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Para que el testamento cerrado sea válido es necesario que se presente por
escrito. En este sentido, puede emplearse un documento mecanografiado o
autografiado. Por tanto, el testamento ológrafo puede otorgarse mediante este
procedimiento.
En todo caso, el testamento cerrado debe ir firmado por el testador. Si este no
supiera escribir o firmar podrá dictarlo y rogar a otra persona que firme en su
nombre, haciéndolo constar en el documento.
Además, toda corrección, tachadura o enmienda deberá salvarse mediante la
firma del testador. Gracias a esta cautela se evitará que el testamento sea
modificado contra su voluntad.
El hecho de que el testamento cerrado deba presentarse por escrito hace que el
Código Civil prohíba su utilización a los invidentes y a quienes no sepan o no
puedan leer. Evidentemente, esto se debe a que en tales casos el testador no
tiene ningún modo de saber que el contenido del documento es el que él desea.
Sin embargo, sí se permite que recurra al testamento cerrado quien no pueda
expresarse verbalmente pero sí escribir. Ante estas situaciones, las
manifestaciones que el testador tenga que hacer ante el Notario se consignarán
en el acta de otorgamiento por escrito.
Requisitos formales
El documento que contenga las últimas voluntades debe entregarse en una
cubierta, que quedará cerrada y sellada para que no pueda extraerse el
testamento cerrado sin romper el precinto.
Si lo desea, el testador puede llevar el documento sin cerrar ni sellar al Notario,
para hacerlo allí.
En cualquier caso, el Notario requerirá al testador para que manifieste:
• Que dentro del pliego se halla su testamento.
• Si está escrito y firmado por él o por otra persona.
El Notario levantará acta de otorgamiento en la cubierta del testamento cerrado,
dando fe de la identidad del autor y de su capacidad legal para testar. En el
mismo acto se leerá y firmará el acta, autorizándola posteriormente el Notario.
Para realizar este trámite deben acompañar al testador (siempre que lo solicite
él o el Notario) dos testigos idóneos, que podrán firmar por el autor cuando este
no sepa o no pueda hacerlo. Si así ocurriera se consignaría tal situación en el
acta.
Además, el acta debe manifestar el lugar, hora, día, mes y año de otorgamiento.
Una vez se haya autorizado el documento, el Notario lo entregará al autor y
dejará una copia del acta de otorgamiento en el protocolo correspondiente.
• La conservación del testamento cerrado
• Autorizado el testamento, su autor tiene básicamente tres opciones:
• Guardar él mismo el pliego cerrado.
• Entregárselo a alguien de confianza para que lo guarde. Depositarlo
ante Notario para que quede archivado.
Generalmente, lo más recomendable es depositar el testamento. Si lo guarda el
testador, el documento podría perderse y no encontrarse tras su fallecimiento.
En caso de que lo conserve alguien de confianza también podría perderse.
Además, podría ocurrir que la relación termine deteriorándose y el custodio
destruya o altere el testamento, o simplemente no se entere del fallecimiento del
testador cuando tenga lugar.
Sin embargo, si el testamento cerrado se deposita ante Notario, en el momento
en que se abra la sucesión mortis causa podrá localizarse gracias al Registro de
Últimas Voluntades.
La presentación del testamento
En cualquier caso, quien tenga el pliego en su poder deberá presentarlo ante el
Notario competente en el plazo de 10 días desde que conozca del fallecimiento
del testador.
Es competente para realizar el trámite de apertura el Notario correspondiente a
la última residencia habitual del causante o al lugar donde se encuentre el mayor
volumen patrimonial.
Cuando el testamento hubiera quedado depositado ante Notario y fuera este
quien se enterara del fallecimiento, es su deber avisar en plazo de 10 días de
que el causante otorgó testamento. En este sentido debe avisar al cónyuge
supérstite, a descendientes y ascendientes y, de no haber ninguno de los
anteriores, a los parientes colaterales de hasta 4º grado.
Por supuesto, puede pasar que el Notario desconozca dónde encontrar a estas
personas. Ante tales situaciones puede dar publicidad al hecho, conforme a la
legislación notarial.
En ambos casos, no presentar el testamento, avisar a la familia de su
otorgamiento o publicar el hecho en el plazo de 10 días hará responsable a quien
incumpliera su obligación de los daños y perjuicios que pudieran derivarse.
Además, el Código Civil establece una sanción adicional para:
Quien incurriera dolosamente en este incumplimiento.
Y quien sustrajera dolosamente el testamento o lo ocultara, rompiera o inutilizara.
En estos casos el culpable perderá los derechos hereditarios que le
correspondieran, sin perjuicio de la responsabilidad penal en que pudiera incurrir.
Procedimiento tras el fallecimiento
La apertura y protocolización del testamento cerrado se rigen por la Ley del
Notariado. Como ya hemos anticipado, el Notario competente es, a elección del
solicitante, el que corresponda a:
• El último domicilio o residencia habitual del causante.
• el lugar donde radique la mayor parte de su patrimonio.
• También puede elegirse a un Notario colindante.
• A falta de estos, podrá solicitarlo al Notario de su domicilio.
En caso de que el testamento no se haya presentado en el antedicho plazo de
10 días, el interesado puede comunicarlo al Notario. Este requerirá a quien lo
tenga para que se lo presente.
Para realizar el trámite hay que identificar al causante, lo que requerirá la
aportación de la documentación obtenida en el Registro Civil y el Registro
General de Actos de Última Voluntad. Además, quienes no sean parte de la
familia deberán acreditar su interés en el proceso de sucesión hereditaria.
Cabe recordar que el testamento puede entregarse en custodia a un tercero de
confianza. En estas situaciones, si el custodio no tiene interés en la adveración
y protocolización del testamento deberá comunicarlo al Notario. Este requerirá a
quienes puedan estar interesados en la herencia. Si alguno de ellos fuera menor
de edad o tuviera la capacidad modificada también requerirá al Ministerio Fiscal,
para que le designe un defensor judicial.
En caso de que estos trámites no terminaran en un plazo de 3 meses, se
archivará el expediente, aunque puede reabrirse más adelante.