negocio á san porcortesia en nombre, porque me pe
gre caliente y cuando estaba picado rece que me ha de importar saberlo
el molino, porque en la tardanza más de lo que buenamente podré
suele estar muchas veces el peligro, decir. Mi nombre es don Alvaro
y á Dios rogando y con el mazo Tarfe, respondió el huésped . A lo
PARTE II . - CAPÍTULO LXXII 1 443

que rep.icó don Quijote : Sin duda metido en la casa del Nuncio en To
alguna pienso que vuesa merced de ledo para que le curen, y ahora re .
be de ser aquel don Alvaro Tarfe manece aquí otro don Quijote, aun
que anda impreso en la Segunda que bien diferente del mio. Yó , dijo
parte de la historia de don Qui don Quijote , no sé si soy bueno,
jote de la Mancha , recién impresa pero sé decir que no soy el malo :
y dada á la luz del mundo por un para prueba de lo cual quiero que
autor moderno. El mismo soy , res sepa vuesa merced , mi señor don
pondió el caballero , y el tal don Alvaro Tarfe ,' que en todos los días
Quijote, sujeto principal de la tal de mi vida no he estado en Zarago
historia, fué grandísimo amigo mío , za ; antes por haberme dicho que ese
y yo fui el que le sacó de su tierra, don Quijote fantástico se había ha
o a lo menos le moví á que viniese llado en las justas desa ciudad , no
á unas justas que se hacían en Za quise yo entrar en ella por sacar á
ragoza , adonde yo iba, y en verdad las barbas del mundo su mentira, v
en verdad que le hice muchas amis ansí me pasé de largo á Bacelona,
tades, y que le quité de que no le archivo de la cortesía, albergue de
palméase las espaldas el verdugo los extranjeros, hospital de los po
por ser demasiadamente atrevido . Y bres, patria de los valientes, ven
digame vuesa merced, señor don ganza de los ofendidos , y correspon
Alvaro , ¿ parezco yo en algo á ese dencia grata de firmes amistades, y
tal don Quijote que vuesa merced en sitio y en belleza única. Y aun
dice ? No por cierto , respondió el que los sucesos que en ella me han
huésped , en ninguna manera, Y ese sucedido no son de mucho gusto ,
don Quijote, dijo el nuestro , ¿ traía sino de mucha pesadumbre, los llevo
consigo á un escudero llamado San sin ella sólo por haberla visto. Fi
cho Panza ? Sí , traía, respondió don na mente, señor don Alvaro Tarfe,
Alvaro , y aunque tenía fama de muy yo soy don Quijote de la Mancha,
gracioso, nunca le of decir gracia que el mismo que dice la fama, y no ese
la tuviese. Eso creo yo muy bien , dijo desventurado que ha querido usurpar
á esta sazón Sancho , porque el de mi nombre y honrarse con mis pensa .
cir gracias no es para todos ; y ese mientos. A vuesa meroed suplico,
Sancho que vuesa merced dice , se por lo que debe á ser caballero, sea
ñor gentilhombre, debe de ser al servido de hacer una declaración ante
gún grandísimo bellaco, frión y la. el alcalde deste lugar. de que vuesa
drón juntamente, que el verdadero merced no me ha visto en todos los
días de su vida hasta ahora , y de
Sancho Panza soy yo, que tengo más que yo no soy el don Quijote im
gracias que llovidas ; y si no, laga
vuesa merced la experiencia, y án preso en la segunda parte, ni este
dese tras de mí- por lo menos un Sancho Panza mi escudero es aquel
año , y verá que se me caen á cada que vuesa merced conoció. Eso haré
paso , y tales y tantas , que sin 82 yo de muy buena gana , respondió
ber yo las más veces lo que me digo , don Alvaro, puesto que cause ad
hago reir á cuantos me escuchan ; miración ver dos don Quijote y dos
y el verdadero don Quijote de la Sanchos á un mismo tiempo, tan
Mancha, el famoso , el valiente y el conformes en los nombres como di .
discreto, el enamorado , el desface ferentes en las acciones : y vuelvo
dor de agravios, el tutor de pupilos á decir y me afirmo, que no he vis
y huérfanos, el amparo de las viu to lo quá he visto, ni ha pasado por
das, el matador de las doncellas, el mi lo que ha pasado. Sin duda, Jijc
que tiene por única señora á la sir : Sancho, que vuesa merced debe de
estar encantado como mi señora Dul
par Du.cinea del Toboso, es este se cinea del Toboso , y pluguiera al cie.
ñor que está presente , que es mi lo que estuvier3 su desencanto de
amo : todo cualquier otro don Qui vuesa merced en darme otros tres
jote y cualquier otro Sancho Panza
es burlería y cosa de sueño. Por Dios mil y tantos azotes como me doy por
que lo creo, respondió don Alvaro , ella, que yo me los diera sin interés
porque más gracias habéis dicho vos, alguno. No entiendo eso de los azo
tes , dijo don Alvaro : y Sancho le
amigo , en cuatro razones que ha respondió que era largo de contar ;
béis hablado, que el otro Sancho
pero que él se lo contaría si acaso
Panza en cuantas yo le of hablar,
que fueron muchas. Más tenía le co iban un mismo camino. Llegóse en
esto la hora de comer , comieron jun
milón que de bien hablado, y más tos don Quijote v don Alvaro. Entró
de tonto que de gracioso ; y tengo
por sin duda que los encantadores que acaso el alcalde del pueblo en el me.
persiguen á don Quijote el bueno han són con un escribano, ante el cual
querido perseguirme á mí con don alcalde pidió don Quijote por una
Quijote el malo. Pero no sé qué me petición de que a su derecho conve .
diga, que osaré yo jurar que le dejo nía de que don Alvaro Tarfe , aquel
446 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

caballero que allí estaba presente. no iba á reconocer si era Dulcin - a


declarase ante su merced cómo no del Toboso, teniendo por infalible
conocía á don Quijote de la Mancha, no poder mentir las promesas de
que asimismo estaba ailí presente, Merlín . Con estos pensamientos y
y que no era aquel que andaba im deseos subieron una cuesta arriba,
preso en una historia intitu ada : desde la cual descubrieron su aldea,
Segunda parte de don Quijote de la cual vista de Sancho, se hincó de
ia Mancha, compuesta por un tal rodillas, y dijo : Abre los ojos , de
de Avellaneda, natural de Torde seada patria, y mira que vuelve á ti
sillas . Finalmente, el alcalde Tro Sancho Panza tu hijo, si no muy
veyó jurídicamente : la declaración rico, muy bien azotado. Abre los
ee hizo con todas las fuerzas que brazos, y recibe también á tu hijo don
en tales casos debía hacerse ; con lo Quijote, que si viene vencido de los
que quedaron don Quijote y Sancho brazos ajenos, viene vencedor de sí
muy alegres, como si les importara mismo, que según él me ha dicho
mucho semejante declaración, y no es el mayor vencimiento que desear
mostraran claro la diferencia de los se puede . Dineros llevo , porque si
dos don Quijotes, y la de los dos San buenos azotes me daban bien caba
chos, sus obras y sus palabras. Mu llero me iba . Déjate de esas sande
chas de cortesías y ofrecimientos ces, dijo don Quijote , y vamos con
pasaron entre don Alvaro y don Qui pie derecho a entrar en nuestro lu
jote , en las cuales mostró el gran gar, donde daremos vado á nuestras
manchego su discreción, de modo imaginaciones , y la traza que en la
que desengañó á don Alvaro Tarfe pastoral vida pensamos ejercitar,
del error en que estaba , el cual se Con esto bajaron de la cuesta, v se
dió á entender que debía de estar fueron á su pueb.o.
encantado, pues tocaba con la mano
dos tan contrarios don Quijotes.
Llegó la tarde, partiéronse de aquel
lugar, y á obra de media legua se CAPITULO LXXIII
apartaban dos caminos diferentes,
el uno que guiaba a la aldea de don
Quijote, y el otro el que había de De los , agüeros que tuvo don Qui
llevar don Alvaro . En este poco es jote al entrar de su aldea, con
pacio le contó don Quijote la des otros sucesos que adornan y
gracia de su vencimiento, y el en acreditan esta grande historia.
; canto y el remedio de Dulcinea, que
todo puso en nueva admiración á
don Alvaro, el cual abrazando á don A la entrada del cual, según dice
Quijote y á Sancho siguió su cami Cide Hamete , vió don Quijote que en
no , y don Quijote el suyo, que aque las eras del lugar estaban riñendo
lla noche la nasó entre otros árboles dos muchachos , y el uno dijo al
por dar lugar á Sancho de cumplir otro : No te canses, Periquillo, que
su penitencia, que la cumplió del mis no la has de ver en todos los días
mo modo que la pasada noche á costa de tu vida. Oyólo don Quijote , y
de las cortezas de las hayas harto más dijo á ncho : ¿ no adviertes, ami
que de sus espaldas, que las guardó go, lo que aquel muchacho ha dicho,
tanto , que no l'udieran quitar los azo . no la has de ver en todos los días
tes una mosca aunque la tuviera en de tu vida ? Pues bien, ¿ qué impor
cima. No perdió el engañado don ta, respondió Sancho, que haya di
Quijote un solo golpe de la cuenta, cho eso el muchacho ? ¿ Qué ? repli
y halló que con los de la noche pa có don Quijote , no ves tú que apli
sada eran tres mil y veintinueve . cando aquella palabra á mi intención ,
Parece que había madrugado el sol á quiere significar que no tengo de
ver el sacrificio, con cuya luz vol ver más á Dulcinea ? Queríale res
vieron á proseguir su camino, tra ponder Sancho , cuando se lo estor
tando entre os dos del engaño de bó ver que por aquella campaña ve
don Alvaro , y de cuán bien acorda nía huyendo una liebre seguida de
do había sido tomar su declaración muchos galgos y cazadores, la cual
ante la justicia, y tan auténticamen temerosa se vino á recoger y aga.
te . Aquel día y aquella noche cami zapar debajo de los pies del rucio.
naron sin sucederles cosa digna de Cogió a Sancho mano salva, v pre
contarse, si no fué que en ella aca sentós - la á don Quijote, el cual es
bó Sancho su tarea, de que quedó taba diciendo : Malum signum, ma
don Quijote contento sobre' modo , v lum signum : liebre huye, galgos la
esperaba el día por ver si en el ca siguen , Dulcinea no parece. Extra
mino topaba ya desencantada á Dul ño es vuesa merced, dijo Sancho :
cinea su señora ; y siguiendo su ca presupongamos que esta liebre es
mino no topaba mujer ninguna que Dulcinea del Toboso, y estos galgos
PARTE II. - CAPÍTULO LXXIII 447

que la persiguen son los marandri llegado las nuevas de su venida. Ni


nes encantadores que la transforma más ni menos se las habían dado a
ron en labradora : ella huye, yo la Teresa Panza, mujer de Sancho, la
cojo y la pongo en poder de vuesa cual desgreñada y medio desnuda ,
merced , que la tiene en sus brazos trayendo de la mano i Sanchica su
y la regala : ¿ qué mala señal es hija, acudió á ver á eu marido , y
esta, ni qué mal agüero se puede viéndole no tan bien adeliñado como
tomar de aquí ? Los dos muchachos ella se pensaba que había de estar
de la pendencia se llegaron á ver un gobernador, le dijo : ¿ Cómo ve.
á la iebre , y al uno dellos pregun nís así, marido mío, que me pare.
tó Sancho que par qué reñían . Y fué ce que venís á pie y despeado, y
le respondido por el que había di más traéis semejanza de desgober
cho no la verás más en toda tu vida , nado que de gobernad ? Calla, Te
que él había tomado al otro mucha resa , respondió Sancho, que muchas
cho una jaula de grillos, la cual no veces donde hay estacas no hay to
pensaba volvérsela en toda su vida. cinos, y vámonos á nuestra casa , que
Sacó Sancho cuatro cuartos de la allá oirás maravillas . Dineros trai
faltriquera, y dióselos a muchacho go, que es lo que importa , ganados
por la jaula, y púsosela en las manos por mi industria y sin daño de na
á don Quijote , diciendo : He aquí , die . Traed vos dineros, mi buen ma
señor, rompidos y desbaratados es rido, dijo Teresa , y sean ganados
tos agüeros, que no tienen que ver por aquí ó por allí, que como quie
más con nuestros sucesos, según ra que os hayáis ganado no habréis
que yo imagino , aunque, tonto, que hecho usanza nueva en el mundo.
con las nubes de antaño : y si no Abrazó Sanchica á su padre, y pre
me acuerdo mal, he oído decir al guntóle si traía algo, que le estaba
cura de nuestro pueb! ); fue no es esperando como el agua de mayo ; V
de personas cristianas ni discretas asiéndole de un lado del cinto, V Su
mirar en estas niñerías ; y aun vue mujer de la mano, tirando su hija
sa merced mismo me lo dijo los días al rucio, se fueron a su casa, dejan
pasados, dándome , á entender que do á don Quijote en la suya en po
eran tontos todos aquellos cristianos der de su sobrina de $ 12 ama , y
que miraban en agüeros ; y no es me en compañía del cura y del bachi
nester hac r hincapié en esto , sino ller. Don Quijote , sin aguardar tér
pasemos adelante , y entremos en minos ni horas, en aquel mismo pun
nuestra aldea . Llagaron los cazado to se apartó á so as con el bachiller .
res , pidieron su liebre, y diósela don vel cura , y en breves razones les
Quijote : pasaron adelante, y á la contó su vencimiento, y la obligación
entrada del pueblo toparon en un en que había quedado de no salir de
pradeçillo rezando al cura y al ba su aldea en un año, la cual pensaba
chiller Carrasco. Y es de saber que guardar al pie de ia letra, sin tras
Sancho Panza había echado sobre el pasarla en un átomo, bien así como
rucio y sobre el lío de las mas, caballero andante , obligado por la
para que sirviese de repostero, la puntualidad y orden de la andante
túnica de bocací pintada de llamas caballería ; v que tenía pensado de
de fuego qu « le vistieron er el cas hacerse aquel año pastor, y entrete
tillo del duque la noche que volvió en nerse en la soledad de los campos ,
sí Altisidora . Acomodóle también la donde á rienda suelta podría dar
coroza en la cabeza, que fué la más vado á sus amorosos pensamientos,
nueva transformación y adorno con ejercitándose en el pastoral y vir
que se vió jamás jumento en el mun tuoso ejercicio : y que les suplica
do . Fueron luego conocidos los los ba, si no tenían mucho que hac r
del cura y del bachiller , que se vi y no estaban impedidos en nego
nieron á ellos con los brazos abier cios más importantes, quisiesen s - r
tos . Apeóse don Quijote , y abrazó sus compañeros, que el compraría
los estrechamente ; y los muchachos, ovejas y ganado suficiente que les
que son linces no excusados , divi diese nombre de pastores : y que
saron la coroza del jumento , y acu les hacía saber que lo más principal
dieron á verle, y decían unos á de aquel negocio estaba hecho , nor
otros : Venid , muchachos, y veréis que les tenía puestos los nombres ,
el asno de Sancho Panza más galán que les vendrían como de molde .
que Mingo . y la bestia de don Qui Dijole el cura que los dijese. Res
jote más ilaca hoy que el primer pondió don Quijote que él se había
dia. Finalmente , rodeados do mu de llamar el pastor Quijótiz , el
chachos y acompañados del cura y bachiller el pastor Carrascón , y el
del bachiller , entraron en el pueblo, cura el pastor Curiambro, y Sancho
se fueron á casa de don Quijote , y Panza el pastor Pancino . Pasmáron
hallaron á la puerta della al ama se todos de ver la nueva locura de
y á su sobrina, á qui - n ya habían don Quijote ; pero porque no se les
448 DON QUIJOTE DE LA MANCHA
fuese otra vez del pueblo á sus ca y hovrada, se quiere meter en nuevos
ballerías, esperando que en aquel laberintos naciéndose pastorcillo tú
año podría ser curado, concedieron que vienes, pastorcico tú que vas :
con su nueva intención, y aproba pues en verdad que está ya duro el
ron por discreta su locura, ofrecién alcacer para zampoñas. A lo que aña
doseles por compañeros en su ejer dió el ama : ¿ Y podrá vuesa merced
cicio. Y más, dijo Sanson Carras pasar en el campo las siestas del
co, que como ya todo el mundo sabe , verano , los serenos del invierno el
yo soy celeberrimo poeta, y á cada aire, la lluvia y los lodos ? No por cier
paso compondré versos pastoriles ó to, que este es ejercicio y oficio de
cortesanos, ó como más me viniere á hombres robustos , curtidos y cria
cuento para que nos entretengamos dos para tal ministerio casi desde
por esos andurriales donde habemos las fajas y mantillas : aun mal por
de andar : y lo que más es menes mal, mejor es ser caballero andante
ter, señores míos, es que cada uno que pastor. Mire, señor, tome mi
escoja el nombre de la pastora que consejo , que no se le doy sobre es
piensa celebrar en sus versos, y que tar harta de pan y vino, sino en
no dejemos árbol, por duro que sea, ayunas, y sobre cincuenta años que
donde no ee retule y grabe su nom . tengo de edad : estése en su casa ,
bre , como es uso y costumbre de atienda á su hacienda, confiese á me
los enamorados pastores. Eso está de nudo, favorezca á los pobres , y so
molde , respondió don Quijote, pues bre mi ánima si mal e fuere. Ca
to que yo estoy libre de buscar nom llad, hijas , les respondió don Quijo
bre de pastora fingida, pues está ahí te, que yo sé bien lo que me cum
la sin par Dulcinea del Toboso, glo . ple : llevadme al lecho, que me pa
ria destas riberas, adorno destos pra rece que no estoy muy bueno ; y te.
dos, sustento de la hermosura, nata ned por cierto que ahora, sea caba
de los donaires, v finalmente sujeto llero andante, o pastor por andar,
sobre quien puede asentar bien toda no dejaré de acudir á lo que hubié
a abanza ,por hipérbole que sea . Así redes menester, como lo veréis por
es verdad , dijo el cura ; pero nos la obra : y las buenas hijas (que lo
otros buscaremos por ahí pastoras eran sin duda) ama y sobrina, le lle
mañeru las, que si no nos cuadra varon á la cama, donde le dieron de
ren , nos esquiner . A lo que añadió comer y rega aron lo posible.
Sanson Carrasco : Y cuando falta .
ren , darémosles los nombres de las
estampadas é impresas de quien está
lleno el mundo , Filidas, Amarilis, CAPITULO LXXIV
Dianas, Fléridas, Galateas y Beli
sardas, que pnes las venden en las
plazas, bien las podemos comprar De cómo don Quijote cayó malo ,
nosotros, y tenerlas por nuestras. y del testamento que hizo y 846
Si mi dama, ó por mejor decir mi muerte .
pastora, por ventura se llamare Ana,
la celebraré dºbajo del nombre de
Anarda, y si Francisca , la llamaré Como las cosas humanas no sean
yo Francenia, y si Lucía , Luscinda, etornas, yendo siempre en declina
que todo se sale allá ; y Sancho Pan ción de sus principios hasta llegar
za, si es que ha de entrar en esta á su último fin , especialmente las
cofradía, podrá celebrar á su mujer vidas de los hombres ; y como la
Teresa Panza con el nombre de Te de don Quijote no tuviese privilegio
resaina. Riose don Quijote de la del cielo para detener el curso de la
aplicación del nombre , y el cura le suya, llegó su fin y acabamiento
alabó infinito su honesta y honrada cuando él menos lo pensaba, porque
resolución , y se ofreció de nuevo á ó ya fuese de la melancolía que le
hacerla compañía todo el tiempo que causaba el verse vencido, ó ya por
le vacase de atender a sus forzosas la disposición del cielo, que así : o
obligaciones. Con esto se despidie ordenaba, se le arraigo una calen
ron dél , y le rogaron y aconsejaron tura, que le tuvo seis días en la
tuviese cuenta con su salud , y con re cama, en los cuales fué visitado mu
galars , lo que fuese bueno . Quiso chas veces del cura, del bachiller
la suerte que su sobrina y el ama y del barboro, sus amigos , sin qui
los tres ; y así társele la cabece Sa Panza
oyeron la plática
como se fueron , se entraron entram su buen escudero. Estos, creyendo
bas con don Quijote, y la sobrina le que la pesadumbre dy verse venci
dijo : ¿ Qué es esto, señor tío ? aho do , y de no ver cumplido su deseo
ra que pensábamos nosotras que vue en la libertad y desencanto de Dul.
sa merced volvía á reducirse en su cinea le tenía de aquella suerte, por
casa, y pasar en ella una vida quieta todas las vías posibles procuraban
PARTE 11.- CAPÍTULO LXXIV 4.19

alegrarle, diciéndole el bachiller que rrasco y maese Nicolás el barbero ,


be animase y levantase para comen que quiero confesarme y hacer mi
zar su pastoral ejercicio, para el cual testamento. Pero deste trabajo se
tenía ya compuesta una égloga, que excusó la sobrina con la entrada de
mal año para cuantas Sanázaro ha los tres . Apenas los vió don Quijo
bía compuesto ; y que ya tenía com te cuando dijo : Dadme albricias, bue
prados de su propio dinero dos fa nos señores, de que ya yo no soy don
mosos perros para guardar el gana Quijote de la Mancha, sino Alonso
do, el uno llamado Barcino y el otro Quijano , á quien mis costumbres me
Butrón , que se los había vendido un dieron renombre de Bueno. Ya soy
ganadero del Quintanar. Pero no por enemigo de 'Amadis de Gaula y de
esto dejaba don Quijote sus triste toda la infinita caterva de su lina
zas. Llamaron sus amigos al mé je : ya me son odiosas todas las his
dico , tomóle el pulso, y no le con. torias profanas de la andante caba
tentó mucho , y dijo que por sí ó lleria : ya conozco mi necedad , vel
por no atendiese á la salud de su al peligro en que me pusieron haber
ma, porque la del cuerpo corría pe las leído : ya por misericordia d .
ligro . Oyólo don Quijote con ánimo Dios, escarmentado en cabeza pro
sosegado ; pero no lo oyeron así su pia , las abomino . Cuando esto le
ama, su sobrina y su escudero, los oyeron decir los tres , creyeron sin
cuales comenzaron á llorar tierna duda que alguna nueva locura le
mente, como si ya le tuvieran muer había tomado . Y Sansón le dijo :
to delante. Fue el parecer del mé. ¿ Ahora , señor don Quijote, que te
dico , que melancolías y desabrimien . nemos nueva que está desencantada
tos le acababan, Rogó don Quijote que la señora Dulcinea, sale vuesa mer
ie dejasen solo , porque quería dor ced con eso , y agora que estamos
mir un poco . Hiciéronlo así, y dur tan á pique de ser pastores, para
mió de un tirón , como dicen, más de pasar cantando la vida como unos
beis horas, tanto que pensaron el principes , quiere vuesa merced ha
ama y la sobrina que se había de cerse ermitaño ? Calle por su vida ,
quedar en el sueño. Despertó al vuelva en sí, y déjese de cuentos.
cabo del tiempo dicho, y dando una Los de hasta aquí, replicó don Qui
gran voz, dijo : Bendito sea el po jote, que han sido verdaderos en mi
deroso Dios, que tanto bien me ha daño, los na de volver mi muerte
hecho. En fin , sus misericordias no con ayuda del cielo en mi provecho.
tienen límite , ni las abrevian ni im Yo , señores, siento que me voy mu
pidon los pecados de los hombres. riendo á toda priesa, déjense bur
Estuvo atenta la sobrina á las ra las aparte , y tráiganme un confesor
zones del tío, y pareciéronle más que me confiese, y un escribano que
concertadas que las qus él solía de haga mi testamento, que en tales
cirlas , á lo menos en aquella enfer trances como éste no se ha de bur .'
medad , y preguntóle : ¿ Qué es lo lar el hombre con el alma : y así su
quo vuesa merced dice, señor ? ¿ Te plico que en tanto que el señor cura
nemos algo de nuevo ? ' ¿ Qué miseri me confiesa , vayan por el escribano,
cordias son estas ó qué pecados de Miráronse unos á otros admirados
los hombres ? Las misericordias, res de las razones de don Quijote , y aun
pondió don Quijote , sobrina, son las que en duda, le quisieron creer ; y
que en este instante ha usado Dios una de las señaies por donde conje
conmigo, á quien , como dije , no las turaron se moría, fué el haber vuel
impiden mis pecados. Yo tengo jui, to con tanta facilidad de loco á cuer- '
cio ya libre y claro sin las sombras do , porque á las ya dichas razones
caliginosas de la ignorancia, que so añadió otras muchas tan bien dichas ,
bre él me pusieron por mi amarga tan cristianas y con tanto concierto ,
afición y continua leyenda de los de. que del todo les vino á quitar la
testables libros de caballerías. Ya co duda, y á creer que estaba cuerdo .
nozco sus disparates y su embelecos, y H.zo salir la gente el cura , y quedó
no me resa sino que este desengaño se solo con él y confesóle. El bachi
ha llegado tan tarde, que no me deja ller fué por el escribano, y de alli
tiempo para hacer alguna recompen . á poco volvió con él y con Sancho
sa, levendo otros que sean luz del Panza, el cual Sancho (que ya sa..
alma. Yo me siento, sobrina, á pun . bía por nuevas del bachiller en qué
to de muerte : querría hacerla de estado estaba su señor) hallando á
tal modo, que diese á entender que la ama y á la sobrina llorosas , co
no había sido mi vida tan mala , que menzó á hacer pucheros y á derril
dejase renombre de loco ; que pues mar lágrimas . Acabóse la confesión ,
to que lo he sido, no querría con y salió el cura diciendo : Verdade
firmar esta verdad en mi muerte . ramente se muere y verdaderamente
Llámame, amiga, á mis buenos ami está cuerdo Alonso Quijano el Bue
gos el cura , el bachiller Sansón Ca no : bien podemos entrar para que
29
450 DON QUIJOTE DE LA MANCIA

haga su testamento. Estas nuevas buon Sancho Panza está muy en la


dieron un terrible empujón á los verdad destos casos . Señores , dijo
ojos preñados de ama y sobrina y de don Quijote, vámonos poco á sco
Sancho Panza su buen escudero, de pues ya en los nidos de antaño no
tal manera , que les hicieron reventar hay pájaros hogaño ; yo fui loco . y
las lágrimas de los ojos , y mil pro ya soy cuerdo ; fuí don Quijote de
fundos suspiros del pecho ; porque la Mancha , y soy agora, como he
verdaderamente, como alguna vez dicho, Alonso Quijano el Bueno :
se ha dicho, en tanto que don Qui pueda con vuesas mercedos mi arre
jote fué Alonso Quijano el Bueno á pentimiento y mi verdad volverme
secas, y en tanto que fué don Quijo á la estimación que de mi se tenía ,
te de la Mancha, fué siempre de y prosiga adelante el señor escriba
apacide condición y de agradable no. Item mando toda mi hacienda á
trato , y por esto no sólo era bien puerta cerrada á Antonia Quijano,
querido de los de su casa, sino de mi sobrina , que está presente, ha
todos cuantos le conocían . Entró el biendo sacado primero de lo más bien
escribano con los demás, y después parado dalla lo que fuere menester
de haber hecho la cabeza del testa para cumplir las mandas que dejo
mento, y ordenado su alma don Qui hechas ; y la primera satisfacción
jote , con todas aquellas circunstan que se haga quiero que sea pagar el
cias cristianas que se requieren , lle salario que debo del tiempo que mi
gando a las mandas, dijo : Item , es ama me ha servido, más veinte du
mi voluntad que de ciertos dineros cados para un vestido. Dejo por mis
que Sancho Panza, á quien en mi albaceas al señor cura y al señor ba
locura hice mi escudero. tiene, que chiller Sansón Carrasco que están
porque ha habido entre él y mí cier presentes. Item es mi voluntad que
tas cuentas, y dares y tomares , quie si Antonia Quijano mi sobrina qui
ro que no se le haga cargo dellos, sier casarse , se case con hombre
ni se le pida cuenta alguna , sino que de quien primero se haya hecho in
si sobraren algunos después de haber formación que no sabe qué cosa sean
se pagado de lo que le debo, el res libros de caballerías ; y en caso que
tante sea suyo , que será bien poco , se averiguare que lo sabe, y con todo
y buen provecho le haga : y si como eso mi sobrina quisiere casarse con
estando yo loco fui parte para dar él y se casare, pierda todo lo que le
le el gobierno de la insula , pudiera he mandado , lo cual puedan mis al
ahora estando cuerdo darle el de un baceas distribuir en obras pias á su
reino , se le diera, porque la sanci voluntad . Item suplico á los dichos
llez de su condición y fidelidad de . señores mis albaceas, que si la bue
su trato lo merece ; y volviéndose na suerte les trujere á conocer al
á Sancho, le dijo : Perdóname , ami . autor que dicen que compuso una
go la ocasión que te he dado de historia que anda por ahí con el ti
parecer loco como yo, haciéndote tuio de Segunda parte de las ha
caer en el error en que yo he caído zañas de don Quijote de la Man
de que hubo y hay caballeros andan cha, de mi parts le pidan, cuan en
tes en el mundo . ¡ Ay ! respondió Carecidamente ser pueda, perdone
Sancho llorando , no se muera vuesa la ocasión que sin yo pensarlo le di
merced , señor mío , sino tome mi de haber escrito tantos y tan gran
consejo y viva muchos años, porque des , disparates como en clla escribe ,
la mayor locura que puede hacer an porque parto desta vida con escrú
hombre en esta vida es dejarse mo pulo de haberle dado motivo para
rir sin más ni más, sin que nadie escribirlos . Cerró con esto el testa
le mate, y sin que otras manos le mento, v tomándole un desmayo, 99
acaben que las de la melancolía. tendió de largo á largo en la cama.
Mire no sea perezoso , sino levánte Alborotárones todos, y acudieron a su
se desa cama, y vámonos al campo remedio, v en tres días que vivió des.
vestidos de pastores, como tenemos pués deste donde hizo el testamen
concertado ; quizá tras de alguna to, se desmayaba muy á menudo.
mata hallaremos a la señora doña Andaba la casa alborotada ; pero con
Dulcinea desencantada , que no haya todo comía la sobrina, brindaba el
más que ver . Si es que se muere de ama, y se regocijabı Sancho Panza ;
pesar de verse vencido, écheme á mí que esto del heredar algo borra 6
la culpa, diciendo que por haber yo templa en el heredero la memoria
cinchado mal á Rocinante le derri de la pena que es razón que deje el
baron : cuanto más que vuesa mer muerto. En fin , llegó el último de
ced habrá visto en sus libros de ca. don Quijote, después de recibidos
ballerías ser cosa ordinaria derri
todos los sacramentos, y después de
barse unos caballeros á otros, y el haber abominado con muchas y efi
que es vencido hoy. ser vencedor caces razones de los libros de caba
mañana. Así es, dijo Sansón , y el llerías. Hallóse el escribano presen
PARTE 11. - CAPÍTULO LXXIV 451

te, y dijo que nunca había leído en landrines historiadores no te descuel


mingún libro de caballerias que al gan para profanarte. Pero antes que
gún caballero andante hubiese muer á ti lleguen les puedes advertir , y
to en su lecho tan sosegadamente y decirles en el mejor modo que pu .
tan cristiano como don Quijote, el dieres :
cual entre compasiones y lágrimas
de los que allí se hallaron dió u Tate , tate , folloncicos ,
espíritu : quiero decir que se murió. de ninguno sea tocada,
Viendo lo cual el cura, pidió al es porque esta empresa, buen rey ,
cribano le diese por testimonio cómo
para mi estaba guardada.
Alonso Quijano el Bueno, llamado co
múnmente don Quijote de la Man. Para mí sola nació don Quijote , y
cha, había pasado desta presente vi yo para él : él supo obrar, y yo es.
da, y muerto naturalmente ; y que cribir ; solos jos dos somos para en
el ' tal testimonio pedía para quitar uno , á despecho y pesar del escritor
la ocasión de que algún otro autor fingido y tordesillesco, que se atre
que Cide Hamete Benengeli le re vió , ó se ha de atrever á escribir
sucitase falsamente, y hiciese in con pluma de avestruz grosera y
acabables historias de sus hazañas. mal adeliñada las hazañas de mi va
Este fin tuvo el INGENIOSO HIDAL
leroso caballero , porque no es carga de
GO DE LA MANCHA, cuyo lugar no sus hombros, ni asunto de su resfriado
quiso poner Cide Hamete puntual
mente , por dejar que todas las vi ingenio , á quien advertirás, si acaso lle.
llas y lugares de la Mancha conten gas á conocerle , que deje reposar en la
diesen entre sí por ahijársele v te sepultura los cansados y ya podridos
nérsele por suyo , como contendieron huesos de don Quijote , y no le quiera
las siete ciudades de Grecia por Ho llevar contra todos los fueros de la muer.
mero. Déjanse de poner aquí los te á Castilla la Vieja , haciéndole salir de
llantos de Sancho, sobrina y ama de la fuesa , donde real y verdaderamente
don Quijote, los nuevos epitafios de yace tendido de largo á largo , imposibi
80 sepultura, aunque Sanson Ca litado de hacer tercera jornada y salida
rrasco le puso éste : nueva : que para hacer burla de tantas
como hicieron tantos andantes caballe
Yace aquí el hidalgo fuerte, ros , bastan las dos que él hizo tan á gusto
que á tanto extremo llegó
de valiente, que se advierte y beneplácito de las gentes á cuya noticia
que la muerte no triunfó llegaron, asi en estos como en los extra
de su vida con su muerte . ños reinos: y con esto cumplirás con tu
Tuvo á todo el mundo en poco ; cristiana profesión aconsejando bien á
fué el espantajo y el coco quien mal te quiere , y yo quedaré satis
del mundo en tal coyuntura, fecho y ufano de haber sido el primero
que acreditó su ventura, que gozó el fruto de sus escritos entera
mcrir cuerdo y vivir loco . mente como deseaba , pues no ha sido
otro mi deseo que poner en aborrecimien
Y el prudentísimo Cide Hamete dijo to de los hombres las fingidas y dispara
á su pluma : Aquí quedarás colgada tadas historias de los libros de caballe
desta espetera y deste hilo de alam .
rias , que por las de mi verdadero don
bre , ni sé si bien cortada ó mal ta-,
jada, péñola mía , adonde vivirás Quijote van ya tropezando , y han de caer
luengos siglos, si presuntuosos y ma del todo sin duda alguna . Vale.

PIN DEL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA


.
ÍNDICE

Págs.

Al duque de Béjar.... 5
Prólogo...
:::
Al libro de don Quijote de la Mancha, Urganda la desconocida ... 11

PARTE PRIMERA

CAPITULO PRIMERO . -Que trata de la condición y ejercicio del


fanioso hidalgo don Quijote de la Mancha. 15
CAP . II.-Que trata de la primera salida que de su tierra
hizo el ingenioso don Quijote ... ... 17
CAP . III . -Donde se cuenta la grac,osa manera que tuvo
don Quijote en armarse caballero ... 20
CAP . IV. -De lo que le sucedió á nuestro caballero cuando
salió de la venta... ... 22
CAP . V. -Donde se prosigue la narrución de la desgracia
de nuestro caballero ... 25
CAP. VI. -Del donoso y grande escrutinio que el cura y el
barbero hicieron en la librería de nuestro
ingenioso hidalgo... 27
CAP . VII . -De la segunda calida de nuestro buen caballero
don Quijote de la Mancha ... 30
CAP. VIII.--Del buen suceso que el valeroso don Quijote tuvo
en la espantable y jamás imaginada aventura
de los molinos de viento , con otros sucesos
dignos de felice recordación ... 32
CAP . IX.-Donde se concluye y da fin á la estupenda batalla
que el gallardo vizcaíno y el valiente man
chego tuvieron ... 36
CAP . X .-- De los graciosos razonamientos que pasaron entre
don Quijote y Sancho Panza su escudero ... 38
CAP . XI.-- De lo que sucedió á don Quijote con unos ca
breros..... 40
CAP. XII. - De lo que contó un cabrero a los que estabanı
con don Quijote ... 43
CAP. XIII.-- Donde se da fin al cuento de la pastora Marcela,
con otros sucesos ... 45
CAP. XIV.- Donde se ponen los versos desesperados del di 50
funto pastor, con otros no esperados sucesos ...
454 INDICE

Págs.

CAP . XV .-- Donde se cuenta ia desgraciada aventura que


se topó don Quijote en topar con unos desal
madog yangüeses...
CAP . XVI . -De lo que sucedió al ingenioso hidalgo en la
veata que él imaginaba ser castillo ... 57
CAP XVII .--Donde se prosiguen los innumerables trabajos
que el bravo don Quijote y su buen escudero
Sancho Panza pasaron en la venta , que por
su mal pensó que era castillo ... 61
CAP . XVIII . - Donde se cuentan las razones que pasó Sancho
Panza con su señor don Quijote , con otras
Venturas dignas de ser contadas 64
CAP . XIX .-- De las discretas razon: s que Sancho pasaba con
su ano, y de la aventura que le ' sucedió
con un cuerpo muerto , con otros acontecimien
tos famosos... ... 69
CAP . XX. -De la jamás rista ni oída aventura , que con más
poco peligro fué acabada de famoso caballero
en el mundo, como la que acabó el valeroso
don Quijote de la Mancha.... 72
CAP . XXI.--Que trata de la alta aventura y rica ganancia
del yelmo de Mambrino, con otr ? s cosas suce
didas a nuestro invencible caballero ... 78
CAP XXII.-- De la libertad que dió don Quijote á muchos
desdichados que mal de su grado los llevabani
donde no quisieran ir... 82
CAP XXIII .-De lo que aconteció al famoso don Quijote en
Sierra Morena, que fué una de las más raras
aventuras que en esta verdadera historia
se cuentan ... 87
CAP . XXIV.- Donde se prosigue aventura de Sierra
Morena ... 92
CAP XXV .-Que trata de las extrañas cosas que en Sierra
Morena sucedieron al valiente caballero de
la Mancha, y de la imitación que hizo á la
penitencia de Beltenebros ... 96
CAP . XXVI. - Donde se prosiguen las finezas que de enamorado
hizo don Quijote en Sierra Morena... 103
CAP . XXVII.- De cómo salieron con su intención el cura y el
barbero , con otras cosas dignas de que se
cuenten en esta grande historia ... 107
CAP . XXVIII. -Quie trata de la nueva aventura que al cura
y barbero sucedió en la misma sierra ... 114
CAP . XXIX.-Que trata del gracioso artificio y orden que se
tuvo en sacar á nuestro enamorado caballero
de la asperísima penitencia en que se había
puesto ... 121
CAP . XXX.- Que trata de la discreción de la hermosa Dorotea
con otras cosas de mucho gusto y pasatiempo. 126
CAP XXXI.- De los sabrosos razonamientos que pasaron entre
don Quijote y Sancho Panza su escudero, con
otros sucesos... 130
CAP . XXXII . - Que trata de lo que sucedió en la venta á toda
la cuadrilla de don Quijote... 134
CAP . XXXIII.- Donde se cuenta la novela del « Curioso im
pertinenten... 136
CAP. XXXIV . - Donde prosigue la novela del « Curioso imper
tinente » ... 145
CAP . XIXV.-- Que trata de la brava y descomunal batalla que
don Quijote tuvo con unos cueros de vino
tinto , y ee da fin á la novela del « Curioso
impertinente » .... 153
CAP . XXXVI.-- Que trata de otros raros sucesos que en la
venta sucedieron ... 157
CAP . XXXVII.- Donde se prosigue la historia de la famosa
indice 455

Págs .

infanta Micomicona, con otras graciosas aven


turas .. 161
CAP . XXXVIII .-Que trata dei curioso discurso que hizo don
Quijote, de las armas y las letras... 166
CAP . XXXIX . - Donde el ca tivo cuenta su vida y sucesos... 167
CAP . XL .-- Donde prosigue la historia del cautivo... 171
CAP . XLI .-Donde todavía prosigue el cautivo su suceso ... 176
CAP . XLII .- Que trata de lo que más sucedió en la venta y
de otras muchas cosas dignas de saberse ... 185
CAP . XLIII. - Donde se cuenta la agradable histor'a del mozo
de mulas , con otros extraños acontecimientos
en la venta sucedidos... 183
CAP. XLIV . - Donde se prosigu n los inauditos sucesos de la
venta ... 192
CAP . XLV . - Donde se acaba de averiguar la duda del yelmo
de Mambrino y de la albarda , y otras aven
turas Eucedidas, con toda verdad ... 196
CAP . XLVI .-De la notable aventura de los cuadrilleros, y
la gran ferocidad de nuestro buen caballero
don Quijote ... 199
CAP. XLVII.--Del extraño modo con que fué encantado doni
Quijote de la Mani:ha : con otros famosos
sucesos... 202
CAP . XLVIII.-Donde prosigue el canónigo la materia de los
libros de caballería , con otras cosas dignas
de su ingenio ... 207
CAP. XLIX .-- Donde se trata del discreto coloquio que Sancho
Panza tuvo con su stñor don Quijote ... 210
CAP . L. - De las discretas altercaciones que don Quijote
y el canónigo tuvieron , con otros srcesos... 213
CAP . LI.-- Que trata de lo que contó el cabrera á todos los
que llevaban á don Quijote ... 216
CAP. LII. De la pendencia que don Quijote tuvo con el
cabrero, con la rara aventura de los discipli
nantes, á quien dió felice fin á costa de su
sudor... 219

PARTE SEGUNDA

Al conde de Lemos ... 225


Prólogo... 227
CAPITULO PRIMERO .-- De lo que el cura y el barbero pasaron con
don Quijote cerca de su enfermedad ... 2:19
CAP . II.-- Que trata le la notable pendencia que Sancho
Panza tuvo con la sobrina y el ama de don
Quijote , con otros sucesos graciosos...' 233
CAP. III . -D.1 ridículo. razonamiento que pasó entre don
Quijote, Sancho Panza y el bachiller Sanson
Carrasco ... 235
CAP . IV . - Donde Sancho Panza satisface al bach ' ller Sansón
Carrasco de sus dudas y pr + guntas, con otros
sucesos dignos de saberse y de contarse ... 2:39
CAP. V.-De la discreta y graciosa plática que pasó entre
Sancho Panza y su mujer Teresa Panza, y
otros sucesos dignos de felice recordación ... 211
CAP. VI.- De lo que pasó á don Quijote con su sobrina
y con su ama; y es uno de los más impor .
tantes capítulos de toda la historia ... 243
CAP. VII. -De lo que pasó á don Quijote con su escudero,
con otros sucesos famosísimos... 246
CAP. VIII. - Donde se cuenta lo que le sucedió á don Quijote
456 INDICE

Págs .

yendo á ver á su señora Dulcinea del Toboso . 249


CAP . IX . -Donde se cuenta lo que en él se verá... 252
CAP. X. - Donde se cuenta la industria que tuvo Sancho
para encantar á la señora Dulcinea , y otros
sucesos tan ridículos o mo verdaderos ... 254
CAP . XI. De la extraña aventura que le sucedió al valeroso
don Quijote con el carro ó carreta de las Cor
tes de la muerte ... 257
CAP. XII.-- De la extraña aventura que le sucedio al vale
roso don Quijote con el bravo caballero de los
Espejos... 260
CAP. XIII.-- Donde se prosigue la aventura del caballero del
Bosqu >, con el discreto, nuevo y suave coloquio
que pasó entre los dos escuderos ... 263
CAP . XIV.--Donde se prosigue la aventura del caballero del
Bosque ... ... 266
CAP. XV . - Donde se cuenta y da noticia de quién era el
caballero de los Espejos y su escudero ... 270
CAP . XVI .-De lo que sucedió á don Quijote con un discreto
caballero de la Mancha ... 271
CAP . XVII . - Donde se declara el último punto y extremo
conde llegó y pudo llegar el inaudito ánimo
de don Quijote , con la felicamente acabada
av ntura de los leones ... 275
CAP . XVIII. - De lo que sucedió á don Quijott en el castillo
6 casa del caballero del Verde Gabán , con
otras cosas extravagantes... 280
CAP. XIX , Donde se cueta la aventura del pastor enamo
rado , con otros en verdad graciosos sucesos ... 284
CAP . XX . - Donde se cuentan las bodas de . Camacho el
rico , con el suceso de Basilio el pobre ... 287
CAP . XXI. - Donde se prosiguen las bodas de Camacho, con
otros graciosos sucesos ... 291
CAP . XXII .--Donde se da cuenta de la grande aventura de
la cueva de Montesinos, que está en el corazón
de la Mancha, á quien dió felice cima el vale
roso don Quijote de la Mancha... 293
CAP . XXIII . - De las admirables cosas que el extremado don
Quijote contó que había visto en la profunda
cueva de Montesinos, cuya imposibilidad y
grandeza hace que se tenga esa aventura por
apócrifa ... 297
CAP . XXIV . - Dorde se cuentan mil zarandajas tan impertinen
tes como necesarias al verdadero entendimiento
de esta grande historia ... ... 301
CAP. XXV . - Donde se apunta la aventura del rebuzno y la
graciosa del titerero, con las memorables adivi .
nanzas del mono adivino ... 304
CAP . XXVI. -Donde se prosigue la graciosa aventura del
titerero , con otras cosas en verdad harto
buenas... 308
CAP . XXVII. - Donde se cuenta quiénes eran maese Pedro y
su mono , con el mal suceso que don Quijote
tuvo en la aventura del rebuzno , que no la
acabó como él quisiera y como lo tenía pen
sado ... 312
CAP. XXVIII . - De cosas que dice Benengeli que las sabrá quien
las leyere, si las lee con atención ... 314
CAP . XXIX . - De la famosa aventura del barco encantado ... 317
CAP. XXX . - De lo que le avino á don Quijote con una bella
cazadora ... ... 319
CAP. XXXI. - Que trata de muchas y grandes cosas... 322
CAP. XXXII. - De la respuesta que dio don Quijote á su repren
sor con otros graves y graciosos sucesos ... 325
CAP . XXXIII .-De la sabrosa plática que la duquesa y sus
ÍNDICE 457

Págs.

doncellas pasaron con Sancho Panza, digna de


que se lea y de que se note ... ... 331
CAP . XXXIV .--Que da cuenta de la noticia que se tuvo de
cómo se había de desencantar la sin par Dul
cinea del Toboso , que es una de las aventuras
más famosas de este libro ... 334
CAP . XXXV . - Donde se prosigue la noticia que tuvo don Quijote
del desencanto de Dulc.pea , con otros admira
bles sucesos... 837
CAP . XXXVI. - Donde se cuenta la extraña y jamás imaginada
aventura de la dueña Dolorida, alias de la
condesa Trifaldi , 602 una carta que Sancho
Panza escribió a su mujer Teresa Panza ... 341
CAP . XXXVII .-Donde se prosigue la famosa aventura de la
dueña Dolorida .. 343
CAP . XXXVIII._Donde se cuenta la que dió de su mala andanza
la dueña Dolorida... 344
CAP. XXXIX .--Donde la Trifaldi prosigue su estupenda y me
morable historia... 347
CAP. XL.-De cosas que atañen y tocan á esta aventura y á
esta memorable historia ... 348
CAP . XLI. - De la venida de Olavileño, con el fin de esta
dilatada aventura ... 351
CAP. XLII .-De los consejos que dió don Quijote á Sancho Panza
antes que fuese á gobernar la insula, con otras
cosas bien consideradas... 355
CAP. XLIII.-De los consejos segundos que dió don Quijote
á Sancho Panza... 357
CAP . XLIV. - Cómo Sancho Panza fué llevado al gobierno,
y la extraña aventura que en el castillo sucedió
á don Quijote .... 359
CAP . XLV . - De cómo el gran Sancho Panza tomó la posesión
de su insula , y del modo que comenzó á go
bernar ... 363
CAP. XLVI .--Del temeroso espanto cencerril y gatuno que
recibió don Quijote en el discurso de los amo
res de la enamorada Altisidora... 366
CAP . XLVII . Donde se prosigue cómo se portaba Sancho
Panza en su gobierno... 368
CAP. XLVIII. - De lo que le sucedió á don Quijote con doña
Rodríguez, la dueña de la duquesa, con otros
acontecimientos dignos de escritura y de me
moria eterna. 371
CAP . XLIX . - De lo que sucedió á Sancho Panza rondando su
Insula ... 375
CAP . L. - Donde se dec'ara quiénes fueron los encantadores
y verdugos que azotaron á la dueña y pellizca
ron y arañaron á don Quijote, con el suceso
que tuvo el paje que llevó la carta á Teresa
Panza, mujer de Sancho Panza ... 380
CAP . LI.--- Del progreso del gobierno de Sancho Panza, con
otros sucesos tales como buenos ... 383
CAP. LII . -Donde se cuenta la aventura de la segunda due
ña Dolorida ó angustiada, llamada por otro
nombre doña Rodríguez ... 387
CAP . LIII .-Del fatigado fin y remate que tuvo el gobierno
de Sancho Panza ... 390
CAP. LIV.- Que trata de cosas tocantes á esta historia y no
á otra alguna... 392
CAP . LV . -De cosas sucedidas á Sancho en el camino y otras
que no hay más que ver... ... 396
CAP . LVI. - D : la descomunal y nunca vista batalla que pasó
entre don Quijote de la Mancha y el lacayo
Tosilos, en la defensa de la hija de la dueña
doña Rodríguez ... 399
458 INDICE
Págs.

CAP . LVII.- Que trata d . cón : o don Quijote se despidió del


duque, y de lo que le sucedió después con
la discreta y desenvuelta Altisidora , doncella
de la duquesa .. 401
CAP. LVIII.-Que trata cómo menudearon sobre don Quijote
aventurus tantas que no se daban vagar unas
á otras ... 402
CAP. LIX . - Donde se cuenta el extraordinario suceso , que
se puede tener por aventura , que le sucedió
á don Quijote ... 407
CAP . LX .--- De lo que sucedió á don Quijote yerdo á Barce
lona ... 410
CAP. LXI.--De lo que sucedió á don Quijote en la entrada
de Barvelona, con otras cosas que tienen más
de lo verdadero que de lo discreto ... 416
CAP. LXII.-- Que trata de la aventura de la cab : Za encantada,
con otras niñerías, que no pueden dejar de
contarse ... 417
CAP. LXIII . - De lo mal que le avino' á Sancho Panza con la
visita de las galeras, y la nueva aventura
de la hermosa morisca ... 422
CAP. LXIV.-Que trata de la aventura que más pesadumbre
dió á don Quijote de cuantas hasta entonces
le kabían sucedido ... 426
CAP . LXV. -Donde se da a oticia de quién era el de la Blanca
Luna, con la libertad de don Gregorio, y de
otros sucesos ... 428
CAP. LXVI.--Que trata delo que verá el que lo leyere, o
lo oirá el que lo escuchare leer. .. 430
CAP. LXVII . -De la resolución que tomó don Quijote de
hacerse pastor y seguir la vida del campo en
tanto ' que se pasaba el año de su promesa ,
con otros sucesos en verdad gustosos y bue
nos .... 432
CAP. LXVIII.- De la cerdosa aventura que le aconteció á don
Quijote... 434
CAP . LXIX .-- Del más raro y más nuevo suceso que en todo el
discurso desta grande historia avino á don
Quijote ... 436
CÁP. LXX. - Que sigue al de sesenta y nueve , y trata de cosas
no excusadas para la claridad de esta historia . 439
CAP . LXXI .-De lo que á don Quijote le suoedió con su escu
dero Sancho, vendo á su aldea ... 4 42
CAP. LXXII.-De cómo don Quijote y Sancho llegaron a su
aldea ... 444
CAP. LXXIII . De los agiieros que tuvo don Quijote al entrar
de su aldea , con otros sucesos que adornan y
acreditan esta grande historia-- 446
CAP. LXXIV. De cómo don Quijote cayó malo , y del testamento
que hizo, y su nuerte ... 448

FIN DEL INDICE


LA CONJUGACIÓN FRANCESA
AL ALCANCE DE TODOS
GUÍA PRÁCTICA PARA LA CORRECTA CONJUGACIÓN
DE TODOS LOS VERBOS DE DICHA LENGUA

POR

ENRIQUE GUILLÉN FERNÁNDEZ


Pocos libros poseen, como el que anunciamos, el mérito de recono
cerse útiles é indispensables con la simple lectura de su titulo . Es evi
dente que la mayor dificultad para conseguir el dominio de un idioma,
estriba en la perfecta conjugación de los verbos, sin la cual no es dable
formular correctamente el pensamiento propio ni interpretar el ajeno,
pues cuantos giros y manifestaciones son peculiares del lenguaje al ser
vicio de la idea, descansan en la exactitud del término que constituye
la parte esencial de la oración. De ahí que un libro extenso, minucioso,
de tan fácil investigación como el diccionario más claro y manuable, y
que se destine exclusivamente á la conjugación de los verbos franceses
con su debida equivalencia castellana, resulteinestimable, asi para el
alumno como para el traductor; así para el que lleva la correspondencia
en un escritorio, como para quien necesite recoger en textos originales
de la lengua transpirenaica , tesoros de ciencia y de arte que comple
menten enseñanzas recibidas en los libros nacionales .
Pero si la gola enunciación del pensamiento acusa en el autor de esta
obra grandes alientos, incuestionable saber y convencimiento de sus
propias fuerzas, nada valdrían tales condiciones, aun siendo indiscuti
bles, si no fuesen acompañadas, para tan particularísimo objeto, de un
sentido práctico y metódico sobresaliente; y en este punto raya á una
altura difícil de superar. Basta decir queel ordenque predomina en el
libro , permite hallar instantaneamente la primera persona de todos los
tiempos de los verbos regulares en cualquiera de las conjugaciones;
que contiene, ademas, modelos completos de cada una de éstas, lo cual
equivale á que estuviesen conjugados integros todos los verbos; y, por
último, que los irregulares se desarrollan aparte en todos sus tiempos
simples, indicándose en los compuestos sólo la primera persona , para
evitar la monótona repetición del verbo auxiliar y el participio pasado
del que se conjuga. También los auxiliares son tratados por extenso en
sitio especial de la obra, conjugándose por activa, con negación, con
interrogación, y con negación é interrogación.
Tocante al manejo del libro, no puede ser mas fácil. Con él, toda va
cilacion o duda se resuelve en'el acto. Los cuatro mil verbos que con
tiene están colocados en cuadros sinópticos, por orden alfabético y por
conjugaciones, con el espacio suficiente de uno a otro verbo, y con tan
bien combinada diferencia en los caracteres uniformemente empleados
en todas las páginas, que saltan á la vista, en seguida, los infinitivos,
que es lo primero que interesa, y se distingue sin esfuerzo la radical
de la terminación, convenientemente separadas y de diferente tipo . EI
Indice diccionario que se refiere a los cuatro mil verbos contenidos en
la obra , y con el cual termina ésta , es , por su detallada enumeración y
clasificación, digno complemento de tan importante volumen .
CONDICIONES DE SUSCRIPCIÓN Y VENTA
Con el fin de facilitar la adquisición de esta obra, se expende por
cuadernos de cinco entregas de ocho páginas en papel superior, al pre
eio de
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TOMO I.-PARTE PRIMERA. - España primitiva , cartaginesa y
romana . Desde el año 1600 antes de J. C. hasta el 413 de
nuestra era .
TOMO II . - PARTE SEGUNDA . - España goda . Desde el año 413
hasta el 711 .
TOMOS III Á VI. — PARTE TERCERA . — España árabe y reinado
de los Reyes Católicos. Desde el año 711 hasta el 1516 .
TOMOS VII y VIII.- PARTE CUARTA . – Dinastia austriaca.
Desde el año 1516 hasta el 1700 .
TOMOS IX Á XII . -PARTE QUINTA.--España borbónica. Desde
el año 1700 hasta el 1868 .
TOMO XIII . -APÉNDICES.

Se publica por cuadernos de 8 entregas de 8 páginas de abundante


lectura y esmerada impresión y buen papel.
Cada cuaderno se compone de 64 páginas, al que acompaña una lá
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El precio de cada cuaderno es de 50 céntimos
Toda la obra se compone de 103 cuadernos, resultando, por lo tanto ,
la edición más lujosa y barata que se ha hecho hasta el presente.
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DARÓ. - Con elegante cubierta en co- con lámina y explicación en cada pá.
lores, a 80 cénts. uno. Van publica- gina, a una peseta uno. En I tomo
dos los siguientes: Lances de honor . lujosamente encuadernado, 25 ptas,
-Los sports.- Tratado de urbani La Armada Española . - Acuarelas de
dad.- La expresión.- Los artistas. F. HERNÁNDEZ Monjo. 4 cuadernos,
- Los literatos ... l - Guia de viaje a una peseta uno. Preciosamente en
ros . - Médicos y enfermos.-- El re cuadernado en tela , 5 pesetas.
cluta aristocrático .
El Japón a la vista . - Gran portfolio de
Álbum de toros,
Concaricaturas pur NAVA.
elegante cubierta en autotipias . Siete cuadernos , a 60 cén
RRETE .
timos uno . Encuadernado, 7 pesetas ,
colores , 8o céntimos.
Breve reseña histórica del benemé- De la China al Mar Rojo . - Colección
rito cuerpo de la Guardia Civil.- de 129 reproducciones autotípicas ,
Un álbum con ilustraciones , una pta Lujosamente encuadernado , 7 ptas.

BIBLIOTECA « NATURA
en tamaño 8 °, con preciosa cubierta en tricromia , a 2 pesetas
volumen en rústica, y 3 ptas . encuadernado en tela
Obras del Dr. Max KRAFFÖSCKI Castidad , virtud y vicio ( Fantasía fisio
psico-sociológica ).- Un tomo.
Fuentes de amor y vida ( Excursión a El manantial del amor ( Teoria de la
Citerea ) .-Un tomo . fecundidad ).-Un tomo.

BIBLIOTECA DE PRIMERA ENSEÑANZA


Celso GOMIS Nociones de Geografia universal an
tigua y moderna . - Con 14 mapas
Nuevo Silabario . - 50 céntimos. iluminados. Uua peseta .
Leoturas instructivas.- Una peseta . Geografía elemental de España.
Elementos de Gramatica de la lengua Con 6 mapas, una peseta .
castellana --Una peseta
Aritmetica y Sistema metrico decl José MARSAL Y AUDINIS
mal. Una poseta ,
Nociones de Geometría plana y del El Simultáneo . -Método práctico para
aprender a leer y escribir con facili
espacio
Eleme ntos de Cosmopeseta.
.-- Una grafía .-- I peseta . dad y prontitud. Una peseta

OBRAS VARIAS
Memorándum del Contador mercanti ! Armas y Armaduras , por D. A. GAR
o Formulario de Comercio . --Obra ciA LLANSÓ . - Un tomo en tela , con
póstuma de D. EMILIO OLIVER CAS- 161 grabados , tamaño 28 x 19 cms.,
TAÑER . En tela . 5 pesetas 10 pesetas.
Bramática Francesa o Método prác- Cables de luz eléctrica y distribución
tico - teórico para aprender a leer , de eleotricidad, por STUART A.Rus
hablar y escribir correctamente el SELL . - I tomo con 107 grabados. En
Idioma francés, por JOAQUIN GAR rústica , 7 pesetas.
ciA BRAVO.-- Dos volúmenes lujosa Pueblo enfermo , por A. ARGUEDAS.
mente encuadernados , 10 pesetas los En rústica , 2 pesetas.
dos tomos .
Curso de Trigonometría rectilínea y Germania, veinte siglos de historia ale .
Coleoción de problemas trigono- mana , por J. SCHER.- 2 tomos ilus
métricos, por N. A. CHAPOCHNIKOV. trados, en rústica, 4 pesetas ; en tela ,
en un solo volumen, 5 pesetas.
Un tomo con 42 grabados, 4 pesetas.
Averſas marítimas, por D. ANTONIO Esclats del cor, aplech de poesías
por V. BARLES Y Llopis, prólogo
TORRENTS Y MONNER , -Un tomo en de D. VICTOR BALAGUER . - 2 pe
cuadernado , 8 pesetas . setas .
Estudios sobre los verbos irregularse
castellanos , por José M. MARROQUI Qüentos bosquetans , por Aplies Mes.
Una peseta TRES.- Una peseta

La Casa se encarga asimismo de la impresión,


por cuenta de los autores , de toda clase de
ediciones, tanto económicas como de gran lujo
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