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Vida obra y pensamiento de filósofos latinoamericanos.

Andrés Bello
Vida

Andrés Bello nació en Caracas, a la sazón sede de la Capitanía General de Venezuela, el 29 de


noviembre de 1781. En su ciudad natal residió hasta los 29 años de edad. Después de cursar sus
primeros estudios en la Academia de Ramón Vanlosten, pudo familiarizarse con el latín en el
convento de Las Mercedes, guiado por la amable erudición del padre Cristóbal de Quesada, que
le abrió las puertas de los grandes textos latinos.

A los quince años, Bello ya traducía el Libro V de la Eneida de Virgilio. Cuatro años después, el
14 de junio de 1800, se recibía de bachiller en artes por la Real y Pontificia Universidad de
Caracas. Y fue en aquel año de 1800 cuando se produjo su primer encuentro con un gran
hombre, que abrió ya definitivamente los diques de su curiosidad e interés por la
ciencia: Alexander von Humboldt, a quien acompañó en su ascensión a la cima del Pico Oriental
de la Silla de Caracas, que entonces se conocía como Silla del cerro de El Ávila.

Sus primeros pasos literarios siguieron las huellas del neoclasicismo entonces imperante, y le
valieron, en la sociedad caraqueña ilustrada, el apodo de El Cisne del Anauco. A los veintiún
años recibió su primer cargo público: oficial segundo de la secretaría de la Capitanía General de
Venezuela, del que fue ascendido en 1807 a comisario de guerra y secretario civil de la Junta de
la Vacuna, y en 1810 a oficial primero de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
El exilio londinense (1810-1829)
El momento decisivo en la vida y carrera intelectual de Andrés Bello fue la decisión de la Junta
Patriótica, a raíz de los acontecimientos del 19 de abril de 1810, de enviar a Londres una misión
diplomática con la encomienda de lograr la adhesión del gobierno inglés a la causa de la
reciente y frágil declaración de independencia venezolana.
Bello ignoraba que ese viaje que entonces iniciaba lo alejaría para siempre de su ciudad natal, y
que la ciudad a la que se dirigía, Londres, sería su residencia permanente durante los próximos
diecinueve años. Comenzó entonces para Bello, quien no pudo regresar a Venezuela so pena de
ser procesado ante un tribunal militar por traición, un largo período de penurias económicas,
que se prolongó durante una década. Pero éste fue también un período formativo de gran
riqueza intelectual para Bello.
Se vinculó activamente al círculo de los emigrados españoles, todos liberales y algunos de ellos,
como Blanco White, grandes escritores, que hicieron de Londres su refugio durante las dos
oleadas absolutistas en España. En la esfera de su vida privada, también los años de Londres
significaron para Andrés Bello la asunción de su plena madurez.
En mayo de 1814 contrajo matrimonio con Mary Ann Boyland, de veinte años, con quien tuvo
tres hijos y de quien enviudó en 1821. Tres años después de este luctuoso acontecimiento, se
casó en segundas nupcias con Elizabeth Antonia Dunn, también de veinte años, quien le
acompañó hasta el final de sus días y le dio nada menos que doce hijos, tres de ellos nacidos en
la capital inglesa.

Chile, la patria definitiva (1829-1865)

Andrés Bello partió de Londres el 14 de febrero de 1829, a bordo del bergantín inglés Grecian, y
holló suelo de la que iba a convertirse en su definitiva patria en Valparaíso, el 25 de junio. Salvo
breves estancias en este puerto y en la hacienda de los Carrera, en San Miguel del Monte, vivió
hasta su muerte en la capital chilena, Santiago.

El desempeño de Bello en este país traza el arco ascendente de una de las carreras públicas e
institucionales más brillantes que pudiera concebir un americano de su tiempo. En su lecho de
agonía, encendido en fiebre, Bello musitaba palabras incomprensibles. Los que se inclinaban a
recogerlas pudieron descifrar algunas: en su última hora, recitaba en latín los versos del
encuentro de Dido y Eneas, de la Eneida.

Obras de Andrés Bello


El caraqueño Andrés Bello, fue excelente poeta, filólogo ilustre, erudito estimable, diplomático
discreto, político ponderado y pensador singular, Andrés Bello representó la aspiración a la
independencia cultural de Hispanoamérica y fue un polígrafo incansable: sus obras completas
abarcan veinte tomos. Fue maestro de Simón Bolívar y participó en el proceso de la
Independencia de Venezuela.
Ya se ha reseñado la extraordinaria labor cívica que desempeñó en Chile, donde residió desde
1829 hasta su muerte: entre otras cosas, redactó el Código Civil de esta nación y fundó la
Universidad de Santiago. En esta ciudad publicó su importante Gramática de la lengua
castellana destinada al uso de los americanos (1847), un trabajo sobre el que giraron las más
importantes polémicas sobre el castellano de América a lo largo de la segunda mitad del siglo
XIX.

Obras Completas en Caracas

 Poesías.

 Borradores de Poesía.
 Filosofía del entendimiento y otros escritos filosóficos.

 Gramática de la lengua castellana destinada al uso de los americanos.

 Temas Jurídicos y Sociales.

 Textos y Mensajes de Gobierno.

 Labor en el Senado de Chile (Discursos y Escritos).

 Temas de Historia y Geografía.

 Cosmografía y otros escritos de divulgación científica.

 Epistolario (I).

 Epistolario (II)

Obras Completas en Santiago de Chile

 Filosofía del Entendimiento.

 Poema del Cid.

 Poesías.

 Gramática de la Lengua Castellana.

 Opúsculos Gramaticales.

 Opúsculos Literarios y Críticos (I).

 Opúsculos Literarios y Críticos (II).

 Opúsculos Literarios y Críticos (III).

 Opúsculos Jurídicos.

 Derecho Internacional.

 Proyecto de Código Civil.

 Proyecto de Código Civil 1853.

 Proyecto Inédito de Código Civil.

 Opúsculos Científicos.

 Miscelánea.
Pensamiento de filósofo Andrés Bello
El pensamiento filosófico de don Andrés Bello ha pasado prácticamente desapercibido ante la magnitud
e importancia de su obra jurídica, política y pedagógica, llevada a cabo en los inicios de la formación
republicana de Chile.

Su formación filosófica se inició en Venezuela y se profundizó en Londres, Inglaterra, donde se familiarizó


con el pensamiento de la denominada Escuela Escocesa y la filosofía del Sentido Común. Pronto
descubrió las obras de Jeremy Bentham, que tradujo y analizó. Luego comenzó a asumir una postura
crítica ante la filosofía empirista de John Locke, de David Hume y ante el aparente subjetivismo presente
en el pensamiento de George Berkeley.

Sin embargo, su propio pensamiento filosófico resultó ser ecléctico, en la medida en que pareció asumir
en más de una ocasión el pensamiento racionalista moderno, la ontología teológica católica y aristotélica
y ciertos rasgos que lo acercaban al empirismo filosófico. Aunque, en relación a este último, siempre
renegó del fundamental recurso a la experiencia, para fundar el centro de su atención en la interioridad
del sujeto cognoscente, en la interioridad del alma humana.

Sus intereses generales giraron en torno a la teoría del conocimiento, la lógica, la gramática, la filosofía
del derecho y la filosofía moral. Parte de dichos intereses quedaron impresos en su obra filosófica que
quedó dividida en dos partes: Filosofía del Entendimiento y Filosofía Moral, y que fue publicada
póstumamente en el año 1881. La primera de ellas, daba cuenta de las facultades y operaciones del
entendimiento en el proceso del conocimiento y de las reglas para dirigir dichas facultades, es decir, la
lógica. En general, toda esta primera parte remitía al estudio de una teoría general del conocimiento y
donde suelen verse algunas de las influencias ejercidas por las obras de autores como Descartes,
Newton, Kant o Fichte, que Bello recoge, critica o rechaza. La segunda, remitía a los problemas
referentes a la psicología moral y a la ética.

Sin embargo, su pensamiento filosófico también estuvo orientado hacia intereses religiosos, lo que le
impidió asumir gran parte del pensamiento de Stuart Mill, y de algunos positivistas, hacia los que parecía
tender sobre todo en lo concerniente a cuestiones de Lógica y de teoría del conocimiento.

Como buen hombre ilustrado, Bello se sintió, además, profundamente preocupado por los problemas de
la cultura, el derecho, la política y la educación sobre todo en una época, como la suya, que tenía como
objetivo esencial procurar la constitución política del estado moderno y la formación republicana del
pueblo de Chile.
Vida obras y pensamiento de Juan Bautista Alberdi
Juan Bautista Alberdi nació en Tucumán el 29 de Agosto de 1810. En 1816, mientras iniciaba sus
sesiones el Congreso de Tucumán, ingresaba a la escuela primaria. En 1824, con 14 años llegó a
Buenos Aires y  comenzó  a estudiar en el Colegio de Ciencias Morales. No se llevaba bien con el
medieval régimen disciplinario del Colegio, que incluía encierros y castigos corporales y logró
que su hermano Felipe lo sacara de allí. Mientras trabaja como empleado en una tienda, leía
apasionadamente a Rousseau, estudiaba música, componía y daba conciertos de guitarra, flauta
y piano para sus amigos. En 1831, retomó sus estudios en la carrera de Leyes pero no abandonó
sus gustos musicales y, en 1832,  escribió “El espíritu de la música” y se traslada a Córdoba
donde pudo recibirse de Bachiller en Leyes.
Desde 1832 un grupo de jóvenes intelectuales venía reuniéndose en la librería de Marcos
Sastre. Alberdi se incorporará a este grupo, compuesto entre otros, por Juan María Gutiérrez y
Esteban Echeverría, que fundará el 23 de agosto de 1835 el Salón Literario, un verdadero centro
cultural y de difusión de las nuevas ideas políticas, vinculadas al romanticismo europeo.
En 1837 Alberdi publicó una de sus obras más importantes Fragmento Preliminar al estudio del
derecho, donde hacía un diagnóstico de la situación nacional y sus posibles soluciones. Durante
ese mismo año data la publicación de “La Moda, gacetín semanal de música, poesía, literatura y
costumbres”. Aparecieron 23 números y en sus artículos, Alberdi, que firmaba bajo el
seudónimo de “Figarillo” intentaba burlar a la censura del rosismo  y dejaba deslizar frases
como esta: “los clamores cotidianos de la tiranía no podrán contra los progresos fatales de la
libertad”.
Junto a Esteban Echeverría y Juan María Gutiérrez fundó la Asociación de la Joven Generación
Argentina, siguiendo el modelo de las asociaciones románticas y revolucionarias de Europa. Este
grupo de intelectuales pasará a la historia como la “Generación del 37”. La mazorca comenzó a
vigilarlos de cerca y a perseguirlos. Alberdi llegó a Montevideo en noviembre de 1838 y
colaboró en publicaciones como “El Grito Argentino” y “Muera Rosas”. De ese período son
también sus dos obras de Teatro: «La Revolución de Mayo» y «El Gigante Amapolas», una sátira
sobre Rosas y los caudillos de la guerra civil.
En mayo de 1843 partió con Juan María Gutiérrez hacia París, la Meca de todos los románticos
de la época. Llegó en septiembre y visitó al General San Martín con quien mantiene dos
prolongadas entrevistas. Quedó muy impresionado por la sencillez y la vitalidad del viejo
general que lo abrumó con preguntas sobre la patria.
A fines de  1843 decidió, como Sarmiento, radicarse en Chile. Allí vivirá por 17 años. En un
artículo publicado en “El Comercio” de Valparaíso dirá: “Los Estados Unidos no pelean por
glorias ni laureles, pelean por ventajas, buscan mercados y quieren espacio en el Sur. El
principio político de los Estados Unidos es expansivo y conquistador”.
Al enterarse del triunfo de Urquiza sobre Rosas en la batalla de Caseros el 3 de febrero de 1852,
escribe «Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina” y se
lo envía a Urquiza que le agradece su aporte en estos términos: “Su bien pensado libro es, a mi
juicio, un medio de cooperación importantísimo. No ha podido ser escrito en una mejor
oportunidad”. La obra será una de las fuentes fundamentales de nuestra Constitución Nacional
sancionada el primero de mayo de 1853.
Dirá comentando el texto: “Reconociendo que la riqueza es un medio, no un fin, la Constitución
argentina propende por el espíritu de sus disposiciones económicas, no tanto a que la riqueza
pública se grande, como bien distribuida, bien nivelada y repartida; porque sólo así es nacional,
sólo así es digna del favor de la Constitución, que tiene por destino el bien  y prosperidad de los
habitantes que forman el pueblo argentino, no de una parte con exclusión de la otra.” 
Mantendrá ardientes polémicas con Sarmiento en torno a Urquiza, a quien decide brindarle
todo su apoyo. El gobierno de Paraná lo nombra «Encargado de negocios de la Confederación
Argentina» ante los gobiernos de Francia, Inglaterra, el Vaticano y España. El 15 de abril de 1855
partió hacia Europa. Visitó los Estados Unidos donde se entrevistó con el presidente Franklin
Pierce y luego por Gran Bretaña donde conoció a la reina Victoria.  Finalmente llegó a París para
quedarse por 24 años. Regularizó las relaciones con el vaticano  y consiguió el reconocimiento
de nuestra independencia por la reina Isabel II de España.
Tras la derrota de Urquiza en Pavón Alberdi fue despedido por Mitre de su cargo y reemplazado
por Mariano Balcarce. Hacía dos años que no cobraba su sueldo y el nuevo gobierno se negaba
a pagarle le adeudado y mucho menos a costear su viaje de regreso. Comentó entonces: “el
mitrismo es el rosismo cambiado de traje”.
Tuvo que quedarse en París. Sus únicos y escasos ingresos provenían del alquiler de una
propiedad en Chile.
Durante la Guerra de la Triple Alianza, Alberdi, como José Hernández y Guido Spano,  apoyará
decididamente la causa paraguaya y acusará a Mitre de llevar adelante una “Guerra de la Triple
Infamia” contra un pueblo progresista y moderno.  Bajo la profunda impresión que lo produjo el
conflicto publicó en 1872 “El Crimen de la Guerra”, uno de los más notables alegatos
antibelicistas que se hayan escrito, que cobra hoy, en el mundo de la “guerra preventiva” una
notable actualidad. «De la guerra es nacido el gobierno militar que es gobierno de la fuerza
sustituida a la justicia y al derecho como principio de autoridad.
No pudiendo hacer que lo que es justo sea fuerte se ha hecho que lo que es fuerte sea justo. El
‘derecho de la guerra’, es decir, el derecho del homicidio del incendio, de la devastación en la
más grande escala posible. Estos actos son crímenes por las leyes de todos los países del
mundo. La guerra los sanciona y los  convierte en actos honestos y legítimos, viniendo a ser la
guerra el derecho del crimen. El castigo de los gobernantes que han provocado y comenzado la
guerra, como reparación de su crimen de lesa humanidad, sería más justo y más eficaz como
medio de prevenir su repetición, que lo serán jamás las indemnizaciones pecuaniarias que,
debilitando al pueblo, afirman y robustecen el poder de los opresores.” 
Agudo observador de la realidad argentina escribió: “La dificultad no consiste en saber cómo
pagar la deuda, sino en cómo hacer para no aumentarla. En los países nuevos en que la
habilidad abunda más que el juicio, se da frecuentemente el nombre de empréstitos para obras
públicas a lo que en realidad son obras públicas para empréstitos. Así tan pronto como el
empréstito es conseguido, la obra pública queda sin objeto. Cuanto más irrealizable mejor sirve
la obra a su objeto, que es el empréstito en sí mismo no la obra” 
En 1879 una alianza entre Roca y Avellaneda lanzó la candidatura de Alberdi a diputado
nacional. Llegó a Buenos Aires el 16 de septiembre de aquel año y tuvo una participación
decisiva en los debates parlamentarios sobre la Ley de Federalización de Buenos Aires, que le
dio finalmente una Capital Federal a la República. El senado bajo la presión Mitrista rechazó el
proyecto de publicación de sus obras completas y su nombramiento como embajador en
Francia. Le estaban cobrando su militancia contra la guerra del Paraguay, entre otras cosas.
Cansado y humillado decidió alejarse definitivamente del país.
Partió rumbo a Francia el 3 de agosto de 1881 confesándole a un amigo “lo que me aflige es la
soledad”. Murió en Nueilly-Sur-Seine, cerca de París el 19 de julio de 1884.

Sus obras más importantes


 Fragmento Preliminar al estudio del derecho (1837).
 Predicar en desiertos (1838).
 Reacción contra el españolismo (1838).
 La generación presente a la faz de la generación pasada (1838).
 La Revolución de Mayo (1839).
 El gigante Amapolas y sus formidables enemigos, o sea fastos dramáticos de una guerra
memorable (1842).
 Ideas para presidir a la confección del curso de filosofía contemporánea (1842).
 Memoria sobre la conveniencia y objetos de un Congreso General Americano (1844).
 Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina (1852).
 Elementos de derecho público provincial para la República Argentina (1853).
 Sistema económico y rentístico de la Confederación Argentina (1854).
 De la anarquía y sus dos causas principales, del gobierno y sus dos elementos necesarios en la
República Argentina, con motivos de su reorganización por Buenos Aires (1862).
 El crimen de la guerra (1870).
 Peregrinación de Luz del Día en América (1871).
 La Omnipotencia del Estado es la Negación de la Libertad Individual (1880).
 Grandes y Pequeños Hombres del Plata (1879).
 República Argentina (1880).
 Obras completas, Buenos Aires, La Tribuna Nacional 1886, 8 tomos
 Obras selectas, Buenos Aires, La Facultad, 1920.

Vida obras y pensamiento de José Martí (1853-1895)


José Julián Martí Pérez nació en La Habana el 28 de enero de 1853. Su padre era Mariano Martí,
natural de Valencia (España), y la madre Leonor Pérez Cabrera, de Santa Cruz de
Tenerife, Canarias, España. Pasó su infancia en Valencia. En 1866 se matriculó en el Instituto de
Segunda Enseñanza de La Habana. Ingresó también en la clase de Dibujo Elemental en la Escuela
Profesional de Pintura y Escultura de La Habana.
José Martí es un intelectual singular en el panorama hispanoamericano del siglo XIX, en la
medida en que vive en pleno período krausista y positivista. José Martí estuvo influido en su
juventud por los krausistas españoles, con los que estuvo en contacto durante sus años de
estancia en España, pero en seguida se desmarcó de ellos. Algo parecido podemos decir de su
relación con el positivismo, corriente de pensamiento con la que sintonizó, pero de la que
también se desmarcó en muchos de sus aspectos. Desde muy joven, Martí se comprometió por
la autonomía e independencia de su patria. Debido a ello, fue desterrado a España (1871-1874),
momento en que entra en contacto con los intelectuales españoles, entre ellos con los
krausistas. A la vuelta a Cuba, siguió comprometido con la independencia cubana, tomando
parte en levantamientos militares, que no tuvieron éxito, muriendo precisamente en uno de
ellos.
El pensamiento de José Martí cabalga entre dos épocas: una que deja atrás, la que hemos
denominado romántica, y otra en la que vive, la positivista, que se presentaba como la época de
progreso y modernidad. Esa situación de hallarse en medio de estas dos influencias es común a
muchos otros intelectuales hispanoamericanos, pero la originalidad de Martí está en que
construyó un pensamiento propio con todas esas influencias, situándose como un adelantado
del pensamiento de su época. Se puede decir que Martí es un pensador del siglo XX. Esta
originalidad de su personalidad y de su obra, hace que, como indica Pablo Guadarrama, su
pensamiento se resista a un encasillamiento clasificatorio. Se trata de un pensador no
sistemático, polifacético,  y que, a pesar de que murió joven (42 años) y se dedicó activamente a
la actividad política, escribió mucho. Muchos le han negado a Martí su condición de filósofo,
considerándolo como un simple ensayista.
Pero eso también ha ocurrido con otros muchos pensadores. Su pensamiento es una síntesis
personal, confeccionada con un cúmulo de influencias. En relación al pensamiento cubano,
podemos decir que es el heredero de los mejores pensadores cubanos de su época Su filosofía
fue positiva, pero con estilo nuevo, y no dejándose guiar escolarmente por el positivismo
entonces en boga.
El intento de Fornet es «interpretar a Martí como una praxis filosófica que no es simplemente
fruto de una determinada filosofía, porque su cumplimiento es en sí mismo operación de
transformación de toda filosofía heredada y marca de esta suerte el punto referencial fundador
de un modelo nuevo de filosofar». Martí fue un pensador peculiar, no un «pensador de
lámpara», como él decía, sino un pensador veedor, analista, fundador y transformador de
realidades.
Fornet, partiendo de la distinción que Ortega y Gasset realiza entre ideas y creencias, considera
que todo el pensamiento de Martí estuvo atravesado por dos creencias fundamentales: «la
creencia rectora de que el hombre que se quiere humano, tiene que echar su suerte con los
pobres o hacer causa común con los oprimidos»; y «la no menos fuerte creencia de que sin el
desarrollo pleno y libre de lo particular-diverso no se podrá alcanzar jamás una universalidad
digna de este nombre».
La primera significa que «la filosofía debe romper la jaula de su propia tradición», liberarse de sí
misma; y la segunda supone «un aporte específico de la filosofía a la liberación histórica». Se
trata, en este segundo caso, de la filosofía sea práctica, resolutiva, puesto que, para Martí,
«conocer es resolver». Esta función práctica es la que acerca a Martí al positivismo, pero sólo en
el sentido amplio en el que hablaba Alberdi al reclamar para Hispanoamérica una «filosofía
positiva». El tercer aspecto en que Martí quiere transformar la filosofía se refiere a la necesidad
que tiene la filosofía de contextualizarse, de situarse en el ámbito histórico en el que se realiza.

 Nos referimos a Nuestra América. En esa obra queda, pues, reflejado de modo especial el
modelo martiano de filosofar. Este modelo de filosofar está conformado por varios rasgos
específicos. El primero de ellos es que se trata de un pensamiento creativo. No imita a otros
estilos de filosofar, sino que «en este ensayo se ensaya pensar América desde sí misma; desde
sus profundidades propias, pero también desde sus problemas heredados». Un segundo rasgo
de la filosofía martiana consiste en ser un pensamiento que se hace desde la marginación, «en
el sentido fuerte, de pensamiento que expresa la perspectiva y los intereses de los oprimidos,
de los marginados. El tercer rasgo del filosofar martiano consiste en considerar la filosofía como
un saber previsor. 
En ese sentido, Martí le interesó menos la historia de la filosofía en cuanto tal, cuanto la función
de la filosofía en la historia, preguntándose si la filosofía era capaz de aportar algo a los
procesos históricos a favor de los pobres y los últimos de este mundo. La filosofía que Martí
defiende para Hispanoamérica será una filosofía positiva, pero no tanto en el sentido positivista,
sino en el sentido de concreta, como ya propuso J. B. Alberdi, no imitando a las filosofías
anteriores, sino creando desde Hispanoamérica, desde el contexto histórico-cultural que le ha
tocado vivir, y, por tanto, apegada a las necesidades de su pueblo, Hispanoamérica.
En definitiva, el pensamiento de Martí constituye una síntesis teórica sobre la situación de la
América hispana («Nuestra América») y la orientación que la filosofía debía tener dentro de ella,
llena de originalidades y aciertos. A pesar de vivir en la segunda mitad del siglo XIX, es un
adelantado a los hombres de su tiempo en su pensamiento.
Obras Fundamentales Publicadas Durante su Vida
1869 - Abdala
1871 - El presidio político en Cuba
1873 - La República Española ante la Revolución Cubana
1875 - Amor con amor se paga
1882 - Ismaelillo
1885 - Amistad Funesta
1889 - La Edad de Oro
1891 - Versos Sencillos
1895 - Manifiesto de Montecristi
Obras Fundamentales Póstumas
Adúltera
Versos Libres
Traducciones
1875 - “Mis Hijos” de Víctor Hugo
1883 - “Antigüedades Romanas” de A. S. Wilkins
1883 - “Antigüedades Griegas” de J. H. Maraffy
1886 - “Misterio” (en inglés “Called Back”) de Hugh Conway
1886 - “Nociones de Lógica” de W. Stanley Jevons
1888 - “Ramona” de Helen Hunt Jackson
Recopilaciones de Obras
Versos
Crónicas y Ensayos
Escenas - Estados Unidos
Epistolario
Discursos
Diario de Playitas a Dos Ríos
Obras Completas
Obras de José Martí
Edición Crítica Obras Completas.
(Sevilla, 1891 - Buenos Aires, 1962) Filósofo y escritor argentino. Fue profesor de las
universidades de Buenos Aires y La Plata y miembro de numerosas instituciones, entre las que
figuran la International Phenomenological Society y el Colegio Libre de Estudios Superiores. Al
constituirse en Estados Unidos el Centro de Intercambio Filosófico de las Américas, fue
nombrado presidente. Sus principales obras son Lógica (1938), Sobre la historia de la
filosofía (1943), Filosofía contemporánea (1944), Una teoría del hombre (1952), ¿Qué es la
filosofía? (1953) e Historia de la filosofía moderna (1959).
Recibió la influencia de los filósofos europeos, especialmente de Ortega y Gasset y de
Hartmann. Inspirándose en este último, hace del concepto de la trascendencia uno de los
pilares de su pensamiento. La realidad es un proceso que se desarrolla a través de grados
jerarquizados, cada uno de los cuales es superior y trascendente a los anteriores. Los grados
superiores, aunque se apoyan en los inferiores, no están condicionados por ellos, sino que
revelan instancias nuevas. El proceso va desde la materia inorgánica hasta la materia orgánica y
la psíquica, culminando en la trascendencia absoluta del espíritu y de sus valores. En cuanto a la
historia de la filosofía, en la Edad Media predominó la trascendencia orientada hacia Dios, que
hoy se orienta hacia los valores absolutos en cuanto tales.
Francisco Romero nació en Sevilla en 1891. A muy temprana edad se trasladó con su familia a la
Argentina, país en el cual ha vivido permanentemente. En las postrimerías del bachillerato, el
notable químico don Carlos Stura, recién incorporado entonces como profesor al Colegio
Militar, le persuadió a seguir la carrera de las armas. Esta nueva vida no fue impedimento en él
para continuar satisfaciendo su infatigable afán de saber.
Tras dos años de estudios en el referido Colegio Militar (de 1910 a 1912), al cabo de los cuales
obtuvo el grado de Subteniente de Ingenieros, dedicó otros cinco (de 1912 a 1917) a estudios
superiores técnicos. A partir de entonces, cada vez con mayor intensidad, se dedicó al estudio
de la filosofía y en 1928 fue designado Profesor Suplente en la Universidad de Buenos Aires y al
año siguiente en la de La Plata.
Dos años más tarde, al sustituir como Profesor Titular en la Universidad de Buenos Aires a su
maestro y amigo Alejandro Korn, Romero se retiró del ejército. Luego, en 1932, fue designado
Profesor Titular en el Instituto del Profesorado en Buenos Aires y en 1936 en la Universidad de
La Plata. Cargos que desempeñó con la brillantez y el decoro que le han dado fama continental
hasta el año de 1946 en que renunció, a causa de muy fundadas discrepancias, con el actual
régimen de gobierno. Murió a los 71 años de edad.
Vida obras y pensamiento de Alejandro Korn
Nació en San Vicente, Buenos Aires, el 3 de mayo de 1860. Alejandro Korn era hijo de Carlos
Adolfo Korn. Alejandro Korn fue el primero de ocho hermanos. Su único hermano varón,
Mauricio, sería, como él, un médico destacado. En sus años juveniles se destacó por sus
inquietudes culturales y deportivas. En 1877 se estableció en Buenos Aires para realizar primero
sus estudios secundarios en el Colegio Nacional Buenos Aires y luego los universitarios, en la
Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.
Una vez recibido conoció y se casó con María Villafañe, radicándose primero en el interior de la
provincia y finalmente en La Plata. Alejandro cursó estudios primarios con maestros particulares
en su localidad natal. En su hogar se hablaba el alemán, lengua que dominó a la perfección, y
aprendió latín de niño, dominando además, a lo largo de su vida, varios idiomas más.
Poseedor de una gran cultura, se interesó en la Historia, la Literatura y el traductorado de obras
de edición internacional, escribió poemas, varios de ellos en alemán, y una novela costumbrista
"Juan Pérez", que se mantuvo inédita hasta 1962. Desde sus años juveniles, cultivó, pues, las
humanidades, y, por otro lado, siguiendo el ideario paterno, se interesó vivamente en la
política.
Estudió Medicina en Suiza, se especializó en Psiquiatría, explicó la cátedra de Anatomía en el
Colegio Nacional de La Plata y fue catedrático de Filosofía en la Universidad de Buenos Aires
(1906-1930).
En 1903 ingresó como consejero y vicerrector de la Universidad Nacional de La Plata, cuando
ésta era aún provincial y Dardo Rocha era el rector. A partir de entonces fue el profesor titular
de la Cátedra de Historia de la Filosofía
En 1906 ingresó como docente a la Universidad de Buenos Aires (UBA), desempeñándose como
profesor interino de la cátedra de Historia de la Filosofía en la facultad de Filosofía y Letras.
En 1912 fue elegido consejero de la facultad, desempeñándose en la función hasta 1918. Ese
año, en el marco del movimiento de Reforma Universitaria comenzado en Córdoba, fue elegido
por los estudiantes como primer decano reformista de la Facultad de Filosofía y Letras de
Buenos Aires, hasta 1921.
En 1918, Korn fue uno de los "maestros" (junto a José Ingenieros, Alfredo Palacios, José
Vasconcelos) tomados como referentes por las organizaciones estudiantiles que impulsaron la
Reforma Universitaria en toda América Latina. A diferencia de lo que sucedió en Córdoba, en
donde el movimiento reformista fue básicamente antiescolástico, en La Plata, donde el
clericalismo casi no existía, el reformismo se desarrolló como una reacción contra el positivismo.
Esta reacción antipositivista fue liderada por Alejandro Korn. Entre 1919 y 1922 publicó varios
artículos sobre el impacto de la Reforma Universitaria en la renovación cultural de América
Latina.
Su obra más destacada, La libertad creadora fue originalmente escrita a pedido del Centro de
Estudiantes de Derecho de Buenos Aires, para ser publicada en su revista Verbum, con el fin de
dar fundamento a la actividad transformadora en que se hallaba embarcada la juventud
reformista, bajo los conceptos que inspiraban su visión de un socialismo ético.
Adelantándose a conceptos pedagógicos que serían universalmente aceptados a partir de la
segunda mitad del siglo XX, Korn puso el acento en la necesidad de hacer del estudiante,
tomado como sujeto activo y creador, el centro de todo el proceso pedagógico. En La Reforma
Universitaria (1919) sostuvo en ese sentido: La Reforma es un proceso dinámico, su propósito es
crear un nuevo espíritu universitario, devolver a la Universidad, consciente de su misión y de su dignidad,
el prestigio perdido. 

Integró la Unión Cívica Radical desde su fundación en 1891 y en la Revolución de 1893 fue


designado por la Junta Revolucionaria como Intendente de La Plata, cargo en el que permaneció
pocos días hasta la derrota de la misma. En 1894 fue elegido diputado provincial por la UCR,
renunciando a su banca en 1897 fue como señal de disconformidad al revelarse una serie de
actos de corrupción en el Banco Hipotecario en el que estaban involucrados varios radicales de
su conocimiento.
En 1917 fue elegido concejal de La Plata por la UCR y postulado como candidato a diputado
nacional en 1918. Pero ese mismo año se desafilió de la UCR y adhirió a las ideas socialistas,
escribiendo "Socialismo ético e Incipit Vita Nova".
En 1931 se afilió al Partido Socialista (Argentina). En 1934 dio una serie de elogiadas
conferencias en la Casa del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires sobre "Jean Jaurés", "Hegel y
Marx" y el "Antimarx", que fueron publicadas en la Revista Socialista de febrero de 1935.
En 1934, fue elegido convencional constituyente para reformar Constitución de la Provincia de
Buenos Aires, pero renunció a su cargo en protesta al fraude realizado por el gobierno en esos
comicios, junto con Alfredo Palacios y Guillermo Korn, su hijo. Luego de su fallecimiento, como
homenaje a la labor que realizó en su vida, en el año 1942, mediante la Ordenanza Nº 816, la
Municipalidad de La Plata impone el nombre de Dr. Alejandro Korn a la Avenida 19 de esa
Ciudad.
Ha sido considerado junto a José Ingenieros como el fundador del pensamiento estrictamente
filosófico en la Argentina, y parte del grupo fundacional de la filosofía latinoamericana, junto
a Enrique José Varona en Cuba, José Vasconcelos y Antonio Caso en México, Alejandro Deustua
Escarza en Perú, Carlos Vaz Ferreira en Uruguay, Raimundo Farías Brito en Brasil y Enrique
Molina en Chile.
El pensamiento de Alejandro Korn impulsó una profunda renovación de la filosofía
latinoamericana en el marco del movimiento democratizador continental de la Reforma
Universitaria y en momentos en que en la Argentina se producían fuertes confrontaciones para
superar la denominada "república oligárquica" basada en el fraude electoral y el voto cantado, e
instalar un sistema democrático que tuviera como eje el respeto a la voluntad popular. Su
público lector estuvo integrado mayoritariamente por jóvenes estudiantes reformistas y
activistas políticos y sociales de centro izquierda. Sus reflexiones se orientaron principalmente al
estudio de los valores y de la libertad, destacándose entre sus obras La libertad creadora (1922)
y Axiología (1930).
La base de la filosofía de Korn es el ataque frontal al positivismo y al realismo ingenuo, es decir
los presupuestos y conclusiones generalmente espontáneos que se dan por evidentes en cada
época y que están arraigados en todos los sistemas filosóficos, muchas veces como elementos
sobreentendidos del análisis racional.
Korn concibe la filosofía como un pensar íntimamente relacionado con el momento y la cultura
concreta en la que se vive, una reflexión derivada de una praxis ligada a los problemas y a la
voluntad de los individuos y las comunidades democráticas concretas.
Muerte
Falleció el 9 de octubre de 1936 en la ciudad de La Plata perteneciente a Buenos Aires.
Vida obras y pensamiento de Carlos Astrada
Nació el 26 de febrero de 1894 en Córdoba (Argentina). Cursó estudios secundarios en el
Colegio Nacional de Monserrat y los universitarios en la Facultad de Derecho y Ciencias
Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba. Viajó a Alemania, donde recibió la influencia
de Edmund Husserl, Max Scheler y Martin Heidegger.

Es profesor adjunto y extraordinario de Historia de la Filosofía Moderna y Contemporánea en la


Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (1936-1947); profesor titular
de Ética en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de
La Plata (1937-1947); profesor titular de Filosofía en el Colegio Nacional de Buenos Aires (1939-
1949); profesor titular de Gnoseología y Metafísica en la Facultad de Filosofía y Letras de la
Universidad de Buenos Aires (1947-1956); director del Instituto de Filosofía de la misma
Facultad (1948-1956), etc.

En 1942, Astrada afirma que "la esencia metafísica de la filosofía radica en la historicidad", y que
es solamente desde la temporalidad existencial que podemos lanzarnos al ser, el cual, así
atravesado por la finitud, "es el nuestro cuando sabemos que es un ser para la nada" (1942: 19,
31). Pero ahora este tono presuntamente trágico, y al parecer no muy alejado tampoco del de
cierto Sartre (con quien Astrada guardó siempre, sin embargo, una distancia muy crítica), le
permite al filósofo argentino subrayar el acentuado carácter humanista de su pensamiento,
señalando, por ejemplo, que todos los juegos hechos para matar el tiempo no son sino formas
de matar la conciencia verdaderamente humana.

Además, la angustia que genera la revelación de la propia nada esencial da lugar, como se ha
señalado, a un reverso totalmente diferente de un juego para matar el tiempo: el juego
filosófico de la "ensoñación utópica enraizada y dadora de mitos personales y colectivos"
(David, 2004: 133). La vía mítica de la tierra es, en efecto, el rumbo que adopta el pensamiento
astradiano en los últimos textos de Temporalidad.
Astrada desarrolló una peculiar filosofía existencialista, en la que tienen un papel fundamental
los conceptos de "riesgo" y de "juego" (El juego metafísico: para una filosofía de la finitud,
1942).
Entre sus publicaciones más destacadas, se pueden mencionar: Hegel y el presente (1931), El
juego existencial (1933), Goethe y el panteísmo spinoziano (1933), Idealismo fenomenológico y
metafísica existencial (1936), La ética formal y los valores (1938), El juego metafísico (1942), El
pensamiento filosófico-histórico de Herder y su idea de humanidad (1945), Nietzsche, profeta
de una edad trágica (1946), Ser, humanismo, existencialismo (1949), La revolución
existencialista (1952), Hegel y la dialéctica (1956), El marxismo y las escatologías (1957), Marx y
Hegel (1958), Humanismo y dialéctica de la libertad (1960), Nietzsche y la crisis del
irracionalismo (1961), La doble faz de la dialéctica (1962), Fenomenología y praxis (1967), La
génesis de la dialéctica (1968), Dialéctica e historia (1969), Martín Heidegger (1970), etc.
Carlos Astrada falleció el 23 de diciembre de 1970 en la ciudad de Buenos Aires (Argentina) y sus
cenizas fueron arrojadas al mar.
Vida obras y pensamiento de Alberto Wagner de Reyna
Nacido en Lima en 1915, fue hijo de Otto Wagner Hochstetter y de Carmen María Reyna Alcalá.
Realizó sus estudios escolares en los colegios Alemán y Sagrados Corazones Recoleta, el Institut
Grünau de Berna y en el colegio Santa Rosa de Chosica (ciudad esta última a la que hubo de
trasladarse por problemas de salud). En 1932, ingresó a la Universidad Católica de Lima, donde
cursó estudios superiores primero de Letras y luego de Derecho, y donde se vinculó
al pensamiento humanista cristiano. Dos años después, ingresó al Ministerio de Relaciones
Exteriores como empleado civil y, en 1935, con la condición de agregado honorario, se trasladó
a Alemania para proseguir estudios de Derecho y, sobre todo, de Filosofía.
En la Universidad de Berlín, fue alumno de Hartmann y Guardini, y, en la de Friburgo, discípulo
de Heidegger, quien lo influyó notablemente y lo introdujo a profundidad en la metafísica y
la fenomenología. A su regreso a la Universidad Católica, obtuvo el doctorado en Filosofía con
una tesis sobre Heidegger (el primer tratado del filósofo en castellano) en 1938 y en Derecho al
año siguiente.
En 1939, ingresó al servicio diplomático en Torre Tagle y fue destinado como auxiliar a la oficina
de Protocolo, posición desde la cual acompañó al presidente Prado en su gira nacional al año
siguiente.
En 1941, se casó en la Nunciatura Apostólica, con Victoria Grau Wiesse, nieta del almirante
Miguel Grau, héroe de la Guerra del Pacífico. La pareja tuvo nueve hijos. Wagner es considerado
uno de los representantes más destacados del existencialismo cristiano en su país natal y
de América Latina. Adicionalmente, fue un investigador riguroso y objetivo de las relaciones
peruano-chilenas y un analista de los hechos y procesos de la política exterior del siglo XX.
De su abundante producción escrita se debe mencionar principalmente:
La Ontología Fundamental de Heidegger. Su motivo y significación, Ed. Losada, Buenos Aires,
segunda edición, 1945. Nota preliminar de Francisco Romero. (Primer trabajo en castellano
sobre el filósofo alemán)
Prólogo a: Walter Bröcker: Aristóteles, Ediciones de la Universidad de Chile, Santiago, 1963
(Trad. de Francisco Soler Grima).
La Filosofía en Iberoamérica, patrocinado por la Sociedad Peruana de Filosofía, Lima, 1949.
Las relaciones diplomáticas entre el Perú y Chile durante el conflicto con España
Modelo Peruano Publicaciones de la Universidad Externado de Colombia; Bogotá, 1974
Historia Diplomática del Perú 1900-1945
Alberto Wagner de Reyna (2003). La poca fe. PUCP. ISBN 9789972425684.

Vida obras y pensamiento de Francisco Miró Quesada

Francisco Miró Quesada nació el 25 de enero de 1918, en Lima, Perú. Hijo de Óscar Miró Quesada de la
Guerra y María Josefina Cantuarias Dañino. Fue profesor de la Universidad de San Marcos. Algunas de
sus principales aportaciones se centraron en la reivindicación de la exactitud en el planteamiento de los
problemas filosóficos. Para ello, Miró Quesada aplica los logros de la lógica y la matemática, así como la
defensa de una filosofía racionalista que subraye la importancia del método y de la exactitud.

Para él, la filosofía se sitúa en el ámbito de las ciencias y prestó atención especial al desarrollo de las
llamadas "lógicas no ortodoxas". La razón posee un dinamismo propio y sus contradicciones pueden
refinar su empleo, pero nunca detener la fuerza de la razón. Realizó además interesantes análisis sobre
la unidad posible entre la lógica teórica y la lógica de las acciones, en la búsqueda de la estructura de la
logicidad pura. De 2003 hasta septiembre de 2008 ejerció como director del diario El Comercio de Lima.

El 9 de diciembre de 2008 recibió la Medalla de Honor del Congreso de la República, en el grado de Gran
Oficial por su destacada labor filosófica, el periodismo, el pensamiento político y la difusión científica.
Contrajo matrimonio con Doris rada Jordán, con la que tuvo tres hijos: Francisco, Eduardo y Diego.
Francisco Miró Quesada falleció el 11 de junio de 2019, en Lima, Perú.

Algunas de sus obras más destacadas son:

Sentido del movimiento fenomenológico, 1940


El problema de la libertad y la ciencia, 1943
Lógica, 1946
Iniciación lógica, 1958
La otra mitad del mundo 2 vols., 1959
Apuntes para una teoría de la razón, 1963
Humanismo y revolución, 1969
Despertar y proyecto del filosofar latinoamericano, 1974
Filosofía de las matemáticas, 1976
Proyecto y realización del filosofar latinoamericano, 1981
Ensayos de filosofía del derecho, 1986
Las Supercuerdas year, 1993
Razón e historia en Ortega y Gasset, 1993
Para iniciarse en la filosofía, 1998
Esquema de una teoría de la razón, 2013

Vida obras y pensamiento de Enrique Dussel

Nació en 1934 en el pueblo de La Paz (provincia de Mendoza), a 140 km al este de la ciudad de


Mendoza, la cual se encuentra a 1070 km al oeste de la ciudad de Buenos Aires). Escritor y
filósofo argentino-mexicano. Reconocido internacionalmente por su trabajo en el campo de la
Ética y la Filosofía Política, y por ser uno de los fundadores de la Filosofía de la Liberación,
corriente de pensamiento de la que es arquitecto.
Su vasto conocimiento en Filosofía, Política, Historia y Religión, plasmado en más de 50 obras,
muchas de ellas traducidas en más de seis idiomas, lo convierte en uno de los más prestigiados
pensadores filosóficos del siglo XX, que ha contribuido en la construcción de una filosofía
comprometida. Al terminar la escuela secundaria se mudó a la ciudad de Mendoza para estudiar
Filosofía en la Universidad Nacional de Cuyo. Tras su graduación, en 1959 viajó a Israel, y vivió
cinco años (hasta 1961) en la localidad de Nazaret (Israel), junto al sacerdote Paul Gauthier,
trabajando ambos como carpinteros (la cual se suponía que había sido el oficio de Jesús de
Nazaret).
En 1961 se mudó a París (Francia), donde estudió Teología e Historia en la Universidad de la
Sorbona. En un viaje a Alemania en 1963 conoció a su futura esposa, Johanna Peters. En 1965
obtuvo un título en Estudios de la Religión en el Instituto Católico de París.
En 1968 regresó a Mendoza para enseñar Ética en la Universidad Nacional de Cuyo. En 1969
comenzó una prolífica etapa de generación de importantes publicaciones.
En 1971, todavía durante la dictadura de Lanusse, junto con otros filósofos argentinos como
Mario Casalla, Carlos Cullen, Osvaldo Adelmo Ardiles, Juan Carlos Scannone, Rodolfo Kusch,
Horacio Cerruti Guldberg, Arturo Andrés Roig y Julio de Zan creó el movimiento conocido
como Filosofía de la Liberación, cuya presentación en público ocurrió durante el II Congreso
Nacional de Filosofía realizado en la ciudad de Córdoba. Algunos meses después el grupo
publica el libro colectivo Hacia una filosofía de la liberación latinoamericana, considerado el
primer manifiesto de la filosofía latinoamericana de la liberación.
Los grupos paramilitares de derecha que provenían de las dictaduras de la década anterior
(1955-1973) lo acusaban de marxista y comenzaron a hacerle frecuentes amenazas de muerte.
En 1973 sufrió un atentado con bomba en su casa. En 1975 fue expulsado de la Universidad
Nacional de Cuyo (en la ciudad de Mendoza) y amenazado de muerte por escuadrones
paramilitares. Sus libros fueron prohibidos y las publicaciones que dirigía fueron clausuradas.
Ese mismo año se exilió en México, país que se convirtió en su nueva patria al adquirir la
ciudadanía.
Durante la primera década del siglo XXI, Dussel formó parte del Grupo
Modernidad/Colonialidad, el más importante colectivo de pensamiento poscolonial en América
Latina. Su mayor contribución es la Filosofía de la Liberación, donde critica el método filosófico
clásico y propone la Analéctica como un nuevo método de pensamiento crítico integral sobre la
realidad humana.
Algunas de sus obras son:
Hipótesis para el estudio de Latinoamérica en la historia universal. Investigación del “mundo”
donde se constituyen y evolucionan las “Weltanschauungen, 1966.
El humanismo semita, 1969.
Para una de-strucción de la historia de la ética I, 1972.
La dialéctica hegeliana. Supuestos y superación o del inicio originario del filosofar, 1972 (2a.
ed.: Método para una filosofía de la liberación. Superación analéctica de la dialéctica hegeliana,
1974).
América Latina dependencia y liberación. Antología de ensayos antropológicos y teológicos
desde la proposición de un pensar latinoamericano, 1973.
Para una ética de la liberación latinoamericana I, 1973.
Para una ética de la liberación latinoamericana II, 1973.
El dualismo en la antropología de la cristiandad, 1974.
Liberación latinoaméricana y Emmanuel Levinas, 1975.
El humanismo helénico, 1975.
Filosofía ética latinoamericana III, 1977.
Introducción a una filosofía de la liberación latinoaméricana, 1977.
Introducción a la filosofía de la liberación, 1977.
Filosofía de la liberación, 1977.
Religión, 1977. Etc.
Vida obras y pensamiento de José Agustín caballero

José Agustín Caballero ( nació en la Habana, 28 de agosto de 1762 - La Habana, 6 de


abril de 1835) fue un sacerdote, teólogo y filósofo cubano. Es considerado como el primer
iniciador de las teorías cartesianas en la isla de Cuba. A la edad de doce años comenzó sus
estudios en el Seminario de San Carlos y San Ambrosio, en La Habana. Posteriormente ingresó
en la Colegio de San Gerónimo de La Habana, donde obtuvo los títulos de Bachiller en Artes en
el año 1781, Bachiller en Sagrada Teología en 1787 y Doctor en Sagrada Teología en 1788.
Para el año 1781 se dedicó al sacerdocio. Se le conoce como uno de los más importantes
representantes de la Ilustración Reformista criolla desde los finales del siglo XVIII y principios del
XIX, un movimiento ideológico que dio comienzo a la reforma de los estudios de la Filosofía en
Cuba, introduciendo en sus lecciones de Filosofía, las doctrinas de Locke y Condillac, así como
distintos aspectos de la física de Issac Newton además de ser el responsable del comienzo de la
transformación cultural e ideológica en la Isla. Poseedor de una obra literaria extensa, en la cual
abarcó desde distintos temas sociales hasta críticas literarias. También fue un traductor
importante, llevando al español distintas obras en latín, inglés, y francés.
Su labor intelectual se enmarca en las reformas a la educación de nivel medio en Cuba y sus
notables esfuerzos por lograr una enseñanza primaria gratuita. Fue también maestro de
maestros, entre sus alumnos destacan Félix Varela, José Antonio Saco, y su sobrino José de la
Luz y Caballero. Fue partícipe en la creación del Papel Periódico de la Havana (primer periódico
publicado en Cuba)en el año 1790 siendo su primer redactor, además de colaborar en El
Observador Habanero.
Entre sus obras más destacadas se encuentran: Philosophia electiva (1944), “Discurso sobre la
Física” (1791), Discurso filosófico (1798), Las ideas y la filosofía en Cuba (1970).
Murió el 6 de abril de 1835 en el Seminario de San Carlos, La Habana, Cuba, a la edad de 73
años.

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