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Autoctono 2011
Autoctono 2011
2011
DANZAS AUTÓCTONAS
de La Paz
2011 (1)
Gestión Municipal
Luis Revilla Herrero
Alcalde Municipal de La Paz
Elaborado por:
Vida Tedesqui
Responsable del Área de Investigación Unidad de Promoción del Folklore y las
Artes Populares
Edición y Correcciones:
Fernando Lozada Saldias
J. Nelson Antezana R.
Diseño:
Ramiro Mario López Massi
Fotografías:
Arcil Rodriguez – TPC
Eveline Sigl
David Ordoñez Ferrer - TPC
David Mendoza – UPIIC - OMC
Base de Datos de la UPFAP – OMC
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Presentación
Históricamente los contextos sociales y políticos, presentes en procesos de
modernidad, no abandonan muchas de sus diferentes prácticas culturales ante
todo en un país “testimonio” como es el nuestro. En este contexto, las danzas
autóctonas en el departamento de La Paz configuran una rica variedad entre
las zonas andina, valles y tierras bajas, constituida por distintas comunidades que
comparten este espacio.
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Danza de origen aymara, su nombre original es “Karwani” que significa “con
llamas”. La llamerada como danza andina tiene su representación simbólica y
ritual. Por su significado simbólico esta danza representa a los pastores o llameros
en el arreo de camélidos que transportaban productos agrícolas por los diferentes
pisos ecológicos desde tiempos prehispánicos hasta el presente.
Lo ritual de esta danza tiene que ver con la idea de que la misma está relacionada
con un rodeo andino, en el cual los bailarines “…formaban un cerco en torno a los
rebaños de llamas alpacas y vicuñas, luego de ser capturadas eran esquiladas,
y los animales heridos o viejos pasaban a ser alimento. Terminado este rodeo, se
realizaba la ‘wilancha’, sacrificio animal que se ofrecía a las deidades andinas.”1
En general, este vestuario en los varones consiste en: camisa y pantalón de bayeta
por debajo de la rodilla, medias largas de kayto hasta la altura del pantalón,
abarcas, un aguayo de colores que cruza la espalda, faja multicolor, una soga de
lana de llama enroscada que cruza la espalda y el pecho en sentido contrario al
del aguayo.
Esta danza es representada en pareja de forma dual, donde hombres y mujeres tienen roles
específicos de escenificación; la mujer representa la fuerza y energía llevando al bailar una
gran cantidad de polleras.
La vestimenta, de acuerdo a las interpretaciones regionales, consiste en: los varones llevan
poncho de lana de vicuña, chalina, sombrero de lana de oveja, debajo de éste un lluch’u
o gorro andino, pantalón de bayeta y una lámina de metal adornada con pedrería de
distintos colores, la cual se exhibe cruzada sobre el pecho.
Las mujeres portan polleras de bayeta, chaquetillas (jubones) bordadas con figuras
andinas, awayu, sombrero, tullmas en las trenzas y calzan abarcas. Esta vestimenta suele
variar de acuerdo a cada región.
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El K’usillo representa una danza de carácter burlesco o jocoso que de acuerdo
a diferentes interpretaciones haría alusión, por un lado a un “diablo picaresco” y
otra versión sostiene que K’usillo vendría del término aymara “kusisiña” que significa
alegrarse. También se relaciona la palabra aymara “kusillu” que designa al mono.
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Q
Anteriormente era representada en las Provincias Los Andes y Bautista Saavedra,
entre otras, y hoy en día en contextos urbanos durante el Anata - Carnaval.
Se caracteriza por ser una danza que hace alusión a la acción de prevenir heladas
y más bien llamar a las lluvias para evitar sequías y continuar con el proceso de
siembra de la papa, por tanto esta danza es representada en la época de “retoño
de la papa”, durante el Anata – Carnaval y hasta el Domingo de Tentación.
Es interpretada tanto por varones y mujeres, que danzan en parejas con movimientos
rápidos y cadenciosos, zapateos con vueltas y giros que se realizan intercambiando
lugares entre pareja en zigzag.
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Jach’a Tata Danzanti
Danza ritual que se ejecuta y representa con la idea de obtener una buena o
mejor cosecha. Sin embargo, cuando se habla de la esencia y característica de la
misma, encontramos dos visiones que difieren entre sí. Por un lado, la que sostiene
que esta danza se la ejecuta
como castigo de la comunidad
a un miembro de ésta, los
que la representan y bailan
serían aquellas personas que
hubiesen cometido traición o
faltas a la comunidad, entonces
esta danza se la realizaría
para “pagar” sus culpas. La
otra visión, la cual es la más
aceptada, sostiene que esta
danza y la representación de la
misma tiene que ver con un rito
dirigido a la productividad de la
tierra y la buena cosecha.
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El Jach’a Tata Danzanti se bailaba
durante tres días. Se dice que antes de
realizar la misma se ofrecía comida y
bebida, además de mujeres vírgenes,
al que representaría al personaje
del Danzanti. De acuerdo a algunas
interpretaciones, el hecho de poseer mujeres
también se expresaría en la fecundidad de la
tierra, y una vez que éste Danzanti comienza
a “bailar” lo haría hasta morir o agotarse
físicamente.
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Danza representada en los Municipios de Apolo y Guanay, la misma hace alusión a episodios
pasados de la etnia Leco, además del agradecimiento a la naturaleza y su entorno. Se
interpreta también al arribar o abandonar un territorio, confirmando de esta manera el
carácter nómada que pudo tener este grupo. Es de apreciar la forma en que se la baila,
puesto que los danzarines llevan mochilas llamadas “llamachi” las cuales se cuelgan con
fibras hechas de corteza de árbol. En éstas llevan sus bienes, tutumas, pequeñas aves y
productos varios.
Asimismo llevan “bastones”, los mismos que, se dice, antiguamente servían de apoyo y para
abrirse paso al caminar por la selva, además de un silbato hecho del cascarón del árbol con
el cual se llamaba a los animales además de guiar a las personas.
Se dice que esta danza aún se la práctica en la región de los Yungas y algunas
zonas de la Provincia Camacho.
Se dice que este instrumento tiene como propiedad llamar las lluvias y lograr que
éstas ayuden al crecimiento de los sembradíos. Generalmente se utilizan Tarqas de
seis orificios, pudiendo estas ser grandes, medianas o pequeñas.
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Danza que hace alusión a aquellos guerreros que ofrecieron
resistencia ante la conquista y dominación de su cultura, utilizando
arcos, flechas, hachas o lanzas. Por tanto, esta sería una danza
“guerrera” de los pueblos de la Amazonia boliviana, representada y
emulada por comunidades aymaras, que hace alusión al proceso
histórico de dominación de una cultura sobre otra.
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FUENTES BIBLIOGRÁFICAS:
• OSUNA, Sotomayor Amaya. “El Khusillo”. En: X Reunión Anual de Etnología 1996.
La Paz : Museo Nacional de Etnografía y Folklore, 1997.
• SIGL, Eveline; LÓPEZ Zenteno Elena; ORDOÑEZ Ferrer David. Cada año bailamos
- Sapa maraw thuq’tapxirita. Danzas autóctonas del Departamento de La Paz.
Gobierno Municipal de La Paz, Biblioteca Paceña – Colección La Paz Hoy. La Paz ,
2009
• VARGAS, Manuel. “Máscaras del altiplano”. En: McFarren, Peter. Máscaras de los
Andes bolivianos. La Paz – Bolivia: Quipus, 199
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Oficialía Mayor de Culturas
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